Military Review - Marzo-Abril 2000

83

Transcript of Military Review - Marzo-Abril 2000

MILITARYREVIEW

Hispano-American REVISTA PROFESIONAL DEL EJRCITO DE EE.UU. Publicada por la ESCUELA DE COMANDO Y ESTADO MAYOR Fort Leavenworth, Kansas 66027-1254 VOLUME LXXIX March-April 2000 NUMBER 2

ContentsEditorial 3 Los Combatientes Brbaros David Tucker 13 El Combate Urbano: Confrontando al Espectro Teniente Coronel (R) Lester W. Grau, Ejrcito de EE.UU., y Jacob W. Kipp 25 China: La Restauracin del Gran Imperio Richard Halloran 37 El Fundamentalismo Islmico Una Nueva Amenaza para Occidente? Brigadier Jos Cerda Bozzo, Ejrcito de Chile 48 Cachemir Es un Conflicto o una Vlvula de Seguridad? Teniente Coronel (R) Lester W. Grau, Ejrcito de los EE.UU., y Al A. Jalali 56 El Amazonas Brasilieo: Conctrolando la Hidra Coronel (R) William W. Mendel, Ejrcito de EE.UU. 67 La Amenaza que Representan los Estupeficantes: Por Qu Poner Nuestras Prioridades en Orden Coronel (R) William W. Mendel, Ejrcito de EE.UU., y Coronel (R ) Murl D. Munger, Ejrcito de EE.UU. C3 Panorama Mundial

EDITORIAL

Organizadas para conseguir sustento seguro y aprovechar mejor los recursos, las sociedades sedentarias invariablemente sufrieron el ataque de otros pueblos movidos por la codicia, la necesidad o la competencia. Por espacio de los siglos se identific6 a la amenaza principal con la capacidad militar de un estado enemigo. Su eliminaci6n gener6 normalmente un exceso de optimismo general y una consiguiente disminuci6n de la atenci6n en la defensa, percepciones comprensibles a la luz de los enormes sufrimientos que siempre acarrearon los conflictos. Pero, paulatinamente, fueron surgiendo amenazas de otro caracter, imperceptibles al principio pero no por ello menos peligrosas, derivadas de la progresiva escasez de los recursos, del aumento de la poblaci6n y del desarrollo industrial, comercial y social. En la actualidad, el proceso de profundas transformaciones conocido como "globalizaci6n", las modernas comunica ciones y medios de transporte, vuelven obsoletos los conceptos de "seguridad geografica" y de "aislamiento". Mayor numero de naciones comparten hoy peligros comunes y, como sostiene Philippe Delmas, pareciera que ".la guerra ya no nace de la potencia de los estados, sino de su fragilidad". ello debemos agregar que la inescrupulosa manipulaci6n de ciertos avances tecnol6gicos potenciara y diversificara cualquier tipo de agresi6n futura, permitiendo al enemigo explotar las vulnerabilidades del objetivo a conquistar. La pr6xima batalla sera diferente a la ultima. No olvidemos que, como espada de Damocles, tambien penden sobre la humanidad peligros tales como la posible utiliza ci6n de armas de destrucci6n masiva en cualquier escala, los conflictos internos y la acci6n de poderosos grupos marginales e ideol6gicos. Este complejo panorama, plantea a los estados la problematica no s6lo de definir con precisi6n las amenazas, sino tambien de adecuar la organizaci6n de sus fuerzas armadas para enfrentarlas, estableciendo claramente la factibilidad y circunstancias de su empleo. En esta edici6n, nuestra revista incursiona, selectivamente, en situaciones que se avisoran como amenazas emergentes a la estabilidad mundial. David Tucker sefala que el estadonaci6n actual no esta condenado y que la voluntad del pueblo de los EE.UU. no debe confundirse con la cautela evidenciada luego de sufrir bajas en operaciones fuera de su territorio, tal como sucediera en Somalia. firma que preparandose para la amenaza convencional se estara en condiciones de responder a la no convencional. "Combate urbano" resefa el valor estrategico de las ciudades a lo largo de la historia. Reducirlas consume medios y afecta a la poblaci6n civil. El enemigo del futuro, para evitar el combate abierto, se refugiara en ciudades cada vez mas complejas. El autor comenta experiencias operacionales recientes a tener en cuenta en el entrenamiento. En otro articulo se confronta la actitud de los EE.UU. en sia con la agresiva estrategia adoptada por la Republica Popular China para ganar mayor influencia en el continente. El fundamentalismo religioso, como factor de posible desequilibrio, es otro de los temas abordados. Por otra parte, la disputa en Cachemira reaviva la amenaza del empleo de armas nucleares. En este articulo se resumen las posturas de los principales actores y los intereses que subyacen al conflicto. William Mendel sefala luego algunas de las amenazas que se ciernen sobre el mazonas brasilefo, enfrentadas con medios limitados. El tema del ultimo articulo es la necesidad de una urgente respuesta al deterioro social que produce el trafico y consumo de drogas. Segun los autores, la mejor soluci6n seria una intensa campafa para eliminar la demanda, pero, dadas las circunstancias, proponen incrementar la participaci6n militar de los EE.UU. en esta lucha junto a otras agencias. El pr6ximo mes de julio cesan mis funciones como editor asesor de la edici6n hispanoamericana de ilitaryR eview. En mi primer editorial exprese el honor y el compromiso que esto representaba para mi. Hoy, y ya pr6ximo el momento del regreso, puedo afirmar que ha resultado una experiencia profesional y personal invalorable. Debo agradecer la permanente colaboraci6n recibida por parte de todos sus integrantes, un grupo humano de excepci6n caracterizado por la excelencia, entre los que incluyo a mis entrafables camaradas y amigos, los editores asesores de las hermanas Republicas de Chile y Brasil. Quisiera destacar especialmente la excelente predisposici6n al intercambio de ideas evidenciada tanto por el Editor en Jefe de la revista, Coronel Lee J. Hockman, como por el Editor Responsable de la edici6n Iberoamericana, Tcnl Hector costa, para lograr un producto final a la altura de las exigencias de nuestro publico. Para finalizar quisiera despedirme de nuestros lectores, agradeciendo sus aportes y utiles sugerencias. En ocasi6n de preparar la primera edici6n de este afo, pude apreciar la verdadera dimensi6n y vigencia que tiene ilitaryR eview en el campo del conocimiento militar. En cada una de sus paginas, desde su creaci6n, estan plasmadas experiencias y teorias, glorias y fracasos militares que revelan una continuidad subyacente: la capacidad rectora del pensamiento sobre el mas profundo drama de la existencia humana, la guerra.

Teniente Coronel Ernesto Salvador Cnaves Ejrcito Argentino Editor Asesor / Edicin Hispanoamericana

2

Marzo-Abril 2000 Military Review

COMBATIENTES BRBAROS

E

N EL CAMPO, las legiones romanas no tenian igual, circunstancia que oblig6 a los alemanes a atacar a los romanos en los bosques. Los alema nes organizaron escaramuzas, hostigaron y tendieron emboscadas durante tres dias, y lentamente debilitaron a los romanos. La tactica deficiente, el clima aciago, el don de mando tan debil, el terreno accidentado y la sim ple traici6n echaron a perder las ventajas que tenian los romanos en cuanto a tecnologia, adiestramiento y disci plina. Las unidades romanas mantuvieron su unidad pero, exhaustos, al final fueron derrotados por huestes mas numerosas. Los prisioneros fueron enterrados vi vos, crucificados u ofrecidos como sacrificio a los dio ses alemanes. Tres legiones desaparecieron en el bos que de Teutoburg. Arminius, el comandante aleman, hizo clavar las cabezas de los romanos en las ramas de los arboles como un aviso a los romanos. El poder ro mano nunca jamas se extendi6 mas alla del Rin. Divididos en principados envueltos en disputas, los principes rusos cayeron uno por uno ante los mongoles, cuya movilidad superior, mando y control, tactica y equi po eran insospechados. Cuando cay6 la ciudad de Riaza, los mongoles acometieron encarnizadamente contra los ciudadanos, despellejaron a unos mientras que a otros los atravesaron con lanzas y cuchillos. No dejaron vi vos ni a los que se habian refugiado en las iglesias, violaron a todas las mujeres vivas y a las monjas que encontraron en las iglesias y lo hicieron ante los ojos de los otros refugiados. A medida que quemaron la ciudad, los mongoles dejaron escapar unas cuantas personas que habian presenciado el ataque para que estos a su vez, informaran sobre la suerte que corrieron los que ofrecieron resistencia. Al ver que los guias britanicos los habian descubier to, los zulues se levantaron en masa y comenzaron a atacar. Esta era la batalla que buscaban los ingleses. El

grueso belico del pais zulu atacaria a traves del terreno al descubierto contra el fuego disciplinado de la recia infanteria hmperial. Por un momento, el resultado fue tal como esperaban los ingleses. pesar de que los zulues les aventajaban en numero, los ingleses barrieron las filas zulues con una potencia de fuego muy bien entre nada. Pero el comandante britanico habia desplegado sus fuerzas en forma muy exigua. Cuando el escaso apoyo logistico llev6 a disminuir la cadencia de fuego, algunos zulues que prestaban auxilio se doblegaron y huyeron del lugar, acci6n que result6 fatal. Un sector de las filas inglesas se derrumb6 ante el valor intrepido demostrado por los zulues y por su disposici6n para el combate, cualidades que debilitaron la cadencia de fue go aun mas y que llevaron a la destrucci6n de una uni dad tras la otra, causando un efecto devastador hasta que los ingleses fueron aniquilados. Unos pocos ingle ses sobrevivieron al ataque. Los zulues sufrieron enor mes bajas en hsandhlwana pero al salir del campo de batalla salieron triunfando porque le sacaron las entra fas a sus enemigos derrotados. Los barbaros triunfan porque se valen de la astucia, la superioridad numerica y el valor. Los civilizados pier den a pesar de su tecnologia e instrucci6n tan avanza da. Hay ocasiones en que los barbaros son mejores que los civilizados en ciertos aspectos de la tecnologia y del arte de la guerra. Perennemente, el salvajismo de los barbaros constituye un elemento para multiplicar su fuer za, su crueldad representa una fuerza psicol6gica que destruye la agotada moral de los civilizados, quienes siempre parecen subestimar a los barbaros. Estas no son historias de un pasado remoto. Es el futuro el que nos espera-por lo menos asi opinan algu nas personas. El peligro mas grande que encaramos, de acuerdo con estos escritores, no seran los ejercitos do tados de grandes sistemas de alta tecnologia como el

Military Review Marzo-Abril 2000

3

nuestro, sino los guerreros salvajes quienes no respe tan los reglamentos de caracter civil por los cuales nos regimos, quienes haran cualquier cosa, absolutamente cualquier cosa para lograr la victoria. Dispersos en me dio de terrenos desiertos a causa de la anarquia, la superpoblaci6n y estragos causados por la deforestaci6n o reflexionando por su derrota cultural en tierras musulmanas ricas en petr6leo, los barbaros no s6lo cometeran todas estas atrocidades sino que al co meterlas, las disfrutaran a plenitud. La tortura y viola

Los barbaros triunfan porque se valen de la astucia, la superioridad numerica y el valor. Los civilizados pierden a pesar de su tecnologia e instruccion tan avanzada. Hay ocasiones en que los barbaros son mejores que los civilizados en ciertos aspectos de la tecnologia y del arte de la guerra. Perennemente, el salvajismo de los barbaros constituye un elemento para multiplicar su fuerza, su crueldad representa una fuerza psicologica que destruye la agotada moral de los civilizados, quienes siempre parecen subestimar a los barbaros.

ciones seran tomadas como un deporte; el desmembra miento de los nifos y de ancianos, una diversi6n ves pertina; el quebrantamiento de tratados no representara mayor problema que respirar. Tales enemigos nos de rrotaran en las batallas del futuro porque seran mas nu merosos, mas astutos y mas feroces que nosotros y de los que no sospechamos que tengan tecnologia tan avan zada como la nuestra. 0, precisamente porque son as tutos, evitaran grandes combates de manera que nues tra superioridad tecnol6gica no nos permita ventaja; pero trataran de derrotar a nuestros aliados y nuestras instalaciones en ultramar mediante la subversi6n y el terrorismo, y para ello contaran con nuestra incapaci dad para adaptarnos a su estrategia de estrangulaci6n lenta y continua. Ya sea que corran el riesgo de librar grandes batallas o que prefieran combates de poca envergadura, no vaci laran en atacar al pueblo estadounidense directamente. Nos derrotaran cuando destruyan nuestros sistemas de informaci6n de los que dependen nuestra economia y

comodidad. Nos derrotaran al transmitir al mundo ima genes al vivo donde muestren la mutilaci6n de los pri sioneros de guerra estadounidenses, quienes en el fu turo tambien seran mujeres, y despues nos regresaran sus cadaveres mutilados y desfigurados como un gesto de buena voluntad. Nos derrotaran cuando introduz can subrepticiamente armas quimicas y biol6gicas en los EE.UU. y cuando las utilicen. En sintesis, derrotaran a los EE.UU., cuando destruyan la voluntad del pueblo para combatir. Cuando avistamos al futuro, lo que po demos ver son huestes de barbaros que nos aniquilan.! Este pron6stico de lo que nos espera ha ganado adep tos o por lo menos se ha ganado un lugar de respeto. Sus proponentes son aquellos que regularmente parti cipan en conferencias donde se abordan temas militares y de seguridad del futuro. Hoy, toda presentaci6n del futuro contiene una diapositiva obligatoria sobre "esta dos que han fracasado". Y, por supuesto, es cierto que jamas deberiamos subestimar a nuestros enemigos o asumir que atacaran s6lo nuestros puntos fuertes y omitiran atacar nuestros puntos debiles. qui es preci so recordar nuestro apresurada salida de Somalia-y en todo momento se nos dice que recordemos a Somalia. Despues de todo, la derrota en manos de barbaros inhu manos le ha ocurrido a otras naciones, quienes en la cuspide de su poderio y mientras disfrutaban la comodi dad propiciada por sus riquezas, pensaron que estaban a salvo de estos males. Finalmente, debemos tomar esta advertencia muy en serio porque la derrota tiene sus consecuencias. Los romanos jamas gobernaron mas alla del Rin; los rusos aun no se han recuperado de la dominaci6n de los mongoles; y despues de Somalia, la administraci6n del presidente Clinton, cuando se ejer ci6 una politica de "multilateralismo agresivo" se des vaneci6, y nos asaltan las dudas acerca de nuestra inca pacidad para sostener un combate violento en ultramar. Sin embargo, cuando tomamos muy en serio esta ad vertencia respecto a los guerreros, equivale a hacer un estudio minucioso de la misma. l hacer esto, nos da mos cuenta que no es simplemente falsa, es mas bien exagerada y por lo tanto, err6nea y, en todo caso puede que ya este ejerciendo resultados perniciosos. Estas advertencias sobre guerreros confieren un alto valor al grado de anarquia que afrontamos y por consiguiente, la cantidad y el caracter de los guerreros del futuro ado lecen de sentido estrategico, y por lo tanto, dan mayor relieve al numero de veces en que tendremos que hacer frente a los guerreros; asimismo, subestiman al pueblo de los EE.UU., y por lo tanto, aumentan el poder que tendran los guerreros sobre nosotros. l subestimar al pueblo de los EE.UU., estas advertencias maleficamente aumentan la separaci6n entre el pueblo y los militares de los EE.UU. Veamos estos problemas en orden prece dente de su importancia.

4

Marzo-Abril 2000 Military Review

COMBATIENTES BRBAROS

La anarqua: Mantngase tranquilo ante esta situacin

l concluir la Guerra Fria, los representantes de los medios de informaci6n comenzaron a notar que los hom bres combaten por razones ajenas a la ideologia. medi da que la sombra de la Guerra Fria se desvanecia, de nuevo aparecieron los viejos demonios a la vista de to dos. Los odios etnicos y religiosos, la envidia y la codi cia por el poder, que hasta entonces no se habian exte riorizado en vista del conflicto mencionado, quedaron al descubierto despues de un intervalo de 50 afos y reanu daron su lucha por captar nuestra atenci6n. Simultanea mente, a medida que se disolvia la Uni6n Sovietica, unas cuantas naciones caian en la anarquia. En el mundo se habia dado un nuevo giro a los impulsos de destrucci6n y desintegraci6n del alma humana. Estas circunstancias se estudiaron en el trasfondo de la migraci6n, la urbani zaci6n y el fracaso ambiental en aumento y en el contex to de una economia global en surgimiento y de comuni caciones y otras tecnologias cada vez mas poderosas. l reunir estas caracteristicas se opin6 que eran fuente de violencia en vista de que trascendieron las fronteras nacionales y la proliferaci6n de armamentos ultramodernos fue incontenible. El resultado de todos estos adelantos fue el de una sensaci6n cada vez mas en aumento de que la naci6nestado y el sistema interna cional que se basaba en dicha naci6nestado se encon traban en estado ag6nico. S6lo un pequefo grupo privi legiado (que apenas comprendia a los paises miembros de la 0rganizaci6n para la Cooperaci6n Econ6mica y Desarrollo) subsistiran, rodeados de una diversidad de imperios violentos e inhumanos y de ciudades de gran extensi6n territorial y llenas de miseria s6rdida, como tambien de territorios remotos donde impere la anarquia.2 Este argumento ha tenido una gran influencia, aun que desproporcionado en lo que respecta a su valor. Tomemos por ejemplo, aquellas cosas que se citan como las que contribuyen a la decadencia de la naci6nesta do-el conflicto etnico y religioso, la inmigraci6n y la guerra civil-que anteceden a la naci6nestado y que no obstante le impidieron que dominara la vida internacio nal. zPor que es que ahora destruyen al estado? En realidad, la inmigraci6n y el conflicto y hasta la guerra civil, hist6ricamente han ayudado a construir estados, por lo menos tan a menudo como los han destruido. La migraci6n puede servir como valvula de seguridad para el estado de donde migran los emigrantes, alivian los problemas sociales o politicos. hora bien, el pais que recibe a dichos inmigrantes puede disminuir la escasez de mano de obra y contribuir en otras formas al creci miento econ6mico. Verdaderamente, la inmigraci6n be nefici6 a los EE.UU., y tanto el poder del gobierno como las estructuras federales de este pais fueron acentuadas por su Guerra Civil.

Foto: Cortesa de Independent Web Marketing con autorizacin y derechos reservados de Bill Race.

Al ver que los guias britanicos los habian descubierto, los zulues se levantaron en masa y comenzaron a atacar. Esta era la batalla que buscaban los ingleses. El grueso belico del pais zulu atacaria a traves del terreno al descubierto contra el fuego disciplinado de la recia infanteria Imperial. Por un momento, el resultado fue tal como esperaban los ingleses. A pesar de que los zulues les aventajaban en numero, los ingleses barrieron las filas zulues con una potencia de fuego muy bien entrenada. Pero el comandante britanico habia desplegado sus fuerzas en forma muy exigua. Cuando el escaso apoyo logistico llevo a disminuir la cadencia de fuego, algunos zulues que prestaban auxilio se doblegaron y huyeron del lugar, accion que resulto fatal. Un sector de las filas inglesas se derrumbo ante el valor intrepido demostrado por los zulues y por su disposicion para el combate, cualidades que debilitaron la cadencia de fuego aun mas y que llevaron a la destruccion de una unidad tras la otra, causando un efecto devastador hasta que los ingleses fueron aniquilados.

Pero tampoco los estados seran separados unos de los otros por motivo de la urbanizaci6n, el fracaso am biental o los desventajosos resultados econ6micos pro ducidos por la globalizaci6n. un en el caso de que aceptemos que la urbanizaci6n continua su avance, que los ambientes fracasan, y que la globalizaci6n distribuye las entradas en forma desequilibrada, es preciso recor dar que la privaci6n econ6mica no necesariamente con duce a la rebeli6n y que las zonas urbanas no son terre no donde florece la violencia politica. 3 El crimen organizado es un problema constante en algunas partes

Military Review Marzo-Abril 2000

5

del mundo, pero los criminales que hist6ricamente han sido organizados (por ejemplo, htalia y Colombia) no han buscado la destrucci6n del estado. Ellos son parasitos y necesitan un estado saludable si es que han de sobre vivir y prosperar. Finalmente, no deberia sorprendernos que el fracaso de un estado-a la inversa de la guerra civil-se ha limitado al Africa. Lo que ahora esta ocu rriendo en Africa no tiene que ver con el fracaso del

Ya sea que corran el riesgo de librar grandes batallas o que prefieran combates de poca envergadura, [los barbarosj no vacilaran en atacar al pueblo estadounidense directamente. Nos derrotaran cuando destruyan nuestros sistemas de informacion de los que dependen nuestra economia y comodidad. Nos derrotaran al transmitir al mundo imagenes al vivo donde muestren la mutilacion de los prisioneros de guerra estadounidenses, quienes en el futuro tambien seran mujeres, y despues nos regresaran sus cadaveres mutilados y desfigurados como un gesto de buena voluntad.estado, sino mas bien con el fracaso de la fachada que se erigi6 despues del colonialismo que estas administra ciones en que los gobernantes corruptos utilizan los fon dos del estado para su propio beneficio eran, en reali dad, estados. Pero aun en Africa, el fracaso del estado ha sido excepcional, y el crecimiento econ6mico en la decada de los noventa ha retornado. Pero, zno se debilitan decididamente los estados a causa de la integraci6n econ6mica que socava la sobera nia del estado al negar a los gobiernos nacionales la libertad de tomar decisiones econ6micas? Si un gobier no toma medidas econ6micas que no sean del agrado de los inversionistas extranjeros, estos huyen del pais, la moneda de circulaci6n baja de valor y decae la econo mia. Si bien esto es cierto, siempre ha sido cierto. Senci llamente hoy en dia ocurre mas rapido y se observa con mas frecuencia por raz6n de las innovaciones introduci das en las comunicaciones. El valor del d6lar estadouni dense a la par del d6lar en el Siglo XhX impuso restriccio nes en la economia gubernamental, restricciones que pudiera tildarseles como muy estrictas en comparaci6n con las restricciones bajo las cuales funcionan los go biernos de hoy. La integraci6n tecnol6gica y econ6mica de gran alcance de finales del Siglo XX no necesaria mente presagia el final de la naci6nestado o el estrangu lamiento mortifero de su soberania. La naci6nestado se

esta adaptando a su ambiente que cada vez experimenta mas transformaciones y hasta estan buscando nuevos metodos para aumentar sus funciones y su poder. Por ejemplo, el estado esta aumentando su participaci6n en fomentar la innovaci6n, elemento esencial de las econo mias de alta tecnologia y esta extendiendo su poder e influencia en la educaci6n y salud publica, esta ultima considerada como una gran parte que aumenta cada vez mas en las economias mas avanzadas. La adaptabilidad y fuerza moral de la naci6nestado explica en parte una evidencia asombrosa de su poder que cada vez adquiere mayor auge: tras muchos afos de globalizar y privatizar, hoy en dia el estado controla una gran parte de la riqueza nacional en los paises que pertenecen a la 0rganizaci6n para la Cooperaci6n y Desarrollo Econ6mico.4 Hoy, la naci6nestado enfrenta una grave amenaza, pero por supuesto, esta amenaza no es la globalizaci6n, los grupos etnicos, o los desastres causados por el hom bre en el ambiente. Mas bien, se trata de una amenaza moral y politica. Esto resulta perfecto, en vista de que la soberania de la naci6nestado es esencialmente una idea moral y politica. Surgi6 en los siglos XVh y XVhh para responder a las guerras religiosas. l declarar a cada estado como la autoridad suprema de la religi6n profe sada dentro de sus fronteras, los estados eliminaron de sus relaciones una causa primordial de conflicto. La idea de soberania gan6 adeptos y continu6 recibiendo apoyo porque se ide6 para fomentar la paz saludable entre las naciones. Si por alguna raz6n nos dejaramos convencer que la naci6nestado no tiene importancia o que se entromete en la resoluci6n de problemas transnacionales tales como la contaminaci6n, los abu sos cometidos contra los derechos humanos, o la proli feraci6n de armas, la naci6nestado podria comenzar a desvanecerse. Puede que esto ya este ocurriendo, y no hay raz6n para creer que sera algo bueno. un cuando no todas las nacionesestado han sido democraticas, la democracia ha prosperado dentro del mundo de las na cionesestado. El antecedente hist6rico no nos anima a dar por sentado que la libertad y la felicidad de los seres humanos sobrevivira en medio de otros acuerdos.5

La estrategia: Responda con un rotundo NO

l igual que en el pasado, en el futuro, algunos luga res indudablemente se veran inundados por la violencia, pero tales circunstancias no necesariamente auguran un fracaso generalizado del estado o un cambio radical en la forma c6mo las naciones y los grupos resuelven sus diferencias. Ni tampoco debemos dar por sentado que en un gobierno sin autoridad se forman guerreros total mente indolentes. Por una parte, los hombres que son indolentes se forman sin que un gobierno sin autoridad les de una voz de aliento. Los somalies y los chechenios

6

Marzo-Abril 2000 Military Review

COMBATIENTES BRBAROS

Foto: Departamento de Defensa

Khobar Towers, tras la explosin de una bomba terrorista que dio muerte a un nmero an no precisado de militares estadounidenses.

Comparemos estas operaciones mas recientes con la Guerra del Golfo, donde las grandes mayorias dieron apoyo a la guerra aun cuando ya sabian que el pronostico de bajas ascenderia a decenas de miles de personas. En contraste, veamos la reaccion del publico ante la muerte de 24 ciudadanos estadounidenses y personal militar y las heridas que padecieron cientos de personas en 1995 y en 1996 como resultado de los bombardeos terroristas en Arabia Saudita. Nadie ha propuesto que los EE.UU. se retiren de Arabia Saudita. El pueblo de los EE.UU. comprende la importancia del Oriente Medio; siempre y cuando el gobierno de los EE.UU. se cina juiciosamente a normas sensatas, el pueblo estara dispuesto a aceptar las bajas.ganaron la reputaci6n de belicosos y de tener el coraz6n muy duro al enfrentar sus problemas recientes. Por otra parte, no todo malhechor creado en un estado de anar quia y que porta una pistola es un guerrero. Para todo grupo de guerreros, hay cientos de grupos de malhecho res que son oportunistas que se desvanecen cuando tienen que enfrentar algo mas poderoso que los gritos de piedad de mujeres indefensas y de nifos o cuando los estupefacientes y el licor han cesado su efecto. Comoquiera que fuere el caracter de los combatientes que se destaquen en el combate, una respuesta razona ble a la violencia consiste en no dejar que surja un go bierno de esta naturaleza. Debemos estar preparados para ello. Contrario a lo que proponen los de la anarquia futura, y cualesquiera que fuere nuestra Estrategia Mili tar Nacional y lo que diga nuestra Secretaria de Estado,6 no se trata de que la inestabilidad y el conflicto en cual quier lugar exijan que respondamos militarmente. En la situaci6n estrategica de hoy, hay unos cuantos lugares donde tendriamos justificaci6n en desplegar fuerzas para combatir o para detener el desorden civil. La admisi6n tacita de todo esto puede verse en nuestras acciones por conducto de la African Crisis Response Initiative (hniciativa fricana para Responder ante las Crisis) para entrenar a los africanos a resolver sus propios proble mas. Por nuestra parte, sencillamente no podemos pasar por alto las tragedias humanitarias que han ocurrido en ultramar; sin embargo, si podemos permitirnos ser mas selectivos dondequiera que entremos en combate por razones humanitarias o de otra indole. Hablando en ter minos muy amplios, s6lo hay un lugar en el mundo en donde nuestros intereses puedan chocar contra el bar barismo: el area que rodea al Golfo Persico, al norte del Mar Caspio y al este en direcci6n al sia Central. He aqui un pedazo de territorio importantisimo (apenas del tamafo del territorio de los EE.UU.) que puede contener

Military Review Marzo-Abril 2000

7

hasta un 75 por ciento de las reservas petroleras del mundo y un 33 por ciento de sus reservas naturales de gas. Pero aun es un area limitada, lo que equivale a que, aun cuando sea improbable que el barbarismo y la anarquia se disper sen por todas las regiones del globo, nuestras confronta ciones con estas regiones pueden ser limitadas. Hoy, se acostumbra a polemizar para determinar si el combate en ultramar es imposible en vista de las image nes tan lastimosas de los seres humanos que presentan las pantallas de televisi6n. Somalia es uno de estos ca sos. Pero un estudio reciente presenta pruebas convin

El crimen organizado es un problema constante en algunas partes del mundo, pero los criminales que historicamente han sido organizados (por ejemplo, Italia y Colombia) no han buscado la destruccion del estado. Ellos son parasitos y necesitan un estado saludable si es que han de sobrevivir y prosperar. Finalmente, no deberia sorprendernos que el fracaso de un estado -a la inversa de la guerra civil- se ha limitado al Africa. Lo que ahora esta ocurriendo en Africa no tiene que ver con el fracaso del estado, sino mas bien con el fracaso de la fachada que se erigio despues del colonialismo que estas administraciones en que los gobernantes corruptos utilizan los fondos del estado para su propio beneficio eran, en realidad, estados.

centes de que lo que nos llev6 a las operaciones como la que efectuamos en Somalia es mas complicado que un simple estimulo accionado por un vuelco del coraz6n desgarrado y por una reacci6n emotiva. Los medios de informaci6n no hicieron grandes resefas del hambre y la violencia en Somalia hasta que los oficiales del gobierno comenzaron a mencionar a Somalia como un problema. Lo que ocurri6 entonces fue un intercambio de opini6n oficial y publica en la que medi6 la prensa. Fuimos a Somalia y no a Bosnia, si bien las imagenes de ambos lugares fueron iguales de aterradoras. La tecnologia de los 6rganos de difusi6n no habian usurpado el poder de la decisi6n de los lideres.7

No debe subestimarse al pueblo de los EE.UU.

Una evaluaci6n real del mundo en que vivimos acepta la posibilidad de que nos esperan cosas terribles. El

barbarismo es una posibilidad humana constante, aun cuando no se haya difundido, y nuestros intereses y los lugares donde florezca el barbarismo coincidan en, por lo menos, un caso importante. demas, aunque no ten gamos raz6n para ir a ultramar a solucionar problemas y hacer frente a personas inhumanas, podria ocurrir que estos problemas y estas personas vengan en busca de nosotros aqui en los EE.UU. zPero podria evitarse que estas personas nos derroten si llegaran a ocurrir cosas horribles? La premisa central en que se basa el argumen to de que el barbarismo derrotara a los EE.UU. estriba en la aseveraci6n de que el pueblo de los EE.UU. no tendra la voluntad ni el valor para combatir cuando ocurran cosas horribles.8 De acuerdo con este argumento, la desventaja de los EE.UU. en hacer frente a un mundo tan incierto y barbarico es su gente. No podemos descartar semejante aseveraci6n tan en gorrosa al sefalar que s6lo unos cuantos lo afirman. El argumento tiene mayor respaldo y actualidad. En una conferencia celebrada recientemente a la que asisti6 un grupo que represent6 a lo mas granado de nuestros mili tares, incluso oficiales de alta jerarquia, un joven oficial fue ovacionado por una presentaci6n durante la cual hizo una observaci6n de que los j6venes militares de los EE.UU. serian derrotados en el futuro aunque hayan re cibido la mejor preparaci6n, instrucci6n y dotaci6n de equipo que hasta ahora hayamos tenido en vista de que "el pueblo de los EE.UU. ha perdido la ventaja belica" y no puede sostener bajas. Edward Luttwak, un respetado analista de asuntos de seguridad nacional y militar, ha publicado varias obras en las que ha hecho la misma observaci6n. Luttwak opina que la aversi6n del pueblo de los EE.UU. hacia las bajas se debe, en parte, al hecho de que los padres de hoy en dia tienen menos hijos y por tanto, tienen mas temor de perder un hijo o hija en com bate que las generaciones de otrora o los pueblos en que las sociedades se componen de una numerosa pro le. Luttwak cree que nosotros tenemos tanto temor de perder a nuestros j6venes en combate que ya no pode mos desempefar la funci6n de una gran potencia. El resultado de estas actitudes puede verse en la observa ci6n hecha por un periodista del Washington Post (pe ri6dico de Washington, D.C.) hace varios meses. El pe riodista escribi6 lo siguiente: "En terminos estrictamente militares, la operaci6n en Bosnia ha sido un exito rotun do, y las tropas de la 0T N apenas si sostuvieron ba jas".9 Para algunos militares, el triunfo militar equivale a no sostener bajas. Pero si el triunfo militar significa que no hay bajas, tal triunfo debe ser inusitado porque las operaciones militares sin bajas son an6malas. Luego, si el triunfo militar es inusitado, entonces nuestra derrota en el futuro es casi segura. La prueba que se cita con mas frecuencia para substanciar este argumento es que el pueblo de los

8

Marzo-Abril 2000 Military Review

COMBATIENTES BRBAROS

Foto: Departamento de Defensa

Un nio serbio observa la destruccin de una casa en Illidza, un suburbio de Sarajevo.

Edward Luttwak, un respetado analista de asuntos de seguridad nacional y militar, ha publicado varias obras en las que . . . opina que la aversion del pueblo de los EE.UU. hacia las bajas se debe, en parte, al hecho de que los padres de hoy en dia tienen menos hijos y por tanto, tienen mas temor de perder un hijo o hija en combate que las generaciones de otrora o los pueblos en que las sociedades se componen de una numerosa prole. Luttwak cree que nosotros tenemos tanto temor de perder a nuestros jovenes en combate que ya no podemos desempenar la funcion de una gran potencia. El resultado de estas actitudes puede verse en la observacion hecha por un periodista del Washington Post (periodico de Washington, D.C.) hace varios meses. El periodista escribio lo siguiente: "En terminos estrictamente militares, la operacion en Bosnia ha sido un exito rotundo, y las tropas de la OTAN apenas si sostuvieron bajas'. Para algunos militares, el triunfo militar equivale a no sostener bajas. Pero si el triunfo militar significa que no hay bajas, tal triunfo debe ser inusitado porque las operaciones militares sin bajas son anomalas. Luego, si el triunfo militar es inusitado, entonces nuestra derrota en el futuro es casi segura.

EE.UU. ha perdido la ventaja del guerrero en Somalia el 3 de octubre de 1993. Ese dia, 18 soldados de los EE.UU. perecieron como resultado de la operaci6n para capturar a Mohammed ideed. La noticia estremeci6 al pueblo de los EE.UU. cuando las pantallas de televisi6n proyecta ron las imagenes de una multitud de somalies que se entretenian jugando con los restos humanos de los sol dados estadounidenses. Casi de inmediato, el presiden

te Clinton cambi6 su politica hacia Somalia y, tras nego ciar con el Congreso de los EE.UU., prometi6 que en un periodo de seis meses retiraria a las Fuerzas rmadas de los EE.UU. de Somalia. Hoy, este incidente se considera como el momento que defini6 al mundo despues de la Guerra Fria, en don de se puso de manifiesto que para el pueblo de los EE.UU., las bajas son inaceptables. partir de este incidente, se

Military Review Marzo-Abril 2000

9

ha dicho que todo metodo de utilizar a los militares ha sido afectado.!O Hoy en dia, se opina por doquier que si las Fuerzas rmadas de los EE.UU. participan en una operaci6n que no sea belica y sufren mas bajas que las anticipadas, los EE.UU. se veran obligados a retirarse de la operaci6n. lgunos han ido mas lejos en afirmar que nuestra aversi6n a la muerte y al sufrimiento es tan gran

Al concluir la Guerra Fria, los representantes de los medios de informacion comenzaron a notar que los hombres combaten por razones ajenas a la ideologia. A medida que la sombra de la Guerra Fria se desvanecia, de nuevo aparecieron los viejos demonios a la vista de todos. Los odios etnicos y religiosos, la envidia y la codicia por el poder, que hasta entonces no se habian exteriorizado en vista del conflicto mencionado, quedaron al descubierto despues de un intervalo de 50 anos y reanudaron su lucha por captar nuestra atencion. Simultaneamente, a medida que se disolvia la Union Sovietica, unas cuantas naciones caian en la anarquia. En el mundo se habia dado un nuevo giro a los impulsos de destruccion y desintegracion del alma humana.

de que el pueblo de los EE.UU. no soportara las exigen cias impuestas por una guerra aunque sea por un interes vital.!! Si esta evaluaci6n es cierta, luego no s6lo sere mos incapaces de actuar como una gran potencia, ni siquiera podremos defendernos nosotros mismos. La vigencia de este concepto explica por que el Presidente recientemente abord6 este tema y un congresista de los EE.UU., afirm6 en voz alta que seria necesario para los EE.UU. "crear un cuerpo de mercenarios",!2 para que resolvieran lo que el pueblo estadounidense ya no esta dispuesto a resolver. Si los mercenarios fueran necesarios, entonces la re laci6n tradicional entre el pueblo de los EE.UU. y sus militares cesara de existir. Tal resultado tendria conse cuencias incalculables para nuestro caracter y libertad. fortunadamente, el concepto de que el pueblo de los EE.UU. comenzara a correr cuando ocurran las primeras bajas es una opini6n errada. Comencemos con Somalia. Un analisis de datos recogidos de una encuesta revela que s6lo un tercio de los encuestados queria que EE.UU.

se retirara al instante de Somalia como resultado de los 18 soldados que perecieron en acci6n el 3 de octubre (promedio de seis encuestas, 36 por ciento). De hecho, tres encuestas revelaron que una mayoria de los encuestados (promedio de 57 por ciento) queria que se tomara una acci6n mas firme en Somalia despues de lo ocurrido el 3 de octubre. demas, es probable que los que querian un repliegue de inmediato y los que anhela ban (47 por ciento en una encuesta) que el repliegue se efectuara dentro de seis meses, de acuerdo con el plan del Presidente, no hayan sido afectados por las bajas sufridas en Somalia. Los ciudadanos de los EE.UU. apo yaron la intervenci6n en Somalia, pero en vista de que la actividad se convirti6 en una operaci6n para estabilizar y reconstruir a Somalia, meses antes del combate del 3 de octubre, el apoyo del publico comenz6 a declinar. Las bajas no nos obligaron a salir de Somalia, y hasta es probable que hayan despertado por lo menos, un deseo basico, el de ser mas severos o ajustar las cuentas con ideed.!3 La reacci6n publica que se form6 en torno a nuestra intervenci6n en Somalia ha sido evidente por lo me nos desde la Segunda Guerra Mundial. Hist6ricamen te, el pueblo de los EE.UU., como es natural, ha mani festado su preocupaci6n en lo referente a las bajas. Pero ha estado dispuesto a aceptar las bajas siempre y cuando ellos conceptuen que las bajas ocurrieron por una causa que valia la pena y porque habia una buena oportunidad de que la operaci6n militar en que ocurrieron las bajas seria un triunfo.!4 Por lo menos debemos considerar la posibilidad de que si el pueblo de los EE.UU. recientemente parecia menos dispuesto que antes a tolerar bajas, esto no es el motivo de nues tra aversi6n cada vez mas creciente hacia el sufrimien to y a la muerte sino que muchas de nuestras opera ciones militares mas recientes-Haiti, Bosnia y la buena intenci6n de reconstruir a Somalia-han sido de valor cuestionable. Las operaciones que no guar dan relaci6n con la protecci6n y seguridad de los inte reses nacionales-o, como en el caso de Bosnia, cuan do parece probable que los metodos utilizados no lograran el objetivo que se persigue-es probable que a dichas operaciones se les considere de poco valor ante la perdida de vidas estadounidenses. Comparemos estas operaciones mas recientes con la Guerra del Golfo, donde las grandes mayorias dieron apoyo a la guerra aun cuando ya sabian que el pron6sti co de bajas ascenderia a decenas de miles de personas.!5 En contraste, veamos la reacci6n del publico ante la muerte de 24 ciudadanos estadounidenses y personal militar y las heridas que padecieron cientos de personas en 1995 y en 1996 como resultado de los bombardeos terroristas en rabia Saudita. Nadie ha propuesto que los EE.UU. se retiren de rabia Saudita. El pueblo de los

10

Marzo-Abril 2000 Military Review

COMBATIENTES BRBAROS

EE.UU. comprende la importancia del 0riente Medio; siempre y cuando el gobierno de los EE.UU. se cifa juiciosamente a normas sensatas, el pueblo estara dis puesto a aceptar las bajas. Esta actitud no parece sefal de debilidad o cobardia sino mas bien sensata y razonable que busca abordar el dificil tema de determinar cuales seran los gastos en que se incurrira para lograr nuestros objetivos de politica exterior. El pueblo pide que su gobierno no desgaste vidas y recur sos en lugares de poco valor y que por tanto, se interprete su deseo como actitud de prudencia y sensatez, y no de cobardia. No es cobardia exigir al gobierno que ponga en practica normas y planes en los lugares en que resulte sen sato entrar en combate. Ni tampoco es cobardia esperar que los militares haran hasta lo imposible para que su per sonal no perezca innecesariamente. Finalmente, aun cuan do algunos han sugerido todo lo contrario,!6 no es cobar dia querer imponer limites, se trata mas bien de evitar la destrucci6n de otros seres humanos que buscan asegurar los intereses nacionales de los EE.UU. l concluir la Guerra del Golfo fue evidente que nuestro poder era enorme en comparaci6n con el de hraq y que los soldados iraquies estaban a nuestra merced. "Es ventajoso tener la fuerza de un gigante," dijo Shakespeare, "pero es una cobardia apli car tal fuerza en forma despiadada". Uno de los factores que determina cuan civilizada es una sociedad consiste en estudiar c6mo el fuerte trata al debil en esa sociedad. Saber reprimir el uso de la fuerza no es un vicio, sino una virtud. Los ciudadanos de los EE.UU. son razonables, no son cobardes cuando se trata de perdida de vidas por motivo de la acci6n militar ocurrida fuera del territorio de los EE.UU. Pero, zque ocurre cuando se trata de ataques lanzados contra el pueblo dentro del territo rio de los EE.UU., posiblemente con armas biol6gicas o quimicas o algun otro tipo de arma de destrucci6n masiva? Si nos imaginaramos una campafa de terro rismo lanzada contra los ciudadanos de los EE.UU. dentro de su mismo territorio, la historia nos dice que la reacci6n del pueblo de los EE.UU. seria la de exigir una venganza totalmente justificada y completa hasta que se asemeje a lo que ha aseverado un autor descibiendola como una "acci6n saludablemente fue ra de toda proporci6n".!7 Y, hasta es mas dificil ima ginarnos un ataque estrategico con misiles lanzados contra los EE.UU. en tiempo de paz, en vista de la naturaleza sin precedente alguno de un ataque de esta indole; no obstante, de nuevo la historia recomienda que la reacci6n mas probable no consistira en la ren dici6n. pesar de lo que han formulado los te6ricos sobre los hechos ocurridos en las guerras, los bom bardeos en masa de los civiles durante la Segunda Guerra Mundial no destruyeron la voluntad del pue blo para resistir.!8 La idea preconcebida de que el pueblo de los EE.UU. no esta dispuesto a sostener bajas y padecimientos por salvaguardar los objetivos de politica exterior es un con cepto muy pobre de ese pueblo y podria tener tres resul tados perniciosos. Nos disuadiria de hacer lo que nece sitemos hacer en ultramar o nos convencera que usemos metodos para evitar bajas pero que son menos eficaces que las alternativas y que a la larga, nos ocasionen un numero mas elevado de bajas. Peor, podria ejercer in fluencia en los militares estadounidenses de manera que los militares vean con una actitud de desprecio al pueblo estadounidense. Peor aun, podria corromper lentamente al pueblo de los EE.UU. si el pueblo llegara a aceptar como cierto lo que se le pregona acerca de ellos mismos. La derrota en hsandhlwana no le cost6 a los ingle ses perder el gobierno de Africa del Sur, y no digamos su imperio. Los ingleses volvieron a agruparse y se lanzaron a la ofensiva. En Ulundi, los zulues atacaron a las fuerzas britanicas cuyo efectivo era reducido, pero que estaban muy bien organizadas y contaban con el apoyo de los cafones y la artilleria de Gatling. Los zulues fueron aniquilados, y por supuesto su po derio fue irrevocablemente arrasado. Los mongoles gobernaron en Rusia durante siglos, pero cuando su imperio tan inmenso cay6 tras luchas internas, la ame naza que representaban para Europa, se disolvi6. El oficio de n6madas dio a los mongoles las ventajas de cultivar una actitud recia y la facilidad de movilizarse pero tambien les dio desventajas que una fuerza pro fesional adiestrada explot6, derrotandolos en in alut. El poder de los romanos se prolong6 durante siglos despues que sufrieron la gran derrota en el bos que de Teutoburg. Cuando cay6 el imperio, no fue porque los militares romanos no podian reaccionar ante la estrategia o tactica poco convencional de los barbaros; su caballeria y su infanteria ligera adscrita, y los que lanzaban proyectiles entrenaron a sus legio nes razonablemente bien para responder a tales ame nazas. Una de las razones por las que cay6 el imperio fue porque no pudo solucionar el problema estrategi co mas profundo implicado en la posibilidad y cada vez aumentando la realidad, de dos guerras simulta neas. Estos resultados guardan armonia con la tradi ci6n hist6rica de que los sedentarios, civilizados y convencionales triunfan sobre lo nomadico, la barba rie y lo poco convencional.!9 Esta es la raz6n por la cual, en terminos generales, es mejor preparar para lo convencional y adaptarse a lo poco convencional. La conclusi6n de que los civilizados tipicamente le llevan la delantera a los barbaros no significa que pase mos por alto las estrategias e incidentes no convencio nales. Por ultimo, puede que ni ayude a los barbaros a ganar, pero si puede causar dolor y crear distracciones.

Conclusin

Military Review Marzo-Abril 2000

11

Mas importante aun, cuando en el transcurso del tiempo los civilizados se valen de tales estrategias y amenazas, de igual manera que las escaramuzas anteceden a un combate, ayudaran a establecer el escenario en que se posibilite la victoria o la derrota. Ni la superioridad his t6rica de los civilizados ni la prueba reciente obtenida en Haiti y en Bosnia de nuestra facilidad de adaptaci6n a lo poco convencional nos llevaran a sentirnos satisfechos. La complacencia parece algo innecesario en un mundo donde existen las armas de destrucci6n masiva. No obs

tante, resulta mas inapropiado, cuando hacemos memo ria de que la ventaja del mundo civilizado depende de tres cosas principales: la habilidad para evaluar con pre cisi6n las amenazas que se le planteen, poseer un senti do estrategico muy sutil que le permite establecer la dife rencia entre lo trivial y lo esencial, y, de parte de sus lideres, un juicio bien documentado acerca del caracter de los subalternos. En estos asuntos, bien podriamos correr el riesgo mas grande para nuestro propio bienestar.MR

NOTAS

1. Este prrafo es una composicin de las opiniones de dos escritores, Charles J. Dunlap Jr. y Ralph Peters. Dunlap se concentra en cmo nuestros enemigos pueden atacar nuestra superioridad tecnolgica en un gran teatro de guerra, y Peter estudia un conjunto de temas que influyen en la naturaleza de los conflictos del futuros. A pesar de esta diferencia en cuanto al nfasis, estos escritores comparten hiptesis y actitudes importantes. En el texto, yo trato minuciosamente las tres ms importantes. Vase el artculo de Charles J. Dunlap, Jr. How We Lost the High-Tech War of 2007, The Weekly Standard, 29 de enero de 1996, pginas 22-28, y 21st-Century Land Warfare: Four Dangerous Myths, Parameters, Volumen Nm. 27 (Otoo de 1997), 27-37; Ralph Peters, The New Warrior Class, Parameters, Volumen 24 (Verano de 1994), 16-26; After the Revolution, Parameters, Volumen 25 (Invierno 1995-96), 18-27; The Perspective from 2021: A Quarter Centurys National Defense, Strategic Review, Volumen 25 (Prima vera de 1997), 51-59. Otros escritores comparten algunos de los conceptos de Dunlap y de Peters o dan su respaldo a varios aspectos de sus argumentos. Vase, por ejemplo, The Ghosts of Omdurman de Daniel P. Bolger publicado por Parameters, pgina 21 (Otoo de 1991), 28-39; Toward Post-Heroic Warfare de Edward N. Luttwak, en la revista Foreign Affairs, Volumen 74 (mayo a junio de 1995), pginas 109-22 y Twilight of the Great Powers, Why We Will No Longer Die for a Cause, publicado en el peridico The Washington Post del 26 de junio de 1994, pgina C1; y The Coming Anarchy de Robert D. Kaplan, publicado en The Atlantic Monthly de febrero de 1994, pginas 44-76 y Special Intelligence, The Atlantic Monthly, febrero de 1998, pginas 61-62. 2. La primera y ms influyente declaracin de este concepto fue The Coming Anarchy de Robert Kaplan. 3. Vase, por ejemplo, el artculo de David Snyder y de Charles Tilly, Hardship and Collective Violence in France, 1830 to 1960, American Sociological Review, Volu men 37 (octubre de 1972), 520-32; Deprivation and Political Violence in Northern Ireland, 1922-1985 de J. L. P. Thompson publicado en el Journal of Conflict Resolution, Volumen 33 (diciembre de 1989), pginas 676-99; Anticipating Ethnic Conflict de Ashley J. Tellis, Thomas S. Szayna y James A. Winnefeld (Santa Mnica, California: RAND, 1997), pginas 86-89; Urbanization as an Agent in Latin American Political Instability: The Case of Mexico, de Wayne A. Cornelius, Jr. , publicado en The American Political Science Review, pgina 63 (septiembre de 1969), Volumen 63 (septiembre de 1969), 833-57; y Urbanization, Crime, and Collective Violence in 19th Century France, de Abdul Qaiyum Lodhi y Charles Tilly, publicado en el American Journal of Sociology, Volumen 79 (septiembre de 1973), 296-318. 4. Por ejemplo, en 1960, el promedio de gastos del gobierno como un por ciento del producto domstico bruto en 17 pases miembros de la Organizacin para la Coopera cin y Desarrollo Econmico fue de 27,9; en 1980 de 42,6; en 1990 de 44,8; en 1996 de 45,9. The World Economy, The Economist del 20 de septiembre de 1997, pgina 8. 5. Para mayores detalles y argumentos sobre la supuesta futura anarqua y la suerte de la nacin-estado, vase Skirmishes at the Edge of Empire, The United States and International Terrorism de David Tucker (Westport, Connecticut: Praeger, 1997), pginas 137 a 156, y Globalizers of the World Unite! en el Washington Quarterly, Volumen 21 (Invierno de 1998), pginas 209-25 y las fuentes all citadas. 6. Albright Cites Moral Imperative for Bosnia Mission, por Catherine Toups del Washington Times del 13 de diciembre de 1995; The National Military Strategy of the United States (Washington: GPO, febrero de 1995), pginas 2-4. 7. Television News and American Intervention in Somalia: The Myth of a MediaDriven Foreign Policy, publicado en el Political Science Quarterly, Volumen 112 (Nme ro 3, 1997) (Nmero 3 de 1997), pginas 385-403. Vase tambin Lights, Camera, War, Is Media Technology Driving International Politics? de Johanna Neuman (Nueva York: St. Martins Press, 1996), pginas 277-78. 8. Vase How We Lost the High-Tech War of 2007 de Dunlap, pginas 25-26, 21st Century Land Warfare: Four Dangerous Myths, pginas 29-30 de Peters, The New Warrior Class, pgina 24. 9. Vase Has U.S. Lost the High-Tech War of 2007, pginas 25-26 de Otto Kreisher, publicado en el San Diego Union-Tribune del 21 de septiembre de 1997, pgina 1; Toward Post-Heroic Warfare, pginas 109-22, de Luttwak, y Twilight of the Great Powers, Why We Will No Longer Die for a Cause, pgina C1; In Bosnia, A Dubious Peace Process, de Michael Dobbs, publicado en el Washington Post del 2 de mayo de 1997, pgina 1. 10. The New Warrior Class de Peters, pgina 24; How We Lost the High-Tech War of 2007 de Dunlap, pgina 24; A Defining Battle Leaves Lasting Scars, de Mark Bowden, pgina 24, publicado en el Philadelphia Inquirer del 16 de noviembre de 1997, pgina 1. 11. How We Lost the High-Tech War of 2007 de Dunlap, pginas 22-25, 27-28. 12. Inside the Ring de Ernest Blazar, publicado en el Washington Times del 2 de febrero de 1998, pgina 9 y del 13 de noviembre de 1997, pgina 7. 13. Steven Kull, I.M. Destler y Clay Ramsay, The Foreign Policy Gap, How Policymakers Misread the Public (College Park, Maryland: Center for International and Security Studies at Maryland, 1997), pginas 91-92. 14. Eric V. Larson, Casualties and Consensus, The Historic Role of Casualties in Domestic Support for U.S. Military Operations (Santa Monica, California: RAND, 1996). 15. Ibdem, pginas 30-40. 16. How We Lost the High-Tech War of 2007de Peters, pgina 24, The New Warrior Class, de Peters, pginas 20, 24; After the Revolution de Peters, pgina 13. 17. Colin S. Gray Combatting Terrorism Parameters, pgina 23 (Otoo de 1993) volumen 22. 18. Para hacer un anlisis concienzudo respecto a la reaccin de la poblacin civil ante un ataque, vase Bombing to Win, Air Power and Coercion in War de Robert A. Pape, (Ithaca, Nueva York: Cornell University Press, 1996), pginas 22-26. 19. Edward N. Luttwak, The Grand Strategy of the Roman Empire, From the First Century A.D. to the Third, (Baltimore: John Hopkins University Press, 1976), pginas 40-46; Le role et limportance des guerres de deux fronts dans la dcadence de lEmpire romain publicado en Klio, volumen 62 (1980), pginas 411-23; John Keegan, A History of Warfare (Nueva York: Alfred A. Knopf, 1993), pginas 196, 211.

David Tucker es el Subdirector de Operaciones Especiales en la Oficina del Subsecretario de Defensa para Operaciones Especiales y Conflictos de Baja Intensidad. Antes de ser trasladado al Departamento de Defensa, presto servicio como Oficial del Servicio Diplomatico en Brazzaville, el Congo; Abidjan, la Costa de Marfil; y en Paris, Francia. El Dr. Tucker obtuvo su grado de Doctor en Historia de la Claremont Graduate School en 1981. Entre sus publicaciones se cuentan "Facing the Facts: The Failure of Nation Assistance," publicado en la revista Parameters (Verano de 1993); Skirmishes at the Edge of Empire, The United States and International Terrorism (Praeger, 1997); y "Responding to Terrorism," Washington Quarterly (Invierno de 1998). Los puntos de vista aqui expuestos son totalmente del autor y no del Departamento de Defensa ni de ningun otro organismo del gobierno de los EE.UU.

12

Marzo-Abril 2000 Military Review

COMBATE URBANO

MEDIDA QUE las Fuerzas Armadas continuan reestructurandose y reduciendose, estan abandonando las misiones que les competian como fuerza desplegada en ultramar durante la epoca de la Guerra Fria, para realizar las operaciones mas complejas de una fuerza expedicionaria de la epoca de post Guerra Fria. Para el Ejercito y el Cuerpo de Infanteria de Marina de EE.UU., estas nuevas misiones muy probablemente implicaran el combate urbano, al que un autor contemporaneo ha llamado el "combate en el infierno".1 Aunque el combate urbano ha sido una constante a traves de la historia, su frecuencia y su magnitud probablemente aumentaran, convirtiendose en amenazas emergentes, a medida que los guerrilleros urbanos, los terroristas y los ejercitos inferiores bus quen la cobertura ofrecida por las urbes. Desde los albores de la historia, el combate urbano ha exigido el despliegue de fuerzas masivas de soldados de infanteria desmontados, una gran cantidad de tiempo, el empleo de las armas combinadas, y cantidades asombrosas de munici6n. La fuerza de asalto corre el riesgo de desgastarse producto de los rigores del combate, de una insuficiencia de abastecimientos, y de enfermedades epidemicas. Los asaltos contra ciudades han producido muchas bajas civiles y militares, y han causado la destrucci6n de ciudades enteras. El combate urbano moderno en muchas ocasiones ha interrumpido el ritmo operacional de una fuerza, agotado las existencias logisticas, y destruido las reputaciones de comandantes promisorios. El combate urbano del futuro no sera mas facil, pues aun le presentara al comandante desafios operacionales y estrategicos adicionales que no podra resolver con la simple aplicaci6n del "arma magica", asi como se suele considerar la tecnologia de punta. Los soldados tienden a pensar que el combate urbano no les exige mas que un cambio de terreno y de tactica, tal vez debido a que el

A

termino actualmente empleado por el Ejercito -Opera ciones Militares en Terreno Urbanizado (Military Operations on Urbanized Terrain; MOUT)menosprecia las dificultades singulares de tales operaciones. Por mas importante que sea el factor terreno en la resoluci6n de los problemas tacticos, los dilemas mas insolubles del combate urbano estan arraigados en la complicada serie de sistemas y la alta densidad de poblaci6n que se encuentran en las ciudades. Hist6ricamente la ciudad presenta un tipo de problema muy especial para los comandantes y estados mayores que prestan servicios en los niveles operacional y estrategico. Asi como observ6 Michael Walzer, las poblaciones civiles no acatan la "convenci6n de la guerra" que rige la conducta militar. La convenci6n de la guerra constituye el cimiento moral de la guerra, formando la base de las reglas de empefamiento. Walzer presenta una discusi6n de la polemica entre los conceptos militares de utilidad y proporcionalidad, y los derechos humanos de los no combatientes.2 Por definici6n, la convenci6n de la guerra impone ciertos limites a la vez que reconoce cuan poderosa que puede ser la necesidad. El combate urbano moderno asume varias formas, incluyendo las de sitio, de guerra de guerrilla y de terrorismo. En estos dos ultimos casos, el contenido politico de los actos conlleva su propio c6digo de acci6n militar. Los soldados que enfrentan estas amenazas se encontraran llevados al vacio entre la violencia organizada permitida segun las normas de la convenci6n de la guerra, y los limites impuestos a aquellos responsables del cumplimiento de una funci6n policial en una sociedad civil. En su manifestacion moderna, el terror es la forma totalitaria de la guerra y de la politica. Rompe la convencion de la guerra y el codigo politico. Tras ciende los limites morales, hasta tal punto que no pa rece posible imponer otra limitacion mas, pues dentro

Military Review Marzo-Abril 2000

13

Las ciudades son organismos sociales; son los centros de gravedad para todo tipo de lucha politica y militar. Un desafio crucial para los soldados modernos sera la misma naturaleza cambiante de la ciudad, especialmente la escala global de la urbanizacion, la creciente complejidad de la vida urbana, y la creciente interdependencia internacional.

de las categorias de civil y ciudadano, no existe nin gun grupo mas pequeno que pueda considerarse in mune a sus efectos.3 El enfoque en el terreno urbano no puede dilucidar esta cuesti6n central relativa a la desintegraci6n de los c6digos militares y politicos. Sin embargo, presenta el mayor desafio porque la guerra urbana constantemente cambia la dinamica militar y politica. Las ciudades son organismos sociales; son los centros de gravedad para todo tipo de lucha politica y militar. Un desafio crucial para los soldados modernos sera la misma naturaleza cambiante de la ciudad, especialmente la escala global de la urbanizaci6n, la creciente complejidad de la vida urbana, y la creciente interdependencia internacional.

Bienvenido a Megpolis

Durante la mayor parte de la historia humana, las ciudades han representado la riqueza y el poder de sus estados e imperios, constituyendo ademas los objetivos mas l6gicos en tiempos de guerra. Las ciudades se desarrollaron al lado de rios, caminos y puertos desde donde se facilitaba el comercio y el control del campo. Muchas veces las ciudades se han desarrollado pr6ximas a instalaciones militares y castillos ubicados en terreno que ofrecia ventajas militares. Desde los albores de la historia, los estados han fortificado y guarnecido a sus ciudades con el fin de conservar su riqueza, su control administrativo y su poder. Aunque la poblaci6n era, en su mayoria, rural, los centros urbanos eran el mismo coraz6n de las actividades politicas, econ6micas, culturales, militares, educacionales y religiosas dentro del pais. Las guerras comenzaron y terminaron con ataques o bien con sitios prolongados de ciudades. La construcci6n cientifica de las fortificaciones alrededor de las ciudades surgi6 como el campo predominante de la ciencia militar. Su corolario, la conducci6n de sitios exitosos, tambien lleg6 a constituir un campo de estudios rigurosos de la teoria y practica cientificas. Sin embargo, asi como sefala el soci6logo Max Weber en su analisis

de la evoluci6n de la ciudad, las diferentes civilizacio nes desarrollaron ciudades muy distintas.4 Weber sos tiene que en la ciudad occidental, tanto en la antigie dad como en el medioevo, las cualidades militares entre la ciudadania y sus capacidades de defensa propia for maban una parte indispensable de la vida urbana. Este enfasis en las ciudades cambi6, producto de la Guerra de los Treinta Afos. Con el desarrollo de la naci6nestado, del ejercito permanente y la revoluci6n producida por la p6lvora, las ciudades dejaron de poseer la integridad militar suficiente para protegerse contra la penetraci6n de una fuerza enemiga y evitar convertirse en campos de batalla. En el siglo XVIII, el ejercito del adversario reemplaz6 la ciudad principal del enemigo como objetivo militar inmediato, y los comandantes en el terreno aspiraban a obligar al ejercito enemigo a comprometerse en una batalla decisiva capaz de terminar la guerra. Esto lo podian lograr si maniobraban para poder amenazar a una ciudad capital u otra ciudad de gran importancia econ6mica. La conquista de ciudades intactas, infligiendoles un minimo de dafo, era el objetivo politico preeminente, por lo cual, durante las guerras, las ciudades muchas veces se declaraban abiertas y las batallas se libraban fuera de sus murallas con el fin de evitar el caos social y econ6mico de un sitio prolongado y de un violento combate urbano. Los comandantes militares, mas interesados en la guerra de maniobra que en la de desgaste, evitaban luchar en las ciudades siempre que les fuera posible. En aquellos casos cuando se luchaba por el control de una ciudad, los civiles normalmente eran evacuados o bien se les exhortaba a salir, de forma que el combate tuviera lugar en ciudades mayormente "vacias". El incendio de Moscu por sus defensores y el de Atlanta por los agresores marcaron un cambio de esta politica, pues constituyeron respectivamente un indicio de la cruenta "guerra popular" descrita por Tolsoy y el "infierno" deliberado mencionado por Sherman. La guerra de sitio en una ciudad moderna e industrializada, polarizada por los antagonismos entre las dispares clases sociales, bien podia provocar malestar social y revoluci6n, asi como sucedi6 tras el sitio de Paris por los alemanes en 1870, el cual sirvi6 como catalizador de la Comuna de Paris en el afo 1871. La Revoluci6n Industrial convirti6 las ciudades en las forjas de ejercitos nacionales y campos de batalla potenciales. En el siglo XX, las ciudades han resistido la devastaci6n de bombardeos aereos y los estragos del combate terrestre. A comienzos de la II Guerra Mundial, se realizaron pocos esfuerzos por evitar la destrucci6n de las urbes. Los franceses declararon a Paris una "ciudad abierta" con el fin de evitar su destrucci6n en el mes de junio de 1940. El general Douglas MacArthur hizo semejante pronunciaci6n con el objetivo de

14

Marzo-Abril 2000 Military Review

COMBATE URBANO

Elementos de la 1 Divisin de Caballera avanzan a travs del campo de deportes despus de entrar a la fuerza el Estadio Rizal en Manila, en el mes de febrero de 1945.

Foto: Departamento de Defensa

Incluso durante la II Guerra Mundial, el combate urbano ocurrio en ciudades con grandes poblaciones aun resistiendo, tales como Manila, Varsovia, Budapest y Berlin. Es mas, las horrendas bajas sufridas por la poblacion civil no fueron necesariamente infligidas por un asalto directo. Por orden de Hitler, el Grupo del Ejercito Norte bajo Von Leeb nunca lanzo un asalto preparado contra Leningrado, sino que le impuso un sitio que duro 900 dias e infligio mas de 400.000 bajas civiles.salvaguardar a Manila durante su retirada a la peninsula de Bataan en el afo 1942. Pero estas acciones son excepcionales. Varsovia, por ejemplo, sirvi6 en tres ocasiones distintas como campo de batalla urbano: en septiembre de 1939, cuando culmin6 la campafa "relampago" del Wehrmacht; en abril de 1943, durante la sublevaci6n en los barrios judios y la represalia tomada por el partido nazi en la forma de la "soluci6n final"; y en los meses de agosto y septiembre de 1944, durante la insurrecci6n general del Armija Krajowa (ejercito popular polaco). En el mes de enero de 1945, cuando el Ejercito Rojo finalmente conquist6 la ciudad, el 85 por ciento de los edificios de Varsovia habia sido derrumbado y su poblaci6n ya habia desaparecido, pues muchos habian sido muertos y otros llevados al cautiverio. En la mayor parte de los casos, prevaleci6 la prudencia operacional durante toda la II Guerra Mundial, y los comandantes en el terreno evitaron el combate urbano siempre que les fuera posible hacerlo. Las circunstancias muchas veces les exigieron luchar en las ciudades. Las decisiones estrategicas de Adolfo Hitler y Jose Stalin transformaron las ciudades de Stalingrado y Berlin en efectivos infiernos en los rios Volga y Spree. Las decisiones estrategicas tomadas durante el periodo de postguerra sobre los armamentos nucleares, tambien han amenazado con la devastaci6n urbana. Asi todo, las fuerzas terrestres han desarrollado su doctrina del combate terrestre, aferrandose al concepto de evitar combatir en las ciudades siempre que sea posible y, cuando el combate urbano resulte inevitable, de luchar s6lo en ciudades evacuadas. Sin embargo, la realidad suele interferir con la doctrina. El mundo ha cambiado enormemente desde el final de la II Guerra Mundial. La poblaci6n rural ha disminuido notoriamente, al mismo tiempo que la poblaci6n urbana ha crecido en forma exponencial. En su descripci6n del papel que habra de cumplir la ciudad en el siglo XXI, Jacqueline BeaujeuGarnier escribi6 que, "La gran

Military Review Marzo-Abril 2000

15

aun resistien do, tales como Manila, Varso via, Budapest y Berlin. Es mas, las horrendas bajas sufridas por la pobla ci6n civil no Fuerzas rusas fueron necesa conducen una riamente infligi operacin de cruce de ro en Grozny, das por un asal Chechenia. to directo. Por orden de Hitler, el Grupo del Ejercito Norte bajo Von Leeb nunca lanz6 un asalto prepara do contra Leningrado, sino que le im puso un sitio Los comandantes operacionales deben considerar muchos factores antes de que dur6 900 iniciar cualquier intento por conquistar una ciudad. Las operaciones dias e infligi6 urbanas tradicionales comienzan con un cerco de la ciudad, la cual es de mas de 400.000 por si una operacion desalentadora. La zona metropolitana de Shanghai, bajas civiles. 7 incluyendo la ciudad y los alrededores, tiene una poblacion de mas de 125 Desde la II Gue millones de personas en un area total de 2.383 millas cuadradas, con una rra Mundial, la fuerza policial casi tan grande como el Cuerpo de Infanteria de Marina de presencia de Estados Unidos. Si el comandante operacional opta por efectuar un cerco grandes canti de una ciudad, la proxima decision que tiene que tomar es como reducirla. dades de civiles indigenas pare ce ser una ca racteristica in metr6poli es el simbolo de nuestra epoca".5 El proceso mutable del combate urbano, asi como qued6 de mani de urbanizaci6n se desarrolla con mas rapidez en Asia y fiesto en Seul, Hue, Beirut, Kabul, la Ciudad de Panama, Africa. La ONU pronostica que en el afo 2025, el 60 por Mogadishu, y Grozny. ciento de la poblaci6n mundial (5 mil millones de El combate urbano resulta cada vez mas probable, de personas) se encontrara en las zonas urbanas.6 La bido a la amenaza presentada por las armas de precisi6n expansi6n urbana obstaculiza muchas lineas a las maniobras operacionales y tacticas en terreno des operacionales, impidiendoles a las unidades militares pejado. Aquellos comandantes carentes de la cantidad evitar las ciudades, situaci6n que qued6 ilustrada en el suficiente de tales armas descubriran que las ciudades corredor occidental de Corea, en el Ruhr en Alemania, en les ofrecen terreno ventajoso para maniobrar, siempre y la ruta de aproximaci6n entre Shanghai y Beijing, en el cuando tengan mejores conocimientos de la ciudad que valle del Ganges, y en la ruta de aproximaci6n entre el adversario, y puedan movilizar a la poblaci6n y los Boston y Washington. Muchas ciudades actualmente recursos urbanos en apoyo a sus objetivos. Tal situa estan tan densamente pobladas que resulta imposible ci6n vuelve inutil la guerra de maniobra contemporanea. evacuarlas y los residentes desplazados no tienen d6nde Ahora es posible que la maniobra efectuada por fuerzas refugiarse, situaci6n desde ya evidente en Singapur, s6lo sea posible en las ciudades, debido al predominio Hong Kong, Calcuta, Tokio, Seul, Lagos, la Ciudad de de las armas de gran precisi6n en el campo. La maniobra Mexico y Los Angeles. conducida por el fuego bien puede ser la unica forma de Incluso durante la II Guerra Mundial, el combate maniobra posible en el campo. La presencia de personal urbano ocurri6 en ciudades con grandes poblaciones no combatiente y la misma naturaleza de la ciudad sonFoto: Soldier of Fortune

16

Marzo-Abril 2000 Military Review

COMBATE URBANO

factores que pueden dificultar el empleo exitoso del fue go de precisi6n. Aunque si es posible lanzar ataques de precisi6n contra industrias, instalaciones, infraestructu ra y sectores militares especificos como parte de un plan global de maniobra por el fuego, tales ataques nunca podran ocupar y mantener una ciudad.8 Los ataques de alta precisi6n dirigidos contra Bagdad durante la Guerra del Golfo Persico y, mas recientemente, contra la capital del Sudan y de nuevo contra Bagdad, ademas de Belgrado, infligieron dafos limitados sin lograr imponer la voluntad del agresor al regimen objetivo del ataque. El cambio de actitud de las Fuerzas Armadas estado unidenses, que han abandonado sus posiciones adelan tadas en ultramar para convertirse en una fuerza expedi cionaria, aumenta sus probabilidades de verse involucradas en combates urbanos en el futuro. Una fuerza expedicionaria no puede prescindir de dos ele mentos vitales -un campo de aviaci6n y un puertoque normalmente se encuentran en una zona urbana. Si tales medios se encuentran en un pais aliado, entonces se supone que no exista ningun inconveniente en utili zarlos. Si se ubican en un pais no aliado y la poblaci6n local respalda a las fuerzas estadounidenses, esta acep taci6n inicial puede cambiar una vez que estalle el com bate, situaci6n que ocurri6 en el caso de Mogadishu. Si la poblaci6n local rechaza la presencia de fuerzas esta dounidenses desde su llegada, la primera batalla bien puede ser urbana. El combate urbano puede ser librado en diferentes niveles de intensidad y compromiso. Puede incluir las acciones de una fuerza externa que interviene con el objetivo de rescatar a sus conciudadanos de un escenario urbano peligroso, lo cual ocurri6 en las evacuaciones de los no combatientes realizadas por el Cuerpo de Infanteria de Marina en Tirana, Kinshasa, Monrovia y Freetown. El combate urbano puede incluir las acciones de una fuerza de imposici6n de la paz cuando la policia local ya no puede controlar la situaci6n y los elementos criminales o facciones rivales se han apoderado de la ciudad, asi como sucedi6 en los disturbios en Los Angeles, en Mogadishu, en Beirut y en Rio de Janeiro.9 El combate urbano puede ser el resultado de una insurrecci6n armada, como fue el caso de Budapest en 1956 y de Monrovia y Herat en 1979, e incuestionablemente incluye las acciones realizadas en una ciudad regida por la ley marcial donde los guerrilleros urbanos se oponen a la fuerza armada y se dedican a llevar a cabo actos terroristas asi como lo hicieron en Kabul, Dublin, Kandahar y Jerusalen.!O El combate urbano entre dos fuerzas armadas distintas es la forma mas obvia del combate urbano, ejemplos de lo cual se vieron en Seul, Hue, la Ciudad de Panama, Grozny y Sarajevo.!! Finalmente, la destrucci6n de ciudades con armas nucleares estrategicas sigue siendo una forma posible, aunque irracional, de combate urbano. Resulta mas probable que se conduzcan actividades de combate urbano en el extremo de menor intensidad del espectro de combate. De ahi que los planificadores deban considerar c6mo luchar contra pandillas criminales, insurgentes armados y guerrilleros urbanos.

Aquellos comandantes carentes de la cantidad suficiente de tales armas descubriran que las ciudades les ofrecen terreno ventajoso para maniobrar, siempre y cuando tengan mejores conocimientos de la ciudad que el adversario, y puedan movilizar a la poblacion y los recursos urbanos en apoyo a sus objetivos. Tal situacion vuelve inutil la guerra de maniobra contemporanea. Ahora es posible que la maniobra efectuada por fuerzas solo sea posible en las ciudades, debido al predominio de las armas de gran precision en el campo. La maniobra conducida por el fuego bien puede ser la unica forma de maniobra posible en el campo.

El Espectro del Combate Urbano

Consideraciones Operacionales del Combate Urbano

Cada ciudad es unica. Algunas son fuertes y resis tentes, en tanto que otras son fragiles e incapaces de lidiar con las exigencias de la vida cotidiana, ni hablar de las acciones militares. Algunas ciudades, especialmente en el mundo en vias de desarrollo, dificilmente pueden satisfacer las necesidades basicas de agua potable, al cantarillado, energia electrica, transporte, recolecci6n de basura y servicios de sanidad publica para sus ciudada nos. La conducci6n de acciones militares en algunas ciudades, tales como Hong Kong, Nueva York, Francfort, Seul y Singapur, pondria en peligro la misma estabilidad econ6mica de la naci6n y del planeta. En otras ciudades, la realizaci6n de una acci6n militar s6lo tendria un impac to local. En cualquier caso, las acciones militares ten dran mayores consecuencias politicas, econ6micas, so ciol6gicas y comerciales en las ciudades que en el cam po. Por consiguiente, el accionar del comandante opera cional probablemente este sujeto a una variedad de exi gencias y limitaciones politicas y las restricciones im puestas por las reglas de empefamiento vigentes. Las decisiones politicas tomadas desde lejos del escenario

Military Review Marzo-Abril 2000

17

pueden cambiar la misi6n o introducir a otras fuerzas con diferentes misiones en la ciudad, produciendo resul tados calamitosos.!2 Los comandantes operacionales deben considerar muchos factores antes de iniciar cualquier intento por conquistar una ciudad. Las operaciones urbanas tradicionales comienzan con un cerco de la ciudad, la cual es de por si una operaci6n desalentadora. La zona

Cada ciudad es unica. Algunas son fuertes y resistentes, en tanto que otras son fragiles e incapaces de lidiar con las exigencias de la vida cotidiana, ni hablar de las acciones militares. Algunas ciudades, especialmente en el mundo en vias de desarrollo, dificilmente pueden satisfacer las necesidades basicas de agua potable, alcantarillado, energia electrica, transporte, recoleccion de basura y servicios de sanidad publica para sus ciudadanos. La conduccion de acciones militares en algunas ciudades, tales como Hong Kong, Nueva York, Francfort, Seul y Singapur, pondria en peligro la misma estabilidad economica de la nacion y del planeta. En otras ciudades, la realizacion de una accion militar solo tendria un impacto local.metropolitana de Shanghai, incluyendo la ciudad y los alrededores, tiene una poblaci6n de mas de 125 millones de personas en un area total de 2.383 millas cuadradas, con una fuerza policial casi tan grande como el Cuerpo de Infanteria de Marina de Estados Unidos. Si el comandante operacional opta por efectuar un cerco de una ciudad, la pr6xima decisi6n que tiene que tomar es c6mo reducirla. La tactica tradicional es efec tuar una operaci6n de limpieza sistematica de la ciudad, avanzando de una cuadra a otra, con el fin de eliminar a las fuerzas opositoras. Normalmente la ciudad se subdi vide en zonas relativamente pequefas, que facilmente se pueden controlar y reducir. Este metodo, que ha cambiado poco desde la II Guerra Mundial, exige el em pefo de mucho personal y consume grandes cantidades de tiempo y de medios de apoyo logistico. Una innovaci6n reciente sugiere que el comandante utilice tacticas de penetraci6n urbana, avanzando en multiples ejes para conquistar un objetivo importante y luego aislarlo y protegerlo del enemigo. !3 Esta fue la aproximaci6n inicialmente adoptada por los rusos en la batalla por Grozny. Avanzaron en multiples ejes para

conquistar el palacio presidencial, la estaci6n de ferro carril y la central de radio/televisi6n. No enfrentaron oposici6n alguna hasta el momento en que habian pene trado en la profundidad de la ciudad, entonces atacaron y causaron la maxima destrucci6n. Los lideres de la opo sici6n chechena aprendieron que no debian emplear pun tos fuertes permanentes, pues estos les facilitaban a los rusos concentrar acertadamente sus medios aereos, su artilleria y sus fuerzas de maniobra.!4 Optaron mas bien por el empleo de puntos fuertes provisionales y, produc to de su gran movilidad interna, pudieron desplegar es tos puntos fuertes repetidas veces en diferentes partes de la ciudad. Los rusos se percataron de la necesidad de asegurar las lineas de comunicaciones hasta el objetivo conquistado en la profundidad, pues de otra forma la fuerza de ocupaci6n, al poco tiempo, habria de encon trarse incomunicada. Una tactica reciente es el "empuje urbano", siendo este un asalto realizado a caballo de un eje estrecho que rapidamente puede cambiar para asi confundir al enemigo.!5 El segundo avance de los rusos en Grozny fue una variante del "empuje urbano", pero debido a las dificultades experimentadas en la coordinaci6n de los fuegos de apoyo y de las acciones de las unidades adyacentes, result6 imposible cambiar la direcci6n de la embestida. En efecto, fue muy dificil mantener a todos los diversos elementos comprometidos orientados hacia el mismo objetivo; cualquier cambio de direcci6n habria provocado la confusi6n con el posible resultado de incidentes de fratricidio. Otra tactica reciente es la del "enjambre" urbano, en el que las unidades pequefas destinadas para realizar patrullas en sectores designados deben mantenerse preparadas para responder ante situaciones imprevistas en los sectores adyacentes.!6 Esta es una tactica muy util en un combate de baja intensidad, pero no sirve en una batalla de magnitud como la de Grozny. Otra tecnica empleada para conquistar una ciudad es la del sitio clasico, tactica que implica su cerco para luego privarle de alimentos, agua, energia electrica y servicios de sanidad al mismo tiempo que se suprimen las fuentes de informaci6n. Aquellos civiles que deseen salir de una ciudad sitiada pueden ser canalizados hacia un "ambiente controlado". Pero la toma de tal decisi6n es responsabilidad tanto del agresor como del defensor, pues ambos pueden tener buenos motivos por mantener a la civilidad dentro de la ciudad. Las fuerzas de ataque baten los puntos decisivos dentro de la ciudad desde el aire, evitando comprometerse en un combate cercano sostenido. Segun los defensores de esta tecnica, el sitio se mantiene hasta tal momento que los civiles ya no aguanten mas y le obliguen a su propio Ejercito a rendirse.!7 Esta tactica refleja la teoria fracasada del bombardeo estrategico, planteada por Giulio Douhet en

18

Marzo-Abril 2000 Military Review

COMBATE URBANO

Un pistolero somal huye durante la Operacin Restore Hope, en 1993.

Foto: Departamento de Defensa

El cambio de actitud de las Fuerzas Armadas estadounidenses, que han abandonado sus posiciones adelantadas en ultramar para convertirse en una fuerza expedicionaria, aumenta sus probabilidades de verse involucradas en combates urbanos en el futuro. Una fuerza expedicionaria no puede prescindir de dos elementos vitales un campo de aviacion y un puerto que normalmente se encuentran en una zona urbana. Si tales medios se encuentran en un pais aliado, entonces se supone que no exista ningun inconveniente en utilizarlos. Si se ubican en un pais no aliado y la poblacion local respalda a las fuerzas estadounidenses, esta aceptacion inicial puede cambiar una vez que estalle el combate, situacion que ocurrio en el caso de Mogadishu. Si la poblacion local rechaza la presencia de fuerzas estadounidenses desde su llegada, la primera batalla bien puede ser urbana.la decada de los afos 30, y la premisa errada adoptada durante la Guerra del Golfo Persico, de que un Irak derrotado no vacilaria en derrocar a Sadam Hussein. Si bien los civiles quizas se desanimen y aunque exijan la rendici6n de sus Fuerzas Armadas, la historia nos ensefa que resulta mas comun que su voluntad de lucha sea aun mas firme que la de los militares, y prefieren que sus compatriotas asuman como gobernantes en lugar de someterse a una fuerza extranjera. Parad6jicamente, el hambre y la enfermedad muchas veces pueden fortalecer su capacidad para seguir resistiendo. De hecho, en al gunos casos los civiles se han unido con los militares en la batalla antes que rendirse, asi como lo hicieron en Leningrado y Varsovia. !8 Los sovieticos pudieron evacuar a los nifos durante el sitio de Leningrado, ac ci6n que sirvi6 para fortalecer aun mas la resoluci6n de los civiles que permanecieron en la ciudad. Los rusos finalmente conquistaron la ciudad de Grozny, empleando la tecnica empleada durante la II Guerra Mundial: arrasaron la ciudad con fuegos de artilleria y ataques lanzados por sus medios de aviaci6n, poco a poco abriendose paso a traves de los escombros que dejaron. La destrucci6n por parte de una naci6n de una de sus propias ciudades sugiere la completa ausencia de un nexo entre el objetivo politico -poner termino a un conflicto armado e iniciar el proceso de reconcilia ci6n- y los medios militares, en este caso una guerra de aniquilaci6n. El comandante operacional debe prepararse para lidiar inmediatamente con la poblaci6n civil. Si el sistema de suministro de agua falla o se contamina, inevitablemente se propaga una enfermedad epidemica. Si el comandante efectua un cerco de la ciudad, al poco tiempo se acaban los alimentos. Los medios de comunicaci6n social no tardaran en difundir fotos de nifos hambrientos o enfermos, y en tales circunstancias el comandante no podra darse el lujo de reclamar que las necesidades militares priman sobre las consideraciones relativas a la supervivencia de la poblaci6n civil. Debe realizar los preparativos para restaurar los servicios basicos de comida, agua, atenci6n medica, servicios de sanidad publica y seguridad. De ahi surge la necesidad de desplegar a elementos mas numerosos que lo normal de ingenieros, especialistas en asuntos civiles, personal

Military Review Marzo-Abril 2000

19

medico y policia militar con las unidades de vanguardia. En efecto, la mayor parte de los medios de apoyo logistico quizas se le entreguen a la poblaci6n civil antes que a la fuerza armada. En el combate urbano los abastecimientos tradicionalmente se consumen mucho mas rapidamente

Las mejores fuentes de inteligencia en el combate urbano son la policia local, los ingenieros urbanos, los empleados de las empresas de servicios publicos, los empleados de los hospitales y los tenderos, siempre y cuando estas personas esten dispuestas a apoyar a la fuerza propia. Caso contrario, las ventajas que posee el enemigo en cuanto a la inteligencia humana pondran en gran peligro a las fuerzas propias. La inteligencia tecnica sera limitada por las capacidades existentes para ocultar las seales comunicacionales y por la facilidad de acceso a las mismas.... La ubicacion exacta de los metros y tuneles subterraneos, como tambien de los conductos de electricidad, gas, cables de fibra optica, vapor, alcantarillado y drenaje de emergencia, llega a constituir informacion vital, pues tales vias pueden convertirse en caracteristicas claves del terreno.

que en una guerra de maniobra, y la carga adicional de tener que apoyar tambien a la poblaci6n civil tal vez acarree graves aprietos para el sistema logistico. Cabe sefalar que el sistema de apoyo de un ejercito tal vez no sea capaz de mantener a una ciudad. Ausente una red bien desarrollada de carreteras, una ciudad pue de verse en la obligaci6n de recurrir a los medios de transporte ferroviarios y maritimos para sostener a su poblaci6n durante tiempos de paz. En el caso eventual de que tal transporte se interrumpa, un esfuerzo por sus tituir los medios civiles con convoyes de camiones mili tares puede sobrecargar la red de carreteras en existen cia, agobiar los medios de apoyo de combate para la formaci6n militar y dejar de satisfacer las necesidades basicas de la poblaci6n civil. El comandante operacional tal vez tenga que desplegar las unidades de ingenieros adecuadas para la reparaci6n de ferrocarriles y rehabilitaci6n de puertos, con el fin de asegurar la dis ponibilidad de medios suficientes de apoyo logistico. La tecnica de "destruir una ciudad para salvarla", a traves del empleo de los medios de artilleria y el bombar deo aereo, en raras ocasiones sera factible. El apoyo de

fuego probablemente sera limitado por razones politi cas, econ6micas, humanitarias o de relaciones publicas. Con gran frecuencia se prohibira la ejecuci6n de un ata que contra cualquier objeto cultural, incluyendo museos, construcciones antiguas, monumentos, templos y cate drales, cualquiera que sea la actividad emprendida por el enemigo. Esta perdida del apoyo de fuego indirecto au menta el peligro enfrentado por el soldado de infanteria. Los helic6pteros artillados le brindaran el apoyo aereo mas eficaz y mas inmediato en el combate urbano, y tam bien son utiles en misiones contra francotiradores y otros elementos enemigos ocultos en los pisos superiores de un edificio. Sin embargo, los medios enemigos de defen sa antiaerea a corta distancia probablemente impediran el uso de estos helic6pteros sobre terreno no conquista do por las fuerzas propias, limitando su aporte a aparecer repentinamente desde detras de un edificio conquistado para batir un objetivo. La perdida de helic6pteros en terreno dominado por el enemigo en un combate urbano, exige el rescate de su tripulaci6n derribada bajo las cir cunstancias mas dificiles. Las mejores fuentes de inteligencia en el combate urba no son la policia local, los ingenieros urbanos, los emplea dos de las empresas de servicios publicos, los empleados de los hospitales y los tenderos, siempre y cuando estas personas esten dispuestas a apoyar a la fuerza propia. Caso contrario, las ventajas que posee el enemigo en cuanto a la inteligencia humana pondran en gran peligro a las fuerzas propias. La inteligencia tecnica sera limitada por las capa cidades existentes para ocultar las sefales comunicacionales y por la facilidad de acceso a las mismas. Los mapas actualmente preparados en escala de 1:12.500 son los mas utiles, pero muchas veces son tambien los mas dificiles de encontrar. Los planos de la ciudad suelen ser ya obsoletos, y el sistema de proyecci6n transversal universal Mercator resulta practicamente inutil en una ciudad. De ahi que, en un ambiente urbano, predominen sistemas no estandarizados de localizaci6n, asi como "el informante te espera en la esquina de la calle Kaisderdam con la Einsiedlerhof", o "se encuentra un escondite de municio nes en la calle Cinco de Mayo, numero 1512". La ubicaci6n exacta de los metros y tuneles subterraneos, como tambien de los conductos de electricidad, gas, cables de fibra 6pti ca, vapor, alcantarillado y drenaje de emergencia, llega a constituir informaci6n vital, pues tales vias pueden con vertirse en caracteristicas claves del terreno. Es un reto velar por la salud de la fuerza expedicionaria. Las enfermedades endemicas y epidemicas, producto del colapso de los servicios publicos, pueden contagiar y diezmar a cualquier fuerza. La fuerza rusa en Chechenia padeci6 de la c6lera, de la hepatitis virulenta, de la enterocolitis y de la disenteria. Durante los meses de invierno, hasta el 15 por ciento de la fuerza rusa qued6 incapacitado por la hepatitis virulenta.!9 Las bajas psi

20

Marzo-Abril 2000 Military Review

COMBATE URBANO

quiatricas son mucho mas altas en el combate urbano, situaci6n que produce la necesidad de mantener un ci clo acelerado de rotaci6n de unidades para que todos tengan la posibilidad de descansar y recuperarse, ade mas de la necesidad de integrar los reemplazos y condu cir el entrenamiento adecuado. La reconstituci6n de la fuerza sera una preocupaci6n permanente para el comandante operacional. El