mexicanoscreandoconsciencia.files.wordpress.com…  · Web viewCuanta necesidad existe en los...

45
“Biblioteca Juárez” de la escuela primaria del mismo nombre, arcos y más arcos al estilo bizantino; al fondo se aprecia un mural de Roberto Montenegro, patrimonio vasconcelista que se niega a morir.

Transcript of mexicanoscreandoconsciencia.files.wordpress.com…  · Web viewCuanta necesidad existe en los...

“Biblioteca Juárez” de la escuela primaria del mismo nombre, arcos y más arcos al estilo bizantino; al fondo se aprecia un mural de Roberto Montenegro, patrimonio vasconcelista que se niega a morir.

José Vasconcelos, breve análisis histórico de su obra educativa.

Cuanta necesidad existe en los países de generar modelos educativos

que permitan generar desarrollo, como se antoja imposible el cambio y regeneración

de las naciones sino se tienen esquemas de educación de calidad que cumplimenten

proyectos nacionales, que lamentable es notar en naciones como la nuestra, donde la

educación es pobre e inaccesible para muchos, que la explicación de la inmensa

mayoría de nuestra problemática tiene su origen y raíz en la educación deficiente;

educación es en una palabra la respuesta a las plegarias del mundo, sino,

preguntemos a países como Finlandia, que sustentaron su progreso en esa palabra

loable: EDUCACIÓN.

Vasconcelos es un personaje genial de nuestra historia, fue el primer, y

tal vez el último impulsor de un plan nacional para conseguir que México se civilizara,

él mismo fue producto de un México distinto, donde los hombres progresaban a través

de educarse, donde este aspecto se antojaba uno de los más importantes; aprender a

ser humano, conformar larvas de mamífero en auténticos seres dignos capaces de

razón y con identidad nacional, tal parece haber sido la visión de Vasconcelos en un

México bárbaro que clamaba paz. Los vericuetos sufridos para cumplimentar su obra

educativa, y la forma en que Vasconcelos los enfrentó, nos arrancaran una sonrisa,

pues es extraordinario reconocer el temple del educador fuerte, decidido a cambiar un

país a través de la cultura, tal vez a más de uno le den ganas de iniciar a la prole

propia en los caminos tempranos del conocimiento “a la Vasconcelos”.

En la rectoría de la universidad de México.

En esos días (1924) la Universidad de México era una suerte de

Ministerio (Secretaria en nuestros días) de Educación, estando en ella, Vasconcelos

podía mover los hilos para hacer renacer el Ministerio destruido por Carranza en pos

de un falso municipalismo, y restructuraría (o al menos lo intentó mientras estuvo ahí)

la base primigenia de todas las naciones: la conciencia fundada en la educación.

Tomó Vasconcelos posesión de la rectoría sin ningún formalismo, se presentó a las

oficinas, le entregó el acuerdo presidencial que así lo nombraba al rector en turno y le

dijo Vasconcelos: “es usted mi huésped por el resto del día”, el antiguo rector tomó sus

cosas y salió de ahí; esa es la vitalidad que se necesita para el verdadero cambio,

estudiar los problemas y ponerse sin descanso ni formas a darles solución, no hay

más. Ejemplo de esta gestión expedita que, aún y cuando no existía la Secretaria de

Educación, desempeñaba Vasconcelos desde la rectoría de la Universidad, son los

siguientes documentos que aún obran en distintos archivos distribuidos en el Distrito

Federal y que a continuación transcribo:

“Departamento de bibliotecas Sección primeraMesa de correspondencia.Asunto:Le comunico que ya se dan las órdenes correspondientes para que sea enviado a esa sociedad un lote de 150 volúmenes.Al C. presidente de la Sociedad Mutualista de Despachadores y Telegrafistas Ferrocarrileros, tercera calle de violeta numero 63.México D.FComunicó a ustedes que en virtud de las gestiones hechas ante este departamento por el C. Daniel Cosío Villegas, el C. Secretario tuvo a bien acordar sean enviados a su turno a esa sociedad que usted preside 150 volúmenes destinado a su biblioteca.Presto a usted mi atenta consideración.Sufragio efectivo no reelección.México D.F a 5 de julio de 1922.P.O del SecretarioJaime Torres Bodet (rúbrica).”1

Así de sencillo era acceder a 150 volúmenes, no se necesitaba mayor

trámite, no se pasaban la responsabilidad de autoridad en autoridad manifestando que

no era competencia de éste o aquél funcionario, Vasconcelos disponía y se realizaba,

eficacia como esta nunca se ha logrado en la administración pública ni antes, ni

después de.

Otro documento nos dejará en claro esta expeditud con la que actuaba

Vasconcelos, que aún sin Secretaría formalmente constituida realizaba desde la

rectoría de la Universidad Nacional, como he dicho:

“Asunto: se acusa recibo de la remesa de material escolar destinado para el 6o distrito electoral del Estado.-C. Rector de la Universidad Nacional, México. De acuerdo con lo anotado en el atento oficio de usted numero 11071 girado por el departamento técnico de fecha 23 del mes pasado, fueron en mi poder 500 mantillas, 500 pizarras, 500 cuadernos, 500 lápices y 500 pizarrines que desde luego hago distribuir entre las escuelas establecidas en el 6o distrito que represento.-Hago a usted presentes mis agradecimientos por su valioso envío y solo quiero permitirme manifestar que existiendo un promedio de MIL QUINIENTOS ALUMNOS en las distintas escuelas establecidas en el distrito de referencia, muchas de ellas

1 Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE) caja 12 expediente 185 del apartado sobre la universidad.

probablemente no alcancen la ayuda que bondadosamente se digna impartir el Gobierno Federal por el muy respetable conducto de usted a la instrucción publica en este Estado.-En esta virtud, con todo encarecimiento me permito hacer a usted la más atenta suplica a fin de que, si ello no implica entorpecimiento alguno, tenga a bien acordar me sean remitidos otras mil mantillas e igual cantidad de pizarras, cuadernos, etc.Además durante mi estancia en esa, manifesté al señor Sierra las difíciles condiciones en que se encuentran las escuelas rurales de mi distrito respecto a mobiliario y encarecí la dotación de quinientas mesa-bancos.- Mucho agradeceré a usted si no es abusar de su bondad, nos favorezca donando las remesas de dichos muebles que le estimaremos en lato grado.-Sírvase usted aceptar las seguridades de mi mas atenta y distinguida consideración.Sufragio efectivo no reelección.Jalapa-Enríquez mayo 13 de 1921.-Diputado por el 6o Distrito Rubrica.”2

Inspirado en la obra de Lunacharsky3 en Rusia, la cual es de por si

inspiradora, y que consistió en lo que nos describe concienzudamente Fell:

“Vasconcelos tomó de los rusos, cuyas iniciativas en los renglones cultural y educativo

encuentran amplio eco en la prensa mundial a partir de 1918-1919, la idea de que un

sistema de educación para ser operante, debe presentar una coherencia total desde el

jardín de niños hasta la universidad. También aprendió de ellos (Vasconcelos) algunas

técnicas de difusión cultural: la organización de festividades populares, las ediciones

de gran tiraje y precio reducido, la multiplicación de las bibliotecas, la sistematización

de la alfabetización, la preservación y desarrollo del patrimonio cultural nacional, al

cual se integrarían objetos culturales alógenos. En cambio, rechazó (Vasconcelos)

siempre la politización general del sistema.”4 Desde luego que estás acciones fueron

adecuadas a la realidad mexicana en la que el sistema presidencialista absolutista

permitía la aplicación de estás medidas hasta donde no se afectara al entonces

Ministerio de Guerra. Ejemplo de la agilidad en la colaboración del ejecutivo federal la

da el siguiente documento tomado del Archivo General de la Nación:

“El inciso II de la circular expedida con fecha 2 del corriente por esta Presidencia de la Republica y que se comunico a todas las Secretarías y Departamentos de Estado por conducto de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, establece que: ‘las propias

2 Documento ubicado en el Archivo Histórico de la SEP, bajo el titulo de: Campaña contra el analfabetismo, caja 4 expediente 405. 3 Anatoli Vasílievich Lunacharsky (1875-1933), escritor ruso, publicista y editor, conocido por el seudónimo de Voinoff. Fue el primer comisario de Educación después de la revolución Rusa e implantó un sistema educativo masivo en una nación que sufría un 90% de analfabetismo.

4 Claude Fell, José Vasconcelos, los años del águila, 1920-1925, UNAM, México 1989, p. 662.

Secretarías de Estado, los Departamentos administrativos y las oficinas dependientes del ejecutivo federal, se abstendrán en lo absoluto de verificar directamente cualquier compra de útiles , instrumentos, equipos y demás implementos para uso de las oficinas publicas; y que éstas compras deberán hacerse, en dado caso, por conducto del Departamento de Aprovisionamientos Generales’; pero como la Secretaria de Educación, por las circunstancias especiales que en ella concurren, necesita adquirir con suma violencia todos los útiles, enseres, aparatos, equipos y muebles para oficinas y escuelas, y especialmente los materiales para la construcción y reparación de los edificios que de ella dependen, se ratifica en todas sus partes el acuerdo de misma presidencia número 0023 de 2 del mes de enero en curso, que dice a la letra:‘se faculta a esa Secretaría para que, sin necesidad de acuerdos especiales en cada caso, disponga en el presente año fiscal de las asignaciones contenidas en su presupuesto, destinadas a la compra de libros y publicaciones, instrumentos y aparatos científicos, mobiliario y material para la enseñanza, muebles, enseres, útiles, efectos de escritorio, artículos de consumo en general y materiales de construcción; en el concepto de que en las compras intervendrá la contraloría por medio del inspector que con carácter de permanente tiene comisionado para el efecto’Reitero a usted mi atenta consideración.Sufragio efectivo no reelección.México, Palacio Nacional, a 27 de enero de 1923.El Presidente de la Republica, Álvaro Obregón (rúbrica).”5

Había que quedar bien con Vasconcelos, pues representaba el renacer

cultural del país, y aunque fuere por interés político, lograba presupuestos gigantescos

y acuerdos presidenciales que permitían se desarrollara expedita su obra.

Comenzaba desde la rectoría de la Universidad a planear el Ministerio

de Educación, de hecho, ésta rectoría ya funcionaba como Ministerio incluso antes de

que se aprobara la reforma constitucional que lo crearía de nuevo, éste cargo

transitorio fue el comienzo de lo que se iba revelar como el movimiento educativo más

poderoso en México, infortunadamente fue el último, pues la posterior Secretaría de

Educación Pública, sólo ha estorbado a los posteriores regímenes que no ven en ella

más que una forma de hacerse con presupuesto público para sus propios intereses.

Lo primero en el plano educativo.Renovar, más bien, hacer renacer a México a través de la educación

era el objetivo vasconcelista; años y años de tiranía, de fragmentación a causa de las

constantes luchas armadas, y por fin, el destino de Vasconcelos se veía claro y

presente, debía hacer renacer el Ministerio de Educación que Justo Sierra había

llevado a tan altos niveles de eficiencia (solo opacados por la imposición que le hacia

el régimen “porfirista” de aplicar un caduco positivismo); la obra de organización que

5 Archivo General de la Nación, Obregón Calles, Galería 3, caja 54, expediente 121-E-E-14.

Vasconcelos hizo para lograr todo aquello que deslumbró al continente entero, no se

ha vuelto a repetir, y extraña al que lee esos pasajes que escribió en su libro El

desastre el actuar posterior de Vasconcelos en su campaña política por la presidencia

de la República Mexicana ¿Por qué no aplicar los mismos principios? Si para realizar

su obra educativa recorrió la republica entera cabildeando con funcionarios públicos

los presupuestos y las reformas constitucionales necesarias a efecto de concretar la

magnánima tarea, si organizando a la gente logró crearse un ejército de educadores

sin salario que enseñaban a leer y a escribir convencidos de que de ese modo ponían

su aportación al despabilamiento de la Patria6, si convocando a los intelectuales

consiguió que ningún safio con mando de tropa se atreviera a negarse a su obra

educativa amenazándolos con la vindicta pública, en fin, si mostrando talento de

organización y estrategia alcanzó esa obra magnánima ¿Por qué en su lucha política,

no más importante pero sí más necesaria para complementar la educativa, se limitó a

esperar a que el pueblo tomara iniciativa propia, y se organizara como por generación

espontánea? ¿Habrá pecado de ingenuo Vasconcelos? O tal vez la tarea le quedó

grande…

Desde la rectoría de la Universidad de México, y ya con Obregón en el

poder ejecutivo, que dicho sea de paso fue un gobernante que dejaba trabajar aunque

sólo fuese para que su nombre quedase bien, Vasconcelos dio el primer paso para su

obra educativa: hacer renacer el Ministerio de Educación que había destruido

Carranza, mismo que debía centralizar la administración pública en materia educativa

para hacer eficiente la obra en construcción, pues es evidente que la toma de

decisiones debe ser ágil y eficaz cuando se pretende construir algo de la magnitud y

alcance de lo que Vasconcelos estaba a punto de crear, máxime cuando en el país no

había obra educativa alguna, salvo las labores de Sierra que estaban ya decayendo

pues no se habían continuado, ni siquiera preservado.

6 Aquí menciono las 25 cajas que se encuentran en el Archivo Histórico de la SEP bajo el rubro: campaña contra el analfabetismo, en esas 25 cajas obran más de 15000 solicitudes de nombramiento y nombramientos a maestros honorarios y rurales de todo el país, amas de casa, abogados, ingenieros, todo México deseaba ayudar a Vasconcelos en la obra de alfabetizar el país, jamás ningún político había tenido esa cantidad de apoyo, los archivos están ahí para quien desee consultar lo dicho. Esos nombramientos cabe decirlo, se hacían expeditamente, se solicitaba y se ordenaba girar los reconocimientos y en cuyo caso se asignaba un salario que iba de los 2 a los 7 pesos dependiendo de la disponibilidad presupuestaria del Ministerio de Educación y de la preparación académica del solicitante, leer tantas solicitudes y tantos nombramientos lo llenan a uno de energía nueva, y son constancia de que en el país siempre ha habido personas dispuestas a realizar el cambio, lo único que ha hecho falta desde Vasconcelos, es orientación de esa fuerza.

La reforma constitucional para crear el Ministerio de Educación y la Ley

de educación, eran los primeros pasos que debía dar, y Vasconcelos con asombroso

liderazgo acudía a las legislaturas locales7 con el objetivo de que dicha reforma fuera

aprobada sin contratiempos, nadie se atrevía en ese tiempo a interponerse en el

camino de aquél que dedicaba sus esfuerzos enteros a educar al país, transigir con

Vasconcelos era símbolo inequívoco de que se apoyaba la cultura; a este respecto,

menciono el siguiente documento que da prueba del cabildeo directo que tenia

Vasconcelos con las legislaturas locales e inclusive cómo los diputados de éstas

colaboraban en la obra poniendo mobiliario a disposición de los niños solicitado a

través del maestro:

“Jalapa mayo 20 de 1921.-Señor Lic. José VasconcelosMéxico.-Muy estimado y fino amigo:Con todo gusto me refiero a la grata de usted fechada el 10 del que cursa.-Hemos cambiado impresiones varios compañeros respecto al proyecto sobre la fundación del Ministerio de Instrucción Pública y naturalmente, aunque hay opiniones encontradas, la mayoría nos inclinamos favorablemente a dicho proyecto.-Como suponemos que es llegado el tiempo de dictaminar sobre este asunto, entiendo que muy en breve será puesto a discusión dicho dictamen y se resolverá.-Deseando corresponder debidamente a sus finas atenciones, me prometo tener a usted al tanto de este asunto que nos interesa a todos.- cuando sea resuelto, si, como lo espero, es favorable, telegráficamente daré a usted aviso.-Dispénseme usted insistirle respecto a útiles escolares y mesa-bancos a que se refería mi anterior.-Con todo respeto, quedo de usted. Atte. Amigo y S.S.Rubrica”8

Estar con Vasconcelos y su obra significaba el bienestar nacional, a ese

nivel se traducía la coyuntura que estaba creando, los politiquillos obregonistas

quedaban bien apoyándolo, y aquél trabajaba a marchas forzadas, como presintiendo

que lo que estaba a punto de realizar sería lo último que se intentaría para

verdaderamente educar a México.

Para que una democracia funcione, para que un pueblo pueda

realmente hacer política, son indispensables dos cosas: que el pueblo participe de esa

democracia teniendo las necesidades básicas de subsistencia cubiertas, y segundo,

que el nivel de instrucción de ese mismo pueblo sea desarrollado. El presidente

Obregón en muchas ocasiones había manifestado su intención de dejar el poder a la

7 Recordemos que toda reforma constitucional conforme al artículo 135 de la misma, requiere de la aprobación de la mayoría (simple, la mitad más una) de las legislaturas de los estados para que pueda aprobarse y entrar en vigencia.8 Archivo Histórico de la SEP, campaña contra el analfabetismo, caja 3, expediente 303.

libre elección del pueblo una vez que terminara su cuatrienio, sin interferir en la

designación de su sucesor (aunque sabemos que no sólo no cumplió, sino que impuso

a Calles en el poder y después se reeligió), y bajo estas perspectivas futuras se hacía

indispensable educar al pueblo de México creando con esto una conciencia cívica, que

resultaría en una democracia real y no sólo un formalismo. Maurice Duverger explica

que sucede cuando lo anterior no se lleva acabo: “(…) La verdadera democracia se

define, en primer lugar, por la libertad ‘para el pueblo y para cada porción del pueblo’,

como decían los constituyentes de 1793. No solo la libertad de los privilegiados por el

nacimiento, la fortuna, la función, la educación: sino la libertad real de todos, lo que

supone cierto nivel de vida, cierta instrucción general, cierta igualdad social, cierto

equilibrio político. La distinción marxista de libertades formales y libertades reales no

es más que parcialmente exacta: es verdad que las libertades políticas, reconocidas

por los regímenes occidentales, son formales para una gran fracción de las masas

populares, por falta de un nivel de vida suficiente, de una instrucción suficiente, de una

igualdad social o de un equilibrio político suficiente. Pero pueden convertirse en

libertades reales: no hay más que empezar por suprimirlas. Ahora bien, la observación

de los fenómenos políticos contemporáneos revela un hecho evidente: en los países

que han alcanzado cierto grado de civilización material y cierto nivel de vida (Europa,

América del norte, Gran Bretaña y los dominios de raza blanca) la libertad coincide con

el régimen de partidos. En el siglo XIX, cuando los poderes económicos y financieros

eran los únicos que disponían de la prensa, de los medios de información y de

propaganda, y de un aparato de organización de los electores, la democracia no

existía: el crecimiento de los partidos, y especialmente de los partidos obreros, ha

permitido por sí solo, una colaboración real y activa del pueblo entero en instituciones

políticas. Incluso partidos totalitarios, como el Partido Comunista, contribuyen en

ciertos países a la existencia de la democracia: su supresión en Francia y en Italia

correría el riesgo de reforzar (al menos provisionalmente) a los elementos

conservadores y de romper el equilibrio, que asegura un mínimo de libertad a cada

‘porción del pueblo’: el pluralismo de los partidos es, al mismo tiempo, la fuente y la

imagen de este equilibrio.

En los países donde el nivel de vida y la instrucción populares están mucho más bajos

(Asia, África, América del sur), esta coincidencia no funciona. Aquí, los partidos toman

un carácter formal: facciones rivales se disputan el poder, utilizando las votaciones

como una blanda pasta que se amasa al gusto: la corrupción se desarrolla y las clases

privilegiadas aprovechan el sistema para eternizar su dominio…”9

En efecto, Vasconcelos lo sabía, una primera revolución que pudo ser

traicionada por el indigno Victoriano Huerta solo encuentra su explicación en un pueblo

que en sí mismo era (es) una “masa maleable”, ignara, desorientada, flotante y sin

identidad alguna. El primer paso para concretar la revolución (ahora despejada de

Carranza) era sin duda educar al pueblo, hacerlo consciente para que nunca más un

tiranzuelo se atreviese a derrocar gobiernos civilizados. Las necesidades básicas

estaban más o menos cubiertas allá en los principios del siglo XX, solo había que

consolidar la educación, despabilar al pueblo para hacerlo consciente y digno,

teniendo a su vez como resultado una democracia real y eficiente; tal era la

encomienda que sin duda resultaba titánica, pues el ochenta por ciento de la población

mexicana estaba sumida en el analfabetismo en 1920; pero Vasconcelos demostraría

que el único obstáculo para realizar las obras más grandes de la humanidad es el

hombre mismo, él no daba discursos engorrosos, no aparecía diariamente en los

medios de comunicación parloteando que estaba trabajando para el “bienestar” de los

mexicanos, a la usanza de los políticos contemporáneos, él se ponía a trabajar, y es

por ello que logró lo que parecía irrealizable. Demos un ejemplo de su temple, de esta

forma de ser “accionando” en la vivencia que Don Daniel Cosío Villegas tuvo en sus

días de universitario con Vasconcelos: “(…) en fin, al llegar a ver a Vasconcelos a la

rectoría de la Universidad, lo visité para pedirle que se reformara el estatuto

universitario de modo que la federación de estudiantes como tal, tuviera un

representante en el consejo universitario. Mi argumento principal fue que sólo la

Federación podía ver los problemas estudiantiles en su conjunto, cosa que no ocurría,

digamos, con la escuela de medicina, que lógica, inevitablemente apenas conocía los

de su propia escuela. Vasconcelos escucho integro tan preciosos argumentos, pero al

concluir yo de exponerlos, me dijo tronantemente: ‘jamás convocare al consejo

universitario, órgano oropelesco e inútil. De manera que si usted se interesa de verdad

en resolver los problemas de la Universidad, esté aquí a las ocho, desde mañana, y

Usted, Mariano Silva (el secretario) y yo los resolveremos sobre la marcha.’ Al día

siguiente estaba yo sentado a la izquierda de Vasconcelos en su mesa de trabajo,

estando así a la derecha Mariano Silva, resolviendo: quejas de que las instalaciones

sanitarias de la escuela de derecho estaban en una condición imposible. Como

9 Duverger Maurice, Los partidos políticos, México, 1980, Fondo de Cultura Económica, pp. 450,451.

usuario cotidiano de ellas, pude informar de su estado, que califiqué de vergonzosas.

A las veinticuatro horas estaban los plomeros trabajando para sustituir toda la

tubería.”10 De igual modo anotemos un documento que ilustra un poco el apoyo que

Vasconcelos recibía del común del pueblo:

“Sufragio efectivo no reelecciónTepecosculico de Trujaro, a 9 de diciembre de 1922.Al ciudadano,Profesor Abraham Arellano. Jefe del Departamento de la Campaña contra el Analfabetismo,México. D.F.Considerando que la campaña contra el analfabetismo debe llevarse a la práctica por todos los hombres que se preocupen por el engrandecimiento del país y considerando que el fin que el supremo gobierno persigue es uno de los más nobles, todos sin excepción de credos tenemos la obligación de cooperar con usted, como digno jefe de la campaña para el feliz resultado que el propio supremo gobierno se ha propuesto. Por esto, aun cuando me encuentro en el periodo de vacaciones he recorrido algunos poblados invitando a los hombres de buena voluntad, para que cooperen en esta grandiosa obra, que tendrá como cima: la desanalfabetización de las masas; y aquí en este heroico jirón de nuestra patria, donde grandiosos acontecimientos han tenido lugar; aquí donde los hombres siempre se encuentran dispuestos a ofrendar sus vidas en aras de la libertad y de nuestras instituciones; aquí donde los hombres, con raras excepciones no conocen sus derechos de ciudadanos y las mujeres la misión sublime que tienen en el hogar, aquí es donde se hace sentir la necesidad de encauzar por la senda del progreso esos nobles anhelos, dirigiéndolos por medio de una labor activa y constante para lograr la redención de esos millares de seres que arrastran la pesada cadena de la ignorancia.En todas partes la idea ha sido acogida con beneplácito y le ruego nos remita a la mayor brevedad posible los nombramientos de profesores honorarios, según lista adjunta, para que se encarguen de la campaña contra el analfabetismo en los diversos lugares que he visitado, los cuales haré llegar a su destino, para que desde luego entren en el desempeño de sus labores.El día 20 regresaré a esa, para dar cuenta a usted verbalmente de mi labor.Protesto a usted mi respetuosa atención.Rubrica”11

Los nombramientos llegaron días después por instrucción de

Vasconcelos, estos son ejemplos claros de su carácter, nada de formas ni de

burocracia como las que tenemos que sufrir los universitarios contemporáneos, nada

de engorrosas reuniones ni de estúpidos ditirambos para el que hace su trabajo; su

línea fue siempre realizar el trabajo pronto y bien: voluntad, eso es todo lo que se

necesita para realizar una obra del calibre de la vasconcelista.

10 Cosío Villegas Daniel. Memorias, ed. Joaquín Mortiz S.A., 1986 México. p. 55.11 Archivo Histórico SEP, Campaña contra el analfabetismo, caja 4 expediente 726.

¿Por qué reivindicar a un pueblo vapuleado y en crisis a través de la

educación? Desde aquellos días del fin de la revolución mexicana, los gobiernos

mexicanos han explicado con insistencia que la tarea más urgente a resolver es la

económica, que nuestro enemigo a combatir es la pobreza material ¿A fuerza de qué

Vasconcelos osaba decir que lo primero que había que modificar en este país para

consolidar una Nación era la educación? Un pueblo que no esté educado, por más rico

que sea, jamás podrá ser un ente consciente y activo, será a lo mas “un rebaño” bien

acicalado de convencidos, de masa uniforme que se puede manejar; esto lo sabía bien

Vasconcelos, lo entendía, lo vivía, y advirtiendo que los tiranos comenzaban a asomar

las narices en el escenario político, aceleró la obra educativa más grande de la

historia. Obregón había enloquecido de poder y estaba ya preparando su reelección, y

le saldría mal dando paso al llamado maximato de Elías Calles con sus tres

presidentes títeres: Emilio Portes Gil de presidente interino a la muerte de Obregón,

Pascual Ortiz Rubio “vencedor” de la estafa asesina que gestaría el gobierno en el

fraude electoral de 1929 y con la que él mismo no pudo renunciando y cediendo

finalmente el paso a Abelardo L. Rodríguez, aquél que consolidaría la máquina

autocrática creación de Calles llamada Partido de la Revolución Mexicana (PRM), la

misma que se empotraría en el poder más de 75 años; en esta coyuntura es que

Vasconcelos intentó darle a México un legado educativo que le permitiera tener una

conciencia para poder defenderse eficazmente de lo que ya se avecinaba. Argumento

tan osado es verificable a través de la doctrina de Ortega y Gasset, que a éste

respecto nos describe las diferentes formas que adopta el ser humano en una vida de

conformidad mediocre, y así mismo nos da la explicación de cuales son los requisitos

indispensables para decir que se “está viviendo”, revelando así mismo el porqué de la

supremacía ignominiosa del Dios dinero en la época contemporánea: “(…) Lo

esencialmente confuso, intricado, es la realidad vital concreta, que es siempre única.

El que sea capaz de orientarse con precisión en ella; el que vislumbre bajo el caos que

representa toda situación vital la anatomía secreta del instante; en suma, el que no se

pierda en la vida, ese es de verdad una cabeza clara. Observad a los que os rodean y

veréis como avanzan perdidos por su vida; van como sonámbulos, dentro de su buena

o mala suerte, sin tener la más ligera sospecha de lo que les pasa… Porque la vida es

por lo pronto un caos donde uno esta perdido. El hombre lo sospecha; pero le aterra

encontrarse cara a cara con esa terrible realidad, y procura ocultarla con un telón

fantasmagórico donde todo está muy claro. Le trae sin cuidado que sus <<ideas>> no

sean verdaderas; las emplea como trincheras para defenderse de su vida, como

aspavientos para ahuyentar la realidad.

El hombre de cabeza clara es el que se libera de esas <<ideas>> fantasmagóricas y

mira de frente a la vida, y se hace dar cuenta de que todo en ella es problemático, y se

siente perdido. Como esto es la pura verdad (a saber, que vivir es sentirse perdido), el

que lo acepta ha empezado a encontrarse, ya está en lo firme. Instintivamente, lo

mismo que el náufrago, buscará algo a que agarrarse y esa mirada trágica, perentoria,

absolutamente veraz porque se trata de salvarse, le hará ordenar el caos de su vida…

el que no se siente de verdad perdido se pierde inexorablemente; es decir, no se

encuentra jamás, no topa nunca con la propia realidad.

(...) Parece lo más verosímil que sea el dinero un factor social secundario, incapaz por

sí mismo de inspirar la gran arquitectura de la sociedad. Es una de las fuerzas

principales que actúan en el equilibrio de todo edificio colectivo, pero no es la musa de

su estilo tectónico. En cambio, si ceden los verdaderos y normales poderes históricos

(raza, religión, política, ideas), toda la energía social vacante es absorbida por él.

Diríamos, pues, que cuando se volatilizan los demás prestigios queda siempre el

dinero, que, como elemento material, no puede volatilizarse. O de otro modo: el dinero

no manda más que cuando no hay otro principio que mande.”12 En efecto, sentirse

perdido en la inmensidad del caos que representa nuestra propia vida armonizando al

compás de las demás y del mundo en sí mismo, y después, una “cabeza clara” utiliza

las herramientas de la mente para poner orden al desastre de manera persistente y

continua, ese es el verdadero vivir, de otro modo se cae en la risible atonía (regla

general de nuestros días, tal vez de todos los días) y se tiene el sentimiento (ridículo

por lo demás, pero apabullante su generalización) de que se posee demasiada vida.

Así, los hombres comienzan a dejarse a su suerte, y los comerciantes con su ídolo el

dinero comienzan a gobernar y empiezan a hacerse obedecer ante una masa inculta y

“satisfecha” que nada entiende porque todo desea; así, deseando es que Vasconcelos

nos veía, y así es que nos pretendió dar las armas intelectuales para enfrentarnos al

tirano, para enfrentarnos al sistema esclavizante de opresión y rutina satisfactoria que

exige obediencia ciega; aspiró a educarnos antes que otra cosa, para que supiéramos

defendernos objetiva y críticamente de la ramplonada “revolucionaria”, para que en

ese caos que es el vivir, con la educación, encontrásemos de donde agarrarnos y una

vez asidos a la cultura, comenzáramos a crear nuestra identidad nacional, por lo

12 Ortega y Gasset José, la rebelión de las masas, Madrid España, Ed. de la revista de Occidente, cuadragésima edición 1968, pp. 224, 225 y 312.

demás indestructible si se hubiese creado de esta manera, y por lo mismo defendible;

estas bases son ya en sí mismas, una barrera infranqueable contra la cual ningún

tirano o gobierno déspota puede combatir.

Comienza el proyecto educativo vasconcelista.

Justificada la imperiosa necesidad de educar al pueblo, con los

beneficios que esto acarrea, pasemos ahora a describir el plan aplicado a la realidad

mexicana con todo lo que esto implica.

Poco era el tiempo del que disponía José Vasconcelos y descomunal la

obra que tendría que realizar, no obstante y dado su temple organizativo (al menos en

esta materia) pudo trazarse metas asequibles que cumplidas con cabalidad y método,

lograrían lo que el mundo atónito contemplaba: “Trazarse un programa sencillo, pero

coherente y completo y en seguida desarrollarlo según van dando ocasión las

circunstancias y provocando estas circunstancias cuando ellas mismas no se ofrecen,

tal es el secreto de una labor que llega a ser grande. En cambio, si se procede sin plan

director, el esfuerzo por sincero y tenaz que sea, se perderá en el detalle, se

dispersará en la confusión. Las tres directrices esenciales eran: escuelas, bibliotecas y

Dirección de las Bellas Artes. En el país había (hay todavía)13, una escasez de libros

comparable sólo a la escasez de escuelas. En cualquier burgo americano

(estadounidense) de quince mil habitantes existe la Carnegie o la biblioteca municipal

con quince o veinte mil volúmenes bien escogidos. Cuando empezamos a crear

nosotros (Vasconcelos) no había, ni en la capital, una sola biblioteca moderna bien

servida. La nacional instalada en edificio bello, pero impropio, ha sido y sigue siendo

almacén de libros más bien que casa de información y lectura…

Hacían falta pues, edificio y libros. Para llegar a obtener ambos era necesario

despertar el interés del pueblo en la lectura. ¿Y por dónde ha de empezar el que

quiere hacer leer? ¿Hay en el mundo persona culta que niegue que el comienzo de

toda lectura culta esta en los autores clásicos de la humanidad...?”14 El plan

vasconcelista era sencillo en el trazo, pero gigantesco en cuanto a su extensión;

primero crear escuelas, y se crearon a fuerza de trabajo duro constante, en esos días

de mil novecientos veinte las escuelas eran poco más que casones descoloridos a

13 Todavía en el año 2009, por más impresionante que resulte.14 Vasconcelos José, El desastre, México, Jus, 1979 p. 36.

donde los padres enviaban a sus hijos a retozar, no a aprender15, con maestros bien

intencionados pero sin elementos para desarrollar la educación que necesitaba el país,

era necesario pues, construir todas las escuelas posibles; no obstante el maestro no

era ingenuo, sabía que el tiempo de su gestión y el gasto público que se le brindaba

(poco si se le compara con el que se le brindaba al Ministerio de Guerra) eran

limitados para llegar a todos los rincones de la República que necesitaban educación,

así que instruyó una ingeniosa campaña bajo el lema: “todo aquél que sepa, debe

enseñar a todo aquél que no sabe”, y los maestros honorarios comenzaron a pulular

por todo el país, en las viviendas de las amas de casa de clase media y de clase

burguesa, de los profesionistas, en fin, de todo aquél que sabía leer y escribir, se

impartían lecciones a los indígenas16, a la clase trabajadora del campo y de la ciudad,

disminuyendo con esto el analfabetismo a razón de cincuenta mil analfabetos menos

por año17, los autos con libros ambulantes comenzaban a circular, se repartía leche en

las escuelas y todos estaban ansiosos de colaborar en tan egregia obra.

A continuación se citará lo que era el eje y objetivo de la escuela para

José Vasconcelos narrado de sus propias palabras: “Se ha dicho que el niño es el eje

de la escuela. Esto es absurdo. El niño no es el eje, sino el fin y el objeto de

enseñanza. El eje de la escuela no puede ser otro que la consciencia del maestro.

Tampoco es válido mirar al niño como eterno infante. Lo que interesa en el niño es su

contenido, o sea, el embrión del hombre. Lo más delicado en el niño es el desarrollo y

el educador deberá dirigirlo y no únicamente limitarse a observarlo. Discutir entonces

si el centro de gravedad de la escuela está en el alumno o está en el maestro es

gastar energías que hacen falta para establecer la colaboración cordial necesaria. A

veces el niño expandirá el alma en ansia de luz. Otras veces el maestro se verá

obligado a despertarlo del sopor de la conciencia aún confusa. A diferencia del austero

15 Bueno, no es que ahora sean dignas y eficientes, pero si manifiesto que en esos días se encontraban en condiciones de peor deterioro, por lo cual podemos imaginar la magnitud del problema.16 El propio Vasconcelos indicaba ya lo que podía (y al fin sucedió) suceder a los pueblos indígenas: “existe el peligro de un indigenismo que no se propone consolidar la obra española dentro de la cual el indio se ha conquistado una patria (después de habérsele arrebatado la que tenía, claro), sino destruir, denostar la obra de España a fin de que el indio, se quede otra vez a merced de ideologías nuevas (el cristianismo protestante estadounidense) y extrañas que son el antecedente de una nueva y más peligrosa conquista” Vasconcelos José, el desastre, p. 55.

17 Claude Fell, José Vasconcelos, los años del águila, 1920-1925, p. 46.

pedagogo antiguo, sin caer en las exageraciones del que renuncia a toda autoridad,

procurará el maestro hacerle sentir lo menos posible pero manteniéndose alerta a fin

de auxiliar cuando convenga. Compárese mentalmente al maestro con Virgilio, que

sabe acompañar a un genio por los caminos del infierno, purgatorio y paraíso. Por lo

mismo ejerce su autoridad con sabiduría, inteligencia y consideración.

Lo intelectual y lo físico se corresponden en nuestra clasificación porque damos a lo

intelectual únicamente el alcance objetivo que le señala Bergson. Así lo aplicamos con

exactitud a la ciencia y sólo como auxiliar en las disciplinas de criterio propio como la

moral y la estética. Nos daría pues nuestra triple división: física, ética y estética un

plan de ordenamiento de materias más o menos como sigue:”18

CONOCIMIENTO OBJETIVO O CIENCIA

DE LOS HECHOS.

MATEMÁTICAS

GEOGRAFÍA

HISTORIA NATURAL

FÍSICA Y QUÍMICA

LÓGICA

CONOCIMIENTO ÉTICO O CIENCIA DE

LA CONDUCTA.

BIOLOGÍA

FISIOLOGÍA

PSICOLOGÍA

MORAL-HISTORIA

SOCIOLOGÍA

CONOCIMIENTO ESTETICO O SEA

CIENCIA DEL ESPÍRITU

PLÁSTICA

MÚSICA

POÉTICA

FILOSOFÍA

RELIGIÓN

Valioso esquema para todo aquel que pretenda impartir una educación

de calidad, la división por materias de Vasconcelos se respeta más o menos en

escuelas como la Escuela Nacional Preparatoria.

Ya solucionado el problema de que se va enseñar y con que fin, se

hacen necesarias las bibliotecas ¿Para qué enseñar a leer sino se tiene que leer? Una

vez que el arcano misterio de las letras se descubre ante la mente aún aletargada del

pequeño, se le debe bombardear con lo mejor de la lectura, se le deben acercar los

libros clásicos a fin de que tenga las bases suficientes para desenvolverse en el 18 Vasconcelos José, de Robinson a Odiseo, Cámara de Senadores, México 2002, pp. 51, 53, 55, 57.

mundo, y paso a paso creé su propia conciencia, que lo llevará a aportar en grande a

la obra magnánima que es el engrandecimiento de su Nación; ahí donde Vasconcelos

ponía una escuela, se ponía también una biblioteca bien seleccionada, se repartían

ejemplares gratuitos de La Ilíada, La Odisea, Fausto, Platón, cien clásicos relata

Vasconcelos fue a lo que se llegó a editar, y ante ésta situación no faltarán aquellos

ramplones que digan una y otra vez: “pero si son libros muy complicados para la edad

de los niños, hay que darles para su edad” y ahí tienen a los pobres leyendo

historietas burdas, con situaciones simples que no estimulan en nada su inteligencia; y

ahí van los pobres niños de hoy en día, creciendo sin “forzar” su inteligencia,

navegando en los mares televisivos de la ignominia porque sus padres piensan que no

pueden entender a los clásicos, y al llegar a la adultez, esa edad donde

supuestamente ya podrían entender libros de esa “complejidad”, siguen sin leerlos, y

no estimulados intelectualmente desde sus inicios como escolares, el hartazgo y la

rutina los convierten en hombres masa, situación que hubiese sido remediada con la

lectura de un Dante a temprana edad. Los niños no son imbéciles, los imbéciles son

los padres que los limitan y los tratan como si lo fueran, continuando los vicios que

ellos mismos no han podido quitarse, ni se quitarán nunca hasta que este país deje de

menospreciar a su fuerza vital más capaz: los infantes. Una imaginación aún no

envilecida ni despojada de vivacidad ¿Qué clase de interpretaciones inimaginables y

augustas podría generar de la lectura de un Goethe? Dejemos que los niños se

acerquen a lo mejor desde la edad temprana, y este país comenzará a tener cambios

excelsos hacia la dignidad cultural, y nacional, sigamos pensando en el término “niño”

como algo de menor categoría, y nuestra condena será siempre el atraso y la

ignominia.

A algunos hombres se les reconoce por sus obras escritas, a otros

como el caso de Nietzsche, se le llega a conocer con mayor amplitud por sus obras

musicales que denotan un aspecto de su personalidad que esclarece muchos

actuares, buscando, se encontró una descripción que Vasconcelos hace de lo que

debió ser la Biblioteca Nacional de México, y esa descripción en sí misma, da un

acercamiento de su personalidad basada en el diseño arquitectónico que no se debe

dejar de compartir: “En el México regenerado previamente a sangre y fuego19, podría

construirse la primera biblioteca hispanoamericana como sigue: una gran cúpula 19 Éste libro ya lo escribía Vasconcelos después del robo electoral por el poder ejecutivo en 1929, con su expresión se refiere a la consumación de la lucha armada que sacase a la camarilla de Calles y posteriores del país.

central bizantina cubierta en el exterior de oro o de porcelana amarilla de la antigua de

México que imita el oro. La cúpula será más ancha que alta para evitar todos esos

parecidos con Miguel Ángel, renacentistas, barrocos etc. Cúpula lo más bizantina

posible, redonda y levemente aplanada, como el firmamento desde la llanura, por

dentro estaría revestida de mosaico también bizantino y tendría tal y como las cúpulas

bizantinas un cristo en la función de salvador del mundo, ¡por la sabiduría de la

revelación y la gracia del padre! Una trinidad perfecta o lo que es lo mismo la imagen

de la total sabiduría que se contiene en los libros de la biblioteca; la agia Sofía de los

alejandrinos y de Bizancio, la sagrada sabiduría en el ministerio de la trinidad. Bajo

ésta copula de milagro quedaría al salón principal de lectura. El mosaico sería

entonces, como una síntesis suspendida sobre la cabeza de los lectores humildes o

geniales. El cimborrio se dejaría sin vitrales, para dar libre acceso al juego de los rayos

del sol. En las pechinas 4 ángeles de tipo característico representarían las cuatro

razas principales de la familia humana que aspira a la luz; un ángel negro, uno

indígena, otro asiático y otro blanco: las cuatro razas ya establecidas en el mundo

nuevo cuya misión es fusionarse. Los arcos torales ajustados al gusto bizantino,

decorados con mosaico en oro azules y rojos reposarían en capiteles finamente

tallados a lo Bizancio sin volutas ni acantos estériles. El fuste de las columnas luciría

los mejores mármoles del país en colores variados así como las pilastras y tableros.

Una profusión de leyendas y pensamientos ilustres se mezclarían al mosaico de los

muros como para precisar la meditación excitada por la lectura. En los retablos y en

lienzos adecuados se fijarían perfectamente en mosaicos escenas celebres de la

cultura; Sócrates en su ultimo cenáculo, Nietzsche soñando a la media noche el

retorno eterno, Dante asomado a las estrellas, la elevación de la hostia del Berruguete,

Cortés derribando ídolos. Bajo un esplendido arco o bien en el ábside se podría

levantar el monumento a Platón con su cabeza de mármol, la más bella de todas las

cabezas humanas. La sala en paralelograma se pondría bajo la nave central con

bóveda de cañón sin una sola nervadura gótica y comunicada con las naves laterales.

Anexos a éstas se crearían capillas o salas para secciones especiales de la biblioteca.

Los anaqueles ocuparían el zócalo de todos los muros pero evitando canceles que

obstruyan la vista pues lo esencial será conservar la sensación de espacio que es

tónico del espíritu y casi su terapéutica. Sólo bajo una alta bóveda se piensa bien y los

que han pensado mejor lo hicieron bajo el firmamento o bajo las estrellas.20 Esa

biblioteca magistral debía construirse en el edificio que hoy ocupa el ramplón hotel

20 Ibídem, pp. 246, 247.

frente a la alameda central en la Ciudad de México, queda como tarea para la

reivindicación nacional futura, arrebatar ese edificio a los dueños como símbolo de

soberanía, y derrumbarlo hasta sus cimientos para edificar la gloria que describe

Vasconcelos como monumento al triunfo de la cultura sobre el comerciante.

Por último, pero no menos importante, era La Dirección de las Bellas

Artes; un pueblo que busca, crea y exige crear de su gobierno espectáculos con ésta

categoría, será un pueblo que admira y es consciente de la belleza, entendida como

una armonía de conjuntos, y por tanto, buscará ésta en todos los aspectos de su vida,

incluso en su organización; el concepto de belleza nos ha sido negado y hemos sido

renuentes de él, de lo cual se deduce el caos que como país somos, sometidos a las

barbaries de los deportes vulgares de masas como el futbol, o condenados al

entretenimiento ramplón de la televisión; reflejamos lo más íntimo de nuestras

conciencias en el estado que guardan nuestras calles, en el modo que vivimos

organizados (si a esto que vivimos podemos llamarle organización), siendo una raza

mestiza21 de inigualable cultura nos hemos conformado con lo grotesco que el mundo

yanqui ofrece. Vasconcelos sabía ya por esas fechas que el pueblo que no es

orientado en un sentimiento de belleza, está condenado a la barbarie, y en un intento

de remediar esta situación, traía espectáculos de primer nivel que cautivaron y

forjaron generaciones conscientes, pero como pasa siempre, cuanto más consciente

es una sociedad, más estorbosa se hace para el tirano, pues más exigente es, y nos

debían callar de nuevo en 1968, que sin abundar mucho al respecto, fue una

generación producto de esta obra vasconcelista que hoy día se niega a morir, y todo lo

mejor que como educación tenemos son los antiguos modelos del maestro tanto en las

primarias, secundarias, en La Escuela Nacional Preparatoria y en las Universidades

públicas, donde se refugia tímidamente el espíritu creador del pueblo mexicano el cual

21 La raza mestiza era entendida por Vasconcelos en los siguientes términos: “La ventaja de nuestra tradición (mestiza) es que posee mayor facilidad de simpatía con los extraños. Esto implica que nuestra civilización, con todos sus defectos, puede ser elegida para asimilar y convertir en un nuevo tipo a todos los hombres. En ella se prepara de esta suerte la trama, el múltiple y rico plasma de la humanidad futura. Comienza a advertirse éste mandato de la historia en esa abundancia de amor que permitió a los españoles crear una raza nueva con el indio y con el negro; prodigando la estirpe blanca a través del soldado que engendraba familia indígena, y la cultura de Occidente difundida por medio de la doctrina y el ejemplo de los misioneros que pusieron al indio en condiciones de penetrar en la nueva etapa, la etapa del mundo Uno. La colonización española creó mestizaje; esto señala su carácter, fija su responsabilidad y define su porvenir. El ingles, siguió procreando solo con el blanco, y exterminó al indígena; lo sigue exterminando en la sorda lucha económica más eficaz que la conquista armada. Esto prueba su limitación y es el indicio de su decadencia. Vasconcelos José, La raza cósmica, p. 14.

no sólo no se ha expandido, sino que se están retrayendo cada vez más, pues el

sistema no puede darse el lujo de tener un pueblo culto.

La preparatoria guardó un punto de importancia para Vasconcelos,

llevándola a su desarrollo pleno con la creación de modernas instalaciones y creando

un arquetipo de estudiante preparatoriano que debía terminar con aquel lánguido

adicto al cigarro, él mismo nos describe él propósito: “Lo que hice (Vasconcelos) con

los maestros de canto lo repetí también con los de educación física. Desde hacía

tiempo era mi ideal hacer del preparatoriano un tipo de eficiencia física, moral e

intelectual; aspiraba a que pudiera reconocerse entre mil, al preparatoriano joven

como ocurre con el cadete de West Point, o como ocurría en tiempos de Don Porfirio

con el cadete de Chapultepec. ¡Joven atlético, culto y cortés, dispuesto a usar el

talento y la fuerza en el servicio de la justicia! Quería desterrar de nuestro ambiente

universitario el preparatoriano de tipo usual, enclenque, pálido y de músculos

fláccidos, en la boca el cigarrillo, en los dedos la mancha de nicotina.”22 Ese perfil de

preparatoriano resultó difícil de manejar y peligroso para el sistema, hoy en día sólo a

los pocos “privilegiados” que están en las preparatorias de la UNAM se les desarrolla

bajo esos parámetros integrales de cultura física, artística e intelectual, los demás

están perdidos en bachilleratos simplones que parecen más escuelas del crimen y

centros para embarazarse que verdaderas sedes de preparación para la universidad;

no hay ejemplo más claro que éste para darnos cuenta de que la obra vasconcelista

fue detenida, e incluso, destruida con vehemencia.

Así, en tres años de gestión en el Ministerio de Educación (parco tiempo

tres años para el tamaño de la empresa), Vasconcelos comenzaba a verse distraído

de sus labores, pues ya comenzaba a presentarse el fantasma de Plutarco Elías

Calles, sucesor hecho por Obregón y que al final vería éste su suerte en aquél ¿Por

qué digo esto? Como ya enuncie, en el inicio de su mandato Obregón había prometido

no meterse en la elección de presidente, dejaría el gobierno en aquél que el pueblo

decidiese; no obstante, el poder corrompe hasta a los más templantes espíritus, y

Obregón decidió que Elías Calles debía ser su sucesor, creó una quimera maléfica

que solo estuviera sustentada en la aprobación de él mismo, pero al final esta quimera

tomo fuerzas propias y se rebelaría contra su creador, desconociéndole y creando su

propia dictadura. Adolfo de la Huerta comenzaba a sonar como el opositor de Calles e

incluso aquél había renunciado al Ministerio de Hacienda para oponerse a éste, pero

22 Vasconcelos José, el desastre, p. 115.

eligió la fuerza bruta por encima de la civilidad creyendo poder “tronar” a Obregón por

la fuerza; no solo no pudo con esa tarea, sino que consolidó a Obregón en el objetivo

de designar testaferro para sucederlo, y así, comenzarían los más de setenta años de

imposición electoral en México23. Bajo esta coyuntura, Vasconcelos no podía esperar,

tenía que rematar su obra con algo monumental, y el tiempo se le venía encima;

presintiendo ya que su obra no se continuaría y que se dejaría al olvido, intentaba

realizar los últimos logros para dejar la tarea más complicada a su sucesor: la tarea de

superar lo hecho por Vasconcelos (evidentemente que en gobiernos militaroides éste

reto no significa nada mientras se tiene un pueblo callado y servil); así, la creación del

Estadio Nacional se hacía no solo imperiosa sino urgente, pues antes que transigir con

lo que se venía, Vasconcelos tomaría a su familia, y guiado por el honor se exiliaría a

un país sólo para regresar a intentar acceder al cargo en el poder ejecutivo federal,

ese que hubiera hecho que México resplandeciera hoy día.

Regresando al Estadio Nacional, esta obra magnífica llevaba en sí

misma el espíritu de todo el personal del Ministerio de Educación, todos los empleados

(bien pagados, cabe decirlo) aportaron un día de salario para completar los gastos que

requería erigir la obra culminante del vasconcelismo, donde cabía el deporte claro,

pero primigeniamente se buscaba un resguardo para el canto y la danza al aire libre, al

estilo griego; su inauguración fue pomposa y digna de un nacer nacional; ubicado en

terrenos del Panteón de la Piedad (lo que hoy es la colonia roma en México D.F.), fue

futuro vestigio de que en un “país de esclavos”, se había intentado una obra de

civilización. Lo que sucedió a ese estadio es ejemplo claro y palpable… lacerante de lo

que se vive desde aquel entonces y hasta nuestros días en México: con pretextos de

deficiencia en la construcción, el Estadio de Vasconcelos fue derrumbado por ser “un

peligro de estructura”; lo dije antes, el régimen tenía que eliminar toda huella de obra

creadora, todo lo que representase la posibilidad de un México culto y libre, todo debía

ser eliminado, y así, en lugar de ese Estadio que pudo ser conservado, modificado,

incluso derrumbado para construir uno mejor que cumpliera los efectos programados

por Vasconcelos: dar solaz a las almas, dar regocijo en el teatro al aire libre, en la

ópera, en la danza, en lugar de ser substituido, mejorado si se quiere, fue derrumbado,

y en su lugar queda la nada, un baldío indigno y nada más. El deterioro de ésta parte

23 Así, se sucedían los años ignominiosos del pueblo de México, y aun cuando se nos permitió por fin elegir presidente de manera libre, la conciencia ignara llevó a un Vicente Fox a ocupar el cargo. Nadie entiende, que mientras esta Nación no se eduque, todo el aparato político es oropel que sólo sirve para mantener a la clase hegemónica.

de la ciudad de México donde se situaba el Estadio Nacional, es muestra palpable de

lo que ha sucedido en México, permitimos que el patrimonio que nos heredase

Vasconcelos se olvidara, se perdiera. Ese es el México que vivimos, el México de

bárbaros y de comerciantes, el México que desprecia la cultura, el México donde un

presidente miniatura sale todos los días en los medios de comunicación a informar de

su “trabajo”, a decir que no le importa sacrificar a la mitad de la población mexicana en

pos de vencer en su guerra contra el narcotráfico, como si ese problema fuera culpa

de los narcotraficantes, los cuales existen porque existen gentes que consumen,

porque la población nacional esta en una etapa de nihilismo desgarrador.

En la página siguiente se mostrarán algunas imágenes de lo que fue el

glorioso Estadio Nacional que Vasconcelos creó para México, y el estado que guarda

esa zona hoy día; la primaria “Benito Juárez” que se encuentra a un costado de donde

estaba el Estadio sigue magnánima y orgullosa, “negándose a morir” no importándole

las fragmentaciones y los descuidos de que sea víctima, como sabiéndose el último

valuarte de la obra del que intentase traer cordura a este país, y a su costado, ya no

hay sino patibularias canchas y un parque sórdido, allí es donde en el futuro, cuando

éste país recobre la cordura, deberá erigirse de nuevo ese Estadio Nacional con el

doble de magnificencia, y entonces será el símbolo de que los mexicanos hemos

renacido a la grandeza y regresado a cultivarnos una identidad nacional, esa que hoy

día no aparece por ningún lado.

Estadio Nacional Ciudad de México D.F. 1925, ubicado en la esquina que hacen ahora la calle de Jalapa y la calle de Antonio M. Anza

en la colonia roma sur de la mencionada ciudad.

Estadio Nacional en México D.F. 1925.

Situación que guarda actualmente el espacio en el que se ubicó el “Estadio Nacional” y que sirve como “bodega” de escombros al

Gobierno del Distrito Federal.

Es una deplorable imagen, hoy sirve para guardar escombros del Gobierno del Distrito Federal.

Con el relato de lo que finalmente acaeció con el Estadio creado por

Vasconcelos24 en una época de aparente renacimiento cultural, rematado con la ignominia

presente, me gustaría transcribir (no sin murria) el vaticinio que hacía Vasconcelos ya en

esas épocas tempranas de lo que pasaría con su obra, y que ya para dos mil doce se

hace difícil corregir, aunque no imposible: “Contemplaba con tristeza las oficinas

suntuosamente decoradas por los mejores artistas de la época, y en la mejor época del

arte mexicano. Todo estaba envuelto en simbolismos de carácter universal que no

llegarían ni a comprender los imbéciles que habrían de sucederme. Entre la mayoría de

los empleados había consternación. Paco Morales, siempre entusiasta y leal, quiso mover

al profesorado. Lo convencí de que no había nada que hacer25. Sólo de un movimiento

nacional que barriera las facciones, que cambiara el corazón de los ciudadanos, podía

esperarse algo.

Entretanto (le dije), ya esto está muerto desde hace tiempo, lo está desde que Obregón

se decidió a apoyar a Calles, pues no se concilian los esfuerzos civilizadores de un

Departamento con el plan de entregar la presidencia a un salvaje. Había sido un bello

sueño el propósito de levantar un país por medio de la educación. Cuando apenas

comenzábamos, nuestro presupuesto fue burlado y reducido para pagar tropas adictas,

para enriquecer a generales, para fortalecer el nuevo militarismo que nos deshonra desde

hace un siglo… Yo (Vasconcelos) me retiraré a la vida privada Paco, me dedicaré a

escribir. He perdido aquí cuatro años de mi vida. No dejo en firme sino unos cuantos

edificios que no tardaran en ser albergue de fariseos. Y precisamente porque nuestra obra

ha sido aquí noble y fecunda ella se volverá contra nosotros. No nos será perdonada.

Usted no volverá a figurar porque es honrado y leal, y así los mejores, en esta tarea

gloriosa y malograda por el ambiente, no levantaran la cabeza. Sobre mi (Vasconcelos)

como sobre ustedes, pesará el estigma de haber sido probos entre los pícaros, aptos

entre los ineptos, patriotas entre mercenarios, nobles entre rufianes. Y porque nuestra

obra y nuestra presencia será una acusación viva contra la iniquidad de los que vienen,

no nos dejarán en paz, procurarán aniquilarnos, para que no quede en pie ni el reproche

24 En los archivos del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE) los referentes a la caja 31 expediente 399, encontramos toda una discusión epistolar que se suscitaba por definir quien era propietario del Estadio Nacional creado por Vasconcelos, si la SEP o la Universidad Nacional, incluso en alguno de esos documentos se lee que la SEP tomó posesión por la fuerza del recinto. Jamás se lee que se tuvieran planes de crear otros 50 estadios nacionales a nivel Republica Mexicana, jamás se lee que se hable de ampliación, sólo se dedicaron como buitres a arrebatarse la propiedad de la obra del egregio.25 Podría leerse contradictorio que alguien de la potencia creadora de Vasconcelos, se notara con este “conformismo”, pero no olvidemos que la última batalla contra los poltrones estaba por librarse en la campaña política por la presidencia en 1929.

de nuestra presencia frente al mal que se nos viene encima. Ya verá a ese Calles,

posesionado del mando. Me ha tocado a mí verlo tirado en cama, con la neuritis,

agarrándose la pantorrilla acalambrada y gritando de dolor y de rabia. Así ocupará la silla

presidencial, litera de su parálisis progresiva, desde la cual, cada grito de dolor ha de

convertirse en una orden para el fusilamiento de un patriota.

Salían del despacho los amigos y asomaban a la Secretaría Particular donde laboraban

cabizbajas las taquígrafas. En un rincón tenía su mesa mi fiel amigo dominicano Manuel

Cestero. Enemigo de todas las tiranías del continente, el pobre muchacho cuarentón

hallábase consternado del desastre nacional. ‘Lo que pudo ser México para toda la

América, Pepe’, decía y callaba.

Afuera, el patio sin escalera era símbolo de tantas cosas como quedaban a medias. Por

toda la República teníamos obra que se quedaría sin concluir, peor aún, seria desvirtuada,

prostituida, traicionada…”26 Desgarrador testimonio, pero nada más cierto, un bello sueño

había sido el intentar levantar un país por medio de la cultura, proveerlo con las armas del

criterio propio y la identidad con el fin de que supiéramos castigar a los tiranos y jamás

permitirles ascender al poder, tener con la educación medios para someter y tener quieto,

amarrado, al comerciante, desempeñando su función de proveer y distribuir pero jamás

darle la opción de mandar; todo tirado a la basura, usado sólo como medio de difusión,

una obra más que pasó a ser formalismo de legitimación de todos los regímenes

posteriores.

Citare un último testimonio de palabras del creador de la obra, para indicar

como terminó aquel hermoso sueño, intentado calar en la conciencia del lector para poder

algún día retomar esta prócer obra y llevarla a su culminación con un país educado capaz

de hacerse respetar: “Lo que aquí relato (Vasconcelos) es, por lo menos, la historia de un

bello despertar que enseguida se apagó en la sombra; la angustia de un aborto. Todo fue

labor de unos tres años y labor de un Ministro, no de un presidente. Y el poder de un

ministro en nuestro régimen constitucional es nulo; por eso, a pesar de la resonancia

nacional que tuvo nuestro ensayo, no quedó al día siguiente ni quien lo defendiera, menos

quien lo continuara. Al contrario, toda una sucesión de voluntades perversas se coludió

para anularlo, pulverizarlo. No lo corrompieron porque lo que es diamante solo se aniquila

a golpes de masa, pero lo volvieron polvo de oro, con que taparon sus desnudeces; grasa

hipócrita de sus corrupciones y supercherías.

26 Ibídem., pp. 182, 183.

Con dolor hablo de aquellos esfuerzos malogrados; dolor por la patria que se ha perdido

en el desastre y no porque a mi me haya privado de nada, pues más dinero he tenido

después, en ocasiones, y más tiempo libre para mis propios ejercicios de la fantasía. Y

hasta más ufanía me procura, si de vanidad queremos ocuparnos, la evidencia del fracaso

determinado por mi separación. Ufano estaría y no despechado, si sólo por egoísmo

hubiese actuado. La obra, sin embargo, no se habría producido si sólo egoísmo la

hubiese guiado. Y es altivo y desolado el dolor con que hoy rememoro las oportunidades

que perdió mi gente, cuando dejó derrumbarse todo aquel edificio que hubiese sido una

especie de corsé contra la lasitud de la raza y un campanario de sus clamores, una torre

de sus anhelos, si la inepcia y la traición no lo echan abajo.

Cada escuela de la capital según nuestro proyecto, debería tener un campo deportivo, y

llevábamos ya inaugurados, concluidos, media docena por lo menos. Antes de aquella

administración no existía uno sólo. Más tarde los ministros, a imitación de estrellas de

Hollywood, se han hecho piscinas lujosas pero en sus casas particulares; ni una sola para

los niños de las escuelas.

Obregón, que tanto gozó el día en que inaugurábamos la primera célula artístico-deportiva

en la escuela flamante Belisario Domínguez (baños, gimnasio, piscina, estadio), estaba

destinado a convertirse en el destructor de su propia obra. Durante los años que gobernó

por intermedio de Calles, no hubo quien continuara lo bueno de su administración, pero si

muchos que le empeoraron todas las inepcias, todos los vicios en potencia. Los vicios

estaban, según ya lo supondrá el lector, en el ejército. El instituto que después de haber

sido desdeñado y casi vilipendiado por Obregón, que tan bien lo conocía, comenzó sin

embargo a ser festejado, favorecido, porque se acercaba la hora de las matanzas, la

supresión de la voluntad colectiva en beneficio de un presidente testaferro, mediante el

cual Obregón soñó retener indefinidamente el poder.”27 Tal vez las citas son extensas,

pero considero que no existe mejor testimonio de lo acaecido que el que nos da la fuente

directa de la autobiografía de Vasconcelos, confortémonos un poco trayendo a la memoria

estos pasajes que llenan de indignación al corazón justo que no se conforma con el

estado que guardan las cosas, corresponde a nosotras las nuevas generaciones aprender

de lo sublime, y aspirar a su imitación y trascendencia.

27 Ibídem., pp. 134, 135.

Condeno, a todos aquellos que indican como la mejor de las estrategias dar

continuidad al gobernador del Banco de México para dar estabilidad a las bolsas, a los

tipos de cambio y demás nimiedades, y por otro lado se reparten la Secretaria de

Educación como un lugar al que cae un político “mientras” le consiguen algo “digno” de él;

los repudio y los denuncio, en pleno año 2009 , estando el gobierno de Felipe Calderón a

la mitad de su sexenio, se cambió a la Secretaria de Educación: Josefina Vázquez, para

que compita por una diputación, situación que indica que, además de carecer de talento,

de ser por demás una impreparada, no tuvo interés alguno en utilizar esa Secretaría de

una manera adecuada, integral, con propósito, rematando la ignominia del proconsulado

encabezada por el indigno “jefe” del Ejecutivo Federal, con el nombramiento del señor

Córdova, medico de quinta calaña puesto al frente de la otrora inmortal Secretaría; y así

llevamos ya muchos, muchísimos sexenios. La educación es en sí misma una forma de

Estado, el mismo imperio yanqui no encuentra justificación de existir más lógica que su

inversión en aquella, todos sus adelantos tecnológicos para guerra y todos los hombres

de Estado que logran mantener control sobre el mundo, son posibles gracias a que la

educación toma un lugar privilegiado en la sociedad yanqui, no los enaltezco, pero si

indico que hasta para hacer el mal se debe tener a la educación en un lugar privilegiado.

Orientar todos los esfuerzos gubernamentales alrededor de la educación del pueblo es

crear verdaderas democracias, es crear Estados de equidad, un pueblo que es educado

es un pueblo consiente, ésta es la forma de hacer política, de gobernar que Vasconcelos

proponía para el país.

La acción educativa eficaz y constante, acompañada de un nacionalismo

que se dedique a explotar y distribuir la riqueza sin influencias exteriores, es lo único que

va sacar a este país del hoyo en donde se encuentra, es la única manera que tenemos de

evitar seguir desperdiciando la obra de nuestras mentes más claras convirtiéndolas en

ruinas espantosas; el Estado que propongo para el futuro inmediato, es aquel Estado que

combata eficazmente a la televisión y sus promesas hueras de enriquecimiento rápido, y

su función de exaltación de las pasiones humanas más bajas; programas matutinos

completos de nueve de la mañana a cuatro de la tarde se dedican sin descanso a obstruir

la mente de todo un pueblo que abandonado a la “buena de Dios” se idiotiza horas y

horas ambicionando lo oropelesco que el aparatejo ese les ofrece y no les cumple. Ese

debe ser el Estado, el Estado que combate tenazmente estas situaciones deplorables;

entendamos de una vez por todas que la educación siempre ha sido la única manera por

la cual este pueblo puede acceder a un verdadero cambio, pues ninguna revolución,

ningún modelo de Estado o económico sea cual sea podrá ser eficiente, y más que eso,

real, sino es aplicado en un pueblo crítico que sabe defender lo justo y denunciar el

atropello.

Culmino el presente transcribiendo una carta que escribieron al Secretario

de Educación seis años después de que Vasconcelos había terminado su gestión como

Ministro del mismo ramo, si recordamos una de las citas antes señaladas donde se lee un

testimonio del apoyo que la población en general daba a los procederes egregios de

Vasconcelos, y los contraponemos a lo que citare a continuación, veremos en que

deformó esa obra educativa y como fue percibida por los mexicanos posteriores ya

empotrado el régimen priista en el poder:

“México D.F. agosto 18 de 1930Sr. Lic. D. Ignacio García TéllezRector de la Universidad Nacional de México Autónoma.Señor licenciado.-Hemos leído en los periódicos que usted desea conocer las opiniones y sugestiones que los obreros tenemos acerca de la Universidad que dignamente regentea y un grupo de compañeros me ha encomendado que le haga saber las ideas sobre el particular.Francamente consideramos que la Universidad no satisface su objeto y que no sólo es prácticamente inútil para el pueblo sino perjudicial.Vamos a explicarnos sobre éste asunto para que usted no crea que esto es producto de un perjuicio infundado.Hasta ahora el pueblo sólo ha visto surgir de la Universidad fifís farsantes y pretenciosos que la mayor parte se dedican únicamente dizque al cultivo de las letras y de ahí ha salido una legión de pedantes literatoides, escritorzuelos mediocres, poetastros extravagantes y profesionistas que a duras penas pueden ganarse la vida.Si usted mandara hacer una estadística de los estudiantes de la Universidad que han pasado por ella los últimos quince años resultaría que en su inmensa mayoría han sido políticos o modestos empleados del gobierno. Quizás de todos los médicos, abogados e ingenieros que se han recibido en los últimos años la mayoría están empleados en distintas oficinas de la Federación algunos con sueldos irrisorios o se han dedicado a la política que entre nosotros es una ocupación eternamente inmoral. Los que no están comprendidos en estas categorías llevan una vida miserable y están ligados constantemente por conseguir un puesto al lado de los más afortunados que viven del presupuesto.Esta estadística mostraría que había un porcentaje, insignificante, quizás no mayor al 5% de profesionistas salidos de la Universidad que viven independientemente y ocupan una regular posición social debido puramente a su esfuerzo y a su competencia. Esto constituye indudablemente un completo fracaso para la Universidad.Así pues el pueblo de México tiene que pagar los gastos de una Universidad inútil y de todos sus institutos, organizaciones etc. Seudocientíficas que son un refugio de nuestros sabios charlatanes y merolicos conferencistas y además tiene que proporcionar empleo a

alumnos de la Universidad cuando terminan sus estudios porque no sirven para otra cosa que para parásitos burocráticos y todo se paga con los impuestos que paga el pueblo que trabaja y suda para mantener tantos vagos.Después de lo anterior no le llamará la atención que le propongamos restringir todo lo posible la fabricación de profesionistas de la Universidad, la suspensión de los institutos, extensiones, direcciones, consejos, etc. Que no son más que pretexto para pagar sueldos, y la reforma de los planes de estudios de todas las escuelas con objeto de producir hombres de carácter competentes en su profesión y que vivan por si mismos, prestando un servicio a la comunidad, en vez de constituir una carga para ella.Le suplicamos que nos dispense nuestra franqueza al expresarnos de esta manera y quedamos sus atmos.- attos. Y ss. Ss.-José Ramón (rúbrica).”28

BIBLIOGRAFÍA 1. Archivo General de la Nación, Obregón Calles, Galería 3, caja 54, expediente 121-

E-E-14.2. Archivo Histórico de la SEP, campaña contra el analfabetismo, caja 3, expediente

303.3. Archivo Histórico SEP, Campaña contra el analfabetismo, caja 4 expediente 726.4. Claude Fell, José Vasconcelos, los años del águila, 1920-1925, UNAM, México

1989, p. 662.5. Cosío Villegas Daniel. Memorias, ed. Joaquín Mortiz S.A., 1986 México. p. 55.6. Documento ubicado en el Archivo Histórico de la SEP, bajo el titulo de: Campaña

contra el analfabetismo, caja 4 expediente 405. 7. Documento ubicado en el Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la

Educación (IISUE), bajo el rubro de historia Universidad, en la caja 31 expediente 400 folios 00109 y 00110.

8. Duverger Maurice, Los partidos políticos, México, 1980, Fondo de Cultura Económica, pp. 450,451.

9. Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE) caja 12 expediente 185 del apartado sobre la universidad.

10. Ortega y Gasset José, la rebelión de las masas, Madrid España, Ed. de la revista de Occidente, cuadragésima edición 1968, pp. 224, 225 y 312.

11. Vasconcelos José, de Robinson a Odiseo, Cámara de Senadores, México 2002, pp. 51, 53, 55, 57.

12. Vasconcelos José, El desastre, Jus, México, 1979.

28 Documento ubicado en el Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE), bajo el rubro de historia Universidad, en la caja 31 expediente 400 folios 00109 y 00110.