Martínez_Ernesto Sábato y El Mito Del Héroe

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Chasqui: revista de literatura latinoamericana Ernesto Sábato y El Mito Del Héroe Author(s): Z. Nelly Martínez Reviewed work(s): Source: Chasqui, Vol. 2, No. 3 (MAYO - 1973), pp. 30-42 Published by: Chasqui: revista de literatura latinoamericana Stable URL: http://www.jstor.org/stable/23213588 . Accessed: 24/11/2012 00:53 Your use of the JSTOR archive indicates your acceptance of the Terms & Conditions of Use, available at . http://www.jstor.org/page/info/about/policies/terms.jsp . JSTOR is a not-for-profit service that helps scholars, researchers, and students discover, use, and build upon a wide range of content in a trusted digital archive. We use information technology and tools to increase productivity and facilitate new forms of scholarship. For more information about JSTOR, please contact [email protected]. . Chasqui: revista de literatura latinoamericana is collaborating with JSTOR to digitize, preserve and extend access to Chasqui. http://www.jstor.org This content downloaded by the authorized user from 192.168.82.205 on Sat, 24 Nov 2012 00:53:04 AM All use subject to JSTOR Terms and Conditions

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Ernesto Sábato y El Mito Del Héroe

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  • Chasqui: revista de literatura latinoamericana

    Ernesto Sbato y El Mito Del HroeAuthor(s): Z. Nelly MartnezReviewed work(s):Source: Chasqui, Vol. 2, No. 3 (MAYO - 1973), pp. 30-42Published by: Chasqui: revista de literatura latinoamericanaStable URL: http://www.jstor.org/stable/23213588 .Accessed: 24/11/2012 00:53

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  • Ernesto Sabato

    y

    El Mito

    Del Hroe

    Z. Nelly Martinez

    Toda la obra de Ernesto Sbato

    ensayos y ficcin es testimonio de su profunda preocupacion por un mundo cuya extraordinaria riqueza ma terial corre paralela a su indigencia espiritual. En una civilizacin corno la contempornea, controlada por la razon y la ciencia y, consecuentemente,

    por lo conceptual y abstracto, incluso el hombre se ha convertido en una ab

    straccin ms. El ser se siente asf

    desgarrado de s mismo y enajenado del mundo e intuye su individualidad di

    suelta en una personalidado imperso nalidad colectiva y annima. Vfctima de un sistema que lo absorbe, el hombre

    contemporneo se ve privado, en el mun do externo, de toda posibilidad de tra

    scendencia y de liberacion. A la proyeccin hacia afuera que de

    fine la situaci6n del hombre actual de Occidente en su afn de dominar el mun do exterior, Sbato opone el vuelco ha cia dentro, hacia el hombre interior. De dicha inversion de valores depende, para el autor, la salvacin del hombre

    concreto e integrai, problemtica obse

    sionante en toda su obra. Sbato par te de la base de que por racionalista

    que sea su actitud, el hombre contem

    poraneo conserva intactas en el fondo de su psique las estructuras arcaicas de su origen: el hombre primitivo sobre vive en las honduras del inconsciente. Es precisamente esa dimensi6n mgica y no racional lo que Sbato propone recu

    perar, recobrando ed mismo tiempo la in

    tegridad originai del hombre. El viaje de descenso a los infiernos que el au tor preconiza ejecutado por Fernando Vidal Olmos en el "Informe sobre ciegos", tercera seccin de su novela Sobre Heroes

    y tumbas termina siendo tambien una

    trayectoria de regreso y se convierte, corno veremos, en el medio paura recobrar el sentido primitivo sagrado del in

    dividuo y de la vida.

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  • Es que el hombre primigenio, a diferencia del moderno, intuye una realidad absoluta que trasciende al mundo fenomenologico pero que se ma

    nifiesta en l y de la cual el mismo forma parte; de ahi que su visi6n sea

    la de un cosmos ordenado y sagrado.^ E1 hombre moderno, por el contrario, rechaza toda trascendencia en su afn de aferrarse al mundo material y so

    brevive en un orbe fragmentario y caotico que ha sido profanado a travs

    de siglos de modernidad. El viaje que Fernando realiza lo conduce hacia

    la recuperacion de la sacralidad del hombre y del universo a la vez que le

    permite despertar a la verdadera sabidurfa, aqulla que es otorgada por los

    dioses y demonios que yacen en el fondo del inconsciente individual y co

    lectivo: conocimiento secreto, para iniciados. En su personaje Fernando Vidal, Sbato ha re-activado una estructura

    arcaica fundamental, la de la iniciacion.3 El rito iniciatico tradicional

    se resuelve en una honda transformacin espiritual por la que el individuo

    sufre una especie de muerte pero solo para renacer a una mayor plenitud es

    piritual: el ser perece para lo profano y se reintegra a una dimension sa

    grada de la existencia. Toda la trayectoria de Fernando coincide con este

    rito arcaico y comprende las etapas tradicionales de aislamiento del mundo, descenso a las regiones infernales, retorno al estado embrionario y muerte

    y, finalmente, renacimiento a la plenitud de un nivel superior de concien

    cia.^ Mas aun, si consideramos los tres tipos de iniciacion entre los pue blos primitivos cabalmente estudiados por Mircea Eliade entre otros

    la del adolescente, la del aspirante a miembro de una sociedad secreta y la del hechicero o chamn de la trib, la experiencia de Fernando coincide

    exactamente con la de este Ultimo. De hecho, el chaman5 equivale, entre

    los pueblos arcaicos, al mistico y poseido de todas las epocas. Pero mien

    tras los visionarios poetas y locos son los proscritos de la sociedad

    contempornea, el hechicero era en la suya el curandero de las almas, gufa

    espiritual de la comunidad. El rito de iniciacion a su vez coincide con el arquetipo muerte-rena

    cimiento que Carl G. Jung ha elucidado en sus trabajos^ y que sigue molde

    ando la vida psiquica del individuo aunque generalmente en el nivel incon

    sciente: los resabios del rito de pasaje aun presentes en el culto de la

    tradicin judeo-cristiana de Occidente se han convertido, por lo general, en meros rituales vaclos de hondura espiritual.T En concreto, lo que S

    bato propone para el hombre contemporneo es la muerte mistica de los ini

    ciados en las tinieblas de la psique y el renacimiento a otra dimension de

    lo real; retorno al origen corno medio para recobrar la esencial unidad del

    hombre. Se trata, en suma, de lograr que el rito de iniciacion vuelva a

    ser lo que era para el primitivo: una experiencia consciente de total trans

    mutacin espiritual, un asumirse pienamente y una apertura a la dimension

    sagrada de la existencia. De hecho, todo rito de pasaje evoca y asf ocurre en la odisea de

    Fernando Vidal aquella iniciacion extendida que es la estructura arque

    tfpica del hroe mitico. En ultima instancia Fernando encarna, para S

    bato, al hroe moderno por excelencia. La estjructura paradigmtica de la

    ruta heroica monomito, corno la designa Joseph Campbell adoptando la ter

    minologia de James Joyce comprende paralelamente las tres etapas de ais

    lamiento, iniciacion y retorno. La trayectoria del hroe sabatiano est

    estructurada exactamente de acuerdo a esa ruta circular pero dirigida no

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  • hacia afuera sino hacia el centro del ser. Es alli, en los abismos de la subconciencia, donde el hroe debe pelear sus batallas y ganar sus victo rias: los monstruos del mito arquetipico se encarnan en el no menos terr rffico universo nocturno de las profundidades de la psique, el mundo de la sombrai de Jung. Fernando Vidal se llama a s mismo investigador del Mal pero su aventura lo lleva mas alla del mero rastreo de vestigios y cul mina en un encontronazo final: este constituye la batalla decisiva en la que el hroe sera destruido pero slo para renacer a una nueva dimensin existencial.

    El lado nocturno de la realidad forma, para la mente primitiva, una parte intrinseca e incuestionable de la misma. Por el contrario, siglos de civilizacin racionalista y de tradicin judeo-cristiana que postulan el Mal corno tin principio metafisico externo al ser, han incapacitado al hombre moderno no solo para aceptarlo sino para enfrentarlo tambien. Cla ro est que no todos pueden hacerle frente pero tambien es cierto que un alma verdaderamente heroica puede y debe hacerlo por los dems. Fer nando es ese hroe, el chamn moderno; en suma, es el Poeta.10 Como las figuras heroicas del mito arquetipico, el autor del Informe es un ser su perdotado que trasciende la condicion humana y que, de alguna manera, re dime a los dems. De hecho, para Sbato los poetas y en general todos los grandes artistas ocupan en la sociedad moderna el lugar del hechi cero primitivo y consecuentemente los define corno aquellos "seres (que) intentan recuperar...aquella armonia perdida...y (que) se convierten en intrpretes y hasta en salvadores (dolorosos) del destino colectivo."H

    En conclusion, la problemtica que Sbato ha objetivado en su per sonaje Fernando Vidal puede entenderse, empleando una frase de Jung, corno la odisea del hombre moderno en busca de un alma; para Sbato el poeta de viene el medio por el que est aspiracion humana puede materializarse. La extraordinaria vision que lo posee le abre las puertas del reino del mis terio; la experiencia primordial del vate, segun la ha designado Jung, es un adentrarse en el abismo del inconsciente y un enfrentar el peligro de su cumbir en la aventura.13 gn esto consiste la heroicidad del hroe sabatiano. En la figura de Fernando, por lo tanto, se materializa el mito de transfor macin y redencion por excelencia que es el del hroe y su iniciacin. En su protagonista, Sbato ha encarnado su teoria del mito del hroe moderno el Poeta asi corno tambien su prctica: est culmina en el Informe, en la creacion potica.

    FERNANDO Y SU INICIACION

    El "Informe sobre ciegos", testimonio de una profunda experiencia misti

    co-potica, da cuenta del peregrinar heroico de Fernando Vidal. Aventu ra puramente espiritual y sostenida por una vehemente apetencia de reinte gracion, la odisea de Fernando se resuelve en una extendida alucinacion donde el sueno y las visiones conforman la realidad.

    Los tres estadios que componen el recorrido del hroe arquetfpico separacion, iniciacion, retorno-- y que corresponden a la trayectoria inicitica ordalia, muerte, renacimiento estn claramente delineados en el Informe. La separacion del mundo o retiro de Fernando culmina en el

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  • abandonado departamento de Belgrano; la iniciacion propiamente dicha tiene

    lugar en el paramo que preside la Deidad y se resuelve en la copulaci6n con la ciega y el desmoronamiento final; el retorno o posibilidad de re torno a su medio est sugerido al finalizar el Informe cuando Fernando ex

    perimenta un renacer a la Vida consciente y da cuenta de su liberacin: "cosa singular: nadie ahora paxece perseguirme"(p. 367). Como el hechi cero primitivo, el protagonista ha debido sufrir la crisis de locura que culmina en la clarividencia final. Est enajenaciSn mental asume carficter

    sagrado en la iniciaci6n ya que se resuelve en iluminaciones que develan

    aspectos secretos de la realidad inaccesibles al com6n de los mortales. Si bien, corno hemos dicho, la entrada al departamento de Belgrano in

    dica la separacion del hroe del mundo exterior, tal apartamiento se ha i

    niciado mucho antes y, en el nivel inconsciente, en remotos periodos de la infancia. La apertura de la puerta (p. 302) que permite a Vidal penetrar en el abandonado recinto se carga de valor simbolico puesto que no s6lo

    significa el ingreso del protagonista en otro mundo sino que representa tambin a la primera de las siete puertas que el hroe va a traspasar an

    tes de llegar al final de su aventura: el numero siete, asociado con el

    rito de la iniciacion mistica, denota las etapas de la trayectoria hacia el centro del ser.1^ Si la segunda puerta la tapa del stano(p. 307) sellala el comienzo de la trayectoria descendente, la apertura de la terce ra (p. 310) lo enfrenta con la ciega y con la subsiguiente fantasmagoria del Anciano y de la gruta.

    Est alucinacin primera compendia la serie de ordalias que, previas a la muerte purificadora, todo iniciado tiene que sufrir. De ahi que la

    figura del Anciano, "perfido oficial de ruta", (p. 313) se comprenda corno

    la contraparte del guia benevolo que, de acuerdo a la estructura arqueti pica, acompaSa al viandante mistico al inicio de su peregrinar.15 Toda es

    t visin el Anciano, el enceguecimiento de Fernando por los mismos p&

    jaros que l mutilaba en su nifiez, la penosa marcha a travs de las aguas

    pantanosas y la entrada en la gruta prefigura la alucinacin final en el

    pliramo de la Deidad que constituira la iniciacin propiamente dicha. De

    modo que el ingreso de Fernando en la gruta anticipa ya la ordalia defini

    tiva en la que el hroe desaparecer. en el vientre de la estatua gigantes ca. De hecho, est escena con sus cuatro puntos cardinales bien delimita dos la marcha hacia el este, el Anciano al oeste y sus manos al norte y al sur evoca la imagen del mundo y anticipa esa otra y ms importante imago mundi que es el inmenso pSramo donde reina la Deidad: a medida que

    avanza, la experiencia de Fernando va asumiendo proporciones c6smicas.

    Con la apertura consecutiva de otras tres puertas (p. 3^5), el hroe

    inlcia su descenso iiltimo y su definitiva entrada en el reino de las ti

    nieblas: es asi que a la "sordida galeria subterranea cavada por hombre o

    animales pre-historicos" (p. 3^9) sucede, en un nivel aun mas profundo, la

    inmensa bveda de forma circular. Es entonces cuando Fernando escucha el

    mensaje cifrado en la voz lejana de su madre a la vez que intuye la pre sencia de seres infrahumanos que pululan alrededor: se alude asi no slo

    al retorno al seno materno sino tambin a un viaje de regreso a las entra

    fias de la Madre arquetipica que es la Tierra; se trata, en suma, de una

    vuelta al caos primordial previo a la Creacion. De hecho, Fernando enfren

    ta no a la Madre benigna sino a la devoradora y terrible Madre mitica.16

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  • Ambas visiones, la reintegracion al seno materno y la vuelta al centro de la Tierra, se yuxtaponen para convocar una imagen ultima y unificadora: la

    que muestra al iniciado devorado por el monstruo de los mitos. La diosa

    negra de ojos violetas de la terrible escena final cuya significacin se acentua mediante el leit-motif en boca de Fernando, "y siempre para ser de vorado" (p. 366), se identifica tambin con la imagen de la Madre devorado ra. En las mitologias primitivas la Madre representa a la naturaleza en su estado primordiali? madre, materia y en el Informe evoca las fuerzas oscuras de la Noche Cosmica, antes de la Creacion.

    Estas figuras arquetipicas maternas confluyen en un personale de por s enigmtico pero cargado de simbolismo: Alejandra. La muchacha encarna no s6lo a la madre personal de Fernando es su hija y su madre a la vez sino a la Madre Tierra y a las tinieblas del origen: "ella era un territo rio oscuro y tumultuoso, sacudido por terremotos, barrido por huracanes"

    (p. 179). Las fuerzas demoniacas que la poseen son las potencias del caos de la Noche Cosmica y su figura se erige corno la del monstruo de los mitos el dragon es el lado simbolico de Alejandra a cuyo seno el hroe debe retornar. El incesto est justificado: entre las culturas primitivas la union con la madre representa el retorno al estado de inconsciencia fetal.

    En la noche de las entranas del monstruo el hroe debe ser destruido. La diosa negra de ojos violetas que lo devora que tambin es la ciega de la copulacin final completa la aniquilacion del protagonista y sta cul mina en la destruccin de toda la creacion: "Sacudido por los rayos, tem blaba todo aquel territorio arcaico...un gran incendio se desato y propa gndose con furia inicio la destruccin total y la muerte" (p. 366). Fer nando ha llegado al centro de su experiencia, a la sede mas secreta de los

    ciegos; ha tocado, en suma, el infierno, la faz oculta y terrible de la realidad. En ese territorio arcaico donde tiene lugar la copulacion ulti ma con la negra devoradora Fernando adquiere conciencia del fin: "El uni verso entero se derrumb sobre mi" (p. 367).

    Est escena apocaliptica la del mundo que es devastado por el fue go purificador y que se reintegra a las tinieblas primordiales pareciera resolverse en la vision de la Nada en que todo aparentaconcluir; Fernando mismo ha previsto este final: "De modo que una vez que yo lograra penetrar en el Ojo, todo se desvanecerfa corno un simulacro milenario" (p. 358). La disolucin en la Nada no constituye, sin embargo, el desenlace del mito

    arquetpico. Como en toda trayectoria heroica Fernando ha tocado el ter ritorio de la muerte pero solo para ser recreado y para misticamente re

    nacer; si la Madre Tierra es diosa destructora lo es tambin creadora y, en esa dialctica, se manifiesta corno receptculo de aquel "fuego interior

    y perpetuo" (p. 357) que Fernando mismo ha intuido en la Deidad y que ase

    gura el mantenimiento de la cracion ad infinitum. Por eso, cuando desde la estatua se oye la voz que le ordena, "Ahora, entra, ste es tu comienzo

    y tu fin" (p. 359) > bien se deduce que tal fin implica tambin tin renacer. Al aproximarse a la diosa el protagonista ha tenido que abrir la

    sptima y ultima puerta (p. 358) de su trayectoria, aqulla situada en la muralla del poligono de torres alrededor de la Deidad. La apertura del l timo obstaculo ha anunciado la inminente llegada del hroe al centro de esa Zona Sagrada donde culmina su experiencia: es all donde se disuelven "las grandes y decisivas divisiones en que el hombre debe vivir: el cielo y el

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  • infierno, el Men y el mal, la carne y el espfritu" (p. 36U). El Ojo Fos forecente por donde Fernando penetra en el seno de la Deidad est ubicado en el vientre de la misma; est imagen multiple est cargada de implicacio nes simblicas y apunta, en ultima instancia, a la realidad assoluta que Fernando ha develado. El vientre es la noche y la ceguera pero solo a tra

    vs de las potencias oscuras y primarias de la psique puede lograrse la luz, el conocimiento secreto y sagrado.

    Ahora bien, para la mentalidad primitiva, toda esa Zona Sagrada, qe no sfilo es el centro^ sino tambien el eje del mundo, marca el punto de con

    tacto entre las tres zonas csmicas: la Tierra, el Cielo y el Infierno. Por

    est region del absoluto vagan libremente las almas de aquellos que, corno

    el hechicero de la trib, han trascendido la materia y penetrado lo divino

    y demonaco. Fernando tiene conciencia de que algo semejante le ha sucedi

    do a l: "ahora pienso que de verdad yo vivi todo aquello...aun en el caso

    de que nunca saliera del cuarto de la Ciega, sus poderes me lo hicieron re

    alizar sin moverne, tal corno es habitual en todas las magias de las cultu

    ras primitivas: el cuerpo duerme...mientras el alma viaja por territorios

    remotos" (p. U2). Es de notar que todas las figuras que alegorizan el eje dgl

    mundo

    en el Informe la Mujer Csmica y las torres que la circundan ascien

    den al cielo pero hunden sus raices en las regiones infernales: no es ac

    cidente que la odisea de Fernando ocurra en el subsuelo de una iglesia.

    Est, con sus cupulas y torres ereetas, encarna el afan humano de trascen

    dencia y es la contraparte de los sotanos y pasajes subterrneos por donde

    el hroe vaga; all yacen las fuerzas demonfacas que es necesario investi

    gar y que, a la par de las divinas, constituyen el eje del universo, la

    zona de lo absoluto. El descenso a los infiernos de Fernando le ha abier

    to, por lo tanto, la posibilidad de un ascenso a lo divino. Al alcanzar

    la zona del Centro se produce en el personaje la transmutacion caracterfs

    tica del rito de pasaje renacimiento que culmina con la adquisici6n de

    un nuevo nivel de conciencia de completa lucidez. Fernando retorna luego al mundo despierta en su cuarto de Devoto poseedor del secreto del se

    creto de las tinieblas y liberado al fin: "Cosa singular: nadie parece a

    hora perseguirme...No se corno estoy libre...nadie (aparentemente) me vigi la. La Secta debe estar a distancias incomensurables" (p. 367)

    CONCLUSION

    Rescatado de sus demonios y cumplida su iniciacion afirma Eliade que

    un chaman solo es tal una vez que ha superado la crisis del rito de pa

    saje Fernando Vidal es, corno el hechicero, aauel que conoce y que recuer

    da; ha recuperado la memoria primordial y develado el conocimiento arcano

    que registra en el Informe. Con su muerte fisica, sin embargo, parecerla

    que el hroe no cumpliera la ultima etapa del mito: retorno, reintegraciSn

    y participacin con los dems de los dones obtenidos. No es ste el caso,

    sin embargo, ya que Fernando vuelve al mundo y se integra a 11 por medio

    de su Informe. Por otra parte, su muerte fsica corresponde a lo que es

    centrai en sus escritos: la muerte mistica; el protagonista sufre en su

    cuerpo lo que ya ha tenido lugar en su alma. Lo fundamental en todo caso

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  • es el enfrentamiento con las potencias nocturnas para perecer y volver a

    resurgir: quemar til hombre viejo en su propio infierno y de las cenizas renacer. El hroe sabatiano, a diferencia del hechicero arcaico que des cendfa al infierno para ascender al cielo, no da cuenta de su absorcion en la divinidad. Es que para Sbato la mision fundamental del brujo con

    temporlineo es la recuperacin de esa dimension de la realidad que el hom bre moderno tan cuidadosamente ha tratado de ocultar y aun de olvidar: el Mal. De ahi que el autor enfatice el momento crucial de la aventura: el Pi enfrentamiento con los poderes nocturnos y la muerte.

    Examinada en conjunto la experiencia de Fernando Vidal, resalta el

    aspecto religioso de la misma. A travs de su peregrinaje al absoluto el hroe se convierte en interprete colectivo de una olvidada actitud: la ex periencia religiosa directa y personal. Es obvio que Sabato coincide con

    Jung en aquello de que solo a travs de las honduras del inconsciente pue de el hombre recobrar la dimension sagrada de su realidad.22 Fernando se

    define, en ultima instancia, corno el sacerdote de su trib y el mdico del alma colectiva: con su viaje espiritual ha abierto para los dems una va de acceso a lo sagrado. Y as corno los brujos liberaban a las almas del reino de la muerte, la hazana del protagonista est encaminada a rescatar a los hombres de la muerte espiritual de nuestra civilizacion.

    De hecho, la crisis de los tiempos modernos, que Sbato tan aguda mente siente, justifica la aparicion de poetas de la talla de Fernando Vidal. Es indudable que el hroe sabatiano continua la tradicion de los visionarios del siglo diecinueve, aquellos "Profetas prematuros del desas tre"23 que, corno Rimbaud y Lautramont entre otros, fueron los primeros en rebelarse contra el imperio de la razon y el olvido de lo irracional e in stintivo del ser. Jung ha notado corno la imagen primordial del medico o redentor de la humanidad un Fausto, un Zarathustra que yace latente en el inconsciente humano desde los albores de la cultura, es reactivada cada vez que, en palabras del psicologo, "the times are out of joint and society is committed to a serious error".2^ En pocas de profunda desorientacin espiritual corno la nuestra, estas estructuras arcaicas primordiales son re avi vadas instintivamente en el seno de la sociedad y, al materializarse en las visiones de artistas y poetas, contribuyen a restaurar el equilibrio psfquico y la integridad espiritual de la epoca.25 En estos profetas o curre la pasion y transfiguracion implicada en el rito de pasaje y se cum

    ple el retorno a lo sagrado primigenio: a travs de los poetas, el rito de iniciacion y la muerte purificadora se tornan una experiencia colectiva. Jung define al poeta precisamente corno el hombre colectivo por excelencia, que acarrea en s y moldea la vida psiquica comun de la humanidad. Con su aventura espiritual Fernando resuelve su propia apetencia de reintegra cion pero realiza, adems, los inconscientes anhelos de trascendencia de los otros.

    A medida que avanzaba la aventura de Fernando ha ido adquiriendo proporciones cosmicas para culminar en un incendio planetario y en la ani quilacion total. De hecho, durante el viaje de su alma por regiones ex tra-terrenas no solo se le ha revelado al protagonista su muerte inevita ble "Y asi en aquel viaje supe...cul era el fatai fin que me estaba re servado" (p. 363), sino tambin el fin de toda la Creacion: "tin gram in cendio se desat, y propagndose con furia inici la destruccin total y

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  • la muerte" (p. 311). Es que toda esa Zona Sagrada donde se resuelve el trance mistico un pramo circular que con sus cuatro puntos cardinales conforma un verdadero imago mundi contiene simbolicamente al mundo. Nos recuerda Eliade que para la mentalidad primitiva cada rito de pasaje individuai acarrea consigo la implicacin de una recreacion csmica.27 Y

    asi, a la imagen de Fernando que arde con su hija en el Mirador de la casa de Barracas se superpone la de un Buenos Aires en llamas, smbolo de un mundo que ansia tambien purificarse y renacer. Ya el loco Barragan ha pro feti zado este incendio redentori "el fuego tendr que purificar est ciu dad maldita, est nueva Babilonia." (p. 188)

    La imagen del hechicero-poeta que con su viaje espiritual se rein

    tegra a la sagrada totalidad primigenia se complementa, en la visin total de Sobre heroes y tumbas, con la de un mundo que sigue idntica ruta. "Es te es el fin de los tiempos modernos", ha dicho Sabato, "y los verdaderos artistas expresan con sus delirios este drama del hombre contemporneo".28 El crepusculo de la civilizacin materialista que Sbato intuye anuncia el fin de un orden pero tambien puede significar el advenimiento de otra cosa. A traves de sus artistas el mundo va sufriendo una verdadera muerte misti

    ca, una muerte que quiz no sea sino un rito pasaje a un nivel de concien cia colectivo superior que culminar con la recuperacion del sentido sa

    grado del individuo y de la vida. La hazana heroica de Fernando culmina en la apertura de la verdade

    ra tumba del titulo de la novela, aqulla donde yace oculta la faz nottur na de la condicin humana, tumba que es menester violar para recuperar al hombre originai. Al redentor tradicional del mundo cristiano, Jesucristo, le espera una nueva resurreccion, pero est vez debe renacer desde el fon do individuai del ser. El loco Barragan, humilde profeta de barrio, ya ha anunciado tal redencin: "la felicidad hay que buscarla dentro del corazn... Se necesita que venga Cristo de nuevo" (pp. 188-9). En ultima instancia, Fernando es su propio redentor y el Salvador de los dems: su figura se e

    rige corno la de un verdadero Cristo, aunque sea un Cristo satnico, al re

    vs.

    NOTAS

    iJna version abreviada de este ensayo fue lefda durante la reunion de la MLA, en New York, diciembre de 1972.

    A punto de finalizar la redaccin de este trabajo llego a mis manos

    el interesante articulo de Raymond D. Souza, "Fernando as Hero in Sbato's Sobre heroes y tumbas" (Hispania. mayo de 1972). A pesar de que partimos de la misma base la trayectoria del heroe contemporneo corno aventura

    interior nuestros respectivos enfoques se orientan en direcciones dife

    rentes.

    2 ^ Para una idea completa de corno la actitude del primitivo hacia la

    realidad difiere fundamentalmente de la del hombre moderno, vase el libro

    de Mircea Eliade, The Sacred and the Profane (New York, 1959). Siendo el

    hombre arcaico hombre religioso por excelencia, aclara Eliade: "Whatever

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  • the historical context in which he is placed, homo religiosus always be lieves that there is an absolute reality, the sacred, which transcends this world but manifests itself in this world, thereby sanctifying it and

    making it real." (p. 202. Subrayado del autor). El hombre moderno, por excelencia no-religioso, "refuses transcendence, accepts the relativity of 'reality', and may even come to doubt the meaning of existence...It is

    only in the modern societies of the West that nonreligious man has devel

    oped fully...The sacred is the prime obstacle to his freedom. He will be come himself only when he is totally demysticized. He will not be truly free until he has killed the last god." (p. 203). En este trabajo, ademas de las nociones de C. G. Jung sobre los arquetipos y el inconsciente co lectivo y las de Joseph Campbell sobre el hroe Hero with a Thousand Faces , hemos utilizado las teorxas del antropologo rumano Mircea Eliade sobre la mentalidad primitiva.

    O Ha escrito Eliade: "initiation is equivalent to a basic change in

    existential condition: the novice emerges from his ordeal endowed with a

    totally different being from that which he possessed before...he has be come another." (Rites and Symbols of Initiation: The Mysteries of Birth and Re-birth, New York, 1958. Introduccion, p. x. Subrayado del autor). La iniciacion entre los primitivos es basicamente una experiencia de ca r&cter religioso: a travs de ella el iniciado recibe revelaciones cru ciales sobre los misterios de la vida y de la muerte.

    Para una descripcion detallada de los ritos de pasaje entre los pri mitivos vease los libros de Eliade, Rites and Symbols (pp. 1-20), The Sac red and the Profane (pp. 188-213), Myths, Dreams and Mysteries (New York, I960, pp. 190-228). Vase tambin el libro de Arnold van Gennep, The Rites of

    Passage (Chicago, i960). Para la iniciacion del brujo o chaman de la

    trib, vease el libro de Eliade, Shamanism: Archaic Techniques of Ecstasy (London, I96U). La muerte simbolica y la oscuridad o noche es el motivo central del rito inicitico. Los iniciados, aislados de los dems en un

    bosque o en cabafias o chozas especiales, eran cubiertos con ramas, por ejemplo, para intensificar la idea de apartamiento, de oscuridad y de muer te. La oscuridad, nos recuerda Eliade, representa el otro mundo, sea ste el reino de los muertos o el estado fetal. Se supone que la muerte ini citica ocurre en el estmago de un animal monstruoso que simbolicamente ha devorado al nefito; el retorno al estado embrionario implica la vuelta al caos, a la pre-creacin, en suma, a la Noche Cosmica. Mircea Eliade registra tres tipos de iniciacion: l) el rito colectivo de la iniciacion de los jvenes, 2) la de los aspirantes a miembros de sociedades secretas

    y 3) la del brujo de la trib. Est ultima es individual y se distingue de las dems en que obedece a la vocacin mistica.

    ^Se entiende por chamanismo la religion de ciertos pueblos del N.E. de Asia; tambin es comun entre los esquimales y ciertas tribus de indios amwericanos. Se basa en la creencia en espfritus sobrenaturales divi nos y demoniacos que solo pueden ser controlados e integrados a la so ciedad por el brujo de la trib: "The shaman or the medicine man can be defined as a specialist in the sacred, tht is, an individual who partici

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  • pates in the sacred more completely, or more truly, than other men".(Rites and Symbols, p. 95.El subrayado es nuestro).Lo que define la carrera del brujo es su vocaciSn mistica. La crisis o locura juega tambin un pa pel importante en su iniciaciSn; slo una vez que ha superado el perodo critico la posesin y muerte mistica puede el brujo asumir sus funcio nes de medico y sacerdote de la trib.

    ^C.G. Jung distingue cinco variantes de esa experiencia puramente psl quica de transformacin que es el arquetipo de renacimiento. La de Fernan do Vidal corresponde a la variante que el siclogo ha llamado renovatio y que define corno "essential transformation, i.e., total rebirth of the in dividual. Here the renewal implies a change of his essential nature, and

    may be called a transformation." (Four Archetypes: Mother, Rebirth, Spirit, Trickster, Princeton, New Jersey, 1969, p. U8).

    7 De hecho, "modern man no longer has any initiation of the tradition

    al type. Certain initiatory themes survive in Christianity: but the various Christian denominations no longer regard them as possessing the values of i nitiation." (Eliade, Rite and Symbols, p. 132).

    8 Escribe Campbell: "The standard path of the mythological adventure

    of the hero is a magnification of the formula represented in the rites of

    passage: separation-initiation-return: which might be named the nuclear unit of the monomyth." (Joseph Campbell, Hero with a Thousand Faces, New

    York, 1971, p. 30). Luego afiade, describiendo la trayectoria del hroe: "A hero ventures forth from the world of common day into a region of su

    pernatural wonder: fabulous forces are there encountered and a decisive

    victory is won: the hero comes back from this mysterious adventure with the pover^to bestow boons on his fellow man." (p. 30). Y finalmente a

    clara: "The passage of the mythological hero may be overground, inciden

    tally: fundamentally it is inward into depths where obscure resistances are overcome, and long lost, forgotten powers are revivified, to be made available for the transfiguration of the world", (p. 29. Subrayado nuestro).

    ^Ha escrito Jung: "Evidently...we carry in ourselves a real shadow whose existence is grounded in our instinctual nature." (The Undiscovered Self, New York, 1958, p. 95); luego, en otro lugar: "evil, without man's ever having chosen it, is lodged in human nature itself..." (Ibid., p. 110). Tambin ha definido la sombra en su libro Psychological Reflections: "the shadow is the invisible saurian tail that man still drags behind him" (p. 217) Citado por Guerin, Labor, Morgan y Willingham, A Handbook of Critical Approaches to Literature (New York, 1966), p. 138.

    10De hecho, la novela moderna ocupa el lugar del mito recitado de los

    primitivos. Mircea Eliade ha comentado sobre la estructura mitica de las novelas contemporneas Ulysses de Joyce, por ejempio para luego anadir:

    "This (la estructura mitica) is true especially in regard to the initiatory

    theme, the theme of the ordeals of the Hero-Redeemer..." (Myth and Reality, New York, 1963, p. 191)

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  • Ernesto Sabato, Sobre heroes y tumbas (Buenos Aires, 1970), p. U33. Las pginas correspondientes a citas futuras de este libro seran indicadas en el texto.

    12 El xtasis del hechicero se resuelve en el supuesto abandono del

    cuerpo que hace su alma. Jung ha llamado este fenomeno la prdida del alma.

    13 Jung distingue dos tipos de creacin artistica: la sicolgica y la

    visionaria. Luego define a est ultima corno: "The experience that furni shes the material for artistic expression...derives its existence from the hinterland of man's mind that suggests the abyss of time separating us from pre-human ages, or evokes a super-human world of contrasting light and darkness. It is a primordial experience -which surpasses man's under

    standing and to which he is therefore in danger of succumbing." (Modern Man in Search of a Soul, New York, 1933, p. l80. Subrayado nuestro). Fernando es, de hecho, un poeta visionario y la suya, la experiencia pri mordial.

    "^"Seven is the number most commonly associated with initiation, a number seeming to denote the steps or stages of an inner, as opposed to an outer, Journey." (J. Henderson y M. Oakes, The Wisdom of the Serpent, New York, 1971 p. ^6. El subrayado es nuestroTI

    ^Leemos en el capitulo "Supernatural Aid" del libro de Campbell: "Pro tective and dangerous, motherly and fatherly at the same time, this super natural principle of guardianship and direction unites in itself all the

    ambiguities of the unconscious"...(Hero with a Thousand Faces, p. 73).

    l6 Refirindose al arquetipo de la Madre y a las figuras simblicas que

    lo alegorizan, ha escrito Jung: "On the negative side the mother archetype may connote anything secret, hidden, dark; the abyss, the world of the dead, anything that devours, seduces, and poisons, that is terrifying and inescapable like fate." (Four Archetypes, p. 16). Tambin ha notado que: "The place of magic transformation and rebirth, together with the under world and its inhabitants, axe presided over by the mother." (ibid., p. l6). Mas adelante, "These are three essential aspects of the mother: her cherishing and nourishing goodness, her orgiastic emotionality, and her Stygian depths." (ibid., p. 16).

    17 Ha escrito Eliade: "The Mother symbolizes nature in the primordial

    state, the 'prima materia' of the alchemists." (Rites and Symbols, p. 58)

    1Q El retorno al seno materno "is sometimes presented in the form of

    incest with the mother." (Eliade, Rites and Symbols, p. 58).

    19 Mircea Eliade ha escrito repetidas veces sobre el simbolismo del Cen

    tro entre los primitivos: "The Center...is...the zone of the sacred, the zone of absolute reality". (Cosmos and History: The Myth of the Eternal Return, New York, 1959 p 17*7! Sea este representado por una montafSa sa

    grada, un tempio, un palacio o una ciudad, el centro es tambin el eje del

    ho

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  • mundo y marca el punto de comunicacion entre las tres Zonas C6smicas: el

    Cielo, la Tierra y el Infierno. Todo universo primitivo es concebido des de un centro y constituye, por lo tanto, un todo ordenado y armonico. E1

    mundo del hombre moderno, por el contrario, es concebido corno catico y carente d orientacin; escribe Eliade respecto a este (Ultimo: "No true orientation is now possible, for the fixed point no longer enjoys a unique ontological status...Properly speaking, there is no longer any world, there are only fragments of a shattered universe...governed and driven by the ob

    ligations of an existence incorporated into an industrial society." (The Sacred and the Profane, pp. 23-1*. El subrayado es del autor).

    20 El eje del mundo es generalmente representado por la imagen de la

    columna universal, "a universal pillar, 'axis mundi', which at once con

    nects and supports heaven and earth and whose base is fixed in the world

    below (the infernal regions)." (The Sacred and the Profane, pp. 36-37). Otros sfmbolos son la escala, la montarla cosmica, el arbol de la vida y la

    madre csmica.

    21 Ha notado Eliade que, al identificar a las fuerzas del Med con el

    demonio, la tradici6n cristiana de Occidente, "has deprived them of any

    positive function in the economy of salvation"...(Myths, Dreams and Myg~

    teries, p. 207).

    22 Leemos en The Undiscovered Self (New York, 1958): "...the uncon

    scious, the only accesible source of religious experience." (p. 101), para el hombre moderno.

    23 Ernesto Sbato, El escritor y sus fantasmas (Buenos Aires, 1967, P

    68). 2k

    C.G. Jung, Modern Man in Search of a Soul, p. 197

    25 Ha escrito Jung: "An epoch is like an individual; it has its own com

    pensatory adjustment. This is effected by the collective unconscious in

    that a poet, a seer or a leader allows himself to be guided by the unex

    pressed desire of his times and shows the way, by word or deed, to the at

    tainment of that which everyone blindly craves and expects." (Modern Man

    in Search of a Soul, p. 195).

    26 Ha escrito Jung: "as em eurtist he is 'man' in a higher sense he

    is 'collective man* one who carries and shapes the unconscious, psychic life of memkind." (Modern Man in Search of a Soul, p. 195).

    27 La Zona sagrada donde ocurre el trance mstico de Fernando es tam

    bin un mandala: un clrculo con carScter laberintico que simboliza la to

    talidad de la vida psfquica del individuo. Para Jung el mandala represen ta la integracin del ego individueQ. en el Ser universal y constituye el

    arquetipo de lo completo o pieno: "it could even be cedled the archetype of wholeness." (The Archetypes and the Collective Unconscious, Princeton,

    N.J., 1968, p. 38{T5 El memdala es, de hecho, un diagrama inicitico.

    Iti

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  • Ernesto Sbato; cita de una conferencia que, sobre la novelfstica hispa noamericana contempornea, el autor dio en Ottawa, Ontario, el 15 de bril de 1972. La ocasin fue un homenaje a Pablo Neruda llevado a cabo en la Universidad de Ottawa.

    k2

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    Article Contentsp. 30p. 31p. 32p. 33p. 34p. 35p. 36p. 37p. 38p. 39p. 40p. 41p. 42

    Issue Table of ContentsChasqui, Vol. 2, No. 3 (MAYO - 1973), pp. 1-84Front MatterERRATA to Gonzlez and MillnTres Estructuras Fundamentales en la Narrativa Hispanoamericana Actual [pp. 5-20]Aspectos de la Narrativa Argentina Reciente [pp. 21-29]Ernesto Sbato y El Mito Del Hroe [pp. 30-42]Dos Hroes Borgeanos: Tadeo Isidoro Cruz y Juan Dahlmann [pp. 43-51]NOTAS [pp. 52-55]PUBLICACIONES RECIENTES [pp. 56-61]REVISTA de LIBROSReview: untitled [pp. 62-65]Review: untitled [pp. 65-67]Review: untitled [pp. 68-70]

    Si Te InvitaraSI TE INVITARA [pp. 72-72]SI PUDIERA EXPRESAR [pp. 73-73]QUIERO LLAMARTE AMOR [pp. 74-74]HE QUEDADO EN UN ALA [pp. 75-75]PODRIA CONTAR LOS LADRILLOS [pp. 76-76]RESPONSO [pp. 77-77]ESCAMAS DE COCODRILO [pp. 78-78]

    abc da criaco [pp. 79-83]Back Matter