MARINARO Imperial... · con cristales facetados, con un mo-tivo central formado por una bola de...

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Chinese Imperial Collection Fall-Winter 2015/16 JOYAS ÚNICAS MARINARO

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Chinese Imperial Collection

Fall-Winter 2015/16

JOYAS ÚNICASMARINARO

Desde siempre sentí una especial atracción por la civilización china y en especial por su arte vincu-lado a una profunda filosofía.Esta cultura en la que se fusionan lo terrenal, lo humano y lo celestial tiene un origen documenta-do con más de 5000 años previos a la Era Cris-tiana. Con una temprana historia con la Dinastía Xia (2070-1600 a.C.) los innumerables territorios y dominios eran gobernados por Dinastías con-federadas como la Shang, la Zhon, la Chun y la Zhan, hasta la primera Dinastía Imperial, la Qin (221-206 a.C.) para terminar con la Dinastía Qing (1644-1911) y el posterior advenimiento de la Re-pública Popular China.Con el deseo de crear una colección inspirada en La China Imperial me involucré con su memoria para comprender las diversas vertientes artísticas, reflejo de un orden de vida en la que la reflexión y lo místico conforman un espíritu único.En un principio cada región poseía una estética propia, sin embargo la tradición de que la nueva Dinastía relatara la historia de la precedente, pues los cambios en este aspecto eran paulatinos, per-mitió determinar un argumento en lo que a las di-versas expresiones respecta.Las artes en general exaltaron al ser humano en el marco de sus sentimientos, sus emociones y sus pensamientos, siendo generalmente la naturaleza el contexto para describir situaciones filosóficas y religiosas.La joyería surgida durante el Neolítico medio exaltó estos valores de la misma manera que la li-teratura, la pintura y la moda.

El dragón asociado a la fuerza de la naturaleza y del universo, la sabiduría y la longevidad repre-sentaba al Emperador. El ave fénix -con una sim-bología diferente a la occidental- conocido como “Fenghuang” representa los seis cuerpos celestes (el cielo, el sol, la luna, el viento, la tierra y los pla-netas) y al yin y al yang y estuvo vinculado a la imagen de la Emperatriz.Los cuatro elementos; el agua, la tierra, el aire y el fuego fueron combinados con diversos tipos de flora y de fauna y revestidos de una intensa simbo-logía que se manifestó en todas las artes.La joyería, que en un principio recibió la influencia de Persia y de la India, cobró un estilo propio a par-tir del Siglo XI con la Dinastía Song ((960-1279). Largos pendientes utilizados por ambos sexos de-tentaban el rango social y el poder económico. En la mujer las tiaras, las diademas y los ornamentos de cabello complementaban complejos peinados.Libélulas, pajarillos y flores fueron interpretados en filigranas de plata y cobre con detalles de oro y engarzados con corales, turquesas, perlas y jade, piedra semipreciosa esta última revestida de virtu-des divinas y curativas.Cada pieza poseía un sentido ya fuera por el di-seño, portador de un espíritu milenario o por el material que de una forma u otra atribuía virtudes o protección a quien la ostentara.En una interpretación contemporánea cada una de mis joyas intenta desvelar el secreto de ancestrales códigos no exentos de ensueño en una constante búsqueda de la felicidad.

Gustavo Marinaro

“La vida fluye como la corriente de un río” El agua, que junto con el fuego, el aire y la tie-rra constituyen los Cuatro Elementos, se con-virtió desde la antigüedad en una fuente más de inspiración por representar la superioridad frente al hombre. Considerada como emble-matica de la femineidad y de la fecundación, ya sea en la inmensidad de un océano, en el

infatigable fluir de un arroyo o el imponente sinfín de una catarata, ofrece transparencia, vo-lumen y formas cambiantes. A partir de estos criterios he concebido la gargantilla y el braza-lete Cascade. Sobre una estructura rígida -de forma irregular y envolvente- se asientan bolas de cristal de distintos tamaños que emulan el centelleante discurrir de las aguas.

Con referencias históricas que se funden con el mito el Empe-rador Shennong, también cono-cido como Emperador Yan es uno de los personajes más rele-vantes de la mitología china. Si bien se desconoce la fecha de su nacimiento y de su muerte, vivió hace unos 5000 años y su nom-bre significa Divino Granjero. A él se le atribuye el descubrimien-tos de cientos de plantas medici-nales que propiciaron el origen de la medicina tradicional china. Este erudito que difundió el cultivo del té, fue quien encon-tró las bayas de Goji. Este fruto alargado que crece en China, el Himalaya y Mongolia posee el don de mantener el cuerpo jo-ven entre otras virtudes y por las curiosas formas de su follaje me inspiré para crear el collar de las bayas. El cuerpo de la gargan-tilla se eleva resaltando cuentas de cristal que se entrelazan en el centro para dar lugar a dos fru-tos de cuarzo transparente.

TRANSPARENCIAS

Las borlas ya fueran de seda, de co-rales, de perlas o de cristales cons-tituían una parte fundamental del vestuario. En torno al cuello, en lar-gos pendientes o ajustadas a las am-plias mangas de los trajes de corte ponían de manifiesto en la caden-

cia de sus movimientos la elegancia de su portador. El sautoir realizado con cristales facetados, con un mo-tivo central formado por una bola de latón plegado de la que se des-prende una borla, también se puede utilizar como cinturón.

Sello de jade verde tallado en bajorrelieve engarzado en latón. De él se desprenden dos hilos de perlas barrocas de río. Pendien-tes a juego.

En el año 221 a.C. surgió la primera Dinastía Imperial Qin. Como primer Emperador Qin Shi Huang (260-210a.C.) encargó un sello que resaltara su divino poder en los documentos. El primer sello Imperial fue entonces tallado en una histórica pieza de jade conocida como El Shi Bi. La piedra semipreciosa con la fra-se “Después de haber recibido el mandato del cielo, el Emperador puede llevar una vida lar-ga y próspera”, posee una accidentada historia. Con el último Emperador de la Dinastía, el sello fue entregado al primer Soberano de la Dinastía heredera, la Han (206 a.C.-220d.C.) hasta llegar a manos de la Emperatriz Viuda -última repre-sentante de esta Dinastía- quien en un arrebato de ira se lo arrojó a Wang Mang (45 a.C.-23a.C.) usurpador del trono y fundador de la Dinastía Xin. La pieza, rota en un ángulo fue restaurada cubriéndola con oro y se utilizó hasta desapa-

recer misteriosamente. Con el advenimiento de la Dinastía Ming (1368-1644) comenzó la cos-tumbre de utilizar diversos sellos según el tipo de documento. Este símbolo del poder celestial que legitimaba la omnipotencia del Soberano fue interpretado de las más diversas maneras hasta convertirse en un objeto de protección. Con la Dinastía Qing (1644-1912) se crearon más de 25 sellos diferentes que ratificaban las virtudes y hasta la legitimidad de la sucesión al trono. Otorgados también a determinados funcionarios en señal de su jerarquía, de mane-ra paulatina se popularizaron hasta convertirse en objetos de ornamento personal. Tallados en Jade Ming o Jadeíta ostentaban el nombre de su portador, signos, mensajes de buen augurio y hasta imágenes protectoras. Convertidos en un accesorio más del vestuario, de la misma manera que los sellos de laca.

Sello de jade marrón, calado y tallado en bajorrelieve en-garzado en latón. De él pende una “gota” de ónix negro. La gargantilla es de cuentas de ónix negro.

Sello de jade verde engarzado en latón. Del marco se despren-de una perla barroca de río. La cadena es también de latón

SELLOS

Gargantilla de perlas barrocas de rio grises. El motivo central es un sello de jade blanco del que pende una borla de perlas similares, Como orna-mento de cabello completa el conjunto una red de hilos de latón engarzado con perlas cultivadas de rio.

Las flores, los insectos, las nubes y hasta deter-minados tipos de arbustos eran considerados portadores de la buena suerte. Interpretados en determinadas piedras preciosas investían al por-tador de la joya de protección y fortuna.La turquesa, considerada como una piedra viva por representar con su intenso color al agua, al aire y al cielo contrarrestaba el mal convirtiendo

al usuario en invencible. Combinada con el co-ral rojo fue utilizada en amuletos que alejaban los espíritus malignos y ratificaban las virtudes. La gargantilla de la libélula, creada a partir de un cuerpo articulado del que se desprenden las alas engarzadas en turquesas, un ágata marrón forma la cabeza y las antenas son ágatas rojas facetadas y talladas en perilla

La flor del ciruelo, que florece en invierno, fue con-siderada como un sinónimo de elegancia y pureza. “Antes que la nieve se derrita y las golondrinas re-tornen”, la belleza de esta flor simboliza la fortaleza frente a la adversidad, la tolerancia a las dificultades y la esperanza. Cultivado desde hace más de 3000 años sirvió de alimento, asi como de decoración en los jardines. Posteriormente y gracias a la mujer que lo popularizó utilizando sus flores en el vestuario y en el cabello, se convirtió en motivo de ornamento para muebles, pinturas y joyas. El filósofo Zhu Xi (1130-1200) en su libro de Los Cambios le otorgó cuatro virtudes; la fuerza de la raíz, la prosperidad de la flor, la armonía de la fruta y la rectitud en su madurez, consideradas todas celestiales. De la misma mane-ra sus cinco pétalos representan las bendiciones de la longevidad, la prosperidad, la salud, la virtud y el buen vivir. El conjunto de brazaletes y anillos reali-zados con flores y hojas de jade y de ónix recrea este romántico espíritu.

La efímera flor del cerezo, que lle-ga anunciando el comienzo de la primavera, para muchas culturas orientales simboliza la fragilidad y el carácter transitorio de la vida. Conocida en Japón como Saku-ra es venerada por representar la buena fortuna y el amor. Durante su corta floración ciertos grupos de gente se reúnen en Hanami para contemplarlas y reflexionar torno a sus árboles. Esta bella flor que en la China encarna el amor, la pasión, la belleza y el dominio de la mujer está representada en la gargantilla de cuarzo azul, ópalos y ágatas rojas.

Gargantilla de las cerezas. Reali-zada en latón, posee dos amatis-tas en talla cabojon oval de 58.2 y 47.21 quilates respectivamente. Las hojas de jade están soporta-das por sendos ópalos. Pendien-tes a juego.

La elocuencia de la joyería imperial china se caracterizó, en líneas generales con cada una de las Dinastías por el uso de ornamentos de cabello como tiaras, pines y horquillas. En combinación largos pendientes enmarcaban el rostro como precedente de amplios trajes de seda ricamente bordados.El cabello y su cuidado era una prebenda de la mujer, en especial de las solteras. De acuerdo con la condición social, económica y el estado civil podía variar el largo y la forma de peinarlo.En la antigua China las jóvenes solteras llevaban el cabello suelto o en trenzas hasta cumplir los 15 años, momento en el que tenía lugar la ceremonia de la mayoría de edad llama-da Jili. Con un especial ceremonial se le lavaba el cabello y se le recogía en un moño con el Ji, una especie de horquilla realizada en jade o algún metal, en señal de que ya estaba preparada para el matrimonio.Una vez casada la mujer descollaba en su entorno social entre otros factores por el peinado. Complicadas creaciones sustentadas por postizos y hasta por estructuras, daban lu-gar a elaboradas tiaras, diademas y diversos accesorios.Con la Dinastía Tang (618-906 a.C.) se impuso el uso de anchas diademas a las que sumaban los buyaos. Estas hor-quillas con largas caídas, que con el movimiento oscilaban, se convirtieron en un símbolo más de poder y de elegan-cia pues la clave de esta virtud consistía en que la mujer se desplazara sin que se movieran los buyaos, generalmente dispuestos a los lados de la diadema.Como otras expresiones de la moda los ornamentos llega-ron a la exageración, un ejemplo fue el tocado manchú liang tou ba que emulaba enormes alas de murciélago.Por ser la China un gran productor de perlas las utilizó y las combinó con el coral, las turquesas, el jade y las joyas con aplicaciones de plumas de kingfisher o Martín pescador, un pajarillo con plumas de un intenso color azul-turquesa. Es-tas variantes como su uso de acuerdo con la hora del día, las circunstancias y el rango social quedaron establecidas durante el reinado del Emperador Qianlong (1711-1799) de la Dinastía Quing en cuatro gruesos volúmenes. Las perlas como símbolo de la belleza y la femineidad dan lugar a un tocado con forma de hoja recubierta de perlas blancas y grises de río. A los lados sendos buyaos de coral, perlas y ágata negra combinan con el col de chien engar-zado en coral y perlas con un ágata central en talla oval. La gargantilla de ónix negro con sellos de laca, combina con el collar de cinco vueltas de coral seed (semilla) en el que se aprecian las terminaciones de ágata negra. Pendientes de coral a juego.

El coral, considerado en un primer momento como planta hasta ser catalogado en el Siglo XVI-II como animal, llegaba a la China por la Ruta de la Seda. Considerado como un potente pro-tector contra el mal y sanador de muchos males, de acuerdo con la mitología griega tuvo su origen cuando Perseo se enfrentó al monstruo marino Ceto para salvar a Andrómeda. Casiopea -madre de Andrómeda- que había presumido de su belle-za ante Poseidón desató su ira por lo que decidió inundar la tierra y enviar a Ceto para acabar con los hombres y el ganado. Cefeo, padre de la des-dichada Andrómeda decidió encadenarla a una roca en ofrenda para aplacar la furia de la bestia y del dios de las aguas. En tanto Perseo, que ha-bía matado a la Medusa -monstruo con la cabeza recubierta de serpientes que convertía en piedra a todo aquel que la mirara a los ojos- por tal hazaña había recibido de las Hespérides unas sandalias aladas. Enamorado a primera vista de la doncella pidió su mano a los padres a cambio de acabar con la catástrofe. Fue entonces cuando mostró a Ceto la cabeza de la Medusa convirtiéndolo en coral. Borla de cuentas de coral rojo terminada en per-las blancas de río. La gargantilla es de perlas simi-lares. Los pendientes son de perlas barrocas de río y coral.

La Dinastía Shang (1600 /1050 a.C) rendía culto a la diosa Nuwa. La deidad con cuerpo de mujer y cola de serpiente era considerada la creadora de la humani-dad. El ofidio, respetado desde la antigüedad ya que por el constante cambio de piel representó el ciclo continuo de la muerte y la resurrección, en la astrolo-gía china posee un signo. Considerada sagrada, porta-dora de lo positivo y de la buena suerte, fue también vinculada a la sabiduría. Si bien para otras culturas representa valores opuestos, en la china ocupa un

rango similar al del dragón por simbolizar el bien y el mal, la masculinidad y la femineidad entre otros valores. Los brazaletes Snake aluden a la ambigüedad de este animal por la versatilidad de sus formas, evol-ventes e irreverentes. En la cabeza brazalete Snake realizado en amatistas, perlas cultivadas de rio y ágatas verde y roja.Brazalete Snake realizado en cuarzo rosa pálido y ver-de; perlas de cultivo y ágata roja.

La libélula fue considerada por los japoneses y los chinos como sagrada por representar el éxito, la victoria y la felicidad Los primeros, que la utilizaron como emblema de las familias samuráis la interpretaron en bordado de telas, pinturas y muebles. Como criatura del aire y del agua conjuga la energía de ambos, ya que por la primera virtud se ajusta a los cambios inesperados y por la segunda representar el ciclo vital. El bra-zalete está realizado en latón, el cuerpo es de cristal y las alas y la cabeza son de ágata azul.

“El oro es estimable pero el jade no tiene precio”. Esta piedra semipreciosa considerada sagrada posee una amplia variedad de colores. En ella se han resumido virtudes cu-rativas, de protección y hasta la fusión de la esencia del cielo y de la tierra. Si bien la variedad más conocida es la jadeíta -de color verde- la nefrita -con una gran variedad de tonalidades- fue conocida hasta el Siglo XVIII como Jade Ming. De acuerdo con la influencia del suelo esta variedad adquiere diversos colores que varían del blanco casi trans-lúcido -conocido como grasa de cordero- y de gran valor hasta el negro que debe su color a la influencia de las sales de titanio. Los rojizos y marrones por la influencia del hierro, así como el verde por las sales de cromo. Utilizada

en utensilios de ceremonia, de arte y de joyería, con ella se crearon trajes funerarios como protección del difunto en el más allá. Con la definición del filósofo Xu Shan (c.58-147 d.C.) se puede tener una idea de las virtudes que se le han atribuido: ….su cálido brillo representa la caridad, la rectitud por su color translúcido que permite ver las marcas interiores; la sabiduría por la nota penetrante cuando se la golpea, el valor pues se puede romper pero no se puede doblar y la equidad por sus ángulos agudos. Collar de tres vueltas de flores de jade precedidas por cuentas de ágata roja y perlas cultivadas de río. El motivo central está forma-do por tres cilindros de ágata negra.

En la antigua China se creía que el cielo era redondo y la tierra cuadrada. Esta teoría, que supuso el análisis y la dedicación de eruditos durante siglos quedó resumida en dos piezas; el Cong y el Bi. El primero, alargado, con fa-cetas y un orificio central, se cree que se utilizaba para introducirlo en el Bi -de forma circular y con un orificio central- para observar los cuerpos celes-tes. Utilizados también para ceremonias religiosas, muchos de ellos fueron hallados en urnas funerarias. El Bi que entre los Seis Jades Rituales repre-sentaba al cielo fue motivo de inspiración para la creación de gargantillas, realizadas con piezas de jade, sellos de laca y perlas grises de río.

Sautoir de cuentas de jade y cristales facetados. El motivo central está forma-do por un sello de laca en-garzado en alpaca del que se desprende una pieza de jade tallada en forma de gota,

Collar de jade y perlas doradas de río. A partir del motivo cen-tral, formado por un sello de laca, la caída está formada por una sucesión de cilindros de la misma piedra intercalados con perlas doradas.

El kingfisher -o Martín pesca-dor- es un pajarillo de brillantes plumas con un intenso color azul- turquesa. Utilizado para tiaras y ornamentos de cabello por la Emperatriz y las nobles damas de la corte, representaba la mayor sofisticación. Con una ancestral técnica, cada pelo de la pluma se pegaba con una cola conocida como funari a la su-perficie de plata u oro que for-maría la parte de la joya. Este complicado procedimiento, del que se tiene referencia desde el año 530 a.C., alcanzó el mayor apogeo con las aparatosas tia-ras del período Tang (618-906 d.C.) y fue utilizado como una exuberante expresión de riqueza y poder con la Dinastía Quing, reemplazándolo en alguna joyas

por esmaltes del mismo color. En 1912, con el advenimiento de la República China todo lo vinculado al Imperio y sus atri-butos se prohibió, salvando al Martín pescador, casi extingui-do. En una interpretación de ,los ornamentos de cabellos realiza-dos con kingfisher, la tiara con motivos de hojas está engarzada con perlas y cuentas ágata roja “en tremblant” (en movimien-to). La gargantilla, de perlas gri-ses ostenta como motivo central un sello de laca del que pende una gota de calcedonia azul. Los pendientes a juego combinan con los buyaos, también de cal-cedonia con terminaciones de ágata roja.

Collar-cinturón de ojo de tigre. Las terminaciones están forma-das por piezas de hueso tallado con mensajes de la buena suerte. De ellos se desprenden borlas de la misma piedra semipreciosa con casquillos de latón trabaja-dos con grafismos.

Los sellos de esta colección que conjugan men-sajes de buena suerte y delicados motivos se de-nominan T´iao-Tsi. Creados a partir de una pasta espesa, reciben sucesivos baños de barnices rojo o negro hasta estar listos para ser tallados. Finaliza-do el proceso son lacados, convirtiéndose en una expresión más de esta milenaria técnica. La laca, que cubre estos trabajos se elabora a partir del urushiol que es la savia del árbol de la laca. Des-

pués de diversos procesos de filtrado es mezcla-da con aceites vegetales y vinagre de arroz entre otros productos. Esta compleja técnica también se utilizó para adornos y muebles. Conjunto de tiara con penacho de plumas de gallo con caídas de sendos sellos con cuentas de ágata y perlas de río.. Brazaletes de hilo de latón con sellos de di-versas formas y collares de jade y perlas con pie-zas similares.

Detalle del sautoir de jade y cuarzos ahumados facetados. El motivo central es un sello de laca del que pende uno más pequeño, similar a los de las terminaciones.

Sautoir de perlas y jade. El motivo central es un sello de laca del que pende una hoja de jade; motivo que se repite más pequeño en los extremos.

Formar un equipo de trabajo homogéneo es complejo, sin embargo he tenido la suerte de conseguirdo. Un profundo criterio estético, una gran sen-sibilidad y una rigurosa profe-sionalidad han caracterizado la realización de este catálogo. Es mi obligación como responsa-ble del mismo destacar los nom-bres de las personas que con su intervención lo hicieron posible:Mi especial reconocimiento a;

Francesca Vegas, actriz, mode-lo y Urban Woman, que con su espíritu perfeccionista se brindó de manera incondicional, pro-bándose y luciendo mis joyas con estilo propio

Jesús María Domínguez y a su colaborador Alfi Gómez. Fotó-grafos que a través de sus objeti-vos convierten lo diario en arte.

Alejandro Ruiz Soriano con el make-up y a Hosmar Pina, hair styling -ambos de Evonhe Estilistas- que comprendieron mi inspiración y plasmaron su esencia.

Selección de broches de solapa y de sombrero, pines y horqui-llas realizados en diversas pie-dras duras, perlas, plumas y púas de puercoespín.

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