Los analesde Durango.pdf

398

Transcript of Los analesde Durango.pdf

Universidad Juárez del Estado de Durango

Rector: C. P. Rubén Calderón Luján

Los anales de Durango (1900-1930)

Editorial de la Universidad Juárez del Estado de Durango

Título: Los anales de Durango (1900-1930)Primera edición: 1997

Diseño de Portada: Carlos Martínez TorresDiseño de Interiores: Aidé Miranda Reza

© D.R. © D.R. 2009, Editorial de la Universidad Juárez del Estado de DurangoConstitución, 404 sur, Zona Centro, CP. 34000Durango, Dgo. [email protected]

ISBN

ÍNDICE

PRIMERA DÉCADA: UN CAPITALISMO INJERTADO

1900: La modernidad del porfiriato1901: El nuevo amanecer1902. El sueño dorado1903: El capitalismo llego de afuera1904: Los sueños se esfuman1905: El nacionalismo porfirista1906: Frenaron el ferrocarril1907: Se vende la tierra1908: La nacionalización de los ferrocarriles1909: La matanza de Velardeña

SEGUNDA DÉCADA: LA DESTRUCCIÓN

1910: ¡VIVA MADERO!1911: Tiempos de morir1912: Mucha política y nada de producción1913: La revolución constitucionalista1914: La revolución en la revolución1915: Viva Villa1916: El año del hambre1917: La Constitución1918: Un gobierno del pueblo1919: Obregón vs. Carranza

TERCERA DÉCADA: EL PILLAJE

1920: El cuartelazo1921: Empezamos, empezamos1922: Un año difícil

1923 La muerte tenía permiso1924: La revuelta De la Huerta1925: Calles en Durango1926: Los cristeros de Bayacora1927: Los guerrilleros de Dios1928: Justicia divina1929: El crack1930: La crisis de la crisis (el pilón)Fuentes de información

DEMARCACIONES ADMINISTRATIVAS

MAPA

PARTIDOS POLÍTICOS

I DURANGOII CUENCAMEIII INDÉIV MAPIMÍV MEZQUITALVI NAZASVII NOMBRE DE DIOSVIII EL OROIX SAN DIMASX SAN JUAN DE GUADALUPEXI SAN JUAN DEL RÍOXII SANTIAGO PAPASQUIAROXIII TAMAZULA

Los anales de Durango (1900-1930)

11

PRÓLOGO DE LA SEGUNDA EDICIÓN

Este libro tiene un formato cronológico, porque se concibió den-tro de un proyecto de relatar todo los sucesos más relevantes que sucedieron en Durango en el siglo XX. Desgraciadamente el Lic. José Ramón Hernández Meraz no pudo concluir la parte que le to-caba y el historiador Piña Grisman se volvió ojo de hormiga. De tal manera que este trabajo quedó medio suelto y hasta quizá cause conmiseración por su estructura.

Este fue el motivo de la forma que tiene y así lo dejo porque me parece que tiene información fidedigna que puede ser útil a tiros y troyanos.

También había que aclarar que el libro carece de notas, biblio-grafía y fuentes a pie de página. Esta carencia se debe a que fue hecho un tanto de prisa y confío en que los lectores me tengan confianza. Los datos son verídicos, no tenía interés en mentir, lo que tenía era prisa, pues estaba escribiendo dos libros al mismo tiempo.

Considero que esta pecata minuta no demerite este trabajo, pues hay algunas obras como la de Lorenzo Meyer y Aguilar Comín: A la sombra de la revolución mexicana, que tiene las mismas carencias que el mío. Claro no hay comparación entre el suscrito y esos historiadores, pero como decía Antón Chejov: “en la vida hay perros grandes y perros chiquitos, y no porque los perros grandes ladren fuerte, los pequeños deben dejar de ladrar”.

12

Los anales de Durango (1900-1930)

13

PRIMERA DÉCADA: UN CAPITALISMO INJERTADO

EXPLICACIÓN NO PEDIDA

Este trabajo forma parte de otros dos que pretenden cubrir el Siglo XX. El primero parte de 1900 y cierra en 1930. Esta terminación es el inicio del segundo que culmina en 1980. El tercero arranca de esta fecha y llega hasta 1996. El autor de este último trabajo es el historiador Jorge Isaac Piña Grisman y el segundo el Sr. Lic. Ramón Hernández Meraz.

Se trata de un viaje al pasado de Durango donde el autor no es más que un simple conductor, que expone los hechos y los sucesos para que el lector los interprete y elabore su explicación.

La forma de exposición es un ensayo, tratando de rescatar la vida económica, social política de la región. La historia de una pro-vincia, no se puede escribir con el mismo grado de generalización, ni con el mismo esquema que la historia nacional o universal.

Los microbios no pueden verse con el telescopio, ni los planetas con el microscopio. El problema consiste en encontrar la escala de observación adecuada al objeto de análisis. Por ello, pensamos que los problemas y objetos de interés histórico de los duranguen-ses, no se puede rescatar ni examinar con los mismos instrumen-tos teóricos con que se analiza la historia patria.

Es necesario dejar asentado que este trabajo no está destinado para los académicos, es para el pueblo; queremos que el pueblo haga suya su historia, la incorpore a sus saberes cotidianos y le sirva como instrumento de lucha y de identidad.

El pueblo debe saber que las instituciones sociales, al igual que las construcciones materiales, son un producto de su práctica económica política y cultural. La sociedad es obra suya como la escultura es obra del artista. Debemos conocer la génesis de esa

14

construcción para ver como la mejoramos, pues al hacerlo nos me-joramos así mismos.

Los anales de Durango (1900-1930)

15

1900: LA MODERNIDAD DEL PORFIRIATO

Durango, al igual que México, abordaban el Siglo XX con un Go-bierno aceptable por los gobernados.

El pueblo asociaba al porfiriato imperante con la llegada del

telégrafo, teléfono, ferrocarril, automóvil, el auge de la minería, fundiciones, luz eléctrica, fábricas y bancos. El capitalismo se injer-taba en una sociedad atrasada, bajo el eufemismo de modernidad. La clase dominante vivía feliz. La clase media estaba medio con-tenta y medio irritada por la falta de libertad y derechos políticos. Los campesinos y los trabajadores no tenían voz. El porfiriato trajo auge económico a un pequeño grupo de notables y pobreza al 80% de la población.

Bajo la consigna de poca política y mucha administración, Por-firio Díaz afirmaba que la función de todos los gobernados era tra-bajar, callar y que la política la harían los políticos, que eran un pequeño grupo de amigos, cómplices y socios del dictador.

CENSO DE POBLACIÓN

Para ese año Durango tenía 370,294 personas de las cuales 188,800 eran hombres y 181,494 mujeres. La clase trabajadora as-cendía a 116,938. Lo que quiere decir que cada trabajador tenía que producir para alimentar y vestir a tres personas.

La flamante ciudad capital del Estado tenía una población de 31,092 personas; Ciudad Lerdo, 7,795; Santiago Papasquiaro, 2,946; San Juan del Río, 2,341; Nazas, 2,000 y Nombre de Dios, 1,628.

HACIENDAS Y RANCHOS

En esta época las fuentes registran la existencia en Durango de 200 haciendas, 1,486 ranchos y 261 pueblos, congregaciones o

16

rancherías.

Dichas unidades produjeron en este año 75,650 toneladas de maíz, 10,657 toneladas de trigo, 5,280 toneladas de frijol y 9,884 toneladas de algodón.

Dos empresas comerciales, La Suiza y la Casa Alemana, anuncia-ban la venta de arados de discos, sembradoras de trigo, de maíz y segadoras de trigo.

Cuartel de la gendarmería montadaSantiago Papasquiaro, Dgo.

Los anales de Durango (1900-1930)

17

MINEROS Y GAMBUSINOS

Los habitantes del Estado contemplan con estupor la avalancha de inversiones extranjeras en las actividades mineras. Los norte-americanos compraban minas viejas, hacían nuevos denuncios, había una fiebre por la minería que contagiaba a la mayoría de la población. Los centros mineros de Mapimí, Velardeña, Avino, Topia, Ventanas, Guanaceví, Magistral El Oro, Bacís, San Andrés de la Sierra, Cerro de Mercado, San Juan de Guadalupe, etc., estaban en plena actividad. Se establecían nuevas haciendas de beneficio y fundiciones con los métodos y procesos más modernos que au-mentaban la productividad en el ramo.

Este año en el informe presidencial quedaba de manifiesto que el Estado de Durango, era la entidad de la República donde se ha-bían hecho más denuncios de minas. Había 2,026 propietarios de minas, aunque únicamente 136 estaban activas. Esta industria ocupaba a 7,048 operarios. El salario mínimo en la minería era de 0.55 centavos y el salario máximo de $2.78. Las jornadas eran de 10 y hasta 12 horas.

En el partido de Durango había 46 minas; en Nombre de Dios, 13; en Santiago Papasquiaro, 81; en San Dimas, 36; en Tamazula, 74; en San Juan del Río, 267; en El Oro, 111; en Nazas, 29; en Cuen-camé, 294; en San Juan de Guadalupe, 85; en Mapimí, 136; y en Indé, 64.

LOS CAMINOS DE HIERRO

Las vías férreas vinieron a substituir a los caminos carreteros y a los de herradura. El tren desplazó a las diligencias, a las caravanas de carros, carretas y la arriería. El tren unió pueblos y mercados, intensificó la producción agrícola, ganadera, minera y forestal.

Durango estaba comunicado por ferrocarril con la ciudad de Torreón Coah., en donde operaba el Ferrocarril Internacional Mexicano. Se trabajaba en el tendido de las vías de la línea Du-rango-Tepehuanes, en el tramo Chinacates-Santiago Papasquiaro. Igualmente estaban por iniciarse los trabajos del ramal Durango-EI Salto Pueblo Nuevo.

18

TELÉFONOS

Junto con el ferrocarril llegó a Durango el telégrafo y la tele-fonía. Pronto se extendió como una telaraña por las principales ciudades, minas, haciendas, este sistema de comunicaciones rapi-dísimo y sorprendente.

La compañía telefónica ofertaba sus servicios con una tarifa de $4.25 mensuales para habitaciones y $5.25 para el comercial. La instalación era gratis.

Junto con el teléfono y el ferrocarril, también llegó a Durango la electricidad. Utilizada como alumbrado y como fuerza motriz ca-paz de multiplicar la fuerza de trabajo. Para esta fecha había luz eléctrica en los principales centros mineros y en 18 cabeceras mu-nicipales.

BANCOS Y BANQUEROS

Este año encontramos operando en el Estado de Durango cinco bancos: el Banco de Durango, el Banco de Londres y México y el Banco Minero. Este último ofrecía sus servicios en la Comarca La-gunera, en donde funcionaba también una Sucursal del Banco de Durango y otra del Banco de Londres y México.

Resulta interesante conocer a los notables de la entidad que crearon el Banco de Durango. Veamos los socios y sus aportacio-nes

BANCO DE DURANGONOMBRE DEL SOCIO APORTACIONES

Gral. Juan M. Flores $73,800Bracho Hnos. $73,800Juan González Asúnsulo $63,800Juan Belz Hnos. $63,800Rafael Bracho $63,800Gregorio de la Parra $30,000Juan Lozoya $30,000Fernando Pimentel y Fagoaga $25,000Hugo Doorman $15,000

Los anales de Durango (1900-1930)

19

DEL TALLER ARTESANAL A LA FÁBRICA

Después de la agricultura, los talleres artesanales eran las acti-vidades que más trabajadores ocupaban; para la fecha laboraban en estas unidades unas 16 mil personas. Había una gama increíble de oficios como usted puede ver en el listado siguiente: porteros, albañiles, alfareros, armeros, bizcocheros, bordadores, caleros, canteros, fusteros, jaboneros, matanceros, peluqueros, relojeros, carboneros, carretoneros, cereros, cesteros, arrieros, leñadores, plateros, talabarteros, mesalinas, cabreros, coheteros, cocheros, dulceros, escribanos, hojalateros, lavanderas, sombrereros, teje-dores, adoberos, veleros, aguadores, etc.

Las factorías de hilados y tejidos estaban en un proceso de tran-sición, que va del taller artesanal a la empresa industrial. Esto suce-de cuando la rueca se transforma en una máquina de hilar (Water Frame Mule de Crompton, La Jeny), y cuando el telar manual se transforma en telar mecánico, impulsado por la máquina de vapor y hasta por energía eléctrica.

Para la fecha había 10 fábricas de hilados y tejidos que ocupa-ban a 1,200 operarios. La empresa más moderna estaba ubicada en Gómez Palacio y era propiedad de la firma comercial Prince y Torres Hermanos.

Así mismo tenía poco que había iniciado sus operaciones la Cía. Industrial Jabonera de La Laguna, S. A., una especie de holding, propietaria de varias fábricas de aceites y jabones. Su creador era el norteamericano John F. Brittingham, amigo y socio de los chihu-

J. Ignacio Zubiría $15,000Maximiliano Damm $10,000Juana Campa Vda. de Grimaldo $10,000Lowerde Hnos. Sucs. $10,000Juan F. Paura $ 5,000Manuel Durán $ 3,000Ladislado L. Negrete $ 2,000Rafael Pescador $ 2,000Juan Sta. Marina $ 2,000Jesús Vargas $ 1,000Maximiliano Delius $ 1,000Cajero: Sr. Francisco Asúnsulo.

20

ahuenses Juan Terrazas y Enrique Creel, y de los duranguenses Luis Gurza, Rafael Bracho y Miguel Torres Saldaña.

A LA SOMBRA DEL PODER

Este año hubo elecciones, pero fueron muy tranquilas y silen-ciosas. Los candidatos no hacían campañas electorales, pues no había partidos de oposición. Era como una carrera con un solo co-rredor o como un juego de fútbol con un solo equipo.

Un periódico serio comentaba que para evitarle molestias al elector, se habían entregado las papeletas para votar ya marcadas con el nombre de la persona por el cual deberían de sufragar.

Fue electo Gobernador Constitucional el Sr. Lic. Juan Santa Ma-rina, terrateniente de mediana fuerza, dueño de tres pequeñas haciendas:

San Marcos, Santa Teresa y San Pedro Negrete, las tres suma-ban 54,835 hectáreas. Fueron electos o ratificados como diputa-dos locales las siguientes personas:

PARTIDO DIPUTADODurango Dr. Felipe P. GavilánMapimí Lic. Esteban FernándezCuencamé C. Jesús Salcido AvilésSan Juan de Guadalupe Lic. Julián BermúdezTamazula C. Francisco de P. SalcidoSantiago Papasquiaro Lic. Pedro EscárzagaMezquital C. Lic. Jesús CentenoIndé Lic. Manuel BermúdezNazas C. Francisco L. ÁlvarezNombre de Dios Lic. Salvador FernándezSan Juan del Río Lic. Luis CasasSan Dimas C. Cipriano GuerreroEl Oro Dr. Carlos Santa María

Este año estarían en funciones los siguientes jefes políticos:

Los anales de Durango (1900-1930)

21

PARTIDO JEFE POLÍTICO

Capital C. Jesús Salcido y AvilésCuencamé C. José María B. y RosalesMapimí C. Celso NájeraSan Juan de Guadalupe Tte. Coronel Jesús ValdespinoSan Juan del Río C. Manuel Díaz CounderNazas C. Lic. Luis EstevanéSantiago Papasquiaro C. Francisco Escobar y VázquezTamazula C. Luciano Z. FloresEl Oro C. Jesús María AlarcónIndé C Ernesto ÁvilaSan Dimas C. Genaro EscobozaNombre de Dios C. Carlos FiscalMezquital C. Fernando López

Como los Magistrados del Supremo Tribunal de Justicia también eran cargos elegibles, este año resultaron electas las siguientes personas:

Lic. Francisco Saldaña, Lic. Rafael Reyes Valdés, Lic. Alberto La-zalde, Lic. Rodrigo Gómez, Lic. Juan Chávez González, Lic. Jesús Ríos Valles (Jr.).

SEMBRANDO VIENTOS

En 1900 se hicieron 18 denuncios de terrenos baldíos, por 75,500 hectáreas; y cinco denuncios de excedencias y demasías:

NOMBRE UBICACIÓN SUPERFICIE(en hectáreas)

Sr. Hilario Lozoya Tamazula 5,000

Sr. Eladio de la Rocha Tamazula 5,000

Sr. R. T. SchrambstadterOtáezS. PapasquiaroTamazula

600300300

Sr. Ezequiel Cabrales Otáez 2,000

Sr. Maximiliano Damm San Dimas 6,000

Sr. Lic. Ramiro de la G. San Dimas 500

Sr. Antonio Galarza San Dimas 2,000

22

Denuncios de excedencias o demasías:

Sr. Ezequiel Cabrales S. Papasquiaro 500

Sr. Rodolfo Pérez San Dimas 1,000

Sr. Carlos Von Brandis Canelas 100

Sr. Daniel M. Burns San Dimas 11,000

Sr. José M. de la Rocha Tamazula 1,800

Sr. Rodolfo Pérez San Dimas 1,000

Sr. Justino Herrera San Dimas 20,000

NOMBRE UBICACIÓN SUPERFICIE(en hectáreas)

Sr. Rafael Terán Nombre de Dios 53,260

Sr. Lic. Martín Gómez Palacio Canatlán 80,000

Sr. Luis Nájera Canatlán 5,000

Sr. Máximo Barraza S. Papasquiaro 800

Sr. Homobono de la Rocha Tamazula 10,000

Sr. Daniel M. Burns San Dimas 5,000

Sr. Antonio Sánchez E. Canatlán 5,000

Sr. Hilario Lozoya Tamazula 5,000

Sr. Hilario Lozoya Tamazula 4,000

Los anales de Durango (1900-1930)

23

1901: EL NUEVO AMANECER

Durango celebró el advenimiento del nuevo siglo con tres días de fiesta. El 31 de diciembre se realizó una velada literaria en un tea-tro de la ciudad, donde pronunciaron sendos discursos, el Lic. Emi-liano G. Saravia y el Dr. Pascual de la Fuente.

Ese mismo día hubo dos bailes: uno de gala en el Palacio de Go-bierno y otro popular en el mercado. Uno para la clase dominante y el otro para la dominada.

Por cierto que en el baile de gala sucedió algo curioso. Ese día tuvo la mala ocurrencia de morirse el licenciado y diputado Jesús Centeno. Como era legislador local, lo velaron en el recinto parla-mentario que estaba ubicado en la segunda planta del Palacio de Gobierno. De tal suerte que mientras en la planta baja, la clase alta se divertía y gozaba con música y baile, arriba, los deudos del Dip. Centeno no podían concentrarse en su dolor por el ruido, las risas, y la música. Cosas de la vida: mientras arriba lloraban, abajo reían.

Por la mañana del día primero, una banda de música recorrió las principales calles de la población para infundir alegría y saludar el nuevo siglo, al mismo tiempo que los campaneros de los tem-plos echaban las campanas a vuelo. Por la tarde hubo audiciones musicales en la plaza de armas, una corrida de toros y por la noche se quemaron fuegos artificiales. Un periodista del sistema, pero honesto, comentaba: “Nuestro pueblo, aunque con el estómago vacío, debe haber gozado mucho los festejos de fin de siglo”.

A principios del mes se inauguró una parte de la penitenciaría del Estado y como las autoridades no hacían obra pública, apro-vecharon esta construcción para acudir la plana mayor de los go-bernantes. Por su parte el Gobierno Federal prometía que iba a construir un edificio para instalar todas sus oficinas. Tardaría 70 años en cumplir esa promesa.

24

FERROMANÍA

Las noticias que más espacio ocuparon este año fueron las rela-tivas a los ferrocarriles y la minería. Se habla con frecuencia de los trabajos que se realizan en el tendido de las vías del ferrocarril a El Salto y Tepehuanes. Se insistió mucho en el ferrocarril a Mazatlán, incluso se afirmaba que la línea a Tepehuanes se prolongaría a To-pia y de ahí al referido Puerto de Sinaloa.

Igualmente se comentó bastante la posibilidad de construir el ferrocarril de Parral Chihuahua, a la cabecera municipal de Guana-ceví.

En la misma forma, se dio publicidad, a principios de diciembre, a la concesión aprobada por la legislatura local, para la construc-ción del ferrocarril de la Estación Conejos, al Mineral La Descubri-dora del Municipio de Mapimí con la posibilidad de que de ahí se prolongara la línea a los municipios de El Oro e Indé.

También se firmó una concesión para construir un ramal del fe-rrocarril de la estación Gabriel al Mineral de Avino; prometiendo el Gobierno al concesionario, Sr. E. L. Wagener, que en caso de prolongarse el tendido de las vías férreas hasta San Juan del Río, se le regalaría el terreno necesario.

El público también conocía la autorización concedida a Mr. Eu-genio Tellinger, para construir una línea de tranvías y teléfonos de la Estación Patos al Mineral de Tejamen, con exención de impues-tos de toda clase por el término de 15 años.

LA FIEBRE AMARILLA

En la época había una euforia por la minería. Todo mundo ha-blaba de las minas, de la riqueza que producían los centros mine-ros, Se denunciaban minas, se vendían, se constituían sociedades, etc. La gente quería hacerse rica y las minas eran el camino más corto para ello. Claro que este renacimiento de la minería lo vino a crear el ferrocarril y el capital de los empresarios norteamerica-nos. En estos momentos estaba ocurriendo una verdadera inva-sión norteamericana, nada más que en vez de Generales venían

Los anales de Durango (1900-1930)

25

empresarios y en lugar de balas, traían dólares, automóviles, luz eléctrica y teléfonos.

El orgullo de Durango, el Cerro de Mercado, trabajaba a medias. Los propietarios de ese centro minero trataban de organizar una sociedad con más capital para poder operar con eficacia la fundi-ción de hierro.

La Compañía Minera de Peñoles ubicada en Mapimí, estaba realizando mejoras en su fundición y se dice que tendría capacidad para beneficiar mil toneladas al día. Igualmente estaban constru-yendo casas para los trabajadores, lo mismo que una escuela para los hijos de los mineros. Junto con estas mejoras la empresa esta-ba instalando un elevador eléctrico para el acarreo de metales.

En Guanaceví, el Sr. Hilario Lozoya, principal socio de la mina La Restauradora, estaba modificando el método para procesar los minerales, en virtud de lo cual se podría aprovechar lo que antes se desperdiciaba.

Igualmente se hacían innovaciones en las fundiciones del Mine-ral de Avino, municipio de Pánuco, y en la Cía. Minera “Lustre” del Magistral, partido de El Oro.

En el mes de marzo se anunciaba que en las oficinas del timbre de la capital de Durango se pagaban contribuciones por 843 minas con 5,210 pertenencias. En tanto que en la otra administración del timbre, ubicada en Ciudad Lerdo se pagaban contribuciones por 1,020 minas con 4,000 pertenencias.

Sin embargo, la dificultad que seguían teniendo los mineros, era la falta de medios de transporte. En Santiago Papasquiaro y en Indé públicamente se quejaban de que, por falta de “fleteros”, las minas se paralizaban.

Hasta los militares se metían de mineros. El teniente coronel Je-sús Garza González, compró en 1,600 pesos la mina “La Cabrera”, que remató la recaudación de contribuciones de Cuencamé. En 1911 veremos a este militar combatiendo a los revolucionarios.

El Señor Jorge Weber, agente de la Aetna Power, CO., anunciaba la venta de dinamita, fulminantes, mecha, acero krupp y costales para metales.

26

SEMBRANDO VIENTOS

En 1901 se hicieron cuatro denuncios de terrenos baldíos por una superficie de 15,142 hectáreas y tres denuncios de exceden-cias.

Denuncios de terrenos baldíos:

NOMBRE UBICACIÓN SUPERFICIE (en hectáreas)

Sr. Federico C.Damm San Dimas 2,300Sr. Daniel Burns San Dimas 11,000Sr. Petronilo Orona Nombre de Dios 1,200Sr. Lic. Jesús Ríos y Valles Canatlán 642

Denuncios de excedencias o demasías:

NOMBRE UBICACIÓN SUPERFICIE (en hectáreas)

Lic. Luis Casas Capital, Dgo. 10,000Sr. Víctor Gómez Pueblo Nuevo 4,812Sr. Ismael Ochoa Capital, Dgo. 1,000

FABRICANTES

Este año se constituyó una sociedad con un capital de 300 mil pesos para producir cigarros y puros. De hecho es una ampliación de la fábrica que ya existía en la ciudad de Durango.

Igualmente se conformó una sociedad para la producción de ha-rina de trigo, en tanto que la Compañía Cervecera de Chihuahua, compró la fábrica de hielo que operaba en la ciudad de Durango.

Siguiendo con la política económica del régimen, el Ejecutivo del Estado, con el apoyo de la Legislatura local, eximió del pago de contribuciones a la fábrica de chocolates propiedad del Sr. Agustín Cordero; al igual que a la Compañía Mexicana de Albayalde, que produciría barnices, pinturas y que se establecería en la ciudad de Gómez Palacio. La exención era por 20 años.

La prensa publicó la noticia de que los Sres. Hasam y Moreno

Los anales de Durango (1900-1930)

27

van a establecer una fábrica de pólvora en Gómez Palacio, para lo cual ya tienen la concesión del Gobierno Federal y se otorgó una fianza de cien mil pesos.

El 30 de marzo de 1901 se pusieron al servicio del público los trenes eléctricos de Gómez Palacio a la ciudad de Lerdo. Posterior-mente a mediados de junio se terminaron de construir los tranvías eléctricos que unen a Torreón Coah., con Lerdo pasando por Gó-mez Palacio.

Para seguir con la modernidad, el Gobierno Federal estableció una oficina telegráfica en el poblado llamado Camellones, lugar situado entre Santiago Papasquiaro y Topia.

Igualmente los ciudadanos se enteraron que todos los ranchos de la Hacienda El Capulín estaban comunicados por vía telefónica.

Mr. Evans, Gerente de la Cía. Minera San Luis, del Municipio de Pánuco de Coronado, y el Sr. Julio Curbello, propietario de la Hacienda del Ojo, se disputaban el honor de ser las primeras per-sonas en tener un automóvil en el Estado de Durango.

COMERCIANTES EN DINERO

Después de la fusión de los Bancos Agrícola e Internacional Hi-potecario se acordó establecer una sucursal en la ciudad de Du-rango.

En esta misma línea, el Banco Nacional de México anunció que a partir del 11 de febrero de 1901 abrirá una sucursal en la ciudad de Durango, en la casa No. 31 de la calle de Constitución.

En tanto el Banco de Durango anunciaba al público que en la asamblea de accionistas efectuada el 11 de marzo, había nombra-do miembros del Consejo de Administración a las siguientes per-sonas:

Propietarios: Carlos Bracho, Antonio de Juambelz y J. Maximi-liano Damm.

Suplentes: Ángel López Negrete, G. Drunert y José Saracho.

28

El corte de caja al 31 de diciembre de 1901 era el siguiente:

ACTIVO Caja:Existencia en metálico $ 384,876.20Billetes de otros bancos 27,978.00Cartera:Documentos por cobrar $1,202,818.13Id. préstamos s/ prendas 53,411.12Id. id. Hipotecarios 149,943.10 1,406,172.35Fondos públicos y acciones obonos inmediatamente realizables 234,340.00Cuentas deudoras 634,759.86Inmuebles:propiedades del Banco 98,000.00 $2,786.126.41

PASIVOCapital Social $1,000,000.00Billetes en circulación 623,625.00Depósitos reembolsables a la vista 65,178.82Cuentas acreedoras 1,027,915.49Fondo de reserva 69,407.10 $2,786,126.41

El Cajero. H. Mc Manus. El Gerente. Carlos BrachoVo. B°. El Interventor del Gobierno. Francisco G. Palacio.

DE LO RURAL A LO URBANO

La jefatura política de la capital compró un rodillo de vapor para pavimentar las calles de la ciudad. La primera arteria urbana que se pavimentaría sería la de Teresa, (hoy Juárez), para que los co-ches que fueran a la estación “tuvieran buen camino”.

El Ing. Alfonso Castellanos Haaf, le presentó al Gobernador del Estado, un proyecto para entubar el agua potable, determinando la cantidad de agua en un término de 24 horas.

El Ayuntamiento de la capital hacía del conocimiento público, que durante el mes de marzo el alumbrado eléctrico de la ciudad estaría encendido en las siguientes horas:

Los anales de Durango (1900-1930)

29

Del 1o al 4 de marzo de: 7:00 P.M. a 11:15 P.M.Del 5 al 26 de marzo de: 7:00 P.M. a 4:00 A.M.Del 27 al 31 de marzo de: 7:00 P.M. a 12:00 P.M.

La Cía. Durangueña de Luz Eléctrica, adquirió nueva maquinaria por aumentar la calidad y eficiencia del alumbrado público en la ciudad de Durango.

El Ayuntamiento de la capital acordó, a principios de enero, que el sitio de coches se dividiera en dos, ya que era muy numeroso y el lugar que ocupaba en las inmediaciones del atrio de la Catedral, era totalmente inadecuado.

Por su parte, el Lic. Domingo Avelar, representante de la em-presa de tranvías (cochecitos de mulas) de esta ciudad, solicitó al Ayuntamiento que esa organización se transformara en sociedad anónima. Es decir, de gremio medieval, surgía una sociedad capi-talista.

El Pbro. Don Leopoldo Bustamante, solicitó libros y recursos para fundar una biblioteca pública, la que estableció en la primera Casa de Negrete, de la calle novena.

La prensa publicaba, que en el Estado había 216 escuelas prima-rias, de las que 141 eran sostenidas por el Gobierno. Había 13,524 alumnos inscritos a nivel primaria; y a nivel secundaria, 134. La instrucción profesional era impartida en el Instituto Juárez, en el Instituto de Niñas y en el Seminario Conciliar. En el primero había inscritos once alumnos; nueve en el segundo y veinte en el terce-ro.

En la misma forma, el 2 de enero aparecía una nota que de-cía: “La Dirección del Instituto Juárez, convoca a los solicitantes de becas, que en ese establecimiento del Estado corresponden a los partidos de Nombre de Dios, El Oro, Indé, Nazas y San Juan de Guadalupe, para que presenten sus solicitudes antes que termine el mes en curso”.

COSAS DEL CAMPO

Las cosechas de invierno fueron malas, pues la de trigo se per-dió por completo, y se temía que lo mismo sucediera con el maíz y

30

frijol, pues para el 30 de junio, aún no había empezado la tempora-da de lluvias. Quizá por ello el público se quejaba del aumento de los precios del maíz y frijol y le echaba la culpa a los acaparadores de estas semillas.

La producción de maíz, trigo y frijol casi se redujo en un 50% a la del año anterior; la del algodón se mantuvo. En efecto, este año se produjeron 60,820, 270 kilogramos de maíz; 2,977,125 kilogramos de frijol, 6,762,797 kilogramos de trigo y 9,311,500 kilogramos de algodón.

CRISIS

Los expertos en rumores hicieron correr la versión de que el Gobernador, que se encontraba en la capital del Estado, había con-traído un empréstito por un millón y medio de pesos. Este simple rumor causó polémica, irritación en unos y preocupación en otros. Al final, el préstamo resultó de 300 mil pesos M.N., cantidad que no era muy considerable, puesto que el Gobierno del Estado tenía un gasto de cerca del millón de pesos anuales.

No obstante, se comentó que el país padecía “una tremenda crisis financiera”, al grado que en Santiago Papasquiaro se habían declarado en quiebra dos casas comerciales, mientras que en Ma-pimí se decía, que, si no mejoraba la situación, muchos comercios clausurarían sus negocios. Se expresa varias veces que se vive una tremenda crisis.

Otro pequeño problema que afectó al comercio fue la falta de moneda fraccionaria, en especial los centavos de cobre, y ante esta escasez, las casas comerciales pagaban un premio por ellos.

Igualmente se afirmaba, que en la mayoría de los centros mi-neros y algunos pueblos chicos, no circulaba más moneda que los vales expedidos por las negociaciones mineras y por los comer-ciantes.

HUELGAS

Varios dependientes de la casa comercial, La Francia Marítima, encabezados por Juan Acosta y Luis Gerardo, se pusieron en huel-ga, fundando su acción en el hecho de que el patrón los obligaba a trabajar desde las 7:00 de la mañana, hasta las 10:00 y 11.00 de

Los anales de Durango (1900-1930)

31

la noche, sin permitirles descansar más que los domingos en la tarde.

Posteriormente, en el mes de julio estalló la huelga de maqui-nistas del Ferrocarril Internacional Mexicano, toda vez que los tra-bajadores habían solicitado aumento de sueldos y la empresa se negó a concederles tales incrementos. El servicio quedó paraliza-do.

A LA SOMBRA DEL PODER

El Dip. Cipriano Guerrero presentó a la Legislatura el proyecto de convocatoria para las elecciones de magistrados del Supremo Tribunal de Justicia. Dichas elecciones deberán efectuarse el se-gundo domingo de noviembre y se elegirán personas para ocupar el cargo de magistrados primero y tercero.

Si el Gobernador es electo, si los Diputados también son electos por el voto de los ciudadanos, a los Magistrados del Supremo Tri-bunal de Justicia también los elegía el pueblo. Cosas de Don Porfi-rio. Al implantarse el régimen revolucionario, a los magistrados del Supremo Tribunal de Justicia ya no los elegirá el pueblo: los desig-nará directamente el Gobernador. Conquistas de la democracia.

A principio de mes, la Legislatura del Estado le concedió al se-ñor Gobernador una licencia para separarse del cargo por todo un mes; por tal razón el Sr. Lic. Juan Santa Marina salió de vacaciones a la Hacienda de San Marcos.

El Presidente Municipal de Canatlán renunció al cargo y fue nombrado en su lugar el Sr. Teodoro Sánchez Villarreal, quien era originario del Estado de Tamaulipas y al parecer tenía muy poco tiempo en Durango.

El jefe político de Cuencamé, Sr. José María Rosales, renunció al cargo por ir a ocupar la Recaudación de Rentas de Mapimí. Mien-tras que el jefe político de Mapimí, Sr. Manuel Díaz, también re-nunció al cargo, y fue substituido por el Sr. Jesús Vargas.

La Legislatura local aprobó, al igual que la mayoría de las Legis-laturas de los Estados de la República, la reforma constitucional del Art. 53, para que fuese electo un Diputado por cada sesenta mil ciudadanos, en lugar de cuarenta mil.

32

Este año fueron electos como Magistrados del Supremo Tribu-nal de Justicia, las siguientes personas:

C. Lic. Antonio Muguiro y C. Lic. Eduardo G. Cadaval.

Supernumerarios:C. Lic. Joaquín Ortega, C. Lic. Juan Chávez González, C. Lic. To-

más Borrego, C. Lic. Manuel Sida y C. Lic. Agustín Centeno.

Los jefes políticos designados para este año fueron los siguientes:

PARTIDO JEFE POLÍTICO

Capital C. Jesús Salcido y AvilésMapimí C. Manuel Díaz CouderS. Papasquiaro C. Luciano Z. FloresTamazula C. Jesús María AlarcónSan Juan del Río C. Avelino Molina, interinoCuencamé C. José María RosalesNombre de Dios C. Carlos FiscalEl Oro C. Ángel ChaoIndé C. Ernesto ÁvilaNazas C. Lic. Luis EstevanéSan Juan de Guadalupe C. Francisco Escobar y VázquezMezquital C. Fernando LópezSan Dimas C. Genaro Escobosa

Los anales de Durango (1900-1930)

33

1902: EL SUEÑO DORADO

Los Ferrocarriles, junto con la minería, seguían ocupando el mayor número de espacios en los medios de información; esta situación era un reflejo de lo que sucedía en la realidad; es decir, los ferroca-rriles al igual que la minería eran cuestiones que interesaban a la mayoría de la población, eran actividades que estaban en el orden del día en la agenda de los políticos, de los productores, trabaja-dores y comerciantes.

El 14 de enero se descarriló el tren de pasajeros procedente de Torreón, a la altura de la estación El Chorro. No hubo muertos, pero los daños materiales fueron de alguna consideración.

Si en la minería, el orgullo de Durango era el Cerro de Mercado, en ferrocarriles, el de Mazatlán era el equivalente a la mole de hierro. Y por ello se hablaba en todos los tonos de la posibilidad de construir esa vía. Después que Coahuila y en particular La La-guna nos habían ganado el Ferrocarril Central, aislándonos de la circulación y por ende del desarrollo económico, el pueblo de Du-rango deseaba que la posible conexión al Pacífico tocara nuestro Estado.

Se hicieron estudios de mercado, se recorrió la región, incluso se afirmaba que la construcción de esa vía tendría un costo de die-cisiete de pesos en oro. Se exploraba también la posibilidad de que las líneas férreas pasaran por Topia. Un periodista afirmaba sobre esta cuestión, que la construcción del ferrocarril a Mazatlán era el sueño dorado de los duranguenses. Así era, y seguiría siendo por mucho tiempo.

Siguen los trabajos en la construcción del ferrocarril que va de Estación Conejos a la mina La Descubridora, centro minero propie-dad de norteamericanos.

Se mencionaba, con insistencia de la posibilidad y conveniencia de construir el ferrocarril de Parral a Durango, pasando por Indé,

34

El Oro y Guanaceví. Era buen proyecto pero faltó voluntad. En igual forma se hacía referencia a la construcción de un ramal de la Es-tación Gabriel a San Juan del Río y otro de Durango a la Estación Gutiérrez del Ferrocarril Central. A finales de mayo, las vías férreas de Santiago Papasquiaro a Tepehuanes, estaban totalmente termi-nadas.

El Lic. Ángel López Negrete, apoderado de la Compañía Minera de Velardeña y el ejecutivo del Estado, celebraron un contrato el día 13 de diciembre de 1902, para la construcción de un ramal del ferrocarril de 27 kilómetros, de Pedriceña a la fundición a Velarde-ña y con la posibilidad de extenderla a algunas de las minas más importantes.

Un periodista “amargado” afirmaba, que la fábrica de ladrillo recientemente establecida en Durango, había tenido que suspen-der definitivamente sus trabajos, ya que en la ciudad no había de-manda para sus productos y que no podía transportarlos fuera del Estado, por los elevadísimos precios que cobraba el Ferrocarril In-ternacional, “Que está logrando sus propósitos de matar todas las industrias de Durango”.

SIGUE LA FIEBRE MINERA

El ferrocarril a Mazatlán y la explotación del Cerro de Mercado, han sido los sueños de los duranguenses y se han quedado en qui-meras. En marzo se informaba al público, que desgraciadamente la explotación del Cerro de Mercado era en pequeña escala, y más que a fundir, la empresa se dedicaría a vender mineral ferrugino-so. Los dueños del Cerro del Mercado no podían trabajar en gran escala, porque existía oposición del Ferrocarril Internacional, para abastecerlos de insumos.

La Cía. del Cerro de Mercado suspendió sus trabajos en virtud de un incendio, y porque además tenía escasez de agua. Sin em-bargo, para el mes de mayo se puso a funcionar el alto horno de la fundición y se recibieron también algunos carros de carbón de piedra con lo que esperaban despachar rápidamente un pedido de cien carros de fierro de lingote. Igualmente se informaba que algunos capitalistas de Monterrey y extranjeros estaban tratando

Los anales de Durango (1900-1930)

35

de comprar la fundición del Cerro de Mercado.En el año se concedieron los permisos respectivos para cons-

truir tres presas: en Topia, Tamazula y Pueblo Nuevo, con la fina-lidad de utilizar el agua como fuerza motriz en las haciendas de beneficiar metales.

Como consecuencia del ambiente que se vivía, aparte de la eu-foria por denunciar minas, había un gran movimiento en la compra y venta de las mismas. Y desde luego hay también embargos y re-mates; hay incluso una especie de corredores y comisionistas que se anunciaban así:

“Herra y Castellanos Negociantes Mineros 4a Mayor No. 29 apartado 84, Durango, Dgo.

“Se encarga de la compra y venta de minas de oro, plata, plomo, cobre, antimonio, etc. de la compra y venta de acciones de minas y de todo negocio que tenga conexión con los anteriores”.

La compra de minas más importante del año fue sin duda al-guna, la de Velardeña, que se adquirió por el trust, formado por la Kansas City Consolidated Company y por Mr. Guggenheim; el precio al parecer fue de cinco millones de pesos en oro.

En la minería todo era actividad: se descubrían nuevas vetas, se hacían mejoras en las instalaciones o se ampliaban las plantas. Por ejemplo, la Compañía Minera de Peñoles, manifestaba que es-taban recibiendo diariamente 72 carros de mineral de plata; por lo cual la fundición es insuficiente y por lo tanto se iban a realizar mejoras para aumentar la capacidad de la fundición.

En el municipio de San Pedro del Gallo al parecer se había en-contrado un yacimiento de carbón de piedra, mientras que en Ler-do, en las haciendas de San Carlos y Noé se había descubierto un yacimiento de mármol de buena calidad.

En la mina Santa Rosa, propiedad de la Compañía Minera La Descubridora, del municipio de Mapimí, se produjo un incendio en el interior a consecuencia de la gran cantidad de sulfuro que había en ella.

36

Por su parte, la Legislatura del Estado aprobó algunas reformas al Art. 41 de la Ley del 13 de Diciembre de 1897, en donde se obli-gaba a los mineros, a manifestar a la recaudación de contribucio-nes, todos los metales que obtengan de las minas, y no únicamen-te el oro y la plata, como lo disponía la ley que se reformó.

En el Mineral de la Ojuela y en el Campamento “El Cambio” constituido por trabajadores de la Cía. Minera de Peñoles, ocurrió un grave accidente, pues murieron varios mineros y trabajadores de la fundición. Se formó una comisión para que investigara y re-sultó que el agua que consumían estaba contaminada con arséni-co.

SEMBRANDO VIENTOS

En este año se denunciaron los siguientes terrenos baldíos:

NOMBRE UBICACIÓN SUPERFICIE (en hectáreas)Sr. D. Daniel M. Burns San Dimas 15,300Sr. Thomas Braniff San Dimas 21,000

Excedencias o demasías;

Sr. Ernesto Espinosa Municipio de Topia Partido de Tamazula: 10,000Sr. Lic. Manuel Bermúdez,Dr. Clemente Laveaga,Sra. Gervasia S. de Laveaga.Municipio y Partido de San Dimas: 5,000

FÁBRICAS Y FABRICANTES

La fábrica de hilados y tejidos “La Amistad”, que operaba en Gó-mez Palacio y que era propiedad de los hermanos Torres Saldaña y Santiago Prince, este año recibió más maquinaria para ampliar esa factoría.

La Compañía Nacional Mexicana de Dinamita y Explosivos, ubi-cada en Gómez Palacio, nombró su Junta Directiva con las siguien-tes personas: vocal presidente, Sr. Saturnino A. Sauto; segundo vocal vicepresidente, Sr. Julio L. Limantour. Esta empresa trabajaba

Los anales de Durango (1900-1930)

37

asociada con la Compañía Jabonera de La Laguna. En noviembre, la Legislatura del Estado le concedió exención de contribuciones por 25 años.

La Fábrica de Calzado La Unión establecida en Gómez Palacio y cuyo responsable era Mr. De. M. Queerin, estaba por iniciar su pro-ducción, por el momento trabajaban 65 hombres y 35 mujeres.

Igualmente inició sus operaciones la Fábrica de Pinturas de Al-bayalde, también en la región de Gómez Palacio.

DE LO RURAL A LO URBANO

En un editorial del periódico “La Evolución” del mes de febrero, se hizo una crítica a la subcultura de Durango, a la falta de trabajo, a las pésimas condiciones de la ciudad capital, en especial, el agua la cual se decía que era casi venenosa.

El Gobernador del Estado solicitó un préstamo de millón y me-dio de pesos al Banco Nacional de México para llevar a cabo la entubacion de las aguas y el drenaje de la ciudad. Con tal fin arribó a la ciudad de Durango, el Sr. Lic. Pablo Macedo, que venía en re-presentación de la institución bancaria. Después de varias juntas y negociaciones, el préstamo se redujo a $850,000.00 pesos, que serán destinados en su mayor parte, para pagar adeudos anterio-res al mismo Banco.

La Colonia Americana estaba trabajando para obsequiar al H. Ayuntamiento de la Capital, un molino triturador de piedra para la pavimentación de la ciudad, máquina que complementaría el rodillo de vapor que recientemente se había comprado.

La Secretaría de Fomento ha recomendado a las autoridades locales que vigilen al comercio a efecto de que ya no se utilice el sistema de medidas y pesas antiguo.

La Casa Comercial denominada “Buena Vista”, anunciaba la venta de la estufa de petróleo sin humo y exenta de peligro, que produce un calor intenso y se apaga fácilmente; tenía un precio de $14.00.

38

Los notables de Durango se reunieron a principios de febrero para designar a la Mesa Directiva de la Junta de la Caridad; resul-tó presidente Jesús Salcido, vicepresidente, el Lic. Alberto Cincue-negui; secretario, Salvador Fernández, pro-secretario, el Dr. Luis Alonso y Patiño.

Como el comercio padecía escasez de moneda fraccionaria, gentes con iniciativa pusieron en circulación gran cantidad de mo-neda falsa, especialmente tostones, pesetas y décimas.

El día 24 de febrero de 1902 circuló por primera vez en la ciudad de Durango un automóvil. Hecho que provocó curiosidad y asom-bro. El vehículo era propiedad del Sr. Andy Evans. Con asombro se decía que en sólo tres horas se había trasladado del mineral de Avino a la ciudad de Durango.

“Los ciudadanos” de la época se divertían de varias formas: es-taban las diversiones para la clase ilustrada como óperas, concier-tos etc., y por el mes de febrero la gente culta de la ciudad se dio tres banquetes auditivos. La Cía. de Ópera del Sr. Sánchez Lara, se presentó con la obra “La Bohemia” de Puccini. Después un con-cierto, donde debutó el Octeto Durangueño organizado por el Lic. Juan Chávez G. Para el 12 de Febrero, la Compañía de Opera puso en escena la obra “Baile de Máscaras”, con la actuación del Tenor Sr. Luján y la Soprano Srita. Larraza. Y el 19 de febrero, se deleita-rían con el primer barítono de México, Sr. Torres Ovando, quien puso en escena Caballería Rusticana y Payasos.

El pueblo se divertía en otra forma, desde la corrida de toros, peleas de gallos hasta las carreras de caballos, que para eso tenían un hipódromo. También se organizaban festejos donde se hacían concursos de palo encebado, carrera de costales, carreras de bici-cletas, batallas de las flores, concurso de carruajes y desde luego los famosos bailes de cuadrillas, donde el cuerpo, el corazón y el alma buscan algo de calor en la vida.

BUEN CAMINO

Los productores de Durango participaban en exposiciones y fe-rias internacionales como la celebrada en Francia en 1900 y en St.

Los anales de Durango (1900-1930)

39

Louis Mo., E.U. Asimismo lo hacía en las exposiciones nacionales. Los viajes al extranjero desembrutecen y atenúan la visión provin-ciana.

Con el mismo propósito se organizaban en la entidad exposicio-nes de productores. Este año se celebraría la tercera, del 4 al 11 de mayo. No se trataba de que bajo la cobertura de la exposición se diera abrigo a diversiones primitivas y orgiásticas. Las ferias tenían por finalidad, que los productores agropecuarios, industriales ar-tesanos, comerciantes, confrontaran sus productos y sus experien-cias con otros productores del país o del extranjero.

EL CAMPO

Los “Indígenas” del Pueblo de Lajas y Milpillas fueron recibidos por el Gobernador a principios de mayo; sus problemas son los de siempre, pero ahora están más inquietos. Al parecer los deslindes de tierras habían creado confusión y revoltura en las colindancias de predios, en las tenencias milenarias.

No sabemos si era una premonición o un brote atávico, pero lo cierto es que este año dos pueblos hicieron solicitudes de ejidos a las autoridades locales. El 23 de Septiembre, el pueblo minero de San Fernando, de la municipalidad de Juárez del partido de Tama-zula, solicitaron de la Legislatura que se les dotara de ejidos, a fin de saber si pueden edificar casas en terreno propio.

Después, el 2 de diciembre, 40 vecinos de la congregación de San Bartolo, Partido de San Juan de Guadalupe, vinieron a la ciu-dad de Durango a solicitar al Gobierno que se le concedan ejidos a esa congregación, ya que los terrenos donde viven tienen la cate-goría de haciendas.

Este año se produjo 110’909,820 kilogramos de maíz, 5’982,150 kilogramos de frijol, 7’494,050 kilogramos de trigo y 4’880,502 ki-logramos de algodón.

40

GREMIOS Y TRABAJADORES

La sociedad mutualista Juárez, conformada por dependientes, celebró su primer aniversario y eligió a la nueva mesa directiva, que encabezan las siguientes personas: Antonio Gamero como presidente; Guillermo Reza, vicepresidente; Luis Ruiz, secretario; tesorero, Ignacio de la Garza.

La situación de los pobres es difícil en todas partes y en todas las épocas. El aparato productivo del Estado no podía absorber la fuerza de trabajo que produce, ésta tuvo que emigrar, alguna re-gresó, otra no. Este desplazamiento era sin embargo significativo. Eran gentes sin tierras y sin bienes. Listos para convertirse en obre-ros, únicamente hacían falta las grandes factorías. Los trabajadores de la ciudad de Durango, emigraban para Sinaloa y otros para el centro minero de Peñoles en La Laguna. La prensa anunciaba que en San Dimas, en los centros mineros de la “Candelaria” y “Contra Estaca”, había gran demanda de trabajadores, barreteros, paleros, carreros, perforistas, carpinteros, peones y arrieros. Se decía que a los trabajadores se les daba asistencia médica y un fondo de be-neficio y que se les trataba bien; los sueldos eran de $20.00 sema-nales para un barretero, $14.00 para los cargadores y $10.00 para los carreros y paleros.

A LA SOMBRA DEL PODER

El Gobernador del Estado, Lic. Juan Santa Marina, era una per-sona que al parecer no le gustaba trabajar en un escritorio. Salía con frecuencia a visitar los municipios, pero además, permanecía largo tiempo en los lugares que visitaba; por ejemplo, para ir a Gua-naceví, pidió permiso para ausentarse del Gobierno por 15 días; a Cuencamé, 8 días; a México, hasta un mes. Además, que cada año, en marzo se iba de vacaciones, durante todo un mes, a su Hacien-da de San Marcos. No tenía miedo que le robaran la silla.

A mediados de enero, el señor del poder nombraba a la cua-drilla de jefes políticos y de los partidos políticos, (demarcación administrativa, que abarcaba varios municipios), que eran sus em-pleados, sus ojos, sus oídos, su voz y su puño. Cada uno de éstos le respondía por cierto número de municipios. El jefe político del

Los anales de Durango (1900-1930)

41

partido a su vez quitaba y ponía los jefes municipales que eran sus peones políticos. Esta organización era un poder paralelo al poder municipal, lo cual convertía a los municipios en un cascarón vacío, en un adorno.

Los jefes políticos designados fueron los siguientes:

PARTIDO JEFE POLÍTICOCapital Sr. Jesús Salcido y Avilés (reelecto)Mapimí Sr. Jesús Vargas (reelecto)Santiago Papasquiaro Sr. José C. BarajasTamazula Sr. Jesús María Alarcón (reelecto)San Juan del Río Sr. Manuel Días Couder (reelecto)Nombre de Dios Sr. Carlos Fiscal (reelecto)El Oro Sr. Eduardo R. ArnoldIndé Sr. Ernesto Ávila (reelecto)San Juan de Guadalupe Sr. Francisco Escobar y Vázquez (reelecto)Nazas Sr. Luis Estevané (reelecto)Mezquital Sr. J. Ángel MoralesSan Dimas Sr. Genaro Escobosa

El jefe político de San Juan de Guadalupe fue muy mal recibido, las fuerzas vivas de ese municipio se opusieron a ese nombramien-to, incluso, amenazaban con paralizar los trabajos de las minas y cerrar el comercio si no se le revocaba dicho cargo.

Al jefe político de la capital hasta fiesta le hicieron, después de la toma de protesta; sin embargo duró poco en el cargo, renunció en el mes de junio.

Los Magistrados del Supremo Tribunal de Justicia que fueron electos a final del año anterior, hicieron la protesta de ley ante la comisión permanente.

El Sr. Lic. Rafael Favela y Peimbert fue nombrado juez de la mu-nicipalidad de Juárez, del partido de Tamazula, cuya cabecera mu-nicipal era el mineral de San Fernando. Otro nombramiento: el Sr. César Kampfner fue nombrado pagador de la 3a zona de la Gendar-mería Fiscal.

En San Juan del Río se quejaban de que los caminos del munici-

42

pio estaban en muy mal estado, salvo el que une al poblado de San Juan del Río, a la Hacienda que tiene rentada el jefe político, que se arreglaba con el trabajo de una cuadrilla de presos.

El Estado de Durango aportaba un número de 160 jóvenes para las fuerzas militares, era una especie de leva, es decir reclutamien-to forzado. El jefe era el encargado de realizar una especie de sor-teo entre los jóvenes de los municipios, hasta completar la cuota que se le asignaba. Por este procedimiento reclutaron a Calixto Contreras en Durango y a Emiliano Zapata en el Estado de More-los.

La Legislatura del Estado emitió el decreto correspondiente convocando a elecciones ordinarias para diputados locales, ayun-tamientos, un magistrado propietario y tres supernumerarios. Las elecciones se verificaron el último domingo de junio. También ha-bría este año comicios federales.

Casi nadie se dio cuenta de las elecciones, salvo los encargados de hacer la papelería respectiva. En éstas condiciones fueron elec-tos seis magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, un senador que fue el Sr. Miguel Martínez. Había seis distritos elec-torales federales: por el primero, con cabecera en la capital, se eli-gió al Sr. Lic. Pablo Martínez del Río y como suplente al Sr. don Juan N. Flores y Quijar; por el segundo distrito, con cabecera en Ciudad Lerdo, fue electo el Sr. Nicolás Monacal; por el tercero, con cabece-ra en Canatlán, el Sr. Enrique Monteros; por el cuarto distrito, con cabecera en Santiago Papasquiaro, el Sr. Manuel Necochea; por el quinto distrito, con cabecera en Cuencamé, el Sr. Ángel Gutiérrez; por el sexto distrito, Jesús Manjarrez.

Todos estos diputados eran totalmente desconocidos en el Es-tado y es casi seguro que ni siquiera lo conocían. La única excep-ción es la del Lic. Pablo Martínez del Río, que era el propietario de la Hacienda de Santa Catalina, pero no vivía en Durango; él radica-ba en la ciudad de México, D.F.; su suplente el Sr. Juan N. Flores y Quijar, era de Durango y pertenecía a la familia de los más grandes terratenientes del Estado.

Lista de jefes políticos nombrados y que estarán en funciones durante el año de 1903.

Los anales de Durango (1900-1930)

43

PARTIDO JEFE POLÍTICO

Capital C. Lic. Laureano RoncalMapimí C. Jesús VargasCuencamé C. Benigno D. CouderSantiago Papasquiaro C. Lic. José T. MartínezSan Juan de Guadalupe C. Francisco Escobar y VázquezSan Juan del Río C. Manuel D. CouderTamazula C. Jesús M. AlarcónNombre de Dios C. Carlos FiscalSan Dimas C. Genaro EscobosaNazas C. Lic. Luis EstevanéIndé C. Ernesto ÁvilaEl Oro C. Miguel BrecedaMezquital C. Ángel Morales

44

1903: EL CAPITALISMO LLEGO DE AFUERA

Después de algunas críticas fuertes a la empresa del Ferrocarril Internacional Mexicano, en el sentido de que por las tarifas ele-vadas de los fletes, hacía prácticamente imposible el traslado de productos de la entidad, el presidente de la Compañía, Mr. J. G. Metcalfe, anunció que las tarifas y pasajes se reducirán un 10% de Durango a Torreón, y de esta ciudad a Monterrey, la reducción sería de un 20 %.

El Ejecutivo del Estado celebró un contrato con el Sr. Lic. Fran-cisco Ríos Laurenzana, para la construcción de una vía férrea, que unirá al centro minero de Acasio, con el kilómetro 998.5 del fe-rrocarril central. Este mineral se ubica en la Sierra de Ramírez, del partido de San Juan de Guadalupe. Inmediatamente se empezó a construir este ramal ferroviario.

Igualmente el público se enteró que los trabajos del tendido del ramal de ferrocarril Pedriceña-Velardeña estaban muy avanzados.

Los hacedores de la opinión pública no dejaban que se olvida-ra la necesidad de construir el ramal del ferrocarril-Durango con la Estación Gutiérrez del Central. Por su parte algunas personas de Guanaceví, encabezadas por el minero Hilario Lozoya, seguían moviéndose y haciendo gestiones para convencer a los señores del Ferrocarril Internacional, que prosiguieran el tendido de líneas férreas de Tepehuanes hasta Guanaceví. Igualmente este mismo señor gestionaba para que el ramal del central, que salía de Parral Chih., se construyera hasta el poblado de Guanaceví. Al final todo sería inútil.

LA BONANZA

Este año, la Secretaría de Hacienda tenía registrados para el Es-tado de Durango 2,682 títulos de minas. Las inversiones extranje-ras en las minas eran como una avalancha que caía sobre Durango. Seguían descubriéndose minas, se compraban otras y las que ya se tenían, se hacían nuevas inversiones, en caminos, en mejoras o

Los anales de Durango (1900-1930)

45

ampliaciones de las fundiciones.

Así la Compañía Minera de Santa Cruz de Guanaceví, invirtió más capital para duplicar la capacidad de la hacienda de benefi-cio. En Topia la Compañía Sibley and Miller Mining and Smelting Company of Boston, trataba de modificar el sistema de beneficio de concentración por el de cianuración. La Compañía de Velardeña adquirió maquinaria movida por gasolina para los molinos y para desaguar algunos tiros. Igualmente la Secretaría de Fomento apro-bó un contrato para que la Compañía Minera del Carmen estable-ciera y operara una hacienda de beneficio.

La Compañía del Cerro de Mercado, en quien tantas esperan-zas tenía todo el pueblo de Durango, trabajaba un día y tres no. En el mes de julio estaban paralizados los trabajos, se aseguraba que iban a construir una fundición de altos hornos para producir fierro y acero. Pero lo cierto es que hacían estudios con el fin de establecer la fundición en la ciudad de Torreón o en otra parte. En esta época no bastaba sólo el mineral de hierro, se requería otra materia prima de combustible, el coke, para obtener grandes temperaturas en los altos hornos, y así poder producir hierro dulce y acero. En Durango no había carbón mineral, que es la materia prima del coke, por ello y por las condiciones de incomunicación y atraso en que vivía Durango, le estaban dando largas para estable-cer una planta acerera.

Mientras tanto los extranjeros no se cansaban de comprar mi-nas: la Compañía Alemana adquirió de la Sra. Ángela Flores Vda. de Flores, las acciones que poseía en la Compañía Minera de Pe-ñoles, y trataba de comprar más acciones de dicha empresa; una Compañía Americana compró el mineral de Vacas de Nombre de Dios, en setecientos cincuenta mil pesos oro; Mr. Federico J. Li-chtenber compró las minas “Unión”, “La gran señora”, “Zaragoza” y “La Peruana”, en Pánuco de Coronado; Mrs. J.R. Lockharty FL. No-rris, y J. F. Frickler, originarios de Texas, compraron unas minas en Huahuapan del partido de San Dimas; el Sr. Lic. David Garza Aldape vendió la mina “Minerva” al Sr. Von Brandish, quien a su vez la vendió a la Compañía Fundidora de Monterrey en la cantidad de cuarenta mil pesos oro; esta mina estaba ubicada en la Sierra de Ramírez, Municipio de San Juan de Guadalupe; se rumora que los Guggenheim adquirieron acciones por ocho mil pesos oro en la Compañía Minera “La Descubridora” del municipio de Mapimí; el

46

Señor Manuel de la Garza Campos, adquirió para una compañía de Monterrey, tres importantes minas en la región de Mapimí; los Señores Wilson y Roper de San Francisco Cal., constituyeron una empresa minera con un capital social de 4’000,000 de pesos; la Ex-ploration Company de New York, representada por el Ing. Wilfred B. Field constituyó una sociedad con un capital social de 5’000,000 de pesos oro; otros ciudadanos norteamericanos, encabezados por el Sr. Carlos Flower, constituyeron otra sociedad minera con capital social de 1’000,000 de pesos para trabajar los yacimientos mineros de Yerbabuena.

SEMBRANDO VIENTOS

Este año se hicieron los siguientes denuncios de terrenos bal-díos:

DENUNCIANTE UBICACIÓN SUPERFICIE(en hectáreas)

Sr. Allan C. Mc Caughan Municipalidad Súchil 25,000

Sres. Juan Donaciano Villareal,Tomás y Emiliano González Canatlán 2,000

Sr. Luis Zubiría y Campa San Luis del Cordero 3,511

Sres. Cushing y Walkup San Dimas 1,000

Sr. Guillermo Brinck Rodeo 15,000

Sres. Diego de la A. Berea,Juan y José Gurrola Tamazula 2,000

Sr. J. Maximiliano Damm San Dimas 3,000

C. Refugio Ortega Santiago Papasquiaro 2,600

Cía. “The San Feliz Mines Limited” Tamazula 11,000

Sr. Allan C. Mc Caughan Nombre de Dios 4,000

Sr. Ismael Ochoa Municipio de la Capital 2,500

Sr. Pedro M. Armendáriz Topia 600

Sr. Lic. Manuel Bermúdez San Dimas 1,500

Los anales de Durango (1900-1930)

47

En igual forma se denunciaron las siguientes excedencias o de-masías:

DENUNCIANTE UBICACIÓN SUPERFICIE (en hectáreas)Sr. Antonio Castañeda Canatlán 2,000

LAS INDUSTRIAS SE VAN A LA LAGUNA

Las acciones de la Compañía Industrial Jabonera de La Laguna, el Holding más moderno y más fuerte del Estado, se cotizaban sus acciones en $500.00 pesos cada una, cuando su valor nominal es de $100.00 pesos.

También en Gómez Palacio varios empresarios han conformado un consorcio de textiles. Los propietarios de las fábricas de hila-dos y tejidos, “La Amistad”, de Gómez Palacio, “El Porvenir” de Monterrey, “La Bella Unión”, de Saltillo y “La Estrella”, de Parras Coah., constituyeron una Sociedad Anónima denominada “Com-pañía Industrial del Norte”, su Junta Directiva fue constituida por las siguientes personas:

Presidente: Sr. Santiago Prince, de Gómez PalacioVocal: Sr. Dámaso Rodríguez, de Saltillo Coah.Tesorero: Sr. Ernesto Madero, de Parras, Coah.Secretario: Sr. Manuel G. Rivera, de Monterrey

El domicilio social es la ciudad de Gómez Palacio.La fábrica de calzado “La Unión”, también establecida en Gómez

Palacio, que fue constituida con un capital social de $200,000.00, lo aumentó a $800,000.00, para incrementar su capacidad produc-tiva a 800 pares de zapatos diariamente.

Los Sres. Conrado PeñaY Rafael Machado Tamazula 5,000

Sr. Nazario Calderón y Arreola San Dimas 500

Sr. Luis Díaz Couder El Oro 18,000

Sr. Pedro Quintero San Dimas 100

Sr. Francisco Álvarez H. Canatlán 6,000

48

La fábrica de dinamita ubicada en La Tinaja, del municipio de Mapimí empezaría a trabajar de un momento a otro. Mientras que en la ciudad de Durango se estableció una fábrica de fideos. Sea por Dios: los laguneros se llevaron el agua, se llevaron el ferrocarril central, se llevaron las mejores industrias. Con el tiempo la capital del Estado será el centro urbano conformado por Gómez y Lerdo.

BANCOS

El Banco de Durango estaba construyendo un elegante edificio en el crucero que conforman las calles Constitución y Calle Mayor (actualmente 20 de noviembre).

Esta empresa una sucursal en la ciudad de Gómez Palacio.

Veamos el corte de caja de este banco al 30 de noviembre de 1903.

ACTIVO:

Caja: existencia en metálico $ 551,994.25Id.: billetes de otros bancos 38,402.00Cartera: doc. por cobrar $2’463,256.89Id.: préstamos s/prendas 19,541.98Id.: préstamos hipotecarios 2,398.75 2’585,197.62Fondos y acciones o bonosinmediatamente realizables 388,196.00Cuentas deudoras 1’253,804.55Inmueble: propiedades del Banco 98.000.00 4’915,594.42

PASIVO:Capital social exhibido 2’000,000.00Billetes en circulación 871,046.00Depósitos reembolsables a la vista 98,878.32Cuentas acreedoras 1 ‘849,641.57Fondo de reserva 96.028.53 4’915.594.42

El Gerente, F. Asúnsulo. El Cajero, M. de Urquidi

Los anales de Durango (1900-1930)

49

Vo. B°. El Interventor del Gobierno, Francisco G. Palacio.

DE LO RURAL A LO URBANO

La Legislatura del Estado autorizó al Ejecutivo para contraer un préstamo de $44,000.00, con intereses del 8% anual, para pagar a los accionistas que construyeron el edificio del Mercado Gómez Palacio.

Se constituyó un consejo de salubridad con el fin de velar por la salud pública. Además hay el peligro de que llegue a esta ciudad la peste bubónica y se hacen gestiones para conseguir el suero anti-pestoso.

El Ayuntamiento de la capital tenía la intención de aumentar los sueldos de la policía y así mejorar el servicio que presta esa institución. Se pensó implementar esta medida, porque la opinión pública acusaba a los policías de perezosos, ineptos, ebrios y ladro-nes. Los sueldos que percibían los policías son de $0.60 al día y los inspectores $1.50.

La clase ilustrada se divertía en la ópera, en conciertos y en re-presentaciones teatrales.

Seguían circulando en la ciudad monedas falsas, sobre todo de pesos y tostones. La policía no ha podido descubrir a estos fabri-cantes de dinero, que le hacen la competencia al Estado.

En Durango se constituyó una sociedad comercial, formada por los señores José María Salas y Juan T. Reyes, operaría en el ramo de mercería y libros.

A pesar del auge de la minería y del movimiento comercial que propiciaba el ferrocarril, varios comerciantes de la ciudad estaban al borde de la desesperación y pensaban despedir a sus emplea-dos a causa de la crisis aguda; en particular, en el sector agrope-cuario.

Por cierto que los empleados de la casa comercial, “El Palomar”, se declararon en huelga a principios de febrero. El motivo no fue económico, fue de otro tipo. Resulta que el propietario de ese ne-gocio, Sr. Julio Hildrand, publicó un desplegado donde ofrecía una

50

gratificación de $200.00 a la persona que denunciara el robo o fraude que cometiera cualquier empleado de esa casa comercial.

Los empleados se sintieron ofendidos, suspendieron labores, hicieron una asamblea y acordaron no volver al trabajo hasta en tanto la empresa no les ofreciera disculpas públicamente. Los tra-bajadores publicaron a su vez, una carta exponiendo sus razones y su enojo por la dignidad herida. La carta circuló por los medios que hacen la opinión pública y el resultado fue que Don Julio se tragó sus palabras y tuvo que pedir disculpas a sus trabajadores.

LA PRODUCCIÓN EN EL CAMPO

Este año la producción agrícola fue la siguiente: 80’794,390 Kg. de maíz, 7´912.815 Kg. de frijol, 11´727.847 kg. de trigo y 5´775,770 Kg. de algodón.

La producción en el campo fue regular, con el agravante que a finales de septiembre y principios de octubre se produjeron abun-dantes lluvias que originaron el desbordamiento del Río Nazas, causando inundación y daños. Por otra parte, las fábricas de hi-lados y tejidos no tenían mercado para sus productos, estaban a punto de paralizar los trabajos; por lo tanto no podían comprar algodón pues todavía tenían bastante en bodegas.

A LA SOMBRA DEL PODER

Los políticos de la entidad seguían al pie de la letra la consigna de Don Porfirio: poca política y mucha administración. En Durango no había políticos, o al menos no hacían política. Había chambistas que andaban buscando empleos y nada más. La falta de un grupo con intereses económicos y políticos es una de las causas que ha originado la marginación del Estado.

Los cargos más criticados eran el de los jefes políticos y el de los jueces de primera instancia. En Nombre de Dios y en Santa María del Oro, los jueces fueron denunciados públicamente por arbitra-rios y corruptos.

Los anales de Durango (1900-1930)

51

El caso de Nazas era ejemplar: el Sr. Lic. Luis Estevané, era Jefe Político y al mismo tiempo Juez de 1a. Instancia, casi era el dueño del municipio de Nazas. Por ello, durante la revolución, veremos arder jefaturas y juzgados y huir como ratas jueces y jefes políti-cos.

Se anunciaron y en la legislatura local se discutieron las refor-mas a la Constitución para aumentar a 6 años el período para Pre-sidente del la República, así como la existencia del cargo de Vice-presidente.

A finales de diciembre se dio a conocer la lista de los Jefes Polí-ticos para el año de 1904, y fueron las siguientes:

PARTIDO JEFE POLÍTICO

Capital Lic. Laureano RoncalMapimí C. Jesús VargasCuencamé C. Benigno Díaz CouderSan Juan de Guadalupe C. Francisco Escobar y VázquezSan Juan del Río C. Manuel Díaz CouderSantiago Papasquiaro Lic. José T. MartínezTamazula C. Miguel BrecedaIndé C. Ernesto ÁvilaEl Oro Ten. Jesús María AlarcónSan Dimas C. Genaro EscobosaNombre de Dios C. Carlos FiscalMezquital Ten. Coronel Juan N. Treviño

MUNICIPIO JEFE MUNICIPAL

Peñón Blanco C. Pablo A. MorenoSan Bartolo C. Eduardo GuangorenaMapimí C. Francisco MenesesSan Luis del Cordero C. Isidro FélixSan Pedro del Gallo C. Encarnación ValenzuelaPoanas C. Roque HernándezSúchil C. Mauricio F. de CastroHuazamota C. Juan H. AcostaSan Bernardo C. Blas PereyraVilla Ocampo C. Antonio Arciniega

52

Villa Hidalgo C. Heliodoro PereyraRodeo C. Teófilo GarcíaConeto C. Manuel EnríquezPánuco de Coronado C. Agapito NúñezCanelas C. Galación HerreraTamazula C. Francisco RodríguezAmaculi C. Aurelio SalcidoTominil C. Juan DuránJuárez C. Félix MorenoCopalquín C. Erasmo de la RochaSiánori C. Cruz CárdenasTepehuanes C. Gerardo PalaciosGuanaceví C. Jesús NájeraOtáez C. Agustín del CorralVictoria C. Rodrigo EchávezVilla Corona C. Francisco RubíCanatlán C. Máximo BarrazaPueblo Nuevo C. Andrés Robles

Los anales de Durango (1900-1930)

53

1904: LOS SUEÑOS SE ESFUMAN

Mr. Jhonson, jefe de ingenieros de la Compañía Internacional y que hacía los trazos de la línea férrea Durango-Mazatlán, ordenó le-vantar los campamentos y reconcentrarse en Llano Grande hasta nuevas órdenes.

Visitaron la capital de Durango, los señores James Speyes, Pre-sidente del Ferrocarril Nacional Mexicano y el Sr. Metcalfe, Pre-sidente del Internacional. Al parecer su estancia en esta ciudad fue breve en su paso para la ciudad de México, D.F. A principios de abril se hablaba de que hubo una fusión de las dos compañías ferrocarrileras antes mencionadas. La nueva empresa se llamará “Ferrocarriles Nacionales de México” y el Gobierno Federal será el dueño de la mayor parte de las acciones. El Presidente de la Com-pañía será Mr. Brown.

El Periódico “La Evolución”, con un tono de desaliento y tristeza, afirmaba: esta fusión priva a Durango de sus proyectos ferrovia-rios, ya que la vía Durango-Mazatlán se suspenderá definitivamen-te, lo mismo que el ramo de Durango-Estación Gutiérrez y el de Parral a Guanaceví.

Así se percibía la compra por parte del Gobierno Federal del 47.5% de las acciones del Ferrocarril Nacional de México y se pre-sentía que los sueños se esfumaban.

MINERÍA

Para este año, la Secretaría del Ramo tenía registrados 2,827 tí-tulos de minas en el Estado de Durango. La producción será la más alta de la primera década; en efecto, el valor monetario de la produc-ción de oro fue de $1’664,000.00; la de la plata de $11’031,000.00; la del plomo $237,100.00; la de cobre $864,000.00; el total de la producción minera en el Estado fue de $13´786,100.00.

De esa cantidad, $11’372,400.00 las producían compañías mi-

54

neras extranjeras, lo que quiere decir, que esa riqueza no se que-daba ni se invertía en el Estado, ni en el país. La producción neta de los nacionales, era la misma que habían obtenido en la década de los ochenta ($1’453,704.00).

SEMBRANDO VIENTOS

Este año se hicieron los siguientes denuncios de terrenos bal-díos:

DENUNCIANTE UBICACIÓN SUPERFICIE(en hectáreas)

Sr. Margarito Soto San Dimas 1,000

Sr. Pedro M. Armendáriz Topia 600

Sr. E. J. Molera Canelas 500

Los Sres. Cushing y Wal Kup San Dimas 3,000

Sr. Paulino Orozco Capital 2,000

Sr. Carlos Von Brandis Canelas 2,000

Sr. Francisco Villanueva Capital 1,800

Sr. Luz M. Raines Tamazula 2,000

Sr. Laureano López Negrete Dgo. 15,000

Sr. Máximo Gámiz Alcalde Súchil 1,000

Sr. P. Emilio Stahlknecht Tepehuanes 15,000

Sr. Francisco Villanueva Capital 2,000

Sr. Jesús Sifuentes El Oro 450

Sr. Conrado Peña Canelas 100

Sr. Proto Chávez Canelas 200

Sr. Rosendo Chaídez Topia 250

Los Sres. Aniceto y Ma. Merced López

Topia 400

Sr. E. J. Molera Canelas 300

Sr. Ismael Ochoa Capital 3,000

Sr. Fidel Monárrez Topia 80

Sr. Juan Mc Donald El Oro 400

Los anales de Durango (1900-1930)

55

De igual forma se realizaron los siguientes denuncios de exce-dencias o demasías:

DENUNCIANTE UBICACIÓN S U P E R F I C I E (en hectáreas)

Sr. Lic. Francisco Acosta San Juan de Guadalupe 25,000

Sr. Julio Díaz Capital 10,500Sr. Gregorio de la Parra Poanas 1,500Sr. Juan Gurrola Capital 18,802Sr. Carlos Von Brandis Canelas 500Sres. J. L. Navarro y Tepehuanes, 12,000Valente MeléndezSres. J. L. Navarro, ValenteMeléndez y Justino Herrera Santiago Papasquiaro 9,000Sr. Antonio Castañeda Canatlán 1,000

BANCOS Y BANQUEROS

El día primero de enero de 1904 se inauguró el Edificio del Ban-co de Durango, ubicado en el crucero de las calles Constitución y Mayor (hoy 20 de Noviembre).

El corte de caja de este banco al 30 de noviembre era el siguien-te:

ACTIVO Caja existencia en metálico,Central y Sucursal.................. $ 561,405.72Id: billetes de otros bancos,id. id...................................... 81,836.00Cartera: documentos por cobrarid. id........................................ 27’86,299.04Id: préstamos sobre prendasid. id.................. .................... 239,411.23id: préstamos hipotecarios.......Id. id....................................... 1,081.03 3’026,791.30Fondos públicos y acciones o bonos inmediatamenterealizables, id. id...................... 376,044.00

56

Cuentas Deudoras, id. id......... 1’435,165.99Inmuebles: propiedades delBanco, id. id........................... 113,905.62 $5’595,148.68

PASIVOCapital social exhibido............ $2’000,000.00Billetes en circulación, Centraly sucursal................................ 946,975.00Depósitos reembolsables a lavista, id. id............................. 89,219.61Cuentas acreedoras id. id........ 2’443,623.26Fondo de reserva id. id............ 115,330.76 $5,595,148.63

LA MODERNIDAD INJERTADA

Los ferrocarriles trajeron las inversiones de capitales en la mi-nería, tierras, industrias, telégrafos, teléfonos, automóviles, luz eléctrica, sociedades anónimas, etc. Y junto con estas expresiones materiales de la revolución científica y tecnológica, llegó también el espíritu empresarial. Pero esta modernidad nada más les llega-ba a los de arriba; para los de abajo todo seguía como antes. Salvo el ferrocarril, que permitía el transporte masivo, era una avanzada de la revolución democrática.

Este año, había 31 plantas eléctricas en todo el Estado; 13 eran de vapor y 18 hidroeléctricas.

El 10 de febrero se instaló un cinematógrafo ambulante frente al templo del Sagrario, las entradas eran gratis, el objetivo princi-pal era pasar anuncios comerciales junto con las películas.

LA PESTE

El pueblo de la ciudad de Durango se encontraba alarmado y preocupado, en virtud de que la llamada viruela negra estaba cau-sando fuertes estragos en la ciudad de Torreón Coah.

Los anales de Durango (1900-1930)

57

Al poco tiempo se informaba que esta enfermedad estaba ata-cando a las haciendas y ranchos de la entidad y que los decesos eran abundantes.

El 28 de marzo se detectó el primer caso de viruela negra en la ciudad de Durango, e inmediatamente el consejo de salubridad implemento una serie de medidas, tratando de proteger a la po-blación del contagio de esta enfermedad.

EL CAMPO

La producción agropecuaria se mantiene al mismo nivel que en años anteriores. La novedad consiste en las oscilaciones de los pre-cios del algodón. A principios de año se decía que las cosechas de algodonero en los Estados Unidos iban a reducirse y que había las probabilidades de que el precio de ese producto se incrementara. Sin embargo, al parecer la guerra ruso-japonesa hizo que bajaran los precios de los textiles. Al final de año los precios del algodón habían bajado $10.00 pesos menos que el año pasado.

A LA SOMBRA DEL PODER

Este era un año político, pero como los políticos de la entidad se dedicaban más a los negocios que a la administración, las elec-ciones pasaban silenciosas. Sin embargo, ahora se juntaban las elecciones presidenciales con las elecciones para gobernador y la gente se preguntaba si el Lic. Juan Santa Marina podría reelegirse. Desde la muerte del Gral. Juan Manuel Flores, Porfirio Díaz se que-dó sin cacique en Durango. No encontró a nadie en la entidad que jugara el rol de aquel General.

El 2 de enero de 1904, el Gobernador, Sr. Lic. Juan Santa Marina, salió para la ciudad de México y regresó hasta el día 24. A su arribo a la ciudad de Durango, los burócratas especulaban si seguiría o no en la gubernatura.

Por fin, el periódico “La Evolución”, el día 27 de enero destapó al Lic. Estaban Fernández, como candidato a Gobernador. El Lic. Fernández era hermano del Secretario de Comunicaciones y Trans-

58

portes del gabinete porfirista.Como no se hacía campaña electoral para motivar a los elec-

tores, porque no había contendiente, o mejor dicho porque no se permitía que hubiera oposición, el proceso electoral se celebraba entre la burocracia estatal y municipal, amigos y parientes. Todos ellos comandados por los jefes políticos, quienes conformaban los colegios electorales en cada distrito, y éstos votaban por el único candidato postulado. Para que no se fueran a equivocar, imprimían el voto ya marcado, como si ya se hubiese votado. En esta forma le evitaban molestias al ciudadano.

Estas fueron las personas que ganaron una curul en la XXI Legis-latura, que iniciaría sus funciones el 16 de septiembre de 1904.

DISTRITO DIPUTADODurango Lic. Salvador FernándezMapimí Lic. Juan Santa MarinaCuencamé Lic. Laureano RoncalSantiago Papasquiaro Lic. Pedro EscárzagaNombre de Dios C. Cipriano GuerreroSan Juan del Río Lic. Luis CasasSan Juan de Guadalupe Lic. Julián BermúdezIndé Lic. Alberto CincúneguiEl Oro Lic. Manuel BermúdezTamazula C. Bruno MartínezNazas C. Francisco ÁlvarezSan Dimas Dr. Librado Castillo de ValleMezquital C. Jesús Vargas

Se declaró electo Gobernador Constitucional del Estado para el período que comienza el 16 de Septiembre de 1904, al C. Lic. Este-ban Fernández, como las elecciones para gobernadores se hacían cada cuatro años, esta administración concluirá en septiembre de 1908.

Igualmente se declararon electos Magistrados del Supremo Tri-bunal de Justicia del Estado, a los ciudadanos siguientes: Lic. Sa-turnino Muñiz, supernumerarios: C. Lic. Carlos Hernández, C. Lic. Fidel Sapién y C. Lic. Juan Labandera.

El día primero de diciembre tomó posesión como Presidente de

Los anales de Durango (1900-1930)

59

la República el Gral. Porfirio Díaz y el Lic. Ramón Corral como vice-presidente. La clase dominante, haciendo alarde de un servilismo ramplón, celebró el acontecimiento con repiques de campanas por 30 minutos en todos los templos. Con música desde las 11:00 A.M. a las 13:00 P.M. y una serenata en el Jardín Constitución.

60

1905: EL NACIONALISMO PORFIRISTA

Después que el Gobierno Federal adquirió el control del Ferrocarril Nacional, que ya había absorbido el Internacional, el interés por comunicarnos con Mazatlán se esfumó. Es un hecho verídico que el trust norteamericano de la Casa Speyer, tenía real interés en el ferrocarril a Mazatlán. Esto significaba otra vía de comunicación del Pacífico con el Golfo. Si se hubiese logrado, Durango no sería lo que es en la actualidad. Desgraciadamente el diablo metió la cola. Esta vez Mefistófeles reencarnó en el francés José Yves Li-mantour.

La casa norteamericana Speyer, que era dueña del Ferrocarril Internacional y del Nacional Mexicano, tenía verdadero interés en construir el ferrocarril Durango-Mazatlán. ¿Porqué razón? Porque significaba una vía alterna, de valor estratégico, que comunicaba al Golfo con el Pacífico. Al igual que el ferrocarril Salina Cruz-Coatza-coalcos, y el Canal de Panamá. Nada más que esta vía estaba más cerca de los Estados Unidos. En segundo lugar, esta vía significaba una ruta comercial de las ciudades más dinámicas del norte: Mata-moros, Monterrey, La Laguna-Durango-Mazatlán-Los Ángeles, San Francisco.

En esta ruta tenían interés los norteamericanos. Don Porfirio Díaz, y más que éste, su asesor económico, el francés José Yves Limantour, tenía un interés totalmente contrario a este proyecto. Para estas fechas estos señores estaban mirando hacia Europa. Si el pueblo de Durango hubiera sabido esto, de seguro que no hu-biera festejado como festejó la reelección de Díaz.

A pesar de ello algunas personas siguieron gestionando para que cuando menos se construyera el ferrocarril a Parral, pasando por Guanaceví. Desgraciadamente hasta la naturaleza estaba en contra de los duranguenses.

La Empresa Minera de San Andrés de la Sierra, exploró la posi-bilidad de construir un ramal de Santiago Papasquiaro hasta ese centro minero. Pero esa idea no pasó de una mera posibilidad.

Los anales de Durango (1900-1930)

61

Algo más terrenal fue la inauguración, el día 7 de mayo, del ra-mal del ferrocarril al Cerro de Mercado. Demasiado pequeño para sueños tan grandes.

En La Laguna, el Ferrocarril Central iniciaba la construcción de la casa redonda en los terrenos que le donó el Gobierno del Estado.

LA MINERÍA

Seguía la fiebre minera, se compraron y se vendieron minas, se formaron sociedades anónimas para trabajar minas. El número de títulos mineros del Estado de Durango, expedidos por la secretaría del ramo, asciendió a la cantidad de $3,152.

La producción minera este año fue menor al año anterior, sin embargo era aceptable. El valor de la producción ascendió a la suma de $11’757,802.00. De esta cantidad las compañías mineras extranjeras produjeron $10’081,777.00.

Continuaba la inversión y reinversión extranjera. La compañía minera de Vacas del municipio de Nombre de Dios estaba constru-yendo una fundición con una capacidad para beneficiar hasta 200 toneladas diarias.

Igualmente, la Asarco paralizó sus actividades para reconstruir su fundición donde piensan procesar hasta dos mil toneladas en 24 horas.

En Tayoltita, también se estaba construyendo una hacienda de beneficio en la mina la “Abra”, que según dicen, fue donde obtuvo su fabulosa riqueza don Juan José Zambrano.

El otro orgullo de Durango, el Cerro de Mercado, no daba color. El pueblo se enteró por la prensa, que ese mineral fue comprado por un consorcio norteamericano de Chicago y Pittsburgh, “La Uni-ted States Steel Corporation”. El vendedor fue la empresa denomi-nada “National Iron and Steel Works”.

Al finalizar este año, la Legislatura adicionó la Ley de Hacienda para estipular que el impuesto a la minería no podría exceder del

62

uno y medio por ciento sobre su producto bruto.

SEMBRANDO VIENTOS

Este año de 1905 se hicieron las siguientes denuncias de terre-nos baldíos:

Las excedencias denunciadas fueron las siguientes:

DENUNCIANTE UBICACIÓNSUPERFICIE

(en hectáreas)Dr. Jesús San Martín Durango 24,000Sr. Melchor Domínguez Guanaceví 1,000Sr. Marcelo Arias Guanaceví 500Sr. Nicolás Ávila Durango 1,755Sr. Rosalío Valverde Pueblo Nuevo 611Sr. Vicente Argala Guanaceví 1,000Sr. Lucio Martínez Guanaceví 500

FÁBRICAS

En Gómez Palacio inició sus operaciones la Compañía de Fuerza y Luz Eléctrica; como si la actividad económica también se moviera por gravedad, las mejores empresas terminaban por caer en La Laguna.

DENUNCIANTE UBICACIÓN SUPERFICIE(en hectáreas)

Sr. Francisco Zúñiga Canelas 200

Sres. Saturino Martínez yRamón Castañeda

Ocampo 3,000

Lic. Macario González Pérez Mapimí 80,000

Sr. Mónico Ortega Indé 1,800

Sr. Félix Durán Durango 1,500

Sr. Félix López Canatlán 200

Sr. Ismael Ochoa Durango 11,000

Los anales de Durango (1900-1930)

63

Este año la producción de las diez fábricas de hilados y tejidos que operaban en el Estado de Durango fue de $1’441,477.82. La participación de cada una de las factorías puede verse en el si-guiente cuadro.

DURANGO: INDUSTRIA TEXTIL EN 1905

NOMBRE DE UBICACIÓN NOMBRE DEL VALOR DELA FABRICA FABRICANTE LA VENTA

La Providencia Durango Gurza Hermanos y Cía. $ 62,510.56

El Tambor S. Papasquiaro Id. Id. idr. 59,511.90El Salto Nombre de Dios Julio Bracho 128,828.08

La Constancia Malpaís Sociedad Anónima 250,000.00La Amistad Gómez Palacio Prince, Torres y Prince 563,083.10La Victoria Id. id. S. Prince y Cía. 57,401.02La Concha Peñón Blanco Juan Fco. Flores 86,345.71Guadalupe Id. id. Id. id. id. 71,249.28

Belém Id. id. Ignacio Braco 121,663.25

La Confianza Mapimí Varios Accionistas 40,884.92

SUMAS $1’441.447.82

La fábrica de hilados y tejidos más moderna era “La Amistad”, instalada en Gómez Palacio y propiedad de la sociedad formada por Santiago Prince y los hermanos Torres Saldaña. Esta fábrica no sólo tenía la mayor cantidad de telares (250), sino que además eran eléctricos, mientras que las demás tenían telares manuales. Esta sola fábrica producía la 3a parte de toda producción textil es-tatal.

Al Sr. John Woesner se le otorgó una concesión por operar una compañía de telefonía de larga distancia, especialmente en la re-gión lagunera y con servicio al público.

Por otra parte, el día 5 de febrero fue inaugurada y puesta al servicio del público, la vía telefónica construida de Yerbanís a Pe-ñón Blanco y por lo tanto interconectada a la ciudad de Durango.

Más tarde, a mediados de junio, quedaron abiertos al servicio

64

público, las oficinas de la línea telefónica entre los minerales de Bacís y San Andrés de la Sierra. La obra tuvo un costo de $4,149.00 contribuyendo el Gobierno del Estado, las Compañías Mineras de Bacís, La Trinidad, los comerciantes de Bacís y Otáez, y los vecinos de Otáez y Victoria.

En este mismo mes quedaron definitivamente terminados los trabajos de la línea telefónica, de Santiago Papasquiaro-Tepehua-nes y Guanaceví-San Andrés de la Sierra y de ahí algunos puntos importantes del municipio de Otáez.

Para estas fechas había luz eléctrica en la ciudad de Durango, en Gómez Palacio, y en unos 30 centros mineros, que además exten-dían el servicio de alumbrado a las poblaciones.

EL NEGOCIO DE LOS BANCOS

Al 30 de diciembre de 1905 el balance del banco de Durango era el siguiente:

ACTIVOCaja: existencia en metálico,Central y Sucursal............. $ 772,715.16Id. billetes de otrosbancos id. id........................ 69,706.00 $ 842,421.16Cartera: Documentos porcobrar, id. id......................... 3’303,559.66Id. préstamos sobre prendas... 143,945.89 3’447,505.55Fondos públicos y accioneso bonos inmediatamente realizables.. 226,563.52Cuentas deudoras, central y sucursal.. 1 ‘293,563.21Inmueble: propiedades del Banco, id. id. 193,610.00 $6´003,663.44PASIVOCapital Social..... $2’000,000.00Billetes en circulación. 1 ‘175,595.00 Depósitos reembolsables ala vista, Central y Sucursal.. 249,968.05Cuentas acreedoras, id. id.... 2’440,129.26Fondo de Reserva....... 137,971.13 $6´003,663.44

Los anales de Durango (1900-1930)

65

Como no queriendo, los banqueros de Durango pusieron en circulación más de $1’000,000.00 en billetes. En esta época este banco tenía derecho de emitir dinero de papel (billetes). Lo que quiere decir, que la sociedad de Durango le había prestado a los banqueros ese $1’000,000.00 y pico de pesos.

Con motivo de la ley monetaria del 25 de marzo de 1905, la jefatura de hacienda estaba cambiando las monedas antiguas por las de nueva emisión. Las nuevas monedas de oro serían de $10.00 y $5.00.

DE LO RURAL A LO URBANO

La élite de Durango estaba molesta porque la ciudad había sido invadida por una plaga de mendigos y le pedían a la policía que obrara con severidad. Como si la pobreza fuera problema de po-licías. Como se aumentó el salario a los policías a $0.90 diarios, muchos de los vagos hicieron solicitudes para trabajar como guar-dianes y rápidamente se ocuparon las 90 plazas disponibles. Y así, los vagos uniformados perseguían a los vagos sin uniforme.

El Gobierno del Estado hizo las reformas adecuadas y expidió las circulares respectivas para el cobro del “Impuesto de Plaza”. Por ello, el placero ha elaborado un padrón de los comerciantes ambulantes.

Los cocheros de los dos sitios del carruaje se pusieron en huelga a mediados de febrero. La causa fue porque el munícipe del ramo de carruajes, Sr. Lic. José María Roncal, había dispuesto que los cocheros deberían permanecer constantemente en el pescante de su vehículo y que además deberían traer siempre consigo $10.00 pesos en moneda fraccionaria.

Estas medidas molestaron a los cocheros y la ciudad presenció este raro y nuevo instrumento de lucha que es la huelga. Sin em-bargo, era un gremio medieval quien hacía uso de ella.

A mediados del mes de febrero la sociedad de estudiantes del Instituto Juárez organizó unos festejos para celebrar el 4o año de su fundación.

66

Por otra parte, el primer domingo del mes de enero de 1905, hizo su debut en el Jardín de la Constitución, la Banda del Estado, dirigida por el maestro Alberto M. Alvarado. La banda se componía de 32 filarmónicos y tenía la obligación de dar serenatas los jueves y los domingos, así como los días de fiesta civil o religiosa, especial-mente el 15 y el 16 de septiembre.

En la ciudad de Durango se comentaba que el Lic. y Dip. Federal Pablo Martínez del Río, estaba en tratos con la familia Moncada para comprarles la Hacienda de Juan Pérez. Al parecer se fijó un precio de $1’200,000.00 incluyendo todos los semovientes.

La baja de los precios del algodón en el mercado norteamerica-no estaba afectando a los agricultores de la región de La Laguna.

A LA SOMBRA DEL PODER

El año pasado fueron electos los integrantes de los Ayuntamien-tos del Estado, para el bienio 1905-1906 y cuyas funciones inicia-ron el 1o de enero. Para el Ayuntamiento de la Capital aparecen las siguientes personas:

Ing. Luis Álvarez y Zubiría, Lic. Juan Chávez González, Ing. Ma-nuel Rangel, Sr. José María Salas, Lic. Alberto Lazalde, Sr. Julián Me-dina, Dr. José T. Lemus, Sr. Rafael Moreno y el Síndico, Sr. Antonio Ponce.

Los jefes políticos de los partidos del Estado, para el año de 1905, son los mismos que estuvieron en funciones en 1904; sólo fueron separados de sus cargos el de San Juan del Río, Cuencamé, Indé y cambiados el de Tamazula por el de Cuencamé y de San Juan de Guadalupe pasaría a San Juan del Río.

En San Juan de Guadalupe fue nombrado un conocido y prós-pero hacendado y minero, el Sr. Felipe Rodríguez. Este respetable señor trabajaba las minas Las Ánimas, La Bola, La Blanca, El Rami-llete, Santa Teresa, La Trinidad y Las Torres. Tenía además una fun-dición o hacienda de beneficio llamada “La Guadalupe”, enclavada en la Cabecera Municipal de San Juan de Guadalupe. Era propie-tario de la Hacienda La Granja que tenía una superficie de 15,800 hectáreas y el Rancho El Zacate de 3,500 hectáreas.

Los anales de Durango (1900-1930)

67

Los notables de San Juan de Guadalupe le pidieron al Gober-nador que nombrara Jefe Político a uno de los suyos, pues ante-riormente habían tenido serias dificultades con el Sr. Francisco Es-cobar y Vázquez, pues como era de otro lugar, únicamente fue a extorsionar a todo mundo.

Donde hubo problemas este año fue en la jefatura política de San Juan del Río. Primeramente se había designado precisamente al Sr. Francisco Escobar y Vázquez, quien, por motivos de salud, renunció al cargo, y se designó provisionalmente al Sr. Manuel Moreno. Después, a principios de junio se nombró al Sr. Manuel Reyna, quien era originario y vecino de Ciudad Lerdo. Como no era de la región, se dedicó a explotar a quien se dejaba. Este señor se convirtió en empleado de la Compañía Minera de Avino (extranje-ra) y según decía la voz popular, extorsionaba a los comerciantes poniéndoles altas contribuciones y así favorecía a la tienda de raya de la Compañía Minera. A mediados de septiembre fue depuesto este jefe político.

La opinión pública conoció otro caso de corrupción. El Sr. Isidro Félix, Jefe Municipal de San Luis de Cordero, aprovechó y empleó el trabajo de los presos para construir su casa. Además de que el agua de la única noria del pueblo la utilizaba para regar su huerta y sólo después de ello permitía que el pueblo sacara el agua para sus necesidades y para los animales.

Otro caso, también alarmante, fue el hecho que le sucedió al Sr. Isidro Tinoco, vecino del rancho Llapán municipio de Canatlán. A este señor se le desbarrancó un toro de su propiedad y quiso apro-vechar la carne. Pero cuando estaba destazando al animal, llegó la acordada al mando del Sr. Ramón Vargas, quien hizo que Isidro cargara el toro sobre sus espaldas y a rastras lo llevó a la cárcel de Canatlán. La opinión pública se irritaba con estos actos de extrema injusticia y crueldad.

Para el año de 1906 el ejecutivo del Estado designó a los mismos jefes políticos que fungieran en el año de 1905, salvo en Santiago Papasquiaro y en Indé; en el primero se nombró al Sr. Lorenzo Gá-miz y en el segundo partido al Sr. Ángel Morales.

68

1906: FRENARON EL FERROCARRIL

Se apagó la euforia del ferrocarril como si fuera una maldición; bastó que el Gobierno Federal tuviera el control del Internacional y del Nacional Mexicano para que se dejara de hablar de nuevas inversiones, concesiones o contratos, para la construcción de los proyectos de vías que Durango necesitaba: la vía a Mazatlán, a Pa-rral y a Guadalajara.

Esas medidas del Gobierno truncaron la fiebre que había por los ferrocarriles, tanto en los empresarios como en la misma po-blación. Este clima de desánimo y frustración se percibía en el tono de las notas de la prensa.

El público se enteró, en forma lacónica, que se terminó de cons-truir el pequeño ramal de la estación Pedriceña al centro minero de Velardeña. En la misma forma se hablaba de los trabajos que se estaban efectuando en Gómez Palacio, en lo que sería “La Casa Redonda” del Ferrocarril Central.

La empresa del Internacional informaba, que del mes de enero, al 31 de octubre de 1906, obtuvo utilidades por $3’647,384.00. Sus ingresos mensuales brutos fueron de $700,000.00 a $750,000.00

UNA MINA REQUIERE OTRA MINA

Para este año de 1906 la Secretaría del Ramo tenía registrados 3,603 títulos de minas ubicadas en el Estado de Durango.

Por su parte la producción minera este año se redujo en forma considerable alcanzando la suma de $7’242,129.00. Las compañías extranjeras produjeron la cantidad de $6’256,775.00, y el resto, es decir alrededor de un millón de pesos era el valor de la producción de los mineros nacionales.

Las empresas de los Guggenheim que se habían fusionado con

Los anales de Durango (1900-1930)

69

la Asarco, este año pusieron a funcionar la fundición con tres hor-nos en el mineral de Velardeña. La inauguración fue el 12 de oc-tubre y estuvo presente el Sr. Arzobispo y el Sr. Gobernador del Estado de Durango.

Para la fecha estaban en operación en el Estado 33 fundiciones o haciendas de beneficio cuya ubicación y producción puede ob-servarse en el siguiente cuadro:

70

Mientras que las inversiones en ferrocarriles se frenaban, la minería seguía su mismo ritmo. Se descubrían nuevas minas, se realizaban operaciones de compraventa, como las del Sr. Alberto Bange en San Juan de Guadalupe, la de la Compañía Minera de México Limitada, en Guanaceví, el mineral de Ventanas en San Di-mas, la mina Duranguito en Tejámen. En todas estas transacciones los compradores eran ciudadanos norteamericanos.

La Compañía Minera Lustre Mining Co. aumentó su capital so-cial de uno a cinco millones de pesos, con el objeto de adquirir maquinaria, y mejorar los sistemas de su fundición.

La Compañía Grand Guilleletle y Carlos Wilheme conformaron una Compañía para explotar la mina Santa Eulalia, ubicada en Ve-lardeña, del municipio de Cuencamé, con un capital de tres millo-nes de pesos oro.

En la misma línea se constituye la “Topia Mining Company” con un capital de dos millones de pesos oro para trabajar la mina, “La Madrugada” y otras de la misma región.

Se forma también una sociedad con capital de 60 mil pesos para explotar la mina Duranguito en Tejámen municipio de Canatlán. A su vez en Santiago Papasquiaro se conformó la Sociedad Anónima denominada “Cía. Minera La Luz”, con un capital de 15 mil pesos.

“La Cía. Minera de Velardeña” terminó de construir un teleféri-co para transportar el mineral de la mina “Terneras” al poblado de Velardeña, que de ahí sería trasladado a la fundición, en ferrocarril de vía angosta.

Y para que se asombrara más la población, la Consolidate Mi-ning and Smelting Company, que trabajaba las minas de Nueva Australia y el Porvenir en Guanaceví, anunciaba que había manda-do construir dos grandes automóviles (camiones de carga) de 60 caballos de fuerza cada uno, para llevar el mineral a las estaciones de ferrocarril más próximas.

El Gobierno del Estado autorizó al Sr. Carlos Michaud, para rea-lizar un fraccionamiento en los terrenos inmediatos de la negocia-ción minera de Velardeña, que constará de 178 manzanas de 100

Los anales de Durango (1900-1930)

71

metros por lado y con calles de 20 metros de ancho.

SEMBRANDO VIENTOS

Este año se denunciaron los siguientes terrenos baldíos:

DENUNCIANTE UBICACIÓN SUPERFICIE (en hectáreas)

Sres. Enrique Sánchezy Lic. Miguel Alba Mapimí 2,270Sr. Lic. Antonio Bravo Canatlán 35,000Domingo L. Avelar Canelas 2,500Sr. Alejandro 0. Stevenson

Tamazula 70,000

Sr. Lic. Adalberto Ríos Capital, Dgo. 14,000Sr. George W. Holmos Pueblo Nuevo 200,000Sres. Lic. Adalberto Ríosy Jesús L. Asúnsulo Capital, Dgo. 150Sr. Lewis Warfield Topia y Canelas 2,000Sr. Federico C. Damm Dimas 21,000Sres. Lic. Adalberto Ríosy Jesús L. Asúnsulo Capital, Dgo. 20,000Sr. Lewis Warfield Canelas 1,000Sr. Lie. Rodrigo Gómez San Dimas 22,000Sr. Lewis Warfield Tamazula 600Sr. Lewis Warfield Canelas 1,000Sr. Federico C. Damm San Dimas 51,000Sr. Nicolás Avila Capital, Dgo. 5,000

Denuncios de excedencias o demasías

DENUNCIANTE UBICACIÓN SUPERFICIESr. Lewis Warfield Canelas (en hectáreas)

200Sr. Luis G. Ávila Capital, Dgo. 25,000Sr. Lic. Alberto Lazalde San Bartolo 15,000Sr. Lewis Warfield Canelas

San Bartolo700

72

Sr. Lic. Alberto Lazalde 25,000Sr. Lic. Alberto Lazalde Capital, Dgo. 12,000Sr. Lic. Luis Casas Capital, Dgo. 15,000Sr. Eduardo Hartman Capital, Dgo. 20,508Sr. Lic. Alberto Lazalde Capital, Dgo. 18,000Sr. Luis G. Ávila Capital, Dgo. 5,000

FÁBRICAS

El Sr. Emilio Stahlknecht, anunció que instalaría una planta eléc-trica en la fábrica del Tunal en donde se aprovecharía la fuerza motriz de una caída de agua.

La Junta Directiva de la Compañía Jabonera de La Laguna, S.A., acordó hacer otro dividendo del 10% a cuenta de las utilidades de este año.

La empresa telefónica que operaba en la ciudad de Durango, al frente de la cual se encontraba el Sr. Walter C. Bishop, tenía ren-tados 224 aparatos telefónicos. Igualmente se prestaba servicio a varias haciendas y ranchos, cuyas líneas sumaban una extensión de 164 kilómetros. Por otra parte el Sr. Juan Woesner, informó que en unos cuantos días, estaría terminada la instalación del servicio telefónico de larga distancia entre Durango y Torreón.

El Sr. George W. Holms representante de La Méxicam Inves-tment and Development Company, había invertido cinco millones de pesos en la compra de terrenos y maquinaria, para procesar la madera de la sierra de Durango.

En La Laguna, los Sres. Lavín han incursionado en la plantación de viñedos en la Hacienda de Noé y además tienen en operación una fábrica de vinos al parecer con bastante éxito.

La Mexicana Ruber Company, del Trust de los Rockefeller, com-pró las fábricas de Guayule instalados en Gómez Palacio y Torreón, al precio de cuatro millones de pesos.

Los anales de Durango (1900-1930)

73

BANCOS Y BANQUEROS

Los accionistas del Banco de Durango realizaron su asamblea ordinaria el 20 de febrero, y entre otras cuestiones se nombró a la siguiente mesa directiva:

Consejero Propietario: Sr. Maximiliano Damm; Consejeros Su-plentes: Sr. José Saracho, Lic. Ramiro de la Garza, Sr. Guillermo Pet-ters, y Comisarios Propietarios: Sr. Rafael Bracho, Sr. Manuel de la Parra, Comisarios Suplentes: Sr. Juan Lozoya y Sr. Juan F. Paura.

La Sucursal del Banco de Londres y México se trasladó a su nue-vo edificio, ubicado en la esquina de las calles quinta de la Consti-tución y séptima de la Pila (hoy, calle Aquiles Serdán).

El Banco de Durango cotizaba sus acciones en la bolsa mexica-na. Definitivamente la modernidad se nos vino encima.

Veamos el balance de este Banco a finales de diciembre de 1906.

ACTIVO

Caja: existencia en oro,Central y Sucursal................. $ 606,435.00Caja: existencia en pesosfuertes, id. id......................... 130,718.00Caja: existencia en moneda fraccionaria ic. id............. 97,774.21Caja: existencia en billetes de otros Bancos, id. ib.... 65.592.00 900,519.21Cartera: documentos porcobrar Central y Sucursal..... 3’612,049.83Cartera: préstamossobre prendas, id. id............ 307,271.34 $3’919,321.17Fondos públicos y acciones obonos inmediatamente realizables... 516,528.50Cuentas Deudoras, Centraly Sucursal.................................. 1´133,901.20Inmueble: propiedades delBanco, id. id. .............................. 194,856.00

74

$6´665,126.08PASIVOCapital Social............................. 2´000,000.00Billetes en circulación................ 1´359,010.00Depósitos reembolsables a lavista, central y sucursal.............. 219,512.35Cuentas acreedoras, id. id.......... 2´923,384.34Fondo de reserva....................... 163.219.39 6´665,126.08

El Presidente del consejo, Carlos Bracho. El Cajero, M. de Ur-quidi. VoBo.- El Interventor del Gobierno, Francisco G. Palacio.

DE LO RURAL A LO URBANO

El Gobernador del Estado viajó a la ciudad de México, con el objeto de formalizar un empréstito de un millón seiscientos mil pesos, para la introducción del servicio del agua potable a la ciu-dad capital.

Más tarde, el Sr. Gobernador firmó un contrato con el Banco Central Mexicano para la compra-venta de los bonos, que emitirá el Gobierno del Estado de Durango con el objeto de financiar el pago de la deuda y para la “entubación” del agua potable de la ciudad de Durango.

La Legislatura del Estado autorizó al Ejecutivo para enajenar los terrenos del rancho “La Esperanza”, situados al oriente de la ciudad, y con lo que se obtengan de esas ventas, se construirá el nuevo rastro municipal.

Por iniciativa del jefe político del partido de la capital, se am-pliará el Jardín Patoni, conocido como paseo de Las Moreras, des-de la presa “La China” hasta la calle Florida (Negrete).

En mayo se inauguró el Hotel Iturbide en la ciudad de Duran-go.

A la opinión pública ilustrada de la entidad, le dio gusto enterar-se que el duranguense Ricardo Castro fue nombrado Director del Conservatorio Nacional de Música de la Capital de la República.

Los anales de Durango (1900-1930)

75

COSAS DEL CAMPO

Este año las cosechas de maíz y frijol fueron buenas, pero la de algodón fue excelente. Usted lo puede observar en las siguientes cifras: 91’176,120 kilogramos de maíz; 8’147,475 kilogramos de frijol; 11´727,847 kilogramos de trigo y 31’139,714 kilogramos de algodón.

A LA SOMBRA DEL PODER

Este año se eligieron a las personas que integrarían la XXII Legis-latura. Estos fueron los afortunados:

Fueron declarados y electos Magistrados del Supremo Tribunal de Justicia del Estado, los ciudadanos siguientes: C. Lic. Juan B. Ávila. Supernumerarios: C. Lic. Francisco Saldaña, Lic. Rafael Reyes Valdés, Lic. Jesús Ríos y Valles, Lic. Antonio G. Palacio, Lic. Buena-ventura Cincúnegui.

Para este año de 1906 funcionaron los siguientes jefes políticos y jefes municipales:

DISTRITO PROPIETARIO SUPLENTEDurango Dr. Felipe P. Gavilán Ing. Carlos PatoniMapimí Lic. Juan Santa Marina C. Miguel TorresCuencamé Lic. Laureano Roncal Lic. Ignacio G. PalacioSantiago Lic. Pedro Escarzaga Lic. J. Ignacio BrinesSan Juan del Río Lic. Manuel Bermúdez Lic. Alberto LazaldeNombre de Dios Lic. Salvador Fernández Lic. Domingo L. AvelarSan Juan de Guadalupe

Lic. Julián Bermúdez C. Rafael Bracho y Gómez

Indé Lic. Alberto Cincúnegui C. Francisco de P. SalcidoEl Oro Lic. Luis Casas Lic. Rodrigo GómezTamazula C. Francisco Álvarez Lic. Carlos HernándezNazas C. Cipriano Guerrero C. José ClarkSan Dimas Dr. Librado Castillo e

ImasC. Francisco Escobar y Vázquez

Mezquital C. Ignacio Fernández Ing. Luis Álvarez y Zubiría

76

PARTIDO JEFE POLÍTICO

Capital, Dgo. C. Cipriano Guerrero

Mapimí C. Jesús VargasCuencamé C. Miguel BrecedaSan Juan del Río C. Manuel Moreno.Nazas C. Lic. Luis EstevanéSan Juan de Guadalupe C. Felipe RodríguezIndé C. Luis Díaz CouderEl Oro C. Agustín del CorralTamazula C. Cap. Jesús M. NájeraSantiago Papasquiaro C. Lorenzo GámizSan Dimas C. Genaro EscobosaNombre de Dios C. Carlos FiscalMezquital C. Ten. Coronel Juan N.

Treviño

MUNICIPIO JEFE MUNICIPAL

Canatlán C. Julián Estrada

Pueblo Nuevo C. Manuel VallesMapimí C. Carlos IbarraPeñón Blanco C. J. Refugio PulidoSanta Clara C. J. Concepción CasasRodeo C. Joaquín CamachoPánuco de Coronado C. Andrés RamírezConeto C. Manuel EnriquezSan Pedro del Gallo C. Rodrigo GarcíaSan Luis del Cordero C. Demetrio BorregoSan Bartolo C. Miguel PérezVilla Hidalgo C. Genaro CenicerosVilla Ocampo C. Domingo SáenzSan Bernardo C. Blas PereyraCanelas C. Melesio García

MUNICIPIO JEFE MUNICIPAL

Siánori C. Ángel MachadoTamazula C. Justo MadariagaTominil C. Teófilo RamírezAmaculi C. Federico Retamosa

Los anales de Durango (1900-1930)

77

Copalquín C. Erasmo de la RochaJuárez C. Cástulo de la RochaTepehuanes C. Gerardo PalaciosGuanaceví C. Ángel MoralesOtáez C. J. Manuel SosaVictoria C. Evaristo PeredaVilla Corona C. Francisco RubíPoanas C. Roque HernándezSúchil C. Jesús HernándezHuazamota C. Juan H. Acosta

A principios de año los magistrados del Supremo Tribunal de Justicia eligieron como Presidente del mismo al Sr. Lic. Saturnino Muñiz.

Los jueces municipales eran designados por el Supremo Tribu-nal de Justicia de las ternas que presentaban las jefaturas políticas. El jefe político tenía un poder territorial superior a los Presidentes Municipales. El nombraba a los jefes municipales y a los jueces municipales de su jurisdicción, se encargaba de la obra pública, de los servicios municipales y sobre todo de las cuestiones políticas, además de mandar a los temibles rurales.

El Sr. Francisco Gurza, dejó la oficialía mayor del Congreso del Estado y en su lugar se nombró al señor Adolfo López Negrete. Ambos apellidos pertenecen a connotadas familias de terratenien-tes del Estado, lo que quiere decir que los señores hacendados no dejaban ningún cabo suelto.

Los nuevos integrantes del ayuntamiento de la capital para el bienio 1907-1908, fueron los siguientes:

1er. Vocal Buenaventura G. Saravia, 2o. Lic. Manuel Muguiro; 3o. Fortino de la Bárcenas; 4o. Ignacio Trigueros; 5o. Miguel Gómez; 6o. Lic. Raúl Torres Ugarte; 7o. Ing. Alfonso Castellanos Haaf; 8o. Rafael Muguiro; Síndico el Sr. Antonio Ponce.

Como la actividad económica de los ciudadanos estadouniden-ses era bastante intensa, en Durango teníamos un consulado de los Estados Unidos. Este año ejercía el cargo el Sr. Augusto C. Zar-fert. Como diría mi abuelito: estábamos mejor cuando estábamos peor.

78

1907: SE VENDE LA TIERRA

FERROCARRILES

Para el año de 1907 Durango tenía 1,174 kilómetros, 84 metros de vías férreas. 506 kilómetros del Ferrocarril Central Mexicano; y 615 kilómetros, 84 metros del Ferrocarril Internacional Mexicano; el resto correspondía a los diversos ramales, así como a los 11 kiló-metros del tranvía de Lerdo a Torreón.

A pesar de ello la gente consciente sabía que Durango se había quedado aislado. La ciudad de Durango no tenía una planta indus-trial. La minería era la actividad más dinámica, sin embargo sus centros mineros estaban aislados e incomunicados, salvo Peñoles y Velardeña. La opinión pública se dio cuenta que Durango estaba marginado, y para paliar o contrarrestar esa situación, pedían y exigían el ferrocarril a Mazatlán y el de Parral.

En igual forma se consideró que la comunicación férrea a Zaca-tecas era imprescindible y el público siguió con interés los avan-ces del ferrocarril de Estación Gutiérrez del Central al pueblo de Sombrerete, como si se tratara de una línea de su propio territo-rio. Sabía que si el ferrocarril llegaba a Sombrerete, sería más fácil la comunicación. Y así el pueblo se enteró con entusiasmo que el día 12 de agosto, el Sr. Ing. C.W.E. Reichel, iniciaba los trabajos del Ferrocarril-Gutiérrez-Sombrerete.

La empresa del Internacional realizaba una inversión conside-rable en la construcción y acondicionamiento de una planta de mantenimiento y talleres en la ciudad de Durango. Las máquinas que se instalaron producirían, además de fuerza motriz, alumbra-do para la propia empresa.

A pesar de que soplaban otros vientos en la política ferrocarrile-ra del Porfiriato, el Gobierno del Estado celebró un contrato con el Sr. J. J. Johnston, para la construcción de un ferrocarril de Durango a San Dimas.

Los anales de Durango (1900-1930)

79

El 14 de abril el tren que salió de Durango hacia Torreón, se descarriló a la altura del kilómetro 717; la locomotora y diecisiete carros quedaron bastantes deteriorados.

Los ingresos brutos del Ferrocarril Internacional del 1 de julio de 1906 al 1 de julio de 1907 ascendieron a la suma de $8’025,350.00 pesos. Al parecer estos ingresos promediaban unos 700 mil pesos mensuales.

MINAS Y MINEROS

La minería continúa con el mismo ritmo, no había decaído e! entusiasmo por invertir, para hacer nuevos denuncios, exploracio-nes y para constituir sociedades anónimas para trabajar minas.

Este año, la Secretaría del Ramo tenía registrados en el Estado de Durango 4,167 títulos de minas. Cantidad muy superior a los 1,731 que había en 1900.

La producción minera tuvo un valor de $9’316,726.00. De esta suma las compañías extranjeras produjeron $7’899,165.00.

La Compañía Limitada de Guanaceví, de origen inglés, con un capital de 225,000.00 libras esterlinas, adquirió del Banco Nacio-nal de México un grupo de minas que pertenecían a la Compa-ñía restauradora. Se formó también una sociedad para explotar la Mina de San Román en Topia; el capital de esa empresa era de $350,000.00 pesos. Se constituyó la sociedad “El Progreso Mexi-can Mines”, con el objeto de explotar un grupo de minas cerca de Topia y Tamazula.

Las sociedades que se constituían en el extranjero cotizaban sus acciones en los mercados bursátiles. Las sociedades mexica-nas ponían a la venta al público sus acciones, como una forma de tener recursos para invertir en un terreno tan azaroso como es la minería.

La Compañía Minera 5 de Mayo, que operaba en el mineral “La Descubridora”, acordó hacer una nueva inversión. Por su parte la Compañía Minera de Ventanas del Partido de San Dimas hizo una fuerte inversión en la ampliación de su hacienda de beneficio con

80

el objeto de extraer y beneficiar hasta 150 toneladas por día.

A pesar que el ferrocarril había impulsado la minería, el Estado aun se encontraba casi incomunicado. Por ejemplo, la Compañía Mexicana, Consolidate Mining and Smelting, que explotaba las minas “El Soto”, “El Porvenir” y “Nueva Australia” en Guanaceví, transportó el mineral extraído por medio de carros de mulas hasta Tepehuanes y de ahí lo embarcaba por ferrocarril a la fundición a Torreón. Otro ejemplo: La Compañía Minera La Boca del Cobre de Nazas, que producían diariamente 10 toneladas de mineral, tenía que fletarlo en carros de bueyes o mulas hasta Pedriceña a una dis-tancia de más de 40 kilómetros y de ahí embarcarlo en ferrocarril a la fundición de Torreón.

Ni Nazas ni Guanaceví son entidades muy apartadas y sin em-bargo, el transporte frenaba la producción. Imagínese usted luga-res como Topia, Tayoltita, Ventanas, etc. Las comunicaciones han sido y son el principal problema de Durango.

La Compañía Minera de Peñoles, la empresa minera más impor-tante del Estado, estaba modificando su fundición. Para el mes de febrero inauguró un horno, en donde piensa beneficiar 500 tone-ladas por día. Se tiene proyectado construir seis hornos más para poder beneficiar cuando menos 1500 toneladas diariamente.

La Compañía Minera de Velardeña, propiedad del consorcio de los Guggenhein, tenía en operación su fundición de cuatro hornos para procesar metales cupríferos y dos para metales plomosos; y a pesar de la modificación que se hiciera el año pasado a la fundi-ción, no bastó para beneficiar los minerales que produce la Com-pañía, mucho menos para maquilar la de las minas aledañas.

El 21 de marzo, en Indé se inauguró una fundición llamada la Guadalupe, propiedad de Guadalupe Mining Co., para procesar metales por el moderno sistema de cianuración y con capacidad de 50 toneladas por día. La maquinaria empleará la fuerza eléctri-ca que generará una planta hidráulica.

También en Indé fue inaugurada otra fundición o hacienda de beneficio, propiedad de Indé Gold Mining Company, con una capa-cidad de beneficiar 100 toneladas por día. Con estas dos fundicio-

Los anales de Durango (1900-1930)

81

nes, serán ya tres las que están en operación en este municipio.

El Sr. Guillermo S. Benton le comunicó al Gobierno del Estado que terminó de construir la hacienda de beneficio, conforme a la concesión que se otorgó el 4 de septiembre de 1905.

A finales de año, el Gobierno del Estado celebró un contrato con el Sr. Johnston para establecer una hacienda para beneficiar metales en San Dimas.

Como puede deducirse de estas cuantas informaciones, la acti-vidad minera en Durango no había decaído.

A principios de mayo de este año, sucedió una desgracia en el mineral de Terneras cerca de Velardeña, al parecer, a consecuencia de una explosión, murieron como 100 trabajadores. La mayoría de ellos eran originarios del Estado de Zacatecas.

SEMBRANDO VIENTOS

Este fue el año en que se hicieron más denuncios de terrenos baldíos, circunstancia que puede observarse en el listado siguien-te:

AÑO 1907 DENUNCIOS DE TERRENOS BALDÍOS

NOMBRE UBICACIÓN SUPERFICIE (en hectáreas)

Sr. Nicolás Ávila Capital 5,000Sr. Alejandro 0. Stevenson Municipio de Tamazula 8,000Sr. Lewis Warfield Municipio de Topia 10,000Sres. Pedro R. Sosa y Severino Ceniceros

Municipio de Cuencamé 8,000

Sr. Lic. Jesús Álvarez Municipio de Topia 100

Sr. J. S. RobertsonMunicipio de Pueblo Nuevo

200,000

Sr. Lic. Ignacio G. Palacio Municipio de Tamazula 10,000Sr. Lic. Alberto Lazalde Municipio de Canelas 1,000C.C. Lics. Jesús Perea y Julián Bermúdez

Mpio. de San Juan de Guadalupe

4,000

Sr. J. C. Roberts Municipio de San Dimas 70,000Sr. Heriberto Morales Capital 11,000Sr. Lic. Luis Zubiría y Campa Municipio de San Dimas 51,000Sr. Lewis Warfield Municipio de Canelas 400

82

Sres. Simón de la Rocha y Manuel Quiñones

Municipio de Tamazula 20,000

Sr. J. A. RobertsonMunicipio de Pueblo Nuevo

100,000

Sr. J. A. RobertsonMunicipio de Pueblo Nuevo

100,000

Sr. Margarito Soto Municipio de San Dimas 2,000Sr. Lic. Juan Santa Marina Municipio de Tamazula 20,000Sres. Carlos Von Brandis, RodrigoGómez y Domingo L. Avelar Municipio de Tamazula 70,000Sres. Carlos Von Brandis, RodrigoGómez y Domingo L. Avelar

Mpio. de Santiago Papasquiaro

60,000Sres. Carlos Von Brandis, RodrigoGómez y Domingo L. Avelar Municipio de Tamazula 60,000Sres. Carlos Von Brandis, RodrigoGómez y Domingo L. Avelar Municipio de Tamazula 90,000Sr. James A, Le Roy Municipio de San Dimas 35,000Sr. James A. Le Roy Municipio Tamazula 60,000Sr. James A. Le Roy Municipio de San Dimas 30,000Sr. James A. Le Roy Municipio Tamazula 100,000Sr. James A. Le Roy. Municipio de Tamazula 51,000

Sr. Jesús L. AsúnsuloMunicipio de Pueblo Nuevo

10,000

Sr. Jorge Weber Municipio San Dimas. 1,000Sr. Lie. Luis Zubiría y Campa Capital 5,000Sr. Lie. Luis Zubiría y Campa Capital 20,000Sr. Lic. Luis Zubiría y Campa Municipio de San Dimas 10,000Sr. Lic. Luis Zubiría Municipio de San Dimas 10,000Sra. Piedad de la Rocha Vda.de Rodríguez

Municipio de San Dimas 505

Sr. Lewis Warfield ,

Municipio de Canelas 700

Sr. Lewis Warfield Municipio de Topia 1,000Sr. Lewis Warfield Municipio de Topia 500Sr. Lewis Warfield Municipio de Canelas 600Sr. Francisco Meneses Capital 500

LAS DENUNCIAS DE EXCEDENCIA FUERON LOS SIGUIENTES:

Los anales de Durango (1900-1930)

83

FÁBRICAS Y FABRICANTES

Los productos y hombres de empresas del Estado, acudieron a la feria internacional celebrada en San Luis Missuri, y obtuvieron cinco medallas de oro, seis de plata y seis de bronce. La primeras fueron obtenidas por; la Compañía Industrial Jabonera de La Lagu-na, S, A., Fábrica “La Constancia”, Compañía Harinera de Durango, Compañía Minera de Peñoles, Torres Hnos. por su vino blanco y cogñac y Juan W. Ball por su vino tinto.

84

Para estas fechas estaban operando en el Estado, once fábricas de hilados y tejidos, de los cuales tres producían tejidos de lana y las otras ocho hilos y telas de algodón. Tres estaban situadas en el partido de Mapimí, tres en Peñón Blanco, dos en Durango, dos en Nombre de Dios y una en Santiago Papasquiaro. La producción de esas fábricas tuvo un valor en el mercado de $1’441,477.00.

En Durango operaba una fábrica de ropa con maquinaria de va-por, se llamaba “La Corona” y era propiedad de Bourillon Jacks y Cía.

Había tres fábricas de vinos, la de los Hnos. Lavín, la de los Her-manos Torres Saldaña y en Durango la de Juan W. Ball. Además funcionaban 29 destiladoras de mezcal. Igualmente empezó a funcionar la Compañía Fundidora y Mecánica de Durango, S.A., fa-bricantes de molinos de nixtamal. En Gómez Palacio se estableció una fábrica de aguas gaseosas.

Se hablaba de la posibilidad de establecer una fábrica de hielo en Gómez Palacio, con una capacidad de producción de 24 tonela-das diarias. Igualmente se afirmaba que había interés de los inver-sionistas en establecer una fábrica de hule y otra de cemento en esa misma ciudad.

Al parecer se inició la explotación de los bosques en esta enti-dad. Para ello se constituyó la Compañía Maderera de la Sierra de Durango, con un capital de $2’300,000.00. La compañía compró 280,000 hectáreas de bosques en las municipalidades de Durango y Pueblo Nuevo.

Otra empresa propiedad del Mr. H. Mac Donald, residente en Houston Texas, también le compró al Gobierno Federal una super-ficie bastante considerable para explotar la madera.

Durango estaba conectado por vía telegráfica con Mazatlán, pa-sando por Chavarría; y con el Estado de Sinaloa por el rumbo de Santiago Papasquiaro, Tamazula y San Dimas. Por Chihuahua por el rumbo de Guanaceví. Con Zacatecas por Nombre de Dios; y con Coahuila por el rumbo de Gómez Palacio y Lerdo.

A mediados de abril quedó instalada y funcionando la oficina central de teléfonos en la la ciudad de Durango, que tenía comuni-caciones en Canatlán con las haciendas de Santa Lucía, La Sauceda,

Los anales de Durango (1900-1930)

85

Guatimapé, Sauces, Pinos y algunos otros lugares de ese municipio y además en la cabecera del municipio operaban varios aparatos telefónicos.

Igualmente se puso en servicio al público la línea telefónica en Canelas, con líneas hasta el punto llamado La Portilla del municipio de Tamazula, con la intención de llegar hasta la cabecera de dicha municipalidad.

Así mismo, entró en servicio la línea telefónica que unía el mi-neral de Indé, con la estación Sandía del Ferrocarril “Parral-Duran-go”.

Los Sres. Walter C. Bishop y Juan Woesser celebraron un contra-to para fusionar sus empresas y establecer el servicio telefónico de larga distancia a Torreón. El Sr. Bishop era propietario de la empre-sa que prestaba el servicio en la ciudad de Durango. Mientras que el Sr. Woesser era dueño de la empresa de teléfonos que operaba en Gómez, Lerdo y Torreón y además tenía una concesión federal para operar la telefonía de larga distancia.

En San Juan del Río se inauguró el día 7 de julio, el alumbrado público.

Según información del Cónsul de los E.U. en la ciudad capital, el Estado de Durango exportó mercancías a los E.U. con un valor de $2’497,909 en oro. De los cuales los minerales ascendían a la can-tidad de $1’157,639.00 y los productos agrícolas a $1’118,966.00.

BANCOS Y BANQUEROS

El otro orgullo de los duranguenses, el Banco de Durango, se desenvolvía con cautela pero avanzaba. Para tener una idea de su crecimiento, veamos el corte de caja practicado a finales de di-ciembre de 1907.

ACTIVOCaja: existencia en oro,Central y Sucursal....................... $ 695,170.00Caja: existencia en pesos

86

fuertes, id. id............. 158,248.00Caja: existencia en monedafraccionaria, id. id...................... 43,065.74 $ 896,483.74Caja: existencia en billetesde otros Bancos, Centraly Sucursal.................................. 79,265.00Cartera: documentospor cobrar, id. id........................ 3’983,559.09Cartera: préstamos sobreprendas, id. id............................... 266,619.69Cartera: préstamos hipotecarios...... 45,628.72 4’295,807.50Fondos públicos y acciones obonos inmediatamente realizables.... 545,056.67Cuentas deudoras,Central y Sucursal........................... 1’093,514.46Inmueble: propiedades delBanco, id. id.................................. 194,830.00 $7’104,957.37PASIVOCapital social exhibido.................... $2’000,000.00Billetes en circulación,Central y Sucursal.......................... 1’325,735.00Depósitos reembolsables a lavista id. id..................................... 250,247.29Cuentas acreedoras, id. id............. 3’342,881.61Fondo de reserva........................... 186,093.47 $7´104,957.37

DE LO RURAL A LO URBANO

Uno de los actos más importantes de este año era sin duda al-guna el proyecto de “entubar” el agua potable, la introducción del drenaje y la pavimentación de 18,000 metros cuadrados en la ciu-dad de Durango. El 5 de mayo, el Gobernador firmó el contrato para la realización de tales obras; por parte del Gobierno supervi-sará los trabajos el Ing. Julio Pérez Cosío. Los Contratistas fueron los Sres. Ingenieros Moctezuma, Garduño y Oropeza.

Las primeras calles que se pavimentarían serían las 2 y la 8 de la Constitución, desde la calle de San Juan de Dios, (hoy Pino Suárez)

Los anales de Durango (1900-1930)

87

hasta el Jardín Hidalgo. La de Teresa, (hoy Juárez) desde el crucero de la calle San Juan de Dios, hasta Coronado.

Este año también se expidió la primera ley de catastro del Es-tado, donde se preveía la conformación y funcionamiento de las oficinas de catastro, con el objeto de formar los padrones de pro-pietarios urbanos y rústicos, la descripción de la propiedad raíz, así como su avalúo respectivo. La oficina se instaló en el Palacio Municipal y su director fue el Sr. Ing. Alfonso Castellanos Haaf.

Para estas fechas la ciudad de Durango era un rancho, o mejor dicho, era una ciudad rural, sus calles estaban sin pavimentar, sólo algunas se habían empedrado. El agua que consumía la gente la obtenía de acequias que corrían por las calles o de norias de las casas. Se excretaba al aire libre o en letrinas rudimentarias.

Cuando el Ayuntamiento prohibió que las gentes durmieran al interior del mismo mercado, el periódico “La Evolución” comentó ese hecho, el cual resulta muy expresivo y no tiene desperdicio. Veamos lo que dice: “Esa medida se hacía necesaria, pues es muy repugnante el aspecto que presentan multitud de niños que tienen que satisfacer sus necesidades corporales en el mercado, en pre-sencia de los compradores. Además el olor que sale de los cuartos donde duermen gentes, es muy desagradable, especialmente a la hora en que sacan las mercancías”.

En el mes de marzo empezó a dar funciones un cinematógrafo en un salón ubicado en la primera calle de Teresa No. 5; se anun-ciaba que en determinados días habrá tandas y en otras se pagaría la entrada con cajetillas de cigarreras vacías.

El Ayuntamiento acondicionó dos edificios, uno para el alber-gue de niños desamparados y otro para ancianos.

En Gómez Palacio y Lerdo, el contratista Laureano López Negre-te, iniciaba las obras para “entubar” el agua. En Gómez se creó el Instituto de Enseñanza Primaria “Santiago Lavín” y en Mapimí se construyó el Palacio Municipal.

Por su parte, el cabildo eclesiástico aprobó un gasto de $80,000 pesos para decorar la Catedral, trabajos que serán realizados por artesanos de San Luis Potosí.

88

COSAS DEL CAMPO

El periódico “La Evolución”, que era de línea conservadora y pro-gobiernista, decía que una de las causas del poco desarrollo de la agricultura, era la concentración de la propiedad en pocas ma-nos. Afirmaba que 55 personas que tienen predios superiores a 28 mil hectáreas, son propietarios de 3’869,980 hectáreas. Concluía el editorialista diciendo que con las denuncias de terrenos baldíos y nacionales, iba a aumentar el número de pequeños propietarios. Era muy objetivo el juicio de ese periodista.

Este año se produjeron 5’242,950 kilogramos de frijol, 39’729,540 kilogramos de maíz, 6’620,934 kilogramos de trigo, y 11´136,383 kilogramos de algodón. El valor de la producción total agropecuaria fluctuaba de 16 a 20 millones anuales.

La producción de guayule empieza a tener auge, lo mismo que la explotación forestal. La Hacienda del Maguey ubicada en Canat-lán fue comprada en $175,000 por unos empresarios norteameri-canos, con el fin de explotar la riqueza maderera de esa propiedad. Con esa misma finalidad varias compañías estaban comprando te-rrenos por el rumbo del Salto Pueblo Nuevo y por el partido de Santiago Papasquiaro.

Los Rurales perseguían una gavilla de bandidos formada por Gumersindo Ortega, Sotero Aguilar, Doroteo Arango y José Galle-gos, que merodean por San Juan del Río y Canatlán y que son los autores de los asaltos ocurridos en esa comarca. Los bandidos han logrado burlar las acciones de la justicia, por la protección que les brindaban algunos vecinos de esos lugares.

A LA SOMBRA DEL PODER

Para este año fueron nombrados jefes políticos y jefes munici-pales las siguientes personas:

PARTIDO JEFE POLÍTICO

Capital C. Cipriano GuerreroMapimí C. Jesús VargasCuencamé C. Ángel Morales

Los anales de Durango (1900-1930)

89

San Juan del Río C. Manuel MorenoNazas C. Teniente Coronel Juan N. TreviñoSan Juan de Guadalupe C. Felipe RodríguezIndé C. Luis Díaz CouderEl Oro C. Agustín del CorralTamazula C. Cap. Jesús M. NájeraSantiago Papasquiaro C. Lorenzo GámizSan Dimas C. Francisco RubíNombre de Dios C. Carlos FiscalMezquital C. Rafael Moreno

MUNICIPIO JEFE MUNICIPAL

Canatlán C. José M. PatoniPueblo Nuevo C. Manuel VallesGómez Palacio C. Germán Mujica del RíoMapimí C. Carlos IbarraPeñón Blanco C. Capitán Andrés GómezSanta Clara C. Vicente Guangorena (Jr.)Rodeo C. Fernando SoriaPánuco de Coronado C. Agapito NúñezConeto C. Manuel EnríquezSan Pedro del Gallo C. Rodrigo GarcíaSan Luis del Cordero C. Celerino BorregoSan Bartolo C. Miguel PérezVilla Hidalgo C. Genaro CenicerosVilla Ocampo C. Ignacio GuerraCanelas C. Rafael MonárrezSiánori C. Romualdo NájeraTamazula C. Jesús B. y NúñezTominil C. Juan DuránAmaculí C. Federico RetamozaCopalquín C. Atanasio de la RochaJuárez C. Francisco Osorio VillarrealTepehuanes C. José Návar

Guanaceví C. Ten. Coronel Jesús Garza González

Otáez C. Miguel ChávezVictoria C. Evaristo PeredaPoanas C. Roque HernándezSúchil C. Jesús HernándezHuazamota C. Primo Ortiz

90

Igualmente fueron electos dos magistrados propietarios del Su-premo Tribunal de Justicia y seis Supernumerarios. Estas son las personas: Propietarios: Lic. Antonio Muguiro y Lic. Eduardo G. Ca-daval. Supernumerarios: Licenciados: Sebastián Vera, Fidel Sapién, Laureano Guerrero, Onésimo Borrego, Ángel del Palacio y Jorge Díaz.

A finales de enero el Sr. Cipriano Guerrero renunció a la jefatura política del Partido de la Capital, y en su lugar fue nombrado el Sr. Ventura G. Saravia; en Peñón Blanco renunció el Jefe Municipal, Sr. Andrés Gómez, y fue nombrado en su lugar el Sr. Flaminio Agassi-ni.

El Ayuntamiento de la Capital nombró las siguientes comisio-nes:

Peticiones Sr. Lic. Manuel Muguiro

Agricultura Ind. y Comercio Sr. Fortino de la Bárcena

Cárceles Lic. Raúl Torres Ugarte

Primera de Hacienda Sr. Ignacio Trigueros Glannie

Segunda de Hacienda Sr. Rafael Muguiro

Primera de diversiones Ing. Alfonso Castellanos Haaf yLic. Carlos del Palacio

Policía Sr. Miguel Gómez

Festividades cívicas Sr. Ignacio Trigueros Glannie

Ornato Sr. Antonio Ponce

Pases públicos Sr. Carlos del Palacio

Salubridad Sr. Castellanos Haaf

Beneficiario Sr. Carlos del Palacio

Lavaderos y baños públicos Sr. Carlos del Palacio

Alumbrado Sr. Rafael Muguiro

Tranvías, bicicletas, carruajes, carros Sr. Carlos Gómez Palacio

Teléfonos y relojes Sr. Torres Ugarte

Aguas, mercados, abastos y panteones C. Síndico

Comisión especial de Aguas C. C. Manuel Muguiro yCastellanos Haaf

Los anales de Durango (1900-1930)

91

Hoy nos parecen curiosas las comisiones del ayuntamiento de 1907, como seguramente las actuales les parecerán raras y curio-sas a los ciudadanos del mañana, pues la historia es continuidad y cambio.

92

1908: LA NACIONALIZACIÓN DE LOS FERROCARRILES

En esta apartada provincia de la República se sintió el cambio de la política porfirista respecto a los ferrocarriles. La euforia que había por invertir en la construcción de líneas y ramales, de repente se apagó. Ahora cuando en los medios de comunicación se hablaba de ferrocarriles, era para comunicar al público las nuevas tarifas o las ganancias que obtenía la empresa del Ferrocarril Internacio-nal.

Por la prensa el público se enteró de que el 26 de febrero se firmó la consolidación de los ferrocarriles. Después de una serie de negociaciones entre los banqueros de New York y el ministro de hacienda de México Sr. José Yves Limantour, el Gobierno de Méxi-co se convirtió en el mayor accionista de todas las líneas de ferro-carriles que operaban en el país.

Más tarde, el Ministro de Hacienda Sr. José Yves Limantour, y Mr. Palmer, representante de los accionistas del Ferrocarril Cen-tral Mexicano, establecieron un convenio donde se estipulaba, que esta empresa pasaba a formar parte de las líneas nacionales en las que el Gobierno Mexicano era propietario de la mayoría de las acciones. Así se enteró la sociedad duranguense de la llamada na-cionalización de los ferrocarriles.

Los nuevos directores de esta empresa manifestaron que pau-latinamente irían eliminando los operarios norteamericanos que estaban al servicio del Ferrocarril Internacional, para que las pla-zas fueran ocupadas por obreros mexicanos. Junto con lo anterior también se llevó a cabo una disminución en el precio de pasajes y fletes en todas las líneas del ferrocarril.

MINERÍA

Para este año, la Secretaría del Ramo tenía registrados 4,308 tí-tulos de minas correspondientes al Estado de Durango. Esta canti-

Los anales de Durango (1900-1930)

93

dad representaba más del 100% de los títulos expedidos en 1900.

Las minas activas en el Estado tuvieron una producción valuada en $8’547,986.00. Este volumen fue el más bajo de la década.

Algunas empresas mineras atravesaban por una dura situación, como la Papanton Mining Company, que fue declarada en esta-do de quiebra en Santiago Papasquiaro. Sin embargo, había movi-miento de capital y trabajo en este sector de la economía. Había entusiasmo y vitalidad de los mineros por buscar nuevas minas, por comprar y por trabajar.

Por ejemplo, el Sr. Henry Thompson, compró en $300,000.00 pesos oro la mina “Boca de Cobre”, ubicada en el partido de Nazas. El Mineral “Ventanas” en San Dimas estaba en auge y solicitaba trabajadores ofreciéndoles buenos salarios. La compañía minera de Peñoles abría nuevas minas; la Cia. Minera de Mapimí, S.A. au-mentaba su capital social. La Eureka Gold Mining Co. contaba con un millón de pesos para invertirlo en la Mina Eureka ubicada en Peñón Blanco. En Velardeña se hacían mejoras en la fundición, al mismo tiempo que se anunciaba la venta de lotes en el fracciona-miento proyectado entre Pedriceña y la fundición de Velardeña.

La Cía. Minera de Peñoles contaba en estas fechas con cuatro hornos, en los que se podía fundir, de mil, a mil ochocientas tone-ladas de mineral diariamente.

Esta misma empresa volvería a explotar el mineral de Peñoles ubicados en el partido de Nazas, para lo cual construía un camino carretero que comunicaba ese mineral con la fundición de Mapi-mí. Para que no digan que en los minerales todo es trabajo y ex-plotación, la Cía. de Peñoles inauguró un teatro en el mero mineral de “La Ojuela”.

Por su parte, la Cía. Minera Indé, Reduction, Co. construyó una planta para beneficiar minerales con una capacidad de 100 tone-ladas por día.

La Cía. de Fierro y Acero de Durango, que era propietaria de la fundición del Cerro de Mercado, tenía fuertes problemas financie-ros y al parecer una compañía americana se estaba subrogando los

94

créditos de esa empresa. En febrero apareció una nota pequeña, casi perdida, en donde como no queriendo, al describir el Cerro de Mercado, se afirmaba que ese yacimiento surtía de mineral a las fundiciones de Monterrey.

SEMBRANDO VIENTOS

Este año únicamente hubo nueve denuncios de terrenos bal-díos como puede observarse en el siguiente listado.

Los denuncios de excedencias o demasías fueron las siguientes

NOMBRE UBICACIÓNSUPERFICIE

(en hectáreas)

Sr. Carlos R. Linga Tamazula 6,000

Sr. Rafael Terán Nombre de Dios 53,260

Sr. Francisco Dorador San Juan del Río 180

Sr. Manuel Moreno San Juan del Río 400

FABRICANTES Y BANQUEROS

En el semestre de enero a junio, los propietarios de las fábricas de hilados y tejidos de la entidad pagaron por concepto de im-puesto las siguientes cantidades:

NOMBRE UBICACIÓNSUPERFICIE

(en hectáreas)

Sr. Simón Yeverino Peñón Blanco 175,000

Sr. Policarpo Martínez Canelas 300

Sr. Ramón Espinoza Topia 100

Sres. Manuel, José, Antonio y Santiago de la Hoya San Juan del Río 2,000

Sr. Jaime Gurza Nombre de Dios 5,000

Sr. José María Treviño Pueblo Nuevo 200,000

Sr. Francisco Asúnsulo Tamazula 800

Sr. Manuel Moreno San Juan del Río 400

Sr. Francisco Asúnsulo Tamazula 700

Los anales de Durango (1900-1930)

95

La Amistad, $11,500.00; La Concha, $1,400; Guadalupe, $2,000.00; El Tambor, $1,200.00; La Victoria, $1,400.00; La Con-cha, $1,600.00; Belem, $3,000.00; La Providencia, $2,500.00.

La Fábrica de Hilados y Tejidos La Amistad, fue declarada en quiebra. Esta factoría estaba enclavada en Gómez Palacio y era propiedad de la Sociedad Prince, Torres Prince.

A mediados de año, se terminó la línea telefónica que une la ciudad capital con la Estación Gabriel y de ahí con los minerales de Pánuco de Coronado, Avino, y con las haciendas de El Chorro, Ojos Azules, La Noria y Corralejo. Esta línea se prolongará hasta la Estación Tapona, de donde se comunicará con las haciendas del Saucillo, El Ojo, Juan Pérez y Santa Catalina y sus anexos.

El Jefe Municipal de Pueblo Nuevo, estaba trabajando para construir una línea telefónica de la Cabecera de esa municipalidad, con el Pueblo de Chavarría.

La directiva del Banco de Durango llevó a cabo una junta de ac-cionistas donde se acordó repartir dividendos del 9%. Además se nombró nueva directiva con las siguientes personas:

Consejero Propietario: Sr. Eduardo Hartmann.Consejeros Suplentes: Sr. Rafael Bracho y Gómez, Francisco Asúnsulo, Miguel Zubiría.Comisarios Propietarios: Rafael Bracho y Manuel de la Parra.Comisarios Suplentes: Sr. Rutilio Torres y Juan J. Lozoya.El Gerente: Sr. Francisco Asúnsulo.

El Banco de La Laguna debió de empezar sus operaciones el día primero de enero, pero tenía problemas de personal. El Sr. don Miguel Torres Saldaña, que había sido nombrado gerente, no pudo asumir ese cargo debido a la quiebra de la Cía. Prince y Torres Her-manos.

Los socios de este Banco eran las siguientes personas: Juan F. Brittingham, Luis Gurza, Lic. Praxedis de la Peña, Lic. Pedro Torres Saldaña, Ernesto Madero, Miguel Torres Saldaña, Juan Terrazas, Francisco Larriva, Alberto Gurza y otros.

96

Al 31 de Diciembre de 1908 el Balance del Banco de Durango era el siguiente:

Central y sucursal de Gómez Palacio

DE LO RURAL A LO URBANO

La obra más importante que se realizó este año fue la intro-ducción de la red de agua potable, “entubado del agua”. Desde el mes de mayo se iniciaron los trabajos, para agosto se empezaron

Los anales de Durango (1900-1930)

97

a instalar las bombas en el Ojo de Agua y los tanques de depósitos de agua en el Cerro de los Remedios; y en noviembre se inició el servicio y el cobro correspondiente.

En el mes de mayo se realizó una exposición comercial, indus-trial y agrícola en la ciudad de Durango. Este evento tenía la fina-lidad de que la gente se enterara de lo que el Estado producía; lo mismo que intercambiar experiencias y saberes.

En el mes de marzo se inauguró el alumbrado eléctrico en el Jardín Victoria.

La empresa del Sr. Carlos Mongrand y sucesores, realizó la no-che del 11 de enero, su primera función de cine. Al mes siguien-te se anunció que próximamente se abrirá un salón de cine en la planta baja del Hotel Iturbide. La empresa era norteamericana y pasaría funciones diariamente a treinta centavos el boleto.

Los pequeños círculos de la cultura se enteraron, que en la Ca-pital de la República se realizó una velada en honor del músico Ricardo Castro, la cual estuvo presidida por el Gral. Porfirio Díaz. Igualmente se dieron cuenta que el poeta durangueño Francisco Castillo Nájera, obtuvo el primer premio en el concurso convocado por el Instituto Científico de Oaxaca, con la composición llamada Evangelina.

En la Comarca Lagunera están sucediendo algunos hechos pre-ocupantes. En primer lugar la crisis económica motivó que muchos negocios quebraran y mandaran a la calle a sus empleados, hay bastante gente sin trabajo, aumentaron los robos, los asaltos y la violencia. En Torreón la cuarta parte de los despachos y viviendas estaban vacíos. Los comercios carecían de clientes, los bancos sus-pendieron sus operaciones y hasta las cantinas estaban solas.

La causa de esta situación fueron las malas cosechas de algo-dón, pero además, porque estaban llegando de la frontera nor-te, muchos repatriados. En cada tren que arribaba a Torreón, con ocho o nueve vagones de pasajeros, la mitad son de repatriados; mexicanos que se encontraban sin trabajo y sin recursos en los Estados Unidos.

98

COSAS DEL CAMPO

Este año la producción agrícola fue la siguiente: 34’279,490 ki-logramos de maíz, 2’699,625 kilogramos de frijol, 6’598,161 kilo-gramos de trigo, 8’439,663 kilogramos de algodón.

La cosecha fue mala en todas las ramas de la producción agríco-la. Si a esto le agregamos la crisis de la minería, por la caída de los precios de la plata; aunado a la crisis de los Estados Unidos, que originó el desempleo de miles de mexicanos, que fueron repatria-dos, podemos concluir que se vivían momentos difíciles en el país y en la región.

El problema de los ribereños del Nazas, fue la cuestión más co-mentada en el Estado, pues tuvo resonancia nacional. El Goberna-dor se vio obligado a viajar a la ciudad de México, para atender este conflicto que amenazaba con desbordarse de los causes legales.

Este era un problema que ya tenía varios años, pero últimamen-te se acrecentó por la determinación del ministro de fomento en el sentido de que los usuarios del Nazas de la parte alta, no debe-rían tomar agua del río durante un mes, del 20 de agosto al 20 de septiembre, para dejar que la usaran los ribereños de la parte baja del río.

Los laguneros, que son los abogados del diablo y que cuando no hay conflictos, los inventan para poder vivir, imagínese usted cuan-do tienen en realidad un problema como el de Nazas: andaban que no cabían de contentos, pues tenían pleito para rato.

La Sra. Genoveva Curbelo, vendió a una compañía americana sus haciendas de Pelayo y La Cadena.

Los indígenas del pueblo de Lajas se presentaron ante el Gober-nador, pues están muy preocupados, ya que se enteraron que una compañía deslindadora extranjera denunció sus terrenos como baldíos.

El Gobierno del Estado, siguiendo la política liberal de privatizar las propiedades corporativas, en el mes de mayo aprobó el plano de división de los terrenos comunales de Cerro Gordo y se repar-

Los anales de Durango (1900-1930)

99

tieron entre 250 campesinos.

El periódico El Heraldo, cuyo director era el Lic. Ignacio Borrego, publicó, el día 12 de diciembre, esta noticia: Calixto Contreras, que ha sido arrestado muchas veces por encontrarse en su poder ani-males robados, ahora la policía lo sorprendió con dos burros.

A LA SOMBRA DEL PODER

El día primero de enero entró en funciones como nuevo jefe político del partido de la capital el Sr. Rafael Bracho y Gómez. Este era propietario de varias haciendas, de una fábrica de hilados y tejidos, accionista del Banco de Durango como puede verse, la po-lítica es hermana de los negocios.

El 11 de marzo de este año, el periódico “La Evolución” publicó en la tercera página una pequeña nota con la siguiente cabeza: “El General Díaz y su Democracia”.

Un periodista americano aseguró haber celebrado una larga conferencia con el Presidente de la República. Sr. Gral. Porfirio Díaz, a quien atribuyó entre otras, las siguientes frases, que eran muy significativas:

“Es un error suponer que la continuada permanencia de un Presidente en el poder haya puesto en peligro el porvenir de la democracia en México... Puedo asegurar sinceramente que la Pre-sidencia no ha viciado ni desvirtuado mis ideales políticos... Yo puedo dejar la Presidencia de la República sin que esto me cause la menor desazón; pero no dejaré de servir a mi patria mientras viva. He deseado dejar la Presidencia muchas veces; pero se me ha impuesto y he continuado en el poder para bien de la Nación, que me la confía. El hecho de que la cotización de los valores mexi-canos bajara once puntos, cuando estuve enfermo en Cuernavaca, es una prueba evidente que me ha persuadido a dominar mis in-clinaciones personales, que me llaman a la vida privada... A PESAR DE LO QUE DIGAN MIS AMIGOS Y PARTIDARIOS, ME RETIRARE AL EXPIRAR ESTE PERIODO Y NO VOLVERÉ A LA PRESIDENCIA. Tendré ochenta años al acabar el actual período presidencial”.

100

El Gral. Díaz creía que la democracia estaba profundamente arraigada en el pueblo mexicano y éste podría elegir sus mandata-rios sin recurrir a revueltas.

El Jefe político de Indé, el Sr. Luis Díaz Couder, fue asesinado, al parecer por cuestiones de venganza. El Sr. Antonio Parra Durán, quien era Juez de letras de Nombre de Dios, fue nombrado juez menor de la capital.

Este año hubo elecciones pero todo siguió igual. Para nada in-cidieron en el Estado las declaraciones hechas por Porfirio Díaz al periodista Creelman.

Se constituyeron clubs reeleccionistas en todo el Estado, para supuestamente promover las candidaturas a diputados federales y senadores, a Gobernador del Estado, diputados locales y magis-trados.

El pueblo no se daba cuenta que la escuálida burocracia hacía un simulacro de elecciones, eran tan privadas que sólo estaban enterados de ello, los jefes políticos y los escribientes que hacían el papeleo de las actas de escrutinio.

En el mes de agosto, la Legislatura del Estado emitió el decre-to relativo donde declaraba al Sr. Esteban Fernández, Gobernador electo para el cuatrienio que empezaba el día 16 de septiembre de 1908, para concluir en 1912.

Los diputados locales y los magistrados electos fueron los si-guientes:

DISTRITO DIPUTADODurango Dr. Felipe P. GavilánMapimí Lic. Juan Santa MarinaSan Juan del Río Lic. Alberto CincúneguiNombre de Dios Lic. Salvador FernándezTamazula Lic. Julián BermúdezSan Juan de Guadalupe C. Francisco ÁlvarezNazas Lic. Luis CasasCuencamé C. Cipriano GuerreroSantiago Papasquiaro Lic. Pedro Escárzaga

Los anales de Durango (1900-1930)

101

Indé Lic. Laureano RoncalEl Oro Lic. Manuel BermúdezSan Dimas Dr. Librado Castillo de ValleMezquital C. Ignacio Fernández e Imas

Los Magistrados fueron los siguientes: Lic. Darío Enríquez y como Supernumerarios los CC: Lic. Severino González, Lic. Ignacio Chávez y Lic. Silvestre Piñera.

Para el Ayuntamiento de la Capital se eligieron a las siguientes personas:

Vocales propietarios: Vocales suplentes:

1o Lic. Antonio G. Palacio Lic. Laureano Guerrero2o Lic. Raúl Torres Ugarte C. José S. Rocha3o C. Luis. G. Ávila C. Heliodoro Dueñes4o C. Pablo Solís Lic. Luis Palacios5o C. José María Batís C. Rafael Moreno6o Dr. Isauro Venzor. Dr. Mariano Samaniego7o Ing. Pastor Rouaix C. Ignacio de la Garza8o C. José Pérez Gavilán C. Emilio CisnerosSíndico C. Antonio Ponce. C. Jesús Martínez Pescador

Las personas electas para diputados federales fueron:

1er Distrito Sr. Rafael Pardo2º Distrito Sr. Nicolás Menocal3º Distrito Sr. Luis G. Aguilar4º Distrito Sr. Manuel García5º Distrito Sr. Ángel Gutiérrez6º Distrito Sr. Manuel Zamacona e Inclán.

Senadores:

Propietario: Sr. Manuel A. Mercado. Suplente: Sr. Fernando Pimentel y Fagoaga.

Ninguno de estos señores eran de Durango y ni siquiera hacían campaña.

102

Los jefes políticos de los 13 partidos que fungieron para el año de 1909, son los mismos que funcionaron el año anterior.

El 30 de diciembre de 1908, el club Casino de Durango eligió su nueva directiva, que fueron los siguientes:

Presidente: Lic. Don Esteban FernándezVice-Presidente: Sr. Rafael Bracho y GómezSecretario: Lic. D. Antonio Gómez PalacioTesorero. Sr. Jesús L. Asúnsulo.

Sin duda alguna, las elecciones de este club eran más auténti-cas y reales que las elecciones para gobernadores y diputados. Por otra parte, la elección de la dirección de este club social, nos de-muestra que la reproducción del poder político, no es una cuestión que se deja al azar.

Los anales de Durango (1900-1930)

103

1909: LA MATANZA DE VELARDEÑA

FERROCARRILES

El tema de los ferrocarriles definitivamente dejó de estar en los medios de comunicación. La nacionalización apagó la iniciativa y entusiasmo por construir ferrocarriles, por invertir y hacer nego-cios en este rubro.

En enero se publicó la noticia de que se había firmado el contra-to-concesión con el Gobierno Federal, para construir y prolongar el ferrocarril de la sierra, hasta el poblado llamado “La Ciudad”. Para octubre se afirmaba que en noviembre o diciembre darían princi-pio los trabajos relativos.

MINERÍA

Este año la producción minera alcanzó la cifra de $10’251,548.00. En términos relativos no fue tan mala, pero en varias partes se ha-blaba que muchas minas estaban paralizadas o que trabajaban al mínimo de su capacidad.

Por primera vez en una década, se redujo el número de títulos de minas del Estado de Durango. Este año, la secretaría del ramo tenía registrados 4,063, trescientos menos que el año anterior.

La empresa, denominada Boca del Cobre Mining Company, ubi-cada en Nazas, estaba paralizada, mientras que la “Eureka Gold Mining” fue declarada en quiebra.

Para colmo de males, este año el Gobierno Federal emitió una ley minera que en muchos sentidos era contraria a la de 1892. Esta última consideraba que las minas eran propiedad de particulares, los que ejercían un derecho eterno e irrevocable, mientras que el Estado únicamente podía imponer ciertas contribuciones.

104

La nueva ley de 1909 consideraba las riquezas mineras como propiedad del Estado, quien puede conceder únicamente dere-chos de usufructo a los particulares.

SEMBRANDO VIENTOS

La actividad ferrocarrilera se apagaba, la minería se enfriaba, también la euforia por los terrenos baldíos llega a su fin. Este año Don Porfirio emitió una ley donde se prohibía los denuncios de terrenos baldíos.

Por esta razón, este año únicamente se hicieron los siguientes denuncios:

NOMBRE UBICACIÓNSUPERFICIE

(en hectáreas)

Sres. Lic. Luis Zubiría yDr. Fernando Gómez Palacio

Juárez y Siánori 80,000

Sr. Lic. Guillermo Castillo Pueblo Nuevo 40,000

C. Lic. Rafael de la Garza Pueblo Nuevo 200,000

Sr. Sinforiano Sisniaga Mapimí 10,000

Sr. Félix Silerio Rodeo 700

Sr. Heliodoro Dueñes Pueblo Nuevo 30,000

Sr. James Harold Warner Pueblo Nuevo 200,000Denuncios de excedencias o demasías: NOMBRE UBICACIÓN SUPERFICIE (en hectáreas)Sr. Gustavo Raddatz Capital 9,000Sr. Roberto Enríquez Tepehuanes 11,000

FABRICANTES Y BANQUEROS

Todas las actividades productivas pasaban por una situación di-fícil. En cambio, para los comerciantes en dinero la situación no era tan mala. Si se compara con el movimiento que tenía el Banco de Durango en 1901, se puede observar que las actividades bancarias eran buen negocio.

Los anales de Durango (1900-1930)

105

Balance del Banco de Durango al 31 de diciembre de 1909.

Central y Sucursal de Gómez Palacio.

ACTIVOCaja: existencia en oro......................... $222,455.00Caja: existencia en pesos fuertes......... 316,323.00Caja: existencia en monedafraccionaria.......................................... 12,920.10 $ 551,698.10Caja: existencia en billetes deotros Bancos........................................ 32,715.00Fondos públicos y acciones o bonos inmediatamente realizables.................. 465,000.00Otros Valores......................................... 259,629.35Cartera: pagarés y efectos descontados 1´767,333.57Cartera: préstamos sobre prendas......... 608,731.65Cartera: préstamos hipotecarios............ 89,657.22Cartera: Créditos en cuenta corriente..... 2’851.729.08 $5’3I7,451.52Deudores diversos................................. 399,712.59Inmueble: propiedades del Banco.......... 202,280.18Muebles y útiles..................................... 29,000.00Cuentas deudoras impersonales............ 26,445.89Cuentas de orden: Valores engarantía y depósito............................... 6’212,369.88Otras cuentas....................................... 810,696.00Suma................................................... $14´306,998.51PASIVOCapital social exhibido............................ $2’000,000.00Fondo de reserva.................................... 231,154.31Depósitos a la vista sin interés............... 113,933.95Depósitos con interés a más de tres días..... 4’159,442.24Billetes en circulación.............................. 809,304.00Acreedores diversos................................. 687.57Cuentas acreedoras impersonales............ 282,519.59Cuentas de orden: Depositantes de valores.. 6712,369.88Otras cuentas............................................ 810,696.00Suma......................................................... $14´306,998.51

El Sr. Lic. Domingo Avelar, celebró un contrato con el Gobierno del Estado, para establecer una planta eléctrica en Pueblo Nuevo, en la cual se utilizará la fuerza hidráulica de los arroyos del Salto.

106

En la ciudad de Durango el servicio telefónico se instalaba gratis y se cobraba una cuota mensual de $4.25 para casa habitación y de $5.25 por servicio comercial.

DE LO RURAL A LO URBANO

Continúan las obras de drenaje y de la red de agua potable en la ciudad de Durango. El 7 de febrero el gobernador y el jefe político inauguraron el puente de Analco.

El Comercio estaba molesto porque no habían dejado de circu-lar “tostones” falsos, los cuales están bien hechos y son difíciles de detectar.

Por otra parte, el Gobierno del Estado creó este año la direc-ción de instrucción primaria, y se inauguró una escuela primaria en Temohaya, municipio del Mezquital; y en Tepehuanes otras tres escuelas, en Carreras, Arroyo Chico y en el poblado La Purísima. En el Mineral de Bacís se abrió otra escuela.

El Gobierno se prepara para levantar el censo de población de 1910; para ello se forman los organismos estatales y municipales que se encargarán de esa tarea.

Las personas interesadas en la música, se enteraron que la du-ranguense Fanny Anitúa, había tenido bastante éxito en Roma.

El Ayuntamiento autorizó la creación de un nuevo sitio de co-ches en la plazuela San Agustín, para carruajes de bandera colo-rada, determinación que supuestamente afectó a los demás co-cheros, quienes se declararon en huelga. Como todavía no existía la CTM ni la CROC, ni el CDP, los dueños de los coches de punto, (matriculado y destinado al servicio del público) se agrupaban en gremios, que se distinguían por una bandera que portaban en el carruaje; había banderas azules, coloradas, aúricas, etc.

El alza del precio del maíz afectaba a las masas populares. El Gobernador del Estado dispuso que el Gobierno comprara maíz para venderlo a precios módicos a las clases más necesitadas. Es-tas medidas alteraron al comercio organizado (abarrotero), que protestaba por la competencia que les hacía el Gobierno y porque no los dejaba hacer dinero con el hambre del pueblo.

Los anales de Durango (1900-1930)

107

En todas partes se hablaba de la crisis, pero en la región de La Laguna había llegado a proporciones alarmantes, al parecer como en ninguna otra parte de la República. La población estaba emi-grando y era alarmante el número de casas vacías. De continuar así la situación, Torreón corría el riesgo de convertirse en un pueblo fantasma.

COSAS DEL CAMPO

Este año, al igual que el anterior, las cosechas fueron malas; había pues una crisis agrícola, en especial la producción de maíz. A consecuencia de esta situación, los precios de los productos se in-crementaron notablemente. Tanto el maíz como el frijol aumenta-ron un 100% en relación con los precios que tenían 4 años antes.

La producción de maíz este año fue de 59’268,580 kilogramos; de frijol, 4’880,250 kilogramos; de trigo 6’598,161 kilogramos; la de algodón fue terrible, la más baja de la década: 5’761,656 kilo-gramos.

Como no había un mercado integrado por falta de buenas vías de comunicación, los precios eran distintos en las diferentes re-giones. Por ejemplo, en Indé, en julio de 1908, el precio del frijol era de $25 el hectolitro, (un hectolitro = 75 kgs.), mientras que en Mapimí costaba $10.00 y en San Juan de Guadalupe $18.00, en tanto que el precio promedio al mayoreo en la ciudad de Durango era de $7.50.

A LA SOMBRA DEL PODER

Este año hubo en Durango dos acontecimientos que alcanzaron resonancia en la opinión pública nacional: uno fue el conflicto de los ribereños (usuarios) del Nazas; los de abajo, de la región Lagu-nera-Coahuila, con los de arriba, de la región Lagunera-Durango. El otro fue la matanza de Velardeña. Hablemos del primero:

Era un conflicto viejo que se había ido calentando cada vez más, en la misma proporción que aumentaban los pobladores de la re-gión y la producción de algodón. La creación de la Compañía de Tlahualilo vino a empeorar más la situación y a politizar el proble-ma.

108

Era un pleito por el agua; los ribereños del Nazas de la región Durango, alegaban prioridad de sus derechos de propiedad y concesiones para disfrutar de las aguas del río; los ribereños de Coahuila, que habían abierto las tierras al cultivo después que los de Durango y que estaban en el curso inferior del río, recibían el agua que les sobraba a los de arriba. Por ello, los usuarios de Coahuila querían que el agua del Nazas se distribuyera proporcio-nalmente entre todas las tierras de irrigación.

El Ministro de Fomento, Olegario Molina, recibió a una comi-sión representativa de los agricultores usuarios de agua del Nazas, tanto de Coahuila como de Durango, así como a los representantes de ambos gobiernos.

Esta vez los afectados habían sido los ribereños de Durango, a quienes por el acuerdo del año pasado se les prohibía usar el agua del Nazas durante el mes de septiembre. Los ribereños de Coahui-la pedían que se aplicara el reglamento de 1895, que también les favorecía. Los ribereños de Coahuila no querían que se pusiera en operación en gran escala la compañía agrícola de Tlahualilo. El nuevo acuerdo concluyó con un nuevo reglamento, el cual por una parte declaraba que quedaba en pleno vigor el reglamento de 1895, y por otra, que los ribereños superiores dispondrían del 64% de las aguas del río, mientras que los de la parte inferior, usarían el 36%. El convenio era temporal y contradictorio y no dejó contentas a ninguna de las dos partes.

La matanza de Velardeña también ocupó los espacios de la prensa nacional. Los hechos sucedieron más o menos así:

El pueblo de Velardeña se preparaba para celebrar la Semana Santa según las costumbres y rituales de la época. El párroco del lugar, Sr. Ramón Valenzuela, ordenó a unos fieles que llevaran a un pueblito cercano, (donde también oficiaba el cura Valenzuela), unos santos. Como el traslado se hizo a pie, daba la apariencia de una procesión. El jefe de cuartel, Sr. José Antonio Fabián, les marcó el alto, expresándoles que estaban violando las leyes de Reforma. Los feligreses le explicaron que no se trataba de una procesión sino de un simple traslado de santos de la parroquia de Velardeña a la de Nuevo México. El Sr. Fabián se convenció con la explicación, y les dijo que en tal caso, cubrieran a los santos con alguna capu-cha.

Los anales de Durango (1900-1930)

109

Sin embargo, el Sábado de Gloria, el Jefe de Cuartel mandó ci-tar al presbítero, Sr. Ramón Valenzuela. Le pidió que declarara en relación a los hechos de la procesión. El cura se negó y discutieron acaloradamente. Para esto el pueblo se dio cuenta que el Jefe de Cuartel, había mandado citar al cura por medio de policías. Los creyentes y no creyentes se inquietaron, se sintieron ofendidos con el proceder de la autoridad, y se encaminaron a las oficinas de la jefatura.

El pueblo enardecido le reclamó a la autoridad, ésta se siente ofendida y, para demostrar que por algo era autoridad, le ordenó a los rurales que dispararan al aire para meterle miedo al pueblo. Pero las descargas de fusiles enardecieron a la gente, que mate-rialmente se echó encima de la autoridad, que milagrosamente se salvó de ser linchado. El pueblo enfurecido lapidó las oficinas del Jefe de Cuartel y luego les prendió fuego. Para estos momentos el tumulto crecía. Se dirigieron a la casa particular del Jefe de Cuartel, rompieron las puertas y ventanas, sacaron todos sus muebles, los rociaron con petróleo y les prendieron fuego.

Después la muchedumbre se dirigió al montepío en donde ob-tuvo armas y saqueó varias casas comerciales y una cantina de donde adquirió bebidas embriagantes y así inició una borrachera colectiva.

El Gerente de la Compañía minera se incorporó con los revolto-sos y les proporcionó vino y ordenó que tocara la banda de música del pueblo.

Pero mientras esto sucedía en Velardeña, el Jefe de Cuartel ha-bía huido hasta Pedriceña, donde le comunicó al Gobernador y al Jefe Político de Cuencamé lo que había sucedido, pero en forma exagerada, pues afirmaba que el pueblo minero se había levanta-do en armas. Ante esta información el Gobernador ordenó que las fuerzas militares y rurales se trasladaran al lugar de los hechos, con la recomendación expresa de que se obrara con firmeza.

Al día siguiente, domingo 11 de abril, llegaron a Velardeña 140 elementos entre soldados y rurales, era por la mañana y el pueblo estaba en silencio, “durmiendo la mona”; pero el teniente coronel, Jesús González Garza, Jefe de la Fuerza represiva, consideró nece-

110

sario hacer un severo escarmiento a este pueblo levantisco. Orde-nó que se hiciera una lista de las cabezas más visibles que habían participado en el motín. Oficialmente fueron trece, los que fueron sacados a rastras de sus casuchas, llevados al panteón y asesina-dos a mansalva. Algunos fueron enterrados en estado agónico, es decir, medio vivos.

La prensa nacional registró el hecho y se hizo un gran escándalo y tuvieron que intervenir las autoridades federales, porque las lo-cales aparentaron que investigaban el caso, pero nunca encontra-ron a ningún responsable, salvo al presbítero Ramón Valenzuela, quien fue encarcelado.

Porfirio Díaz ordenó al Procurador General de la República que procediera a la investigación del suceso. El Juez del Distrito y el Agente del Ministerio Público, fueron relevados y sustituidos por el Lic. Luis M. Calderón como Juez de Distrito y el Lic. Salvador Ur-bina como agente del Ministerio Público.

Las nuevas autoridades iniciaron la investigación y ordenaron la detención del Teniente Coronel Garza González, Octaviano Meraz, Librado Esparza y del Comandante Calvillo. Acto seguido se trasla-daron al poblado de Velardeña junto con los detenidos. Al mismo tiempo la Procuraduría mandó un cuerpo de médicos legistas para que exhumaran los cadáveres y le practicaran las autopsias de ley.

Las exhumaciones y autopsias se realizaron los días 11, 12 y 13 de junio. El número de víctimas exhumadas fueron 17 y se conclu-yó que no fueron fusilamientos, sino que se les disparó a “boca de jarro” y que muchos de ellos aún no fallecían cuando fueron sepultados.

El pueblo de Velardeña se conmovió con este suceso, pero tuvo que aguantarse su indignación para mejores tiempos...

Los jefes políticos y los jefes municipales que fungieron en el año de 1909 fueron los siguientes:

Partido Jefe políticoCapital. C. Rafael Bracho y Gómez

Los anales de Durango (1900-1930)

111

Mapimi C. Ten. Coronel Jesús Garza GonzálezCuencamé C. Ángel MoralesSan Juan del Río C. Manuel MorenoNazas C. Ten. Coronel Juan N. TreviñoSan Juan de Guadalupe C. Francisco L. CantúIndé C. Romualdo CastilloEl Oro C. Felipe CansinoSantiago Papasquiaro C. Lorenzo GámizTamazula C. Agustín del Corral

San Dimas C. Genaro EscobosaNombre de Dios C. Francisco Vázquez Quiroga

Mezquital C. José Vergara

Municipio Jefe municipal

Canatlán C. José María PatoniPueblo Nuevo C. Luis G. FajardoGómez Palacio C. Jesús M. TamésMapimí C. Dr. Gustavo V. MartínezPeñón Blanco C. Flaminio AgassíniSanta Clara C. Vicente Guangorena (Jr)Rodeo C. Lucas GonzálezPánuco de Coronado C. Rafael RubioConeto C. Manuel EnríquezSan Luis de Cordero C. Demetrio BorregoSan Pedro del Gallo C. José Refugio ArmendárizSan Bartolo C. José Ignacio UgarteVilla Hidalgo C. Fernando ChavarríaVilla Ocampo C. Miguel Morelos ZaragozaSan Bernardo C. Refugio QuiñonesGuanaceví C. Pedro CastilloTepehuanes C. José NávarVictoria C. Evaristo PeredaOtáez C. Miguel ChávezTamazula C. Francisco BeltránCanelas C. Antonio UrtusuásteguiCopalquín C. Carlos F. ZúberTaminil C. José Corral

112

Amaculí C. Ramón SánchezSiánori C. Brígido NevárezVilla Corona C. Rafael GuerreroPoanas C. Roque HernándezSúchil C. Mauricio F. de CastroHuazamota C. Jorge Gutiérrez

Fueron electos silenciosamente los miembros de los Ayunta-mientos del Estado para el bienio 1909 -1910. Estos fueron algu-nos de los integrantes de los municipios más importantes:

Los anales de Durango (1900-1930)

113

En Durango se comentaba la entrevista de Porfirio Díaz con el periodista Creelman y poco a poco se “alborotaba la caballada”. La lucha política se empezaba a calentar, los reyistas y los científi-cos se disputaban la vicepresidencia de la República y Don Porfirio aparecía como el supremo árbitro, en realidad el viejo presidente jugaba con esas dos fuerzas para poder mantenerse en el poder. El Gral. Bernardo Reyes y el Sr. José Yves Limontour, cabezas de esas dos expresiones políticas, en realidad se disputaban la Presidencia de la República, pues calculaban que Don Porfirio moriría antes de terminar este nuevo sexenio presidencial. Y esto fue lo único que previeron de todo lo que vendría después.

En Durango despertó entusiasmo la posible candidatura del Ge-

114

neral Reyes a la vicepresidencia. El grupo de porfiristas –revolu-cionistas de la localidad, a mediados de junio celebraron un acto político y un grupo le echaba porras a Ramón Corral y otro al Gral. Bernando Reyes;– se calentaron los ánimos más de la cuenta y el mitin terminó en una trifulca con lesionados y encarcelados.

Más tarde, el día 13 de julio visitaron la ciudad de Durango los dirigentes del Partido Democrático, el Lic. Benito Juárez Maza, Lic. José Peón del Valle y Jesús Urueta. Celebraron un mitin en el coli-seo, donde hablaron las tres personas mencionadas y el Lic. Igna-cio Borrego, joven profesionista de la ciudad de Durango. El acto estuvo concurrido y hubo mucho entusiasmo. Al mismo tiempo se constituyó el Comité Estatal del Partido Democrático, quedando integrado por las siguientes personas: Presidente, Lic. Ignacio Bo-rrego; vice-presidente, Lic. Rodrigo Gómez; vocales, Ing. Julio Pé-rez Cossio y Francisco J. Meléndez, tesorero; Don Luis G. Benítez. Estas fueron todas las personas que iban a dirigir en el Estado el Partido Democrático.

Este partido era una creación de Don Porfirio para medir el ca-libre de la oposición o mejor dicho, de los que creyeron ingenua-mente lo dicho por Don Porfirio en la entrevista con Creelman. Por esta razón el Gobernador del Estado apoyó la celebración del mitin del Partido Democrático, al menos así lo contaría más tarde Loren-zo Parra Durán, con toda la buena fe de que era capaz. Además, el Presidente del CEN del Partido, Sr. Manuel Calero, fue nombrado Subsecretario de Estado; a Benito Juárez Maza y al Lic. José Peón del Valle, Don Porfirio los hizo diputados federales en 1910.

Los Jefes Políticos mientras tanto ponían en movimiento su vieja maquinaria electoral. En cada partido político, el jefe de esa demarcación nombraba sus Jefes Municipales en cada cabecera municipal, así como los jueces municipales en ranchos y congrega-ciones. Con esta estructura territorial formarían los clubs políticos reeleccionistas en todo el Estado, para estar preparados para la contienda presidencial de 1910.

El periódico “La Evolución” publicó la noticia donde se infor-maba al público que la Cámara de Diputados había aprobado el dictamen de la Comisión respectiva, que declaraba procedente la formación de causa y por ende el desafuero del Lic. José López

Los anales de Durango (1900-1930)

115

Portillo y Rojas. Este episodio era el epílogo de la lucha política del Gral. Bernardo Reyes, por conquistar la Presidencia de la Repúbli-ca a través de la vicepresidencia. José López Portillo y Heriberto Barrón eran amiguísimos, y alfiles políticos del General Reyes; uno estaba en la cárcel y el otro andaba a salto de mata en el extran-jero.

Los revolucionarios

116

Los empresarios de Gómez Palacio. Al centro el Sr. Juan F. Brittingham

Comerciantes y comisionistas

Los anales de Durango (1900-1930)

117

Gilberto Lavín, hacendado y empresario de la Laguna

118

Part

e de

la fu

ndic

ión

del C

erro

de

Mer

cado

Los anales de Durango (1900-1930)

119

120

Madero con la familia Gurza de Durango

Washington Park (5- feb. -1026)

Los anales de Durango (1900-1930)

121

La Francia Maríti

ma

122

Los anales de Durango (1900-1930)

123

SEGUNDA DÉCADA:

LA DESTRUCCIÓN

1910: ¡VIVA MADERO!

FERROCARRILES

A mediados de febrero dieron principio los trabajos para la cons-trucción del ferrocarril de la Sierra, de la capital, hasta Llano Gran-de. Por lo pronto se instalaron dos campamentos: uno en la ciudad de Durango y otro en Río Chico. Faltaba gente para los trabajos, ya que se requerían unas cinco mil personas. Los contratistas para este tramo de 160 kilómetros eran los Sres. Thomas Williams y Juan Phillips.

En Durango no había gente suficiente, por ello se tuvo que con-tratar trabajadores en otros lugares. Vinieron cuadrillas de Jalisco, Silao, Gto., Zacatecas, de La Laguna, de Matamoros, Coah., Santia-go Papasquiaro y San Juan del Río. Las personas casadas se venían con la esposa e hijos; la empresa así lo exigía, quizá con la intención de que permanecieran más tiempo trabajando, porque incluso, en los campamentos se acondicionaron escuelas para los hijos de los trabajadores. Había también una “tienda de raya”.

En el mes de marzo la empresa constructora tuvo problemas con los trabajadores ya que éstos se quejaban de que en la tienda de raya se vendían las mercancías a un precio muy elevado, de tal manera que con lo que percibían como salarios, apenas les alcan-zaba para mal comer. Más tarde, por el mes de octubre, muchos trabajadores abandonaron sus labores porque en la región hacía mucho frío.

A finales del mes de diciembre de 1910, los trabajos de terrace-ría de la ciudad de Durango a Llano Grande estaban casi termina-dos y se calculaba que en la segunda quincena del mes de enero

124

de 1911, se empezarían a colocar los durmientes y los rieles.

Por otra parte, en el mes de agosto el Gobernador del Estado firmó un contrato con el Sr. Gualterio Palmer, donde se le conce-dió a éste, algunas franquicias y subvenciones para la construcción del ferrocarril Durango-Estación Gutiérrez, Zac., del Ferrocarril Central. La Legislatura del Estado aprobó ese contrato en el mes de octubre. Los propietarios de las haciendas por donde se tiene proyectado el trazo del ferrocarril, acordaron donar el terreno ne-cesario para tal vía. El Señor Gualterio se comprometió a iniciar las obras correspondientes a principios del año entrante.

En octubre la prensa de la entidad informaba que ya estaban terminados y ratificados los planos del ferrocarril de Tepehuanes a Guanaceví, y los de la línea del Rosario a Santa María del Oro.

Los maquinistas y conductores del ferrocarril de origen mexica-no, no estaban muy conformes con la empresa, porque les paga-ban la mitad de lo que percibían los extranjeros.

LA MINERÍA

El entusiasmo por la minería no había decaído a pesar de la nueva ley minera de 1909 que volvía a considerar a la nación como propietaria originaria de los recursos del subsuelo.

Se invertía en la exploración y explotación de minerales; algu-nos compraban minas y proyectaban ampliar sus fundiciones; se creaban nuevas sociedades mineras y se oferta al público las ac-ciones para su adquisición. En fin, había entusiasmo, movimiento y vida.

El número de títulos de minas registrados ascendía a 4,039. En el Estado operaban 27 haciendas de beneficio: dos en Pueblo Nuevo, una en Cuencamé, tres en Indé, una en Mapimí, dos en el partido de El Oro, cuatro en el de San Dimas, dos en el de San Juan de Guadalupe, tres en Guanaceví, una en Tepehuanes, una en Copalquín, una en Topia, otra en Otáez, una en Canelas y tres en Siánori.

Los anales de Durango (1900-1930)

125

La Compañía Inglesa, Avino Mines Of Mexico Limited, ubica-da en el pueblo de Avino, de la municipalidad de Pánuco, remitía mensualmente a la fundición de Velardeña de mil seiscientos a dos mil toneladas de metal. Por lo general esta fundición no maquila-ba, pues se afirmaba que apenas lograba fundir la producción de sus minas.

La Compañía de Asarco, construyó a un lado de su fundición una casa de esparcimiento para sus empleados donde hay billares, boliche, biblioteca y un salón de bailes.

En el Mineral de Coneto había bastante descontento porque ya tenían varias semanas que no se pagaban los salarios a los mine-ros.

Por su parte, la dirección General de Rentas convocaba a los mineros, a una junta que se celebraría el día 26 de diciembre, para efectos de determinar y hacer el derrame del impuesto de mine-ría, de conformidad con la ley del 13 de diciembre de 1897.

SEMBRANDO VIENTOS

No cabe duda que Don Porfirio tenía talento político. Tarde, pero se dio cuenta que las compañías deslindadoras y los denun-cios y enajenación de terrenos baldíos, habían provocado inquie-tud, temor y después coraje en las masas rurales. El campesino con una mentalidad semilógica, sintió que Don Porfirio, al ordenar el despojo de sus tierras, le estaba quitando su razón de ser y de estar en esta vida. Defender la tierra, era algo más que una cues-tión legal, era una cuestión de vida o muerte.

El olfato y la intuición política de Porfirio Díaz se percataron del ambiente enrarecido que vivía el país. Por ello, el 18 de diciembre de 1909, emitió un decreto que se aplicaría en el siguiente año. Las partes más relevantes de esta ley son las siguientes:

“Art. 1o. Entretanto se reforma la legislación sobre terrenos bal-díos con arreglo a las bases del decreto de 30 de diciembre de 1902, quedan en suspenso las disposiciones de la Ley vigente del 26 de marzo de 1894, en lo relativo a denuncio de terrenos baldíos.

126

En consecuencia, no se admitirá en lo sucesivo, por las Agencias de la Secretaría de Fomento, ningún denuncio de dichos terrenos, pero se continuarán hasta su terminación y con arreglo a los pre-ceptos de la citada ley del 26 de marzo de 1894, los denuncios que hubiere en tramitación en la fecha de la presente Ley”.

“Art. 2o. Se suspende la facultad que las leyes otorgan al Ejecu-tivo para enajenar terrenos nacionales, subsistiendo la suspensión hasta que sean rectificados por comisiones oficiales, los deslindes practicados con anterioridad”.

“Art. 9o. Continúan vigentes las disposiciones que rigen sobre fraccionamiento de ejidos, pero los títulos que se expidan como consecuencia de los fraccionamientos, impondrán la obligación de cultivar o aprovechar el lote durante diez años y contendrán las condiciones necesarias, a fin de que el favorecido y sus sucesores a título universal, sólo puedan usufructuar el terreno por el dicho término de diez años, sin facultad para arrendarlo, enajenarlo o conceder su aprovechamiento, sino después del plazo indicado, durante el cual, ni el propio terreno, ni los derechos sobre él con-feridos estarán sujetos a embargo por parte de terceros”.

Con esta ley don Porfirio casi se le adelantaba a los agraristas revolucionarios.

FÁBRICAS

El Sr. Alfonso Santa Marina hizo los trámites correspondientes para establecer en la ciudad de Durango una fábrica de aguas ga-seosas. Esta sería la tercera factoría de este tipo en Durango.

El Gobierno del Estado celebró un contrato con el Sr. Eduardo Hartman, donde se le autorizó para operar en esta ciudad un ase-rradero forestal, con capacidad de 150,000 pies diarios; y además entraría en funcionamiento una fábrica de cajones, puertas y ven-tanas. En esta factoría se invertirían 800,000 pesos. El Gobierno lo eximió de impuesto por 25 años.

En igual forma el Sr. don Juan Stenner, celebró un contrato con el Gobierno del Estado para establecer una fábrica de cerveza con una inversión inicial de cien mil pesos.

Los anales de Durango (1900-1930)

127

Asimismo el Gobierno del Estado autorizó a los Sres. Soberón Hnos. S. en C., para establecer una fábrica de galletas y pan en la ciudad, que debería entrar en operación en junio de 1911.

BANCOS Y BANQUEROS

A pesar de la situación un tanto difícil, el Banco de Durango se-guía haciendo negocios. Cuando había crisis en el Estado, el banco crecía y en época de auge, para el banco eran tiempos de bonanza. Veamos su balance del 31 de diciembre de 1910.

Central y sucursal de Gómez Palacio

128

DE LO RURAL A LO URBANO

En el poblado de Mapimí, está por terminarse la instalación de la luz eléctrica que dará servicio a todos los habitantes de esa ca-becera municipal.

Se tiene proyectado construir una central eléctrica en el mu-nicipio de San Dimas, en un punto donde confluyen el Río Verde con el Piaxtla y que conforman una caída de agua de más de 500 metros. Con esta planta se proporcionaría fuerza motriz para las minas y fundiciones circunvecinas, así como a los poblados de San Dimas, Tayoltita, Guarismey, San Vicente, El Pilar, Contra Estaca y La Puerta.

El Sr. Enrique Schondube celebró un contrato con el Gobierno del Estado, donde se le concesionaba el aprovechamiento de cual-quier caída de agua para la generación, trasmisión y administra-ción de energía eléctrica, para todos los usos en los municipios de Guanaceví, Tepehuanes, Santiago Papasquiaro, y en los partidos El Oro e Indé.

EL CENTENARIO

Este año estuvo cargado de acontecimientos, las elecciones presidenciales estuvieron llenas de conflictos, primero al interior del grupo porfirista y después con los antiporfiristas. La insurrec-ción armada del 20 de Noviembre, en los Estados de Chihuahua y Durango, fue también un hecho histórico que atrajo la atención de todo el pueblo. La formación del censo de población también dio origen a comentarios y por último los festejos del Centenario de la Independencia.

A mediados de marzo se constituyó en forma definitiva la junta organizadora de los festejos del Centenario de la Independencia. Las autoridades ordenaron que en los municipios se hiciera una réplica de los festejos estatales, la junta organizadora hizo algo de propaganda, las calles se limpiaron, se adornaron y se iluminaron. Se publicitó el programa de festejos donde había algunos actos para la “raza de bronce”, como la quema de pólvora o fuegos piro-técnicos, corridas de toros, desfiles, procesiones, bailes, verbenas populares, desfiles de carros alegóricos, concursos, funciones de

Los anales de Durango (1900-1930)

129

cine gratuitos, circo, obsequio de ropa a la gente pobre. Para los notables y sus acólitos hubo veladas literarias, audiciones musica-les, conciertos, inauguración de teatro y conferencias.

Los días 14, 15, 16 y 17 de septiembre se realizaron dichos fes-tejos del Centenario. A las cinco de la mañana del día 14 se izó la bandera, se echaron a repicar las campanas de todos los templos y en el cuartel se hicieron disparos de fusiles. Más tarde se inauguró una placa a los mártires de la independencia, que fue colocada en el Santuario de Guadalupe (el 17 de julio de 1812 fueron fusilados algunos insurgentes y sepultados en este templo, cien años más tarde la Iglesia les rendía homenaje a los que condenó y mató por herejes). A las doce y a las diecisiete horas se repetirán los repiques de campanas y descargas de fusiles. El día 15, otra vez a las cinco de la mañana, repiques de campanas y salvas, lo que se repitió a las doce horas y a las once de la noche. Se develaron cuatro esta-tuas, que simbolizaban las cuatro estaciones del año y que fueron donadas por las colonias extranjeras: la Española, la Francesa, la Otomana y la Norteamericana. Todas ellas fueron colocadas en la Av. Colón (hoy Dolores del Río). Se inauguró el monumento a Gua-dalupe Victoria, que fue donado por “la sociedad cooperativa de auxilios mutuos” y se colocó frente a Catedral, en el callejón de los escribientes. Igualmente se develó el monumento a la indepen-dencia, que fue donado por el clero de Durango. (Lo que son las cosas, bendito sea Dios y el tiempo). El monumento a la patria no se develó porque no llegó a tiempo, pues se mandó hacer a Italia y hubo demora en su traslado y no llegaría hasta finales de mes.

Lo más espectacular fue el desfile de carros alegóricos, arre-glados por las colonias Alemana, Francesa, Española, Norteame-ricana, Otomana y China. La procesión cívica también estuvo de antología, participaron en ella las autoridades, empleados, todos los gremios y todas las sociedades mutualistas, llevando cada uno su estandarte. ¡Increíble!, este era un desfile de la edad media que se realizaba en Durango a principios del siglo XX.

Total, que fueron cuatro días de conciertos (matinales, vesper-tinos y nocturnos) de campanas, descargas y cohetazos. Porfirio Díaz no desaprovechó la coyuntura del Centenario para darle al pueblo, a falta de pan, circo.

130

LA PAVIMENTACIÓN

Aunque el Gobierno había adquirido una aplanadora y otras máquinas para arreglar las calles, no se había podido hacer otra cosa que emparejar y empedrar las arterias urbanas. Pero como nos estábamos modernizando, había que pavimentar las calles, que es el símbolo de la modernidad y el progreso. Desde princi-pios de año se empezó a hablar sobre estas obras, pero no fue sino hasta finales de mayo, cuando el Gobierno del Estado celebró un contrato para las obras de pavimentación, con la empresa deno-minada “Cía. Bancaria de Fomento y Bienes Raíces, S.A.” El Banco Central y el Banco de Durango fueron también signatarios de este contrato, ya que el Banco de México concedía el préstamo para tales obras, pero a la vez se le autorizaba para que emitiera bonos a cargo del Gobierno Estatal. Títulos que serían colocados en los mercados de valores, recuperando así su dinero y el Gobierno del Estado sería el deudor de los bonos que pagaría a su tiempo con los intereses pactados.

A mediados de julio se iniciaron las obras de pavimentación y aquello fue un lío. Se tenía especial interés que cuando menos una calle, que sería la calle de Teresa, estuviera pavimentada para las fiestas del Centenario. Pero al parecer la compañía constructora no tenía experiencia en este tipo de trabajo, pues tuvo muchos contratiempos y todavía a finales de diciembre no había pavimen-tado una sola calle. Porque no sólo se trataba de macadamisar, sino culminar el proceso con “un riego de asfalto líquido”. Y en esta última fase era donde tenía problemas la compañía constructora.

En un principio el Gobierno designó como inspector de las obras de pavimentación al Ing. Alberto G. Cárdenas, éste renunció y se designó al Sr. Ing. Alfonso Castellanos Haaf, (que al parecer era el ajonjolí de todos los moles), quien también abandonó el cargo y se tuvo que importar de la ciudad de México, al Sr. Ing. Miguel de la Parra y Fernández.

Únicamente se iba a pavimentar un área pequeña del centro de la ciudad. Nueve cuadras de la calle de San Juan de Dios, (hoy Pino Suárez), ocho cuadras de la calle mayor, (hoy, 20 de Nov.), ocho de Negrete; diez cuadras de la calle de la Pila (hoy Alquiles Ser-dán), quince cuadras de la calle de Zambrano, (hoy Hidalgo) nueve cuadras de la calle Coliseo, (hoy Bruno Martínez); once de la calle

Los anales de Durango (1900-1930)

131

Constitución; once cuadras de la calle Victoria y dos cuadras de la calle San Francisco, (hoy Francisco I. Madero); 16 de la calle Princi-pal, (hoy 5 de febrero). El costo de las obras de pavimentación era de $325,000 pesos.

La compañía enfrentó problemas con la nivelación de las calles y además, al principio estaba dejando sin desagüe a las casas, lo que originó la protesta de rigor de los citadinos de Durango que chillan como huérfanos por cualquier zarandaja, pero cuando les quitan algo grande y fundamental ni cuenta se dan.

Curiosamente se ordenó que las canales de las casas fueran cambiadas por canalones que arrojaran el agua pluvial por debajo de las banquetas, ya que las canales normales arrojaban el chorro de agua desde la azotea e iban a destruir el pavimento.

Hay cuestiones que son expresivas o reveladoras de todo un contexto, independientemente de lo que en forma literal se diga, tal es el caso del siguiente texto. “Bajo la dirección del Sr. Ingeniero Antonio Díaz, se ha dado principio a la compostura de las acequias de agua potable, con el objeto de nivelarlas y hacer que corra por ellas mayor cantidad de agua, para que sea aprovechada por los vecinos de los barrios a donde no llega el agua entubada. La com-postura empezó por el crucero de las calles Coliseo y Pila” (hoy Bruno Martínez y Aquiles Serdán).

Hágame usted el favor: agua potable en acequias. La red de agua potable entubada era reducida, en el mes de octubre el con-sumo de agua por día, (y noche) era de 1,086 metros cúbicos. El agua era extraída del “Ojo de Agua” y depositada en un tanque construido en el Cerro de Los Remedios, de donde se distribuía a la ciudad. El encargado de este servicio informaba que en el mes de octubre las bombas del Ojo de agua trabajaron 347 horas y se ha-bían consumido 9,514 kilos de carbón. Las bombas eran movidas por máquinas de vapor.

Para estos tiempos complejos, resultaba interesante la regula-ción del servicio de agua que se hacía en sus orígenes. A principios de noviembre se aprobó la Ley sobre el impuesto de agua entu-bada; las cuotas que se fijaban eran las siguientes: las casas cuyo valor exceda de $200.00 pero no de $500.00 pagarán una cuota de $0.50 centavos mensuales; las que excedan de $500.00, pero no

132

de $1,000.00, pagarán $1.00; las que exceden de mil, pero no de cuatro mil, pagarán $3.00; las que excedan de cuatro mil, pero no de seis mil, pagarán $4.00; las que excedan de seis mil, y no de diez mil, pagarán $5.00; las que excedan de diez mil y no de quince mil, pagarán $6.00; las que excedan de quince mil pagarán $7.00.

Pero además de estas cuotas fijas se regulaba la cantidad de agua que se podía disponer. Veamos: Las casas que tengan un va-lor de hasta $1,000.00, disfrutaron de una sola merced; las que tengan un valor más de $1,000.00, hasta $5,000.00, disfrutaron de dos mercedes; las casas que tengan un valor de más de $5,000.00 hasta $10,000.00, disfrutarán de dos mercedes y media. Si se gas-tara más agua de las que conceden las mercedes, se pagaría el exceso a razón de diez centavos cada mil litros. La merced de agua era de veinte mil litros mensuales.

Por otra parte, en septiembre se empezó a construir el rastro municipal, en el crucero que forman las calles de Penitenciaría y Ciénega (hoy Carlos León de la Peña e Isauro Venzor).

La empresa de tranvías extendió sus rutas urbanas en un nuevo circuito que va de la calle San Francisco, (hoy Fco. I. Madero), cerca de la plaza de toros, pasará la acequia grande por la calle de Urrea hasta la de Arista, pasando por la de Analco, se dirigirá a la de Vo-lantín, para rodear Las Moreras, hasta cerrar el circuito en la calle principal (5 de Feb.). Los tranvías eran pequeños coches que sobre rieles eran tirados por mulas o caballos.

El día cinco de febrero se celebraba el día del árbol y se hacía plantando arbolitos, en esta fiesta participaban el jefe político, el Ayuntamiento, las sociedades mutualista, los estudiantes, las colo-nias extranjeras y las particulares.

Este año se reconstruyó y acondicionó el teatro construido por don Juan José Zambrano en la primera calle de Coliseo, el teatro se le bautizó con el nombre de Victoria, en honor del único Presiden-te de la República que ha dado el Estado de Durango.

El Sr. Alberto M. Alvarado está construyendo en la plazuela Baca Ortíz, un nuevo teatro, con la intención de crear un espacio para la creación y expresión de la cultura popular.

Los anales de Durango (1900-1930)

133

COSAS DEL CAMPO

A mediados de octubre el precio de guayule se vino abajo, pues se redujo a más de la mitad. Esta situación afectó considerable-mente a los propietarios de terrenos guayuleros, a los fabricantes y trabajadores. Mientras que el precio del algodón se mantenía a $334.75 el quintal.

Seguía llamando la atención el conflicto jurídico de la Cía. de Tlahualilo, con el Gobierno Federal. La empresa demandó a éste por el pago de 13’000,000 de pesos, por daños y perjuicios ya que por disposición de la Secretaría de Fomento, se le redujo la dota-ción de agua y por ello no cultivó, ni obtuvo la cosecha que por lo general obtiene cada año. El abogado de la compañía era el Lic. Luis Cabrera, que trabajaba en el despacho de Rodolfo Reyes, hijo del Gral. Bernardo Reyes.

La disminución del agua a la Cía. de Tlahualilo fue un triunfo de los agricultores y usuarios del Nazas, de la Región Lagunera de Coahuila. El conflicto de los ribereños del Nazas, los superiores (de Durango); con lo de abajo, (de Coah.); no fue únicamente por el aprovechamiento del agua, en el fondo era también por cuestiones de competencia y control del mercado del algodón en La Laguna.

La política de fomento agrícola del Estado, consistía en organi-zar a los agricultores, para ello alentó la formación de una cámara agrícola en la capital del Estado y otra en Ciudad Lerdo. Al mismo tiempo se tenía la intención de hacer lo mismo en todos los parti-dos. En esta misma línea se estaban creando agentes de informa-ción y propaganda agrícola; a finales de año se había designado estos agentes en la mayoría de los municipios del Estado.

Igualmente el Gobierno destinaba algunas sumas de dinero algo modestas para el arreglo de los caminos en San Dimas, El Pueblito y El Durazno. Se construyó el mercado de Nombre de Dios y en la plaza de armas de Indé se edificó un kiosco y varias bancas. En Cieneguilla se acondicionaron las oficinas del Ayuntamiento y para el servicio del teléfono público.

134

LOS LABERINTOS DEL PODER

El año pasado los reyistas y los científicos habían despertado el interés por la política, se hablaba de elecciones, de candidatos y de la oposición. Se iba a elegir al Presidente de la República, a los senadores, a los diputados federales, a los ministros de la suprema corte de justicia de la nación, a los diputados locales, magistra-dos del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Durango y a los miembros de los 43 Ayuntamientos de la entidad.

El Gobernador y los jefes políticos montaron y echaron a funcio-nar la maquinaria electoral, que estaba formada por funcionarios, ex-funcionarios, amigos, compadres, cómplices, etc. Se le dio for-malidad a la constitución del club reeleccionistas. La Junta Central de los clubs reeleccionistas de Durango, la encabezaba el Sr. Ven-tura G. Saravia y se formaron 54 clubs en los municipios, listos para participar en las elecciones.

Por su parte, el Sr. Francisco I. Madero, visitó la ciudad de Du-rango en su gira electoral el día 18 de marzo de 1910. Llegó por tren y acudieron algunas personas a recibirlo.

El domingo 20 de marzo celebró un mitin en la rotonda cen-tral de la alameda, con un auditorio de unas doscientas personas. Habló Madero, el Lic. Roque Estrada y el Sr. Pedro Ávalos. En su discurso Madero habló sobre las leyes de reforma y dijo que debe-rían derogarse puesto que en esos momentos ya nadie pensaba en dominar por la fuerza religiosa. El auditorio no salía de su asombro y se miraban unos y otros con cara de incredulidad. En efecto, Ma-dero pedía la libertad religiosa y la derogación de las restricciones al clero. Al triunfo de la revolución se haría exactamente lo con-trario a lo que pedía Madero, pues los jacobinos revolucionarios incorporaron la Iglesia al Estado, como lo hizo en España Carlos V y Felipe II, trescientos cincuenta años antes. Habría que esperar hasta finales del siglo XX para decretar la reforma religiosa de que hablaba Madero.

En cambio Roque Estrada cautivó al auditorio con un discurso lí-rico y exaltando la figura de Benito Juárez y las Leyes de Reforma.

Al día siguiente visitaron a Madero los señores Fernando Váz-

Los anales de Durango (1900-1930)

135

quez, José María Solano, Pedro Solano, Juan C. Silva y Manuel Ig-nasio Fierro. Madero les recomendó que se entrevistaran con el Ing. Carlos Patoni, a quien consideraba como prospecto para pre-sidente del club, pero desgraciadamente estaba fuera de la ciudad en esa fecha. También el hacendado Juan Lozoya se entrevistó con Madero y le prometió trabajar por la causa.

Madero se fue un tanto desilusionado de Durango porque no pudo constituir un club antirreeleccionista en la Capital.

El periódico “La Evolución” publicó el 17 de abril, que la con-vención antirreeleccionista había quedado instalada el día 15 de ese mes, en la ciudad de México. El 22 de abril publicaba también el hecho de que las autoridades de Coahuila habían dictado orden de aprehensión en contra de Madero. Posteriormente informaría a los lectores en el mes de junio, sobre la detención de Madero en la ciudad de Monterrey, N. L. y el traslado a San Luis Potosí.

El día 26 de junio se realizaron las elecciones para diputados locales, para magistrados del Supremo Tribunal de Justicia del Es-tado, para ayuntamientos y también se “eligieron” los delegados electores que conformaron los seis Colegios electorales, que debe-rían elegir en forma indirecta al Presidente de la República.

Para Diputados locales fueron electas las siguientes personas:

Partido DiputadoDurango Dr. Felipe Pérez GavilánMapimí Lic. Juan Santa MarinaSan Juan del Río Lic. Alberto CingúneguiNombre de Dios C. Buenaventura G. SaraviaTamazula Lic. Julián BermúdezSan Juan de Guadalupe C. Francisco ÁlvarezNazas Lic. Luis CasasCuencamé C. Cipriano GuerreroSantiago Papasquiaro C. Francisco de P. SalcidoIndé C. Lic. Laureano RoncalEl Oro Lic. Manuel BermúdezSan Dimas C. Juan GurrolaMezquital C. Ignacio Fernández e Imas.

136

Para Magistrados del Supremo Tribunal de Justicia del Estado fueron electas las siguientes personas: Lic. Saturnino Muñiz, Lic. Pedro Escárzaga, Lic. Buenaventura Cincúnegui.

Los Colegios Electorales se reunieron los días 10 y 11 de julio de 1910 y por unanimidad eligieron al Sr. Gral. Porfirio Díaz para Pre-sidente de la República para el sexenio 1910-1916. Y como vice-presidente al Sr. Lic. Ramón Corral.

Los clubs reeleccionistas realizaron una verbena popular en la plaza de armas, con música, juegos y comida; no obstante la con-currencia fue muy escasa.

En esta alejada provincia nos enterábamos de que el Sr. Minis-tro José Yves Limantour había salido para su natal Francia. Igual-mente se tuvo conocimiento de la designación de Enrique Creel como Srio. de Relaciones Exteriores. Pobre México. Antes ha lo-grado sobrevivir.

El día 9 de octubre el pueblo de Durango se enteró de la fuga de Madero de San Luis Potosí y el 12 de su llegada a Laredo, Texas, con rumbo a San Antonio. Algunas personas creían que Madero salía huyendo de México y pensaron que el leve peligro que un día había representado, se diluía por completo al expatriarse en los E. U. Otros más groseros lo tildaron de loco.

El domingo 16 de octubre se publicó, por bando solemne, el de-creto donde se declaraba electo Presidente de México al Sr. Gral. Porfirio Díaz. Esa parafernalia se repetiría el mismo día en todas las cabeceras municipales de la entidad.

El día 21 de noviembre por la tarde el rumor se extendió por toda la ciudad. Se decía que los maderistas habían tomado la ciu-dad de Gómez Palacio. Al día siguiente la prensa confirmaba el ru-mor y publicaba una pequeña crónica de los acontecimientos.

Un grupo de ochenta maderistas asaltaron la comandancia de policía, las oficinas municipales, la jefatura política de Gómez Pa-lacio, Dgo. Sacaron los muebles a la calle y les prendieron fuego. Pusieron en libertad a los presos que había en la cárcel, saquearon el Montepío y una ferretería.

Los anales de Durango (1900-1930)

137

Los policías rurales intentaron detenerlos pero fueron rechaza-dos con facilidad. El día 21 por la mañana, cuando los revolucio-narios salían de Gómez Palacio con rumbo a Lerdo, en un puente antes de llegar a esta última población, fueron interceptados por las fuerzas federales, suscitándose un ligero combate donde per-dieron la vida varias personas de uno y de otro bando.

Los revolucionarios lograron una retirada en orden, puesto que los gobiernistas no los persiguieron, ni los aniquilaron. Se fueron rumbo a la sierra y sólo al tercer día, en un lugar llamado Sapioris, tuvieron otro ligero encuentro con los federales y rurales.

Los terratenientes y los señores del poder no daban crédito a lo que sucedía y desde luego les entró algo de miedo. Por lo pronto solicitaron refuerzos al Gobierno Federal. El Gobierno a su vez les pidió ayuda y les recomendó que armaran a sus gentes. Los em-pleados del Gobierno adquirieron el hábito de arrastrarse y apro-vecharon la coyuntura para mandar telegramas de felicitaciones a don Porfirio Díaz, por la forma en que el Gobierno había enfren-tado a los revoltosos y hacían votos porque en pocos días fueran reprimidos todos los rebeldes. Los signatarios de ese apoyo eran el Gobernador del Estado, los Ayuntamientos de la capital, Nazas, San Luis del Cordero, San Juan de Guadalupe, Cuencamé, Peñón Blanco, El Oro y San Bernardo.

Los revolucionarios se dispersaron por varios rumbos, por la Sierra del Rosario por Tlahualilo, Nazas, San Juan de Río, Cuenca-mé y Peñón Blanco.

A finales de noviembre surgió una guerrilla revolucionaria en la región de Las Quebradas encabezada por los hermanos Arrieta. En Cuencamé, Calixto Contreras y sus huestes el 27 de noviembre asaltaron la Hacienda de Sombreretillo. Así mismo a principios de diciembre los revolucionarios asaltaron varios ranchos en el muni-cipio de Indé y Villa Ocampo.

En otro aspecto, el 27 de noviembre el Ayuntamiento de la ca-pital celebró una sesión extraordinaria con el fin de hacer la com-putación de los votos emitidos en las elecciones celebradas el 26 de junio. Hecho el cómputo se declaró electos regidores para el bienio de 1911-1912 a las siguientes personas: Jesús L. Asúnsulo,

138

Lic. Onésimo Borrego, Emilio Bracho, Ing. José G. Palacio, Ramón J. Ávila, Aquiles Daesle, Dr. Fernando Hernández, Dr. Antonio Urías, y Antonio Ponce como Síndico. El día 22 de diciembre estos elegidos hicieron la protesta de ley y asumieron el cargo el día 1o de enero de 1911.

En 1910 desempeñaron el cargo de Jefes Políticos los siguientes individuos:

Partido Jefe Político

Durango C. Rafael Bracho y GómezMapimí C. Coronel Isamel ZúñigaCuencamé C. Ismael MirandaSan Juan del Río C. Manuel MorenoNazas C. Felipe CansinoSan Juan de Guadalupe C. Francisco L. CantúIndé C. Aureliano RamosEl Oro C. Carlos NordhausenSantiago Papasquiaro C. Salvador CazaderoTamazula C. Ruperto RodríguezSan Dimas C. Genaro EscobosaNombre de Dios C. Francisco Vázquez Q.Mezquital C. José M. Martínez

Municipio Jefe municipal

Canatlán C. José María PatoniPueblo Nuevo C. Pedro CamachoGómez Palacio C. Herminio G. GutiérrezMapimí C. Leonides GonzálezPeñón Blanco C. Flaminio AgassiniSanta Clara C.Vicente Guangorena (Senior.)Rodeo C. Lucas GonzálezPánuco de Coronado C. Rafael RubioConeto C. Manuel EnríquezSan Luis del Cordero C. Demetrio BorregoSan Pedro del Gallo C. J. Refugio ArmendárizSan Bartolo C. José Ignacio AgarteVilla Hidalgo C. Fernando Chavarría

Los anales de Durango (1900-1930)

139

Villa Ocampo C. Ignacio GuerraSan Bernardo C. Everardo S. AlemánTepehuanes C. José NávarVictoria C. Evaristo PeredaGuanacevi C. Pedro CastilloOtáez C. Miguel ChávezTamazula C. Manuel S. ZazuetaCanelas C. Antonio MonárrezCopalquín C. Cesáreo de la RochaTominil C. Manuel A. AragónAmaculi C. Manuel RetamozaSiánori C. Rafael MachadoVilla Corona C. Porfirio ChávezPoanas C. Marcial SandovalSúchil C. Mauricio F. de CastroHuazamota C. Jorge Gutiérrez

140

1911: TIEMPOS DE MORIR

EL FERROCARRIL

En febrero se iniciaron los trabajos del ferrocarril a la estación “Ca-ñitas” y para finales de marzo ya habían terminado la terracería hasta la altura de la Hacienda de Navacoyán. Mientras tanto, se-guían con intensidad los trabajos para la construcción del ferroca-rril a la sierra, en el tramo de Durango a Llano Grande.

El ferrocarril volvió a ocupar la atención de la opinión pública, pero ahora como principal objeto de la violencia de los revolucio-narios. El mismo día que estalló la revolución, empezaron los in-cendios y destrucciones de puentes del ferrocarril, a tal extremo, que casi no hubo puente que no fuera afectado por la revolución. El asalto y robo a los trenes fue también el pan de cada día, duran-te los cinco primeros meses del año. Al principio, si algún puente era destruido o inhabilitado, la empresa rápidamente lo reparaba para que la circulación no se interrumpiera. Pero a medida que fue creciendo el movimiento revolucionario, la empresa ya no se dio abasto para reparar los puentes que quemaban los rebeldes. A finales de abril la capital de Durango quedó totalmente incomuni-cada del resto del Estado y del país.

Hubo algunas partes donde incluso se destruyeron los durmien-tes y se levantaron los rieles. No fue sino hasta el día 3 de junio cuando se reanudaron las corridas del tren de Durango a la ciudad de Torreón Coah.; 40 días duró la incomunicación.

LA MINERÍA

La minería fue el otro blanco favorito de los revolucionarios. No hubo centro minero que no fuera asaltado o visitado por los rebel-des. En ellos obtenían dinero, dinamita, víveres y hasta militantes.

A principios del año la actividad seguía su ritmo normal, pero

Los anales de Durango (1900-1930)

141

los asaltos y la inseguridad en el transporte y la suspensión del tráfico ferrocarrilero, terminaría casi por paralizar la producción en el sector de la minería. Los empresarios le pedían seguridad al Go-bierno; después la exigían un tanto molestos y cuando vieron que era totalmente incapaz de brindarles lo que requerían, se resigna-ron y dirigieron sus miradas al otro bando.

FABRICANTES

Después de la caída de Porfirio Díaz y firmada la paz, la activi-dad productiva del Estado tendió a restablecerse. Vemos así a fina-les de agosto que los Sres. Rafael Gurza, Juan Lozoya y Julio Berlán, establecieron una fábrica de porcelana la cual estaba ubicada en las calles de Fresno y Voladores.

En este mismo mes, el Sr. Luis P. Gavilán inició los trabajos nece-sarios para instalar una planta eléctrica en Canatlán, para propor-cionar servicio eléctrico a toda la población.

La Revolución afectó la producción fabril en diferentes formas; para algunos fue el ataque directo, como a las fábricas de hilados y tejidos; para otras el daño fue indirecto por la interrupción de las comunicaciones o la falta de circulante etc. Para la fábrica de hielo de Durango, la afectación que le causaron los revolucionarios fue muy singular. Resulta que la fábrica de hielo se surtía de agua, del manantial ubicado al oriente de la ciudad (El Ojo de Agua), en donde un buen día asoleado de junio, las fuerzas revolucionarias se fueron a bañar y a lavar su ropa. El agua quedó bastante sucia y no podía congelarse, por lo que el dueño de la fábrica suspendió la fabricación de hielo hasta que se aclarara el agua.

Para los comerciantes en dinero, la revolución no les afectó en lo más mínimo como usted lo puede ver en el siguiente balance del Banco de Durango del 30 de diciembre de 1911.

Central y sucursal de Gómez Palacio.

ACTIVOCaja: existencia en oro........................ $ 230,895.00Caja: existencia en pesos fuertes.......... 160,790.00

142

Caja: existencia en moneda fraccionaria... 29,066.21 $ 420,751.21Caja: existencia en billetes de otrosbancos................................................... 61,305.00Fondos públicos y acciones obonos inmediatamente realizables.......... 475,000.00Otros valores......................................... 496,904.35Cartera: préstamos............................... 1’582,689.83Cartera: descuentos.............................. 55,717.12Cartera: préstamos sobre prendas........ 677,354.49Cartera: préstamos hipotecarios............ 269,106.83Cartera: créditos en cuenta corriente.... 5’569,675.99Deudores diversos................................... 466,745.93Inmueble: propiedades del Banco............. 205,420.30Muebles y útiles....................................... 30,000.00Cuentas deudoras impersonales............. 25,079.47Cuentas de orden: valores en garantíay depósito................................................ 6’711,147.92Otras cuentas......................................... 883,495.00Suma...................................................... $15´345,525.17

PASIVOCapital social exhibido............................. $2’000,000.00Fondo de reserva.................................... 276,361.05Depósitos a la vista sin interés................ 68,092.78Depósitos con interés a más de tres días.. 2’949,863.64Billetes en circulación.............................. 661,505.00Acreedores diversos................................ 1’180,853.94Acreedores por créditos concedidos....... 387,521.97Cuentas acreedoras impersonales........... 268,683.87Cuentas de orden: depositantes de valores.. 6´711,147.92

Otras cuentas............................................ 883,495.00Igual........................................................ $15’345,525.17

El Gerente, F. de P. Salcido.- El Cajero, M. de Urquidi. Vo. Bo.- El Interventor del Gobierno. E.J. de H., Carlos López.

Para el mes de enero, el estallido de la revolución se veía como una simple revuelta localizada y que se podía controlar y aniquilar. Por ello el Gobierno y la Sociedad Medieval de Durango celebraron como si nada el día del árbol. Al acto acudían las autoridades, el Ayuntamiento en pleno y con sus estandartes, las colonias extran-

Los anales de Durango (1900-1930)

143

jeras, las sociedades mutualistas, profesores, alumnos, gremios y corporaciones.

Mientras tanto la pavimentación de las calles de la ciudad se-guía a paso lento y con algunas dificultades.

El 1º de julio de 1911 se constituyó en Durango la asociación filantrópica llamada, “La Cruz Blanca Neutral Mexicana”. Su mesa directiva la constituyeron las siguientes personas: Presidente, Dr. Luis Alonso y Patiño: vice-presidente, Dr. Felipe Brachetti; y secre-tario el Sr. Lic. Antonio Gómez Palacio. Esta agrupación posterior-mente se convertiría en la Cruz Roja Mexicana.

Y LA REVOLUCIÓN SE HIZO

Al principio pareció una chispa, después una pequeña y débil flama que en cualquier momento se podía apagar. Más tarde se extendió como lumbre en un pajar y hubo destrucción y muerte, como si fuera castigo divino.

A mediados de enero el Gobierno tuvo información de que un grupo de rebeldes andaba por el rumbo de Las Quebradas entre Tamazula y Topia, y rápidamente ordenó que salieran a combatir-los.

El 31 de enero esos rebeldes tomaron el poblado de Tamazula y nombraron las primeras autoridades municipales del maderismo. El Sr. José María de la Rocha sería el primer Presidente Municipal revolucionario.

El 13 de febrero Luis Moya atacó el pueblo de San Juan de Gua-dalupe y ese mismo día Calixto Contreras ocupó por un día el pue-blo de Cuencamé.

El 27 de febrero, los revolucionarios le pusieron sitio al pueblo de Topia y el 11 de marzo, los sitiados se rindieron y los rebeldes nombraron autoridades municipales.

El 11 de marzo los rebeldes ocuparon Villa Hidalgo, mientras ese mismo día Martín Triana derrotó a los federales en la Hacienda

144

de Saucillo. Este mismo revolucionario tomó el pueblo de Rodeo el día 15 de marzo y el 19 atacó el pueblo de Indé; el 27 tomó Villa Ocampo; sería hasta el 5 de abril cuando ocuparían el poblado de Indé.

Mientras tanto Calixto Contreras, el día 28 de marzo ocupó defi-nitivamente el pueblo de Cuencamé y el 17 de abril Nazas.

El 6 de abril, Domingo Arrieta tomó Tepehuanes y el 17 conquis-tó el pueblo de Santiago Papasquiaro.

Tomás Urbina tomó a sangre y fuego el pueblo de Santa María del Oro el día 12 de abril y el 22 ocupó Guanaceví.

El 18 de Abril, Martín Triana y Calixto Contreras ocuparon San Juan de Guadalupe.

El 20 de abril renunció el Gobernador porfirista, Sr. Lic. Esteban Fernández. Y se nombró Gobernador interino al Señor Ventura G. Saravia. El 22 la Ciudad de Durango quedó totalmente incomunica-da por ferrocarril, telégrafo y teléfono.

Agustín Castro ocupó Mapimí el día 28 de abril y Pablo Lavín, ciudad de Lerdo el día 30 y Gómez Palacio el 3 de mayo.

El día 10 de mayo se inició el asedio a la ciudad de Durango. Mientras que en La Laguna Agustín Castro tomaba la ciudad de Torreón el día 15 de mayo.

El 3 de mayo el Gobernador Ventura G. Saravia presentó su re-nuncia, pero la Legislatura del Estado no se la aceptó y le ordenó que continuara al frente del Gobierno.

El 21 de mayo se firmaron los tratados de Ciudad Juárez entre el gobierno porfirista y los revolucionarios. El 25 de ese mes renunció Porfirio Díaz.

El 31 de mayo, las fuerzas revolucionarias de Durango entraron a la ciudad capital, después de que obtuvieron el permiso para ello de parte de los porfiristas derrotados.

Lista de los oficiales insurgentes que entraron en la ciudad de

Los anales de Durango (1900-1930)

145

Durango el día 31 de mayo de 1911:

Nombre Cuerpo Nombre

Arrieta José

Cuerpo

Arrieta Eduardo Mariano Arrieta Mariano Arrieta

Acosta José Ascención Martínez Arreola Rufino Mariano Arrieta

Alva Cruz Calixto Contreras Arroyo Locadio Calixto Contreras

Agüero Avelino Calixto Contreras Barrientes Florentino Calixto Contreras

Bañuelos Agustín Calixto Contreras Bocanegra Rafael José Maciel

Corral Miguel Ascención Martínez Campos Rodolfo Mariano Arrieta

Contreras Gilberto Calixto Contreras Contreras Daniel Calixto Contreras

Calderón Banito Ascención Martínez Chaires C. Pedro Ascención Mtz.

Contreras Luís Calixto Contreras Ceniceros Dolores Calixto Contreras

Contreras Gregorio Calixto Contreras Contreras Vidal Calixto Contreras

Cabrales Fortíno Calixto Contreras Chaides Pedro Mariano Arrieta

Díaz R. Rafael Ascención Martínez Díaz Secundino Calixto Contreras

Enrique Jesús Ascención Martínez Espinoza C. Miguel Luis Moya

Espinoza Tomás Calixto Contreras Estrada Ricardo Ascención Mtz.Estrada Valdomero Ascención Martínez Flores Pedro José MacielGarcía Alejandro Mariano Arrieta González Miguel Mariano Arrieta

González G José Mariano Arrieta Gallegos José Mariano Arrieta

García Modesto Matías Pasuengo Guerrero Leonides Calixto Contreras

García Faustino Miguel C. Espinoza García F. Daniel Calixto Contreras

González Eufemio Calixto Contreras Gaitán Germán Calixto Contreras

González Felipe Calixto Contreras González Aurelio Calixto ContrerasGalván A. José Calixto Contreras Hernández Francisco Calixto ContrerasHoya Francisco de la

Mariano Arrieta Herrera Pedro Calixto Contreras

Jaquez Fidel Mariano Arrieta Jimenez Miguel Miguel Espinoza

Lugo Felipe Calixto Contreras Luna Pablo José Maciel

Mendoza Tiburcio Ascención Martínez Medina Ambrosio Mariano Arrieta

Martínez Victorio Mariano Arrieta Mazcorro Josefino Calixto Contreras

Morales Eleuterio Calixto Contreras Moreno Macario Calixto Contreras

146

El día primero de junio la Legislatura del Estado nombró Go-bernador interino al Dr. Luis Alonso y Patiño. Éste designó a las siguientes personas para su gabinete:

Secretario General de Gobierno, Carlos Patoni; Oficial Mayor, Fidel Sapien, Procurador de Justicia, Lic. Antonio Parra Durán; Ins-pector de Policía el mayor Enrique R. Nájera.

En igual forma se nombraron los siguientes jefes políticos:

Partido Jefes políticos

Capital C. Ing. Pastor RouaixMapimí C.Ing. Leonardo PescadorCuencamé C. Severino CenicerosSan Juan del Río C. Antonio AlvaradoNazas C. Santos OloñoSan Juan de Guadalupe C. Alejandro GaitánIndé C. Ernesto ÁvilaEl Oro C. Francisco ValdespinoSantiago Papasquiaro C. Leopoldo FavelaTamazula C. Miguel A. MorgaSan Dimas C. Antonio LaveagaNombre de Dios C. Benjamín TéllezMezquital C. Manuel Subízar

El primero de junio el Congreso de la Unión emitió la convoca-toria para elecciones extraordinarias de Presidente de la República y Vice-presidente. Las elecciones primarias se efectuarían el día 1o. de octubre y las secundarias el 15 de ese mismo mes.

Emilio Madero solicitó y obtuvo un préstamo de cien mil pesos para liquidar y licenciar a los contingentes revolucionarios.

Los anales de Durango (1900-1930)

147

Para mediados de junio se habían licenciado en la ciudad de Durango 2,200 hombres. Se les recogían las armas y parque, se les daba 15 pesos, el caballo se dejaba con la condición de que no lo vendieran y lo tuvieran listo para en caso de que hubiera necesi-dad de levantarse en armas nuevamente.

La mayoría de los revolucionarios licenciados se sintieron ofen-didos y utilizados. Calixto Contreras se negaba a desarmar a sus gentes hasta que no les dieron legalmente la tierra. Los levantiscos de La Laguna también se negaban a entregar las armas a cambio de nada o de un “muchas gracias”. Los licenciados se fueron al campo del bandolerismo social, en espera de otra revolución. Muy pocos regresaron a sembrar la tierra ajena, en calidad de peones como lo hacían antes de la revolución.

El 27 de julio la Legislatura local convocó a elecciones extraordi-narias para elegir al gobernador del Estado, que cubriera el perío-do constitucional que terminaría el 15 de septiembre de 1912. Las elecciones se efectuarían el día 1º de octubre de 1911.

El día primero de agosto renunció el Gobernador, Dr. Luis Alon-so y Patiño y la Legislatura nombró Gobernador interino al Sr. Lic. Emiliano G. Saravia.

Los clubes políticos o corrientes políticas, maderistas, reyis-tas y porfiristas, se pusieron de acuerdo para nombrar candidato a Gobernador interino del Estado al Sr. Dr. Luis Alonso y Patiño. Las elecciones se celebraron el día 1º de octubre y ganó con suma tranquilidad y el día 1º de noviembre tomó posesión del cargo.

Después de 30 años de inactividad política, al caer la dictadura, las pasiones se desataron. Los porfiristas vieron en el Gral. Bernar-do Reyes, el posible substituto de Don Porfirio. Pero Don Bernardo resultó un fiasco como militar y como político.

A Durango llegaban los efectos y el pataleo político del conflicto de Madero y los Vázquez Gómez por la Vicepresidencia. Y cuan-do el partido Constitucional Progresista nominó a Pino Suárez, los porfiristas arreciaron sus ataques en contra de Madero.

El 15 de octubre se eligió a Madero y tomó posesión de la Presi-

148

dencia de la República el día 6 de Noviembre de 1911.

Para el 16 de noviembre estalló la revuelta del Gral. Reyes. Nuestro Estado fue escenario principal de ese levantamiento. Los principales inodados en el complot Reyista (7 Nov. 1911) en Duran-go eran personas muy conocidas, entre las cuales se distinguieron los siguientes: Fernando Hernández del Campo, Jesús Asúnsulo, (Gerente del Banco de Durango), Luciano G. Torres, Luis Caballe-ro, José Ma. Enríquez, Manuel Melero, Lic. Miguel Garza Aldape, (era de Coahuila) Francisco Berticiolle, (Presbítero), Juan Fournier, Alberto Salcido (Srio. Particular del ex-gobernador Lic. Juan Santa Marina), Ventura García, Paulino Orozco, Juan Huerta, Andrés Ol-guín, Felipe Ramírez, Juan Peyro, Manuel Peyro, Jesús del Palacio, Luis Molina, Octaviano Meraz, Miguel y Juan Lozoya.

Los anales de Durango (1900-1930)

149

1912: MUCHA POLÍTICA Y NADA DE PRODUCCIÓN

DE BANDOLEROS A GUERRILLEROS

Cuando Madero desarmó a los revolucionarios y los mandó a su casa abrió la caja de pandora. Inmediatamente se hicieron de nuevas armas y se fueron por los caminos de Dios. La mayoría se volvieron bandoleros; al correr del tiempo serían zapatistas, ma-gonistas, vazquistas y orozquistas. Y cuando a estos caudillos les quemaron las banderas y les mojaron la pólvora, el pueblo volvió al campo del bandolerismo social.

A mediados de enero, reportaba el Jefe Político de Nazas que una gavilla de bandoleros merodeaba la población. De Nombre de Dios, informaba que una partida de bandoleros andaba por la re-gión. Del municipio de Indé reportaron de un violento encuentro entre bandoleros y rurales.

De La Laguna comunicaron que la Hacienda de San Carlos fue asaltada por una banda de forajidos al grito de Viva Zapata. La Ha-cienda de Noé corrió la misma suerte. A principios de febrero, por las calles de Lerdo aparecieron volantes firmados por Benjamín Argumedo invitando al pueblo a levantarse en armas y citaba a los prospectos a que se reunieran en la Sierra del Sarnoso. Más tarde se supo que Matamoros y San Pedro Coah., fueron atacados por las huestes de Argumedo.

Las haciendas de Atotonilco, Corralejo, Guichapa y San Marcos, fueron asaltadas por bandoleros al grito de Viva Zapata. A media-dos de febrero el pueblo de Nazas fue tomado por una partida de bandoleros, al mando de un joven de 20 años llamado Juan Ma-nuel Jiménez, quien proponía proclamar a Vázquez Gómez como Presidente de México.

Pedro Ortiz, ex-maderista, al frente de un grupo de 20 personas tomó Pánuco de Coronado mientras que Anastasio Jurado, quien se decía magonista, ocupó sin problemas el pueblo de Rodeo.

150

A mediados de febrero los ferrocarriles a Torreón suspendieron sus salidas, pues en la región lagunera los bandoleros “formaban legión”. Esto ocasionó escasez y el encarecimiento de productos alimenticios, José Maciel también se levantó en armas contra el Gobierno.

En el mes de marzo un grupo de rebeldes que se decían vazquis-tas se apoderaron de Guanaceví, obtuvieron dinero y saquearon los comercios. San Dimas fue también asaltada por un grupo de rebeldes comandados por Pilar Quintero. El 13 de marzo, Gómez Palacio fue ocupada por varias horas por Cheché Campos y Pablo Lavín. Coneto también fue ocupado por una gavilla de bandoleros. El Mezquital fue atacado por una banda de rebeldes capitaneados por Francisco Flores. Por la región de los llanos fue asaltada la Ha-cienda del Ojo. Santiago Papasquiaro, Tepehuanes, Canatlán, San Juan del Río, Nazas, El Oro, Indé, Cuencamé estaba plagados de bandoleros.

A finales del mes, el público se enteró del encuentro y desastre de Corralitos, donde una locomotora cargada de dinamita de los orozquistas fue a estrellarse a un campamento de las fuerzas fe-derales.

Conrado Antuna, maderista, se levantó en armas contra Made-ro y ocupó el pueblo de Topia, pues todos los rurales se unieron. Más tarde, en el mes de mayo fue asesinado en esa región. Mien-tras tanto el porfirista don Octaviano Meraz se volvió maderista y al frente de una fuerza de rurales andaba en persecución de los ex-maderistas Pedro Ortiz, José Maciel y Luis Caro. Don Domingo Arrieta se rehusaba a combatir a “los colorados” bajo las órdenes de don Octaviano Meraz. Cosas de la vida.

En abril los orozquistas tomaron Mapimí. El campo de la región lagunera estaba lleno de rebeldes. Y la misma situación imperaba en Indé, El Oro, Nazas, Rodeo, San Pedro del Gallo, San Juan del Río, Santiago Papasquiaro, Tepehuanes, Guanaceví, Cuencamé, Poanas, Nombre de Dios y el Mezquital. Los colorados tenían es-pecial interés en las haciendas, se llevaban todo lo que se podía cargar y lo que no, lo destruían.

En el mes de mayo se libraron las batallas definitivas contra el

Los anales de Durango (1900-1930)

151

orozquismo. El 10 de mayo fueron derrotados en Tlahualilo Dgo., y el 12 en Conejos, Chih. En esas mismas fechas Argumedo y Emi-lio Campa ocuparon el pueblo de Nazas y el 14 tuvieron un en-cuentro terrible en Pedriceña donde ganaron los orozquistas, pero más tarde fueron totalmente dispersados en el Cañón de Huarichi. En el frente principal, Huerta derrotó a Pascual Orozco en Reyano Chih., el 22 de mayo, y el 3 de julio en Bachimba; con esta serie de derrotas el pueblo soltó la bandera orozquista, se dispersó y en pequeñas partidas volvieron al campo del bandolerismo pero más agresivo y violento.

LA GUERRA ELECTORAL

El recién electo Gobernador interino Sr. Dr. Luis Alonso y Pati-ño, tuvo problemas y no aguantó la presión de las masas. Todo el Estado prácticamente se encontraba en pie de guerra y el día 28 de febrero presentó su renuncia y en el acto se nombró al Lic. Emi-liano G. Saravia, otra vez Gobernador Interino. De enero de 1911 a diciembre de 1912 Durango tuvo siete gobernadores. En dos años tuvo más gobernadores, que en 30 años de porfiriato.

Pastor Rouaix renunció al cargo de Jefe Político del partido de la capital y asumió la jefatura el Lic. Ángel del Palacio. El Lic. Julián Bermúdez dejó la curul de la legislatura para asumir el cargo de Secretario General de Gobierno. Había muchos municipios y jefa-turas políticas en donde no estaban funcionando las autoridades. Con una multitud de gavillas de enriflados en las orillas de todos los pueblos, era difícil ser autoridad.

El 20 de junio se emitió la convocatoria para la elección del Go-bernador Constitucional del Estado, a diputados de la XXV Legis-latura; magistrados del Supremo Tribunal de Justicia y así como la elección de los integrantes de los ayuntamientos de los munici-pios, para el bienio 1913-1914. Las elecciones se efectuarían el día 28 de julio de 1912. La computación de los votos para diputados y gobernador, se haría del 1º de septiembre en adelante, y los ele-gidos entrarían en funciones el 15 de septiembre. La computación de votos y la declaración respectiva del resultado de las elecciones municipales, se haría el 27 de noviembre y los ciudadanos electos tomaron posesión hasta el día 1o de enero de 1913.

152

También se celebraron elecciones federales para diputados, se-nadores y magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Na-ción, pero éstas se realizaron el 30 de junio. Hágame usted el favor. El Estado en plena guerra civil y se hacían dos elecciones a escaso un mes de distancia.

En 1911 hubo una elección competitiva y algo conflictiva, la elección de Madero. En 1912 la elección local estuvo también bas-tante apasionada. Hubo dos candidatos para Gobernador: el Ing. Carlos Patoni y el Sr. Juan E. García. El primero era ingeniero y es-taba dedicado a su profesión. Había incursionado en la administra-ción porfirista en 1900, en la que fue nominado primer vocal del ayuntamiento de la capital. Durante su trabajo tuvo cierta relación con Madero y los Gurza y le entró la pasión por el poder. Jamás hizo alguna demostración por el maderismo antes del triunfo de la revolución. Juan E. García era uno de los primeros revolucionarios de fusil, que se levantaron en armas el mero 20 de noviembre en Gómez Palacio. Uno era de la capital del Estado y el otro de La La-guna. Uno era revolucionario y el otro no.

Los revolucionarios como Calixto Contreras, los Arrieta, los Pazuengo, Calixto Antuna, Tiburcio Cuevas, se la jugaron con su compañero García. Lo mismo hizo Ignacio Borrego y su grupo de profesionistas intelectuales. En cambio Pastor Rouaix y Antonio Gaxiola, con mejor olfato político o mejor información, apoyaron al Ing. Patoni que era el gallo de Madero.

Las campañas electorales estuvieron movidas, llenas de pasión y colorido. El Colegio Electoral le dio el triunfo al Ing. Patoni, los partidarios de García impugnaron los resultados y declararon ilegí-tima la elección de Patoni. El Sr. Juan E. García publicó un manifies-to en donde acusó a Madero de imponer a Patoni en la Gubernatu-ra del Estado en contra de la voluntad popular. Aureliano Blanquet, siguiendo instrucciones de Francisco I. Madero, encarceló a Calixto Contreras y a Domingo Arrieta y lo trasladó a la ciudad de México.

El día 15 de septiembre tomó Patoni posesión del cargo de Go-bernador del Estado para el período que terminaría el 15 de sep-tiembre de 1916. También estrenaron curules y fueros diputados de la XXV Legislatura local, las siguientes personas:

Los anales de Durango (1900-1930)

153

Partido DiputadoDurango C. Ing. Pastor RouaixMapimí C. Dr. Pascual de la FuenteSan Juan del Río C. Antonio AlvaradoNombre de Dios C. Lic. Antonio G. PalacioTamazula C. Lic. Jesús ÁlvarezSan Juan de Guadalupe C. Lic. Julián BermúdezNazas C. Rafael TorresCuencamé C. Jesús FloresSantiago Papasquiaro C. Lic. Manuel MuguiroSan Dimas C. Antonio LaveagaMezquital C. Ignacio Fernández e Imas

Fueron electos Diputados Federales:

Diputado Federal Distrito

No se hicieron elecciones en los distritos 5°, 6o y 7°

El Senador electo fue el Sr. Ventura G. Saravia, sin embargo en el Colegio Electoral del Congreso de la Unión, fue rechazado porque no se habían efectuado elecciones en tres distritos electorales. El Sr. Saravia se quedó con las ganas de disfrutar de las mieles del poder. El pueblo veía con asombro que eran porfiristas seguidores los que estaban subiendo al carro maderista.

Con motivo de las elecciones fueron encarcelados y remitidos a la ciudad de México los señores Calixto Contreras y Domingo Arrie-ta. Más tarde fue hecho prisionero Matías Pazuengo. A finales de año todos ellos no tenían ningún cargo o mando de fuerzas. Esta-ban en sus casas rumiando su coraje.

En cambio algunos de los implicados en el complot reyista, ocuparon puestos públicos. José María Enríquez era el jefe de las fuerzas rurales; Manuel Melero, Inspector General de Policía. Al Sr. Octaviano Meraz se le nombró Jefe Político de San Dimas.

Aunque por motivos diferentes, Tomás Urbina también fue a

Ignacio Borrego 1o DurangoLuis Zubiría y Campa 2° Nombre de DiosPedro B. Alvarez 3o San Juan del RíoLic. Adalberto Ríos 4o Cuencamé

154

parar a la cárcel. Total: en el régimen maderista de Durango no había maderistas.

FERROCARRIL

Si con la mexicanización de los ferrocarriles se apagó el entu-siasmo por invertir en este ramo, con la guerra civil se enfrió to-talmente. A duras penas seguían los trabajos en el ferrocarril de Durango a Llano Grande. En septiembre de 1912 se informaba que se tenían construidos 56 kilómetros de esa vía. Mientras que en la línea de Durango a Cañitas, hasta esos momentos se tenían cons-truidos 125 kilómetros. El Gobernador informó bajo palabra de ho-nor que la compañía que iba a construir el ferrocarril Tepehuanes-Guanaceví, ya tenía en la frontera los materiales y maquinaria para realizar esa construcción, pero que desgraciadamente la guerra había impedido su traslado a Durango.

La minería vivía en una situación extremadamente difícil. La guerra civil, la destrucción de las vías férreas, los asaltos, habían ocasionado que se paralizaran los trabajos en la mayoría de las empresas.

Los ferrocarriles suprimieron los carros de tercera donde via-jaban los más pobres del pueblo, pues les cobraban de dos a un centavo por kilómetro. El servicio era únicamente de primera y de segunda, provocando un serio malestar en las masas populares.

Gracias a la revolución, los trenes llevarían en lo sucesivo una escolta militar de 20 elementos.

DE LO RURAL A LO URBANO

La guerra civil aceleró el desplazamiento del medio rural hacia los principales centros urbanos, especialmente las ciudades de Du-rango y Torreón Coah. Hubo muchos pueblos que casi se quedaron deshabitados. El éxodo era impresionante. Por su parte los extran-jeros que residían en el Estado regresaron a sus países de origen.

Mientras tanto el Gobierno declaraba que de aquí en adelante la jornada laboral no debería exceder de 10 horas. El Sr. Samuel Flores Aréchiga anunciaba que iba a inaugurar una Escuela Normal

Los anales de Durango (1900-1930)

155

para profesores. En este año también se estableció la Cruz Roja de México, el encargado fue el Sr. Eduardo Hernández.

Con grandes dificultades se seguían los trabajos de pavimen-tación y empedrado de las calles del centro de la ciudad. Se infor-maba que a la fecha se habían pavimentado y empedrado 19,563 metros cuadrados con un costo de $8,095.43.

156

1913: LA REVOLUCIÓN CONSTITUCIONALISTA

Don Francisco I. Madero cumplía un año en el poder y no había po-dido restablecer el orden en el país. Los conservadores lo odiaban y los revolucionarios estaban inconformes. La prensa disfrutaba de una libertad que nunca había tenido, y el blanco de sus críticas y calumnias era precisamente el hombre que les había dado la liber-tad.

México vivía en un ambiente de conflicto, la caída de Madero se veía venir, por ello cuando el 9 de febrero estalló el cuartelazo en la ciudad de México, los conservadores brincaron de alegría, pero los revolucionarios se pusieron alertas. Cuando se supo del asesi-nato de Madero y Pino Suárez; los ricos de Durango celebraron el acontecimiento con champaña, bailes y abrazos; los revoluciona-rios tomaron sus carabinas, ensillaron sus caballos y se fueron por el monte.

Poco antes de esta fecha, el 13 de febrero, el gobernador made-rista Sr. Ing. Carlos Patoni, pidió licencia para separarse del cargo, dejando en su lugar a su compadre el Sr. Lic. Jesús Perea, que se-gún decían era una “chucha cuerera”.

El Gobierno de Durango no reconoció expresamente al régimen del General Huerta, pero de hecho manifestó su aceptación, in-cluso hubo telegramas de felicitaciones de parte del Gobernador como de muchos terratenientes.

AHORA SÍ VA EN SERIO

Tomás Urbina y Francisco Chao, a principios de marzo ya an-daban asaltando pueblos y reclutando gente. El 13 de marzo, Ca-lixto Contreras y los Pereyra tuvieron un combate con las fuerzas federales a la altura de Pasaje. Ese mismo día por la noche Calixto Contreras derrotó a las fuerzas federales en Cuencamé. Las hues-tes de Contreras y los Pereyra ocuparon el pueblo de Nazas el día

Los anales de Durango (1900-1930)

157

20 de marzo; Rodeo el día 22; San Juan del Río el día 23 y Canatlán el 24, Santiago Papasquiaro el día 27 de marzo. Por esas mismas fechas Martín Triana ocupó San Juan de Guadalupe. El 27 de mar-zo Contreras y los Pereyra derrotaron en la estación Gabriel a las fuerzas federales comandadas por el Mayor García; y el 28 en ese mismo lugar vuelven a derrotar a los militares comandados por el General Anaya.

Las tropas de los revolucionarios, mandadas por Contreras, Arrieta y Pazuengo, atacaron la ciudad de Durango durante los días 23 al 26 de abril, plaza que no lograron tomar por la ayuda que les prestaron a los federales las fuerzas orozquistas al mando de Che-ché Campos y Luis Caro.

El 3 de mayo, Gregorio García y Martín Triana ocuparon Mata-moros Coah., y el día 5, Tomás Urbina atacaba el pueblo de Tlahua-lilo. Mientras que Contreras el día 5 de mayo ocupaba Velardeña y el día 6 Pedriceña. El 28 Urbina ocupa Guanaceví y el 30, Santiago Papasquiaro.

El 17 de junio se inició el asedio a la capital de Durango y el día 18 los revolucionarios derrotaron a las fuerzas federales que la defendían. Ahora sí los revolucionarios no pidieron permiso para entrar a la ciudad de Durango. El Gobernador huyó lo mismo que algunos de los ricachones que se habían enrolado en la organiza-ción paramilitar llamada Defensa Social. Algunas casas comercia-les fueron saqueadas y después se les prendió fuego. Grandes co-lumnas de humo anunciaban a las rancherías aledañas que había caído la acrópolis del porfiriato.

Los banqueros, los comerciantes y la Iglesia tuvieron que apor-tar parte de sus ahorros para compensar los gastos de guerra de los revolucionarios. Según el peso eran las talegas por pagar para salvar el pellejo. Lo del agua al río.

UN GOBIERNO REVOLUCIONARIO

El día primero de julio, la junta revolucionaria eligió gobernador provisional del Estado de Durango al Ing. Pastor Rouaix. El día 4 tomó posesión. Este mismo día la junta revolucionaria en un mani-

158

fiesto expresó que en vista que el gobierno local había colaborado con el usurpador Huerta, los tres poderes del gobierno cesaban en sus funciones.

El Gobernador despidió también a toda la burocracia porfirista y emitió una serie de medidas y decretos, para controlar los pre-cios de los productos alimenticios. Condonó los impuestos atrasa-dos con el fin de que los contribuyentes se pusieran al corriente y ayudaran al gobierno a salir de la crisis económica. Se prohibió la salida de mercancías y de personas. Estas tenían que conseguir un salvoconducto y sólo se obtenía al probar que estaban al corriente en el pago de sus contribuciones. Se ordenó la requisa de las cose-chas de trigo, maíz y frijol. Se creó la colonia Obrera.

Pastor Rouaix trató de acercarse a los pocos notables que no ha-bían huido de Durango y con quienes mantenía cierta relación. Les propuso la constitución de una asociación de duranguenses con la finalidad de emitir y poner en circulación bonos al portador que en cierta forma sustituían a la moneda, y que eran totalmente nece-sarios para medio revivir las actividades económicas que estaban totalmente paralizadas. Los negocios mercantiles, industriales, ar-tesanales, mineros y agrícolas estaban al borde de la bancarrota.

La asociación de durangueños se conformó con las siguientes personas: Lic. Juan Santa Marina, Lic. Antonio Gómez Palacio, Lic. Pedro Torres Saldaña, Sr. Lorenzo V. Elder, Alberto G. Saravia, Luis Pérez Gavilán, Maximiliano Damm, Lauro Estrada, el Canónigo Rafael López de Lara, Ventura G. Saravia, Juan Castillo López, Lic. Eduardo Cadaval, Lic. Ángel del Palacio, Lic. Carlos del Palacio, Dr. Luis Alonso y Patiño, Dr. Pascual de la Fuente, Ing. Julio Guerrero, Ing. Miguel de la Parra, Profr. Carlos Rivera, Agustín Olivas, Marga-rito Olivas, Rodolfo Schommer, J. G. Reinosa, Pedro Briseño, José María Salas, Juan Reyes, Francisco Riopedre, Jesús Gutiérrez, Isaac Favela, Trinidad Ruiz, Cayetano de la Parra, Carlos de la Torre, Ra-fael Muguiro y Maximiliano Schulter.

La junta directiva de esta asociación la conformaron los señores Ventura G. Saravia, Juan Castillo López, Ignacio Fernández e Imas. El primero sería el Presidente, el segundo Tesorero y el último Se-cretario.

Puro porfirista, pero ni modo, eran dueños del dinero y los que

Los anales de Durango (1900-1930)

159

sabían la mecánica empresarial o comercial.

El 3 de octubre, Pastor Rouaix emitió una ley agraria que tenía por objeto satisfacer las necesidades de tierra de miles de peones y a la vez fraccionar y poner en producción miles de hectáreas de terrenos improductivos.

El pueblo había manifestado su rechazo a las haciendas asal-tándolas y prendiéndoles fuego. Pastor Rouaix hacia una buena lectura política de los actos de las masas. Y para que las buenas intenciones no se quedaron en el papel, el 20 de noviembre de 1913, aplicó esa ley al crear el pueblo Francisco I. Madero donde antes era la Estación Gabriel.

A principio de agosto, (del 4 al 12) estuvo en Durango el primer jefe del ejército constitucionalista, Don Venustiano Carranza y rati-ficó en el cargo de gobernador al Ing. Pastor Rouaix.

Victoriano Huerta hizo todo lo posible por recuperar la capital del Estado y nombró gobernador al Sr. Hilario Lozoya, minero y terrateniente que había sido reyista, después participó como can-didato a diputado local por el partido de Santiago Papasquiaro bajo las siglas del partido Liberal Durangueño, perdiendo frente a Manuel Muguiro. Al abrigarse bajo la bandera de Huerta, perdería hasta el honor.

Más tarde, Huerta nombró Gobernador de Durango al hermano del Secretario de Gobernación, Lic. Miguel Garza Aldape, viejo co-nocido de los terratenientes locales, pues anduvo encabezando la revuelta reyista a finales de 1911.

El día 29 de septiembre en la Hacienda de La Loma se constitu-yó la División del Norte, que fue la dirección de las masas campe-sinas organizadas. Los firmantes y concurrentes fueron: Francisco Villa, Calixto Contreras, Orestes Pereyra, Tomás Urbina, Juan Gar-cía, José Isabel Robles, Manuel Chao, Maclovio Herrera, Toribio Or-tega, Rosalío Hernández y Eugenio Aguirre Benavides. Como usted puede ver, predominaban los generales de Durango.

Ese mismo día 29 los revolucionarios tomaron el pueblo de Avi-lés y le pusieron sitio a la plaza de Torreón, Coah., la que tomaron

160

el día 2 de octubre de 1913. Tamaña osadía indignó a Huerta y mando su mejor máquina de guerra a recuperar esa plaza a como diera lugar.

A finales de noviembre falleció el revolucionario Juan E. García, murió en pleno combate y con la cara al sol.

Los anales de Durango (1900-1930)

161

1914: LA REVOLUCIÓN ES LA REVOLUCIÓN

En Durango se habían declarado inexistentes los Poderes Legislati-vo y Judicial y únicamente funcionaba el Ejecutivo con facultades excepcionales.

Después de que los E.U. reconocieran a los revolucionarios como parte beligerante, con la libertad de comprar armas y par-que en ese país, las actividades bélicas se intensificaron en el norte de la república.

Durante los meses de enero, febrero y marzo los revolucionarios constitucionalistas se dedicaron a preparar el cerco sobre Torreón, Coah. En ese lugar Huerta había concentrado lo más selecto de sus fuerzas, con la intención de contener y destruir a los rebeldes. Huerta escogió el terreno y eso era ya una ventaja.

Contreras, Ceniceros y José Carrillo empezaron avanzar desde Cuencamé hasta establecer el cuartel general en la Hacienda de La Loma. En Cuencamé habían aprovechado la fundición de Velarde-ña para fabricar algunos cañones. Y de paso se acuñaron monedas de plata con el lema: ¡Muera Huerta!

Por su parte, J. Isabel Robles, que se había hecho fuerte en la región de San Juan de Guadalupe, también inició la movilización gradual de sus tropas, tomó Viesca y estableció su cuartel en Ma-tamoros, Coah. Tomás Urbina, desde la Zarca se descolgó hasta Mapimí y Francisco Villa inició el avance desde Chihuahua, pasan-do por Escalón, Bermejillo y estableciendo su cuartel en El Vergel, Dgo.

Desde los días 25 y 26 de marzo se iniciaron las hostilidades sobre Lerdo y Gómez Palacio. La batalla de Torreón estuvo pre-cedida de gran espectación, silencio y suspenso. Era una batalla determinante, era la lucha de un pueblo contra una casta militar, era el encuentro de las fuerzas del pasado contra el futuro. Por fin, el dos de abril Torreón cayó en poder de los revolucionarios y

162

con ello se abrió el camino hacia el sur del país y salvo la plaza de Zacatecas, las demás guarniciones de los estados caerían como un castillo de naipes.

CARRANZA VISITA NUEVAMENTE DURANGO

A principios de mayo, el primer jefe de la revolución constitu-cionalista visitó el Estado de Durango, en donde permaneció casi un mes. A su llegada fue recibido por bastante gente, más tarde hizo un acto público donde hablaron Miguel Alessio Robles y don Venustiano Carranza. Los visitantes fueron alojados en el local del Banco de Durango que fue arreglado convenientemente para ello.

A la semana se ofreció un banquete al Sr. Carranza en el Hotel Richelieu. Habló el Sr. Gobernador, Pastor Rouaix y luego el Sr. Ca-rranza. Posteriormente hicieron uso de la palabra Pablo A. Serra-no, Lauro G. Caloca y Antonio Gaxiola.

A finales de mes el Sr. Carranza realizó una gira por Santiago Papasquiaro. A su paso por Canatlán, el pueblo lo recibió con en-tusiasmo. A su llegada a Santiago el pueblo entero salió a recibirlo. Hubo un acto político, por la tarde se dio una serenata, después una cena y al final un baile. Don Venustiano, el Sr. Gobernador y toda su comitiva se hospedaron en el Hotel Jardín. La presencia de este personaje en este pequeño pueblo, fue un acto muy comen-tado y a todo mundo llenó de entusiasmo por la revolución y por la paz.

A principios de junio, Don Venunstiano ofreció un baile a la sociedad duranguense para agradecerle sus atenciones. No cabe duda que Carranza era un político hábil y sutil.

En este viaje Carranza conoció perfectamente a Pastor Rouaix, que después sería su colaborador. Lo mismo que a los Arrieta y al Lic. Emiliano G. Saravia. Carranza ya veía venir la escisión villista y empezaba a mover sus piezas en el tablero político. Había que abrirle un frente a Villa en su mera tierra, los Arrieta serían los alfiles en esta partida. Por lo pronto los alienta para que se le ade-lanten a Villa e inicien el ataque a Zacatecas.

Los anales de Durango (1900-1930)

163

ECONOMÍA DE GUERRA

El gobierno provisional de Pastor Rouaix es un período muy agi-tado y verdaderamente revolucionario. En principio se dio de baja a toda la burocracia porfirista de los tres poderes y poco a poco se fue reemplazando por gente nueva. Hasta a don Máximo Gámiz Alcalde, que trabajaba de escribiente en la jefatura política desde 1908, le tocó la barredora.

Como se vivía en una situación difícil, donde el aparato produc-tivo estaba casi paralizado, algunas haciendas fueron ocupadas por el Estado para ponerlas a producir. Las fábricas de hilados y tejidos, como El Tunal y La Concha, entre otras, también fueron ocupadas por el Gobierno, para producir ropa, para el pueblo y para el nuevo ejército. Francisco Villa, antes de tomar Torreón, mandó pedir con urgencia gran cantidad de ropa, pues decía que deseaba que su tropa estuviera bien presentable cuando entraran a Torreón.

Pastor Rouaix les dio facilidades a los productores para que pa-garan sus impuestos, pero en tiempos de cosecha hubo necesidad de requisar el grano de los cereales para que no le faltara a la po-blación. También decretó el control de precios de los productos básicos. Se prohibió la salida de los alimentos hacia otros Estados con el mismo fin antes mencionado. Después de que se acuñaron monedas en Cuencamé, se tuvo la intención de reabrir la Casa de Moneda de Durango, ya que el problema del dinero era un escollo muy difícil. Este problema dio lugar a muchísimos decretos en don-de se declaraba, con todo el poder del poder, la circulación forzosa de los billetes que nadie quería aceptar. Muchas veces, los policías tuvieron que obligar a los comerciantes a que los aceptaran, pues éstos presentían que eran más papel que moneda.

Los bancos de la localidad también fueron ocupados por el Gobierno; pero a decir verdad, estas instituciones ya estaban ce-rradas pues fueron los objetivos favoritos de los revolucionarios y bandoleros.

Pastor Rouaix creó la Dirección General de Agricultura con la finalidad de estudiar y analizar la problemática agropecuaria del Estado y delinear y aplicar los programas económicos del gobierno en forma concreta.

164

LA REVOLUCIÓN DEVORA A LOS REVOLUCIONARIOS

Después de que los revolucionarios derrotaron en Torreón al ejército de Huerta, cambió la imagen pública de Calixto Contreras, José Carrillo, J. Isabel Robles, y de todos los generales que partici-paron. Cuando regresaron triunfadores de Zacatecas, (junio 24), ya eran ídolos populares.

A algunos revolucionarios el triunfo los mareó, al parecer esto les pasó a los Arrieta pues le dieron golpe de Estado al Ing. Pastor Rouaix, (agosto 9) bajo el pretexto de que no había querido correr a ciertos funcionarios de filiación conservadora. Rouaix sabía que no se podía gobernar con los puros partidarios y por razones po-líticas había incorporado a su administración algunos personajes como a los señores Pedro Torres Saldaña y Alberto G. Saravia. Si los Arrieta hubiesen obrado por radicalismo, al mes siguiente se hubieran definido por Villa y no por Carranza, como lo hicieron.

El Ing. Pastor Rouaix había decretado la confiscación y ocupa-ción de algunos bienes del clero. Se dictaron las medidas para ocu-par los inmuebles confiscados, entre otros el Colegio Guadalupano y el Seminario Conciliar. La ocupación se efectuó a principios de agosto y hubo gran despliegue policiaco. Este acto naturalmente indignó al clero duranguense y el Ing. Pastor no fue muy lejos por la respuesta.

El 21 de septiembre Villa desconoció a Carranza como primer jefe de la revolución, y el día 22 le envió un telegrama al general Domingo Arrieta para invitarlo a unirse a su causa. Los Arrieta le dieron largas y al final tomaron partido por Carranza. Para princi-pios de octubre, los villistas ocuparon Durango con facilidad y se nombró gobernador, primero al general Severino Ceniceros y des-pués al Lic. Emiliano G. Saravia. La historia de siempre: al triunfar los amigos se convierten en enemigos, la revolución devora a sus hijos.

Este año a la calle mayor de la ciudad de Durango se le cambió el nombre por el de “20 de Noviembre”, como una forma de ho-menaje a los revolucionarios o quizá con la intención de clavar el nombre de la revolución, como una estaca en el corazón de esta ciudad semiaristocrática.

Los anales de Durango (1900-1930)

165

LOS LABERINTOS DEL PODER

Los funcionarios y empleados en la administración guberna-mental del general Domingo Arrieta (10 de Agosto al 29 de Sep-tiembre de 1914) fueron los siguientes:

Secretario interino del despacho, Sr. Juan B. Fuentes; Oficial Mayor de la Secretaría, Sr. D. Manuel Canales; encargado sección de Gobernación, Sr. Manuel Muguiro A.; encargado sección de Ha-cienda, Sr. Mayor Rómulo Costilla; encargado sección de Guerra, Sr. Mayor Marcelino Ávalos; encargado sección de Estadística, Sr. Teniente Coronel Francisco de P. Pegueros; encargado sección de Instrucción Pública, S.D. Fabián Deras; encargado de Archivo de la Secretaría, Sr. D. Feliciano Garduño; Abogado consultor encargado de la Sección de Justicia, Sr. Lic. D. Mariano Torres Obregón; escri-biente sección de Hacienda, Sr. D. Antonio Samaniego; escribiente sección de Instrucción Pública, Sr. D. Juan Contreras; escribiente sección de Instrucción Pública, Srita. María Poelles; escribiente del Oficial Mayor, Sr. D. Amado Rivera; Administrador Principal del Timbre, Sr. Mayor D. Luis J. Zalce; Tenedor de libros, Sr. D. José D. García; encargado Impuesto Minero, Sr. D. Eutimio Escobar; corres-pondencia, telegramas y registro, Sr. D. Felipe García; expendedor, Sr. D. Filiberto González.

JEFATURA POLÍTICA

Jefe político del partido de la Capital, Sr. general D. Sergio Pazuen-go; secretario, Sr. Carlos Borja; escribiente, Sr. Aniceto Sáenz; ayu-dante, Srita. María Cruz Castañeda.

INSPECCIÓN DE POLICÍA

Inspector General, Sr. capitán Epifanio Esparza; escribiente diurno, Sr. Manuel Terán; escribiente nocturno, Sr. Gabriel Torres; alcaide diurno, Sr. Genaro Zúniga; alcaide nocturno, Sr. Margarito Leal.

AYUNTAMIENTO

Presidente, Sr. general Sergio Pazuengo; síndico, C. Manuel Galin-do; inspector del rastro, C. Pedro Jiménez; sub-inspector, C. Agus-

166

tín A. González; mayordomo de carretones, C. Francisco Esparza; ayudante de inspector, C. Juan F. Acosta; vigilante en el mercado, C. Jesús Ramírez; encargado sitio de coches número 1, C. Ignacio Rodríguez; encargado sitio de coches número 2, C. Fermín Salazar.

JUSTICIA

JUZGADO 1o DEL RAMO PENAL

Juez 1o del Ramo Penal, C. Lic. Francisco Ríos Centeno; secretario, C. Luis Cano; escribiente, Srita. Guadalupe Nance; ejecutor, C. Ni-casio Silva.

JUZGADO 2° DEL RAMO PENAL

Juez 2o del Ramo Penal, C. Carlos Oviedo Jiménez; secretario, C. Juan Lara; escribiente, C. Ignacio Prado; ejecutor, C. Cesáreo Álva-rez.

JUZGADO INSTRUCTOR MILITAR

Juez instructor militar, C. coronel Antonio Parra Durán; secretario, C. Nazario Treviño; escribiente, C. Pedro S. Ochoa; escribiente, C. Rafael Chávez Martínez; escribiente, C. Nicolás Martínez.

JUZGADO DEL ESTADO CIVIL

Juez interino del estado civil, C. Antonio Terrones; oficial primero, (provisional) Srita. Carmen Arellano; escribiente primero, Sra. Juan S. Vda. de Pérez; escribiente segundo, C. Ramón Cháirez.

SECCIÓN DE AGRICULTURA

Presidente, C. Ing. José María Favela; secretario, C. Ing. Celestino Simental; escribiente, C. Miguel Soto; escribiente, Srita. Cleotilde Álvarez; Jefe político del partido de Mapimí, C. Rodolfo Lomas; Jefe político del partido de Santiago Papasquiaro, C. Porfirio Echávez (Sr.); Jefe político del partido de San Juan del Río, C. Mayor Manuel Gamboa; Jefe político del partido de Nombre de Dios, C. Teniente Coronel Juan Manuel Herrera.

Los anales de Durango (1900-1930)

167

DIRECCIÓN GENERAL DE RENTAS

Director General de Rentas, C. José Clark; Recaudador de contribu-ciones, C. mayor Pedro Solano.

El 29 de septiembre, las tropas villistas ocuparon la ciudad de Durango y los Arrieta tomaron el camino de la sierra. El general Severino Ceniceros se hizo cargo del poder político y militar de la entidad. Más tarde, acatando las instrucciones de Villa dejaría la gubernatura del Estado al Lic. Emiliano G. Saravia, que era una de las cabezas de una notable familia de terratenientes.

Los funcionarios y empleados del gobierno villista del Lic. Emi-liano G. Saravia (14 de Nov. de 1914 al 12 de agosto de 1915) fue-ron los siguientes:

Gobernador, Emiliano G. Saravia; Comandante militar, Gral Se-verino Ceniceros; Secretario Int. de Gobierno, Antonio Gaxiola D.; Oficial encargado de la secc. de justicia de la Secretaría de Gobier-no, Lic. Mariano Pérez Obregón; Oficial encargado de la secc. de Gobernación, Tomás Torrijos; Oficial encargado de la secc. de ins-trucción pública, Luis G. Betancourt; Oficial encargado de la oficina de 2° orden de pesas y medidas, Amador Ruiz; escribiente auxiliar de Secretaría de Gobierno, encargada de la sección de hacienda, Srita. Ángela Guerrero; escribiente auxiliar, encargada de la secc. de estadística, Srita. María Zataráin; escribiente auxiliar, encargado de archivo, Ramón Cháirez; secretario del oficial encargado de la secc. de justicia, Arnulfo Pérez; jefe político del partido de la capi-tal, Mayor Nicandro Palacios; Director general de rentas, Juan M. Olagaray; Recaudador de contribuciones, Pedro Solano; secretario de jefatura política, Carlos Borjas; oficial encargado de la oficina telegráfica de la Secretaría de Gobierno, Francisco Lechón J. R.; Di-rector de agricultura, Ing. José María Favela y Peimbert; Director del Registro Público de la Propiedad, Lic. Rafael Favela y Peimbert; Director del Instituto Juárez, Lic. Eduardo G. Cadaval; Director del Hospital Civil, Dr. Isauro Venzor; Directora del Instituto de Niñas, Srita. Elena Centeno; Inspector de las escuelas oficiales de la ca-pital, Profr. Ignacio Soto; Juez del Ramo Civil, Lic. Florentino Soto; Juez del Registro Civil de la capital, Antonio Alvarado; Juez menor de la capital, Mariano Castrellón.

168

Los anales de Durango (1900-1930)

169

1915: VIVA VILLA

BAJO LA MIRA DEL CAÑÓN

El villismo gobernó el Estado de Durango casi un año, días más días menos. Este régimen comprendió del 1o. de octubre de 1914 al 26 de octubre de 1915. El período lo inició Severino Ceniceros, le si-guió el Lic. Emiliano G. Saravia y lo terminó el general Máximo Gar-cía. Fue un período muy agitado, siempre estuvo hostigado por las fuerzas carrancistas comandadas por los hermanos Arrieta, quie-nes dominaban la región de la sierra, Canelas, Tamazula y Topia.

De Las Quebradas bajaban partidas de carrancistas y hosti-gaban con mucha frecuencia la región de Tepehuanes, Santiago Papasquiaro y El Mezquital. Fueron algo cruentos los combates a mediados de febrero en el poblado de Tejamen, en Patos y en El Promontorio. Por esta situación la empresa ferrocarrilera suspen-dió las corridas de trenes de Tepehuanes.

Después de las derrotas de Villa en el Bajío a manos del General Obregón, (abril de 1915), los arrietistas arreciaron sus incursiones y ataques a las fuerzas del gobierno villista. Asaltaron El Tunal, El Nayar y El Pueblito, Nombre de Dios, El Mezquital. Nicolás Mora-les, asaltó el tren de Llano Grande. Para el mes de julio tomaron Canatlán y San Juan del Río. Sin embargo en Tejamen, el villista Braulio Meraz derrotó a una fuerte partida de los arrietistas.

A principios de agosto los carrancistas recuperaron la ciudad de Durango para evacuarla el 24 ante las fuerzas del general Francisco Villa, quien designó nuevo Gobernador al general Máximo García. Los principales colaboradores del General García fueron, el Lic. An-tonio Dovalí en la Secretaría General de Gobierno y Lorenzo Parra Durán como Oficial Mayor y Secretario Particular del Ejecutivo.

La recuperación de la ciudad capital por el General Villa, era ya un coletazo de la fiera herida. A los dos meses los carrancistas volvieron a ocupar la ciudad para quedarse un buen rato bajo el

170

dominio de los Arrieta.

POLÍTICA ECONÓMICA DEL VILLISMO

Durango era escenario de una guerra civil devastadora: la mine-ría estaba paralizada, la ganadería se había casi extinguido, la pro-ducción agrícola sobrevivía a nivel de autoconsumo; la industria y la actividad artesanal estaban en las mismas condiciones, el co-mercio se había desarticulado y operaba a su nivel más bajo y casi a un paso de volver a la fase del trueque por falta de moneda.

Las medidas implantadas por el gobernador villista, consistieron en levantar e impulsar las actividades productivas y por otro lado, buscar un mejoramiento económico de las clases más pobres.

En primer lugar se prohibió la salida de cereales hacia otros es-tados. Se decretó un control estricto de los precios de los produc-tos alimenticios. A los infractores se les ponía una multa de 50 a 200 pesos y si reincidían se le castigaba con arresto de dos meses y se le decomisaban las mercancías. En el mes de mayo se fijaron los siguientes precios:

maíz $ 0.06 litrofrijol 0.12 litroharina 0.90 kilosal 0.20 kiloazúcar 1.50 kilomanteca 1.20 kilopiloncillo 0.80 kiloarroz 1.60 kilocafé 4.00 kilopetróleo 1.20 litropastas 1.10 litrovelas de cebo 1.50 kilovelas de parafina 3.00 kilojabón 40.00 cajaHilo de bola corriente 0.02 bolamanta trigueña 0.50 metropercales 0.60 metro

Los anales de Durango (1900-1930)

171

En octubre se decretó la obligación de los comerciantes de hacer una manifestación al Gobierno de la cuantía de productos básicos que tenían en existencia. La infracción a esta disposición se sancionaba con el decomiso de las mercancías. Esta fue una medida extraordinaria motivada por la escasez de productos de primera necesidad y por el incremento notable que habían expe-rimentado.

El Gobierno villista tenía en administración varias haciendas, que naturalmente las puso a producir. Los Jefes Políticos supervi-saban estas unidades de producción, igualmente el Gobierno tenía en su poder las fábricas de hilados y tejidos del Tunal, La Concha y La Providencia, y operaba una casa de moneda en Cuencamé.

Junto al control de precios también se decretaron Jos salarios mínimos que debían percibir los peones, fijando la cantidad de un peso diario. Para los empleados y demás sirvientes se decretó un aumento del 25%, sobre el salario que se percibía en esos tiem-pos.

Los campesinos de Avino le solicitaron al Gobierno el reparto de tierras, aunque “fueran rentadas provisionalmente”, ya que afir-maban que los hacendados habían abandonado sus heredades y que si se quedaban sin sembrar, todos sufrirían las consecuencias. El Gobierno utilizó el expediente fiscal, como vía para acceder a la posesión de las haciendas y así ponerlas a producir.

También los peones de la Hacienda de Avilés le pidieron al Go-bierno que les repartiera tierras del referido latifundio. El Gobierno comisionó a los ingenieros Celestino Simental y José María Favela, para que realizaran los trabajos de campo necesarios para repartir la tierra.

COSAS DE LA VIDA

Que Francisco Villa designara a Severino Ceniceros gobernador de Durango, era una decisión enteramente lógica, lo mismo que a Máximo García. Pero que el Lic. Emiliano G. Saravia Murua fuera gobernador villista en Durango, y su hijo el Coronel Emiliano G. Sa-ravia y Ríos, también ocupara el cargo de gobernador de San Luis Potosí, eso era algo totalmente insólito.

172

Además de la simultaneidad en el ejercicio del cargo, (El padre en Durango, de nov. 1914 a agosto de 1915. El hijo en San Luis Po-tosí de febrero a julio de 1915), la rareza también estriba en que ambos eran ramales de una familia de terratenientes de abolengo. Los González Saravia eran propietarios de la Hacienda La Punta, que tenían una extensión de 31,600 hectáreas y de la Hacienda de Atotonilco con una superficie de 44,401 hectáreas.

Sus ascendientes habían colaborado con el imperio de Maximi-liano y por ello tuvieron serios problemas con los liberales, que al momento del triunfo les ajustaron cuentas. Ahora en la revolución no sólo se pusieron al lado del pueblo, sino con el ala más radical, el villismo.

En esta incursión no hicieron mal papel, particularmente el hijo; las huellas que dejó su radicalismo social en San Luis Potosí, es-tán a la par con los más radicales de esa entidad, como Alberto Carrera, Cedillo y Eulalio Gutiérrez. El general o coronel Emiliano G. Saravia R., es autor de la primera Ley Agraria de San Luis Potosí que decretó el fraccionamiento de las haciendas y de los terre-nos nacionales, para venderlos en lotes de tres a cinco hectáreas a campesinos sin tierra. Estos lotes serían indivisibles, inalienables e inembargables y sólo se trasmitían por causa de muerte al familiar más cercano. Esta ley delineaba con más precisión que la ley agra-ria de Carranza, la figura que después conoceríamos como parcela ejidal.

UN REENCUENTRO DE VIEJOS RIVALES

A mediados de diciembre de 1914, el jefe político de San Dimas, el Sr. Octaviano Meraz, capturó al coronel José Gallegos, que se había desprendido de las fuerzas de los Arrieta.

Gallegos era un bandolero que de 1907 al 1910 le dio mucho la lata a los rurales porfiristas que por cierto comandaba don Oc-taviano Meraz. Éste nunca le pudo echar el guante, siempre se le escabullía. Gallegos era el cabecilla de una partida de bandidos entre los cuales andaban un tal Doroteo Arango y tenían asolada la región de Canatlán, Coneto y San Juan del Río.

El 6 de marzo de 1907 el periódico “La Evolución” decía lo si-

Los anales de Durango (1900-1930)

173

guiente: “Con toda actividad se procura la aprehensión de Gu-mersindo Ortega, Sotero Aguilar, Doroteo Arango y José Gallegos, bandidos que merodean por San Juan del Río y Canatlán y que son autores de varios asaltos de la comarca. Los bandidos han logrado burlar a las autoridades por el auxilio y protección que les dispen-san los vecinos de los lugares donde cometen su fechorías”. Ese mismo periódico el día 3 de abril de 1907 publicaba esta nota: “Se-gún noticias fidedignas se sabe que la gavilla de Gumersindo Orte-ga ha desaparecido. Pues éste fue muerto en un encuentro con los rurales. Rito Pérez se encuentra encarcelado; Sotero Aguilar y Do-roteo Arango se sabe que se dirigieron al Estado de Chihuahua con intenciones de ir a radicarse a los Estados Unidos. Y José Gallegos es un pobre diablo que está escondido en la sierra de Gamón”.

Cuando se vino “la bola”, Gallegos se hizo revolucionario y mu-cho antes que Emiliano Zapata, ya andaba dando lata al Gobierno. El periódico “La Evolución”, el día 29 de enero de 1911 informaba así: “En los terrenos de Maguey, jurisdicción de Canatlán, merodea una gavilla de 10 bandidos comandados por José Gallegos, Ramón Rocha y Romualdo Martínez. Para abril de 1911 capitaneaba una partida de rebeldes entre los cuales se encontraban Guadalupe Ramos y Rufino Arreola; asaltaron varias haciendas en San Juan del Río, y tomaron Canatlán.

Gallegos no se volvió colorado como Guadalupe Ramos, se mantuvo dentro de las fuerzas maderistas. Y a la muerte de Ma-dero se levantó en armas y se hizo constitucionalista. El periódico “El Demócrata” publicó esta información el día 4 de septiembre de 1913: “El lunes salieron de esta ciudad los Sres. Vidal Silerio, José Gallegos y Felipe Cortés, quienes al frente de sus fuerzas se dirigen al territorio de Tepic y Norte de Jalisco para activar la campaña de aquellos lugares”.

Cuando la revolución se dividió entre carrancistas y villistas, Ga-llegos no pudo desprenderse de los arrietistas y con ellos se fue a la sierra. En eso andaba cuando lo sorprendió don Octaviano Meraz que ahora militaba en el bando villista. El Sr. Meraz era un ejemplar de colección; como jefe de rurales porfiristas fue impla-cable con los bandoleros y delincuentes. Él reprimió a los mineros de Avino, a los comuneros de Ocuila les quemó sus casuchas y los encarceló. En Velardeña, él y Jesús González mataron a 17 revolto-

174

sos y a más de cuatro los enterraron vivos. Estuvo preso por estos crímenes y cuando los revolucionarios entraron por primera vez a Durango, el 31 de mayo de 1911, le permitieron que escapara de la penitenciaría en forma subrepticia para no encontrarse con los revolucionarios de Cuencamé.

En septiembre de 1911 se enroló en la intentona reyista y fue a parar al Rancho La Guitarra. Pero poco después alguien lo acercó con don Emilio Madero, quien le perdonó todo y le dio empleo como Jefe de una partida de rurales. En su nuevo cargo se distin-guió persiguiendo a los orozquistas; aunque algunas veces se le pasó la mano, como en Peñón Blanco, donde mató a sangre fría a varios parroquianos creyendo que eran rebeldes. Era hábil para ascender en las redes de la burocracia militar, pues a la vuelta de unos cuantos meses ya era jefe y el mismo Domingo Arrieta estuvo bajo las órdenes de Don Octaviano. Era jefe político del partido de San Dimas y como ahora el Gobierno era villista, él se volvió villista y como tal perseguía a los carrancistas.

De San Dimas a Durango han de haber platicado bastante Octa-viano Meraz y José Gallegos, recordando viejos tiempos.

EL CARRANCISMO LLEGÓ

Por fin el 26 de octubre los carrancistas comandados por el ge-neral Francisco Murguía recuperaron la ciudad capital y todo el Es-tado de Durango; el villismo regresó a la guerra de guerrillas. Don Domingo Arrieta reasumió el gobierno del Estado.

El 12 de Noviembre, el general Mariano Arrieta se convierte en el Gobernador de Durango y de inmediato se publicó la Ley Agraria del 6 de enero de 1915, que no se había conocido en el Estado. El Gobernador emitió un decreto en donde se declaraban suprimidas las jefaturas políticas y le otorgó al municipio la autonomía y perso-nalidad como entidad política en el sistema federativo mexicano.

Casi al terminar el año, el día 20 de diciembre de 1915 se consti-tuyó en Durango la Comisión Local Agraria. Este organismo lo inte-graron las siguientes personas: Ing. José María Favela y Peimbert, Lic. Francisco Saldaña, Ing. Celestino Simental, Coronel Miguel Jac-

Los anales de Durango (1900-1930)

175

kes y Ramiro Fernández. El primero fue designado presidente de la Comisión Agraria y al segundo como abogado consultor.

Los funcionarios y empleados del gobierno del general Mariano Arrieta eran los siguentes:

C. Gral. Mariano Arrieta, Gobernador Provisional; C. Lic. Fer-nando Castaños, Secretario Interino de Gobierno; C. Ing. Celestino Simental, Oficial Mayor de la Secretaría de Gobierno; C. Ramiro Fernández, Secretario Particular del C. Gobernador; C. Emilio Gan-darilla, Jefe de la Sección de Relaciones, Gobernación y Guerra; C. Ranulfo Delfín, Jefe de la Sección de Justicia y Fomento; Srita. María Zatarain, Jefe de la Sección de Estadística y Archivo; C. Se-veriano Domínguez Jr., Jefe de la Sección de Hacienda; C. Prof. J. I. Soto, Jefe de la Sección de Instrucción Pública; C. Ing. J. M. Favela, Jefe de la Sección de Agricultura; C. Ing. Alfonso Castellanos Haaf, Jefe de la Oficina Técnica de Saneamiento; C. Ing. Ignacio Casas, Ingeniero de la ciudad; C. Porfirio E. Chávez, Jefe de la Oficina de Bienes Intervenidos; C. V. Manuel Castaños, Director General de Rentas; C. Ezequiel Dorador, Recaudador de Contribuciones de la Capital; C. Amador Ruiz, Jefe de la Oficina del Fiel Contraste; C. Valentín Elizondo, Presidente Municipal de la Capital; C. José María Rosales, Secretario de la Presidencia Municipal; C. Coronel Manuel Gallarzo, Inspector General de Policía; C. Lic. Rafael Reyes V; Juez del Ramo Civil; C. Lic. Florentino Soto, Juez 1o de lo Criminal; C. Lic. Julio Bermúdez, Juez 2o de lo Criminal; C. Nazario Treviño, Juez Menor; C. Lic. Narciso Herrera, Agente 1o de Ministerio Público; C. Lic. Manuel Ortega, Agente 2o del Ministerio Público; C. Lic. Ig-nacio Chávez, Abogado de Oficio; C. Lic. Rafael Favela y Peimbert, Encargado del Registro Público de la Propiedad, y del Archivo de Notarías; C. Dr. Fernando G. Palacio, Director del Instituto Juárez; C. Jesús Dorador, Secretario del Instituto Juárez; Srita. Guadalu-pe Revilla, Directora del Instituto “Juan Hernández y Marín”; Srita. María Chávez, Secretaria del Instituto “Juan Hernández y Marín”; C. Manuel Mendívil, Sub-jefe de la Sección de Instrucción Pública; C. Prof. Francisco Ceniceros V., Inspector de las Escuelas de Niños de la Capital; C. Prof. Jesús Villarreal, Inspector de las Escuelas en la Zona Central; Srita. Profa. Francisca Escárzaga, Inspectora de la Escuelas de Niñas de la Capital; C. Profr. José D. Quiroga, Inspector de las Escuelas Rurales del Municipio; C. Prof. Lorenzo Rojas, Ins-pector de las Escuelas de la Zona Oriental; C. Prof. Rafael Valenzue-

176

la, Inspector de Escuelas del Partido de Mapimí; C. Gral. Domingo Arrieta, Jefe de la División de Durango; C. Coronel Juan B. Fuentes, Jefe de E.M. de la División de Durango; C. Gral. Daniel Sánchez, Co-mandante Militar de la Plaza; C. Tte. Coronel Gonzalo Marín, Srio. de la C.M.; C. Gral. Francisco Murguía, Jefe de la 2a División del N.E.; C. Gral. Arnulfo González, Jefe de E. M. de la 2a División del N.E.; C. Daniel Romero, Jefe de Hacienda; C. J. E. Degetau, Adminis-trador Principal del Timbre; C. Daniel Nájera, Presidente Municipal de Santiago Papasquiaro; C. Pablo Lara, Presidente Municipal de Nombre de Dios.

Los anales de Durango (1900-1930)

177

1916: EL AÑO DEL HAMBRE

LA POLÍTICA ES LA MEDIDA DE TODAS LAS COSAS

En 1916 hubo varios gobernadores; este hecho era la expresión de la inestabilidad política en que vivía el Estado. Inició el año como gobernante el Gral. Mariano Arrieta, que había tomado posesión desde noviembre de 1915. Los Arrieta tuvieron problemas con el general Francisco Murguía, quien destituyó al Gral. Mariano Arrie-ta en una forma abrupta y casi violenta. El general Francisco Mur-guía había incendiado el pueblo de Cuencamé, afirmando que era una madriguera de villistas, lo que era totalmente verídico. Para ello desalojó el pueblo y le prendió fuego a todo lo que se pudiera quemar. La gente se fue a los cerros, otros se vinieron a la ciudad de Durango y los demás se fueron a Torreón y Gómez. Fue triste ver aquella horda de mujeres, niños y ancianos dejar su tierra llo-rando de rabia.

El general Mariano Arrieta le comunicó a Carranza este salva-jismo cometido por Murguía y el primer jefe, en lugar de repren-der al autor, le mandó copia de la denuncia para los efectos que estimara pertinentes. Ni tardo ni perezoso, Murguía destituyó de Gobernador a Mariano Arrieta y a punto estuvo de encarcelarlo, de no haber sido por la oposición firme de los hermanos Arrieta y gran parte de la misma tropa carrancista-arrietista.

En estas condiciones, el 28 de enero asumió la gobernatura el Lic. Fernando Castaños, quien dura en el poder exactamente un mes, pues el 28 de febrero es investido como Gobernador, el Sr. General Arnulfo González. Este ejerce el mando hasta el 28 de junio cuando toma el poder del Estado el Sr. General Fortunato Maycotte. El 15 de octubre el general Gabriel Gavira asume la go-bernatura de la entidad. En un solo año ejercieron el poder cuatro generales y un licenciado.

Los funcionarios del gobierno del Lic. Fernando Castaños eran los siguientes:

C. Lic. Fernando Castaños, Gobernador Provisional; C. Ing. Ce-

178

lestino Simental, Secretario Interino de Gobierno; C. Emilio Ganda-rilla, Oficial Mayor de la Secretaría de Gobierno; C. Ramiro Fernán-dez, Secretario Particular del C. Gobernador; C. Ranulfo Delfín, Jefe de la Sección de Justicia y Fomento; Srita. María Zatarain, Jefe de la Sección de Estadística y Archivos; C. Severiano Domínguez Jr., Jefe de la Sección de Hacienda; C. Prof. Jesús J. Villarreal, Director Gene-ral de Instrucción Primaria; C. Ing. J. M. Favela. Director General de Agricultura; C. Ing. Alfonso Castellanos Haaf, Jefe de la Oficina Téc-nica de Saneamiento; C. Ing. Ignacio Casas, Ingeniero de la ciudad; C. Porfirio E. Chávez, Jefe de la Oficina de Bienes Intervenidos; C.V. Manuel Castaños, Director General de Rentas; C. Ezequiel Dorador, Recaudador de Contribuciones de la Capital; C. Amador Ruiz, Jefe de la Oficina del Fiel Contraste; C. Valentín Elizondo, Presidente Municipal de la Capital; C. José María Rosales, Secretario de la Pre-sidencia Municipal; C. Coronel Manuel Gallarzo, Inspector General de Policía; C. Lic. Rafael Reyes V. Juez del Ramo Civil; C. Lic. Floren-tino Soto, Juez 1o de lo Criminal; C. Lic. Julio Bermúdez, Juez 2o de lo Criminal; C. Nazario Treviño, Juez Menor; C. Lic. Narciso Herrera, Agente 1o del Ministerio Público; C. Lic. Manuel Ortega, Agente 2o de Ministerio Público; C. Lic, Ignacio Chávez, Abogado de Oficio; C. Lic. Rafael Favela y Peimbert, Encargado del Registro Público de la Propiedad, y del Archivo de Notarías; C. Dr. Fernando G. Palacio, Director del Instituto Juárez; C. Jesús Dorador, Secretario del Insti-tuto Juárez; Srita. Guadalupe Revilla, Directora del Instituto “Juan Hernández y Marín”; Srita. María Chávez, Secretaria del Instituto “Juan Hernández y Marín”; C. Manuel Mendívil, Subjefe de la Sec-ción de Instrucción Pública; C. Prof. Francisco Ceniceros V. Inspec-tor de las Escuelas de Niños de la Capital; Srita. Profa. Francisca Es-cárzaga, Inspectora de las Escuelas de Niñas de la Capital; C. Prof. José D. Quiroga, Inspector de las Escuelas Rurales del Municipio; C. Prof. Lorenzo Rojas, Inspector de las Escuelas de la Zona Orien-tal; C. Prof. Rafael Valenzuela, Inspector de Escuelas del Partido de Mapimí; C. Gral. Domingo Arrieta, Jefe de la División de Durango; C. Coronel Juan B. Fuentes, Jefe de E. M. de la División de Durango; C. Gral. Francisco Murguía, Jefe de la 2a División del N.E. y Jefe de las Operaciones Militares en el Estado; C. Gral. Arnulfo González, Jefe de la E.M. de la 2a División del N.E; C. Daniel Romero, Jefe de Hacienda; C. J. E. Degerau, Administrador Principal del Timbre; C. Daniel Nájera, Presidente Municipal de Santiago Papasquiaro; C. Pablo Lara, Presidente Municipal de Nombre de Dios; Cap. Albino Salmerón, Jefe Municipal de Súchil; C. Felipe Ferrais, Jefe Munici-

Los anales de Durango (1900-1930)

179

pal de Velardeña; C. Rodolfo González, Presidente Municipal de Gómez Palacio; C. Antonio Gutiérrez, Presidente Municipal de C. Lerdo; C. J. M. Hernández, Presidente Municipal de Mapimí.

LOS POBRES DE SOLEMNIDAD SE VUELVEN MÁS POBRES

Cinco años de guerra civil destruyeron el aparato productivo del Estado. La minería, la industria, la agricultura y la ganadería esta-ban paralizadas y el comercio sobrevivía a duras penas y a su nivel más elemental.

En el mes de abril el Gobernador Arnulfo González hizo una atenta súplica a los agricultores, mineros e industriales para que reanudaran sus actividades lo antes posible. Les expresaba que del trabajo de esos sectores dependía el mejoramiento y la estabilidad de la sociedad. Casi les decía que ya bastaba de revolución, que ahora venía la etapa de la reconstrucción. El Gobierno se compro-metía a dar garantías y a impulsar toda actividad productiva.

La situación era difícil, los periódicos afirmaban que nunca se había visto una situación similar. La pobreza se había generalizado y la miseria hacía sus estragos, hambre y enfermedades. Los limos-neros y mendigos eran legión y se amontonaban en las iglesias, mercados y calles en busca de algo para comer. Los pocos riquillos que no habían huido, se quejaban de esta “plaga”, sin tomar en cuenta que todos eran víctimas de la destrucción que había origi-nado la guerra civil. Los que tenían algo que comer, se cuidaban de ocultarlo pues los pedigüeños no tardaban en aparecer y lo que no se conseguía por medio de la súplica, se obtenía por la violencia, pues la ley había dejado de operar y la autoridad era inexistente. La norma legal había sido sustituida por la ley del más fuerte.

Los campos estaban desiertos, las parcelas incultas, las minas vacías, las fábricas quemadas y en las poblaciones y ciudades las procesiones de famélicos eran interminables, gritando y gesticu-lando en busca de algo que comer. Hasta robar se había vuelto un problema, pues ya no había que robar, ni a quien desvalijar. Este cuadro de dolor, tristeza y hambre no debemos olvidarlo, ni permi-tir que se borre de la memoria colectiva.

180

Los bandoleros de vez en cuando hacían su aparición, pero ya traían más la apariencia de mendigos que de rebeldes. En algunos lugares eran rechazados violentamente por el pueblo; algunos se rindieron, como Galaviz y Leovigildo Ávila; otros se fueron murien-do por las buenas o por las malas.

La guerra trajo el hambre y después de ésta llegó la muerte ves-tida de “Tifus”, que azotó como guadaña en un trigal. Eran tantas y tan frecuentes las muertes que los enterraban por montones y en simples petates.

KLERÓPOLIS

El clero tomó partido por los ricos, por los terratenientes y co-rrió su misma suerte. Francisco I. Madero, como era una persona ilustrada le permitió al clero participar en las elecciones con par-tido político propio. Y a su muerte no le mereció ni una lágrima, al contrario, propuso que se nombrara a Victoriano Huerta, Bene-mérito de la Patria. Esta actitud revivió el jacobinismo de muchos liberales, que aún no olvidaban la gesta de Juárez, de Ocampo, los Lerdo de Tejada, etc.

En Durango, el Ing. Pastor Rouaix les dio una primera sacudida, aunque esta medida le costó la gubernatura. A medida que se em-pezaban a calmar los ánimos, los triunfadores empezaron a buscar a los enemigos que habían sobrevivido. Y ahí estaba el clero que había apoyado a Don Porfirio y a los porfiristas. De inmediato se declaró que las Leyes de Reforma estaban vigentes, que los Tem-plos eran propiedad del Gobierno, puesto que fueron nacionaliza-dos. Que la educación debe ser laica, etc. etc.

El gobernador Fernando Castaños emitió un decreto donde de-terminaba que la educación primaria debería ser laica y que los colegios oficiales y particulares tenían que acatar esa disposición; además se prohibió a los ministros o personeros de la iglesia que impartieran clases en las escuelas.

La Secretaría de Gobernación frecuentemente recordaba a los gobernadores que vigilaran al clero y en donde hubiera condicio-nes aplicaran las Leyes de Reforma. Por ello el gobernador Arnulfo

Los anales de Durango (1900-1930)

181

González, decretó el cierre de los Templos, aunque después el nue-vo Gobernador, Fortunato Maycotte, les pidiera disculpas. Había pues en los revolucionarios vencedores una hostilidad manifiesta hacia el clero.

LOS LABERINTOS DEL PODER

Los gobernadores traían ganas de gobernar; el general Mariano Arrieta, entre otras cosas, declaró de utilidad pública los terrenos donde se encuentran los manantiales y el Ojo de Agua, y por ende los expropió. Estos terrenos eran propiedad del Sr. don Juan Sten-ner. Igualmente le canceló al Sr. don Miguel R. Murua, la concesión por la cual administraba el rastro municipal. Durante el gobierno arrietista se dio de baja a todos aquellos empleados que prestaron sus servicios a los enemigos de la revolución.

En el mes de marzo el pueblo de Durango no dejó de asombrar-se por la noticia de la invasión y ataque de Pancho Villa al pueblo de Columbus. El duranguense invadió a los Estados Unidos y el pueblo recordaba Texas, California y Nuevo México.

El gobierno del general Arnulfo González estableció una comi-sión que revisaría y propondría reformas a la legislación duranguen-se. A consecuencia de ello este año se promulgó una ley orgánica de la enseñanza primaria, la ley de catastro, la ley de municipios y la ley de ingresos municipales.

Este año se le cambió el nombre a algunas calles de la ciudad: Zambrano, Zaragoza y Rebote, se llamaron respectivamente Zara-goza, Matamoros y Gabino Barreda.

El gobernador Fortunato Maycotte, emitió un decreto donde declaraba que se gratificaría con mil pesos a quien denunciara con pruebas fehacientes a todo funcionario que robara dinero del pueblo o le diera otra aplicación distinta a la programada. En igual forma decretó que todos los individuos a quienes se les compro-bara el delito de robo simple, mano armada, así como a los rateros “reconocidos”, serían deportados a las Islas Marías o al penal de San Juan de Ulúa. Asimismo, prohibió a los militares y funcionarios civiles cualquier acto de despojo o violencia en contra de los agri-

182

cultores del Estado.

La situación económica era difícil y la inestabilidad era extre-ma; por ello no causó sorpresa la ley emitida por don Venustiano Carranza donde se implantaba la pena de muerte a los asaltantes de trenes, a los incendiarios o plagiarios, a los salteadores de ca-minos, o a los que asaltaran en las calles, plazas o teatros o en las casas habitación. Carranza quería demostrar que gobernaba con firmeza.

El Gobierno hacía intentos desesperados para poner en activi-dad las minas, la agricultura y la ganadería. Con alma y vida que-ría que los centros mineros se pusieran a trabajar, a producir, que los campos volvieran a recobrar vida para dar vida. Pero el apara-to productivo no es una simple máquina que se pueda mover a voluntad de una sola persona. El aparato productivo es algo más que maquinaria y saberes; no sólo lo constituyen los medios de producción, es también la voluntad, intereses y querencias de una multitud de personas, empresarios y trabajadores.

Don Venustiano Carranza era un político que sabía moverse en esta torre de babel que es la política. Desde sus oficinas inundó al país con una serie de medidas y disposiciones que resultaban operantes en la realidad. Uno de estos mandatos decía así: “Que-rétaro 13 de Enero.- General Mariano Arrieta, Gobernador del Estado de Durango, sírvase usted dictar las disposiciones condu-centes, a efecto de que para el primero de abril del presente año estén organizados todos los municipios en este Estado, en la forma que establece la Ley del Municipio libre expedida por esta primera magistratura, haciendo que las corporaciones aun cuando hayan sido nombradas por ese Gobierno, obren con independencia en los asuntos de su competencia, que nombren y remuevan libre-mente a sus empleados, incluyendo a los maestros de escuelas municipales, que presenten a ese Gobierno para su aprobación su presupuesto de ingresos y plan de arbitrios hasta cubrirlos, recau-dando los impuestos un tesorero que nombrará cada ayuntamien-to................. V. Carranza”, Esta circular llegó como confeti a todos los municipios del Estado.

A la semana siguiente los Jefes Municipales recibieron otra cir-cular con este texto: “Por acuerdo del C. Gobernador le comunico que por instrucciones expresas que tiene el gobierno del Estado,

Los anales de Durango (1900-1930)

183

del C. primer jefe del ejército constitucionalista, encargado del po-der ejecutivo de la nación, se prohíbe en el Estado la formación de agrupaciones y clubes políticos hasta en tanto no esté totalmente pacificado el país y se convoque a elecciones, por considerarse en los actuales momentos inconveniente la labor de tales agrupacio-nes, por las escisiones que resultaron en el elemento revolucio-nario, siendo que la labor más necesaria para la consolidación del triunfo del ejército constitucionalista y del gobierno emanado de la revolución es precisamente la unión”.

Las elecciones locales de 1912 habían servido cuando menos para que los revolucionarios se dieran cuenta que los partidos, parten y las elecciones dividen y enfrentan con pasión a los con-tendientes.

Durante este año no funcionó el Supremo Tribunal de Justicia, el poder legislativo también estaba vacante, únicamente el Gober-nador era la autoridad máxima del Estado. Por lo pronto, siguiendo las instrucciones recibidas se dio a la tarea de levantar y poner a funcionar los municipios de la entidad.

La mayoría de los ayuntamientos se hicieron por simple desig-nación, hubo algunos casos como el de Canatlán y Gómez Palacio, donde se reunía una pequeña asamblea y los presentes votaban por algún candidato improvisado para dirigir el municipio.

En Durango, el día 21 de mayo, el Gobernador del Estado decla-ró legítimamente instalado el ayuntamiento de la capital. Fue de-signado presidente municipal interino el C. Fabián Deras. Además se asignaron las comisiones entre los miembros del ayuntamiento. Al Sr. José Ma. Muñoz le tocó la comisión de Hacienda, Comercio y Agricultura; al Sr. Celestino Fernández, Estadística, relojes, telé-fonos, rótulos, ornato y paseos públicos; al C. Guadalupe Lira, la de diversiones públicas, alumbrado y salubridad: al C. Ing. Igna-cio Casas, la comisión de calles, lavaderos, baños públicos, aguas y panteones; al C. Adolfo de la Cerda, de policía, cárceles, mercados y abastos; al C. Agustín Olivas, de tranvías, bicicletas, coches, y ca-rretones.

En Gómez Palacio se designó al Sr. Rodolfo González como pre-sidente y a los C. C. Miguel Martínez, Ramón Quezada, Nemesio L. García, Pedro C. Romo, como primero, segundo, tercero y cuarto

184

vocales respectivamente.

En Ciudad Lerdo se designó al Sr. Antonio Gutiérrez como presi-dente y como vocales a los C.C. Reyes Pimentel, Valeriano G. Siller, Calixto Barbosa y Mauro Moreno.

En Canatlán hubo una asamblea bastante concurrida y se hizo una elección plebiscitaria, resultando electo presidente el Sr. Félix Estrada con 144 votos, quedando en segundo lugar el Sr. Emiliano Vázquez Herrera con 29 votos; para vocales resultaron electos los C. C. Emiliano Vázquez Herrera, Luis Bernal, Manuel Ortiz, Arturo Díaz. El quinto lugar de la votación lo ocupó el Sr. José María Sida y el sexto lugar el C. Simplicio Ruiz, y el séptimo el Sr. Diego Pérez Gavilán.

En Santiago Papasquiaro el acto fue más seco, pues se trató de una simple designación a “petit comité”. Así resultó presidente el Sr. Daniel Nájera y como vocales y síndico los C. C. Sotero Ruiz, J. Natividad Unzueta, Francisco M. Borrego y José Rubio.

Dice el refrán, que es de sabios cambiar de opinión. Posible-mente Don Venustiano fuese un sabio político o quizá no aguantó la presión de la oposición de los amigos y futuros enemigos. El caso es que con fecha 12 de junio, Don Venustiano emitió un decreto donde se convocaba a elecciones municipales en todo el país. Este decreto fue publicado en Durango el día 20 de junio.

En dicha convocatoria se establecía que las elecciones para pre-sidentes municipales se efectuarían el primer domingo del mes de septiembre. Se privaba del derecho de voto a los individuos que hubieran ayudado con las armas, o sirviendo en empleos públicos a los gobiernos o facciones hostiles a la causa constitucionalista. Se decretaba que los municipios electos deberían entrar en funciones el día 1o. de octubre y durarían en el cargo todo el año de 1917. Las elecciones deberían ser directas y los candidatos no deberán estar en servicio activo en el ejército. La calificación de las elecciones la haría el C. Gobernador, junto con dos personas más, designadas por el mismo ejecutivo.

Mal empezaba la democracia, se privaba del voto activo y pasi-vo a los porfiristas, villistas, zapatistas; únicamente podían votar y ser votados los carrancistas puros. ¡Ay! de los vencidos.

Los anales de Durango (1900-1930)

185

El 12 de agosto el Gobernador a su vez publicó un ukase donde se establecieron los organismos encargados de la elección, su inte-gración, el empadronamiento de electores, etc.

Había algunas cuestiones interesantes, como por ejemplo, el hecho de que las juntas municipales eran las encargadas del pro-ceso electoral. El padrón se levantaba por esa misma autoridad y a cada elector ya empadronado se le entregaba la cédula donde constaba su nombre y la sección donde debía de votar y el número de orden bajo el cual está inscrito en el padrón. En el lugar donde se iba a instalar la casilla se publicaba la lista de electores corres-pondiente a esa sección, para que los interesados hicieran las co-rrecciones correspondientes. El padrón debería estar listo para el 25 de agosto y el registro de candidatos vencía ese mismo día. Las autoridades de las casillas se decidían por sorteo el último domin-go de agosto.

A pesar de todo, la población se interesó poco por las eleccio-nes y casi nadie conocía a los candidatos. Fue una elección entre amigos y con candidatos únicos, consensados, como dirían ahora los políticos posmodernos. En Durango ganó el Sr. Agustín Olivas; en Gómez Palacio, el Sr. Arturo Echevarría.

EL PODER CONSTITUYENTE SE CONSTITUYE

Hasta el 15 de octubre se publicó oficialmente en Durango la convocatoria al Congreso Constituyente que tenía fecha del 14 de septiembre. Se elegiría un diputado por cada 60 mil habitantes o fracción que pasara de 20 mil, teniendo en cuenta el censo de 1910. En esta primera convocatoria general no se determinó el día de las elecciones de los diputados constitucionalistas. Hubo una segunda convocatoria de fecha 19 de septiembre de 1916, donde se fijaba el día 22 de octubre para la elección de diputados, pero esta convocatoria se publicó en el Periódico Oficial de Durango hasta el día 22 de octubre. El pueblo se enteró al cuarto para las doce de la fecha de las elecciones. No se sabe si fue negligencia de las autoridades o perversidad política para dejar fuera del proce-so a posibles enemigos y “elegir a puras personas de confianza”. Para este proceso también don Venustiano Carranza emitió una ley electoral especial, la cual dejaba en poder de los gobernadores y

186

de los presidentes municipales todo el proceso electoral. Esta ley se publicó oficialmente 8 días antes de la elección; es muy difícil que alguien fuera de las autoridades la haya conocido. Así pues, la elección de los diputados al congreso constituyente fue una elec-ción entre cuates y familiares.

Para esta elección o selección se dividió el Estado en 7 distritos electorales, el primero lo conformaron la municipalidad de Duran-go, la congregación de Tuitán y la Hacienda de Casa Blanca del Mu-nicipio de Nombre de Dios. Con cabecera en la ciudad de Durango. El segundo distrito lo conformaban el partido de San Juan del Río y las municipalidades de Nazas y Canatlán. Cabecera distrital: San Juan del Río. El tercer distrito lo constituían las municipalidades de Gómez y Lerdo. Y con cabecera distrital en Cd. Lerdo. El cuarto distrito lo conformaban los partidos de Cuencamé y San Juan de Guadalupe con cabecera en Cuencamé. Quinto distrito las muni-cipalidades de Nombre de Dios, San Dimas, Pueblo Nuevo, San-tiago Papasquiaro, Otáez y Victoria. La cabecera distrital, Nombre de Dios. Sexto distrito, Partido de Tamazula y municipalidades de Tepehuanes, Guanaceví y El Oro. Cabecera: Tepehuanes. Séptimo distrito: partido de Indé y municipalidades de San Bernardo, Ma-pimí, San Luís del Cordero, San Pedro del Gallo. Cabecera distrital: Mapimí.

La junta computadora de votos del primer distrito dictaminó que el Sr. Silvestre Dorador obtuvo 1342 votos para diputado pro-pietario y el Sr. Carlos Rivera 1310 votos para diputado suplente.

En el segundo distrito la junta computadora determinó que el Lic. Rafael Espeleta había obtenido 1221 votos para diputado pro-pietario y el Sr. Coronel Francisco de A. Pérez 1217 votos para di-putado suplente.

En el cuarto distrito el C. Lic. Fernando Castaños obtuvo 231 votos para diputado propietario y el C. Coronel Salvador Castaños igual número de votos para suplente.

En el quinto distrito electoral el Dr. Fernando Gómez Palacio ob-tuvo 681 para diputado propietario y el C. Ing. Celestino Simental, igual número de votos para diputado Suplente.

Por el tercer distrito salió electo el Sr. Antonio Gutiérrez, por el

Los anales de Durango (1900-1930)

187

sexto el Lic. Alberto Terrones Benítez y por el séptimo el Sr. Jesús de la Torre.

LA TIERRA: POR LA LEY O POR LA FUERZA

El primer presidente de la Comisión Nacional Agraria fue el Ing. Pastor Rouaix. Por ello, una vez expulsadas las fuerzas villistas del Estado, inmediatamente, en el mes de diciembre de 1915 instaló la Comisión Local Agraria y designó como presidente de este or-ganismo al Ing. José Ma. Favela y Peimbert. Pastor Rouaix y Favela fueron dos de los cinco ingenieros que midieron todo el Estado de Durango con motivo de los denuncios de bienes baldíos. Conocían bien el revoltijo que armaron las compañías deslindadoras en Du-rango.

Una vez instalada la Comisión Local Agraria, el Gobierno dio a conocer la Ley Agraria en 1915 y exhortó a los campesinos, para que demandaran la restitución de las tierras de que hubiesen sido privados, o en caso de que carecieran de ellas, pidieran la dotación de tierras.

Poco después el Ing. Favela fue designado Delegado en Duran-go de la Comisión Nacional Agraria y al Sr. Ramiro Fernández, se le nombró presidente de la Comisión Local Agraria.

El primer pueblo que hizo una solicitud de restitución de tierras a la Comisión Local Agraria, fue el pueblo de San Juan de Avilés (hoy Villa Juárez), del municipio de Lerdo. El segundo fue la con-gregación de Contreras, del municipio de la Capital. Este pueblo pedía una superficie de mil hectáreas ubicadas cerca de la estación Dalila. La naciente burocracia le dio entrada a la solicitud y en un acto solemne celebrado en la misma congregación, a donde acu-dió el Gobernador y su séquito de empleados, se le hizo entrega a los solicitantes de una copia del expediente.

El comité particular de ese núcleo de población lo integraban los C. C. Florencio Aguilar, Melquíades Simental, Valerio Romero, Martín Leal, Felipe Valdespino y Darío Zavala.

El pueblo creía que le iban a entregar las tierras y únicamente

188

le entregaron puros papeles, y poco después se les vio peregrinar por varias dependencias, entre ellas la Presidencia Municipal de la capital; buscaba antecedentes de los títulos perdidos de la propie-dad solicitada.

Los anales de Durango (1900-1930)

189

1917: LA CONSTITUCIÓN

Este año México estrenaba Constitución, que sería la base del nue-vo orden económico, social y político que nacía de la revolución. Las novedades más visibles eran la regulación del problema agra-rio, de los trabajadores y la cuestión municipal. En lo demás re-sucitaba o ratificaba al estado porfiriano, autoritario, centralista y presidencialista.

Después de Pastor Rouaix, todos los gobernadores fueron Ge-nerales. Era el pueblo uniformado pero poco a poco iban adqui-riendo la mentalidad cuartelera. A principio de año gobernaba el general Gabriel Gavira, oriundo del Distrito Federal, y le parecieron arcaicas algunas construcciones coloniales. Y como no había ni Po-der Judicial o Legislativo, gobernaba en forma absoluta. En estas condiciones, a finales de enero emitió un ukase, donde expropió varios predios con sus construcciones, con la finalidad de alinear algunas calles y a otras, para darles mayor amplitud. La calle Co-liseo, (hoy Bruno Martínez) fue ampliada hasta las Alamedas. Las Calles Ramírez y Castañeda hasta la de Negrete. La 20 de Noviem-bre hasta encontrar la del Mercado, (hoy Pasteur). La misma calle hasta encontrar la de Independencia. La calle Fénix hasta encon-trar la de la Cruz. La calle Negrete hasta encontrar la de Arroyo. Se expropió también la manzana comprendida entre la calle prin-cipal, (5 de febrero), mercado, (Pasteur), 20 de Nov. y Francisco I. Madero. La Plaza de Toros; la parte occidental del Jardín Victoria (parte de la IV Centenario) hasta encontrar la calle de Zaragoza y el portal perpendicular. Los edificios existentes en la manzana en que se encuentra el mercado. Se expropiaron también las fincas rústicas denominada “La China” (hoy Parque Guadiana) y “La Cié-nega”, situadas en las goteras de la ciudad. A los propietarios se les indemnizaba de acuerdo al valor fiscal de las fincas pagadero en diez anualidades, con un interés del 5% anual. Con el poder no se juega.

190

EL PODER SE RECONSTRUYE

A principios de marzo, el Gobernador Gavira declaró que era verdaderamente imperiosa la necesidad de reorganizar el Supre-mo Tribunal de Justicia del Estado. Este poder al igual que el Legis-lativo habían dejado de funcionar desde la toma de la ciudad de Durango por los revolucionarios en junio de 1913. Desde entonces los gobernadores habían gobernado solos y sin rendirle cuentas más que a Dios. Gavira quería pero no podía, pues no encontraba licenciados en derecho que asumieran las magistraturas; los licen-ciados eran de derecha. A duras penas consiguió tres personas: el Lic. Manuel Barroso Enríquez (era del D.F.), Lic. Alberto Terrones Benítez, Lic. Jesús Dorador. El Gobernador declaraba que más de-lante se completaría el Supremo Tribunal. Asimismo, se nombra-ron algunos jueces, pero no se completaba para todos los distritos judiciales, por ello se nombraron algunas personas medianamente versadas en litigios y al mismo tiempo, se mandaban a otros Esta-dos de la República, anuncios publicitarios donde se solicitan abo-gados para que trabajaran como jueces.

Hay dos cuestiones interesantes o insólitas que hizo el Gober-nador Gavira. La primera fue la fusión de los municipios de Gómez y Lerdo y la otra la creación del municipio de Pedriceña.

Por ukase de fecha 11 de abril de 1917, el Gobernador Gavira expresaba que una comisión de los municipios de Gómez y Lerdo había solicitado al primer jefe, la unión de ambos municipios, como una forma de equilibrar el acelerado crecimiento de la ciudad de Torreón. Con base en esos argumentos, el ejecutivo estatal declaró fusionados esos dos municipios expresando que se expropiaba el terreno, comprendido entre ambos municipios que era propiedad de la Cía. Agrícola Industrial, colonizadora del Tlahualilo. En esta área se constituiría la capital de este municipio y se llamaría ciudad Francisco Zarco. Gómez y Lerdo seguirían existiendo pero como colonias de esta nueva urbe.

Igualmente el 11 de abril, por otro “decreto”, el Gobernador determinó la creación del municipio de Pedriceña, el cual estaría comprendido en los siguientes linderos: tomando como punto de partida el rancho de San Miguel, de la municipalidad de Nazas, se trazaría una línea recta que iba a terminar al rancho de Providen-

Los anales de Durango (1900-1930)

191

cia, de la municipalidad de Cuencamé; de este rancho se trazaría otra línea recta al rancho de Fernández de la citada municipalidad; de este rancho se trazaría otra línea recta a Loma Verde, lugar si-tuado en los límites de las municipalidades de Nazas y Lerdo; de Loma Verde se trazaría otra línea recta hasta Trinidad, Estación del Ferrocarril Internacional, de la municipalidad de Cuencamé; de Tri-nidad se trazaría otra línea recta hasta el mineral de San Diego, de la referida municipalidad; de este punto se trazaría otra línea recta hasta la Hacienda La Carleña, de la propia municipalidad; de este punto se trazaría otra línea recta hasta el Rancho El Centro, de la repetida municipalidad, y de este punto se trazaría otra línea recta hasta el Rancho de San Miguel, punto que fue de partida”.

En esta misma línea, pero un poco más asentado, el 4 de di-ciembre de 1917, el nuevo Gobernador, general Domingo Arrieta, crea la Villa Guadalupe Victoria, donde era el casco de la estancia o Hacienda de Tapona. Esta Villa fue creada a instancia de los habi-tantes de Sauces de Salinas, hoy Ignacio Ramírez.

LA TIERRA: POR LA LEY O POR LA FUERZA

No cabe duda que la ley del 6 de enero fue un canal de desfogue de la presión de las masas. Y el gobierno carrancista demostró un gran olfato político para crear ese canal, e institucionalizar la lucha social de los campesinos. La presión había que hacerla ante ciertas dependencias, con cierta formalidad y ritual. La ley agraria metía al campesino al molino de las instituciones.

Al mes siguiente que se emitió la Ley Agraria Carrancista, empe-zaron a llover las solicitudes de tierras, de restitución o de dotación. Echemos un ligero vistazo a la lista: Avilés o Villa Juárez, Bermeji-llo, Sauces de Salinas, congregación de Contreras, El Arenal, Súchil, Durango, Tejamen, Villa Madero, Gómez Palacio, La Soledad, San Pedro Mártir, San Dimas, Piltonte, Trébol, San Atenógenes, Lerdo, San Francisco de San Dimas, Tapona, San Bartolo, Peñón Blanco, San Miguel de Temonaya, Pasaje, Ranchería, El Calabazal y anexos, Estación Catalina, (hoy Ignacio Allende, mpio. de Gpe. Victoria), Chavarría de abajo, Santa María de Xoconoxtle, San José de Gracia, Siánori, es Chavarría Nuevo.

192

Los carrancistas le pegaron al clavo, los campesinos tenían ham-bre de tierra, ellos se las dieron; aunque poco a poco y bajo ciertas condiciones de fidelidad. Uno a uno o en parvadas los campesinos fueron cayendo al redil, como palomas a la trampa. El Gobierno les prestaba la tierra y además les daba protección y amparo. En cambio el campesino le daba fidelidad, apoyo político electoral y en forma accesoria maíz, frijol, trigo, algodón y chile.

Pronto dotó de tierra a los campesinos de Villa Juárez, Berme-jillo y El Arenal.

Por su parte, se fue conformando también la burocracia agraria y toda una telaraña de leyes, reglamentos, decretos y circulares; de cómo pedir la tierra, cómo deslindarla, cómo entregarla, de las obligaciones del campesino para con sus nuevos amos etc. etc…

LOS LABERINTOS DEL PODER

En 1917 hubo tres procesos electorales. El 11 de marzo se hi-cieron elecciones para elegir Presidente de la República, diputa-dos federales y senadores. Después, el primero de julio se eligió al Gobernador del Estado, a los diputados locales y a los magistrados del Supremo Tribunal de Justicia. Y finalmente el 9 de diciembre se hicieron elecciones municipales. Tres procesos electorales en un solo año y como si esto no fuera poco, también se emitieron tres leyes electorales diferentes. La primera se publicó el 25 de febrero, la segunda el 17 de junio y la tercera el 2 de diciembre.

Después de haber promulgado la Constitución Federal, don Ve-nustiano Carranza emitió la convocatoria para elegir al Presiden-te de la República e integrantes del Poder Legislativo Federal. Las elecciones se realizaron al mes de publicada dicha convocatoria. Casi nadie hizo campaña y para Presidente de la República ganó de calle don Venustiano Carranza, aunque en el 7o distrito con cabe-cera en Mapimí, estuvo a punto de ganar el Sr. Fernando Iglesias Calderón, quien sólo perdió por nueve votos.

Para senadores resultaron triunfadores el Ing. Leonardo Pes-cador y Fernando Gómez del Palacio. Y para diputados federales únicamente se documentaron el 1o, 3o y 7o. distritos. En el primero

Los anales de Durango (1900-1930)

193

resultó vencedor el coronel Manuel Vargas; en el tercero Antonio Gutiérrez, y en el séptimo el Sr. Jesús de la Torre.

El primero de mayo de 1917 don Venustiano Carranza tomó po-sesión del cargo de la Presidencia de la República. Los integrantes del Poder Legislativo hicieron lo mismo ese día.

En algunos distritos, como Indé, no se pudieron llevar a cabo las elecciones porque no estaban integradas las autoridades munici-pales y esos lugares estaban controlados por el villismo.

El 22 de marzo, don Venustiano Carranza emitió un decreto, donde requería a los gobernadores de los Estados para que convo-caran a elecciones de los Tres Poderes de las entidades federativas, se les exhortaba a que lo hicieran lo más rápido posible, para que las autoridades electas tomaran posesión el día 1º de julio. Se les indicaba además, que las legislaturas electas tendrían el carácter de constituyentes, para el efecto de implantar en las constitucio-nes locales, las reformas de la nueva Constitución General de la República. Hecho que debería hacerse explícito en la convocatoria respectiva. Asimismo, se ordenaba que el territorio debería divi-dirse en distritos electorales, los cuales en ningún caso podrían ser menos de quince. En Durango, desde principios de siglo, para estos menesteres se había dividido la entidad en trece distritos que co-rrespondían a las trece circunscripciones administrativas llamadas partidos.

El Gobernador, Sr. General Carlos Ozuna, se hizo el sordo y emi-tió la convocatoria hasta el día 2 de junio y muy pocos la cono-cieron, pues no se publicó en el Periódico Oficial. La ley electoral, conforme a la cual se iban a realizar los comicios, se promulgó el día 6 de junio pero se publicó hasta el 17 de ese mismo mes. Las elecciones se efectuaron el día 1o. de julio. El Sr. Gobernador, para no tener problemas, les daba un albazo a los posibles participantes de la oposición. Pues sólo contaban con escasos quince días para conseguir candidatos y hacer campaña.

Además, la ley privó del voto activo y pasivo a ciertos sujetos, entre ellos a los autores cómplices y encubridores, de los delitos cometidos contra el orden constitucional en el mes de febrero de 1913. Es decir a todos los porfiristas y conservadores de la entidad.

194

Así como a los villistas que andaban con el delito en la mano; los únicos que podían votar y ser votados, eran los carrancistas.

El Estado se dividió en quince distritos electorales que eran los siguientes:

1° Durango, cabecera Durango; 2° Nombre de Dios, cabecera Nombre de Dios; 3° Mezquital, cabecera Mezquital; 4° San Dimas, cabecera San Dimas; 5° Tamazula, cabecera Topia; 6° El Oro, cabe-cera El Oro; 7o Indé, cabecera Indé; 8° San Juan del Río, cabecera de San Juan del Río; 9° Nazas; 10° Cuencamé, cabecera Cuencamé; 11° San Juan de Guadalupe; 12° Mapimí, (excepto la municipalidad Francisco Zarco, o sea C. Lerdo y Gómez Palacio unidos), cabecera Mapimí; 13° Santiago Papasquiaro, (excepto las municipalidades de Tepehuanes y Guanaceví), cabecera Santiago Papasquiaro; 14° Municipio unido de Ciudad Lerdo y Gómez Palacio, cabecera Gó-mez Palacio; y 15° Municipios de Tepehuanes y Guanaceví, con ca-becera en Tepehuanes.

A pesar del poco tiempo de que se disponía para la campaña electoral y en contra de los deseos del ejecutivo estatal, hubo tres candidatos para Gobernador: el Gral. Domingo Arrieta, que era el candidato oficial; el Gral. Miguel Laveaga, maderista desde la época electoral y que le había respondido a Madero el 20 de No-viembre de 1910. Hoy competía por la gubernatura con su viejo compañero, don Domingo Arrieta, hombre del pueblo a su imagen y semejanza. El otro candidato era el también general Enrique R. Nájera.

Don Domingo Arrieta formó el Partido Liberal Constitucionalis-ta “Jesús Carranza”. El nombre fue para halagar un poco al jefe Venustiano, poniéndole el nombre de su hermano recientemente asesinado. Para la campaña editó un periódico y realizó una mani-festación, rematando con un mitin como cierre de campaña.

Los otros candidatos hicieron su campaña casi a nivel verbal y por los laberintos del rumor. Posiblemente para facilitar las cosas se votaba por colores. Las cédulas rojas eran del Gral. Arrieta; las azules, del candidato Miguel Laveaga.

Para darnos una idea de la composición social del partido del

Los anales de Durango (1900-1930)

195

Gral. Domingo Arrieta, veamos los candidatos que postuló para las distintas instancias.

Poder Judicial, magistrados propietarios: 1o Lic. Laureano Ron-cal, 2o Lic. Narciso Herrera, 3o Lic. Joaquín Moreno, 4o Lic. Francisco Saldaña, 5o Lic. Nicolás Fernández, 6o Lic. Julián Bermúdez.

Supernumerarios: 1o Lic. Carlos Hernández, 2o Lic. Eduardo G. Cadaval, 3o Lic. Manuel Navarro, 4o Lic. Miguel Contreras Romo, 5o Lic. Florentino Soto, 6o Tte. Cor. Rómulo Costilla, 7° Prof. Francisco Ceniceros Villarreal, 8o C. Lorenzo Gámiz, 9o C. Francisco Enríquez, 10° C. Carlos Espeleta, 11° C. Juan Lara, 12° C. Rafael Uriza, 13° C. José Manuel Bermúdez, 14° C. Aurelio Ponce, 15° Arturo Ponce.

PODER LEGISLATIVO

Distrito

CapitalMezquitalEl OroSan Juan del RíoCuencaméMapimíTepehuanesLerdoNombre de DiosTamazulaIndéNazasSan Juan de GuadalupeSantiago PapasquiaroSan Dimas

Candidato

Dr. Pascual de la Fuente C. Felipe Benítez Lic. Silvestre Piñera C. Ricardo Gamboa Lic. Rafael Favela P. C. Amador Ávila Ing. Celestino Simental Dr. Francisco Hernández C. Pedro Solano C. Miguel Jáquez Ing. Alfonso Castellanos Profr. José O. Quiroga C. Severino Domínguez Jesús Enríquez Ramiro Fernández

Las elecciones se efectuaron sin pena ni gloria y las juntas com-putadoras consignaron los siguientes resultados:

Distrito Candidato VotosDurango Dr. Pascual de la Fuente 951

Dr. Manuel Chávez 950

196

San Dimas Alfredo Willherm 421Juan Araiza 242

Tamazula Coronel Miguel Jáquez 450Coronel Ángel Ángulo 450

Santiago Papasquiaro Jesús Enríquez 239

Manuel Galindo 239Tepehuanes y Ing. Celestino Simental 520Guanaceví Evaristo Pereda 520

Nombre de Dios Daniel Ramírez Pedro Solano

149 29

San Juan del Río Guadalupe González 278Margarito Soriano 278

Nazas Mariano Arce Rafael Torres

69 69

Cuencamé Gral. Severino Ceniceros 97Lic. Rafael Favela y Peimbert 67

Lerdo y Prof. Felipe Bonifant 702Gómez Palacio Luis G. Rodríguez 680Mapimí Carlos Cárdenas 274

Braulio Briones 232San J. de Guadalupe Lic. Francisco Martínez 249

Lic. Luis Casas 195

PODER EJECUTIVO

Gral. Domingo Arrieta 7,020 votosGral. Miguel V. Laveaga 2,454 votosGabino B. Aguirre 57 votosLaureano Roncal 43 votos

MAGISTRADOS PROPIETARIOS

Lic. Narciso Herrera 7,201 votosLic. Julián Bermúdez 6,471 votosLic. Joaquín Moreno 3,060 votosLic. Laureano Roncal 5,020 votosLic. Fernando Castaños 3,570 votosLic. Jesús Dorador 2,126 votos

Los anales de Durango (1900-1930)

197

El dos de julio el Gobernador emitió un decreto donde estipu-ló quiénes integraban el órgano encargado de realizar el cómputo electoral. Esta junta quedó conformada por los ciudadanos pre-sidentes de los municipios de la Capital, Gómez, Lerdo, Mapimí, Cuencamé, Pedriceña, Nombre de Dios, Canatlán y Santiago Pa-pasquiaro.

Dicho organismo dictó una resolución el día 24 de julio don-de expresaba lo siguiente: “En la ciudad de Durango, 25 de julio de 1917, reunidos en uno de los departamentos del Palacio del Gobierno lo C. C. Agustín Olivas, Presidente Municipal de la Ca-pital; Arturo Echavarría, Presidente Municipal de Gómez Palacio; Francisco Moya, Presidente Municipal de C. Lerdo; Juan Z. García, en representación del Presidente Municipal de Mapimí; Antonio Ceniceros, Presidente Municipal de Cuencamé; Juan Barbosa Her-nández, Presidente Municipal de Pedriceña; Elías Andrade, Presi-dente Municipal de Nombre de Dios; José María Sida, Presidente Municipal de Canatlán; Manuel Rocha, Presidente Municipal de Santiago Papasquiaro; Felipe Calderón, representante del Partido Liberal Constitucionalista “Jesús Carranza”; Alberto Ruiz, represen-tante del “Club Electoral Revolucionario”; David Gutiérrez Vázquez, representante del Club “Filomeno Mata” y Lic. Francisco Martínez E., con el objeto de proceder el cómputo de votos obtenidos en las elecciones verificadas para la elección de poderes constitucionales del Estado conforme a la Ley Electoral.

CONSIDERANDO:- Que habiendo dado principio el cómputo el día diez del mes en curso y durante su labor fueron presentadas varias denuncias relativas a la incapacidad de los ciudadanos Lic. Francisco Saldaña, Lic. Nicolás Fernández, Lic. Salvador Fernández, Lic. Silvestre Piñera, Lic. Ignacio Chávez y Lic. Florentino Soto, por estar comprendidos en las excepciones de la Ley Electoral, y en vista de las pruebas pertinentes, fueron declarados sin voto activo ni pasivo, por cuyo motivo no fueron tomados en consideración de los votos que resultaron en su favor;

CONSIDERANDO:- Que durante el cómputo se encontraron va-rias casillas electorales que no estando arregladas conforme a la Ley fueron declaradas nulas, siendo las siguientes: del partido de la Capital, catorce casillas; del de Gómez Palacio y Lerdo, doce; del de Nombre de Dios, seis; de San Juan del Río, ocho; de Nazas, cuatro;

198

de Mapimí, una; de Santiago Papasquiaro, veintidós; de San Juan de Guadalupe, dos; de Tepehuanes, seis; Cuencamé, cuatro; que en virtud de que no había autoridades constituidas en los distritos del Mezquital, El Oro, Indé, quedaron sin la elección correspon-diente por cuyo motivo no hubo diputados en dichos distritos;

CONSIDERANDO:- Que habiendo presentado ante la Junta el Gral. Miguel V. Laveaga, un ocurso denunciando al Gral. Domin-go Arrieta de estar comprendido en la fracción 11 del artículo 7o. de la Ley Electoral, y pidiendo a la vez que se desechen sus votos por estar imposibilitado para desempeñar el cargo de Gobernador del Estado, la Junta procedió a recabar las pruebas pertinentes, y no habiendo obtenido ninguna durante el plazo de tres días, de acuerdo con lo prescrito en el decreto de fecha dos de julio. La expresada Junta dictó lo siguiente:

DECRETO: 1o.- Se declaran diputados propietarios y suplentes a la Legislatura del Estado a los ciudadanos siguientes: Propietario, por el distrito de la Capital, Dr. Pascual de la Fuente; Nombre de Dios, Pedro Solano; San Dimas, Prof. Alfredo Wlheim y Torrero; Ta-mazula, Coronel Miguel Jáquez; San Juan del Río, José Guadalupe González; Nazas, Mariano Arce; Cuencamé, Gral. Severino Ceni-ceros; San Juan de Guadalupe, Lic. Francisco Martínez Escárzaga; Mapimí, Carlos Cárdenas; Santiago Papasquiaro, Jesús Enríquez; Lerdo y Gómez Palacio, Prof. Felipe Bonifant; Tepehuanes, Ing. Ce-lestino Simental.

Suplentes: Dr. Manuel Chávez, Daniel Ramírez, Juan Araiza, Án-gel Ángulo, Margarito Soriano, Rafael Torres, Lic. Rafael Favela y Peimbert, Lic. Luis Casas, Prof. Braulio Briones, Cor. Manuel Galin-do, Luis G. Rodríguez, y Evaristo Pereda, respectivamente.

2°.- Se declara Gobernador Constitucional del Estado de Duran-go por haber obtenido mayoría de votos al ciudadano general Do-mingo Arrieta.

3°.- Se declaran magistrados propietarios y supernumerarios, a los C.C. siguientes propietarios: 1o Narciso Herrera; 2o Lic. Julián Bermúdez; 3o Lic. Joaquín Moreno; 4o Lic. Laureano Roncal; 5o Lic. Fernando Castaños y 6o Lic. Jesús Dorador.- Supernumerarios, 1 ° Francisco Enríquez; 2o Lic. Miguel Contreras Romo; 3o Tte. Coronel

Los anales de Durango (1900-1930)

199

Rómulo Costilla; 4o Rafael Uriza; 5o Prof. Francisco Ceniceros Villa-rreal; 6o Lic. Carlos Hernández; 7o Rafael Moreno; 8o Lic. Fernando Mijares; 9o Lic. Enrique Olvera; 10° Lic. Manuel Sida; 11° Celso Enrí-quez; 12° Lic. Jesús Vara; 13° Victoriano Alonso; 14° Arnulfo Pérez; 15° Severiano Domínguez.

4°.- Los Poderes Constitucionales, rendirán la protesta de Ley en el orden siguiente: el Poder Legislativo, a las 10 de la mañana del día 1o de agosto próximo; el ejecutivo, a las 12 del mismo día.

Por disposición del artículo transitorio de la Ley Electoral del 16 de junio de 1917, los poderes constitucionales electos comen-zarían el 1o de agosto de 1917, terminando el Legislativo el 15 de septiembre de 1918; el Ejecutivo el 15 de septiembre de 1920 y el Judicial el 31 de julio de 1923.

No se realizaron elecciones en Indé, El Oro y El Mezquital. De tal forma que de quince diputados, nada más se eligieron 12. De los cuales según la resolución de la Junta de cómputo, cinco eran arrietistas y el resto es de suponer que eran laviaguistas o candida-tos libres. Sin embargo, en la Legislatura del Estado, le dieron golpe de estado al Gral. Severino Ceniceros. Posiblemente se acordaron que había sido villista y que si bien es cierto que había desertado de esa corriente, había sido ya cuando el villismo andaba otra vez en la guerra de guerrillas. El Gral. Ceniceros se había amnistiado con el Gral. Francisco Murguía. El caso es que no lo dejaron llegar a la curul y subió el arrietista Lic. Favela y Peimbert, hermano de José María Favela, que era amigo de Pastor Rouaix y delegado en Durango de la Comisión Nacional Agraria. Con esta baja quedaron iguales las dos corrientes del carrancismo.

El primero de agosto tomó posesión de la gubernatura del Esta-do el Sr. General Domingo Arrieta León. Con Domingo el pueblo y la revolución llegaban al poder. Puede que Arrieta tuviera muchos defectos, pero tenía dos cualidades que muy pocas personalida-des llegan a tener. Era puro pueblo, esencia y alma del campesi-no-minero. Era revolucionario de adeveras, no era oportunista ni logrero. Se había levantado en armas en contra de la dictadura, se había jugado la vida por la revolución y hoy la revolución le daba la gubernatura, porque al dársela a él, se la daba al pueblo.

200

Al finalizar el año se volvió a convocar a elecciones, esta vez era para los integrantes de los Ayuntamientos del Estado. Los comicios se realizaron el día 9 de diciembre de 1917.

Para que se vean las nuevas caras, de los nuevos políticos, con-signamos las planillas ganadoras de algunos municipios:

Del Municipio de la Capital

Propietarios:

Alberto Martínez H.Narciso MartínezJuan F. CurielLic. Miguel Contreras RomoVicente TreviñoJulio Mijares H.Dr. Rafael Reyes AvilésEmilio LaraJosé Valles RodríguezSalvador DoradorProfr. Everardo GámizFabián E. DerasIng. Juan AntunaJosé María HerreraAlejandro Ibarra

Suplentes:

Pedro H. Quintana, Salvador Muñoz Jesús Blanco Pedro Arroyo Eugenio Alvarado Jesús Ceniceros Garza Marcelino Gurrola Jorge Martínez Ríos Enrique Sáenz Pedro Tovar Eduardo Vela Pacheco Juan Contreras Luis López José E. Rodríguez y Juan Bocanegra

Del Municipio de Nombre de Dios:

Propietarios:

Ing. Genaro Bayona Agustín Tovar Francisco López Rafael G. García Domingo Flores

Suplentes:

Jesús Tovar Ramírez Guillermo Castañeda Domingo Aceval Juan Bayona Emilio Antuna

Los anales de Durango (1900-1930)

201

Del Municipio de Tepehuanes:Propietarios:

Francisco García Francisco Návar Benjamín Sánchez Miguel Jáquez Macario Rivera

Suplentes:

Romualdo Alarcón Vicente Saucedo Félix López Jesús María Cavada José Ignacio Saucedo

En Gómez Palacio ganó la siguiente planilla municipal:

1. Gerardo Torres2. Rafael Lira3. J. Concepción Ávalos4. Samuel Quiñones5. Martín M. Adame6. Justo Castañeda

7. Luis G. Armendariz8. Elías Adame9. José Valenzuela10. Martín M. Adame 11. Gregorio Rubio12. Amalio Ugarte

En Cuencamé el triunfo fue para las siguientes personas:

1. Vicente Favela y Peimbert 2. Margarito Machado3. José Ma. Luján4. José Dolores Orozco Espinoza 5. Benigno Mesta

En Canatlán la planilla vencedora la conforman las siguientes per-sonas:

1. Luis Oloño2. Francisco González Arreola3. José María Patiño (síndico)4. Ignacio Ruiz Unzueta5. Fidel Ruiz

En Pánuco de Coronado ganó la siguiente planilla:

1. Benjamín Veloz Páez2. Fernando Ávalos3. Margarito Soriano

202

4. Luciano Sifuentes5. Santiago de la Hoya

VILLA SIGUE CABALGANDO

Las regiones de Guanaceví, El Oro, Indé, Ocampo y Villa Hidalgo aún seguían bajo el control del villismo. Doroteo Arango se había remontado a sus viejos escondites y de ahí de vez en cuando baja-ba a las llanuras para recordarles a los carrancistas que aún vivía.

A mediados de julio Francisco Villa asaltó la Hacienda de Ramos y se decía que traía una partida de cerca de cien hombres.

Es también significativo el hecho de que en El Mezquital no se hubiera podido lograr la pacificación de esa región. Esta zona es predominantemente indígena.

Los anales de Durango (1900-1930)

203

1918: UN GOBIERNO DEL PUEBLO

La revolución todo destruye: haciendas, puentes, vidas. La muerte llega en mil formas: en la punta de una bala, en la falta de alimen-to, enfermedades, epidemias. Familias enteras pierden sus raíces, emigran, para no volver jamás.

Sólo se quedaron los más fuertes, o los que no pudieron huir, por falta de recursos o falta de valor. La revolución altera todo: vidas, familias, pueblos, municipios, regiones, etc.

Las minas estaban sin trabajar; en el campo únicamente se sem-braba lo indispensable para comer; las pocas fábricas que había; unas estaban en ruinas; en otras sus dueños se habían ido; los tre-nes eran asaltados en cada viaje. En estas condiciones don Domin-go Arrieta y sus consejeros hicieron lo mejor que se podía hacer en semejante situación. Más que otra cosa, ofertaban confianza, honestidad y buena fe. Los mineros empezaron otra vez a hacer denuncios de minas, a revalidar sus concesiones, a echar andar los trabajos, abrir caminos, reconstruir lo destruido. Los empresarios también, al igual que Lázaro, empezaban a dar señales de vida. Don Domingo le devolvía la confianza al pueblo, a trabajadores y empresarios. Había que empezar de nuevo.

LOS LABERINTOS DEL PODER

El año anterior se hicieron tres procesos electorales y eso era la locura, pleitos, denuncia, calumnias, nulidades. Especialmente en las elecciones municipales. Los intereses y prestigios locales in-cendiaban las pasiones como volcanes en erupción. Las elecciones municipales de diciembre de 1917, estuvieron muy competidas, y hubo muchos conflictos. Total que casi el 50% de los municipios es-taban gobernados por juntas provisionales de Gobierno, que eran designadas por el Ejecutivo Estatal, cuando la elección había sido declarada nula. El pueblo estaba demostrando que no estaba pre-parado para hacer elecciones, o quizá, para ser más preciso, que la

204

democracia se aprende a través del ensayo y el error.

Este año se hicieron comicios para diputados federales y sena-dores, así como para diputados locales, los que iban a integrar la XXVII Legislatura local. Esta elección simultánea se realizó el día 21 de julio. Las municipales, que eran un verdadero pandemónium, se efectuaron hasta el mes de diciembre. Hágame usted el favor, un pueblo que apenas empezaba a extinguir el fuego de la guerra civil, hacía dos elecciones al año; esto era como echarle gasolina a la hoguera.

Para este proceso electoral se formaron tres partidos políticos. El Democrático Durangueño; El Liberal Nacionalista de Durango y el Partido Político Obrero de Durango.

La campaña electoral no fue muy larga y al final los ganadores fueron los siguientes:

Para senador resultó electo el Sr. Lic. Adalberto Ríos y Valles, y como suplente el Sr. Felipe Pescador, con el hecho interesante de que el suplente obtuvo mas votos que el candidato a senador pro-pietario. Para diputados federales obtuvieron el triunfo el Sr. José Ignacio Mena y Alfonso Breceda.

Se declararon electos Diputados de la XXVII Legislatura a las si-guientes personas:

Distrito DiputadoDurango C. Dr. Manuel ChávezNombre de Dios C. Vicente GalindoSan Dimas C. Juan N. OchoaTamazula C. Cor. Miguel JáquezSan Juan del Río C. Miguel GonzálezNazas C. Lic. Raúl Torres UgarteCuencamé C. Margarito MachadoSan Juan de Guadalupe C. Manuel Mesta AdameMapimí C. Carlos CárdenasLerdo y Gómez Palacio C. Urbano LunaTepehuanes y Guanaceví C. Lic. Enrique Olvera

No se realizaron elecciones en los distritos de El Oro, Indé, Mez-quital y Santiago Papasquiaro. Por tal razón el congreso local emi-

Los anales de Durango (1900-1930)

205

tió una nueva convocatoria para esos distritos, fijándose el día 13 de octubre para las elecciones. Ese día únicamente se realizaron los comicios en El Oro y Santiago Papasquiaro. En el primero re-sultó electo el Sr. Mariano Campillo, y en Santiago Papasquiaro, el Sr. Jesús Enríquez, como diputado propietario y como suplente, el Sr. Lic. Lorenzo Gámiz. En Indé y El Mezquital se convocó a nuevas elecciones.

Con toda la sabiduría del mundo y con gran experiencia, Don Porfirio afirmaba que en México debíamos hacer poca política y mucha administración. Ahora los revolucionarios, para llevarle la contraria a Don Porfirio, hacían mucha grilla y poca administra-ción. No había año sin elecciones y las más conflictivas eran las municipales que se hacían cada año. Total que Durango vivía en una guerra electoral permanente.

El 4 de octubre la Legislatura convocó a elecciones para elegir a los munícipes que deberán entrar en funciones el año de 1919; las elecciones se realizarían el primer domingo de diciembre. Cuando Don Domingo firmó este decreto, se le “enchinó el cuero”, pues era como abrir la caja de pandora: surgía un torbellino de proble-mas y conflictos estériles y baladíes. Si la pasión que le despierta la política al mexicano, se la despertara el trabajo productivo, México sería otra nación.

En el municipio de la capital resultaron electas las siguientes personas:

Propietarios: Suplentes:

1o C. Antonio P. Pérez 1o C. Gilberto Fragoso2o C. Arreola 2o C. Antonio Montelongo3o C. Lorenzo Gámiz 3o C. Jesús Mendiola4o Dr. Fernando G. Palacio 4o C. Diego González5o C. Pedro Solano 5o C. Pablo M. Hernández6o C. Luis E. Duarte 6o C. Marino Castrellón7o C. Ing. Celestino Simental 7o C. Prof. Melitón Rentería8o C. Pedro Olivas 8o C. Amador A. Ávila9o C. José Ma. Saucedo 9o C. Dionisio Rodríguez10° C. José Ma. Mendoza 10° C. Enrique Murga11° C. Prof. Lisandro Ávila 11° C. Alberto Salas12° C. Carlos García 12° C. Agustín Gurrola

206

13° C. José R. García 13° C. Lázaro Enríquez14° 14° C. Anastasio Cisneros15° C. Ricardo Camacho 15° C. Agustín de la Vara

En Gómez Palacio hubo conflictos, por tal razón el Ejecutivo del Estado tuvo que emitir el siguiente decreto:

“Que teniendo en consideración que con motivo de las eleccio-nes verificadas en el municipio de Gómez Palacio de esta entidad federativa, se pidió la nulidad de ellas al Congreso del Estado, sin que hasta la fecha este alto cuerpo haya resuelto de una mane-ra definitiva las solicitudes; haciendo uso de la facultad que me concede el artículo 49 de la Constitución Política del Estado; y con apoyo además en lo dispuesto por el decreto número 36 expedido por la H. Legislatura con fecha 26 de diciembre de 1918, he tenido a bien expedir el siguiente.

DECRETO:

Artículo 1o.- Son miembros de la junta provisional de Gobierno de la municipalidad de Gómez Palacio, los ciudadanos siguientes:

Antonio E. Martínez Manuel QuinteroJesús M. Chávez Atanasio GallegosMarcos Andrade Agustín AnchondoJosé Regalado Melesio CampaJesús López Ruiz Alberto Sánchez Gregorio Badillo.

En Lerdo por las mismas circunstancias, el Gobernador del Esta-do, tuvo que designar una junta provisional de Gobierno, la cual se conformó con las siguientes personas:

Juan Sánchez Jesús R. RíosIgnacio Martínez Gregorio MorenoJuan C. Castillo Faustino MartínezFilemón Arce Manuel NavarreteFrancisco Martínez Vicente Verdugo Jesús Navarro.

En Durango no sabíamos hacer elecciones; los políticos no sa-

Los anales de Durango (1900-1930)

207

bían hacer política electoral y el pueblo no sabía votar, ni sabía para qué servía el voto y las elecciones; necesitábamos pan y escuelas antes que urnas y votos; pero en fin, había que caminar y aprender sobre la marcha, ese difícil proceso que es la democracia.

Este año se declararon nulas las elecciones en más del 50% de los municipios y por ende el Gobernador nombró juntas provisio-nales de gobierno en: Gómez Palacio, Lerdo, San Dimas, San Pedro del Gallo, San Luis del Cordero, Canatlán, El Oro, Indé, Peñón Blan-co, Mezquital, Pueblo Nuevo, Topia, Pedriceña, etc. etc.

LA GUERRA ES LA PROLONGACIÓN DE LA POLÍTICA

Lo que en principio fue bandolerismo y después orozquismo, hoy era villismo, con el agravante de que la fuerza telúrica del cen-tauro era más fuerte y convulsiva. Francisco Villa se identificaba plenamente con el pueblo pobre, con los campesinos de Durango, pues no por nada Villa era de estas tierras y las masas lo sentían como uno de los suyos y lo protegían en contra del gobierno.

El villismo se arraigó fuerte en Cuencamé, Peñón Blanco, San Juan del Río, Rodeo, Indé, Hidalgo y Ocampo. De ahí surgieron como un trigal una multitud de rebeldes a quienes la prensa lla-maba cabecillas. Cobraban fama, entre otros, Galaviz, que ya tenía rato en estos menesteres; Canuto Reyes, Loreto Gutiérrez, Grego-rio Carreón, Lorenzo Ávalos, Marcial Ortiz, Lucio Contreras, Apolo-nio Hernández, Alberto Jiménez, Manuel Ortiz, Pedro Blanco, Gre-gorio López, Pablo Sosa, Genaro López, Rodrigo Gómez, Francisco Mendoza, Anastasio Meraz, y Ángel Méndez.

Los villistas ocuparon y asaltaron una multitud de pueblos, tre-nes, etc., atacaron el pueblo de Tapias, las fábrica de La Constan-cia, La Parrilla; asaltaron el tren de Cañitas a la altura de La Parrilla, el de Tepehuanes en la Estación de Pinos, donde fue volado con dinamita, el de Llano Grande a la altura de la Estación de Ciénega de Codornices; ocuparon, Canatlán, Indé, San Juan del Río; esceni-ficaron un combate en Tepehuanes entre 800 villistas y las fuerzas federales al mando del Gral. Joaquín Amaro; atacaron la Estación Gabriel, El Oro, Santa Clara, Estación La Noria, Santa Catalina, Pe-ñón Blanco, El Arenal, Navacoyán, San Lorenzo Calderón, Súchil, San Juan Bautista, Hacienda del Capulín, El Mezquital, Temoaya,

208

Nombre de Dios, Tapona, Tejámen, Hacienda de Dolores, Hacienda de la Ferrería, Hacienda de Menores, Ojos Azules, Santa Rosa, Es-tación Carpinteros, donde el tren fue dinamitado; la Hacienda de la Zarca, Peñón Blanco, Tamazula, Muleros y Hacienda de Ramos.

En Durango el villismo estaba vivo y era una amenaza constante para el Gobierno; por ello concentraron en el Estado a los mejo-res Generales de la época: Joaquín Amaro, Francisco Murguía y a Agustín Castro. El Gobierno le tenía miedo a Villa.

En aquellos lugares que se habían distinguido por su rebeldía, como Cuencamé, Peñón Blanco y Rodeo, los militares ordenaron la concentración de todos los pobladores en un solo centro urbano. En el municipio de Cuencamé, todos los campesinos de la región deberían concentrarse en la cabecera municipal, lo mismo en Pe-ñón Blanco y en Rodeo. Los campos se quedaban solos y las fami-lias campesinas sufrían por este traslado masivo.

LOS FERROCARRILES

Este año por fin se inauguró la línea de ferrocarriles de Duran-go a Cañitas. Con este medio Durango se puso en comunicación con el centro del país; claro aunque en forma colateral y haciendo escala en la Estación de Cañitas, para poder abordar el ferrocarril central. 30 años tardamos en lograr la comunicación ferrocarrilera para la capital de la República; es la ventaja que nos llevan otras entidades.

Domingo Arrieta declaró la caducidad del contrato celebrado entre el Gobierno del Estado y el Sr. Francisco Neugebauer, el día 29 de enero de 1910, respecto a la construcción del ferrocarril Te-pehuanes-Guanaceví. El Gobierno se adjudicó los mil pesos que el citado señor había depositado en el Banco de Durango, para ga-rantizar el cumplimiento del contrato. El Gobierno ganó mil pesos, pero perdió millones; sin embargo, el pueblo no perdía las espe-ranzas en la construcción de esa vía de comunicación. No la pierde aún, al igual que alienta la construcción del ferrocarril a Mazatlán.

Los anales de Durango (1900-1930)

209

LA IGLESIA Y OTRAS COSAS

El Gobierno Federal, con un jacobinismo trasnochado, no perdía de vista a la Iglesia, frecuentemente enviaba a los gobernadores formatos y requerimientos para que mandaran información sobre la Iglesia Católica en el Estado. El número de templos, sacerdotes, población a quien daban servicios, etc. El Gobierno veía a la Iglesia como su enemigo. Sea por Dios.

Don Domingo Arrieta, con un sentido pueblerino, realizaba obras que no le repercutieron en el presupuesto. Por ello declaró pueblos libres a lo que antes era Estación Catalina y ahora lo bau-tizaba como Villa Ignacio Allende; el pueblo de Sauces de Salinas, de aquí en adelante se llamaría Villa Ignacio Ramírez; la población de Saucillos, Villa Juan Hernández y Marín. Estos actos costaban poco, algo de esfuerzo y tiempo, unas tijeras, un listón y además se convivía con el pueblo y en especial Don Domingo recreaba el ojo y el espíritu con la belleza de las hembras de la región.

LA TIERRA: POR LA LEY O POR LA FUERZA

El problema de la tierra volvía a estar en el centro del escena-rio político. Ahora no eran poderosos los que buscaban terrenos, como en tiempos de Don Porfirio. Eran los campesinos los que pe-dían y obtenían tierra. El año anterior el Gobierno había dotado de 1,755 has. a los campesinos de Villa Juárez municipio de Lerdo. Este año por mandato del Gobierno Federal se dotó a mil campesi-nos de Bermejillo de 1,755 hectáreas.

Igualmente este año de 1918 se dotó a los combativos campe-sinos de Ignacio Ramírez de 3,511 hectáreas, las que se tomaron de las haciendas de Santa Catalina y de Tapona. Y a los del pueblo del Arenal municipio de la capital, se les otorgó 1,775 has. para lo cual se afectó las haciendas de San Lorenzo del Aire y El Registro, propiedad de los Sres. Felipe G. del Palacio y Manuel Pérez Gavilán respectivamente.

El Sr. Gobernador, don Domingo Arrieta, acudió personalmente a Bermejillo, Ignacio Ramírez y al Arenal a dar posesión de la tierra a los campesinos y después a compartir con ellos el pan y la sal.

210

Don Domingo tuvo los pantalones suficientes para emitir la Ley de Tierras Ociosas. Por esta Ley los campesinos podían tomar po-sesión de las tierras de cultivo y de agostadero que no utilizaran los hacendados. Como muchos terratenientes estaban ausentes, y otros no tenían ganas de cultivar sus tierras, de hecho los campesi-nos podían apoderarse de la tierra que necesitaran. La promulga-ción de esta ley provocó gran escándalo en el Estado.

La Ley Federal de Tierras Ociosas fue promulgada por el Presi-dente, Adolfo de la Huerta, el 23 de junio de 1920. Mientras que la Ley de Tierras Ociosas de Durango se emitió el 18 de junio de 1918; por lo que podemos afirmar que esta ley fue una de las pri-meras en la República.

Los anales de Durango (1900-1930)

211

1919: OBREGÓN VS CARRANZA(Los amigos se vuelven enemigos)

LOS LABERINTOS DEL PODER

Después de no hacer elecciones por muchos años, ahora quería-mos hacerlas todos los días. La Ley Electoral local del 13 de diciem-bre de 1917 establecía que los poderes municipales se elegirían el primer domingo de diciembre de cada año. Así es que cada año había elecciones; pero como no se hacían como lo ordenaba la ley, o por simple interés o conflicto, se declaraban nulas y se decre-taban nuevas elecciones. En algunos municipios se hicieron tres elecciones en un año.

De las elecciones municipales efectuadas en diciembre de 1918, en 32 municipios fueron declaradas nulas; por tal razón se convo-có a nuevas elecciones para el 16 de febrero de 1919. Estos mu-nicipios eran los siguientes: Gómez Palacio, Lerdo, San Pedro del Gallo, San Luis del Cordero, Canatlán, El Oro, Indé, Peñón Blanco, Santiago Papasquiaro, Mezquital, Pueblo Nuevo, Topia, San Dimas, Guanaceví, Pedriceña, San Juan de Guadalupe, Otáez, Canelas, San Bartolo, Coneto, Rodeo, Santa Clara, Ocampo, Copalquín, San Andrés-Victoria, Durango Capital, etc.

En estas circunstancias, el ejecutivo del Estado designaba una junta provisional de Gobierno Municipal, para que se hiciera cargo de cada uno de los Ayuntamientos de referencia.

El 16 de febrero se efectuaron nuevas elecciones municipales. En algunos se volvieron a declarar nulas y se repitieron los comi-cios el 16 de marzo. Hubo municipios en que nuevamente se hicie-ron mal las elecciones y siguieron con sus juntas provisionales de gobierno. Todo este ambiente electorero enardecía las pasiones hasta de los muertos pues en los municipios, el pueblo siente más suyas las elecciones ya que el resultado de las mismas le afecta o le desafecta en forma directa y concreta.

212

Una muestra de cómo se realizaban los comicios es el caso del municipio de Santiago Papasquiaro. El día 9 de enero se declaró la nulidad de las elecciones se convocó a una nueva jornada elec-toral para el mes de febrero y mientras tanto se designó una jun-ta provisional de gobierno; dicha Junta la encabezaba el Sr. José Guadalupe Rico y como cuarto vocal aparecía el Sr. Sotero Ruiz. Al realizarse de nuevo las campañas electorales hubo varios candi-datos, uno de ellos era el Sr. Manuel Salas, nominado por el club político “Valentín Gómez Farías”. El Sr. Salas presentó a la junta computadora un escrito de protesta de nulidad de las elecciones, donde afirmaba que el Sr. Sotero Ruiz, aprovechando el cargo en la junta de gobierno, ejerció presión sobre los empleados subal-ternos y hostilizó a los principales miembros y propagandistas del “Club Gómez Farías”, amenazándolos por medio del comandante de policía; a otros les clausuró sus comercios o les impuso mul-tas sin motivo alguno. Al Sr. Manuel Salas, lo metió a la cárcel por varios días. Al final del proceso, la Legislatura del Estado, declaró presidente municipal al Sr. Sotero Ruiz.

Esta muestra no era un hecho singular, era la media del proce-so. En otros municipios las elecciones tomaban ribetes virulentos o trágicos. Especialmente en La Laguna, en donde el componente morisco y trashumante en la estructura social, los hace muy pro-clives al mitote y a las bravatas. Los laguneros traen el conflicto en los genes.

La agitación electoral, unida al bandolerismo y al villismo, crea-ban un ambiente inestable y de desconfianza. Y por si fuera poco, a principios de año se empezaron a agitar las aguas con motivo de la sucesión presidencial.

El 15 de enero, el presidente Venustiano Carranza publicó un manifiesto en donde expresaba que aún era muy temprano para empezar las campañas electorales, con miras a sucederle en la presidencia. Afirmaba, con razón, que las campañas crean agita-ción, descontento y desunión, máxime en un país como el nuestro que carecía de educación y experiencia electoral y que estaba en la postrimería de una guerra civil, donde apenas se empezaban a calmar los ánimos. Don Venustiano exhortaba a los presuntos can-didatos a que pospusieran los trabajos electorales.

Pero este llamamiento produjo el efecto contrario. A Obregón

Los anales de Durango (1900-1930)

213

y sus generales, les parecían muy largos los tiempos electorales. Además, el manco y Don Venustiano se habían conocido amplia-mente y sabían cuáles eran los puntos fuertes y débiles de uno y de otro. Y cada cual quería llevar a su terreno al enemigo. Dicen que dos leznas no se pican, y es cierto, siempre y cuando no sean leznas políticas. Y Carranza y Obregón eran eso y más.

Poco a poco se fueron conformando las corrientes políticas; los carrancistas se aferraban al garlito de Don Venustiano de pro-mover un candidato civilista, que en buen romance querría decir antiobregonista. En Durango el impulsor de esta corriente era el Sr. Gobernador, su secretario general de gobierno, Sr. Lic. Joaquín Moreno, los diputados federales, José Ignacio Mena y Antonio Gu-tiérrez, y todos los adherentes del poder.

En Durango no hubo obregonistas, salvo algunas individualida-des sin fuerza social, como Everado Gámiz, Pedro Solano y Reyes Pimentel.

A la sucesión presidencial se juntaba la del Gobernador del Estado, elemento que exacerbaba más las pasiones políticas. Se mencionaba como precandidatos a Gobernador, a los Sres. Maria-no Arrieta, Felipe Pescador, J. Agustín Castro y Lic. Alberto Terro-nes Benítez.

Ambos grupos realizaban gran actividad en todo el Estado for-mando partidos, clubes, asociaciones, etc. Las declaraciones en los medios nacionales, tanto de Obregón como del general Pablo González, del Presidente Carranza y de los líderes de los partidos nacionales, alentaban al máximo las corrientes con riesgo de con-vertir el antagonismo verbal en un conflicto armado.

A partir de agosto se incrementó la actividad electoral. Ope-raban en el Estado los siguientes partidos: el Liberal Constitucio-nalista, el Nacionalista, el Anti-reeleccionista; el Liberal Laborista Durangueño, el Liberal Revolucionario Durangueño, el Liberal Juan Hernández y Marín. Los tres primeros eran los más fuertes; el pri-mero y el segundo eran obregonistas y el tercero carrancista.

La publicación, a mediados de septiembre, de la convocatoria para las elecciones municipales en toda la entidad, fue la voz de

214

arranque de la contienda política. Los carrancistas y los obregonis-tas desarrollaron gran actividad para conquistar el mayor número de espacios municipales; la contienda, de por sí apasionada, esta vez llegó al paroxismo. Candidatos golpeados, encarcelados, las autoridades personalmente o por interpósita persona, hacían pro-paganda por tal o cual candidato. Claro que el poder pare poder, y Don Domingo movía sus hilos y sus influencias a través de las autoridades municipales, que eran las encargadas de conformar las autoridades electorales.

Por cierto que los carrancistas o arrietistas, utilizaron por pri-mera vez el distintivo tricolor, colores nacionales o de la bandera, lo que originó las protestas de la oposición.

En la mayoría de los municipios hubo conflictos. En Lerdo, el candidato oficial a la Presidencia, Sr. Jesús Ríos obtuvo 360 votos, contra de 345 del obregonista Luis Gutiérrez y 227 de Francisco Martínez; sin embargo la Junta Computadora le dio el triunfo al Sr. Luis Gutiérrez.

En Durango, el candidato oficial, Sr. Juan B. Solís le ganó al obre-gonista Sr. Everardo Gámiz. El Sr. Solís obtuvo 1,358 votos y el Sr. Gámiz 1,123; el Sr. Montelongo, 848 y 176 del Sr. Vicente Treviño. El Sr. Pedro Solano, que era Presidente Municipal de la capital y jefe de la junta computadora electoral, se volvió obregonista y se dio a la tarea de nulificar casillas. Los principiantes a demócratas aprendían rápidamente los trucos y mañas para ganar a fortiori.

Las elecciones municipales eran un real y verdadero pandemó-nium. En algunos no se hicieron elecciones, en otros se violó la ley, el caso es que el ejecutivo tuvo que nombrar juntas provisionales de gobierno en los siguientes municipios: el de la capital, Gómez, Lerdo, Mapimí, Canatlán, San Juan de Guadalupe, Nombre de Dios, Pedriceña, Nazas, San Dimas, Poanas, Santiago Papasquiaro, San-ta Clara, Copalquín, El Oro, Coneto, Otáez, Pueblo Nuevo, Súchil, Villa Ocampo, Villa Hidalgo, Victoria. Como puede usted ver, Don Porfirio tenía razón, el pueblo no estaba preparado para vivir en la democracia. Él lo sabía muy bien, pues duró 30 años haciendo elecciones simuladas, y éstas le salían ad-hoc.

La junta provisional de gobierno en el municipio de la capital la encabezaba el Sr. José María Martínez; en Gómez Palacio, el Sr.

Los anales de Durango (1900-1930)

215

Benito Rubio y en Lerdo, Calixto Barboza.

LA TIERRA POR LA LEY O POR LA FUERZA

El monopolio de la tierra fue el principal motivo para que los campesinos se levantaran en armas. En un acto de justicia los go-biernos revolucionarios repartían tierras a los agricultores de Du-rango. Inmediatamente que se conoció la Ley Agraria de 1915, los campesinos iniciaron sus trámites para obtener tierras. Este año se dotó a cuatro pueblos: a Muleros o Vicente Guerrero se le adjudi-caron mil has., resultando beneficiados 836 ejidatarios; la tierra se tomó de las haciendas: El Ancón, Santa Bárbara, El Molino, La Luz y Morteros.

A la congregación de Contreras (localizada a 10 kms. de Dgo.) se le adjudicaron 500 has. que fueron tomadas de las haciendas de Navacoyán y Dolores. Al pueblo de San José de Gracia del munici-pio de Canatlán se le otorgaron 1,755 has. Para ello se afectaron las haciendas: La Sauceda, Santa Lucía, Predio de los herederos del Sr. Tomás Chávez y del potrero Los Nogales.

Al nuevo pueblo de Villa Madero se le adjudicaron mil hectá-reas, que se tomaron íntegramente de la Hacienda La Tapona.

El Sr. Gobernador acudió a todos los pueblos beneficiados al momento de darles posesión. Don Domingo tenía autoridad mo-ral para estar presente, había luchado por la tierra arriesgando su vida, se la había jugado con el pueblo, porque era pueblo y a la hora de este pequeño triunfo compartía con ellos “las maduras”.

Otra forma rápida de ocupar tierras fue a través del procedi-miento que establecía la Ley de Tierras Ociosas que consistía en denunciar ante las presidencias municipales, las tierras de labor que no se cultivaran o las de agostadero que no se utilizaran. Como los hacendados no cultivaban todas su grandes extensiones, ni te-nían ganado para apacentar en sus grandes heredades, práctica-mente todas la haciendas del Estado eran susceptibles de ser de-nunciadas parcialmente como tierras ociosas. El denunciante tenía derecho a sembrarlas nada más un año y la obligación de entregar una parte de la cosecha o frutos que tuviera como si fuera apar-

216

cero.

Muchos hacendados vieron con impotencia que sus tierras eran ocupadas por ociosas; las haciendas de Avilés, Saucillo, Catalina, el Rayo, Tapona, Chinacates, etc., se vieron envueltas en litigios y luchas agrarias por la ley de tierras ociosas. Porque además los campesinos le agarraban cariño a la tierra y ya no querían desocu-parla en el término que fijaba la ley.

Muchos pueblos, al ver que el Gobierno les había dado tierra a los campesinos de Villa Juárez, Bermejillo, Ignacio Ramírez, etc., se entusiasmaron y empezaron a llover solicitudes a la Comisión Lo-cal Agraria. Por el campo corrían las noticias y los pueblos empren-dían con entusiasmo y coraje las luchas agraristas en el Estado. El campo se veía envuelto en nuevas agitaciones por la tierra.

UN GOBERNADOR REFORMADOR

El gobierno revolucionario de Don Domingo Arrieta procuró po-ner al día, o más bien emitir nuevas leyes para la nueva situación que se estaba viviendo. Promulgó una Ley de Hacienda, una Ley Orgánica de la Enseñanza Primaria, una Ley de Patrimonio Familiar y una Ley de Armas.

El 24 de octubre de 1919, el Gobernador Domingo Arrieta pre-sentó al Congreso del Estado un proyecto de la Ley del Trabajo que contenía los siguientes capítulos: del contrato del trabajo; de los derechos y obligaciones de los patrones y trabajadores; de las ho-ras de trabajo y del descanso obligatorio; del salario; de los talleres de industria privada, del aprendizaje, del reglamento del taller; de las huelgas y paros; de los sindicatos de patrones y obreros; de las juntas de conciliación; de los inspectores técnicos; de los acciden-tes de trabajo; de los trámites y procedimientos en las juntas de conciliación; disposiciones generales.

Uno de los principales asesores de esta ley fue el Sr. Don Sil-vestre Dorador y aunque la Legislatura no la discutió ni la aprobó, porque se vinieron los conflictos de la sucesión presidencial, más tarde en 1922, durante la administración de Agustín Castro, esta ley sería promulgada con ligeras modificaciones.

Los anales de Durango (1900-1930)

217

El gobierno de Don Domingo atacaba o atendía el problema de la tierra, del trabajo y el de la educación; tres aspectos fundamen-tales de la sociedad. Para ser un hombre de extracción humilde y sin educación formal, Don Domingo no hacía mal papel como gobernante; además, tuvo el gran mérito que no utilizó el poder para hacerse rico, como sería más tarde lo normal entre los gober-nadores. Don Domingo nació pobre, vivió pobre y murió pobre, pero inmensamente rico de vivencias y satisfacciones, propio del hombre que vive a plenitud y realizado. Tuvo sus pecadillos de fal-das, pero eso, como él mismo decía, “ya depende de la suerte de cada quien”.

PARA RECORDAR LAS COSAS PEQUEÑAS

A iniciativa del Gobernador, el 24 de junio, la Legislatura ratifi-caba el decreto donde se declaraba unidos en un solo municipio, el de Lerdo y Gómez Palacio. La nueva entidad se llamaría Francisco Zarco. La capital se construiría en la zona intermedia entre ambos municipios, que eran propiedad de la compañía de Tlahualilo. Este proyecto no prosperó por el gran chillerío que escenificaron los laguneros. Hoy vemos que la realidad hizo, lentamente, lo que el hombre podía haber hecho con mayor rapidez. La pasión no deja ver la realidad y los laguneros son muy apasionados.

Como estaban reorganizando la Dirección General de Catastro, esta dependencia emitió el 24 de septiembre de 1919, una tabla de los valores catastrales que resulta interesante observar.

Tarifa de los valores de la unidad de superficie en el Estado de Durango, aprobada por los miembros de la sección de capital rús-tico, en agosto de 1917.

PARTIDOS RIEGO TEMPORAL AGOSTADERO

Durango $160.00 $70.00 $4.00Mapimí $250.00 $30.00 $2.00Cuencamé $140.00 $80.00 $4.00Nombre de Dios $130.00 $50.00 $3.00San Juan del Río $130.00 $60.00 $3.00Nazas $150.00 $50.00 $4.00San Juan de Guadalupe $150.00 $80.00 $4.00

218

Para apreciar en su justa dimensión estas cantidades, tomemos el valor del dólar como referente. Esta unidad monetaria se cotiza-ba en 1910 a $2.08; en 1914 a $4.36; 1915 a $11.15; 1916 fluctúo de $40.00 a $100.00. En 1917 bajó a $1.79; en 1918 se cotizaba en $1.85; en 1919 a $1.98; en 1920 a $2.00. Las monedas son muy sensibles a la inestabilidad. Son un buen termómetro que no de-bemos perder de vista.

El gobierno de Don Domingo ponía interés en alentar la produc-ción. A principios de año gestionó directamente en la empresa de ferrocarriles, para que la Compañía Minera de Asarco le propor-cionara los carros que necesitaba con urgencia para normalizar los trabajos en las minas y fundiciones de Velardeña.

Igualmente el Gobernador convocó a postores para la instala-ción de una planta generadora de luz eléctrica para la ciudad de Durango. Con vehemencia les comunicaba a los presidentes mu-nicipales que debían reorganizar y poner a funcionar en cada mu-nicipio, las juntas de mejoras materiales. Les hacía ver que esos organismos eran indispensables para involucrar al pueblo en la re-construcción de las ciudades y pueblos.

El Poder Judicial es otro poder como el Ejecutivo y el Legislativo. Y si como dice la Constitución, todo el poder dimana del pueblo, es lógico y ajustado a la Constitución que los integrantes de los tres poderes sean electos por el pueblo.

En la Constitución local de 1857 los magistrados eran electos por los ciudadanos y los jueces se elegían en forma indirecta por el Congreso del Estado erigido en Colegio Electoral.

En la Constitución Federal de 1857, los ministros de la Supre-ma Corte también se elegían por el pueblo. En la Constitución de 1917, se estableció la elección indirecta, donde intervenían las Le-gislaturas de los Estados, proponiendo candidatos a ministros de

Mezquital $100.00 $30.00 $2.00San Dimas $100.00 $30.00 $2.00Santiago Papasquiaro $120.00 $40.00 $3.00Tamazula $100.00 $30.00 $2.00Indé $120.00 $60.00 $3.00El Oro $120.00 $50.00 $3.00

Los anales de Durango (1900-1930)

219

la Suprema Corte, previa elección en su seno. Después el Congreso de la Unión hacia la elección de entre los candidatos propuestos por las Legislaturas de los Estados. Estos antecedentes es bueno recordarlos, para saber de qué tamaño es nuestra democracia o nuestra dictadura.

LA POLÍTICA POR OTROS MEDIOS

El villismo seguía siendo un problema serio en la entidad. En su informe de Gobierno, el General Arrieta confesaba que esta-ban fuera de dominio del poder público, los municipios de Rodeo, Coneto, Ocampo, Hidalgo, Indé y San Bernardo, lo que en buen romance quería decir que esos municipios se encontraban bajo el control del villismo.

Los bandoleros villistas tomaron un receso durante los prime-ros cinco meses de este año de 1919; pero de junio en adelante intensificaron los asaltos, secuestros, correrías, etc.

Del mes de junio a diciembre, los villistas tuvieron varios en-cuentros con las fuerzas gobiernistas, de los cuales se pueden mencionar los siguientes: Indé, El Oro, Rancho de San Francisco, en Los Sauces municipio de Canatlán, en San Bartolo, en la Sierra de la Ochoa, en la Breña, en Cuencamé (27 Junio), en el puerto de Las Burras cerca de Pedriceña, en la Estación El Chorro, Cienegui-lla, Pánuco, Avino, rancho El Barranco, municipio de Rodeo, en Los Encinos, municipio de San Juan del Río, Carpintero, municipio de Nombre de Dios, Labor de Guadalupe, en la Hacienda del Ojo, San Dimas, Ignacio Ramírez, Sierra de Gamón y San Lucas de Ocampo.

Durante ese mismo período los villistas asaltaron los siguien-tes pueblos o rancherías: San Juan del Río, El Vergel, Cuencamé, Hacienda de Navacoyán, San Lucas de Ocampo, Mineral del Pro-montorio, San Luis del Cordero, Mineral de Ternera, municipio de Cuencamé; Hacienda Santa Isabel, San Bartolo, Tejámen, Estación Labor, San Juan de Guadalupe, Rancho Los Temporales municipio de Santiago Papasquiaro y Navacoyán. Merece especial mención la ocupación de Canatlán por los villistas el día 30 de agosto, así como el ataque a la ciudad de Durango el día 2 de septiembre, que a decir del mismo Gobernador en su informe, tuvieron la osadía de

220

llegar hasta las “goteras” de la ciudad.

Con esta incursión, Villa les dio un buen susto a los gobernantes y a los notables de la ciudad. Si hubiese tomado la ciudad, posible-mente se hubieran reconciliado Carranza y Obregón, que a estas alturas ya andaban con los cuchillos en las manos.

Muy lamentable fue sin lugar a dudas el hecho de haber dina-mitado el tren de pasajeros de la ruta Durango-Cañitas; el atenta-do tuvo lugar por el rumbo de La Breña.

Como puede verse, el villismo no estaba derrotado, por ello el Gobierno Federal mandó a Durango a los generales Manuel M. Diegues, Cesáreo Castro, J. Agustín Castro y Miguel Laveaga.

Junto con Villa aparecían los nombres de una multitud de “ca-becillas,” que andaban sin bandera expresando su rebeldía. La prensa mencionaba los siguientes: Lorenzo Ávalos, Lucio Contre-ras, Jesús y Eufemio Galaviz, David Rodríguez, Ángel Méndez, Ro-berto Jamesson, Carlos Sánchez, Vicente Orozco, Carlos García, Fé-lix Calderón, Florencio Alcalá, Eugenio Acevedo, Rosalío Jiménez, Anastasio Meraz, Jesús Nájera, Martín López, Gregorio Carreón, Francisco Torres, Salomé Fernández, Camilo Soto, Andrés Ramírez, José Solís, Tomás Sosa y Valentín Herrera.

Además de los municipios que estaban bajo el poder del villis-mo, había otros donde el control del Estado era muy débil y los bandoleros entraban como a su casa y las mismas autoridades lo reconocían; entre otros, se pueden mencionar los siguientes muni-cipios: San Juan de Guadalupe, San Bartolo, Santa Clara, San Juan del Río y Guanaceví.

Los anales de Durango (1900-1930)

221

222

Lic. Francisco Gómez Palacio.Diputado constituyente por Durango

Los anales de Durango (1900-1930)

223

Las elecciones

Ruinas de la Hacienda de la Estanzuela

224

Desfile

Revolucionarios de Tamazula. Herculano de la Rocha y su hija

Los anales de Durango (1900-1930)

225

La acordada

El pueblo se levanta por pan, libertad y tierra

226

La muerte llegaba en tren

En la Hacienda de Tapona se ahorcaba a los rebeldes

Los anales de Durango (1900-1930)

227

TERCERA DÉCADA:

EL PILLAJE

1920: EL CUARTELAZO

LOS LABERINTOS DEL PODER

En el régimen del Gral. Domingo Arrieta, las elecciones eran libres. Ni en 1912 se practicó la democracia como en el período arrietista. Claro que había conflictos, porque no teníamos noción lo que era la democracia. Las autoridades electorales no sabían hacer elec-ciones, siempre cometían errores, las hacían un día antes o un día después del señalado. Los electores no sabían votar, ni tenían idea para lo que servía el voto. Los candidatos por su parte no sabían perder. Todos necesitaban aprender a vivir en la democracia y para ello se requería practicarla, como el niño que primero gatea y se sirve de andaderas para aprender a caminar y después a correr. La democracia no se crea por decreto, se construye en un largo pro-ceso de ensayo y error.

De las elecciones municipales efectuadas el dos de noviembre, más del 50% fueron declaradas nulas y esos municipios se gober-naron por juntas municipales provisionales, que nombraba direc-tamente el ejecutivo del Estado.

Los comicios extraordinarios se efectuaron en el mes de febrero del 1920 y algunas se hicieron bien y no hubo protestas ni recla-maciones. Pero en otras los órganos electorales no se integraron debidamente o hubo objeción al proceso y se declararon nulas una vez más.

En el municipio de la capital, el presidente de la junta provisio-nal simplemente no hizo absolutamente nada por convocar a los integrantes de los órganos electorales y los candidatos se queda-ron como el chinito: “nomás milando”. Claro que el presidente pro-visional, Sr. José María Martínez, tuvo que afrontar una demanda judicial, pues le acusaron de que no había hecho elecciones para

228

seguir indefinidamente ejerciendo el cargo. Total que para el mes de junio, algunos municipios todavía andaban haciendo elecciones extraordinarias para elegir las autoridades municipales que ejerce-rían el mando por seis meses.

Como si esta situación no fuera suficiente, este año se efectua-ron cuatro procesos electorales. El once de julio se hicieron elec-ciones para elegir al Gobernador del Estado y diputados locales. Después, el primero de agosto, el pueblo eligió a senadores y di-putados federales. El cinco de septiembre se hicieron otras elec-ciones para elegir al Presidente de la República. Y por fin el siete de noviembre se realizaron las elecciones municipales. El pueblo vivía en elecciones permanentes, como si anduviera jugando a los encantados.

Durango, como todo el país, vivía momentos torrenciales, Ca-rranza y Obregón se disputaban la jefatura de la revolución y con ello el poder político de la república. En provincia se repetía como un eco, o una réplica en miniatura ese conflicto. Durango tenía un gobernador carrancista y la oposición no se volvió obregonista salvo raras excepciones.

Esta salvedad se llamó Everardo Gámiz Olivas y Pedro Solano que fueron los únicos duranguenses que se manifestaron abierta-mente por Obregón.

El 10 de febrero, un grupo de 17 gobernadores de los Estados, entre los cuales figuraba el de Durango, publicaron un manifies-to a la Nación, donde se comprometían a garantizar la libertad y la efectividad del sufragio y el orden público, para la transmisión pacífica del poder. Al mismo tiempo le daban todo su apoyo al Pre-sidente de la República. Carranza abría fuego.

Tanto Obregón en la República, como Agustín Castro en Duran-go, andaban en campaña electoral en busca del poder, por las bue-nas o por las malas. Obregón prefería esto último, pues sabía que en el juego político legal e institucional Carranza se lo comía con facilidad, pues no por nada se había doctorado en la universidad de la revolución. En cambio, en un conflicto a campo raso, el rey era otro, y si no lo querían creer, ahí estaba Villa, que no lo dejaría mentir; que de centauro de la revolución lo había convertido en un

Los anales de Durango (1900-1930)

229

simple cutral dedicado a las labores agrícolas.

La efervescencia era tal que todo mundo se olvidaba de traba-jar, de producir y no se hablaba de otra cosa que de política.

Durante el mes de marzo se intensificaron las campañas electo-rales. Se formaron varios partidos, pero los más significativos eran el Partido Nacional Democrático, que postulaba al Ing. Ignacio Bo-nilla para Presidente de la República y el Partido Liberal Revolu-cionario Durangueño, que era local, y que postuló al Gral. Agustín Castro para Gobernador del Estado. Se hablaba también del Parti-do Nacional Agrarista y del Laborista. Aquello era un revoltijo que muchas veces parecía una mojiganga y otras un simple sainete y muy pocas veces tomó el perfil de formalidad y decoro que la si-tuación requería, puesto que estaba en juego el destino de todo un pueblo.

Para el colmo de males, al general Mariano Arrieta le calenta-ron la cabeza, con la idea de que podía suceder a su hermano en el Gobierno, y se dejó llevar por el canto de las sirenas. Algunos tinterillos ambiciosos que sólo miraban su situación personal, pre-sionaron por todos los medios, hasta obligar a Don Domingo a que presentara un proyecto de reformas a la constitución local para facilitarle la sucesión a su hermano.

Este flanco fue aprovechado magníficamente por el Gral. Castro que lo convirtió en bandera de campaña. Gracias a esta pretensión de Mariano Arrieta, se dividió la Legislatura y el Gobernador se quedó en franca minoría.

Cuando Obregón decidió llevar el conflicto a las trincheras, al lanzar su plan de Agua Prieta el 23 de abril, los campos se deslinda-ron, unos y otros tomaron posesiones y posiciones. Movimientos de tropas, consultas, muñequeos, etc.

En estas condiciones, Don Domingo se veía envuelto en un con-flicto nacional. En este torrente, era poco lo que podía hacer en su entidad, para incidir en el proceso nacional. Había que dejarse llevar o brincar al carro del vencedor fuera cual fuera. En este con-flicto, Don Domingo demostró que era mal político. Pero en cam-bio mostró el perfil de un hombre de honor y de palabra, “hombre

230

de pelo en pecho”. Nadie lo pudo convencer para que se hiciera obregonista, cuando a estas alturas el obregonismo avasallaba. Don Domingo no le dio la espalda a Carranza y lo acompañó en su destino, y con un reducido grupo se internó en la sierra, a sus que-bradas. Mientras tanto los castristas celebraban el triunfo, pues habían ganado todo, menos el honor; exactamente lo contrario de Don Domingo.

El 14 de mayo, la Legislatura local nombró Gobernador interino al Sr. Gral. Enrique R. Nájera y el día 16, mediante resolución Le-gislativa expresó su adhesión al Plan de Agua Prieta. La legalidad reconocía a la ilegalidad. El 16 de mayo el Congreso del Estado convocaba a elecciones para elegir al Gobernador y a los integran-tes de la XXVIII Legislatura del Estado. Las elecciones se realizarían el día 11 de julio.

En este ambiente borrascoso y cuartelero, se celebraron las elecciones locales, que casi fue una junta entre familia. Para Go-bernador, como no había más que un candidato, ese fue el que ganó, aunque usted no lo crea. Así el general Agustín Castro culmi-naba una carrera azarosa que inició un 20 de noviembre de 1910.

Para la Legislatura del Estado fueron electas las siguientes per-sonas:

Distrito Diputado

Capital Dr. Fernando Gómez PalacioMezquital C. Prof. José Ignacio SotoSan Dimas C. Juan N. OchoaTamazula C. Evaristo PeredaEl Oro C. Jesús Salas BarrazaIndé C. Mariano CampilloNazas C. Urbano LunaNombre de Dios C. Prof. C. Everardo GámizSan Juan del Río C. Lic. Nicolás Martínez Q.San Juan de Guadalupe C. José Tovalín

Cuencamé C. Margarito MachadoTepehuanes y Guanacví C. Lic. Ramón Martínez

Mapimí C. Carlos Cárdenas

Los anales de Durango (1900-1930)

231

Santiago Papasquiaro C. Salvador Z. SaldañaLerdo y Gómez Palacio C. Lic. José J. Enríquez

Dentro de estos nuevos diputados se puede ver por el Distrito de El Oro al Sr. Jesús Salas Barraza. Joven inquieto que tendría una participación determinante en el asesinato de Francisco Villa. El manco o el azar empezaban a tejer sus redes.

De esta Legislatura se reelegían los C.C. Juan N. Ochoa, Mariano Campillo, Urbano Luna, Lic. Nicolás Martínez, Margarito Macha-do y Carlos Cárdenas. Todos ellos habían estado en contra de don Domingo Arrieta en la anterior Legislatura, haciendo labor de zapa y entorpeciendo el proceso legislativo. El patrón les pagaba sus servicios.

El primero de agosto, otra vez “el pueblo” iba a las urnas para elegir a sus representantes ante el Congreso de la Unión. Fueron electos los siguientes Candidatos:

Distrito: Diputado:1o Durango Lic. Manuel Ignacio Fierro2o San Juan del Río Lic. Lorenzo Gámiz3o Ciudad Lerdo Lic. Salvador Franco Urías4o Lic. Rodrigo Gómez5o Nombre de Dios C. Emilio Gandarilla6o Tepehuanes Liborio Espinoza Elens7o

Senador propietario: Sr. Severino CenicerosSenador suplente: Sr. Antonio L. Gutiérrez.

Nuevamente el 5 de septiembre, “el Pueblo” acudió a las urnas para elegir al nuevo Presidente de la República y como era candi-dato único ganó sin problemas el generalísimo Álvaro Obregón. Con tantas elecciones el pueblo tenía que aprender a votar a for-tiori. Aunque era una democracia con poco pueblo, ya vendrían tiempos mejores.

Políticamente fue también importante el hecho de que el Pre-sidente Interino de la República lograra la rendición del Gral. Fran-cisco Villa. El 28 de julio se firmó el convenio con el ex-centauro,

232

que de ahora en adelante sería un pacífico hacendado.

Apenas se estaban asentando las pasiones, cuando el 30 de sep-tiembre se publicó la convocatoria para las elecciones municipales que se efectuarían el 7 de noviembre. Aquél llamamiento público fue como picarle a un avispero, otra vez a lidiar con la democracia. Algunos pensaban que debería hacerse algo, pues creían que el Ni-gromante había tenido razón, cuando dijo que otorgar el derecho de votar a un pueblo analfabeto, era como darle sombrero a quien no tiene cabeza.

Para que se tenga una idea más completa de la nueva clase go-bernante, vamos a mencionar los triunfadores en las elecciones de algunos municipios.

MUNICIPIO DE LA CAPITAL

Propietario: Suplente:

1o Gral. Enrique R. Nájera 1o Prof. Rafael Valenzuela2o Jacobo Sifuentes 2o Amador Ávila3o Jesús Blanco Ayala 3o Hipólito R. Maldonado4o Ignacio C. Martínez 4o Juan Antonio Galván5o Juan F. R. Rodríguez 5o José María Ávila6o Prof. Alberto Hernández 6o Luis Veloz Castaños7o Adrián Flores 7o Dionisio Rodríguez8o José Antonio García 8o Lic. Julio Bermúdez9o Alejo García 9o Antonio Arreola10° Antonio Rosales 10° Juan Reyes Valles11° Alejandro Ibarra 11° Salvador Mendívil12° Antonio L. Cervantes 12° Guillermo de la Peña13° Miguel Aguilar 13° Clemente Ceniceros14° Benjamín García 14° José Herrera15° J. Natividad Cabrera 15° Ignacio Olea

MUNICIPIO DE GÓMEZ PALACIO

Propietario: Suplente:

1o Pablo Valenzuela 1° Gonzalo Estrada Rguez.2o Reginaldo Lara 2o Ezequiel Silerio

Los anales de Durango (1900-1930)

233

3o Lucio Torres 3o Marcial Casas4o Francisco Romero 4o Benjamín Arredondo5o José Rocha 5o Tomás Díaz6o Luis E. Moreno 6o Abelardo Gutiérrez7° Florencio V. Ramírez 7° Marcial Núñez8o Julián Moreno 8o Antonio Contreras9o Diego Méndez 9o José Reyes10° Luis Rodríguez 10° David Ibarra11° Román Gutiérrez 11° Juan Lozano

MUNICIPIO DE LERDO

Propietario: Suplente:

MUNICIPIO DE SANTA CLARA

Propietario: Suplente:1o Amador Carranza 1o Emilio Fraire2o Regino Jáquez 2o Gumersindo Aguilar3o Francisco Fernández 3o Abraham Cruz4o Zacarías Esquivel 4o Julián Vitela5o J. Paz Fraire 5o J. Cruz Zárate

LA TIERRA, POR LA LEY O POR LA FUERZA

Como los políticos andaban en conflictos, se les olvidó la cues-tión de la tierra. Este año no se dictó ninguna resolución presiden-cial dotatoria de tierras para el Estado de Durango.

1o Manuel Navarrete 1° Joaquín Franco2o Jesús R. Ríos 2o Julio Rangel3o Lic. Simón Gutiérrez 3o Francisco Fernández4o Francisco M. Martínez 4o Ignacio Viscarra5o Basilio C. Olmos 5o Anastasio Martínez6o Aristeo Bracho 6o Vicente Adame7° Juan Castillo 7o Gonzalo Molina8o Cruz C. Reyes 8o Gonzalo Oliver9o Alberto Soto 9o Indalecio Cueto10° Daniel García 10° Carlos Echávarri11° Jesús Silerio 11° Ascensión Ulloa.

234

Sin embargo, una vez en el poder local el Gobernador Interi-no, el general Enrique R. Nájera, inmediatamente despidió al pre-sidente de la Comisión Local Agraria y nombró en tal cargo a su pariente, el Sr. Enrique G. Nájera. Así mismo, el 21 de mayo emitió un decreto donde expresaba que en vista de los conflictos políticos en que se había involucrado el Estado, no se había dado tierra a los campesinos, y por lo tanto, autorizaba para que con base en las resoluciones de primera instancia, que hubiese dictado la co-misión, se otorgara la posesión provisional a los siguientes núcleos de población: Lerdo, Villa Ignacio Allende, San Atenógenes, Nazas, Tejámen, San Diego de Alcalá, (El Maguey), Ranchería, la Parrilla, Villa Guadalupe Victoria, Peñón Blanco, El Piltonte y Santiago Pa-pasquiaro.

No obstante lo anterior, los campesinos seguían haciendo soli-citudes de tierras, en Pueblo Nuevo, Nazas, Peñón Blanco, Cuen-camé, Pánuco de Coronado; en los llanos, las luchas agraristas co-menzaban y con ello nacía también la temible burocracia agraria. Por lo pronto, apenas tenía cuatro años de existencia y ya llevaba tres reglamentos. Porque de aquí en adelante en las catacumbas de la burocracia agraria, hasta para respirar había que hacerlo al tenor de un reglamento.

En este año se instaló en Durango una delegación de la Secreta-ría de Agricultura y Fomento.

El Sr. Adolfo de la Huerta, Presidente Constitucional substituto, con fecha 25 de junio de 1920, emitió la Ley Federal de Tierras Ociosas. Don Domingo Arrieta dos años antes había promulgado una Ley de esa naturaleza.

A los hacendados por fin se les ablandó el corazón y algunos cuantos pensaron en la conveniencia de fraccionar sus latifundios y venderlos en cómodas anualidades. Entre estos promotores es-taban los Martínez del Río, dueños de la Hacienda de Santa Cata-lina del Álamo. Entre la expropiación o venderlos al fiado, algunos consideraron conveniente esta última vía. Los más obtusos pre-ferían la confiscación disfrazada de expropiación. Pues creían en realidad que la tierra era de ellos.

Los anales de Durango (1900-1930)

235

LA HISTORIA DE LAS COSAS PEQUEÑAS

El general Agustín Castro, como nuevo Gobernador de Duran-go celebró un convenio con una empresa norteamericana para la construcción del ferrocarril Tepehuanes, Guanaceví, garantizándo-le el 6% anual de la inversión. Ese contrato se hizo con la autoriza-ción de la Legislatura y lo firmaron, aparte del Gobernador, Fred C. Smith, Frank C. Smith, Francisco Saldaña, Hilario Lozoya, Vicente Guerrero, Heriberto E. Hambeton.

Algunas cuestiones se empezaban a normalizar, la empresa Mi-nas de Bacís citaba a sus accionistas, lo mismo que el Banco de Du-rango, que después de casi ocho años de silencio, parecía que re-sucitaba; igual cosa hacía la gran empresa de don Juan Britingham, La Cía. Industrial Jabonera de La Laguna, S.A.

De las fábricas de textiles que había antes de la revolución, para estas fechas están a medio despegar “La Amistad” y “La Victoria” de Gómez Palacio Dgo., “La Providencia” del Río del Tunal, y “La Concha” de Peñón Blanco.

Hay cosas que parecen pequeñas, pero son todo lo contrario. La historia revela algunas cuestiones que muchas veces no logramos ver. Esta es la anécdota: un día el Gobernador del Estado, Sr. Do-mingo Arrieta, tenía necesidad de trasladarse a la ciudad de México y solicitó al congreso se le autorizara a gastar y se le proporcionara la cantidad de mil pesos moneda nacional; la Legislatura discutió la solicitud y emitió el siguiente acuerdo económico único: “Líbre-se a la Dirección General de Rentas del Estado, para que ponga a disposición del C. Gobernador la cantidad de mil pesos moneda nacional, para sus gastos a la ciudad de México” (sesión del día 21 de febrero de 1919). Imagine usted ahora al Gobernador pidiéndo-le dinero a la Legislatura.

Algunos profesores, entre los que se encontraban José Quiroga, Arnulfo Ochoa, Asunción Bermúdez, Consuelo P. Gavilán, Juana Vi-llalobos, Catarino Herrera, Francisco Zatarain, etc., lograron que el Gobierno del Estado les dotara de terrenos para casas, en el predio denominado llano del Santuario de Guadalupe.

El gobernador Enrique R. Nájera expropió por causas de utilidad pública el asilo denominado Juan Manuel Flores, que era propie-dad de su fundadora, Sra. Ángela Flores Vda. de Flores; el inmue-

236

ble se destinaría para el hospital civil del Gobierno del Estado.

LA POLÍTICA POR OTROS MEDIOS

Los bandoleros siguieron dando lata pero después de la ren-dición de Francisco Villa, a finales de julio, los asaltos y correrías bajaron notablemente.

De enero a julio los rebeldes atacaron las siguientes poblacio-nes: Tlahualilo, tomaron Mapimí dos veces, Nombre de Dios, Na-zas; un comando de bandoleros tuvo la osadía de penetrar hasta la mera plaza de armas de Lerdo y después de una expedición relám-pago de saqueo, se retiraron dejando a todo mundo con la boca abierta.

En ese mismo lapso se realizaron algunos encuentros en Indé, Santa María de El Oro, San Luis del Cordero, Guanaceví, San Juan del Río, pero el más alarmante fue el ataque al Mineral del Pro-montorio. Igualmente fue alarmante el nuevo asalto al tren de Ca-ñitas en la Estación de Poanas.

En el mes de junio, el Gobernador de Chihuahua Sr. Román Ga-mero, ofreció la cantidad de $100,000.00 (cien mil pesos) a quien entregara vivo o muerto al bandolero Francisco Villa.

Sin embargo, para el 28 de julio, Villa firmó un pacto con el go-bierno del presidente Adolfo de la Huerta, donde el guerrillero se comprometía a deponer las armas, a cambio el gobierno le res-petaba la vida y le daba la hacienda de Canutillo que había sido propiedad de la familia Jurado.

Además la Secretaría de Fomento le proporcionó 150 arados, 300 guarniciones, 20 escrepas, 100 palas, 100 talachos, 50 hachas, 200 metros cuadrados de láminas, una trilladora, dos cortado-ras de alfalfa, una prensa empacadora, 200 azadones, 10 arados de discos, 2 automóviles Ford, 1 Truck, seis aparatos telefónicos y alambre para hacer instalaciones, un dínamo para producir luz eléctrica, 5 máquinas sembradoras, una cortadora de trigo y un tractor.

Los anales de Durango (1900-1930)

237

Villa cambiaba su look de guerrillero por el de agricultor, que-riéndose parecer a un hacendado.

238

1921: EMPEZAMOS, EMPEZAMOS

LOS LABERINTOS DEL PODER

Las elecciones municipales se habían convertido en un verdadero dolor de cabeza para los gobernantes. Pues desataban una mul-titud de conflictos y además dejaban al descubierto que las au-toridades no sabían hacer elecciones. Los gobernados no tenían interés en votar, porque no comprendían para que servía emitir el voto.

Este año por una u otra circunstancia tuvieron que hacerse elecciones extraordinarias en los siguientes municipios: Tepehua-nes, Copalquín, Pánuco de Coronado, San Juan del Río, San Dimas, Nazas, San Bartolo, Pedriceña, Mezquital, Otáez, Peñón Blanco y en Gómez Palacio.

En el municipio de Súchil no se declararon nulas las elecciones efectuadas el día 7 de noviembre de 1920, pero la junta computa-dora se instaló hasta el día 8 de marzo de 1921 y la calificación de-finitiva de esa elección se hizo el 18 de marzo de este último año. Las autoridades electorales se tardaron cuatro meses en calificar las elecciones municipales de Súchil.

Algo similar sucedió en el municipio de Nombre de Dios. Las elecciones se efectuaron el 7 de noviembre de 1920, la junta com-putadora se instaló el 19 de diciembre de 1920. Pero la legislatura calificó esa elección hasta el día 25 de mayo de 1921 y el decre-to respectivo se publicó hasta el 29 de mayo de este año. Lo cual quiere decir que los regidores municipales, entraron en funciones hasta el día primero de junio, para separarse del cargo el último de diciembre, gobernando así únicamente siete meses. Estas prácti-cas electorales caían al terreno de lo absurdo.

El Gobernador hacía esfuerzos desesperados por interesar a los empresarios para que invirtieran en todas las áreas productivas de la región. Pero los empresarios se habían ido de Durango y los

Los anales de Durango (1900-1930)

239

pocos que se quedaron no escuchaban las exhortaciones del eje-cutivo estatal.

Además, el bandolerismo aún provocaba inquietud, pero lo que más los asustaba era el agrarismo. Incluso, en estos momentos se estaba discutiendo una ley agraria local, que ordenaba el fraccio-namiento de las Haciendas. Todo esto desalentaba y asustaba a la inversión de capital.

Este año el Gobernador propuso una serie de reformas a la constitución que de hecho implicaba su abrogación; claro que al-gunas modificaciones a este cuerpo legal eran totalmente nece-sarias, como el hecho de suprimir algunos municipios y alargar el período gubernamental de los mismos para no hacer elecciones todos los días.

Sin embargo, había otras que iban con la intención de darle po-deres absolutos al Ejecutivo y convertir al poder Legislativo y Judi-cial en meros empleados del primero.

La iniciativa de reformas del Gobernador proponía que los ma-gistrados del Supremo Tribunal de Justicia ya no fueran electos por el pueblo, para evitar dificultades y que mejor fueran designados por el ejecutivo del Estado.

Algunos magistrados, como el ilustre Sr. Lic. don Julián Bermú-dez, se opuso brillantemente a esa intención.

Por lo pronto tales iniciativas dividieron a la legislatura en dos bandos: un grupo de siete diputados estaban ciegamente a las ór-denes del gobernador, mientras otro grupo de ocho legisladores se oponían a las consignas del Ejecutivo Estatal. Estos eran el Sr. Fernando Gómez Palacio, Prof. Everardo Gámiz, Sr. Urbano Luna, Margarito Machado, Juan N. Ochoa, Sr. E. Pereda, Lic. José J. Enrí-quez y Salvador Saldaña.

El proyecto no se aprobó inmediatamente porque los munici-pios no emitieron la opinión sobre tales reformas y hubo que es-perar otro período ordinario de sesiones de la legislatura. Tiempo que aprovechó el Gobernador para negociar y recomponer sus alianzas. Indiscutiblemente que uno de los elementos de tal nego-

240

ciación fue el hecho de retirar la iniciativa de ley que proponía la no reelección de los diputados. Así a algunos de los renuentes los veremos reelegirse en la siguiente legislatura; y todos contentos.

A finales de septiembre la H. Legislatura emitió el decreto res-pectivo donde se convocaba al pueblo a elegir a los ciudadanos que debían formar los ayuntamientos de los municipios del Estado. Se especificaba que la elección se efectuaría el día 6 de noviembre de 1921; los elegidos gobernarían todo el año de 1922 y entraban en funciones el día primero de enero de este año.

Tan pronto como salía la convocatoria, el grillero se alborotaba nuevamente, cuando apenas se estaban oreando las heridas de la elección anterior. El pueblo permanecía indiferente a los comicios electorales, sólo un pequeño grupo de personas le habían tomado cariño a los puestos públicos, especialmente al poder que da el poder. Estos señores eran los que se inquietaban y hacían hasta lo imposible para vivir del presupuesto porque implicaba vivir sin trabajar y con un poco de suerte hasta podían volverse ricos.

Para el municipio de la capital contendieron tres planillas: la pri-mera encabezada por el Sr. Daniel Ramírez; la segunda el Sr. Ing. Celestino Simental, y la tercera por el joven Xavier Gómez. Los re-sultados finales fueron; 1832 votos para el Sr. Daniel Ramírez, 787 para el Ing. Simental y 382 votos por Xavier Gómez.

La planilla triunfadora la integraban las siguientes personas: Da-niel Ramírez, Miguel Galván Rivas, Margarito Canales, Ing. Alejan-dro Antuna, Fortino G. Valdez, Julio Mijares, Prof. Arnulfo Ochoa, José Barragán, Julio López, Aurelio González, Fidel Rodríguez, Pe-dro Olivas, Jesús V. Rangel, Luis de la Peña, Prof. Lisandro Ávila.

Nuevamente hubo deficiencias en la organización de las elec-ciones, incluso en la misma ciudad capital no lograron instalarse todas la casillas, imagínese usted en los pueblitos apartados y le-janos. Las mayorías de las veces las elecciones no se realizaban porque faltaban las boletas para votar.

En general, el pueblo recibió con agrado la iniciativa del Dip. Nicolás Martínez Q., para que las elecciones municipales se efec-tuaran cada dos años.

Los anales de Durango (1900-1930)

241

LOS TRABAJADORES

Los campesinos cambiaron la forma de lucha porque habían cambiado las condiciones concretas en la entidad. Surgió así el agrarismo duranguense. Este movimiento cristalizó en una orga-nización llamada “Sindicato Agrario Confederado del Estado de Durango”.

El Sindicato de Obreros y Campesinos de Tlahualilo, se declaró en huelga exigiendo a la empresa un aumento salarial y mejores condiciones de vida.

Este año también los ferrocarrileros tuvieron una huelga por mejoras salariales. Lo mismo les sucedió a los telefonistas y a un grupo de maestros.

Igualmente este año se formó un sindicato de inquilinos. Y a principio de agosto se realizó un congreso de trabajadores para discutir y hacer propuestas para la ley del trabajo del Estado de Durango.

Los trabajadores dispusieron así mismo de un periódico para expresar sus puntos de vista sobre la cosa pública y la problemáti-ca del Estado. Este periódico se llamaba “Redención” y era director el Sr. Alberto Martínez H. quien sostenía este medio, era la confe-deración de la Sociedad Ferrocarrilera de la República Mexicana, sección Durango.

Muy pronto este periódico adquirió prestigio pues estaba bien escrito y criticaba acremente a los funcionarios corruptos, en par-ticular al Gral. Enrique Nájera y al gobernador Gral. Agustín Castro. Pronto los revolucionarios demostraron que no aceptaban la crí-tica y que estaban más cerca de Porfirio Díaz que de Francisco I. Madero. A escasos seis meses de circulación del periódico “Reden-ción”, su director fue encarcelado por orden de la autoridad.

CLEROCRACIA

Cuando don Francisco I. Madero visitó Durango en su campaña política para Presidente de la República en marzo de 1910, pronun-

242

ció un discurso que tuvo resonancia nacional. Madero afirmó que las Leyes de Reforma, respecto a la Iglesia, debían derogarse para que tuvieran absoluta libertad y capacidad total. A los liberales se les pusieron los pelos de punta y criticaron a Madero. La Iglesia, que no tenía ojos más que para Don Porfirio, no le dio importancia a ese pronunciamiento; más tarde, cuando Madero fue Presidente, consintió en que se formara el Partido Católico Nacional y que par-ticipara en las elecciones federales y en las locales. Sin embargo, el clero nunca aceptó a Madero, por ello, después del cuartelazo, la Iglesia declaró a Victoriano Huerta, Benemérito de la Patria.

Los revolucionarios no olvidaron esta afrenta y en el Congre-so Constituyente convirtieron a la Iglesia en un departamento del gobierno, regresando con ello al tiempo de la colonia. El clero se sintió ofendido e hizo causa común con todos los enemigos de la revolución, que por desgracia eran los enemigos del pueblo. La Iglesia se separaba del pueblo y se aliaba con los terratenientes y los poderosos.

El clero se preparaba para la pelea. En Durango fundó un pe-riódico llamado “La Verdad” y desde ahí llamó bolcheviques a los gobernantes y protestante a cualquier persona liberal. Se declara-ba enemigo a muerte de los agraristas, socialistas, protestantes y liberales.

El clero católico estaba dispuesto a participar en el juego sucio de la política; por lo pronto, en septiembre organizó unos festejos para conmemorar el centenario de la consumación de la indepen-dencia. El principal acto “fue una solemne misa efectuada en la Santa Iglesia Catedral; asistieron el excelentísimo señor Gober-nador del Estado, el Presidente Municipal, el Jefe de armas, los señores cónsules de las naciones extranjeras con sus banderas co-locadas a un lado del altar mayor y lo más selecto de nuestra so-ciedad”. La Iglesia festejaba lo que un siglo antes había condenado. El pueblo no olvidaba que la Iglesia había excomulgado a Hidalgo y Morelos.

En el mes de julio el órgano de difusión de los católicos enca-bezaba así una noticia: “Plaga que viene a Durango”. Se trataba de un grupo de menonitas que compraron unos terrenos en nuestro Estado y venían a establecerse y a trabajar la tierra.

Los anales de Durango (1900-1930)

243

No obstante, en la Iglesia Católica había gente consciente y hu-manista como el padre prior Sr. Trinidad Vega, que oficiaba en el templo de San Agustín. Este padre afirmaba en plena misa, que el socialismo en nada se opone al cristianismo, puesto que no es otra cosa que la defensa colectiva de todos los trabajadores.

LAS PEQUEÑAS COSAS

Este año se realizó el censo general de población. Los resulta-dos fueron sorprendentes. En 1910, Durango tenía 483,175 habi-tantes; en 1921 esa población se había reducido a 333,967 almas. Si se hubiese hecho un inventario del aparato productivo, nos hu-biéramos puesto a llorar. Las minas abandonadas, las fundiciones desmanteladas, las fábricas quemadas, los ranchos sin ganado y sin gentes, las haciendas desoladas, las tierras segadas, los cami-nos destruidos, las comunicaciones telefónicas totalmente arrui-nadas, como si hubieran pasado por Durango los cuatro jinetes del Apocalipsis.

Se hacían intentos por resucitar aquel cadáver, medidas que no siempre produjeron los efectos que deseaban los gobernantes.

Este año el municipio anunció que iba a continuar con las obras de pavimentación de la ciudad, pues tenía programado pavimen-tar doscientos cincuenta mil metros cuadrados en el centro de la ciudad.

Igualmente se decía que ahora que los ferrocarriles eran del Gobierno, habría la posibilidad de continuar la construcción del ferrocarril hacia Mazatlán.

El Gobierno andaba sin dinero y necesitaba recursos para poder gobernar. Los ricos no tenían dinero y los pobres mucho menos. Como casi nadie tenía dinero, muy pocos pagaban contribuciones. Especialmente el impuesto predial. Por ello el gobierno inició una cruzada para que los contribuyentes pagaran sus impuestos y el recurso que utilizó fue el embargo. La Hacienda estatal embargó a más del 90% de los propietarios. A algunos les remató sus pro-piedades, pero más que nada se trataba de presionar para que pa-garan. Pero la gente no pagaba porque no tenía dinero. Total que esta guerra de embargos y remates lo único que hizo fue asustar

244

más a los empresarios, a quienes después del susto les llegaba la ira y el rencor.

Este año el Gobierno emitió también una Ley Estatal de Expro-piación y el reglamento de la Ley de Enseñanza Normal del Esta-do.

LA TIERRA POR LA LEY O POR LA FUERZA

El Gobierno Federal enviaba circulares a los gobernadores de los estados, exigiéndoles que hicieran una campaña agrarista para motivar a los campesinos sin tierra para que hicieran solicitudes de dotación de la misma.

Obregón había llegado al poder con un poco de ayuda moral de las organizaciones agrarias del país y ahora deseaba verse agrarista y quería repartir tierra.

En Durango este año de 1921 se ejecutaron 10 resoluciones presidenciales de dotación y restitución de tierras. Fueron bene-ficiados los siguientes ejidos: Ignacio Allende con 3511 has.; Teja-men con 910 has.; Súchil con 1755 has.; San Diego de Alcalá, con 1755 has.; Pasaje, San Atenógenes con 1480 has.; El Refugio, con 1755 has.; La Parrilla de Nombre de Dios con 4800 has.

Hasta la fecha se habían repartido en el Estado de Durango 24,429 hectáreas entre 26 pueblos o ejidos.

Alentados por el gobierno se conformaron varias organizaciones de campesinos con la finalidad de conseguir tierra para sembrar. Por su parte el clero hacía labor antiagrarista en forma abierta. El alto clero hacia vida social con los terratenientes, jugaban en el mismo equipo, por ello, en Durango, la Iglesia estaba más cerca de los terratenientes que de los campesinos. En estas condiciones los campesinos se hicieron al lado del gobierno.

El Gobernador de Durango, el Gral. Agustín Castro, ya había es-tado de gobernador del Estado de Chiapas, había conocido a la casta divina de los latifundistas. Con esa experiencia empezó a pla-ticar y a lidiar con los terratenientes locales. Primeramente les dio una sacudida con el terrorismo fiscal, donde embargó a todo el

Los anales de Durango (1900-1930)

245

mundo; platicó con ellos, les hizo descuentos, les dio facilidades para pagar. Claro que en el camino el buen General se hizo de algu-nas tierritas, nada más para saber qué se sentía ser terrateniente. (El Gral. Castro apareció como propietario de dos haciendas con una superficie de 25 mil hectáreas).

Después les aplicó una ley agraria que tenía por finalidad que los terratenientes fraccionaran y vendieran en pequeños lotes de tierra a los campesinos. Volvió a negociar con los terratenientes y como consecuencia de esas pláticas, se hicieron algunas reformas a la ley agraria, conforme a las indicaciones y proposiciones de los terratenientes. El Gobernador medio componía la relación con los propietarios de Durango.

LA POLÍTICA POR OTROS MEDIOS

El pueblo ya estaba cansado de tanta violencia y destrucción. El bandolerismo aún estaba vivo pero ya no tenía apoyo social, ni gozaba del prestigio y admiración que antes tenía en la imaginería del pueblo. Ahora se les veía como simples ladrones y asesinos, que iban a quitarles la poca comida que con trabajo podían con-seguir.

No obstante, este año fueron atacados los pueblos de San An-drés de la Sierra, El Mezquital, Tepehuanes, Guatimapé, Otáez, Huazamota, Tejamen y Estación Cacaria. En Santiago Bayacora se levantó en armas el Sr. Pablo Campos, pero a los pocos días fue capturado y fusilado en forma sumaria.

Entre los principales cabecillas que cometían estas fechorías podemos mencionar a Prisciliano Gómez, Dámaso Barraza, Grego-rio Aguilar, Pablo Campos, Juan Galindo y Musio Rodríguez. Junto a estos bandoleros, a principios de año, participaron los Arrieta, pero a finales, Mariano se había rendido y Don Domingo había desaparecido como si se lo hubiera tragado la tierra.

Con frecuencia la prensa mencionaba el nombre de Francisco Villa como el autor de algunos asaltos, que aunque después corre-gía, no dejaban de recordar al guerrillero.

246

El gobierno federal comisionó al general Roberto Cruz como jefe de las fuerzas militares encargado de pacificar el Estado, y el Gene-ral se movía por todo el territorio con gran intensidad y para fines de este año parecía que por fin la lumbre empezaba a apagarse.

Los anales de Durango (1900-1930)

247

1922: UN AÑO DIFÍCIL

LOS LABERINTOS DEL PODER

Durango tenía cuatro años haciendo elecciones municipales, y no podía aprender a realizarlas. Siempre les salían mal. Unas veces por culpa de las autoridades electorales que no mandaban la pa-pelería o porque no instalaba las casillas. En algunos municipios se les olvidaba hacer elecciones el día señalado en la convocatoria y las realizaban cuando tenían tiempo. Tal es el caso de Villa Hidal-go, que realizó las elecciones el 13 de noviembre de 1921, cuando la convocatoria había señalado el día 7 de noviembre. Lo mismo sucedió en Santa Clara, en donde las elecciones se efectuaron el día 20 de noviembre. En San Luis del Cordero sucedió algo similar. Esta vez fueron declaradas nulas las elecciones en los siguientes municipios: Villa Hidalgo, Santa Clara, San Luis del Cordero, Villa Corona, Canelas, Gómez Palacio, Súchil, Rodeo, Pánuco de Corona-do, Pueblo Nuevo, El Oro, San Bernardo, San Juan de Guadalupe, Amaculi y Huazamota.

En San Juan de Guadalupe sucedió algo curioso: la planilla gana-dora tan luego como se dio cuenta que había triunfado, se presen-tó en la Presidencia Municipal a exigir al presidente en turno que le hiciera entrega del poder. Este declaró que había que esperarse hasta el primero de enero de 1922. Pero los ganadores no le hicie-ron caso y se posesionaron de la presidencia por la fuerza. Ante este hecho, sus contrincantes perdedores los denunciaron penal-mente por el delito de usurpación de funciones y fueron a parar a la cárcel.

Exactamente lo que pasó en San Juan de Guadalupe, también se repitió en El Mezquital: los ganadores se apoderaron por la fuer-za del ayuntamiento antes del tiempo que señalaba la ley para asu-mir el cargo.

Sin embargo, fue en el municipio de Súchil donde las pasiones se desbordaron. Había dos candidatos para la Presidencia Muni-cipal, José Morán y Clemente Serrato; sus partidarios hacían pro-

248

paganda y un día se encontraron los dos equipos, que de las agre-siones verbales pasaron inmediatamente a los hechos, resultando muertos José Pereda, Ismael Alvarado, José Arellano y José María Hernández.

Los meses de enero, febrero y marzo de cada año se hicieron elecciones extraordinarias en los municipios. En algunos se repe-tían hasta tres veces y allá por el mes de mayo y junio, al fin to-maban posesión del poder, para dejarlo a los seis meses. Esto era como el juego de Juan Pirulero.

Este año para el colmo de las desgracias se harían elecciones para diputados locales, (el 25 de junio), para diputados federales y senadores, las que se efectuarían el 2 de julio. Y en noviembre otra vez las elecciones municipales. Total que este año hubo tres elec-ciones en fechas diferentes. Esto era increíble; afortunadamente el pueblo no se involucraba; el circo lo hacían las gentes ligadas al poder; era una lucha entre camarillas sin base social.

Si bien el pueblo no participaba, se daba cierta competencia, aunque era un tanto desigual. El poder del Gobernador era deter-minante para inclinar la votación a un lado o a otro.

El Gobernador J. Agustín Castro era de La Laguna y se trajo su equipo de laguneros. Formaron el Partido Revolucionario Duran-gueño, (PRD), y editaban el periódico El Heraldo.

El Gobernador no tenía un poder absoluto e ilimitado, pues con motivo de la revolución, la gente se había vuelto rebelde y no fácil-mente se sometía a los caprichos del gobernante. Esta situación se vio claramente un año antes cuando el Gobernador intentó refor-mar la constitución, lo que despertó inquietud y oposición. En la misma Legislatura hubo división y el Gobernador apenas tenía de su lado a ocho de los quince diputados.

En esta contienda electoral se intensificó más la lucha, pues el Sr. Felipe Pescador, que era un personaje de talla nacional, decidió lanzar su candidatura para senador. Y desde un año antes su equi-po de obreros ferrocarrileros estaban editando el periódico “Re-dención” y sus artículos y noticias hacían rabiar al Gobernador.

Los anales de Durango (1900-1930)

249

El Sr. Felipe Pescador se atrajo a buena parte de la oposición que había conformado el gobierno del Gral. Castro, entre ellos estaba el profesor Everardo Gámiz, que en esos momentos todavía era di-putado local y que había tenido una participación muy destacada en la XXVIII Legislatura. Este equipo formó el Partido Durangueño Independiente.

La contienda estuvo muy movida porque además los candida-tos a diputados federales y senadores hicieron equipo con los can-didatos a diputados locales. Hubo conflictos al realizarse los cóm-putos y movilización de tropa para guardar el orden. Al final estos fueron los triunfadores para diputados locales.

Distrito Diputado

Nazas C. Urbano LunaSan Juan de Guadalupe C. José TovalínIndé C. Mariano CampilloSan Juan del Río C. Manuel NavarreteCuencamé C. Margarito MachadoSan Dimas C. Juan N. OchoaTepehuanes Lic. Nicolás Martínez Q.El Oro C. Jesús Salas BarrazaMezquital Profr. Ignacio SotoNombre de Dios C. Carlos CárdenasMapimí C. José S. MacíasCapital C. Antonio GutiérrezSantiago Papasquiaro C. Alfonso Burciaga S.Tamazula C. Ramón EspinosaLerdo y Gómez P. C. Juan Sánchez

Como puede observarse, repetían como diputados los Sres. Ur-bano Luna, José Tovalín, Mariano Campillo, Margarito Machado, Juan N. Ochoa, Lic. Nicolás Martínez Q., Jesús Salas Barraza y Car-los Cárdenas.

Para diputados federales ganaron los candidatos apoyados por el medio oficial, conformado por la llamada Confederación Nacio-nal Revolucionaria, integrada por los partidos, agrarista, laborista y cooperativista. Estas fueron las personas ganadoras: Lic. Marino Castillo Nájera, Lic. Lorenzo Gámiz, Lic. Emilio Gandarilla, Lic. Ro-

250

drigo Gómez, Lic. Liborio Espinoza y Elenes, Aquilino Rama, Salva-dor Franco Urías. En un distrito no se hizo el cómputo y se envió la paquetería al Congreso de la Unión.

La senaduría fue la posesión más disputada y reñida. El Sr. Feli-pe Pescador logró conformar un buen equipo que disputó palmo a palmo todos los espacios al candidato oficial. Sin embargo, al final el poder del Gobernador se impuso, sobre todo en las juntas computadoras, compuestas por empleados del Gobierno. El Sr. ge-neral Enrique R. Nájera sería el senador por Durango. Así le pagaba el Gobernador el hecho de haber abandonado al Gral. Domingo Arrieta.

El 17 de julio de 1922 se instaló el Colegio Electoral para calificar las elecciones de diputados de la XXIX Legislatura, calificación que realizaba la diputación que estaba por terminar su periodo cons-titucional. En la XXVIII Legislatura se encontraba el Dr. Fernando Gómez Palacio, Everardo Gámiz, Salvador Saldaña y el Lic. José de Jesús Enríquez, quienes habían conformado el Partido Durangue-ño Independiente y dieron una dura pelea en el colegio electoral.

Al Sr. Juan B. Solís, que competía por San Juan de Guadalupe, su contrincante tuvo que hacer una denuncia penal para sacarlo del juego electoral. Por su parte al Dip. Lic. José de Jesús Enríquez, le dieron golpe de Estado y lo mandaron a su casa para que no parti-cipara en lo debates de calificación del proceso electoral.

A mediados de agosto, se terminó de calificar la elección de di-putados locales, quienes asumieron el cargo el día 16 de septiem-bre. Todavía no se calmaban los ánimos, cuando el 28 de septiem-bre aparece publicada la convocatoria para elecciones municipales. Estas elecciones se efectuaron el 5 de noviembre y nuevamente las pasiones se desbordaron.

Fueron declaradas nulas las elecciones en los siguientes munici-pios: Cuencamé y San Dimas.

En la capital ganó la planilla encabezada por las siguientes per-sonas:

Los anales de Durango (1900-1930)

251

Propietario Suplente

1º C. Manuel Díaz B. 1o. C. Lic. Julio Bermúdez

2o. C. Ignacio C. Martínez 2o. C. Francisco Z. Gutiérrez3o. C. Arturo Terrones B. 3o. C. Ignacio Villanueva4o. C. Miguel Aguilar 4o. C. Jorge Díaz Villegas5o. C. Jesús R. Sánchez 5o. C. José Ma. Ávila6o. C. Alejandro Ibarra 6o. C. Amador Ávila7°. C. Ing. Julio Guerrero 7o. C. Jesús Quiñones M.8o. C. Arcadio Tavizón 8o. C. J. Dolores Güereca9o. C. Francisco Rodríguez 9o. C. Emilio Arreola10° C. Pánfilo Espinosa 10°. C. Joaquín Herrera11°. C. Jesús Hernández 11°. C. Francisco Maldonado12° C. Miguel Ramírez 12°. C. Francisco García J.13° C. Manuel Valenzuela 13°. C. Francisco Zúñiga14° C. Jesús Galván 14°. C. Alberto González15 C. Luis H. Quintana 15°. C. Emilio Siqueiros

Afortunadamente a principios de octubre se publicaron las re-formas a la Ley Electoral Municipal donde se establecía en dos años el periodo de gobierno de los ayuntamientos.

CLEROCRACIA

El clero de Durango, desde su periódico “La Verdad,” se había convertido en un acérrimo enemigo de los agraristas. No desapro-vechaba cualquier oportunidad para embestir contra ellos, repi-tiendo los mismos argumentos de los hacendados. Pronto los agra-ristas colocaron en el mismo bando al clero y a los terratenientes.

Pero además del periódico, los curas aprovecharon las iglesias como tribuna para predicar en contra del agrarismo y a favor de los hacendados. Los agraristas eran campesinos sin tierra y por ende extremadamente pobres. Los hacendados por el contrario eran gentes poderosas. La Iglesia tomó como enemigos a los pobres de Durango que eran la gran mayoría de la población y se convirtió en defensora de los ricos.

Además del agrarismo los curas atacaban a la Constitución, y

252

por lo tanto al Gobierno que de ella emanaba.

El Sindicato de Agraristas envió un memorial al Sr. Arzobispo de Durango, Sr. Francisco Mendoza y Herrera, en donde señalaba concretamente el nombre de algunos curas que andaban agitando al pueblo en contra de los agraristas. Entre otros se mencionaba al Sr. Francisco Vázquez, de Pánuco de Coronado; Juan de Dios Prado, de Poanas; Margarito Barraza, de San Pedro del Gallo; el Cura Re-yes de Gómez Palacio; el presbítero Santiago Zamora, de Mapimí; Juan Sarmiento, de El Oro; Manuel Gallegos, de Nazas; y los curas de Indé, Tlahualilo y Peñón Blanco.

En el periódico “La Verdad”, el clero reiteraba con insistencia que ya estaba próxima la elección de Presidente de la República y que los católicos tenían que participar como partido político.

Todos estos elementos iban calentando el cuadro, y fue en Pe-ñón Blanco donde surgió un incidente. El cura de este lugar, Sr. Anastasio Arellano, se convirtió en defensor del Lic. Pablo Martínez del Río, propietario de la Hacienda de Santa Catalina y por ende desde la Iglesia atacaba y excomulgaba a los agraristas; afirmaba en sus prédicas que aquellos que aceptaran tierras de la Hacienda, serían excomulgados y se irían al infierno. Tanto estuvo calentando los ánimos, hasta que una turba de fanáticos asesinó a dos agra-ristas.

En algunos lugares los curas se negaban a dar los santos óleos y honras fúnebres a los agraristas.

El Gobierno por otro lado empezaba también a poner algo de su parte, para soplarle al fuego. Algunos católicos que repartían propaganda religiosa fuera de los templos empezaron a ser hosti-gados.

LAS COSAS PEQUEÑAS

El 28 de diciembre de 1922, la Legislatura del Estado emitió un decreto que decía: “Art. 1o.- con apoyo en el Art. 39 y 4o transitorio de la Constitución del Estado, se deroga el decreto del 10 de abril de 1917 del Gobernador provisional de este mismo Estado, que creó el municipio de Pedriceña”.

Los anales de Durango (1900-1930)

253

Ese mismo cuerpo legislativo, dictó el 23 de septiembre un de-creto que decía: “A partir del día 27 de septiembre de 1922, el pueblo conocido con el nombre de Muleros, pertenecientes al mu-nicipio de Súchil, llevará el nombre de Villa General Vicente Gue-rrero”.

En otro decreto del 30 de octubre la Legislatura expresaba lo siguiente: “Se faculta al H. Ayuntamiento de la capital para que otorgue al mejor postor, hasta por el término de cinco años y sin el carácter de exclusiva la concesión respectiva para explotar la tem-porada de Carreras en esta ciudad”. ¡Qué tiempos aquellos Señor don Simón! Ahora hasta para jugar a las canicas se requiere el per-miso de la Secretaría de Gobernación.

Este año el generalazo J. Agustín Castro promulgó la Ley Regla-mentaria del Trabajo, una Ley orgánica de la Escuela de Artes y Oficios de la ciudad de Durango, un reglamento de la Ley Orgánica de la Enseñanza Primaria, así como algunas reformas a la ley de instrucción preparatoria y profesional del Instituto Juárez.

El periódico El Heraldo publicaba en la primera plana del día dos de abril el siguiente texto: “Los caciques de la Hacienda de Ra-mos extorsionan a los vecinos. Un individuo llamado José Ramón Valdés, representante de la Hacienda de Ramos, se ha constituido en odioso cacique, extorsionando salvajemente a los infelices cam-pesinos”.

A mediados de marzo el Sr. Gobernador visitó el pueblo de Pe-ñón Blanco y pudo constatar, personalmente, que las fábricas de hilados y tejidos La Concha y Belem, estaban totalmente quema-das. La Fábrica de Guadalupe estaba en funciones, pero en estos días esta paralizada por una huelga. El Gobernador prometió a los obreros hablar con el gerente de la empresa, el Sr. don Miguel To-rres Saldaña.

LA TIERRA: POR LA LEY O POR LA FUERZA

Este año únicamente se emitieron dos resoluciones presiden-ciales dotatorias de tierras. Al ejido Guadalupe Victoria se le con-cedieron 5,755 has., que fueron tomadas de la Hacienda de Tapo-

254

na propiedad de la Sra. Teodora Pastor Moncada Vda. de Blanco. A los campesinos de Lerdo les dieron 3,731 has., que fueron expro-piadas a la Compañía Agrícola de Tlahualilo.

Los campesinos andaban inquietos, especialmente después de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación, le concedió un am-paro a los propietarios de la Hacienda de Tapona, por la afectación agraria de que había sido objeto.

El Sindicato Agrarista del Estado de Durango expresó su protesta por la lentitud en el reparto de tierras, así como por las maniobras legales que impedían la realización de la reforma agraria. Una co-misión de esta organización se trasladó a la ciudad de México para entrevistarse con el Presidente de la República. Dicha comisión la encabezaba el Lic. Alberto Terrones Benítez.

Por su parte el Comité Central Agrarista, con sede en la región lagunera, publicó un manifiesto donde expresaba que cuarenta mil agraristas están dispuestos a tomar las armas, para derrotar a la reacción que impedía el reparto de las tierras.

Mientras tanto los ánimos agraristas andaban muy alebresta-dos; cada pueblo había formado o estaba constituyendo su comi-té particular agrario, para hacer una solicitud de tierras. Aquello parecía un hormiguero. Este año hicieron peticiones de tierra los siguientes pueblos: La Soledad, municipio de Canatlán; El Vergel y Salitrillo, municipio de Cuencamé; San Francisco, municipio de Súchil; El Presidio, Villa Ignacio Allende; San Gabriel, municipio de Villa Ocampo; Canatlán Viejo; Vecinos de los pueblos de Juárez, Salvador y Zamudio, municipio de Canatlán; Cieneguilla, municipio de Poanas; Vecinos de la Trinidad, vecinos de Tuitán del munici-pio de Nombre de Dios; Villa Ignacio Ramírez, municipio de Peñón Blanco; San José de Gracia, municipio de Canatlán; Villa Juárez, municipio de Lerdo; San Pedro del Tongo, municipio de Nazas; San Bartolo, San Luis del Cordero, Rodeo, San Pedro Mártir, munici-pio de Poanas; Río Grande, municipio de San Juan del Río; Santa Cruz, municipio de Nombre de Dios; Canatlán; San Francisco del Malpaís, municipio de Nombre de Dios; Güichapa, municipio de Rodeo; Santa Rosa, San Fernando, El Tahuehuete y El Zapote.

El mismo Gobierno, que había entusiasmado a los campesinos

Los anales de Durango (1900-1930)

255

para que pidieran tierra, ahora no hallaba como quitárselos de en-cima. Además, los agraristas, para demostrar su fidelidad al Go-bierno, manifestaban que estaban dispuestos a apoyar al Gobier-no en contra de los enemigos de la revolución. Y para demostrar con hechos ese apoyo, un grupo de agraristas de la región de los llanos de Tapona montados y armados con la ayuda del gobierno, salieron a combatir al norte del Estado la intentona militar del Gral. Francisco Murguía. Corría el rumor de que los agraristas de Cuen-camé estaban inconformes con las instancias agrarias y que de un momento a otro se levantarían en armas.

Para atacar el problema agrario desde otro frente, el Gobierno había emitido la Ley Agraria local que tenía por objetivo coadyuvar con los terratenientes en el fraccionamiento de los latifundios, para que la tierra fuera vendida en pequeños lotes a todos los campe-sinos con necesidades de ella. Esta era una excelente medida, que le permitía al campesino adquirir un pedazo de tierra, sin hipote-car su libertad, como sucedía con el ejido. El terrateniente por su parte, podía vender su latifundio en vez de que se lo confiscara el Gobierno. Los señores hacendados preferían este último camino. Eran duros de mollera.

La Ley Agraria fue objeto de varias reformas como consecuen-cia de las pláticas y consultas con los terratenientes y a principios de año empezó a funcionar la flamante “Comisión de Fracciona-mientos”, que estaba integrada con un presidente y dos vocales. Contaba además con el personal administrativo necesario para el trabajo de deslindes.

LA POLÍTICA POR OTROS MEDIOS

Los bandoleros no disminuían su actividad, por algunos meses parecían que por fin se habían integrado a la sociedad, pero no era así, pues volvían a incursionar por distintas partes del Estado. Ad-quieren cierto relieve los siguientes cabecillas: Alejandro Cháirez y Sotero Lazcano, que operaban por la región de Tamazula y Cane-las, Florentino Martínez, Juan Galindo y Francisco Soria.

Este año, hubo algunos hechos interesantes como fue el levan-tamiento en armas en la región indígena de Huazamota, de un gru-

256

po de quince a treinta personas, encabezadas por los hermanos Muñoz y Estrada.

Igualmente fue muy audaz el asalto que realizó el bandolero Juan Galindo a los almacenes de la Compañía del Cerro de Mer-cado, donde se apoderó de dinamita, fulminantes y cañuela. Esta banda le dio vuelta a la ciudad de Durango y apareció en El Conejo, El Pueblito y El Nayar. Después de esta incursión de los rebeldes, la gente en la calle medio se reía de los militares.

Sin embargo, mayor peligro significó la incursión en el Estado del General carrancista, Francisco Murguía, mejor conocido en el medio como “Pancho Riatas”, porque cuando anduvo de jefe por estas regiones, le gustaba mucho ahorcar a los villistas.

Los rebeldes fueron derrotados por las fuerzas federales en un lugar llamado El Jagüey del Guarache. El General Murguía pudo escapar con dos acompañantes y a campo traviesa anduvo algunos días hasta que agotado por el hambre y la sed, completamente solo el día 20 de octubre llegó a Tepehuanes a las 5:30 de la mañana y se fue a refugiar al templo del pueblo. El cura Bonifacio Cázares le dio albergue e hizo gestiones para su rendición; sin embargo, éstas no dieron ningún resultado pues las personas a quienes Murguía les escribía, el Lic. Luis Cabrera y Vito Alessio Robles, se hicieron los muertos. Muy diferente hubiese sido si a Murguía le hubiera ido bien en su aventura bélica.

Murguía escribió su petición de amnistía en los siguientes tér-minos: “Por la presente doy comisión al Sr. Presidente Municipal, al Sr. Cura Párroco y al Sr. Rómulo Gamboa, comerciante, perso-nas todas de Tepehuanes y a los que nunca he tenido el honor de conocer, para que en mi nombre y representación, traten con el Gobierno General de la República mi total rendición y sumisión a dicho Gobierno y de mi petición de amnistía sin poner más condi-ciones que las garantías individuales hacia mi persona, esperando de la generosidad del Gobierno una amplia y absoluta libertad, ofreciendo bajo mi palabra de honor, no volver a tomar las armas en contra y vivir retirado a la vida privada del trabajador. Tepehua-nes 21 de octubre de 1922”.

Sin embargo, el día 30 de octubre una persona denunció al ex-

Los anales de Durango (1900-1930)

257

general Murguía y pronto Tepehuanes se vio invadido por las fuer-zas militares y el rebelde fue detenido. Se le hizo un juicio sumarí-simo, y después fue ajusticiado. Antes de morir envió una carta a su esposa y pidió la presencia del Juez para hacer testamento. El Sr. Rafael Chávez, que desempeñaba el cargo de Juez, recibió el testa-mento del General Murguía, quien dijo que sus bienes consistían en la hacienda de Majoma Zac., con 800 reses, 650 cabezas de ga-nado caballar, 2,000 borregos y 1,500 chivas. Otra Hacienda en el Estado de Guanajuato, en la que invirtió $102,000.00 en efectivo, con tres camiones y trigo para siembra. Que el Sr. Eduardo Gámiz, vecino de San Pedro de las Colonias, Coah., le debía diez mil pesos en efectivo, siete mil pesos en implementos de agricultura y 450 hectolitros de maíz, que le facilitó para la siembra. Que de esta operación no había documentos, más que un testigo, el Sr. Antonio Cárdenas, que reside en Torreón Coah.

Que posee otro negocio con los Sres. Orozco Hermanos y Com-pañía, de Chihuahua y México, con quienes tenía invertido algún dinero que se expresaba en la escritura de la sociedad.

Que también es propietario de una casa ubicada en la ciudad de Gómez Palacio, Dgo., y otra en Sabinas, Coah. Que todos sus bienes los hereda, por partes iguales, entre su esposa e hijos, nom-brando a la primera como albacea general.

El testamento del General Murguía, nos demuestra que a los revolucionarios les gustaban mucho las haciendas. Querían ser te-rratenientes; ya el terrible Francisco Villa tenía su Haciendita de Canutillo. Y mi General Castro también aprovechó el cargo de go-bernador para hacerse de sus tierritas. Bendito sea Dios, este pue-blo no tiene remedio.

Por otra parte, la prensa mencionó con insistencia que la gente de Francisco Villa estaba inconforme con el ex-guerrillero porque se había convertido en un “burgués” olvidándose de sus compa-ñeros. Quizá por esta razón, Francisco Villa solicitó a la Secretaría de Fomento que se le dieran otras dos haciendas para repartirlas entre sus “muchachitos”, ya que la de Canutillo era totalmente in-suficiente. (Las 70 mil hectáreas de la Hacienda de Canutillo se le hacían pocas al general Francisco Villa).

258

1923: LA MUERTE TENÍA PERMISO

LOS LABERINTOS DEL PODER

Las elecciones municipales seguían creando problemas. Se hacían mal, se cometían errores, unas veces involuntarios y otras veces con toda la intención. Muchas veces los candidatos perdedores no se resignaban a perder y buscaban cualquier pretexto para deman-dar la nulidad de las elecciones. Pero independientemente de todo lo anterior, se observa que la voluntad del Gobernador tiene un gran peso para determinar la votación. Y es que por lo general, las autoridades electorales eran las mismas autoridades municipales o gentes muy cercanas a ellos, pues eran designadas por la gente del poder de los diferentes niveles. El poder se reproducía en sus mismas instancias y a su imagen y semejanza. Los partidos inde-pendientes o las organizaciones de oposición al “partido oficial”, no prosperaban, siempre se topaban con la muralla del gran poder. La oposición vivió sus mejores días en el gobierno de don Domingo Arrieta, pues las elecciones se hacían a la libre, o la buena de Dios. Don Domingo creía en la democracia y así le fue.

A principios de enero se repitieron las elecciones en aquellos municipios donde se habían invalidado, como en Amaculí, Cane-las, etc.

En el municipio de Canelas, el conflicto poselectoral fue muy fuerte y se tuvo que repetir varias veces las elecciones y todavía el 30 de octubre de 1923 la legislatura estaba declarando la nulidad de los comicios efectuadas en junio. Lo que quiere decir es que el poder municipal de Canelas estuvo funcionando de facto o de plano no funcionó.

En otros municipios se observaba que los órganos electorales obraban con extrema indolencia, como en Otáez, que hasta el 15 de mayo de 1923 estaban declarando la nulidad de las elecciones efectuadas el 5 de noviembre de 1922. Seis meses para declarar que había que hacer elecciones una vez más.

Los anales de Durango (1900-1930)

259

En Cuencamé por fin llegó a la Presidencia Municipal el Sr. Fran-cisco Gómez. Los Gómez de Cuencamé eran una familia que es-taba con el gobernante en turno, independientemente del color ideológico o de la dirección geométrica que tuviera. Habían sido porfiristas en tiempos de Don Porfirio y ahora estaban buscando la forma de subirse al carro de la revolución hecha gobierno. Ya lo habían intentado varias veces y aún cuando ganaban en la primera vuelta, en la segunda se les venía abajo. Ahora por fin parecía que la revolución se fijaba en ellos. Aunque se supone que hubo for-cejeos, puesto que la declaratoria de la legislatura se hizo hasta el 24 de abril. Don Pancho Gómez había perdido 4 meses de ejercer el poder.

En San Juan del Río también fue declarada nula la elección, pero la legislatura, en vez de convocar a nuevos comicios, declaró gana-dora a la planilla encabezada por el Sr. Jesús Quiñones M., cuando que la junta computadora municipal le había dado el triunfo al Sr. Juan F. Villegas.

En Santiago Papasquiaro ocurrió algo similar a lo sucedido en Canelas. La junta computadora municipal, el día 29 de diciembre de 1922, declaró válidas las elecciones efectuadas el 5 de noviem-bre y como ganador a la planilla encabezada por el Sr. Francisco Melero Peña; sin embargo, la Legislatura sin más ni más declaró nula esa elección, pero esa declaración la efectuó hasta el 26 de octubre y el decreto se publicó el 4 de noviembre. Lo que quiere decir es que el gobierno municipal del Sr. Melero Peña estuvo ejer-ciendo el poder casi un año completo, a pesar de que fue declara-da nula su elección.

A principios de enero el ejecutivo presentó una iniciativa para reformar los artículos 39, 54 y 55 de la Constitución Local. Se siguió el trámite reglamentario y en mayo la legislatura emitió el decre-to correspondiente donde se aprobaban las reformas propuestas. En estas condiciones se estableció que los diputados durarían en su cargo cuatro años y no podrán ser reelectos para el periodo inmediato. Cada distrito electoral se formaría de quince a veinte mil habitantes. La Legislatura se renovará parcialmente cada dos años y para tal fin se efectuarían elecciones en los distritos pares e impares alternativamente.

260

Hasta el 18 de enero se publicó en el periódico oficial el decreto federal de amnistía por los delitos de rebelión y actos conexos que se hubiesen cometido a partir de 1920. En Durango ese decreto casi estaba dedicado al general don Domingo Arrieta, quien había preferido el destierro antes que traicionar a don Venustiano Ca-rranza.

Es bueno que se sepa: así como había un partido socialista mexicano, también surgió en la capital del país el Partido Fascista Mexicano, que según sus líderes lo habían formado para combatir a los bolcheviques.

En todo el país se iniciaba el proceso de la sucesión presiden-cial. En los diarios locales se relataban los conflictos que se esta-ban dando en la Cámara de Diputados, los legisladores callistas y los legisladores partidarios de don Adolfo de la Huerta. Todo ello contribuía a calentar las pasiones y apetencias políticas.

El Gobernador del Estado, se pasaba más tiempo en México que en Durango. Necesitaba estar bien informado para no equivocarse y jugársela con el ganador. Por tal circunstancia, los periódicos de la localidad candidateaban al Gral. Castro para la presidencia de la república.

Según la prensa nacional, se mencionaba aproximadamente a quince personas para suceder al Gral. Obregón. A mediados de marzo, en Villa Hermosa, Tabasco, el Comité Cooperativista, unido al Partido Liberal Azul, lanzaron la candidatura del Gral. Plutarco Elías Calles para Presidente de la República.

El clero en Durango dio vida al Partido Popular Evolutivo, el cual quedó constituido el 24 de octubre de 1923. El clero llamaba a todos los ciudadanos a participar en política, afirmaba que los ca-tólicos estaban obligados a tomar parte en la política porque es un deber de conciencia luchar por el bien común. Terminaban afir-mando que los católicos faltaban a su deber permaneciendo indi-ferentes a una cuestión tan importante como las elecciones.

En diciembre fue nombrado el general Miguel Laveaga jefe de operaciones militares en el Estado de Durango. El General Obre-gón movía sus piezas para enfrentar la rebelión delahuertista. Don Adolfo quería seguir los mismos pasos de Obregón hacia la Presi-

Los anales de Durango (1900-1930)

261

dencia.

El 4 de noviembre se efectuaron las elecciones municipales y otra vez fueron declaradas nulas en los siguientes municipios: Gó-mez Palacio, Nazas, El Mezquital, Lerdo, Amaculí, Tominil, Copal-quín, Guanaceví y Santa Clara.

En el municipio de la capital fue objetada la elección de los can-didatos del Partido Revolucionario Durangueño, (PRD). Las obje-ciones las formulaba el Lic. Nicolás Fernández, representante del Partido Popular Evolutivo. La oposición afirmaba que los candida-tos: Leopoldo Arreola, Ernesto Martínez, Raúl López, Manuel Bor-ja, Jesús V. Sánchez y Juan Oliver, no podían ser electos regidores porque eran funcionarios y empleados del gobierno y no se habían separado de sus cargos, violando con ello el art. 41 de la Constitu-ción. Todo esto estaba documentado, pero la Junta Computadora hizo malabarismo para sacar adelante a los candidatos oficiales, claro que la Junta estaba integrada por las autoridades municipa-les en funciones. La Ley Electoral Municipal establecía que la Junta Computadora se integraba por elección de todos los presidentes de casillas del municipio, pero si no se presentaban, entonces el ayuntamiento hacía el cómputo. Y esto último era lo que siempre ocurría. Así pues, el diablo calificaba a Satanás y era más fácil que el infierno se congelara a que perdieran las elecciones los candida-tos oficiales.

En estas condiciones, los regidores electos para el municipio de la capital fueron los siguientes:

Propietario: Suplente:

2° Leopoldo Arreola Emiliano Ríos4o Ernesto Martínez Ezequiel Nevárez6o Nicéforo Betancourt (no hay)8o Raúl López Manuel Galván10° Manuel Borja Ignacio Arratia12o Jesús V. Sánchez Manuel Cisneros14° Juan Manuel Oliver José de la Luz Martínez

La Legislatura del Estado se erigió en Colegio Electoral, para elegir el candidato del Estado de Durango para ministro de la Su-prema Corte de Justicia de la Nación. Hubo dos candidatos: el Lic.

262

Ricardo B. Castro y el Lic. Sebastián Vara. Al primero lo propuso el Dip. Cárdenas y al segundo el Dip. Campillo. La votación de la Le-gislatura favoreció al Lic. Ricardo B. Castro. Este licenciado no era conocido en Durango; sin embargo, la Legislatura lo eligió por con-signa del Gobernador, quien a su vez, recibía consigna del Palacio Nacional. En cambio, el Lic. Sebastián Vara, sí era muy conocido, pues había militado en las huestes del general Bernardo Reyes en el año de 1911.

La Legislatura del Estado eligió también a los siguientes magis-trados del Supremo Tribunal de Justicia que fungieron del 1o. de agosto de 1923, al 31 de julio de 1929. Resultaron electos-desig-nados los siguientes:

Propietario: Suplente:

1o. Lic. Francisco Saldaña Lic. Jesús Vara2°. Lic. Vicente Guerrero Lic. Rafael Reyes Valdés3o. Lic. Joaquín Ortega C. Jesús Álvarez4o. Lic. Nicolás Martínez C. Florentino Soto5o. Lic. Julio Bermúdez C. Manuel Sida6o. Lic. Alberto Terrones B. C. Fernando Mijares

De todos estos licenciados, destacaba por su capacidad y pres-tigio el Lic. Francisco Saldaña, profesionista del antiguo régimen y emparentado con los hermanos Torres Saldaña, propietarios de varias haciendas, San Antonio de La Laguna, La Magdalena, Relám-pago y la fábrica de hilados y tejidos más modernas de Durango.

Esta vez faltaba el extremadamente capaz y hábil, Lic. Don Ju-lián Bermúdez, quien por su preparación sobrevivió a los porfiris-tas, maderistas, villistas, carrancistas y a los mismos obregonistas. Sólo el tiempo lo pudo vencer.

Hacia su aparición en la cúpula del foro duranguense el Lic. Ni-colás Martínez, que se pegó a la curul varias veces, gracias a que le dio la espalda al Gral. Domingo Arrieta. Y le pagaban sus servicios con una magistratura, aparte de las tierritas que se adjudicó de la Hacienda de La Purísima.

Este año participaron activamente el Partido Revolucionario Durangueño (PRD), que era el Partido apoyado por el Gobierno. Igualmente hizo su aparición el Partido Popular Evolutivo (PPE)

Los anales de Durango (1900-1930)

263

alentado y financiado por la Iglesia Católica; era el brazo político electoral del clero.

En la región lagunera operaba más inclinada a la lucha social, la Federación de Sindicatos Obreros y Campesinos de la región lagunera. Lo mismo hacía en todo el Estado el Sindicato Agrario Confederado del Estado de Durango; el que más tarde rebasaría el ámbito de la lucha social y participaría en el terreno electoral, como Partido Agrarista Durangueño.

En Durango se hicieron intentos de crear el Partido Maderista para competir en los siguientes comicios federales; se especulaba que este partido postularía al Gral. Raúl Madero para Presidente de la República y a Severino Ceniceros para Gobernador del Esta-do.

A principios de noviembre, en el pueblo de Pasaje se reunieron delegados de 152 coorporaciones del Sindicato Campesino Agra-rista y postularon al Gral. Plutarco Elías Calles para Presidente de la República y al Gral. Enrique R. Nájera para Gobernador del Esta-do. Estuvieron presentes los dirigentes del Partido Revolucionario Durangueño, del Partido Laborista Durangueño y los del Partido Nacional Agrarista.

El ambiente nuevamente se caldeaba más de lo normal. Los partidarios de Calles y de don Adolfo de la Huerta hacían campaña por sus candidatos.

La prensa local comentó la renuncia del Sr. de la Huerta a la Sría. de Hacienda, para postularse a la Presidencia de la República. En diciembre también se enteraría de la nueva rebelión por la presi-dencia.

LA IGLESIA Y EL ESTADO

En esta pequeña célula del organismo republicano se empieza a gestar el conflicto del Estado con la Iglesia Católica. El antagonismo viene desde el ayer lejano, pero más recientemente arranca desde que los jacobinos radicales, sin brújula y sin perspectiva histórica, en la constitución de 1917 incorporaron la Iglesia al Estado como un departamento administrativo para asuntos religiosos. Exacta-

264

mente lo contrario a lo que había hecho Juárez y los liberales en el siglo pasado. La Iglesia volvía al tiempo de la colonia, a la época del patronato real. Los jacobinos del diecisiete mostraban pobreza extrema, eran mucha pasión y pocas luces.

Este año dos acontecimientos revivieron las pasiones religiosas, y dieron motivo para declaraciones y exhortaciones de ambos ban-dos.

El primero fue la expulsión del país del Sr. Ernesto Filippi, dele-gado apostólico del Vaticano. Y el segundo fue la promulgación del decreto N° 136, por el cual se determinaba que el número máximo de ministros para los diversos cultos sería de 25. El primero suce-dió en enero y el segundo en el mes de mayo. Apenas se estaba diluyendo la cuestión del Sr. Filippi, cuando se decretó la limitación de curas. Tal pareciera como si el problema religioso se estuviera creando deliberadamente.

Para que perciba usted el clima que se respiraba en esos días, le transcribo algunos comunicados de las partes beligerantes.

Sr. General Álvaro Obregón Presidente de la República México, D.F.Miembros de la Liga de Obreros Católicos de Durango protestan

con toda energía contra ultrajes inferidos al delegado apostólico. Durango, Dgo., a 14 de enero de 1923. El Presidente de la Liga de Obreros Católicos, Jesús Mendiola.

Palacio Nacional, México 17 de enero de 1923.

Sr. Jesús Mendiola Durango, Dgo.

Secretario Particular del Ejecutivo a mi cargo toma nota del con-tenido de su mensaje, permitiéndose ratificar que medida tomada en relación con el Monseñor Felippi, no debe ni puede ser conside-rado como un acto de hostilidad al culto a que gobierno tengo el honor de presidir no ha interrumpido en ninguna forma libre ejer-cicio de él; y que en presente caso vióse obligado a proceder como lo ha hecho para imponer castigo corresponde a los que además de violar una ley constitucional, han desobedecido notificaciones

Los anales de Durango (1900-1930)

265

expresas que con toda oportunidad hízoles autoridad respectiva. Atentamente el Presidente de la República.

Álvaro Obregón.

Todas las organizaciones sociales y para religiosas que con-forman el poder de la Iglesia Católica en Durango, expresaron su inconformidad en contra de la aplicación del art. 33 a Monseñor Ernesto Filippi. Desde los Caballeros de Colón, los hijos de María, hasta la modesta “Sociedad católica de artesanos y labradores de San Juan del Río”.

Este acontecimiento fue aprovechado por la Iglesia Católica para intensificar su campaña, de desprestigio en contra de la re-volución, de la Constitución del diecisiete, y específicamente en contra del agrarismo.

Por su parte los revolucionarios o la nueva clase gobernante, arremetían en contra del clero, al que querían meter en la camisa de fuerza que era el artículo 130 constitucional. Y claro que la Igle-sia protestaba y pataleaba, y como los gobernantes no atendían la causa de su irritación, de los gritos pasaría a otras instancias y a otros medios.

Como Durango era la tierra de nadie, el Gobierno del centro lo tomó como un pequeño laboratorio, para ver cuál era la reacción de la Iglesia al reglamentar los preceptos constitucionales en ma-teria religiosa.

Así fue como la legislatura del Estado, a iniciativa del C. Gober-nador J. Agustín Castro, aprobó el decreto 136 que textualmente decía:

JESÚS AGUSTÍN CASTRO, Gobernador Constitucional del Estado Libre y Soberano de Durango, a sus habitantes, sabed:

Que la H. Legislatura del mismo, se ha servido dirigirme el si-guiente:

266

DECRETO NÚMERO 136

El Congreso del Estado de Durango, a nombre del pueblo, de-creta:

“Artículo 1°.- De conformidad con lo que dispone el párrafo sép-timo del artículo 130 de la Constitución General de la República, se establece que el número máximo de Ministros para los diversos Cultos Religiosos en el Estado, será de VEINTICINCO para cada Cul-to”.

“Artículo 2°.- El Ejecutivo del Estado, conforme al Reglamento que al efecto expida, extenderá a cada Ministro de los VEINTICIN-CO que se facultan para cada Culto, la patente respectiva, sin la cual no podrá ejercer”.

“Artículo 3°.- Al ministro que sin la patente de que trata el artí-culo que precede, ejerciere, se le castigará por la autoridad judicial del Distrito que corresponda, como responsable de desobediencia a un mandato de la Autoridad Pública, con la pena que señala el artículo 869 del Código

Penal del Estado”.

“Artículo 4°.- Es obligación de los presidentes municipales y de los jefes de cuartel, requerir a los ministros de los cultos, la presen-tación de la patente respectiva, cuando tuvieren duda de si, quien pretende ejercer algún acto de cualquier culto religioso, está au-torizado para ejercer, mediante la patente de que trata el artículo 2°.”.

“Artículo 5°. - Se concede acción popular para denunciar las in-fracciones de la presente ley”.

“Artículo 6°.- Para el debido cumplimiento de esta Ley, el Ejecu-tivo del Estado, de conformidad con la Fracción II del artículo 81 de la Constitución Local, reglamentará su observancia”.

El gobernador del Estado dispondrá se publique, circule y ob-serve.

Victoria de Durango, mayo 16 de 1923. -Nicolás Martínez Q. D.

Los anales de Durango (1900-1930)

267

P-Rúbrica, -Mariano Campillo, D. S.- Rúbrica. -Urbano Luna, D.S. -Rúbrica.

Publíquese, circúlese y comuníquese a quienes corresponda para su exacta observancia.

Victoria de Durango, a 17 de mayo de 1923. -J. A. CASTRO. -Rú-brica. -El Secretario del Despacho, Ramón Martínez. -Rúbrica.

Como los católicos ya andaban con la sangre caliente, con este decreto se desató una verdadera guerra santa; claro, que en esta primera fase la contienda sería verbal. Las pasiones se desborda-ban de un bando y de otro.

El Señor Arzobispo tuvo comunicación con el Señor Gobernador para explorar las posibilidades de que se derogara el referido de-creto. El ejecutivo del Estado no cedió, únicamente se comprome-tió a no reglamentar el referido decreto. Esta salida era una sim-ple argucia leguleya y así lo comprendió el prelado, quien declaró tajantemente que su conciencia y el cumplimiento de su deber le impedía transar o ceder en este caso, lo que en buen romance quería decir, que lo que tuviera que hacerse se haría, sucediera lo que sucediera.

Todos los organismos parareligiosos como los Caballeros de Co-lón, los hijos de María, andaban que echaban chispas y todos a cual más, expresaron sus protestas ante el Gobernador y ante el Presidente de la República.

La Iglesia había creado un organismo católico formado por cam-pesinos que se extendía por todas las rancherías del Estado. Dicha organización se llamaba, congregación “Hermanos de Nuestro Pa-dre Jesús”.

La Iglesia tenía una organización obrera, una central campesina, un sector popular (Caballeros de Colón e hijos de María, etc.) y un sector juvenil. Además de un partido político y un periódico que se difundía en todo el Estado. La Iglesia Católica constituía un poder estrictamente terrenal, y su intención era participar en la política electoral, así lo afirmó más de una vez.

Este poder social le daba autoridad y ánimos a la Iglesia para

268

declarar que el decreto 136 ponía en peligro el orden social. La Iglesia advertía y amenazaba. Por su parte, el Gobernador declaró que se actuaba dentro de la ley y que si alguien alteraba el orden, la autoridad se encargaría de someterlo.

En este contexto, con unos contendientes al borde de la guerra, los campesinos jugarían un papel importante. Tanto el Gobierno como la Iglesia querían tenerlos a su lado, para que sirvieran de carne de cañón. Y así lo hicieron los contendientes: se repartieron los campesinos y ya los veremos más tarde, a campesinos criste-ros, matar a campesinos agraristas, armados por el Gobierno y la Iglesia.

LA TIERRA: POR LA LEY O POR LA FUERZA

Este año de 1923 únicamente se dictaron dos resoluciones pre-sidenciales dotatorias de tierras. La del Nayar y la del pueblo de Nombre de Dios. A los campesinos del pueblo del Nayar se les dotó de 768 hectáreas, que fueron tomadas de la Hacienda de Tapias, propiedad del Sr. Juan Gurrola (finado). Mientras que al pueblo de Nombre de Dios, se les adjudicaron 2,868 hectáreas, afectando para ello las haciendas el Refugio, San Quintín y Juana Guerra.

Los campesinos hacían muchas solicitudes de tierra, pero salían pocas resoluciones presidenciales. Para calmar los ánimos inquie-tos de los hombres del campo, la Comisión Local Agraria dictó este año once resoluciones para los siguientes pueblos: El Tunal, El Pue-blito, El Durazno y El Conejo; Pedriceña, Paso Nacional, Ignacio Ra-mírez, Gómez Palacio, Sauz de Abajo y anexos del municipio de San Juan del Río, Peñón Blanco, Rodeo, San Luis del Cordero, Pueblo Nuevo, San Juan de Avilés o Villa Juárez, municipio de Lerdo. Esta resolución y la de Ignacio Ramírez eran ampliación ejidal. Los cam-pesinos de estos pueblos al parecer eran los más inquietos pues ya iban por el segundo viaje, mientras que otros apenas se estaban decidiendo para hacer su primera petición de tierras.

Hicieron solicitudes agrarias los siguientes pueblos o ranche-rías: Tamazula, Congregación de Animas municipio de Rodeo; veci-nos de Morcillo, municipio de la Capital; San Isidro de Tapias, San Luis del Cordero, Huichapa, Saucillo, Amoles, Yerbabuena, El Ojo, Tejámen, Guarichi; municipio de San Bartolo; vecinos de la Capital,

Los anales de Durango (1900-1930)

269

Agua Caliente, municipio de Tamazula; Congregación de Contre-ras, municipio de la capital; Arenal, Mapimí, Vecinos de Santiago Papasquiaro, San Pedro, municipio de Villa Corona; Sauz de Aba-jo y su anexo, El Vicario, municipio de San Juan del Río; vecinos de Texcalillo, Lumbreras y el Molino del municipio de Nombre de Dios; Agua Zarca y El Troncón, del municipio del Mezquital; San José de las Corrientes del municipio de Súchil; El Ranchito, munici-pio de San Juan del Río.

Como puede verse, había un movimiento campesino en pleno auge. En vez de andar en el monte con el 30 a 30 en las manos, los campesinos iban y venían a las oficinas creadas por el Gobierno para los trámites agrarios. No obstante el cauce legal y pacífico por donde el Gobierno había conducido el movimiento campesino, de vez en cuando surgían hechos violentos, como el ocurrido en Santa María del Oro, en el mes de octubre, donde se enfrentaron agraristas y guardias blancas con el resultado de varios muertos y heridos. En Nazas también los hacendados habían armado a sus medieros, aparceros y peones, para, llegado el caso, enfrentarlos con los agraristas de Paso Nacional, que estaban exigiendo la pose-sión provisional de las tierras que les había dotado el Gobernador del Estado.

A principios de año se celebró en el pueblo de Tapona el tercer Congreso Agrarista del Estado de Durango; acudieron algunos con-notados agraristas, funcionarios locales y federales así como los dirigentes del Partido Nacional Agrarista.

Se constituyó en la región lagunera, la Federación de Sindicatos Obreros y Campesinos de La Laguna con el fin de luchar por las clases obreras y campesinas. Por cierto que en el Congreso Agra-rista de Chihuahua se le hicieron fuertes recriminaciones al Gral. Francisco Villa, el cual se oponía al reparto de algunas haciendas de la región de El Oro.

La revolución había destruido todo, el Estado se encontraba en ruinas y era difícil poner de nuevo en marcha el aparato producti-vo. El capitalista extranjero se había ido y no se animaba a regresar. El Gobierno tenía esperanzas que el capital extranjero acudiera al país después de que los de Estados Unidos, por fin, hablan recono-cido al gobierno de Alvaro Obregón; (31 de agosto).

270

Mientras tanto, el Gobernador J. Agustín Castro hacía esfuer-zos desesperados para que los empresarios asumieran su papel de productores. A finales de diciembre del año anterior, emitió un decreto que fue publicado en enero, donde se declaraba de utili-dad pública el establecimiento y fomento de la industria pecuaria. Para ello, el ejecutivo del Estado otorgaba reducciones de las con-tribuciones a los propietarios de predios rústicos, que introduje-ran ganado al Estado. Los subsidios que otorgaba el Gobierno eran muy atrayentes pues fluctuaban de $4.00 a $15.00 por cabeza de ganado vacuno. Algunos hacendados se animaron e importaron y repusieron sus hatos, como el Sr. Raymond Bell, quien al comprar la Hacienda de Atotonilco importó 4000 ovejas y 1500 vaquillas.

La situación había llegado a tales extremos, que los empresarios del comercio, la industria y la agricultura, se reunieron a finales de enero y después de una intensa discusión acordaron: 1o.- Que el Gobernador gestionara ante la Comisión Monetaria, la caja de préstamos o en la Secretaría de Hacienda un préstamo refaccio-nario para los agricultores del Estado por $500,000.00 (Quinien-tos mil pesos). 2°.- Que la Secretaria de Fomento proporcionará a los agricultores de Durango, maquinaria e implementos agrícolas a plazos largos y con intereses módicos. 3o.- Conseguir de la refac-cionaria de Torreón, que en la temporada de lluvias les rentara a los agricultores de Durango dos mil o tres mil mulas, ya que en la región lagunera abundaban esos animales. 5°.- Que el Goberna-dor del Estado se comprometiera formalmente a no embargar ni rematar ninguna finca rústica refaccionada, ni sus productos por concepto de contribuciones o rezagos.

HISTORIAS PEQUEÑAS DEL TEJIDO SOCIAL

Los contribuyentes del Estado, para manifestar su descontento al gobierno local, dejaron de pagar sus impuestos todo el año de 1922; por tal motivo el Gobierno embargó a la mayoría de los pro-pietarios. Hubo días que el periódico oficial estaba ocupado en su totalidad con edictos de notificaciones de remates. Esta huelga de pagos, a varias personas les cayó muy bien, porque en realidad no tenían con qué pagar sus contribuciones.

En el mes de marzo, la Legislatura del Estado emitió el decreto

Los anales de Durango (1900-1930)

271

No. 77, donde se declaró la fusión de los pueblos El Refugio y San Esteban, para dar origen al poblado de Villa Unión.

Este año la Legislatura local emitió la Ley Reglamentaria del Tra-bajo, norma que venía a regular las relaciones obrero-patronales.

Igualmente el poder Legislativo local reformó los arts. 20 de la Ley Electoral Municipal y 18 de la Ley Electoral Estatal. Estas refor-mas prohibieron el uso de los colores de bandera en los distintivos de los partidos políticos. Igualmente la reforma se hacía para que se votara por colores, es decir la cédula de sufragar, serían de tal o cual color para tal o cual candidato.

Las finanzas públicas andaban tan mal, que el Gobierno de la República creó un impuesto federal sobre la propiedad raíz, rústi-ca y urbana. Los únicos que se escapaban de pagar este impuesto federal, eran los predios mineros de 10 hectáreas, los ejidos y las propiedades de las personas morales de interés público. Se pagaba el uno al millar.

El Congreso del Estado facultó al Gobernador para que compra-ra a favor de la hacienda pública, el predio denominado La China. (Parque Guadiana), que ya habían sido expropiado varias veces por los gobiernos de facto de la época convulsiva de la revolución.

El 5 de febrero se constituyó la Asociación Sindical de Maestros, cuya mesa directiva la constituían las siguientes personas: Prof. Lisandro Ávila, Profesora Delfina Arroyo, Profesora María Salazar, Prof. Arnulfo Ochoa, Prof. Petronilo Ávalos, Profesora María Ace-vedo.

Igualmente el Sindicato de Ferrocarrileros, división Durango, eligió su nueva mesa directiva, que encabezaban los C.C. Samuel V. Márquez, Eduardo Hernández, Agustín R. González, José Molina, Gabriel Unzueta, Guillermo Rosales, Amador Blancarte, Jesús Pul-garín, Fernando García, Juan Torres, etc.

Los carniceros de la ciudad de Durango, se declararon en huelga por los altos impuestos que les cobraba la Presidencia Municipal.

La junta de mejoras materiales se haría cargo del hipódromo

272

de Durango, con el objeto de que las ganancias que se obtuvieran con las carreras de caballos, se aplicaran a la pavimentación de la ciudad.

En este mismo contexto, la junta de mejoras materiales consi-guió que los impuestos que pagaban los automóviles se destinaran a la pavimentación de las calles ya que eran los que utilizaban las arterias urbanas.

LA POLÍTICA POR OTROS MEDIOS

El 20 de julio de 1923 cayó acribillado Francisco Villa en la ciu-dad de Parral Chihuahua. Junto con Villa perecen los señores Mi-guel Trillo, Rosalío Rosales, Daniel Tamayo y Claro Hurtado. Uno de los asesinos de Villa, el Sr. Jesús Salas Barraza, era diputado local en Durango en la XXIX Legislatura y había sido en la anterior. Des-pués sería diputado federal. En vez de ser sometido a un juicio cri-minal y purgar una condena en una cárcel, al parecer se le premió con fuero, curul, y dietas. Cosas de la vida y de Obregón.

Desde que Villa se amnistió, las actividades de los bandoleros bajaron de intensidad. Sólo Juan Galindo seguía dando lata. En el mes de febrero secuestró al acaudalado comerciante Isaac Piña Fa-vela y en abril asaltó la diligencia que iba de estación Gabriel a San Juan del Río; en ambas operaciones obtuvo buenas ganancias.

Los anales de Durango (1900-1930)

273

1924: LA REVUELTA DE LA HUERTA

LOS LABERINTOS DEL PODER

Dice el dicho popular que echando a perder se aprende, y los po-líticos de Durango, de tanto hacer elecciones, ya no les salían tan mal, o quizá las camuflaban mejor. Porque el pueblo no sabía vo-tar y máxime que era bastante alto el número de analfabetos. Por ello, se hicieron las reformas pertinentes para que se votara por colores. Tal candidato o planilla de candidatos se anunciaba que participaban con tal color y así el elector votaba por el color.

A principios de enero se hicieron las elecciones extraordinarias de los municipios en que fueron declarados nulos los comicios. En-tre algunos podemos mencionar los siguientes municipios: Lerdo, Santa Clara, Otáez, Villa Corona y Nazas. Eran pocos comparados con otros años.

Esta vez la temperatura política se puso al rojo vivo. La rebe-lión de Adolfo de la Huerta andaba en todo su apogeo; la muerte de Francisco Villa estaba reciente y el levantamiento armado de su hermano, Hipólito Villa, en consonancia con el delahuertismo, resucitaban los bandoleros de toda índole. Las elecciones para Presidente de la República, para Gobernador, Diputados locales y federales, y Senadores, contribuían a sobrecargar la atmósfera de emociones y pasiones en su más alta intensidad.

En estas elecciones participó una coalición de partidos formada por el Partido Revolucionario Durangueño, Agrarista Durangueño y el Laborista Durangueño. Este frente de partidos, representaban al Gobierno, era la versión del Partido Oficial y por lo tanto sus can-didatos para la Presidencia de la República fueron Plutarco Elías Calles, y para Gobernador, el Gral. Enrique R. Nájera; para senador de Durango al C. Gral. J. Agustín Castro; éste y Nájera hacían un enroque: éste dejaba la senaduría y se vendría de Gobernador y Castro dejaba la gubernatura para irse de senador.

274

Frente a la aplanadora oficial participaba el Partido Nacional Fe-rrocarrilero, que postulaba para gobernador al C. Felipe Pescador; y el Partido Popular Evolucionista, de filiación católica. El candi-dato de oposición para la Presidencia de la República era el Gral. Ángel Flores.

Las elecciones para gobernador y diputados locales se efectua-ron el 15 de junio. Para Presidente de la República, senadores y diputados federales el día 6 de julio. Dos elecciones en menos de un mes eran para cansar a cualquiera. Quizá por ello los votantes se equivocaban mucho, al grado que en la mayoría de las casillas, los votos que se anulaban, eran mayor que los válidos. Otras veces constaba en las actas que los electores no sabían firmar y resulta-ba que las papeletas venían todas firmadas.

La oposición constituida por el Partido Ferrocarrilero y el Evo-lucionista, lucharon por invalidar la candidatura del Gral. Nájera, puesto que había sido gobernador interino cuando le dieron golpe de Estado a don Domingo Arrieta. La ilegalidad era clara, pero era una decisión tomada por los altos mandos, era un riesgo calculado y por lo tanto había que correrlo.

Después de una campaña caliente donde hubo hasta muertos, ganó ampliamente el Partido Oficial y a la oposición únicamente le quedó el derecho de “patalear y hacer pucheros”. Hubo dos in-cidentes singulares en este proceso electoral. Uno sucedió en San Juan del Río, donde el candidato a diputado local, Sr. Pablo Valen-zuela, mató a balazos a su propagandista, Sr. José Ponce, porque descubrió que le pasaba información al bando contrario. El otro suceso fue la nulidad de la candidatura a diputado local por el 7o distrito, del Sr. José Ramón Valdés, a quien acusaron de ser militar en activo y que no había pedido licencia. Claro que no se compro-bó que dicho señor en realidad tuviera el carácter de militar, pero eso dijeron los dueños de la verdad y así quedó escrito.

A pesar del triunfo del partido oficial, para la toma de posesión de la Legislatura y del Gobernador tuvieron que concentrar en la capital del Estado todas las fuerzas militares y rurales de la enti-dad. Pues las pasiones estaban al rojo vivo.

El ciudadano Felipe Pescador y los candidatos a diputados del Partido Ferrocarrilero, se proclamaban triunfadores y habían ins-

Los anales de Durango (1900-1930)

275

talado un congreso paralelo que también estaba calificando las elecciones. Más tarde tendrían que pagar su osadía al afrontar un juicio penal por usurpación de funciones.

La Legislatura del Estado (la XXX), quedó integrada por las si-guientes personas:

Dis-trito

Propietario: Suplente:

1o C. Jesús Tamayo C. Gregorio M. Vargas2o C. Federico Briones C. Carlos León de la Peña y Guerra3o C. Agustín Anchondo C. José Ángel Contreras4o C. Diego G. García C. Anastasio Garza5o C. Ramón García (Jr) C. Jesús Navarro6o C. Domingo Urruticochea C. Pascual Martínez7o C. J. Isauro Rivas C. Eulogio Rodríguez8o C. Enrique Sáenz C. Enrique Salas

Distrito Propietario: Suplente:

La votación para Presidente de la República en el Estado de Du-rango fue la siguiente:

9o C. Carlos Andrade C. Juan Fco. Gándara10o C. Gilberto Fragoso C. Manuel González Peña11o C. J. Donaciano Rubio C. Martín Elenes12o C. Fortino H. Aragón C. Facundo Pulido13o C. José María Miranda C. Simplicio Ruiz14o C. Vicente Galindo C. José Morán15o C. Elpidio Lares C. Antonio Casas16o C. Isidro D. Flores C. Manuel Ávalos17o C. Antonio Díaz Prendis C. Pedro Rojas

Distrito Plutarco E. Calles Gral. Ángel Flores

1o 2,292 2,0402o 3,448 1,5853o 3,308 1,3204o 7,188 3255o 4,197 1,899

6o 1,197 1,969

7o 1,636 910

TOTAL 23,266 10,048

276

El General Calles asumió el cargo el 1o de diciembre de 1924.

Las votaciones para senadores:

Gral J. Agustín Castro 20,841 votosC. Antonio R. Ramos 5,532 votosC. Rafael Guerrero 4,904 votosLic. Vicente Guerrero 87 votos

Los ganadores de una curul federal entre otros fueron: Salvador Reyes Avilés, Lic. Ramón Martínez, Lic. Alberto Terrones Benítez, Juan Pablo Estrada, Jesús Salas Barraza.

Aún no se apagaban las cenizas de las elecciones federales y de gobernador, cuando el 25 de septiembre se publicó la convocato-ria para elecciones municipales, las que se efectuarían el domin-go dos de noviembre. Aquella convocatoria caía como vinagre en una herida. Las pasiones volvían a renacer y algunos municipios parecían estanques llenos de pirañas, en especial los de la región lagunera.

El municipio de la capital estuvo muy disputado por la oficiali-dad representada por la coalición de partidos, (el Revolucionario, el Agrarista y el Laborista, todos ellos durangueños) y la oposición encarnada en el Partido Nacional Ferrocarrilero y el Partido Popu-lar Evolutivo.

El frente de partidos unidos, postuló como candidato a Presi-dente Municipal, al Sr. Silvestre Dorador, persona bastante conoci-da en el municipio, por su honorabilidad y por su lucha al lado de los desposeídos, aunque con escasa experiencia y malicia política. El candidato del Ferrocarrilero fue el Sr. Agustín Olivas y del Evo-lutivo el Sr. Luciano Salas. El Sr. Dorador obtuvo 1,324 votos; el Sr. Olivas 314 y el C. Luciano Salas 631.

La planilla ganadora la conformaron los siguientes ciudadanos:

Regidor Propietario: Suplente:

1o C. Silvestre Dorador Luis de la Hoya3o Alejandro Ibarra Anastacio Cisneros

Los anales de Durango (1900-1930)

277

5o Rosendo Ramos Serapio Ochoa7o Fidel Betancourt Alfredo E. Huerta9o Alberto Martínez H. Matías Ramírez11° J. Guadalupe Rodríguez Sabino Aguilar13° José Contreras Elías Rodríguez15° Juan J. Palacios Adrián Flores

En algunos municipios los triunfadores fueron las siguientes planillas:

TepehuanesRegidor Propietario: Suplente:

1o C. Gral. Manuel Gamboa Alfredo Nava 3o C. Ranulfo C. Fragoso Manuel Monárrez5o C. Merced N. Valdés José Meza Nájera

CanatlánRegidor Propietario: Suplente:1o C. Francisco Vargas Eduardo Montes3o C. Isidro Montelongo Refugio García5o C. Víctor Alatorre Porfirio Ruiz

GuanacevíRegidor Propietario: Suplente:

C. Espiridión Carreras C. Jesús Chavira C. Modesto Caballero

Francisco Mariscal José Díaz Reyes C. José Villarreal

El OroRegidor Propietario: Suplente:

C José Aguirre S. C. Vicente Arredondo C. J. Antonio Silerio

Eliseo Carrete Epifanio Meléndez Jesús Chávez

Villa OcampoRegidor Propietario: Suplente:1o

2o

3o

4o

5o

C. Simón Moreno C. Anselmo Franco C. Jesús Gómez C. Prisciliano Ruiz C. Vicente Enríquez

Severiano Ruacho F. Talamantes Emiliano Reza Salomé Gómez José Ma. Anaya

278

MezquitalRegidor Propietario: Suplente:1o

3o

5o

C. Ángel Guzmán C. Ezequiel Gómez C. Pablo Vargas

Simón Ibarra Jesús Nieto José Barrios

Ciudad LerdoRegidor Propietario: Suplente:1° 3o

5o

7o

9o

11°

C. Faustino Martínez C. Francisco Tinoco C. Juan Ramírez C. Pablo Pérez C. Felipe Biaña C. Catarino Ramírez

Simón Ibarra Ventura Reyes P. González V. Eulalio Orona Juan Gutiérrez 1 Pedro Martínez

Pánuco de CoronadoRegidor Propietario: Suplente:1° 3o

5o

C. Joaquín Fuentes C. Ramón Ávalos C. José Romero

Pilar Marrufo Jesús Hugues Silvestre Quiñones

San Juan del RíoRegidor Propietario: Suplente:1o C. Galacio Manzanera Francisco Fierro 3o C. Atenógenes Aguilar Tiburcio Enríquez5o C. José Romero Silvestre Quiñones

CanelasRegidor Propietario: Suplente:1o C. Margarito Gamboa Pedro Monárrez3o C. Antonio Vega R. Rodríguez H.5o C. Adolfo Espinosa Ramiro QuinteroSan Luis del CorderoRegidor Propietario: Suplente:1o C. Julián Jiménez R. Corchado P. 3o C. Porfirio García Mauro Soto5o C. Nicolás Tafoya Casimiro Escalera

Gómez PalacioRegidor Propietario: Suplente:1o C. Natividad A. Espino Jesús Caballero

Los anales de Durango (1900-1930)

279

3o C. Félix Morales José A. Reyes5o C. Casimiro Domínguez José Ma. García7° C. Marcos Blanco D. G. González9o C. Santiago Franco M. M. Morales11° C. Vicente Tapia José R. Ramos

Peñón BlancoRegidor Propietario: Suplente: 1o C. Daniel Pulido Isidro Castro3o C. Isabel Díaz Ambrosio Puentes

IndéRegidor Propietario: Suplente:1o C. Felipe del Rivero M. Cháidez2° C. Eduardo Bolívar Natalio Ávila3o C. Eduardo Rubio G. Alarcón4o C. Teodoro Burciaga León Urbina5o C. Lorenzo Barraza I. Arredondo.

San Juan de GuadalupeRegidor Propietario: Suplente:1o C. Catarino López Samuel Enríquez3o C. Guadalupe Rivera M. Martínez5o C. José Monreal Francisco Adame

El colegio electoral decretó nula la declaración hecha por la jun-ta computadora de Gómez Palacio, que daba el triunfo a la planilla encabezada por el Sr. Antonio E. Martínez y declaró ganadora a la planilla a cuyo frente estaba el Sr. Natividad A. Espino.

En cambio en Cuencamé, Siánori y San Bernardo se declararon nulas las elecciones. En el municipio de Nazas, también se declaró inexistente la resolución de la junta computadora y se designó en cambio a otra planilla encabezada por el Sr. Jesús Ceniceros.

De todo lo anterior puede observarse que una nueva genera-ción de políticos incursionaba por los laberintos del poder... y del dinero.

280

LA TIERRA: POR LA LEY O POR LA FUERZA

Este año únicamente se dictaron cuatro resoluciones presiden-ciales de afectaciones agrarias. A los vecinos de Villa Juárez, mu-nicipio de Lerdo, se les concedió un nuevo centro de población agrícola, dotándoles para tal efecto de 3,881 hectáreas, que fue-ron tomadas de las haciendas de San Pedro de Castas, San Carlos y Avilés.

A los campesinos de Santa Cruz de Rancherías (hoy J. Isabel Robles) del municipio de San Bartolo, se les dotó de 10,300 has. Mientras que al poblado de Paso Nacional, se le dió de 2,475 hec-táreas, afectándose para ello a la Hacienda de San Antonio de Na-zas, (propiedad de los hermanos Torres Saldaña), con 247 has. de riego. Y a la hacienda de Santa Catalina del Álamo con el resto.

En igual forma fueron dotados de 1,755 has. los campesinos de Villa Unión, tierra que se tomó de la Hacienda de San Esteban, pro-piedad del Dr. Agustín Manzanera del Campo y Natalia Manzanera de Uranga.

Por su parte, la comisión local agraria este año emitió 13 dic-támenes sobre dotación y restitución de tierras. Estos fueron los pueblos beneficiados: Santa Cruz, Texcalillo, San Francisco de Mal-país del municipio de Nombre de Dios; congregación de Canadá, la Soledad y Presidios del municipio de Canatlán; congregación de Río Grande del municipio de San Juan del Río; vecinos del pue-blo de Avino y la congregación de Pánuco, ambos de la municipa-lidad de Pánuco de Coronado; congregación de San Francisco del municipio de Súchil; San Pedro del Tango del municipio de Nazas, Cieneguilla del municipio de Poanas; vecinos del pueblo de San Bartolo del municipio de San Bartolo; congregación de Campanilla del municipio de Otáez.

Mientras tanto, el movimiento agrarista tomaba cada día más auge.

El Congreso Nacional Agrarista celebrado el año pasado en los llanos de Tapona, había alentado el espíritu de lucha de los cam-pesinos. Por lo pronto este año hicieron solicitudes de tierras los siguientes pueblos: Agua Zarca, El Troncón, Atotonilco y Paura del municipio del Mezquital, Súchil, Muleros; Garame, San Nicolás,

Los anales de Durango (1900-1930)

281

Atotonilco todos de Santiago Papasquiaro; El Ranchito y Ocampo de San Juan del Río; San Francisco del Malpaís, San José de las Co-rrientes del Municipio de Súchil; Colonia 20 de Noviembre, muni-cipio de la Capital; Santa Isabel de Berros, municipio de Canatlán; Santa Cruz de Tepehuanes del municipio de El Oro y San José del Xoconoxtle del municipio del Mezquital.

A principios de enero se efectuó una convención estatal del Sin-dicato Agrarista y entre otros resolutivos se acordó acudir a una audiencia con el Presidente de la República a solicitarle armas para combatir a la reacción.

Mientras tanto, algunos hacendados agrupados en la Cámara Agrícola de La Laguna estrenaron al nuevo Gobernador con un problema de invasión de tierras en La Laguna, donde los agraristas querían recoger el algodón sin haber sembrado. Encabezaban la comisión, don Pedro Torres, Lic. Joaquín Baranda y don Abraham Luján.

“¡Ante todo la unión! ¡Acción directa contra los traidores que pretenden minar el sindicato! ¡Acción directa contra los políticos de profesión! ¡Tierras por la ley o por la fuerza!” Así encabezaba la convocatoria para el quinto Congreso Estatal Agrarista, el presi-dente del consejo ejecutivo, Lic. Alberto Terrones Benítez.

El congreso se celebró el 1o de enero de 1925. Este año les ha-bla ido bien a los agraristas, empezando por su presidente el Lic. Terrones Benítez, que había sido electo diputado federal; Fortino Aragón, diputado local y J. Guadalupe Rodríguez, regidor del H. Ayuntamiento de la capital. No estuvo mal la cosecha después de todo.

EL MOVIMIENTO OBRERO

El 31 de mayo el Gobernador del Estado emitió un decreto don-de expresaba, que en virtud de que hasta la fecha no se había po-dido integrar la junta de conciliación y arbitraje, con base en el Art. 100 de la ley reglamentaria de trabajo, el ejecutivo designaba a las siguientes personas como representantes del sector obrero: Alber-to Martínez H., Fortino Aragón, Carlos Andrade, José María Miran-

282

da, y Santiago Loyo. Y como representantes del sector patronal a los C.C. Esteban G. Rosas, Vicente Flores, Baltazar Elizondo, Jesús F. Tamayo y Francisco M. Flores. Y como suplentes de éstos a los C.C. Benjamín García, Jacobo Sifuentes, Juan L. Lozoya, Mauricio Natera y Daniel Ramírez.

Los representantes de los obreros eran puros grillos: el Sr. Al-berto Martínez, fue director del periódico “Redención” y miem-bro prominente del Partido Ferrocarrilero; Fortino H. Aragón, era agrarista de cuerpo y alma; José María Miranda era Secretario General del Partido Revolucionario Durangueño y Carlos Andrade, Secretario del interior de este mismo partido. Estos tres últimos serían diputados locales en septiembre junto con Jesús F. Tamayo del sector patronal.

En el mes de diciembre, el C. Silvestre Dorador se haría cargo de la junta de conciliación y arbitraje. Meses antes el Gobierno del Estado había emitido el reglamento para el funcionamiento inte-rior de las juntas municipales de conciliación y la de conciliación y arbitraje del Estado.

El Gobierno pasaba por una difícil situación económica. El año anterior los contribuyentes se habían declarado en huelga de pa-gos de impuestos. Ahora en septiembre era el Gobierno quien decretaba la suspensión de pagos de toda clase de créditos, pen-siones, sobresueldos, jubilaciones, etc. En este mismo decreto el Gobierno declaraba que quedaban suspendidos todos los remates por concepto de contribuciones. Y además se daban facilidades para que los contribuyentes pagaran en abonos sus adeudos fisca-les y sin recargo alguno.

LA POLÍTICA POR OTROS MEDIOS

Para enfrentar la rebelión de Adolfo de la Huerta, el Gobierno del Estado decretó la requisa de caballos, monturas y armas. Por decreto de fecha del 10 de febrero concedió un término de 24 ho-ras para que fuesen entregados caballos, monturas y parque, bajo la amenaza de proceder militarmente en contra de lo que no cum-plieron con ese ukase.

Los anales de Durango (1900-1930)

283

Los villistas sin Villa volvieron a levantarse en armas y crearon algunas dificultades y preocupación al gobierno. Los generales J. Agustín Castro, Eulogio Ortiz y Marcelo Caraveo fueron los respon-sables de combatir el villismo, para ello contaron con una fuerza de más de tres mil hombres. Las huestes rebeldes las comandaba Hipólito Villa y el eterno y escurridizo bandolero Juan Galindo, así como Nicolás Fernández.

El general J. Agustín Castro utilizó a “los agraristas”, (y éstos se dejaron usar), para combatir a los villistas. En el combate de La No-ria, el grueso de las fuerzas del gobierno eran los agraristas de los llanos de Tapona y de Canatlán, quienes fueron comandados por los federales Juan Jiménez Méndez y Joaquín Terrazas.

El agrarista que diera la espalda al enemigo era fusilado en el acto. Bajo esa consigna los agraristas fueron utilizados como fuer-za de choque o carne de cañón en contra de los rebeldes, que tam-bién eran campesinos, pero que ya no sabían ni por qué pelea-ban.

A principios de abril nuevamente las fuerzas del Gobierno ba-tieron a los villistas en la hacienda de Toboso, Chinacates y Alisos. Posteriormente la mayoría de los jefes rebeldes se rindieron. Me-nos Juan Galindo, que seguía por las sierras de Durango, como el último ejemplo de una especie en extinción.

Este año el general don Domingo Arrieta también se amnistió; había andado de errabundo todo el período de Obregón, pues su olfato de serrano le decía que el manco no perdonaba a nadie, y la muerte de Villa le daba la razón.

Mas tarde, cuando ya no se necesitaron sus servicios, los agra-ristas fueron licenciados; sus dirigentes sabían que tenían un potro en la manada del Gobierno. Por lo pronto ese potro tomó la forma de curules, fueros y dietas, pues pagar es corresponder.

284

1925: CALLES EN DURANGO

LOS LABERINTOS DEL PODER

En los comicios municipales efectuadas el 2 de noviembre de 1924, hubo conflictos poselectorales o simplemente no se pudieron rea-lizar las elecciones, por ello este año estaban funcionando las si-guientes juntas municipales que eran nombradas por el C. Gober-nador: Amaculí, Copalquín, Huazamota, San Dimas, San Pedro del Gallo, Santa Clara, Santiago Papasquiaro, Siánori, Súchil, Tamazula, Topia, Tominil, San Andrés Victoria, Villa Corona, Villa Hidalgo. Gra-cias a esta circunstancia llegó a Presidente Municipal de Santiago Papasquiaro el Sr. José Ramón Valdés.

Hubo casos como en Gómez Palacio, en donde por tercera vez consecutiva el colegio electoral echó abajo la declaración de la jun-ta computadora y declaraba triunfadora a otra planilla.

Este año la agitación electoral fue mínima, pues solamente se realizaron algunas elecciones municipales extraordinarias y ya casi al terminar el año, el 1o. de noviembre se efectuaron las eleccio-nes reglamentarias de los Ayuntamientos del Estado. La convoca-toria se expresaba en los siguientes términos:

Art. 1o.- Se convoca al pueblo de Durango para que el primero de noviembre próximo, proceda de conformidad con la ley electo-ral municipal del 15 de noviembre de 1917, sus reformas de 15 de mayo de 1919, 29 de septiembre de 1922, y 26 de abril de 1923, a elegir a los ciudadanos que deben integrar los ayuntamientos de las municipalidades del Estado. Art. 2°.- En los municipios en que se encuentren funcionando ayuntamientos de elección popular, la elección será únicamente para regidores de número par; para efectos de verificar la renovación que dispone el artículo primero reformado de la citada ley electoral. Art. 3°.- En aquellos munici-pios en que no hubiera habido elecciones para el período 1925-1926 y en aquellos que habiendo habido, hubieren sido declaradas nulas, la elección será para la integración total de los ayuntamien-

Los anales de Durango (1900-1930)

285

tos, debiendo ser para el período del año de 1926, para los regi-dores de número impar, y para los años de 1926-1927 para los de número par. Art. 4°.- Los ciudadanos electos, previa sanción legal deberán tomar posesión de sus cargos el día primero de enero del año próximo.

Como puede verse, desde la misma convocatoria empezaba la confusión de las elecciones. Imagínese usted: había mucha gente que no sabía leer y escribir y otros que apenas sí podían poner su nombre, la convocatoria los dejaba mareados, como si se acabaran de bajar de un volantín.

Este año las elecciones de los cabildos se realizaron con media-na tranquilidad, no hubo la pasión desbordada del año anterior, cuando los candidatos terminaron en un juzgado penal. Pero aún en estas circunstancias, se cometían anomalías que motivaban su nulidad. Incluso había municipios en donde no se efectuaban las elecciones el día señalado por la convocatoria, y las autoridades electorales encargadas de su verificación, olímpicamente las ha-cían cualquier otro día.

En el municipio de Durango se eligieron los siguientes regido-res:

Propietario: Suplente:

2o Antonio B. Ruiz 2o Carlos Cano4o José Ma. Romero R. 4o Julio López6o Octavio Ortega 6o Carlos B. Vázquez8o Francisco J. Arellano 8o Pedro Castro10° Leopoldo Lucero 10o Ricardo Camacho12° Alberto Sánchez 12o Pedro H. Quinatan14° Miguel Chávez 14o Jesús Chávez López

En Gómez Palacio, la ciudad de los eternos conflictos, había tal confusión que sólo Dios y el Gobernador sabían lo que sucedía; por ejemplo, el 16 de diciembre de 1925 el colegio electoral, que calificó las elecciones recientes del 1o de noviembre de 1925, emi-tió su declaración donde expresaba:

Art. 1o. -Es nula la declaración hecha por la junta computado-

286

ra del municipio de Gómez Palacio con fecha 8 de noviembre de 1925, que declaró electos regidores para integrar el ayuntamien-to de aquel municipio a los siguientes ciudadanos: Dionisio Ortiz A., Gumersindo Luna, Agustín Pimentel; Constancio Esquivel, Ba-silio Rivas. Art. 2°.- Se declaran electos regidores, para integrar el H. Ayuntamiento de Gómez Palacio, que funcionaran los años de 1926 a 1927, a los ciudadanos:

Propietario: Suplente:

2o Porfirio Nájera Álvarez 2o Ignacio Ayala4o Leopoldo Martínez 4o Apolonio Valtierra6o Anastasio Garza 6o Enrique Gaytán8o Eufrosino Jiménez 8o Magdaleno Flores10° Román Gutiérrez 10° Clemente Estrada

En estas elecciones, como en las pasadas recientemente, par-ticipaban tres agrupaciones políticas. El PRD que era el partido oficial; un partido de derecha, el PPE (Partido Popular Evolucio-nista), alentado y financiado por el clero; y un Frente de izquierda conformado por el Partido Nacional Ferrocarrilero (que era filial del partido laborista) y el Partido Agrarista (el ala radical de esta organización).

El líder de este frente era el Sr. Felipe Pescador, que le había disputado primero la senaduría y después la gubernatura al Gral. Enrique Nájera.

Pues bien, en Gómez Palacio participaron tres candidatos: Dio-nisio Ortiz Acosta por el Partido Ferrocarrilero Laborista; Porfirio Nájera Álvarez por el PRD, y el Sr. Benito Rubio por el PPE. Al Sr. Nájera Álvarez, además lo apoyaron algunos clubes locales como el “Democrático Francisco I. Madero”, y el “Agrarista Dionisio Re-yes” y el “Liberal Durangueño”.

La elección fue muy participativa, y era claro el triunfo de Dio-nisio Ortiz Acosta. Como los contendientes sabían que el control de la junta computadora era clave, hacia ese espacio llevaron la contienda. La junta computadora se integraba con todos los presi-dentes de casillas del municipio, que debían reunirse después de la elección. Si no se reunían, el ayuntamiento respectivo se constituía

Los anales de Durango (1900-1930)

287

en junta computadora. Como los laguneros son unas chuchas cue-reras, no dejaron al azar los nombramientos de los presidentes de casillas. A tal grado que el partido oficial únicamente controlaba a diecisiete presidentes de casillas, los laboristas doce y el PPE a ocho. Todo hubiera salido bien si la oposición se hubiera manteni-do desunida, pero por obras del destino, sucedió que en el cierre de campaña del candidato Benito Rubio del Partido Evolucionista, fueron atacados y hostilizados por un grupo de choque del Partido Oficial. En estas circunstancias, la bilis revuelta es mala consejera y por ello, en la junta computadora los presidentes de casillas del Sr. Rubio, hicieron causa común con los del Sr. Dionisio Ortiz, en estas condiciones declararon ganador al Sr. Ortiz. Sin embargo, el Partido Oficial no se dio por vencido y en el colegio electoral, que estaba controlado por el Gobierno, revocaron la declaración de la junta computadora de Gómez Palacio.

Como usted puede observar, los ciudadanos sí sabían hacer elecciones; los que no sabían eran las gentes del Gobierno.

El acontecimiento más relevante del año fue la visita a Durango del Presidente de la República, Gral. Plutarco Elías Calles. Gracias a esta gira presidencial se consiguió establecer la Escuela de Agricul-tura J. Guadalupe Aguilera. Institución pionera en ese ramo pues captaba a hijos de campesinos, los preparaba y los regresaba al campo.

La figura presidencial es una especie de Santa Claus laico; la vi-sita del Gral. Calles nos dejó también la presa de Dolores, sobre el río la Sauceda. Decían las malas lenguas, que con esta presa el Gral. Enrique Nájera regaría su predio de 200 has., que tenía por esos rumbos.

A principios de año fueron electos presidente y vicepresidente del Supremo Tribunal de Justicia los licenciados Francisco Saldaña y Rafael Reyes Avilés. Mientras que don Julio C. Ruiz era designado Secretario Particular del gobernador. Por su parte el Sr. José Ra-món Valdés se autopromovía en los medios, pues daban cuenta de la gestión administrativa en el municipio de Santiago Papasquiaro, como presidente provisional de la junta municipal. Por fin, el Sr. Valdés llegaba a un puesto, desde 1911 andaba en las lides políti-cas y siempre había perdido. Y es que tuvo un mal comienzo, parti-

288

cipó en las huestes reyistas de Durango, a las que dejó embarcadas el excelso Gral. Bernardo Reyes.

LA TIERRA: POR LA LEY O POR LA FUERZA

Este año se expidieron trece resoluciones presidenciales, de las cuales once eran dotatorias de tierras y dos de aguas. Si observa-mos el número de resoluciones en los años próximos anteriores, (10 en 1921; 3 en 1922; 2 en 1923; 4 en 1924) se hace evidente una manipulación política del reparto de la tierra.

A San Luis del Cordero se le restituyeron 5 sitios de ganado ma-yor; a Ignacio Zaragoza de Pánuco de Coronado, 1,933 has.; San José de Avino, de Pánuco Coronado, 1,896 has.; a Rodeo, 4,587 has.; a Cieneguilla Poanas, 3,718 has.; Río Grande de San Juan del Río 1,654 has.; San Pedro de Tongo, Nazas 1,560 has.; Francisco Javier de Vicente Guerrero 1,554 has.; Simón Bolívar, 3042 has. Y dos dotaciones de agua, una al Pueblo de Súchil y la otra, el pueblo de Muleros o Vicente Guerrero.

De 1917 a 1925 se habían entregado a los campesinos de Du-rango 86,541 hectáreas. Pero había en la Comisión Local Agraria una gran cantidad de peticiones de tierras: Atotonilco, Arenal, Pau-ra, San Ignacio, Copalquín, San Nicolás, San Bartolo, San Dimas, San Miguel de Temohaya, Santa María de Ocotán, Santa Cruz de Tepehuanes, Santa Clara, Garame, Sauz de Abajo, La Negra, Xoco-noxtle, Las Trojes, Tahuehueto, Ocotán, Morcillo, Chavarría Nuevo, Aguacaliente, Chavarría de Abajo, Emiliano Zapata, Amoles, Benito Juárez, Tamazula, San Gregorio de los Bosos, Santa Teresa de la Uña, San Diego de Tenzain, Jaralito, Gral. Galeana, Gral. Escobedo, Graseras, Guarichi, Guichapa, Mancinas, Metatito Pié de la Cuesta, Providencia, Ignacio Zaragoza, Orestes Pereyra, Gral. Plutarco Elías Calles, Santiago Papasquiaro, Siánori, San Pedro Mártir, San Juan del Río, Álvaro Obregón, San Isidro de Tapias, Tuitán, Yerbabuena, Santo Niño, Agua Zarca y Troncón, Santa Catalina de Sena, Carre-tas, El Trébol, El Bordo, La Victoria, Fresno, La Trinidad, Limón, To-pia, León Guzmán, Donato Guerra, San Ignacio de la Sierra, Nicolás Bravo, Cuauhtémoc, Carrillo Puerto, Vicente Guerrero, Villa Made-ro, Tejamen y San Diego de Alcalá.

Los anales de Durango (1900-1930)

289

Esto era un verdadero enjambre pidiendo tierras y, como era lógico, los políticos no podían dejar de ver o percibir aquella mul-titud, que organizada y encauzada se convertiría en una fuerza po-lítica manipulable.

Pero además de la vía ejidal, se utilizó el camino de fraccionar las haciendas o latifundios. Esta vía estaba explícitamente esti-pulada en el art. 27 Constitucional. Por este camino la tierra era vendida, el adquiriente obtenía un inmueble bajo el régimen de propiedad privada.

En Durango se había emitido la ley agraria de 1921 que regu-laba el fraccionamiento de las haciendas. Y para tal efecto estaba funcionando la comisión de fraccionamientos, que, por cierto, en este tiempo, era presidente de la misma, el Sr. Carlos V. Flores.

Estaban en proceso de fraccionamiento las siguientes hacien-das: Juan Pérez, Acatita, Santa Inés y Anexas, Santa Isabel de Be-rros, Guadalupe, La Rueda, Cacaria, Tapona, La Purísima, La Puerta, Labor de Guadalupe. Otros hacendados estaban muy interesados en fraccionar sus heredades, pues colocados ante la disyuntiva de vender o dejar que les confiscaran sus tierras, estaban optando por la primera vía.

A consecuencia de toda esta reestructuración o transvase de la propiedad, había un gran movimiento campesino, movimiento que se motivaba en algo material como era la tierra, lo que resultaba un ideal muy atrayente para el hombre del campo; además, como no se adjudicaba en propiedad, por cualquier motivo se podía qui-tar. Era una especie de donación y por ende revocable.

Esto lo sabían los campesinos y también los donadores de la tierra, (que hacían caravana con sombrero ajeno), lo que les daba una gran capacidad de manipulación, pues tenían a los campesi-nos agarrados de los meros cojones.

Todos los que querían y deseaban tierra se agrupaban en este movimiento agrarista y había que organizarse y luchar para obte-nerla. Y los que ya la conseguían, tenían que estar alertas y luchar para mantener la tierra conquistada. Además, inventaban otros objetivos secundarios como créditos, implementos agrícolas, ca-minos, presas, etc., para movilizar a los campesinos.

290

En Durango, el movimiento agrarista había nacido en 1920 a moción de los pueblos de Avilés, hoy Villa Juárez, Peñón Blanco, Ocuila, Pasaje y Tuitán. Para estas fechas conformaban el Sindica-to Agrarista 117 pueblos, 18 agrupaciones agrarias que hacen un total de 27 mil agremiados. Los agraristas ayudaron al Gobierno a derrotar y perseguir a los elementos perturbadores del orden, como fueron los bandoleros, el villismo y la asonada delahuertista. En este último conflicto, los agraristas habían participado con tres mil elementos. El movimiento campesino era pues una fuerza pú-blica actuante en esta época.

El año pasado habían celebrado un congreso nacional en la re-gión llanera de Tapona, y este año, a principios de enero celebra-ron el 5o congreso agrarista estatal, al que asistieron más de 200 delegados; se aprobaron los estatutos, se discutió la posibilidad de convertirse en partido político agrarista. Y se acordó desligar el sindicato, del Partido Nacional Agrarista.

En este evento se constituyó un consejo directivo, eligiendo un representante por cada distrito electoral en que estaba dividido el Estado, el que quedó constituido por las siguientes personas: José Ma. Rodríguez, Miguel Peralta, José Núñez Esquivel, Urbano Solís, José Cruz Sariñana, Ángel Hernández, José Ma. Mendoza, Pascual Barraza, José Guadalupe Favela.

El comité ejecutivo se conformó así: presidente; Lic. Alberto Te-rrones Benítez; vicepresidente, Agustín Anchondo; secretario, Car-los Andrade; pro secretario, Federico Briones.

El Lic. Alberto Terrones Benítez era un abogado de compañías norteamericanas que no mostró ninguna simpatía por la revolu-ción, hasta la etapa carrancista. Fue diputado constituyente, ma-gistrado, diputado federal y en fin un político profesional, hábil en el manejo de hombres y problemas, máxime cuando se tiene el respaldo del gran poder.

El Sr. Agustín Anchondo era diputado local en la XXX Legislatura por el tercer distrito electoral. El Sr. Carlos Andrade igualmente era diputado local y secretario del exterior del PRD Federico Briones también era diputado y además secretario del interior del comité ejecutivo estatal del PRD.

Los anales de Durango (1900-1930)

291

Como puede observarse, el Partido Oficial tomó por asalto la organización del movimiento agrarista y los disidentes fueron ex-pulsados y se originó con ello un conflicto que duró varios meses. Las cabezas más visibles de los disidentes o radicales eran el Lic. Rodrigo Gómez, Isidro D. Flores, Santiago Loyo y J. Guadalupe Ro-dríguez.

En otro contexto, el Gobierno del Estado emitió la ley local de la deuda agraria, cuya finalidad era reglamentar la emisión de bo-nos para el pago de las indemnizaciones por las expropiaciones de tierras.

CLERÓCRATAS Y CLERÓFOBOS

La revolución de los generales de don Adolfo de la Huerta, des-vió la atención del proceso de confrontación que se estaba dando. Como si las partes hubiesen tomado un receso para agarrar aire y repensar lo que estaban haciendo o iban a hacer.

Después que las aguas volvieron a su cauce normal, el conflicto se reinició desde donde se había quedado. Las autoridades con-signaron al cura de Nicolás Bravo, Municipio de Canatlán, por vio-lación al artículo 130 Constitucional y por proferir ataques a las normas básicas de la República.

En esta misma línea, el Gobierno mandó cerrar el templo de Pe-driceña, bajo la excusa pueril de que se encontraba en malas con-diciones y que su probable derrumbe podía causar una catástrofe. Nadie creyó la justificación, ni la señora madre de las autoridades. Todo esto contribuía a calentar el ambiente en ambos frentes.

Más tarde al cura del templo del Carmen, Sr. Eduardo Ferré, que era de nacionalidad española, se le prohibió que siguiera oficiando y fue expulsado del país.

UN PROLETARIADO CON DOS PATRONOS

En Durango operaba el Partido Laborista Durangueño, su secre-tario general era el Sr. Francisco Ávila y el secretario del interior el C. Fidel Betancourt; otras cabezas visibles eran los C.C. Matías Ramírez y Agustín Muñoz. Algunos de ellos ya habían saboreado

292

las delicias del poder, pues habían incursionado como regidores del ayuntamiento de la capital.

A partir de la ley del trabajo promulgada por el Gobierno del Gral. Agustín Castro, se fueron creando poco a poco las institu-ciones legales o sociales para regular y moderar los conflictos del capital y el trabajo.

El año de 1924 la Junta Estatal de Conciliación y Arbitraje se había constituido en la siguiente forma:

Lic. Ángel del Palacio, Baltazar Elizondo y Gregorio M. Vargas, como representantes de la Patronal. Alberto Martínez H., Alber-to González y J. Guadalupe Rodríguez como representantes de los trabajadores. Y por el C. Ernesto Martínez como representante del Gobierno del Estado.

El Lic. Ángel del Palacio era un miembro distinguido de la orden de los Caballeros de Colón, con magníficas relaciones con los te-rratenientes y hombres de dinero de la localidad. Fue jefe político y quiso ser diputado local por el distrito de San Dimas, pero fue derrotado por el Sr. Antonio Laveaga. De ahí en adelante se había dedicado a ejercer su profesión y jugaría un papel importante en la defensa imposible de los terratenientes.

En 1925, la Junta de Conciliación y Arbitraje del Estado la inte-graban los C.C. Antonio Araiza, Mauricio L. Sánchez, José S. Barra-gán, José González, D. J. Floylán Reyes, Manuel Martínez E., Miguel Aguilar, y Antonio Rosales, los cuatro primeros como representan-tes de los patrones, y los últimos de los obreros, y del C. Alberto García Ávila, representante del Gobierno.

En un ambiente ruralizado había pocos obreros, salvo en la re-gión de Gómez Palacio y desde luego los obreros mineros. En este ramo serían pioneros el Sindicato de Trabajadores Felipe Carrillo Puerto de Velardeña, laborantes en la Cía. Minera Asarco S.A.

En Gómez Palacio, la Junta de Conciliación quedó integrada por los C.C. Félix Morales, Presidente, y como representante de los obreros Gumersindo Luna y J. Trinidad D. Sánchez; como represen-tantes de la patronal, el Lic. José Zurita y Ricardo Blasques.

Los anales de Durango (1900-1930)

293

En Canatlán la junta se integró así: Presidente, Sr. Víctor Alato-rre. Representante de los patrones, los C.C. Fidel Ruiz y Manuel Rodríguez; representante de los obreros, Valentín Herrera y Doro-teo Soto.

A principios de marzo estalló una huelga de tranviarios en la Ciudad de México y la Federación de Sindicatos de Durango, entre-gó un día de salario en apoyo a dicho movimiento.

A principios de enero estalló una huelga en la fábrica de “La Concha”, la que fue solucionada por los oficios conciliatorios del Gobierno. La Compañía Minera Asarco S.A., pretendía despedir a 200 trabajadores, pero también el Gobierno medió con la empresa para evitar el desempleo.

Este año estaban funcionando 18 juntas de conciliación en los municipios de Canatlán, Cd. Lerdo, Cuencamé, Durango, Gómez Palacio, Guanaceví, Indé, Mapimí, Mezquital, Nazas, El Oro, Peñón Blanco, Pueblo Nuevo, San Dimas, San Juan de Guadalupe, Otáez y San Pedro del Gallo.

HISTORIAS PEQUEÑAS DEL TEJIDO SOCIAL

El 25 de febrero un incendio destruyó la mayoría de las casas del mineral de San Andrés de la Sierra. Hubo algunos damnifica-dos, pues como las casas eran de madera, el fuego convirtió en cenizas 36 cabañas. Las familias se quedaron con lo que traían puesto, pero el Gobierno acudió en su ayuda.

El pueblo de Súchil, La Parrilla y Vicente Guerrero vivieron algu-nos días con el Jesús en la boca, pues a principios de abril estuvo temblando en esa región. Y como se sintieron varios sismos, la gen-te se salió de los pueblos y acampó a las orillas de sus ranchos.

Este año el Gobierno del Estado emitió un reglamento para la portación de armas de fuego. Se observa que el estado local o pro-vincial, aún tenían la facultad de reglamentar lo relativo a la po-sesión y portación de armas, que es un derecho tan importante como el de la libertad de expresión y de reunión.

El proceso agrario también iba transformando el medio rural.

294

Surgieron pueblos donde antes había un simple caserío de las ha-ciendas. Transcribimos la lista de pueblos que han cambiado de nombre.

Nombre antiguo Nombre actual

Municipio a que pertenecen

Tapona Villa Guadalupe Victoria Peñón BlancoEstación Catalina Villa Ignacio Allende Peñón BlancoSauz de Salinas Villa Ignacio Ramírez Peñón BlancoSaucillo Villa Juan Hernández y Marín Peñón BlancoSan Juan de Tarabillas Pueblo Carrillo Puerto Peñón BlancoVentanilla y San Pueblo Gral. Alvaro Obregón Peñón BlancoJosé de NazarenoSan Isidro y Tapias Luis Moya Peñón BlancoColorada y Porvenir General Calixto Contreras Peñón BlancoConejo Pasa Nacional.- Nazas.Tetillas José María Morelos NazasSan Fco. de las Liebres Pueblo Benito Juárez NazasLos Amoles Los Amoles RodeoLa Trinidad Pueblo de Abasolo RodeoGuichapa Guichapa RodeoSanta Lucía Plutarco Elias Calles CanatlánOcotán Pueblo de Ocotán CanatlánCacaría Nicolás Bravo Canatlán

Nombre antiguo Nombre actualMunicipio a que pertenecen

Ranchos Unidos deEl Vergel, Salitrillo yEl Carmen Emiliano Zapata CuencaméPurísima Cuauhtémoc CuencaméEstación Pedriceña Pueblo de Pedriceña CuencaméRanchos Unidos deSardinas, La GaleraVergel, San Carlos General Escobedo El OroBoquilla y EsmeraldaLa Casita, PaloQuemado y Santa Cruz General Galeana El OroSan Fco. de la Quesera Ignacio Zaragoza DurangoEstación Rosario Villa Orestes Pereyra Villa OcampoAvilés Villa Juárez Lerdo, Dgo.

MulerosVilla Gral. Vicente Guerrero

Súchil

Poanas, San Estebany El Refugio Villa Unión PoanasSacramento José María Iglesias Gómez Palacio

Los anales de Durango (1900-1930)

295

Gabriel Villa Madero Pánuco de CoronadoRemedios Tominil TominilVentanas Villa Corona Villa CoronaSan Andrés de la Sierra San Andrés Victoria Victoria

En los gobernantes y en el pueblo había la conciencia de que con la revolución habíamos destruido totalmente el aparato pro-ductivo, y por ende, teníamos que empezar de nuevo a levantar todo. Se impulsaba el proyecto del ferrocarril a Mazatlán junto con la carretera a ese mismo puerto, al igual que la carretera de Tepe-huanes a Sinaloa. Las Cámaras de Comercio de Mazatlán, Durango y la Metropolitana, eran las más interesadas en impulsar la realiza-ción de estas obras.

Se construía y se reconstruía. El edificio de la estación de ferro-carril estaba ya terminado y próximo a inaugurarse. En Canelas se establecía la comunicación telegráfica; mientras tanto, en Cuenca-mé se reconstruían los edificios que destruyó el General Murguía en 1915, incluyendo el edificio municipal que estaba en ruinas. En igual forma se reconstruía la línea telefónica de Cuencamé con Ve-lardeña, para conectarse a todo el Estado. Los hombres de nego-cios de Estados Unidos de Norteamérica, visitaron Durango para ver qué había quedado en pie y qué negocios se podían montar. Estas excursiones las fomentaba la Cámara de Comercio de Duran-go y de Los Ángeles, California. En Bermejillo, el diputado federal Benjamín Borrego Martínez, constituía un Comité pro-educación, el cual quedó formado por los C.C. Aurelio Femat, Evaristo Landa-vazo Jr. y Nicolás Godoy. Los campos guayuleros de San Juan de Guadalupe y San Bartolo por la sierra de Ramírez en las haciendas de Covadonga, Mazamitote y Juan Pérez serán explotadas por la Continental Rubben Company establecida en Torreón Coah.

La ciudadanía tomaba muy en cuenta las disposiciones de la Ley del Trabajo. Por ello denunciaba la existencia de tiendas de raya en los campos madereros y centros mineros. Estos eran empresas manejadas por gente con mentalidad empresarial moderna; sin embargo echaban mano de las tiendas de raya. La existencia de las tiendas de raya no eran pues un pecado consustancial de las haciendas; al parecer eran producto de la necesidad.

El municipio encabezado por el Sr. don Silvestre Dorador, em-

296

prendía las obras de pavimentación de algunas calles de la ciudad y de alumbrado público; sin embargo la ciudad ya no sería la mis-ma, se habían destruido algunos de sus edificios extraordinaria-mente bellos. Ni Atila se hubiera atrevido ha hacer lo que hicieron algunos generales de la revolución.

En el mes de septiembre, el Lic. Luis Zubiría y Campa, hizo de-claraciones a la prensa acusando al Ex-Gobernador de Durango de haber desfalcado a la Hacienda estatal con más de un millón de pesos. El General se defendió; sin embargo los hechos hablaban por si mismos. Recién investido de Gobernador, el Gral. Enrique R. Nájera decretó la suspensión de pagos de sueldos, pensiones, sala-rios y todo tipo de créditos y además había solicitado al Congreso del Estado, que le otorgara facultades extraordinarias en el ramo de Hacienda, para poder hacer frente a la situación. Ni en los tiem-pos más cruentos de la revolución, el Gobierno se había declarado en quiebra. Pero lo que no había podido hacer la revolución lo hizo el General Castro. Cómo nos han salido caros nuestros héroes.

LA POLÍTICA POR OTROS MEDIOS

El bandolerismo por fin parecía que estaba por extinguirse, el único que quedaba vivo o que no se había rendido era el Sr. Juan Galindo, el bandolero indomable. Y como tenía bastante apoyo en el pueblo que lo protegía y lo escondía, el Gobierno decretó la concentración de toda la población en Cuencamé, San Juan del Río y Santiago Papasquiaro. En estas tres regiones municipales, no debería haber ningún alma fuera de esos centros. Las personas que se encontraran fuera de los tres pueblos, serían considera-das cómplices del bandolero Juan Galindo. Esta era una medida extremadamente radical pues ocasionaba muchos perjuicios a la población, que como un solo hombre se opuso a tal medida. Las protestas hicieron entrar en razón al comandante de las operacio-nes militares, Sr. Gral. Marcelo Caraveo, que tuvo que recular con su campaña en contra de Galindo.

Este año se amnistiaron algunos cabecillas de bajo calibre: Emilio Espinosa, Santiago Cardoza, Juan Solís, Porfirio Monárrez, Leopoldo Avitia y Bartolo Olaguez.

Los anales de Durango (1900-1930)

297

1926: LOS CRISTEROS DE BAYACORA

LOS LABERINTOS DEL PODER

Las elecciones que se hacían mal o en las que se cometía fraude, unas veces eran declaradas nulas y se ordenaba su repetición a tra-vés de una elección extraordinaria; otras veces, para evitar moles-tias a la gente, el Gobernador nombraba una junta municipal. Esto último sobre todo sucedía en los municipios de cierta importancia como Gómez, Lerdo, Santiago, etc.

Este año se hicieron elecciones extraordinarias en Amaculí, San Bernardo, Canelas, Santa Clara, Copalquín, Huazamota y Poanas. En varios de estos municipios las elecciones extraordinarias fueron nulificadas y se ordenaron nuevamente otras elecciones extraor-dinarias. Eran municipios pequeños y apartados y el pueblo podía darse el lujo de jugar a las elecciones, pues las autoridades tenían la esperanza de que fuera cierto aquel dicho de que echando a perder se aprende.

1926 era año de elecciones, pues se renovaría el Congreso Lo-cal, (el 6 de junio); el Congreso Federal, (4 de julio), y las terribles elecciones municipales anuales, (7 de noviembre).

El ambiente estaba caldeado; los agraristas andaban con el dia-blo en el cuerpo; los laboristas otro tanto y los cismáticos les ha-cían tercera. Por su parte, los capitalistas, terratenientes y el clero no estaban mancos y afilaban los cuchillos. Pobre México: entre todos lo mataban y él solito agonizaba.

Las elecciones les servían a estas fuerzas para encauzar sus mal-querencias e intereses y además para atrincherarse por lo que pu-diera suceder con posterioridad.

A nivel nacional la agitación política adquiriría niveles de pa-roxismo. Se constituían, reconstituían, ya se desmantelaban gru-pos, corrientes y partidos. El lanzamiento de la candidatura de

298

Obregón a la Presidencia de la República, había causado un gran escándalo. El bloque socialista parlamentario encabezado por Gon-zalo N. Santos y otras agrupaciones, convocaban a la conformación de una confederación de partidos regionales. Por su parte, la aso-ciación de diputados constituyentes, afirmaba que se opondrían a la reforma del art. 83 de la Constitución Federal, para la reelección de Obregón.

Mientras tanto, a principios de febrero, un grupo de políticos duranguenses encabezados por el Lic. Alberto Terrones Benítez, constituyeron el Partido Socialista Durangueño.

El 20 de abril visitó la ciudad de Durango el dirigente del bloque socialista parlamentario, el dip. Gonzalo N. Santos. Se reunió con los dirigentes de los partidos de Durango, en especial con el PRD, con ferrocarrileros y con el PSED (Partido Socialista del Estado de Durango). La gira de los dirigentes del bloque tenía por objeto con-formar un partido nacional, con base en todos los partidos regio-nales, al mismo tiempo, hacer o amarrar compromisos y alianzas en torno a la candidatura de Álvaro Obregón.

Los partidos locales iniciaron sus campañas electorales; el par-tido oficial, el PRD, fue el primero que realizó su convención elec-toral y postuló sus candidatos a diputados locales, federales y a senadores.

Más tarde el Partido Socialista, en alianza con el Partido Labo-rista Durangueño, y el Nacional Ferrocarrilero postularon a sus candidatos. (insertar nota al pie de pág. : El Partido Laborista Du-rangueño y el Nacional Ferrocarrilero conformaban la alianza de partidos por el bien de Durango).

La Legislatura emitió la convocatoria para renovar los diputados de los distritos pares de la Legislatura, 2o, 4o, 6o, 8o, 10°, 12°, 14° y 16°.

Los triunfadores fueron las siguientes personas:

Diputado propietario: Diputado suplente:8o José Aguirre S. 8o Raúl O. López10° Armando Cárdenas 10° Francisco Casas Jr.

Los anales de Durango (1900-1930)

299

12° Santos Marrero 12° Santiago Saldívar14° Donaciano Sosa 14° Alberto Piedra16° Ernesto Matínez 16° Alejandro Gaytán

Fueron declaradas nulas las elecciones en los distritos 2o, 4o y 6o. La cabecera del segundo distrito era una parte del municipio de Durango, constituido por los cuarteles 6,7,8,9, 10, 11, 12, 13, 24, 25, 26, 27, 28, 29 y 30.

La ciudad de Gómez Palacio también estaba dividida en dos dis-tritos electorales, el tercero y el cuarto. Y en estas también fueron declaradas nulas las elecciones, al igual que en el sexto con cabe-cera en Mapimí.

Estos distritos no se nulificaron porque se hubiese cometido al-guna omisión o falla grave, sino porque no ganó el partido oficial. El pueblo ganaba en las casillas, pero arriba, en el colegio electoral, perdía.

Las elecciones federales se realizaron el 4 de julio. Pero desde principio de año se había hecho una reorganización de los distritos electorales quedando en la siguiente forma:

1o Distrito Electoral: Comprende la municipalidad de Durango, la congregación de Tuitán y la Hacienda de Casa Blanca del munici-pio de Nombre de Dios. Cabecera: Durango.

2o Distrito Electoral: ex-partido de San Juan del Río y los munici-pios de Nazas y Canatlán. Cabecera: San Juan del Río.

3o Distrito Electoral: comprende las municipalidades de Lerdo, Gómez Palacio y las poblaciones que siguen sobre la línea del Fe-rrocarril Internacional Mexicano, hasta la estación de Pedriceña, inclusive ésta y la Marqueseña. Cabeceras: Ciudad Lerdo.

4o Distrito electoral: ex-partido de Cuencamé y San Juan de Gua-dalupe, excepto las poblaciones de la línea del Ferrocarril Interna-cional agregadas al distrito anterior, las municipalidades de Poanas y Súchil del ex-partido de Nombre de Dios. Cabecera: Cuencamé.

5o Distrito Electoral: municipalidad de Nombre de Dios, excepto la congregación de Tuitán y la Hacienda de Casa Blanca, ex-partido

300

del Mezquital y San Dimas y municipalidades de Pueblo Nuevo, Santiago Papasquiaro, Otáez y Victoria. Cabecera: Nombre de Dios.

6 o Distrito Electoral: ex-partido de Tamazula y municipalidades de Tepehuanes, Guanaceví y El Oro. Cabecera: Tepehuanes.

7o Distrito Electoral: ex-partido de Indé y municipalidades de San Bernardo, Mapimí, San Luis del Cordero y San Pedro del Gallo. Cabecera: Mapimí.

8o Distrito Electoral: que comprende los municipios de Tamazu-la, Siánori, Canelas, Amaculí, Copalquín y Topia. Cabecera: Tama-zula.

Para senador ganó el Sr. Antonio Gutiérrez. En el primer dis-trito electoral el Sr. Silvestre Dorador. En el segundo distrito ganó el Sr. Lic. Pedro Álvarez, del Partido Revolucionario Durangueño, con 3,438 votos contra 2,532 del candidato del Partido Socialista Durangueño. En el tercer distrito electoral ganó el Sr. Daniel R. Gu-tiérrez con 2,840 votos. En el sexto el Sr. Jesús Salas Barraza y en el octavo el Sr. Lic. Liborio Espinosa Elenes.

Las tormentosas elecciones municipales de este año para los regidores impares se efectuaron el 7 de noviembre. Los ganadores tomarían posesión el 1 de enero de 1927 y ejercerían sus funcio-nes durante 1927 y 1928. En el municipio de la capital hubo dos planillas contendientes, una apoyada por el Partido Revolucionario Durangueño (PRD) y la otra con candidatos independientes. Estas eran las planillas:

Por el PRD Candidatos independientes1o Leopoldo Herrera Profr. Catarino Herrera3o Cipriano Espinosa Dr. Carlos L. de la Peña5o Jesús V. Sánchez C. Ignacio C. Villanueva7o Luis de la Peña Ing. Julio Guerrero9o Agustín Olivas Profr. José D. Quiroga11° Manuel V. Dorador C. Tomás Sánchez13° Genaro Mijares Profr. Patrocinio Juárez15° Tomás Fragoso C. Ignacio C. Martínez

Los anales de Durango (1900-1930)

301

Había más calidad en los candidatos independientes, pero el “pueblo” no pensaba lo mismo. El once de noviembre, día seña-lado para la instalación de la junta computadora, no se reunieron los presidentes de las casillas, (que eran los que deberían integrar la junta computadora), y en ese caso, la junta computadora se in-tegraba con los regidores. El Sr. Lic. Alejandro Ibarra, Presidente Municipal, hizo la declaración de que en esos momentos se insta-laba la junta y acto seguido, se eligió la directiva de la misma. Cabe aclarar que los regidores eran del PRD, la que se conformó de las siguientes personas: presidente, Alejandro Ibarra; vice-presidente, José María Romero; 1o secretario, Adrián Flores; 2o secretario, Al-berto Sánchez L.; 1o escrutador, Francisco Arellano, 2° escrutador, Leopoldo Lucero.

Empezaron los trabajos de la junta computadora y se hizo cons-tar que no se recibieron paquetes de las secciones electorales 1, 2, 8, 20, 39, 41, 47, 63 y 66; en las secciones 4, 5, 18, 21, 23, 24, 26, 28, 29, 33, 34, 48, 62, se dijo que se realizaron elecciones. Se nulificó la elección en la casilla 10 por falta del padrón correspon-diente. Igualmente se nulificó la sección 50 porque venían todos los votos en blanco y con dos credenciales. Se nulificó también la sección 67 porque no traía ninguna documentación. Es decir: en 25 secciones electorales se declararon nulas las votaciones. Las ca-sillas que había en el municipio eran 65, únicamente en 40 casillas se hizo el cómputo. El 38 % de las casillas fueron declaradas nulas. Sin embargo la votación fue válida y el cómputo fue el siguiente: La planilla del PRD, 2,250 votos buenos y 22 nulos; la planilla inde-pendiente, 855 votos válidos y 294 nulos. Pobre profesor Herrera le quitaron los votos que quisieron.

Para variar este año únicamente se declararon nulas las eleccio-nes en los siguientes municipios: Santa Clara, Indé, Nazas, Mapimí, Rodeo, Pánuco de Coronado.

En el Municipio de Lerdo la planilla ganadora fue la siguiente:

Propietario: Suplente:1° David García Muñoz 1o Valeriano G. Siller3o Juvencio Gamboa 3o Pedro Cervantes5o Pánfilo Reyes 5o Concepción Pérez7° Manuel Oliver 7o Isidro Orona9o Antonio Catalán 9o J. Santos Moreno

302

11° J. Higinio Gutiérrez 11° Albino Martínez

En Cuencamé los ganadores fueron:

Propietario: Suplente:1o Bernardino Esquivel 1o Pablo Mesta3o Ángel R. Trejo 3o Alejo Míreles5o Candelario Machado 5o Juan F. Contreras (hijo de Calixto Contreras)

En San Juan de Guadalupe los ganadores fueron:

Propietario: Suplente:1o Alejandro Gaytán 1o Francisco Balderas3o Luis Aguilera 3o José Ma. Esquivel5o Pedro G. Rangel 5o Celso Cervantes

LA TIERRA: POR LA LEY O POR LA FUERZA

El agrarismo seguía en auge, el movimiento campesino crecía en la medida que la gente quería tierra y en la misma proporción en que se le dotaba de la misma. Los líderes agraristas al crear ejidos, creaban su clientela política, listos para movilizarse, apoyar, protestar, aplaudir y para votar.

Pero además de la creación del ejido, que era la entrega gra-tuita de la tierra, simultáneamente se dio o se estaba dando el fraccionamiento de los latifundios. Este procedimiento se creó por la Ley Agraria del Estado y preveía la lotificación de las haciendas, por los mismos latifundistas o por el Gobierno. La tierra se vendía al campesino con facilidades y se le entregaba un título de propie-dad privada.

Este año le tocaron a Durango 16 resoluciones presidenciales de dotación, ampliación o restitución de tierras; estos fueron los pueblos beneficiados:

Los anales de Durango (1900-1930)

303

PUEBLO MUNICIPIO SUPERFICIE HACIENDAS (en hectáreas) AFECTADAS:Sta. María de la Campanilla

Otáez 8,077 Terrenos Nacionales

Presidios Canatlán 1,398 La Sauceda y otrasViejo Canatlán Canatlán 2,776 La Sauceda y otrasLa Cañada Canatlán 1,720 La Sauceda y otras

Contreras Durango 796San Lorenzo del Aire

San Pedro Mártir del Río San Juan 956 La Quinta y otrasEl Tunal Durango 10,781 Tapias

La Soledad Canatlán 2,560Guatimapé y otras

Nazas Nazas 7,500Sta. Catalina del Álamo

Peñón Blanco P. Blanco 10,668Sta. Catalina del Álamo

Ignacio Ramírez P. Blanco 3,769Santa Catalina y Tapona

Pasaje Cuencamé 10,000Sta. Catalina del Álamo

San José de Gracia Canatlán 1,755 La Sauceda y otrasÁnimas Rodeo 13,760Pánuco de Coronado Pánuco de 3,802 La Noria y Otras

Coronado

Sáuz de AbajoSan Juan del Río

3,977 Sta. Isabel y otras

Pero junto con estas resoluciones positivas habían salido 12 ne-gativas y esto producía desaliento en los agraristas. Para paliar un poco este desgano de las instancias federales, la Comisión Local Agraria trabajaba a destajo; este año emitió 40 dictámenes agra-rios y como por lo general les daba la posesión provisional, esto servía para enfriar los furores agraristas. Los expedientes dictami-nados correspondían a los siguientes pueblos: Mancinas, Victoria, Metatitos, Pie de la Cuesta, El Quemado, Agua Zarca y Troncones, Emiliano Zapata de Cuencamé, Cuauhtémoc también de Cuenca-mé de Contreras, Santa Teresa de la Uña, Presidios y anexos, Sta. Isabel de Berros, Villa Escobedo, El Arenal, Morcillo, Gral. Galeana, Matamoros, Tarabillas o Peñuelos, Ocotán, Benito Juárez, Tejámen, Carreta, Siánori, Trébol, Fresno, Topia, San José de los Corrientes de Súchil, San Ignacio de la Sierra, San Pedro Mártir de Poanas, Presidios, La Negra, Las Trojes, El Bordo, Tuitán, Graceros, Vicente Guerrero, Santa Cruz de Tepehuanes del Municipio de El Oro, Pal-mitos de Rodeo y Las Flores de Santiago Papasquiaro.

304

Los pueblos seguían haciendo solicitudes de tierras; las oficinas de la Comisión Local Agraria, como la comisión de fraccionamien-tos aumentaban día con día de personal, para poder desahogar los trabajos que implicaban dichas peticiones.

Igualmente este año se promulgaron algunas leyes relacionadas con el agro: en primer lugar estaban La Ley de Crédito Agrícola y el reglamento para el Registro Público del Crédito Agrícola; las refor-mas a la Ley de la Deuda Agraria; decreto en que se determinaba la forma de acreditar la categoría política del pueblo; reglamento para determinar la capacidad jurídica de las corporaciones para disfrutar en común las tierras y aguas; Ley Reglamentaria sobre repartición de tierras ejidales y constitución del patrimonio par-celario ejidal, reglamento del funcionamiento de las autoridades agrarias; Ley de irrigación con aguas federales y la Ley Forestal.

CLERÓCRATAS Y CLERÓFOBOS

La guerra cristera se veía venir. Después de aprobada la Consti-tución del 17, el clero andaba irritado. Los constituyentes no res-petaron el status que les había otorgado la Ley de Reforma y mal que bien se habían acostumbrado. El clero católico atacaba a la Constitución y de paso defendía a los hacendados; había un estira y afloja entre el clero y el gobierno, pero ambos capoteaban el temporal.

De repente el Generalísimo Calles promulgó una pequeña ley de 33 artículos que fue el detonante de la guerra cristera. A riesgo de cansar a los lectores voy a transcribirla. El hecho de haber cau-sado un conflicto armado bien merece que conozcamos la dichosa “Ley Calles”.

PLUTARCO ELÍAS CALLES, Presidente Constitucional de los Esta-dos Unidos Mexicanos, a sus habitantes, sabed:

Que en uso de la facultad concedida al Ejecutivo de la Unión, por Decreto de 7 de enero del año corriente he tenido a bien ex-pedir la siguiente:

LEY QUE REFORMA EL CÓDIGO PENAL PARA EL DISTRITO Y TE-

Los anales de Durango (1900-1930)

305

RRITORIOS FEDERALES, SOBRE DELITOS DEL FUERO COMÚN, Y PARA TODA LA REPÚBLICA SOBRE DELITOS CONTRA LA FEDERA-CIÓN.

De los delitos y faltas en materia de culto religioso y disciplina externa.

Artículo 1o.- Para ejercer dentro del Territorio de la República Mexicana el ministerio de cualquier culto, se necesita ser mexica-no por nacimiento.

El infractor de esta prevención será castigado administrativa-mente con multa hasta de quinientos pesos, o en su defecto, con arresto que nunca excederá de quince días. Además, el Ejecutivo Federal, si así lo juzga conveniente, podrá expulsar desde luego al sacerdote o ministro extranjero infractor, usando para ello de la facultad que le concede el artículo 33 constitucional.

Artículo 2°.- Para los efectos penales se reputa que una persona ejerce el ministerio de un culto, cuando ejecuta actos religiosos o ministra sacramentos propios del culto a que pertenece, o pública-mente pronuncia prédicas doctrinales, o en la misma forma hace labor de proselitismo religioso.

Artículo 3°.- La enseñanza que se dé en los establecimientos oficiales de educación, será laica, lo mismo que la enseñanza pri-maria elemental y superior que se imparta en los establecimientos particulares.

Los infractores de esta disposición serán castigados administra-tivamente con multa hasta de quinientos pesos, o en su defecto arresto que nunca será mayor de quince días.

En caso de reincidencia, el infractor será castigado con arresto mayor y multa de segunda clase, sin perjuicio de que la autoridad ordene la clausura del establecimiento de enseñanza.

Artículo 4°.- Ninguna corporación religiosa, ni ministro de algún culto, podrán establecer o dirigir escuelas de instrucción primaria.

Los responsables de la infracción de este precepto serán castiga-

306

dos con multa hasta de quinientos pesos, o en su defecto, arresto no mayor de quince días, sin perjuicio de que la autoridad ordene la inmediata clausura del establecimiento de enseñanza.

Artículo 5°.- Las escuelas primarias particulares sólo podrán es-tablecerse sujetándose a la vigilancia oficial.

Los infractores de esta disposición serán castigados con multa de quinientos pesos, o en su defecto, arresto no mayor de quince días.

Artículo 6°.- El Estado no puede permitir que se lleve a efecto ningún contrato, pacto o convenio que tenga por objeto el menos-cabo, la pérdida o el irrevocable sacrificio de la libertad del hom-bre, ya sea por causa de trabajo, de educación, o de voto religioso; la Ley, en consecuencia, no permite el establecimiento de órdenes monásticas, cualquiera que sea la denominación u objeto con que pretendan erigirse.

Son órdenes monásticas, para los efectos de este artículo, las sociedades religiosas cuyos individuos vivan bajo ciertas reglas pe-culiares a ellas, mediante promesas o votos temporales o perpe-tuos, y con sujeción a uno o más superiores, aun cuando todos los individuos de la orden tengan habitación distinta.

Las órdenes monásticas o conventos establecidos, serán disuel-tos por la autoridad, previa identificación y filiación de las perso-nas enclaustradas.

Cuando se compruebe que las personas enclaustradas vuelven a reunirse en comunidad, después de la disolución, serán casti-gadas con la pena de uno a dos años de prisión. En tal caso, los superiores, priores, prelados, directores o personas que tengan calidad jerárquica en la organización o dirección del claustro, serán castigados con la pena de seis años de prisión.

Las mujeres sufrirán las dos terceras partes de la pena, en cada caso.

Artículo 7°.- La personas que induzcan o inclinen a un menor de edad a la renuncia de la libertad por virtud de voto religioso, serán

Los anales de Durango (1900-1930)

307

castigados con la pena de arresto mayor y multa de segunda clase, aun cuando existan vínculos de parentesco entre sí.

Si el inducido es mayor de edad, la pena será de arresto menor y multa de primera clase.

Artículo 8°.- El individuo que en ejercicio del ministerio o sa-cerdocio de un culto religioso cualquiera, incite públicamente por medio de declaraciones escritas, o prédicas o sermones, a sus lec-tores o a su oyentes, al desconocimiento de las instituciones po-líticas o a la desobediencia de las leyes, de las autoridades o de sus mandatos, será castigado con la pena de seis años de prisión y multa de segunda clase.

Artículo 9°.- Si como resultado directo e inmediato de la incita-ción a que se refiere el artículo anterior, intervienen menos de diez individuos empleando la fuerza, el amago, la amenaza, la violencia física o moral contra la autoridad pública o sus agentes, o hacen uso de armas, cada uno de ellos será castigado con un año de pri-sión y multa de segunda clase. A los sacerdotes o ministros de cul-to autores de la incitación, se les impondrá la pena de seis años de prisión, más las agravantes de primera a cuarta clase, a juicio del juez; salvo que del desorden resulte un delito, que merezca pena mayor, en cuyo caso se aplicará ésta.

Si los individuos que intervienen en el desorden son el número de diez o más, se procederá con arreglo a los artículos 1123 y 1125 del Código Penal vigente.

Artículo 10°.- Los ministros de los cultos nunca podrán, en re-unión pública o privada constituida en junta, y en actos del culto o de propaganda religiosa, hacer crítica de las leyes fundamentales del país, de las autoridades en particular o en general del Gobier-no.

Los infractores serán castigados con la pena de uno a cinco años de prisión.

Artículo 11°.- Los ministros de los cultos no podrán asociarse con fines políticos.

308

Los infractores de esta disposición serán castigados con arresto menor y multa de primera clase, sin perjuicio de que la reunión sea inmediatamente disuelta por la autoridad.

En caso de reincidencia, la pena correspondiente será de arres-to mayor y multa de segunda clase.

Artículo 12°.- Por ningún motivo se revalidará, otorgará dispen-sa o se determinará cualquier otro trámite, que tenga por fin dar validez en los cursos oficiales a estudios hechos en los estableci-mientos destinados a la enseñanza profesional de los ministros de los cultos.

Los infractores de esta disposición serán destituidos del empleo o cargo que desempeñen, quedando inhabilitados para obtener otro en el mismo ramo, por el término de uno a tres años.

La dispensa o trámite a que se refiere la primera parte de este artículo, serán nulos y traerán consigo la nulidad del título profe-sional, para cuya obtención haya sido, parte la infracción de este precepto.

Artículo 13o.- Las publicaciones periódicas religiosas o simple-mente de tendencias marcadas en favor de determinada creencia religiosa, ya sea por su programa o por su título, no podrán co-mentar asuntos políticos nacionales ni informar sobre actos de las autoridades del país, o de particulares, que se relacionen directa-mente con el funcionamiento de las instituciones públicas.

El director de la publicación periódica en caso de infracción de este mando, será castigado con la pena de arresto mayor y multa de segunda clase.

Artículo 14°.- Si la publicación periódica, no tuviere director, la responsabilidad penal recaerá en el autor del comentario político o de la información a que se refiere el artículo anterior y si no es posible conocer el autor, la responsabilidad será del administrador o regente, del jefe de redacción o del propietario de la publicación periódica.

En el caso de los artículos 13° y 14° de esta ley, si hubiere rein-cidencia, se ordenará la suspensión definitiva de la publicación pe-riódica.

Los anales de Durango (1900-1930)

309

Artículo 15°.- Queda estrictamente prohibida la formación de toda clase de agrupaciones políticas, cuyo título tenga alguna pala-bra o indicación cualquiera que las relacione con alguna confesión religiosa.

Cuando se viole este precepto, las personas que integren la mesa directiva, o quienes encabecen el grupo, serán castigadas con arresto mayor y multa de segunda clase.

La autoridad ordenará en todo caso, que sean disueltas inme-diatamente las agrupaciones que tengan el carácter indicado en la primera parte de este artículo.

Artículo 16°.- No podrán celebrarse en los templos destinados al culto, reuniones de carácter político.

Cuando el encargado de un templo destinado al culto organice directamente la reunión o invite o tome participación en ella, será castigado con la pena de arresto mayor y multa de segunda clase. Si el encargado del templo, simplemente tolera la reunión o la en-cubre, sin tomar participación activa en ella, será castigado con la pena de arresto menos y multa de primera clase.

En ambos casos el Ejecutivo Federal, podrá ordenar, además, la clausura temporal o definitiva del templo.

Artículo 17°.- Todo acto religioso de culto público, deberá ce-lebrarse precisamente dentro de los templos, los cuales estarán siempre bajo la vigilancia de la autoridad.

La celebración del acto religioso de culto público fuera del re-cinto de los templos, trae consigo responsabilidad penal para los organizadores y los ministros celebrantes, quienes serán castiga-dos con arresto mayor y multa de segunda clase.

Artículo 18°.- Fuera de los templos tampoco podrán los mi-nistros de los cultos, ni los individuos de uno u otro sexo que los profesen, usar trajes especiales ni distintivos que los caractericen, bajo la pena gubernativa de quinientos pesos de multa o en su defecto, arresto que nunca exceda de quince días.

En caso de reincidencia se impondrá la pena de arresto mayor y multa de segunda clase.

310

Artículo 19°.- El encargado de un templo, dentro del término de un mes contado desde la vigencia de esta Ley, o dentro del mes si-guiente al día en que se haya hecho cargo de un templo destinado al culto deberá dar los avisos a que se refiere el párrafo undécimo del artículo 130 de la Constitución.

La falta de avisos dentro de los términos señalados, hace incu-rrir al encargado del templo, en multa de quinientos pesos, o en su defecto, en arresto no mayor de quince días.

La Secretaría de Gobernación, ordenará, además, la clausura del templo, entre tanto quedan llenados los requisitos constitu-cionales.

Artículo 20°.- Se concede acción pública para denunciar las fal-tas y los delitos a que se refiere la presente Ley.

Artículo 21°- Las asociaciones religiosas denominadas Iglesias, cualquiera que sea su credo, no podrán, en ningún caso, tener ca-pacidad para adquirir, poseer o administrar bienes raíces, ni capi-tales impuestos sobre ellos; los que tuvieren actualmente por sí o por interpósita persona, entrarán al dominio de la nación , conce-diéndose acción popular para denunciar los bienes que se hallen en tal caso.

Las personas que oculten los bienes y capitales a que se refiere este artículo, serán castigadas con la pena de uno a dos años de prisión. Las que sirvan de interpósita persona serán castigadas con la misma pena.

Artículo 22°.- Los templos destinados al culto público, son pro-piedad de la Nación, representada por el Gobierno Federal, quien determinará los que deben continuar destinados a su objeto.

Los obispados, casas curales, seminarios, asilos o colegios de asociaciones religiosas, conventos o cualquiera otro edificio que hubiere sido construido o destinado a la administración, propa-ganda de enseñanza de un culto religioso, pasarán desde luego, de pleno derecho, al dominio directo de la Nación, para destinarse exclusivamente a los servicios públicos de la Federación o de los Estados en sus respectivas jurisdicciones.

Los anales de Durango (1900-1930)

311

Las personas que destruyan, menoscaben o causen perjuicios a los referidos edificios, serán castigadas con una pena de uno a dos años de prisión, y quedarán sujetas a la responsabilidad civil en que incurran.

Artículo 23°.- Corresponde principalmente a las autoridades fe-derales, cuidad del cumplimiento de esta Ley. Las de los Estados y Municipios son auxiliares de las primeras, y por consiguiente, igualmente responsables, cuando por su causa deje de cumplirse cualquiera de los preceptos de la presente Ley.

Artículo 24°.- La autoridad municipal que permita o tolere la vio-lación de cualquiera de los artículos 1o, 3o, 4o, 5o y 6o, de la presente Ley, será castigada administrativamente por el superior jerárquico que corresponda, con apercibimiento, multa hasta de cien pesos, o suspensión de oficio hasta por un mes. En caso de reincidencia, la pena será de destitución e inhabilitación para desempeñar car-gos o empleos públicos hasta por cinco años.

Artículo 25°.- La autoridad municipal que al tomar conocimiento de los casos previstos en los artículos 8°, 9°, 10°, 15° y 16° de esta Ley, no proceda inmediatamente a hacer la consignación respec-tiva, será considerada como cómplice o como encubridora, según las circunstancias del caso.

Artículo 26°.- La autoridad municipal que no proceda a la diso-lución inmediata de las asociaciones con fines políticos formadas por los ministros de los cultos, será castigada administrativamente con apercibimiento, multa hasta de cien pesos o suspensión de oficio hasta de un mes. En caso de reincidencia, será destituida e inhabilitada para desempeñar cargos o empleos públicos hasta por cinco años.

Artículo 27°.- Los Agentes del Ministerio Público del orden fede-ral cuidarán de hacer las respectivas consignaciones, en los casos de infracción del artículo 13° de esta Ley. La negligencia o descuido será castigada económicamente con extrañamiento, multa hasta de cien pesos, suspensión de oficio hasta por un mes, o destitu-ción.

Artículo 28°.- La autoridad municipal que permita o tolere la ce-

312

lebración de algún acto religioso de culto público, fuera del recinto de los templos, será castigada administrativamente con extraña-miento, multa hasta de cien pesos y suspensión de oficio hasta por un mes. En caso de reincidencia será destituida.

Artículo 29°.- La autoridad municipal cuidará del cumplimiento del artículo 18° de esta Ley, bajo la pena de extrañamiento, multa hasta de cien pesos, o suspensión de oficio hasta de un mes. En caso de reincidencia será destituida.

Artículo 30°.- La misma autoridad, bajo la pena de destitución y multa hasta de mil pesos por cada caso, cuidará del cumplimento de la disposición contenida en el artículo 19° de esta Ley.

Artículo 31°.- La autoridad municipal llevará un libro de registro de los templos y otro de los encargados de ellos, y de los asientos de ambos enviará copia certificada a la Secretaría de Gobernación, dentro del término de un mes, contado desde la vigencia de esta Ley o de la fecha de los asientos hechos con posterioridad.

La falta de los libros de registro de que se habla en este artículo, será castigada con multa hasta de mil pesos y destitución.

Si transcurrido el término de un mes, la autoridad municipal no envía a la Secretaría de Gobernación la copia de los asientos de los libros de registro, será castigada con apercibimiento, multa hasta de cien pesos, suspensión de oficio hasta de un mes o des-titución.

Artículo 32°.- La autoridad municipal que permita o tolere aper-tura de un nuevo templo, sin dar previamente y por conducto del Gobernador del Estado o Territorio, el aviso correspondiente a la Secretaría de Gobernación, será castigada con suspensión de oficio hasta por seis meses, o destitución, sin perjuicio de que se ordene la inmediata clausura del templo.

Artículo 33°.- La autoridad municipal que en el término de un mes, no dé a la Secretaría de Gobernación, por los conductos de-bidos, noticia del cambio del encargado de un templo, será casti-gada con apercibimiento, multa hasta de cien pesos y suspensión de oficio hasta de un mes.

Los anales de Durango (1900-1930)

313

En caso de reincidencia, será destituida.

Artículos transitorios.

Artículo 1o.- Esta Ley comenzará a regir el 31 de julio del corrien-te año.

Artículo 2o.- Desde que entre en vigencia esta Ley, quedan dero-gadas todas las disposiciones que se opongan a sus preceptos.

Artículo 3o.- Un ejemplar de esta Ley, impreso en caracteres fá-cilmente legibles, será fijado en las puertas principales de los tem-plos o de los locales donde habitualmente se celebren actos de culto religioso.

Por tanto, mando se imprima, publique circule y se le dé el de-bido cumplimiento. Dado en el Palacio del Poder Ejecutivo Federal, en la ciudad de México, a los catorce días del mes de junio de mil novecientos veintiséis.- P. Elías Calles.- Rúbrica.- El Secretario de Estado y del Despacho de Gobernación.- A. Tejeda.- Al C. Ingeniero Adalberto Tejeda.- Secretario de Estado y del Despacho de Gober-nación.- Presente. Lo que comunico a usted para su publicación y demás efectos.

Sufragio Efectivo. No reelección.

México, 21 de junio de 1926.- El Secretario de Estado y del Des-pacho de Gobierno.- A. Tejeda.

Las almas se estrujaron pero luego se resignaron, pues se trata-ba de una guerra santa. El día 30 de septiembre en el mero pueblo de Santiago Bayacora se quebró la paz. Los fusiles hablaron sem-brando la muerte. Fue un ligero combate con las fuerzas federales del 26 batallón, comandadas por el general Elíseo Pérez. Después de dos horas de combate los rebeldes de Bayacora se dispersaron por la sierra, su sierra que nadie la conocía como ellos, pues ahí habían nacido, habían vivido o mal vivido y esa sierra la habían escogido para morir.

Al día siguiente, tres columnas de soldados, del 75, 77 y 26 batallón, compuestos de caballería, infantería y ametralladoras, emprendieron una encarnizada cacería de los bayacorenses, pero

314

éstos se les escurrían como azogue entre los dedos.

Mientras los soldados los perseguían en lo más intrincado de la sierra, los cristeros reaparecieron en la Hacienda del Capulín; a escasos 20 kms. de la ciudad de Durango, tuvieron un ligero com-bate con las fuerzas federales al mando del coronel Fermín Núñez. Después se daría otro combate más reñido en la Hacienda del Re-fugio, con las fuerzas federales que mandaba el mayor Marcelino Mendoza y en donde los rebeldes tuvieron 20 muertos, entre ellos el cabecilla Manuel García.

Al parecer la rebelión cristera se extendía, pues el 6 de diciem-bre se dio un ligero tiroteo con las fuerzas federales, en un punto llamado el Correo, cerca de Santiago Papasquiaro. Mientras tan-to, ese mismo día, en Santiago Bayacora los rebeldes desafiaban y se burlaban del Gobierno, al tener un encuentro armado con las fuerzas federales al mando del capitán Ángel López Rivera. Tirso Gurrola comandaba a los rebeldes de Bayacora.

BAJO EL PESO DE LA LEY

El Presidente Calles, sintiéndose gran legislador promulgó este año varias leyes entre los cuales se puede mencionar: La Ley del Crédito Agrícola, Ley de irrigación con aguas federales, Ley regla-mentaria del Artículo 28° Constitucional, reformas a la Ley de Ge-neral de Instituciones de Crédito y Establecimientos Bancarios, Ley Orgánica de la fracción 1o del Art. 27°, de la Constitución Fede-ral, Ley de Impuestos sobre Minería, Ley Forestal, Ley General de Pensiones Civiles y de Retiro, Ley de Migración; Ley de Bancos de Fideicomisos, Ley de Industrias Minerales; además de la famosa “Ley Calles”.

Por su parte, el Gobernador del Estado, Sr. Gral. Enrique R. Ná-jera emitió una Ley de Urbanización que regulaba la pavimenta-ción de la Ciudad de Durango y Gómez Palacio.

Lo más sobresaliente fue desde luego la reforma antidemocrá-tica que determinó la elección indirecta de los magistrados del Su-premo Tribunal de Justicia y el nombramiento de los jueces por el Sr. Gobernador. Se iniciaba el proceso de fortalecimiento del Eje-

Los anales de Durango (1900-1930)

315

cutivo, en detrimento de los demás poderes. Vamos a transcribir lo más sobresaliente de esta reforma:

“Art. 81°.- Son facultades del Gobernador, nombrar a los jueces de primera instancia a propuesta en terna del Supremo Tribunal de Justicia, (recuérdese que a los jueces los elegía la Legislatura del Estado. Era una elección indirecta).

“Art. 87°.- Los Magistrados propietarios y supernumerarios del Supremo Tribunal de Justicia, serán de elección indirecta y nom-brados por el Congreso del Estado en funciones de Colegio Elec-toral, siendo indispensable cuando menos las dos terceras partes del número total de Diputados. Y... la elección se hará en escrutinio secreto y por mayoría absoluta de votos, siendo previamente pro-puestos y discutidos los candidatos por los miembros de la misma Cámara... Recuerde usted que los Magistrados al igual que los inte-grantes de los otros dos poderes, eran electos por voto universal, directo y secreto. Se iniciaba el proceso que convertiría a los Ma-gistrados en unos empleados más del Ejecutivo. Ya estaban jubila-dos el Lic. don Julián Bermúdez y el Lic. Francisco Saldaña. Ellos no hubiesen permitido tal infamia.

Otras leyes fueron las siguientes: Ley Orgánica del Consejo de Salubridad Pública, Reglamento a la Ley de Hacienda, Ley de Carre-teras y Caminos del Estado.

La Legislatura del Estado, en un acto de traición y cobardía, emi-tió el decreto 328 el día 19 de mayo de 1926, en donde le conce-día al Ejecutivo del Estado facultades extraordinarias para expedir el código penal, el código civil y los procedimientos respectivos. Indudablemente que era discutible la constitucionalidad de esos cuerpos normativos.

EL MOVIMIENTO LABORAL

El domingo 26 de septiembre, el Sindicato de Obreros y Campe-sinos del Estado de Durango organizó y realizó una manifestación en Villa Guadalupe Victoria en apoyo a la política del Presidente Calles. Al parecer fue una manifestación nacional del obrerismo aliado al Gobierno. Y en clara respuesta a los ataques que venía

316

resistiendo de parte del sector religioso.

En agosto le renunciaron al Gobierno los representantes del sector patronal ante la junta de conciliación y arbitraje; por lo que tuvo que designar nuevos personeros de ese sector, sin embargo, tuvo dificultades para que asumieran sus cargos. El Gobierno no terminaba de asentarse e iniciar la reconstrucción del Estado; los empresarios habían huido y no querían participar en levantar el edificio que todos habían destruido, unos por ceguera y otros por hambre.

LOS PEQUEÑOS NUDOS DEL TEJIDO SOCIAL

A finales de diciembre de 1925, el Gobernador, Gral. Enrique R. Nájera, celebró un contrato con el también general don Domingo Arrieta, donde se le concesionaba a éste, el funcionamiento de un servicio público de pasajeros y de carga de Durango a San Juan del Río y de Durango-Mezquital.

Don Domingo era mal negociante, más tarde le cancelaron esta concesión. Después tuvo problemas en la Hacienda de Ramos. Este latifundio había sido confiscado por el Gobierno y lo rentaba o la pasaba en aparcería a los campesinos. Don Domingo tuvo la idea de alquilar a la Secretaría de Hacienda el referido latifundio para después subarrendarlo en contratos de aparcería a los campesi-nos. Para celebrar este contrato tuvo que depositar una fianza con-siderable, la que un buen amigo otorgó. El negocio funcionó bien un año, pero al siguiente el Lic. Alberto Terrones Benítez le echó encima a los agraristas, con lo que terminó el supuesto negocio. Al pobre de Don Domingo no sólo lo hicieron abandonar la plaza de Durango, sino que además tuvo que pagar en abonos la fianza que el amigo le había otorgado.

A mediados de año el Gobierno del Estado celebró un contrato con el Sr. Juan Manuel Peña para establecer un ferrocarril urbano en la ciudad de Durango. Se hizo el intento pero no se pudo; por voluntad no quedó.

El Gobernador Enrique Nájera, aunque no era muy letrado, emitió un decreto donde se establecía que todos los impresores

Los anales de Durango (1900-1930)

317

tenían la obligación de donar un ejemplar de cada libro que edi-taran. Al parecer esa disposición funcionó, aunque los directores de las bibliotecas públicas pensaban que las donaciones eran para ellos y se los llevaron a sus bibliotecas particulares.

En mayo apareció un aviso en el Periódico Oficial con el siguien-te texto: “Se solicita maestra que quiera encargarse de la dirección de la Escuela Federal Mixta en Santiago Bayacora, siendo el sueldo de $60.00 mensuales. Para informes dirigirse los interesados a la Oficialía Mayor de Gobierno”.

Después de la insurrección armada de los campesinos del he-roico pueblo de Santiago Bayacora, el bandolero Juan Galindo se paseaba por las rancherías del Estado de Durango un poco más tranquilo. Los de Bayacora le habían alivianado la carga; él solo traía el ejército a sus espaldas.

318

1927: LOS GUERRILLEROS DE DIOS

LOS LABERINTOS DEL PODER

En Durango no podía normalizarse la vida económica y política. Nada volvería a ser como antes. La minería apenas sobrevivía por la inseguridad y por los malos caminos. La industria, la agricultura y la ganadería estaban paralizadas. Los empresarios que provenían del gremio de los terratenientes o que tenían relaciones de diversa índole con este sector, no tenían ningún interés en invertir cuando veían que los estaban afectando en su patrimonio por la vía de las afectaciones agrarias. Por ello, prácticamente se habían declarado en huelga de contribuyentes. Pagaban lo mínimo y con retardo; se esperaban hasta el último momento, hasta que el Gobierno echaba mano de la vía ejecutiva y estaban a un paso del remate. Lógicamente el Gobierno tenía problemas económicos, pues éste vive y domina gracias a los contribuyentes; si no hay dinero, no hay gobierno.

Y para el colmo de desgracias, a finales de septiembre estalló la rebelión cristera. Y una guerra se hace con dinero, con mucho di-nero. Aunque la responsabilidad de ese conflicto era del Gobierno Federal, el provincial también gastaba con la policía local, con las defensas rurales y ahora con las fuerzas del agrarismo oficial, que se habían convertido en los defensores oficiosos del gobierno.

Por todo esto, el gobierno del general Enrique R. Nájera era un régimen débil, que vivía al día, y esta anemia se transmitía como en vasos comunicantes, a la esfera política. A mediados de enero el gobierno emitió un comunicado donde se observa que el poder municipal no existía en 16 municipios, pues se gobernaba con de-legados municipales, designados por ukases del ejecutivo. Esta era la lista completa de autoridades municipales.

Presidentes en funciones:

Tamazula Juan Bautista ElenesTepehuanes Francisco Návar

Los anales de Durango (1900-1930)

319

Guanaceví Rosendo OrtízEl Oro Enrique SáenzMapimí Miguel ValdésLerdo David García MuñozS. Juan de Guadalupe Alejandro GaytánCuencamé Bernardino EsquivelS. Juan del Río Juan ÁvalosSan Dimas Leandro SimentalDurango Leopoldo ArreolaSúchil Juan de Dios JiménezPánuco de Coronado Juan C. VillegasPoanas Eufemio MacíasIndé Bernardino Melo SamperTopia Wenceslao TorresGómez Palacio Porfirio Nájera ÁlvarezNazas Victorino MartínezPeñón Blanco Gral. Manuel GamboaCanatlán Francisco VargasSantiago Papasquiaro José Ramón ValdésMezquital Nombre de Dios Manuel GarzaPueblo Nuevo Jesús CoriaRodeo Francisco EspinosaOtáez Crispín Quiñones

Delegados municipales:Amaculí Moisés BeltránCanelas Saturnino RodríguezConeto Francisco SoriaCopalquín José María ÁvilaHuazamota Leopoldo P. BerúmenSan Bartolo Pedro CastañedaSan Bernardo Manuel CampilloS. Luis del Cordero Julián JiménezS. Pedro del Gallo Cosme CompeánSanta Clara Luis Martínez Siánori Fortunato GutiérrezTominil Martín ElenesVictoria Evaristo PeredaVilla Corona Crescencio SierpeVilla Hidalgo Leocadio Arzola

320

Villa Ocampo Juan Córdoba

Desde el mes de marzo dieron inicio las pre-campañas para la Presidencia de la República, cuya elección tendría lugar en julio de 1928. A nivel nacional se conformaron una serie de agrupaciones y corrientes en torno al General Obregón y en contra de su candi-datura. El bloque obregonista parlamentario estaba en favor del manco de Sonora. Mientras que el bloque revolucionario naciona-lista, el Partido Nacional Revolucionario (sic), y la confederación de Partidos Regionales Antirreeleccionistas, apoyaban al Gral. Fran-cisco Serrano. En tanto que el Partido Nacional Antirreeleccionista proclamó candidato al Gral. Arnulfo R. Gómez.

El ambiente político se fue calentando en tal forma que para octubre el país estaba que ardía.

Hábilmente Obregón llamaba enemigos de la patria a los ene-migos de Obregón. Y además les endilgaba el adjetivo de reaccio-narios. El manco afirmaba que “la reacción se disfrazaba en cada contienda; durante el carrancismo la conversión consistió en apo-yar a Bonilla bajo la máscara del civilismo”. Cuando de la Huerta, la reacción se puso la máscara de “el anti-imposicionismo y ahora se ponía el disfraz de antirreeleccionismo”.

Como sofista, Obregón no se hubiera muerto de hambre. Con increíble destreza culminaban sus falacias afirmando que el prin-cipio de la no reelección, era reaccionario; cuando todavía no se apagaban los rescoldos de la revolución, que había incendiado al país enarbolando la bandera de la no reelección.

A la contra de Obregón le faltó imaginación y tiempo; los ejes de su campaña giraron en torno a la no reelección y la libertad re-ligiosa. En cambio, la maquinaria de la campaña electoral de Obre-gón giró en base al poder de los cañones y del dinero.

En Durango, el elemento militar permanecía impávido, la tem-pestad política parecía que no le afectaba o no le interesaba. Úni-camente el jefe de operaciones en Durango, general Eulogio Ortíz, y el Gobernador del Estado, general Enrique R. Nájera, se hacían mutuas recriminaciones de intrigas y golpes bajos.

Los anales de Durango (1900-1930)

321

Desde el tres de abril, el Partido Revolucionario Durangueño, (PRD) en una asamblea al vapor, lanzó la candidatura del Gral. Ál-varo Obregón a la Presidencia de la República. Era evidente que el manco de Sonora era el candidato oficial. Ya con esta señal de señales, el que deseara jugársela a la libre, pues muy su gusto. Después podría quejarse de mil cosas, menos de engaños.

A mediados de mayo se constituyó el Partido Durangueño del Trabajo (PDT), su secretario general era el Sr. J. Guadalupe Rodrí-guez; el secretario del interior el C. Salvador Garay; como secreta-rio del exterior el Sr. Fortino H. Aragón.

A principios de agosto, en una “gran convención”, el PRD, volvió a postular al Gral. Obregón como su candidato a la Presidencia de la República. Y anunciaba que próximamente lanzaría también su candidato a Gobernador.

A finales del mes de agosto se conformó una alianza de partidos paraestatales, con el eufemístico nombre de Alianza de Partidos por el bien de Durango”. Son signatorios y conformantes de esta alianza el Partido Revolucionario Ferrocarrilero, el Partido Socialis-ta Durangueño y el Partido Durangueño del Trabajo. El primero era la agrupación que había formado don Felipe Pescador; el segundo eran los agraristas semioficiales patrocinados por el Lic. Alberto Terrones Benítez y el último era el ala radical que había sido ex-pulsada del movimiento agrarista semi-oficial. En un manifiesto al Proletariado Duranguizo, el Partido Durangueño del Trabajo se de-claraba obregonista y afirmaba que; “la no reelección era la ban-dera de los reaccionarios”.

Todas estas agrupaciones se dedicaron a organizar filiales y clubs en todos los municipios del Estado, bajo el manto protector de la potestad oficial. Si toda esta euforia para la politiquería la hubiesen dedicado al trabajo productivo, Durango no se hubiera rezagado tanto. Sin embargo, en esta campaña faltaba el elemen-to empresarial, estaba ausente, pues muchos habían huido fuera del Estado y otros permanecían en la entidad, pero estaba con la espada en la yugular.

En el centro de la república, la política electoral se puso al rojo vivo y en octubre se produjo la matanza de Huitzilac y más tar-

322

de Arnulfo R. Gómez sería sujeto a una tenaz cacería. Así resolvía Obregón los conflictos electorales. Lo había hecho con Carranza, con Adolfo de la Huerta y ahora le tocó a los generales Serrano y Gómez. Después de las matanzas, las elecciones se realizaban con toda tranquilidad.

Los duranguenses del mundo oficial que son diestros en el arte de arrastrarse, inmediatamente mandaron un telegrama felicitan-do al Presidente de la República por la matanza de Huitzilac. Fir-maban el telegrama los C.C. José Ma. Miranda y Alberto G. Ávila que estaban al frente del PRD.

A mediados de diciembre el partido oficial sorprendió a propios y a extraños lanzando la candidatura del general Juan Gualberto Amaya para Gobernador del Estado.

Esta persona no tenía arraigo ni relaciones en Durango, salvo las castrenses. Al parecer Amaya era el candidato del jefe de operacio-nes Sr. general Eulagio Ortiz y del mismo Obregón. La clase política local se quedaron encogidos y con la boca abierta; lo único que hicieron fue arrojarse al suelo patas arriba como los perritos, para que el amo les rascara la barriga.

A finales de año, el PRD lanzó como candidatos a diputados lo-cales por los distritos 2o, 4o y 6o a los CC. Everardo Gámiz, Porfi-rio Nájera Álvarez y Manuel Porras. Estos eran los candidatos del Partido Oficial y sus posibilidades de triunfar eran muy altas, pues el partido del Gobierno cada día mejoraba sus técnicas y argucias para triunfar y no fácilmente se dejaba ganar por el pueblo.

Las elecciones municipales anuales se efectuaron el día seis de noviembre y seguían siendo el tormento de los gobernantes. En los centros urbanos más desarrollados políticamente como la re-gión lagunera y la ciudad de Durango, el Partido Oficial no quería perder ni una sola elección y no admitía ninguna derrota y casi siempre había conflictos. O mejor dicho, se vivía en un conflicto permanente. Pues como las elecciones eran cada año, los conflic-tos poselectorales alcanzaban a las nuevas elecciones normales. En aquellas regiones terriblemente atrasadas, los problemas elec-torales surgían, porque las autoridades no sabían hacer elecciones y siempre las hacían mal. El problema no era con los electores, que

Los anales de Durango (1900-1930)

323

eran los invitados de piedra, sino con los mismos encargados de votar por el pueblo. Total, que las elecciones se habían convertido en un dolor de cabeza para el Gobierno.

Este año fueron declaradas nulas las elecciones en Gómez Pala-cio, Mezquital, Súchil, Santa Clara, Cuencamé, Copalquín, Santiago Papasquiaro, Siánori, San Bernardo, San Juan de Guadalupe.

En Lerdo y en la ciudad de Durango las elecciones estuvieron muy apasionadas. En la capital del Estado, el Partido Oficial perdió en primera instancia, es decir en la junta computadora municipal.

Veamos más de cerca el proceso electoral municipal en la ciu-dad de Durango. Esta vez se conformó una alianza electoral con las siguientes agrupaciones políticas: Partido Revolucionario Ferroca-rrilero (PRD); Partido Socialista de Durango, (PSD); Partido Duran-gueño del Trabajo (PDT). Esta alianza lanzó la siguiente planilla:

Regidores Regidorespropietarios: suplentes:

2° J. Magdaleno Dávalos 2° Zeferino Samaniego4o C. Víctor Pantoja 4o Othón H. Mosqueda6o Ing. Julio Guerrero 6o Jesús Quiñones S.8o C. Ignacio Martínez 8o Margarito Canales10° C. Francisco Ávila 10° C. Julián García12° Dr. Carlos León de la Peña

12° José Peyro

14° C. Salvador Garay 14° Alejandro Meléndez

Por su parte el PRD postuló a las siguientes personas:

Regidores Regidorespropietarios: suplentes:2o C. José C. González 2o C. Eugenio Lozano4o C. Gregorio M. Vargas 4o C. Marcos Villarreal6o C. Francisco Maldonado 6o Estanislao Aragón8o C. Antonio Carranza F. 8o C. Pedro González10° C. Leonides Rodríguez M. 10° C. Jesús Belloc12° C. Jesús González D. 12° C. Anastasio Cisneros14° C. Jesús R. Sánchez 14° C. Ángel Castaños

324

Los integrantes de la alianza, en particular el Partido Ferrocarri-lero, ya habían perdido dos elecciones importantes y por lo tanto ya tenían experiencia y sabían que la clave estaba en el control de las casillas y de la junta computadora, que era donde el PRD hacía sus triquiñuelas electorales.

La alianza de partidos tuvo la mayoría de los presidentes de ca-sillas. Todas acudieron a integrar la junta computadora y por lo tanto le ataron las manos a los órganos municipales que eran del PRD. La junta computadora se integró con los siguientes ciudada-nos: presidente, Juan Manuel Peña; vice-presidente, Hermenegil-do Rosas; 1o secretario, Miguel Carrola; 2o secretario, C. Samuel Soto; 1o escrutador, Gildardo Ruiz; 2o escrutador, Marcial Rosales.

El resultado de esta elección fue el siguiente: por la alianza de partidos, 1,854 votos buenos y 305 nulos. Por el PRD, 1,333 votos válidos y 233 nulos.

La junta computadora emitió su dictamen dando el triunfo a la planilla encabezada por el C. Magdaleno Dávalos y remitió la docu-mentación correspondiente al colegio electoral que lo conforma-ban los diputados locales que en su gran mayoría, eran del PRD.

El 29 de diciembre, a dos días de que tomaran posesión los Ayuntamientos, el colegio electoral discutió el proceso del munici-pio de Durango. El “honorable” colegio emitió su resolución donde le dieron el triunfo a la planilla del PRD, que encabezaba el Sr. José C. González. Como premio de consolación, la Legislatura declaró que el Partido Socialista había ganado el Ayuntamiento de Peñón Blanco. Este municipio era un reducto del agrarismo lidereado por Facundo Pulido, que era uno de los elementos importantes del llanero Fortino Aragón. La gente rumoraba que los socialistas se habían vendido.

Otro caso que levantó algo de escándalo y ruido fue el de Cuen-camé. Las autoridades de ese municipio no se dieron cuenta que hubo elecciones municipales. Esta anomalía llenó de ira a los que mandaban en el Estado, pues ponía al descubierto la realidad de-mocrática electoral de la entidad. Y para que no hubiera dudas, la misma Legislatura se encargó de publicitario con el siguiente aviso al público.

Los anales de Durango (1900-1930)

325

“La H. Legislatura del Estado propuesta a obrar rectamente en todos los casos en que se violen las leyes que rigen el sufragio po-pular, tomó en sesión del 21 de los corrientes la determinación de poner en conocimiento del C. Procurador de Justicia en el Estado, para su consignación a la autoridad judicial competente, la viola-ción de los artículos 43 y 45 de la Ley Electoral Municipal de que es presunto responsable el Ayuntamiento de Cuencamé, por la omi-sión en que incurrieron sus miembros de no constituirse en Junta Computadora, para computar la votación obtenida en las eleccio-nes municipales verificadas en aquel municipio, el domingo 6 de noviembre último.

La propia H. Legislatura acordó dar a la publicidad la resolución anterior, por creerla de interés público”.

Sufragio Efectivo. No reelección.

Durango, Diciembre 24 de 1927.- A. Anchondo, D. S.- Jesús F. Tamayo, D.S.

El 31 de diciembre de 1927, el Presidente de la República emitió un decreto donde se declaraba reformado el Art. 83° de la Consti-tución Federal en los siguientes términos: “El Presidente entrará a ejercer su cargo el primero de diciembre y durará en él seis años y nunca podrá ser reelecto para el período inmediato”. Con esta re-forma se abría el camino de la reelección y con ello quedaba expe-dita la vía al Palacio Nacional para el Gral. Obregón. Esta declarato-ria fue firmada por todos los diputados y senadores que estuvieron de acuerdo. Por el Estado de Durango signaron ese documento los C.C. Daniel Gutiérrez, Jesús Salas Barraza, Silvestre Dorador, Pedro Álvarez, L. Estrada, Pastor Rouaix, Fernando Arenas, Carlos Andra-de y Antonio Gutiérrez. Bendito sea Dios, las vueltas que da la vida, sobre todo cuando se deja uno guiar por el estómago.

LA TIERRA: POR LA LEY O POR LA FUERZA

Este año se dictaron resoluciones presidenciales dotatorias de tierras para los siguientes pueblos: a Pánuco de Coronado se le dieron 3,802 hectáreas; al Sáuz de Abajo, del municipio de San Juan del Río, se le adjudicaron 3,005 hectáreas; a Saucillo, 6,291

326

hectáreas; a San Francisco del Malpaís, del municipio de Nombre de Dios 4,280 has.; al pueblo de Emiliano Zapata, del municipio de Cuencamé, 3,769 has.

Igualmente se dictaron tres resoluciones presidenciales negati-vas: para el rancho de San Francisco del municipio de San Dimas, para los vecinos de la Hacienda de Santa Catalina de Sena, del mu-nicipio de Peñón Blanco y para los vecinos de la Hacienda de Santa Isabel de Berros.

Junto con la tierra el Gobierno Federal empezó también a emitir concesiones de aguas, claro, previamente había declarado como propiedad nacional o federal todas las aguas de los ríos y arro-yos que había en el Estado. Después de 1917 empezó esta fiebre declaratoria donde se decretaron como de propiedad federal casi todas las aguas habidas y por haber. Ningún estado provincial pro-testó por este proceder. Ahora el Gobierno Federal les vendía el agua a los ciudadanos de los estados.

La Comisión Local Agraria no se daba abasto con la multitud de solicitudes de tierra de los campesinos de todo el Estado. Ver-daderamente se les vino encima el mundo campesino. Y desgra-ciadamente parecía suceder que a medida que los campesinos se habían decidido a solicitar tierras, el Gobierno empezaba a frenar el reparto de las mismas. Este año emitieron seis dictámenes favo-rables y siete negativos.

Igualmente se expropiaron las tierras necesarias para crear el fundo legal de los siguientes pueblos: León Guzmán, del municipio de Lerdo; Graceros, del municipio de Súchil; Bruno Martínez, antes San Bartolo, del municipio de Canatlán; El Arenal, municipio de la capital; General Escobedo, municipio de El Oro; Carrillo Puerto (antes San José de Tarabillas), municipio de Peñón Blanco (hoy de Gudalupe Victoria); Matamoros, antes Las Mulas, del municipio de El Oro.

Por su parte la comisión de fraccionamientos seguía con su trabajo de crear pequeñas propiedades, fraccionando las grandes haciendas. Hasta la fecha (1926) se había lotificado la superficie siguiente:

Los anales de Durango (1900-1930)

327

Hacienda Municipio Superficie(en hectáreas)

Santa Catalina Peñón Blanco 11,331Cacaria Canatlán 5,500La Sauceda Canatlán 2,145El Mortero Súchil 807Filadelfia Súchil 1,281

Hacienda Municipio Superficie(en hectáreas)

Cruces Canatlán 467Guatimapé Canatlán 14,012La Soledad Canatlán 1,385El Chorro Durango 3,786El Fresno Mapimí 1,527El Ojo Peñón Blanco 3,357Juan Pérez Cuencamé 18,811Labor de Guadalupe Durango 8,359Purísima Cuencamé 60,984La Punta Durango 6,056Santa Isabel Canatlán 24,511Ocotán y la Negra Canatlán 6,000Perímetro Lavín Gómez Palacio 16,460

El gran legislador emitió algunas leyes relacionadas con la cues-tión agropecuaria; las más importantes fueron las siguientes:

Reglamento a la Ley de Aguas, Ley de Irrigación con Aguas Fede-rales, Reforma a la Ley de la Deuda Agraria. Decreto por el cual se determina que sean entregadas para su venta, al Banco Nacional de Crédito Agrícola, S. A., las propiedades rústicas que existan en poder de la Caja de Préstamos para obras de irrigación y fomento de la agricultura y comisión monetaria. Reglamento de las Socie-dades Agrícolas Locales y de las Uniones de Sociedades Locales. Decreto por el cual se pone bajo la vigilancia de la Dirección Ge-neral de Agricultura y Ganadería, el control, organización y explo-tación de los terrenos ejidales. Reformas a la ley de repartición de tierras ejidales y la Constitución del Patrimonio Parcelario Ejidal; Ley de Colonización.

328

LOS GUERRILLEROS DE CRISTO

La bandera y el grito de guerra de los guerrilleros católicos era ¡Viva Cristo Rey! La insurrección se había iniciado a finales de sep-tiembre de 1926 en la comunidad indígena de Santiago Bayacora. El Gobierno creyó que controlaría con facilidad la situación, sin em-bargo no fue así. La rebelión cristiana se extendió rápidamente por los municipios del Mezquital, Pueblo Nuevo, Ventanas, San Dimas, que eran regiones con fuerte población indígena. Más tarde surgió otro foco guerrillero católico en la región de Santiago Papasquiaro y Canatlán.

Hasta el mes de febrero se dio a conocer en Durango el decreto emitido por el Presidente Calles, donde reglamentaba el artículo 130 Constitucional. Dicha norma decapitaba a la Iglesia Católica y con justa razón se indignaron. Vamos a transcribir algunos artí-culos de dicha Ley para que vea usted que el poder arbitrario ha creado grandes perjuicios a la nación.

Art. 1°.- Corresponde al Ejecutivo Federal, por conducto de la Secretaría de Gobernación, ejercer en materia religiosa la inter-vención que esta Ley le concede. Art. 5°.- La Ley no reconoce perso-nalidad alguna a las agrupaciones religiosas denominadas Iglesias, las que, por lo mismo, no tienen los derechos que la ley concede a las personas morales. 6°.-Las asociaciones religiosas denominadas Iglesias no podrán en ningún caso tener capacidad para adquirir, poseer, o administrar bienes raíces, ni capitales impuestos, so-bre ellos... Art. 7°.- Los ministros de los cultos serán considerados como personas que ejercen una profesión y estarán sujetos a las leyes sobre la materia... Art. 8°. Para ejercer en México el minis-terio de cualquier culto se necesita ser mexicano por nacimiento. Art. 9°.- Los ministros de los cultos no podrán en reunión pública o privada, hacer crítica a las leyes fundamentales del país, ni a las autoridades en particular, ni al Gobierno en general, y no tendrán derecho para asociarse con fines políticos. Art. 10°.- Para dedicar al culto nuevos locales se necesita permiso de la Secretaría de Go-bernación. Art. 13°.- La autoridad municipal que no cuide del cum-plimiento de lo prevenido en esta Ley será castigada penalmente... Art. 14°.- De los donativos muebles que no sea dinero se dará aviso a la Secretaría de Gobernación... Art. 16°.-Las publicaciones perió-dicas de carácter confesional no podrán comentar asuntos políti-

Los anales de Durango (1900-1930)

329

cos. Art. 17°.- Queda estrictamente prohibida la formación de toda clase de agrupaciones políticas, cuyo título tenga alguna palabra o indicación cualquiera que lo relacione con algún credo religioso. Art. 18°.- Los ministros de los cultos tienen incapacidad para ser herederos................. Únicamente faltó que a los católicos se les prohibiera respirar y evacuar.

Tal parecía que el Gral. Calles necesitara una guerra con la Iglesia Católica. Esta por su parte cayó en la provocación y México se vio envuelto en una guerra santa en la que todos perdimos. Ojalá que cuando menos las partes involucradas hayan ganado experiencia, que hayan aprendido la lección. Aunque dicen que la experiencia es un billete de lotería que se compra después del sorteo, pero en fin.

El Gobierno Federal dio muestras de una brutalidad innecesaria, pues además de que se confiscaron escuelas, hospitales religiosos, conventos, etc.; utilizó el edificio del seminario como cuartel del regimiento de caballería. No había necesidad de ofender a los cre-yentes a tales extremos.

Con este tacto político, para el mes de marzo la situación estaba que ardía. Un periódico gobiernista reconocía la situación y el día ocho de marzo encabezaba así la primera plana. “Durango entero a punto de levantarse en masa”.

El jefe de operaciones militares, general Eulogio Ortiz, quiso matar dos pájaros con una piedra, al enfrentar a los agraristas con los guerrilleros de Cristo. En las cúpulas del agrarismo no se puso ninguna objeción, al fin de cuentas que en el fondo ni eran campe-sinos y además ellos no iban a estar en la línea de fuego. Afortu-nadamente el cálculo les resultó equivocado. Los agraristas al ver que los rebeldes cristianos eran campesinos igual que ellos y de la misma religión y además muy entrones, se pasaban con armas y caballos al lado de los guerrilleros de Dios.

Los guerrilleros de Bayacora derrotaron en toda la línea a las tropas federales en el lugar llamado Las Lomas del Refugio, cerca-no al Mezquital. A los federales los comandaba el coronel Dámaso Carrasco y a los rebeldes, el Sr. Tirso Gurrola; el hecho de armas tuvo lugar a principios del mes de enero.

330

Más tarde, en abril, los federales volvieron a sufrir otras derro-tas en Chinacates y en un lugar cerca de Canatlán.

Después de ocho meses de esta guerra religiosa, los guerrilleros de Cristo ya tenían un santo mártir: el padre Correa y un líder gue-rrillero: Trinidad Mora.

El General Eulogio Ortiz pronto demostraría que sólo era bueno para hacer declaraciones y que el traje militar de jefe de operacio-nes le quedaba grande.

EL BANDOLERO JUAN GALINDO

Después de más de 17 años de andar de guerrillero, por fin, Juan Galindo se rindió a las fuerzas federales; más bien fue am-nistiado, puesto que no fue encarcelado y se le proporcionaron ciertas consideraciones.

Todavía por el mes de abril realizó algunos asaltos y secuestros por el municipio de Pánuco de Coronado y para principios de junio se reunió con el jefe de operaciones en San Miguel de Papasquia-ro, para dar por terminada su carrera de bandolero. Era el último guerrillero del boom del diez. Duró mucho tiempo toreando a las balas; por ello, alguna vez llegó a decir que la muerte le tenía mie-do a Juan Galindo.

BAJO EL PESO DE LA LEY

El Gobierno Federal, cual si fuera máquina de hacer leyes, se-guía inundándonos con normas, reglamentos, decretos y circula-res. Pero, para ser un estado de derecho, no bastaba una avalan-cha de leyes: eran necesarias otras pequeñas cosas como escuelas, maestros, educación, cultura, tradición, etc. Independientemente, el Honorable Gobierno promulgó este año las siguientes leyes: Re-glamento de la Ley de Industrias Minerales, Ley General de So-ciedades Cooperativas, Reglamento de Policía Sanitaria Agrícola, Reglamento de la Ley de Alcoholes. Circular que determina el co-bro de derechos de inscripción en el registro público de industrias mineras. Reformas a los Artículos 82 y 83 de la Constitución Fe-deral que establecían la reelección del Presidente de la Repúbli-

Los anales de Durango (1900-1930)

331

ca, (alias Álvaro Obregón); Reglamento de la Ley Orgánica del Art. 28 de la Constitución Federal; Código Nacional Eléctrico; Ley de Impuestos sobre Donaciones; Reglamento al Art. 45 de la Ley de Impuestos sobre Herencias y Legados. Reformas al Art. 258 de la Ley General de Instituciones de Crédito. Reglamento de la libertad preparatoria. Circular 9-42 que determina los alcances del Art. 251 de la Ley de Instituciones de Crédito y Establecimientos Bancarios, Ley de Impuestos a la Minería. Ley de Dotaciones y Restituciones de Tierras y Aguas; Ley que reforma la reglamentaria sobre repar-tición de Tierras Ejidales, Reglamento de la Ley de Sociedades de Seguros.

Nuestro Gobernador y la H. Legislatura también promulgaban leyes para desquitar el sueldo y para sentir que existían. Estas fue-ron las leyes más relevantes promulgadas en el año: Reglamento para las escuelas primarias particulares, Ley de Catastro, Regla-mento a la Ley de Catastro, Reformas al Artículo 55 de la Constitu-ción local, Ley Reglamentaria al Art. 27 de la Ley de Trabajo Local que establece la obligación de los patrones de construir escuelas en los centros de trabajo.

HISTORIAS PEQUEÑAS DEL TEJIDO SOCIAL

El mes de julio el Gobierno anunció diez veces en el periódico oficial, que le habían robado el sello de la oficina del Ejecutivo del Estado. La gente se rió un rato, circunstancia que además servía para darse cuenta del poder del poder.

El gobierno hacía pequeños esfuerzos por mejorar el Estado. Por ello, la Legislatura autorizó al ejecutivo a invertir 50 mil pesos en acciones de la empresa “Puente Nazas, S. C. de R. L.” creada con el fin construir un puente sobre el río Nazas, que uniría las ciuda-des de Gómez y Torreón. Gracias a Dios no se robaron el dinero y el puente se hizo.

Igual suma se autorizó al ejecutivo para que lo invirtieran en un camino que uniría al pueblo de Tamazula con Culiacán Sinaloa.

El 17 de marzo de 1927 el periódico oficial publicó un decre-to donde expresaba lo siguiente: “Queda sin efecto la concesión

332

otorgada al ciudadano general Domingo Arrieta para la explota-ción de las rutas de transporte de Durango al Mezquital y a San Juan del Río”. El general don Domingo Arrieta después de haber sido Gobernador de Durango vivía pobre, era pobre. En cambio el ex-gobernador J. Agustín Castro había salido con un ranchito de 25 mil hectáreas por el rumbo de Canatlán. Y el Gral. Enrique R. Nájera, más medido, ya tenía también su pequeña heredad de 200 hectáreas de riego.

La Legislatura aprobó un decreto donde se prohibía la inmigra-ción de personas de nacionalidad china. Parece ser que nuestros ancestros eran algo racistas, pero, más que racistas, ignorantes. Mire usted que prohibir la inmigración que permitiría la conviven-cia y mezcla con uno de los pueblos más cultos del mundo.

En mayo y junio la junta local de mejoras materiales rendía su estado de cuentas, figuraba como presidente de ese organismo el Ing. Pastor Rouaix y como secretario y tesorero, los C.C. Lorenzo Gámiz y J. García respectivamente.

El Gobierno del Estado celebró un contrato con “International Willite y Cía.” para la pavimentación de la ciudad de Durango. Sig-naron por esta empresa los C.C. Ing. Fortino Aguilar y Arnulfo R. García, en su calidad de vicepresidente y tesorero respectivamen-te. El objeto del contrato era la pavimentación de una superficie de 150 mil metros cuadrados, comprendidos en el perímetro siguien-te: calle Ferrocarril y Rayón, por una parte; Patoni y Constitución, por otra.

El precio sería de cinco pesos oro nacional por metro cuadrado, pagado al contado y por obra terminada. Al mismo tiempo la junta de mejoras materiales iba a realizar las obras de drenaje, alcanta-rillado, cordonería y banquetas.

En mayo de 1927, el Gobierno del Estado celebró con la Cía. de Teléfonos y Bienes Raíces Sociedad Anónima, un contrato-conce-sión para el establecimiento de los servicios telefónicos y telegrá-ficos en las ciudades de Gómez Palacio, Lerdo, en los ranchos y ha-ciendas de la región. La empresa se obligó a cobrar las siguientes cuotas por el servicio telefónico: casas particulares, $8.00 mensua-les; a profesionistas, $9.00; bancos y casas de comercio, $10.00;

Los anales de Durango (1900-1930)

333

haciendas y ranchos, $15.00 mensuales.

Igualmente el 14 de mayo el Gobierno del Estado con autoriza-ción de la Legislatura celebró con la empresa “Compañía Telefónica de Durango, S.A”. un contrato-concesión para el establecimiento de los servicios telefónicos y telegráficos en la ciudad de Duran-go, Canatlán, Santiago Papasquiaro, Tepehuanes, San Juan del Río, Nombre de Dios y Súchil y a cualquier otra parte del Estado.

334

1928: JUSTICIA DIVINA

LOS LABERINTOS DEL PODER

1928 era un año político; se iban a realizar los cambios en los po-deres federales y locales. Eso sin contar las elecciones municipales, que ya para estas alturas se habían convertido en un verdadero problema político y la administración pública era un caos por los enredos electorales.

Este año sin embargo se sobrecalentó más de lo que cualquiera hubiera imaginado. Las matanzas y cacerías de generales, habían creado sobresaltos y temores. El empecinamiento de Obregón de reformar la Constitución para poder regresar a la presidencia, el conflicto con la Iglesia Católica y con los terratenientes, todo ello mantenía paralizada la economía en medio de escándalos y algara-bías. La gente normal quería paz y trabajo. Y eso era lo que Obre-gón quería que el pueblo deseara, porque nadie más que él, podía ofrecer y garantizar la paz a la República; el trabajo vendría como consecuencia natural del orden y de la estabilidad. Así pues, tal pareciera que el desorden y el caos formara parte de la estrategia del manco para regresar al Palacio Nacional. Tal vez por eso en vez de apagar atizaban el fuego.

Durante los primeros meses de cada año, se hacían las eleccio-nes extraordinarias de los municipios, cuyos comicios habían sido declarados nulos. Este año se iban a realizar además elecciones extraordinarias para los distritos 2o, 4o y 6o, que se habían declara-do nulas. Estos distritos tenían sus cabeceras en la ciudad capital, en Gómez y en Mapimí, que eran las regiones más politizadas de la entidad.

Las elecciones se efectuaron en enero y resultaron electos por el segundo distrito el Sr. Profesor Everardo Gámiz y por el sexto, el Sr. Manuel Porras. En el cuarto se volvieron a declarar nulas las elecciones y no fue sino hasta el mes de junio, cuando se declaró diputado por este distrito al Sr. Jesús Dávila Torres. Que por cierto

Los anales de Durango (1900-1930)

335

muchos vieron esta diputación, como un pago que se le hacía al Sr. Dávila Torres, por haber renunciado a la alianza de partidos y hecho causa común con la candidatura del Gral. Juan Gualberto Amaya. Dávila Torres había dejado y traicionado a sus compañeros por una diputación; (Salud, Rafael Palacios).

En Gómez Palacio, para no perder la costumbre, las pasiones se exaltaron hasta el paroxismo, desbordando el contexto de la legalidad y la razón. El Gobierno del Estado había nombrado una junta provisional de Gobierno, porque las elecciones constitucio-nales del mes de noviembre pasado se habían declarado nulas. Esta junta de Gobierno la encabezaba el Sr. Carlos Sánchez. Como los laguneros son muy conflictivos, no aceptaban del todo a este señor, a quien acusaban de reaccionario y amigo de los jesuitas.

Más tarde cuando se inició el proceso electoral extraordinario para elegir al cabildo municipal, la situación se volvió incontrola-ble. El conflicto traspasó las fronteras regionales y llegó hasta la Presidencia de la República, pues los diputados federales lagune-ros, Daniel R. Gutiérrez y J. Isabel García se encargaron de hacerlo del conocimiento del Gral. Calles.

Ante esta situación, el Gobernador inmediatamente se trasladó a La Laguna, quitó al Sr. Sánchez y nombró nuevo Presidente de la Junta de Gobierno Municipal, al Sr. Alberto Tamayo. Con esta de-signación medianamente se apagó el fuego porque a los laguneros ni Dios los puede arreglar.

Se disputaron la Presidencia Municipal de Gómez Palacio los se-ñores José Alonso y el Sr. Alberto Sánchez. Este ciudadano fue el ganador y su planilla la componían las siguientes personas:

Propietarios: Suplentes:

1o Alberto Sánchez 1o Fidel Rubio2o Francisco Esquivel G. 2o Melchor Samaniego3o Tobías Carreón 3o Elías de Anda4o Andrés Villarreal (Jr). 4o Luis R. Alonso5o Miguel Hídrogo 5o Antera M. Torres6o Juan Arguijo 6o Martín R. Macías7o Miguel Martínez 7° Antonio Martínez8o Toribio Pérez 8o José R. Tapia

336

9o Atilano Vidaña 9o Aristeo Lozano10o Everardo Gutiérrez 10° Esteban Torres11° Serapio Ortiz 11° Filemón Castro

En Durango todo era pasión y como la alianza de partidos, (PRF, PDT y PSD) y el PRD, habían destapado para candidato a Gober-nador al C. Gral. Juan Gualberto Amaya, todo mundo se fue a la cargada. Puesto que estos eran las fuerzas políticas reales de la entidad, con sus vicios y sus virtudes.

Se formaron partidos políticos y una multitud de clubes en todo el Estado que apoyaba al General Amaya. Era increíble la avalan-cha de apoyos, elogios y lambisconerías.

En este clima exuberante, se constituyeron nuevos partidos, otros renacieron al igual que Drácula, que al llegar la noche elec-toral, salían de sus ataúdes en busca de víctimas. En esta forma se constituyó el Partido Liberal Nacionalista encabezado por el Sr. Juan B. Fuentes; el Partido Laborista Durangueño, que dirigía el Sr. J. de Jesús Támez; Partido Independiente de la clase media, cuyos dirigentes más conocidos eran los C.C. Antonio Saracho, Dr. Efraín Machado y Jesús María Saldívar.

Asimismo se constituyó la filial en Durango de la Liga de De-fensa Revolucionaria; su directiva la formaban las siguientes per-sonas: presidente, Arturo Terrones Benítez; vice-presidente, Lic. Lorenzo Gámiz; Srio. general, Salvador Reyes Avilés; tesorero, Víc-tor Manuel Castaños; sub-tesorero, Prof. Everardo Gámiz; vocales: Antonio R. Ramos, prof. Catarino Herrera, Antonio García y Julio González Bárcenas.

Desde luego, no podía faltar el comité de campaña del candida-to a Gobernador, el cual lo integraban los siguientes “patriotas”: Presidente, Ing. Pastor Rouaix; vice-presidente, Lic. Lorenzo Gá-miz; tesorero, Arturo Terrones Benítez; Srio. general, Prof. Everar-do Gámiz; Srio. del interior, Prof. Catarino Herrera; secretario del exterior, Lic. Francisco Solís M.; primer pro-secretario, Manuel Váz-quez Dorador; segundo pro-secretario, Mariano Arredondo; pri-mer vocal, Valentín M. Elizondo; segundo vocal, Silvestre Dorador Jr.; tercer vocal, Manuel V. Valenzuela; cuarto vocal, Ing. Carlos F. Flores; quinto vocal, Ángel Castaños; sexto vocal, Alfonso Terrones Benítez; séptimo vocal, Antonio Gámiz; octavo vocal, Humberto

Los anales de Durango (1900-1930)

337

Palencia.

Todos querían estar con el émulo del Rey Midas. Unos tenían la suerte de compartir el aire que respiraba; otros se conformaban con que sus nombres llegaran a los oídos del divino redentor para que los tuviera en cuenta a la hora del reparto del botín. Todo era alegría y contento, elogios a torrentes por todos lados. La cargada era brutal, sólo faltaban en esta gran fiesta los verdaderos dueños de Durango: Los señores del dinero, los terratenientes, casatenien-tes y empresarios. Algunos se habían ido del Estado, otros estaban enclaustrados a piedra y lodo, esperando tiempos mejores. Mi-rando la algarabía política, con algo de despecho sólo decían que cuando no estaba el gato en casa, hacían de las suyas los ratones.

Sin embargo no faltó alguien que les viniera a aguar la fiesta a los amayistas. “La alianza de Partidos por el bien de Durango”, fue-ron los primeros en retirarle su apoyo al Gral. Amaya, pues afirma-ban que no reunía los requisitos que establece la constitución para ser Gobernador. Que no era duranguense por nacimiento ni tenía la vecindad necesaria para aspirar a tal cargo. Esta postura cayó como un balde de agua en las filas de los amayistas. Rápidamen-te replicaron y contraatacaron, por lo pronto trataron de dividir a los partidos que conformaban la alianza, (Partido Revolucionario Ferrocarrilero, Partido Duranguense del Trabajo, Partido Socialista de Durango), captaron algunos liderzuelos de estas agrupaciones ofreciéndoles curules, como al Sr. Dávila Torres. Las gentes del Ge-neral intentaron ahogar con vocingleo y agresiones la voz de la ra-zón y la legalidad.

Todo el mes de abril se vivió un impase, pero a principios de mayo los estudiantes de Durango le pusieron el cascabel al gato, cuando públicamente le pidieron al Gral. Amaya que desistiera de sus propósitos de ser Gobernador. Afirmaban que además de ser una cuestión de legalidad, también se involucraban cuestiones de tipo moral, pues quien engañaba a los ciudadanos, carecía de con-textura moral para gobernarlos. El Comité Estudiantil Obregonista de Durango lo encabezaban Antonio Carranza F. y Genaro R. Mija-res. Qué ejemplo de gallardía, valentía y patriotismo dieron estos jóvenes, pero al parecer murieron sin dejar descendencia en esta zona del silencio y del olvido.

338

Con esta postura, el PRD también le retiró su apoyo al General Amaya. A mediados de mayo llegó a Durango el Lic. Alberto Terro-nes Benítez y parecía que todos lo estaban esperando. Cabildeó con los partidos de la alianza, hizo que expulsaran a los traidores, se atrajo al PRD y todos estos grupos encabezados por el Lic. Te-rrones Benítez presentaron un amplio frente contra la ilegalidad y el fraude.

Prácticamente el General Amaya se quedaba sin partido, salvo el de los logreros y lambiscones.

Pero como era militar, estaban acostumbrados a las peleas y rápidamente fundó su propio partido que eufemísticamente llamó Partido Reconstructor Durangueño, cuya directiva la formaron las siguientes personas: Presidente, general Juan Gualberto Amaya; vice-presidente, Valentín Elizondo; secretario, Alfonso Terrones Be-nítez; tesorero, Arturo Terrones Benítez; vocales, Victoriano Alon-so, Raúl B. Galván, Francisco Guerrero R., Francisco Mena, Santia-go Urbina y el Ing. Carlos V. Flores; más tarde, cuando renunciaron los hermanos Terrones Benítez, fue nombrado secretario general el Sr. Everardo Gámiz.

El Partido Nacional Agrarista, que en un principio había apoya-do también al Gral. Amaya, le retiró su apoyo como candidato de esa agrupación.

Todos los partidos y asociaciones políticas que desconocieran al General Amaya como candidato a Gobernador, nominaron en su lugar al Lic. Alberto Terrones Benítez. Sin embargo ya era muy tarde para desmontar la maquinaria del fraude, que se hacía preci-samente en los órganos electorales, los cuales estaban totalmente contratados por el gobernante en turno, que en este año era el Gral. Enrique R. Nájera. Éste en un principio intentó ser candidato a senador, pero se la ganó el Ing. Pastor Rouaix; después lo nomi-naron candidato a diputado federal y volvió a fallar, más tarde su resentimiento lo volvió rebelde.

El 10 de junio se llevaron a cabo las elecciones locales y ganó el Gral. Amaya, como diputados locales triunfaron las siguientes personas:

Los anales de Durango (1900-1930)

339

Propietario: Suplente:

1o Silvestre Dorador 1o Ángel Castaños3o Agustín Anchondo 3o Everardo Gutiérrez5o Ernesto Ávila 5o Prisciliano García7° Antonio García 7o Epigmenio Peña9o Juan Francisco Gándara 9o Severo López11° Jesús Zúñíga 11° José Moreno15° Manuel Acevedo 15° Jesús Quiñones Silva17° Antonio Díaz Prendis 17° Leandro Reséndiz

En el décimo tercer distrito fueron declaradas nulas las eleccio-nes.

El 1o de julio se realizaron las elecciones federales. Obregón ganó de calle, pues sus enemigos estaban en el panteón y los que aún vivían andaban buscando su mortaja.

Como senador fue electo el Sr. Ing. Pastor Rouaix. Persona muy respetable, a la que por cierto, le fue muy bien en la revolución sin haber disparado un solo tiro. La revolución le había dado una di-putación local, una gubernatura, una secretaría de estado y ahora volvía por el fuero de senador. Carranza ya estaba muerto y ahora se subía al carro de su asesino. El porfirismo tan sólo le había dado una modesta regiduría del municipio de la capital.

Los Diputados Federales electos fueron las siguientes perso-nas:

Propietario: Suplente:

1o Francisco Pérez 1o Fidel L. Raudry2 o Lic. Pedro Álvarez 2° Arturo Farías3o Daniel R. Gutiérrez 3o Jesús Castro4 o Alfonso Cruz 4 o Margarito Machado5o José Ramón Valdés 5o Donaciano Sosa6o Jesús Salas Barraza 6o Erasmo Barraza7o Lic. Fernando Arenas 7o Alejandro Balderrama8o Lic. Liborio Espinosa y

Elenes8o Juan Baustista Elenes

Todos eran del Partido Reconstructor y repetían como legisla-dores, el Sr. Pedro Álvarez, Daniel Gutiérrez, Jesús Salas Barraza, Lic. Fernando Arenas y Lic. Liborio Espinosa.

340

El señor Carlos Andrade se había ido a la oposición y no pudo reelegirse, gracias a ello entraría el Sr. José Ramón Valdés, quien desde 1911 andaba dándose de topes en los laberintos del poder.

La oposición a la gubernatura del general Juan Gualberto Ama-ya, seguía insistiendo que no sería investido en el poder ejecutivo del Estado. Habían dado la pelea en las juntas computadoras tanto municipales como distritales; y la iban a dar en el Colegio Electo-ral.

Sin embargo, el día 17 de julio el pueblo recibió la noticia del asesinato del Sr. Álvaro Obregón. Tal acontecimiento alteraba to-talmente el juego y la composición de las fuerzas políticas del país. Muchos estaban inconsolables y sus lágrimas fluían en abundan-cia, y más que al manco le lloraban al ministerio que se les iba, al cargo que nunca volvería. Otros en cambio respiraron tranquilos y bendecían a Dios por haber salvado a México de otra dictadura.

Los amayistas aprovecharon la sorpresa e hicieron que la Legis-latura diera un albazo y el mismo 17 de julio emitió el decreto 403 donde declaraba electo Gobernador del Estado al general Juan Gualberto Amaya y socios que lo acompañaban como diputados.

El Presidente de la República emitió un mensaje a la Nación pi-diendo comprensión y tranquilidad a todos los partidos y fuerzas políticas. El Presidente pedía una tregua, había que acatar su soli-citud.

En estas condiciones, el 16 de septiembre de 1928, el Gral. Amaya fue investido como Gobernador del Estado de Durango por el período comprendido del 16 de septiembre de 1928 al 15 de septiembre de 1932. Hubo fiesta por la noche, había muchos ros-tros sonrientes, otros en cambio andaban con las caras largas y apesadumbradas; pero todos traían las charrascas en la mano.

El 27 de septiembre se publicó la convocatoria para las eleccio-nes municipales y nuevamente la clase política se puso en movi-miento. Particularmente en la ciudad capital y en la región de las pasiones laguneras.

En muchos pueblos la gente seguía sin darse cuenta que se ha-cían elecciones, sólo en las cabeceras municipales los notables, ri-

Los anales de Durango (1900-1930)

341

quillos, caciques y tinterillos se inquietaban y le entraban a la lucha electoral para disfrutar de las mieles del poder.

En la ciudad de Durango el Partido Revolucionario Ferrocarri-lero postuló la candidatura del Sr. don Valentín M. Elizondo, para Presidente Municipal. Esta candidatura fue bien aceptada en el sector comercial y la clase media y al parecer también en las bases clericales. Esta planilla la encabezaban las siguientes personas:

Regidores propietarios: Regidores suplentes:

1o Valentín M. Elizondo 1o Emilio Solano3o Fernando García 3o Raúl Galván5o J. Ángel López de Nava 5o Federico Vargas7 o Manuel Carbajal 7o José Ma. Gandarilla9o Francisco Mena 9o Emilio García C.11 o Santiago Urbina 11 o Guillermo Fernández13 o Luis Ríos 13 o Eladio Bustamante15 o Clemente Ceniceros 15 o José Ma. Arguelles

El Partido Reconstructor Durangueño, Socialista del Estado, Agrarista Durangueño, Independiente de la clase media y algunos clubes, se adhirieron a la candidatura del Sr. Elizondo.

No obstante la simpatía de esta persona, sus enemigos empren-dieron una furiosa campaña en contra de su planilla, afirmando que eran puros conservadores y Caballeros de Colón.

El Sr. Elizondo se defendía con mucha lógica y propiedad, pero sin olfato político. Al contestarles a sus enemigos les preguntaba que en qué ley estaba prohibido que un conservador o un Caballe-ro de Colón fuera candidato a un puesto público.

Al parecer la dirección del Partido Reconstructor cambió de candidato; sin embargo la planilla del Sr. Elizondo obtuvo una vo-tación bastante copiosa.

Los miembros del Partido Reconstructor controlaban a los pre-sidentes de las casillas que conformaba la Junta Computadora Municipal. Ahí los enemigos del Sr. Elizondo hicieron que la junta computadora afirmara que 2 + 2 eran diez y entonces le dieron el triunfo a la planilla contraria.

342

La gente esperaba que el Colegio Electoral y en particular el gran elector, hiciera justicia y respetaran la voluntad de los ciudadanos. El Gobernador recién llegado quería congraciarse con el pueblo de Durango y magnánimamente hizo entrar en razón a la Legislatura local, quien revocó la resolución de la Junta Computadora y le dio el triunfo al Sr. Elizondo; pero no a su planilla; hubo arreglos, ajus-tes y negociaciones y al final la planilla municipal quedó así:

Propietario: Suplente:

1 o Valentín M. Elizondo 1 o Antonio L. Gámiz3o Carlos León de la Peña 3o Luis Muguiro Leyva5o Ingeniero Julio Guerrero 5o Arcadio Tavizón7o José Villarreal 7 o Miguel Ramírez9o José A. Martínez 9 o Jesús Galván11 o Dr. Rafael Reyes Avilés 11 o Clemente Ceniceros13 o Emilio Solano 13 o J. Ángel López de

Nava15 o Federico Briones 15 o Ángel Castaños

El señor Elizondo seguramente pensó que al aferrarse a todo o nada, se iba a quedar con nada y parafraseando a Enrique IV, diría que Durango bien valía una misa.

En Gómez Palacio, ganó el señor Lisandro Ávila; en Lerdo, Fran-cisco Arzave; en Cuencamé, Edmundo Rosales; en Mapimí, Ramón Guevara; San Dimas, Leandro Simental; San Pedro del Gallo, Pe-dro Franco Ortiz; en Canelas, Galación Herrera; en El Oro, Miguel Carrete; en Guanaceví, Guillermo Donatlán; en Tamazula, Valentín Valdez; en Nombre de Dios, Manuel Garza; en Súchil, Antonio Gu-tiérrez D.; en San Juan de Guadalupe, el Señor J. Guadalupe Rivera; San Juan del Río, Rosalío Quiñones; Villa Ocampo, Rafael Marín; Canatlán, J. Luz González; Nazas, Francisco N. Jackes; en Otáez, Francisco Venegas; San Bernardo, Luis Mendoza; en Poanas, Pedro Vázquez Pérez; en Topia, el Sr. Wenceslao Torres; en Indé, Ladislao Ochoa; en Pueblo Nuevo, Jesús Quiñones S.; en Rodeo, J. Guadalu-pe Félix; en San Luis del Cordero, David Jurado. Se declararon nulas las elecciones en el municipio de Santa Clara y en el Mezquital.

Los anales de Durango (1900-1930)

343

LA TIERRA: POR LA LEY O POR LA FUERZA

Este año se emitieron cinco resoluciones dotatorias de tierras. Los pueblos beneficiados fueron los siguientes: Ejido Venustiano Carranza, municipio de Canatlán, que se le dotó de 1,720 hectá-reas; a León Guzmán, 929 has.; Villa Vicente Guerrero, 2,496 has.; Nicolás Bravo del municipio de Canatlán, 1800 has.; a Ignacio Za-ragoza, 1,704 has.

En cambio se resolvieron negativamente seis expedientes agra-rios de los siguientes pueblos: Santo Niño, del municipio de San Juan de Guadalupe; San José de las Corrientes, municipio de Sú-chil; el Trébol, municipio de Canatlán; San Ignacio, del municipio de Copalquín; Providencia y Tarabillas, de Peñón Blanco, San Pedro Mártir, de Poanas.

Por su parte, la Comisión Local Agraria emitió dictámenes de primera instancia de los siguientes pueblos o rancherías: Huicha-pa, municipio de Rodeo, Tejámen Canatlán, Yerbabuena, Rodeo, José Ma. Morelos, Nazas; Huarichi, del municipio de San Bartolo; Villa de San Juan del Río, San Gabriel, de Villa Ocampo; Villa Ma-pimí, San Pedro de Azafranes, de Otáez; San Gregorio de Bozos, del municipio de San Andrés de la Sierra; Jaralito, de Mapimí; San Francisco de Las Liebres, de Nazas; San Francisco Javier, de Súchil; Nicolás Bravo, de Canatlán; Castillo del Valle, de Canatlán; Hacien-da de Corralejo, de Pánuco de Coronado; Carrillo Puerto, de Peñón Blanco; Donato Guerra, de Canatlán; Los Amoles, de Rodeo.

Solicitudes o peticiones de tierras se hacían todos los días del año. A los pueblos que se les negaba la tierra volvían a pedirla nue-vamente y a los que se las daban, enseguida pedían ampliación de ejidos para los hijos; total que todo mundo pedía tierras.

En relación con el agro, el Gobierno Federal emitió las siguien-tes disposiciones legales: reglamento a la Ley “de Aguas”; Decreto por el cual se determina un servicio especial para el uso de ferti-lizantes; reglamento del Registro Agrario; reglamento en que se determinan las formas para adquirir terrenos nacionales sujetos a arrendamiento; reglamento de la amortización de los bonos de la deuda agraria.

Para estas fechas ya se habían repartido bastantes tierras tanto

344

por la vía ejidal como por las de fraccionamientos; y pronto se em-pezarían a llenar bodegas de alimentos.

Este año el Gobierno Federal anunció que adquirió 60 mil hec-táreas de la Hacienda de Santa Catalina, las que se utilizarían para adjudicarse a los campesinos que necesitan tierra para trabajar. Al mismo tiempo el Gobierno celebró un contrato de colonización con la familia Martínez del Río, para el efecto de que colonizara su heredad con gente productiva.

En esta misma línea, en Gómez Palacio se creó la colonia agrí-cola “La Popular”. Se fraccionaron cuatro mil hectáreas entre 300 colonos.

En otro contexto, en la congregación del Castillo del Valle, mu-nicipio de Canatlán, hubo un conflicto armado con motivo de unas tierras que tenía arrendadas, o más bien para protegerlas, un Co-ronel, el cual dio muerte a dos agraristas.

Este año también se emitieron los decretos expropiatorios res-pectivos para crear o constituir los fundos legales (o pueblos libres) de las siguientes rancherías: Colonia Oriente, municipio de Cuenca-mé; Calixto Contreras, municipio de Peñón Blanco; La Noria, (hoy Progreso) del municipio de Cuencamé y Colonia Chinacates.

LA GUERRILLA CRISTIANA

Del Viva Madero, al Viva Cristo Rey habían pasado más de quin-ce años y el pueblo no se cansaba de andar jugándose la vida por estos montes de Dios. Primero había luchado por su libertad polí-tica; ahora luchaba por su libertad religiosa. Una demanda total-mente válida en cualquier tiempo y en cualquier país. Luchar por la tierra y por el pan, tiene el mismo peso ético que luchar por una ideología, como el federalismo, liberalismo o el socialismo. El pue-blo tenía pleno derecho de luchar por su libertad religiosa, como antes la había tenido de luchar por la tierra y por la democracia.

La transición cuatrienal con motivo de la sucesión presidencial les había dado un respiro a los guerrilleros de Dios. La muerte de Obregón creaba una nueva situación política, que abría serias pers-

Los anales de Durango (1900-1930)

345

pectivas para negociar con cordura y realismo el conflicto religio-so. Y no es que Obregón fuera el culpable de ese enfrentamiento, sino sencillamente que al gran poder no le convenía tener tantos frentes.

El indómito pueblo de Bayacora seguía en pie de lucha. Se ha-bían remontado a la sierra, en donde encontraban protección y abrigo. Pues era su madre sierra, ahí habían vivido sus abuelos y ahí vivían ellos. La sierra no sólo los cuidaba de los enemigos, tam-bién les apagaba el hambre y la sed. Los soldados para incursionar por las quebradas necesitaban guías; los rebeldes en cambio esta-ban en su casa. Los pobladores de las pequeñas rancherías de la sierra eran sus ojos y sus oídos, pues eran sus hermanos y compa-ñeros; a los soldados en cambio, todo les era hostil.

A principios de febrero, en un lugar llamado la Mesa del Oso, se dio un enfrentamiento de los guerrilleros de Cristo con los solda-dos del Gobierno; fue breve el tiroteo, únicamente para afinar la puntería. A los rebeldes los capitaneaba el sacristán Trinidad Mora y a los militares el Coronel Enrique Zertuche.

El 23 de febrero, los guerrilleros tuvieron la audacia de incur-sionar a lugares muy cercanos a la ciudad de Durango, cercaron el pueblo de La Ferrería de las Flores, en donde obtuvieron caballos, armas y víveres. Repitieron la operación en El Nayar, en la Hacien-da de Ayala y en San Lorenzo Calderón, en donde incluso había un destacamento militar con quienes tuvieron un ligero encuentro.

Los guerrilleros de Dios, después de esta incursión, enfilaron rumbo al Mezquital y en un lugar llamado “La Mesa de los Caba-llos”, tuvieron un serio combate con una fuerza federal compuesta de 120 personas al mando del Gral. Máximo García.

Otra guerrilla cristiana al mando de Perfecto Castañeda, atacó el pueblo de Vicente Guerrero, en donde encontró fuerte resis-tencia por parte de “La Defensa Social”. Sin embargo los rebeldes ocuparon y saquearon la estación de ferrocarril.

A finales de septiembre los guerrilleros cristianos atacaron por varias horas El Salto, Pueblo Nuevo.

A principios de octubre los voceros del Senado de la Repúbli-

346

ca, hicieron pública su intención de entrar en negociaciones con la parte beligerante rebelde y llegar a un arreglo.

LOS FABRICANTES Y TRABAJADORES

El Gobierno del Estado buscaba por todos los medios que los empresarios y los negociantes pusieran en movimiento el aparato productivo como estaba antes de la revolución. Pero los empresa-rios de Durango eran o provenían del clan de los terratenientes, o tenían lazos de amistad, parentesco o de negocios con los hacen-dados. Y sí el Gobierno estaba afectando a éstos, era imposible que negociaran y convivieran con el Gobierno para revivir la economía. Había que esperar un tiempo para que se les asentara la bilis a los hacendados y se transformaran en empresarios capitalistas.

Sin embargo algunos negocios empezaban a dar señales de vida: la fábrica La Constancia, El Tambor, la Cía. Cervecera de Du-rango (Lerdo), Cía. Ferrocarril Eléctrico de Lerdo-Torreón S.A., la Cía. Eléctrica de Indé, la Cía. Explotadora de Productos Forestales, S.A., la Cía. Minera de San Andrés de la Sierra, Cía. Minera de Bacís, Cía. Minera Explotadora del Promontorio, S.A., El Banco Nacional de México Sucursal Durango, etc., etc.

El gran Banco de Durango, S.A., estaba en liquidación, lo mismo que el otro gigante de La Laguna, “La Compañía Industrial Jabone-ra de la Laguna, S.M.L.”.

Otras en cambio parecía que les esperaban mejores días, en es-pecial las compañías relacionadas con la producción forestal como: Durango Tupertine Company, cuya factoría, emplazada en Alami-tos, ocupaba más de cien empleados, y estaba por abrir otra por el pueblo de Nicolás Bravo, municipio de Canatlán; para ello hacia tratos con el Sr. Walter C. Bishop y Antonio Muguiro, propietarios de unos terrenos boscosos cerca de la Hacienda de Cacaria.

Algunos empresarios afirmaban que pronto se establecerían en Durango una fábrica de cigarros la Cía. Tabacalera Michoaca-na, S.A. don Francisco Barrera y el Sr. Bautista de la Torre hacían gestiones también para abrir una fábrica de jabón en la ciudad de Durango.

Los anales de Durango (1900-1930)

347

Total que la gente de trabajo tenía ganas de trabajar, el pro-blema era el Gobierno, o mejor dicho la gente recién llegada al Gobierno, que no sabía lo que era ni lo que significaba el trabajo productivo.

De México llegaban noticias de que había estallado la huelga de telefonistas de la Cía. Ericsson, decretada por el sindicato rojo, mientras que los trabajadores libres querían romper la huelga. En la misma forma el pueblo se enteraba de la huelga de los obreros textiles de las fábricas de hilados de Orizaba, Ver.

En Durango por una parte la Sociedad Mutualista Aquiles Ser-dán nombraba su mesa directiva, quedando constituida por las siguientes personas: presidente, Ezequiel Dorador; vice presiden-te, Luis H. Quintana; tesorero, Alejandro Ibarra; tesorero suplen-te, Prof. Lizandro Ávila F; vocales: Vicente Galindo, Antonio Deras, Banjamín Soto y Lázaro González; consejo de vigilancia, Prof. Ma-nuel Salas, Teódulo Andrade, Ángel Torres, Leandro Flores, Aurelio Serrato, Alberto Salas y Porfirio Ibáñez.

Por otra parte, la Confederación de Sindicatos de Obreros y Campesinos de Durango desconoció como Oficial Mayor de la mis-ma al Sr. J. Guadalupe Rodríguez. Los dirigentes de esta confedera-ción eran el Sr. Isidro D. Flores y el Sr. R. Navarro, se firmaba como Delegado de la CROM en Durango.

La Junta de Conciliación y Arbitraje Local, no se podía integrar adecuadamente, porque la parte patronal se negaba a participar en ella. Por lo general el Gobierno tenía que recurrir a la súplica y cuando estos oficios no funcionaban, simplemente por dedazo designaban a un hombre de paja para que representara al capi-tal en las instancias laborales. No obstante seguían funcionando y emitiendo sus resoluciones cuando la fase conciliatoria resultaba insuficiente.

En el mes de abril apareció en la prensa local una convocatoria para la integración de las Juntas Federales Regionales de Concilia-ción. Empezaba una nueva época para bien o para mal. Si hasta las aguas de un simple arroyo se habían declarado federales, el traba-jo con mayor razón tendría que regularse por una ley emitida por el Congreso de la Unión en lugar de la legislatura local.

348

BAJO EL PESO DE LA LEY

Plutarco Elías Calles era el gran legislador, parecía una máquina incansable de hacer leyes. Este año se emitieron los siguientes có-digos normativos: Ley Gral. de Instituciones de Crédito, Reglamen-to a la Ley Forestal, Ley Sobre Pesas y Medidas, Ley del Consejo Nacional Económico, Reglamento Federal de Cementerios e Inhu-maciones, Reglamento que establece la Junta Federal de Concilia-ción y Arbitraje y sus Regionales, Reglamento Sanitario para Carros de Ferrocarril, Reglamento de Integración de la Industria Azuca-rera, Reglamento de la Comisión de Aranceles, Reglamento de Tránsito en los Caminos Nacionales y en los de Concesión Federal, Reglamento a la Ley de Puentes y Caminos, Decreto que establece la práctica de vehículos que transiten en los caminos nacionales, Reglamento para la liquidación y pago de los antiguos Bancos de Emisión que todavía no hayan sido arreglados, reformas al Art. 9o del Reglamento para la liquidación de los Bancos de Emisión, cir-cular que previene que los bancos puedan practicar operaciones pignoraticias de mercancías de primera necesidad, Decreto que prorroga el moratorio otorgado a los Bancos Hipotecarios.

En Durango en cambio únicamente se emitieron las siguientes normas: Ley Orgánica de Enseñanza Normal del Estado, Ley de en-señanza Secundaria e Instrucción Preparatoria y Profesional del Instituto Juárez, Reglamento al Artículo 1o de la Ley de Expropia-ción Vigente.

HISTORIAS PEQUEÑAS DEL TEJIDO SOCIAL

La vida de los pueblos se teje con grandes acontecimientos y también con los pequeños. Las cuotas de aguas entubadas que co-braba el municipio de la ciudad de Durango, eran los siguientes: (Salud ex-compañeros del CDP).

Tarifa:Casas cuyo valor no exceda de:

Consumo permitido por mes

Cuota mensual

I $200.00 4,000 litros $ 0.50II 500.00 5,000 litros 1.00

Los anales de Durango (1900-1930)

349

III 1,000.00 7,000 litros 2.00IV 2,500.00 10,000 litros 3.00V 5,000.00 12,000 litros 4.00VI 7,500.00 15,000 litros 5.00VIl 10,000.00 17,000 litros 6.00VIII 12,500.00 20,000 litros 7.00IX 15,000.00 22,000 litros 8.00X 17,500.00 25,000 litros 9.00

XI.- Las casas cuyo valor exceda de $17,500.00 tendrán un con-sumo permitido de 25,000 litros y pagarán por mes $10.00.

En el mes de marzo se anunciaba que se construiría una carre-tera que uniría a los pueblos de Cieneguilla y Guadalupe Victoria; pasarían casi 40 años para que se realizara ese proyecto. Tal pare-ciera que los duranguenses hacemos las cosas empujados por la inercia y alentados por la indolencia.

Los representantes de la banca, el comercio, propietarios, agricultores, industriales y el Gobierno formaron un comité pro construcción del ferrocarril Durango-Mazatlán. El Club Rotario de Durango se incorporó a este comité. La Directiva del Comité Pro-Ferrocarril Durango-Mazatlán eran las siguientes personas: pre-sidente, Sr. José Bulnes (que era el Gerente del Banco Nacional de México Sucursal Durango); vice-presidente, Sr. Ing. Federico Damm; secretario, Sr. Genaro Mijares; pro-secretario, Sr. Felipe Benítez; tesorero, Sr. José Pintado; sub-tesorero, Sr. Ángel Bracho; vocales Sr. Ing. Manuel Rangel, Ing. Julio Guerrero, Abel López y José González Sosa.

El Congreso del Estado aprobó el Decreto No. 126 por el cual se declaró obligatorio el servicio de pavimentación en la ciudad de Durango, en todas las calles comprendidas del parámetro formado por las calles: 2a de Apartado; 15a a 17a de la calle 5 de Febrero; 4a a 12a de calle Zarco; 4a a 12a de Leyva; 1a a 11a de Independencia; 3a a 6a de Alamedas; 1a de Juárez; 1a a 3a de Baca Ortiz; 1a a 3a de Ciénega; 1a a 2a de Zarco y 14a a 17a de Pino Suárez. Agregándose las calles 1a a 3a de 5 de Febrero y 2a de Pino Suárez. Esta zona se subdividió a la vez en tres áreas o zonas parciales.

El impuesto se pagaba por mensualidades adelantadas y duran-te seis años a razón de 0.12 centavos por metro cuadrado de pa-

350

vimento en la 1a zona parcial; ocho centavos en la 2a zona parcial; y cinco centavos por metro cuadrado de pavimento en la tercera zona parcial.

El Banco Nacional de México embargó y estaba rematando al indigente, Sr. Leandro López, 45 casas de su propiedad que tenía en la zona centro de la ciudad de Durango.

El Gobierno del Estado avisaba al público que las horas de des-pacho eran las siguientes: “del C. Gobernador, acuerdos de 9:00 a 11:00 horas; audiencias con el público, de 11:00 a 13:00 horas; firma a las 13:00 horas; audiencias con funcionarios y empleados públicos, de 16 a 18 horas. El C. Secretario de audiencia pública recibe: los lunes y jueves de 9:00 a 10:00 horas a toda persona sin necesidad de anunciarse; en audiencia privada, lunes, miércoles y viernes de 16:00 a 17:00 horas a toda persona que lo solicite. El Oficial Mayor recibe todos los días hábiles de 11:00 a 13:00 ho-ras”.

La Secretaría de Guerra y Marina publicó la siguiente circular: “Habiendo desaparecido para el Gobierno la necesidad de restrin-gir la importación y venta de armas, cápsulas, municiones, pólvora de proyección y accesorios relativos a la caza menor; los comer-ciantes en el ramo podrán importar, vender y transportar libre-mente artículos como escopetas de los calibres 12, 16, 20, 24, 28 y 410, etc.

Los anales de Durango (1900-1930)

351

1929: EL CRACK

LOS LABERINTOS DEL PODER

A principios del año de 1929 la estructura del poder municipal tenía estos perfiles:

Cabecera del MunicipioCanatlánCanelasCuencaméCiudad LerdoDurangoEl OroGómez PalacioGuanacevíIndéMapimíNombre de DiosNazasOtáezEl SaltoVilla UniónRodeoSan Luis del CorderoSan Pedro del GalloSan DimasSan BernardoSan Juan de GuadalupeSan Juan del RíoSantiago PapasquiaroTopiaTamazulaTepehuanesV. Vicente GuerreroVilla Ocampo

Nombre del Presidente MunicipalJ. Luz González Jesús Cháidez Hernández Edmundo Rosales Francisco Arzave M. Valentín M. Elizondo Miguel Carrete Lisandro Ávila Guillermo Donatlán León Barraza Ramón Guevara Manuel Garza Francisco N. Jáquez Francisco Venegas Jesús Quiñones Silva Pedro Vázquez Pérez J. Guadalupe Félix David Jurado S. Pedro Franco Ortíz Leandro Simental Luis Mendoza J. Guadalupe Rivera Rosalío Quiñones Valentín Valdez Wenceslao Torres J. José Goycoechea y E. Alfredo Návar Antonio Gutiérrez D. Rafael Marín

352

Municipio donde residen juntas provisionales de gobierno:Copalquín Mezquita P. de Coronado Peñón Blanco Santa Clara

Siánori Villa HidalgoCasto de la Rocha Salvador Pérez B. Ramón Sánchez Adolfo

Chávez Simón Ávalos Ramón Coronel José María del Avellano

Delegados municipales:

Amaculí Estanislao H. MárquezConeto Francisco Soria E.Huazamota Antonio GutiérrezSan Bartolo Jesús López de la CruzLos Remedios Candelario GarcíaS. Andrés Victoria Rafael PompaVilla Corona Isidro Mercado

El Gobierno informaba que todos los Presidentes Municipales habían tomado posesión sin ningún problema. Pero en realidad en Gómez Palacio, en Lerdo y Tepehuanes estaban funcionando ayuntamientos paralelos. Los candidatos que perdieron alegaban que les habían hecho fraude. En Pueblo Nuevo y en Canatlán había también conflictos poselectorales. En este municipio los perdedo-res ocuparon el Palacio Municipal para evitar que el Sr. González tomara posesión material del inmueble sede de los poderes mu-nicipales. En Pueblo Nuevo la prensa informaba que el grupo de la oposición “encabezada por los Corias, Zubirías, Camachos, etc. etc., que han vivido adueñados de la situación desde hace varios años, hicieron desaparecer a los C.C. regidores designados por el decreto del congreso y sólo uno apareció pero herido, otros dos en unión de un oficial de la policía fueron asesinados y el resto de los suplentes están escondidos”... Bien lo decía Don Porfirio... Esta forma de hacer política a punta de pistolazos no era privativo de Durango, era la regla general en toda la república.

El 20 de enero apareció publicada en el Periódico Oficial la con-vocatoria de elecciones para Presidente de la República, las que se realizarían el 17 de noviembre.

El Gobernador de Durango andaba muy movido, el 16 de enero pidió un permiso a la Legislatura para separarse del cargo por el término de 30 días.

Los anales de Durango (1900-1930)

353

El día 22 de enero visitó la ciudad de Durango el Lic. Gilberto Va-lenzuela, en una gira política, como candidato a la Presidencia de la República. Andaba aglutinando a los huérfanos del Gral. Obre-gón, quienes tenían miedo de quedarse sin fuero y sin chamba. Todas las fuerzas políticas que patrocinaba el Gobernador le hicie-ron un gran recibimiento. El Lic. Valenzuela visitó, además, Gómez Palacio, Lerdo y Santiago Papasquiaro.

Esta visita inquietó a los políticos que de por sí, necesitan poca cuerda para motivarse. La secta de los masones dio señales de vida; esta organización, que es una especie de brote atávico, cons-tituyó en Canatlán una logia. Los dirigentes más connotados en el Estado eran los siguientes ciudadanos: Arturo Terrones Benítez, Marcial Mesta, Ing. Román Barrios, Martiniano Simental, Fernan-do M. Guzmán, Julio Davis, Jesús Carvajal, Juan Santillán, Santiago Piña, Prof. José María Moreno, Aurelio Muñoz Castrillón, Edmundo Echeverría, Lic. Rafael Escárzaga.

A principios de febrero se constituyó el Partido Demócrata Pro-gresista, cuya directiva quedó constituida así: Presidente, Miguel Carrola; vice-presidente, dip. Ernesto Martínez; secretario general, Arturo D. Ortega; pro-secretario, Pedro Rojas; tesorero, dip. San-tos Marrero; pro-secretario, Tomás Sánchez Jr.; vocales: Salvador Estrada, Jesús Aguilar, Alberto Piedra Gándara, Raúl D. López, Ma-riano Arredondo, Ramón R. Nuño, José Ma. Quiñones, Abdón Ala-nís, Carlos Villa Hernández, José Sánchez, Mariano Campillo, José Pérez Chávez, Luis Delgado, Teódulo Andrade.... ¡uf! todo mundo quería quedar bien con el jefe.

A mediados de febrero se nombró nueva directiva del Partido Reconstructor de Durango. (que era el invento del Gral. Amaya, y si le hubiera puesto partido destructor había sido una expresión más real). Estos fueron los “afortunados”: presidente, Sr. Silvestre Dorador; vice-presidente, Victoriano Alonso; secretario general, dip. Donaciano Sosa; pro-secretario, Manuel M. Valenzuela; teso-rero, Ing. Carlos V. Flores; sub-tesorero, dip. Antonio Díaz Prendis; vocales: Ing. Fernando Farías, Ing. Abraham V. Moreno, Antonio Saracho, Martín Blanco y Francisco Medina. Si hubieran sabido en qué aventura se estaban embarcando, de seguro que más de cuatro hubieran renunciado. Pero la mayoría de ellos carecía de la información vigente y un político sin información es como un ciego

354

con muletas.

El 19 de febrero se constituyó en la ciudad capital, la “gran Con-federación de Partidos Obregonistas de Durango”, conformaron esta organización doce partidos locales: Agrarista Durangueño, Ferrocarrilero Revolucionario, Demócrata Progresista, Socialista de Durango, Reconstructor de Durango, Laborista Durangueño, Revolucionario Vicente Guerrero, Revolucionario Ferrocarrilero y Obrero de La Laguna, Juan E. García (de Lerdo), Ignacio Altamirano de Santiago Papasquiaro.

La directiva de esta cópula de cúpulas se integró en la siguien-te forma: presidente, dip. José Aguirre Salas; vice-presidente, dip. Agustín Anchondo; secretario general, dip. Jesús Dávila Torres; primer secretario, Victoriano Alonso; segundo secretario, Ignacio C. Martínez; tesorero, dip. Juan Francisco Gándara; sub-tesorero, dip. Ernesto Ávila; vocales: los C.C. diputados Ernesto Martínez, Antonio Díaz Prendis, J. Antonio García, señores Napoleón García y Antonio Saracho.

El Gobernador Juan Gualberto Amaya tejía sus alianzas con gran rapidez, viajaba con frecuencia a la región lagunera. Por lo pronto ya tenía metida hasta el cuello a toda la Legislatura local.

El tres de marzo los obregonistas emitieron el Plan de Hermo-sillo, acusando al Gral. Calles de Judas de la Revolución. Esta rebe-lión fue secundada por la mayoría de los estados del norte de la república, entre otros, Sonora, Sinaloa, Durango y Chihuahua. En Durango, tanto el jefe de operaciones militares, Sr. Gral. Francisco Urbalejo y el Gobernador, Gral. Juan Gualberto Amaya, hicieron punta en la asonada militar, junto con el Gral. y jefe de operaciones de La Laguna, Sr. Gonzalo Escobar.

El 6 de marzo la Legislatura local emitió un decreto donde le concedió licencia por seis meses al gobernador Juan Gualberto Amaya y nombró gobernador interino al Sr. Jesús Salas Barraza. El Sr. Salas Barraza era dip. federal y había sido el principal cabecilla en el asesinato del Gral. Francisco Villa.

¡Pobre Durango: tan lejos de Dios y tan cerca del diablo! Como si no fuera suficiente la enorme destrucción que había sufrido, el

Los anales de Durango (1900-1930)

355

filibustero Amaya involucró a todo el Estado en esta locura de lo-curas. Y ya cuando se vio perdido, se llevó hasta las escupideras del Palacio de Gobierno.

Todos los diputados tuvieron que expatriarse así como el Presi-dente Municipal, Sr. Valentín Elizondo, y el regidor Dr. Carlos León de la Peña. A los generales Miguel Laveaga y Enrique Nájera tam-bién se les involucró en esta rebelión. Sin embargo el General La-veaga más tarde comprobó, no sin dificultades, su inocencia. Se sospechaba de él, porque permaneció en su tierra natal y no se puso a disposición del Gobierno. El General se defendía afirmando que no había tomado las armas en contra del gobierno a pesar de que lo habían invitado y que si no había avisado al Gobierno era porque en el otro bando andaban muchos de sus amigos. Y en efecto, el General Laveaga había permanecido en su querido San Dimas viendo pasar el vendaval.

Fue lamentable que personas honestas, patriotas e inteligentes como el Prof. Everardo Gámiz y Silvestre Dorador tuvieran que sa-lir al destierro. Todos los diputados y el ex-gobernador se fueron a vivir a los Estados Unidos. Ahí permanecieron una temporada. El pobre Gral. Amaya tuvo que trabajar de velador, pues el dinero que se llevó del erario público se lo confió al Sr. Jesús Salas Barraza, quien no le quiso regresar ni un centavo, pues afirmaba que ese dinero era del Gobierno de Durango, al cual se lo regresaría en su oportunidad.

Para el colmo de males, los rebeldes no sólo tuvieron que correr para salvar el pellejo, sino que estaban en riesgo de perder sus bie-nes. El Gobierno Federal promovió demanda judicial por el pago de daños a las siguientes personas: ex-general Francisco Urbalejo, Juan Gualberto Amaya, Antonio García, Agustín Anchondo, Enri-que R. Nájera, Valentín Elizondo y Carlos León de la Peña. Morale-ja: El que tenga bienes no debe meterse de revolucionario, porque corre el riesgo de perder vida y patrimonio.

El 17 de marzo, la comisión permanente del Congreso de la Unión declaró desaparecidos los poderes del Estado de Durango y nombró Gobernador provisional al C. Lic. Alberto Terrones Be-nítez.

El nuevo Gobernador dedicó todos sus esfuerzos a terminar

356

con la anarquía que habían dejado el gobierno del Gral. Amaya. Rápidamente nombró a los nuevos integrantes del poder judicial, resultando agraciados los siguientes letrados: Lics. Jesús Álvarez, Julio Bermúdez, Adán Z. Flores, Rafael Escárzaga, Juan Fernández A., y Raúl Raigadas.

Igualmente con toda premura designó a las autoridades muni-cipales de todas aquellas entidades que habían secundado la re-belión.

Resultaron designados:

Municipio de la capitalPresidente: Prof. José P. QuirogaRegidores: Julio GuerreroManuel Saucedo José Albustegui Jesús Blanco Ayala Dr. Roque Chavarría Alberto Martínez H. Pedro Rojas Tomás Sánchez Jr. José González Sosa Enrique Fernández de Castro Julio Olague José Barragán Ezequiel Nevárez Salvador GarayMunicipio de Gómez PalacioPresidente: Antonio E. MartínezRegidores: Elías de Anda Jesús Castro Pablo Sánchez Manuel Covarrubias Juan Saldaña Andrés Villarreal Dionisio Ortiz Acosta Refugio Mora Antonio Hernández Agustín Yáñez

Municipio de LerdoJosé GarcíaValeriano García S. José Isabel Morales Enrique Martínez R. Julio Muñoz Aniceto López Teodoro Macías Marcelino Estrada Benito Reyes Pedro Cervantes Vicente Verdugo

Municipio de CanatlánFrancisco Campos Ramón Campos Roque Quezada Manuel García José Aguilar

Los anales de Durango (1900-1930)

357

Municipio de NazasPresidente: Ciríaco RíosRegidores: Candelario Morales Guadalupe Torres Vicente Vargas Arnulfo Galarza Julio Castro.Municipio de Pueblo NuevoPresidente: Rosalío AlvaradoRegidores: José Hernández Irineo Gándara Secundino Pérez

Municipio de RodeoPresidente: Enrique F. CamargoRegidores: Vicente Canales Epifanio Valenzuela Teófilo Sariñana Jesús MerazMunicipio de CuencaméPresidente: Camilo R. MartelRegidores: Pedro Mata Alfredo García Tereso Navarrete Miguel L. Peralta

Municipio de Nombre de DiosPresidente: Florencio Martínez Regidores: Felipe CarrilloFrancisco Guzmán Agustín Morales Pascual GonzálezMunicipio de Santa ClaraPresidente: Simón Ávalos Regidores: Eladio Montelongo Joaquín Carranza

Municipio de SúchilJesús A. Cervantes Graciano Román Eliseo Solís Juan Hernández Pablo Núñez

Municipio de Pánuco de CoronadoAlberto Rodríguez Jesús Ugues Merced Salazar Mariano Bayona Eufemio ValenzuelaMunicipio de Peñón BlancoEverardo Márquez Francisco Calderón Benigno de la Cruz Inocente Ávalos Felipe MorenoMunicipio de MapimíBenjamín Borrego M. Elías Zamarripa Pedro Carlos Severino Adame Juan Z. García Félix López Zeferino Lugo Vicente Tapia Francisco RenteríaMunicipio de PoanasPedro Vázquez Pérez José María Sánchez Guadalupe Martínez Luciano ÁlvarezHeriberto SaucedoMunicipio de TepehuanesAmadeo Galindo Domingo Alarcón Alfredo Návar

358

José F. Jáquez Albino CarranzaMunicipio de San Juan de Gpe.Presidente: Ángel B. y Goytia Regidores: José María B. Goytia José SaldañaLauro Z. Ramírez

Municipio de IndéPresidente: Juan Manuel Salas Regidores: Eduardo Bolívar Juan José Sáenz J. E. Hernández Edmundo Rubio

Canuto Cázarez Cástulo ChaidezMunicipio de Santiago PapasquiaroNicolás Díaz Romualdo Garibay Crescencio Salcido José Martínez Sida Aureliano Melero.Municipio de GuanacevíPascual B. Barraza Arturo Barraza Ernesto Anzola Francisco Flores P. Timoteo Ortiz

Municipio de El OroPresidente: Miguel Carrete Regidores: Baltazar PiñeraMónico Arredondo José Favela Juan Fco. CarreteMunicipio de San BernardoPresidente: Luis Mendoza Regidores: Ramón Barraza Gaspar Pereyra Jesús Sánchez M.Ignacio Sánchez R.Municipio de San Juan del RíoPresidente: Rosalío QuiñonesRegidores: Macedonio Betancourt Tiburcio Enríquez Francisco Fierro José Meza

Municipio de OtaezIsmael Mejorado Pablo Moreno Mauricio Padilla Nicanor Paniagua Cornelio Soto.Municipio de San Luis del CorderoDavid Jurado Felipe Corchado Pablo Ramírez Pedro Jiménez José RamírezMunicipio de Villa OcampoApolonio Moreno Anastacio Arzola José EnríquezHerlindo CorralSevero Mares

El nuevo Gobernador no reinstaló ni reorganizó el Poder Legis-lativo, gobernó sin los representantes populares. Que por cierto nadie notó su ausencia, ya que, salvo raras excepciones, los dipu-tados revolucionarios habían jugado el mismo papel que la diputa-ción porfirista. Era un poder simulado, nada más para cumplir con la formalidad de la ley y con la teoría constitucional. En cambio con

Los anales de Durango (1900-1930)

359

los sueldos de los legisladores se podían hacer algunas aulas, algún camino o pagar a varios maestros, etc.

En Durango no se hizo promoción para conformar el Partido Na-cional Revolucionario, a que había convocado el jefe máximo, por la sencilla razón de que el gobernador Juan Gualberto Amaya, se había atraído a todos aquellos políticos locales que tenían cierta posición política, o fuerza social. El Gobernador no participaba del proyecto político de Calles, él estaba mirando para otro lado. La gran confederación de partidos de Durango, que se formó el 17 de febrero, era para apoyar al Lic. Valenzuela a la Presidencia de la República, no para formar en Durango el PNR.

Las personas de Durango que acudieron a la ciudad de Queréta-ro a la conformación del PNR, lo hicieron a título personal, no eran delegados de ninguna organización social o política.

Cuando a principios de marzo se celebraba en Querétaro el Con-greso Constitutivo del PNR, el gobierno de Durango desconocía al Gobierno Federal junto con su líder máximo.

Sólo a principios de junio, el Lic. Lorenzo Gámiz, que era dele-gado nacional del Comité Ejecutivo Nacional del PNR, empezó a organizar en Durango el PNR. No por nada nos ha ido como nos ha ido; lo que somos actualmente es producto de nuestros aciertos y errores, del trabajo y de nuestra indolencia, de nuestros saberes y de nuestra ignorancia. Tenemos muchas riquezas naturales, pero también mucha pobreza humana.

A partir de mayo, tres temas ocuparon la atención de la opinión pública de Durango. La campaña electoral por la Presidencia de la República. El surgimiento de una campaña anticomunista, desde las entrañas mismas del poder y el debate en torno al código del trabajo.

El PNR postuló como candidato a la Presidencia al Sr. Pascual Ortiz Rubio. Hubo algunas otras fuerzas políticas que se adhirieron a esta candidatura.

Algunos intelectuales o fuerzas de la clase media, revivieron el partido antirreeleccionista y al mismo Dr. Francisco Vázquez Gó-

360

mez, creyendo que aún vivían en 1910. Esta organización postuló al Lic. José Vasconcelos, pensador brillante pero sin tablas políti-cas. Hombre de muchas ideas, pero de poco pueblo.

La propaganda del Partido Oficial le dio a la campaña un tono maniqueísta. Pascual Ortiz era el bueno y Vasconcelos el malo y el final feliz sería el triunfo del bien sobre el mal.

El Ulises Criollo recorrió la mayor parte de la República, pero siempre fue muy hostigado por el gobierno. El Presidente de la Re-pública declaraba que se respetaría a la oposición, pero por abajo del agua recurría a todos los métodos para minar el prestigio del Lic. Vasconcelos.

Las fuerzas de izquierda marginal postularon por su parte al Sr. Pedro Rodríguez Triana.

De estos tres candidatos presidenciales únicamente visitó la ciu-dad de Durango el Sr. Pascual Ortiz Rubio. A mediados de agosto fue recibido por más de dos mil campesinos y clausuró la conven-ción de la resucitada organización llamada, “Alianza de Partidos por el bien de Durango”.

El Delegado del Comité Ejecutivo Nacional del PRN, Lic. Lorenzo Gámiz, apenas andaba formando comités municipales; para es-tas fechas había constituido en las siguientes poblaciones: ciudad de Durango, Pueblo Nuevo, San Bernardo, Nombre de Dios, Villa Unión, Santiago Papasquiaro, Tepehuanes, Vicente Guerrero, San Juan del Río, Cuencamé, San Juan de Guadalupe, Lerdo, Mapimí, Villa Ocampo, Peñón Blanco, Pánuco de Coronado, Guanaceví, Indé, San Dimas, Topia, Canelas y Gómez Palacio. Le faltaba formar comités en Canatlán, Rodeo, Nazas, Siánori, Santa Clara, El Oro, Otáez, Tamazula y otras.

Don Domingo Arrieta había afinado el olfato político, pues para algo sirven las derrotas y el destierro. Tan pronto como se produ-jo la asonada escobarista, inmediatamente envió comunicados al Gobierno Federal declarándose fiel soldado de las instituciones de la patria.

Con esta legitimación, Don Domingo empezó a formar un par-

Los anales de Durango (1900-1930)

361

tido político, con miras a competir en las elecciones locales para Gobernador, pensando tal vez que el que madruga Dios lo ayuda. Sin embargo rápidamente el Gobernador Terrones Benítez, de-claró que no había ninguna prisa para convocar a elecciones para renovar a los poderes del Estado, que en estos momentos tenía prioridad reconstruir la economía y conciliar a los duranguenses.

Durango debe sentirse orgulloso de haber participado con su granito de arena en la utopía vasconcelista, pues también de sue-ños e ideales se construyen los grandes pueblos. Ya muy tarde, el 22 de octubre llegó a Durango el delegado del Partido Antirreelec-cionista, el Sr. Aurelio Gallegos quien convocó a una asamblea en donde los asistentes conocieron el proyecto político y programa de gobierno del Lic. Vasconcelos. Al final se formó el Comité Estatal del Partido Antirreleccionista, el cual quedó constituido por las si-guientes personas: presidente, Sr. Aurelio Serrato; vice-presidente, Sr. Pascual García; secretario, Sr. Jesús Valles; tesorero, Sr. Abundio Castrellón.

Las elecciones presidenciales tuvieron lugar el día 17 de no-viembre y el día 28 de ese mes, el Congreso de la Unión declaraba Presidente de la República al C. Pascual Ortiz Rubio, para el perío-do del 5 de febrero de 1930 al 30 de noviembre de 1934. El 8 de diciembre de 1929 el Gobierno del Estado pregonaba con bando solemne tal declaración.

Otra cuestión notoria, fue el hecho de que de repente el Go-bernador del Estado empezó a hacer declaraciones condenando a los agitadores comunistas. Con esta línea, de las palabras pasó a los hechos y fueron encarcelados algunos dirigentes de masas. En este contexto se produjo el fusilamiento del líder comunista J. Guadalupe Rodríguez, hombre de acción que había participado ac-tivamente en las luchas agrarias, formó el Partido Durangueño del Trabajo y había sido regidor del municipio de la capital.

En igual forma fue dominante el debate que se dio en los me-dios de comunicación sobre la ley del trabajo. Se hizo mucho ruido por parte de los centros patronales, como de las centrales obreras. Esta vociferación sirvió para ocultar que con la Ley Federal del Tra-bajo se estaba quitando una facultad a los Estados Provinciales: la potestad de emitir leyes laborales para regular las relaciones loca-les de sus trabajadores y patrones. Esta supresión no sería más que

362

un paso más en el proceso de centralización del Estado burocrático mexicano, que kafkianamente se apellida federalista.

Este año no se efectuaron las fatídicas elecciones municipales de noviembre. Eran demasiadas emociones y sobresaltos para un solo año; aunque el pueblo de Durango ya se estaba acostumbran-do a velar muertos con cabezas de cerillos.

LA TIERRA POR LA LEY O POR LA FUERZA

Este año se repartieron en el Estado 42,136 has., de tierra por medio de resoluciones presidenciales. Los pueblos beneficiados fueron: General Escobedo, de El Oro con 12,720 has.; Mariano Ma-tamoros, de El Oro con 5,420 has.; General Galeana, de El Oro con 10,608 has.; San José de Tuitán, de Nombre de Dios con 3,054 has.; Francisco Javier Mina, de P. de Coronado con 2,229 has.; Calixto Contreras, de Peñón Blanco (hoy Guadalupe Victoria) con 1,758 has.; Álvaro Obregón, de Peñón Blanco (hoy Guadalupe Victoria) con 1,843 has.; Francisco I. Madero, de P. de Coronado con 2,748 has.; Ricardo Flores Magón, de Canatlán con 3,058 has.

Se dictaron igualmente dos resoluciones negativas referentes a los pueblos de Villa Juárez, de Lerdo y El Arenal del municipio de la capital.

Por su parte la Comisión Local Agraria emitió dictámenes sobre los expedientes agrarios de los siguientes pueblos: Bruno Martínez, Puerta de Gigantes, Toboso Guagojito, de Canatlán; San Salvador, del municipio de la Capital; El Refugio, de Pánuco de Coronado; Abasolo, Tantatón Palmitos, del municipio de Rodeo; Menores de Abajo, de San Juan del Río y el Zape, del municipio de Guanaceví.

Como la mayoría de los arroyos fueron declarados propiedad nacional, los particulares y los pueblos tenían que solicitar permiso para utilizar las aguas de arroyos, ríos y presas. Bien fuera que esas aguas se utilizaran para regar tierras o en la generación de fuerza motriz para mover molinos o generar luz eléctrica. Total que los ciudadanos hicieron este año más de 40 solicitudes de aguas. A la burocracia federal le caía de perlas este mecanismo de dominación y de control. Si querían agua para regar sus tierras, para producir

Los anales de Durango (1900-1930)

363

alimentos, tenían que portarse bien con papá gobierno, pues de lo contrario la burocracia celeste les podía cerrar la llave. El agua de arroyos y ríos además de un medio de control se convirtió también en una fuente de ingresos, pues el agua que Dios nos daba, ellos la vendían.

Los ánimos agraristas no habían decaído y cada día se hacían más y más solicitudes de tierras. Si las autoridades le negaban la tierra a un pueblo, nada más se reponían del golpe y volvían hacer otra petición. Ahora buscaban un padrino mejor, pues la gestión agraria se había ido convirtiendo en una cuasiprofesión. Este año se hicieron más de 50 peticiones de tierras. La naciente burocracia agraria estaba feliz, pues entre más solicitudes de tierras hubiera, más poder adquirían.

Los fraccionamientos agrarios, la otra vía que utilizaron los se-ñores del poder para desmantelar el latifundismo, sufrió un giro de ciento ochenta grados con la llegada al gobierno del Lic. Terro-nes Benítez. Su origen campesino lo había acercado al movimien-to agrarista del que fue uno de sus dirigentes, por ello conocía el medio rural, el sentir y necesidades de las masas campesinas. El Lic. Benítez le quiso imprimir un ritmo más acelerado al reparto de tierras por la vía del fraccionamiento. La Ley Agraria local preveía que cuando un hacendado no fraccionara voluntariamente sus te-rrenos y hubiese necesidades de tierra, el Gobierno las podía ex-propiar y venderlas a los particulares.

En este contexto el Gobernador expropió de la Hacienda de La Tapona 4,217 has. para “Los fraccionamientos” del pueblo de Igna-cio Allende. Al propietario le entregó a cambio $18,131.53 pesos en bonos de la deuda agraria.

De la misma Hacienda expropió 305 hectáreas para los peque-ños propietarios del pueblo de Álvaro Obregón, del municipio de Peñón Blanco. Entregándole a su propietaria $12,136.66 pesos en bonos de la deuda agraria.

Por este mismo procedimiento afectó a la Hacienda La Espe-ranza, 6,150 has., para venderlas a “los fraccionistas” de los pue-blos de La Esperanza, Las Palmas. El propietario recibió en pago $38,280.00 pesos en bonos de la deuda agraria.

364

Los campesinos del poblado de Calixto Contreras municipio de Peñón Blanco, (hoy Guadalupe Victoria), también fueron benefi-ciados con una expropiación que se hizo a la Hacienda de La Ta-pona de 1,568 has. A la propietaria de este latifundio se le pagó la cantidad de $36,248.85 pesos en bonos de la deuda agraria.

Como el Gobernador Terrones Benítez actuaba en forma om-nímoda y además era conocedor del medio donde se movía y de recovecos legaloides, con facilidad se dio cuenta, que algunos ha-cendados habían fraccionado voluntariamente sus terrenos, úni-camente para protegerse de las acciones agraristas. Se trataba de fraccionamientos simulados. En estas condiciones decretó la nuli-dad del fraccionamiento que había realizado la Compañía Algodo-nera Industrial de la Laguna, S.A.

Actuando como Poder Legislativo, el Gobernador Terrones Be-nítez, adicionó a la Ley Agraria Local, agregándole los artículos 59 a 65 en donde se creaba la figura jurídica de: “Juntas Auxiliares de Fraccionamientos Agrarios” expresamente dotadas de personali-dad jurídica. Estas juntas las conformaban todos los adquirientes de un fraccionamiento, quienes nombraban una directiva, con pre-sidente, secretario, tesorero y dependían de la Comisión Estatal de Fraccionamientos.

Estas corporaciones era a todas luces anticonstitucional puesto que el Artículo 27 de la Constitución Federal sólo reconocía la per-sonalidad jurídica de los ejidos y comunidades.

Este año se promulgaron las siguientes leyes o reglamentos que en cierta forma tienen alguna relación con la explotación de la tie-rra: Ley Federal de Colonización; Reglamento a la Ley Federal de Colonización; Reglamento de la Policía Sanitaria de Animales; De-creto que modifica los artículos 7o y 8o del 24 de febrero de 1921 sobre enagenación de terrenos nacionales; Decreto que reforma los del 10 de abril de 1928 y 1o. de noviembre de ese mismo año, relativo al arrendamiento de terrenos nacionales. Decreto que re-forma el Artículo 4o del 24 de agosto de 1921 relativo al deslinde, fraccionamiento y enajenación de terrenos baldíos y nacionales. Decreto que adiciona el reglamento sobre la expedición y amor-tización de la deuda agraria. Decreto que autorizó al ejecutivo fe-deral para legislar en materia de crédito rural, aguas de propiedad

Los anales de Durango (1900-1930)

365

nacional, cámaras y asociaciones agrícolas nacionales y de coloni-zación. Reglamento de las juntas de defensa agrícola. Circular so-bre la enseñanza agrícola por correspondencia.

El movimiento agrarista en la entidad seguía creciendo, ahora con la llegada al Gobierno del Estado de uno de sus dirigentes y si no se sentían realizados, cuando menos sabían que el ejecutivo del Estado medianamente los comprendía. Aunque no es lo mis-mo estar dentro que fuera del confesionario; el poder cambia a las gentes, poco o mucho, pero hace que muden de perspectivas y pareceres.

Quizá coincidiendo con una coyuntura nacional, el Gobernador Terrones se volvió anticomunista; no es que antes fuera marxista, pero sí había andado del brazo y por la calle de algunos connota-dos militantes de la izquierda radical, como el Sr. Guadalupe Rodrí-guez, Fortino Aragón y Alberto Rodríguez. Incluso había formado el Partido Socialista Durangueño.

Hoy en cambio pregonaba por todos los medios una feroz lucha contra los comunistas, llamándoles anarquistas y herejes. Desde el Gobierno se orquestaba una campaña macartista en contra de los comunistas o gentes de izquierda. Así fueron hostigadas personas como Alberto Rodríguez, Juan Barcenas, Joaquín Antuna, Agustín Pimentel, Juan Montes Vera.

Esta campaña fascistoide la desató el Gobierno después de que los agraristas habían ayudado al gobierno a combatir a la revuelta de Gonzalo Escobar y socios. La mayoría de los líderes naturales de los campesinos, eran gentes de izquierda, pues la lucha de masas les había quitado muchas telarañas ideológicas. En estos momen-tos se encontraban en una situación difícil. A las masas campesinas les atrae el poder como a las moscas la miel y además, como les daban tierra, agua y esperanzas, los campesinos se iban al lado del poder. Los líderes campesinos auténticos corrían el riesgo de quedarse solos, si no se iban junto con las masas hacia el lado de los señores del sello y del fusil.

366

LOS TRABAJADORES

A principios de esta década, cuando se promulgó la ley de tra-bajo del Estado de Durango, fue difícil integrar las juntas de conci-liación y sobre todo la central de conciliación y arbitraje. Los repre-sentantes del capital patronal se negaban a concurrir y participar en esas instancias. Poco a poco y sobándoles el lomo como a los machos brutos, se fueron amansando y empezaron a tomar parte en estas instituciones.

La Junta Estatal de Conciliación y Arbitraje conoció y resolvió de 35 casos de conflictos obreros patronales, entre los cuales so-bresalen la demanda formulada por el Sr. José Antonio Ramírez en contra del Gerente de la Chrysler, Sr. Manuel Villalobos. Así como la queja del Sr. David Garcés en contra de Garza Hermanos y Eli-zondo y compañía.

Este año surgió un conflicto y huelga de los automóviles de ruta que el pueblo llamaba “dieceros”, porque cobraban diez centa-vos de pasajes. El 17 de junio se constituyeron en un sindicato. La prensa lo registró así: “Ayer celebraron una sesión todos los cho-feres que se dedican a tripular autos dieceros, con el fin de sindi-calizarse, pues desean estar unidos para presentar un solo frente, no sólo en este conflicto en que se hayan envueltos, sino para en lo sucesivo. Y al efecto hoy tuvieron una interesante sesión que se celebró a las 13 horas, en la casa N°. 113 de la calle de Hidalgo”.

El Gobernador del Estado, como supremo legislador, emitió una reforma a la ley del trabajo en donde se facultaba a las juntas mu-nicipales de conciliación, ejecutar los laudos que emitiera la junta central de Conciliación y Arbitraje. En otra reforma se facultaba y obligaba a los defensores de oficio para representar a los obreros en los tribunales del trabajo.

A finales de enero fue detenido y encarcelado el secretario ge-neral del sindicato de obreros panaderos de Durango, acusado de agitador.

Este año se formó también el sindicato de filarmónicos.

En el mes de septiembre falleció, en la ciudad de México, el Sr.

Los anales de Durango (1900-1930)

367

don Felipe Pescador; sus restos mortales fueron traídos a su tierra natal. Fue un gran luchador digno de mejor suerte.

El 20 de junio, el Gobierno Federal celebró un contrato-conce-sión, con la Cía. Nacional de Electricidad S.A., para instalar y explo-tar una planta para la generación de energía eléctrica por medios térmicos, con capacidad productora de por lo menos 10,000 kva. Esta planta se instalaría en la municipalidad de Gómez Palacio y la energía eléctrica que generaba, era destinada a la venta.

BAJO EL PESO DE LA LEY

Este año en Durango fue clausurada por incosteable, la fábrica de hacer leyes, decretos y ruido. Los H. diputados de la XXXII Legis-latura se metieron de rebeldes y al perder su causa tomaron el ca-mino del destierro llevándose consigo sello, curul y dietas. Por ello, este año no se promulgaron leyes locales. El gobernador, extralimi-tándose en sus funciones, emitió varios decretos donde reformaba algunas leyes, pero no hubo ninguna disposición importante, salvo el proyecto de ley de municipios que hizo circulara por el medio, pero era un simple proyecto. Por su parte el Gobierno Federal emi-tió las siguientes normas:

Ley de indulto; reformas en algunos artículos de la Ley de Tie-rras libres. Reformas al Reglamento de la Ley Forestal; Reglamento a la Ley de Estadística. Reformas a los artículos 73, 74, 76, 79, 89, 94, 96, 98, 99, 100 y 111 de la Constitución Federal; Ley Orgánica del Poder Judicial; Reglamento a la Ley de Garantías del manejo de funcionarios y empleados federales; Reglamento a la Ley del 13 de enero de 1927, relativa a la liquidación de las cuentas en la época de la usurpación y período preconstitucional; Reformas al Artículo 52 y 115 de la Constitución Federal; reforma a la Ley General de Instituciones de Crédito.

LOS GUERRILLEROS DE DIOS

A principios de enero fueron detenidos un grupo de arrieros carboneros. Eran personas que bajaban de la sierra a vender su carbón a la ciudad de Durango. Los detenidos se llamaban Luis

368

Campos, J. Trinidad González, José Gutiérrez, Pablo Cabrera y José Muñoz. Junto con estos señores los federales aprehendieron tam-bién a un grupo de señoras llamadas Juana Vázquez, Genoveva Gurrola, Julia Torres, Joaquina Sierra, Crescencia Romana y Cesaría Noriega.

El día 9 de febrero fue fusilado León Toral, su muerte impactó a los católicos, puesto que el decir de la prensa nacional, habían acudido a las Iglesias del D.F. más de cien mil personas, a hacer oración por la salvación del alma del magnicida. Al sepelio de este mártir de la democracia también acudió un gran número de perso-nas, las cuales fueron encarcelados por el delito de acudir a un en-tierro. El Gobernador del departamento del Distrito Federal, emu-lando a Nerón, declaraba que a estas personas se les impondrían dos meses de arresto, sin derecho a pagar multa para quedar en libertad. Estas noticias indignaban a todo el mundo, a creyentes y no creyentes, pues era salvajismo puro.

El 13 de febrero, el Presidente Portes Gil declaró que el con-flicto religioso estaba en vías de solución. Por su parte voceros autorizados del Vaticano expresaban que los creyentes católicos reclamaban conciliación y que la Iglesia cedería a las condiciones y requisitos de la ley de cultos. Para tal efecto, más tarde se desig-nó al Arzobispo Ruiz y Flores como el delegado del Vaticano para iniciar las negociaciones de paz con el Gobierno Federal. Por fin, a mediados de mayo el problema de la Iglesia con los jacobinos mexicanos había terminado.

En Durango desde principios de marzo se habían reabierto los templos, gracias a la alianza que pactaron los rebeldes escobaris-tas con los rebeldes cristianos: Federico Vázquez, Trinidad Mora, Florencio Estrada y Valente Acevedo.

Al recuperar la plaza de Durango las fuerzas del Gobierno Fede-ral y al regresar de los Estados Unidos el grupo de curas de Duran-go, los servicios religiosos se normalizaron.

No obstante el arreglo del Gobierno con las cúpulas de la Iglesia Católica, los guerrilleros cristianos seguían peleando, quizá porque desconocían tal pacto o porque no estaban de acuerdo con él. Al-gunos afirmaban que los jerarcas de la Iglesia Católica habían deja-

Los anales de Durango (1900-1930)

369

do a los guerrileros colgados de la brocha.

El caso es que a finales de junio se produjo un duro encuentro en el poblado del Mezquital entre las fuerzas federales y los rebel-des cristianos. Y por esa misma fecha se dio un fuerte combate en el pueblo de Bayacora, plaza que estaba en poder de la guerrilla cristera y que fue recuperada por las fuerzas federales al mando del capitán Ramón Méndez Jiménez.

Esta situación hizo que el Presidente de la República emitiera un comunicado donde expresaba que: “Todos aquellos rebeldes que no depongan las armas para el día diez de julio, serán conside-rados como simples bandidos y al efecto se expedirán los acuerdos pertinentes para ponerlos fuera de la ley, (sic) y serían pasados por las armas como simples bandoleros”.

A principios de julio el presbítero Agustín Flores, presidente de la asociación de sacerdotes de Durango refugiados en El Paso Texas, le comunicó a Monseñor Ruiz y Flores que en esos momen-tos emprendían su regreso a la ciudad de Durango.

Todavía a principios de julio se produjeron dos encuentros en-tre los guerrilleros de Dios y los soldados del gobierno. El primero tuvo lugar en el punto denominado La Vinata y el otro cercano al pueblo de Bayacora. En este combate los rebeldes de Cristo eran capitaneados por Trinidad Mora y en aquel por Martín Espinosa.

Sin embargo, algunos grupos de rebeldes empezaban a acoger-se a la amnistía, entre ellos Blas Valdez, Joaquín Rivas, Juan Villa y Pedro Villa, quienes se rindieron en El Mezquital ante el jefe del destacamento militar de esa plaza.

Más tarde lo hicieron también Genaro Santillán, Carmen Ruiz, Manuel Deras, Efren Solano, Félix Guzmán, Pedro Valdez y otros.

Fue hasta septiembre cuando bajaron las armas y se amnistia-ron los principales jefes de la guerrilla cristiana: Federico Vázquez, Valente Acevedo, Florencio Estrada y Trinidad Mora. El Gobierno les dio un salvoconducto y la Iglesia una indulgencia plenaria.

370

HISTORIAS PEQUEÑAS DEL TEJIDO SOCIAL

El 25 de julio el Sr. Gobernador enviaba al Oficial Mayor de Go-bierno un telegrama urgente con el siguiente texto: “He tenido entrevistas detenidas con el C. Presidente de la República y Se-cretarios de Estado. Habiendo arreglado satisfactoriamente asun-tos vital importancia Durango, notándose marcado interés altos funcionarios respecto progreso y reconstrucción nuestra entidad; por cuyo motivo débase felicitar pueblo durangueño. Esperamos que todos los elementos de acción nuestro Estado, háganse me-recedores esta muestra atención por parte del Ejecutivo Federal. Atentamente Lic. A. Terrones Benítez”.

El Oficial Mayor creyó que el pueblo de Durango se había saca-do la lotería. Pero nada de eso, simplemente el Gobernador esta-ba retratando a los políticos chiquitos de esa época. Sesenta años más tarde seguíamos escuchando los mismos mensajes de parte de los gobernantes.

Con el Gobernador Terrones Benítez se emprendió una intensa y amplia campaña en contra del alcoholismo y los juegos de azar; desde entonces dejó de funcionar el hipódromo de Durango.

El 1o de junio el Gobernador Terrones emitió un decreto donde se estableció un impuesto mensual de dos pesos por automóvil y cuatro pesos por “troca”. Contribución que debería pagarse a la Presidencia Municipal.

En esta misma línea, el ejecutivo emitió otro ukase, para refor-mar el decreto 138 del 3 de mayo de 1926. Donde se estableció que “el impuesto de piso que causen los vehículos se aplicaría a la ejecución de las obras de pavimentación”, decretando además la siguiente tarifa:

A.- Autos Particulares............................ $ 5.00B.- Autos de Alquiler............................. 5.00C.- Camiones de Pasajeros................... 7.00D.- Camiones o Trocas de Carga............ 7.00E.- Coches Particulares o de Alquilercon llantas de hule............................... 5.00F.- Coches Particulares o de Alquiler, con

Los anales de Durango (1900-1930)

371

llantas de acero.................................. 10.00G.- Carros guayines, de no más demedia tonelada.................................... 10.00H.- Carros de cuatro ruedas, con muellesy capacidad mayor media tonelada..... 12.00

Quedaba estrictamente prohibido el tránsito por las calles pa-vimentadas, de todos aquellos carros o carretones que tuvieran llantas de fierro y que carecieran de muelles.

Este año fueron declarados pueblos libres La Estación, La Noria, con el nombre de “Progreso”. Al pueblo del Salvador del municipio de la capital se le cambió el nombre por el de Abraham González.

El municipio de San Bartolo, administrativamente se había anexado al municipio de San Juan de Guadalupe con la categoría de delegación. En el mes de septiembre recobró su categoría de municipio. Hoy día sería bueno invertir el procedimiento.

En el mes de diciembre se decretó que era delito portar armas de fuego. Vueltas que da la vida, lo que antes era un derecho, aho-ra lo convertían en delito.

372

1930: LA CRISIS DE LA CRISIS (EL PILÓN)

LOS LABERINTOS DEL PODER

Desde marzo de 1929 el Lic. Terrones Benítez gobernaba el Estado de Durango en forma absoluta, pues no había Poder Legislativo y el Poder Judicial lo habían integrado nombrando a varias personas por una decisión personal. Además, emitió decretos y derogó le-yes, cuestiones que caían bajo la competencia constitucional del Poder Legislativo.

Pero en donde le tronó el cuete fue en Gómez Palacio, “la ciu-dad de los conflictos”, entre otras cuestiones, por el hecho de haber revocado un contrato de obras de pavimentación para la ciudad de Durango, que el Gobernador anterior y la Legislatura habían celebrado como Dios manda con una empresa de la región Lagunera. Esto dio pie para que el periódico “El Siglo de Torreón” emprendiera una campaña de desprestigio en contra del Goberna-dor Terrones, incluso los afectados formalizaron su acusación en la comisión permanente del Congreso de la Unión.

El día 5 de febrero, con toda la parafernalia del poder, fue inves-tido como Presidente de la República el Sr. Pascual Ortiz Rubio. A tal acto acudieron numerosos grupos de personas del Estado a Du-rango, compuestos de políticos, politiqueros, burócratas y vagos.

Para estas alturas el PNR en la entidad había cobrado forma; el Presidente del Comité Ejecutivo Estatal era el Sr. José Ramón Valdez y fungía como secretario el Sr. Alberto García Ávila. Sin em-bargo no había podido ocupar el espacio que tenía el PRD y su hijo bastardo, el Partido Reconstructor. La alianza de partidos seguía dominando la escena política de la entidad. Si a esto le agregamos que también operaban el Partido Laborista, (con bastante fuerza en la región lagunera), el Agrarista y el Partido Comunista Mexica-no. Últimamente se había formado el Partido de “Juan E. García” y el Republicano Independiente.

Los anales de Durango (1900-1930)

373

Estos últimos nacieron a principios de año con miras a competir en las siguientes elecciones. Sin embargo, no se habían enterado que el Gobierno Federal había emitido una circular, en donde or-denaba a los gobernadores, que no se registrara ningún partido que no cumpliera con los requisitos mínimos, entre los que se mencionaba la obligación de publicar un periódico, cuando menos dos meses antes de las elecciones. Con estas medidas el Gobierno metía al chiquero del PNR, a todos los cuasipartidos, pues el que no “cabestreara se ahorcaría”.

El 24 de abril, el Gobernador publicó la convocatoria para ele-gir a los integrantes del poder legislativo local. Y como no había legislatura, se aclaraba en la convocatoria, que las funciones que los artículos 44, 45, 46, 47 y 49 le atribuían a la legislatura anterior, de eregirse en colegio electoral y hacer el escrutinio y el cómpu-to lo realizaría la junta computadora distrital, integrada por todos los presidentes de casilla del distrito. Hecho el cómputo, emitiría las credenciales de presuntos diputados a los ganadores, quienes se reunirían en una sesión para convertirse en colegio electoral y proceder a autocalificarse. El procedimiento estaba algo confuso y además sobresalía el hecho de que los mismos diputados conocie-ran de su elección, así se convertían en juez y parte.

Además el decreto de marras reducía de diecisiete a siete los distritos electorales y señalaba el último domingo de julio para que se efectuaran las elecciones.

Esta convocatoria alborotó la caballada más de lo normal y el enojo se concentró más en la reducción de los distritos, que en la ilegalidad del procedimiento para calificar las elecciones. Los aspi-rantes a legisladores, por muy menguados que fueran, se dieron cuenta que esta reducción les disminuía las posibilidades de vivir del presupuesto y desde luego montaron en cólera.

La razón de disminuir la representatividad popular era de pesos más que política. En efecto, en las ampliaciones del presupuesto de egresos se preveía un gasto de 400 pesos de dietas mensuales por diputado y cien pesos más para gastos de representación. Pero cuando los aspirantes presionaron, el Gobernador tuvo que mo-dificar, tanto la convocatoria para que siguieran los 17 diputados, como el presupuesto de egresos donde se redujeron las dietas de

374

$500.00 a $300.00 mensuales. Con esta solución salomónica el Gobernador les mojó la pólvora a los políticos, quienes pensaron que era mejor poco que nada.

“La Alianza de Partidos por el bien de Durango”, (que estaba integrada por el Partido Revolucionario Ferrocarrilero, Partido Du-rangueño del Trabajo y el Partido Socialista de Durango), no podía ponerse de acuerdo con la directiva estatal del PNR para el reparto de las posiciones políticas. Tuvo que intervenir el comité ejecutivo nacional del PNR para formalizar a través de un pacto por escrito, la incorporación gradual de la alianza de partidos al PNR. Este acto tuvo lugar en la ciudad de México a principios de julio de 1930. Pocos días después el llamado partido de “Juan E. García” también se adhería al partido oficial.

Mientras tanto las elecciones federales para renovar las cáma-ras del poder legislativo del Congreso de la Unión, se efectuaron el día primero de julio y como el PNR no tuvo oposición electoral, todos sus candidatos resultaron vencedores. Estos fueron los afor-tunados: Lic. Lorenzo Gámiz, Liborio Espinoza Elenes, Clemente S. Ceniceros, todos ellos diputados; y senador el C. Antonio Gutié-rrez; algunos grupos de personas que se autoproclamaban repre-sentantes de obreros y campesinos, exhortaban al pueblo y demás organizaciones políticas a desconocer al PNR, al que calificaban como una agrupación de burócratas que habían traicionado la re-volución constituyéndose en los non plus ultra del Gobierno.

Las elecciones locales se realizarían hasta el último domingo de agosto para dar tiempo a que los partidos semioficiales se encua-draran al PNR, pero como estaban de por medio curules, dietas y fueros, la cosa no era fácil, máxime que en estos momentos el PNR estatal eran unas simples siglas, una organización débil; mientras que los partidos que conformaban la Alianza era una organización fuerte. Por ello, todavía a principio de agosto, no se podían poner de acuerdo sobre los candidatos. El delegado nacional del PNR, tuvo que tronarle el látigo a la jauría, tajantemente les dijo: “O nos ponemos de acuerdo o el PNR lanza solo sus candidatos”. Como no hay loco que coma lumbre, los de la Alianza tuvieron que ceder en algunas cuestiones, pero todavía el 28 de agosto el comité esta-tal tuvo que expresar públicamente, que ese partido únicamente reconocía como sus candidatos en el primero y sexto distrito a los

Los anales de Durango (1900-1930)

375

C.C. Manuel Vázquez Dorador y Miguel Barraza.

El Comité Estatal del PNR había tenido la feliz ocurrencia de realizar convenciones distritales, queriendo ungir sus candidatos como Dios manda, pero sus huestes estaban todavía muy matre-ras y aquello fue como abrir la caja de pandora. Hubo multitud de protestas y acusaciones; se afirmaba que el partido había im-puesto candidatos que no eran del distrito que iban a representar, ni nativos del Estado. Y todo el mes de agosto, en lugar de hacer campaña de proselitismo y convencimiento, fue una pelea de to-dos contra todos.

El Partido “Juan E. García”, que ya se había adherido al PNR, cambió de parecer y postuló sus propios candidatos, realizando una alianza con el partido laborista para los distritos tercero y cuarto de la región lagunera. Este partido lanzó a los siguientes candidatos: por el primer distrito, al C. Jesús F. Tamayo; 2o distrito, al C. Alejandro Alberstegui; 5o distrito, al C. David García Muñoz; 6o distrito, al C. Benjamín Borrego Martín; 7o distrito, Eduardo Asún-solo; 8o distrito, al C. Enrique Sáenz; 9o distrito, al C. Eufemio Soto; 10° distrito, al C. Erasmo Barraza; 11° distrito, al C. Bartolo Moná-rrez; 12° distrito, al C. J. Isauro Rivas; 13° distrito, al C. Emiliano Vázquez; 14° distrito, al C. Martiniano Simental; 15° distrito, al C. Leandro Simental; 16° distrito, al C. Alejandro Gaitán; 17° distrito, al C. Pedro Rojas.

El Partido Republicano postuló por el distrito de Tepehuanes al C. Abdón Alanís; por el Mezquital al Sr. Raúl Durán; por Santiago Papasquiaro, a un señor de apellido Espinosa que era conductor de los ferrocarriles para mayores señas. Por uno de los distritos de la ciudad de Durango era el Sr. Juan B. Solís; por Mapimí, el Sr. Justi-no González; por Nombre de Dios, el Sr. Vela Pacheco; por Peñón Blanco, el Sr. Joaquín Antuna; por Tamazula, un señor de apellido Unzueta, y por San Dimas, el Sr. Leandro Simental. En los distritos de San Juan del Río, Nazas, Cuencamé, Indé, Lerdo y Gómez Pa-lacio no postularon candidatos. Por el segundo distrito participó como candidato independiente el C. Agustín Olivas.

Las elecciones se efectuaron el 31 de agosto y el día dos de septiembre, el PNR emitió un boletín donde afirmaba que había ganado en todos los distritos.

376

La primera quincena del mes de septiembre la ciudad de Du-rango vivió una etapa muy convulsiva. La convocatoria preveía que el jueves 4 de septiembre deberían reunirse los presidentes de las casillas, de cada uno de los distritos en la cabecera distrital. Ahí se eligiría la mesa directiva. Esta agrupación haría las veces de co-legio electoral, que en tiempo normal lo hacía la legislatura que estaba por finalizar su período. Este cuasicolegio electoral haría el cómputo de la elección y otorgaría al ganador una credencial que lo acreditaba como presunto diputado. Una vez hecho el cómputo y expedida la credencial de los presuntos, remitirían los paquetes electorales al ejecutivo del Estado para que éste a su vez los con-signara “al Colegio Electoral”. El día 11 de septiembre se reunirían, en el palacio del poder legislativo, los presuntos diputados quienes se constituirían en Colegio Electoral para calificar las elecciones. El 13 de septiembre deberían concluir los trabajos electorales decla-rando en definitiva quiénes eran los diputados.

Como los candidatos que perdieron no habían quedado con-tentos, algunos se apoderaron de los paquetes electorales y cada quien tomó camino distinto. Los conflictos poselectorales habían puesto el ambiente al rojo vivo y la situación se acrecentaba pues-to que la nueva legislatura debería designar al Gobernador. Todo ello hacía la situación muy compleja y de difícil manejo, máxime que el Gobernador Terrones, tenía ganas de brincar de gobernador provisional a gobernador sustituto.

En estas condiciones, el pueblo de Durango presenció el espec-táculo nada gratificante de ver en funciones dos colegios electora-les. El oficial conformado por los presuntos ganadores, que eran miembros del PNR y sus adherentes de la alianza de partidos y el de la oposición, conformado con los presuntos perdedores del Partido Republicano. Este inició los trabajos desde el viernes 12 de septiembre, se pasó lista de presentes y comenzaron los trabajos de calificar las elecciones y así dictaminó como ganador por el 12° distrito, la candidatura del Sr. Joaquín Antuna. Después se leyó el dictamen del 7o distrito y se declaró triunfador el Sr. Cipriano Espi-nosa y como suplente al C. José Gándara; en el 9o distrito se hizo la declaración en favor del C. Leonides A. Reinoso. Y así sucesivamen-te continuaron con su calificación en los demás distritos.

El día 12 de septiembre, por la noche, las calles de la ciudad de

Los anales de Durango (1900-1930)

377

Durango estaban vigiladas por numerosas patrullas de soldados, como si hubiera sido ocupada militarmente. Desde ese día hasta después del 17 de septiembre Durango vivió en un virtual estado de sitio.

El Gobierno Federal, como el local, declararon categóricamente que no reconocerían otra legislatura que la emanada de los candi-datos del PNR. Más tarde los dirigentes de este partido se vanaglo-riaban de haber triunfado en toda la línea, declarando cínicamente que el pueblo se les había entregado totalmente, como si fuera el partido que el pueblo estaba esperando para el bien de la nación.

Al final la legislatura, oficialmente, quedó integrada por los si-guientes diputados:

Distrito / Diputado Diputado / propietario: suplente:

1o Manuel Vázquez Dorador Fco. Valdez Álvarez2o Alberto García Ávila Antonio Martínez R.3o José de Luna José del Valle4o Manuel Esquivel Natividad Amador Espino5o David García Muñoz Concepción Pérez6o Miguel Barraza Miguel Ceniceros Troncos7° J. Cruz Mejorado Eduardo Asúnsolo8o Lic. Rafael Escárzaga Juan José Sáenz9° Froilán Reyes Pedro Cháirez10° Erasmo Barraza Miguel Návar Lozoya11° (En este Distrito fueron nulas las elecciones)12° Isauro Rivas Gilberto Ramírez13° Plácido Rodríguez Eusebio Villarreal14° Fortino H. Aragón Indalecio Pérez15° Manuel Escoboza H. Leonardo Silva16° Fernando García Alejandro Gaitán17° José Alejandro Albistegui Pedro Rojas

El día 16 de septiembre de 1930, la Legislatura nombró Gober-nador Constitucional sustituto al C. José Ramón Valdez, para el pe-ríodo que terminaría el 15 de septiembre de 1932.

Ese mismo día se eligieron a los magistrados del supremo tri-bunal de justicia. Estos fueron los felices mortales que resultaron agraciados: Lic. Alejandro A. Altamirano, Lic. Roberto G. Muñoz, Lic. Vicente Guerrero, Lic. Pedro Álvarez, Lic. Juan Fernández Alba-

378

rrón y Lic. Felipe Villarreal.

Medianamente se empezaban a disipar las borrascas de esta tormentosa contienda electoral, cuando la Legislatura emitió la convocatoria para las elecciones municipales que se realizarían el día 6 de noviembre. En tal virtud, para principios de octubre ya andaban otra vez las furias desatadas.

Es curioso observar cómo la política o politiquería exalta las pa-siones del duranguense hasta el paroxismo. No de todo el pueblo, sino de una franja pequeña de la sociedad, que llega hasta la igno-minia antes que trabajar. Es explicable o justificable, que el hombre se vuelva pasión cuando trata de implantar un proyecto político o un programa de gobierno, pero resulta absurdo que se incendie de emotividad, tan sólo para no trabajar. Estos duranguenses; huimos del trabajo como el diablo de la Iglesia.

A mediados de octubre, el vicepresidente del comité ejecutivo estatal del PNR, Sr. Lic. y diputado Lorenzo Gámiz, se dedicó a reali-zar las convenciones municipales para seleccionar o designar a las planillas de candidatos para los ayuntamientos de la entidad.

Muchos politiquillos ya habían aprendido la lección, de que par-ticipando fuera o en contra del Partido Oficial la derrota era segu-ra. Ahora toda su actividad la fueron encuadrando conforme a las prácticas del nuevo partido de la Revolución. Actuar fuera de esta institución era caer en el campo de la reacción.

Las convenciones municipales se realizaron con pocos inciden-tes, salvo en la región lagunera donde ya era costumbre la protesta y la inconformidad, por todo y por nada.

Para ayudarse un poco en la ingrata tarea de gobernar, el eje-cutivo y la legislatura emitieron un decreto donde convirtieron en delegaciones a varios municipios. Entre ellos se mencionaban los siguientes: Copalquín, Topia, Siánori, San Bernardo, Hidalgo, Ocampo, San Pedro del Gallo, San Bartolo, San Luis del Cordero, Santa Clara y Huazamota. Los presidentes de estas “delegaciones municipales” eran designados directamente por el Gobernador.

Las elecciones se realizaron el 6 de noviembre y contra todos

Los anales de Durango (1900-1930)

379

los pronósticos, hubo menos incidentes que otros años y sólo en un municipio fueron declaradas nulas las elecciones. Claro que no hubo oposición, el PNR fue el único partido contendiente.

Estas fueron las planillas ganadoras:

Municipio de Durango

Propietario: 1o Luis Muguiro Leyva2° Ing. Carlos V. Flores3o Alberto Sánchez L.4o Juan Manuel Peña5o Arnulfo Bañuelos6o Severo Reyes7o Héctor Vega8o Miguel Carrola9o Ángel Castaños10° Francisco Martínez B.11° Francisco de P. Fernández12° Ignacio C. Villanueva13° Dr. Rafael Reyes A.14° Lic. Jesús Estrada15° José Solano

Suplente:Salvador Mendívil Ing. Miguel de la Parra Salvador Estrada Jesús Ochoa V. Eladio Bustamante Julio Valles Jesús de la Cruz Abundio Vizcarra Antonio B. Ruiz Elías Martínez Leopoldo Lucero Aurelio Muñoz Dr. Guillermo Peschard Juan B. Solís Ramón Martínez.

Gómez Palacio

Propietario: Suplente:1o Agustín Puente Oscar García2o Doroteo Palacios Manuel Mora3o Mariano Borrego C. Gregorio Favela4o Dionisio Ortiz Acosta Julio C. Nava5o Zacarías Mendoza Teófilo Lara6o Carlos V. Ávila Adolfo Rodríguez7o Jesús del Valle Dolores R.

Hernández8o Brígido Cháidez Ángel Zárate9o Onésimo Carvajal Atílano Vidaña10° J. Refugio Ortiz Crescencio Rey11° Jesús Aranda Rosendo López

380

Lerdo

Propietario: Suplente:1o. Benito Reyes Carlos A. Esperón2o J. Concepción Pérez Félix Ramírez A.3o Juvencio Gamboa Valentín Sífuentes4o Ramón J. Sáenz Hugo Pimentel5o Evaristo Cruz Antonio Vargas6o Luis Sena Dolores Güereca7o Antonio García Robledo Benjamín Reyes8o Miguel R. Ortega Andrés Carreón9o Estanislao Delgado Nicolás Meza10° Ing. Manuel Oliver Daniel Romero11° J. Ascención López Natividad Arreola

Santiago Papasquiaro Propietario: Suplente:

1o Aurelio Burciaga Daniel Sarmiento2o Romualdo Garibay Eulogio Rodríguez3o Valentín Valdez Jesús Orozco4 o José González José González5o Jesús G. Corral Francisco Gandarilla

Canatlán

Propietario: Suplente:1o Ignacio Ruiz Unzueta Bernabé Valdez2o Francisco Ortega Pedro Quezada3o Magdaleno Unzueta Félix Estrada4o Víctor Alatorre Pedro Martínez5o Eduardo Montes Camilo Sariñana

MapimíPropietario: Suplente:

1o Zenón Martínez Ramón J. Sáenz2o Anastasio Navarrete Alfonso Burciaga3o Federico Guevara Miguel Romero4 o Adolfo Meraz Manuel Ramos5o Baltazar Escobar Juan Reza6o Francisco Dávila Pedro Luna7° Francisco Sáenz Jr. Eduardo Ortega8o Apolinar Garay José Navajas9o Julio Ugalde Estanislao López

Los anales de Durango (1900-1930)

381

Cuencamé

Propietario: Suplente:1° Jesús López Expectación García2° Candelario Machado Manuel Castro3o Rafael Favela Romero Alejo Míreles4o Filiberto Sáenz Poncíano Salas5o Francisco Gómez Sr. Ignacio Machado

LA TIERRA POR LA LEY O POR LA FUERZA

Este año el Gobierno Federal emitió 32 resoluciones presiden-ciales que dotaron a 32 pueblos con una cantidad de 104,180 hec-táreas de terrenos. Estos fueron los ejidos beneficiados:

Ejido Municipio Superficie (en hectáreas)

Donato Guerra Canatlán 2,298Las Cruces Nazas 6,358Pasaje Cuencamé 9,878Las Mercedes Cuencamé 4,414La Fe Cuencamé 1,740Felipe Carrillo Puerto Peñón Blanco 4,330Cuatillos Cuencamé 8,570Paso Nacional Nazas 4,212Pedriceña Cuencamé 7,046Sta. Teresa de la Uña Nazas 7,264Bruno Martínez (San Bartolo)

Canatlán 1,470

Abraham González Durango 1,516Graceros Súchil (hoy V. Guerrero) 758El Refugio Poanas 1,147Agua Zarca y El Troncón

Mezquital 4,169

Benito Juárez Nazas 3,196San Juan del Río San Juan del Río 5,631San Gregorio de B. Santiago Papasquiaro 2,361Güichapa Rodeo 2,250José Ma. Morelos (Chinacates)

Santiago Papasquiaro 2,638

José Ma. Morelos Nazas 1,300Diego de Alcalá Canatlán 1,748El Toboso Canatlán 1,270Castillo del Valle Canatlán 1,605

382

El Jaralito MapimíOrestes Pereyra Ocampo 2,034Siánori Topia 6,101Real Viejo Canatlán 440Esfuerzos Unidos Canatlán 1,172El Refugio Pánuco de Coronado 296La Ochoa Poanas 3,598Amoles Rodeo 3,417San Esteban Poanas 2,597

Por su parte, la Comisión Local Agraria aprobó positivamente los dictámenes correspondientes de los pueblos que en seguida se mencionan: La Sauceda del municipio de Canatlán, Corrales, de Nombre de Dios; Santa Clara, de Nazas; Escamillas, de Canatlán; El Lucero, de Gómez Palacio; Calera, del municipio de Durango; San Diego de Alcalá, de Poanas; La Colorada, de Poanas; La Concepción, de Poanas; El Vergel, municipio de Durango; Aguinaldo, de Pánuco de Coronado; Ojos Azules, de Pánuco; Rancho Seco, de Canatlán; El Salvador, de Santiago Papasquiaro; Potrero de Campa, Hacienda de Ramos, municipio de El Oro; Santa Clara, del municipio de Santa Clara; Lados, de Pánuco de Coronado; El Pato, Canatlán; Rancho de Alcalde, del municipio de la Capital; Las Higueras de Rodeo.

Los campesinos seguían con la misma pasión por la tierra, pues creían que al tenerla saldrían de pobres. Sólo hasta final de siglo se darían cuenta que la tierra no quita la miseria. Este año, 58 pue-blos le escribieron al Gobernador pidiéndole tierras. Y la gran ma-yoría de las peticiones empezaban con el “estribillo”: los suscritos somos muy pobres y no hemos podido progresar por falta de un pedazo de tierra.

El Gobernador Terrones Benítez le daba celeridad a la comisión de fraccionamientos, para que a los hacendados que voluntaria-mente llevaran a cabo el fraccionamiento de sus haciendas, se les dieran las facilidades necesarias para tal fin. Y para que aquellos que se negaran a lotificar sus latifundios se les expropiara cuanto antes.

Con esta línea política se expropiaron a la Hacienda de Tapona 3,797 has. para lotificarse y venderse a los pequeños propietarios del pueblo de Villa Francisco I. Madero. En estas condiciones se constituyó la junta auxiliar del fraccionamiento de este pueblo que era el organismo que puenteaba entre la comisión estatal de frac-

Los anales de Durango (1900-1930)

383

cionistas y los campesinos adquirientes de terrenos.

Igualmente al fraccionamiento de La Esperanza de esta capital, se le hicieron algunos ajustes a través del decreto N° 31 del Gober-nador Terrones.

A mediados de mayo también se decretó la expropiación de 2,815 has. de terreno, para lotificarse y venderse a los campesinos del pueblo de Avino del municipio de Pánuco de Coronado.

A la misma Hacienda de Tapona se expropiaron 9,015 has. de terreno para constituir el fraccionamiento del pueblo de Guada-lupe Victoria, terreno que fue lotificado y vendido a los pequeños propietarios de ese centro urbano.

En la Escuela Central Agrícola de Durango; (Sta. Lucía), se con-formó una cooperativa agrícola denominada “El Arado”, integrada por alumnos recién egresados o que estaban por salir de esa es-cuela. Dicha cooperativa le solicitó al Gobernador algunos terre-nos para poner en operación sus conocimientos y así entrar de plano al mundo real del trabajo y de los negocios. Al Gobernador Terrones le pareció buena idea y a través de un decreto le adjudicó a dicha cooperativa 92,716 hectáreas, para que las colonizaran y se pusieran a trabajar. Dichos terrenos estaban ubicados en el muni-cipio de Villa Ocampo. La adjudicación fue gratuita pero sujeta a la condición de que los terrenos fueran colonizados por egresados de la Escuela de Agricultura en el término perentorio de dos años.

A la dueña de la Hacienda de San Esteban del municipio de Poanas, Sra. Natalia Manzanera, la comisión de fraccionamiento le notificaba públicamente que si en el término de quince días no demarcaba cinco mil hectáreas de su terreno a que tenía derecho, ese organismo iba a proceder al fraccionamiento de su heredad y perdería el derecho de reservar para ella la superficie mencionada. Igual requerimiento se le hacía a los propietarios de la Hacienda de San Lorenzo Calderón.

Este año fue expropiado por el gobierno local, los terrenos ne-cesarios para constituir los fundos legales de los siguientes pue-blos: el Refugio, del municipio de Pánuco de Coronado; Guajojigo, municipio de Canatlán; La Ochoa, de Poanas; Los Lobos, de Pá-

384

nuco; Pueblo de Ocotán, municipio de Canatlán; Donato Guerra; Providencia, del municipio de Pánuco de Coronado; El Toboso, del municipio de Canatlán; el Poblado Higueras, del municipio de Ro-deo.

Mientras tanto el pueblo El Vergel del municipio de Durango, cambió ese nombre por el de José Ma. Pino Suárez. Lo mismo hizo el pueblo de Patos, que fue rebautizado con el nombre de Nuevo Ideal.

El movimiento agrarista seguía armado y la secretaría de guerra pasaba a depender directamente del ejecutivo del Estado y más tarde volvería a declararse que las fuerzas rurales quedarían bajo las disposiciones de la secretaría de guerra y marina.

Los días dos y tres de febrero, se celebró en Pánuco de Coro-nado, un congreso de la confederación de sindicatos de obreros y campesinos del Estado de Durango. Y más tarde acudiría una de-legación de agraristas al Congreso Nacional Agrarista celebrado en San Luis Potosí y en donde se decretó la expulsión del líder campe-sino Ursulo Galván y la creación de un Banco Ejidal.

FABRICANTES Y TRABAJADORES

Este año, la Compañía Nacional de Electricidad S.A., obtuvo un contrato-concesión con la Secretaría de Industria y Comercio para establecer en Durango una planta productora de energía eléctrica en el municipio de Durango, cuya capacidad no sería menos de 500 kw. Más tarde el Gobernador del Estado formalizó un contrato específico con dicha compañía donde se fijaron las estipulaciones precisas de la clase de servicio que iba a proporcionar esa nego-ciación.

Los fabricantes y hombres de empresa en forma cautelosa que-rían invertir en Durango. Este año se estableció una fábrica de ropa de mezclilla denominada Alaska.

Las factorías de madera eran las empresas que demostraban mayor dinamismo, desgraciadamente hubo un intento por parte del Gobierno Federal de prohibir la explotación forestal en los mu-

Los anales de Durango (1900-1930)

385

nicipios de Pueblo Nuevo, San Dimas y otros. Esta medida causó gran alarma, particularmente en el Salto, en donde la fábrica de maderas daba ocupación a un gran número de trabajadores y su producción dejaba beneficios al gobierno local, municipal y al co-mercio en general.

El Sr. don Miguel Gurza, gerente de la fábrica de hilados y teji-dos “La Providencia”, ubicada en El Pueblito, cerca del río Tunal, solicitó del Gobierno del Estado mayor seguridad en la región ya que continuamente eran molestados y asaltados.

El Ing. Ricardo Lezama realizó un estudio sobre la viabilidad de establecer una empresa maderera en Canatlán para aprovechar las riquezas forestales de la Sierra de la Candela.

La junta de conciliación y arbitraje estuvo integrada a principios de año por los C.C. Ramón R. Rivera, en representación del Gobier-no; Jesús Mercado y Nicéforo Betancourt, en representación de los obreros; Tomás Sánchez y Carlos Fiscal, por la parte patronal.

Este año la Junta resolvió 30 conflictos laborales y una huelga de panaderos. La gran mayoría de los demandados eran patronos particulares, salvo las siguientes empresas: Salvador Salum y Eli-zondo Hnos. y Cía.; Cia. Maderera de Durango, S.A. (cuatro deman-das); Cía. Preservadora de Maderas, S.A.; Cía. Algodonera e Indus-trial de la Laguna; Cía. Ganadera de Atotonilco; Cía. Mexicana de Construcciones, S.A. División Franke (cuatro conflictos).

A finales de abril estuvo en Durango el C. Profesor Filemón Al-varado, delegado de la Liga Nacional de Maestros, para efecto de revivir la organización de maestros en la entidad que se encontra-ba muy apagada.

A mediados de agosto, el sindicato de choferes de los automó-viles de ruta (llamados dieceros), aprovechando la coyuntura de las elecciones locales, realizó una gran manifestación de protesta en contra del reglamento de tránsito, que consideraban perjudicial para su gremio. Este acto político lo realizaron bajo el amparo y a la sombra del PNR.

A finales de agosto, el Sindicato de Obreros Panaderos de Du-

386

rango, adherida a la CROM, estalló una huelga en contra de las empresas “La industrial”, “La Montaña de Oro” y “La Providencia”, que eran propiedad de empresarios de nacionalidad china. Se de-mandaba la falta de contrato colectivo, desocupación de varios obreros y el hecho de ocupar a menores de edad en trabajos noc-turnos. El conflicto adquirió ribetes de violencia cuando el delega-do de la CROM, Sr. Tomás Palomino Rojas, agitó a los obreros para incendiar las panaderías con petróleo y estopas. Sin embargo, la intervención de las autoridades evitó tal salvajismo.

La Junta de Conciliación y Arbitraje emitió su laudo declarando lícita la huelga y condenando a la patronal al pago de las prestacio-nes que le demandaban.

BAJO EL PESO DE LA LEY

El Gobierno Federal seguía con la lluvia de leyes, unas operaban en la realidad, modificando pautas, o creando instituciones; otras simplemente eran ornato. Este año se promulgaron los siguien-tes cuerpos de normas: Reglamento para la compra, fabricación y transporte de armas y explosivos; Ley de Emigración; Reglamento a la Ley de Aguas de propiedad nacional; Decreto que modifica el Reglamento de la Ley de Industrias Minerales; Ley de Impuestos a la Minería; Reglamento a la Ley Orgánica de la Comisión Nacional de Turismo; Ley Orgánica de Turismo. Reformas a los artículos 72 y 123 de la Constitución Federal. (Esta reforma aunque se habían aprobado desde el mes de agosto de 1929, se publicaron hasta este año de 1930). Con estas modificaciones el Gobierno Federal, le quitó a estados provinciales la facultad de legislar en materia de trabajo. Decreto que autorizó a todo mexicano mayor de 18 años para adquirir gratuitamente terrenos nacionales; Reforma al Reglamento de pesos y medidas; Decreto que derogó el del 26 de Septiembre de 1929 que establece la forma en que se harán efecti-vas las cuotas por inspección de instalaciones eléctricas; reformas a la Ley de Impuestos sobre Minería, relativa a la importación y exportación de monedas de plata; Ley que regularía la liquidación de los antiguos Bancos de emisión; Decreto que prevendría que las monedas de plata creadas por la ley del 13 de noviembre de 1918, dejarían de circular legalmente el 1o de julio de 1931; Decreto que derogaba el del 27 de agosto de 1927, que exigía autorización de

Los anales de Durango (1900-1930)

387

la SHyCP para efectuar operaciones de cambio.

El Gobierno Estatal le hacía segunda al Federal y este año pro-mulgó los siguientes códigos normativos: Ley de Educación Prima-ria; Reglamento de Tráfico (sic); Ley de Caminos; Reglamento a la Ley de Caminos; Reformas a la Ley de Administración de Justicia; Reglamento para las cantinas y pulquerías de la ciudad de Duran-go; Decreto que derogaba el Artículo 137 de la ley Reglamentaria de Trabajo; Decreto que establecía un impuesto de un centavo por litro de gasolina que se dedicara exclusivamente para la construc-ción de carreteras; Decreto que declaraba obligatorio el servicio de entubación de agua y de saneamiento en la ciudad de Gómez Pa-lacio; Reformas al Artículo 20 de la Ley Electoral de los Municipios; reformas a la Ley Electoral Estatal en su artículo 18; Reglamento de los artículos 136, 137 de la Ley de Educación sobre el Seguro del Maestro.

HISTORIAS PEQUEÑAS DEL TEJIDO SOCIAL

La cuestión más trascendental del año fue sin duda el inicio de la construcción de la carretera Torreón-Durango-Mazatlán. Tal acontecimiento produjo gran euforia en el pueblo, pues se afirma-ba que esa carretera facilitaría las comunicaciones y el comercio y con ello se daría un mejor nivel de vida.

Para la realización de esta obra no hubo que esperar a que los sabios del Distrito Federal la concibieran. Tampoco hubo que es-perar que los burócratas de chilangolandia le dieran el visto bueno y la aprobaran. El Gobernador de Durango y algunos hombres de empresa la concibieron y emprendieron una campaña de conven-cimiento e involucraron a todo el pueblo. El dinero salió del pueblo directamente a través de impuestos especiales a la venta de gaso-lina, por la tenencia de automóviles y camiones, y un adicional del 10%. Todo para las carreteras. Los burócratas federales hubieran preferido ser ellos los que recaudaran el dinero del pueblo, luego concentrarlo en el Distrito Federal, morderle un buen tajo y des-pués regresarlo como una dádiva, por lo cual había que agradecer-les con banquetes, discursos y monumentos.

Para la realización de esta obra se conformó la junta central de

388

caminos a cuyo frente se encontraban tos C.C. Salvador Mendívil, Julio González Barcenas y José Bulnes. Mientras que en Gómez y Lerdo se constituyó una junta unida encabezada por los Sres. Pe-dro Torres Sánchez, por Gómez Palacio, Máximo Álvarez y Alberto Sánchez, por Lerdo, contando con el apoyo de los presidentes mu-nicipales de ambas entidades, Sr. Lic. Fernando Arenas y José Gar-cía Gutiérrez. En esta empresa jugó también un papel importante el general Juan Andrew Almazán.

A principio de marzo se convocó a los constructores a un con-curso de tal obra y a mediados de año ya se estaba trabajando en su realización. El entusiasmo había llegado a tal grado, que el municipio de la capital se comprometió a realizar por su cuenta un tramo de esa carretera.

Al Gobierno Federal únicamente le tocó construir la parte más alta de la Sierra y al Gobierno de Sinaloa, el trayecto de la planicie comprendido en su territorio.

Al mismo tiempo el Gobierno local construía este año la carre-tera de Durango a Santiago Papasquiaro, en cuya realización jugó un papel muy importante toda la gente emprendedora de Santia-go Papasquiaro y Canatlán impulsados y unidos por el Sr. José Ra-món Valdez.

En La Laguna se construía también la carretera de Gómez Pala-cio, Mapimí y Bermejillo y la de Gómez Palacio a Sacramento, con la intención de hacerla llegar hasta Tlahualilo.

Este año se realizó el censo general de población junto con el económico de agricultura e industrias. Se dieron las cifras prelimi-nares del censo de población en donde vemos que Durango tenía 394,477 habitantes. Si comparamos la población de las tres déca-das del Siglo XX, vemos que Durango casi tenía en 1930 la misma población de principios de siglo. Veamos las cifras: población del Estado de Durango:

1900 1910 1921 1930370,294 483,175 336,220 394,477

Y si la población no había aumentado, el aparato productivo es-taba en ruinas. Después de dos décadas de destrucción se impo-

Los anales de Durango (1900-1930)

389

nía la reconstrucción de todo, pero hubo que esperar tres décadas para reconstruir lo que destruimos en dos.

En Durango y en Gómez Palacio se realizaban obras de pavi-mentación, electrificación, drenaje y agua potable. Había pocos recursos, pero el pueblo hacía milagros.

El Gobernador del Estado emprendió una intensa campaña con-tra el alcoholismo y sus derivados. Al igual que contra los juegos de azar, carreras de caballos, rifas, tapadita, etc., etc. Todo este ambiente creaba un clima medio puritano.

En el mes de noviembre, la Secretaría de Guerra y Marina emi-tió una circular donde declaraba, que únicamente esa dependen-cia estaba autorizada para expedir licencias de portación de armas de fuego. El año anterior se había declarado que era el ejecutivo del Estado el competente para dar los permisos de portación de armas; ahora se decía lo contrario y ya se sabe que donde manda capitán no gobierna marinero. Sin embargo, estos vaivenes lega-les servían para demostrar que las leyes se hacían de acuerdo a los intereses de la clase gobernante y no para el bienestar de la sociedad.

A principios de julio, el Gobierno del Estado dio permiso para que la Cía. Agrícola, Industrial Colonizadora de Tlahualilo, S.A., usara una línea telefónica privada de Ciudad Lerdo a la Hacienda de Zaragoza y puntos intermedios, para enlazarla con la red de la empresa Teléfonos Ericson, S.A.

Los diputados de la XXXII Legislatura ganaban 400 pesos men-suales, cantidad equivalente aproximadamente a 200 dólares y a diez salarios mínimos de la época. Los diputados procuraban no distanciarse mucho de sus representados. Incluso para hacer un poco de economía, la XXXIII legislatura le disminuyó la cantidad de 60 mil pesos mensuales a cada uno de los legisladores. Todavía no se les ocurría convertir las dietas en instrumento de corrupción y las curules en retretes.

En junio fue inaugurado el nuevo Palacio Municipal y ese mis-mo mes los poderes municipales se cambiaron a su nuevo edificio, al cual anteriormente se le conocía como el Palacio Escárzaga.

390

Más tarde el Gobernador emitió un decreto donde declaró que la cabecera municipal de Pueblo Nuevo sería precisamente la comunidad de Pueblo Nuevo y que las autoridades municipales que venían fungiendo como tales en El Salto, deberían trasladarse aquel lugar.

Por su parte, los habitantes del poblado de Tejamen solicitaron a los legisladores que lo convirtieran en un municipio indepen-diente de Canatlán.

En febrero se eligió como reina del carnaval de Durango a la Srita. Margarita López Negrete.

La Secretaría de Industria y Comercio se dirigió al C. Goberna-dor, indicándole que promoviera entre el pueblo el uso de una es-tufa de petróleo que había sido inventada recientemente y que consumía aproximadamente diez litros por semana en un hogar de cinco a seis personas. Le decía que con el uso de este “quemador” se iba a evitar la deforestación de la sierra de Durango. Sueños de Guajiro.

El día 9 de noviembre, La Voz de Durango publicó esta noticia: “La bandera comunista ondeó ayer en las torres de Catedral”. A la hora en que se celebraba la misa mayor en catedral esta ma-ñana, fue izada por un numeroso grupo de comunistas en una de las torres de dicho templo, una enorme bandera roja, símbolo de los adictos al actual gobierno de Rusia. La policía fue distribuida alrededor de Catedral y lograron la aprehensión del grupo comu-nista”.

El 11 de diciembre tembló dos veces en la ciudad de Durango; la tierra, nuestra madre, nos recordaba que somos unos simples mortales.

En este ligero viaje por tres décadas de nuestra historia vemos una primera etapa de construcción y crecimiento. La segunda dé-cada fue de destrucción; y la tercera de pillaje.

El único fruto de la revolución fue el fraccionamiento de las grandes haciendas y su reparto gratuito por la vía ejidal y por la vía de lotificación y venta. En lo político fue poco el cambio. Un

Los anales de Durango (1900-1930)

391

grupo de hacendados y profesionistas fueron desplazados por una camarilla de pícaros dedicados al pillaje en cuerpo y alma. Junto a esta manada de búfalos participaban un reducidísimo número de personas honestas y de buena fe, que verdaderamente deseaban que Durango progresara. Los empresarios para nada se asomaban a la actividad política; dejaron que los cínicos se apoderaran de la conducción del Estado. Es cierto que no tenían experiencia po-lítica, lo demostraron en la revolución maderista y al triunfo del constitucionalismo. Cuando no debían pelear, pelearon y cuando deberían haber luchado, se fueron a sus casas o fuera del Estado. Abandonaron el timón de la nave y todavía es hora que no pueden ubicarse.

Esta región tiene su génesis concreta, tejida con la articulación de acciones conscientes y azarosas de las fuerzas sociales que ope-ran en los distintos escenarios de la realidad.

Una sociedad, un pueblo, es una formación que se hace poco a poco, momento a momento, con las acciones, omisiones, sueños, vigilias y hasta con las ocurrencias de los sujetos sociales.

Por ello, hoy somos lo que hicimos ayer y mañana seremos lo que hagamos hoy.

392

J. Guadalupe Rodríguez y Úrsulo Galván

Los anales de Durango (1900-1930)

393

394

Los anales de Durango (1900-1930)

395

FUENTES DE INFORMACIÓN

Archivos:

AGN Archivo General de la Nación, ciudad de México.

AHSDN Archivo Histórico de la Secretaría de la Defensa Nacional, ciudad de México.

ASRA Archivo de la Secretaría de la Reforma Agraria, ciudad de México.

APFIM Archivo Personal de Francisco I. Madero. Biblioteca Nacio-nal, ciudad de México.

CEHM Centro de Estudios de Historia de México-Condumex Fon-do XXI Manuscritos de V. Carranza, ciudad de México.

AHED Archivo Histórico del Estado de Durango, ciudad de Duran-go, Dgo.

ACED Archivo del Congreso del Estado de Durango, ciudad de Du-rango, Dgo.

Hemerográficas:

Diario Oficial de la Federación 1870-1910;Periódico Oficial del Estado de Durango 1870-1930;La Evolución 1900-1912;El Heraldo 1908-1912;El Demócrata 1912-1913;El Fígaro 1912-1913;El Criterio 1912;El Constitucional 1912;El Monitor 1912;Patria Libre 1913-1914;Restauración 1914;

396

La Voz de la Revolución 1914-1915;La Época 1916;La Clase Media 1917;El Telegrama 1918;El Monitor 1919;Orientación 1920;El Comercio 1920;El Heraldo, La Verdad, Redención 1921;El Heraldo, la Verdad 1922;La Verdad, Revista Durangueña 1923;La Revista Durangueña 1924;La Revista Durangueña 1925;La Revista Durangueña, Foro Mutualista 1926;La Revista Durangueña 1927;La Revista Durangueña 1928;La Revista Durangueña 1929;La Voz de Durango 1930;La Voz de Durango 1931.

Los anales de Durango (1900-1930)

397

398