La Pesca de La Trucha en Amrica

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    RICH

    ARDBRAUTIGAN

    La pesca de la trucha en Amrica

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    Traduccin de Pablo lvarez Ellacuria

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    Ttulo original: Trout Fishing in America

    Diseo de coleccin: Setantawww.setanta.es

    de la ilustracin de cubierta: Anders Nilsen del texto: Richard Brautigan (1967) / Ianthe Brautigan (1996)

    de la traduccin: Pablo lvarez Ellacuria de la edicin: Blackie Books S.L.U.Calle Esglsia, 4-1008024, [email protected]

    Publicado por acuerdo especial

    con Houghton Mifflin Harcourt Publishing Company

    Maquetacin: David AnglsImpresin: LiberduplexImpreso en Espaa

    Primera edicin: marzo de 2010ISBN: 978-84-937362-5-5Depsito legal: B-13.365-2010

    Todos los derechos estn reservados.Queda prohibida la reproduccin total o parcial

    de este libro por cualquier medio o procedimiento,comprendidos la reprografa y el tratamiento informtico,la fotocopia o la grabacin sin el permiso expresode los titulares del copyright.

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    R I C H A R D B R A U T I G A N

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    E una novela de

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    RICHARDGARYBRAUTIGANnaci en Tacoma, Estados Uni-dos, el 30 de enero de 1935. Su padre nunca lo reconoci y,cuando tena nueve aos, su madre los abandon a l y a suhermana en la habitacin de un hotel en Great Falls, Montana.Pasaron muchas horas esperando a que volviese, hasta que elcocinero del establecimiento decidi acogerlos. Alguien ha di-cho que su cerebro fue el nico juguete que tuvo.

    A los veinte aos fue recluido en un hospital para enfermosmentales por arrojar una piedra contra una comisara. Lo ha-ba hecho para que lo arrestasen y le diesen de comer, pero enel hospital acabaron diagnosticndole paranoia, esquizofrenia

    y depresin. En sus propias palabras, all recibi suficienteselectroshocks para iluminar un pueblo. En ese mismo hospi-tal se filmara ms adelanteAlguien vol sobre el nido del cuco.

    Decidi partir a San Francisco y dedicarse a escribir poesa.Complet diez novelas, nueve poemarios y numerosos cuen-tos, que para algunos estaban entre lo mejor de su tiempo. Alcomienzo, sin embargo, le result difcil publicar. (La Richard

    Brautigan Library honra su memoria en Vermont. En los no-venta, sta aceptaba manuscritos rechazados por las editoria-les siempre y cuando los autores pagasen la encuadernacin.

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    La idea se tom de su novela The Abortion, que en gran partetranscurre en una biblioteca de obras inditas.)

    En 1964 se publicA Confederate General from Big Sur. Fue

    un clamoroso fracaso. En el otoo de 1966, Brautigan se di-verta con la idea de ser un autor de culto en Berkeley, dondeel libro funcion bien en la seccin de saldos de una libreraemblemtica. A pesar de los fracasos y reveses, persever consus manuscritos. Y finalmente alcanz: en 1967 se publica Lapesca de la trucha en Amrica, xito instantneo de crtica y p-blico. Haba escrito el libro en 1961, durante un viaje de acam-

    pada que realiz en compaa de su mujer y su hija, y en el quellevaba una mquina de escribir y una mesita plegable. Era,pues, su primera novela, aunque fue la segunda en publicarse.Con ella obtuvo gran fama internacional y, cmo no, abon elterreno para su cada.

    Brautigan viaj mucho, compr propiedades, se dio la vidaque no haba tenido hasta entonces. Pero no supo llevar bienel peso de la fama. Las borracheras, la seduccin de sus segui-dores incondicionales y las mujeres, de repente tan disponibles(pos con algunas de ellas para las cubiertas de sus libros, ehizo que se incluyera su nmero de telfono en algunas de lasediciones), se cobraron un precio alto.

    Aunque ciertos escritores aplaudieron el xito del patito feo

    convertido en estrella y los medios lo ubicaron en el firmamen-to de la contracultura al lado de Dylan, Ginsberg o TimothyLeary, la crtica valor negativamente sus libros posteriores, ydebido a su escritura cada vez ms literaria, sus lectores em-pezaron a dejar de leerlo. Los sesenta dieron paso a los setenta.Jerry Rubin lleg a Wall Street, Abbie Hoffman se convirti enun fugitivo, muchos de los chicos delflower powerse pasaron al

    yuppismo y Brautigan se hundi en el declive, transformndoseen el smbolo triste de una poca convulsa. Y pasada. La visincondescendiente lo convierte en vctima de la contracultura.

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    Para otros, sin embargo, sencillamente fue un hroe. Desde elpunto de vista de la escritura, hay quienes siguen considerndo-lo inclasificable.

    Estados Unidos lo haba olvidado ya cuando, el 24 de octu-bre de 1984, se hall su cuerpo cubierto de gusanos. Varias se-manas antes, no se sabe con exactitud cundo, se haba pegadoun tiro. Junto a su cuerpo, el arma y una botella de licor.

    Paradjicamente, los lectores del mundo entero que siguendescubrindolo son legin. No ha hecho falta que siguiera es-cribiendo, aunque al recordarlo, al leerlo, se le eche tanto en

    falta. Slo que, en palabras de Vonnegut, como ha ocurridocon tantos otros buenos escritores, finalmente pudo con l esedesequilibrio qumico que llamamos depresin, y que cumplesu labor mortal sin que importe lo que est ocurriendo en lavida amorosa del que lo padece, sin que importen sus aventuras,buenas o malas, en el Mercado sin corazn.

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    Para Jack Spicer y Ron Loewinsohn

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    N D I C E

    La cubierta de La pesca de la trucha en Amrica 1

    Toca madera (primera parte) 3

    Toca madera (segunda parte) 4

    Labio rojo 7El borrachuzo del Kool-Aid 9

    Otra manera de preparar ketchup de nueces 13

    Prlogo a Grider Creek 16

    Grider Creek 18

    El ballet para la pesca de la trucha en Amrica 19

    Un Walden Pond para Borrachuzos 21

    Tom Martin Creek 23La pesca de la trucha en el desnivel 25

    Sea, Sea Rider 28

    El ltimo ao que la trucha remont Hayman

    Creek 34

    La muerte de la trucha por oporto 36

    La autopsia de La Pesca de la Trucha en Amrica 41

    El mensaje 43

    Terroristas de la pesca de la trucha en Amrica 46

    La Pesca de la Trucha en Amrica con el FBI 52

    Worsewick 54

    El envo de La Minipesca de la Trucha en Amrica

    a Nelson Algren 57

    El alcalde del siglo XX 61A propsito del paraso 63

    El gabinete del doctor Caligari 65

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    Los coyotes de Salt Creek 67

    La trucha jorobada 69

    El chingadero de Teddy Roosevelt 74

    Captulo a pie de pgina para"El envo de La Minipesca

    de la Trucha en Amrica a Nelson Algren" 81

    La reina de los flanes de Stanley Basin 83

    Habitacin 208, Hotel Pesca de la Trucha

    en Amrica 86

    El cirujano 93

    Nota sobre la moda de la acampada que aqueja

    a Estados Unidos en la actualidad 96De regreso a la cubierta de este libro 101

    Los das de Lake Josephus 104

    La pesca de la trucha en la calle de Eternidad 106

    La toalla 115

    Cajn de arena menos John Dillinger, igual a qu? 117

    La ltima vez que vi a La Pesca de la Trucha

    en Amrica 120En los yermos de California 125

    La ltima mencin de La Minipesca de la Trucha

    en Amrica 130

    Por la paz de la pesca de la trucha en Amrica 132

    Captulo/nota al pie a "Labio Rojo" 135

    El Desguace de Cleveland 137

    Un homenaje de medio domingo a un Leonado Da Vinci

    entero 146

    El plumn pesca de la trucha en Amrica 148

    Preludio al captulo de la mayonesa 151

    El captulo de la mayonesa 153

    Hay seducciones que deberan estaren el Instituto Smithsonian, justo al lado

    del Spirit of St. Louis

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    L A C U B I E R T A

    D E L A P E S C A D E L A T R U C H A

    E N A M R I C A

    La cubierta de La pesca de la trucha en Amrica es una

    fotografa tomada ya entrada la tarde, una fotografa

    de la estatua de Benjamin Franklin en Washington

    Square, en San Francisco.Nacidoen 1706 - fallecido en 1790, Benjamin Franklin

    se alza sobre un pedestal que parece una casa con mue-

    bles de piedra. En una mano sostiene unos cuantos pa-

    peles y en la otra el sombrero.

    La estatua habla entonces, y dice en mrmol:

    PRESENTADA POR

    H. D. COGSWELL

    A NUESTROS

    JVENES

    QUE PRONTO

    OCUPARN NUESTRO LUGAR

    Y MORIRN

    Alrededor de la base de la estatua hay cuatro palabras

    abiertas a los cuatro puntos cardinales de este mundo,

    al este BIENVENIDOS, al oeste BIENVENIDOS, al norteBIENVENIDOS, al sur BIENVENIDOS. Justo detrs de

    la estatua hay tres lamos, casi desnudos excepto en

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    las ramas ms altas. La estatua se alza frente al rbol

    central. Alrededor, las lluvias de primeros de febrero

    han mojado la hierba.

    Al fondo hay un ciprs, oscuro casi como una habita-cin. Adlai Stevenson habl bajo el rbol en 1956 ante

    una multitud de cuarenta mil personas.

    Al otro lado de la calle, delante de la estatua, hay una

    iglesia muy alta con cruces, chapiteles, campanas y un

    inmenso portn que parece una enorme ratonera como

    las de los dibujos de Tom y Jerry, y sobre el portn

    aparece escrito "Per LUniverso".A eso de las cinco de la tarde de mi cubierta para

    La pesca de la trucha en Amrica, la gente se rene en

    el parque que hay enfrente de la iglesia y tiene hambre.

    Es la hora de los bocadillos para los pobres.

    Pero no pueden cruzar la calle hasta que se d

    la seal. Entonces cruzan todos corriendo para llegar

    a la iglesia y recoger sus bocadillos envueltos en papelde peridico. Vuelven al parque y le quitan el envoltorio

    a los bocadillos para ver de qu son.

    Una tarde un amigo mo le quit el peridico al boca-

    dillo y lo abri para descubrir que slo haba una hoja

    de espinaca. Nada ms.

    Ahora no s si fue Kafka quien aprendi cosas

    sobre Amrica leyendo la autobiografa de Benjamin

    Franklin...

    Kafka, el mismo que dijo "me gustan los americanos

    porque son sanos y optimistas".

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    T O C A M A D E R A

    ( P R I M E R A P A RT E )

    De nio cundo fue la primera vez que o hablar de la

    pesca de la trucha en Amrica? Y a quin? Creo que

    fue a un padrastro que tuve.

    Verano de 1942.El muy borrachn me habl de la pesca de la trucha.

    Cuando era capaz de hablar, tena una manera de des-

    cribir las truchas que haca que pareciesen un metal

    precioso e inteligente.

    Plateado no es un buen adjetivo para describir lo que

    sent cuando me habl de la pesca de la trucha.

    Me gustara poder expresarlo bien.Quizs acero de trucha. Acero hecho con trucha.

    El ro cristalino y cargado de nieve que se comporta

    como una forja y calor.

    Imaginad Pittsburgh.

    Un acero obtenido de la trucha, utilizado en la cons-

    truccin de edificios, trenes y tneles.

    El Andrew Carnegie de las truchas!

    La respuesta de La Pesca de la Trucha en Amrica:

    Recuerdo con particular regocijo a una serie de gente

    con sombrero de tres picos pescando al alba.

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    T O C A M A D E R A

    ( S E G U N D A P A RT E )

    Una tarde de primavera, siendo yo nio en la extraa

    ciudad de Portland, baj caminando hasta un cruce

    singular y vi una hilera de casas antiguas, amontona-

    das como focas sobre un peasco. Luego vena un largocampo que segua la suave pendiente de una colina.

    El campo estaba cubierto de hierba verde y arbustos.

    En la cima de la colina creca un bosquecillo de rboles

    espigados y oscuros. Desde lejos vi una cascada que

    caa por la ladera, larga y blanca, y casi pude sentir

    su fra salpicadura.

    Debe de haber un arroyo por ah, pens, y es probableque haya trucha.

    Truchas.

    Por fin, la oportunidad de salir a pescar truchas, de

    atrapar mi primera trucha, de contemplar Pittsburgh.

    Oscureca. No me daba tiempo de acercarme a buscar

    el arroyo. Volv a casa, pasando junto a los bigotes

    de vidrio de las casas que reflejaban la presurosa cada

    en cascada de la noche.

    Al da siguiente saldra por primera vez a pescar tru-

    chas. Pensaba levantarme temprano, desayunar y salir.

    Haba odo que era mejor salir temprano. Las truchas

    eran mejores. Por las maanas tenan algo extra. Me

    fui a casa a prepararme para la pesca de la trucha enAmrica. No tena aparejos de pesca, as que tuve que

    recurrir a un aparejo de pega.

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    Como de chiste.

    Se levanta el teln y se ve...

    Dobl un alfiler y lo at a un pedazo de hilo blanco.

    Y dorm.A la maana siguiente me despert temprano y de-

    sayun. Me llev una rebanada de pan blanco para

    usarlo como cebo. La idea era hacer bolitas con la

    miga blanda del centro y clavarlas en mi anzuelo de

    pantomima.

    Sal de all y fui caminando hasta el otro cruce.

    Qu bonito me pareci el campo y el arroyo que seprecipitaba desde lo alto de la colina por la cascada.

    Pero a medida que me acercaba al arroyo me di

    cuenta de que algo no iba bien. Algo le pasaba al

    arroyo. Algo extrao. En su movimiento haba algo

    que fallaba. Al final estaba lo bastante cerca para ver

    qu pasaba.

    La cascada no era ms que un tramo de escalonesblancos de madera que conducan a una casa entre

    los rboles.

    Me qued all un rato largo, mirando arriba y abajo,

    siguiendo los escalones con la mirada, sin poder

    crermelo.

    Finalmente toqu mi cascada y o el sonido de la

    madera.

    Al final acab siendo mi propia trucha y comindome

    la rebanada de pan.

    La respuesta de La Pesca de la Trucha en Amrica:

    No pude hacer nada. No poda transformar un tra-mo de escaleras en un arroyo. El chico se volvi por

    donde haba venido. Lo mismo me pas a m una vez.

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    Recuerdo que en Vermont confund a una anciana con

    un ro truchero y tuve que disculparme.

    Perdone le dije, cre que era usted un ro truchero.

    Pues no me respondi ella.