La Excursion - Gerald Durrell
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Gerald Durrell naci en Jamshedpur
ndia, en 1925. En 1928 su familia
volvi a Inglaterra y ms tardeueron a vivir al continente. Luego se
establecieron en la isla de Corf
donde vivieron hasta 1939. Suexpediciones por pases de todo e
mundo y sus trabajos por l
preservacin de especies en peligro
de desaparecer so
nternacionalmente famosos,
desde 1968 estas aventuras ha
legado a nosotros a travs de sabor como escritor.
Este libro recoge tres relato
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diferentes del autor, con m
pginas de los extraordinario
anales de la familia Durrell: Un
horrorosa excursin en la costa de
Dorset y una an ms desastrosa
expedicin en el barco griego
Poseidn. Finalmente, Durrell no
sorprende con una fantstica historia
acerca de un castillo francs dond
hay algo que repta detrs de loespejos. Nunca ha escrito Durre
con tan gran inters, variedad,
humor como en estos relatos, queacelerarn el pulso de los lectore
ms prevenidos.
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Gerald Durrell
La excursin
ePub r1.0
Fnix 27.04.14
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Ttulo original: The picnicGerald Durrell, 1979Traduccin: Juan Antonio Santos
Retoque de cubierta: Pioln
Editor digital: FnixePub base r1.1
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Este libro est dedicado a mihermana Margo,
que me ha permitido, con muybuen humor,
satirizarla en lengua impresa.
Con cario,GERALD DURRELL
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La entrada
Mis amigos Paul y MarjoriGlenham son ambos artistas fracasadoso quiz, para decirlo de un modo m
caritativo, ninguno de los dos tienxito. Pero disfrutan de su fracaso mde lo que la mayora de los artistas d
xito disfrutan del mismo. Eso es lo ques hace tan buenos compaeros, y unde las razones por las que siempre voy verles y me quedo con ellos cuandestoy en Francia. Su laberntica granjde Provenza se hallaba siempre en uestado de caos, con sacos de patatas
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montones de hierbas secas, platos dajos y bosques de maz seco codendoscon pilas de los ms horribles leos acuarelas a medio terminar, perpetradopor Marjorie, y extraas esculturas de
eanderthal, obra de Paul. Por est
revoltijo de mercado se paseaban gatode todas las tonalidades y manchas y uro de canes, desde un perro lob
rlands del tamao de un pony hasta uviejo bulldog ingls que haca ruidocomo la Rocket de Stephenson
Alrededor de las paredes, alojada evistosas jaulas, estaba la coleccin dcanarios Roller de Marjorie, qucantaban con incansable vigor
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cualquier hora del da, haciendo asdifcil la conversacin. Era unatmsfera clida, amistosa y cacofnicaa m me encantaba.
Cuando llegu, a la cada de lnoche, llevaba largo rato conduciendo
estaba cansado, situacin que Paul sdispuso a remediar por medio de ucoac caliente con limn d
proporciones hercleas. Me alegr dhaber llegado, pues durante la ltimmedia hora una tormenta estival hab
avanzado pesadamente por el paisajcomo un gran manto negro, y los truenoretumbaban entre los peascos como umilln de rocas precipitndose por un
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escalera de madera. Acababa dalcanzar la seguridad de la clida ruidosa cocina, perfumada con loapetitosos olores de los guisos dMarjorie, cuando empez a llover cntaros. El ruido de la lluvia sobre e
ejado de tejas, mezclado con el de lomponentes truenos que hacan tembla
hasta la slida casa de piedra, despert
el espritu competitivo de los canarios, odos rompieron a canta
simultneamente. Era la tormenta m
ruidosa que haba visto en mi vida.Otro vasito, muchacho? pregunt Paul con aire optimista.
No, no! grit Marjorie po
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encima de los gorjeantes cantos de lopjaros y el rugido de la lluvia. Lcomida est lista y se estropear si ohacis esperar. Tomad vino. Ven sintate, querido Gerry.
Vino, vino, eso es. Tengo alg
especial para ti, muchacho dijo Pause dirigi a la bodega para reaparece
un momento despus con los brazo
lenos de botellas, que depositreverentemente sobre la mesa cerca dm. He descubierto un Gigonda
especial. Te aseguro que es sangre dbrontosaurio, querido amigo, puro jugde monstruo prehistrico. Ir bien coas trufas y la gallina de Guinea que h
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preparado Marjorie.Descorch una botella y escanci e
vino rojo vivo en una copgenerosamente grande. Tena razn. Evino se deslizaba en tu boca comerciopelo rojo y luego, cuand
alcanzaba la parte trasera de la lenguaestallaba como fuego de artificio en laclulas del cerebro.
Bueno, eh? dijo Paulobservando mi expresin. Lo encontren una pequea cave cerca d
Carpentras. Era un da de caloabrasador, y la cave estaba tan, fresca agradable que antes de darme cuenta do que haca me beb dos botellas
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Desde luego es un vino seductoraturalmente, cuando volv a salir al so
el muy maldito me golpe como umartillo piln. Tuvo que conduciMarjorie.
Me dio tanta vergenza dij
Marjorie, poniendo ante m una trufnegra del tamao de un melocotrecubierta de una capa frgil, liger
como una pluma, de crujiente pastparda. Pag el vino y luego se inclinhacia el patrn y cay de bruces. E
patrn y sus hijos tuvieron que llevarlen volandas al coche. Fue repulsivo.Tonteras dijo Paul, e
atrn qued encantado. Dio a su vin
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el espaldarazo que precisaba.Eso es lo que t te crees dij
Marjorie. Empieza ya, Gerry, antes dque se te enfre. Cort la esfera de pastdorada que tena delante y liber eperfume de la trufa, semejante a
delicioso aroma de un bosque hmeden otoo, un milln de olores frondoso terrosos agrupados en uno: Con e
Gigondas como acompaamientoprometa ser una comida para diosesGuardamos silencio mientra
atacbamos nuestras respectivas trufas escuchbamos el ruido de la lluvicontra el tejado, el rugido de los trueno el canto casi apopltico de lo
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canarios. El bulldog, que sin razaparente se haba enamorado sbita profundamente de m, estaba sentadunto a mi silla y me observab
fijamente con sus ojos saltones castaos, jadeando y resollando d
modo apacible.Magnfico, Marjorie dij
mientras el ltimo fragmento de pasta s
disolva como un copo de nieve en mengua. No s por qu no abrs u
restaurante t y Paul: con tu mano par
a cocina y el gusto de Paul en leleccin de vinos no tardarais nada eener tres estrellas en la gua Micheln.
Gracias, querido dijo Marjori
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sorbiendo su vino, pero prefiercocinar para un pequeo pblico d
ourmetsa hacerlo para un gran pblicdegourmands.
Tienes razn, no se puede negaconvino Paul, sirviendo vino e
nuestros vasos con alegre abandono.El sbito y prolongado estampido d
un trueno, justo encima de nuestra
cabezas, impidi la conversacidurante un largo minuto, y fue taviolento y prolongado que hasta lo
canarios guardaron silencio, intimidadopor el ruido. Cuando termin, Marjoriseal con el tenedor a su marido.
No te olvides de dar a Gerry t
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chisme.Chisme? pregunt Paul si
comprender. Qu chisme?Ya sabes dijo Marjorie d
modo impaciente, tu chisme tmanuscrito Es precisamente el tipo d
noche idneo para que lo lea.Oh, el manuscrito s dij
Paul con entusiasmo. La noch
erfectapara que lo lea.Me niego protest. Vuestro
cuadros y esculturas son y
suficientemente malos. Que me ahorquesi encima leo vuestros esfuerzoiterarios.
Mal bicho dijo Marjorie co
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buen humor. De todas formas no lo hescrito Paul, sino otra persona.
No creo que merezca leerldespus de esos comentariodespreciativos sobre mi arte dijo Pau. Es demasiado bueno para l.
Qu es? pregunt.Es un manuscrito muy curioso qu
encontr empez Paul, per
Marjorie le interrumpi.No le hables de ello, djale leerl
dijo. Podra decir que a m m
produjo pesadillas.Mientras Marjorie serva porcionede gallina de Guinea envuelta en uaroma casi tangible de hierbas y ajo
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Paul se dirigi a un rincn de la cocinen el que se alzaba un tambaleantmontculo de libros, como una especide castillo en ruinas, entre dos sacos dpatatas y un gran tonel de vino. Anduvrevolviendo durante un rato y lueg
apareci triunfalmente con un gruescuaderno rojo, muy deteriorado por euso, y lo puso sobre la mesa.
Aqu est! dijo casatisfaccin. Nada ms leerlo pensen ti. La encontr entre un montn d
ibros que compr cuando vendieron lbiblioteca del viejo Doctor Lepitre, eiempos mdico de la crcel d
Marsella. No s si ser una broma
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qu.Abr el cuaderno y en el interior d
a cubierta encontr un ex-libris enegro, tres cipreses y un reloj de arenbajo el cual estaba escrito en letragticas Ex Libras Lepitre. Hoje su
pginas y descubr que el manuscritestaba redactado con una letra regularde las ms hermosas y elegantes que h
visto, y la tinta se haba desteido hastadquirir un colar pardo mohoso.
Deseara haber esperado a que s
hiciera de da para leerlo dijMarjorie con un estremecimiento.Qu es? Una historia d
fantasmas? pregunt con curiosidad.
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No dijo Paul con aire de dud, al menos no exactamente. Podesgracia el viejo Lepitre est muertode modo que no podra averiguar nadal respecto. Es una historia muy curiosa
ada ms leerla me acord de ti, pue
conozco tu inters por lo oculto y lacosas que suceden de noche. Lelo dime qu te parece. Si quieres puede
quedarte con el manuscrito. En cualquiecaso puede que te divierta.
Yo no lo llamara divertido dij
Marjorie. Cualquier cosa menodivertido. Creo que es horrendo. Horadespus, lleno de buena comida y Vinocog la enorme lmpara dorada d
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aceite, limpiada con esmero, y a sdulce luz de un amarillo narciso mencamin escaleras arriba hacia lhabitacin de los huspedes, donde maguardaba un lecho de plumas deamao de una puerta de granero. M
haba seguido el bulldog, que mobserv entre jadeos mientras mdesnudaba y me acostaba. Ahora
umbado junto a la cama, me miraba dmodo conmovedor. Segua arreciando lormenta, y el retumbo de los truenos er
casi continuo, mientras que edeslumbrante fogonazo de lorelmpagos iluminaba a intervalos lhabitacin. Regul la mecha de l
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mpara, me la acerqu, cog ecuaderno rojo y me acomod contra laalmohadas para leer. El manuscritcomenzaba sin prembulo.
16 de marzo de 1901. Marsella.
Tengo toda la noche pordelante, y como s que no podr
dormir a pesar de miresolucin, he pensado enescribir con detalle lo que acaba
de sucederme. Me temo que nopor ello resultar ms creble,pero har pasar el tiempo hastaque llegue la aurora, y con ella
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mi liberacin.En primer lugar, debo
explicar algo sobre m mismo ymi relacin con Gideon deTeildras Villeray, para que ellector (si es que llega a haber
alguno) entienda cmo llegu averme en el corazn de Franciaen mitad del invierno. Soy
librero anticuario, y puedo decircon toda modestia que estoy enla cumbre de mi profesin. O
quiz sera ms exacto decir queestaba en la cumbre de miprofesin. Uno de mis colegaslibreros lleg a describirme
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espero que con nimo ms ligeroque celoso como un sabuesoliterario, descripcin quesupongo me cuadra a sudivertida manera.
Cien bibliotecas o ms han
pasado por mis manos, y he sidoresponsable de algunos hallazgosimportantes; por ejemplo, el del
manuscrito original deGottenstein; el de la rara Bibliailustrada Conrad, tan hermosa
segn algunos como el Libro deKells; el de cinco poemasinditos de Blake, que rescat deun saldo provinciano nada
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prometedor en los Midlands; yde muchos descubrimientosmenores pero no menossatisfactorios, como el de laprimera edicin firmada deAlicia en el Pas de las
Maravillas, que encontr en unbal lleno de libros y juguetesrotos en el cuarto de los nios de
la casa de un prroco deShropshire, y un ejemplar deregalo de los Sonetos del
portugus, firmado y con unaestrofa de seis versos escrita alalimn en la hoja de guarda porRobert y Elizabeth Browning.
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La facultad de descubrirtales cosas en lugaresimprobables resulta bastanteparecida a la del zahor: o senace con ella o no se tiene. Noes algo que pueda adquirirse,
aunque desde luego es posible,por medio de la experiencia,agudizar las percepciones y
hacer ms penetrante la mirada.Dedico adems mi tiempo libre acatalogar algunas de las ms
pequeas e importantesbibliotecas, pues simplementeestar entre libros me, procura unplacer enorme. El silencio de
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una biblioteca, el olor y el tactode los libros son para m comoel sabor y la textura de la comidapara ungourmet. Acaso parezcafantstico, pero cuando estoy enuna biblioteca puedo or en torno
a m una mirada de voces, comosi estuviera en medio de un vastocoro, un coro de sabidura y
belleza.Naturalmente, debido a mi
trabajo, fue en Sothebys donde
conoc a Gideon. Habaencontrado en una casa deSussex una pequea perointeresante coleccin de
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primeras ediciones, y como tenacuriosidad por saber qucotizacin alcanzaran, asist a lasubasta. Mientras se sucedan lasofertas tuve la incmodasensacin de ser observado.
Ech una mirada a mi alrededor,pero no pude ver a nadie cuyaatencin no estuviera puesta en
el subastador. Sin embargo, amedida que avanzaba la subastame sent cada vez ms incmodo.
Quiz sea una palabrademasiado fuerte, pero acabconvencido de que era objeto deun intenso escrutinio.
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Al fin el gento de la sala semovi ligeramente y vi quinera. Era un hombre de estaturamedia con rostro apuesto pero untanto mofletudo, ojos oscurospenetrantes y muy grandes, y
pelo negro y rizado que llevababastante largo. Iba vestido conun abrigo oscuro de buen corte,
con cuello de astracn, y en susmanos elegantementeenguantadas llevaba el catlogo
de la subasta y un sombrero deterciopelo oscuro y ala ancha.Tena sus brillantes ojosagitanados clavados con fuerza
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en m, pero cuando se dio cuentade que le observaba su miradaperdi intensidad, y me dirigiuna plida sonrisa y una leveinclinacin de cabeza, comopara reconocer que le haba
sorprendido examinndome deun modo tan vulgar. Luego sevolvi, se abri paso entre la
gente que le rodeaba y pronto leperd de vista.
No s por qu, pero el
intenso escrutinio de este extraome desconcert hasta tal puntoque apenas atend al resto de lasubasta, excepto para fijarme en
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que el lote que haba aportadoalcanz una puja ms elevada delo que haba previsto. Una vezacabada la subasta, me abr pasoa travs del gento y sal a lacalle.
Era un da fro y desapaciblede febrero, con ese desagradableolor ahumado en el aire que
augura niebla y te pone spero elfondo de la garganta. Dado quepareca tan destemplado como si
fuera a empezar a lloviznar, tomun coche: Poseo una de esascasas altas y estrechas en SmithStreet, al lado de Kings Road.
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La hered de mi madre y meviene muy bien. No est en unazona elegante de la ciudad, peroes suficientemente grande paraun soltero como yo y sus libros,pues a lo largo de los aos he
ido formando una bibliotecapequea pero sumamenteescogida sobre las diversas
materias que me interesan: artehind, sobre todo miniaturas;algunas de las primeras
Historias Naturales; unacoleccin restringida perobastante rara de libros sobreciencias ocultas; cierta cantidad
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de volmenes sobre plantas ygrandes jardines, y una buenacoleccin de primeras edicionesde novelistas contemporneos.Mi casa est amueblada de modosencillo, pero resulta cmoda;
aunque no soy rico, tengosuficiente para mis necesidadesy para mantener una buena mesa
y una bodega muy razonable.Mientras pagaba el coche y
suba los escalones hacia mi
puerta principal me di cuenta deque, como haba previsto, laniebla estaba empezando adescender sobre la ciudad. Ya
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resultaba difcil ver el final de lacalle. Obviamente la bruma seiba a convertir en una verdaderasopa de guisantes, y me alegr deestar en casa. Mrs. Manning, miama de llaves, haba encendido
un fuego brillante y alegre en mipequeo saln, y como decostumbre haba dejado mis
zapatillas junto a mi sillnfavorito (pues, quin puededescansar sin zapatillas?) y, en
una mesita, los ingredientesnecesarios para preparar unponche reanimador. Me quit elabrigo y el sombrero, me
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descalc y me puse laszapatillas.
Al cabo de un rato,proveniente de la cocina deabajo, apareci Mrs. Manning yme pregunt si no me importara,
en vista del tiempo, que se fueraa casa, pues pareca que laniebla se estaba espesando. Me
haba dejado sopa, un filete,pastel de rin y una tarta demanzana, todo lo cual slo
necesitaba calentarse. Acced debuen grado, pues en numerosasocasiones haba cuidado de mmismo de esta forma.
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Hace un rato vino a verleun caballero dijo luego Mrs.Manning.
Un caballero? Cmo sellamaba? pregunt, asombradode que alguien hubiera venido a
visitarme en una tarde comoaqulla.
No quiso dejar su nombre,
seor contest, pero dijoque volvera.
Imagin que, con toda
probabilidad, tendra algo quever con una biblioteca queestaba catalogando, y no volv apensar en el asunto. Poco
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despus reapareci Mrs.Manning vestida de calle. Laacompa hasta la puertaprincipal y una vez hubo salidoech concienzudamente elcerrojo, para volver a mi bebida
y al clido fuego. Provenientedel piso superior, donde estabami estudio y su cmoda cesta,
apareci mi gato Neptuno, quetras un dbil miau de saludosalt airosamente a mi regazo y
se puso a restregar sus garrasdelanteras, despus de lo cual seacomod para soar y dormitar,ronroneando como una gran
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colmena de carey. Al cabo de unrato, arrullado por el fuego, elponche y el ruidoso ronroneo deNeptuno, yo tambin me queddormido.
Deb dormir profundamente,
pues despert con un sobresaltoy sin poder recordar qu era loque me haba despertado.
Neptuno se alz sobre mi regazo,estirndose y bostezando comosi supiera que le iba a molestar.
Aguc el odo, pero la casaestaba en silencio. Acababa dedecidir que deba haber sido elcrujido siseante de los carbones
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al moverse en el hogar cuandome lleg una imperiosa llamadadesde la puerta principal. Medirig hacia ella, reparandomientras tanto el dao que habahecho el sueo en mi pulcra
apariencia, enderezndome elcuello y la corbata y alisndomeel pelo, como siempre rebelde.
Di la luz del vestbulo,descorr el cerrojo de la puertaprincipal y la abr. Entraron
arremolinndose jirones debruma, y all, sobre el escalnsuperior, estaba el curiosohombre agitanado al que haba
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sorprendido observndome contanta intensidad en Sothebys.Ahora iba vestido con un traje deetiqueta de buen corte y una capaforrada de seda roja. Cubra sucabeza con un sombrero de copa
cuyo brillante aspecto se veaempaado por las gotitas dehumedad depositadas por la
niebla, que se mova tras lcomo un malsano teln de foroamarillo. En una mano
enguantada sostena un delgadobastn de bano con un mango deoro bellamente, trabajado,balancendose suavemente entre
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sus dedos como un pndulo.Cuando vio que era yo quienhaba abierto la puerta, en vez deun mayordomo o alguna criada,se irgui y se quit el sombrero.
Buenas noches dijo,
dedicndome una sonrisa de loms encantador que mostr unosdientes magnficos, blancos y
regulares. Su voz tena unapeculiar cualidad ronca, rtmicay musical que resultaba de lo
ms atractivo, efecto realzadopor su leve pero perceptibleacento francs.
Buenas noches dije,
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perplejo ante lo que aquelextrao poda querer de m.
Hablo con Mr. LettingMr. Peter Letting?
S. Soy Peter Letting.Volvi a sonrer, se quit el
guante y me tendi una manobien manicurada en la querefulga un gran palo de fuego
montado sobre un anillo de oro.Estoy ms encantado de lo
que podra decir por esta
oportunidad de conocerle, seordijo mientras me estrechaba lamano, y en primer lugar debodisculparme por molestarle a
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estas horas en una noche comosta.
Se arrebuj en su capa yech una mirada a la hmedaniebla amarilla que searremolinaba tras l. AL ver esto
me di cuenta de que debapedirle que pasase y me contasequ quera, pues no hubiera sido
nada educado dejarle sobre elescaln con aquel tiempo tandesagradable. Entr en el
vestbulo y cuando me volv,despus de cerrar la puerta yechar el cerrojo, descubr que sehaba despojado del sombrero,
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el bastn y la capa, y me mirabacon aire expectante mientras sefrotaba las manos.
Pase al saln, Mr medetuve con una nota deinterrogacin.
Le cruz la cara una curiosae infantil expresin de enojo, yme mir con aire contrito.
Mi querido seor dijo, mi querido Mr. Letting. Essumamente negligente por mi
parte. Pensar que carezcototalmente de maneras sociales,al verme entrar en su casa en unanoche como sta sin tomarme
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siquiera la molestia depresentarme. Le pido que medisculpe. Soy Gideon deTeildras Villeray.
Encantado de conocerledije educadamente, aunque a
fuer de ser sincero debo confesarque pese a su obvio encanto mesenta ligeramente intranquilo,
pues no entenda qu podaquerer un francs de linaje sinduda aristocrtico de un librero
de viejo como yo. Quiz segu desee entrar y compartiruna bebida Tal vez un poco devino, o dado que la noche est
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tan fra, acaso un coac?Es usted muy amable y
tolerante dijo con una levereverencia, sonriendo an demodo seductor. Le aseguroque me vendra muy bien un vaso
de vino.Le gui hasta el saln, donde
se acerc a la chimenea y
extendi sus manos hacia lasllamas, abriendo y cerrando losblancos dedos de tal modo que
el palo de su anillo se agitabacomo una mancha de sangrecontra su blanca piel. Escog unaexcelente botella de Margaux y
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la sub cuidadosamente al salncon dos de mis mejores copas decristal. Mi visitante se habaalejado del fuego y ahora estabajunto a mis estanteras con unlibro entre las manos. Alz la
vista cuando entr y sostuvo enalto el volumen.
Qu soberbio ejemplar de
Ephas Levi dijo conentusiasmo, y qu preciosacoleccin de grimoires tiene
usted. No saba que estuvierainteresado en las cienciasocultas.
En realidad no lo estoy
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dije mientras descorchaba labotella. AL fin y al cabo,ningn hombre cuerdo puedecreer en brujas y magos yaquelarres y hechizos y todasesas supersticiones. No,
simplemente los coleccionocomo libros interesantes de granvalor que en muchos casos,
debido a su contenido, resultansumamente divertidos.
Divertidos? dijo,
adelantndose para coger lacopa de vino que le tenda.Qu entiende por divertidos?
Bueno, no le parece
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divertida la idea de hombresadultos musitando todos esostontos hechizos y velandodurante horas en mitad de lanoche a la espera de queaparezca Satn? Confieso que lo
encuentro realmente muydivertido.
Yo no dijo, y luego,
como si temiese haber sidodemasiado abrupto y quizdescorts, sonri, y alz su copa
. A su salud, Mr. Letting.Bebimos. Paladecalmosamente el vino y luegoalz las cejas.
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Me permito felicitarle porsu bodega dijo. EsteMargaux es excelente.
Gracias contest,halagado, debo confesar, de queeste aristocrtico francs
aprobara mi gusto en cuestin devinos. No quiere sentarse yexplicarme quiz en qu puedo
servirle?Tom asiento elegantemente
en un silln junto al fuego, dio un
sorbo de vino y se me quedmirando pensativamente duranteun momento. Cuando tena lacara en reposo advertas el
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tamao, la negrura y el brillo desus ojos. Parecan sondearte,casi como si pudieran leer tusmismos pensamientos. Laimpresin que producan mehaca sentirme incmodo, por
decirlo de un modo suave. Peroluego sonrea e inmediatamentelos ojos refulgan con malicia,
buen humor y un encantoabrumador.
Me temo que mi
inesperada llegada a una hora tanavanzada de la noche en unanoche como sta debe dar unaire de misterio a lo que es, me
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temo, una peticin muy normalque tengo que hacerle. Se tratasimplemente de que deseara quecatalogase para m unabiblioteca, una coleccincomparativamente pequea de
libros, calculo que no ms dedoce centenares, que me dej mita cuando muri el ao pasado.
Como digo, es slo una pequeacoleccin de libros y no hehecho ms que echarles una
mirada rpida. No obstante, creoque contiene algunas cosas rarasy valiosas, y me parecenecesario catalogarla
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debidamente, precaucin quenunca tom mi ta, pobrecilla.Era una mujer con una mente dealgodn en rama, y me atreveraa jurar que nunca abri un librodesde el inicio hasta el fin de sus
das. Llev una existenciaincontaminada e imperturbadapor la menor brisa de cultura.
Haba heredado los libros de supadre, y desde el da en quellegaron a sus manos jams les
prest la menor atencin. Ahorason un revoltijo desordenado yconfuso, y le agradecera queme prestase su pericia para
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clasificarlos. La razn de quehaya invadido su casa asemejante hora es la fuerza delas circunstancias, pues debovolver a Francia maana por lamaana, muy temprano, y sta
era la nica oportunidad quetena de verle, Confo en quepueda disponer del tiempo
necesario para hacerlo.Me alegrar prestarle toda
la ayuda que pueda dije, pues
debo admitir que la idea de unviaje a Francia resultabaagradable, pero tengocuriosidad por saber por qu se
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ha fijado en m cuando hay tantagente en Pars que podra hacerel trabajo igual de bien, si nomejor.
Creo que es injustoconsigo mismo dijo mi
visitante. Debe ser conscientede la excelente reputacin de quegoza. Ped consejo a diversas
personas, y cuando descubr quetodas me recomendabanespontneamente a usted, me
sent seguro de que si acceda ahacer el trabajo tendra lo mejorde lo mejor, mi querido Mr.Letting.
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Confieso que me sonroj deplacer, dado que no tena ningunarazn para dudar de lasinceridad de aquel hombre.Resultaba agradable saber quemis colegas tenan tan alta
opinin de m.Cundo desea que
empiece? pregunt.
Extendi las manos yencogi expresivamente loshombros.
No tengo prisa dijo.Naturalmente, tendr queajustarme a sus planes. Peroestaba preguntndome si podra
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comenzar, digamos, hacia laprimavera. El valle del Loiraest especialmente hermoso enesa poca, y no hay razn paraque no disfrute del paisaje altiempo que cataloga libros.
La primavera me vieneestupendamente dije sirviendoms vino. Estara bien abril?
Excelente contest.Calculo que el trabajo le llevarcosa de un mes, pero por lo que
a m respecta puede quedarsetodo el tiempo que desee. Tengouna buena bodega y un buencocinero, de modo que puedo
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satisfacer enteramente lasnecesidades de la carne.
Fui por mi agenda yconvinimos en que el catorce deabril sera una fecha adecuadapara ambos. Mi visitante se
levant para irse.Slo una cosa ms dijo
mientras se echaba la capa sobre
los hombros. Soy el primeroen admitir que tengo un nombredifcil de recordar y de
pronunciar. Por tanto, si no loconsidera atrevido por mi parte,me gustara que me llamaraGideon, y puedo llamarle a
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usted Peter?Por supuesto dije
inmediatamente con ciertoalivio, pues el nombre deTeildras Villeray no era de esosque se deslizan con facilidad por
la lengua.Me estrech afectuosamente
la mano, se disculp una vez ms
por molestarme, prometi queme escribira explicndome contoda detalle cmo llegar a su
residencia en Francia y luegopenetr confiadamente en losremolinos de niebla amarilla,donde no tard en perderle de
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vista.Volv a mi clido y cmodo
saln y termin la botella devino mientras reflexionaba sobremi extrao visitante. Cuando mspensaba en ello ms curioso me
pareca el entero incidente. Porejemplo, por qu no se habaacercado a m Gideon cuando me
vio por primera vez enSothebys? Dijo que no tenaprisa por ver su biblioteca
catalogada y, sin embargo, lepareci apremiante entrevistarseconmigo a altas horas de lanoche, como si la cuestin fuese
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de gran urgencia. Sin duda podahaberme escrito. O pens acasoque la fuerza de su personalidadme hara aceptar un encargo quede otro modo podra haberrechazado?
No saba a qu atenermerespecto al hombre en s. Comohe dicho, cuando su cara estaba
en reposo sus ojos eran tanintensamente sombros ypenetrantes que me hacan
sentirme intranquilo, y mellenaban casi de una sensacinde repugnancia. Pero cuandosonrea y sus ojos brillaban de
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regocijo y hablaba con aquellavoz ronca y musical, me sentaencantado contra mi voluntad.Decid que era un personajesumamente curioso, y resolvtratar de averiguar algo ms
acerca de l antes de ir aFrancia. Una vez tomada estadecisin, me dirig a la cocina
precedido por un Neptuno ahorahambriento y me prepar unacena tarda.
Das despus me encontr enuna subasta con mi viejo amigoEdward Mallenger. Durante elcurso de la misma le pregunt
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casualmente si cono ca aGideon. Me ech una miradasumamente penetrante porencima de sus gafas.
Gideon de TeildrasVilleray? pregunt. Te
refieres al conde el sobrinodel viejo marqus de TeildrasVilleray?
No me dijo que fueraconde, pero supongo que debeser el mismo respond.
Sabes algo acerca de l?Cuando acabe la subastairemos a tomar una copa y tecontar dijo Edward. Es
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una familia muy rara al menosel viejo marqus es notablementeraro.
Una vez concluida la subasta,fuimos al pub local y Edward mecont lo que saba de Gideon.
Por lo visto, haca muchos aos,el marqus de Teildras Villerayhaba pedido a mi amigo que
fuera a Francia (como me habapedido a m Gideon) paracatalogar y valorar su amplia
biblioteca. Edward habaaceptado el encargo y habapartido para la residencia delmarqus en la Gorge du Tarn.
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Conoces esa regin deFrancia? pregunt Edward.
Jams he estado enFrancia confes.
Bueno, es una regindesolada. La casa est en un
paraje agreste y remoto en mediode la misma Gorge. Es una tierraescabrosa, con enormes riscos y
profundas gargantas sombras,cascadas y torrentes impetuosos,parecida a la de los grabados
que hizo Gustavo Dor para elInferno de Dante, ya sabes.Edward se detuvo para
sorber pensativamente su bebida,
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y luego se puso a encender unpuro. Cuando el tiro le resultsatisfactorio, continu.
En la casa, aparte de lossirvientes familiares, que sloparecan ser tres (un nmero
pequeo para una residencia tangrande), estaban el to y susobrino, que segn entiendo fue
el que te visit la otra noche. Elto era bueno, para noandarnos con eufemismos, un
hombre de lo ms desagradable.Calculo que deba tener unosochenta y cinco aos, una cararealmente impdica y maliciosa
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y unas maneras untuosas queobviamente considerabaencantadoras. El chico tena cosade catorce aos y unos enormesojos oscuros en una cara plida.Era un muchacho inteligente,
viejo para su edad, pero lo queme preocupaba era que parecasufrir un miedo intenso, miedo,
pensaba yo, de su to.La noche de mi llegada, una
vez concluida la cena, que me
pareci escasa y mal cocinadapara Francia, me fui temprano ala cama, pues el viaje me habafatigado. El viejo y el chico se
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quedaron de sobremesa. Resultque el comedor estaba justodebajo de mi dormitorio, y as,aunque no pude or claramentetodo lo que hablaban, o losuficiente para entender que el
viejo haca todo lo posible parapersuadir a su sobrino de quehiciese algo que al chico le
pareca repugnante, pues senegaba de modo vehemente. Ladiscusin sigui durante algn
tiempo, y a medida que avanzabala voz del to se volva cada vezms elevada e irritada. Derepente o el ruido que hizo una
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silla cuando el chico se puso enpie y grit sin duda lo grit,mi querido Peter en francs asu to: No, no, no serdevorado para que t vivas Teodio. Lo o con toda claridad, y
me pareci pasmoso que unmuchacho dijera una cosa as.Luego o abrirse y cerrarse
violentamente la puerta del salncomedor, las pisadas del chicosubiendo las escaleras y
finalmente el portazo de lo quesupuse sera la puerta de sudormitorio.
Poco despus o levantarse
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al to de la mesa y empezar asubir las escaleras. Sus pisadasresultaban inconfundibles, puestena torcido y lisiado el pieizquierdo, y caminabaarrastrndolo lentamente con una
pronunciada cojera. Suba muydespacio las escaleras, y teaseguro, mi querido Peter, que
haba tal indudable maldad en sulenta y renqueante aproximacinque me puso realmente los pelos
de punta. Le o acercarse a lapuerta del dormitorio del chico,abrirla y entrar. Pronunci dos otres veces el nombre del chico,
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dulce y halagadoramente, perocon un indescriptible tonoamenazador. Luego dijo unafrase que no entend. Despus deesto cerr la puerta del chico yle o durante unos momentos
arrastrndose y renqueando porel largo pasillo hacia su propioalojamiento.
Abr la puerta de mi cuarto yo un llanto velado provenientedel chico, como si el pobrecillo
tuviera la cabeza bajo la ropa decama. Dur largo tiempo, y mepreocup mucho. Deseaba ir aconsolarle, pero pens que le
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resultara embarazoso, y encualquier caso no era realmenteasunto de mi incumbencia. Perola situacin no me gustaba enmodo alguno. La enteraatmsfera, mi querido Peter,
estaba cargada de algodesagradable.
No soy hombre
supersticioso, como bien sabes,pero me qued despierto durantelargo tiempo preguntndome si
podra permanecer en laatmsfera de aquella casadurante las dos o tres semanasque me llevara concluir el
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trabajo que me habacomprometido a hacer.Afortunadamente, el destino medio la oportunidad quenecesitaba: justo al da siguienterecib un telegrama segn el cual
mi hermana haba cadogravemente enferma, y as pudepedir con toda licitud a Teildras
Villeray que me dispensase delcontrato. Por supuesto se mostrrenuente a hacerlo, pero al final
accedi de mala gana.Mientras esperaba el cocheque haba de llevarme a laestacin ech una rpida mirada
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a su biblioteca. Como erarealmente amplia se extenda portoda la casa, pero el grueso deella se guardaba en lo quellamaba la Galera Larga, unaestancia alargada y muy bonita
que no hubiera desentonado enuna de nuestras casas de campoaristocrticas. Espejos
gigantescos pendan entre lasestanteras; en realidad, toda lacasa estaba llena de espejos. No
recuerdo haber estado en ningunaotra que tuviera tantos.Ciertamente tena una rara y
valiosa coleccin de libros,
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sobre todo de una de tus materiasfavoritas, Peter: Las cienciasocultas. En mi apresuradainspeccin advert entre otrascosas unos manuscritos hebreossobre brujera sumamente
interesantes, adems de unoriginal del Descubrimiento debrujas, de Matthew Hopkin, y un
ejemplar verdaderamentehermoso de la obra de Dee De
Mirabilius Naturae. Pero luego
lleg el coche y tras despedirmepart.Puedo decirte, querido
amigo, que jams en mi vida me
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he alegrado tanto de abandonaruna casa. Creo realmente que elviejo era malvolo, y no mesorprendera enterarme de quepracticaba la brujera y estabaintentando complicar a aquel
agradable muchacho en sus vilesindustrias. Entiende, no obstante,que no tengo ninguna prueba de
ello, por lo que no me gustararepetirlo. Imagino que el tohabr muerto ya, y si no deber
andar por los noventa y tantos.En cuanto al chico, ms tarde meenter por unos amigos de Parsde que haba rumores segn los
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cuales su vida privada no eraenteramente como debera ser,hablillas sobre su apego a ciertamujer, ya sabes, pero todo estoresultaba circunstancial, y encualquier caso, como sabes,
querido amigo, los extranjerostienen criterios moralesdiferentes de los de un ingls.
Gracias a Dios, es una de lasmuchas cosas que nosdiferencian del resto del mundo.
Haba escuchado con graninters el relato de Edward, ydecid preguntar a Gideon por suto si tena ocasin de hacerlo.
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Me prepar para el viaje aFrancia, debo admitirlo, condeleitosa anticipacin, y elcatorce de abril tom el tren paraDover y me embarqu sin ningncontratiempo (ni siquiera el delmal de mer) para Calais. Pas lanoche en Pars, probando lasdelicias de la comida y el vino
franceses, y al da siguiente tomuna vez ms el tren. Finalmentellegu a la ajetreada estacin de
Tours. Gideon estaba allesperndome, como habaprometido. Pareca de muy buentalante y me salud como a un
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viejo y apreciado amigo, lo cual,debo confesarlo, me halag. Leagradec que hubiera venido arecibirme, pero me interrumpicon un ademn.
No es nada, mi querido
Peter dijo. No tengo nadaque hacer salvo comer, beber yengordar. La visita de alguien
como t es un raro placer.Salimos de la estacin y
montamos en una bonita calesa
de la que tiraban dos hermososcaballo bayos, y partimos a pasorpido para sumir nos en unacampia de lo ms delicioso,
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toda verde y oro brillando a laluz del sol.
Durante una hora avanzamospor carreteras que se hacancada vez ms estrechas, hastaque nos vimos recorriendo un
sendero flanqueado por dos altostaludes engalanados con todasuerte de flores, mientras por
encima de nuestras cabezas seentrelazaban las ramas de losrboles que crean a ambos
lados, cubiertos con el delicadoverde de las hojas de primavera.De vez en cuando se abra unhueco en los elevados taludes, y
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entonces divisaba entre losrboles el destello plateado delLoira. Advert que seguamosuna lnea paralela a la quedescriba el gran ro. Endeterminado momento pasamos
ante los slidos pilares depiedra y la verja de hierroforjado que guardaba el acceso a
un sendero al final del cual sealzaba un inmenso y bellsimochteau de reluciente piedra
amarillo rosada: Gideon me viomirndolo, quiz con expresinde maravillado asombro, puespareca cabalmente sacado de un
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cuento de hadas. Sonri.Confo, mi querido Peter,
en que no esperes que viva enuna monstruosidad como esa. Sies as sufrirs una indudabledesilusin. Me temo que michteau es de miniatura, aunqueresulta suficientemente grandepara mis necesidades.
Aduje que no me importabaque viviera en un establo, puesla experiencia de estar por
primera vez en Francia ycontemplar todas aquellas vistasnuevas, junto con la perspectivade un trabajo fascinante al
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trmino de la misma, resultabapara m ms que suficiente.
Hasta el crepsculo, cuandolas sombras de las malvas sealargaban sobre los verdesprados, no llegamos a la
residencia de Gideon, elChteau St. Claire. Los pilaresde la entrada estaban coronados
por dos grandes bhos,primorosamente cincelados enpiedra de un claro color de miel,
y vi que el mismo motivo serepeta del modo ms diestro enla verja de hierro forjado que lospilares sostenan.
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Nada ms entrar en la fincame sorprendi el contraste de lamisma con la campia quehabamos estado atravesando,lozana y exuberante, lle na deflores silvestres y praderas de
larga hierba encendida. Ahora elsendero estaba flanqueado porgigantescos robles y castaos,
cuyos troncos, viejos y nudosos,tenan la circunferencia de unapequea habitacin, y una
corteza tan gruesa como la pielde un elefante. No tengo idea decuntos centenares de aosllevaban aquellos rboles
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guardando la entrada delChteau St Claire, pero muchosde ellos deban estar ya crecidosen tiempos del jovenShakespeare. El verde cspedque haba debajo era tan liso
como el tapete de una mesa debillar, de lo que eranresponsables varias manadas de
gamos moteados que pacansosegadamente a la luz del solponiente. Los machos, con su
fina cornamenta retorcida,alzaban la cabeza y nos mirabansin temor mientras pasbamosante ellos por la avenida.
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Ms all del verde cspeddivis una hilera de lamosgigantescos entre los quecentelleaba el Loira. Luego elsendero se alej del ro yapareci el chteau. Como haba
dicho Gideon, era pequeo peroperfecto, con la perfeccin deuna miniatura. Sus muros de
claro color de paja refulganbajo el sol poniente, y la luzdaba una ptina delicada a la
pizarra azulada del tejado delala principal y de sus dostorreones.
Estaba rodeado por una
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amplia terraza de grandes losas,cercada por una anchabalaustrada sobre la que se veanposados ms de treinta pavosreales, cuyas magnficas colaspendan sobre el cuidado
csped. Alrededor de labalaustrada los macizos deflores, primorosamente
cuidados, se encendan conptalos de cien coloresdiferentes que parecan combinar
con las colas de los pavos realessuspendidas entre ellos. Era unavista pasmosa. La calesa sedetuvo junto a los anchos
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escalones, el mayordomo abrila portezuela y Gideon se ape,se quit el sombrero y me dirigiuna prolongada reverencia,mientras sonrea con airemalicioso.
Bienvenido al Chteau StClairedijo.
As comenzaron para m tres
semanas de encanto, pues msque un trabajo fueron unasvacaciones. Era un gozo vivir en
aquel chteau de miniatura,impecablemente cuidado yamueblado. Tambin estaba muybien cuidado el parquecillo que
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serpenteaba a orillas del ro,pues cada rbol pareca recinalmohazado, el cspedesmeralda peinado cada maana,y los pavos reales, arrastrandosus colas centelleantes entre los
slidos rboles, como siacabaran de salir de las manosatentas de Faberg. Combnese
esto con una buena bodega y unacocina regida por un chef,semejante a un globo rojo, cuyas
manos hacan aparecer como porensalmo las comidas msdelicadas y aromticas, y setendr lo ms aproximado a un
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paraso terrenal.Pasaba las maanas
clasificando y catalogando loslibros (y era una coleccin de loms interesante), y por la tardeGideon insista en que fusemos
a nadar o quiz a dar una vueltaa caballo por el parque, puesposea una pequea cuadra de
bellsimos animales. Por lanoche, despus de cenar, nossentbamos a charlar en la
terraza, todava caldeada por elsol, y el vino que habamosbebido y la excelente comidaque habamos tomado hacan
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clida y amistosa nuestraconversacin.
Gideon era un anfitrinexcelente y un brillante narrador,lo cual, unido a su extraordinariodon para la mmica, haca de l
un compaero de lo msentretenido. Nunca sabr, porsupuesto, si prodigaba
deliberadamente todo esteencanto para hacerme caer en latrampa. Pienso que no, que
verdaderamente le gustaba micompaa. No es que crea queeso tenga ahora ningunaimportancia. Pero ciertamente, a
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medida que pasaban los das, mesenta cada vez ms apegado aGideon.
Soy por naturaleza un sersolitario, y tengo slo unpequesimo crculo de amigos
amigos ntimos a los queveo quiz una o dos veces alao, aunque durante la mayor
parte del mismo prefiero mipropia compaa. Sin embargo,la temporada que pas en el
chteau con Gideon tuvo unefecto extraordinario sobre m.Empec a darme cuenta de queme haba convertido en algo
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demasiado parecido a unrecluso. Tambin advert conpunzante lucidez que todos misamigos pertenecan a un grupo deedad diferente, mucho ms viejoque el mo. Si poda contarlo
como amigo (y desde luego enaquella poca lo haca), Gideonera el nico de los que tena que
en lneas generales me igualabaen edad. Bajo su influenciaempec a abrirme. Como me dijo
una noche, aplastando undelgado cigarro entre sus fuertesdientes blancos y mirndome desoslayo entre el humo azul, el
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problema que tienes, queridoPeter, es que ests en peligro deconvertirte en un joven chapadoa la antigua. Por supuesto mere, pero al pensar en ello mepercat de que tena razn.
Tambin me di cuenta de quecuando llegara la hora deabandonar el chteau echara
mucho de menos su voltilcompaa, probablemente msde lo que me interesaba confesar,
incluso a m mismo.En todas nuestrasconversaciones Gideon hablabade su vasta familia con una
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especie de irnico afecto,contndome ancdotas queilustraban su estupidez o suexcentricidad, nuncamaliciosamente sino ms biencon una suerte de buen humor
imparcial. Sin embargo, locurioso es que jams mencion asu to, el marqus, hasta cierta
noche. Estbamos sentados en laterraza, contemplando cmo lasblancas lechuzas que vivan en
los troncos huecos de los roblesdel paseo hacan sus primerasarremetidas de caza sobre elverde csped que se extenda
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ante nosotros. Le haba estadohablando de un libro que sabaiba a ser subastado en el otoo, yque pensaba podra conseguirsepor unas dos mil libras. Era unaobra importante y crea que
deba tenerla en su bibliotecacomo complemento de otroslibros sobre la materia con los
que contaba. Quera que pujasepor l? Sacudi la ceniza de sucigarro sobre un macizo de
flores, donde qued brillandocomo una monstruosa lucirnagaroja, y ri entre dientes condulzura.
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Dos mil libras? dijo.Mi querido Peter,desgraciadamente no soy tan ricocomo para permitirme talesexcesos en mis aficiones. Si semuriese mi to sera una historia
diferente.Tu to? pregunt con
cautela. No saba que tuvieses
ningn to.Slo uno, gracias a Dios
dijo Gideon, pero por
desgracia tiene la llave de lafortuna de la familia, y el viejocerdo parece ser in destructible.Tiene noventa y un aos, y la
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ltima vez que le vi, hace uno odos, no pareca un da mayor decincuenta. Sin embargo, no creoque a pesar de todos susesfuerzos sea inmortal, de modoque algn da el diablo le
acoger, por fin, en su seno. Eseda feliz heredar una enormesuma de dinero y una biblioteca
que te har sentirte envidiosohasta a ti, mi querido Peter.Hasta que llegue ese da no
puedo ir por ah gastndome dosmil libras en un libro. Peroesperar a que un hombre mueraes una ocupacin tediosa, y mi
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to es un tema de conversacinenojoso, de modo que bebamosms vino y hablemos de algoagradable.
Si es enojoso, supone uncontraste con el resto de los
parientes de los que me hashablado dije a la ligera,confiando en que me diera ms
informacin sobre su infame to.Gideon qued callado
durante un momento.
S, un gran contraste dijo luego, pero del mismomodo que todo pueblo ha detener su tonto, toda familia debe
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tener su oveja negra o su loco.Oh, vamos, Gideon
protest. Sin duda es unacrtica demasiado dura, no?
Lo crees as? pregunt,y vi en la penumbra que su cara
brillaba de sudor. Crees quesoy duro con mi queridopariente? Pero t no has tenido
el placer de conocerlo, verdad?No dije, inquieto por la
violenta amargura de su voz y
deseando haber dejado de ladoel asunto, ya que parecaperturbarle tanto.
Cuando muri mi madre
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tuve que vivir durante variosaos con mi querido to, hastaque hered la modesta suma quemi padre me dej en fideicomisoy pude librarme de l. Durantediez aos viv en el purgatorio
con ese viejo cerdo corrupto.Durante diez aos no pas unsolo da ni una sola noche sin
que estuviera aterrorizado hastala mdula. No hay palabras paradescribir su maldad, y no hay
trabas en el mundo que puedanimpedirle conseguir lo que sepropone. Si Satans se pasea porla tierra disfrazado de hombre,
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no cabe duda de que ha elegidocomo disfraz la inmunda piel demi to.
Se levant bruscamente yentr en la casa. Qued confusoy alarmado por la vehemencia
con la que haba hablado. Nosaba si seguirle o no, pero alcabo de un rato volvi trayendo
la frasca de coac y dos vasos.Se sent y sirvi para ambos unagenerosa cantidad de licor.
Debo disculparme, miquerido Peter, por todo mihistrionismo, por molestarte conun melodrama que sera ms
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adecuado para el GrandeGuigno!que para esta terraza dijo tendindome mi vaso. Metemo que hablar del viejo cerdode mi to tiene ese efecto sobrem. Hubo una poca en que viv
angustiado porque tema quehubiese posedo mi alma yasabes las estpidas ideas que
tienen los nios. Hace muchosaos que super eso. Pero comopuedes ver, todava me
incomoda hablar de ello, as quebebamos y hablemos de otrascosas, eh?
Convine en ello de todo
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corazn, y durante cosa de un parde horas conversamosagradablemente. Pero aquellanoche fue la nica vez que vi aGideon irse a la camaindispuesto por el licor. Me sent
sumamente culpable, pues creque mi insistencia en hablar desu to era lo que haba causado
en su mente una impresin tanprofunda, duradera ydesagradable.
En el curso de los cuatroaos siguientes llegu a conocerbien a Gideon. Cada vez quevena a Inglaterra se alojaba en
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mi casa, y yo hice varias visitasdeliciosas al Chteau St Claire.Luego, durante un perodo deseis meses, no supe nada de l.Slo pude suponer que se habavisto aquejado por lo que
llamaba su enfermedad viajeray haba partido, como solahacer peridicamente, para
Egipto o el Lejano Oriente oincluso Amrica. No obstante,esto coincidi con una poca en
que yo mismo estaba sumamenteocupado, por lo que tena pocotiempo para reflexionar sobre elparadero de Gideon. Luego, una
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noche, llegu a mi casa de SmithStreet despus de una largajornada de trabajo en Aberdeeny encontr esperndome untelegrama de Gideon:
Llego Londres lunes treinta
puedo quedarme stop to
matado heredo biblioteca
podrs catalogarla tasarla
traslado stop explicar todocuando nos reunamos saludos
Gideon.
Me divirti que Gideon, quese enorgulleca de su impecableingls, hubiera escrito matadoen vez de muerto, hasta que
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lleg y descubr que eso eraexactamente lo que le habasucedido a su to, o al menos loque pareca haberle sucedido.Gideon lleg la noche del lunesa una hora bastante tarda, y nada
ms verle me di cuenta de queacababa de pasar por algunaexperiencia angustiosa. Sin duda,
me dije, no poda ser la muertede su to lo que le haba afectadotanto. Hubiera esperado ms
bien que estuviera contento. Peromi amigo haba perdido peso, suapuesta cara estaba chupada yplida y tena oscuras ojeras
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bajo los ojos, que parecan haberperdido de repente todo su brilloy viveza. Cuando le serv unvaso de su vino favorito lo cogicon una mano levementetemblorosa y se lo ech al coleto
de un trago como si se tratase deagua.
Pareces cansado, Gideon
dije. Debes beberte unoscuantos vasos de vino y luegosugiero una cena temprana y la
cama. Maana podemos discutirtodo lo que haya que discutir.Querido viejo Peter
dijo, dirigindome una sombra
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de su habitual sonrisaefervescente. Por favor, no tecomportes como una nierainglesa y aparta esa expresinpreocupada de tu cara. No tengoninguna enfermedad.
Simplemente lo he pasado muymal durante estas ltimassemanas y ahora estoy
padeciendo la reaccin. Pero yaha acabado todo, gracias a Dios.Te contar todo durante la cena,
pero antes te agradecera que medejases tomar un bao, miquerido amigo.
Naturalmente dije al
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momento, y fui a pedir a Mrs.Manning que preparase un baopara mi amigo y a subir suequipaje a la habitacin de loshuspedes.
Subi a baarse y a
cambiarse, y poco despus lesegu. Tanto mi dormitorio comola habitacin de los huspedes
tena su propio cuarto de bao,pues haba suficiente espacio enese piso como para permitir este
pequeo lujo. Acababa deempezar a desnudarme parainiciar mis propias ablucionescuando me sobresalt un fuerte
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gemido, casi un grito ahogado,seguido del ruido de un cristal alromperse, que parecan provenirdel cuarto de bao de Gideon.Cruc apresuradamente elangosto rellano y llam a su
puerta.Gideon? grit.
Gideon, ests bien? Puedo
entrar?No hubo respuesta, por lo
que, muy nervioso, entr en la
habitacin. Encontr a mi amigoinclinado sobre el lavabo delcuarto de bao, al que seagarraba para sujetarse, con la
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cara teida de la cadavricapalidez de ciertos quesos ychorreando sudor. El gran espejoque haba sobre el lavabo estabaroto, y sus fragmentos, con los deun frasco quebrado que al
parecer haba contenido champ,aparecan esparcidos por ellavabo y el suelo.
Lo hizo lo hizo lohizo musitaba Gideon entredientes mientras se tambaleaba,
agarrndose con fuerza allavabo. Pareca no haberse dadocuenta de mi presencia. Le cogdel brazo y le llev a la
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habitacin, donde le hicetumbarse sobre la cama, y luegocorr escaleras abajo paraencargar a Mrs. Manning quetrajera a toda prisa un poco decoac.
Cuando volv a la habitacinGideon tena mejor aspecto, peroyaca con los ojos cerrados y
respiraba profundamente, entreestremecimientos, como alguienque acaba de correr una carrera
muy reida. Cuando me oyacercarme a la cama abri losojos y me dirigi una sonrisafantasmal.
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Mi querido Peter dijo, me disculpo tan estpidopor mi parte Me desmay derepente creo que ha debido serel viaje y la falta de comida,adems de tu excelente vino
Me temo que ca hacia adelantecon ese frasco en la mano yromp tu precioso espejo Lo
lamento tanto por supuesto tecomprar otro.
Le dije de modo bastante
brusco que no fuese tonto, yluego, cuando Mrs. Manninglleg jadeando con el coac, leobligu a tomar un poco a pesar
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de sus protestas. Mientras lobeba, Mrs. Manning arregl eldesaguisado del cuarto de bao.
Ah. Eso est mejor dijoGideon al fin. Ya me sientocompletamente reanimado. Lo
nico que necesito para ser unhombre nuevo es un agradablebao relajante.
Pens que deba tomar lacena en la cama, pero no quiso nior hablar de ello, y he de decir
que cuando media hora despusbaj al comedor tena mejoraspecto y pareca mucho msrelajado. Ri y brome con Mrs.
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Manning mientras nos serva y lafelicit profusamente por susdotes culinarias, jurando que sedesembarazara de su chef, lasecuestrara y se la llevara a suchteau francs a fin de que
cocinase para l. Mrs. Manningqued encantada con l, comosiempre suceda, pero me di
cuenta de que le costaba ciertoesfuerzo mostrarse tan jovial yencantador. Cuando terminamos,
por fin, el budn y el queso, y unavez hubo puesto Mrs. Manningsobre la mesa la frasca de oportoy se hubo despedido, Gideon
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acept un puro. Despus deencenderlo se reclin en su sillay me sonri a travs del humo.
Ahora, Peter empez,puedo contarte algo de lo que hapasado.
Estoy sumamente ansiosopor saber qu es lo que te hallevado a tan triste estado, amigo
mo dije con toda sinceridad.Se meti la mano en el
bolsillo y sac una pesada llave
de hierro con pesados dientes yextremo adornado. La arrojsobre la mesa, donde caypesadamente.
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Esta fue una de las causasdel problema dijo mirndolalgubremente. La llave de lavida y de la muerte, podradecirse.
No te entiendo dije,
perplejo.Esta llave fue la razn de
que estuvieran a punto de
detenerme por asesinato dijoGideon con una sonrisa.
Asesinato? A ti?
exclam, atnito. Cmo esposible?Gideon tom un sorbo de
oporto y se acomod en su silla.
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Hace cosa de dos mesesrecib una carta de mi to en laque me peda que fuera a verle.Lo hice, como puedes imaginartecon considerable re celo, puesya sabes la opinin que tena de
l. Bueno, para abreviar lahistoria, haba ciertas cosas quequera que hiciese er
asuntos familiares que menegu a hacer. Se puso rabioso ydiscutimos con encono. Me temo
que no le dej abrigar ningunaduda sobre lo que pensaba de l,y los criados nos oyeron discutir.Sal de su casa y segu viaje
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hasta Marsella para coger unbarco en direccin a Marruecos,donde iba a hacer una gira. Dosdas despus mi to fueasesinado.
As que es por eso por lo
que pusiste to matado en tutelegrama dije. Me extra.
Lo haban matado, y en las
circunstancias ms misteriosasque puedan imaginarse dijoGideon. Lo encontraron en un
desvn vaco, en lo alto de lacasa, que no contena ms que ungran espejo roto. Presentaba unestado horrendo, con la ropa
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desgarrada y la garganta y elcuerpo destrozados como por unperro rabioso. Haba sangre portodas partes. Tuve queidentificar el cuerpo: No fue unatarea agradable, pues tena la
cara tan horriblementemachacada que era casiirreconocible. Se detuvo y
tom otro sorbo de oporto. Alcabo de un rato sigui. Pero loms curioso del asunto es que el
desvn estaba cerrado, cerradopor dentrocon esa llave.
Pero cmo pudo ser eso?pregunt, desconcertado.
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Cmo pudo salir de lahabitacin el asaltante?
Eso es exactamente lo quequera saber la Polica contest Gideon secamente.Como sabes, la Polica francesa
es muy eficiente pero carece deimaginacin. Su lgica funcionams o menos del modo siguiente:
yo era el nico que salaganando con la muerte de mi to,porque heredaba la fortuna
familiar, su biblioteca y variasgranjas diseminadas por todaFrancia. Por tanto, como era elnico que sala ganando, en fin,
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deba ser quien haba cometidoel asesinato.
Pero eso es ridculo exclam con indignacin.
No para un polica dijoGideon, sobre todo cuando se
enteraron de que en mi ltimoencuentro con mi to habamosdiscutido amargamente, y una de
las cosas que los criados meoyeron decirle fue que deseabaque se muriese ya para dejar el
mundo ms limpio.Pero uno es capaz de decircualquier cosa en el calor de unadiscusin protest. Todo el
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mundo sabe que Y cmo,segn ellos, matas te a tu to ysaliste luego de la habitacindejando la puerta cerrada pordentro?
Oh, era posible,
perfectamente posible respondi Gideon. Se podahaber hecho con unos alicates
muy finos, de punta larga, perosin duda hubieran dejado sealesen el extremo de la llave, y como
puedes ver no tiene ninguna. Elverdadero problema es que alprincipio no tena ningunacoartada. Haba ido a Marsella,
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y como haba acortado la visita ami to, llegu bastante antes deque zarpara el barco. Me alojen un pequeo hotel, y meentretuve esos pocos dasexplorando el puerto. No
conoca a nadie all, de modoque naturalmente no haba nadieque pudiera confirmar mis
movimientos. Como puedesimaginar, llev bastante tiemporeunir a todos los porteros,
camareras, maitres dhtel,propietarios de restaurantes,directores de hotel y dems, parademostrar a la Polica, mediante
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su testimonio, que en realidadestaba en Marsella ocupndomede mis propios asuntos cuandomi to fue asesinado. Pashacindolo las ltimas seissemanas, y ha sido sumamente
agotador.Por qu no me
telegrafiaste? pregunt.
Podra haber ido al menos parahacerte compaa.
Eres muy amable, Peter,
pero no quera meter a misamigos en un asunto tan srdido.Adems, saba que si todo ibabien y la Polica me deja ba ir
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(cosa que finalmente hicierondespus de quejarse mucho),tendra que pedirte ayuda paraalgo relacionado con esto.
Te ayudar en cualquiercosa que pueda dije. Sabes
que slo tienes que pedrmelo,mi querido amigo.
Bueno, como te cont pas
mi juventud bajo el cuidado demi to, y tras esa experienciallegu a aborrecer su casa y todo
lo relacionado con ella. Ahora,despus de este ltimo suceso,creo que no podr volver aponer los pies jams en ese
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lugar. No exagero, pero piensoque si volviera all y me quedaraalgn tiempo me pondragravemente enfermo.
Convengo en ello dijecon firmeza. Bajo ningn
concepto debes dar nunca esepaso.
Bueno, por supuesto puedo
hacer que una agencia de Parstase y venda los muebles y lacasa: eso es fcil. Pero lo ms
valioso que hay en la casa es labiblioteca. Aqu es dondeintervienes t, Peter. No s siestaras dispuesto a ir all y
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catalogar y tasar los libros.Luego podr encargarme de quelos almacenen hasta queconstruya para ellos unaprolongacin de mi biblioteca.Qu me dices?
Por supuesto que ir contest. Con sumo placer.Slo tienes que decirme cundo
quieres que vaya.No ir contigo, estars
completamente solo me
advirti Gideon.Soy un ser solitario, comoya te he dicho re, ymientras tenga cierta cantidad de
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libros para entretenerme me lopasar estupendamente, no tepreocupes.
Quiero que se haga loantes posible dijo Gideon,para poder desembarazarme de
la casa. Cundo puedes ir?Consult mi agenda y
descubr que afortunadamente
tena ante m un perodo bastanteflojo.
Qu te parece hacia el
final de la prxima semana? pregunt, y la cara de Gideon seilumin.
Tan pronto? dijo,
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encantado. Sera esplndido!Puedo reunirme contigo en laestacin de Fontaine el viernesprximo. Te viene eso bien?
Perfectamente dije, yno tardar en clasificarte los
libros. Ahora, otro vaso deoporto y luego deberas irte aacostar.
Mi querido Peter, quprdida eres para Harley Streetbrome Gideon, pero sigui
mi consejo.Durante la noche despertdos veces, creyendo que le oagritar, pero despus de escuchar
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durante un rato todo estaba encalma, y conclu que haba sidoslo mi imaginacin. AL dasiguiente parti para Francia, yempec a hacer mis preparativospara seguirle, guardando en mi
equipaje suficientes cosas parauna prolongada estancia en casadel difunto to.
Toda Europa estabaentumecida por un inviernoglacial, y ciertamente no era el
tiempo ms adecuado paraviajar. En realidad, aparte deGideon nadie hubieraconseguido que abandonara mi
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casa con aquel tiempo. Cruzar elCanal supuso una pesadilla, ycuando llegu a Pars me sentatan enfermo que no pude hacerms que tomar un poco de caldoy meterme en seguida en la cama.
El da siguiente amaneci glido,con un viento cortante, un cielogris y cortinas de lluvia
torrencial que te aguijoneaban lacara. Finalmente logr llegar a laestacin y tom el tren para lo
que me pareci un viajeinterminable, en el curso del cualtuve que hacer diversostrasbordos y esperas en
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estaciones cada vez msinhspitas, hasta que qued tanaterido de fro que apenas podapensar cabalmente. Todos losros tenan un borde de hielodifano a lo largo de sus orillas,
y los lagos y estanques volvanhelados ojos vacos hacia el grisacerado del cielo.
Por fin, el ltimo tren localque haba tomado se arrastrmugriento y jadeante por las vas
de la estacin de Fontaine. Meape y me abr paso con miequipaje hasta el diminutodespacho de billetes y la
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minscula sala de espera. Alldescubr con alivio unaanticuada y ventruda estufa,alimentada con races de castaoy casi al rojo vivo. Amonton miequipaje en un rincn y pas
algn tiempo deshelndome,pues la calefaccin del tren eramnima. No haba seal alguna
de Gideon. Al cabo de un rato,calentado por el fuego y por unsorbo de coac que haba
tomado de mi petaca de viaje,empec a sentirme mejor. Pasmedia hora y empec apreocuparme por la ausencia de
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Gideon. Sal al andn y descubrque el cielo gris pareca haberseacercado a la tierra y empezabana caer algunos copos de nieve,enormes copos difanos, deltamao de media corona, que
auguraban una tormenta de nievede considerables proporcionesen un futuro no demasiado
lejano. Me preguntaba si deberaintentar acercarme caminando alpueblo cuando o ruido de
cascos y apareci en la carreteraun coche conducido por Gideon,que vena envuelto en un lustrosoabrigo de pieles y tocado con un
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gorro de astracn.Siento muchsimo haberte
tenido esperando tanto tiempo,Peter dijo mientras meestrechaba la mano, peroparece que nos cae encima una
catstrofe tras otra. Ven, djameayudarte con tus bultos y tepondr al corriente durante el
trayecto.Recogimos el equipaje, lo
cargamos en el coche y luego
mont en el pescante junto aGideon y me cubragradecidamente con la gruesamanta de pieles que haba trado.
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Hizo girar al caballo, chasqueel ltigo y partimos a buen pasobajo los copos de nieve, queahora caan con bastante rapidez.El viento nos azotaba la cara ynos haca lagrimear, pero Gideon
mantuvo al caballo a trote ligero.Estoy ansioso por llegar
antes de que empiece de verdad
la tormenta de nieve dijo, ypor eso voy a este paso tan pococivilizado. Estas tormentas de
aqu pueden llegar a ser muycrudas. A veces se pasa nevandosin parar varios das.
Ciertamente est siendo un
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duro invierno dije.El peor que hemos tenido
desde hace cincuenta aos dijo Gideon.
Llegamos al pueblo y Gideonguard silencio mientras guiaba
el caballo por las estrechas ydesiertas calles, blancas ya porla nieve cuajada. De vez en
cuando sala un perro de unacallejuela y corra ladrandojunto a nosotros durante un
trecho, pero aparte de sta nohaba ninguna otra seal de vida.Antes bien, todo pareca indicarque el pueblo estaba
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deshabitado.Me temo, mi querido
Peter, que una vez ms tendrque abusar de tu afabilidad dijo Gideon sonrindome, con elgorro y las cejas blancas de
nieve. Tarde o temprano misexigencias a nuestra amistadacabarn por agotar tu paciencia.
Tonteras dije, dimetan slo cul es el problema.
Bueno dijo Gideon,
iba a dejarte al cuidado deFranois y su esposa, que eranlos criados de mi to. Pordesgracia, cuando esta maana
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llegu a la casa descubr queMarie, la esposa de Franois,haba resbalado en los escaloneshelados de la entrada principal yhaba cado desde una altura deunos diez metros sobre las rocas,
rompindose ambas piernas. Metemo que las tiene terriblementeastilladas, y no tengo muchas
esperanzas de que las salve.Pobre mujer, qu horrible
exclam.
S sigui Gideon.Naturalmente, Franois estabacasi frentico cuando llegu, y lonico que pude hacer fue
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llevarles a ambos al hospital deMilau, cosa que me llev ms dedos horas. Por eso he tardadotanto en venir a recogerte.
Eso no tiene ningunaimportancia dije. Tenas
que llevarles al hospital, porsupuesto.
S, pero ello ha originado
un nuevo problema dijoGideon. Mira, mi to no legustaba a ninguno de los del
pueblo, y Franois y Marie eranla nica pareja que estabadispuesta a trabajar para l.Como ambos estn en Milau, no
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hay nadie que pueda cuidar de ti,al menos hasta que dentro de doso tres das vuelva Franois.
Mi querido amigo, no tepreocupes por eso re. Teaseguro que estoy bastante
acostumbrado a aparmelas pormi cuenta. Si dispon go decomida, vino y fuego estar muy
bien, te lo prometo.Oh, tendrs todo eso
dijo Gideon. La despensa est
bien provista, y abajo, en lafresquera de la caza, hay unapierna de venado, medio jabal,algunos faisanes y perdices y
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unos cuantos patos silvestres.Hay vino en abundancia, pues mito tena una buena bodega, y elstano est lleno de races decastao y leos de pino, demodo que estars caliente.
Adems, los animales te harncompaa.
Animales? Qu
animales? pregunt concuriosidad.
Un perrito llamado
Agrippa dijo riendo Gideon, un gatazo muy tonto llamadoClair de Lune, o Clair paraabreviar, una jaula llena de
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canarios y pinzones variados, yun loro viejsimo que se llamaOctavius.
Una autntica casa defieras exclam. Gracias aque me gustan los animales.
En serio, Peter dijoGideon, dirigindome una de susmiradas tan penetrantes, ests
seguro de que te las apaarsbien? Me parece una imposicinterrible.
Tonteras dije decorazn, para qu estn losamigos?
La nieve caa con saa, y
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slo veamos una o dos yardasms all de las orejas delcaballo, tan densas eran lasnubes arremolinadas de enormescopos. Acabbamos de entrar enuna de las gargantas tributarias
que conducan a la propia Gorgedu Tarn. A mano izquierdasurgan amenazadoramente los
riscos pardos y negros,salpicados de manchas de nieveen cornisas y salientes, que en
algunos trechos pendan de modoliteral sobre la angosta carretera.A mano derecha el terreno secortaba casi a pico, con una
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cada de unos doscientos metrossobre la garganta, en cuyo fondo,a travs de las cortinas de nievearrastradas por el viento, sevislumbraba de vez en cuando elverde ro, con las rocas
desplomadas coronadas de nievey una capa de hielo en lasorillas. La carretera estaba llena
de baches, deteriorada por lanieve y el agua, y cubierta atrechos de placas de hielo que
hacan resbalar y tropezar alcaballo, retrasando nuestramarcha. En cierto momento, unpequeo alud de nieve se
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desprendi de la cara de un riscocon un ruido siseante y sedesplom pesadamente antenosotros sobre la carretera,asustando de tal modo al caballoque Gideon tuvo que luchar con
denuedo para dominarlo.Durante varios minutosespeluznantes tem que nos
precipitsemos con el coche y elaterrorizado caballo por elprecipicio de la garganta y nos
hundiramos en el ro que corrapor su fondo. Pero finalmenteGideon logr dominarle yseguimos a paso lento nuestro
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camino.Al cabo de un rato la
garganta se ensanch levementey poco despus, al doblar unrecodo, nos vimos ante laextraa mole de la casa del to
de Gideon. Era un edificioextraordinario, y creo que debodescribirlo con cierto
detenimiento. Dir para empezarque todo l se elevaba sobre unimponente peasco que
sobresala considerablementedel ro, formando lo que slopuede describirse como una isla,de aspecto bastante similar al de
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un tringulo issceles, con lacasa en lo alto. Un puente depiedra, slido y viejsimo, launa con la carretera. Loselevados muros exteriores de lacasa caan a pico sobre las rocas
y el ro, pero tras cruzar elpuente y pasar bajo un enormearco, guardado por gruesas
puertas de roble, descubras queel edificio estaba construidoalrededor de un gran patio
central, enguijarrado y con unestanque con fuente en el medio.La fuente representaba un delfnsostenido en alto por querubines,
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todo ello brillante de hielo ycargado de carmbanos.
Las numerosas ventanas quemiraban al patio estaban en sutotalidad cegadas por una orla deenormes carmbanos que
colgaban de cada cornisa. Entrelas ventanas haba grgolasmonstruosas que representaban
diversas formas de vida animal,conocidas y desconocidas por laciencia, cada una de las cuales
pareca ms maligna que laanterior; el hielo y la nieve quedesdibujaban sus rasgos nomejoraban su aspecto, sino que
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pareca que te mirabanemboscadas tras ellos. CuandoGideon detuvo al caballo junto alas escaleras que conducan a lapuerta principal, omos losladridos del perro en el interior.
Mi amigo abri la puerta con unagran llave herrumbrosa, einmediatamente se abalanz
fuera el perro ladrando de formaestrepitosa y meneando el rabocon placer. El gatazo
blanquinegro se mostr mscircunspecto y no se dign asalir a la nieve, sino que sequed en la entrada arqueando el
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lomo y maullando. Gideon meayud a llevar mis bultos hastael gran vestbulo de mrmol, dedonde parta una bonita escaleraque conduca a los pisossuperiores de la casa. Todos los
cuadros, espejos y mueblesestaban cubiertos con sbanaspolvorientas.
Lamento lo de las fundasdijo Gideon. Me pareci quenada ms entrar en la casa se
haba puesto nervioso e inquieto. Pensaba haberlas quitadoesta maana para queencontraras la casa ms
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habitable, pero entre unas cosasy otras no he tenido tiempo.
No te preocupes dijemientras haca fiestas al perro yal gato, que reclamaban almismo tiempo mi atencin. No
voy a ocupar toda la ca sa, demodo que slo quitar lassbanas de las habitaciones que
utilice.S, s dijo Gideon,
mesndose los cabellos con
manos nerviosas. Tienes lacama hecha tu dormitorio es lasegunda puerta a la izquierdadesde lo alto de las escaleras.
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Ahora ven conmigo y te ensearla cocina y la bodega.
Me condujo por el vestbulohasta una puerta oculta bajo laescalera principal. Tras abrirlabaj por unos anchos escalones
que describan una espiral,internndose en la oscuridad. ALcabo de un rato llegamos a un
pasadizo que conduca a unagigantesca cocina enlosada, junto la cual se abran cavernosos
stanos y una espaciosadespensa, fra como un glaciar,en la que se vean piezas decaza, pollos, patos, piernas de
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cordero y cuartos traseros devaca colgados de ganchos osobre los estantes de mrmol quecorran alrededor de las paredes.En la cocina haba un gran fogn,con cada fuego cuidadosamente
dispuesto, y una enorme mesa enel centro sobre la que habadiversos comestibles que a
juicio de Gideon podranecesitar: arroz, lentejas negrascomo el holln, patatas,
zanahorias y otras verduras engrandes cestas, potes de barrocon mantequilla y conservas, yuna pila de hogazas de pan
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recin hecho. En el lado opuesto,frente a los stanos y ladespensa, estaba la pesadapuerta de la bodega, cerrada ycandada. Obviamente, el to deGideon no confiaba en el
servicio en lo que ataa abebidas alcohlicas. La bodegaera pequea, pero una rpida
ojeada me permiti advertir quecontena algunos vinos deexcelentes cosechas.
Srvete de ella sin reparosdijo Gideon. Hay aquvinos realmente muy buenos, ysupondrn una pequea
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compensacin por tu estanciasolitaria en este lgubre lugar.
Quieres que pase todo eltiempo embriagado? re. Noacabara nunca de tasar loslibros. Pero no te preocupes,
Gideon, estar perfectamente.Tengo comida y vino en cantidadsuficiente para un ejrcito,
combustible de sobra para elfuego, un perro, un gato y muchospjaros para hacerme compaa,
y una amplia e interesantebiblioteca. Qu ms puededesear un hombre?
Por cierto, la mayor parte
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de los libros est en la GaleraLarga, en el ala sur de la casa.No hace falta que te la enseees bastante fcil de encontrar, yrealmente es hora ya de que meponga en camino dijo Gideon
mientras me conduca de vueltaal vestbulo. Se meti la mano enel bolsillo y sac un enorme
manojo de llaves antiguas. Lasllaves del reino dijo con unadbil sonrisa. No creo que
haya nada cerrado, pero si es asbrelo, por favor. Dir aFranois que vuelva para cuidarde ti tan pronto como su esposa
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est fuera de peligro, y en cuantoa m, regresar dentro de unascuatro semanas. Supongo quepara entonces habrs terminadotu trabajo.
Es fcil que sea as dije
. En realidad, si termino anteste mandar un telegrama.
En serio, Peter dijo
cogindome la mano. Teaseguro que me sientoprofundamente en deuda contigo
por lo que ests haciendo. No loolvidar.Tonteras, amigo mo
contest. Me produce un gran
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placer servirte de ayuda.Me qued en la entrada de la
casa, con el perro jadeando a milado y el gato arquendose entorno a mis piernas mientrasronroneaba con fuer za, y
contempl cmo Gideon montabaen el coche, se envolva en lamanta y arreaba al caballo con
las riendas. Parti ste al trote, ymientras lo guiaba hacia laentrada del patio Gideon levant
el ltigo en seal de saludo.Desapareci bajo el arco, y elruido de los cascos qued prontoamortiguado por la nieve y se
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extingui totalmente. Tras cogerel clido y sedoso cuerpo delgato y silbar al perro, que habaperseguido al coche hasta el arcoentre eufricos ladridos, entr denuevo en la casa y ech el
cerrojo de la puerta principal:Lo primero que tena que
hacer era explorar la casa y
averiguar dnde estaban losdiversos libros con los que habavenido a trabajar, para poder as
decidir qu habitacionesnecesitaba abrir. Haba vistosobre una mesa del vestbulo ungran candelabro de plata, de seis
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brazos, con una caja de cerillasal lado. Resolv utilizarlo en misexploraciones, pues as meahorrara la tediosa necesidad deabrir y cerrar innumerablescontraventanas. Encend las
velas y acompaado por elansioso y bullicioso perro, cuyasuas repicaban como castauelas
sobre los suelos desnudos, mepuse en marcha.
Todo el piso bajo estaba
distribuido en tres habitacionesgrandsimas y una ms pequea,lo cual comprenda el saln, elcomedor, un estudio y un
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saloncito. Resultaba bastanteextrao que esta habitacin que llam el saln azul, puesestaba decorada en diversastonalidades de azul y oro fuera lanica que estaba cerrada, y tard
algn tiempo en encontrar lallave que la abra. Este salnformaba un extremo del edificio,
y por eso era alargado yestrecho, con forma de caja dezapatos y grandes ventanas a
cada lado.La puerta por la que seentraba estaba en medio de unade las paredes ms largas, y
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colgando de la opuesta haba unode los espejos ms grandes quehe visto en mi vida. Extendidodesde el suelo hasta tocar casi eltecho, deba tener al menos tresmetros de altura y unos doce de
anchura. Estaba levementedeslustrado, lo que le daba unagradable tinte azulado parecido
al de las aguas de un lago pocoprofundo, pero todava reflejabacon claridad y precisin. Lo
rodeaba un ancho marco dorado,de talla muy trabajada, querepresentaba diversas ninfas ystiros, unicornios, grifos y otros
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animales fabulosos. El marco erade suyo una obra de arte.Sentndose en uno de loscmodos sillones que haba acada lado de la chimenea unopoda ver la habitacin entera
reflejada en este notable espejo,y aunque era un poco estrecha tedaba una gran sensacin de
espacio.El tamao, la comodidad y
debo admitirlo la novedad
de este saln me decidieron ahacer de l mi cuarto de estar, ytard muy poco tiempo en quitarlas fundas polvorientas de los
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muebles y encender un crepitantefuego de races de castao en lachimenea. Luego fui por la jaulade pinzones y canarios y la puseen un extremo de la habitacinjunto con el loro Octavius, al que
pareci agradar el cambio, puesse revolvi las plumas, lade lacabeza y silb unos cuantos
compases de la Marsellesa. Elperro y el gato se tendieroninmediatamente frente al fuego y
se quedaron dormidos con airesatisfecho. Abandonado as pormis compaeros, cog elcandelabro y prosegu en
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solitario la exploracin de lacasa.
El primer piso consistasobre todo en dormitorios ycuartos de bao, pero todo un alad la casa (el que cerraba el
cuadrado alrededor del patio)estaba formado por unahabitacin enorme, la Galera
Larga a la que se haba referidoGideon. A lo largo de una de lasparedes de esta prolongada y
amplia habitacin haba ventanasaltsimas, y frente a cada una deellas un espejo, similar al delpiso de abajo pero ms alto y
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estrecho. Entre estos espejos sevean estanteras de lustrosoroble, y api