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Ruiz Larraguivel, Estela (1998) “LA ERA POSINDUSTRIAL” en Perfiles Educativos, Vol. 20 No. 79-80 pp. 58-79. P P E E R R F F I I L L E E S S EDUC A A TI V V OS ISSN 0185-2698 Centro de Estudios sobre la Universidad Banco de Datos sobre Educación iresie

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Ruiz Larraguivel, Estela (1998)

“LA ERA POSINDUSTRIAL” en Perfiles Educativos, Vol. 20 No. 79-80 pp. 58-79.

PPEERRFFIILLEESSEE DD UU CC AA TT II VV OO SS

ISSN 0185-2698

Centro de Estudiossobre la Universidad Banco de Datos sobre Educación

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La era posindustrialy la formación de ingenieros

ESTELA RUIZ LARRAGUIVEL*

A partir de los resultados de cinco estudios efectuados en la primera

mitad de los noventa sobre el mercado de trabajo de los ingenieros,

configurado en la industria de la transformación, este trabajo analiza los

perfiles profesionales de ingeniería asociados con la posesión de actitudes

y capacidades productivas que actualmente se demandan, y que a la vez

suponen ser consecuencia de los procesos de transformación productiva

y competitividad comercial por los que transita el sector. Se discute

también cómo estos requerimientos están significando cambios

importantes en la formación de ingenieros dentro de las escuelas

de ingeniería, y se visualizan estos cambios como una tendencia que

contiene un nuevo sentido vocacionalizador de la educación tecnológica.

Based on the results of five studies concerning the engineers’ labor market in the

transformation industry, carried out during the first half of the nineties, this

work analyzes the engineering professional profile regarding the possession of

productive abilities and attitudes currently in demand, considered, at the same

time, as consequence of the productive transformation and commercial

competitiveness the sector is going through. The way these requirements imply

important changes in the preparation of engineers within engineering schools

are also discussed, and these changes are visualized as a tendency containing

a new vocationalizing sense of technological education.

E D U C A T I V O SP

E R F I L E

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INTRODUCCIÓN

En los últimos cinco años se han rea-lizado varios estudios sobre el merca-do de trabajo de ingenieros presenteen la industria de la transformaciónnacional y cuyos resultados dan cuen-ta de los actuales requerimientos parala empleabilidad de estos profesionis-tas (INDERMERC, 1991; Valle, 1993; FBS/CONACYT, 1992; AMI, 1995; Ruiz, 1996).Uti l izando dist intas metodologías ycon diferentes propósitos, los resulta-dos obtenidos en esas investigacionesparecen coincidir al menos en dos ten-dencias fundamentales:a) La necesidad de contar con ingenie-

ros que posean una formación bási-ca y general en los conocimientostécnicos y científicos fundamentalesque les permita un desempeño labo-ral flexible y versátil en las distintasáreas de la empresa. Esto es, un in-geniero que aplique úti lmente losconocimientos de las ciencias bási-cas en la comprensión, explicación ysolución de problemas novedosos ycambiantes.

b ) La posesión de diversos rasgos depersonalidad, entre los que más semencionan: identificación con los va-lores de la empresa, sentido de lide-razgo, toma de decisiones y espíritude riesgo, seguridad en el manejo delas relaciones interpersonales y tra-bajo en equipo, creatividad, apropia-da comunicación oral y escrita, do-minio de idiomas y disposición parael aprendizaje continuo. Se trata deatributos personales que en su con-junto constituyen una mentalidadproductiva y empresarial.

En cuatro de estos estudios, ademásde confirmar esos perfiles de la inge-niería requeridos en las industrias ma-nufactureras, resalta una nueva varia-ble no considerada hasta ahora en losestudios sobre la relación educaciónsuperior-empleo realizadas en el pasa-do. Se trata de la influencia que tiene laprocedencia institucional de los inge-nieros recién egresados, en los criteriosde contratac ión y valoración de losempleadores.

En este trabajo se presenta un análi-sis sobre los nuevos perfiles de forma-ción de ingenieros que actualmente sedefinen en el sector industrial, en el con-texto de la transformación productiva yla competitividad comercial. La preocu-pación central es explicar la trascenden-cia de la posesión de rasgos de persona-lidad y capacidades productivas en losingenieros dentro de los procesos de mo-dernización tecnológica y organizativapor la que transitan las industrias, y susimplicaciones en los retos que los nue-vos perfiles de ingenieros significan paralas escuelas de ingeniería.

En la primera parte se describen lasprincipales conclusiones de los estudioscitados con el fin de ilustrar los reque-rimientos actuales en materia de for-mac ión de ingenieros y los modoscomo la procedencia institucional seconstituye en un criterio de valoraciónprofesional y calidad educativa. Poste-riormente, se revisan los factores decambio tecnológico y organizacionalesque se verifican en las industrias y que,a su vez, sirven de sustento y justifica-ción en la revaloración de las cualida-des humanas en la empleabilidad y des-empeño laboral de los ingenieros.

Finalmente, se discuten algunas de lasprincipales reformas educativas que han

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* Investigadora del CESU-UNAM.

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venido desarrollando las principales es-cuelas de ingeniería para responder a losnuevos requerimientos que se estruc-turan en el mercado de trabajo indus-trial, en combinación con las considera-ciones que plantea la política educativae industrial. Se propone visualizar estaproblemática como una tendencia neovo-cacionalizadora de la educación tecnológi-ca, atendiendo sus significados ideoló-gicos, sociales y pedagógicos.

LOS NUEVOS PERFILESDE LA INGENIERÍA

Cuatro investigaciones sobre la deman-da de ingenieros efectuadas en la pri-mera mitad de los noventa destacan laconveniencia de las capacidades y ac-titudes productivas, así como de unaformación profesional más integral einterdisciplinaria, en la valoración po-sitiva de los empleadores industriales.En una de estas investigaciones desa-rrollada en 1992 y a solicitud de la Fa-cultad de Química de la UNAM, entre losresultados obtenidos destaca el valorde las actitudes productivas, relacioneshumanas, capacidad de mando, menta-lidad empresarial y otros conocimien-tos relativos a la administración, comorequerimiento indispensable para laocupación de los puestos de alta jerar-quía laboral (Valle, 1993, p. 61). De-muestra además el grado de influenciaque presenta la institución educativa dedonde procede el egresado en las pre-ferencias de contratación que sostienenalgunas empresas, así como en sus des-tinos ocupacionales.

Este fenómeno adquiere un sentidodistinto debido a que, según las con-clusiones del estudio, se observa unatendencia todavía no asumida por el

conjunto de las empresas, en este casofarmacéuticas, por ubicar preferente-mente a egresados provenientes de ins-tituciones privadas, en algunas de lasocupaciones profesionales superioresasociadas con una mayor jerarquía ysalario, lo que significaría, según la au-tora, “. . .para los recién egresados deinstituciones públicas, una paulatinapérdida de terreno frente a un grupode ocupaciones administrativas de altonivel, tradicionales o de reciente crea-ción” (ibid. p. 63).

Un segundo estudio de corte explo-ratorio se l levó a cabo entre 1993 y1994 con los empleadores de indus-trias manufactureras, y su propósitoera precisar con mayor detalle las de-mandas que planteaban en materia decontratación y de formación de inge-nieros, así como sus percepciones entorno a la calidad formativa de los re-cién egresados de las carreras de inge-niería, especialmente aquellos forma-dos en las escuelas públicas de inge-niería (sobre todo la Univesidad Nacio-nal Autónoma de México (UNAM), el Ins-tituto Politécnico Nacional (IPN), y laUniversidad Autónoma Metropolitana(UAM) (Ruiz, 1996). Dicha investigaciónconsistió en la realización de entrevis-tas en profundidad a empleadores y ge-rentes de un total de 15 empresas ma-nufactureras de diferentes tamaños yramas de la producción asentadas en lazona metropolitana. Las especialidadesde la ingeniería que se abordaron enlas entrevistas fueron todas aquellascuyos objetos de estudio y campo pro-fesional tradicionalmente se relacionancon lo que se podría llamar las “inge-nierías de la manufactura”, tales como:ingeniería mecánica, eléctrica, electró-nica, química, industrial y otras que de

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acuerdo con la rama de producción eranigualmente consideradas; ingenierosmetalúrgicos, de alimentos, bioquími-cos, etcétera.

Del conjunto de los entrevistados,todos coincidieron en el empleo de in-genieros con las capacidades y cualida-des positivas necesarias para el logrode la eficiencia productiva de la empre-sa. Estas pretensiones constituían, a lavez, la queja principal de los emplea-dores, pues consideraban que los inge-nieros egresados en las últimas gene-raciones de las instituciones públicascarecían de estos atributos, en contras-te con los egresados de las universida-des privadas, quienes, según su opi-nión, sí poseen los comportamientos yvalores demandados por la empresa.Para los empleadores, las escuelas quefueron objeto de comparación eran elInstituto Tecnológico de Estudios Su-periores de Monterrey (ITESM), la Uni-versidad Iberoamericana (UIA) y en al-gunos casos, las universidades La Salley Anáhuac, respecto de la UNAM y el IPN.

Sin embargo, es necesario aclararque esa preferencia no significaba uncriterio generalizado de contratación di-rigida hacia los egresados de las insti-tuciones privadas. De hecho, al menoslas empresas es tudiadas reportaronque no consideraban la procedenciainstitucional de los egresados como unfactor indispensable de contratación yen todo caso el tamaño de la empresa,el puesto ocupacional por desempeñary las funciones por realizar en la em-presa, podrían servir de factores me-diadores en la valoración de la escuelade procedencia.

Un tercer estudio de carácter pros-pectivo sobre los ingenieros en Méxi-co, realizada por la Fundación Barros

Sierra en 1992, constituye un trabajomuy exhaustivo sobre la oferta y de-manda de ingenieros que desde hoy yase configura en el sector de la industriade la transformación en distintas ramasproductivas (FBS,1992).

Parte de esta investigación compren-dió un sondeo de opinión entre los em-pleadores de las industrias manufactu-reras y de la construcción sobre lascaracterísticas de los ingenieros de re-cién egreso contratados por las empre-sas. Dicha encuesta se aplicó a 283 em-presas seleccionadas al azar de entre las3 000 más grandes por su número deempleados, capital social y volumen deventas, localizadas en la ciudad de Méxi-co, Guadalajara y Monterrey. En la in-vestigación se reportan las especialida-des que dominan entre los ingenierosrecién incorporados a la empresa (civil,industrial, mecánico-electricista, electró-nica), los puestos ocupacionales a don-de se dirigen y los salarios que reciben,entre otros. Se plantea también que 25%de las empresas encuestadas consideranla procedencia institucional como un cri-terio de contratación, siendo los egresa-dos del IPN, la UNAM, la Universidad deNuevo León, la Universidad de Guada-lajara y el ITESM —una institución de al-cance nacional con planteles en las prin-cipales c iudades del país—, los quecuentan con la preferencia de la mayo-ría de los industriales.

En la sección dedicada a la caracte-rización de la formación profesional,que exhibe el ingeniero recién egresa-do por parte de los encuestados, desta-ca la falta de creatividad en el manejode nuevas tecnologías. Afirman que losingenieros de recién ingreso a la em-presa son más dependientes al medioque a su transformación y agregan que

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estos ingenieros “quieren ser emplea-dos, además de que tienen poca autoes-tima” (ibidem, p. 63).

Entre otras deficiencias importantessegún los encuestados, sobresalen lafalta de disciplina, escaso espíritu em-prendedor y act i tudes competit ivas,tendencia a la improvisación y al indi-vidualismo, así como falta de seguri-dad y de capacidad de liderazgo en elmanejo de las relaciones interpersona-les. En resumen, el estudio concluyeque la deficiencia central que presen-tan los ingenieros en su primer empleoen la industria tiene que ver con “suescasa competencia para convertir enhabilidades prácticas sus conocimien-tos teóricos” (ibid., p. 65). Si bien losempleadores valoran la sólida forma-ción en ciencias básicas que reciben losingenieros (matemáticas, física y quí-mica) , mani f ies tan también que e laprendizaje de estos conocimientos noestá acompañado de una capacidad deaplicación en la explicación y soluciónde problemas relacionados con la inno-vación, conducción, control y operaciónde la producción.

Por último, el estudio más recienteque aporta datos adicionales sobre estaproblemática lo desarrolló la AcademiaMexicana de Ingeniería (AMI) en 1995,con el apoyo del CONACYT. Esta investi-gación constituye un estado del arte dela ingeniería mexicana y cubre por lotanto una amplia heterogeneidad de va-riables y objetos de estudio, relativos ala situación actual que guarda la inge-niería en sus ámbitos de formación pro-fesional, laboral y de investigación.

Para los fines de esta revisión, inte-resan los puntos que tienen que ver conlos impactos de la formación de inge-nieros en el mercado de trabajo. Si bien

la investigación cubre otros sectoresaparte de la industria de transforma-ción (empresas manufactureras), comoel gubernamental y el de servicios, losresultados que arrojan no dejan de sersugerentes.

A partir de una encuesta aplicada a38 empresas/organismos asentados enla ciudad de México y cubriendo 9 200ingenieros, en términos generales, lapreparación de los ingenieros en Méxi-co es considerada como buena y acepta-ble en lo que toca a los conocimientosteóricos, científicos y técnicos. Sin em-bargo, las principales críticas se dirigena la reducida enseñanza de lo que la AMIdenomina los “conocimientos comple-mentarios”: economía, administración,costos, etc., y a la poca importancia quese otorga al desarrollo de actitudes talescomo iniciativa, responsabilidad y rela-ciones interpersonales durante la forma-ción de ingenieros, sobre todo aquellaque se verifica en las instituciones pú-blicas. Con relación a los criterios decontratación que se manejan, el 21% delas empresas consideran la actitud mos-trada por el ingeniero aspirante (inquie-tudes y dinamismo personal, seguridad,disposición al aprendizaje, empatía)como un factor crucial para el ingreso ala empresa, frente a un 26% que repre-senta la experiencia laboral previa y un20% que toma en cuenta la escuela deprocedencia (ibid. p. 32).

El estudio concluye que la atenciónpuesta en el “saber ser y hacer” alcan-za un mayor sentido y justificación enel contexto de la competitividad pro-ductiva, y el mensaje que se deriva esque, para el mercado de trabajo queactualmente se estructura, particular-mente en el sector de la industria ma-nufacturera: “lo importante, no es el

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conocimiento que se posee, sino la ca-pacidad de aprovechar ese conocimien-to para obtener resultados, es decir ,cumplir con los objetivos de la organi-zación, y esto es lo que finalmente sevalora y se paga” (ibid. p. 35).

ALGUNAS EXPLICACIONES SOBRELOS ACTUALES REQUERIMIENTOSDE INGENIEROS

El énfasis que los empleadores indus-triales ponen en la posesión de actitu-des y capac idades product ivas porencima de la acumulación de conoci-mientos especial izados, así como susubjetiva tendencia preferencial casi anivel de mito respecto a los egresadosde las instituciones de educación supe-rior privadas, sin duda constituye unaproblemática con múltiples aristas querequieren ser investigadas en diferen-tes planos de análisis. De entrada, sur-gen dos explicaciones que ayudan a en-tender los nuevos per f i l es que seplantean y su combinación funcionalcon la formación profesional que ofre-cen las escuelas de ingeniería.

Una de ellas se relaciona con los efec-tos producidos por la expansión insti-tucional que ha experimentado la edu-cación superior tecnológica. La segundahace referencia al contexto altamentecompetitivo en el que actualmente seinserta la industria nacional.

Tomando en cuenta que los estudioscitados se efectuaron en zonas con unaalta densidad industrial, es evidente quelas distintas valoraciones que a los em-pleadores sostienen respecto a los egre-sados de las escuelas de ingeniería pri-vadas y públicas son resultado de laelevada oferta institucional existente enmateria de formación de ingenieros.

Reforzada por el rápido crecimientoque ha experimentado el subsector pri-vado de la educación superior, el pano-rama actual de la enseñanza de la inge-n ier ía muest ra una d ivers idad deescuelas de ingeniería y, por supuesto,una multiplicidad diferenciada de carre-ras, especialidades y orientaciones dela ingeniería que ha llegado al extremode incurrir en el desorden curricular yen una gradual indefinición de la fun-ción profesional del ingeniero.

Esta situación permite suponer quefrente a una amplia participación deegresados ingenieros en el mercado detrabajo con una formación muy hete-rogénea y provenientes de una varie-dad de carreras y escuelas con distintasvisiones de la profesión y enseñanzade la ingeniería, el empleador, ademásde crearse una imagen subjetiva en tor-no a la calidad educativa que priva encada institución, adquiere también laposibilidad ventajosa de contar con unapluralidad de opciones de ingenierosrecién graduados, que le permite ele-gir aquel individuo cuya formación esmás acorde con las funciones por des-empeñar a partir de las característicastécnicas que conlleva la rama producti-va a la que pertenece la industria.

Otro elemento adicional tiene quever con la composición sociocultural delos estudiantes que asisten a las escue-las de ingeniería públicas y privadas, ysu influencia en el desarrollo de actitu-des emprendedoras. En este sentido, escomprensible que la tendencia de losempleadores por atribuir la posesiónde actitudes productivas a los ingenie-ros formados en algunas institucionesprivadas, principalmente del ITESM, en-cuentre sus razones en el origen socialdel estudiante.

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Si bien no se puede negar la influen-cia de esta condición, tampoco se pue-de dejar de lado que la adquisición decualidades productivas y capacidades deaplicación estaría matizada por la pro-pia formación profesional que recibie-ron, los valores que adquirieron y lasformas de socialización que desarrolla-ron, tanto en la escuela como en su pri-mer empleo. Retomando una de lasconclusiones del estudio de la Funda-ción Barros Sierra (1992), es un hechoque “la organización del proceso deaprendizaje y el ambiente formativo delas instituciones educativas desempe-ñan un importante papel en la supera-ción de los nuevos ingenieros en suambiente de trabajo” (p. 151).

El segundo marco explicativo se si-túa en los cambios técnicos y organiza-tivos generados en las industrias a par-tir de su inserción en el nuevo ordeneconómico e industrial dominante entodo el mundo. A simple vista parece-ría que los nuevos perfiles que se de-mandan son el reflejo de los ajustestecno-organizativos que se suceden enlas industrias en sus propósitos por par-ticipar en la competencia tecno-lógica y comercial.

Sin embargo, conviene men-cionar que las exigencias de ca-pacidad de liderazgo, y en gene-ral de rasgos de personalidad yhabilidades emprendedoras porparte de las industrias, no repre-sentan demandas inéditas, pro-ductos del tiempo actual. Variosestudios sobre el empleo de pro-fesionistas en el sector produc-t ivo rea l izados en e l pasadomuestran el valor sustancial queguardan esos atributos en el des-empeño labora l , as í como las

opiniones desfavorables de los emplea-dores sobre el escaso interés en tornoal desarrollo de actitudes positivas enla formación profesional (BM, 1959; Ni-gel, 1978).

Un estudio realizado entre 1955 y 1957por el entonces Banco de México (BM),S.A. mediante su Departamento de Es-tudios Industriales, ilustra cómo desdeentonces los empleadores de la indus-tria nacional de la transformación ya re-saltaban las deficiencias en materia decapacidades y actitudes que exhibían losrecién graduados (BM, 1959). El estudiosobre el empleo del personal técnico eneste sector consistió en una encuesta di-rigida a 2 625 fábricas de diferentes ta-maños y correspondientes a las ramastextil, metal-mecánica, química y de ali-mentos. Entre los resultados obtenidos,sorprenden las críticas de los gerentesrespecto a la formación excesivamentetécnica y la escasa atención otorgada alos conocimientos administrativos y dediseño, así como al desarrollo de capaci-dades de iniciativa, toma de decisionesy manejo de relaciones humanas en losegresados (ver cuadro).

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Op i n i ó n de l o s g e r e n t e s s ob r e de f i c i e n c i a s p e r s o na l e sOp i n i ó n de l o s g e r e n t e s s ob r e de f i c i e n c i a s p e r s o na l e sOp i n i ó n de l o s g e r e n t e s s ob r e de f i c i e n c i a s p e r s o na l e sOp i n i ó n de l o s g e r e n t e s s ob r e de f i c i e n c i a s p e r s o na l e sOp i n i ó n de l o s g e r e n t e s s ob r e de f i c i e n c i a s p e r s o na l e sd e l o s t é c n i c o s p r o f e s i o na l e s ( i n g e n i e r o s )d e l o s t é c n i c o s p r o f e s i o na l e s ( i n g e n i e r o s )d e l o s t é c n i c o s p r o f e s i o na l e s ( i n g e n i e r o s )d e l o s t é c n i c o s p r o f e s i o na l e s ( i n g e n i e r o s )d e l o s t é c n i c o s p r o f e s i o na l e s ( i n g e n i e r o s )

A s p e c t o sA s p e c t o sA s p e c t o sA s p e c t o sA s p e c t o s F á b r i c a sF á b r i c a sF á b r i c a sF á b r i c a sF á b r i c a s F á b r i c a sF á b r i c a sF á b r i c a sF á b r i c a sF á b r i c a s TTTTTodas l a sodas l a sodas l a sodas l a sodas l a sc o n s i d e r a d o sc o n s i d e r a d o sc o n s i d e r a d o sc o n s i d e r a d o sc o n s i d e r a d o s g rande s %g rande s %g rande s %g rande s %g rande s % med iana s %med iana s %med iana s %med iana s %med iana s % f á b r i c a s %f á b r i c a s %f á b r i c a s %f á b r i c a s %f á b r i c a s %

Ninguna deficiencia 30.5 34.0 32.9Formalidad, integridad,puntualidad 14.1 24.1 20.9Empeño en ser productivo 21.1 18.6 19.5Capacidad para trabajaren grupo 30.5 14.2 19.5Capacidad para dirigir 48.2 25.8 32.9Capacidad para tomardecisiones bajosu responsabilidad 37.6 29.1 31.8Otras deficiencias 4.7 1.6 2.6

Fuente: Banco de México, S.A., 1959

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Los persis tentes reclamos que, a lmenos desde hace cuatro décadas, hanmanifestado los industriales en torno alas deficiencias formativas que mues-tran los ingenieros, obliga a reorientarel análisis hacia otros aspectos que tras-cienden a los fenómenos de expansióny diferenciación que hoy en día carac-terizan al sistema de educación supe-rior. Inclusive más allá de la condiciónsocial de los estudiantes, parecería quela añeja insatisfacción de los emplea-dores industriales implica una “con-frontación” de valores distintos e in-clusive antagónicos, toda vez que lainteracción escuela-industria involucrados instituciones cuyos respectivos de-sarrol los y comportamientos se hanproducido bajo lógicas y valoracionesdistintas (Carrillo, 1995).

Aun cuando se reconociera que lasescuelas de ingeniería interactúan conla dinámica productiva y tecnológicaque experimenta la industrialización enMéxico, y que constantemente se vententadas a responder a las presiones delmercado laboral que se configura en elsector industrial, también debe tomar-se en cuenta que en la definición de susperfiles académicos y proyectos forma-tivos subyacen criterios y visiones pre-dominantemente académicos en tornoa la profesión y su enseñanza que noson necesariamente compatibles con losvalores que ostenta la empresa, espe-cialmente la privada. De hecho, se ad-vierte que las escuelas de ingenieríaconstruyen sus polít icas y proyectoseducativos a partir de la combinaciónde varios factores estrechamente rela-cionados: las demandas del mercadolaboral que se estructura en el sectorproductivo en un contexto económicoy político determinado; los avances de

la investigación científica y tecnológicay la percepción particular que asumensobre el papel social que debiera jugarel futuro ingeniero.

Consecuentemente, se podría argüirque la presencia de ingenieros con unaformación muy heterogénea, devienede las formas como cada escuela enparticular “interpreta” las demandasdel mercado profesional de la ingenie-ría, y las traduce en un modo particu-lar de llevar a cabo la formación de in-genieros . S in duda esta expl icac iónrequiere de un análisis más profundoacerca de los efectos que ocasionan lainteracción de dos entidades con racio-nalidades distintas, como son la acadé-mica y la empresarial, en la formacióny empleabilidad de los ingenieros.

Por otra parte, y en el otro extremode la relación escuela-industria, el am-biente altamente competitivo que ro-dea a la industria nacional está gene-rando profundas mutac iones en losprocesos productivos que llegan inclu-so a transformar las funciones empre-sariales, las estructuras organizaciona-les y las relaciones laborales.

La economía mexicana se ha inser-tado en los procesos de globalizacióneconómica, cuyo inicio puede fijarse en1985 con el ingreso al GATT. Desde esafecha, la liberalización de las medidasproteccionistas y la apertura comercialhan conducido a la industria nacional areestructurar sus procesos con el fin deasegurar la producción de bienes conmejor calidad y favoreciendo el ahorro.El tránsito abrupto de una industria sus-titutiva a otra de naturaleza competiti-va ha provocado desconcierto entre losindustriales que repentinamente se en-frentan a un ambiente incierto y com-petitivo, donde la necesidad de desarro-

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llar estrategias productivas más compe-titivas, sea por la vía de asimilación yadaptación de nuevas tecnologías a susprocesos productivos, o mediante el es-tablecimiento de determinadas condicio-nes favorables a la mejora continua y allogro de la calidad, se han convertidoen una acción urgente.

Como se verá más adelante, en lasnuevas pautas de producción industrialel factor humano se resuelve como ele-mento clave en los procesos de innova-ción de las industrias, y la “empresariali-dad” emerge como la nueva cultura queda sustento a la industria competitiva. Eneste contexto, se podría pensar que lasactuales exigencias en materia de forma-ción de ingenieros imbuidos en una men-talidad productiva constituyen nuevos én-fasis que refuerzan la consideración deldesarrollo humano individual y colecti-vo en la eficiencia productiva.

No obstante, una mirada a las trans-formaciones productivas que se regis-tran dentro de la estructura industrialnacional permite revelar la gran hete-rogeneidad que existe entre las empre-sas, respecto de sus capacidades de ab-sorc ión , operac ión e innovac ión detecnologías. Además, muchas empresasmexicanas no necesariamente basan suscambios en la adquisición de nuevastecnologías, sino que sus innovacionesse enfocan en los ámbitos organizati-vos, administrativos, mercantiles o enel manejo de los recursos humanos.

En este sentido, en el terreno de lasdecisiones de contratación de perso-nal de una empresa, factores como larama de la producción a la que pertene-ce; su tamaño, tanto en número de em-pleados como en volumen de produc-ción; su capacidad tecnológica disponible(expresada en una memoria tecnológi-

ca); y sus estructuras organizacionalesdel trabajo, pesan en la determinaciónde un perfil laboral y profesional, y con-secuentemente en la definición de crite-rios para la contratación de ingenieros.

Si se parte del supuesto de que lasempresas mexicanas transitan por pro-cesos de cambio técnico-organizativos,¿por qué las cualidades productivas ycapacidades de iniciativa, espíritu em-prendedor y toma de decisiones en losingenieros, adquieren una significativaimportancia en la gestión técnica y or-ganizativa de la empresa orientada allogro de una producción competitiva?;¿constituyen estas exigencias la expre-sión de una nueva racionalidad empre-sarial que busca adaptarse al ambientecomercial competitivo que la rodea yen donde la emergencia del “saber ser”,en consonancia con la posesión de co-nocimientos técnicos, adquiere un va-lor estratégico en las movilizacionesque realiza la empresa?

Más allá de los discursos sobre losimpactos de las nuevas tecnologías enla producción industrial y sus efectosde cambio en el mercado de trabajo, sepropone situar el análisis sobre los ac-tuales perfiles de la ingeniería, en ladinámica tecnoproductiva que se gestaal interior de las empresas, desde lasaportaciones de los estudios sobre lafunción económica de la innovación.

¿EN QUÉ CONSISTEN LOS CAMBIOSEN LA PRODUCTIVIDAD INDUSTRIAL?

En términos generales, las principalessituaciones de cambio que hoy rigen alas estructuras de producción industrialen el marco del nuevo paradigma tec-noeconómico se sintetizan en los si-guientes planteamientos:

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● Los cambios producidos en la concep-tuación y operación de la innovación,la cual ya no se reduce al desarrollo eincorporación de nuevas tecnologíasvistos como una ventaja competitiva,sino que se extiende a otros ámbitosde la empresa como la reorganizacióndel trabajo en la producción, controlde calidad en todo el proceso produc-tivo, políticas de recursos humanos,comercialización y mercadotecnia. Eneste sentido, el concepto de innova-ción presenta una connotación muyelástica que abarca cualquier estrate-gia que pueda conducir a la empresaal logro de un nivel creciente de com-petitividad, a partir de las condicio-nes del mercado y el ambiente tecno-lógico en el que se inserta la empresa(Dosi, 1988).

● La velocidad del cambio tecnológi-co, y su incorporación en los proce-sos productivos, genera constantescambios en la configuración organi-zacional de las industrias. El gradualabandono de la base fordista de laproducción ha conducido a una re-valoración de las actitudes y capaci-dades de acceso y aplicación del co-nocimiento especializado (Sabel yPiore, 1984).

● Tendencia al desvanecimiento de lasestructuras ocupacionales jerarqui-zadas y verticales de la empresa paradar paso a esquemas de organiza-ción más flexibles e interactuantes(Vi l lavicencio , 1988; de la Garza,1993; Mertens, 1994).

● Consol idación de la rac ional idadempresarial en el contexto de unaeconomía abierta y la competitividadcomercial.Inducidas por la dinámica competi-

tiva internacional y sostenidos por los

acelerados progresos tecnológicos, lasindustrias están modificando sus esque-mas de producción y de organizacióndel trabajo, con el fin de satisfacer ne-cesidades de consumo cada vez másdiversas y complejas. Con la automati-zación de la producción se integran lasfases productivas en un mismo proce-so, de tal forma que el diseño y la fa-bricación ya no están tan disociadas ypor lo tanto se facilita la producciónvariada y por lotes de productos conciclos de vida cada vez más reducidos.Pareciera que gracias a la incorporaciónde las tecnologías informáticas se vis-lumbra un regreso a la producción ar-tesanal, en cuanto se orienta a las nece-sidades y gustos del cliente, pero conla diferencia de que se aminora la acti-vidad manual del trabajador en la ma-yoría de las fases productivas.

En estas condiciones, las empresasconstantemente requieren acceder a lainformación reciente tanto en lo queconcierne a las cambiantes necesidadesde los clientes, cuanto en lo que a inno-vaciones de procesos y de productos serefiere (Arvanitis, 1996). Estos propó-sitos generan alteraciones en la orga-nización del trabajo y en las relacionessociales dentro de la empresa, y por su-puesto en los criterios de contrataciónde trabajadores, técnicos y profesionis-tas, esto es, en la calificación laboral.

En el nuevo patrón de producción, alque se ha asignado varias denominacio-nes: posfordismo, especialización flexi-ble, producción virtual, producción pos-industrial o reingeniería, se exige quela empresa se ubique en un constanteproceso de innovación, no sólo respec-to a la actualización del componente tec-nológico, sino en otros ámbitos clavesde la producción: organización, políti-

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cas de recursos humanos, ventas, comer-cialización y mercadotecnia (Mertens,1994). En el modo de producción fordis-ta, otrora dominante, la producción secentraba en los recursos materiales y tec-nológicos disponibles, de tal forma quesólo posibilitaban la fabricación en seriede mercancías homogéneas, sin consi-derar las necesidades y gustos de losconsumidores; en los esquemas de fa-bricación flexible, gracias a la automati-zación de la producción, el logro de lacompetitividad no sólo se asocia a laincorporación de tecnologías duras enla cadena productiva, sino también en eluso eficiente del componente tecnológi-co y en la reorganización de los factoresproductivos.

Esto significa reconvertir la produc-ción, adoptando diversas estrategias quepueden ir desde el control de los costosy los procesos de fabricación hasta laadopción de métodos relacionados conla eficiencia de la empresa, tales comoreducción de inventarios y supervisiónde la calidad, no sólo en el producto, sinoen todo el proceso, la generación denuevos productos, las entregas rápi-das. Sean cuales fueran las medidas im-plantadas para alcanzar niveles de com-petitividad, las decisiones que se tomenestarán siempre apoyadas en una ca-pacidad creadora y en el uso útil deconocimientos, que no se dirigen a lageneración de nuevos procesos de fa-bricación sino que trascienden a otrosámbitos importantes dentro de la em-presa, en donde el recurso humano ad-quiere relevancia.

El panorama descrito arriba deja en-trever que la innovación no es un sim-ple evento o producto tangible, sinoque es ante todo un proceso evolutivoque involucra conocimientos acumula-

dos, aprendidos por los sujetos graciasa sus rutinas de trabajo y a su constan-te interacción con el proceso producti-vo (Lundvall , 1992) . A part ir de lasaportaciones de los estudios sobre lafunción económica de la innovación, latecnología es una construcción social deconocimientos orientados a la soluciónde problemas, por lo que no debe sor-prender que en la mayoría de los casosse adquiere heurísticamente (Lundvall,op. cit.). Para los economistas, la inno-vación es la aplicación de nuevos sabe-res a la producción como un efectocombinado de procesos de aprendiza-je, de investigación y exploración queresultan en nuevos productos, nuevastécnicas, nuevas formas de organiza-ción y en nuevos mercados, favorecien-do la acumulación de conocimientos(Lundvall, op. cit.). Al mismo tiempo, lainnovación, vista como un conjunto deconocimientos recientes y económica-mente provechosos, se produce bajocondiciones favorables en donde la ca-pacidad del aprendizaje y la funciónempresarial cobran relevancia estraté-gica (Mertens, 1995).

La tecnología comprende informaciónorganizada que requiere ser asimiladapor la empresa a fin de favorecer suadecuada apropiación y operación. Dosson los medios como la empresa acce-de a estos conocimientos: a) los cono-cimientos codificados, formalizados yusualmente de carácter público, queinvolucra la incorporación de los ob-jetos tecnológicos en la fabricación debienes, los cuales materializan conoci-mientos, es decir, la maquinaria contodos sus componentes y sus méto-dos de operación, conjuntamente conlos documentos escritos (manuales deoperación) y textos con la información

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pertinente para su apropiado manejo,y b) la acumulación de conocimientostecnológicos que ostentan los indivi-duos (e instituciones) vinculados a losprocesos productivos y que son resul-tado de sus largos procesos de expe-riencias de aprendizaje, acumuladasgracias a su interacción directa y ruti-naria con el manejo y operación delequipo. Se trata de conocimientos yexperiencias “privados” porque no soncodificados ni formalizados en docu-mentos “y que sólo es posible perci-bir en la práctica de quienes hacen in-vestigación y desarrollo, así como dequienes ejecutan los procesos de tra-bajo y de producción” (Villavicencio,1993, p. 24). Se incluye dentro de estadimensión el conocimiento tecnológi-co que poseen los técnicos e ingenie-ros, sea como resultado de sus conoci-mientos adquiridos a lo largo de suformación escolar, o como consecuen-cia de la acumulación de experienciasde aprendizaje, efecto de sus prácticasrutinarias dentro del proceso de pro-ducción (ibidem).

A partir de estas consideraciones, losmecanismos que establezca la empresapara acceder a la información recienteserían infructuosos si no están acom-pañados de métodos de absorción, in-terpre tac ión y apropiac ión de losconocimientos que conlleven a la efi-ciencia productiva y a la mejora. Elloimplica que las empresas intensifiquenla capacidad de desarrollar aprendizajestecnológicos, un proceso que según losteóricos de la innovación constituye elmecanismo endógeno generador de lasinnovaciones, esto es, el modo comolas empresas definen y construyen sustrayectorias tecnológicas tendientes ala t ransformación de la producción

(Dosi, 1988; Lundvall, 1992; Villavicen-cio, 1993).

El aprendizaje tecnológico, que pue-de ser tanto individual cuanto colecti-vo, se define como “la adquisición dehabilidades y conocimientos técnicosadicionales por los individuos y a tra-vés de ellos, por las organizaciones”(Gonsen, 1995), y al respecto se reco-noce que al interactuar con el objetotecnológico, el aprendizaje puede ocu-rrir mediante el “aprender-haciendo”(learning-by-doing), el “aprender-usan-do” (learning-by-using) y el “aprender-interactuando” (learning-by-interacting)(Johnson, 1992). Esta última modalidadsugiere un tipo de aprendizaje que seadquiere mediante relaciones interper-sonales muy estrechas y de comunica-ción de información técnica, entre losactores relacionados con la innovación.

En este sentido, la innovación invo-lucra procesos de búsqueda, aprendi-zaje e intercambio de conocimientosútiles en la renovación productiva. En laproducción flexible, las fuentes de inno-vación son principalmente de carácterinmaterial e incorporan personas e ins-tancias ajenas al área de la planta: clien-tes , subcontrat istas , proveedores detecnología o de bienes básicos e inter-medios, firmas de diseño e ingeniería einclusive otros que son portadores deinformación reciente y experiencias per-tinentes al propósito de mejorar las prác-ticas productivas, la base técnica y, porsupuesto, la calidad del producto. De ahíque las empresas tejen una red de rela-ciones interempresas y con otras insti-tuciones y actores depositarios del co-nocimiento tecnológico y que inclusivepodrían abarcar a las universidades y loscentros de investigación, con el fin defavorecer la circulación e intercambio de

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experiencias y conocimientos que re-dunden en innovaciones en la produc-ción (Lundvall, op. cit; Dosi, op. cit; Dosiy Cimoli, 1994).

En resumen, la participación exito-sa de las industrias en el sistema demercados abiertos requiere identificaroportunidades de nuevos productos y,por supuesto, acceder a la informacióny conocimientos no siempre codifica-dos, que posibiliten el logro de innova-ciones. En un ambiente altamente com-pet i t ivo, “ las empresas deben tenerestrategias claras, así como la capacidadde buscar información y habilidadesútiles para analizar detenidamente suentorno, para obtener éxito” (Arvani-tis, op. cit., p. 214). La preocupación deuna empresa por promover en su inte-rior la capacidad de aprendizaje tecno-lógico, la lleva a adquirir habilidades debúsqueda y aplicación de conocimien-tos técnicos recientes en la mejora pro-ductiva, que en su conjunto se tradu-cirán en experiencias tecnológicas (me-moria tecnológica) y en el desarrollo delas “competencias organizacionales”que, en el plano de la empresa, la pre-disponen al aprovechamiento de lasoportunidades tecnológicas, a respondereficazmente al ambiente que le rodea,manejar acertadamente la incertidum-bre y, sobre todo, a la capacidad de “se-leccionar, asimilar, adaptar y mejorar latecnología ya existente o importada y/o crear nuevas tecnologías” (Gonsen, op.cit.; Tanguy, 1996).

La caracterización de las transforma-ciones productivas que se verifican enlas empresas industriales, se hizo bajola consideración de un estado homogé-neo de las industrias. Es evidente queen la realidad esto no sucede así, por elcontrario, se detecta una estructura in-

dustrial sumamente diversa y hetero-génea, limitada no sólo por la rama dela producción o el tamaño de la empre-sa, sino por el propio comportamientoque exhiben las empresas en particu-lar. Como así lo señala Piruela (1996):“cada empresa es un tipo especial quese comporta de manera idiosincrática,incluso en aspectos aparentemente co-tidianos de su funcionamiento: la for-ma de reunirse, la dinámica de los pa-gos a proveedores, la forma de emitiry transmitir las órdenes entre nivelesjerárquicos, las formas internas de tra-mitar adquisiciones, y las de negociarcon proveedores e incorporar los su-ministros, las modalidades de contra-tación de personal y los perfiles que sebuscan; hasta las relaciones interperso-nales y los chistes exhiben grandes di-ferencias entre las empresas”. (p. 104).

Visto de esta manera, la industria seconfigura como un sistema sociotécnico,donde existe una mutua reciprocidadentre innovación tecnológica y las rela-ciones laborales. La consideración de laempresa industrial como una base so-ciotécnica significa tomar en cuenta losmodos de interacción entre la tecnolo-gía disponible, la organización de laempresa y las relaciones laborales y so-ciales que se verifican en su interior. Másespecíficamente, el sistema sociotécnicoinvolucra el intercambio de conocimien-tos técnicos y en ocasiones heurísticosentre el personal que participa en la pro-ducción, en torno al know how y a losmétodos y formas de solución de pro-blemas técnicos (De la Garza, 1993; Vi-llavicencio, 1994). Dicho en otros térmi-nos , las innovaciones y la mejoraproductiva no son resultado de la incor-poración de nuevas tecnologías, sinoprincipalmente de las formas como las

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relaciones laborales que se estructuranadentro posibilita el flujo de informa-ción entre el personal, que al interac-tuar cotidianamente con los componen-tes tecnológicos involucrados en e lproceso productivo adquiere un apren-dizaje tecnológico orientado a la solu-ción de problemas y al cambio técnico.

Al profundizar en el comportamien-to organizacional que particularmentesostiene la empresa respecto a la inno-vación y la productividad de alcancecompetitivo, se reconoce a la funciónempresarial como un factor dinámicodel cambio tecnológico. Al abordar elpunto de la actuación del empresariocomo clave para el desarrollo de las in-novaciones en la producción, la refe-rencia obligada son los planteamientosde Schumpeter y su teoría del empre-sario (Turriago, 1994).

Para Schumpeter, la actuación del em-presario es fundamental en la reformadel sistema de producción, explotandoun invento, o un método diferente deproducir una mercancía nueva, o la pro-ducción de una mercancía ya estableci-da por un método nuevo (Schumpeter,1963). El empresario, de hecho, desem-peña una función de caudillaje que ac-túa impulsado por la energía y respon-sabilidad personal del éxito, y su campode acción se encuentra fundamental-mente en los mercados y/o al interiorde la empresa (ibidem). Su mundo de in-tervención está plagado de incertidum-bres pero también impregnado de grandinamismo, en donde las actuaciones delempresario involucran necesariamentetomas de riesgo ante la inseguridad deque sus decisiones sean exitosas (Turria-go, 1994). Schumpeter le agrega otracualidad a la función del empresario yes la de ejercer el liderazgo.

El empresario requiere de la cons-tante toma de iniciativas, de capacidadintuit iva y conductas creativas paraefectuar transformaciones productivasque se convier tan en func iones so -cioeconómicas, y cuando sus decisionesdevienen en el desarrollo de innova-ciones, rompe el equilibrio establecidoen el mercado y se traduce para él en elgoce monopólico, aunque sea por pocotiempo, de un producto exitoso en elmercado y en la es fera product iva(Schumpeter, 1978).

Turriago (op. cit.) identifica cuatroconductas del empresario consideradascomo creativas:a) Romper el equilibrio. La incorporación

de una innovación en el mercado quealtera el equilibrio económico per-mite que el empresario que efectúaeste movimiento disfrute de una si-tuación monopólica.

b ) Crear nuevas demandas y nuevos espacioseconómicos. Como resultado de la co-locación de productos innovadoresen el mercado, el empresario buscagenerar nuevas demandas y por lotanto nuevos espacios económicosen los mercados y en los sistemasproductivos.

c) Ejercer el liderazgo. Para el empresariono basta con poseer una ser ie deposibilidades de éxito sino que deberealizarlas, ponerlas en práctica, loque significa capacidad de persua-sión para convencer sobre las ven-tajas de sus ideas innovadoras.

d) Lograr rentabilidad. El empresario es-pera ante todo que sus proyectos eideas sean rentables. El logro delbeneficio empresarial es el propó-sito fundamental que justifica, a lavez, la actuación empresarial (Turria-go, 1994).

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Si bien, hasta ahora estas conceptua-ciones schumpeterianas de lo que impli-ca la función empresarial no conducen ala configuración de una cultura empre-sarial, en el plano de la gestión de nego-cios y la administración organizacional,el abordaje de lo que se considera comoel espíritu emprendedor (entrepreneurship), adquiere rasgos de una mentali-dad y comportamiento distinto.

El espíritu emprendedor está asocia-do íntimamente con el logro de inno-vaciones dentro de los distintos ámbi-tos de la empresa y su trascendencia enel mercado, ello debido a que la inno-vación difícilmente puede concebirsecomo tal, si no genera algunos efectosde cambio en el mercado competitivoo inclusive en la economía. Por lo tan-to, el comportamiento empresarial estáligado al logro de dos situaciones fun-damentales de la empresa: superviven-cia y prosperidad en un ambiente eco-nómico incierto y cambiante (Cornwally Pearlman, 1990).

Los valores de la “empresarialidad”se han vuelto un factor ideológico den-tro de la industria competitiva. En lasnuevas pautas de producción, la aten-ción se centra cada vez más en los ámbi-tos de la administración de tecnologíasy en la gestión organizacional, por ellose espera que la posesión de cualidadesempresariales (habilidades de dirección,liderazgo, iniciativa, toma de decisionesy solución de problemas) no recaiga sóloen el individuo que crea su propio ne-gocio, sino también en los individuosque trabajan en empresas ya existentesy cuya actuación genera constantemen-te mejoras en la producción y en el ren-dimiento de la empresa.

A manera de corolario, y en coinci-dencia con Arvanitis (op. cit.), se podría

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afirmar que “los cambios en materia tec-nológica dependen más de las actitudesy conductas de quienes deciden el rum-bo de las empresas que de los factores ycondiciones externas” (p. 213). Con baseen la argumentación de Arvanitis, dadoque la empresa se encuentra insertadaen un determinado contexto político,económico, social y tecnológico, los mo-dos como una empresa interpreta, es de-cir, otorga un significado a las señalesdel entorno, determina las decisiones ylas actividades que se realicen en su in-terior. Dicho en otras palabras, en cadaempresa priva una “cultura empresa-rial”, esto es, un modo de actuar y deaccionar que se percibe en la magnitudde sus competencias organizacionales:la capacidad tecnológica disponible, susmecanismos de aprendizaje colectivo,las disposiciones y reglas que establece—entre las que destacan los perfiles ocu-pacionales y los criterios de contrata-ción—, sus facultades para motivar a supersonal y aprovechar su talento.

LA ERA POSINDUSTRIALY LOS ACTUALES REQUERIMIENTOSPROFESIONALES DE LOS INGENIEROS

En la era posindustrial, el dominio dehabilidades y actitudes empresarialesconstituye un factor determinante enla estructuración del proceso de apren-dizaje organizacional y, por ende, en laconformación de una capacidad tecno-lógica más vigorosa. Ante la crecientecomplejización de las tecnologías em-pleadas y su incorporación en la indus-tria competitiva, el conocimiento cien-tífico y tecnológico adquiere un valorde uso y de intercambio, al mismo tiem-po que se ha convertido en el factorclave de la economía.

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Este sistema de producción, basadoen el uso intensivo de conocimientosy en las habilidades de aprendizaje, noscoloca en el camino hacia lo que se hallamado la “sociedad del conocimiento”o la “sociedad de la inteligencia”, en don-de las dotes humanas basadas en el ma-nejo útil del conocimiento y disposiciónal aprendizaje permanente se convier-ten en los atributos claves dentro de lacalificación laboral y en las distintas con-figuraciones que hoy en día se registranen el mercado de trabajo.

La cultura empresarial es por supues-to una condición sine qua non de la em-presa, sobre todo la privada —aun encontextos seguros y estables, como elque se vivía con el modelo de sustitu-ción de importaciones—, e involucravalores como la eficacia, la productivi-dad y la calidad, los cuales realzan la im-portancia simbólica que representa al-canzar el éxito por el propio esfuerzo.Sin embargo, en el marco de la diná-mica globalizadora, se advierte la emer-gencia de una moderna racionalidad em-presarial que redimensiona la trascen-dencia de las cualidades humanas en elpotencial innovador de la empresa. Loshábitos y costumbres que implican elahorro, la disminución de costos, evitarel desperdicio y el derroche; la búsque-da y solución de problemas, la creativi-dad, la toma de decisiones y de riesgos,y el desarrollo de estrategias competiti-vas, adquieren un significado estratégi-co en el logro de la prosperidad de laempresa.

¿Pero cómo estas nuevas realidadesrepercuten en la relación educación-empleo de los ingenieros?, ¿hacia dón-de deben las escuelas de ingeniería re-orientar sus estrategias educativas enla formación de profesionistas?

En las últimas décadas, el campo pro-fesional de la ingeniería ha experimen-tado acelerados cambios en sus prácti-cas, contenidos y presencia social. Sibien siempre se le ha reconocido sudestacado papel en el logro del bienes-tar social, en la actualidad y frente a lacreciente industrialización y el avancetecnológico, la ingeniería ha pasado aconvertirse en un componente estraté-gico del desarrollo económico y socialde muchas naciones.

Desde hace varios decenios, los paí-ses han comprendido que la produc-ción de manufacturas apoyada en losprogresos tecnológicos y su exporta-ción extensiva representa el motor deldesarrollo social y el crecimiento eco-nómico. La formulación de políticas in-d u s t r i a l e s y m o d e l o s e c o n ó m i c o sorientados a la promoción de este sec-tor se ha traducido no sólo en el rápi-do crecimiento y diversificación de laindustr ia manufacturera , s ino en e lgradual escalamiento social y políticode los ingenieros.

De este modo, la profesión de la in-geniería se ha visto envuelta en las prio-ridades económicas y comerciales quehan sostenido los procesos de indus-trialización en la mayoría de los países.Además, actualmente, debido a la con-veniencia que tiene para la ingenieríael dominio de la técnica, el número deingenieros que ostenta un país se haresuelto como uno de los indicadoresde su potencialidad tecnológica e indus-trial, al mismo tiempo que puede re-sultar en una ventaja comparativa res-pecto de otras naciones.

En la nueva era industrial se creannuevas expectativas en la formación deingenieros. La preocupación de las in-dustrias por desarrollar un despliegue

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de competencias que a nivel organiza-cional les permita responder adecuada-mente a las cambiantes necesidades dela sociedad y la economía se expresaen la definición de perfiles de ingenie-ros con las habilidades para compren-der “el mundo externo de la empresa”en lo social , polít ico y económico, ytraducirlo en decisiones de mejora tec-nológica; o bien en el desarrollo de nue-vos procesos de manufactura y produc-tos, o en crear y manejar sistemas deenergía, transporte o comunicacionescada vez más complejos, entre otrascuestiones. Esto significa que se trata deun ingeniero con los conocimientos yhabilidades que hagan de él un profe-sionista versátil, capaz de adaptarse alos continuos cambios, además de po-seer los atributos derivados de la “cul-tura empresarial”.

En el plano cognoscitivo, las cuali-dades que deben ser apropiadas por elingeniero combinan la posesión del co-nocimiento científico y tecnológico re-ciente con la abstracción y el uso de lateoría como recurso explicativo de losfenómenos y acontec imientos mate-riales; la facultades creativas y de apli-cación del conocimiento formal a situa-ciones concretas y novedosas, con lashabilidades para entender los contex-tos sociales, económicos y éticos quemedian en su actividad profesional.

HACIA UNA NUEVAVOCACIONALIZACIÓNEN LA FORMACIÓN DE INGENIEROS

Al igual que en otras épocas recientes,la educación es de nueva cuenta el fac-tor clave para el desarrollo social y eco-nómico. Sólo que frente a la revalori-zac ión soc ia l y económica que ha

alcanzado la información y el conoci-miento formal, las diferencias estaríanmatizadas por las variaciones ocurri-das en el mercado de trabajo.

Conforme el trabajo en la produc-ción se organiza más globalmente apartir de la estructuración de redes deinteracción entre los agentes industria-les, productivos y económicos, y las in-dustrias sean cada vez más dependien-tes del conocimiento generado en lainvestigación científica y tecnológica, sejustifica la demanda de una fuerza la-boral y profesional más educada y conmúltiples habilidades. Los cambios es-tructurales que ya comienzan a gene-rarse en el mercado de trabajo, talescomo la gradual desaparición de em-pleos con bajas habilidades y reduci-dos conocimientos; reducción en tiem-po de las jornadas laborales; tendenciaal uso de la subcontratación, y aumen-to de los empleos de corta duración,son una muestra de las modificacionesen los estilos de trabajo que se verifi-can en los escenarios productivos.

El alto valor estratégico que se le haatribuido a la educación tecnológica,particularmente del nivel superior, con-lleva transformaciones radicales en lasconcepciones y modos de operación dela función docente. Es evidente que lospropósitos educativos derivados delenfoque del capital humano se han re-dimensionado, en tanto que ya no esposible sostener un proceso de forma-ción bajo una pedagogía que por mu-cho tiempo se ha centrado en la simpleasimilación de conocimientos.

Bajo estas apreciaciones, entre los re-tos que se plantean a las escuelas de in-geniería está el de reorientar sus pro-yectos educativos hacia el reforzamientode un sentido vocacional pero con nue-

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vas dimensiones, como así lo indican losdistintos documentos de política educa-tiva nacionales e internacionales, en don-de se promueven los nuevos perfileseducativos que expresan la formaciónde individuos con los conocimientos ydestrezas que les permitan “[...] mane-jar los códigos culturales básicos de lamodernidad” (CEPAL-UNESCO, 1992, p. 157)y apoyarse en el fomento del desarrollohumano de los estudiantes con las cuali-dades necesarias para enfrentarse nosólo a los procesos de cambios acelera-dos en el mundo del trabajo y buscarempleos, sino “[...] ser también empre-sarios y creadores de empleos eficaces”.(UNESCO, 1993, p. 31).

Se trata de la incorporación de unnueva vocacionalización en la forma-ción de técnicos e ingenieros, que inte-gra los valores y visiones de la empre-sa moderna en combinación con losprincipios que rigen al conocimientoacadémico y científico. En el nuevo ca-rácter vocacionalizador de la educacióntecnológica se busca recuperar las po-tencialidades humanas, es decir, las ex-periencias, valores y motivaciones per-sonales que muestran los individuos,vistos como los aspectos esenciales quedeben ser desarrollados (es decir, elverdadero significado de la vocación).

Asociado con otros términos muy uti-lizados en la actualidad, tales como co-nocimiento pertinente, conocimientorelevante, formación basada en compe-tencias, aprendizaje permanente o paratoda la vida, educación para el trabajo,etc., la corriente neovocacionalizadoracontiene nuevos énfasis y significados:● Involucra una educación basada en

la interacción estrecha y dinámicacon los escenarios productivos, lle-gando incluso a que las fronteras

entre el trabajo y la educación seancada vez más difusas.

● Enfatiza el desarrollo de procesos(destrezas, habilidades y actitudes)que, en su combinación con los co-nocimientos formales, posibiliten laadquisición de competencias signifi-cativas para el mundo del trabajo,en contraposición con el aprendiza-je y repetición de los conocimientosacabados de corta duración y pron-to olvido.

● Visualiza una formación interdisci-plinaria e integral con una elevadaparticipación de las ciencias socialesy humanísticas, con los contenidosque permitan al futuro técnico o in-geniero interpretar las complejida-des del entorno socioeconómico, almismo t iempo que desarrolle unaética profesional en torno a las res-ponsabilidades sociales que conlle-van los avances tecnológicos.

● Entre sus propósitos principales estáel de alcanzar el “mejoramiento de lainteligencia práctica” (Skilbeck et. al.,1994, p. 9), es decir, el aprendizaje decapacidades tendientes al manejo delconocimiento socialmente útil y surelación con la búsqueda y soluciónde problemas complejos y concretos.

● Reafirma la relevancia que posee elconocimiento pertinente, práctico,aplicable y útil que permita la ejecu-ción de diversas tareas en los nue-vos esquemas del trabajo, con lascaracterísticas de versatilidad, flexi-bil idad, apertura, y adaptación alcambio continuo.

● Promoción de una educación conpertinencia social, es decir, con aten-ción al conocimiento social y econó-micamente relevante. La pertinenciade los contenidos educativos encie-

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rra una tácita oposición a la superes-pecialización, al conocimiento abs-tracto con reducidas posibilidades deaplicación inmediata, a la teoría “sinaterrizaje” y sobre todo a aquel co-nocimiento que no guarda un valorpotencialmente económico y social.

● Incorpora los valores de la culturaempresarial en el aprendizaje de losconocimientos científicos y tecnoló-gicos recientes, de tal forma que és-tos adquieran un sentido más utili-tario (Shuttleworth, 1993).Si bien, durante la etapa de la profe-

sionalización de la educación superior,las instituciones desempeñaron un pa-pel vocacional en la preparación de re-cursos humanos acorde con las necesi-dades y oportunidades del mercado detrabajo, ésta se hacía a partir de los re-querimientos del trabajo asalariado ycon base en las categorías laborales rí-gidas y delimitadas que se articulabanen la estructura ocupacional de la em-presa; el propósito primordial era el depreparar a los estudiantes para obte-ner empleo.

El nuevo vocacionalismo presenta di-ferencias significativas a este respecto,en tanto que no se centra en la forma-ción para un trabajo específico sino queprepara a los estudiantes cognitiva yactitudinalmente, es decir, con las habi-lidades “generalizables” para su desem-peño eficiente y exitoso en los cambian-tes escenarios productivos (Dale, 1985;Skilbeck , op. cit.). Es un hecho que lasnuevas pautas de productividad deman-dan, ante todo, el acceso al “conocimien-to orientado a la solución de problemas”lo que implica la emergencia de una cul-tura del trabajo basado en la educación.

En los últimos cinco años, tanto lasinstituciones superiores universitarias

como las tecnológicas han desarrolla-do un gran despliegue de actividadesreformadoras de colaboración, que vandesde el rediseño de planes de estudiose implantación de estrategias educati-vas enfocadas al desarrollo humano,hasta la incorporación de representan-tes del sector empresarial en las distin-tas instancias de dirección y decisiónacadémica. En el caso de la vinculaciónescuela-industria, esto es, el acerca-miento de la formación de recursos hu-manos a los requerimientos de la pro-ducción, las acciones de cooperaciónentre dos entidades prácticamente an-tagónicas: la académica y la empresa-rial, han adquirido gran fuerza.

Igualmente, la finalidad de formar alos futuros ingenieros imbuidos en unamentalidad competitiva y productiva serefleja no sólo en las agendas de políti-ca educativa y del empleo, sino queconstituyen uno de los objetivos pri-mordiales dentro de los sistemas deacreditación profesional y en los pro-cesos de internacionalización de la edu-cación superior. En el caso de los inge-nieros, la idea de formar ingenieros de“clase mundial”, ha sido retomada enlos propósitos de varias escuelas de in-geniería como una manera de respon-der a los planteamientos formulados enlos tratados comerciales en materia deintercambio de profes ionis tas , (porejemplo, el TLC).

En las principales escuelas de inge-nier ía del país , se perciben algunasacciones iniciales dirigidas a la forma-ción de ingenieros con un sentido neo-vocacionalizador. Esfuerzos como losque realiza el Departamento de Orien-tación Juvenil de la Academia de inge-niería eléctrica dentro de la EscuelaSuperior de Ingeniería Mecánica Elec-

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tricista (ESIME) del IPN, el cual ofrececursos de desarrollo humano a sus es-tudiantes, tales como asertividad, li-derazgo y trabajo en grupo, relacio-n e s h u m a n a s , e t c . ; l a F a c u l t a d d eIngeniería de la UNAM que extracurri-cularmente ofrece cursos de “toma dedecisiones”, dirigidos a sus estudian-tes, así como el aumento de materiascon contenidos humanísticos y socia-les en todos sus planes de estudios; oel Sistema de Institutos Tecnológicos,que en su últ ima reforma curricularprogramó las residencias profesiona-les en la industria con el propósito deque los estudiantes se “impregnen” delos valores empresariales y conozcanel ambiente laboral que priva en unaempresa privada.

El proyecto educativo del ITESM cons-tituye, sin duda, el más representativode esta tendencia vocacionalizadora.Poco más del 20% de las asignaturasque comprenden sus planes de estudiosse orientan al desarrollo de habilida-des humanas (relaciones humanas, li-derazgo, comunicación oral y escrita,espíritu emprendedor), y el empleo deuna didáctica basada en la solución deproblemas y estudios de casos , dancuenta de su interés por insertarse alos requerimientos que plantea la mo-dernización del sector productivo debienes y servicios.

TRANSFORMACIÓN ESTRUCTURALDE LA FUNCIÓN DOCENTEEN LA VOCACIONALIZACIÓNDE LA FORMACIÓN DE INGENIEROS

La neovocacionalización de la forma-ción de ingenieros significa profundasmutaciones en la actividades docentesy pedagógicas de las escuelas. Como

señala Skilbeck y colaboradores (op.cit.), la nueva vocacionalización conlle-va una “educación basada en el trabajoy no en el salón de clases” (p. 122), quehace suponer posibles rupturas con elsentido academicista que por muchotiempo ha predominado en la educa-ción tecnológica.

Aunque se tiene que reconocer quelas escuelas de ingeniería apenas tran-sitan por procesos de cambio, se ad-vierte que los esfuerzos que se rea-lizan por implantar una formación ba-sada en el desarrollo de actitudes y ha-bilidades no alteran en lo esencial susestructuras de operación educativa ydocente. La preservación de los rígidosesquemas curriculares por materias, elpredominio de la docencia expositiva,la cer t i f i cac ión de los graduados apartir de los criterios emanados de lapropia comunidad escolar y no por par-te de la empresa, y sobre todo la pre-valescencia de los valores académicosen la selección de contenidos y su en-señanza, se convierten en trabas quedificultan la conciliación de las escuelascon las demandas actuales de las em-presas.

La enseñanza basada en el desarro-llo de competencias productivas invo-lucra ante todo procesos y no conoci-mientos acabados y repetitivos comosi fueran productos, y el desarrollo deestos procesos es permanente y ocupatoda la vida del individuo. Más allá deincrementar el número de materias re-lacionadas con las ciencias básicas (ma-temáticas, física, química) con el fin defavorecer una sólida formación inicial,se requiere de una enseñanza acompa-ñada de las habilidades cognoscitivasorientadas a la aplicación de dichos co-nocimientos en situaciones concretas.

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Por lo tanto, alcanzar los propósitossubyacentes en los esquemas neovoca-c ional izadores , s ignif ica profundastransformaciones tanto en el plano cu-rricular, como en la práctica docente.Ello debido a que por mucho tiempo laenseñanza se ha orientado a la transmi-sión de información y al fomento delaprendizaje repetitivo y memorístico. Enefecto, ignorado por la política educati-va, el ejercicio docente que se verificaen las aulas de las escuelas de ingenieríacontinúa privilegiando la transmisión deconocimientos repetidos, el “teoricismo”y la fragmentación del conocimiento, de-limitado por las posturas que defiendenlos campos y objetos de estudios de lasdisciplinas. Como señala Carreño (1995):“pareciera que no tiene sentido tratar

de vincular lo que pertenece a órdenesdiversos: la empresa y la universidadson dos instituciones sociales construi-das sobre valores y categorías divergen-tes” (p. 254).

En resumen, los auténticos procesosde innovación educativa dentro de lasinstituciones de educación tecnológica,se ubican en los lugares donde ocurre yse materializa el proceso de enseñanza-aprendizaje. El no reconocer la impor-tancia de modificar la función docentehacia una pedagogía más liberadora, ba-sada en la aplicación de conocimientos ala explicación y solución de problemas,podría significar la negación de los re-sortes que impulsan la calidad educati-va y el logro de los propósitos neovoca-cionalizadores.

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