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Directorio

UNIVERSIDAD NACIONALAUTÓNOMA DE MÉXICO

Dr. José Narro RoblesRector

Dr. Eduardo Bárzana GarcíaSecretario General

Lic. Leopoldo Silva GutiérrezSecretario Administrativo

Dr. Francisco José Trigo TaveraSecretario de Desarrollo Institucional

MC Miguel Robles BárcenaSecretario de Servicios a la Comunidad

Lic. Luis Raúl González PérezAbogado General

FACULTAD DE MEDICINA VETERINARIA Y ZOOTECNIA

Dra. María Elena Trujillo OrtegaDirectora

M en C Juan Nava NavarreteSecretario General

Dr. Ezequiel Sánchez RamírezSecretario Administrativo

Dr. Francisco Suárez Güemes Secretario de Planeación y Vinculación

MPA Carlos Esquivel Lacroix Jefe del Departamento

de Comunicación y Vinculación

Virginia Galván PintorResponsable de Infovet

Reportera, Información y Redacción

Adriana Malinalli Paredes SánchezServicio Social

LSCA Edgar Emmanuel Herrera LópezLDCV Firely Avril Braulio Ortiz

MVZ Enrique Basurto ArguetaDiseño Original

Lic. Edgar Emmanuel Herrera LópezDiseño, Formación y Retoque Digital

Departamento de Diseño Gráfico y EditorialImpresión

Infovet es una publicación quincenal de la Secretaría de Planeación de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM. Aparece los lunes. Oficina: Edificio 1, planta alta, FMVZ-UNAM. Avenida Universidad #3000,

Coyoacán, México D.F. 04510.

eDitorialDirectorio

AurorA Velázquez echegArAy, 1916-2013

La comunidad de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, y el gremio de los médicos veterinarios del país se

encuentran de luto, ya que el pasado 23 de marzo falleció la doctora Aurora Velázquez Echegaray, quien dedicó más de 60 años de su vida a la docencia, investigación y difusión de la cultura en la UNAM, e hizo importantes contribuciones para el avance de la MVZ en México y en América Latina.

Quienes estudian o trabajan en la FMVZ conocen la historia de la doctora Velázquez Echegaray, pues forma parte de la historia mis-ma de la MVZ en México y en América; sin embargo, a través de estas páginas de Infovet recordaremos su vida y obra, como un Homenaje Póstumo a la que fuera una de las primeras mujeres que estudió la carrera de MVZ y la ejerció con gran éxito desde diversos ámbitos y sectores, convirtiéndose en ejemplo a seguir para mujeres y hombres.

En las páginas subsiguientes, nuestros estimados lectores encon-trarán la información más relevante sobre la trayectoria académica y profesional de nuestra homenajeada, una serie de entrevistas con algunos académicos de la Facultad que estuvieron cerca de ella, así como fotografías que muestran el devenir del tiempo.

La historia de Aurora Velázquez como médica veterinaria zootec-nista estuvo llena de reconocimientos nacionales e internacionales, pero, quizá uno de los más importantes fue el que le otorgó su alma mater en 1988: el emeritazgo como profesora.

Nuestra Máxima Casa de Estudios otorga la categoría de profesor o investigador emérito a aquellos miembros de su personal académi-co que han realizado una “obra de valía excepcional” y que han presta-do servicio a la institución con gran dedicación, durante por lo menos 30 años.

Los profesores e investigadores eméritos —sustenta la UNAM— simbolizan el alcance del significado del espíritu universitario traduci-do en integridad, fuerza, talento y actividad, así como el compromiso de la institución con la sociedad, a causa de la dignidad, el respeto y la responsabilidad.

Es esa obra de valía excepcional la que ha hecho que Aurora Velázquez Echegaray —como afirmamos en el texto de la siguiente página— forme parte de la historia oficial de la MVZ en México y en América.

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lA profesorA eméritA, pArte de lA historiA oficiAl de lA mVz en méxico y AméricA

EL pasado 23 de marzo, la comunidad de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia recibió una triste noticia: la doctora Aurora Velázquez Echegaray, profesora emérita de la UNAM desde 1988, había fallecido.

La información se expandió por todo el gremio de los veterinarios, que mediante comunicados y esquelas ma-nifestaron su pesar por el sensible acon-tecimiento, y es que, la doctora Aurora Velázquez —quien para orgullo de la Universidad Nacional Autónoma de México, impartió clases en la FMVZ du-rante poco más de 60 años— gozaba de gran prestigio a nivel nacional e interna-

cional, por sus aportaciones al avance de la MVZ.

La trayectoria de Aurora Velázquez como estudiante y, posteriormente, como académica y profesional, for-ma parte de la historia oficial de la medicina veterinaria y zootecnia en México y en América, pues su presen-cia y trabajo marcaron varias fechas trascendentales:

En 1939, cuando la Escuela de Medicina Veterinaria asumió el nom-bre de Escuela Nacional de Medicina Veterinaria y Zootecnia (ENMVZ), ella fue una de las primeras mujeres que in-gresó a esa institución.

En 1942, siendo una de las es-tudiantes más destacadas, abrió el camino para que las mujeres se desem-peñaran como académicas en el área de la MVZ, al ser ayudante de profesor en la ENMVZ.

En 1946, con la tesis “Observaciones sobre tricomoniasis genital bovina”, se convirtió en la segunda mexicana que lograba titularse como MV.

Igualmente en los años 40, formada por el MV Fernando Camargo, se ubicó como la primera viróloga mexicanas del área.

En 1964, con un grupo de distinguidos académicos. Foto: cortesía Ricardo Cuetos Collado.

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Aurora Velázquez en clase, al lado del doctor Manuel Ramírez Valenzuela. Foto: Archivo FMVZ-UNAM.

También en esa década, siendo aún estudiante, participó en la Campaña Nacional para la Erradicación de la Fiebre Aftosa, pues al lado de médicos veteri-narios como Alfredo Téllez, Fernando Camargo, Felipe Flores, Martín Bächtold, Pablo Zierold, José Suárez y Carlos Manjarrez, entre otros, produjeron en México la vacuna contra la enfermedad; en una entrevista publicada en 2001 en la revista Imagen Veterinaria, la doctora Aurora Velázquez comentó que “se pro-dujeron en promedio 60 millones de dosis con las que se vacunaron a alrededor de 52, 524, 000 animales”.

Pero, los hechos anteriores fueron sólo el comienzo de una gran y fructífera carrera, ya que la doctora Velázquez —a quien se recuerda como fundadora del actual Departamento de Microbiología e Inmunología de la FMVZ— trabajó en diferentes áreas de la MVZ:

| En el aislamiento de agentes infeccio-sos; desarrollo de técnicas diagnósti-cas, así como producción, control de calidad y evaluación de vacunas y otros productos biológicos.

| En investigación en rabia, brucelosis, toxoplasmosis, fiebre porcina clási-ca, gastroenteritis transmisible del cerdo, encefalitis equina y, por su-puesto, fiebre aftosa, entre muchas otras enfermedades que afectan a los animales.

| Es precursora en México y América Latina de la aplicación de técnicas y procedimientos como inmunoflores-cencia, pruebas de inhibición de ma-crófagos, anticuerpos monoclonales y microscopía electrónica (la Unidad de Microscopía Electrónica de la FMVZ, lleva su nombre).

| Dedicó gran parte de su vida a la for-mación de nuevas generaciones de MVZ, de académicos e investigado-res: en un texto elaborado en 1990, el doctor Juan Garza Ramos, ex direc-tor de la Facultad, escribió respecto

de la vocación docente de nuestra homenajeada: “La doctora Velázquez es una educadora, dedicada a la for-mación humana, también servidora devota de la enseñanza, la capacita-ción, el adiestramiento y la actualiza-ción. Entre sus alumnos se encuentran nombres que han dejado honda huella en la profesión, en aspectos médicos, de salud pública y de producción de alimentos derivados de la ganadería”.

En ese mismo texto —escrito a raíz del emeritazgo de la doctora Velázquez en la UNAM— el doctor Garza señala que ella fue formadora de grupos independien-tes en la propia FMVZ, en la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán, en la Universidad Autónoma Metropolitana (Plantel Xochimilco) y en lo que hoy es el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias.

Durante su trayectoria académi-ca y profesional, la doctora Aurora re-cibió una gran cantidad de premios y reconocimientos, entre los que desta-can el Nacional de Sanidad Animal, el Banamex de Ciencia y Tecnología, y Al Mérito que otorga la Unidad Nacional

Veterinaria; fue designada Profesora Emérita por la Máxima Casa de Estudios del país y Académica Emérita por la Academia Veterinaria Mexicana, de la cual fue fundadora. Su trabajo fue reco-nocido por organismos internacionales como la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Texto: Virginia Galván Pintor.

Publicaciones consultadas

� “Nuestros Maestros”. Tomo II. Libro publi-cado por la Dirección General del Personal Académico de la UNAM en 1992. En éste se publica el texto del doctor Juan Garza Ramos, al que hacemos referencia.

� “Historia de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, 1853-2003”. Libro pu-blicado por la FMVZ-UNAM en el 2003.

� “Imagen Veterinaria”. Vol. 1, Núm. 1, julio de 2001. Revista publicada por la FMVZ-UNAM.

� “Las primeras mujeres médicas veterinarias zootecnistas en México”, trabajo de ingreso a la Sociedad Mexicana de Historia de la MVZ. Autora: MVZ María de Jesús Tron Fierros, aca-démica de la FMVZ-UNAM, 2011.

� InfoVET: números 1, julio 9 de 2001; 105, mayo 23 de 2006; 109, agosto 14 de 2006. Boletín in-formativo de la FMVZ-UNAM.

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En el homenaje por 60 años de vida académica, en mayo de 2006. Foto: Virginia Galván Pintor.

En el homenaje a los profesores eméritos de la Facultad, en mayo de 2001. Foto: José Ernesto Ayala.

en VidA, diVersos homenAjes pArA unA de lAs más grAndes líderes de lA mVz

profesorA eméritA

En vida, la doctora Aurora Velázquez Echegaray fue motivo de una gran can-tidad de homenajes, algunos de los cuales, los últimos, recordamos en este texto.

En mayo del 2001, en el marco del Día del Maestro y como parte de los preparativos para la celebración de los 150 Años de Educación Veterinaria en América (que se realizaría en el 2003), la Dirección de la FMVZ llevó a cabo el Homenaje a los Profesores Eméritos, que para ese año eran sólo seis: Aurora Velázquez Echegaray (designada en 1988), Manuel Ramírez Valenzuela (1981), Aline Schunemann de Aluja (1985), Manuel Chavarría Chavarría (1988), Héctor Quiroz Romero (1999) y José Manuel Berruecos Villalobos (2001).

Aquella ceremonia tuvo como sede el auditorio Pablo Zierold Reyes de Ciudad Universitaria, a donde acudie-ron directivos de varias dependencias universitarias, representantes de ins-tituciones de enseñanza de MVZ y de organismos nacionales e internaciona-les, así como académicos y alumnos de nuestra Facultad. Todos reunidos para reconocer el trabajo de líderes como la doctora Aurora Velázquez Echegaray.

En el 2001, el director de la Facultad era el doctor Luis Alberto Zarco Quintero, quien al referirse a los profesores eméritos, dijo: “La desig-nación como profesor o investigador emérito es el reconocimiento que me-jor refleja los sentimientos de una co-munidad hacia sus más distinguidos y comprometidos académicos”, pues a través de ellos “una Facultad como la

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nuestra revive su historia, se enorgullece de su presente, y se proyecta y compro-mete hacia el futuro”.

CINCUENTA Y CINCO AÑOSDE LABOR ACADÉMICA

También en el 2001, pero el 15 de agos-to, el Departamento de Microbiología e Inmunología rindió homenaje a la doc-tora Velázquez Echegaray, quien ese año festejaba 55 años de labor académica.

En esa ceremonia, varios fue-ron los profesores e investigadores que hablaron sobre la vida y obra de la homenajeada: la doctora Laura Patricia Noé, quien se refirió a su lado humano; el doctor Antonio Verdugo Rodríguez, quien habló de su vocación como formadora de académicos, pro-fesionales e investigadores; el doctor Juan Garza Ramos, quien destacó su actividad académica, su personalidad, carácter y gustos; el doctor Ricardo Cuetos Collado, quien hizo referencia a su labor en las funciones sustantivas

de la UNAM: docencia, investigación y difusión de la cultura, y la recordó como fundadora del Departamento de Microbiología e Inmunología; los doc-tores Juan Gay Gutiérrez y Manuel Gay Gutiérrez, quienes resaltaron sus con-tribuciones en pro de la solución de los problemas que afectan al país en el área de la MVZ.

Como parte de este homena-je, se efectuaron una serie de con-ferencias sobre temas en los que la doctora Velázquez Echegaray hizo importantes aportaciones: “Salud animal-salud pública”, “Infl uenza aviar en México” y “Enfermedad hemorrági-ca viral de los conejos, la experiencia mexicana”.

El siguiente párrafo (leído por la doctora Laura Patricia Noé en aquella emotiva ceremonia), refl eja el sentir de nuestra comunidad por la homenajeada: doctora Velázquez, “por favor escuche atenta, porque cada uno de los aplausos que aquí le expresen tiene como mensaje

reconocimiento, gratitud, admiración, respeto, cariño, júbilo, en síntesis, el sen-timiento más humano, el amor”.

UNA VIDA DEDICADAA LA FMVZ

El 19 de junio de 2006, el Departamento de Microbiología e Inmunología y la Dirección de la FMVZ realizaron un nuevo homenaje a la doctora Aurora Velázquez, quien ese año cumplía 60 años de vida académica: “El objetivo de este acto es reconocer la trayectoria de una mujer que ha formado a miles de alumnos y a cientos de académicos e investigadores; a una profesional de la MVZ que es considerada pionera, en México, del aislamiento de agentes infecciosos, del desarrollo de técnicas diagnósticas, así como de la producción, control de calidad y evaluación de vacu-nas y de otros productos biológicos”.

Durante el evento, se proyectó un video producido en la propia Facultad

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en el que compañeros de trabajo, ami-gos y personas a las que la doctora Velázquez formó primero como alum-nos de la carrera de MVZ y después como académicos, hablaron sobre la vida de ella como alumna, profesora, investigadora, profesionista, deportista, consejera y guía, pero desde el punto de vista de la convivencia. De esta forma, en el video aparecieron personalidades como las siguientes:

Ernesto Bätchold, quien se refi rió a la homenajeada como un baluarte de la medicina veterinaria y zootecnia; Héctor Quiróz Romero, quien la califi có como una mujer inteligente e intuitiva; Isabel Benitez, quien entre otros aspec-tos, la evocó como una excelente juga-dora de pin pon; Aline Schunemann de Aluja, quien narró anécdotas de cuando eran estudiantes; Moisés Fraire Chacón, quien en tono chusco habló de la for-ma en que él y ella desarrollaban inves-tigaciones; Juan Garza Ramos, quien resaltó la faceta de la doctora como

formadora y guía de académicos y pro-fesionales; Francisco Suárez Güemes, quien la rememoró como compañera de viajes y destacó su rango de profesora emérita de la UNAM y académica de la Academia Veterinaria Mexicana; Juan Gay Gutiérrez, quien hizo referencia a su forma de pensar y de sentir; María Luisa Fraire, quien durante más de 30 años fue su secretaria; Ricardo Cuetos Collado, quien habló de sus enseñanzas no sólo como profesora, sino también como per-sona; Myrna Alicia Vicencio, quien puso énfasis en su sentido humano; Antonio Verdugo Rodríguez, quien recalcó su avidez por el conocimiento no sólo en MVZ, sino también en campos como la vida política del país; Francisco Basurto Alcántara, quien habló, entre otros as-pectos, de su gusto por el danzón.

Intercalando fotografías de años pasados y recientes, en el video también participaron académicos como Nuria de Buen, Laura Patricia Noé, Raymundo Iturbe, Hilda Castro Gómez, Juan

Antonio Montaráz Crespo, Alejandro de la Peña, Laura Cobos Marín, Francisco Trigo Tavera... En fi n, una gran cantidad de personas dando un mensaje a la homenajeada.

Al término de este video se pro-yectaron otros dos, más cortos, a través de los cuales médicos veterinarios zoo-tecnistas que trabajan en el extranjero —y que fueron formados por la doctora Aurora Velázquez— se unían al festejo.

Aquella ceremonia concluyó con la entrega simbólica de un reconocimien-to escrito, enmarcado, para la doctora Aurora Velázquez, que a la letra dice: “La Universidad Nacional Autónoma de México otorga el presente diploma a la profesora emérita Aurora Velázquez Echegaray, como un testimonio de gra-titud y reconocimiento por su desta-cada labor docente en la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, a lo largo de 60 años”. Texto: Virginia Galván Pintor.

En el 2001, a raíz del homenaje por sus 55 años de labor académica, la doctora Aurora Velázquez se fotografi ó con el personal del Departamento de Microbiología e Inmunología. Foto: cortesía Laura Patricia Noé Martínez.

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AurorA pugnó siempre porque lA mV fuerA de lA mAno de lA medicinA pArA humAnos

Entrevista con Aline Schunemann de A.

La doctora Aline Schunemann de Aluja, profesora emérita de la UNAM por la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, fue una de las personas que mantuvo una estrecha relación con la doctora Aurora Velázquez Echegaray, y es que, mientras Aurora pasó a la his-toria como la segunda mujer que estu-dió en México la carrera de MVZ, Aline lo hizo como la quinta.

Pareciera que el destino se empe-ñó en entrelazar las vidas de estas dos líderes de la MVZ, pues ambas se con-virtieron en formadoras de profesio-nales, académicos e investigadores y fueron nombradas profesoras eméritas de la UNAM por la gran valía de su tra-bajo en la academia.

Al recordar la gran cantidad de momentos que compartió con Aurorita —como la llama— la doctora Aline recuerda: “Cuando entré como alum-na a la entonces Escuela de Medicina Veterinaria, la doctora Aurorita estaba en años superiores y era ayudante del doctor Fernando Camargo, un excelen-te virólogo y bacteriólogo; ahí nació nuestra amistad”.

En su laboratorio del edificio uno, la doctora rememora: “Cuando llegué a dicha escuela no hablaba bien español, pero la doctora Aurora me ayudó y me dio ánimos para seguir adelante. Ella siempre estaba lista para ayudar a los demás”.

Tras señalar que una de las prin-cipales características de la doctora Velázquez fue la lealtad, nuestra entre-vistada evoca: “Hay tres aspectos que recuerdo mucho de ella, su gran senti-do del humor —siempre reía—, su gus-

to por los viajes y su gran lealtad como amiga y compañera de trabajo”.

La doctora Schunemann de Aluja comenta que como profesora, la docto-ra Aurora era excelente y muy estricta; sus alumnos le tenían mucho respeto, porque era muy exigente.

Y agrega: “Fue una de las primeras virólogas en nuestro país, pues cuando fue estudiante, el profesor Fernando Camargo vio su talento y la formó en esa área, en la que destacó y realizó im-portantes trabajos, por ejemplo en fie-bre aftosa y rabia, entre muchas otras enfermedades”.

Aurora Velázquez —añade— fue una mexicana ejemplar en diversos as-pectos, ya que, siguiendo el ejemplo del doctor Camargo, formó a cientos de académicos e investigadores y puso todo su empeño para contribuir al de-

sarrollo de las ciencias veterinarias, especialmente, para que éstas fueran respetadas.

Ella fue una de las primeras pro-fesionales del área que pugnó porque las ciencias veterinarias fueran de la mano de la medicina para humanos y la epidemiología —dice la doctora Aline— y menciona: “Trabajamos jun-tas en diversos casos, pero el que más recuerdo es cuando una clostridiasis mató a muchos animales, allá por San Luis Potosí. A mí, como patóloga, me enviaron a analizar los cadáveres. Un día, ella se acercó a lugar donde yo efectuaba mis actividades y al ver la necropsia que hacía, de inmediato me señaló una lesión y me dijo: tómale muestras a esto… y sí, ahí estaba el agente causal; era muy aguda en la observación”.

“Aurorita: me haces mucha falta”.

Aline Schunemann y Aurora Velázquez. Foto: cortesía Ricardo Cuetos Collado.

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AplicAr sus enseñAnzAs en nuestro quehAcer cotidiAno, el mejor homenAje

Entrevista con Juan Garza Ramos

Más que sentirnos tristes por la par-tida de la doctora Aurora Velázquez Echegaray, quienes conformamos el gremio de los MVZ debemos sentirnos contentos y orgullosos, porque ella cumplió su ciclo de vida completo y porque más que formar a profesiona-les, académicos, especialistas e investi-gadores, formó a personas capaces de aplicar el conocimiento a la solución de problemas, así como a la mejora de la sociedad, de la ganadería, de las ins-tituciones donde servimos… a la me-jora de México.

Lo anterior fue expresado por el doctor Juan Garza Ramos, académico del Departamento de Microbiología e Inmunología de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, quien agregó que para la doctora Velázquez la problemáti-ca nacional siempre fue motivo de preocupación, por lo que se empe-ñó en formar ciudadanos capaces de dar respuesta a las necesidades y demandas del país en los diferentes ámbitos de la MVZ. En este sentido: “El mayor y mejor homenaje que le podemos hacer es aplicar y transmitir sus enseñanzas en nuestro quehacer cotidiano”.

En entrevista, el doctor —con-siderado una de las personas más cercana a nuestra homenajeada— aprovechó el espacio de Infovet para hacer una invitación a la comunidad de la FMVZ: “Realicemos un homena-je permanente a la doctora, haciendo que sus enseñanzas y ejemplos perdu-ren en las actuales y en las subsecuen-tes generaciones”.

Al recordar cómo inició su relación con la homenajeada, el doctor Garza, ex director de la Facultad, comentó que cuando él era estudiante de licenciatu-ra, su profesor de virología y enferme-dades virales fue el doctor Fernando Camargo Núñez, destacado MVZ, líder en la época de la fiebre aftosa, quien al conocer sus intereses en virología e inmunología, lo envió a trabajar con la doctora Velázquez, quien lo incorporó a su equipo como auxiliar de laborato-rio: “Durante 1963 me la pasé lavando pipetas, limpiando el laboratorio, este-rilizando material y participando en la impartición de las prácticas de inmu-nología y virología. En 1964, la docto-ra me apoyó para promoverme como ayudante de profesor”.

Autor de la reseña sobre la vida y obra de la doctora Velázquez, publi-cada en el libro “Nuestros Maestros” (UNAM 1992), el doctor explicó que en la época a la que se refiere el número de profesores de tiempo completo era de 12, por lo que la doctora Aurora se dio a la tarea de formar equipos: “Este es un gran ejemplo que deberíamos de retomar, pues actualmente hay mucha tendencia a trabajar de manera indivi-dual; sin embargo, la labor en equipo tiene muchas bondades y ventajas”.

Otro ejemplo que deberíamos de retomar —subrayó— es su visión integral de las situaciones, y es que, como regla general, nuestra formación académica y profesional tiende a res-tringirse a nuestra especialidad; por el contrario, la doctora sustentaba que los problemas son resueltos por quie-nes tienen la capacidad de integrar y orientar los diferentes puntos de vista.

La doctora Velázquez fue una mujer brillante y modesta (virtudes difíciles de compaginar), aguda, sagaz y con una personalidad estimulante —aseguró el doctor— quien precisó que éstas y muchas otras virtudes hi-cieron posible que ella y, por ende, la Facultad, se vinculara con quienes es-tablecían las políticas públicas en la industria farmacéutica, de diagnósti-co, de enfermedades, de salud animal, etcétera: “Durante mucho tiempo, sus opiniones y propuestas fueron suma-mente importantes en el área de la MVZ”.

También durante mucho tiempo —concluyó— fue jefa de lo que hoy es el Departamento de Microbiología e Inmunología, y cuando dejó de serlo, formó, orientó y apoyó a quienes tu-vieron la oportunidad de desempeñar ese cargo.

Aurora Velázquez. Foto: cortesía Ricardo Cuetos Collado.

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AlumnA y mAestrA, colAborAdorA y jefA, pero, sobre todo, grAndes AmigAs

Entrevista con Laura Patricia Noé Martínez

La doctora Laura Patricia Noé Martínez, del Departamento de Microbiología e Inmunología, es una de las académicas de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia a quien entre-vistó Infovet, como parte del homenaje póstumo a la doctora Aurora Velázquez Echegaray, y es que, ellas fueron alumna y maestra, colaboradora y jefa, pero, sobretodo, amigas.

En su cubículo del edificio tres, la doctora Laura Patricia señala: “Como maestra siempre la admiré”, porque sus clases eran comprensibles y claras, y porque impartía los temas con tal sencillez, que facilitaba el aprendizaje de los alumnos. “Ella acostumbraba darnos información para que la analizáramos y, a partir de ese análisis, estructurar el conocimiento. Su ob-jetivo era que el estudiante buscara el conocimiento, que lo manejara y lo aplicara”.

Como jefa —agrega la doctora— no se le escapaba ningún detalle, sabía lo que todos y cada uno de sus cola-boradores hacía y cómo lo hacía, y conocía perfectamente el potencial tanto del personal académico como del adminis-trativo. Tenía un don de gente impresionante y era muy inteli-gente, lo que le permitía coordinar al personal sin problemas y propiciar un excelente ambiente.

Al hablar de su amistad, la doctora rememora: “Cuando el Departamento de Virología e Inmunología se fusionó con el de Microbiología, y la doctora se retiró de la jefatura, vino un día a mi cubículo y me dijo que además de compañera de trabajo, quería ser mi amiga. Y así fue, entablamos una amistad basada en el respeto, la confianza, la lealtad y la ho-nestidad. Hablábamos de la vida universitaria, de la situación económica y social del país, de nuestras familias, de nuestros sueños… en fin, de muchas cosas.

Durante la charla, la doctora Laura Patricia —quien en 1970 ingresó al entonces Departamento de Virología e Inmunología— comenta que entre las muchas virtudes que siempre admiró en la doctora sobresalen su sabiduría, su in-teligencia y su lealtad; la sabiduría e inteligencia las aplicaba en todas las actividades que realizaba, académicas, profesio-nales y personales, y en cuanto a su lealtad, baste con men-cionar que en la Facultad ayudó a mucha gente, de todos los niveles, sin decir nunca nada.

Otras cualidades que siempre le admiré fueron su con-gruencia en el decir y actuar, y su actitud emprendedora; siempre lograba lo que se proponía; ejemplo de ello fue

cuando planteó la posibilidad de que en la Facultad se hi-ciera constatación: “Siendo una persona reconocida por la industria químico-farmacéutica y contando con el permiso correspondiente por parte de la UNAM, la doctora ofreció el servicio de constatación a los laboratorios, que efectuaban aquí pruebas de pureza, esterilidad, de potencia, etcétera, generando recursos económicos que se utilizaban para el crecimiento del propio departamento”.

La constatación llegó a su climax con la doctora Velázquez —asegura nuestra entrevistada— quien agrega que posteriormente, durante el auge de los biológicos ve-terinarios, muchos laboratorios extranjeros se acercaron a la Facultad, generando recursos que se utilizaban también en la adquisición de equipos, cristalería, reactivos, medios de cultivo, etcétera y para la docencia: “Era una actividad altamente productiva que se dio gracias a la doctora y a la situación de la época, ya que el rubro de la sanidad animal no contaba con un laboratorio que compitiera con el de la UNAM”.

Para finalizar, comenta: “Ante el fallecimiento de la doc-tora Aurora Velázquez, me comuniqué con un amigo para darle la desafortunada noticia; entonces, el me preguntó que a quién había que darle el pésame, y yo le contesté, a la profe-sión médica veterinaria, a la Universidad Nacional Autónoma de México y a la nación”.

Laura Patricia Noé y Aurora Velázquez, en el Departamento de Microbiología e Inmunología . Foto: cortesía L. Patricia Noé Martínez.

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su trAbAjo impActó no sólo en microbiologíA e inmunologíA, tAmbién en áreAs como AVes y cerdos

Entrevista a Ricardo Cuetos Collado

En México, como en otras naciones, a la doctora Aurora Velázquez Echegaray se le recuerda como una de las primeras mujeres mexicanas que estudió y ejerció la carrera de medicina veterinaria y zoo-tecnia, como formadora de cientos de profesionales y académicos en el área de la microbiología e inmunología, y como uno de los destacados MVZ que ayudó a erradicar la fiebre aftosa en el país, en los años cuarenta. Sin embargo, el trabajo y las aportaciones de esta extraordinaria mujer abarcaron otras áreas de la MVZ, como las de aves y cerdos, en las cuales también formó a una gran cantidad de alumnos, profesores e investigadores.

Así se expresó el doctor Ricardo Cuetos Collado, del Departamento de Microbiología e Inmunología de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, quien tuvo el privilegio de ser alumno y, posteriormente, colaborador de la doctora Aurora Velázquez.

En entrevista, el doctor Cuetos Collado —quien desde hace 48 años imparte clases en nuestra Facultad— señaló que en las áreas de aves y cer-dos la doctora Velázquez también hizo grandes contribuciones, ejemplo de ello es la siguiente información que se puede constatar en los anales de la historia de la MVZ en México: En 1945, los médicos Aurora Velázquez Echegaray, Guadalupe Suárez Michel, Manuel Ramírez Valenzuela, Ernesto y Martín Bächtold, lograron aislar las ce-pas Iztapalapa y Querétaro e iniciaron la producción de vacuna contra la enferme-dad de Newcastle y antígeno para IH, al igual que la vacuna cristal violeta contra el cólera porcino.

En la oficina de Infovet, el doctor Cuetos —quien debido a lazos familia-

res estuvo siempre cerca de la doctora Aurora— comentó que en el área de aves, nuestra homenajeada asesoró a diversas granjas avícolas (patología) con excelen-tes resultados: “Creo que esto poca gente lo sabe”.

Otro aspecto que poca gente co-noce —continuó— es su incursión en la llamada enseñanza productiva, es decir, aquella que compagina la formación de recursos humanos con la producción de bienes y servicios, a fin de establecer nuevas fuentes de financiamiento para la FMVZ: “Mediante la constatación, la doctora consiguió una gran cantidad de recursos económicos para lo que hoy es el Departamento de Microbiología e Inmunología”.

La doctora nos dejó un gran legado en el aislamiento de agentes infeccio-sos, desarrollo de técnicas diagnósticas, aplicación de técnicas y procedimientos como inmunofluorescencia, pruebas de

inhibición de macrófagos y anticuerpos, entre muchos otros —añadió el doc-tor— quien manifestó que el ejemplo de esta líder de la MVZ debe de perdurar generación tras generación: “Una de las formas de hacerlo es mediante noso-tros, los académicos, quienes podemos transmitir sus enseñanzas, contar su historia, seguir su ejemplo de entrega y compromiso.

“La doctora tuvo muchas virtudes; era humilde y solidaria (ayudó a mucha gente, incluso económicamente, para que continuara con sus estudios); sabía escuchar a la gente, que muy a menudo la visitaba para pedirle consejos; no era pretenciosa y siempre sonreía”.

Sus últimos años los vivió tranqui-la, en su casa. No sufrió por cuestiones de salud. En ocasiones, acompañada de alguna persona, vino al lugar que tan-to amó y ayudó a crecer, la FMVZ de la UNAM, concluyó el doctor.

Aurora Velázquez inoculando embriones de pollo. Foto: cortesía Ricardo Cuetos Collado.

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