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103.2008: 507-525 Indfgenas deI Grienteperuano segun un manuscrito deI jesuita JuanMagnin (Borja 1743) Maria Susana Cipolletti I Introduccion Abstract. - Unlike the mis.sions ofthe Maynas Province, where the Jesuitsrefused non.Indians the permission to settle, the viI. lage of Borja, founded in 1619 on the banks of the Marafion river (in today's departrnent of Loreto, Peru) was inhabited by a mixed population. The until now unpublished manuscript, au- thored by the Swiss Jesuit missionary, Juan Magnin, who was the pastor in Borja between 1739 and 1744, vividly and metic- ulously describes the lire and the strategies of survival of the indigenous inhabitants of that settlement. The document also chronicles the emergenceof social stratification in the indige- nous comrnunities of the area and the gradual appearanceof the Peruvian colonial society. [Amazonia, Peruvian Rain Forest, indigenouspopulation, Jesuit missions, indigenous resistanceJ Aunque teiiidos aveces de subjetividad, otras ve- ces po» la ausencia de rasgos de las sociedades indfgenas, es decir, de aquello que no pudieron re- conocer en ellas en el momento historico en que actuaron, los escritos jesufticos proporcionan in- formaciones Sill las cuales nuestro conocimiento deI pasado indfgena en las tierras bajas al este de los Andes serfa pauperrimo. Ademas de obras que transmiten un panorama general de la actua- cion de los jesuitas entre las sociedades indfgenas, otras ofrecen informaciones precisas sobre un lu- gar determinado; a esta ultima categorfa pertenece el documenta publicado aquf, aparentementepar primera vez. Escrito en Borja en 1743 par el je- suita Juan Magnin, muestra la situacion indfgena y deI asentamiento a 10 largo de ese afio y de unos pocos arios anteriores, y actiia asf corno una es- pecie de lupa con la que contemplamos solo una parte de un cuadro: si bien la extension deI cam- po visual es reducida, los detalles san sumamen- te nftidos. Ademas de una descripcion de la vida en el asentamiento, este escrito contiene valiosas informaciones, entre otras, sobre las expediciones al hinterland, cuyo fin era tanto capturar indfge- nas que vivfan en. libertad para proveer de mano de obra a los habitantes de Borja, corno capturar a los que se habfan fugado de allf, y el papel que cumplfan en ellas no solo los pocos soldados dispo- nibles, sinD tambien indf~enas asentados en Borja, Maria Susana CipoUetti, etn6loga, Dr. phil. por la Ludwig- Maximilians-Universidad de Munich, catedratica no numera- ria por la Rheinische Friedrich-Wilhelms-Universidad de Bonn (Instituto VII, Departamento de americanistica precolombina y etnologia). Editora de BAS (Bonner Amerikanistische Studien). Extensos trabajos de campo en la selva ecuatoriana y en los Andes argentinos.- Campos de investigaci6n: tradici6n oral de las tierras bajas sudamericanas, shamanismo, etnohistoria. Prin- cipales publicaciones: "Artifacts and Society in Amazonia" (ed., Markt Schwaben2002); "Los mundos de abajo y los mundos de arriba. Individuo y sociedaden las tierras bajas y en los Andes. Festschrift Gerhard Baer" (ed., Quito 2004); "La tentaci6n deI mal: Historia de vida de un shaman secoya (Amazorna ecua- toriana)" (junto con Femando Payaguaje, Quito 2008). Vease tambien bibliografia. "Esta tentacion, de huirse al moDle los yndios, es la mast ordinaria, q [que] padecen los destaCiud. Sus parlos gon frequen-/tementesobreesse punto: q si se huyeran, yrian a tal, yl tal paraje; a tal, y tal sitio; q assi, y assi vivieran: que/tales, y tales chagras tendrian: tales, y tales bodas: tale!;. vi tales borracheras" (Mal!nin 1743:f. 7).

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Indfgenas deI Griente peruano segun un manuscritodeI jesuita Juan Magnin (Borja 1743)

Maria Susana Cipolletti

I

IntroduccionAbstract. - Unlike the mis.sions ofthe Maynas Province, wherethe Jesuits refused non.Indians the permission to settle, the viI.lage of Borja, founded in 1619 on the banks of the Marafionriver (in today's departrnent of Loreto, Peru) was inhabited bya mixed population. The until now unpublished manuscript, au-thored by the Swiss Jesuit missionary, Juan Magnin, who wasthe pastor in Borja between 1739 and 1744, vividly and metic-ulously describes the lire and the strategies of survival of theindigenous inhabitants of that settlement. The document alsochronicles the emergence of social stratification in the indige-nous comrnunities of the area and the gradual appearance ofthe Peruvian colonial society. [Amazonia, Peruvian Rain Forest,indigenous population, Jesuit missions, indigenous resistanceJ

Aunque teiiidos aveces de subjetividad, otras ve-ces po» la ausencia de rasgos de las sociedadesindfgenas, es decir, de aquello que no pudieron re-conocer en ellas en el momento historico en queactuaron, los escritos jesufticos proporcionan in-formaciones Sill las cuales nuestro conocimientodeI pasado indfgena en las tierras bajas al estede los Andes serfa pauperrimo. Ademas de obrasque transmiten un panorama general de la actua-cion de los jesuitas entre las sociedades indfgenas,otras ofrecen informaciones precisas sobre un lu-gar determinado; a esta ultima categorfa perteneceel documenta publicado aquf, aparentemente parprimera vez. Escrito en Borja en 1743 par el je-suita Juan Magnin, muestra la situacion indfgena ydeI asentamiento a 10 largo de ese afio y de unospocos arios anteriores, y actiia asf corno una es-pecie de lupa con la que contemplamos solo unaparte de un cuadro: si bien la extension deI cam-po visual es reducida, los detalles san sumamen-te nftidos. Ademas de una descripcion de la vidaen el asentamiento, este escrito contiene valiosasinformaciones, entre otras, sobre las expedicionesal hinterland, cuyo fin era tanto capturar indfge-nas que vivfan en. libertad para proveer de manode obra a los habitantes de Borja, corno capturara los que se habfan fugado de allf, y el papel quecumplfan en ellas no solo los pocos soldados dispo-nibles, sinD tambien indf~enas asentados en Borja,

Maria Susana CipoUetti, etn6loga, Dr. phil. por la Ludwig-Maximilians-Universidad de Munich, catedratica no numera-ria por la Rheinische Friedrich-Wilhelms-Universidad de Bonn(Instituto VII, Departamento de americanistica precolombina yetnologia). Editora de BAS (Bonner Amerikanistische Studien).Extensos trabajos de campo en la selva ecuatoriana y en losAndes argentinos. - Campos de investigaci6n: tradici6n oral delas tierras bajas sudamericanas, shamanismo, etnohistoria. Prin-cipales publicaciones: "Artifacts and Society in Amazonia" (ed.,Markt Schwaben 2002); "Los mundos de abajo y los mundos dearriba. Individuo y sociedad en las tierras bajas y en los Andes.Festschrift Gerhard Baer" (ed., Quito 2004); "La tentaci6n deImal: Historia de vida de un shaman secoya (Amazorna ecua-toriana)" (junto con Femando Payaguaje, Quito 2008). Veasetambien bibliografia.

"Esta tentacion, de huirse al moDle los yndios, es la mastordinaria, q [que] padecen los desta Ciud. Sus parlos gonfrequen-/temente sobre esse punto: q si se huyeran, yriana tal, yl tal paraje; a tal, y tal sitio; q assi, y assi vivieran:que/tales, y tales chagras tendrian: tales, y tales bodas:tale!;. vi tales borracheras" (Mal!nin 1743: f. 7).

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cuya crueldad superaba a menudo la de los solda.dos.

Borja, un asentamiento peculiar

Borja era, segun las fuentes, la "cabeza" 0 "capital"de la provincia, y ocupa un lugar especial entre losasentamientos de la provincia jesuftica de Maynas 1.Fundada por pobladores de Loja (actual Ecuador),su poblaci6n indfgena tue repartida en encomien-das. Su estatus era diferente al de las misiones, yaque tenfa estatus de curato; el cura a cargo deI mis-mo recibfa un sueldo pagado por las Cajas Reales.Ademas, era un centro de operaciones para las ex-pediciones de castigo y "entradas" al interior paraapresar indfgenas libres, dado que sus pobladoresactuaban corno soldados. EI jesuita Maroni escribecon cierto sarcasmo que en Borja vivfan menüs detreinta mestizos pobres, de los cuales uno desempe-fiaba el oficio de teniente deI gobernador y "los de-mag tienen el nombre de soldados" (Zarate [1735]1988b: 402). La efectividad de los escasos soldadoshubiera sido aun menor de no haber contado conla ayuda de indfgenas maina, xebero y otros, que,corno veremos mag adelante, jugaron un importantepapel en las expediciones (vease el tratamiento deun fen6meno similar con respecto a indfgenas defiliaci6n caribe, en Venezuela y Guayana en White-head 1990).

En Borja y sus cercanfas habitaban en epocastempranas de su fundaci6n sobre todo maina2 yun pequefio numero de andoa, con el tiempo seconvirti6 en un conjunto multie:tnico formado poralgunos individuos de numerosas etnias (ahuar6n,tonton, napo, cunivo, xebero, chonchu, cahuamari,shimigaye, pinche, yucal, urainina, yameo, pano,jfbaro y sapara; Magnin [1740] 1988: 474). A es-casas leguas de distancia de Borja se hallaban tres

anexos 0 asentamientos satelites: en San Ignacioy Santa Teresa vivian maina tributarios y en untercero andoa libres (Zarate 1735). En 1743, cuan-do Magnin redacta el documento aqui tratado, lapoblaci6n total ascendia a '330 personas (Magnin1743: f. 12).

La fundaci6n de Borja se debi6 a Diego Bacade Vega, un poblador de Loja y mag tarde gober-nador de la provincia, quien solicit6 permiso de 1aAudiencia de Quito para fundar una ciudad a orillasdeI Maraii6n. Iniciada en 1619, fue ast uno de losasentamientos mag tempranos al este de los Andesen esta regi6n. Anteriores expediciones, corno lasde Salinas Loyola en 1557-58 Y 1564, habian yatenido contacto con los indigenas que habitaban enla regi6n, los maina, cuya fOra de algod6n cuida-dosamente pintada, y sus escudos y lanzas, en losque estaban insertadas plumas de diversos colores,habian despertado la admiraci6n de los integrantesde las mismas.3 En poco tiempo, los maina vieronocupado su territorio, perdieron su libertad y fueronsujetos a duros trabajos y malos tratos por partede los encomenderos, 10 cual inaugur6 un procesode violencia y decimaci6n que se prolong6 durantetoda la epoca colonial. Su nombre fue utilizado paradenominar la provincia jesuitica posterior.

Para fundar Borja se eligi6 una amplia plani-cie, adecuada para hacer chacras, en las cercaniasdeI Pongo de Manseriche,4 un estrechamiento en elrio Maraii6n, con peligrosos rapidos que en epocade creciente obstaculizaban la navegaci6n (Chantrey Herrera 1901: 45s., Magnin [1740] 1988: 467).5Una tradici6n maina, recogida en esa epoca, relatala hazaiia deI primer shaman, que obtuvode la dei-dad la parafemalia necesaria para ejercer su oficio.Para los maina, el Pongo no era un mero accidenteorografico, segno su tradici6n oral, se habia origi-nado por el encuentro de dos dioses que surcabanel rio en direcciones contrarias. En una cueva en 10alto deI Pongo vivia la deidad, cuya mujer era unaboa. Tres antepasados se atrevieron a visitar la cue-va, uno s610 sobrevivi6, y, al regresar, trajo consigotodas las medicinas conocidas, que le habian sidoentregadas por el dios (Maroni [1738] 1988: 170s.,vease tambien Figueroa [1661] 1904: 234s.)

Dado que la regi6n pertenecia a la Audiencia deQuito, se viajaba hacia ella a partir de esta ciudad.Se trataba de una ardua empresa: despues de re-

Bajo este nombre 0 el de "misiones deI Marafi6n" se conociala extensa regi6n que abarcaba zonas de los actuales Peruy Ecuador. Sus limites aproximados eran al reste los con-trafuertes andinos, hacia el Sill el Pongo de Manseriche. EIrio Putumayo marcaba la frontera norte, mas alla comenzabala Misi6n de Sucumbios, a cargo de los franciscanos (SelvaAlegre 1754: 280s.; Veig11785: 53). Hacia el este, la misi6nde Pebas marcaba la frontera oriental. Administrativamente,Maynas dependia de la Audiencia de Quito y, por un tiem-po breve, de la de Santa Fe. En 1802 tue colocada bajo lajurisdicci6n deI Virreinato deI Peru.Para evitar confusiones denomino maina a la etnia, Maynasa la Provincia. La filiaci6n de los maina no es clara: paraSteward y Metraux (1948: 628) se trata de un grupo zaparo,mientras que Taylor (1986: 280ss.) mega tal posibilidad,hallandolos muy similares - seglin los rasgos culturalescon los que aparecen en las fuentes antiguas - a los jibaroribereiios.

3 Salinas Loyola [1571] 1897: 201, vease tambien Grohs1974: 27, 36ss.; Jaramillo Alvarado 1938: 37ss., Taylor1986: 267s., 276ss.

4 Fango dei quechua punku, "puerta". Chantre y Herrera(1901) 10 llama Fango de Manzanique.

5 Con respecto a la situaci6n geografica de Borja a partir dediversas fuentes y mapas vease illioa (1961: 14-16).

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509"Nostalgia dei monte"

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Mapa: La parte central de la provincia de Maynas

gueroa [1661] 1904: 9s.; Chantre y Herrera 1901:130s.). Bajo la expresi6n "pacificaci6n" debemosentender que, si bien los maina no gozaron de maglibertades que anteriormente, la intervenci6n jesui-tica 10gr6 suavizar los malos tratos a los que selos sometia. Sill fuerzas suficientes para resistir elnuevo orden de cosas, los indigenas optaron par laestrategia de la fuga, que continuara durante todala epoca colonial. La situaci6n de los encomende-ras es descrita ast par Figueroa ([1661] 1904: 23):"anocheciendo muchas vezes con encomienda yamaneciendo Sill ella, despojados de herramientas,canoas y otras cosas, y Sill teller quien los substentey sirba".

Si bien las fugas al hinterland eran un serio obs-taculo para el desarrollo deI asentamiento, no eTael 6nico. Corno otras regiones al este de los Andes,su situaci6n geografica descartaba la inserci6n enuna red de comercio superlocal (Grohs 1974: 39;Cipolletti 1999b), limitandose al comercio en pe-quefia escala deI achiote (colorante, Bixa orellana)y tabaco (Zarate [1739] 1988a: 460; Echeverria yAguilar [1784] 1911: 345).

A esto se sumaban las enfermedades que ata-caban al ganado y las catastrofes naturales. Hacia1660 las vacas y los cerdos existentes en ellugarfueron exterminados par "murcielagos" (Figueroa[1661] 1904: 74, 248).7 Magnin ennumera un ca-

correr algo rnas de 500 km, se llegaba a Jaen, dedonde seguian cuatro jornadas de camino hasta un"puerto" (0 sea, un lugar en donde el rio era na-vegable); luego se navegaba en canoa dos dias ymedio, atravesando el temido Pongo. Si el rio es-taba bajo, rernontarlo dernandaba unos 12 dias; enepoca de creciente, entre 20 y 40. En epocas de ex-cesiva creciente, no era posible atravesar e1 Pongo,por 10 cual Borja estaba incornunicada gran partedeI afio (Figueroa [1661] 1904: 7).6

Al trato que recibian los rnaina por parte delos encornenderos se refiere e1 jesuita Figueroa,testigo ocu1ar, corno a "injusticias graves", pues lostrataban corno esclavos y les quitaban sus rnujeres,con el argurnento que el rnatrirnonio entre gentilescarecia de validez (Figueroa [1661] 1904: lOs.).Ante esta situaci6n, los rnaina se rebelaron en 1635,y rnataron a unas treinta personas, entre ellas nueveencornenderos (Chantre y Herrera 1901: 129ss.;Magnin [1740] 1988: 470). EI gobernador, luego decapturar a los responsables, los conden6 a la horcay el fusilamiento y corno escarmiento orden6 colgarlos cuerpos descuartizados en arboles de las riberasdeI Marafi6n y el Pastaza.

Luego de sofocada la rebeli6n, el gobernadorsolicita el envio de misioneros; ast en 1638 lleganlos jesuitas Gaspar Cujia (en ese entonces Superiorde la Misi6n) y Lucas de la Cueva, a quienes se atri-buye la pacificaci6n de la poblaci6n indigena (Fi-

6 A veces incluso durante mag de un aiio, corno en 1709:un derrumbe en el Fango impedia el paso, el camino parCanelos habia sido de tal modo cubierto por la maleza queera imposible encontrarlo (Sanna 1707).

7 5610 la subespecie Desroodontidae se aliroenta de sangre.Algunos autores dudan que puedan roatar a un roamfferogrande. y suponen que la rollerte no acaece pOT perdida desangre sino pOT las infecciones de las heridas y enfermedadesproducidas pOT las roordeduras (Eisentraut 1979: 130ss.).

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Juan Magnin: de un canton suizo al estede los Andes

taIogo de calamidades: las treinta vacas que habia,gran parte de los cerdos y las gallinas fueron muer-tas en el lapso de cuatro afios par los "murciela-gos". Una epidemia mato a gran parte de los cuises(Cavia cobaya). En 1741 comenzo a decaer la pro-ductividad de las chacras, el afio siguiente tue aunpeor, pues los hombres salieron con el gobemadora las "conquistas", y sus mujeres e hijos se moriande hambre. Aun peor, si cabe, tue el afiO\1743, afiode redaccion deI documenta, pues las crecienteshabian arrasado las chacras y las plantaci9nes detabaco. De once viviendas indigenas que habia enel anexo de San Ignacio quedaron solo cuatro. Lacaceria escaseaba y en medio afio no se habia 10-grado pescar Dada (Magnin 1743: f. 12).

En cuanto a los pobladores, el numero de indi-genas seguia mermando, mientras que el de "vi-racochas" (blancos y mestizos) apenas aumentaba(Magnin 1743: f. 12). Los decesos de indigenas de-bido a las epidemias de enfermedades introducidaseran numerosos. En 1639 y en 1642 bubo gravesepidemias de viruela (Chantre y Herrera 1901: 639;Figueroa [1661] 1904: 25). Un siglo mas tarde, otraepidemia de viruela (1756), cobro la vida de unascien personas (Chantre y Herrera 1901: 524), cornoconsecuencia de 10 cual el asentamiento tue trasla-dada a otro lugar (sobre las epidemias en la region,veanse Cipolletti 1997: 85-92; Myers 1988).

Otro motivo incidia ademas en el indice de mor-talidad: los casos de suicidio entre los maina. Aun-que no disponemos de cifras precisas, debe habersetratado de un fenomeno considerable corno paraque 10 mencionara un jesuita tan poco dada a losrumores y de estilo tan escueto corno Veigl (1785:30). Este atribuye a los numerosos suicidios el he-cho que en 1767, afio de la Expulsion, no quedarapracticamente ninguna familia que descendiera deaquellas con las que se habia hecho contacto en lasprimeras epocas de la evangelizacion (1785: 30).

La hegemonia que alcanzo posteriormente elquichua en esta region, y la perdida de lenguasindigenas, puede datarse en esta epoca, ya que seeligio al quichua corno lingua franca para facilitarla comunicacion con grupos de diferente filiacion(Figueroa [1661] 1904: 23). Magnin, el cura deIlugar, se hallaba, segun sus palabras, ante un dile-ma: si predicaba en casteilano los indigenas no 10entendian, si 10 hacia en quichua los espafioles 10consideraban una ofensa (Magnin 1743: f.5). Ha-cia finales deI siglo xvrn ya se veian los resulta-dos de esta politica linguistica: en el anexo de SanIgnacio, los andoa y los maina habian olvidado sulengua matema y hablaban solo quichua, solo losxevero eran bilingües (Echeverria y Aguilar [1784]1911: 346).

Dado que en otro texto me ocupe con detenci6n dela obra de Jean Magnin (Cipolletti 1998: 452ss.),mencionare aquf s6lo los hechos mas sobresalientesde su biograffa: nacido en 1701 en el cant6n suizode Friburgo, ingres6 muy joven en la Compafifa deJesus y viaj6 en 1723 a America. De sus distintosdestinos, nos interesan aquf los cinco afios en quevivi6 en Borja (1739 a 1744), fecha en que regres6definitivamente a Quito, donde se hizo cargo de lacatedra de Leyes, y donde falleci6 en 1753 (Bayle1940; Nicoulin 1993). A diferencia de la mayonade los jesuitas europeos, cuya vocaci6n les llevabaa elegir para actuar las misiones se1vaticas, Magnindetestaba vivir en una zona tan alej~da de los cen-tros urbanos y verse obligado al contacto estrechocon los indfgenas (Cipolletti 1998: 454). Su estadfaen Borja tue, Sill embargo, creativa desde el puntode vista intelectual, pues a1f redact6 varios de sustrabajos, el mas conocido de los cuales es su "Brevedescripci6n de la Provincia de Quito . . ." (Magnin[1740] 1988), y otro escrito que, basaodose en este,incluye nuevas informaciones ([1741], en Henkel1993). En 1742 escribi6 una detallada cr6nica acer-ca de una expedici6n hecha por soldados e "indiosamigos" al no Nucuray, cerca deI Pastaza, paratraer a los maina fugitivos (Magnin 1742, publicadoen Cipol1etti 1998: 463-469), uno de los documen-tos mas estremecedores escritos por un autor jesuitaen su reflejo de 1a violencia ejercida en este tipo deexpediciones. Redact6, por ultimo, el escrito quepresentamos aquf (Magnin 1743), ademas de otrosdocumentos menores. En cada uno de estos cuatromanuscritos Magnin alude a temas que ha tratadoen los otros, de modo que es 1a lectura conjuntala que proporciona una idea cabal sobre Borja y 1aregi6n a mediados deI siglo XVlli.

EI manuscrito publicado en el apendice tue es-crito en 1743, a pedido deI Superior, y lleva portftulo "Relacion de las Cosas notables/De la Ciud.de San Fran.co de Borja desde/el afio de 1740 hastael de 1743". Se halla depositado en el Archivo His-t6rico Nacional de Madrid, Secci6n C1ero/Jesuitas,legajo 251-2/N 3. SOll doce folios, rubricados (vea-se lamina adjunta), que tratan diversos temas, en-tre otros, la participaci6n de la poblaci6n en lasceremonias y ensenanzas religiosas, las huidas delos indfgenas al hinterland y los castigos que seaplicaban.

EI parrafo inicial compara aBorja con un rinc6noscuro y descuidado, que hasta el "mejor pintor"(0 sea, Dios) deja en una esquina poco importantedeI retablo que ha pintado. A continuaci6n describe

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EI monte: huidas y expedicionesla ensefianza cristiana y las diferentes fiestas reli-giosas. La celebraci6n de la misa era diaria, losdomingos se hacfa la doctrina para los nifios, ladoctrina para los indfgenas tres veces por semanay una vez por semana se rezaba el rosario a lalnmaculada Concepci6n. Entre las festividades sedestacaban N avidad, Resurrecci6n y Corpu~, ade-mas de cuatro fiestas para los santos patrones (SanJuan Bautista, patr6n de las sementeras, Santa Rosacontra la peste, San Francisco de Borja, patr6n dela ciudad, y la Virgen de la Concepci6n) (1vfagnin1743: f. 2ss., sobre las festividades religiosas en lasmisiones vease Chantre y Herrera 1901: 660-668).

Magnin no se refiere aquf a las creencias de losmaina, que ya habfa tratado el afio anterior en otrodocumento, al interrogar a los indfgenas que habfansido capturados en el müßte (Magnin [1742] 1998).Una excepci6n es el relato sobre la muerte deI cura-ca deI asentamiento anexo de San 19nacio, muerteque se atribuye un joven, quien afirma haber sidoel autor deI hechizo que mat6 al curaca, procedi-miento que habfa aprendido de su maestro. Magninconsigna la "mala fama" que tenfa el maestro, porhaber estado fugitivo en el müßte con los infieles.Evidentemente, al haber vivido con los "infieles"en el monte, el supuesto hechicero habfa estado encontacto con practicas religiosas que tenfan, antelos ojos de los indfgenas obligados al sedentarismode la aldea, el estatus de 10 "salvaje" y espiritual-mente poderoso. Ya que el castigo impuesto porel cura consiste en hacerlo azotar por "mentiroso"(Magnin 1743: f. 9), parecerfa que Magnin negabala efectividad de los hechizos indfgenas. Sill embar-go, esto parece ser ast en el caso de los indfgenasde Borja, ya que por esos afios habfa escrito una"Carta de edificaci6n" a la muerte de su colega Ni-colas Schindler, que vivfa con los omagua de SanJoaqufn,8 en la cual deja abierta la posibilidad deque Schindler haya sido muerto por un hechizo deestos, por los cuales eran conocidos (Magnin 1744).

Sugestivo es su comentario que los indfgenasexplican cada muerte corno resultado de una vo-luntad malevola 0 hechizo (Magnin 1743: f.9), yaque significa que incluso en un asentamiento cornoBorja, donde la ensefianza cristiana era intensa yobligatoria, la poblaci6n indfgena segufa sustentan-do la concepci6n de que no existe una muerte natu-ral, sino que era causada por fuerzas e intenciones

malignas.

En mayor 0 menor grado, las misiones de la Pro-vincia de Maynas se vieron enfrentadas a1 aban-dono deI asentamiento por parte de los indigenasy la merma de poblaci6n. Golob (1982: 159, 169)ha demostrado fehacientemente el continuo fiujo depoblaci6n que se daba en las misiones, y c6mo estaspudieron seguir funcionando solamente a traves dela captura de indigenas en el hinterland.

A coger estos cimarrones [fugitivos] salen de Borja deordinario casi todos los afios una y mas esquadras, y losbuscan con excesivo travajo pOT nos, quebradas, pantanosy espinales, passando demasiadas penalidades y hambreshasta topar con e110s, en que gastan muchos fieses (Fi-gueroa [1661] 1904: 21 s.).

La hufda de los maina y otros indfgenas de Borjacomenzo desde su fundacion en 1619 y continuohasta despues de la expulsion de los jesuitas en1767, es decir que a 10 largo de mas de 150 afios,los indfgenas lucharon por evitar el sedentarismo yla forma de vida en este asentamiento. Las zonasde refugio, que parecen haber sido las mismas a10 largo de unas cinco generaciones, se hallabanen los nos Pastaza, Nucuray y Morona. Figueroaatribuye las hufdas al trabajo excesivo y al mal tratoque recibfan por parte de los espafioles, al hambre,pues allf carecfan de la abundancia que existia en elmonte, y a la forma de vida itinerante: "por ser elloscriados en la vida ancha y ociosa de los montes,Sill sugecion a nadie, amicfssimos de passearse,y de andar de unas partes a otras, assf por tierracorno por agua en sus canoillas" (Figueroa [1661]1904: 21).

Otro motivo para huir de Borja era la incompa-tibilidad en algunos aspectos de la vida privada conlas severas normas deI cura dellugar,laobligacionde asistir a misa y ser castigado de no cumplir coneste precepto. En algunos casos se trata de parejasque huyen al monte, debido a que uno de ellos estaya casado. Al apresarios se les castiga, luego huyennuevamente. En otros casos, los que planeaban es-caparse tendfan chacras de antemano para prepararast su futura vida en el müßte (Magnin 1743: f. 7).Pero, ademas de las expediciones, en las zonas derefugio los indfgenas estaban expuestos a otros pe-ligros, ya que a menudo eran atacados por otrosgrupos a fin de robarles las herramientas de hie-rro que posefan (Figueroa [1661] 1904: 21; Magnin1743: f.10). De abf que los maina fugitivos intro-dujeran una innovacion con respecto a su patronde asentamiento disperso anterior: en las zonas derefugio levantaban aldeas con defensas, similaresalos asentamientos espafioles que habian conocido

8 Al fallecer un jesuita, un coiega escribia Ia "Carta de edifi-caci6n", que consistia en una biografia breve, en Ia cual sedestacaban Ia obra y Ia personalidad y virtudes deI fallecido.Hasta ahora se hall encontrado m1!Y pocos de estos docu-mentos sobre misioneros de Ia Provincia de Maynas.

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512 Maria Susana Cipolletti

infidelidad cuando nazca el nifio. Ternerosa de lasconsecuencias de su acci6n, intenta huir rlO abajoal territorio portugues; si bien es descubierta enel primer intento y detenida, logra finalmente huirhacia Jaen (Magnin 1743: f. lOs.).

Cargos y castigos

Cabe preguntarse que rnedidas tornaban los pobla-dores de Borja para rnantener a la poblaci6n indi-gena en el lugar y que castigos se infligian a losque cornetian diferentes faltas. La pena de rollerte,que habia sido un derecho de los gobernadores enepocas ternpranas, fue revocado posteriormente pOTla Real Audiencia; a 10 largo deI siglo xvm loscastigos aplicados eran calificados pOT las autori-dades civiles y eclesiasticas corno "rnoderados yligeros": POT 10 cornun se trataba de 10 a 12 lati-gazos 0 golpes con una vara, que ascendian a 20 025 en caso de adulterio, y que eran propinados enpublico pOT los alguaciles. Finalizada la golpiza, elcastigado debia besar la rnano al sacerdote (que sehallaba presente pero no intervenia en la ejecuci6n),y darle las gracias. Las rnujeres que atentaban con-tra la honestidad eran azotadas en privado pOT unanciano. La pena de carcel 0 reclusi6n se aplicabageneralrnente pOT unos pocos dias; a pesar de esto laprivaci6n de la libertad de rnovimiento eTa conside-facta pOT los indigenas corno el peor castigo, sobretodo si se le agregaba el cepo (Chantre y Herrera1901: 598).

EI intento de fuga eTa penado con azotes a losculpables en todas las esquinas deI pueblo y conel corte de cabello (Magnin 1743: f. 8). Faltar a ladoctrina se castigaba tambien con azotes. Un indi-gena acusado de blasfemia fue obligado a aspirarel hurno de aji rnolido que se quernaba en un fuego(Magnin 1743: f. 4S.)9

La pena de destierro se reservaba a los conside-rados corno culpables de delitos graves. Borja po-sela un presidio y fue un lugar favorito (aunque noel unico) donde se enviaba a individuos desterradosde las misiones.lO En las expediciones solian actuarindividuos que habian sido desterrados, quizas para

("estilo q/les qued6, de 10 que tenian, siendo chris-tianos", Magnin [1742] 1998: 467).

Los resultados de las expediciones al interioreran por 10 general magros, pero incluso cuandose los consideraba exitosos, 0 bien los indigenasvolvian a huir, 0 se enfermaban y morian al pocotiempo: En 1660 se habian traido aBorja desdeel hinterland mag de 340 maina. Algunos eran losque habian huido despues de la rebeli6n de 1635,otros habian nacido en el monte. En una epidemiaposterior de sarampi6n muri6 un numero mayorde personas que las que habian llegado (Figueroa[1661] 1904: 22).

Posiblemente la entrada de mag envergadura fuela organizada en 1692, en ella participaron no s6loindigenas de varias misiones, sino tambien "genti-les arnigos y confederados", corno cunivo (conibo)y semigay, alcanzando unas mil personas (900 indi-genas y 100 soldados). En los cinco meses que dur6la expedici6n, se apresaron casi 400 indigenas, quefueron enviados aBorja y a Jeberos, aunque la ma-yoria 10gr6 escapar, por 10 cual fue considerada unfracaso (Chantre y Herrera 1901: 303ss.). Tambienla expedici6n de 1737 al rio Morona fue un fracaso,pues si bien se encontraron diez casas de indigenasfugitivos, no se 10gr6 apresar a nadie. Mas tardese tuvo noticia que se habian unido a otros mainafugitivos (Zarate [1739] 1988a: 449). ~

La expedici6n mejor documentada es la hecha alrio Nucuray en 1742 y que estaba compuesta por 10soldados y 90 indigenas (50 xebero, 30 cahuapanay 10 maina). Luego de una orgia de destrucci6n,golpes y muerte regresan aBorja con 22 personas,entre las que no se contaba ningun hombre adulto,sino los mag desvalidos, que no habian logrado es-capar: un anciano, dos adolescentes, cinco mujeresy veintid6s niiios (Magnin [1742] 1998).

En estos ejemplos se observa que la cantidadde indigenas que participaba en las expedicionessuperaba en mucho a la de los soldados. Se tratabade indigenas de Borja 0 de otras misiones, que enparte estaban obligados a participar, en otros casosactuaban de aliados de los organizadores. Si bien enalgunos casos en el hinterland se dirimian antiguasenemistades, corno entre los xebero y los maina,el tema de la participaci6n indigena es mucho magcomplejo y no puede ger tratado aqui (vease Cipo-lletti 1999a: 228s.).

Entre los fugitivos se cuentan en algunos casostambien individuos no-indigenas, que por diversosmotivos tenian una posici6n comprometida con res-pecto a las autoridades. Uno de estos casos es elde una mujer mulata que habia mantenido relacio-fies extramaritales con un blanco. Al quedar em-barazada, mata al marido, para que no descubra su

9 Relatos miticos de esta regi6n recogen el ahumamiento conaji quemado deI contrincante, ya se trate de seres humanos0 miticos. EI aji es utilizado ademas alin boy entre variosgrupos para castigar a nifios y j6venes, generalmente expri-miendo unas gotas deI jugo en los ojos.

10 En 1701, Payoreva, un cacique omagua, se rebela en lamisi6n de San Joaquin contra el misionero Samuel Fritz.Este solicita auxilio de los soldados de Borja, quienes 10buscan y 10 traen preso a este lugar. EI cacique 10gra Sillembargo escapar y regresa a San Joaquin, donde insta a suspobladores a la fuga (Fritz 1988: 350).

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mientras que la poblaci6n no indigena permaneceestable, y desciende bruscamente en las ultimas de-cadas deI siglo XVIII, cuando la mayor parte aban-daDa la aldea para establecerse en las cercanias deJaen (Echeverria y Aguilar [1784] 1911: 344).

congraciarse con las autoridades, por ej., la cruentaentrada al no Nucuray en 1742 fue guiada por unroamayna que vivia desterrado en Borja (Magnin[1742] 1998: 456). EI misrno autor (1743: f. 9) des-tierra deI pueblo a una pareja que vivia en continuaspeleas. Si bien no se considera por 10 general cornoun rnotivo de desarrollo de relaciones intraetnicas,la pena deI destierro ampli6 el conocimiento rnutuode las etnias de la regi6n, pues ponia en contacto amiernbros de grupos que sin ella, posiblernente nose habnan encontrado jamas.

EI orden era conservado en Borja y otros asen-tamientos por un sisterna de cargos desernpefiadospor indigenas: prioste, rnayordorno, sacristan, al-guacil, fiscal, etc. Oe cada una de las etnias quevivian en un asentarniento se elegia un hornbrecorno alcalde, cuya funci6n consistia en velar porlas buenas costurnbres, ocuparse de la lirnpieza dela aldea e interiorizarse deI estado de los enfermos(Chantre y Herrera 1901: 596, 602). Estos cargosdeben haber ejercido una influencia profunda en laestratificaci6n social de estas etnias, ya que quie-Des los desernpefiaban actuaban corno jueces de suscongeneres, 10 que facilit6 seguramente la alianzade estos individuos con las autoridades. Lo rnasgrave fue probablernente que los azotes y los gol-pes eran propinados a un individuo por otro de sumisrno grupo etnico.

Fluctuaciones de la poblacion

1619 700 tributarios (unos 2.800 maina)(Figueroa [1661] 1904: 15)11

1638 400 tributarios (unos 1600 maina)40 vecinos y soldados (con mujeres y nifiosprobablemente un total de 200 personas)(Figueroa [1661] 1904: 15, 10)

1661 200 tributarios (800 maina)(Figueroa [1661] 1904: 15)12

1727 62 indigenas (Borja y cuatro asentamientoscercanos), con espafioles y "todo genero depersonas" (ltlirbide 1727: 307)

1735 40 tributarios (unas 160 personas?)30 mestizos (120 personas) (Zarate [1735]1988b)

1739 14 indigenas en encornienda (64 personasincluyendo el nucleo familiar) (Zarate[1739] 1988a: 448)30 blancos mestizos 0 viracochas (unas 120

personas)(Zarate [1739] 1988a: 448)

1740 234 personas, incluyendo blancos, mesti-zos y mulatos, mas 17 personas de distintosgrupos indigenas (Magnin [1740] 1988:474)

1740 193 personas en total (Indorum et mixto-rum) en Borja 98 indigenas en los asenta-rnientos anexos (Moncada 1740: 479)

1743 300 personas en total (Magnin 1743: f. 12)

1769 171 espafioles y mestizos (suma la pobla-ci6n de Santiago)(Echeverria y Aguilar [1784] 1911: 345 S.)13

1776 263 indigenas (en el anexo de San 19nacio)(345 s.)152 espafioles y mestizos (345 s.)

La impresion que transmiten las fuentes sobre elcomienzo prometedor de Borja y su decafda y es-tancamiento posterior es corroborada pOT las cifrasde poblacion. Las fuentes SOll autores jesuitas (Fi-gueroa, Magnin, Maroni, Zarate), autoridades re-ligiosas no jesuitas (Moncada 1740; Echeverrfa yAgui1ar [1784] 1911), Y autoridades laicas (Itt1rbide1727). Los cuatro censos conservados de 19 mi-siones de Maynas hall sido analizados pOT Grohs(1974: 281-300), en ellos incluye Borja, aunqueSill diferenciar entre pob1acion indfgena y no indf-

gena.Las cifras siguientes SOll solo aproximativas, ya

que los autores contabi1izaban de distinto modo lapoblacion. Figueroa, pOT ejemplo, cuenta solo "tri-butarios", es decir los sujetos al sistema de enco-mienda, y calcu1a tres hijos en cada nucleo familiar.Aigunos autores toman en consideracion solo lapoblacion de Borja, otros incluyen la de los anexos.Oe todos modos, las cifras muestran que en 1619,afio de fundacion, el numero de maina eTa muyalto y que, 40 afios despues, habfa descendido a untercio. La merma continua en los afios posteriores,

11 Hago este calculo partiendo de la infomlacion siguiente deFigueroa ([1661] 1904: 15), que calcula que 400 tributarioseran 2.000 personas, es decir, a cada hombre soma, ademasde la esposa, tres hijos.

12 Figueroa atribuye el descenso en el numero de tributarios aque 500 de ellos se habfan escapado recientemente.

13 Manuel Echevema eTa sacerdote de Latacunga. En 1768tue nombrado visitador de las misiones POT la Audienciade Quito, a fin de realizar un inventario de las mismasen el momento de la expulsion de los jesuitas. Luego tuenombrado canonigo en la catedral de Quito. Coautor de suinfomle sobre las misiones tue F. de Aguilat;, vicario deAmbato (Echevema 1770).

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514 Mafia Susana Cipolletti

En el ultimo cuarto deI siglo XVIII, luego de la ex-pulsion de los jesuitas, Borja habfa quedado redu-cida a "unos pocos mestizos misserabies, ossiosos,ehrlos, y que poco 0 nada difieren de los indios"(Escobary Mendoza [1769] 1911: 42). A los pocosmayna que quedaban se los denomina "mfsserasreliquias destrozadas", se agregaron en 1762 partede los andoa, xevero y cuntinana, que poblaron elanexo de San Ignacio. En 1756, a consecuencias dela epidemia de viruela, los indfgenas deI anexo deSan Ignacio se mudaron a Pucabarranca, frente a1rlO Cahuapana, llamado tambien Barranca 0 Borjanuevo (Ulloa 1961: 16). Dado que espafioles y mes-tizos no podfan subsistir Sill los indios, se vieronobligados a seguirlos y trasladar Borja a este lugar(Escobar y Mendoza [1769] 1911: 42).

A modo de conclusion

Las informaciones presentadas provienen deI sigloy medio transcurrido desde la fundaci6n de Borja,uno de los asentamientos mas antiguas en la regi6n,hasta 1780, un perfodo en el que las esperanzasde progreso y riqueza no se realizaron jamas. Va-rias factores atentaron contra estos: la lejanfa deIasentamiento de los centros urbanos y con ello laimposibilidad de formaT parte de un comercio su-praregional, las caracterfsticas deI medio ambientey sobre todo las estrategias de defeItsa indfgena.Borja s6lo pudo seguir existiendo par medio de lasperi6dicas entradas al mallte en busca de nuevospobladores indfgenas. Si bien estas expediciones sedieron en todas las regiones de la provincia de May-Das y zonas aledaiias, aquf parecen haber sido masnumerosas y cruentas, 10 cual halla explicaci6n,en parte, en la funci6n de soldados que ejercfansus pobladores. Sill embargo, su escaso numero nohubiera sido suficiente para la realizaci6n de estasempresas de no haber contado con la colaboraci6nindfgena, especialmente de los maina y los xebe-ro. En muchos casos fueron los indfgenas los mascrueles verdugos con respecto a los fugitivos. Losmotivos de su colaboraci6n con las autoridades sande distinto tipo: si bien estaban obligados atomarparte en las expediciones, la posibilidad de ven-garse de sus antiguas enemigos (xebero/maina) yla fascinaci6n deI pillaje tambien fueron decisivos.Estas actuaciones les permitfan, ademas, un relativaascenso social dentro de una sociedad estamental.

En este documenta, Magnin se refiere en detallea sucesos ausentes de otras cr6nicas, que iluminanprocesos hist6ricos-sociales para los que tenemospar 10 general escasos puntos de apoyo con respectoa las etnias al este de los Andes en la epoca colonial.

La estrategias de defensa de los maina y las fugasal hinterland, sufrieron un cambio producido pOTsu experiencia en el detestado sedentarismo al cualse veian obligados en Borja. La experiencia leshabia mostrado que en pequefios grupos eran presafacil de las expediciones que salian en su busqueda,de ah:f que importaran el patr6n de aldea a suszonas de refugio, tomando aBorja corno modelo.Evidentemente la vida en comun en el hinterland seapoy6 en alianzas, que en gran parte se establecianya antes de la fuga.

Los cargos que desempefiaban los indigenas ylas penas que aplicaban deben haber conmovidode ralZ a la sociedad maina: de la administraci6ndeI castigo fisico eTa responsable un indigena queostentaba un cargo dentro deI si sterna, pero, enultima instancia, se trataba de un maina que debiaftagelar a otro. EI castigo fisico de un adulto a otroes extrafio a las sociedades de esta regi6n. Tantoel sistema de cargos corno el castigo a cargo deindigenas sentaron las bases para el surgimiento deuna desigualdad interna en el seno de una sociedadhasta entonces igualitaria.

Los maina y los andoa fueron quienes vivieronen contacto mas estrecho con los pobladores y au-toridades de Borja y tambien quienes sufrieron unadisoluci6n etnica, que comenz6 pOT la perdida desu lengua materna, ya antes de 1770. No hay queesforzar demasiado la imaginaci6n para pensar quelos maina y los andoa no se extinguieron bio16gi-camente, sino que se mezclaron con individuos deotros grupos, sentando probablemente uno de lospivotes que origin6 la poblaci6n campesina actualde la regi6n. En la actualidad hay unos pocos ha-blantes de andoa en el Ecuador (Duche Hildago2005) y en el Peru (Ribeiro y Wise 1978: 63). Sobrelos xebero existen escasos trabajos actuales, si sehace excepci6n de su situaci6n durante la epocacolonial (Roth 1997).

Debido a los distintos grupos de poblaci6n quealbergaba - descendientes de espafioles, mestizos,negros, mulatos, indigenas - Borja tue un crisol denuevas identidades culturales. Esto se desprende,entre otras cosas, de un comentario critico de Mag-niß acerca de una bulliciosa boda en la que partici-paron tanto "viracochas" corno indigenas; aqui sedaba evidentemente una coexistencia entre los dosgrupos de poblaci6n ya alejada de las relacionesque habian existido entre encomenderos y enco-mendados. Si bien los derechos y situaci6n socialde indigenas y no-indigenas no eran equiparables,habia tenido lugar cierta igualaci6n entre ambosgrupos.

Una breve comparaci6n entre la situaci6n enBorja y las misiones jesuiticas en la regi6n, sobre

Anthrnnn. 1()~ ?()()S!

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515'Nostalgia deI monte'

Apendice14

[folio 1] Relacion de las Cosas notables/De laCiud. de San Fran.co de Borja desde/el ano de1740 hasta el de 1743.Obedeciendo al orden deI Superiors quien man-da,1 apunte 10 mag notable, q [que] en este tiempoha avido en! esta Ciud de S. Francisco de Borja,donde resido ya mag dei 4 afios, exerciendo en ellael officio de Cura, y Missio-/nero, digo en pocaspalabras, q, aunq no sean prodigi-/osos los aconte-cimientos, ni de ta1 calidad, q puedan/ equipararsecon otros, q llenan el mundo de admira-/cion, yespanto; Sill embargo, aunq[ ue] pequefios, y dignoslde poco aprecio, y q quisieran mag bien sepultarseen! un perpetuo silencio, no dexaran de ger cornosombras,1 y razgos deI descuido, q el mejor pintorsuele repartir,1 alla en un rincon, en cada retablo, qsale de su mano.

llegando pues a mediado deI afio de 1739 a estalCapital de la provincia de Maynas, y queriendocumplirl con la obligacion de mi officio, viendo,y reparando el es-/tado, en q hallaba la yglesia,feligreses, y Curato; hallet a la verdad, (sin agraviaren esso a mi Antecessor, quien! con su salida de laComp.a, q succedio, corno dos afiosl despues, enla Ciud de Cuenca, me da licencia para ello)1 todobrocado, y en confusion: desamparada la yglesia;1quexosos, y aun escandalizados los Feligreses; y elCuratol Sill cura, q 10 fuesse, corno, y de la maneraq 10 pide tan/ soberano officio: Sill confessiones enla yglesia; Sill pla-/ticas, ni sermones; Sill rosario;Sill missa muchos dias;1 y Sill aquella asistenciaestricta, q pide el punto tan/ grave de la residencia.Esso es en 10 espiritual, q en! 10 material ni chagrasavia, ni crias, ni pensamientol

todo las que comenzaron a fonnarse a partir de1720, corno las de encabellado (grupos de lenguatucano occidental), en el no Napo, revela algunasdiferencias significativas: en las misiones no existi6practicamente el mestizaje entre indigenas y no-indigenas, debido a que los jesuitas impedfan la es-tadfa de no-indigenas, con 10 cual se dio una perdu-raci6n etnica mag marcada, si bien en las misionesen que convivfan distintas etnias bubo tendenciasen este sentido. Los distintos grupos encabelladofueron, entre todas las etnias de la epoca, quienesse negaron rotundamente a convivir con grupos deotra filiaci6n, pOT razones que no es posible anali-zar aquf (Cipolletti 1997, 1999a). No es casual quejustamente los tucano occidentales gon una de lassociedades que conservaron con mayor continuidadsu identidad etnica desde la epoca colonial hastala actualidad; esto se debi6 en gran parte, en miopini6n, a su actitud "fundamentalista" en la epocacolonial. POT el contrario, la coexistencia en Borjade nucleos tan disfmiles de poblaci6n provoc6 evi-dentemente mezclas y uniones.

POT ultimo, si bien sabemos que la zona derefugio de los maina fugitivos se hallaba en losnos Pastaza, Nucuray y Morona, sena sugestivoanalizar, a partir de documentos sobre la situaci6nen otras regiones, que zonas servfan de refugio alos indfgenas que butan de otros asentarnientos dela regi6n. Quizas esto nos ayudara a dilucidar enparte el complejo tema de las identidades etnicasactuales en esta regi6n, algunas de las cuales fueronseguramente etnogenesis coloniales, producto de laconvivencia obligada, tanto en la aldea corno en elhinterland.

La Deutsche Forschungsgemeinschaft (Sociedad Alema-na para la Investigaci6n), financi6 en 1994 mi investi-gaci6n en archivos espalioles. EI Archivo Hist6rico Na-cional de Madrid me proporcion6 el microfilm deI ma-nuscrito de Magnin aqui publicado. Agradezco a PeterDownes la transcripci6n deI manuscrito y las entusiastasconversaciones que mantuvimos en Quito hace ya variosalios sobre estos temas.

[folio 2] para ello; Sill casa, en q vivir, derribada laq avia, pa-fra hacer otra nueva.

procurando, piles de acabar la vivienda, y res-table-/cer en poco tiempo 10 material, el principalcuidado, q/ se puso, tue en 10 espiritual, y perte-neciente ala yglesia;/ distribuyendo el tiempo demanera, q estuviessen asisti-/dos todos, y no fal-tasse el Cura, a ger el primero en la/ distribucionde su Ministerio: aviendose desse modo/ puesto encostumbre de aver cada dia Missa, los viemos enel altar deI Santo Christo; los Sabados en el de la/

14 Magnin abrevia "que" y "porque" en "q" y "porq". "Ah1~'aparece corno "ay". Desarrollo estos casos s610 la prime-ra vez que aparecen. Aclaraciones al texto aparecen entrecorchetes.

15 0 bien el P. Nicolas Schindler 0 bien el P. Guillermo Grab-meT, ambos de origen aleman. (Schindler habfa muerto en1743, y ese mismo aiio tue elegido Superior el P. Grabmer).

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Fig.l: Lamina 1 deI manuscrito de Juan Magnin (1743).

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de acuden/ los devotos con frequencia, a venerar,y invocar a tan/ soberana senora; en q no se debeca1lar su industria/

[folio 3] en complir con el preciso numero de cuen-tag, y granos,/ aunq varios no tengan Rosario, qes pOT los dedos de last manos, supliendo estos alpoco tiempo, q leg duran los ro-/sarios, q si tal qualvez alcanzan a alguno, teniendolo/ siempre colgadopOT devocion al cuello; succede, q a poco/ tiempo10 pierden; rompiendose el engaste, 0 pudriendose/pOT el continuo sudor, y trabajo, en q se ocupan. EIque/ salga pOT los calles essa ynsignia de Maria es elem-/peiio, y deseo de todos; pero tat que fue hastaaora el lugar;/ tan llenos de huecos, agua, y lodolos carninos; tantos/ los zarzales, [h]ojas, y yerba,q van creciendo; y tantos lost aguazeros, q fueroncayendo; q no permitio, se gozasse muchas vezesdesse beneficio.

passando de las cosas de cada semana a los qse estilan/ cada aiio, aqui es, donde se conoce, qtambien entre monltaiias, y soledades tiene D.s susdevotos, y escogidos: con q/ devocion, y ternura nose celebran los pasquas, y otras fies-/tas principales,assi de X.o y Maria, corno de otros santos?/ Enpasqua de Navidad todo es alegria, y contento, elniiio/ Jesus en un pesebre pobre (pesebre, no deprimores, de aquellos/ sumptuosos Nacimientos,q causan mag admiracion, q devo-/cion,) sinD talpesebre, corno eTa el, en q nacio Jesu Christo,! estoes un techo de [h]ojas, y paja, sustentado con 4.palos al/ ayre, y abierto pOT todas partes; con florespOT estrellas, y uni poco de paja verde en lugarde alfombras; pareciendo/ en medio dessa pobrezamag hermoso el Niiio Jesus, q enl las salas doradasde la misma riqueza. En la de Resurec-/cion todo esedificacion, y buen exemplo; y en la deI Corpus condanzas, arcos, flores, procession, y altares un puroJubilo.

Donde se esmeran, los q para ello se elijen encada/ aiio es en las 4. fiestas, q se celebran, de 4.santos, q tienen,/ corno patronos de sus necesida-des; a S. Juan Bautista/ pOT patron de las semen-teras, a s.a Rosa contra la peste,/ a S. Fran.co deBorja pOT patron de la Ciud, y a la Con-/cepcionpOT patrona de las armas.16 EI aiio, en q se celebra/el Santo, se hace la eleccion de los officiales parael si/guiente; priostes, y priostas; Mayordomos, ysacristanes,/ assi hombres, corno mugeres, teniendolos electos todo/ el aiio para buscar, con q celebrar

16 EI que la Virgen de la Concepci6n sea llamada "patronade las annas" halla seguramente explicaci6n en que, segunMagnin ([1740] 1988: 470) Borja fue fundada un 8 de di-ciembre, dia de la Concepci6n.

Concepcion. con el Rosario, q a la tarde ay [ahf]se reza; y lost Domingos la Missa conventual, conla doctrina christi/ana para los pequefios, y platicadesde el pulpito para! los grandes; Sill faltar la doc-trina de los miercoles, viemes, y domingos para los

yndios.En 10 qual no se puede dexar de referir la

puntuali-/dad, cuidado, y diligencia de varios, assien las platicas,/ y doctrina; corno en las Missas; yrezo deI Rosario, antepo-/niendo essas sus devocio-fies a varios urgencias de su familia,/ persuadidos,q si bien los atrassos, q padecen, y hall pa-/decidotodo este tiernpo, süll, y hall sido extraordinarios,/el unico rernedio, q se debe esperar, y pedir, hade ser de parte deI Cielo. Los Domingos es gustover, con q silen-/cio asisten al Santo Sacrificio de lamissa; con q deseo,/ y p~ciencia oyen la platica, ydoctrina; con q conforroi-/dad salen de la yglesia,offreciendo sus pechos a rnayores/ y rnayores tra-bajos. En dichos dias de obligacion solo/ faltaranlos enfermos, ausintes, y quienes tienen legitirno/irnpedirnento; y tat qual vez uno, y otro; q entrernuchos buenos no puede dexar de aver algun rnalo,

y perverso./En los dernas dias de la sernana, q no SOll de

guardar,/ ay [ahtl es, donde se conoce el verdaderoEspiritu de algunos/ destos rohres, y sencillos; enparticular de algunas rouge/res, y viudos, q aunq,ayan de trabajar en persona todo/ el dia, para teller qcorner una yuca, 0 un platano, con/ todo es so faltara la Missa, les parece gran delito, sin-/tiendo en elalrna, si, 0 por precision necessaria, 0/ por no oyrla campana, no pudieron satisfacer a esset obse-quio quotidiano. pero el esrnero es los viemes, y/sabados: los viemes en la Missa deI Santo christo/de la buena rnuerte, y los Sabados en la Concep-cion/ immaculada de Maria; acuden entonces rnu-chos,/ assi hornbres, corno rnugeres; adomandoselos dichos/ altares con velos, y rnazetas de flores:alfornbrada con/ flores la yglesia: descubriendose,y incensando con to-/da devocion las irnagenes: yal fin de la Missa rezando/ en ellibrito, los passosde la passion los viemes, y lost gozos de Maria losSabados: dexandose en es so ver/la piedad, asseo,y cuidado de los Mayordornos, q, aunq/ destituidosde criados, y chinos, q les sirvan, van y re-/cojenen la misrna rnontafta las flores, q para entonces/necessitan; guimaldas, q labran, para tenerlos enel cielo,/ donde las recebiran con excesso rnejores.Los miercoles,/ y viemes ernbian tanbien a sus hijosa la doctrina,/ corno los domingos; acudiendo estospor devocion a1/ tiernpo de tocar la campana paralos yndios.

EI Rosario es otro culto, q se da, los sabados a latarde,/ a la immaculada Concepcion de Maria, don-

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518 Maria Susana Cipolletti

la Semana Santa con las processiones, y officios, qenton-/ces se hacen: el Monumento, q con cantidadde velas ador-/nan, y guardan: y la passion, q endos dias seguidos seI predica: todo 10 qual con elsilencio profundo, q se experi-/menta; los golpes depechos, q se oyen; los suspiros, y llantos,1 q se per-ciben; las penitencias, y diciplinas publicas, q seIhacen, respira entre estos bosques, corno dixe, unaverda-/dera santidad. Lo qual se percibe mejor ensus confessiones,1 q hacen con tat dolor, y com-punccion, q causa gusto, y e-/dificacion: fuera de qse hallan varios Sill culpa grave,1 y todos Sill marafiaalguna de sus conciencias; q fuera/ de uno, 0 otromandamiento, en todos los demas no seI hallan cul-pados; resucitando desse modo con la Gloria/ deISabado santo a nueva vida.

Esso es en general, 10 q hallo, q puedo apuntaren elf presente eserito; en q si fixe las virtudes,y 10 bueno de lost feligreses, no sera razon deoccultar 10 notorio de susl maldades; q todo elmundo es popayan; y donde ay bue-/nos, jamasdexan de mezclarse diablicos. y es assi, ql no puedodissimular en primer lugar la falta deI algunos alas funciones de la yglesia: tan toscos son/ estos,tan mal criados, q 10 q no es su casa, trabajar,1cazar, 0 bever, todo 10 demas es perder el tiempo.De la/ platica dicen: 10 q dice el p.e, ya yo 10 se;paraql yo a oyrlo? mucho muele esse P.e, afiaden;paraql tanto gritar? q buenas patadas le diera a essepe.l, dixo uno en la yglesia, al oyr actualmente laplatica!/otro sentabase mur de espacio al alar de layglesia,1 en tiempo della, con su cigarro en la boca,esperandol a q se acabara, para despues Off la missa:otro, paraql he de yr a la yglesia, decia al tiempo,q hacia su pesca,1 si Di. [Dios] no me da nada?Que D. [Dios] y P.? gritaba otro, al/reprehenderla lajusticia de una embriaguez, en quel avia caido; yosoy mas q D [Dios] y recibio su castigo ade-/quado,mandando el juez, q pOT semejante blasphemia/ leencensassen con aji molido de manera, q se ballot

a su santo, contri/buyendo todos 'ton cera' blanca,0 negra, conforme su/ devocion, tassa, 0 estilo, qintroduxeron; y la limosna,/ q se pide en el lu-gar, corno presente, q se hace al preste,/ q celebra.En otros dias es donde, la devocion es ma-/yor, qnunca; la yglesia con mil adornos de flores,/ pal-mag, arcos, y plumas; ardiendo en los castillos, que/llaman, cantidad de velas; sermon, Missa cantada,pro-/cession, repigues, caxas, y tiros de escopetas;y a la vispera/ salve, y luminarias: todo es un puroesmero; en tantal manera, q ha succedido, q faltan-dole aalgun official, cera,/ con q contribuir segunsu tassa ordinaria, ni encontran-/dola a comprar atrueque de otro genero, conforme a1/ estilo destaprovincia, sacar plata, que es, 10 q aqui guar-/dancorno Reliquia, y assi mover al vendedor, a q leso-/corra en essa precisa necessidad, a q no podiafaltar, mast q fuesse gastando 10 mag precioso, qtenia.

En otros dias suele aver confessiones, y Comu-niones;/ corno en varios otros de Xo, la virgen s.aMaria, y deI otros santos, donde la vispera a toquesde Campana a-/cuden los devotos a confessar, reci-biendo el dia siguiente dentro de su alma el duefiodella. Essa diligencia/

[folio 5] despues bien arrepentido: preguntando unoa otro de/los, q viven en los Tambos, la dixo: con qde verdad ay/ en vuestros borracheras, quando es-tais juntos, viendo estrellas/ dais de patadas a1 Cura,a1 Gov!, y a1 Ten.te? respondio,/ menos a1 Ten.te.Otro pOT huir de los derechos de la yglesia,/ rnuertasu madre, Sill dar parte a nadie, se file a enter-/rarlaen otra yglesia. Que justicia, y justicia? de-/cia untercero, despues de rnuerto el Gov!, quedando latprov.a Sill juez, q se recibiesse, haciendose duefiode lat hacienda agena; aora no ay justicia: aunq rne10/ rnande el pontifice de Rorna, no bolvere, 10 qhe tornado./ Mas quisiera, q amime pegaron es sosazotes, q a mi hijo,/ decia su padre, viendo, q pOT

[folio 4] procuran hacer todos en tiempo de Qua-resma, para complirl con la yglesia, aviendose decontentar con es so solo variosl rudos, q pOT percebircon aquella perfeccion, q se desea,1 los cosas deICielo, basta, q cumplan con essa obligacion/ unavez al afio; y quan eficaz sea la gracia de Ds [Dios],aun/ en los pechos de mayor cortedad, y rudeza,se conoce enton-/ces en varios destos, q llegandoel dia de Ceniza, leg pare-/ce otro tiempo, el q haempezado: todos viven mag com-/puestos, y sohlesi: acuden con mayor frequencia a la/ yglesia: oyencon mag anzia los exemplos, q se afiaden/ cada sa-bado, y las doctrinas de los domingos: hablan, ylpiden perdon de sus enojos: restituyen la fama age-na:1 ternen mag, y mag callados perseveran; morti-ficandose en elf excesso de bevidas, y otros diverti-mientos; procurando va-/rios, aun en medio de suspenosas tareas, a ayunar de quan-/do, en quando;acordandose siempre, q ya se llega al tiempo deIcumplir con la yglesia.

Antes de Semana Santa, en la Novena, q se hacea/ N. S!a de los Dolores, (a cuyo altar en todo essetiempo deI quaresma se reza el Rosario) entonceses, q ya empiezan/ aresolverse en cumplir, 10 q leginsta: acuden a la Nove-/na: examinan su concien-cia: le piden luces divinasl a esta Soberana Sefiora;q leg de un arrepentimiento ver-/dadero de sus cul-pas, con un proposito firme de la e[n]mien-/da: todorespira una nueva vida. Y mucho mag entran-/do

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[folio 6] estaba el Cura dessa Ciud. el yndio porno morir Sill sacra-/mentos, viendo q su mal notenia remedio, vinose deI proposito aBorja, paraencomendar ay [ah11 su cuerpo a la tier-fra: tray-dor era el mal, pero no tal, que 10 estorvase salirdeI casa: recibio con especial devocion todos lossacramentos;/ pero en el dia de la Extremaunccionmostr6 con especia-/lidad la pureza de su fUego;corno entonces el p.e le con-/solaba, y &nimaba, aq se conformara con la voluntad deI D.s [Dios], porfin para su consuelo le entrego una cruz de palo,/diciendole, q con ella, despues de muerto, 10 traxe-ran a la/ yglesia: coxi6la el enfermo, lleno de jubilointerior, q/ parecia, q ya el alma se le yba bolandopara el Cielo,/ y abrassandose con ella, mirando alMiss.ro assi p.e, le dixo, llactaiqui rischac, assi irea tu tierra, dando a en-/tender el Cielo, q juzgabaser patria de los Missioneros./ Desde entonces pordonde quiera; q yba, llevaba su cruz/ consigo; ypassando a ver la fiesta; q su celebro/ en el AnexodeI Alto,18 el dia siguiente, q era el de Santo Tho-/me Apostol, derrepente, abrassado de su cruz, diosu alma/ al Criador, y se enterr6 en la yglesia desse

pueblo.Siguese otro prodigioso [prodigio]; y sino fUe

milagro; alome-/nos por tal la pia afficion 10 pudoaver tenido: y fue elf afio passado de 42. el dia S.Fran.co de Borja; acaba-/da su fiesta, corno saca-fon de sus andas al Santo, para ponerlo/ de nue-vo en su nicho, inclinandolo a un lado, su-/cedio,q despegandosele la cabeza deI cuello, cay6 estadeI bien alto al suelo; Sill hacerse pedazos, aunqinteriormen-/te estaba hueca: solo en la frente sedespeg6 un pedaci-/to, por el qual, viendose 10 in-terior de su contextura, cau-/so la admiracion re-ferida. No quiero, q se tenga el caso port mila-gro; pero Sill embargo no dexa de conocerse, q elSanto/ quiso favorecer a sus devotos, q paraq es-tos no quedassen/ privados desse comun asylo, yamparo, les hizo esse particu-/lar beneficio. Otromayor reconoci yo el sabado despues,/ q atribuya0 al Santo, 0 a la Virgen Maria; 0 por mejor/ decira esta Soberana Reyna, por intercession de aquelglo-/rioso Santo: y fUe, q aquel mismo dia de lafiesta dicha,/ q caia el miercoles, mande, quitassenun arco rajado deI bajareque, hecho de cafias lodo, ypaja, q caia perpendi-/cularmente sobre el Altar dela Concepcion; q de no, alt caer, 10 haria pedazos:descuidaronse en executar, 10 q a-/via mandado, ysuccede, q el sabado, un poco antes deli tiempo, enq ay [ah11 se dice la Missa, cayo el arco, partio la/tabla deI Altar, hech6 al suelo el Ara, y descom-puso/ el retablo: un poco mas q huviera durado, al

faltar su hijo a la doc-/trina, llevaba la correccionmerecida: y assi de otros,/ rematando algunos, q siel p.e predica en lengua deI castilla, dicen, q no vana la platica, porq no oyen la/ lengua casteilana; sipredica en la deI ynga, se pican/ y dicen, q a losEspaiioles no se les predica en lengua/ deI ynga.

De ay la mucha pereza, q asiste a varios, es otro/punto notorio, q no puede estar escondido: tan paratDada SOll estos, q toda su glorja la pollen, en nohacer/ Dada: ni piensan en sembrar; ni en cuidarsus chagras,/ si las tienen; ni en teller; ni en bus-car: todo su pensa-/miento es en passear, perderel tiempo, bever, y conten-/tarse con un platano,0 10 q hallan de casa en casa; con-/fiados que elrio, 0 el müßte les dara, 10 q necessitan,/ quando10 buscaren, yendose desse modo aperder meses/enteros en la montaiia, perdiendo en esso 10 mas deItiem-/po, q 10graran, trabajando en sus chagras parala seguri-/dad deI mantenimiento. Otros al contrarioSOll grandes/ trabajadores; y paraq? ellos mismos10 dicen; para co-/mer, y bever [tachado] 10 be-vo; porq 10 trabajo:/ todo el conato es en trabajarmucho, para teller, q bever/ mucho; y causar conesso tantos escandalos, corno succe-/den, de peleas,gritos, valentias, bulla, maltratar a sus mugeres,/y mil otros peccados: para es so sirve el mucho/massato, y aguardiente de platanos, q previenen;te-/niendo poco cuidado de pagar antes diesmos a layglesia:/ q diesmos, y diesmos? q bevemos, dicen,10 q trabaja-/mos. Escandalos de casados rara vezse oyen, siendo tan/ corto ellugar, q no ay cosa, qno se sepa; y tan zelosos/ ellos, y de tantos brios, qa cada rato amenazan con/ la muerte a sus mugeres;causa, q les hace a estas mi-traf por si mismas:tocante a las solteras, listas andan/ la ronda, y justi-cias. es so si, rencores, cuentos, chismes,/ y testimo-nios, tantos Süll, q ya parecen un puro embo-/lismo;y vistos de cerca, examinandolos con juicio, to-/dose halla, Sill teller fundamento: y esto en particular/entre los yndios, quienes, corno liDOS, oyen mal, ycuen-/tan peor, 10 q oyen; enredandolo todo segunsu antojo,/ 0 desvario: el remedio es, no hacer caso.Dexo todo 10/ demas, y passo a otros casos particu-lares, q hall sucedido.

Y sea el primero de consuelo, y alegria: apun-tarelo/ deI modo, q 10 tengo en otro escrito, y es,corno se sigue:/ caso de no menor admiracion, yconsuelo, es el q acaba/ de succeder el aiio passadode 1740 en Borja con Adrian/ Tangoban, natural deSant-yago:17 Este de mucho tiempo aca andaba en-fermo, de una enfermedad lenta, q empez6 a roerlela ternilla de en medio de la nariz: ausente/

17 EI asentamiento Santiago de las Montafias. 18 0 Alto de Andoas, donde vivian indigenas de este grupo.

Anthrnnno 1m ?OOR

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520 Mafia Susana Cipolletti

hacia, porq travada mala amistad/ con Dha [dicha]yndia, todo 10 dexaba, yglesia, pueblo, y casa para/

'verse en la Ciud. con ella, passando de flüche elrio para lo-/grar su perverso intento: aun en tiempode la missa, en lugar/ de cuidar de su officio, avezes se veia con ella. Savido el caso,/ castiguelo,corno 10 merecia, haciendosele la vara deI Alcalde/astillas sobre los espalios, ensenandole a este elfin de su/ vara, y imprimiendole a aquel el miedode la justicia. Tanto/ se humil16, q pense, estariae~endado: pero quando menos/ 10 pensaba, tuve lanoticia, q se avia huido con su mance-/ba, llevandoconsigo a otra muchacha con el hijo mayor, q/ tenia.Ella los siguio; este, pOT no dexar a su Madre, sehu-/yo, bolviendo al pueblo; 10 qual visto dellos, yq la muchacha/ ya sentia los trabajos, q passaban,le dixeron se bolviesse a/ su casa, quedandose losdos hasta el dia de oy en esse volun-/tario destierro.

Esta tentacion, de huirse al müßte los yndios,es la mast ordinaria, q padecen los desta Ciud. Susparlos SOll frequen-/temente sobre esse punto: q sise huyeran, yrian a tal, y/ tat paraje; a tal, y tat sitio;q assi, y assi vivieran: que/ tales, y tales chagrastendrian: tales, y tales bodas: tales, y/ tales borra-cheras: jardines (corno dicen) de antojos, y desva-/rios; q les parece, q en estando solos, tendran to-do, 10 q/ pOT su pereza les falta en los pueblos. EIdho [dicho] fugitivo/ varias vezes avia hablado deImismo modo; y aun un afio/ antes de executar, 10q avia pensado, en aquel sitio, don-/de queria vivir,avia sembrado platanos, y yucas, Sill q/ 10 supiesseotro ninguno: haragan en el pueblo, Sill hacer/ Dada;y alla a escondidas trabajando. Ya q vio, avian ma-/durado sus siembras, entonces se huy6, dexandotodo, 10 q/ tenia, serbretana [cerbatana], toldo, ha-cha, machete, y cuchillo; q parece,/ q de una vez 10avia cegado el demonio. Luego se le aca-/baron susquatro platanos, y empezando la hambre, de nuevo/

tiempo/ de la Missa me coxia debaxo, y sin remediome huvie-/ra muerto.

Vaya otro: vivia una yndia de estos en continuos/pleitos, y disturbios con su marido, originados dela poca/ estimacion, q ella a este le tenia; teniendo-10 corno aparta-/do de si, aunq en la misma casa,paraq dessse modo pudiera/ ella lograr mejor susperversos intentos: todo el dia era/ una pura rifia,gritos, golpes, y palos; partiendole a vezes/ el a ellala cabeza: ni avia forma de sossegarlos; por mastconsejos, reprehensiones; y castigos, q llevaban; yaun desterran-/dolos a ambos a dos. Quitado el des-tierro, llego a tanto/ el enojo deI marido, q coxiendoun dia un cuchillo, em-/pezo a amenazarla, dizien-do, q la mataria; haciendo el ademan,/ q se 10 cla-varia en el pescuesso: ella enfurecida, se abalanzoal marido; tirole este cuchilladas, con q le corto la/cara, y llego a darle otra herida en el brazo: sobre10 quall

[folio 7] pidiendo ella apartamiento, pOT el peligro,q avia, se em-/bio el marido desterrado; y espe-cial quando se mando, que/ se tuviera de la mu-ger, q quedaba. Parece, q con la mise-/ricordia deDi [Dios] aprovecho este ultimo remedio: cansadaella/ de verse con hijos, y Sill marido, deseo, q se 10restituyessen;/ pero avisada de nuevo, q no diesse qdecir de su persona,/ y llevando tambien su mereci-do castigo, pOT fin se 10 entre-/garon; y viven aoraen santa paz, y concordia, Sill oyrse/ ya los ruidos,q antes solian ger de cada dia. Afiado, q/ queriendode nuevo la muger lograr a escondidos, 10 q antes/estilaba con escandalo, persuadio a su marido, sefuera con/ perros, y todo a una monteria, a buscarpara sus hijos al-/gun mantenimiento; pero no 10pudo ingeniar de manera,/ q la primera flüche nole cayera encima el castigo deI Cielo;/ y fue pOT eldescuido, q tuvo, de algunas gallinas, de encerrar-/las en el gallinero, q a la hora de venir el Galana su casa,/ estando todo 10 demas en un profundoSilencio, tales gritos/ dieron, q despertaron al juez,q ay cerca vivia: quien sos-/pecho luego, 10 q avia,y al punto cumplio, con 10 q le toca-/bas para elescarmiento:

No succedio assi con otro deI pueblo deI Alto,q avia/ dos afios, y mag, q esta escondido en laMontafia, con una/ yndia, q se llevo. Casada eTa,y tres preciosos hijos tenia: a/ mag desso Fiscal,ladino, y muy despierto; tanto q eTa el mast capaz, qavia en el pueblo. Varias vezes antes de la fugal aviainstado, se le quitasse el officio; en tanta manera,q ya/ causaba admiracion la instancia: porq sera?Decia yo:/ no le queria admittir, 10 q pedia; antes,le mandaba, que/ cuidasse con mag diligencia, de10 q le estaba encargado:/ y es so eTa, 10 q menüs

[folio 8] se acerco al pueblo, hacienda varios hurtospara su mante-/nimiento. Aun mas: lleg6 al TambodeI Curaca; y hablando/ con el, le dixo: ya aorano faltara, quien se alegre, q pa-/dezcamos tantostrabajos. No fue possible reducirlo, a q bol-/viera:embiose varias vezes gellte a buscarlos; pero todofue/ en vano: no los encontraron.

Aora, al escrivir esto, huvo noticia, de q otravez yban/ pareciendo: embiose de nuevo gente: en-fin despues de poco/ encontraronlos, viviendo ellosmismos azia el pueblo. Pues-/tos en tortura, decla-raron la maldad, q avian ideado el Curaca/ con otrossuyos, q este no solo les estorv6 a ellos la salida/teniendolos todo esse tiempo escondidos; sino tam-bien, q queda-/ban de concierto; para huirse todosjuntos: y para no ser des-/cubiertos, determinaron,

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ha,1 dos dellos, q aburridos de padecer tanto, yarrepentidos deI sus peccados, se vinieron ellosmismos a entregar a la justicia:1 hagan de mi 10 qquisieren, decian: sea el castigo, el q seI fuere; bien10 merezco: mag vale padecer en Borja una pu-I

[folio 9] blica verguenza; q vivir con tantos traba-jos, Sill otros compa-/fieros q las fieras, y demonios:q con la emienda, D. nos per-/donara. Assi succe-dio: vinieron ellos, recibieron de buena/ gana sucastigo, se emendaron deI todo, y despues, el varon/murio en mis manos con todos los sacramnentos.No obstantel a vista destos exemplares, corno di-xe, no escarmientan todos;1 y corno la cabra tira almonte, assi varios destos piensan,1 q mejor les fueraalla en essos escondrijos.

No afiado, 10 q, poco ha succedio con otro mozo en

el pueblo de S. ygnacio, mozo el, casado con/ unavieja, quien, enojandose con ella; coxiendola can-sada/ y dormida, le dio tantos palos, q se vio obli-gada a pedirl confession; pareciendo, q seria milla-gro, sinD moria. Escap6sel el mozo deI castigo, qya le caia encima, y tirando al monte,/trataba de lafuga, la qual se evito, saviendo q la enferma/ estabafuera de peligro; aunq desde entonces quedo condissen-/teria, que no se save, en q todavia parara.Ni tampoco di-re de una criatura, q se desaparecioen el Alto, de poca edad,1 q apenas podia gatear, ydaba tat qual passo; que ni/ parecio viva, ni muerta:el yaschingo, dicen, q se la cogio,1 cuento dellos,corno 10 deI coco, con q espantan a los chi-/quillos;mas valiera echar la culpa a sus descuidos. Ni/ direde tantos hechizos, q cuenten, hacen varios; q casi/no ay quien muera, q no se diga, q es por averleecho dafio:1 y aun desde aqui, decian, que un des-terrado, q de otrol pueblo bien lexos avia venido,mataba a varios, q mo-/rian alla en su pueblo: q ala verdad en esso no ay quien/ sepa Dada: raro, 0ninguno es el verdadero hechizero: va-trios, si SOllunos meros embusteros.

Veese es so al pie de la letra con la muerte deICuraca/ de S. Y gnacio, q poco ha succedio, quienteniendo la enferme-/dad, q se le hinchaba y baxabala bariga, hizieron juicio,1 q Sill duda seria Hechizo.De nadie al principio se sospechava/ en particular;hasta q viendo un mozo, q assi cobraria creditosly q 10 temerian, si declaraba ser el el author deIdafio, em-/pezo a decir varias palabras, q indicaban,savia el hacerl algo: q viessen, 10 q hacian, decia,(palabras q entonces estilan)1 qfio se burlassen conel: q alla 10 verlaß: q se acordassen/ de la muertedeI Curaca: q otro tanto les podia succeder:1 bast6esso, paraq se formara el juicio, q esse era el q avia/hecho el hechizo. Y para confirmacion trayan porMaestrol suyo a otro desterrado, q por aver estado~

q el sitio fuesse por Pastaza, muchos/ dias distantedesta ciud. la fuga estaba ya concluida: elf quandoavia de ger passado un passeo, q pidio el Curacaavia/ de hacer en cierto rio: apalabrados assi varios:otros solici-/tados: Todo ellugar estaba lleno, q sehuian: q no tenia/ remedio; y q faltaba poco; perono se creia: todo parecia/ mentira. Por Pin quiso D.dar a conocer la verdad: al mismo/ dia de la yda deICuraca a su passeo,~e le echo mano enci-/ma. Con-vencidos de la malaad passearonlos por las calles,/con azotes a los fugitivos en todas las esquinas pormanos/ deI verdugo, y quitado despues el cabello;amarrados a/ los demas las manos con otros azotesen el rollo: fuera des so/ desterrado el Curaca, conotros castigos, q se agravaron a los/ compafieros.Assi quiso D.s castigarlos, y conservar por su gran/misericordia aquel pueblecito, q no faltaba nada,paraq/ se consumiesse por entero.

Los fugitivos despues no acabavan de dar gra-cias a D./ de averios sacado de tantos trabajos, pu-blicando, q pessima-/mente leg avia ydo: todas lassiembras se leg perdian: varias/ vezes avian enfer-mado; y a vezes hasta la muerte: varias/en peligropatente de ger coxidos de los tigres: flaccos, y/ encontinuos pleitos el con ella, echando uno al otrola/ culpa de la desgracia, en q avian incurrido: fue-ra de re-/conocer el mal estado, en q estaban; elcontinuo remordi-/miento de conciencia, de viviren un continuo peccado,/ entregados ya al diabio,con el continuo miedo, q aora,/ aora los coxia, y selos llevaba. Assi, en particular el varon/ decia, q leparecia, q a cada rato detras deI yba, quien leI queriaechar garra. de flüche tal era el ruido, q oyan/ enel rio, q temblaba la tierra deI rancho, en q vivian:los/ yacumamas quizas, decian con la bocca, gonlos q hacen esso;/ pero el corazon assentia, q erael demonio. Assi mismo los/ extraordinarios gritos,y ahullidos de los monos, ya no eran/ gritos deanimales, decian; sino leg parecia, debian deI ger losmismos diablos. Una cosa buena halle en ellos, y/es, q nunca se olvidaron de rezar, corno christianos;q aunq/ quiza no me avia valido, decia el yndio;pero con todo esso/ 10 q estilaba, corno fiscal, en elpueblo, es so cada dia ay 10/ hacia. Obra Sill duda, qD. miro con ojos de piedad, para/ manifestaries elengafio, en q miserablemente avian caido.Aqui ay otros, q hizieron 10 mismo, a quienes imit6/el referido fugitivo; pero todos a una confiessan gerin-/umerables los trabajos, q assi se passan: todo seleg pierde:/ ny yucas crecen, ni platanos: en perpe-tuo peligro, de q otros/ infieles los maien; con todoes so no escarmientan. Volver/ solos al pueblo, no 10quieren hacer, por el miedo, q tienen,/ deI castigo.Solo en muriendose uno de los dos; 0 q los co-/jan,entonces buelben. Sill embargo huvo, pocos anos

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mente,1 q le decia: Masina, esto es, Cufiado, acuer-date pOT DS, pa-fra mandarme decir una Missa; qmucho la necessito. vinol el mozo a decirme el ca-so: dixele la missa; y desde enton-/ces, sin parecermas, sin duda yria a gozar de la etema/ bienaventu-ranza.

A estos de edificacion sigase otro de horror, yescarmien-/to, en q se vee; q no puede vivir consossiego una cons-/ciencia mala, y dafiada. Direlocon las mismas palabras,1 conq en otro escrito 10tengo apuntado, y dicen assi: otrol caso afiadirede un Mulato, y viracocha, en q se vee coxidolel hombre in sus proprios lazos, q armaba, paracoxer a/ otros. Armabalos el Mulato al mismo Mis-sionero, enojan-/dose, q porq tantas vezes predica-ba contra la borrachera?1 convinose para ello conel viracocha; y sino huviera sidol pOT su muger,q 10 dissuadio, se huviera executado. poco des-Ipues succedio illicita amistad deI viracocha con es-sa mugerl deI Mulato, la qual viendose prefiada,y rezelosa, q al nacerl la criatura, la matasse sumarido, reconociendo en el colorl deI nifio el de-lito passado: q hace? compactase con elf viracocha,para darle de bever barbasco. Assi se hizo: obrol enbreve el veneno: tendiose en la cama el mulato: queltienes, dice la muger? parece, q estas empachado?Ea! ayu-/das: y de q fueron? echanselas assi mismode barbasco. Correl la voz, q se muere el enfer-mo, y q muere de aquel veneno:1 acude un yndiocon sumo de cafia, remedio efficaz parat el caso; yaunq se 10 querian estorvar, diciendo, q entonceslacudian con sus embustes, y hechizerias, quandoel moribun-/do ya estaba espirando, sin embargoalcanzo, q le exprimie-/ran en la bocca algunas got-tas de aquel sumo, con 10 quall siendo los dos, qempezaba a bolver en si, solos corno esta-/ban en lacasa, con un pafiuelo, q le enlazaron pOT el cuello,1tirando ella pOT un lado, y el pOT el otro, ay sinconfession,1 ni otros sacramentos 10 dexaron yerto,y elado; pagandol el desdichado con aquel venenola muerte, q intento dar al Missionero.

Afiado aora 10 q aqui obro en dha [dicha] mugersu mala/ conciencia. vinose, despues deI successo,a esta Ciud, dondei paTio, y bautizo el fruto, q consu color indicaba su propriol peccado: pregunta-banle varios sobre la muerte de su marido;1 y ellano supe de manera callar, q no refiriesse, aun pOTmenudol

con otros infieles fugitivo/ no tenia muy buenoscreditos: este, decian, le avia ensefiado/ el referidohechizo; y para hacer creible el caso, afiadian,/ q elmismo 10 confessaba, que se 10 avia ensefiado; peronot para matar hombres; sinD solo para~imales.Averiguado/ uno y otro, todo se hallo mentira: q niel uno le avia/ ensefiado al otro Dada; y q ni el uno,ni el otro no savian/ Dada. llev6 por sus palabradasbuenos azotes el jactancioso,/ yfiunca mag le diogana de ger tenido por Hechizero.

Afiado otros casos de Viracochas, con q acabareel hilo/ deI presente discurso. EI primero sea deFern.do ponce, anciano/ de venerable aspecto, y qmucho trabajo en estas Missiones:/ este para vivircon mag sossiego, se retir6 a la Ciud de Sant-/yago,de donde por evitar todos encuentros, y gozar deuna/ paz de un monje, 0 Anachoreta, continua, e im-perturbable,/ se retiro con su muger,y farnilia, solo,a una isla, distante/ UD dia rio arriba, donde viviopor muchos afios, mante-/niendose con el sudor desu frente, con sus devociones, rezos,/ y cuidados deChristiano; viviendo a oyr missa los domin-/gos,y dias de precepto a la Ciud, piando luego por susanto/ retiro. Succede, q cargado de afios, estandoen la Ciud. sut muger enferma, le coxi6 a el alla ensus isla la ultima/

[folio 10] enfermedad, q no dio lugar, siquiera,1 pa-ra avisar dello en Sant-yago. Lleg6 pues la noticiadeI su rnuertejunto con su cuerpo: 10 qual oydo dela rnuger,1 corno si solo es so esperasse, para acorn-paiiarlo hasta la otra/ vida, dio en esse misrno tiern-po su espiritu a su Criador, en-Iterrandose juntosen la yglesia, los q tan juntos, y aparta-dos de todosavian vivido: y aunq rnurieron Sill sacramen-Ito, porla auencia, q huvo, de su cura, con todo es so des-Ipues de tanta paz, y conforrnidad en este rnundo, sees-/pera, yrian a gozar de la eterna en el Cielo.

EI otro es de Sant-yago Sofia, vecino desta Ciud.deI Borja: hornbre bueno, y verdadero Y sraelita, qno tenia rna-/licia ninguna; viviendo con su esposatodo el tiernpo deI su vida, corno 10 pide D.s y laS.ta M.e yglesia. Este sefia-/lado para yr al descu-brimiento deI Nucuray,19 enferm6 deI dyssenteriallegando al pueblo S. Y gnacio, de donde retr-/oce-dio para buscar algun alivio: pero todo fue en vano;ern-/peorose el mal, y despues de algun tiernpo,recebidos los Santosl Sacramentos, se rnuri6 allaen su tambo, donde, para alivi-/arse en algo, se aviatransportado. Aqui, corno tres meses des-/pues, dedia claro un cufiado suyo, q ay siento tenia su/ po-sada, estando en su labor, oy6le clara, y distincta-

[folio 11] todo 10 q avia passado, buscando tan gra-ve delito el respira-/dero de su propria boca, paratener algun desahogo. Corri6/luego la voz, q ellamisma 10 decia, y confessaba: lleg6/ a oydos deIjuez, quien, desde luego, dixo, q la prenderia;/ perono savia q hazer della, hasta dar parte a otra Su-

19 Magnin se reliefe aqui a la expedici6n que tratara en suescrito de 1742 (1998).

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523"Nostalgia deI monte'

cha razon,y fundamento) porque de-/masiada es laneccessidad, q nos aprieta.

Pudiera aqui par remate afiadir 10 enojado, q semues-/tra el Cielo contra este lugar, y sus vecinos,assi Espafioles co-/mo yndios, desde el tiempo, qvine, hasta el dia presente; que/ todo es de mal enpeor; castigo manifiesto de nuestras culpas/ y pec-cados. EI afio de 40. De 30. Vacas, q avia, no qued6ni/ una par los Murcielagos, q las consumieron, Sillaver podido/ saffar un par, par mas diligencia, q sepuso. los crias/ de cerdo aunq no perecieron todas,mucho se menoscabaron;/ de las aves, y galinasmuchas murieron; acabando de morir/

periorl justicia. Savida essa determinacion, q haceella? Engafia/ a un yndio viejo, y se concierta conel, q la lleve rio abaxol hasta los"p°rtugueses: todoestaba ya dispuesto, y pOT la mafia-/na se avian dellevar los trastes a la Canoa: 10 qual savidol deljuez,al embarcarse se hallaron frustrados de su intento.1Entonces fueron maYQres los sustos: q bare? Aorame co-/xen: aora me pollen grillos: aora me ahor-can: buscaba/ consuelos, y no los encontraba: a mime venia a preguntar,1 q haria? Le decia, q viviessesegura; q el juez pOT aora/ no le queria hacer na-da; q no temiesse. No basto es so parat sossegar laperturbacion de su pecho: mudose pOT fin a Sant-Iyago, donde, pOT seT juridiccion diversa, pensabahallar elf sossiego, q buscaba: pero ni aqui 10 hal16,temiendo siempre,1 le cayesse encima la justicia;y pOT es so a vezes se escondia/ en el monte, aunqnadie pensaba en perseguirla. pOT fin sa-/viendo, qavia de passaT pOT essa Ciud. el Gou.f desta prov.aly q Sill duda, (segun su juicio della) la prenderia,y haria/ causa, dexando a sus hijos, y parientes seembarco fugitiva/ azia el Embarcadero, de dondeay noticias, q todavia no hat escarmentado. EI fruc-to de la tragedia despues muri6, y el pa-/dre, q 10engendr6, sino es verdad, 10 q se assigura, que ya/Jesu X.o le tomo cuenta; Sill duda le espera un rayofurioso

Esse tue castigo de passo lento, este otro es deprompta/ execucion, y en el mismo hecho deI de-lito. Fue en un dia deI fiesta, donde Sill dypensa-cion alguna, ni necessidad precisa/ quiso uno oc-cuparse, con otros combidados assi indios, comolEspafioles, en obra servil con escandalo de todo ellugar,1 minga, bevida, bulla, y gritos, q no avianfin, para ponerl en tierra la carga, q llevaba pOTel rio. No dur6 mucho/la boda, al embarcarse enlas canoas, medio embriagados todos;1 renovando-se entonces mucho mas q nunca la bulla, alegria,1y gritos, remando un poco desse modo, se les bol-teo una/ canoa an la mitad deI rio, con perligro deahogarse todos,1 en particular un yndio, q llevadode la corriente para abaJo,1 Sill teller ya esperanzade saffar [zafarse], tuvo la fortuna, de quel uno enla playa 10 descubriesse, luchando con la muerte, ylast olas de su infortunio: fueron tras deI en canoa, yllegaron/ a tiempo, para sacarlo mas muerto, q vivo.Desde entonces es-/carmentaron todos; alomenosde trabajar con tanta bulla/ y escandalo los dias defiesta: aunq para trabajar algo, yl con ssosiego, ytambien para dexar la missa, parece, q va-trios noließen mucho escrupulo. Aalgunos, si, los engafiacon precioso titulo el demonio, quienes passandotoda la/ semana ociosos, Sill hacer nada, llegandoel domingo, de-/xan la missa, y todo para trabajar,dicen, q es so D.s 10 manda,1 (corno si tuvieran mu-

[folio 12] con otras pestes cantidad de cuyes. EI de41. empezaron a des-/caecer las chagras, platanos,y yucas; aunq no con tanta fuer-/za corno el de 42.donde con la falta q hicieron varios, a-/compafiandoen sus conquistas al Gou.f diffunto, quedaron a-1qui sus mugeres, y hijos pereciendo: pero nunca sevia elf lugar con tal estrechez, miseria, y atrassos,corno en este afio de 43., donde apenas se hallaun platano, q comer,1 assolados con los crecientesdeI rio las chagras; perdido, en ql tenian puestasu esperanza, todo el tabaco: llevandose elf rio7. casas de las 11. q avia en S. Ygnacio: Losyndiosl siempre a menor, Sill notable augmento enlos viracochas,1 quedando corno imoble [fnmovil?]el numero de todos juntos, de pocol mas, 0 menüsde 330: retirada, y poca la cazeria: el rial mas dela mittad deI afio Sill dar un pescado: frequentesllas enfermedades; demasiados los aguaseros y conexcesso en las chagras los dafios de los animales:llorando to-/dos, sentenciados a bever agua pura,los q antes tenian/ abundancia de aguardientes, ymassatos: fuera desso tan-/tos hurtos, q no ay cosasegura. pero dexo todo esso, esperanzado en D.,y en su infinita misericordia, q par fin mi-trara aestos pobres con ojos de piedad: corno tambien/nada digo de las 22. almas de infieles deI Nucuray,q traxeron aqui para ser bautizados, par aver yaremitidol relacion aparte de todo esse successo:sinD, ac abo con/ el deseo, q tengo, q 10 bueno, qpar aca cultivan, se imite,1 y 10 maiD, en q caen, seevite. Borgia y Noviemb. 6. de 1743. A.

Juan Magnin [rubrica]

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