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El Endeudamiento¡ ~ del Tercer Mundo y la

RecuperaciónMundial

Conferenciapronunciada por

A. W. ClausenPresidente

del Banco Mundialy de la

Corporación FinancieraInternacional

en elCentro de Estudios

InternacionalesUniversidad de Harvard

Boston, Massachusetts,Estados Unidos

24 de febrero de 1983

Banco MundialWashington, D.C. 20433

Profesor Huntington, señoras y señores. Es en verdad un granhonor para mí poder dirigirme a esta distinguida asamblea.Esta serie de conferencias fue fundada por Samuel L. yElizabeth Jodidi con el objetivo de "promover la tolerancia, elentendimiento y la buena voluntad entre las naciones, asícomo la paz mundial". El hecho de que hayan invitado alBanco Mundial a participar este año afianza nuestra voluntadde fomentar la cooperación económica mundial, especial-mente en estos momentos de problemas económicos en elmundo entero.

La prosperidad sin precedentes que la mayor parte delmundo ha disfrutado a partir de la segunda guerra mundial seha fundamentado en una integración, igualmente sin prece-dentes, de la economía mundial. Las naciones han cooperadopara alentar el comercio y las inversiones internacionales.Ahora que el impulso del desarrollo mundial se ha vistointerrumpido de forma más radical que en cualquier otromomento anterior del período de la posguerra, las naciones ylas instituciones se sienten tentadas a abandonar la coopera-ción para proteger sus intereses a corto plazo. Pero ese esuna fórmula para el desastre. Lo que se necesita ahor¿ esintensificar los esfuerzos de cooperación entre las naciones ylas instituciones, tanto públicas como privadas, para podersuperar nuestros problemas comunes.

Pocos previeron que la recesión mundial llegase a ser tangrave o universal como lo ha sido. En 1982, disminuyerontanto la producción de los países industriales como el volu-men del comercio internacional. Los precios de los productosprimarios no combustibles se encuentran aún en sus nivelesmás bajos desde la segunda guerra mundial y los tipos deinterés sólo recientemente han comenzado a bajar de cotasque nunca antes habían alcanzado.

Los problemas de endeudamiento de los países en desa-rrollo, el tema de mi exposición de hoy, constituyen uno delos aspectos más apremiantes de este panorama de malestareconómico mundial.

La disminución de las ventas para exportación y los altostipos de interés han provocado una racha de gravesproblemas de reembolso de la deuda. A tan sólo ocho paísescorresponde la mitad de toda la deuda del Tercer Mundo, yrecientemente cuatro de ellos-México, Brasil, Argentina yChile-se han visto obligados a aplazar el reembolso delprincipal de sus préstamos. En los dos últimos años hantenido que reprogramar el servicio de su deuda casi tantospaíses en desarrollo como en los 25 años anteriores.

Es comprensible que los bancos comerciales, especialmentelos más pequeños, hayan recibido una sacudida como conse-cuencia de estos problemas y se hayan retraído algo de lospréstamos internacionales. En el tercer trimestre de 1982, losbancos comerciales prestaron a los países en desarrolloimportadores de petróleo menos de lo que recibieron porconcepto de reembolso del principal. No es evirnte aún siesta pronunciada disminución del financiamiento representauna tendencia, pero ya ha hecho empeorar los problemas deliquidez de las economías de los países prestatarios y hacontribuido a su repentina contracción. El descenso resul-tante de las ventas para exportación a los países en desa-rrollo es una importante razón de que se haya prolongado larecesión en los países industriales.

El total de la deuda a plazos mediano y largo de los paísesen desarrollo alcanza ahora los $530.000 millones* y, de estemonto, $350.000 millones corresponden a fuentes privadas.Aunque las estadísticas al respecto no son muy fiables, esprobable que la deuda a corto plazo haga ascender elendeudamiento total de los países en desarrollo a unos$700.000 millones. El nerviosismo acerca de la capacidad delos países prestatarios para atender el servicio de esta deudaestá socavando la confianza de la que dependen no sólo lasoperaciones bancarias, sino casi todas las actividadeseconómicas.

*Las cantidades de dinero se expresan en su equivalente en dólares de losEstados Unidos.

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Permítanme que en la primera parte de esta conferencia mededique a explicar por qué los problemas de endeudamientodel Tercer Mundo, por penosos que sean, son controlables, ya orientar parte de la actual preocupación acerca delendeudamiento hacia la cuestión fundamental de larecuperación económica mundial y la necesidad de un comer-cio más abierto y de mayor volumen. En la segunda parte dela conferencia esbozaré la forma en que los bancos, lasnaciones en desarrollo, los países industriales y las institu-ciones económicas internacionales deben cooperar parasuperar los problemas actuales en materia de endeuda-miento y desarrollo. Es preciso que cada una de las partestenga plena conciencia de sus responsabilidades y del modoen que éstas se complementan con las responsabilidades delos demás.

Comenzaré rmencionando tres razones para tener confianza enque los problemas de endeudamiento del Tercer Mundo soncontrolables. Primero, un volumen de inversiones interna-cionales en expansión es un aspecto normal de un sólidodesarrollo mundial. Segundo, la mayoría de los países endesarrollo bandeó excepcionalmente bien las tensioneseconómicas del decenio de 1970. Tercero, el sistema finan-clero internacional es fuerte y flexible. Pero existe también unmotivo de profunda preocupación, y es que los problemas deendeudamiento y estancamiento del desarrollo en el TercerMundo inevitablemente se agravarán mientras no logremosuna recuperación económica mundial.

En primer lugar, la expansión de los préstamos interna-cionales es normal, saludable y sumamente necesaria.

Las corrientes internacionales de capital entre las nacionesdesarrolladas y las en desarrollo han sido el motor que haimpulsado el progreso económico durante la mayor parte delos dos últimos siglos. En el siglo XIX los países en desarrollopor lo general obtenían capital en préstamo en el mercado

internacional mediante la venta de bonos. A veces sedemoraban en los pagos cuando la relación de intercambioles era adversa, por lo que las primas de riesgo eran fuertes.Hubo varios ciclos de dificultades de reembolso, cada unoseguido de retraimiento de los prestamistas. Pero losempréstitos internacionales fi',.,ron aumentando a pesar detodo. En el siglo XIX, Estados Unidos era un país en desa-rrollo, y obtuvo más capital en préstamo que cualquiera delos demás países en desarrollo de la época.

Este sistema de flujos de capital quedó destruido por unaabrupta reducción del crédito e incumplimientos masivos alcomienzo de la depresión de los años treinta.

El actual sistema de corrientes internacionales de capitalhacia los países en desarrollo se fraguó después de lasegunda guerra mundial. Intermediarios oficiales, como elBanco Mundial, comenzaron a obtener empréstitos en losmercados de capital y a hacer préstamos a países en desa-rrollo con la necesaria capacidad crediticia. Los préstamosoficiales fueron suplementados por asistencia para fines dedesarrollo, donaciones y préstamos en condiciones conce-sionarias de los gobiernos de países de ingresos elevados. Laasistencia para el desarrollo aumentó en forma constante entérminos reales durante los dos últimos decenios, hasta queen 1981 empezó a disminuir.

Los países en desarrollo han tenido también acceso a variostipos de crédito comercial: créditos de exportación, inver-siones extranjeras directas de empresas multinacionales ypréstamos de bancos comerciales. El volumen de estospréstamos a los países en desarrollo experimentó una expan-sión especialmente rápida en el decenio de 1970.

Esa expansión de los préstamos de bancos comerciales seinició de hecho antes del aumento del precio del petróleo de1973, pero en 1974 y 1975 se registró un abrupto aurnnto al"recircular" los bancos el ahorro de los miembros de laOrganización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP)

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hacia los países en desarrollo importadores de petróleo.Después, los préstamos de los bancos comerciales se man-tuvieron en un nivel relativamente estable duante variosaños, hasta que comenzó una nueva oleada de operacionesen 1978 y 1979 con la situación de considerabledisponibilidad de liquidez en los mercados.

En el período comprendido entre los primeros años deldecenio de 1960 y los últimos del de 1970, la corriente netade capital hacia los países en desarrollo-financiamientooficial, ayuda, créditos de exportación, inversiones directas ypréstamos comerciales-se triplicó en términos reales. Estaexpansión de las inversiones internacionales contribuyó aldinamismo de la economía mundial en general y, a su vez, fuerespaldada por él. El volumen del comercio internacional, porejemplo, también se triplicó aproximadamente en ese mismoperíodo.

Todos los tipos de corrientes de capital aumentaron, pero lasdiversas formas de inversiones comerciales registraron elcrecimiento más rápido: de un tercio del total de los flujos decapital a comienzos del decenio de 1960 a la mitad a finalesdel de 1970. Los préstamos comerciales (excluidos los cré-ditos de exportación) se incrementaron once veces en tér-minos reales, elevándose de una t.-ceava a una cuartaparte del flujo total de capital hacia - países en desarrollo.

Para fines de análisis, el Banco Mundial a menudo divide alos países en desarrollo en dos categorías: de bajos ingresosy de ingresos medianos. Cuando hablamos de países de"bajos ingresos" nos referimos a aquéllos-como Chad yBangladesh-cuyos ingresas son inferiores a $410 per cápitaal año. Denominamos paíse-s de "ingresos medianos" a lespaíses en desarrollo-como Malasia, Costa de Marfil yMéxico-que han superado ese umbral.

Ha sido muy escaso el financiamiento comercial atraído hacialos países en desarrollo de bajos ingresos. Aunque algunasinversiones en estos países pueden tener rendimientos

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elevados, su pobreza y su estrecha base económica hacenque para ellos sea arriesgado depender mucho de lospréstamos comerciales. Además, la mayoría de los países debajos ingresos todavía necesitan efectuar inversionespúblicas básicas-en infraestructura, por ejemplo, o eneducación-antes de que las inversiones comerciales en sec-tores como el industrial puedan brindar habitualmente rendi-mientos lo suficientemente altos como para atraer unvolumen significativo de capital privado del extranjero. Por lotanto, los países en desarrollo de bajos ingresos dependenprincipalmente de la asistencia en condiciones concesionariaspara obtener el capital externo que necesitan.

Por el contrario, algunos de los países en desarrollo deingresos medianos han resultado un campo abonado para elfinanciamiento comercial. Muchas de las economías de lospaíses de este grupo son dinámicas y diversificadas, por loque el aumento de los préstamos a algunos de ellos-y elendeudamiento resultante-obedece no a su debilidad, sinomás bien a su vitalidad y creciente madurez,

La experiencia histórica de las inversiones internacionales, suexpansión como parte del dinamismo de la economía mun-dial de los dos últimos decenios y su concentración en lospaíses de ingresos medianos son todos hechos que confirmanque el incremento de las corrientes de capital es un aspectonormal y esencial de la vitalidad económica mundial.

El segundo punto al que quiero referirme es que el éxito conque los países en desarrollo, y en especial los de ingresosmedianos, han bandeado las tensiones del decenio de 1970es una prueba evidente de que sus actuales problemas depagos son problemas de liquidez, no de solvencia.

La liquidez se relaciona con la capacidad para cumplir a cortoplazo con las obligaciones. Si baja el precio de un productode exportación d- importancia básica o aumenta el de un

artículo de importación principal, un país puede tenerdificultades para cumplir co;i sus obligaciones puntualmente.A la larga, ese país podrá ampliar otras exportaciones oreducir sus importaciones, pero esos ajustes llevan tiempo.Incluso países que no tienen problemas fundamentales desolvencia pueden experimentar dificultades de liquidez.

La solvencia se refiere a la capacidad para sostener ciert,nivel de endeudamiento por un período prolongado. Lacapacidad de un país para reembolsar su deuda depende delcrecimiento de su ingreso nacional y de sus posibilidades alargo plazo para exportar, de modo que una economía enexpansión puede sostener sin dificultad un volumen crecientede endeudamiento.

Mantener el crecimiento económico se hizo más difícil en eldecenio de 1970. En los países industriales dicho crecimientoha experimentado una desaceleración, del 5% al año en losaños sesenta, al 3% en los setenta y a menos del 1% en lo queva de los ochenta. En contraste, los países en desarrollolograron alcanzar como promedio tasas de crecimiento deentre el 5% y el 6% al año durante las décadas de 1960 y 1970.El único grupo de países en desarrollo que sufrió una impor-tante contracción en el decenio de 1970 fue el constituido porlos países de bajos ingresos más pequeños, principalmentede Africa al Sur del Sahara.

Una razón de la continuación del rápido ritmo de crecimientode los países en desarrollo han sido las inversiones. En lospaíses industriales, la tasa de aumento de la inversión sederrumbó del 6% en la década de 1960 al 1,5% en la de 1970,pero los países en desarrollo de ingresos medianos lograronacelerar la tasa de crecimiento de sus inversiones al 8% al añoen el decenio de 1970. Además, nueve décimas partes de lasinversiones de estos países se financiaron mediante ahorrointerno.

Los países en desarrollo incrementaron también rápidamentesus exportaciones en los años setenta. En el caso de los

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importadores de petróleo las exportaciones aumentaron arazón del 9% al año, siendo las de manufacturas las queregistraron un crecimiento más acelerado. Los pagos de estospaíses por concepto de la deuda a plazos mediano y largoaumentaron del 15% de sus ingresos de exportación en 1974 asólo el 18% en 1980. La relación entre el nivel de su deudapendiente y sus ingresos de exportación subió de 1,0 en 1974a apenas 1,1 en 1980.

Por último, en el decenio de 1970 los países en desarrollodemostraron también su capacidad y decisión política paraajustarse a circunstancias adversas, en caso necesariomediante la reducción de las importaciones y la consiguientedesaceleración de su ritmo de crecimiento económico. Eldéficit en cuenta corriente de los países en desarrollo impor-tadores de petróleo (en relación con su ingreso nacional) seelevó en 1974 y 1975 a un nivel aproximadamente el doble delregistrado con anterioridad al aumento del precio delpetróleo de 1973. No obstante, en 1976 estos países habíanlogrado ya reducir ese déficit a su nivel anterior y mantenerloestable hasta que se produjeron los segundos aumentos delprecio del peúróleo en 1979 y 1980.

No es difícil hallar ejemplos de imprudencia en la obtenciónde empréstitos y la concesión de préstamos durante eldecenio de 1970. También, muchos países obtuvieronempréstitos basándose en expectativas de crecimiento futuroque, retrospectivamente, resultaron ser demasiadooptimistas. Pero el dinamismo general de todos los países endesarrollo en ese decenio-exceptuados algunos de los máspobres-indica que, en conjunto, el crédito que recibieron seutilizó en forma productiva.

Los países que experimentan ahora problemas de reembolsode la deuda se pueden dividir en dos grupos muy diferentes.Uno es el formado por países de ingresos medianos normal-mente dinámicos que pudieron obtener un gran volumen depréstamos de fuentes comerciales. Algunos de ellos tienenahora problemas serios de liquidez debido a los altos tipos

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de interés y los reducidos ingresos de exportación, pero laflexibilidad de sus economías y su demostrada capacidad deadaptación permiten augurarles buenas perspectivas derecuperación y crecimiento en el futuro.

En el otro extremo de la escala, ocho de los 15 países endesarrollo que reprogramaron el servicio de la deuda en 1981y 1982 fueron países africanos de bajos ingresos. De esosocho países, siete tenían un volumen significativo deendeudamiento con fuentes comerciales; de hecho, sólo dospaíses africanos de bajos ingresos que estaban en esa situa-ción pudieron evitar la reprogramación del servicio de sudeuda. Muchos de los países de bajos ingresos máspequeños dependen de uno o dos productos básicos deexportación, y cuando los precios de éstos caen, como hasucedido en los últimos años, tienen dificultades para cam-biar a otro tipo de actividad económica.

Es posible que algunos países de bajos ngresos enfrentenrealmente problemas a largo plazo de reembolso de ladeuda. Pero el endeudamiento comercial de los paísesafricanos de bajos ingresos representa sólo el 2% del total dela deuda con fuentes comerciales de todos los países endesarrollo. Por lo tanto, en una abrumadora proporción, elproblema actLal de endeudamiento global consiste en unagrave escasez de liquidez.

La tercera razón para pensar que los problemas de endeuda-miento del Tercer Mundo son controlables es la solidez delactual sistema financiero internacional.

Los riesgos especiales de otorgar préstamos a gobiernos esque no están cubiertos por las leyes sobre quiebras y que losacreedores no pueden recobrar los activos de una naciónsoberana, Por otra parte, las naciones no pueden desaparecerpor mandato judicial, como sucede con las empresas. Lasnaciones siguen existiendo y, en tanto continúan integradas

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en la economia mundial, necesitan crédito para financiar sucomercio y amortiguar las fluctuaciones en cuenta corriente.Por consiguiente, aunque muchos países no pueden ahoraefectuar puntualmente los pagos. ningunt ha repudiado sudeuda. Er, contraste, cabe señalar que en 1982 se declararonen quiebra alrededor de 53.000 empresas en los EstadosUnidos, y que una gran proporción de sus obligaciones porconcepto de deudas desapareció con e!las. Los paises endesarrollo que tienen el mayor volumen de deudas pen-dientes participan activamente en el intercambio comercial ytecnológico internacional, razón por la cual para ellos el costode verse aislados de la economía mundial-que es el preciodel repudio de la deuda-seria enorme.

Una cuarta parte de todo lo que se produce en el mundo hoydía se intercambia a través de tror teras nacionales, y estaintegración sin precedentes de la economía mundial brinda atodas las partes involucradas en problemas de endeuda-miento incentivos poderosos para cooperar en la búsquedade soluciones. En el período de la posguerra. los incumpli-mientos internacionales se han evitado casi por completomediante la reprogramación del servicio de la deuda, normal-mente con el apoyo de programas de estabilización delFondo Monetario Internacional IFM . Los bancos han tenidoque aplazar la obtención de ingresos, pero no han perdidoningún activo. Por su parte, los países prestatarios han sufridoa veces fuertes contracciones de la demanda. pero hanpodido mantener su acceso al crédito. Además, las reformasde políticas como parte de programas de estabilización-que a menudo incluyen medidas para incrementar el nivelde ahorro, mejorar la eficacia de las inversiones y aumentar elvolumen de exportaciones-suelen fomentar el crecimiento alargo plazo. Este enfoque cooperativo de los problemas de ladeuda ha dado a las operaciones internacionales de préstamomayor estabilidad que la que tuvieron en el siglo XIX ycomienzos del XX.

El sistema es robusto. Correr riesgos cuidadosamenteevaluados es una función de los bancos, los que por otra

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parte están bien equipados para absorber fuertes conmo-ciones. Los bancos comerciales están respaldados por losbancos centrales, y la coordinación entre estos últimos hamejorado. Aunque la reprogramación del servicio de la deudacomercial se lleva a cabo aún sobre una base informal, la delservicio de la deuda oficial y con garantía oficial se coordinaahora mediante reuniones de los principales paísesindustriales auspiciadas por el Club de París. Puesto que lasreprogramaciones del servicio de la der " se llevan a cabonormalmente en conjunción con la pre. ición de asistenciadel FMI, y puesto que el financiamiento oficial agrega unelernento de estabilidad a la estructura de la deuda de lospaíses en desarrollo, e¡ crecimiento del FMI y del BancoMundial en el curso de la última generación ha contribuidotambién a fortalecer la capacidad del sistema financiero paraabsorber sacudidas.

Sin embargo, el actual sistema de financiamiento internacio-nal no es perfecto. Para empezar, los préstamos interna-cionales están demasiado concentrados en unos pocosgrandes bancos de los "centros monetarios". Aunque lospréstamos a los países en desarrollo representan solamenteel 5% del total de préstamos de todos los bancos de lospaíses industriales, esa proporción es alrededor del doble enel caso de los grandes bancos. Como los bancos de los"centros monetarios" suelen prestar de 25 a 30 veces el valorde su capital social, los préstamos pendientes correspon-dientes a los países en desarrollo equivalen a casi tres vecessu capital social total. En algunos casos, las acreencias enrelación con algunos países llegan a exceder de la mitad delcapital total de determinados bancos.

Los bancos más pequeños han realizado menos operacionesde financiamiento internacional, principalmente debido a quela obtención de información económica sobre un país escostosa en relación con los ingresos que obtendrían. Pero enla medida en que los bancos pequeños se dedican a estasactividades, suelen hacerlo en consorcios formados por losbancos grandes. Cuando estos últimos hacen préstamos, los

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pequeños también los hacen-a veces demasiados-, ycuando los bancos grandes vacilan, los más pequeños seretraen.

Aparte de la concentración de préstamos en los bancosgrandes y de los problemas en materia de información queexperimentan los pequeños, el sistema de financiamientotambién está limitado a países que representan riesgos muybajos. Los bancos sí aplican márgenes variados y cobrancargos distintos a diferentes países, pero vacilan, más allá deuna banda bastante estrecha, en cobrar altas primas de riesgoa los países prestatarios. El hacer tales préstamos podríadebilitar el crédito de los propios bancos. Otros tipos deinversionistas estarían más dispuestos a aceptar mayoresriesgos cobrando cargos más altos, pero los países en desa-rrollo no han acudido a esas fuentes. Más bien, han depen-dido en medida considerable de los préstamos del sistemabancario.

Todos estos factores ayudan a explicar por qué nacionessolventes encuentran dificultades para obtener préstamoscon los que superar la actual crisis de liquidez. Representanesferas del sistema financiero internacional que son suscepti-bles de mejorarse, pero en mi opinión no menoscaban grave-mente su fortaleza y flexibilidad generales.

Los tres puntos principales que he expuesto hasta ahoraconstituyen argumentos a favor de la confianza, y lanecesitamos como base para una acción responsable. Noobstante, también tenemos motivos para preocuparnos. Losproblemas de endeudamiento del Tercer Mundo son todavíacontrolables, pero persistirán-y podrían tornarse máspeligrosos-si los países en desarrollo no pueden aumentars as exportaciones. Ese crecimiento es esencial para queresulte más tolerable la carga del servicio de la deuda y parapermitir la reanudación del aumento de las importaciones,aumento que se necesita para que las naciones en desarrollo

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puedan volver a obtener tasas satisfactorias de crecimientoeconómico.

La recesión mundial ha contribuido en grado considerable alas dificultades actuales. Entre 1980 y 1982, el descenso de losingresos de exportación y el aumento del servicio de ladeuda se conjugaron para afectar adversamente, en unos$70.009 millones, las balanzas de pagos de los países endesarrollo. En el caso de los que son importadores depetróleo, la relación entre los pagos por concepto de ladeuda a plazos mediano y largo y los ingresos de exportaciónsubió del 18% en 1980 al 24% en 1982. La relación entre ladeuda pendiente y las exportaciones dio un salto también,de 1,1 en 1980 a 1,3 en 1982.

A los 20 principales prestatarios corresponden tres cuartaspartes del endeudamiento total del Tercer Mundo, y en sucaso la relación entre los pagos por concepto de la deuda aplazos mediano y largo y los ingresos de exportación haascendido del 2610 en 1980 al 34% en 1982. Los cuatro mayoresprestatarios que han debido aplazar el pago del principal desu deuda se enfrentaban en 1982 a pagos por concepto de ladeuda a plazos mediano y largo que excedían del 50% de susingresos de exportación.

La recesión ha sido la causa principal de estas elevadasrelaciones de endeudamiento. Las ventas para exportación delos países en desarrollo registraron un estancamiento casitotal en 1982. La relación de intercambio y los precios deexportación de la mayoría de ellos se han deteriorado,haciendo que resulte aún más pesada la carga real de sudeuda. Los países de bajos ingresos han resultado especial-mente afectados por el descenso de los precios de losproductos primarios. Su relación de intercambio sufrió unadisminución del 30% entre 1979 y 1982.

Alrededor de la mitad del aumento de los pagos por serviciode la deuda del Tercer Mundo desde 1980 se ha debido a lostipos de interés más altos. Los tipos de interés reales fueron

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como promedio del 2% en el decenio de 1960 y negativos amediados del de 1970, pero después aumentaron al 5% en1981. Aunque los tipos de interés nominales han disminuidoahora, los tipos reales siguen siendo elevados por compara-ción a las pautas históricas, especialmente en el caso de lospaíses cuyas exportaciones no están aumentando. La causaprincipal de los altos tipos de interés ha sido la combinaciónde las políticas monetarias antiinflacionarias y los déficitpresupuestarios muy altos de los países industriales.

Un aumento de un punto en los tipos de interés les cuesta aMéxico, Brasil y Argentina $1.200 millones al año. La carga delos altos tipos de interés ha sido especialmente pesada paralos países en desarrollo de ingresos medianos. Estos paíseshan dependido en mayor medida de los préstamos comer-ciales, una gran proporción de los cuales se ha concedido contipos de interés variables. Los tipos de interés más altos y losplazos más cortos de estos préstamos dan por resultadopagos que son más del doble de los que corresponderían almismo monto de préstamos oficiales. Puesto que no sevislumbra ningún incremento rápido del financiamiento oficialo de la asistencia para el desarrollo, cabe prever que lospaíses en desarrollo sigan dependiendo en fuerte grado delfinanciamiento en condiciones comerciales, especialmente amedida que sus ingresos de exportación y sus economíasnacionales logren nuevamente tasas de crecimiento mássatisfactorias.

Algunos países reaccionaron a los precios de exportación y lostipos de interés adversos acumulando deudas a corto plazo aun ritmo rápido. Ciertos bancos han preferido en ocasioneshacer préstamos a corto plazo, por considerar que asíaminoraban sus riesgos. Pero, en realidad, la rápida expan-sión de la deuda a corto plazo hizo a sus prestatarios másvulnerables a las circunstancias cambiantes.

Los precios inestables del petróleo han complicado tambiénlos problemas de liquidez. En 1979 y 1980 los países impor-tadores de petróleo tuvieron que hacer frente a un pronun-

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ciado aumento del precio de este producto, y ahora lospaíses en desarrollo exportadores de petróleo se han vistosorprendidos por el descenso imprevisto de los ingresospetrolcros.

Los países en desarrollo han acudido a sus reservas finan-cieras y han reducido sus importaciones. Los déficit en cuentacorriente de los que son importadores de petróleodisminuyeron de $80.000 millones en 1981 a $68.000 millonesen 1982. Hacierdo los ajustes para tener en cuenta la infla-ción, el déficit en cuenta corriente de los países en desarrolloha vuelto casi al nivel de 1979. Los países de ingresosmedianos han reducido sus importaciones en forma espec-tacular, y por esa razón muchos de ellos se encuentran ahoraen una situación de depresión grave y repentina. El ingresomedio per cápita de los países en desarrollo disminuyó en1981 y de forma aún más pronunciada en 1982.

Si los ingresos en divisas de los países en desarrollo noempiezan a aumentar rápidamente, su carga del servicio de ladeuda se hará todavía más onerosa y sus niveles de vidadescenderán aún más. Si la relación histórica entre importa-ciones e ingresos se mantiene, la ausencia de crecimientotanto de los préstamos como de las exportaciones en 1983haría que el ingreso medio real de los habitantes de lospaíses de ingresos medianos disminuyera en casi una décimaparte en ese año. Lo más probable es que muchos paísesamortigüen el efecto en los ingresos, principalmente impo-niendo controles a las importaciones, lo que haría menoseficientes a sus economías y desalentaría el crecimiento alargo plazo.

El retroceso económico en los países en desarrollo se traduceen privaciones económicas y niveles crecientes de malnu-trición y de mortalidad infantil, así como en un mayordesempleo. Tal retroceso debilita la capacidad de las institu-ciones para hacer frente a las dificultades, agrava los conflic-tos sociales y tiende a socavar la estabilidad política.

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La depresión en los países de ingresos medianos normal-mente dinámicos también hace empeorar la recesión mun-dial. Los países en desarrollo en conjunto representan unaquinta parte de la producción mundial, más o menos lamisma proporción que los Estados Unidos, de modo que sucaída de un crecimiento rápido a un estancamiento súbitorepercute en toda la economía mundial. Cuando se cierranfábricas en el Brasil, por ejemplo, ese país cancela suspedidos de maquinaria de los Estados Unidos y hace que lagente pierda sus empleos también aquí. Cuando el Brasilreduce sus importaciones para atender el servicio de sudeuda, esa medida también afecta adversamente a las ventaspara exportación de los países industriales. Por ejemplo, losEstados Unidos venden dos quintas partes de sus exporta-ciones a los países en desarrollo.

Por lo tanto, parte de la actual preocupación por el endeuda-miento del Tercer Mundo debe traducirse en medidasencaminadas a asegurar la rápida expansión de las exporta-ciones de los países en desarrollo. De ese modo se evitaráque sus niveles de vida se deterioren aún más y se permitiráa sus economías registrar un crecimiento saludable. Al mismotiempo, se establecerá un marco en el que la carga delendeudamiento pueda volver a niveles más bajos, permi-tiendo así que el proceso de desarrollo se financie una vezmás mediante nuevos empréstitos de fuentes comercialessobre una base sólida.

Muchas naciones en desarrollo han tomado las medidasnecesarias-con frecuencia penosas-para fomentar el creci-miento de sus ingresos de exportación. Estas medidas se hanvisto frustradas por la recesión mundial, y también por lasmedidas proteccionistas adoptadas por los países desa-rrollados. Estos países industriales tienen necesariamenteque tomar la iniciativa en el logro de la recuperación de laeconomía mundial. A ellos corresponden dos tercios de laproducción mundial y, después de todo, los países en desa-rrollo no pueden hacer mucho mientras no se alivien susproblemas de liquidez. Además, el estancamiento de la

economía mundial tiene sus raíces principalmente en los

países inlustriales, debido a su gradual desaceleracióneconómica ý. partir del decenio de 1960 y al conjunto de susactuales rolIíticas macroeconómicas.

Varias de las principales naciones industriales comienzanahora a dar muestras de recuperación, y es probable quealgunas sigan políticas de demanda algo más expansionistas.La tendencia alcista es enormemente importante para larecuperación mundial, pero la reactivación de un crecimientosostenido y no inflacionario requiere cambios estructurales.Variaciones marginales en la oferta monetaria, o en el gastogubernamental global y la tributación, que no vayan acom-pañadas de cambios estructurales complementarioc, podríanmuy bien llevar a la reanudación de las presion,.s infla-cionarias y de la tendencia ascendente de lc, tipos de interésy a una pronta cesación de un ulterior crecimiento del pro-ducto real.

Existe un riesgo verdadero de que el crecimiento sea intermi-tente en el decenio de 1980. Los pueblos y los gobiernos semostrarán cautelosos ante cualquier indicio de que la infla-

ción aumenta de nuevo.

Una modificación estructural necesaria tanto en las nacionesen desarrollo como en las desarrolladas consiste en un mayorajuste a los precios de la energía posteriores a 1973. Otrocurso de acción que deben seguir las naciones, las ricas aligual que las pobres, y que aceleraría su desarrolloeconómico es el de reducir el ritmo de crecimiento de losgastos militares. Estos gastos registraron una aceleración en1982, mientras que las inversiones productivas en las nacionesindustriales, por ejemplo, disminuyeron en un 4%, en parte acausa del efecto de los déficit presupuestarios gubernamen-tales en los tipos de interés.

Ciertamente, hoy día todos los países reducen sus gastos acausa de la recesión y encuentran el momento presenteespecialmente difícil para hacer inversiones e introducir cam-

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bios en sus políticas con objeto de mejorar su dinamismoeconómico. Pero esto es precisamente lo que debe hacerse.Para que los pueblos y los gobiernos den su apoyo a loscambios estructurales necesarios en una época de recesión,en los países industriales debe otorgarse al desarrolloeconómico una prioridad, en las esferas política y cultural,más alta que la que se le ha conferido en años recientes.

Es probable que el cambio estructural más necesario en lospaíses desarrollados se relacione con su ajuste a la compe-tencia internacional. Los beneficios de la liberalización delcomercio fueron una de las razones principales de que elperíodo de la posguerra fuera testigo de un crecimiento tansin precedente. La actual recesión ha intensificado las pre-siones a favor de la protección. A su vez, estas presiones hanhecho que se incrementen las rigideces en las nacionesproteccionistas, contribuyendo así al ciclo inflacionario. Lainversión de la tendencia proteccionista es de importanciafundamental para las perspectivas de crecimiento futuro delos países industriales.

El ajuste a la competencia internacional es con frecuenciapenoso, pero los beneficios de un comercio sin obstáculosson tan grandes que las naciones pueden proporcionar unaasistencia generosa a sus ciudadanos perjudicados por lacompetencia. Ninguna nación puede permitirse el lujo delaislamiento en el decenio de 1980.

El acceso abierto a los mercados de las naciones industrialeses esencial para la reanudación del crecimiento de las expor-taciones de las naciones en desarrollo. Las perspectivas paraestas últimas serán favorables si se reanuda el crecimiento enlos países industriales y, al mismo tiempo, se frustran laspresiones proteccionistas. Pero la continuación del protec-cionismo no haría sino menoscabar los beneficios que larecuperación llegase a aportar.

La enseñanza que surge más claramente de la experiencia dedesarrollo de las naciones del Tercer Mundo es que la

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apertura al comercio exterior fomenta la eficiencia, lacapacidad de adaptación y el crecimiento. Las naciones endesarrollo de ingresos medianos más dinámicas han tenidoéxito en general aprovechando las oportunidades del comer-cio internacional. Incluso entre los países de bajos ingresosde Africa existen pruebas evidentes de que las economíasmás orientadas hacia el comercio y los mercados obtienenuna mayor producción por unidad de inversión. Si aumen-tasen las barreras comerciales frente a los productos de lospaíses en desarrollo, las perspectivas de lograr un creci-miento satisfactorio serían sombrías, aun cuando hubiera unarecuperación a escala mundial. Las oportunidades del comer-cio exterior son el único medio con que cuentan los países endesarrollo cargados de deudas para salir por sus propiosmedios de su difícil situación y lograr que sus economíasvuelvan a crecer.

En vista de los beneficios que reporta a todo el mundo unsistema de libre comercio y de los enormes peligros querepresenta el creciente proteccionismo, es ahora más impor-tante que nunca que las naciones respeten, utilicen yrefuercen el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros yComercio IGATT).

Permítanme que pase ahora a referirme a las funciones com-plementarias de los gobiernos, los bancos y las institucionesfinancieras internacionales. El funcionamiento de la economíamundial se sirve de un sistema integrado de corrientes decapital, y la superación de nuestros problemas comunes deendeudamiento y estancamiento del desarrollo exigirá lacooperación disciplinada de todas las partes.

Las naciones industriales tienen una función crítica que desem-peñar, y ya antes me he referido a la necesidad de queefectúen cambios estructurales, con objeto de asegurar unarecuperación sostenida y no inflacionaria y poner fin a laspeligrosas tendencias del proteccionismo. Deben también

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garantizar su vigoroso apoyo a las instituciones financierasinternacionales, a cuyas funciones me referiré dentro de unmomento. Además, los gobiernos de las naciones industrialesdeben evitarla imposición de nuevas reglamentaciones quepudieran desalentar el financiamiento internacional por partede los bancos comerciales, pues tales medidas podrían pro-ducir un daño inmenso. Los bancos centrales de todo elmundo prudentemente han evitado ese curso de acción.

Por su parte, los bancos comerciales no se atreverían a reaccionarde forma desproporcionada a los problemas de liquidez dealgunos de sus prestatarios extranjeros. El mantenimiento delos préstamos de los bancos comerciales es de importanciavital.

Los bancos han venido entablando una amplia gama derelaciones con los países en desarrollo, a través del estableci-miento de oficinas locales, servicios de asesoramiento yoperaciones comerciales, además de la concesión depréstamos. Puesto que los países en desarrollo tienen porfuerza que aumentar su demanda de servicios bancarios amedida que crecen sus economías, redunda en el propiointerés de los bancos mantener esas relaciones durante elactual período de dificultades.

Tiene tan poco sentido que los banqueros reduzcan suspréstamos a Tailandia o la India debido a los problemas deMéxico como que corten el créJito a todas las empresasporque algunas de ellas experimentan dificultades. Lasdeudas son del país que las contrajo. Algunos países hanvacilado en obtener préstamos, y varios de ellos podríansostener un mayor volumen de empréstitos sin pecar enningún modo de imprudencia.

La forma más segura y sensata para los bancos de hacerfrente a los problemas de reembolso consiste en la reestruc-turación de la deuda y en la evaluación de su situación enmateria de préstamos pendientes de pago en determinadospaíses, teniendo en cuenta los esfuerzos que éstos

despliegan para enfrentar los problemas económicos mun-diales. Para hacer estos juicios, los bancos comercialespueden aprovechar la información y los análisis que propor-

cionan las instituciones de Bretton Woods.

La carga inmediata de evitar una crisis de endeudamiento la

soportan los hombros de los propios países prestatarios.

Tienen plena conciencia de que los mercados de capital no

se recuperaron totalmente de la oleada de incumplimientosde los años treinta hasta el decenio de 1970 (unos 40 añosdespués), y de que los esfuerzos que hagan para cumplir sus

compromisos ahora determinarán su acceso al crédito en el

futuro. Saben también que es probable que persista la atonía

de la economía mundial durante algún tiempo todavía, razón

por la cual los esfuerzos internos por movilizar y asignarrecursos con mayor eficacia son ahora más importantes que

nunca.

Muchas naciones en desarrollo han tomado medidas de

ajuste realmente notables. El mes pasado, por ejemplo,Indonesia elevó el precio interno del petróleo en 60% para

alentar una utilización más eficiente de la energía. A pesar de

presiones de balanza de pagos, Tailandia y Filipinas hanrebajado sus barreras comerciales a fin de incrementar la

eficiencia de sus economías. Brasil ha emprendido unprograma encaminado a reducir a la mitad el déficit del

Gobierno Federal en este año y aminorar su déficit de

balanza de pagos por medio de devaluaciones aceleradas.

A veces los países en desarrollo han esperado demasiadopara corregir sus déficit presupuestarios y de balanza de

pagos. Si un país aplaza el ajuste hasta que los acreedoreshan comenzado a perder confianza, las reformas necesariaspara lograr la estabilización han de ser más radicales. Por

consiguiente, los países deben tomar medidas con prontitud,

antes de que la crisis de liquidez se les eche encima, yaprovechar la asistencia financiera y el asesoramiento que les

pueden prestar el FMI y el Banco Mundial.

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A largo plazo, la estabilización no es suficiente por sí sola. Lacapacidad de los países para soportar la carga de la deudadepende de la reanudación del crecimiento de su produccióny sus exportaciones. Por lo tanto, las medidas que los paísesprestatarios toman ahora para superar sus problemas deliquidiez podrían quedarse cortas si no logran también ponerde nuevo en marcha el proceso de desarrollo. Un estanca-miento prolongado de los ingresos de exportaciónintroduciría nuevas tensiones en la estabilidad política y laconfianza de los acreedores, y podría a la larga hacer que losproblemas de liquidez se convirtieran en problemas de sol-vencia, incluso para algunos de los mayores prestatarios. Sitiene lugar un crecimiento satisfactorio de los ingresos deexportación, los bancos comerciales volverán a ser otra vezfuentes cada vez más importantes de financiamiento parafines de desarrollo.

Evidentemente, las instituciones de Brellon Woods-el FondoMonetario Internacional y el Banco Mundial-tienen tambiénuna función importante que cumplir, tanto en lo que respectaa las actuales dificultades a corto plazo como en lo referente ala reanidación del crecimiento a más largo plazo.

Nuestra institución hermana, el FMI, se creó con el objetivode ocuparse de los problemas internacionales de ajuste, y haestado en primera línea en lo que respecta a ayudar a lospaíses a superar las crisis de los últimos meses. El Banco dePagos Internacionales y las principales potencias han actuadocon rapidez para proporcionar ayuda de emergencia a losprincipales prestatarios que experimentan serias dificultadesde liquidez. El Fondo ha ayudado a los países a elaborarprogramas de reforma de sus políticas con miras a recuperarla confianza de los acreedores, y en 1982 sus transferenciasnetas adicionales alcanzaron un volumen de $6.000 millones,El aumento de los recursos del Fondo es urgente y deimportancia vital; por ello, resulta alentador que en lareciente reunión ministerial del Comité Provisional del FMIse emprendiera ese proceso.

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El Banco Mundial complementa la función del Fondo;mientras que éste se concentra en los ajustes a corto ymediano plazo, la principal finalidad del Banco es impulsarel desarrollo económico a más largo plazo, Dado que elproblema de endeudamiento de los países del Tercer Mundono se resolverá definitivamente sin la reanudación del pro-ceso de desarrollo económico en esos países, el apoyo delBanco a ese proceso-aunque sus efectos sean menosinmediatos-es tan urgente y crucial para la solución delproblema como el apoyo del Fondo a las medidas de ajuste.

Quizás la contribución más importante del Banco Mundial alproceso de desarrollo sea la que hace a través del diclogo sobrepolíticas que mantiene con sus países miembros. Los proyectosque el Banco Mundial financia tienen todos por finalidad nosólo producir rendimientos directos, sino también contribuir ala evolución de políticas e instituciones más eficaces en elpaís prestatario. Además, el Banco Mundial mantiene undiálogo constante con los países en desarrollo sobre sugestión económica general.

En el curso de los últimos años el Banco, ante la difícilsituación de sus países miembros prestatarios, ha ampliadoconsiderablemente su programa de análisis económico y haintensificado el diálogo sobre políticas. Muchos de los paísesde ingresos medianos obtienen ahora mucho menos financia-miento del Banco Mundial que de las instituciones finan-cieras comerciales, pero el Banco está singularmente biendotado para examinar y discutir con ellos cuestiones relativasa la política en materia de desarrollo.

Precisamente esta semana, el martes 22 de febrero, el Bancoha decidido emprender un Programa de Acción especial destinadoa acelerar los desembolsos y fortalecer más su diálogo sobrepolíticas económicas. Esperamos colaborar a través de estePrograma de Acción especial con los bancos regionales dedesarrollo multilaterales y con los organismos de ayudabilateral. Actuando en forma conjunta, podremos dar unimpulso signific3tivo a los esfuerzos de los países en

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desarrollo por hacer frente a los problemas de liquidez yestancamiento del desarrollo.

Una forma en que podremos acelerar los desembolsos esfacilitando una mayor proporción del financiamiento paraproyectos tanto nuevos como en vías de ejecución. Estodeberá alentar a los países a terminar proyectos que seencuentran a medias y a seguir adelante con inversiones dealta prioridad, a pesar de la escasez de fondos internos parainversión durante este período de contracción,

El otro aspecto del Programa de Acción-la mayor atención alas reformas de las políticas-es aún más importante.Seguiremos dedicando más esfuerzos al análisis económico, yaceleraremos los desembolsos sólo en el caso de los paísesque efectivamente adopten las medidas de políticanecesarias para superar sus dificultades económicas.

Como parte del Programa de Acción, el Banco tiene el pro-pósito de efectuar más "préstamos para fines de ajusteestructural" en apoyo de programas de reforma de laspolíticas. El Banco Mundial prepara los préstamos de estetipo en estrecha colaboración con el Fondo, pero hace hin-capié en medidas que contribuyan a la reanudación delproceso de desarrollo a pesar de la existencia de problemasde balanza de pagos.

Las actuales dificultades en el ámbito del financiamientointernacional están haciendo que las instituciones de BrettonWoods y los bancos comerciales colaboren en formas nuevasy fructíferas. Por ejemplo, el Fondo ha elaborado reciente-mente un programa respaldado por un acuerdo de derechode giro para ayudar a Yugoslavia a evitar la reprogramacióndel servicio de su deuda. Otros gobiernos, organismos decrédito a la exportación, el Banco de Pagos Internacionales ybancos comerciales han convenido en complementar la asis-tencia del Fondo, y el Banco Mundial coopera también conplanes para otorgar un préstamo para fines de ajuste estruc-tural.

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Esto me trae a otra forma en que el Banco Mundial se adaptaa las actuales necesidades, a saber, ampliando su función decatalizador de las inversiones comerciales.

El mes pasado el Banco Mundial aprobó el uso de nuevastécnicas que le permitirán asociarse más estrechamente con,s bancos comerciales en operaciones de cofinanciamiento.Vamos también a arnpliar el programa de inversiones de laCorpo,-ación Financiora Internacional (CFI), la afiliada delBanco Mundial que se ocupa exclusivamente de inversionescomerciales.

Todas estas actividades tienen por objeto atraer más fondoscomerciales hacia los países en desarrollo y promover elfinanciamiento para proyectos y los préstamos a plazos algomás largos por parte de los inversionistas comerciales. Notenernos intenciones de "sacar del atolladero" a los bancoscomerciales. En vez de ello, queremos alentarlis a participarmás activamente en el importante y lucrativo negocio deotorgar préstamos a los países en desarrollo.

Por último, el Banco Mundial puede ayudar compartiendo susconocimientos sobre los países en desarrollo.

Las instituciones de Bretton Woods pueden hacer más paraayudar a los países a evaluar los empréstitos externos enrelación con sus políticas y perspectivas económicas. Alfacilitar la disponibilidad de tal información sobre la situaciónde endeudamiento y el proceso de desarrollo, podemoscontribuir a estabilizar los mercados interna lonales de capi-tal y alentar la concesión de préstamos por !-ncos comer-ciales, en particular los más pequeños.

El Banco preside grupos consultivos para 21 países en desa-rrollo. Estos grupos ayudan a los organismos bilaterales ymultilaterales de desarrollo a coordinar sus actividades en elcontexto de un amplio marco de información sobre laspolíticas y los problemas económicos de esos países. Previainvitación del país interesado, las reuniones de los grupos

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consultivos a veces van seguidas, en un plano ya sea formal oinformal, de conversaciones con prestamistas comerciales. Sinviolar la confidencialidad ni actuar en contra de los interesesde nuestros países miembros prestatarios, las institucionesde Bretton Woods deberían intensificar sus esfuerzos en estesentido.

El fortalecimiento de nuestro diálogo sobre políticas, laaceleración de los desembolsos, la promoción de las inver-siones comerciales y la divulgación en todo el mundo deinformación más amplia sobre los países-en desarrollo sondiversas formas en las cuales el Banco Mundial está adap-tando su actuación a fin de complementar mejor los esfuerzosde los países miembros prestatarios y de los bancos comer-ciales, y así coadyuvar al restablecimiento de la estabilidad yel crecimiento en la economía mundial.

Antes de terminar, permítanme que me refiera a la AsociaciónInternacional de Fomento (AIF), la afiliada del Banco Mundialque proporciona asistencia a los países más pobres entre lospobres. Ya hice alusión anteriormente a los graves problemasque experimentan los países de bajos ingresos pero, engeneral, el debate sobre los problemas de endeudamiento hadesviado la atención de los efectos, potencialmenteexplosivos, de la recesión en los países más pobres delmundo. Estos países necesitan ayuda para el desarrollo, y lanecesitan muy especialmente ahora. Pero durante la actualrecesión los presupuestos de ayuda sufren una feroz compe-tencia en la obtención de fondos públicos.

La AIF ha experimentado graves problemas de recursos,debidos casi exclusivamente a deficiencias en las contribu-ciones de los Estados Unidos. A pesar de sus propiosproblemas presupuestarios, las demás naciones donantes hanaportado más fondos de los originalmente convenidos a finde ayudar a compensar las deficiencias en las contribucionesestadounidenses. Si hemos de ayudar con eficacia a lasnaciones más pobres del mundo a hacer frente a la contrac-ción mundial, es esencial que el Congreso autorice los cré-

ditos presupuestarios necesarios para cumplir loscompromisos con la AIF recomendados por el PoderEjecutivo de los Estados Unidos.

Permitanme que resuma mi exposición. Los actualesproblemas de endeudamiento del Tercer Mundo son con-trolables, pero intensifican la urgencia de lograr la recupera-ción de la economía mundial. Redunda en interés tanto delos bancos como de los países prestatarios actuar en formaresponsable y mantener su relación de confianza. Entretanto,las naciones industriales deben tomar la iniciativa para ellogro de una rápida recuperación económica y la implantaciónde cambios estructurales-en particular la expansión delcomercio internacional-que permitan el mantenimiento deun rápido crecimiento no inflacionario. Por último, las institu-ciones de Bretton Woods se están adaptando a lasnecesidades del momento, con el fin tanto de ayudar aresolver los problemas inmediatos de liquidez como de cola-borar en las tareas igualmente urgentes del desarrollo.

El actual funcionamiento deficiente de la economía mundialexige un nuevo impulso de cooperación económica interna-cional. El principio en que se fundamentó el Plan Marshall-que George Marshall anunció aquí en Harvard en 1947-esexactamente el apropiado ahora. La integración económicamundial es lo que ha fomentado los niveles de vida cada vezmás altos que los habitantes de todo el mundo handisfrutado desde entonces, y la ausencia de cooperación eneste momento provocaría con igual seguridad el descenso deesos niveles de vida en el mundo entero.

Pero si todos aunamos nuestros esfuerzos para superar estosdifíciles momentos, la comunidad universal saldrá de ellosmás solidaria, como una familia que ha sufrido unida. Laseconomías nacionales serán más flexibles, y lo que apren-damos de los problemas de hoy hará más segura laprosperidad futura del mundo.

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Quizás la familia humana incluso salga de esta difícil situacióncon una visión más clara de lo que es importante en la vida yde cómo usar mejor el desarrollo económico para alcanzarmetas humanas más fundamentales.

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