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INVESTIGACIONES LITERARIAS. ANUARIO IIL, NO. 18 V I - II / 2010, pp. 103-127

HUMOR NEGRO Y NOVELA NEGRA EN

EL CASO DE LA ARAA DE CINCO PATAS DE OTROVA GOMAS

Mario MorenzaInstituto de Investigaciones Literarias

Universidad Central de Venezuelajedyknight71@gmail.com

RESUMEN

Otrova Gomas es un narrador de estilo ligero, pero reflexivo, crticoante la sociedad, que utiliza diestramente la poderosa arma del humor-el humor negro- para desmontar gobiernos y defectos de nuestraidiosincrasia. A travs de los aos ha cultivado el genuino humor ensus obras. Este rasgo le ha agenciado un gran nmero de lectoresde variada ndole. Con su novela El caso de la araa de cinco patas(1984a) ocurre un fenmeno particular, pues en la mayora de loscasos se ha considerado no solo esta obra, sino toda la vasta obrade Otrova Gomas, como humorstica simplemente, y no es del todoas. Es justificado afirmar que El caso es una novela policaca enclave de humor negro, y/o una novela de humor negro en clave policial,hacindola nica en su estilo y sin precursores en nuestra literatura.Este es un intento por difundir una nueva lectura y trabajar por sumeritoria legitimacin literaria en nuestras letras.

PALABRAS CLAVE: humor, humor negro, canon, legitimacin literaria,novela policial, literatura venezolana

ABSTRACT

Otrova Gomas is a narrator of light style, but reflexive, critic withthe society, who uses the powerful weapon of the humor skillfully -theblack humor- to dismantle governments and faults of our idiosyncrasy.Across the years he has cultivated the genuine humor in his works.This feature has made him obtain a great number of readers of variednature. With his novel El caso de la araa de cinco patas (1984a), aparticular phenomenon happens, because in most cases it has been

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considered not only this work, but the whole vast work of OtrovaGomas, as humorous simply, and it is not completely like that. It isjustified to affirm that El caso is a detective story in key of blackhumor, and/or a hard-boiled in police key, making her a singularcase and without predecessors in our literature. This one is an attemptfor spreading a new reading and to make an effort for his meritoriousliterary legitimization at our letters.

KEY WORDS: humor, black humor, canon, literary legitimization, hard-boiled, venezuelan literature

BUSCNDOLE LAS CUATRO PATAS AL CANGREJO

Es preciso que comience mis experticias en este artculo hablandosobre el canon, sobre qu es el humor, y cmo se aplica el canonliterario a la obra de Otrova Gomas, o si somos un poco msespecficos, cmo a la novela en cuestin, El caso de la araa decinco patas (1984a), se le aplicaran determinados mecanismos para,de algn modo, con una llave maestra, abrirle las puertas al lugarque le corresponde en la literatura venezolana, un lugar del que se laha descartado?, rehuido?, negado?, injustamente, ya sea porlas mismas lecturas que han pecado de epidrmicas o por lascaractersticas que anteriores y posteriores obras del autor hanemanado en los lectores. Asimismo, hacia el final de esta introduccin,dedicar unos prrafos a la espesura que este autor venezolano-alas Jaime Ballestas en el mundo real-, instrumenta en su humor ycon certera puntera lo usa como herramienta literaria en esta novela,siempre colegiado en un discurso tan postmodernista como elpolicaco.

Hubo un tiempo en que la crtica literaria en nuestro pas, demanera ortodoxa podra decirse, no conceba como cuento, novela,o literatura venezolana, a aquellos relatos en los que estuvieranausentes elementos de nuestro fulgurante folclor. El ultra criollismo/patriotismo heredado de las rancias huestes gomecistas habapermeado en los terrenos de la crtica literaria, y un relato ambientado,por dar un ejemplo, en Italia, Francia o el Caribe, en el que suspersonajes fueran ingenieros textiles, pintores o marineros de esaslatitudes, aunque ese relato hubiese sido escrito por un legionario

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de pura cepa, la obra posiblemente iba a padecer el infortunio deno ser tomada en cuenta como venezolana, por considerrsele queanidaba una profusa variedad de elementos extranjeros, dejando aun lado desde tpicos y acciones, hasta personajes (re)sumidos enun realismo que nos evocara al llano venezolano, a la Venezuela deentonces (que en gran parte prevalece en este entonces). Estaopinin se hermana con lo que Carlos Sandoval escribiera en laspginas iniciales de su libro La variedad: el caos (2000). Este autoraade en el apartado El texto como modelo comunicacionalperteneciente al primer captulo Liminar con declaracin de principioslo siguiente:

El texto involucra, en su discurso, aspectos relativosa la manera como es percibido por los usuarios delmismo (los lectores), quienes finalmente dictaminan,sobre bases que tienen que ver con lo que lalingstica chomskiana denomina competencia, siste cumple con las nociones manejadas en elcontexto respecto a ciertas categoras sociales yestticas que lo identificaran como tal (gnero,tendencia, literario, aliterario, entre otras). (pp. 3-4)

El caso Otrova Gomas llama particular la atencin. Por muchosaos ha sido y contina siendo catalogado como humorista,posiblemente el mejor entre aquellos que han hallado en nuestrasletras una arena para su arte; pero humorista al fin. Un humoristaque de paso escribe y publica libros, muy prolijo l1. Quiz, creo quese ha tratado de una injusta clasificacin si tomamos en cuenta libroscomo La miel del alacrn (1980), El terrorista (1982), Manual parareaccionarios (1990) y la seccin Galera de sdicos famososubicada en el libro El cofre de los reconcomios (1984b), en la queparodia a personajes ficticios de distintas reas del saber y las artes,muy al estilo y no con menos talento de lo que algunos aos atrs

1Hasta la fecha este autor ha publicado desde la dcada de los setenta un total de 17libros, en los que se destacan dos novelas: El caso de la araa de cinco patas (1984a)y El terrorista (1982), diez libros de cuentos, entre ellos La miel del alacrn (1980),Concierto subterrneo (1988) Manual para reaccionarios (1990), El cofre de losreconcomios (1984b), tres libros de fotografa, una antologa de humor compilada porl mismo, Fabricantes de sonrisas (2002) y una antologa de sus propios relatostitulada Divertimento (2000).

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hiciera otro gran humorista, un humorista negro, el narrador y poetapolaco argentino Juan Rodolfo Wilcock con La sinagoga de losiconoclastas. Sostengo que las obras mencionadas, adems de Elcaso de la araa de cinco patas (1984a), son ms que libros de humor,juegan y se posan, se pasan y se pesan en terrenos literarios, criticana una sociedad, se burlan de ella, la refractan y la parodian, ademsde desplegar un manejo narrativo de calidad comprobada. A OtrovaGomas fcilmente se le puede endosar lo que Vctor Bravo (2004)define como humorista en su texto El humorismo, esplendor de laconciencia crtica de su libro El mundo es una fbula y otros ensayos.Segn Bravo, Otrova Gomas sera aquel escritor dotado de unavisin especial: en contraposicin a la ceguera de los otros, l lograpercibir y hacer percibir, como en un relmpago, lo incongruente(2004: 37). Tambin quizs nos sea ardua la tarea de encontrar unadefinicin de humorista tan afn al trabajo de Otrova Gomas como laque hace Augusto Monterroso en el captulo Humorismo deMovimiento perpetuo:

El humorismo es el realismo llevado a sus ltimasconsecuencias. Excepto mucha literaturahumorstica, todo lo que hace el hombre es risible yhumorstico. En las guerras deja de serlo porque enlas guerras el hombre deja de serlo. Dijo EduardoTorres: El hombre no se conforma con ser el animalms estpido de la Creacin; encima se permite ellujo de ser el nico ridculo. (Monterroso, 1998: 105)

Otrova Gomas (o Jaime Ballestas) desde la desacralizacin literariaexamina a una sociedad corrompida, en los ochenta, finales de lossetenta, cuando es publicado el grueso de su obra, aqu enumeramos(rescatamos para lo considerado literario?) al menos cinco de suspublicaciones. Narrativa la de este autor que si la leemos en loscontextos temporales y espaciales de la primera dcada de este siglo,captaramos en sus libros, sin perder un pice, lo expuesto ydenunciado en clave de humor hace veinte, veinticinco, treinta aosatrs. Su humor, su humor negro; su literatura, y su novela negra. Elcaso de la araa de cinco patas an sigue vigente. Sus pginas noson un caso cerrado. Muchos menos un cangrejo. Nuestra sociedadpersiste y existe entre los mismos pantanos, entre las mismascorrupciones y malasmaas perpetradas por entes de cuello blanco.Solo han cambiado los protagonistas. Justo cuando redactaba este

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artculo, en la revista El Librero, Marcel Ventura publica en el nmero39, Ao 3, mayo 2010, una entrevista a Otrova Gomas animada porla visita del autor a tierras venezolanas y por la reedicin, treintaaos despus, de La miel del alacrn, como si estos treinta aos nohubieran pasado por la lnea del tiempo de su humor, seala elcomunicador. El autor responde algo que nos compete en estaspginas:

Ser humorista, como ser msico o poeta, parte deuna condicin que no se puede aprender en sutotalidad. As, algunos nacemos con la facilidad dedeconstruir la realidad y mostrar lo que esincongruente y trgico de manera cmica. En esesentido somos los encargados de desmantelar elpoder, y no hablo solo del poltico, sino del poderosoen todas sus facetas. Rebajamos a todo aquel quetiene nfulas2. (Ventura, 2010: 34)

Wendell Harris en su artculo La canonicidad, (En Sull, 1998)comienza con las siguientes palabras: Los hechos cannicos sobrelos cnones de la literatura inglesa y americana son, primero, que noexiste ni ha existido canon alguno; segundo, que, necesariamente,siempre ha habido cnones; y tercero, que los cnones se construyena partir de lecturas, no de textos aislados (p. 37). Luego arroja suparecer sobre la contradiccin de lo que ha sido la instrumentacindel canon en la literatura, y que priva realizar una diseccin de lapalabra para conocer su materia, de qu est hecha y a qu realmentese refiere. Lneas ms adelante, para concluir su introduccin, Harriscomenta: Como ocurre con muchos trminos crticos, el primer pasopara entender la palabra canon consiste en desglosar su significado.Entonces, el problema del canon demuestra ser mucho ms complejode lo que admite la crtica ideolgica contempornea (1998: 37).

Con respecto a esto, podemos inferir que la obra de Otrova Gomasno ha tenido la suerte de recibir una lectura ms all de las comarcashumorsticas. La gente se ha acercado dicindose a s mismallanamente Me quiero rer, quisiera algo divertido, de humor

2 Humor y poder estn condenados a darse la espalda?S. Algunos amigos mos, muy queridos, han intentado hacer humor desde el poder,pero lo que da ganas de rer no es lo que escriben, sino lo equivocados que estn.(Ventura, 2010: 35)

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inteligente que por el contrario Quisiera leer algo de literatura quea travs del humor nos dosifique nuestros problemas de pas, prefieroleerlos en ficcin que en la realidad de los peridicos, una literaturaque nos haga reflexionar. El mismo autor, en la entrevista citada,comenta con valiosa humildad: Buscarle la vuelta literaria al humores una forma de hacerlo y ese es el caso de La miel del alacrn, queincluso fue editado en ingls poco despus de ser publicado enVenezuela. Se trata de un texto raro en mi bibliografa porque esthecho para el disfrute de los que leen literatura. No es la nica manerade gozarlo, pero creo que es la mejor (Ventura, 2010: 35).

Antes de continuar, debemos preguntarnos sobre la siguienteecuacin, que hasta donde mis conocimientos llegan, es nica ennuestra literatura:

Novela de humor negro + novela negra (detectivesca,policaca)

El caso de la araa de cinco patas sale a la luz a mediados de losochenta y en poco o nada se le ha reconocido su valor literario, ladualidad que nos expone apunta desde dos trincheras a los problemasy traumas de una ciudad vctima de un sistema de gobierno que halabrado complejas e incumplidas promesas ms que soluciones paraun pas. Desde el punto de vista del humor para criticar la sociedad,tomamos como premisa el siguiente prrafo de Luigi Pirandello, desu proverbial ensayo Qu es el humor? en el que reflexiona paracomprender su esencia:

Por ejemplo, la caracterstica de aquella peculiarbonachonera o benvola indulgencia que algunosdescubren en el humorismo, definido ya por Richtercomo la melancola de un nimo superior que llegaa divertirse incluso con aquello que le entristece;aquella tranquila, jocunda y reflexiva mirada sobrelas cosas; aquella manera de acoger losespectculos divertidos que parecen, en sumoderacin, satisfacer el sentido del ridculo y pedirperdn por lo que tiene de poco delicado esacomplacencia, aquella expansin de los espritus,desde el interior al exterior, retardada por la corriente

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contraria de una especie de benevolencia pensativa,de que habla Sully en su Essai sus le Rire, no seencuentran en todos los humoristas. Algunos deestos rasgos, que parecen fundamentales al crticofrancs, y no solamente a l, se encontrarn enalgunos y en otros no. (Pirandello, 2006: 125-126)

Podemos nutrir las palabras de Pirandello con el siguiente fragmentoextrado del libro Una historia cultural del humor (1999), en el queJan Bremmer y Herman Roodenburg, adems de compilar los textosque en el volumen se incluyen, esbozan en su prlogo definicionesconcretas de lo que es en esencia el humor:

Qu alcance tiene, por ejemplo, la definicin queel diccionario Robert, el de uso ms extendido enFrancia, da del humor como Forme desprit quiconsiste prsenter ou dformer la ralit demanire en dgager les aspects plaisants etinsolites (forma de ingenio que consiste en mostraro deformar la realidad realzando sus aspectosdivertidos e inslitos), teniendo presente que su paralemn, el Duden, lo define como Gabe einesMenschen, der Unzulnglichkeit der Welt und derMenschen, den Schwierigkeiten und Missgeschickendes Alltags mit heiterer Gelassenheit zu begegnen(capacidad del ser humano para enfrentarse conserenidad a las carencias del mundo y de loshombres y a las dificultades y adversidades de lavida cotidiana)? (p. 2)

Wendel Harris prosigue en su artculo La canonicidad y se refierea El ncleo semntico ms conocido de la palabra griega kanon esregla o medida y, por extrapolacin, correcto o autorizado (p.39). Aqu nos cruzamos con una bifurcacin en la atmsfera decanonicidad que estamos tratando. Dos planos. Por un lado,trasplantar parte de la obra de Otrova Gomas a lo que es valoradocomo literatura, por otro, sealar si Otrova Gomas es humorista osimplemente un cmico. El significado de humor para muchos no estmuy claro, segn lo que podemos leer en la cita anterior de LuigiPirandello, y en la pluralidad reinante cuando desgranamosdefiniciones.

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De ese mismo libro de Pirandello parafraseo que la misin de lacrtica es estudiar el contenido y el tono de cada humor, de cadahumorista. En estas pginas nos enfocamos precisamente en eso,en estudiar el diapasn humorstico de Otrova Gomas. El autor italianoreflexiona que al final del recorrido se llegan a tener tantasdefiniciones del humorismo como caractersticas se encuentran, y,naturalmente, todas tienen una parte de verdad, pero ninguna es laverdadera (Pirandello, 2006: 125). Con respecto a esto, podemosdecir que adems de buscarle en el universo del canon literario sulugar a la obra de Otrova Gomas, tambin debemos, en principio,impulsarlo como humorista, pues se puede correr el riesgo de que suobra, o parte de su obra, sea reconocida como cmica y a su autorcomo un cmico, lo que sin duda lo alejara ms an del canon literariopara encasillrsele como un autor para leer en las colas, en el Metroo en la playa, un autor sin lecturas entrelneas, que no convoque lareflexin y solamente se busque en literatura la risa instantnea. Hacialas lneas finales del ensayo de Vctor Bravo, ste concluye: Si bienel cmico se convierte fcilmente en instrumento del poder, elhumorista tiene, en la querella con el poder uno de los escenarioscentrales (2004: 44) y es ste el escenario en el que mueve y transitaOtrova Gomas, que lo amalgama paralelamente al discurso policial,humor negro y novela negra con el mismo objetivo en la mira.

Desde luego, ya nos referimos a un puado de obras que puedenser (deben ser) incluidas como literarias, dejando a un lado, desdenuestra perspectiva, otras tantas que pueden ser consideradas (poreste servidor, y por tantos otros) como libros meramente dedivertimento, geniales, pero de divertimento. Con respecto a qu eshumor, qu es cmico, incluimos el siguiente fragmento del ensayode Pirandello Qu es el humorismo?:

Volvemos y volveremos a preguntar siempre cmoes posible que si no hay humorismo, ni se conoce,ni se puede decir qu es, haya luego escritores delos que se pueda saber y decir que son humoristas.Con qu fundamento se puede saber y decir?

No hay humorismo; hay escritores humoristas. Locmico no existe; hay escritores cmicos.

Muy bien! Y si alguien, equivocndose, afirma queun escritor humorstico es cmico, cmo me lasarreglar para aclararle su error, para demostrarle

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que se trata de un humorista y no de un cmico?(2006: 129)

Del humor siempre se ha dicho que es un arte que, adems dehacer rer (si esto ocurre, (a)claro), nos lleva a estados metafsicosde reflexin, a pensar a la crtica sin miramiento ni concesiones, encambio, lo definido como cmico, tiene como fundamental objetivoprovocar la risa, por acumulacin de situaciones jocosas o simplementeinstantnea, por ende fugaz, y quizs poco memorable. Visto desdelos objetivos de esta seccin, el humor siempre nos har reflexionar.Reafirmo mi postura implicada a lo expresado por Luigi Pirandello enel libro ya citado, con ms vehemencia defiende la causa:

Todo humorista verdadero, no solamente es poeta,sino que tambin es crtico, pero -ojo- un crtico suigeneris, un crtico fantstico; y digo fantstico, nosolo en el sentido de extravagante o caprichoso, sinotambin en el sentido esttico de la palabra, aunquepudiera parecer a primera vista una contradiccinen los trminos. Pero es realmente as; y sinembargo yo he hablado siempre de una especialactividad de la reflexin. (2006: 140)

En una sociedad perfecta, la anatoma del humor tal cual laconocemos en este lado del mundo, habr evolucionado o migradohacia otras realidades del ser humano, incluso, es muy probable quelo que para otros es humor, humor genuino, para nosotros no lo sea,o viceversa; o mejor dicho, no cumpla el texto las funcionesprimigenias por las cuales fue concebido, pues no estamos al tantode los contextos referenciales de la obra que diluye ese humor. Porejemplo, el Archivo Nacional de las Promesas al que accede porequivocacin el detective a destajo de El caso de la araa de cincopatas puede parecerle un pasaje bizarro, una crnica de laidiosincrasia latinoamericana a un dans, sueco o neozelands quepor casualidad se tropiece con el libro, y no una crtica tajante, mordaz,sin miramientos ni concesiones, a la actitud inepta de los gobernantesy ciudadanos que han maniobrado con absoluta desidia y negligenciasus labores sociales. Del propio Otrova Gomas, en tal sentido,podemos citar el siguiente fragmento de su prlogo al libro queantologa, Fabricantes de sonrisas. En relacin al humor Otrova

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Gomas le faculta una perdurabilidad y una fortaleza que es bastantecomprensible, porque los ataques a los anhelos de un pueblo solo secastigan con humor, arma que ha de ser una de las maneras msrelajantes que ha inventado el ser humano para desahogarse, almismo tiempo es de los medios ms contundentes que existen por sucapacidad devastadora. Por otro lado, lo cmico puede que nos hagarer la primera vez que leemos o se nos cuenta una historia cmica,pero al cabo de la segunda lectura, esa intensidad que logr en elprimer intento se ir difuminando paulatinamente.

Volvamos a las palabras de Bravo, que dotan a la risa, a lo cmico,de una reaccin desencadenante ante la degradacin instantneade los valores (p. 41). Esto explica lo que Javier Maras -en miconsideracin, un gran humorista, y de los negros- dice en su artculoLa risa y la moral: una contrarrplica a Muoz Molina (2007). AquMaras maquina la defensa de su posicin con respecto a la pelculade Tarantino Pulp Fiction, una perspectiva contraria a la expresadapor su colega Muoz Molina. La siguiente cita, biopsia de una elegantey determinada refutacin, nos ayuda a aclarar nuestras hiptesis:

Pero lo que la pelcula de la discordia le hayaparecido a l o a m no tiene la menor importancia,ni siquiera tiene inters. Como no tiene sentidoafirmar, segn Muoz Molina, que la gran dificultadde la comedia es que... si no provoca la risa sufracaso es instantneo. La risa () es tan subjetivacomo la moral y adems es cambiante: no solo loque a m me hace gracia puede no hacrsela a l yviceversa, sino que lo que me haca rer de nio talvez ya no me hace rer de mayor, y quiz de viejo nome gusten los chistes que me gustan hoy. Ha habidocmicos que hacan partirse de risa en su tiempo alos espectadores y que hoy no los tendran ni en lahora punta de la televisin. (p. 148)

Sin embargo, no ocurre lo mismo con un texto de humor, que tienesello de garanta por ms lecturas en el tiempo, como la perdurabilidady fortaleza de la que nos habla Otrova Gomas; no obstante, el autorha comentado al respecto:

La risa surge cuando el mensaje est conectado alo jocoso. El humor obliga a analizar, que es el trabajo

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inicial del humorista, as que la audiencia entiendeese proceso a travs de la tensin humorstica quegenera el texto o la vieta, pero debe haber tensinhumorstica, independientemente de que haya risa.(Ventura, 2010: 35)

Uno de los puntos que nos ayudara a dar un espaldarazo a lanecesaria propuesta de abrirle un espacio a la obra de OtrovaGomas, para sacarlo de ese inmerecido encasillamiento de humoristacon que se le ha rotulado, es precisamente el papel que, segn Harris,cumplen las antologas como canon selectivo. Hasta el momento, lasnarraciones breves de nuestro autor han aparecido en tres antologas.De las tres, una de ellas es de humor: Fabricantes de sonrisas.Antologa de humoristas venezolanos (2002). Las otras dos muestrantalantes absolutamente literarios. La primera de ellas es una antologacompilada por Manuel Viso Rodrguez, El cuento breve en Venezuela.Antologa (19702004) (2005), en la que aparecen vocesrelativamente nuevas y reconocidas fuera de nuestras fronteras comoJuan Carlos Mndez Gudez y Alberto Barrera Tyszka al lado de LuisBarrera Linares o Carlos Noguera; y ms recientemente Cuentos sinpalabrotas (2009), antologa estructurada por Fedosy Santaella, enla que el nombre de Otrova Gomas figura al lado de escritores msque consagrados como Arturo Uslar Pietri, Julio Garmendia o PedroEmilio Coll y Jos Rafael Pocaterra. Seguramente, en un futurocercano, vendrn ms antologas en las que el nombre de OtrovaGomas ubique sus pginas sin necesidad de que la palabra humoraparezca en la portada del libro o est relacionada con el nombre dela coleccin que lo edite.

Con El caso de la araa de cinco patas ocurre un fenmenoparticular, pues siempre se ha considerado no solo esta novela, sinotoda la vasta obra de Otrova Gomas, como una narrativa que nopuede ser considerada literatura. El detective es heredero de latradicin norteamericana, en la lnea del hard-boiled, o policial duroabanderado por Raymond Chandler y Dashiell Hammett, entre otros.Es legtimo afirmar que El caso es una novela policaca en clave dehumor negro, o una novela de humor negro en clave policial,hacindola nica en su estilo y sin precursores en nuestra literatura.Queda en manos de los nuevos lectores, bien sea de sta o de todala obra de Otrova Gomas y las relecturas que de ellas se realicen, lameritoria legitimacin de este autor en nuestras letras. Este es un

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intento por arrojar una nueva lectura y (re)descubrir rastros devigencia e influencia en la narrativa posterior a su publicacin en1984.

TRAS LAS HUELLAS DE UN GNERO

Un significativo nmero de ensayos consultados seala a Loscrmenes de la calle Morgue de Edgar Allan Poe como el relatofundador del gnero policial, completando la trada del mismo narradorEl misterio de Marie Roget y La carta robada. Uno de esos ensayospertenece a Ricardo Piglia (2002: 59), quien adems agrega y destacala importancia de Los asesinos, de Ernest Hemingway en eldesarrollo literario del policial. Ciertamente, existen indicios de estegnero muchas dcadas atrs. Un caso concreto digno de un relatode Historia universal de la infamia fue el de Vidocq, un ex delincuenteprofesional que al retirarse de los caminos mal habidos prest susservicios a la Sret. Posteriormente publicara sus memorias queinspiraran a los cultivadores del gnero.

Dupin, el personaje de Los crmenes de la calle Morgue, serprecursor del clebre Sherlock Holmes de Arthur Conan Doyle. Hacialos aos veinte del siglo pasado, cuando Gran Bretaa apenas serecuperaba de la I Guerra Mundial, el gnero policial fue refugio paralas masas, inicindose as la etapa dorada en aquellas comarcas,abanderadas por la prolija Agatha Christie y sus detectives Poirot yMiss Jane Marple. De la corriente britnica del gnero policial puedeafirmarse que sus personajes son ms bien analticos. En estashistorias se nos reserva una implcita invitacin a la suspicacia de loslectores: ambos, personaje y lector, a travs de la lectura, solucionarnlos enigmas simultneamente al ritmo del pasar de las pginas y lospasos del detective.

Mientras el policial britnico pareciera acudir al reto, a una metforadel ajedrez para que al mover las piezas se abra una grieta que permitarazonar, investigar y dilucidar lo que se oculta tras el velo de un crimen,el policial norteamericano, sin llegar a estar en la antpoda de aqul,se desplaza hacia la experiencia.

El policial en Estados Unidos no devino en su contrario pero sapost a la humanidad y a las maas de los personajes hacindolostan atractivos al pblico lector como estereotipados. De esta tradicinse engendran los ladinos Sam Spade y Philip Marlowe que inculcarn

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los declogos de cientos de novelistas. En Latinoamrica, RubemFonseca fecunda al laborioso Mandrake que aparece en docenas desus relatos y algunas novelas (incluso, ya salt al formato audiovisualcon una serie televisiva homnima) puede considerarse el hijo prodigioy suramericano de esta estirpe.

Cuando nos remitimos a Venezuela, del gnero policial puededecirse que est vinculado a una genealoga extranjera. Algunosautores de nuestra literatura (Marcos Tarre, Jos Luis Palacios,Humberto Mata, Luis Felipe Castillo, Eloi Yage, Pedro Rangel Mora,Ana Teresa Torres, Fedosy Santaella) se han apropiado de sus rasgosy han fundado y/o continuado, aunque pequea, una tradicin ennuestra literatura. Muchos sostienen que La mano junto al muro(1951), relato que instaura una nueva era en la narrativa brevevenezolana, arroja al mismo tiempo las primeras semillas de estegnero en nuestra literatura. Lo que es tambin cierto es queGumersindo Pea pareciera ser el agente venezolano con mayorcurrculo con unas cuantas novelas a cuestas y una encarnacin enla gran pantalla interpretada por Pedro Lander.

Las circunstancias y los autores han aadido y configurado ciertosrasgos distintivos del gnero policial. En cada uno de ellos puedesealarse una o ms teoras que enriquecern la lectura de la obraque nos compete y de cualquier obra de estas caractersticas.Pasemos, pues, a la siguiente fase de nuestra investigacin.

PRONTUARIOS, TESTIGOS, SOSPECHOSOS HABITUALES:

RETRATO HABLADO DE UN COLECTIVO

En el primer captulo de Historia del relato policial Julian Symonstraza las coordenadas del gnero y apunta hacia la elaboracin deun canon del mismo:

Los historiadores de la novela detectivesca insistenen que se trata de una forma literaria nica, quenada tiene que ver con la novela de crmenes o demisterio, que no debe ser confundida con la novelapolicaca, y que est ms distante an de lasmuchas variedades del thriller. Los que como yo,creen que esas clasificaciones ms contribuyen acrear confusin que a resolver dudas, y que la

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zadenominacin ms sensata es la general de novelao relato policaco o de suspense, deben empezarpor oponerse a un importante sector de la opinin.Vale la pena examinar algunos de los puntos de vistaavanzados por aquellos que intentan formular uncanon crtico. (1982: 7)

Vemos, pues, que la literatura policaca tambin pugna susambigedades taxonmicas con el canon. En este episodio del artculose pretende dar una visin terica sobre el gnero policial comodiscurso postmoderno, adems de comentar los principales rasgos ycaractersticas de la novela negra que detectamos en El caso de laaraa de cinco patas para postularla como una obra circunscrita aeste gnero, como tambin al humor, como una obra de la literaturavenezolana y para la literatura venezolana. No obstante, una condicinde la postmodernidad pareciera ser la hibridacin de gneros, escasi imposible encontrar un gnero o planteamiento discursivo queno est sostenido o apoyado en otro(s), por tal razn se buscarresaltar, como lo hemos hecho en la primera parte del artculo -puesno pasa por alto en la obra en cuestin- uno de sus elementosfundamentales: el humor negro y el tono pardico desplegado en laobra constante y efusivamente, lo que le da al gnero un barniz deaguda crtica social. Colocamos de ejemplo un fragmento de la obra:

Luego volv a entrar en el rea deshabitada hastallegar al piso nueve (de Parque Central, en una delas gigantescas torres que an se encuentran enaparente proceso de construccin (...). Esta plantaera igual que las otras. Tampoco en ella se vea nadapero al acercarme a una enorme puerta situada alextremo sur, pude distinguir el pequeo letrero:

Archivo Nacional de las promesas

(...)

Todo bien? -pregunt Helena.

S, y esto?

Lo que le dije -intervino el vigilante- casi todas laspromesas que se le han hecho al pas archivadasuna por una. Pero esto solo es una parte, an hayveinte pisos llenos de muchas ms carpetas, sin

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contar con las que estn en proceso, pero vengan,vengan por ac, lo estbamos esperando.

()

Miren, aqu empieza la clasificacin (). Aqu seguardan los ejemplares de todas las promesasoficiales que diariamente entran en circulacin, ybuena parte de las privadas que regularmente sonreportadas por sus destinatarios o los compiladoresaficionados. () De este lado estn las dereubicacin de damnificados, ms all pueden verselas promesas de matrimonio, y en aquel sector -continu sealando con el dedo- estn losofrecimientos municipales, dentro de los cuales asu vez hay una seccin de promesas de repararcalles y las de mejorar los servicios mdicos.

()

Y las electorales? -pregunt.

Esas no estn aqu, se hallan desde el piso diezhasta el dieciocho; son demasiadas, pero es eldepartamento ms consultado por los polticos ().En los das de elecciones se la pasan viniendo,algunos las revisan, para no repetir ofrecimientosexactamente iguales a los que usaron en la campaapasada. (Gomas, 1984a: 32, 53-55)

Es un pasaje en el que se mecaniza una crtica severa contra elsistema gubernamental venezolano que ha disparado el descontrolsocial y la ausencia de un orden digno. La atmsfera tiene un auraamenazante, con un peligro oculto latente, asesinatos, robos, estafas,extorsiones, la cadena siempre es econmica, como afirma RicardoPiglia en su ensayo Lo negro del policaco. En El canon de la novelanegra y policaca aparece sealado lo siguiente:

El detective se ve obligado a salir a la ciudad ymezclarse con los distintos estratos sociales ()para moverse en un entorno que no conoce. Elespacio ya no es mera funcin del esquema crimen-investigacin-solucin sino que sirve tambin paraotros aspectos como la crtica social y la bsquedade la identidad cultural. (2008: 65)

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Asimismo, Ricardo Piglia en Crtica y ficcin (2001) comenta que eldetective es la versin urbana del cowboy (p. 62). Ciudad ypersonaje. Ambos edifican en la novela policaca una cotidianidaddeteriorada por pandillas y malhechores. La crtica social se cierne ala obra. Es una sociedad descompuesta la que se deja ver en eldiscurso policial. El detective se muestra ante todos como metforade la justicia, devuelve el orden y la verdad a la colectividad, puesstos haban sido alterados por hechos e individuos al margen de laley. Una ciudad sumida en un caos y sumisa a los dictmenes delpoder monetario. En Lo negro del policaco se deja leer lo siguiente:

El dinero que legisla la moral y sostiene la ley es lanica razn de estos relatos donde todo se paga.All se termina con el mito del enigma, o mejor, se lodesplaza. En estos relatos el detective (cuandoexiste) no descifra solamente los misterios de latrama, sino que encuentra y descubre a cada pasola determinacin de las relaciones sociales. Elcrimen es el espejo de la sociedad, esto es, lasociedad es vista desde el crimen: en ella (pararepetir a un filsofo alemn) se ha desgarrado el velode emocionante sentimentalismo que encubra lasrelaciones personales hasta reducirlas a simplesrelaciones de inters, convirtiendo a la moral y a ladignidad en un simple valor de cambio. (prr. 3)

Horacio Moreno en su prlogo al volumen Novela Negra, que recogetres piezas significativas de la corriente, afirma: El policial es el gnerode lo urbano por antonomasia (2006: 5), la ciudad es el caldo decultivo para nutrir la reflexin y la novela policial parecieraanquilosarse en este fenmeno de concreto para ofrecer unarespuesta de orden, as sea en la ficcin del relato, a ese caos puroy duro que se ha instalado alrededor del planeta.

Aqu vemos cmo las direcciones del humor negro y el policial seinclinan hacia un sentido, que siendo el mismo, en algn punto de sutrayecto se entrecruzan, convocan una alianza, una coalicin quebusca transgredir las reglas de un poder, hacerle dao, denunciarloy anunciar a la luz una faceta ms humana de la realidad. Solo endonde surge un enfoque con fondo negro, ya sea humorstico opolicial, es posible que el resplandor de una sociedad comience amarcar su ritmo.

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Se puede observar, entonces, que un gnero que se instaur comoentretenimiento -vale recordar que en el siglo XIX y a comienzos delXX el ciudadano comn no sola ir al cine, ni ver televisin ni escucharradio- para ser ledo se fue decantando hasta evolucionar y ofreceruna cosmogona aguda que contiene factores de diversa ndole delo humano. Al respecto, Julian Symons argumenta: Uno de los rasgosque caracterizan la novela detectivesca angloamericana es que sesita abiertamente en el bando de la ley y el orden (1982: 18).

El gnero policaco es ms que un relato de policas y ladrones.La alegora, la novela policial y el humor negro se tejen uno al otro enEl caso de la araa de cinco patas como excusa para exponer ladescomposicin y el caos nacional que se maduraba, se macerabaen el pas, la ciudad como metfora concreta del caos. Ms all delos crmenes que perpetra directa o indirectamente Surez Ligo setrata de denunciar el rompecabezas en el que se ha convertido nuestrasociedad metropolitana.

Por otro lado, muchos tericos y crticos observan en la novelapolicial una afrenta contra la dominacin del capitalismo y suordenamiento del mundo. Existe la afrenta constante y mordaz hacialos gobiernos que rigieron a Venezuela en la dcada de los ochentay mucho antes. La utpica y solitaria lucha del detective contra losmales que infectan y afectan a la sociedad. El do humor negro ydiscurso policaco instalan dos trincheras para denunciar estosproblemas. El caso de la araa de cinco patas los expone, y loscontrapone. He aqu un ejemplo de cmo se desgaja una concha denuestro sistema de civilizacin:

Mi dolorosa permanencia en el hospital no fue muylarga. Esa misma noche, apenas vi que unaenfermera lavaba bajo el chorro las inyectadorasusadas para ponrselas a otros pacientes, decidfugarme, aprovechando que mis dos compaeros decama se adormitaron. Haba preferido correr lospeligros de la calle poblada de hampones en lastinieblas de la noche, antes de arriesgar mi pellejoen aquel aventurado y turbulento centro de saludpopular sin equipos, medicamentos ni camas.(Gomas, 1984a: 169)

lvaro Contreras apunt algo revelador: Segn Walter Benjamin,El contenido social originario de las historias detectivescas es la

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difuminacin de las huellas de cada uno en la multitud de la granciudad (2006: 8). Esto nos da a entender que la ciudad bien podratratarse de un protagonista ms de la historia. Todos somos uno, simiramos a la ciudad como un abismo, como un ente orgnico en elque cada ciudadano sea una clula, tarde o temprano caeremos enella, en ese pozo sin superficie ni paredes, en ese vrtigo horizontale inasible.

En el mismo texto, Contreras expresa que la realidad se presuponeen tal caso armada como una trama que es urgente destejer (p. 8).Piglia est en franca sintona cuando alguna vez afirm que la ciudady todos sus ciudadanos configuraban una trama de relatos. Yoaadira que tambin dibuja una trama de retratos, el retrato habladode una ciudad, las calles y avenidas por las que hemos dejadonuestras huellas (peatonales y digitales) que terminan por ser nuestrasfacciones, nuestros gestos, nuestras cicatrices. Un pensamientohabitual de un detective que va tras las huellas de un criminal essaber que cada individuo que llega y se va de un lugar ha dejadoalgo o se ha llevado algo de ese lugar. Lo que suelen dejar, ademsde huellas, podra catalogarse como robos, asesinatos, fraudes,acontecimientos extraos.

Galn Herrera determina lo siguiente:

La transformacin del personaje del detective ahoracomo un ser falible y duro modifica sustancialmenteel relato policial clsico. Segn Todorov, la novelade enigma est compuesta por dos historias, la delcrimen y la de la investigacin. La primera cuentalo que efectivamente ocurri, y la segunda la de lainvestigacin, explica cmo el lector (o el narrador)toma conocimiento de los hechos. En la novelanegra, sin embargo, se fusionan las dos historias (ose suprime la primera y se da existencia a lasegunda). Ya no narra un crimen anterior al momentodel relato, sino que este ltimo coincide con laaccin. As, se produce un desplazamiento del focodel relato. Si antes el foco se situaba en el procesomental y lgico para la resolucin de misterios queobligaba al detective a mirar atrs, ahora se produceuna sustitucin de esa retrospeccin a favor de laprospeccin. (2008: 62)

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Un rasgo heredado de la dupla Holmes / Watson es combinar laanaltica y sabia inteligencia del detective protagonista ante las notan analticas ni sabias deducciones de colegas cercanos. Este rasgoen El caso de la araa es parodiado sagazmente: el inspectorLandau har de una especie de Watson caraqueo, aunque con uncoeficiente de inteligencia de ocho puntos sobre trescientos y segnsu psiquiatra, cada da le bajaba un punto debido a la arterosclerosisque le producan las pastillas de gomenol que le echaba a lasincontables tazas de caf. Desde las primeras pginas lo veremosretratado. Despus de hallar el cuerpo de Radimiro Prez con estascaractersticas:

Cul fue la verdadera causa de la muerte deRadimiro Prez? Fue un suicidio o un asesinato?Puede pensarse que un individuo en condicionesnormales se recontra-suicide? Por qu aquelhombre de sonrisa apacible se tom el veneno pararatas, se abri las venas y se hizo el harakiri almismo tiempo que se ahorcaba? Realmente estabaharto de la vida? O fue una simple depresinpasajera? (Gomas, 1984a: 7)

El comisario Landau abre una conversacin con nuestro hroecon la siguiente interrogante: Qu piensas t de esto?, suicidio oaccidente? (p. 8). Y nuestro hroe reflexiona:

Sin emitir palabra lo mir con mi ojo de vidrio, y atravs de su difana transparencia me percat unavez ms de su ignorancia supina. Una ineptituddeductiva que ya se haba vuelto crnica an paralas cosas ms simples e insustanciales. Vamos -insisti al hacerse evidente mi silencio- s que estselucubrando algo. Qu tal si te invito a una buenacena para que cambiemos impresiones? (p. 8)

La novela policial es considerada realista, pues se acerca desdesus perspectivas y aristas narrativas a la condicin humana yactividades llevadas a cabo por ella. Para el ya citado autor delDiccionario de trminos literarios, la novela policaca se precisa deesta manera a travs de la psicologa de los personajes:

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En la obra que nos ocupa existe y persiste esta caracterstica: elmiedo a lo desconocido, a la muerte por antonomasia, atenuado conla alta dosis de humor negro, humor a partir del hecho fatdico queen el referente real (la prensa, las noticias, la crnica roja,irremisiblemente ocasiona este miedo en lo humano que noscondiciona), se inmiscuye en los temas escabrosos del ser humano,acampa en los males de la sociedad y los critica, ms para convocara la reflexin que para hacer rer. Observamos, de esta manera, a lanovela policaca como el gnero literario mala conducta, pero sincero,que se enfrent a las discordias del mundo. Lneas ms adelante enel texto citado anteriormente bajo el ttulo de Gnero policial: lafrmula como metfora, el autor agrega con respecto a la novelapolicaca y sus finales ms comunes que los asesinos pueden serencontrados (y generalmente aniquilados), pero las mujeres deseadassuelen perderse y los objetos mgicos retornan al despiadado circuitoeconmico del capitalismo (prr. 9): aqu vemos reflejado en la novelacon exactitud devocional lo mencionado por Estbanez Caldern:

Dos meses despus de la captura de Fucho Herrerade la Madriz, empezaron a desvanecerse losrecuerdos de aquella tenaz persecucin contra labanda de los suicidas desangrantes. De igual manerase evapor el placer que me produjo la clidaproximidad de Helena. La muchacha se march unatarde, cuando su ex marido fue a buscarla, pidindoleel cumplimiento de clusula de prrroga que estabaescrito en su curioso contrato matrimonial. (Gomas,1984a: 237)

El detective es un hroe postmoderno, que busca, indaga ydescubre, sin ms armas que su inteligencia y su aparentementenatural astucia, corazonadas. En el artculo El canon de la novelanegra y policaca se seala:

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Este detective es un profesional (tiene su propiaoficina) y gana dinero con ello. Tiene sus propiosmtodos: soborno, amenazas, y su propio cdigomoral. Acta como justiciero. Es un tipo solitario,duro, desencantado con la vida, moralmente inflexible() suele tener una oficina ruinosa, no est situadomuy bien econmicamente. Bebe, anda con mujeresy cobra cantidades fijas como honorarios. Adems,parece tener un inters ms personal que profesionalen el caso. (2008: 64)

Desde luego, en la novela de Otrova Gomas, nuestro personajeno se distancia en lo absoluto de ese corte transversal:

Mipequeo apartamento tipo estudio realmente eraun apartamento pequeo. Meda tres metros de largopor dos cincuenta de ancho y para caminar en suinterior haba que bajar la cabeza de manera de nodarse con la lmpara en la frente. A pesar de esotena todas las comodidades de cualquier estudio.Adentro haba un bao, cocina empotrada al bao yun recibo comedor-dormitorio-biblioteca empotradoa la cocina. Al lado de la hornilla tena empotradauna tabla de madera que haca las veces de escritorioy sobre la cual estaba la enorme pila de papeles detrabajo, mi coleccin de esquelas funerarias ypedazos de peridico con todo tipo de recetas decomida. La tabla-escritorio descansaba entre lanevera y el lavamanos y abajo tena la cama junto aalgunos libros mezclados con cajas de gatarina yropa para planchar. () La muchacha mir hacialos lados y dijo:

Es bastante ntimo.

S contest-. Incluso conserva ese ambientede intimidad cuando doy fiestas.

Las haces a menudo?

Aj!, cada diez aos, celebro mi cumpleaospor dcadas, sale ms barato. Son fiestas de locura,vienen centenares de personas, se baila y se bebesin parar hasta la madrugada, lo malo es que el ratndura casi dos aos. (Gomas, 1984a: 58-59)

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Es el retrato del detective postmoderno que se ha fijado hasta laactualidad, con ciertas variantes, es el hroe que pretende restaurarel orden frente al caos desatado o fosilizado en la sociedad donde seenvuelve, netamente urbana (por los momentos).

El enfrentamiento, captulo V de la novela, se inicia de este modo:

A pesar de la confusin inicial me di cuenta de queestaba en lo cierto; la organizacin suicida tena unantima relacin con el asesinato de Caricuao. Ahorasolo me quedaba determinar cmo haba sidoasesinada la vctima, y los pequeos detalles, dequin era el culpable, la motivacin y el grado departicipacin de la mujer en los acontecimientos.Seguro que si profundizaba un poco ms, llegara adescubrir el tesoro enterrado de Mapaitare3. (p. 27)

La utpica y solitaria lucha del detective contra los males queafectan a la sociedad. El do humor negro y discurso policacoinstalan dos trincheras para denunciar estos males. El caso de laaraa de cinco patas los expone, y los enfrenta, se revuelca en ellosy con sutil y corrosiva acrobacia humorstica los denuncia. El detectivesin nombre claramente se puede sostener sobre su personaje quees heredero tanto de la estirpe de los hard-boiled norteamericanoscomo del Sherlock Holmes adoptado por Jardiel Poncela, segnobservaciones de Santaella (2010):

En El caso de la araa de cinco patas todo se vuelvems grande, ms horrendo, ms corrupto con elnico fin de quitarle la mscara a los oscuros rostrosdel poder. Es increble, uno la lee, y se da cuentaque todo sigue igual, que an debe existir en alguna

3"Cacique racista que administraba la caja de ahorros de los indios Caribe a la llegada delos espaoles. Este curioso personaje, al ver desde lejos las velas de las carabelas,tuvo un mal presentimiento y decidi esconder todo lo que pudo, dando origen a lafamosa historia de El Dorado (). Segn cuenta Oviedo y Baos en una obra pococonocida, el tesoro habra sido enterrado en el rea que actualmente comprende lahoya Baruta-El Hatillo, lo cual explicara el porqu la Asambla Legislativa del EstadoMiranda le arrebat ms de 11.000 m2 al Concejo Municipal del Distrito Sucre" (p. 27).

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parte de Parque Central el archivo de las promesaselectorales, que el poder no cambia, que la corrupcines un mal endmico en el alma de los hombres, queel mundo est jodido. (prr. 9)

Nuevas teoras postmodernistas circunscritas a la arquitectura yoriginadas en Norteamrica han adoptado teoras de otras disciplinas,como la literatura, para as llevar a cabo edificaciones que cuentenuna historia, que la ciudad hable por s sola a travs de los pasillosde un edificio o las veredas de una plaza; escaleras, balcones,pasarelas con sentido narrativo. La ciudad en el discurso policialpodra considerarse como un personaje ms, un personaje tentacularen donde ocurre todo, que abarca todo, desde el crimen, lainvestigacin, las pistas. Est en la piel de la ciudad todos los secretos,todos los rastros de sus habitantes. Es el tablero de ajedrez dondese mueven y participan las piezas.

Ya he comentado en estas pginas las caractersticas plenamenteurbanas del espacio donde suelen transcurrir la literatura policial.Contreras agudiza en lo siguiente:

Como se recordar, el relato policial clsico presentaen primer plano un enigma -un crimen un robo-,apuntando todos los elementos de la trama a algoirresoluble y a una solucin que reposa en el mtododeductivo del detective. La revelacin del enigma atravs de los pasos de la investigacin, es decir, lareconstruccin de la historia del crimen es paralelaa los pasos lgicos del relato. De all la importanciade los indicios al dibujar una identidad, despejandolas sombras del crimen. En este sentido, elmecanismo indicial estaba interesado ms en darun rostro al criminal -a la motivacin del crimen- queen el cuerpo del delito. Es quiz por ello que en lasolucin del caso, la verdad y la paz social coincidencomo finales y finalidades del relato. La sorpresafinal es la verdad y el orden. (2006: 4)

Estos son, hasta al momento, los ngulos por los que deseodecantarme. Apenas un primer paso de antesala para continuar uncamino, o un proceso de legitimacin literaria para con este autor

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venezolano cuyas temticas abordadas permanecen vigentes oprefiguran y establecen un reflejo realista de la sociedad caraqueaactual.

REFERENCIAS

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