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URUGUAY

CRONOLOGIA HISTORICADOCUMENTADA

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WALTER RELA

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1527 - 1810

Banda de los CharrúasColonización Española

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“pasar este año que viene con alguna gente y caballos ycorrer la otra banda que llaman de los charrúas y po-ner alguna gente en un puerto que se ha descubierto en elparaje que llaman Montevideo, que me dicen es muybueno (...) como treinta leguas de esta ciudad (BuenosAires) y tiene un río muy acomodado y una isla cerca dela mar. Para que de allí se nos pueda dar aviso por mary por tierra si se descubrieren algunas velas de enemi-gos, que es más cierto el venir por aquella banda que poresta. Y si lo hallare dispuesto y fuerte de la suerte que yoimagino, y me pareciere convenir a vuestro Real Servi-cio será posible dejar poblado allí un pueblo que entien-do sería de importancia para lo dicho y de no menos efec-to para otras ocasiones... ”.

Oficio de Hernadarias al Rey Felipe III - 1609.

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1. 1527 - 1679. Del Fortín San Salvador a la entrada deManuel Lobo en el Río de la Plata.

2. 1680 - 1729. De la Colonia del Sacramento a la FundaciónJurídica de Montevideo.

3. 1730 - 1749. Del Primer Cabildo de San Felipe y Santiago alPrimer Gobierno Político-Militar de Montevideo.

4. 1750 - 1776. Del Tratado de Madrid a la creación delVirreinato del Río de la Plata.

5. 1777 - 1807. Del Tratado de San Ildefonso al fin de lasInvasiones Inglesas.

6. 1808 - 1810. De la Junta de Montevideo a la Junta Grandede Buenos Aires.

Sumario

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El proyecto URUGUAY / Cronología Histórica Documentada 1527-marzo 1 de 2000,técnicamente es una Obra de Referencia destinada a estudiosos de la materia. Secompone de siete volúmenes que abarcan desde el primer asentamiento español enla Banda Oriental (abril 6 de 1527) hasta el mensaje que el Presidente de la Repúbli-ca Oriental del Uruguay, Jorge Batlle, electo en noviembre de 1999, dirige a laAsamblea General el 1 de marzo de 2000, cumpliendo con las normas Constitucio-nales, vigentes en un Estado de Derecho.

El plan general se divide en:

v. 1. Banda de los Charrúas. Colonización española.1527-1810.

v. 2. Artigas. Su acción política y militar.1811-1820.

v. 3. Dominación Luso-brasileña 1817-1828Cruzada Libertadora e Independencia NacionalAsamblea General Constituyente y Legislativa 1825-1830

v. 4. República Oriental del Uruguay 1830 - 1903

v. 5. República Oriental del Uruguay 1903 - 1967

v. 6. República Oriental del Uruguay 1967 - 1985

v. 7. República Oriental del Uruguay 1985 - marzo 1 de 2000

Como el usuario deducirá de la lectura del sumario correspondiente a cada volu-men, la obra en su totalidad tiene una unidad temática marcada por la conexióncronológica.

Pero en cuanto al contenido, cada uno ha sido estructurado para que funcione enforma autónoma, para mejor servir a los intereses parciales del estudioso.

Las denominaciones de los mismos se corresponden con las que son de uso en losmanuales corrientes.

Se aplica un mismo criterio para todos aquellos acontecimientos (políticos, milita-res, diplomáticos, sociales, culturales) que dieron los rasgos definitorios de nuestranacionalidad.

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Con esta Cronología Histórica Documentada tratamos de consolidar un instrumen-to idóneo (obra de referencia) como auxiliar de consulta sobre el pasado, basado enlo puntual de cada asunto.

Al final de cada capítulo, como addenda publicamos las informaciones relativas a laSociedad propiamente dicha, que como corresponde incluye enseñanza, prensa pe-riódica, presencia de viajeros notables, artes y letras.

En cuanto a las notas que son el sustento del proyecto, llevan al pie la identificaciónde su origen (que se explicita en la bibliografía de cada volumen), lo que permite alusuario recurrir a las fuentes.

La inclusión de breves datos biográficos sobre algunos personajes citados (infre-cuente en este tipo de trabajo) favorece el conocimiento de los mismos, aunque siem-pre se deben consultar los diccionarios especializados para mayor abundamiento.

El índice de nombres citados se restringe a los más relevantes, descartándose aque-llos que lo son incidentalmente.

Es oportuno definir ahora las virtudes generales que tienen las Cronologías Docu-mentadas o documentadas). En primer lugar se distinguen radicalmente de las lla-madas señal (o de datos escuetos) y de las conocidas como comparadas a secas, porla remisión a notas por las que el usuario dispone al final de cada capítulo de unaimportante información basada en documentos originales, textos de leyes, decretos yjuicios de valor de reconocidas autoridades en la materia que tratamos, así comoreferencias varias que directa o indirectamente enriquecen su contenido.

En cuanto a la técnica seguimos fielmente las directivas anglo-sajonas, caracteriza-das por su objetividad, selección esencial de los datos aportados y precisión en laredacción de las notas. Como corresponde, en cada parte se prioriza el tema central,pero la estrecha relación que siempre existió (y aún existe) con los gobiernos de laregión (Argentina, Brasil, Paraguay) y otros extracontinentales (España, Portugal,Francia, Inglaterra) en cuanto a su participación directa e indirecta en nuestrosdestinos (diplomática, política y/o de intervención militar) entendimos necesario re-ferirnos a sus acciones en el Río de la Plata o a los hechos que circunscritos a suhistoria fueron significativos.

Estos últimos que se intercalan cronológicamente, se identifican con letra Times itá-lica.

Conviene aclarar que esta es la obra de un documentalista profesional con sólidaformación universitaria en el extranjero y con publicaciones bibliográficas (1971-90) en prestigiosas editoras de Argentina, Brasil, EE.UU., España e Inglaterra y conun vasto conocimiento de la historia de su país.

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De lo particular de este proyecto que fue iniciado en el otoño de 1986 con el apoyoacadémico del Department of Romance Language Michigan State University (delque fuimos Visiting Professor por más de una década) diremos que la mayor difi-cultad que encontramos fue la de clasificar y seleccionar la abrumadora cantidady calidad de los materiales compilados personalmente, relativos a la Historia delRío de la Plata, del Brasil y del Paraguay, desde la Colonia hasta el inicio delsiglo XX.

Frente a este delicado asunto, debimos tomar resoluciones radicales y optamos porejemplo, por respetar siempre los documentos originales y en lo posible publicarlosíntegros, pero en cuanto a juicios de valor por terceros (nunca usamos los nuestros)entendimos que debíamos utilizar en su mayor parte los de historiadores nacionalescuyas fuentes son de fácil acceso en el país, remitiendo a la bibliografía las fuentesextranjeras.

Reconocemos que para esta etapa que significó en tiempo un lustro, debimos acudira un firme rigor (admitiendo los posibles errores), no menos disciplina y pacienciadigna de un monje benedictino.

Las fuentes de las que nos servimos para la compilación general partieron de laMain Library of Michigan State University y siguieron con los Centros de Documen-tación Universitarios de Chicago, Illinois, Ohio, Georgetown, Saint Louis University(Mo.) (jesuita que tiene duplicata de la Biblioteca Romana de la Compañía de Je-sús), Princeton, The City University of New York entre los años 1985-90.

Fuera del circuito universitario contamos con The Library of Congress, HispanicDivision (Washington, D.C.) y de O.E.A.

En España (octubre - noviembre, 1988) donde participamos como Profesor Visitantede la Universidad Complutense y de la Universidad Pontificia Comillas (Madrid)examinamos las bibliotecas generales y las de las Cátedras de Historia y Geografíade América.

Trabajamos además en el Departamento de Investigación del Museo Naval, RealAcademia de la Historia, Archivo Histórico Nacional, Servicio Histórico Militar,Biblioteca Nacional (Historia de América y de Portugal s. XVI-XIX), y con la colec-ción de publicaciones de la Escuela de Estudios Hispánicos de Sevilla, Instituto deCooperación Iberoamericana, Centro Loyola, lo que nos permitió conocer de prime-ra mano importantes documentos de la Dominación Española y de la obra religiosade la Compañía de Jesús en el Río de la Plata.

Alternamos esta labor con la consulta a la Biblioteca del Palacio Real, Instituto deHistoria del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas de Madrid, donde ob-

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tuvimos información duplicada de los grandes archivos que contienen documentospara el estudio de la historia de América (Archivo de Indias, de Simancas, de laMarina Española sito en el Palacio de D. Alvaro de Bazán en Vizo del Marqués).

En Brasil (durante varios años) como profesor visitante de la Universidad Federalde Río de Janeiro, Pontificia Universidade Católica de Río de Janeiro y la de RíoGrande do Sul (PUCRS), accedimos además de las bibliotecas universitarias en susdepartamentos de estudios de Historia de Portugal, de Brasil y sus relaciones con elRío de la Plata, a la Nacional (con una excelente acervo colonial) y donde consulta-mos microfichas y microfilmes del Archivo lisboeta de Pombo, la del Instituto Histó-rico e Geográfico do Brasil (materiales especiales sobre la Colonia del Sacramento)y la del Ministério de Relações Exteriores (Itamaraty, Serviço de Documentação).

Completamos de esta forma lo referente al expansionismo portugués desde fines delsiglo XVII hasta la integración de la Provincia Cisplatina y al Imperio de Brasil (suDominación 1824-28), la guerra contra la Confederación Argentina, la política enla Convención Preliminar de Paz, los Tratados suscritos en Río de Janeiro por An-drés Lamas, el apoyo del Ejército y la Armada a la Revolución del Gral. Flores y enparticular la caída de Paysandú.

En Buenos Aires concurrimos por años al Instituto de Investigaciones Históricas dela Universidad de Buenos Aires, Academia Nacional de la Historia, Museo HistóricoNacional, Archivo General de la Nación, Biblioteca Nacional (Sala general, SecciónManuscritos, Sala de Investigadores), Museo Mitre, Museo Naval, Museo HistóricoSarmiento, Museo Roca, Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel Ro-sas, Universidad del Salvador (Biblioteca del P. Guillermo Furlong S.J.). Tuvimosademás la oportunidad de consultar las bibliotecas del Dr. Juan Agustín García (queperteneció a la Sociedad de Historia Argentina y está en la U.B.A.), del Prof. BoleslaoLewin, del Prof. Ricardo Caillet Bois y la del Ministerio de Relaciones Exteriores.

Recogimos una buena información sobre la Colonia, las Invasiones Inglesas, la Pri-mera y Segunda Junta, los Triunviratos, los Directorios, la Guerra Civil, Rosas, y laOrganización Nacional.

En esas instituciones investigamos también sobre la Historia del Paraguay desde elPeríodo Colonial (1544) hasta el fin de la Guerra de la Triple Alianza (1870).

En Montevideo la mayor parte de la documentación fue obtenida en las BibliotecasPúblicas (Nacional, del Poder Legislativo, del Museo Histórico Nacional, del MuseoPedagógico, del Ministerio de Relaciones Exteriores) y de Privadas (Instituto Histó-rico y Geográfico del Uruguay, Compañía de Jesús, Universidad Católica del Uru-guay, del Club Católico, la Biblioteca Histórica del Archivo de la Curia Metropolita-na [con los fondos de Mons. Jacinto Vera y Mons. Mariano Soler]).

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En 1987 la Embajada Británica en el Uruguay (a nuestro pedido) nos apoyó en laobtención de datos puntuales existentes en Public Record Office, London.

Fue fundamental para nuestra compilación la consulta directa de la Revista Históri-ca (1956-1982) en la que por obra del entonces director del Museo Histórico Nacio-nal, D. Juan Pivel Devoto, se publicaron parte de los archivos de los MinisteriosExteriores de España, Francia, Italia y Alemania (s. XIX - inicio XX).

Quiero destacar especialmente la importancia que tuvo para este proyecto la siste-mática consulta a las más importantes obras de investigadores uruguayos que mehan precedido.

En cuanto a los agradecimientos debo declarar que son muchas las documentalistasque en el exterior (Argentina, Brasil, España y EE.UU.) me prestaron constante ydesinteresado apoyo profesional para que esta obra culminara de la mejor formaposible.

Reconozco en particular el invalorable afecto que me brindaron los directores yfuncionarios de bibliotecas universitarias e instituciones privadas de EEUU, Argen-tina, Brasil, España, Uruguay, Portugal y Paraguay, a las que recurri en consultapor más de una década y media.

W.R.New York, mayo 12 de 2000

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1527-1679. Del Fortín San Salvadora la entrada de Manuel Lobo en el Río de la Plata

1527.abr. 6. Sebastián Gaboto en su viaje al río de Solís, fondea en la cercanías

del arroyo de las Vacas, al que denominó puerto de San Lázaro.1

Encuentro con Francisco del Puerto, grumete de la expedición de Solísque habiendo sobrevivido a la masacre indígena, moraba en una de las islasdel río Paraná.2

may. 8. Gaboto, con dos naves pequeñas, enfila hacia el río Paraná con elpropósito de remontarlo.3

Ordena al Cap. Antón de Grajeda buscar un puerto seguro para la flotamayor. Éste resuelve subir por el río Uruguay y alcanza la desembocadura delrío San Salvador, donde fija su ancladero.

En ese sitio construye un efímero fortín para defensa de los ataques indí-genas, a la espera del regreso de Gaboto. Esta precaria edificación, con elnombre de fortín de San Salvador, se convierte en el primer asentamientoespañol en la banda N. del río de Solís.4

jun. 9. Gaboto funda el fuerte de Sancti Spiritus en la confluencia delParaná con el Carcarañá, instalación que le permitirá el derrotero por el ríoParaguay.

1528.abr. 20. Se funda en México la Audiencia.

may. 7. Gaboto advertido por los indígenas de la presencia de otras navessubiendo el Paraná, Gaboto regresa y se encuentra con Diego García deMoguer.5

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Resueltas las diferencias, ambos decidieron emprender la exploración delrío Paraguay presunta vía a la Sierra de la Plata.6

jul. Gaboto envía a España una carabela al mando del Cap. Hernando Cal-derón con un informe sobre la riqueza de la región que pensaba explorar ymuestras de metal precioso dadas por los indígenas como prueba de sus di-chos.

nov. La nave llega a Sevilla.

dbre. Gaboto y García después de construir algunos bergantines (en SanSalvador) reiniciaron el viaje por el Paraná y se internaron unas 20 leguas porel Paraguay.

1528-29.Expedición de Pánfilo de Narváez a la Florida, la que resultó un fracaso.

Pereció en un naufragio con el resto de su tropa.

1529.De regreso a Sancti Spiritus, Gaboto y Moguer encontraron que el fuerte

había sido saqueado, destruido y muertos los soldados.

sbre. Arriban a San Salvador.

oct. 6. Convocan a una junta de capitanes y se decide permanecer allíhasta diciembre como plazo de espera por los socorros pedidos a la Corona.7

García de Moguer resuelve regresar a España en su galeón Santa Señoradel Rosario.

1530.Los charrúas atacan San Salvador, matan a Antón de Grajeda junto con

otros soldados e hieren a la mayoría.Gaboto decide pasar a San Lázaro con su tropa.Casi de inmediato Gaboto resuelve volver a España, a bordo de su nave

Santa María del Espinar.

may. En las costas del S. de Brasil se encuentra con el galeón de DiegoGarcía.

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jul. 22. Gaboto arriba a Sevilla.

jul. 29. Declara ante la Casa de Contratación sobre el cambio de itinerariode su viaje.8

ag. La nave de Diego García llega a Sevilla.

nov. 20. El rey de Portugal Juan III imparte órdenes a su Cap. Gral. MartimAfonso de Sousa de investigar y tomar conocimiento de la región llamada Ríode la Plata, por la fama de sus riquezas argentíferas y con la eventual posibi-lidad de asentarse para afirmar sus derechos que consideraba legítimos.9

dbre. 5. Sousa parte con 5 naves, milicia, y por orden real incorporó agri-cultores (arados y semillas) y artesanos con sus herramientas.10

1531.ag. 1. Llega al puerto de Río de Janeiro y toma la ruta S.O. del océano

Atlántico.

oct. 14. Alcanza el cabo de Santa María (Río de la Plata) y destaca a unode sus capitanes, Pero Lopes de Sousa, para que se interne hasta donde le seaposible.

nov. 23. Llega a una isla (Martín García) que llamó Santa Ana, en la quepermanece cerca de un mes.

dbre. 27. Lopes de Sousa regresa para reunirse con el resto de la flota.

1531-36.Tercera expedición de Francisco Pizarro (1475-1541) al Perú con la que

pone fin a la conquista. Funda Lima en 1535 y toma Cuzco en 1536.

1532.en. 22. de Sousa dentro de los dominios portugueses fijados por el Trata-

do de Tordesillas, funda San Vicente (el primer poblado en Brasil) que seconvertirá con el tiempo en centro productor azucarero. Es probable que des-de este momento se introdujeran clandestinamente negros africanos de Angolacomo esclavos para usarlos en las plantaciones de caña.

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1533-39.Sebastián de Belalcázar (1480-1551) de apellido Moyano, miembro de la

expedición de Pizarro, se interna en el territorio quiteño y funda San Francis-co de Quito (1534) y Santiago de Guayaquil.

Pedro de Alvarado (1485-1541) organizó una expedición al Perú (1534) ypenetra también en esas tierras con ánimo de conquista.

1534.may. 21. Carlos I, rey de España, firma en Toledo la capitulación con

Pedro de Mendoza, que lo convertirá en el Primer Adelantado en el Río de laPlata.11

1534-36.Se organiza en Brasil el sistema de Capitanías hereditarias en extensas

fajas de tierra cerca de la costa atlántica. 12

1535.Después de ingentes gestiones, Mendoza logra formar “el mayor número

de gentes y naves que pasó a Indias” según el cronista Francisco López deGómara (1511-1562).

ag. 24. Sale de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) y lo acompañan entre otrosque se destacarán de futuro, Juan de Ayolas, Juan de Salazar y Espinosa, Do-mingo Martínez de Irala, su hermano Diego Mendoza, Diego García de Moguer(como piloto), y el cronista bávaro Ulrich Schmidl.

Un temporal en el océano Atlántico desordenó la flota, la que se separóentre las que alcanzaron las costas brasileñas (la del Adelantado) y las queprosiguieron la ruta al Río de la Plata (el Cap. Diego Mendoza).13

España crea el Virreinato de México con Antonio de Mendoza (m. en Limaen 1552). Fue el primer virrey de la Nueva España.

Se crea la Casa de la Moneda en México.Expedición de Diego de Almagro (1472-1538) a Chile, por orden de Car-

los I que lo nombró Adelantado de esas tierras.

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1536.en. 22. Llegado Pedro de Mendoza a principio de mes, decide en San Gabriel

jurar como Gobernador y Capitán General.

feb. 3. Instalado en la margen occidental del Río de la Plata (Boca delRiachuelo) funda el Puerto de Nuestra Señora del Buen Aire en honor de laSantísima Vírgen, Patrona de los Navegantes.14

may. La pronta escasez de bastimentos y el hostigamiento indígena lo obli-gan a enviar Paraná arriba a Juan de Ayolas.15

jun. 15. En el mismo sitio (Paraná y Carcarañá) funda un nuevo fuerte,Corpus Christi, como base de operaciones para la futura entrada a la Sierra delPlata.

Hace buenas relaciones con los chanaes-timbúes y obtiene alimentos. Deja100 hombres en el fuerte y regresa a Buenos Aires, sometida desde hacíatiempo al asedio indígena, la que encuentra con las precarias construccionesincendiadas, muerto en combate al Cap. Diego de Mendoza y otros oficiales.La hambruna de los sitiadores, tanto como la de los sitiados, lleva a una treguahasta fin de julio.

jul. Ayolas llega con buen cargamento de víveres que alivian la situación.

sbre. Alentado por la exitosa empresa de Ayolas, el Adelantado al frentede su tropa emprende viaje Paraná arriba, rebasa Corpus Christi y funda, acuatro leguas al N., el fortín Nuestra Señora de la Buena Esperanza.

oct. Vuelve a Buenos Aires y encomienda a Ayolas que explore el ríoParaguay hasta encontrar sus fuentes.

El obispo Juan de Zumárraga (¿-1548) franciscano nombrado en 1528como prelado en México, introduce en esa ciudad la primera imprenta deAmérica.

Por su preocupación por la protección de los indios contra abusos de losespañoles, el Papa Paulo III lo hizo Arzobispo de México en 1547.

1536-38.Gonzalo Jiménez de Quesada (1509-1579) conquista Nueva Granada, fun-

da Tunja y Santa Fe de Bogotá (agosto 6, 1538).

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1537.en. Juan de Salazar y Espinosa va tras la ruta de Ayolas, pasando por los

fortines de Corpus Christi y el de Buena Esperanza.16

feb 2. Ayolas sobre el río Paraguay al N.O. de la Asunción, funda la Can-delaria.

Deja a su compañero Domingo Martínez de Irala, mientras se interna en elChaco con 130 soldados.17

abr. Mendoza con la salud quebrantada regresa a España, confiándole elgobierno a Ayolas.

jun. 23. Muere en el océano Atlántico durante la travesía.

jun. Salazar y Espinosa, según instrucciones dadas en enero pasado porMendoza, se interna en el Paraguay, se encuentra con Irala y sus hombres enla Candelaria, prosiguen juntos el viaje hacia el N.O. y esperan infructuosa-mente el regreso de Ayolas.

En la vuelta Irala queda en el fortín y Salazar sigue viaje al S. del río.

ag.15. En la margen del río Paraguay, Salazar funda el Fuerte NuestraSeñora Santa María de la Asunción.18

1538.Al regreso del Chaco, camino a la Candelaria, Ayolas y todos sus soldados

son atacados y muertos por los indios payagues.

1539.jul. De acuerdo a la Real Cédula expedida en 1537, traída a América por el

veedor Alfonso de Cabrera, en la que se instruía a los pobladores de Indiasque en ausencia del titular podían nombrar su gobernador (hasta que la Coro-na no decida lo contrario). Irala es electo como tal en la Asunción.19

Fray Marcos de Niza (¿-?) descubre Nuevo México y Arizona.

1539-42.Hernando de Soto (1500-1542) gobernador de Cuba, se interna en La

Florida explorando los territorios de Georgia, Arkansas, Mississipi, Alabama,Luisiana y NE de Texas.

Perece víctima de las fiebres.

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1540.mar. Al no tener noticias de Cabrera, la Corona hace lugar al petitorio de

Alvar Núñez Cabeza de Vaca, de obtener una capitulación para el Río de la Plata.Se le concede en las mismas condiciones de beneficios y obligaciones que

las del Primer Adelantado, limitándola sólo en el caso que Ayolas estuviesevivo, por lo que debería respetarlo en su condición de gobernador efectivo.20

dbre. Resueltos los problemas administrativos y de equipamiento, la ar-mada se hace a la vela desde Cádiz.

Hernando de Alarcón (1500-?) navega por el río Colorado, explora lascostas de México y las de California y traza la primera carta geográfica de laregión.

Francisco de Orellana (1511-1550) compañero de Pizarro en el Perú aco-mete la hazaña de navegar por el río Napo y llega hasta el Amazonas querecorre en parte hasta cerca de Montealegre (Estado de Pará, Brasil) dondemuere.

1541.mar. Alvar Núñez llega a la isla de Santa Catalina (Brasil) y divide sus

fuerzas en dos: al frente de su tropa y por tierra atravesando Matto Grossollegará a la Asunción. Las que están al mando del Cap. Pedro Estopiñán debe-rán seguir al Río de la Plata y hacer pie en Buenos Aires.

may-jun. Irala llevando adelante el consejo del veedor Alfonso de Cabre-ra, procede a reunir los pobladores que habían quedado en Buenos Aires einicia su traslado a la Asunción.

Deja como señales, una nave aviso y víveres en la isla de San Gabriel parabeneficio de otros navegantes españoles.

sbre. 16. Reunida toda la población, procede a convertir en ciudad el fuer-te Nuestra Señora de la Asunción.

Siguiendo la conducta de un auténtico poblador en Indias, Irala nombraautoridades formando un Cabildo con cinco miembros, que integran Salazar yEspinosa y Alfonso de Cabrera.

Protege la ciudad con defensas de estaca, entrega solares para vivienda delos moradores y chacras para la agricultura y padroniza a los vecinos.

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nov. 2. El segundo Adelantado emprende la dura travesía por la selva,llega a las cataratas del Iguazú, las que descubre, y sigue en línea recta haciael O. hasta llegar a la Asunción.21

1542.mar. 11. Alvar Núñez llega a la Asunción y de acuerdo a la Capitulación

asume el mando. Nombra a Irala como Maestre de Campo.22

may. Estopiñán llega a una Buenos Aires destruída y opta por refugiarse enSan Gabriel, destacando a Felipe de Cáceres para que remontando el Paranáhasta el Paraguay salga al encuentro del Adelantado y le informe de la situación.

Equivocando la ruta éste sube por el Uruguay y llega a Salto Chico, regre-sa y se cruza con los bergantines del Cap. Juan Romero a quien Cabeza deVaca había enviado en auxilio del grupo que se había internado en el Río de laPlata.23

jun. Reunidos Estopiñán y Romero deciden fundar en las márgenes “de unrío que se dice San Juan” (Banda N. del Río de la Plata), un Real estable. Senombran autoridades, contando con doscientos pobladores, entre los que seencontraban los padres Francisco González Paniagua y Rodrígo de Herrera.

Las mujeres que venían con Estopiñán en las naves se quedaron en tierra.

oct. Era imposible mantener estable este segundo asentamiento y se resol-vió la partida hacia la Asunción para reunirse con el Adelantado.

En este mes, Cabeza de Vaca destaca a Irala al Chaco para que inicie otraexploración en busca de las famosas fuentes argentíferas.

1542-43.Luis de Moscoso de Alvarado (1505-1561) teniente de la expedición de

Hernando de Soto a la Florida, muerto éste lo sucede en el mando y navega19 días por el río Mississipí.

1543.sbre. 8. Alvar Núñez se pone al frente de su tropa y emprende la travesía

por el N.O. del río Paraguay, dejando en la Asunción a Salazar y Espinosa.Diego de Rojas explora el Tucumán al N.O. de Buenos Aires, pero sucum-

be en un ataque indígena.

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1544.El rey de España, Carlos I, crea el Virreinato del Perú con Lima como

capital. Toda la región del Río de la Plata estará sometida a su jurisdicciónadministrativa.

Las Ordenanzas impuestas por Alvar Núñez chocan con los intereses demuchos oficiales españoles y de pobladores, los que alentados por Irala serebelan contra él.

abr. 24. Los Oficiales Reales adversos al Adelantado, lo aprisionan, leformulan cargos falsos, lo engrillan y deciden enviarlo a España.24

abr. 26. Irala asume nuevamente la gobernación.

1545.Francisco de Mendoza llega hasta Córdoba y se instala en las márgenes

del Paraná.

feb. En la Asunción hay un levantamiento contra Irala, organizado por lospartidarios de Alvar Núñez, a cuyo frente estaba Salazar y Espinosa.

Es sofocado violentamente y Salazar enviado a España por orden deIrala.

1547.jul.1. El Papa Paulo III erige en Catedral la primitiva Iglesia de la Asun-

ción y crea el primer Obispado.25

jul. 22. La Corona de España firma el contrato de Capitulación del Río dela Plata con Juan de Sanabria (¿-1549), en carácter de Adelantado, con elcompromiso expreso de poblar la región.

Para eso debe embarcar además de soldados, familias de artesanos y agri-cultores, algunos padres franciscanos para iniciar la evangelización de losindígenas.

Era de su responsabilidad fundar dos asentamientos estables, uno al N. deSanta Catalina y otro en la “entrada del Río de la Plata”.26

Sanabria fallece mientras organiza la expedición.En Portugal se establece definitivamente la Inquisición.

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1548.en. Irala intenta una vez más llegar por el Chaco hasta el Perú. En Potosí

se encuentra con indígenas que conocían la lengua aprendida de los españolesdueños de la región y que habían llegado desde el Perú.

El rey de Portugal Juan III, crea el primer Gobierno General del Brasilcon miras a consolidar sus dominios ultramarinos en América.27

La sede será Bahía de Todos los Santos.28

1549.Decepcionado, Irala regresa a la Asunción donde había dejado a Francisco

de Mendoza como su 2o. Este creyéndolo muerto, y de acuerdo a la RealCédula de 1537 convocó a los pobladores a elegir el sucesor que resultó Diegode Abreu.

Irala en acto cruento, hizo apresar a Mendoza y lo condenó a muerte, sen-tencia que fue cumplida.

En Asunción, Irala anuló el mandato de Abreu, lo hizo perseguir por sussoldados con órden de asesinarlo.29

Llega al Brasil el primer gobernador general Tomé de Sousa, acompaña-do de seis misioneros jesuitas a cuyo frente estaba el P. Manuel de Nóbrega.30

Desembarcaron en la bahía de Todos los Santos y fundaron la ciudad deBahía en la que se estableció el gobierno central del Brasil hasta 1763.31

1549-53.Primer Gobernador General de Brasil Tomé de Sousa, fundador de la

primera capital en Salvador.32

Diego de Sanabria, hijo de Juan de Sanabria, ante la muerte de éste pide alrey de España que le sean concedidas las mercedes dadas a su padre, lo que esaceptado.

abr. 10. Su madre Da. Mencía Calderón que participa de la empresa seanticipa a Diego y parte de Sanlúcar de Barrameda con tres naves.

jun. 15. Llega a Cabo Verde.

nov. 24. Arriba a Santa Catalina.33

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1550.abr. 10. Parte de Sanlúcar de Barrameda Diego de Sanabria, pero una se-

rie de errores náuticos lo llevan al Caribe donde naufraga (ag. 1551). Siguepor tierra al Perú y avanza hasta Potosí (en camino a la Asunción) pero desistede cruzar el Chaco.

1551.Se crea el primer Obispado del Brasil con sede en San Salvador.

1552.El Obispo Pedro Fernándes Sardinha llega a San Salvador y asume fun-

ciones.

1553.en.1. El rey de España por Real Cédula nombra a Irala como gobernador

de la Prov. del Plata, con obligaciones de poblador.

feb. 8. El gobernador portugués Tomé de Sousa llega a la población deSan Vicente (sur del Brasil) donde encuentra a Da. Mencia Calderón y lereclama la propiedad para el reino de Portugal.

Segundo gobernador general portugués Duarte da Costa.

1554.Nuflo Chávez cumpliendo órdenes de Irala de fundar un asentamiento a

medio camino entre Asunción y el Perú, se interna otra vez en el Chaco.34

1555.Primera invasión francesa a las islas de la bahía de Guanabara por emi-

grantes hugonotes (calvinistas) perseguidos por los católicos. Contaron conel apoyo de los indios tamoios enemigos de los portugueses.35

1556.en. 16. Felipe II rey de España hasta el 13 de setiembre de 1598.36

oct. 3. Muere Irala en la Asunción y lo sucede en el mando su yerno Gon-zalo de Mendoza de acuerdo a los términos del testamento.

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1557.Muere Juan III rey de Portugal, y por minoridad del heredero Sebastián,

su abuela Catalina de Austria (hermana de Carlos V), asume la regen-cia.37

dbre. 30. La Corona española firma en Valladolid con Jaime Rasquin (hom-bre de la armada de Alvar Núñez y opositor a Irala) la Capitulación que loconvierte en gobernador del Plata.

1558. en. Por Real Cédula se le incorporó al Río de la Plata, la Villa de Ontiveros

(del Guayrá).

jul. Francisco Ortiz de Vergara, que estuvo al frente de la gobernación dela Asunción hasta 1565, luchó exitosamente contra los guaicurués.38

1558-72.Tercer gobernador de Brasil general Mem de Sá (1500-1572) expulsó a

los franceses en 1560 y fundó la ciudad de São Sebastián de Rio de Janeiroen 1565.

1559.mar. 14. Rasquin parte con su armada de Sanlúcar de Barrameda, por equi-

vocar la ruta que debió seguirse durante la travesía, llega a la isla de SantoDomingo (mayo 24).

1560.en. Rasquin regresa a España, derrotado en el cometido específico de la

Capitulación, que era llegar al Río de la Plata. Debe enfrentar varios pleitospor deudas, fue preso y muere en la cárcel al cabo de algunos años.

en. Por Cédula Real, España establece en América los Tribunales de laInquisición.

Las fuerzas portuguesas comandadas por el Gobernador General del BrasilMem de Sá, derrotan a los franceses y ocupan el fuerte Coligny.39

Los indios tamoyos se aliaron con los franceses.

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Intento de expulsión de los franceses por Estácio de Sá (sobrino del go-bernador General) con la alianza de los indios y los jesuitas que estaban desu parte.

1562.El Cardenal D. Henrique asume la Regencia de Portugal que ejercía por

Catalina de Austria desde la muerte de Juan III (1557).

1564.Francisco Ortiz de Vergara y el Obispo Fernández de la Torre emprendie-

ron la ruta al Chaco, alentados por las riquezas en Santa Cruz de la Sierra.Nuevo fracaso porque la plata estaba en Potosí y otros españoles ya la

explotaban.40

1567.El presidente de la Audiencia de Lima, Lope García de Castro (1521-1576)

bajo cuya responsabilidad estaba transitoriamente el gobierno del Perú, pro-pone al hacendado Juan Ortiz de Zárate, vecino de Charcas, como gobernadordel Río de la Plata.

La corona debe refrendar su titularidad, por lo que Ortiz de Zárate parte deLima hacia España con ese propósito.41

1568.Comienza el reinado de Sebastián en Portugal.

1569.jul. 10. El Rey Felipe II no sólo confirma a Ortíz de Zarate como goberna-

dor sino que le firma una Capitulación como Adelantado por dos vidas.Jiménez de Quesada organiza una expedición a Eldorado, llegando hasta

las márgenes del río Orinoco, regresando después de un año de penurias, aSanta Fe.

1572.Felipe de Cáceres, que actúa como gobernador de la Asunción, por ene-

mistad con el Obispo Pedro Fernández de la Torre es apresado por los partida-

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rios de éste al regreso de un viaje por el Paraná y depuesto en el cargo. PresoCáceres asume el mando Martín Suárez de Toledo.

oct. Ortíz de Zarate quinto Adelantado (aunque tercero en el ejerciciodel cargo) parte de Sanlúcar de Barrameda con más de medio millar de espa-ñoles, entre los que formaban parte, soldados, artesanos, labradores, 12 mi-sioneros franciscanos con quienes comenzará la obra evangelizadora, 35mujeres solteras y 23 casadas, todo lo que demostraba ser una empresa colo-nizadora.

La administración colonial en Brasil es dividida por el rey de Portugalen dos: gobierno del N. con sede en Salvador y del S. con sede en Rio deJaneiro.

1573.nov. La armada de Ortiz de Zárate arriba a la isla San Gabriel. Pasan a

tierra firme por necesidad de provisiones.

dbre. 29. Combate de San Gabriel entre charrúas y españoles, en el quelos primeros matan casi a cien soldados.42

1574.en. En tales circunstancias Ortíz de Zárate regresa a la isla para resguar-

darse de otros ataques.

feb. Pasa a la isla Martín García para mejor protección y en espera deauxilios desde la Asunción.

Juan de Garay que llegaba con ese propósito sostiene en la barra del ríoSan Salvador, un duro combate en el que derrota a los charrúas y mata a susprincipales jefes como Zapicán, Abayubá, Tabobá.43

may. 30. Ortíz de Zárate resuelve fundar un asentamiento en San Salvadoren lugar póximo al fortín levantado por Gaboto en 1527.

Se nombraron autoridades y se comenzaron a levantar defensas y la vidacomunitaria con idea de permanencia.

El Adelantado con el grueso de su gente siguió rumbo a la Asunción parahacerse cargo del gobierno.

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1575.Ortíz de Zárate asume el gobierno hasta su muerte que ocurriría al año

siguiente.Por testamento dejará el Adelantazgo (que le había sido dado por dos vi-

das) a su hija Juana.

1577.dbre. Juana Ortíz se casa con Juan Torres de Vera y Aragón, que pertene-

cía a la Audiencia Real de Lima.Tuvo impedimentos legales por su cargo para convertirse en Adelanta-

do.44

San Salvador es abandonada por los colonizadores.

1578.abr. Garay convertido en Tte. Gobernador, según el nombramiento de Torres

de Vera y Aragón, ejercerá el cargo por seis años.

ag. 15. Comienza su obra de organización en todos los aspectos teniendo asu favor el consenso general de los vecinos.

En Marruecos el rey Sebastián de Portugal muere en la batalla deAlcazarquivir contra los moros. Su tío el Cardenal Henrique (¿-1580) ocupade nuevo la corona como regente.

1580.en. En la Asunción por orden de Garay se hace conocer un bando en el que

se establecen los beneficios para aquellos voluntarios que lo acompañen enuna fundación estable en la márgen S. del Río de la Plata.

mar. 9. Parte de la Asunción con una carabela, tres bergantines, canoas yalgunas balsas. Llevaba armas, herramientas, diez españoles con sus familiasy cincuenta mestizos.

Por tierra al mando de Torres de Vera y Aragón se arrean los ganadosvacunos, caballos y yeguas, necesarios a una verdadera fundación.

mar. 29. Día Domingo de la Santísima Trinidad la flota llega al Riachueloy ancla.

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Con la repoblación del puerto de Buenos Aires, que recibe el nombre deCiudad de la Santísima Trinidad, Garay consolidará un frente geopolítico im-portante, y la salida al Atlántico de productos originados en la región.

jun. 11. Después de examinadas las características del paraje, se fundaoficialmente la ciudad con 66 pobladores, entre los que se contaba una solamujer de nombre Ana Díaz.

oct. 17. Se procede al reparto de solares en la ciudad.

oct. 24. Se incia el de tierras con destino a chacras en las afueras.Garay envía a España al Cap. Alonso de Vera y Aragón que lo acompañó

en la fundación, a dar noticias al Rey Felipe II. También llevaba órdenes deconseguir autorización para convocar a un grupo de pobladores. La gestiónfue exitosa.

Garay regresa a la Asunción y asume el gobierno.En Lisboa muere el Cardenal Henríque.

1581.Felipe II, Rey de España asume también la Corona de Portugal, reuniendo

ambos reinos, los que gobierna hasta su muerte en 1598.Las Cortes de Tomar (abr.) reconocen a Felipe II de España como rey de

Portugal con el nombre de Felipe I.

1581-83.Los ingleses atacan el puerto de Santos, al que seguirán los del Salvador

(1587) y el de Recife (1595).

1582.Antonio de Espejo (¿-?) que llegó a Nueva España en 1571 cumple una

exitosa expedición a Nuevo México.

1583.en. Arriba al puerto de Buenos Aires el Cap. Vera y Aragón con poblado-

res de España, entre ellos algunos religiosos y el Cap. Antonio Torres Pineda,futuro Tte. Gobernador.

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A estos nuevos residentes se les repartió solares y chacras.Muerte de Garay y sus soldados en manos de los querandíes, que los ata-

caron en el camino entre Santa Fe y Buenos Aires (cerca del río Baradero,sobre el Paraná).

1584.Juan Torres de Navarrete ocupa la gobernación hasta 1587.

1587.Juan Torres de Vera y Aragón confirmado como último Adelantado del

Río de la Plata por Felipe II, llega a la Asunción desde Chiquisaca y gobiernahasta 1591.

Se produce una guerra frontal entre españoles y guaicurúes, en la que in-terviene Hernandarias.

1588.Se funda San Juan Vera de las Siete Corrientes y se establece un fuerte

dispositivo de defensa rodeando al fuerte. Hernandarias queda al frente de latropa y desde entonces ejercerá una fuerte influencia en los destinos político-militares-civilizadores del Río de la Plata.

1590.El cabildo de la Asunción nombra a Hernandarias como Tte. Goberna-

dor.45

1591.Felipe II termina con los Adelantazgos y el gobierno de estos territorios

quedarán jurídica y administrativamente bajo el virrey del Perú.La organización queda como sigue: la responsabilidad político-militar recae

sobre los gobernadores, la de justicia en los cabildantes de cada poblado, enlas indígenas ésta será regulada por los corregidores locales.

Hernandarias asume la gobernación por vacante dejada por Juan Torres deVera y Aragón, hasta 1594.

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1592.jul.13. Hernadarias designado por el Cabildo, Teniente Gobernador y Jus-

ticia Mayor de la Asunción.

1592-93.Se crean consulados comerciales en Méjico y Lima con iguales caracte-

rísticas que los de Sevilla y Burgos.

1593.Hernando de Zárate gobernador del Tucumán y Río de la Plata, nombrado

por la Audiencia de Charcas.

1594.Hernandarias nombrado por Zárate, Capitán de las fuerzas de Buenos Ai-

res.

1595.A la muerte de éste, lo sucede Bartolomé Sandoval Ocampo, que ante una

grave derrota sufrida en combate con los indígenas es depuesto. Nombran portres años a Juan Ramírez de Velazco.

1596.jun. 20. Ante la renuncia al Adelantazgo de Juan Torres de Vera y Aragón,

Felipe II nombra como Gobernador y Capitán General de las provincias aDiego Rodríguez Valdés y de la Banda, pero sin capitulaciones ni mando ad-ministrativo como gozaron los anteriores. En tanto éste no llega a la Asunciónasume interinamente Hernandarias.

Sebastián Vizcaino (¿-?) exploró las costas de México para lo que empleó7 años, dejando importante cartografía de las costas de California.

1597-1608.Se coloniza la región de Nuevo México por Juan de Oñate (h. 1550 - h.1625)

que fundará San Gabriel (1598) y encara la riesgosa expedición a Nebraska,llega luego hasta el Golfo de California y Santa Fe (San Francisco) en 1605.

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1598.sbre. 13. Por muerte del rey Felipe II, asume en este día Felipe III, como

rey de las coronas de España y de Portugal hasta 1621. Dicta leyes de protec-ción a los indígenas de las colonias contra abusos de encomenderos, quienesdeberán asegurar libertad, salario, condiciones cristianas de convivencia. De-berán ser controlados por las autoridades regionales.46

1599.en. 5. Llega a Buenos Aires Diego Rodríguez Valdés y de la Banda, con

tropas de refuerzos para la defensa del Río de la Plata, tanto de indígenascomo de corsarios ingleses que atacaban a los barcos mercantes españoles.

1601.dic. Ante la muerte de Rodríguez Valdés y de la Banda, los vecinos de la

Asunción nombran una vez más a Hernandarias.

1603.En Portugal se publican las Ordenanzas Filipinas que sustituyen a las

Manualinas de 1521.47

1607.mar. 18. Las fuerzas de Hernandarias atacan a un navío corsario que pre-

tendía entrar al puerto de Buenos Aires, se apoderan del mismo y de toda sucarga. A otros auxiliares los destruyen.

mar. 24. Ante posibles ataques con consecuencias impredecibles, el go-bernador convoca a la Junta de Guerra, en la que afirma que “el puerto deBuenos Aires es llave de esta gobernación”, y que del mismo “dependen lasocho ciudades que hay en esta provincia”.

may. 5. Hernandarias con todas sus dotes de estadista, comprende lo inde-fensa que quedaba la banda N. del Río de la Plata, y escribe al rey Felipe III suvoluntad de cruzar a esa ribera y llegar hasta un “paraje que llaman Montevi-deo”.48

ag. Hernadarias cruza el río Uruguay a la altura del Salto Chico, viaja al S.hasta el arroyo de San Juan, de allí avanza hacia el E. y alcanza la margen del

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río Santa Lucía. No llega a conocer la bahía de Montevideo, porque decideregresar al río Uruguay al N. y cruzarlo a la margen O. a la altura de Salto.

1608.jul. 2. Informe de Hernandarias al rey Felipe III sobre su experiencia en la

banda N. o “de los charrúas”.49

nov. 8. El Rey ante la propuesta de Hernandarias de poblar el puerto deSanta Catalina sobre el Atlántico, crear otra gobernación con Villa Rica,Ciudad Real, Guayrá, y hasta llegar a la región paulista centro de formaciónde los bandeirantes, todo esto como forma de detener el expansionismo por-tugués hacia el Río de la Plata, pide al virrey del Perú un preciso informesobre acontecimientos, carácter de los indígenas y planes de evangeliza-ción.

1609.jul. 4. El rey de España después de nombrar a Diego Marín de Negrón

como sucesor de Hernandarias, le ordena preparar un plan concreto depoblamiento y evangelización en la ribera N. del Río de la Plata o “banda delos charrúas”.

1611.El Oidor de la Audiencia de Chuquisaca, Francisco de Alfaro, será el res-

ponsable de resolver los graves conflictos entre encomenderos y guaraníes,creados por reiterados abusos de los primeros sobre los segundos desobede-ciendo las Ordenes Reales.50

En la isla del Vizcaíno (boca del río Negro) Hernadarias introduce un lotede ganado vacuno, donado por el gobernador Marín de Negrón.

1612.El Rey nombra al Cap. Manuel de Frías para entender en los asuntos admi-

nistrativos del Río de la Plata, que entre otras medidas propone la división endos de la Provincia que se calculaba en más de 400 leguas.

Alfaro, después de comprobar los excesos de los encomenderos, dicta lasfamosas Ordenanzas que fija duras penas para quienes no las cumplan.

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1612-15.Segunda invasión francesa al Brasil en Marañón.

1615.Fallece Marín de Negrón y asume Hernandarias, que será su último go-

bierno, (hasta 1618).

1617.dic. 16. Felipe III resuelve dividir la jurisdicción del Río de la Plata en 2:

la Pva. de Guayrá (Paraguay) con la Asunción como capital (comprende losdistritos de Asunción, Guayrá, Villa Rica, Espiritu Santo) y la del Río de laPlata con sede en Buenos Aires (Buenos Aires, Santa Fe, Corrientes, Concep-ción de Bermejo).

De la primera será gobernador Manuel de Frías y de la segunda Diego deGóngora.

Llega ganado en lanchas a la isla de San Gabriel y otros a la del Vizcaíno.Son bovinos nacidos en las estancias de la Asunción, descendientes de lostraídos por Alvar Núñez en 1541, los hermanos Goes desde San Vicente (Bra-sil) y los que Felipe Cáceres introdujo desde el Alto Perú en 1568.51

1618.Se concreta el nombramiento de gobernadores según la división decretada

el año anterior, pero Manuel de Frías recién asumirá en abril de 1621.

1619.El bandeirante Manoel Preto ataca las reducciones guaraníticas de la

Guayrá, depredándolas.

1621.Muere Felipe III, y asume Felipe IV como Rey de España hasta 1665.52

Se funda la Compañía Holandesa de las Indias Occidentales.Bajo la dominación española la administración del Brasil tuvo dos esta-

dos: el de Brasil (Capital Salvador), el de Marañón (Capital Santa Lucía). Ladivisión se mantuvo hasta 1774.

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1623.Diego Páez de Clavijo gobernador interino del Río de la Plata.

1624.jul. 24. El Oidor de Charcas termina el juicio que los enemigos de

Hernandarias levantaron contra él, en un total de 64 cargos.Es absuelto de todos y apreciada su capacidad de gobierno, probidad ad-

ministrativa y espíritu de justicia.Francisco de Céspedes asume la titularidad del gobierno de Buenos Aires.Invasión holandesa al N.E. del Brasil, con ocupación de Salvador por un

año.

1624-25.Invasión holandesa a Bahía.53

1625.Fray Juan de Vergara llega a la Banda Norte (Oriental o de los charrúas),

funda dos reducciones, y se bautizan cientos de indígenas.

1626.El gobernador Manuel de Frías pasa a Chuquisaca por orden de la Audien-

cia de Charcas. El Tte. Diego de Rega y Mendoza asume interinamente, perolos pobladores de la Asunción reclaman ante la Audiencia que Frías vuelva asu cargo, lo que se hizo, pero no llegó a ejercerlo al morir en Salta al añosiguiente.

1628.Luis de Céspedes Xeria nombrado gobernador, entra por el Brasil contra-

riando órdenes reales. Sobornado por los bandeirantes, no intervino en defen-sa de los asentamientos jesuíticos en la Guayrá que fueron arrasados.

Fue preso, y condenado en 1636 por delitos de alta traición a la Corona.

nov. El P. Roque González de Santa Cruz S.J. y el P. Juan del Castillo S.J.,son asesinados por los indígenas de la reducción de Cuaró.54

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1629.Los bandeirantes paulistas Antônio Raposo y Manuel Preto, con sus hues-

tes atacan las misiones jesuíticas del Paraguay, incendiando cosechas, des-truyendo propiedades y llevando un contingente de guaraníes evangelizadoscomo botín de guerra, los que serán vendidos como esclavos a losfazendeiros.55

1630.Segunda exitosa invasión holandesa al NE del Brasil, con ocupación de

Pernambuco, Paraiba, y Rio Grande del N.

1630-54.Gobierno holandés en Pernambuco.

1633.Martín de Ledesma Balderrama gobernador del Paraguay.

1635.El gobernador del Río de la Plata, Mendo de la Cueva y Benavídez comba-

tió tenazmente a los indios. Envió a Chile un número importante de caballos yyeguas destinados al trabajo agropecuario.

El Obispo Oresti lo excomulgó por discrepancias con la forma de manejarla hacienda pública.

1636.Luis de Céspedes Xeria, resulta condenado en el proceso de alta traición a

la Corona, cesa en todos los cargos.Pedro Lugo de Navarra sustituye a Ledesma Balderrama, tuvo el mérito

de combatir a los temidos bandeirantes y neutralizar sus incursiones.El P. Pedro Romero S.J. en la Carta Anua de este año noticia del uso del

caballo por guaraníes y charrúas.Las primeras manadas fueron introducidas por Garay desde Santa Fe (1574)

cuando llega al Plata en auxilio del Adelantado Ortíz de Zárate.

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1637.El conde Juan Mauricio de Nassau-Siegen llega a Pernambuco como ad-

ministrador de los dominios holandeses (ocupados desde 1630), y permaneceen el cargo hasta 1644.56

1640.en. 13. Ventura Moxica gobernador de Buenos Aires, falleció al poco tiempo

de ocupar el cargo, siendo sustituido interinamente por Pedro de Rojas yAcevedo.

Fray Bernardino de Cárdenas Obispo de Asunción.En Portugal la Casa de Braganza se independiza de la Corona de España,

y Juan IV con rango de Rey, gobierna hasta 1656.En los territorios ultramarinos, el Brasil sigue siendo portugués hasta la

villa de San Vivente al S., desde allí hasta el Río de la Plata son españoles(incluyen la hoy Santa Catalina y Rio Grande del Sur).

En este año, por motivos de defensa contra las bandera, las misionesjesuíticas resuelven agruparse entre los ríos Paraguay y Uruguay formandoreducciones estables.

1641.Gregorio Henestrosa (o Inestrosa) asume el gobierno del Paraguay.

1642.Inglaterra reconoce la independencia de Portugal.Después lo harán Francia y Holanda.En Lisboa se crea el Consejo Ultramarino como responsable de la “Mar-

cha de las colonias de Brasil, Africa y Oriente”.

1644.mar. Grupos de guaraníes disponiendo de armas de fuego proporcionadas

por los españoles, y debidamente adiestrados, atacan a las banderas obtenien-do una resonante victoria en la región de Mbororé.

Esto les permite regresar a las misiones de la Banda Oriental cruzando elrío Uruguay por el N.O.

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1645.Jacinto de Lariz gobernador de Buenos Aires.

1647.Diego de Escobar de Osorio gobernador del Paraguay.

1648.Paz de Westfalia entre España, Francia y sus aliados, poniendo fin a la

guerra de Treinta Años.

1649.mar. El Obispo Cárdenas es electo gobernador del Paraguay.57

Su gestión se caracterizó por la lucha frontal contra los jesuitas y sus par-tidarios.

Los expulsó de colegios y comunidades, condenando al destierro a susfieles.

El virrey del Perú recibió quejas fundadas, las que también se hicieronante la Audiencia, lo que determinó que su conducta fuera censurada, hastallegar al cese de su cargo.

Lo sustituyó el Maestre de Campo Sebastián de León y Zárate con ordende restituir los bienes confiscados a los jesuitas.

El Obispo Cárdenas se rebela contra las órdenes del Virrey y arma unejército por su cuenta.

oct.1. En un enfrentamiento contra las tropas reales es derrotado y se lesomete a juicio por subversión.

Lo excomulgan y recién en 1662 recuperará su dignidad eclesiástica.Para dar mayor vitalidad a las colonias, Portugal crea las Compañías

Privilegiadas de Comercio. En Brasil funciona la de Marañón, que tendrá elmonopolio del N.E.

1650.oct. 10. El juez pesquisador Andrés León de Garabito asume interinamente

el gobierno y somete a juicio a su antecesor de León y Zárate.Condenado a 20 años de prisión cumple su condena, pero fallece en 1672

cuando se dictó sentencia absolutoria.

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1651.Jacinto de Lariz gobernador de Buenos Aires.

1653.jul. Cristobal de Garay y Saavedra (nieto del fundador de la segunda Bue-

nos Aires) asume la gobernación de la Asunción.Tuvo buena actuación como administrador y consolidó importantes obras

públicas.

1654.Capitulación holandesa en los territorios ocupados del N.E. brasileño con

la liberación de Pernambuco.

1656.A la muerte de Juan IV de Portugal asciende al trono Alfonso VI (1643-

1683) rey de Portugal que será depuesto en 1668 por su hermano Pedro (1648-1706) quien ocupará la regencia. Será el rey Pedro II en 1683 y marcará ladecadencia de Portugal por su desgobierno.

En La Haya se firma la paz, y Holanda reconoce la pérdida de sus territo-rios en Brasil, los que pasan de nuevo al imperio portugués.

1657.Juan Antonio Blázquez de Valverde sucede a Garay. Bajo su gobierno son

sometidos miles de indígenas, se actúa con mano firme contra los sublevados,pero se perdona la vida de los prisioneros.

1658.Alonso de Mercado y Villacora permite a los comerciantes de Buenos Ai-

res mantener negocios con Holanda.

1659.dic. 24. Alonso Sarmiento de Sotomayor y Figueroa gobernador de la Asun-

ción, se enfrenta a los indígenas con actitud represiva, que merece condena.

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1662.Se somete a juicio al gobernador Sarmiento de Sotomayor por sus críme-

nes. Por Real Cédula se le condena a dos años de prisión y después de cumpli-da se le absuelve.

Juan Martínez de Salazar fortifica Buenos Aires contra ataques indígenas.

1663.El Sgto. Mayor Juan Diez de Andino asume el gobierno de la Asunción.

Sometió a los guaicurués y payagues.

1665.Carlos II rey de España hasta 1700.

1668.Pedro II (1648-1706) rey de Portugal hasta su muerte.

feb. 13. Paz entre España y Portugal y reconocimiento de la independen-cia de éste último.

1669.El gobernador del Paraguay Diez de Andino acude a la defensa del puerto

de Buenos Aires atacado por corsarios franceses.El gobernador de Brasil Alexandre de Sousa Freire y el gobernador de

Río de Janeiro aconsejan al rey de Portugal que inicie su expansión hacia elRío de la Plata ante la falta (o deficiencias) de las defensas españolas.

1671.Felipe Rege Corvalán asume la gobernación de la Asunción en momentos

de mayor enfrentamiento con bandeirantes a los que se asocian los guaicurúes.Acusado de abuso de autoridad ante el virrey del Perú, fue remitido a Char-

cas en calidad de preso.Absuelto, volvió al cargo y completó su mandato que terminó en 1680.

1672.Andrés de Robles gobernador del Plata, enfrentó a los dominicos en su

misión de fundar reducciones.

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1673.Da Silva e Sousa prepara un plan militar para asentar a los portugueses

en Maldonado.

1674.jun. 16. Disolución de las Cortes de Lisboa e inicio de la monarquía abso-

luta.

1678.oct. 8. El rey de Portugal Pedro II nombra al Maestre de Campo Manuel

Lobo como gobernador de Río de Janeiro.

nov. 18. Lobo tiene instrucciones de fundar un asentamiento en la margenN. del Río de la Plata, frente a Buenos Aires.

1679.oct. De acuerdo a las órdenes Manuel Lobo inicia los preparativos para

la expedición. En Santos reúne 800 soldados y colonos.

nov. José de Garro, gobernador de Buenos Aires, recibe noticias del plan yenvía emisarios al S. del Brasil para que investiguen.

dic. 8. Manuel Lobo emprende el viaje al Río de la Plata, partiendo delpuerto de Santos.

dic. 31. Ancla en la isla de Maldonado (Gorriti) “a vinte e três dias depois”.

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ADDENDA

Sociedad

1535.en. 18. Pizarro funda la ciudad de los Reyes (Lima) en el valle del río

Rimac. Carlos I da a la ciudad un escudo.

1550.Por Orden Real de España, se obliga a Corregidores y Alcaldes Mayores a

proteger a los indígenas que vivan en sus jurisdicciones de los abusos a quelos sometían los encomenderos.

1551.Se funda la Universidad de Lima.

1553.Se funda la Universidad de México.Francisco Aguirre funda Santiago del Estero.

1554.El Capitán Alonso Riquelme de Guzmán llega a la población de Ontiveros,

inspecciona su estado y vista la inestabilidad con que viven los colonizadores,ordena su abandono.

Deja algunas yeguas que al aparearse con padrillos sueltos de otras entra-das, pronto llenaran los campos con la raza caballar.

Se funda el Colegio Jesuítico de São Paulo de Piratininga en la Capitaníade San Vicente, por el P. José de Anchieta, S.J.

1555.La Corona española obliga a respetar las costumbres indígenas siempre

que no se opongan a las cristianas.

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1556.Martín de Orué nombrado por el rey en 1553 para poblar una región “cer-

ca del puerto que se dice de Buenos Aires”, recién puede hacerlo este año.

Con él viajó Fray Pedro Fernández de la Torre, que será el primer obispodel Plata. Según instrucciones sigue a la Asunción.

1557.Ruy Díaz Melgarejo traslada la ciudad Real (antigua Ontiveros en el

Guayrá).

1558-62.Juan Pérez de Sorita (Zorita) funda Catamarca y luego Córdoba del

Calchaquí.

1559.Juan Pérez de Sorita funda Córdoba del Calchaquí.58

1561.Nuflo de Chávez en su expedición al Chaco funda Santa Cruz de la Sierra.

A su regreso es sorprendido por los guaicurués, perece junto con sus solda-dos.

Se funda Mendoza por Pedro del Castillo que participó de la conquista deChile y se apoderó de Cuyo en 1560. La fundación la hizo con soldados ycolonos provenientes de Chile. En tanto Córdoba queda despoblada por emi-gración interna.

1562.Se funda San Juan también con fuerzas destacadas en Chile.

1565.may. 31. Diego de Villarroel funda San Miguel del Tucumán con apoyo

del virrey del Perú.En Brasil después de la derrota a los franceses, se funda San Sebastián de

Rio de Janeiro.

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1567.Los jesuitas ingresan a México en labor de catequesis.

1570.Felipe II ordena la recapitulación de las Leyes de Indias (que se concluirá

en 1640) que constan de 9 libros, con 218 títulos y 6.377 leyes.El Libro 7o. trata de la libertad y protección de los indígenas (se imprime

en 1641).59

Por su parte el rey de Portugal D. Sebastián hace público un documentopor el que se garantiza la libertad de los aborígenes en todas las coloniasultramarinas.

Ruy Díaz Melgarejo funda Villa Rica del Espíritu Santo en territorio para-guayo.

1571.La Corona de Portugal decreta el monopolio de todo el comercio de sus

colonias a través de la metrópoli.

1573.jun. Por orden de Martín Suárez de Toledo, Garay funda Santa Fe de la

Veracruz.60

1574.A Lima llegan los ocho primeros jesuitas que comenzarán su obra

evangelizadora, fundando una casa y un colegio.

1575.Se funda Jujuy (antes San Francisco de Alava).Llegan a la Asunción 12 franciscanos en misión evangelizadora.

1580.Los P. franciscanos fundan la población de Los Altos, próximo a la Asun-

ción.Se funda Santiago de Jerez.

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1582.Hernando de Lerma funda Salta con pobladores del Tucumán.

mar. En Buenos Aires terminado el amojonamiento de solares, se procedeal reparto de tierras entre los indígenas.

1585.Se funda Concepción del Bermejo por Alonso de Vera y Aragón, partici-

pando del acto el cap. Hernando Arias de Saavedra (Hernandarias), casadocon una hija de Garay.

1591.Juan Ramírez de Velazco, gobernador de Tucumán funda La Rioja y des-

pués Jujuy.

1593.Refundación de Jujuy por Francisco de Argañaraz.

1596.Fray Martín Ignacio de Loyola y veinte sacerdotes llegan al Río de la Pla-

ta.

1601.Por Real Cédula se reitera las obligaciones de los civiles para con los indí-

genas, ante flagrantes violaciones.

1602.Real Cédula de expulsión de portugueses en los territorios del Plata, ante

permanentes penetraciones por existir fronteras abiertas. El motivo principalera que muchísimos eran judíos o conversos que practicaban secretamente eljudaísmo.

Fray Martín Ignacio de Loyola convertido en Guardián de San Franciscoen 1599, acompaña a Hernandarias a la Asunción, sede del gobierno y tam-bién del Obispado, el que asume.

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oct. El Obispo logra reunir el Sínodo Diocesáno, con el cometido de im-pulsar “la enseñanza de la doctrina cristiana entre los naturales”.

1603.nov. 29. Al Concilio de la Asunción convocado por el obispo asiste el

gobernador Hernandarias, quien recogiendo los propósitos que lo inspiraron,promulgó una serie de “Ordenanzas en defensa de los indios” (en total 36arts.) difundidas en castellano y guaraní. Las mismas contenían principiosanteriores que nunca fueron cumplidos y reiteraba la protección de los indiosen sus condiciones de trabajo y convivencia.

1606.Las poblaciones fronterizas con Brasil sufren la acción depredadora de

las “banderas” comandadas por el paulista Diogo Quadros, que capturanguaraníes para llevarlos como mano de obra esclava a las plantaciones.

1607.El quinto General de la Orden Jesuítica, Claudio Acquaviva S.J. crea la

Provincia jusuítica del Paraguay que comprende Argentina, Paraguay, Chile,Banda Oriental, sur de Bolivia y sur de Chile. Será Provincial el P. Diego deTorres S.J.61

1609.sbre. Fray Reginaldo Lizárraga nombrado obispo del Río de la Plata en

febrero 8 de 1607, llegó al N. del Paraná después de un penoso viaje desdeChile, Mendoza, Córdoba, Santa Fe. Tenía 70 años de edad y fallece en no-viembre de ese año.

Los P. Jesuitas fundan las primeras reducciones en el Paraguay, las deLoreto y San Ignacio Guazú y proceden a bautizar a cientos de guaraníes.

El P. Diego Torres S.J. Provincial de la Compañía cumple las OrdenesReales del año anterior sobre evangelización de los indígenas y prepara laprimera Instrucción para los padres que la llevarán a cabo.

1619-24.El P. Roque González S.J. es invitado por el gobernador Diego de Góngora

a predicar la palabra evangélica en la banda N. del río de la Plata.

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1620.may. 3. Bula del Papa Paulo V crea la Diócesis de Buenos Aires (ya exis-

tían las de Tucumán y Córdoba).Su jurisdicción comprende el territorio de la banda N. del Río de la Plata,

será su primer Obispo Fray Pedro de Carranza.

1622.Se instala la Aduana seca en Córdoba para favorecer los negocios con los

agentes comerciales del Perú.

1624-31.Francisco de Céspedes afirma el primer poblado estable en la Banda Orien-

tal y encomienda a los franciscanos crear las misiones de San Francisco deOlivares de los Charrúas y la de San Antonio de los Chanaes. (Despúes llama-do San Juan de Céspedes).62

1634.Los jesuitas que desde 1619 habían creado la Provincia del Uruguay, Tape

y Mbiaza, independiente de la del Paraguay, introducen por el Alto Uruguay(Tape) 5.000 vacunos provenientes de hacendados de Corrientes.

1635.Fundación de Villarica por Ledesma Balderrama.

1649.En este año se conoce el censo con el número de indios cristianizados que

llega a 50.000.

1661.En Brasil comienza la colonización de Pihaui, con la bandera que lidera

Fernão Dias Paes, que sale de San Pablo en busca de esmeraldas y recorrepor siete años todo Matto Grosso.

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1663-64.En la ribera oeste del río Uruguay (costa entrerriana) frente a la isla del

Vízcaino el dominico Fray Antonio Juárez funda la reducción Santo Domingode Soriano.63

Posteriormente se pasó a tierra firme de la Banda Oriental para fijar asen-tamiento definitivo.

En 1718 se trasladarán a las tierras que formarán la villa de Soriano.Los indígenas que participaron fueron chanás y yaros que se adaptaron al

adoctrinamiento evangélico.Con los charrúas la situación fue radicalizada por no aceptar éstos la mo-

dalidad comunitaria que combatieron en todos sus términos.

1667.Los jesuitas provenientes del Paraguay pasan el río Uruguay de O. a E.

para fundar poblaciones en el N. de la Banda Oriental.En este año se inicia con la reducción de San Luiz Gonzaga, que tendrá

casi 2.500 indios.

1674.Los jesuitas se instalan en Matto Grosso.

Cultura

Enseñanza.

1586.Los jesuitas fundan en Santiago del Estero el primer colegio para alfabeti-

zar.

1608-86.Comienzan a funcionar los instalados en Buenos Aires (1608). También

en Tucumán (1613), Salta (1621), Córdoba (1623), Santa Fe (1626), Mendozay la Rioja (1650), Corrientes (1686).

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1611-20.Seminario Convictorio de San Francisco Javier, que fue trasladado desde

Santiago de Chile a Córdoba.

1613.Seminario de Santa Catalina, que obtendría la aprobación del Pontífice

Gregorio XV en 1621 y de Urbano VII en 1625.

1622.En 1622 el Colegio Máximo de la Compañía de estudios generales de

Córdoba (existente desde 1614) se convertirá en Universidad Real y Pontificia.Entre las figuras relevantes de este período hay que nombrar al P. Doménico

Zipoli S.J. que entró como novicio en Sevilla y llegó a Buenos Aires en 1617.En Córdoba fue maestro de capilla de la iglesia y de la Universidad hasta

su muerte en 1725.Celebrado organista y compositor fue el autor de obras conocidas en Amé-

rica española. Fue instructor de órgano de indios misioneros que se traslada-ban a Córdoba para recibir sus enseñanzas.

Letras.

1555.Se imprime en Valladolid La relación y comentarios del gobernador Alvar

Núñez Cabeza de Vaca de lo acaecido en las dos jornadas que hizo a lasIndias. La historia de su gobernación en el Río de la Plata son el tema centralde los Comentarios y son obra de su secretario Pedro Hernández.

1567.En Franckfurt se imprime la edición príncipe de Viaje al Río de la Plata de

Ulrich Schmidl, de origen bávaro que formó parte de la tripulación de Pedrode Mendoza.

1602.Se publica en Lisboa La Argentina del arcediano Martín Barco de Centenera

(1544-1602), que vino con la expedición de Ortíz de Zárate. Los manuscritosfueron compuestos entre 1587-1600.

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1603.Se conoce el Catecismo Limense obra de Fray Luis de Bolaños (que llegó

a la Asunción en 1585), escrito en guaraní y en castellano.Fray Reginaldo de Lizárraga (nombrado Obispo por el Rey Felipe III en

1607, escribió Descripción breve de toda la tierra del Perú, Tucumán, Río dela Plata y Chile. El manuscrito se tuvo por extraviado, hasta que el cronista dela orden dominicana en el Perú, Fray Juan Meléndez lo encontró.

Fue publicado por la Biblioteca de Autores Españoles (v. XV). RicardoRojas hizo una edición en Buenos Aires (1916).

Con La Argentina del criollo Ruy Díaz de Guzmán cuyo manuscrito cons-taba de 3 libros, que noticia la historia del Río de la Plata desde 1512 hasta1573, se cierra este 1er. capítulo.

Fue publicada por De Angelis en su Colección de obras y documentosrelativos a la historia antigua y moderna de las provincias del Río de la Plata.Buenos Aires: 1836. v.1.

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1. Sebastián Gaboto, marino y cartógrafo veneciano, hijo de Juan Gaboto, geno-vés (nacionalizado veneciano) que descubrió Terranova, las costas de Florida y deEl Salvador.

Sebastián entró al servicio de la Corona española y se le encomendó una misióna Oriente y partiendo de Sanlúcar de Barrameda el 3 de abril de 1526.

Dispuso de 3 naves y una carabela, siendo la capitana Santa María de la Concep-ción. El total de hombres embarcados alcanzó a 210.

Los vientos en el Atlántico dificultaron la navegación llegando al cabo San Agustín(Brasil) el 3 de junio.

Siguió a Pernambuco (donde tuvo que invernar), saliendo el 29 de setiembrerumbo al S. y arriba a Santa Catalina el 18 de octubre.

El naufragio de la capitana, lo obligó a construir una embarcación de reemplazo.El 21 de febrero de 1527 avista el cabo de Santa María (Río de Solís) y de allí

entra en el estuario en dirección O. hasta alcanzar San Lázaro el 6 de abril.Hay que advertir que en las costas del Brasil el encuentro con náufragos de la

expedición de Solís y sus informes sobre las inmensas riquezas de la “Sierra de laPlata” lo decidieron a un cambio de rumbo distinto a las instrucciones recibidas enEspaña.

A su regreso en 1530 por tal causa debió enfrentar juicios por desobediencia, loque le valió algunos años de prisión.

Viajó a Londres donde se radicó. Murió en 1557.

“Como es sabido, la expedición realizada en los años 1526-29 por SebastiánCaboto, piloto mayor de la Casa de Contratación de Sevilla y por lo tanto máximaautoridad en el campo de la navegación y organización de las expedicionestransoceánicas españolas, no fue armada para explorar y conquistar el Río de laPlata, sino para alcanzar -como precisa la misma capitulación que Caboto firmócon la Corona el 4 de Marzo 1525- las islas Molucas y las míticas “islas e tierras deTarsis y Orfir y el Catayo Oriental e Cipango’’, donde las naves habrían tenido quecargar “oro, plata, piedras preciosas, perlas, droguería y especiería, sedas, broca-dos o otras cualesquier cosas de valor’’.

En: Luigi Avonto, La Sierra de la Plata.

“Pasando ahora al viaje de Caboto, debemos ante todo observar que posterior-mente a la firma de las capitulaciones se otorgaron al piloto mayor amplias faculta-des de acción a fin de poder encarar las dificultades de la expedición como mejoraconsejarían las circunstancias, “considerando las partes que habéis de navegar yporque acá principalmente no se puede decir ni sobre lo que en semejante viajenavegación debéis hacer, así en lo de la navegación como en la manera de los resca-tes y cargazón de las naos’’.

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Este libertad de acción concedida a Caboto no solamente explica las decisionesadoptadas por el piloto mayor en el curso de su expedición, sino también la sustan-cial impunidad de que pudo gozar a su regreso a España en 1530, hasta ser reinte-grado en su alto cargo, a pesar de las acusaciones y los juicios en su contra por partede sus enemigos. Según el antiguo cronista español Antonio de Herrera, el viaje deCaboto fue organizado como consecuencia del regreso a España de la nave Victoriacon los pocos sobrevivientes de la expedición de Magallanes. Escribe en efecto Herreraque “las muestras que la nao Victoria traxo de las especias y otras cosas de losMalucos dió animo a muchos hombres de Sevilla para solicitar a Sebastián Caboto,piloto mayor del Rey, a ofrecer de hacer aquel viaje, prometiendo de armarle paraél’’. Sin embargo, no faltan testimonios que desmienten a Herrera acerca de lasfinalidades del viaje de Caboto. En los años inmediatamente sucesivos al regreso dela nave Victoria (8 de Setiembre 1522), España no envió expediciones a las Molucasporque era en litigio con Portugal el derecho a la posesión de esas islas”.

En: Ibídem

“La solicitud del piloto mayor debió además ser reforzada por el argumento queen Sevilla había personas que estarían dispuestas a invertir hasta diez mil ducadosen la empresa. Resultaría así justificada la hipótesis del historiados chileno JoséToribio Medina, según la cual Caboto habría firmado las capitulaciones para ir alas Molucas con el exclusivo propósito de obtener de la Corona los medios indispen-sables para el viaje, pero que su plan hubiese sido en realidad, desde el primermomento, el de dirigirse al Río de Solís en busca de las riquezas que según lasinformaciones que tenía habrían existido en aquella región.

Los relatos que los sobrevivientes de la expedición de Solís habían aprendido delos indios acerca de la existencia en el interior del continente americano de metalespreciosos y otras cosas de valor, que habría sido posible obtener subiendo el granrío, debían sin duda ser conocidos, por lo menos en sus líneas esenciales, por lasautoridades de la Casa de Contratación en la cual Caboto ocupaba su alto cargo ydebían haberse, pronto difundido por lo menos entre los ambientes más directamenteinteresados en las navegaciones transoceánicas y en los nuevos descubrimientosgeográficos”.

En: Ibídem

Las primeras relaciones sobre el Río de la Plata provienen del navegante genovésSebastián Gaboto o de sus compañeros, que vinieron a América entre 1524 y 1527.

“El cronista Herrera dice que utiliza una memoria que Gaboto dirigió al rey deEspaña (Historia general de los hechos de los castellanos... 2a. ed., Madrid, 1730,dic. iv, lib. I, pág. 3). En esa expedición viajaban, además, el cosmógrafo Alonso de

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Santa Cruz, y Luis Ramírez: el primero proporcionó descripciones y mapas al cronis-ta Gonzalo Fernández de Oviedo (Historia general y natural de las Indias, Lib.XXV, Cap. 1-2, cuyas fuentes son la Tabula terrarum septentrionalium de Olao Magnoy carta de Santa Cruz), y se refirió al Río de la Plata en su Islario general de todaslas islas del mundo, Madrid, 1920; Luis Ramírez ha dejado el más interesante docu-mento de ese viaje en su carta, fechada en San Salvador el 10 de julio de 1526,publicada por Eduardo Madero en su Historia del puerto de Buenos Aires, BuenosAires, 1892, apéndice 8, p. 330-352. De Diego García, marino andaluz que vino en1526, se conserva una Memoria de la navegación..., publicada por Madero, op. cit.,apénd. 9; muy poco posterior es el Diario de navegaçao da arada que foi a terra doBrasil em 1530, de Pedro López Souza, Lisboa, 1839, reimpresa en Río de Janeiro,1927. El geógrafo Juan López de Velasco, que no estuvo en el Río de la Plata, lededicó algunas páginas en su Geografía y descripción universal de las Indias (com-puesta entre 1571 y 1574), Madrid, 1894.

En: José Toribio Medina, El veneciano Sebastián Gabotoal servicio de España.

2. Francisco del Puerto convivió pacíficamente con los indígenas todos estosaños.

Comunicó a Gaboto “grandísimas nuevas de la riqueza de la tierra” y del cami-no que debían seguir entrando al Paraná, según Declaración de Gaboto hecha enEspaña el 19 de julio de 1530 (pruebas de defensa).

3. En carta de Luis Ramírez a su padre, fechada en el Río de la Plata a 10 de juliode 1528, después de relatar la partida de Sanlúcar y las vicisitudes del viaje con Gaboto(de cuya tripulación formó parte) a quien llama “Capitán General” abunda sobre lariqueza de la región y del propósito del marino veneciano de querer “beber” (oro yplata que le proporcionaban los indígenas) “no de los arroyos sino de la fuente”.

“Asi que Señor despues de acabada la dicha galeota, y recogida toda la gente enlas naos y en ella com todos los christianos que allí allamos, salimos con buen tiem-po del dicho puerto a 15 días de Hebrero del dicho año de 1527, y dende a seis diassiguientes llegamos al cavo de Santa María ques a la voca del rio Solis. Este rio esmuy caudaloso tiene la voca 25 leguas largas: en este rio pasamos muchos trabajosy peligros, ansi por no saber la canal como aver muchos vajos en el y andar muyalterado con poco viento, quanto mas que se levantan en el grandes tormentas, ytiene mui poco abrigo. Digo de verdad a vuestra merced que en todo el viage nopasamos tantos trabajos ni peligros como en cinquenta leguas que subimos por elhasta llegar a un puerto de tierra firme que se puso por nombre San Lazaro. Yo viene

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de Santa Catalina hasta aqui en la galeota, y como mi enfermedad fue grande y enella habia poco abrigo pase enfenitos trabajos y tantos que io doy mi fe a vuestramerced no creo bastante lengua de hombre a poderle contar, mas plugo a la Magestaddivina de me sacar dellos para meterme en otros mayores como vuestra merced, enesta carta mas adelante vera, mas doyle muchas gracias que a la fin de tantas fatigasnos ha dado gracia de descubrir tan rica tierra como esta como adelante vuestramerced bera. Como digo enfin que Señor llegamos aqui Domingo de Lazaro quefueron 6 de Abril del año de 1527 años. En este puerto estubo el Sñr. Capitan Gene-ral un mes, dentro del qual, las leguas que trayamos se informaron de los Indios de latierra, y supieron como habia quedado alli un christiano cautivo en poder de losIndios que quando habian desbaratado y muerto a Solis, el cual se lamava Franciscodel Puerto.

Este es sabiendo de nuestra venida bino luego hablar al Sñr. Capitan General yentre otras muchas cosas que le pregunto de la manera de la tierra y la calidad deella dio muy buena relacion y tambien de la gran riqueza que en ella habia, diciendolelos rios que abia de suvir hasta dar en la generacion que tiene este metal; y porquelas naos no podían pasar por el Parana adentro a causa de los muchos vajos quehabia, las dejo con treinta hombres de la mar para que buscasen algun buen puertoseguro do las metiesen, y tambien acordo su merced dejar en el dicho San Lazarouna persona con diez o doce hombres para la guarda de mucha hacienda que alliquedava asi de S.M. como de particulares, entre los quales fue io uno a causa de noestar libre de mi enfermedad que todavia me tenia mui fatigado. Y con toda la otragente del armada en la galeota y caravela se recoxió el Sñr. Capitan General para iral rio Paraná arriba, y partió de San Lazaro a 8 dias de Mayo del dicho año de 1527,y antes que su merced partiese viernes de ramos estando el tiempo muy sosegado yclaro obra de tres oras de la noche se levanto un tiempo tan espantoso que aun losque estavamos en tierra pensamos perezer, pasaron las naos mucho peligro y la unadellas huibo de cortar el mastel principal para la salvación de la dicha nao, y fueeste tiempo tan temeroso que tomó la galeota questaba en el agua con dos amarras ylas quebró, y en peso como si fuera una cosa mui liviana la sacó del agua y la hechaen tierra mas de un tiro de herron de manera que para la tornar al agua hubo menes-ter engenios. Asi como digo partio de este puesto de San Lazaro el Sñr. CapitanGeneral, donde los que alli quedamos pasamos infinitos trabajos de hambre, en tan-ta manera que no podria acabar de contarlo, mas todavia daré aqui alguna quenta avuestra merced; y fue que como quedamos con poco bastimiento y en tierra despo-blada faltonos el mejor tiempo, de manera que nos hubimos de socorrer a la miseri-cordia de Dios, y con hiervas del campo y no con otra cosa nos sustubimos mientrasla hallabamos y teniamos posibilidad para hirlas a buscar, que nos acontecia ir dosy tres leguas a buscar los cardos del campo, y no los hallar sino en agua a donde no

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los podiamos sacar, en fin que nuestra necesidad llegó a tanto estrecho, que de dosperros que alli teniamos nos convino matar el uno y comerle y ratones los que podiamoshaber que pensabamos cuando los alcanzabamos que eran capones, y estando enesta necesidad me fue forzado lo uno por cumplir el mandado de la persona a quienel Sñr. Capitan General habia dejado alli, lo otro por tener que comer y no morir dehambre, de ir doze leguas de Real en una canoa con unos Indios a sus casas a resca-tar carne y pescado, y en el camino se levanto un tiempo que nos tomó de noche en lamitad del río de manera que io hube de hechar al rio cuanta ropa llevaba y los Indiossus pellejos y aportamos a una isla que estaba en la mitad del rio la canoa llena deagua que fue el mayor misterio del mundo escapar. En aquella isla estubimos des delDomingo hasta el Miercoles siguiente a causaq de andar todavia el rio mui sovervioque no podiamos salir, y en todo este tiempo io ni los Indios no comimos maldito seael bocado ni hierbas ni otra cosa, que no la havia, y a plugo a nuestra señora deamansar el rio y salimos y volvimos a tierra mas muertos que vivos”.

Fragmento de la Carta de Luis RamirezEn: Bauza, Historia de la Dominación Española

4. “Libre de los que Gaboto tenía por embarazo, subió arriba con presteza á vistade la costa de mano derecha, buscando algún puerto cómodo donde surgiesen conalguna seguridad las naves.

Dió al cabo con una isla, distante legua y media de tierra firme; llamóla de SanGabriel y dió fondo en ella; pero no juzgándola conforme á su gusto, despachó losbateles que á distancia de siete leguas descubrieron un río llamado desde entoncesSan Salvador, en cuyo abrigo surgieron los navios, y en su margen fabricó una for-taleza para resguardo contra los naturales charrúas, que en el mismo recelo conquese dejaban ver á lo lejos, iban ya demostrando la poca sinceridad, con que procediany no daban lugar al intento que se llevaba de irlos pacificando.

En la isla depositó la carga, en cuya guarda puso alguna gente; no pudiendoentrar naos gruesas por un rio que allí recibe al de San Salvador, y es el Uruguay,despachó los bateles y una carabela rasa á cargo del capitan Juan Alvarez Ramon,para que registrase dicho Uruguay. Al cabo de algunas jornadas encalló la carabelaen que iba, con la fuerza de una tormenta, en algunos bajíos, de donde por masdiligencia que pusieron no pudieron sacarla; con que recogida alguna gente en losbateles, el resto se vino costeando por tierra el rio, y su poca orden dió audacia á losyarós y charrúas para asaltarlos de improviso, y volver á teñir sus flechas de sangreespañola como ejecutaron con Solis, dando ahora muerte al mismo capitan Ramon yá algunos de sus compañeros ; y retirándose los que navegaban por el rio con nopequeña zozobra, hasta llegar á dar noticia á Gaboto así de las muertes desgracia-das, como del embarazo que tenia el rio para penetrar por él á su registro.

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Dió providencia Gaboto en la defensa de aquella fortaleza, guarneciendola dealguna milicia, y dejando también allí la nao capitana partió á descubrir todo aquelrio de Solis, que los naturales llamaban Paraná; y para su designio arrasó un bergantiny la carabela poniéndoles remos al modo de galeras”.

En: P. Pedro Lozano S.J. (¿-1752). Conquista del Rio de la Plata.

“Gaboto, imposibilitado á proseguir, ó, lo que es mas verosimil, con esperanzasde progresos mas felices, abandonó el viaje de las Malucas, siguiendo entonces elderrotero de su fortuna, que le encaminó á la espaciosa boca del Rio de Solis, encuyos confines bojaba la armada.Subió hasta una isleta no muy distante de tierrafirme, hácia la ribera septentrional en la dereserade Barragan, que le cae en lamárgen opuesta. A la isleta llamó San Gabriel, y ancoró en su fondo las naves. Perosiendo el puerto poco reparado, u como para poner en seguridad la armada, subiócon dos bateles rio arriba, hasta el encuentro del Paraná y Uruguay, y siguiendo lamadre de este, halló al oriente del Uruguay, un rio que, desde entonces hasta el diade hoy, se llama de San Salvador, buen surgidero para poner en salvamiento la ar-mada.

Así lo ejecutó Gaboto: parte de la carga con una milicia para la defensa dejó enSan Gabriel, y parte con la armada pasó á San Salvador, sobre cuya embocaduralevantó un fuertecillo contra los charrúas y los yaros, que observaban con vijilancialos movimientos del español, para lograr en el descuido el fin de sus dañadas inten-ciones. Guarnecida con alguna gente la fortaleza, salió en un bergantin, y carabela,al magestuoso Paraná, y surgió en el Carcarañal, pechero suyo por la banda delponiente.

Desde que Gaboto se restituyó el año de mil quinientos veinte y siete del pais deCarioes al Puerto de Sancti Spíritus, sobre el Carcarañal, al poniente del Paraná nose sabe que tuviese algun progreso la conquista, ni que hiciese confederación conotras naciones. Los timbues del Carcarañal, se mantenian en amiga corresponden-cia que les inspiraba parte su buen genio y parte el caroçiñoso trato de los españo-les. No así los charruas, los cuales observaban con vigilancia los descuidos de laguarnizión de San Salvador, para lograr un lance favorable para sus armas. Nuncadieron la paz, obligando á los presidiarios á cargar siempre las armas para hacerserespetables á los bárbaros.

Pero estas precauciones no bastaron á prevenir los acontecimientos de su vigi-lante crueldad. Hallábanse ofendidos de los castellanos del fuerte, especialmente dela milicia de Diego Garcia, gente mal disciplinada, sin obediencia al capitan, siem-pre en los desórdenes, y desmandados con exeso contra los charruas, los cuales paravengarse de los agresores y tomar satisfacción de los agravios, lograron la alboradade una mañana en que dormian los españoles y velaban ellos, para sorprender á los

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descuidados castellanos. Parte murieron á sus manos y parte se refugiaron á lasnaves de Gaboto, que se hallaban surtas en el rio á la márgen oriental del Uruguay,casi al frente del desaguadero del Rio de San Salvador. Los bárbaros, señores delfuerte, se apoderaron del botin y libres de aquel padrastro de su libertad, insultaronjactanciosos sobre el descuido de los españoles.

Hallábase Gavoto en las naves, próximo á largar al viento las velas para España,y aunque sintió la desgracia, pero no tanto que se detuviese en castigar á los bárba-ros y reedificarla fortaleza, primer monumento de su conquista. Mayores negociosocupaban el animo y solicitaban su diligencia personal en la Córte”.En: P José Guevara S.J. (1719-1806), Historia del Paraguay, Rio de la Plata, Tucuman .

“Avanzó entonces Uruguay arriba, y siguiendo el curso de éste, descubrió un rio,que llamó “San Salvador’’, en cuyo abrigo anclaron los barcos. Para prevenir cual-quier asechanza de los naturales, de quienes desconfiaba, fabricó allí una fortaleza,primer monumento de la conquista española en el Plata, dominándola fuerte deSan Salvador. Loa naturales del país, viendo aquella fortaleza construída en sustierras, retiraron a Gabotto todo auxilio, y se le apartaron desde entonces con visibleantipatía (31) .

Precisado a reconocer los grandes ríos que tenía a la vista, quiso hacerlo Gabottoa la mayor brevedad.

Reservóse para sí mismo el que los naturales llamaban Paraná, pues siendo demayor fondo permitía el pasaje de naves gruesas; y confió el reconocimiento del ríoUruguay a uno de sus tenientes. El oficial designado para ésta última empresa era elcapitán Juan Alvarez Ramón, a cuyo mando puso el Almirante dos botes y una cara-bela rasa. Ramón se apresuró a partir con buen número de marineros y soldados, ycosteando el río Uruguay lo remonto hasta donde le permitieron las circunstancias.Sobrevínole a pocas jornadas una gran tormenta, y la carabela encalló en unosbajíos, siendo vanos cuantos esfuerzos se hicieron para sacarla de aquella deplora-ble situación. En tal aprieto,resolvió abandonarla, y haciendo recoger una parte dela gente a los botes, púsose con el resto en marcha por tierra, hacia San Salvador.Esta operación no se hizo sin que los indios yaros de aquellas vecindades la sintie-sen, avisados por los charrúas.

Decididos a hostilizarle, pusiéronse en marcha, a fin de interponerse entre Ra-món y los tripulantes de los dos botes. Desgraciadamente, las precauciones militaresobservadas por los expedicionarios en su tránsito eran de poco valer. Luego que losindígenas se dieron cuenta de ello, no quisieron perder más tiempo, y aprestados alataque, se presentaron de frente a los españoles. Reunió el capitán Ramón a lossuyos, les proclamó al combate y comenzó éste con brío, tanto de parte de los espa-ñoles, que llevaban armaduras, picas y mosquetes, como de los naturales que aco-

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metían con serenidad y bravura, sin más coraza que el pecho desnudo, ni más armasque la flecha y algunas boleadoras de piedra. Al cabo, se pronunció la victoria porlos indios, quedando los españoles vencidos con pérdida de su jefe, y bastantes sol-dados muertos y heridos. Sea que la gritería peculiar de los naturales cuando entra-ban en combate llegase a oídas de los españoles que navegaban por el río y queningún auxilio prestaron a los de tierra mientras peleaban, sea que una proximidadcasual les llevase junto a sus compañeros, lo cierto es que los vencidos se libraron desu total exterminio ganando los botes , y todos juntos emprendieron camino llenos dezozobra para noticiar a Gabotto el desastre sufrido, y las dificultades que el ríopresentaba en su navegación a larga distancia”.

31 Lozano, Historia de la Conquista, etc.; tomo II, libro II, cap. I.- Guevara, His-toria del Paraguay, etc.; libro II, caps. I y II.

En: Bauzá, o.c.

5. Diego García de Moguer, maestre de la expedición de Solís, firmó contrato,autorizado por el Rey Carlos I en noviembre de 1525, para emprender el viaje al S.del Atlántico.

Partió de la Coruña hacia Canarias el 15 enero de 1526, en diciembre ancló enSan Vicente (Brasil) y luego siguió a Santa Catalina, donde permaneció todo el in-vierno, esperando la oportunidad propicia de seguir viaje al S.

Siguiendo la ruta, se internó en el río de Solís, pasó el cabo Santa María y llegóa una isla que llamó Las Piedras (San Gabriel). Más adelante se encontrará conGaboto, y el resto es conocido.

Es importante la carta de Diego García de Moguer que reproducimos: AuténticaMemoria de navegación de los años 1526-27, firmada como Capitán General.

CARTA DE DIEGO GARCÍA(Anotada por F.B.)“Memoria de la navegación que hice este viaje en la parte del mar Océano dende

que sali de la Ciudad de la Coruna, que alli me fue entregada la armada por losOficiales de S,M, que fue en el año de 1526”.

“A quinze de enero del dicho año parti del cabo de Finisterra haciendo mi nave-gación, y en el dicho cabo estan quarenta e tres grados e de alli tome mi derrota paralas Islas de Canaria y corri por el susudeste que desde cabo a las Islas se corre enesta derrota, y del cabo del Finisterra hasta las Islas de Canaria trescientas leguas;y en este camino pasamos por la Isla de la madera que es del Rey de Portogal, eta entreinta e dos grados i medio, e de la otra parte de la vanda del Nordeste esta PuertoSanto propio en la altura de la Isla a diez leguas de la Isla de la madera, e a la vanda

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del Sueste de la Isla de la madera, esta una Isla que se llama las desiertas que estaseis leguas en la mar de la isla, i andando por mi derrota allegue a la Palma que esIsla de las Islas de Canaria; esta Isla de la Palma con la Isla de Tenerife e la Isla deFuerte Ventura i el cabo de Quilo, esta veinte e nueve grados a la Isla de grantCanaria con la Isla de la Gomera estan veinte e ocho grados e medio e la Isla delhierro en veinte e siete, todas estas se llaman las Islas de la grnt Canaria i en estasIslas hacen azucares para cargar para aca en España e son cristianos, e de aquítomamos lo que haviamos menester para nuestro viage, porque de aca de la lornirayvamos desprovidos, e por un poder que llevamos del Conde Don Fernando nospartimos en primero de Setiembre del dicho año porque entonces esta el sol en lalinea, a trexe de Setiembro porque va ha hacer verano en la parte que nos yvamos adescubrir: por cualquier navegante e piloto que ha de navegar en aquellas partes ade conoscer de navegar en el tiempo que el Sol haga verano en aquella parte, e atreze de Diciembre esta el sol en el tropico del Sur que esta sobre el cabo frio que estaen veinte e tres grados e medio que aqui hace el mayor dia de aquella parte de lavanda del sur e del Rio donde venimos, i esta navegación no supo tomar SavastinGavoto con toda su estrulugia, tomo la contraria como nhombre que no savia nada etomamos la derrota de las Islas del Cabo Verde que son al sursudeste y destas Islasde Canaria a estas Islas del Cabo Verde hai doscientas e cinquenta leguas e corresepor esta via que tengo dicho, allegamos a una Isla que se llama Buenavista y allitomamos mucho refresco de carne de pescado i agua e sebo e de todas las cosas queovimos menester, que nos lo dio un Jactor Portogues que estava alli por nuestrodineros, y estas Islas de Cabo Verde, la Isla de San Antonio que esta mas al norte estaen diez e ocho grados, e la isla de Santa Lucia, e la de Santo Nicolas, e la isla de laSal estan en diez e siete grados; Buenavista en diez e seis grados, Santiago con laIsla de Mayo con el rio de Senaga quinze grados, la Isla del Fuego con el Cabo Verdeen catorze grados: estas se llaman las Islas de Cabo Verde en todas estas Islas, salvoS.Tiago e la Isla del Fuego, que estas los tienen el trato de Guinea con los Portugue-ses que viven en ellas que cargan ciertos algodones para el rio de las palmas y el rioSanto Domingo, e alli viven unos negros de los propios rios que son herreros e de allisacan propio el hierro, y estos Portugueses trocan con los negros aquel algodon conel yerro e cargan aguel hierro e lo llevan a la sierra leona e al rio grande e a otrosrios que ay en la costa en la Guinea que esta en doce grados, e a la sierra Leon a enseis grados, roda la costa se corre hasta la Myna, y estotras Islas son salvajes que noviven en ellas nadie e crianse ganados.

Desta isla de Buenavista hecimos vela en la buelta y demanda del cabo de SanAgostin, que este cabo está en ocho grados e un sesmo de grado de la vanda del Surde la linea quinucial, y este camino se ha de navegar con grande resguardo y saber

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la navermenia porque ay grandes corrientes que salen de los rios de Guynea queabaten los navios a la vanda del norueste que estan estas corrientes a las Indias deCastilla, estas corrientes no supo tomar Savastian Gavoto porque no era marinero nisabia navegar 2 estas islas con este cabo se corre al susudeste , mas para doblar elcabo navegamos por el Sur, e a las veces tomamos la guarta del sueste, porque auncon todo esto reguardo tenemos que hacer en doblar el cabo por las grandes corrien-tes que ay en el , y en este golfo ayn dende las Islas del Cabo Verde asta el cabo de S.Agostin quinentas leguas de traviesia, e todas las mas dellas se navegan con muchasgurpades e agua del ciclo que esto causa la grant calma que da la linea quinucial,por ser la casa del Sol prencipal la tiene el Sol mui caliente de contino, y esta es lacausa porque de contino ay gurpadas en ella.

De aquí fuemos adelante e llagemos al cabo de Sant Agostin e tome mi navegacionla vuelta del cabo Frio, que estan veinte e tres grados e medio de la vanda del Surdonde el Sol hace el mayor dia a 13 de Diciembre e de alli torna la buelta de la lineaquinucial, y esta costa dende el cabo de San Agostin hasta el Cabi Frio se corre en elsusudueste y ay desde cabo de San Agostin hasta el Cabo Frio trescientas e cincuen-ta leguas hasta los diez e siete grados esta una baya que se llama de todos Santos, enella y en toda esta costa hasta el Cabo Frio muy mala gente perfera e comen carneumana e andan desnudos, y esta baya estan diez e siete grados hasta veinte e dosgrados que esta un cabo que se llama Cabo hermoso, estan muy muchos arracifes emuchos plazeles e arena e salen en la mar veinte e cinco leguas, e duran estos baxosde luengo de costa noventa leguas, e llamanse los baxos de abre el oso y en este mydescubrimiento a la venida sobre esta baya de Todos Santos estan XVII grados, halleuna Isdla en la mar bien 35 leguas en la mar que avia muchos baxos e peñas earracifes al derredor della tres o quatro leguas de la banda del norte, porque ningunscristiano las ha hallado hasta oy por que no esta puesta en ninguna carta hasta oy, eporque no miramos ni provamos por la vanda del Sur a entrar en ella, porque traiamosun navio solo e no queriamos ponernos en riesgo, hasta otro viaje que tornando allose sabra el secreto della, porque me parece una Isla muy verde, e terna 3 leguas dederredor e una de largadura, porque avia en ella agua e leña e mucha pesqueria, eno terna los navios tanto peligro por amor la gente Salvaje e la costa mala.

1527

E de aqui fuemos a tomar refresco en S. Vicente questa en 24 grados, e alli vive unBachiller e unos Yernos suyos mucho tiempo ha que ha bien 30 años, e alli estuvimoshasta 15 de Enero del año siguiente de 27 e aqui tomamos mucho refresco de carnee pescado e de las vituallas de la tierra para provisión de nuetra nave, e agua e leñae todo lo que ovimos menester, e compre de un yerno de este Bachiller un vargantinque mucho servicio nos hizo, e mas el propio se acordo con nosotros de ir por lengua

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al rio y este Bachiller con sus Yernos, y hicieron comigo una carta de fletamientopara que la truxese en España con la nao grande ochocientos esclavos, e yo la hicecon acuerdo de todos mis oficiales e contadores e tesoreros que allegando en el riomandasemos la nao porque la nao no podia entrar en el rio, porque muchas veces lesdixe al Conde Don Fernando e a los yactores que hicieron la armada, que aquellanao no podia entrar en el rio que era muy grande, i ellos no quisieron sino hacermelallevar cargada con esclavos, porque ellos no hicieron ni me dieron la armada queS.M. mando que me diesen, e lo que con ellos yo tenia capitulado concertado efirmado de S.M. mas antes hicieron lo contrario que me dieron la nao grande e noconforme a lo que S.M. mandava, e no me la dieron en tiempo que les fue mandadopor S.M. que me la diese en entrando setiembre, y ellos me la dieron me diado Eneroque no me podia yo aprovechas della porque aqui V.M. lo vera por esta navegacióny esta una gente alli con el Bachiller que comen carne umana y es muy buena genteamigos muchos de los cristianos que se llaman Topies.

De aqui partimos mediado el mes de Enero de dicho año, que en aquella parte esverano que lo tienen alli este mes de Enero como aca en España a Julio , fuemos endemanda del cabo de S. Maria que esta en 34 grados e medio e alli es la salida yentrada deste rio donde descubrimos, e correse la costa en el Sudueste, e ay dendeeste rio de S.Vicente hasta alla el cabo de Santa Maria 263 leguas, e addando en elcamino allegamos a un rio que se llama el rio de los Patos questa a 27 grados 3 quehay una buena generacion que hacem mui buena obra a los cristianos, e llamanselos carrioces que alli nos dieron muchas vituallas que se llama millo e harina demandioco, e muchas calavazas, e muchos patos e otros bastimienos porque eranbuenos Indios, e aqui llego Savastian Gavoto muerto de hambre en este tiempo queyo estava alli, e los Indios le dieron de comer e todo lo que avia menester a el e a sugente para su viage, y el quando se quiso ir o se iva tomo quatro hijos de los princi-pales de alli e los traxo en Españas e los tres dellos los tiene el assistente de Sevillaal qual danifico aquel puerto quehera el mejor e mas buena gente que en aquellaspartes avia por causa de tomas los hijos de los principales de la Isla.

Andando por nuestra navegacion allegamos al cabo de Santa Maria questan losdichos 34 grados e medio, e del fuera del cabo esta una Isla que se llama la Isla delos Pargos que es grand pesqueria en ella, e estovimos en esta Isla ocho dias espe-rando el bergantin que traiamos que venia atras, e tras de dentro del cabo hacia elrio esta una Isla que se llama la Isla de las Palmas, e de fuera de ella esta un arrecifee de fuera della que la toma una legua a la mar, y esta Isla de las Palmas es muy buenpuerto para algunas naos que quieran pasar que vayan en el estrecho o vengan en elrio Aos porque de alli adenro es la tierra baxa, e no ay lugar para que nao entredentro sin mjucho riesgo, y en toda esta costa no parece Indio ni al rederor del cabo,mas de luego ay adelante ayuna generacion que se llama los Chaurrucies questos no

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comen carne umana, mantienense de pescado e caza, de otra cosa no comen, e deaqui vino nuestro vergantin e tomamos la derrota hasta las Islas de las Piedras queavia de aqui del cabo a ellas 70 leguas, y estan dek este fuerte la derrota, y en lamitad del camino esta una Isla que hace señal de tres mogotos y en ella ay muchoslobos marinos, en que a la salida que salimos nos dieron la vida que con ellos fuemosa buscar de comer hasta el rio de los Patos e allegando a estas islas de las Piedrassurgimos nuestras naos alli e pusimos un vergantin que llevavamos en piezas de acaen España alli en la Isla e empezamoslo a hacer, e de alli luego me parti me bergantinarmado por el rio arriba porque hallabamos rastro de cristianos, e andando por elrio arriba, en el qual se corre en el norte y en el nordeste, a este rio grande se llamaOuriay ques donde se juntan todos los rios que tiene este rio dende el cabo de SantaMaria hasta el Cabo Blanco treinta leguas de boca e andando con mi vergantinveinte e cinco leguas por este rio arriba halle dos naos de Savastian Gavoto, e estavapor tiniente dellas Anton de Grajeda, e salio a nosotros con cients canoas de Indiosy el con vatel armado diciendo que eramos-rroseis, e Miguel de Rosas e MartinMendez que venian contra el que los avia dexado en una Isla desterrados entre losIndios e ovieramos de pelear pensando que nos venia a hacer mal, mas conosciAnton de Grageda e luego conoscimos que era la armada de Savastian Gavoto efuemos con el a su nao e nos hizo mucha onrra e dionos nuevas de su Capitan Gene-ral, e como aquel dia avia visto una carta suya en la qual le avisava como aviamuerto mas de quinientos Indios, e que yva con gran victoria por el rio arriba ha-ciendo guerra a los Indios, e tornamos a nuestro navio e donde se quedava haciendoel otro vergantin, e luego acordamos todos mis officiales de la mandar fuera del riola nao que estava en grant peligro de las Gurupadas que en aquel tiempo ay en aquelrio, e mas que fuese a cargar los esclavos del dicho Bachiller que tenia fletados paraen España, e daria nuebas como Savastin Cavoto estava en el rio, e luego la nao hizovela e fuese fuera del rio a S. Vicente a esperar mi respuesta en aquel puerto de S.Vicente e luego mande a los otros navios que luego se fuesen a donde estavan losnavios de Savastian Gavoto porque no avia alli otra estancia para questuviesen ensalvo, e luego boté mo vergantin e carne los ambos e dos, todo hecho en termino dequince dias, e llevava sesenta hombres los mejores que tenia, e de alli tome el caminodel rio Parana que es un brazo de este rio de Uruay e va la vuelta de noreste e delnorte hasta dentro a una casa que esta dende aqui donde hecimos el bergantin hastaochenta leguas por el rio arriva, e es esta casa una casa que tenia hecha de pasoSevastian Gavoto que la tenia por fortaleza e llamavale la fortaleza de Santi Spiritus,y en elle stava un sobrino del Obispo de Canaria que se decia Grigorio Caro porAlcayde de esta fortaleza, e hasta alli nunca vimos ningund Indio porque no yvamospor donde ellos estavan, e alli en aquella casa avitavan Indios que tenian cabe lafortaleza sus casas e al derredor en algunas Islas que se llamava esta generacion

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guaranies e estos mantenian a los cristianos de la fortaleza, e hablamos alli conGrigorio Caro e le requerimos que se fuese de aqquella conquista porque no herasuya, e el nos respondio muy bien e dixo que todo lo obedecia, e questava en aquellacasa por S.M, e por Savastian Gavoto e questava a my servicio e dionos nuevas de suCapitan, que le havian dicho los Indios como el Capitan Sevastian Gavoto heraarriba desbaratado e muerto mucha gente, e que me rogava que si algunos hallasepor aquella parte donde yo iva descubriendo, que los rescatase que el me pagaria elresscate e que se encomendava mi merced que si fuese su Capitan muerto que nos losdexase en el rio que lo sacase porque haria servicio a Dios e a V.M, e yo dixe que meplacia que no los dexaria, e de alli me parti Viernes Santo por la mañana executandomi descubrimiento por el rio arriva, y en veinte e siete días anduve yo en mis bergan-tines por el rio arriba a descubrir tanto quanto anduvo Savastian Gavoto en cincomeses que el avia partido desta casa suya que el llamaba fortaleza 4, y este rio lanavegavamos hasta deltro de Santa Ana i al Paraguay, que es otro rio que entra en elParana e viene de las syerras, y este rio Paragu ay muchas generaciones, ay de lacasa que se llama fortaleza hasta este rio ay cient leguas, e correse el rio al nordeste,e al este hasta el paraguay, i este i rio este puerto esta en veinte y ocho grados deSanta Ana que hasta aqui descubrimos e descubrio Savastian Gaboto hasta nueveleguas por el Paraguay arriba, e de aqui en estos dos lugares le mataron la primeragente que traya, en que le mataron por su causa veinte e cinco o treinta ombres, yesto fue antes que allegasemos a ellos ni les viesemos ni hablasemos, y esta es lavrdad que llegamos hasta aqui el e nosotros e lo que descubrimos, e otra cosa no sedescubrio por este rio e no hay otra cosa en ello, y en todo este descubrimiento quedescubrimos vimos muchas Islas e arboledas e muchas generaciones, las cuales ge-neraciones son estas.

La primera generación a la entrada del rio a la vanda del norte se llama losCharruases, estos comen pescado e cosa de caza e no tienen otro mantinimientoninguno abitan en las Islas. Otra generacion que se llama los Guaranies, estos co-men carne umana como arriba digo, tienen e matan mucho pescado e abaties, esiembran e cogen abatir e calavazas. Ay otra generacion andando el rio arriba quese llaman los Janaes, e otros que estan cabe ellos que se llaman Janaes atembures,estos todos comen abitir e carne e pescado: e de la otra parte del rio esta otrageneracion que se llaman los carcaraes, e mas atras dellos esta otra generacion muygrande que se llaman los Carandies; e otros mas adelante ay otros que se llaman losAtambues. Todas estas generaciones son amigos e estan juntos e hacense buena com-pañia, e estos comen abatir e carne e pescado; e luego mas adelante de la vanda delnorte ay otra generacion que se llama Mocotaes que comen pescado e carne; e ayotra mas adelante que se llama Mepenes que comen carne e pescado e algund arroso otras cosas: e mas adelante ay otra generacion que se llama Conamecuas estos

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comen carne e pescado; e otra generacion que esta came estos el rio arriba delParaguy que se llama los Lagaces, y estos comen pescado y carne, e luego masadelante esta otra generacion de Chandules que comen abati carne e pescado eotras cituallas que tienen: todas estas generaciones que no comen carne umana nohacen mal a los cristianos que son antes amigos suyos, y estas generaciones dannuevas desde Paraguay que en el ay mucho oro e plata e grandes riquezas e piedraspreciosas, y esto es lo que sabemos deste descubrimiento, y esta señal de plata que yohe traido un ombre de los mios que dexe la otra vez que descubri este rio avia quinceaños de una cerabela que se nos perdio 5 fué por tierra deste rio de Paraguy, e truxodos o tres arrobas de plata e la dio a los Indios y cristianos questavan en aquellatierra, e dellas ove esta plata, y esta relacion e descubrimiento e cuenta doy a V.M. eno ay otra cosa en contrario”.

Diego GarciaCapitan General.

6. “García aceptó en fin juntar sus fuerzas con las de Caboto para buscar juntosla Sierra de la Plata y los dos capitanes decidieron también enviar cada uno separa-damente una nave a pedir socorros a España.

García mandó uno de sus bergantines a San Vicente encomendándole que hicierapartir para España la nave grande que había dejado en aquel lugar, pero ésta seperdió. Caboto envió en vez a España, al mando de Hernando Calderón y del inglésRoger Barlow, la carabela San Gabriel, la cual partió a mediados de Julio de 1528 yllegó a Sevilla al principio de noviembre llevando consigo una relación de Caboto,hoy lamentablemente perdida, y algunas muestras de plata obtenidas de los indios,como prueba de la riqueza de las tierras que el veneciano quería explorar. Mientrastanto, Caboto y García habían decidido construir en San Salvador siete bergantines,embarcaciones particularmente idónea a la navegación en los ríos Paraná y Para-guay. Su construcción requirió cuatro meses de trabajo y, una vez terminada estatarea, los dos capitanes pudieron regresas a Sancti Spíritus en noviembre de 1528.

En diciembre de aquel año, Caboto y García emprendieron juntos la expediciónal alto Paraná y Paraguay con los siete bergantines y, luego de haber subido elprimero de los dos ríos y haber entrado en el segundo, navegaron en el Paraguayalrededor de veinte leguas.

Si bien sus fuerzas fuesen más numerosas que las empleadas en el primer viaje, larebelión de los indios de la zona y la noticia transmitida a Caboto por indios amigosque los guaraníes de Sancti Spíritus se preparaban a atacar el fuerte, indujeron a losdos capitanes a regresar a esta base. Cuando Caboto y García llegaron a SanctiSpíritus, encontraron tan sólo ruinas y cadáveres de sus compañeros, pues el fuertehabía sido completamente destruido por los indios con todas las provisiones que en

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él se encontraban, Los dos decidieron entonces regresar a San Salvador, donde lle-garon en los últimos días de Setiembre de 1529”.

En: Avonto, o.c.

7. “En una junta reunida en San Salvador el 6 de Octubre de aquel año, Caboto yGarcía convinieron, con otros miembros del estado mayor, esperar en aquel lugarlos socorros de España hasta fines de Diciembre, pero poco después García se em-barcaba con sus hombres en el galeón Nuestra Señora del Rosario y emprendía elviaje de regreso.

Por su parte, al fin de disponer de provisiones durante el viaje, Caboto mandócosechar el trigo y recoger el maíz que había hecho sembrar en San Salvador y envióa Antonio de Montoya con dos bergantines y treinta hombres a abastecerse de carnede lobos marinos en las islas Lobos y Flores.

Aprovechando esta circunstancia, al poco tiempo los indios que vivían en lasinmediaciones de San Salvador se presentaron improvisadamente en número supe-rior a quinientos guerreros y agredieron a los españoles, matando a Antón de Grajeday a un marinero e hiriendo a muchos otros. Caboto decidió por lo tanto abandonar ladifícil posición de San Salvador y trasladarse con sus hombres a San Lázaro. Aquí sedetuvo algunos días más, hasta que, viendo que Montoya no volvía, decidió partirdefinitivamente para España a bordo de la Santa María del Espinar.

Durante el viaje hizo escala en el Puerto de los Patos, donde encontró la nave deGarcía, y poco después se dirigió a San Vicente.

Partido de este lugar a fines de Mayo de 1530, el 22 de Julio Caboto arribabafinalmente a Sevilla. La otra nave del veneciano, la Trinidad, llegaba a Sevilla, almando de Montoya, un mes más tarde y lo mismo hacía la nave de Diego García.

La búsqueda de la Sierra de la Plata había fracasado”.En: Avonto, o.c.

8. “En Sevilla, viernes veinte e nueve días del mes de julio de mill e quinientos etreinta años, por el señor factor fue recibido juramento en forma debida de derechode Sebastián Caboto, capitán general del armada que fue al descubrimiento de laEspeciería, so virtud del cual le fueron fechas las preguntas siguientes:

Fue preguntado cómo le llaman; dijo que Sebastián Caboto. Preguntado si fuepor capitán general de tres naos e una carabela que Su Majestad mandó ir al descu-brimiento del Especiería, dijo que sí fue por capitán general de las dichas tres naose una carabela, conforme a la capitulacióne instrucción que le fue dada por Su Ma-jestad, donde está declarado donde había de ir, e asimismo por dos cartas misivasque le enviaron los señores Obispos de Osma, Presidente del Consejo de las Indias,y el Secretario Cobos.

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Preguntado cuanta gente iba en la dicha armada dijo que doscientos hombres,poco más o menos, que se refiere a la razón que desto hay en los libros de la Casa dela Contratación.

Preguntado que donde fue a parar con la dicha armada; dijo que a Pernambuco,ques en la costa del Brasil, con tiempo contrario, y de allí ficieron vela cuando fizotiempo y fueron al Río de Solís, donde este declarante falló un Francisco del Puerto,que habían prendido los indios cuando mataron a Solís, el cual le dio grandísimasnuevas de la riqueza de la tierra; y con acuerdo de los capitanes e oficiales de SuMajestad acordó de entrar en el Río Paraná fasta otro río que se llama Caracarañá,ques donde aquel Francisco del Puerto les había dicho que descendía de las sierrasdonde comenzaban las minas del oro e plata, e que del un río al otro hay sesentaleguas, en las cuales no vio persona de quien tomase lengua de ninguna cosa, eceto adoce leguas deste cabo del dicho Río de Caracaraña, que falló un mayoral de la naciónde los chandules, que le salió a rescebir de paz, el cual le presentó una cofia con ciertachapería de oro e cobre e cierta plata baja, la cual se quitó de la cabeza para dárselaa este declarante, e la tomó, visto como se la quitó de la cabeza, la tomó e se la tornó adar e le rogó que la trujera por él, y los otros indiso que con él venían traían algundmetal de lo que trujo Calderon; e aquí fizo una casa de tapias cobierta con madera epaja, e de allí envió las lenguas a las naciones comarcanas para que le viniesen a very dar relación de las cosas de la tierra, las cuales le vinieron a ver e le dieron relacióncomo la tierra adentro a sesenta o ochenta leguas de donde ficieron la casa, había oroe plata, porque decían que era el oro metal amarillo e la plata metal blanco, y que elamarilloera muy blando, y este declarante les mostró oro e dijeron que era de aquello;e habida esta relación, hubo acuerdo con los capitanes e oficiales de Su Majestad parafacer una entrada la tierra adentro para ver la dicha riqueza, y estando prestos parapartir, y etando aderezados para ello, vinieron ciertos indios de la nación de losquerandíes, los cuales son enemigos de los chandules e son vecinos del pie de la sierradonde tenía relación que había la dicha riqueza, los cuales le dieron más larga rela-ción de la quél tenía de las dichas riquezas y les mostraron ciertos plumajes que traíanen la cabeza, hechos, a su parecer deste declarante, de oro bajo e buena plata, e queeste declarante se quisiera ir con ellos con la gente que tenía presta e les rogó que lohobiesen por bien, los cuales no quisieron, porque decían que no podrían sufrir eltrabajo del camino, porque en ocho jornadas no fallarían agua; y este declarante lesdijo que como ellos venían, que así irían ellos, los cuales dijeron que ellos se sufríandos o tres días sin beber e cuando bebían era sangre de venados que mataan para esteefecto; y visto por la gente esto que las lenguas de donde había fecho la casa, fallaríantantas riquezas que traerían el bergantín e la galera cargados dello, porque las viejase viejos indios que iban allá venían cargados dello, e vista esta relación, con acuerdode los capitanes e oficiales de Su Majestad, dejó de ir aquel viaje por terra e aderezó la

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galera y el bergantín y fuese en ellos con ciento e treinta hombres por el dicho Río delParaná arriba, ciento e veinte leguas, fasta pasar adelante de la boca del Paraguayveinte leguas, fasta unas casas de unos chandules que eran sus amigos, para tomarcierto bastimento, porque allí había abundancia dello, donde vido ciertas muestras deoro e plata, que le paresció bueno, e aquellos indios que alllí falló le dieron la mismarelación del Paraguay que le habían dado los otros, que había allí mucha riqueza [...].

Preguntado qué riquezas e otras cosas de calidad vio más en la dicha tierra deque deba hacer relación a Su Majestad, dijo queste declarante vio alguna plata bue-na e otra no tal en poder de un mayoral de los guirandís e no vio este declarante otracosa, salvo que le decían en la tierra adentro había muy gran riqueza, y este decla-rante envió por tres partes la tierra adentro para que se informasen dello, y en cuan-to fueron, se juntó este declarante con el dicho Diego García e tornaron al dicho Ríodel Paraguay con siete bergantines, que habían fecho, donde un esclavo deste decla-rante les avisó de cierta traición que le estaba armada en que tenían concertado loschandules que están sobre la dicha casa y naos con los chandules de arriba queconfinan con el dicho Paraguay, que los matasen e que así farían ellos a los de lacasa y naos, y con esto se tornaron porque vieron evidentemente la dicha traición; easí vueltos acordaron que en la dicha casa se quedasen ochenta hombres e tres ber-gantines con los resgates que habían llevado y este declarante con el dicho DiegoGarcía se fueron a poner cobro en las naos para, puesto el dicho cobro, tornasen a ladicha casa e de allí entrar todos la tierra adentro, porque por relación del capitánCésar, que fue uno de los queste declarante envió la tierra adentro, que volvió consiete compañeros, les habían dicho que habían visto grandes riquezas de oro e platae piedras preciosas; y estando este declarante en las dichas naos vino el capitánGregorio Caro con fasta cincuenta hombres en un bergantín, desnudos, e le dieronnueva como los dichos indios habían quemado la dicha casa con lo que en ellaestaba e que el rescate de la gente había quedado y dos bergantines medio ahogados,e este declarante se partió luego para la dicha fortaleza con el dicho capitán DiegoGarcía e vido la dicha casa quemada e la gente ahogada e los bergantines perdidose cobró unos versos e dos pasamuros que falló junto a la casa, e así cesó la entradaen la dicha tierra; e questo sabe destas riquezas [...].

Preguntado si trae algunas muestras de oro e plata e otras cosas de la dichatierra, dijo que trae una onza, poco más o menos de plata, e ciertas orejeras e lunasde metal que trujo el dicho Calderón en cantidad de una libra [...].

Preguntado si vienen en estea nao algunos aforros que los hay en la dicha tierraque se ha descubierto, dijo que algunos marineros traen algunos pellejos con que secubren, y este confesante trae una ropa aforrada de aforros que parescían más martasque nutrias, de lo cual hay mucha cantidad en la dicha tiera, e asimismo de cervales,e asimismo otros como grises.

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Preguntado si se da en la dicha tierra trigo e cebada, dijo que sí, porque estedeclarante lo probó e se da dos veces en el año, e que asimismo hay muchas ovejas delas que trujo el dicho Calderón, e avestruces la tierra adentro, e que las dichasovejas son malas de tomar.

Preguntado si hay algunas ovejas como las de acá, dijo queste testigo supo porinformación de indios que en la dicha tierra había unas ovejas pequeñas de quefacían ropa y eran mansas; e questo es verdad d elo que sabe a lo cual fue pregunta-do, so cargo del juramento que fizo, e firmólo de su nombre. Sebastián Caboto”.

9. Juan III (1502-1557) Rey de Portugal entre 1521-1557. Introdujo la Inquisi-ción en 1530 y autorizó a la Compañía de Jesús a establecerse en 1540. Fue uno delos impulsores de la colonización del Brasil.

Martím Afonso de Sousa (¿-1564) navegante portugués que en Brasil fundó va-rios pueblos, llegando a ser gobernador de Rio de Janeiro. Terminado su mandatopasó a las posesiones de las Indias Orientales de las que fue gobernador.

10. Era su misión combatir los contrabandistas extranjeros vigilando la costabrasileña, desde Marañón hasta el comienzo del Río de la Plata. LLevar adelante elreconocimiento de esta área, fundar poblaciones y alentar el cultivo de la caña.

“Feitorias no Rio d eJaneiro, Pernambuco e Cabo Frio. Nenhuma delas sobreviveuaté nossos dias; muitas foram destruídas pelos indígenas ou mesmo abandonadaspelos exploradores. As feitorias, além de não gerarem povoamento na colônia, nãoconseguiram evitar apresença constante de contrabandistas, principalmente france-ses. Era necessária, portanto, a ocupação das terras da América portuguesa.

A colinização tambén se fez premente a partir de 1530, quando o Império orientalportuguês começou a declinar.

A primeira tentativa de exploração efetiva do Brasil ocorreu através da expediçãode Martim Afonso de Sousa. Organizada em 1530 por D. João III, tinha as seguintesfinalidaes: combater os contrabandistas estrangeiros, policiando a costa brasileira;percorrer a região litorânea do Maranhão até o rio da Prata, para o reconhecimentogeográfico e exploração desta área; fundar núcleos de provoamento na colônia eestablecer a agricultura canavieira. Durante a sua permanência no Brasil, ocorreua fundação das vilas de São Vicente e Piratininga (de curta existência), a instalaçãodos primeiros engenhos do Brasil e a distribuição des sesmarias”.

11. Carlos I de España y V de Alemania (1500-1558) fue rey de España desde 1517-56. Nieto de Fernando el Católico (por su madre Juana la Loca), a su muerte (1516)accedió al trono de España. Por su parte a la muerte de su abuelo paterno Maximiliano(1519) fue electo Emperador de Alemania hata 1556 cuando abdicó en Bruselas en

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favor de su hermano Fernando I de Habsburgo (1503-1564) las posesiones del imperiogermánico, dejándole a su hijo Felipe II (1556-1598) las de España y América.

Su absolutismo lo llevó a conflictos con las Comunidades de Castilla, y los gru-pos de Valencia y Mallorca.

Mantuvo guerra contra el rey de Francia Francisco I (1494-1547) haciéndoloprisionero en Pavía (1525) y obligándolo a firmar el Tratado de Madrid. Luchócontra el Papa Clemente VII en 1527 y sus tropas saquearon Roma. Se firmó la Pazde Cambray (1529) que le aseguró el dominio de Italia.

Se vió involucrado en la Reforma debiendo luchar contra los principes luteranosasociados en la Liga de Esmalcalda (1530) y pactar con los protestantes la Pazreligiosa de Augsburgo (1555).

En 1556 se retiró al monasterio de Yuste (Extremadura, fundado en 1402 y conce-dido a los monjes jerónimos) y permaneció hasta su muerte.

Pedro de Mendoza (1487-1537) gentilhombre de la Corte de Carlos I, Caballerode Alcantara y de Santiago, nombrado como Primer Adelantado, gobernador y capi-tán general de las tierras que conquistase en el Río de la Plata (1534).

Las Capitulaciones que firmó fueron bien explícitas (de las que reproducimos laspartes sustantivas).

“Primeramente vos doy licencia y facultad para que por nos y en nuestro nombrey de la Corona Real de Castilla podías entrar por el dicho río de Solís que llaman dela Plata hasta el mar del sur donde tengáis doscientas leguas de luengo de costa degobernación que tenemos encomendados al mariscal don Diego de Almagro, haciael estrecho de Magallanes y conquistar y poblar las tierras y provincias que hubiereen las dichas tierras.

“--Item, entendiendo ser cumplidero al servicio de Dios y nuestro y por honrarvuestra persona y por vos hacer merced, prometemos de vos hacer nuestro Goberna-dor y Capitán General de dichas tierras y provincias y pueblos de dicho Río de laPlata, y en las dichas doscientas leguas de costa a costa del mar del Sur, que comien-za en donde acaban los límites que como dicho es, tenemos dado en gobernación dedicho mariscal don Diego de Almagro por todos los días de vuestra vida, con salariode dos mil ducados de oro en cada un año y dos mil ducados de oro de ayuda decostas, que sean por todo cuatro mil ducados de los cuales gocéis desde el día quevos os hiciérais a la vela en estos nuestros reinos para hacer la dicha población yconquistar, los cuales dichos cuatro mil ducados de salario y ayuda de costa vos hande ser pagados de las Rentas y provechos a nos pertenecientes en la dicha tierra quehubiéramos durante el tiempo de vuestra gobernación y no de otra manera alguna.

“-- Otro sí, vos hacemos merced del título de nuestro Adelantado de las dichastierras y provincias que así desubriéreis y poblarédes en el dicho Río de Solís y en las

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dichas odscientas leguas, y así mismo vos hacemos merced del oficio de AlguacilazgoMayor de las dichas tierras perpetuamente”.

12. Por este sistema el rey concede a particulares tierras para ser pobladas ytrabajadas en agricultura, regir la administración y la justicia, nombrando funcio-narios competentes.

Las capitanías eran inalienables porque los titulares no eran dueños (pertenecíana la Corona), pero si eran hereditarias.

13. La armada constaba de una nave capitana Magdalena en que iba Mendoza, 3galeones, 3 carabelas y embarcaciones menores.

Transportaba un total de 1.500 personas, entre las que se contaban algunas mu-jeres, lo que probaba el espíritu de colonización.

Diego de Mendoza después de anclar en la isla San Gabriel, reconoció las ribe-ras N. y S. del Río de la Plata, previo a la llegada del Adelantado.

Ulrich Schmidl (1510 - d.1563), viajero alemán que acompañó a Pedro de Mendozadesde Cádiz hasta Buenos Aires, donde permaneció varios años. Cruzó el Chaco conIrala, participó de las luchas políticas asuncenas y regresó a Alemania en 1553donde escribió su famoso libro Argentina, traducido a varios idiomas.

14. Algunos historiadores sostienen que fue el 2 de febrero, pero Adolfo Saldías yotros afirman que fue el 3, día de San Blas adoptado como patrono de la conquista.

15. Juan de Ayolas nacido en Burgos (¿-1537) alguacil mayor de la armada deMendoza. Remontó el río Paraná y el Paraguay.

Fue el primero en cruzar el Chaco (por dos veces) llegando hasta los contrafuer-tes andinos. Al regresar a la Asunción fue muerto por los indios.

16. Juan de Salazar y Espinosa (1508-1560) llegó al Plata con la expedición deMendoza como capitán del galéon Anunciada.

Fundador de la “casa fuerte” (la Asunción), acompañó al Segundo AdelantadoAlvar Núñez en la asonada de sus enemigos, fue encarcelado y enviado a España,regresó junto con él.

Recibió del rey Carlos I un escudo de armas y en la Cédula Real le dice: “Vospoblásteis la ciudad de la Asunción y por eso tendrá por arma vuestro escudo unatorre de oro”.

Regresó a la Asunción y en su vinculación con Irala, éste lo nombró tesorero real.Falleció el 11 de febrero de 1560, en la mayor pobreza.

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17. Domingo Martínez de Irala (1510-1556) formó parte de la armada de Mendoza.En Buenos Aires sufrió el asedio indígena y la hambruna. Acompañó en la fundaciónde los fuertes de Corpus Christi y de Buena Esperanza. Siguió junto a Ayolas el cursodel río Paraguay y asistió a la fundación por éste del fuerte de la Candelaria (febrero2, 1537) en el Alto Paraguay.

A la llegada de España del veedor Alonso Cabrera destacado por la Corona paranombrar sucesor de Ayolas, se inclinó por Irala como gobernador del Paraguay.

Depuso en 1544 al Adelantado Alvar Núñez y actuó como gobernador electo porla comunidad.

Organizó la internación al Chaco nombrando a sus capitanes Nuflo de Chaves yFelipe de Cáceres para comandar la empresa (1546).

Al año siguiente fue él quien se internó en el Chaco llegando hasta Perú.Sobrevivió a sublevaciones en la Asunción que combatió duramente. Recibió el

nombramiento de gobernador interino por parte del rey de España.

18. Juan de Salazar y Espinosa al levantar “la casa de madera de esta dichaciudad” lo hizo en cumplimiento de la promesa contraída con los guaraníes, a suarribo hacia Candelaria en busca de Ayolas y sus compañeros.

19. Con el primer gobierno de Irala se dio cumplimiento a la Real Cédula de1537. Domingo Martínez de Irala llevó rica y azarosa vida en los territorios del Ríode la Plata. Tuvo grandes dotes de colonizador y a su muerte (octubre 3) los indíge-nas decían “Ya se nos ha muerto nuestro amado padre y así quedamos todos huérfa-nos”. V. Ruy Díaz de Guzmán.

20. Alvaro (Alvar) Núñez Cabeza de Vaca (1507-1559) conquistador y explora-dor de distinguidas dotes. Llegó a América con el Adelantado Pánfilo de Narváez en1527, a la Florida sufriendo la consecuencia de tan infausta empresa que lo mantuvoen cautiverio de los indios por seis años. Repuesto de las circunstancias logra huiratravesando los territorios de Texas, Rio Grande, Chihuahua, Sinaloa (1536). Rregresóa España en 1537 con el mérito de tanta hazaña (registrada en su narración “Nau-fragios”) y obtiene el cargo de Adelantado al Río de la Plata donde después deatravesar el Matto Groso llega a la Asunción donde sufrirá visicitudes y prisiónhasta su regreso a España (1545) donde es condenado a ocho años de destierro enAfrica por el consejo de Indias. El rey Felipe II lo perdona y lo nombra Juez deltribunal Supremo de Sevilla, cargo que ocupa hasta su muerte. (Todo lo referido a suvida en el Plata está escrito en los “Comentarios”).

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21. DESDE EL SALTO DEL IGUAZÚ HASTA ASUNCIÓN“Al fin de prevenirse de un ataque de los indios, el Adelantado dispone que los

caballos y parte de sus hombres atraviesen el Iguazú y vayan por tierra a esperarleen el sitio donde confluye con el Paraná. Los hombres que van con él construyencanoas y siguen la corriente del Iguazú, pero no cuentan con el salto del río, queCabeza de Vaca describe así: “...dá el río un salto por unas peñas abaxo, muy altas,y da el agua en lo baxo de la tierra tan grande golpe que de muy lejos se oye, y laespuma del agua, como cae con tanta fuerça, sube en alto dos lanças y mas’’. Tienenque sacar las canoas del agua media legua más arriba, y llevarlas a brazo hastapasado el salto. Vueltos a embarcar llegan al Paraná al mismo tiempo que la genteque venía por tierra. La maniobra se había ejecutado conforme a lo previsto por elAdelantado, y fue providencial que así ocurriera, pues los esperaba una formaciónde indios en pie de guerra “todos muy emplumados con plumas de papagayos ealmagrados, pintados de muchas maneras e con sus arcos y flechas en las manos,hecho un escuadrón dellos, que era muy gran plazer los ver’’. Ante el despliegue delos españoles, los indios no osan atacarlos. El Adelantado les gana la voluntad porel lado de la codicia y, entre ragalo y regalo, establece amistad con la indiada. Estoocurría el 31 de enero, fecha en la cual el Adelantado tomó posesión de aquellastierras en nombre de Su Majestad, y en la que tuvo que lamentar su primera y únicapérdida humana: un soldado ahogado al atravesar el rio.Cabeza de Vaca se extrañade no encontrar los bergantines perdidos a la Asunción. Hace construir, con ayudade los indios, unas grandes balsas para transportar unos treinta enfermos, a los queenvía río abajo con cincuenta arcabuceros por escolta y un indio llamado Franciscocomo guía. Espera que encuentren en el curso del río dos bergantines.

El adelantado sigue camino a la Asunción por la línea de transición entre lascolinas que limitan la meseta del norte y las llanuras onduladas del sur; línea que enbuena parte corresponde al foso del Paraguaní. Su recorrido es, aproximadamente,el del actual ferrocarril de Villarica a la Asunción.

Viajan con lentitud, pues se detienen en cada uno de los muchos poblados quejalonan su ruta, a los cuales llegan delegaciones de indios que viven a muchas le-guas de distancia.

Los nativos van barriendo el camino al paso de la expedición y la acompañan conmúsicas y bailes. Conforme adelantan es mayor el número de nativos que hablancastellano. A pocas jornadas de Asunción les viene al encuentro un mensajero deIrala, que dio a Cabeza de Vaca una explicación muy curiosa de la actitud de losoficiales reales ante el anuncio de su llegada. Le dice que si bien los dichos oficialeshabían recibido sus cartas, no podían creer “que fuessen a hazerles tan gran benefi-cio hasta que lo viesen por vista de ojos’’

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El 11 de marzo de 1542, a las nueve de la mañana, llegaban a la Asunción. Lamemorable hazaña había sido cumplida.

La entrada a la región ecuatorial lleva el nombre y la jefatura -legítima y visible-del Adelantado, pero no tiene ni su dirección ni su cuño. Va en ella como en volandas;la sigue, no la conduce. El 8 de septiembre, el día de la Natividad de Nuestra Señora,se inicia lo que se esperaba fuera la “gran entrada’’. Cabeza de Vaca ha dejado en laAsunción, como lugarteniente, a Juan de Salazar con doscientos hombres de armasyh el cometido expreso de construir una carabela, destinada a llevar la buena nuevade la conquista a la metrópoli. Lleva un conjunto de 1.200 hombres: cuatrocientosinfantes, veinte jinetes y unos ochocientos indios: diez bergantines, los que su previ-sión había hecho construir en la misma Asunción; cien canoas, y lleva, además, elsabor amargo de presentir el próximo final de su carrera como conquistador. Antesde partir ha tenido un gesto tan noble como imprudente: ha repuesto en sus cargos yoficios a los oficiales sancionados. En la primera etapa del viaje no ocurren noveda-des: recibe el vasallaje de los indios ribereños, pasa por Puerto Piedras, y se detieneen el Puerto de la Candelaria, donde se informa sobre el terreno de la muerte deAyolas. El 8 de noviembre entra en el Puerto de los Reyes (18o de latitud sur). Tomaposesión de la región en nombre de Su Majestad, alza una cruz junto a una palma,e... “hize maestre de campo al dicho Domingo de Yrala é le encargué la execución dela justicia y la pacificación é conserbación de la tierra y el buen tratamiento de losnaturales’’. Obtiene una vaga información sobre la existencia de los indios xarajes,que poseían muchos metales preciosos. Envía a explorar el camino, y los que cum-plen tal misión, después de estar con los indios artaneses y botocudos, entran entierra de xarajes y platican con el cacique Camiré. Éste los recibo muy amistosa-mente, y les proporciona un guía para que vayan en busca del Adelantado. El 26 denoviembre, Cabeza de Vaca deja en el Puerto de los Reyes al capitán Juan Romerocon cien españoles y doscientos nativos a cargo de los bergantines, y con trescientosinfantes, diez hombres de a caballo y setecientos nativos, se interna en la provinciade Chiquitos. Durante cuatro días anduvieron por uan tierra fresca y bien sombreadaen la abundan manantiales de agua clara, pero a partir del quinto día tienen queabrirse camino por entre la selva ecuatorial, donde llueve torrencialmente y se lesagotan los víveres, no por imprevisión sino porque el guía les había dicho que acinco jornadas estarían en tierras pobladas; pero es cosa sabida que los indios nun-ca dicen la verdad.

Viendo que no podían encontrar veredas entra la selva, y ante la necesidad deproveerse de alimentos, se celebra consejo y en él se determina regresar al Puerto delos Reyes. Llama la atención que el Adelantado, que se había encontrado en situacio-nes muco peores, retrocediera dando por fracasada tan espetacular entrada. No debe

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ser ajena a esta determinacion la sospecha, más o menos cierta, de que los conjuradoshabían resuelto que Francisco López, Nuflo de Chávez, Juan de Ortega y Martín Suárezmataran a lanzazos al Adelantado en la primera refriega. Antes de volver al Puerto delos Reyes, Cabeza de Vaca envía a Francisco de Ribera con seis cristianos y algunosindios a explorar la región de Tapaaguazú, unas veinte jornadas más adelante.

Regresan después de dieciocho días de inútiles andanzas, al Puerto de los Reyes.Traen el ánimo marchito y se encuentran con una situación confusa: los indios se niegana proporcionarles alimentos y se concentran en la costa con la intención de atacarlos. Laautoridad y habilidad de Cabeza de Vaca apacigua a los indios, pero se le presentan dosproblemas: la fiebre, que hace presa de casi todos los españoles y de muchos indios, y eltener que alimentar a unas dos mil prsonas. Envía a Gonzalo de Mendoza en procura dealimentos, y a Hernando de Ribera a explorar la comarca del río Iguatú.

Los progresos en el descubrimiento realizados por esta expedición deber ser acre-ditados a Francisco de Ribera, quien por entre tierras de indios tarapecocís llegó aCharcas, y, por poco, enlaza con los españoles del Perú; y a Hernando de Ribera,quien se aproximó al lago Titicaca. Ambos habían perfilado la cuna de las aguassuramericanas, cuyo desborde frena los sueños de los conquistadores del sur.

En: Carlos Lacalle, Noticia sobre Alvar Núñez Cabeza de Vaca.

22. Esto estaba consignado en la capitulación, pero al llegar a Santa Catalina,Alvar Núñez recibió noticias de la muerte de Ayolas, lo que lo consagraba comoGobernador General.

23. Felipe de Cáceres (¿-a. 1585) compañero de Mendoza, regresó a España en1539 para volver al Paraguay con Alvar Núñez.

Participó en las luchas contra el segundo Adelantado, se unió a Irala en las expe-diciones al Chaco, estuvo en Santa Cruz de la Sierra y por último fue teniente gene-ral de Juan Ortiz de Zárate. En sus disputas con el obispo Fray Fernández de laTorre en 1572, éste lo apresó y trató de llevarlo a España. La muerte del obispodurante el viaje, lo dejó libre de su regreso al reino donde murió cerca de 1585.

24. PRISIONERO DE LOS “COMUNEROS’’Conminado por sus oficiales, el Adelantado regresa a la Asunción el 8 de abril de

1544. Echa una mirada a la carabela que había puesto en el astillero, según susórdenes, Juan de Salazar, y se queda en su casa muy enfermo. El 23 de abril los“comuneros’’ encierran en distintas casas de sus correligionarios a la gente quesabían leales de Cabeza de Vaca, y en la noche del 24 de abril unos treinta “comune-ros’’ arrancaron del lecho al Adelantado y le encerraron en la cárcel. De ahí lo

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sacaron para ponerlo prisionero en una mísera habitación de la casa de GarcíaBenegas, donde con guardias de vista le tuvieron encerrado hasta el 8 de marzo de1545, fecha en la que con una barra de grillos lo embarcaron para España, Largosería de contar todos los incidentes del golpe dado por los “comuneros’’. Pero pare-ce haber sido el patrón en el cual se han calcado todos los motines y golpes deEstado que se han sucedido en cuatro siglos de historia hispanoamericana; confis-cación de bienes, edición de libelos; liberación de presos comunes; sustitución radi-cal de funcionarios por los más enconados enemigos de la autoridad depuesta; que-ma de documentos comprometedores; pánico público; tratamiento de traidores atodos cuantos no se adherían al motín; los gritos consabidos de ¡Libertad! ¡Liber-tad!, y el despojo y robo consagrados como institución. Pero en la técnica del motínde los “comuneros’’ existió un perfeccionamiento que luego ha desaparecido: el jefey beneficiario del motín, Irala, no se mostró ni puso en evidencia. Al contrario, fue avisitar en su prisión a Cabeza de Vaca, pidiéndole excusara a los “muchachos’’ yprometiéndole hacer cuanto estuviera en su mano para libertarlo...

Pasados los primeros momentos, los “leales’’ reaccionan.Se produce renunciamientos públicos y cruentos en favor de Cabeza de Vaca, lo

que determina a Irala a enviarlo a España con un capítulo de cargos, total y absolu-tamente falso.

Su proceso en la Corte y el consiguiente pleito dura ocho años.En: Lacalle, o.c.

25. Pablo III Sumo Pontífice (No. de Orden 222) desde 1534 hasta 1549.

26. La Capitulación de Sanabria lo obligaba a establecer de una a dos fundacio-nes, en la isla de Santa Catalina (N.) y en “la boca del Río de la Plata”.Sanabria eraprimo de Hernán Cortés.

“Doy licencia y facultad a vos el dicho capitán Juan de Sanabria para que por suMajestad y en su nombre y de la Corona Real de Castilla y León, podáis descubrir ypoblar por vuestras contrataciones, doscientas leguas de costa, de la boca del Río dela Plata, o lo del Brasil, que comenzando a contarse a treinta y un grado de alturadel Sud y de allí hayan de continuarse hacia la equinoccial. E así mismo podáispoblar un pedazo de tierra que queda desde la entrada de dicho río sobre la manoderecha hasta los dichos treinta y un grados de altura, en la cual habéis de poblar unpueblo e habéis de tener entrada por el dicho río...”.

El Adelantado estaba obligado a poblar, y por tanto de su peculio debía asumirlas erogaciones de la empresa, que comprendían 250 soldados, familias, instrumen-tos de labranza, semilla, herramientas varias.

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Debían acompañarlo 8 franciscanos evangelizadores, y todo aquel artesano quedesease probar fortuna.

En cuanto a naves tenía que armar 5 y 4 bergantines auxiliares.Quedaba facultado a repartir tierras entre labradores y otros que edificasen sus

predios.

27. Juan III (1502-1557) creó las capitanías costeras para defenderse de los ata-ques corsarios como los de Cristóbal Jacques. Comprendió la importancia económi-ca y geopolítica de la colonización del Brasil y encomendó a Tomé de Sousa la res-ponsabilidad de llevarla adelante.

El Papa Julio III con una bula creó en 1551 la diócesis de San Salvador.

28. La creación de un gobierno general no significó el fin de las capitanías, peroobligó a los titulares a defender a su costa el territorio que se les había dado.

29. Irala, además de sofocar en forma sangrienta la rebelión aludida, realizó unanueva expedición hacia el Perú.

Partió de la Asunción en el mes de agosto de 1548, dejando en su reemplazo aFrancisco de Mendoza. Llegó hasta trescientas setenta y dos leguas de la capital delParaguay. Alli supo que el Perú era teatro de disturbios, en los que no quiso interve-nir. Envió a Nufrio de Chaves a saludar a La Gasca, a ofrecerle sus fuerzas y apedirle confirmación en el cargo que ejercía. La Gasca, sabedor de la presencia deIrala en aquellas apartadas regiones, antes de recibir a Nufrio de Chaves, escribió aaquel ordenándole que no siguiera avanzando. Retiróse entonces Irala a la provin-cia de Chiquitos, magüer los deseos de sus oficiales que deseaban unirse a Pizarro.Hallándose en Chiquitos, después de una permanencia de dos meses, recibió cartade La Gasca en la que le informaba haber designado para su sucesor a Diego Cen-teno. Grande fué el disgusto causado entre los suyos por la inesperada noticia; más,Irala se sobrepuso a todos, y ordenó el regreso. Arribó a San Fernando en 1549,donde espero el retorno de Chavez, Llegado éste, informó a Irala de la muerte deDiego Centeno y otros sucesos. A Chaves habían acompañado desde el erú cuarentasoldados que La Gasca envió para minar la autoridad de Irala.

A poco de venidos, fué descubierta la trama y castigados los principales culpa-bles.

Conocedor Irala de algunos conflictos ocurridos en la Asunción durante su au-sencia, determinó finalizar la expedición. De vuelta a la sede de su gobierno, encon-tró en ella grande agitación. Francisco de Mendoza, creyendo que Irala había muer-to, luego de un año de haber abandonado la Asunción, convocó al pueblo para elegiral sustituto. Del sufragio resultó ungido Diego de Abreu. Más, Mendoza intentó apre-

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sarlo; empero, se le adelantó aquél. Lo condenó a muerte y la sentencia fué compar-tida.

Tiempo atrás, Irala anunció su regreso y notificó a Abreu la nulidad de su elec-ción. Este intentó oponerse al viajero, pero no contando con la fuerza necesaria,determinó huir, internándose en los montes de Ybyturuzú, en donde fué muerto porsus perseguidores.

Siguió a estos hechos un largo período de paz propicio a la prosecusión de laconquista.Lo aprovechó el gobernador y mandó hacer algunas fundaciones. En laembocadura del río San Lorenzo, próximo a la confluencia del Uruguay y del Paraná,echáronse las bases de San Juan, en 1553. No obstante, el año siguiente se la aban-donó. En la costa oriental del mismo río Paraná, al norte de su salto principal, fuéfundado Ontiveros.

Mientras todo lo dicho se desarrollaba en el Paraguay, el rey había designado aJaime Rasquín para su gobernador. Esta designación fué ulteriormente anulada,siendo nombrado adelantado Juan de Sanabria, el 22 de Julio de 2547. Murió Sa-nabria sin salir de España, y en 1549, tomó su hijo, para sí, las obligaciones y dere-chos de su difunto padre. Envió en su representación a Juan de Salazar, “quedandoél en seguirle’’, promesa que no cumplió. En consecuencia de todos estos sucesos, elrey designó, en la villa de Cigales, el 25 de octubre de 1549, a Alaniz de Paz comogobernador del Paraguay, el cual nunca tomó posesión de su cargo”.

Entre tanto, en estas comarcas la conquista había avanzado en medio de un sin-número de luchas y penurias. Fueron fundados varios pueblos, entre los que se cuen-ta Ciudad Real, a tres leguas al norte de Ontiveros.

Irala falleció en Itá, en el año 1556, y le sucedió en el gobierno Gonzalo deMendoza, nombrado en el testamento del propio Irala, y en carácter interino. Des-pués de vencer a los agaces que se habían sublevado, Mendoza falleció en julio de1558. Le sustituyó Francisco Ortiz de Vergara. El hecho principal de este períodoconstituye la lucha contra los guaraníes, los que fueron vencidos por los españoles,y la expedición al mando del mismo Vergara con destino a La Plata, de cuya audien-cia deseaba obtener su confirmación. Al partir para aquella ciudad, dejó en el go-bierno de la Asunción a Juan de Ortega y en el del Guairá a Alonso Riquelme. EnChuquisaca, VErgara hubo de afrontar una grave acusación fundada en la esterili-dad de su viaje. Al final del pleito, perdió el mando, pues el virrey del Perú decretó sudestitución. En su reemplazo fué designado, por el mismo virrey, Juan Ortiz de Záratecon el título de adelantado y con la obligación de realizar un viaje a España a fin deobtener la anuencia real.

En: Carlos Centurión. Letras Paraguayas

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30. “A 1o. de fev. de 1549 saiu do Tejo a armada de Thomé de Sousa. Nunca D.Joâo III enviara a ultramar tâo completa frota de hommens d´armas, construtores,operários com suas pertenças, aparelhos, especialidades e misteres para crearemdepressa uma cidade em que as demais achassem o modelo, o apopio e o estímulo”.Pedro Calmón, Historia do Brasil.

El P. Nóbrega S.J. tuvo a su cargo la catequésis, porque el Rey de Portugal nece-sitaba que su obra fuese colonizadora y no sólo de conquista militar.

Thomé de Sousa gobernó desde 1549 hasta 1553. Fundó la capital Salvador, elprimer obispado, varios edificios públicos (casa del gobernador, iglesia, cárcel, de-pósitos de armas y alimentos), ganado traído de Cabo Verde y organizó las instala-ciones de los ingenios azucareros.

31. Mal se reconhece nesta multiplicidade de mecanismos político-administrati-vos, com tendências cada vez mais sensíveis para subdividirem-se, os símplices doprimitivo aparelho, de feitura elementar, com que, em 1549, TOME DE SOUSA in-augura, na Bahía, o govêrno geral do Brasil.

Os homens de estado portuguêses procuram, como se vê, resolver os proble-mas da administração e da defesa militar da colônia, segundo um pensamentode centralização e unidade, de modo a manter unida e coesa essa vasta massaamorfa e ganglionar, que é a população colonial dos primeiros séculos. Contraessa pretensão levanta-se, porém, a fatalidade inexorável, que ainda hoje nospesa e embaraça, da latitude excessiva do território, criando o problema dasdistâncias insuperáveis e invencíveis. Êles são levados, destarte, a abandonaro seu belo sonho de unidade política para realizar, pela fragmentação do po-der e da autoridade, uma melhor administração e uma melhor defesa dos nú-cleos coloniais.

Éste fato tem, ao sul, uma evidência ainda amior que ao norte. E’ aí que sentimosa ação poderosamente desintegradora da nossa desmarcada base física.

VRepelidos os franceses do Maranhão, expulsos os holandeses de Pernambuco, o

norte entra numa fase de calma e silêncio e perde, aos poucos, o interêsse político,que possuía aos olhos da metrópole: o seu desenvolvimento é agora todo interior,caracterizado principalmente pela surda e incoercível expansão dos criadores baianose pernambucanos pelos vales dos grandes rios até o ãmago dos altos sertões. O sul,ao contrário, começa a atravessar uma fase de xtraordinária atividade e a adquirircada vez mais interêsse e importância. Os sertanistas de São Vicente e de São Pauloentram a estender as suas incursões pelo interior dos planaltos, caçando índios,fundando currais e engenhos, pesquisando o ouro(2).

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Por outro lado, os espanhóis, avançando cada vez mais as suas conquistas,começam a chocar-se com as vanguardas da colonização portuguêsa, que tambén seadiantra rápidamente. Tudo isto repercute sôbre a organização do govêrno colonialde uma maneira considerável: o centro de gravidade econômica e militar da colôniadesloca-se do norte para o sul e com êle o centro de gravidade política. Daí o expe-diente da mudança do govêrno geral, cuja sede é a Bahia, para o Rio, que, desde1760, passa a ser capital do Brasil.

Êsse deslocamento do centro do govêrno geral da Bahia para o Rio é mais umaprova do quanto é dominante nos estadistas coloniais o pensamento da unidade po-lítica. Êles só a quebram quando é inteiramente impossível deixar de o fazer, semprejuízo da administração e da defesa da colônia.

En: Olivera Viana, Evolução do Povo Brasileiro.

32. El gobernador general podía dar tierras a caciques indígenas amigos y aportugueses que la trabajaran. Se prohibía la esclavitud indígena (no la de negrosafricanos), se obligaba a los dueños de los ingenios de caña a cercar sus propieda-des para defensa de las mismas.

Estaba obligado a rendir cuentas al rey o a la corona de todos los beneficios quese obtenían.

33. Obtenida la licencia del rey por Diego de Sanabria, su madre D. MencíaCalderón, mujer de empresa inició con 3 naves una capitana y dos auxiliares latravesía, adelantándose a su hijo. Partió de Sanlúcar el 10 de abril de 1550.

Un dato importante es que condujo mujeres casadas y otras solteras “para poblar”.Su viaje fue accidentado hasta llegar a San Francisco (Sur del Brasil).

34. Nuflo de Chaves (1518-1568) llegó al Paraguay con Alvar Núñez en 1542.Acompañó a Irala en su incursión por el Chaco, siguiendo hasta Lima. Regresó a laAsunción en 1549 desde donde emprendió otras expediciones por el Alto Paraguay,volvió al Chaco fundando Santa Cruz de la sierra en 1561.

Aventurero incansable retorna a esa ciudad en 1564 en compañía del tenientegobernador Francisco Ortiz de Vergara y del obispo fray Pedro Fernández de laTorre, con quien regresa a la Asunción.

En setiembre de 1568 fue víctima de una emboscada de los indios, que lo mataron.

Martín de Orué (1517 - d.1576) estuvo en el Río de la Plata con Alvar Núñez dequien se declaró enemigo y luchó junto a los que se sublevaron contra el Adelantado.Cumplió diversos cometidos bajo el gobierno de Irala y el de Ortiz de Zárate.

Murió en la Asunción.

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35. Los hugonotes sufrieron una fuerte persecución en Francia bajo el reinado deFrancisco I (1494-1547), el de su hijo Enrique II (1519-1559) y el de Enrique III(1551-1589) que participó en la noche de San Bartolomé (agosto 24, 1572). Los quelograron escapar a la llamada “guerra de religión” emigraron a Inglaterra, Holan-da y Prusia, entre otros países. Estos llegaron a las costas de Brasil con el apoyo delvice-almirante Nicolau Durand que comandó la invasión y del almirante Gaspar deColigny (1519-1572) que consiguió los navíos para el viaje.

El primer ataque de expulsión se inicia en 1560 por los portugueses con la ayuda de losindios (tupiniquins de Piratininga y de los temininós de Espíritu Santo). Los jesuítas a cuyofrente estaba el P. Nóbrega, convencieron a los tamoios que se retiraran del combate.

36. Felipe II (1527-1598) rey de España (1556-98) hijo de Carlos I y de la empe-ratriz Isabel. Se casó con su prima María, hija de Juan III rey de Portugal, quedandoviudo en 1545. Años después (1554) se casó con María I Tudor de Inglaterra. Sureinado se destacó por la consolidación de la monarquía, y la autoridad de España ydel catolicismo en los Países Bajos. Luchó contra los moriscos que infestaban elMediterráneo con sus acciones depredadoras. En el correr de su vida se destacannumerosas batallas como la de San Quintín (1557) y después la de Lepanto (1571) enla que contuvo el expansionismo de los turcos.

Su gran derrota fue con la Armada Invencible en 1588 que determinó el fin delpredominio naval español en manos de Inglaterra.

Tuvo otros dos matrimonios, con la hija del rey de Francia, Isabel de Valois yluego con Ana de Austria, hija del emperador Maximiliano II.

Su vida y acciones ocupan una importante parte de la historia de España y de Europa.

37. Sebastián (1554-1578) rey de Portugal que heredó la corona a los tres añosde edad, siendo su abuela Catalina de Austria. Participó en Africa de la batalla deAlcazarquivir donde perdió la vida a los 24 años.

Catalina de Austria, Infanta de España, hermana de Carlos V, casada con JuanIII, rey de Portugal en 1525. A su muerte asume la regencia del reino por minoría deedad de su nieto Sebastián. Se le ha reconocido su talento.

38. Francisco Ortiz de Vergara (1524-1574) llegó a la Asunción con Alvar Núñezen 1542. Luchó contra los indios y luego participó de las internas del Paraguay.Irala lo condenó a muerte, pero le perdonó la vida al casarse con su hija Marina.

Acompañó a Nuflo de Cháves a Santa Cruz de la Siera, volvió a España y regresócon el Adelantado Ortiz de Zárate.

En acción de guerra con los indios en San Salvador (Banda Oriental) perdió la vida.

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39. Men de Sá (1500-1572). Tercer gobernador general. Fue nombrado por tresaños pero fue prorrogado sucesivamente hasta su muerte. Luchó por la pacificacióny la cristianización de los indios.

40. Fray Pedro Fernández de la Torre (¿-?) llegó a la Asunción en 1556 comosegundo Obispo titular y se hizo cargo de la Diócesis de inmediato. Partidario deIrala lo acompañó en sus luchas políticas. Como dijimos con Chávez cruzó el Chaco,estuvo en Santa Cruz y en Chuquisaca. Combatió a Felipe Cáceres al que apresó yacompañó como custodio a España, falleciendo durante el viaje (en las costas delBrasil).

41. Juan Ortiz de Zárate (¿-1576), partió a América acompañando al virrey delPerú, Blasco Núñez de Vela. Rico comerciante de Charcas, fue recomendado por eloidor de la Audiencia, el Lic. Matienzo al virrey del Perú quien lo nombró Adelanta-do ad referendm del rey Felipe II para que le concediese una capitulación definitiva.Viajó a España, firmó los documentos y volvió a America, partiendo del puerto deSanlúcar de Barrameda en 1572. Tuvo un accidentado viaje hasta llegar al Río de laPlata, donde sufrió asecio indígena, siendo auxiliado por Juan de Garay.

Llegó en 1575 a la Asunción y comenzó su obra de poblador, preocupándose dedotar a la región de ganados que fácilmente se reprodujeron por toda la región delRío de la Plata.

42. “El combate prosiguió reñido como había comenzado: los indígenas se apre-suraban a saborear el placer de una victoria largo tiempo esperada. Decidióse al finla batalla por ellos, perdiendo los españoles 100 soldados y varios oficiales. Peroantes de concluirse la acción vieron con extrañeza que, sañudo en medio de su silen-cio y con un brazo de menos, combatía un español contra los enemigos que tenía alfrente. Llamábase aquel hombre Domingo Lares, noble de nacimiento y muy amadode sus camaradas por las prendas que adornaban su alma generossa. Sintieron losindígenas a la vista de tan gloriosa desventura, la influencia que ejerce todo desig-nio esforzado sobre los espíritus que aquilatan igual temple, y se levantó por el cam-po un grito de admiración, verdadero tributo de agasajo con que el patriotismo ven-cedor saludaba a la intrepidez vencida. Agrupándose en derredor del bravo que asísostenía el honor de las armas castellanas, y por un movimiento unánime se arroja-ron sobre él, llevándole en triunfo a sus chozas, donde fue asistido y cuidado a par delos amigos más fieles.6

Concluida la batalla de San Gabriel, el ánimo de Zárate quedó completamentequebrantado en presencia del contraste que habían sufrido sus armas. Reunió lospocos oficiales que sobrevivían, y después de cambiar ideas con ellos, determinó

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replegarse a la isla, de donde en mala hora habían salido. Por su parte los vencedo-res insistían para con su general en la necesidad de concluir inmediatamente con loscastellanos antes de que éstos pusieran río por medio; pero Sapicán calmó el ardorde sus subalternos, especialmente Chelipó y metilión, intrépidos hermanos que seofrecían a borrar de la tierra en aquel día el nombre español. De mal ojo vieron losindígenas, sin embargo, la retirada de los españoles, y a no haber sido por la autori-dad de su caudillo, hubieran vuelto a emprender batalla luego. Pero Sapicán les hizopresente en la junta de guerra, donde los principales se habían reunido para inducir-le al combate, que las circunstancias no eran favorables a una nueva batalla, pues amás de la fatiga que agobiaba a las tropas conmotivo de la doble jornada a quehabían concurrido, tenía él por su parte nuevos planes en combinación,de que lesharía partícipes luego que los madurase. Retiránronse los peticionarios confiandoen la sagacidad de su general, y quedó suspendida la acción armada para dar lugara los movimientos de la estrategia.

Muy diferente aparecía por cierto el aspecto de cada uno de los campos rivales,pues mientras en el de los indígenas todo era animación y entusiasmo, en el de Záratetodo se volvía apuros y terrores. La escasez de víveres y la pérdida de cien soldadosy algunos oficiales, unida a la mala opinión que el Adelantado tenia entre los suyos,tornaban tan oscuro el semblante de las cosas, que bien pronto comenzó entre losconquistadores a hacerse sentir la desesperación. Aturdido entre tantas lástimas, noatinaba Zárate a ponerles remedio eficaz, y dejándose llevar por su natural indolen-te, vacilaba entre el deseo de abandonar el terreno y el de esperar auxilios que talvez podrían proporcionársele de alguna parte. Como si Sapicán coligiese la inten-ción de su contrario, trasladó el campamento a las proximidades de la isla, paraestar más cerca de los españoles e impedir cualquiera tentativa de fuga: meditaba almismo tiempo una empresa marítima de consideración, complemento del plan desti-nado a dar fin con los españoles. Esta noticia se supo por seis soldados expediciona-rios que se evadieron del campo vencedor, llevando a Zárate relación de lo que allípasaba, y anunciando que aún quedaban otros treinta españoles prisioneros, a todoslos cuales se les había ofrecido franco trato si servían bien, pues no era costumbre delos indígenas matar hombres rendidos.7

Corriendo los sucesos a tan rápida solución, llegó en este ínterin al campo espa-ñol Yamandú, que seguía el hilo de la treta anticipadamente convenida con Sapizán,presentándose al Adelantado, para ofrecerle sus servicios y especialmente la con-ducta de cartas al real de Garay. Muy alborozado Zárate de esta oportunidad, que leparecía deparada por la fortuna para ponerle en correspondencia con su teniente,acogió afablemente a Yamandú dándose prisa en comunicar a Garay la angustiosasituación de que era víctima y la posibilidad de que los indígenas uruguayos le exter-

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minasen a él y a sus gentes, si un pronto socorro no venía en salvación de todos.Acababa Zárate de confiar al papel sus ansiedades, despachando a Yamandú, cuan-do los charrúas cubrieron la playa y comenzaron a insultar a los españoles, arroján-doles piedras y mofándose de la melindrosa circunspección con que ganaban susnaves.8 Un indio más osado o más presuroso de batirse que sus compañeros, adelan-tándose con el agua a la cintura hasta la nave donde estaba el mismo Zárate, llegó adistancia suficiente para ser oído, y desafió con tono arrogante al español que de-seara combatir, añadiendo no hacerle mella la diferencia de las armas ni la ventajade las ropas, siempre que fuera el más valiente de todos quien aceptase el reto. Losespañoles, que por las señas y acciones del perorante, entendían bien lo que decía,no contestaron nada en el primer momento; mas al insistir aquél en su caballerescapretensión, le dieron por toda respuesta un balazo traidor, que cortó la voz y laexistencia del que pensando hallar igual hidalguía a la suya en el corazón de loscontrarios, sólo encontró perfidia indigna de su pregonada generosidad.

Al ruido del incidente, algunos grupos de indios que andaban emboscados por losalrededores de la costa, salieron a la playa para vengar a su compañero. Pero como susarmas arrojadizas no alcanzaran hasta la nave del Adelantado, acometieron el fuertecilloy las chozas de tierra formadas por los españoles. Con saña persistente destruyeroncuanto les fue posible, rompiendo las paredes del fuerte y abatiéndolo todo entre grandevocerío. Después recorrían la playa en tumulto, como provocando combate; y así estu-vieron largo tiempo a vista de los cristianos. Mas no era el ánimo de éstos emprenderbatalla, y nada respondieron, con lo cual concluyó por sosegarse el campo, yéndose losindígenas para aparecer al siguiente día siempre en aire de combate”.

6 Centenera, La Argentina; loc. cit. - Lozano, Historia de la Conquista, etc.; loc. cit.7 Centenera, La Argentina; canto XI.8 Centenera, La Argentina; loc. cit. - Lozano, Historia de la Conquista, etc., loc. cit.

En: Bauzá, o.c.

43. Juan de Garay (1527-1583) llegó al Perú y apoyó al Adelantado Juan Ortizde Zárate en sus dificultades en el Río de la Plata.

A la muerte de éste fue su albacea y casó a la hija y heredera con Juan Torres deVera y Aragón, quien lo nombró teniente gobernador, justicia mayor y capitán gene-ral del Río de la Plata.

En 1580 procedió a la fundación de la segunda Buenos Aires, destruída por losindígeneas en 1541. Fue un gobernante probo que se preocupó por la prosperidad dela Colonia.

Debió acudir en socorro de Alonso de Sotomayor (m. en 1610), nombrado gober-nador de Chile (1581-1592) y que tuvo tropiezos con su flota a la llegada al Plata.

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En viaje de Buenos Aires a Santa Fé, cerca del río Baradero, fue sorprendido poruna partida de indios querandíes que le dieron muerte.

44. Juan Torres de Vera y Aragón, casado con la hija de Ortiz de Zárate, heredóel Adelantazgo del Río de la Plata. Contó con Juan de Garay para la fundación de laSegunda Buenos Aires en 1580. Por su parte él fundó la ciudad de San Juan de Verade las Siete Corrientes y de Concepción de Bermejo. Cesado en 1592.

45. Hernando Arias de Saavedra (Hernandarias) (1564-1634), criollo, hijo delCap. Martín Suárez de Toledo y María Sanabria, por tanto nieto de Juan de Sa-nabria.

Desde joven estuvo al servicio de la Corona, acompañó a Garay en Buenos Airesy en Santa Fe. En 1585 era Cap. y tuvo en la fundación de Concepción del Bermejo,y en 1588 en la de San Juan de Vera de las Siete Corrientes tuvo una acciónprepoderante en los sucesos del Río de la Plata, por su concepción política de abolirla violencia contra los indígenas, para lo que contó con el apoyo de fray Hernandode Trejo y Sanabria (ca.1554-1614) que sería Obispo de Córdoba y fundador deimportantes instituciones de Cultura Superior.

46. Felipe III (1578-1621) hijo de Felipe II y de Ana de Austria. Fue por herenciarey de España y de Portugal, ascendiendo al trono en 1598. Su gobierno se distin-guió por dejar los asuntos de Estado en manos del duque de Lerma, luego sustituídopor su hijo el duque de Uceda (1618). Expulsó a los moriscos de Levante y de otrasregiones. Concertó una tregua de doce años con los Países Bajos.

Impuso sus derechos sucesorios sobre Portugal que gobernó simultaneamentecon España desde 1580 hasta su muerte, en el monasterio del Escorial.

47. Las ordenanzas Manuelinas contenían un código civil, judicial y penal, losmagistrados estaban sujetos al rey y en las villas a las Cámaras Municipales.

En 1603 las Filipinas dan mayor jerarquía a las Cámaras Municipales en cuantoal poder político en villas y poblados.

Los funcionarios (procuradores, tesoreros, escribanos) eran elegidos por los colonos.

48. “pasar este año que viene con alguna gente y caballos y correr la otra bandaque llaman de los charrúas y poner alguna gente en un puerto que se ha descubiertoen el paraje que llaman Montevideo, que me dicen es muy bueno (...) como treintaleguas de esta ciudad (Buenos Aires) y tiene un río muy acomodado y una isla cercade la mar. Para que de allí se nos pueda dar aviso por mar y por tierra si sedescubrieren algunas velas de enemigos, que es más cierto el venir por aquella ban-

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da que por esta. Y si lo hallare dispuesto y fuerte de la suerte que yo imagino, y mepareciere convenir a vuestro Real Servicio será posible dejar poblado allí un puebloque entiendo sería de importancia para lo dicho y de no menos efecto para otrasocasiones, y para tener allí los delincuentes y los que vienen sin orden y licencia deVuestra Majestad porque poniendo los pies aquí no hay remedio para detenerlos o alo menos tienen mucho para huirse”.

49. “volví por la tierra adentro viéndola toda aunque de lo dicho se deja entendercuan buena es y las calidades de ella para poblarla, hay otras muchas particularida-des como son el ser buenas para labores, que con haberlas muy buenas en estaGobernación ninguna como aquellas, porque se da todo con grande abundancia yfertilidad y buena para todo género de ganados y de muchos arroyos y quebradas yriachuelos cercanos unos de otros y de mucha leña y madera de gran comodidadpara edificios y estancias en que se ciarían gran suma de ganados y para hacermolinos que es lo que aquí falta, y todo con tan gran comodidad que se puede embar-car desde las propias estancias a bordo de los navíos gran suma de corambre y otrosfrutos de la tierra que se darán en grande abundancia; y sirviéndose V. Majestaddecidir se pueble esta tierra en pocos años vendría a ser muy próspera y de muchoprovecho, porque por la buena comodidad de la tierra, buen y fácil navegación deella a esos Reinos de España y al Brasil se podrían navegar los frutos de ellas y sumacorambre de que no vendría daño al Brasil ni a España, sino mucho provecho”.

50. Francisco de Alfaro, oidor de la Audiencia de Charcas dictó las célebresOrdenanzas (84 puntos) para el buen gobierno de los indios en el Río de la Plata,Paraguay y Tucumán.

Su misión duró cerca de un año y en sucesivas inspecciones cumplidas con celocomprobó todo lo conocido y publicitado sobre las arbitrariedades de losencomenderos para con los indios.

51. Goes es el apellido de dos hermanos portugueses que introdujeron desde elsur del Brasil (1556) ganados vacunos en el Paraguay que rápidamente se multipli-caron por toda la región incluyendo la Banda Oriental que se benefició con los tra-bajos de Hernandarias.

52. Felipe IV (1606-1665) rey de España y Portugal desde 1621, confió el gobier-no al duque de Olivares que manejó el poder (1621-43) y luego Luis de Haro. Bajo sureinado ocurrió la guerra de los 30 años que culmina con la paz de Westfalia en1648. Portugal se independizó en 1640, tuvo que enfrentar los levantamientos enCataluña y la guerra contra Francia hasta el tratado de los Pirineos (1659).

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53. Las dos invasiones holandesas a las colonias portuguesas de América y deAfrica están relacionadas con la política expansionista, pero también por razonesdel comercio azucarero que bajo el gobierno español de ambas coronas impidió quesiguieran los prósperos negocios entre Portugal y Holanda. (1624-25).

Los holandeses fundaron la Compañía de las Indias Occidentales que planeó lainvasión a las áreas azucareras del Brasil.

Fracasada la primera (Bahía) armó una poderosa escuadra que atacó y con suejército ocupó Pernambuco por 24 años.

54. El P. Roque González de Santa Cruz S. J. nacido en la Asunción en 1576,dedicó toda su vida a la evangelización de los indios. Había ingresado a la Compa-ñía de Jesús en 1609 y trabajó en misión con los guaicurúes. En 1611 estuvo en lareducción de San Ignacio del Paraná. En 1619 llevó ganado desde allí hasta laestancia jesuítica limitada por los ríos Paraná y Uruguay.

En 1934 fue beatificado y el 16 de mayo de 1988, canonizado por el Papa JuanPablo II .

55. “Os engenhos se tornam em verdadeiras fortalezas. Há, em cada um dêles,um complicado arsenal de armas: espadas e facões, mosquetes, clavinas e clavinotesde pederneira, arcos e flechas e, mesmo, gibões de couro, recheados de algodão, quesão como que as cotas demalha dêsses rústicos lidadores americanos.

O número de soldados, que os grandes senhores rurais conseguem concentrardentro dos seus domínios, é muito avultado, no sul principalmente: não se conta pordezenas, mas por centenas e milhares. O paulista MANUEL PRÊTO, grande preadordo gentio e um dos principais autores da destruição de La Guaira, tem, por exemplo,cêrca de 1.000 índios frecheiros, não incluindos os seus numerosos escravos, negrose mestiços. Segundo um cronista, o grande AMADOR BUENO possui milhares deíncolas, aldeados nos seus domínios. Só ANTÔNIO RAPÔSO, o mais bravo eaudacioso dos preadores de índios, ao arrojar-se contra as reduções de La Guaira,comanda um corpo de exército de cêrca de 3.000 combatentes.

Então, a importância social dos grandes senhores é dada pelo número de homensde que êles podem dispor, isto é, pelo número de “arcos”, como se diz. - “Potentadoem arcos”, “opulento em arcos”, “homem poderoso de grande séquito”, sãoexpressões que encem as páginas dos cronistas e linhagistas coloniais. Dos paulistasantigos diz um dêles que é “axioma entre êles: Fuão é poderoso por tantas armas:neste número entram negros, mulatos, índios, mamelucos, carijós e mais variedadede gente que há por aquêle sertão”.

En: Oliveira Lima, Evolução de Povo Brasileiro

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Desde 1606, los bandeirantes paulistas, que en sus correrías por el interior brasile-ño cautivaban indígenas para venderlos como esclavos, pusieron en peligro variasreducciones jesuíticas. Se trataba de lugares redituables porque podían capturarse deuna sola vez grandes cantidades de esclavos y obtener un precio mucho mayor que porlos salvajes; se trataba de hombres habituados al trabajo y civilizados por los jesuitas.

Se calcula que entre 1628 y 1831 unos 60.000 nativos convertidos al critianismofueron cautivados y vendidos en mercados brasileños como esclavos.

Los bandeirantes portugueses y los mestizos luso-indígenas, conocidos como ma-melucos, eran fugitivos de la justicias que vivían en los alrededores de San Pablo, ycuya principal actividad fue la de cazar indios para venderlos en el mercado deesclavos.

Los bandeirantes llegaron a saquear y reducir a cenizas a las misiones. En 1632,en la región del Guayrá, los jesuítas lograron reunir nuevamente a unos 7.000 indiosque se habían internado en la selva después de la destrucción de sus reducciones porlos bandeirantes. En centenares de balsas y canoas descendieron las aguas del río ylograron que se unieran otros 5.000 pertenecientes a las de Loreto y San IgnacioMiní, horas antes que llegasen los paulistas. Al llegar al Santo de Guayrá (SeteQuedaz) debieron continuar por tierra cargando con los alimentos, ropas, armas ydemás pertenencias.

Después de andar 120 kilómetros por la selva, muchos indios se dispersaron.Dos mil murieron o de peste; otros se desbandaron, con lo cual fueron apenas

4.000 los que llegaron hasta un lugar ubicado entre los ríos Uruguay y Paraná.

56. Juan Mauricio de Nassau-Siegen (1604-1679) nacido en Alemania, militar,administrador, combatió a los españoles en las campañas de los Países Bajos. Fre-cuentó la corte de La Haya.

En 1636 la Compañía de las Indias Occidentales (holandesa) lo invita a ser go-bernador general del Brasil holandés, llegando a esa tierra en 1637. Siendo calvi-nista dejó en libertad de cultos a católicos y judíos, pero endrentó a los jesuítasopuestos a la Reforma.

Cumplió en Brasil una obra positiva en cuanto a civilizar los indígenas. Regresóa Europa y entró al servicio de su primo que era Elector de Brandeburgo. Muriópobre en Alemania.

57. Fray Bernardino de Cárdenas, obispo desde 1640 fue nombrado gobernadorde la Asunción en marzo de 1649. Se caracterizó por su violencia contra los enemi-gos condenándolos sin piedad. Expulsó a los jesuitas de sus colegios, obligándolos asalir de la ciudad en abril de ese año. Quejándose al virrey del Perú, éste les dio larazón y obligó a fray Cárdenas a cumplir la orden, la que ignoró.

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Se mandó entonces un ejército al mando del maestre de campo Sebastián de Leóny Zárate para someterlo, pero debió combatir duramente contra el de los partidariosdel obispo (octubre de 1649).

Este fue depuesto del cargo, preso y sentenciado a perder todos los privilegioshasta 1662 en que le fueron restituidos.

“A poco tiempo de hacerse cargo de sus apostólicas funciones, comenzó a reali-zar visitas a los pueblos y reducciones del interior de la provincia. Tuvo el propósitode adentrarse en los dominios de la Compañia de Jesús, pero ésta se opuso. Hallán-dose el obispo en Yaguarón, cerca de mil indios, bajo las órdenes de Gregorio deHinestrosa, invadieron el poblado. El prelado se refugió en el templo; más de allí losacaron violentamente y lo expulsaron de la provincia. Dos años después regresó aésta.

La Asunción le hizo “su jefe natural’’. En 1649 falleció el gobernador Diego deEscobar y Osorio. Por la cédula real del 12 de septiembre de 1537, el pueblo tenía lafacultad de designar gobernantes interinos por medio de un proceso eleccionario,hasta el nombramiento del titular que lo hacía la Corona. Ejerciendo ese derecho, elde la Asunción aclamó como tal a Bernardino de Cárdenas. “El obispo declinó elhonor, pero el Cabildo insistió’’. El interinato de fray Bernardino de Cárdenas trajocomo consecuencia la primera expulsión de la Compañía de Jesus de las reduccio-nes del Paraguay, acto que tuvo lugar el 25 de abril de 1649. Sebastián León deZárate, luego de vencer a los “Comuneros’’, restituyó a los jesuítas a sus reduccio-nes y colegios.

La primera revolución, días después, fué ahogada en la sangre de sus másesforzados paladines. El obispo Bernardino de Cárdenas, luego de un refugio en laCatedral que duró diez días, fué expulsado por segunda vez de la provincia del Para-guay. En esta oportunidad su exilio fué definitivo y su peregrinaje, muy duro y largo,en busca de justicia. Finalmente, Roma le eximió de toda culpa y pena. Falleció enArami, pueblo de Cochabanba, en el año 1668.

Fray Bernardino de Cárdenas publicó en Madrid, en 1634, un Memorial y rela-ción verdadera para el Rey N.S. y su Real Consejo de Indias de cosas del reino delPerú, muy importante a su real servicio y conciencia. A esta obra se refirieron Leóndel Pinelo, Córdoba Salinas y otros. Rosendo Villalobos, poeta y crítico boliviano,nacido en 1860, perteneciente a la generación intelectual de Ricardo Mujía, JoséVicente Ochoa, Adela Zamudio, Tomás O’Connor y otros, atribuye al obispoBernardino de Cárdenas un Manifiesto de indios. El ilustrado historiador chileno,José Toribio Medina, refiérese también a un Discurso teológico en que informa a lasantidad de Alejandro Séptimo P.M. don Fray Bernardino de Cárdenas, obispo delParaguay en las Indias Occidentales, sobre que se permita a los sacerdotes de aque-

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llas provincias el decir tres misas el día de la Conmemoración de los Difuntos. En1768 , en Madrid, fué editada otra de sus obras: Documentos tocantes a la persecu-ción de que los regulares de la Compañía de Jesús suscitan contra D. Bernardinode Cárdenas, obispo del Paraguay.”

En: Carlos Centurion, Historia de las Letras Paraguayas

58. Juan (Pérez) de Sorita (1516-d.1584) conquistador que tomó primeramenteparte en la guerra contra los moros en Marruecos. Pasó a América, llegando a Limahacia 1550, econtrándose en Tucumán en 1557. Luchó contra los calchaquíes, inten-tó fundar algunas ciudades que tuvieron corta vida.

59. Esta Recopilación consta de nueve libros, subdivididos en títulos y éstos enleyes tratando de las materias siguientes:

Libro 1o. Santa fe católica, Iglesia y disciplina eclesiástica, materias mixtas, uni-versidades, colegios y seminarios y libros impresos (24 títulos).

Libro 2o. De las leyes en genral, del Consejo de Indias, de las Audiencias y Chancille-rías, del Juzgado de Herencias y de los visitadores generales y particulares (34 títulos).

Libro 3o. (16 títulos). Del dominio y la jurisdicción; provisión de oficios; virre-yes, gobernadores; guerra, corsarios y piratas; precedencias, ceremonias y corte-sías, correos e indios chasquis.

Libro 4o. (26 títulos). Descubrimientos, pacificación y población del territorio;fundación de ciudades; régimen municipal; reparto de tierras; pósitos, alhóndigas yarbitrios municipales; obras públicas y caminos; comercio, minas, casas de moneday pesquería de perlas.

Libro 5o. (15 títulos). División territorial; gobernadores, corregidores y alcaldesy demás personal de la Administración de Justicia; procedimientos judiciales; jui-cios de residencia.

Libro 6o. (19 títulos). De los indios y su libertad, reducciones, pueblos y tributosde los mismos; sus protectores caciques; repartimientos y encomiendas; trato quedebe darse a los indios y regulación del trabajo de éstos.

Libro 7o. (8 títulos). Pesquisidores y jueces de comisión; juegos y jugadores;maridos que abandonan a sus mujeres; vagos, mulatos y negros; cárceles y su visita;delitos y penas.

Libro 8o. (30 títulos). Es muy extenso y trata de todas las materias relativas a laHacienda Pública.

Libro 9o. (46 títulos). De la Casa de Contratación de Sevilla; marina mercante,personal y navegación, seguros marítimos, puertos y consulados.

En estas leyes está, como dice Perojo, todo el sistema colonial español, y sólo enellas puede y debe estudiarse cumplidamente, tanto más, cuanto que no nacieron de

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una sola vez, como los Códigos actuales, sino que se fueron dictando paulatinamen-te, a medida que se iban apreciando las necesidades.

60. Martín Suárez de Toledo (h. 1520-?) estuvo en el Río de la Plata y colaborócon Garay en la fundación de un pueblo en el Paraná que terminó siendo Santa Fe.

Se casó con María de Sanabria, hija de D. Mencía Calderón y Juan de Sanabria,con quien tuvo, entre otros, un hijo que es Hernando Arias de Saavedra.

61. Las autoridades españolas quisieron valerse del celo misionero de los jesuitaspara domesticar tribus y tomar posesión efectiva de regiones apartadas. Desde estaperspectiva bien puede afirmarse que el nacimiento de la República Guaranítica nofue tan sólo por iniciativa de los jesuitas.

Hacia 1628 existían en el Guairá trece reducciones con un total de más de 100.000indios.

El primer ejército americano.“Los jesuitas encontraron dificultades para evangelizar a los guaicurúes

chaqueños, que no aceptaron convivir en poblaciones ni realizar determinados tra-bajos. Por ello prefirieron extenderse hacia el Este, cruzando el río Uruguay, en losactuales territorios del Brasil /Río Grande del Sur) y norte de Uruguay. Las reduc-ciones llegaron a tan solo 200 kilómetros de la costa atlántica.

Allí también se encontraron con la hostilidad de los portugueses, hasta que final-mente en 1640 el rey de España permitió que las Misiones Jesuíticas se convirtieranen la primera organización de América que contó con una fuerza militar no integra-da por españoles.

Un hermano jesuita, veterano de las guerras de Flandes, Domingo de Torres,formó un ejército de unos 14.000 hombres, con el que decidió hacer frente a losbandeirantes, de cuyo inminente ataque habían sido informados. Loa guaraníes lle-garon a contar 300 piezas de artillería y cañones de banbú gigantes, retobados encuero crudo, que resistían dos o tres tiros.

Los bandeirantes venían en 250 embarcaciones , en tanto que los guaraníes sólocontaban con 80.

El cacique Abiarú inició el combate hundiendo tres embarcaciones enemigas conun tiro de cañón. Más de cien bandeirantes y centenares de indígenas tupíes reclutados,cayeron en las primeras acciones. Derrotados y perseguidos, retornaron a San Pa-blo, pereciendo la mayoría en el camino

Por muchos años los bandeirantes no volvieron, pero cuando lo hicieron en1647,1651 y 1656, fueron nuevamente rechazados.

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La situación jurídica.Contrariamente a los que se ha dicho, las Misiones Jesuíticas no constituyeron un

estado dentro de otro estado, pues a pesar de contar con un gran espacio de libertad,sus actividades no se desarrollaban al margen de la administración española, ni encontradicción con la Corona.

Los monarcas españoles indicaron a las autoridades coloniales que prestaran alos jesuitas todos los auxilios posibles para la creación y afianzamiento de las reduc-ciones. Estas disposiciones eran aceptadas de buen grado porque en muchas ocasio-nes sirvieron para frenar las incursiones de los indios. Tal como ocurrió con la re-ducción de San Francisco Javier, a orillas del Paraná, la más cercana a Santa Fe.En esta ciudad se venía sufriendo la acción de los indígenas mocobíes, quienes des-pués de asesinar a los españoles se llevaban el ganado. Las expediciones de escar-miento organizadas posteriormente no lograron resultados positivos; los indígenasse refugiaban en la selva, que resultaba un lugar por demás seguro para ellos. Elcomandante de la ciudad se mostró entonces favorable al proyecto de fundar unareducción entre los mocobíes, aunque los jesuitas se negaron a ser acompañados porun destacamento armado, como se pretendió.

Con todas sus libertades, las misiones jesuíticas no dejaron de estar sometidas alos gobernadores provinciales, que eran solemnemente recibidos y tenían la facultadde confirmar a los cabildantes de las reducciones.

Esta dependencia de las misiones se puso de manifiesto en los diversos conflictoscon las autoridades locales y los colonos vecinos. Lograda la pacificación de losaborígenes en las reducciones, los españoles codiciaban a los nativos por ser fuerzade trabajo experimentada. Y ante su negativa, se volvieron acérrimos enemigos delos jesuitas.

Los guaraníes.Antes de la llegada de los españoles, los guaraníes eran cazadores, pescadores,

recolectores de frutas y miel silvestre, y además plantaban algo de maíz, mandioca,batata, zapallo, maní y algodón.

Casi todos los nativos de América fueron nómades, con excepción de las grandesculturas llamadas procolombinas. Los guaraníes eran semisedentarios, porque parala caza, pesca y recolección de frutas y miel silvestre, necesitaban cambiar de resi-dencia para encontrar nuevos centros de abastecimiento, mientras que la agricultu-ra exigía la residencia en el mismo lugar.

Pero después de seis o siete años, se veían obligados a dejar la tierra, ya sinposibilidades de nuevos rendimientos, para iniciar la tala de bosques contiguos.

La organización social de los guaraníes se fundaba en un sistema de propiedad ytrabajo colectivos, con un acentuado espíritu competitivo.

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Poseían además un ánimo belicoso y guerrero que se convertía en amenaza paralas tribus más pacíficas. Aunque no era habitual, practicaban el canibalismo.

La poligamia constituía también una costumbre y muy especialmente entre loscaciques, porque significaba la adhesión de los parientes de sus mujeres, que enocasiones pasaban las veinte.

Los guaraníes no tenían un alto sentido del valor del trabajo, porque la naturale-za les brindaba lo esencial para la subsistencia, sin tener que esforzarse demasiado.Las mujeres labraban la tierra, preparaban los alimentos y cuidaban los hijos, entanto que los hombres se ocupaban de la caza y de la pesca.

Las reducciones jesuíticas.La experiencia de las reducciones jesuíticas se basó en gran parte en otra tarea

similar que ya había sido ensayada por franciscanos y dominicos.Cuando los jesuitas decidieron asumirla, advirtieron como un grave problema la

intromisión de los encomenderos españoles que requerían indios para el trabajo, congrave perjuicio de las tareas religiosas.

Por ello optaron por elegir un territorio lo suficientemente alejado de la codicia delos encomenderos, pero además, en previsión que esa circunstancia se diera en el futu-ro, obtuvieron del rey de España una disposición que prohibía a los españoles la entra-da en las misiones jesuíticas. Era una condición para iniciar una tarea que significabala conversión al catolicismo de los nativos y la sumisión al rey de España.

Se decidió fijas como lugar de residencia una amplia zona comprendida por elnoreste argentino, sur del Paraguay, suroeste del Brasil y noroeste del Uruguay.

Se buscó un espacio que contara con clima saludable, buena agua, bosques paraleña y madera para la construcción; además, abundante caza y pesca.

La separación entre las reducciones no debía exceder de los quince kilómetros,para facilitar la comunicación entre ellas. La proximidad era un factor fundamentalpara la defensa común.

Todas las reducciones respondieron a un mismo esquema urbanístico: una granplaza cuadrada a la que convergían las calles principales ; luego, en el Norte o Sur,de derecha a izquierda se encontraban el asilo-orfanato, el cementerio, la iglesia, elcolegio y la casa de mujeres.

En los otros tres lados de la plaza se levantaban las alargadas viviendas de los indíge-nas, dispuestas, a espacios regulares y separadas por calles longitudinales y transversales.

Las autoridades eran designadas conforme era usual en las ciudades de España:un cabildo con dos alcaldes. dos regidores y otros funcionarios.

Las designaciones las hacía el cabildo anterior, a principios de año. Un religiosotenía la facultad de conocer la lista de candidatos con antelación y excluir a aquellosque le parecían inadecuados, y sustituirlos por otros.

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Junto al cabildo, los jesuitas conservaron el cargo y la dignidad de los caciques.En cada reducción siempre eran varios, porque los nativos provenían generalmentede diversas tribus.

El verdadero gobierno estaba en manos de los jesuítas, que mediante su autori-dad espiritual ejercían sobre los aborígenes un dominio patriarcal.

La construcción de los templos.En las reducciones había un solo templo, lo suficiente amplio como para albergar

a todo el pueblo, porque los días festivos todos concurrían a la única misa que secelebraba.

Si bien en un principio los templos eran precarios, con el desarrollo de las misio-nes la orden jesuita envió a algunos religiosos que dominaban la arquitectura, y seconstruyeron edificios de tres y hasta de cinco naves,

En la estructura predominaban grandes troncos de árboles y los huecos erancubiertos con adobe o piedras. Debe tenerse en cuenta que en esa zona no existía nila cal ni el cemento, por lo cual el adobe unido con argamasa de barro y la piedra -encastrada en algunos casos- era la única forma de reemplazarlos.

Los techos, que en un comienzo fueron de paja, se hicieron luego de tejas, que seimpuso como obligatoria en viviendas y talleres para evitar el peligro de incendios.

Los altares de las iglesias eran por lo general cinco, tres en el frente y dos a loscostados. Eran tallados y pintados en dorado, con tres series de estatuas alrededordel tabernáculo. En el crucero se erguía una cúpula también de madera, con vitralesen la parte superior.

Las torres -una o dos según el caso-, también eran de madera y revestidas depiedra.

Cada templo contaba con unas cinco o seis campanas, algunas muy grandes, conbronce importado de Chile o del Perú y fundido en los talleres de las reducciones.

De la fortaleza de sus construcciones habla el tiempo transcurrido, porque dos-cientos años después que fueran deshabitadas en algunos casos, todavía se conser-van troncos embutidos en las paredes y expuestos a la intemperie. Y en otros lahiguera brava realizó una lenta pero efectiva tarea destructiva.

Con todo, los restos de las misiones jesuíticas son todavía utilizados como sedesde reparticiones públicas y como viviendas, o se han convertido, en el caso de lasruinas, en verdaderos museos al aire libre, en donde los visitantes pueden llegar atener una idea aproximada de una tarea que dejó una huella imborrable en la histo-ria americana.

Un sistema económico colectivo.Respetando la organización económica de los guaraníes, los jesuitas organizaron

un sistema colectivo agrario, que coexistía con la propiedad privada.

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La mayor parte de la tierra pertenecía a la comunidad, y cada aborigen debíatrabajarla de dos a tres días por semana.

El producto de la cosecha de este trabajo común se almacenaba en graneros, yservía para el pago del tributo a la corona. el mantenimiento de la Iglesia y susinstituciones y el cuidado de las viudas, huérfanos y los imposibilitados de trabajar.

La tierra restante se otorgaba a las familias, que disponían así de un adecuadosustento. Pero estas parcelas no podían heredarse, y al morir el jefe de familia pasa-ban a la comunidad.

A los hijos casados se les otorgaban tierras aparte. Los excedentes de la cosechase podían comerciar a través del trueque.

La vivienda constituía una propiedad vitalicia, pero no hereditaria. Y el mobilia-rio, casi siempre muy modesto, era de propiedad personal.

También pertenecían al patrimonio común e los bosques y yerbatales, los produc-tos de exportación y las embarcaciones de transporte.

Las estancias e invernadas se mantenían también a expensas de la comunidad.Se conocieron al comienzo como vaquerías para distinguirlas de las estancias,porque en las primeras el ganado se criaba en forma salvaje. Las primeras vacasfueron traídas desde el Brasil alrededor de 1555. En un ambiente y clima propi-cios, el ganado se multiplicó generosamente.La cantidad de ganado vacuno quellegó a contarse en un determinado momento en los Treinta Pueblos, se calculaque llegó a las 100.000 cabezas. Cada familia recibía gratuitamente su racióndiaria de carne.

También era una tarea habitual la cría de ovejas, así como su esquila, y cardar,hilar y tejer la lana para uso de la comunidad. Toda la ropa y los utensillos domésti-cos se recibían en donación.

La jornada de trabajo.La organización del trabajo agrícola fue uno de los primeros objetivos que se

fijaron los jesuítas en las misiones.El motivo principal era la alimentación de una población diseminada en treinta

pueblos, y para ello era necesario hacer bien las cosas.Para los jesuítas la tarea no resultó fácil, con un pueblo que no demostraba ni

interés ni perseverancia en el trabajo. Fue necesario mantenerlo ocupado durantegran parte del día, con renovados estímulos, para superar la falta de voluntad de losguaraníes y su desparejo entusiasmo.

Los jesuitas percibieron un alto grado de infantilismo en el proceder de los abo-rígenes y por ello apelaron a los juegos y campeonatos. Los guaraníes denostaron unalto grado de sensibilidad y, venciendo sus naturales inclinaciones, se forzaron ycompitieron en el trabajo con interés y esmero. Hacer ladrillos, arar la tierra, fueron

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tareas que significaron grandes esfuerzos, máxime si se tiene en cuenta que los jesui-tas en ningún momento utilizaron la fuerza o la coerción.

Si un elemento gravitó en forma notoria fue el trabajo en grupo, porque losguaraníes tenían un gran sentido de la sociabilidad.

Los trabajos del día se iniciaban al clarear, con un repique de campanas y redo-ble de tambores . Era el momento en que los niños recitaban las oraciones y elcatecismo, y luego asistían a la Misa, de la que participaban también los adultos.

La jornada laborable no pasaba de seis horas. Los hombres se dirigían a loscultivos o a los talleres y las mujeres hilaban en casa lana o algodón. Las criaturasde más de siete años quedaban a cargo de la comunidad, y se ocupaban de trabajaren las plantaciones limpiando los parásitos de los algodonales, recogían la leñamenuda y barrían las calles.

Las niñas recolectaban copos de algodón y espantaban a loros y otras aves quesaqueaban los maizales.

El toque de campana del mediodía indicaba el almuerzo. Las actividades sereiniciaban a las cinco de la tarde, cuando la campana llamaba a los niños para ladoctrina cristiana, y luego se reunían los adultos en el rezo del Rosario.

Después, las amas de casa recibían carne y yerba para el consumo familiar ytodos regresaban al hogar.

Caída la noche se encendían fogatas en las casas hasta que llegaba la hora delreposo.

El comercio interno y externo.Las reducciones practicaban un comercio interno entre las propias poblaciones,

y un comercio externo y especialmente con Buenos Aires y Santa Fe.Dado que las reducciones solían tener especialidades (ganado, agricultura, teji-

dos, instrumentos musicales, etc.) el intercambio comercial era necesario y útil atodos.

Para evitar que se lucrara a costa de la necesidad ajena, se fijaban precios de losartículos de primera necesidad, teniendo en cuenta su mayor o menor abundancia,el costo de la mano de obra, el flete, etc. Así, el maíz tenía un costo mucho menor queel de la yerba mate, que además de exigir una mayor mano de obra, era muy solici-tada por los españoles

La explotación de los yerbatales.Cuando los españoles conocieron el mate lo consideraron un vicio degradante,

porque lo tomaban especialmente los hechiceros que realizaban actos rituales. In-cluso fue prohibido por el gobierno y castigado con la excomunión. Pero un gober-nador y un obispo se las ingeniaron para que las penas fueran levantadas; elloshabían contraído “el vicio’’ desde pequeños.

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El apego por esta infusión se había extendido a Corrientes, Santa Fe y BuenosAires, pero la planta sólo se obtenía en la Sierra de Maracayú, unos 500 kilómetrosal Norte de Asunción. donde crecía naturalmente.

El acceso hasta ese lugar era dificultoso, y muchos de los que iban hasta allí conla intención de lograr beneficios por el buen precio que se pagaba, sucumbían anteun medio hostil y un clima insalubre.

Surgió la idea de cultivarla pero existía la dificultad de que las semillas no germi-naban. Finalmente se encontró un sistema de fecundación y en 1750 había unas700.000 plantas.

Con el incremento de la producción se entregó a las familias una ración diaria deyerba, y según se afirma, la infusión logró terminar con el alcoholismo en el puebloguaraní.

Pero el especial cuidado de l yerba era debido a los altos precios que se pagabanen las grandes ciudades rioplatenses, y también en Chile y en el Perú.

El transporte se hacía en carretas, y luego en embarcaciones hasta Santa Fe.Para llegar a Chile era cargada en mulas que cruzaban la Cordillera de los Andes

a unos 5.000 metros de altura. Si iba hasta El Callao, el itinerario llegaba a Valparaísoy luego seguía a una embarcación. En total podía demorar unos diez días.

La capacidad artística de los guaraníes.Los guaraníes se caracterizaron por su gran capacidad para el arte, la música, el

canto y la danza.En 1620 se habían formado coros de tan buen nivel que fueron llevados a Buenos

Aires en ocasiones extraordinarias, como podían ser la llegada de un gobernador ode nuevos misioneros,

Uno de los religiosos más destacados en el arte musical fue el padre AntonioStepp von Reinegg, un tiroles que introdujo la música clásica alemana e italiana.Proveniente de la Escuela de los Niños Cantores de Viena, quedó impresionadopor la facilidad con que los guaraníes aprendían cualquier tipo de instrumentomusical y ejecutaban con pericia y habilidad las más difíciles partituras del reper-torio europeo.

En Yapeyú fundó un conservatorio musical para perfeccionar a los mejores músi-cos de las diversas reducciones. Y estableció un espacio para fabricar órganos, ar-pas, cítaras, violoncelos, violines, fagotes, flautas, clavicordios, etc.

Las inclinación musical de los diversos pueblos hacía que en cada uno hubiera detreinta a cuarenta músicos.

En las artes plásticas los guaraníes también realizaron diversos trabajos, alenta-dos por maestros jesuitas que supieron instruirlos en los rudimentos esenciales. Perolos trabajos se perdieron en su mayoría por la fragilidad del material empleado.

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En cambio se conservaron las esculturas de maderas nobles. Se supone que losguaraníes se dedicaron mucho más a la escultura que a la pintura , entre otras razo-nes por la carencia de materiales.

Los talleres.En cada Reducción había 30 ó 40 talleres: de escultores, pintores, herreros, teje-

dores, sombrereros, curtidores, carpinteros, alfareros, etc.Otros se ubicaban fuera del perímetro habitacional, como los galpones destina-

dos al secado de adobes, ladrillos y tejas, y los grandes hornos que exigían mayorespacio.

También se ubicaban afuera las carpinterías donde se trabajaba la madera quevenía del monte destinada a la construcción, con sierras, hachas y azuelas.

Un lugar alejado le correspondía asimismo a los mataderos, por razones dehigiene.

La imprenta y el observatorio. Uno de los aspectos más destacados de las misiones jesuíticas es que los guaraníes

hayan diseñado una imprenta en el año 1700, que luego fue rotando de pueblo enpueblo.

Uno de los ejemplares editados, titulado “Diferencia entre lo temporal y lo eter-no’’ y traducido al guaraní, es considerado el libro de impresión más perfecta reali-zado en la América española. De 438 páginas, lleva 67 viñetas y 43 grabados. Ac-tualmente se conservan sólo dos ejemplares.

Las misiones jesuíticas contaron también con un Observatorio Astronómico, quefue posible por la acción desplegada por el jesuita Buenaventura Suárez. Nacido enEspaña, se crió en Santa Fe y demostró una gran capacidad tanto para construirórganos como para fundir campanas o dedicarse con igual sapiencia a la pintura oa la escultura.

Pero su principal mérito fue construir con los herreros de las reducciones untelescopio con el que realizó investigaciones que, una vez publicadas, llamaron laatención en los grandes centros científicos de Europa.

La Colonia de Sacramento.Desposado con una portuguesa, el rey español Fernando VI emprendió una deci-

dida política de neutralidad que significó a partir de 1748 el período más largo depaz después del reinado de los Reyes Católicos.

Con el ánimo de aproximarse a Portugal, intentó resolver pacíficamente el cróni-co problema de la Colonia de Sacramento -en el actual Uruguay -, que de manosespañolas pasaba a las portuguesas, constituyendo un enclave peligroso para lacolonización española en el Río de la Plata.

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El acuerdo significaba recobrar para España la Colonia y toda la banda orientalen la desembocadura del Plata, a cambio de generosas concesiones al Brasil en lacuenca del Amazonas y en las regiones mineras del Matto Grosso, es decir el obse-quio de amplios espacios con respecto a tratados anteriores.

Pero por desconocimiento o por otras razones, la nueva delimitación implicabaceder al Brasil siete pueblos guaraníes de las misiones jesuíticas.

Ni los guaraníes estuvieron dispuestos a quedar en manos de sus enemigos portu-gueses, a quienes recordaban por los ataques de los bandeirantes, ni los jesuitas semostraron dispuestos a abandonar la tarea misional.

La resistencia contra las tropas luso españolas fue larga, desde 1754 a 1756hasta que los guaraníes cruzaron al Uruguay donde construyeron sus nuevos pue-blos.

La expulsión de los jesuitas.Un fenómeno que se ha repetido en los años que siguieron al destierro de los

jesuitas, ha sido trtar de desentrañar la causa de su expulsión. Curiosamente se hainsistido en encontrar una única causa, cuando en realidad fueron varias las razonesde este acto arbitrario dictado por Carlos III, que la historia juzgó como insulto y haresultado incomprensible para las generaciones posteriores.

Habría que decir que hubo un tono oscurantista en la preparación del decreto,por parte de los hombres que rodeaban al rey de España.

Los motivos esgrimidos fueron entre otros los siguientes:- que los jesuitas obedecían a normas secretas de sus superiores;- que no dependían de la corona española como las demás órdenes religiosas,

sino a un superior que residía en Roma;- que habían organizado en el Paraguay un Estado sobre otro Estado.La expulsión de los jesuitas se produce en momentos en que se da en Europa una

fuerte corriente contra la autoridad pontificia y se pretende la subordinación de laIglesia al poder civil, para convertirla en una dependencia del Estado. En esta posi-ción hacían causa común los protestantes, racionalistas, masones, enciclopedistas,jansenistas y regalistas. En el Río de la Plata y en América Hispana predominaba elrealismo, es decir, la intromisión de la autoridad civil en los asuntos eclesiáticospara aprovecharse de los derechos, inmunidades o propiedades de la Iglesia

En ese entonces, la expulsión fue bien acogida en España, por las divisionesexistentes dentro de la Iglesia, en donde los jesuitas siempre se manejaron con granindependencia y al margen de las restantes instituciones religiosas.

A las causas enunciadas debe agregarse otro hecho casi simultáneo, que resultamuy importante: los jesuitas fueron expulsados también de los territorios de Portu-gal, España y Francia.

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Roma debió encontrar albergue de pronto para millares de religiosos que sufrie-ron el camino del destierro.

De los jesuitas que misionaron en América se dijo que asumieron con dignidadlas consecuencias derivadas de tan severo castigo. Y que trataron de convencer a susseguidores para que no se opusieran a la drástica medida , por las consecuenciasderivadas de un enfrentamiento con los españoles.

Eso fue lo que ocurrió donde hubo desórdenes y motines; como contrapartida sedio un castigo extremadamente severo.

Pero las consecuencias más lamentables se evidenciarían con el vacío dejado porlos jesuitas, que ninguna otra orden religiosa pudo reemplazar. En materia educati-va se manifestó con la desaparición de los colegios; en lo administrativo significó eldesquiciamiento e una tarea de se había destacado especialmente por el orden; arbi-trarias enajenaciones en favor de particulares ocasionaron nefastos resultados. Y enel aspecto moral y religioso, la ausencia de la orden más disciplinada privó lascomunidades aborígenes de un modelo de conducta y originó una grave confusión,porque jamás se expusieron con claridad los motivos de tan drástica medida.

Entre el 3 de julio y el 3 de agosto de 1767, todos los jesuitas de los colegiosfueron presos y deportados a Buenos Aires y de allí embarcados.

En las reducciones se demoró la ejecución de la medida por un año, ante la falta demisioneros sustitutivos. Era necesario conocer la lengua de los nativos y su sicología.

Al saber que no se encontraban reemplazantes, los jesuitas prepararon a los na-tivos para que aceptaran a los nuevos misioneros, diciéndoles con insistencia quetambién eran padres y que les brindarían tanto amor como ellos.

En mayo de 1768, 1.500 soldados iniciaron el traslado de los religiosos de lasreducciones, dando comienzo así al ocaso de las misiones jesuíticas.

La actitud de los nativos no fue hostil al parecer por dos razones:- habían sido preparados por los jesuitas para recibir a los nuevos misioneros;- pensaban que la sustitución podría ser temporaria.La distribución de los nuevos religiosos se hizo tratando de que dependieran más

del poder civil que del religioso. Se les confió la atención pastoral, en tanto que laadministración de los bienes pasó a manos de los laicos. Esto generó una dualidadde criterio y un desgobierno con tantas contradicciones, que los aborígenes comen-zaron a desertar de las reducciones. Esta fue la principal causa de su decadencia.

El legado de las Misiones.Más allá de constituir una experiencia religiosa misionera, no puede dejar de

tenerse en cuenta también a las misiones jesuíticas como un modelo de sociedad.Hoy, América Latina es vista como la esperanza de la Iglesia, especialmente por

el vigor y la pujanza que se vive en sus instituciones, por el crecimiento de sus voca-

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ciones consagradas -sacerdotales, religiosas y laicales- y porque aquí habita la ma-yoría de los católicos del mundo, fruto esto último de la tarea misionera alentada porla corona española.

Pero hay sin embargo una realidad que tampoco puede olvidarse. América Lati-na sigue constituyendo uno de los continentes más pobres del planeta, por si incapa-cidad de desarrolarse económicamente. ¿Ha sido también esto consecuencia de laconquista o fue fruto de las injusticias provocadas por los hombres que más tardelograron la independencia? ¿ O de ambos procesos? El interrogante es muy difícilde aclarar.

Desde la perspectiva misionera, puede afirmarse que la expulsión de los jesuitas-juzgada hoy negativa hasta por los propios españoles-, privó de conocer hasta quépunto una institución religiosa como los jesuitas no era capaz de configurar unasociedad modelo y e convertir a América Latina en un sector territorial socialmentepróspero y desarrollado, respetuoso de los valores predicados por el catolicismo, yque guardaría matices diferentes al progreso alcanzado por las potencias que sefundaron a la sombra del protestantismo.

Pero junto a los valores atribuidos a los jesuitas, deben mencionarse algunosaspectos que cuestionan sus críticos.

Uno de ellos ha sido la necesidad del aislacionismo-los españoles no podían en-trar-, lo cual convertía a las misiones en una especie de ghettos, en donde la socie-dad modelo era posible siempre y cuando no se contaminara con el reto del mundo,que se consideraba en estado de pecado.

Esta crítica parecería convalidar la posterior desaparición de esa sociedad mo-delo, basada en el paternalismo de una institución religiosa que no preparó a genteque tuviera capacidad para continuar con esa obra colosal.

Pero indudablemente ingresamos aquí en un terreno donde todo entra en el planode la suposición y nada puede ser probado. Solo puede servir para una gimnasia inte-lectual que con la visión de los hombres de hoy, posiblemente no llegaría a las mismasconclusiones a las que arribaron quienes no procedieron doscientos años atrás.

Queda hoy una fe que es el testimonio vivo de una tarea labrada en un período deesplendor de la corona española, quedan las piedras de esas misiones que hablan deun pasado admirable.

Quedan los testimonios de una cultura en los templos y viviendas que aún permanecen,en las imágenes, en los instrumentos musicales europeos que se han incorporado definitiva-mente a las tradiciones de estos pueblos americanos, como el arpa y la guitarra.

Y una tradición oral que sigue relatando, de padres a hijos, la historia de alegríasy tristezas del noble pueblo guaraní”.

En: Pedro Siwak, 500 años de Evangelización Americana.

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62. “D. Francisco de Céspedes, natural de Sevilla se recibió del mando en se-tiembre de 1624.

Luego de poner en pie de guerra a Buenos Aires, que se temía fuese acometidapor los enemigos de España navegantes de estos mares, una de las primeras cosas enque el Gobernador mostró particular empeño fue en atraerse a los habitantes delUruguay, que deseaba someter pacíficamente. Después de conseguir amistoso co-mercio con varios de ellos, les llenó de atenciones y regalos, pidiéndoles que le tra-jesen algunos de los caudillos de aquella región, a fin de estrechar amistades; acce-dió el más próximo al deseo del Gobernador, y éste le recibió muy cumplidamente.Parece que tan buenos tratamientos sedujeron el ánimo de los charrúas, cuyos cau-dillos visitaron más de una vez al Gobernador, en su residencia. Céspedes, por suparte, aprovechó toda ocasión en que se avistaba con ellos, para tributar profundasdemostraciones de respeto a los sacerdotes destinados a las misiones evangélicas ycon los cuales se hacía acompañar, inculcando de este modo en los naturales lareverencia debida a aquellos ministros. Pareciéndole asimismo que después de estostrámites indispensables, era necesario entrar en la labor sobre el terreno que debíaconquistarse, apeló a los religiosos de la Orden de San Francisco para que le asistie-ran con su predicación. Fray Bernardo de Guzmán y dos compañeros más, se apres-taron a ponerse en marcha, y partieron con destino a los dominios uruguayos, porentre los cuales se internaron predicando. Entonces el Gobernador excitó el celo delos jesuitas para que siguiendo las huellas de los franciscanos, plantasen el primerjaón de las futuras reducciones.20

Los charrúas, que nunca se habían visto tratados de esta suerte por los españo-les, comenzaron a ponerles mejor rostro del que tenían por costumbre. El Goberna-dor Céspedes les agasajó tanto, los misioneros eclesiásticos les trataron con tantadulzura, y las órdenes e respetarles fueron tan severas, que su carácter tenaz contrala hostilidad fue cediendo a los halagos de la benevolencia. Se les vio, con admira-ción de los conquistadores, ayudarles en algunas faenas de salvataje, respetando losnáufragos y las mercaderías, y aun se agrega que muchos se convirtieron al cristia-nismo. Seducidos por el ejemplo, los yaros y las tribus de la sierra de Maldonadotambién quisieron ser partícipes de los buenos tratamientos del conquistador, y noopusieron resistencias a su pase tranquilo por el país, creyendo sin duda que si losobstinados charrúas hallaban una razón para ceder cuando corría de su cuenta darel tono a la resistencia nacional, las demás parcialidades podían seguir las trazas deaquella que llevaba en sus manos los destinos uruguayos. Era todo eseto para Cés-pedes una buena victoria que le daba sólidas ventajas sin efusión de sangre.

Fue más feliz aún con los chanáes. Instalados éstos por los misioneros, abando-naron sus guaridas del Río Negro bajando a la tierra firme, en la cual comenzaron la

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fabricación del pueblo de Santo Domingo de Soriano, a la misma altura más o me-nos de donde hoy se halla. Elevóse la iglesia de aucerdo con lo que sobre el particu-lar prevenían las leyes de Indias, y hecho que fue el repartimiento de solares, tomóaire de población el moderno establecimiento fundado por la civilización europeacon elementos de la raza primitiva. Fueron, pues, habitantes del actual departamen-to de Soriano, los miembros de la primera tribu urugauay que se incorporó al domi-nio español, sustituyendo los pueblos edificados a las tolderías, y recibiendo la un-ción del cristianismo en la pila bautismal de una iglesia levantada por sus propiosesfuerzos. Aconteció este hecho en el año 1624.

Comenzóse a notar hacia estos tiempos, que el país era dueño de un elemento deriqueza muy considerable. Los primitivos vecinos de Buenos Aires habían destinadola banda septentrional del Plata para proveerse de leña, carbón y maderas gruesasde que carecían en su ribera; y a fin de no privarse de tan lucrativo comercio, seopusieron siempre al establecimiento de población alguna en tierras uruguayas.21

Este deseo elevado a la categoría de medida administrativa y hasta de razón políti-ca, fomentó el ánimo de sucesivos gobernadores a no poblar nuestras costas, permi-tiendo solamente la entrada a leñadores y carboneros que procuraban el aprovisio-namiento de la capital platense. Pero la experiencia de un lucro seguro hizo mayorcada día el número de los concurrentes, y el vecindario de Buenos Aires contó unabasto que llegó a dejarle sobrantes para exportar. El éxito de tan cómoda explota-ción industrial, estimuló otras que debían basarse en la riqueza ganadera del suelouruguayo, superando los rendimientos del carbón y leña. La matanza de reses, sala-zón de carnes, recolección de sebo y grasa, y aprovechamiento de los cueros al pelo,constituyó unnuevo ramo en que estribaba el principal comercio de la capital delgobierno del Plata; y a la adquisición de tales productos salidos de nuestro territo-rio, destinó ella numerosa parte de sus hijos”.

20 Esta fue, según confesión de los historiadores jesuitas, la primera aplicaciónque se hizo a la Compañía por los Gobernadores del Río de la Plata, resultando elUruguay la primera de las provincias platenses donde ejercieron oficialmente sudominación.

21 Respuesta del Marqués de Grimaldi a la Memoria que en 1776 presentaron losportugueses (Bib. del “Comercio del Plata”).

En Bauzá, o.c.

63. “En el lugar que hoy ocupa existió, desde principios del siglo XVIII, la reduc-ción o doctrina de Santo Domingo de Soriano. Pero su primer establecimiento, entrelos añs 1663 y 1664, debió ser sobre una de las márgenes del Yaguarí Miní, actualArroyo Malo, en la costa entrerriana del Uruguay, frente a las islas uruguayas de

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Vizcaíno, Yaguarí y de Lobos, según lo documenta el historiador Flavio A. García.Constituida con indios charrúas y chanáes, permaneció en aquel lugar hasta el año1702, en que se trasladó a una isla en el Río negro, que -según opina, con razón,Aníbal Barrios Pintos- debió ser la del Vizcaíno, donde el pueblo fue guarecido de unreducto de tierra y fajina y estacada, de donde pasó, en 1718, al lugar de emplaza-miento de la Villa actual.

En cuanto a la designación, consideramos fundada la hipótesis del Pbro. RubenA. Irureta, ratificada por Barrios Pintos, de que siendo un domínico su fundadordebió darle este nombre en recuerdo de Santo Domingo en Soriano. Esta advocacióndel Santo se remite a un hecho singular sucedido en el pueblito de Calabria, enItalia, llamado “Suriano” o “Soriano”, en el año 1530. En la mañana de un día,muy temprano -narra la leyenda-, llamaron a la puerta de la Iglesia del Convento delos Padres Domínicos tres viejecitas y al salir el sacerdote le entregaron un pliegopara el Padre Superior y al instante desaparecieron; desenrollado el pliego, se hallóun lienzo con la imagen de Santo Domingo de Guzmán que, expuesto a la veneraciónde los fieles, obró milagros, por lo que la Orden instauró un día para la recordacióndel hecho. Y se pregunta el Pbro. Irureta: “¿No habrá sido la fundación de la Villaen la fecha que marca el calendario dominicano como «Santo Domingo in Suriano»?”

El doctrinero fundador de Santo Domingo Soriano, fue el fraile domínico AntonioJuárez, quien recibió de la Real Hacienda “doscientos y cincuenta pesos para quecon ellos comprase los aperos de labranza y asimismo doce hachas, doce azadas yocho palas para edificar la iglesia y ranchos de los indios y otras faenas que sepudieran hacer para su conservación”. La primera autoridad civil -nombrada enoctubre de 1666-, fue el corregidor Juan de Brito y Alderete, que actuó acompañadode dos alcaldes: uno charrúa y otro chaná. La gestión de Juan de Brito resultó alta-mente eficaz, reduciendo, durante su estancia de cuatro años, varios cientos decharrúas y chanáes”.

En: Crónica General del Uruguay, 10.

“Mientras la vida interna de Montevideo se concretaba al desenvolvimiento desus recursos materiales, Soriano, el más viejo de los pueblos uruguayos, sufría modi-ficaciones en su contextura íntima. Largos y complicados accidentes precedieron ysiguieron la entrada de los chanáes al gremio cristiano, desde que Juan de Barrosles indujo a modificar su actitud frente a Zárate, hasta que los misioneros católicos,sacándoles fuera de sus islas, les estimularon a construir rancherías y santuarios auna y otra banda del río Uruguay, por los años 1619 y 1624. Siguiendo lasadvocaciones de sus titulares respectivos, parece que el establecimiento de la bandaoccidental se llamó Concepción, mientras el de la oriental tomó el nombre de Santo

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Domingo de Soriano. Semejante muestra de adhesión al conquistador, atrajo sobrelos indígenas convertidos la hostilidad de sus convecinos, y la autoridad española,no sabiendo o no pudiendo protegerlos de otro modo, los entregó a oficiales milita-res en carácter de encomienda. Pero esta solución, lejos de mejorarles, empeoró suestado, así es que de allí a poco, empobrecidos y hostigados, abandonaron uno y otroestablecimiento, echándose a correr el país, sin más esperanza de refugio para loscontratiempos posibles que las islas del Vizcaíno en la embocadura del Río-Negro,antigua posesión de la tribu.

Hacia 1648 fijaron asiento en la mayor de dichas islas, consiguiendo el amparode la Corona y ciertas exenciones debidas a su condición de pueblo de indios con-vertido espontáneamente, según lo acreditaban documentos regios que desaparecie-ron en el incendio del primer edificio capitular. Sesenta años permanecieron en aquellasituación, por decirlo así vegetativa, pues todo su comercio se reducía, según reza unpetitorio oficial de la época, “á ir en sus canoas hasta el puerto de las Conchas, concuatro tiestos y esteras y gallinas, empleando el producto obtenido en mercar susmenesteres”4. Pero como el precio de los artículos de consumo subió progresiva-mente en relación de 1 a 5, el malestar de los chanáes se hizo tan tirante, que apenaspodían subsistir. Entonces apoderaron al teniente José Gómez, morador del pueblo,para que gestionase en 1707 del Gobernador de Buenos Aires su traslación a tierrafirme, consiguiendo en 1708 el permiso para verificarlo. Data de esa época, pues, laúltima y definitiva fundación de Soriano, en el sitio donde hoy se halla”.

En: Bauzá, o.c.

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1680-1729. De la Colonia del Sacramentoa la Fundación Jurídica de Montevideo.

1680.en.11. La expedición de Manuel Lobo pasa frente a la bahía y cerro de

Montevideo.1

en. 20. Continúa hacia el O. y ancla con el total de sus naves en las proxi-midades de la isla de San Gabriel.

en. 28. Llega a tierra firma y funda la Colonia del Santísimo Sacramento.2

feb.4. Juan Mateo Arregui que a bordo de una zumaca española avista lasnaves portuguesas, ancla en la barra del río San Juan.

feb. 5. Dos tripulantes de la misma se acercan para indagar lo que estásucediendo.

feb. 6. El gobernador de Buenos Aires, José de Garro, informado del des-embarco, instruye al jefe del ejército Maestre de campo Antonio de Vera yMujica a concentrar fuerzas en Santo Domingo de Soriano.3

feb. 7. Pide auxilio al gobernador de Corrientes Juan Arias de Saavedra, alde Tucumán y al de Santa Fe para que lo apoyen con soldados y pertrechos.

feb. 9. Manda una carta a Lobo reclamando los derechos de Castilla sobreestos territorios, a lo que contesta el portugués declarando que “están dentro delos límites de la Corona de Portugal y son dominio del Príncipe Nuestro Señor,y como sea así, sin su orden expresa no determino volver ni un paso atrás”.4

feb. 13. Garro ante esta situación decide convocar en Buenos Aires a unaJunta de Guerra, para resolver los aspecto militares de la acción punitiva aemprender contra los portugueses.

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feb. 28. El P. Cristobal de Altamirano S.J. en su condición de Superior dela Compañía en la Provincia del Paraguay, cumpliendo con una solicitud deGarro, le anuncia que cuente con 3.000 indios de las reducciones.5

jul. 15. Vera y Mujica acampa cerca de la Colonia y espera instruccionesdel gobernador Garro.

jul. 21. Cambio de cartas entre Garro y Lobo, la del primero exigiendo ren-dición, la del segundo contestando que defenderá la Colonia del Sacramento.

jul. 23. Vera y Mujica con sus tropas que estaba próximo a los portugue-ses, deja algunos soldados de caballería y pasa a la barra del San Juan enespera de la orden de ataque.

ag. 7. En breve combate las fuerzas españolas ocupan la plaza, hacen pri-sionero a Lobo, y lo remiten a Buenos Aires en calidad de preso.6

1681.may. 7. Se firma el Tratado Provisional entre España y Portugal, por el

que la Colonia del Sacramento vuelve al dominio portugués, hasta tanto elPapa Inocencio XI, laude definitivamente sobre límites entre ambas Coronasen esta región.7

oct. En Badajoz se reunen diplomáticos de España y de Portugal paradefinir los límites en América.

1682.Al ser nombrado Garro gobernador de Chile, asume el gobierno de Bue-

nos Aires José de Herrera y Sotomayor.

1683.en. 11. El gobernador Herrera señala a la Corona los beneficios que traería

poblar Montevideo y los riesgos que ocasionaría hacerlo con Maldonado.

feb. 12. Cumpliendo órdenes del reino, Herrera entrega la Colonia al go-bernador portugués Duarte Teixeira Chaves.

Este en uso de sus facultades, levantan fortificaciones y otras construccio-nes necesarias a la población, reparte solares para vivienda y campos paraagricultura.

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1684.Vera y Mujica asume el gobierno del Paraguay, por fallecimiento de Juan

Diez de Andino.8

Poco después lo hace Francisco de Monforte, al pasar Vera y Mujica alTucumán.

Revuelta de los hermanos Beckman (Manuel y Tomás) y de Jorge Sampaiocontra los jesuítas que se oponían a la esclavitud indígena. Los colonos por-tugueses invadieron las propiedades de la Compañía de Jesús, los expulsarondel Estado de Marañón y por un mes constituyeron un gobierno propio.

1685. oct. 30. Monforte cumple un gobierno ejemplar, combate cruentamente a

los bandeirantes y a los indios chaqueños. Fallece el 2 de agosto de 1691.

1686.Herrera y Sotomayor que en 1683 manifiesta la conveniencia de fundar un

fuerte y asentar pobladores en Montevideo, reitera ante la Corona la necesi-dad “imperiosa para detener el expansionismo portugués”.

1687.La Corona de Portugal consulta al consejo Ultramarino sobre su interés

en abandonar la Colonia del Sacramento y poblar Montevideo y Maldonadopor su mayor valor estratégico en el Río de la Plata y el océano Atlántico.

1690.En Buenos Aires Agustín de Robles enfrenta a la armada francesa en sus

pretensiones de dominar el Río de la Plata.9

1691.Agustín de Robles es nombrado por la Corona, gobernador de Buenos

Aires.En Paraguay Sebastián Félix de Mendiola, sucesor de Monforte, es acusa-

do de arbitrariedades en la administración de los bienes públicos, lo apresanlas autoridades asuncenas y lo remiten a Buenos Aires para su juzgamiento.Finalmente resulta absuelto.

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1692.Las cifras de ganado vacuno en la cuenca del río Cebollatí y alrededores

hacia el S.E. alcanzando la cuenca del río Yaguarón son considerables, aun-que no están documentadas.

Desde la última década, las del S. del río Negro se calculan en más de5.000 cabezas de ganado cimarrón.

El Cabildo de Buenos Aires solicita permiso al Consejo de Indias paraintroducir negros esclavos en la región.

1693.Manuel del Prado y Maldonado gobernador de Buenos Aires defendió el

puerto y la ciudad contra ataques de armadas europeas.Militarizó a los indios y los instruyó para que sirviesen como ejército auxi-

liar.

abr. 28. El Cabildo de Buenos Aires envía representantes ante el Consejode Indias para obtener beneficios en la introducción de negros esclavos.10

El gobernador portugués de la Colonia, Francisco Naper de Lencastre,fundamenta su posición de que se debe fortificar Colonia y al mismo tiempoocupar militarmente Montevideo y después poblarlo.11

1694.Se confirma un embarque de 6.000 cueros vacunos, algunos procedentes

de la Banda Oriental y otros de Santa Fe.

1694-1729.Sucesivos descubrimientos de la riqueza mineral en el Brasil desde Minas

Gerais, Matto Grosso y Goiás (todas auríferas, y diamantes en diamantinaM.G.).

1695.abr. 10. El Cabildo de Buenos Aires pide a la Corona la reelección del

antiguo gobernador Agustín de Robles por los beneficios de su acción políti-co-administrativa anterior.

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1696.Juan Rodríguez de Cota gobernador del Paraguay hasta 1702.

1698.Tratado de Londres por el que Inglaterra, Portugal y Francia, se reparti-

rán España y sus colonias, a la muerte del Rey Carlos II (1665-1700). Portu-gal anexaría Galicia y Extremadura y en forma definitiva, además de SantaCatalina y Rio Grande del Sur, toda la Banda Oriental.

1699.El archiduque Carlos de Austria (1685-1740) pretendiente del trono espa-

ñol por razones de herencia familiar, jugará un papel importante en la guerrade la Sucesión.

dbre. 11. Oficio del Cabildo de Buenos Aires al Rey de España reclaman-do apoyo para tomar de nuevo la Colonia del Sacramento.

1700.oct. Carlos II, el último representante de la dinastía de los Habsburgo en

España, hace testamento en favor de Felipe, duque de Anjou y nieto de Luis XIV.

nov. 1o. Muere el Rey Carlos II. Proclama de Luis XIV de Francia a Feli-pe que se convertirá en Felipe V como nuevo Rey de España.12

nov. 16. Proclama de Felipe V (1683-1743) como nuevo Rey de España.Nieto de Luis XIV (1638-1715), inicia la Casa de Borbón en la Corona espa-ñola.

El Archiduque no acepta como válido el testamento y reclama sus dere-chos, desencadenando la guerra.

1701.feb. 18. Felipe V que entronizará la Casa de Borbón en España, llega des-

de Versalles a Madrid.Cuenta con el apoyo de castellanos y franceses, en tanto que el archiduque

de Austria, tiene a su favor a ingleses, catalanes, valencianos, aragoneses,portugueses y holandeses.

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En este año comienza la larga guerra de Sucesión que de española y di-nástica se convertirá en europea, terminando con la paz de Utrecht.13

Manuel del Prado y Maldonado asume la titularidad del gobierno del Ríode la Plata.

jun. 18. Con la firma del Tratado de la Alianza entre Luis XIV y Pedro II(1648-1706) de Portugal, España, que no fue tenida en cuenta en la negocia-ción debe entregar la Colonia del Sacramento. Por su parte Portugal cerrarásus puertos a aquellas naciones que estuviesen en guerra con Francia.14

ag. 27. El Rey Felipe V firma un convenio con la Compagnie Royal deGuinée por el que ésta adquiere la exclusividad del negocio de esclavos.

Por tal convenio (que regirá por 12 años), España autoriza el asiento denegros en las colonias, beneficiándose Buenos Aires.15

dbre. Se produce un ataque de los indios yaros a Yapeyú con gran matanzade españoles, guaraníes cristianizados, depredación de las imágenes religio-sas e incendio de la iglesia.

1702.sbre. 7. Se concreta la Gran Alianza contra España y Francia en La Haya.

Leopoldo I (Emperador de Austria 1657-1705), lo hace con Inglaterra, Por-tugal, los principados de Alemania, Holanda, Suecia y Dinamarca contra lascoronas de España y Francia ante posible alianza de ambas.16

La Guerra de Sucesión durará hasta 1714 y se luchará en frentes de Euro-pa y las colonias americanas.

El Archiduque de Austria es proclamado Rey de España en Valencia yBarcelona. Inglaterra logra que Portugal lo reconozca y como contrapartida,tenga el dominio de la Colonia del Sacramento.

En Brasil se reglamenta la explotación minera en Minas Gerais (donde en1686 se descubrieron yacimientos de oro).

En Paraguay, Antonio de Escobar y Gutiérrez asume el gobierno hasta 1705.

1703.Nombran gobernador de Buenos Aires a D. Alonso Juan de Valdés Inclán,

quien recibió órdenes terminantes del Virrey del Perú de reconquistar la Colo-nia del Sacramento para España.17

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Inglaterra y Portugal firman el Tratado de Methuen que permitirá intro-ducir mercaderías del primero en el segundo (fundamentalmente textiles) con-tra vinos portugueses en Inglaterra.

nov. 9. Por orden del Rey de España al Gobernador de Buenos Aires, éstedeberá desalojar a los portugueses de la Colonia de inmediato.

1704.El Gobernador Valdés Inclán recibe la notificación del Virrey de Lima y

procede a cumplirla.

jul. 22. Se reunen en el pueblo de Soriano tropas de ataque provenientesde Santa Fe, Corrientes, Buenos Aires y las reducciones jesuíticas en un totalde 4.000.

oct. El sargento Mayor Baltasar García Ros, cumple con el mandato delgobernador de Buenos Aires y pone sitio a la Colonia.

Por su parte el gobernador portugués Sebastián de Veiga Cabral (que esta-ba en sustitución de Naper de Lencastre), comunicó a su superior en BrasilRodrígo da Costa la necesidad de auxilio militar para defender la plaza.

Inglaterra se apodera de Gibraltar reconocido en los Tratados de Utrecht.Portugal declara la guerra a España.

1705.Sebastián Félix de Mendiola, al ser absuelto de sus acusaciones, asume

nuevamente el gobierno del Paraguay.El Archiduque que no consigue afianzarse como Rey de España sufrirá

importantes derrotas militares entre 1707-10, frente a las tropas de Felipe V.Las tropas portuguesas abandonan la Colonia en naves llegadas especial-

mente desde el Brasil.Se lleva a cabo la más importante arreada de ganado vacuno (400.000

cabezas) a cargo de 1.000 indios tapes, que recorrieron un total de 200 leguasa caballo.

1706.feb. 9. Por muerte del gobernador Mendiola, asume Baltasar García Ros,

que combatirá exitosamente a los bandeirantes.

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jun. Las tropas portuguesas ocupan Madrid.Muere Pedro II y asciende al trono Juan V (1689-1750).

1707.Derrota del ejército portugués en la Batalla de Almansa (Albacete) por

las tropas de Felipe V.Se desata la guerra de yaros y charrúas contra las Misiones jesuíticas del

Alto Uruguay, en Yapeyú, quienes logran combatirlos con grandes pérdidaspara los indígenas.

oct. 10. Manuel de Robles Lorenzana con grado de Capitán General asu-me el gobierno del Paraguay.

1708.Manuel Velazco y Tejada gobernador de Buenos Aires.

1710-12.Guerra de los mascates en Pernambuco, entre los colonos de Olinda en-

deudados y empobrecidos y los mascates (comerciantes) enriquecidos a sucosta.

1712.Llega a Buenos Aires el juez José Mutiloa y Andueza, acompañado de un

grupo de religiosos.Su misión era la defensa del gobernador Velazco y Tejada acusado de

varios delitos. Asume de inmediato el mando.

1713.abr.-jul. Se firma el primero de una serie de Tratados que llevarán el

nombre de Paz de Utrecht (en Utrecht, Rastadt y Baden) que tendrán graninfluencia en el destino de las Indias.

Las potencias signatarias son España y Francia por un lado e Inglaterray Holanda por otro.

Se acentúa la tendencia comercial de Inglaterra con los navíos de regis-tro.

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España pasa a ser una potencia de segundo orden.Gregorio Bazán de Pedraza nuevo gobernador del Paraguay.Paz entre Francia y Holanda.

1714.El Cnel. Alonso de Arce y Soria gobernador del Río de la Plata.Paz de Rastadt y Baden entre Francia, el Emperador y el Imperio.Consecuencias: Felipe V Rey de España, renuncia al trono de Francia.

Inglaterra recibe Gibraltar, Menorca, Terranova y tierras en la bahía deHudson.

1715.feb. 6. Por la Paz de Utrecht, España devuelve la Colonia a Portugal.18

El Virrey del Perú nombra a Baltazar García Ros gobernador interino delRío de la Plata.

A la muerte de Luis XIV asciende a la corona de Francia Luis XV hasta1774, pero por su minoridad (había nacido en 1710) fue Regente Felipe deOrleans (1715-23).

Son frecuentes las incursiones (“correrías”) de portugueses a los territo-rios al N. del Río de la Plata y al E. del río Uruguay, con el propósito dearrear ganado para la faena. En algunos casos llegan hasta Santo Domingode Soriano.

nov. 8. Ofensiva armada de los españoles contra los indios cuyas tolderíasse extendían hasta Gualeguaychú.

1716.sbre. Por Real Cédula se autoriza a Buenos Aires a la exportación de cue-

ros (extraídos de la Banda Oriental), que se hace a través de navíos ingleses.

oct. 11. Despacho del rey al entonces gobernador interino García Ros,intruyéndole del trato a dar a los portugueses dueños temporales de la Colo-nia.19

oct. 12. Bruno Mauricio de Zabala antes de salir de España recibe órdenesde la Corte sobre procedimientos prácticos a seguir con los portugueses en laColonia, una vez que tomase el mando de la gobernación de Buenos Aires.

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Bruno Mauricio de Zabala nombrado gobernador de Buenos Aires asumeal año siguiente.

Por fallecimiento de Bazán de Pedraza llega a gobernador del ParaguayAndrés Ortiz de Ocampo.

nov. 11. García Ros entrega la Colonia al gobernador portugués ManuelGomes Barbosa que cumplirá una gestión importante. Trajo de Brasil y dePortugal familias de labradores que cambiaron la economía de la región.

García Ros fijó los límites de Colonia a tiro de cañón, dejando en San Juanuna guardia permanente para vigilar a los portugueses.

1717.jul. Zabala inicia una ejemplar obra como gobernador de Buenos Aires.

En la Banda Oriental el Cap. francés Esteban Moreau llega a Maldonado, parahacer ilícito acopio de cueros (julio), pero perseguido por los españoles debehuir perdiendo una embarcación.20

sbre. 10. Noticia de Zabala al Rey sobre los planes que los portuguesestienen para ocupar Maldonado y Montevideo “en forma permanente”.

nov. 13. Real Orden de Felipe V a Zabala encargándole la fortificación deMaldonado y Montevideo, para evitar que portugueses o de otra nación euro-pea se apoderasen de esos importantes puertos.

“... Por lo que mira a fortificar los puertos de Maldonado y Montevideo osencargo asimismo déis la providencia que juzgareis puede ser mas efectiva asu logro, para que ni portugueses ni otra nación alguna se apodere ni fortifiqueen estos parajes”.21

Rebelión de los comuneros en la Asunción.22

1718.abr. 5 - jun. 11. Inútiles quejas de Zabala a la Corte sobre la falta de apoyo

militar y político para el cometido que le asignaron (contener el expansionismoportugues hacia el Río de la Plata).

Alianza de Austria, Holanda, Inglaterra y Francia contra España.

oct. 27. El Rey Felipe V insiste con Zabala para que fortifique Montevi-deo ante el peligro de que Inglaterra tome el estratégico puerto y trastorne elcomercio con el Río de la Plata.

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“Las malas consecuencias que podrían resultar de que los ingleses se apo-derasen del referido puerto de Montevideo, pues podrían incomodar o inte-rrumpir el comercio con ese puerto y causar otros muchos daños”.

1719.El Cabildo de Buenos Aires es llave para la arreada de vacunos en estos

territorios. En actas del mismo se dice que desde 1715 hay frecuentes incur-siones a la Banda Oriental por santafecinos.

La necesidad de cumplir con el Tratado de Asiento con Inglaterra, cuyasnecesidades, que son crecientes, aumentan las exportaciones de cueros, obli-gan a la autoridades españolas a tomar medidas.

1720.en. 27. El Rey reitera instrucciones al gobernador de Buenos Aires para

que vigile a los portugueses de la Colonia y también que concrete la fortifica-ción de Maldonado y Montevideo.23

Zabala contesta al Monarca explicando las dificultades que tiene en con-seguir vecinos de Buenos Aires, por falta de recursos económicos mínimospara que estos se trasladen a Montevideo con sus familias.

Moreau insiste en desembarcar en Maldonado, de donde es nuevamenteexpulsado por las tropas del Cap. Martín José de Echauri.

Regresa a la Banda Oriental, esta vez se interna en Castillos y con auxiliode los indígenas lugareños, consigue faenar reses para el acopio de cueros. Enlucha armada con los españoles, muere en combate.

Conspiración de Villa Rica (Minas Gerais) contra las casas de fundiciónque obligaba a los mineros a pagar excesivos impuestos.

El líder Felipe dos Santos fue ahorcado.En Portugal se crea la academia Real de la Historia.

1721.sbre. El criollo José de Antequera llega a la Asunción como juez

pesquisador de las rebeliones. Pasa un año en esa función, pero como estas sesuceden, el Virrey del Perú envía a García Ros con un bien pertrechado ejérci-to para combatirlas.

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1722.may. José García Inclán que vivía en Buenos Aires, propone un plan para

poblar Montevideo que es ignorado por las autoridades de España.

jul. 4. Zabala comunica al Cabildo de Buenos Aires que los vecinos que“quisieren ir a poblarse con su familia a la referida otra Banda se les señalarápor su señoría tierra y paraje donde lo puedan hacer”.

jul. 30. El Cabildo contesta complacido y promete convocar a los veci-nos.24

1723.may. 10. Real Orden firmada en Aranjuez por la que teniendo la Corte

noticias procedentes de Lisboa que los portugueses se proponen afincarse enMontevideo, fortificarla contra los españoles y poblarla con familias metro-politanas y de su colonia brasileña, urge mantener la Colonia dentro de suslímites fijados y en cuanto a Montevideo y Maldonado es prioridad fundar-las.25

Al mismo tiempo una Montevideo fortificada se convertirá en antemuralpara la defensa de Buenos Aires.

Jun. 29. Juan V de Portugal da instrucciones privadas al gobernador deRio de Janeiro, Ayres de Saldanha Alburquerque, que organice una expedi-ción con destino al Río de la Plata para ocupar Montevideo como puertollave al Atlántico.

Jun. Esa misión se la confía a Manuel Freitas da Fonseca.

nov. 22. El maestre de campo Manoel Freitas da Fonseca desembarca enMontevideo montando sus tiendas de campaña sin ninguna oposición de losespañoles que estaban ausentes del lugar.

Recibe refuerzos de caballería (40 hombres) y comienza una precaria for-tificación.

dbre. 1. El práctico de puerto Pedro Gronardo (¿-1727) que regresaba aBuenos Aires, después de operar con un buque inglés destinado al asiento denegros, avisa a Zabala que avistó una flotilla de portugueses en la bahía deMontevideo.26

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El Cap. Alonso de la Vega, jefe del destacamento de San Juan, siguiendoórdenes de Zabala, hostiga a los portugueses de la Colonia.

dbre. 7. Simultáneamente el gobernador se apresta a desalojar a los inva-sores de Montevideo.

dbre. 20. Felipe V reitera a Zabala las instrucciones anteriores y le ordenaque obligue a los portugueses a retirarse pacíficamente, si así no lo hicierenque use las armas “de forma que experimenten el rigor, y queden para enadelante con el escarmiento que merece su arrojo”.

1724.En tanto en Buenos Aires se arma una flotilla con dos naves artilladas y

piezas móviles para artillería, Zabala cruza a la barra del San Juan para tomarel mando de las tropas que atacarían a Montevideo.

en. Felipe V abdica en favor de su hijo Luis, que muere en agosto. El reyasume nuevamente la corona hasta el 9 de julio de 1746.

en. 7. El Cap. Alonso de la Vega llega a las cercanías de Montevideo.

en. 19. El jefe portugués Freitas da Fonseca enterado de la decisión delgobernador de Buenos Aires, le comunica de que ante tales preparativos deguerra dejara la posesión bajo protesta, lo que hace de inmediato.

Embarca sus fuerzas y regresa a Rio de Janeiro.

en. 20. El Cap. Alonso de la Vega que se había aproximado a Montevideo,la ocupa izando el pabellón de España.27

feb. A comienzos de mes Zabala llega y rápidamente se propone fortificarlasegún planos del Ing. Domingo Petrarca.

feb. 24. Llega a Montevideo, ignorando la resolución tomada por Freitasda Fonseca, la nave portuguesa Santa Catalina, que estaba artillada con 32cañones, 130 soldados de desembarco cuyo objeto era el de apoyar las tropasque se suponía la ocupaban.

Una breve escaramuza sin trascendencia militar concluyó con el episo-dio.

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1725.abr. 2. Zabala regresa a Buenos Aires.

abr. 16. Por Real Cédula se aprueba lo realizado por Zabala y se le nombraTte. Gral. de los Reales Ejércitos.28

Se autoriza a los armadores Francisco de Alzaibar y Cristóbal Urquijo atransportar tropas para la defensa de Montevideo y Maldonado. También encumplimiento de una política colonizadora, pueden hacerlo con familias ga-llegas y canarias deseosas de poblar Montevideo.29

nov. 19. Arriban a puerto en la nave Nuestra Señora de la Encina, fletadapor Alzaibar, las primeras familias procedentes de las islas Canarias.

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ADDENDA

Sociedad

1687.Los jesuitas fundan San Nicolás y San Miguel Arcángel al N. del río Piratiní

(Misiones del Alto Uruguay).

1690.Siguiendo el plan de fundaciones (lo que serán los Siete pueblos de las

Misiones Orientales), los jesuitas organizan San Borja al N. del río Ibicuy.

1691.Fundación de San Lorenzo Mártir entre los ríos Piratiní y Camacuá.

1698.Fundación de San Juan Bautista entre los ríos Ijiu y Piratiní, con guaraníes

evangelizados provenientes de Santa María y de San Lorenzo.El Mariscal de Campo Juan Velasco asume interinamente el gobierno del

Río de la Plata.

1707.Fundación de San Angel Custodio al N. del río Ijui en territorio del S. del

Brasil.

1708.Nueva fundación de la Compañía Inglesa de las Indias Orientales.

1710.Guenoas y boanes son reducidos. Se firma la paz bajo la supervisión del P.

José Arce S.J.El corsario francés Duclerc intenta tomar Río de Janeiro, es derrotado,

cae prisionero y es asesinado.

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1711.Nuevo ataque francés a la ciudad, seguido de saqueo.Se crea la Compañía de los Mares del Sur (Inglaterra “South Sea

Company” que operaría en toda Sudamérica (Atlántico y Pacífico), en formamonopólica.

1713.mar. Tratado de Asiento entre España e Inglaterra para el comercio y

venta de negros esclavos, por treinta años en favor de la última.En Buenos Aires los esclavos llegan con destino a Tucumán, Paraguay y

Chile.Los navíos negreros al regresar a Europa están autorizados a llevar plata

de Potosí y cueros del Río de la Plata.Otra de sus funciones es la de introducir mercaderías de contrabando en la

región.

1715.La Compañía Inglesa que se dedica al tráfico de esclavos establece en

Maldonado una factoría. (Pan Azúcar Bay).

1722.El bandeirante Bartolomé Bueno da Silva encuentra un yacimiento de oro

en Goiás.

1723.nov. 13. El cabildante bonaerense Lucas Manuel Velorado da cuenta de

que hay 36 familias interesadas en afincarse en Montevideo.De esta forma se piensa desalentar la faena de ganado destinada a coram-

bre por portugueses e indígenas .

1724.mar. 25. Llegan a Montevideo 1.000 indios tapes bajo las órdenes de algu-

nos jesuítas, con el cometido de ayudar en las obras de defensa y otras cons-trucciones.

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Después vendrán otros tapes como auxiliares para completar el levanta-miento de obras civiles, casas, oficinas, la capilla y seguir con las del fuerteque se terminarán al año siguiente.

Aplicando las Leyes de Indias sobre reparto de tierras (títulos XII, LibroIV), Zabala ordena a Pedro Millán la tarea de llevarla a cabo con solares ytierras para chacras.

1725.dbre. 2O. El Cap. de Caballos Corazas, Pedro Millán procede a levantar

el primer padrón de vecinos de Montevideo, censando a los oriundos de Bue-nos Aires y a los canarios recién llegados.

1726.ag. 8. Se aprueba el plano de la ciudad de Montevideo.30

ag. 28. Zabala como Capitán General dicta el auto para establecer la po-blación de Montevideo.31

dbre. 24. Se fija la jurisdicción de Montevideo y se hace efectivo el repar-to de tierras entre los pobladores.

La primera se hizo de acuerdo a la delineación del Ing. Petrarca.Ambas circunstancias ameritan a considerar esta fecha como la de la Fun-

dación de Montevideo.

1727.En Brasil se introducen semillas de cafeto procedente de la Guayana fran-

cesa.

en. 15. Millán ordena las fiestas públicas anuales de acuerdo al santoral dela Iglesia Católica.

La ciudad queda bajo la protección de los Santos Patronos San Felipe ySantiago.

El 20 de enero se celebra el día en que Alonso de la Vega entró en Monte-video.

El 8 de diciembre es el día de la Inmaculada Concepción de Nuestra Seño-ra la Virgen Santísima.

Por Real Cédula se aprueba la jurisdicción de Montevideo.

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1728.En este año se da por sentado la presencia de ovinos en el territorio.

jul. 15. El rey contesta una carta de Zabala del 6 de junio del año anterior,tomando cuenta de los progresos y alentando la política poblacional.

1729.mar. 27. Llega al puerto de Montevideo la nave San Martín que trae 25

familias oriundas de las Canarias.

dbre. 20. En cumplimiento de las Leyes de Indias, Zabala procede a fir-mar ante testigos el Acta de Fundación Jurídica de San Felipe y Santiago deMontevideo.32

Se nombra “Cura de almas” al párroco Nicolás Barrales.El P. Cattaneo S.J. al dar una visión objetiva de la nueva ciudad se convier-

te en el primer cronista de Montevideo.33

Cultura

Enseñanza.

1686.Se funda un colegio en Corrientes.

1710.Uno en San Juan y otro en San Luis, todos bajo administración de los

jesuitas. En cuanto a la Enseñanza Superior hay que destacar la obra de FrayHernando de Trejo, Primer Obispo criollo, Provincial de la Orden Franciscanaque tuvo el apoyo de la Compañía de Jesús para la fundación de importantesinstitutos.34

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1. Manuel Lobo (Lisboa 1635 - Buenos Aires 1683). D. Pedro II lo designa en1678 como gobernador de Río de Janeiro y le da Instrucciones (36 arts.) ordenándo-le apresurar cuanto fuera posible a pasar a aquel sitio con todo lo que pudieres de lomás esencial para la fortificación y población.

Entre sus oficiales estuvo el Cap. Francisco Náper de Lencastre futuro goberna-dor de la Colonia.

Bautizó con el nombre de Colonia del Santísimo Sacramento por ser en Lisboa,Hermano de la Cofradía del Santísimo Sacramento.

Estuvo prisionero en Buenos Aires, después trasladado a Córdoba en 1681, y porúltimo, de regreso a la primera, falleció el 7 de enero de 1683.

2. Desembarcó en la playa y siguiendo la tradición, desde las naves se dieronsalvas de cañonazos.

La Colonia del Sacramento ha sido declarada por Unesco “Patrimonio Mun-dial”.

El 18 de Octubre de 1995, se inauguró en la Plaza de Armas un monumento aManuel de Lobo, consiste en una cruz de Cristo forjada en hierro.

3. José de Garro (¿-1702) llegó a América después de la campaña militar dePortugal y la de Cataluña. Gobernador, encaró la reconquista de la Colonia delSacramento. Fue de Chile en 1682. De regreso a España desempeñó la gobernaciónde Gibraltar y el cargo de capitán general de Guipúzcua.

Antonio de Vera y Mujica, luchó en Italia y Francia llegando al grado de maestrede campo. Pasó a América donde actuó como gobernador de Santa Fe y de acuerdoa su gestión como poblador construyó caminos, puentes, fundó iglesias. Combatió alos indios del Chaco, expulsó a los portugueses de la Colonia y terminó como gober-nador del Paraguay.

4. “la causa de haber hecho pie en tierra de la corona de Castilla en quieta ypacífica posesión de esta ciudad de más de ciento veinte años a esta parte” justifica-ba su sorpresa, por lo cual, “si la venida de V.S. ha sido con ocasión de temporal, opara negocio que no pida ...”

Reclamo de Garro

“Como el príncipe Nuestro Señor, que Dios guarde, en la Reales Ordenes que daa sus gobernadores ultramarinos, manda que hallándose aquellas provincias de queles encarga con sobrados moradores les busquen nuevas tierras para que viniendocon más comodidad las puedan cultivar, me resolví, luego que llegué al Río de Janeiro(por la propuesta que la Cámara de aquella ciudad me hizo sobre el particular),

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embarcarme con la gente que me fue posible acomodar en estas embarcaciones,dejando orden de que me siguiesen otras que por instantes espero, buscando parteconveniente para hacerles nuevas situaciones; y habiendo discurrido toda la costadesde aquella plaza a este sitio, no hallé otro más acomodado así por el puerto,como por lo que se conjetura de las tierras; esté V.S. muy cierto que cuando medeterminé a poner los pies en ésta fue con la infalibilidad, que así ésta, como otrasmuchas, están dentro de los límites de la corona de Portugal, y son dominios delPríncipe Nuestro Señor y como así sea sin la orden expresa de dicho Señor no deter-mino volver atrás ni un paso, y como las dos Coronas tienen contraído entre sí unapaz tan firme y que esperamos se continúe por muchos años, las Personas Reales deuna y otra como sus Consejos resolverán lo que les parezca más conveniente".

Contestación de Lobo

5. “...afianzo aquí la mayor fuerza para rechazar esta población que hoy tienentan débiles que así que Vuestra Paternidad vea ésta, aliste tres mil indios de los deesas doctrinas, escogiendo a los de más satisfacción y curso en las armas, bien pre-venido que yo estoy satisfecho tenga en esto Vuestra Paternidad, especial distincióncon sus armas...”

6. Por el estado de salud de Lobo, las autoridades españolas lo remiten a Córdo-ba del Tucumán (abril 8 de 1681) a la que llega el 6 de mayo. Allí deberá permane-cer “sin salir de ella hasta que el virrey de estos reinos disponga”.

7. “Este acto internacional fue una abdicación sólo explicable por el estado dedecadencia a que habían conducido a la metrópoli múltiples causas conocidas, des-de la incapacidad de su monarca hasta la ruina de la hacienda pública. No puedejuzgársele como un hecho aislado, sino dentro del cuadro general lamentable queofrecían la nación y sus dirigentes; pero cumple destacar como antecedentes para lamejor comprensión de la tenacidad portuguesa en mantenerse en el Plata y extenderluego su colonización hasta Montevideo, que el Tratado de 1681 admitió el debatesobre una jurisdicción que hasta aquella fecha España había considerado inobjetable;y prolongó la concesión hasta el punto de convenir en un arbitraje si sus derechosfuesen contestados en el seno de la comisión prevista”.

En: Luis Azarola Gil, La Colonia.

8. Juan Diez de Andino, sargento mayor de S.M. en 1663. Tuvo una gestión im-portante en la lucha contra payagués y guaicurúes continuamente sublevados contrala autoridad civil. Su gestión administrativa fue correcta.

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9. “Despejado el horizonte político, se entregó el Cabildo de Buenos Aires a reforzarla vigilancia sobre los portugueses, estrechándoles en Colonia bajo el rigor de un verda-dero asedio comercial; pero con su ordinaria diligencia supieron aquéllos salvarse delapuro. Fiándose al interés egoísta de unos cuantos individuos, ensayaron el comercio decontrabando con Buenos Aires, que les dió pingües ganancias. De Río Janeiro recibíannegros esclavos, azúcar, tabaco, vinos y licores, cambiándolos con Buenos Aires subrep-ticiamente por harina, pan, carne seca y salada, y sobre todo, plata importada directa-mente del Perú.8 La suspicacia del Cabildo no llegó a penetrarse en los primeros tiem-pos, de la importancia de estos manejos que herían en su base más robusta al sistemaprohibitivo de España, así es que escribiendo en 10 de abril de 1695 a la Corte para pedirla reelección del Gobernador Robles, alegaba como principal título de los méritos deéste, la guerra comercial que hacía a los habitantes de Colonia, cuya situación aparente-mente desesperada describía el Cabildo en estos términos: “De manera que sin faltarRobles á ninguna cortesía de las que aprecia esta nación (los portugueses), insensible-mente los va gastando, de modo que los tiene despechados, por ver consumidos de lapolilla los almacenes de ropa que tenían prevenida para este efecto, sin más operaciónque la de su firme constancia en no permitirles su intento; conque si sobre este gravísimodaño que han recibido en tan gran cantidad de hacienda, experimenta á pocos años mástan crecidos gastos como los que hace en la manutención de la Colonia la corona dePortugal, sin que consiga de ellos el logro pretendido de su utilidad, parece imposibleque deje de abandonar dicha Colonia”.

8 Scherer, Historia del comercio de todas las naciones; tomo II, cap. I.En: Bauza, o.c.

10. “Buenos Aires fue agraciada en ciertas ocasiones con el permiso de importarvarios cargamentos de esclavos, que se vendían entre las personas pudientes de laciudad y provincia, con prohibición, sin embargo, de sacarlos de ella. Pero como sehiciera sentir en Europa cierta reacción contra el fomento de un comercio tan inmo-ral e ilícito, y como el Gobierno español recibiera de súbditos desinteresados muyparticulares informaciones sobre la materia, comenzó a restringir las liberalidadesde este género, paralizándose naturalmente el tráfico a que ellas daban vida.

Esta actitud disgustó mucho al Cabildo de Buenos Aires, que diversas veces ha-bía reclamado la introducción de esclavos como un beneficio de la mayor trascen-dencia para los intereses de la ciudad. Queriendo reintegrarse de semejante pérdidadiputó ante el Consejo de Indias a varios individuos, expidiéndoles en 28 de abril de1693 unas instrucciones cuyo primer capítulo decía así: “1a. Primeramente, queS.M. permita que en los navíos de registro, ó por cuenta del asentista del comercio setraigan á este puerto negros, 200 á 300 en cada viaje, de los que se hallaren en

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Cádiz, en cada ocasión; y, de no haberlos, permita que cada tres años por lo menos,venga un navío de registro con 500 negros, para que unos y otros se vendan á true-que de frutos, por repartimiento á los vecinos de esta ciudad y provincia, con prohi-bición de no sacarlos de ellas, pena de perdidos como así se acostumbraba en suantigüedad, y alegar los ejemplares de haber dado S.M. permiso por tiempos, paranegros, de que tanto se necesita para las haciendas y crías de ganados, y que porfalta de ellos están estos vecinos destruidos y arruinados, ocasionando el que valganlos bastimentos tan caros y haya la falta que se ha experimentado estos años, de quelleva suficiente prueba é información”.

En Bauzá, o.c.

11. Francisco Naper de Lencastre como gobernador tuvo una gestión positivaalentando la política cerealera y de multiplicación de los bovinos. Comerció conBuenos Aires, exportó cueros al Brasil y logró el aumento de la población de 333 h(1683) a 1.500 h (1690) como consecuencia de la prosperidad que tenía la Colonia,a la que llegaron portugueses desde Brasil.

12. El 16 de noviembre de 1700, Luis XIV declaró Rey de España Indias, con elnombre de Felipe V, a su nieto Felipe de Anjou. El 24 de noviembre se realizó laproclamación ante la corte francesa reunida en Versalles. Después de un viaje triun-fal, el 18 de febrero de 1701 el nuevo monarca hizo su entrada en Madrid.

El 1o. de febrero, Luis XIV había resuelto que el duque de Anjou y sus descen-dientes conservaran sus derechos a la corona de Francia. La idea del monarca fran-cés de integrar una sola nación con España y Francia comenzaba a entrar en elterreno de las posibilidades y hacía exclamar al embajador español en París, mar-qués de Castel dos Rius, al rendir pleitesía a Felipe V: “¡Qué dicha! ¡Ya no hayPirineos! ¡Se han hundido en la tierra, y no formamos más que una nación!”.

Pero para concretar sus planes, Luis XIV aún necesitaba de otra pieza: Portugal.En junio de 1701 suscribió un acuerdo con Pedro II de Portugal -llamado Tratado deAlianza- al que España, que no había sido consultada, se plegó sin voluntad deresistencia. Por este tratado los portugueses se comprometían a cerrar sus puertos alos barcos de cualquier potencia que hiciera la guerra a Francia y a España por elasunto de la sucesión. El precio de ese convenio fue la entrega de Colonia del Sacra-mento.

13. Firmada en la ciudad holandesa de Utrecht el 11 de abril de 1713 entre Espa-ña y Francia, por una parte, e Inglaterra y Holanda por otra.

Alemania, no conforme, prosigue la guerra contra Francia que terminará con laPaz de Rastatt en 1714.

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14. “Conservar la firme amistad y alianza que se procura conseguir con esteTratado y quitar todos los motivos que pueden ser contrarios a este efecto, Su Majes-tad Católica cede y renuncia todo y cualquier derecho que pueda tener en las tierrassobre que se hizo el Tratado Provisional entre ambas coronas el 7 de mayo de 1681,y en que se halla situada la Colonia del Sacramento: el cual Tratado quedará sinefecto, y el dominio de dicha Colonia y uso del campo de la Corona de Portugalcomo al presente lo tiene”.

15. “En el año 1701, se otorgó el Asiento, a la Compañía Real de Guinea. EstaCompañía iba a operar en el Río de la Plata, introduciendo los negros por BuenosAires. Su compromiso era el de colocar en las Indias y en el plazo de diez años,cuarenta y ocho mil negros, a razón de cuatro mil ochocientos por año, que venderíaen su beneficio, percibiendo la Real Hacienda doscientos mil escudos inicialmente, yvencido el contrato, la cuarta parte de las ganancias que rindiera el Asiento.

En lo que se refiere al Río de la Plata, la introducción debería alcanzar el númerode setecientas a ochocientas “piezas” por año, autorizándose la arribada de dosnaves anualmente”.

“Cuando a partir del Tratado de Utrecht, la South Sea Company, obtuvo el mono-polio del Asiento desplazando a los franceses, se vinculó muy íntimamente a BuenosAires y muy prontamente obtuvo autorización para faenar en la Banda Oriental,para proporcionar alimento a los esclavos y naturalmente hacer corambre, por locual hubo de levantar las construcciones necesarias para la protección del carga-mento que llevaría a su retorno. Estos barracones fueron instalados en la costa delArroyo de las Vacas y ese fue el momento en que se introdujeron los esclavos en elterritorio de la Banda Oriental.

La Compañía estaba autorizada para introducir anualmente, al Río de la Plata,mil doscientas “piezas”. De ellas, ochocientas debían quedar en el mercado de Bue-nos Aires y las cuatrocientas restantes, se distribuirían en el Paraguay, Chile y Perú.¿Podía el Buenos Aires de aquella época, absorber ochocientos negros anualmente?Es evidente que no, pero los representantes de la Compañía obtuvieron el privilegiode introducir, en el interior del Continente, el excedente de los no adquiridos enBuenos Aires, luego de seis meses de desembarcados.

El Caserío del Arroyo de las Vacas funcionaba eficientemente y la Compañíadispuesta a realizar toda clase de comercio, lícito o ilícito, en la zona donde ejercíasu monopolio, contrabandeó esclavos en las zonas mencionadas y los descargó, li-bremente, en la Colonia del Sacramento, desde donde desbordaron a los territorioscincunvecinos. Asimismo la Compañía obtuvo el privilegio de arribar al Puerto deBuenos Aires, con un barco mercante, de quinientas toneladas, con efectos comer-

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ciales, que podían ser libremente vendidos en la plaza. Era una nave milagrosa, cuyostock de mercaderías jamás se agotaba, con grande regocijo y aprovechamiento delos poco escrupulosos comerciantes locales, quienes en pública connivencia, apoya-ban este contrabando oficializado. En la Colonia del Sacramento se hallaba fondea-da la gran flota mercante proveedora”.

En: Tabaré Melogno, Portugos y Brasileños

16. El Tratado firmado en La Haya además de reclamar los privilegios que ha-bían gozado tanto Inglaterra como Holanda consideraban legítimo para el desen-volvimiento del comercio y navegación, adueñarse de territorios de la Corona espa-ñola en las Indias.

17. “Este fue el último suceso notable acaecido bajo el mando del Gobernador Pra-do, quien lo entregó en 26 de junio de 1703 al Maestre de Campo D. Alonso de ValdezInclán. El grado militar del sustituto de Prado, y sus antecedentes personales, no desde-cían de la elevación del puesto que alcanzaba. Había guerreado Inclán con notorio valoren las campañas de Cataluña, donde sirvió bien. Su carácter, sin embargo, era hartoapasionado en ciertas ocasiones, según habrá lugar de verlo, principalmente en asuntosrelativos a la vida privada; y si debía señalarse gloriosamente contra los portugueses, nole esperaba igual suerte para reprimirse a sí mismo en las cosas íntimas. Como quieraque sea, dio muestra luego de sus buenas calidades militares, aplicándose con inteligentedesvelo a reforzar las fortificaciones del puerto de Buenos Aires, temeroso y precavido delo que pudieran intentar las naciones coaligadas contra España, para lo cual se sirvió de700 indios de las Reducciones jesuíticas, que pusieron en excelente estado de defensaaquella plaza. Esta resolución le atrajo simpatías, porque provocó en el pueblo la con-fianza, con lo cual dispuso Inclán del concurso moral y material que necesitaba en lasapretadas circunstancias a que los sucesos iban a reducirle”.

En: Bauzá, o.c.

18. “Su Majestad Católica no solamente volverá a Su Majestad portuguesa elterritorio y Colonia del Sacramento situada sobre el borde septentrional del Río dela Plata, sino también cederá en su nombre y en el de todos sus descendientes, suce-sores, herederos, toda acción y derecho que S.M. Católica pretendía tener sobre eldicho territorio y Colonia, haciendo la dicha cesión en los términos más fuertes ymás auténticos y con todas las cláusulas que se requieren, como si estuvieran inser-tas aquí, a fin de que el dicho territorio y Colonia queden comprendidos en el domi-nio de la Corona de Portugal, sus descendientes, sucesores y herederos, como siendoparte de sus Estados, con todos los derechos de soberanía, de absoluto poder y deentero dominio, sin que S.M. Católica, sus descendientes, sucesores y herederos pue-

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dan jamás turbar a S.M. portuguesa, sus descendientes, sucesores y herederos endicha sucesión; y en virtud de esta cesión el Tratado provisional concluido entre lasdos Coronas, en 7 de mayo de 1681, quedará sin efecto ni vigor alguno”.

19. El Rey - D. Baltasar García Ros, mi Gobernador interino de la ciudad de laTrinidad y puerto de Buenos Aires en la Provincia del Río de la Plata, o la persona opersonas a cuyo cargo fuere su gobierno. Por despacho de la fecha de hoy, que recibiréiscon éste, entenderéis la resolución que he tomado de que con ningún pretexto difiérais eldar a los portugueses posesión de la Colonia del Sacramento, en conformidad de loestipulado en el artículo 6 del último tratado de paz y de lo que en su consecuencia tengomandado por otro despacho de 26 de julio del año pasado de 1715 y siendo lo que, segúnel enunciado artículo 6, he dado y cedido a Portugal lo mismo y nada más que lo quetenía antes y constante que por el tratado provisorio de 7 de marzo de 1681 sólo se lesconcedió el territorio, que comprendía a tiro de cañón de la fortaleza que habían cons-truido y que en este estado se mantuvieron hasta el año 1705 en que fueron desalojados:pues aunque usufructuaban las campiñas, era a hurto y siempre entendía se les obligabaa contenerse, como lo acreditáis vos en la representación, que acerca de este asunto metenéis hecha con fecha 7 de diciembre de 1715, no es ni ha sido mi real ánimo dar, niceder a portugueses más de lo que tenían y ocupaban en 1705 y que en esta conformidadno debéis permitirles más extensión ni territorio, que el que comprenda el tiro de cañón,y que si lo intentasen, se lo procuréis embarazar, arreglándoos al expresado artículo 6,cuya copia he querido remitiros con este despacho, firmado de mi infrascripto secretario:observando para ello, las órdenes que tengo expedidas desde el año de 1680 a vuestrosantecesores y manteniendo a este fin, en los puestos de Santo Domingo Soriano, SanJuan y los demás, las guardias que ellos han tenido y mantenido por lo pasado, más omenos fuertes, según lo pidiere la necesidad o precisión, respecto a las noticias queadquiriéreis del designio que puedan tener los portugueses; sobre que os encargo lamayor vigilancia, sin permitirles que en las ensenadas y puertos de este río y con especia-lidad en los de Montevideo y Maldonado puedan hacer fortificaciones y otros actos deposesión, oponiéndoos a ello, como os mando lo hagáis en caso necesario, según estáordenado y prevenido antes de ahora a vuestros antecesores, y no concedido en esteúltimo tratado y finalmente he resuelto, en punto al comercio y comunicación con esaciudad y provincia, celes con tal actividad y vigilancia, que ni aun para lo más preciso debastimentos se permita el comercio de unos y otros vasallos; con declaración de que nopor ésto se les deba impedir el curso de sus embarcaciones en el río ni que dentro de loslímites del territorio de tiro de cañón puedan hacer justificaciones de todo lo que hequerido advertiros, ordenaros y mandaros, como por el presente lo hago, os arregléis aesta mi deliberación, observándola literalmente para que de esta forma se logre contenera los portugueses en los límites de lo que únicamente les he dado y cedido y frustrarles

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cualquier otra idea que puedan tener; sobre lo cual os hago el más estrecho y eficazencargo, fiando de vuestra acreditada experiencia, amor y celo al servicio, os declaréiscon la mayor actividad y vigilancia al más exacto cumplimiento de esta mi resolución.Fecha en Buen Retiro, a 11 de octubre de 1716. Yo el Rey.- Por mandado del Rey nuestroseñor D. Francisco de Castejón.

En: Juan M. de la Sota, Historia del Uruguay

20. Bruno Mauricio de Zabala (1682-1736). Mariscal de Campo de los EjércitosReales de España, Caballero de la Orden de Santiago, Gobernador y Cap. Gral. delRío de la Plata.

Durante la Guerra de Sucesión luchó en Flandes, Gibraltar, Zaragoza y Lérida.En 1725 por su servicio a la Corona al luchar contra los portugueses en Monte-

video, ascendió en su grado militar por orden Real.Al acabar su mandato en Buenos Aires, fue nombrado Presidente de la Real Au-

diencia de Chile, pero debió intervenir en Paraguay contra la revolución de los comu-neros de Antequera a los que derrotó. Falleció en el viaje entre Santa Fe y Córdoba.

Desde 1737 sus restos están sepultados en la Catedral de la Merced de BuenosAires.

21. “En 1697 corrieron inminente riesgo las posesiones españolas del Río de laPlata de ser presa de los franceses. Halagado Mr. de Pointis del próspero suceso quetuvo su escuadra de 24 bajeles en Cartagena, que la entregó al saco, se disponía aejecutar lo mismo en el puerto de Buenos Aires. Gobernaba entones D. Agustín deRobles, quien activó su defensa y la sostuvo con bizarría, ayudado de 2.000 Guaraníesque hizo venir de las Misiones; de cuya disciplina escribió a la Corte, demostrandola justa admiración que causaron a los enemigos y a sus propios soldados de línea.

En 1701, según es de presumir a fines o principios del siguiente año, una escua-dra dinamarquesa amagó estos puertos con designio de ejecutar alguna sorpresa uocupación: mas el Gobernador, D. Manuel del Prado y Maldonado se previno apron-tando todos los vecinos y 2.000 indios Guaraníes de las Misiones Jesuísticas, con loque quedó desvanecido el riesgo desistiendo los Dinamarqueses de su intento.

En 1717 los franceses establecieron comercio con los indios infieles de la costamarítima. Cuatro buques anclados en la Ensenada de Maldonado dan principio alacopio de cueros, ayudados de los indios Guenoas: por cuya razón D. Bruno Mauriciode Zabala había dispuesto que D. Blas de Leso con los buques que había en BuenosAires saliese al encuentro, lo que verificó con tal suceso que logró tomar el navíoSan Francisco que era la capitán en que montaba Mr. Esteban Moreau. Poco escar-mentado de este suceso, vuelto a Francia armó dos navíos, con los cuales navegó alRío de la Plata y se dejó ver en 1720 hacia Montevideo, desembarcando parte de la

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gente hacia Castillos no lejos del Cabo de Santa María sino a distancia como deocho leguas. Los que allí quedaron entablaron amistad con los Guenoas para hacercorambres y éstos les ayudaban por el interés de las bujerías con que los agasaja-ban. Para encubrir este tráfico y acaso con el ánimo de permanecer, se había fortifi-cado en Maldonado. Luego que llegó la noticia de Zabala este suceso dispuso que lecapitán D. Martín José Ellauri pasase con su destacamento a desalojarlo. Por dosindios de los del servicio de los franceses supo Ellauri que permanecían en Maldonadoy cuando se propuso atacarlos se embarcaron precipitadamente, desamparando cuatropiezas de artillería, 30 barracas y algunos despojos. Pocos meses después se halla-ban con más de cien hombre atrincherados en Castillos. Considerando Zabala queera perjudicialísimo a estas provincias este comercio, y que tal población debía serfunesta a la seguridad de la navegación del Río de la Plata, despachó a D. AntonioPando y Patiño, capitán del presidio de Buenos Aires con suficiente fuerza de miliciaespañola y algunos indios Chanás de la reducción de Santo Domingo Soriano,18

para que registrase la costa septentrional del río y desalojase a los franceses decualquier parte donde hubieran hecho asiento. A la inmediación de Maldonado al-canzó a Pando el Alférez Lorenzo de Zárate, trayendo preso cierto mulato que habíaaprehendido la partida del Teniente D. José Bolaños, que por su orden se habíaadelantado a reconocer el campo. Aunque éste quiso encubrir la posición que ocu-paban los franceses, luego que vio que se le quería aplicar tormento confesó deplano estar de asiento en Castillos, haciendo corambre y muy prevenidos para de-fenderse en cualquier trance. En virtud de ignorar, los prácticos que Pando sacó deSoriano, el camino de Castillos, llevó de conductor al mismo mulato caminando dedía y de noche hasta ocho leguas antes de llegar a Castillos donde descansó algo lagente19 para marchar a las siete de la noche a la ligera: pues dejó allí cuanto pudieraembarazar su marcha. Antes de amanecer sobrevino una espesísima niebla a cuyofavor internándose encubiertos hasta el tiro de fusil de las barracas por un cañadónque mediaba, avanzó Pando con su gente sobre la primera barraca donde estaba elcapitán Mr. Esteban Moreau; pero sintiendo el tropel los franceses tomaron las ar-mas e hicieron mucho fuego contra los españoles por espacio de media hora, anima-dos de Mr. Moreau su capitán, que se defendía con gran valor, hasta que el ayudanteD. Pedro José de Gararycochea le dio un balazo en la boca y le derribó muerto. Aotro capitán apuntó con la misma fortuna Francisco de Amestoy; pero sin embargoasí éste como el teniente D. Francisco Gutiérrez, se vieron en gran apuro para des-embarazarse de seis o siete franceses, que con espada en mano acometieron a cadauno de los dos: más al fin quedaron victoriosos obligando a los de esta barraca arendirse a discreción. Sucesivamente se rindieron otros dos puestos con algún estra-go mayor que el primero. Ochenta y tres franceses aparecieron entre muertos, heri-

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dos y prisioneros, ocho mil y más cueros, un lanchón y otras embarcaciones meno-res, que todo mandó Pando arrojar al agua por no poderlo reducir”.20

18 Eran 54 veteranos, 27 milicianos y 25 indios Chanás.19 El 24 de mayo de 1720.20 Sucedió ésto el 25 de mayo de 1720 en cuya acción ayudaban a la defensa buen

número de los indios Guenoas que se emplean en las faenas de corambre; mas deéstos, casi todos mal heridos huyeron y dos se tomaron prisioneros, pero de los fugi-tivos, algunos murieron, porque habiéndose arrojado al río de los Chanás de SantoDomingo Soriano, los flechaban con gran destreza y aun de un flechazo murió tam-bién un francés.

En: De la Sota, o.c.

22. “José de Antequera nació en Panamá, en el año 1690. Era hijo de un granministro que sirvió durante cuarenta años al rey, inclusive en La Plata. Por parte dela madre pertenecía ala familia de los Enríquez, de noble alcurnia. Se graduó enleyes y teología, y conoció los esplendores de Lima, “la elegante capital delVirreynato”. Más tarde fue fiscal pesquisidor de la Audiencia de Charcas. En 1721 -ya lo dijimos- fue comisionado por ésta a la Asunción para instruir proceso al gober-nador Diego de los Reyes Balmaceda. De su gestión judicial y política en la provin-cia del Paraguay también hemos hecho referencias al ocuparnos de la revolución delos Comuneros. En los trajines de dicha pelea histórica comprobó José de Antequerasus cualidades de orador elocuente. Era un tribuno de dicción donosa y persuasiva,un doctrinario de nobles y elevados ideales, un caudillo político que ejercía podero-sa atracción sobre las masas, un jurista de comprensión honda y humana. El Memo-rial Ajustado, en que ensayó su defensa, es una pieza escrita en prosa clara, plena deerudición y buen gusto. Se revelan en el autor el hombre de derecho y el literato. Suscitas son en latín y en francés.

Ahogada la segunda revolución comunera, Antequera salió de la Asunción, el 5de marzo de 1725, con el propósito de presentarse a la Audiencia de Charcas. Leacompañaban su maestre de campo, Sebastián Fernández Montiel, Juan de Mena, elprestigioso caudillo comunero, y otras cuarenta personas. En Córdoba se refugió enel convento de San Francisco. En esa casa oyó pregonar el bando del virrey delPerú, marqués de Castelfuerte, por el cual se le declaraba proscripto y , en conse-cuencia, cualquiera podía arrancarle la vida. El bando prometía la paga de cuatromil pesos a quien lo entregase vivo o muerto, y la mitad de dicha suma a la personaque declarara o denunciara su paradero.

En octubre de 1725, Antequera desapareció de Córdoba. Días después se presen-tó a la Audiencia de Charcas. Esta, antes que ampararlo en tan grave trance de su

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vida, lo mandó apresar y remitir a Potosí juntamente con Juan de Mena, el capitánAlonso González de Guzmán, Tomás de Cárdenas y Miguel Duarte. Enviado a Lima,el 8 de febrero de 1726, permaneció en la cárcel durante cinco años. Desde su celdase trabó en polémica con fray José de Palos.

Condenado a muerte, José de Antequera Enríquez y Castro, “Caballero deAlcántara”, título obtenido por su nacimiento y por sus prendas personales, fue eje-cutado en la ciudad de los Virreyes, el 5 de julio de 1731.

Huyendo con mi caballo / Pasé por una tranqueraY allí puse este letrero: / “¡Viva José de Antequera!”A la puerta de mi casa / Tengo una loza fronteracon un letrero que dice: / “¡Viva José de Antequera!”

El rey Carlos III revisó, posteriormente, el proceso del caudillo comunero y loproclamó “honrado y leal ministro”.

Fernando de Mampox y Zayas era natural del reino de Valencia, estaba gradua-do en leyes y era abogado de la corte de Lima. Conoció a Antequera en la cárcel y,abrazando la causa popular, huyó de la prisión y se dirigió al Paraguay.

Arribó a la Asunción en el mes de julio de 1730. Se hospedó en la casa de Fernan-do Curtido, un fervoroso comunero, con el propósito de proseguir la lucha. El añosiguiente al de su llegada fue nombrado gobernador del Paraguay don Ignacio deSoroeta, conspicuo amigo de los jesuitas. Esta circunstancia le ganó la repulsa po-pular. Estalló un motín el 28 de diciembre, día de los inocentes. El pueblo rodeó lacasa de gobierno y se apoderó de algunos regidores adversos. Fernando de Mompoxy Zayas se rebeló en esta ocasión “un orador extraordinario, un tribuno decidido yaudaz. Alentó a la masas; las condujo hacia la acción con su verba ardiente y susactitudes que eran incitación y orden. Fue quien dió forma a las aspiraciones colec-tivas proclamando la superioridad de la voluntad del común, aún sobre la del rey. Lasubversión era plena, una revolución en el siglo XVIII digna de ser citada comoprecursora de la Independencia”.

En consecuencia de esta rebelión popular fue designado José Luis Barreiro comopresidente de la junta de gobierno. Pero Barreiro traicionó la causa popular. Pormedios engañosos mandó apresar a Mompox y lo hizo remitir a Itatí. Más tarde se lotrasladó a Buenos Aires. Algún tiempo después se lo condujo a Chile. Hallándose enel camino de Mendoza, el tribuno popular logró escapar, apoyado por sus amigos,venidos a ese efecto de Paraguay. Por vía Colonia del Sacramento, se internó en elBrasil. En Río de Janeiro se dedicó al comercio menudo. Y en esa ciudad, exilado,“el olvido cubrió sus pasos y cayó sobre su memoria”.

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“La segunda revolución de los “Comuneros” se inició en el año 1717. Designadogobernador Diego de los Reyes Balmaceda, la provincia recomenzó a inquietarse.Reyes Balmaceda tenía conocidas vinculaciones con los jesuitas, y esta circunstanciale atrajo la abierta animaversión popular. Tenía, además, otro motivo de resistencia, lafalta de “dispensa de naturaleza”, por hallarse casado con una asuncena. Apenas sehizo cargo de la gobernación, Reyes Balmaceda comenzó a perseguir al general Joséde Ávalos y Mendoza, al mayor José de Urrúnaga, al capitán Francisco de Roxa Aranday a Antonio Ruiz de Arellano. Este último pudo escapar a la vigilancia del gobernadory ocurrió en queja a la Audiencia de Charcas, “la cual designó investigador de lasdenuncias al juez de la Santa Cruzada, José García de Miranda, con cargo de liberara Avalos y Urrúnaga, desembargar los bienes de ellos y remitir los antecedentes altribunal para su definitivo juzgamiento”. El comisionado no tuvo éxito en sus gestionesen el Paraguay; pero la Audiencia, fundada en sus informes, ordenó la restitución de loembargado a sus respectivos dueños, así como la libertad de los presos de Arecutacuá,y aplicó al gobernador abusivo una multa de cuatro mil pesos.

Las acusaciones formuladas por el vecindario de la Asunción contra Diego de losReyes Balmaceda -escribe Justo Pastor Benítez- fueron la injusta guerra a lospayaguáes; la persecución a los indios de las reducciones y empleo de ellos en suservicio particular; las trabas puestas al comercio, principalmente al de yerba, cuyolaboreo constituía la industria principal de la provincia; la creación de gabelas paralas embarcaciones; el haber asumido la gobernación “sin dispensas de naturaleza”,pues estaba casado con la asuncena Francisca Benítez; y el haber interceptado loscaminos a Charcas para impedir la presentación de las denuncias formuladas encontra suya.

En el fondo de estas causas políticas deben buscarse las causas económicas queeran las verdaderas. En esta segunda revolución de los comuneros la cuestión con-sistía en un conflicto entre las misiones jesuísticas y la población civil; “entre losencomenderos y la república cristiana”. El Cabildo, en esta pugna histórica, repre-sentaba al “común”; los gobernadores al “absolutismo”, y se apoyaban en el predo-minio de la Orden de Ignacio de Loyola.

En estas circunstancias, la Audiencia de Charcas designó, el 20 de noviembre de1720, a José de Antequera Enríquez y Castro como juez pesquisidor. Antequera llegóa la Asunción el 20 de agosto de 1721. Inmediatamente inició el proceso. Dando porprobados los cargos, dictó prisión contra Diego de los Reyes Balmaceda, y el em-bargo de sus bienes, de acuerdo con las instrucciones que traía. Antequera tomóposesión del gobierno. Mientras tanto, Reyes Balmaceda, huído de su prisión, sepuso a la cabeza de seis mil indios y avanzó hasta Trabapy. De este pueblo retrocedióante la actitud enérgica del Cabildo de la Asunción. Reyes Balmaceda fue prendidopoco después por las autoridades de Corrientes. El virrey de Lima resolvió apoyar al

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gobernador destituído y preso. Envió, a ese efecto, al coronel Baltazar García Ros,quien al frente de un ejército de más de dos mil hombres avanzó con rumbo a laAsunción. En ese espacio de tiempo, el 24 de agosto de 1724, el Cabildo decretó lasegunda expulsión de la Compañía de Jesús de la provincia del Paraguay. La resolu-ción trae esta página de hierro: “Luego que don Baltazar García Ros asome en lasriberas del Tebicuary extinguiremos de esta ciudad el Colegio de la Compañía deJesús, porque no queremos entre nosotros personas que nos aborrecen y persiguen yque tiran a consumir y aniquilar a los naturales de esta provincia. Los que en caso dederrota vuelvan vivo de dicho paraje y acto de guerra, ejecutarán esta decisión,consumirán a don Diego de Reyes y a toda su generación, y también a nuestrasmujeres e hijas, para que no queden expuestas a los riesgos y peligros con que sonamenazadas y no degeneren de su nobleza”. “Esta resolución extrema tuvo su reso-nancia y su eco en la jornada final de Cerro Corá en 1870, trágico final de un pueblointransigente”.

En: Centurion, o.c.

23. Yo el Rey - Brigadier D. Bruno Mauricio de Zabala, mi gobernador y capitángeneral de la Ciudad de la Trinidad y puerto de Buenos Aires, en la Provincia del Ríode la Plata.

Hallándose D. Baltasar García Ros, sirviendo ese gobierno en interino, participóen cartas de 16 de enero y 11 de febrero de 1717 que en ejecución de lo prevenido enreales cédulas de 26 de enero de 1716, había hecho entrega de la Colonia del Sacra-mento en 11 de noviembre de dicho año de 1716 al maestre de campo D. ManuelGómez Barboza, que con poderes bastante había ido con alguna gente para ello, sibien después había introducido Barboza pretensiones a fin de que se declarase ellímite, que se destinaba a este territorio; pero que no se había determinado a ello porno expresarse en las citadas reales cédulas, ponderando los inconvenientes que re-sultarían, así a mi real servicio, como esas provincias, de que los portugueses consi-guiesen la extensión que solicitaban, no debiéndoseles permitir más, que lo que lesestaba señalado por el cap. 6 del tratado de Utrecht, que se reducía a la Colonia yterritorio que cubría su cañón: que era lo mismo que tenían cuando se les desalojóde ella. En inteligencia de todo se os previno por real cédula de 18 de noviembre de1717, expedida por la vía reservada, que os arregláseis a la instrucción, que confecha del 12 de octubre de 1716 se os entregó en orden al modo de portaros con losportugueses, “solicitando con eficacia impedir la comunicación y comercio de Bue-nos Aires con los habitantes de la Colonia del Sacramento, sin permitirles más terri-torio que el de un tiro de cañón de la plaza”, como estaba prevenido por la citadainstrucción y ordenado por despachos de 11 de octubre del mismo año, expedidos almismo gobernador interino, cuyos duplicados se os remitieron, procurando también

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dar la providencia que fuese necesaria “para que ni Portugal ni otra nación algunase apoderasen ni fortificasen en los parajes de Maldonado y Montevideo; solicitan-do poblarlos y fortificarlos en la forma que pudiéseis, en la inteligencia de que seencargaba al virrey del Perú, cuidase mucho no sólo de tener alistada puntualmenteesta guarnición, sino de aumentarla y proveer cuanto fuese necesario para la man-tención de dichos puertos, que se proponían fortificados”; procurando vos usar yhacer usar a toda la guarnición de esa plaza y vecinos de su jurisdicción, los actosde la mayor urbanidad con los portugueses, agasajándolos en todo lo que no mirasea la usurpación de terreno o contravención de lo capitulado, sin permitirles la com-pra ni saca de géneros algunos aunque fuesen de bastimentos, usando siempre de lafortaleza y del celo con la cortesía de las palabras y operaciones y habiendo repre-sentado después, en cartas de 10 de setiembre del año 1717, 5 de abril y 11 de juliode 1718, los recelos con que estaban de que los portugueses intentasen extenderse yapoderarse de los expresados puertos de Montevideo y Maldonado y noticias quetenían de socorro de gente, pertrechos y otros géneros que esperaban; se consideróque respecto de haberse prevenido por la citada real cédula de 13 de noviembre delaño de 1717 todo lo que se debía obrar en el caso que recelases, la cual no habríasrecibido, cuando escribiste las citadas cartas pues no haces mención alguna de ella,no había más que repetir, como se os repitieron las mismas órdenes, por si acaso sehubiesen extraviado y reiterar bastantemente el encargo de que se fortificasen lossitios de Maldonado y Montevideo, como se encargó también al Virrey del Perú paraque atendiese con la debida puntualidad a dar cuantas providencias fueren necesa-rias y las pidieren los intentos de Portugal; a que añado ahora que el embajador dePortugal ha ponderado que no había cumplido el Gobernador de Buenos Aires conla entrega de dicha Colonia en la forma capitulada, respecto tener guardias a fin deque no tuviesen los portugueses más territorios, que aquéllos que cubren la artilleríade la plaza, sobre lo cual uno y otro ha hecho varias protestaciones, suplicando seasignen unos y otros límites, de forma que en adelante ni los portugueses puedanentrar en las tierras de los españoles, ni los españoles en las de los portugueses a finde evitar disturbios, que puedan acaecer: con cuyo motivo, y teniendo presentestodos los antecedentes de esta referencia, he resuelto que, por ningún pretexto se lespermita cosa alguna, que exceda el uso de la plaza y territorio que cubre el tiro decañón: pues no les toca otra cosa ni tienen derecho a intentarlo, con advertencia queel territorio de la Colonia del Sacramento, solo se debe entender lo que alcanza eltiro de una pieza de a 24 de bala, disparado de la misma plaza o lugar, a fin dearreglar de una vez este límite y no otro más. Os ordeno asimismo envíes un oficialde vuestra satisfacción, que reconozca la pieza con que se dispare, sea de a 24 y delas ordinarias, sin refuerzo particular, que no se le dé más carga que la que corres-

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pondiese a su calibre, ni permita se sirvan de otra pólvora que la ordinaria con quese acostumbra servir el cañón, y que el tiro se dispare de punto en blanco y no porelevación, de que estaréis advertido para la puntual observancia de todo lo queviene expresado, sin que se exceda de ello en manera alguna dándome cuenta dequedar en esta inteligencia. Madrid, enero 27 de 1720. - Yo el Rey - Por mandado delrey nuestro señor. Francisco Arana.

24. “Si algunas personas quisieren ir a poblarse con su familia a la referida otrabanda se les señalará por Su Señoría tierra y paraje donde lo puedan hacer, arre-glándose a las órdenes que para ello tiene Su Majestad”.

“... se repitiese la diputación a Su Señoría, significándole los vivísimos deseosque tiene este ilustre Cabildo se pueble la dicha otra banda, considerando el grandeservicio que resultará a Su Majestad, Dios la guarde, de conseguirse dicha pobla-ción, a que contribuirá en todo cuanto fuere de su parte, convocando sus vecinos yotras personas a propósito para el caso. Y que siendo lo primero que se debe tratarla asignación del paraje para dicha población, halla esta ciudad por el más cómodoque hay en dicha otra banda, el de Montevideo; que poblado éste será muy delservicio del Rey de la causa pública de esta ciudad; y los pobladores tendrán en eltoda comodidad para sustentar la población y gente de ella; y que siendo Su Señoríaservido podrá asignar el dicho paraje; para que asignado se pase a las demás dili-gencias que fueren convenientes y necesarias, y se lleve a Su Señoría por testimoniopor los señores diputados”.

25. “Es de suponer que aun entrado el año 1723, Zabala no había aún resuelto laforma de ocupación y fortificación de Montevideo. Si bien el reconocimiento de subahía y sitios de acceso, lo mismo que los de Maldonado, se encontraban practica-dos desde 1719, el Gobernador español no parecía dispuesto a emprender aquellaobra. Antes bien, sus ideas, expuestas en la contestación al Consejo de Indias, rela-tivas al proyecto de García Inclán, eran en el sentido de que el paraje de Montevideosirviese de asiento de una reducción indígena, para lo cual deberían darse las ins-trucciones pertinentes al Superior de las Misiones del Paraguay. Pero en los últimosmeses de 1723, Zabala recibió, por vía reservada, un real despacho fechado enAranjuez en 10 de mayo, en que se le trasmitían novedades de importancia. Taleseran las versiones circulantes en Lisboa de que “se había mandado fortificar Monte-video y tenían resuelto hacer fortaleza en el mismo paraje, con gente de guarnicióny familias que la poblasen”. “Y os ordeno y encargo muy particularmente, -decía eloficio real a continuación,- que si el punto último de fortificar y asegurar los dospuestos expresados (Montevideo y Maldonado), no hubiéreis ya dado principio a

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construir las fortalezas, mandadas hacer en ellos, las hagáis ejecutar prontamente(pues de su dilación se da tiempo y lugar a los portugueses a que ocupen el sitio yterreno y se fortifiquen, haciéndose más dificultoso el empeño y trabajo para desalo-jarlos con la fuerza), y que para ejecutarlas según más convenga, representéis ypidáis todo lo necesario al Virrey del Perú, a quien doy la orden conveniente paraque, haciendo los esfuerzos posibles para perfeccionar esta disposición tan de mireal servicio, os suministre los caudales precisos y el fomento y auxilio que necesitareispara ello”.12

Recibida la instrucción posiblemente en el mes de octubre o en el de noviembre,el Gobernador Zabala no debió pensar sino en la inmediata ejecución de las órdenesde su Rey”.

12 Real decreto para fortificar y poblar los dos puestos de Montevideo y Maldonado.(“Revista del Archivo General Administrativo”, Tomo 1).

En: Pablo Blanco, El Gobierno Colonial

26. Exmo. Sr.: Cabildo, Justicia y Regimiento - Habiendo revisado mis papeles,entre ellos hallé un documento, que se halló entre los que poseía mi finado abuelo elTeniente general D. Bruno Mauricio de Zabala, Gobernador y Capitán general, quefue de estas provincias del Río de la Plata; y constando de él, el pormenor de lafundación de esta ilustre ciudad de Montevideo, he creído que, debiendo mi naci-miento a ésta, no debo dejar de ofrecer a su corporación y respetable Cabildo untestimonio de él para que lo deposite y conserve en su archivo, como memoria de lalegítima antigüedad que disfruta. Dios guarde a V.E. muchos años. - Montevideo,abril 18 de 1824 - María Clara de Zabala.

“El día 1o. de diciembre del año de 1723, me dio noticia el capitán Pedro Gronado,práctico de este Río de la Plata de que habiendo llegado a la ensenada de Montevideocon el objeto de conducir un navío del asiento de negros, que volvía a Inglaterra, habíahallado uno de guerra en ella de 50 cañones portugués con otros tres más chicos,mandados por D. Manuel de Horona y en tierra en el 18 todos, hasta 300 hombres quese fortificaban: que le habían dicho venían a apoderarse y establecerse en aquel puer-to y le mandaron salirse de él. El mismo día despaché, por la guardia de San Juan a laColonia del Sacramento, al capitán de caballos D. Martín José de Echauri, con cartapara el gobernador de ella en que le pedía me informase de esta novedad, y llamé a loscapitanes y demás oficiales de los navíos del Rey, y les propuse en vista de todo, midecisión de armar en guerra éstos; a lo que se halló dificultad de estar la capitana sinpalo de trinquete y los otros dos no ser capaces de oponerse. El día 2 envié al capitánde caballos D. Alonso de Vega, y al de Infantería D. Francisco Cárdenas con orden deque si en la referida guardia, donde volvería Echauri, confirmase la noticia de hallarse

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los portugueses establecidos en Montevideo continuase su marcha Vega, reforzando sudestacamento con la gente de ella y Cárdenas quedase con la Infantería, como seejecutó; el día 7 se puso delante de los portugueses con su gente, la que se reforzó enpocos días hasta el número de 200 caballos. El día 3 volvió Echauri de la Colonia concarta del Gobernador en que me decía, que por orden de su soberano se hallaba elMaestre de campo D. Manuel de Freitas Fonseca, establecido en Montevideo, como entierras pertenecientes a su corona, y el referido Maestre de campo respondió lo mismoa Vega, que llevaba orden de reconvenirlo de la novedad que intentaba. Con esta con-firmación volví a juntar todos los oficiales del Rey y a los de la maestranza; y explicán-doles lo indispensable del apresto de sus navíos se resolvió el que, sin perder tiempo, setrabajase a este fin, lo que se consiguió antes de 34 días, poniendo en la capitanaalgunos cañones de a 18 y 380 hombres entre la guarnición y equipaje. La almirantecon los que pudieron montar de a 12 y 250 hombres y el patacho a proporción, aña-diéndose un navío del asiento de negros, que también se armón en guerra con oficialesy guarnición española precediendo algunas protestas de los ministros de su nación,que a vista de la necesidad y paga que se les daba, convinieron en ella asegurados desu repugnancia por lo que les pudiese sobrevenir. A vista de estos aparatos me escribióD. Pedro Vasconcelos, gobernador de la Colonia, protestándome de parte de S.M.F. yde los demás príncipes garantes de la paz, sobre las consecuencias de mi resolución, alo que les respondí, que éstas eran muy anticipadas, pero esperaba no llegasen tardelas mías en defensa de la justa causa del Rey, mi amo: un ayudante suyo me entregó lacarta y le previne como también a él, que no me volviese a enviar embarcación porqueno la admitiría y si tuviese que mandarme lo hiciese por la guardia de San Juan, dondela tenía prevenida para recibir sus órdenes. Al mismo tiempo escribí largo al Sr. Freitas,recomendándole, con los tratados de Paz entre las dos coronas la posesión de la Colo-nia que les dió, la religión con que he observado la buena correspondencia que el reyme manda con ellos, y la impensada e irregular resolución suya de apoderarse de losdominios de otro príncipe con quien mantenía el suyo una paz, establecida con tantasolemnidad, y me respondió que no le tocaba especular los artículos de la de Utrech,23

que ignoraba lo que había pasado en la posesión de la Colonia del Sacramento y solosabía que su amo le había mandado establecerse en estas tierras, sin disputa pertene-cientes a su corona y que como soldado, conocería yo, no podía abandonarlo sin ex-presa orden suya. Al mismo tiempo, supe que el gobernador de la Colonia los habíasocorrido con gente, caballos y vacas luego que llegó, sin que se le pudiese impedir porhaberlo ejecutado antes que hubiese noticia de su desembarco y así procuré ceñirlepara que no lo hiciese otra vez, quitándole más de 1200 caballos y mucho ganado, conla desgracia que les sobrevino de quemársele sus sembrados: por cuyo accidente repi-tió otro ayudante a decirme le hiciese saber si tenía orden de mi rey para declarar la

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guerra pues mis operaciones lo daban a entender y que los instrumentos de que mehabía valido para estas extorsiones los tenía guardados para enviárselos al suyo, a loque le respondí que los que tenía del mío repetidos eran de mantener una buena corres-pondencia, como lo había hecho y que el incendio de los campos nacería de alguna delas muchas casualidades a que estábamos expuestos en este país y que no ignoraba losnombres de los que habían conducido el socorro a Montevideo. El día 4 de enero elcomandante del destacamento que tenía en Montevideo, les quitó a las 11 del día 450caballos y porción de vacas que las tenían pastando debajo de su cañón. En todo estetiempo procuré sin perder instante ni reservar fatiga, disponer el que toda la guarni-ción, menos parte de la infantería que quedó para los navíos, pasase a la parte septen-trional de este río, como también las milicias que pude juntar y embarcando en los dosnavíos menores todo el tren de artillería con que había de atacarlos en su fortificacióny dispuestos los víveres y municiones, así por tierra como por mar; pues la disposiciónmía fue de embestirles a un mismo tiempo por las dos partes, fiándome en el todo en lafuerza de los navíos y obrando por mí como si los tuviera, me embarqué el 20 de eneropara hacerlos levar y por no permitirlo el tiempo pasé a la guardia de San Juan,dejando orden para que lo hicieran al primer viento y hallándome en ella disponiendomi marcha con la gente que pude juntar; el día 22 de enero recibí carta de D. ManuelFreitas con fecha 19 en que me expresaba, que a vista de los aparatos con que intenta-ba atacarle se retiraba; abandonando el puesto y protestando la posesión que habíatomado de él, a dar cuenta a su rey de mis operaciones, de las que no sabía cómopodría responder siendo dirigidas a un rompimiento declarado. No me dio lugar acontestarle, porque el mismo día 19 se hizo a la vela llevándose toda su gente. Yocontinué con la mía la marcha a Montevideo, dando orden para que los dos navíosgrandes se mantuviesen en el surgidero por no exponerlos a pasar el banco y desem-barcar la guarnición de infantería y vecinos, y los dos pequeños siguiesen su rumbopara echar en tierra la artillería y municiones, como lo ejecutó el comandante de ellosD. Salvador García Posse, viniéndose a este puerto, donde hallé un reducto que habíanformado bastantemente capaz, con diez explanadas en que tenían su artillería, que laretiraron con precipitación, dejando alguna tablazón y otros fragmentos. Luego que lanuestra se echó a tierra, hice volver los dos navíos y en ellos toda la gente de la miliciay parte de la guarnición: quedándome sólo con 50 caballos y 60 infantes con los oficia-les correspondientes, con una compañía de voluntarios poco numerosa y 30 indiospara guardar el ganado: lo que me vi precisado a ejecutar así, por evitar el expendioen su manutención, por lo fatigada que se hallaba: como también a los vecinos que lesera ya insufrible el trabajo. Sin perder día, con aprobación del ingeniero D. DomingoPetrarca empecé una batería en la punta que hace al Oeste la Ensenada24 para defen-derla y continuando en ella la noche del 23 de febrero, me avisaron de la gran guardia,que habían descubierto un navío, que traía su rumbo a este puerto; a las 8 hizo seña

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con un cañonazo y di orden para que se colocase el cañón en la batería empezada. El24 al amanecer se reconoció ser navío de guerra y que venía continuando sus señas, ya poco después que era portugués. A las 9 dio fondo debajo de la batería que ignorabay con uno de los cuatro cañones que tenía montados, disparé sin bala pidiéndole bote,y después de algunos amagos que hizo de rehusar el enviarlo, le despachó con banderablanca a la que se le correspondió con la nuestra, y estando a menos de tiro de fusil dela referida batería donde venía sin conocimiento, o con sobrada malicia a perderse; sele habló para que fuese al puerto y lo ejecutó hasta tiro de pistola de donde yo estaba,y luego que me pudo reconocer arrió su bandera, largó la vela y a toda diligencia virópara su bordo: y viendo una demostración tan irregular e impensada mandé un boteque tenía con gente vizcaína le diese caza, y lo ejecutaron con tal resolución, quellevándole un tiro de cañón, le sacaron debajo de su artillería y de la fusilería de unalancha. En este tiempo el navío empezó a disparar al bote con bala y le correspondi-mos con la misma moneda, con tres cañonazos de a 24 y uno de a 18, a cuya novedadcesó su fuego, como también el nuestro, y volví a llamar con cañón si bala y a estaseñal despachó con un oficial a tierra la lancha que le había quedado, y me dio noticiade que el navío era portugués, armado en guerra con 32 cañones montados, llamadoSanta Catalina y que venía con 130 hombres de desembarco para aumentar la guarni-ción de Montevideo, ignorándose en Río de Janeiro cuando lo despacharon la retiradade los suyos de este puerto; con el mismo oficial les restituí los prisioneros y le enviéalgunas terneras y el día inmediato volvieron a tierra los oficiales, trayéndome tarrosde dulces, lo que compensé a los marineros en dinero y a ellos con cosas comestibles desu gusto. El día 26 se levó y este mismo se descubrieron otras tres velas, las que, segúnel rumbo que llevaban, salieron de la Colonia y dos días después se volvieron a perderde vista. Luego que llegué a Montevideo empecé a construir la batería de la punta delOeste con el seguro de que vendrían los indios Tapes, como lo tenía prevenido; perohabiendo retardado ésto la concluí, poniendo en ella 4 cañones de a 24 y seis de a 18en batería. El día 25 de marzo llegaron mil Tapes y el inmediato empezaron a trabajaren las demás fortificaciones delineadas y continúan en ellas. A 2 de abril salí de Mon-tevideo dejando 110 hombres de guarnición con los oficiales correspondientes y los milindios en armas. Este suceso sólo se puede atribuir a la justicia de la causa; pueshallándose los portugueses con orden de su soberano para mantenerse, como me loaseguraron y fuerzas con que poderlo hacer y esperanza próxima de frecuentes soco-rros, podían causarnos sobrado cuidado antes de su precipitada retirada con el pretex-to de que no querían romper la guerra y que mis aparatos a este fin me causarían miruina. Cuando se deja considerar que éstos fueron los que los obligaron a tomar supartido y que los previene, después de haberlos reconvenido de su irregular determina-ción después de sus repetidas en las que me aseguraban se defenderían hasta la última,creyendo sin duda que mi ánimo sería sólo de mantener el país con protestas por

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escrito. En todo este tiempo se les ha hecho ver que las órdenes, que tengo del Rey, sonde mantener la mejor correspondencia con ellos, como lo he practicado pero paradefender el país hasta perder la vida no necesito de ningunas; y así en nada se hafaltado a la cortesanía con ellos, en todo lo que no ha sido permitirles usurpar elterreno, por lo que espero que S.M. se dé por servido.”

NOTA. - Diario de cuando se poblaron los portugueses en Montevideo y se lesobligó a retirarse por las disposiciones de mi padre D. Bruno Mauricio de Zabalaque desde luego por la orden que tenía en su real instrucción pobló y fortificó laciudad de Montevideo; el cual diario encontré en los papeles de mi padre y la letraes de su Secretario D. Matías de Goycurúa.- Francisco Bruno de Zabala, cuya firmapor cotejo que de otras he tenido, reconozco por suya, el cual se puso de manifiestopor Da. María Clara de Zabala, hija del citado D. Francisco, a la que devolví dichooriginal por mí rubricado, a el que en caso necesario me refiero. Y para que conste,de su pedimento la signo y firmo en Montevideo a nueve días del mes de abril de milochocientos veinte y cuatro y en este papel común por no usarse sellado. Enmendado-hacerlos - VALE - Hay un signo. Bartolomé Domingo Vianqui, escribano público. Acuyo original que obra en el archivo general de mi cargo, me refiero en caso necesa-rio, dando la presente autorizada y firmada en virtud de orden superior del Sr. Minis-tro de Gobierno, Montevideo, agosto 6 de 1833. - Andrés Manuel Durán.

23 Por una cláusula expresa del tratado no debían los portugueses de la Coloniaproteger el comercio clandestino, ni más jurisdicción tener que la del tiro de cañón.

24 Hoy batería de San José.En: De la Sota, o.c.

27. “Mientras tanto los portugueses, malcontentos con la estrechez del territorio queel Gobernador Ros designó al entregar la Plaza de la Colonia al Maestre de Campo D.Manuel Gómez Barboza, procuraron ensancharle. Recurrieron para ésto y a efecto deeximir del constante bloqueo, a que entonces y siempre estuvo sujeta dicha plaza a variastentativas y violencias; y aún pasaron distintos oficios los Embajadores de S.M.F. algabinete español; pero como insistiesen en que se les señalase territorio mandó el reyexpedir una cédula para D. Bruno Mauricio de Zabala a efecto de que se les asignasedentro de la comprensión de tiro de cañón según estaba dispuesto en el artículo 6 deltratado de Utrecht; que se procurase impedir la comunicación y comercio de BuenosAires con los habitantes de la Colonia del Sacramento reiterando el encargo que endespacho de 11 de octubre de 1716 se le había hecho de fortificar los puntos de Montevi-deo y Maldonado para que ni Portugal ni otra nación se apoderase de ellos.

Las instancias de Zabala para dar cumplimiento a esta resolución fueron en vano;pues prefirieron los portugueses estar bajo el bloqueo y combinar el modo de hacer-

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se de otro punto en la Banda Oriental para alegar su ocupación como título. Así esque 1723 habían desembarcado 300 hombres al mando del maestre de campo D.Manuel de Freitas Fonseca, en Montevideo con el objeto de fortificarse como entierras pertenecientes a los portugueses. A los requerimientos de Zabala sobre suirregular determinación contestaron que ellos tenían órdenes de su soberano paraocupar este punto y que lo defenderían hasta el último caso prometiéndose acaso queZabala no pasaría más adelante de sus protestas: mas cuando vieron que al mes ymedio había aprontado competente fuerza de mar y que con la de tierra ya marchabadesde San Juan en la Banda Oriental sobre Montevideo, emprendió Freytas su reti-rada el 19 de enero de 1724 con el pretexto de que no querían romper la guerra.Hallándose los portugueses con fuerzas para mantenerse y esperanzas de próximossocorros con que poder causar demasiado cuidado, no es fácil atinar con la causaque les motivó a desistir de la empresa después de estar ya fortificados en tierra, ytan sólo puede atribuirse a que temieron perder también la Colonia si se empeñabanen sostener a Montevideo; pues habiendo las avanzadas de Zabala al mando delcapitán de caballos D. Alonso de Vega arrebatado el 4 de enero de 1724, 450 caba-llos y porción de ganado que bajo su canon pastaban y quemándose las mieses quehabían bajo el tiro de cañón de la Colonia se hacía difícil atender al mantenimientode ambos puntos, teniendo un ejército por tierra que les privase de los recursos pormar ya en marcha una flotilla capaz de competir con la suya”.

En: Bauzá, o.c.

28. El Rey. Teniente general D. Bruno Mauricio de Zabala, Gobernador y Capi-tán General de la Ciudad de la Trinidad, y Puerto de Buenos Aires en las Provinciasdel Río de la Plata.

En diferentes cartas que se han recibido, el mes de junio del año próximo antece-dente, dais cuenta con autos, de que el día 1o. de diciembre de 1723, os dio noticia unpráctico del Río de la Plata, de haber encontrado en la Ensenada de Montevideo unnavío de guerra portugués, con 50 cañones, mandado por Don Manuel Henrique deHoroña, y haber desembarcado hasta 200 hombres, que estaban fortificándose: concuya novedad despachásteis un Capitán con carta para el Gobernador de la Colonia,a fin de que informase de tan impensada e irregular conducta: dando al mismo tiempootras providencias para reforzar la guardia de S. Juan, observando los movimientos delos Portugueses, impedirles disfrutar la campaña, y la comunicación con la Coloniapor tierra: encargando al Capitán Don Alonso de la Vega, que a su arribo escribiese alComandante portugués, que no podíais permitir su demora en aquel paraje, si bientenía orden para franquearle lo que necesitase para su navío, suponiendo sería acci-dental su detención. A que le respondió, venía, con orden expresa de su Soberano, a

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tomar posesión de las tierras de su dominio: por lo cual os obligo a manifestarle laextrañesa, que os causaban sus operaciones, por ser opuestas a la buena correspon-dencia: y que respecto no haber duda alguna enser mío el territorio de Montevideo,procurara suspender la fortificación, y retirarse de aquel paraje y demás dominiosmíos: por que de no ejecutarlo así, lo reputaríais por hostilidad, y os sería indispensa-ble valeros de aquellos medios a que la justicia, la razón y el derecho os obligaban. Aque os respondió el Comandante portugués en la misma forma, que había respondidoa vuestro oficial. Y enterado vos de que los portugueses llevaban adelante su intento,no obstante varias cartas y respuestas que hubo de una a otra parte, dispusísteis losnavíos de registros, juntamente con un navío inglés del asiento, y por tierra tambiéntropas, para dicho sitio de Montevideo; y habiendo pasado a la guardia de S. Juan eldía 21 de enero, tuvísteis el día siguiente la noticia de haberle desamparado los portu-gueses, dejando una carta el Comandante, escrita el mismo día 19, diciéndoos se reti-raba por no quebrantar las paces, protestando la posesión que había tomado en nom-bre de su Soberano. Con cuya noticia dispusísteis se mantuviesen en el surgidero losdos navíos de registro; y el patacho del navío inglés, con la artillería y municiones,pasaron al sitio de Montevideo y en él empezásteis la construcción de una batería yotras fortificaciones, precisas a la seguridad de aquel puesto: esperando también que-dar concluida la batería, y muy individualmente todas las operaciones y medios de queos valisteis remitiéndoos a los autos. Expresando que en todos estos accidentes nohabíais dado noticia para que los portugueses creyesen pudiéreis tener orden mía parainquietarlos: pero que, viendo se querían establecer en nuestros dominios, tuvisteis porindispensable oponeros con todo rigor, para evitar las consecuencias, que resultaríande hacerse dueños de tan importante puesto: sin que para esta resolución os hiciesenbalancear las reiteradas amenazas con que os manifestaron el desagrado que me cau-saría: esperando me daría por servido de lo que vuestro celo había manifestado proce-diendo con el amor y la lealtad que acreditaba el mismo suceso. Concluyendo conexpresar la necesidad que había de remitiros gente de guerra de España, por la pocacon que os hallábais para cubrir tantos puestos, y lo mucho que convenía el poblar defamilias aquel puesto: pues aunque lo habíais solicitado con eficacia con el Cabildosecular de esa Ciudad y éste lo había solicitado también por su parte, no se habíaconseguido por falta de familias.

Visto en mi Consejo de las Indias, con todo lo demás que sobre este asunto expre-sáis, así en vuestras representaciones, como en los autos que con ellas acompañáis, yconsultándome en ellos, he resuelto, con reflexión a todo, manifestaros la aceptacióncon que se han recibido estas noticias, y lo digno de aprobación que ha sido todo lo queen ésto habéis ejecutado; por lo que os doy muchas gracias, y en mi real nombre osmando se la deis a esa Ciudad, militares y demás vasallos, que concurrieron a esta

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función. Y atendiendo a la importancia de mantener los dos puestos de Montevideo yMaldonado, de forma que ni portugueses, ni otra nación alguna puedan en tiempoalguno apoderarse de ellos, he resuelto asimismo pasen en los presentes navíos deregistro, del cargo de Don Francisco de Alzáibar, 400 hombres, los 200 de infantería y200 de caballería con armas y vestidos, a fin de que, con esta gente y la demás con quese halla ese presidio, puedan subsistir vuestras disposiciones. Y para que se puedanpoblar los dos expresados importantes puestos de Montevideo y Maldonado, he dadolas órdenes convenientes para que en esta ocasión se os remitan en dichos navíos deregistro cincuenta familias, las 25 del Reino de Galicia y las otras 25 de las IslasCanarias. También se dan las órdenes necesarias a mi Virrey del Perú, y Gobernadoresde Chile, Tucumán y Paraguay para que os den cuantos auxilios puedan, para atajarlos intentos de los portugueses y particularmente para que del distrito de cada unopasen las familias que fuesen posibles; para que con las que (como va dicho) se osremiten de España, se apliquen a estas poblaciones. Previniéndose también a esa Ciu-dad, que siendo interés propio suyo las poblaciones referidas, pues por este modoasegura las campañas de la otra banda, adonde es preciso recurrir ya, por la falta deganados que se experimenta en esa de Buenos Aires, y no asegurándose este sitioqueda expuesta dicha ciudad a que con el tiempo los portugueses se hagan dueños deél, como lo han intentado; procure también, por su parte, con la mayor vigilancia,atraer las más familias que pudiere, para que vayan a poblar dichos sitios, suminis-trándoles los medios que necesitaren: pues a este mismo fin coadyuvaréis por vuestraparte. Advirtiendo también a la ciudad proceda en las licencias que diere para el trans-porte de cueros, con la debida reflexión y consideración; no dudando que en vista deestas providencias, y de que procuraréis castigar a los españoles que fomentaren ycoadyuvaren a los portugueses, se contendrán a éstos, a quienes requeriréis para queen el término de un mes desalojen los territorios que ocuparen, fuera del que les estápermitido dentro del tiro de cañón, y se retiren a sus límites; advirtiéndoles que si no loejecutaren pasado el referido término, los arrojaréis con la fuerza. Lo cual ejecutaréisasí: pues con las providencias expresadas podréis hacerlo; procurando (como no lodudo de vuestro amor y celo a mi real servicio) practicar en este caso todas las dispo-siciones que fueren posibles con la conducta que hasta aquí. Y de lo que se adelantareen este asunto me daréis cuenta en las primeras ocasiones que se ofrecieren. De Aranjueza 16 de abril de 1725 - Yo el Rey - Al Gobernador de Buenos Aires.

29. Francisco de Alzaibar (1695-1768) era un armador vizcaíno que se estable-ció en Montevideo en 1726.

Pedro Millán era Capitán cuando llegó a Montevideo, para concretar los planesde Zabala sobre padrón y entrega tierras. Murió en Buenos Aires en 1732.

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Domingo Petrarca llega a Buenos Aires en 1716 junto con Zabala a cuyo servicioproyectó fortificaciones. Como cartógrafo levantó varios planos de Montevideo en1724, 1727 y 1730. Falleció en Buenos Aires en 1736.

30. APROBACION DEL PLAN O PLANO DE LA CIUDAD DE MONTEVI-DEO.

Buenos Aires y agosto 8 de 1726 - Por cuanto el Capitán D. Pedro Millán, en virtudde orden que para ello le conferí, pasó a S. Felipe de Montevideo, donde formó loslibros de padrón y asiento de las familias que concurrieron a aquella nueva población,así de islas de Canarias, como de esta provincia, y también el plano y planta de dichaciudad y repartimiento de cuadras, solares y tierras para chacras que de ellos consta,como son este libro y otro su semejante; y habiéndolos visto, he tenido por bien deaprobar y confirmar todo lo obrado por dicho Capitán D. Pedro Millán, así como sehalla escrito en dichos libros de padrón y repartimiento, y señalamiento de ejido ydehesas para sus propios de Ciudad, término y jurisdicción que le señaló: que todoestá en dichos libros firmado de su mano. Y ordeno y mando a todos los vecinos, que alpresente son y en adelante fueren, observen, cumplan y guarden todo lo contenido eneste libro de padrón, y en el otro su semejante, sin innovar en cosa alguna, hasta entanto que S.M. (Dios le guarde) los aprueba, a quien tengo remitida copia de ellos,autorizada por el Escribano de Gobierno. Y así mismo ordeno y mando a todos loscabos, comandantes de aquella guarnición, y a todas y cualesquiera justicia, que lofueren en dicha población, hagan guardar, cumplir, y ejecutar lo contenido en dichospadrones, continuando en los repartimientos que se ofrecieren, según y como está dis-puesto en ellos; y ruego y encargo a los Sres. Gobernadores, que me sucedieren en elempleo, así lo manden guardar y ejecutar, si S.M. otra cosa no dispusiere. Y el CapitánDon Francisco Antonio de Lemus comandante actual de aquel partido les hará saber atodos los vecinos esta mi orden de aprobación, para que, desde el día que se los hicierenotorio, les corra el término de los tres meses contenidos en la ley que va citada: paraque dentro de ellos hayan de tener poblados los solares con ranchos o barracas y lastierras de chacras cultivadas y sembradas: so pena de perderlas, y que se podránrepartir a otras personas, como cosa vacua y desierta. Y para que conste lo pondrá pordiligencia por ante dos testigos que lo firmarán con dicho comandante; quien porahora hará se dé posesión de las tierras de chacras a todos los vecinos y pobladoressolteros, que van expresados debajo de la suma de 6300 varas de tierras de chacras,que dejó repartidas el referido Don Pedro Millán; haciendo se les mida a cada uno lasvaras de frente que le están señaladas, y salen en guarismos al margen, siguiendo loslinderos que le están señalados a cada uno de los 16 sujetos que se contienen debajo dedicha suma. Y en el repartimiento de solares y tierras de chacras que se ofrecieren

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hacer a los que nuevamente se han casado, observará el método y norma de dichopadrón, arreglándose a él en todo y por todo, a continuación de lo ya repartido. Y poresta aprobación, que va firmada de mi mano en este libro de repartimiento de cuadras,solares y tierras de chacras, se entiende, y declaro y apruebo y queda aprobado el otrolibro semejante a éste, que también está aforrado en badana colorada, y asentados enél los nombres de los vecinos y pobladores, con división de familias: y a su continua-ción el Capitán Comandante Don Francisco Antonio de Lemus, y los que le sucedieren,irán asentado los nombres de los que nuevamente se registraren por pobladores, y sehubieren casado o avecindado y fueren concurriendo; y en ellos seguirá la mismaforma de lo que se halla escrito en dicho libro de registro de familias. - D. Bruno deZabala.

31. Auto del Capitán General D. Bruno Zabala para el establecimiento de lanueva población de Montevideo.

En la muy Noble y muy Leal Ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto de SantaMaría de Buenos Aires a 28 de agosto de 1726 años: el Excelentísimo Señor D. BrunoMauricio de Zabala, Teniente General de los Ejércitos de S.M. Caballero del Orden deCalatrava, y su Gobernador y Capitán General de estas Provincias del Río de la Plata,dijo: -Que por cuanto se halla S.E. con una Real Cédula de S.M. su fecha en Aranjuez,en 16 de abril del año pasado 1725, por la cual se sirve de aprobar la expedición, queel año antecedente se ejecutó contra los Portugueses, que intentaron ocupa el Puertode S. Felipe de Montevideo, como también la creación y nueva planta de su población,dando las gracias a todas las personas que concurrieron a dicha fundación y en espe-cial a esta ciudad, por haber concurrido con su vecindad a la sobredicha expedición:y mediante que la nueva población de aquel puerto es en conocida utilidad de estaciudad y provincia, así para su mayor lustre y aumento, como también para seguridady quietud de ésta: impidiendo con ella a las naciones de Europa el que se apoderen deaquella tierra, tan útil y necesaria para el bien de esta provincia: por cuya razón se haservido S.M. contribuir a su mayor aumento con 50 familias de gallegos y canarios,además de 400 infantes para el aumento de esta guarnición. Y siendo tan de la utilidadde esta ciudad el comercio que se debe esperar con la venida de galeones para estepuerto, si se consiguiese la seguridad y población desde Montevideo, pasa S.E. a pro-poner al Cabildo de esta ciudad cuan conveniente y del real servicio será que lasfamilias que se esperan de España hallen otras del país en aquel paraje, con quiencomunicar y conversar inmediatamente que lleguen, y que para ello ponga de su parteel Cabildo los medios que tuviere por más convenientes, en orden a conciliar algunasfamilias de las muchas que vagan en esta jurisdicción, sin tener tierras propias en quehabitar, y otras que voluntariamente se quieran disponer a pasar a aquella población.

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Para cuyo efecto, por lo que mira a esta Ciudad, podrán nombrar Capitulares, y por lotocante a la jurisdicción en falta de éstos, a las personas que le pareciere y fueren másde su satisfacción, para que corran todos los pagos: y que al mismo tiempo las talespersonas, y los capitulares que se nombraren, hagan padrón, con individualidad detoda la vecindad de esta la ciudad y su jurisdicción, sin exceptuar a nadie: con distin-ción de los sujetos francos y familias que se hallen en ella, y se han venido desampa-rando sus vecindades y domicilios; expresando de dónde son y qué tiempo ha que sehallan en esa ciudad y su jurisdicción: por convenio al servicio de S.M. el que seejecute esta diligencia en la forma que va expresada: y a las familias que se dispusierena pasar a dicha población se les hará saber lo que por ahora se puede contribuir parasu manutención y bienestar.

Y de mandato verbal del Excelentísimo Sr. Gobernador y Capitán General deestas Provincias del Río de la Plata, firmé la presente, en esta ciudad de SantísimaTrinidad y Puerto de Santa María de Buenos Aires, a 7 de diciembre de 1726 años.En testimonio de verdad -Francisco de Merlo,- Escribano público y Gobernación.

32. ACTA DE LA FUNDACIÓN JURÍDICA DE LA CIUDADEn la ciudad de San Felipe de Montevideo a veinte de diciembre de mil setecien-

tos veintinueve años, Don Bruno Mauricio de Zabala, de la orden de Calatrava,teniente general de los reales ejércitos, gobernador y capitán general de esta provin-cia del Río de la Plata, por el rey nuestro señor don Felipe V. Por cuanto por realcédula de S.M. me dio facultad para el establecimiento, situación y población deesta ciudad y por su real despacho de 15 de julio del año próximo pasado de 1728 seaprobó por su real persona todo lo ejecutado en dicha fundación, cuyo real despachose inserta en este libro a continuación de este auto y su original se pondrá en elarchivo de esta ciudad, para principio de cuaderno de las reales cédulas que fuerenconcurriendo en adelante, para la perpetua memoria de esta nueva fundación y si-guiente a la copia de dicho real despacho se seguirá el nombramiento de alcaldesordinarios y demás individuos para su Ayuntamiento. Y por cuanto la ley II del libroIV, título 7 de las recopilaciones de Indias se ordena que en nuevas poblaciones elgobernador del distrito de ellas declare si la dicha población ha de ser ciudad, villao lugar; y teniendo como derecho declarado que esta nueva población sea ciudad yque así está confirmado por S.M. y atento a la ley referida se ordena que, conformea lo que declarare el gobernador, se forme el Concejo, República y oficiales de ellay en conformidad de la ley XIX del mismo título y libro en que se ordena que cumpli-do el número de los vecinos que han de ir a poblar, se elija de los más hábiles,Justicia y Regimiento; y por que ya se halla cumplido el número de las cincuentafamilias que S.M. destinó para esta población y han venido a ellas de las islas de

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Canarias, añadiéndose otras que han concurrido de este país, en aumento de lasituación de dicha ciudad y en cumplimiento de las referidas leyes, he resuelto elegirCabildo, Justicia y Regimiento, para lo cual elijo y nombro por Casa Capitular deAyuntamiento la que se compró por cuenta de S.M. de los bienes del Capitán PedroGronardo, difunto, para que en ella se hagan juntas de Ayuntamiento y acuerdoscapitulares y se tenga por Casa Real de Cabildo por ahora y en el interín se fabricaCasa de Cabildo con cárcel competente en la cuadra que para este efecto está seña-lada por el capitán de caballos corazas don Pedro Millán y consta del padrón yrepartimiento que hizo de mi orden, donde a su tiempo se celebrarán los acuerdoscapitulares y demás actos que convengan al progreso y utilidad de esta República.

Y en cumplimiento de lo determinado en dichas leyes, he resuelto el que para elgobierno de esta República, el día de Año Nuevo por la mañana, por estar tan inme-diato, se haga nombramiento de los individuos siguientes:

Primeramente un alcalde de primer voto y juez de los naturales; otro de segundovoto y juez de menores, a quienes en conformidad de la ley II que va referida, les doyy concedo toda la jurisdicción ordinaria que por derecho sea necesario y está conce-dida a los demás alcaldes de las ciudades, villas y lugares de estos reinos, sin limita-ción alguna, para que juntamente con el regimiento tengan la administración de laRepública. Item, un alférez real, quién sacará el estandarte todos los años en lafestividad del glorioso San Felipe, apóstol, su víspera por la tarde, y asistirá con elresto del Cabildo y acompañamiento de vecinos a las vísperas y el día del gloriososanto, por la mañana, a la misa mayor que se celebrare; habiendo de recaer en dichoalférez real el depósito de la vara de cualquiera de los alcaldes en caso de muerte,ausencia o enfermedad como está dispuesto por reales leyes y ordenanzas. Item, unalguacil mayor, quién continuamente traiga vara alta de justicia, a imitación de losalcaldes ordinarios, y quien tendrá a su cargo la cárcel, presos y prisiones que sefabricasen y servirá de ministro ejecutor de las órdenes y mandamientos de los alcal-des ordinarios; y porque por ahora no hay número suficiente de individuos, recaeráel oficio de procurador general de esta ciudad en el referido alguacil mayor. Itemque se nombre un alcalde provincial y otro de la Santa Hermanda, para la guardia ycustodia de estos campos, como se acostumbra en las demás ciudades de este gobier-no. Item. que se nombren dos regidores y en el uno recaiga el oficio de fiel ejecutor yen otro de depositario general, lo que declararé al tiempo del nombramiento dedichos oficiales; y declaro que estos oficiales, que por ahora he de nombrar, han deservir sus oficios por el término de un año, que ha de empezar desde el día primerode enero y acabar en dicho día del año siguiente, en que se junten en su Ayuntamien-to y elegirán nuevos alcaldes y demás oficiales en el número y calidad que va referi-do en la forma y método que se dará por auto que proveeré para que se observe en

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iterin que S.M. otra cosa disponga. Y hecha la elección y juramento ordinario, losnuevamente electos remitirán testimonio de sus elecciones a la capital de esta pro-vincia, que lo es la Muy Noble y Leal ciudad de la Santísima Trinidad, puerto deSanta María de Buenos Aires, donde tengo mi asistencia; para que vistas por mí uotro señor gobernador que me suceda en el referido empleo, sean confirmadas di-chas elecciones procurando siempre elegir las personas más beneméritas, de buenascostumbres, opinión y fama, de manera que no sean inferiores ni tengan raza algunade morisco, judío ni mulato, para que así se mantengan en paz y quietud en susayuntamientos y lugares de actos públicos, observando en ellos lo que se contiene enlas reales ordenanzas, que se observan en Buenos Aires, confirmadas por S.M. quedejaré en testimonio para que se tengan presentes y se guarden en el archivo de estaciudad, las cuales quedarán con auto que proveeré a su continuación, para la obser-vancia de algunas adiciones, en que por ahora he tenido por bien dispensar por lapobreza y cortedad de esta nueva vecindad. Y por cuanto en ella no reside escribanopúblico ni real, doy facultad a los alcaldes ordinarios, provincial y de la Santa Her-mandad, que en los casos de justicia que se ofrezcan, puedan actuar por sí y ante sí,en presencia de dos testigos que firman con ellos, lo que hará fe en derecho como sifuera ante escribano público o real. Y por cuanto el derecho no excluye de semejan-tes magistrados a las personas que no saben leer ni escribir, dispenso que por térmi-no de seis años pueden ser electos los que no supieren leer ni escribir, siendo perso-nas idóneas y de capacidad, firmando por ellos un testigo legal en falta de escribanoque de fe. Y así lo proveo, mando y firmo, por ante mí y dos testigos con quienes loautorizo a falta de escribano público ni real, y en este libro de acuerdos capitulares,de papel común, que se compone de trescientas treinta y seis fojas. Don Bruno deZabala. Testigo. Francisco de Lemos. Testigo. Pedro Millán.

33. El P. Cattaneo S. J. escribió: “No se encuentran más que 3 o 4 casas deladrillo de un solo piso y otras 50 o 60 cabañas formadas de cuero de buey dondehabitan las familias venidas últimamente hasta que se fabriquen bastantes paraalojarlas”.

34. Fray Trejo y Sanabria (ca.1554-1614), fue el 1er. Obispo criollo hijo deconquistadores. Ejerció como Provincial de la Orden Franciscana entre 1595 y 1614.

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1730-1749. Del Primer Cabildo de San Felipey Santiago al Primer Gobierno Político-Militar

de Montevideo.

1730.en. 1o. Zabala, gobernador de Buenos Aires, nombra a los miembros del

Primer Cabildo de San Felipe y Santiago de Montevideo, que durarán un añoen sus funciones.1

Zabala dictó Normas de Organización General (de acuerdo a las Ordenan-zas vigentes en Buenos Aires, con algunas adaptaciones al medio).

Promulgó el Bando de Buen Gobierno, que exigía al Alcalde a que con-vocara a todos los vecinos para que edificaran sus casas en un plazo de 15días.

en. 2-15. Zabala funda la Compañía de Caballos Corazas, encomendándo-le la defensa de la ciudad y a cuyo frente pone al Alcalde de la Santa Herman-dad Juan Antonio Artigas. 2

en. 30. Primer acuerdo del Cabildo, con la presencia de Zabala.

abr. 15. Desde Buenos Aires nombran al Alférez Real Juan de Camejopara controlar el comercio de Montevideo y fiscalizar los tributos que se de-berían pagar.3

El Cabildo lo hace saber al Rey.

abr. 16. Auto de Zabala al Cabildo de Montevideo censurando los desma-nes de algunos integrantes.4

ag. 15. Se celebra el Primer Cabildo Abierto sobre temas propios del ve-cindario.5

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nov. Ante reiterados ataques de los minuanes en acción depredadora con-tra las chacras, el Cabildo asume la defensa de los pobladores y sus bienes.

1731.De acuerdo a las normas, asume funciones el Segundo Cabildo de Monte-

video. La renovación será anual (todos los 1o. de enero).

ag. 4. Nueva rebelión de los comuneros asuncenos.6

dbre. 7. Felipe V promulga dos Cédulas que competen a la ciudad: 1a. Seaprueban las actuaciones de Zabala (nombramiento de Cabildantes y vigenciade las Normas), 2o. Autorización a los frailes franciscanos a fundar un Hospi-cio (que se instalará recién en 1745).7

Oficio de Zabala a los cabildantes.

dbre. Zabala instruye al Cabildo sobre la prohibición de que portuguesesdesertores de la Colonia se instalen en Montevideo.

1732.feb. Zabala y el Cabildo tratan las condiciones de paz con los minuanes

rebeldes al orden, que asolan los campos.

mar. Llegan a Montevideo los indígenas traídos por Juan A. Artigas, enun acuerdo para que convivan pacíficamente con los españoles.

jul. 27. Manuel Agustín Ruyloba Calderón, gobernador del Paraguay.Asume en medio de grandes disturbios que deberá sofocar.Estos se suceden desde el año anterior en toda la provincia cuando se

pretende establecer una Junta de Gobierno (autónoma).

1733.Los bandeirantes incursionan en la Banda Oriental desde las márgenes

del río Yacui en operaciones de saqueo a las haciendas.El alferez Esteban del Castillo los combate y expulsa frontera adentro.Como avanzada de defensa los españoles levantan un fuerte en San Mi-

guel (Misiones, N. del Piratiní).

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1734.En el Escorial se firma el primer Pacto de Familia entre España y Fran-

cia.Miguel de Salcedo emprende acción militar contra la Colonia según ins-

trucciones de hacerla rendir militarmente.Era gobernador el portugués Pedro Antonio de Vasconcelos.

1735.Fondean en el puerto de Montevideo las barcas de Alzaibar que en su

travesía a Buenos Aires apresaron a varias de contrabandistas.Nueva entrada de los paulistas en Rio Grande del Sur, pero esta vez el

alférez del Castillo debe abandonar sus posiciones y retroceder. 8

sbre. 25. Cabildo Abierto para atender la defensa de la ciudad.

oct. Salcedo pone sitio a la Colonia con un ejército de 1.500 soldados y4.000 indios misioneros, apoyados por baterías que instala frente a la ciudad.9

El gobernador Zabala recibe orden del Virrey del Perú de avanzar con sustropas sobre la Asunción para someter a los rebeldes comuneros, los que seránderrotados.

El tercer hijo de Felipe V, Gran Duque de Toscana, (1716-1788) ocupa eltrono de Nápoles-Sicilia como Carlos (hasta 1759).

dbre. 10. Salcedo intima la rendición pacífica de la Colonia, pero el go-bernador se niega a entregar la plaza.10

1736.ene. 31. Zabala regresa de la Asunción, al pasar por Santa Fe enferma y

muere en esa ciudad.Desde Brasil llegan refuerzos de tropas y una armada con destino a la

Colonia. Ante esta situación Salcedo abandona el sitio y regresa a BuenosAires.

sbre. Una flota portuguesa al mando del Brigadier José da Silva Paes,intenta asaltar Montevideo. Combatido por los españoles que lo derrotan, de-siste y regresa.

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1737.Pacto de paz entre Portugal y España firmado en París.Apoyaron al primero: Francia, Inglaterra y Holanda.Se negocia el cese de hostilidades en la Colonia.11

1738.en. 29. Salcedo pide auxilio al Provincial de la Compañía de Jesús en

Paraguay para que le proporcione índigenas cristianizados con los que em-prender la ofensiva.

abr. 15. El P. Provincial Bernardo Nusdorffer S.J. contesta desde San Ni-colás que no lo hará respetando el armisticio pactado con la corona. Otro ar-gumento era que no tenía oficiales capaces de mandar a los indios en opera-ciones militares, así como que los ríos estaban crecidos, que no tenía caballosni bastimentos.12

Asume la Comandancia de Montevideo el Cap. Domingo Santos Uriarte.13

En la Argentina Domingo Ortíz de Rozas gobernará por los próximos 7años.

1739.Guerra de Inglaterra con España (hasta 1741).

1740.El Visitador Juan Vázquez de Agüero enviado al Río de la Plata (1738),

informa que Montevideo tenía “poco más de 100 vecinos, 300 soldados regla-dos entre infantería y caballería”.

Ante la muerte del Ing. Petrarca, la Corona nombra al Ing. Diego Cardozoquien prepara los proyectos para la fortificación de la ciudad que se elevaránen 1744.

1741.Se entabla una lucha de puertos entre Montevideo y Buenos Aires (que

después se hará permanente), por la que el primero por tener excelentes con-diciones naturales (aguas profundas para operar barcazas de gran calado),obtiene beneficios como la exclusividad en el Río de la Plata para que los

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barcos negreros lo tengan como destino final. Además de autorización paraque dichos barcos a su regreso a puertos europeos, carguen cueros.

1742.jun. Domingo Ortíz de Rozas, mariscal de campo, asume como goberna-

dor del Río de la Plata.

1743.mar. El Cap. Francisco Gorriti, nombrado juez de Residencia en Montevi-

deo presidió acuerdos de los Cabildantes. También lo hizo el gobernador San-tos Uriarte.

1744.en. 12. Reclamo del Cabildo por los vecinos sobre el trato recibido de

parte de las autoridades.

oct. 6. El gobernador Ortíz de Rozas contesta al Cabildo.14

1745.may. 23. Nuevo Cabildo Abierto para tratar el pago de diezmos y su equi-

vocada resolución.15

Llega al Río de la Plata el Tte. Gral. José Andonaegui.El navío que lo traía naufragó en la costa de Montevideo a la altura de

Punta Carretas, pereciendo la tripulación, salvándose el gobernador y su fa-milia.

El Rey confirma la “merced” que Salcedo hiciera en favor de Alzaibar detierras en los límites entre el San José y Santa Lucía (O. y E.) y Río de la Plata (S.).

Andonaegui fortificó Montevideo, creó el cuerpo de Blandengues paradefensa de la frontera con Portugal, organizó el correo entre Buenos Aires,Chile y Potosí.

1746.Muere Felipe V quien inauguró la dinastía de los borbones en España. En

1724 había abdicado en favor de su hijo Luis, quien al morir poco despuéspermite que recupere la corona en un segundo reinado.16

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Este acontecimiento repercutirá en las relaciones con Portugal, recrude-ciendo los intereses por el expansionismo de éstos en tierras de Castilla.

1747.Por la muerte de Felipe V asume el reino de España su hijo Fernando VI

(1713-1759), que gobierna hasta su muerte.17

En Paraguay el Cnel. Marcos José de Larrazábal sucede a Rafael de laMoneda que desde 1740 combatió contra los indígenas y fundó fortines de-fensivos.

Larrazábal establece un pacto de paz con algunas tribus de abipones ymbocobies.

feb. 8. Quejas del Cabildo de Montevideo al gobierno de Buenos Airessobre la protección “del bandolerismo de la campaña”.18

1749.Se produce un levantamiento de tribus charrúas y minuanes en la campaña

oriental, ordenando Andoanegui se les combata duramente, para lo que movi-lizó tropas de Soriano, pueblos misioneros y de Santa Fe.

En el combate del Queguay los indígenas (charrúas y tribus aliadas) su-fren grandes pérdidas de guerreros.

dbre. 22. Por Real Cédula se crea la Gobernación Política y Militar deMontevideo y su jurisdicción.

Meses antes (julio) el gobernador de Buenos Aires había nombrado comoTte. Gobernador al Cap. Francisco Gorriti, según propuesta del Cabildo mon-tevideano. Al no aceptar el cargo se le confirió a Juan Achucarro que lo des-empeñó. El primer titular será en definitiva el Tte. Cnel. José Joaquín de Viana.19

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ADDENDA

Sociedad

1730.Se procedió a la mensura y reparto de algunas chacras en la costa de Pando

y 23 estancias.Fundan la estancia del Rey (Rincón del Cerro) con 4.000 vacas y 2.000

caballos.

en. 18 y oct. 18. Se repartió entre los pobladores 7.000 vacunos y 1.600ovejas, herramientas de labranza y semillas, para facilitar la población y ex-plotación de las tierras recibidas.

Se decide la construcción de una iglesia (Matriz) bajo la advocación de laSantísima Virgen María y de los Santos Patronos de la ciudad.

Provisoriamente se instaló en la primera capilla de los Jesuitas (llegadosen 1724) a la que se agregó un galpón de madera cubierto con cueros vacunos.

oct. En la Colonia del Sacramento se instalan dos cartógrafos portugueses,el P. Diogo Soares S.J. y Domingo Capassi S.J., con la misión de hacer unrelevamiento total para uso de la Corte.

1731.Desde Buenos Aires, Zabala reitera al Cabildo su obligación de construir la

iglesia Matriz, fijando normas para la contribución pecuniaria de cada vecino.

may. 31. Se inicia el nomenclator de Montevideo (ciudad vieja).

1732.En la Argentina Miguel de Salcedo y Sierraalta prosigue con la evangeli-

zación de los indígenas pampeanos.

1733.En Montevideo se establece el abasto, que el Cabildo concede al español

Esteban de Ledesma.Se inician las obras para erigir la futura iglesia Matriz.

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1734.Ante el deterioro de la casa Capitular (construida con adobe y cuero, com-

prada por Zabala en 1729 a Gronardo) que estaba ubicada en el Puerto Chico,se realizan obras y se le entrega al Comandante de la Plaza.

Desde este año la Orden de San Francisco tiene a su cargo la vida religiosade Montevideo.

1737.Los cabildantes resuelven edificar una Casa Capitular estable con el apo-

yo pecuniario de las autoridades.Consistirá en una sala 9 varas por 5, con 2 puertas y 2 ventanas con la

altura “que fuera necesaria”.

feb. Los portugueses comienzna la colonización de Rio Grande del Sur,apoderándose de 70 leguas y levantan un frente defensivo.

1738.El gobernador Salcedo concede al armador Alzaibar, 423.000 cuadras de

campo al S.O. de San José, en compensación por haber ayudado económica-mente a terminar con la edificación de la iglesia Matriz.

1739.Se autoriza a la Orden franciscana (por el Consejo de Indias) a levantar un

convento en Montevideo.

1740.Llegan las primeras familias gallegas a Montevideo.

1741.sbre. Tomás Navarro recibe licencia Real para introducir negros.20

1742.may. Se bendice la piedra fundamental de la Ciudadela por Fray Gabriel

Cordobés.

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El Cabildo de Montevideo elogia la obra espiritual de los franciscanosentre los vecinos.

1743.El gobernador de Buenos Aires informa al Rey que Montevideo cuenta

con 150 vecinos y tropa suficiente para su defensa de acuerdo al padrón le-vantado.

1744.Los jesuitas reciben autorización para radicarse en la ciudad según órde-

nes del Cap. Santos Uriarte y por influencia del párroco de la Matriz, NicolásBarrales.

dbre. Se concede Licencia Real para que los jesuitas instalen una residencia.

1745.Con la autorización recibida, los jesuitas abren un colegio de enseñanza

primaria.Solicitud del P. Angulló S. J. al Cabildo para que se le ceda a la Compañía

tierras en la costa del Santa Lucía para convertirlas en estancia (De la calera oGrande).

1746.Comienza a funcionar el colegio de los jesuitas para enseñanza de doctrina

cristiana, lectura, escritura y las cuatro operaciones aritméticas.El P. Angulló S. J. toma posesión de las tierras cedidas por el Cabildo

sobre el Santa Lucía.Se terminan las obras de la Iglesia Matriz en la Plaza Mayor.

1747.ag. En Montevideo se llevan a cabo ceremonias fúnebres por la muerte de

Felipe V.dbre. También las de coronación por el nuevo Rey Fernando VI.

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1748.En el Río de la Plata se impone el monopolio del tabaco por cuenta del

gobierno de Andonaegui. (En Montevideo recién se establecerá en 1778).Gestionó la entrada a Buenos Aires de una partida bianual de rapé, tocán-

dole a Montevideo una cuota de 12.000 libras.dbre. 25. Florian Paucke S.J. en Montevideo. 21

Cultura

Enseñanza.

1743.nov. El Cabildo eleva al rey un Memorial en el que se destaca la obra de

los franciscanos “que se esmeran en la enseñanza y doctrina de los niños”.Hay que fijar este año como el inicio de la vida escolar en Montevideo.

1746.Bajo la dirección del Hermano Rafael Martorell, la Compañía de Jesús

emprende su obra de enseñanza elemental, que consistía en clases de doctrinacristiana, lectura y escritura, las 4 operaciones aritméticas.

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1. El Primer Cabildo se integró con 9 miembros: José de Vera (Alcalde Ordinariode 1er. Voto), José Fernández (Alcalde Ordinario de 2o. Voto), Cristóbal Cayetanode Herrera (Alguacil Mayor), Juan Camejo Soto (Alférez Real), Bernardo Gaytán(Alcalde Provincial), Isidro Pérez de Rosas (Regidor-Ejecutor), Jorge Burgues (Re-gidor-Depositario), José de Melo (Procurador General), Juan Antonio Artigas (Al-calde de la Santa Hermandad).

2. Juan Antonio Artigas (¿-1775) nacido en Zaragoza, se radicó en Buenos Airesen 1716. Padre de Martín José Artigas, se trasladó a Montevideo donde ocupó car-gos en el Cabildo entre los años 1730-63.

3. “Al efecto nombraron con facultades amplias a D. Juan de Camejo, AlférezReal del Cabildo de Montevideo, para que les representase en todo lo concernienteal ramo de fiscalización aduanera. Las instrucciones expedidas al nombrado desdeBuenos Aires, con fecha 15 de abril de 1730, fueron de una severidad exquisita. Se lecometía “atender con todo celo y especial cuidado a que no se hiciese fraude algunocontra la Real Hacienda, ni extracciones o introducciones ilícitas, y que procedieracontra los delincuentes haciéndoles sumaria y remitiese los autos oyéndoles sus des-cargos, para que en junta de acuerdo de Hacienda Real, se les impusiesen las penascorrespondientes”. Y asimismo se le cometía “hacer registros de todas las embarca-ciones que traficaran de Buenos Aires a Montevideo, decomisando la plata sellada ygéneros de comercio transportados sin licencia”. También se le autorizaba a “ins-peccionar todas las embarcaciones que se preparasen a salir de Montevideo, cui-dando que no fueran portadoras de mercaderías algunas y tratando de evitar riguro-samente las arribadas maliciosas de navíos y embarcaciones a este puerto.”3

Medida más desacertada no podían adoptar los españoles. A un pueblo nuevo ysin recursos quitarle la aptitud de comerciar, era quitarle el medio de vivir. Bien quese le prohibiera el comercio con el extranjero, ya que tales ideas andaban en bogahacia aquella época en Europa, cuando menos se concibe que le dejaran cambiarsus productos con los demás pueblos platenses. La pretendida eficacia de la Balanzade comercio no podía alterarse porque Montevideo enviase a Buenos Aires una cortacantidad de especies amonedadas, o sebo, grasa, cerda y cueros, que era el conjuntode sus elementos habituales de cambio. Imposible que una reunión numerosa dehombres y familias se contentase con vivir patriarcalmente, sin capitalizar siquieralos frutos sobrantes de la tierra después de satisfechas sus primeras necesidades. Nipodía esperarse que ese sobrante dejase de buscar su salida natural, ya que no pormedios directos que estaban prohibidos, a lo menos por el contrabando, que es laretorsión de la libertad de comerciar herida. Pero los españoles no lo entendían así,y se admiraban de que empleando los esfuerzos de la más refinada policía aduanera,

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el contrabando apareciese siempre como un fantasma en todos sus dominios. Entretanto, la situación de Montevideo era mísera: nadie la ha pintado mejor que su pro-pio Cabildo en carta dirigida al Rey, expresando lo siguiente: “en medio de que notenemos comercio alguno, ni dónde vender nuestros frutos, gozamos de tranquilidad,y del corto interés que la guarnición de este Presidio nos deja por ellos en el bizco-cho que se destina para su manutención, el que se fabrica entre los vecinos”.

Quienes aprovechaban con fortuna estos desaciertos eran los portugueses, cuyavigilancia no perdía ocasión de arrebatar inmensos trozos de ganado, con que seabastecían desde Colonia, a expensas del territorio uruguayo y sus pobladores. Poreste procedimiento, la Colonia había adquirido una importancia notable. De 2.600personas adultas se componía su población, incluida la guarnición militar, y 80 pie-zas de artillería coronaban sus murallas”.

3 Libros capitulares de Montevideo.En: Bauzá, o.c.

4. “ Las noticias que he tenido de los lances escandalosos en que el bulliciosogenio y poco celo de algunos individuos de V.S. á mantener la paz que con tan repe-tidas expresiones dejé encargada, ha expuesto á toda esa vecindad y me obligan átomar la determinación que V.S. verá por el auto adjunto al que dará el debido cum-plimiento, en la inteligencia de que á no contenerse en adelante en semejantes exce-sos, tomaré las providencias que convengan, con el desengaño de que mi anhelo alservicio del Rey y el mayor aumento de V.S., parece que le sirve de estímulo paradesvanecer en mi ausencia todo el órden que dejé establecido como consta de suslibros capitulares tan á su satisfacción de V.S. como me lo expresó en diferentesocasiones. Me prometo que en adelante tendrá V.S. presente la importancia de subuen obrar, para que su proceder no sea causa de que en sus principios esa nuevaciudad no tenga el lustre que se pretende, y sus pobladores aquellas exenciones yprerrogativas que la piedad del Rey les concede, ni se aventure el servicio de S.M.,para cuyo fin me informará V.S. de cuanto se le ofrezca”.

Dios guarde á V.S. muchos años. - Buenos Aires, 16 de Abril de 1730. - Besa lasmanos de V.S. su mayor servidor. - DON BRUNO DE ZAVALA.

En: Libros Capitulares

5. “De la compulsa de las actas del Cabildo de Montevideo podemos acotar ex-tensa serie de testimonios sobre el carácter particularmente altruista y liberal quepredominó en aquel ayuntamiento. Curioso es observar las actitudes de preocupa-ción de sus miembros al atender con solicitud las causas que afectaban a los vecinos,así como el celo en el orden y la buena marcha de los asuntos públicos. Ese Cabildofue representante genuino de la ciudad, por cuyo progreso veló siempre.

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Las decisiones ajustadas al bien público, lo demuestra el hecho de las repetidasocasiones en que recurrió al pueblo para escuchar sus pareceres.

El Cabildo inició la práctica de “Abierto” transcurrido escasos meses de su ins-talación, pues el 15 de agosto del mismo año 1730, lo reunió para considerar: “... siconvenían y gustaban de que para su alivio y de sus familias se estableciera en estaciudad un Hospicio de Nuestro Padre de San Francisco, que contase de dos religio-sos, y sacerdotes, y dos legos: han convenido todos unánimes y conformes de que seestablezca el referido Hospicio sin que se les obligue para este efecto a ningunacarga, y que sólo voluntariamente concurrirá a las limosnas que cada uno pudierepara su manutención...”

En: Luis Alberto Musso - Montevideo y su Gobierno canario.Revista Biblioteca Nacional, 28. Montevideo, 1996.

6. “En el año 1731, el 4 de agosto, estalló una rebelión general en toda la provin-cia. Antonio Ruiz de Arellano fue designado “Presidente de la Junta de Gobierno”,y todo el pueblo se preparó para la guerra.

En 1732, al conocerse la noticia de la ejecución del doctor José de Antequera,ocurrida en Lima, el Cabildo decretó, por tercera vez la expulsión de los jesuítas delas misiones del Paraguay.

En ese tiempo fue designado gobernador titular de esta provincia el coronel ManuelAgustín de Ruyloba Calderón. El nuevo gobernador arribó a la Asunción el 27 de julio de1732. Entre sus actos de gobierno se anota el error de permitir el regreso de los jesuítasa su colegio de la capital. Este acto reanimó la larga lucha comunera. La poblacióncampesina se concentró airada en las cercanías de Itá. Ruyloba salió de la metrópolispara hacer frente al levantamiento popular; empero, fue muerto en Guayaybity. Estehecho originó una etapa violenta en la pugna y le dió nuevo cariz. Desde ese instante larebelión ya no sería solamente contra los jesuítas, sino, además, contra el virrey.

Fue proclamado gobernador interino fray Juan Arregui. Bruno Mauricio deZavala, gobernador de Buenos Aires, en tales circunstancias recibió orden desdeLima para marchar sobre el Paraguay y someterlo. Así lo hizo al frente de un pode-roso ejército. Los comuneros lo esperaron, fortificados convenientemente, en el pue-blo de Tabapy. La lucha se trabó el 14 de marzo de 1735. Los doscientos treinta y seisdefensores de Tabapy fueron vencidos por las fuerzas regulares de Zavala. A conse-cuencia del desastre, los dirigentes de la tercera y última revolución comunera delParaguay fueron terriblemente sancionados. Zavala falleció en el camino, de regre-so a Buenos Aires.

En esta larga, accidentada y sangrienta contienda, dos talentos se destacan níti-damente: José de Antequera Enríquez y Castro y Fernando de Mompox y Zayas”.

En: Centurión, o.c.

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7. Teniente General Don Bruno Mauricio de Zabala, Gobernador y Capitán Ge-neral de la Ciudad de la Trinidad y Puerto de Buenos Aires.

En carta de 17 de mayo de este presente año participais, que habiéndoos transfe-rido a mediados de diciembre del de 1729 a S. Felipe de Montevideo, dispusísteis avuestro arribo nueva repartición de tierras de campo entre los vecinos de su pobla-ción, ejecutándose en presencia vuestra la creación del Cabildo de la referida Ciu-dad para le gobierno político y económico de ella, según constaba del informe, queacompañábais de Don Pedro Millán, quien intervino por su práctica y experiencia ala providencia de su establecimiento, arreglado en lo mejor que se pudo a las orde-nanzas y leyes: excepto la nominación anual, que se acordó en las elecciones, porser conveniente en la coyuntura presente, en la igualdad de los sujetos pobladores,por quitar e impedir sus disputas; cuya deliberación se observará hasta que se orde-ne otra cosa; esperando la aprobación de lo que a prevención se ha dispuesto, con eldeseo del mayor acierto, para el aumento de esta nueva ciudad, la que expresáistiene pretensión para la fundación de un convento de Religiosos de San Franciscocon la espectativa de que le concederé para ello el permiso, lo que tenéis por muyesencial e importante, por estar los vecinos pendientes para los actos espirituales deun cura y de otro religioso de San Francisco que alternativamente marcha destinadopara la guarnición de los destacamentos del presidio. Y visto en mi Consejo de lasIndias, con lo que dijo mi Fiscal de él, he venido en aprobaros (Como os apruebo)todas las providencias que hasta aquí habéis dado del repartimiento del vecindario,que se ha establecido ya en esta nueva ciudad y si se puede esperar población consi-derable en ella, según la calidad de las tierras de su jurisdicción, y disposiciones desituación y frutos para el comercio: lo cual ejecutaréis en las primeras ocasiones,que se ofrezcan. De Sevilla a 7 de diciembre de 1731 -Yo el Rey- Al Gobernador deBuenos Aires.

“La proximidad de la elección de nuevo Regimiento de V.S., estimula mi celo demayor bien a poner en su atención lo importante que le es que como buenos padresde esa república y primeros fundadores de ella elijan las personas de más conocidavirtud, desinterés y amor a la Patria, para alcaldes y demás oficios, debiendo éstos,como todos los demás vecinos interesados en la limpieza y lustre de sus familias,celar de que en toda la jurisdicción no se introduzcan portugueses ni se hagan casa-mientos con ellos, y si en medio de estas prohibiciones alguna intentase contraermatrimonio con portugués subrepticiamente, la prenderán y remitirán a esta ciudadaunque esté casada”. Zabala al Cabildo. Dic. 1731.

8. El ataque español a la Colonia, en 1735, habría de determinar la definitivafundación lusitana del Río Grande. Una expedición al mando de José da Silva Pais,

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organizada para socorrer la plaza sitiada y reconquistar Montevideo -detenida en suacción por la firma del armisticio de París, de 1737- fundaría, en el mismo año, en lamargen derecha del sangradero de la laguna de los Patos, la colonia de “Río Gran-de de San Pedro”. En 1738 era creada la Capitanía de Santa Catalina y poco des-pués los campos de Viamão eran poblados por matrimonios azorinos, fundándose enla margen del Guaíba, al fondo de la laguna de los Patos, el “Porto dos Casais”,futuro Porto Alegre.

En: Melogno, Portugos y Brasileños.

9. “Llegadas las instrucciones respectivas, pronto tuvo Salcedo a sus órdenes unbrillante contingente, compuesto por 4.000 indios de las Reducciones, 1.000 hom-bres de Buenos Aires y 150 de Corrientes. A éstos se agregaron, enviadas desdeCádiz, las fragatas Armiena y San Esteban con 200 dragones a su bordo, seguidaspor el Javier y la Paloma, con armas, municiones y 100 infantes escogidos; a más delos caudales que franqueó el Virrey de Lima por mandato urgentísimo.10 Creyó en-tonces Salcedo que era oportuno reiterar la intimación al Gobernador de Coloniapara que se contuviese dentro de sus límites, mas no obtuvo de él otra respuesta quela misma evasiva con que anteriormente se había eludido. Pero como esta vez teníaSalcedo claramente marcada su conducta, envió a Vasconcellos un ultimátum, de-clarándole “que si no se contenía dentro del alcance de tiro de cañón de la plaza,sería responsable de todos los males que se siguiesen”. Luego rompió su marchasobre Colonia, protegido de una escuadrilla de doce velas al mando de D. NicolásGiraldín, y tomó tierra frente a la ciudad en octubre de 1735.

En el interior de Colonia pasaban grandes apuros sus defensores y habitantes.Desde que se supo la marcha de Salcedo, Vasconcellos que contaba con un efectivode 935 plazas en su guarnición, entre ellas algunos veteranos, llamó a las armashasta a los niños para emplearlos en el reparo de las fortificaciones y apronte deelementos bélicos. Publicó indulto a los desertores que volvieran a las filas, y prome-tió premios a los españoles que desertasen del campo enemigo. En su apuro poreliminar obstáculos, echó fuera de la plaza, desjarretándolos, a los caballos que nopodían mantener. Y para juntar a las demostraciones militares la solemnidad de lasceremonias religiosas, cuando la defensa estuvo organizada, se dirigió con su estadomayor a la iglesia Matriz, y allí con gran rendimiento en el altar de S. Miguel, resig-nó el mando “en manos de este principe de los ejércitos de la gloria, bajo cuyasórdenes iba a combatir desde aquel día como su teniente”.

En: Bauzá, o.c.

10. “Entre tanto Salcedo, abierta la trinchera, y en posesión de la isla de S. Gabriel,donde había erigido una batería, comenzó a destruir los suburbios de los sitiados, en

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los cuales se ubicaban dos capillas cuyos materiales empleó en la construcción deedificios militares. Enojáronse mucho los de la plaza con este acto que reputaronsacrílego, y creyeron con su Gobernador que él acarrearía sobre el enemigo la ven-ganza del cielo. Alentado el sitiador por el espanto que suponía haber infundidosobre los portugueses, les intimó rendición en 10 de diciembre; a lo que replicóVasconcellos que antes de contestar derechamente quería saber si entre Portugal yEspaña se habían roto las hostilidades, o cuando no, si el Gobernador de BuenosAires tenía órdenes para romperlas contra él. Salcedo contestó a esto que no acos-tumbraba a comunicar las instrucciones que recibía de su soberano; y en la nochesiguiente se preparó a asaltar la plaza que ya tenía una brecha practicable. Mar-chando sobre ella fue sentido, y una bala del fuerte principal que se introdujo en elcentro de la columna de ataque, causándole muchos muertos y heridos, le hizo desis-tir del plan. De ahí para adelante, no ensayó otra hostilidad que cañoneos continuoscontra la plaza, dando tiempo a los sitiados a que se rehicieran con más de 1000hombres que les trajeron de refuerzo los contingentes enviados de Río de Janeiro,Bahía y Pernambuco; por temor de los cuales abandonó Salcedo la isla de S. Gabrielclavando la artillería, y levantó su campo situándose a 3 millas de la plaza, despuésde pérdidas sensibles, entre ellas la de su hijo invalidado, y las de su sargento mayory el misionero jesuita Werle, muertos.11

La flotilla española que mandaba D. Nicolás Giraldín, pudiera haber prestadobuenos servicios a los sitiadores, si una dirección más acertada hubiese hechoproficuas sus operaciones. Pero fue harto mísera su conducta, dejando que la plazase abasteciera de tropas y vituallas, cuando en realidad estaba perdida si no lashubiera obtenido. Ni Salcedo ni Giraldín hicieron cosa que valiera para evitar estossocorros, preocupados en mantener vivas querellas por cuestiones de mando; con-cluyendo de esta suerte, porque entre si el uno obedecía las órdenes del otro, queda-se el tránsito del río por los portugueses. Aprovecharon éstos la ocasión, y despa-chando una escuadrilla de 10 velas sobre la Ensenada de Barragán, hubieron deapresar las fragatas Armiena y San Estaban, a no haber sido por el vecindario deBuenos Aires, que se opuso a tiempo. Así prosiguieron laxamente las operaciones,insumiéndose un año entero sin fruto, en la tentativa de tomar la Colonia”.

11 Southey, Historia do Brazil; V, XXXVI.En: Ibídem

11. “Los portugueses, sin embargo, no estaban preparados suficientemente pararealizar los proyectos que maduraba su astuta política, así es que buscaron mediosde aletargar a la Corte de Madrid entrando en conferencias de paz. Querían sus-traerse a la vigilancia del ejército sitiador de Colonia, que, aun cuando mal dirigido,

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siempre les obligaba a estancar recursos militares poderosos, deteniéndoles en uncampo de acción lejano del objetivo de sus miras. Buscaron, pues, el arrimo de unamediación diplomática, y poniendo de su parte a Francia, Inglaterra y Holanda,consiguieron que se ajustara en París, hacia el año 1737, un armisticio por el quecesaban las hostilidades. Convino la Corte de Madrid en acceder a lo que se leproponía, asustada por la duración de la guerra, y se firmaron los preliminares quedebían conducir a un tratado de paz. Establecíase claramente en el pacto de armis-ticio, que verificada la cesación de hostilidades, se mantendrían las cosas en el esta-do en que se hallasen al recibo de las órdenes, mientras convinieran ambos belige-rantes, los demás artículos del tratado definitivo. Conocidas que fueron estas cláu-sulas por Salcedo, paró las hostilidades, y adormeciéndo en la creencia de haberconquistado la paz, no dio muestras de prestar la menor atención al enemigo.

Entonces los portugueses comenzaron a poner en ejecución la parte complemen-taria del plan que perseguían. Desde luego, y por orden de la Corte de Lisboa, forti-ficaron con nueva artillería la Colonia. En seguida fue despachado el sargento ma-yor José Silva Páez desde Colonia por la vía fluvial, munido de artillería correspon-diente y con órdenes para levantar dos regimientos de caballería, y apoderarse contodo ello del Río-Grande. No encontró este oficial ningún inconveniente a sus miras:desguarnecidos los puntos estratégicos por el retiro de las tropas, adormecida lavigilancia de Salcedo y menospreciada toda previsión, Silva Páez se apoderó delRío-Grande con 60 leguas de territorio y ocupó la sierra de San Miguel, construyen-do en ella un fuerte con seis piezas de artillería y dificultando el camino para detenerel paso de las tropas españolas, siquiera deseasen disputarle su nueva conquista.Mas no era Salcedo hombre de entrar en semejante disputa, como lo demostró segui-damente. En vez de oponer una resistencia enérgica a tan insólita violación del ar-misticio, se conformó con protestar de la conducta de Silva Páez, el cual debió reirgrandemente de un enemigo tan apocado de ánimos como escaso de penetraciónpolítica”.

En: Ibídem

12. “Entonces, queriendo urdir Salcedo alguna intriga que le dejara mejor con-ceptuado de lo que iba a aparecer, discurrió atacar a los portugueses por manoajena y como de propósito casual. Desde antes del armisticio habían sido licencia-dos por él gran parte de los guaraníes que sitiaban la Colonia, lo que dio algúnrespiro a las Reducciones. Contando, pues, con ellos, escribió al Provincial de lasdel Uruguay en 29 de enero de 1738, proponiéndole un medio tan poco razonablecomo abocado a peligros. Le decía que sin aparentar órdenes de él, rompiera laguerra contra los portugueses, poniéndose personalmente con sus curas a la cabezade los indios. Que hiciera la mayor recluta posible de gente, y embistiera las pose-

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siones enemigas sin demora, porque el tiempo que se perdiese consolidaría el poderde los contrarios sobre lo territorios recientemente usurpados.

Era Provincial de las Misiones uruguayas el P. Bernardo Nusdorffer, jesuita ale-mán, a quien iba dirigida esta misiva. La contestó en 15 de abril desde S. Nicolás,aduciendo fuertes razones en oposición a su cumplimiento. Alegaba, en primer tér-mino, que el armisticio pactado comprendía igualmente a las tropas regulares delRey como a sus súbditos de las Reducciones, y que si éstos rompían de propia delibe-ración las hostilidades, a la vez de incurrir en desobediencia, separaban sus intere-ses de los de la Corona de España, y se exponían a ser atacados como independien-tes y sin esperanza de socorro. Decía también, que la falta de oficiales entendidosque dirigieran las operaciones militares, encontraría a los indios torpes para gue-rrear, puesto que la costumbre establecida era que siempre fueran a la guerra bajo laconducta de cabos españoles, que esta vez se les negaban. Ponía de manifiesto loinconveniente de la estación para emprender campaña, lo hinchado de los ríos, lafalta de caballos, la imposibilidad de obtener recursos de las Reducciones del Paraná,azotadas por la viruela, y la considerable provisión de elementos con que contabanlos portugueses en Río-Grande, contra los cuales era seguro que los indios “mar-charían al matadero”.

En: Ibídem

13. “La situación no experimentaría cambio alguno en mucho tiempo. Los con-flictos de autoridad se repetirían, produciéndose nuevos incidentes entre los mismoscabildantes. En ese año de 1738, en el mes de diciembre, el Alcalde don RamónSotelo puso en prisión al Alguacil Mayor Delgado Melilla y reunido el Cabildo a finde oír los motivos, dijo el primero haber faltado al decoro del propio Cabildo eldicho Alguacil Mayor al pedirle el fuero al Alférez Real, haciendo registrar las Re-copiladas de Indias y tratarle con palabras injuriosas, a más de haber sido retadocon anterioridad a desafío por el Alguacil, espada en mano y a las once de la no-che.17

El nombramiento recaído en el teniente coronel don Domingo Santos de Uriarte,como Comandante de la plaza, pareció en un principio ser favorable para la tran-quilidad de la ciudad. Sin embargo, poco tiempo debió durar esta creencia, y lasmismas etiquetas susceptibilidades se repetirían, degenerando en verdaderos abusosde poder. El año 1739 pasaría sin novedad, pero en los comienzos del susiguiente lasprimeras actas del Cabildo registran uno de esos sucesos ya frecuentes: el Coman-dante de la plaza manda reunir el Cabildo y luego no se hace presente; se le envíandos diputados invitándolo a pasar al salón de deliberaciones y Santos de Uriarteresponde que fuese la corporación a sesionar al Fuerte; nueva comisión y nuevorecado manifestando que el Cabildo no acostumbra a deliberar en la fortaleza y

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contestación final del Comandante “que se aprontasen todos sus miembros para irpresos al Fuerte, y que él daría parte la Gobernador”.18 Sería de figurarse cómoquedaría el prestigio de la autoridad popular después de una réplica semejante. Enla realidad, como se ha dicho, poco respeto o ninguno le inspiraba el Cabildo alComandante Militar, sus órdenes deberían ser cumplidas por grado o por fuerza yaque el Gobernador de Buenos Aires raras veces resolvía en favor del Cabildo.

No transcurriría un año sin que nuevos incidentes viniesen a aumentar el clamordel vecindario local contra los excesos de la autoridad en el Río de la Plata. Elarribo de cuatro fragatas españolas al puerto de Maldonado determinó en BuenosAires la decisión de que su abasto fuese hecho por el comercio de Montevideo, y enese sentido se libraron las órdenes respectivas. En el oficio al Cabildo decía el Co-mandante de la plaza que se abriese el precio de los cereales y se hiciese de tal modo“que la parte encargada por el señor Gobernador pueda comprarse a los precioscorrientes, a los que voluntariamente quisieran vender, y a los que no les precisarecon la fuerza”. La autoridad capitular formuló enérgica protesta por esa exigencia,que si bien se concretaba a una determinada suma, no por eso dejaba de ser excesi-va, siendo, además, su cantidad mayor que la poseída por los vecinos”.

17 Acta del Cabildo de Montevideo. 19 de diciembre de 1738.18 Acta del Cabildo de Montevideo. 30 de marzo de 1740.

En: Ibídem

14. “Siguieron, como era de presumirse, los altercados entre el Cabildo y lasautoridades militares, hasta que Salcedo, aprehendido por orden de la Corte y em-bargado en sus bienes, entregó el mando a D. Domingo Ortiz de Rozas, hombre decarácter conciliador. Aprovechando el Cabildo esa coyuntura, hizo pedimento defi-niendo sus pretenciones del siguiente modo: 1o que se deslindase la jurisdicción civilde la militar; 2o que los militares no tuvieran tiendas ni pulperías en la ciudad; 3o quefueran expulsados del pueblo los extranjeros. Además impuso una multa al coman-dante de la plaza Santos de Uriarte, quien por su parte elevó también solicitud alGobernador de Buenos Aires, haciéndole presente su situación. El Gobernador con-testó en 6 de Octubre de 1744, en cuanto al primer punto: “Que en virtud de lasantiguas instrucciones de Zabala, inalterables y vigentes, la jurisdicción ordinariaen primera instancia debía ser privativa de los alcaldes, con las apelaciones corres-pondientes a él, sin mezclarse en ellas los comandantes de la guarnición; pero queen los actos honoríficos y funciones públicas habían de guardarse al jefe militar loshonores que le competían por su graduación y arriesgado empleo”.

En cuanto al segundo punto: “que Uriarte le había notificado ser los dueños depulperías soldados casados con hijas de pobladores, y como pagaban contribucio-

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nes a par de los demás, no resultaba ningún daño de que las tuvieran, antes bien laabundancia serviría de utilidad del público; y por lo que decía al atraso ó embarazoque de esto pudiera seguirse al Real servicio, no era el asunto de la inspección delCabildo, sinó de la suya”. En cuanto al tercer punto, repetía la orden de que fueranexpulsados los extranjeros de la ciudad. Y por lo relativo a la multa impuesta aUriarte, sus palabras erán éstas: “la multa que por el Cabildo se echó al comandan-te de esa plaza no ha sido de mi aprobación porque ese acto suena superioridad, y esmuy distante de la buena armonía que debe haber entre los comandantes y el Cabil-do, que les encargo muy de veras”.18

Sea de ello lo que fuera, y por más que el carácter de Rozas se inclinase a lasmedidas conciliadoras, el verdadero escollo contra el cual se estrellaban todas lasbuenas disposiciones del Cabildo era el despotismo de los jefes de la guarnición,alentado y sostenido en muchos casos por los gobernadores de Buenos Aires”.

18 Oficios del Gobernador de Buenos Aires D. Juan Manuel Ortiz de Rozas, alCabildo de Montevideo. (Arch. Gen.)

En: Ibídem

15. “El 23 de mayo de 1745 se reúne otro Cabildo Abierto a los efectos de pagosde diezmo: “... estando así juntos y congregados con varios vecinos pobladores deesta dicha ciudad, la mayor parte de ellos que tuvimos por bien de llamar a nuestrasala para hacerles saber como habiéndose publicado un edicto en la Iglesia por elCura y Vicario Interino de ella sobre que los vecinos que tienen y tuvieron hornos decal, ladrillo y teja, y fábricas de madera en los montes, deban pagar diezmo de lo queasí fabricaren, y no habiendo sido costumbre pagar dicho diezmo, tuvimos a bien dehacer celebrar Cabildo Abierto para lo que fueron citados dichos vecinos, y conefecto estando juntos se les hizo saber una copia de un acuerdo que se celebró endiez de diciembre del año pasado de setecientos cuarenta y cuatro por los secretariosdel venerable Dean y Cabildo de Buenos Aires, en que quedó determinado y manda-do al Juez de Rentas de esta ciudad lleve a debido efecto la cobranza de dichosdiezmos respecto de que por acuerdo de veinte y cinco de mayo de setecientos veintey nueve se dio providencia para establecerse estos nuevos diesmos, despachando lospapeles y recaudos necesarios para su cobranza a las ciudades de Santa Fé y Co-rrientes; y aunque también comprende a Montevideo padece equivacación... por loque no debe esta ciudad ser obligada ni apremiados sus vecinos para que los pa-guen, y asimismo quedó acordado se le exhorte al señor Cura y Vicario para quesuspenda toda y cualesquiera que haya dado a fin de cobrar dichos diezmos”.

En: Musso, art. c.

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16. Felipe V, Duque de Anjou y Rey de España nació en Versalles en 1683. Pordisposición testamentaria de Carlo II obtuvo la corona en 1700. Por el Tratado deUtrecht fue reconocido como monarca español y renunció al trono de Francia. Susegunda esposa Isabel de Farnesio, sobrina del duque de Parma. Sus hijos privadosde la herencia por los de la primera esposa de Felipe, María Luisa de Saboya, erandos: el Infante Carlos, primogénito (futuro Rey de Nápoles y Carlos III de España) yFelipe (futuro soberano del ducado de Parma).

El reinado de Felipe V se caracterizó por la protección a los artistas, la creaciónde la Real Academia Española en 1714, la construcción de los Palacios Reales deMadrid y La Granja.

17. Fernando VI Rey de España, hijo de Felipe V y de María Luisa de Saboya,casado con María de Braganza, hija de Juan V rey de Portugal. A su muerte en 1759por no tener heredero directo lo sucede su hermano Carlos (como Carlos III deEspaña, que reinaba en Nápoles).

18. “Cuadrillas de bandoleros salidas de Colonia y sus alrededores, de Río-Grandey sus inmediaciones, infestaron el país. Llenóse la campaña de ladrones y asesinos,que eran el terror de los pobladores pacíficos y la ruina del comercio. El Cabildo sequejó en diversas ocasiones al Gobernador de Buenos Aires; pero éste no hacía másque dar consejos y predicar la unión de los colonos. En 8 de febrero de 1747, ofició elGobernador en el mismo sentido, pero añadiendo la orden de juntarse todos los veci-nos por turno para recorrer la campaña, y avisando al Cabildo que se pusiese deacuerdo con el comandante de la guarnición “á quien -decía- tengo prevenido sobreeste particular se ponga en práctica lo más arreglado, pues nadie más bien que V.S.podrá fiscalizar su cumplimiento, lo que espero se consiga para remedio de tantosdesórdenes, mediante el celo y buen gobierno de V.S.; que yo concurriré en todo cuantoconduzca al alivio y beneficio de ese vecindario.” Los alcaldes provinciales habíanhecho sucesivas salidas con varia fortuna, a fin de extirpar el bandolerismo de lacampaña. Volvieron ahora con mayor empeño al mismo tráfago, consiguiendo extirparen parte aquel mal; pero como los portugueses se interesaban en agitar el país y arrui-nar su comercio, los desórdenes más o menos frecuentes siguieron siempre”.

En: Bauzá, o.c.

19. “Siendo las continuadas y prolijas rivalidades por competencia de jurisdic-ción entre la autoridad civil y la militar, el punto capital de las operaciones guberna-mentales en Montevideo, el Cabildo, que ya había apelado a todos los medios de quepodía disponer para zanjarlas, quiso intentar un nuevo esfuerzo de resultados inme-diatos. Propuso al Gobernador de Buenos Aires que nombrara un teniente de Rey

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“al modo y en la conformidad que los de las ciudades de Santa Fe y San Juan de Verade las Siete Corrientes, para que manejara y gobernara lo político, á fin de evitar ycortar las competencias y disturbios que ha habido entre el Cabildo y el Comandan-te”. Fijóse el Cabildo en el capitán D. Francisco Gorriti, al cual designó por candi-dato suyo, despachando pliegos al Gobernador con la propuesta de la creación delnuevo empleo y el nombre del individuo que estimaba idóneo para servirle. Aceptó elGobernador la idea y el candidato, consignándolo así en oficio del 12 de octubre de1748, en el cual, entre otras cosas, decía: “despacho á V. S. el adjunto título corres-pondiente á dicho empleo de mi lugarteniente, para que V.S. practique las diligen-cias necesarias á que el referido D. Francisco Gorriti lo admita, pues para ellotambién le estimulo en la carta que le acompaña, estando V.S. cierto que siendocomo es mi deseo se logre la paz y quietud correspondiente al adelantamiento delbien común y administración de justicia, pondré el mayor conato para hallar arbi-trios que los proporcionen”.24 Comunicada que le fue a Gorriti esta nueva, no aceptóel cargo, sea porque no se atreviese a chocar de frente con el comanante de la plaza,que era oficial de graduación superior a la suya, o sea porque temiese las cavilosidadesdel cuerpo capitular. En virtud de tal negativa, que dejaba acéfalo el cargo, nombróel Gobernador, a propuesta del comandante de Montevideo, a D. Juan de Achucarropara llenarle.

Era Achucarro un sujeto de bastante distinción en el país, no sólo por su créditoparticular, sino por los empleos de importancia que había desempeñado y desempe-ñaba a la sazón. Pero con venir su candidatura prohijada por el jefe de la fuerza enarmas, creyó el Cabildo ser víctima de un complot, y determinó suspenderobedecimiento al auto que investía a Achucarro con el nuevo cargo. Súpolo el Go-bernador, manifestando fuerte sorpresa. Preguntó las causas que militaban para al-zarse en resistencia a una medida justificada por las circunstancias y en todo confor-me a las ideas del Cabildo. Este dijo, que aun cuando el candidato era idóneo, lasleyes se oponían a que se proveyese el empleo sin consulta de la corporación, muchomás cuando Achucarro acumulaba de presente en su persona varias comisiones yempleos que requerían afianzamiento, y era de suponer que tales fianzas se anulasenpor el hecho de reasumirse el afianzado la autoridad política del país en su persona.Replicó el Gobernador en 25 de mayo de 1749, que ni el Rey ni la Real Audiencia seoponían a que él nombrase un lugarteniente para Montevideo a fin de gobernar laciudad en su nombre, y por consecuencia mandaba que sin dilación se colocase aAchucarro en su empleo.25

No le sentó bien al Cabildo la respuesta, y se aventuró a discutirla con mayoracopio de razones y ejemplos. Pero la serenidad del Gobernador, que habitualmenteno era mucha, se agotó en este trance; así es que en 18 de julio envió a los capitula-

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res un oficio concebido en estilo acre, recordándoles sus emitidas razones anterioresy concluyendo de esta suerte: “Lo cierto es que yo no he pensado en nombramientode teniente general; V.S. me representó que convenía nombrarle; el deseo de la pazinmediatamente me hizo condescender a la instancia despachando título al capitánD. Francisco Gorriti, quien me representó varios motivos para exonerarse de esteempleo, y no me pareció justo compelerle; en este tiempo me representó el comadantede esa plaza que la persona en quien idóneamente podía recaer este empleo era D.Juan de Achucarro, y V.S., en la representación antecedente, contesta que en él con-curren las circunstancias de idoneidad que se requieren, y ahora reitera la oposicióncon nuevos pretextos que no considero sustanciales; y así inmediatamente, vista ésta,sin réplica alguna pondrá en posesión á D. Juan de Achucarro en el empleo de talteniente general, dando las fianzas acostumbradas, y en su defecto sabré volver porla autoridad que la piedad del Rey se ha designado conferirme, para cuyo efectotengo dadas al comandante de esa plaza las órdenes convenientes”. La contunden-cia de estas razones no daba lugar a otra solución, que a concluir por el nombra-miento de Achucarro; y así se hizo”.

24 Oficio de Andonaegui (Arch. Gen.).25 Oficio de Andonaegui (Arch. Gen).

“El Comandante de la plaza don Domingo Santos de Uriarte tenía usurpada lajurisdicción ordinaria; que la ciudad se hallaba oprimida con sus operaciones; quehabía permitido el envío de mercaderías de todas clases para Río Grande y la Coloniadel Sacramento, en poder de los portugueses, siendo necesaria, por tanto, su separa-ción del cargo, como así se resolvió, proveyendo el Cabildo solicitar del GobernadorAndonaegui el nombramiento de reemplazante, a cuyo fin indicábase desde luego a lapersona de don Francisco Gorriti con el título de Teniente de Gobernador.

El gran conflicto, en realidad, recién se iniciaba. Santos de Uriarte al verse asírebajado en categoría, propuso, a su vez, para ese cargo, a don Juan Achucarro, yaún cuando la designación recayó primero en el candidato del Cabildo, se hicieronlas cosas de tal modo que el electo fuese el indicado por el Comandante Militar.Gorriti, en efecto, no aceptó el puesto, prolongándose la crítica situación más de unaño largo, sin que el Gobernador de Buenos Aires dictase resolución.

Recién entrado el subsiguiente año de 1749, esa autoridad dispuso acordar almismo don Juan Achucarro como Teniente Gobernador de Montevideo, enviándole aese efecto las credenciales respectivas. La solución no podía ser peor. El designadoera persona considerada, pero su elevación al poder representaba el triunfo del po-der militar. El Cabildo resistió su reconocimiento y el acta de 14 de abril de ese añorefiere la decisión de sus miembros de negar su obedecimiento. Insiste Andonaegui y

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en terminante oficio ordena se le dé posesión al nombrado, bajo pena de cuatrocien-tos pesos al individuo que lo repugnase, y obtiene nueva repulsa de Montevideo. Noera el gobernante de Buenos Aires hombre de detenerse ante resistencias de estaclase, por más arregladas a derecho que fuesen. El Cabildo había solicitado nuevaautoridad para poner un dique a los desmanes del jefe de la plaza, y éste habíapresentado su candidato para el cargo. Andonaegui la impondría por la fuerza y así,en contestación a las dos negativas de Montevideo, le hacía saber su voluntad enforma conminatoria, al mismo tiempo que enviaba sus instrucciones reservadas alcomandante don Francisco Gorriti para el caso de que el Cabildo no diese posesiónde su puesto a Achucarro.24 Menos mal que éste no permaneció mucho tiempo en sucarácter de Teniente Gobernador; meses después presentó renuncia, quedando Gorriticomo Comandante de la plaza, hasta el mes de marzo de 1751.

Este año sería, sin embargo, precursor de sucesos trascendentales en la políticarioplatense. Las gestiones del Cabildo de Montevideo, seguidas por intermedio dedon Francisco de Alzáibar ante la Corte de España, habían tenido franco éxito, y enese tiempo se anunciaba el arribo del coronel don José Joaquín de Viana con elcargo de Gobernador de Montevideo. Por decretos y cédulas reales se le otorgaba sunombramiento, su jurisdicción y demás atribuciones. Anunciada su llegada a la ciu-dad tomó posesión del cargo de Gobernador”.

Oficios de Andonaegui al Cabildo de Montevideo, de 28 de marzo y 18 de julio de1749. Actas del Cabildo de Montevideo, de 14 de abril, de 20 de junio, y de 4 y 5 deagosto de 1749. (Archivo General de la Nación).

En: Pablo Blanco, El Gobierno Colonial

20. La guerra que enfrentó a España con Inglaterra desde el año 1739 hasta1748, determinó un cambio en la política de la Corona, la que retornó al sistema deAsientos nacionales, otorgándose el 10 de setiembre de 1741 a un particular, TomásNavarro, autorización para introducir anualmente en Buenos Aires, dos navíos detrescientas toneladas, cargados de esclavos. Era un intento más, para cerrar la bre-cha abierta en el comercio local por el contrabando inglés.

21. Florian Paucke S.J. (1719-1780), llegó como misionero a Montevideo el 25de diciembre de 1748. Trabajó en varias reducciones (San Javier, San Pedro). El 16de junio de 1767, debió salir expulsado de Santa Fe y luego de Buenos Aires rumboa Cádiz y después a los Países Bajos.

Naturalista, estudió la flora y fauna chaqueña. Como viajero dejó una noticia desu viaje de Montevideo a la Colonia del Sacramento hecho del 4 al 30 de diciembrede 1748.

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1750-1776. Del Tratado de Madrida la creación del Virreinato del Río de la Plata.

1750.en. 13. Se firma en Madrid el Tratado de Límites entre España y Portugal

(también conocido como Tratado de Permuta), por el que la Colonia del Sa-cramento pasa a poder de España y los siete pueblos de Misiones se incorpo-ran a Portugal.1

Cesan en sus funciones los jefes militares de Montevideo.

1751.en. 17. Prórroga del Tratado de Entrega.2

mar. 14. Asume el cargo en titularidad de gobernador José Joaquín deViana, quien tendrá el mando militar y civil de la plaza. 3

abr. Levantamiento de indios minuanes que son derrotados en Tacuary(río que nace en la cuchilla Grande y desemboca en la laguna Merín), por elcomandante Manuel Domínguez.

ag. 24. Real Orden obligando a las autoridades de Buenos Aires al fielcumplimiento del Tratado de Madrid.

Mientras tanto en Europa habían ocurrido un año antes dos aconteci-mientos que se reflejarán en el Plata: José I (1714-1777) como Rey de Por-tugal (1750-1777), nombra como Ministro al marqués de Pombal (1699-1782) cuya gravitación en las relaciones futuras con España será una piezaclave.

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1752.El navío español Nuestra Señora de la Luz, de regreso a España con un

importante cargamento de plata proveniente del Perú, naufraga frente a lascostas de Montevideo (Punta Gorda).

feb. 19. Llega a Buenos Aires el marqués de Valdelirios comisionado porel Rey Fernando VI para la ejecución total del Tratado de Madrid, entregandoa Portugal los siete pueblos de las Misiones.4

El P. Altamirano S. J. que acompañó a Valdelirios trae la difícil misión deexigir la cooperación de los jesuitas de las Misiones para cumplir con lo pac-tado por la Corona española, para lo que tendrá que vencer naturales resisten-cias de los guaraníes y de algunos padres de las doctrinas.5

Reunión de Valdelirios con el comisionado portugués Gral. Gomes Freirede Andrade en Castillos (Rocha) para iniciar la delimitación de la frontera.

Los pueblos de San Miguel y San Angel se trasladan pero se niegan los deSan Lorenzo, San Borja y San Luis.

oct. 1o. Los comisionados empiezan las tareas de fiscalización, ante larebeldía de los guaraníes que es apoyada por el Cabildo de Tucumán, al queseguirán los de Córdoba y Santiago del Estero. También se solidarizan la go-bernación del Paraguay, el Virrey del Perú y la Audiencia de Charcas.

oct. 12. Se coloca el primer marco limítrofe en el cerro de Castillos.

nov. 11. Como medida defensiva, Gomes Freire hace levantar los fuertesde Santo Amaro y Río Pardo que también le servirán de apoyo (depósito devíveres y municiones) para la campaña militar de Misiones.

nov. 19. Se coloca el segundo marco en India Muerta.6

1753.en. 8. Se coloca el tercer marco en el cerro de los Reyes (Aiguá).

en. 15. Los comisionados regresan respectivamente a Buenos Aires y aRio de Janeiro prosiguiendo las tareas de campo bajo la responsabilidad deoficiales jefes españoles y portugueses, los que deberán seguir amojonandohasta encontrar la cabecera del río Ibicuy.

en. 30. Naufraga en el Cabo Polonio Nuestra Señora del Rosario.

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1754.en. 4. Los indios de las misiones se resisten a la labor de los comisionados

de desalojarlos de sus propiedades, abandonar sus casas, perder sus cosechasy en general sus bienes inmuebles. Se arman para defender sus tierras.

El P. Altamirano S. J. fracasa en su intento de conciliar posiciones tanopuestas.

mar. 26. Reunion de los demarcadores en la Isla Martín García.7

may. Españoles y portugueses preparan la campaña militar contra losguaraníes rebeldes al acatamiento de sus órdenes. Llegan con sus fuerzas has-ta las costas del río Negro.

oct. 4. Los indígenas de Santa Tecla a cuyo frente está el cacique Sepé(José Sepé Tiarayú) como jefe supremo de la rebelión, le avisa a Gomes Freirede Andrade que defenderá las tierras de “sus antepasados”.

Comienza la guerra guaranítica que durará dos años.

nov. 18. Tregua entre portugueses y guaraníes con la promesa de los pri-meros de que estos volverían a sus territorios originales. En verdad GomesFreire maniobró para ganar tiempo y apoyar militarmente al gobernadorAndonaegui que estaba con las tropas españolas en Salto Chico.

dbre. 5. El gobernador de Montevideo, Viana, sale a la campaña con sussoldados para unirse a las fuerzas de Andonaegui.

1755.dbre. 14. Pedro de Cevallos en la Colonia, fortifica Maldonado y rechaza

los intentos de una escuadra anglo-portuguesa de llegar a la Banda Oriental.8

1756.Reunión de los ejércitos luso-españoles en la cabecera del río Negro para

iniciar una ofensiva conjunta y final contra los indios.

feb. Combate entre guaraníes y españoles, en el que el Gral. Viana lesinflige una derrota que cuesta la vida al cacique Sepé.

feb. 6. Combate en el cerro Caybaté entre guaraníes y el ejército combina-do con otra y definitiva derrota para los primeros que bajo órdenes del cacique

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Ñanguirú (sucesor de Sepé y Regidor del pueblo de Concepción) movilizó a2.000 guaraníes. Los luso-hispano dispusieron de 3.000 soldados.

feb.-may. Incendio de inmuebles y cosechas en los pueblos de San Luis ySan Miguel por cuenta de los indígenas.

Fin de la guerra guaranítica.D. Pedro de Cevallos gobernador del Río de la Plata hasta 1766.Comienza la guerra de los Siete años entre Francia e Inglaterra con par-

ticipación de Austria, España, Portugal y Rusia, que durará hasta1763.Por el Segundo Pacto de Familia entre los Borbones, España se liga a

Francia. Portugal lo hace con Inglaterra.

1757.Reunión de Cevallos, Valdelirios y Gomes Freire en Misiones por la cues-

tión de límites y vigencia del Tratado. Se nombra la primera Partida demarcadora.

1758.jul. 3. Suspensión de las actividades de la Comisión Demarcadora en las

puntas del río Ibicuy por diferencia de criterios.

1759.Muerte del Rey Fernando VI. Asciende al trono su hermano Carlos III

hasta su muerte en 1788.9

Ingresa al gabinete Leopoldo Gregorio marqués de Esquilache (hasta 1766)y se produce la rehabilitación de Zenón de Somodevilla, marqués de la Ense-nada (1702-1781).

Montevideo registra un notable progreso.

1761.feb. 12. Firma del Tratado entre los reyes de España y Portugal que anula

el de 1750.10

1762.oct. 15. El Cnel. portugués Tomás Luis Osorio, ordena edificar la fortaleza

de Santa Teresa en las proximidades de Castillos, como baluarte contra losespañoles.

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oct. 21. Cevallos pone sitio a la Colonia, acampando a media legua con2.000 soldados.

oct. 30. El gobernador de Colonia Brig. Vicente da Silva da Fonseca, capi-tula ante el asedio español.

nov. 2. De acuerdo al pliego de capitulación las tropas portuguesas aban-donan la plaza que ocupa Cevallos.

1763.en. 6. El Almirante inglés Mac Namara al frente de su escuadra (2 navíos

ingleses y 6 portugueses) sitia por mar a la Colonia del Sacramento.La artillería de costa española consigue hundir el barco insignia Lord Clive,

en el que muere su Comandante y 300 marinos.11

feb. 10. Paz de París (Fontainebleau) entre Inglaterra, Francia y España.Inglaterra recupera los territorios de Menorca, parte de Canadá, Nueva Es-cocia; España entrega la Florida a Inglaterra y recobra La Habana y Manilay compensa con Luisiana que le cede Francia.

dbre. 24. Portugal recibe de nuevo la Colonia del Sacramento, pero conprohibición de todo tráfico comercial.

El gobierno de Brasil se instala en Rio de Janeiro que pasa a ser capital.El Rey de Francia, Luis XV (1710-1774) decreta la expulsión de los jesui-

tas por influencia del Ministro duque Esteban Francisco Choiseul (1719-1785).Por la paz de París, España entregó la Colonia a Portugal, asumiendo el

mando de gobernador Pedro Soares Figueredo.

1764.en. 1. Los españoles bloquean la plaza a tiro de cañón, para evitar el

contrabando y las internaciones de portugueses en tierras de la Corona.

abr. 8. El Cnel. Agustín de la Rosa nombrado por el Rey, asume la gober-nación de Montevideo.12

En el Paraguay lo hace Fulgencio de Yegros y Ledesma, por muerte delCap. José Martínez Fontes (que estaba desde 1761 y había cumplido una efi-caz acción punitiva contra los indios chaqueños).

Las reformas liberales del comercio de España con América se efectivizan.

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1765. Francisco de Paula Bucarelli, Gobernador de Buenos Aires.

en. 6. La Corte de Lisboa reclama oficialmente a la española la entregade la Colonia, islas de Martín García, San Gabriel, las Dos Hermanas y elterritorio de Rio Grande de San Pedro (Sur del Brasil).

El márques de Grimaldi (1720-1786) ministro de Estado (negociador delPacto de Familia de 1761) se negó a considerar la reclamación.

Las fuerzas navales inglesas ocupan las Malvinas, propiedad española.Resolución de la Corona que autoriza el comercio libre entre las colonias,

España, las Antilas y la isla de la Palma (Canarias).El Virrey autoriza a Montevideo a beneficiarse de tal prerrogativa.Ingresan al Consejo del reino de Carlos III dos importantes personajes,

Pedro Pablo Abarca de Bolea, conde de Aranda, (1718-1799), que permane-cerá en el cargo hasta 1794 y José Moñino y Redondo conde de Floridablanca,(1727-1808).

Este último inspirará la Pragmáica de 1767 contra los jesuitas.

1766.Francisco de Paula Bucarelli, Tte. Gral. de los Ejércitos Reales asume la

gobernación del Río de la Plata.Estalla en Madrid el motín contra el marqués de Esquilache (1700-1785)

figura relevante del gabinete de Carlos III. Se extiende a otras provincias.

1767.feb. 27. Real Pragmática de Carlos III ordena la expulsión de los jesuitas

de España y de las Indias.13

Paula Bucarelli hace cumplir el mandato del Rey.Pombal en su función de Ministro del Rey de Portugal José I, sin mediar

nota alusiva ordena a los portugueses que ataquen las posesiones españolasen las Indias.

José Custodio de Sá Faria lo hace con la villa de Rio Grande del Sur,siendo rechazado por el español José Molina.

jul. 12. Agustín de la Rosa ordena al Tte. Gobernador Juan de Achucarro laprisión de los jesuitas residentes en Montevideo y la confiscación de su bienes.

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Del inventario surge que tenían “una estancia en Santa Lucía con 135.500animales vacunos, en Pando con 30.000; dos molinos de agua en el Paso delMolino, dos suertes de estancias, algunas chácras, 45 esclavos, etc. Se lestomó muchos manuscritos y 949 volúmenes impresos”.

Reformas administrativas de Bucarelli en Misiones.Por Instrucción se confirma que el correo entre Montevideo y La Coruña

tendrá una frecuencia de 4 veces por año. Además será puerto terminal y lasdestinadas a Buenos Aires se trasladarán en lanchones.

También se permitirá que los navíos que hacen escala en Montevideo lle-ven a su regreso sebo y cueros.

1768.Bucarelli con sus fuerzas combinadas (marina y tropas), desaloja a los

ingleses de puerto Egmont (Malvinas).

1769.España e Inglaterra resuelven pacíficamente el asunto Malvinas, con la

posesión de España de las islas.

ag. 31. El Cabildo de Montevideo solicita se extienda la jurisdicción de laciudad en 20 leguas en relación a la fijada en 1726. También pide el levanta-miento de un censo de población.

1770.Todos los barcos procedentes del Callao y otros puertos del Pacífico tanto

a la ida como al regreso (por el Atlántico) deberán hacer escala en Montevi-deo (declarado puerto terminal del sur).

Reestructura de los pueblos misioneros ordenada por Bucarelli los divideen 4 regiones: Candelaria, San Miguel, Santiago y Yapeyú.

Los portugueses inician desde Brasil una nueva estrategia contra los es-pañoles del Río de la Plata.

Consiste en proteger en “su fe” a los indios de las Misiones, que expulsa-dos los jesuitas, habían quedado sin conductores espirituales.

Destacaron una vanguardia armada que fue combatida con éxito por elGobernador español de Misiones, Francisco de Zabala.

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Juan José Vértiz (1718-1798) administrador del Río de la Plata y futurovirrey (1778-84) emprende gestiones ante la Corte para iniciar lasfortificaciones de Montevideo.

1771.Elección normal de cabildantes, pero el gobernador de la Rosa pretende

imponer sus candidatos con la oposición del Cabildo. Interviene Vértiz desdeBuenos Aires y destituye a de la Rosa.

Nombran al Mariscal de Campo José Joaquín de Viana para que lo sustitu-ya por dos años.

feb. 16. Se dirige al Cabildo proponiendo medidas urgentes para recobrarfondos que hiciesen posible socorrer a la Corona ante posibles conflictos ar-mados con Portugal.

En el Paraguay asume el cargo de gobernador Agustín Fernando de Pinedoque llega de España el 23 de agosto.

El gobernador Viana designa a ocho jueces comisionados, con la funciónde organizar la justicia en la campaña Oriental, cuidar de vidas y bienes de losvecinos, etc.

Los distritos de la jurisdicción de Montevideo son: Miguelete, Piedras yColorado, Canelones y sur del Santa Lucía, Santa Lucía chico y proximidades(Pintado y arroyo de la Virgen), San José, Toledo, Sauce (más Solís y Pando),Tala (con norte del Santa Lucía).

1772.Portugal organiza un ejército de 10.000 soldados bajo el mando del Gral.

alemán Juan Enrique Bohn y una poderosa escuadra a la orden del Almiranteinglés John Mac Donald, con el fin de atacar las posesiones españolas en elRío de la Plata.

Conocedor del asunto, el Ministro español Marqués de Grimaldi (1720-1782), ordenó al gobernador de Buenos Aires Juan José de Vértiz la defensade las Misiones.

1773.en. 21. El Gral. Joaquín del Pino es nombrado por Vértiz gobernador de

Montevideo (luego confirmado por la Corona) en sustitución de Viana querenunció por razones de salud y viajó a España.

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feb. 10. Del Pino asume el mando.14

El Papa Clemente XIV suspende a la Orden de los Jesuitas.

nov. Vértiz al mando de una tropa formada con 500 veteranos y piezas deartillería sale de Montevideo para luchar contra los portugueses. Llegado aSanta Tecla ordena levantar un fuerte.

1774.en. Vértiz por falta de tropas y apoyo de artillería suficiente no pudo hacer

la guerra en gran escala, pero derrotó a una división portuguesa que se habíafortificado en el paso del río Piquiri.

En la sede definitiva del Cabildo terminada en 1773, se coloca en la porta-da el escudo: “de las Reales armas con las que esta ciudad”.

La causa de la independencia americana (que se declarará en el Congre-so de Filadelfia el 4 de julio de 1776) detiene el proyecto anglo-portugués deatacar el Plata.

Se restauran las defensas de Montevideo y por Real Cédula se amplia al Ríode la Plata la libertad de comercio con México, Perú, Guatemala y Nueva Granda.

Del Pino propone fortificar Montevideo y Maldonado.

1775.may. 9. Carta privada del marqués de Pombal al Virrey del Brasil mar-

qués de Lavradio en que ratifica la concepción geopolítica de la Corona por-tuguesa: mantener la Colonia del Sacramento así como fuerzas navales en elPlata para marcar su presencia militar. Le advierte sobre la expedición espa-ñola que partirá de Cádiz.15

1776.mar. 26. Una escuadra portuguesa (9 navíos) ataca las posesiones españo-

las en Rio Grande del Sur.Rafael Pinto Bandeira ataca el fuerte de Santa Tecla, y después de un fu-

rioso sitio de 4 semanas consigue apoderarse.

abr. 1o. Los portugueses toman la villa de San Pedro con superioridad desoldados sobre las defensas españolas que deberán replegarse al fuerte de SantaTeresa.

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Carlos III crea el Virreinato del Río de la Plata.La Real Orden del 1o. de agosto, marca los límites, decretando la jurisdic-

ción de Buenos Aires, Paraguay, Tucumán, Potosí, Santa Cruz de la Sierra,Charcas y el Corregiminto de Cuyo extendido hasta La Paz.

jun. 12. Vertiz recibe noticias de la ruptura con Portugal.

jul. 27. Pedro de Cevallos, Tte. Gral. y gobernador de Madrid, por méritoa su capacidad y experiencia, es nombrado por el Rey, jefe de la expediciónpunitiva al Plata.

ag. 9. Se funda el Apostadero Naval por Real Orden firmada en SanIldefonso.16

ag. 15. Cevallos recibe las instrucciones de la Corona.

nov. 13. Parte de Cádiz la gran expedición española con Cevallos al man-do de la fuerza militar y el marqués de Casa Tilly la naval.

El gobernador Joaquín del Pino se propone construir el Fuerte de Monte-video (Casa de Gobierno) remodelando el antiguo.

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ADDENDA

Sociedad

1751.Los jesuitas ponen en funcionamiento dos molinos de agua en sus chacras

del Paso del Molino y del Miguelete.Rige la Real Cédula que impide la exportación de cueros vacunos desde el

Río de la Plata. La medida se toma para detener la faena incontrolada de gana-dos en la Banda Oriental.

Inglaterra renuncia por dinero al asiento de negros.

1752.Francisco Millau (1728-1805) demarcador español, en Montevideo.17

1753.El padrón levantado por los jesuitas daba un total de 29.962 habitantes en

las Misiones del Alto Uruguay, divididos en: San Miguel 6.838, San Angel5.105, San Luis 4.245, San Nicolás 4.215, San Borja 3.493, San Juan 3.228 ySan Lorenzo 1.838.

1755.Se inicia el poblamiento de San Fernando de Maldonado que llevará dos

años.Terremoto en Lisboa en que mueren 30.000 habitantes.

1756.en. 16. Fundación de Salto.

1758.Se autoriza a la Compañía de Jesús a fundar un hospicio (casa) cercana a

la Plaza Matriz, a lo que se opone el Cabildo.Fundación del pueblo Las Víboras.

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1759.El Rey de Portugal José I que reinará hasta su muerte, con su Ministro el

marqués de Pombal, decreta la expulsión de los jesuitas del territorio penin-sular y de los ultramarinos.

1760.

La Compañía de Jesús funda su segundo Colegio de primeras letras, a loque se agrega un curso de latinidad.

Se otorga autorización Real para convertir el hospicio franciscano en con-vento.

jun. 28. Por resolución del Cabildo se dispone el levantamiento de dosfuertes defensivos dentro de la jurisdicción de Montevideo, en Santa Lucía yCasupá para vigilancia y contención de las depredaciones indígenas. Para ali-mento de los pobladores Alzaibar dona 100 vacas de abasto, para ser incorpo-radas a la Estancia Real.

En Inglaterra asciende al trono Jorge III (1738-1820), nieto de Jorge II(1683-1760).

Desde 1755 era Ministro de Guerra Guillermo Pitt (1708-1778) que enca-ra la conquista de la India, perdida definitivamente por los franceses en 1763.

1761.Viana envía un Memorandum al Rey con datos del padrón de pobladores

de Montevideo en los años 1751-60, que demuestra un considerable aumento.Está dividido por sexo y grupos sociales.

feb. 12. Carlos III denuncia el Tratado de 1750 volviendo a la anteriorsituación de límites.

Cevallos exige al General Gómes Freire la devolución de los territorosque ocupan en la Colonia del Sacramento sin obtener respuesta satisfactoriadurante todo el año.

Se firma el Tercer Pacto de familia entre los Borbones Carlos III de Espa-ña y Luis XIV (1710-1774) de Francia.

Pedro Rodríguez de Campomanes (Primer Conde, de 1723-1802) fiscaldel Consejo de Castilla, fomenta la libertad de comercio, industria, reformaagraria y libertad del Estado frente al poder de la Iglesia Católica.

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1762.Llegan a Maldonado colonos portugueses de Colonia y de Rio Grande del

Sur. Estos cultivarán la tierra, según Oyarvide.Fundación de San Carlos.Inglaterra y su aliada Portugal declaran la guerra a España.

1765.

Se establece con regularidad el correo marítimo entre Buenos Aires y LaCoruña.

1768.

Abre sus puertas la primera botica cuyo propietario es el español JoséPiedra Cueva.

1772.

Proceso fundacional de Paysandú con doce familias procedentes de lasMisiones.

1773.

Formación de la Compañía Gaditana para el tráfico de negros.18

1774.

En la sede definitiva del Cabildo terminada en 1773, se coloca en la porta-da el escudo: “De las Reales armas con las que esta ciudad”.

Por Real Cédula se levanta la prohibición del Río de la Plata para comer-ciar con Perú y Nueva Granada.

Se funda la villa Nuestra Señora del Guadalupe por cuenta del párrocoJuan Miguel de Laguna. Se restauran las defensas de Montevideo y se instalauna batería costera en Maldonado.

1774-75.

Guerra entre España y Marruecos con desembarco en Argel.

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1775.may. 15. Se instala en Montevideo la Cofradía de San José y Caridad (de

la que surgirá la Benemérita Hermandad) con el apoyo de Francisco A. Maciely su esposa.

La integran distinguidos vecinos montevideanos que en el tiempo seránlos fundadores y mantenedores del Hospital de la Caridad.

ag. 8. El arq. portugués de Sá e Faria, autor del proyecto edilicio para ladefinitiva iglesia Catedral cuya piedra fundamental se bendice.

Se autoriza a los barcos que tocando Montevideo tengan como puerto ter-minal El Ferrol y La Coruña, a cargar frutos del país y cueros.

1776.Se establece una Reforma que autoriza a Montevideo a negociar libremen-

te con Perú, Nueva Granada y Nueva España.

jul. 4. Trece colonias de América del Norte se independizan de Inglaterra,tomando el nombre de Estados Unidos de América.

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1. TRATADO DE 1750.“Estamos frente al texto definitivo del Tratado del 13 de enero de 1750, conocido

como Tratado de Madrid o de Permuta, negociado entre el Ministro de Estado deS.M. Católica, D. José de Carvajal y Lancáster y el representante del rey de Portu-gal, el vizconde Tomás de la Silva y Téllez.

Este tratado que fue ratificado en febrero de 1750 como se desprende de la lectu-ra del artículo 1o., marca la abolición de los propósitos contenidos en la Bula delPapa Alejandro VI, el Tratado de Tordesillas, el de Zaragoza (1529), y por último elde Utrecht.

Por el art. 13o. España recibe la Colonia del Sacramento, pero además los dere-chos exclusivos sobre navegación en el Río de la Plata, llave fundamental del comerciointerregional y para sus colonias que tendrán puertos de salida para la producción.

El Art. 14o. justifica el canje por los siete pueblos de las Misiones Orientales y el16o. fija normas de traslado de los indígenas de las prósperas estancias y reduccio-nes guaraníes que los padres jesuitas habían fundado, con sus semovientes.

Y al final establece las dos conductas que los indios pueden adoptar dentro de larelativa libertad que se les concede, perdiendo todos sus bienes en el segundo caso,el de abandonar el territorio.

En el art. 25o. se explícita claramente la conducta de recíproco apoyo que seestablecerá a partir de ahora entre S.M. Católica y S.M. Fidelísima en lo que refierea la protección de los dominios coloniales en América Meridional, que llega a loslímites de sublevaciones internas o incursiones de potencias extranjeras.

Las bondades del Tratado de 1750 que pretendían resolver viejos pleitos (queinvolucraban la Colonia del Sacramento), tenía que instrumentarse a través de doscomisiones demarcadoras de límites, una por cada corona, y para eso el 17 de enerode 1751, se le añadieron cuatro artículos sobre instrucciones a ese efecto, y en elmismo día se firmó por parte de los mismos representativos de S.M. Católica y deS.M. Fidelísima, otro documento relativo a las cartas geográficas que deberían serusadas por los comisionados.

Innúmeras dificultades se produjeron para que la tarea de los demarcadores pu-diera cumplirse a satisfacción de la letra del Tratado, unas derivadas de las ya men-cionadas dilaciones que los portugueses usaron como arma diplomática para subeneficio, otras como es sabido por la tenaz oposición que tanto del ministro portu-gués Carvalho y el marqués de Pombal, consejero del rey José I, que aprovechandosu influencia en la corte, advertía que no debería entregarse la Colonia del Sacra-mento.

Pero también hubo dificultades prácticas en el traslado de los indígenas que de-bían abandonar tierras y cosechas, sobre la que hicieron hincapié los padres de la

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Compañía de Jesús radicados en las Misiones, por su obra evangélica, emprendidaen esos territorios desde 1607.

Sobre este aspecto, en el que abundaremos de inmediato, fue la corte portuguesala que presionó para que se insertase un capítulo en que se definiera concretamenteque ante la eventual resistencia de los jesuitas al fiel cumplimiento del Tratado se lesforzase, y si fuera necesario por las armas.

Esta actitud tan dura, no tuvo eco en la corte española, debido al catolicismo delrey Fernando VI y la cláusula no fue incluida pese a que estaba en juego la ratifica-ción del Tratado, la que se hizo lo mismo en febrero de 1750.

De todos modos, el art. 3o. del documento firmado el 17 de enero de 1751, de-mostraba la solidaridad de ambas coronas en cuanto a los procedimientos a seguiren caso de que los indios se opusieron a un traslado pacífico.

Consecuencia de esto último, fue la guerra guaranítica, y el comportamiento queles cupo a los jesuitas durante todo el proceso de evacuación de los pueblos guaraníes.

Existe una importante documentación que comprende desde cartas del P. Bernar-do Nussdorfer (1750), contrarias a la evacuación, del mismo tenor las del Vice-Provincial P. Pedro Lozano (marzo de 1751) que invoca razones político-religiosas,y se pronuncia contra el Tratado. Otras del P. Ignacio Visconti, dirigidas al Provin-cial del Paraguay, P. Manuel Quirini, que por el contrario ordenan que no se impidala entrega de los pueblos. Reales Ordenes al P. Provincial en el Paraguay de diversocontenido (la del 16 de febrero de 1753 en que S.M. comprende los padecimientos desus súbditos a los que “mirará siempre con paternal afecto”, y otra de la mismafecha en que instruye al gobernador de Buenos Aires, de reprimir los ataques de losindios que impidan la transmigración), y también las del P. Luis Altamirano (juniode 1753), instruyendo sobre la colaboración que debe prestarse para la observanciadel Tratado”.

En: Walter Rela. Viajeros, marinos, naturalistasen la Banda Oriental del siglo XVIII.

2. Tratado de prórroga de término de las entregas para extender a todo el añopresente de 1751, firmado en17 de enero y ratificado por el Rey Fidelísimo en 12 defebrero y por el Rey Católico en 18 de abril del mismo año.

“Por cuanto no ha sido posible concluir las disposiciones precisas para que enconformidad del artículo 23 del tratado de límites celebrado en esta corte el 13 deenero próximo pasado entre los serenísimos Reyes nuestros amos se ejecuten en eltérmino de un año las mutuas entregas del territorio y Colonia del Sacramento y susadyacencias, sedidas por S.M.F. a la Corona Española, y del territorio y poblacionescedidas por S.M.C. a la Corona de Portugal en la margen oriental del Uruguay,

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antes se juzga indispensable que fuera del tiempo señalado sea nesesario algunomás para poderse ejecutar cómodamente, y sin gran perjuicio de los moradores: losabajo firmados, en virtud de los poderes, que para este efecto tenemos de los mismosserenísimos Reyes nuestros amos, y que comunicamos y reconocimos recíprocamen-te: combenimos y ajustamos, que quede prorrogado el término por todo el año de1751, para que dentro de él se puedan hacer las dichas entregas, bien entendido, quelos Comisarios de ambas dos coronas y demás personas que han de concurrir a laejecución de las mismas entregas, deberán hacer cuanto estuviere de su parte paraevitar demoras, y a que no venga a ser necesario todo el espacio de tiempo que seconcede, siendo la intención de sus Majestades, que las dichas entregas se ejecutencuanto antes fuere posible. Esta convención será ratificada por los serenísimos Re-yes nuestros amos en el término de tres semanas desde su fecha, o antes si pudiereser; y se guardará por ambas partes puntualmente. En fe de lo cual la firmamos ysellamos con el sello de nuestras armas. En Madrid a 17 de enero de 1751. - Visconde,Tomás da Silva Telles - José de Carbajal y Lancáster”.

En: De la Sota, o.c.

3. “Viana, Gobernador de Montevideo y coronel de los ejércitos reales, promo-ción que le alcanzaba a los 34 años de edad. Era Viana un oficial valeroso y apto,probado desde 1735, en que empezó su carrera en clase de alférez. Había hecho lascampañas de Sanboya y Piamonte bajo las órdenes del duque de Alba y el Marquézde la Mina, quedando herido y prisionero en 1746. Los certificados de sus jefesacreditan varias acciones de guerra ejecutadas por él, una de las cuales merecióparticular agradecimiento del soberano. El ojo experto del marqués de la Ensenadafue a buscar a este oficial entre las filas, para encargarle del mando dificultoso de ungobierno donde todo era nuevo; a pesar de la instancia del Gobernador de BuenosAires que proponía al capitán D. Francisco Gorriti, jefe de Montevideo, por muertede D. Domingo Santos de Uriarte, para ocupar en propiedad y con título de Gober-nador el puesto vacante.

Se le dieron instrucciones a Viana, haciéndole saber que estaba subordinado alGobierno y Capitanía General de Buenos Aires, especialmente en los asuntos milita-res sobre fortificaciones, reglamento de la guarnición, consumo de municiones ypertrechos, y castigo a los soldados transgresores; en todo lo cual no podría hacernovedad irreparable sin consentimiento de aquella autoridad superior. Se le advertíatambién que en los pleitos y causas contenciosas entre partes, practicara lo mismoque los demás gobernadores de las diversas provincias del Plata, oyendo y otorgan-do las apelaciones para la Real Audiencia del distrito. Todas las materias tocantes alReal Patronato, debían incumbirle en la jurisdicción de su mando, y la extinción ypersecución del comercio ilícito le estaba particularmente encomendada. En el go-

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bierno económico y político de la Provincia, asistencia a los Cabildos, eleccionesanuales y demás funciones de ella, venta y remate de los oficios de la República,ejecuciones de la Real Hacienda y consiguientes negocios de esta naturaleza, obraseal igual de los demás gobernadores de las provincias del Plata, con cargo a que el deBuenos Aires podría intervenir en sus operaciones siempre que las juzgare no irarregladas a las leyes vigentes en ese punto. Aunque era obligado a visitar las ciuda-des y pueblos de su gobierno una vez a lo menos durante el quinquenio de su mando,había de dar noticia de ello al Gobernador de Buenos Aires antes de salir a practi-carlo, y esperar su respuesta, porque pudieran ofrecerse tales cosas que no conviniereal Real servicio la ausencia indicada, o haber dependencia de gravedad que encar-garle en alguno de los pueblos de la visita. Se le señalaban 4.000 pesos de sueldoanual, y cinco años por término de duración en el servicio del empleo de Goberna-dor”.

En: Bauzá, o.c.

4. “Entre tanto, llegaba al puerto de Montevideo, en 27 de enero de 1752, elnavío S. Peregrino (a) Jasón, conduciendo a su bordo al marqués de Valdelirios ydemás comisarios encargados de llevar a efecto el tratado de límites últimamenteconcluido con los portugueses. Evacuadas las diligencias de cortesía en la ciudad ytomado el reposo necesario a una navegación tan larga, el marqués y su comitiva setrasladaron a Buenos Aires, desembarcando allí en 19 de febrero siguiente. Acompa-ñaban a Valdelirios el P. Luis Altamirano, delegado del general de los jesuitas, y el P.Rafael de Córdova, compañero de éste; esperándoles el P. José Barreda, ex provin-cial del Perú, recientemente transferido con el mismo cargo al Paraguay, en previ-sión de que su falta de raigambre en estos dominios le permitirían proceder con laimparcialidad que era requerida. Se alojó el marqués en el Colegio de los jesuitas, ya los ocho días entregó a Andonaegui la cédula del Rey que acreditaba el carácter deque venía investido”.

En: Ibídem

5. “Conmovida así la opinión de los indígenas, dieron con facilidad oídas a lasmás raras especies. Se dijo, entre otras cosas, que Altamirano era un portuguésdisfrazado de clérigo, con la misión de engañarles para que evacuasen sus tierras lomás pronto posible. Hiciéronse por parte de los jesuitas algunos esfuerzos para des-mentir el cargo, pero no hubo forma de conseguirlo; complotándose 600 indios aórdenes de un cacique Sepee Tyarayú, famoso más tarde, a ponerse en marcha haciala residencia de Altamirano con el fin de verificar si era jesuita o portugués disfraza-do, y en este último caso arrojarle al río. Estaba Altamirano entregado a sus idas yvenidas entre los pueblos, para ver de conciliar su emigración con los apuros de

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Valdelirios, cuando supo el desbande producido, que anulaba todos sus esfuerzos. Afin de parar golpe tan rudo, púsose en camino desde Santo Tomé, donde se hallabaaccidentalmente, cuando le llegó secreta noticia del P. Balda sobre lo que se trama-ba contra su persona. Reputando inútil entonces cualquier tentativa, y temeroso delas ulteriores posibles, huyó a Santa-Fe, desde donde se trasladó a Buenos Aires,llegando en 6 de abril de 1753”.

“En sus meditaciones, Valdelirios resultó que convocara, reuniéndolos en junta,al Provincial Barreda y su secretario, y a los PP. Altamirano y Córdova, reservándo-se llamar a Andonaegui cuando fuera necesario, para que como práctico en la go-bernación del país, solventase las dudas que pudieran suscitarse respecto a cual-quier punto de ejecución. Abiertas las conferencias, comenzó un largo debate, enque los jesuitas opusieron al desalojo inmediato todas las objeciones de tiempo,oportunidad y recursos materiales, que formaban el arsenal de su justa oposición.Dijeron que si se convenía en la entrega de los pueblos, era natural preparar aloja-miento a los emigrantes, y que tan grande multitud de ellos se vería expuesta a pere-cer de hambre y frío, si no podía trasladarse a poblado, ni encontrar tierras rotura-das donde plantar frutos cosechables. Manifestaron, que supuestos los nuevos lími-tes concordados entre ambas Coronas, la transmigración de los indígenas debía ve-rificarse más hacia adentro de su ubicación primitiva, con lo cual venían a caer enlas vecindades de los charrúas, a quienes era necesario expulsar ante todo y por lafuerza armada, de los lugares que ocupaban, si no quería exponerse a los emigrantesa la dispersión o la muerte. Computando el gasto enorme de esfuerzos que requeríala fundación de siete pueblos para radicar las siete colonias cuyo desalojo iba aponerse en práctica, demostraron ser necesario un plazo largo antes de poder ejecu-tarse lo que se pretendía. Invitados por el marqués a designar el término de eseplazo, dijeron que cuando menos pedían tres años. “No daré tres meses”, replicóValdelirios con acritud.

De esto se infiere que la conciliación de pareceres y opiniones ansiada porValdelirios, era de aquellas en que el proponente pretende que los demás modifiquensus ideas para servirle, mientras él permanece firme en su dictamen. No deseaba elmarqués otra cosa que hacer a toda brevedad la nueva designación de límites, entre-gando a los portugueses las Misiones y recibiéndose de la Colonia, para marcharseen seguida a Madrid; así es que le parecía simplemente absurdo esperar tres años lasolución de un asunto en su sentir tan obvio. Sobre todo, no penetraba bien la nece-sidad que tuvieran los colonos desalojados, de encontrar habitaciones hechas y se-menteras donde sustentarse, a cambio de los pueblos y sembrados que entregaban alextranjero; pues poco idóneo en los trabajos de la tierra y nunca hecho a necesida-des de sustento, le parecía fácil que los índigenas en su rusticidad fueran tan frugables

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que encontrasen alimento doquiera, y tan ajenos a los goces de la vida, que reputa-sen igual el techado a la intemperie. Mas no pensando del mismo modo el ProvincialBarreda y sus compañeros de consejo, hicieron entender a Valdelirios que, si bien losíndigenas eran fuertes por constitución y sobrios por costumbre, había entre ellosniños y viejos, mujeres y enfermos, cuya aptitud para resistir las marchas y contra-riedades de la expatriación era dudosa, y por lo mismo necesitaban, no sólo alber-gue seguro en su instalación definitiva, sino alojamientos provisionales en el tránsitopara protegerse de los rigores del tiempo”.

En: Ibídem

6. La línea divisoria debía seguir la de la cuchilla Carapé y Grande y de allíhasta la boca del río Negro. A partir de la misma tenía que alcanzar la cabecera delrío Ibicuy y siguiendo la trayectoria de éste llegar hasta su desembocadura en el ríoUruguay.

En el v. 2 de Historia del territorio oriental del Uruguay, de Juan M. de la Sota,se transcriben las 7 conferencias entre Valdelirios y Gomes Freire.

7. Según lo convenido el año anterior en Martín García, acordaron Valdelirios yAndonaegui invitar nuevamente a Gomes Freire para tener la última conferencia enaquella isla. Se efectuó ella en 26 de marzo de 1754 determinándose el plan de lasfuturas operaciones militares. Gomes Freire, en calidad de auxiliar, debía romper lamarcha desde el acantonamiento de Río-Pardo, donde invernaban sus tropas, lle-vando por objetivo apoderarse del pueblo de S. Angel, que era el indicado a sumarcha natural. Para el efecto, llevaba instrucciones expresas del general españolsobre este punto y el trato que debía dar a los indígenas según lo prevenido porambos monarcas, en cuya virtud pidió y le fueron concedidos dos oficiales españolespara testigos de sus operaciones. Andonaegui, siguiendo la costa del río Uruguay,debía entrar por el pueblo de S. Borja y cargar luego sobre los demás. Después deesto, separáronse los generales, y Gomes Freire, entrado el mes de abril, dio unbando en que declaraba entregaría la Colonia al marqués de Valdelirios el día enque se recibiese de las Misiones; y mandó circular edictos permitiendo a los españo-les ir a la ciudad a comprar bienes muebles y raíces, con recomendación a los nego-ciantes de ponerse de acuerdo para hacer propuesta sobre la compra de hacienda,etc. Esta era la señal de guerra.

8. Pedro de Cevallos (1715-1778) militar de brillante carrera, coronel en 1741,brigadier en 1744 y teniente general en 1755.

Combatió en Italia y llegó al Río de la Plata en 1756 para reconquistar la Colo-nia del Sacramento. Volvió a España y en mérito a sus servicios el rey Carlos III lo

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nombró al frente de la expedición que conquistó Santa Catalina y la Colonia delSacramento nuevamente en poder de los portugueses.

Fue el primer virrey del Río de la Plata, gobernador y capitán general por Cédu-la Real.

Después de la campaña militar que se le encomendó y cumplió exitosamente,llegó a Buenos Aires el 15 de octubre de 1777.

Fue un virrey que afirmó importantes cambios económicos, de moral incorrupti-ble y decencia administrativa.

Entregó el mando a su sucesor Juan José de Vértiz y Salcedo (segundo Virrey) el26 de junio de 1778.

Regresó a España con mala salud, falleciendo en Córdoba el 26 de diciembre deese año.

9. Carlos III (1716-1788), tercer hijo de Felipe V y de Isabel de Farnesio. Por elTratado de La Haya se le reconocieron sus derechos a los ducados de Parma, Plasenciay Toscana, aumentado con la conquista de Nápoles y Sicilia.

Reinó en Nápoles por 15 años y en 1759, a la muerte de su hermano Fernando VI,asumió el trono de España, renunciando al reinado de Nápoles en favor de su tercerhijo, Fernando, que asumió como Rey de las Dos Sicilias.

10. TRATADO DE 1761“Consecuencia de los escasos avances y de las repetidas controversias provoca-

das por los portugueses para llegar a buen fin con los términos estipulados en elTratado de 1750, que llegan a ser considerados como actos de “mala fe” por partedel Comisario Portugués, es que D. Julián de Arriaga envió nota al gobernador deBuenos Aires, D. Pedro de Cevallos, poniéndolo en antecedentes de que S.M. “vistala conducta de los portugueses: ha resuelto que vuelvan las cosas a su antiguo esta-do” la que firma en Madrid, el 24 de junio de 1760.

El 19 de setiembre de ese año, hay otra comunicación a Cevallos, en que se ledice sin más trámite que el Tratado de 1750 ha quedado sin efecto por decisión delrey, y le remite instrucciones para proceder en consecuencia.

A comienzos de 1761, D. Julián de Arriaga (Teniente General de la Real Armaday Secretario del Despacho de Marina e Indias) insiste en las dos comunicacionesanterio

res de Cevallos (enero 26), advirtiendo que dichas órdenes expresan un comúnacuerdo de las partes.

Ese mismo día, Cevallos con la diligencia que lo caracterizaba hizo saber al P.Superior D. Jaime Pasino la orden recibida, para que éste la trasmitiese a los Cabil-dos de los Siete Pueblos.

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La situación estaba liquidada y el rey D. Carlos III, celebró con el rey de Portu-gal D. José I, el Tratado firmado en el Pardo el 12 de febrero de 1761, que anulabain totum el de 1750.

En el art.1o. quedó expresamente comprendido que se vuelve a los términos fija-dos en Tordesillas y en el de Utrecht.

Cuando Carlos III firmó con la monarquía francesa el Pacto de Familia (1761),del quedó marginado Portugal, éste se alió con Inglaterra.

La corte española instruyó a D. Pedro Cevallos (como mencionamos en HistoriaMilitar) para que atacara la Colonia del Sacramento, la reconquistara y emprendie-ra campaña contra Río Grande.

Pero la Paz de París del 10 de febrero de 1763, por su art. 21o. cuyo texto decía:“Art. 2o. Las tropas Españolas y Francesas evacuarán todos los territorios, cam-

pos, ciudades, plazas y castillos de su Majestad Fidelísima en Europa, sin reservaalguna que puedan haberse conquistado por las armas de España y Francia; y losvolverán en el mismo estado en que se hallaban cuando se hizo su conquista, con lamisma artillería y municiones de guerra que en ellos se hallaron; y en cuanto a lascolonia portuguesas en América, Africa o en las Indias Orientales, si hubiese sucedi-do en ellas alguna mudanza, se volverá todo a poner en el mismo pie en que estaba, yconforme a los tratados anteriores que subsistían entre las Cortes de España, Franciay Portugal antes de la presente guerra (Tratado firmado en París a 10 de febrero de1763).

Plenipotenciarios:Por parte de España, Marqués de Grimaldi, su embajador extraordinario. Por

parte de Francia, Duque de Choiseul. Por parte de la Gran Bretaña, Duque deBedford. Por parte de Portugal, Mello y Castro, embajador en Francia”.

En: Rela, o.c.

11. “Cevallos, sin embargo, no era hombre de dejarse batir impunemente. Enfer-mo como estaba, abandonó la cama, y montando a caballo, marchó a exhortar lastropas y se entró en el fuego. La presencia del general y el recuerdo de la dolencia aque se sobreponía para compartir el peligro común, entusiasmó a los soldados, quecontestaron al enemigo con un fuego sostenido y vivo. A las 4 de la tarde, una bala dela plaza incendió al Lord Clive, que se retiró inmediatamente fuera de tiro pugnandopor apagar el incendio. Pero éste había adelantado mucho ayudado por el viento,para que se pudiese salvar el navío y aun sus tripulantes. De los 400 hombres de queconstaba su tripulación, sólo 80 fueron recogidos en la plaza, a donde llegaron unosa nado y otros en lanchas. Se cuenta que Macnamara, insistiendo en morir a bordode su buque, fue arrebatado por un marinero, que tomándole a espaldas se arrojó alagua. El nadador comenzó a desfallecer a pocos instantes, y entonces Macnamara

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haciéndole presente el riesgo, se desciñó la espada, y regalándosela, se echó al fon-do del mar.

Con el desastre del navío almirante, la escuadra se colocó fuera de tiro de lasbaterías, yendo muy maltratados la Ambuscada y el navío portugués, con gran pér-dida de gente a bordo. Descalabrado el plan de los anglo-portugueses por la muertede su jefe y la inutilización de sus mejores barcos, largó velas a otros rumbos laescuadra enemiga, que por una rara coincidencia había traído a perecer en las In-dias occidentales, al navío que llevaba el nombre del mayor conquistador inglés enlas orientales. Gomes Freire, al saber estas noticias, murió de pena. Cevallos, apre-ciando en lo que valía la victoria obtenida contra los anglo-portugueses, escribió aViana comunicándosela con estilo sencillo y digno; y al final de su oficio exclamaba:“Hemos palpado nuevamente la especial protección con que Dios milita por noso-tros, y por lo mismo debemos dar á su divina majestad las gracias, á cuyo efectodispondrá V.S. se cante el Te-Deum en la iglesia Matriz de esa plaza, con la solemni-dad y concurrencia que en semejantes casos se acostumbra”.

Luego que estas dificultades se allanaron, el general prosiguió la ejecución de suplan de campaña. Al efecto, hizo desfilar sus tropas poco a poco hacia Maldonado,despachó la artillería de montaña y de batir, organizó depósitos de víveres, y en 19de marzo, con aviso de estar todo a su satisfacción, salió de la Colonia con 300dragones, efectuando en diez días el trayecto de 80 leguas que le separaba deMaldonado. Una vez allí dio la última mano a la organización de las fuerzas, po-niéndose en marcha el día 8 de abril con todo el ejército dividido en dos columnas”.

En: Bauzá, o.c.

12. Por estos documentos se demuestra la actitud del Gobernador con el Cabildode Montevideo.

“Los miembros del Cabildo rechazaron las inculpaciones que el Gobernador leshacía, y le replicaron acusándole de haber puesto en juego influencias ilícitas paraconseguir una elección a su gusto. Los Alcaldes de 1o. y 2o. voto y el Alguacil Ma-yor, sobre todos, afearon a La Rosa su conducta, protestando de la injuria que hacíaal Cabildo con sus acusaciones y negando que tuviera derecho de imponer allí suvoluntad, en acto privativamente reservado a la corporación. Entonces, ciego decólera el Gobernador, ordenó a uno de sus ayudantes que prendiese a los dos alcal-des y al Alguacil, quienes dijeron que, aprehendidos ellos, lo estaba todo el Cabildo.Pero La Rosa, en vez de calmarse con este raciocinio, se enfureció más, extendiendola orden de prisión a todos los presentes, y marchándose luego. No se podía expresarcon mayor violencia el deseo de ser incondicionalmente obedecido, y a la verdad queLa Rosa sobrepasaba a aquellos primeros comandantes de Montevideo, quienes, si

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habían amenazado con prisión al Cabildo, nunca se atrevieron a hacer buena laamenaza. Y tan rudo le pareció el acto al mismo Gobernador, que pocas horas des-pués revocó la orden general de prisión, limitándola a los dos alcaldes y al Alguacil,temeroso tal vez de que en el escrito de apelación para ante el Gobernador de Bue-nos Aires, que ya hacía el Cabildo bajo las inspiraciones de D. Pedro León de Rome-ro y Soto, terciador obligado en toda querella, resaltasen de sobra los motivos deinjusticia que habían guiado su conducta.

El Cabildo, en efecto, se dirigió al Gobernador de Buenos Aires, exponiendo lainjusticia de los tratamientos de que era víctima, y la futilidad de los pretextos en quebasaba La Rosa su proceder. Alegó que la reelección no había sido jamás motivo decontroversia para tachar a los electos, y adujo pruebas que justificaban esa posición.Sin que nadie se diera por agraviado, en 1743 había sido reelecto para Alguacil MayorD. Luis Enrique Maciel, que desempeñó el cargo por dos años, y en 1760 lo fue igual-mente D. Lorenzo Calleros para el mismo empleo y por el mismo tiempo. En 1761había sido electo para Alcalde de 1er. voto D. José Mas de Ayala, que ahora se veíaviolentado por el Gobernador, siendo reelecto sin inconveniente en 1763; y en 1768volvió a reelegírsele para igual empleo en compañía de D. Jaime Soler, D. Pedro Rada,D. Manuel Durán y D. Antonio Valdivieso, respectivamente reelectos Alcalde de 2o.voto, Alguacil Mayor y Depositario general. Por último, D. Joaquín de Vedia y laCuadra, que era Alcalde de 2o. voto en 1766, fue reelecto para Procurador general enel siguiente año.16 Estas razones tenían de suyo bastante peso para influir en cualquieránimo despreocupado de malevolencia, porque aun cuando las leyes se opusieran a lareelección, las costumbres la habían sancionado; y no era una actitud tal la del Cabil-do al reelegir tres de sus miembros, que mereciese el vejamen inferido por La Rosa.

Así las cosas, temiendo el Gobernador las resultas de este asunto, comenzó a medi-tar en su conducta pasada, y tentó algún acomodamiento con el Cabildo, escribiéndole“que le exhortaba, requería y mandaba en nombre del Rey á cesar en el injusto tesónque le movía”. Pero el Cabildo, firme en sus propósitos, esperaba la sanción de suconducta de boca del Gobernador de Buenos Aires, a quien había apelado; y La Rosa,no teniendo seguridad del triunfo, y temeroso de que el último escándalo trajese amemoria sus anteriores desperfectos, perdió toda serenidad de ánimo, entregándose averdaderos desvaríos. Como el flaco de su conducta estaba en la mala adquisición deriquezas que había hecho, puso por obra resarcir en lo posible a los damnificados,para captarse su simpatía en el trance actual; pero lo hizo de una manera tan insólitay con procederes tan bruscos, que, en vez de conseguir su objeto, aumentó la ojerizaque le perseguía. Envió a casa de los expoliados agentes suyos para restituirles aque-llo de que les creía acreedores, con lo cual, confesando sus indignos manejos, no lavóla culpa que declaraba.17 Todo esto lo supo D. Juan José de Vertiz, Gobernador deBuenos Aires, y como se deja comprender, tomó las medidas que el caso requería.

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En oficio de 8 de enero, recibido el 15 en Montevideo, comunicó al Cabildo queprevenía a La Rosa pusiera en libertad a sus miembros “para que el público nocareciese de la administración de justicia, y ellos pudieran, libres de esa incomo-didad, propender al beneficio común en que como de su obligación tanto se intere-saban”. En cuanto a los miembros excluidos, que eran tres, el Gobernador deBuenos Aires disimulaba el caso contrayéndolo a uno solo en estas palabras: “notoque en no confirmar ese Gobernador á D. José Mas, electo Alcalde de 1er. voto(que es el único a quien expresamente excluye), procede conforme a la ley 9 del tít.3o., libro 5o. de Indias, que ordena no puedan ser reelegidos los Alcaldes ordina-rios en los mismos oficios, hasta haber pasado dos años después que dejaron susvaras”. Y por último, después de dar esta satisfacción al Cabildo, la daba másamplia a la vindicta pública separando del gobierno a La Rosa y sustituyéndolointerinamente por Viana, en los siguientes términos, tan lacónicos como expresi-vos: “Conviniendo al Real servicio, el que el brigadier D. Agustín de La Rosa,Gobernador de esa plaza, pase á esta ciudad, he ordenado ocupe interinamenteeste empleo el mariscal de campo D. José Joaquín de Viana, quien tiene acredita-das su conducta, integridad y demás circunstancias que le hacen recomendable”18.Pocas veces se dio una solución más pronta y equitativa a negocio tan grave, enestos dominios y por aquellos tiempos.

Vigorizada la acción del Cabildo por el sesgo que había tomado su reclamo,comenzó a insistir en el deseo de que se apurasen los cargos contra el Gobernadordimitido. Aglomeró pruebas y las envió a Buenos Aires, aprovechando el juicio deresidencia abierto a La Rosa, en el cual suponía que habían de aquilatarse todos lostestimonios contra los impuros manejos y violencias del encausado. El Gobernadorde Buenos Aires defirió a lo que el Cabildo pedía, haciéndole sentir que la instaura-ción del juicio se verificaba por acceder a sus deseos; y comenzó la tramitación delcaso. Pero un juicio de esta naturaleza, con gastos de curia avaluados por los aran-celes del gobierno colonial y con procedimientos extraídos de las leyes de Indias,debía ser largo y dispendioso”.

En: Bauzá, o.c.

13. La Pragmática mandaba que “se extrañen de todos mis dominios de Españae Indias, Islas Filipinas y demás adyacentes a los religiosos de la Compañía, asísacerdotes como coadjutores o legos que hayan hecho su primera profesión y a losnovicios que quieran seguirles; y que se ocupen todas las Temporalidades de la Com-pañía en mis dominios”.

14. Joaquín Del Pino ejerció la gobernación de Montevideo (1773-90) con equi-librio y en cuanto a la campaña en la década 1774-84 ordenó la fundación de la Villa

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del Guadalupe de Canelones, Las Piedras, El Colla (Rosario), Pando, San JuanBautista (Santa Lucía), San José y otros.

Asumió el Virreinato del Río de la Plata (el 8o.) en 1801 permaneciendo hasta1804.

15. “Otro largo proceso se vivió sin modificación sustancial, hasta que el mar-qués de Pombal envió el 9 de mayo de 1775, una carta confidencial al virrey delBrasil, marqués de Lavradio, en la que le dice en sus puntos claves:

“A referida idéia de manutenção e conservação se não pode nem deve extender aPraça da Colonia. Antes pelo contrario, conhecendo sua Majestade que é chiméricae impossive a idéia de conservarmos forças navais no Rio da Prata, e mantermos adita Praça da Colonia naquela distancia, quando nelle e no território dela tem hojeos ditos castelhanos o centro e uniaõ de todas as suas forças, e quando pelo contra-rio se acha alli a maior debilidade das nossas forças do Brasil; quer o dito senhorque V. Exa. com estas justas causas faça logo executar o que lhe vou agora referir.

Por uma parte mandará V. Ex. retirar imediatamente quaesquer náos ou fragatas quese acham no sobredito Rio, antes de serem surpreendidas e apresadas pela faustosaexpedição castelhana, que, ou tem partido, ou está por partir de Cadix, e pela outra partefaça V. Exa. transportar a essa cidade o regimento da guarnição daquela praçã; toman-do para isso o pretexto que se vai disciplinar e recrutar no Rio de Janeiro, donde seespera alli a toda a hora outro regimento mais completo e bem disciplinado; e fazendo-setranspirar, e crer ao mesmo tempo, que como o motivo do referido transporte é quesahem do Rio da Prata as embarcações de guerra portuguesas que nella estiverem.

Para isso se praticar escreverá V. Ex. ao governador da referida Praça uma cartaou ordem estensiva, que elle faça registrar na secretaría do seu governo tomando V.Exa. nella os pretextos que acabo de indicar acima; e ordenando-lhe que com osmotivos d'elles faca logo transpor o dito regimento a essa capital nas embarcacoesde guerra, ou comércio, que alli achar mais promptas; e que, enquanto nao chegaroutro regimento mais completo e bem disciplinado, que irá logo substituir o referido,mande fazer as guardas ordinárias pelos auxiliares e ordenaças de sua jurisdição,que serão os que bastem; porque, se está cultivando entre as Magdes Fidelíssima eCatholica, espera que brevemente chegarão ordens para cessarem nessas partes to-das as dissensões entre os dois respectivos governos confinantes.

Desta sorte salvaremos as ditas embarcacoes de guerra e o dito regimento comodissimulação decorosa fazendo crer aos castelhanos que o nosso fim é reformar aguarnição da referida praça, ou termos percebido que elles esperam as sobreditasforcas superiores á nossa resistencia para a atacarem.

Ao mesmo tempo deve V. Ex. fazer pasar ao dito governador outra secretíssimacarta, na qual lhe signifique em substancia: que no caso de ser atacado (como natu-

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ralmente o será) desde que os castelhanos virem desamparada a referida praça detropa regular) deve mostrar-lhes que se quer defender; e deve praticar aquela poucadefesa que a sua possibilidade lhe puder permitir; que porem logo que propuzeremqualquer capitulação, a deve aceitar, a render a mesma praça cedendo á maior forçae protestando pela violencia que se lhe faz, no mesmo tempo em que o último tratadode 10 de fevereiro de 1763 se acha em vigor; e em que sabe de certo que enre as duasCortes se estao praticando officios da estreita amisade, que fazem natural os apertadosvínculos do seu próximo parentesco, que precavendo este caso, o de lhe nao permitirqualquer invasão, ou obstinação dos castelhanos, que elle retire os papeis de governo,em que se contiverem as minutas e registros das correspondencias do mesmo governocomo o do Rio de Janeiro e com esta Corte, os deve recolher logo imediatamente aoseu gabinete com a maior dissimulação; e os deve nelle fazer queimar com a maiorcautella, para nao virem chair nas maõs dos castelhanos; e que finalmente, logo quereceber esta carta secretíssima, a queime tambem inmediatamente, conservando sóna sua lembrança o centeúdo nella para executá-lo; porque o registro della, que ficana secretaria do governo do Rio de Janeiro, lhe servirá em todo o caso, de título paraa sua plenária justificação; fazendo ver que entregou a referida praça por ordem,sem a menor sombra de negligencia sua”.

En: Rela, Alabanza a D. Pedro de Cevallos.

16. “A partir de la instauración del Apostadero de Montevideo, con su triplecometido de defensa: de las islas Malvinas, del pasaje del Atlántico al Pacífico y delRío de la Plata, hasta su desaparición en junio de 1814, al verificarse el fin deldomino español en la Banda Oriental cuando el Gobernador de Montevideo, Maris-cal de Campo Gaspar Vigodet transpone con sus tropas el portón de la Plazamontevideana, habían pasado casi treinta y ocho años de la existencia del Apostade-ro, marcando la fuerte gravitación de la impronta española y muy en particular desus hombres de mar.

En cuanto a la ubicación física de la Sede del Apostadero y sus funciones nosilustra el libro “La conservación de los monumentos históricos nacionales” del en-tonces Ministerio de Instrucción Pública y Previsión Social, a cargo del Profesordon Juan E. Pivel Devoto, del cual citamos.

“La historia del puerto de Montevideo y de la marina en el Río de la Plata desdela época de la dominación española hasta fines de la Guerra Grande, es inseparablede la historia del Apostadero Naval Español, edificio que después fue nuestra prime-ra Aduana y Oficina de Correos Nacional.

Estas construcciones de origen colonial, conocidas también como “Barracón dela Marina”, han venido a quedar enclavadas tras el edificio que ocupa la sede cen-tral del Banco de la República. El frente de lo que fue el Apostadero da a la calle

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Zabala entre Piedras y la Rambla Roosevelt y tiene una faja de habitaciones orienta-das casi en sentido paralelo a la última arteria.

En 1770 desde este lugar se pertrecharon las seis naves destinadas a desalojar alos ingleses de su establecimiento oculto en las Malvinas.

Con posterioridad ese edificio fue definitivamente sede del Apostadero Españoldel Río de la Plata, Patagonia y Malvinas. Desde allí salieron durante cuarenta ycuatro años -todo el período colonial- los capitanes de coberta que ejercieron elgobierno de aquellas islas. En un estudio, Jorge Tito Naser da a conocer promenoressobre la existencia del Apostadero, jalonado de gestas heroicas.

En 1776 junto a los primitivos barracones se levantó un edificio de mamposteríade dos plantas. El Ingeniero Rodríguez Cardozo proyectaba por entonces las mura-llas, fortificaciones y baluartes de Montevideo y a esta construcción también se lepensaba dar un carácter militar. La obra quedó concluida cuando se esperaba elgrueso de la expedición de Ceballos que estaba por arribar con sus 116 naves deguerra y transporte de tropas a Montevideo.

Esta flota fue la más grande que España envió al nuevo mundo y sus hazañas lacubrieron de gloria. Desde el Apostadero zarparon naves, durante muchos años,para librar los rudos combates en los que la flota española defendía sus posesionesen el sur de América. También salieron de allí tripulaciones a desafiar el embraveci-do Río de la Plata -al que llamaban en la época “El Infierno de los Marinos”- paraarrancarle sus víctimas. Muchas veces esas tripulaciones pagaron con la vida elprecio de sus heroicas acciones.

También en el Apostadero tuvieron sus despachos los gobernadores marinos quereunían en sus manos los títulos más altos del gobierno español de esta Plaza: el deGobernador y Comandante de Marina, funciones que desempeñaron sucesivamentedon José Bustamante y Guerra y don Pascual Ruiz Huidobro”.

En: Juan Francisco Fernández. Parés.Apostadero de Montevideo.

“Las responsabilidades de los comandantes del Apostadero sobrepasaban las di-rectivas de su poder militar. Es hecho conocido dentro de la dirección política delllamado Reino de Indias, que la Real Armada gozaba de determinada independenciafuncional de cara a las autoridades civiles, sean aquellas Virreyes, Gobernadores oCapitanes Generales. Esto originó, en el caso especial del Río de la Plata, una suer-te de poder dual, que nace cuando Carlos III da a Buenos Aires la categoría decapital virreinal, con Cevallos al frente y a Montevideo, Apostadero Naval y másadelante, se llega a unificar este último cargo con el de Gobernador Político y Mili-tar de esta plaza. Y este hecho orgánico significó mucho para el Plata ya que es lasemilla del futuro de separación comunal entre ambas orillas.

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Entonces, la gran importancia estratégica de la base montevideana llegó a serbaza decisiva para el control de los espacios atlánticos australes. Entre las tareasmás destacadas que desarrolló el Apostadero señalamos varios: la definitiva expul-sión de los británicos del archipiélago malvinense en el mes de Junio de 1770, por laexpedición a órdenes de Juan Angel de Madariaga cuando aún Montevideo no al-canzaba el máximo rango naval; la ocupación de las islas de Fernando Poo y Annobónen el africano Golfo de Guinea en el año 1778, por fuerzas al mando de Juan Varelay Ulloa; el lanzamiento del corso sobre la navegación británica en todo el Atlánticosur en 1804, tras los hechos de la agresión inglesa de Santa María; la Reconquistade Buenos Aires del mes de Agosto de 1806, y finalmente como hecho de mayordestaque tenemos la presencia de un Montevideo absolutamente fiel a la causa pe-ninsular hasta la capitulación final de Junio de 1814, batalla naval del Buceo me-diante. Todos estos procesos tuvieron sus directores intelectuales y protagonistasdirectos en los Jefes navales, y la sola lectura de sus hojas de servicio que custodia elmanchego Archivo-Museo “Alvaro de Bazán”, nos dice de una vida plena de sacri-ficios para ellos y sus familias, y de la cerrada lucha que llevaron al frente ante elfárrago de dificultades de todo tipo que sufrieron en sus destinos, las que supieronenfrentar con tino, dedicación y entusiasmo indeclinables.

Lógicamente, para ser justos, no sólo aquellos marinos que ostentaron el honorde asumir la Comandancia general tuvieron tamaño protagonismo, sino que tambiénjunto a ellos prestaron servicios toda una destacada saga de personalidades que estainscrita en nuestra historia: Jacinto de Romarate, que según el gran AlmiranteGuillermo Brown fue el marino más capaz que enfrentó en toda su destacada carre-ra; Andrés de Oyarvide, que inscribió con el trazo de su pluma todo el ancho litoralde la región rioplatense y que es considerado el mayor cartógrafo que vio este terri-torio; Juan Angel de Michelena; José Primo de Rivera, Juan Gutiérrez de la Con-cha, jefes que se destacaron en las luchas contra la insurgencia; científicos de latalla de Azara, Alvear, Gundín, Solórzano, De la Peña, no olvidando a Liniers yMalaspina que pusieron lo suyo en este período tan fulgante para la común historiaque une España y el Plata.

Corresponde al Capitán de Navío Juan Antonio Camino el honor de haber asumi-do el primer comando del novel Apostadero, aunque ya Montevideo era por su pro-pio peso la primer base naval hispana en el sur. Su hoja de servicios al Rey nos dice:

Guardiamarina el 27 de Junio de 1740; Alférez de Fragata en 17 de Junio de1747;Alférez de Navío en 20 de Noviembre de 1749; Teniente de Fragata en 20 de Marzode 1754; Teniente de Navío en Diciembre de 1757; Capitán de Fragata en 15 deEnero de 1766; Capitán de Navío en 22 de Octubre de 1770 y Brigadier en 29 deDiciembre de 1782.

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Camino se halló a órdenes de Cevallos y el Almirante Casa Tilly en los hechos delsitio y toma de la Colonia del Sacramento en Junio de 1777. Fue por demás breve suestadía en el Plata aunque de gran importancia, ya que se halló al frente de lasdefensas de la plaza montevideana y sus fuerzas navales propias en el marco deaquella invicta expedición hispana que batió al lusitano y fue la mayor ostentaciónnaval que conoce nuestra historia.

El Capitán de Navío Grabriel Guerra y Mendoza sucede en el cargo a Camino enFebrero de 1778. Su hoja de servicios nos dice:

Guardiamarina en 6 de Mayo de 1750; Alférez de Fragata en 15 de Junio de1754; Teniente en 20 de Abril de 1757; Teniente de Fragata en 13 de Julio de 1760;Teniente de Navío en 3 de Setiembre de 1767; Capitán en 23 de Febrero de 1768;Capitán de Fragata en 24 de Abril de 1774; Capitán de Navío en 18 de Octubre de1777; Brigadier en Octubre de 1783 y Jefe de Escuadra en Marzo de 1791; desempe-ñándose al frente del Departamento de Marina de Cádiz donde fallece en Noviembrede 1800.

Guerra, natural de Jerez de la Frontera y como vemos poseedor de una impeca-ble hoja de servicio, tuvo destacada labor al frente del Apostadero y en horas en quese hablaba del primer plan de defensa concretos del Río de la Plata.

Le cupo actuar de consuno con la férrea personalidad del 3er. Gobernador deMontevideo, Joaquín Del Pino, quién ordenó uno de los primeros relevamientos delas costas septentrionales del Río de la Plata, atento a su defensa y las posibilidadesque daban diversos puntos del territorio en tal materia. Se estaba ya viviendo laprimera génesis marítima de la Banda Oriental, de ello no hay duda, pues no sólo elApostadero se hallaba francamente operante, sino que otros hechos se daban, comoel funcionamiento de la Real Compañía Marítima y de Pesca y de San Fernando deMaldonado en aguas platenses y las costas de la Patagonia, cosa que señalaba laextrema importancia de la base naval rioplatense en el cuidado y seguridad de todasestas actividades.

El Capitán de Navío Francisco Idiáquez Borja y Echevarría sucede en el cargo aGuerra con fecha 20 de Febrero de 1784. Su hoja de servicios nos dice:

Natural de El Ferrol, Guardiamarina en 25 de Julio de 1752; Alférez de Fragataen 29 de Diciembre de 1755; Alférez de Navío en 2 de Abril de 1760; Teniente deFragata en 15 de Enero de 1766; Teniente de Navío en 15 de Junio de 1769; Capitánde Fragata en 17 de Febrero de 1776 y Capitán de Navío en 13 de Mayo de 1779.

Martínez Montero indica este momento de la vida del Apostadero, como aquel enel que se comienza con el indigesto problema de la ingerencia de las autoridades deBuenos Aires sobre las actividades marítimas de la plaza de Montevideo, cosa de laque mucho se ha escrito y poco se ha asumido, ya que es el inicio de la separaciónentre las comunidades de ambas bandas del Río. Pero ello es sólo el reflejo del

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propio sentimiento cantonalista de los pueblos ibéricos, siendo esto un hecho inevi-table dadas las diferencias entre el mejor puerto platense y la capital virreinal, quedesató celos en todos los estamentos de la sociedad de la época.

Idiáquez, cuando se hallaba a pleno desempeñando su cargo, con fecha del 5 deMayo de 1785, fallece de un ataque de apoplejía, asumiendo interinamente el Capi-tán de Fragata Santiago de Hezeta, por ausencia del oficial de la derecha, que lo erael de su mismo rango Ramon de Clairac, que al momento se hallaba en las Malvinascomo Gobernador. Resulta por demás interesante el empeño que puso Hezeta a lolargo de años en lo referente a la imprevista muerte de Idiáquez, siendo en tal caso suapoderado ante las autoridades de la época, destacando su solidaridad con la fami-lia Idiáquez. En este último caso, la viuda, Doña Beatriz de Castro, aún en fecha delmes de Abril de 1815 solicitaba al Rey, desde la ciudad de San Fernando, la íntegrapensión de su esposo, atento a la precaria situación en que vivía. Y este triste hechose dará en varios casos similares.

El 31 de Mayo de 1786, Hezeta hace entrega del mando a Clairac, cuyo desempe-ño apenas durará 4 días ya que en tal fecha llegó desde Madrid la orden para queasumiera el cargo el Capitán de Navío Antonio Basurto, que se hallaba en Montevi-deo desde el día 20 de Abril.

La hoja de servicio de Ramón de Clairac y Villalonga nos dice:Natural de Cataluña Guardiamarina en Junio de 1759; Alférez de Fragata en

Febrero de 1766; Alférez de Navío en Octubre de 1767; Teniente de Fragata en Juniode 1774; Teniente de Navío en Abril de 1776; Capitán de Fragata en Noviembre de1781 y Capitán de Navío en Octubre de 1789; Brigadier en Febrero de 1809, falle-ciendo en El Ferrol en 1814. Debemos destacar que este jefe naval fue por tresperíodos Gobernador de las islas Malvinas, señalándose su total dedicación en tandura posición.

La hoja de servicios de Antonio Basurto y Velázquez de Cuellar nos dice.Natural de Jerez de la Frontera, Guardiamarina en Julio de 1757; Alférez de Fraga-ta en Febrero de 1760; Alférez de Navío en Enero de 1766; Teniente de Fragata enSetiembre de 1767; Teniente de Navío en Enero de 1774; Capitán de Fragata enMayo de 1778; Capitán de Navío en Diciembre de 1782 y Brigadier en 29 de Enerode 1795, falleciendo en su ciudad natal en Noviembre de 1800.

Como dato sui generis, observamos que Basurto sostuvo un serio altercado conHezeta, ya que a su arribo a Montevideo, siendo oficial más antiguo y de mayorjerarquía, el comandante interino no le cedió el cargo ya que aguardaba comunica-ción oficial desde Madrid. Según surge de la abundante correspondencia tanto deuno como de otro, Basurto planteó el problema de tal manera que casi amerita untribunal de honor; pero finalmente primó el factor tiempo, burocracia de por medio,y la cosa no llegó a mayores.

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La política hegemónica de las potencias europeas y la misma situación del Viejocontinente, en vísperas de los tremendos acontecimientos de la Revolución France-sa, comenzaban a afectar a cuanto rincón de la tierra viera pasar una vela europea.Las guerras entre Francia e Inglaterra, por el Canadá y la India o por la cuestión delas Trece Colonias, habían alborotado en grado sumo el balance de poder. La GranBretaña se perfilaba ya como el poder naval que regularía el planeta por un lapsocentenario, al paso de sus avances, victorias y su implacable política de dominación.

Así, la política hispana de aquellas horas se halló de cara a esta disyuntiva,laborando fieramente para alcanzar ya en estas décadas finales del siglo XVIII unfuerte tercer lugar en el ranking naval, cosa soñada por aquel genio, el Marqués dela Ensenada, hecho que aseguraría el balance de poder europeo. De forma que elRío de la Plata, con Montevideo y su Apostadero, se hallará en primera fila en esejuego constante de la estrategia y la geopolítica, y de aquí en más las consecuenciasno se harían esperar.

El 23 de Febrero de 1789, Basurto hace entrega del cargo al Capitán de NavíoJosé de Orozco, de quién poca información tenemos, conociendo que un primo her-mano de este navegó con Malaspina en la Astrea y fue justamente oficial de órdenesde Orozco por el tiempo en que este ejerció su comando montevideano.

Como sabemos, durante este período se halló en el Río de la Plata la expediciónal mando de Malaspina que reicibió todo el apoyo necesario y posible de los mediosdel Apostadero, hecho ya señalado en la historia. Se resalta la labor de Orozco en lorelativo a este tópico y en sus relaciones con el Cabildo de la ciudad.

El 20 de Setiembre de 1791, el Rey Don Carlos IV firmaba la designación delBrigadier Antonio de Córdova como nuevo Jefe del Apostadero. La personalidad deCórdova era conocida en la zona, ya que había efectuado una campaña derelevamiento de las islas Malvinas y la costa patagónica, entre los años 1788 y 1789,al mando de los paquebotes SANTA CASILDA y SANTA EULALIA, siendo ademáshasta el momento, el marino de mayor jerarquía que asumía en el Plata, hecho queya destacaba la relevancia que se estaba dando al Apostadero, cada día con mayoresresponsabilidades y medios.

La Revolución Francesa planeaba ominosa sobre los cielos del Viejo Mundo. Alprincipio España se halló en lucha contra quienes habían guillotinado a un Borbón,pero como conocemos, los franceses siguieron adelante en su proceso. Para Monte-video, como para el resto del imperio español, la hora fue grave y en este caso es deresaltar que bajo Córdoba, el Apostadero se halló en buena condición y su presenciaen el Atlántico sur se hizo sentir. Como bien decía Leslie Crawford: “la época másfeliz para Montevideo”, se dio en aquellas horas hispánicas cuando las naves delRey se hallaban estelando el suratlántico y sus costas al entero, mientras la Compa-ñía de Pesca laboraba tranquilamente en el Río y el litoral patagónico, y las Malvinas

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se hallaban bajo control estricto de los gobernadores navales nombrados por laautoridad del Apostadero montevideano. No hubo nunca momento de mayor grande-za para la que sería “muy fiel y reconquistadora” andando pocos años en los tiem-pos.

En el mes de Marzo de 1795 asume el nuevo comandante, el Brigadier José Ador-no. Su hoja de servicio nos dice:

Natural de Jerez de la Fronera, en Diciembre de 1762 se recibe de Guardiamarina;como Teniente de Navío comandó la fragata SANTA RUFINA en Abril de 1777 don-de hizo fulgurante campaña en el Mediterráneo; como Brigadier se halló en el sitiode Tolón; asciende a Jefe de Escuadra en 5 de Setiembre de 1795 durante su mandoen Montevideo; como Teniente General se halló en1814 como comandante Generaldel Departamento de Cartagena, al fallecer tenía sobre sí 74 años de edad y 59 deservicio a la Patria y al Rey.

Como se expresa, dado el juego de los conflictos europeos al paso de los tiemposy los acontecimientos, cada día se acrecentaba la importancia del Apostadero mon-tevideano de cara a las constantes estratégicas. Ello es dable al observar las jerar-quías de estos jefes que se alternaban en su mando; mientras Adorno ejercía enforma notable su servicio, en Madrid las mas altas jerarquías resolvían nombrar alBrigadier José de Bustamante y Guerra como novel comandante.

El segundo jefe de la expedición Malaspina había presentado al Rey y al válidoGodoy, una serie de estudios basados en la mejor estrategia defensiva del Reinofrente a los desafíos del momento. La potenciación de las Filipinas y el Río de laPlata, conformaban el nudo central del trabajo del ilustrado marino. Así, en unadecisión memorable Carlos IV envía al lar platense al que será, por imperio de sunotable labor, el más grande comandante que tuvo el Apostadero; y en esta opiniónparticipan la casi unanimidad de los más claros historiadores de estas horas.

La impecable hoja de servicios de José de Bustamate y Guerra nos dice:Natural de Ontañeda (Santander), Guardiamarina en Noviembre de 1770; en 1774

como Alférez de Fragata se desempeña en las Filipinas; en 1782 como Teniente deNavío se halla en el sitio de Gibraltar; en 1789 es segundo de Malaspina comocomandante de la corbeta ATREVIDA; por Real Cédula del 13 de Setiembre de 1796es nombrado Comandante del Apostadero y Gobernador de Montevideo; el Octubrede 1802 es Jefe de Escuadra; y como Teniente General de la Armada a partir de1808, ejerce la Capitanía General de Guatemala de la Armada a partir de 1808,ejerce la Capitanía General de Guatemala y en 1820 la Dirección General de laArmada, máximo cargo naval. 55 años de servicios a España.

Por vez primera el Rey unificaba la gobernación “política y militar” de Montevi-deo, con el mando naval del suratlántico, y este hecho es de tamaña importanciapara el destino de la ciudad y la misma Banda Oriental. Nos animamos a decir que

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Bustamante y Guerra, es, por su acción social y política al frente de la plazamontevideana, la figura que origina la llamada orientalidad, o si se quiere, quiénlanza el proceso cantonalista que lleva, ineluctablemente, a la separación entre lascomunidades planteses. De este tema nada hay que temer, en la vieja Iberia acontecealgo similar con sus divisiones y subdivisiones históricas entre sus pueblos.

En tal caso, el quinto gobernador de Montevideo fue sin lugar a la mínima duda,el gobernante más popular de la época hispánica. Cuando en 1804 cesa en su cargoy regresa a España al frente de cuatro fragatas, y estas, en una acción cuasi ilícita,son atacadas por otras tantas naves británicas a la altura del gaditano cabo deSanta María, y el marino es hecho prisionero, la noticia sacude a Montevideo hastasus tuétanos. Se organiza el corso de represalia desde el lar montevideano con taléxito, que el mismo es señalado por fuentes británicas con especial indicación, yaque opera sobre la costa africana y la brasileña con un alto guarismo de presas.

No había mas que hacer, surgía a la luz de la historia la plaza de Montevideo, consu base naval y su territorio circundante, o sea la Banda Oriental, con un destaque anivel planetario y por cierto de la estrategia ya que este tiempo es aquel en el que laGran Bretaña, luego de la diana triunfal de Trafalgar, se disponía a efectuar su “...rule Britannia, rule the waves...”, su dominio de las aguas que transformaría a laRubia Albión en el segundo imperio atlántico que conoce la historia.

El 4 de Julio de 1803, Carlos IV nombraba al Brigadier Pascual Ruiz Huidobroal frente de Montevideo y el Apostadero. Había, a lo largo de su servicio, comandadodiversos buques y sostenido diversos cargos que lo hacían personaje indicado parael momento en que le tocaba actuar.

“Ningún comandante de Apostadero antes que él hubo de afrontar situación tandifícil y en condiciones tan precarias”. No exagera Martínez Montero con este pen-samiento, ya que la guerra contra la potencia inglesa, se iba a hacer con los exiguosmedios materiales con que contaba la plaza. Pese a esto bien vale indicar que Mon-tevideo poseía las mayores defensas estáticas del Río de la Plata, siendo otro logroque en gran parte era debido al intelecto de los jefes navales.

Las invasiones inglesas marcan un importante mojón en la historia nacional. Enel exclusivo metier de este trabajo, podemos decir que Ruíz Huidobro rayó tan altoque logró alcanzar la popularidad de Bustamante y Guerra. Cuando cae BuenosAires en el mes de Junio de 1806, y por ende el Virrey Sobremonte debe huir alinterior, el Cabildo de Montevideo en memorable sesión otorga al Gobernador elmáximo título regional: “en virtud de haberse retirado el Virrey al interior del país yde haber jurado el Cabildo de Buenos Aires obediencia a la autoridad británica,debía respetarse en todas las circunstancias al Gobernador Don Pascual RuízHuidobro como Jefe Supremo del Río de la Plata y el Virreinato, pudiendo obrar yproceder con la plenitud de esta autoridad para salvar la ciudad de Buenos Aires”.

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Y así acontece la Reconquista, término muy feliz y querido para la mentalidadespañola, con Huidobro como gestor y Santiago Liniers ejecutor, hecho en el cual lamarinería y las fuerzas montevideaneas llevaron la mayor parte del peso del comba-te. El Apostadero Naval de Montevideo alcanzaba notable entidad a ojos del enemi-go y por ello su firme decisión de dar término a su potencia y de allí su sitio y tomade Febrero de 1807, tras el Cristo y la Brecha.

Para Ruiz Huidobro esto supuso su prisión en las mazmorras de la Rubia Albiónhasta que los vaivenes políticos hicieron que los británicos y españoles debieranaunar esfuerzos contra el azote napoleónico; y en este caso había seguido los mis-mos rumbos que su ilustre antecesor, también en su misma situación.

En el mes de Junio de 1809, arribaba al Río de la Plata el Capitán de Navío JoséMaría de Salazar. Si nos remitimos a su apasionado apologista, Don Homero MartínezMontero, tenemos que este marino poseía una notable inclinación intelectual y suinclusión en tal hora en el Plata fue un acierto para España, pese a que el desarrollode los acontecimientos desembocara en otra cosa. La invasión francesa y la caída dela Monarquía tras la inefable “comedia de Bayona”, había formalizado la resurrec-ción de los antiquísimos fueros populares hispánicos, y el surgimiento de los Cabil-dos y las Juntas como máximos órganos de conducción de los pueblos de España. Yesto se proyectó al mundo de la América española.

El 21 de Setiembre de 1808, el Cabildo Abierto de Montevideo proclama al mun-do su absoluta fidelidad a la Corona hispánica en la figura de Fernando VII. Estehecho de corte notable para la historia del país, tuvo en Salazar figura de primeralínea con una sensibilidad social y política no extraña en los directores de aquellosdías, mal que les pese a algunos historiógrafos del presente. La primera manifesta-ción juntista hispanoamericana se daba en el Plata, con las repercusiones que todosconocemos tuvo en las ásperas controversias que esto supuso entre Montevideo yBuenos Aires.

La documentación sobre Salazar abunda en todo género de detalles sobre la rela-ción de este con la volcánica personalidad de Don Francisco Xavier de Elío, gober-nador primero, luego Virrey rioplatense por las idas y venidas de la situación, 25 deMayo de 1810 mediante, e insurrección de la campaña oriental, que supuso el prin-cipio del fin para la época hispánica.

El 10 de Agosto de 1811 el Consejo de Regencia decidía el regreso de Salazar aEspaña, haciendo eco a los sucesivos pedidos del marino de relevo. El mes siguienteparte hacia Cádiz dejando tras de sí una coyuntura muy difícil para los interesespeninsulares. En el mes de Noviembre de 1814 se lo comisionaba a Río de Janeiro a:“indagar el estado de las Provincias del Río de la Plata”, o sea cuando práctica-mente ya nada mas había para hacer, pues el territorio se hallaba ya en un procesode consolidación de la independencia. José María de Salazar fallece en la ciudad

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carioca en el año de 1818, ostentando la jerarquía de Brigadier, alcanzando su per-sona el mismo rango de importancia que Bustamante y Guerra en el sentido delaporte que hizo para la defensa de Montevideo y la consolidación de los sentimien-tos forales de independencia ante Buenos Aires.

Corresponde al Capitán de Navío Miguel de la Sierra el honor de ser el últimoComandante. Su hoja de servicio nos dice:

Natural de Guaraizo, provincia de Santander, sentó plaza de Guardiamarina enEl Ferrol el 26 de Abril de 1780; Alférez de Fragata el 16 de Setiembre de 1781;Alférez de Navío el 26 de Abril de 1787; Teniente de Fragata el 12 de Julio de 1790;Teniente de Navío el 22 de Noviembre de 1794; Capitán de Fragata el 29 de Octubrede 1805; Capitán de Navío el 24 de Mayo de 1811 y a Brigadier el 14 de Julio de1825. Estuvo 12 años y dos meses en comisión fuera de España y dio la vuelta almundo en la escuadra al mando de Alava desde 1794 a 1803, donde desempeñóinnumerables comisiones, en especial en los cruceros entre Manila y Lima. Se hallóen los hechos de Tolón en 1793 y en la batalla de Santa María, en 1804 donde aligual que Bustamante y Guerra cayó prisionero; asimismo participó de varios even-tos navales en la lucha contra el invasor francés en aguas de Cádiz y Barcelona.Arribó al Plata al mando de la fragata EFIGENIA que trasladaba a Elío, ya nom-brado Virrey del Río de la Plata.

Mediante Real Orden de Enero de 1812, asume el mando del Apostadero en horasfinales para España. Por consiguiente su historial nos habla de los sucesivos hechosde armas en que se halló durante el sitio de Montevideo donde debió extremar susvirtudes dado los problemas de todo tipo que sufría la plaza, situación que esta ins-crita en nuestra historia.

El combate naval del Buceo, dado entre los días 14 al 17 de Mayo de 1814 a lavista de sus murallas, fue la diana que cerró la época hispánica rioplatense. Deforma que bajo el fragor de las armas, se cierra todo un amplio capítulo de la histo-ria de estos países, en el preciso y sugestivo marco de una batalla naval, casi deses-perada para los navíos del Apostadero, dirigidos en esta oportunidad por el propioComandante, el que abordo del queche HIENA participó en los prolegómenos de laacción, que resultó en victoria para los comandados por Guillermo Brown.

Como hecho consumado se da la capitulación de Montevideo, en fecha del 20 deJunio siguiente, dimanado de la derrota de los últimos buques peninsulares, que enel lapso de estos últimos años, poco y nada recibieron desde España.

Bajo el exclusivo marco de la vida de Miguel de la Sierra, estos hechos le signifi-caron durante muchos años, el deber de enfrentar un Tribunal de Honor y una causaque finalmente dilucidó el Supremo Consejo de la Guerra en Real Orden del 15 deOctubre de 1818, declarando al marino cántabro libre de todo cargo y que la forma-ción del proceso no perjudique su fama y memoria. De forma que su carrera siguió

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adelante y en Enero de 1819 es nombrado Director del Arsenal de El Ferrol y en1822 vocal de la Junta del Almirantazgo, pasando luego a Cádiz donde participó delsitio que pusieron las fuerzas francesas a dicha plaza. Falleció en El Ferrol en 1827Como dato sui generis, tenemos que el Tribunal que sostuvo la causa contra De LaSierra, tuvo en sus manos el destino de casi todos los jefes que estuvieron en el Plataen los últimos aconteceres bajo color español; el propio Jacinto de Romarate -segúnGuillermo Brow: “el oficial más capaz que enfrenté en toda mi carrera”- José Pri-mo de Rivera, que alcanzó el rango de Teniente General, se hallaron bajo juicio,junto a la casi totalidad de los mandos que estuvieron con el primero en la batalla deMartín García y el Combate del Arroyo de la China, dados en Marzo de 1814. Aquíva la lista:

Tenientes de fragata Ignacio Requena y Pascual Cañizo, Alfereces de Navío Mi-guel Quesada e Ignacio Florez, Alférez de Fragata Miguel del Castillo, Teniente deEjército José Benito de Azcuénaga, Piloto particular habilitado Julián Carmona,Piloto Antonio Cortez, todos con sus defensores. Esto indica hasta dónde arribó elhecho de la pérdida de Montevideo para los intereses de España en este año de 1814,cuando ya las últimas tropas napoleónicas traspasaban los Pirineos para ya nuncavolver.

Antonio Camino, Gabriel Guerra, Francisco Idiáquez, Santiago de Hezeta, Ra-món de clairac, Antonio Basurto, José de Orozco, Antonio de Córdoba, José Adorno,José de Bustamante y Guerra, Pascual Ruiz Huidobro, José María Salazar y MiguelDe la Sierra, configuran gran parte de nuestro pasado y por ende están inscritos eneste con indeleble trazo, el mismo que transcurrió en horas en que se fraguaba estaPatria.

Por obra del proceso del Descubrimiento y el posterior fallo del Papa, España sehalló dueña y señora de gran parte del orbe, el mismo que ayudó a descubrir. De talforma, nació la primera talasocracia occidental moderna y entonces, como bien de-cía Navarrete la real Armada sembró con sus ilustres muertos todos los fondos de losmares planetarios en cuanto rincón de la Tierra exista.

Notable parte de estos marinos, prestaron servicio en el Río de la Plata sin des-medro del resto, los hemos esbozado muy someramente en estas páginas en las que lamejor crónica de la vieja Montevideo se ha dejado ver. Por ende surge a la vista dela posteridad, la deuda que el Uruguay tiene con aquellos abnegados Comandantesdel Apostadero Naval, sin cuyo sacrificio no hubiera sido posible tanta grandeza;esa misma que ostentó gallardamente la base montevideana en los 38 años de sufulgurante existencia”.

En: Alejandro Bertocchi, Apostadero de Montevideo.

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17. Francisco Millau que integró la Comisión Demarcadora del Tratado de 1750,dejó dos importantes obras cartográficas: el mapa del Río de la Plata (1768) y el deAmérica Meridional (1771) y una importante memoria referida al Río de la Plataque escrita en 1772, permaneció inédita.

El investigador alemán Richard Konetzke la publicó en Madrid en 1943, fuereimpresa con un estudio preliminar y notas por Walter Rela. Montevideo: AcademiaUruguaya de História Marítima y Fluvial,1998.

18. Esta concesión de Asientos a particulares, se amplía sin cesar, como la obte-nida por Don Miguel de Uriarte, quien en el año 1765 obtuvo permiso para presen-tar en los mercados de Indias, sin fijarse puerto de destino, quince mil negros poraño. Igual beneficio obtuvieron luego Lorenzo de Aristegui y Francisco de Aguirre,quienes asociados, formaron la Compañía Gaditana. En el año 1776, les fue prorro-gado y ampliado y todo muestra el propósito de la Corona de arrebatar a los extran-jeros la trata de negros. La Compañía Gaditana benefició a Montevideo con reitera-dos envíos de esclavos, pero debió sufrir la competencia de otros particulares comoManuel de Basavilbaso, Baltasar de Andía y Pablo Alvarez, cuyo Asientos les dabanel privilegio de descarga de negros en Montevideo”.

En: Agustín Beraza, Amos y Esclavos.

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1777-1807. Del Tratado de San Ildefonsoal fin de las Invasiones Inglesas.

1777.feb. 18. Ante la presencia de la flota española en el Atlántico, la escuadra

portuguesa elude el combate y se dirige al puerto de Rio de Janeiro.1

feb. 20. La primera fondea en el puerto de Ponta Grossa (Santa Catalinia).

feb. 23. Muerte del Rey de Portugal José I y ascenso al trono de su hijaDa. María I de Braganza (1734-1816), sobrina de Carlos III.

feb. 25. En rápida maniobra Cevallos con su tropa ocupa la isla de SantaCatalina.

mar. 28. Desde allí resuelve seguir por el S. hasta alcanzar el Río de laPlata. Ante una fuerte tormenta en el golfo ordena a sus capitanes dirigirse aMontevideo.

abr. 18. Cevallos alcanza el puerto de Maldonado, pero sigue por el O.hasta llegar a su objetivo militar, la Colonia del Sacramento.

may. 22. Comienzo del asedio a la Colonia del Sacramento por las fuerzasde Cevallos.

jun.3. Caída de la plaza y retiro de los portugueses.2

oct.1o. Firma del Tratado de San Ildefonso (que revoca los de Madrid ydel Pardo). Portugal pierde la Colonia y los 7 pueblos de Misiones, SantaCatalina y Rio Grande del Sur. Portugal queda con Matto Grosso.3

Cae el marqués de Pombal como Primer Ministro de Portugal.

Oct.15. Llegada de Cevallos a Buenos Aires.

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Como Primer Virrey del Río de la Plata, autoriza el comercio entre lasprovincias del Plata.4

1778.jun. 26. Juan José de Vértiz y Salcedo, asume como Segundo Virrey.En Paraguay el nuevo gobernador Pedro Melo de Portugal, cerró el paso a

varias rebeliones indígenas. Estableció el estanco del tabaco.

oct. 12. Se dicta el Reglamento y Aranceles Reales para el Comercio Li-bre de España e Indias (55 arts.).5

Se aumenta el número de puertos mayores, que incluye a Montevideo yBuenos Aires.

Las mercaderías que arriban al puerto de Montevideo, son trasladadas aBuenos Aires en lanchones.

Se crea la Aduana de Buenos Aires.Montevideo tendrá iguales privilegios que Buenos Aires al promulgarse el

Reglamento de Comercio Libre.Cevallos firma un decreto que prohibe la exportación de metales sin amo-

nedar, salvo que tuvieran guía de Buenos Aires y previo pago de los derechosaduaneros.

1779.feb. 10. Al confirmarse por Real Orden la creación de la Aduana de Mon-

tevideo (octubre 14 de 1777) también se crea el cargo de Comandante delResguardo de las Rentas, con misión de controlar la carga de navíos y repri-mir el contrabando.

Se pone en práctica el llamado Sistema de Comercio Libre.Luis de Vasconcelos e Sousa, Virrey del Brasil.España declara la guerra a Inglaterra.

1780.El Cabildo se dirige al Gobernador pidiendo que organice una partida mi-

litar para combatir a los malhechores que destruyen la campaña.Inicio de la revuelta de Tupac Amaru (1741-1781) que dura dos años (hasta

su ahorcamiento).

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En España el conde Aranda funda el Gran Oriente Español del que seráGran Maestre.

1781.El Virrey Vértiz recibe del demarcador José María Cabrer un informe so-

bre las defensas de Montevideo.

1782.en. Se promulga la Real Ordenanza de Intendentes del Ejército para las

provincias del Río de la Plata.Arriba al puerto el demarcador Juan Francisco Aguirre (1757-1811).

1783.Se instala la Audiencia en Buenos Aires.

1784.Nicolás Cristóbal del Campo, marqués de Loreto (¿-1789) Virrey del Río

de la Plata hasta 1789.

feb. 6. El jefe de las partidas demarcadoras del Tratado de San Ildefonso,reúne a sus miembros en el Chuy. El piloto gallego Joaquín Gundin releva eltramo entre el Fuerte de Santa Teresa y las fuentes del Pepirí Guazú (1784-88), las que descubrió en este año.6

1785.Se independiza la Real Hacienda de Buenos Aires de la de Chile.El gobernador Del Pino solicita a la Corona que se homologue Montevi-

deo al régimen de gobierno-intendencia, y que los límites de su jurisdiciónvayan desde Colonia hasta el Chuy.

1786.Antonio Pereira, Tte. de Milicias y Comandante Gral. de la campaña, ele-

va su “Memoria” sobre arreglo de los campos.La Real Compañía de Filipinas para el tráfico de negros esclavos oriun-

dos de Africa, pacta con la Corona.

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1787.jun. 2. La Compañía de Filipinas por Real Cédula recibe autorización

para introducir negros esclavos por los puertos de Montevideo, de Chile y delPerú.

1788.Carlos IV rey de España por la muerte de su padre Carlos III. El conde de

Floridablanca manejará la política exterior del reino hasta 1792.7

1789.Se firma el Tercer Pacto de Familia (de los Borbones) entre Carlos IV y

Luis XVI (primo de la reina María Luisa de Saboya, esposa de Carlos IV).

feb. 28. Se promulga la Real Cédula que autoriza la libre importación denegros esclavos.

jul. 14. En París, asalto y destrucción de la Bastilla por los revoluciona-rios. España se mantiene fiel a la monarquía francesa.

En Brasil estalla la Inconfidencia Mineira liderada por Jose Joaquim daSilva Xavier (Titadentes). Derrotada, su líder será condenado y ahorcado.

Por designación directa del Rey asume el Virreinato hasta 1795, NicolásAntonio de Arredondo (¿-1802).

1790.Lorenzo Figueredo se dirige por nota al Comisario General de las partidas

demarcadoras C/N José Varela y Ulloa para que organice con la mayor urgen-cia una partida volante de soldados que combatan en toda la Banda Oriental alos malhechores que roban en la campaña.

Miguel de Tejada actúa como gobernador interino de Montevideo hasta ladesignación del titular.

ag. 2. Antonio Olaguer y Feliú (¿-1807) gobernador efectivo de Montevi-deo hasta febrero de 1797.8

1791.Joaquín Gundin concluye la derrota del Río de la Plata.

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jun. Detención en la localidad de Varennes del rey Luis XVI, que huía deParís.

El Conde de Floridablanca (por el Pacto de Familia) se dirige a la Asam-blea Francesa solicitando “respeto por la libertad y dignidad por la pesonade Luis XVI”.

Esto agudizó las relaciones entre España y los revolucionarios franceses,que protestaron por la intromisión en sus asuntos de gobierno.

Para evitar males mayores, Carlos IV releva de su cargo a Floridablancay nombrará al conde de Aranda (febrero 1792).

nov. 24. Por Real Cédula se concede al puerto de Montevideo el privilegiode declararlo único para la introducción de negros esclavos en la región.

Por la misma Cédula se autoriza tanto a españoles como extranjeros a quelibres de pago de contribución, durante 6 años puedan introducir esclavos enel Virreinato del Plata, Capitanía General de Caracas, Cuba, Puerto Rico ySanto Domingo.9

1792.Gundin fecha en Buenos Aires el Diario de Demarcación de sus

relevamientos en la Banda Oriental como miembro de la Primera Partida.Manuel Godoy (1767-1851) Primer Ministro de Carlos IV.

1793.Real Cédula que autoriza para exportar a la metrópoli, cueros salados y

sebo.

en. 21. Ejecución del rey Luis XVI (guillotinado).Godoy promete la neutralidad de España en el concierto de las potencias

europeas antirevolucionarias.

en. 24. Por Real Orden se aumentan las prerrogativas de la Real Cédulaanterior (noviembre 24 de 1791) para los españoles que introduzcan negrosesclavos al Plata.

mar. 7. La Convención de Francia declara la guerra a España.

mar. 27. Alianza entre España, Portugal e Inglaterra (Tratado de Aranjuez)contra Francia.

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El bergantín Explorador procedente de Cádiz naufraga al E. del Cabo deSanta María (Océano Atlántico).

1794.en. 30. Se crea el Real Consulado de Comercio en Buenos Aires, con lo

que se afirma la “guerra de puertos” con Montevideo.

en. Entra a puerto la fragata inglesa Neptuna con más de 300 negros escla-vos, oriundos de Africa.

Por Real Cédula (art. 31, derecho de avería), se cobra “un 0,5% sobre elvalor de todos los géneros, frutos y efectos comerciales que se introdujeranpor mar en todos los puertos de su distrito”, para donativo a la Corona queestaba en guerra con Francia.

El perjuicio para Montevideo (sobre todo para la exportación de cueros)era evidente por que se había convertido en la escala de la mayor parte de losnavíos que entraban y salían con distintos rumbos. Además por el art. 23 seobligaba a “mantener limpio el puerto de Montevideo”.

abr. 20. El gobernador Olaguer y Feliú se opone arbitrariamente a la re-elección por el Cabildo del Alcalde de primer Voto José Cardozo, nombrandoen forma directa a Antonio Pereira.

El Cabildo en defensa de sus fueros eleva protesta al Rey.

en. El conde Aranda presenta un informe ante el Consejo de Estado advir-tiendo a los jefes militares sobre el peligro de continuar la guerra con Fran-cia.

Acusado de desobediencia se le encarceló en Granada.

feb. 14. Por segunda vez (en viaje de regreso a España) llegan a Montevi-deo la Descubierta y la Atrevida de la expedición Malaspina. En esta oportu-nidad se revisa la cartografía levantada en 1789 y se hace un reconocimientocompleto del peligroso Banco Inglés y del Bajo de la Panela.10

Se redacta la “Noticia sobre los campos de la Banda Oriental” de autoranónimo, que se presenta al Virrey Melo de Portugal al año siguiente (primerode su gobierno).11

En Rio de Janeiro estalla la conjuración de intelectuales influenciadospor el iluminismo europeo.

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1795.Pedro Melo de Portugal y Villena, que desempeñaba el cargo de gobernan-

te e intendente del Paraguay, es nombrado directamente por el primer Minis-tro Manuel Godoy como Virrey del Río de la Plata hasta 1797.

feb. Intalación del Consulado de Comercio en Buenos Aires.

feb.14. Acta de fundación de la Junta de Comerciantes de Montevideo,integrada por vecinos acaudalados que se “oponen al procedimiento irregulardel Consulado de Buenos Aires de obtener la contribución de Montevideo sinconsulta de los comerciantes locales”.12

mar. 4. Se autoriza el comercio con la colonia portuguesa del Brasil, loque permite que los barcos que traen en sus bodegas, negros esclavos, café,algodón y azúcar, puedan cargar cueros y tasajo en el puerto de Montevideo.13

abr. 20. El gobernador Olaguer y Feliú se opone arbitrariamente a la elec-ción por parte del Cabildo de Marcos Monterroso y Manuel Nieto, como miem-bros del cuerpo capitular.

Las quejas levantadas por el Cabildo ante el Virrey por lesión de fuerostuvieron eco y los citados nombramientos fueron aprobados por éste, quien asu vez en esta circunstancia desautorizó al gobernador.

jun. 22. España firma la paz con Francia (en Basilea, por las derrotasmilitares sufridas por Prusia) le cede la posesión de Santo Domingo a cabmiode la restitución de sus territorios, ocupados por los franceses como conse-cuencia de la guerra.

El rey Carlos IV declara a Godoy “Príncipe de la Paz”.

jul. 27. El jacobino Maximiliano de Robespierre (1758-1794) activo diri-gente del Comité de salvación Púbica, es ajusticiado junto con veintiuno desus seguidores por los nuevos dueños del poder revolucionario (centristasmoderados).

Ante el Cabildo el gremio de Hacendados pide la formación de un cuerpomilitar, para reprimir en la campaña los delitos de los vagos que destruyen lariqueza pecuaria, faenando por su cuenta y contrabandeando ganado en piehacia el Brasil en forma cada vez más creciente.

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1796.Actos del Consulado de Buenos Aires se orientan a la construcción de un

gran muelle en su puerto, para recibir toda la carga desde Europa y anular elde Montevideo.14

Se construye el primer muelle en esta última ciudad.

ag. 18. Tratado de San Ildefonso (Alianza) firmado entre España y Fran-cia.15

oct. 7. España declara la guerra a Inglaterra (su antigua aliada contraFrancia, con quien firmó la paz de 1795), ante agravios continuos y por elpeligro que a sus intereses le significaba la presencia de la flota inglesa en elRío de la Plata.

1797.feb. 11. El Brg. Pedro Bustamante y Guerra nuevo gobernador de Monte-

video según Despacho Real del 14 de setiembre del año anterior.16

feb. La escuadra española sufre fuerte derrota en el cabo San Vicente.Seguirán otros desastres navales como el de la isla Trinidad, ataques a Puer-to Rico y otras bases.

mar. Se conocen en Montevideo las noticias de que España había declara-do la guerra a Inglaterra.

mar. 30. Ante esta situación y temiendo un ataque de la flota inglesa aMontevideo, el Virrey de Melo viene a esta ciudad.

abr. 5. Viaja al E. y durante su estada en el pueblo de Pando, fallece.

may. 13. El Consejo de Indias determina que el Consulado de Buenos notiene facultad para imponerle a los comerciantes montevideanos parte en eldonativo que se hizo para ayudar económicamente a la Corona en su luchacontra Francia.

may. 28. Asume el virreinato hasta 1799, el Mariscal Olaguer y Feliú queestaba a cargo de la Real Audiencia.

jun. 5. Se organiza la defensa de Montevideo llegando el Virrey a la ciu-dad para inspeccionarla.

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oct. Se crea el Regimiento de Blandengues como policía de frontera paraperseguir a vagos, cuatreros y contrabandistas.

José Artigas que lo integra como soldado en el cuartel general enMaldonado, será ascendido a Cap. de Milicias de Caballería.

nov. 15. Orden terminante de la Real Hacienda y del virrey para que todoslos barcos que procedan de colonias extranjeras, así como los negreros quelleguen al Río de la Plata, deberán desembarcar en Montevideo y no en Bue-nos Aires.

Juan F. Aguirre miembro de la Comisión Demarcadora, levanta el planode la Banda Oriental hasta Maldonado.

Cabildo abierto en el que se proponen mejoras para la ciudad.Se proclama un bando de indulto para desertores de la milicia y otros que

quieran incorporarse al cuerpo de Blandengues, como forma de aumentar susfilas y hacerlo eficaz en sus cometidos.

En España se produce la renuncia del Ministro Godoy.

1798.Levantamiento de las tribus charrúas acampadas al N. de la Banda Orien-

tal, las que entran a saco en las poblaciones de San Borja, La Cruz y Yapeyú.Violación por parte de los portugueses de las cláusulas del Tratado de San

Ildefonso en cuanto a los límites con la Banda Oriental.Se prorroga por dos años la Pragmática que se dictó en 1794, autorizando

la introducción de esclavos por Montevideo.Se deroga por el Real Consulado la prerrogativa que tenían los comercian-

tes de esta ciudad para negociar con las otras colonias portuguesas.Entra al puerto La Faustina proveniente de Africa con casi 300 esclavos.Se conoce el Tratado de paz entre Francia y Portugal.Se arman como corsos 4 fragatas que salen a mar abierto en busca de

presas, con exitosos resultados.En Brasil conjuración bahiana que con la ideología importada de la Re-

volución francesa, intentó formar un gobierno republicano.

1799.Gabriel Avilés del Fierro (¿-1810), marqués de Avilés, Virrey del Río de la

Plata, ante el levantamiento de los charrúas ordena emplear la fuerza militar.

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El Tte. gobernador de Yapeyú, Francisco Bermúdez, logra que los indiosacepten ocupar sus tierras tradicionales.

El Gobenador de Montevideo, Bustamante y Guerra reivindica el derechode crear una escuela de náutica, aprobada por el Tribunal del Consulado.

Juan García de Zúñiga, Manuel Pérez y Juan Ignacio Martínez, como apo-derados del Comercio y los Hacendados piden a la Corona que se cree unConsulado de Comercio con las mismas prerrogativas que el que funciona enBuenos Aires.

oct. 10. Napoleón Bonaparte disuelve el directorio y crea el consuladonombrándose Primer Cónsul.

La enfermedad mental de la reina María I de Portugal (1734-1816) llevaa ocupar la Regencia a su hijo el príncipe Juan.

1800.oct. 10. En Buenos Aires se firma un decreto basado en un informe del

Inspector Gral. el Marqués de Sobremonte aconsejando el nombramiento delAyudante Mayor de Blandengues José Artigas como jefe de partidas, paracombatir a los indios infieles (charrúas y minuanes) “y de exterminar los ban-didos que infectan la campaña”.

El Virrey Avilés recibe una propuesta del Cnel. Joaquín de Soria (comandantede la Villa de Melo) para fundar en la región tres centros urbanos con guardiamilitar que impedirán el contrabando de vacunos en pie hacia el Brasil.17

1801.Francisco Xavier de Viana con rango de C/C. presta servicios a la defensa

de la ciudad.Joaquín del Pino (ex-gobernador de Montevideo) sucede como Virrey de

Río de la Plata al marqués de Avilés que es nombrado Virrey del Perú.Los ejércitos portugueses con destino al Brasil ocupan militarmente las

Misiones Orientales.Lucha del Cap. Jorge Pacheco contra charrúas (en Tacuarembó), con gran

pérdida de vidas de éstos.Por su parte el Tte. José Rondeau (del regimiento de Blandengues de Mon-

tevideo) en el río Negro combate contra los portugueses que por abigeato

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tenían en su poder una cantidad considerable de vacunos y caballos, vencién-doles y recuperando lo robado.

Se intensifica la salida del puerto de navíos que en corso armaban algunoscomerciantes de Montevideo.

en. 19. Napoleón Bonaparte exige a Carlos IV la firma de un Tratadosecreto para invadir Portugal. Francia moviliza 20.000 soldados desde Burgosy Bayona que pone a disposición de España.

feb. 13. Luciano Bonaparte (1775-1845) hermano de Napoleón (que seráen 1803 embajador de Francia en Madrid), firma con Godoy el Tratado deAranjuez que compromete a las fuerzas navales españolas a participar juntocon las de Francia contra Inglaterra.

mar. 2. Portugal en guerra contra España y Francia coalicionadas. Lastropas de estos últimos puestas a órdenes de Godoy como generalísimo de losreales ejércitos invaden Alentejo. El desenlace de la guerra fue rápido y sellamó despectivamente “guerra de las naranjas”.18

jun. 8. Portugal ocupada y sin auxilio de Inglaterra firma la paz con Es-paña en Badajoz, que la obliga a cerrar sus puertos a los navíos ingleses.

ag. Sigue la lucha contra los portugueses invasores que ocupan el pueblode San Miguel (capital de las Misiones con casi 2.000 habitantes).

sbre. 29. Paz con Francia.

oct. Siguiendo con su ofensiva se apoderan del fuerte del Cerro Largo(como lo habían hecho con Santa Tecla).

oct. Firma de acuerdo preliminar de paz entre Francia e Inglaterra, por elque España recibe Menorca (ocupada por los ingleses).

nov. El Virrey del Pino intima al gobernador de Montevideo, a que con sustropas recupere las posiciones perdidas, lo que sucede en Cerro Largo, reti-rándose las fuerzas portuguesas hacia el Yaguarón.

La paz entre España y Portugal pone fin a la invasión, pero los portugue-ses no entregaron los territorios de las Misiones Orientales ni los linderoshasta el Yaguarón.

Memoria de Félix de Azara sobre el estado rural en el Río de la Plata.19

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1802.Se conoce la Memoria del peruano Miguel Lastarria (secretario y asesor de

Avilés) con la propuesta de organizar dos gobiernos: el de Montevideo y el delUruguay (tierras al N. del Río Negro, incluyendo los 7 pueblos misioneros).20

Reunión de la Junta de Comerciantes convocada por el Juez Diputado JoséAntonio Zubillaga para obtener (con la designación de 2 apoderados y 4 con-sejeros), autonomía financiera frente al Consulado de Buenos Aires.

La corona lo denegará en 1804.

1803.El gremio de Hacendados de la campaña oriental, pide a la Corona que

eleve a Montevideo con su jurisdición a la categoría de Gobierno-Intenden-cia, para dar seguridad a los vecinos propietarios de tierras desde la márgenseptentrional del Río de la Plata hasta la frontera con Portugal.

Andrés de Oyarvide (175?-1806) comienza a levantar la Carta esférica delRío de la Plata (que se publicará en Madrid en 1812 por el DepósitoHidrográfico).

La Administración de la Real Aduana de Montevideo, queda a cargo deJosé Prego de Oliver.

El Consejo de Indias declara que “no ha lugar” al pedido de Montevideode tener su propio Consulado.

dbre. Arriba al puerto a bordo de la fragata Astrea, el Brg. Pascual RuizHuidobro nombrado Gobernador de Montevideo.

José Artigas por razones de salud, vive un año en la ciudad.

1804.en. Pascual Ruiz Huidobro (1752-1813) asume la gobernación de Monte-

video hasta el 3 de febrero de 1807.

Oyarvide concluye los trabajos de relevamiento del Río de la Plata y elAtlántico entre Maldonado y el Chuy.

abr. Muerte sospechosa del Virrey del Pino. Por pliego de mortaja asumeinterinamente el marqués de Sobremonte (su titularidad será confirmada des-pués hasta 1807).

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abr. 22. Por Real Cédula se otorga una prórroga en el tráfico de negrosesclavos, de seis años para los extranjeros y el doble para los españoles.21

may. 7. William Pitt vuelve a ser Primer Ministro de Inglaterra y confor-me a su idea del equilibrio europeo, la guerra contra Bonaparte era necesa-ria.

jun. El gobernador somete a consideración del Cabildo la construcción deotro edificio para sesionar.

Salen del puerto de Montevideo los “corsarios de Montevideo” para atacara mercantes ingleses.

Guerra de España contra Inglaterra que durará hasta 1808.El Supremo Consejo de Indias se expide contra la pretensión del Consula-

do de Buenos Aires de someter a Montevideo a sus decisiones y reconoce elderecho de “los comerciantes de Montevideo a constituirse en Junta”.

Ruiz Huidobro nombra a Artigas como jefe de partida del cuerpo de Blan-dengues, para someter por las armas a los indios que en sus ataques depredanlas estancias al N. del río Negro.

oct. 5. Combate de Santa María, ataque inglés a cuatro fragatas españolas,volando una y capturando el resto.22

Ante la captura de las cuatro fragatas españolas salidas de Montevideocon un cargamento de “12 millones de pesos de plata” en la cercanía delpuerto de Cádiz, llevó a España a considerarla una situación bélica.

1805.oct. 21. Desastre naval franco-español en el S. del cabo de Trafalgar

(Cádiz). En el combate perecieron los Alms. Nelson, Cosme Damián Churruca(1761-1805) y Federico Carlos Gravina (1756-1805). Por parte de los fran-ceses actuó el Alm. Villaneuve.23

dbre. 2. Batalla de Austerlitz (Moravia) derrota de las tropas rusas (delzar Alejandro I) y las austríacas por las tropas de Napoleón.

dbre. 12.Godoy declara la guerra a Inglaterra.Respuesta de Inglaterra y movilización de la flota que bloquea el puerto

francés de Brest y el español de El Ferrol. Después el Alm. Horace Nelson(1758-1805) con sus navíos surca sin dificultad el Mediterráneo.

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dbre. El gobernador Ruiz Huidobro ante noticias que una escuadra ingle-sa se dirige a las aguas del Río de la Plata, pone en guardia las defensas de laciudad.

1806.Sale del puerto de Montevideo la nave San Ignacio de Loyola con destino

a Cádiz. En ella embarca el demarcador Oyarvide.

en. 5. Pasado el cabo de Santa María un fuerte temporal hace zozobrar laembarcación pereciendo todos sus tripulantes y pasajeros.

en. 6. Aparecen en la costa maderos y restos que dan testimonio de losucedido.

El gobernador informa a la Corona y destaca los altos méritos del marino“que colaboró tan eficazmente en la exploración del río Uruguay”. Un bajo depiedra al NE. de la isla Encantada recuerda su nombre.

La Junta Económico-Administrativa impone la obligación de contramarcarlos cueros para evitar el negocio ilícito de los mismos.

jun. 22. Fondea en la ensenada de Barragán (Buenos Aires) un navío es-pañol que habiendo avistado la flota inglesa, en dirección a ese puerto, elOficial Superior da noticia al Virrey.

Rafael de Sobremonte ordena la inmediata fortificación y encomienda alC/N Liniers el mando de la defensa.

jun. 25. Rápido desembarco de los ingleses apoyados por la artillería na-val, triunfo en la lucha contra la primera línea de defensa. 24

jun. 27. Ocupan la Plaza Mayor.

jun. 29. La noticia llega a Montevideo.

jul. 1. Reunión de vecinos de Montevideo en el convento de San Francis-co decididos a colaborar con la defensa de Buenos Aires. Capitanes de navíos,oficiales navales y del ejército acompañaban esta resolución.

jul. 4. Ruiz Huidobro comunica al Cabildo su resolución de apoyar conarmas de Montevideo la Reconquista de Buenos Aires.

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jul. 17. Liniers en busca de auxilio llega a la ciudad y el Gobernador (quehabía convocado a Junta de Guerra el 11) convocó al Cabildo quien decide seenvíe una fuerza auxiliar de 500 soldados.

jul. 18. Se le confía el mando a Liniers.

jul. 22. Asume la conducción de la tropa que desfila por el portón de SanPedro ante el entusiasmo del pueblo.25

jul. 28. Llega a Colonia donde otros voluntarios se unen a las dos compa-ñías de milicia locales (102 soldados).

ag. 3-4. Llegada del ejército auxiliar de Montevideo a Buenos Aires, queparticipará de inmediato en los combates.

ag. 12. Acción de Liniers en la defensa de Buenos Aires.Participación de Artigas.26

ag. 16. Reconocimiento de la participación del ejército auxiliar de Monte-video a la Reconquista.27

Oficio del Cabildo de Buenos Aires.

ag. 17. El Virrey Sobremonte agradece al Cabildo de Montevideo.28

Se celebra en Montevideo la Reconquista y se reconoce públicamente elhonroso desempeño del ejército auxiliar, al conocerse el parte de guerra deLiniers que así lo consigna.

sbre. Artigas es nombrado Capitán de Blandengues.

oct. 12. El Virrey Sobremonte llega a Colonia con tropas de Córdoba parareforzar las defensas de Montevideo.

En los días de la Reconquista, el Cabildo montevideano entendió del casocomisionar a los diputados Nicolás Herrera y Manuel Pérez Balbas ante laCorona para dar la versión local sobre la Reconquista como consigna el actadel cuerpo (agosto 18).

En el Memorial se pide a la Corona (en mérito al “patriotismo de ese pue-blo fiel”) “varias gracias y mercedes para la ciudad” (5 en total).

oct. Los ingleses apoyados por tropas de refuerzo provenientes del Cabo yapoyados por la artillería naval trataron de apoderarse de Montevideo lo que

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no consiguieron. En esas circunstancias enfilaron hacia la bahía de Maldonadoocupando la ciudad.

oct. 14. Batalla de Jena (ducado de Sajonia-Weimar) con importante triunfode Bonaparte sobre el ejército prusiano.

nov. 6. Combates en San Carlos y en Maldonado.En Montevideo se reforzaron las defensas ante lo que se consideraba un

inminente ataque inglés que ocurrirá al comienzo del año siguiente.

nov. 27. Napoleón declara el “bloqueo universal” contra Inglaterra queprohibía a sus aliados a comerciar con ella.

1807.en. 1o. Se designa al Brg. Ing. Bernardo Lecoq como jefe de la ciudadela.

en. 5. La flota inglesa al mando de su jefe Sir Charles Stterling (subrrogantedel Comodoro Popham, destituído después de la derrota en Buenos Aires.Posteriormente será sometido a la Corte Marcial en Londres), llega aMaldonado.

en. 7. Inglaterra contesta declarando a todo navío de los aliados de Fran-cia que fuera capturado en alta mar como “presa legítima”.

en. 13. Se dirigen a Montevideo transportando importante número de sol-dados veteranos bajo el mando de Sir Samuel Auchmuty.

en. 15. Llegan a Montevideo y se espera por el desembarco de tropas. Elcomandante en Jefe Auchmuty intima al virrey Sobremonte a que se rinda.29

en. 16. Ante la negativa del virrey se decide el desembarco en la playa delBuceo y que se avance en dirección al casco de la ciudad.

en. 18. Se reúnen las fuerzas defensoras de la ciudad y Sobremonte instalasu cuartel general en el Miguelete.

en. 20. Se combate en el Cardal con éxito de los invasores.En los días siguientes la artillería naval bombardea duramente la ciudad.30

en. 21. El gobernador Ruiz Huidobro pide auxilio militar a Buenos Ai-res.31

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en. 23. El Cabildo de Buenos Aires decide ayudar a Montevideo con tro-pas.

en. 30. Liniers al mando de 3.000 soldados desembarca en una playa al N.de Colonia y comunica al Cabildo que se dirige a Montevideo. Carente decaballos (apenas reunió un centenar) emprende la marcha a pie hasta el pasode la Horqueta (arroyo en Colonia) donde recibe 500 caballos.

Las promesas de apoyo de Sobremonte no se cumplieron, pero Linierssiguió avanzando.

feb. 1. Los ingleses logran abrir una brecha de 14 mts. en las defensas dela ciudad (sobre el portón de San Juan).

Se destaca la enérgica defensa de los tercios andaluces, vizcaínos y mon-tañeses en la jornada.

feb. 2. Después de una nueva y rechazada intimación a Ruiz Huidobro yante la amenaza de las tropas Liniers (que podrían revertir la situación) losingleses deciden atacar la ciudad hasta tomarla por asalto.

feb. 3. Las fuerzas españolas se rinden y la bandera inglesa flameó en laciudad.

feb. 4. Proclama de los ingleses a los montevideanos prometiendo respetoa la propiedad privada, la religión católica y las autoridades.

Pese a lo último Ruiz Huidobro y 800 prisioneros fueron embarcados condestino a Playmouth. Meses después fue liberado y regresa a Buenos Aires.

feb. 10. La inconducta del virrey Sobremonte es juzgada por el pueblo deBuenos Aires y la Audiencia decide deponerlo, nombrando a Liniers en elcargo hasta julio de 1807.

abr. 24. Un Real Decreto de la Corona Española concede a Montevideo eltítulo de honor de “Muy fiel y reconquistadora”.32

may. 23. Los ingleses aumentan sus tropas con el auxilio de 1.600 solda-dos al mando del Gral. John Whitelocke que se hace cargo del comando gene-ral de la operación.

jun. 14. Derrota de los rusos en la batalla de Friedland (Prusia Oriental)en manos de los franceses.

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jun. 24. Llegan a la ciudad comerciantes ingleses que se instalan con va-riedad de mercaderías.

Se produce la ocupación de Canelones, San José y Colonia, con crecienteresistencia en toda la Banda Oriental.

Llega de España el Cnel. Francisco Xavier de Elío (1767-1822) con gradomilitar de Comandante General de la Campaña.

Liniers lo nombrará Gobernador de Montevideo el 5 de julio.

jun. 28. John Whitelocke desembarca en la ensenada de Barragán (puertode Buenos Aires) con un ejército estimado en casi 12.000 soldados. Los de-fensores de la ciudad eran casi 9.000.

jul. 3. Los ingleses intiman la rendición de la plaza.

jul. 4-6. Después de varios combates la inicial victoria de los ingleses seconvirtió en paulatino desastre.

jul. 7. Derrota irreversible de los ingleses en Buenos Aires. El Gral.Whitelocke ante la resistencia inesperada capituló.

Liniers entre las condiciones innegociables exigió el retiro de las tropasinglesas de la Banda Oriental.33

jul. 7-9. Paz de Tilsitt (Prusia Oriental) que sella la alianza franco-rusa.

jul. 24. Los vecinos de Maldonado documentan sus quejas por la conductade los ingleses cuando la ocupación de la ciudad.34

ag. 16. Desembarco inglés en las costas de Dinamarca para capturar suflota (45 naves) evitando que cayesen en manos de Napoleón. Al mando de losingleses estaba el Gral. Arthur Wellesley (1769-1852) después duque deWellington.

sbre. La familia real española reside en El Escorial.

sbre. 9. Los ingleses cumpliendo lo pactado abandonan Montevideo.

sbre 14. Ante el Cabildo de Montevideo, Elío asume como Gobernador(cargo que ocupará hasta el 3 de abril de 1810).

oct. 12. Godoy que trataba de eliminar la influencia del Príncipe de Asturias(Fernando), obliga a Carlos IV a manifestar su desaprobación con la conduc-

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ta de su hijo, al que acusaba de que “acariciaba un plan para destronarme”.Nadie creyó y poco después el rey se retractó.

oct. 18. El Gral. Andoche Junot (1771-1813) duque de Abranches con unfuerte ejército francés invade el territorio de España y emprende la marchasobre Portugal.

oct. 22. Inglaterra dispuesta al apoyo de Portugal firma un acuerdo se-creto por el que el regente Juan se trasladaría con la corte a Río de Janeirocon la custodia de su flota al mando del Vice-Almirante William Sidney Smith(1764-1840).

Portugal cedería la isla de Madeira y un puerto del S. (Santa Catalina)para el comercio inglés en el Atlántico S.

oct. 29. En Fontainebleau se firma la alianza franco-española para laconquista de Portugal.

nov. 25. En una calculada maniobra política, Elío renuncia al cargo, peroel Cabildo de Montevideo se dirige al Virrey Liniers pidiendo se niegue aaceptarla y enaltece las virtudes del gobernador.

dbre. 30. Parte del Gobernador de Montevideo, Ruiz Huidobro al ministroGodoy, sobre la caída de Montevideo.35

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ADDENDA

Sociedad

1778.jun. 26. Padrón de Montevideo: 4.470 (blancos 3.103, pardos, negros

libertos e indios 667, esclavos 700).En la campaña oriental: 5.132 (blancos 3.888, pardos y otros).

1779.feb.12-21. Fray Sebastián Malva y Pinto, Obispo de Buenos Aires visita

Montevideo, Colonia y Soriano.Se autoriza una temporada de corrida de toros en la Plaza Mayor.Manuel Melián abastece a la Real Armada de carnes saladas que faena en

su establecimiento cerca del arroyo San Salvador. Exportó 136 barriles por elpuerto de Montevideo (1779).

1781.La población de Maldonado se acrecienta con familias gallegas y asturia-

nas llegadas desde España, que originariamente estaban destinadas a poblar laPatagonia (Argentina).

Se funda la villa de Santa Lucía con 15 familias gallegas y asturianas, porEusebio Vidal.

Sale del puerto de Montevideo un cargamento con más de 400.000 cuerosproducto de las faenas en la Banda Oriental. Son transportados en 25 naves.

Se pide al gobernador que se construya un Hospital para indigentes en unterreno propiedad de Alzaibar (Ciudad Vieja). El solicitante es el sacerdoteJuan F. Larrobla.

El empadronamiento de los pobladores de Montevideo, da 6.466.Se funda el pueblo de Pando en solares de Francisco Meneses, con fami-

lias gallegas y asturianas.Definitiva fundación de Nuestra Señora de Guadalupe de los Canelones y

de San Juan Bautista (Santa Lucía).

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1782.Se inicia la matanza de lobos en la isla que lleva su nombre y las pieles se

venden en Montevideo.La Corona autoriza a ciertos comerciantes a introducir en Montevideo mer-

caderías procedentes de puertos extranjeros y al regreso los navíos podrán ircargados con cueros.

El vecino Francisco A. Maciel, comerciante saladerista funda de su pecu-lio el primer hospital para indigentes de la ciudad, en una casa que le pertene-cía, cerca de la Aduana.36

1783.El Tte. de Dragones Eusebio Vidal funda la villa de San José, con 45 fami-

lias gallegas y asturianas.La villa de Minas entre los arroyos San Francisco y Campanario es funda-

da por Rafael Pérez del Puerto, llegando a tener 41 casas de piedra, una casacapitular y se inicia la construcción de su iglesia.

Fijación definitiva de Canelones a orillas del Canelón Chico.

1784.Memoria de Vertiz a su sucesor el marqués de Loreto sobre el valor de

Montevideo.37

Fundación definitiva de Peñarol en la jurisdición de Montevideo.Funciona el correo entre Montevideo y Buenos Aires. Procedentes de León

se instalan en San José algunas familias.La Corona dispone se inicie una expediente relativo al “arreglo de los

campos” en la Banda Oriental, teniendo en cuenta múltiples razones como:extensión excesiva de la ganadería, matanza indiscriminada de vacunospara el negocio del cuero, tierras sin delinear, títulos defectuosos o malhabidos, ganado orejano suelto a disposición de contrabandistas e indiosinfieles.

Este difícil y complejo asunto tendrá varios proyectos que se presentarán alas autoridades en el correr de los próximos 12 años.

en. 31. La corona pide informes sobre la real situación en las misiones.38

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1785.Se independiza la Real Hacienda de Buenos Aires de la de Chile.Francisco de Medina en las proximidades del Colla, instala un saladero de

carnes para exportar a Cuba y a España.39

Fundación de San Isidro de Las Piedras.

1787.El padrón de Montevideo da como cifras 12.382 de los cuales 6.368 viven

en las murallas y 6.014 en la jurisdición.

jun. 2. Por Cédula Real la Compañía de Filipinas recibe autorización paraintroducir esclavos africanos por los puertos de Montevideo, Buenos Aires,Chile y Perú.

jun.12. Se derrumban las paredes de la Iglesia Matriz. Primera estada enel puerto de Montevideo de la expedición científica comandada porMalaspina.

El Pbo. Pérez Castellano envía a su maestro de latinidad una carta sobre lasituación “en el país” que se convertirá en importante documento de referen-cia.40

1788.Fundación de Las Víboras, Rosario del Colla y de San Salvador.En el Paso del Molino (Montevideo) Francisco Antonio Maciel instala un

saladero de carnes.Los jesuitas instalan el primer molino a viento y el de agua en su estable-

cimiento de Montevideo (Paso del Molino).Fabricación de jabón blanco.La muerte de Francisco Medina pone fin a su empresa de tasajo.La Real Compañía de Filipinas al amparo de la autorización Real comien-

za la introducción de esclavos en Montevideo.

1789.Por Real Cédula dejó libre el negocio de esclavos a los puertos de las

Antillas y el Caribe.

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sbre.-nov. La expedición científica de Malaspina fondea en el puerto deMontevideo.

1790.

sbre. 20. El P. Juan José Ortíz, bendice la piedra fundamental de la IglesiaMatriz.

Se solicita al virrey la construcción de un nuevo convento franciscano enla ciudad de Montevideo.

1791.

feb. 28. Real Orden que incluye a Montevideo como puerto para la intro-ducción de negros esclavos.

nov. 24. Por Real Cédula, Montevideo puerto único.

1792.feb. 11. Memoria del virrey Arredondo sobre tráfico de esclavos.Se hunde en la bahía de Montevideo “Nuestra Señora de Loreto”, barco de

guerra español cargado con 150 ton. de mercurio usado para la extracción delmetal contenido en arenas auríferas del Potosí.

Se constatan en Montevideo 9.000 habitantes (no comprende ni tropa nimarinería).

El tráfico en el puerto de Montevideo es intenso con la entrada de 67 na-víos procedentes de ultramar que salen cargados con cueros.

1793.en. 9. Oficio del Cabildo al gobernador sobre la insalubridad en los barcos

negreros.

Fundación de la villa de Rocha.El saladerista argentino Manuel de Lavardén (1754-1809) se instala en el

Colla y Juan Fco. Maciel en el Miguelete.José Cardozo, alcalde de primer voto (antiguo oficial de Cevallos) propo-

ne medidas para el suministro de agua a Montevideo.

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nov. 11. Hacendados bonaerenses y de la Banda Oriental se dirigen a lasautoridades pidiendo que se favorezca la exportación de carne salada (tasajo),lo que redundaría en un fomento efectivo de la industria.41

1794.

en. Entra a puerto la fragata inglesa Neptuna con más de 300 negros escla-vos, oriundos de Africa. Por Real Cédula (art. 31, derecho de avería), se cobra“un 0,5% sobre el valor de todos los géneros, frutos y efectos comerciales quese introdujeran por mar en todos los puertos de su distrito”, para donativo a laCorona que estaba en guerra con Francia.

El perjuicio para Montevideo (sobre todo para la exportación de cueros)era evidente por que se había convertido en la escala de la mayor parte de losnavíos que entraban y salían con distintos rumbos. Además por el art.23 seobligaba a “mantener limpio el puerto de Montevideo”.

1795.

Ante el Cabildo el gremio de Hacendados pide la formación de un cuerpode Blandengues, para reprimir en la campaña los delitos de los vagos que lainfectan, faenando por su cuenta y contrabandeando ganado en pie hacia elBrasil en forma cada vez más creciente.

Fundación de Melo.El Cabildo pone a remate público los servicios de limpieza y alumbado de

la ciudad, que obtienen Francisco Antonio Maciel y Juan de Molina.En el casco de la ciudad se instalan en faroles colgantes velas de sebo, en

el primer intento de alumbrado público.

1796.

Por Real Orden se nombra a Tomás Toribio (graduado de arquitecto en laAcademia de San Fernando, Madrid) Maestro Mayor de Arquitectura, paraencarar obras edilicias en Montevideo (llegará en 1799).

Francisco Xavier de Viana, hijo del primer gobernador y miembro de laexpedición Malaspina, vuelve a Montevideo al mando de la fragata Descu-bierta.

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1798.Se deroga por el Real Consulado la prerrogativa que tenían los comercian-

tes de esta ciudad para negociar con las otras colonias portuguesas.Entra al puerto La Faustina proveniente de Africa con casi 300 esclavos.Con proyecto del arq. José Aldao y participación del arq. Tomás Toribio se

pone la piedra fundamental de lo que será la Capilla de la Caridad, construídacon peculio de Maciel (la obra culminará 9 años después).

1799.La gran sequía que azotó a la campaña provocó la pérdida de cosechas y

muerte de vacunos, por lo que la población de Montevideo careció de granosy legumbres.

El Cabildo “creyó de su deber incitar al pueblo a que invocase el auxiliodivino”.

Grandes y copiosas lluvias pusieron fin enseguida a la calamidad pública.

oct. 10. Sobre el puerto de Montevideo se desata un fuerte temporal convientos del S. que abatió sobre la costa a fragatas, bergantines y embarcacio-nes menores.

La gran sequía que azotó a la campaña oriental provocó la pérdida de co-sechas y muerte de vacunos, por lo que la población de Montevideo careció degranos y legumbres.

El Cabildo “creyó de su deber incitar al pueblo a que invocase el auxiliodivino”.

Grandes y copiosas lluvias pusieron fin enseguida a la calamidad pública.

1800.El Virrey Avilés firma el acta fundacional del pueblo Batoví, que Félix de

Azara poblará con 80 familias gallegas y asturianas.En Cerro Largo se da a conocer un bando invitando a los habitantes de la

campaña oriental para que se sumen a los pobladores del Batoví.

jul. 18. Se delinea la villa citada por Azara y con Artigas como ayudante.En sesión del Cabildo, el gobernador propone que se realicen obras por-

tuarias como fuente de prosperidad para el comercio local.

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Se remata el abasto de carne para la ciudad durante 3 años y se fija lacontribución de los beneficios para la Iglesia Matriz, Cabildo, Hospital deCaridad, limpieza y otros.

Se funda la villa de Florida cerca del arroyo Pintado, la que en 1805 tendrásu parroquia (Nuestra Señora de Luján de Pintado) y en 1809 su ubicacióndefinitiva.

Se funda la villa de San Salvador sobre la márgen izquierda del río quelleva su nombre.

La iglesia que se levanta se hace bajo la advocación de Nuestra Señora deDolores.

El Virrey Avilés recibe una propuesta del Cnel. Joaquín de Soria (coman-dante de la Villa de Melo) para fundar en la región 3 centros urbanos conguardia militar que impidiera el contrabando de vacunos en pie a Brasil.

1801.en. Habilitan el comercio de tasajo con La Habana.Padrón: hab. en la Banda Oriental 15.245, en Montevideo 8.500 (resto en

la jurisdicción 6.745).

sbre. 4. Real Orden que exime pago de derechos por introducción de ne-gros.

1802.mar. 23. Firma de la Paz de Amiens que asegura el cese de la lucha arma-

da entre Francia e Inglaterra.

may. Inglaterra no cumplió con la evacuación de Malta ni de Alejandría,protegió a los monárquicos franceses en su territorio y William Pitt (1759-1806) era enemigo jurado de Napoleón Bonaparte.

abr. 4. Se enciende por primera vez un fanal sobre la bahía de Montevideo(ubicado en el Cerro) al servicio de los navegantes. Fue de construcción pre-caria pero tenía una señal móvil en base a un sistema de cabos, lo que sustituíacon ventaja al sistema de señales-banderas que con un vigía establecido en elCerro (d. 1781) orientaba a los pilotos que entraban con sus navíos.

may. 12. Ruptura de la paz entre Francia e Inglaterra.

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Fundación de la capilla de Porongos (Trinidad) con 60 vecinos, por FrayManuel Ubeda (de la Orden de la Trinidad) y fue puesta bajo la advocación dela Santísima Trinidad (situada en la cuchilla de los Porongos).

1803.Se conocen los valores del Padrón montevideano y alrededores: 3.033 blan-

cos, negros y pardos libres 141, esclavos 899. Se computan 603 peones, lo queda la cifra de 4.676.

oct. 19. Napoleón obliga a Carlos IV a firmar el Tratado de Neutralidad.

1804.feb. Llega al puerto un bergantín inglés con casi 200 negros esclavos.Llega de Buenos Aires el último Obispo español, Fray Benito de Lué y

Riega para solemnizar el fin de las obras de la Iglesia Matriz (proyecto delarq. portugués Custodio de Sá e Faria, con dir. del arq. español Tomás Toribio).

may. El Senado de París resuelve dar a Napoleón Bonaparte el título deEmperador de los franceses, que asume como Napoleón I (may. 18).

oct. 21. La inaugración contó con la asistencia de las máximas autoridadesciviles y militares, presididas por el Gobernador.

1805.nov. 15. Informe sobre el gobierno de Misiones dirigido a la corona por

Gonzalo de Doblas (gobernador).42

1807. jun. 24. La población asiste como espectadora a la primera manifestación

pública (en toda Sudamérica) organizada por la Masonería.43

Prensa Periódica.

Se conoce en Montevideo el TELÉGRAFO MERCANTIL (periódicorural, político, económico e historiográfico del Río de la Plata) fundado enBuenos Aires con licencia del Virrey.

El primer número es de noviembre 27 de 1800.

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Félix de Azara publica allí su MEMORIA SOBRE EL ESTADO RU-RAL DEL RÍO DE LA PLATA .

El 23 de mayo de 1807 se publica en Montevideo el primer número THESOUTHERN STAR / LA ESTRELLA DEL SUR , periódico bilingüe conmúltiples noticias (avisos, comunicaciones a lectores, literarias, navales, delexterior, militares y políticas locales y del Río de la Plata).

El Instituto Histórico y Geográfico del Uruguay, con prólogo de AriostoGonzález publicó la edición facsimilar en 1942.

Cultura

Enseñanza.

1780.En la Asunción funciona el Colegio Carolino, donde se dicta Teología,

Escolástica y Gramática.

1782.En Montevideo el Cabildo pide al Visitador de los franciscanos la creación

de un Colegio donde se enseñe Gramática, Teología y Filosofía.

1786.Se instala en Montevideo el aula de Filosofía creada por el Cabildo y que

tenía como lector a Fray Mariano Chambo, oriundo de Santa Fe.

1793.El Cabildo crea las cátedras de Teología, que le fueran solicitadas en 1790,

designando a 3 maestros. Se realiza la primera función pública en la Casa de Comedias ubicada en

la calle del Fuerte.El local contaba con palcos, lunetas, bancos, paraíso y gradas. El telón

confeccionado en España, representaba el Parnaso con sus 9 musas.

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1794.Francisco de Sales Pérez obtiene licencia de maestro por el Cabildo, para

enseñar las primeras letras.

1796.Las hermanas dominicas toman a su cargo la enseñanza de primeras letras

en un Colegio para niñas.Fue autorizado por el Cabildo y apoyado económicamente por la nieta de

D. Bruno Mauricio de Zabala, Da. María Clara Zabala de Vidal.

1805.El maestro escolar Bernardino Espinosa recibe autorización para enseñar

en la ciudad.

Letras

José Prego de Oliver, poeta español radicado en Montevideo donde fuefuncionario de la Corona, autor de varias composiciones publicadas en el Te-légrafo Mercantil, celebró la derrota de los ingleses en Buenos Aires, con laoda “A la reconquista de la ciudad de Buenos Aires por las tropas de mar ytierra a las órdenes del Capitán de Navío D. Santiago Liniers, el 12 de agostode 1806”.

El Parnaso Oriental de Luciano Lira (3 v. Montevideo: 1835-37) recoge sumejor oda dedicada “A la memoria del Tte. de Fragata D. Agustín Abreu,muerto en la acción del campo de Maldonado, el 7 de noviembre de 1806” (v.2o.). En la citada antología hay otras composiciones de Prego como “A Mon-tevideo tomada por asalto por los ingleses, el 3 de febrero de 1807”.

Como testimonio histórico de la época está la “Memoria de los aconteci-mientos de la guerra actual de 1806 en el Río de la Plata” redactada por Ma-nuel Pérez Castellano. Fue publicada en la Revista del Instituto Histórico yGeográfico del Uruguay (t. 5o. No. 2, Montevideo: 1927).

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1. “En los hechos, ni el Tratado de París, (ni el complementario de 1768), se cum-plieron, agravando las tensas relaciones entre España y Portugal, que culminan conla ruptura de la paz, el 1o. de abril de 1776.

Las incursiones pualistas y de riograndenses a los pueblos de Misiones se acen-tuaron inmediatamente de expulsados los jesuitas, y las protestas tanto locales comode la corona, caían en el vacío.

Una década de escaramuzas militares y reclamos diplomáticos, se cierra cuando,Carlos III resuelve que se organice la mayor expedición naval y de fuerza de tierracombinadas, con destino al Río de la Plata, que partió de Cádiz el 13 de noviembrede 1776 y cuyos mandos recaían, la escuadra en el marqués de Casa Tilly, y el ejér-cito en D. Pedro de Cevallos.

El objetivo era alcanzar primero la isla de Santa Catalina, que disponía de bue-nos puertos para refugio y playas aptas para el desembarco, además de punto dearranque para la ofensiva en tierra firme (Río Grande), que se calculaba conquistaren marzo de 1777.

Después de pasar la isla Ascención, 17 de enero, las naves pusieron rumbo a Ríode Janeiro para seguir hacia el sur.

El 20 de febrero ancló frente al puerto en Punta Grossa (Santa Catalina), y enrápida maniobra, dos días después la tropa estaba en la plaza de San Francisco dePaula, donde casi sin lucha el gobernador portugués abandonó el paraje (27 defebrero), dejando buen material de artillería en poder de los españoles.

La flota portuguesa que comandaba el almirante Mac Donald, eludió el enfrenta-miento y regresó a Río de Janeiro.

Cevallos, una vez más afirmaba las defensas del territorio recuperado, y a partirde allí, emprendió sin demora la segunda parte de su plan en Río Grande, dirigiendola flota (que había sufrido pérdidas a causa de un temporal) al puerto de Maldonado(18 de abril)”.

En: Rela, Cevallos, o.c.

2. “La Colonia del Sacramento estaba defendida por el Gobernador, BrigadierD. Francisco José Da Rocha. Contaba con un Regimiento de 700 hombres, y con losvecinos totalizaban 2.000 habitantes.

El 30 de mayo de 1777, Cevallos inició el ataque, y el 31, Da Rocha ofreciórendirse, a lo que Cevallos concedió solo 48 horas, según esta carta:

“Por el manifiesto que en 20 de Febrero de este año hice al comandante de la Islade Santa Catalina, Antonio Carlos Hurtado de Mendonça, de que me acusó el reci-bo, devo suponer que todos los gobernadores y comandantes portugueses, depen-dientes del Vireinato del Brasil, estaran muchos días ha instruidos de las justas cauzascon que el Rey mi Señor se ha dignado enviarme a estas regiones, a tomar satisfac-

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ción de las injurias que las armas del Rey Fidelissimo han cometido contra los domi-nios vassalos, y tropa y pabellon español abusando de la moderación, magnanimi-dad y escrupulosa buena fé del Rey. Con todo para que el Sñr. Gobernador de laColonia no pueda alegar ignorancia, le remito esta carta en duplicado del mismomanifiesto intimandole al mismo tiempo la rendición y entrega de la plaza y de la Islade San Gabriel con sus municiones de guerra y bocca como también de lasenbarcaciones que hay en el puerto con todas las caudales y efectos que hubiere enellas, y los que se hallaren en la plaza y la isla de S. Gabriel, manifestando al mismotiempo que las que hubiere dentro e fuera del recinto de la plaza, todo el termino de48 horas, sin ocultacion ni menoscabo alguno, y por inventario que deberá formarsecon intervención del intendente del ejercito, por ausencia de los oficiales reales deBuenos Ayres, en la inteligencia que de no cumplido todo de buena fé en el terminodicho, será responsable de las disgracias qui son inevitables en las plazas tomadaspor fuerza. - Campo delante de la Colonia, 2 de Junho de 1777. - D. Pedro deCevallos”.

El 4 de junio la tropa española entró en la ciudad, el 8 destruyeron lasfortificaciones y se inundó el acceso al puerto, inutilizándolo. Los Jefes y Oficialesportugueses, embarcaron a Río de Janeiro, la tropa y vecinos para Buenos Aires.

Caída la Colonia del Sacramento, Cevallos planeó la operación militar Río Grandedel Sur. Llegó a Maldonado el 10 de agosto.

El 28 de agosto alcanzó la Fortaleza de Santa Teresa.Estando en Santa Teresa, Cevallos recibió la orden de detener las operaciones

militares.El 1o de octubre se firmó el Tratado de San Ildefonso entre España y Portugal

que puso fin a la campaña de Cevallos”.En: Rela, Ibídem

3. TRATADO DE SAN ILDEFONSO (1777)“Este tratado fundamentalmente intentó resolver la necesidad imperiosa de enta-

blar negociaciones pacíficas entre España y Portugal, relativas a sus posesiones enla América Meridional, ante el fracaso del Tratado de París.

La muerte del rey José I (23 de febrero de 1777), y la ascensión al trono de su hijaMaría, con la consecuente caída del marqués de Pombal, dio margen a D.Carlos IIIpara lograr un entendimiento con su sobrina, flamante reina de Portugal.

Así llegamos al Tratado de San Ildefonso, que constaba de 25 artículos, acompa-ñados de 7 cláusulas secretas, y que conducirían a negociaciones concretas sobretres puntos capitales para la estabilidad (tan necesaria) de ambas coronas, en unaEuropa convulsionada.

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El primero consistía en afirmar una alianza estable y perpetua (lo que no se habíalogrado con los anteriores, pese a los propósitos), el segundo se refería al comercio,y el último (uno definitivo y duradero) sobre límites a realizarse sobre estudios en laregión en litigio.

El Tratado de San Ildefonso, se firmó el 1o. de octubre de 1777 y fue ratificadopor S.M. Fidelísima el 10 de octubre y por S.M. Católica el 11 en San Lorenzo.

De su lectura se extrae como conclusión que la Colonia del Sacramento que se-guía siendo como se dijo “una espina clavada en la garganta de la América españoladesde 1680” ahora (art.3o.) volvía a poder de España.

Tienen significación: el art. 13o. en cuanto atiende a la navegación de los ríos defrontera para uso común, el 17o. para combatir el contrabando, el 20o. que proponeuna sólida paz y amistad y por último el 22o. indicando la expresa voluntad de S.M.Católica de “restituir y evacuar la isla de Santa Catalina y alrededores.”

También se ajustaron otros problemas de litigio en cuanto armada y ejércitos (art.23o.) y es con ánimo positivo que lo firmaron el conde de Floridablanca y el ministroportugués D. Francisco Inocencio de Souza Coutinho.

Como en los otros tratados, éste tampoco llegó a ejecutarse por cuanto las nece-sarias medidas que debían complementarlo, tales como el buen funcionamiento delas comisiones demarcadoras, no lograron en la práctica perfeccionar el texto aludi-do para su fiel cumplimiento, con lo que tal vez se hubiese conseguido la paz.

En cuanto a las proyectadas tres negociaciones a que aludimos antes, se concre-taron en una sola, que incluía la amistad, el comercio, la neutralidad y la garantíamutua, lo que fue firmado en el Pardo el 11 de marzo de 1778, y ratificado el 24 deese mes.

En síntesis, se garantizaban recíprocamente no luchar uno contra otro, ni contrasus territorios ultramarinos, ni permitir paso tanto por sus tierras o puertos a terce-ros, que estuviesen en conflicto, términos a los que se adhirió Francia el 16 de juliode 1783 en documento firmado en Madrid.

El art.4o. que aseguraba la mutua garantía (prevista en el art. 15o. del Tratadode 1750) adquirirá importancia, cuando España entre en guerra con Inglaterra, araíz del apoyo que aquella prestó a los sublevados americanos de las colonias ingle-sas de Norteamérica”.

En:Rela,Viajeros, o.c.

4. “Fueron estos años, desde 1778 a 1796, los que marcaron el mayor auge delcomercio del Montevideo colonial. Considerado primer puerto en el extenso Virreinatode Buenos Aires, cabeza a su vez del territorio más rico por la fecundidad de sustierras, las empresas, los proyectos de explotación en gran escala, se sucedían paraaprovechar las excelencias que brindaban las campañas del Uruguay. Don Francis-

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co de Medina fue el primero en la implantación de la industria que permite la explo-tación de carnes y sus establecimientos de salazón y sus grandes estancias en eldepartamento de la Colonia, conjuntamente con las de Gueli en las proximidades deMontevideo, se adquirieron por la Compañía Marítima, a la que se otorgaba porreales cédulas de 31 de mayo de 1790, concesiones especiales para su explotación.Don Santiago Liniers, en este mismo tiempo, buscaba la obtención de gananciasensanchando la esfera de acción de la mencionada sociedad comercial y en extensomemorial presentado al Rey, conjuntamente con un plan de obras de fortificación arealizarse en Montevideo a fin de asegurar la defensa del Río de la Plata, proyectabanuevos establecimientos de salazón de carnes, de pesca de ballenas y lobos marinos,haciendo construcciones adecuadas en el puerto de Maldonado”.

En: “Revista de Buenos Aires”. Número 88 de agosto de 1870.

5. “Las concesiones hechas a las cinco islas antillanas de 1765, por Real Cédulade febrero de 1768, se extendieron a Perú, Chile y el Río de la Plata, el que obteníaun sonado triunfo pues se le habilitaba como vía mercantil de acceso a las jurisdic-ciones vecinas de Chile y el Virreinato del Perú donde Lima perdía definitivamentesu condición, ya bastante menguada por los navíos de registro y por la prohibiciónde exportar metales en lingotes del Río de la Plata (1777), de abastecedora del Pla-ta, Chile y de Alto Perú.

El 12 de octubre de 1778, refundiendo disposiciones anteriores -y ampliándolasgenerosamente- se dicta la Pragmática “Reglamento y Aranceles Reales para elComercio Libre de España e Indias”. Veamos su contenido:

1) Confirmó la habilitación del Real Decreto de 1765 a los puertos españoles de:Sevilla, Cádiz, Málaga, Cartagena, Alicante, Barcelona, Santander, Gijón y La Co-ruña y la concedió a cuatro nuevos: Almería, Alfaques de Tortosa, Palma de Mallor-ca y Santa Cruz de Tenerife. En total, trece.

En América, a los cinco habilitados en 1765 -San Juan de Puerto Rico, SantoDomingo, La Habana, islas Margarita y Trinidad -agregó diecisiete: Montecristi,Santiago de Cuba, Trinidad (Cuba), Batabanó, Campeche, Golfo de Santo Tomás deCastilla, Omoa, Santa Marta, Río de la Hacha, Chagre, Montevideo, Buenos Aires,Valparaíso, Concepción, Arica, el Callao y Guayaquil. Cartagena de Indias yPortobello continuaron operando como lo hacían desde mediados del siglo XVI.

2) En cuanto a impuestos, se eliminaron los de palmeo, tonelada, San Telmo,extranjería, visitas, reconocimiento, habilitación y licencia para navegar, subsis-tiendo los más importantes: almojarifazgo(*) y alcabala(**). Además de reducirsela carga fiscal, la exoneración impositiva significaba la supresión de engorrosostrámites.

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Se eliminaron por diez años dos tributos, el de salida de España y el almojarifazgoen América, a los productos elaborados con lana, algodón, lino y cáñamo (estimuloa la industria textil concentrada en Cataluña) y al plomo, acero, alambre, hojalata,espadas, cuchillos, navajas, espejos, zapatos, loza, mármol, vidrios, papeles, pólvo-ra, azúcar, café, carnes y pescados salados, chocolate, harina, sal, sebo y toda clasede quincallería. Se suprimió toda contribución al ingresar a España a los siguientesproductos americanos: algodón, cáñamo, lana de vicuña y alpaca, lino, pieles,gengibre, azúcar, café, carnes y pescados salados, cera, sebo, grana, maderas, palode Campeche, yerba del Paraguay, cobre, estaño, plata, etc.... Los derechos de losmetales preciosos que se enviaban a España fueron moderados bajando los del orode un 5% al 2%, y los de la plata de un 10% a un 5,5%.

3) Se dispuso la rebaja de 1/3 a los propietarios de barcos españoles que loscargasen en totalidad con productos de igual nacionalidad; si cargaban 2/3 se lesexoneraba 1/5 de los derechos.

Los puertos se clasificaban en nueve mayores: La Habana, Cartagena, Montevi-deo, Buenos Aires, Valparaíso, Concepción, Arica, Callao y Guayaquil; y trece me-nores: Puerto Rico, Santo Domingo, Montecristi, Santiago de Cuba, Trinidad, Mar-garita, Campeche, Santo Tomás de Castilla, Omoa, Santa Marta, Río de la Hacha,Portobello y Chagres (Trinidad -Cuba- y Batabanó, puertos habilitados por el Re-glamento quedan al margen de este régimen). En los Mayores se tributaba más queen los Menores. Los productos extranjeros eran gravados más que los españoles eindianos.

Para estimar las consecuencias del Reglamento se interponen diversas dificulta-des: apenas dictado, estalla la guerra con Inglaterra (1779-1783) acumulándose, enconsecuencia, en la Península cantidad considerable de mercaderías y en las colo-nias frutos del país sin salida por el bloqueo naval a las costas españolas; no seposeen series estadísticas completas y confiables del movimiento comercial de finesdel siglo XVIII, las que una vez establecidas deben considerarse a la luz del alza deprecios finisecular; 1778 fue un año de bajo nivel de operaciones comerciales; to-marlo como índice implica partir de cifras abatidas que exaltan las de años subsi-guientes.

Con todo, los autores coinciden en señalar el notable crecimiento de las relacio-nes comerciales, discrepando en su cuantía: para algunos, se multiplicaron por ocho;otros sostienen que se multiplicaron por cuatro; lo más aceptable es calcular sucrecimiento en el triple.

En España, Cataluña, exportadora de indianas (telas de algodón estampadas),controlando el comercio de azúcar antillano y poseedora de numerosos mercantes,protegidos por el Reglamento que establecía la obligatoriedad del comercio conAmérica en barcos bajo pabellón español, es la región más favorecida. El puerto de

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Cádiz, dotado de buenas instalaciones (depósitos, muelles, equipos para movilizarla mercadería), con aceptables comunicaciones con el resto de la Península, sede deun núcleo comercial de poderosas influencias en la Corte y en los grupos de poder(latifundistas andaluces, los Cinco Grandes Gremios de Madrid) seguía siendo elmejor del Reino: un 85% del comercio colonial pasaba por él, al menos hasta fin desiglo.

En América suele citarse el desarrollo adquirido por Chile y especialmente el Ríode la Plata, donde podemos apreciar el incremento del comercio por el de las rentasaduaneras percibidas en el puerto de Buenos Aires.

1778 $ 53.7251779 $ 169.9741780 $ 143.019Entre 1784 y 1793, los años de paz, abundantes testimonios de comerciantes

rioplatenses y chilenos coinciden en señalar la excesiva cantidad de artículos deestas regiones, consecuencia de los desmedidos envíos peninsulares para mercadosde modesta capacidad de compra. La baja de precio de los productos importados(para Buenos Aires: aguardiente: de $ 60 a $ 24 la pipa; hierro: de $ 15 a $ 7,5 elquintal) fue un freno al contrabando, arruinó a numerosos comerciantes y afectó alas artesanías del interior platense, crecidas, en el aislamiento, al amparo de lasdistancias (treinta días demoraban las carretas en ir de Rosario a Tucumán); enfren-tadas a la compentencia extranjera decayeron.

El progreso de la exportación industrial española hacia las colonias es notorio:desde 1788 los productos ibéricos superan a los extranjeros, cuando unos años anteslos artículos ingleses, franceses, holandeses y alemanes componían los 2/3 de lasexportaciones.

Las colonias, pese al aumento constante de los cargamentos de plata y oro queenvían a la Península, elevan la proporción que corresponde a materias primas (ca-cao, azúcar, índigo, palo Campeche, café, tabaco, cueros): 22% en 1750 y 44% en1803, manifestación del crecimiento de áreas como las Antillas (azúcar), Venezuela(cacao, índigo), y el Río de la Plata (cueros).

En España las Provincias vascongadas quedaron al margen del comercio librehasta 1788, cuando se concede al puerto de San Sebastián el régimen establecido enel Reglamento; en América, en 1789, tanto Venezuela, arrancada al monopolio de laCompañía de Caracas, como Nueva España, retenida por los monopolistas de Méxi-co y Veracruz fuera del comercio libre, son incorporadas a los beneficios del Regla-mento.

El Reglamento, compuesto de 55 largos artículos y un prolijo Arancel, organiza-ba el comercio libre sin restricciones dentro del Imperio español, instituía lo que hoyllamaríamos una zona de libre comercio. Se permitió el comercio intercolonial en el

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caso de productos coloniales pero no se autorizaba la reexpedición de las manufac-turas y materias primas extranjeras. Para sostener esta estructura mercantil de laque se excluía a los extranjeros, España necesitaba disponer bajo su bandera deabundantes fletes; muy otra era la realidad: en el siglo XVIII Inglaterra poseía 7.000mercantes, Holanda 6.500 y España, 400 o 500.

En: Williman, La Banda Oriental, o.c.

6. Joaquín Gundin piloto formado en Galicia, miembro de la 1a. ComisiónDemarcadora, había nacido en el Obispado de Mondoñedo (Galicia) en 1746 yemprendió el 1er. viaje a América en 1774. Cumplió sus funciones de geógrafo en laBanda Oriental por 6 años y en agosto de 1778 navegó el río Uruguay de NE al S.hasta el arroyo de las Chinas (Colonia). Su 2o. gran trabajo encomendado por Varelay Ulloa fue la derrota del río de la Plata desde la isla de Martín García hasta elfuerte de Santa Teresa, concluído en 1791. En enero del año siguiente fecha su Dia-rio en Buenos Aires que permanece inédito y custodiado en la Biblioteca Nacionaldel Uruguay (Montevideo) (Col. Buenaventura Caviglia). La Academia Uruguayade Historia Marítima y Fluvial dispone del microfilm.

7. Carlos IV (1748-1819). En los primeros tiempos estuvo acompañado por figu-ras políticas relevantes como el Conde de Floridablanca y el conde de Aranda. A laentrada de Godoy como dominante en el reino, ambos fueron destituidos y desterra-dos.

Al entrar en guerra contra Francia revolucionaria tuvo acciones militares queterminaron con la paz firmada en 1795 que le representó la pérdida de la isla deSanto Domingo.

El Tratado de Alianza con la Francia de 1797 (la del Directorio) culminó condesastres navales como la de San Vicente y la de Trafalgar (1805).

En la reunión de Bayona en que Napoleón Bonaparte resolvió destronar a losBorbones de España, le exigió al Rey su renuncia al trono mientras sus tropas inva-dían la Península en 1808.

8. D. Antonio Olaguer y Feliú, fue nombrado como gobernador, en mérito a sudistinguida actuación como Inspector General de las tropas del Río de la Plata.

Tomó el cargo el 2 de agosto de 1790, y como de la Rosa, también se caracterizópor situaciones conflictivas con el Cabildo, llegando al agravio de personas.

En 1791 ordenó la construcción de la Casa de Comedias, sin consultar a ningunaautoridad civil, lo que provocó malestar entre los regidores.

Repitió una ofensa mayor durante las elecciones de 1795, en las que actuó conparcialidad rechazando a dos de los miembros legítimamente electos, motivando una

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gestión del Cabildo ante el virrey D. Pedro de Melo, que se pronunció en beneficiodel cuerpo, rechazando la conducta del gobernador.

9. “Percibíanse así en la Aduana los derechos correspondientes, acreciendo conesto las rentas locales. Otras circunstancias favorecían igualmente el desarrollo delcomercio. Acontecía, también, que las licencias para las expediciones marítimas, loeran tan sólo a fin de que los buques salidos de puertos europeos viniesen en lastre alRío de la Plata, en donde podían adquirir los productos de retorno. No obstante, y apesar de las prevenciones, llegando los navíos con cargamentos semicompletos. Lapresunción del contrabando hacíase notoria y las mercaderías se vendían en Monte-video, según lo disponían órdenes terminantes.

Una franquicia más aumentó, todavía, los beneficios de la ciudad cuyos habitan-tes, ya en este tiempo y valorando justamente los progresos alcanzados en tan cortotiempo, aspiraban a una situación de supremacía en el Río de la Plata sobre lasdemás poblaciones vecinas. Tal fue la real cédula de 24 de noviembre de 1791, por lacual se concedió a Montevideo el privilegio de puerto único de introducción de es-clavos para las posesiones españolas en esta parte del continente”.

“El Reglamento de Libre Comercio, que dio a Montevideo la calidad de PuertoMayor constituyó el máximo esfuerzo metropolitano, para mantener el monopoliodel comercio en la órbita española, en el aspecto de la trata de negros, cristalizó enla creación de la Real Compañía de Filipinas, con derecho a introducir en los puer-tos de “Montevideo, Chile y Lima, los Negros que le parezca”, en la cantidad decinco a seis mil unidades de ciento cincuenta y cinco pesos por unidad vendida. Conel objeto de precaver la entrada clandestina de artículos de comercio, la Real Ordenestableció que “Los Buques que se empleen en este tráfico no podrán conducir a losPuertos de esos Dominios adonde se dirijan más que los esclavos, con la ropa yutensillos que a estos corresponden, víveres, caldos o licores de rancho”, disponien-do la incautación de toda mercadería no autorizada.

El Puerto de Montevideo, que había sido especialmente indicado como punto dedesembarco de los negros que podía transportar la Compañía, amplió su giro ya queella, si introducía esclavos extraía en su viaje de retorno los productos de la tierra.Así se estableció una íntima comunicación entre este Puerto y los del Brasil e Ingla-terra, cuyos comerciantes, acapararon los cueros y las carnes industrializadas en lossaladeros de Montevideo, así como las crines, astas, sebos, grasas y harinas, condestino a los mercados de consumo, pagando en cada caso, los derechos de Aduanacorrespondientes.

La Real Cédula del 24 de noviembre de 1791, hizo extensiva al Río de la Plata ynaturalmente, a Montevideo, su Puerto único, la libertad de comercio de negros, sin

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gravamen, siendo el punto obligado de arribada en adelante. “La aplicación de estaPragmática, de la que fueron particularmente usufructuarios los portugueses, vino aacordar, de hecho a Montevideo los privilegios de la introducción de negros en el Ríode la Plata, lo cual suscitó la consiguiente lucha con el puerto de Buenos Aires”.

El llamado comercio de ensayo, apoyado en estas bases por la Real Cédula defebrero de 1789, confirmado definitivamente, en la Real Orden del 4 de marzo de1795, que autorizó el tráfico con los puertos portugueses del Brasil, se constituyó,automaticamente, en el verdadero proveedor de esclavos de Montevideo y significóun fuerte estímulo para los comerciantes locales para intervenir directamente en elcomercio de esclavos, con amplia libertad para fijar los precios más adecuados almercado.

La burguesía montevideana, en pleno desarrollo, decidida a expandir la órbita desu actividad mercantil y derribar los monopolios y las tutelas, abrió nuevos rumbosa su crecimiento económico. Se lanzó, de lleno, al acaparamiento del tráfico de ne-gros y centró en él el emporio esclavista más grande que jamás conoció el Río de laPlata, las zonas mediterráneas y el Pacífico”.

En: Beraza, o.c.

10. Alejandro Malaspina (1744-1809) nacido en Palermo ingresó de joven a laEscuela Naval de Cádiz de la que egresó como Guardiamarina. Fue Jefe de la másimportante expedición científico-política española de la última década del s. XVIII.

C/N tuvo bajo su mando la goleta Descubierta, la que junto con laAtrevida (almando del C/N José de Bustamante y Guerra) hicieron un viaje alrededor del Mundoentre 1789-94.

Partieron de Cádiz (junio 30 de 1789) rumbo al Río de la Plata, estuvieron en elpuerto de Montevideo el 19 de setiembre y permanecieron hasta el 13 de noviembre.

Siguieron por el Atlántico Sur, doblaron el Cabo de Hornos, Océano Pacífico,Centroamérica (Panamá, Guatemala, Costa Rica, Nicaragua y El Salvador), Améri-ca del Norte (México), tomaron la ruta N.O. rumbo al archipiélago de Filipinas,siguieron hasta Nueva Zelanda, regresaron por el Pacífico, entraron al Atlántico, sedetuvieron en las islas Malvinas (enero de 1794) y llegaron a Montevideo por segun-da vez el 14 de febrero para culminar anclando en Cádiz el 21 de setiembre de eseaño.

11. “Los intentos para ordenar la vida en la campaña de la Banda Oriental que sehabían sucedido en 1785, la experiencia recogida a través de tantos años de luchaspara resguardar la frontera y amparar en sus labores a los hacendados, permitían yaa comienzos del siglo XIX formar juicio sobre cuáles podrían ser los medios paraalcanzar tales propósitos. A manera de contribución para el estudio de los proble-

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mas que existían en esta región del Río de la Plata al iniciarse el siglo de la revolu-ción, vamos a sintetizar alguna de esas opiniones.

“Noticias sobre los campos de la Banda Oriental”.En esas “Noticias”, en las que se resumen las informaciones acumuladas sobre el

arreglo de los campos, redactadas en 1794 y puestas en manos del Virrey Pedro deMelo de Portugal en 1795, se proponen soluciones concretas sobre los distintos pun-tos que abraza dicha exposición.

Se aconsejaba, en primer término, prohibir que los comerciantes de la ciudad,fuesen a la vez hacendados en la forma tan particular en que explotaban sus campos,a la distancia, sin poblarlos de rodeos, merced al esfuerzo ajeno. “Traídas las estan-cias -expresaba el autor- a manos de labradores, y restituidos a éstos el derechoexclusivo de abastecer de cueros a los comerciantes de Europa, econtrarían en estanegociación un lucro sobrado sin necesidad de tocar en el ganado cimarrón”.

Las tierras que detentaban esos comerciantes debían ser repartidas entre quienesestuvieran dispuestos a poblarlas y a buscar en el trabajo honrado, la ganancialícita que obtenían en las faenas clandestinas del ganado cimarrón. “La experiencianos ha demostrado -apuntaba- que el que tiene estancia poblada y pastoreada nonecesita de otro arbitrio de buscar la vida y así no roba ganado ni se dedica a elcontrabando; y sólo ejerce estas dos granjerías el que tiene una estancia yerma einhabitada, sin otro fin que el que le sirva de trampa para la caza del ganado y depasaporte para introducirlo”. Los comerciantes agraciados con tierras que no po-blaban eran a su juicio verdaderos usurpadores de acuerdo a lo estatuido en lasLeyes de Indias. Correspondía que fueran desposeídos de esas tierras las que debe-rían ser distribuidas, inclusive, entre los propios “changadores y peones de campo”,a quienes se transformaría en vasallos honrados y útiles, en celosos defensores de lapropiedad y del bien común. “Estos infelices han trabajado siempre para otros”,expresa el certero observador de nuestra realidad colonial, para justificar la con-ducta hasta entonces observada por esos hombres a quienes debía dárseles suertesde estancias de diez o doce leguas cuadradas con dos o tres mil cabezas de ganado.

Para evitar el traspaso de ganado a Río Grande sugería el establecimiento deguardias en los lugares de la frontera ya señalados; la faena del ganado cimarrónque destruía la riqueza ganadera, realizada en los campos de los comerciantes o enlas vaquerías de los indios guaraníes al norte del río Negro, podría evitarse gravan-do la introducción de los cueros orejanos en Montevideo en ocho reales en lugar delos dos que pagaban.

Las medidas a aplicarse no debían serlo tan sólo en defensa de la economía sino,también, en favor de la transformación de las costumbres bárbaras del medio ruraldescritas en breves trazos. “El modo y el motivo de matar a un hombre en la Campa-

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ña -dice- es de las cosas más monstruosas que se oyen en aquellos destinos, y para lacual apenas se atinaría con la causa. Porque se mata a un hombre abriéndolo encanal como a un cerdo; y el fundamento de esta inhumanidad ha sido tan desprecia-ble que a veces no ha sido otro que el antojo de matar. Hemos visto más de un reo queha dado por razón de un homicidio atroz el deseo de ser ahorcado. El uso del cuchi-llo es irremediable en la Campaña el de la bebida es el más común deleite; la efusiónde sangre es el único ejercicio en que se ocupan: temor a la Justicia no hay por quétenerlo: a Dios no se le conoce casi: con que acostumbrada la vista y las manos deaquellos hombres a ver correr ríos de sangre, y lidiar con fieras, y a vivir entre ellas,se les endurece el corazón, y botan lejos de ellos la humanidad y el amor fraternoque juzgan de la vida de sus semejantes poco menos que de la vida de un novillo”.

Sólo la predicación del Evangelio en las Estancias, la fundación de capillas acargo de párrocos desinteresados podrían transformar las costumbres de la campa-ña. “Una gran parte del vecindario de Buenos Ayres y Montevideo, -anota- se com-pone de vagos, de gente ociosa, o de desertores”. Aconsejaba incorporar los vagosal Regimiento de Fijo y formar dos Regimientos más si se juzgara necesario”.

En: Pivel Devoto, Raíces Coloniales

12. “El acta de fundación, de 14 de febrero de 1795 y que aparece suscripta pormás de ochenta firmantes, todos vecinos conocidos y acaudalados, expresa que elobjeto de su reunión “es la de dejar constancia del procedimiento irregular (delConsulado de Buenos Aires), de obtener la contribución sin previa consulta al co-mercio de Montevideo. Este comercio es enteramente independiente y distinto del dela capital, Buenos Aires, extrañándose quieran los individuos de aquél, abrogarse demotu propio, la facultad de disponer a su arbitrio de los intereses del de esta plaza,sin obtener de antemano su indispensable anuencia, resolviéndose en definitiva darrepresentación con plenos poderes a don Juan Pedro Aguirre, don Juan de Ellauri ydon Juan Balbin Vallejo, para que ante el Tribunal que corresponda establezcan queel comercio de Montevideo es enteramente independiente del de Buenos Aires, alcual nunca había estado subordinado a sus determinaciones de ninguna clase niespecie”.15

No se detuvo, con una repulsa como ésta, la acción del Consulado. La luchaestaba entablada y para doblar el prestigio de Montevideo y realizar una competen-cia con éxito, era necesario crear un puerto, cuyas excelencias fuesen semejantes alde la última ciudad. La construcción de obras portuarias en la costa llamada “Ense-nada”, fue así dispuesta y aunque el paraje constituyese entonces un desierto y obli-gase, además, su distancia, la ejecución de caminos de acceso, y el transporte depiedra obtenida del territorio uruguayo aumentara considerablemente los gastosdemandados, la Junta Consular así lo resolvió, mandando se comenzaran los traba-

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jos, a la vez que se dirigía al rey solicitando su habilitación para el comercio exte-rior.

La noticia de la decisión consular cundió en seguida en Montevideo, donde se leotorgó toda su importancia, interpretándose como contraria a la ciudad y a su co-mercio. Don José Cardoso, Alcalde de 1er. Voto del Cabildo así lo entendió y, enextensa alocución a los regidores en la sesión del 16 de mayo de 1795, decía: “queadmirado de tal determinación (la solicitud del Consulado pidiendo la habilitacióndel puerto de la Ensenada), y temiendo que pudiese encontrar cabida en el realánimo, por efecto de las artificiosas razones con que se presentase, se veía precisadoa discurrir los medios para evitar tales daños, y como nada era más propio de uncuerpo capitular que velar incesantemente por la prosperidad de la provincia querepresenta; de aquí, sin la menor disputa, debía el Ayuntamiento cruzar las ideas delConsulado de Buenos Aires. Porque nuestra Provincia sería la más perjudicada conla autorización pedida a causa de su posición local, la asombrosa fertilidad de suscampos y la abundancia casi increíble de sus ganados y otros frutos, a pesar de loscuales sólo se ha visto, hasta aquí, que teniendo ventajas y proporciones quizá sobretodas las otras partes de la Tierra para ser la Provincia más rica y más florida, seala más pobre e infeliz. A este Cabildo -continuaba el Alcalde Cardoso- toca celartales daños que continuarían con aumento, si se verificasen las intensiones del Con-sulado, y para contrarrestarlas, soy de dictamen que inmediatamente se representenante S.M. con razones claras y sólidos fundamentos que ofrece el asunto, el cúmulode bienes que precisamente se han de seguir, de que tenga el debido efecto, la expre-sada real determinación y por el contrario el gran número de males que son de temersi se revocase o restringiese, a fin de que se digne ampliarla todo cuanto sea posi-bles. “Así lo resolvería la autoridad local, otorgando poderes suficientes a don Ma-nuel Antonio Echevarría, diputado en Madrid del Cabildo para “que gestionase -decían las instrucciones- ante el Real Consejo de Indias, el importantísimo asunto deesta ciudad, oponiéndose al pensamiento del Consulado de Buenos Aires”.16

No por estas obstinadas resistencias varió la política de la Junta Consular. Ahorabien: sublevados los ánimos, planteadas las protestas contra la acción despótica deaquella corporación, nuevos incidentes vendrían, todavía, a hacer más hondos losagravios entre las dos capitales cuyos habitantes, como era natural, hicieron causacomún en la defensa de sus intereses recíprocos. Según la real cédula de creación delConsulado, la autoridad delegada en Montevideo, debería recaer en un diputadoque entendería en los asuntos comerciales, de acuerdo con el procedimiento común ysin ajustarse a normas de derecho. En tal caso, estaban excluídos para el ejerciciodel cargo los que fuesen abogados. Sin embargo, la designación para el año 1798 sehizo por el Consulado en la persona del doctor Luis Revuelta. La consecuencia de

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este acto fue la reunión inmediata de la Junta de Comerciantes, la cual, en sesiónplena, resolvió “que la elección se repudiase en vista de haberse hecho el nombra-miento con dominio y de absoluta y nunca vista autoridad con la cual se le quieretratar por el Consulado, aun en los casos que tocan el propio decoro”.17

Otro suceso, ocurrido casi en seguida, daría motivo al más serio, sin duda, deestos conflictos, a la vez que pondría en evidencia la tirantez de relaciones creadapor la acción del Consulado entre los dos pueblos del Río de la Plata. La situacióninternacional de Europa en aquellos años finales del siglo XVIII; los anuncios deuna expedición al Río de la Plata; la presencia de buques de esa nacionalidad en lasaguas del estuario, motivaron la resolución de armar en corso navíos mercantespara la defensa de las costas. A ese fin y con el pretexto de arbitrar los medios quesufragarían los gastos necesarios, la Junta Consular dispuso gravar el comercio deMontevideo con una contribución extraordinaria, calculando un impuesto de un cuartoa todas las importaciones, el dos por ciento a la exportación, a más de cuatro realespor tonelada de cada buque entrado a su puerto. Tamaña exacción, cuyo verdaderofin no escapó a las autoridades locales, produjo, como era natural, una violentareacción. La Junta de Comerciantes reunióse en sesión plena y “luego de madurasreflexiones -expresa el acta respectiva- teniendo en cuenta que para esa tan absolutay extraña determinación no se ha citado, ni oído, ni noticiado al comercio de laciudad, despreciando y vejando la representación, siguiendo y renovando en estoaquel Consulado sus antiguas miras y designios de querer abatir y echar por tierrael cuerpo de este comercio, como ya en otras ocasiones lo había intentado, resolvió,como en casos anteriores, para contener los insultos y vejámenes y lograr defender-se de las arbitrariedades con que el Consulado de Buenos Aires quería subyugarlo,conferir plenos poderes a su apoderado don Juan José Martínez, ante el Virrey, acor-dándose, mientras tanto, negar el pago de los impuestos”.18

15 La queja por el proceder del Consulado de Buenos Aires fue llevada por losrepresentantes del comercio de Montevideo ante el Consejo de Indias, autoridadque, por real orden de 13 de mayo de 1797, declaró que el comercio de Buenos Airesno tenía potestad para incluir a los comerciantes de Montevideo en el donativo decien mil pesos que aquél ofreció a S.M. para las urgencias de la pasada guerra conFrancia. (Actas de la Junta de Comerciantes de Montevideo. 1794. Libro de RealesOrdenes del Consulado de Montevideo. Archivo General de la Nación).

16 Todavía cinco años después, en 1800, el Cabildo de Montevideo proseguía lasmismas gestiones en Madrid, enviando recursos a su representante en la Corte.

17 Libro de Actas de la Junta de Comercio de Montevideo. Sesión de 17 de diciem-bre de 1798. (Archivo General de la Nación).

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18 Acta de la Junta de Comercio de Montevideo de 29 de noviembre de 1800 yexpediente respectivo de 17 de diciembre de 1802. (En sus originales en el ArchivoGeneral de la Nación).

En: Pablo Blanco, o.c.

“La línea de conducta estaba trazada y ella no se dirigió a otra finalidad que lade combatir la prosperidad de Montevideo. La escisión entre las dos ciudades fueviolenta y las resistencias al cumplimiento de las resoluciones consulares fueron losresultados inmediatos de tan inhábil política. La ocasión se presentó en seguida yella se produjo por una nueva decisión del Consulado, tan arbitraria como las ante-riores. Ocurrió que con el deseo de congraciarse con las autoridades de la metrópoliy en circunstancias de la guerra de España contra Francia, el Consulado de BuenosAires resolvió el envío de una suma considerable de dinero a la madre patria, noencontrando otro mejor arbitrio para reunir los fondos necesarios, que crear unacontribución obligatoria a cargo de Montevideo y que debería se abonada a prorrataentre sus comerciantes.

Una medida tan inconsulta y dictada en momentos tan difíciles para las buenasrelaciones entre las dos ciudades, no pudo menos de producir una inmensa agitación.La reacción y la protesta fue la consecuencia natural y obligada. Ante la actitud delConsulado de Buenos Aires, el comercio de Montevideo se reunió para resolver laconducta a seguir concretándose su decisión en la creación de una corporación nuevade carácter excepcional dentro de las normas establecidas en la legislación española:la Junta de Comerciantes, organizada en defensa de los intereses locales”.

En: Ibídem

13. “El llamado comercio de ensayo, apoyado en estas bases por la Real Cédulade febrero de 1789, confirmado definitivamente, en la Real Orden del 4 de marzo de1795, que autorizó el tráfico con los puertos portugueses del Brasil, se constituyó,automaticamente, en el verdadero proveedor de esclavos de Montevideo y significóun fuerte estímulo para los comerciantes locales para intervenir directamente en elcomercio de esclavos, con amplia libertad para fijar los precios más adecuados almercado”.

En: Beraza,o.c.

14. “Si el Reglamento de Comercio Libre señala el comienzo de un florecimientoextraordinario del Montevideo colonial, la erección de la institución consular deBuenos Aires marca una época decisiva en la historia, desde que con el estableci-miento de esa nueva autoridad se inicia la encarnizada lucha comercial entre las dosciudades ribereñas, cuyas consecuencias producirían las hondas divergencias y las

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hostilidades recíprocas de sus poblaciones. El auge de Montevideo, su rápido desa-rrollo provocan los celos y rivalidades de Buenos Aires, cuyo pueblo y gobiernohacen suyo el pensamiento de recuperar para sí la supremacía perdida, preparándo-se francamente para una guerra de puertos. La corporación consular, suprema deasuntos comerciales y con asiento en Buenos Aires, sería la encargada de exteriori-zar esas emulaciones suscitadas por el progreso de Montevideo. Una sola orienta-ción fue la de los acuerdos de la alta autoridad y ellos no se tradujeron sino en actoscon un objetivo determinado: impedir el desarrollo de la ciudad rival y reconquistarpara la capital del Virreinato el carácter de puerto único en el Río de la Plata.

Fueron sus primeras resoluciones promover ante el Virrey la modificación de lareal cédula, según la cual los cargamentos conducidos por los correos marítimos seintroducían por la Aduana de Montevideo, solicitando, en cambio, el trasbordo in-mediato de los efectos, sin intervención alguna de esta autoridad. Conjuntamentecon esta medida y con iguales propósitos el Consulado creó el impuesto especial deavería que debería ser abonado por los buques que fondeasen en Montevideo y per-maneciesen en su puerto. Dicho impuesto si bien señalado en la orden de creacióndel Consulado, no sólo representaba un cuantioso tributo a exigirse a los comercian-tes de la última ciudad, sino que su producto se destinaba al aumento de los caudalesde la institución de Buenos Aires, cuya orientación notoriamente hostil a los intere-ses de los contribuyentes montevideanos fue puesta en seguida en descubierto. Enefecto: la real cédula de 1794, en su artículo XXXI, señalaba el derecho de averíapara integrar los fondos del Consulado, preceptuando éste que se “cobraría en unmedio por ciento sobre el valor de todos los géneros, frutos y efectos comerciales quese extrajeran e introdujeran por mar en todos los puertos de su distrito”. Los únicospuertos habilitados en el Río de la Plata eran el de Buenos Aires y el de Montevideo,pero siendo éste el de destino de la mayor parte de los buques, resultaba que mien-tras su comercio era el principalmente gravado, los beneficios los obtenía el Consu-lado quien disponía a su arbitrio de las sumas recaudadas.

Verdad es que poco hubiera representado esto si el Consulado de Buenos Aires, ala vez que rigurosamente cumplía estas disposiciones, hubiese hecho otro tanto conlas otras obligaciones que le imponía la cédula real de creación y especialmente laconsignada en el artículo XXIII, que establecía de manera terminante la de “limpiary mantener limpio el Puerto de Montevideo”.

Pero la autoridad de Buenos Aires, llevada de un celo exclusivista, si bien perci-bía las rentas de Montevideo, no sólo no se preocupó de su puerto sino que lascantidades recibidas eran destinadas a obras y mejoras en la capital.

La consecuencia de tal política no pudo ser otra que la de crear una causa másque ahondara las desinteligencias y rivalidades ya elaboradas entre las dos colonias

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del Plata. La acción del Consulado fue firme y tenaz y ella no tuvo otra finalidad quela de impedir el auge de Montevideo centralizando el comercio en Buenos Aires. Noimportaba que de Montevideo se extrajesen la mayor parte de los recursos; que estaciudad tuviese puerto natural y que fuese cabeza de uno de los territorios más ricosdel Virreinato; menos interesaban las disposiciones que habían consagrado a esepuerto como el mejor del Río de la Plata y aquellas que disponían su cuidado ylimpieza. Lo útil y necesario era hacer puerto en Buenos Aires; si no se podía en lamisma ciudad donde las obras de canalización serían cuantiosas, deberían realizar-se en Barracas o en la Ensenada. Si en estos sitios no había población ni caminosfáciles a la capital, ni piedra para hacer las construcciones, no por eso debía dete-nerse la autoridad consular. Las obras del puerto de Buenos Aires se ejecutaríanrápidamente y con prelación a los trabajos dispuestos en la Real Orden a efectuarseen Montevideo. Las actas del Consulado, demuestran la constante preocupación enla inmediata realización de un muelle con capacidad suficiente para recibir las car-gas directamente de Europa, evitando así el desembarque y revisación en Montevi-deo, a cuyo fin el comercio y el Consulado agotarían las solicitudes y recursos anteel Virrey.14”

En: Pablo Blanco, o.c.

14 Véanse, entre otras, las actas del Consulado de 13 y 28 de mayo y de 14 dediciembre de 1796.

“El puerto de Buenos Aires se llevó adelante, demorando, no obstante, las obras,algunos años. En 1805 aún no estaba terminado, cuando un temporal sobrevenido losdías 5 y 6 de junio de ese año arrasó sus construcciones. A pesar de ese suceso, elConsulado y el entonces virrey Sobremonte, no desistieron de la empresa. De las infor-maciones técnicas levantadas entonces, merecen destacarse algunas referencias delingeniero hidráulico don Eustaquio Giannini, quien, en una bien fundada exposición,después de calcular las obras necesarias en el puerto de Montevideo en sesenta milpesos y las de Buenos Aires entre seiscientos y ochocientos mil pesos, decía lo siguien-te: “Esta obra, el surgidero de esta capital y el muelle del puerto de Montevideo, sonmutuamente necesarias por el interés recíproco que influyen las unas respecto a lasotras. Ni Buenos Aires puede fomentar su comercio sin el puerto de Montevideo, que esdonde arriban y descargan los buques de Europa y de donde salen con los frutos detodos estos países, por ser el único y más apropiado puerto en todo el río para buquesmayores, ni Montevideo puede hacer gran comercio sin este de Buenos Aires, que es eldepósito y punto de reunión de dichos frutos y uno y otro, por las mismas razones, seaseguran sus intereses y aun más, la vida de tantos infelices necesita de asegurar ofacilitar la entrada del río con la torre y faro arriba mencionado”.

En: Trelles. “Revista del Archivo General de Buenos Aires”. Tomo II

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15. HACIA LA QUIEBRA DEL “PACTO COLONIAL”“El comercio con colonias extranjeras (1795).La desafortunada intervención de España (1793-1795) en la Primera Coalición

(1793-1797) en la que se alía con Inglaterra, Austria, Prusia, Holanda, Portugal,Nápoles y Cerdeña contra la Francia Revolucionaria alteró el comercio indiano, enparticular aquel del área de agricultura de exportación, afectada por el almacena-miento forzoso que abatía el precio de bienes parecibles a corto plazo como azúcar,tabaco, cacao, normalmente enviados a la Península donde comerciantes catalanesy vascos los reexportaban en gran medida al resto de Europa.

La Real Orden de marzo de 1795 autorizó a los comerciantes americanos a man-dar a las colonias extranjeras los productos que no podían dirigir a España, pudien-do traer en retorno esclavos y frutos coloniales, vedándose la adquisición e intro-ducción de artículos de procedencia europea.

Empero, España pega un golpe de timón de 180 grados en agosto de 1796 acor-dando con Francia, por el Tratado de San Ildefonso, una alianza ofensiva y defensi-va a perpetuidad, obviamente enfilada contra Inglaterra, aliada hasta poco más deun año antes.

Los Borbones franceses se trazaron como norma en sus relaciones con España elconvertirla en su aliada contra Inglaterra, y en utilizar las Indias -sus metales y produc-tos tropicales especialmente- para desarrollar la industria francesa cuyas manufacturasles vendería. La colaboración francesa a los reformistas españoles les posibilitaría unmejor acceso a las Indias frenando en ellas el contrabando de Inglaterra, tráfico que lafortificaba peligrosamente para los intereses coloniales y europeos de Francia”.

En: Williman, o.c.

16. Terminado su período de siete años, a Olaguer y Feliú lo sustituyó D. JoséBustamante y Guerra, que inició su mandato el 11 de febrero de 1797 y duró hasta 1804.

Caballero de la Orden de Santiago, brigadier de la Real Armada y Comandantede la marina en el Río de la Plata, fue durante su gestión que se levantaron las tribuscharrúas acampadas en el norte del territorio (1798), las que entraron a saco en laregión de San Borja, La Cruz y Yapeyú, robando haciendas y destruyendo poblados.

Esto fue bien aprovechado por los portugueses, que se internaron en dominiosespañoles, violando las normas del Tratado de San Ildefonso.

Su condición de marino experimentado, le permitió vislumbrar la importanciadel puerto de Montevideo, y así lo expresó en un discurso que pronunció como presi-dente natural del Cabildo, y en cuyas actas constó.

En el plano administrativo, se le reconoció un trabajo efectivo, en el mejoramien-to general de la ciudad, que comprendió, entre otras, las obras de la Iglesia Matriz,Cabildo, calles, puentes, etc.

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Como fuerza de vigilancia en la campaña, creó el cuerpo de Blandengues en1797.

Bauzá resume en estas palabras, su actuación al frente del gobierno de Montevi-deo, entre fin del siglo XVIII y comienzos del XIX:

“Tocaba a su in el gobierno de Bustamante. El Rey deseaba utilizar sus servicioscomo jefe de escuadra, dando a este militar distinguido una colocación más adecua-da a sus conocimientos profesionales y a las vistas que se tenían sobre él.

Bustamante, por sus ideas adelantadas y su amor a Montevideo, había sido unode nuestros mejores gobernantes. Desde los tiempos de Viana, no se habían oídoaquí razonamientos más serios ni cálculos más exactos sobre el porvenir del país.Marino, conocía la importancia topográfica de los pueblos de su dependencia, ytrataba como gobernante de poner en práctica las ideas que le sugerían los conoci-mientos de su profesión. Estaba dotado de buen carácter, algo pagado del mando, esverdad, pero sincero y abierto a las expansiones de la sensatez. Se mostró siemprelaborioso, activo y lleno de pundonor en el cumplimiento de sus obligaciones, y ahaber tenido mayor independencia en su jurisdicción, no habrían ciertamente ade-lantado una pulgada de tierra en el Uruguay los portugueses. Pero dependía delVirrey de Buenos Aires, y no le era dado ponerse en acción sino a virtud de órdenesde aquel mandatario”.

En: Rela, Viajeros, o.c.

“No es de inferior atención á este cuerpo -dice el acta que las consigna- otrasreflexiones que expuso el señor presidente para la conservación de este puerto, pro-bando ser una de las causas principales de destruirlo, el desaseo de las calles y larapidez con que las aguas arrastran hacia él por la inclinación local los escombrosé inmundicias que han disminuído y disminuyen diariamente la cantidad de fondo,con no menos alteración de su apreciable calidad, cuyas observaciones prácticashabía hecho el señor presidente con los conocimientos que le facilitaban su profe-sión y experiencia. Son bien palpables las razones que se presentan á los ánimosdespreocupados é instruídos, cuando se reflexione que este puerto ha de abrigardentro de pocos años más de 200 embarcaciones, sin que puedan competir con él ensu capacidad y aun seguridad, ejecutadas las obras proyectadas de fortificación, lospequeños puertos impropiamente llamados tales, de Ensenada y Maldonado, y si nose atiende al sólido empedrado de las calles y á la perfección de la policía que esindispensable, sin desatender la limpieza del puerto prevenida por S.M. en la RealCédula de creación del Consulado, vendría a ser el de Montevideo en el punto en queconsideramos de mayor prosperidad y opulencia, la triste ruina y memoria de laindolencia y abandono del mayor y cuasi único puerto del río de la Plata”. Palabrasde Bustamante y Guerra.

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17. IDEAS DE JOAQUIN DE SORIA“En 1800 el Coronel don Joaquín de Soria, comandante de la villa de Melo y de

la guardia y fortín de Cerro Largo, había hecho conocer al Marqués de Avilés algu-nas ideas conducentes a la reglamentación de la campaña de la Banda Oriental,problema que entonces preocupaba a aquel Virrey. Expuestas en un oficio fechadoen Cerro Largo el 1o. de junio de 1800, esas ideas se reducían en lo esencial a losiguiente:

El principal remedio que proponía Soria era el reparto de los terrenos realengosy despoblados de la región fronteriza en pequeñas y moderadas porciones. Paraconservación y seguridad de los intereses de los pueblos situados al oriente del RíoUruguay se fundarían tres poblaciones que, con la de Cerro Largo cerrarían el semi-círculo por el que se hacían las extracciones de robos, contrabandos para Brasil,Santa Fe, Misiones y demás puntos del Virreinato. La Banda Oriental al sur del RíoNegro había sido poblada en tal forma, que según Soria no habría ya más terrenospara repartir; pero en la parte del Norte había solamente 130 estancias, con lo cual,dada la extensión del territorio, podía considerarse despoblado. Allí era donde de-bían fundarse las poblaciones: la primera, en la punta de los arroyos Piray grande ychico; la segunda, entre los arroyos Malo y Salsipuedes; la tercera, cercana al RíoNegro, en el paso de Vera. Estos tres pueblos, así situados, tendrían tal conexión quese harían totalmente dependientes. Como en los términos jurisdiccionales señaladospara esos pueblos había ya más de un centenar de pobladores, se les podía alentarcon justas recompensas a que levantaran casas en la población correspondiente.

Además debería establecerse que en el sur del Río Negro, todo individuo quetuviera sobrante de terreno, podía ser denunciado, y el denunciante preferido en laventa y posesión. Soria señalaba que en el Sur, en las jurisdicciones de Montevideo,Santo Domingo Soriano y Maldonado había alrededor de 450 estancias con más deun millón de vacunos”.

En: Pivel Devoto, o.c.

18. Alude a dos ramos con naranjas provenientes de huertos portugueses, conque los Jefes, oficiales del ejército español ofrecieron a Godoy, como muestra delfulminante triunfo militar y que el primer ministro entrega a la reina como homenajede lo ocurrido.

19. Félix de Azara (1746-1821) hizo su carrera militar en España, participó de laguerra en Argelia (1776) y pasó a integrar la Comisión Demarcadora para el Trata-do de San Ildefonso que estaba bajo el mando de José Varela y Ulloa.

Tuvo relevante actuación en el Paraguay y el Río de la Plata por sus estudioscomo naturalista. En la Banda Oriental (marzo 1800) por orden del Virrey funda elpoblado de Batoví.

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Un año después deja la Memoria sobre el estado rural del Río de la Plata en laque propone soluciones racionales para el “arreglo de los campos”, civilización delos pobladores y regularización de la tenencia de tierras.

Transcribimos los doce puntos capitales de su informe:“Primero: dar libertad y tierras a los indios cristianos; pues de continuar la

opresión en que viven, se irá a Portugal la mayor parte, como sucede ya.“Segundo: reducir a los infieles Minuanes y Charrúas, ya sea pronta y

ejecutivamente si hay bastante tropa, o si ésta es poca, adelantar nuestras estancias,cubriéndolas siempre.

“Tercero: edificar en los terrenos que ocupan los infieles contenidos entre los ríosNegro e Ibicuy, y entre el Uruguay y la frontera del Brasil, capillas distantes de diezy seis a veinte leguas una de otra, y repartir las tierras en moderadas estancias debalde y con los ganados alzados que hay allí, a los que quieran establecerce cincoaños personalmente, y no a los ausentes, sin precisar a ninguno que haga casa yhabite junto a la capilla, porque esto no se conseguiría siendo imposible a los po-bres.

“Cuarto: precisar, a lo menos, a los cabeza de familia, a que tengan escopeta ymuniciones, haciéndoles entender que ellos han de costear las composturas, deterio-ros y pérdidas de cualquier especie, y revistándolas a menudo para castigar a losdescuidados y poco instruídos en su manejo. No es regular decir que esto es imprac-ticable, pues lo hacen los portugueses.

“Quinto: formar del territorio destinado un gobierno separado del de Montevi-deo, con el sueldo de mil quinientos pesos.

“Sexto: dar títulos de propiedad de las tierras que tuvieses pobladas a los que nolos tienen, y son los más desde el río Negro a Montevideo, quitándoles las que notengan bien pobladas para darles a otros, siempre con la condición de vivir cincoaños en ellas y tener armas listas.

“Séptimo: anular las compras que se hubiesen hecho fraudulentas, las de enor-mes extensiones y las que no se hubiesen poblado en tiempo, repartiéndolas a po-bres.

“Octavo: admitir en todas partes a los portugueses que vengan voluntariamente.“Noveno: precisar a los pobladores desde el río Negro a Montevideo a que edifi-

quen en cada diez y seis o veinte leguas, una iglesia por el estilo de la de Batoví, y aque pongan un maestro de escuela en recompensa de darles el título de propiedadque no tienen. Yo he tentado a varios, y he visto que condescenderían con gusto.

“Décimo: señalar linderos fijos en todos los títulos, demarcándolos algún facul-tativo para evitar los pleitos que apestarían el país.

“Undécimo: establecer dos ferias anuales hacia las fronteras del Brasil, y esta-blecer fiestas en las capillas, prohibiendo usen los campestres las indecentes botas

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que hoy hacen sacando entero el cuero de las piernas de las vacas y yeguas, matandopara esto treinta mil reses anuales, y perdiéndose su procreo y el cuero.

“Duodécimo: exterminar los perros cimarrones, lo que no se conseguirá por losmedios que se practican, sino trayendo de Cataluña la fruta silvestre llamada Mataca,para echar sus polvos sobre reses muertas, porque así perecerían todos sin remedio,y lo mismo los tigres y leones.”

20. PLAN DE MIGUEL LASTARRIA“Igualmente ilustrativas son las noticias y observaciones recogidas por el

arequipeño Miguel Lastarria, asesor y secretario del Marqués de Avilés, en su nota-ble estudio, “Reorganización y Plan de Seguridad Exterior de las muy interesantescolonias orientales del río Paraguay o de la Plata”, escrito a comienzos del sigloXIX, del que extractaremos las ideas y sugestiones para la organización política,económica y social de la Banda Oriental. (5)

En su obra había señalado Lastarria la falta de unidad administrativa en estaregión del Virreinato. “Así se repara -dice- la falta de una Autoridad central quecorrespondía residiese en aquel vasto suelo, de modo que se halla tan informe sugobierno como el que manifesté de la Provincia de Corrientes.”

En primer término proponía un nuevo señalamiento de distritos jurisdiccionales.Con respecto a la Banda Oriental consideraba necesarios dos gobiernos: el del Uru-guay y el de Montevideo.

El del Uruguay se levantaría en la confluencia del río Uruguay con el Negro,seguiría por éste hasta su cabecera por donde atravesaba la línea divisoria y porella, cubriendo bosques y yerbales españoles, hasta la confluencia del Uruguay conel Pepirí Guazú, que era la línea señalada en el tratado de 1777.

En cuando al gobierno de Montevideo, se ampliaría su jurisdicción, “empe-zando desde la desembocadura del río Pavón en el de la Plata, siguiendo laribera de éste por la punta de Jesús María, puerto de Santa Lucía de Montevi-deo, la costa del Mar por Maldonado, Cabo de Santa María, Castillos hasta elarroyo del Chuy y Fuerte de San Miguel inclusive, de donde principia la líneadivisoria del Brasil; y por la dirección de ésta hasta concurrir en el punto dedonde comenzará el propuesto nuevo Gobierno del Uruguay en las cabecerasdel Río Negro; sirviendo este río de lindero de ambos gobiernos aguas abajohasta donde le entra el río Gil o Yy por su ribera oriental o del sudeste; y aguasarriba de éste hasta el arroyo de los Porongos, o hasta el cilena que se le intro-ducen por la banda del sudoeste en el paralelo del origen del mencionado ríoPavón; al cual se dirigirá el deslinde aproximándose al rumbo sudoeste hastahallar dicho origen principal del río Pavón; bajando por las aguas de éste hastasu designada entrada en el río de la Plata”.

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Se debía amparar a los propietarios, no sólo a los que tuvieran título legítimo, sinoa los que simplemente hubieran denunciado, a los simples poseedores de facto, adjudi-cándoles graciosamente su propiedad sin perjuicio de los indios o de un tercero demejor derecho; pero se les señalarían límites a esas propiedades en proporción alganado que poseyeran. Las tierras que excedieran esa proporción serían denunciablespor otros particulares que las recibirían en merced con la obligación de cultivarlas ode poblarlas de ganado dentro de cuatro años, bajo pena de perder su derecho.

A los pobres de cualquier casta se les adjudicaría un terreno de una legua marí-tima cuadrada, a lo más con la obligación de cultivarla o poblarla de ganado encuatro años.

Para hacer merced de tierras realengas, se daría preferencia a los indios; ensegundo lugar a españoles o mestizos pobres y, en tercer lugar a los demás vasallosque quisieran dedicarse a la agricultura o al cuidado pastoril.

El ganado orejano en su calidad de bien común, se destinaría a las necesidadespúblicas, pero los pobres podrían ser beneficiados con él.

No se daría licencia a particulares para faenar cueros de caballo bagual o mon-taraz; a los pobres sí, pero tendrían que entregar un cuarto para propios de susVillas o Pueblos.

Las Villas o Pueblos se arreglarían cuando llegase el caso, pero no se obligaría aque los habitantes edificasen sus casas contiguas, sino cuando cómodamente pudie-sen hacerlo, a fin de que no descuidasen ni las tierras ni los animales.

Los indios serían armados y disciplinados según el Reglamento Militar dispuestopor los Jesuitas.

Los estancieros o hacendados serían obligados a tener tantas espadas o lanzascomo peones mantuviesen, para que impusieran respeto a los bárbaros gentiles yreprimiesen a los portugueses. Se debía proceder a la recuperación de los siete pue-blos de Misiones.

En el nuevo Gobierno del Uruguay debía proseguirse el plan de fundaciones inicia-do en 1800 por el Marqués de Avilés al fundar Batoví y Belén y continuar las operacio-nes tendientes a exterminar a los bandidos, estrechar a los Charrúas y Minuanes a queabrazasen la vida civil. En cuanto a los gentiles, habría que evitar en uso de la fuerza“teniéndose entendido que conforme al estado de ignorancia en que se hallan no de-ben caracterizarse de ladrones, como los que entre nosotros nos roban; ni escarmentarloscon dolor, compadeciéndose cristianamente de su degradación.”

Los indios Tupis que viniesen a atacar vidas o propiedades españolas en combi-nación con portugueses, debían, a juicio de Lastarria, ser perdonados.

Serían tratados con suavidad los españoles y portugueses que se encontrasenentre Charrúas y Minuanes, prohibiéndose que se les quitasen mujer e hijos comohasta entonces había ocurrido.

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Para mejor seguridad de la línea divisoria, ésta se cubriría con propiedades te-rritoriales concedidas a españoles, sin quedar allí terreno fronterizo que no fueseposeído por súbditos de aquella nacionalidad.

Se evitaría establecer en la frontera indios de las Misiones Guaraníes repartién-doles tierras en el interior de sus respectivos distritos. Los dos Escuadrones del Pa-raguay, los dos de Corrientes y el Cuerpo de Blandengues del Uruguay y Montevideose formarían preferentemente con propietarios de la región limítrofe; o se darían lastierras fronterizas y el ganado orejano, con preferencia a los soldados de las mencio-nadas guarniciones.

Todo propietario de esa zona, si no fuese soldado veterano, debía estar alistadoen Milicias, provisto de lanza y pistola o de espada y carabina; no pagaría derechosde ninguna clase por la introducción o la extracción de cueros en los puertos.

Los cargos de gobernadores de Paraguay, Misiones y Corrientes, Uruguay y Mon-tevideo serían provistos, preferentemente, con Oficiales del Real Cuerpo de Ingenie-ros o de la Real Armada, por tratarse de cargos técnicos.

En Buenos Aires se formaría una Junta de Economía y Seguridad de las Provin-cias Orientales, para conocer o modificar los puntos de este plan; la integrarían elVirrey, el Regente de la Real Audiencia, un Fiscal, el Contador de Cuentas, el Minis-tro de la Real Hacienda y el Prior del Consulado.

Los Virreyes de Buenos Aires debían visitar los cuatro gobiernos del Paraguay,Misiones y Corrientes, Uruguay y Montevideo y el Departamento de Colonia delSacramento o enviar visitadores en su lugar si no podían hacerlo personalmente”.

En: Ibídem

21. “Más tarde, otra Real Orden, la de 4 de setiembre de 1801, eximía a la Com-pañía del pago de los derechos de alcabala que correpondían a la introducción denegros en los territorios del Río de la Plata, Chile y Perú. La Real Cédula del 22 deabril de 1804, ratificó y amplió, en favor de Montevideo y por doce años el privilegiode la libre introducción de esclavos y las Reales Ordenes de 3 de octubre de 1804, de22 de febrero de 1806, la del 29 de agosto del mismo año y la del 16 de setiembre de1807, ratificaron ese privilegio, ampliándolo. Era evidente que la Corona mostrabauna notoria decisión de favorecer a Montevideo.

Las autoridades españolas tuvieron cuidado de prevenir los posibles contagios delas enfermedades de que los negros pudieran ser portadores, tomándose así, las pre-venciones sanitarias necesarias, tanto que durante la travesía como a su arribo aMontevideo. El Cabildo, el 9 de enero de 1793, se dirigió al Gobernador Antonio deOlaguer y Feliú, denunciando las precarias condiciones de higiene de los buques detráfico y de salud de los negros que, desembarcados quedaban dentro del recinto dela ciudad con los riesgos consiguientes para la población, diciéndole: “Cerciorado

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este Cabildo del crecido acopio de negros que se van haciendo a este puerto por lossujetos empleados en este tráfico y como el depósito lo verifican dentro del pueblo,siendo este procedimiento opuesto a la piadosa mente del Soberano, que no vigilaotra cosa que proporcionar a sus vasallos por cuantos medios le dicta su tiernoamor, la mayor sanidad y preservarlos de todo contagio, el cual se puede facilitar yamenguarse en esta ciudad, con la citada introducción y depósito de los negros quevienen cubiertos de sarna y llenos de otros males capaces de infectar la parroquia,llegue a experimentarse esta fatalidad cuando tal vez fuese ya dificultoso el extin-guirla lo pone este Ayuntamiento en la consideración de V.S. a fin de que se sirvalibrar las providencias que la penetración de V.S. halle corresponda a prevenir eldaño general que puede esperarse en esta ciudad, la existencia de otros negros den-tro de ella, mucho más terrible con la noticia positiva del arribo de otras embarca-ciones”.

Por consecuencia de ello, el Gobernador dispuso la creación de la Junta de Sani-dad y la visita a las naves, a los efectos de constatar el estado sanitario de su carga-mento. Esta visita, la practicaba una Comisión, integrada por el propio Gobernador,un Regidor, un Cirujano y un Escribano, que dejaba constancia de los procedimien-tos realizados.

Una vez arribadas a puerto, las naves que conducían esclavos negros, debíansufrir la cuarentena, a los efectos de las comprobaciones sanitarias a que nos hemosreferido. Este término de cuarenta días, era fijado por la Real Cédula de 22 de abrilde 1804, que ampliaba el plazo de ocho días que había establecido la de 24 denoviembre de 1791. Pero la denuncia del Cabildo iba a tener otra consecuencia. Losnegros esclavos no podrían ya permanecer más en la ciudad, por lo que fue necesa-rio abocarse a la construcción de los depósitos que debían recibirlos.

Estas construcciones fueron la consecuencia de la gestiones que Don Martín deSarratea iniciara ante el Cabildo en el año 1787, con el fin de que se le autorizara aconstruir los edificios, de capacidad suficiente para que en ellos fueran depositadoslos mil esclavos que transportaban las dos fragatas inglesas, por él contratadas, quedebían arribar a puerto en los meses de octubre y noviembre de ese año. Antes del finde él, ya la obra se había terminado cubriendo una manzana de terreno, en la desem-bocadura del Arroyo Miguelete, en su margen izquierda frente a la Punta de Piedras,con cinco viviendas, dos grandes depósitos, almacenes, cocinas, etc. Su ubicación,actual, estaría delimitada por las calles República Francesa, C. Trillo y la RamblaSudaméricana. Ella sirvió para la cuarentena y el depósito de los negros esclavosque arribaban a la Plaza. Se le llamó, desde la época, con el nombre de Caserío delos Negros.

El comercio de esclavos se transformó en uno de los rubros fundamentales de laeconomía montevideana. Su valor fue variable, oscilando alrededor de los cuatro-

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cientos pesos fuertes. En función de su fortaleza, salud, edad y habilidad manual y sutrabajo reportaba a sus amos un interés mensual que alcanzaba hasta los doce pe-sos. Eran destinados a los trabajos más pesados, pero desempeñaban también todoslos oficios manuales en beneficio de sus dueños en la ciudad y en las grandes estan-cias del interior.

Pero si este era el precio de mercado del esclavo, es necesario establecer suprecio de costo. Se puede afirmar que sobre cada pieza, recaían varios gravámenes,que consistían en cincuenta pesos por hombre pagados a los captores, dos pesos ysiete reales por costos de extracción, cuarenta pesos de flete, además de los gastosde manutención durante la travesía, alcanzando, todos en su conjunto, a la suma deciento cuarenta pesos, a cargo del vendedor. A esto se hacía necesario agregar losderechos de importación que debían pagarse en la Aduana, que consistían en dieci-séis pesos por esclavo desembarcado. Para su venta, el Asentista tomaba como baseesa suma para, fijado el precio de mercado, establecer el margen de su ganancia.

Los más destacados comerciantes de Montevideo, integrantes de una sociedadfina y culta, alta burguesía, firme y tesonera en sus propósitos emancipistas, se ha-bían convertido en los más importantes comerciantes de esclavos de la América delSur. Si mencionamos nombres como los de Francisco Juanicó, Luis Godefroy, Anto-nio San Vicente, Mateo Magariños, Cristóbal Salvañach, Pascual Parodi, PedroFrancisco de Berro, Joaquín de Chopitea, Manuel Costa y Texidor, Juan Vidal yBatlla, Carlos Camuso, Antonio Massini, José Batlle y Carreó, Roque Antonio Gómez,Nicolás de Acha, José de Errazquin, José Getal, Francisco Antonio Maciel y LucasObes, nos podremos poner al tanto del volumen que alcanzó el comercio esclavistamontevideano”.

En: Beraza, o.c.

22. CORSARIO DE MONTEVIDEO“El 5 de octubre de 1804 se produce el ataque de un escuadrón inglés a la flotilla

de cuatro fragatas españolas, procedentes de Montevideo y ya a la visa de España.Una de las naves atacadas vuela en explosión de santabárbara y las otras tres soncapturadas y llevadas a Portsmouth.

El ámbito comercial de Montevideo se conmovió al llegar la noticia, pues en lacaptura se perdió entre mercaderías y caudales la suma de 1:562.542 pesos fuertesde dicho comercio, sin incluir lo perdido en la voladura de la MERCEDES.

Inmediatamente los empresarios de Montevideo asediaron al Gobernador RuizHuidobro para armar naves en corso, con las cuales desquitar los valores perdidos, enbase a buques ingleses capturados. Pero el pundonoroso Gobernador dispuso esperarla noticia oficial del estado de guerra y esta se tuvo en la proclama que el VirreyMarqués de Sobremonte dirigió a la opinión pública, con fecha 5 de abril de 1805.

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Inmediatamente se activaron los preparativos de equipar barcos, artillarlos yreunir tripulaciones con el fin de emprender una guerra casi privada contra la GranBretaña.

Como trámite indispensable para que se otorgaran las patentes de corso y seautorizara la salida de los buques, fue la firma de fianzas en favor de armador ycapitán, extendidas ante los Escribanos de Marina. Cada fianza debía hacerse porvalor de 60.000 reales plata por buque y por igual valor por cada Patente de Presaotorgada en blanco, destinadas a traer a puerto las embarcaciones apreseadas. Estonos transmite que los comerciantes de Montevideo estaban dispuestos a comprome-ter importantes sumas de dinero en procura de resarcirse de los valores capturadospor los ingleses en la agresión de Santa María.

Otro documento que debía extenderse, también ante Escribano de Marina, entrearmador y tripulación, era la contrata, en la que se establecía la forma de adjudicarlas distintas cuotas parte correspondientes a cada uno de los participantes.

Según el magnífico libro “Los corsarios de Montevideo” de Don Agustín Beraza,salieron de la plaza ocho buques corsarios entre junio de 1805 y mayo de 1806,cuatro de los cuales trajeron a puerto doce presas, de las cuales diez eran de bande-ra inglesa. Los demás corsarios emprendieron viajes de “corso y mercancía”, nohaciendo capturas.

Las presas traídas a Montevideo, sus cargamentos y valores contenidos, debieronser sometidas al Tribunal constituido por la Junta de Marina, órgano que integrabael Apostadero, la que debía laudar sobre la legitimidad del incautamiento, el buenouso de la Real Ordenanza que se había comprometido a cumplir el corsario y laadjudicación de los valores según la contrata celebrada antes de zarpar”.

En: Adolfo Kunsch, Apostadero de Montevideo.

23. “El día de 8 octubre de 1805 se reunió a bordo del navío de línea francésBucentaure, el buque insignia de la flota francesa, anclado en la rada de Cádiz, unajunta o consejo para decidir sobre cual debía ser el momento más adecuado parahacerse a la mar y aceptar el desafío de la flota inglesa comandada por Nelson. Elportavoz de los oficiales españoles describió la situación de los buques de su bande-ra y puso especial énfasis en la carencia de buena marineria. La mejor parte de lastripulaciones, declaró: “procedía de los barcos de cabotaje y de pesca: entre el totalescaso y poco diestro”.

En cambio, continuó el marino español, la marinería de la armada enemiga ha-bía estado embarcada “constantemente en la mar y en escuadra desde el año 1793,ejercitando en el manejo de la artillería, que ejecutaba con rapidez y precisión in-comparables, lo mismo que la maniobra de bajel suelto o acompañado, en división yescuadra”. Los artilleros a bordo del navío inglés “Dreadnought”, el buque del

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almirante Collingwood, podían disparar tres andadas coordinadas en tres minutos ymedio. En la flota británica era común un ritmo de fuego independiente de un ritmode un disparo por minuto.

La opinión del almirante francés era bastante menos diplomática. Villeneuve ha-bía escrito al ministro de Marina, Decrès. que las tripulaciones españolas estabancompuestas por “pastores y pordioseros”.

Finalmente predominó la tesis de hacerse a la mar. El desenlace de la batallademostró la prudencia y buen sentido de las advertencias de los comandantes espa-ñoles.

En Trafalgar se enfrentaron dos fuerzas navales que sobre el papel parecían ra-zonablemente equilibradas, tanto en el número de buques (27 del lado inglés y 33 dellado aliado), como en la cantidad de cañones. La batalla fue decidida por un factorno cuantificable pero esencial: la superioridad táctica y la mejor preparación de lastripulaciones en la flota británica. La ejecución del plan concebido por Nelson re-quería buques con tripulaciones avezadas, tanto en la maniobra náutica como en elmanejo de la artillería. Este último fue un aspecto clave en la batalla.

Las consecuencias de todo ello son evidentes cuando se examinan las pérdidasespañolas, que fueron altísimas.

La siguiente tabla muestra el tamaño de las tripulaciones de los navíos españolesque participaron en Trafalgar, junto con la cantidad de muertos y heridos en cadauno de ellos.

La flota británica sufrió en total 444 muertos y 1.214 heridos para un total de18.000 tripulantes (2,5%). Las perdidas más altas se produjeron a bordo del Victory(47 muertos y 102 heridos).

No hay duda de que las tripulaciones españolas lucharon con gran coraje pero alfinal predominó la mejor preparación y experiencia de las tripulaciones inglesas,especialmente de sus artilleros”.

En: Juan Oribe Steimer, Apostadero de Montevideo.

24. “En1805 cuando la flota británica comenzó a hacer estragos en los navíosespañoles y llegó la noticia de que el primer Gobernador Comandante del Apostade-ro de Montevideo, don José Bustamante y Guerra, estaba preso en Inglaterra, susucesor Ruiz Huidobro, apoyado fervorosamente por marinos y camaradas de am-bos y bajo los auspicios del Virrey Sobremonte, comenzó a otorgar patentes de corsoa cualquier embarcación que en Montevideo se ofreciera a luchar contra las navesinglesas. Los franceses que se sentían heridos por los resultados de Trafalgar, sesumaron a quienes iban a ofrecer sus servicios al Apostadero de Montevideo.

En 1806 los navíos de guerra al mando del Comodoro Pophan llegan al Río de laPlata para tomar por sorpresa la capital del Virreinato. El poder inglés se dirigía a

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aplastar la cabeza del gobierno desde el cual Sobremonte patrocinaba la acción delApostadero de Montevideo. Las tropas de Beresford ocuparon por sorpresa BuenosAires, pero aquel mismo año, gracias al heroísmo de los hombres que defendían suhermana, la ciudad de Montevideo, la capital virreinal era reconquistada y liberada.

En 1807 la flota inglesa retorna, pero esta vez apuntando su objetivo directamen-te hacia la Plaza Fuerte y el Apostadero Naval Español de Montevideo. Las fuerzasbritánicas barrieron parte de las fortificaciones y hasta destruyeron muchas casas,en el sangriento asalto del 3 de febrero de 1807.

Al caer al fin la ciudad tras una resistencia heroica de las fuerzas de tierra y lasnaves del Apostadero, en este edificio se instalaron los capitanes, oficiales y marinosingleses que dirigieron desde ese lugar su flota, durante la ocupación.

En las postrimerías de la dominación española fueron asentistas del Apostadero,don Mateo Magariños y don José Batlle Carreó proveyendo éste último de su Molinode la Aguada, con harina, galletas y fideos a los marinos españoles, durante losturbulentos años que siguieron a las Invasiones Inglesas y que culminaron con elsitio por parte de las fuerzas patriotas y la caída de la Plaza a manos de las tropas deAlvear en 1814”.

En: Juan José Fernández Parés, Apostadero de Montevideo.

“Durante la primer invasión inglesa de 1806, el Apostadero colaboró activamen-te en la reconquista de Buenos Aires, pues el Capitán de Navío de la Real ArmadaSantiago Liniers llevó a su mando en aquella magna empresa entre otros, a los ma-rinos de Montevideo que le confió el Teniente General de Marina Pascual LuisHuidobro, entonces Comandante del Apostadero y con quiénes zarpó de la Coloniadel Sacramento con una escuadrilla de cañoneras y buques de transporte. Participa-ron en el asalto 323 marineros, figurando entre sus jefes el Capitán Gutiérrez de laConcha y el Teniente de Navío Juan Angel de Michelena. Las naves de la escuadrillaquedaron acoderadas en el Luján al mando del Teniente de Navío Juan Jacinto deVargas y del entonces Teniente de Fragata Jacinto Romarate, quién sería llamado acumplir una distinguidísima actuación en la última etapa del Apostadero de Monte-video.

Romarate, se condujo con gran valor en ésta primer intervención en combate enla región platense, obteniendo en mérito a ello su ascenso a Teniente de Navío el 24de Febrero de 1807.

La segunda invasión inglesa se produjo a mediados de 1807 e incluía un contin-gente de alrededor de 10.000 hombres, siendo que los británicos luego de ocuparMaldonado marcharon sobre la plaza fuerte de Montevideo, que capituló después deuna heroica defensa que determinó casi 700 bajas entre españoles, indios y criollos.En esta oportunidad los invasores no cometieron el error estratégico de la primera

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vez, dejando Montevideo por Buenos Aires, lo que suponía su retaguardia descubier-ta. Los pequeños buques armados en guerra que defendían el puerto, poco pudieronhacer frente a las abrumadoras fuerzas enemigas, cayendo en sus manos alrededorde una docena de naves del Apostadero y más de 40 buques mercantes de diferentestipos. Antes de que los ingleses zarparan de Montevideo para intentar la toma de lacapital del Virreynato, en la rada del puerto se encontraban al ancla 20 naves deguerra, 90 transportes cargados de mercaderías y alrededor de 14.000 británicosdispuestos a reconquistar Buenos Aires.

El formidable esfuerzo del Capitán de Navío Santiago Liniers organizando ladefensa de la capital en la vecina orilla, culminó con el rechazo de los invasores y unduro golpe al orgullo británico, que determinó la degradación y el procesamientodel Teniente General Whitelocke, jefe de las tropas de invasión. En la defensa de lacausa común habían intervenido codo con codo criollos y peninsulares; sólo en laposición estratégica de Retiro había más de 400 marinos al mando del Capitán deNavío Gutiérrez de la Concha, quien otrora por orden del Jefe del Apostadero deMontevideo, había llevado a cabo detallados levantamientos en la costa patagónicay que posteriormente por esas ironías del destino sería fusilado por los revoluciona-rios de Mayo.

Muchos marinos murieron y otros fueron heridos en el rechazo al invasor, entreéstos últimos tenemos nuevamente a Romarate que por su arrojo en combate y servi-cios extraordinarios, recibió un meritorio ascenso a Capitán de Fragata con fecha23 de Noviembre del referido año de 1807.

Posteriormente, luego de la expulsión de los ingleses del Plata, los ComandantesGenerales del Apostadero se abocaron a la reorganización de las fuerzas navales deMontevideo, a pesar del escaso apoyo que recibieron de la metrópoli. No olvidemosla heroica derrota de la escuadra franco-hispana en 1805 en la batalla de Trafalgar,de la que España ya no pudo reponerse y que determinó la pérdida del dominio delos mares de la talasocracia hispánica.

A este decisivo acontecimiento se sumó la invasión francesa al territorio peninsu-lar en 1808 a cargo de las tropas napoleónicas, razón más que suficiente para com-prometer todo el esfuerzo bélico en procura de su autodefensa.

No obstante, en setiembre de 1810 el orden de batalla naval montevideano erarelativamente importante, pues estaba compuesto por las siguientes naves: 2 fraga-tas, 1 corbeta, 3 bergantines, 2 zumacas, 3 faluchos, 1 lugre y 4 lanchas cañoneras”.

En: C/Frag. Alberto Carames, Apostadero de Montevideo.

25. “Quedo muy satisfecho que los conocimientos militares de V.S., su celo por lareligión, por el mejor servicio del Rey, y su amor á la Patria, le proporcionarán laindecible satisfacción de libertar aquel pueblo de la opresión en que se encuentra

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afligido, y volverlo a la suave dominación de nuestro amado soberano, libertandopor ese medio a todo el Virreinato, expuesto a caer en igual desgracia, si subsistien-do el enemigo en la Capital, recibe refuerzos como es de esperar”.

26. Liniers destacó entonces sobre el Retiro al cuerpo todo, apoyado por 2 obusesy, la compañía de infantería de Buenos Aires, ordenando que les siguiese el ejércitoa paso de carrera. Al dirigirse el comandante en jefe a estimular el cumplimiento desu propia orden, se le aproximó un oficial de blandengues de Montevideo, comisio-nado por Ruiz Huidobro para ser portador del parte de la victoria, según expresabael oficio que presentó. Era el ayundante mayor D. José Artigas, que sobreponiéndosea una fuerte dolencia, llegaba a tiempo de incorporarse al combate.

27. “Cuando esta ciudad reconquistada en 12 del corriente por las tropas que sepresentaron al mando de D. Santiago Liniers, ha llegado á cerciorarse de los oficiosque ha hecho V.S. y parte que con ese vecindario ha tomado en la reconquista, nohalla expresiones con que manifestar su gratitud. Cuanto pudiera decirse es nadacon respecto á los sentimientos que la asisten. Por tanto, da á V.S. las más encareci-das gracias, se ofrece gustosa á acreditar en todo tiempo su agradecimiento, y supli-ca se sirva hacerlo entender así á ese noble vecindario, cuyos auxilios han contribuídopara una empresa en que consiste nuestra común felicidad y el más acreditado servi-cio del mejor de los soberanos”.

28. “El señor Gobernador de esa plaza me ha informado de cuanto ha contribuídoV.S. y su fidelísimo vecindario á la lograda reconquista de la Capital, verificada porel señor capitán de navío D. Santiago Liniers el 12 del corriente, cuyo aviso me haencontrado á 50 leguas de ellas, con tropas reunidas al mismo fin, y por lo mismohallo muy justo no retardar á V.S. las más expresivas gracias en nombre del Reynuestro señor. Con la satisfacción que queda este timbre sin igual á ese pueblo, quetiene dadas tantas y tan repetidas pruebas de lealtad y amor á su persona, como se loinformaré en primera ocasión, con las expresiones más dignas y propias de tal em-presa, haciendo notorio á todo el mundo su noble procedimiento”.

29. Oficio de los Ingleses: “Señor: teniendo bajo mis órdenes fuerzas suficientespertenecientes á S.M.B., y habiendo recibido instrucciones para atacar el territorioespañol en el Río de la Plata, quiero tener el honor de intimarle á V.E. la rendiciónde la fortaleza de San Felipe y sus depenencias, con el grande deseo de salvar laefusión de sangre, y evitar a los inocentes habitantes las miserias que atrae unapertinaz defensa. Me induce esto á prevenir á V.E. que me hallo pronto á garantiruna capitulación en términos liberales, y al mismo tiempo puedo asegurar á V.E. que

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son mis fuerzas ampliamente suficientes para la rendición de la fortaleza y lo inte-rior de la provincia”.

Respuesta del Virrey: “Excelentísimos señores: para contestar al oficio de V. Exas.de fecha de ayer, poco tengo que detenerme ni en qué trepidar, reproduciendo lo quedije al señor almirante en respuesta del que me dirigió á su ingreso al mando de esasfuerzas de S.M.B. á la vista de esta Plaza; pero sí debo añadir, que sobre aquelconcepto, es considerada la propuesta del día, por el señor Gobernador de ella, porsus tropas de la guarnición y del ejército exterior, por todos sus vecinos y habitantes,y por mí que tengo el honor de mandarlas, un insulto a nuestro honor y á la lealtadque profesamos á nuestro amado soberano el Rey de España, de que nos gloriamos.Así, pues, por tan digno objeto, todos éstos sus vasallos miran la efusión de sangre yla entrega de su último aliento, como el más gustoso sacrificio, antes que desmentir-la ni en un ápice”.

30. PARTE OFICIAL DE LA SALIDA DEL DIA 20(M.S. del Arch.Gen.)

“Aconsecuencia del retroceso echo hayer mañana por las Tropas destinadas á im-pedir el Desembarco de nuestros enemigos en la Costa del Buceo, mandadas por elE.mo S.or Virrey de estas Provincias, y que en la misma se descubrieron estos á poco masde tiro de cañon de la Plaza, clamó todo este pueblo en el mismo acto, lleno de ardor yentusiasmo apoyado de este Ill. Cabildo p.a salir á batirlos ofreciendo juntas al intentoquatro mil hombres entre vecinos y Tropa Veterana con lo que resolvió V.S. en el mismoinstante citar á Junta de Guerra á todos los Gefes de los Cuerpos Militares y á dho. Ill.Cabildo y haviendose acordado en ella con unanimidad de Dictamenes que el numerode enemigos podría llegar de quatro mil quinientos á cinco mil hombres aun quando elnumero de los nuestros no llegase á el, ni fuese de aquellas calidades, podría arries-garse la acción por la animosidad conque todos estaban á batirse, y defenderse: seresolvio se pusiese en practica en el mismo dia, para que el enemigo no tubiese lugarde atrincherarse; teniendo el honor de que se me eligiese para mandar la accion, y alTte. Coronel Don Francisco Xavier de Viana Sarg.to may.r de esta plaza de Mayor Ge-neral de ella; y haviendose tocado Generala en la misma tarde, sin haberse podidojuntar mas que mil seiscientos quarenta y dos hombres, hice á V.S. presente que este noera el numero que se havia Tratado en Junta, y que vehia imposible sacar con el parti-do, sacrificandola infrustuosamente pero que de todos modos estaba pronto á obede-cer, y hallando V.S. fundadas mis razones, resolvio esperar llegase una Diputacion deeste espresado Cabildo que se havia embiado al Es.mo S.or Virrey que se hallaba á dis-tancia de una legua de esta plaza p.a que le franquease las tropas que halli se le hubie-ses podido reunir, lo que efectuó la misma tarde, en cuio momento con ellas y las que

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aquí se havian Juntado se formó el estado de fuerzas que solo ascendia á dos miltrescientos sesenta y dos hombres, y plan de salida p.a batirnos en este dia con losenemigos arreglado por el Mayor General segun las expresadas fuerzas de que paso áV. S. copia con esta misma nota para su conocimiento y aunque comprendía que elnumero de Tropas no era el anotado en Junta y que si aunq.do llegase á el podia compe-tir con el de los enemigos p.r su poca instruccion y pericia militar, me resolvi á salir p.a

acallar á este Pueblo que clamaba ansioso por dicha salida sin preveher lasconsequencias y que de no hacerlo asi se me atribuyese cobardia en este concepto semando tocar generala á las tres de la mañana y no se pudo salir hasta despues de las 6de ella, haviendome hecho presente el Mayor General, antes de romper la marcha enesta plaza Mayor, estando presentes el Capitan 1.º del RI. Armado Don Jose Obregon,el ayudante de la Plaza Don Franc.o Vera o otros varios “que ya hallaba todo listo,”pero que me advertia que las columnas no eran “otra cosa que un numero de “hombresen grupo que no savian ni podian operar, ni desempeñar los deveres que constituyenaquellas, pues estaba seguro que aun viendo solo compañias, no sabrian operar, nihacer fuego ganando, y perdiendo terreno, tan necesario en las columnas, é insinuaseel modo de ataque que devíamos hacer; “ 5 á que conteste que los defectos que notaba,los tenia previstos, que no era ya tiempo de enmendarlos ni de poner dificultades, y queel ataque devia hacerse, segun la situacion que ocupase el enemigo, con lo queemprehendimos nuestra marcha en el orden de tres Columnas, como manifiesta dho.Plan, la prima por la izquierda del camino Real, la del centro por aquel, y la de laDerecha por la derecha de dho camino Real; hasi hibamos marchando quando losexploradores havisaron que los enemigos los destruian á ellos, á los Marineros y Miñonesy esta voz en una gente sin instruccion militar, sin caracter de Soldados y de consi-guiente sin la menor disposicion ni disciplina, conmovio sus espiritus y se fomento lavoz de ataca, ataca, y desplegaron en batalla por la hizquierda hacia la Plaza, y alfrente de la emboscada de los enemigos; La artilleria concluye sus municiones, y aun-que con anticipacion se mandaron traer mas, no pudo verificarse, por que una bala decañon del enemigo hizo pedazos la rueda de la carreta que las conducia; lo que adver-tido por el enemigo desde su formacion en Batalla en que se hallaba, á espaldas, sedividio en dos Trosos marchando en columnas con el fin de cortarnos la retirada, semando á la caballeria sostubiese los costados á derecha é hizquierda y al mismo tiem-po tocar retirada, pero desde este momento se notó el mayor desorden en todas lastropas; La Caballeria no cumplio con lo mandado, antes bien salio á escape dirigiendosehacia el Arroyo de los Migueletes, y la Infanteria sin atender al toque de llamada, seretiró presipitadamente á la Plaza, abandonando á sus Gefes, los que se han manteni-do durante la accion, con la mayor constancia y valor , y solo la tropa es la que se hadesatendido á a sus voces, y la caja, temerosos de ser cortados y por poca pericia.

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En la accion se perdio el cañon que conducia el Regimiento de Infanteria de B.s

Ay.s y todas las demas piezas entraron en la Plaza. La perdida de la gente no esposible en la actualidad calcularla, pues los carabineros de Caballeria se retiraroninmediatamente á unirse sus cuerpos fuera de la Plaza, pero conjeturo por calculoprudencial que entre muertos, heridos, contusos, prisioneros y dispersos habremossufrido muy cerca de la tercera parte de todas nuestras fuerzas; por que aunquemucha parte de la accion se ha obrado sin orden, ha sido intrepida y sangrienta quees esto cuanto puedo instruir para mi descanso y conocimiento de V.S. hasta esclare-cer las mermas que ha tenido cada cuerpo respectivo y dar á V.S. un estado indivi-dual de ellas. - Dios Gue. á V.S. m.os. a.os. - Montevideo 20 de Enero de 1807. - Bernar-do Lecocq. - Sor. Governador de esta Plaza Don Pasqual Ruiz Huidobro. - Es copiadel original que existe en el Archivo de esta Direccion Subinspeccion de mi cargo. -Montevideo, Enero 28 de 1808. - (Firmado) Bernardo Lecocq”.

5 Pues todas esas operaciones las habían hecho los Milicianos de Montevideo,Miñones de Bufarull y Marineros de Mordeille en la reconquista de Buenos Airescontra los ingleses, y ahora iban mandados por los mismos jefes de entonces, y refor-zados con otros y mayor número de plazas.

En: Bauza, o.c.

31. “Tenga V.S. la bondad de persuadirse que esta explicación no lleva la idea demover su ánimo para que nos remita prontos y abundantes socorros. Este Cabildosabe bien que á V.S. le sobra talento para discernir si es ó no versímil cuanto deci-mos, y sabe también que no necesita de tales razonamientos para hacer las másexquisitas diligencias de contribuir á nuestra felicidad, aun cuando no fuese V.S. tanestrechamente interesado en ella. Lo que sí podemos asegurar á V.S., es que en tantono seamos vencidos de nuestro común enemigo, no tiene esa ciudad el más levemotivo para recelar que él pase á invadirla. Si él fuese vencido por nosotros nopodría reembarcar sus tropas, sería cuando estuviesen disminuídas, y no se hallaríaen estado de intentar la conquista de esa ciudad. Y si lo hiciese, sabe V.S. por expe-riencia, que ésta, sin reparar los peligros de su indefensión sabría acudir con todassus fuerzas a dar ayuda á esa Capital”.

32. DESPACHO DE GRACIAS Y TITULOS A FAVOR DE ESTA CIUDAD,CONCEDIDOS POR S.M. EN PREMIO DE LOS SERVICIOS QUE CONTRAJOEN LA RECONQUISTA DE LA CAPITAL.

(L.C. de Montevideo)“Don Cárlos, por la Grácia de Dios, Rey de Castilla, de Leon, de Aragon, de las

dos Sicilias, de Jerusalem, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valéncia, de Galicia,

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de Mallorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdova, de Córcega, de Múrcia, de Jaen, delso Algarbes, de Algeciras, de Gibraltar, de las Islas de Canárias, de las Indias Orien-tales y Occidentales, Islas y Tierra Firme del Mar Occeano; Archiduque de Austria,Duque de Borgoña, de Brabante y de Milan; Conde de Apsburg, de Flandes, Tyrol yBarcelona; Señor de Vizcaya y de Molina &a.

Por quanto: atendiendo á las circunstancias que concurren en el Cavildo y Ayun-tamiento de la Ciudad de San Felipe y Santiago de Montevideo, y á la constancia yamor que ha acreditado á mi Real Servicio en la reconquista de Buenos Aires, hevenido por mi Real Derecho de doce del presente mes de Abril en concederle titulode muy fiel y Reconquistadora: facultad para que use de la distincion de Maceros: yque al Escudo de sus Armas, pueda añadir las banderas Inglesas abatidas que apre-só en dicha reconquista con una corona de olivo sobre el cerro, atrabesada con otrade mis Reales Armas, Palma y Espada.

Por tanto: mando que de aquí en adelante la referida ciudad de Montevideo pue-da llamarse y nombrarse y se intitule y nombre, muy fiel y Reconquistadora,poniendose asi en todas las cartas, Provisiones, privilegios que se le expidieren, yconcedieren por mi, y por los Reyes mis Subcesores, y en todas las Escrituras, yInstrumentos que pasaren ante los Escribanos Puvlicos de la misma ciudad y sudistrito, y le concedo la facultad de que se use de la distincion de Maceros, y que alEscudo de sus Armas pueda añadir las Banderas Inglesas abatidas con todo lo demasque va expresado en el referido mi Real Decreto.

Y por esta mi carta ó su traslado signado de Escibano Puvlico, ruego y encargo alSerenisimo Principe de Asturias Dn. Fernando, mi muy caro y amado hijo, y mandoá los Infantes, Prelados, Duques, Marqueses, Condes, Ricos Hombres, Priores, delas Ordenes, Comendadores y Subcomendadores, á mis consejos, Presidentes yOydores de mis Reales Audiencias, asi de estos Reynos como de los de Indias, á losGovernadores, Corregidores, Contadores mayores de cuentas, aotros qualesquierJuezes de mi casa, y corte y chancillerias, á los Alcaydes de los castillos, casasfuertes y llanas, á todos los consejos, alcaldes, Alguasiles, Merinos Caballeros, Es-cuderos, oficiales y hombres buenos de las ciudades, villas y Lugares de todos misReynos y Señorios, y á los demas de mis vasallos, de qualquiera estado, condicion,preeminencias ó dignidad que ahora son, ó fueren de aqui en adelante, guarden yhagan guardar las expresadas mercedes á la referida ciudad de San Felipe y Santia-go de Montevideo, sin contravenir, ni permitir se contrabenga á ellas en cosa algu-na. Y de este Despacho se tomará razon en las contadurias generales de valores ydistribucion de mi Real Hacienda, y de mi consejo de las Indias dentro de dos mesesde su Data expresandose por primera quedar satisfecho ó asegurdo lo correspon-diente al dro. de la Media Annata por estas gracias, lo que no efectuandose asi

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quedaran nulas, de ningun valor ni efecto. Dado en Aranjuez á veinte y quatro deAbril de mil ochocientos y siete. - YO EL REY - Y DN. VICENTE COLLAR &a”.

En: Bauza, o.c.

33. “que las tropas inglesas se reembarcarían en el término de 10 días, llevandosus armas, artillería y equipaje; -que serían restituídos recíprocamente todos losprisioneros, incluyendo los súbditos de S.M.B. tomados en la América del Sur desdeel comienzo de la guerra; -que las tropas de S.M.B. conservarían por dos meses lafortaleza y plaza de Montevideo, considerándose como país neutral una línea desdeSan Carlos al O, hasta Pando al E: entendiéndose la neutralidad únicamente en quelos individuos de ambas naciones pudiesen vivir bajo sus respectivas leyes y juzga-dos por ellas; -que llegado el caso de la entrega de la plaza de Montevideo, se haríaen los términos en que se encontró y con la artillería que tenía al tiempo de surendición; -que se entregarían tres oficiales superiores por ambas partes hasta elcumpliiento de los dos meses de plazo pactados, debiéndose entender que los oficia-les ingleses sometidos bajo su palabra no podían servir contra la América del Surhasta su llegada a Europa”.

34. EXPOSICION DE LOS VECINOS DE MALDONADO AL CABILDO DEMONTEVIDEO SOBRE LA CONDUCTA DE LOS INGLESES

(MS. de la Bib. Nacional)M.I.C.“Los vecinos de esta Ciudad de S. Fernando de Maldonado, y su Jurisdicción que

abajo firmamos por nosotros y á nombre de todos los demás con el mas profundorespeto parecemos ante V.S. y decimos: Que exitados por la oportuna ocacion quenos presenta el felicisimo exito de nuestras armas en la Capital, para que sean oídosnuestros clamores, y remediados nuestros males hemos creido necesario hacer anteV.S. una relación sumaria la que sencillamente por el orden de los mismos aconteci-mientos, ponga en claro los inauditos excesos é inhumanidades, que han ejecutadolos Ingleses durante su mancion en esta, y manifieste el origen de los infortunios deeste Pueblo, y nuestra inviolable fidelidad, á la dominación Española, para los finesque despues expresaremos: Sin traer por ahora á la memoria los esfuerzos patrioticosde este vecindario en las anteriores guerras desde la fundacion de este Pueblo mili-tar en su origen y por su situacion, nilos que hemos echo desde el principio de lapresente conlos Ingleses: empezamos nuestra relación por el empeño con que esteVecindario se presentó ante V.S. en 28 de Julio del año pasado de 1806, con motivode estar la Esquadra Enemiga dentro de este Rio, y esta Plaza, su Puerto sin lacompetente guarnición y la Isla de...3 enteramente desguarnecida; suplicando á V. S.dirigiese (como efectivamente se hizo por medio de una solemne diputación) á Sr.

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Gobernador de Montevideo xefe entonces de toda esta Banda Oriental para quesenos auxiliase con todo lo conbeniente á la defensa de este importante punto, lallave del Rio de la Plata. Aunqué nuestra solicitud apoyada por V.S. no tuvo el desea-do efecto por la escasez de tropa, y preferente atención á la defensa de Montevideo;V.S. sabe bien, que no por eso desmayamos, antes resueltos á hacer la mayor posibleresistencia á la invacion de los Enemigos, que ya presentiamos, nos exforzamos áhacer un donativo, el que realizamos segun nuestros cortos haberes, para que elpiquete de Blandengues, el de Infanteria, y el de Milicias, de que se componia todanuestra guarnicion, no nos desamparase por falta de paga; estando estas Cajas enesa sazon exhaustas de dinero. Con el mismo gusto nos impusimos la voluntariacontribucion de un real en cada cuero, y un dos por ciento en todos los efectos, que seextrajesen de Montevideo.

Apenas el 29 de Octubre pasado se acercaron los Buques Enemigos á nuestrabahia, conociendo por sus maniobras, que iban á hacer desembarco, rogamos al Sr.Dn Ventura Gutierrez Alcalde Ordinario de esta Ciudad diligenciase, el que se toca-se inmediatamente generala para ocupar cada uno de nosotros el puesto, que deantemano se nos tenia señalado. En el momento que fué echa esa señal, olvidandonuestras familias, casas y aberes, nos presentamos, con nuestras armas unos en lasbaterias de la Costa; otros agregados á las quatro piezas de tren, que mandava elSubteniente Dn. Francisco Martínez; y los demás nos incorporamos, quedando losancianos para celar el Pueblo, con los piquetes de esta Guarnicion, la que con esteauxilio llegó al número de doscientos y treinta hombres, comandados por el Capitande Blandengues Dn. Miguel Borrás.

Salimos en este corto número con el brio que es notorio á encontrarnos con losEnemigos los que estaban desembarcando como aun tiro de cañon de la primera denuestras baterias, una legua corta al Sudoeste de esta. Por haberse atollado en losmedanos que intermedian una pieza del tren, y por otras consideraciones, retrocedi-mos y nos fixamos en el alto en que esta cituada la Torre de observación en uno delos extremos de esta Población, viendo que azia ese punto se dirigia, y aproximava laprimera, y mas gruesa de las tres columnas, en que venia dividido el Exercito Enemi-go. Allí hizimos fuego de Cañon, y de fusil, hasta que arrollados por un numeroexcesivamente superior, dispersaron muchos de los nuestros, y por no ser cortadosde la columna Enemiga, que entraba siñendo el Pueblo por el Norte, se retiraron condos piezas del tren los quales despues han servido con celo en las partidas de obser-vación de esta Plaza. Los restantes, internándose hasta la Plaza de este Pueblo secolocaron unos en la casa que servia al Ministerio de Real Hacienda, y en sus Azo-teas, y otros en la obra de la nueva Matriz que se está construyendo. Desde allíhicieron un fuego vivo, y tan obstinado que no cesó, hasta que cercados y acometidos

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por las tres columnas reunidas, los que estaban en el Ministerio quedaron unos muer-tos, y otros heridos; y los Ingleses de este modo Señores de esta Ciudad al anochecerdel dicho 29 de Octubre, habiendo tenido de perdida treinta y siete muertos y mas dequarenta heridos, que hizieron mucho empeño en ocultar.

Quien no creeria, que esta resistencia, este conato en defender nuestros hogares,y en no sujetarnos á dominacion extranjera no nos hubiese hecho acreedores, nosolo á la compasion, sino tambien á la honra y estimacion de una Nacion que sejacta de culta, y de llena de Patriotismo? Desde luego que esto nos hubiera sucedidocon qualquiera de las Naciones Cibilizadas: Pero la Inglesa nos sumergio, olvidan-do toda ley, y los sentimientos de la humanidad, en un mar de males y de penalidadesindecibles.

Desde ese momento empezo el mas inhumano saqueo. Principiaron el registro delas casas, haciendo prisioneros todos los hombres, que encontravan, aun alos masancianos. Despues de amenasas, insultos; y golpes nos conducian y encerraban enla crujia y calavozos de este Quartel. En esta noche horrorosa no solo robaron ropa,dinero, álajas, y utencilios hicieron pedazos los muebles, y todo lo que no les era util,destrozaron muchas efijies e imagenes Santas en las casas, en que encontraron, sinóque tambien en algunas de ellas registraron sin el menor rubor las mujeres por sitenian algun dinero oculto, y á algunas les quitaron parte de la ropa que tenianpuesta abusando de otras por fuerza sin respeto á las lagrimas, suplicaciones, y a laedad abanzada ni ala virginidad. Se alumbraban para cometer estas inhumanidadesterribles, con la cera que encontraron en la Iglesia, de la que sinduda, no sacaronotras cosas, porque con tiempo nro. Cura Vicario, el Dr. Dn. Manuel Alberti lashabia extraido y ocultado. Se concedio esta barbara licencia del saqueo, enlos tresdias consecutivos con sus noches, no solo alos tresmil y mas de tropa, que ocuparonesta Plaza, sino tambien ala marineria de los setenta y mas Buques que tomaronnuestra bahia, Asu habitual inmoralidad añadian el estar ebrios; variaron en ellosexcenas de impiedades, que el pudor, y las lagrimas nos hacen dexarlas en silencio.

Pocas fueron las casas, que se libertaron del saqueo, y estas, por estar alojadasen ellas algunos oficiales de distincion que las defendieron y aun en estas faltaronmuchos muebles y efectos. En aquellas cuyos dueños, ó familias se habian ausenta-do, descargaron todo su furor robando y rompiendo quanto en ellas habia, sirviendosede ellas para caballerizas. Las quintas fueron asi mismo saqueadas á excepción deuna que se reservo para la mesa del General. Los caballos, Bueyes, ovejas, y quantosanimales habia en el exido de esta Ciudad fueron tomados para servicio y consumo.En toda la Población y en una legua en contorno, no dexaron una docena de aves delas innumerables que habia de toda especie. Quien ignora que los Archibos publicosy los Hospitales son respetados por todo el mundo aun en tales lanses? Pues no lo

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fueron aqui por los ingleses. Todos los papeles del Ministerio de Real Hacienda, ysuperintendencia de estas nuebas Poblaciones, los de la Comandancia militar y losvuestros Ilustre Cabildo, fueron, o rotos, o arrojados alas calles, ó destinados parahacer cartuchos, y otros usos, apesar de varias suplicas, que hizo nuestro Cura alefecto. El Hospital fué enteramente saqueado la primera noche.

Por lo dicho se infiere el daño que harian, en todo lo que conocian pertenecia ánuestro Soberano. Saquearon en los Quarteles tanto de la Ciudad como de la Islatodo cuanto encerraban; tomaron todos los Repuestos de pertrechos, municiones ydemas utiles, de que estaban abundantemente provistas las tres baterias de la costafirme, y las quatro de la Isla. Arruinaron las esplanadas, barbetas y merlones. LaArtilleria toda fue inutilizada: Las cureñas, desechas y quemadas. Siendo todas estasruinas, testimonio autentico, del furor, de que estavan animados. Las embarcacio-nes, efectos, y útiles de la Compañia Maritima de la pesca de la Ballena, fuerondados por buena presa.

Mientras estubieron en esos infaustos dia nuestras casas, y haberes, y muchas denuestras familias, sujetas, ó entregadas al arbitrario de tropa tan inmoral; las otras,que habian salido huyendo ala entrada de los Enemigos sin sacar mas, que sus hijos,y lo que tenian puesto pasaron indecibles sustos, hambres, frios, y otros azares, dis-persas por esos Campos, donde difundieron la mayor consternacion.

Nosotros en esos dias no tuvimos mejor suerte. Encerrados con muy grande estre-chez, é incomodidad, nos daban para alimentarnos cada dia tres espigas de maiscrudo por individuo y agua sucia, de un pozo dexado de mucho tiempo. Aumentónuestro desconsuelo al ver la mañana del treinta, que anuestro Cura y asu Thenientecontra la seguridad, que para sus personas, y funciones habia dado el General esanoche anterior, y esa misma mañana andando en diligencias de enterrar nuestrosnuebe muertos, los arrestaron, y conduxeron anuestra pricion, donde estubieron unrato, sufriendo este vejamen, mientras fue noticiado el General, quien a poco tiempopuso en libertad sus personas, pasando orden para que no fuesen molestados.

Pasados esos tres dias de tribulacion en el quarto amanecio un cartel fixado en laPlaza firmado por el General en xefe el Brigadier Juan Jaime Backhouse, y por susecretario el Mayor Juan Golinton Fucher, en el qual se proclamaba á todos loshabitantes de Maldonado, que estavan fuera, el que bolviesen asus casas, que serianprotejidos con el mayor cuidado sus personas, y propiedades enviandolos a emplear-se en sus respectivas ocupaciones tan pacificamente como antes. Se aseguraba, queseria pagado un justo precio por todo lo que en adelante se tomase para el servicio oconsumo de la tropa. Ultimamente se prometia en el, que seria castigado irremisible-mente qualquiera Ingles que hiciese la menor vejasion, o injuria á algun Español.Ese mismo dia nombró ese General, por Governador de esta Plaza al Coronel del

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38, Dn. Diego Basall.Con esta proclama, y con las providencias, que empezó á dar el nuebo Governador,

el qual aparentaba estar compadecido de nuestra adversa suerte, y que trataba se-riamente de enmendarla lo posible, creimos ver como unos crepusculos de sereni-dad.

Lo primero, que dispuso fué hacer buscár y restituir una porción de la ropa de laIglesia, que habian saqueado los soldados en casa de nuestro Cura, aprovechandosedel tiempo que estuvo arrestado en el Quartel. Como hubiesen dado orden para que,se respetasen nuestras funciones Eclesiasticas consediendonos su libre exercicio,asegurando ser un artículo de la instrucion de su gavinete no tocar en nada de laReligion, de la America del Sud, nuestro Parroco les pretextó, que no celebraria niharia funcion alguna sino se le restituia lo que le habian robado perteneciente á laIglesia. No solo lo restituyo, sino que tambien fue en persona asu casa, haciendoconducir dos cajas de Capilla incompletas, que había encontrado en un almacen delRey, y las dejó para la Iglesia en remplazo de lo que faltase. Puso una centinela en lapuerta de la Iglesia Provicional; la que no se quitó mientras estubieron aqui, paraque la custodiase, y zelase que nadie nos perturbase en nuestros Exercicios piado-sos.

Puso en libertad á Dn. Juan Pasqual Pla, alguacil mayor, y á Dn. Juan MachadoRexidor defensor de menores. Autorizo á los miembros de este Ilustre Cabildo paraque siguiesen en sus antiguas funciones, y facultades segun nuestras leyes: Dispusose hiciesen aranceles para los artículos de abastos, y bebidas, y los mando fixar enlugares publicos para govierno. Dio a dichos dos Señores ordenes por escrito paraque sacasen tropa Inglesa para hacer respetar sus personas, y facultades, y para laaprencion de los delinquentes, según las ocurrencias.

Para remediar la denudez del Pueblo, ordenó registrar los Quarteles, y lugaresdonde residia la tropa, dando orden para que toda la ropa saqueada, que se encon-trase, se depositase en casa del vecino Dn. Juan Manuel Maneiro y Fernández, adonde la fuesen a buscar sus Dueños. Viendo que la mayor parte de las familiasexistentes en esta habian quedado en los extremos de una total necesidad, mandó alComisario diese racion diaria de pan, menestras, verduras, y una vela a nuestrovecindario. Hizo debolver a algunos vecinos del exido sus Bueyes, y Bacas lecheras,dexándoles uno, o otro caballo para sus faenas.

Dio libertad á todos los pricioneros, que juzgo eramos vecinos, solo quedaroncomo unos ochenta, los que creyo eran soldados; mejor tratados con racion de car-ne, y permiso para que se les entrase pan, y para que ellos mismos trajesen agua delas excelentes fuentes de esta Ciudad. Entre otros reglamentos que omitimos, fixó uncartel públicamente, para que nadie de los nuestros vendiese aguardiente ni vino á

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sus soldados baxo graves Penas. Publicó varias proclamas prometiendonos prospe-ridad, libertad Britanica, comercio ilimitado, y en unas nos hablaba de la paz, comoya muy proxima; -otras bien seductivas mando á la Villa inmediata de San Carlos.

Pero sin duda, que todas estas providencias no tubieron otro objeto, que salvarasus nacionales de las notas de sin ley, é inhumanos que tan justamente merecen porel atroz tratamiento que han dado á este Pueblo pobre e inocente. Todas ellas notubieron realidad: ono tubieron efecto, desde el principio, o fueron una mera apa-riencia, como lo evidencian sus mismos hechos.

Nuestra Santa Religion fue atacada en un cartel publico, en el qual se afirmaba,que con corta diferencia hera la misma, que su secta. Este intolerable papel fue arran-cado publicamente por nuestro Cura, por lo que fue reconvenido por el Secretario delGeneral. No obstante el cuidado, que se tenia de hacer todas nuestras funciones deSecreto, y sin el menor estrepito, y la centinela que dia, y noche, estaba en la puerta dela Iglesia muchas veces fue preciso cerrar del todo las puertas durante la celebracion,para evitar el que nos turbasen la quietud necesaria para tales actos. Empezaron, ysiguieron tomando la madera, tablas, y andamios de la obra de la nueba Matriz que seestá construyendo, para caballos de frisa y otros usos, las herramientas, y útiles delobrage, como tambien, mas de trescientas fanegas de cal, no obstante las suplicas, ysolicitudes de nuestro Vicario, y su presentacion por escrito ante el Governador de laPlaza reclamando alomenos el importe de estas propiedades del templo, ala que nodieron otra contestacion que llamar su persona á su presencia e intimarle por mediodel interprete despues de varias expreciones insultantes, estando presente el Generalen xefe, que inmediatamente saliese del Pueblo, bajo el pretexto de que se correspondiacon el xefe del campamento Español, que estaba en Pan de Azucar. Fue desde alliacompañado del Prebosto, el que no se quito de su lado hasta la ultima abanzada, sinque pudiese sacar mas, que sus brebiarios, y un poco de ropa por medio de su criado.Esta tropelia nos hirio en lo mas vivo, e hizo crecer hasta el extremo nuestra tribulacion.Quitandonos nuestro amado Cura, nos privaron de sus exhortaciones, consejos, exemplosde fortaleza, limosnas, solicitudes, y empeños ante los xefes Ingleses a nuestro favor, enuna palabra de nuestro refugio y consuelo. En su ausencia hicieron notable daño en suropa, en sus libros, y utiles de casa. No respetaron mas asu Theniente Dn. FranciscoXavier Acosta y Gomez despues de expulsado nuestro Cura, queriendo obligar á estebuen sacerdote, a que diese sepultura con el rito catolico, acostumbrado entre nosotrossegun el ritual Romano; que precidiese el funeral, y que en nuestro cementerio Sepul-tase el cadaver del Theniente de Caravineros Dn. Francisco Rondell muerto por losnuestros en una de sus salidas al campo. Por haberse negado á estas solicitudes, tubo,que ocultarse todo un dia en una Quinta, mientras le dieron sepultura con el rito pro-testante, en lugar profano, como debia ser.

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Poca, o ninguna atencion se dio avarias representaciones de los dos miembros deeste Ilustre Cavildo que moraban en esa sobre barios puntos de politica y excesos dela tropa acerca de que hicieron gestion. Se vendia como se queria sin la menor atencionalos aranceles publicados. Ni tuvieron efecto las ordenes, que antes diximos se habiandado para autorizar sus personas.

La ropa del saqueo depositada para entregár a sus respectivos dueños consistioen una corta partida de ropa de Mujer; de hombres habia muy pocas piezas, y todaen tan poca cantidad respecto al total que anadie se le restituyo el todo, algunaspersonas encontraron alguna parte de la suya, y las mas nada, de modo, que queda-ron como estavan, con solo lo que tenian puesto, que era lo que les habian dejado,habiendo los soldados, ocultado, o mandado abordo todo los demas, como hicieroncon todas las alajas, muebles y utencilios.

La racion mandada dar por el Comisario no alcanzaba las mas veces, ni alatercera parte, de los tres cientos sesenta y mas individuos Españoles, aque estabareducido entonces todo este vecindario, estando todo lo demas por las campañas, yPueblos cercanos. Es verdad que nunca faltó la carne en abundancia y devaldedebiendose esto á la Caridad, y particular industria, del vecino Dn. Juan Mendoza,quien personalmente la repartia por las casas, baliendose de quanto arbitrio le eraposible. En el pan, velas, y otros articulos, todos cooperabamos aque no faltase lopresiso, dandonos mutuamente los sobrantes.

Los bueyes que conservaron en el exido les servian en sus continuos acarreos alaPlaza, y las lecheras para tener leche y mantequilla fresca para ellos, de la que noparticipaban los vecinos, sino aescondidas y todos los tomaron, y hicieron matarpara su consumo antes de irse de esta dando asus dueños el precio que quisieron.

Los prisioneros que estaban en el Quartel apocos dias fueron echados abordo desus buques, juntamente con los oficiales, y despues alos ciento que componian laguarnición de la Isla de Gorriti, los que se rindieron la mañana del treinta de Octu-bre baxo ciertas condiciones, alas quales faltaron enteramente, fueron puestos en ladesierta Isla de los Lobos, suministrandoles muy escasa racion, y de donde se hubierenescapado todos con mucho riesgo de su vida, como lo hicieron treinta y siete de ellos,en dos botes de cuero, sino los hubieran buelto abordo, donde experimentaron, muymal tratamiento, y al fin despues de la toma de Montevideo, los hecharon en tierra, ydieron libertad, juramentandolos antes.

El saqueo autorizado, de nuestras casas, ceso alos tres dias, pero siempre secontinuaron los robos, y aunque hubo bastantes castigos, no por eso se contuvieron,ni estaban seguras nuestras propiedades, sin buena guarda, y mucha vijilancia. Nofaltaron insultos en otras materias, que el pudor hace que se oculten, y olbiden. Perono cesó en las sementeras de trigo, zebada, y mais las que se siguieron segando para

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mantener sus caballos á pesebre, hasta que se fueron. En una legua en circunsferenciadel Pueblo no dexaron una de las muchas, que habia. Sus dueños reclamaron estegran perjuicio, y se les contexto por los xefes que se les pagaria abundantemente;alo que faltaron con la misma mala fe con que lo prometieron.

Ni tampoco cesó en las continuas salidas, que hacian en trozos de quinientos ámil y mas, á robar caballos, y ganados, á distancia de quatro, y de seis leguas deesta. Lo consiguieron algunas veces; hasta que reforzadas nuestras Partidas de ob-servación los escarmentaron en tres distintas ocasiones, y solo el temor los hizocesar de este ladronicio, con que asolaron nuestras campañas. Con este motivo laschacras de estas inmediaciones quedaron desiertas de vecinos, pues eran el paso ycrusero de las Partidas, tanto Inglesas como Españolas. Perdieron sus tierras prepa-radas, las semillas, caballos, bueyes, y utencilios de labor y toda las aves.

Ni cesó ultimamente en la destruccion de puertas y ventanas, y toda suerte detrastos para echar al fuego. A presto de falta de leña, habiendo en estas inmediacio-nes la de espinos, de que se surte este vecindario, y siéndoles facil en lanchas, traerlamuy buena de las costas cercanas, quemaron casi todas las casas de paja de estaPoblación, y en las de Asotea cuyos dueños estaban ausentes, las puertas, las venta-nas, los marcos y humbrales, y en algunas los tirantes. Lomismo hizieron con mesas,sillas, caja, y todo lo que era de madera. Igual ruina causaron en las puertas, venta-nas, tablados, y utiles de madera de los Quarteles, de esta Ciudad, y de los de la Islade Gorriti, en los almacenes, principalmente, en el de la Compañia Maritima el queha quedado enteramente arruinado.

Todos estos excesos, e inhumanidades con que nos trataron estos Enemigos delgenero humano, nos sirvieron para afirmarnos mas en los principios de Religion, ylealtad, que nos exforzaron a hacer la posible resistencia en su entrada. No podianaturálmente ser de otromodo. Nos veiamos despojados de nuestros vienes, insulta-dos, y vejaminados en nuestras personas, y familias; Y sin nuestra libertad. V.S. sabemuy bien, que estabamos rodeados de guardias avanzadas, y custodiados los alrede-dores de centinelas dobles, que impedian nuestra salida. De noche no nos era permi-tido comunicarnos, y aun de dia si llegabamos ajuntarnos en numero de quatro, óseis, eramos el objeto de sus sospechas y pesquisas. Nos faltaban enteramente losauxilios, modo y proporciones, para que pudiesemos con nuestras familias exercitarnosen nuestras antiguas tareas, oficios, u ocupaciones, de que subsistiamos. Cotejabamos,la quietud, la libertad, la seguridad, y la abundancia, que gosabamos baxo el suavisimoyugo Español, con las tropelias, crueldades, engaños, mala fee con que heramostratados por los inhumanos Ingleses. Tenemos la gloria de afirmar á V.S. que jamaspudieron contar con un solo individuo de este vecindario, que les fuese afecto, odesease vivir baxo su dominación. Todos suspirabamos, por el momento, que nues-

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tros compañeros, y conbecinos, que como diximos antes, servian con zelo en lasPartidas de observación, estovaban sus ladronicios en las campañas, y hicieron, queno contasen con más terreno de esta jurisdiccion, que el que tenian baxo de sus pies,auxiliados con un numero de gente de armas competentes, nos volviesen á nuestroantiguo estado, reconquistando esta Plaza. Deseabamos ese instante para unirnos almismo fin, para lo que ya estabamos todos determinados, y preparados.

Con este objeto se mandaban de esta continuos partes, á nuestros xefes, en losque se dio quenta circunstanciadamente del estado de esta Plaza, fuerzas Enemigas,y de quanto se creyo util, ó conducente á la empresa. Por este motibo echaron ábordo al vecino Dn. Josef Galup, y le saquearon su casa. Con pretexto de esto expul-saron á nuestro Cura Vicario comoya referimos. Pero quedo en este empeño de acuerdocon el xefe del campamento, el vecino Dn. Juan Mendoza, el qual hasta el momentoque se fueron, siguio dando cuenta de sus movimientos, y previos avisos a las Parti-das del dia, o noches que salian a robar ganados, con muy gran peligro de su bida, yde perder su familia, y quanto le habia quedado, executando tan recomendable dili-gencia, ya por sí, ya por medio de su hijo Dn. Manuel, apesar de su tierna edad, ópor algun domestico de toda su confianza.

Prueba indudable, de la lealtad, y de los sentimientos patrioticos que nos anima-ban durante la mancion de los enemigos en esta es la presentacion que firmada pordos individuos de este Ilustre Cabildo y por todos los vecinos que existiamos aquientonces, apeticion nuestra puso en mano del Sr. Virrey el Exmo. Sr. Marques deSobremonte, amediado del pasado Noviembre, el Oficial de Correos de MontevideoDn. Antonio de Guesalaga, la que devera existir en su Secretaria. En ella entre mu-chas cosas que hizimos presente á S.E., ya relativas á la invacion, y entrada de losEnemigos en esta, ya de los gravisimos impedimentos que nos imposibilitaban salirde este Puerto, aseguramos á S.E. que la esperanza de que en brebe bolberiamos áestar baxo la dominacion Española nos hacia bibir con tantos padecimientos con-servando e impidiendo en lo posible la total destruccion de esta Ciudad, para entre-garla a S. Magestad Catholica, nuestro Señor natural, protextamos solemnemente áS.E., y que si por desgracia se nos frustraba esta esperanza aventurandonos a todosriesgos, habiamos de abandonar todo quanto nos habia quedado para ir a vivir ymorir en territorio Español.

Orgullosos los Ingleses con el nuebo refuerzo que les vino aprincipio de Enero,del presente año se fueron de esta enteramente el trece del citado mes a invadir aMontevideo. Aprovechamos esta oportunidad para salir todos los que estabamos connuestras familias, y quanto nos habian dexado. Abandonamos totalmente este pue-blo temerosos, que si fuesen rechazados en Montevideo, vendrian a ocuparlo de nuebo,y si salian con su intento pondrían un destacamento para su custodia. Elegimos pues

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abandonar nuestras casas para siempre, y vivir pobres, y errantes por esas Campa-ñas y serranias, antes, que volver al yugo intolerable de su Dominación. Con estocreemos haber dado una prueba irrejuzgable de nuestro patriotismo, y de la sinceri-dad de la protexta que habiamos hecho á S.E.

Noticiosos que tomado Montevideo no pensaban los Enemigos bolver á esta Ciu-dad, y que solo mantenian en esta bahia una fragata de armadilla para Custodiar elPuerto, y atender al cruzero de la boca del Rio con orden de no hostilizar estaPoblacion nos hemos buelto anuestros hogares adonde pronto se reuniran las fami-lias, que hasta aora andan disperzas, agozar del fruto de la completa victoria que haconseguido nuestra Capital.

Todo lo que acabamos de referir ante V.S. es lo que hemos creido necesario, V.S.como que ha sido testigo ocular de quanto en esta se expone, conocera bien, queomitimos muchos sucesos o por honnorosos, o porque los relacionados basta anuestrointento, o finalmente, por no hacer mas prolixa esta narracion, la que no hemoscontraido mas por no dañar el tamaño natural de la verdad de tan extraordinariosacaecimientos.

Lo dicho sobra para que quede evidenciado, que estos hombres sin ley durante supermanencia en esˇta han atacado nuestra Santa Religion, sus templos, sus ritos,propiedades y Ministros; Que han ejecutado horribles inhumanidades, en nuestraspersonas, familias, honor, casas, y propiedades, dexandonos en una lamentable mi-seria: Que han dejado estos Enemigos del genero humano esta Ciudad, y su territo-rio antes florecientes, en el triste estado de ruina, y pobreza en que se mira: Y quetodos los de este vecindario tanto antes de la imbacion de los Ingleses, como en elacto de berificarla, tanto durante su mancion en esta Ciudad como despues, que laabandonaron, hemos mantenido una inviolable fidelidad o inalterable adhesion a ladominacion de nuestro Catholico Monarca, nuestro natural Señor. Por tanto.

A V.S. pedimos, y suplicamos que se sirba examinar todo quanto acabamos deexponer, y relacionar con la madures y reflexion correspondientes á la gravedad dela materia, y si del examen resultase, como seguramente susederá, que nuestra relaciones fiel y conforme a la verdad de los mismos susesos, se digne V.S. hacerla precentecon lo demas que tenga por conbeniente alos tribunales superiores competentes paraque noticiosos de todo tengan a bien providenciar los medios, que su saviduria juz-gue oportunos para la mejor defensa de este importante punto, y para la subsistencianuestra y de nuestras familias.

Así mismo pedimos, y suplicamos, que V.S. se sirba elebar esta nuestra presentaciony relacion a los pies del Trono de nuestro muy amado Monarca Dn. Carlos quarto(aquien Dios prospere por muchos años) para que cerciorado su Real ánimo de nuestrainviolable adhesion é invicta fidelidad a su Catolica Real Persona, y a su suavisimadominacion se dinge su soberana Benignidad despachar las ordenes concernientes

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para que podamos en adelante, teniendo los axilios competentes, defender de cual-quiera invacion este punto interesante el mas avanzado del Rio de la Plata, para quejamas buelba á verificarse que este Puerto, el unico que hay capaz de buques mayo-res en todo este Rio sirba de abrigo a otra Esquadra Enemiga que intente invadirestas hermosas Provincias como ha sucedido á la presente.

Y también para que su Paternal corazon condolido de nuestra adversa suerte, nosfacilite con sus Reales disposiciones, o bien por medio de la abilitacion de estesPuerto en calidad de menor, cuyo expediente se hallaba en substanciacion en poderdel Sor. Ministro de RI. Hacienda como superintendente de nuebas Poblaciones deeste Departamento; o por otra de su supremo agrado, el que podamos reponernos denuestras perdidas y adelantar esta Ciudad, y su territorio, concediendonos ademas,las gracias y privilegios, conque su Real Liberalidad se digne honrrar nuestro invio-lable, amor y lealtad, á la Catolica Real Persona de S. Magestad. - San Fernando deMaldonado, Julio 24 de 1807. - Juan Manuel Fernandez - Alejos Monegale - Fran-cisco Cahue - Andres Recald - Manuel Gonzalez - Antonio Jesus de la Fuente -Gregorio Fernandez - Antonio Rebillo - Deigo de Noboa - Antonio de la Costa -Esteban Cuebas - Juan Bautista Gimeno - Luis Echeverria - Luis Estemeros - PhelipeCabañel - Manuel Palacios - Francisco Albariza - Bernardo de Soto - (Por IgnacioLabin que no sabe firmar y por su partido) Antonio Jesus de la Fuente”.

3 Roto el original. (Probablemente se alude a la isla de Gorriti).En: Bauza, o.c.

35. PARTE DE RUIZ HUIDOBRO SOBRE LA TOMA DE MONTEVIDEOPOR LOS INGLESES AL PRINCIPE DE LA PAZ

(MS. del Arch. Gen.)“Seren.mo Señor. - Con fha. de 7 de Noviembre del año proximo pasado participé

á V.A. la ocupacion del Pueblo de Maldonado por los enemigos, y que el Virreyquedaba tomando providencias p.a desalojarlos de aquel punto; lo que no tuvo efectop.r las razones que supongo habrá participado á V.A., y solo pudo conseguirse haceruna especie de bloqueo con varias partidas de Caballeria que al paso que los inco-modase impidiesen la introduccion de víveres frescos y caballadas de que abundanaquellas campañas.

Una de las partidas destinadas á este obgeto fué puesta p.r el Virrey al mando delTeniente de Fragata retirado del servicio de la Armada y agregado al apostadero deMontevideo D.n Agustin Abreu, Este oficial estimulado de su mucho honor no pu-diendo sufrir enemigos á su vista los ataca con 400 hombres de Caballería con lamayor intrepidez sin detenerse en la absoluta superioridad de los atacados y despre-ciando sus conocidas ventajas. A los primeros tiros fué herido gravemente: cayó del

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caballo: recibió algunos golpes de sable en la cabeza, y á los quatro dias falleciócubierto de gloria. Su segundo el Capitan de Dragones D. José Martinez fué heridode una bala en el brazo derecho, cuyo uso perdió enteramente aunque conserva lavida. La falta de estos dos xefes siendo un obstaculo para continuar la accion obligóla retirada con pequeña partida no habiendo sido mayor la del enemigo. El bloqueocontinuó sin que ocurriese nuevo ataque de consideracion.

A principio de Enero de este año se tuvo noticia segura de haber entrado en elpuerto de Maldonado bao la escolta del Navio Ardiente dos Fragatas de guerra éigual numero de Bergantines, el ausilio de tropas que habia pedido á su corte elBrigadier General Beresfort luego que tomo la Capital Buenos Ayres, cuyo numerosegun pudo deducirse de diversas noticias ascendia á 2.500 hombres y á 500 el totalde los reunidos en aquel Pueblo.

El 8 del mismo mes se embarcaron todas estas tropas en los Buques que las con-dujeron, y dando la vela con las embarcaciones que alli existian cargadas demercaderias, dirigieron su rumbo á Montevideo.

De esta novedad dió aviso inmediatamente el Piloto de la Vigia establecida despuesde la perdida de Maldonado en el cerro de los Toros proximo al de Pan de Azucar: lamisma noticia se comunicó por el pueblo de Maldonado y la circunstancia de habersido evaquado enteramente.

En consecuencia el Virrey que desde su ingreso á la plaza por el mes de Octubredel año pasado habia tomado baxo su inmediato mando todas las tropas y Artilleriaque formaban el Campo Bolante (ya establecido, ordenado y situado por mi en lospuntos que habia estimado convenientes, y aumentando con las Milicias q.e despuesde la llegada del Virrey pudieron congregarse formando un total de 300 hombresproximamente) marchó con estas fuerzas á la Ensenada del Buseo por donde segunantecedentes, se creia verificarse el enemigo su desembarco. Yo supongo que el Vi-rrey tomo las posiciones mas ventajosas p.a oponerse vigorosamente como que eraentonces dueño del Terreno; mas apesar de todo, el desembarco tuvo su efecto endieziseis del mismo mes por el punto indicado, y baxo los fuegos de una fragata yalgunos Bergantines.

Como á las doce del mismo dia corrio en la plaza la satisfactoria noticia de que elExercito del mando del Virrey habia atacado con la mayor felicidad y hecho 600prisioneros, pero desgraciadamente fué falsa, y muy cierto que el enemigo se hallabacon toda su tropa en las playas de la Ensenada.

En el momento mande decir al Virrey por el Teniente de Fragata Dn. José deCordova, que si era de su aprobacion saldria con toda la guarnicion y aun con todoel pueblo á unirme con S.E. para atacar al enemigo antes que diese un paso adelan-te. Mi proposicion no fué aceptada, y se me contestó por el mismo Oficial , que

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cuidase de la Plaza y remitiese al campo la tropa del Regimiento de Infantería, y lade Usares Urbanos que harian un total de 600 hombres. Sin pérdida de un instantemarcharon estos Cuerpos con dos cañones y sus correspondientes carros de muni-ciones, siendo del calibre de á 8 los que llenaban los Usares al mando del CapitanCorsario Don Ipolito Mordell. Poco despues recibi un oficio del Virrey para quetambien saliera á unirsele el Batallon de Milicias de la Plaza y el Sargento Mayor deella D.Franc.o Xavier de Viana; y aunque inmediatamente los remiti, hize presente áS.E. que no me quedaba un Soldado ni mas defensa que 400 paysanos armados, quefue el numero a que pudieron ascender los tercios de Andaluzes, Cantabros y Crio-llos.

La tropa paso la noche en el campo y á la mañana siguiente mandó el Virrey queregresase á la Plaza sin haberla empleado en algun objeto segun me informaron susxefes.

El dia 18 del referido mes recibi nueva orden del Virrey para que volviesen á sucampo la ropa del expresado Regimiento de Infantería y los Usares Urbanos con laidea de atacar una parte del exercito enemigo que se habia situado en uno de losmesanos de arena de que estaban circundidos en la playa de su desembarco. A lamayor brevedad marcharon y llegaron con la misma á su destino; pero aquellaoperacion no tuvo efecto. Al amanecer del 19 se forma el exercito enemigo, marchaen tres columnas y se presenta al del mando del Virrey, que á los primeros tiros sepuso en fuga sin que S.E. pudiese contenerlos, según me aviso por uno de sus Ayu-dantes el Teniente de Dragones D.n Manuel Marin.

Los Infantes y Usares no se comprendieron en esta vergonzosa fuga: ellos volvie-ron á la Plaza en el mejor orden conduciendo su Artilleria y municiones. La del trenbolante tambien se libertó de caer en poder del enemigo á exepción de un solo cañon.Los Infantes y Usares desesperados de ver la conducta de los Cuerpos que cobarde-mente les habian abandonado, se me presentan llenos de valor pidiendo salir á envestiral enemigo, pues que ninguno de ellos habian disparado una sola vez su fusil. ElPueblo se irrita al oir la retirada vergonzosa del campo Bolante, y une sus clamoresá la solicitud de la tropa de atacar al enemigo que impunemente habia tomado posesiondel Gran caserio que existe fuera del tiro de Cañon de la plaza, y formando en él sucampamento.

Sin embargo que debia Yó esperar mucho del entusiasmo y ardimiento de la tro-pa, y el pueblo, me detenian varias reflexiones para determinar una salida con unnum.o de hombres tan inferior al que habia presentado el enemigo, y que si el exito noera favorable podia producir la perdida de la plaza en el mismo dia. Mientras yómeditaba un punto tan interesante crecian los deseos de la tropa y vecindario de saliral ataque, manifetandolo de un modo algo energico.

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El mismo Cabildo pasó á mi alojamiento con la misma solicitud. En el conflictode estas circunstancias determiné hacer una Junta de Xefes militares en la que tambieninclui al Cabildo para tratar un asunto de tanta consideracion.

Todos fueron de parecer que se hiciese la salida, y se pidiese al Virrey (que habiaparado en un lugar pequeño nombrado las Piedras quatro leguas á la izquierda de laPlaza) alguna gente de la que se le hubiese reunido. Sin demora mandé que en aque-lla tarde se formase en la plaza mayor toda la tropa y vecinos armados para pasarlesrevista, verificado se encontró que solo habian podido juntarse dos mil y dos cientoshombres con cuyo numero era imposible realizar la salida pero como en este mismomomento llegasen 600 hombres de la Caballeria que remitia el Virrey de los que se lehabian reunido y á virtud de la peticion que se le hizo, quedó al fin acordada lasalida para el amanecer del siguiente dia aumentando la fuerza con dos Compañiasde Soldados de Marina y Marineros que se formaron en aquella misma tarde almando de los tenientes de Navio D. José Obregon y D. José Corvera.

En efecto á la hora acordada salieron como tres mil hombres al mando del Briga-dier D. Bernardo Lecoq Subinspector y Comandante de Ingenieros, y de su mayor elde la plaza S. Fran.o Xavier Viana, formados en tres columnas con dos piezas deArtilleria cada una, con un denuedo, con una confianza, por decirlo de una vez conun valor capaz de causar envidia y lisongear del mejor exito de la empresa. Yo creoque habria sido ciertamente muy feliz apesar de la superioridad de los enemigos, siuna voz que se difundió inesperadamente de que estos habian cortado á los Miñonesy á los Marineros que hacian de tropa ligera no hubiera precipitado á los nuestros áavanzar sin orden dejandose la Artilleria á retaguardia: demostrando este caso loque se ha visto en todos tiempos, que el valor sin instruccion ni disciplina no es elque produce los mejores resultados en las acciones Militares. En tales circunstanciasel Brigadier Lecoq en medio de las balas (una de ellas le habia llebado parte delsombrero que tenia en la cabeza) perdida la esperanza de restablecer el orden yatacar en regla, y temeroso de que su Exercito no fuese la victima de su entusiasmoy ciego ardimiento mandó retirada y la logró con todas las piezas de Artilleria menosuna, sin que el enemigo diese un paso sobre los nuestros que entraron en la plaza conperdida de 356 hombres los mas estraviados, según consta del respectivo estado.

Los oficiales que fueron muertos y heridos en esta ligera accion los comprenderéen la lista general de los que tuvieron igual suerte en la defensa de la Plaza: pero nodebo omitir en este lugar lo que se distinguió el Capitan del Real Cuerpo de Ingenie-ros D. Antonio Fernandez Ayudante de su Comandante D.n Bernardo Lecoq, quienme hizo los mayores elogios de la actividad y serenidad de este oficial al frente delenemigo en el citado ataque. Dia 20 devolvi al quartel general de las Piedras lasMilicias de Caballeria que habian entrado en la Plaza, y el 21 pasé oficios á la

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Audiencia y Cabildo de Buenos Aires pidiendo tropas ó vecinos armados con toda laeficacia que me inspiraba el deseo de defender á Montevideo hta. el estremo queexigia mi obligacion, y la importancia de un punto que perdido dexada espuesta áigual suerte toda la Provincia, exponiendoles la situacion apurada en que quedababatido por mar y por tierra, sin mas recursos que una corta guarnicion con la queera imposible emprender nueva salida, ni impedir al enemigo que situase sus bate-rías en los puntos mas ventajosos.

Con efecto la primera que este estableció sin pérdida de instantes fue á lainmediacion de los pozos de donde la plaza se surtia de agua, con el obgeto sin dudade pribarnos de este articulo tan necesario: pero como yó muy de antemano haviaprevisto que podria llegar este caso, dispuse á precaucion que los Buques de guerray muchos de los Marchantes llenasen sus piperias; con cuyo arbitrio y mediante elsocorro de los algives de las Casas de la Ciudad no hubo escasez alguna de aguadurante el sitio. Seguidamente establecieron en la dominación de la plaza otras dosbaterias de cañones de 24 y 18 que sacaron de los Navios de guerra, y la quarta deMorteros y obuzes.

Con todas estas fuerzas nos batian incesantemente; y por mar quando el tiempo lopermitia lo executaban del mismo modo las Fragatas de Guerra. Bergantines y algu-nos Transportes con obuzes de 18. A todos sus fuegos se les contestaba con igualeficacia, y en las noches se remediaban en lo posible aunque con extraordinaria fatigalos daños recibidos. Al fin en la noche del primero de Febrero colocaron los enemigosuna de sus baterias á medio tiro de cañon, y á la mañana siguiente batieron en brechala cantina del Sur del Parque en la que estaba situada la puerta de S. Juan que inme-diatamente hicieron pedazos y consiguieron abrir aquella de mas de veinte varas, sinque pudiese impedirlo una bateria de dos cañones que hize formar inmediatamente enun punto dentro de la Plaza desde donde recibia el enemigo nuestros fuegos con gravedaño por cima de la cortina en que había abierto la brecha. Este servicio lo encargueal tercio de Andaluces del mando de D. Matias Larraya Subteniente del RegimientoInfanteria de Buenos Aires y del Capitan Urbano D. Manuel de Santelices, quienes seportaron perfectamente como yó esperaba y podia desear, La guarnicion y vecindarioapenas tuvieron un momento de reposo desde el dia 20 de Enero hasta el 3 de Febreroen que se dio el asalto: al anochecer indefectiblemente se tocaba la generala, cada unoiba á su puesto y en el permanecia hta. la mañana siguiente.

Por el dia la repeticion de alarmas, ya por los ataques de mar, ya por los movi-mientos que se obserbavan en el Exercito enemigo obligaba á una vigilancia ince-sante.

Mis cartas fueron recividas en aquella Capital; pero como el mando en la actuali-dad estaba dividido en tres diferentes autoridades era necesario que estas acordasen si

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debia ó no mandarse el auxilio que yo pedi y en este caso á que numero debia ascender,pues dictaba la prudencia sin embargo de que el enemigo estaba empeñado en el ata-que de Montevideo que quedase la Capital con una regular defensa. Este acuerdodemandaba algunos dias, pues las opiniones serian sin duda diferentes, como sucedeen lo general quando son muchos los que deben acordar una resolucion de entidad.Alfin se decidio que viniesen de dos á tres mil hombres, y que la vanguardia compuestade 300 Blandengues, y 200 entre Dragones é Infantes saliese á la posible brevedad almando del Coronel D. Pedro de Arce Sub-Inspector General de las tropas del Virreynato,como lo verificó executivamente desembarcando con buen exito en las inmediacionesde la Colonia del Sacramento: pero como el resto del auxilio se componía de Paysanosarmados al mando del Capitan de Navios D. Santiago Liniers, y hubiesen manifestadorepugnancia de servir á las órdenes del Virrey, segun comprendo de los oficios de S.E.de que acompaño Copia, fue esta ocurrencia á mi parecer un nuevo motivo de la demo-ra del refuerzo tan necesario en aquellas circunstancias, hta. tanto que el Virrey seconformo en que sirviese á las órdenes de Liniers , quien le daria cuenta de lo que fuesedigno de llegar á su noticia. En 30 de Enero me participo Liniers haber desembarcadoen el mismo punto de la costa por donde lo habia efectuado Arce y que inmediatamentese ponia en marcha. El Coronel Arce llego por fin á la plaza el 2 de Febrero al anoche-cer, y como me hubiese avisado desde el camino que su demora consistia en la falta decaballos y no pudiese remediar yo este inconveniente, pues todos los que tenia reuni-dos en la estancia del Rey habian sido retirados de orden del Virrey con el objeto deprecaver que el enemigo se apoderase de ellos, oficié á S.E. trasladandole los oficiosde Arce, y pidiendo se sirviese estrechar sus providencias para que no experimentaseigual falta el Cuerpo del mando del Coronel Liniers. La contestacion fue sustancial-mente que no tenia motivo para dictar nuevas ordenes en el particular de que se trata-ba. De consiguiente esperaba yo q.e no faltando Caballos debería aquella gente estarmuy proxima á la Plaza en tres dias que habian pasado de su desembarco y que elenemigo seria atacado con un exito feliz: pero por desgracia el Coronel Liniers expe-rimento la misma falta de Caballos que Arce; y aunque emprendio la marcha a piellebado se su actividad y de los deseos de llegar a tiempo con aquel auxilio (que cier-tamente habria impedido la pedida del Pueblo) solo sirvio esta eficacia para dar otraprueba de lo que se interesaba el Pueblo de Buenos Ayres en el mejor servicio de S.M.y en la felicidad de Montevideo, pues me aseguraron que uno ó dos de los Soldadosmurieron, y otros enfermaron por el esceso de Calor en las marchas.

En estas circunstancias el Comandante en Xefe de las tropas enemigas que for-maban el sitio me paso una carta el dia 2 de Febrero por la tarde ofreciendome unaCapitulacion como correspondia al honor con que se defendia la Plaza mediante áque el estado de sus murallas no podia resistir por mas tiempo, con calidad que de no

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conformarse en el termino de una hora continuarian las hostilidades y todos loshorrores de la guerra. La creencia en que estabamos de la proxima llegada del Re-fuerzo de Liniers, el covencimiento de que siendo la mayor parte del recinto unaverdadera brecha por lo baxo de sus paredes llamadas impropiamente murallas, elabatimiento de una de ellas no aumentaba la facilidad ó dificultad del asalto á quesiempre estubimos espuestos: la desgracia de haber muerto de una bala de Cañon latarde de el 1.º mi unico Interprete el brabo Capitan de Usares Urbanos D. PabloColon oficial del primer merito y que se habia distinguido en todas las ocaciones enla defensa de la Plaza: y la heroica determinacion de la tropa y vecindario de morircon preferencia á entrar en Capitulaciones, y ser esta misma mi opinion: todas estasrazones reunidas hicieron ineficaces las proposiciones del general enemigo. Se abrioel fuego, y nosotros esperamos con denuedo el asalto en que vencio al fin la superio-ridad escesiva de un enemigo obstinado despues de un ataque sangriento en que laperdida entre muertos y heridos por nuestra parte llegaria con corta diferencia á 700hombres, pues no pude adquirir una exacta noticia de su cabal numero.

La de los enemigos, no baxó de mil inclusos dos Coroneles y veintitres oficiales.Nada menos les costo la rendicion de una plaza sin murallas en la mayor parte de

su recinto, sin foso, sin estacada, sin minas, sin puentes en sus puertas sencillas comolas de una casa particular, con una Ciudadela, que sobre tener desplomado uno de susBaluartes, que sobre tener desplomado uno de sus Baluartes esta dominada con todala plaza de un punto inmediato. Asi es que nuestras cureñas y cañones eran despedaza-dos con una frecuencia admirable, y que solo pudo remediar por tanto tiempo unaactividad estraordinaria. De estos antecedentes inferirá C.A. la intrepidez de los defen-sores, la constancia y el valor de una guarnicion que ascendia á unos dos mil hombresinclusos Urbanos y Paysanos armados y el grado de entusiasmo de que estaban poseidosaquellos vizarros Españoles fieles vasallos de nuestro augusto Monarca. S.M. puedetener la satisfaccion que la mayor parte de la Europa conoce la especie de fortalezaque es la de Montevideo tal qual la acabo de describir y que la defensa que ha hechocontra una Armada tan superior, es un testimonio brillante del amor que justamente leprofesan aquellos buenos habitantes, y de su resolucion á morir antes que sufrir otradominacion que la de su dulce gobierno.

El General Ingles, sin embargo de que las circunstancias del ataque, aplicadas aldho. de la guerra , le autorizaban sobre las vidas y propiedades del vecindario, comoCaballero, y buen militar, supo apreciar el merito de aquellos bravos-Defensores,declarando la libertad de sus bienes, ofreciendo respetar el culto y dexando á laMunicipalidad en el uso espedito de sus funciones.

La energia, el Patriotismo y Constancia e la corta guarnicion, vecindario y habi-tantes todos de Montevideo, en medio de las fatigas y horrores del sitio, y el asalto

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(sin escluir á las mismas mujeres), son obgetos infinitamente superiores á la cortaespresion de mi pluma. Los sacrificios que hizo de sus mas sagrados intereses estepueblo fiel para verificar la conquista de Buenos Ayres, no fueron mas que unosensayos de las acciones heroicas que ha executado para sostener una resistencia quellenó de asombro á los enemigos. El dinero, las propiedades, las alhajas, la sangrede sus propios hijos, todo se me ofreció con placer, con amistad y con instancia.

Un soldado, un solo vecino no hubo que se quexase de la extraordinaria fatiga de15 dias con sus noches de alarmas, con continuo fuego y trabajo incesante.

Ellos veian con indiferencia las ruinas de sus casas, cuyo costo absorvia la mayorparte de los sudores de toda su vida. La muerte de sus hijos, parientes, amigos no fuécapaz de suspender un instante el ardor de sus nobles sentimientos. Yó tendria Seren.mo

Sor. un eterno dolor de no poder dar una exacta idea de tan estraordinarios servi-cios, si no estuviera persuadido, que la alta comprehension del Rey y de la Sabidu-ría, de V.A. daran el verdadero valor á las virtudes de los fieles habitantes de Monte-video. Ellos son ciertamente dignos de ser alistados entre los mejores Vasallos de laNacion, y atendidos con las distinciones y compensativos que sean del Soberanoagrado de S.M. para que puedan repararse de los grandes sacrificios que hanesperimentado en sus haciendas, en las vidas de sus hijos y en su propia sangre porla Religion, por su Rey y por su Patria.

Parece Seren.mo Señor que despues de haber manifestado del modo que me hasido posible la lealtad de la guarnicion y vecindario en general de Montevideo noqueda lugar á particulares recomendaciones: sin embargo circunstancias acciden-tales exigen que haga yo presente á V.A.S. la fatiga muy extraordinaria de losoficiales del R.1 Cuerpo de Artilleria y su tropa veterana; pues no habiendo mas q.e

tres de los primeros y como cien Soldados para atender al servicio de 106 piezasque estaban montadas en el recinto se deduce qual habrá sido el servicio de unos yotros en 15 dias de un fuego continuado y tan activo que el 28 de enero disparó laplaza mil tiros solo del calibre 24 en contestacion á las baterias de tierra y á losbuques de guerra que atacaron aun tiempo. Tambien es necesario informar á V.A.S.que sin embargo de la edad octogenaria del Brigadier Sub-Inspector de aquel Cuer-po D. Franc.o Orduña no se dispenso de las mas pequeñas partes de sus obligacio-nes.

Tampoco faltó á la menor de ellas el teniente Coronel D. José Rodrig.s coman-dante accidental de la Artilleria de la Plaza y de su Maestranza, no solo en lo respec-tivo á aquella si no en el mejor apresto de los trenes bolantes asi para la reconquistade Buenos Ayres como para el campo del Sor. Virrey; en todo lo que ha manifestadoeste oficial grande actividad, zelo, disposicion y mucha practica en estas partes esen-ciales de su profesion.

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El Real Cuerpo de Ingenieros puede considerarse en el mismo caso y circunstan-cias que el de Artilleria. El se componia de 3 oficiales incluso el Comandante de laPlaza y el Brigadier Sub-Inspector D. Bernardo Lecoq, quien ha sido émpleado p.r

falta de Xefes en el mando del campo bolante desde q.e se formó por el mes de Juniohta. la llegada á la Plaza del Virrey Marques de Sobremonte. Dicho Brigadier ha-biendo logrado el restablecimiento de su salud consiguió le fuese conferido el mandode las tropas que salieron de la Plaza, que desempeñó como queda espresado.

Tambien se ha distinguido por su actividad, por su disposicion y por incansableen la fatiga hta. el dia del asalto el Sargento Mayor de la Plaza D. Franc.o Xavier deViana.

Son asi mismo dignos de elevarse á noticia de V.A. S. los servicios de los oficialesde Milicias de Artilleria ya reformados q.e se presentaron á servir con la mayoreficacia, los quales van comprendidos en la lista adjunta; entre ellos tuvo la ocasionde distinguirse el Capitan D. José Cardoso por haberle cavido el destino de la Ciu-dadela donde se hizo y recibió más fuego que ningun otro punto durante el sitio.

Tambien es digno de una especial recomendacion el Capitan graduado de ExercitoD. Bernardo Suarez, cuyo empleo obtuvo por sus distinguidos servicios en la ultimaguerra con Portugal. Este Oficial hizo el mayor empeño para ir á la reconquista deBuenos Aires; pero la necesidad de su persona para la direccion de las caballadastan precisa á los campos bolantes (en que lo tuve empleado y desempeñó con elmayor acierto y esactitud) me obligaron á negar sus solicitudes. El Sor Virrey despuesde su llegada á Montevideo le rebeló de aquella comision dandole el mando de unade las partidas de Caballeria destinadas al bloqueo de Maldonado, en cuyo destinodesempeñó vizarramente sus deberes.

Es acrehedor al mas distinguido elogio el mariscal de campo S.Miguel de Quesadaagregado á la Plaza que empezó sus servicios á el Rey en las guerras de Italia. Estegeneral, sin embargo de su abanzada edad y sus continuos achaques se empeñó enque se le asignase puesto. Por complacerle le conferí el de la Ciudadela, adondeluego que oia el fuego, se hacia conducir por dos de sus criados quando los gravesdolores que padecia no le permitian hacerlo de otra forma, dandonos un exemplo deheroismo militar que escitaba nuestra ternura y todos nuestros deseos de imitarle.

El Comandante de las Milicias de la Plaza con grado de Coronel D. Juan Franc.o

Garcia, ademas de las ofertas y donativos que hizo en las circunstancias de escasez(como consta del Expediente que he remitido á V.A.S. por duplicado comprensivo detodos los individuos que habian dado aquellas pruebas de amor á S.M. por contri-buir á la reconquista) estubo al frente de su batallon, asi en la salida del dia 20,como en el asalto, sin haber faltado á la diaria fatiga, ni en las noches al puesto quele estaba señalado.

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La parte del Regimiento de Infanteria q.e existia con su comandante el SargentoMayor D. Juan Antonio Martinez sufrio mas que ningun otro Cuerpo la noche delasalto, como se deduce de la perdida que tuvo de Oficiales, siendo muy dignos derecomendación los Cadetes del mismo Regimiento q.e agregados á la Compañia degranaderos se portaron con el mayor honor en todas las acciones de armas, habien-do muerto muchos y quedando herida la mayor parte.

Los vecinos de aquella Ciudad D. Pedro Vidal, D. Pedro Errasquin y D. JoséGestal Comisionados por el Virrey p.a proveer de granos la plaza cumplieron muybien con su encargo y D. Juan José Seco introduxo en ella personalmente sin embar-go de la vigilancia de los sitiadores 150 novillos, cuyo servicio agregado al de habermantenido á su costa 200 hombres montados para obrar con el Campo bolante,parece que le hace digno de muy particular recomendacion.

Por lo que respecta á la Marina Real no tuvo ocasion de manifestar que su entu-siasmo en nada cedia al que animaba á la guarnicion y pueblo para defender laPlaza; pues como el enemigo respetó las lineas de defensa del Puerto, compuesta laprimera de cinco Buques acoderados con dos cañones de á 24 y 18 en las proas consus francos guardados por las baterias de la Isla y de S.n Franc.o y la segunda avan-zada de doce Lanchas Cañoneras que en caso necesario debian replegarse entre losclaros de la primera, no hubo ocasion de una accion general, y solo tuvo lugar algunligero ataque á los Buques que se aproximaban ó q.e casualmente quedaban en cal-ma. Las Lanchas cañoneras nos fueron de suma utilidad para proteger las embarca-ciones que durante el sitio nos conducian los viveres desde la barra del Migueletehasta el muelle, y á ellas se debió que el enemigo no los interceptase. Por las nocheslas Obuzeras les causaban bastante molestia en su campo con las granadas que lesarrojaban, y á la bateria de la Aguada que era la qe estaba al alcance de las cañone-ras se dieron diferentes ataques en que perdimos algunos marineros. La Marina semantuvo en sus buques la noche del asalto, pues no era prudente sacarla de ellos conel riesgo de que el enemigo atacase el puerto al mismo tiempo que lo hacia portierra. Visto que este dominaba la Plaza puso fuego á los Buques del Rey en cumpli-miento de mis ordenes, y pasaron todos sus individuos á Buenos Ayres, donde hanhecho su deber en el último ataque con el mismo honor que en la reconquista y entodas las ocasiones que se han presentado á los alistados en este R1 Cuerpo. 4

La Corbeta Atrevida q.e era la mejor que alli existia voló con dos lanchas cañone-ras: Las restantes sin duda p.r defecto de los mixtos no corrieron la misma suerte.

El Ministro de R.1 Hacienda y Tesorero D. Juan Bautista Ferrer que reune á suzelo, actividad y amor por el servicio de S.M. y Reales intereses otras circunstanciasmuy apreciables, me ha sido sumamente util durante el sitio de la Plaza en que nofalto de mi lado sino quando sus obligaciones lo exigian. A este Ministro se debe quelos heridos en el ataque del 20 tuviesen camas y fuesen asistidos con la mayor pun-

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tualidad; pues ausente el Oficial R1 que salio con los caudales, encargue á Ferrer deaquella interesante Comision que desempeño con el esmero propio de su caracter.

Por la misma razon de ausencia del Oficial R.1 se hizo preciso encargar á Ferrerdespues del asalto de la formacion de Hospitales y provision de todos sus utiles paracurar los Centenares de heridos que quedaron de aquella sangrienta accion; y sinembargo de la falta absoluta de Caudales para atender á tan principal obgeto, estedigno Ministro de Real Hacienda encontró todo lo necesario para la mas completaasistencia de aquellos Brabos Defensores de la Patria en terminos poco conocidos enaquel Pais. Por estos servicios, por los que ha contrahido en su carrera, y finalmentepor lo que sufrió de los enemigos á causa de una delacion hecha por un sugeto de quienno debia esperarse (cuyo nombre me reservo por el honor del ramo á que correspon-de)) relativamente á la existencia en la Tesoreria de su cargo de cierta cantidad de R.1

Hacienda que hubo en efecto, pero que estaba ya consumida, no puedo dexar de hacerá V.A.S. la mas distinguida recomendacion en favor de este buen Vasallo, y suplicarsecon mi mayor respeto se le confiera el empleo de Comisario de Guerra á que me pareceser muy acrehedor, si fuese del Superior Agrado de V.A.S., cuya vida gue. Dios m.s a.s

- Madrid 30 de Diciembre de 1807. - Ser.mo Sor. - Pasqual Ruiz Huidobro - Seren.mo

Sor. Principe Generalisimo Almirante Gral. - Es copia (Firmado) Ruiz Huidobro”.En: Bauza, o.c.

36. Francisco Antonio Maciel (1757-1807) vecino de Montevideo, fuerte comer-ciante de plaza, tuvo saladero de carnes, asentista del alumbrado público, fábrica develas, molino de viento para uso industrial. Miembro de la Hermandad religiosa deSan José y Caridad destinó parte de sus bienes a la beneficencia donando el Hospitalde la Caridad, Capilla de la Caridad y otros. Durante las Invasiones Inglesas murióen un ataque en las afueras de la ciudad (enero 20 de 1807).

37. “Desde que llegué a la Provincia hice concepto que esta plaza ha de ser elgeneral punto de vista, o en la extrema de no haber tropas para atender a otrosdestinos, el único objeto de defensa en una guerra... Es la plaza de Montevideo elúnico antemural de las provincias del Perú por parte del Norte, y su pérdida traeríaun trastorno general... pues dueños los enemigos de Montevideo lo serían tambiénde los canales del Norte y del Sur... Nuestro comercio se arruinaría y el considerableproducto de nuestras minas pasaría a manos extranjeras”.

“Quieren algunos decir que en caso de guerra no pondrán los enemigos la miracon costosa expedición a esta Provincia, suponiendo que no produce oro ni plata,teniendo otros objetos donde emplearla con mayor utilidad. No sé que se presententantos en ambas Américas, pues a excepción de Vera Cruz por la opulencia del reinode Nueva España, se puede contemplar en segundo lugar para su atención en las

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circunstancias actuales el Puerto de Montevideo por el giro del Río de la Plata yVirreinato... En otros tiempos Cartagena y Panamá ofrecían más ventajas para sa-car el jugo de esta América meridional por ambos puertos; pero concedido el comer-cio libre, la intervención por el de Montevideo ha de llamar mucho los deseos de losextranjeros a este Río de la Plata”.

“Es cierto que por la desidia o abandono no hay minas corrientes en la Provin-cia; pero no es de creer suceda lo propio para otras naciones necesitadas de estosmetales, pues es sabido que en las inmediaciones de Maldonado, donde en el día seestá formando de mi orden con todo empeño una población de españoles asturianos,se han encontrado y están en uso muchas vetas de oro; plata y también jaspes, már-moles y otras piedras exquisitas; y en los pueblos de Misiones que estaban a cargode los expatriados, después de su separación se han descubierto varias minas de oro,plata y azogue y otros metales que exceden por lo exquisito de estos últimos a las deCoquimbo. Con que no hay razón para seguir el dictamen de los que por no haberespeculado desprecian un país que puede dar tan exquisitas producciones, y que siestán en bruto, no es por falta de diligencia y de haber pedido al rey del Perú estandoen mi anterior gobierno y avisado a la Corte necesitaba de dos peritos para su reco-nocimiento, sino porque no se enviaron, por lo que expongo cuando trato de lasminas de azogue de la provincia de Omasuyos”.

“Cuando los extranjeros no encontrasen en las entrañas de la tierra las riquezasde que acabamos de hablar, no se puede negar, ni les es oculto las hallarían en elopulento comercio que sin arbitrio e impedimento harían en tantas y tan vastas pro-vincias del reino como las de Chile, Tucumán y Potosí, de donde se extenderíanhasta Lima. Si las sólidas razones expuestas bastasen a persuadir a algunos a deberrecelar expediciones contra la provincia, acabarán de convencerles la considera-ción del empeño con que los portugueses han anhelado en otros tiempos incesante-mente y sin omitir medios, por más odiosos y reprobados que hayan sido, extendersus dominios por esta América. Y siendo esta provincia la que más les importa porsus intereses y ser éstos unos mismos que los de los ingleses, ni sería de extrañar, ano mediar el tratado de amistad, garantía y comercio, empeñasen a esta nación a suconquista y verificar sus votos y antiguas ideas no sólo asegurando al Brasil, sinoponiéndolo en mayor auge y opulencia para el comercio que podrían hacer en estaspartes de la Corona de España”.

1784. Memoria del Virrey Vertiz al marqués de Loreto, sobre el valor de Montevideo.

38. 1784 - Real Orden. Pide informes del estado de las Misiones que fueron de losJesuitas.

“El Rey desea saber con toda individualidad el estado actual de las Misiones queestaban á cargo de los religiosos extinguidos, á fin de tomar eficaces providencias

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para el mejor arreglo de su administración. Manda, pues, S.M. que V.E., de acuerdocon el Intendente de ejército y Real Hacienda, forme y me remita con la mayor bre-vedad posible una relación clara y metódica que trate de todas las Misiones estable-cidas en el territorio de su mando: expresando en cada una de ellas la provincia enque se halla: su extensión: las naciones de indios y pueblos, de que se compone: quégente tiene cada pueblo, con distinción de clase, estado, edad y sexo: si entienden yusan generalmente la lengua española, ó sólo su antiguo idioma: y si es uno mismoó diferente en toda las naciones.

“Se informará después, de la administración espiritual, exponiendo que sacerdo-tes están encargados de la Misión, si seculares: en qué número y con qué título ónombramiento: cómo desempeñan su ministerio: y si están suficientemente instrui-dos del idioma de sus feligreses y qué sinodo o salario gozan: de qué ramo se paga ysi perciben obvenciones ó derechos: cómo se han introducido ó arreglado, y cuántoimportan: si las iglesias se mantienen con decencia; qué gastos se hacen en su culto,y de donde salen: si hay cofradías ó hermandades: cuántas son: cuándo se estable-cieron: con qué regla, qué aprobación tienen y cómo subsisten.

“En orden a lo temporal, se averiguará qué gobierno y policía llevan entre sí losmismos indios: quién lo formó ó autorizó: con qué estatutos municipales se rige: quépropios fondos ó renta gozan los pueblos en común: de qué ramos se componen; conqué destino, y quién los maneja, dónde se liquidan sus cuentas: y cuál es su producto.

“Se describirán asimismo las costumbres de los indios: su aplicación á la agri-cultura ó artes: qué frutos da el país: de qué estimación: y que expendio o comerciose hace de ellos: si convendrá adelantarlo ó variarlo para que se mejore: de quémodo. Si las tierras se les han repartido por familias ó personas, ó si librementecultiva cada uno el territorio que puede, según sus fuerzas. Finalmente, cómo sehabilitan para sus labores: y si tienen algún ramo de industria: en qué consiste, ydónde se expenden sus obras; por qué manos, y si se procede á satisfacción conlegalidad y pureza.

“En todos estos puntos se explicará con individualidad, no sólo lo que conduzcaá hacer patente el estado actual, como también el que tenían al tiempo del extraña-miento, para que se conozcan los progresos hasta el presente y en caso de decaden-cia, ó que convenga variar, se propondrá lo que se considere más acertado. Paraadquirir esta noticia, y poder formar juicio seguro, se instruirá V.E. de personas deprobidad, carácter y conocimiento práctico de los mismos países, evitando autos ydiligencias judiciales: pues S.M. sólo quiere una exposición clara, sencilla y verda-dera, sin el voluminoso aparato de piezas justificativas. Prevengo á V.E. que el cui-dado que merece su importancia, por sus grandes resultas en aumento de la religióny del estado, y en beneficio de los mismos indios.

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“Dios guarde a V.E. muchos años. - El Pardo, á 31 de Enero de 1784. D. JOSEFDE GALVEZ “Sr. Virrey de Buenos Aires”.

39. Francisco de Medina, español oriundo del obispado de Palencia era ademásde empresario pujante en el negocio de la carne sal ada, estanciero y asentista delejército de Cevallos. A su fallecimiento en 1788 dejó importantes bienes que figuranen el inventario (tierras, 5 embarcaciones, construcciones industriales y abundanteganado vacuno).

40. MONTEVIDEO Y LA CAMPAÑA DE LA BANDA ORIENTAL EN 1787*CARTA DIRIGIDA A SU MAESTRO DE LATINIDAD D. BENITO RIVAMi amigo Don Ramón: Mas me manifestó una carta de Ud. de 10 de enero del

presente año, que venía dirigida a mí en caso de ausencia suya, la que leí con sumogusto por saber de la salud de Ud., y hecho cargo del deseo que manifiesta de que leparticipen lo notable que hay ahora en este país, y no había antes de las dos y mediadécadas de años que han corrido desde que Ud. se ausentó de él, hice ánimo desatisfacer a su deseo refiriendo no las acciones humanas acaecidas en este largotiempo, pues sería tejer una larga historia, sino los efectos de ellas existentes o queacaban de pasar. Ciñéndome a esto sólo tendré mucho que decir, y no lo podré decirtodo, y Ud. tendrá mucho que admirar por prevenido que esté a favor de las ventajasnaturales de un país, que tanto le cuadró, aun conocido sólo en mantillas. Empezarépor la agricultura, cuyo objeto es el más necesario a la vida, como su ejercicio elmás natural al hombre, seguiré por la cría de ganados, por la pesca, la población, supolicía, su comercio, su marina, sus tropas, sus milicias, sus tribunales, sus curatos,sus beneficios, y en fin por todo aquello que ocurra más notable y digno de atención.

Agricultura. La prueba más clara de su adelantamiento es que este año se hanrecogido 5.522 fanegas de trigo del diezmo de esta ciudad, de suerte que por éldebemos regular la cosecha en más de sesenta mil fanegas, pues no todos diezmanbien, y las nuevas villas de San José, Santa Lucía, Canelones y Minas, de que habla-ré después, y en las que hay más de doscientos vecinos, todos labradores, no handiezmado por considerarse exentos de esa obligación. Corre el trigo ahora a dospesos la fenega, y se acordará Ud. que la fanega de trigo pesa aquí dos quintales ydiez o doce libras de a 16 onzas cada una. Con esta baratez se han extraído para LaHabana y diversos puertos de Europa en harina y en especie más de once mil fane-gas. En el puerto está ya para salir una embarcación cargada con 2.000 quintalesde harina, y se están cargando de la misma algunas más para La Habana y Asuncióndel Paraguay. Son abundantes las legumbres que da el país, como porotos de variasespecies, habas, alverjas, chícaros, etc. Pero nada es comparable a la abundanciade hortalizas que se cultivan todo el año, como son las coles, repollos más grandes y

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de mejor gusto que las de Buenos Aires, las de Génova, las lombardas, las rizadas,las dengueadas y otras muchas, que aunque de accidentes distintos, sólo se conocenaquí con el nombre general de coles. De lechugas se cultivan seis u ocho especies,todas excelentes, es a saber: las flamenquillas que Ud. conoció y cultivó algún día enel huerto de su casa, las capuchinas, las romanas, las holandesas, las blancas, lasmoradas, etc. Se cultivan tres especies de escarolas, las anchas que Ud. conoció, lasendivias y las crespas; se cultivan coliflores, colinabos, nabos tan buenos como losde Lugo, apios, cardos, alcauciles, pimientos dulces valencianos de hocico de buey yotros cumplidos; espárragos, espinacas, chirivías, zanahorias, betarragas, rábanosdulces, berenjenas, papas criollas y de Canarias del mismo gusto y calidad que lasque vinieron de allá ha cuatro años, tomates, ajos, cebollas, etc., de todo en tantaabundancia, que muchas personas de distinción, nada apasionadas a este país, con-fiesan sencillamente no haber visto en España plaza tan abundante y surtida como lade Montevideo. Los de Buenos Aires la envidian ya en algunos renglones, y de ella seproveen de muchas cosas que o no se dan allá, o no se dan tanto y de tan buenacalidad. Frutas reptiles como zapallos, bugangos, calabazas, melones criollos y deValencia, sandías comunes del Río Grande y de Málaga se cogen abundantemente yse venden a precios moderados. Para Buenos Aires van de regalo y de venta muchasfrutas de este género, porque esta ciudad no es capaz de consumir las que se cogenen su jurisdicción. Las frutillas o fresas que yo no conocí hasta que pasé a BuenosAires y que allí se venden siempre muy caras, se venden aquí sin contar en la fuerzade ellas, y ocasiones hay en que un hombre no puede comer las que se dan por medioreal. Las arboledas se cultivan con orden, con primor y buen gusto. Cualquiera sabeen su chacra o huerta lo que es injertar la púa y escudete, a yema dormida y despier-ta. Hasta las señoras que tienen alguna posesión en el campo hacen de eso su vani-dad, lo que ha provenido de que se ha ennoblecido este ramo de agricultura, ejerci-tándose en él las primeras personas del pueblo, que procuran a porfía excederseunas a otras en tener muchas y buenas frutas. El arroyo de Cuello, el de Toledo, eldel Cerrito, y sobre todo el Miguelete, están llenos de arboledas frutales, y son elteatro en que estos nuevos colonos manifiestan su industria. Haré a Ud. relación dealgunos de los poseedores más distinguidos para que Ud. forme alguna idea de loque acabo de decir. El Presbítero Cardozo posee la chacra de su difunto padre DonFrancisco Cardozo; Don Eusebio Vidal, Ayudante de Milicias de Caballería de estaciudad, casado con la hija de Don Francisco Bruno Zabala, nieta de la Paz, posee loque era de éste. Don Francisco Betbezé, Coronel del Cuerpo de Artillería y jefe de laProvincia, casado con hija de Don Juan Llanos, nieta de Pesoa, posee la de su abue-lo. Don Juan Pedro Aguirre, casado con hija del difunto Don Joaquín de Viana poseeuna inmediato a lo de Zerpa; la de éste la posee en el día el Comandante de losResguardos Don Francisco Ortega, uno de los papeles de más ruido de la Provincia,

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quien en un botecillo me suele hacer algunas visitas, pasándose a la mía, que laposeo ha catorce años; es la que fue de Barrales, en que Ud. comió algunas vecesdebajo de unos viejos y robustos manzanos. Cuando Ud. la conoció y yo la compré,no había en ella más que un bosquecillo de duraznos y de esos manzanos silvestres.Si Ud. la viera ahora, como lo he deseado muchas veces, diría: O quantum Niobe,distabat abista! Podría Ud. comer debajo de naranios chinos sin que le ofendiese elsol del estío en su cenit, porque los hay muy hermosos, como también limones realesy comunes, perales de cinco especies, manzanas de muchas más, duraznos priscosblancos y amarillos, albérchigos de distintas especies, melocotones, duraznillostempranos y otras muchas especies de árboles, puestos todos con proporción y buenorden. No por eso piense Ud. que es de las mejores; es sólo de las medianas, porqueni el terreno es de los más ventajosos ni mis facultades han correspondido al deseode adelantarla. Tengo en ella una casa bastante capaz, en que unas veces enredadocon los libros y otras con los árboles, paso la mitad de mi vida. Se acordará Ud queestá contigua a la de mi difunto abuelo, que la poseen con buena armonía ha 17 añosmi padre y su hermana, la viuda del difunto Durán. Esta es ahora la mejor de todas,y les produce a sus dueños cerca de dos mil pesos libres por año; pero con el tiempotal vez lo será la del Coronel del Regimiento de Infantería de Buenos Aires DonMiguel de Texada, que está sobre el arroyo del Cerrito, a una legua de la ciudad,como quien va a la chacarita de San Francisco. La visita todos los días, excepto losfestivos y los que las lluvias o algún otro accidente se lo impiden. En una palabra,desde Canarias adelante está todo tan poblado de caseríos y huertas, que aun losque están aquí de asiento o se han descuidado algún tiempo de volver a ver lo quehabían visto, se quedan aturdidos con la novedad. A Buenos Aires llevan a venderperas, membrillos y manzanas en tanta copia que muchos por libertarse del engorrode las encomiendas, las compran allí mismo y después las regalan como si inmedia-tamente les vinieran de Montevideo. Para el riego de las huertas no hay más que dosnorias, pero hay muchos cigoñales que donde está el agua cerca, como sucede en lascañadas u orillas de los arroyos, reputo por mejores que las norias por ser instru-mentos más sencillos y que extraen sin desperdicio mucha copia de agua. El Coman-dante Ortega puso en el Miguelete una bomba espiral, pero abandonó su uso y se haacomodado a los cigoñales; en la agricultura se ha introducido algún lujo porque secultivan mucho las flores. Hay con abundancia claveles de los que llaman de a onza,rosados, carmesíes, blancos y disciplinados. Hay alelíes de todos colores, dobles ysencillos. Rosas blancas, mosquetas, etc., que se cultivan en el campo y en las casas.

Cría de ganados. Excepto cabras, cuya cría se ha abandonado porque su utilidadno compensa el daño y perjuicio que causan en sembrados, árboles y casas, se críatoda suerte de ganado. Con las yeguas tienen cuidado los hacendados de que no se

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multipliquen mucho porque fácilmente se alzan y alzan también al ganado vacuno.Han abandonado casi enteramente la cría de mulas, porque fuera de las que seemplean en las carretillas del servicio de la ciudad, que serán de cincuenta a sesentatiradas de dos mulas a la par como los coches, y fuera de las que se emplean en lasatahonas de una mula, que en el día se usan y pasan de treinta, toda las demás soninútiles por no haber extracción de ellas a parte alguna. Pocas consumen los cochesque si llegan no pasan de ocho, y tal cual vez se ven rodar por las calles. De cerdoscastellanos y chamorros de Andalucía y Extremadura se crían grandes piaras parael abasto del pueblo y de las embarcaciones; pero cortos rebaños de ovejas por estartan poco introducido el uso de sus carnes y beneficiarse poquísimo sus lanas, o porindolencia de los que acostumbrados a ramos de mayor lucro desprecian el que lesofrece menos, o por otras razones que yo no alcanzo. La cría que está en mejor pie esla del ganado vacuno, de que ya no se matan vacas para el consumo de la ciudad,sino sólo novillos en número de sesenta todos los días. No tengo noticia que en partealguna de los vasos dominios españoles se coma carne más gorda, mejor y másbarata. Cada cuatro de novillo de tres y medio años para arriba (porque menores nose permiten matar) está cuando esto escribo a tres y medio reales en la plaza, o loque es lo mismo, a catorce reales toda la carne de la res.

No obstante estar renovada la prohibición de que se mate ganado vacuno sólopor la piel, como se hacía antes, con todo, los cueros que se han extraído para Espa-ña, en lo que ha corrido del año, ascienden a 321.450, como lo acredita el estado queun amigo me sacó de la Aduana de esta ciudad, y que incluyo a Ud.; argumento clarodel prodigioso número de ganado que hay y se consume en esta jurisdicción; puesaunque muchos de los embarcados son de Buenos Aires, los más son de aquí, y noignora Ud. los que se consumen en sacos, en coyundas, en torzales, en ranchos, encubiertas de carruajes, y en cien mil otras cosas para las que se recurre siempre a loscueros. En 5 de marzo de 1781 salieron registrados de este puerto 432.000 cueros enun convoy de veinticinco embarcaciones. Separados del convoy salieron los seis co-rreos anuales, que son unas regulares fragatas, y otras embarcaciones sueltas; todaso las más llevaron cueros, y era constante que quedaba en esta ciudad en almacenesy en pilas por los huecos y por la campaña, cargamento para un par de convoyescomo el que salió. En Cádiz faltaron almacenes para los que en aquel tiempo y pocodespués se llevaron, y reapilaron muchos al descubierto. Yo sospecho que la multitudde cueros que había en Cádiz, y la desestimación en que cayeron, hizo despertar elcelo que ahora se tiene por las leyes y ordenanzas que prohiben la matanza delganado con sólo el objeto de la piel. Esto ha obligado a capar generalmente a lostoros, y a que se empiece a sacar de esta mina inestimable alguna riqueza de lagrande que puede producir, como diré hablando del comercio.

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Pesca. Se hace la misma que antes, pero con más abundancia por haber mayornúmero de pescadores, aun a proporción de lo que ahora es el pueblo. A más de esto, laindustria de los catalanes ha descubierto nuevos pescados, que antes no se conocían,porque no se hacía la pesca donde ellos comen, que es en la punta occidental del bancoInglés, norte sur con Punta de Carretas e Isla de Flores. Allá van los pescadores conbarquillos (de los que han zozobrado dos de tres años a esta parte y ha perecido lagente) y tienden sus espineles, en que cogen congrios, cazones, pescadas y brótulascon mucha abundancia, de suerte que ha habido veces de pasarse a vender el pescadoa Buenos Aires, por considerar muy abastecido de él este pueblo; van por la mañana yse retiran al puerto por la tarde, casi siempre con pescado, que es muy bueno, princi-palmente las brótulas, y pescadas. De los congrios dicen también que lo son, pero yono puedo dar testimonio de su gusto, porque todavía no los he probado a causa de lasrepugnancia natural que tengo en comer pescado que no tiene escama. Por esto no metema Ud. judío, que cristianos viejos hay que no comen tocino y que gustan degollarlas aves más bien que sofocarlas, y no saben si hubo Moisés en el mundo. También secogen en estas playas camarones, largos como un jeme, bureles y pescadillas distintasde las pescadas; estas dos especies son delicadísimas y las nombro porque me pareceque no se cogían en tiempo de Ud., y se han aparecido posteriormente en recompensade algunas especies que antes conocí yo y ahora no se ven, porque habrán peregrinadoa otros mares. En los inmediatos a la bahía de San Julián se cría con abundancia unaespecie de bacalao, no tan grande ni de escama tan fina como el de Terranova, pero esbueno, y los que tienen afición a esa pesca lo ponderan mejor que el verdadero; mascuando no lo sea, tendrá la ventaja de que no será tan caro por ser de nuestros mares,y porque en donde se coge hay buena y abundante sal. Ha pocos días que salió unbergantín a esa pesca. De los pescados secos que he comido ninguno me gusta más quela corvina negra, que se coge aquí con abundancia; pero o por su crasitud o porque nola salan bien está expuesta a la polilla y a ponerse rancia en poco tiempo. Si un vizcaí-no que se ha establecido para pescarla a la orilla de la Laguna de Castillos da con elpunto de perfección, podríamos reírnos aquí del bacalao inglés y del patagónico. Endicha Laguna y en la garganta por donde desagua hay a tiempos tal hervidero decorvinas, que ha habido lances en que se han cogido setecientas, de dos arrobas depeso cada una. Estos dos últimos años fue por dos ocasiones una fragata a hacer pescade ballena, pero no volvió enteramente cargada, creo que por falta de pericia en lospescadores, pues que he oído que el que animaba esa pesca le ofreció a un inglés quearribó a este puerto a repararse, 800 pesos anuales con tal que volviese de su país adirigir la que piensa continuar.

Población. Está tan adelantada que desde la bahía da golpe agradable a la vista;porque todas las casas se fabrican ahora de azotea con vistosas cornisas, remates y

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chapiteles muchas de ellas; se les ponen maderas del Paraguay, que son de duracióninmemorial, y de gran consistencia para sostener sin movimiento el peso de las tejuelasy argamasa, que se hace con cal de piedra, de que hay cuatro caleras en la sierra. Noes tanta blancura como la de Córdoba, pero a mí me parece que es de igual fuerza,pues a una medida de cal se le echan tres iguales de arena. La piedra de una caleraque yo allí he visto, es una especie de jaspe azul con algunas vetas blancas, y seastilla en lugar de abrirse cuando le dan golpes de marrón o barra. Se vende lafanega de nueve a doce reales puesta en la ciudad. Esta baratez de la cal, y la delladrillo otro tanto más barato que antes y el haber muchos artesanos y albañilesdiestros en su oficio con moderados salarios, facilita la fábrica de las casas, que sehacen cómodas y con las oficinas necesarias, de patios anchos, y regularmente enlo-sados o con ladrillos, o con losas labradas a cincel, o con pizarras labradas pornaturaleza, y en que el arte no tiene que poner más que alguna escuadra. De éstas sehan descubierto canteras copiosas particularmente en la estancia de mi casa. Losbalcones de hierro para las casas de alto, y las rejas para las ventanas de la calle sonya comunes, y por ellas no se pueden dar a conocer las casas, como se daban aconocer en otro tiempo por las tejas con que se cubrían, siendo las más de paja. Enéstas se tiene el gusto de poner en los patios emparrados de uvas moscateles y deuvas negras, grandes como las de Córdoba, por el temperamento no las deja sazonartan bien como allí, ni como en Buenos Aires. Con motivo de las azoteas se van intro-duciendo aljibes en los patios, y las casas que los tienen usan de su agua hasta parabeber, ponderándola más delgada que la de Canarias; pero yo me atendré siempre ala de esta fuente, que purifican la arena, el aire, y los rayos del sol. Ahora se conduceel agua en carretas pequeñas, tiradas de dos bueyes con un tonel, que hará comopipa y media catalana; habrá hasta 30 de ellas, y se introdujeron este año por man-dato del gobierno, que prohibió los carros toscos que antes se usaban, perjudicialesa las calles por su enorme peso y mala disposición de ruedas, que unidas firmementeal eje no podía dar vueltas sobre él, de suerte que al dar vuelta arrancaban laspiedras y arrollaban el terreno, contra que obraba la fuerza de cuatro bueyes. Delfuerte antiguo no ha quedado más que la Capilla; todo lo demás que comprende lamisma área en cuadro se ha renovado con piezas de bóveda para casas reales yalmacenes, con viviendas a la derecha y a la izquierda de la Capilla para el Gober-nador y para el Virrey, que ha llegado a estar aquí años enteros. La ciudad tiene yauna casa decente con un gran balcón a la plaza; en lo alto de sus piezas separadaspara cada juzgado y en lo bajo para el cuerpo de guardia, cárceles y calabozos parahombres y mujeres. La iglesia Matriz en orden al edificio es la misma que era antes,pero no en orden a sus alhajas y adornos. Tiene ocho altares, cuatro de los conretablos, en que hay hermosas imágenes; las más sobresalientes son las de los dos

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Santos Patronos, la de Nuestra Señora del Carmen y la del Rosario, que se hicieronen Madrid. En el altar de ánimas se puso una imagen de bulto de Nuestra Señora delos Dolores, y desterraron a la puerta de la iglesia debajo del coro el hermosísimo yantiguo lienzo de Nuestra Señora del Carmen, a cuya hermosura y devoción ha des-agraviado la piedad de los fieles, que mantiene delante de ella luz indeficiente, y alentrar o salir la saludan casi todos con el Angel y con San Bernardo. El bautisterioestá decente con su cielo raso y con un armario que sirve para archivo y para escri-bir. En la sacristía hay una cajonería bien hecha, que costó seiscientos pesos, y laropa de ella no es rica para todos los días, pero siempre es decente. La Hermandaddel Santísimo está muy fervorosa y con mucho número de hermanos; ha hecho parasus funciones seis blandones grandes de plata con su correspondiente Cruz Sacra,etc., y dos candeleros con tres brazos cada uno para alumbrar inmediatamente alSantísimo. Todo costó más de dos mil pesos. Tiene un ornamento completo de tisúque costó en Valencia mil y seiscientos pesos, dos palios de tisú, uno que correspon-de al principal ornamento y se levanta con diez varas de plata, y el otro, que no es detanto valor con ocho. No hay año que en el Corpus no estrene alguna cosa; para elque viene espera estrenar una custodia grande con un docel de plata, que cuestasegún me han dicho cuatro mil pesos; pero no creo que estará más lucido ni de mejorgusto que el que se puso este año, adornado de finísimas flores. El paseo de ese díase hace siempre con grandeza, a que acompaña la salva de la artillería de mar ytierra; se cuelgan en todas las calles por donde se hace y este año estuvo muchaparte de ellas, cubierta con toldos de indias; por confesión de los desapasionadoshace muchas ventajas a la de Buenos Aires. Hay en la Matriz mucha frecuencia desacramentos con la aplicación de algunos eclesiásticos al confesionario. La torretiene dos campanas de mediano porte, una quebrada y otra mal remendada; porquedos que hay grandes y buenas no las puede sostener por su debilidad y están colga-das al lado de ella en una horca de madera. En el coro hay un órgano que puede serbueno para cualquier iglesia. Ha tres años que un Brigadier de Ingenieros portuguésque está en el servicio de España y lo está por ser muy hábil, levantó un plano de unahermosa iglesia de tres naves para la Matriz; se remitió al Exmo. Señor Marqués deLoreto, Virrey actual y a la Junta de Real Hacienda para su aprobación, y se esperacon ansia para empezar la iglesia, que hace notable falta, porque la que hay no escapaz de admitir la sexta parte del pueblo, ni de resistir más al tiempo que la tienemuy cansada. El Convento de San Francisco hubiera empezado ya la suya si el mis-mo Virrey no lo hubiera impedido en consideración a que se debe empezar primerola Matriz por ser más necesaria, por ser la del pueblo y del Patronato Real; de laexistente se puede decir en todo lo mismo que de la Matriz, con la diferencia de queaños pasados se levantó y se alargó alguna cosa para darle más capacidad; tiene un

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organito pequeño y la imagen de la Concepción, colocada en el nicho del retablomayor, es hermosísima. Al Convento se han añadido dos grandes patios, cercados deceldas y otras piezas; regularmente mantiene de veinte a veinticuatro religiosos en-tre sacerdotes y legos. Hay en él una escuela de primeras letras, una clase de gramá-tica y otra de filosofía que se abrió este año a petición de la ciudad con catorce oquince discípulos seculares. El lector que es un tal Chambo de Santa Fe, todavíamuy joven, me parece hábil y de discernimiento para separar en la filosofía lo útil delo superfluo con que los jóvenes pierden miserablemente el tiempo más precioso desu vida, y se ha hecho por lo mismo en los términos en que hasta aquí se ha enseña-do, acreedora a la detestación de los hombres sensatos. Computo el número de habi-taciones que hay dentro de los muros, entre casas y cuartos de alquiler a mil y qui-nientas; pero fuera de los muros, en los propios y arrabales, entre casas de paja, tejay azotea me parece que pasarán de cuatrocientas. La campaña está a proporciónmás poblada que la ciudad, y son en ella muy frecuentes los edificios cómodos. Acualquier parte de la jurisdicción que uno salga, halla pan; porque hay distribuidaspor toda ella atahonas, y en Santa Lucía, cerca del paso de los Soldados, hay unmolino de agua sentado sobre un barquillo; se hallan también hortalizas y frutas,porque en las estancias es raro el que no se aplica a tener cerca de su casa algúnhuertecito. Fuera de esta población que hay desparramada por los campos hasta losque riega el Río Negro por la parte oriental y del sur, se han formado desde el año1782 acá cuatro villas en esta jurisdicción, es a saber: la de San José sobre el río delmismo nombre en su ribera occidental, más arriba de donde está la estancia delRegistro, la de San Juan Bautista, de este lado de Santa Lucía, un poco más abajo delpaso de los Soldados, la de Canelones o Guadalupe, donde estaba la capillita delmismo nombre, y la de las Minas dentro de la sierra. En este pueblo que es el másbien formado estuve a predicar el sermón de la colocación de su iglesia, que secelebró por febrero de 1785. Tiene cuarenta casas de tejas que las costeó el Rey,como también el templo que en cualquier parte parecería bien; es un crucero con dossacristías, su coro alto, capaz, su bautisterio y su especie de torre sentada sobrecinco arcos que tiene el pórtico. Antes de entrar a ella tiene un atrio de treinta varasen cuadro poco más o menos, cercado de un muro como de vara y media de alto conuna repisa en contorno por la parte de adentro, que ofrece asiento a mucha gente; seeleva el suelo de él hasta una vara sobre el de la calle. Después del atrio se sube alpórtico por tres escalones y se entra a la iglesia, cuyo suelo está enlosado de laspizarras de que antes hice mención; y por último se sube al altar mayor por dosgradas fuera de la tarima, lo que lo hace elevado y muy vistoso, y al todo de laiglesia, que es muy clara, de tan bella proporción y buena vista, que agrada muchoal que la ve sea de dentro, o sea de fuera; yo no me cansaba de mirarla y a otros

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sucedía lo mismo, testificando todos que en Buenos Aires había templos incompara-blemente más suntuosos, pero ninguno más lucido por la proporción de sus partes, ypor su ventajosa localidad, que lo realza y lo hace parecer más de lo que es. Lodirigió el difunto Olavarrieta, cuñado de Camacho, quien se enterró en su cemente-rio, que está cercado y es muy capaz. Olavarrieta por dificultar el entierro de loscadáveres dentro de la Iglesia la enlozó con pizarras grandes, y él vino a dar elprimer ejemplo de este respeto debido a la casa de Dios. No obstante, los poblado-res, acostumbrados al abuso generalmente introducido, llevaban mal esta disposi-ción del Director, y yo por cooperar a su justa idea tuve que desengañarlos en elsermón, y hacerles ver lo dispuesto por la Iglesia y observado en su antigua y mejordisciplina. El templo no cae inmediatamente sobre la plaza; porque según las Leyesde Indias 8a. y 9a. del título 7o. libro 4o. se dispone que para la formación de pueblosnuevos, fuera de las calles, que en América son comunes a otras plazas, y que salende sus cuatro ángulos, cada una de las cuatro aceras que forman su cuadro se dividapor medio de una calle que corte toda la manzana inmediata a la plaza perpendicu-larmente a las calles que atraviesan por la espalda dichas manzanas. En una acerade la primera calle transversal, que está fuera de la plaza, se debe poner la iglesiacon la puerta frente a frente de la calle corta que viene de la plaza. De este modo laiglesia disfruta las ventajas de la plaza por una calle corta que la descubre, y estábastante lejos del ruido que regularmente se hace en ella y que podría perturbar losdivinos oficios. Así pues está situada la de las Minas y su pueblo en un deliciosovalle, que aunque lo es respecto de la sierra que lo rodea, está no obstante muyelevado respecto del nivel del agua del río de San Francisco, que corre cercano, yque es uno de los vertientes a Santa Lucía. Sobre aquél, el del Metal, y el del Campa-nero, están repartidas las chacras a los pobladores, que pueden fácilmente regarlas.El terreno de ellas es muy pingüe y creo que en la superficie tiene minas más ricasque en sus entrañas; de éstas extrajo Olavarrieta gran copia de metales, que fundióen hornos de reverbero, y se fundió con ellos, porque no pudo jamás separar losmetales que se cristalizaron con la fuerza del fuego o se fueron en humo. Las nuevasvillas tienen más de cincuenta vecinos cada una, pues a más de las que se pusieronen su primer establecimiento, ha habido después matrimonios y se han agregadoalgunas familias del país. Los pobladores principales son gallegos y castellanos vie-jos que vinieron con destino a la costa Patagónica, y después de estar aquí no fueronallá, tal vez porque se advirtieron dificultades invencibles para la población de SanJulián y otros puertos más al sur del de San José y Río Negro. Estos aunque siguenpoblados es con poquísimo adelantamiento después de los grandes gastos que se hanhecho y está haciendo el Rey. Aquellos indios que no se suelen dejar agraviar impu-nemente, aunque no tengo noticia hayan sido jamás los agresores, la falta de buenos

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puertos, la de agua y la de leña sobre las costas, serán siempre obstáculos muyrespetables; pero los atrevidos pobladores que en el siglo décimosexto volaron alcielo y dejaron en la estimación de sus compatriotas el nombre de Césares, másdebido a su valor que a su fortuna, en lugar de servir de escarmiento, sirven deestímulo para atropellarlos. La Villa de San Carlos en Maldonado está si cut erat inprincipio; pero San Fernando que ya es ciudad con Cabildo está algo más adelanta-da con algunas casas de tejas y un cuartel muy capaz para la tropa que regularmentesuele ser de Dragones. Si el Sr. Cevallos hubiera seguido más en su Virreinato esta-ría mucho más adelantada, porque manifestaba empeño de hacer al puerto por artemejor que lo es por naturaleza. Ahora dos meses se estrelló contra su isla un bergan-tín que entrando al río iba a tomar su puerto, pero no se ahogó más que un hombre.Hay en uno y otro pueblo, curas provistos que Ud. no conoce. El número de almas deesta ciudad y su jurisdicción pasa de diez mil, excepto los de las nuevas villas, latropa, marinería, y transeúntes, según consta del estado adjunto, sacado del Padrónque su Cabildo hizo ahora pocos años.

Policía. De ella he dado ya alguna idea en lo que he dicho de las casas, de loscarruajes que conducen agua a la ciudad, y de los que en la ciudad conducen loscargamentos al muelle, y de éste a las casas o almacenes. Añado ahora que las callesestán todas con calzadas por las aceras, y que las bocas de las principales están yaempedradas y en tal disposición, que las aguas (a que favorece mucho la situacióndel pueblo) tienen salida pronta pero no violenta hacia una y otra parte del mar. Sesiguen siempre empedrando y no se ven en ellas pantanos, capaces de atollar lascarretas. Si debe entrar en la clase de policía el lujo y la diversión diré también quehay casas de café, muchos trucos y billares; que los hombres y mujeres visten ricastelas de seda y de lana, y que en las iglesias no se ve jamás una persona andrajosa,porque hasta los mendigos, que no pasarán de veinte, andan vestidos con decencia.Es menester que sea muy pobre o muy abandonado el que en el verano use ropa queabrigue en el invierno, y son poquísimos los que con ella confunden las estaciones.No se hace uso de la plata labrada sino en cubiertos, en hebillas y en recados demontar. Las mujeres generalmente gastan medias blancas de seda, sayas de lo mis-mo, negras para la iglesia, y de otros colores para el paseo; mantas blancas y negrasde seda o lana fina. En el peinado, hebillas, zapatos y los vestidos tiene tanta juris-dicción el capricho y los modifica tan diversamente, que sería dificultoso hacer rela-ción circunstanciada de su diversidad. Baste decir que el peinado alto y en figura demitra, aunque algo más ancho, es aquí viejo; que éste lo han rebajado y lo hansubido diversas veces, que siempre se conserva en el fondo, pero que jamás es elmismo en los accidentes y en el adorno. En los zapatos usaron tacos altos y losrebajaron hasta el extremo de no usarlos ni chicos ni grandes; los volvieron a tomar

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pero por grados hasta llegar a la mayor altura. Usaron hebillas de piedra y lasdejaron; de plata y oro, ya de esta, ya de aquella figura, y también las dejaron. Porúltimo se han convenido en desterrarlas todas, y reina la gran moda de usar loszapatos sin hebillas como los difuntos; con esto los zapateros están dados a la tram-pa, porque deben hacer los zapatos de modo que sin hebillas se sujeten al pie, asuntopor cierto de embarazo no chico. El de las redecillas y otras frioleras es más basto delo que permite una carta. Regularmente visten con honestidad sin descubrir jamáslos pechos, y muchas veces ni aun la garganta, digo muchas veces, porque algunasestán de otro parecer. No hay materia en que se pueda hablar con menos seguridadque ésta, y el que oye es menester que ande siempre por su laberinto con el hilo deAriadna, quiero decir, con la regla de distingue tempora, y sería muy del caso que seproveyese de alguna otra, como la de distingue Personas, loca, circunstantias, etc.

Comercio. El de esta ciudad se funda principalmente en los cueros, en el sebo, enel trigo o harina, y en la carne salada, que se ha empezado a trabajar. Por el estadoque agrego sacado de la Aduana se hará Ud. cargo más seguramente que por otromedio de su comercio activo y pasivo, con la advertencia de que en orden a carne,sebo y harina, hay mucho más que añadir de lo que en él se expresa. Tengo funda-mentos positivos para esta advertencia, y a Ud. no se le ocultará en qué estriban.Sobre beneficiar las carnes para venderlas en España y en algunos puertos de nues-tra América, se ha estado pensando muchos años hace; porque daba lástima que lacarne de centenares de miles de toros que se mataban todos los años para sacar laspieles, quedase perdida por los campos sin que la aprovechasen ni aun las fieras;pero se pasaba el tiempo sólo en especulaciones y en pensamientos estériles. En elgobierno presente de la Provincia, que no puede ser más benéfico, tanto por partedel Exmo. Sr. Marqués de Loreto su Virrey, como del Sr. Intendente, se ha empezadoa fomentar de veras este ramo. Por recomendación suya lo patrocina el Rey, y halibrado según he oído decir, cien mil pesos para una fábrica de carnes que ha esta-blecido en el Colla (estancia que era de los Betlemitas) Don Francisco Medina,sujeto particular que la compró con ese fin, y está cerca de Rosario; en ella se van ahacer todos los años ocho mil quintales de salmuera, y el Sr. Intendente que es DonFrancisco de Paula Sanz acaba de visitar ese nuevo establecimiento. En las inme-diaciones de esta ciudad se han puesto otros dos saladeros, que harán otros ocho milcada uno, y muchos particulares salan también en sus haciendas, quienes han traba-jado la que ha salido hasta ahora en salmuera y en tasajo, porque los tres saladerosgrandes se están todavía disponiendo para empezar. Ya ve Ud. que si este proyectotiene buen suceso como se espera, toda la Provincia y principalmente esta ciudaddetendrá mucha parte de los tesoros del Potosí, porque aprovechará las riquezasincomparables que le ofrece el Criador tan a manos llenas; habrá un ramo muy

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grande de comercio que antes no había, y si para sólo los cueros necesitaba veinti-cinco embarcaciones, por ejemplo, necesitará en adelante dos veces más para solaslas carnes, aunque éstas vayan sin hueso, que es como aquí se hacen. Por este mediola Monarquía no derramará en manos enemigas, siempre rivales, su plata y oro conla profusión con que lo está haciendo, y los ingleses sentirán este golpe sin sangremás que si perdieran algunos navíos. Se trata también de hacer mal tercio a losholandeses y flamencos con la mantequilla y los quesos, de que algunos piensanponer fábricas formales, y estudiar mucho en el modo de hacerlos con prontitud yperfección. De todos estos proyectos en que hierve el pueblo se puede decir que loscatalanes son la levadura, porque ellos como buenos pobres, a todo hacen y concualquier cosa se contenta; ellos han hecho que se recojan las crines y colas de loscaballos, y los cuernos del ganado que se mata, que compran por millares, y llenán-dolos de arena saben identificar la carga con el lastre; ellos han movido a limpiarlas calles de garras y pedazos de cueros, y a que se aprovechen los sacos que porviejos iban a ser inútiles, y en fin ellos aventurando sus personas, su dinero y susbarcos, (porque regularmente son navieros, marineros y comerciantes en una pieza)han hecho las primeras tentativas a La Habana con harinas, con sebo, carnes y auncon manzanas. Se están esperando por días dos embarcaciones inglesas, cargadasde negros, y los apoderados de este asiento (que dicen subsistirá) van a hacer galponessobre la orilla del Miguelete a su entrada en la bahía para hospedarlos. La ciudadlos ha determinado allí consultando por la salud del pueblo, y por la de los infelicesesclavos. Ciertamente causa lástima sólo la memoria de este triste comercio; pero sunecesidad para la América, o la costumbre si no ahoga, a lo menos prevalece siem-pre a todos los sentimientos de la humanidad y de la razón.

Marina. Hay habitualmente en este puerto una armadilla, compuesta de una fra-gata grande de guerra y de dos corbetas, que son como fragatas pequeñas. Estas dosúltimas se alternan todos los años en ir a las Malvinas con guarnición, víveres ydinero para las pagas. El comandante de la que va y se mantiene allí un año es dealgún tiempo a esta parte el Gobernador de la Isla. El jefe de la escuadrilla es siem-pre un Capitán de Navío con título de Comandante del Río de la Plata; tiene suresidencia en Montevideo y regularmente dura cinco años su Comandancia. Al cabode ellos se muda el Comandante y su armadilla, que siempre está a las órdenes delVirrey para las urgencias ocurrentes. Los buques están dotados de la oficialidad,tropa, y tripulación correspondiente, y el Comandante del Río es su Juez ordinario,que sentencia en las causas civiles y criminales. El año pasado se hizo en dos distin-tas fragatas la ejecución de pasar por las armas a dos reos capitales. En esta ciudadtiene la Marina un Almacén, que está cercado cien varas en cuadro de un muro altode cal y piedra a la orilla del puerto y al lado de San Francisco. En el almacén se

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guardan jarcias, velas, mástiles y otros utensilios de respeto y del uso de las embar-caciones. A la calle tiene viviendas altas y bajas para los oficiales que están al cui-dado del almacén, y para el cuerpo de guardia que está a la puerta. El Comandanteusa en su casa gallardetón, y en el asta de él pone las señas, con que se da a entendera los Oficiales que están de guardia en las fragatas. A continuación de este almacény cerrando la calle pública, porque así le pareció conveniente al Intendente de laProvincia, que era un tal Fernández, hay un hospital de más de cien camas de largocon las piezas y oficinas necesarias, en que se curan los enfermos de marina, y lossoldados de tierra; es obra sencilla, pero bien hecha de cal y canto lo más, y si no loes el todo, lo parece a lo menos.

Tropas. En la Provincia hay tres Regimientos veteranos: el de Infantería y el deDragones, que son fijos en ella, y el de Burgos que vino cuatro años ha, a relevar elbatallón de Saboya. Del de Dragones (cuyo Coronel se fue a España con licencia) sesuelen mantener aquí dos o tres compañías; las demás están distribuidas en BuenosAires, en Maldonado, y en varios destacamentos de ésta y de la otra parte del río. Delde Infantería (de que son capellanes Don Juan Miguel Berroeta y Don Luis Vidal) estáaquí el Coronel con la parte más unida del Regimiento, cuyas compañías de granaderosestán en Buenos Aires, y otras en varias otras partes. Del de Burgos está un batallónaquí y otro en Buenos Aires, del que también (aunque menos que de los Fijos de laProvincia) se destacan algunas compañías o piquetes a diversas partes, como a SantaTecla y a Santa Teresa de esta banda; a Río Negro y San José de la otra. A más de estatropa hay aquí una compañía de las dos de Artilleros que tiene la Provincia, cuyo jefe,que es un Coronel, reside aquí, y es jefe también de la compañía de artilleros milicianos,cuyo Capitán es Don Miguel de la Quadra. Tiene el cuerpo de artillería un parquecontra la muralla cerca del Portón Nuevo, que se abrió en un lienzo cercano al Cubodel Sur, y sirve de salida a los carruajes, como el Portón Viejo les sirve de entrada. Eneste Parque que lo custodia un cuerpo de guardia de artilleros, hay mucha artilleríadesmontada, de bronce y de hierro de todos calibres, cañones de batallón, morteros yobuses, balas, palanquetas, bombas y granadas, cureñas, avantrenes, galeras, fraguas,y otros cien mil instrumentos bélicos de que enriqueció a esta Plaza la expedición deDon Pedro Cevallos; en la batería antigua de San José dejó diez hermosos cañones debronce d e a 24. Los artilleros tiene fuera del Portón, hacia la banda del sur, unabatería, que llaman escuela práctica, y enfrente de ella, como a unas trescientas toesasde distancia, un terraplén contra el que poniendo un blanco hacen ejercicio de cañóny mortero. En una temporada estuvieron los milicianos más certeros que los veteranos,y picados éstos de los víctores de las circunstantes, se trabaron de palabras con lasmilicias, de suerte que su comandante tuvo que contenerlos, diciéndoles que lo quedebía ser sólo motivo para que se estimulasen, no lo debía ser para que riñesen.

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Milicias. Fuera de la Compañía de Artilleros que acabo de nombrar hay en Mon-tevideo dos cuerpos de milicias del país, uno el Regimiento de Caballería, y otro elBatallón de Infantería. El Regimiento de Caballería tiene doce compañías, y un jefeque es el Maestre de Campo, empleo correspondiente aquí a Teniente Coronel, que loposee en el día Don Manuel Durán, discípulo de Ud. y es el primer Jefe que ha tenidoel Regimiento; porque cuando se formó, que fue poco antes de la última guerra, yahabía muerto Don Manuel Domínguez, Maestre de Campo que Ud. conoció. El uni-forme es casaca y calzón azul, chupa, vueltas, solapa y collarín de grana, ojal ybotón de plata, los Oficiales tienen sus divisas de galón de plata, con que distinguensu graduación. Los Capitanes que Ud. conoce, y los voy a nombrar por su antigüe-dad, son: Don Martín José Artigas, mi hermano Felipe, Don Juan Esteban Durán,Don Domingo Bauzá, Don Ramón de Cáceres que también es alguacil mayor perpe-tuo y Don Juan de Medina. De los subalternos no me ocurre que pueda Ud. conocerotros que a un hijo del difunto Gordillo, que es Ayudante, y a mi hermano Bartoloque es Teniente. El Regimiento tiene en fondo de dos a tres mil pesos, para estandar-tes, timbales y otros arreos. En él consistía la mayor fuerza que había fuera de losmuros en la última guerra para impedir el desembarco que se intentase. Estuvieronacampados en número de 1.300, porque las compañías tienen más de cien hombres,hacia el horno de Achucarro. Todos estaban montados en buenos caballos, suficien-temente ejercitados en las evoluciones, y muy resueltos a quedar airosos contra eldictamen de los veteranos, particularmente europeos, que los miran siempre condesafecto; pero otros confiaban mucho en su robustez y destreza en el manejo de loscaballos, en la que seguramente no son inferiores a los antiguos númidas ni a losmodernos de Argel. El Batallón de Infantería tiene el mismo uniforme, con la dife-rencia de que la casaca no tiene solapa; tiene nueve compañías, y su jefe con gra-duación de Teniente Coronel era Don José Mas, que murió este año; Capitanes: DonBruno Muñoz que murió ahora tres años, poco después que su mujer, Don FranciscoLa Robla y otros que, o no me ocurren, o Ud. no conoce. Don Félix Mas es subtenienteen una de las compañías. Este batallón, en tiempo de guerra o de urgencia, hace suservicio dentro de la Plaza, y se alterna con los veteranos de cuyo privilegios milita-res goza, como también el Regimiento de Caballería.

Tribunales. El primero; es el del Gobernador, actualmente lo es Don Joaquín delPino, Coronel del Cuerpo de Ingenieros, que casó en segundas nupcias con la her-mana del Doctor Vera, el santafecino; tiene de sueldo cuatro mil pesos. Hay Sargen-to Mayor y Ayudante de Plaza. Segundo: el del Cabildo compuesto del mismo núme-ro de individuos que antes, pero más compuestos; ya no van a la iglesia con capas ycon el pelo tendido; van con casaca nada menos que de terciopelo en el invierno y detercianela en el verano. Tienen ya en este cuerpo poco lugar los Cincinatos, que

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dejaban el arado para tomar la vara, porque se reputan poco aptos para discernir lojusto de lo injusto, los que acostumbrados a gobernar bueyes, y echar grano a latierra, no saben en un concurso presentarse con aire y desembarazo. Tercero; el dela Aduana, su jefe es el Administrador con 2.600 pesos de sueldo; Contador con1.400; el Vista 1.000, tres oficiales y otros dependientes. Cuarto: Cajas Reales, deque es Ministro de Real Hacienda Don José Sostoa, que fue novicio jesuita y casóaquí con hermana de Don Eusebio de Achucarro, discípulo de Ud.; las Cajas Realestienen primero y segundo Oficial, y otros dependientes. Quinto: La Administraciónde Correos, y es Administrador desde su establecimiento Don Melchor de Viana con1.500 pesos. Dependientes, el Oficial interventor con 800, y otros dos Oficiales con600 y 350 pesos de sueldo. En el actual Virreinato se ha establecido el correo terres-tre para Buenos Aires, que sale todos los lunes y viene todos los sábados; es degrande utilidad para el comercio y comunicación, como lo es el ultramarino, esta-blecido para aquí desde el año 1768. Sexto: El Resguardo, cuyo Comandante con1.400 pesos tiene su despacho en el muelle, en una casa que se hizo para ese fin; sonsus dependientes, un Teniente de Resguardo, un Visitador, y todos los guardas, quepor decoro se llaman dependientes. Séptimo: La Administración de Tabaco y Naipes,de que es Jefe el Administrador con 1.200 pesos, Contador con 600, otro Oficial y unFiel, que es Don José Muñoz, hijo del difunto Don Bruno. Octavo: El Juez eclesiás-tico o Vicario, con un notario, que sucedió a Pusnoc ya difunto, y un fiscal que tieneque dar muy pocas vistas. En el muelle hay un Cuerpo de Guardia, como antes, yaunque debajo de mejor techo tiene menos que hacer el Oficial por el Resguardo quelo ha exonerado de muchos conocimientos que antes tenía. Con ocasión del nuevoMinisteri y de la Junta que para su dirección ha creado el Rey en la Corte, muchosesperan que habrá rebaja de empleados. S.M., en dos decretos que ha expedido, norespira sino deseo de hacer felices a sus vasallos, a quienes mira con igualdad, seaneuropeos o americanos, y provee los medios más oportunos a ese fin, que si no seconsigue, sólo será porque son hombres los que los deben aplicar.

Curatos y Beneficios. El de esta ciudad que regularmente mantiene un Teniente yse extiende su jurisdicción a todo lo que es arrabales, propios y ejido de ella. Hay enla Matriz tres beneficios simples, el de la Epístola y Evangelio, que poseen los dosPagolas, Don Juan Bernabé y Don Pedro, el de la Sacristía; todos tres son beneficiosbuenos. Fuera de la ciudad y de su ejido está la Parroquia de Las Piedras en elparaje de este nombre, y mantiene en su jurisdicción dos Tenientes, el de la Capillade Migueletes, un poco más arriba de lo del difunto Jorge Burgues, y el de la dePando, que lo más del tiempo suele estar sin capellán. Está también la Parroquia deGuadalupe en Canelones, de la que era cura Don Juan Miguel Laguna, discípulo deUd., quien después de mil aventuras se ordenó y posesionó de ese curato, que tiene

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en su jurisdicción cuatro capillas, provistas de sacerdotes, es a saber la de SantaLucía, la de San José, y la de Minas, servidas por los religiosos, y la de Pintado,cerca de donde está la estancia de la ciudad, servida por un eclesiástico paraguayo,que yo no conozco. Me están viniendo impulsos de ingerir en esta carta un romanceque salió estos días con ocasión de la fiesta que acaba de hacer Laguna a la titularde su iglesia. El autor que es un gallego, se burla con mucha gracia de la Villa deGuadalupe y del viaje que hicieron a ella muchos de la ciudad, no para ver la fiesta,sino para mofarse en casi todo el camino; pero lo omito por ser el romance largo, yporque lo que a mí me hizo reír por estar impuesto en las circunstancias, no le cau-saría a Ud. esa sensación, que las ignora. Hay, tanto en la ciudad como en el campo,oratorios privados, tal vez más de lo que conviene. Fuera de los sacerdotes del paísque he nombrado en el discurso de esta carta, y que Ud. conoce, está Soler, hijo deldifunto Don Jaime, Collantes, hermano de Don Luis, que Ud. conoció, y otros euro-peos y de Buenos Aires. Uno de éstos es preceptor de gramática latina, y la enseñadonde Ud. la enseñó algún día, pero con más número de discípulos, que regularmen-te son de quince a veinte, fuera de los que aprenden en San Francisco. El cura deesta ciudad, sucesor de Don Felipe Ortega, ya difunto, es Don Juan José Ortiz, mozoque no llega a treinta años; pero tan maduro y juicioso en su porte, que puede servirde modelo de curas. Cumple perfectamente con todas las obligaciones de su empleo,y hace muchas obras de supererogación. Ha establecido la Escuela de Cristo en laMatriz cada quince días, y todos los domingos y días de fiesta, predica la doctrinacristiana y la moral evangélica con método, sencillez y claridad. Su elección fue delcielo pues aunque se opuso fue sólo con ánimo de hacer mérito para ordenarse, y élno supo que lo habían puesto en nómina, ni el vice patrono lo conocía cuando lopresentó. A las dos vacantes que ha habido del primero y segundo cura de esta ciu-dad, a quienes administré los últimos sacramentos, asistí a su cabecera cuando expi-raron y di sepultura eclesiástica, me he opuesto y he llevado siempre calabazas,como se suele decir; pero puedo asegurar a Ud. que me han parecido todavía másligeras de lo que son, porque a mí nada me pesan, ni me pesaron nunca. No tengo porla misericordia de Dios, un ochavo de renta eclesiástica, y con todo no me falta conque pasar la vida honradamente y sin gravar a nadie. Vivo según el uso de la primeragente de la tierra, que los cánones si no mandan, a lo menos aconsejan a los sacer-dotes y vivo tranquilo.

Este año murió la última persona que quedaba de los pobladores cabezas defamilia de esta ciudad, que era la vieja Cabrera; con esto digo que han muerto todoslos demás, y han muerto también muchos de sus hijos, que en el día son ya viejossetentones, pues los nietos que son los de mi tiempo son ya hombres de casi mediosiglo. Murió Don Joaquín de Vedia, Don Antonio y Don Agustín García, Camejo, el

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menor de los Duranes, Doña Josefa la española, la Coria, Cordovez y su mujer, yotras muchas personas que he nombrado ya o no me ocurren.

Me parece que he satisfecho al deseo de Ud., y aunque no he tenido el honor deescribirle en tantos años, esta sola carta puede valer por todas las que hubiera escri-to, aunque hubiera escrito, aunque hubiera habido correspondencia frecuente. Esti-maré a Ud., dé mis cordiales memorias a los señores Don Joaquín de la Torre, DonIgnacio Perera y Don José Verón; de este sujeto y de mi estimadísimo Rector DonLadislao Oros, a quien por su avanzada edad supongo ya en el Cielo, hemos hechomemoria honrosa con Don Gabriel de Guerra, Comandante de la “Venus”, en quehicieron viaje a España. Actualmente se halla en la Isla de León, y es Brigadier de laReal Armada.

Concluyo a la española, sin expresiones superlativas; pero con verdadero afectoy deseo de que me ocupe en cuanto yo valga, que goce perfecta salud, y que Dios,como se lo ruego, guarde su vida muchos años. Montevideo, etc”.

41. REPRESENTACIÓN DE LOS LABRADORES EN 1793.“Los labradores de Buenos Aires, en su representación al virrey de 11 de noviem-

bre de 1793, después de referirse a la importancia de la agricultura y a las medidasprotectoras “de este gremio, el más pobre y numeroso, y que cultiva unos terrenoslos más fértiles del mundo susceptibles de producir cosechas inmensas de granos,capaces no sólo de mantener a España, en caso de carestía, sino también a muchaparte del resto de Europa”, dicen: (“Revista de Buenos Aires”).

“En medio de tan bellas proporciones como quedan expresadas, se ven los labra-dores de estas dilatadas campañas en la mayor pobreza y aniquilamiento, por notener salida de sus frutos a falta de comercio y extracción, lo que ha motivado, yparticularmente el antecedente año de 92, que el trigo se haya vendido aún despuésde la cosecha al precio bajo de 10 a 12 reales la fanega, sin embargo de ser doblemayor que la de España, y siendo constante que los costos de siembra y recogidaascienden a mucho más, es consiguiente la pérdida. De este principio se siguen ma-les de la mayor consecuencia, y el abandono de muchos pobres labradores que porno tomar el arado con repugnancia dimanada de la ninguna recompensa de su tra-bajo, más bien se entregan al ocio y la pereza, naciendo de éstos otros tantos ladro-nes y salteadores como la experiencia lo tiene acreditado.”

Señalan luego el ejemplo de algunos grandes países que permiten la extracciónlibre de sus trigos para fomentar el desarrollo agrícola:

“Así piensan estas naciones llevadas de la experiencia, y sólo en Buenos Aires noha de haber fomento y libertad en el cultivo y comercio de granos por la preocupa-ción de que cuando se dan dos panes por medio real se ha llegado al colmo de la

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felicidad, aunque los labradores queden destruídos, y lo que es más aún, que lospueblos vecinos se arranquen unos a otros el pan de la boca, siendo todos hijos de unmismo padre, en vez de ayudarse recíprocamente en sus fatigas y necesidades; estehecho se hace increíble, pero no hay cosa más cierta y constantemente notoria a estevecindario, que para llevar trigo y harinas en los dos años anteriores de 91 y 92 aMontevideo y al Paraguay, se han visto precisados los comerciantes a conducir comode contrabando aquellas porciones excedentes”.

“Halla el negociante su utilidad en el comercio de los granos: no se obligue porfuerza a nadie a comprar ni vender: no se repare en que se venda dentro o fuera de laprovincia: no se prohiba la entrada ni la salida: déjese que suba o baje el precio aproporción de las causas que producen esta variación: destiérrense gabelas e im-puestos: haya libertad de amacijo: en una palabra, sea el comercio de trigo tan librecomo el de cualquier otro género”.

Y terminan pidiendo que se autorice la extracción de granos, en tanto que elprecio del trigo no pase de 32 reales.

REPRESENTACIÓN DE LOS HACENDADOS EN 1794.Los hacendados de Buenos Aires y Montevideo presentaron en 1794 al mismo

don Diego Gardoqui un memorial sobre los medios de promover el beneficio de lacarne de vaca... (“Revista de Buenos Aires”).

Empiezan con una descripción de la riqueza de la Providencia:En ella se cuentan por millones las cabezas de ganado vacuno, caballar, lanar y

cerdal, con salinas abundantes, parajes muy apropiados para formar saladeros endonde puedan entrar cómodamente lanchas de carga, y puertos para navíos comolos de Buenos Aires, Montevideo, Maldonado, y la Colonia. La propensión de lasgentes de campo se adapta maravillosamente a la cría y conservación de ganados yfaenas respectivas. Cuenta la provincia con otras producciones, siendo abundantísimasen granos, lanas, venados, tigres, avestruces, pescados, ballenas, lobos marinos,aparte del algodón en Corrientes y Misiones y de las minas de oro en Maldonado ySan Luis. La caza, la pesca, la pastoril, la agricultura y la metalurgia, de que dispo-ne esta provincia “son las cinco artes fundamentales de cualquier estado y las queproducen las materias primas para formar el nervio de la nación”.

“La caza considerada en sí misma, es la menos proporcionada a mantener unagran porción de pueblo, pues se ve en todas partes del mundo, que todos los que semantienen de ella, son poco numerosos, pobres y bárbaros y este ejercicio hace a loshombres duros e independientes.

“La pesca merece mayor lugar que la caza por ser ramo mucho más importante ycomo la gente de este país no se inclina a ella, la podrán hacer los españoles euro-peos, como ya han dado principio con la ballena y lobos marinos.

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“La metalurgia es una profesión no sólo útil, sino necesaria, pues el oro y la platason de primera necesidad para el comercio, pero con todo, no debe ser preferida enlos países donde hay pastos, labranza y comercio, pues se ve por experiencia que lospueblos que no tienen ganados, ni trigos, son miserables, aunque posean ricas minasde oro y plata, como de estos tenemos un ejemplo vivo en muchos de esta América.

“La agricultura, atendiendo las circunstancias locales de este país, es también laque merece nuestra atención, pues contribuye al comercio y a la población; y éstacontiene varios ramos, pero el más principal y en el que se debe poner particularatención, es el cultivo de trigo, por ser entre todos los granos el más apto a la manuten-ción: aquí se produce abundantemente y sólo le falta extracción, como lo hemos mani-festado a S.M., los que también somos labradores, en representación de 11 de septiem-bre último dirigida al Supremo Consejo de Indias por intermedio de nuestro virrey.

“Es, pues, aquí el arte pastoril el de mayor atención por las bellas proporcionesque hay para formar establecimientos numerosos, por la grande extensión de terrenos,y todos a cual más fértil para apacentar ganados, que con el buen temple del clima, yla situación de este país por sus muchos puertos, es el mejor para el comercio.

“A esta predilección que merece esta provincia, se debe la excesiva abundanciaque tiene de ganados, porque si es el caballar que contribuye al fomento y conserva-ción de las estancias, hay así en esta banda como en la otra de este gran río uncrecido número de millones y a tan alto grado ha subido este exceso, que no haypoder humano que los pueda sujetar a pastoreo, de modo que en ciertos tiempos delaño es preciso se junten los estancieros para matarlos por el perjuicio que causanpor su muchedumbre e inquietud a la cría y fomento del vacuno, no sólo por elalboroto en que los ponen, sino porque también les talan y arruinan los pastos.

“De la abundancia del vacuno es buen testigo toda la Europa, como que ya lecausa admiración el ver los millones de pieles que se desembarcan en Cádiz, y en losdemás puertos habilitados para el comercio de América, pues sólo en el año pasadodel 92 se embarcaron para España ochocientos veinticinco mil setecientos nuevecueros de ganado vacuno, producidos de esta provincia, según consta del primerestado que ha manifestado al público esta Real Aduana, sin contar los que se embar-caron para las costas del Brasil para la compra de negros; en el de 93, como lodemuestra el siguiente estado, se embarcaron setecientos sesenta mil quinientos no-venta y cinco cueros, siendo los cinco mil novecientos treinta de ellos para el comer-cio de negros; pero no es extraño sea éste menor número que el del año anterior acausa de la guerra actual con la Francia, pues ha retraído el animo de los comer-ciantes para hacer acopios y remesas a España por temor de los corsarios, como loacredita la baja de precios en los cueros, y se debe considerar que por sólo estaspartidas embarcadas que no se puede formar una idea perfecta de lo mucho que

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produce anualmente la provincia en esta clase de ganado, pues se deben agregar lasporciones crecidas de cuero que se consumen en ella en sacos, retobos de fardos ycajones, de guascas, correas o sogas para el uso común de amarrar toda clase decosas y aun sirven en lugar de clavos en la construcción de las clases campestres yotras porciones que se pierden en los almacenes por la polilla y aun en los mismosparajes que se verifican, al menor descuido que haya en sacudirlos o preservarlos delas aguas, por cuyas consideraciones nos persuadimos se podrán aumentar más deciento cincuenta mil cueros”.

Suponemos los hacendados que haya una matanza anual de 600.000 vacunos:“Rebajando la carne destinada al consumo, que puede calcularse en 150,000

cabezas para las poblaciones de Buenos Aires, Montevideo, Santa Fe, Corrientes yMisiones, quedan 450,000 para salazón, “resultando por la cuenta que hemos hechoque por no aprovecharse los frutos que producen las cuatrocientas cincuenta milcabezas, pierde la nación a reserva de los cueros, el ingreso de cerca de ocho millo-nes de pesos vendidos que fuesen en España y en otros parajes”.

Trazan luego el cuadro de la importancia industrial del Río de la Plata y de lasventajas de la libertad de comercio:

“Por lo que dejamos expuesto, ¿no está comprobado que este es el país más ricodel mundo, por hallarse bajo de un clima dulce, con muchos puertos que favorecenal comercio, abundantes tierras que producen copiosamente los alimentos de prime-ra necesidad como es el pan y carne, pues ambos ramos pueden formar un granfondo de comercio y una masa no pequeña de riquezas, más seguras que las queproducen las manufacturas, por tener éstas una existencia precaria dependiente delgusto y de la industria de las otras naciones y a veces del capricho de la moda, y aunmás seguros también que las minas de oro y plata, porque éstas cuanto más se cavanmenos producen, o bien sea porque dan agua, o porque se pierden y se agotan lasvetas, o bien porque el beneficiarlas ocasiona más gastos”.

“¿Cuál será la verdadera, sólida y permanente arte de hacer dinero? ¿Cuál lasola lícita y aprobada por Dios y la Naturaleza? La pastoril, sin duda, que produceabundantes ganados, y la agricultura mucho trigo ayudada del comercio marítimo:estos son los medios justos de enriquecerse y procurar atraer los metales, sacándo-los de los países que los poseen y que se hallan escasos de otras especies y socorrién-doles con ellas por el dinero que les sobra o permutándolas por otras que necesita-mos: este es y debe ser el único fin del comercio; nuestros ganados que producenabundante carne, cuyo alimento es después del pan, el más necesario a la vida hu-mana, los cueros, sebos y lanas, son una piedra imán que ayudada del comercioatrae con fuerza y enriquece todos los años a la nación: es una locura pretenderotros manantiales: estas son unas minas ricas que se poseen con seguridad, se culti-

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van con tranquilidad, y se disfrutan con justicia; y para esto mereciendo el fomentode nuestro Soberano; ¿quién duda podríamos llegar al colmo de la mayor felicidad?y a tan alto grado que se podrían cargar en nstos puertos todos los años seiscientasa setecientas embarcaciones, reguladas una con otra de doscientas cincuenta tone-ladas, con granos, lanas, cueros, sebos, carnes, astas y cerda, que produce el ganadovacuno y el caballar, y pieles, crines y su grasa para curtirlos, con más aceite deballena, de lobo y sus pieles, tocinos de los cerdos, sin otros varios frutos que produ-ce la agricultura como el trigo, lino, cáñamo, algodón y otros”.

Examinan después de esto los hacendados las objeciones que se podrían hacer alplan de establecimientos de salazón: falta de gente industriosa en esa manufactura,falta de toneleros, falta de barrilería abundante, pobreza en los estancieros, falta deembarcaciones, y las distancias de ochenta a cien leguas que habría que recorrer enciertas circunstancias.

Para estos casos mucho podría contribuir el que se señalasen premios a los quevenciesen estas dificultades, así como debían ser castigados severamente los quefuesen a los tales parajes, ni a ninguna otra parte, a ejecutar excesivas matanzas deganados desordenadamente como lo tienen de costumbre, por el interés de los cuerosy a veces por sacar las lenguas o lo que llaman picana, que es la parte más gorda delanca, sin que para esto reserven las vacas, contra lo que esta mandado, cuyos desór-denes si no se atajan por el gobierno, causarán funestas consecuencias, viniendo apasar que se agote el manantial de riquezas que tenemos en los ganados, de maneraque por medio de los premios y castigos que se estableciesen, conjeturamos que enbreve nos pondríamos en estado de que cuando se matasen los machos, fuesen toroso novillos, sería también con el objeto de aprovechar las carnes, pues es un dolor veren estos campos que por solo las pieles se hagan matanzas de cuarenta a cincuentamil cabezas y aún de más número, sin distinción de macho o hembra, lo que no severá en ninguna parte del mundo.

Ni es dudable que por este camino se hiciesen útiles al Estado dos o tres milhombres que se hallan en la otra banda tan alzados como los mismos ganados, entre-gados al robo y a una vida bárbara, sin religión, sin más objeto que estar prontoscontinuamente para el que los llame a hacer tales matanzas, pues es constante quecuando no las ejecutan por cuenta de los nuestros, se van a practicarlas por la de losportugueses fronterizos, lo que es aún más perjudicial, y en los tiempos en que nopractican estas faenas, se ocupan en hacer el contrabando del tabaco negro y robara los nuestros el ganado vacuno y caballar para venderlo a los portugueses. Estaclase de gente ya hace muchos años que existe, cuyo número va en aumento, y comolo notó Mr. Boungainville en su viaje de la vuelta del mundo, si el gobierno no losaniquila o los hace útiles al Estado, podrá llegar tiempo en que éste padezca fatales

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consecuencias, como ya se experimentaron en la guerra con los portugueses del añode 77, que sólo quinientos hombres de esta clase mandados por el portugués briga-dier Pintos Bandeira, en forma de partida volante, pusieron en terror a toda la otrabanda y tuvieron el atrevimiento de que estando el ejército al mando del general donPedro de Zeballos, en las cercanías del Rosario, se robasen muchos miles de caba-llos del rey, que se hallaban custodiados por una guardia en aquella rinconada ypocos meses después sorprendieron la retaguardia del ejército que caminaba delMaldonado a Santa Teresa, llevándose algunos prisioneros y bagaje; y en esta oca-sión faltó muy poco para que hubiese tenido la misma suerte la persona del general,que caminaba con corta escolta, por haber parado pocas horas antes en el mismoparaje de la sorpresa, cuyas gentes que se componen de desertores y otros que hanpasado de esta ciudad y de las demás de estas provincias en clase de peones, no seradifícil de atraerlos por el interés que reportarían para todas las faenas conducentesa la salazón.

“Carecemos de maestros que entiendan perfectamente de la salazón de carnes,pero es visto que si algunos particulares que no pasan de ocho en el día no se halla-sen asistidos de los cinco a seis ingleses que se nos han venido a las manos porciertas casualidades de las que ofrecen los tiempos, con motivo de la pesca de balle-na que hace esta nación en estos mares, tampoco habrían construido unas carnes tanexcelentes, que pueden llevarse sin riesgo de perderse a la mayor distancia como deello ya tenemos experiencia; pero este corto auxilio no basta para que la salazón seageneral y que pueda cada hacendado trabajar en esta manufactura a proporción delganado que tenga, ni de otro modo se podrá hacer un comercio brillante, que evitepor este medio los desórdenes en las matanzas por sólo los cueros como lo dejamosexpresado; y para remedio de esta falta, nos avanzamos con la confianza que nosinspira la benignidad de nuestro monarca y el ejemplo que nos dio en remitir a estereino en años pasados veintitantos polacos y alemanes para enseñar en el Perú elmodo más fácil y ventajoso de sacar y beneficiar metales; a este ejemplo, pues, po-drían remitirse a esta provincia ochenta o cien irlandeses solteros y católicos roma-nos, cuya nación es la más práctica en este ejercicio y la que más bien se acomoda algenio español.

El sueldo fijado cesaría a medida que los irlandeses fueran encontrando ocupa-ción a cargo de los hacendados, hasta que se viera “con gloria de la nación que todala provincia era un saladero”. Los irlandeses formarían familias que “serían unosmaestros permanentes, no solo de salar carnes, sino también de hacer quesos y man-teca, de lo que resultaría otro ramo de comercio no pequeño, porque aunque aquí sesabe el arte de hacer manteca, se ignora el modo de prepararla para que se conservebuena para largos viajes”.

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Entre Buenos Aires y Montevideo no hay arriba de doce o catorce toneleros. De-ben, pues, mandarse otros de España que sean solteros y con el goce de un pesodiario y un premio por cada aprendiz que formen, para que no ocurra como con losmaestros que antes vinieron, que gozaban de dos pesos diarios y regresaron a Espa-ña sin propagar ese arte. En el Paraguay, hay maderas que se prestan para la cons-trucción de barriles apropiados al tasajo.

Para suplir la falta de fondos en la mayoría de los hacendados, de embarcacionespara la conducción a Europa y de corresponsales para la venta, podría constituirseuna compañía con privilegios. “Pero como los privilegios exclusivos en materia deartes y tráfico, producen luego los malos efectos de desanimar al resto de la nacióny de faltar a la buena fe, adulterando las obras por los deseos inmoderados de lasganancias, se entienda solamente a la parte comerciable de carnes del ganado vacu-no y cerdal, porque la manufactura de estas debe ser (para conseguir los fines in-dicados) general y común a toda la provincia, porque de este medio se vivificará elespíritu de toda ella. Para esto se podrían formar por la compañía dos grandesalmacenes, uno en esta ciudad y otro en la de Montevideo, para depositar todas lascarnes que trabajen los hacendados, sea en barriles o fuera de ellos, como en la detasajo y charque”.

La compañía tendría facilidades para colocar las carnes en Europa, “donde losprimitivos precios han de exceder a los de aquí, que las más de las veces no tienenninguno”. Se podrían “llevar desde aquí a la Habana, como ya se ha empezado apracticar en pequeñas proporciones, donde convendría estableciese la compañía unfactor que los vendiese, no solo para nuestros establecimientos, sino también paralos del extranjero que fuesen a comprarlas allí”. En España, podría comprarlas elEstado para la armada y en el seno de la población pudrían reemplazar al bacalaoque llevan allí los ingleses. En Africa tendrían muy buena salida, pues son embarca-das por los portugueses en los viajes de retorno de los buques conductores de negros.Hasta el Asia han ido algunos barriles preparados por los ingleses y después delargos viajes han vuelto en el año 1788 a Cádiz perfectamente conservadas.

La compañía encargada del comercio exclusivo de carnes se ocuparía también deotros frutos como la manteca, quesos, lenguas, cueros de carnero y maderas. “Deeste modo se abriría la puerta a otros ramos de comercio, que no se hace por ahorauso de ellos y consecuentemente se lograría ver el aumento de población, la adquisi-ción de las riquezas y la felicidad natural y civil de esta provincia, y a este objetoprincipal de economía se deben dirigir las miras del gobierno soberano”.

Cuando una nación “no tiene comercio es cosa manifiesta que por excelentes quesean las producciones de su terreno han de ser inútiles, pues no teniendo salida nidespacho no pueden los hacendados operarios lisonjearse con la esperanza de las

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ganancias, que son las que estimulan a aumentar y perfeccionar las haciendas, puesel comercio es el espíritu que anima al ingenio, da movimiento y resucita la indus-tria: es el muelle principal de todas las fuerzas del cuerpo político; y es el queproduce y atrae todas las riquezas del Estado”. No solamente es necesario el comer-cio “para la subsistencia de un Estado, sino que también es útil y provechoso asípara enriquecerlo y fortificarlo, como para civilizarlo e instruirlo, pues multiplican-do las ganancias con el despacho, pone en movimiento la industria. También es delcaso el comercio para mantener la tranquilidad de los pueblos, para hacer observarlas leyes y para que se respete el gobierno, pues como suministra abundantes mate-rias, no solo para vivir, sino para vivir con sosiego y con gusto, los acostumbra a lapaz y a la quietud, haciéndoles aborrecer los alborotos públicos”.

Para aumentar el comercio, termina el memorial, es necesario, en primer termi-no, “que los frutos de que abunda el país y manufacturas que se trabajan de ellos,puedan libremente extraerse a cualquier lugar y en cualquier tiempo y en cualquiercantidad”.

LA RIQUEZA GANADERA DEL PLATA.El memorial de los hacendados al Ministro Gardoqui, dio tema al doctor Juan

María Gutiérrez para extractar en la misma “Revista de Buenos Aires” un estudio deAzara que puede servir de complemento a la exposición de los ganaderos.

El problema planteado entonces por los hacendados, escribía el doctor Gutiérrez,continua planteado y no resuelto todavía a pesar del tiempo transcurrido desde 1794hasta 1866, beneficiando cueros con el aparato ingenioso de unas cuantas estacas ymantas de carne tasajo que ni siquiera es buena para los esclavos del Brasil y de lasAntillas. “Entonces como ahora consistía el problema en sacar el provecho mayorposible de ese oro del estómago que se llama carne de vaca, y que abundaba, abunday puede abundar siempre en nuestras praderas como los metales preciosos en lasregiones de los Andes”.

Dice Azara en su “Memoria Rural del Río de la Plata”, que en la primera mitaddel siglo diez y ocho “estaban las pampas desde Buenos Aires hasta el Río Negro tanllenas de ganado cimarrón, que no cabiendo, se extendía hacia las minas de Chile,Mendoza, Córdoba y Santa Fe”. Desde el Río de la Plata hasta el Tebicuarí habíacuanto ganado alzado podían mantener los campos. Esa superficie tenía 280 leguasde largo por 150 de ancho, “de modo que el espacio ocupado en aquellos tiempospor los ganados casi todos cimarrones, pasaba de cuarenta y dos mil leguas cuadra-das”. Apreciando Azara la cantidad de ganados que pueden pacer cómodamente enuna legua cuadrada de la medida de Buenos Aires, llega al número de dos mil cabe-zas, sobre la base de una consulta a estancieros prácticos; y de ahí deduce “que enlas 42.000 citadas leguas pacían cuarenta y ocho millones de cabezas de ganado”.

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Esta maravillosa riqueza resultaba esterilizada. Estaba prohibido el comerciocon Europa y solo pedían apartarse en poca cantidad y de tarde en tarde, con destinoa España, cueros y sebos, únicos dos productos que se vendían.

Al finalizar el mismo siglo diez y ocho, el número de ganado estaba reducido aseis millones y medio, como consecuencia de las cacerías de exterminio realizadaspor los indios, por los vecinos de Mendoza, Tucumán, Santa Fe, Buenos Aires yMontevideo y por los brasileños, con el solo objeto de obtener cuero y sebo y pro-veerse de ganado para el año. Escogían para sus faenas la Primavera, en pleno mesde septiembre, que corresponde a las pariciones, resultando de aquí, dice Azara,“que los terneritos no pudiendo seguir a las madres en una corrida tan dilatada queduraba cuando menos cuatro meses, quedaban abandonados y perecían y que lasvacas preñadas abortasen con la fatiga”.

¿Cómo se efectuaban esas corridas? El mismo Azara se encarga en otra Memo-ria de explicar el procedimiento empleado en el Paraguay y Río de la Plata.

“Se junta una cuadrilla de gente, por lo común pérdida, facinerosa, sin ley ni rey,y va donde hay ganados. Cuando hallan una tropa o punta de ella se forman ensemicírculo, los de los costados van uniendo el ganado y los que van en el centrollevan un palo largo con una media luna bien afilada con las que desgarretan todaslas reses, sin detenerse hasta que acaban con las que hay o las que tienen por nece-sarias. Entonces vuelven por el mismo camino y el que desgarreto, armado de unachuza penetra con ella la entraña de cada res para matarla y los demás le quitan elcuero para estirarlo con estacas. Toda la carne se pierde y cuando mucho se aprove-cha algún sebo. Además se pierden los terneros jóvenes que quedan sin madres. Losnegociantes de Montevideo y Buenos Aires son los que fomentan estas matanzas, queel gobierno prohibe a veces y otras disimula a sus favoritos, y otras las reduce amatar solo los machos. Pero rara vez consigue lo que manda, y si alguna vez sucede,como yo lo he visto una sola en cuatro o cinco años, hay un producto admirable. Enfin, este es un asunto en que cabe y hay mucho monopolio difícil de cortar por lautilidad que tiene para los que andan en el y que se acabará antes de muchos años,porque desaparecerán los ganados y quedarán los campos desiertos”.

En: Eduardo Acevedo, Artigas

42. Informe sobre varios puntos principales relativos a la nueva forma de gobier-no, que se pretende establecer en esta provincia de Misiones en el sistema de libertadde sus naturales, etc.

“Luego que en el año de 1803, se supo que el Rey nuestro señor, había resuelto laabolición de las comunidades a que están sujetos los indios guaraníes, me llenó deregocijo aquella noticia, como que tantos años, y por varios modos había procurado

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propender al logro de tan benéfica obra. El deseo de que ella se verifique con lamayor perfección posible, y la ociosidad en que entonces me hallaba, por no tenerempleo, ni ocupación, me estimularon a ordenar las antecedentes anotaciones; perocomo no tenía datos sobre qué apoyar mis ideas, procedí al caso, y como el ciego quecamina, sin saber de dónde viene, ni a dónde va; mas con todo, me parece que enellas podrá un entendimiento sólido, y no preocupado, encontrar algo de provecho,para aplicarlo oportunamente. Hay no obstante un embarazo que superar, si es cier-to que la Real Cédula en que S.M. dispone abolir las conmutables de los indiosguaraníes; prohibe que en sus pueblos, y terrenos se establezcan españoles; porqueen tal caso, son inútiles la mayor parte de dichas anotaciones, por no poder tenerefecto; pero no dudando que dicha prohibición, habrá recaído sobre algunos infor-mes equivocados, y que la voluntad de nuestro piadoso soberano, es, y siempre hasido dirigida al bien y prosperidad de sus amados vasallos; creo que me sería lícito,el exponer los fundamentos, que tuve presente cuando ordené, las citadas anotacio-nes; persuadido a que en ello hago un gran servicio a S.M. y al estado; si acaso ellasllegaren a manos de quien pueda hacer el uso que deseo.

La introducción de dichas anotaciones, manifiesta por sí misma, que yo no heseguido el impulso de mis deseos, porque éstos a la verdad, se dirijen a que en estaProvincia se establezca un Gobierno semejante en todo al que rige, las de españoles,en los términos que subsintamente he detallado en la nota 10 de mi disertación: perocomo las leyes, y ordenanzas disponen otra cosa, por lo respectivo a las Provinciasde Indios, me pareció infructuoso el proponer un sistema contrario al establecido entoda la América, y así tuve por más conveniente, acomodar mis ideas por ahora, a lomás fácil de que otros conformen las suyas.

La idea general, frisa con la introducción; y está dictada, con el mismo espíritu.En la liquidación y extinción de deudas, he tomado un partido de pura necesidad,

porque estoy persuadido que no hay otro más fácil, y equitativo que el propuesto,para allanar tantas dificultades como se presentan sobre este particular.

Para el establecimiento de fondos comunes, en los términos que lo propongo; heseguido la consideración de que los naturales de esta provincia por sí solos, y per-maneciendo en la clase y condición de indios, jamás podrán cultivar, ni aprovecharlos muchos terrenos, que incluyen dentro de sus límites, y están reconocidos comopropiedades de los pueblos que los poseen como suyos; siendo al mismo tiempo unfondo perdido para el estado, si no se pone en manos de quien pueda hacerlo fructi-ficar; pero si se enajena por venta, o arrendamiento a personas pudientes, se conse-guirán tres ventajas bastante considerables: primera, que conservando siempre elcapital o valor de dichos terrenos; disfrutarían en los réditos o arrendamientos uncaudal que estaría siempre muerto para ellos. Segunda se aumentaría el caudal o

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masa general del Estado, con lo que produjeran y crecería el número de vasallosacomodados y tercera: se conseguiría dar ocupación útil a los indios, conchavándosecon los españoles; proporcionándoles el consumo de los frutos de sus labranzas pro-pias y los efectos de sus manufacturas; y aprenderían a trabajar metódicamente conlos españoles. Si las estancias con sus ganados y los terrenos baldíos no pasan desdeluego a manos activas y pudientes, continuarán como hasta aquí sin dar produccióna nadie; antes por el contrario se disipará lo poco que ellas contienen. A los edificiosde los pueblos y demás fincas comunes inmediatas a ellos, sucederá lo mismo si sereparte en propiedad a los naturales; porque éstos acostumbrados a que los reparenlas comunidades, los dejarían arruinar, causando la desolación total de los pueblos,si no se toman las providencias indicadas sobre este punto; hasta que con el tiempose vayan acostumbrando a edificar sus casas y conservarlas igualmente que las de-más propiedades suyas.

El repartimiento de terrenos, es a mi ver, el objeto de mala consecuencia y consi-deración. Los hombres son criados para vivir en sociedad, y si se dispersan por loscampos, se privan de los socorros espirituales, y temporales que la unión les propor-ciona. La jurisdicción de Misiones, incluso los terrenos de los pueblos orientales delUruguay, que al presente domina Portugal, contienen sobre veinte mil leguas cua-dradas, y aunque la mitad de ellas sean incapaces de cultivar, pueden los restantesmantener cómodamente trescientas mil personas; con aquel desahogo que permitela poca población de la América; porque a cada legua cuadrada, corresponderíanen tal caso treinta personas; siendo así que al presente no llegan a cincuenta millasque hay en los treinta pueblos. Los terrenos del Yapeyú se extienden por la parte sur,Rivera, occidental del Uruguay, más de ochenta leguas y por la oriental mucho más;con que si dichos terrenos se repartieran a los naturales de dicho pueblo, con exclu-sión de los españoles, se disiparía enteramente, quedando al mismo tiempo baldíos,incultos, y sin aprovechamiento la mayor parte de ellos. Reducidos los chacareríos,y toda laya de sembrados a las cercanías de los pueblos, y señalados ejidos para losanimales de servicio, y labranza, quedaban sin la pensión, que ahora tienen los la-bradores, con los muchos animales que hay en las mismas chacras, y que por lomismo, es menester cercar los terrenos, que han de sembrar; y como esta operaciónes costosa, y que se necesita renovar o reparar los cercos de continuo se ven precisa-dos a reducirlos a corta extensión; lo que no sería necesario, no permitiendo másanimales en las chacras, que los del diario servicio, y podrían dilatar, sin aquelloscostos sus labores y cosechas. Por esta consideración y las demás consecuentes aella, he propuesto en mis anotaciones, el reducir la jurisdicción de cada pueblo auna corta extensión y que se repartan gratuitamente sus terrenos a indios y españo-les, según lo que unos y otros pueden labrar, bajo las condiciones allí expresadas y

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que los restantes se enajenen a personas pudientes por el valor que tuvieren o se lesregulare, para estancias de ganados y sembrados considerables. Esta propuesta lafavorece las Leyes de las recopiladas de Indias, siguientes: ley 1a, tít. 12, lib. 4o. Queen nuevas poblaciones, los que poseyeren tierras por el tiempo de cuatro años ad-quieran dominio absoluto. Segunda del mismo tt. y lib., que el que poseyese un terre-no cuatro años tenga derecho para obtener otro sin perder el primero. Tercera delmismo tt. y lib.; que si no poblaren casa o no beneficiaren la tierra, según lo contra-tado en el término señalado, pierdan el derecho; lo que también establece la orde-nanza de Intendentes en el art. 57. Séptima del mismo tt. y lib. que en las poblacionesnubeas y en las antiguas se permita que se hagan repartimiento de tierras, sin admi-tir singularidad acepción de personas, ni agravios de los indios. Once del mismo tt.y lib. y las 20 del tt. tercero lib. 6, que las tierras repartidas, se deben deslindar,ponerlas en labor y plantar árboles, dentro del término que se señalare, y que si no lohacen pueda a otro pedirlas. Doce del tt. 12, lib. 4 que las estancias de ganados sedeben situar lejos de las poblaciones, para que no causen daño a los sembrados.Conviene al estado en general, que en cuanto sea posible se procure que la tierraproduzca todo lo que pueda producir: El Rey, es señor de todas las de indias, que noestén enajenadas con justo título. Los indios, en particular no tienen ni conocentodavía propiedad en las de estas misiones y su derecho es a las que puedan cómoda-mente aprovechar: véase la ley 14 del tt. y lib. citado, que coincide con lo propuestosobre este particular en las dichas anotaciones. Diecinueve de dicho tt. y lib. y la 1a.

del tt. 3, lib. 6. Que se procure que los indios vivan juntos en poblaciones para elmejor gobierno y policía. Veintiuna del tt. 12, lib. 4. Que a todos los indios se lespersuada y obligue a trabajar inclinando a los oficios a que se ocupe cada uno en losuyo, y a los holgazanes en obras públicas. Veinticuatro idem. Que se favorezca eltrato, comercio y amistad entre indios y españoles. También conviene tener presentela Real Cédula de 15 de octubre de 1754, que se halla incluida en las Reales Orde-nanzas de Intendentes; y trata del enajenamiento de tierras realendas; núm. 9 quecorresponde al art. 78 porque en ella se citan la mayor parte de las leyes aquí expre-sadas. Y aunque las 21 y 22 del tt. 3, lib. 6 disponen que en las poblaciones de indiosno vivan españoles, negros, mestizos ni mulatos, aunque hayan comprado tierras,por los motivos que allí se expresan están modificadas estas dos leyes, por la prime-ra del tt. 4 del lib. 7 que se cita al margen de ellas; y según las circunstancias de estasmisiones, puede tener por abolidas, porque en esta Provincia nunca se ha experi-mentado los desórdenes que motivaran aquella prohibición y es muy remoto quesucedan. A lo dicho puede agregarse que los indios jamás podrán arribar al estadode cultura y civilidad que se necesita para adquirir y conservar bienes de algunaconsideración si no se les proporciona, con el trato, comunicación, comercio, alian-

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za de familias y recíprocos intereses con los españoles; los medios para ello y por lomismo, de nada les serviría el poseer ellos solos inmensidad de terrenos sin poderlosdisfrutar ni cultivar. Además de ésto, ellos no pueden beneficiar otros frutos que losnecesarios para sus sustentos y el de sus familias porque no tienen posibilidad niarbitrio para otra cosa, ni esta calidad de frutos puede ser materia de comercio porlos muchos costos de su exportación y porque abundan los mismos en las Provinciasinmediatas y para los que pueden ser comerciables es menester invertir para suacopio crecidos gastos en utensilios y artefactos para beneficiarlos lo que los indiosno pueden verificar. Por otra parte se interesa el estado en activar unos fondos muer-tos hasta ahora, haciéndolos circular entre todos los Vasallos, porque así podránalgún día poseerlos con utilidad los descendientes de los que ahora están privadosde poderles disfrutar.

Sobre los Tributos, con que estos naturales deben contribuir al soberano, en se-ñal de vasallaje; hay poco que reflexionar y así sólo diré, que estando esta Provinciarodeada de otras de españoles con quienes forzosamente han de tratar y comerciarsería muy dificultosa su recaudación, mayormente estando acostumbrados a no pa-garlos por sí mismos sino del fondo de comunidad y no sería extraño que les disgus-tara una contribución que nunca han experimentado o conocido y que por esto emi-grarán pasándose a vivir entre los españoles o a los dominios de Portugal, que seríapeor; y así me parece que este es poderoso motivo para que se adoptase el sistema desacar, a estos naturales de la clase y condición de indios.

Lo propuesto sobre la conservancia de las iglesias, culto divino y dotación de susministros y sirvientes, me parece que todo ello es verificable y no se opone de ningúnmodo a las Leyes y que por lo mismo no necesita de ilustración; y solamente en el caso deque en esta Provincia se entablara el gobierno que rige las de españoles entonces habríaalgo que variar mediante a qué cesando los sínodos que disfrutan los párrocos, eranecesario establecer aranceles proporcionados a la pobreza actual de los indios; peroque no obstante ello pudiera sufragar a la decente subsistencia de los curas, las obenciones.

Tampoco necesita de ilustración, lo perteneciente al Gobierno militar, mediante aque el cuerpo veterano debería equipararse al de blandengues de frontera y serpagado por el real erario, proporcionando oportunamente algún arbitrio en estaProvincia para sostenerlo. Y por lo que hace al de Milicias disciplinadas, no debe-rían tener sueldo alguno, sino en tiempo de Asamblea o cuando estuvieran emplea-das y entonces se deberían igualar con las demás del Virreinato; estableciendo tam-bién algún arbitrio municipal para conservar el armamento, vestuario y demás artí-culos de economía del cuerpo”.

Concepción, 15 de noviembre de 1805.En: Rela, Gonzálo de Doblas

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43. LA PRIMERA PROCESION MASONICA“Las tropas inglesas se habían posesionado de la plaza el año 1807, tomándola

por asalto en sangriento combate el 3 de febrero.Bajo el dominio de sus armas celebraron los masones ingleses, de una manera

pública y solemne, el día de San Juan, con un ceremonial desconocido para loshabitantes de San Felipe y Santiago.

La procesión partió del Barracón de la Marina, recorriendo las principales ca-lles hasta la plaza de la Matriz, imponente y silenciosa.

Como tomaría el vulgo aquellas bandas, mandiles, estrellas y compaces simbóli-cos, es de suponerse. Cuántos habría que creerían ver en ellos, condecoraciones omodas inglesas, sin poderse explicar otra cosa, porque en la vida habrían oído ha-blar de francmasones, ni figurarse lo que significaban.

Pero como no hay regla sin excepción, es tradicional el hecho de que gracias acierta seña de algún iniciado en los misterios de la orden, salvaron los cabildantesde ser sacrificados en el conflicto, cuando los soldados ingleses, triunfantes despuésdel asalto de la plaza, avanzaron al Cabildo, dónde se habían encerrado loscabildantes, que eran a la sazón don Franciso Joanicó, don Antonio Pereira, donJuan Manuel Ortega, don Antonio de San Vicente, don Juan Antonio de Bustillos, ydon Lorenzo Vivanco.

Con relación a ese suceso, decía el mismo Cabildo en nota de agosto de ese añoal Coronel Gore Browne, Comandante de la ciudad de Montevideo, entre otras co-sas, lo siguiente:

“Señor. La mañana de ataque, vos, Señor, entrasteis en esta ciudad con el mandoGeneral de las tropas. En ese extraordinario peligro, el Cabildo, en dolorosas sus-pensión, estaba reunido en la Sala Capitular, esperando por momentos la muerte poruna soldadesca enfurecida y victoriosa, que había forzado las puertas y se habíalanzado dentro con toda la furia que inspira el triunfo. Fuimos rescatados de lainminente bayoneta por los grandes esfuerzos de un valiente y amable oficial, elCapitán Enrique Bowell, después del 5o. batallón de guarnición, que afortunada-mente entró en el instante y nos preservó arriesgando su persona.

Vos, Señor, fuisteis presentado por él a nosotros y recibisteis de nuestras manos laespada y las insignias de la Justicia, tuvisteis la generosidad de devolverlas inmedia-tamente a nuestra posesión. Nos suplicasteis volviésemos a nuestra Sala y colocas-teis a la puerta una guardia para nuestra protección, disteis vuestra palabra pornuestra salvaguardia y nos garantisteis del menor insulto o afrenta”.

En: Fernández Parés, Apostadero de Montevideo

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1808-1810. De la Junta de Montevideo a la JuntaGrande de Buenos Aires.

1808.en. 23. Con motivo de la invasión napoléonica a Portugal, el regente D.

Juan (1767-1826), su familia y los miembros de la Corte lusitana llegan aBahía. Habían salido de Lisboa el 27 nov. de 1807.1

en. 28. Con motivo de esta nueva situación que rompía el equilibrio en elPlata, Elío y el Cabildo resuelven enviar a Luis Larrobla como emisario a RioGrande del Sur para comprobar si hay intentos de invasión a la Banda Orien-tal. La respuesta fue que por el momento la situación era calma “y que nohabía preparativo alguno de guerra”.

feb. Las tropas francesas entran en territorio español con la excusa deauxiliar al General Junot que estaba en Lisboa.

Esta operación les permite quedarse con posiciones en la frontera de losPirineos.

mar. 3. Oficio del Ministro del Exterior de Portugal, Rodrígo de SousaCoutinho (conde de Linhares) al Cabildo de Buenos Aires, dando noticias deque el regente Juan y su Corte estaban en Rio de Janeiro.

mar. 13. El mariscal Joaquín Murat al entrar en Burgos proclama queNapoléon (su cuñado) lo único que quería era la “felicidad de España”.

mar. Revuelta palaciega de Aranjuez que pone fin al gobierno de Godoyque es hecho prisionero. Carlos IV abdica en favor de su hijo el príncipe deAsturias, convertido en Fernando VII.

El mariscal Joaquín Murat (1767-1815) héroe de Austerlitz, Jena yFriedland, ocupa Madrid y ordena la represión que dará lugar al levanta-miento del pueblo español el 2 de mayo.

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mar. 14. Acta con la narración comprensiva de la segunda invasión ingle-sa a Montevideo.2

mar. 16. Presionado por las circunstancias el Rey Carlos IV advirtió alpueblo que “el ejército de mi querido aliado, el emperador de los franceses,cruza mi reino con las más pacíficas y amistosas intenciones”.

mar. 17-18. Comienzan los disturbios callejeros en Madrid, alentados porlos partidarios de Fernando, enemigos de Godoy. Estalla el “Motín deAranjuez” que destituye y lleva a prisión a Godoy. Simultáneamente se hablóde la abdicación del rey en favor de su hijo Fernando.

mar. 24. Fernando VII llega a Madrid y se instala en el Palacio Real. Asu paso el pueblo le manifiesta su adhesión.

Por su parte, Murat desconoció al nuevo rey y protegió con sus tropas aCarlos IV y su mujer María Luisa.

Informe del Coronel Jorge Pacheco al virrey Liniers sobre “el arreglo delos campos” en la Banda Orienta.3

abr. Liniers recibe un oficio del Regente de Portugal comunicando elenvío a Buenos Aires del comodoro Joaquim José de Curado, para negociarun Tratado de Paz y otro de Comercio.

abr. 20. Por engaños de Napoléon la familia real se trasladaría a Bayona,donde llega primero Fernando.

abr. 22. Liniers cita a Real Acuerdo para trasmitir el texto del oficio.

abr. 26. Como gobernante contesta expresando su mejor deseo de paz yque el emisario sería recibido con la consideración debida a su rango.

abr. 30. Arriba a Bayona Carlos IV y la reina.El encuentro entre padre e hijo (en presencia de Napoléon) fue violento.4

may. 2. Napoleón ordena el abandono de Madrid por parte de la familiaReal española, lo que se cumple, dando lugar a un levantamiento popularfrente al Palacio Real en la plaza de Oriente. La represión del ejército francésdesencadena “la guerra por la independencia de España”.

Se produce el levantamiento del pueblo madrileño contra los franceses,que comienza en las puertas del Palacio Real. La violenta represión de Muratculmina con el fusilamiento de cientos de patriotas españoles

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may. 5. Napoleón consigue que Carlos IV renuncie en favor suyo al tronode España y las posesiones en las Indias.

may. 6. Napoleón manejando en su beneficio los sucesos de España con-voca en Bayona a los reyes Carlos IV y Fernando VII para convertirse en juezcompetente del litigio de la Corona.

Fernando VII es presionado para que abdique en favor de su padre. Peroel día anterior (mayo 5) Carlos IV lo había hecho en favor de Napoleón,quien a su vez lo hizo a su hermano José Bonaparte rey de Nápoles, quienrápidamente se traslado a Espña.

may. 8. La Corte de Portugal se instala en Rio de Janeiro como sededefinitiva del gobierno.

may. Llega a Buenos Aires el Comodoro Curado.

may. 10. Napoleón pide al Consejo de Castilla que su hermano mayorJosé (rey de Nápoles) sea el futuro rey de España e Indias, lo que con pocosreparos se aceptó.5

may. 24. El auténtico pueblo español lejos de aceptar esa farsa, fue creandoJuntas locales de gobierno como la de Oviedo, a la que seguirán otras. Esedía se produce un levantamiento en Asturias.

jun. 6. Este acontecimiento y el pedido formal de algunos emisarios espa-ñoles al gobierno inglés, decidió a que se enviase a España un ejército de10.000 soldados al mando del duque de Wellington.

jun. 12. El ministro de Relaciones Exteriores de Inglaterra George Canninganuncia a los asturianos su apoyo efectivo.

jun. 15. Reunión de la Corte en Bayona (a la que asisitió Nicolás Herrerarepresentante por Montevideo) que considerará la Constitución de Bayona,finalmente aprobada el 7 de julio próximo.6

jul. Curado viaja a Montevideo.

jul. 19. Derrota de los franceses del Gral. Pedro Dupont (1765-1840) porlas fuerzas españolas del Gral. Francisco Javier Castaños (1758-1852) enBailén (Jaén). El triunfo fue sorprendente, Dupont se rindió con 17.000 hom-bres.

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En esa batalla participó el cap. argentino José de San Martín.Consecuencia de esto fue el levantamiento del cerco en Zaragoza y la

huída de José I de Madrid hacia el N. (recién regresará a la capital el 2 dediciembre de 1808).

Las acciones militares continúan con un poderoso ejército francés inva-diendo la península, que continuará luchando (con diversa fortuna) contraespañoles e ingleses. (Este capítulo que corresponde a la historia de España,excede nuestro cometido, no así la creación de las Juntas de Gobierno).

jul. 29. El Cabildo de Buenos Aires recibe una Real Cédula firmada porFernando VII con fecha abril 10, advirtiendo que ante abandono del trono por supadre Carlos IV (Real Decreto de Aranjuez de marzo 10), él asumía la Coronade España e Indias. Ante versiones contradictorias Liniers y el Cabildo resuel-ven postergar el reconocimiento a Fernando VII, que debía hacerse en ceremo-nia solemne el 12 de agosto. (Liniers propuso hacerlo el 30 de agosto).

ag. 9. Arriba al puerto de Maldonado y se traslada a Montevideo ClaudeEnrique Esteban Bernard, marqués de Sassenay, enviado por Napoleón desdeBayona con pliegos para Liniers sobre la verdadera situación político-militarde España bajo Napoleón y para que se reconociese a José Bonaparte comoRey.7

ag. 10. Llega a Montevideo.

ag. 12. En Montevideo, Elío hace jurar fidelidad a Fernando VII, de acuerdoa los pliegos recibidos oportunamente.8

ag. 19. Entra al puerto de Montevideo la goleta española Carmen, que traeal Brg. Gral. (aunque sin mando de tropa) José Manuel de Goyeneche (naturalde Arequipa), con una “misión conferida por la Junta Suprema de Sevilla”para que se “instalasen en América semejantes a las creadas en la Península”.9

ag. 19-20. Oficio de Da. Carlota Joaquina al regente Juan, pidiendo pro-tección al reclamo por sus derechos sobre el trono español.10

ag. 23. Goyeneche llega a Buenos Aires con idéntica misión.11

ag. 27. El Cabildo de Buenos Aires, inspirado por Goyeneche, hace públi-co un Manifiesto incitando al patriotismo, luchar contra el tirano Napoleón yjurar lealtad a Fernando VII.

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sbre. 1. Liniers para evitar sospecha de “afrancesado” declara estado deguerra contra Francia.

sbre. 6. Encuentro entre Elío y Curado en Pando en que este define elcontenido de su misión: ante la peligrosa situación de España dominada porNapoleón, D. Juan el más cercano heredero del trono (por estar casado conCarlota Joaquina, hija de Carlos IV) y con la posibilidad de que los territo-rios ultramarinos pasasen a poder de Francia, pedía que estas provincias (N.del Río de la Plata) quedaran bajo custodia de Portugal para a su debidotiempo ser devueltas a Fernando VII su rey legítimo.

Además previno sobre el entendimiento de Liniers con Napoleón.

sbre. Reunión en Aranjuez para consolidar la Suprema Junta Central Gu-bernativa del reino de España e Indias a nombre del rey Fernando VII.

sbre. 5. En Santa Fe de Bogotá (virreinato de Nueva Granada) se reunencon el apoyo del virrey Antonio Amar (1745-1826) los vecinos más importan-tes y reconocen la Junta Central de Sevilla.

sbre. 9. Liniers reconoce a la Junta Suprema de Sevilla como legítimogobierno de la Nación española.

Llega al clímax el enfrentamiento entre Liniers y Martín de Alzaga, esteúltimo apoyado por Elío.

sbre. 10. Presencia en Buenos Aires y encuentro en el Fuerte del síndicoprocurador del Cabildo de Montevideo con Liniers, entregando un pliego enque se pedía su destitución como Virrey. Respuestas airadas del Cabildo bo-naerense pidiendo la presencia de Elío para fundar las acusaciones.12

sbre. 13. El Cabildo de Montevideo contesta que ratifica las conocidasacusaciones. Elío se negó a ir a Buenos Aires.

sbre. 16. Liniers en su condición de Virrey destituye a Elío y nombra go-bernador de Montevideo al C/N Juan Angel Michelena.13

sbre. 20. Arribo de Michelena a Montevideo encontrando a un vecindariohostil y un Cabildo que lo reconocía.14

Pedido del pueblo (leal a Elío) a la convocatoria de un Cabildo abierto pordiscrepancia con los actuales cabildantes, haciendo notorio su malestar convivas a Elío y “muera Liniers”, “muera Michelena”.15

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sbre. 21. Este último regresa a Buenos Aires sin haber asumido el mando.En este día a las 10 hs. se reúne el Cabildo Abierto presidido por Elío, con

asistencia de representantes del ejército, la marina, iglesia y los funcionarios,con un total de 55 personas.

Decisión última del Cabildo Abierto de constituir una Junta como las deEspaña, dependiente de la Suprema de Sevilla, después de escuchar los alega-tos, en particular el de Lucas José Obes.16

sbre. 22. Se instala la Junta de Montevideo bajo la presidencia de Elío ycon la presencia del alcalde de primer voto, junto a otros civiles, jefes navalesy militares, funcionarios y actuando como secretario Pedro Feliciano Sainz deCavia (que con el tiempo se convertirá en acérrimo enemigo de Artigas).

sbre. 24. La Junta hace público lo sucedido y confirma a Elío.

sbre. 25. Instalación de la Junta Central con la presidencia del conde deFloridablanca (1728-1808).

Se establece una controversia ideológica entre Floridablanca (represen-tante del despostismo ilustrado) y Jovellanos (liberal) que no concluye con lamuerte del conde (diciembre 30).

sbre. 26. Informe de los fiscales sobre el acto del 21 de setiembre.17

sbre. 30. Carlota Joaquina pide ayuda al cap. argentino SaturninoRodríguez Peña.

La Junta seguirá reuniéndose (y manteniendo su distanciamiento con Bue-nos Aires) hasta el 30 de junio de 1809).

oct. 5. El Cabildo de Montevideo envía nota al de Buenos Aires, explican-do lo que considera “actos de Liniers”.

oct. 15. La Real Audiencia de Buenos Aires reitera su orden de que seadisuelta la Junta de Montevideo.

oct. 23. Elío pone en conocimiento de la Junta el informe que al respectopreparó el Asesor de Gobierno.

oct. 26. Ordena que se le devuelva a la Real Audiencia su nota.

nov. 1o. Llega a Montevideo el jefe del Apostadero naval de El Callao,Brg. Comandante de la Real Armada Joaquín de Molina, para tratar de conci-liar las diferencias entre Elío y Liniers.

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El primero acepta la gestión, el segundo la rechaza.

nov. 18. El Brg. Bernardo Velasco cumpliendo órdenes del virrey, al man-do de un cuerpo de ejército de 1.000 hombres, invade Colonia y se instala enSan Juan.

Molina, desde Montevideo, intenta disuadir a Liniers de la operación, perosin éxito.

dbre. 14. Ante la caída de Madrid, la Junta se reúne en Sevilla.

1809.en. 1. La sala de Acuerdos del Cabildo de Buenos Aires, procedió a la

elección de los nuevos titulares, como exigía la tradición en la materia.Días antes el Virrey había concedido el grado de Alférez Real a Bernardino

Rivadavia por sus servicios, lo que sorprendió al Cabildo que no fue consul-tado.

Procedido a los nombramientos el Virrey los aceptó.El pueblo en la plaza (rodeada de tropas) proclama su voluntad de que se

nombrase una Junta como en España.Martín de Alzaga y Mariano Moreno (1788-1811), entre otros, comunica-

ron a Liniers (que estaba en el Fuerte) de que el pueblo lo había depuestocomo Virrey.18

Simulacro de renuncia de Liniers que estaba apoyado por la tropa, el Jefede Patricios Cornelio Saavedra y el de Húsares, Martín Rodríguez, entre otros.

Se procedió a reducir a los amotinados con Alzaga y Moreno a la cabeza.19

en. 6. Se conoce en Buenos Aires la noticia de que fue instalada la JuntaCentral Gubernativa de España con sede en Sevilla.

en. 8. Liniers y las autoridades reconocen a la misma como única autori-dad en representación de Fernando VII.

en. 11. La Junta Central nombra al ex-Cap. Gral. de Cartagena y Vice-Presidente de la Junta, Baltasar Hidalgo de Cisneros (1755-1829), como Vi-rrey del Río de la Plata.20

en. 14. Se procede en Montevideo a la jura a la Junta Suprema Central deSevilla y obediencia a Fernando VII.

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feb. 6. Informe definitivo de los fiscales sobre la Junta del 21 de setiem-bre.21

may. 2. Hidalgo de Cisneros embarca en Cádiz con destino al Río de laPlata.

may. 25. En Chuquisaca estalla el movimiento juntista que se propaga aLa Paz, liderado por Bernardo Monteagudo (1787-1825). Ambos son derro-tados, pero este último en manos del Gral. José Manuel de Goyeneche (1776-1846) que era presidente de la Audiencia de Cuzco, lo fue con mucha violen-cia.

jun. 29. Arriba al puerto de Montevideo la fragata de guerra Proserpinaque traía al nuevo Virrey.

jun. 3O. Recepción solemne de las autoridades y Te Deum en la Matriz,encabezado por Elío.

Entre los miembros de la comitiva de Hidalgo de Cisneros estaba JoséRaimundo Guerra (que colaborará con Larrañaga a ordenar los conocidos apun-tes históricos).

jul. 3. Por Real Orden de abril 12, traída por el Virrey se disolvía la JuntaProvisional de Montevideo, lo que fue aceptado pacíficamente. En otro se diogracias a Elío por su comportamiento.22

jul. 12. Hidalgo de Cisneros viaja a Colonia de paso a Buenos Aires. Suedecán que lo precedió comunicó sobre la Junta de Montevideo y el nombra-miento de Elío como Jefe de las fuerzas militares del Plata.

Se reivindicó a Alzaga y otros sublevados, quienes lo acompañarían en sugestión.

jul. 19. El Cabildo montevideano expresa su preocupación al Virrey porlos extranjeros que estando en la ciudad son motivo de intranquilidad entre losvecinos.

Francisco Javier de Lizana y Beasumont (1750-1811) que era arzobispode México desde 1803, ocupa el virreinato hasta 1810 sustituyendo al maris-cal Pedro Garibay que había formado Junta el 15 de setiembre de 1808.

jul. 25. Entrevista de Liniers con Hidaldo de Cisneros en Colonia. El prime-ro logra una importante pensión anual y el título de Conde de Buenos Aires.

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jul. 29. Entrada triunfal de Cisneros en la capital del Virreinato con rego-cijo popular y apoyo del Cabildo.

jul. Domingo Murillo se subleva en La Paz (Bolivia) contra los abusos delas autoridades españolas.

ag. 10. En Quito los criollos destituyen al gobernador y forman una JuntaGubernativa.

sbre. 30. Alegato presentado por Mariano Moreno (1778-1811) como apo-derado de los agricultores y hacendados, ante el virrey Hidalgo de Cisneros.23

oct. 16. El virrey del Perú, José Fernando de Abascal (1743-1827) repri-mió violentamente el movimiento independentista de Quito.

1810.

en. Caída de Gerona en mano de las tropas francesas, que cercada duran-te ocho meses el pueblo mantuvo una heroica resistencia.

Cisneros resuelve reducir el mando militar de Elío y le confía sólo el de lastropas de Montevideo.

Después será destituido por la Junta Central.

en. 23. La ocupación de Andalucía por el ejército de Napoleón obliga asesionar en Cádiz y luego en la Villa de la Real isla de León (bahía de Cádiz)protegidos por las fuerzas navales inglesas.

en. 29. Al disolverse la Junta Central se forma el Supremo Consejo deRegencia.

feb. 14. El Consejo de Regencia convoca a elecciones de diputados ame-ricanos para integrar las Cortes Generales, acompañada de una proclamacon gran sentido político de reconocimiento a sus pueblos.

Sesiona en la isla de León (Cádiz) el Consejo de Regencia.

mar. 20. Noticia en Buenos Aires de los sucesos en Gerona, que Cisnerostrata de ocultar.

abr. 2. El Virrey resuelve dar a conocer la noticia de que pese al revés deGerona, el ejército español sigue luchando.

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abr. 19. El Cabildo de Caracas reunido extraordinariamente forma la Juntaprovisional de gobierno a nombre del rey Fernando VII.

abr. 4. Elío se embarca para España y queda como Gobernador interino elBrg. Joaquín de Soria.

abr. 8. Un barco inglés procedente de Plymouth trae malas noticias de lasituación de las tropas reales españolas en su lucha contra los franceses.

abr. 27. Cisneros pide a los gobernadores-intendentes que aseguren la pazsocial y el orden ante tan catastróficas noticias.

abr. 29. El regidor Tomás Manuel de Anchorena (1783-1847), graduadoen Charcas (el único que no reconoció a la Regencia) advirtió al Cabildo deque “se estuviese alerta para tomar el gobierno salvando así la Patria de cual-quier tirano”.

El Cabildo resuelve quedar a la espera de las noticias de España antes detomar una decisión.

may. 8. El Consejo de Regencia confía el gobierno a la Audiencia de Méxicohasta el nombramiento de Francisco J. Venegas como virrey general (setiem-bre 13) cargo que ocupó hasta 1813.

may. 13. En Montevideo se difunden informaciones de las proclamas de laJunta Superior de Cádiz como única autoridad válida para España e Indias, yaconsejando que en las colonias ultramarinas se fundasen otras a semejanza.

may. 17. Reunión en Buenos Aires en el domicilio de Nicolás RodríguezPeña con la que participaron algunos ilustres patriotas que encomendaron aJuan José Viamonte (1774-1843) se dirigiese a Cisneros pidiéndole la renun-cia por haber cesado en sus funciones la Junta Central que lo había designado.Aquel pidió la conformidad de Saavedra comandante de Patricios.

may. 17. En Caracas, el capitán genral Brg. Vicente Emparán impidió laformación de una Junta Central.

may. 18. Reunión en casa de Viamonte con participación de Saavedra,quien ante el peligro de que José Bonaparte pasase a ser Rey de España eIndias y nombrase autoridades leales a Francia.

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may. 19. Nueva reunión en lo de Rodríguez Peña con numerosa asisten-cia entre los que estaban Saavedra, Juan José Castelli (1764-1812), JuanJosé Viamonte, Feliciano Antonio de Chiclana (1761-1826), MartínRodríguez, Manuel Belgrano (1770-1820), Juan José Paso (1758-1833) yFrancisco Paso.

Se aprobó que Rodríguez y Castelli entrevistaran a Cisneros para que en-tregase el mando al Cabildo.

may. 20. Reunión de Cisneros con el Síndico Procurador para buscar unasalida pacífica a la situación, que fue la de convocar a un Cabildo Abierto.

may. 21. Reunidos en la Plaza de la Victoria un grupo de vecinos pidió elCabildo Abierto.

may. 22. “Con la anuencia del Sr. Virrey”, según consta en la invitacióndel Cabildo a 450 personas que eran la “parte principal y sana del vecindario”se convocó a jefes y oficiales del ejército, miembros de la Iglesia, alcaldes,propietarios y comerciantes a participar del Cabildo Abierto24.

Juan José Paso pronunció un discurso en que recalcó que el trance por elque pasaba España ameritaba actuar sin demoras.

may. 23. Se procedió a la votación por parte de los Cabildantes con elsiguiente resultado: 160 en favor del Cabildo para tomar el poder y convocara Junta, 64 para Cisneros.

De esta forma el Cabildo asumió el gobierno y el Virrey (de acuerdo conlos votos del Congreso) “fuese absolutamente separado del mando”.

may. 25. Reunión del Cabildo.Los comandantes se pronunciaron en favor de la destitución de Cisneros y

el Escribano Juan José Núñez procedió a leer ante el pueblo reunido en laPlaza la primer acta (hubo tres en total) que instalaba una nueva Junta.

En la segunda se aceptan los nombres propuestos para la Junta y se aclaraque éstos jurarían “no reconocer otro Soberano que el Señor don FernandoSéptimo y sus legítimos sucesores y estar subordinado al gobierno que legíti-mamente les represente”.

En la tercera y última consta la integración de la Junta, el juramento porlos Santos Evangelios y la fidelidad a Fernando VII y sus “legítimos suceso-res” así como “guardar puntualmente las Leyes del Reino”.

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En la noche del viernes 25 de mayo de 1810 con la formación de la “JuntaProvisional Gubernativa de las Provincias del Río de la Plata, a nombre delSeñor Don Fernando VII” se abre otro importante capítulo en la historia delRío de la Plata.

may. 25. En Santiago de Chile cuya capitanía general ocupaba el Brg.Francisco García Carrasco (desde setiembre de 1808), los cabildantes pro-pusieron con el liderazgo de Juan Antonio Ovalle, la creación de una Junta,idea rápidamente combatida por el gobernador.

may. 31. Llega a Montevideo la noticia de que la Junta de Mayo (comotradicionalmente se llamó) es presidida por el Comandante Cornelio Saavedra(1760-1829).

La Junta pide un frente común ante el peligro de una invasión portuguesa.

jun. 1. Reunión del Cabildo Abierto de Montevideo que reconoce al Con-sejo de la Regencia de España (creado en enero 29) y difiere el de la Junta deMayo de Buenos Aires.

Con esta actitud se ponen de manifiesto dos tendencias: la de militares ymarinos españoles con el Jefe del Apostadero, C/N José Ma. de Salazar, fuer-tes comerciantes españoles por un lado y los criollos por otro, acompañadospor dos ilustres sacerdotes Pérez Castellano y Benito Lamas.

jun. 2. Fondea en el puerto de Montevideo el bergantín español NuevoFilipino con noticias recientes sobre la situación político-militar en la Metró-poli.

jun. 11. Llega a Montevideo como representante de la Junta Juan JoséPaso para pedir la adhesión a la misma.

jun. 13. Se reúne con los cabildantes y expone cronológicamente los suce-sos y pide que se manden diputados a Buenos Aires.

jun. 14. Se funda una Junta local en Cartagena (Colombia).

jun. 15. Nueva reunión del Cabildo en la que se enfrentan las dos fraccio-nes citadas. Se resuelve que habiendo jurado fidelidad al Consejo de Regen-cia no hay lugar para hacerlo por la Junta de Mayo.

jun. 16. Comunicación a Paso de lo acordado.

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jun. 20. Hidalgo de Cisneros se embarca para España. Soria es aceptadocomo gobernador político y militar.

jun. 23. Comunicación de Da. Carlota Joaquina al Cabildo de Montevi-deo.25

jul. 2. Informe al Cabildo sobre la lealtad al rey Felipe VII y al ConsejoSupremo de la Regencia de Cádiz.

jul. 11. Oficio del C/N José Ma. Salazar al Cabildo de Montevideo.26

jul. 12. Levantamiento de dos jefes de los batallones criollos, apresadospor las tropas regulares españolas apoyadas por la Marina.

jul. 20. En Santa Fe de Bogotá funciona una Junta de gobierno.

jul. 29. Oficio del Marqués de Casa Irujo al Cabildo de Montevideo.27

ag. 13. Informe del Cabildo de Montevideo al Consejo de la Regenciasobre las intenciones de Da. Carlota Joaquina.28

ag. 22. Informe sobre el auxilio prestado por Montevideo a España en laguerra contra Napoleón.29

ag. 30. Se conoce el “Plan de operaciones” de Mariano Moreno con res-pecto a la Banda Oriental.30

sbre. 16. En México el cura Miguel Hidalgo (1753-1811) pronuncia elpatriótico Grito de Dolores (donde era párroco desde 1803) levantando a losindios contra los españoles.

sbre. 21. Oficio del Cabildo al Consejo de la Regencia sobre lo informadoen agosto 13 pasado.31

Respuesta del Consejo aprobando la ejemplar conducta del Cabildo en esainstancia.

sbre. 24. Sesionan en Cádiz las Cortes Generales y Extraordinarias delReino de España y América.

Participan representantes de las provincias españolas y con excepción dealgunos americanos que estaban en Cádiz, los demás tuvieron “supletorios”como el caso de las provincias del Río de la Plata (de Montevideo irá el Pbo.Rafael Zufriategui al año siguiente).

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El discurso del Pres. Pbo. Muñoz Torrero (rector de la Universidad deSalamanca) subrayó que “la soberanía nacional estaba en las Cortes” y quese reconocía a Fernando VII como rey legítimo.

oct. 9. Gaspar de Vigodet nombrado Gobernador de Montevideo en agos-to 5, asume el cargo en esta fecha.

dbre. 15. Proclama de Hidalgo. 32

dbre. 16. Contundente discurso del representante peruano Dionisio IncaYupanqui sobre derechos plenos (e igualdad) de los americanos (que seríannegados por los españoles presentes).33

dbre. 18. Creación de la Junta Grande en Buenos Aires.

dbre. Informe del Com. en Jefe del Apostadero de Montevideo José deSalazar sobre los hechos ocurridos en el Río de la Plata y las consecuenciasfuturas.34

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ADDENDA

Sociedad

1808.nov. 30. El Pbro. Pérez Castellano contesta al Obispo de Buenos Aires

quien le había advertido que de ingresar como Miembro de la Junta de Monte-video, lo relevaría en su condición de sacerdote de administrar los sacramen-tos.35

1810.Beneficios recibidos por la Real Hacienda de la venta de esclavos.

Prensa periódica.

GACETA DE BUENOS AIRES, empieza a publicarse el 7 de junio de1810.

Cultura

Enseñanza.

1809. El Cabildo de Montevideo pone en funcionamiento la primera es-cuela municipal, gratuita para niños pobres, dirigida por el franciscano JuanArrieta.

Se enseñaba aritmética, gramática, ortografía y escritura, moral cristiana ypráctica de la religión católica.

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1. La comitiva está formada por la reina María I (que padecía una enfermedadmental); su hijo Juan que era el Regente; Carlota Joaquina de Borbón, su esposa(1735-1830), hija de Carlos IV; sus hijos Pedro y Miguel y otros familiares directos.

Los acompañaban miembros de la Corte, funcionarios y sirvientes.En 36 navíos que salieron de Lisboa se conducía el tesoro real y valiosas perte-

nencias reales y de la iglesia católica. Fueron escoltados por naves de guerra ingle-sa durante su travesía por el Atlántico.

2. NARRACION COMPRENSIVA DE LA SEGUNDA INVASION INGLESA(L.C. de Montevideo)En la ciudad de San Felipe y Santiago de Montevideo, á catorce dias del mes de

Marzo de mil ochocientos ocho: el Cabildo, Justicia y Regimiento de ella, cuyosindividuos que en la actualidad los componemos al final firmamos, hallandonos jun-tos en nuestra Sala Capitular de Ayuntamiento, como lo hemos de uso y costumbrepara tratar cosas pertenecientes al mejor servicio de Dios y bien del Público. En esteestado se pasó á tratar y trató á cerca de los varios oficios que ha recibido esteCabildo de sus Diputados en Madrid avisando de las gracias que S.M. tenia conce-didas á esta Ciudad por el mérito que contrajo en la restauracion de la CapitalBuenos Aires. Y con este motivo sobre los medios de instruir bien y circunstancial-mente este ayuntamiento á dichos Diputados, no solo del mérito que ha contraidoeste Pueblo por la libertad que consiguió dar á aquella Capital, sino al propio tiem-po de la vigorosa resistencia que hizo todo este vecindario y Guarnición para defen-der esta Plaza del Enemigo y los esfuerzos que al efecto suyo hacer, á fin de que áprecaucion por si por desgracia, no estuviese bien instruido S.M. de todo, puedandesde luego los mismos Diputados por este medio y los que les diere su conocidaeficacia y capacidad, ponerlo en la Real inteligencia del Soberano; y habiendoseconsiderado que para este fin es indispensable remitirles un tanto circunstanciado ylegalizado de todos los servicios y meritos que ha contrahido esta Ciudad en todaslas ocurrencias desde que el actual Enemigo de la Corona intentó atacar la Plazahasta que logró asaltarla; como se echase de menos en el Archivo de este Cabildo yentre los Libros de Actas Capitulares la constancia de los expresados servicios, aca-so por los muchos quehaceres y atenciones que llamaron la de los Señores quecomponian este Cabildo el inmediato anterior año no les permitió contraerse á es-tamparlos: hemos acordado practicar la inquisicion de todos los sucesos, para pormenos detallarlos en esta nuetra Acta para perpetua memoria y monumento.Procedidose que hubo á la inquisicion y debidos conocimientos y ministrados quefueron por todas las personas que han presenciado cuanto se ha operado en estaPlaza, resulta que en circunstancias de hallarse esta bloqueada por una respetable

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Escuadra Enemiga compuesta de mas de cien Buques entre Navios, Fragatas deGuerra y de Transportes y Barcos menores con Artilleria de muy grueso calibre, sehizo aquella á la vela en quince de Enero próximo pasado con direccion al Buceodistante de esta Ciudad como dos leguas, dando en sus maniobras y demostracionessospechas fundadas de que intentaban hacer por este Parage un desembarco. Que enefecto, distribuidos los buques en dos divisiones: una desde Punta de Carretas hastala Isla de Flores; y otra desde la boca del Puerto inmediato al Cerro, haciendo lineahasta el Sur; aquella emprehendió desembarco de sus Tropas por la Playa del Bu-ceo, y la otra solo apariencias de querer ejecutarlo al propio tiempo por detrás delcitado Cerro. Presentados los buques en esta disposición en dicha Plaza, se dirijieronen el momento todas nuestras Tropas de Milicias de Caballeria de la Campaña conel corto número de Blandengues de ella, Dragones y Milicias de Córdova y Para-guay, y tres correspondiente, cuyo total ascenderia á 4.000 y tantos hombres que sehallaban al mando del Exmo. Sr. Virrey y del Coronel de Caballeria de Córdova D.Santiago Alejo de Allende, á la misma Playa para impedir el resuelto desembarcodel Enemigo, situandose al intento en los altos de aquel Parage resguardados de lasbalas que dos de los Buques Enemigos tiraban al campo para protejer su desembar-co, el que consiguieron sin oposicion alguna

La Plaza en este tiempo tenia puesto todas las Tropas y vecinos sobre las armasen sus destinos, y los Artilleros en las Baterias con las mechas encendidas; las Lan-chas cañoneras y Buques de Guerra preparados con toda la gente lista paraemprehender un vigoroso combate en caso de que la segunda division intentase for-zar el Puerto como se receló, pero ya por reconocer el Enemigo la imposibilidad deconseguirlo, ó ya por tener formado distinto proyecto no se llegó á experimentar laejecucion de sus apariencias por esta parte, y si por la del Buceo. Con este motivo, yel de oirse de rato en rato algunos cañonazos por este Parage estubo la Plaza congrande cuidado toda la mañana del dia diez y seis sin moverse persona alguna de lospuestos que ocupaba, hasta que á las DIEZ del mismo día corrió una voz venida delCampo asegurando de que el Virrey habia hecho reembarcar los Enemigos y tomadolesquinientos prisioneros. Esta noticia causó tal alegría, que en el instante en que llegóá la del Govierno y todas las gentes del Pueblo se hizo una SALBA con toda laArtilleria y un golpe de REPIQUE en todas las iglesias, el mas completo.

Toda esta se disipó al corto rato con otra noticia que llegó dando por falsa aque-lla; y tanto quanto la anterior provocó á tales demostraciones, esta otra posteriorenardeció tanto en colera á las pocas Tropas de Infanteria Veterana, Milicias, Usaresy Casadores con parte de algunos auxiliares de los Tercios, que se ofrecieron salir enla misma tarde á incorporarse con la Caballeria que tenia S.E. para tratar de atacaral Enemigo en los Medanos del Buceo. El Sr. Governador sin embargo de ver las

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pocas fuerzas que quedaban en la Plaza, instado del buen deseo de estas gentes yreconocido del ardimiento con que se ofrecian ir á morir por la defensa de estosTerrenos del Soberano, condescendió con esta solicitud, en cuya virtud salieron losexpresados Cuerpos que compondrían todos el numero de 1490 y llegaron al Cam-pamento al anochecer tan rendidos del camino y sofocados del calor que se tiraronpor aquel campo sin que en el tuviesen mas socorro para aquella noche que el deUNA GALLETA por hombre.

No obstante, nada les incomodó esta falta porque el espíritu y animo de aquellasgentes estaba resuelto á sufrir gustoso otras incomodidades de mucha mayor consi-deración que la que sufrieron. El Zelo y vigiláncia que en la misma noche se tubo enla Plaza ha sido completo, pues en toda ella no descanzó el Sr. Governador ni laspocas Tropas de Mar y tierra que quedaron guarneciendola.

Bien cerciorado este Cabildo por noticias que tubo al siguiente dia mui tempranode lo mal que habian pasado en el Buceo la noche anterior las Tropas que salieronde la Plaza, trató al momento de mandarles en un carro algun socorro, como severificó en la misma mañana, pero quando llegó empezaban ya á retirarse á la Pla-za, quedando allí solo los Dragones, Blandengues y las Milicias de Caballeria deCordoba y Paraguay con el Sr. Virrey sitiando á los Enemigos desembarcados en losMedanos de dicho Buceo. El fuego de sus Buques se dirigia una veces al Campamen-to y otras á la misma Plaza, sin que el Tren nuestro pudiese ofender al Enemigo porlo resguardado que estaba de los Medanos, protexido de los fuegos de los Barcosmenores que se arrimaban por la Playa de Santa Bárbara; con este motivo y el de nohaverse podido colocar el cañon de á 24 que se llevó de la Plaza en Parage quepudiese estorbar aquellos fuegos, consiguieron al abrigo de ellos los Enemigos salirdel terreno donde se hallaban y ganar una pequeña altura de él el dia diez y nueve.Visto por el Campamento nuestro apostada ya una columna de Ingleses en dichaaltura y reconocido en sus operaciones que no se animaba a abanzar se tocó Generalaen el Campo con el intento de atacar á dicha columna. Emprehendiendo el ataquepos las tropas que tenia el Sr. Virrey á sus ordenes, á las pocas evoluciones y tiroteode los Enemigos, la mayor parte de aquellas Milicias se desordenó y puso en huidamanifestando con este hecho lo mal disciplinada que estaba en estas funciones deguerra y precisando á S.E. á que con el corto número de tropa veterana que le habíaquedado, se retirase como se retiró á las Piedras dexando del otro lado del ArroyoSeco al mando del teniente coronel de Milicias de Caballeria de esta Plaza D.n Feli-pe Perez algunos individuos de este Cuerpo.

Los Enemigos luego que vieron que nuestras Tropas abandonaron aquel Campo,y que no hallaban en él oposicion alguna para seguir adelante, lo executaron conpresteza y satisfaccion hasta Punta de Carretas. Posesionados de este Parage y de

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todas quantas Tiendas tenia allí en pié nuestro Campamento, extendieron á los pocosdias sus tropas en varios destacamentos desde dicho Parage hasta espaldas delaQuinta del finado Oficial Real D.n José Francisco de Sostoa. Las gentes de la Plaza,biendo que el Enemigo estaba apoderado de aquel Terreno y que se señoreabaorgullosamente en el, ardian enteramente de colera y en deseos de salir á desechar-los, é intentaban con empeño en que se realizase la salida la tarde del mismo dia, encuya atención, considerandose, que no obstante el mucho valor que demostrabanestas gentes escendia á muy corto número su fuerza, se determinó para ver de au-mentarla embiar una Diputacion al Sr. Virrey, como se embió, pidiendola la Caballeriaque habia retiradose con S.E, á las Piedras, y en su consequencia la remitió sindetencion á esta Plaza á donde llegó la misma tarde y se incorporó con las demasTropas que estaban formadas en ella aguardando solo la llegada de aquellas araemprehender la salida; pero como entraron, de tan larga y acelerada marcha comoentraron, de tan larga y accelerada marcha aquel refuerzo, á reunirse en esta Plaza,era preciso estubiesen bastante fatigados y se suspendió hasta el siguiente dia.

En la mañana de este se formaron todas as Tropas en la Plaza cuyo total de -2.362 - hombres, que se componia: de - 270 - hombres del Regimiento de Infanteriade Buenos Aires, de - 260 - id del de Dragones - de 650 - id del Batallon de Volunta-rios de Infanteria, de - 422 - id del Regimiento de la misma clase de Caballeria, delde Carabineros y de los de Cordova, Paraguay y Piquete del Cerro-largo - de 300 -del Cuerpo de Usares - de 200 - del de Miñones - de 60 - del de Cazadores - y de - 200- Marineros de Artilleria, al mando del Sr, Brigadier de Ingenieros, D.n BernardoLecocq, y del Sr.Mayor de la Plaza D.n Francisco Xavier de Viana, divididos en TREScolumnas tan alegres que causaba admiración, quedando solo en la Plaza los TER-CIOS de Voluntarios y Milicianos Artilleros que cubrian todos los Puestos de laCiudadela, Parque, San José y Baterias, ocupando tambien los boluntarios de laderecha é ixquierda de la Ciudadela las Compaías de negros y Mulatos libres yesclabos agregados á la Artilleria, caminaron sin mayor novedad hasta el Paragedel Santo Christo, pero como los Enemigos tenian su Exercito al frente de aquelterreno emboscados á derecha é izquierda, y dos columnas de observacion en laLoma de Punta de Carretas empezaron á hacerles fuego á los nuestros en variasPartidas; siguieron sin embargo buscando al Enemigo hasta llegar proximos á laemboscada, y á las nuebe de la mañana de dicho dia empezó el ataque algo desorde-nado. Los Enemigos abanzaron sus columnas por la Orilla de la Mar, y creida nues-tra gente ser cortada se destacó la Caballeria para detener la marcha de los Enemi-gos que benian abanzando por el lado de la Mar, y aunque los contubieron algo,tuvieron luego que huir los nuestros para la Plaza en desorden, viendo la gran ven-taja que en número observaban en los Enemigos, y á la retirada de la Infanteria fue

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donde perecieron y han sido hechos prisioneros mucha parte de nuestro Ejército porlas emboscadillas que habia de Ingleses en varias casas y zanjas del camino. Lapérdida de gente del Enemigo no pudo saberse con certeza , pero si que ha tenidoalguna, y la felicidad de no haber ninguno de ellos prisionero. La Caballeria deMilicias en aquel ataque huyó para fuera y algunos Veteranos y Marineria se extra-viaron por cuyas causas se conjeturó no ha vuelto á la Plaza la mitad de la gentenuestra que habia quedado y salió de ella á dicha accion.

A las once del expresado día se procuró recojer algunos heridos que pudieronacercarse á la Ciudad, y al siguiente se salió con un Parlamento á enterrar la gentenuestra que habia quedado muerta en el campo de la Batalla. Desde este referido diay en la tarde de el se hicieron dueños los Ingleses nuestros enemigos de todo elCordon, parte del Miguelete, Arroyo Seco y la Aguada, y extendieron mas su Campa-mento ácia el mismo Miguelete, saqueando todas las casas que habia en aquellosPagos, cuyos vecinos se pusieron en huida por libertarse de caer en manos del In-gles.

Los Buques de éste se arrimaron por la Playa de Santa Barbara y empezaron áhacer fuego á la Ciudad, correspondiendosele de la Ciudadela y Baterias de SanSebastian; para que el Enemigo no cortase enteramente la comunicacion éintroduccion en ella de víveres se destinaron tres Lanchas cañoneras en la Playa dela Aguada que dia y noche hacian fuego al Campo enemigo, y por este medio severificó la conduccion de dichos víveres por la Bahía, no habiendo ya dentro de laPlaza, Panaderias que diesen pan á la guarnicion y Vecindario, sino solamente dos.

El dia veinte y uno construyeron los Enemigos la 1.ª Bateria en un alto cerca de laPanaderia de Sierra, con la cual empezaron á hacer fuego á las expresadas cañone-ras, y á la Ciudad, quedando esta con aquel motivo incomunicada y la Aguada domi-nada por las Tropas Inglesas que se apoderaron de ella.

El daño que recibian de dicha Bateria las Cañoneras y Barcos particulares maspróximos á la Playa era de consideración y les obligó, despues de haber experimen-tado algunas desgracias, á retirarse por aquel dia. Seguidamente los Enemigos esta-blecieron una Bateria de Morteros al lado del camino del Cordon, y otras dos decañones de á 24, siendo la principal y la que hacia mayor daño la que situaron á lacaida del Espaldon de tierra que habia donde se tiraba al blanco, por estar á tiro deMetralla de las baterias de la Ciudadela, Parque de Artilleria y Cubo del Sur.

El fuego continuaba sumamente vivo desde las quatro de la mañana en que seempezaba hasta las siete de la noche de una y otra parte y los dias que podianarrimarse los buques era completo el fuego por Mar y Tierra, y tan excesibo el que seles hizo por nuestra parte, que llegaron á rebentar algunos cañones, y resultadovarias desgracias á los Milicianos que los serbian; pero sin embargo de esto nunca

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se les ha visto desmayar sus ánimos, ni desamparar su puesto por mas riesgo que enel beian, y antes bien en el momento que se tocaba á generala estaba cada individuoen el que tenia señalado.

La parte de tierra de la Ciudadela, Bateria de San Sebastian, Parque de Artilleriay Cubo del Sur, estaban ya el dia dos de Febrero demolidos sus merlones y mas deDIEZ Y SEIS VARAS de BRECHA abierta por el Porton de San Juan. En la tarde deeste mismo dia embiaron los Enemigos un Parlamento, pidiendo la Plaza vaxo deunas capitulaciones honrosas en consideracion á la vigorosa defensa que se habiahecho, y á tener brecha abierta, pero el Vecindario y su Guarnizion no admitia mascontrato que el de vencer ó morir por la Religion, por su Rey y Patria con cuyomotibo se tocó en el própio dia tres veces generala para estar todos prevenidos.

El Señor Governador y su Cavildo viendo las cortas fuerzas que tenia ella, y loexpuesto que estaba á perderse, ocurrieron á Buenos Aires pidiendo auxilio de gen-te; y del que se solicitó, se remitieron solo quatro cientos ochenta hombres, entreInfantes, Dragones y Blandengues, que llegaron en la noche del dia primero de Ene-ro al mando del Sr. Subinspector D.n Pedro de Arce y se recivieron por la parte delotro lado de la Bahia, pues aunque en los dias antes se decia que habia llegado aBuenos Aires á la Colónia alguna Tropa que socorrernos, no pasaron de aquella. ElEnemigo que sabia benian estos socorros, aprestó el Sitio por Mar y Tierra, y seresolvió á ASALTAR la Plaza antes que llegasen, como en efecto lo executó LA MA-DRUGADA DEL TRES DE Febrero citado á las DOS DE LA MAÑANA por la bre-cha referida, abrazando con una columna de Ingleses: esta fué rechazada por nues-tros fuegos y algo destrozada, pero haviendo revorzadola de nuevo, atacaron conella por el mismo Parage: distribuyeron al mismo tiempo algunos Piquetes de Tropa,soldados de Marina y Marineros en el flanco que hay entre el Cubo y Bateria de SanJuan, salieron por esta, mataron algunos Artilleros, fueron tomando las Baterias queseguian hasta San José y clavaron algunos cañones, y por el otro lado de la Brechasiguieron varios trozos á tomar la Plaza, los altos de la Iglesia y el Parque de Artilleriadonde se hallaba el Sr. Gobernador que fué el primero que cayó prisionero con todoslos que habia dentro de aquella Fortaleza al servicio de la Artilleria. La mortandadque huvo en esta calle hasta la Ciudadela de todos los Cuerpos ha sido muy crecida.

El Batallon de Milicias que estaba destinado por la Muralla desde Sn. Franciscoen virtud del orden que se le dió, pasó al momento á dar socorro en la Plazoleta de laCiudadela, pero como ya los Enemigos tenian repartidas sus fuerzas por toda laCiudad y tomados todos los puntos escepto el de la Ciudadela, nada pudo evitaraquel Cuerpo.

El Sr. Governador luego que cayó prisionero precaviendo lo funesto que podiaser para el Vecindario la pérdida de la Plaza por asalto, deseoso de evitar los males

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que prevehia, pidió permiso para ir á hablar con el General ingles Sir Achmuty conel justo objeto de pedir por la Religion y por el Pueblo, y habiéndosele llevado ápresencia de dicho Gefe, y hechole aquel petitorio le concedió que se respetaria laReligion y las propiedades: concluida esta dilijencia se retiró á la Ciudad y conaquel seguro mandó se entregase la Ciudadela que se verificó á las Ocho de la MA-ÑANA del citado dia Tres.

Las tropas enemigas mientras duró el toque de ataque no perdonaron la vida ánadie, pero despues que quedó ya todo sosegado, solo hacian prisioneros á todos loshombres que encontraban, fuesen blancos ó negros. La Marina con todas las Lan-chas cañoneras se retiraron á las tres de la mañana al otro lado de la Bahia, y solo elComandante de la corbeta de S.M. “La Atrevida”, D.n Antonio Ibarra se retiró etandoya la Fortaleza de San José tomada por los Enemigos dejando incendiado su Buque;y el Comandante de la Isla de Ratas D.n José Piris Capitan del Regimiento de Infanteriade Buenos Aires la abandonó huyendo con su familia al otro lado de la costa dexandoallí toda su guarnicion. Esta fué hecha prisionera luego que los Buques Inglesesentraron dentro del Puerto y por consiguiente todos los de S.M. y de Particulares quehabia en la Bahia, y las Lanchas Cañoneras que dexaron nuestros Marineros aban-donados en la otra Costa las fueron tomando con lanchones armados.

Los Prisioneros que hacian dentro de la Ciudad los Enemigos, los iban encerran-do en las Fortalezas y en la Iglesia Matriz, y los que hacian en la Bahia los llevabaná los Buques Ingleses, á los quales conduxeron tambien, en TRES DIAS consecutivoslos que hicieron prisioneros dentro de la Ciudad. La mortandad que hubo de partedel Enemigo no pudo saberse con certeza porque nunca quisieron declararlo, pero sise ha savido que ha sido mucha, y de la nuestra de bastante consideracion, pues entres dias continuos no se acabaron de enterrar.

El trato que en los Buques daban á los Prisioneros eran tan inhumano que mu-chos murieron de necesidad, y la mayor parte de ellos se hallaban yá á los siete diasenteramente enfermos y sin alientos para manejarse. El Cabildo ya por haber tenidonoticia de este mal trato, y ya por los clamores que le hacian los Padres, Madres,Esposas, Hermanos y demas parientes de aquellos infelices Prisioneros, se interesócon el Govierno Britanico para sacarlos de la dura prision en que estaban, y á virtudde los muchos ruegos y súplicas que le hizo, pudo conseguir la livertad de algunosvecinos que se juramentaron, como lo habian hecho todos los demás en esta SalaCapitular, á cuyo acto concurrió el Sr. Governador Britanico á tomarles el juramen-to, el qual despues de prestado hacia firmar al mismo individuo en un Libro que teniadestinado á este objeto y se lo llebó aquel Gobierno á la evacuacion de la Plaza sinque el Cavildo hubiese dexado constancia de dicho documento. Los demas Gefes yOficiales nuestros, quedaron baxo su palabra de honor.

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El número de heridos de ellos y nuestros que era considerable, ocupaba el delEnemigo solo la Iglesia Matriz, Hospitales y algunas casas particulares que se des-ocuparon, y los NUESTROS las Bovedas de la Muralla y Hospital del Rey.

Las Tropas Inglesas que entraron en la Plaza fueron como unos Tres Mil hombres, ylas que quedaron fuera de ella campanadas igual número: estas se mantuvieron allihasta la entrada del Ibierno, que se retiraron unos á las casas del Cordon y otros á las dedentro de la Plaza que confiscaron; y á varias que alquilaron en ella: en estos términosestuvieron hasta la llegada del nuebo General el Exmo. Sr. D.n J.n Whittelock que vino áhacerse cargo del mando que tenia Sir Achmuty. Luego que vino y se posesionó dichonuebo General de esta Plaza y de las fuerzas Enemigas trató la expedición que imbadióá Buenos Aires y pasó mandandola. Al corto término de haverse apoderado de esta Plazaembiaron Tropas á tomas los Pueblos mas cercanos y haviendo llegado hasta San José seretiraron á tomar posesión del Canelon, Santa Lucia, y Colonia por expedicion de Mar:fueron desalojados por nuestras Tropas de los dos puntos primeros y lo huvieran sidotambien de la Colonia por las de Buenos Aires del mando del Sr. D.n Xavier Elio, á nohaber sido que parte de estas fuerzas, no observó las órdenes de este Gefe, quiensinembargo sorprehendió al Enemigo y entró en la misma Plaza, que por aquella inob-servancia no pudo restaurarla y le fué preciso tomar determinacion de salir de ella; perono obstante tuvo el éxito de haber muerto y herido en aquella accion algunos Ingleses, yel de ponerlos en tal confusion que arte de los Enemigos corrian en camisa con las ármasen la mano á embarcarse, y los buques por esta confusion tuvieron que ponerse en velacreidos sus capitanes que la Plaza se habia reconquistado. Despues de esta accion tuvootra el mismo Sr.Elio entre el Rio de San Juan y de San Pedro de no poca consideracion,pues habiendo salido de dicha Plaza NUEVECIENTOS Y CINCUENTA soldados Ingle-ses con su pequeño Tren, á atacar á los nuestros que eran muchos menos por no haberselesaun reunido á dicho Elio todas las fuerzas de su mando y haber huido la Caballeria quemandaba Nuñez, fué tal la defensa que hizo con aquella poca gente, y tan reñido elcombate que casi llegaron á la mano con el Enemigo, de cuyo combate resultaron de losnuestros algunos muertos, heridos y prisioneros; y de los Enemigos pasaron de CIENTOCINCUENTA entre muertos y heridos; quedando tan aterrados los Ingleses de esta accion,que las Tropas que se embarcaron para ir contra Buenos Aires se hallaban tan atemirizadas,que fué preciso para hacer el embarco de ellas é impedir no se les huyesen, acordonar elMuelle de Centinelas pues estaban muy acobardadas . Y no siendo para mas esta Acta lacerramos y firmamos para que sirba todo lo en ella expresado de perpétua constáncia. -Pasqual José Parodi - Pedro Francisco Berro - Manuel de Ortega - José Manuel deOrtega - Manuel Vicente Gutierrez - Juan José Seco _ Juan Domingo de las Carreras -Thomas García de Zúñiga.

En: Bauzá, o.c.

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3. EL PLAN DE JORGE PACHECO.“La campaña en 1808.Los acontecimientos a que dieron lugar las invasiones inglesas y los ocurridos

poco después con motivo de la crisis de 1808, repercutieron en el medio rural, alinterrumpir los trabajos que se realizaban a comienzos de 1806 para estabilizar laspoblaciones en la región fronteriza.

Descuidada por aquellos motivos la atención de la campaña, volvió a intensifi-carse el contrabando, y las carretas que servían de asiento a las pulperías volantesreaparecieron entonces por los pagos rurales, merced a la tolerancia de los juecescomisionados, para convertirse en estímulo de la vagancia y el desorden.

Al reorganizarse en diciembre de 1807 las unidades formadas por voluntarios,los jefes de las partidas que debían completar el número de reclutas de sus respecti-vos cuerpos, no distinguían para el alistamiento, al labrador y al jornalero del vago,lo cual ahuyentaba a aquéllos de sus trabajos en perjuicio de la economía rural.

La llegada de la familia Real portuguesa a Río de Janeiro actualizó el arreglo delproblema d ela frontera con la Banda Oriental.

En esta oportunidad fue el Capitán de Blandengues D. Jorge Pacheco quien, arequerimiento del Virrey Liniers, presentó un plan en el que reiteraba opiniones yaexpuestas sobre el punto.

Las grandes líneas del planRestitución de tierras en manos portuguesasA su modo de ver la primera medida a adoptarse debía consistir en reclamar la

restitución de las tierras usurpadas por los portugueses desde 1801 con lo cual seevitaría que desde los pueblos occidentales del Uruguay se continuara fomentandoel contrabando.

Asentamiento de los indiosEn su última campaña contra los indios, interrumpida por las invasiones inglesas,

Pacheco había logrado atraer a las nueve tolderías de indígenas que aún merodeabanen la región del Cuareim a las que se disponía reunir en una reducción cuando debióinterrumpir su comisión. En 1808 Pacheco insistió en este mismo plan. La poblacióndebía establecerse al sur del Cuareim, en la confluencia de este río con el Uruguay,lugar al que los indios tenían cierta afección por ser el de su residencia habitual,sentimiento que estimaba no debía contrariarse. “El terreno -escribía Pacheco- es altocomo los demás de la Banda Oriental del citado Uruguay, sus aires sanos, y bienventilados, su cielo claro, de buena constelación, pingüe de pastos, feroz y a propósitopara los principales artículos de la agricultura, abundante de leña, y maderas conexcelentes aguadas, en muy ventajosa posición para fomentar las crías de todos gana-dos, y libre de ramblas pantanosas; en una palabra -agregaba- los precipitados terre-

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nos a cualquiera que los mire deben servir de estímulo a todo establecimiento en que seconsideren interesados los objetos de la población y del aumento del Estado”.

Pacheco aconsejó sabias medidas para lograr la adaptación paulatina de los infie-les a una vida regular, ya fuera excitándoles el interés por ser propietarios mediante elotorgamiento de chacras, ya proporcionándoles maestros guaraníes que los instruye-sen en la labranza o auxiliándoles con yerba y tabaco y demás medios de subsistencia.El fracaso de los intentos anteriores para reducir a los naturales debía atribuirse, en laopinión de Pacheco, a la codicia y a la dureza de los comisionados que actuabanprevalecidos en la distancia que les separaba de las autoridades. “Los estorbos y tro-piezos que o han impedido o han inutilizado iguales proyectos, -expresó- no han reco-nocido otro principio, y origen que los vicios, y las pasiones de nosotros mismos”.

Sin perjuicio de las chacras que se distribuían a los indios, con ganado orejano sepoblaría una estancia en el rincón de San Pedro que sería propiedad de la comuni-dad. Para imponer el orden a los bárbaros y mantener la disciplina de la tropa queallí fuese destacada, debía construirse un fortín en el que se emplazaría la artilleríaque se hallaba en Belén. Además del comisionado, que tendría bajo sus órdenesdoscientos hombres, se destinaría a la reducción un religioso que poseyera el idiomaguaraní, “por ser éste el que hablan y entienden los más de ellos”.

Persecución de los vagos.Del plan de colonización propuesto por el Capitán Jorge Pacheco, cuyas ideas y

arrestos rememoran los afanes de los primeros conquistadores, hay que destacar dosaspectos importantes que incidían sobre el problema general del arreglo de los cam-pos: la persecución de los vagos y la regularización de la propiedad rural. En lostrabajos para fundar el pueblo, construir las chozas, la capilla, el fortín y demástareas inherentes al establecimiento de la reducción, el comisionado debía utilizar alos vagos y mal entretenidos para cuya aprehensión estaría autorizado, así comopara destinarlos a ese servicio “por el tiempo que le pareciese conveniente, sin nece-sidad de formar procesos”, con lo cual se libraría la campaña del bandolerismo.

Contribución de los hacendados.Para financiar esta empresa Pacheco propuso apelar al mismo recurso adoptado

sin resultado en el Real Acuerdo de 4 de abril de 1805. Se emplazaría a los denun-ciantes de terrenos realengos que los ocupaban sin haber obtenido los títulos por nohaber pagado los derechos a la Corona, lo cual contribuía a aumentar la confusiónexistente en el medio rural según lo hemos referido, a presentarse a hacer efectivo elpago de las correspondientes composiciones.

Recordaba el autor del plan cuán estéril había resultado lo prescripto al respetoen la Real Cédula de 1754, en el Bando expedido en 1785 y el arreglo dispuesto porel Real Acuerdo de 1805. “Todos estos hacendados -decía- han metido en silencio

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sus denuncias prevalidos de la imposibilidad en que se halla el Ministerio de Ha-cienda, falto de conocimiento para instar por el debido reintegro del Real Fisco,acreditando la experiencia no habérseles visto saltar alegando el derecho de susdenuncias, si no al ahijón(*) de un tercero que los acuse”.

Los hacendados que ocupaban los campos realengos sin título debían pagar unacontribución anual, con carácter temporal, “para evitar que se alce el grito”, si nose avenían a abonar la composición con lo cual pasarían a ser propietarios. Estoúltimo era lo más ventajoso porque regularizaría la situación de las tierras y excita-ría el interés por el orden y la defensa de los bienes de los ocupantes, convertidos enpropietarios legítimos y amparados por lo tanto en sus derechos.

Por qué no se concretó el planLos hacendados de la Banda Oriental que en elevado número no habían formaliza-

do las denuncias de las tierras que detentaban, no llegaron a enterarse de este proyec-to al que las dificultades políticas del momento en que fue enunciado condenaron alfracaso. Los temores de una nueva invasión inglesa, las diferencias entre Liniers yAlzaga, la repercusión de los sucesos peninsulares en el Río de la Plata y, finalmente,el choque entre Liniers y Elío, alejaron toda posibilidad de que el programa de coloni-zación del Capitán Jorge Pacheco, al promover la solución de los problemas ruralesde la Banda Oriental, originase, como ya había ocurrido en 1806, la reacción de loshacendados contra el sistema de contribuciones que en él se proponía.

Texto del plan“Exmo. Sr. Deseando el constante celo de V.E. conciliar la quietud y seguridad de

los campos orientales de este Río, en medio de las graves atenciones que lo ocupanpor la defensa de estos Puertos y Costas se ha servido confiar a mis conocimientosun Plan de ideas que consolide el Proyecto. Yo reconozco la gravedad de un negocioque exige copia de luces y conocimientos tanto más indispensables cuanto puedenser temibles y ruinosos los resultados, si no son justos los medios y término del Pro-yecto. No obstante, en medio de mi pequeñez creería fácil el remedio de los mayoresmales de la Campaña si el Gobierno limítrofe de Portugal devolviese las conquistasdel año pasado de 801 en cumplimiento de los Tratados de Badajoz, y contuviese ladesmedida codicia de los Comandantes de su Frontera que tratan de enriqueceraquel continente con sacrificio del nuestro, y al estímulo del comercio clandestinoque fomentan o toleran hoy más por los Pueblos occidentales del Uruguay que porotro punto alguno. Pero ésta es obra de más tiempo, y de mayor movimiento, que enla presente época no me parece que sufre nuestra constitución. Acomodémonos puesa la que ahora ofrece la materia en sí misma y no tardemos un momento en echar laprimer piedra sobre que a vuelta de pocos años se levante el edificio de nuestraopulencia, y de nuestra grandeza.

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“Ya sabe V.E. que desde el 1o. de Febrero del año próximo anterior conseguíatraer los nueve únicos atoldamientos de gentiles que sin domicilio fijo, vivían yocupaban los campos yermos y despoblados que promedían entre los últimos esta-blecimientos nuestros, y portugueses, a costa de un incesante desvelo, constancia ybuena política en oposición a la que por el mismo objeto y a su propio interés dirigíaen sus movimientos a los representantes de la Nación Lusitana.

“A no haber sido más urgente mi cesación en aquellas Comisiones se vería hoyestablecida una formal reducción, objeto único que con inteligencia del SuperiorGobierno, empeñó las últimas batidas que logré con buen éxito en medio de los muyescasos auxilios que se me franquearon desde mi ingreso al mando de la Campaña.Sabe V.E. igualmente por la experiencia de su Gobierno de Misiones el grande bene-ficio que ha refluido sobre las Comunidades, y Hacendados particulares removiendode todos, ya el peligro, ya la expectativa de aquella cruel guerra, con la que repitién-dola estos bárbaros de día en día, inutilizaban los esfuerzos de nuestros agricultoresy criadores, causando un cierto abatimiento en sus ánimos a proseguir sus labores elrobo, el pillaje, y todo género de desolación que ejecutaban impunemente porquepara contenerlos no teníamos ni cien hombres.

“Vea pues aquí V.E. formada la materia sobre cuyo arreglo deben dirigirse todoslos cálculos por más apurados que se contemplen los fondos nacionales. Sea cualfuese el principio que causan aquellas inevitables convulsiones de los Cuerpos polí-ticos, la experiencia ha acreditado constantemente que tampoco deben perderse porel interés de su engrandecimiento aquellos momentos que suelen ofrecerse, y queperdidos no vuelven: ahora que tantos males experimentados de tiempo atrás hanformado crisis en el avenimiento de los cacicazgos a reunirse en un solo punto bajola protección y fuerza del Gobierno, no debe abandonarse esta bella proporción deestablecer y fomentar una formal reducción. No hay que empeñarse en poner a unpunto de vista los grandes beneficios que van a ser el resultado de esta obra; bastadecir que el Estado ganará una quietud y seguridad de que hasta ahora se ha vistoprivado con perjuicio de todo aquel engrandecimiento a que la población y cría deganado, bajo un sistema más unido lo habrían elevado sin disputa, y la religión va ameter en su seno una porción de neófitos que, abandonados en la obscuridad delgentilismo, no han sido más que el oprobio de la razón y de la humanidad”.

(*) Ahijón: aguijón.En: Pivel Devoto, Raíces Coloniales

4. Fernando VII (1784-1833) hijo de Carlos IV y de María Luisa de Parma. Cons-piró contra Godoy quien caerá recién en marzo de 1808 con el Motín de Aranjuez.En Bayona se vio obligado a renunciar no sólo al trono sino a su título de Príncipe de

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Asturias en favor de su padre quien a su vez tuvo que hacerlo en beneficio de Napoleónque lo transfirió a su hermano José.

Es conocido el levantamiento del pueblo de Madrid el 2 de mayo y la guerra de laindependencia que duró 6 años. Prisionero en Valençay cuando Napoleón en 1813firma el Tratado que reconoce a Fernando como Rey de España regresa y asume elpoder, declarando nula la Constitución de 1812, todas las resoluciones de las Cortesde Cadiz para convertirse en Rey absoluto.

En 1820 con la sublevación de Rafael del Riego en Cabezas de San Juan que diopaso al trienio Constitucional (1820-23) no tuvo otro camino que aceptar temporal-mente los principios constitucionales que duraron hasta el triunfo de la reacciónabsolutista.

Las luchas por el poder son su hermano Carlos, el matrimonio con su sobrinaMaría Cristina de Nápoles, la derogación de la Ley Sálica a pedido de ésta, convir-tieron en heredera a la princesa Isabel en 1833 jurada por las Cortes y que se con-vertiría en Isabel II hasta 1868.

Durante su minoría de edad será su madre María Cristina la Regente del reino.

“Fernando le reprocha a su padre: “que no podemos consentir en esta sustitu-ción sin el permiso de aquellos que pueden tener derecho a la Corona, y algo más,sin el permiso expreso de la Nación española reunida en las Cortes y en algún lugarseguro, y además, que, viendo que nos encontramos en un país extranjero, nadiecreería que hemos procedido libremente, circunstancias que tendrían desastrosasconsecuencias y anularían todo lo actuado”.

5. José I (1768-1844) hermano mayor de Napoleón fue rey de Nápoles y luego deEspaña según los acontecimientos de Bayona en que juró la Constitución el 7 dejulio de 1808 para trasladarse de inmediato a Madrid.

La guerra por la independencia de España con sus victorias y derrotas culminaen 1812 con la batalla de Arapiles (Prov. de Salamanca) que lo obliga a dejar Ma-drid en marzo de 1813. Dos meses después lo harán las tropas francesas.

Después de la definitiva derrota de Nápoles vivió en EE.UU., Inglaterra y porúltimo en la ciudad de Florencia donde murió.

6. Posición Española: “Las provincias españolas de la América y Asia disfruta-rán de los mismos derechos que las de la península: todas especies de cultura y deindustria serán libres en las dichas provincias; el comercio recíproco de una provin-cia con la otra y de dichas con la península está permitido; no podrá existir másningún privilegio particular de exportación o de importación en las dichas provin-cias”.

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7. Napoléon se dirigió por oficio a su ministro del exterior (abril 25 de 1808), enestos términos:

“Supongo que habréis enviado diferentes agentes a México y Montevideo. Con-vendría enviar otros más. Sería bueno que algunos bergantines, goletas y fragataspudieran llegar al fondo de México, a Cayena, al Río de la Plata, y aún que sehiciesen llegar informaciones a Guadalupe donde el Capitán General tiene muchosmedios de comunicación con el contienente de España.

Ocuparos de estas cosas sin esperar mis órdenes, y enviad las expediciones. Losagentes deben tratar de hacer saber que los cambios efectuados en España son paralas colonias puesto que, con las nuevas relaciones que España va a entablar conFrancia, habrá mayor unidad en las medidas y más medios de socorrerlos”.

“Napoléon, que organizaba una expdición francesa al Río de la Plata -la que nose concretó por el dominio ejercido por los ingleses en el mar- envió a Américatreinta y dos agentes, salvo tres, todos españoles. Uno de ellos fue el marqués deSassenay, enviado al Río de la Plata con el cometido de informarse del estado de estaregión -lo mismo que de Chile y Perú- y solicitar el reconocimiento de José I comoRey de España. Llegó a Montevideo el 11 de agosto imponiendo a Elío del propósitode su misión; éste le respondió que España sería la tumba del poder francés y leaconsejó no cruzarse a Buenos Aires; Sassenay, desoyendo este parecer, lo hizo,entrevistándose con Liniers, quien estaba acompañado por algunos oidores y capitu-lares; estudiados los documentos que presentó, se le indicó regresara a Montevideoen espera de la respuesta, llegando a esta ciudad el 19, siendo inmediatamente arres-tado por resolución de Elío y alojado en la Ciudadela.

El cambio en la actitud de Elío hacia Sassenay -en primer encuentro lo habíarecibido con cierta amabilidad- se debió al arribo a Montevideo del brigadier JoséManuel Goyeneche, comisionado de la Junta Suprema de Sevilla (que pese a sunombre, era una junta local) quien difundió versiones optimistas de la resistenciapatriótica a la invasión francesa citando grandes victorias y hablando de un ejércitoespañol de 470.000 hombres; exhortó al reconocimiento de Fernando VII -válidopara las autoridades bonaerenses pues Montevideo, como se vio, ya lo había hecho-y a formar juntas en las principales ciudades, según exclusivo testimonio de Elío y dealgunos de sus allegados.

El 15 de agosto el Virrey dirigió una proclama a los “Valerosos y Fidelísimos habi-tantes de Buenos Aires”; en ella, redactada por varios miembros de la Audiencia,decía ”que el Emperador de los franceses se ha obligado a reconocer la independenciaabsoluta de la Monarquía española, así como también la de todas sus posesiones ultra-marinas”; ”a mantener la unidad de la Región, las propiedades, leyes y usos con quese asegure en adelante la prosperidad de la Nación”; recordaba la guerra de Sucesión,

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en la que el Río de la Plata no intervino, pidiendo se esperase “la suerte de la metrópo-li, para obedecer la autoridad legítima que ocupa la soberanía”.

En: Williman, o.c.

8. Elío dispone esto ante las contradictorias noticias que llegaban de Españasobre la abdicación de Carlos IV y la conveniencia de postergar el reconocimiento aFernando VII como legítimo rey.

9. “La proclama, que recibió reparos -daba pie a suponer que admitía la posibilidadde reconocer a José I- fue conocida en Montevideo el 19, justo el mismo día de la llegadade Goyeneche con las halagüeñas noticias mencionadas más arriba. Elío envió variasnotas declarándose enterado de la proclama y de la circular reservada del 17 -ésta pediadefender la integridad del Virreinato a costa de cualquier sacrificio- en las que manifes-taba dudas sobre la fidelidad del Virrey, cayendo en el uso de expresiones groseras.

Liniers, enterado de los dichos de Goyeneche, dispone para el día 21 la jura deFernando VII, pareciendo alejar, de esta forma, las sospechas sobre su falta de leal-tad a España”.

En: Ibídem

10. “Mudanzas tan extraordinarias no eran para pasar inadvertidas en el Conti-nente, mucho más estando avecindada en las fronteras del teatro de los sucesos, laCorte de Portugal, que estudiaba y seguía con la mayor atención el giro de los nego-cios platenses. Desde que llegó a noticia de la expresada Corte, en el mes de agosto,el abandono del trono de España por los príncipes de Borbón, dos miembros de lamisma familia, Doña Carlota Joaquina y su sobrino D. Pedro Carlos, entendieronque sus derechos eventuales al trono español les daban personería en aquel lanceimprevisto. Para reivindicarla, se dirigieron por escrito al príncipe Regente, pidién-dole protección a los derechos de su casa desposeída, y libre tránsito a fin de comu-nicarse con las autoridades y pueblos españoles. Respondió el Regente, que auncuando le sobrasen motivos de queja contra el Gobierno de Carlos IV, los reclaman-tes le hacían justicia suponiéndole dispuesto a sustentar sus derechos y los de losespañoles adictos a la corona de su patria, y les prometió que ligaría la causa dePortugal, España y Sicilia contra Napol˚eón, poniéndose de acuerdo con su aliadoel Rey de la Gran Bretaña, a fin de combatir al enemigo común. El manifiesto de lospríncipes y la respuesta del Regente, que respectivamente llevaban las fechas del 19y 20 de agosto de 1808, fueron enviados a todo el episcopado y autoridades políticasespañolas de ambos hemisferios y se publicaron muy luego en América y Europa.

Aun cuando la remisión de dichos documentos se acompañase con simples oficiosconcretados a excitar el celo de las autoridades a quienes iban dirigidos, “para

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mantenerse fieles a España y adictos a los intereses de Fernando VII y sus legítimossucesores”, bien se traslucía que no dejaban de ser una exploración del terrenopolítico. Cuando menos era ese el designio de Doña Carlota, aconsejada por elalmirante inglés Sidney-Smith, quien se había hecho en Río Janeiro, protector deci-dido de sus intereses. Poniendo su influencia al servicio de la princesa, el almirantehabía inclinado a favor de ella al Regente mismo, cuyo ánimo, trabajado por lasperspectivas dudosas de recuperar el trono en Europa, se lisonjeaba con la ilusiónde formar una vasta monarquía en el Nuevo-Mundo, fusionando las colonias portu-guesas y españolas bajo un solo cetro. El Regente, empero, no había entrado en lacombinación sin reservas mentales, esperando burlar a la princesa, y quedarse opor-tunamente dueño de todo.

Dado el paso inicial con la circulación del Manifiesto, Doña Carlota y sus conse-jeros pensaron que no debían malograr la iniciativa. Para ese fin, la princesa em-prendió una activa correspondencia con diversos personajes de Europa y América,remitiéndoles cartas llenas de insinuaciones y promesas. Satisfactoria impresión pro-dujeron esas cartas en España, formándose un partido a favor de Doña Carlota,cuya candidatura a la Regencia del reino, ya prohijada allí por algunos, se robuste-ció con fuertes elementos; pero en América el resultado no fue igual, sobre todo en lotocante a las autoridades, que manifestaron opuestas tendencias entre sí.33 Liniers yElío contestaron en términos de mera cortesía, y la Audiencia de Chile demostrandohostilidad. No sucedió lo mismo con Goyeneche, quien desde el Perú, donde manda-ba un cuerpo de tropas, se puso al frente de los trabajos a favor de la princesa.

Pero la frialdad, cuando no el sentimiento hostil de muchas de las réplicas obte-nidas por Doña Carlota, demostraban que era problemática una decisiva coopera-ción oficial de las autoridades españolas de América a sus proyectos; por cuyo mo-tivo resolvió tantear los ánimos en otra forma. Hasta entonces habían sido emisariosingleses los portadores de las cartas principales, y podía reputarse circunscrito a lasaltas esferas, el cometido de que iban encargados. Ahora quiso dar a sus proyectosun giro distinto, modificando y ampliando el personal intermediario, y encargándolede reclutar elementos en las filas de la opinión. Al efecto, se valió de dos oficiales demarina que pasaban por Río Janeiro con destino al Perú, confiándoles gran canti-dad de cartas para ese país y Chile, dirigidas a los sujetos más notables por suinfluencia, saber o riqueza. Igualmente puso a concurso los servicios del ex capitánde artillería argentina D. Saturnino Rodríguez Peña, de quien oportunamente se hahablado, y que prófugo con Beresford, había decidido aislarse en el Janeiro dondetrabajaba de todos modos contra la dominación española.

El expediente era nuevo en estos dominios, tratándose de persona tan encumbradacomo la princesa, y de asunto tan grave como aquél. Solían hasta entonces los hom-

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bres políticos, y aun los mismos príncipes, estimular el anónimo, manuscrito o impre-so, para influir sobre los particulares, en el sentido que convenía a sus miras. Así sehabía hecho cuando la expulsión de los Jesuitas, y venía repitiéndose desde que lasúltimas turbulencias de la Península anunciaban un cambio de dinastía. Pero la tenta-tiva a nombre propio y por documento firmado que ponía en práctica Doña Carlota,solicitando el concurso personal de centenares de individuos para que la ayudasen aceñirse una corona, resultaba tan insólita, como reñida con toda posibilidad sospechable.Mas en su propia condición novedosa, consistía el éxito posible de aquella resolución,donde se combinaban la sagacidad femenil con las altas prendas de gobierno, poseí-das a un tiempo por la extraña mujer a quien el sexo era un estorbo.

Políticamente considerada, Doña Carlota Joaquina era el único hombre de larama borbónica española. Hasta en mostrarse ajena a los escrúpulos mas trivialesde su sexo, semejaba un hombre licencioso antes que una mujer de costumbresreprensibles. Débil por temperamento físico, suplía como su abuelo Felipe V, la fla-queza material con el vigor de ánimo, y presintiéndose destinada a morir tísica,según ella misma lo decía, tal vez influyera aquella tortura para redoblar su activi-dad. Naturalmente inclinada a la ambición política, pretendía saciarla en vasto tea-tro, sin arredrarse, que mas bien se estimulaba, ante los riesgos de toda empresaatrevida. Su nativa penetración, ejercitada por la experiencia de los desastres a quehabía asistido, bastaba para enseñarle que las antiguas formas monárquicas acaba-ban de recibir un golpe de muerte en el mundo latino, pues habiendo ocupado lospueblos el escenario abandonado por los reyes de tradición histórica, ya no seríandesalojados de él, sin cobrar el tributo de su sangre.

Por eso fue que al abrirse en forma confidencial con Rodríguez Peña, sus pala-bras estuvieron a la altura de la situación y deslumbraron al prófugo argentino. Nopidió la Corona, sino la Regencia, demostrando en esa actitud un tacto exquisito,que a la vez de presentarla como custodio de los intereses de Fernando VII prisione-ro, manifestaba no haber olvidado su condición de hermana del monarca. No conde-nó, sino aplaudió las aspiraciones al gobierno libre que fermentaban en el espíritude los criollos, afirmando ser urgente la convocación de Cortes que fijasen los dere-chos de los colonos y la forma en que debían solucionarse sus aspiraciones de futu-ro. Para hacer más eficaces sus promesas, e informarse al mismo tiempo del númerode partidarios con que pudiera contar, pidió nombres e indicaciones que la habilita-sen a corresponderse con los sujetos capaces de actuar sobre la opinión de los pue-blos del Plata, dando así ejemplo de una iniciativa basada en el acuerdo común, quedebía halagar el amor propio de todos.

Rodríguez Peña entregó a la princesa una larga lista de nombres, y se ofreciópara anticiparse a las cartas que ella debía dirigir, escribiendo a sus amigos de

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Buenos Aires una exposición propiciatoria del proyecto. Fechado en 4 de octubre de1808, ese documento era la más ardiente apología de Doña Carlota y sus propósitos.“Imposible —decía— oír hablar a esta princesa sin amarla: no posee una sola ideaque no sea generosa, y jamás dio lugar a las que infunden en estas personas laadulación y el despotismo: en una palabra, parece prodigiosa la venida de tan dignaprincesa, su educación, intenciones y demás extraordinarias circunstancias que laadornan; en cuya virtud no dudo, ni ustedes deben dudar, que sea ésta la heroína quenecesitamos, y la que seguramente nos conduciría al más alto grado de felicidad”. Araíz de aquella laudatoria, llegaron las cartas particulares de la princesa, dirigidasa fray Francisco Chambo, Castelli, Vieytes, Moreno y otros en Buenos Aires, y aParodi, Berro, Ortega, Seco, Oliver y algunos otros sujetos de importancia en Mon-tevideo”.

En: Bauzá, o.c.

11. “Estando Goyeneche en Buenos Aires —había llegado el 23— le sugiere aLiniers —y este acepta la idea— despida del Río de la Plata al brigadier portuguésJosé Joaquín Curado quien, comisionado tiempo antes —como vimos— por la Cortede Río en cumplimiento de una misión diplomática, a cuyo amparo recababa infor-mación sobre la situación platense y poseedor de ella, había advertido la posibilidadde producir conflictos entre las autoridades del Virreinato. Curado, de regreso aBrasil, recala en Montevideo, entregando a Elío un oficio dirigido al Virrey y loinforma de su contenido; el Cabildo de Montevideo, en nota 7 de setiembre de 1808enviada al de Buenos Aires y a la Real Audiencia, expone lo principal del escrito:exigía, en nombre de la Corte de Río, la entrega de la Banda Oriental con la finali-dad de conservarla hasta la época de paz, porque Liniers, que había mantenidocorrespondencia privada con Napoleón, estaba de acuerdo con él y porque el Prínci-pe Regente tenía derechos sobre estos territorios; y ocupándolos, los pondría a cu-bierto de la amenaza francesa. Los cabildantes y Elío daban razón n la suspicaciadel Príncipe Regente, la cual se debía a Liniers, que permanecía en el mando “de-biendo haberlo renunciado por el sólo hecho de ser francés y hacer más alarde deserlo que vasallo de nuestro Monarca” y concluían que el Virrey era un mal magis-trado y que debía abandonar el poder”.

En: Williman

12. El 10 de setiembre sesionó un real acuerdo (reunión conjunta del Virrey y laAudiencia) proponiendo sus integrantes a Liniers -aceptando éste tal parecer- lacomparecencia de Elío en Buenos Aires con los documentos probatorios de sus acu-saciones y que entregase el mando al mariscal Miguel de Tejeda o al ingeniero Ber-nardo de Lecocq.

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Elío desobedeció y fue apoyado por el Cabildo, organismo que solicitó a la Au-diencia la suspensión del Virrey.

13. Esta destitución se inscribe en la lucha sin cuartel entre Elío y Liniers.

14. “Michelena llegó a Montevideo el 20 de setiembre, permaneciendo en losalrededores de la ciudad, adonde entró recién en las horas de la tarde. Cuando lohizo, había recibido ya las respuestas de los jefes de la guarnición, a quienes remitie-ra previamente las notas Liniers y en las cuales éstos, por diferentes motivos, excusa-ban su cumplimiento. Más aún: las noticias de su llegada y sus fines habían cundidoen la población, y veíanse grupos de personas en las calles comentando el suceso.No se amilanó Michelena por este recibimiento, y sin conocer seguramente al gober-nador a quien iba a reemplazar, se dirigió solo al Fuerte para tomar allí el mando.Elío lo recibió duramente. La escena fue breve.

La conversación subió rápidamente de tono. Michelena intentó hacer uso de lasarmas, y Elío, más fuerte que él, lo desarmó y lo golpeó. Maltrecho en nuevo goberna-dor nombrado por el virrey, aún intentó un último esfuerzo para tomar posesión de supuesto. Del Fuerte, donde tuviera una acogida tan poco cordial, dirigióse a la casacapitular, donde sabía que el Cabildo hallábase reunido. Más fácil le fue imponer aquísu autoridad. Los regidores debieron permanecer perplejos ante el documento queexhibiera Michelena, firmado por el virrey, por el cual daba término al gobierno inte-rino de Elío y nombraba el reemplazante. El acta se redactó así, dejándose constanciade su reconocimiento y suscribiéndola el mismo Michelena y los miembros presentesdel Cabildo. Pero si este acuerdo llegó a hacerse, los regidores permanecieron en elCabildo atentos a los sucesos que en esos mismos instantes se desarrollaban en lacalle. Un inmenso vocerío y algazara llegaba hasta el recinto. La resolución recono-ciendo a Michelena había trascendido y el pueblo “tumultuado y conmovido”, concu-rría hasta la Casa Consistorial haciendo demostraciones de protesta ante las puertas yventanas. Vacilante la autoridad civil sobre la actitud a asumir, y permaneciendo aúnen la sala de sesiones el capitán Michelena, algunos capitulares asomáronse al exte-rior para inquirir las causas de la pueblada. Allí oyeron las voces de la multitud dis-puesta “a empeñar cualquier tentativa antes de consentir en la deposición del gober-nador Elío, al tiempo que pedían la celebración del Cabildo Abierto para deliberarsobre tan importante asunto”. Los manifestantes ya habían concurrido al Fuerte yvivado frenéticamente a Elío. Este había salido al patio de la Casa de Gobierno yrespondiendo a las preguntas que se le hicieron de por qué debería concurrir a BuenosAires, contestó: “Ignoro los motivos, pero si tengo delito, quiero que se me quite lacabeza en Montevideo; no quiero ir a Buenos Aires”.

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Entusiasmado el pueblo, el propósito de la celebración de Cabildo Abierto surgióentre todos, aprobado también por Elío. Con esa demanda, volvieron los manifestan-tes hasta el Cabildo, y sus miembros, presionados ante la magnitud de los aconteci-mientos, aceptaron sin dilación la convocatoria de la asamblea para el día siguiente.

Esa noche fue de agitación e intranquilidad. Grupos de exaltados recorrían lascalles, victoreando a Elío. ¡Muera Michelena! ¡ Muera Michelena! ¡Muera BuenosAires! ¡ Viva nuestro gobernador!,5 eran los gritos que se escuchaban salidos de lamultitud, que marchaba precedida de la música de uno de los regimientos. En mediode la algazara y de las vociferaciones, llegaron los manifestantes hasta el Fuerte,penetrando algunos de ellos al patio, donde se encontraba el gobernador depuestopor Liniers. Mientras el gentío aplaudía delirante y las protestas de adhesión a Elíose sucedían con las exclamaciones “de que estaban dispuestos a derramar su sangreantes de permitir su salida, algunos oficiales levantaron a aquél en alto, comenzan-do a pasearlo triunfalmente”. El alboroto fue apaciguando y se impuso, como pala-bra de orden para el día siguiente, la celebración del Cabildo Abierto. Aún la colum-na recorría otros sitios de la ciudad, llegando hasta la casa donde habitara Michelena,pero éste avisado del peligro de vida que corriera, pudo escapar del entusiasmopúblico y embarcarse en el puerto, primeramente para la Aguada, siguiendo luegode allí, en su huida, a caballo, a Buenos Aires”.

En: Pablo Blanco, o.c.

“La noche del 20 de setiembre fue agitada por grupos que frente al Fuerte aplau-dían a Elío, por algunos oficiales que lo llevaron en andas manifestando que nopermitían abandonase su cargo, por la música de la banda del “Regimiento deVoluntarios del Río de la Plata”. Michelena alojado en la casa de Prego de Oliver,administrador de la Aduana, no se atrevía a salir y, pese al certificado que le firmósu anfitrión, expresando que su vida había corrido peligro para justificarse de suconducta frente a Liniers, no parese que tal declaración corresponda a los hechos,pues la demostración nocturna en su contra fue ruidosa y nada más.

Michelena pudo buscar apoyo en las fuerzas navales del Apostadero, entre lasque tenía partidarios, como lo prueba la posterior expulsión de varios Jefes al ne-garse a presentar acatamiento a la Junta, pero, asustado, no lo hizo”.

En: Williman, o.c.

15. “El 16 de setiembre, en un nuevo real acuerdo, Liniers resolvió designarGobernador de Montevideo al capitán de navío Juan Angel de Michelena; éste pres-tó juramento, el 17 de setiembre, ante el Virrey y la Real Audiencia, pasando a laBanda Oriental el día 20; apenas desembarcó en la costa del Miguelete, envió, pormedio del Jefe del Apostadero Naval, cartas a diversas personas de la ciudad. Poste-

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riormente, se apersonó a Elío, en el Fuerte, exhibiéndole el decreto del Virrey por elque se le separaba del cargo y su propio nombramiento para el mismo; Elío, hombrede carácter agresivo y soberbio, lo insultó propinándole además algunas bofetadas,negándose a aceptar su destitución y menos al sustituto. Michelena, más acobardadoque maltrecho, se dirigió al Cabildo que reconoció su calidad de nuevo Gobernadormientras algunos vecinos, desde afuera del edificio, expresaban su oposición vocife-rando “Viva Elío”, “Muera Michelena”, “Muera Liniers”, “Hágase Cabildo». Elíono adoptó disposición alguna para mantener el orden, quedándose en el Fuerte yaun concedió permiso para la realización del Cabildo Abierto pedido por los mani-festantes —que tuvieron en la dicha jornada al café del “Comercio” como base deoperaciones—, siempre que la solicitud viniese firmada por “seis personas doctas”.

En: Ibídem

16. “El Cabildo, bajo la presidencia de Elío y la asistencia de los alcaldes PascualJosé Parodi y Pedro Francisco de Berro; de los regidores Manuel Ortega, ManuelVicente Gutiérrez, Juan José Seco y Juan Domingo de las Carreras; del síndico To-más García de Zúñiga; del asesor José Eugenio de Elías y del secretario PedroFeliciano Sainz de Cavia, resolvió admitir a los representantes electos transformán-dose en Cabildo Abierto, compuesto por un total (regidores, representantes del pue-blo reunido en la Plaza, del clero, la milicia y la administración) de 55 miembros. Lasesión comenzó con la lectura del decreto que designaba a Elío Gobernador military político de Montevideo y siguió con la del decreto del 17 de setiembre que destituíaa Elío y nombraba, para el mismo cargo, a Michelena. A continuación, Elío expresóque abandonaría la sala para dejar en entera libertad de opinión a los congregados.El Acta de la reunión no dice que sucedió a continuación de estas palabras. Se pro-nunciaron luego siete discursos, el mejor recogido de los cuales es el de Lucas JoséObes, quien afirmó que la destitución dictada por Liniers no debía ser acatada por-que el pueblo confiaba en Elío como Gobernador, porque había hecho jurar fideli-dad a Fernando VII antes que cualquier otro pueblo americano y como no habíacometido ningún delito justificativo de dicho relevo, debía apelarse ante la JuntaSuprema de Sevilla. Oídos otros oradores, el pueblo que lo escuchaba desde la plazacomenzó a gritar “Junta”, “Junta como en España”, “Abajo el traidor” (por Liniers).El Cabildo Abierto resolvió no cumplir la orden del Virrey relativa a la destitución deElío y la de su reemplazo por Michelena, ante la fuga de éste; que Elío se quedase enMontevideo y elevase recurso de apelación ante la Real Audiencia de Buenos Aires ola Junta Suprema y que se formase una Junta Gubernativa, subalterna de la Supre-ma, obligándose a los jefes militares a poner en su conocimiento las órdenes que lesenviasen las autoridades de Buenos Aires con el fin de conservar la Banda Orientalen la obediencia a Fernando VII. La Junta de Montevideo, integrada el día 21, se

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instaló el 22, cambiándose algunos de los que formaban parte de ella el día anterior;sus miembros fueron: Elío, en la Presidencia; los abogados Lucas José Obes (derelevante actuación hasta los primeros años del Uruguay independiente) y JoséEugenio de Elías, como secretarios; Pascual José Parodi, Pedro Francisco de Be-rro, Manuel Ortega, Manuel Vicente Gutiérrez, Juan José Seco y Juan Domingo delas Carreras, representantes del Cabildo; los sacerdotes Carbalo y Manuel PérezCastellano, del estado eclesiástico; Prudencio Murguiondo (que acaudillaría enMontevideo el fracasado primer intento revolucionario ocurrido luego de la revolu-ción de Mayo), Juan Balbín de Vallejo y Diego Ponce de León, del ejército; JoséPrego de Oliver, Miguel Antonio Vilardebó, Francisco Suárez, Pedro Errazquin, Joa-quín de Chopitea y Mateo Gallego, del comercio.

La Junta, el día 24, emitió una proclama narrando los sucesos de los últimos díasy ratificando que Elío permanecería en la ciudad, anunciando, para el domingosiguiente, una misa solemne en acción de gracias, a efectuarse en la Iglesia Matriz.

La Junta Gubernativa estuvo en funciones hasta el 30 de junio de 1809, fecha enla que llegó al Río de la Plata Baltasar Hidalgo de Cisneros con el nombramiento deVirrey expedido por la Junta Central Gubernativa —instalada en Sevilla— y conórdenes en que se disponía la disolución de la Junta, felicitándola —lo mismo a Elío,quien además recibió el nombramiento de Inspector y segundo comandante de todaslas tropas del Virreinato—, por los fieles y buenos servicios prestados, acatándose,de inmediato, el mandato”.

En: Ibídem

CREACION DE LA JUNTA GUBERNATIVA DE 1808(L.C. de Montevideo)“En la Ciudad de San Felipe y Santiago de Montevideo, á veinte y un dias del mes

de Septiembre de mil ochocientos ocho: hallandose juntos y congregados el M.I.C.J.y Regimiento de ella en su sala Consistorial, con asistencia del Señor D.n FranciscoXavier de Elío y presencia de mi el infrascrito Escribano de S.M., siendo como lasdiez de la mañana, concurrió á las puertas de las casas capitulares un inmenso Pue-blo que se difundia por toda la extensión de la Plaza mayor repitiendo los clamoresde la noche anterior, é insistiendo en sus pretensiones y en la celebración del Cavildoavierto que se les habia otorgado, y como el negocio imperiosamente exigiese unapronta resolucion, para no irritar mas la pueblo exaltado, los Señores Presidente yCapitulares á exemplo de lo que en iguales apuros ha practicado la Capital, adopta-ron el temperamento de permitir, que eligiese á su alvedrio un determinado númerode sugetos por cuyo medio explicasen sin confusion sus instancias, y con un acuerdoquedasen libradas en este acto: y en conformidad de estos principios recayó la eleccionen los señores D.n Juan Francisco de Zúñiga , coronel comandante del Regimiento de

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Voluntarios de Infanteria de esta Plaza, D.r D.n José Manuel Perez, clérigo Presbitero,Reverendo P. Guardian del Convento de San Francisco, Fray Francisco Xavier Car-vallo, D.n Mateo Magariños, D.n Joaquin de Chopitea, Dn Manuel Diago, D.n IdelfonsoGarcia , D,n Jaime Illa, D.n Cristoval Salvañach, D.n José Antonio Zubillaga, D.n

Mateo Gallego, D.n José Cardoso, D.n Antonio Pereyra, D.n Antonio de San Vicente,D.n Rafael Fernandez, D.n Juan Ignacio Martinez, D.n Miguel Antonio Vilardebó, D.n

Juan Manuel de la Serna y D.n Miguel Costa y Tejedor, todos Vecinos antiguos deesta Ciudad, notoriamente acaudalados, del mejor crédito y concepto, de los quales,la mayor parte han obtenido en esta Ciudad cargos de República , estando los masde ellos actualmente empleados en calidad de oficiales de los Regimientos de Mili-cias de Artilleria, Caballeria é Infanteria de esta Plaza: Todos los quales subscribená una con la Clerecia, único Orden Religioso establecido en la Ciudad 6 Gefes mili-tares y de Rentas de ella, que se hallan unidos y congregados para el anunciado fin.A virtud de lo dicho, se abrió la sesion leyendose por mi el actuario una órden delExmo. Sr. Virrey, su fecha en Buenos Aires á diez y siete del corriente, y un RealRescripto dado en veinte y nuebe de Enero último, en que la Magestad del Señor D.n

Carlos IV fué servida aprobar el nombramiento de Governador interino hecho por laSuperioridad en la persona del Sr. D.n Xavier Elío, siendo el tenor de ambas piezascomo á la letra sigue:

Real Rescripto. -”El Exmo. Sr.D.n António Olaguer Feliú Ministro de la Guerrame dice con fecha de veinte y nuebe de Enero de este año lo siguiente.

- El Rey se ha servido aprovar el que debiendo restituirse al Dominio Español laPlaza de Montevideo haya V.E. nombrado para que sirva interinamente el GoviernoMilitar y político de ella al Coronel D.n Francisco Xavier Elío, segun lo ha manifes-tado al Serenísimo Señor Príncipe Generalísimo Almirante en treinta y uno de Julioúltimo; y de órden de S.M. lo aviso á V.E. para su inteligencia. - Dios guarde á V.S.muchos años. - Buenos Aires, diez y seis de Julio de mil ochocientos ocho.- SantiagoLiniers.

Sr. D.n Francisco Xavier de Elío.Oficio de la Superioridad. - Por convenir al mejor servicio del Rey, he tenido por

conveniente el revelar á V.S. de la comision que le tenía encargada del Goviernopolítico y militar de esa Plaza, y nombrar en su reemplazo al Capitan de Navio D.n

Juan Angel Michelena, quien ha prestado en esta Real Audiencia y delante de mi eljuramento y pleyto homenage, y á quien entregará V.S. la Plaza y Archivo,transfiriendose V.S. sin demora á esta Capital precisamente en la Zumaca del Rey elBelen que á eso solo se dirige á Montevideo. - Dios guarde á V.S. muchos años. -Buenos Aires, diez y siete de Setiembre de mil ochocientos ocho. - Santiago Liniers.- Señor D.n Francisco Xavier de Elío.

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En consecuencia luego que los concurrentes quedaron impuestos en lo principalde las novedades que habian convocado el Pueblo, y que importaba resolver conmadurez y prontitud sobre la deposicion ó permanéncia en el mando del S.r D.n Fran-cisco Xavier Elío, les insinuó este, que para precaver que su preséncia les quitase lalibertad de votar ó se presumiese que sus ideas tenian algun influxo en el Acuerdo,trataba de retirarse á esperar las resultas del Congreso; pero las instáncias de estese lo impidieron, protestando con uniformidad que cada qual explicaria su opinión ydictámen sin otros miramientos que los devidos á la Justicia, á la utilidad pública, yá lo que cada uno conciviese ser mas conforme á la voluntad expresa ó presunta delSoberano. Hallanado pues, y convenido todo así, y exortado el Pueblo á que guarda-se moderacion, despejase las puertas de la casa del -ayuntamiento y esperase tran-quilo como lo efectuó, el resultado de la Junta; despues de varias discusiones, oidala opinion de los representantes del Pueblo, de la Clerecia, Orden Relijioso, Gefesmilitares y de Rentas, Asesor de Govierno D.r D.n Eugenio Elias, é Interino de Mari-na D.r D.n Lucas José Obes, declaró la Junta por unánime consentimiento, voto ydictamen de aquellos vocales, que para salvar al Pueblo de los disturbios y desastresque le amenazaban, para mejor conformarse con la voluntad del Soberano expresaen el Diploma Indiano, y demas Códigos Generales de la Nacion, y en atencionfinalmente á la precipitada ausencia que en la madrugada de este dia acaba dehacer el referido D.n Juan Angel Michelena sin noticia del Cavildo, y dexando entre-gado á sí mismo el vecindario, debia obedecerse pero no cumplirse el citado ordenSuperior del 17 del corriente: Que el Sr. Governador elevase por su parte los recur-sos que la Ley le franquea en estos casos, bien á la Real Audiéncia Territorial, sincuyo acuerdo procedió el Exmo. Virrey á su deposicion del mando, ó bien tentadoeste arbitrio al mismo Soberano en la Suprema Junta erijida por la Nacion en laCapital de Sevilla el 19 de Mayo del presente año, sin apartarse de esta Ciudad porinteresar asi á la tranquilidad pública, por tener este vecindário cifrada en él suesperanza caso de realizarse alguna invasion por los Enemigos de la Corona, espe-ranza que con fundamento le ha hecho concebir la notória aptitud, actividad y valorde este Gefe, de que tiene dadas las mas relevantes pruebas, igualmente que de suascendrado Vasallaje al mejor de los Monarcas, y finalmente por ser este el voto delPueblo, á cuyas instancias se han congregado en este dia: Que en el entre tanto yhasta que con mejor acuerdo se establezca aquel plan de Govierno mas adaptable álas circunstancias y resoluciones subsecivas de la Capital, se reconozca esta Juntapresidida por el indicado Sr. Governador D.n Francisco Xavier Elío, como la parti-cular y subalterna de este Pueblo, formada á exemplo de las que se han mandadocrear por la Suprema de Sevilla en todos los Pueblos del Reyno que contengan ennúmero de 2000 vecinos, desde el momento en que llegaron á entenderse las sinies-

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tras miras del Emperador de los Franceses, la prision de Nuestro Rey y Señor muyamado D.n Fernando el Septimo, y las violentas abdicaciones de la Corona á quefueron obligadas las personas Reales: Que se elijan por asesores de la misma Juntaá los referidos Doctores Elías y Obes, y por Secretário á mi, el infrascrito Escribano.

Que mediante á ser estas providéncias tomadas en la estrechez del tiempo,instáncias del Pueblo, y su general contraste, se entienda facultada para correjir,ampliar ó modificar tanto número de individuos que la componen, como qualesquieraotras deliberaciones relativas á ereccion y procedimientos consiguientes, de los qualesparticularmente no ha tratado en este acuerdo: Que todos los Gefes militares queson presentes quedan obligados á consultarla qualesquiera género de órdenes, quedirectamente se les comunique por el Exmo. Sr. Virrey D.n Santiago Liniers, ó bienpor otra autoridad de la Capital, interin las cosas subsisten en el estado que hoytienen, y que el objeto de la presente determinacion no se entienda, ni interprete pormotivo alguno ser otro que el de evitar conmociones populares y conservar estaparte del Virreynato en la devida obediencia á su lejítimo Soberano el Sr. D.n Fer-nando 7.o defenderlo hasta donde nuestras fuerzas alcanzan, y en un todo y por todoservirle como fieles vasallos. Todo lo qual convenido y declarado asi se leyóintegramente á todos los concurrentes, quienes enterados de ello lo reproduxeron enla mas bastante forma, firmandolo en su virtud conmigo el Escribano, que de todoello Doy fé. - Xavier de Elio - Pasqual José Parodi - Pedro Francisco de Berro -Manuel de Ortega - José Manuel de Ortega - Manuel Vicente Gutierrez - Juan JoséSeco - Juan Domingo de las Carreras - Joseph Manuel Perez - Fray Francisco XavierCarvallo - Juan Francisco Garcia - Joaquin Ruiz Huidobro - José de Pozo - CayetanoRamirez de Arellano . Juan Balbin Vallejo - Bernardo Barategui - Ventura Gomez -Joseph Martinez - José António Fernandez - Indalécio de Murguiondo - Doctor JuanAndrés Piedra Cueva - Pedro Vidal - Joaquin de Soria -Joaquin Veretal - DámasoAntonio Larrañaga - Vicente Fernandez Sabedra - Miguel Murillo - Luis GonzalezVallejo - António Cordero - Miguel António Vilardebó - Juan Ignácio Martinez -Francisco António Luaces - António Pereira - Rafael B. Zufriategui - Manuel Diago- Joseph Cardoso - Josef António Zubillaga - Josef Prego de Oliver - Miguel deCabra - Miguel Zamora - Diego Ponze - Jaime Illa - Juan Manuel de la Serva -Antonio de San Vicente - Joachin de Chopitea - Rafael Fernandez - Matheo Magariños- Christoval Salvañach - Miguel Costa y Tejedor - Idelfonso Garcia - Matheo Galle-go - Doctor Joseph Giró - Doctor Lucas José Obes - Doctor Josep Eugenio de Elias.- Ante mi - Pedro Feliciano Sainz de Cavia, Escribano de S.M.”

En: Bauza, o.c.

“Pero la fórmula encontrada, si bien satisfactoria, tendría aspecto de una sutilezalegal. No todos la entenderían, y es posible que la expectativa pública exigiese una

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declaración más radical y más en armonía con la intensidad de aquellos momentos.“¡Junta! ¡Junta! como en España!”, comenzaron a gritar los que permanecieron en laplaza al enterarse de la resolución adoptada. “¡Abajo el traidor!, resonó aún entre lamultitud apiñada que seguía de cerca las deliberaciones de la asamblea. Si la versiónque se da en esta intervención directa del pueblo en las discusiones, no fuese rigurosa-mente exacta, no sería fácilmente comprensible el acta de la famosa sesión. La resolu-ción del Cabildo Abierto, manteniendo a Elío, señalándole los recursos a entablar,prohibiéndole su salida de Montevideo y su declaración de que eso “era el voto delpueblo a cuya instancia estaban congregados”, concluía, en realidad, con los motivosde la reunión. Pero el documento capitular prosigue, y a continuación inmediata, esta-blece:” que en el entretanto y hasta que con mejor acuerdo se establezca aquel plan degobierno más adaptable a las circunstancias y resoluciones sucesivas de la capital, sereconozca esta Junta, presidida por el indicado señor gobernador don Francisco Xavierde Elío, como la particular y subalterna de este pueblo, formada a ejemplo de las quese han mandado crear por la Suprema de Sevilla en todos los pueblos del Reino quecontengan el número de dos mil vecinos”. La explicación no pudo ser otra que la quese ha dado. El pueblo impuso la solución categórica y frente a las interpretacionesdudosas, estableció el principio fundamental: la creación de una Junta de Gobierno,independiente de Buenos Aires y presidida por Elío, el enemigo y acusador de Liniers.

La asamblea, reunida, quedaba así de hecho y por voluntad soberana del pueblo,constituida ella misma en Junta de Gobierno. Las resoluciones señaladas enseguida,están de acuerdo con el pensamiento inicial: “Que todos los jefes militares -dice elacta- que son presentes, quedan obligados a consultarla, cualquiera (que sea) elgénero de órdenes que directamente se les comunique por el Excmo. Virrey don San-tiago Liniers, o bien por otra autoridad de la capital. Que se entienda facultada (laJunta de Gobierno), para corregir, ampliar o modificar tanto el número de indivi-duos que la componen, como cualesquiera otras deliberaciones relativas a su erec-ción y procedimientos con siguientes. Que se elijan por Asesores de la Junta a losdoctores Eugenio Elías y Lucas José Obes y por Secretario al Escribano del CabildoSáinz de Cavia”. Todavía consigna el acta, “que el objeto de la presente determina-ción no se entienda ni interprete por motivo alguno ser otro que el de evitar conmo-ciones populares y conservar esta parte del Virreinato en la debida obediencia a sulegítimo soberano, el señor don Fernando VII, defenderla hasta donde nuestras fuer-zas alcancen y en un todo y por todo servirla como fieles vasallos”.

“La ruptura de relaciones políticas con Buenos Aires y la separación de Montevi-deo del resto del Virreinato, quedaban así definitivamente consumadas. Largo habíasido el tiempo transcurrido y muchos los factores que intervinieron para llegar aconcretarse en esa realidad.

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Primero, los gobernadores y virreyes labraron el surco de las distancias; después elConsulado con su política, cerrada e inexorable, ahondó y exarcebó las diferencias; laReal Audiencia, con resoluciones notoriamente injustas, hirió y lastimó intereses; elCabildo virreinal, con sus emulaciones y recelos, tomando para sí toda la gloria en ladefensa contra los ingleses; hasta la Iglesia había tenido parte importante en la crea-ción de odiosidades y malquerencias. Los últimos virreyes del Río de la Plata quizárepresentaron la única categoría de autoridades que no plantearon un conflicto a Mon-tevideo, pero Liniers, atropellando los fueron de la ciudad al nombrar a Elío, al pro-moverle un pleito sonado de competencia privativa, al desposeer de sus grados a losoficiales de la milicia local, había concluido también por acarrearse las antipatías,completando así todo el fondo de las resistencias y rebeldías.

En el Cabildo Abierto del 21 de setiembre de 1808, sentáronse todos los quetenían un agravio que vengar.

Estaba Elío, actor principal en la acusación lanzada contra Liniers; estaban losmiembros del Cabildo, los de ese año y los que integraron los cuerpos representativosde la ciudad desde mucho tiempo atrás, y que fueron testigos y actores de la accióntenaz y perseverante de las altas corporaciones coloniales en contra de Montevideo;encontrábanse los sacerdotes y religiosos tildados de anárquicos y que fueron separa-dos de sus cátedras del Convento de San Francisco, o heridos en su amor propio porresoluciones caprichosas del obispado de Buenos Aires; hallábanse aún los jefes yoficiales de los cuerpos y los de la milicia, que combatieron contra los ingleses en lareconquista, en la defensa de Montevideo y de la capital, para quienes no hubo sino elolvido como premio o sanción de sus merecimientos; estaban todavía los representan-tes del alto comercio, que sostenían sin tregua una lucha desigual con el Consulado yla Real Hacienda; en fin, el pueblo presente en la plaza, fiel guardador de todas lasinjusticias y vejámenes y dispuesto ahora a la gran obra reparadora.

La separación de Buenos Aires de sus autoridades locales, tuvo para Montevideoel carácter de una liberación. El comercio florecería libre de trabas e imposicionesque impedían su desarrollo; los buques extranjeros, y en principal los ingleses, en-trarían en el puerto, renovándose el gran intercambio; los impuestos se emplearíanen objetos útiles a la ciudad y no irían a cubrir los dispendios de otras poblaciones;los comerciantes y personas todas, tendrían sus jueces locales y no tendrían que ir aBuenos Aires a seguir sus pleitos, inacabables y gravosos, delante de la Audiencia odel Consulado, siempre prontos a fallar los asuntos en contra del interés de Monte-video; no se darían licencias para matar innumerables cantidades de ganado dentrodel territorio jurisdiccional, ni se entregarían tierras y estancias, produciendo unaperturbación constante en la propiedad. La gobernación sería verdaderamente autó-noma, tal como lo estatuían las Leyes de Fundación y las de Indias, jerárquicamente

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dependiente de la de España, pero sin tener que recurrir continuamente al envío dediputados a la metrópoli para que defendieran sus fueros ante la amenaza constantede las autoridades virreinales.

Todos estos aspectos y aun otros tan importantes y trascendentales, los resolvía laJunta de Gobierno, creada en el Cabildo Abierto del 21 de setiembre de 1808. Nohay duda de que la solución encontrada, era absolutamente revolucionaria y sinprecedentes dentro de la organización colonial. La Junta Suprema de Sevilla, habíaseconstituido en virtud de los sucesos de Bayona y de la prisión de los reyes españoles.A falta del poder real, se instituyó una autoridad representativa.

Pero, en el Río de la Plata el andamiaje virreinal estaba intacto y los centrosrepresentativos de gobierno, mal o bien, cumplían sus funciones como depositariosde la potestad real. Cierto es que Goyeneche, a su paso por Montevideo, en los díasde agosto de aquel año, había hablado de la creación de Juntas de América, seme-jantes a las de Sevilla; pero esto, además de haber sido una manifestación personaldel brigadier español, no tenía explicación satisfactoria, cuando las autoridadestodas estaban en su pleno ejercicio. Más fundamento, para encontrar el origen de laJunta de Montevideo, sería la convicción de Elío por las conversaciones que tuvieracon Curado, de que Liniers procedía de acuerdo con Napoleón, del cual era su lu-garteniente. -es creíble, que en su carácter exaltado como el de Elío, la idea de laJunta hallase entonces asidero, creyendo que las situaciones de España y del Río dela Plata eran idénticas: en la primera, una Junta de Regencia, sostenedora de losderechos de Fernando VII, frente al rey intruso José Bonaparte; en la otra, unaJunta igual de Gobierno, defensora de los mismos derechos, frente al virrey francésde Buenos Aires.

Eso pudo ser la apariencia y dar motivo a la creación de la Junta del 21 desetiembre; la realidad no fue, sin embargo, así. Liniers, víctima de la intriga portu-guesa, fraguada posiblemente en Río de Janeiro por el Ministro Sousa Coutinho y dela cual fuera instrumento Elío, era tan fervoroso y patriota, como lo fuera el gober-nador de Montevideo. No hubo, pues, en esta escisión rioplatense, españoles reac-cionarios y afrancesados, ni menos, tampoco, como se ha afirmado, iniciación ocomienzo de las ideas de independencia y concentración exaltada de los sentimien-tos españolistas. Si esto hubiera ocurrido, si el virrey de Buenos Aires pudiese haberrepresentado una fuerza modificadora del régimen imperante, el fusilamiento deCabeza de Tigre, ocurrido apenas dos años después, habría sido la contradicciónmás grande de la historia.”

En: Pablo Blanco, o.c.

“El de mayor interés por sus consecuencias históricas fue el reunido el 21 desetiembre de 1808, que llevó al establecimiento de la Junta de Gobierno de Montevi-

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deo, como resultado de los hechos ocurridos en España al producirse la invasión delas tropas napoleónicas e instalarse en la Península Juntas de Gobierno para ladefensa contra el extranjero; a la sazón con la de Montevideo, también en el archi-piélago canario.

La situación política en el Río de la Plata, se tornaba confusa; el Virrey SantiagoLiniers suspendió en sus funciones al Gobernador de Montevideo, don FranciscoJavier de Elío, nombrando para el cargo a Juan Angel de Michelena, Capitán deNavío de la Real Armada, quien presentó credenciales al Cabildo de esta ciudad eldía 20 de setiembre como Gobernador Político y Militar Interino de la plaza. “Noti-cioso el pueblo del precedente acuerdo se había tumultuado y conmovido como lodaban a entender la concurrencia, algazara y otras demostraciones que dejabansentir a las puertas y ventanas de la casa consistorial, de todo lo cual pudo imponer-se el señor Gobernador Interino don Juan Angel de Michelena que se hallaba pre-sente, resolvieron informarse por sí mismos de las pretensiones del pueblo y causasque le impulsaban a los insinuados movimientos, y pudiendo comprender que esta-ban resueltos a empeñar cualesquiera tentativa antes de consentir en la deposicióndel señor Gobernador don Francisco Javier Elío y sobre todo que solicitaban secelebrase un Cabildo Abierto...”. Al día siguiente, 21: “... siendo las diez de la ma-ñana, concurrió a las puertas de las casas capitulares un inmenso pueblo que sedifundia por toda la extensión de la Plaza Mayor repitiendo los clamores de la nocheanterior, e insistiendo en sus pretensiones y en la celebración del Cabildo Abiertoque se les había otorgado, y como el negocio imperiosamente exigiese una prontaresolución, para no irritar más al pueblo exaltado, los señores presidente y capitula-res a ejemplo de lo que en iguales apuros ha practicado la capital, adoptaron eltemperamento de permitir, que eligiese a su albedrío un determinado número desujetos por cuyo medio explicasen sin confusión sus instancias...”, “... y finalmentepor ser este el voto del pueblo, a cuyas instancias se han congregado en este día... sereconozca esta Junta presidida por el indicado señor Gobernador don FranciscoJavier Elío como la particular y subalterna de este pueblo, formada a ejemplo de lasque se han mandado crear por la Suprema de Sevilla en todos los pueblos del Rei-no...”. El acta está firmada por cincuenta y cinco de los más destacados vecinos”.

En: Luis A. Musso, Montevideo, Su Gobierno Canario,Revista Biblioteca Nacional, 28, Montevideo, 1996.

JUNTA DE 1808“La fundamentación doctrinaria de la Junta - que debe completarse con las cita-

das reflexiones de Pérez Castellano y con una proclama anónima aparecida en laépoca en Montevideo y concebida en términos coincidentes - encontró en Lucas Obesa un sagaz teórico. En respuesta a una carta dirigida a Elío por Villota, uno de los

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fiscales de la Audiencia de Buenos Aires, expresa que los pueblos americanos no soncolonias, reivindica el derecho de los americanos a “introducir novedades en el go-bierno” en usufructo de la soberanía reasumida por el pueblo - el americano enigualdad jurídica con el español - ante la vacancia de la monarquía, negando, enconsecuencia, a las juntas españolas facultades para dirigir a las Indias.

Obsérvese que la tesis reseñada va más allá de la inmediata legitimación de laJunta, pues ésta se reconoció subordinada de la Suprema de Sevilla y se disolvió porsu mandato; estas ideas, recogidas por Lucas Obes en el contractualismo español,serán tomadas, como armazón ideológica, por el juntismo americano de 1810, pueseran conocidas por todas las élites cultas indianas.

La Junta Gubernativa de Montevideo no albergaba intenciones independentistas:en todos sus documentos manifiesta fidelidad a Fernando VII. -dio Origen a unaescisión rioplatense - se inició el 5 de noviembre de 1808, durando hasta la disolu-ción de la Junta - y significó el rechazo de la dependencia administrativa y políticade Montevideo con respecto a Buenos Aires, que obstaculizaba su desarrollo, espe-cialmente el comercial. Elío autorizó el tráfico con los Ingleses, calculándose queéstos introdujeron en Montevideo entre el 1º de noviembre de 1808 y el 1º de noviem-bre de 1809 productos por valor de 520.000 libras pagados con frutos del país -cueros en particular - efectuando los comerciantes de la plaza excelentes negocios.La Junta sentó con su creación, funcionamiento y fundamentación teórica, un prece-dente importante para la instalación, en 1810, de la de Mayo.

Alentó la participación política más amplia de comerciantes, clérigos militares yabogados. Favoreció, al quedar toda la Banda Oriental, por primera vez, bajo juris-dicción de Montevideo, su tendencia autonomista”.

En: Williman, o.c.

En su “Colección de Memorias y documentos para la Historia”, ha consagradodon Andrés Lamas un capítulo al “establecimiento en Montevideo de la primeraJunta de Gobierno creada en América en 1808”.

“El marqués de Sobremonte, dice el doctor Lamas, al invadir los ingleses en1806, abandonó indefensa la capital y se retiro a Córdoba. La recuperación de Bue-nos Aires y la defensa de todo el litoral quedó entregada a los esfuerzos populares. Elgobernador Ruiz Huidobro, el Cabildo y la población de Montevideo se prepararoninstantáneamente para emprender la reconquista de Buenos Aires. Organizándoseya la expedición, llegó a Montevideo Liniers, que había concebido el mismo propó-sito, y Ruiz Huidobro le cedió el mando de la expedición, para conservarse en elpunto confiado a sus especiales cuidados. La reconquista se efectuó el 12 de agosto,habiendo empezado la ocupación inglesa el 27 de junio. Este suceso brillante fuefunesto a la dominación española, dando al pueblo el conocimiento de su propia

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fuerza, debilitando el prestigio del supremo representante del monarca, sometiendoeste alto magistrado al juicio y a la voluntad popular, e iniciando al común en elejercicio del derecho de deponerlo y sustituirlo en el nombre y en el interés de lacomunidad. Todo esto aconteció en un solo instante. El 12 de agosto ensayó el pue-blo su fuerza; y el 13 se reunían los principales vecinos en una Junta de que hacíanparte la Audiencia, el Obispo, el Cabildo y demás corporaciones, y confería el títulode gobernador y comandante al afortunado Liniers. Una segunda Junta populartuvo lugar el 10 de febrero para el arresto del virrey y ocupación de sus papeles,después de la caída de Montevideo. La situación se complicó por los sucesos deEspaña. Secuestrado el rey y ocupado el trono por un hermano de Napoleón, lospueblos de la península crearon Juntas que se erigieron de motu propio en supremasde América. Era natural, sin embargo, que alguien se preguntare ¿cómo revierte enalgunos pueblos de la península la soberanía de los de América?, ¿por qué no usa-rían estos del derecho que usan aquellos?. A estos factores reuníanse: los trabajos dela princesa Carlota y la calidad de francés del virrey Liniers. Una proclama deLiniers en que después de decir -que S. M. I. aplaudía los triunfos y la constancia deestos pueblos y los estimulaba a mantener con energía la alta opinión que habíanadquirido por su valor y lealtad, ofreciéndoles todo género de socorros, invitaba asus gobernados “a seguir el ejemplo de sus antepasados en este suelo, que sabia-mente supieron evitar los desastres que afligieron a la España”. El gobernador Elíorepresentó contra la permanencia del virrey: Liniers le nombró reemplazante. Y deahí surgió la Junta Provisional de gobierno, la primera que se establecía en Améri-ca, concluye el doctor Lamas.

He aquí ahora algunos párrafos del oficio del Cabildo de Montevideo al Cabildode Buenos Aires, de 5 de octubre de 1808, que publica el doctor Lamas después delpreámbulo que acabamos de extractar:

“El pueblo de Montevideo, que dio poco tiempo ha tantos asuntos a la historia dela América, vuelve a ser hoy toda la expectación de este gran continente. El es quienha levantado el grito contra la corrupción del gobierno... El quien pide la separa-ción de un virrey extranjero por sospechoso de infidencia... El mundo lo sabe y noso-tros estamos en el caso de convencerlo. Pero por desgracia Montevideo no es másque un pueblo pequeño. Su rival es el árbitro del poder y la fuerza. Tenemos justicia,pero ¿qué importa, si nos falta el valimiento? Nosotros necesitamos de un apoyo, deun protector poderoso, y éste no puede ser otro que V.E.. Si V.E. posee un valorheroico, le sobra constancia y ha probado bien que no le falta entereza para arras-trarlo todo cuando se trata de salvar la patria y servir al soberano. Suya es la causaque defendemos, no de Montevideo: suyo es el pueblo que representamos, suya laprovincia por cuya felicidad entabló este Cabildo sus primeros empeños. ¿No son

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estos títulos más que poderosos para interesar a V. E. en nuestra defensa? Segura-mente después de los sucesos de nuestra invasión, no se ha presentado otro lancemás digno de la protección y cuidados de ese Ayuntamiento. A el toca cortar losabusos, remediar los males y promover por todos arbitrios la felicidad. Montevideoha dicho y sostiene, que ésta peligra mientras el gobierno permanezca en manos deun jefe nacido en el centro de este imperio sacrílego, cuyas depravaciones nos hancubierto de un luto eterno. Por eso pidió su remoción, y si V.E. gusta entraremosahora en algunas meditaciones sobre la justicia de este proyecto”.

En: Eduardo Acevedo, Artigas

“Con esta impresión en los ánimos, amaneció el 21 de setiembre de 1808. Desdetemprano, los vecinos que concurrieron a los sitios públicos, vieron fijados en lasparedes, escritos y proclamas en que se les convocaba para el Cabildo Abierto. Unode ellos, firmado por el Alcalde de 1er. Voto don Pascual Parodi, decía así: “Habi-tantes de Montevideo: En el Cabildo que se ha de hacer hoy a las 10, tened presenteque nuestro Rey Fernando esta preso en Francia: que es un francés sospechoso quiengobierna el Virreinato; que éste quiere arrancarnos el grande Elío, el mejor y el másleal español que hemos conocido; que quiere poner a un partidario francés, y así envuestra unión, que será en la plaza, decid: ¡Viva Elío!” . Sucesivamente fueron en-trando, en esa mañana, al Cabildo, el Alcalde de 1er. Voto, Parodi: el de 2º Voto, donPedro Francisco Berro: el Alférez Real don Manuel de Ortega; el Fiel Ejecutor. donManuel Vicente Gutiérrez; el Defensor de Pobres, don Juan José Seco: el de Meno-res, don Juan Domingo de las Carreras; el Alguacil Mayor Perpetuo, don José Ma-nuel Ortega. Con ellos penetrarían, también, don Francisco Xavier de Elío, hastaentonces gobernador de la plaza; los asesores del gobierno, doctores Eugenio deElías y Lucas José Obes; el Secretario del Cabildo, don Pedro Feliciano de Cavia, ytodavía un grupo de militares y jefes de marina y personal principal de la adminis-tración pública: el brigadier José del Pozo, los coroneles Prudencio Murguiondo,Luis González Vallejo, Cayetano Ramírez de Arellano, Juan Balbin Vallejo, Joaquínde Soria, el jefe de marina Ruiz Huidobro, el Administrador de Aduana, Prego deOliver, el delegado de la Real Hacienda, Ventura Gómez, los doctores Piedra Cuevay José Giró, los sacerdotes Dámaso Antonio Larrañaga y Rafael Zufriategui, MiguelAntonio Vilardebó y Bernardo Bonavia.”

El acta capitular de ese día expresa “que hallándose juntos y congregados el M.I.Cabildo de Justicia y Regimiento en su Sala Consistorial, con asistencia del señorFrancisco Xavier de Elío y del escribano de S.M., siendo como las diez de la mañana,concurrió a las puertas de las casas capitulares, un inmenso pueblo que se difundía portoda la extensión de la Plaza Mayor, repitiendo los clamores de la noche anterior,insistiendo en sus pretensiones y en la celebración del Cabildo Abierto que se les había

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otorgado, y como el negocio imperiosamente exigiese una pronta resolución para noirritar más al pueblo exaltado, los SS. Presidente y capitulares, a ejemplo de lo que eniguales apuros ha practicado la capital, adoptaron el temperamento de permitir queeligiese a su albedrío un determinado número de sujetos por cuyo medio explicasen,sin confusión, sus instancias y con su acuerdo quedasen libradas en este acto”.

Sería dificil rehacer en sus detalles este comienzo de la famosa sesión. Del textotranscripto, sin embargo, fluye nítidamente que la celebración del Cabildo Abiertose resolvió bajo la presión del pueblo reunido en la plaza, frente a la Casa Consisto-rial. “Para no irritar más al pueblo exaltado”, dice el texto transcripto, lo que prue-ba el grado de la excitación pública y hasta los temores de una asonada. Los miem-bros capitulares debieron llevar hasta la multitud el conocimiento de la decisiónadoptada. La elección de los representantes del pueblo y las deliberaciones del Ca-bildo, se hizo en seguida y fueron nombrados a ese fin el coronel del regimientos deinfantería de Montevideo don Juan Francisco García de Zúñiga, el presbítero doctorJosé Manuel Pérez (Castellano), el P. Guardián del Convento de San Francisco,Francisco Xavier Carvallo, don Mateo Magariños, don Joaquín Chopitea, don Ma-nuel Diago, don Ildefonso García, don Jaime Illa, don Cristóbal Salvañach, donJosé Antonio Zubillaga, don Mateo Gallego, don José Cardoso, don Antonio Pereira,don Antonio San Vicente, don Rafael Fernández, don Juan Ignacio Martínez, donMiguel Antonio Vilardebó, don Juan Manuel de la Serna y don Miguel Costa y Texidor.Expresa el acta que todos eran vecinos antiguos de la ciudad, notoriamente acauda-lados y del mayor crédito y concepto, habiendo obtenido, en su mayor parte, cargoen la República, y siendo en esa actualidad, oficiales de los regimientos de miliciasde artillería, infantería y caballería de la plaza.

La sesión plena del Cabildo Abierto recién comenzó cuando los diputados delpueblo tomaron asiento conjuntamente con los capitulares y el gobernador. La Asam-blea compúsose así de cincuenta y cinco miembros, inclusive los primeramente en-trados, representantes de la milicia, del clero, de la administración y civiles. El es-cribano del Cabildo, Sáina de Cavia, fue el primero en hablar, dando lectura a losdos comunicados recibidos. El primero, del virrey Liniers, de 16 de julio de 1808,transcribiendo la real orden de Carlos IV de 9 enero de ese año, aprobatoria delnombramiento interino de Elío de Gobernador Militar y Político de Montevideo; laotra, del mismo virrey Liniers, de 17 de setiembre, relevando a Elío de ese cargo ynombrando en su reemplazo al capitán de navío don Juan Angel Michelena, quien yahabía prestado juramento y al cual el gobernador cesante debería entregar la plaza,trasladándose él mismo sin demora a Buenos Aires.

El problema que debió presentarse a aquella Asamblea debió ser bien arduo pararesolverlo satisfactoriamente, dentro de los principios del derecho colonial. Los gober-

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nadores eran de nombramiento real y este origen habían tenido casi todos los queejercieron el cargo en Montevideo. En el caso particular, Elío, ante circunstanciasexcepcionales, fue investido de esa autoridad por Liniers, pero la confirmación en lasfunciones había sido hecha por el rey, cuyo testimonio acababa de leerse. No obstante,jerárquicamente, el gobernador de Montevideo dependía del virrey de Buenos Aires, ysi el nombramiento inicial había sido dictado por éste, podía el creer que tenía facultadpara separarlo, en uso de las altas prerrogativas acordadas a los virreyes por las Leyesde Indias. Elío quizá se dio cuenta de la gravedad del momento y de que la suerteestaba echada definitivamente con la resolución que allí se adoptase. Intentó retirarsedel recinto de sesiones dice el acta, “para precaver que su presencia quitase la libertadde votar o se presumiese que sus ideas tenían algún influjo en el acuerdo”. Pero la salaestaba templada para las grandes soluciones y el mismo documento refiere que susinstancias fueron impedidas, por cuanto los miembros protestaron “con uniformidadque cada cual explicaría su opinión y dictamen sin otros miramientos que los debidosa la justicia, a la unidad pública y a lo que cada uno concibiese ser más conforme a lavoluntad expresa o presunta del soberano”.

La solemnidad del momento debió ser impresionante. El Pueblo, ansioso de oír yparticipar en las deliberaciones del Cabildo Abierto, agrupábase en las puertas yventanas, exhortando con sus voces hacia las soluciones radicales. Mandóse despe-jar las entradas y pidióse moderación a los circunstantes para que aguardasen contranquilidad la decisión de la Asamblea. Hablaron por su orden los representantesdel pueblo, de la clerecía, órdenes religiosas, jefes militares, los de rentas, el Asesorde Gobierno doctor Eugenio de Elías, y el de marina doctor Lucas J. Obes. Es creí-ble que la opinión de los últimos, apoyados quizá por los elementos conservadores,prevaleciese. La solución, si bien contemplaba los intereses de la ciudad, implicandoun acto de desconocimiento de la autoridad virreinal, no tenía un carácter franca-mente subversivo o revolucionario. “Que para salvar el pueblo, de los disturbios ydesastres que le amenazaban - dice el acta - para mejor conformarse con la voluntaddel soberano, expresada en el Diploma indiano y demás Códigos Generales de laNación, y en atención finalmente a la precipitada ausencia que en la madrugada deese día acaba de hacer don Juan Angel Michelena, sin noticia del Cabildo y dejandoentregado a sí mismo este vecindario, debía obedecerse pero no cumplirse la citadaorden superior (de Liniers) del 17 del corriente”. Esta primera decisión admitidapor el Cabildo Abierto, denota a las claras su procedencia notoriamente legalista..En sí era un fórmula de incumplimiento del mandato del virrey, pero justificada en elcaso con el hecho de la ausencia de Michelena. No lo era de insubordinación, sino laaplicación de una medida impuesta por la imposibilidad práctica de cumplir lo dis-puesto. Se obedecía, pero no se cumplía, y con ello, al par que se respetaban los

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principios fundamentales de la jerarquía gubernativa, se dejaban expeditos los re-cursos, para que el gobernador lesionado en sus derechos recurriese ante el Tribu-nal de la Audiencia, y ulteriormente ante la Suprema Junta instalada en Sevilla,como así se estableció. Tenía, además, la ventaja de mantener, si bien en una situa-ción artificial, la autoridad del gobernador, robustecida con la declaración que ha-cía el Cabildo Abierto “ de que no podía apartarse de la ciudad por interesar así a latranquilidad pública”.

En: Pablo Blanco, o.c.

Lucas José Obes (¿-1836) nacido en la Argentina pero radicado en Montevideodesde su juventud. Tuvo una larga y destacada actividad política desde Asesor delCabildo montevideano y de la Junta de 1808 hasta su destierro y muerte en Rio deJaneiro.

Considerado sospechoso por los españoles que ocupaban la capital fue desterra-do a La Habana, de donde después de viajar a Inglaterra volvió a Buenos Aires.

Regresó con la capitulación de Vigodet y formó parte del Cabildo patrio de 1815.Con la ocupación portuguesa (1816) se adhirió a la causa y ocupó distintos cargosentre otros el de Procurador General.

Estuvo de parte de Lecor y como colaborador de la ocupación brasileña fue elec-to representante de la Prov. Cisplatina ante la Corte Imperial. En 1829-30 el Gobier-no Provisorio le confió el cargo de Secretario.

Con Rivera (1833-35) fue Ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores e interi-no de Hacienda.

Con la revolución de 1836 contra el gobierno de Oribe, éste resolvió su destierropor considerarlo adicto a Rivera.

“Somos de parecer que se respete y obedezca la orden superior que no convienese ejecute, porque consideramos muy perjudicial el relevo del Superior GobernadorBrigadier de los Reales Ejércitos el señor don Francisco Javier de Elío, en las pre-sentes espinosas circunstancias en que todo el pueblo tiene depositada toda su con-fianza en él para la defensa de esta importante plaza de los enemigos que intentenatacarla siendo ejemplar el celo y trabajo que se ha puesto en estado de defensa enque nunca se vio la enérgica lealtad con que hizo aquí proclamar y jurar a nuestromuy amado Señor don Fernando VII, antes que lo hiciere ningún otro pueblo de estaAmérica, sin embargo de habérselo procurado impedir el enviado de Napoleón, y laconstante integridad con que nos ha gobernado y gobierna en tranquilidad, paz, yjusticia: no constando ni habiéndosenos hecho saber, que haya cometido delito algu-no por el que deba ser depuesto del mando que le ha conferido el Rey nuestro Señornatural el Señor don Fernando VII: y que en atención a todos estos poderosos moti-vos se apele de la orden superior ante el Rey en su Suprema Junta de Sevilla”.

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“También resolvió que se acreditase ante la Junta Central de Sevilla, un diputa-do, quien premunido de los poderes e instrucciones necesarios, debía ponerse enviaje a toda brevedad. Recayó la elección en D. José Raymundo Guerra, futuro cola-borador de Larrañaga en la crónica de estos sucesos. Las instrucciones que se leexpidieron, abrazaban tres puntos capitales: 1o. Solicitar la aprobación de la actituddel pueblo de Montevideo, en el reciente conflicto; -2o. Pedir la confirmación de laJunta de Gobierno, entre tanto no variase el estado político de la Península, o a lomenos el del Uruguay; -3o. Instalar por el cumplimiento de las ofertas de Carlos IV alos diputados uruguayos acreditados en la Península, y cuya realización había impe-dido la invasión francesa.27 Agregábase a las instrucciones, una voluminosa docu-mentación comprensiva de los principales acontecimientos, desde la disidencia conel Virrey sobre la oportunidad de la jura de Fernando VII, hasta los primeros actosde la Junta de Gobierno en ejercicio de sus cometidos. El día 30 de setiembre partióD. Raymundo Guerra en el bergantín Amigo Fiel, con destino a Cádiz.

Entre tanto, el personal de la Junta había sufrido modificaciones. En virtud de laautorización expresa de 21 de setiembre, fueron convocados sus miembros al Fuerteel día 22, y allí se procedió a seleccionar el número de vocales llamados a componerla Junta de un modo definitivo. Quedaron elegidos en esa condición, los miembrosdel Cabildo, como representantes de la ciudad; Murgiondo, Vallejo y Ponce, en re-presentación del ejército; fray Francisco Javier Carvallo y el doctor Pérez Castella-no, como representantes de la Iglesia, siéndoles agregados Prego de Oliver, adminis-trador de Aduana, y Vilardebó, Suárez, Errázquin, Chopitea y Gallego, comerciantesy propietarios. El presidente, los asesores y el secretario obtuvieron la confirmaciónde sus empleos. Esta modificación del personal de la Junta, en sentido restricto,provocó descontento de parte de muchos de los excluidos, especialmente entre elcuerpo y reparticiones de marina, cuyo personal fue expulsado más tarde, casi en sutotalidad.

Justo es decir que el Cabildo y Elío hicieron cuanto les fue dable para evitarescisiones, tratando de armonizar las voluntades, antes de adoptar medidas extre-mas. Don Lucas Obes, acompañado de los capitulares Berro y Seco, se trasladó acasa del brigadier Lecocq, quien había rehuido asistir al Cabildo abierto del 21, ydespués de explicarle las razones y motivos de la actitud adoptada por el pueblo, leinvitó a reunión del Fuerte, sin obtener otro resultado que la más rotunda negativa”.

27 Documentos relativos al desconocimiento de Liniers, (cit.)En: Bauzá, o.c.

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17. LA REAL AUDIENCIA Y LA JUNTA DE GOBIERNO(Del expediente MS. sobre la extinción de la Junta de Montevideo)

(A)Los Fiscales de S.M. a la Real Audiencia de Buenos Aires.M.P.S.7 - Los Fiscales de S.M. dicen: que habiendo sido convocados con V.A. de

orden del Exmo. Sor. Virrey Presidente con el objeto de ver las contestaciones dadaspor el Gobernador y Cabildo de Montevideo á las disposiciones que S.E. les habíacomunicado, oyeron con sorpresa la lectura de una acta en que consta que de resul-tado de cierta conmocion popular ocurrida en dicha Ciudad, se celebró un Cabildoabierto el dia 21 del corriente á que asistieron diferentes personas de todas clases,en el qual de conformidad se adoptó un medio tan escandaloso, como opuesto ánuestra constitucion, esto es: la creacion de una Junta de Gobierno á imitacion delas establecidas en las Poblaciones de España, las que obligadas de la opresion ycircunstancias que son notorias, han ocurrido á este arbitrio para repeler la fuerzaenemiga, viendose privadas de la presencia de su legítimo Soberano, y no pudiendoser gobernadas por sus inmediatos representantes en razon de hallarse estos oprimi-dos por la fuerza, y violentados acaso á mandar lo que fuese en perjuicio de losmismos Pueblos. No siendo pues iguales aquellas circunstancias, ni en algun con-cepto semejante nuestra situacion, es inaplicable el ejemplo que abusivamente se hapropuesto Montevideo. En estos Dominios gobiernan los Representantes del Monar-ca que se ha jurado y proclamado. Ellos tienen expedita su Autoridad que les confi-rió Fernando 7.º en el momento de su exaltacion al Trono y estan en absoluta liber-tad para el gobierno y administración de justicia en estas Provincias con arreglo álas leyes que deben subsistir en todo su vigor y observancia, qual corresponde á unGobierno Monarquico en que felizmente han vivido estos leales Vasallos, y nueva-mente acaban de afirmar, no solo con sus gloriosos hechos, sino tambien con elsolemne juramento con que han proclamado á nuestro Augusto Rey Fernando.

El procedimiento de Montevideo efecto sin duda de un desgraciado momento deefervesencia popular suscitada por algunos díscolos , que no dejó á su Gobernadory Cabildo toda la refleccion de que son suceptibles, podia ocasionar la ruina de estasProvincias, la absoluta subersion de nuestro Gobierno, el trastorno de su sabiaConstitucion, é imponer una mancha sobre aquel Pueblo que tiene acreditada sunoble fidelidad; y sinembargo que los Fiscales no dudan que apagado el, acalora-miento involuntario que ocasionó aquel mal, los mismos vecinos mirarán con horrorun acontecimiento que indudablemente los conducia al precipicio, estimulados delos deberes de su Ministerio, ocurren á V.A. con el objeto de que teniendolo á bien, sesirva librar la Real Providencia correspondiente cometida al Gobernador de Monte-video para que citando á Cabildo haga entender á sus individuos que el Gobierno de

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aquella Ciudad y su jurisdicción existe integro en su persona y empleo sin que lasocurrencias sobrevenidas puedan haber alterado ni disminuido las facultades que leson propias. Que haga separar de los libros Capitulares el Acuerdo ó Acta en que seextendió la formacion de dha. Junta, haciendo saber separadamente á cada una delas personas que la componian que queda suprimida por ser contraria á laConstitucion del Gobierno establecido y opuesta á la Legislacion de estos Dominios.Que se abstengan a practicar directa ni indirectamente gestion alguna referente áella y en caso de contravencion serán condenados en las penas que prescribe la ley:Que éste cumplimiento exacto de las disposiciones, procesando y remitiendo á lasordenes de V.A. la persona que contraviniese á ellas en qualquier manera, estandoatendido que queda responsable como Gefe y Gobernador de aquella Ciudad á suobservancia. Que prevenga al Cabildo se abstenga en lo sucesivo de celebrar ningu-no abierto ni invertir el orden establecido con sus resoluciones y capitulares y porúltimo que á la mayor brevedad de cuenta á C.A. instruidamente del puntual cumpli-miento en quanto V.A. tenga a bien resolver. - Buenos Ayres, 26 de setiembre de 1808.- Villota - Caspe - Autos y Vistos: Librese la Real Provision que piden los S.res Fisca-les con intencion de su solicitud dirijida al Gobernador de Montevideo para que searregle y obre en todo segun la representacion de aquel Ministério. - (Hay cuatrorúbricas).

18. MOTÍN JUNTISTA DEL 1º DE ENERO DE 1809 EN BUENOS AIRES.“Martín de Alzaga - “hombre de genio inquieto” lo llamaba el virrey Sobremonte

- Alcalde de Primer voto en el Cabildo de 1808, líder de este cuerpo, llegado aBuenos Aires con el solo capital de su indoblegable energía y convertido en podero-so comerciante con predicamento en el gremio, tramaba, en acuerdo con Elío, lacaída de Liniers y su sustitución por una Junta por medio de un golpe armado, con-tando con el apoyo de los regimientos de “Vizcainos”, “Catalanes” y “Gallegos” yalguna adhesión minoritaria de otros cuerpos; sumados reunían unos 1.500 hombrespara salvar a Fernando VII del “ahijado” (Liniers) de “Pepe Botella”. Preparado elgolpe para el 17 de octubre de 1808, se frustra al decidir los comandantes de losregimientos criollos de “Patricios”, “Montañeses” “Artilleros de la Unión”, “An-daluces”, “Granaderos”, “Arribeños”, “Húsares” y “Cazadores” - unos 6.000 hom-bres - prestar su adhesión a Liniers.

Alzaga y el Cabildo eligen el 1º de enero - dia en que se renovaban los capitulares- como nueva fecha para su intento; en los días anteriores caldean el ambiente pro-curando un enfrentamiento con el Virrey; hallan tres pretextos: el casamiento de lahija de Liniers con un habitante de Buenos Aires (las leyes de Indias disponían queVirreyes, Presidentes de la Audiencia, Alcaldes del Crimen y Fiscales sólo podían

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“casar a sus hijos... fuera del distrito de la Audiencia en que cada uno residiere”,bajo pena de perder su cargo; pese a ello, la Audiencia no hace lugar al petitorio delCabildo de declarar cesante a Liniers); la designación hecha por Liniers - rechaza-da por el Cabildo - de Bernardino Rivadavia como Alférez Real y la decisión deinvestir el 1º de enero como capitulares a enemigos notorios del virrey.

En la madrugada del 1º de enero de 1809 los cuerpos de “Catalanes”, “Vizcainos”y “Gallegos”, brazo armado del motín, tomas posiciones en la Plaza Mayor, ubicadafrente al Cabildo. Las fuerzas criollas que apoyaron a Liniers el 17 de octubre lohacen nuevamente y son acuarteladas por orden de sus comandantes.

Por la mañana, cuando el Cabildo saliente procede a nombrar al entrante, llegauna comunicación del virrey aceptando sea el Cabildo el que elija al Alférez Real,abriendo a Rivadavia la posibilidad de hacer valer sus derechos en España.

Al mediodía se lleva el Acta con los nombres de los nuevos capitulares al Fuerte;Liniers hace algunas observaciones pero termina confirmando a todos dejando sinpretexto a los motineros, pues el levantamiento planeaban hacerlo cuando el virreyfuese cesanteado por infrigir la prohibición de casar a su hija en la jurisdicción de laAudiencia, insistiese en el nombramiento de Rivadavia o rechazase alguno de lospropuestos para integrar el Cabildo de 1809. Empero no cejan en su propósito y selanzan igual a la revuelta al grito de “Junta como en España” y “Abajo el francésLiniers”.

Liniers, apoyado por los cuerpos criollos —hábilmente orquestados por Saavedra,quien cumple un decisivo papel en la represión de los sublevados— triunfa sobre susoponentes, los destierra a Patagonia (serán rescatados a los pocos días por obra deElío) y disuelve a los “Vizcainos”, “Catalanes” y “Gallegos”.

El Cabildo porteño, al imponer al virrey Sobremonte, el 14 de agosto de 1806, laentrega del mando militar en favor de Liniers y ser el activo conductor de la Junta deGuerra que, el 10 de febrero de 1807 destituyó y arrestó a Sobremonte, surgió de lasinvasiones inglesas con una autoridad acrecida, antes menguada por el poderirrestricto disfrutado por los virreyes.

La expulsión del invasor estuvó a cargo de los regimientos de criollos, pues losescasos veteranos —soldados peninsulares— cumplieron una tarea secundaria. Lastropas, pasado el peligro, no fueron licenciadas más que en un corto número y sumantenimiento produjo erogaciones que la Real Hacienda no pidió solventar; el Ca-bildo debió, muy a su pesar, adelantar al Erario fuertes sumas para atender al mante-nimiento del presupuesto militar; entre diciembre de 1807 y diciembre de 1808, entre-gó 1:109.497, entregándosele poco más de la mitad de lo desembolsado en calidad depréstamo. Algunos capitulares allegados a AIzaga —poco inclinados a pagar la cuer-da que les ataría las manos— apalabraron a Liniers (quien debía su encumbramiento

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al virreinato a las tropas por él organizadas y conducidas a la victoria) para conven-cerlo de reducir el aparato militar. Liniers, por toda respuesta, les hizo un gesto agra-viante, sabedor de que esas tropas eran el soporte de su máxima jerarquía.

Los fuertes comerciantes insertados en el Cabildo tenían otros motivos de resen-timientos, que afectaban directamente su giro; Liniers permitió la introducción deartículos ingleses gravándolos con un 20% ad valorem, ingresos destinados al pagode los habitualmente insatisfechos gastos castrenses; este tráfico agredía a dos pun-tas al citado grupo: los desplazaba en la intermediación y contribuía con los impues-tos que generaba a consolidar el poder del virrey, conteniendo la descollante in-fluencia política que el Cabildo se consideraba con derecho a ejercer, ambición —ypretensión— de predominio originados en los factores locales recordados al princi-pio y en otros generales como el resurgimiento del espíritu municipal americano alproducirse la ocupación francesa de la metrópoli y cuestionarse la jurisdicción delas Juntas españolas sobre estas tierras”.

En: Williman, o.c.

19. “Los regimientos criollos ocurrieron en defensa del virrey, pues Martín de Alzagano ocultó su intención de desarmarlos en caso de vencer en su propósito de erigir unaJunta, la que además estaría compuesta con mayoría de españoles americanos; hartasrazones asistían a los criollos para combatir un movimiento que se fijaba como uno desus propósitos desmovilizar las milicias, su base de poder, y que los excluía de la con-ducción de la programada Junta; por otra parte los criollos entendían que las condi-ciones no estaban dadas y aguardaban el completo dominio francés de la penínsulapara lanzarse a la formación de organismos de gobierno local. (*) Alzaga, en cambio,pensaba que el momento era oportuno y que la condición de francés de Liniers, fuentede sospechas sobre su lealtad a España, ofrecía una bandera adecuada.

De triunfar la sublevación de Alzaga, los criollos iban a ser desplazados: apoyara Liniers significaba cortarle el paso a Alzaga y permanecer a la espera de la derro-ta española en la península, la circunstancia anhelada por los criollos para instalaruna Junta por ellos orientada”.

En: Ibídem

20. CISNEROS ES DESIGNADO VIRREY DEL RÍO DE LA PLATALa Junta Central Gubernativa, juzgando los contradictorios informes redactados

por comisionados enviados al Plata, como Goyeneche y Joaquín de Molina, y sobrela documentación aportada por las dos principales personalidades de la escisiónrioplatense - nos referimos a Elío y a Liniers - luego de vacilaciones que atribuíanrazón a uno u otro, según fuese la campana escuchada, concluyó por ordenar elregreso del virrey, recibiendo Elío el título de Inspector de Tropas.

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Fue designado virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros - Capitán General del De-partamento de Cartagena al momento de su nombramiento - quien el 30 de junio de1809 llegó a Montevideo pasando recién el 29 de julio a Buenos Aires; esta demoraderivaba de la sospecha del flamante virrey de que algo tramaban los porteños con-tra él; y en esto estaba en lo cierto, pues los carlotinos se confabulaban con la inten-ción de crear en el Río de la Plata una monarquía independiente coronando a laprincesa Carlota Joaquina; otro grupo de resistentes, sin coordinación con el ante-rior, expresaba asimismo su oposición a Cisneros.

21. VISTA DEFINITIVA DE LOS FISCALESM.P.S. - Los Fiscales de S.M. han visto la sumaria información recibida de órden

de V.A. para esclarecer los hechos y atentados del Gobernador interino de Montevi-deo, y dicen: que de ella aparece bien claro, que la pasion y resentimiento de aquelgefe con el Superior de estas Provincias, ha sido el móvil y orijen de todos los acon-tecimientos que se han seguido, con conocido riesgo de alterar la tranquilidad deestos domínios. - V.A. tomó desde el principio las providencias que creyó capaces deatajar los progresos de tal riesgo, y mirando como el principal, el establecimieto dela Junta creada tumultariamente con el titulo de Gobierno, libró su Real Provisioncometida al mismo Gobierno á fin de que dispusiese su suspension, y no habiendotenido efecto, libró la sobrecarta correspondiente con acordada rubricada en que semanifestaban á aquel Gefe los fatales resultados que debian recelarse y debian so-brevenir, de la introduccion de una novedad, por si sola suficiente á trastornar elsosiego público, como opuesta al sistema de nuestra Legislación y Gobierno, y quede ella debia seguirse el desenlace de las autoridades constituídas en todas las Pro-vincias del Vireynato: todo fué en vano, porque precipitado aquel Gobernador á losecsesos mas escandalosos se dirijia solo a sostenerse en el mando, y para ello sepropuso acalorar los ánimos de aquellos habitantes, infundiendoles desconfianza dela persona del Sor. Virrey, á esta sombra se creyó escudado para sacudir enteramen-te la subordinacion, empeñando yá á sus parciales á sostener las mismas ideas, pre-tendiendo persuadir que todo el Pueblo entraba en ellas. - La informacion recibidamanifiesta que él es el verdadero autor y agente de procedimientos tan escandalososcoadyubado de aquellos pocos que temerosos de las penas que se ven amenazadossostienen su autoridad y contribuyen á los ecsesos: Las cartas aprendidas de que seha puesto testimonio comprueban del modo mas terminante no solo lo que quedaespuesto, sino que se extendieron los intentos criminales de los dichos á hacer tras-cendental la subersion á esta Capital, por los mismos principios, cuyos efectos sedejaron sentir el dia primero del año y para felicidad pudieron contenerse: los ecsesos,y criminales procedimientos del Gobernador de Montevideo son notorios, éincohonestables con los pretextos de que se pretende valer; el Tribunal ha apurado

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todos los recursos que prescriben las leyes; han sido igualmente infructuosos los quedicta la prudencia; resta solo el uso de la fuerza, ¿mas seria este medio proporciona-do en las circunstancias en que se hallan estos Paises por consecuencia forzosa de loque en ellos influye, la situación actual de la Metrópoli? - Seria capaz la fuerza deque puede valerse el Gefe de las armas de reducir á el que mandaba la de Montevi-deo á la debida subordinacion? - Seria conveniente cortar el mal ejemplo que se estácausando al resto de las Provincias, con otro peor, cual seria introducir una divisionen ellas con la declaracion de hostilidades que han de rechazar con otras los seduci-dos habitantes de Montevideo, - No comprenden los Fiscales oportunos, ni condu-centes estos recursos que son opuestos al objeto que desde el principio se propusoV.A., y será siempre la conservacion de estos dominios á su legitimo Soberano, áquien habiendo dado cuenta de todos los acontecimientos de Montevideo, pidiendoel remedio que tan urgentemente ecsijian; concluyen hoy solicitando que se sirvaV.A. instruir igual mismo informe con testimonio de la dha. sumaria informacionactuada para su esclarecimiento, sin proceder entre tanto á ninguna otra resoluciónen un caso en que no se presenta esperanza fundada de que alcance otro remedio queel que provenga del Soberano. - Buenos Ayres, Febrero 6 del 1809. - Villota - Caspe.- Autos y Vistos: repitasé á su Majestad el informe dado con testimonio de la nuevainformación actuada segun lo pedido por los señores Fiscales. - Hay tres rúbricas.

En: Bauza, o.c.

22. “Son notables los términos en que fue disuelta la Junta de Montevideo, y merecetranscribirse lo principal del oficio de abril de 1809, llegado a sus manos en 3 de julio,que ordenaba esa disolución: “La Suprema Junta Central gubernativa del Reino —decía— ha visto con la mayor satisfacción la lealtad y patriotismo que ha desplegadola particular provisional de esa ciudad en las últimas, ocurrencias de ese Virreinato,que dieron motivo á la creación de dicha Junta... S. M. me encarga dé á V. S. Iasgracias en su Real nombre por los últimos servicios con que se ha distinguido en lasactuales circunstancias, y quiere S. M. que el presidente de la Junta provisional dé ácada uno de sus vocales una auténtica certificación y que además les comunique átodos esa soberana revolución. Pero como por la elección del nuevo Virrey ha cesadotodo motivo para la permanencia de la Junta provisional, S. M., en consideración á loque ella misma expone, quiere que se disuelva, porque además deben venir á la Supre-ma del Reino dos diputados de cada Virreinato que los represente en el Cuerpo Nacio-nal”. A la vez que con tan halagüeñas palabras se trataba a la Junta, el nuevo Virreyoficiaba al Cabildo de Montevideo en estos términos: “tengo el honor de participar áV. S. que me hallo nombrado por nuestro augusto soberano el señor D. Fernando VII yen su Real nombre por la Suprema Junta gubernativa de España é Indias, Virrey y

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capitán general de estas provincias; cuya satisfacción me es tanto más lisonjera, porser esa ciudad la primera de mi mando en que pienso fijarme algunos días”.40

Mientras Cisneros se recibía de su empleo en Buenos Aires, contra la opinión delos criollos que a todo trance estimulaban a Liniers para impedírselo, la influenciade la disuelta Junta revolucionaria hacíase sentir en apartados puntos. Ya se ha vistocomo pesaron su actitud y sus consejos en el ánimo de los hombres principales deBuenos Aires, llevándoles a extremos que implicaban una revolución. Pasada la tor-menta en ambas márgenes del Plata, y cuando un descanso precursor de más gran-des sacudimientos adormecía el ánimo de la autoridad, alzóse en Chuquisaca y Qui-to el estandarte de la rebelión, sobre las mismas bases y programa que sirvieron denorte a Montevideo. Nombráronse juntas de gobierno, se depusieron los gobernado-res a pretexto de que maquinaban la entrega del país a Napoleón y se juró fidelidada Fernando VII. Estos tumultos llegaron a oídas de los habitantes de la ciudad de LaPaz, quienes más atrevidos se alzaron en 16 de junio del mismo año, organizando ungobierno independiente. Apenas fue sabido esto en Lima y Buenos Aires, dispusiéronsetropas que sofocaran la rebelión, consiguiéndose dominarla a costa de bastante san-gre. El brigadier Goyeneche, a quien se ha visto de emisario de la Junta de Sevilla enMontevideo, y que a la sazón estaba de Presidente en el Cuzco, fue comisionado porel Virrey del Perú para marchar contra La Paz; y el mariscal Nieto, Gobernadortitular de Montevideo, repentinamente provisto Presidente de Chuquisaca, fue en-cargado por Cisneros de reducir aquella ciudad con algunas compañías de miliciasde Buenos Aires que se le dieron al efecto. Goyeneche desplegó una crueldad memo-rable con los desgraciados que cayeron en sus manos, defendiendo la misma causaque él había patrocinado en el Plata; mientras el mariscal Nieto, español de origeny monarquista de opinión, limitó sus castigos a algunas prisiones y destierros.41

Así, pues, la Junta de Gobierno establecida en Montevideo, con ser la primeraque se constituyese en América, había conseguido llevar su influencia a las másapartadas regiones del Continente, iniciando a los pueblos en el secreto de los movi-mientos revolucionarios, y dándoles una táctica y un programa para combatir en lasfuturas emergencias que iban a producirse. Por ministerio de sucesos complejoshabíase formado aquella Junta, cuyos miembros divididos en ideas, vinieron porúltimo a uniformarse dentro de una sola aspiración. El carácter extravagante deElío, preparó en los primeros momentos la ruptura con el Virrey de Buenos Aires, sindarse cuenta del límite a que le conduciría tan arriesgada empresa; y luego que elpueblo tomó parte en la reyerta, el rompimiento salió de los contornos mezquinos deuna disputa por preeminencias de mando, para elevarse a una revolución de princi-pios con exigencias formales y programa necesario. La Junta Central de la Penínsu-la, perpleja ante la magnitud de un acto tan serio, no se atrevió a castigar la insubor-

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dinación, y disolviendo la Junta de Montevideo, satisfizo, empero, sus pedidos yagradeció su proceder.

Pero este temperamento era tardío como curativo del mal, y demasiado suavepara ejemplo. En el fondo, todos conocieron que se había operado una revolución, yque esa revolución triunfaba por el hecho de satisfacerse sus exigencias sin castigara los promotores de ella. Comprendiéronlo de sobra los virreyes de Buenos Aires y elPerú, cuando al trascender la insubordinación a Chuquisaca, Quito y La Paz, em-plearon férrea mano para contenerla, sintiendo que se les iba la autoridad si consen-tían en usar de contemplaciones. El prestigio de la Metrópoli se había desvanecidodesde el día en que el pueblo pudo actuar por sí, viniendo a encontrarse tan sobera-no como el monarca a quien acatara antes con señalado respeto. Será título indispu-table a Montevideo, haber sido él quien abriese un horizonte tan vasto, franqueandoel camino por donde un año más tarde había de lanzarse la revolución americana aconquistar la independencia y la libertad del Continente.

Suprimida toda resistencia a la autoridad en el Río de la Plata y sus vecindades, elVirrey Cisneros proyectó algunas medidas económicas que mejorasen la condición delpaís. El presupuesto general del Virreinato había sido recargado inmensamente conlos gastos efectuados por Buenos Aires, sosteniendo y equipando un ejército perma-nente y distribuyendo premios y mercedes con mano pródiga. Resultó de ahí que sehicieran evidentes las perspectivas más desalentadoras, dándose un déficit de 1.800.000pesos al año sobre un presupuesto de 3.000.000. Esta situación alarmó al Virrey sobre-manera, y advirtiendo imposible la creación de nuevos tributos, se aventuró a abrir lospuertos al comercio inglés a pesar de la grita de corporaciones respetables. Los hacen-dados de ambas márgenes del Plata, apoyaron decididamente las ideas de Cisneros, ynombraron a D. Mariano Moreno para que sostuviera la representación de sus intere-ses ante el Gobierno.42 Por fin se declaró el comercio franco para con los ingleses,coronando el más cumplido éxito esta medida. La renta del Virreinato, de 1.200.000pesos, se elevó a 5.400.000, sintiéndose gran movimiento en la importación de merca-derías inglesas, así como en la exportación de los frutos del país. De esta manera vinoa demostrarse lo perjudicial de los reglamentos tiránicos que habían oprimido sincriterio a los países del Plata, matando su prosperidad; y se evidenció también elacierto con que el Uruguay había pedido algún tiempo antes la libre venta de lasmercaderías inglesas, negada por Liniers contra el interés general”.

40 Oficio de la Junta y de Cisneros (Arch. Gen.)41 Saguí, Los últimos cuatro años; Apend. 20. - Torrente, Rev. hispano-america-

na; I, II.En: Bauzá, o.c.

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23. Representación de los hacendados de 1809.“Llegamos finalmente al alegato que el doctor Mariano Moreno, en su carácter

de apoderado de los labradores y hacendados de las bandas oriental y occidental delRío de la Plata, presentó en 30 de setiembre de 1809 al virrey Cisneros, en el expe-diente sobre introducción de mercaderías inglesas y derechos sobre las importacio-nes y exportaciones para atender las urgencias del tesoro público. Vamos a extractarde ese documento (“Escritos de Mariano Moreno”, tomo 1o de la Biblioteca delAteneo de Buenos Aires) varios datos y observaciones de interés.

Al hacerse cargo del Virreinato, se encontró Cisneros sin recursos para atenderlos gastos, y en tan triste situación no se presentó otro arbitrio que el otorgamientode un permiso a los mercaderes ingleses para introducir mercancías en Buenos Airesy exportar frutos del país, dándose con ello actividad al comercio y derechos alerario. Fueron consultados el Cabildo y el Tribunal del Consulado. Pero esas corpo-raciones no defendieron los intereses de la producción. Por otra parte, el grupo detenderos patrocinando el triste interés de sus negociaciones clandestinas, deplorabael golpe mortal a que la medida propuesta exponía a los intereses y derechos de lametrópoli, clamaba por la suerte de los artesanos nacionales, o señalaba el peligrode la total exportación del numerario.

La riqueza de esta provincia depende principalmente de sus fértiles campos y elinterés de los labradores y hacendados coincide con el arbitrio propuesto por el virrey.

“Todos saben que aniquilada enteramente la real hacienda no presenta sino unesqueleto, que en el sistema común no puede revivir, que reducidos sus ingresos a lasescasas remesas del Perú, ha desaparecido esta débil esperanza por las graves ocu-rrencias de aquellas provincias, y que cifrada la conservación de esta ciudad a suspropios recursos, no puede contar el gobierno con más auxilio que lo que ella solapueda proporcionar.

“¿Y cuáles son los que permite el sistema ordinario de rentas reales? De un pue-blo que no tiene minas, nada más saca el erario que los derechos y contribucionesimpuestos sobre las mercaderías: los apreciables frutos de que abunda esta provin-cia y el consumo proporcionado a su población, son los verdaderos manantiales deriqueza que deberían prestar al gobierno abundantes recursos; pero por desgraciala importación de negociaciones de España es hoy día tan rara como en el rigor dela guerra con la Gran Bretana, y los frutos permanecen tan estancados como enton-ces por falta de buques que verifiquen su extracción.

“Debieran cubrirse de ignominia los que creen que abrir el comercio a los ingle-ses en estas circunstancias es un mal para la nación y para la provincia”.

Desde la invasión inglesa de 1806, el Río de la Plata quedó abierto al comercioinglés, que se ha encargado de proveer casi enteramente el consumo del país, y esaingente importación contra las leyes y reiteradas prohibiciones no ha tenido otro

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resultado que privar al tesoro público de fuertes derechos y a la industria del país delfomento que habría recibido con las exportaciones de un retorno libre. “¿Qué cosamás ridícula puede presentarse que la vista de un comerciante que defiende a gran-des voces la observancia de las leyes prohibitivas del comercio extranjero a la puer-ta de su tienda en que no se encuentran sino géneros ingleses de clandestina intro-ducción?” Cuando fue restituida al dominio español la plaza de Montevideo, habíaallí un gran depósito de mercaderías inglesas. Conociéndose que no retornarían alpaís de origen, se propuso su importación en provecho de los intereses del Estado, delos consumidores y de la salida de los frutos estancados. Pero se clamó contra elsacrilegio, se argumentó con las leyes prohibitivas y no hubo más remedio que pro-hibir la importación de esas mercaderías. Pues bien: los que estaban a la cabeza deesa campaña, introdujeron por valor de más de cuatro millones y la aduana apenaspercibió noventa y seis mil pesos, debiendó recibir un millón y medio.

“La política es la medicina de los Estados, y nunca manifiesta el magistrado másdestreza en el manejo de sus funciones que cuando corta la maligna influencia de unmal que no puede evitar, corrigiendo su influjo por una dirección inteligente queproduce la energía y fomento del cuerpo político”.

Hay verdades tan evidentes que se injuria a la razón con pretender demostrarlas.Tal es la proposición de que conviene al país la importación franca de los efectos queno produce ni tiene, y la exportación de los frutos que abundan hasta perderse porfalta de salida. Los que creen la abundancia de efectos extranjeros como un malpara el país, ignoran seguramente los primeros principios de la economía de losEstados. Nada es más ventajoso para una provincia que la suma abundancia de losefectos que ella no produce, pues envilecidos entonces bajan de precio, resultandouna baratura útil al consumidor y que solamente puede perjudicar a los introductores.En cuanto a la exportación de frutos, estas campañas producen anualmente un mi-llón de cueros que se estancan en las barracas y producen descenso en los precios.En economía política existe esta gran máxima o principio superior a toda discusión:que un país productor no será rico mientras no se fomente por todos los mediosposibles la extracción de sus producciones, y que esta riqueza nunca será sólidamientras no se forme de los sobrantes que resultan por la baratura nacida de laabundante importación de mercaderías que no tiene y le son necesarias.

Cortada toda comunicación con España por efecto de la guerra europea, elimi-nadas todas las remesas de mercaderías e imposibilitada la exportación de frutos,debió producirse el notable encarecimiento de las primeras y la depreciación de lossegundos. Pero no ha sucedido así por efecto del contrabando.

Ocupada la plaza de Montevideo por las armas inglesas, se abrió franco puerto alas introducciones de aquella nacion y exportaciones del país conquistado: la cam-

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paña gemía en las agitaciones y sobresaltos consiguientes a toda conquista; sin em-bargo la benéfica influencia del comercio se hizo sentir entre los horrores de la gue-rra, y los estruendos del cañón enemigo fueron precursores no tanto de un yugo, quela energía de nuestras gentes logró romper fácilmente, cuanto de la general abun-dancia que derramada por aquellos campos hizo gustar a nuestros labradores como-didades de que no tenían idea. El inmenso cúmulo de frutos acopiados en aquellaciudad y su campaña fue extraído enteramente; las ventas se practicaron a preciosventajosos, los géneros se compraron por ínfimos valores y el campestre se vistió detelas que nunca había conocido, después de haber vendido con estimación cuerosque siempre vió tirar como inútiles a sus abuelos. V.E. ha transitado felizmente unagran parte de aquella campaña, ha palpado las comodidades que disfrutan sus cul-tivadores; era necesario que hubiese igualmente honrado nuestros campos, para quela comparación de sus habitantes excitase la compasión debida a sus miserias”.

Rota la unidad de esta capital y Montevideo por el establecimiento de la Junta, secontaba arruinada dicha plaza por la supresión de las remesas para sostenerla, perola necesidad hizo adoptar el arbitrio de admitir la importación y exportación que elsistema ordinario prohibe. “V. E. tuvo la satisfacción de encontrar aquel pueblo enuna situación admirable. Considerables auxilios remitidos a la metrópoli, las tropaspagadas hasta el día corriente, las atenciones del gobierno satisfechas enteramentey las arcas reales con el crecido residuo de trescientos sesenta mil pesos. ¡Cuándistinta era la situación de esta capital! El erario sin fondos algunos, empeñado encantidades que por un orden regular nunca podrá satisfacer, las tropas sin pagarsemás de cinco meses, los ingresos enteramente aniquilados y la metrópoli sin haberrecibida el menor socorro”.

“La franqueza del comercio de América no ha sido proscripta como un verdaderomal, sino que ha sido ordenada como un sacrificio que exigía la metrópoli de suscolonias; es bien sabida la historia de los sucesos que progresivamente fueron radi-cando este comercio exclusivo, que al fin degeneró en un verdadero monopolio delos comerciantes de Cádiz.

“La razón y el celebre Adam Smith, que según el sabio español que antes cité, essin disputa el apóstol de la economía política, hacen ver que los gobiernos en lasprovidencias dirigidas al bien general, deben limitarse a remover los obstáculos;este es el eje principal sobre el que el señor Jovellanos fundó el luminoso edificio desu discurso económico sobre la ley agraria; y los principios de estos grandes hom-bres nunca serán desmentidos. Rómpanse las cadenas de nuestro giro y póngasefranca la carrera, que entonces el interés que sabe más que el celo, producirá unacirculación que haga florecer la agricultura, de que únicamente puede esperarsenuestra prosperidad.

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“Gime la humanidad con la esclavitud de unos hombres que la naturaleza creoiguales a sus propios amos; fulmina sus rayos la filosofía contra un establecimientoque da por tierra con los derechos más sagrados; la religión se estremece y otorgaforzada su tolerancia sobre un comercio que nunca pudo arrancar su aprobación;sin embargo, reyes religiosos, ministros humanos, y filósofos encargan la multiplica-ción de nuestros esclavos, por el único fin de fomentar una agricultura que se hallatan de caída”... “¿A qué fin tanto empeño en el aumento de brazos para fomentar laagricultura, si los frutos de ésta han de quedar perdidos por privárseles el expendioque innumerables concurrentes solicitan?”

Un español de quien la posteridad se acordará siempre con respeto, ha demostra-do con un ejemplo la injusticia y la inconsecuencia del sistema prohibitivo. Supóngase,dice, que el lugar de Ballecas pertenece a un país extranjero y que en él abundantodos los artículos de primera necesidad. Supóngase que el soberano de aquel terri-torio convida a los habitantes de Madrid, que no pueden lograr esos artículos enmuchas leguas a la redonda, a que se provean en aquel abundante mercado. Supóngaseahora que los comerciantes de Cádiz o de Sevilla piden el privilegio de comprarellos las provisiones de Ballecas, llevarlas a Cádiz o Sevilla y desde allí conducirlasa Madrid. ¿Habría un ministerio que no abriese los ojos sobre tan injusta e inhuma-na ambición?

Los verdaderos intereses de la metrópoli están fundados en la prosperidad de lascolonias y en el aumento de sus riquezas. Si las colonias tuviesen libertad para pro-ducir y comerciar, ¿quién no ve cuánto prosperarían sus fuerzas, su población y susriquezas?

“Abranse las puertas que con general perjuicio han estado cerradas hasta aho-ra; aprovéchense los tesoros que la naturaleza nos franquea con tanta abundancia;y adquiera la España con la opulencia de esta provincia un grado de fuerza quesubrogue la pérdida de las que han sido lastimosamente devastadas. Mi imaginaciónse transporta en golfada en la multitud de bienes con que un activo giro debe obrarnuestra felicidad: la tranquilidad será inseparable de un pueblo laborioso en que notendrán entrada los vicios que solamente nacen con la molicie; el soplo vivificantede la industria animará todas las semillas reproductivas de la naturaleza; se facilita-rán las culturas por las creaciones del genio empeñado con nuevos atractivos; innu-merables barcos cubrirán nuestras radas, y sus continuados retornos formarán unpuente volante, que aumente nuestra comunicación con la metrópoli; por mil cana-les se derramarán entre nosotros las semillas de la población y de la abundancia. Tales la imagen del comercio; tal será la nuestra cuando V. E. nos lo conceda.

“No puede tolerarse la satisfacción con que se asienta que el comercio con losingleses destruiría las manufacturas de España. Las fábricas nacionales jamás pu-

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dieron proveer enteramente el consumo de América; jamás bastaron para las necesi-dades de la península, y aunque se subrogo el arbitrio de comprar manufacturasextranjeras y estamparles nuevas formas para españolizarlas, pocos hombres hanpodido decir que los géneros que vestían eran nacionales. En vano mandó el rey quela tercera parte de todo cargamento fuera de industria nacional; los comerciantes sevalieron del fraude para eludir esta orden, obrando no tanto la malicia cuanto laimposibilidad de que nuestras fábricas correspondieran a todas las demandas. Elloes que la mayor parte del consumo de América ha sido siempre de efectos extranje-ros, sin que se pueda alcanzar por qué principios el comercio de la nación hayareservado su celo para cuando no pueda ministrar ni aún aquella pequeña parte queantes sufragaba”.

Se dice que el comercio con los ingleses dará lugar a la extracción de nuestramoneda. Pues bien, esa misma extracción que los mercaderes lamentan es un verda-dero bien para el país. Esta proposición parecerá paradoja a los que ignoran que lossoberanos principios de la ciencia económica ni se aprenden ni se aplican digna-mente en el mostrador de una tienda. Los extranjeros nos llevaran la plata: esto es lomismo que decir, nos llevaran los cueros, la lana, el sebo, desde que la plata es unfruto igual a los demás y está sujeto a las mismas alteraciones de su valor proporcio-nalmente a su escasez o abundancia. Se argumenta tanto con el peligro de las extrac-ciones de numerario, que parecería que el mal es realmente grave. Y sin embargo, siel mal existe, ya hemos debido perderle el miedo y habituarnos a él. Las continuasremesas a España han dejado un pequeño residuo en el país, el muy preciso paramantener la circulación, y no se encontrará un solo peso de las acuñaciones deFelipe V, Fernando VI y Carlos III.

“Si se desea evitar la extracción considerable de numerario que se ha producidoen estos últimos tiempos; habría que abrir los puertos al comercio, para que el nego-ciante inglés pueda extenderse a todo género de exportaciones. Es funesta conse-cuencia del contrabando poner al introductor en la precisión de extraer en dineroefectivo los valores importados”. Se calculan prudentemente en seis millones lasmercaderías inglesas introducidas en el Río de la Plata desde el año 1806, y lamayor parte de estos considerables valores han sido extraídos en numeraria, envirtud de estar prohibida la exportación de nuestros frutos cuyo embarque clandesti-no ofrece grandes riesgos.

“El verdadero comerciante no quiere dinero cuando puede llevar su importe enespecies comerciales: un peso nunca será más que ocho reales y su valor reducido afrutos naturales o de industrias puede ser diez, doce o veinte reales según la combi-nación y destino a que sea conducido”. Cuando se compró el bergantín inglés queahora se llama “Fernando VII”, se promovieron dudas sobre si podría permitirse la

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extracción de los veinte mil pesos de la compra. El comerciante inglés comprendióque el apego al numerario era la causa del conflicto y se presentó renunciando aldinero con tal que se le permitiera, sacar ese importe en frutos del país, agregandoque si el gobierno abriese las puertas de estas provincias traería un millar de barcosdel Tamesis cuyos dueños remitirían gustosísimos fondos considerables en numera-rio para comprar nuestros frutos.

Se dice que con las franquicias comerciales, la agricultura llegará al último des-precio. La salvación deberá consistir entonces en que los frutos queden estancadospor falta de compradores y se pierdan por su infructuosa abundancia, teniendo porúltimo destino llenar las zanjas y pantanos de nuestras calles. Si, señor: a este gradode abatimiento ha llegado nuestra agricultura en estos últimos años, se han cegadocon trigo los pantanos de esta ciudad”.

“La consideración en que más insiste el apoderado del Consulado de Cádiz y quehasta los pulperos repiten entredientes, es que concediendo a los ingleses el comerciocon las Américas, es de temer que a vuelta de pocos años veamos rotos los vínculos quenos unen con la península española... Yo me voy exaltando insensiblemente al ver lagrave injuria que reciben estos pueblos por la menor sospecha de su fidelidad”.

Termina la representación de los hacendados con este pedimento al virrey: que seadmita el franco comercio por dos años que podrían prorrogarse; que las mercade-rías inglesas se expendan precisamente por medio de españoles; que todo introduc-tor quede obligado a exportar en frutos del país la mitad de los valores importados;que de los dos veedores o interventores en el reconocimiento de los géneros, seahacendado uno de ellos”.

En: Eduardo Acevedo, Artigas

24. “El 22 de mayo de 1810 la figura casi retórica de la hermana mayor se con-virtió en protección jurídica concreta. Buenos Aires obtuvo el derecho de introducireste cambio substancial en la estructura del poder virreinal, bajo la condición deconvocar después a las otras jurisdicciones y pedirles su opinión. Actuaba según loque en Derecho se llama una “gestión de negocios”: algo que se hace por otrapersona sin que esta lo sepa, pero que le evita males mayores. Oportunamente, lapersona beneficiada se enterará, pero en principio se actúa como buen padre defamilia o hermano mayor.

Tanto o más importante que éste de la hermana mayor es otro concepto que selanza en la sesión del 22 de mayo: el de soberanía popular. Uno de los argumentosjurídicos que se esgrimen, en efecto, es la teoría según la cual el poder reside en lacorona porque le fue otorgado por Dios de alguna manera legítima. Sin embargo,continua el razonamiento, ocurre que la corona le ha sido arrebatada a su legítimo

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titular. Dado que hasta las juntas han sido derrotadas militarmente, ¿quién tiene elpoder? El pueblo, que provisoriamente puede delegarlo en la persona o personasque desee hasta que la situación se aclare.

El concepto anterior es fundamental. Hoy nos parece un lugar común del Dere-cho Político, pero en aquella época fue revolucionario. Que los gobernados pudie-ran elegir a sus propios gobernantes, aunque fuese provisoriamente, era una doctri-na explosiva. Más adelante volveremos sobre este aspecto.

Aparte de las innovaciones jurídicas, las Jornadas de Mayo demuestran que loscriollos tenían el poder militar. Conviene recordar que después de la primera inva-sión inglesa y de la reconquista de Buenos Aires se armó urgentemente una serie decuerpos militares organizados según las regiones de donde eran originarios sus inte-grantes: gallegos, catalanes, arribeños, patricios, pardos y morenos, etcetera. Diji-mos que los españoles, que por lo general eran empleados de comercio de buenpasar, eludían los ejercicios militares porque les significaban una pérdida de tiempoy de dinero, mientras los criollos, los pardos, los morenos, para quienes las racionesy el sueldito eran importantes, cumplían puntualmente con sus obligaciones, con loque fueron adquiriendo una potencia de fuego muy respetable. Esto quedó demostra-do el 1 de mayo de 1809, cuando Martín de Alzaga lideró contra Liniers una suertede golpe que intentaba ser militar y Saavedra, a la cabeza de los patricios, impusoinmediatamente el orden y quedó dueño de la Plaza de Mayo.

La Revolución en el InteriorEn 1810 el poder militar de Buenos Aires se puso de manifiesto no sólo por la

presión de los regimientos criollos, sino también porque se ordenó de inmediato elenvío de expediciones a diversos puntos del virreinato. Lo que había sucedido enBuenos Aires, en efecto, era demasiado escandaloso como para que se aceptarapacíficamente. El derrocamiento de un delegado del rey o de la Junta que decíarepresentarlo, y su sustitución por una Junta, era realmente algo difícil de tragar enlas regiones más fidelistas del virreinato.

En Córdoba se armó una contrarrevolución, presidida por Liniers, que concluyócon su fusilamiento y el de sus compañeros. En Mendoza hubo bastante reticenciapara aceptar la junta porteña. En Salta tuvieron lugar muchas discusiones. Y en trespuntos, sobre todo, la resistencia se hizo activa: el Alto Perú, el Paraguay y Monte-video. El puerto oriental, sabemos, tenía una vieja rivalidad con Buenos Aires. Esaantinomía creció mientras Liniers fue virrey porque en Montevideo no lo reconocíancomo tal, precisamente por ser francés; se formó entonces una junta que se disolvióal llegar Cisneros, pero los gérmenes de la actitud antiporteña quedaron. Y cuandoen Buenos Aires se designó a la Junta, en Montevideo se armó una resistencia militarque duró cuatro años.

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Desde Buenos Aires partieron expediciones, que no fueron simultáneas. Una, alParaguay, para tratar de convencer o vencer a los paraguayos. Allí se vivía una vidapropia, más mediterránea, cuyos intereses chocaban con los de Buenos Aires, puertade entrada ante la cual debían rendir pleitesia para realizar sus importaciones yexportaciones. Belgrano, jefe de la expedición patriota, encontró pues resistencia.Se peleó una batalla, la perdió, hubo negociaciones; finalmente Paraguay mantuvouna actitud neutral respecto de la guerra de la independencia, sin hostilizar a lasautoridades porteñas.

La expedición que se mandó al Alto Perú, en cambio, obtuvo un primer triunfo,Suipacha, pero después de unos meses sufrió el desastre de Huaqui a orillas del ríoDesaguadero, límite entre el virreinato del Río de la Plata y el del Perú.

Quedó en claro que las tropas habían sido enviadas para establecer el reconoci-miento de las autoridades de Buenos Aires, pero no para extender su poder a otrovirreinato. Buenos Aires se consideraba una heredera del poder español hasta dondellegaban sus fronteras.

Las expediciones al Alto Perú fueron retomadas después por Manuel Belgrano,con los triunfos de Tucumán y de Salta y las derrotas de Vilcapugio y Ayohuma.Luego asumió el mando del ejército el general Rondeau, quien subió hasta el interiordel Alto Perú y sufrió la derrota de Sipe Sipe en 1815. A partir de 1815 ya no huboexpediciones a la frontera norte alentadas desde Buenos Aires, pero sí un estado deguerrilla permanente, animado sobre todo por el caudillo Martín Miguel de Güemes,quien mas o menos congeló allí la situación con una guerra de guerrillas que impi-dió a los realistas avanzar hacia el sur.

El otro problema militar fue Montevideo, que destacó una flotilla para hostilizara Buenos Aires. Los orientales incluso bombardearon la ciudad e hicieron algunosraids por las poblaciones del Paraná. La resistencia española en Montevideo sufriódiversas circunstancias. Hubo un sitio que cercó en la ciudad a los realistas; Artigas,convertido por elección popular en el caudillo de la Banda Oriental, participó en lalucha patriota, apoyando a la junta porteña, pero luego se retiró por algunos incon-venientes que tuvo con ésta; en 1814, sin embargo, las tropas patriotas lograrontomar Montevideo y este triunfo le permitió a Jose de San Martín variar la estrategiamilitar de la Revolución y concebir y ejecutar las campañas de Chile y de Perú.

Tan importantes como estos aspectos militares son los sucesos que se desencade-nan en Buenos Aires y en el interior desde que el virrey es sustituido por un gobiernoque empieza a llamarse “patrio”. Hay, por supuesto, diversas alas: más radicalizadas,como las de Moreno y Castelli; más conservadoras, como la que conduce Saavedra;y diversas facciones que se van sucediendo en la titularidad del poder durante losdiez años que corren entre 1810 y 1820, cuando cayó el gobierno central.

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Hasta ese momento en Buenos Aires existía un gobierno que —llámese PrimeraJunta, Junta Grande, Triunvirato, Segundo Triunvirato, Directorio; fuesen las quefueran su forma jurídica y sus reglamentos— residía en la ciudad, se considerabaheredero del poder español, recaudaba dinero, fundamentalmente a través de la adua-na, y lo destinaba en su mayor parte a la causa nacional de la Independencia: aarmar y vestir a los ejércitos patrios, a enviar diplomáticos al exterior, a hacer pro-paganda por la causa de la Revolución, etcetera. Sus características eran las de ungobierno central y aunque en 1820, encarnado en el Directorio, cayó a lo largo desus diez años de duración se generaron cambios muy importantes dentro de esa so-ciedad que ya empezaba a llamarse argentina.

Los cambiosEn primer lugar, se produce un cambio en las creencias colectivas. Dijimos que el

bien común era una de las concepciones fundamentales de la normativa jurídicahispana en América. “Bien común” significa que las medidas que se tomen por partedel Estado (esto es: la corona, el virrey, el gobernador) tienen que ser dirigidas albien de todos, no hacia el de un sector determinado. Dijimos también que esta con-cepción permitía que alguna ordenanza o célula real, aunque llegase de Madridrefrendada por el rey, se acataba pero no se cumplía si el virrey consideraba queaquí causaría mayores males que bienes: directamente se la dejaba sin efecto.

El concepto de bien común fue dejado de lado a partir de 1810 y sustituido por elde soberanía popular, bandera que levantaron teóricos de la Revolución como More-no, Castelli o Monteagudo. El concepto revolucionario demoró un siglo enimplementarse a través de elecciones, pero presidía ya como principio esta nuevasociedad.

La soberanía popular, que retomaba la idea de que el pueblo puede designar asus representantes cuando falta la autoridad legítima, fue reemplazado por la tesisrousseauniana según la cual es la mayoría que preside, por lo menos en teoría, lasdiversas elecciones, designaciones y asambleas, que se sucedan. Desde luego fue uncambio lento, que se fue afirmando a través de medidas de gobierno y del pensa-miento de algunos dirigentes, pero un cambio que apuntaba a la formación de unasociedad republicana y democrática.

En segundo lugar, y ya no en el terreno teórico sino en el de los hechos, la disgre-gación del virreinato impactó a sus habitantes. No olvidemos que el virreinato habíasido el esbozo de un gran país, una concepción cuya grandiosidad residía en la vastajurisdicción que se le atribuía, de la cual después surgieron cuatro naciones. Su grandefecto, sin embargo, se vinculaba a la grandeza del territorio: el virreinato se com-ponía de elementos muy heterogéneos, cuyos climas, producciones, pueblos, menta-lidades e intereses eran distintos entre sí y, en algunos casos, contradictorios. Como

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el virreinato duró solamente treinta años, no hubo tiempo para que sus elementosfraguasen convirtiéndolo en una nación con conciencia de sí misma.

Sabemos que a partir de 1810 los puntos de resistencia a la Revelación estabanen el Alto Perú, en el Paraguay y en Montevideo. Fueron precisamente estas regio-nes las que tendieron a separarse del virreinato. El proceso demoró unos veinteaños, pero fue irreversible. El Alto Perú, ubicado bajo la jurisdicción de BuenosAires en 1776, seguía conservando su vinculación con el Perú y se mantenía tanlejano de la capital como siempre. La resistencia a las tropas patriotas fue puesauténtica, incluso popular, y se trató del último lugar de América del Sur donde laresistencia española continuó hasta 1824, cuando la batalla de Ayacucho le puso fin.Por otra parte, esta batalla no fue librada por tropas porteñas sino por las de SimónBolivar, enviadas desde el norte, lo cual hacía suponer que él protegería el nuevocamino hacia la independencia de esas regiones. De ahí nace Bolivia.

Paraguay demoró en independizarse algunos años más; sólo en 1846 declaró suindependencia. La Banda Oriental, por su parte, que sufrió desde 1815 el avanceprolijo y permanente de los portugueses, fue escenario de una guerra entre la Repú-blica Argentina y el Imperio del Brasil que concluyó en 1827 con la proclamación dela independencia de la Banda Oriental como República Oriental del Uruguay.

Todos estos factores de disgregación empezaron a operar en cuanto terminó laautoridad española, que de modo pacífico regulaba la vida en regiones tan diferen-tes; el incontrolable proceso revolucionario las fue separando”.

En: Félix Luna. Breve Historia de los Argentinos.

25. SOBRE LA VENIDA DE LA PRINCESA CARLOTA A MONTEVIDEO(MSS. del Arch. Gen.)“Credenciales de Contucci.La fidelidad con que en todos tiempos han distinguido su honor y conducta los

habitantes de la Ciudad que representais, siempre ha sido el apoyo mas seguro delTrono de mi Augusta Familia de España.

La constancia que siempre es inseparable de tan altos principios és para mi elmejor Garante, que la Ciudad de Montevideo invariable en su heroico proceder,accederá á lo que os proponga Felipe Contucci*, nacido en Florencia, estaba radi-cado en Montevideo, era armador y tenia negocios mercantiles con el Brasil, que porrepetidos servicios, há llegado á merecer la comision de que lo he encargado: la queespero desempeñará con arreglo á las Instrucciones que le mande dar por mi Secre-tario Presas. - Creo no tener necesidad de espresaros los poderosos motivos que meobligan á dar un paso tan extraordinario, pero indispensable, y que exige de mi laconservacion y defensa del Trono de un Hermano á quien amo, y la felicidad de unos

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Pueblos, que poco há fueron la Gloria de nuestra Nacion.- Dios os guarde muchosaños. Dada en el Real Palacio del Rio de Janeiro á los 23 de junio de 1810. - Vuestrainfanta. - Carlota Joaquina de Borbon. - Muy ilustre Cabildo, Justicia y Regimientode Monte-Video”.

26. VINDICACION DE SALAZAR(MS. del Arch. Gen.)En la Gaceta de Buenos Aires de 5 de Julio ha leido con sorpresa una carta que se

dice ser de un Comerciante de Montevideo á su Corresponsal de aquella Ciudad, yya sea cierta ó apócrifa, lo que nada interesa, no puedo menos de hacer presente á elM. Ilustre Cavildo que ella merece toda su indignacion y la de todos los buenosCiudadanos amantes de su Rey y de su Patria. - No me detendré en revitar el texidode falsedades y patrañas q.e contiene, tales como el escape dado á D. Juan de Vargas,y a su mision á Paises extrangeros, la papeleta remitida á el Bergantin Filipino connoticias extraordinarias, quando la que se leyó en el Cavildo Abierto se halla enmanos de todos los que las han visto confirmadas p.r la deposicion de quantos llegana España, el haver avocado cañones contra el pueblo, ridicula, y manifiesta false-dad, personalidades contra mi q.e las desprecio, haver dicho al Doctor Perez que miOpinion era la del pueblo, p.a este que estava presente save que es falso, enormesgastos p.a pagar á los Oficiales de Marina sus sueldos, q.do, á todo el mundo constaque muchos los tienen cedidos á S.M. durante la guerra, y que hace catorce mesesque los demas no los reciven, y que ningunos otros empleados, ó servideros del Rey,le sirven con más desinterés, y generosidad; nada de esto me haria tomar la plumap.a quexarme de estos groseros embustes con q.e se procura engañar á los havitantesde estas Provincias, pero dicha carta ó libelo ha exaltado mi indignacion al vercomo en ella se mancha y denigra con la mayor insolencia la mas ácendrada lealtady fidelidad de este Noble Pueblo, suponiendo q.e ha sido forzado p.r mi á manifestarestas virtudes; El Pueblo de Montevideo q.do se creyó sin la Soberana representacionen la peninsula resolvió q.e devia unirse á la Capital vajo de ciertas condiciones quepedia su dignidad, pero apenas supo por el arrivo del Bergantin Filipino que laSoverana Regencia de España é Indias estaba instalada q.do á una voz pidió q.e inme-diatamente se reconociese, y en efecto asi se verificó con una extraordinaria y gene-ral alegria, que todos manifestaron á porfia durante el dia y noche de dos del pasa-do. Desde aquel momento ya Montevideo no pensó sino en mantener su lealtad, suhonor, y su gloria, y no marchitar estas virtudes con ser infiel al Monarca que haviajurado, ya no se oyó en boca alguna de sus leales havitantes otra expresion que la deno tratar de unirse al nuebo govierno de Bs. As. sino reconocía solemnemente laRegencia; V.S.S. son fieles Testigos que este era el Lenguaje de todas las personas

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sin distincion de clase, sexo, ni edad; ¡p.s por q.e permitir q.e un infame libelo no soloquite el honor á este digno Pueblo, sino q.e lo suponga con sentimientos contrarios!¡por q.e permitir q.e se le injurie tan vilmente con decir q.e ha sido forzado p.r mi ámostrar estas virtudes, q.do no solo yo sino todos los hombres que se precian deAmantes de su Rey, y de su Patria pueden venir á aprender fidelidad de losMontevideanos! asi pido á V.S.S. es justo desagravio del honor vulnerado, y delderecho á la admiracion pública que se le quiere quitar á este Noble Pueblo, quemanden recoger dicha gaceta, y q.e sea publicamente quemada por manos del Verdu-go por las infamias, y blasfemias que vierte contra el mas Leal pueblo de la Tierra, yq.e, este Oficio se fixe en los parages públicos, p.a q.e, sea notorio q.e soi el primeradmirador, y panegirista de la lealtad del Pueblo y q.e esta es solo hija del amor q.e

profesa á su lexitimo y desgraciado Monarca nro mas amado El Señor Don Fernan-do VII, y de su deseo de conservarle la integridad de sus vastos dominios, y que p.a

mostrarlo en todas las ocaciones delicadas no ha necesitado jamas de ningun esti-mulo, y menos del mio. - Dios guarde á V.S.S. muchos años. Montevideo 11 de Juliode 1810 - José Ma. Salazar - Sres. del Muy Ilustre Cavildo Justicia y Reximiento deMontev.o

En: Bauza, o.c.

27. FRAGMENTOS DE UN OFICIO DEL MARQUÉS DE CASA IRUJO ALCABILDO

“(Trunco).... por el comisionado de S.A., como yo en realidad á esta distancia nopuedo formar una opinión correcta de sí la presencia de S.A.R. en los términos quedesea aparecer ahí, será ó no necesaria ó util para la conservacion de los derechosde nuestro Soberano y de esas provincias, á V.S.S. que ven el circulo en toda suextension, y que pueden graduar este paso de un modo mas correcto en mucho, lestoca decidir este punto importante; creo no obstante que el mayor de los males, seríael que esa Plaza cayere en manos de los insurgentes de Buenos Ayres, pues en reali-dad no puede tratarseles de otro modo. - A todo evento si V.S.S. por el efecto delestado actual de las cosas se determinasen á enviar la diputación que se desea,apesar de que tengo la mas alta opinion del honor y de la pureza de S.A., creo deveriaexigirse en la solemnidad correspondiente la declaracion de estos cinco puntos esen-ciales:

Primero: la declaracion de que el Sr. D. Fernando 7.º es el único y legítimo Sobe-rano, asi de ese Pais, como de todos los que componen la Monarquia Española.

- Segundo: que S.A. haya de reconocer que el Consejo Supremo de Regéncia deEspaña es el verdadero representante actual de su Soberania. - Tercero: que no de-ben entras Tropas portuguesas en el Territorio Español, sino en el caso extremado

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que V.S.S. puedan decidir y determinar. - Quarto: que S.A. no ha de aspirar ó preten-der extender su autoridad fuera de ese Virreynato . - Quinto: que S.A. enviara á laPeninsula todos los socorros pecuniarios que ha sido de costumbre enviar hasta aquiy quantos pueda de su arvitrio para facilitar al Gobierno superior los medios dedefender la Peninsula. - Estas son las ideas que me ocurren de pronto: en el cado queV.S.S. juzguen necesario que la Princesa haya de ir ahi, podran estipular las demasque les parescan convenientes y que se dirijan á la defensa de los derechos de nro.Soberano, al respeto devido á nro. Gobierno actual y la integridad de la Monarquia.-

Dios gue á V.S.S. ms. as. - Rio Janeiro á 2: (29?) de Julio de 1810. - B.L.M. deV.S.S. su at.o y Seg.o Serv. - El Marques de Casa Irujo. -

Sres. Gobernador y Cabildo de la muy leal ciudad de Montevideo”.

28. “El Cabildo de Montevideo al Consejo de Regencia remitiendo copia de lascredenciales de Contucci y abriendo juicio indirecto sobre las intenciones de DoñaCarlota.

Señor: En este momento acaba de recibir este Cavildo las credenciales de queacompaña copia, presentadas por D. Felipe Contuci como embiado de la SerenisimaSeñora Princesa del Brasil Doña Carlota Joaquina, y aunquen el acto de lapresentacion ha sido adornado de las mas sinceras protextas de la buena fee de losdeseos con que S.A.S. quiere propender al auxilio de Montevideo contra los Enemi-gos del Estado, el Cavildo mira estas expresiones con la cautelosa reserba que hamanifestado á V.M. en oficios anteriores. El Cavildo puede asegurar á V.M. sobre lafidelidad heroica de este Pueblo que jamas dará un paso que pueda comprometer niremotamente los dros augustos de nro adorado Monarca el Sr. D. Fernardo Septimo,ni los intereses de esta Provincia, ni las prerrogativas eminentes de V.M. á quien tocapribatibamente resolver en tan graves materias y tomar las medidas conducentes ásalvar la integridad de este precioso Territorio. Montevideo 13 de Agosto de 1810. -Señor. A.L.R.P. de V.M. vros mas humildes vasallos. - Christobal Salvañach. - PedroVidal. - Jaime Illa. - Josef Manuel de Ortega. - Juan Bautista de Aramburú. - Damiande la Peña. - Leon Perez. - Felix Mas de Ayala. - Juan Vidal y Benavides”.

29. AUXILIOS PRESTADOS POR EL URUGUAY (SIC) A LA METROPOLIEN LA GUERRA CONTRA NAPOLEON

(MSS. del Arch Gen.)(A)

“La Suprema Junta Central de Gobierno de España é Indias ha visto con muchasatisfaccion la eficacia con que ese Ayuntamiento se apresuró á reconocer la Soberania

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que exerce en nombre del Rey muestro Señor Don Fernando Septimo, concurriendocon préstamos, donativos y suscripciones al socorro de la Patria, y manifestando pormedio de su representante los votos de ese Pueblo fiel por la prosperidad de nuestrasarmas y pronta restitucion de S.M. en cuyo Rl. nombre doy á V.S. las mas expresivasgracias, esperando que es Ciudad apurará todos ,los resortes de su patriotismo ygenerosidad para auxiliar la Monarquia, y conseguir la completa expulsion y exter-minio de nuestros agresores. Lo que comunico á V.S. de su Rl. orden para su inteli-gencia y satisfaccion. Dios guarde á V.S. ms. as. - Real Alcazar de Sevilla, 17 deJulio de 1809. - Saavedra. - Sr. Gobernador y Ayuntamiento de Montevideo.

(B)El Rey N.S. D.a Fernando 7.º y en su R.1 nombre de la Suprema Junta Central

gubernativa de los Reynos se ha servido de resolver manifieste V.S. á los sugetos quehan contribuido á la adquisicion de la corbeta Diamante que ofrecen como donativo,que S.M. se ha servido de admitirla como tal, y que reconoce el patriotismo que losanima. Dios guarde á V.S. ms. as. - Real Alcazar de Sevilla, 6 de Agosto de 1809. -Antonio de el Caño. - S. Governador de Montevideo.

(C)El Exmo. Sr. D.n Martin de Garay primer Secretario de Estado de la Suprema

Junta Central de España á Indias, me dice con fecha de 29 de Julio próximo pasado,lo que sigue:

-“No podia esa Junta haver hecho un donativo mas grato á los ojos de S.M., nimas oportuno en las actuales circunstancias de la Metrópoli, que el del Cargamentode carne Tasajo que avaba de llegar á Cadiz. Obligados nuestros Exercitos á mar-char rapidamente sobre el Enemigo, por Provincias que han sido el Teatro de laGuerra desde Diciembre ultimo y sufrido un Saqueo el mas cruel y espantoso, espreciso que se lleben todas las provisiones de largas distancias, y ninguna es masapropósito que largas distancias , y ninguna es mas apropósito que el Tasajo paraproporcionar un alimento saludable y substancioso á los Defensores de la Patria.Por lo mismo ha recivido S.M. este obsequio con el mayor aprecio, y al paso que porello y por la parte activa que toma en la suerte de la Metrópilo da á esa Junta las masexpresivas gracias, espera qe continuará adquiriendo nuevos titulos á la gratitudNacional haciendo otras remesas quantiosas de este genero sobre manera necesario.De Real orden lo comunico á V.S. para su inteligencia y satisfaccion en respuesta ásu oficio del 26 de Abril ultimo.” -

Nobles habitantes de Montevideo, vuestro nombre suena ya benefico en la bocade aquellos valerosos Defensores de la Patria: ellos no os piden vuestros hijos, novuestra sangre, no vuestra subsistencia, os piden solo una parte de la mucha carneque os sobra:

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Sois demasiado Españoles y Generosos para que el estimulo de mi voz sea nece-sario; pero recordad solo que alguno de vuestros valientes hermanos herido mortal-mente en el Campo de la Gloria y exangüe perecerá á caso por falta de una subsis-tencia y alimento que vosotros podeis proporcionarle facilmente: lejos de nosotrostan tristes recuerdos, y al remedio hijos mios, á socorrer á nuestros valientes Espa-ñoles: los S.S. Vilardevoo y Gallegos, que tambien desempeñaron el apronto y em-barque de los otros cargamentos, estan encargados para proporcionar otro ú otrosde superior calidad, haga cada uno un pequeño sacrificio por tan justa causa, y nomerezca nombre de Español y vecino de Montevideo el que se niegue á este servicio:haveis hecho muchos, pero hasta hacer el último por la Patria no debemos creernosácreedores al Dulce nombre de libertadores de ella. Yo me suscribo por cien pesos,por que carezco de medios para mas ya lo sabeis. - Montevideo, primero de Noviem-bre de 1809. - Elío. - Es cópia Elío.

(D)Duplicado. - La Suprema Junta de Gobierno de España é Indias ha visto por el

oficio de D. Xavier Elío de 23 de Agosto último y conocimiento y factura que acom-paña, que esa Junta continuando sus patrioticos servicios remite el tercer cargamen-to de carne tasajo selecta en la fragata mercante Santa Rosa, alias, la Esperanza. LaSuprema Junta ha visto este tributo del patriotismo de Montevideo con la satisfaccionmas pura y ha acordado que yo de á V.S. las gracias en el Real nombre de S.M. comolo executo para su inteligencia y satisfaccion. Dios guarde á V.S. m. a. - Real Alcazarde Sevilla 23 de Diciembre de 1809. - Pedro de Rivero. - Sr. Presidente y Junta deObservacion de Montevideo.

(E)Habiendo acreditado D. Francisco Viola, Consignatario del bergantin Español

Encarnacion, haber entregado á disposicion de la Junta de Gobierno de Cadiz losdos mil trescientos treinta y tres quintales tres arrobas y cinco libras de Carne tasajo,y treinta y tres quintales y veinte libras de lenguas, que V.E. embarcó en él de dona-tivo voluntario para la subsisténcia de nuestros Exercitos, libres de flete; lo participoá V.E. de Orñ. de S.M. para su nteligencia y gobierno. - Dios gue.á V.E. ms. as. - RealIsla de Leon, 16 de Mayo de 1810. - Hormazas. - Sr. Gobernador y Ayuntamiento dela Ciudad de Montevideo.

(F)El Exmo. Sr. Marques de las Hormazas, con fecha 23 de Marzo último me dice de

Real Orden lo siguiente:“Ha llegado á la Bahia de Cadiz el donativo de carne salada que hace esa Ciu-

dad de Montevideo para la subsisténcia de nuestros Exercitos, y conduce la FragataMercante Inglesa Etheldrid, cuyo flete será pagado verificada la entrega. El Consejo

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de Regencia de España é Indias en nombre del Rey ntro. Sor. D.n Fernando septimoha visto con la mayor satisfaccion y aprecio esta demostracion de patriotismo de eseVecindario, que por tantos respectos es digno de la consideracion de Govierno; yS.M. quiere que V.E. le manifieste en su Rl. nombre la gratitud que merecen estaspruevas de su fidelidad y del interes que toma en la defensa de la patria, cuya justacausa ha exforzado los animos de sus defensores en terminos que fundamentalmentedebemos esperar el mas pronto y feliz resultado de nuestras operaciones, pues quereunidas ya casi en masa algunas Provincias hacen conocer su valor á los enemigos,que no dudan ya ser imposible la empresa que intentaban.”

Y lo comunico á V.S. para su inteligencia y satisfacion, y para que lo haga enten-der á los sugetos que movidos de su patriotismo han contribuydo con un donativoque tanto merece el aprecio de S.M. -

Dios guarde á V.S. m.s a.s - Montevideo y Agosto 22 de 1810. - Joaquin de Soria.- Al M. Iltre. Cavildo Just.a y Rex.to de esta Ciudad.”

En: Bauza, o.c.

30. “Justamente en agosto, en esa misma fecha, al redactar su “Plan de Opera-ciones” (enfrentado al criterio del librecambismo burgués), Mariano Moreno, miem-bro de la Junta, aconseja un camino a seguir en la Banda Orienta: “atraerse a dossujetos por cualquier interés y promesas, así por sus conocimientos, que nos constason muy extensos en toda la campaña, como por sus talentos, opinión, concepto yrespeto” (70) . José Artigas es uno (*)

(*) Fechado el 30 de agosto del 10, el “Plan de Operaciones” propone llenar lacampaña oriental de: “papeles públicos, seductivos y lisonjeros [...] debe trambiéntener el gobierno en esta capital seis u ocho sujetos que se empleen en escribir cartasanónimas, ya fingiendo o suplantando nombres y firmas supuestos [...] que puedanprovocar la confusión y desconfianza entre los enemigos” (70).

En: Carlos Machado, Historia de los Orientales

31. “El mismo al mismo, avisando el recibo de nuevos oficiales de Doña Carlotay un cajón de alhajas para atender con su producto las necesidades de la guerra.

Señor: el Cav.o y Ayuntam.to de la M.F.R. ciudad de San Felipe y Santiago deMontevideo, hace presente á V.M. con su mas profundo respeto: Que acaba de reci-bir oficios de S.A.R. la serenisima Infanta de España Princesa del Brasil y de ntoEmbajador Marques de Casa Irujo, cuyas copias acompaña por lo que pueda influirsu contenido en el acierto de las determinaciones Soberanas de V.M. para el sosiegoy seguridad de estas Provincias bajo el dominio incontestable de nuestro amadoMonarca el Sr. D. Fernando 7.º - S.A.S. deseando acreditar el interés que tiene en laconservación de los derechos de su augusto hermano ha embiado un cajon de alha-

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jas que contiene la nota adjunta, para que con su producto atienda este pueblo á lasnecesidades de su defensa contra los ataques de la rebelion, ya que la situacionpolitica en q.e se halla S.A.S. no le permite embiarnos socorros pecuniarios. Y aunqe

este rasgo de generosidad merece la mas alta estimacion de este Pueblo, ha resueldoel Cabildo de acuerdo con los Gobernadores y Comandante de Marina de este Apos-tadero se conserven las alhajas para devolverlas quando la oportunidad excluya lanota del desaire, manifestandole las mas expresivas gracias por tan elevada distin-ción. - Como nuestros recursos para sostener la defensa de los derechos del Reysobre este continente can en disminución, no dejan de ser muy apuradas y criticasnuestras circunstáncias, especialmente despues que han desaparecido nuestras es-peranzas de socorro del Marques de Casa Irujo, y viendo remotos en razón de ladistancia los que puede proporcionarnos el Virrey de Lima. Sinembargo de todo, elPueblo de Montevideo no desmayará, mientras exista, en la digna empresa que hatomado bajo sus hombros, y que llevará hasta el fin con el auxilio de V.M. a pesar delfuror sangriento con que la Junta de Buenos Aires ha empezado, segun se afirma portestigos fidedignos, á señalar su bárbara ambicion asesinando al General Liniers, alGov.or Asesor y Ministro de Real Hacienda mas antiguo de la Intendéncia de Cordovadel Tucuman, y al Coronel de Exercito D. Santiago Allende, sin otro delito que resis-tirse á sus perversas ideas. - El Cavildo espera que V.M. se dignará aprobar susoperaciones, dispensando su Soberano aprecio á la sinceridad de los sentimientosgenerosos y patrióticos de este fidelisimo Pueblo. - Montevideo 21 Setiembre de 1810.- Señor. - A.L.R.P. de V.M. - Vuestro mas humildes vasallos”.

32. PROCLAMA DEL CURA MEXICANO MIGUEL HIDALGO Y CASTILLA“Establezcamos un Congreso compusto de representantes de todas las ciudades y

aldeas... que dictará leyes moderadas y benignas adecuadas a las circunstancias encada comunidad. Esos representantes gobernarán con ternura de padres, nos trata-rán a todos como hermanos, desterrarán la pobreza, mitigando la devastación delpaís... Se estimularán las cosechas, nacerá a la vida la industria; haremos libre usode los productos intensamente ricos de nuestra tierra fértil y en pocos años sus habi-tantes gozarán de los beneficios que el soberano autor de la naturaleza ha derrama-do sobre este vasto continente”.

Siguiendo su campaña militar con la toma de Guadalajara, reconquistada luegopor los españoles y estando en Saltillo (Coahuila), recibe de la Junta la noticia deque ésta le pide una declaración de lealtad al rey Fernando VII, que significaría el“perdón” a los “rebeldes”. Hidalgo contesta con firmeza que:

“En el desempeño de nuestro deber no depondremos nuestras armas hasta quehayamos arrancado la presea de la libertad de manos del opresor. Estamos resueltos

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a no entrar en acuerdo alguno que no tenga por base la libertad de la nación y eldisfrute de los derechos que el Dios natural ha otorgado a todos los hombres, dere-chos inalienables que deben sostenerse con el derramamiento de ríos de sangre si esnecesario... El perdón, excelencia, es para los criminales, no para los defensores desu país”.

33. “Señor, la justicia divina protege a los humildes, y me atrevo a asegurar aV.M., sin hallarme ilustrado por el espíritu de Dios, que no acertará a dar un pasoseguro en la libertad de la patria, mientras no se ocupe con todo esmero y diligenciaen llenar sus obligaciones con las Américas: V.M. no las conoce. La mayor parte desus diputados y de la Nación apenas tienen noticia de este dilatado continente. Losgobiernos anteriores le han considerado poco, y sólo han procurado asegurar lasremesas de ese precioso metal, origen de tanta inhumanidad, del que han sabidoaprovecharse. Le han abandonado al cuidado de hombres codiciosos e inmorales; yla indiferencia absoluta con que han mirado sus más sagradas relaciones con estepaís de delicias ha llenado la medida de la paciencia del padre de las misericordias,y forzádole a que derrame parte de la amargura con que se alimenan aquellos natu-rales sobre nuestras provincias europeas. “Apenas queda tiempo ya para despertardel letargo, y para abandonar los erores y preocupaciones hijas del orgullo y vani-dad. Sacuda V.M. apresuradamente las envejecidas y odiosas rutinas, y bien pene-trado de que nuestras presentes calamidades son el resultado de tan larga época dedelitos y prostituciones, no arroje de su seno la antorcha luminosa de la sabidruía nise prive del ejercicio de las virtudes. Un pueblo que oprime a otro no puede ser libre.V.M. toca con las manos esta terrible verdad”.

34. “En diciembre de 1810, el Comandante de Marina de Montevideo -JoséSalazar- informaba a las autoridades con respecto a los hechos ocurridos: “Quehabía un plan general para revolucionar toda la Amèrica del Sur y del Norte bajo losmismos principios es indudable; que había agentes y conspiradores en todas lasprincipales ciudades, lo es también [....]. Que los más interesados en la independen-cia de las Américas son los extranjeros es una verdad que no puede dudarse y de quecada día tenemos más reiteradas pruebas” (70). Acertados informes, como lo vimos ya(*). Enfoquemos de nuevo la mira a la zona del Plata, y reseñemos, a fin de prose-guir, los acontecimientos que se anticiparon a la revolución oriental.”

En: Machado, o.c.

35. Pbro. José Ma. Pérez Castellano (1743-1815) se distinguió por su adhesión ala causa patriota desde 1808 cuando participó de la Junta Gubernativa montevideana,tomando partido por la formación de juntas como en España.

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En el Congreso de Capilla Maciel (1813) fue diputado por Minas.Se retiró de la vida política a partir de 1814 y pasando a residir en su quinta del

Miguelete, donde redacto a pedido del gobierno patrio su conocido trabajo “Ob-servaciones sobre agricultura” (que se publicará en 1848).

Legó su casa y su biblioteca para la formación de la Pública de 1816.

“Los procedimientos coercitivos habían fracasado. Sobre la autoridad del virrey,sobre aquella de la Audiencia de Buenos Aires, supremas por las Leyes de Indias y elderecho tradicional español, se erguía la de la Junta de Montevideo, que discutía suspotestades y no acataba sus fallos. Era la sanción de la doctrina revolucionaria,como sabiamente lo ha llamado un ilustre historiador nacional.17 El fin de la contien-da fue el reconocimiento que hicieran las corporaciones de la ineficacia de sus pro-vincias, bien que para llegar a ese resultado se agotasen los medios de coacción, defuerza y amistosos. Entre estos recursos empleados no fue el menos importante laconducta seguida por la iglesia virreinal. El obispo de Buenos Aires, siguiendo losdictados de Liniers, suspendió en sus funciones eclesiásticas a don José ManuelPérez Castellano, vocal de la Junta Gubernativa y firmante del acta del 21 de setiem-bre, ordenándole a la vez, compareciera a su presencia “por convenir así al serviciode Dios”. El ilustre sacerdote contestó explicando los motivos de la instalación de laJunta Gubernativa y después de aludir a la falta de premios por los méritos contraí-dos por Montevideo, en la reconquista y defensa de la ciudad y aun a los insultosprodigados mientras se recibían las sanciones de España, concluía diciendo: “entretanto yo, que respeto a V.S.I. por su alta dignidad y como a mi prelado, me doy porsupuesto de la facultad de celebrar, predicar y confesar a consecuencia del oficio deV.S.I. de 26 del corriente, pues, teniendo el honor de haber sido elegido por vocal deesta Junta, ni puedo dejar de cumplir con la sagrada obligación que me ha impuestola Patria y cuya salud es la suprema ley, ni puedo, por ahora, comparecer personal-mente a dar cuenta de mi conducta al tribunal de V.S.I”.18

17 Bauzá, op. cit.18 García Acevedo, Daniel. “El doctor José Manuel Pérez Castellano” (“Revista

Histórica”. Tomo I). El oficio del obispo de Buenos Aires, que es de 26 de noviembrede 1808, en su original ser halla en el Archivo General de la Nación. (Legajo Pape-les sueltos. 1808).

En: Pablo Blanco, o.c.

PÉREZ CASTELLANO Y LA FÓRMULA DE MAYO.“El doctor José Manuel Pérez Castellano, anticipándose a la fórmula de los pró-

ceres de Mayo, explicaba así el origen y la legitimidad de la Junta gubernativa deMontevideo, en oficio de 30 de noviembre de 1808 dirigido al obispo de Buenos

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Aires que a instancias del virrey Liniers le había intimado su separación del movi-miento revolucionario (Daniel García Acevedo, “El doctor José Manuel Pérez Cas-tellano”):

“Los Españoles Americanos somos Hermanos de los Españoles de Europa por-que somos hijos de una misma Familia, estamos sugetos a un mismo Monarca, nosgovernamos por las mimas Leyes y nuestro dhos son unos mismos. Los de allá vién-dose privados de nro muy amado Rey el S.or D.n Fernando 7o han tenido facultades p.a

proveher a su seguridad comun y defender los inprescriptibles dhos de la Coronacreando Juntas de Gov.o que han sido la salvación de la Patria y creandolas casi a unmismo tiempo y como inspiración Divina. Lomismo sin duda podemos hacer noso-tros, pues somos igualmente libres y nos hallamos enbueltos en unos mismos peligrospor que aunqe estamos mas distantes, esta rica Coonia fué ciertamente el sevo quearrastró al Infame Corso al detestable Plan de sus pérfidas y violentas usurpaciones,segun el mismo lo manifestó a los Fabricantes de Burdeos poco antes de entrar a suoscura guardia de Marzac. Devémos pues estar vigilantes quando es manifiesta sutenacidad en llevar adelante sus proyectos y volver a la Preza como el voráz Tiburonqe vuelve al segundo anzuelo aun que el 1o le haya roto las Entrañas”.

“Si se tiene a mal qe Montevo haya sido la 1a ciudad de America qe manifestase elnoble y Energico sentimto de igualarse con las Ciudades de su Madre Patria, fuera delo dho, y de hallarse por su localidad más expuesta qe ninguna de las otras, la obliga-ron a eso sircunstancias qe son notorias y no es un delito ceder a la necesidad. Tam-bién fué la primera Ciudad que despertó el valor dormido de los Americanos. Labrillante Reconquista de la Capital, la obstinada defenza de esta Plaza tomada porasalto, no se le ha premiado ni en comun ni en sus individuos y aun se le ha tirado aobscurecer aquella Acción gloriosa con mil artificios groseros e indecentes que hansido el escándalo de la razon y de la Justicia. Sobre uno y otro asunto ha llevado estaCiudad sus representaciones a los pies del Trono, para que S.M. se digne resolver loque fuere de su agrado, sufriendo con paciencia y resignación a mas de los malesque ha sufrido, los muchos insultos que se le hacen de toda especie, mientras llega laSoverana resolución que espera favorable confiada en la Justicia de su Causa”.

En: Eduardo Acevedo, Artigas

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Indice de Nombres

Alfaro, Francisco de, 36Altamirano, P.S.J., 180,181Alzaibar, Francisco de, 122Alzaga, Martín de, 339, 341, 342Andonaegui, José de, 128Antequera, José de, 119Arredondo, Nicolás Antonio de, 223Artigas, José, 226, 228, 231Artigas, Juan Antonio, 125, 126Avilés del Fierro, Gabriel de (marqués de Avilés), 225, 226, 242, 243Ayolas, Juan de, 20, 21, 22Azara, Félix de, 227Bucarelli y Urzúa, Francisco de Paula, 184, 185Bustamante y Guerra, José, 224, 226Cabrera, Alfonso de, 22, 23Caceres, Felipe de, 24, 29Calderon, Mencía, 26Campo, Nicolás Cristóbal del (marqués de Loreto), 219Cárdenas, Bernardino de (Fray), 41Carvalho, Sebastião José de (marqués de Pombal), 222Chávez, Nuflo, 46Cespedes, Francisco de, 38, 50Cevallos, Pedro de, 182, 183, 188, 214Freitas Da Fonseca, Manuel, 120, 121Frías, Manuel de, 37Elío, Francisco Javier, 234, 235, 339, 340, 342, 344Gaboto, Sebastián, 17, 18, 19Garay, Juan de, 30, 31, 32, 33, 39, 42García de Moguer, Diego, 17, 18, 19, 20García Ros, Baltasar, 115, 118, 119Garro, José de, 44, 109, 110Gomes Freire de Andrade, 180, 181, 182Grajeda, Anton de, 17Gundín, Joaquín, 219, 220, 221Hernandarias (Hernando Arias de Saavedra), 33, 34, 35, 36, 37

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Herrera, Nicolás, 231Herrera y Sotomayor, José de, 110Hidalgo de Cisneros, Baltasar, 341, 342, 343, 345, 347Lastarria, Miguel, 228Lecoq, Bernardo, 232Leon, Zarate, Sebastian de, 41Liniers, Santiago de, 230, 231, 234, 235, 336, 339, 340, 342Lobo, Manuel, 44, 109, 110Maciel, Francisco Antonio, 238, 240Martínez de Irala, Domingo, 20, 22, 24, 26, 27Medina, Francisco de, 236, 237Melo de Portugal y Villena, Pedro, 222, 223, 224Mendiola, Sebastian Felix de, 115Mendoza, Diego de, 20, 21Mendoza, Francesco de, 25, 26Mendoza, Pedro de, 20, 21Millán, Pedro, 125Michelena, Juan Angel, 339Moreno, Mariano, 341, 343Núñez Cabeza de Vaca, Alvar, 23, 24, 25Olaguer y Feliú, Antonio, 220, 222, 223, 224Ortiz de Zárate, Juan, 29, 30, 31, 39Ortiz de Vergara, Francisco, 28, 29Oyarvide, Andrés de, 228, 230Pérez Castellano, José Manuel, 346, 349Petrarca, Domingo, 121Pino, Joaquín del, 186, 187, 188, 219, 226, 227, 228,Rasquin, Jaime, 28Rodríguez, Martin, 341, 345Rodríguez Valdez, de la Banda, Diego, 35Rondeau, Jose, 226Rosa, Agustín de la, 183, 184Ruiz Huidobro, Pascual, 228, 230, 232, 233Saavedra, Cornelio, 341, 344, 345Salazar y Espinosa, Juan de, 20, 22, 23, 25Salazar, José María, 346, 347Sanabria, Diego de, 27Sanabria, Juan de, 25, 26

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Sobremonte, Rafael de (maqués de Sobremonte), 226, 231, 233Solis, Juan Díaz de, 17Soria, Joaquín, 223Sousa, Thomé de, 26Torres de Vera y Aragón, Juan, 31, 33, 34Valdelirios, marqués de, 180, 182Valdez, Inclán, Alonso Juan, 144Varela y Ulloa, José, 220Vega, Alonso de la, 121, 125Vera y Aragon, Alonso de, 32Vera y Mujica, Antonio, 111Vergara, Juan de, 38Vértiz y Salcedo, Juan José de, 186, 187, 218, 219Viana, José Joaquín de, 179, 181, 186, 190Vigodet, Gaspar de, 348Zabala, Bruno Mauricio de, 117, 118, 120, 121, 122, 125, 126Zarate, Hernando de, 34

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Walter Rela (Montevideo, Uruguay)

Doctor en Letras, Cursó estudios universitarios en Uruguay, Argentina, Brasil y Chile.Docente universitario en Uruguay (Universidad Católica), Argentina (Universidad de Bue-nos Aires), Brasil (Faculdade Nacional de Filosofía de Río de Janeiro, Pontificia UniversidadeCatólica de Rio Grande do Sul), Chile (Universidad de Concepción y Universidad de Chile),EE.UU. (Michigan State University, Washington University in St. Louis, Mo., GeorgetownUniversity, The Chicago University, Arizona State University, The City University of NewYork, Wayne State University), España (Universidad Complutense, Madrid, Pontificia de Co-millas), República Dominicana (Universidad Nacional de Santo Domingo Pedro HernríquezUreña).Como investigador ha recibido becas y premios en EE.UU., España y Brasil.Dictó conferencias en 1992 en Organismos Internacionales Unesco (París), BID (Washing-ton D.C.) y OEA (1994).Profesor de Honor de la Universidad Nacional de Santo Domingo, Miembro de Honor de laSociedad Nacional Hispánica y de Society Alumni Michigan State University (EE.UU.) y dela Sociedad de Estudios Bibliográficos Argentinos (Buenos Aires).Miembro de Número Fundador de la Academia Uruguaya de Letras y de la Academia Uru-guaya de Historia Marítima y Fluvial, Presidente de la Fundación por la Historia del Uru-guay (año 2000).Correspondiente de la Academia Argentina de Letras, Correspondente Estrangeiro de la Aca-demia Carioca de Letras, de Honor de la Academia Brasileira de Filologia y de la AcademiaRiograndense de Letras, Miembro de Honor del Círculo de Cultura Panamericano (N. Y.).Como documentista cursó estudios universitarios en Brasil, Argentina, Chile y EE.UU. entre1956 y 1969. Fue becado por Itamaraty para especializarse en el IBBD (Instituto Brasileirode Bibliografía e Documentação (marzo-diciembre de 1956), Ford Foundation (WashingtonUniversity in St. Louis, Mo., Ollin Library enero-mayo 1969), FID (Federación Internacionalde Documentación) para participar en la 35a. Conferencia y Congreso Internacional deDocumentistas (Buenos Aires, setiembre de 1970), UNESCO-UNITED NATIONS, (IndustrialDevelopment Organization).Publicó libros sobre la materia en EE.UU. (Michigan State University, Arizona State University,Nebraska Univesity), y en editoriales especializadas (Greenwood, London - N.Y.), Garland(London - N.Y.).En Brasil editó con la Faculdade de Letras da Universidade Federal de Rio Grande do Sul.En Argentina con el Instituto de Letras de la Facultad de Filosofía de la U.B.A.En el Uruguay con el Departamento de Literatura Iberoamericana (Facultad de Humanida-des y Ciencias), Departamento de Documentación e Información (Universidad del Trabajo) yUniversidad Católica del Uruguay.

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Obras publicadas sobre temas históricos- Los escritos de D. Gonzalo de Doblas relativos a la Provincia de Misiones, 1785-

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1. 1527 - 1679. Del Fortín San Salvador a la entrada deManuel Lobo en el Río de la Plata. 17

2. 1680 - 1729. De la Colonia del Sacramento a la FundaciónJurídica de Montevideo. 109

3. 1730 - 1749. Del Primer Cabildo de San Felipe y Santiagoal Primer Gobierno Político-Militarde Montevideo. 155

4. 1750 - 1776. Del Tratado de Madrid a la creación delVirreinato del Río de la Plata. 179

5. 1777 - 1807. Del Tratado de San Ildefonso al fin de lasInvasiones Inglesas. 217

6. 1808 - 1810. De la Junta de Montevideo a la JuntaGrande de Buenos Aires. 335

Bibliografía 415

Indice de Nombres 425

Indice General

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