Hiromi Kawakami Algo Que Brilla

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HIROMI KAWAKAMI ALGO QUE BRILLA COMO EL MAR traducción del japonés de marina bornas montaña acantilado barcelona 2010

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Esta novela, a diferencia de la primera de la autora "El cielo es azul, la tierra es blanca", tiene personajes mas luminosos y alegres. Quien cuenta la historia es un adolescente que creció en un hogar fuera de lo común, con su madre, su abuela, y las visitas de su padre biológico Otori. Las preocupaciones adolescentes por el amor, la sexualidad y la amistad son los temas del libro, que planea con naturalidad del hogar a la escuela de Midori, de su relación con la madre y la abuela a su vínculo con su amigo Hanada y su novia Mizue. Y en el medio, en un lugar indefinido de su vida, su inmaduro padre Otori.Un libro de climas, de sensaciones mas que de historia. Se siente el aire que respiran los personajes, sus impresiones, sus emociones. Personajes pintorescos, interesantes, asi como sus relaciones.En realidad los sucesos no son importantes. La novela es un recorte, un momento, la autora nos trae esta gente tan peculiar (ninguno es del todo convencional) nos la presenta. Leer esta novela es como sentarse a contemplar un paisaje tranquilo."Midori Edo es un niño en tránsito a la edad adulta. Vive con Aiko, su madre soltera, y su abuela Masako, y recibe las visitas de su padre biológico. Hanada, su amigo de la escuela, quiere vestirse de mujer para ir por la calle «como si le estuvieran apuñalando», mientras Mizue, que está enamorada de él, le pide una mayor proximidad física. Crónica sutil del cambio, la búsqueda de la identidad sexual y la amistad, Algo que brilla como el mar es, por encima de todo, una historia en la que fluyen con naturalidad los aspectos más recónditos del alma."

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HIROMI KAWAKAMIALGO QUE BRILLA COMO EL MARtraduccin del japonsde marina bornas montaaacantiladobarcelona 2010ttulo original Hikatte mieru monno, are wa Publicado poracantiladoQuaderns Crema, S. A. U.Muntaner, 462 - 08006 BarcelonaTel. 934 144 906 - Fax 934 147 [email protected] 2003 by Hiromi Kawakami. All rights reserved. de la traduccin, 2010 by Marina Bornas Montaa de esta edicin, 2010 by Quaderns Crema, S. A. U.Derechos exclusivos de edicin en lengua castellana:Quaderns Crema, S. A. U.En la cubierta, fragmento de La tempestad,de Giorgioneisbn: 978-84-92649-62-4depsito legal: b. 31 955-2010aiguadevidre Grficaquaderns crema Composicinromany-valls Impresin y encuadernacinprimera edicin noviembre de 2010Bajo las sanciones establecidas por las leyes,quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorizacinpor escrito de los titulares del copyright, la reproduccin totalo parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento mecnico oelectrnico, actual o futuroincluyendo las fotocopias y la difusina travs de Internet, y la distribucin de ejemplares de estaedicin mediante alquiler o prstamo pblicos.TODO EST BIEN EN LA TIERRACmo te ha ido el da?me pregunta mi madre todos los das. Bien, normalle respondo yo. Bien y normal, siempre las dos mismas palabras. Las ocasiones en las que le doy una respuesta diferente se pueden contar con los dedos de una mano. Cuando tengo que responderle otra cosa, como fatal o muy bien, intento no tenerla delante. Es muy fcil no tener a mi madre delante, porque siempre est ocupada. Mi madre es escritora freelance. Escribe artculos sobre temas variados: sobre las pasteleras de los alrededores de Tokio, sobre tcticas para librarse de las tareas domsticas, sobre cosmtica para adolescentes inexpertas o acerca de la mejor forma de cuidar un perro en un piso. Por exigencias de su trabajo, ha llegado a comer doce pastelitos de golpe y a untarse la cara con cinco productos distintos para blanquear la piel, adems de ir echando pestes de un pao de cocina que sirve para fregar los platos sin detergente: Con lo que a m me gusta la espuma artificial!, dice. Cada vez que le respondo Bien, normal, me lanza una mirada escptica. Yadice. Bueno, pues me parece estupendo. Pero yo s que es mentira. A mi madre no le gusta esa respuesta. Le encantara decirme que la vida es mucho ms que normal. Desde mi primer da en la escuela primaria, cuando me pregunt por primera vez Cmo te ha ido el da?, hasta hoy, que ya soy un estudiante de bachillerato, no ha dejado de pensarlo ni por un momento.algo que brilla como el marRecuerdo perfectamente la primera vez que mi madre me pregunt:Cmo te ha ido el da?Bien, normalle respond con un hilo de voz. Llevaba el gorrito amarillo del uniforme de primaria calado hasta los ojos. Mi cartera, que era demasiado grande, llevaba un plstico protector del mismo color, a juego con el gorro. Asent, iluminado por el resplandeciente tono amarillo.Normal?repiti ella. Sle respond de nuevo. Los das no son normales, seguro que te ha pasado algo especialinsisti. Entonces, me puse a pensar. La nia que se haba sentado a mi lado se pareca mucho a la tortuga que tenamos en casa. El maestro se haba equivocado al leer mi apellido. Yo me llamo Edo, pero l lo pronunci Hedor. Mis compaeros de clase y yo nos quedamos estupefactos. Todos menos uno, que solt una carcajada. Era Hanada. Ya tendr ocasin de hablar de Hanada ms adelante, as que ahora no lo har.El agua del grifo sala tibia y tena un sabor metlico. A la hora del recreo, me haba quedado de pie bajo el cerezo, mirando hacia arriba, y un nio de mi clase me haba insultado: Idiota!.Hanada, que tambin estaba contemplando el cerezo, se haba vuelto hacia el nio y le haba espetado: Mocoso!. Su capacidad de reaccin me dej admirado, de modo que ech un vistazo a la chapa que llevaba con el nombre escrito. Los caracteres que formaban su nombre, Hanada, estaban muy separados y no encajaban con el aspecto corpulento del nio. Ha sido normalrepet. todo est bien en la tierra Yasuspir mi madre. Por mucho que pensara, mi segundo da de clase en la escuela primaria estaba dentro de los lmites de lo que yo consideraba normal. Si te pasa algo malo, dselo enseguida a mamme advirti ella con expresin preocupada. Asent levemente. Y cuando te pase algo bueno, Midori, tambin quiero que se lo digas a mam para que pueda compartir tu alegraprosigui mi madre. Asent de nuevo. Estaba impaciente por empezar a comer, pero intua que mi madre estaba preocupada por algo, as que permanec inmvil. Sin embargo, la impaciencia me corroa por dentro. Por cierto, en aquella poca mi madre se refera a s misma como mam. Ahora, en cambio, cuando habla de s misma dice yo. Eres un chico muy arisco, Midori. Si yo fuera joven, nunca me enamorara de alguien como tsuele decirme con toda la tranquilidad del mundo. No me molesta que mi madre se refiera a s misma como yo y no parezca mi madre. Slo me hace sentir vagamente incmodo que se esfuerce tanto en no parecer una madre. Por otro lado, tengo el presentimiento de que hay algo de m que tambin incomoda a mi madre. Seguro que le molesta que todo lo que me pasa me parezca simplemente normal. Para m, todo entra en la categora de normal, incluso aquella pelea que tuve con Hanada, de la que sal con un dedo inflamado porque quise darle un puetazo en el estmago que l esquiv gilmente y mi puo se estrell contra algo que brilla como el mar un poste de electricidad; o la primera vez que consegu hacer el amor con Mizue Hirayama despus de tres intentos frustrados. De todos modos, a mi madre no le cuento todo lo que me pasa, por supuesto.Aunque el mismsimo Godzilla apareciera en la colina que hay detrs de tu colegio, a ti te parecera lo ms normal del mundome reprocha ella, con un suspiro. Detrs de mi colegio no hay ninguna colina. No tienes sentimientos. No es una cuestin de sentimientos. Los chicos de tu edad no sois capaces de comprender la belleza y la tristeza que encierra la figura de Godzilla. No es verdad. A m Godzilla me gusta bastante. Tiene una cola digna de admiracin. S, esa cola de reptil le da un aire especial. Mi madre y yo nos desviamos del tema, como si nada, y acabamos perdiendo el hilo de la conversacin. Como si nada es una expresin que suele utilizar Mizue Hirayama. T y tu madre lo hacis todo como si nadame dijo un da Mizue, con un deje de emocin en la voz. Como si nada? S. No te parece misterioso?Misterioso. Siempre he pensado que Mizue tiende a creer que posee la razn universal. El caso es que mi madre y yo, para bien o para mal, no tenemos una relacin tan intrigante como ella piensa. Yo nunca me he sentido incmodo frente a mis padresrepuso Hanada, que estaba sentado con la espalda apoyada en la valla de la azotea. A la hora de comer, Mizue, Hanada y yo tombamos el sol en la azotea del pabelln de clases especiales del colegio. A diferencia de los dems pabellones, all casi nunca haba nadie. todo est bien en la tierra Los padres son criaturas de otra especie, verdad? prosigui Hanada, animadamente. Quiz tuviera razn. Puede que los padres y las madres sean criaturas de otra especie, como la ma: Mi madre siempre se perfuma despus de desayunar. Este perfume huele a flores blancasdice. Ni amarillas ni violetas, sino blancas. A mi madre le quedan muy bien las gafas de sol. A mi madre le gusta ms el filete de ternera rebozado que el filete de cerdo. A mi madre le gusta el sumo, y se lamenta porque ltimamente ya no hay luchadores con enormes barrigas. A mi madre no se le da bien coser. Se le resisten especialmente los botones. En cambio, es una artista de los dobladillos. Cuando empezaba a coser los trapos que tena que llevarme al colegio, no poda parar. Una vez, cosi veinticinco trapos de golpe y tuvimos una discusin porque pretenda que me los llevara todos al colegio al da siguiente. Mi madre no ha estado nunca casada. De hecho, me tuvo a m sin haberse casado.Pues a m la madre de Midori no me parece una criatura de otra especiedijo Mizue Hirayama. Yo creo que es la excepcin, aunque es una persona que parece nadar a contracorriente de la sociedadle respondi Hanada a Mizue, encogindose de hombros. Hanada sigue teniendo la misma constitucin corpulenta que cuando ramos nios. A m me cae bien. Quiz por eso Midori est tan enmadradoaadi Mizue, con un profundo suspiro. Era un da soleado. Al medioda, Mizue y yo solamos subir a la azotea. No haba gente, pero s muchos cuervos y palomas. Hanada llegaba ms tarde. algo que brilla como el mar Mizue Hirayama extendi la bolsa vaca del bollo con sabor a meln y la dobl.La verdad es que me apeteca ms un bollo de curry, pero he tenido que aguantarme y comer el de meln. Por qu no has comido el bollo de curry?Es que estoy a dieta. Tanta diferencia de caloras hay?Muchsima.Por qu las chicas os emperris en hacer dieta?Porque nos gusta comprobar que somos capaces de hacerla. Mizue Hirayama y yo hablbamos apoyados en la valla. Yo hablaba despacio, mientras que ella articulaba las palabras velozmente. Los cuervos volaban por encima de nuestras cabezas. Veo que te gustan los cuervos. Pero odio las palomasdijo ella. Mizue tena muy claro lo que le gustaba y lo que no. A m, en cambio, no me gustaba ni me disgustaba prcticamente nada, del mismo modo que casi todo lo que me ocurra entraba en la categora de lo normal. Es verdad que ests muy enmadrado?me pregunt Hanada. A m no me lo parecele respond cautelosamente. No me gustaba la palabra enmadrado. No por el significado, sino por la sonoridad de la palabra en s. Cuando Mizue utiliz esa palabra me sorprend, aunque no reflej mi asombro. An no sabia cmo reaccionar cuando una chica utilizaba una palabra que no me gustaba. Deba expresarle mi disconformidad con mucho tacto, o quiz deba darle a conocer mi punto de vista y pedirle que dejara de utilizar esa palabra? Sera ms adecuado cambiar de tema? Estatodo est bien en la tierra ba convencido de que, fuera cual fuera mi reaccin, no podra evitar que Mizue se enfadara conmigo. Los enfados de Mizue me daban miedo, porque no tena ni idea de cmo apaciguar su clera. Yo no entiendo a las mujeres. Ni a las jvenes, ni a las maduras, ni a las viejasdijo Hanada, y Mizue ri. Hanada tena un poder de atraccin innato. Su corpulento fsico, su profunda voz y sus grandes ojos redondos estaban llenos de atractivo. Si yo hubiera dicho algo parecido, estoy convencido de que Mizue se habra enfadado conmigo. Pero como fue Hanada quien lo dijo, ella se ech a rer a carcajadas. Unas cuantas palomas revoloteaban a nuestro alrededor, picoteando las migajas de pan. Hace buen dadijo Mizue, dando puntapis a las palomas despreocupadamente. Un da preciosocorrobor Hanada. Yo guard silencio. Cuando son el timbre que indicaba el comienzo de la quinta hora de clases, los alumnos del patio empezaron a entrar en los pabellones de las aulas normales. Imitando a Mizue, intent ahuyentar a las palomas con la punta del zapato, pero ellas eran ms rpidas y no consegu alcanzar ninguna. Mizue y Hanada se echaron a rer. Malhumorado, pate el suelo con el pie, y los pjaros levantaron el vuelo todos a la vez. Las piernas de Mizue resplandecan exuberantes bajo la luz del sol. Quiero hacer el amor con Mizuepens intensamente. Quiero hacerlo, quiero hacerlo, quiero hacerlo con desesperacin, pens. Aquella idea haba surgido con la misma fuerza con que el agua brota de una fuente. Pero no poda hacerlo. Por qu no vamos a algn sitio esta tarde?propuso algo que brilla como el mar Mizue Hirayama. Mi corazn empez a latir ms deprisa, porque saba que mi madre y mi abuela no estaban en casa. Valele respond, con fingido desinters.Mizue ri bajo la luz del sol que inundaba la azotea. Te apuntas, Hanada?le pregunt con un susurro. Pues no lo srepuso Hanada, desperezndose. Estaba medio adormilado en el suelo de la azotea, y el sol baaba su cuerpo robusto. Vamos todos juntosdijo Mizue. Qu rollorespondi Hanada, y Mizue se acerc a l. Si se acerca tanto, Hanada le ver las bragas por debajo de la falda, pens yo. Pero no dije nada. Vente con nosotros, Hanadainsisti Mizue. Todo est bien en la Tierra. De repente, me vinieron a la memoria unas palabras que mi madre sola decir en ciertos momentos: El ao est en primaveray el da est en el alba,del alba son las siete.La colina est perlada de roco,la alondra va en vuelo,el caracol est en el rosal.Dios est en su cielo.Todo est bien en la Tierra.En aquel momento, sin saber por qu, me acord de aquella poesa que mi madre recitaba, a veces en un murmullo y otras veces en voz alta. Hoy tampoco podremos hacer el amor desesperadamente, me lament para m mismo. Seguro que no podramos hacerlo nunca ms. Todo estaba bien en la Tierra, y Mizue Hirayama exhiba su encantadora sonrisa.