MÁS PROSPERIDAD

Quito, septiembre 19 / 2019

Mi saludo a las personas que me acompañan. Gracias por estar

acá queridos amigos: Javier (Torres, consejero de gobierno) Otto

(Sonnenholzner, vicepresidente de la república), Richard (Martínez, ministro de

Finanzas) y Jorge (Wated, presidente de BanEcuador), que hacen

verdaderamente bien el trabajo.

Tenía un discurso para ustedes, pero la verdad es mejor

conversar un poco con ustedes. De emprendedor viejo a

emprendedores jóvenes. Porque si algo aporta la vejez es la

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experiencia. Y la verdad, la experiencia por lo menos merece

respeto.

Les voy a dar ciertos secretos que me ayudaron a ser un

empresario exitoso. Lastimosamente, un balazo en la espalda y

los dolores muy fuertes me impidieron seguir el trabajo, que lo

continuó mi esposa, que también tuvo éxito.

¿Qué necesita uno para tener éxito en la vida? Dicen que hay

leyes para tener éxito. En más de una ocasión oímos que el

secreto es un secreto escondido. Los judíos han pasado

buscando una palabra que, supuestamente, es capaz de

transformarlo todo en lo que ellos llaman “la cábala”, el análisis

de la palabra, la interpretación de la palabra. Y tienen razón.

Hay palabras mágicas. “Buenos días”, “¿Cómo estás?”, “Gracias”,

son palabras mágicas. “Quiero escucharte”, “Quiero escuchar lo

que piensas”. “Quiero escuchar lo que sientes”. Son palabras

mágicas. Hay muchas palabras mágicas. Depende de cómo le

digas y en qué circunstancias lo digas. Hay varias palabras

mágicas que pueden transformar la vida, el corazón de la gente.

Si ustedes tienen un producto, un servicio, no existe nada mejor

que convencer. Tú puedes convencer con tu intelecto, eres una

persona inteligente, sabe explicar bien el producto. Pero si no le

emocionas, no te van a comprar. La persona se convence por el

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diálogo contigo, pero decide en el momento en que le pones

algún sello especial, ya sea en el producto, en el servicio o en el

trato personal.

Hay un adagio chino que dice: nadie ponga tienda sino sabe

sonreír. ¡Correcto! Qué horroroso es entrar a una tienda y

encontrarse con un ogro. Y qué hermoso es entrar a una casa, a

un negocio, y encontrarse con una sonrisa maravillosa. Nada

compra más que la sonrisa. Quienes somos padres o abuelos lo

sabemos perfectamente porque hacemos todo lo posible por

obtener la sonrisa de nuestros niños, obsesivamente, si somos

tíos, si somos amigos que llegan a la casa, hacemos todo por

obtener la sonrisa de un niño. Se han dado cuenta de que

cuando el niño empieza a reír, luego empieza a repetir con

frecuencia la risa. Es porque es su primer acto de amabilidad. Se

da cuenta que a ti te gusta que ría, y por eso ríe el niño.

Si alguien es un poco espiritual y quiere saber cómo es el mundo

de Dios, vea lo que hace un niño, porque él acaba de llegar de

allí.

Entonces reír cada vez que haya la oportunidad. No la risa idiota,

sino la sonrisa maravillosa que denota espontaneidad, que

denota que amas, que estás dispuesto a sacrificar algo de ti en

beneficio del otro.

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El momento en que hago un producto, el momento en que tejo

un saco, lo hago como que fuera a usar ese saco la persona que

más quiero. Como que fuera para mi madre, como que el

pantaloncito fuera para mijo, para mi sobrino, para mi hermano.

De eso se trata. ¡Hacerlo bien!

¿Y cómo lo haces bien? En primer lugar, con el corazón. Y en

segundo lugar, con el sacrificio, con el esfuerzo, con el

conocimiento. Jamás en la vida dejen de aprender. Para eso el

ser humano tiene sentidos que le permiten conocer, que le

permiten captar los aromas, captar las texturas.

Hace un momento me regalaron un chocolate. Está bastante

bien presentado. Habría que ver la textura, la facilidad para

disolverse en la boca. Se han dado cuenta de que muchos

chocolates suizos, apenas se ponen en la boca empiezan a

convertirse en sabor. Hay que descubrir el secreto, que permita

tener el mejor producto o servicio para la persona adecuada.

Otro tema es siempre conversar. Jamás en la vida echar la culpa

a nadie. Nosotros somos muy propensos a que, si algo sale mal,

lo primero que hago es descargarme de la culpa: ¡yo no tengo la

culpa! El otro tuvo la culpa. Dejar de culpar a los otros de lo que

pasa. ¿Por qué? Porque cuando tú culpas al otro, lo único que

obtienes de él, es que empiece a encontrar argumentos en

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contra de ti. Entonces, en vez de culpar a la gente, mejor pídele

su opinión, pídele que encuentren las soluciones en conjunto.

Cuando tengas con quien trabajar, siempre procura conversar sin

encontrar culpables, y mejor encontrar soluciones a los

problemas que se presentan en la vida.

Otro truco para los empresarios es: jamás en la vida dejarse

vencer.

Por eso un verso de Almafuerte (perdónenme si lo recuerdo

mal), dice que no te consideres vencido, ni siquiera ya vencido.

Inclusive tiene una frase un tanto agresiva, que dice: “Que

muerda y vocifere vengadora rodando por el suelo tu cabeza”. Es

el extremo.

Realmente amerita el esfuerzo extraordinario que ustedes

pueden realizar por dar un buen servicio, por dar un buen

producto a los clientes, ¿de acuerdo?

(Habla un representante de los floricultores de Tabacundo, en un diálogo con el

presidente:

Ustedes hicieron el corazón de flores, el más grande del mundo, dice el presidente.

¿Qué significa el corazón? -Sí, muchas gracias. Tabacundo es la capital mundial de las

rosas. Gracias por el apoyo, señor presidente, responde el representante de los

floricultores. -No olvides que el corazón significa amor, el valor más importante,

responde el presidente. Y continúa el discurso)

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Hacerlo con amor, hacerlo cada vez mejor, de acuerdo con la

satisfacción de nuestros clientes. Que nuestro producto o

servicio llenen un vacío que, a lo mejor, el cliente lo tiene. Si

hago un jugo, por ejemplo, tiene que ser atractivo. Que atraiga el

apetito, que se vea sabroso, lindo, que se vea bien hecho. Si es

una etiqueta, cada vez mejor; si es una funda, cada vez más

linda; hacerlo cada vez más bueno, más bello.

Otro secreto para triunfar: dar, dar. Los seres humanos, a veces,

nos acercamos a una chimenea y buscamos calor, sin antes

haber encendido el fuego.

¿Por qué será que la vecina nunca nos invita? ¿Por qué será?,

pregunta la esposa. El esposo debería contestarle: ¿y nosotros

los hemos invitado alguna vez? A veces perdemos negocios o

ventas importantes, por el temor a acercarnos al cliente. Por el

negativismo, por el pesimismo.

El optimismo es el estímulo más grande que tiene el ser humano.

Es la motivación más grande. A excepción del pesimismo, que es

mucho más motivador. La gente es más propensa a meterse en

el alma el pesimismo, antes que a trabajar con optimismo.

Dar, dar, dar, es otra ley. Dar antes de recibir. Un viejo adagio

oriental dice que el sistema contable del universo es perfecto.

Jamás queda una deuda sin pagar. Todo lo que tú haces por los

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otros, tarde o temprano te llega a ti. Si das amor, te regresa

multiplicado. Si das odio, siempre te regresa multiplicado. Jamás

hay algo que escape a esa ley importantísima.

Por eso Albert Einstein decía: “yo quiero conocer los

pensamientos de dios, el resto son detalles”. ¿Cómo piensa Dios?

¡Con amor, pues! Ese es el requisito mayor: la cortesía, la

amabilidad, la afabilidad en servir a la gente, el deseo sincero de

querer hacerlo. Y si alguien es un poco osco, no te preocupes: a

ser amable también se aprende.

“A amar también se aprende”, es una frase que dice la madre de

la protagonista de la novela “El amor en los tiempos del cólera”,

de Gabriel García Márquez. Amar también se aprende. Los

matrimonios durarían toda la vida, así como lo ofrecen en el

altar. Durarían toda la vida si amaramos un poquito más a ese

ser, todos los días.

En lugar de pensar en que no te dio regalo en el cumpleaños, en

que no te planchó la camisa, en que no te hizo la comida que

querías, ¿por qué no te acuerdas de los momentos lindos? Es

una opción tuya pensar en los momentos lindos que has pasado

con él o con ella. O pensar en las cosas que no hizo, o como te

afectó emocionalmente, ¿verdad?

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Entonces amar, el primer requisito; dar, el segundo; el tercero,

no culpar a la gente, mejor hay que pedir que colabore a

solucionar el problema; el cuarto punto es prenderse un poco del

objetivo. No digo que no le pongamos atención e intención a lo

que hacemos, pero también pensemos en que existe la

posibilidad de que, a lo mejor, no dé resultado. Lo hago bien,

hago lo mejor, adquiero la mayor cantidad de conocimientos

para poder aplicarle al producto o servicio. Todo eso es atención,

todo eso es intención.

No te preocupes, habrá un buen resultado. Pero también hay

que desprenderse un poco del resultado, porque a veces

obsesionarse demasiado con obtener el resultado puede ser

contraproducente. Por eso los colombianos dicen: el que

muestra el hambre no come. A veces, los adagios populares

tienen sabiduría, y generalmente la sabiduría que proporciona la

experiencia, fundamentalmente.

Otra ley: alejemos de nuestra cabeza el temor a la

incertidumbre. “¿Qué irá a pasar? Seguro me va a ir mal, a mi

mamá, a la abuelita, a mi prima también le fue mal”. Aprender a

manejar la incertidumbre, no temer a la incertidumbre. Démosle

paso a la incertidumbre, el universo es incertidumbre. Por eso

ahora se habla muchísimo de la teoría del caos.

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La influencia mínima: cómo pequeños estímulos provocan

inmensas satisfacciones. A veces la gente está con el cerebro

preparado para recibir un estímulo mínimo, agradable, que

cambia totalmente su actitud de pesimismo, o su actitud de

negatividad ante el producto o servicio que tú ofreces. No temer

a la incertidumbre jamás, no temer a la incertidumbre jamás. La

incertidumbre es un inmenso abanico de posibilidades. El futuro,

toda nuestra acción, ofrece un efecto infinito de posibilidades.

Si ustedes hacen un flujograma, en el cual dan todos los

escenarios futuros que podrían devenir de tu acto, de la venta de

tu servicio, de la venta de tu producto, te vas a encontrar con

que hay múltiples posibilidades. Le gusta o no le gusta. Si le

gusta, ¿qué pasa? ¿Le pido su opinión, desearía agregarle algo

más, le agrego algo más? ¿Le parece más o menos? ¿Les gusta a

las mujeres, a los hombres, a los niños? Así como un flujograma

tiene una inmensa cantidad de posibilidades, el futuro también

lo tiene. Y no hay que tenerle miedo, porque ahí está el

entusiasmo, ahí está la aventura del ser humano.

Si te encuentras únicamente con cosas ciertas a cada momento,

no vas a tener la oportunidad de aprender a desarrollar

soluciones a los problemas. Así de simple. No temer a la

incertidumbre, todo lo contrario: el futuro ofrece un inmenso

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abanico de posibilidades, no hay que padecerlo. El futuro hay

que disfrutarlo y empezar a ser optimistas desde hoy.

Así como David y Goliat. ¿En qué momento mató David a Goliat?

¿El momento en que le estrelló una piedra certera en la cabeza,

sacó su espada y le cortó la cabeza? No es verdad. El día anterior,

cuando David decidió que iba a impactar una piedra en la cabeza

de Goliat, lo iba a derribar, iba a coger su espada y le iba a cortar

la cabeza, ese momento del día anterior, ya Goliat estaba

muerto. Así de simple.

Cuando tú decides hacer las cosas bien, tarde o temprano eso da

resultado, y no tengas miedo al fracaso: otra ley. Hay gente que

se espeluzna ante la posibilidad del fracaso. Por ejemplo, en los

Estados Unidos existe una ley de quiebras, que permite a las

instituciones, a los emprendedores, a acogerse a esa ley y volver

a comenzar. Porque por más mal que te haya ido en la vida,

siempre existe la posibilidad de levantarse y volver a caminar y

volver a empezar.

No te preocupes si te toca volver a empezar. Vuelve a empezar y

trabaja, trabaja siempre. El otro día me criticaron porque dije

que me encantaba ver cuando un niño, para suplir lo que no

puede tener en la casa, se lanza a trabajar. No es lo deseable, es

verdad, pero les comento: mi padre era diputado y tenía un buen

ingreso. Sin embargo, yo alquilaba revistas en la esquina. Los 10

mayores se acordarán de lo que era alquilar revistas. Ahora

ustedes tienen Netflix y no necesitan revistas, pero antes los

comics eran una distracción, una de las pocas distracciones

además del deporte.

Entonces, yo compraba revistas y las alquilaba en la esquina. Y

jamás me sentí incómodo, así como jamás se sienten incómodos

los niños y jóvenes que palean nieve en los Estados Unidos, que

venden periódicos, que venden limonada. Jamás se sintieron

incómodos.

A lo mejor, la pregunta vendrá: ¿por qué cuando alguien iba a los

Estados Unidos decía: qué gente para trabajar, todos trabajan,

todos aprenden a hacerlo. Yo no digo que saquen a los niños a la

calle, pero enseñen a trabajar a sus hijos desde temprana edad.

Así adquirirán el hábito maravilloso de trabajar, para tener una

vida mejor y poder proporcionar a sus familias una vida mejor

también.

Les decía hace un momento que quien no sabe sonreír, no ponga

tienda. Yo no vuelvo a un sitio donde me tratan mal. A veces

vemos saloneros que te lanzan los platos, restaurantes donde

dan pésimo servicio. ¿Tú vuelves? No, pues. Desaparecen los

clientes por el mal servicio y el salonero sale a la calle a decir: “lo

que pasa es que el gobierno no da trabajo”. ¿Dónde les doy

trabajo? En el sector público ya no hay donde. Ustedes ven 11

dependencias en las cuales hay cinco personas para un

escritorio. Ya no hay donde en el sector público.

La opción es esta: todos tenemos alguna capacidad, algún

conocimiento, alguna destreza, alguna habilidad especial, que la

percibes desde cuando eres niño. ¿Por qué no aprovechar esa

potencialidad? Hacerlo mejor cada día, ponerle un empaque

mejor cada día, preguntar a la gente qué desea, cómo desea,

cómo le hubiera gustado el producto. La gente siente cuando has

hecho un producto en el cual la manipulación humana ha sido lo

menos posible, con todas las normas de higiene. A veces tienes

un lindo producto y lo manipulas mal, lo presentas mal, la

etiqueta horrorosa.

No olvidemos que los productos, en gran proporción, entran por

los ojos, principalmente los alimentos. Es difícil que alguien coma

algo que parece repugnante, pese a que hay quienes fabrican

chocolate en forma de ratones, de lombrices. A mí, en forma

particular, no me atrae. Pues bien, preguntar si hay mercado

para ello. Y me dedico a hacer ratones de chocolate, porque hay

gente a la cual le gusta. Siempre encontramos gente dispuesta a

hacer algo que tú propones.

Siempre vivir con optimismo, siempre pensar en que las cosas

van a salir mejor. Es probable que el optimista y el pesimista

tengan las mismas posibilidades de que las cosas salgan bien o 12

mal. Pero, por lo menos, el optimista se divierte más, tiene una

vida más saludable, se enferma menos. Y por supuesto, puede

trabajar mejor, adquirir conocimiento de mejor manera, sin

preocuparse de las maldades que uno puede hacer a los demás.

¡Vivamos con optimismo!

Qué importante es conocer a los clientes, es otro tema. Conocer

sus gustos, saber cómo funciona su sicología. Las mujeres tienen

para ello un sexto sentido. Son altamente intuitivas. Confiemos

en su criterio, raras veces se equivoca.

Para mis queridos amigos que tienen algún tipo de discapacidad:

a veces uno nace con una discapacidad y a veces la adquiere,

como en mi caso y el de otros compañeros y amigos que están

acá.

Yo decía que el sistema contable de Dios y del Universo es

perfecto. Cuando te quitan algo, siempre te ponen algo. Y

cuando te dan algo, siempre existe la posibilidad de que te

quiten algo. Cuando una persona adquiere una discapacidad, o

nace con una, sucede algo extraordinario dentro de su anatomía.

La dinámica de su anatomía, de su fisiología, de su sicología, la

dinámica inclusive de su espiritualidad, cambia. Se ven las cosas

distintas. Miren ustedes lo que significa estar en una silla de

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ruedas. Yo antes era un empresario exitoso, caminaba casi

viendo solo para adelante y para arriba.

Cuando uno adquiere una discapacidad física, hasta por

necesidad aprende a ver para abajo. Y eso lo digo de manera

simbólica. Aprende a ver para abajo, a ver que hay otras

realidades, aprende a ver que hay otras circunstancias. Aprende

a observar que hay gente que no la pasa bien, que la pasa

realmente mal. Y que yo debería recuperar ese entusiasmo que

tenía de joven, de tratar de ayudar a los demás. De hacer cosas

para que la gente se sienta bien. La dinámica cambia y, de

repente, la persona con discapacidad descubre que tiene

maravillosas potencialidades para salir adelante.

En Francia, a las personas con discapacidad visual se las utiliza

para catar vinos, para saber la composición de los aromas de los

perfumes. O en China, por ejemplo, para poder detectar 300 o

400 clases de té. Porque una persona con discapacidad visual

adquiere mayor sensibilidad en otros sentidos. Por eso suelen

ser excelentes músicos, o excelentes para brindar atención al

público por teléfono. ¿Por qué? Porque saben captar de mejor

manera, mediante los sonidos, lo que la gente te quiere decir.

No es lo mismo cuando tú tienes la visión completa, y mientras

solucionas el problema estás haciendo otra cosa, estás leyendo

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el periódico. Una persona con discapacidad visual lo hace

muchísimo mejor.

Una persona con discapacidad física tiende a preocuparse de

otras cosas. Son gente que adquiere mucha capacidad para

escribir, con capacidades manuales. Así como una persona sorda,

por ejemplo, desarrolla muchísimo otros sentidos,

principalmente el olfato, el gusto, la vista, el tacto. Es gente que

trabaja la filigrana con especial delicadeza y ternura, y hace las

cosas muchísimo mejor.

Me preguntaban algún momento: ¿qué habilidad, qué

potencialidad tiene una persona con discapacidad intelectual? Y

le respondo: amar. ¿Se han dado cuenta de que son gente que

siempre están dispuestas a ayudarte? A darte un abrazo

cariñoso, que a veces asusta a quienes no conocen ese tipo de

comportamiento.

Pregúntenles a los floricultores: ¿cuáles son las personas que

cuidan con mayor entusiasmo las flores?, ¿cuáles son las

personas que cuidan con mayor entusiasmo, cariño y amor los

animalitos?

Les voy a contar algo. Cuando me casé tenía un departamento

donde solo había 4 muebles y un refrigerador usado. Entonces

mi suegra decidió ayudarnos a que decoremos el departamento.

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Y me regaló una planta, “moneditas” creo que le llaman, que

llegaba hasta el piso, preciosa. Pasó una semana y la planta

empezó a morir. Le dijimos a mi suegra que tal vez no le está

llegando el sol, o que no tenía suficiente agua, a lo mejor falta de

abono.

Entonces ella dijo, me la voy a llevar. Y después de cuatro días

regresó la planta en perfecto estado, preciosa como antes.

Entonces le dijimos a mi suegra ¿qué hizo? ¿Le puso más agua, le

puso más al sol? No, lo que no tienen ustedes es “mano”. Y mano

no es sino amor, hablarle a la planta, ponerle un poco de música,

así como se hace con el bebé que está en el vientre, para que

aprenda a endulzarse con la vida y a tener satisfacciones desde el

momento de la concepción. Y así lo podrá conservar.

Como lo decimos nosotros en el Plan Toda una Vida, esa

satisfacción y ese cariño hasta el último día de la vida, hasta

cuando Dios decida cerrarnos los ojos, proporcionar felicidad a

los seres humanos. Eso hace la persona que tiene discapacidad

intelectual: cuidar muy bien las plantas. Son extremadamente

responsables, lo hacen lindo.

Entonces descubre tu potencialidad, qué es lo que haces mejor

que los otros, y transfórmalo en emprendimiento. Porque es

posible que esa cosa sabrosa que tú haces sea tu

emprendimiento de futuro.16

La obligación del gobierno es darles capacitación, es advertirles

sobre posibles errores, darles capacitación de cómo vender

mejor, de cómo cuidar mejor el negocio, de cómo presentarlo de

mejor manera, de cómo llevar una contabilidad mínima básica,

qué leyes debo cumplir. Todo eso puede hacer el gobierno, pero

una cosa más, con el Banco del Pueblo (BanEcuador) darles el

capital para que ustedes puedan convertir sus sueños en

realidades.

La vida es un sueño. “¿Que es la vida? Una ilusión, una sombra,

una ficción, que todo bien es pequeño, que en la vida todo es

sueño y los sueños, sueños son”, así decía el poeta Calderón de

la Barca. Es como vivir en un teatro, que es el mundo. Y como

decía William Shakespeare: nosotros somos los actores y

estamos condenados a cumplir los sueños. Y a veces, sin hacer

nada, el sueño llega. Dios es tan generoso, que a veces sin hacer

nada el sueño llega. Pero mejor si tú pones atención, intención,

trabajo, conocimiento, esfuerzo en lo que haces, para que los

sueños se transformen en realidad. Todos tenemos derecho a

tener sueños, esperanzas, todos tenemos derecho a tener

anhelos.

Así es el crédito, lo único que falta para tu maquinaria, para tu

equipo, para la materia prima, para la capacitación, etcétera.

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Ahora el Banco del Pueblo ya no hace que tú vayas al banco.

Ahora el banco va a ti, te toca la puerta. Porque así debe ser.

Tenemos que ir a premiar a los medallistas panamericanos, pero

algún momento tendremos oportunidad de conversar un poco

más de esto. Capacítense, descubran las potencialidades,

háganlo cada vez mejor, preséntenlo y explíquenlo cada vez

mejor.

Como decía un vendedor de la empresa de focos Osram. Ganó el

premio anual al mejor vendedor, y cuando le hicieron pasar a

que dé una charla acerca de cómo lo hizo, manifestó: no existe

una pregunta de focos que yo no pueda contestar. Que no exista

una pregunta de tu producto que tú no puedas contestar. En

otras partes lo están haciendo mejor que tú. Pues a hacerlo

mejor que ellos. De eso se trata. ¡A hacerlo mejor! ¡A

emprender!

Muchas gracias.

LENÍN MORENO GARCÉS

Presidente Constitucional de la República del Ecuador

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