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GEOPOLITICA E PODER Paulo Timm – Organizador para uso em sala de aula -2013 Top 10 military Power in the world http://www.youtube.com/watch?v=DyiJm57RVdI&feature=share Indice I – GEOPOLÍTICA Surgimiento da La geopolítica - Antonio Flores Gavilán DESTINO MANIFESTO - Antonio Flores Gavilán II - GEOPOLITICA E PODER Geopolítica,. Inteligência e. Paradiplomacia na Estraté gia das. Relações Internacionais dos Movimentos Sociais. – Acilino Ribeiro O BRASIL E SEU 'ENTORNO ESTRATÉGICO', NA PRIMEIRA DÉCADA DO SÉCULO XXI - José Luís Fiori Poder, geopolítica e desenvolvimento - José Luís Fiori Geopolítica e Poder Internacional – J.L.Fiori Soberanía, naciones y la crisis del desarme -Oriol Costa

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GEOPOLITICA E PODER

Paulo Timm – Organizador para uso em sala de aula -2013

Top 10 military Power in the world

http://www.youtube.com/watch?v=DyiJm57RVdI&feature=share

Indice

I – GEOPOLÍTICA

Surgimiento da La geopolítica - Antonio Flores Gavilán

DESTINO MANIFESTO - Antonio Flores Gavilán

II - GEOPOLITICA E PODER

Geopolítica,. Inteligência e. Paradiplomacia na Estraté

gia das. Relações Internacionais dos Movimentos

Sociais. – Acilino Ribeiro

O BRASIL E SEU 'ENTORNO ESTRATÉGICO', NA

PRIMEIRA DÉCADA DO SÉCULO XXI - José Luís Fiori

Poder, geopolítica e desenvolvimento - José Luís Fiori

Geopolítica e Poder Internacional – J.L.Fiori

Soberanía, naciones y la crisis del desarme -Oriol

Costa

Fracasso fiscal nos EUA obriga a trabalhar para um

mundo des-Americanizado - 13/10/2013, Liu

Chang, Xinhuanet, China

O nascimento do mundo “des-Americanizado” - 15/10/2013, Pepe

Escobar

A rede do controle corporativo global – Stefania Vitali – Entr.

O império norte-americano e a invasão da Ásia = prof

marco aurelio cabral

III - BRICS

Como a globalização, os BRICS podem ser fenômeno

passageiro - Immanuel Wallerstein – 24 MAY 2013

Crise dos “emergentes” ou do Sistema? - IMMANUEL WALLERSTEIN

IV - MERCOSUL x NAFTA x PACÍFICO

Para Patriota, Aliança do Pacífico é mais "êxito de

marketing"

O Mercosul afunda na sua irrelevancia - Editorial O

Globo

O BRASIL E O PACÍFICO - Mauro Santayana

La disputa por nuestra América: Unasur en la mirilla

yanqui. Ángel Guerra Cabrera

Santos, la conjura contra Venezuela y la Alianza del

Pacífico - Attilio Boron

NOTAS ECONÔMICAS LATINO-AMERICANAS!

(AGÊNCIAS)! - Cesar Maia NL

La Alianza del Pacífico, el Mercosur y la integración

latinoamericana - Adolfo Aguirre (ACTA)

Ofensiva imperialista em grande escala – Não é só a

Venezuela que está na mira, é o continente - Carlos

Aznárez

Implicaciones geopolíticas del ingreso de Colombia a

la OTAN - Atilio Boron

Banco del Sur se consolida como instrumento

financiero para integración latinoamericana - AVN /

O BRASIL E AS AMEAÇAS DO PODER IMPERIAL DOS

EUA - Marco Aurélio Weissheimer entrevista Moniz

Bandeira

Brasil, EUA e o "hemisfério ocidental - José Luís Fiori

V - BRASIL X USA

Brasil - EUA, muy amigos... - José Carlos Ruy

O dissenso de Washington - Rubens Antonio Barbosa

O Brasil isolado - Rubens Barbosa em O Globo

V- BRASIL – COMPETITIVIDADE INDUSTRIAL E PODER MILITAR

O Brasil no contexto regional e global – Celso Lafer

Da politica industrial para o simples bom senso - IEDI

e CNI

Brasil: próxima potencia militar - Santiago Pérez

VI – OS RISCOS DA III GUERRA MUNDIAL

Ataque dos EUA à Síria é repelido pela Rússia no Mediterrâneo -

I – GEOPOLÍTICA

Surgimiento de la geopolítica http://mamiferopolitico.blogspot.com.br/2009/10/surgimiento-de-la-geopolitica.html

Antonio Flores Gavilán : Aqui en el presente articulo presentamos el concepto de Geopolítica y como este tiene diversas concepciones según los intereses de las grandes potencias mundiales.

A través del tiempo observamos diferentes interpretaciones y definiciones vemos que esta ciencia es determinante para la toma de decisiones en el nivel político, incluso ha sido llamada una ciencia de carácter mítico, que tenía incluso dentro de su propósito ser una especie de pronóstico del futuro, atribuyéndole concepciones agresivas, expansionistas, promotoras de utopías e incluso de guerras entre Estados.

Sin embargo en la actualidad incluso las grandes transnacionales, asi como sus altos ejecutivos a la hora de tomar desiciones sobre nuevas inversiones necesitan tener una clara visión del espacio en donde estan, y con quien están tratado.

Surgimiento de la geopolítica:

El pensamiento geográfico-político se remonta a los tiempos remotos de la cultura de la humanidad. Puede hallarse su origen en el siglo IV antes de Cristo con pensadores como Heródoto, Tucídedes, Hipócrates de Cos, Platón, Aristóteles, Polibio y el gran geógrafo Estrabon (perteneciente al siglo I antes de Cristo). En sus obras se incluyen referencias y meditaciones sobre la comprensión de la incidencia del medio ambiente geográfico sobre el hombre y sus organizaciones políticas. Todos éstos pensadores de la antigüedad condujeron al autor norteamericano, Derwent Whittlesey, a afirmar que la “Geografía Política es la forma más antigua de geografía”.

Durante el período renacentista, donde se perfilan los primeros Estados modernos, se concreta la expansión del mundo conocido, a través de los grandes descubrimientos geográficos, aparecen destacados cultores del pensamiento geográfico-político. Entre ellos podemos nombrar a Sansovino, Bodin, Montesquieu, Voltaire, etc. Todos éstos, destacan la influencia determinante de las condiciones naturales del territorio sobre la conducta humana.

Los precursores de la Geografía Política, ya en la edad contemporánea, fueron los geógrafos alemanes Alejandro von Humboldt (1769-1859) y Karl Ritter (1779-1859). El segundo tuvo un papel preponderante en esta rama de la ciencia; sostenía que la disposición de las tierras en el planeta y las características diferenciadas de los continentes explican el distinto grado de civilización alcanzado en ellos. En cuanto a Alejandro von Humboldt podríamos decir que es considerado el padre de la geografía moderna.

Para finalizar vale destacar que el surgimiento y desarrollo de la Geopolítica se dio entre los

siglos IV antes de Cristo y fines del siglo XIX. Además es la aparición y permanencia de un enfoque ecológico interesado en la influencia del medio físico sobre el hombre y sus actividades políticas, él cual, consecuentemente se relacionará plenamente con el determinismo ambiental de la próxima etapa. Decadencia de la Geopolítica (1950-1970): Luego de la derrota Alemana en 1945 y la muerte de Karl Haushofer en 1946, tuvo lugar el final de la escuela de geopolítica alemana. A su vez el fin de la guerra marcó en otros territorios (tales como el Japón e Italia) la decadencia de la geopolítica. En cuanto a su estudio también en Norteamérica se desarrollo un desinterés. El cuadro total de los años cincuenta y sesenta es uno donde se evita la geopolítica y se la relega a secciones históricas de textos tanto en geografía política como en ciencia política, y en la palabra misma tiene poco uso en debates políticos o académicos. Esto se debe ya que la declinación de la geopolítica es registrada al nivel de lenguaje y terminología como la asociación que hubo entre el término con la geopolitik Alemana, de carácter casi fatal. En conclusión el término era evitado por sus connotaciones nazis. Esta evidencia de una declinación no debería, sin embargo, ser exagerada como un fallecimiento completo ya que se llevó a cabo la navegación del término bajo otras apariencias como estudios estratégicos o inclusive geografía política. Restauración de la Geopolítica: La situación mundial comenzó a cambiar. El panorama se enfocó entre la situación bipolar entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Paralelamente se sucedieron hechos tales como: el crecimiento del nacionalismo tercermundista, la Revolución Cubana y el crecimiento de movimientos revolucionarios en otras partes del mundo. A su vez esta situación era acompañada por un crecimiento del poderío militar y naval Soviético y con la palpitante e incipiente amenaza nuclear. Cabe mencionar también como importante los cambios económicos que reflejaban la declinación del poder relativo americano en la economía mundial. Todos estos hechos mencionados, desencadenaron en una mayor complejidad y multipolaridad en la política internacional que a su vez sirvieron para revitalizar la reflexión geopolítica, aún cuando el término “geopolítica” fuera evitado.

Planisferio

En muchas formas la declinación de la geopolítica en el período 1950-1970 proveyó buenas condiciones para el renacimiento del término. El tiempo pareció ser una buena cura ya que muchos habían olvidado, en efecto, la asociación del término con el régimen de Hitler. Un elemento clave para la restauración fue el uso extensivo que Henry Kissinger le dio al término. La geopolítica de Kessinger no sólo señaló el renacimiento de la escritura geopolítica Occidental, sino que también le dio un ímpetu sustancial en nuevas direcciones. Ya que el uso dado al término por Kissinger tuvo tal impacto, cabe resaltar la importancia de su obra.

La geopolítica de Kissinger: 1.- Hizo un gran uso del término geopolítica: introdujo el término en la prensa popular y subsecuentemente en el lenguaje. 2.- Según Bull y Henrikson, Kissinger da al término un concepto individual ya que no es siempre claro sino más bien indefinido: el contenido geográfico de la geopolítica de Kissinger lo asocia con el equilibrio global y los intereses nacionales permanentes en el equilibrio del poder mundial. 3.- El contenido específico de la geopolítica de Kissinger estaba principalmente relacionado con las nuevas relaciones de Estados Unidos con China comunista. 4.- Su perspectiva se basa en establecer un equilibrio de poder en un mundo multipolar. 5.- Introduce el término realpolitik con el efecto de dar una reacción deliberadamente provocativa (teniendo en cuenta sus connotaciones históricamente negativas). Cuadro comparativo de los pensadores: Pensadores Geopolíticos Nacionalidad Nombre Pensamiento

1.- Alemana Frederich Ratzel : Introdujo el término “Espacio Vital”. Todo Estado tiene fronteras dinámicas con capacidad de expandirse Concepción biológica del estado (organismo viviente). Rudolf Kjellen : Era funcionalista; es decir seguía con la concepción biológica del Estado como organismo vivo. Precursor de nazismo Antiliberal. Gran sentido nacionalista. Karl Haushofer : Militar Creó la escuela Alemana de Geopolítica. Estudió Japón a fondo y escribió varias obras relacionadas con temas como las fronteras. Todo Estado debía buscar el aumento de espacio vital.

2.- Británica Harold Mackinder : Fue geógrafo y consideraba la importancia del poder terrestre. Según él, Eurasia era el corazón de la tierra por lo tanto dominar Eurasia significa dominar el mundo.

3.- Francesa Paul de La Blache : No era funcionalista. Determinista: Considera la importancia de la naturaleza ya que ésta condiciona todas las acciones humanas. Otros Pensadores Geopolíticos 4.- Norte Americana Alfred Mahan : Hace hincapié en el poderío marítimo. Dominar a la Armada enemiga. Se van buscando puntos clave en la circulación de los mares. Nocholas Spykman: Tres conceptos básicos: colaboración, adaptación y oposición. Precursor de la O.T.A.N. Cohen :El mundo presenta dos tipos de regiones: geo- estratégicas y geopolíticas. 5.- Rusia Alexander Seversky : Su pensamiento se orientaba hacia el poderío aéreo ya que sostenía que el avión es el medio mas eficiente para el transporte

DESTINO MANIFESTO

El origen del Destino Manifiesto Articulo e Infografias por : Antonio Flores Gavilán

Email: [email protected]

Acontinuación aqui en el presente articulo se trata de tener una visión historica de lo que ha sido el expancionismo norteamericano, aqui se explica algunos alcances del famoso concepto del Destino Manifiesto, eje central de la doctrina ideologica de la potencia Norteamericana, que se evidencia desde el Siglo XIX hasta la actualidad, donde se tiene muy en claro el lugar que tiene los Estados Unidos en el mundo y su relacion con los otros pueblos a lo largo de la historia desde que fueron trece colonias hasta nuestros días, el Destino Manifiesto ha mantenido la convicción nacional de que Dios eligió a los Estados Unidos para ser una potencia política y económica, una nación superior.

La frase “Destino Manifiesto” apareció por primera vez en un artículo que escribió el periodista John L. O’Sullivan, en 1845, en la revista Democratic Review de Nueva York. En su artículo, O’Sullivan explicaba las razones de la necesaria expansión territorial de los Estados Unidos y apoyaba la anexión de Texas. Decía: “el cumplimiento de nuestro destino manifiesto es

extendernos por todo el continente que nos ha sido asignado por la Providencia para el desarrollo del gran experimento de libertad y autogobierno. Es un derecho como el que tiene un árbol de obtener el aire y la tierra necesarios para el desarrollo pleno de sus capacidades y el crecimiento que tiene como destino

Muy pronto, políticos y otros líderes de opinión aludieron al “Destino Manifiesto” para justificar la expansión imperialista de los Estados Unidos. A través de la doctrina del Destino

Manifiesto se propagó la convicción de que la “misión” que Dios eligió para al pueblo

estadounidense era la de explorar y conquistar nuevas tierras, con el fin de llevar a todos

los rincones de Norteamérica la “luz” de la democracia, la libertad y la civilización. Esto implicaba la creencia de que la república democrática era la forma de gobierno favorecida por Dios. Aunque originalmente esta doctrina se oponía al uso de la violencia, desde 1840 se usó para justificar el intervencionismo en la política de otros países, así como la expansión territorial a través de la guerra, como sucedió en 1846-48 en el conflicto bélico que concluyó con la anexión de más de la mitad de territorio mexicano.

Guerra Estados Unidos – México

Fue el Primer Gran paso para la Consolidación Guerra Estados Unidos - México Texas proclamó su independencia en marzo de 1836 y fue una República independiente hasta 1845, cuando se anexó a los Estados Unidos. Esta anexión provocó la guerra entre México y Estados Unidos, misma que terminó cuando se firmaron los Tratados de Guadalupe Hidalgo. En 1848 Estados Unidos se apropió de 2 millones 500 mil kilómetros cuadrados de territorio mexicano, a cambio de los cuales se comprometió a pagar 15 millones de dólares. Este enorme territorio comprendía los actuales estados de California, Nevada, Utah, la mayor parte de Arizona, Nuevo México, Texas, así como partes de Kansas, Oklahoma, Colorado y Wyoming. En 1853 México se vio obligado a vender a los Estados Unidos el territorio de La Mesilla (con 110 mil kilómetros cuadrados), para que se construyera ahí una ruta de ferrocarril a California. Con esta adquisición, la República transoceánica de los Estados Unidos quedó completa. para ser un país transoceánico.

Texas proclamó su independencia en marzo de 1836 y fue una República independiente hasta 1845, cuando se anexó a los Estados Unidos. Esta anexión provocó la guerra entre México y Estados Unidos, misma que terminó cuando se firmaron los Tratados de Guadalupe Hidalgo. En 1848 Estados Unidos se apropió de 2 millones 500 mil kilómetros cuadrados de territorio mexicano, a cambio de los cuales se comprometió a pagar 15 millones de dólares. Este enorme territorio comprendía los actuales estados de California, Nevada, Utah, la mayor parte de Arizona, Nuevo México, Texas, así como partes de Kansas, Oklahoma, Colorado y Wyoming. En 1853 México se vio obligado a vender a los Estados Unidos el territorio de La Mesilla (con 110 mil kilómetros cuadrados), para que se construyera ahí una ruta de ferrocarril a California. Con esta adquisición, la República transoceánica de los Estados Unidos quedó completa.

Otros Aspectos Se ha dicho que el aspecto positivo de esta doctrina tiene que ver con el entusiasmo, la energía y determinación que inspiró a los estadounidenses para explorar nuevas regiones, especialmente en su migración hacia el oeste. También dio forma a uno de los componentes esenciales del “sueño americano”: la idea de que se pueden obtener la libertad y la independencia en un territorio de proporciones ilimitadas. En cambio, las consecuencias negativas son de lamentar: la intolerancia hacia las formas de organización social y política de otros pueblos, el despojo, exterminio y confinamiento de los pueblos indios de Norteamérica a reservaciones, guerras injustas y discriminación.

Los principios que consolidaron la doctrina del Destino Manifiesto en el siglo XIX, se arraigaron en la mentalidad de los norteamericanos durante la fundación de las colonias inglesas en Norteamérica en el siglo XVII. Aunque la manifestación más evidente de esa doctrina nacionalista se expresa en el campo de la política, su esencia es religiosa. Los ingleses que

colonizaron la costa Este del territorio que sería Estados Unidos estaban profundamente

inmersos en su religión (el puritanismo, una de las ramas del protestantismo) y su vida

comunitaria y política se desarrollaron en un estricto apego a la ley moral, con el

convencimiento de que el Nuevo Mundo era la “Tierra Prometida” donde cumplirían la

misión encomendada por Dios. Así, en el periodo colonial se encuentra el punto de partida

del ideal estadounidense de ser un “pueblo elegido” entre los demás del mundo.

Este sentimiento de “excepcionalidad virtuosa” fue uno de los rasgos de identidad que alentó a los colonos a buscar su independencia de Inglaterra en 1776. Desde su origen como nación, el sueño de Estados Unidos ha sido encontrar la perfección social a través de un triple compromiso: con la divinidad (cumpliendo con el destino impuesto por Dios), con la religión

(observando una moral intachable) y con la comunidad (defendiendo su libertad, su

seguridad y su propiedad). A lo largo de la historia, los políticos estadounidenses han

invocado el favor de Dios en sus discursos y han insistido en la “misión trascendente”

que la nación tiene que cumplir.

La imagen nacional que los Estados Unidos tienen de sí mismos, como protectores y

defensores de la legalidad, la libertad y la democracia, se funda en la creencia de que

poseen una superioridad moral (porque son el “pueblo elegido”). Esta suposición les ha

permitido justificar su intromisión en los asuntos internos de otros pueblos (que no son

“elegidos de Dios”) o de plano la violencia contra ellos. La primera actitud

intervencionista inspirada por el espíritu del “Destino Manifiesto” fue la obsesión de los colonos ingleses por desplazar de sus tierras (o bien exterminar) a los indígenas norteamericanos. En cuanto a su relación con otras naciones, Estados Unidos tiende a manejar sus relaciones exteriores como si se tratara de una cruzada moral. Generalmente justifica sus acciones con dos argumentos, ya sea el de la“nación fuerte que protege a la débil”, como pueden constatar la gran mayoría de las naciones americanas; o bien el de “la lucha contra el Mal para defender la libertad y seguridad del mundo”, como actualmente alega respecto de su invasión de Afganistán y el medio oriente, ese concepto es la matriz de su política exterior y su inspiración geopolítica, asegurar el equilibrio de poder en el mundo.

La historia de las relaciones exteriores de los Estados Unidos provee infinidad de ejemplos de la política del “Destino Manifiesto”. Algunos de ellos son:

• Doctrina Monroe (1821) declaró que ninguna nación americana independiente debía volver a ser sometida por Europa y que Estados Unidos intervendría si consideraba que se afectaban sus intereses • Anexión de Texas (1845), guerra con México (1846-48) y anexión de más de la mitad de su territorio • Guerra con España para libertar a Cuba (1898) • Construcción del Canal de Panamá (1901-1914) • Doctrina Truman (1946), mediante la que Estados Unidos comprometía su poder militar y su fuerza económica para la defensa de países contra el comunismo (entendido como el “Mal”) • John F. Kennedy expandió la “nueva frontera”, la comercial, a través de la “Alianza por el progreso” en América Latina (1961) • La multimillonaria inversión en fuerza militar (“Guerra de las galaxias”) de Ronald Reagan. • La Guerra del Golfo Pérsico en 1991 • La Guerra del Medio Oriente 2003 invasión a Irak y Afganistán

Aunque la doctrina del Destino Manifiesto se interpretó especialmente en relación con la expansión territorial, después impulsó otro tipo de destinos: ser potencia mundial a nivel industrial, tecnológico, económico, deportivo, así como en artes y ciencias. Así pues Vemos que los Estados Unidos de Norteamérica desde muy inicio tuvo en claro un

visión de ser una nación que tenía que tener un peso en la historia y para ello sus hombres más preclaros idearon este concepto de ser la nación escogida por Dios y para ello en el transcurso del siglo XIX iniciaron un veloz desplazamiento de su frontera vertical se movió rápidamente hacia el Oeste.

El territorio se formó hasta Missouri y luego se saltó hasta California hacia 1824. La parte intermedia, las praderas y montañas ubicadas entre el río Mississipi y la Sierra Nevada, siguió perteneciendo a algunas tribus indígenas hasta finales del siglo XIX. Louisiana, Florida, Arkansas y Texas comenzaron a poblarse de estadounidenses en la década de 1830. La primera gran avanzada hacia el Oeste (1824-1848) coincidió con un intenso flujo de migración de europeos a los Estados Unidos. Entre 1830 y 1850 la población de los Estados Unidos casi se duplicó, pasando de 12.9 a más de 23 millones.

Para finales del siglo XIX los Estados Unidos eran una nación cuyo territorio abarcaba de la costa americana del océano Atlántico a las playas del Pacífico. Había expandido su poderío al continente asiático, donde se apropió de las Filipinas tras la guerra Hispano-norteamericana y se convirtió en una potencia colonial en el Caribe, aunque sólo ocupó la isla de Puerto Rico. Obtuvo las islas de Hawai* y la península de Alaska. En Centroamérica, aunque no invadió propiamente ningún país, ejerció enorme poder político y económico en la región, al grado que en 1903 provocó que Panamá se independizara de Colombia para obtener el control sobre la zona del Canal transoceánico. De este modo, Estados Unidos se consolidó como una de las potencias económicas occidentales que definieron el siglo del Imperialismo

Acontinuación aqui en el presente articulo se trata de tener una visión historica de lo que ha sido el expancionismo norteamericano, aqui se explica algunos alcances del famoso concepto del Destino Manifiesto, eje central de la doctrina ideologica de la potencia Norteamericana, que se evidencia desde el Siglo XIX hasta la actualidad, donde se tiene muy en claro el lugar que tiene los Estados Unidos en el mundo y su relacion con los otros pueblos a lo largo de la historia desde que fueron trece colonias hasta nuestros días, el Destino Manifiesto ha mantenido la convicción nacional de que Dios eligió a los Estados Unidos para ser una potencia política y económica, una nación superior.

La frase “Destino Manifiesto” apareció por primera vez en un artículo que escribió el periodista John L. O’Sullivan, en 1845, en la revista Democratic Review de Nueva York. En su artículo, O’Sullivan explicaba las razones de la necesaria expansión territorial de los Estados Unidos y apoyaba la anexión de Texas. Decía: “el cumplimiento de nuestro destino manifiesto es extendernos por todo el continente que nos ha sido asignado por la Providencia para el desarrollo del gran experimento de libertad y autogobierno. Es un derecho como el que tiene un árbol de obtener el aire y la tierra necesarios para el desarrollo pleno de sus capacidades y el crecimiento que tiene como destino

Muy pronto, políticos y otros líderes de opinión aludieron al “Destino Manifiesto” para justificar la expansión imperialista de los Estados Unidos. A través de la doctrina del Destino

Manifiesto se propagó la convicción de que la “misión” que Dios eligió para al pueblo

estadounidense era la de explorar y conquistar nuevas tierras, con el fin de llevar a todos

los rincones de Norteamérica la “luz” de la democracia, la libertad y la civilización. Esto implicaba la creencia de que la república democrática era la forma de gobierno favorecida por Dios. Aunque originalmente esta doctrina se oponía al uso de la violencia, desde 1840 se usó para justificar el intervencionismo en la política de otros países, así como la expansión territorial a través de la guerra, como sucedió en 1846-48 en el conflicto bélico que concluyó con la anexión de más de la mitad de territorio mexicano.

Guerra Estados Unidos – México

Fue el Primer Gran paso para la Consolidación Guerra Estados Unidos - México Texas proclamó su independencia en marzo de 1836 y fue una República independiente hasta 1845, cuando se anexó a los Estados Unidos. Esta anexión provocó la guerra entre México y Estados Unidos, misma que terminó cuando se firmaron los Tratados de Guadalupe Hidalgo. En 1848 Estados Unidos se apropió de 2 millones 500 mil kilómetros cuadrados de territorio mexicano, a cambio de los cuales se comprometió a pagar 15 millones de dólares. Este enorme territorio comprendía los actuales estados de California, Nevada, Utah, la mayor parte de Arizona, Nuevo México, Texas, así como partes de Kansas, Oklahoma, Colorado y Wyoming. En 1853 México se vio obligado a vender a los Estados Unidos el territorio de La Mesilla (con 110 mil kilómetros cuadrados), para que se construyera ahí una ruta de ferrocarril a California. Con esta adquisición, la República transoceánica de los Estados Unidos quedó completa. para ser un país transoceánico.

Texas proclamó su independencia en marzo de 1836 y fue una República independiente hasta 1845, cuando se anexó a los Estados Unidos. Esta anexión provocó la guerra entre México y Estados Unidos, misma que terminó cuando se firmaron los Tratados de Guadalupe Hidalgo. En 1848 Estados Unidos se apropió de 2 millones 500 mil kilómetros cuadrados de territorio mexicano, a cambio de los cuales se comprometió a pagar 15 millones de dólares. Este enorme territorio comprendía los actuales estados de California, Nevada, Utah, la mayor parte de Arizona, Nuevo México, Texas, así como partes de Kansas, Oklahoma, Colorado y Wyoming. En 1853 México se vio obligado a vender a los Estados Unidos el territorio de La Mesilla (con 110 mil kilómetros cuadrados), para que se construyera ahí una ruta de ferrocarril a California. Con esta adquisición, la República transoceánica de los Estados Unidos quedó completa.

Otros Aspectos Se ha dicho que el aspecto positivo de esta doctrina tiene que ver con el entusiasmo, la energía y determinación que inspiró a los estadounidenses para explorar nuevas regiones, especialmente en su migración hacia el oeste. También dio forma a uno de los componentes esenciales del “sueño americano”: la idea de que se pueden obtener la libertad y la independencia en un territorio de proporciones ilimitadas. En cambio, las consecuencias negativas son de lamentar: la intolerancia hacia las formas de organización social y política de otros pueblos, el despojo, exterminio y confinamiento de los pueblos indios de Norteamérica a reservaciones, guerras injustas y discriminación.

Los principios que consolidaron la doctrina del Destino Manifiesto en el siglo XIX, se arraigaron en la mentalidad de los norteamericanos durante la fundación de las colonias inglesas en Norteamérica en el siglo XVII. Aunque la manifestación más evidente de esa doctrina nacionalista se expresa en el campo de la política, su esencia es religiosa. Los ingleses que

colonizaron la costa Este del territorio que sería Estados Unidos estaban profundamente

inmersos en su religión (el puritanismo, una de las ramas del protestantismo) y su vida

comunitaria y política se desarrollaron en un estricto apego a la ley moral, con el

convencimiento de que el Nuevo Mundo era la “Tierra Prometida” donde cumplirían la

misión encomendada por Dios. Así, en el periodo colonial se encuentra el punto de partida

del ideal estadounidense de ser un “pueblo elegido” entre los demás del mundo.

Este sentimiento de “excepcionalidad virtuosa” fue uno de los rasgos de identidad que alentó a los colonos a buscar su independencia de Inglaterra en 1776. Desde su origen como nación, el sueño de Estados Unidos ha sido encontrar la perfección social a través de un triple compromiso: con la divinidad (cumpliendo con el destino impuesto por Dios), con la religión

(observando una moral intachable) y con la comunidad (defendiendo su libertad, su

seguridad y su propiedad). A lo largo de la historia, los políticos estadounidenses han

invocado el favor de Dios en sus discursos y han insistido en la “misión trascendente”

que la nación tiene que cumplir.

La imagen nacional que los Estados Unidos tienen de sí mismos, como protectores y

defensores de la legalidad, la libertad y la democracia, se funda en la creencia de que

poseen una superioridad moral (porque son el “pueblo elegido”). Esta suposición les ha

permitido justificar su intromisión en los asuntos internos de otros pueblos (que no son

“elegidos de Dios”) o de plano la violencia contra ellos. La primera actitud

intervencionista inspirada por el espíritu del “Destino Manifiesto” fue la obsesión de los colonos ingleses por desplazar de sus tierras (o bien exterminar) a los indígenas norteamericanos. En cuanto a su relación con otras naciones, Estados Unidos tiende a manejar sus relaciones exteriores como si se tratara de una cruzada moral. Generalmente justifica sus acciones con dos argumentos, ya sea el de la“nación fuerte que protege a la débil”, como pueden constatar la gran mayoría de las naciones americanas; o bien el de “la lucha contra el Mal para defender la libertad y seguridad del mundo”, como actualmente alega respecto de su invasión de Afganistán y el medio oriente, ese concepto es la matriz de su política exterior y su inspiración geopolítica, asegurar el equilibrio de poder en el mundo.

La historia de las relaciones exteriores de los Estados Unidos provee infinidad de ejemplos de la política del “Destino Manifiesto”. Algunos de ellos son:

• Doctrina Monroe (1821) declaró que ninguna nación americana independiente debía volver a ser sometida por Europa y que Estados Unidos intervendría si consideraba que se afectaban sus intereses • Anexión de Texas (1845), guerra con México (1846-48) y anexión de más de la mitad de su territorio • Guerra con España para libertar a Cuba (1898) • Construcción del Canal de Panamá (1901-1914) • Doctrina Truman (1946), mediante la que Estados Unidos comprometía su poder militar y su fuerza económica para la defensa de países contra el comunismo (entendido como el “Mal”) • John F. Kennedy expandió la “nueva frontera”, la comercial, a través de la “Alianza por el progreso” en América Latina (1961) • La multimillonaria inversión en fuerza militar (“Guerra de las galaxias”) de Ronald Reagan. • La Guerra del Golfo Pérsico en 1991 • La Guerra del Medio Oriente 2003 invasión a Irak y Afganistán

Aunque la doctrina del Destino Manifiesto se interpretó especialmente en relación con la expansión territorial, después impulsó otro tipo de destinos: ser potencia mundial a nivel industrial, tecnológico, económico, deportivo, así como en artes y ciencias. Así pues Vemos que los Estados Unidos de Norteamérica desde muy inicio tuvo en claro un

visión de ser una nación que tenía que tener un peso en la historia y para ello sus hombres más preclaros idearon este concepto de ser la nación escogida por Dios y para ello en el transcurso del siglo XIX iniciaron un veloz desplazamiento de su frontera vertical se movió rápidamente hacia el Oeste.

El territorio se formó hasta Missouri y luego se saltó hasta California hacia 1824. La parte intermedia, las praderas y montañas ubicadas entre el río Mississipi y la Sierra Nevada, siguió perteneciendo a algunas tribus indígenas hasta finales del siglo XIX. Louisiana, Florida, Arkansas y Texas comenzaron a poblarse de estadounidenses en la década de 1830. La primera gran avanzada hacia el Oeste (1824-1848) coincidió con un intenso flujo de migración de europeos a los Estados Unidos. Entre 1830 y 1850 la población de los Estados Unidos casi se duplicó, pasando de 12.9 a más de 23 millones.

Para finales del siglo XIX los Estados Unidos eran una nación cuyo territorio abarcaba de la costa americana del océano Atlántico a las playas del Pacífico. Había expandido su poderío al continente asiático, donde se apropió de las Filipinas tras la guerra Hispano-norteamericana y se convirtió en una potencia colonial en el Caribe, aunque sólo ocupó la isla de Puerto Rico. Obtuvo las islas de Hawai* y la península de Alaska. En Centroamérica, aunque no invadió propiamente ningún país, ejerció enorme poder político y económico en la región, al grado que en 1903 provocó que Panamá se independizara de Colombia para obtener el control sobre la zona del Canal transoceánico. De este modo, Estados Unidos se consolidó como una de las potencias económicas occidentales que definieron el siglo del Imperialismo

II - GEOPOLITICA E PODER

Geopolítica,. Inteligência e. Paradiplomacia na Estratégia das. Relações Internacionais dos Movimentos Sociais.

ACILINO RIBEIRO

[PDF] - ARTIGO 1

xa.yimg.com/kq/groups/16799452/.../name/ARTIGO+1-+Geopolitica

O BRASIL E SEU 'ENTORNO ESTRATÉGICO', NA PRIMEIRA DÉCADA DO SÉCULO XXI

José Luís Fiori Foi obtido no site: http://www.poderglobal.net/#

Poder, geopolítica e desenvolvimento Valor Econômico Por José Luís Fiori

Em última instância, os processos de desenvolvimento econômico também são lutas de dominação". Max Weber, Escritos Políticos I, Folios Ediciones, México, 1982, p:18

O capitalismo nasceu associado com um sistema de poder específico, o sistema interestatal europeu. E desde o início foi um dos principais instrumentos de poder dos Estados que se impuseram, dentro e fora da Europa, transformando-se nas primeiras "grandes potências" do sistema. Durante os cinco séculos seguintes, o desenvolvimento dessas "grandes potências" exerceu um efeito gravitacional e expansivo sobre todo o "sistema interestatal capitalista", que foi ampliando suas fronteiras de maneira contínua, como se fosse um "universo em expansão". Dentro desse "universo", foram sendo criados e incorporados sucessivamente novos Estados e economias nacionais que competem e se hierarquizam dinamicamente, podendo ser classificados em três grandes grupos:

1- Num primeiro grupo, situam-se os Estados e as economias nacionais que adotam estratégias de integração direta, com relação às potências líderes. Fala-se em "desenvolvimento a convite" ou "associado" para referir-se a esses países com acesso privilegiado aos mercados e aos capitais das grandes potências, obtidos em troca da submissão à sua política externa e à sua estratégia militar global. Como foi o caso do Canadá, Austrália e Nova Zelândia, antes e depois de sua independência, e também da Alemanha, Japão e Coreia, depois da Segunda Guerra Mundial, na condição de protetorados militares dos EUA.

Quem liderou a expansão vitoriosa do capitalismo foram sempre os Estados "grandes predadores"

2- Em um segundo grupo se situam os países que questionam a hierarquia internacional e adotam estratégias de mudança do status quo e de crescimento acelerado, com o objetivo de mudar sua participação na distribuição internacional do poder e da riqueza. São projetos nacionais que podem ser bloqueados, e podem não conseguir superar as "barreiras à entrada" do "núcleo central", impostas pelas grandes potências. Mas que também podem ter sucesso e dar origem a uma nova potência regional ou global, como foi o caso dos EUA, na primeira metade do século XX e da China, neste início do século XXI.

3- Por fim, no terceiro grupo se incluem todos os demais países do "andar de baixo" ou a "periferia" política e econômica do sistema. São Estados e economias que podem ter fortes ciclos de crescimento e ter indústrias, mas que não têm condições ou não se propõem a desafiar a ordem estabelecida, aceitam sua posição política subalterna dentro do sistema internacional de poder e se mantêm como fornecedores de commodities e bens industriais específicos, como é o caso do Chile, Colômbia e Peru, entre muitos outros.

Na outra ponta do sistema, o pequeno grupo das grandes potências "ganhadoras" também é hierarquizado e reproduz internamente - num outro patamar de poder - a mesma dinâmica competitiva de todo esse universo. Mas mesmo assim, é possível identificar duas grandes regularidades na sua trajetória "vitoriosa":

1) todos enfrentaram, em algum momento, invasões externas, guerras civis ou rebeliões sociais, e esses acontecimentos contribuíram, de uma forma ou outra, para o fortalecimento de suas identidades nacionais e para a mobilização de suas sociedades em torno de grandes projetos de defesa e/ou de projeção internacional. Por estarem situados dentro de tabuleiros geopolíticos altamente competitivos, estes países também compartiram um sentimento constante de "cerco" e de ameaça externa, que explica a centralidade dos seus sistemas de defesa na definição de suas políticas de desenvolvimento e industrialização, e sua permanente preocupação com a conquista e o controle monopólico das "tecnologias sensíveis", que foram decisivas para o seu sucesso e de toda a sua economia nacional.

2) Todos seus Estados e seus grandes capitais privados "desrespeitaram" sistematicamente as regras e instituições competitivas de mercado que devem ser obedecidas obrigatoriamente pelos que estão situados nos degraus inferiores do sistema. Nesse ponto se pode formular uma lei quase universal: quem liderou a expansão vitoriosa do capitalismo foram sempre os Estados e os capitais que souberam navegar com sucesso na contramão das "leis do mercado", ou seja, os "grandes predadores" que conseguem manter e renovar permanentemente o seu controle monopólico das "inovações" e dos "lucros extraordinários".

Esse caminho dos "ganhadores" está aberto para todos os países? Não, porque a energia que move esse sistema vem exatamente dessa luta contínua, entre Estados, economias nacionais e capitais privados, pela conquista de posições e de monopólios que são desiguais, por definição. Mesmo assim, alguns Estados podem modificar sua posição relativa dentro desse sistema, dependendo do seu território, dos seus recursos e da sua coesão social. E da existência de uma elite política capaz de assumir as grandes pressões sociais e o aumento dos desafios e provocações externas, como sinal de amadurecimento de um país que já está preparado para sustentar uma estratégia de longo prazo, de questionamento do status quo internacional e de desenvolvimento com mobilidade social generalizada.

José Luís Fiori, professor titular de economia política internacional da UFRJ, é autor do livro "O Poder Global", da Editora Boitempo, e coordenador do grupo de pesquisa do CNPQ/UFRJ "O Poder Global e a Geopolítica do Capitalismo". Escreve mensalmente às quartas-feiras.

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Geopolítica e ética internacional Por José Luís Fiori

"Eu via no universo cristão uma leviandade com relação à guerra que teria deixado envergonhadas as próprias nações bárbaras". Hugo Grotius, "O Direito da Guerra e da Paz", 1625

Por definição, todo poder territorial é limitado e expansivo. Envolve a existência de fronteiras, e de algum tipo de "inimigo externo" ou "bárbaro", de quem se defender e a quem "conquistar" e "civilizar". Por isto, os projetos expansivos de poder sempre se revestem de algum sentido de missão, e adotam algum sentido moral e messiânico. E toda conquista vitoriosa produz e impõe algum tipo de discurso e de ordem ética "supranacional". Em muitos casos, estes poderes expansivos se associaram com religiões que se propunham ajudar na conquista messiânica e na "conversão" dos povos

bárbaros. E o mesmo aconteceu com o colonialismo europeu, até o momento em que adotou a retórica laica e universalista do "direito natural", e mais recentemente, dos "direitos humanos" e das "intervenções humanitárias".

Na hora do nascimento dos atuais Estados europeus, e do início de sua expansão conquistadora ao redor do mundo, o jurista holandês, Hugo Grotius (1583-1645)1 - que foi um dos pais do direito internacional moderno - identificou a contradição fundamental do "universalismo ético" dos europeus. Grotius acreditava na existência do "direito natural, comum a todos os povos, tão imutável que não poderia ser mudado nem pelo próprio Deus". Mas ao mesmo tempo, reconhecia que num sistema internacional formado por muitos Estados, com identidades, culturas e interesses diferentes, sempre existiriam muitas "inocências subjetivas", frente a uma mesma "justiça objetiva". E nestas circunstâncias, não haveria como arbitrar "objetivamente" quem teria a razão, nem como decidir sobre a legitimidade de uma guerra declarada entre dois povos que reivindicassem uma interpretação diferente dos mesmos fatos e direitos.

A questão do respeito aos direitos humanos é o novo princípio ético legitimador das velhas "guerras civilizatórias"

Por isto, apesar de Grotius considerar que a "segurança" e a "paz" eram direitos inalienáveis de todos os homens e de todos os povos, também considerava que a guerra era um recurso inevitável, num sistema politico com muitos Estados competitivos entre si. Mesmo assim, Grotius nunca imaginou a possibilidade de uma guerra que tivesse como objetivo promover ou universalizar o próprio "direito natural dos homens". Para ele, os direitos humanos e a fé religiosa eram uma conquista de cada homem e de cada povo em particular, e uma guerra feita em nome dos "direitos naturais" seria uma contradição em si mesma, ou seria uma "guerra de conversão", como as Cruzadas, que ele abominava, apesar de ser um cristão fervoroso.

Quase dois séculos depois, o filosofo iluminista alemão, Immanuel Kant (1724-1804)2, reconheceu a existência desta mesma contradição, no caminho do seu projeto de uma "paz perpétua" universal. Mas Kant acreditava na superioridade dos europeus e defendia sua "missão civilizatória" no mundo. Por isso, propunha seu projeto de paz, mas considerava que primeiro os europeus teriam que converter o resto do "gênero humano" à mesma "ética internacional civilizada" que eles haviam criado. Para Kant, portanto, "no grau de cultura em que ainda se encontrava o gênero humano, a guerra era um meio inevitável para estender a civilização, e só depois que a cultura tivesse se desenvolvido (Deus sabe quando) seria saudável e possível uma paz perpétua".

Neste início do século XXI, a contradição identificada por Grotius e Kant adquiriu muito mais força e extensão, com a multiplicação do número de Estados do sistema mundial e com o fim da bipolaridade ideológica da Guerra Fria. Depois de 1991, muitos acreditaram na vitória do "cosmopolitismo europeu", mas já no início do século XXI, todos perceberam que o sistema mundial segue sendo o mesmo, só que ficou ainda mais complexo e heterogêneo, do ponto de vista ético, cultural e religioso. E tudo indica que neste novo universo ampliado e sem ameaça comunista, as grandes potências ocidentais decidiram transformar a questão do "respeito aos direitos humanos", no novo grande princípio ético legitimador das suas velhas "guerras civilizatórias".

Chama atenção, neste sentido, que todas estas guerras das duas últimas décadas tenham sido lideradas pelos mesmos países que compõem - simultaneamente - o "diretório militar" do mundo ocidental, e seus pequeno "círculo de criadores da moral internacional"3: Estados Unidos, Inglaterra e França. Ou seja, contra toda boa norma jurídica, neste momento da história internacional, os mesmos três países que formulam a ética, os direitos e as regras são os que julgam, condenam e punem quem eles consideram culpado, o que em geral já está definido de antemão. Com ou sem o consentimento do resto do "gênero humano", que ainda não foi "civilizado", e que não tem poder para dizer: basta!

1- Hugo Grotius, 2005, O direito da guerra e da paz, Vol I, Editora Unijui, Ijui.

2- Immanuel Kant, 2008, " A paz perpétua, um projeto filosófico", Lusofia; Press, Covilhã.

3- Edward H.Carr, 2001, "The twenty years crisis, 1919-1939", Harper Collins, London.

José Luís Fiori professor titular de economia política internacional da UFRJ, é autor do livro "O Poder Global", da Editora Boitempo e coordenador do grupo de pesquisa do CNPQ/UFRJ "O Poder Global e a Geopolítica do Capitalismo". Escreve mensalmente às quartas-feiras.

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Soberanía, naciones y la crisis del desarme

Oriol Costa · · · · · 09/06/13

http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=6043

1. Historizar al máximo

“Historizar al máximo, para dejar el menor espacio posible a lo trascendente”, nos recomendaron los Wu Ming. No se nos antoja ninguna otra forma racional de abordar el debate sobre la soberanía. Pero historizar no en el sentido de proyectar hacia el pasado las nociones románticas de la nación imaginada y perseguir los orígenes últimos de tal o cual proyecto nacional. Eso es lo contrario de la historia. Resulta ridículo escuchar a Artur Mas, Esperanza Aguirre y otros nacional-soberanistas afirmar la existencia virtualmente inmemorial de sus respectivas naciones. Entender la soberanía históricamente quiere decir entender su papel como rótula (como una de las rótulas) de la articulación entre mercados, estados y sociedades en los últimos cuatro siglos (esto es: desde bastante antes de la aparición de las naciones). Entender que proyectos de soberanía distintos han correspondido a proyectos distintos de articulación de lo público, lo privado y lo social. Sin ir más lejos, la creación de los estados nación soberano no respondió sino al proyecto político de la burguesía (“que ha desempeñado, en el transcurso de la historia, un papel verdaderamente revolucionario”) de crear (1) mercados de escala estatal que permitieran el desarrollo del capitalismo y (2) mecanismos de legitimación de su (nuevo) poder político de clase. En breve: cada proyecto de soberanía responde a una determinada base material de relaciones socio-económicas y a una cierta idea sobre qué hacer con esa base.

En este sentido, lo primero que sorprende es la estabilidad del debate entre proyectos soberanos en España. Un debate que se quiere polarizado, desde hace décadas, entre una soberanía española pretendidamente transhistórica y unas soberanías catalana, vasca, gallega… igualmente transhistóricas. Como si durante este tiempo no hubiera sucedido nada con la relación entre estado, mercado y sociedad. Como si la articulación entre estos elementos pudiera gobernarse desde el mismo lugar de siempre, a pesar de la integración de las economías en la UE, que convierte las fronteras estatales en poco más que irrelevantes para los mercados, a pesar de la desaparición de las monedas estatales en la Unión Económica y Monetaria, a pesar de la globalización neoliberal que ha empequeñecido a los estados europeos y a pesar de la financiarización del capitalismo contemporáneo. En forma de preguntas: ¿qué tipo de articulación entre lo público, lo privado y lo social pueden ofrecer los proyectos soberanos en liza? ¿A qué

base material responde el proyecto de simular la soberanía Española? ¿Y el de reclamar a un estado ya no verdaderamente soberano la cesión de la soberanía a uno de sus componentes? ¿Cuál sería la capacidad de esos dispositivos para abordar el gobierno de la economía? Porque al final se trata de eso: ¿Cuál es el papel histórico, esto es, en el conflicto entre bloques históricos distintos, entre intereses sociales contrapuestos, de cualquiera de estos proyectos de soberanía?

El desarme de la democracia, esta es la respuesta. El desarme de la democracia ante una oligarquía varios órdenes de magnitud más poderosa que cualquiera de estas micro-soberanías, que o no serían soberanías populares o lo serían únicamente de boquilla, vencidas y desarmadas. La soberanía española y la catalana? Ficciones.

2. La crisis del Desarme

El Desarme se está expresando de una manera muy específica en la zona euro desde 2008. No es casualidad que la crisis desatada por el capitalismo en 2007 haya convertido justamente la Unión Económica y Monetaria en una suerte de cámara de eco desde la que la depresión amenaza con desestabilizar el conjunto de la economía mundial. El Desarme hizo la UEM particularmente vulnerable a la crisis y está marcando la forma en que ésta la gestiona, esto es, la está empujando a agravarla y a distribuir injustamente sus costes.

Empecemos por la prehistoria de la crisis, marcada por el enorme superávit comercial alemán, cuya contraparte era el no menos impresionante déficit de la periferia de la zona euro. La existencia de una multitud de soberanías económicas en el seno de una única zona monetaria hizo posible e incentivó el dumping social alemán como estrategia de competición contra los demás estados de la UE. Emprendida con mano de hierro por el gobierno Schröder, la precarización de las condiciones de vida y trabajo en Alemania consiguió mantener baja la inflación y aumentar la competitividad de sus exportaciones. La multiplicidad de soberanías económicas dentro de la UEM incentivó también la llegada de dinero barato a los países de la periferia del euro, aumentando su inflación y destrozando su balanza comercial. El déficit se financió a crédito, claro. Esa fue la forma que tomó el reciclaje del superávit alemán: vuelta del dinero hacia el Sur en forma de préstamos. A decir verdad, la UE pudo haber puesto en el marcha entonces en Diálogo Macroeconómico para abordar el diferencial de inflación, pero la estrategia contaba con dos problemas de fondo (1) en realidad el diferencial de inflación no era más que el producto de la inexistencia de políticas fiscales, laborales y sociales europeas, que había incentivado la carrera precarizadora entre estados; y (2) Alemania decidió ejercer su soberanía e impedir la puesta en funcionamiento de los ya limitados mecanismos con los que contaba la Unión. Desarmados ante los efectos de la competición entre territorios. Y de esos déficits estos lodos: la crisis financiera de desencadenó en Wall Street pero llegó a la UEM como la mecha llega al polvorín.

La forma en la que la UE está gestionando la crisis es también un producto del Desarme. Cuando la unidad económica estructuralmente deficitaria es un estado plenamente soberano (con todos los atributos de la soberanía), su gobierno cuenta con algunos instrumentos para equilibrar su balanza comercial. Puede devaluar su moneda para ganar competitividad en las exportaciones o puede usar su banco central como prestador de último recurso, por ejemplo.

Desde luego, estas opciones no están ausentes de problemas. Para empezar, la devaluación compromete el superávit de las economías exportadoras, que por tanto tienen incentivos para reenviar una parte de éste hacia sus clientes (deficitarios) con el fin de financiar su capacidad de consumo (y por tanto sus propias exportaciones). Esto es exactamente lo que hicieron los EEUU con Europa y Japón entre 1945 y la crisis del sistema de Bretton Woods y lo que hizo Europa y Japón con EEUU desde entonces hasta 2008. La forma en la que se articulen estos mecanismos de reciclaje del superávit condiciona, en buena medida, las relaciones de poder entre bloques políticos y económicos, así como la forma más o menos progresiva de las relaciones entre capital y trabajo, como muestra Varoufakis. En segundo lugar, un pequeño detalle que parece haber pasado desapercibido para el comentariado local: los estados de la zona euro decidieron hace tiempo dejar de ser soberanos, de manera que no tienen a su disposición ninguna de las opciones de política monetaria apuntadas más arriba. Desde el punto de vista monetario, los estados de la UEM no son más que estados federados.

Y sin embargo, se han mostrado hasta ahora celosísimos en la conservación de sus soberanías fiscales. De forma que en la UE no se dan los mecanismos de reciclaje de superávits propios de las federaciones, codificados y automáticos: sistemas compartidos de seguridad social, prestaciones de desempleo que dependan de la caja común (de una haciendo federal), inversiones federales en políticas industriales. En breve: la zona euro es el peor híbrido posible. Los estados han cedido parte de su soberanía para crear una gran zona monetaria pero no han permitido la creación de una unión de transferencia, manteniendo sus haciendas separadas. Nuestra moneda no tiene los instrumentos de la política fiscal y nuestra hacienda no tiene los instrumentos de la política monetaria. El Desarme de la soberanía popular en nombre de las soberanías nacionales.

3. Tres opciones ante la dislocación de la soberanía

Se abren pues tres opciones mutuamente excluyentes, ante esta dislocación de la soberanía.

-En primer lugar, la fantasía de la renacionalización: devolver a los estados (actuales o futuros, después de la división de los actuales) la soberanía monetaria. Romper la zona euro. Los costes de esta opción son literalmente incalculables, económica, social y políticamente. A la rotura de la zona euro seguiría sin duda la desaparición de la UE. Los efectos sobre las clases populares de la periferia de la zona euro (que parten ya de unos niveles de sufrimiento extremos) serían devastadores. Y sobre todo, a medio plazo nos dejaría impotentes ante la globalización oligárquica. Los estados europeos simplemente ya no están en condiciones de jugar según las normas del mundo westfaliano que ellos mismos crearon.

-El derecho a decidir Europa: trasladar la soberanía fiscal de los estados a la UE. El programa de mínimos de esta opción se articularía alrededor de la construcción de una hacienda federal con capacidad para albergar algunos estabilizadores automáticos (presentaciones por desempleo, por ejemplo), hacer políticas de gasto y endeudarse en nombre de todos. Las dos implicaciones de esta opción deberían ser claras para todos: (1) los contribuyentes netos deben comprender que pagaran a través de la fiscalidad ordinaria (no a través de acuerdos bilaterales, que entregan todo el poder a los ricos) para mantener la solvencia del conjunto de la zona euro; y (2) todos los

participantes en la UEM deben comprender que van a perder soberanía nacional a favor del derecho a decidir Europa.

-El mantenimiento de la situación actual, en la que la periferia mantiene la ficción de la solvencia a base de nuevos créditos proporcionados por unos acreedores que tienen por tanto la capacidad para imponerles unilateralmente las políticas que más convienen a sus intereses económicos (recuperar el dinero) y políticos (los propios de la derecha neoliberal europea). Esta opción es ya incompatible con el mantenimiento de nuestros derechos sociales. Y a medio plazo resulta incompatible con la democracia, como toda forma de imposición de las políticas económicas. Estamos viendo ya la desnaturalización de los procesos electorales en Grecia e Italia y una generalizada vuelta de la tuerca represora. Y a la inversa, también vemos los efectos que sobre la capacidad de los estados para financiarse tiene la terquedad con la que los ciudadanos muestran en las urnas su rechazo a la austeridad.

Esta es la verdadera batalla por la soberanía: la que se da entre estas tres opciones. Y es una batalla que contrapone la soberanía popular con la soberanía nacional, aliada de los mercados. Y en esa batalla crucial, los nacional-soberanistas catalanes y españoles comparten trinchera. Para decirlo con el trilema de Rodrik, debemos escoger dos de los siguientes tres elementos: la soberanía nacional, una economía europea integrada y la democracia. Los tres a la vez son imposibles. Los estados soberanos no serán capaces de gestionar una economía europea integrada más allá de la aplicación del diktat de los mercados. Como se está viendo con la crisis del Desarme.

Oriol Costa es profesor de relaciones internacionales en la UAB.

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www.sinpermiso.info, 7 junio 2013

Fracasso fiscal nos EUA obriga a trabalhar para um

mundo des-Americanizado 13/10/2013, Liu Chang, Xinhuanet, China

http://news.xinhuanet.com/english/indepth/2013-10/13/c_132794246.htm

PEQUIM (Xinhua) – Com deputados e senadores norte-americanos dos dois partidos ainda às tontas de um lado para outro entre a Casa Branca e o Capitólio, sem chegar a acordo viável que devolva a

normalidade ao corpo político que tanto louvam, parece ser boa hora para que o mundo, desentendido, comece a considerar a construção de um mundo des-Americanizado. Ao emergir do mar de sangue que foi a 2ª Guerra Mundial como nação mais poderosa do mundo, os EUA, desde então, tentam construir um império global, impondo uma ordem pós-guerra, alimentando a recuperação na Europa e estimulando a mudança de regime em nações que os EUA vejam como pouco amigas de Washington. Com sua aparentemente invencível força econômica e militar, os EUA declararam que têm interesse nacional vital de proteger, em quase todos os cantos do globo, e habituaram-se a imiscuírem-se nos negócios de outros países e regiões distantes de suas praias. Ao mesmo tempo, o governo dos EUA muito se tem esforçado para mostrar-se ao mundo como nação que se regeria por altos princípios morais, apesar de, clandestinamente, atrever-se a torturar prisioneiros de guerra, massacrar civis em ataques de drones e espionar líderes mundiais. Sob o que se conhece como uma Pax-Americana, não se vê mundo no qual os EUA ajudem a diminuir a violência e os conflitos, a reduzir as populações de pobres e deslocados, e a criar paz verdadeira e duradoura. Sobretudo, em vez de honrar seus deveres como potência liderante responsável, uma Washington interessada só em si mesma abusa de seu status de superpotência e gera caos ainda mais profundo no planeta, disseminando riscos financeiros para todo o mundo, instigando tensões regionais e disputas territoriais, e guerreando guerras ilegítimas, sob a manto de deslavadas mentiras. Resultado disso, o mundo ainda se debate para safar-se de um desastre econômico gerado pela voracidade das elites de Wall Street, enquanto os bombardeios e as matanças já se tornaram rotina virtualmente diária no Iraque, anos depois de Washington ter declarado que teria libertado o país de um governo tirânico.

Mais recentemente, a estagnação cíclica em Washington, que não consegue construir solução bipartidária viável em torno de um orçamento, nem consegue aprovar um aumento no teto de suas dívidas, põe outra vez sob ameaça os gigantescos investimentos em dólar de muitas nações e em agonia, a comunidade internacional. Esses dias alarmantes, quando o destino de outros jazem nas mãos de uma nação hipócrita têm de terminar. E uma nova ordem mundial deve ser criada, segundo a qual todas as nações, grandes ou pequenas, pobres ou ricas, passem a ter respeitados os seus interesses chaves, respeitadas e protegidas em pés de igualdade. Para tanto, é preciso que se fixem várias pedras angulares, sobre as quais se venha a apoiar um mundo des-Americanizado. Para começar, todas as nações têm de respeitar os princípios básicos da lei internacional, incluído o respeito à soberania, sem se imiscuírem em assuntos domésticos de outros. Além disso, a autoridade da ONU, para encaminhar soluções nos hotspots globais, tem de ser reconhecida. Significa que ninguém tem direito de empreender qualquer modalidade de ação militar contra outros, sem mandado da ONU. E o sistema financeiro mundial também tem de passar por reformas substanciais. As economias de mercado em desenvolvimento e emergentes têm de ter voz mais ativa nas principais instituições financeiras internacionais, inclusive no Banco Mundial e no Fundo Monetário Internacional, para que essas instituições possam melhor refletir as transformações pelas quais passa a paisagem econômica e política global. E também se deve incluir, como item chave de uma efetiva reforma, a criação de uma nova moeda internacional de reserva, a ser criada para substituir o dólar norte-americano hoje dominante, para que a comunidade internacional possa viver permanentemente preservada dos respingos desse sempre crescente tumulto político doméstico nos EUA.

Evidentemente, o objetivo dessas mudanças não é alijar completamente os EUA, o que é impossível. Em vez disso, trata-se de encorajar Washington para que desempenhe papel mais construtivo, nos assuntos globais. Dentre várias opções, bom será que os políticos norte-americanos comecem por encontrar saída que ponha fim ao pernicioso impasse atual.

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O nascimento do mundo “des-Americanizado”

15/10/2013, Pepe Escobar, Asia Times Online http://www.atimes.com/atimes/World/WOR-02-151013.html

É isso. A China decidiu que “basta!” Tirou as luvas (diplomáticas). É hora de construir um mundo “des-Americanizado”. É hora de “uma nova moeda internacional de reserva” substituir o dólar norte-americano. Está tudo lá, escrito, em editorial da rede Xinhua, saído diretamente da boca do dragão. E ainda estamos em 2013. Apertem os cintos – especialmente as elites em Washington. Haverá fortes turbulências. Longe vão os dias de Deng Xiaoping de “manter-se discreto”. O editorial de Xinhua mostra, em formato sintético, a gota d’água que fez transbordar o copo do dragão: o atual ‘trancamento’ (shutdown) nos EUA. Depois da crise financeira provocada por Wall Street, depois da guerra do Iraque, um mundo “desentendido”, não só a China, quer mudança. Esse parágrafo não poderia ser mais explícito:

“Sobretudo, em vez de honrar seus deveres como potência liderante responsável, uma Washington interessada só em si mesma abusa de seu status de superpotência e gera caos ainda mais profundo no planeta, disseminando riscos financeiros para todo o mundo, instigando tensões regionais e disputas territoriais, e guerreando guerras ilegítimas, sob o manto de deslavadas mentiras.”[1]

A solução, para Pequim, é “des-Americanizar” a atual equação geopolítica – a começar por dar voz mais ativa no FMI e no Banco Mundial a economias emergentes e ao mundo em desenvolvimento, o que deve levar à “criação de uma nova moeda internacional de reserva, a ser criada para substituir o dólar norte-americano hoje dominante”. Observe-se que Pequim não advoga a sumária extinção do sistema de Bretton Woods – não, pelo menos, já; quer, isso sim, mais poder para decidir. Parece razoável, se se considera que a China tem peso apenas ligeiramente superior ao da Itália, no FMI. A “reforma” do FMI – ou coisa parecida – está em andamento desde 2010, mas Washington, como seria de esperar, vetou todas as alterações substanciais, até agora. Quanto ao movimento para afastar-se do dólar norte-americano, também já está em andamento, com graus variados de velocidade, especialmente no que diga respeito ao comércio entre os países BRICS, as potências emergentes (Brasil, Rússia, Índia, China e África do Sul), que já está sendo feito, hoje, predominantemente, nas respectivas moedas. O dólar norte-americano está lentamente, mas firmemente, sendo substituído por uma cesta de moedas. A “des-Americanização” também já está em curso. Considere-se, por exemplo, a ofensiva de charme dos chineses pelo Sudeste Asiático, que está acentuadamente começando a inclinar-se na direção de mais ação com principal parceiro econômico daqueles países, a China. O presidente Xi Jinping da China, fechou vários negócios com a Indonésia, a Malásia e também com a Austrália, apenas umas poucas

semanas depois de ter fechado outros vários negócios com os ‘-stões’ da Ásia Central. A empolgação chinesa com promover a Rota da Seda de Ferro alcançou nível de febre, com as ações das empresas chinesas de estradas de ferro subindo à estratosfera, ante o projeto de uma ferrovia de trens de alta velocidade até e através da Tailândia já virando realidade. No Vietnã, o premiê chinês Li Keqiang selou um entendimento segundo o qual querelas territoriais entre dois países no Mar do Sul da China não interferirão com mais e novos negócios. Pode-se chamar de “pivotear-se” para a Ásia. Todos a bordo do petroyuan Todos sabem que Pequim possui himalaias de bônus do Tesouro dos EUA – cortesia daqueles massivos superávits acumulados ao longo dos últimos 30 anos, mais uma política oficial de manter lenta, mas segura, a apreciação do yuan. E Pequim, simultaneamente, age. O yuan está também lenta, mas em segurança, se tornando mais conversível nos mercados internacionais. (Semana passada, o Banco Central Europeu e o Banco do Povo da China firmaram acordo para uma troca de moeda (orig. swap) de US$45-$57 bilhões, que aumentará a força internacional do yuan e melhorará seu acesso ao comércio financeiro na área do euro.) A data não oficial para a total conversibilidade do yuan cairá em algum ponde entre 2017 e 2020. A meta é clara: afastar-se de qualquer respingo da dívida dos EUA, o que implica que, no longo prazo, Pequim está-se afastando desse mercado – e, assim, tornando muito mais caro, para os EUA, tomarem empréstimos. A liderança coletiva em Pequim já fechou posição sobre isso e está agindo nessa direção. O movimento na direção da plena conversibilidade do yuan é tão inexorável quanto o movimento dos BRICS na direção de uma cesta de moedas que, progressivamente, substituirá o dólar norte-americano como moeda de reserva. Até lá, mais adiante nessa estrada, materializa-se o evento cataclísmico real: o advento do petroyuan –

destinado a ultrapassar o petrodólar, tão logo as petromonarquias do Golfo vejam de que lado ventam os ventos históricos. Então, o bate-bola geopolítico será outro, completamente diferente. Pode ser processo longo, mas é certo que o famoso conjunto de instruções de Deng Xiaoping está sendo progressivamente descartado: “Observe com calma; proteja sua posição; lide com calma, com as questões; esconda nossas capacidades e aposte no nosso tempo; seja discreto; e jamais reclame a liderança.” Uma mistura de cautela e escamoteamento, baseada na confiança que os chineses têm na história, e levando em consideração uma grave ambição de longo prazo – era Sun Tzu clássico. Até aqui, Pequim andou devagar; deixando que o adversário cometa erros fatais (e que coleção de erros de multi-trilhões de dólares...); e acumulando “capital”. Agora, chegou a hora de capitalizar. Em 2009, depois da crise financeira provocada por Wall Street, ainda havia chineses que resmungavam contra “o mau funcionamento do modelo ocidental” e, em suma, contra o “mau funcionamento da cultura ocidental”. Beijing ouviu [Bob] Dylan (legendado em mandarim?) e concluiu que, sim, the times they-are-a-changing [os tempos estão mudando].[2] Sem que se veja nem sinal de avanço social, econômico e político – o ‘trancamento’ [shutdown] nos EUA seria outra perfeita ilustração, se se precisasse de ilustração – de que os EUA deslizam tão inexoravelmente quanto a China, pena a pena, vai abrindo as asas para comandar a pós-modernidade do século 21. Que ninguém se engane: as elites de Washington lutarão contra, como se estivessem ante a pior das pragas. Mesmo assim, a intuição de Antonio Gramsci precisa ser atualizada: a velha ordem morreu, e a nova ordem está um passo mais perto de nascer.

A rede do controle corporativo global

www.cartamaior.com.br -11/10/2013 - Copyleft

A A+Marcelo Justo

Londres - No final de 2011, um estudo da Escola Politécnica Federal de Zurique sacudiu o debate sobre a concentração do poder em nível mundial. A base de dados do estudo chegava até 2007, ou seja, até a fronteira da grande crise que sobreveio com a queda do Lehman Brothers, e quantificava pela primeira vez a ideia generalizada de que um punhado de empresas dominava a economia mundial.

A investigação de Stefania Vitali, James B, Glattfeldes e Stefano Battiston, “The network of global corporate control” (A rede do controle corporativo global), não se baseava em teorias econômicas ou políticas, mas sim no desenho de sistemas e demonstrava que 1318 empresas transnacionais possuíam direta ou indiretamente ações de sociedades que representavam 60% das receitas mundiais. Mostrava ainda que o núcleo duro desse grupo era formado por 147 empresas que concentravam 40% das receitas corporativas mundiais.

Hoje, Stefania Vitali está pesquisando o que ocorreu de 2008 até nossos dias e maneja como hipótese provisória que essa concentração se intensificou ainda mais. Em entrevista á Carta Maior, Vitali fala de seu estudo e de seu impacto econômico e político.

CM: Como avalia que evoluiu esta rede de 147 companhias?

Stefania Vitali: Estas redes costumam ser estáveis, ou seja, não apresentam mudanças drásticas de um ano para o outro. Mas como desta vez temos a crise de 2008, calculamos que haverá mudanças. Sabemos já que vários bancos foram nacionalizados ou desapareceram ou enfrentam sérios problemas. Também calculamos que haverá uma maior presença da Ásia. Minha hipótese é que a concentração se aprofundará, mas até que não tenhamos os dados concretos não podemos corroborar tal ideia. Há uma coisa que está clara, porém. Os dois principais resultados de nosso trabalho anterior serão mantidos. O primeiro se refere ao nível de conectividade que há entre as grandes empresas e o segundo é o nível de concentração. Ou seja, as empresas estão muito mais conectadas do que se pode imaginar. Em particular, encontramos um centro, muito pequeno, composto por 1400 empresas que estão conectadas direta ou indiretamente.

A outra face disso é a concentração. Descobrimos que 80% das ações dessa rede interconectada estavam em mãos de 0,6% dos acionistas. Assim, chegamos ao núcleo duro desta concentração e interatividade quando vimos que 147 empresas controlavam 40% do valor das multinacionais. De modo

que, quanto mais nos aproximamos do centro da estrutura, mais aumenta a concentração.

CM: Uma das críticas feitas ao seu estudo foi que as empresas financeiras estavam excessivamente representadas. Isso se deve ao que se passou a chamar de financeirização da economia, ou seja, que o setor financeiro tem uma importância cada vez maior na economia mundial, o que relegou a produção a um segundo plano na geração de lucros?

Stefania Vitali: Os resultados sempre dependem dos dados. Nós dependemos do que nos forneceu Orbis que tem uma base de dados de cerca de 37 milhões de empresas e investidores de todo o mundo. Com base nesta fonte, fizemos uma primeira depuração e ficamos com umas 43 mil transnacionais vinculadas por participações acionárias. É possível que seja mais fácil recolher dados sobre as instituições financeiras e que isso tenham aumentado o seu peso. Também é possível que estas instituições tenham muita mais conectividade. As empresas do setor da manufatura costumam conectar-se mais com suas subsidiárias em uma estrutura piramidal enquanto que o setor financeiro tem uma estrutura muito mais complexa.

CM: Que consequências têm na economia mundial este nível de concentração e conectividade?

Stefania Vitali: Não investigamos isso diretamente, é algo que estamos fazendo agora, mas temos algumas hipóteses. Primeiro que isso gera um grande risco adicional de instabilidade no conjunto do sistema porque quando as empresas se diversificam muito aumentando enormemente sua interconectividade, é benéfico para as empresas, mas ao mesmo tempo as expõe a um impacto negativo sistêmico. Neste sentido, a crise de 2008 pode ser o resultado deste alto nível de conectividade. A segunda consequência é uma redução da competição no mercado.

Se empresas que pertencem ao mesmo setor do mercado estão em mãos de um mesmo grupo de acionistas, elas não têm nenhum interesse em competir. Ao invés disso, têm uma tendência de se colocar em acordo para fixar preços ou lucros.

CM: Outra das críticas feitas ao estudo é que ele confundia a propriedade e o controle de uma empresa. Segundo seus críticos, defensores do capitalismo, os donos das ações eram em muitos casos fundos de pensão que administravam a aposentadoria da população. Ou seja, o dono, segundo essa crítica, era o cidadão comum que coloca suas poupanças em mãos de fundos financeiros administradores.

Stefania Vitali: Nós nunca falamos de controle, mas sim de controle potencial. Sempre se distingue entre o acionista e o que tem direito a tomar decisões nas

reuniões de direção de uma empresa. Pode ter ações, mas não ter direito de voto nas decisões das empresas. Usamos três modelos distintos para unir a propriedade das ações e o controle concreto da conduta de uma companhia. Um modelo estabelece que aquele que detém mais de 20% do controle do pacote acionário de uma empresa tem um controle de 100%. Cabe dizer que, dada a amplitude da nossa base de dados – cerca de 37 milhões de empresas – não pudemos fazer uma análise específica de cada caso, mas a base de dados com a qual trabalhamos confirmava este vínculo entre propriedade e controle.

CM: Com empresas tão fortes, qual o impacto disso sobre os governos e a democracia?

Stefania Vitali: Quando há empresas tão grandes elas podem criar blocos de ação. Se não há uma regulação forte, é muito difícil proteger a democracia. No mínimo temos um problema de regulação.

CM: Mas quando falamos da conectividade destas empresas, temos companhias do setor financeiro vinculadas ao setor industrial e também ao controle midiático. Quando há uma incidência direta sobre o setor midiático, o perigo é maior, algo sobre o que uma italiana como você deve ter muita experiência.

Stefania Vitali: (...risos...) O perigo é real. É necessário ter regras que eliminem a possibilidade desse tipo de conectividade. Com o governo de Mario Monti se introduziram certas regras para reduzir essa interconectividade, por exemplo, para que uma pessoa tenha limites a respeito de quantas diretorias pode fazer parte porque, se está em diferentes setores estratégicos, pode terminar distorcendo a economia para adequá-la aos seus próprios interesses. O mercado busca o lucro.

Esse é o seu interesse. De modo que o Estado é o único fator que pode exercer um contraponto. Muitas vezes, um Estado não pode fazer isso sozinho. É necessária uma ação combinada como a que podem exercer os estados da União Europeia. Isso é importante porque as multinacionais têm o poder para colonizar estados, em particular nos países mais pobres. Estão buscando seu próprio benefício, não o benefício social, coletivo.

WWW.CARTAMAIOR.COM.BR - Tradução: Marco Aurélio Weissheimer

O império norte-americano e a

invasão da Ásia by prof marco aurelio cabral

Um dos debates mais importantes do século XX se deu no interior do Estado norte-americano quanto a estratégia geopolítica a ser adotada no imediato pós-guerra. À época formuladores dividiam-se entre duas propostas não necessariamente substitutas.

A primeira veio da NASA e compreendeu o que prevaleceu na história como "estratégia de retaliação total", centrada na distribuição de ogivas nucleares em mísseis balísticos intercontinentais (Classes Titan e Atlas) e submarinos (Classe Polaris), bem como bombas termonucleares apoiadas em aeronáutica supersônica. Claramente, nesse contexto, a "missão a Lua" permitiu-se justificar perante a opinião pública vultuosas inversões públicas em tecnologias com emprego apenas indireto para aumento de bem estar.

A segunda proposta, aparentemente derrotada, previa emprego de rede de satélites de baixa órbita com objetivo de monitoramento de ameaças e identificação de alvos, tal como adotado a partir dos anos noventa pelos EUA. Esta segunda proposta, defendida por pesquisadores do RAND (instituto sem fins lucrativos criado em 1948 a partir de equipe da Douglas Aircraft). Reuniu-se desde então no RAND cientistas e engenheiros para assuntos de defesa.

Desde o final dos anos setenta até a queda do muro de Berlim (1989), o esforço militar empreendido por EUA e Rússia foi revisto por onda financeira liberalizante que impôs progressivamente restrições para gastos públicos. Com isso, acentuou-se necessidade de revisão da estratégia externa norte-americana, adaptando-se a configuração até então inesperada - a condição de ausência de desafiadores diretos ao projeto expansionista dos EUA.

Com o avanço das tecnologias de informação, a serviço da montagem de um "cassino" internacional real time on line nos anos 90, tornou possível ao complexo industrial-militar atualizar estratégia proposta pelo RAND, potencializada com capacidade de processamento e integração de informações colhidas através de diferentes artefatos, incluindo-se satélites.

Além do usual acesso discricionário a recursos públicos subsidiados para pesquisa e desenvolvimento, a partir de 2000 o complexo industrial-militar passou também a participar dos benefícios diretos da função inteligência para o sucesso na concorrência internacional.

A partir dos documentos históricos secretos revelados pelo espião duplo norte-americano E. Snowden, tornou-se possível aos demais Estados Nacionais, incluindo-se potências ocidentais e asiáticas, perceberem imbricações existentes entre o poder, o dinheiro e o novo imperialismo norte-americano. Desta vez com pretensões a império global.

No entanto, o sucesso no projeto de poder norte-americano pressupõe consolidação de alianças mais ou menos estáveis com elites locais, supostas de ocupar alto comando das maiores empresas em cada país. Bancos e firmas industriais nacionais são esperadas de disputar acesso privilegiado a dólares e tecnologias superiores, respectivamente.

Enquanto esse é o caso dentro das fronteiras ocidentais do império, o mesmo não acontece na Ásia. Rússia e China, as quais dispõem de recursos para se configurarem em ameaça, defendem territórios da invasão norte-americana. Essa, por sua vez, tem sido executada em diversas frentes, dissolvendo-se resistências para o desembarque da cultura consumista ocidental.

Atacam-se formas de organização política distintas da "democracia-modelo" dos EUA, cuja aderência aos interesses do grande capital é quase irrestrita. O resultado encontra-se na adesão de países do leste europeu à OTAN, bem como na primavera árabe.

Enquanto as fronteiras do império avançam em direção á Ásia, as elites russas e chinesas parecem não compreender exatamente qual papel terão as maiores corporações nacionais em jogo de xadrez em que pesam assimetrias de informação importantes. Enquanto isso, as elites industriais ocidentais possuem interesse no aumento das tensões militares como oportunidade para novo ciclo de crescimento baseado em keynesianismo bélico.

Naturalmente, as projeções de banqueiros para recuperação mundial não levam em consideração as importantes relações circulares entre crises econômicas e políticas propagadas assimetricamente pelo sistema internacional. Insistem em

narrativas comceteris paribus sem conflitos ou rupturas, o que soa como patético em bases ex post.

Conclusivamente, a crise política que se anuncia na Ucrânia deve desempenhar papel de acelerador das tensões internacionais, ao ponto de ignição de gastos militares extraordinários, principalmente na Europa. Não há necessidade de explicar o quanto uma ameaça militar na Europa pode justificar mudança nas políticas até aqui favoráveis aos interesses financeiros na região (metas fiscais). Neste contexto, dificilmente prevalecerá contracionismo na Alemanha pós-Merkel ou integridade do arcabouço supranacional da União Européia. Isso sem, necessariamente, mover os EUA na direção de uma guerra real, tal como ocorrido durante o período da guerra fria.

Como todo processo de longo prazo, contudo, demora-se o tempo a passar antes que hipóteses como esta possam ser testadas em bases ex post. É esperar e conferir.

prof marco aurelio cabral | março 10, 2014 às 7:26 pm | Categorias: Uncategorized | URL:http://wp.me/p2WYh8-ju

III - BRICS

Como a globalização, os BRICS podem ser fenômeno passageiro

Immanuel Wallerstein – 24 MAY 2013

Na atual situação em que existem cerca de 8-10-12 protagonistas de poder geopolítico significativo, os BRICS são definitivamente parte da nova estrutura geopolítica multipolar.

IMMANUEL WALLERSTEIN

Em 2001, Jim O'Neill, então presidente de Gestão de Ativos do Goldman Sachs, escreveu um artigo aos seus assinantes intitulado “O Mundo precisa de melhores BRICs económicos”. O'Neill inventou o acrónimo para descrever as chamadas economias emergentes do Brasil, Rússia, Índia e China, e para recomendá-las aos investidores como o “futuro” económico da economia-mundo.

O termo pegou, e os BRICs tornaram-se na verdade um grupo que se reúne regularmente e mais tarde incluiu a África do Sul, mudando o “s” minúsculo para maiúsculo. Desde 2001, os BRICS floresceram economicamente, pelo menos em relação a outros estados no sistema-mundo. Tornaram-se também um assunto muito controverso. Há os que veem os BRICS como a vanguarda da luta anti-imperialista. Há os que, muito pelo contrário, consideram os BRICS agentes subimperialistas do verdadeiro Norte (América do Norte, Europa ocidental, e Japão). E há os que acham que são ambas as coisas.

Na sequência do declínio pós-hegemónico do poder, do prestígio e da autoridade dos Estados Unidos, o mundo parece ter estabelecido uma estrutura geopolítica multipolar. Na atual situação em que existem cerca de 8-10-12 protagonistas de poder geopolítico significativo, os BRICS são definitivamente parte deste novo quadro. Pelos seus esforços de forjar novas estruturas no cenário mundial, tais como a estrutura interbancária que procuram criar para substituir o Fundo Monetário Internacional (FMI), estão certamente a enfraquecer ainda mais o poder dos Estados Unidos e de outros segmentos do velho Norte a favor do Sul, ou pelo menos dos próprios BRICS. Se a nossa definição de anti-imperialismo é reduzir o poder dos Estados Unidos, então os BRICS certamente representam uma força anti-imperialista.

A geopolítica, contudo, não é a única coisa que conta. Também queremos saber algo sobre a luta de classes no interior dos países BRICS, as relações desses países uns com os outros, e as relações dos países BRICS com os países não-BRICS no Sul. Nestes três aspetos, o registo dos BRICS é, no mínimo, sombrio.

Como podemos avaliar a luta de classes no interior dos países BRICS? Uma forma comum é observar o grau de polarização, tal como indica o índice GINI que mede a desigualdade. Outra forma é ver quanto dinheiro estatal é utilizado para reduzir o grau de pobreza entre os estratos mais pobres. Dos cinco países BRICS, apenas o Brasil melhorou significativamente os seus índices no que respeita a esta questão. Nalguns casos, apesar de haver um aumento do PNB, as estatísticas são piores que, digamos, há 20 anos.

Se olharmos para as relações económicas entre os próprios países BRICS, a China ofusca os outros em crescimento do PNB e em acumulação de ativos. A Índia e a Rússia parecem sentir a necessidade de proteger-se contra a força da China. O Brasil e a África do Sul parecem sofrer com o atual e potencial investimento da China em arenas chave.

Se olharmos para as relações dos BRICS com outros países do Sul, ouvimos queixas crescentes em relação à forma como estes países se relacionam com os seus vizinhos imediatos (e não tão próximos) que se parece demasiado com as relações que os Estados Unidos e o velho Norte mantinham com eles. São acusados por vezes não de serem “subimperiais”, mas sim simplesmente “imperiais”.

O que faz os BRICS parecerem tão importantes hoje são os seus altos índices de crescimento desde por volta de 2000, índices esses que foram significativamente mais altos que os do velho Norte. Mas será que isto vai continuar? As suas taxas de crescimento já começaram a escorregar. Alguns outros países do Sul – México, Indonésia, Coreia (do Sul), Turquia – parecem estar a corresponder ao crescimento deles.

Porém, dada a depressão mundial na qual continuamos a viver, e a baixa probabilidade de haver uma recuperação significativa na próxima década, a possibilidade de, numa década, um futuro analista do Goldman Sachs continuar a projetar os BRICS como o futuro (económico) é bastante

duvidosa. Na verdade, a probabilidade de os BRICS continuarem a ser um grupo que se reúne regularmente, com políticas presumivelmente comuns, parece remota.

A crise estrutural do sistema-mundo está a evoluir demasiado rapidamente e, de formas demasiado incertas, para assumir uma eBRICS, como tais, continuem a desempenhar um papel especial, tanto geopolítica quanto economicamente. Tal como o próprio conceito da globalização, os BRICS podemcomo um fenómeno passageiro.

Por Immanuel Wallers

Crise dos “emergentes” ou do Sistema?

IMMANUEL WALLERSTEIN – ON 06/02/2014CATEGORIAS: ALTERNATIVAS, CAPA, PÓS-CAPITALISMO

HTTP://OUTRASPALAVRAS.NET/CAPA/WALLERSTEIN-CRISE

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Novas turbulências sugerem: vivemos época de bifurcação. Em

declínio, capitalismo será superado

pior que ele*

robabilidade de os BRICS continuarem a ser um grupo que se reúne regularmente, com políticas presumivelmente comuns, parece remota.

mundo está a evoluir demasiado rapidamente e, de formas demasiado incertas, para assumir uma estabilidade relativa suficiente que permita que os BRICS, como tais, continuem a desempenhar um papel especial, tanto geopolítica quanto economicamente. Tal como o próprio conceito da globalização, os BRICS podemcomo um fenómeno passageiro.

rise dos “emergentes” ou do Sistema?

CAPITALISMO

-DOS-EMERGENTES-OU-DO-SISTEMA/

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Novas turbulências sugerem: vivemos época de bifurcação. Em

declínio, capitalismo será superado – por algo bem melhor ou bem

robabilidade de os BRICS continuarem a ser um grupo que se reúne

mundo está a evoluir demasiado rapidamente e, de formas stabilidade relativa suficiente que permita que os

BRICS, como tais, continuem a desempenhar um papel especial, tanto geopolítica quanto economicamente. Tal como o próprio conceito da globalização, os BRICS podem-se revelar

Novas turbulências sugerem: vivemos época de bifurcação. Em

por algo bem melhor ou bem

Por Immanuel Wallerstein | Tradução: Antonio Martins

Não faz muito tempo, os “especialistas” e os investidores viam os “mercados emergentes” – um eufemismo para China, Índia, Brasil e alguns outros – como salvadores da economia-mundo.

Eram eles que iriam sustentar o crescimento e, portanto, a acumulação de capitais, quando os EUA, a União Europeia e o Japão declinavam, em seu papel tradicional de pilastras do sistema

capitalista global.

Por isso, é chocante que, nas duas últimas semanas de janeiro, o Wall Street Journal (WSJ), o Financial Times (FT), o Main Street, a agência Bloomberg, o New York Times (NYT) e o Fundo

Monetário Internacional tenham, todos, soado o alarme sobre o “colapso” destes mesmos mercados emergentes; e que tenham advertido, em especial, sobre a deflação, que poderia ser

“contagiosa”. Tive a impressão de que estão em pânico, quase indisfarçável.

Primeiro, algumas palavras sobre deflação. Mercados “calmos” são aqueles em que os preços nominais não caem e sobem devagar. Isso permite aos vendedores e compradores prever, com

razoável confiança, quais suas melhores decisões. Os mercados mundiais não estão calmos há bastante tempo. Muitos analistas associam o fim desta calma à crise, em 2008, do mercado de

hipotecas norte-americano. De minha parte, vou além. Penso que o declínio começou no período entre 1967 e 73, e não foi interrompido desde então.

Os mercados não estão calmos quando há deflação ou inflação significativas. Estes dois fenômenos têm, ambos, impacto nas estatísticas de emprego e, portanto, na demanda mundial

efetiva por todos os tipos de produção. Se os índices de emprego real caem, por uma das duas razões, há sofrimento agudo para a vasta maioria da população e um grande aumento das

incertezas, que tende a paralisar novos investimentos produtivos. Isso leva a mais sofrimento e mais paralisia, num círculo vicioso.

É claro que alguns capitalistas são capazes de tirar proveito da situação, por meio de manipulações financeiras engenhosas, envolvendo especulação. O problema é que estão fazendo uma

grande aposta – que pode levar tanto à valorização maciça de seus ativos quanto à falência. Mas, pelo menos, têm uma chance de lucrar muito. Para a maioria da população mundial, o

prognóstico provável é perder, às vezes maciçamente.

O que dizem estes relatos de pânico? Michael Arnold pergunta, no WSJ: “A desvalorização das moedas levará os bancos centrais dos mercados emergentes a elevar as taxas de juros?” Ele

diz que o desarranjo foi provocado por “estatísticas de crescimento desapontadoras” na China e pela desvalorização da moeda argentina. Arnold adverte, em especial, para a situação da

Índia e Indonésia, que têm “alta carga de dívidas e dependência pesada de empréstimos externos – por isso, estão tentando reduzir a inflação. Ele menciona a Turquia como outra zona de

problemas.

Hal M. Bundrick enfatiza, no Main Street, o contágio. Ele aponta tanto a mudança na política monetária dos EUA quando as preocupações com a economia chinesa – além das tensões

políticas na Turquia, Argentina e Ucrânia – como “aceleradores do declínio”. Cita um banqueiro russo, que fala sobre a queda do rublo e a atmosfera “próxima ao pânico”. Afirma que tal

sensação está “se deslocando dos mercados emergentes para os desenvolvidos”.

O título de uma matéria de Gavyn Davies, no FT, é “O mundo emergente descarrilhará a recuperação global?” O autor diz que as moedas emergentes estão “em queda livre”. Também ele vê

a desaceleração chinesa como um fator principal, em particular por causar impacto nas “economias abastecedoras” (ou seja, países que vendem produtos primários à China) – em particular

Brasil, Rússia e África do Sul. Ele diz que os riscos de uma bolha de crédito não são um problema apenas na China, mas também na Turquia, Índia e Indonésia. Se a redução do crescimento

chinês se prolongar muito, ela poderá provocar “ampliação da recessão global”. Embora faça previsões moderadamente otimistas, ele imediatamente recua, ressalvando que suas simulações

(que alimentam seu otimismo contido) baseiam-se em padrões antigos, que podem não mais funcionar.

No FT, Ralph Atkins fala no “espectro da deflação”. O fenômeno, mesmo que positivo a curto prazo, é “definitivamente negativo para os ativos”, no longo prazo. Sua preoc

dirige-se à zona do euro. Depois de citar argumentos de outros analistas, que veem os aspectos positivos, ele ter

E ninguém menos que Christine Lagarde, diretora-gerente do FMI, afirmou, aos representantes do Establishment reunidos no Fórum Econômico Mundial, em Davos, que há uma ameaça

mercado global, quando os Estados Unidos cortam seus estímulos monetários. Existe um “novo risco no horizonte, e ele precisa ser

mercados emergentes”.

Naquele mesma semana, um editorial da agência Bloomberg

dólar e, portanto, “excessivamente sensíveis a flutuações –

torneira muito cedo” e (previsivelmente), que os países emergentes “melhorem suas políticas”.

Não menos importante, Lando Thomas informa, no NYT, que a nova palavra da moda em Wall Street, substituindo os BRICS,

dos BRICS (Brasil, Índia e África do Sul) mais Turquia e Indonésia. Exclui tanto a China quanto a Rússia, cujo impacto geopol

Todos parecem oferecer bons conselhos, certos de que, de alguma maneira, eles irão aliviar a situação. Poucos parecem admitir que a demanda efetiva glo

é nítido que, abaixo da superfície, já o detectaram. É por isso que estão em pânico, porque, então

deixa de ser cíclica e torna-se estrutural: não pode ser resolvida com paliativos, mas com a invenção de um novo sistema. Esta é a famosa bifurcação, em q

uma melhor e outra pior que o sistema existente. Um jogo em que todos nós estaremos envolvidos.

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Sobre o mesmo tema:

flação”. O fenômeno, mesmo que positivo a curto prazo, é “definitivamente negativo para os ativos”, no longo prazo. Sua preoc

se à zona do euro. Depois de citar argumentos de outros analistas, que veem os aspectos positivos, ele termina dizendo: “o espectro da deflação vestiu seu manto de invisibilidade”.

gerente do FMI, afirmou, aos representantes do Establishment reunidos no Fórum Econômico Mundial, em Davos, que há uma ameaça

ado global, quando os Estados Unidos cortam seus estímulos monetários. Existe um “novo risco no horizonte, e ele precisa ser examinado de perto”. Ela cita as “repercussõesh nos

Bloomberg começava assim: “As economias emergentes viveram uma semana brutal”. O texto vê estes mercados como muito ligados ao

– reais ou imaginárias – na política monetária norte-americana”. Por isso, pede que o FED, banco central dos EUA, “não feche a

torneira muito cedo” e (previsivelmente), que os países emergentes “melhorem suas políticas”.

que a nova palavra da moda em Wall Street, substituindo os BRICS, é “os cinco fracos” [“the Fragile Five”]. A lista inclui três membros

dos BRICS (Brasil, Índia e África do Sul) mais Turquia e Indonésia. Exclui tanto a China quanto a Rússia, cujo impacto geopolítico parece pesar decisivamente.

s conselhos, certos de que, de alguma maneira, eles irão aliviar a situação. Poucos parecem admitir que a demanda efetiva glo

é nítido que, abaixo da superfície, já o detectaram. É por isso que estão em pânico, porque, então toda sua ênfase no “crescimento” – uma fé crucial – estará minada. Neste caso, a crise

se estrutural: não pode ser resolvida com paliativos, mas com a invenção de um novo sistema. Esta é a famosa bifurcação, em q

uma melhor e outra pior que o sistema existente. Um jogo em que todos nós estaremos envolvidos.

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16/03/2009Doze pontos para uma nova economia(3)

flação”. O fenômeno, mesmo que positivo a curto prazo, é “definitivamente negativo para os ativos”, no longo prazo. Sua preocupação particular

mina dizendo: “o espectro da deflação vestiu seu manto de invisibilidade”.

gerente do FMI, afirmou, aos representantes do Establishment reunidos no Fórum Econômico Mundial, em Davos, que há uma ameaça ao

examinado de perto”. Ela cita as “repercussõesh nos

omeçava assim: “As economias emergentes viveram uma semana brutal”. O texto vê estes mercados como muito ligados ao

e o FED, banco central dos EUA, “não feche a

é “os cinco fracos” [“the Fragile Five”]. A lista inclui três membros

ítico parece pesar decisivamente.

s conselhos, certos de que, de alguma maneira, eles irão aliviar a situação. Poucos parecem admitir que a demanda efetiva global é o verdadeiro problema. Mas

estará minada. Neste caso, a crise

se estrutural: não pode ser resolvida com paliativos, mas com a invenção de um novo sistema. Esta é a famosa bifurcação, em que há duas saídas possíveis –

• 23/04/2013Como era tranquilo mover fábricash(1)

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Immanuel Wallerstein

Immanuel Wallerstein é um dos intelectuais de maior projeção internacional na atualidade. Seus estudos e análises abrangem temas sociólogicos, históricos, políticos, econômicos e das relações internacionais. É professor na Universidade de Yale e autor de dezenas de livros. Mantém um site onde publica seus textos (http://www.iwallerstein.com/).

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is there life after Brics?

Jun 27, 2013 4:00am by beyondbrics( Financial Times)

By Sammy Suzuki of AllianceBernstein

For more than a decade, Brazil, Russia, India and China have dominated conversations about emerging market investments.

But as the BRICs-driven commodities boom wanes, it may be time for investors to rethink their approach to emerging market investing. Commodities demand has been the fuel for explosive emerging-markets growth since the Brics era began in 2001. At that time, China joined the World Trade Organization and launched land reforms that triggered a vast building construction boom in the world’s most populous nation. China’s insatiable appetite for commodities benefited Russia and Brazil, while India was widely seen as the next big thing. Soaring commodity prices drove economic growth and some key countries also enjoyed a private credit boom as their currencies and inflation stabilised. For example, in Brazil, private credit as a percentage of GDP doubled from about 30 per cent in 2005 to about 60 per cent by 2011. With commodity prices falling sharply in recent months as China’s growth slows, the forces that have driven emerging-market growth – and outsized stock returns – have been thrown into question. Perhaps emerging markets have lost their luster, and investors will need to refocus their quest for higher returns elsewhere? We don’t think so. In our view, there are still big opportunities in emerging-market equities – but things have definitely changed. The key is to understand how emerging markets have evolved and which countries and companies are more likely to thrive in an environment of lower commodity demand, moderating credit and shifting currency dynamics. Key areas to watch include: • Commodity importers – lower prices might hurt commodity producing countries but importers should benefit. These include the Philippines, the Czech Republic, India, Korea, Thailand and Turkey. • Competitive labor – countries that can grab market share from China, as its labor rates rise, should do well. Vietnam, Bangladesh and Mexico have improved their relative competitiveness versus China in recent years by containing labor costs (Display below). • Currency beneficiaries – weakening currencies are good for exporters. So a regional jetmaker in Brazil or a software house in Russia may enjoy a new catalyst for sales growth. Import substitution is another effect. For example, a domestic apparel–maker in South Africa could lower its prices versus importers, possibly taking market share from global giants like Levi’s and Zara. • Crossover opportunities – small, innovative companies with access to the global supply chain can succeed in ways that would have been impossible a decade or two ago. For example, a company based in an emerging market, with production in a frontier market like Vietnam or Cambodia, that sells products in developed markets could do especially well by capturing the best of both worlds. • Developed winners – large, developed market companies with sales in emerging markets might also cash in on competitive advantages. Think about a dominant global toothpaste brand that could win big as its product proliferates in fast-growing markets. Source: AllianceBernstein Of course, the end of the commodity boom will usher in a sea of change for emerging-market companies. In the past, they could throw capital at low-return projects and get bailed out thanks to roaring economic growth. Those days are gone. Without the enormous macroeconomic tailwinds they enjoyed, hidden weaknesses will suddenly become more visible in many companies. As a result, investors will need to scrutinise emerging-market countries and companies more thoroughly than ever. But by focusing on good stewards of capital with solid business dynamics and profitability prospects, we think investors will find that there is definitely life after Brics in emerging markets.

Sammy Suzuki is Portfolio Manager of Emerging Markets Core Equities and Director of Research of Emerging Markets Value Equities at AllianceBernstein.

IV - MERCOSUL x NAFTA x PACÍFICO

Para Patriota, Aliança do Pacífico é mais "êxito de marketing"

20/06/13

O ministro das Relações Exteriores, Antonio Patriota, negou nesta quinta-feira, em audiência pública na Comissão de Relações Exteriores (CRE) do Senado, que o Mercosul esteja passando por uma "suposta paralisia", que seja um modelo "antiquado e desvantajoso" para seus países membros e que tenha sido "ultrapassado" pela formação da Aliança do Pacífico, novo bloco comercial que reúne México, Colômbia, Peru e Chile.

Para Patriota, houve mais "êxito de marketing" com relação à Aliança do Pacífico e não há motivos de preocupação com a união desses países em um novo bloco. "É uma embalagem nova a uma situação já existente. Não há nada novo no que os países membros prometem fazer em relação à realidade atual. Já existe livre comércio para quase todos os países integrantes", disse.Considerou natural que os países busquem "outras formas para maximizar ganhos", mas afirmou que há, por parte do Brasil e do Mercosul, "atenção permanente" a tudo que acontece na região.

Segundo Patriota, os resultados do Mercosul são "positivos, concretos e reais". Quanto ao comércio, por exemplo, ele disse que, apesar dos efeitos da grave crise econômica de 2008, o desempenho do intercâmbio entre os membros do bloco é superior ao do comércio internacional.

"O Mercosul é a mais bem sucedida iniciativa de integração profunda e abrangente na América do Sul", afirmou. No caso do Brasil, especialmente, o Mercosul se constitui, segundo o ministro, como "importantíssimo" instrumen to para expansão das exportações, em especial de produtos industrializados.

Citou que, enquanto as trocas globais cresceram 13%, a corrente de comércio entre os membros do Mercosul cresceu mais de 20%. Nos pouco mais de 20 anos de existência, o valor do comércio entre os países do Mercosul cresceu mais de nove vezes, enquanto a corrente comercial do bloco com o resto do mundo multiplicou menos, oito vezes apenas.

Com relação ao Brasil, Patriota disse que em 2012, depois de quatro anos de crise internacional, o Mercosul ocupou a quarta posição como destino das mercadorias, com 9%, depois de União Europeia, China e Estados Unidos.

"E, quando se leva em conta a composição da pauta de exportações, a importância do Mercosul se destaca. Cerca de 90% exportações brasileiras para bloco foram de manufaturados. Para União Europeia, China e Estados Unidos são de 36%, 5% e 50%. Logo, muito menores. Ou seja, a indústria brasileira tem no Mercosul seu mais importante mercado externo", disse.

O Mercosul afunda na sua irrelevancia - Editorial O Globo - 22 de maio de 2013

Comentário Um pequeno problema com esse editorial: o retrocesso a uma ZLC, em lugar de uma UA esfarrapada e ridícula como é hoje, não vai tirar o Mercosul de sua irrelevância, e tampouco ajudar o Brasil, cujos instintos protecionistas são quase tão fortes quanto os da Argentina.

Paulo Roberto de Almeida - http://diplomatizzando.blogspot.com.br/2013/05/o-mercosul-afunda-na-sua-irrelevancia.html

Brasil imobilizado pela crise do Mercosul (Editorial)

O Globo, 22/05/2013

Não se pode menosprezar o papel do Mercosul na distensão geopolítica no extremo do continente, e como alavanca no comércio entre os países do bloco.

Foi graças à perspicácia dos presidentes José Sarney e Raúl Alfonsin que Brasil e Argentina, no início dos respectivos processos de redemocratização, em meados da década de 80, estabeleceram as bases diplomáticas para a criação do bloco comercial, com a adesão de Uruguai e Paraguai.

Assim como é preciso reconhecer os avanços, tem-se de admitir os problemas. Faz tempo que o Mercosul, como união aduaneira, não atende mais aos interesses brasileiros e passou a servir de camisa de força para o país.

O bloco trincou, por força da crise econômica e institucional argentina, e entrou em crise pelo crescente protecionismo do vizinho. Uma contradição em termos com o conceito de união aduaneira, cujo mecanismo básico da tarifa externa comum foi jogado no lixo pela Casa Rosada.

Tanto quanto isso, o Brasil atola na anemia do Mercosul numa fase em que no mundo se multiplicam acordos comerciais, com novos blocos e/ou acertos bilaterais, e o país, por força do tratado do qual passou a fazer parte a Venezuela, fica de mãos atadas por necessitar da aprovação de todos os parceiros para assinar algum desses tratados.

O Uruguai, por exemplo, só faltou sentar-se à mesa para selar um acordo comercial com os Estados Unidos. Foi impedido pelo Mercosul.

No fim de semana, O GLOBO trouxe uma radiografia dos danos já sofridos pelo comércio exterior brasileiro no próprio mercado latino-americano, amplificados pela perda de competitividade da indústria nacional, causada por erros internos de política econômica.

O peso brasileiro nas importações no continente, entre 2008 e 2011, caiu de 11% para 9,7%, espaço ocupado por China, Estados Unidos, Índia e União Europeia. O Brasil perdeu vendas no valor de US$ 7,4 bilhões, basicamente manufaturados.

Entre as causas, destaca-se o protecionismo argentino, diante do qual Brasília é muito condescendente, a perda de competitividade em si brasileira e a agressividade chinesa. Com a consolidação da Aliança do Pacífico (Chile, Colômbia, México e Peru), mais aberta a acordos, e próxima aos EUA, o peso brasileiro ficará ainda menor.

O Itamaraty precisa analisar com seriedade a conversão do Mercosul de união aduaneira numa área de livre comércio, como já foi.

A integração econômica continua, mas, com o fim da tarifa externa única — como se o Mercosul fosse um único país, o que já não é —, cada membro tem liberdade para negociar acordos bilaterais com quem quiser. Sem vetos.

Argentina e Venezuela, refratários ao livre comércio, podem praticar o retrocesso que desejarem. Mantém-se a relativa coesão geopolítica no Cone Sul, e o Brasil fica em condições de rever sua política de inserção nas cadeias produtivas globais, algo urgente para o setor industrial.

O BRASIL E O PACÍFICO

Mauro Santayana - 24/05/2013 – www.maurosantayana.com

(JB)-Não foi uma caminhada fácil, nem se iniciou ontem, mas o Brasil deixou para trás a situação acanhada, quando, de tempos em tempos, nossos ministros da Fazenda viajavam aos Estados Unidos, de chapéu na mão. A dívida externa nacional, sempre acumulada, pelos juros brutais, tinha que ser “rolada” de maneira humilhante. Os que procuraram escapar ao “contrato de Fausto com o diabo”, conforme Severo Gomes, sofreram a articulação golpista comandada de fora, como ocorreu a Vargas, a Juscelino e a João Goulart.

Livramo-nos, durante o governo Lula, do constrangimento de abrir a contabilidade nacional aos guarda-livros do FMI, que vinham periodicamente ao Brasil dizer como devíamos agir, em relação à política fiscal ou na direção dos parcos investimentos do Estado. Ainda temos débitos com o exterior, mas as nossas reservas cobrem, com muita folga, os compromissos externos.

Não obstante isso, os nossos adversários históricos não descansam. Ontem, na cidade colombiana de Cali, os governos do México, do Chile, da Colômbia e do Peru se reuniram para mais um passo na criação da Aliança do Pacífico — sob a liderança dos Estados Unidos e da Espanha — claramente oposta ao Mercosul. O Tratado que reúne, hoje, o Brasil, a Argentina, a Venezuela e o Uruguai — e que deverá ampliar-se ao Paraguai e à Bolívia — representa

poderoso mercado interno, com um dinamismo que assegurará desenvolvimento autônomo e relações de igualdade com outras regiões do mundo.

Os norte-americanos, em sua política latino-americana, agem sempre dentro do velho princípio, que Ted Roosevelt atribuía aos africanos, de falar mansinho, mas levar um porrete grande. Ainda agora, preparam uma recepção de alto nível para a chefe de Estado do Brasil, que visitará Washington, em outubro — e será recebida com todas as homenagens diplomáticas. Ao mesmo tempo montam o esquema de cerco continental ao nosso país.

Sendo assim, foi importante a visita que fez anteontem a Washington o presidente da Câmara dos Deputados, Henrique Alves, a convite do Instituto do Brasil, do Centro Woodrow Wilson, e do US Businness Council. O parlamentar, exibindo números bem conhecidos em Washington, mostrou que o Brasil deixou de ser país em desenvolvimento, para tornar-se uma potência consolidada. Ele argumentou que o Brasil é investidor importante na economia norte-americana, e, embora não o tenha feito, poderia lembrar que somos o país que tem o terceiro maior crédito junto ao Tesouro dos Estados Unidos.

Os espanhóis que, em troca do tratamento privilegiado que lhes damos no Brasil, tratam de nos prejudicar, estão exultando com a Aliança do Pacífico. No entender de seus analistas, a nova organização vai sufocar o Mercosul. Ainda que alguns de nossos parceiros estejam encontrando dificuldades ocasionais, a pujança conjunta supera, de longe, a economia dos países da Aliança. A economia mexicana depende de empresas norte-americanas, que se aproveitam de seus baixos salários e outras vantagens para ali montar seus automóveis e “maquiar” outros produtos.

A força da economia brasileira, na indústria de porte — em que se destaca a engenharia de excelência na construção pesada — reduz a quase nada a importância dos países litorâneos do Pacífico, em sua realidade interna. Os Estados Unidos os querem no Nafta, e é provável que consigam esse estatuto de vassalagem. Nós, no entanto, não podemos deixar os nossos vizinhos da América do Sul isolados, em troca de uma parceria com Washington que de nada nos serve.

É hora também de dar um chega pra lá com a Espanha de Juan Carlos, Rajoy e Emilio Botin, o atrevido presidente do Banco Santander, que consegue ser recebido no Planalto com mais frequência do que alguns ministros de Estado. O Brasil deve manter as melhores relações diplomáticas com os Estados Unidos, desde que as vantagens sejam recíprocas. Mas se, ao contrário deles, não levarmos o big steak, estaremos advertidos de que “os Estados Unidos não têm amigos: os Estados Unidos têm interesses”, conforme a frase atribuída a Sumner Welles e repetida depois por Kissinger.

La disputa por nuestra América: Unasur en la mirilla yanqui.

Ángel Guerra Cabrera

Lo que se disputa hoy en América Latina y el Caribe es si se consolida el proyecto bolivariano de independencia e integración regional, o si Washington y las derechas locales consiguen derrotarlo. En esta batalla, los enemigos de nuestros pueblos utilizan los cuantiosos recursos materiales –incluyendo militares- y culturales acumulados por siglos de explotación, saqueo y opresión. Nuestros pueblos, a su vez, se valen de la rica experiencia de sus tradiciones patrióticas y revolucionarias, forjadas en la resistencia anticolonial y antiesclavista, las revoluciones por la primera independencia y las luchas antineocoloniales posteriores, inscriptas en la marcha hacia la segunda y definitiva independencia.

Es muy valioso el cúmulo de saberes políticos adquirido en las contiendas antineoliberales: desde el caracazo(1989) al levantamiento indígena de Chiapas(1994) y, en especial, durante los años de estelar liderazgo nacional y regional del comandante Hugo Chávez(1999-2013). Todavía no nos hemos dado cuenta cabalmente de cuánto alcanzó con su incansable batallar el meteórico venezolano.

Inspirado, como lo afirmaba con orgullo, por el ejemplo y la amistad de Fidel Castro y la Revolución Cubana, Chávez logró articular un magnífico equipo con Néstor y Cristina Kirchner, Lula da Silva, Evo Morales y Rafael Correa, entre otros líderes populares latino-caribeños. La derrota del Alca(Mar del Plata, 2005) fue una de sus grandes victorias, que sentó las bases para el auspicioso e inédito surgimiento de la Alba, Petrocaribe, la Unasur, la Celac, el Mercosur ampliado, organizaciones que han puesto coto al arrogante monroísmo e impulsado un sentimiento de independencia, fraternidad y solidaridad regional. Ahora los pueblos y gobiernos de América Latina y el Caribe hablan con voz propia.

Eso es lo que no soportan los imperialistas yanquis. Tener que tratarnos de igual a igual pese a que el secretario de Estado Kerry nos siga llamando traspatio. Que le digan con la frente alta, como le tocó a Obama en la Cumbre de las Américas de Cartagena, que no podía haber más cumbres sin Cuba y que debía ponerse fin al criminal bloqueo. Que las Malvinas son argentinas, idea intragable no solo para la elite británica con su nostalgia imperial. También y, sobre todo, para su socio estadunidense que codicia el petróleo de su suelo marino y quiere utilizarlas como una base de intervención contra nuestra América.

En los feroces y persistentes planes desestabilizadores yanqui-oligárquicos contra los gobiernos dignos y soberanos de Venezuela, Bolivia, Ecuador y Argentina se observa nítidamente la creciente relevancia tomada por el ejército mediático imperial. Capriles Radonsky, por ejemplo, existe políticamente gracias a su fabricación mediática. Subestimar la ruin tarea de ese ejército en la descerebración o la siembra de la confusión y la división en importantes sectores, incluso populares, puede costar muy caro.

La Alianza del Pacífico(AP), que reúne a Chile, Perú, Colombia y México y cuya cumbre se inicia hoy en Cali, es una daga apuntada al cuello de las ya mencionadas instituciones de unidad e integración latino-caribeña, en particular al de Unasur. Es también un intento de reflotar el Alca. Los países que lo integran tienen tratados de libre comercio con Europa y Estados Unidos, instrumentos que como está ampliamente documentado han ocasionado ya una tragedia económica, social y cultural de grandes proporciones en los países del sur que los han aplicado, y que más allá del comercio –nada con Washington es libre- implican la veloz anexión y subordinación de los estados al norte revuelto y brutal. La AP, con más de 200 millones de habitantes, una extensión territorial de más de cinco millones de kilómetros cuadrados y 40 por ciento del PIB regional se mete como una cuña en el cuerpo de Unasur.

La AP se une al Acuerdo de Asociación Transpacífico, un hecho muy grave pues este está concebido por Washington para enrolar a sus integrantes en el cerco y creciente hostilidad contra China, pero también contra Brasil. Estados Unidos alucina por su ascenso como potencia suramericana y mundial, aliado a Argentina e instalado en el BRICS.

Los procesos trasformadores no se rinden y combaten con un arma formidable: el apoyo popular y su credibilidad. Hoy lo veremos en el gigantesco cabildo de La Paz en apoyo a Evo Morales (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=168384&titular=¿qué-clase-de-clase-es-esa?)

Twitter: @aguerraguerra

Movimiento de Solidaridad Nuestra América\

Santos, la conjura contra Venezuela y la Alianza del Pacífico Attilio Boron

31.5.2013 - http://www.atilioboron.com.ar/2013/05/santos-la-conjura-contra-venezuela-y-la.html Hola todas y todos. Comparto una nota sobre el tema. Una versión reducida saldrá publicada mañana en Página/12. Fraternalmente, Atilio

(Atilio A. Boron) Por más que se lo suela poner en cuestión, todo acuerdo económico es a la vez un compromiso político. El pensamiento neoliberal presenta sus opciones políticas (por ejemplo, promover un modelo económico que enriquece a los ricos y espolia a los pobres) como si fueran el resultado de un cálculo técnico o de una racionalidad abstracta, cuando lo cierto es lo contrario.

Lo anterior vale tanto para los acuerdos sellados en el plano doméstico como en el internacional. Por eso no puede causar sorpresa la provocación en que incurrió el gobierno de Juan M. Santos –ahora dice que todo fue un “malentendido”- al recibir al perdidoso candidato de la derecha venezolana, Henrique Capriles. Al hacerlo, el presidente colombiano le confirió legitimidad a sus escandalosas denuncias –refutadas por sucesivas auditorías practicadas sobre los resultados electorales del 14 de Abril- y se alineó irresponsablemente con el líder del ala fascista y más radical y golpista de la derecha venezolana.

¿Sólo con ésta? No, porque la estrategia de desgaste del antichavismo no es creación original venezolana sino expresión de las directivas que emanan desde Washington para concretar su proyecto destituyente y tratar de borrar al chavismo de la faz de la tierra. Por eso la Casa Blanca continúa sin reconocer la legalidad y la legitimidad del triunfo de Nicolás Maduro en las pasadas elecciones presidenciales. El empecinamiento del insólito Premio Nobel de la Paz no es inquina personal sino el meticuloso cumplimiento del proyecto de reversión de la correlación internacional de fuerzas en el hemisferio que en el 2005 provocara el naufragio del ALCA en Mar del Plata. Componente fundamental de ese proyecto es el permanente acoso, la deslegitimación y la desestabilización de los gobiernos bolivarianos y progresistas de la región. El sueño imposible del imperio es restablecer en Latinoamérica una situación anterior a la Revolución Cubana, cuando las órdenes de la Casa Blanca eran obedecidas sin chistar por los gobiernos de la región. Este es el sentido fundamental de la tan publicitada y alentada Alianza del Pacífico conformada por México, Colombia, Perú y Chile, que a instancias de Washington organizó nada menos que siete Cumbres en poco más de un año. El objetivo de este hiperactivismo diplomático es principalmente político y, en menor medida, económico. Lo primero, porque pretende rehacer el mapa sociopolítico regional acabando con los gobiernos de los países del ALBA e inclusive con sus aliados, como los de Argentina y Brasil, “cómplices” según Washington de la derrota del ALCA. Y en lo económico, porque la AP es la más importante pieza de la contraofensiva imperialista destinada ahora, ya mismo, a concretar un ALCA con otro nombre y, a la vez, para potenciar el papel de “caballos de Troya” que Washington les tiene asignados a los gobiernos de la AP para socavar desde dentro a proyectos que suscitan el visceral rechazo de la Casa Blanca como la UNASUR, la CELAC y, en menor medida, el Mercosur. No sorprende que los gobiernos y políticos más reaccionarios del continente, ¡y los de Europa! compitan entre sí para ver quién entra primero a esa alianza concebida y orquestada por los Estados Unidos para defender sus propios intereses utilizando a sus peones latinoamericanos y europeos. ¿Qué sentido tiene que países como España, Australia, Uruguay y Japón, que hoy día tienen el estatus de observadores, hayan declarado que solicitarán su adhesión para convertirse en miembros plenos de la AP durante el 2013.” Australia y Japón, ¿necesitan de este instrumento norteamericano para vincularse con el nuevo centro de gravedad de la economía mundial que se halla, precisamente, en su entorno inmediato, o es que se trata de dos países sometidos militar, económica y diplomáticamente a la voluntad de la Casa Blanca y que por lo tanto actúan según se les ordena?

Claro está que este engendro norteamericano, del cual Santos es el principal articulador (recordar que la última y fundamental reunión se hizo el 22/23 de Mayo en Cali) requiere de sus protagonistas una abyecta sumisión a los edictos y las prioridades imperiales. Para la Casa Blanca hoy nada es más importante que aprovechar el momentáneo desconcierto provocado por

la muerte de Hugo Chávez para reordenar lo que el Secretario de Estado John Kerry denominara -en una expresión que por su carácter despectivo había caído en desuso- al “patio trasero” de Washington. Y Santos obedeció el mandato y recibió a un desprestigiado político amparado por lo peor de la derecha latinoamericana y europea -principalmente el corrupto Partido Popular de España, cuyo jefe en las sombras es José M. Aznar- y culpable de haber instigado actos criminales que culminaron con la muerte de once chavistas y más de un centenar de heridos amén de la destrucción de numerosos centros de salud y oficinas públicas. El objetivo de la gira latinoamericana de Capriles es desprestigiar al gobierno de su país a cualquier precio, inclusive deteriorando las ya de por sí difíciles relaciones colombo-venezolanas. Pero Washington hace saber a sus clientes que no hay límites éticos ni escrúpulos de ningún tipo a la hora de aislar al gobierno de Venezuela, caracterizándolo como un “estado canalla” y debilitarlo para facilitar su indefensión ante los ataques de Washington. Para ello se combinarán estrategias de hipócrita seducción –Joe Biden bendiciendo a Brasil como potencia ya “emergida” pero sin hablar de que es el país al cual EEUU ha rodeado con más bases militares en toda Latinoamérica- con otras más brutales, como las que seguramente habrá comunicado Roger Noriega en su viaje a Colombia al presidente Santos, y con iniciativas como las de la AP, que dados sus objetivos y extraordinaria movilización de recursos sería muy peligroso no tomar seriamente en cuenta. Todo indica que el pueblo y el gobierno venezolanos son plenamente conscientes de esta amenaza, y están preparados para resistir y no sólo eso, sino también prevalecer. Saben que contarán con la solidaridad militante de la mayoría de los pueblos y los gobiernos de Nuestra América que con sus luchas derrotarán esta nueva tentativa de establecer un ALCA, ahora con otro nombre. En el nauseabundo contexto internacional arriba señalado cabe destacar el honroso gesto del presidente Rafael Correa que, por boca de su Canciller, hizo saber que Ecuador jamás recibiría a Capriles.

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NOTAS ECONÔMICAS LATINO-AMERICANAS! (AGÊNCIAS)!

Cesar Maia NL

1. Os membros fundadores da Aliança do Pacífico (Chile, Peru, Colômbia e México) combinaram na cúpula de Cali (Colômbia), que terão até 30 de junho para chegar a um acordo sobre os

detalhes do desmantelamento alfandegário que deve afetar, na primeira fase, cerca de 90% do comércio entre os quatro membros. A cúpula serviu para dar um impulso a este ambicioso

processo de integração regional e não apenas na área do comércio. Os líderes concordaram em criar um visto único de turista válido para os quatro países e realizar campanhas de promoção

turística conjunta. Eles também concordaram em compartilhar embaixadas e expandir a rede de escritórios comerciais conjuntos.

2. A prova de sua força está nas presenças da cúpula de Cali: além dos presidentes dos países membros – Eduardo Santos (Colômbia), Sebastián Piñera (Chile), Ollanta Humala (Peru) e

Enrique Peña Nieto (México) – os presidentes de dois países candidatos para entrar no clube, Laura Chinchilla (Costa Rica) e Otto Perez Molina (Guatemala), e os primeiros-ministros dos dois

países observadores, o espanhol Mariano Rajoy e o canadense Stephen Harper -, além de delegações da Austrália, Nova Zelândia, Japão e Uruguai.

3. O Chile está sempre dependente do preço do cobre. Se em 2012 o preço do cobre voltasse a seu nível de antes de 2003, o déficit da balança de pagamentos foi de 18% do PIB, bem acima do que foi em 1981 (13%) ou em 1982 (9 %), na época da grande crise chilena. Em 2012 o país gastou quase 10 bilhões de dólares a mais do que tinha. O balanço de pagamentos, considerado o melhor indicador de sustentabilidade econômica, passou nos últimos anos de um superávit de 5% para um déficit de 4%: o excesso de 3,2 bilhões de dólares de três anos atrás, se tornou um

déficit de 9,5 bilhões dólares.

4. Relações agrícolas entre a China e a América Latina no período 2009-2011: (i) as exportações de commodities agrícolas continuam desempenhando papel importante em diversos países, em

especial Argentina (80% das exportações para a China no período), Brasil e Guatemala. Os países que possuem uma baixa importância relativa das exportações de produtos agrícolas são,

em geral, grande exportadores de commodities minerais como Chile, Colômbia, Bolívia e Venezuela; (ii) Argentina, Bolívia, Brasil, Guatemala, México, Panamá, Paraguai, Peru e

Venezuela apresentaram apenas um produto concentrando cerca de 80% das exportações agrícolas por pelo menos dois anos; (iii) as exportações de commodities agrícolas da AL para a China estão concentradas (90%) na Argentina e no Brasil; (iv) todo o aumento da safra de soja

no Brasil nos últimos três anos foi absorvido pela China.

La Alianza del Pacífico, el Mercosur y la integración

latinoamericana

Adolfo Aguirre (ACTA) - J U E V E S , 6 D E J U N I O D E 2 0 1 3

http://www.argenpress.info/2013/06/la-alianza-del-pacifico-el-mercosur-y.html

Suenan las campanas de la división en América Latina. Con la última reunión en Cali, Colombia,

la Alianza del Pacífico (Chile, México, Colombia y Perú) anuncia un nuevo proceso de

integración regional, aparentemente más dinámico, moderno y abierto que lo conocido (el

Mercosur principalmente). Cuánto tiene de cierta esta alianza, cuánto de operación marketinera,

y cuánto de viabilidad política y económica.

Comencemos primero por los datos de la realidad. Desde hace varios años, pero con especial

fuerza desde la constitución formal en junio del 2012, la denominada Alianza del Pacífico busca

ser un eje de promoción de la integración regional a través de tratados de libre comercio, en

contraposición con el modelo del Mercosur, que si bien también promueve la apertura comercial,

busca ser una unión aduanera con algunos elementos de complementariedad económica entre

los socios y protección de los mercados internos. En la última reunión de la Alianza del Pacífico

(AP), los países participantes, con el liderazgo de México y Colombia, decidieron eliminar los

aranceles aduaneros en un 90 por ciento de los productos y con perspectivas de negociar la

eliminación restante en los próximos meses. Este proyecto tiene como eje promover el libre

comercio entre estos países y mirar con una perspectiva común al Pacífico, con eje en las

potencias de países asiáticos. El Mercosur, en cambio, parte de una base más sólida (existe

hace más de 20 años), ha sumado nuevos miembros (Venezuela recientemente y se negocia

con Ecuador y Bolivia) y opera en algunos niveles como bloque unificado (en especial en

acuerdos comerciales con terceros países o bloques). Sin embargo, en los últimos años se ha

visto jaqueado por las discrepancias comerciales entre los dos grandes socios, Argentina y

Brasil, y también por las justificadas quejas de los socios más pequeños, en especial Uruguay.

La situación no es tan sencilla, ya que no se trata de un simple duelo entre la AP y el Mercosur.

Hay elementos claves que los oponen, en especial la característica ideológica de los gobiernos y

la presencia de Estados Unidos, pero también hay diversos aspectos que interpelan a todos los

países. En el aspecto comercial, cabe decir que tanto Chile, como Perú, Colombia y México tiene

Acuerdos Preferenciales con el Mercosur, que llevan a una relación comercial muy cercana entre

ellos. Chile tiene una economía íntimamente conectada con la Argentina, tanto como Colombia

exporta gran parte de su producción industrial a Venezuela. Sumado a esto, Perú, Chile y

Colombia son parte de la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR) y, con sus diferencias,

han estado alineados en la integración política promovida desde esta organización. Sin ir más

lejos, luego de la muerte de Néstor Kirchner la Secretaría General de UNASUR quedó en manos

de Colombia. A este dato sumamos la conformación de la Comunidad de Estados

Latinoamericanos y del Caribe (CELAC), que sí integra México y cuya presidencia pro-témpore

acaba de pasar de Chile a Cuba. La CELAC está compuesta por miembros de todos los

gobiernos de América Latina y también se ha planteado como un espacio de unidad, en

oposición a la presencia norteamericana en la región. En base a estas realidades, se torna

complejo hablar de una competencia entre un supuesto grupo “bueno” (la AP) y uno “malo”

(Mercosur), ya que la integración se viene construyendo en conjunto y las economías se

conectaron entre sí mucho más en la última década que en el pasado.

La geopolítica tiene mucho que ver en la búsqueda de una oposición entre la AP y el Mercosur.

Está el interés de Estados Unidos, que luego de la derrota sufrida a manos principalmente de

Argentina, Brasil y Venezuela en la propuesta del ALCA, tomó el rumbo de los acuerdos de libre

comercio bilaterales. Los cuatro miembros de la Alianza del Pacífico han firmado el libre

comercio con Estados Unidos. Este dato es relevante, e influye a la hora de analizar las posturas

de los gobiernos. Para EEUU, la conformación de la AP tiene relevancia en su proyecto más

global, el de competir con la potencia comercial que propone China. Esta perspectiva de EEUU

tiene dos ejes: uno es el Acuerdo del Transpacífico, que agrupa económicamente a países del

pacífico asiático (menos China) con sus pares latinoamericanos (todos los miembros de AP); la

otra perspectiva es el acercamiento a través de un tratado de libre comercio con la Unión

Europea (todavía en discusión). El inconveniente mayor de esta estrategia es que, si bien China

tiene lazos comerciales principalmente con Argentina y Brasil, los países de la AP también han

firmado acuerdos con China. Sin ir más lejos, Perú, Chile y recientemente Costa Rica firmaron

tratados de libre comercio con ese país. De la misma manera la comunidad económica del

sudeste asiático (ASEAN) firmó acuerdos comerciales con China sin la participación de EEUU.

La firma del acuerdo comercial entre los principales países del pacífico de América Latina tiene

como contrapartida la expansión del Mercosur con nuevos miembros, confirmado ya Venezuela y

en tratativas con Ecuador y Bolivia. Más allá de estos hechos, y tal como lo expresamos en esta

columna, las coincidencias (políticas y económicas) en la actualidad latinoamericana, son

mayores que las diferencias. La búsqueda de una competencia entre estos dos sectores (AP y

Mercosur) en realidad trata de dividir el espectro y poner en duda los procesos de integración

económica y política de nuestra región.

Está demostrado que los modelos únicos de integración (es decir aquellos que plantean una

hegemonía de pensamiento y práctica) no han dado frutos. Este es el caso tanto para el Área de

Libre Comercio de las Américas (ALCA) como también, debemos decirlo, para la Alianza

Bolivariana de las Américas (ALBA) que se planteaba como alternativa. Los hechos dan prueba

de que ninguno de los modelos absolutos han logrado imponerse y que lo que mejor han hecho

los gobiernos actuales de la región es debatir y negociar en conjunto, aceptando los distintos

paradigmas y a la par ir profundizando la integración regional.

Las potencias, y en especial Estados Unidos, siempre van a estar presentes buscando dinamitar

los esfuerzos de integración autónomos. La promoción principalmente mediática de la Alianza

del Pacífico como el nuevo bloque que confronta con el Mercosur es parte de una estrategia de

división. Experiencias como la UNASUR y CELAC son una demostración de la capacidad de

nuestros países de articular (aún con sus contradicciones) un proyecto común en la región. El

camino es continuar profundizando ese proceso, aceptando visiones diversas y no buscando

remarcar las diferencias, que a la larga sólo servirá para perjudicar nuestra independencia.

Adolfo Aguirre es Secretario de Relaciones Internacionales de la CTA

Ofensiva imperialista em grande escala

– Não é só a Venezuela que está na mira, é o continente por

Carlos Aznárez [

*]

O ambiente latino-americano está rarefeito. Há sinais muito claros de que o Império decidiu impulsionar uma contra-ofensiva de grande porte. Tanto é que o próprio secretário de Estado estado-unidense John Kerry voltou a desenterrar um conceito que nos últimos anos parecia esquecido. Por ocasião do seu discurso perante o Comité de Assuntos Externos da Câmara de Representantes dos EUA afirmou com muita tranquilidade: "A América Latina é o nosso pátio traseiro (...) temos que nos aproximar de maneira vigorosa". Disso se trata, precisamente o que vem: do vigor com que se estão "a aproximar", tentando aproveitar de algo que talvez eles mesmos tenham provocado (tudo está para ver e investigar), como a morte do Comandante Hugo Chávez. A Venezuela continua a ser o prato especial do seu apetite voraz, mas enquanto isso vão gerando acontecimentos nos arredores que não podem nem devem passar desapercebidos. Aí está por exemplo a reconstituição de uma coligação que mira por outra vez na superfície uma espécie daquela ALCA derrotada em Mar del Plata pela dignidade latino-americana e caribenha no ano de 2005. Agora chamam-na Aliança do Pacífico e aos seus sócios fundadores (México, Chile, Colômbia e Peru) somar-se-á em breve a Costa Rica, enquanto fazem fila, ansiosos por entrar no barco uma longa dezena de países dentre os quais figuram alguns que até ontem diziam estar do lado correcto da rua, como o Uruguai e El Salvador. Estes últimos, entretanto, já

haviam subscrito acordos económicos e militares bilaterais com Washington. A Aliança do Pacífico, sem dúvida, será o porta-aviões a partir do qual se tentará atacar duramente a ALBA , assim como a UNASUL e a CELAC . De facto, um dos seus filhos pródigos, o presidente chileno Sebastián Piñera, recentemente mimado até fartar pelo seu protector Obama, acaba de desembarcar em El Salvador, para por em prática um acordo "estratégico" bilateral que será usado como modelo para operações vindouras. Por outro lado, está o avanço realizado pelo sionismo para institucionalizar o que já era uma prática constante. A embaixadora israelense na Argentina, Dorit Shavit, acaba de dar um passo decisivo em assuntos de ingerência em temas do continente ao firmar com o presidente direitista paraguaio Horacio Cartes um convénio de cooperação em assuntos de segurança, educação e gestão da água. Isto significa que a Mossad israelense institucionaliza desta maneira algo que já vinha realizando desde há tempos: assessorar as forças policiais e militares paraguaias "na sua luta contra a subversão". Para isso, em princípios do ano, peritos em segurança provenientes da Mossad, que trabalham para o presidente eleito, Cartes, já realizaram um percurso pelos departamentos de San Pedro, Concepción e Amambay. O objectivo dos especialistas foi "reconhecer e analisar" as zonas consideradas como as mais conflituosas do país em questões de segurança e onde operam as guerrilhas do Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP). A tudo isto há que somar a recente disposição expressa pelo presidente colombiano Juan Manuel Santos de aproximar o seu país à NATO, um pormenor que sem dúvida surge da estrita recomendação formulada pelo vice-presidente estado-unidense Joe Biden na sua visita a Bogotá para "estreitar relações com um aliado fundamental da nossa política externa", segundo esclareceu. Santos não é um recém chegado à política e portanto não ignorava o efeito que o seu desejo de pertencer à família NATO ia gerar no continente. No imediato, ajudou a por entre parênteses as conversações em busca da paz, que prossegue em Havana com as FARC. Logicamente, ninguém em sã consciência pode sentir-se seguro nem imaginar cenas pacificadoras quando o maior exército do continente (e o mais agressivo) não só continua a receber milhões de dólares para aumentar seu equipamento como além disso faz coincidir esta iniciativa com querer aderir à organização internacional que mais pratica o terrorismo de estado no mundo. Venezuela assediada por dentro e por fora Neste quadro tão complexo e perigoso que apresenta a realidade continental, o processo revolucionário bolivariano continua a lutar por avançar, cumprindo com as políticas delineadas pelo Comandante Chávez e agora defendidas com toda dignidade e valentia por Nicolás Maduro. Contudo, não é mistério para ninguém que a luta contra aqueles que hostilizam a Revolução internamente se torna cada vez mais cruenta. Trata-se de um inimigo que, como exprimiu sua referência eleitoral, Humberto Capriles, está disposto a aplicar todas as fórmulas, inclusive as mais violentas (aí estão os 14 chavistas mortos dos últimos meses) para exprimir o seu não reconhecimento dos resultados eleitorais que consagraram a vitória bolivariana. Capriles, que

em breve será recebido pelo papa Francisco (nada é casual nos tempos que vivemos) é o principal responsável pela criminosa ofensiva interna que não hesita em assassinar os seus próprios compatriotas. A esta oposição de traços tipicamente fascistas não lhe chega a sabotagem eléctrica, ou as manobras de desabastecimento, ambas já controladas pela decisão do governo. Na sua ânsia de imaginar um cenário de maior conflituosidade, chegaram a apelar aos seus cúmplices internacionais a adquirir nos EUA, tal como denunciou o ex-vice-presidente José Vicente Rangel, 18 aviões de guerra que foram instalados numa base norte-americana na Colômbia. Este anúncio coincide com um novo apresamento [nos departamentos de] Táchira e Portuguesa de núcleos paramilitares com fins belicosos que haviam entrado na Venezuela vindos da Colômbia. Pelo seu lado, os apaniguados de Capriles continuam a visitar "amigos" e "aliados" têm em países onde geralmente governa a direita, procurando construir, com base em mentiras e exageros, a ideia de que o actual governo venezuelano é "ilegítimo" e perdeu apoio. O plano conspirativo choca, entretanto, com algo que a direita não pode modificar. Nicolás Maduro, como "filho de Chávez", tal como o reconhece seu povo, não perdeu nem um instante e, desde que assumiu o cargo, está a batalhar em todas as frentes. Governando de maneira directa com aqueles que nele votaram, mas tentando por sua vez estender sua influência sobre aqueles que não o fizeram. O processo de fortalecer as Comunas, estender e fortalecer as Missões, intensificar a formação e a instalação de milícias populares e na ocasião devida avançar decididamente nas metas fixadas no Programa de la Patria. Quanto à política externa (reforço da ALBA, criação do Banco do Sul, maior cuidado das relações na UNASUL), esta neutraliza por agora qualquer tentativa de desestabilização interna. Mais ainda se se leva em conta que os altos comandos militares estão firmemente alinhados com o seu novo comandante em chefe. Por isso, o maior dos perigos continua a estar nos arredores. Por um lado, nas incursões do Império (mais bases militares e "humanitárias", mais ajuda económica a países subordinados e cooptação de outros que se encontram indecisos) e, por outro lado, está a constante agressividade desse vizinho que até ontem exercia o cargo de ministro da Defesa de Álvaro Uribe e comandava as operações de extermínio contra guerrilheiros e camponeses colombianos. O mesmo homem que deu a ordem de invadir o Equador e bombardear impunemente o acampamento de Raúl Reyes, justamente quando estavam a avançar possibilidade de encontros como os que agora avançam em Havana. Esse mesmo personagem que agora, da sua omnipotência, quer uma mais uma mostra de "liderança" dentro da direita continental, aderindo àqueles que arrasaram Belgrado, o Iraque e a Líbia com as suas bombas de urânio empobrecido e agora brigam por entrar na Síria. Santos é amigo de Joe Biden e protector de Pedro Carmona, o frustrado golpista venezuelano.

[*] Editor do Resumen Latinoamericano O original encontra-se em www.resumenlatinoamericano.org/... Este artigo encontra-se em http://resistir.info/

Implicaciones geopolíticas del

ingreso de Colombia a la OTAN Atilio Boron ALAI AMLATINA, 04/06/2013.- El anuncio del presidente de Colombia Juan Manuel Santos de que “durante este mes de Junio suscribirá un acuerdo de cooperación con la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN) para mostrar su disposición de ingresar a ella” ha causado una previsible conmoción en Nuestra América. Lo pronunció en un acto de ascensos a miembros de la Armada realizado en Bogotá, ocasión en la cual Santos señaló que Colombia tiene derecho a "pensar en grande", y que él va a buscar ser de los mejores "ya no de la región, sino del mundo entero". Continuó luego diciendo que "si logramos esa paz –refiriéndose a las conversaciones de paz que están en curso en Cuba, con el aval de los anfitriones, Noruega y Venezuela- nuestro Ejército está en la mejor posición para poder distinguirse también a nivel internacional. Ya lo estamos haciendo en muchos frentes", aseguró Santos. Y piensa hacerlo nada menos que asociándose a la OTAN, una organización sobre la cual pesan innumerables crímenes de todo tipo perpetrados en la propia Europa (recordar el bombardeo a la ex Yugoslavia), a Libia y ahora su colaboración con los terroristas que han tomado a Siria por asalto. Jacobo David Blinder, ensayista y periodista brasileño, fue uno de los primeros en alarmarse ante esta decisión del colombiano. Hasta ahora el único país de América Latina “aliado extra OTAN” era la Argentina, que obtuvo ese deshonroso status durante los nefastos años de Menem, y más específicamente en 1998, luego de participar en la Primera Guerra del Golfo (1991-1992) y aceptar todas las imposiciones impuestas por Washington en muchas áreas de la política pública, como por ejemplo desmantelar el proyecto del misil Cóndor y congelar el programa nuclear que durante décadas venía desarrollándose en la Argentina. Dos gravísimos atentados que suman poco más de un centenar de muertos –a la Embajada de Israel y a la AMIA- fue el saldo que dejó en la Argentina la represalia por haberse sumado a la organización terrorista noratlántica. El status de “aliado extra OTAN” fue creado en 1989 por el Congreso de los Estados Unidos –no por la organización- como un mecanismo para reforzar los lazos militares con países situados fuera del área del Atlántico Norte pero que podrían ser de alguna ayuda en las numerosas guerras y procesos de desestabilización política que Estados Unidos despliega en los más apartados rincones del planeta. Australia, Egipto, Israel, Japón y Corea del Sur fueron los primeros en ingresar, y poco después lo hizo la Argentina, y ahora aspira a lograrlo Colombia. El sentido de esta iniciativa del Congreso norteamericano salta a la vista: se trata de legitimar y robustecer sus incesantes aventuras militares -inevitables durante los próximos treinta años, si leemos los documentos del Pentágono sobre futuros escenarios internacionales- con un aura de “consenso multilateral” que en realidad no tienen. Esta incorporación de los aliados extra-regionales de la OTAN, que está siendo promovida en los demás continentes, refleja la exigencia impuesta por la transformación de las fuerzas armadas de los Estados Unidos en su tránsito desde un ejército preparado para librar guerras en territorios acotados a una legión imperial que con sus bases militares de distinto tipo (más de mil en todo el planeta), sus fuerzas regulares, sus unidades de “despliegue rápido” y el creciente ejército de “contratistas” (vulgo: mercenarios) quiere estar preparada para intervenir en pocas horas para defender los intereses estadounidenses en cualquier punto caliente del planeta. Con su decisión Santos se pone al servicio de tan funesto proyecto.

A diferencia de la Argentina (que por supuesto debería renunciar sin más demora a su status en una organización criminal como la OTAN), el caso colombiano es muy especial, porque desde hace décadas recibe, en el marco del Plan Colombia, un muy importante apoyo económico y militar de Estados Unidos –de lejos el mayor de los países del área- y sólo superado por los desembolsos realizados en favor de Israel, Egipto, Irak y Corea del Sur y algún que otro aliado estratégico de Washington. Cuando Santos declara su vocación de proyectarse sobre el “mundo entero” lo que esto significa es su disposición para convertirse en cómplice de Washington, para movilizar sus bien pertrechadas fuerzas más allá del territorio colombiano y para intervenir en los países que el imperio procura desestabilizar, en primer lugar Venezuela. Es poco probable que su anuncio signifique que está dispuesto a enviar tropas a Afganistán u a otros teatros de guerra. La pretensión de la derecha colombiana, en el poder desde siempre, ha sido convertirse, especialmente a partir de la presidencia del narcopolítico Álvaro Uribe Vélez, en la “Israel de América Latina” erigiéndose, con el respaldo de la OTAN, en el gendarme regional del área para agredir a vecinos como Venezuela, Ecuador y otros -¿Bolivia, Nicaragua, Cuba?- que tengan la osadía de oponerse a los designios imperiales. Eso y no otra cosa es lo que significa su declaración. Pero hay algo más: con su decisión Santos también pone irresponsablemente en entredicho la marcha de las conversaciones de paz con las FARC en La Habana (uno de cuyos avales es precisamente Venezuela), asestando un duro golpe a las expectativas de colombianas y colombianos que desde hace décadas quieren poner fin al conflicto armado que tan indecibles sufrimientos deparó para su pueblo. ¿Cómo podrían confiar los guerrilleros colombianos en un gobierno que no cesa de proclamar su vocación injerencista y militarista, ahora potenciada por su pretendida alianza con una organización de tintes tan delictivos como la OTAN? Por otra parte, esta decisión no puede sino debilitar –premeditadamente, por supuesto- los procesos de integración y unificación supranacional en curso en América Latina y el Caribe. La tesis de los “caballos de Troya” del imperio, que repetidamente hemos planteado en nuestros escritos sobre el tema, asumen renovada actualidad con la decisión del mandatario colombiano. ¿Qué hará ahora la UNASUR y cómo podrá actuar el Consejo de Defensa Suramericano cuyo mandato conferido por los jefes y jefas de estado de nuestros países ha sido consolidar a nuestra región como una zona de paz, como un área libre de la presencia de armas nucleares o de destrucción masiva, como una contribución a la paz mundial para lo cual se requiere construir una política de defensa común y fortalecer la cooperación regional en ese campo? Es indiscutible que detrás de esta decisión del presidente colombiano se encuentra la mano de Washington, que paulatinamente convirtió a la OTAN en una organización delictiva de alcance mundial, rebalsando con creces el perímetro del Atlántico Norte que era su límite original. También se advertía la mano de Obama al impulsar, poco después de lanzada la Alianza del Pacífico (tentativa de resucitar el ALCA con otro nombre), la provocadora recepción por parte de Santos del líder golpista venezolano Henrique Capriles. Lo mismo puede percibirse ahora, con todas las implicaciones geopolíticas que tiene esa iniciativa al tensar la cuerda de las relaciones colombo-venezolanas; amenazar a sus vecinos y precipitar el aumento del gasto militar entre sus vecinos; debilitar a la UNASUR y la CELAC; alinearse con Gran Bretaña en el diferendo con la Argentina por Las Malvinas, dado que esa es la postura oficial de la OTAN. Y quien menciona esta organización no puede sino recordar que, como dicen los especialistas en el tema, el nervio y músculo de la OTAN los aporta Estados Unidos y no los otros estados miembros, reducidos al triste papel de simples peones del mandamás imperial. En suma: una nueva vuelta de tuerca de la contraofensiva imperialista en Nuestra América, que sólo podrá ser rechazada por la masiva movilización de los pueblos y la enérgica respuesta de los gobiernos genuinamente

democráticos de la región. Esa será una de las pruebas de fuego que tendrán que sobrellevar en las próximas semanas. - Dr. Atilio Boron, director del Programa Latinoamericano de Educación a Distancia en Ciencias Sociales (PLED), Buenos Aires, Argentina www.atilioboron.com.ar

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Mercosur, Unasur y la indecisión del Brasil

Atilio Boron

ALAI AMLATINA, 11/07/2013.- Las últimas semanas fueron pródigas en acontecimientos reveladores de los alcances de la contraofensiva desplegada por Washington a los efectos de dinamitar los diversos procesos integracionistas en marcha en Latinoamérica. Hoy por hoy el

Mercosur y la Unasur son los blancos más obvios, pero la CELAC está también en la mira y en cuanto demuestre una mayor gravitación en los asuntos del hemisferio será también ella objeto

de los más encarnizados ataques. Una de las armas más recientemente pergeñadas por la Casa Blanca ha sido la Alianza del Pacífico, engendro típico de la superpotencia para movilizar a sus peones al sur del Río Bravo y utilizarlos como eficaces “caballos de Troya” para cumplir con los

designios del imperio. Otra alianza, la “mal nacida” según el insigne historiador y periodista argentino Gregorio Selser, la inventó a comienzos de los sesentas del siglo pasado John F.

Kennedy para destruir a la Revolución Cubana. Aquella, la Alianza para el Progreso, que en su momento dio pábulo a algunos pesimistas pronósticos entre las fuerzas anti-imperialistas,

fracasó estrepitosamente. La actual no parece destinada a correr mejor suerte. Pero derrotarla exigirá, al igual que ocurriera con su predecesora, de toda la firmeza e inteligencia de los

movimientos sociales, las fuerzas políticas y los gobiernos opuestos –en diversos grados, como es evidente al observar el panorama regional- al imperialismo. Flaquezas y debilidades

políticas y organizativas unidas a la credulidad ante las promesas de la Casa Blanca, o las absurdas ilusiones provocadas por los cantos de sirena de Washington, señalarían el

camino de una fenomenal derrota para los pueblos de Nuestra América.

En este sentido resulta más que preocupante la crónica indecisión de Brasilia en relación al papel que debe jugar en los proyectos integracionistas en curso en Nuestra América. Y esto por una razón bien fácil de comprender. Henry Kissinger, que a su condición de connotado criminal

de guerra une la de ser un fino analista de la escena internacional, lo puso de manifiesto cuando, satisfecho con el realineamiento de la dictadura militar brasileña luego del derrocamiento de

Joao Goulart, acuñó una frase que hizo historia. Sentenció que “hacia donde se incline Brasil se inclinará América Latina”. Esto ya no es tan cierto hoy, porque la marejada bolivariana ha

cambiado el mapa sociopolítico regional para bien, pero aun así la gravitación de Brasil en el

plano hemisférico sigue siendo muy importante. Si su gobierno impulsara con resolución los diversos procesos integracionistas (Mercosur, Unasur, CELAC) otra sería su historia. Pero

Washington ha venido trabajando desde hace tiempo sobre la dirigencia política, diplomática y militar del Brasil para que modere su intervención en esos procesos, y se ha anotado algunos éxitos considerables. Por ejemplo, explotando la ingenua credulidad de Itamaraty cuando desde Estados Unidos se les dice que va a garantizar para Brasil un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, mientras la India y Pakistán,

(dos potencias atómicas) o Indonesia (la mayor nación musulmana del mundo) y Egipto, Nigeria (el país más poblado de África) y Japón y Alemania, sin ir más lejos, tendrían que conformarse con mantener su status actual de transitorios miembros de ese organismo. Pero otra hipótesis dice que tal vez no se trate sólo de ingenuidad, porque la opción de asociarse íntimamente a

Washington seduce a muchos en Brasilia. Prueba de ello es que pocos días después de asumir su cargo, el actual canciller de Dilma Rousseff, Antonio Patriota, otorgó un extenso reportaje a Paulo Cesar Pereira, de la revista Veja. La primera pregunta que le formulara el periodista fue la siguiente: “En todos sus años como diplomático profesional, ¿qué imagen se formó de Estados Unidos?” La respuesta fue asombrosa, sobre todo por provenir de un hombre que se supone

debe defender el interés nacional brasileño y, a través de las instituciones como el Mercosur, la Unasur y la CELAC, participar activamente en promover la autodeterminación de los países de

los países del área: “Es difícil hablar de manera objetiva porque tengo una involucración emocional (¡sic!) con los Estados Unidos a través de mi familia, de mi mujer y de su

familia. Existen aspectos de la sociedad americana que admiro mucho.”(1)

Lo razonable hubiera sido que se le pidiera de inmediato la renuncia por “incompatibilidad emocional” para el ejercicio de su cargo, para decirlo con delicadeza, cosa que no ocurrió. ¿Por

qué? Porque es obvio que coexisten en el gobierno brasileño dos tendencias: una, moderadamente latinoamericanista, que prosperó como nunca antes bajo el gobierno de

Lula; y otra que cree que el esplendor futuro del Brasil pasa por una íntima asociación con Estados Unidos y, en parte, con Europa, y que recomienda olvidarse de sus revoltosos vecinos. Esta corriente todavía no llega a ser hegemónica al interior del Palacio del Planalto

pero sin duda que hoy día

encuentra oídos mucho más receptivos que antes. Este cambio en la relación de fuerzas entre ambas tendencias salió a luz en numerosas ocasiones en los últimos días. Pese a ser uno de los países espiados por Estados Unidos, y a que Brasilia dijera que el hecho era “extremadamente grave” tras cartón se hizo público que no se le asignaría asilo político a Edward Snowden, quien denunció la gravísima ofensa inferida al gigante sudamericano. Otro: la muy lenta reacción de la presidenta brasileña ante el secuestro del que fuera víctima Evo Morales la semana pasada: si los presidentes de Cuba, Ecuador, Venezuela y Argentina (amén del Secretario General de la Unasur, Alí Rodríguez) se tardaron apenas unos pocos minutos luego de conocida la noticia para expresar su repudio a lo ocurrido y su solidaridad con el presidente boliviano, Rousseff necesitó casi quince horas para hacerlo. Después, inclusive, de las duras declaraciones del mismísimo Secretario General de la OEA, cuya condena se conoció casi en coincidencia con la de los

primeros. Conflictos y tironeos al interior del gobierno que aduciendo un inverosímil pretexto (las masivas protestas populares de los días anteriores, ya por entonces apagadas) impidieron que la mandataria brasileña no asistiera al encuentro de presidentes que tuvo lugar en Cochabamba, una ciudad localizada a escasas dos horas y media de vuelo desde Brasilia, debilitando el impacto global de esa reunión y, en el plano objetivo, coordinándose con la estrategia de los gobiernos de la Alianza del Pacífico que, como lo sugiriera el presidente Rafael Correa, bloquearon lo que debió haber sido una cumbre extraordinaria de presidentes de la Unasur. Para una América Latina emancipada de los grilletes neocoloniales es decisivo contar con Brasil. Pero ello no será posible sino a cuentagotas mientras no se resuelva a favor de América Latina el conflicto entre aquellos dos proyectos en pugna. Esto no sólo convierte a Brasil en un actor vacilante en iniciativas como el Mercosur o la Unasur, lo que incide negativamente sobre su gravitación internacional, sino que lo conduce a una peligrosa parálisis en cruciales cuestiones de orden doméstico. Por ejemplo, a no poder resolver desde el 2009 dónde adquirir los 36 aviones caza que necesita para controlar su inmenso territorio, y muy especialmente la gran cuenca amazónica y sub-amazónica, a pesar del riesgo que implica dilatar la adquisición de las aeronaves aptas para tan delicada tarea. Una parte del alto mando y la burocracia política y diplomática se inclina por un re-equipamiento con aviones estadounidenses, mientras que otra propone adquirirlos en Suecia, Francia o Rusia. Ni siquiera Lula pudo zanjar la discusión. Esta absurda parálisis se destrabaría fácilmente si los involucrados en la toma de decisión se formularan una simple pregunta: ¿cuántas bases militares tienen en la región cada uno de los países que nos ofertan sus aviones para vigilar nuestro territorio? Si lo hicieran, la respuesta sería la siguiente: Rusia y Suecia no tienen ni una; Francia tiene una base aeroespacial en la Guayana francesa, administrada conjuntamente con la OTAN y con presencia de personal militar estadounidense; y Estados Unidos tiene, en cambio, 76 bases militares en la región, un puñado de ellas alquiladas a -o co-administradas con- terceros países como el Reino Unido, Francia y Holanda. Algún burócrata de Itamaraty o algún militar brasileño entrenado en West Point podría aducir que esas se encuentran en países lejanos, que están en el Caribe y que tienen como misión vigilar a la Venezuela bolivariana. Pero se equivocan: la dura realidad es que mientras ésta es acechada por 13 bases militares norteamericanas instaladas en sus países limítrofes, Brasil se encuentra literalmente rodeado por 23, que se convierten en 25 si sumamos las dos bases británicas de ultramar con que cuenta Estados Unidos –vía la OTAN- en el Atlántico ecuatorial y meridional, en las Islas Ascensión y Malvinas respectivamente. De pura casualidad los grandes yacimientos submarinos de petróleo de Brasil en encuentran aproximadamente a mitad de camino entre ambas instalaciones militares.(2) Ante esta inapelable evidencia, ¿cómo es posible que aún se esté dudando a quién no comprarle los aviones que el Brasil necesita? La única hipótesis realista de conflicto que tiene ese país (y toda América Latina, digámoslo de paso) es con Estados Unidos. En esta parte del mundo hay algunos que pronostican que el enfrentamiento será con China, ávida por acceder a los inmensos recursos naturales de la región. Pero mientras China invade la región con un sinnúmero de supermercados, Washington lo hace con toda la fuerza de su fenomenal músculo militar, pero rodeando principalmente a Brasil. Y, por si hiciera falta George W. Bush reactivó también la Cuarta Flota (¡en otra de esas grandes “casualidades” de la historia!) justo pocas

semanas después que el presidente Lula anunciara el descubrimiento del gran yacimiento de petróleo en el litoral paulista. Pese a ello persiste la lamentable indefinición de Brasilia. ¿O es que ignoran sus dirigentes las enseñanzas de la historia? ¿No sabían que John Quincy Adams, el sexto presidente del país del Norte, dijo que “Estados Unidos no tiene amistades permanentes, sino intereses permanentes”? ¿Desconocen los funcionarios a cargo de estos temas que ni bien el presidente Hugo Chávez comenzó a tener sus primeros diferendos con Washington, la Casa Blanca dispuso el embargo a todo envío de partes, repuestos y renovados sistemas de aeronavegación y combate para la flota de los F-16 que tenía Venezuela, misma que por eso mismo quedó inutilizada y tuvo que ser reemplazada? No hace falta demasiada inteligencia para imaginar lo que podría ocurrir en el para nada improbable caso de que se produjera un serio diferendo entre Brasil y Estados Unidos por la disputa del acceso a, por ejemplo, algunos minerales estratégicos que se encuentran en la Amazonía; o al petróleo del “pre-sal”; o, el escenario del “caso peor”, si Brasilia decidiera no acompañar a Washington en una aventura militar encaminada a producir un “cambio de régimen” en algún país de América Latina y el Caribe, replicando el modelo utilizado en Libia o el que se está empleando a sangre y fuego en Siria. En ese caso, la represalia que merecería el “aliado desleal”, en ese hipotético caso el Brasil, que renuncia a cumplir con sus compromisos sería la misma que se le aplicara a Chávez, y Brasil quedaría indefenso. Ojalá que estas duras realidades pudieran comenzar a discutirse públicamente y que esa gran nación sudamericana pueda comenzar a discernir con claridad donde están sus amigos y quiénes son sus enemigos, por más que hoy se disfracen con una piel de oveja. Esto podría poner término a sus crónicas vacilaciones. Ojalá que la reunión de hoy del Mercosur en Montevideo y la próxima de la Unasur puedan convertirse en las ocasiones propicias para esta reorientación de la política exterior del Brasil. - Dr. Atilio Boron, director del Programa Latinoamericano de Educación a Distancia en Ciencias Sociales (PLED), Buenos Aires, Argentina. Premio Libertador al Pensamiento Crítico 2013. www.atilioboron.com.ar Twitter: http://twitter.com/atilioboron Facebook: http://www.facebook.com/profile.php?id=596730002

Banco del Sur se consolida como instrumento financiero

para integración latinoamericana

AVN / Agencia Venezuelana de Noticias 13 de junio 2013 El Banco del Sur es la institución dirigida a impulsar la integración de los países latinoamericanos y la creación de proyectos conjuntos para el desarrollo de los pueblos con respeto a la soberanía y con total independencia de los grandes centros financieros mundiales. Esta es una apreciación en que coincidían las autoridades financieras de Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Uruguay y Venezuela, quienes se encontraron en Caracas en la primera reunión de ministros de Finanzas y Hacienda de la naciente entidad, cuyo convenio constitutivo entró en vigencia el 3 de

abril de 2012. Durante este encuentro, que se llevó a cabo en las instalaciones del Banco Central de Venezuela, los equipos técnicos de las distintas naciones adelantaron aspectos organizativos y operativos y se estima que en al menos 15 días se reúna el consejo de administración. Una de las principales funciones del Banco del Sur es el financiamiento de proyectos de desarrollo en áreas estratégicas para las naciones miembros, en particular en sectores claves de la economía y en materia social dirigidos a disminuir la pobreza y exclusión social. También prevé la conformación de fondos especiales de solidaridad social y para la atención de emergencias producto de desastres naturales. Recursos para financiar proyectos conjuntos de integración El ministro para las Finanzas venezolano, Nelson Merentes, explicó que el Banco del Sur financiará la creación de proyectos comunes de desarrollo e integración de nuestras naciones. “Acabamos de concluir la primera reunión de ministros de Finanzas y Hacienda para poner en marcha rápidamente el Banco del Sur. Se habló del capital, los estados tienen los activos correspondientes, el consejo administrativo está instalado y los presidentes (de las respectivas naciones miembros) se comunicarán para decidir el presidente del Banco”, explicó. Consideró que esta institución financiera nace como un instrumento novedoso que se irá adaptando a la realidad de esta nueva visión política que se tiene en América del Sur. “Es la conclusión de un trabajo técnico que se viene realizando desde los últimos días en Caracas y hoy avanzamos bastante, dentro de 15 días máximo se reúne el gabinete administrativo y pronto estaremos dando el primer crédito”, refirió. Explicó para julio próximo se tiene prevista otra reunión del consejo de ministros del Banco del Sur, aunque antes habrá otra reunión del consejo administrativo para adelantar los aportes iniciales de capital, que se llevará a cabo por fases. “Recuerden que esto es por fases. En la primera cada país va a poner un porcentaje (del aporte que debe dar al banco). A nosotros nos corresponden 80 millones de dólares, para los primeros días, después se va ir capitalizando”, indicó. En el encuentro estuvieron presentes el canciller venezolano, Elías Jaua, el ministro de Economía y Finanzas Públicas de Argentina, Hernán Lorenzino; el ministro de Economía de Bolivia, Luis Arce; el secretario de Asuntos Internacionales del Ministerio de Hacienda brasileño, Carlos Marcio Cozendey; el ministro de Relaciones Exteriores de Ecuador, Ricardo Patiño; el ministro coordinador de la Política Económica, Patricio Rivera, y el máximo responsable en el área de Finanzas ecuatoriano, el ministro Fausto Herrera.

Brasil, EUA e o "hemisfério ocidental"

Valor 29 janeiro 2014 ,

Por José Luís Fiori

As terras situadas ao sul do Rio Grande constituem um mundo diferente do Canadá e dos Estados Unidos. E é uma coisa desafortunada que as partes de fala inglesa e latina do continente tenham que ser chamadas igualmente de América, evocando similitudes entre as duas que de fato não existem". N. Spykman, "America's Strategy in World Politics, Harcourt, Brace abd Company, New York, 1942, p: 46

Tudo indica que os Estados Unidos serão o principal contraponto da política externa brasileira, dentro do Hemisfério Ocidental, durante o século XXI. E quase ninguém duvida, também, que os EUA seguirão sendo por muito tempo a principal potência militar e uma das principais economias do mundo. Por isto é fundamental compreender as configurações geopolíticas da região e a estratégia que orienta a política hemisférica americana deste início de século.

Ao norte do continente, o poder americano foi, é e seguirá sendo incontrastável, garantindo-lhe fronteiras continentais absolutamente seguras. Além disto, a assimetria de poder dentro da América do Norte é de tal ordem que o Canadá e o México tendem a convergir cada vez mais, atraídos pela força gravitacional do poder econômico e militar dos EUA. O que não significa, entretanto, que o Canadá e o México ocupem a mesma posição junto aos EUA e dentro do tabuleiro geopolítico e econômico regional, apesar dos três países participarem do "Tratado Norte-Americano de Livre Comercio" (Nafta) desde 1993.

O Canadá ocupa uma posição única, como ex-colônia e ex-domínio britânico, que, depois da sua independência e da Segunda Guerra Mundial, transferiu-se para a órbita de influência direta dos EUA, transformando-se em sócio comercial, aliado estratégico e membro do sistema de defesa e informação militar dos povos de "língua inglesa", comandado pelos EUA, e composto pela Inglaterra, Austrália e a Nova Zelândia. Neste contexto, o México ocupa apenas a posição de enclave militar dos EUA, uma espécie de "primo pobre", de "fala latina", ao lado das potências anglo-saxônicas.

Mais do que isto, o México é hoje um país dividido e conflagrado por uma verdadeira guerra civil que escapa cada vez mais ao controle do seu governo central, mesmo depois do acordo de colaboração militar assinado com os EUA em 2010. E mesmo com relação ao Nafta, a economia mexicana se beneficiou em alguns poucos setores dominados pelo capital americano, como automobilística e eletrônica, mas ao mesmo tempo, nestes últimos vinte anos, o México foi o único dos grandes países latino-americanos em que a pobreza cresceu, atingindo hoje, 51,3% da sua população. Hoje a economia mexicana é inseparável da americana e a política externa do país tem escassíssimos graus de liberdade, atuando quase sempre como ponta de lança da política econômica internacional dos EUA, como no caso explícito da "Aliança do Pacífico".

Do ponto de vista estritamente geográfico, a América do Norte inclui o istmo centro-americano, que Nicholas Spykman coloca ao lado dos países caribenhos, e da Colômbia e Venezuela, dentro de uma mesma zona de influência americana, "onde a supremacia dos EUA não pode ser questionada. Para todos os efeitos trata-se um mar fechado cujas chaves pertencem aos EUA o que significa que ficarão sempre numa posição de absoluta dependência dos EUA" (N.S, p: 60). O que explica as 15 bases militares dos EUA, existentes na América Central e no Caribe. Foi uma região central na 2ªGuerra Fria de Ronald Reagan e será muito difícil que se altere a posição

americana nas próximas décadas, muito além da das "dissidências" cubana e venezuelana.

Por último, a política externa americana diferencia claramente os países situados ao sul da Colômbia e da Venezuela, onde seu principal objetivo estratégico foi sempre impedir que surgisse um polo alternativo de poder no Cone Sul do continente, capaz de questionar a sua hegemonia hemisférica. Com relação a estes países, os EUA sempre utilizaram a mesma linguagem, com duas tônicas complementares: a dos acordos militares bilaterais e a das zonas de livre comércio.

Os acordos militares começaram a ser assinados no fim do século XIX e a primeira proposta de uma zona pan-americana de livre comércio foi apresentada pelo presidente Grover Cleveland, em 1887, um século antes da Alca, proposta em 1994 e rejeitada em 2005, pelos principais países sul-americanos. Não existe uma relação mecânica entre os fatos, mas chama atenção que pouco depois desta rejeição os EUA tenham reativado sua IV Frota Naval, com objetivo de proteger seus interesses no Atlântico Sul. A este propósito cabe lembrar o diagnóstico e a proposta de Nicholas Spykman (1893-1943), o teórico geopolítico que exerceu maior influência sobre a política externa dos EUA no século XX: "fora da nossa zona imediata de supremacia americana, os grandes estados da América do Sul (Argentina, Brasil e Chile) podem tentar contrabalançar nosso poder através de uma ação comum[...] e uma ameaça à hegemonia americana nesta região do hemisfério (a região do ABC) terá que ser respondida por meio da guerra" (N.S p: 62 e 64). Estes são os termos da equação, e a posição americana foi sempre muito clara. O mesmo não se pode dizer da política externa brasileira.

José Luís Fiori, professor titular de economia política internacional da UFRJ, é autor do livro "O Poder Global", da Editora Boitempo, e coordenador do grupo de pesquisa do CNPQ/UFRJ "O Poder Global e a Geopolítica do Capitalismo". Escreve mensalmente às quartas-feiras.

V - BRASIL X USA

Brasil - EUA, muy amigos...

José Carlos Ruy

http://www.vermelho.org.br/noticia.php?id_secao=1&id_noticia=149910 - 20 DE MARÇO DE 2011 - 8H00

As relações entre o Brasil e os EUA começaram antes mesmo da Independência, e sempre foram marcadas pelo esforço norte-americano de impor seus interesses. Ao iniciar por Brasília seu giro sul-americano, o presidente Barack Obama se defronta com uma realidade marcada pela independência e autonomia da diplomacia brasileira por José Carlos Ruy

“Não está muito longe o dia em que o hemisfério será nosso em sua totalidade, como de direito já o é em virtude da superioridade da nossa raça”. Robert Taft, presidente dos EUA (1909-1913). O primeiro encontro entre chefes de Estado do Brasil e dos EUA ocorreu em 1876, quando o imperador D. Pedro II estava na Filadélfia. Ele e o presidente americano Ulysses Grant inauguraram a Exposição Universal que comemorou os cem anos da independência dos EUA. A visita do imperador deslumbrou a imprensa de Nova York. Em abril daquele ano, um editorial do New York Herald (que destacou o repórter James J. O’Kelly para acompanhar a viagem imperial desde o Rio de Janeiro até os EUA) dizia ser D. Pedro “um príncipe de elevadíssima linhagem. Descende diretamente das casas de Bragança, Bourbon e Habsburgo, três das dinastias que dominam o mundo. Só desde ponto de vista, tanto quanto este livre e fácil país queria considerá-lo, o Imperador é credor de especiais considerações”. Acima de tudo, dizia “o Imperador é chefe de uma grande nação, a maior depois da nossa, em todo o Continente”, “chefe de uma poderosa nação com quem vivemos em perfeita harmonia, e a cujo governante devemos ter ufania em prestar homenagem”.

A república burguesa do norte extasiava-se com a presença de uma cabeça coroada num momento em que, às vésperas de tornar-se uma potência mundial imperialista, o poderio dos dois países era equilibrado e as contradições amadureciam. Os EUA haviam posto fim à escravidão com uma sangrenta guerra civil cujo efeito foi acelerar a expansão das forças produtivas no país e acelerar o desenvolvimento do capitalismo. No Brasil o trabalho forçado sobreviveria por mais de uma década, mantendo as forças do atraso à frente do país. Outra contradição eram as formas de governo e os alinhamentos internacionais decorrentes delas; enquanto os EUA eram uma república democrática burguesa, o Brasil era uma monarquia ligada politicamente e por laços familiares do Imperador à dinastias europeias feudais e atrasadas e, comercialmente, à Inglaterra. Era uma situação que, naqueles anos, começava a mudar aceleradamente. Quando a República foi proclamada no Brasil, em 1889, os EUA preparavam o início de sua expansão imperialista. O acelerado crescimento industrial posterior à Guerra Civil transformou o país na principal potência industrial, e a guerra com a Espanha, em 1898, terminou com a anexação de antigos domínios espanhóis, como Cuba, Filipinas, Porto Rico e Guam. Uma Alca neocolonial no século 19 Naquela época o monarquista Eduardo Prado denunciava, no livro A ilusão americana (1893), o unilateralismo norte-americano, cobrindo um período de mais de cem anos, desde o final do século 18. Seu livro tem relatos preciosos que ainda continuam atuais. Ele descreve, por exemplo, a 1ª Conferência Pan Americana, patrocinada pelo governo dos EUA, que se reuniu no

final de 1889 para debater a adoção de arbitragem para resolver conflitos internacionais, a celebração de tratados de livre comércio e (“apenas para encher tempo”, escreveu Eduardo Prado), a construção de uma ferrovia dos EUA à Patagônia. Um exemplo do unilateralismo dos EUA ficou evidente no tratado comercial assinado com o Brasil em 1891. O governo dos EUA isentava de taxas a importação do café brasileiro (mas o “café já não pagava direitos nos Estados Unidos desde 1873”, indigna-se Eduardo Prado), e alguns tipos de açúcar que acabaram sem valor quando, em seguida, os americanos eliminaram as tarifas de importação do açúcar de Cuba e de Porto Rico, prejudicando as exportações brasileiras. Em troca, o Brasil isentou a importação de farinha de trigo dos EUA e outros produtos americanos, e reduziu em 25% as tarifas alfandegárias sobre vários outros, causando graves prejuízos às indústrias brasileiras: houve uma quebradeira geral dos moinhos de trigo no Brasil, provocando forte perda de captais nacionais e de empregos. O tratado acabou sendo revogado em 1895. Cem anos depois, os norte-americanos voltaram à carga ao insistir na aprovação de um tratado de livre comércio, a Alca, igualmente unilateral, favorável a seus interesses e lesivo para a indústria, a economia e a soberania do Brasil e dos demais países alvo desta operação imperialista. “Os Estados Unidos não têm amigos, têm interesses” – esta frase, dita pelo secretário de Estado John Foster Dulles na década de 1950, pode ser encarada como uma espécie de lema, de longa duração, da diplomacia dos EUA. Sua crueza já havia sido manifestada no final do no século 18, quando emissários dos Inconfidentes Mineiros esperavam a solidariedade da República do norte para romper com Portugal. Em 1786, José Joaquim da Maia procurou inutilmente o apoio de Thomas Jeferson, um dos fundadores da República americana e só obteve uma resposta evasiva. Numa nota ao secretário de Estado John Jay, Jefferson resumiu o que disse ao brasileiro: os EUA davam grande importância à amizade com Portugal, com quem tinham assinado um “tratado vantajoso”, mas veriam com “interesse” uma “revolução feliz no Brasil”. Sem compromissos ou promessas... A América para os americanos... do norte A visão que o governo dos EUA tinha do continente americano tornou-se explicita em 1823 quando o presidente James Monroe formulou a doutrina que leva seu nome, traduzida no princípio “a América para os americanos”, ao qual aqueles que querem ressaltar seu sentido acrescentaram jocosamente a expressão “do norte”. Temia-se que a Santa Aliança (a reacionária coligação que reunia a monarquia russa ao império austro-húngaro e era aliada da Espanha, Portugal e outras cortes europeias) ajudasse a Espanha a reconquistar as colônias americanas que haviam proclamado a independência, situação que os EUA consideravam perigosa para sua segurança. Apesar disso, quando o governo do nascente Estado brasileiro enviou a Washington um emissário para negociar o reconhecimento da Independência, ele foi questionado sobre a forma monárquica de governo e sobre sua capacidade para manter a unidade do país. Mesmo assim, os EUA foram o primeiro país a reconhecer a independência brasileira, em 1824. O governo dos EUA nunca deixou de encarar o Brasil, como os demais países da América Latina, como uma área de seu domínio exclusivo. Exemplo disso foram as reiteradas vezes em que manifestou, ao longo do século 19, a intenção de ocupação da Amazônia e sua defesa da livre navegação no rio Amazonas ou da colonização do vale amazônico com ex-escravos

libertados em seu país que formariam, na floresta, uma cabeça de ponte para a ocupação territorial. Com a República, onda de americanismo Quando a República foi proclamada, em 1889, houve uma onda de americanismo no Brasil e a própria bandeira proposta inicialmente era uma cópia verde-amarela do pavilhão norte-americano. Mesmo a Constituição republicana foi fortemente inspirada na norte-americana. Mas a potência dominante continuava sendo, como fora no Império, a Inglaterra, e o período entre 1889 e 1930 foi uma época em que os EUA disputaram essa primazia. Chegou a mostrar as garras com a política do big stick (grande cassetete) do presidente Theodore Roosevelt. Com a I Grande Guerra (1914-1919) a balança do poder regional começou a pender a favor dos EUA, e o Brasil trocou Londres por Nova York como centro financeiro. Com a crise financeira de 1929, a revolução liberal brasileira de 1930 e a busca de autonomia foram embaraços ao domínio automático dos EUA. Desde 1931 o governo Vargas tomava iniciativas nacionalistas, como o favorecimento do Lloyd Brasileiro para a navegação litorânea no Brasil, ou a imposição de multa às grandes distribuidoras de gasolina (entre elas muitas multinacionais americanas) por sonegação de impostos. Getúlio Vargas consolidava assim uma imagem de nacionalista inaceitável para os norte-americanos, como havia ficado claro na 8ª Conferência Pan Americana, em 1938/1939. Mesmo assim, aqueles foram os anos em que o imperialismo norte-americano consolidou sua posição, econômica e militarmente. Mas essa hegemonia só pode ser exercida plenamente depois do fim da Segunda Grande Guerra. Durante a guerra, Vargas negociou duramente com os norte-americanos em busca de apoio para o desenvolvimento da siderurgia nacional e para a instalação de uma fábrica de motores e de caminhões. Em 1936 e 1943 ele se encontrou no Brasil com o presidente norte-americano Franklin Delano Roosevelt e o acordo entre eles levou à instalação de uma base militar norte-americana em Natal (RN); em contrapartida os americanos comprometeram-se a apoiar o desenvolvimento exigido por Vargas. Durante a guerra, alguns oficiais brasileiros serviram na Itália junto a generais norte-americanos e voltaram para o Brasil fortemente influenciados por eles, devido principalmente ao temor anticomunista com que encaravam as mudanças democráticas do pós-guerra. Para eles, essa ameaça cresceu no final de 1945 quando Getúlio Vargas aproximou-se dos trabalhadores e aceitou o apoio do Partido Comunista do Brasil. Em conseqüência, Vargas foi deposto por um conluio de generais e liberais brasileiros, com o apoio ativo do embaixador Adolf Berle, dos EUA. Aliança da direita brasileira com os EUA Estava aberto um período de relações profundas entre a extrema-direita brasileira, inclusive militares, com agentes norte-americanos para combater o nacionalismo e aquilo que consideravam como ameaça comunista. Juntamente com os comunistas, Vargas era o grande alvo daquela articulação. Um dos aspectos principais dessa conjuntura foi a interferência aberta de agentes de multinacionais norte-americanas na Assembleia Constituinte de 1946, principalmente a petroleira Standad Oil of New Jersey e a Internacional Telephone Telegraph Co., de telefonia. Durante os

debates da assembleia, o norte-americano Paul Howard Schoppel, da Standard Oil, pressionou os constituintes e chegou a distribuir dinheiro a deputados e senadores aliados e a ameaçar os adversários do imperialismo. Quando Vargas voltou ao governo, em 1951, a direita militar passou a defender uma estreita colaboração militar e econômica com os Estados Unidos e a repressão dos comunistas no Brasil. Naquela ocasião, o governo Vargas assinou, em março de 1952, um acordo militar com os EUA, prevendo o fornecimento de armas ao Brasil em troca de minerais estratégicos. Aquele foi um tempo de luta aberta entre aqueles que preconizavam um desenvolvimento autônomo e soberano para o país, contra os partidários do alinhamento automático e subordinado do país com os EUA. Essa luta chegou ao clímax em 1954 com a crise que levou ao suicídio de Vargas. Os anos seguintes foram turbulentos, com a crescente articulação entre os setores oligárquicos e agromercantis brasileiros com agentes norte-americanos. As relações Brasil-EUA foram atribuladas durante o mandato do presidente Juscelino Kubitschek, que adotou uma política desenvolvimentista e, em 1960, rompeu com o FMI por não aceitar as pressões para aplicar um rígido programa monetarista (hoje chamado de neoliberal). Sob a curta presidência de Jânio Quadros, em 1961, a chamada política externa independente procurou fortalecer o comércio externo brasileiro e atrair novos parceiros, principalmente a União Soviética, criando atritos nas relações Brasil EUA. Elas azedaram ainda mais depois da nacionalização de empresas norte-americanas, como a Cia de Energia Elétrica Riograndense, filial da norte-americana Bond & Share, a Cia Telefônica Riograndense, filial da ITT (ambas pelo governo de Leonel Brizola), e do escândalo da Amforp (American Foreign and Power Co.), empresa norte-americana do setor elétrico cuja compra foi anunciada pelo presidente João Goulart em 1963. O Congresso brasileiro também debatia a lei de remessa de lucros, repudiada pelos norte americanos mas sancionada por Goulart em janeiro de 1964, poucas semanas antes do golpe militar que o tiraria do poder. Ação da embaixada dos EUIA contra Goulart em1964 A conspiração contra João Goulart foi talvez o cenário para a maior e mais direta intervenção norte-americana na política brasileira. Naqueles anos, principalmente na eleição de 1962, houve uma verdadeira derrama de dólares (cerca de 20 milhões, uma fortuna na época) para apoiar candidatos conservadores, comprometidos com os interesses dos EUA. O epicentro da conspiração que articulava grandes empresários brasileiros e estrangeiros, generais, parte do clero e demais lideranças conservadoras era a embaixada dos EUA, dirigida por Lincoln Gordon. Depois de 1964, os governos militares tentaram impor um regime de alinhamento automático com os EUA e o marechal Castello Branco chegou a defender a limitação da soberania brasileira num discurso pronunciado no Itamaraty em 31 de julho daquele ano. Essa política esbarrou, contudo, nas contradições vividas pela ditadura militar; quando militares da linha dura militar assumiram a presidência, sob o marechal Costa e Silva, seu nacionalismo direitista foi um obstáculo à subserviência completa, embora o alinhamento automático com os EUA nunca tenha sido descartado. O regime dos generais aplicou uma política ajustada aos interesses norte-americanos; favorecia as empresas estrangeiras no país e alinhava-se, na política externa, com a orientação ideológica anticomunista. Assim, apoiou golpes de estado na Bolívia (1971), Uruguai (1971-1973) e Chile (1973). Ao mesmo tempo, aproveitou brechas comerciais na América Latina, Oriente Médio e África e

não hesitou, em função desses interesses comerciais, em fazer do Brasil um dos primeiros países a reconhecer a independência de Angola (1975), provocando forte irritação no governo americano. Já o governo do general Ernesto Geisel incentivou a indústria bélica brasileira, assinou um inaceitável para os norte-americanos acordo nuclear com a Alemanha, rompeu o acordo militar Brasil-EUA, de 1952, fomentou o desenvolvimento de uma indústria de computadores no Brasil, criando novas arestas nas relações entre os dois países. Política externa independentes sob Lula e Celso Amorim Nos últimos vinte anos, as relações entre o Brasil e os EUA oscilaram entre a adesão acrítica e subserviente de Fernando Collor de Mello e Fernando Henrique Cardoso, e a retomada de uma política externa independente e da busca de uma inserção soberana do Brasil no mundo, com ênfase na diversificação dos parceiros comerciais, no fortalecimento da unidade sul-americana e do Mercosul, e na consolidação de parcerias estratégicas com a China, a Índia, a África do Sul e a Rússia, promovida pelo governo do presidente Lula. O melhor exemplo dos resultados da nova política externa brasileira e de seu impacto nas relações com os EUA foi a paralisia das negociações em torno da Alca (Área de Livre Comércio das Américas). Durante a década neoliberal, o esforço por sua criação foi a tônica nas relações entre o Brasil e os EUA. A ideia fora lançada pelos norte-americanos, em 1994, para eliminar as barreiras alfandegárias ao comércio e à circulação de capitais, e 2005 foi fixado como data final para a conclusão do acordo. Mas logo ficaram claros os objetivos anexacionistas da Alca e seu unilateralismo favorável aos norte-americanos, repetindo o expansionismo que já havia sido registrado na 1ª Conferência Pan Americana, de 1889. O acordo esperado pelos EUA para implantar a Alca, em 2005, fracassou e aquele projeto neocolonialista foi retirado da agenda dos países latino americanos. Os tempos mudaram desde o governo Lula e a diplomacia dirigida pelo chanceler Celso Amorim. O Brasil voltou a ter um protagonismo soberano no mundo, deixando para trás a época em que embaixadores brasileiros precisavam ouvir, antes, a opinião de seus colegas do Departamento de Estado. Este período tem sido marcado por uma série de desentendimentos entre a diplomacia dos dois países. Em 2003, por exemplo, o governo Lula foi contrário à invasão do Iraque por tropas dirigidas pelos EUA. Foi um importante sinal de independência, reiterado ao longo dos dois mandatos do presidente Lula. Hoje, o Brasil e os EUA têm posições diferentes, e em alguns casos antagônicas, em uma série de temas internacionais, como a defesa pelo Brasil do direito do Irã desenvolver um programa nuclear pacífico, inaceitável para os EUA; a interferência direta dos EUA em países da América Latina, como o Haiti para onde, depois do terremoto de janeiro de 2010, foi enviada uma tropa americana que passou a funcionar como força de ocupação, ou Honduras, onde o governo de Washington apoiou uma eleição ilegítima para a sucessão do presidente deposto. Além disso, Brasil e EUA tem se defrontado em algumas disputas comerciais no âmbito da Organização Mundial do Comércio (OMC), onde o Brasil tem obtido sucessivas vitórias em queixas contra práticas comerciais americanas lesivas aos interesses brasileiros. Mais do que isso, a diplomacia brasileira teve um papel destacado na integração da América do Sul, favorecendo desde a integração física dos países, com a construção de uma infraestrutura física para a integração e o fortalecimento das relações econômicas no continente, até a institucionalização da integração, com a constituição de organismos regionais como a

Comunidade Sul Americana de Nações (Unasul), a partir de 2004, e o Conselho de Defesa Sul-Americano, em 2008.

***

O dissenso de Washington Rubens Antonio Barbosa http://www.rbarbosaconsult.com.br/publicacoes_o_dissenso_de_washington.asp O Dissenso de Washington retrata o panorama das relações entre o Brasil e os Estados Unidos e os principais temas regionais e globais, alem dos conflitos políticos domésticos na dividida sociedade norte-americana e descrever os muitos desencontros dos Estados Unidos em relação ao Brasil e à América Latina durante o período de 1999 a 2004. Nem sempre o trabalho de um embaixador, nos postos de maior importância política e diplomática, coincide com acontecimentos especialmente marcantes na história do país onde está acreditado e também de seu próprio. Nos cinco anos em que representou o Brasil nos EUA, o Embaixador Rubens Barbosa pode presenciar fatos especialmente importantes como as eleições presidenciais com vitória do partido oposicionista, tanto nos Estados Unidos quanto no Brasil; os ataques terroristas de 11 de Setembro, a eclosão das guerras no Afeganistão e no Iraque e a eleição do Presidente Luiz Inácio Lula da Silva. A partir do privilegiado posto de observação que é a embaixada na capital americana, Barbosa também viveu a excepcional experiência de acompanhar de perto um longo período do relacionamento entre o Brasil e os Estados Unidos sob a ótica de dois governos que desenvolveram políticas externas bem distintas, o que por vezes acarretou desencontros no entendimento entre os dois países.

\ A EROSAO DAS PREFERENCIAS COMERCIAIS BRASILEIRAS NA A.LA.

http://www.rbarbosaconsult.com.br/publicacoes/documento_final.pdf

14/05/2013

O Brasil isolado

Rubens Barbosa em O Globo 14 maio 2013 Poucos no governo, e mesmo no setor privado, parecem estar atentos às profundas mudanças que estão ocorrendo no comércio internacional e às suas consequências sobre o setor externo brasileiro. Com a eleição, agora, de um brasileiro para o comando da OMC talvez surja um maior interesse nas implicações desse novo cenário sobre a economia brasileira, em especial sobre nossa política industrial e de comércio exterior. Em termos geoeconômicos, está ocorrendo a transferência do eixo econômico e comercial do Atlântico para o Pacífico, com a emergência da China como o maior importador e exportador global. As transformações no processo de globalização estão sendo aceleradas pela tendência de concentração da produção de manufaturas em poucos países: EUA, Alemanha, Japão e China. Algumas consequências dessa tendência já podem ser identificadas: -A capacidade de cada pais de vender passa a depender da capacidade de compra do resto do mundo, como mostra a Embraer. -Fora do circuito das cadeias produtivas globais, a maioria dos países em desenvolvimento está concentrando suas exportações em commodities. Estamos assistindo a uma proliferação de mega-acordos regionais e bilaterais de comércio. Dos 543 acordos de livre comércio em negociação, 354 entraram em vigor. Dois mega-acordos estão em marcha: o a Parceria Transpacífica na Ásia e a Parceria Transatlântica entre os EUA e a Europa. Japão e China mudaram sua política e passaram a negociar acordos bilaterais. Na América do Sul, países como Chile, Colômbia e Peru assinaram acordos comerciais com os EUA e a Europa e estão negociando acordos na Ásia. Esses acordos estão criando diferentes regras sobre investimento, compras governamentais, serviços, entre outras. A revolução energética nos EUA, em consequência do aproveitamento do folhelho (gás de xisto), está acelerando o processo de reindustrialização da economia americana. A renovada agressividade comercial dos EUA vai propiciar a abertura de mercados para seus produtos manufaturados e aumentar a pressão para que os países adiram às novas normas. Nunca a influência de fatores alheios ao comércio esteve tão presente nas negociações comerciais. Considerações de natureza geopolítica estão se sobrepondo a diferenças internas para permitir a prevalência de interesses concretos (contenção da China) e ao estabelecimento de regras e padrões (standards), como no caso do acordo EUA-UE e no da Ásia. O Brasil, sem estratégia de negociação comercial e com dificuldades para criar um mercado regional para seus produtos, integrando os demais países em um intercâmbio de cadeia produtiva, a exemplo do que ocorre na Ásia e na Europa, está cada vez mais isolado. E, se

persistir a política de ignorar o que ocorre no mundo, dificilmente poderá associar-se às novas tendências do comércio internacional.

O BRASIL E AS AMEAÇAS DO PODER IMPERIAL DOS

EUA

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Marco Aurélio Weissheimer

Em 2005, o cientista político e historiador Luiz Alberto de Vianna Moniz Bandeira apontou em seu livro “Formação do Império Americano” as práticas de espionagem exercidas pelas agências de inteligência dos Estados Unidos.

Uma prática que, segundo ele, já tem aproximadamente meio século de existência. Desde os fins dos anos 60, diz Moniz Bandeira, a coleta de

inteligência econômica e informações sobre o desenvolvimento científico e tecnológico de outros países, adversos e aliados, tornou-se uma prioridade do

trabalho dessas agências.

Em seu novo livro, “A Segunda Guerra Fria - Geopolítica e dimensão estratégica dos Estados Unidos – Das rebeliões na Eurásia à África do Norte e Oriente Médio” (Civilização Brasileira), Moniz Bandeira defende a tese de que os Estados Unidos continuam a implementar a estratégia da full

spectrum dominance (dominação de espectro total) contra a presença da Rússia e da China naquelas regiões. “As revoltas da Primavera Árabe”, afirma o embaixador Samuel Pinheiro Guimarães, que assina o prefácio do livro, “não

foram nem espontâneas e ainda muito menos democráticas, mas que nelas tiveram papel fundamental os Estados Unidos, na promoção da agitação e da subversão, por meio do envio de armas e de pessoal, direta ou indiretamente,

através do Qatar e da Arábia Saudita”,

Nesta nova obra, Moniz Bandeira aprofunda e atualiza as questões apresentadas em “Formação do Império Americano”. “Em face das revoltas

ocorridas na África do Norte e no Oriente Médio a partir de 2010, julguei necessário expandir e atualizar o estudo. Tratei de fazê-lo, entre e março e novembro de 2012”, afirma o autor. É neste contexto que o cientista político

analisa as recentes denúncias de espionagem praticadas pelos EUA em vários países, inclusive o Brasil.

A definição do Brasil como alvo de espionagem também não é de hoje. Em

entrevista à Carta Maior, Moniz Bandeira assinala que a Agência Nacional de Segurança (NSA) interveio na concorrência para a montagem do Sistema de

Vigilância da Amazônia (SIVAM), pelo Brasil, e assegurou a vitória da Raytheon, a companhia encarregada da manutenção e serviços de engenharia da estação de interceptação de satélites do sistema Echelon. Na entrevista, o

cientista político conta um pouco da história desse esquema de espionagem que, para ele, está a serviço de um projeto de poder imperial de proporções

planetárias.

Moniz Bandeira defende que o Brasil, especialmente a partir da descoberta das reservas de petróleo do pré-sal, deve se preparar para defender seus

interesses contra esse projeto imperial. “As ameaças existem, conquanto possam parecer remotas. Mas o Direito Internacional só é respeitado quando

uma nação tem capacidade de retaliar”, afirma.

Carta Maior: O seu livro "Formação do Império Americano" já tratava, em 2005, do tema da espionagem praticada por agências de inteligência dos Estados Unidos. Qual o paralelo que pode ser traçado entre a situação

daquele período e as revelações que vêm sendo feitas hoje?

Moniz Bandeira: Sim, em “Formação do Império Americano”, cuja primeira edição foi lançada em 2995, mostrei, com fundamento em diversas fontes e

nas revelações pelo professor visitante da Universidade de Berkeley (Califórnia), James Bamford, que o sistema de espionagem, estabelecido pela National Security Agency (NSA), começou a funcionar há mais de meio século. O objetivo inicial era captar mensagens e comunicações diplomáticas entre os

governos estrangeiros, informações que pudessem afetar a segurança nacional dos Estados Unidos e dar assistência às atividades da CIA.

Com o desenvolvimento da tecnologia eletrônica, esse sistema passou a ser usado para interceptar comunicações internacionais via satélite, tais como

telefonemas, faxes, mensagens através da Internet. Os equipamentos estão instalados em Elmendorf (Alaska), Yakima (Estado de Washington), Sugar

Grove (Virginia ocidental), Porto Rico e Guam (Oceano Pacífico), bem como nas embaixadas, bases aéreas militares e navios dos Estados Unidos.

A diferença com a situação atual consiste na sua comprovação, com os

documentos revelados por Edward Snowden, através do notável jornalista Gleen Greenwald, que mostram que a espionagem é feita em larga escala,

com a maior amplitude.

Desde os fins dos anos 60, porém, a coleta de inteligência econômica e informações sobre o desenvolvimento científico e tecnológico de outros países,

adversos e aliados, tornou-se mais e mais um dos principais objetivos da COMINT (communications inteligence), operado pela NSA), dos Estados

Unidos, e pelo Government Communications Headquarters (GCHQ), da Grã-Bretanha, que em 1948 haviam firmado um pacto secreto, conhecido como

UKUSA (UK-USA) - Signals Intelligence (SIGINT). Esses dois países formaram um pool - conhecido como UKUSA - para interceptação de mensagens da

União Soviética e demais países do Bloco Socialista, a primeira grande aliança de serviços de inteligência e à qual aderiram, posteriormente, agências de

outros países, tais como Communications Security Establishment (CSE), do Canadá, Defense Security Directorate (DSD), da Austrália e do General

Communications Security Bureau (GCSB), da Nova Zelândia. Essa rede de espionagem, chamada de Five Eyes e conhecida também como ECHELON -

só se tornou publicamente conhecida, em março de 1999, quando o governo da Austrália nela integrou o Defence Signals Directorate (DSD), sua

organização de SIGINT.

Carta Maior: Qual sua avaliação a respeito da reação (ou da falta de) da União Europeia diante das denúncias de espionagem?

Moniz Bandeira: Os serviços de inteligência da União Europeia sempre

colaboraram, intimamente, com a CIA e demais órgãos dos Estados Unidos. Os governos da Alemanha, França, Espanha, Itália e outros evidentemente

sabiam da existência do ECHELON e deviam intuir que o ECHELON - os Five Eyes - trabalhasse também para as corporações industriais. As informações do

ECHELON, sobretudo a partir do governo do presidente Bill Clinton, eram canalizadas para o Trade Promotion Co-ordinating Committee (TPCC), uma agência inter-governamental criada em 1992 pelo Export Enhancement Act e

dirigida pelo Departamento de Comércio, com o objetivo de unificar e coordenar as atividades de exportação e financiamento do dos Estados Unidos. Corporações, como Lockheed, Boeing, Loral, TRW, e Raytheon, empenhadas

no desenvolvimento de tecnologia, receberam comumente importantes informações comerciais, obtidas da Alemanha, França e outros países através

do ECHELON.

O presidente Clinton recorreu amplamente aos serviços da NSA para espionar os concorrentes e promover os interesses das corporações americanas. Em

1993, pediu à CIA que espionasse os fabricantes japoneses, que projetavam a fabricação de automóveis com zero-emissão de gás, e transmitiu a informação para a Ford, General Motors e Chrysler. Também ordenou que a NSA e o FBI, em 1993, espionassem a conferência da Asia-Pacific Economic Cooperation (APEC), Seattle, onde aparelhos foram instalados secretamente em todos os

quartos do hotel, visando a obter informação relacionada com negócios para a construção no Vietnã, da hidroelétrica Yaly. As informações foram passadas para os contribuintes de alto nível do Partido Democrata. E, em 1994, a NSA não só interceptou faxes e chamadas telefônicas entre o consórcio europeus

Airbus e o governo da Arábia Saudita, permitindo ao governo americano intervir em favor da Boeing Co, como interveio na concorrência para a

montagem do SIVAM (Sistema de Vigilância da Amazônia), pelo Brasil, e assegurou a vitória da Raytheon, a companhia encarregada da manutenção e serviços de engenharia da estação de interceptação de satélites do sistema

ECHELON, em Sugar Grove.

Carta Maior: Um dos temas centrais de seus últimos trabalhos é a configuração do Império Americano. Qual é a particularidade desse

Império Americano hoje? Trata-se de um Império no sentido tradicional do termo ou de um novo tipo?

Moniz Bandeira: Todos os impérios têm particularidades, que são

determinadas pelo desenvolvimento das forças produtivas. Assim, não obstante a estabilidade das palavras, o conceito deve evoluir conforme a realidade que ele trata de representar. O império, na atualidade, tem outras características,

as características do ultra-imperialismo, o cartel das potências industriais, sob a

hegemonia dos Estados Unidos, que configuram a única potência capaz de executar uma política de poder, com o objetivo estratégico de assegurar fontes de energia e de matérias primas, bem como os investimentos e mercados de suas grandes corporações, mediante a manutenção de bases militares, nas

mais diversas regiões do mundo, nas quais avança seus interesses, através da mídia, ações encobertas dos serviços de inteligência, lobbies, corrupção,

pressões econômicas diretas ou indiretas, por meio de organizações internacionais, como Banco Mundial, FMI, onde detém posição majoritária. As guerras, para o consumo dos armamentos e aquecimento da economia, foram

transferidas para a periferia do sistema capitalista.

É óbvio, portanto, que o Império Americano é diferente do Império Romano e do Império Britânico. Ainda que informal, isto é, não declarado, os Estados

Unidos constituem um império. São a única potência, com bases militares em todas as regiões do mundo e cujas Forças Armadas não têm como finalidade a

defesa das fronteiras nacionais, mas a intervenção em outros países. Desde sua fundação, em 1776, os Estados Unidos estiveram at war 214 em seus 236 anos do calendário de sua existência, até dezembro de 2012. Somente em 21

anos não promoveram qualquer guerra. E, atualmente, o governo do presidente Barack Obama promove guerras secretas em mais de 129 países. O Império Americano (e, em larga medida, as potências industriais da Europa) necessita de guerras para manter sua economia em funcionamento, evitar o colapso da

indústria bélica e de sua cadeia produtiva, bem como evitar o aumento do número de desempregados e a bancarrota de muitos Estados americanos,

como a Califórnia, cuja receita depende da produção de armamentos.

Ademais do incomparável poderio militar, os Estados Unidos também detém o monopólio da moeda de reserva internacional, o dólar, que somente

Washington pode determinar a emissão e com a emissão de papéis podres e postos em circulação, sem lastro, financiar seus déficits orçamentários e a

dívida pública. Trata-se de um "previligégio exorbitante", conforme o general Charles de Gaulle definiu esse unipolar global currency system, que permite aos Estados Unidos a supremacia sobre o sistema financeiro internacional.

Carta Maior: Qual a perspectiva de longo prazo desse império?

Moniz Bandeira: Os Estados Unidos, como demonstrei nesse meu novo “A

Segunda Guerra Fria”, lançado pela editora Civilização Brasileira, estão empenhados em consolidar uma ordem global, um império planetário, sob sua hegemonia e da Grã-Bretanha, conforme preconizara o geopolítico Nicholas J.

Spykman, tendo os países da União Européia e outros como vassalos. O próprio presidente Obama reafirmou, perante o Parlamento britânico, em Westminster (maio de 2011) que a “special relationship” dos dois países

(Estados Unidos e Grã-Bretanha), sua ação e liderança eram indispensáveis à causa da dignidade humana, e os ideais e o caráter de seus povos tornavam “the United States and the United Kingdom indispensable to this moment in

history”. Entremente, o processo de globalização econômica e política, fomentado pelo sistema financeiro internacional e pelas grandes corporações

multinacionais, estava a debilitar cada vez mais o poder dos Estados nacionais, levando-os a perder a soberania sobre suas próprias questões econômicas e

sociais, bem como de ordem jurídica.

O Project for the New American Century, dos neo-conservadores e executado pelo ex-presidente George W. Bush inseriu os Estados Unidos em um estado

de guerra permanente, uma guerra infinita e indefinida, contra um inimigo assimétrico, sem esquadras e sem força aérea, com o objetivo de implantar a

full spectrum dominance, isto é, o domínio completo da terra, mar, ar e ciberespaço pelos Estados Unidos, que se arrogaram à condição de única

potência verdadeiramente soberana sobre a Terra, de "indispensable nation" e “exceptional”.

O presidente Barack Obama endossou-o, tal como explicitado na Joint Vision

2010 e ratificado pela Joint Vision 2020, do Estado Maior-Conjunto, sob a chefia do general de exército Henry Shelton. E o NSA é um dos intrumentos

para implantar a full spectrum dominance, uma vez que monitorar as comunicações de todos os governantes tanto aliados quanto rivais é essencial

para seus propósitos. Informação é poder

Carta Maior: Qual o contraponto possível a esse império no ambiente geopolítico atual?

Moniz Bandeira: Quando em 2006 recebi o Troféu Juca Pato, eleito pela União

Brasileira de Escritores "Intelectual do ano 2005", por causa do meu livro “Formação do Império Americano”, pronunciei um discurso, no qual previ que, se o declínio do Império Romano durou muitos séculos, o declínio do Império

Americano provavelmente levará provavelmente algumas décadas. O desenvolvimento das ferramentas eletrônicas, da tecnologia digital, imprimiu

velocidade ao tempo, e a sua queda será tão vertiginosa, dramática e violenta quanto sua ascensão. Contudo, não será destruído militarmente por nenhuma outra potência. Essa perspectiva não há. O Império Americano esbarrondará sob o peso de suas próprias contradições econômicas, de suas dívidas, pois

não poderá indefinidamente emitir dólares sem lastros para comprar petróleo e todas as mercadorias das quais depende, e depender do financiamento de

outros países, que compram os bonus do Tesouro americano, para financiar seu consumo, que excede a produção, e financiar suas guerras.

É com isto que a China conta. Ela é o maior credor dos Estados Unidos, com

reservas de cerca US$ 3,5 trilhões, das quais apenas US$ 1,145 trilhão estavam investidos em U.S. Treasuries. E o ex-primeiro-ministro Wen Jiabao previu o “primeiro estágio do socialismo para dentro de 100 anos”, ao afirmar que o Partido Comunista persistiria executando as reformas e inovação a fim

de assegurar o vigor e vitalidade e assegurar o socialismo com as características chinesas, pois “sem a sustentação e pleno desemvolvimento das forças produtivas, seria impossível alcançar a equidade e justiça social,

requesitos essenciais do socialismo.”

Carta Maior: Na sua opinião, o que um país como o Brasil pode fazer para enfrentar esse cenário?

Moniz Bandeira: O ministro-plenipotenciário do Brasil em Washington, Sérgio

Teixeira de Macedo, escreveu, em 1849, que não acreditava que houvesse “um só país civilizado onde a idéia de provocações e de guerras seja tão popular

como nos Estados Unidos”. Conforme percebeu, a “democracia”, orgulhosa do seu desenvolvimento, só pensava em conquista, intervenção e guerra

estrangeira, e preparava, de um lado, a anexação de toda a América do Norte e, do outro, uma política de influência sobre a América do Sul, que se

confundia com suserania.

O embaixador do Brasil em Washington, Domício da Gama, comentou, em 1912, que o povo americano, formado com o concurso de tantos povos, se julgava diferente de todos eles e superior a eles. E acrescentou que “o duro egoísmo individual ampliou-se às proporções do que se poderia chamar de

egoísmo nacional”. Assim os Estados Unidos sempre tenderam e tendem a não aceitar normas ou limitações jurídicas internacionais, o Direito Internacional,

não obstante o trabalho de Woodrow Wilson para formar a Liga das Nações e de Franklin D. Roosevelt para constituir a ONU. E o Brasil, desde 1849, esteve a enfrentar a ameaça dos Estados Unidos que pretendiam assenhorear-se da

Amazônia.

Agora, a situação é diferente, mas, como adverti diversas vezes, uma potência, tecnologicamente superior, é muito mais perigosa quando está em declínio, a

perder sua hegemonia e quer conservá-la, do que quando expandia seu império. Com as descobertas das jazidas pré-sal, o Brasil entrou no mapa geopolítico do petróleo. As ameaças existem, conquanto possam parecer

remotas. Mas o Direito Internacional só é respeitado quando uma nação tem capacidade de retaliar. O Brasil, portanto, deve estar preparado para enfrentar,

no mar e em terra, e no ciberespaço, os desafios que se configuram, lembrando a máxima “se queres a paz prepara-te para a guerra” (Si vis

pacem,para bellum)

Créditos da foto: Arquivo

V- BRASIL E O MUNDO _ COMPETITIVIDADE INDUSTRIAL E PODER MILITAR

O Brasil no contexto regional e global –

CELSO LAFER * - domingo, 19 de maio de 2013 - O Estado de S. Paulo,

O Brasil na América do Sul

A análise dos atuais desafios relacionados à presença do Brasil na América do Sul, e mais amplamente na América Latina, beneficia-se de considerações históricas que esclarecem o pano de fundo da singularidade brasileira na região. Nosso processo de independência fez do Brasil um Império em meio a Repúblicas, o diferente na região em matéria de regimes políticos.

O diferente era também o de um Estado com grande massa territorial e uma população de língua portuguesa que permaneceu unida num só Estado. Em contraste, o mundo hispânico, de fala castelhana, fragmentou-se em vários países nos processos da independência.

A manutenção da unidade nacional foi o grande e bem-sucedido objetivo do Brasil Império e o seu legado para o País. A construção desse legado fez, no século 19, da política interna e da política externa as duas faces de uma mesma moeda: a da consolidação do Estado brasileiro numa região instável e centrífuga.

A República preservou a herança do Império e, graças à obra de Rio Branco, foram dirimidos, pelo Direito e pela diplomacia, os temas pendentes de fronteiras. Equacionou-se assim o primeiro item da agenda da política externa de um Estado independente, o da clareza quanto ao que é "interno" ao País e o que a ele é "externo". O Brasil é raro caso de país com abrangente vizinhança sem contenciosos territoriais.

Desses elementos defluem desdobramentos que podem ser considerados "forças profundas" da visão brasileira sobre sua presença na região e no mundo. Primeiro, um nacionalismo voltado para dentro, não para fora, preocupado e dedicado ao desenvolvimento do grande espaço nacional. Segundo, um interesse específico em contribuir para a paz e o progresso na América Latina, com ênfase na América do Sul. Terceiro, a aspiração, com o lastro de um país consolidado e de escala continental, de ter presença na definição das regras de funcionamento do sistema internacional.

Essa leitura, com ajustes e mudanças em função das transformações internas e externas, explica a importância atribuída pelo Brasil ao entendimento com os vizinhos e à cooperação latino-americana, que teve novo impulso com os processos de redemocratização no Cone Sul no contexto do fim da guerra fria. Isso trouxe significativa aproximação entre Argentina e Brasil, levou ao Mercosul, induziu a uma tentativa de integração energética de gás com a Bolívia e chegou, por iniciativa do presidente Fernando Henrique Cardoso, à inédita reunião em 2000 de todos os países da América do Sul, que propiciou o IRSA, conjunto de projetos de integração logística, energética e de infraestrutura para fazer a melhor economia da nossa geografia comum.

Isso tudo mudou nestes últimos dez anos - os dez anos do governo do PT -, de maneira que os caminhos anteriores não dão resposta aos problemas do presente. De certo modo, creio que se configura, em novos moldes, a singularidade do Brasil na região e no mundo.

O Brasil é hoje, mais do que antes, um ator global, com um patamar no mundo distinto de outros países da nossa região. O eixo regional tornou-se mais assimétrico. São maiores as expectativas dos vizinhos quanto ao papel do País na sustentabilidade de cooperação. Também são maiores os desafios relacionados às ambições do Brasil num mundo multipolar fragmentado, com tendências centrífugas e muitas tensões de hegemonia.

A fragmentação alcança nossa região, que se tornou mais heterogênea nas suas visões da economia e da política. Nas instâncias de concertação política e nos processos de integração não ocorrem apenas os naturais conflitos de interesses, mas múltiplos conflitos de concepção, até sobre o valor da democracia e dos direitos humanos. Esses conflitos de concepção explicam a perda do impulso original do Mercosul, que se "aladifica", ou seja, torna-se um mecanismo de cooperação que deixou de ter o foco de uma dimensão transformadora, voltada para lidar com um mundo globalizado. A visão dos países com tendências economicamente liberalizantes que integram a Aliança do Pacífico (Chile, Peru, Colômbia, México) contrasta com a dos bolivarianos, de discutíveis credenciais democráticas e orientação estatizante nacionalista (Venezuela, Equador, Bolívia). Ora, o Brasil não se enquadra em nenhuma dessas concepções: não é liberalizante à moda da Aliança do Pacífico nem é bolivariano; e a Argentina, com seus problemas internos, imobiliza, no Mercosul, a nossa ação externa comercial.

Essa singularidade não nos está favorecendo. Os acordos comerciais inter e extrazona estão minando nossas preferências comerciais na região e comprometendo nossas exportações de manufaturados, que enfrentam a concorrência da China. O IRSA está em compasso de espera diante da dificuldade de elaboração de um marco regulatório comum. O papel do País na formulação das regras de funcionamento do comércio internacional reduz-se, seja pela longa paralisia das negociações da Rodada Doha, seja porque novas normas se elaboram em dois mega-acordos comerciais, a Parceria Trans-Pacífico e a Parceria de Comércio e Investimento Transatlântica, de que não participamos. Corremos o risco de ser, como notou Vera Thorstensen nesta página em 6/5, rule takers, seguidores da irradiação de normas impostas por outros, não rule makers, papel que, na nossa singularidade, buscamos tradicionalmente exercer.

Um grafite recente num país latino-americano dizia: "Cuando teníamos las respuestas nos cambiaran las preguntas". Mudaram as perguntas relacionadas ao como melhor conduzir de forma cooperativa nossa inserção na América do Sul. Falta ao governo brasileiro não só uma nova e necessária visão estratégica apta a lidar com a nossa singularidade, agravada por um processo decisório fragmentário que, à deriva, reitera respostas inadequadas e tópicas para uma realidade que mudou.

* PROFESSOR EMÉRITO DO INSTITUTO DE RELAÇÕES INTERNACIONAIS DA USP, FOI MINISTRO DAS RELAÇÕES EXTERIORES (GOVERNO FHC)

Da politica industrial para o simples bom senso - IEDI e CNI (mas nao contem com o governo) - sábado, 25 de maio de 2013

http://diplomatizzando.blogspot.com.br/2013/05/da-politica-industrial-para-o-simples.html

Pedro Passos e o Novo Mapa de Competitividade da Indústria Mansueto Almeida

22/05/2013

Já há algum tempo tenho observado as opiniões do empresário Pedro Passos da Natura e presidente do IEDI. As suas declarações agradam tanto defensores quanto críticos da política

industrial e mostra que, talvez, suas ideias seja o que se poderia chamar de o “denominador comum” nesse debate.

O empresário deu uma entrevista para a coluna da Maria Cristina Farias, na Folha (clique aqui), e deu uma palestra no fórum de BioEconomia, em outubro de 2012(vídeo pode ser assistido aqui), onde destaca que: (i) o governo ajuda excessivamente o setor automobilístico, que para ele é desnecessário; (ii) fala que os incentivos à inovação no Brasil são baixos e a economia ainda é excessivamente fechada, (iii) o Mercosul hoje mais atrapalha do que beneficia a inserção externa de empresas brasileiras, (iv) precisamos estabelecer metas para educação – conseguir nos próximos vinte anos estar entre os dez melhores países do mundo na qualidade de educação (medida pelo PISA), (v) reduzir a proteção da economia, etc. Quais setores da indústria o Brasil deverá promover para ser mais competitivo?Nos pronunciamentos do empresário isso não parece ser importante. O que parece ser mais relevante é o fomento à inovação e maior integração com o resto do mundo que, naturalmente, favoreceria os setores da indústria mais ligados aquelas cadeias produtivas que Brasil já tem vantagem comparativa. Assim, nossa política seria diferente tanto do modelo Coreano quanto da política de estímulos setoriais que o Brasil tem feito intensivamente desde 2008. O pensamento do presidente do IEDI me parece algo muito particular dele, não sei se é consenso no próprio IEDI. No entanto, e para a minha surpresa, o novo mapa estratégico da indústria da CNI (clique aqui), divulgado esta semana, vai ao encontro das opiniões que Pedro Passos vem defendendo. O novo mapa estratégico da indústria da CNI parece corroborar a tese de críticos da política industrial de que a competividade da indústria depende pouco ou nada de estímulos a setores da indústria (política industrial) e muito mais de medidas horizontais e consistência das políticas macroeconômicas.

O mapa fala de controle dos gastos públicos, aumento do investimento público, melhoria da qualidade da educação, segurança jurídica, produtividade, eficiência do Estado, tributação, produtividade, etc. O documento quando fala de políticas setoriais na p. 59 –exatamente três parágrafos- o faz de maneira tímida. Assim, ao que parece, a própria CNI não acredita mais em política industrial. Não seria então o caso de a entidade deixar isso claro para o governo?

É verdade que no mapa há uma macrometa de aumentar de 1,7% para 2,2% a participação do valor adicionado da manufatura no Brasil em relação ao valor adicionado da manufatura no mundo, mas isso pode ser alcançado com a sensível diminuição da participação de vários setores da indústria de transformação (o que é provável acontecer) na economia brasileira.

Adicionalmente, ao contrário do Política de Desenvolvimento Produtivo (PDP), de 2008, ou do Plano Brasil Maior, de 2011, o mapa estratégico da indústria não cita um única vez, nas suas 141 páginas, nenhum setor econômico específico como confecção, têxtil, química, etc. Ou seja, o mapa de competitividade da indústria é talvez o melhor documento contra a política indústria nos moldes que se faz hoje. Resta saber se de fato ele reflete o pensamento dominante da CNI ou se é um conjunto de idéias além das políticas setoriais que a instituição tradicionalmente defende.

Fonte: Mapa Estratégico da CNI

Brasil: próxima potencia militar

Santiago Pérez, Do Esglobal

Las capacidades militares de un Estado aumentan junto con su crecimiento económico y sus

necesidades políticas. He aquí los múltiples motivos que impulsan el desarrollo militar brasileño.

Durante los últimos ocho años Brasil ha incrementado sus inversiones militares casi en un 500%.

Si bien la economía brasileña ha crecido sustancialmente durante la última década, la pobreza

continúa siendo la principal problemática social. ¿Por qué entonces destinar estos cuantiosos

recursos a desarrollos militares? Una mirada estratégica a largo plazo, las nuevas necesidades

derivadas del ascenso económico nacional, la defensa de las riquezas naturales y el

posicionamiento brasileño dentro del concierto geopolítico global son, a grandes rasgos, algunas

de las respuestas.

Para comenzar es necesario recordar que Brasil es un país con una extensa, diversa y rica

geografía. Cuenta con una superficie de 8,5 millones de kilómetros cuadrados y 23.102

kilómetros de fronteras terrestres y marítimas. El país es propietario de las mayores reservas de

agua dulce en todo el mundo, activo de incalculable valor en un mundo cada vez más sediento.

Se estima que en la actualidad 1.000 millones de personas no tienen acceso al agua potable y

es por esto que la administración del recurso acuífero será, sin dudas, uno de los grandes

asuntos de la política internacional del siglo XXI. La Amazonia, considerada el pulmón del

planeta, es un elemento de importancia para el equilibrio climático global por su inmensidad y

características de su vegetación. Esta selva de 6 millones de kilómetros cuadrados se encuentra

en un 63% dentro de territorio brasileño. El petróleo es otro recurso estratégico. Durante años el

desarrollo industrial del país había estado cuestionado por su dependencia de la importación de

combustibles. Tras años de inversión, la empresa estatal Petrobras ha encontrado importantes

reservas submarinas en la cuenca denominada pre sal, la cual podría abastecer a cerca del 40%

de la demanda petrolífera del país a medio plazo. La defensa y correcto monitoreo de tan amplia

geografía requiere de una compleja logística la cual se encuentra dentro de la lógica de defensa

nacional y es allí donde las Fuerzas Armadas cumplen un rol de gran importancia.

Al mismo tiempo, Brasil limita con 10 países a lo largo de 15.735 kilómetros. El incremento de los

flujos migratorios como consecuencia del crecimiento económico y la problemática del

contrabando requieren de una estricta vigilancia. Otro asunto delicado es el narcotráfico. Perú,

Colombia y Bolivia, países que comparten límites con Brasil, son los tres principales productores

de cocaína del mundo y Brasil es el segundo mayor consumidor mundial (solo superado por

Estados Unidos). La frontera brasileña con estas naciones es de una accidentada geografía,

atravesada por cadenas montañosas, múltiples ríos y áreas selváticas de difícil acceso. La

imperiosa necesidad de fiscalizar esta permeable frontera es un factor más por el que el país

precisa de unas Fuerzas Armadas a la altura de las circunstancias.

Es también interesante el modo en el que el incremento de los gastos de defensa arrastra el

beneficio del derrame hacia el complejo militar e industrial. En el caso brasileño este fenómeno

se ve materializado en el sector aeroespacial donde la empresa Embraer tiene el papel

protagonista. La compañía cuenta con aeronaves de reconocimiento y vigilancia con tecnología

del más alto nivel. En lo que respecta a transporte militar la empresa está desarrollado el más

ambicioso de sus proyectos. Se trata del Embraer KC-390, un avión capaz de trasladar 21

toneladas, incluyendo vehículos blindados. La unidad gozará de prestaciones superiores a la de

su competidor, el Lockheed Martin Super Hércules. Distintos Ejércitos latinoamericanos e

inclusive europeos ya han mostrado su interés por la mencionada aeronave, quedando así

demostrado como la inversión en tecnología armamentística puede derivar en exportaciones de

bienes industriales de alto valor agregado.

Sin dudas las necesidades de la política exterior ocupan un lugar principal dentro de la estrategia

de desarrollo militar. Por sus dimensiones geográficas, demográficas y económicas Brasil es el

líder político natural de América del Sur. La supremacía militar en el ámbito regional es un factor

de importancia para la consolidación de dicho liderazgo. No es casualidad que el Estado

brasileño cuente con el mayor presupuesto de defensa de la región que triplica al de Colombia,

su más inmediato perseguidor. Sucede que cuando de analiza sus objetivos, Brasilia observa

más de cerca los pasos de otras potencias emergentes del planeta que los movimientos de sus

vecinos. Los 31.576 millones de dólares que destina a su defensa lo posicionan como el décimo

primer país que más invierte en dicho sector globalmente. El segundo del continente americano

(detrás EE UU) y el sexto del hemisferio occidental. De estos números se desprende que la

mirada de las autoridades brasileñas apunta más hacia el equilibrio de poder global que hacia la

cuestión regional. La vocación es la de ocupar un espacio de importancia dentro del emergente

sistema internacional multipolar. El asunto del statu quo del Consejo de Seguridad de Naciones

Unidas también se encuentra sobre la mesa. Por ahora la discusión del actual modelo de cinco

miembros permanentes heredado de la Segunda Guerra Mundial está cerrada. Una eficaz fuerza

militar será una cuestión necesaria, pero no suficiente, para que una futura eventual apertura del

órgano a nuevos integrantes contemple la posibilidad de incluir a Brasil.

La construcción de submarinos de propulsión nuclear, en cooperación tecnológica con Francia,

ya se encuentra en marcha. La marina brasileña trabaja en su base de Itaguaí, ubicada en el

estado de Río de Janeiro, desde donde operaran las unidades. Si bien se trata de un proyecto

que no mostrará naves funcionales hasta después de 2020, demuestra que la visión es de largo

plazo y que la Defensa es una real política de Estado y no la prioridad de una administración en

particular. ¿Para que un submarino de propulsión nuclear? Los 7.367 kilómetros de costas y la

protección de las riquezas minerales que allí descansan así lo requieren. Por otro la discusión

por la soberanía o la explotación de los recursos en la Antártida podría abrirse a largo plazo (por

el momento cualquier reclamo se encuentra congelado por el Tratado Antártico). En Itamaraty

observan la cuestión del sexto continente como un asunto regional y no exclusivo de los países

del Cono Sur, principalmente Argentina y Chile, quienes suelen referirse a la Antártida como un

área sobre la cual sus derechos son los más legítimos.

Por último, y como consecuencia de los grandes eventos que Brasil albergará en los próximos

años, las Fuerzas Armadas han cumplido una importante función en la escena interno. Río de

Janeiro será sede de los Juegos Olímpicos en 2016. La necesidad de garantizar la seguridad en

un evento de esta magnitud requiere la utilización de carros blindados de la Marina para dar

soporte a las fuerzas policiales. La recuperación del control estatal en ciertas favelas, barrios

hasta hace poco dominados por grupos de narcotraficantes, fue posible gracias al apoyo militar.

De todas formas si medimos el presupuesto de defensa en relación al PIB, Brasil invierte todavía

muy poco, solo el 1,6%. Algunos ejemplos de países equivalentes así lo demuestran. India

destina el 2,5%, Francia el 2,3%, Rusia el 4,4% y China el 2%. En otras palabras, los gastos

brasileños tienen margen de crecimiento lo que abre un horizonte de posibilidades hacia el

futuro. Como sucedió a lo largo de la historia con distintas potencias, las capacidades militares

de un Estado aumentan junto con su crecimiento económico y sus necesidades políticas. Dentro

de esta lógica, Brasil, no es una excepción.

VI – OS RISCOS DA III GUERRA MUNDIAL

Rússia neutraliza ataque dos EUA à Síria... Se essa notícia corresponde aos fatos, e creio que correspondem, nos encontramos historicamente num momento que significa um ponto de inflexão na geopolítica mundial, tal qual foi o da derrocada do socialismo na URSS... http://correiodobrasil.com.br/destaque-do-dia/ataque-dos-eua-a-siria-e-repelido-pela-russia-no-mediterraneo/644809/

Jaime Sautchuk

há 11 horas ·

• NA SÍRIA, O BICHO PEGA Entre o tropel dos camelos e a mira certeira dos lança-mísseis dos Estados Unidos, no caso da Síria, há uma boa carga de complicadores para o presidente Barack Obama. Mas, ironicamente, quem o está tirando da enrascada é seu adversário predileto, o presidente russo, Vladimir Putin. Na jornada de negociações realizada semana passada em Genebra (Suiça), um território tido como neutro, chegou-se até aqui a um acordo cuja pauta foi colocada na mesa pelo chefe da diplomacia russa, o chanceler Sergei Lavrov. E este, parece claro, acertou os bigodes com o governo sírio antes de propor o ajuste. Ficou acertado que a Síria entregará até 21 de setembro próximo a lista dos locais onde armazena armas químicas. Os sítios serão vistoriados por inspetores da Organização das Nações Unidas (ONU) até meados de novembro vindouro. Confirmada a existência e os locais, os artefatos serão destruídos pela ONU até fins de 2014. A proximidade com a Rússia é o que abre caminhos pra conversas. Afinal, a Síria hospeda a única base militar russa em território estrangeiro, o que é um exemplo do nível dessas relações entre os dois países. Essa afinidade, aliás, vem desde a antiga União Soviética, que apoiou os sírios após a criação do estado de Israel, especialmente na Guerra dos Seis Dias, em 1967, quando tropas e bombardeiros israelenses tiraram da Síria as Colinas de Golan. Além do mais, a Síria não é uma republiqueta qualquer, onde a invasão de tropas ou mesmo bombas lançadas à distância passem batido, como se nada ocorresse. Trata-se de um país com 22 milhões de habitantes, que tem uma economia diversificada, com parque industrial, agropecuária e infraestrutura turística modernas. Damasco, a capital, é uma espécie de Brasília, ou seja, uma cidade voltada para sediar o governo e oferecer serviços, como o turismo, com 2,7 milhões de habitantes. A São Paulo de lá seria Aleppo, que controla a atividade econômica e é também o centro urbano mais populoso, com 3,2 milhões de habitantes. A localização estratégica do país é outro aspecto levado em conta. Seu litoral é o belicoso mar Mediterrâneo. E faz fronteira terrestre com outros cinco países: Israel, Turquia, Iraque, Jordânia e Líbano. Qualquer conflito armado, ali, tem repercussão em toda a região. Um ataque externo pode, desde logo, envolver gravemente Israel. As forças armadas, bem equipadas, estão sob controle do Baath, o partido do presidente Bashar al-Assad, que está no poder desde o ano 2000, quando morreu seu pai, Hafez al-Assad. Este governou o país desde 1970, quando pôs fim a um suceder de golpes militares e conflitos internos. Seu governo manteve uma postura laica, autônoma, e chegou a apoiar os EUA na dramática invasão do Iraque, em 1991. Não nos esqueçamos de que algumas fronteiras nacionais no Oriente Médio são bastante artificiais, já que guardam as distorções de partilhas feitas durante o domínio colonial, em especial da Grã-Bretanha e da França, até a 2ª Guerra Mundial. A Palestina, embora reconhecida como estado autônomo pela ONU, tem um território esfacelado. Os atuais conflitos internos na Síria envolvem diferentes facções, sendo que as forças de oposição a al-Assad têm muitas divergências entre si, de modo que não se pode sequer apontar um comando político com o qual se possa negociar. Quem arma esses grupos é uma informação que o presidente Obama poderia dar ao mundo. No momento, a possibilidade de os EUA atacarem o país responde a pressões da sua indústria de armamentos, como denunciou o Papa Francisco em recentes pronunciamentos no Vaticano. É um setor com enorme força política, que financia campanhas eleitorais, mas precisa de guerras pra manter seus bombásticos lucros. Ocorre, contudo, que o mundo vive um momento diferente, sob o impulso de movimentos populares que se espraiam por todos os quadrantes. Obama já percebeu que uma ação unilateral não terá apoio internacional, pois a maioria dos blocos e países consultados, inclusive o Brasil, é contra ação unilateral. Mas o pior, pra ele, é a oposição interna, já que o próprio congresso dos EUA promete lhe negar uma carta branca, que se tornou imperiosa. Segue, em verdade, pesquisas de opinião pública que revelam desaprovação da sociedade americana a um possível ataque sem o beneplácito da ONU. Uma nova guerra, agora, seria um desastre pros EUA. Especialmente no caso da Síria, onde o bicho pode pegar. Portanto, a proposta russa de obter uma clara promessa síria de destruir armas químicas que o país possua é o que dá argumentos ao recuo de Obama. Até porque o mesmo compromisso não está sendo cobrado de aliados seus naquela região, como Israel e Arábia Saudita. js-15set13

Ataque dos EUA à Síria é repelido pela Rússia no Mediterrâneo - CdB

correiodobrasil.com.br

O ataque dos EUA à Síria já começou e já acabou, segundo fonte ouvida, nesta sexta-feira, por jornalistas no Oriente Médio.