Frankland Noble - Bombardeo de Europa - Su Devastacion

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    B o m b a r d e o d e E u r o p a : s u d e v a s t a c i n

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    Director Editorial: Barrie Pitt.Asesor Militar: Sir Liddell Hart.

    Editor Grfico: RobertDirector Peter Dunbar.Editor Ejecutivo: David Masn.Dibujos: SarnCartografa: RichardCubierta: Denis Piper.Dibujos especiales: John Batchelor.Ayudante de Investigacin: Yvonne Marsh.

    Prologuista y Presentador

    de la Edicin Espaola:

    Vicente Taln.

    n d i c e

    Las fotografas de este libro fueron especialmente seleccionadas de los archivos siguientes: de iz-quierda a derecha, pgina 7, Imperial War Museum; 9 10 13 14

    16 IWM; 17 IWM; 19 IWM; 20 IWM; 22 IWM; 24 IWM; 25 IWM; 26 Ullstein; 2729 Ullstein/Suddeutscher Verlag; 31 Ullstein; 33 IWM; 34-35 IWM; 36-37 IWM; 38-39 IWM;IWM; 44 IWM; 46-47 Ullstein; 48 US 50-51 US Air Forc; 52-53 IWM; 54 IWM; 55 IWM;

    IWM; 58 IWM ; 60-61 Alfr ed Price; 64-65 US Air Forc; 65 IWM; 66 IWM; 66-67 Ullstein; 72IWM; 73 IWM; 74 IWM; 76 Keystone/Sado Opera Mundi; 77 IWM; 79 Deutsches Museum; 80 IWM;86 Sado Opera Mundi; 87 Sudd. Verlag; 90-91 IWM; 92-93 US 94 Sado Opera Mundi; 96-97US Army; 100 Opera Mundi; 101 Ullstein; 102-103 Sado Opera Mundi; 104-105 US

    104 IWM; 105 IWM; 106-107 IWM; 113 US Air Forc; 117 IWM; 118 IW M; 120-121 Su dd.Verlag. 122-123 US Air Forc; 125 Sado Opera Mundi ; 126-127 US Air Forc; 128 IWM; 129 USAir Forc; 130-131 US Air Forc; 135 IWM; 136-137 US Air Forc; 138 Sado Opera Mu ndi ; 140-141IWM; 143 IWM; 146 Ullstein; 147 Sudd. 150-151 IWM; 154-155 IWM; 156 IWM.

    8 Antecedentes.

    20 El comienzo de la ofensiva: Septiembre de 1939 - Diciembre de 1942.

    52 La ofensiva de bombardeo combinada: Enero de 1943 - Marzo de 1944.

    112 Bombardeo y victoria: Marzo de 1944 - Mayo de 1945.

    152 Sumario y veredicto.

    160 Bibliografa.

    Traductor: Toms Rodrguez Bachiller.

    1.a Edicin publicada en Estados Unidos por Ballantine.

    Copyright 1970. Noble Frankland.

    Copyright en Lengua Espaola.

    E D I T O R I A L S A N M A R T N .

    Puerta del Sol, 6.

    Printed in Spain - Impreso en Espaa.Grficas

    Depsito Legal: M. 25.543-1971

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    C o s e c h a rtempestadesIntroduccin por Barr ie Pin

    En pleno verano de 1940, poco ms detres mil intrpidos jvenes libraron aGran Bretaa de una invasin y quizs almundo entero de una perniciosa tirana.Su ejemplo encendi la imaginacin detoda una generacin, y lo que con raznse llamara lo mejor de la juventud bri-tnica se uni para alistarse en laAir Forc, para encontrarse, la mayor par-te de ellos, con que las necesidades de

    expansin del Mando de Cazas que alcan-zara puesto tan glorioso en la Batalla deInglaterra, no eran tantas como habandeseado.

    Daba igual; en cualqu ier caso, ya eratiempo de pasar de la defensa al ataque.

    Churchill haba dicho: "Bombardeare-mos Alemania de da y de noche en for-ma siempre creciente, dejando caer sobreellos una carga de bombas ms pesadacada vez, haciendo degustar y tragar alpueblo alemn todos los meses, una fuertedosis de las miserias que ellos han espar-cido sobre la humanidad".

    El Mando de Bombardeo, ciertamente, '

    N. DLL Quien siembre vientos... Atenersea las consecuencias.

    llev la guerra a terreno enemigo, y du-rante largos meses ello constituy la nicaprueba que Gran para de-mostrar al resto del mundo que no se ha-ba rendido ante como lo hicierasu aliada Francia. Las dotaciones que con-dujeron los Hampdens, y We-llingtons primero, y despus los Stirlings,Halifaxes y Lancasters, de noche por loscielos de Europa, llevaban consigo, no slo

    la amenaza al agresor, sino tambin ladignidad y la creciente confianza de suspropios compatriotas.

    El doctor Noble Frankland es uno dems distinguidos historiadores actua-

    les y, lo que es ms, sirvi como nave-gante en El Mando de Esasimismo con Sir Charlester, de la narracin oficial Strate-gic Air Offensive1945", escrita mientras serva como his-toriador oficial del gobierno britnico. Na-die sabe ms que l sobre el desarrollode la campaa que ha llegado a conocersecomo la Ofensiva de contraAlemania y muy pocos historiadores po-seen su habilidad para presentar algo tancontroversial e intricando de forma tan

    lcida y convincente como l lo hace eneste libro.

    Porque la historia de tal Ofensiva deBombardeo no es el relato seguido y llanode cmo el creciente podero areo aplas-taba, poco a poco pero en forma conti-nuada, la potencia industrial enemiga oaterraba a su poblacin. En 1941 se llega la conclusin de que el nivel de preci-sin tcnica en los procedimientos debombardeo era slo suficiente para ase-gurar que las bombas cayeran dentro deun radio de ocho kilmetros de sus objeti-vos, ello suponiendo que los mtodos denavegacin al uso, tan rudimentarios, situa-ran a los bombarderos sobre la ciudad ele-gida. Antes de que las metaspor los que dirigan la ofensiva tuvieranalguna posibilidad de alcanzarse, habrande realizarse importantes descubrimientoscientficos, tomarse decisiones valientes eimaginativas y librarse batallas de agu-deza e ingenio.

    Pero cuando la Octava Fuerza Area delos Estados Unidos se uni al Mando deBombardeo en la batalla, ya se haban con-seguido muchos adelantos, pero tambinlos cientficos y los tcnicos aeronuticosalemanes haban, para entonces, avanzado

    mucho y perfeccionado sus sistemas dedefensa area.

    El doctor Frankland, relatando los vai-venes de la batalla, segn los adelantostcnicos de un lado o del iban pro-porcionando a unos u otros ventajas orespiros temporales, nos proporciona unade las ms valiosas lecciones de las queel libro contiene.

    Pero con la llegada de los americanosla batalla se desarroll enormemente, noslo por su alcance, sino por su precioen vidas humanas. El extraordinario sen-tido del deber de las dotaciones de losbombarderos, lo indica el hecho de queellos solos acumularon ms premios y con-decoraciones que los componentes de cual-quier otra arma y que lo hicieron a msalto precio tambin lo indica el hecho deque, entre todos los aviadores que murie-ron, ms de 25.000 no estn entumba conocida. Dado que al comenzar laguerra no haba abundantes armas, mu-chos de los que entonces cayeron, lo hi-cieron sin haber podido inflingir grandesdaos al enemigo, pero su experiencia ysus necesidades condujeron finalmente ala capacidad de provisin de materialesde calidad pareja a su valenta.

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    A n t e c e d e n t e s

    La conquista del aire indujo a los altosmandos militares y navales de las grandespotencias, que iban siendo arrastrados ha-cia el Armageddon * a considera r la in-fluencia que pudiera tener la aplicacinde las nuevas voladoras, aero-planos, hidroplanos y aerstatos en lasacciones de guerra terrestres o martimas.La primera y ms evidente consecuenciaera que los aviadores podan alcanzar conla vista mayores distancias que la caballe-ra o los oficiales de estado mayor quevigilaron el campo, bien a caballo o biendesde cimas de alguna colina. As queel primer papel asignado a la aviacin fue

    * N. DEL batalla las nacio-nes antes del Fin del Mundo.

    el de reconocimiento. En este sentido serealizaron ensayos tanto en maniobras mi-litares como en alguna de las accionesblicas que precedieron a la total roturade hostilidades de agosto de 1914. A par-tir de aqu se produjeron rpidamente tresrevelaciones como consecuencia de la ideaoriginal de reconocimiento areo.

    Primeramente si los aeroplanos podanobservar las inmediaciones del campo de

    o la posible accin naval, aque-llos de mayor radio de accin podrantambin observar lo que estaba sucedien-do detrs de las lneas enemigas o en susbases navales. Esta actividad se conocims tarde como reconocimiento estrat-gico. En segundo lugar, si bien era inte-

    resante y ventajoso obtener la informa-cin antedicha, no era menos deseable eltratar de evitar que el enemigo obtuvieraparecida informacin y de ah surgi laidea y la realidad del areo enel cual los aparatos lucharon al principiocon armas de mano, emplendose poste-riormente las ametralladoras. En tercerlugar, si los aviones o aeronaves podancruzar las lneas enemigas y observar sustropas, fortificaciones, atrincheramientos yretaguardia, tambin podan dejar caer ex-plosivos sobre ellos. As surgi la prcticadel bombardeo.

    Al igual que el reconocimiento, el bom-bardeo tuvo desde su comienzo dos apli-caciones distintas. Una, tctica, en el sen-

    Un Avro en 1914. Fue unprecursor del famoso Avro 504.

    tido de que los ataques se realizaran so-bre las fuerzas inmediatas al campo debatalla, que tomara parte directa en lalucha Otra, estratgica, ya que los ata-ques se realizaran sobre las bases deaprovisionamiento o zonas de apoyo delas que el enemigo obtena su potenciamilitar. Otra forma de expresar la dife-rencia entre ambas, sera decir que ascomo el bombardeo tctico se ocupa delas acciones de la fuerza armada enemiga,el bombardeo estratgico se ocupa de lasfuentes de esas acciones.

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    La idea de bombardeo estratgico pre-cisamente porque implicaba la necesidadde efectuar vuelos ms largos que en lasotras formas de bombardeo, constitua lamanera ms avanzada de emplear el po-dero areo y empez a aplicarse casi des-de el mismo comienzo de la Primera Gue-rra Mundial. A fines de 1941, la

    Naval Air Service realiz ataquesdirigidos principalmente contra hangaresde los Zeppelin, a lugares tan distantescomo Colonia y Igualmente,los alemanes atacaron Dover y Erith. Es-tos modestos comienzos dieron paso a undesarrollo considerable de las tcnicas de

    Zeppelin L11 en 1915.

    bombardeo por ambos bandos, especial-mente por el lado alemn. Los alemanesconsiguieron una notable ventaja en eldesarrollo de aeronaves y, en enero de1915, la emplearon para comenzar la pri-mera ofensiva area estratgica sistemti-ca y continuada de la historia. En el cur-so de la guerra, esas aeronaves dejaroncaer cerca de 200 toneladas de bombasque mataron alrededor de 550 personas.Empezaron sobre Yarmouth durante la no-che del 19 al 20 de enero de 1915 y al-canzaron Londres por primera vez en ladel 31 de mayo al primero de junio.

    Por su gran novedad, estas operaciones,aunque apenas afectaban al curso de laguerra, producan considerable impresin.

    Pero tambin llevaban consigo el peligrode avivar el instinto defensivo que en-trado ya 1916, revel que los Zepelineseran blancos fciles para los aviones decaza e, incluso, para las bateras antia-reas. Eran grandes, lentos y in-flamables. Las prdidas llegaron a sermuy considerables para los y seimpona en pensar en nuevos mtodos pa-ra proseguir con los ataques. Estos m-todos tomaron forma a principios de 1917cuando los alemanes crearon sus fuerzasde bombardeo de largo alcance equipadascon aparatos Gotha, que fueron, en ver-dad, los primeros bombarderos pesados.De esta semilla que los alemanes sembra-ron en forma de bombardeos, naci lacosecha de huracanes; pues fue precisa-

    mente como respuesta a los ataques delos Goihas cmo se desarrollaron en GranBretaa tanto la Royal Air Forc encomo el Mando Bombardeo en 1936.

    Los ataques con Gothas, que a vecesiban acompaados de Giants, empezaronen abril, extendindose gradualmente has-ta que el 13 de junio de 1917 sucedialgo de la mxima histrica.Fue ello el ataque diurno realizado por14 aparatos Gotha sobre Londres, dejan-do caer 118 bombas y matando 160 per-sonas. Con 100 cazas britnicos trataronde rechazar el ataque, pero no pudieronhacer ni una sola vctima; todos los Go-tha volvieron a sus bases sanos y salvos.Dirase que Londres estaba ah a mercedde los bombarderos alemanes. Si tan slo14 aviones en pleno da, sin prdidas, ob-tenan tales resultados, qu deparara elfuturo? Esta era la pregunta que se ha-

    can tanto la poblacin ultrajada como elalarmado gobierno del seor Geor-ge. Para contestarla, se llam a uno delos estadistas del Imperio, al generalSumts.

    estim que el arma area, con sucapacidad para bombardear a largas dis-tancias, haba dado una dimensin total-mente nueva al acto de la guerra. Creaincluso posible que esta forma de accinblica se afirmara tan poderosamente quelos viejos sistemas militares y navales pa-saran a ser secundarios y subordinados.Con el fin de mejorar los sistemas dedefensa area contra bombardeos hizo va-rias recomendaciones, pero, en resumen,su opinin era que la nica defensa real-mente efectiva era el contraataque y pi-di que, rpidamente, se desarrollara la

    fuerza britnica de bombardeo para atacar Alemania. asimismo, que estetipo de operaciones areas es-tudio y direccin especiales, pues no eranprolongacin de los mtodos militares ynavales, eran una nueva clase de guerra.Habran de ser planeados por mandos es-pecializados y ejecutados por un cuerpoespecial. As que Sumts recomend noslo la creacin de fuerzas de bombardeo

    como los alemanes, sinotambin el consiguiente Estado Mayor delAire y su personal de combate, ambos se-parados de las otras armas tradicionales.Sus recomendaciones se aceptaron inme-diatamente y se pusieron en prctica contoda rapidez. Para octubre de 1917 ya sehaba formado, en Ochey, una escuadrilla

    de bombardeo de largo alcance para ata-car los objetivos alemanes. El uno deabril de 1918 se la Royal AirForc como la primera arma area inde-pendiente del mundo. En junio de 1918y tomando como base el Ala de Ochey,que haba pasado a ser posteriormente laVIII Brigada, se cre la Fuerza Indepen-diente que se hara cargo del montaje dela ofensiva estratgica contra Alemania.Con independencia de las campaas de tie-rra y mar que, hasta entonces, haban ab-sorbido casi todo el podero areo brit-nico.

    Por entonces ya se haban mejorado lasdefensas areas y los ataques de Gothasy Giants contenidos, pues,aunque no tan vulnerables como las aero-naves, estos aparatos eran relativamentepesados y se les haca difcil competir conlos ligeros cazas que acudan a intercep-

    tarles. As que cada vez ms, los ataquesse realizaban de noche aunque eso tam-bin tena sus inconvenientes, pues de los60 Gothas y Gians perdidos durante lasoperaciones de 1917 y 1918, treinta y seislo fueron al estrellarse en sus propias ba-ses de Blgica, cuando volvan de Ingla-terra. Tampoco el nmero de accionesrealizadas por el Ala de laVIII Brigada o la Fuerza Independiente,fue suficiente para corroborar o no laspredicciones de Sumts. Cuando los pro-cedimientos guerreros tradicionales preci-pitaron el final de la en 1918, elbombardero pesado, cuatrimotor, con al-cance suficiente para llegar a Berln des-de bases britnicas y con capacidad para1.500 kgs. de bombas, el V 1500 HandleyPage, todava no haba sido puesto enservicio. Pareca como si tanto la Royal

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    Air Forc como la independientehubieran perdido el autobs y como si laproclamacin de la revolucin estratgicahecha por el general fuera a serpronto olvidada. Pero, sin nofue as.

    Surgi entonces en Gran Bretaa la co-losal figura de Trenchard que fue duran-te diez aos jefe del Estado Mayor delAire y despus el genio director de la

    Air Forc. Trenchard bas su doc-trina en las afirmaciones de Sumts. Pro-clam que en la guerra area la mayordefensa es el contraataque. Estableci queel efecto moral de los bombardeos demos-trara ser superior al fsico y que, en elfuturo, el camino hacia la victoria en laguerra, no sera otro que el desarrollode una ofensiva aerea contra los centrosvitales enemigos, mayor que la que stosejercieran contra los propios. Segn Tren-chard, no haba defensa directa eficaz con-tra los bombardeos as que Jas fuerzasareas deban dedicarse principalmente ala creacin de las secciones de bombar-deo. Los cazas no servan ms que paraimpresionar a polticos y ciudadanos y laverdadera superioridad area consista enla capacidad para transportar, con mayorfacilidad que el enemigo, una carga ma-yor de bombas.

    Trenchard no consigui crear los cuer-pos adecuados para realizar perfectamentetales ideas en la guerra, ni pudo imbuiren el ejrcito del aire, del que fue jefetanto tiempo, un inquisitivo o laaficin a experimentar. Los problemas ope-rativos del bombardeo, busca de objeti-

    vos, puntera o incluso navegacin nor-mal, quedaron prcticamente ignorados eincluso, casi ni siquiera admitidos. Con-sigui, sin embargo, perpetuar la RoyalAir Forc y preservar comola idea de ofensiva estratgica area. Ellofue una hazaa considerable y quizs nin-gn otro hubiera podido realizarla.

    En Alemania, donde se desarroll tanrpidamente durante la Primera GuerraMundial, la idea de bombardeo estratgi-co, declin en forma igualmente precipi-tada durante los aos que transcurrieronentre las dos guerras. La experiencia ad-quirida por la en la Guerra Ci-vil Espaola, les hizo llegar a la conclu-sin de que el uso ms efectivo de laaviacin era como apoyo directo del ejr-cito en el campo de batalla; lo cual no

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    es sorprendente si se que losalemanes apuntaban hacia una victoria ba-sada en la fuerza concretamenteen el podero de su ejrcito de tierra. ElGeneral Wever, primer Jefe de EstadoMayor de la nueva Luftwaffe, que abo-gaba por la construccin de bombardeospesados de largo alcance, muri en Dres-de en un accidente de aviacin en 1936.Su muerte, quizs, libr a Gran Bretaade grandes destrozos y sufrimientos. Alestallar la guerra los alemanes an no te-nan plan sistemtico alguno para el bom-bardeo estratgico de Gran Bretaa y susefectivos a tal efecto, tampoco eran im-presionantes, especialmente si se les com-paraba con el grado de desarrollo adqui-rido por otros ramos de las ar-

    madas.

    Aunque Italia careca de independenciaeconmica para con las grandespotencias en la carrera del podero areoo militar, s tuvo, en cambio, un general,Giulio Douhet, que, con sus escritos, ejer-ci considerable influencia sobre los des-tinos podero areo. Crea que las gue-rras del vendran determinadas so-lamente por la potencia area. Lleg anms lejos que Sumts en sus predicciones,pues se crea que las operaciones milita-res y navales no slo quedaran relegadasa luchar subordinado y secundario, sinoque pasaran a ser por completo improce-dentes. Apunt que la campaa decisivasera la ofensiva area de largo alcanceque, asestando golpes masivos en el mis-mo centro del territorio enemigo, redu-cira en seguida sus ciudades a ruinas, supueblo a la desesperacin y a su gobierno

    a la capitulacin. Como deesta ofensiva Douhet vea un avin aco-razado o bombardero armado capaz de

    camino por la fuerza hasta el ob-jeti vo. Esto es, Dou het, como Tre nch ard ,crea que el punto decisivo de la accincontra el enemigo deba de ser el dirigidocontra la poblacin misma y que el armaadecuada para explotar la desmoralizacindel enemigo en beneficio de la propia vic-toria, era el de bombardeo.

    Es discutible que Douhet fuera el nicoinspirador de las doctrinas de desarrollode las fuerzas areas en Gran Bretaa yEstados Unidos, pero es indudable quesus ideas alcanzaron tal vigencia que, porsu repercusin, contribuyeron a crear unestado de opinin. Hay quien cree que el

    Arriba: Bombardero Gotha. Abajo: Bombardero Handley Page

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    Trenchard

    Sir Arthur Harris

    Smuts

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    modelo que lleg a ser el principalinstrumento en la ofensiva area ameri-cana contra Alemania, fue un simple re-flejo del avin imaginado por Loque es los americanos proyectabanenviar estos aviones a las operaciones enformaciones auto-defensivas, sin protecinde caza; podra, sin embargo, argumen-tarse que el problema, in-soluble, de la construccin de un cazade largo alcance, influy ms en el dise-o de que los escritos de Douhet.

    En todo caso, la influencia principal so-bre las doctrinas de bombardeo ameri-canas, se ejerci como reaccin, primero,a los cnones britnicos, y, una vez em-pezada la guerra, a la forma en que, re-cien creado el Mando de Bombardeo, rea-lizaron los britnicos su ofensiva areacontra Alemania. Esta reaccin fue, porun lado, favorable en el sentido de quese demostr una muy marcada confianzaen las teoras ofensivas de bombardeo es-

    ' tratgico y dio lugar al proyecto y puestaen fabricacin de dos cuatrimotores co-nocidos como Fortaleza Volante yB24 Liberator. Por otro lado fue desfa-vorable pues los americanos no se mos-traron muy de acuerdo con el conceptode bombardeo nocturno por zonas que te-nan los britnicos. Los americanos eranpartidarioso de los bombardeos a la luzdel da pues eran mucho ms precisos yeficaces.

    Los sistemas britnicos de bombardeo,que dieron forma al curso de la ofensivalanzada por el Mando de Bombardeo, yque influyeron en los grupos equivalentes

    no fueron exactamente lospropuestos por Trenchard. En los ltimosaos de paz, siendo primer ministro Ne-

    Chamberlain y jefe del Estado Ma-yor del Aire britnico Sir Newall,se introdujeron importantes midificacionesen los mtodos de Trenchard. Tales cam-bios eran debidos, en cierto modo, a lanecesidad de hacer frente a la realidad deuna cada vez ms problemtica situaciny, tambin en parte, a los adelantos cien-tficos y tcnicos. El legado que consti-tuyeron las doctrinas Trenchard y la filo-sofa de Douhet, un miedo exagerado alos efectos morales producidos por losbombardeos, tuvo, tambin, su papel, im-portante y en esas modificacio-nes.

    La realidad de la situacin era que, enla guerra que se a pesar de

    los programas de rearme britnico y deltamao del ejrcito francs, los alemanesseran los que el momento decomenzar las hostilidades y el teatro desus operaciones; y con una pronunciadasuperioridad militar. Se tena la impresinde que esta superioridad se extendera tam-bin a la fuerza area y como consecuen-cia surgi en Gran Bretaa, no slo en laimaginacin popular o en los peridicos,sino tambin en el Estado Mayor del Aire,el temor fundado de que los bombarderosalemanes pudieran asestar a Gran Breta-a en general y a Londres en particularun golpe tal que, habiendo causado des-truccin, muerte y sufrimiento brutales,hiciera imposible la continuacin de laguerra.

    La solucin propuesta por las doctrinasy predicaciones de Sumts, Trenchard yDouhet, era el construir una fuerza debombardeo considerable con capacidad pa-ra contraatacar con mayor energa, y ellafue, al menos en teora, la solucin es-cogida por el gobierno. Solucin que seintroniza como reliquia en 1932, cuandoel Primer Ministro en la Cma-ra de los Comunes, dijo que como losaparatos de bombardeo eran incontenibles,la nica posibilidad de defensa era el con-traataque. Sin embargo, cuando en 1936se form el Mando de sehizo evidente que a Gran Bretaa le se-ra sencillamente imposible dotar a estasolucin al problema con el armamentoque realmente se requera. Un simulacrode movilizacin del Mando de Bombar-deo, hecho durante la crisis de Munich,demostr concluyentemente que todava

    no estaban preparados para entrar en ac-cin. Incluso un ao despus, los casi re-cientes Wellingstons, Whitleys y Hamp-dens, an no estaban adecuadamente per-feccionados o equipados, ni su nmero erael suficiente para hacer frente a una ofen-siva de bombardeo seria.

    As que, aunque el Estado Mayor delAire continuaba con su aparente devociny deseos de recitalizacin de las doctrinasde Trenchard, mientras esperaban la apa-ricin de los bombarderos de cuatro mo-tores, encargados en 1936 aparecidos enlos aos 1940 y 1941, se vieron obligadosa depender completamente de la defensaarea. Ante vacilacin en dicha

    el gobierno persista en ella,hasta el punto que, en realidad, fue Sir

    Inskip, ministro civil para la Coor-

    dinacin de la Defensa, quien en 1937 y1938 insisti en que se diera prioridad alMando de Caza y no af de Bombardeo.

    As que, contra lo que pudiera pareceraconsejable tericamente, Gran Bretaaentre 1937 y 1940 desarroll el sistema dedefensa antirea ms adelantado del mun-do en lugar de crear la ms potente fuer-za de bombardeo. El Mando de Caza fueprovisto de aparatos Sydney Cammisker Hurricanes y de los, an ms impre-sionantes, Supermarine Spitfire proyecta-dos por R. J. Mitchell. El problema desituar tan esplndidos aparatos en los pun-tos de intercepcin correcta para que pu-dieran ejercer su accin y su potencia defuego sobre las fuerzas areas enemigas

    atacantes, se resolvi con la invencin,diseo y puesta a punto de la primeracadena preventiva de radar, adelanto re-volucionario debido principalmente a Sir

    Watson Watt que desarroll elaparato, y a Sir Henry Tizard que especi-fic y gui su aplicacin operativa.

    La RAF se prepar para lo que pro-b ser la nica importante, completa ydecisiva accin area de la historia, la Ba-talla de Inglaterra. El rasgo definitivo dela batalla fue, en verdad, que evit la de-rrota y la ocupacin de la Gran Bretaa,y el Estado Mayor del Aire nunca cometiel error de esperar de ella nada ms. Susesperanzas de poder contribuir a la de-rrota de Alemania, estaban puestas en elMando de Bombardeo y, aunque en 1937se haba visto obligado & aceptar el retrasoen su revisin de argumento y expansin,el Estado Mayor del Aire se dedic a de-

    sarrollar una serie de planes de bombar-deo conocidos por los Planes Areos Oc-cidentales con los que, en su momento,esperaban dar expresin a una ofensivaarea estratgica contra Alemania.

    Estos planes consideraban la posibilidadde atacar la industria de petrleo sintti-co alemana, sus sistemas de transporte, susfuentes de energa elctrica y de otrostipos, y tenan asimismo la intencin deminar directamente la moral del pueblo.Otros planes consideraban posibles mto-

    por los que el Mando de Bombardeopudiera contribuir a la guerra tanto en elmar como en la tierra, por medio de ata-ques dirigidos contra la flota alemana ycontra los medios de comunicacin ale-manes con los campos de batalla de Fran-cia.

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    Arriba: Whitley. Abajo: Los primeros

    La lnea de del Mando de Bombardeo en 1939. Arriba: BlenheimAbajo:

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    Los Planes Areos Occidentales repre-sentaban, por parte del Estado Mayor delAire, actos a la vez de innecesaria fe ciegay de gran sagacidad. Eran sagaces en elsentido de que provean al Mando deBombardeo con lo que ninguna otra fuer-za area del mundo tena; una gua de con-siderable perspicacia para una ofensivaarea de importancia. En las ltimas eta-pas de la guerra se descubri que losPlanes Occidentales eran, no slo en for-ma general, sino tambin en detalle, per-fectamente aplicables a las fuerzas de bom-bardeo en accin. Demostraban poseerbuen sentido en la forma en que las es-peranzas, hasta cierto punto exageradas,de Trenchard fueron sustituidas por lospuntos de vista ms realistas de que elMando de Bombardeo sera slo una pie-za en la ofensiva, ya que sta lo seratambin naval y en otras pala-bras, que slo con bombardeos no se ga-nara la guerra. En cualquier caso demos-traron tener la valiente previsin de man-tener la creencia, an en la fase de ma-yor debilidad y en las horas ms oscu-ras, de que Gran Bretaa hallara en elmomento oportuno medios formidablesque compensaran su desventaja inicial;ciertamente as fue, y esos medios fueronlos bombardeos estratgicos.

    Pero los Planes Areos Occidentalescontenan cierto elemento de fe ciega, yes verdaderamente notable, el hecho deque la idea que sobre el efecto de losbombardeos tena el Estado Mayor delAire, se basaba en la simple multiplicacinde factores tomando como unidades los

    efectos de los bombardeos de losalemanes sobre Londres, en 1917 y 1918y de la Luftwaffe en la Guerra Civil Es-paola. Todava es ms extraa su inca-pacidad para enfocar los problemas denavegacin y de busca de objetivos quese plantearan en los bombardeos diur-nos, por no hablar de los nocturnos, deuna ofensiva a gran escala proyectadapara su ejecucin tanto de da como denoche. Tambin fue una lstima que elEstado Mayor del Aire fuera incapaz decomprender la importancia, al menos des-de el punto de vista del Mando de Bom-bardeo, de los adelantos realizados enmateria de defensa area incluso toman-do como modelos los introducidos porellos mismos en el Mando de Caza, a sa-ber, cazas de alto rendimien-to totalmente metlicos y red defensiva

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    de radar. Esta oposicin al aprovecha-miento del aire por el enemigo, deba ha-berse previsto que antes o despus afec-tara a los pesados aviones delde Bombardeo. Sin embargo, la ideaque el bombardeo era cuestin de forma-ciones autodefensivas si se realizabada, o de facilidad de huida si sede noche, qued como algosagrado para el Mando deY por ltimo, esta incapacidad acabser el defecto ms serio de lasareas britnicas, tan fielmentecido en los Estados Unidos que lassaron un verdadero desastre. Sia Alemania, las consecuencias deciar casi por completo lasque ofreca el bombardeo estratgico,

    trajeron, al mucho ms seriossultados. Es, en verdad, interesante el he-cho de que, de todas las potencias beli-gerantes en la Segunda Guerra Mundial,las dos nicas que se prepararon sistem-ticamente para el uso sostenido de losbombardeos estratgicos, fueron Gran Bre-taa y Estados Unidos.

    La tripulacin de un mientrasse calientan los motores.

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    S e p tie m b r e d eD ic ie m b re d e 1 9 4 2

    Al principio de la guerra la estrategiaera defensiva. Los Aliados

    consideraron que el tiempo iba a su fa-vor. El les organizar y mo-dernizar sus armadas con el finde neutralizar la ventaja adquirida porlos alemanes preparndose con mayor efec-tividad para la guerra. A los franceses ya los ingleses les pareca que, en ese pe-rodo de reorganizacin, sera una locurael provocar la accin militar alemana enel Oeste. As que se alegraron mucho alserles ofrecida la posibilidad de aceptarla relativa de la llamada

    El Mando de Bombardeo encajaba exac-tamente dentro de esta concepcin estra-tgica. En septiembre de 1939, aunque yapudieron ser movilizadas treinta y tres es-

    diez de ellas estaban equipa-das con Battles y seis conbombarderos bimotores ligerosNinguno de ellos tena el alcance o lacapacidad de carga suficientes para haceralgo que valiera la pena en una ofensivaestratgica area contra Alemania y ade-ms los Battles haban sido especialmen-te escogidos para la proteccin de tro-pas britnicas en los campos de Francia.As que, en sus principios, el Mando deBombardeo slo poda contar con dieci-siete escuadrillas en condiciones suficien-tes para actuar en la ofensivaEstaban equipados con bimotoreston, y que eran los

    bombarderos de la poca pero que, segnel Estado Mayor del Aire, distaban deser los aparatos adecuados para realizarcon xito una ofensiva area en gran es-cala. Las esperanzas de lograrlo estaban

    en nuevos aparatos, especialmen-te en los modelos de cuatro motores quetodava no estaban en condiciones de en-trar en servicio. Ahora se ve claramenteque la decisin de mantener las dotacio-

    del Mando de Bombardeo hasta quepudieran crecer en nmero y ser dotadoscon mejores aviones, fue una decisin muyinteligente.

    La base alemana de hidroavionesen la isla de

    Adems se pens que seria una locuraprovocar a los alemanes hasta obligarles ahacer uso de sus fuerzas areas, muchomayores en nmero, para atacar Franciay Gran Bretaa. El miedo a recibir desdeel aire un golpe haba sido unapreocupacin fundamental de los gobier-nos de Francia y Gran Bretaa en los l-timos aos de paz y, ciertamente, fue stauna de las razones que aclararon el por-qu de las dificultades que ambos go-biernos tenan para hacer frente a Hitler.Cuando, al fin, se decidieron a hacerlo,no vean la necesidad de atraerse prema-

    turamente las peores consecuencias. Estafue otra de las razones especficas pararestringir las operaciones del Mando deBombardeo a objetivos limitados as co-mo para retrasar su desarrollo.

    Este tipo de razonamientos se uni aaquellas consideraciones sobre la cuestinmoral implicada en el bombardeo que,al igual que el bloqueo, comprometa anaciones enteras, no slo a sus fuerzasarmadas. Ingleterra no deseaba ser quiendiera el primer paso hacia cualquier ac-cin de guerra, especialmente hacia una,como el bombardeo estratgico, que podaprovocar la indignacin general y ademsdeseaba su prestigio dentro delos Estados Unidos ya que esperaba, enel futuro, que se aliara a ella. Y, en efec-to, el uno de septiembre de 1939, el pre-sidente Roosevelt apel a las naciones po-siblemente beligerantes, en una guerra ya

    inminente, en el sentido de que se abs-tuvieran de llevar la guerra area hastasus mximas consecuencias.

    A pesar de estas limitaciones, an que-daban abiertas al Mando de Bombardeociertas lneas de accin que no parecansobrellevar el riesgo ni de producir ex-cesivo nmero de bajas ni tampoco deprovocar su condenacin moral. Eran s-tas; en primer lugar, ataques a escalalimitada sobre la flota alemana ya quenadie negar que era un objetivomilitar legtimo y que adems, en ocasio-nes, poda realizarse sin mucho riesgo decausar vctimas civiles; en segundo lu-gar vuelos de largo alcance y profundapenetracin para dejar caer sobre el pue-blo alemn no bombas sino panfletos depropaganda. Naturalmente los ataques so-

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    Sir Edgar

    bre los buques alemanes, que nonecesaria la penetracin en territorio ene-migo pero s precisaban de un alto gradode exactitud en los bombardeos, se hacande da. Las de propagandaque imponan largas horas de vuelos sobrey cuya no dependan de la pre-cisin en el bombardeo, lgicamente, serealizaban de noche.

    Podra parecer que tales operacionesfueron poca cosa en comparacin conalcance y sacrificio total del Mando deBombardeo en la guerra, pero tal impre-sin no sera correcta. De esos primerosmovimientos, an sin tener nada que ver

    con el bombardeo estratgico, salieron de-cisiones operacionales que tuvieron gran-de y permanente influencia en el cursode la ofensiva estratgica area que se-guira.

    Los Wellington del Grupo nmero 3 nopudieron hacer frente a las defensas areasalemanas en sus ataques a la flota germanadurante los meses de septiembre y diciem-bre de 1939. En dos ocasiones lleg aperderse hasta el cincuenta por ciento delos efectivos enviados y la prdida de vein-te en slo cuatro acciones,las del 4 de 3, 14 y 18 dediciembre de 1939, fue suficiente para queel Estado Mayor del Aire britnico vieraclaramente que los bombarderos pesadosno tenan posibilidad alguna frente a loscazas a plena luz del da.

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    Sir Charles Portal.

    Por el contrario, los Whitleys del Gruponmero 4 que volaban de noche dejandocaer sus hojas de propaganda y adentrn-dose a lo largo y ancho de Alemania, des-de El Ruhr a Hamburgo, Berln y Nren-berg sufrieron tan pocas bajas que, porboca de su comandante, llegaron a deciren su informe oficial que "no tenan msremedio que considerar la oposicin ene-miga sorprendentemente ms dbil de loque esperaban".

    Como las penalidades soportadas por lastripulaciones de los Whitleys, por causade la falta de oxgeno y del fro intensoeran fcilmente y como los

    vuelos de propaganda no constituan orien-tacin alguna sobre las dificultades noc-turnas para localizar los objetivos, la de-cisin del Estado Mayor del Aire de re-ducir las operaciones de bombardeo, ensus comienzos, a acciones nocturnas prin-cipalmente, pareca no slo una decisinprudente sino segura. Como no parecinecesaria la revisin de los planes de bom-bardeo estratgico que prevean ataquessobre objetivos especficos, tales f-bricas de petrleo y zonas de aprovisio-namiento y distribucin de material, talrevisin no se hizo.

    Aunque el bombardeo de Polonia porlos alemanes se tom en Gran Bretaaen el sentido de que las restricciones mo-rales que pudieran pesar sobre las accio-nes propias deban reducirse, el Mando de

    Bombardeo continu apartado todava deoperacin que pudiera ser conside-

    rada provocativa para el enemigo y afren-el amigo. Durante los primeros

    meses de 1940 las acciones bsicas noslo para el Grupo n. 4 de Whitleyssino tambin para los grupos n. 3 deWellington, y n. 5 de Hampdens fueronvuelos de propaganda y de reconocimien-to La Luftwa ffe tambin sigui la poltica

    estar a la aunque en la no-che del 16 de marzo de 1940 los alemanesatacaron ligeramente la zona de Scapa

    Esta operacin no era de bombar-deo estratgico ya que los objetivos comoes natural eran barcos de guerra brit-nicos y los daos producidos no fueronconsiderables. De todos modos la RAF

    no estaba dispuesta a olvidarse de estaescalada en la guerra del aire por ligeraque hubiera sido. Tres noches despus, ladel 19 de marzo, cincuenta aparatos delMando de Bombardeo, 30 Whitleys y 20Hampdens, fueron enviados a bombardearla base alemana de hidroaviones de

    en la isla de Casi todas las tri-pulaciones informaron creyendo haber re-conocido el objetivo y bombardendolocon los de que iban provistos,bombas altamente explosivas de 250 y 125kilogramos. Slo uno de los aparatos noregres a su base.

    Este fue el primer ataque que el Mandode Bombardeo dirigi sobre un objetivoen tierra. Era el principio de una vastaofensiva y se mostr como un principiomuy prometedor. Sin embargo, el 8 deabril, un vuelo de reconocimientogrfico sobre Sylt mostr la ausencia to-tal de daos en la base de o susalrededores. Ello fue la primera seal deque el bombardeo nocturno iba a ser ms

    de lo esperado y el Estado Mayordel Aire empez a preguntarse cul serael xito de sus aviadores cuando les lle-gase el momento de comenzar una ofen-siva sistemtica contra los objetivos ele-gidos en el interior de Alemania si losataques se hicieran por la noche. En cual-quier caso, no podan volver a la ideade los bombardeos diurnos hasta no te-ner en servicio aparatos ms modernos,Pues esa idea haba sido borrada por laslefensas areas de Alemania.

    El ataque alemn a Dinamarca y No-da 9 de abril de

    , fue un aviso a Occidente de la ve-

    severidad y habilidad de los m-todos alemanes que pronto pondran aFrancia fuera de combate y haran queGran Bretaa se viera al borde de la ca-tstrofe. La dbacle aliada en Noruega nofue suficiente para que se decidiera em-plear todava a fondo en la guerra al Man-do de Bombardeo. El Ministerio de laGuerra ingls permaneci indeciso sobrela conveniencia de iniciar operaciones debombardeo estratgico y los franceses, quepensaban que en ese tipo de lucha tenanmucho que perder y poco que ganar, seopusieron firmemente a cualquier tipo deexpansin de la guerra area a cargo delMando de Bombardeo. As que el 13 deabril de 1940 el mariscal del Aire Por-tal, que acababa de suceder a Sir EdgarLudlow-Hewitt como comandante en jefedel Mando de Bombardeo, recibi, comodirectriz a seguir, la orden de mantenera sus fuerzas preparadas para cualquiercontingencia, pero nada o poco ms. Sinembargo empezaba a verse claro que losmejores objetivos para una ofensiva noc-turna habran de ser: las fbricas de pe-trleo porque contenan un elemento auto-destructivo, nudos ferroviarios importan-tes para el transporte de tropas porquetenan que mantener buena iluminacin obien un hostigamiento general que haracundir la alarma, la desesperacin y laprdida de sueo entre la poblacin ac-tiva.

    Al amanecer del da 10 de mayo de1940 los ejrcitos alemanes forzaron sucamino a travs de las fronteras neutra-les de Holanda y Blgica y empezaron laBatalla de Francia. Cinco das despus los

    holandeses haban sido superados y laslneas francesas rotas en Sedan. Rotterdamfue bombardeada por la Luftwaffe y conello se produca la primera crisis impor-tante de la Segunda Guerra Mundial. Eseda, el de mayo de 1940, el Ministeriode la Guerra autoriz al Mando de Bom-bardeo a extender sus operaciones desdelos campos de batalla y las lneas de co-municaciones inmediatas hasta el coraznde Alemania. Esa misma noche se envia-ron 99 aparatos del Mando de Bombar-deo a atacar objetivos petrolferos y fe-rroviarios en el Ruhr. La ofensiva areaestratgica contra Alemania haba comen-zado.

    El primer objetivo era frenar el avancealemn hacia Pars y los puertos del Ca-nal. Despus habra que intentar minar

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    Sir Richard Peirse.

    la fortaleza de la mquina de guerra ale-mana, dirigiendo los golpescontra las fuentes de aprovisionamiento ta-les como la produccin de petrleo, lossistemas de transporte e incluso las fbri-cas blicas. El primer objetivo se acorn

    principalmente de da, y a un altoprecio en bajas por bombarderos ligerosBattles y Blenheims, los que, haciendofrente a circunstancias casi desesperadasintentaron la destruccin de puentes yotros objetivos inmediatos al campo debatalla. Sin embargo no era mucho lo quese poda lograr con tales medios en vistade la enorme superioridad de los ejrcitosalemanes, y la inferioridad de ybritnicos, pronto qued al descubierto.A Dunkerque sigui rpidamente la ca-pitulacin de Francia el 17 de junio de1940. Esto supuso que Gran Bretaa que-dara sola frente a Hitler, sola y con unasola arma capaz de asestr golpes ofensivosdirectos contra Alemania. Esta arma erael Mndo de Bombardeo.

    Se concedi prioridad al objetivo deminar la moral alemana desde su interiorpor medio de la ofensiva estratgicacontra sus puntos vitales. No es slo queello aparentara ser una estrategia prome-tedora sino que, en realidad, se mostrabacomo la nica alternativa posible para noceder la iniciativa al lo cual im-plicara actuar slo a la defensiva. La lneade accin ms prometedora se centrabasobre la industria petrolfera alemana. El

    petrleo era una necesidad absoluta delesfuerzo blico y los mtodos modernosde guerra mecanizada, en la que tantocarros blindados como aviones tenan lospapeles principales, exigan combustible engrandes cantidades. Como Alemania noposea recursos naturales de petrleo ysu suministro desde el exterior se vea en-torpecido por la accin de la flota bri-tnica, se vea subordinada en alto gradoa su produccin de petrleo Pa-reca lgico suponer que el esfuerzo b-lico alemn fuerza considerable-mente y no podra sobrevivir por largotiempo y la destruccin de stas fbricasde combustible o, al menos, de su mayorparte. Esta conclusin era perfectamentecorercta a pesar de que, como se vio mstarde, las fuentes naturales de petrleode Rumania tuvieron un papel importanteen la situacin de conjunto alemana encuanto al petrleo.

    La orden recibida el 4 de junio por sujefe deca que los primeros

    objetivos elegidos para los ataquesMando de Bombardeo seran las zonasde produccin de En caso de nopoder ser aquellas localizadas, se escoge-ran como objetivos fbricas de avio-nes. Y si tampoco stas pudieran locali-zarse, se bombardearan objetivos ilumi-nados o fcilmente identificables confin de producir la mayor dislocacin posi-ble en la industria alemana. Las instruc-ciones no slo sealaban sino que ordena-ban especficamente que los objetivos ata-cados fueran perfectamente identificadosy que se afinara la puntera sobre ellos.Se prohibieron los bombardeos hechos sin

    precisin.

    No se haba conseguido todava progre-so alguno en la realizacin de estas con-signas, ni tampoco, como la experienciaiba pronto a demostrar, en el sentido dedarse cuenta de su imposibilidad, cuan-do Gran Bretaa, como consecuencia delderrumbamiento francs, se vio totalmen-te sumergida en la que muy bien podrallamar la mayor crisis de su historia. Estasurgi como consecuencia de lade invasin y ocupacin militarY signific que el Mando de Bombarde