Fans on the Road - Round 2 Las Consecuencias Tour

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Después de la exitosa gira por Estados Unidos, BUNBURY emprende el segundo round de Las Consecuencias Tour por México, Argentina y España. Fans comparten sus crónicas y vivencias de este inolvidable tour. Además de la participación especial de Alexis Morante y Jose Girl.

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LETTER FROM THE EDITORS

Después de la exitosa gira por Estados Unidos, BUNBURY emprende el segundo round de Las Conse-cuencias Tour. En ésta ocasión los privilegiados de disfrutar los conciertos fueron los fans en México, Ar-gentina y España. Las crónicas a continuación reviven las vivencias en cada recital, siendo el fan el invitado a compartir las emociones y sentimientos al ser partícipe de una de las máximas experiencias musicales en nuestros tiem-pos. Además contamos con la participación especial de Alexis Morante (700g Films), quien comparte el ca-pítulo II de la aventura que comenzó en noviembre de 2009 en el histórico Estadio Azteca y que tendrá sus consecuencias finales en el tan esperado documental, “BUNBURY, le llaman el extranjero” que deseamos ver ansiosamente. Para cerrar con broche de oro contamos con la participación de Jose Girl, invitada de honor, quien gentilmente comparte varias de sus hermosas fotografías incluidas en el fotoclip de El Boxea-dor, las cuales nos transportan a los recintos y nos permiten evocar los conciertos. Las Consecuencias Tour ha sido un acontecimiento muy especial para todos los que fuimos testigos y partíci-pes de la magia del tour y como muestra de gratitud a lo vivido ofrecemos ésta revista en forma de tributo. Susanne y Ed Nolasco

“LOS RECUERDOS SE PARECEN / SOLO, EN PARTE, A LA REALIDAD””

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MÉXICO * 01 y 02 de octubre de 2010 Auditorio Siglo XXI, Puebla . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . * 04, 06, 07, 18 y 20 de octubre de 2010 Auditorio Nacional, México DF . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . * 09 y 10 de octubre de 2010 Teatro Aguascalientes, Aguascalientes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . * 12 de octubre de 2010 Plaza IV Centenario, Durango . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . * 13 de octubre de 2010 Teatro Nazas, Torreón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . * 16 de octubre de 2010 Auditorio Banamex, Monterrey. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . * 23 de octubre de 2010 Auditorio Josefa Ortiz de Domínguez, Querétaro. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . * 24 de octubre de 2010 Auditorio Telmex, Guadalajara. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . * 26 y 28 de octubre de 2010 Teatro Morelos, Morelia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . * 29 de octubre de 2010 Auditorio del Bicentenario, Silao, Guanajuato . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . * 31de octubre de 2010 Forum Mundo Imperial, Acapulco . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

ARGENTINA * 03, 04 y 05 de noviembre de 2010 Gran Rex, Buenos Aires. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

ESPAÑA * 19, 20 y 22 de noviembre de 2010 Palacio de Congresos, Valencia * 26 y 27 de noviembre de 2010 Málaga Auditorio Club, Málaga. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . * 01 de diciembre de 2010 Palacio de Deportes, Madrid * 03 de diciembre de 2010 Pabellón Príncipe Felipe, Zaragoza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . * 08 y 10 de diciembre de 2010 Gran Teatre del Liceu, Barcelona. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . * Créditos y Agradecimientos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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ción. Gente rodando, gente entran-do, gente que va y viene, al son de la espera, gente que viene a escu-char a BUNBURY gente que ven-de cervezas para acompañarlo. La gente lanzaba chiflidos de deses-peración, de impaciencia; por fin, una voz extraña anunciaba prime-ra llamada, la gente se estremecía, los que apenas llegaban, corrían hacia sus lugares presurosos por estar presentes y atentos al inicio y entrada del grande. Música de fon-do que hacía que los corazones palpitaran aún más, segunda lla-mada, gritos, caminatas apresura-das, susurros, el ambiente de aquel recinto se tillo de ardiente pasión, una ola de emociones, corazones palpitaron, tercera lla-mada, gritos estruendosos, adu-lando a BUNBURY. ¡Bendito Dios! Oscuridad absoluta, tonos de guitarra suaves, que emocionaban, y hacían que el co-razón agonizará pidiendo compa-sión por tan larga y eterna espera, gritos, gritos desesperados, eufóri-cos, locos, aplausos, una luz azu-

ra de una hora y media era deliran-te, la desesperación consumía mi capacidad de paciencia, las manos me sudaban, el corazón latía cual si estuviese bombeando más san-gre de lo normal, como si tratase de mantenerme en vida y cons-ciente. Mis pensamientos comen-zaron a divagar en inexistentes posibilidades irracionales: ¿Y si no vino? ¿Si algo le paso? ¿Estará bien? ¿Cómo se sentirá? El bom-bardeo de preguntas me angustia-ban a cada latir, respiré profundo y coordinadamente, recordé la can-ción de El viento a favor, el cora-zón necio seso, los pensamientos se contuvieron. Sabía que por ser el primer concierto en México, Puebla sería el lugar perfecto para que BUNBURY llegará con todas sus energías y su insaciable pa-sión por cantar, por expresar, por experimentar para así hacernos estremecer y vivir el momento y nunca olvidarlo. Mis manos segre-gaban nerviosismo, ansias, deses-peración por los poros, mis labios se encontraban entre mis dientes provocando dolor por desespera-

Experiencia sensorial con BUNBURY Puebla (1,2 de Oct. ’10)

Por: Ma. Ivette Rivera Miranda

Por fin! Los poros de mi piel reciben el arduo encanto de un recinto cuando el sabe que den-

tro de sus muros, retumbaran es-trepitosamente guitarras, batería, voz hipnotizante, un gigante que hará que el recinto sea demasiado pequeño para tan gigante artista. Presencié movimiento, emoción, llamadas telefónicas, resumidos de palabras que no lograba entender, nada de eso importaba, sólo que-ría entrar, gritar, sentir, experimen-tar, gozar, sublimarme a su voz, a su lenguaje corporal, a ese BUN-BURY. Desde lejos se percibía la emoción, taxis, gente caminando hacia el recinto, padres que acom-pañaban a sus hijos, gente vistien-do ropas negras, sombreros va-queros, llevaban plasmadas en la espalda y en el pecho el rostro de BUNBURY. Las calles inundadas de gente ante la lluvia torrencial que se precipitaba dentro del re-cinto, lluvia de emociones, senti-mientos, pensamientos, abstrac-ciones. Entré contenta, compré mi playera y taza, no resistí las ganas y busqué desesperadamente el

sanitario, para ponerme la playera que tenía plasmada la figura del-gada, el cabello necio y la mano extraordinaria de BUNBURY, con ella me sentí ahora sí entera para entregarme a lo que viniese des-pués. Luces lastimaban mi tímida vista, el recinto a todo su esplen-dor, se podía divisar todo, el esce-nario, la gente moviéndose, arriba, abajo, murmullos necios. La espe-

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lada anunciaba la llegada, la entra-da triunfante y esperada de todos nosotros, aquellos fieles fans. Gri-tos de ¡Enrique!, ¡Enrique!, ¡Enrique!, el escenario se iluminó un resplandor brillante, que no opa-caba el cuerpo que ante nosotros se presentaba. Vestido con panta-lón negro, saco del mismo color, playera y sombrero negros, con ese cabello suelto, cubierto con un sombrero cautivador, esos toques de rojo pasión, de ese color que hacer que se encienda la gente, toques que hacen aún más perfecta su presencia. Un anillo plata alrede-dor de su pulgar derecho que ha-cían que sus manos fueran encan-tadoras, que jugaban con sus ma-nos claras, y que sus huesos des-lumbraran sus palmas. Un micró-fono con calaveras rojas me hacen pensar y divagar en mi subjetiva locura de todo aquel vestuario, el cual lo interpreto para mi comodi-dad como teniendo un fin, de acuerdo al álbum, pienso que lo utilizó como diciendo que el final es irremediable, que las cosas tiene sus consecuencias y que si no sa-bes aprovecharlas morirás sin sa-ber cuánto pagaste por ellas, un funeral siniestro tendremos sino pagamos las consecuencias, las consecuencias son la vida, son la razón de existir, sin actos no hay consecuencias, sin consecuencias no hay acto. Gritos a un mismo son ¡Enrique! ¡Enrique!, cesaron cuan-do aquella voz de dios comenzó a cantar. Sentí un sin fines de senti-mientos dentro de mí, como si to-das aquellas emociones de las per-sonas se transfirieran a mí, conjun-tándolas en un sólo cuerpo, el mío. Gente emocionada adulando a En-rique. El primer son de guitarra, el ritmo hace que todos los habitantes de aquel lugar se vuelvan locos, griten, ¡ovación para el maestro!, un sinfín de voces coreando, Las consecuencias, en lo personal una de mis canciones favoritas, un ritmo suave, encantador, alucinante, ha-ce que el sentimiento sea más pro-fundo, hace que le dé tiempo a nuestros cuerpos, pensamientos, emociones, de acoplarse y tomar de aquella bellísima letra lo mejor, lo que más se nos antoje. Mi cuer-

po comenzó a moverse, ademanes de dolor, rítmicas acorde a las pala-bras que emergían de la boca de BUNBURY, la canción hizo que fuera consciente de mi cuerpo, de mis pensamientos, cada que canta-ba una estrofa, sentía como el co-razón latía, los pensamientos regre-saban a los recuerdos que no cesa-ban, cada palabra era hilada por mis experiencias, haciendo de aquella canción una rito de mi co-nocer, de saber de mí. La primera canción terminó, entonces su boca dejó de emitir palabras, frases, que no eran coreadas, pero aduladas siempre, mi corazón estremeció, mi garganta flaqueo y sacó gritos, pero callaron cuando dijo “Es un gusto estar nuevamente con mi familia de Puebla y un placer aún más grande regresar a territorio Azteca” emo-ciones que no perdonan el lugar, y hacen que te desenfrenes, cual dios Azteca BUNBURY cantaba para ellos. Grupos de flash, cáma-ras de vídeo grabando, llamadas telefónicas, voces y como buena escucha, fascinadora y adoradora de la buena música, reservé mi cámara, mi teléfono, para otro mo-mento, y decidí sólo observar, en-tender, escuchar, cantar, sentir, querer a BUNBURY y a mí, sólo los dos, los demás eran aduladores geniales, que hacían de nuestro

tango aún más rítmico, más suave, pero sin tocarme, pero me fascina-ba que ellos tocaran desde sus gri-tos, voces, palabras a BUNBURY, porque eso hacía que yo me sintie-ra aún mejor, con cada frase, como si sólo estuviera frente a él con mis ojos hundidos en su cuerpo, con mis oídos atentos en su voz, con mi boca desentonando una canción que aún la hacía más perfecta por el hecho de estarla cantando con él. Cada cambio de canción, era una sorpresa y emociones nuevas, divagantes, aduladoras, que hacían que todos cantáramos a un mismo ritmo, que todos encloqueciéramos con la voz de aquel hombre que no cesaba de darnos placeres infinitos, que no dejaba a ninguna alma sin entregarse por completo a él. Todo aquel recinto estaba repleto, el ca-lor humano comenzaba a sentirse a tan sólo diez minutos del concierto, como si por los poros saliera toda aquella energía, encanto, fuerza surrealista que hacía que BUN-BURY nos cantará cual dios arago-nés. Poco a poco la gente se fue separando de sus lugares, y acer-cándose a los rincones más incó-modos para poder tener una mejor vista, para poder ser fieles testigos de tan titán suceso, de tan fascina-dor y alocado hecho. Gente que gritaba, gritaba entre cada canción

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¡Enrique! ¡Enrique!. Entre mo-mentos las luces anunciaban una combinación con las canciones, mostrando melancolía, felicidad, locura, las luces se movían de acuerdo al ritmo que BUNBURY daba a cada canción. En la infinita oscuridad, la luz del dios hace es-trepitosa la voz encantadora que sumerge a cualquiera en un delirio de fascinantes y encantadores mundos mimados y extraños. Guitarristas, bateristas, bajistas, hacen que BUNBURY luzca bien, y viceversa, me encantó su vestimen-ta, todos tan bien combinados, con una extravagante personalidad, con sombreros que cautivan como pro-tegiendo su extraordinaria inteligen-cia. Esa voz aragonesa, ese estilo de pronunciar las palabras, el he-cho de ser español lo hace aún más encantador, pero más extrava-gantes su vida, su extravagantes sintonía con la música, un simbolis-mo de recatadas palabras al estilo BUNBURY, de enigmatismo total y sigilo, pronunciación que me provo-can viajes a quimeras bellísimas. “…Nómada del corazón vendí flo-res sin aroma el aguante es impor-tante y the needle and the damage done….” Mis dedos se atrofian, se equivocan de números, mi corazón transmite el encanto a ellos, el ring, ring del otro lado de mi bocina, lo logro percibir, mi celular marcaba que él estaba escuchando nuestra canción, ahora éramos tres que bailábamos un tango rock en la misma sintonía, BUNBURY, Leonel y Yo, el saber que mi mejor amigo estaba del otro lado de la línea es-cuchando la voz de BUNBURY y cantándonos la canción y que Leo-nel la podía escuchar hasta Guada-lajara me hizo aumentar la intensi-dad de emociones, de voz, la fuer-za de mi voz aumento, cuál si fuera amplificador universal. Yo entre calaba la letra de la canción con BUNBURY, un pedazo BUNBURY le cantaba a mi amigo, y un pedaci-to yo. Me emocione demasiado, ya que Leonel fue quien me mostró la música, el encanto, el enigmatismo, la insaciable sed de BUNBURY, entonces esa canción me hizo re-

cordar aquel momento en que lo escuché por primera vez con mi amigo, aquel momento se inmortali-zo, y ahora la canción Los habitan-tes fue una experiencia extrasenso-rial. La gente fuera de mi incons-ciente, la gente que estaba a mí alrededor, gritaba eufórica, cual si fuera la presencia de un dios, que ayudaría a todos a vencer miedos, a tomarnos un café junto. Un total y único viaje extraordinario a place-res infinitos ingeridos por mi cuer-po, ojos, boca y sentir, la canción que hace que todo sea mejor, que tenga ganas de comerme el mun-do. Debo reconocer que a mi lado esta-ba mi amiga, Sara, ella no conocía

a BUNBURY pero unos días antes la convencía que me acompañara al concierto y que viviera junto con-migo aquella experiencia. Ella no sabía las canciones por completo, pero su energía, su propósito, su interés, me cautivo, ya que coreaba las canciones, los versos que se repetían ella sorprendentemente se los memorizaba y los cantaba con enjundia, con pasión, eso me emo-ciono muchísimo, el hecho de que ella estuviera conmigo compartien-do ese momento y que BUNBURY le transmitiera tantas cosas, que la hiciera encenderse en energía para cantar sus canciones. Cada que todos gritábamos ¡Enrique!, ella con todas sus fuerzas y llevándose las manos a la boca, para generar un eco y sonido más fuerte, gritaba de igual manera, era sorprendente verla transformada por el encanto de la voz de BUNBURY. Realmen-te ella se contagió de la música de las letras, de las personas que gira-ban a su alrededor, pero no dudo que ahora le gusté mucho escuchar

a BUNBURY después de tan exqui-sita noche. No conforme con toda la adrenalina que en mi cuerpo existía, “aunque me haga daño, aunque sea extra-ño… nunca supe decir basta” en-ganchado siempre a BUNBURY, él es como esa canción, es adictivo, nunca sabemos cuándo decir bas-ta, el 1 de Octubre los Poblanos queríamos más, aunque nos trans-formáramos en otras personas en-cantadoras ese día, no sabíamos decir basta, en ese momento no creíamos que fuera necesario pa-rar, sólo queríamos que nos envol-viera en una adictivo juego, de can-ciones, de encantos, de realidades profundas. Poblanos insaciables, cual vampiros necesitados de san-gré pura, BUNBURY la mejor presa para nosotros, aquella presa que saciaría todas nuestras necesida-des, que debilitaría nuestro cuerpo después de tomar todo lo que qui-siéramos de él, después de embria-garnos de sus interminables e insa-ciables ganas de dar lo mejor de él siempre en cada concierto, y Pue-bla no fue la excepción. Una canción que a todos los que estábamos escuchando a BUN-BURY nos hizo recordar sus días con su banda, a mí me hizo un aire de satisfacción profunda porque BUNBURY hoy fue grande nos ha manejado a su antojo, sin duda el cambio de ritmo, el juego de guita-rras, de batería, de acústica, me emocionaron al escuchar una ver-sión sutilmente diferente a la del álbum Pequeño, sin embargo me fascinó esa canción ... “De pequeño me enseñaron a querer ser mayor, de mayor voy a aprender a ser pe-queño y así cuando comenta otra vez el mismo error quizás no me lo tengas en cuenta…” Nacho Vegas un grande, BUN-BURY un grande entre los grandes, Puta desagradecida, la mejor com-binación que hace estremecer el cuerpo, que hizo que todos nos alocáramos con tan sólo escuchar a BUNBURY decir que la canción que seguía era del álbum El tiem-po de las cerezas, todos nos ima-

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ginábamos que canción sería, grita-mos, coreamos, nos agasajamos, con tan merecedora letra, tan pro-funda, y con un sentimiento que BUNBURY nos transmitía, que ha-cía que me emocionará más. Sin duda alguna, la segunda canción favorita de esa noche. Agradezco a todos los que asistimos a ese con-cierto, porque ellos fueron quienes hicieron que esa noche fuese mági-ca, pero aún más agradezco a BUNBURY por darnos tan privile-giado género, por hacernos estre-mecer, con canciones de ayer y de hoy, por hacer que su voz, nos tras-portara a quimeras inimaginables. Pareciera que mis oídos se agudi-zaban, porque sentí, percibí cada riff, cada tonada cada voz, cada suspiro. Me fascina como se mue-ve, como utiliza su cuerpo para dar énfasis a las letras, me encanta como golpeó al aire con Iberia Su-mergida con su cuerpo delgado pareciera que le dejaba muy bien desplazarse y bailar como le gusta un vaivén entre sus pies, acompa-ñado de sus brazos. Su estilo pecu-liar de moverse de mover su cara, de cerrar los ojos y cantar, de frun-cir el ceño, de estirar la boca al bor-de de sacar un sonido diferente, de estremecer a cualquiera con esa encantadora voz y cara aquello, me transmitieron aún más fascinación y encanto contagia el sentimiento, ese juego de lengua que hacer en-tre palabras extensas hace que la canción sea frenética, el juego de manos, el entrelace con sus dedos, vaya escándalo que hacíamos ahí, que no se terminaba nunca, su cuerpo jugaba a mantenerse vivo, a defender lo que era suyo, sus ma-nos golpeaban el viento imaginan-do tener un testigo vivo de alguna cuestión de esquina a esquina, sus pies extendidos, como estrellas de rock, la expansión que se daba el lujo de hacer en el escenario, no dejando descontento a ninguno, afortunado aquel, a quien le dio la mano, todos se abrazaban cual caníbales, sobre su presa, ya que querían que fuera BUNBURY quien sellara esa noche con una saludo fugaz de manos, algunos lo consi-guieron, otros nos quedamos con la

mano estirada, pero con el corazón encantado y reforzado. “..Quien pudo ser quiero que seas tú” una de las canciones favoritas de mi hermano de tan sólo 10 años, él hizo que me dieran infinitas ga-

nas de compartir ese momento con Emmanuel, para que él lograra sen-tir una péquela parte de cómo me sentía en esos momentos así que no dude en marcarle, para darle la gran sorpresa, canté con él. Disfru-té al máximo ese momento no lo-graba escuchar que decía mi her-mano, sin embargo mi garganta no cesaba de cantar, no tenía llenade-ro mi fascinación por BUNBURY y eso fue lo que le transmití a mi her-mano, sólo cuando termino la can-ción le dije: Te amo Emmanuel y colgué . Tres minutos después reci-bí un mensaje de texto de mi her-mano que decía: Gracias Tte, fue chido escuchar a BUNBURY, te amo hermana, nos vemos al rato. Una cierta satisfacción inundo mi corazón, mis pensamientos, por haberle dado aquel momento a mi hermano. Lo cierto es que yo sólo fui el enlace extra sensorial entre BUNBURY y mi hermano, y me queda la sensación y el placer de decir que esto mi hermano jamás lo olvidará, que aquello lo mantuvo feliz, por qué él quería asistir al

concierto, y al final del día no pudo hacerlo. “Cuando salgan de aquí, y se vallan a un bar, a tomar un café, a escu-char música, a sus casas, o a don-de quiera, si van a hacerles el amor a sus mujeres, sólo les pido que APUESTEN POR EL ROCK AND ROLL” gritos desenfrenados inva-dieron el recinto por tan profundas y enigmáticas palabras, todos enlo-quecimos con esas parte, y al mis-mo tiempo presentíamos que todo llegaría su fin, sin embargo eso no opaco los ánimos y todo el mundo coreo la canción, mis manos volo-ván, mis boca copiaban los adema-nes que BUNBURY hacía con la suya, como queriendo imitar algo inimitable. En cuanto terminó la canción parecía que él se iría, las luces se apagaron sin más, las gui-tarras dejaron de sonar, la batería dejó de tocar, el voz se esfumo, sin embargo los Páblanos estábamos insaciables, estábamos locos por que él regresara, nuestras voces sin cansancio ni pereza, anuncia-ban esperanza brutal cuando todos gritábamos con una sola voz y con fuerza sobre natural ¡Enrique! ¡Enrique!, no recuerdo cuantas veces lo hicimos, sin embargo su-pongo que fueron muchas para que BUNBURY regresara con los bra-zos descubiertos, que se le notaba el tatuaje del símbolo que marcaría su vida, que haría de él todas las enseñanzas, aprendizajes y expe-riencias que aprendió. Sexy sin duda su cuerpo lucia genial, su ca-bello húmedo, que se le pegaba a la frente, pero para ello sus manos le ayudaban a separarlo, libertad aún más exquisita… El hombre delgado… BUNBURY dijo: “esto se llama El rescate”… sentí que mis piernas se venían abajo, que el corazón toma-ba un soplo para darme vida, sentí como mis ojos se comenzaron a llegar de riegos de agua, agua ar-diente, poco saciable, una canción que me hace recordar todo aquello que sufrí, que me remonta a tiem-pos hermosos, duraderos, pero con un fin, una canción que la sentí jun-to con BUNBURY y con los que

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nos acompañaban sin duda una experiencia exquisita, por tan pro-funda letra, tan llenadora. En esa canción divisé a los que estaban a mi alrededor, cual fuera mi sorpre-sa cuando atisbé a una pareja de enamorados que se besaban fiel-mente, con pasión, y al terminar sus sonrisas plasmaron el beso ardiente, sin duda una canción in-trospectiva, que hace reflexionar, el ambiente que ahí se vivía era extra-ordinario ya que hacía que todo el cuerpo, los pensamientos, las emo-ciones se inundaran de una fuerza que hacía que expresáramos todo lo que sintiéramos como si esa fue-se el último día de todos los tiem-pos, a nadie nos daba pena bailar sin saber hacerlo, cantar sin saber cantar, llorar sin causa aparente, me di cuenta que en ese momento sólo importaba uno mismo, como se sentían consigo y disfrutar tan arduamente ese momento. Llegó mi sorpresa cuando cantó Lady blue, ya que es una canción que sé que a Enrique le marcó mucho, que a mí me fascina y es-cucharla con su banda con un ritmo diferente, con una enfoque distinto, es decir, el sonido se escuchaba genial, el ritmo era un poco más rápido, y eso me agrado, por qué a pesar de que se hablaba de lo mis-mo, el corazón se me estremecía como por el ritmo, como que aque-llo lo hacía sentirme menos melan-cólico. Sentí de nuevo a mi corazón quisquilloso, palpitar fuertemente ya que BUNBURY y los Santos Inocentes volvieron a salir, desa-parecieron entre la oscuridad, sin opacar lo logrado, sólo dejándonos con las ganas de que siguiera y que aquella noche nunca tuviera fin, sin embargo todos sabíamos que el final era irreversible, pero por mi parte satisfecha estaba con lo que hasta ese momento me ha-bía dado BUNBURY, lo que me había transmitido. ¡Ah! ¡Caray! Ese sonido, me estre-mece, esa danza de vals, un suspi-ro me da, las primeras letras de la canción me hicieron derramar una lágrima, porque sabía que el final estaba por llegar, BUNBURY regre-

só. “Permite que te invite a la des-pedida, no importa que no merezca más tú atención… permite que te dedique la última línea” caracoles, la verdad me sentí dichosa por es-tar en ese lugar, gocé esa canción, mi cuerpo se estremeció, se debili-to, las energías estaban al borde del delirio, mi cabeza y corazón se iban con BUNBURY. En esta última canción se sintió como la gente dio lo más profundo, se tomó los panta-lones y se aferraron a aquella letra que hacía que la despedida fuera más sencilla. “Dios los bendiga, hasta siempre” las últimas palabras de BUNBURY, con las manos en el aire con ade-mán de un adiós, se despidió de todos nosotros, de todos los que habíamos disfrutado su concierto de los que estábamos excitados por sus letras, por los sentimientos que no dejaban de desbordarse, mi cuerpo era demasiado pequeño para tan titánica felicidad. Primero salió BUNBURY detrás del escena-rio, Jordi y Álvaro dejaron las gui-tarras, Robert el bajo, Rebe el te-clado y Ramón se levantó y aban-donada dejó su batería, todos se esfumaron, la gente y yo seguía-mos gritando ¡Enrique! ¡Enrique!, con esperanza de que volviese, sin embargo la oscuridad tiñó el recin-to, los técnicos comenzaron a des-

concertar los instrumentos, y el re-cinto se ilumino de nueva cuenta, haciendo que mis ojos se cerrarán por tan repentina luz deslumbrante. La taza y playera de BUNBURY me acompañan ésta noche, indudable-mente ni el mejor escritor, ni el me-jor poeta, ni el mejor narrador podrá escribir cual dichosa y feliz me sen-tí aquel día, son sentimientos, pen-samientos y emociones que son indescriptibles, y no es que no haya la capacidad, sino que los senti-mientos, emociones, son tan pro-fundas, tan internas, que es difícil describirlas y plasmarlas, sin em-bargo lo que sé es que sólo basta con la intensidad con la que lo ha-yas vivido, con todas las cosas que te hizo sentir, porque eso, es lo que te marcará para siempre. Las hojas se pierden, las fotos se pierden, pero lo que jamás perderás será la sensación causada. Eso es lo que yo siento ahora y sentiré cada que recuerde el concierto de Las con-secuencias Enrique Bunbury. Cumplí con lo que BUNBURY dijo durante el concierto APOSTAR POR EL ROCK AND ROLL. “Yo encantada noche paso al borde de la luna, sin piedad ni derroche, un café gozo en las tibias sabanas de mi consciencia sin reproche”.

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antes del inicio del concierto los alrededores del recinto empezaron a notarse muy transitados por vehículos particulares, taxis y gru-pos de personas que a pesar del frío que se sentía se acercaban apresuradamente a pie para tomar su localidad a tiempo y entre todas estas personas me encontraba yo. Las filas para entrar al foro eran

muy prolongadas mientras que adentro se daba la primera y se-gunda llamada, una vez que entré busque mi localidad y noté que el Auditorio ya lucia totalmente aba-rrotado por muchos fans al igual que yo esperaban con ansias la tercera llamada, con gritos ensor-decedores que decían ENRIQUE ENRIQUE… Las mismas que no cesaron durante todo el concierto.

su ultimo material discográfico Las Consecuencias (un álbum difícil, lento e íntimo, incluso Enrique lo describe como el disco más oscu-ro, profundo y Down). Ésta primera parte dio inicio en Estados Unidos, a esto me supuse que vendría a México, y oh ¡Sorpresa! La segunda parte ini-ciaría en mi amada Angelopolis Puebla de Zaragoza. Esto fue una gran noticia, estuve pendiente día a día en las fechas para la venta de boletos de este gran concierto, se anunció la pre-venta para el primero de octubre y esto sólo sería para tarjetas Bana-mex y como no cuento con tarjeta Banamex y debido a la demanda del boletaje no logré ninguna loca-lidad cerca del Aragonés errante, decidido a estar presente ese día no me importo tener una localidad alejada, así es que me dirigí a comprar mis boletos y una vez ahí me comentaron que al parecer se abriría una nueva fecha ya que los boletos se estaban agotando muy rápidamente y tomé la decisión de esperar la nueva fecha, ocho días después salió la noticia que estaba esperando “BUNBURY nueva fe-cha en Puebla dos de octubre ven-ta de boletos 5 de julio a partir de las ocho de la mañana”. Y para esto me puse de acuerdo con dos de mis amigos para ir a comprar los boletos y disfrutar de éste con-cierto junto a ellos ya que son dos de mis mejores amigos. Ésta vez no iba a perder la oportunidad de conseguir una buena localidad, el día cinco de julio me levanté a las cuatro de la mañana y fui a formar-me a la taquilla del Complejo Cul-tural Siglo XXI y al cabo de cuatro horas aproximadamente compré mi boleto ZONA ESPECIAL. Los días pasaron y tres meses después llegó esta fecha tan espe-rada (2 octubre) y desde dos horas

Mis CONSECUENCIAS : Puebla Puebla (1,2 de Oct. ’10)

Por: Jorge L. Cruz Santiago

n explorador solitario que perdió la brújula y el mapa, al que noso-

tros siempre hemos visto en acto de servicio dándolo todo, vagabun-do de paso de aquí de allá de todo el mundo, un fugitivo eterno. Que sabe hacer lo incorrecto, un lucha-dor implacable que sueña con cambiar al mundo y sabe que no-sotros lo haremos mejor en el futu-ro, un soñador constante que cuenta con nosotros así como nosotros con él siempre. El hombre delgado de penas, dice formar parte de una generación espontánea que pide a gritos con-tradecirnos un poco, para escribir nuevas reglas con las que nos quede espacio para nuevas liberta-des, el amante de la tierra azteca siempre tiene las palabras preci-sas para cada sufrimiento, desde el Que tengas suertecita, hasta el porqué de tus silencios. Cuando todos hemos reído, sufrido y disfrutado las canciones de BUNBURY, aprendemos la lec-ción de no volver a cometer la tor-peza de perder la cabeza por una promesa o algo peor, porque aun-que todos tenemos algo que es-conder y algo que decir, en los peores momentos las palabras no sirven de nada. Éste viajero hacia ninguna parte, nos viene a cambiar el curso de la historia con paciencia y humor, con la misma cara, la misma suer-te y con las mismas ganas de siempre y así lo hizo en ésta oca-sión. Ha pasado un año con cuatro me-ses desde que el hombre delgado nos visitó en Puebla con su gira Hellville de Luxe, durante todo éste tiempo había estado esperan-do ansiosamente su regreso y ahora anuncia un nuevo Tour con

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Por fin dio inicio el concierto, de un metro setenta y nueve de estatura apareció el explorador solitario can-tando Las Consecuencias primer sencillo de su último álbum seguida de Algo en común. ”Es un gusto estar nuevamente con mi familia de Puebla y un placer aún más grande regresar a territorio Azteca” estas fueron las palabras que escuché pronunciar del maestro Enrique Bunbury, una vez dicho esto el Hombre Delgado siguió con las canciones que todo el público estu-vo coreando: Frente a frente, Los habitantes; en particular ésta es una de las melodías que más me gusta de su nuevo disco la cual coreé con voz alta quedando casi afónico. Siguió el concierto con las cancio-nes: Enganchado a ti, Lo que que-da por vivir, Alicia, Hay muy poca gente, canción de su disco anterior Hellville de Luxe que también me gusta mucho y que canté a todo lo que daba mi voz, el maestro BUN-BURY seguía cantando canciones para todos los poblanos como Ibe-ria Sumergida canción que canta-ba junto al ex grupo Héroes del Silencio continuo con la canción Que tengas suertecita, Sólo si me perdonas, El extranjero, Sí, Infinito y Apuesta por el rock’n’roll.

Esto fue la primera parte de este majestuoso concierto y al cabo de un receso de aproximadamente de uno a dos minutos y con un vestua-rio distinto al primero siguió cantan-do canciones de sus anteriores discos como es la del El hombre delgado que no flaqueara jamás, El rescate y Lady blue. Una vez termi-nada ésta segunda parte el showman intentó despedirse de todas las personas que estábamos ahí presentes pero la audiencia no lo dejo ir así es que regresó y cantó El boxeador canción con la cual quede más satisfecho que nunca de haber estado ahí ya que de to-das las canciones es la que más me fascino y en cuanto oí sonar las maracas me preparé para cantar ésta canción lo más fuerte posible de ésta interpretación por el Arago-nés errante. Sólo logré tomar fotos ningún vídeo pero en fin tengo un grato recuerdo de este momento. El hombre delgado siguió con las can-ciones de Bujías para el dolor y terminó con una canción inespera-da la de La chispa adecuada can-ción de Héroes del Silencio esto fue una sorpresa ya que supongo la mayoría esperaba la de ….Y al final o por lo menos yo lo esperaba. Pa-ra deleite de todos los Pobla-nos tuvimos al Maestro BUN-BURY Frente a frente en Puebla y nos puso ante Las consecuencias

de su última producción discográfi-ca Con un gran éxito se dio inicio la segunda parte de su gira interna-cional Las Consecuencias de En-rique Bunbury, los dos conciertos dados fueron abarrotados que en su totalidad congregaron a 10 mil fanáticos entre los cuales orgullosa-mente puedo decir que yo estuve ahí y que lo aclamamos, coreamos, aplaudimos y demostramos cuanto lo queremos durante dos horas inolvidables de su concierto.

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esperado. Durante el concierto nos hizo realizar un inolvidable viaje a través de sus diversas produccio-nes, haciéndonos recordar uno de sus grandes éxitos de su ex - ban-da Héroes del Silencio, Senda pa-ra lo cual el público explotó en gri-tos y saltos. En dos ocasiones nos amenazó con retirarse del escenario, pero ante las peticiones de sus fieles seguidores decidió regresar y re-galarnos grandes éxitos como Infi-nito, Sí, Apuesta por el rock’n’roll”, estas sólo son algunas canciones de las 23 que interpretó. De Todo el Mundo y El Boxeador temas de su último álbum, me pro-vocaron una gran nostalgia, jamás olvidaré la manera en que las in-terpretó, con un gran sentimiento. BUNBURY es un hombre que re-conoce el trabajo que su banda realiza en el escenario, lo que pu-dimos constatar cuando presentó a cada uno de sus miembros de su banda los Santos Inocentes. Durante el concierto BUNBURY nos llamó “Familia Mexicana”, si que éramos una familia, todos es-tábamos unidos en una sola voz, demostrándole el gran cariño que sentimos los mexicanos por un gran español. Después de dos horas, el concierto llegó a su recta final, así que le despedimos con aplausos y coreando su nombre. ¿Cómo definir el concierto?, como una experiencia inolvidable, en la cual pude comprobar que BUN-BURY es un hombre guapísimo, el cual puede provocar diferentes sentimientos y emociones en cual-quier persona, no sólo por el físico, sino por la voz que posee.

Simplemente BUNBURY es un

ÁNGEL, disfrazado de hombre.

Al salir de la estación del metro, me asombre al ver un sin número de puestos, que vendían todo tipo de objetos relaciones con BUN-BURY: chamarras, chalecos, pla-yeras, tazas, caballitos, Cd‟s, pós-ters, fotografías, pulseras, sombre-ros, encendedores, ceniceros, y una multitud de personas tratando de adquirir algo, como si fuese un requisito para entrar al Auditorio, por cierto, ya había jóvenes y no tan jóvenes formados para aden-trarse en el lugar en que se unirían nuestras voces; mientras que otros empezaban a calentar gargantas con algunos éxitos del anfitrión. Cerca de las 8:00 p:m el recinto aún lucía con muchos lugares va-cíos, pero minuto a minuto se fue llenando, hasta que me pareció que estaba totalmente lleno; se sentía una vibra positiva, todos estábamos eufóricos, de pronto se apagaron todas las luces, y todos empezamos a corear “Enrique, Enrique, Enrique”, de repente se prendieron las luces del escenario y empezaron a salir los Santos Inocentes, tomando cada uno sus respectivos instrumentos, la gente explotó en aplausos cuando de las dos pantallas gigantes ubicadas en los extremos del escenario surgió ese hombre de traje negro, con su característico sombrero negro y corbatilla roja, que nos hizo gritar aún más su nombre y aplaudir. El “Flaco de Oro”, comenzó el con-cierto con la canción que da nom-bre a su último álbum Las Conse-cuencias, no lo podía creer estaba ahí, como siempre me lo imaginé, olvidé a toda esa multitud de gen-te, era un momento mágico, sólo él y yo, Frente a frente, era como siempre lo había soñado, pero no era un sueño, era una realidad, estuve a punto de llorar, pero no lo hice, las lagrimas impedirían que disfrutase de ese momento tan

Mis CONSECUENCIAS : México DF México DF (4,6,7,18,20 de Oct. ’10)

Por: Angélica Martínez B.

our 2010, BUNBURY, Las Consecuencias, Auditorio Na-cional, el boleto que siempre

quise tener en mis manos, y que un día casi sin pensarlo saliendo de la universidad, fuimos al Audito-rio y lo adquirí junto con dos de mis amigas (Adriana y Fátima), al

llegar a casa lo coloqué en un cua-dro el cual colgué de una de las paredes de mi cuarto, y que mos-traba con gran entusiasmo a las personas que visitaban mi casa.

Aún no lo podía creer, conocería al hombre de mis sueños, el mirar el boleto me confirmaba que tenía una cita inolvidable, aún así me parecía un sueño tan lejano, pero día a día tachando el calendario, llegó el tan esperado lunes 4 de octubre, el día en que por fin ten-dría más cerca a ese hombre mis-terioso, poseedor de una voz en-cantadora, y qué decir de su mira-da angelical, que hipnotiza a cual-quiera, Enrique Bunbury, presen-tándose en el “mejor lugar para cantar en el mundo”, es así como el aragonés errante llamó al Audi-torio Nacional. El lunes asistí a clases, pero no podía concentrarme, sólo pensaba en él, unas cuantas horas nos se-paraban, por fin se terminaron las clases; y mis amigas y yo estába-mos ansiosas por llegar a nuestra cita.

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(1 de octubre) cuando comien-za la verdadera cuenta regresi-va… ... Empieza la gira en Mé-xico y empiezan a circular las noticias de los fans inundando la red… Enrique abre con Las consecuencias y por primera vez en la gira se escucha en directo Ella me dijo que no lo cual nos hacia imaginar que como México es especial para Enrique nos tendría reserva-das varias sorpresas en el Au-ditorio Nacional y considerando también que el DF representa una de las más grandes con-centraciones de fans de Enri-que ésta parte de la gira debía ser muy especial. Una semana antes de que la gira llegara al DF no resistí y compré un boleto para el recital del 7 de octubre que estuvo genial y donde la sorpresa de la noche fue el dueto con Adanowsky en la canción “Un collar de Perlas” El tan esperado 18 de octubre llegó y la cita era a las 8:30PM en el Auditorio Nacional y como era una ocasión especial no resistí la tentación y antes de entrar me tome un shot de te-quila Don Julio para estar a tono con el ambiente que de seguro se sentiría al salir Enri-que al escenario. Una vez adentro estaba yo tan sólo a 2 metros del escenario y como a 4 metros del micrófono donde cantaría Enrique. Las luces por fin se apagaron y empezaron a salir los Santos Inocentes empezó a sonar

Al día siguiente estoy en una reunión en el trabajo a la hora que empieza la venta de bole-tos y lo único que pasa por mi cabeza es el boleto en primera fila; cuando repentinamente suena mi teléfono y es mi her-mano diciéndome la mala noti-cia (que en ese momento sona-ba como mala noticia pero que terminaría una buena noticia) “¿Qué crees?... ya no hay bole-tos hasta enfrente para el 4 sólo para el 18 pero es del la-do… ¿Lo compro o no?” Al es-cuchar eso me quedé por un momento sin palabras y pensé ni modo otra vez ver a Enrique de lejos… y le dije sin ánimos:… está bien. Al final del día de trabajo ni me acordaba del boleto fue hasta que llegué a casa y mi hermano me dijo “ahí está tu encargo” y cuál fue mi sorpresa cuando vi el boleto y decía “Preferente A, Fila B, asiento 34” no lo podía creer era la segunda fila (Según yo), así que de inme-diato revisé la página para sa-ber la ubicación exacta y cuál fue la gran sorpresa, que no era la segunda fila sino el pri-mer asiento de la primera fila del lado izquierdo del escenario o sea en primera fila, ahora só-lo tenía que esperar 4 meses. Los 4 meses que siguieron fue-ron revisando a diario la página de Enrique, para estar al tanto de la gira y del set list de cada ciudad y ver las fotos y crónicas de los demás fans y también disfruté en el cine del tan espe-rado concierto en 3D… y es hasta el día de mi cumpleaños

Mis CONSECUENCIAS : México DF México DF (4,6,7,18,20 de Oct. ’10)

Por: Alejandro Pichardo

sta historia comienza el 13 de Junio de 2010, ya que ese día me enteré por la

página oficial de Enrique que los boletos para las dos fechas en el Auditorio Nacional 4 y 18 de octubre (que al final termina-rían siendo cinco: 4, 6, 7 18 y 20 de octubre) salen a la venta en 2 días y lo mejor de todo no hay preventa exclusiva, lo cual me hace imaginar la posibilidad de conseguir el tan ansiado bo-leto en primera fila; ahora si el dinero no sería problema ya que me alcanzaba muy bien para comprarlo y a pesar de que hasta ese entonces había visto a Enrique en directo 7 veces y más otras dos veces que le he visto (La presentación del Freak Show en el Teatro Metropolitan y la firma de autó-grafos del mismo en Plaza Lo-reto) la emoción de estar en la primera fila y verlo cantar y mo-verse en el escenario era sim-ple y sencillamente emocionan-te . El único inconveniente es que es la venta de boletos sería en un día laboral a las 10AM y me era imposible asistir y por Internet ni soñarlo no tengo tar-jeta de crédito. Pero el destino me tenía preparada una sorpre-sa, ya que a un día de la fecha pactada para la venta de bole-tos llegué a casa preguntando si alguien se acordaba de un conocido nuestro que tuviera tarjeta de crédito y que me hi-ciera el favor de comprar mi boleto y mi hermano me dice que al día siguiente no tiene clases y que él me puede ir a comprar mi boleto.

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Gnossienne No.1 y las luces del escenario se fueron encendien-do poco a poco mientras que los gritos iban creciendo más y más y al fondo del escenario se ve una silueta con un caminar lento y con un sombrero y es ni más ni menos que Enrique Bun-bury; las luces se encienden y sobre una plataforma colocada en el centro del escenario y aparece Enrique entonando la primer canción del recital Las consecuencias, canción que co-reamos todos los asistentes y durante toda la canción se notó un a Enrique nervioso pues nunca miró para nada al público pero eso sí la voz y la interpreta-ción increíble, y en la parte en que Enrique toma el altoparlan-te para cantar ese estribillo que dice “Las consecuencias son inevitables, la juventud no te acompañará los próximos mil años” fue una locura de gritos y ovaciones, y el Auditorio Nacio-nal se llenó de aplausos y gritos al finalizar la canción; en segui-da siguió con Ella me dijo que no canción que Enrique inter-pretó de manera soberbia y que fue coreada de principio a fin y en donde se vio a un Enrique más conectado con el público y ya que dirigió la mirada hacia varia partes del auditorio para saludar a los asistentes ya para terminar la canción se bajó de la plataforma y agradeció a los asistentes diciendo simplemente “Muchas Gracias”. La siguiente canción empezó con un estruendo de un avión con lo cual los asistentes de in-mediato nos dimos cuenta que se trataba De todo el mundo, canción que hizo retumbar el Auditorio Nacional ya que se oía más el canto del público que la voz de Enrique, la canción que siguió fue ni más ni menos que el primer sencillo del álbum Frente a frente, siguió con una

de las mejores canciones del álbum a mí parecer la más ro-ckera Los Habitantes canción donde lució la guitarra de Jordi Mena y Álvaro Suite, y que prendió a todo el público y nos preparó para la etapa Rockera del concierto; La siguiente can-ción del set list era ni más ni menos que Enganchado a ti canción llena de energía y en donde Enrique se sacudió en el escenario de manera increíble y derrochó rock a más no poder, la siguiente fue un clásico muy coreado El extranjero, la si-guiente canción del repertorio fue la primera sorpresa de la noche ya que Enrique cantó Desmejorado a dúo ni más ni menos que con Carlos Ann, una canción que sonó de maravilla y que nos hizo recordar Bushido; siguió con Alicia canción que se oyó con unos muy buenos arre-glos de guitarra recreando la psicodelia de la versión de Ra-dical Sonora; después pudimos disfrutar de la primera canción de Hellville de Luxe Hay muy poca gente canción llena de po-sitivismo y que Enrique hizo lucir de manera increíble, ésta parte rockera del concierto dio paso a una canción de los Hé-roes del Silencio Iberia Sumergi-da canción en la que Enrique emuló los movimientos de un boxeador; después de esto se escuchó el ruido de un tren con lo que se dio paso a una can-ción no muy escuchada Que tengas suertecita; y lo que si-guió fue sin duda la canción que para mí se llevó la noche Sólo si me perdonas canción que Enri-que interpretó de manera ma-gistral y en la cual aprovechó para saludar a sus fans ya que se acercó a la orilla de escena-rio y fue ahí cuando aproveché y le saludé de mano, experien-cia muy grata y que jamás olvi-daré, la siguiente canción fue una canción de desamor del

grandioso Flamingos Sácame de Aquí que fue muy coreada y que sin duda se está convirtien-do en un clásico, después de ello Enrique incrementó el ritmo y puso a bailar al público inter-pretando Sí, después de esta linda canción siguió la canción de desamor y de dolor más co-nocida de Enrique Infinito que sin duda ya es todo un clásico e infaltable en sus conciertos; después siguió el momento de la apuesta con Apuesta por el rock’n’roll, esto dio paso a la primera pausa del concierto pa-ra tomar un respiro y un cambio de vestuario. Enrique y la banda regresaron para tocar El hombre delgado que no flaquera jamás en una nueva versión para ésta gira, siguiendo con El anzuelo ver-sión llena de guitarras y rock, pasando así a un clásico Lady Blue en una versión cargada de Rock y coreada de principio a fin, y así llegamos a la etapa final del concierto donde Enri-que nos sorprendió con Aunque no sea conmigo la canción que define Flamingos y que en lo personal tenia muchísimas ga-nas de oír en directo y que dis-fruté mucho. Enrique nos tenía preparada otra sorpresa ya que interpretó por primera vez en la gira Nunca se convence del to-do a nadie de nada cerrando el concierto con una bella interpre-tación de El viento a favor. Fue así como con un muy buen set list Enrique y los Santos Inocentes ofrecieron el penúlti-mo show en el DF y en lo perso-nal el mejor concierto al que he asistido porque disfruté y canté cada canción, y la experiencia de estar en la primera fila y ver directamente a los ojos a Enri-que cuando nos saludaba y es-trechar su mano es simple y sencillamente increíble.

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La noche nos regalaba sorpresas, cuando esperando El Tiempo de las cerezas, una Puta Desagrade-cida nos hacía gemir y gritar, una canción dedicada, así dice BUN-BURY. La misión de Enrique se va cum-pliendo en el transcurso del con-cierto, todos nos divertimos y la pasamos bien, Bujías para el dolor que encienden la chispa de nues-tra emoción. De repente una Senda recorre to-dos nuestros recuerdos, el pasado regresa dejando su aroma, y la nostalgia de Héroes del Silencio se hace presente, sin embargo el es-píritu del grupo se refleja y se es-cucha en la voz de su cantante, estremeciendo y haciendo vibrar a un viejo público conocedor. Su música nos va enseñando el camino que repara nuestro cora-zón, el tener la suertecita de poder estar aquí, convirtiéndonos público y artista en una sola voz, al inter-pretar juntos las canciones que por siempre nos han acompañado en los buenos y malos momentos de nuestro vivir. La noche se vuelve sensual, cuan-do se empieza a escuchar el soni-do de las cuerdas suplicando per-dón, sus palabras devoran la piel rogando por otra oportunidad, Sólo si me perdonas, mi canción favori-ta, lleva al éxtasis a todo el Audito-rio Nacional, y el oído de todos se estremece al escuchar a Enrique decir, “sólo te quería recordar que sin ti yo no soy nadie”, el aplauso se hace inmenso, y no se puede parar de gritar Enrique, Enrique, Enrique. Sácame de aquí, vuelve loco a todo el mundo, el cantante nos libera con su canción, y nos hace perder la razón, esa noche se es-

Calaveras y talento se reflejan en las enormes pantallas del Auditorio Nacional, permitiéndonos observar hasta el más mínimo movimiento. Como se pueden preguntar, si éste público tiene algo en común, si de lejos se puede observar la sincro-nía de los labios al ritmo de su cantar. Se escucha el rugido de las voces coreando su nombre Enrique, En-rique, Enrique de todo el mundo, su nombre se vuelve una conexión entre público y artista. Las sorpresas van calentando la noche cuando de frente a frente Enrique, y Carlos Ann ponen de pie a todo el Auditorio Nacional, un grande invitando al escenario a otro grande, una interpretación original y maravillosa. Las emociones habitan en el cuer-po de cada uno de los presentes, sintiendo lentamente cada una de las palabras que el micrófono tras-mite apoderándose de la razón, al compás de las guitarras. Al finalizar cada una de las cancio-nes, la sangre hierve en nuestros cuerpos, y se siente correr el sudor por la espalda, se escucha su voz agradeciendo la ovación, obtenien-do la recompensa de un fiel amor. Entre una y otra canción, el cora-zón vibra, De Mayor a Engancha-do a ti, sus movimientos hipnotizan las miradas, capturando las fanta-sías de la noche, el público se en-gancha a su cantar, creando la necesidad de oír más. México refugia a ese Extranjero que con las letras de sus cancio-nes, derrumba fronteras y nacio-nes.

Mi experiencia de la gira de BUNBURY

en el Auditorio Nacional

México DF (4,6,7,18,20 de Oct. ’10)

Por: Elia Estela Martínez A.

lega el miércoles 20 de octu-bre, a las 20:30 horas, en el auditorio Nacional de México

Distrito Federal, rostros llenos de ilusión se ven caminar de un lado a otro buscando su lugar, las fan-tasías recorren sus cuerpos, mien-tras la incertidumbre de la espera

se hace eterna, la expectación es grande al ser el último concierto ofrecido en el Distrito Federal. Se enciende la pasión con las lu-ces del escenario, dibujándose entre sombras esa silueta tan deseada, vestido como un elegan-te caballero de traje de chaleco negro, corbata roja y un hermoso sombrero. Comienza el espectáculo, y los Santos Inocentes empiezan a tocar, su música hace palpitar nuestros corazones, mientras la voz de Enrique hace temblar el alma, exaltando las consecuen-cias inevitablemente de un público fiel y constante a la contemplación de su intérprete. Las Consecuencias fue la canción con la que BUNBURY abrió el concierto.

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criben nuevas reglas, y la primera de ellas está prohibido prohibir. Canción tras canción la ovación, se hace más fuerte, y las piernas no paran de bailar, cuando de repente empieza Sí, el cuerpo se relaja, y se divierte al compás de la melodía, las caderas se mueven sin parar, y se dibujan sonrisas en los rostros de los fans. Las risas se vuelven lágrimas al escuchar Infinito, el sentimiento se vuelve voz, y las heridas en el alma que aún no han llegado a cicatrizar de los presentes, se acompañan en una misma canción. De repente una apuesta libera nuestro espíritu, y todos juntos hui-mos en un grito, nos agarramos a su voz y nos largamos hacia el mar, la adrenalina recorre nuestros cuer-pos y la excitación hace latir el co-razón; entregándonos en cuerpo y alma al Rock and Roll, es la deuda que tenemos que pagar, late el co-razón. Y si que pagamos esa Apuesta por el rock’n’roll, cuando nuestra gar-ganta y nuestros pies adoloridos, nos empezaban a cobrar la factura por tanto cantar, y bailar; sin em-bargo al escuchar a Enrique decir adiós y dar las gracias, presentan-do a cada uno de los Santos Inocentes, y reconocer el gran ta-lento de sus músicos, dejando el escenario con una cálida despedi-da, nuestra voz tomo fuerza, y se unió en una sola palabra Enrique, Enrique, Enrique, Enrique. De nuevo sale ese hombre delgado que no flaqueara jamás, con una guitarra entre sus brazos y un cha-leco de cuero sintiéndose como en casa al interpretar sus canciones en el escenario del Auditorio Nacio-nal, armando un gran escándalo entre el público que no para de gri-tar extasiado por verlo una vez más. La noche va de sorpresa en sorpre-sa cuando a ese Jinete Español se le oye decir “Vamos a tocar una canción Nueva-Vieja”, Dos clavos a

mis alas, fue un momento sólo para conocedores de sentimientos en-contrados, “Pon un beso en la otra mejilla, y corro el velo que todo lo olvida”, las cosas inesperadas sue-len ser las más mágicas, y con un nudo en la garganta no podíamos parar de aplaudir. La tripulación se despide una vez más, y lo hace con Lady Blue, “Es el comienzo del final, sin control, sin dirección la luz se fue a donde voy” y con la luz se fue el aragonés errante, al que sólo se le escucha decir gracias y desaparecer del escenario. Todo el público grita otra, otra, otra, y con un gran sabor de boca, nos resignamos a irnos, cuando por sorpresa, se escucha su voz dando las gracias, y se vuelve a encender el escenario con este increíble ar-tista zaragozano sentado entre sus músicos, rodeado de hermosas luces interpretando la mejor can-ción de la velada, Lo que más te gustó de mí, no lo podíamos creer, nuestros sentimientos flotaban en el aire, y la emoción era inmensa. Otro regalo sorpresa fue la penúlti-ma canción del excelente concierto, Porque las cosas cambian, una de las mejores canciones del disco del 2008 Hellville de Luxe. Esa noche Enrique nos demostraba su cariño, y nosotros nos dejábamos querer. Y para terminar la magnifica noche, cerrando con broche de oro, una de las canciones más emotivas de Flamingos, …Y al final, canción que nos envuelve entre sus brazos y nos hace sentir sus palabras a flor de piel, creo que no pudo haber hecho mejor elección para cerrar el increíble concierto. BUNBURY un maestro en el arte de sentir, y expresar con palabras; para muchos querido y para otros odiado, sin embargo nadie puede negar su increíble talento y la fideli-dad y el amor infinito de sus segui-dores, que viven y se liberan a tra-vés de las letras de sus canciones, y nos hacen más placentera nues-tra vida.

18 FANS ON THE ROAD

Enrique!, él regresó para interpre-tar El hombre delgado que no fla-queará jamás. Después, siguió con una canción sorpresa, una canción “nueva-vieja” como la llamó él, Dos clavos a mis alas. Y luego nos de-dicó una versión más rockera de Lady Blue. Seguido de esto, volvió a irse, pero nosotros aún no estábamos prepa-rados para dejarlo ir, por lo que regresó de nuevo, ésta vez con Lo que más te gustó de mí, Porque las cosas cambian y cerró especta-cularmente con …Y al final, no sin antes agradecernos por haber es-tado allí. Salí extasiada de allí. Me sentía

como si lo hubiera estado soñado.

Fue una experiencia mágica y a mí

me dejó con muchísimas ganas de

volver a verlo. Nunca había visto a

nadie que se entregara tanto a su

público y que cantara con tanta

pasión. En todo el concierto, no

hubo nadie que se hubiera sentado

o que hubiera parado de cantar.

¡Fue un honor ir a verlo!

biente. Los Santos Inocentes sa-lieron a escena, iluminados por una luz azulada. Y de repente, el centro del escenario se iluminó y ahí estaba él, el magnífico e increí-ble Enrique Bunbury. ¡No podía creer que realmente estuviera allí! Salió con un traje negro con deta-lles rojos, su singular sombrero y un micrófono de calaveras. Abrió con la canción Las consecuencias, seguido de Algo en común y De todo el mundo. Mencionó que ese día era algo triste para él, ya que sería el último día que tocaría en el Auditorio Nacional, pero que por eso el concierto sería el mejor de todos, a lo que todos respondimos con gritos de pura felicidad. Durante el concierto, nos llevó a lo que él definió como “un viaje a tra-vés de estos años y por diferentes álbumes”, desde su época con los Héroes del Silencio con Senda, en la cual me emocioné mucho; el disco Pequeño con De Mayor, Só-lo si me perdonas, El extranjero e Infinito, que fue una de las más coreadas de toda la noche. Tam-bién pasamos por uno de mis dis-cos favoritos, Flamingos, con Sí, Sácame de aquí y Enganchado a ti. De el Viaje a ninguna parte nos dio Que tengas suertecita; y de Hellville de Luxe escuchamos Bujías para el dolor. Y por supues-to, no podían faltar Las conse-cuencias, de las que nos tocó es-cuchar Los Habitantes y Frente a frente, con la que BUNBURY anunció a un gran invitado, Carlos Ann. También cantó Puta desagra-decida, de su disco con Nacho Ve-gas, El tiempo de las cerezas, y fue uno de mis temas favoritos. Se despidió no sin antes decirnos que debíamos seguir apostando por el rock & roll, para cantarnos Apuesta por el rock‟n‟roll. Pero por supuesto, no íbamos a dejarlo ir tan fácil, y con tantas vo-ces gritando ¡Enrique, Enrique,

Mis CONSECUENCIAS : México DF México DF (4,6,7,18,20 de Oct. ’10)

Por: Mónica Ruiz

llegó el día más esperado del año. ¡Por fin era 20 de Octubre! Desde el momento

en el que supe que BUNBURY estaría en México, no dudé en asistir. Sería la primera vez que lo vería en vivo. Ese día llegué ahí a las 8:00 p.m. y me encontré con una infinidad de fans de todas las edades, todos con las mismas ganas de verlo. Y simplemente no cabía tanta emo-ción en mí. Después de esperar ansiosamente por 45 minutos en mi butaca, se apagaron todas las luces. Todos nos levantamos de nuestros asien-tos y se sentía la euforia en el am-

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abalanzo hacia él, la seguridad pa-recía ser insuficiente pero salió bien librado. Las canciones destacadas fueron El extranjero. Puta desagradecida, Iberia sumergida, Que tengas suer-tecita e infinito. Después de un pe-queño lapso BUNBURY regresó

con nuevo atuendo y continuar el concierto con el boxeador, aquí, y cerró el concierto con El hijo del pueblo, magnifica canción para ce-rrar el concierto La gente salía poco a poco del in-mueble con una gran satisfacción por el concierto. Fue un concierto memorable digno de recordarse.

con muchos nervios, no pensaba en nada más que ver a Enrique Bun-bury arriba del escenario. Poco a

poco la gente fue llenando el in-mueble hasta que el teatro ya lucia completamente lleno. Todos está-bamos con los nervios a tope cuan-do de pronto las luces se apagaron y de inmediato todos nos levanta-mos de nuestros asientos y gritába-mos eufóricamente cuando de pron-to… una luz iluminaba el escenario y ahí estaba Enrrique Bunbury.

El concierto había dado inicio, Las Consecuencias era la primera can-ción de la noche. Después siguió con Algo en común, De todo el mundo, Frente a frente, Los habi-tantes y Enganchado a ti. Luego cantó El extranjero; la gente empe-zó a brincar y a cantar la canción para mi gusto fue una de las mejo-res canciones del concierto donde me hizo vibrar y cantar con más emoción Pero el momento más eufórico del concierto fue cuando BUNBURY

bajó del escenario toda la gente se

Mis CONSECUENCIAS : Aguascalientes Aguascalientes (9,10 de Oct. ‘10)

Por: Fernando Vázquez

espués de casi un año de haber tocado tierra hidrocálida BUN-BURY regresó a Aguascalien-

tes presentando nuevo álbum lla-mado Las Consecuencias, y llegó

más fuerte que nunca; apenas su-pe la noticia en su página oficial estuve muy al pendiente de la fecha en que saldrían a la venta los bole-tos del concierto, pocas semanas después me enteré de que ya ha-

bían salido a la venta. Estaba an-sioso por tener un lugar en tan an-helado concierto, después de bús-quedas en diferentes páginas por fin adquirí mi boleto y por fortuna en muy buen lugar cerca del escenario y eso que gran parte del boletaje del concierto casi se había agotado Meses después dieron la noticia de un nuevo concierto un día después debido a que se habían agotado todos los boletos para su primera presentación Fue larga la espera para el día del concierto, contaba los días faltantes pero después de mucho tiempo por fin el día llegó. Desde horas antes en el teatro Aguascalientes ya ha-bían muchos seguidores de BUN-BURY todos con playeras, pulse-

ras, y gorros del artista que adqui-rieron el los puestos ambulantes que había desde muy temprano en el teatro, todos con las ganas de que el concierto diera inicio. La hora había llegado, por fin abrie-ron las puertas del teatro; entré

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esos grandes éxitos que marcaron mi infancia y la de muchas perso-nas, niños, adolescentes y adultos por igual como: El extranjero, Apuesta por el rock’n’roll, El viento a favor, Que tengas suertecita, Iberia sumergida, Aunque no sea conmigo, Sácame de aquí, Infinito,

biento a la plaza de una manera espectacular ya que a las perso-nas ahí presentes no nos importó y al contrario nos motivó más a se-guir esperando al “ídolo” y enton-ces alrededor de las 9:05 PM , 9:10 PM con una gran puntuali-dad , se apagaron las luces y em-pezó a escucharse un teclado, el teclado que nos animó a todos, que nos llenó el alma de felicidad y de la melodía de Las Consecuen-cias ese fue el inicio perfecto. Algo que animó e hizo que todas las personas nos levantáramos de nuestros asientos, nos pusiéramos de pie y gritáramos con todas nuestras fuerzas ¡Algo sin igual! Aunque no sabíamos de que se trataba ya que le dieron un toque a la canción con otro intro especta-cular por cierto pero, en cuanto escuchamos al “hombre de negro” cantar “Las Consecuencias son inevitables…” enloquecimos y fue en ese momento que para mí no existía el mundo como lo conoce-mos, en ese momento yo sólo pen-saba en BUNBURY y en sus can-ciones, me adentré a otro mundo, un mundo espectacular y ahí co-menzó la travesía de Las Conse-cuencias en Durango algo simple-mente espectacular y realmente maravilloso. Fue en ese momento cuando me solté en un llanto de felicidad que no cabía en este hombre delgado que no flaqueara jamás, algo maravilloso y después de esa gran canción, después de esa gran consecuencia, le siguie-ron éxitos de siempre de toda la maravillosa carrera de ENRIQUE BUNBURY y grandiosos hits de ese gran álbum Las Consecuen-cias como Los habitantes, De todo el mundo, que en lo particular es la que más me gusta de este nuevo disco que es magnífico en toda la extensión de la palabra, frente a frente, que fue con la que la mayo-ría nos identificamos en cuestión del nuevo disco y más, además de

Mi experiencia - BUNBURY 12 de Oct. 2010 Durango (12 de Oct. ’10)

Por: Cesar Corral

l día 12 de octubre de 2010, fue un día martes, la ciudad de Durango, Durango México

estaba conmocionada en la plaza cuarto centenario, algunos llega-mos con 5 horas de anticipación, otros llegaron con 6 o 7 pero todos fieles seguidores de ese gran artis-ta ENRIQUE BUNBURY. Ese día es el día más especial de mi vida ya que yo me enteré que vendría ya hacia mucho tiempo y no lo po-día creer; cuando visitaba la pági-na oficial yo pensaba seguro y es un error y va a ser en el Durango de España y no en el de México, en fin yo no lo podía creer pero llegó el día en que se inauguró el festival revueltas del estado y en-tonces en las pancartas gigantes decía ENRIQUE BUNBURY 12 de octubre. Desde ese día tenía una ilusión de asistir al evento y contaba los días como queriendo adelantar el tiem-po; cuando por fin llegó estaba muy emocionado; aún no lo puedo creer pero ese día llegué a las 4:00 PM ya que el evento sería a las 9:00 PM. Yo creía que llegaría a una buena hora pero de todas maneras la plaza ya estaba a la mitad de su capacidad de perso-nas que ansiosas esperábamos la aparición de ENRIQUE BUN-BURY. Me pasé las 5 horas escu-chando en mi reproductor de músi-ca canciones de BUNBURY imagi-nándome como sería el concierto, pensaba… será algo inolvidable y sin igual y créanme… ¡Así fue! En todo lo que llevo viviendo en la ciudad de Durango que es toda mi vida, es decir 16 años ha sido el evento más especial en mi vida. Nunca lo olvidaré y siempre lo ten-dré presente a cada instante de mi vida. Las horas pasaban y pasaban y alrededor de las 7:30 PM , 8:30 PM empezó a llover, algo que am-

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Alicia, Lady blue, Enganchado a ti y muchos más pero como siempre todos excelentes y estupendos y sobre todo un cierre muy especial para todos los que asistimos esa excelente noche la hermosa can-ción La chispa adecuada… ¡Algo inolvidable! El final perfecto para esa noche tan especial de ensueño para todos los duranguenses que ahí estuvimos. Y es que para mí en lo particular todas las canciones de ENRIQUE BUNBURY son especiales todas las que tocó y cantó en el concierto al igual que las que no incluyó en el mismo ya que todas me sirven para distintas situaciones como por ejemplo: …Para mis momentos bajos y tris-tes: Una canción triste. …Para el desamor y las desilusio-nes amorosas: Infinito. …Para cuando me ha dañado una mujer que amaba demasiado: Aun-que no sea conmigo, ..y al final. …Para cuando ha pasado lo peor y llega la calma: Lady blue. …Para cuando estoy fuera de casa: El extranjero. …Para cuando quiero un consuelo para salir adelante: El viento a fa-vor. …Para cuando estoy enamorado: Enganchado a ti. …Para cualquier momento que quiera sentirme mejor: La chispa adecuada. Y así para mí y para la mayoría de fanáticos de ENRIQUE BUNBURY todas sus canciones e incluso las de Héroes del Silencio tienen un significado muy especial que nos ayudan cuando lo necesitamos, ahora imagínense como nos senti-mos, como me sentí esa noche mágica cuando todas esas emocio-nes y recuerdos se mezclaron y fusionaron haciéndome sentir una sensación mágica y especial algo que tal vez nunca vuelva a sentir en mi ciudad pero que ya quedó guar-dado en todo mi cuerpo. Algo mag-nifico un hechizo que sólo ese hom-bre te puede hacer sentir, ese hom-bre tan especial como ENRIQUE BUNBURY y eso se lo agradeceré siempre. Esa noche para mí es y

será por siempre la mejor espero y nunca olvidarlo y que todos los fa-náticos de BUNBURY tampoco lo hagan porque BUNBURY es un gran artista y sus canciones están y siempre estarán inmortalizadas en nuestros corazones y nuestras mentes. Sus canciones son muy especiales y nos ha hecho pasar momentos bellos y es por eso que su esencia nunca desaparecerá de nuestras almas siempre lo recorda-mos. Es por eso que yo como tan-tas personas escribimos este tipo de bitácora contando nuestra expe-riencia, que más bien es LA EXPE-RIENCIA de nuestras vidas y tam-bién por este tipo de cosas se les agradece a todas las personas que realizan este tipo de convocatorias tan especiales que nos llenan de orgullo de haber asistido al evento. He escrito ésta crónica para recor-dar de nuevo ese momento tan be-llo y especial y para guardarlo no simplemente en una memoria sino en mi corazón porque este escrito es algo muy especial para mí y es como yo y como ya lo dije y lo se-guiré diciendo cuantas veces sea posible y varias personas inmortali-zamos a ENRIQUE BUNBURY en nuestras mentes y corazones. El concierto se puede describir co-mo inolvidable como magnifico y mágico. Fue algo muy, muy espe-cial para mí desde su comienzo hasta su final, disfruté la vida como nunca lo había hecho, segundo a segundo por que la vida se disfruta más escuchando música ya que la disfrutas segundo a segundo y que mejor que escuchando y viendo a BUNBURY, en serio es que es una experiencia muy difícil de explicar porque es algo tan especial que no te alcanzan las palabras para expli-carlo, pero yo me esforcé mucho para hacerlo es por eso que lo hice por que es como un reto muy espe-cial para mí, un reto que quise cum-plir para tener aún más satisfacción en mi ser. ¡Sí!... más satisfacción que la que tuve ese día, ese mara-villoso día tan pero tan especial en serio gracias ENRIQUE BUNBURY muchas gracias y yo sé que ésta experiencia no se quedará sólo así porque ténganlo por seguro que

cuando haga otra gira aunque no sea en Durango asistiré porque va a ser algo muy especial y va ser un momento en el que nos conectare-mos todos para disfrutar de la músi-ca de BUNBURY y desearle lo me-jor a él y a todo su equipo porque son muy especial y muy importante. En todas las facetas de mi vida han estado presentes y por eso les agradezco por todo el apoyo y con-solación por medio de bellas melo-días que me llegan y estoy seguro que a cualquiera que las escuche le llegaran y nunca las dejará de vivir porque las canciones de ENRIQUE BUNBURY no se escuchan se viven y yo las vivo con toda mi per-sona y ese 12 de octubre las viví con todas mis ganas, toda mi ener-gía y entusiasmo ese día me des-garré la voz coreando y cantando sus temas tan especiales que me hicieron recordar momentos muy importantes en mi vida al igual que momentos tristes pero en ese mo-mento nada era triste todo era feli-cidad, convivencia y magia; magia pura que salía de todos nosotros para darle energía a BUNBURY y a los Santos Inocentes. Fue magia, magia que se convirtió en música, música que se convirtió en agrade-cimiento de nuestra parte es que es todo lo que puedo decir que fue algo inolvidable algo magnifico fue, sigue siendo y será por siempre mi mejor experiencia de vida. Una ex-periencia que me marcó la vida para siempre. Algo que cambio mi expectativa de la vida como la co-nocía y la tenia en cuenta y es que la primera ves que escuche a EN-RIQUE BUNBURY que fue de muy pequeño cambio mi expectativa de la música como la conocía, cambio mi forma de ver a un artista y hasta hoy le agradezco también por ha-ber hecho eso ya que gracias a él ahora disfruto de la buena música y de su poesía por que ENRIQUE BUNBURY para mí y para muchas personas no es simplemente un cantante o autor es un poeta, un poeta con una naturaleza pura que te engancha y te envuelve con sus palabras que te llegan al alma de una manera que te ayuda y te con-suela de manera espectacular.

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Por todo eso se le agradece y se le agradece que halla venido a Duran-go ya que a éste estado no muchos artistas tan grandes e importantes lo toman en cuenta y por eso espe-ro que BUNBURY la haya pasado como la pasamos todos sus fanáti-cos o al menos la haya pasado bien porque yo no sólo la pase bien la pase excelente más que bien y por eso también le digo con el alma en los labios que cuando quiera volver éste es su hogar y ésta es su fami-lia que lo quiere como un padre ya que él nos ha enseñado todo lo que sabemos y por eso yo en lo perso-nal le ruego que regrese para tener así otra experiencia espectacular.

Ya que esa noche además de ser especial hizo que todos sus admira-dores y fanáticos como buenos BUNBURYANOS nos juntáramos y compartiéramos nuestro gusto por la música, por la buena música. También él hizo que compartiéra-mos tiempo juntos nos reunió a todos, reunió a toda la familia para disfrutar un espectáculo meramente familiar en el que no existía la vio-lencia, ni la discriminación, ni las diferencias sociales, ni el rico, ni el pobre, simplemente todos BUN-BURYANOS y todos iguales ante ENRIQUE BUNBURY. Esa noche de Octubre no existían las preocu-paciones por la violencia o por la pobreza o por la sociedad simple-mente se convirtió en un ambiente pacifico de convivencia y de buena música que nos hacia reflexionar y disfrutar al mismo tiempo a todos los participantes de ese concierto que más que un concierto fue como una reunión de una gran familia en la que desde el hijo más pequeño compartía tiempo con sus primos, en donde las tías no peleaban y mejor platicaban y disfrutaban; en el que el padre y la madre disfruta-ban y se querían como el primer día que se conocieron. Es por eso que digo que esa fue una noche muy especial y sin igual en donde todos teníamos La chispa adecuada para disfrutar del mo-mento y disfrutar gota a gota el elixir de la vida y la miel que derro-chaban esas bellas frases combina-das con una excelente música me-lódica que las acompañaba para que así llegaran hasta nuestros oídos y las disfrutáramos como nunca antes lo habíamos hecho y como siempre lo habíamos querido hacer; es por eso que esa noche fue tan especial y tan conmemorati-va para nuestra ciudad y todos los habitantes de la misma. Fue algo inolvidable en serio que todo lo que digo en éste escrito me sale del corazón es algo que me salió naturalmente y espero y si alguien lee esto sienta lo mismo que yo sentí cuando lo hice, es de-cir meramente amor y felicidad a cada palabra que escribí aquí le

inyecte todo mi amor y lo hice con toda la felicidad de todo el mundo. Una situación particular que suce-dió en éste concierto de ENRIQUE BUNBURY fue la siguiente: Lo que pasó es que la canción que más me gusta de BUNBURY, bueno me gustan todas , todas si excepción de ninguna pero con la que más me identifico es Lady blue y entonces desde que comenzó el concierto yo estaba ansioso y esperando con muchas ganas ese tema y lo que pasó fue que una canción antes de que comenzara yo tenia en mis hombros a un amigo y en cuanto comienza la canción de Lady blue empecé a llorar demasiado y a gri-tar de una manera desgarradora y para mí ese fue un momento muy especial ya que lo compartí con mi amigo y fue algo muy, muy especial para mí, y ese momento es del que con más sentimiento de felicidad me acuerdo, me acuerdo y pienso lo que ya arriba mencione: este fue el concierto y más que el concierto la experiencia más agradable de mi vida y siempre lo será por siempre. Ésta es mi experiencia de vida. Agradezco por darme la oportuni-dad de participar en la revista ya que gracias a ésta propuesta he hecho éste escrito tan especial pa-ra mí que es algo muy bonito que siempre recordaré de por vida. Y es por eso que el martes 12 de octubre ha quedado y siempre que-dará inmortalizado en mi mente y alma, es el día que siempre recor-daré y es por eso que octubre es el mes que siempre disfrutaré más de la música de ENRIQUE BUN-BURY, y siempre, siempre todos los meses de mí porque BUNBURY es, el hombre, porque es el héroe de leyenda, porque él es el alma inmortal que nunca morirá dentro de todas las personas que lo segui-mos, queremos y pensamos a cada momento en él y su música, es por eso que él nunca morirá y siempre estará en nuestros corazones . …Y AL FINAL DE LA CARTA SO-LO QUEDAN LAS GANAS DE DE-CIR HASTA SIEMPRE.

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sas. Cantó de los discos anterio-res, incluyendo las más conmove-doras de Las Consecuencias. De todo el mundo me tocó las últimas fibras. Dió la bienvenida a su públi-co lagunero que estalló en ovacio-

principal, sino por la lateral de ser-vicio, corrimos hasta ahí. Yo tem-blaba de la emoción y felicidad. Esperamos. Se encendió la luz de la puerta, ¡Que emocionante pen-sar que mi ídolo se encontraba detrás de esa puerta a punto de salir!. Esperamos unos minutos más. ¡Salió!. Yo sentía que el cora-zón me saldría por la boca, estaba completamente en shock. La gente de staff hizo una barrera entre no-sotros y él, así que no se nos per-mitió tocarlo. Yo alcancé a mover una mano y gritar ¡Enrique, amo tu música! entonces volteó, nos dirigió unas palabras, agitó su mano y subió a la camioneta que

lo llevaría al Teatro. Cuando la camioneta partió estallé en felici-dad y emoción, no podía creer que lo hubiera visto tan cerca. Fue el momento más feliz de mi vida. Corrí a mi casa a prepararme para el concierto. Llegué al teatro y las piernas no dejaban de temblarme. Me dirigí a mi asiento y no cabía en mí de los nervios. Las luces se apagaron. Otra vez tenía esa sen-sación de frío y mi piel se erizó. Sonaron los primeros acordes de Las consecuencias y casi pierdo el conocimiento. De verdad, la emo-ción que sentí en ese momento es indescriptible, quería llorar, llorar de felicidad, de saber que estaba ahí escuchándolo tan de cerca. El concierto siguió lleno de sorpre-

Las CONSECUENCIAS en Torreon Coahuila Torreón (13 de Oct. ’10)

Por: Osiriss Valles

a aventura comenzó el 15 de Junio de 2010 cuando adqui-rí mi boleto para el concierto

que Enrique ofrecería en Torreón en Octubre. Aguardé con ansias la fecha y como no hay fecha que no llegue ni plazo que no se cumpla, llegó el gran día; 13 de Octubre de 2010. Ese día me escapé de la escue-la junto a un amigo para ir a espe-rar a Enrique afuera del Teatro Nazas, donde se presentaría en la noche. Estuvimos ahí varias horas sin comer y aún con el uniforme esperándolo, entonces nos entera-mos que estaba hospedado en un hotel del otro lado de la ciudad. Nos dirigimos ahí tan rápido como pudimos, pedimos aventón para llegar hasta allá, pues no contába-mos con dinero. De una u otra for-ma llegamos. Al llegar había tan sólo otras 3 personas y nosotros, logramos entrar al hotel, pero no encontramos nada y salimos. Afuera esperamos unas horas más y de pronto salieron los Santos Inocentes, las emociones de los que estábamos ahí presentes es-taban a todo lo que daban, pues pensamos que el siguiente en salir sería nuestro Héroe. Mientras, conseguí una foto con Álvaro Suite.

Después de interrogar al sujeto del Valet Parking nos enteramos que Enrique no saldría por la puerta

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nes y muestras de amor, completa-mente extasiados. Siguió el concierto, todos movidos por un mismo sentimiento y cantan-do a voz en cuello. Se escuchó Apuesta por el Rock’n’Roll y se reti-ró. Todo fue oscuridad. ¡Enrique,

Enrique! comenzamos a gritar al unísono. No pasó nada. ¡Enrique, Enrique! Y de repente emergió de la oscuridad corriendo como un bólido, las luces se encendieron y se apoderó del escenario como El hombre delgado que no flaqueará jamás que es. Cantó unos tres éxi-tos más y se esfumó. Todos lo que-ríamos de vuelta entre nosotros y su nombre gritado por cientos de personas no se hizo esperar, ¡Enrique, Enrique! Empezaron a recoger las cosas del escenario. ¡Enrique, Enrique! gritamos con la ilusión de que apareciera. Y así fue, sentí como si mi alma se iluminara y fuera a explotar mi corazón por la algarabía. Subieron a una plataforma que ha-bía en el escenario él y los Santos Inocentes e interpretaron Con el alma en los labios, que fue la can-ción del recuerdo. Intercambió pala-bras con su público que tanto lo ama y se retiró en medio de aplau-sos y ovaciones. Fue un concierto

simplemente maravilloso, se entre-gó hasta el último minuto a su gen-te. Se encendieron las luces y yo estaba en un éxtasis total. Fue el día más feliz de mi vida, tanta es-pera valió la pena por haberlo visto tan cerca. De verdad fue una expe-riencia del otro mundo, lo mejor que me ha pasado en mi corta existen-cia. Sin duda alguna, Enrique Bun-bury dejó Consecuencias en La Lagúna y en la memoria de sus seguidores presentes ese día.

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tonces nos tomaron una fotografía, nos terminamos de despedir, y nos fuimos. Duré un par de días en creer lo que había pasado aquella noche y siempre me quedé con la duda de que pasaría con el sombrero y no fue sino hasta el 2008 que volví a saber de el cuando Gaby A. me envió una fotografía de Jose Girl y Enrique en el aeropuerto de Espa-ña y en una mano llevaba una bol-sa y en la otra el sombrero. Hasta ese momento yo no cabía de felici-dad y unos días después para mí sorpresa lanzan el vídeo Hay muy poca gente, ¡Donde lo volví a ver! Al poco tiempo compré la revista "Rolling stone" y nuevamente el inconfundible "Grimm"... y al poco tiempo una vez más en el vídeo Por que las cosas cambian. Para mí ya era demasiado, me sentía muy contento de que algo que yo tuve en mis manos ahora lo usara Enrique y no sólo como un regalo sino ya como la imagen y como lo prometió lo llevó en toda su gira. Para mí desgracia o fortuna... na-die sabía que yo se lo había rega-lado más que unas cuantas amis-tades y fue en la gira de Hellville cuando me topé en un bar de Mon-terrey a los Santos inocentes. Nuevamente iba con mi amigo Ar-turo y pues igual convivimos y la pasamos bien con unos tragos y platicando con Álvaro Suite fue que supo lo de el sombrero y me comentó que sería genial que salu-

Y pensativo me dice... “No.. No pude traer sombrero conmigo...” Entonces le digo, Bueno permíte-me, tengo algo para ti... y me doy la vuelta para dirigirme a mi coche. En ese momento me detiene y me dice, “No te voy a decir que no...” Fui a mi coche por mi sombrero "Peter Grimm" de Calavera que acababa de comprar apenas unos días antes en Texas y se lo entre-gué a Enrique, lo tomó, lo vio por todos lados y me dice “!Este es un buen sombrero!...” Se lo pone, me da un abrazo, me agradece y me dice nuevamente que era un buen sombrero, se lo pone a Jose Girl, y yo no daba crédito a lo que pasa-ba, no podía creer que le hubiera gustado tanto. Entonces me pre-gunta porque no se lo había dado antes, que el lo hubiera usado en el concierto... a lo que yo contesto que porque no lo había visto y me dice, “No te preocupes!.. ¡Lo lleva-ré toda la gira!” Le agradecí por todo y para mí era un honor que lo llevara consigo, me llama Jose Girl y me agradece por el detalle y yo pues no podía quitarme la cara de felicidad, en-

Mis CONSECUENCIAS : Monterrey Monterrey (16 de Oct. ’10)

Por: Manuel Martínez

Hola imposibles! a continuación lo vivido con unos grandísimos artistas como lo son Enrique,

los Héroes y los Santos inocen-tes y a su vez ¡Unas excelentes personas! En el 2007 (25 de Sep) tuvimos la experiencia de volver a encontrar-nos con los Héroes del silencio y para mí en lo personal algo que me llenó de alegría y buenos senti-mientos pues tuve la oportunidad de convivir directamente con ellos aquí en Monterrey Mx. después del concierto. La noche pasaba y fuera de ser un admirador me sentía como en fa-milia con verdaderos amigos com-partiendo experiencias y platican-do de lo cotidiano como lo haces con la gente que aprecias o ves seguido, mis amigos Arturo Sauce-da, Gaby Díaz y Gaby Acosta dis-frutaban igual de la velada y de-gustando de buen Rock „n Roll de fondo y hasta "Fara Faras" tuvi-mos. Claro, bien acompañados del tequila. Ya por la madrugada decidimos partir pero no sin despedirnos de todos y fue entonces que al llegar a la mesa en donde ahora se en-contraban Jose Girl, Enrique, Joaquín y alguien más por ahí, fue cuando sentí que incomodaríamos pues Enrique y Joaquín se encon-traban hablando de algunos ajus-tes para la Chispa adecuada. Mi compañero se despide y agradece por todas las atenciones y por el magnifico concierto presentado a los "Regios" y yo por mi parte hice lo mismo, pero antes de dar la vuelta le pregunto a Enrique: ¿Traes sombrero contigo? Me responde... “No.. No traigo sombrero...” A lo que insisto, ¿Para toda la gira no traes sombrero?

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dara a Enrique y a mí me encanta-ría agradecerle, pero por cuestio-nes de tiempo no pudimos vernos y después del concierto sólo nos reunimos de nuevo para festejar. Éste año nos volvimos a encontrar después de Las consecuencias, ¡Impresionante concierto!, ¡Grandísimos músicos de verdad!. Llegamos al recinto, con muy bue-nos lugares en segunda fila, pero sin estar apretados o lejos de la acción, con esa comodidad me de-diqué a disfrutar Las consecuen-cias y a la par ir avisando vía móvil a los fans las canciones mediante el club de los imposibles. Este concierto para mí fue muy es-pecial porque nadie empujaba, na-die se salía de su lugar, y tenia la mejor vista la cual aproveché. Deja-ron pasar cámaras para por prime-ra vez tomar fotos en un concierto de Enrique y bueno pude inmortali-zar este concierto. El Set list impecable, el audio no se diga y los arreglos en temas como El anzuelo bueno, que puedo decir, para los que nos gusta la buena música, con clase y calidad fue un concierto pleno y que disfruté a más no poder; Dos horas de Rock n´ Roll y desde Las consecuencias hasta El viento a favor estuvimos coreando una a una. Como tema sorpresa de la noche tuvimos Lo que más te gustó de mí, es muy difícil escoger un tema favorito, to-dos son grandes temas y los arre-glos han quedado de lujo en can-ciones como Infinito y Lady Blue. Me gustó que el set list fuera muy variado y tuvimos la oportunidad de escuchar algunos temas más nue-vos de Las consecuencias que es un disco hecho con toda la mano. Nos fuimos a un bar de la ciudad donde tuvimos un pequeño after con Álvaro, Robert, Rebe, Jordi y la pasamos de lujo. Bueno aunque ya no tuve la oportunidad de ver a Enrique para agradecerle que haya llevado el sombrero que para mí es por supuesto un honor, y aunque para la gente siempre será algo desconocido, para mí será una de

esas historias que se cuentan y suenan un poco "increíbles" pero fantásticas y en cuanto a Enrique si lees este relato, ¡Sólo enviarte un fuerte abrazo! y ¡Agradecerte algo que quedará marcado en mí toda la vida! Espero algún día nos volva-mos a encontrar, un abrazo a Jose Girl y a los Santos inocentes que son grandísimas personas y profe-sionales. No me despido sin antes agradecer al Club de los Imposibles por compartir con nosotros todo esto y hacer Fans on the Road posible. ¡Gracias! Atte. Manolo Martz. Monterrey N.L. México.

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Mis CONSECUENCIAS : Monterrey Monterrey (16 de Oct. ’10)

Por: Melissa De Mustaparta

e llamo Melissa, soy de Monterrey, Nuevo León, México y ésta es mi histo-

ria sobre Enrique Bunbury. Un día estaba conectada a internet, y una amiga que también es segui-dora de BUNBURY, me dice ¿Oye sabias que BUNBURY va venir? y yo cuando leí eso, AYY WOWW, no lo podía creer, terminé de leer y pongo en Google “BUNBURY” y me viene que se va presentar en el Auditorio Banamex, total que me enteré 2 meses antes del concier-to. Entonces dije bueno tengo tiempo, conseguiré dinero, y com-praré el boleto. Pasó 2 o 3 sema-nas, pensé que no iba ir, no conse-guía el dinero, pero salió una es-peranza que iba a cambiar vida, porque la cambio (: Me conecto al Facebook, puse en inicio, y ya sabes que viene publi-cidad al lado derecho de las noti-tas recientes, me venia “Auditorio Banamex, te regala 19 boletos dobles para sus conciertos” Entré al concurso, contesté las 3 trivias, junté como 202 likes y gané, y me dieron los 19 boletos, los cuales iban incluidos los de BUNBURY, pero y eran hasta el último, me enojé porque era los únicos que quería y para que me salieran a mero último. Total que vendí los boletos, me compré mi boleto de BUNBURY mero adelante, estaba en la fila 5, y después dije bueno que me den convivencia pero para mi desgracia BUNBURY no hizo convivencia aquí en Monterrey. Pero bueno, fui a verlo, escucharlo con eso tuve, fue la emoción más grande de mi vida, grité, llo-ré ,canté y salté, fue el mejor día de mi vida y lo recuerdo como si fuera sido ayer. Estoy todavía sor-prendida de haber ganado el con-curso, y que estuve a un metro de distancia de mi cantante favorito, Enrique Bunbury.

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entonaron, apareció sobre el stage un Enrique sosegado, con gesto adusto y mirada sobre el horizonte. Mientras yo me encargaba de ad-mirarlo y tomar vídeo a lo cual se-rán recuerdos gratos, mujeres y hombres gritaban con fuerza Ella me dijo que no una de mis cancio-nes favoritas de su actual produc-ción y así le siguieron canciones del mismo álbum De todo el mun-do para darle paso al cover de Frente a frente, coreada por todos y cada uno de los aproximadamen-te 5 mil asistentes al concierto y continuar con Los habitantes can-ción con un tremendo solo de Jor-di Mena y al hacerlo yo gritaba con gran felicidad –“¡Tengo mi foto con ese hombre!”. Así continuo su repertorio con otra de mis cancio-nes favoritas Enganchado a ti y Contar contigo claro, desde luego cantando con mucha emoción, - vamos hacer algo del Hellville de Luxe anunció BUNBURY. Ésta se llama El porqué de tus silencios lo mismo ocurrió con Hay muy poca gente canción muy especial para mis amigos y yo, era momento de

momento mi corazón latía acelera-damente, tener un recuerdo con esos grandes músicos. Dentro de pocos minutos se venía venir la misma camioneta blanca que transportaba a Enrique pero, ésta vez se seguiría sin detenerse has-ta adentro del Auditorio a lo cual, no tuve la gracia de poderme to-mar esa foto esperada junto a él; acto seguido me decía entre si - será para la otra-, (una frase de consuelo) entonces me decidí ir adentro del auditorio mientras iba recorriendo el lugar se podía ver a los desafortunados tratando de conseguir boletos de última hora (los cuales se habían agotado ha-ce semanas). Después ya adentro del auditorio sólo quedaba esperar, la gente ocupaba sus asientos llenando el recinto por completo y ni su impun-tualidad de casi 20 minutos impor-tó la impaciencia de un recinto re-pleto, explotó estruendosamente en cuanto el reloj marcó las 20:54 minutos. Una vez que las primeras notas de Las consecuencias se

El “Josefa” paga las CONSECUENCIAS Querétaro (23 de Oct. ’10)

Por: Edgar Daniel Vega H.

s la segunda vez que BUN-BURY pisa tierra queretana, ésta vez en el Auditorio Jose-

fa Ortiz de Domínguez y mi terce-ra vez en verlo en vivo, pero en ésta ocasión, como en las anterio-res tuvo su momento especial. Todo comienza faltando 5 horas para el concierto, estaba esperan-do junto con mi primo y amigo ver-lo llegar a su soundcheck y poder tomarme una foto con él; de pronto se ve una camioneta blanca acer-cándose a la entrada del Auditorio y de ella bajaban los Santos Inocentes. A lo cual me quedé pasmado de la emoción al verlos Frente a frente, fue cuando reac-cioné y le pedí a Jordi Mena junto con Álvaro Suite tomarse una foto conmigo –“Con mucho gusto ami-go” fueron sus palabras, en ese

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abrazarse y decir con voz fuerte - “nada puede dañarme con mis ami-gos, nadie puede nada puede…”. En esos momentos las lágrimas corrieron por mis mejillas al saber que siempre que escuche ésta can-ción estarán ahí a mi lado. Ya pasado el momento melancólico para mí, BUNBURY anunciaba lo siguiente –“Ahora vamos a tocar una canción más viejita, de las más viejitas que hemos venido tocando en la gira. Esto pertenece al disco Avalancha…” Y entonces su discur-so fue callado abruptamente por una muchedumbre impetuosa que se unió en un coro monumental: “¡Héroes…héroes… héroes, hé-roes!” aclamó la multitud y Enrique se echó para atrás mientras decía “¡Ah, se acuerdan!” -le siguió Iberia sumergida con ese arreglo musical country, alzando el puño y cantan-do con la rabia insolente de mi ju-ventud esa épica canción del héroe de leyenda; “¡Que tengan suerteci-ta!”, expresó BUNBURY a los asis-tentes, tras haber interpretado Que tengas suertecita. Acto seguido cantó Sólo si me perdonas en ese momento batió las palmas al estilo flamenco, secundado por miles de manos chocadas entre sí. Siguien-do con Sácame de aquí y Sí para darle paso a un momento especial, con la canción Infinito aquí la emo-ción embargó a BUNBURY al gra-do de bajarse del escenario hacia el stage y la valla de contención. Inmediatamente una ola humana se dejó venir hacia él, estrellándose contra el acero separador entre el artista y el público. Viéndolo de frente, Enrique cruzó de izquierda a derecha mientras cantaba y le daba la mano a los afortunados fans de las primeras filas, en ese momento corrí hacía él pero, debi-do a los guardias de seguridad no tuve la grata oportunidad de poder tocarlo (pero me alegró ese gesto de Enrique). “Cuando salgan de aquí, no se olviden”, manifestó an-tes de entonar Apuesta por el ro-ck’n’roll, esa fue la primera retirada de BUNBURY a lo cual todos co-reaban ¡”Enrique, Enrique”! pidien-do agritos su regreso al escenario, fue tiempo suficiente para descan-

sar y tomarse la foto de recuerdo. De pronto BUNBURY saltó al es-cenario se despojó de la negra ca-misa que había usado durante el concierto para enfundarse en un chaleco, el cual dejó al descubierto la serie de tatuajes dibujados sobre sus brazos, coronados por el más reciente (a simple vista), ese de La Virgen Calavera que luce en su antebrazo izquierdo. Fue entonces que interpretó El hombre delgado que no flaqueará jamás, para des-pués decir - “Vamos a tocarles una canción que no hemos tocado nun-ca en directo en México esto es del disco Pequeño”, sentenció, para entonces cantar Robinson, canción sorpresa de éste set list, seguido de la versión rockera de Lady blue para hacer su segunda retirada, “Muchísimas gracias, Querétaro, muchísimas gracias, ¡hasta siem-pre!”, señaló BUNBURY, aunque todavía faltaba más. Regresó para interpretar, sentado en un banco alto, El boxeador ha-ciendo hincapié en la frase “La vir-gen de Guadalupe, te protegerá”, para recibir la aprobación de todo el recinto (y su fe hacia la madre de los mexicanos). “¡Vamos a hacer algo que hicimos con el hermano Nacho Vegas! El disco se llama El Tiempo De Las Cerezas, y esta es

la canción más despiadada cantada nunca”. Ahí fue la emoción más grande cantaría Bravo en ese tiem-po me temblaban los huesos me alegró mucho saber que la cantaría fue ahí cuando mi voz se escuchó más alta y fuerte que las demás espectadores (debido a esos amo-ríos mal pagados) y sentir que este gran espectáculo estaba por finali-zar. Y para terminar esto BUN-BURY cerró el concierto como de-bía ser …Y al final. “Hermanos y hermanas de Querétaro fue un pla-cer estar con ustedes, de verdad, Robert Castellanos, Álvaro Suite, Ramón García, Jorge Rebenque, Jordi Mena, ENRIQUE BUNBURY, muchas gracias dios los bendiga hasta siempre”. Últimas palabras que se quedaran grabadas para siempre, después de un gran con-cierto en mi querido Querétaro en esa fecha recordada 23 de Octubre del 2010; ésta fue mi vivencia espe-ro les sea de su agrado como serán para mí las otras tantas historias de que cuentan la gente común como yo, después de un concierto de ENRIQUE BUNBURY y consigo LAS CONSECUENCIAS.

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mundo, Frente a frente,… Senda,… y terminar la primera parte con Apuesta por el rock’n’roll. Se ha-cían sentir los coros en cada boca de todos los presentes, ya una vez en la recta final de show sorpren-dió con El anzuelo, una muy buena y excelente versión tipo los Sto-

horas después para curar la cruda. Descansé hasta el mediodía y lue-go decidí ir al recinto donde se efectuaría el concierto en sólo unas horas más. Ya una vez afue-ra del recinto hice algunas fotos, es un lugar bastante grande que se presta para la magnitud de éste tipo de eventos. Mientras camina-ba en las afueras de la parte de atrás del recinto vi cuando BUN-BURY se bajaba de una camione-ta. Se metió muy rápido al recinto, a mi lado habían algunas personas que se pusieron muy contentas al verlo como yo también, unos minu-tos más tarde me encontré a la persona que me otorgaría las acre-ditaciones. Ya 100% seguro de tener todo para el concierto volví a casa de mi amigo y nos alistarnos. A las 6 de la tarde llegamos de nuevo al recinto, me bajé del auto y de inmediato fui a la taquilla pero no había nada bajo mi nombre. Caminé un rato alrededor del re-cinto y pude observar la venta de camisas, llaveros, tazas, vasos, posters, en fin todo lo que se pue-dan imaginar lo encontrabas. A sólo escasos 10 o 15 minutos del inicio del concierto llegaron las únicas dos acreditaciones perso-nales para un fotógrafo de una revista local y para mí. De inme-diato nos llevaron al palco privado de prensa y la verdad se me salie-ron las lágrimas de tanta emoción y felicidad, estar una vez más en un concierto de Enrique y viéndolo en mi tierra natal. Las consecuencias y Ella me dijo que no fueron las primeras de la noche, para calentar el motor, a la tercera canción se terminó el privi-legio de prensa y siguió lo más chingón ir hasta abajo en primera fila y verlo a sólo 3 pasos que claro ya se había terminado el permiso de fotografía. Siguió De todo el

Mis CONSECUENCIAS : Guadalajara Guadalajara (24 de Oct. ’10)

Por: Adolfo Vela

Quiero compartir una vez más mis crónicas de lo que viví en Las Consecuencias 2010, ésta oca-sión en México. Todo empezó co-mo broma y termino siendo la pura verdad. El viernes 22 de octubre a las 9 de la noche después de un día muy ocupado me dirigí a mi casa para estar unos momentos con mi familia antes de partir a un gran viaje a mi tierra natal y disfru-tar de mi artista favorito, BUN-BURY. Después de besos y abra-zos con mis benditos hijos y espo-sa, que de ante mano les agradez-co por dejarme vivir esta linda ex-periencia una vez más, subí al au-to con rumbo al aeropuerto inter-nacional de Los Ángeles. A las 12 de la media noche con los pies estirados ya en el avión descansé por 3 horas, y la madrugada del sábado familiares ya en espera de mi presencia entusiasmados por verme después de un buen tiem-po. Ya una vez en la hermosa ciu-dad del tequila que me vio nacer, fuimos a comer. Después de deleitarme con un suculento manjar en mi Guadalaja-ra, me ubiqué en casa de un primo para mandar un mensaje y tramitar mi entrada al concierto. Momentos después recibí la buena noticia que también me otorgaría un per-miso para hacer fotos. Por la no-che me fui de fiesta con amigos de la infancia desde las 8pm hasta las 5 de la madrugada del domingo. Le dimos duro al alcohol pero no faltó el delicioso menudo un par de

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nes, la verdad fue una de mis pre-feridas de la noche y toda la raza bailando, cantando y dando lo me-jor de si mismo. Le siguieron algu-nas más como Lady blue y cerran-do el show de esa noche …Y al final. Se les veía la cara de felicidad a los Santos Inocentes y a BUN-BURY, la verdad fue una noche maravillosa. Después del concierto en las afue-ras del recinto observe mucha gen-te cómo loca comprando lo que se pudiera llevar de recuerdo a casa y presumir que estuvieron presentes en Las Consecuencias Guadalaja-ra. Enrique y la banda dieron el todo por el todo desde el principio hasta el final, y vivir este concierto, la verdad fue lo máximo. Se los digo de experiencia, los conciertos fuera de la ciudad donde vives son mucho más atractivos, en especial cuando vas a ver a una persona que admiras por su gran talento musical, sus letras y su carisma sobre el escenario de principio has-ta el final. Nos vemos raza en la próxima gira, espero lo hayan dis-frutado al igual que yo. Adolfo

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mex. ¡HOY ES EL PRIMER CON-CIERTO! Nuestros boletos de hoy son de los pocos "de pie," en la platea y eso nos enorgullece ya que es a lo que nos dedicamos. Siempre hemos estado en primera fila. Siempre. Pero aquí no es terri-torio nuestro y tenemos que lidiar con taxis, casas ajenas e imprevis-tas fuera de nuestro control. Llega-mos al auditorio lo más pronto que podemos y aun así nos ganaron como 25 personas. Es algo nunca

visto para nosotras. Anoto que compramos una botella de vodka que no nos duró ni medio día gra-cias a los nervios. Siempre nos ponemos nerviosas cuando vemos a Enrique. Llegamos haciendo fila y fácilmente nos hicimos amigos con los Zapopanos. ¡Nos perdimos el soundcheck por andar platican-do! Karina empieza a promover el Club de los Imposibles y Fans on the Road. ¡Después de varias horas de espera, comienza el es-pectáculo! Corremos al lugar como caballos en el campo y a pesar de todo estamos en segunda fila y no está nada mal.

tocando covers impresionantes. Nos recuerda a los viejos tiempos cuando veíamos a nuestros ami-gos tocar en bandas tribute a Hé-roes en Los Ángeles. Nos desvia-mos un poco (después de probar un de cada cerveza Mexicana) de la juventud para ir al bar más gran-de de México según Karina: El parían. ¡Rico! De ahí (como si no estuviéramos cansadas lo suficiente), nos des-viamos con las sobrinas y sus ami-guitos a seguir la fiesta de contra-bando en una casa semi-abandonada. Llegamos en la parte trasera de una camioneta apreta-dos como sardinas: nosotras dos (que vamos llegando a la tercera década) y los adolescentes (que les doblamos la edad). En lo que se arreglaba todo, las dos nos sen-tamos en un sillón y nos empeza-mos a quedar dormidas (ten en mente que son cómo las 2 de la mañana y no hemos dormido en 2 días). Nos metimos a un cuarto vacío y oscuro a dormirnos en el piso de linóleo con nuestras almas de cobijas. El cuarto estaba vacío de todo menos la foto tenebrosa de los abuelos del dueño de la casa. ¡Llámenle a Alfred Hitchcock, que seguramente quie-re usar la foto! Al pasar unas horas arruinamos la fiesta, para irnos a casa de la tía. Nuestros cuerpos nos pedían una cama a gritos y cerramos la noche en casa de las sobrinas. Día 2, domingo 24 de octubre: Hoy despertamos junto a las sobrinas después de 4 horas de “descanso.” Tomamos solamente un café y charlamos con la tía so-bre el crimen en la ciudad (conversación habitual en México). De ahí nos fuimos a la casa de la hermana de Karina. Nos arregla-mos (fatales de cansancio), comi-mos, y nos fuimos al Auditorio Tel-

Una semana viviendo Las CONSECUENCIAS en México Morelia (26,28 de Oct. ’10)

Por: Roxanne Moreno Fotos: Karina Deniz

oy día de Halloween en éste 2010, me siento frente a la computadora para escribir

nuestra crónica; un pedazo de nuestra vida (mía y de mi amiga Karina) que la vivimos para y por Enrique. Tengo la maleta sin abrir detrás de mí y los talones de avión por un lado. Hemos tardado 8 días, recorrido 3 estados y asistido a 4 conciertos en un sólo país. Ésta es nuestra pequeña aventura que vivimos gracias a nuestra pa-sión por la música de Enrique. Día 1, sábado 23 de octubre: Éste es el primer día de nuestra histo-ria y como cualquier viaje al ex-tranjero, es una fatiga horrible que no merece muchos detalles. Llega-mos por la madrugada a Guadala-jara y hemos dormido y desperta-do tantas veces que nuestros cere-bros se sienten como un rompeca-bezas (y les faltan piezas). Llega-mos al rancho de la hermana de Karina y a pesar de la hermosura, siento que me falta medio cerebro. Nos encontramos con un sol tapa-tío hermoso que nos cobija y al Spiderman que mide 1/2 metro de altura (el sobrino de Karina). Él nos mantiene alertas. Escuchamos a BUNBURY de vez en cuando para seguirnos animan-do ya que el concierto en Zapopan es mañana. No se nos olvidan nuestros planes, pero éste día ha-bía fiesta en grande. ¡Es el cum-pleaños de spiderman! ¡Busquemos al gato y su amante la gallina que necesitamos fotos de recuerdo! Después de tremenda fiesta nos vamos con las sobrinas de Karina (que están en plena adolescencia y con suficientes energías para corromper a estas tías). Nos fui-mos a “Wings” (un bar en Tlaque-paque) para escuchar a los ami-guitos pródigos de las sobrinas

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Y al final... terminó el show y sali-mos a que nos pegue el aire. Había mucha gente terminándose las cer-vezas, comprando camisetas y apurándose para salir. Nos acosta-mos sobre un cuadro de cemento a un lado del auditorio por la parte trasera para bajar la emoción. Bus-cábamos taxi pero con tanta gente mejor esperamos. Acostadas, me quedo cantando Trinidad hasta que nos vamos. ¡Qué día! Día 3, lunes 25 de octubre: Segui-mos desorientadas y cansadas. Las dos tenemos la misma camiseta de BUNBURY puesta y hacemos un poco de limpieza (a pesar de que nos sentimos fatal) en casa de la hermana de Karina. Después nos fuimos a la central de autobuses. Hoy nos vamos rumbo a Morelia, Michoacán para dos conciertos (si es que todo sale bien). Todo per-fecto hasta ahora; El autobús es bastante fino para lo que esperába-mos y milagrosamente dormimos horas. Llegamos a Morelia e inme-diatamente notamos el nivel de ten-sión en la ciudad. No podíamos conseguir taxi hasta que pagára-mos antemano y fuéramos escolta-das por una seguridad. Llegamos al hostal (con tanto viajar se necesita ahorrar dinero) y por milagro alcan-zamos cuarto. Conozco un poco la ciudad y nos fuimos rumbo a la pla-za de la catedral para ver que ha-cíamos en Morelia. Al dar la vuelta

en un portal, nos topamos con algo que no muchos tienen la suerte de ver: ¡Los Santos Inocentes! Nos encontramos a los Santos (Ramón, Rebe, Álvaro, Robert, Jordi y el jefe de Andrés) cenando bajo el portal. Nos acercamos a saludarlos pero lamentablemente no nos hicimos fotos con ellos por-

que ninguna traía ni celular ni cá-mara. ¡Qué suerte la nuestra! Los dejamos cenar (sin querer) y nos fuimos a fumar en el jardín para bajar la emoción. De ahí paramos en un bar donde tocan música tro-va, pero cerraron temprano. Nos mandaron a dormir, y a dormir nos fuimos. Día 4, martes 26 de octubre: Des-pertamos en el hostal, después de haber descansando una noche nor-mal, por fin. ¡Hoy es día de con-cierto; el primero de Morelia! Los nervios están a full, pero hay un pequeño problema: no tenemos boletos. Ésta es la preocupación del día. No alcanzamos boletos en las ventas. Dejamos eso a un lado y nos vamos de compras y de pa-seo. Un taxista nos contaba sus historias de cuantas veces los la-drones, narcos y corruptos lo han bajado del taxi y golpeado. Al decir-nos esto, nos empezamos a ver una a la otra preguntándonos si quizá nos lo decía porque nos iba hacer lo mismo. Y pensamos: que no sea nuestra última gira con Enri-que, por favor. Nos contó que la noche anterior secuestraron a su pasajero de mucho tiempo. Nos instruyó en como reconocer un taxi pirata. Fue información que usamos durante todo el viaje. Los piratas estaban en cada esquina. Llega-mos sanas y salvas a nuestro des-tino y al bajar le mire la placa… era legal (fiu). Después de comprar unos dulces Morelianos y prendas de ropa (Karina nunca había visita-do Morelia), nos fuimos al concier-to. Al llegar unas muchachas de la revista Urbaneando nos tomaron una foto. Uuf que famosas. Nos apuramos por comprar boletos a los que hacen reventas aunque nos la íbamos a rifar si eran falsos. Un señor los estaba vendiendo de re-venta a 1,500 pesos en sección VIP y un chavo a 500 en la sección trasera. Compramos los dos y nos "echamos un volado" con una mo-neda para ver a quien le tocaba VIP. Odio competencia porque siempre pierdo y más sabiendo cuanta suerte tiene mi rival (Karina). ¡Y vamos que me toca el VIP! Estaba feliz y desanimada a la

vez por Karina. Pero para su suer-te, el señor regreso con otro boleto VIP. ¡La libramos… Las dos con VIP! Es hora de disfrutar el concier-to, aunque aún estamos un poco desanimadas porque estos concier-tos no son "de pie" y nos tenemos que conformar con un maldito asiento. Otra vez comienza el espectáculo, algo que nunca puedo descifrar porque es algo que se tiene que vivir. Ver a Enrique para nosotras es como encerrarnos es un mundo donde todo lo de afuera es inexis-tente. Después del show enloquecemos comprando mercancía de Enrique. Esto parece un tianguis Bun-buryano… y es el paraíso. Intenta-mos conseguir un taxi pero con tanta gente es imposible. Casi nos subimos a un taxi pirata. ¡Que cer-cas! Por fin nos escapamos a un bar a cerrar la noche con broche de oro. Consejo: cuídense del mezcal si nunca lo han probado...

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Día 5, miércoles 27 de octubre: Despertamos desorientadas y sin ganas de nada. Hoy es día de turis-mo. Nos vamos por la plaza y la catedral. Nos tocó ver una manifes-tación de protesta en frente de la Catedral. Reclaman tierras, recla-man libertad, reclaman sobre los de

arriba que siempre se sientan en los de abajo, como canta Enrique. Cenamos mariscos, nos vamos a un tour en un tranvía, y acabamos en un museo de dulces. Más noche fuimos a otro tour en tranvía sobre las leyendas de la ciudad. Nos acompaño la cadena de televisión de Morelia: CBTV. Hola mama, es-toy saliendo en la tele. Nos retira-mos a un bar en el centro y des-pués nos fuimos a ver la película de “Paranormal Activity” como cierre de noche. ¿Y ahora como conse-guiré dormir? Karina, despiértate. ¡Micah! Día 6, jueves 28 de octubre: Hoy es el segundo concierto de BUNBURY en Morelia y el tercero en nuestro viaje. Llevamos más de la mitad de nuestro viaje y nos empieza a llegar un sentimiento agridulce. La hemos pasado tan incomparablemente bien que nos quisiéramos aferrar a Morelia. Nos falta hoy y Silao, Gua-najuato. Éste día no lo recuerdo muy bien. A estas alturas del viaje

las neuronas ya están algo inexis-tentes. Pero sí recuerdo que nos fuimos de compras por última vez y a sacar dinero porque nos estába-mos quedando pobres. Pobreza resultaría en no poder viajar a Silao y eso no puede suceder. Llega la noche y también el último concierto en Michoacán. Estos conciertos de Morelia han sido los mejores de la gira. La vibra, las canciones, y la energía es fantástica. Al entrar al Teatro Morelos nos compramos unos tragos y nos vamos a los mal-ditos asientos. Los nervios empie-zan como siempre. ¿Qué cancio-nes tocara ahora? Hoy Enrique ha cantado unas joyas de canciones. Entre ellas Dos clavos a mis alas” y Robinson. ¡JODER ESTO ES IN-

CREIBLE! Somos las únicas en cantar estas canciones y pienso: ¿Y Circo Circular? Al salir, nos vamos a una barra por unos traguitos agridulces (no se nos olvida que así como comienza el espectáculo, se tiene que aca-bar) y nos vamos a descansar que mañana hay largo viaje a Silao y mañana no dormimos. Día 7, viernes 29 de octubre: Me despierto más desorientada que Karina y nos vamos a desayunar pero sentí que pasamos horas ahí. No sé si fue el cansancio o que se acabaron los huevos. Comiendo, contemplamos el show de hoy: Si-lao, Guanajuato (tierra de mis raí-ces y tierra de José Alfredo). Esta-mos casi seguras que hoy tocará El Jinete. Éste será nuestro cuarto show y nuestros cuerpos ya nos piden descanso como el primer día (ya hace casi una semana atrás), pero nuestros ánimos gritan más. Siempre queremos más. Rumbo al

hostal le contamos nuestra historia al taxista y nos pregunta que si ya nos está cansando "ese tal BUN-BURY." Nuestra respuesta: jamás. Tenemos que llegar a Silao lo más pronto posible (queda a unas horas de distancia) pero el único autobús que sale de Morelia es a Guanajua-to (no a Silao). Y como si no fuera suficiente, la salida es a las 6 de la tarde (demasiado tarde). Otra op-ción era que un amigo mío en Méxi-co nos llevara, pero nos dejó plan-tadas. Nuestra suerte está dando una gira complicada. Estamos so-las en Morelia sin plan de transpor-te y con poco dinero. La única op-ción ahora: irnos en taxi. Nos llevó el hermano del taxista por 900 pe-sos (no tenemos otra opción). Nos miramos las caras por un instante y lo pensamos. ¡Vámonos, cueste lo que cueste! Le veo la placa: es le-gal. En camino, Karina se queda dormi-da (ya me estoy acostumbrando a eso) y yo me empiezo a sentir mal. Me dan náuseas y mareos con las comidas inadecuadas, los horarios, los viajes, los apuros, y el estrés. Me siento un poco mejor pero me quedo despierta y pienso: no vaya ser que éste nos quiera secuestrar. Aparte, estaba tratando de pensar donde íbamos a dejar nuestras ma-letas durante el show ya que no

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conocemos a nadie en Silao y no podíamos quedarnos la noche en ningún hotel (porque terminándose el show tenemos que irnos en auto-bús a Guanajuato para de ahí con-seguir otro autobús a Guadalajara y así subirnos al avión para Los Án-geles). Mucho viaje. Este último día fue el más cansado y apurado. Llegamos a la central de autobuses en Silao a rezando que hubiera lockers de alquiler y por suerte ha-bían. Guardar nuestras maletas en los lockers (y gracias a eso pudi-mos ir al show porque si no había lockers, no podríamos ir al show). Dejamos todo y nos fuimos al Audi-

torio del Bicentenario en taxi. Des-de lejos notamos la intensidad de éste concierto. Para llegar, el taxis-ta se tardó ya que había mucha gente tratando de llegar al concierto y sólo había una calle para llegar al cerro donde se encontraba el audi-torio. Eran más o menos las 5 de la tarde y era razonable que habría mucha gente en fila antes de noso-tras, pero no nos imaginábamos con lo que nos íbamos a encontrar. Era aquello una fila E-N-O-R-M-E. Parecía una cola de anaconda de los dioses. No veíamos el fin. Cada vuelta eran más nervios y más de-cepción. Aparte, estábamos en el cerro y hacía un calor insoportable. Estaba muy bien regulado: te da-ban un numerito con tu lugar en fila para que no te puedas meter al frente. Es la primera vez que veo esto en mi vida. Karina y yo tenía-mos los números 1120 y 1121 en la fila. Que decepción pero nada se puede hacer. Por lo menos llega-mos a darle la despedida a Enri-que y eso es lo importante. Por un instante pensé ver a los Santos Inocentes en una camioneta blan-ca. ¿Será Robert el de las gafas? Mientras caminábamos en fila, comprábamos comida de los ven-dedores ambulantes porque segu-ramente no íbamos a comer hasta mañana. Estábamos, listas para correr (con nuestras cámaras escondidas en lugares íntimos) y a Karina la detie-nen injustamente por su cinto y no sé qué otra tontería. Nos detuvimos ahí un buen rato. No me quise ir sin ella. Éramos como soldados en éste viaje, y no se permite dejar nadie atrás. Al ver la gente deján-donos, nos desesperábamos pero por fin la dejaron ir y corrimos a un sitio (que no fue tan mal). A pesar de todo estábamos en una posición de cuarta fila. Poco a poco y con maña logramos estar en segunda fila (y al final en primera). Comenzó nuestro último show. La gente era bastante agresiva (algo que no ha-bía experimentado desde el tour de El Viaje. Nos empujaban y usa-ban brazos como armas a la defen-siva. Silao le hizo una bienvenida a Enrique con cohetes y globos tipo

linternas. Fue algo nunca visto. Me conmovió, y al empezar el show me llenó de sentimientos agridulces porque se llegó el final. No me ape-na decir que se me llenaran los ojos de lágrimas. Queríamos más a pesar de que quizá no hubiéramos aguantado. En Los Ángeles sería otra cosa pero en tierras ajenas y sin ayuda de transporte ni nada, es difícil. Creo que al leer nuestra his-toria se darán cuenta de eso. Para mí es increíble lo que logramos hacer en una semana y creo por eso era fuerte concluir. Escuchar Las Consecuencias por última vez, fue difícil. El concierto estuvo bueno, como siempre, pero me sor-prendió que aquí en mi querido Guanajuato no pidieron tanto la canción de El Jinete como en Zapo-pan. Qué raro. Enrique no cantó ninguna canción nueva, pero aun

así fue emocionante. Al bailar las más animadas como El Extranjero ya nos costaba un poco más por el cansancio. Se me iba el aire de vez en cuando y los crueles vientos del cerro le calaban a Karina en los huesos. ¡Maldito viento! Se notaban los bajos ánimos. Bajos, pero pre-sentes. Por fin, cuando se despidió Enrique y despidió a los Santos Inocentes, nos despedimos igual con el tic toc del reloj que no para-ba. Teníamos las horas contadas como acercándonos a la guillotina.

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Era la media noche y nuestro auto-bús en Guanajuato se iba a la 1:30am. Con ésta presión salimos corriendo (literalmente) a buscar un taxi. Era aquello un caos que no habíamos visto desde Zapopan. Había 100 personas por cada taxi. Siendo la líder determinada que lo es Karina, encontró un bus público que iba para la central de autobu-ses de Silao (donde teníamos nuestro equipaje). Parecía que nun-ca saldríamos de ahí. Se tardó co-mo 45 minutos en salir del cerro y nos dimos cuenta que no llegaría-mos a Guanajuato a tiempo para conseguir el autobús. Dicho y he-cho. No lo logramos. Pero por suer-te un autobús en León, Guanajuato salía a Guadalajara en 30 minutos. Conseguimos taxi y nos fuimos pa-ra León. Otra muchacha compartió el taxi (mejor para nosotros a estas alturas que íbamos rumbo hacia la bancarrota). Por suerte apenas al-canzamos a subirnos al autobús. Sólo éramos 4 pasajeros. Se sentía la soledad de la noche a las dos de la mañana. Dos señores con mira-das muy atentas al frente del auto-bús nos dijeron: "Qué bien, tendre-mos compañía." Me inquieto eso, pero con el cansancio, nos queda-mos dormidas. Me despertó un rui-do. Al parecer se había dañado el autobús porque el chofer (de tanta prisa) golpeo la parte baja del bus. Dimos camino de nuevo y después de 3 horas me desperté al escu-char: "ya llegamos muchachas." Era el chofer que quería que nos bajáramos. Qué vergüenza. Des-perté a Karina y nos fuimos a la casa de su hermana. Teníamos un sueño maldito (el más maldito de todos). Llegando a la casa dormi-mos otra hora y media (de algo y nada). Día 8, 30 de Octubre: Al despertar teníamos cita en casa de “la tía” (la que hace el famoso pozole). Lo recomiendo. Llegamos, comimos, y les juro casi de inmediato nos fui-mos al aeropuerto. El avión se va y tenemos que estar en el. Ahora si no hay escusas y no podemos lle-gar tarde. Es hora de irnos a Los Ángeles (a “LA”). Hoy estamos tan cansadas que no pensamos tanto

en la nostalgia del fin de la gira, para nosotras, que ya quedo atrás. El domingo Enrique tiene que se-guir sin nosotras en Acapulco (el cierre de la gira Mexicana). No es-taría nada mal un viajecito a la pla-ya, un solecito, y una cervecita... pero es imposible. Enrique se tuvo que ir sin nosotras. Nos dormimos otra hora en el avión y al despertar estamos en tierras Americanas. Nos llega la realidad. Se acabó. Creo Karina está de acuerdo cuan-do digo que ha sido una de las gi-ras más inolvidables al lado de En-rique (si no la mejor). Entre más y más avanzamos por la migración en aeropuerto, más y más se siente aquello como un sueño o algo bo-rroso que nunca sucedió. Esperan-do en fila (para ser cuestionadas por el agente, entre franceses, ale-manes, y americanos que no tienen la menor idea de lo que hemos vivi-do) le pregunto a Karina y me ase-gura que no fue un sueño. Somos nuestros únicas testigos (Enrique también ya que creo nos reconoció en unos shows) y con eso me bas-ta. El último agente nos pregunta que hicimos en México, y le deci-mos que a una gira de conciertos. Nos pregunta que a quien fuimos a ver y sin pensarlo (y las dos con la camiseta de BUNBURY puesta) le respondimos al mismo tiempo: El hombre en nuestra camiseta. Ha pasado un día que llegamos mientras escribo esto (después de dormir 17 horas) y no consigo olvi-darlo. Cada vez que escucho la canción (y el disco) de Las Conse-cuencias me acuerdo. Por la letra y los recuerdos ya sentimos como si esa canción fuera nuestra. Pero hoy cambiando de página me sien-to aquí, escuchando a la canción "En el Lago" de Triana mientras tengo una película en pausa. Maña-na a trabajar y no queda más que decir que "Adiós Compañeros, Adiós." Gracias Enrique.

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El tiempo se hizo notar con el mal clima; primero el frío que no nos dejó sino hasta el medio día, luego un calor infernal que nos puso a todos un poco desesperados. Jun-to con esto el hambre que venía-mos cargando, nosotros por lo me-nos, desde la noche anterior. Y para rematar la pésima organiza-ción de la gente encargada del lugar, que cambiaba las disposicio-nes para el evento cada que se les ocurría una nueva regla para raza “Bunburyana”. A las diez de la mañana fue que comenzó a llegar gente por gru-pos. No éramos los únicos forá-neos, nos tocó ver camiones que venían de diferentes estados. To-dos al pasar nos miraban como asombrados… se preguntarían a qué hora habíamos tenido que llegar para estar en esos lugares tan privilegiados. Pronto entre la multitud comenzamos a distinguir a uno que otro imitador de BUN-BURY. Unos al puro estilo del Freak Show con su sombrero de copa, otros Radicales con la estola de plumas, y muchos más de texa-na, botas y vaqueros que nos re-cordaron al buen Hellville de Lu-xe. No pudimos guardarnos la risa cuando vimos a un niñito de unos cuatro años, entallado de pies a cabeza con el emblema de Las consecuencias; su sombrero con la cinta roja, el corbatín haciendo juego, y el chaleco y los vaqueros untados. Todo mundo quería to-marse una foto con el “mini clon” de Enrique. Me pregunto qué odi-sea debió pasar su mamá para convencerlo de dejarse el traje. A las tres de la tarde sofocados por el calor, nada nos cayó mejor que escuchar unos hermosos acordes de una legendaria canción que decía algo así como “Por una vez, lo que siempre soñé hacer, prométeme construir una sen-

había una especie de eco, que dejaba escuchar una voz profunda y potente, que reconocimos al ins-tante. Nos hizo recordar que esa noche estaríamos Frente a frente con nuestro ídolo y eso era lo úni-co que importaba. Así que paga-mos el ride y entonces fuimos a pedir información. Luego de varias confusiones res-pecto a la entrada, y de caminar de una puerta a otra en plena os-curidad, justo a las 6 a.m. estamos ya junto a unas veinte personas aguardando en una fila somnolien-ta, que más tarde se volvería rui-dosa y casi caótica. La persona que lideraba la fila había estado desde las ocho de la noche del jueves. Los demás habían llegado, igual que nosotros, en el transcur-so de la madrugada. Nadie habla-ba entonces, sólo se escuchaba Los restos del naufragio desde un celular. Hasta la voz de BUN-BURY parecía temblar con aquel aire helado. Fueron trece largas horas de espe-ra en la fila. Por la mañana reinó el silencio. Los guardias de seguri-dad mostraban una curiosidad ex-traña por aquello que veían. Se preguntaban quién sería aquel hombre que con su música podía impulsarnos a estar varados en aquel lugar desde tales horas. ¿Quién va a “estar”? – Enrique Bunbury - ¿Y quién es ese, de dónde es? – De España, fue voca-lista de Héroes del Silencio – ¿Qué música toca o qué? – (Me cayó muy en gracia que todos nos miramos extrañados… ¡no sabía-mos qué música toca nuestro ído-lo!) – ¿Rock?...vienen todos de negro. – Sí! Rock!; fusiones, músi-ca del mundo… usted sabe… Más tarde en el concierto los veríamos brincando y gritando, tal vez más emocionados que nosotros.

Mis CONSECUENCIAS : Silao, Guanajuato Silao, Guanajuato (29 de Oct. ’10)

Por: Geor Ale Ramírez

Por fin Jueves! Me encuentro en la central de Guadalajara con Omar, el camión hacia Guana-

juato sale a la 1:45 a.m. Ya en ca-mino estuvimos platicando, ambos íbamos emocionados, porque es-tábamos seguros que éste no se-ría un concierto más, éste sería “EL CONCIERTO”. Tratábamos de adivinar cuál sería el set list que Enrique y los Santos Inocentes nos tendrían preparado. Por si las dudas todo el trayecto fuimos re-pasando cada canción desde Ra-dical Sonora, procurando saber-nos todas de memoria. Omar me platicó que estuvo en apuros económicos los últimos días, y el último billete lo ganó ju-gando baraja. Yo por mi parte, la última semana estuve recibiendo dinero inesperado, de mis papás, mis abuelos y hasta mi tía, que parecían notar mi estado de com-pleta austeridad (o lo que fue para mí “La Crisis de BUNBURY”) y se volvieron bondadosos conmigo. Así que la suerte estaba de nues-tra parte; según nosotros, el des-tino nos quería en aquel lugar, lo cual nos hizo sentir más tranquilos y así disfrutamos el trayecto. Llegamos a la terminal de Guana-juato y de ahí tomamos un taxi hasta Silao. Dijo el taxista que esto no era cualquier evento, la cosa estaba en grande. Cerraron la feria por ese día, y en las noticias ha-bían advertido de la asistencia de una gran cantidad de gente; inclu-so recomiendan no entrar al lugar a menos que tengas pase para el concierto. Llegamos a las instalaciones de la Expo; el chofer duda en dejarnos ahí; el lugar aparenta estar desier-to y el frío de la madrugada nos hace pensar en devolvernos. ¿Qué hacíamos ahí quince horas antes del concierto? Puedo jurar que

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da…”. No pudimos contener la emoción, se escucharon gritos y todos comenzaron a coro, y eso que era únicamente la prueba de sonido; ya desde ahí se pronostica-ba algo tremendo. Como a eso de las cinco de la tarde lo que nos re-confortaba era saber que de unas diez mil personas, estábamos entre los primeros cuarenta. Las peleas por los lugares no falta-ron, lógicamente todos queríamos estar hasta adelante. Así que era un club contra todos los demás, avalanchas humanas, gritos, y casi golpes lo que nos tocó presenciar. Claro que al final todos sabíamos que estas no eran sino Las conse-cuencias de la pasión provocada por un verdadero “Héroe”. Una gui-tarra amenizaba las horas y servía para apaciguar el ambiente. Con La chispa adecuada, Lady Blue, Algo en común y otras cuantas, un Enri-

que mexicano, y un poco más mo-reno y bajito, nos hizo a todos los fans preparar las voces para cuan-do llegara el momento de la verdad. Con tiempo de sobra pudimos in-cluso formar nuevas amistades. Hablando del tema que más nos interesaba a todos, que era sin lu-gar a duda la música de Enrique, los lazos comenzaron a estrechar-se a tal medida que para la hora del concierto parecíamos ya un sólo grupo de amigos, y con ese único vínculo llamado BUNBURY pare-cíamos conocernos de hace años. Así que Omar y yo, ahora ya con nuevos compañeros, seguimos aguardando hasta justamente las 7 p.m. cuando por fin comenzó a ver-se movimiento y los de seguridad dieron el permiso para ingresar a la explanada. Estaban revisando a todos, y por alguna razón se brinca-

ron esa parte conmigo, así que en cuanto estuve dentro, corrí con to-das mis ganas hasta la barra de adelante. ¡No lo puedo creer! Luego de siete años de espera ¡por fin estaba ahí! Enrique Bunbury cantaría esa noche y yo estaría justo frente a él; con esa única idea en la cabeza sólo podía contar los minutos, que se me hicieron eternos. Unos dos metros nos separaban del inmenso escenario, lleno de reflectores de todos tamaños y formas. Los instru-mentos estaban ya en su lugar, listos para la acción. Y el micró-fono, también a la espera, diseñado con calaveritas en negro y rojo, para que estuviera en sintonía con el porte majísimo de su cantante. Poco a poco el recinto se fue lle-nando, el ambiente olía a ansiedad, y nadie apartaba la mirada de en-frente, pues aunque sabíamos que la hora aún no llegaba, todos pare-cíamos esperar que de un momen-to a otro Enrique apareciera en el escenario, dispuesto a saludarnos y tal vez hasta enredar unas cuantas palabras con los, hasta ese mo-mento, pocos asistentes. Por su-puesto, eso no ocurrió por más que la gente gritaba a coro el nombre de “ENRIQUE, ENRIQUE”… Las cámaras de la prensa mantu-vieron a todos entretenidos por un rato. Todo mundo agitaba los bra-zos y gritaban “a mí, a mí” querien-do ocupar un lugar en la foto del recuerdo. Queríamos que todos afuera se hicieran testigos de Las consecuencias que viviríamos esa mágica noche. Las luces se apagaron, y el recinto ya abarrotado en su totalidad, dis-puso primero un silencio expectan-te. Seguido comenzaron los gritos de euforia, la emoción al tope, y más de nueve mil corazones latien-do al full, pues lo sabíamos, estaba a punto de iniciar. Todos atentos a cualquier señal, y ahí entonces es-cuchamos las primeras notas de Las consecuencias, que empujaron al escenario al Aragonés errante. La sensación es indescriptible. Al

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verlo ahí parado, aferrado al micró-fono, con un traje que resaltaba su porte y su actitud de hombre de mundo. Y la luz blanca dándole de lleno en la cara, contrastando con la oscuridad de aquella noche. Mi corazón sonaba fuerte. Siempre sus canciones me han acompaña-do en ésta escuálida habitación rentada, mientras hago la tarea, o antes de dormir, o en el Macrobús cuando voy de camino a la universi-dad, y hace que todas las molestias del tráfico y la gente desaparezcan. Y sin más tener enfrente a la perso-na que sólo has imaginado por me-dio de su voz. Ni siquiera puedo contener la emoción ahora mientras escribo. Las consecuencias nos mostraron a un Enrique fresco, jovial, pero con un dejo de nostalgia y ternura que nos hizo contagiarnos y sentir a flor de piel las primeras canciones del gran repertorio que nos ofrece-ría esa noche. Los gritos de emoción se volvieron unísonos cuando comenzamos a corear Ella me dijo que no. Un tema que tocó fibras muy adentras en más de uno. Así mismo fue De todo el mundo. Las nubes de humo del escenario se movían de prisa empujadas por una ráfaga de vien-to y reflejaban la luz blanca; el mis-

mo viento helado alborotaba con fuerza el cabello de Enrique, y tam-bién alborotaba más la emoción; aquella interpretación fue magistral. Llegó la que fue carta de presenta-ción, Frente a frente, y entonces quedó claro… esa canción no pue-de ser de alguien más sino de el mismo Enrique Bunbury. Y el frío que parecía formar parte de la es-cenografía, vino a darle el toque especial a las canciones más amar-gas. Los habitantes trajeron consi-go un juego de luces que hacía todo lucir más espectacular, luego el majísimo trío de guitarras. Una por supuesto, más que aprobada por el público. Y luego de la presentación de su último álbum y con un brillo muy singular en sus ojos, Enrique conti-nuó con Enganchado a ti, y De ma-yor, que acompañó de un baile muy particular al puro estilo de su autor, y nos sacó así alguna risa y nos enfundó a todos en un nuevo am-biente mucho más alegre. Desde mi privilegiado lugar podía apreciar una gran sonrisa en el rostro de BUNBURY, que parecía estar bas-tante contento esa noche. Luego se dirigió al público, y con unas palabras, para algunos acusa-doras, y para otros reconfortantes haciendo referencias a la reciente

Ley de Arizona, presentó El Extran-jero, y puso a todos a brincar delan-te suyo; “Los nacionalismos aaaayyyy, qué miedo me dan”, de-cía Enrique, mostrándonos su fa-ceta más teatral y divertida con su interpretación. También los Santos inocentes pudieron demostrar su calidad en directo que es, sin lugar a duda, de otro nivel. Sucedieron El rescate y Hay muy poca gente, y Enrique junto con Álvaro Suite hacía rockear sin pie-dad sus guitarras. El concierto no podía ser mejor hasta entonces; pero nadie pronosticábamos lo que estaba a punto de venir. Enrique apuntó hacia donde estábamos “Los habitantes…” y dijo algo como: “Estos de acá lo saben”… y una guitarra nos introdujo al recuerdo con Senda, como perfecto homena-je a Senderos de traición. Ahí fue que nadie pudo ya contener las lágrimas, y aún coreando a gritos, pudimos apreciar la voz y la actitud de un BUNBURY, que de pronto pareció rejuvenecer ante nuestros ojos. Sin querer evocamos esos tiempos donde un muchacho flacu-cho y de pelo alborotado, se pre-sentaba al frente de una banda que prometía ser tal vez no más grande de lo que es ahora. Y fue esa voz poderosa y esa personalidad de guerrero lo que lo llevó a conquistar

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la mitad del mundo con Héroes del Silencio. Misma voz y presencia que ahora por sí misma estaba conquistando la mitad que hacía falta; aunque de pronto podría jurar que hablo de dos personas distin-tas. Ya al término de la canción no pudieron faltar nuevamente los gri-tos, que ávidos de nostalgia, prefe-rimos entonar, en lugar de ENRI-QUE, un estremecedor “HÉROE, HÉROE”. A partir de entonces, la experiencia fue otra. Ya sin su gui-tarra y sin saco, Que tengas suerte-cita sirvió para que tanto el público como Enrique nos deseáramos lo mejor mutuamente; Una reverencia y un “muchas gracias” con su mar-cado acento, correspondieron a todos los índices que le apuntaban mientras cantábamos “que te con-ceda la vida cada día lo que mere-ces, que no te falte de nada…”. Una vez más los Santos Inocen-tes pudieron lucirse con Sólo si me perdonas, una versión que musical-mente superó a las otras. Y BUN-BURY pareció tomarse muy en se-rio sus palabras, tanto que se tiró al suelo de rodillas mientras nos can-taba “Si me perdonas, si me das otra oportunidad…”, y nos conmo-vió de tal manera que olvidamos ahí cualquier pendiente que hubié-semos tenido en su contra. La mis-ma canción sirvió para que él se apoderara del escenario por com-pleto; iba de un lado a otro como para comprobar que todos estuvié-ramos en sintonía. Y luego a la ho-ra del flamenco llamó la atención de todas las chicas cuándo optó por sostener el micrófono en el bor-de de su pantalón, ¡Épico! Y claro, sólo para poder palmear junto con todos nosotros. De toda la presen-tación, sin duda una de las mejo-res. ¡Bravo Enrique! Con Sácame de aquí logró que to-dos nos olvidáramos del tremendo frío que aún azotaba a la ciudad de Silao. Y Sí, nos puso a todos a bai-lar y entonces sonó en el recinto un masivo “antes de cada cita, mi de-seo es que me digas SIIIIII… aaaau! ”, que seguramente pudo escucharse abajo en la ciudad. Yo podía sentir el piso vibrando en mis

pies. Luego vino Infinito, y ya para enton-ces el traje impecable y formal, co-menzaba a devolvernos al Enrique que todos conocemos. Sintiéndose cercano con sus seguidores se dio el lujo de bajar al otro nivel del es-cenario, con lo que provocó una ola de gente queriendo alcanzar su mano. Y entonces así, con los fans enardecidos (y muy despechados), ”un momento se va y se va…y se fue”, cantó BUNBURY, y anunció así lo que parecía el final, no sin antes pedirnos a todos que en la vida, sin contar lo que pasara, nada importaba más que Apostar por el Rock’n’roll, y vaya que todos está-bamos apostando fuerte esa noche, nadie lo podrá negar. Hizo cimbrar el lugar entero mientras cantaba “Ya no puedo darte el corazón, PERDI MI APUESTA POR EL ROCK, perdí mi apuesta por el Ro-canrol, PERDÍ MI APUESTA”, Y con un “Muchas gracias, hasta siempre” se bajó del escenario en contra de nuestra voluntad. Si hubiese sido el final, de verdad no habría rencor, pues hasta ese momento el concierto entero había sido magistral. Claro que nadie mo-vió un sólo dedo, más bien se escu-charon los miles de gritos que re-clamaban a ENRIQUE de vuelta. Afortunadamente fue todo un enga-ño, pues con ese ambiente más rockero, siguió El hombre delgado que no flaqueara jamás. Luego co-menzó a recordar a su compañero Nacho Vegas y su álbum a dúo, El tiempo de las cerezas, y sin más, una chica del público gritó ¡Puta desagradecida!... ¡Puta desagrade-cida!, asintió BUNBURY con una sonrisa. No hubo nadie que se que-dara sin cantar. La chica casi se deshizo en llanto durante todo el performance. Me dio un poco de gracia la particular conversación, pero lo entendí, cualquier señal de BUNBURY te hacía disparar todas las emociones. Una extraordinaria versión del himno Lady Blue, nos sacó a todos de órbita y sin duda provocó más de una garganta lastimada. Ade-

más nos hizo sentir positivos mien-tras nos cantaba “Desde hoy no temas nada, no hace falta ya, todo se fue con el huracán”; y si él lo decía, entonces era verdad. No

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había nada que temer en aquel momento. Y los Santos Inocentes pudieron lucirse nuevamente for-mando un tremendo trío de guita-rras, mientras Enrique bailaba en su propia fiesta atrás de ellos, dán-doles el crédito principal de esa canción. Es increíble la vibra que pueden transmitir todos juntos. Se despidió nuevamente, y sin BUNBURY en el escenario, la gen-te vitoreaba y pedía más de esa espectacular velada. Pasaron unos cinco minutos. Ya repuesto y ade-más con algunos retoques en el vestuario, recibimos de vuelta a ENRIQUE, con ese misterioso atractivo, y sin decir palabra, se sentó en el fondo del escenario, iluminado de rojo, y con guitarra en mano comenzó “A placer, puedes tomarte el tiempo necesario”… que a más de uno hizo llorar, y compla-ció entonces con la que sería una de las más coreadas de la noche. Casi al instante llegó lo que fue mi momento favorito de toda la aven-tura. Con sólo tres golpes del piano supimos de qué se trataba; como casi un regalo, Porque las cosas cambian. ¡Te la rifase Enrique!, fue lo primero que supe decir, pues personalmente es una canción tre-mendamente importante; para mí, el gancho que me hizo querer co-nocer más de Enrique como solis-ta. “Porque vuestra amistad me sostiene, de cumbia madre” dijo Enrique, y seguro él debió darse cuenta que podía contar con eso. En algún momento mientras canta-ba “Porque la ruina trajo consigo y de la mano las musas y porque me dejo querer por ti”, grité con todas mis fuerzas, y le hice saber que era por él por quien me dejaba querer , y con un ¡Amo tu música ENRI-QUE! y un beso a distancia fue que por fin logré su atención. Me desar-mó con tan sólo unos pocos segun-dos donde me miró y me ofreció una leve, pero tierna sonrisa; y fue ahí que decidí que todo el esfuerzo, palmo a palmo, había valido la pe-na. Mis amigos, igualmente emo-cionados me gritaban ¡GINA! ¡TE ESTÁ MIRANDO, TE ESTÁ MI-RANDO! Y yo no pude sino ser feliz

en aquel momento. Sabíamos que el final había llega-do, ya no teníamos nada más que pedirle, pero él decidió quitarnos cualquier duda, y así con El viento a favor, Enrique se despidió de nosotros. Y efectivamente, el viento soplaba más fuerte hacia el final de la noche. Qué canción más emble-mática para exhortarnos a conti-nuar y por supuesto que habríamos podido quedarnos otras dos horas y media en aquel lugar, sin embargo en ese momento nos agradecimos mutuamente, seguido los miles de aplausos, gritos, y uno que otro abucheo en contra del tiempo… luego él abandonó el escenario. Tras de él, los Santos Inocentes y las luces. Pero el silencio jamás llegó, pues con la remota esperanza de que Enrique volviera, todos juntos, a oscuras y a capela, comenzamos a entonar “La quería más que a su vida, y la perdió para siempre, por eso lleva una herida, por eso busca la muerte”. Pero la canción terminó y entonces quedó claro, Las con-secuencias tenían que llegar… ahora para alguien más. No hay nadie que pueda negar, que aquello fue otra cosa, de otro nivel. Enrique supo cómo llegar a sus

fans, se entregó por completo de principio a fin y nosotros igualmente supimos cómo corresponder su gesto. Fue esa afinidad mutua la que hizo que ese día fuera justo lo que Omar y yo veníamos planean-do desde más de un mes atrás…EL CONCIERTO. Podías ver la emo-ción en el rostro de la gente, que pronto se dispersó por toda la ex-planada, la mayoría aún gritando o coreando las canciones, otros con su escándalo por comprar algún souvenir con el rostro o el nombre de BUNBURY estampado. Claro que nosotros no pudimos quedar-nos sin nuestros recuerdos. Entonces Omar y yo nos despedi-mos del grupo de nuevos amigos y seguimos nuestro camino en el úni-co camión que quiso darnos ride; aún con la emoción al tope, bebien-do, cantando, todos habíamos sido víctimas de la misma fiebre, que para nosotros no acabó hasta que llegamos nuevamente a nuestra ciudad, justo en el lugar donde todo había comenzado. Y puedo jurar que aún sigo sintiendo los estragos de Las consecuencias; que serán sin duda las mejores que tendré en toda mi vida. Gracias Enrique Bunbury por ha-cer de nuestra aventura algo inolvi-dable.

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A la llegada al hotel (unos minutos después) pudimos compartir fotos de éste concierto utilizando como herramienta “facebook” y comparti-mos algo de lo vivido ese extraor-dinario día.

Se encendieron las luces y se po-día ver a los Santos Inocentes y tan sólo unos segundos después ahí estaba él, Enrique Bunbury tan grande e imponente al centro de un gran escenario donde el jue-go de luces era espectacular, es-cuchar su voz nuevamente en vivo hizo que nos hirviera el cuerpo; estábamos totalmente entregados a nuestro artista, se encargó de presentarnos su nuevo disco y con temas como De todo el mundo realmente la comunión era ya muy fuerte. Coreamos todos y cada uno de las canciones que nos iba rega-lando. El repaso de sus anteriores trabajos eran simplemente algo mágico, Enganchado a ti, Puta desagradecida, El extranjero, ¡Todas! Cuando la pasas bien el tiempo pasa rápido y después de 16 temas de pronto nos decía “con ésta canción nos vamos a despe-dir, apuesten por el r&r” y al termi-nar de cantarla salieron del esce-nario. El grito de ¡Enrique, Enri-que! volvía a aparecer ésta vez con mayor fuerza para alentar al Aragonés a regresar al escenario. Después de un par de minutos regresó ya sin la camisa sólo el chaleco que nos dejaba ver todos sus tatuajes para cantar El hom-bre delgado que no flaqueara ja-más, El rescate y Lady blue. Sa-bíamos que se acercaba el fin de éste primer capítulo, volvió a des-pedirse pero como todo gran artis-ta regresó a complacer a su públi-co una vez más… canto (el mismo dolor), Porqué las cosas cambian y la emblemática …y al final fueron los temas que sonaron en ese últi-mo bloque, siendo esta última can-ción un momento inolvidable por la forma de interpretarla. Ahora si el show había terminado nos fuimos del recinto con excelente sabor de boca y lo mejor de todo es que sabíamos que estábamos a tan sólo unas horas de un segundo show en éste mismo lugar.

Nuestras CONSECUENCIAS : Acapulco Acapulco (30 de Oct. ’10)

Por: Adriana Alvarez y Fernando Rosales

ún recordamos aquel 16 de junio fecha en que por fin adquirimos nuestros bole-

tos para poder ser parte de la nue-va gira de Enrique Bunbury, vivi-ríamos nuestras propias conse-cuencias, asistiríamos al Audito-rio Nacional (México D.F.) el 4 de octubre. Tres meses y medio nos separan de aquella fecha, pero al pasar de los días el nervio por ver-lo se incrementaba, eran tantas nuestras ganas de vivir algo inolvi-dable que decidimos ir a ver a nuestro ídolo desde su primer con-cierto en tierra Azteca , consegui-mos boletos para el 1 y 2 de octu-bre en Puebla. Llegada la fecha emprendimos el viaje hacia aquel estado (Puebla), después de 3 largas horas de ca-mino por fin llegamos en medio de la incertidumbre de no conocer, no lográbamos descifrar lo difícil de las calles, cuando por fin logramos instalarnos en aquel estado el tiempo sólo nos dio oportunidad de hacer lo necesario, la hora del con-cierto estaba ya muy cerca, sali-mos hacia aquel recinto llamado Siglo XXI donde al llegar pudimos darnos cuenta de que otros miles de fans estaban al igual que noso-tros listos y ya ansiosos porque esto diera inicio y desde las largas filas para entrar, el grito de ¡Enrique, Enrique! ya se hacía presente. Después de unos minu-tos por fin estábamos adentro (la primer buena noticia vendían chela adentro del recinto) no tuvimos que esperar mucho, se apagaron las luces y se escuchaba un exce-lente intro, un solo de piano, los gritos no cesaban aquello era un manicomio, todos tratábamos de ubicar a Enrique pero no se veía aún nada , después al sonar de una guitarra todos identificamos que el tema con el que se daba inicio al 2º round de esta gran gira era Las Consecuencia.

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Ese segundo capítulo (2 de octu-bre) trajo consigo nuevas y muy gratas sorpresas al poderle escu-char temas diferentes como Lo que queda por vivir, Alicia o la extraordi-naria El boxeador, además de 2 grandes temas de Héroes del Silen-cio Iberia sumergida y La chispa adecuada con la cual cerró este segundo gran concierto, todo fue increíble, 2 grandes presentaciones en Puebla. Llegaba el 3er capitulo (4 de oct) eran 6:30 pm a las afueras del Au-ditorio Nacional la gente alborota-da , souvenirs por doquier y noso-tros tan nerviosos y emocionados como si fuera la primera vez, al final del día era el 1o de 5 concier-tos en el D.F. Las grandes sorpre-sas de la noche senda y para cerrar otro gran concierto El aragonés errante, otra gran noche y para no-sotros era nuestro 3er concierto consecutivo. El 5 de octubre aún con la emoción en el cuerpo queríamos más de Las Consecuencias así que deci-dimos seguir la gira y no dudamos en comprar boletos para las 2 si-guientes fechas 6 y 7 de octubre. Todo estaba pasando tan rápido y de verdad lo disfrutamos plenamen-te aún recordamos cada concierto, cada canción, cada movimiento, llegó el 4º concierto y nos deleita-mos con uno de los mejores cierres Vámonos y El tiempo de las cere-zas para nosotros uno de los mejo-res conciertos de ésta gira. 7 de octubre y 5º recital aún había más sorpresas La chica triste que te hacía reír era coreada por más de 10 mil almas. Un par de cancio-nes más tarde disfrutamos de un dueto increíble, BUNBURY pre-sentaba a Adanowsky como uno de los grandes y entonces sonaba Déjame llorar (Collar de perlas) uno de los mejores momentos de esta gran gira ¡¡¡ I n o l v i d a b le ¡¡¡ Después de ésta fecha la gira reco-rrió varios puntos del país (Aguascalientes, Durango, Torreón, y Monterrey) para después el 18 de octubre regresar nuevamente al

Auditorio Nacional. Nosotros está-bamos más que listos para nuestro 6º round y este gran artista no deja-ba de sorprendernos para éste día otro gran dueto nos esperaba ahora el turno era para otro grande Car-los Ann, la canción Desmejorado y para otro cierre espectacular llega-ron Aunque no sea conmigo y Nun-ca se convence del todo a nadie de nada. Este concierto fue muy espe-cial porque fue nuestro último con-cierto en el D.F. y hasta ese enton-ces pensábamos que el último de la gira… …Después de 6 inolvidables con-ciertos que nos llenaron de aventu-ras, adrenalina y mucha pasión, aún nos esperaba el Forum Impe-rial en Acapulco Guerrero para vivir nuestro séptimo y ahora si último round. Estuvimos en la apertura de ésta gira en tierras Aztecas y un mes después la vida nos regalaba la oportunidad de estar también en el cierre… 24 temas sonaron en éste último show siendo …y al final y La chispa adecuada los temas que eligió para despedirse de Méxi-co. Esto es la mejor experiencia bun-buryana que hemos tenido hasta el momento, ahora sólo nos queda una cosa por hacer, poder convivir

con BUNBURY al menos unos se-gundos teniéndolo frente a frente. La espera nuevamente comienza…

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Una vez alojados en el hotel de-bíamos recoger las entradas en un local de Ticketek justo al frente del Gran Rex pero cuando llegamos había mucha gente y decidimos ir al Gren Rex a tomarnos unas fotos con los afiches de Enrique pero aquí empezó la aventura: escucha-mos la prueba de sonido de un grupo de rock que se presentaba esa noche y pudimos comprobar que era muy fácil ingresar a la pla-tea sin que nadie lo notara... tenía-mos que repetir esto para la prue-ba de sonido del concierto de Enri-que. El día 03 de noviembre, aprove-chamos en conocer un poco la ciudad (hermosa por cierto) y fui-mos al teatro a las 5PM con la in-tención ingresar a la platea. Ésta vez había seguridad pero la emo-ción era mayor y logramos entrar al teatro en un descuido de seguri-dad. Una vez adentro sólo tenía-mos que evitar que nos pillen; la prueba de sonido ya estaba en marcha, sobre el escenario estaba

También llevaba un regalo para Enrique: hecho con plata peruana por artesanos peruanos... en reali-dad era la primera vez en mi vida que tenía todo planificado y con mucha anticipación. Con mi buen amigo Percy emprenderíamos este viaje extraordinario, este viaje irre-petible y difícil de imaginar... inclu-so soñaba con encontrar a Enri-que y su tripulación en el aero-puerto de Lima y ¿por qué no? coincidir en el mismo avión: des-pués me enteré que Enrique llegó a Buenos Aires desde Lima un vuelo antes que en el que yo viajé y regresó a Lima un vuelo después del que yo viajé, por supuesto sólo hacía escala en Lima.

Porque emprendemos nuevos viajes extraordinarios Buenos Aires (3,4,5 de Nov. ’10)

Por: Mario Florian

odo empezó a principios de año: Enrique empezaría una nueva gira y de hecho vendría

a Sudamérica... esperaba que Pe-rú fuera uno de los países afortu-nados (incluso había una página de Facebook que pedía que Enri-que visite Perú). Ésta vez tenía que ir ver a Enrique y no importa-ba donde sería... las semanas pa-saron y se inició la gira en USA (sólo alcanzaba a ver en YouTube las entrevistas y parte de las pre-sentaciones). Cuando se confirmó el Round II de la gira y se sabía que Argentina era el país afortuna-do empecé a soñar y a hacer mis sueños realidad: eran tres presen-taciones y no sólo una con la que ya hubiera quedado feliz, compré los boletos por teléfono e incluso conseguí fila 1 para una de las presentaciones (esto no me lo po-día creer), compré los boletos del avión, el hotel ya estaba reservado (ya hasta aquí era demasiado co-mo para ser realidad), hice unas camisetas de Enrique que las usa-ría en mi viaje y una bandera pe-ruana con la imagen del barco pi-rata de De Todo el Mundo pero decía "Enrique Bunbury De Todo Sudamérica".

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Ramón y Rebe, luego llegaron Jordi, Álvaro y Robert... no po-díamos tomar fotos por el flash así que empezamos filmarlos. Casi dos horas después ya tocaban canciones como El Rescate, Apuesta por el R’n’R, Desmejora-do y de pronto apareció Enrique cuando ensayaban Porque las co-sas cambian... la cámara de mi buen amigo Percy se quedó sin batería. Enrique empezó a inspec-cionar todos los detalles del esce-nario: luces, sonido, guitarras, to-do... y empezaron a ensayar pero, ¡Ya con Enrique! esto ya era de-masiado y pude haber muerto de un infarto en ese momento. Era casi un concierto privado y no me lo podía creer... empezaron con El Rescate, Porque las cosas cam-bian, Desmejorado y Canto... an-tes de que empiece Canto me que-dé sin batería y ya no pude grabar más. Había cantado y vivido lo suficiente en ese momento. Algo extraño era que al terminar las canciones nadie aplaudía de pie sin cesar ni le gritaban Maestro ni le daban las gracias a Enrique pero a pesar de eso era el mismo que con público: la misma fuerza, la misma mirada, los mismos ges-tos, la misma potencia. La banda, el sonido y las luces eran de lo mejor... luego de Canto Enrique y la banda empezó a retornar a sus camerinos y encendieron las luces del teatro y quedamos al descu-bierto... ya faltaba menos de una hora que se inicie el primer con-cierto de Enrique y por supuesto que nos pillaron y nos echaron del teatro... fue un tipo muy amable el que nos echó: gracias por ser tan cortés Sr. del Teatro que nos echó... Estaba ya en plena presentación y aún no me lo podía creer: ¿era realidad? o ¿era un sueño que empezó a principios de año? todo fue espectacular, impecable, nue-vo, con mucha fuerza, estaba en primera fila y Enrique se acercaba y nos miraba al cantar, Jordi me lanzó una púa que no pude atra-par... conforme transcurría el con-cierto me sentía angustiado por-que sabía que iba a terminar en

cualquier momento y las dos horas de show habían sido extremas pero no suficientes... hubiese pre-ferido que el concierto durase toda la semana... o toda la vida... Al salir del teatro Copi accedía a que

me tomara una foto con él... En éste día también otra de las mejo-res aventuras del viaje: empecé a conocer a mis nuevos amigos ar-gentinos... todos de lujo… El día 04 de noviembre fue diferen-te y mejor, en el Hotel Madero con-seguí fotos con Rebe, Ramón,

Jordi, Álvaro y Robert... también conseguí sus firmas en mi disco de Las Consecuencias... ya tarde Enrique salió sin detenerse y tuvi-mos que resignarnos a esperar hasta el día siguiente para conse-guir su firma y, quizás, una foto con él... La hora del show llegó rápidamente y sin tiempo que per-der ya estábamos dentro del tea-tro: ansiosos, felices y esperando el momento de que Enrique pisara el escenario... no sé si el concierto

fue mejor que el anterior o sólo fueron nuestras almas ya entrega-das al maestro Enrique pero hubo mucha fuerza y faltó garganta para cantar con Enrique durante las benditas e infinitas dos horas que duró el show... finalmente sucedió lo mismo que el día anterior: la angustia y nostalgia se apoderó de

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mí nuevamente al saber que esto tendría su final y volveríamos al hotel luego... Enrique es infinito pero el tiempo no lo es y es una pena dejar el teatro pero al mismo tiempo una alegría indescriptible por lo vivido y una esperanza ma-yor por lo que viviremos en el ter-cer concierto del día siguiente... Al salir nuevamente lo del día ante-rior: amigos argentinos de lujo, encantadores... quedamos en ir por unos tragos al Hotel Madero: todo parecía indicar que sería una noche infinita de las que no duer-men y camino al hotel detuvimos el taxi de golpe en medio de la vía porque encontramos a toda la ban-da en el único Bar de Puerto Ma-dero tomando unas cervezas: era el momento de conocer más de cerca aún a la banda y así fue... conversaciones, cervezas y tabaco con Rebe y Álvaro hicieron la no-che de festejo y admiración en otro sueño hecho realidad... mis bue-nos amigos Percy, Mechy y Elisa eran mis socios... El día 05 de noviembre amaneció muy temprano: el Hotel Madero nos esperaba y había mucho por conseguir... intercambiar algunas palabras con Enrique, entregarle le regalo que con mucho cariño y emoción tenía para él, la firma del

te es un momento mágico como tantas veces lo he imaginado pero nunca esperaba que sea parte de la realidad ni parte de mi vida… La presentación de esta noche fue especial para mí... canciones co-mo De todo el mundo o Los habi-tantes fueron tan mías, tan viejas, tan familiares, tan íntimas como lo son El extranjero, Alicia o El Res-cate... es que se te pone la piel de gallina, los ojos se humedecen de lágrimas, los pelos se ponen de punta y te tiemblan las piernas... en fin ya todo estaba dicho... Enri-que se marcharía y apenas salien-do del teatro ya lo empezábamos a extrañar, ya nos abrazábamos, ya lo echábamos de menos a pesar de que alcanzamos a decirle ¡Adiós! cuando salió en su furgón del estacionamiento del teatro... luego, afuera, todos conmociona-dos, en shock, sin voz, rogando por más, felices... Ya queremos que nos alcance pronto la nueva gira, las nuevas canciones, las nuevas noticias, los nuevos discos, los nuevos videos en YouTube... Quique, como con tanto cariño gritábamos el teatro, volverá pron-to y ya lo estamos esperando en pie, como soldaditos de plomo... ojalá que tengamos la fortuna de verlo nuevamente y repetir estos momentos que ya son parte de nuestra historia personal y que le contaremos a nuestros hijos y a nuestros nietos… Muchas gracias Buenos Aires, mu-chas gracias hermanos y herma-nas argentinos, muchas gracias Ramón, muchas gracias Reveren-do, muchas gracias Jordi, muchas gracias Álvaro, muchas gracias Robert... Santos Inocentes…Muchas, muchas, muchas gracias Enrique… Mario - Perú.

disco y una foto con él... eso era pedir un milagro y sólo quedaba seguir soñando... mis buenas ami-gas Patricia, Claudia y Techi esta-ban allí y sólo cruzábamos los de-dos para tener la suertecita de ver a Enrique aunque sea de lejos... pero no fue así... increíblemente conseguí todo lo que esperaba... inclusive y para mi asombro tuve una conversación más o menos así: Mario: Enrique, te traje un presente desde Lima, Perú... es en agradecimiento a ti y a tu música... espero que te guste… Enrique: Muchas gracias, de se-guro que me gustará... (Esto lo dijo mirándome mientras extendía la mano para recibir el pequeño rega-lo y luego extendía la otra mano para estrechar la mía y decir nue-vamente "gracias"...) Mario: Enrique gracias a ti, mu-chas gracias a ti (mientras nos estrechábamos la mano durante un momento corto pero inmenso) En la bolsa del presente alcancé a introducir la bandera peruana de la que describí al principio de ésta crónica... Y por supuesto que con-seguí que me firmara mi disco y por supuesto que conseguí una foto con él... creo que fue momen-to de esos en los que se junta un siglo y un segundo... o simplemen-

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Y llegó la hora de entrar, todo es-taba muy tranquilo, la gente ansio-sa y nosotras preparadas para pasar una noche increíble, como sin dudas lo fue. Con unos pocos minutos de retraso suena una her-mosa melodía, costumbre en los shows de Enrique, que indica la apertura de la noche y luego si, Las Consecuencias, la primer can-ción de los tres shows; que sensa-ción, parado en el centro del esce-nario con su traje y su sombrero y regalándonos esa voz inigualable,

sica en la fila 1, tan solicitada; Ahora sólo faltaba guardarlas y esperar 78 días para el gran mo-mento. Pero éste año era distinto, nos habíamos propuesto conocer a BUNBURY y no rendirnos hasta conseguirlo; esto sumaba más ansiedad y pasábamos todos los días pensando en los posibles pla-nes para encontrarlo mientras esté en nuestra ciudad, era divertido imaginar y pensar en ese momen-to, en qué decirle o qué hacer una vez frente a él, y nada nos iba a impedir verlo para agradecerle todo lo que nos hace sentir y por acompañarnos día a día con sus canciones. Pasaron los días y llegó el 3 de noviembre, todo estaba listo, cum-plimos con nuestras obligaciones diarias (facultad y trabajo) y a las 5 de la tarde nos marchamos entra-da en mano hacia el Gran Rex, donde al llegar nos encontramos con la clásica prueba de sonido que podíamos escuchar desde el hall del teatro, en ese momento sonaba Desmejorado.

Nuestras CONSECUENCIAS : Buenos Aires Buenos Aires (3,4,5 de Nov. ’10)

Por: Debra Silva y Jesica Sánchez

s difícil expresar con palabras todo lo vivido éste año (2010) en torno al maestro BUN-

BURY, pero vamos a intentarlo. Todo empezó el 9 de agosto de éste año, cuando se pusieron a la venta las entradas para el concier-to del día 3 de noviembre en el teatro Gran Rex de Buenos Aires y el cual mi amiga y yo habíamos esperado con ansias desde la no-che que terminó el concierto del Luna Park, el 31 de octubre del 2009, durante el Hellville de tour. Pero éste año queríamos volver a estar en primera fila, y debido al agotamiento inmediato de las mis-mas tuvimos que conformarnos con la fila 9 y 14. Al día siguiente y de sorpresa para todos, comienza la venta para el segundo concierto el cual se realizaría el 4 de no-viembre en el mismo lugar, ésta vez me tocó la fila 23 y a mi amiga la 2. Unos días después, ya sin esperanzas de volver a verlo des-de el lugar privilegiado que tuvi-mos en el 2009, llega la noticia de su tercer y último show, ésta vez la cita era el 5 de noviembre, sin du-darlo y gastando nuestros últimos ahorros, compramos nuestras en-tradas; yo en fila 6 y mi amiga Je-

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junto a los Santos Inocentes. A la lista de canciones le siguió Ella me dijo que no, De todo el mundo, Frente a Frente, Los Habitantes, y luego continuó con las canciones que no pertenecían al último disco; la novedad, para quienes no nos estudiamos los sets list de Estados Unidos y México fue Senda, y finali-zó la noche con Canto (El mismo dolor), Porqué las cosas cambian y El viento a favor. Un concierto in-creíble como él, que como siempre pasó rápido y te deja con las ganas de seguir escuchándolo. Pero por suerte, ésta ocasión no fue como el año pasado, y nos restaban dos noches más para deleitarnos con su voz y su música. Al salir del teatro busqué a mi ami-ga y nos fuimos rápidamente a la puerta del hotel donde se hospeda-ba Enrique y su equipo; a la media hora llega una camioneta y vemos que descienden de la misma Álva-ro, Ramón, Jordi, Rebe y Robert. Les pedimos sacarnos fotos y muy amablemente accedieron, y luego conversamos sobre el recital, por supuesto les preguntamos por En-rique pero lógicamente no nos dije-ron nada y no insistimos, ellos subieron y nosotras esperamos, en vano, parece que BUNBURY había llegado antes que nosotras como nos dijeron algunas personas de seguridad, asique no quedó más que emprender el viaje hacia nues-tras casas. El día 4 de noviembre, un poco más tarde que el día anterior sali-mos hacia el Gran Rex, ésta vez se sumo mi novio y la hermana de mi amiga para disfrutar del espectácu-lo. El repertorio fue parecido al del día 3, la novedad fue Iberia Sumer-gida de Héroes, y algunos temas que variaron fueron, Algo en Co-mún, Contar Contigo, Alicia, Bujías para el Dolor, El Anzuelo y finalizó con Lo que más te gustó de mí, Doscientos huesos y un collar de calaveras (única canción con la que lloré, la cantó de una manera tan especial que me caló hondo), y pa-ra cerrar … Y al final. En ésta oportunidad no pudimos ir

al hotel y volvimos a casa directa-mente, pero nos quedaba una opor-tunidad más, el día 5. Ya un poco agotadas, debido a que dormíamos 2 horas por noche, la tarde del viernes 5 de noviembre nos presentamos en la puerta del teatro por tercera vez y con un “plan b” en mente para conocer en persona al maestro. Una vez más Las consecuencias sonó para dar comienzo y el resto del repertorio fue una mezcla entre el del día 3 y el día 4. Un momento para destacar es en el que el publicó comenzó a cantar: “Olé olé olé olé, Quique, Quique” y él agradeció recordando

que la última vez que lo llamaron “Quique” fue en la primaria.

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Los últimos tres temas de la noche no los presenciamos, ¿Por qué?, porque parte del plan consistía en salir antes del lugar y dirigirnos a la puerta del hotel para poder llegar a tiempo y que BUNBURY no entre antes. Así fue que tomamos un taxi, le indicamos el destino al chofer y nos dice: ¿Dónde quedaba ese hotel?, pensamos seriamente en bajarnos, no podíamos perder tiem-po, pero luego lo recordó y aceleró el auto. La adrenalina era inmensa, queríamos llegar y verlo bajar de su camioneta. Una vez ahí, comenzó la espera, no estábamos solas, nos acompañaban personas conocidas que tenían el mismo objetivo; pero para desilusión de todos la camio-neta que lo trasladaba entró por la puerta del estacionamiento, no po-díamos creerlo, todo lo que había-mos hecho no resultó, y lo primero que recordamos fue que ¡nos perdi-mos tres temas del concierto!; pen-sábamos que hacer, ninguno se quería ir sin verlo, pronto partiría hacia España y ya no habría posibi-lidades de conocerlo hasta el 2012, así que la decisión fue pasar la no-che afuera y esperar que salga a la mañana siguiente tal como escu-chamos que iba a suceder. Nos sentamos frente al hotel y de pronto alguien sale con un vaso en la mano y con fisonomía parecida a Enrique pero se echó para atrás rápidamente, todas las personas presentes enloquecimos y por lar-gos minutos entonamos, mejor di-cho, desentonamos algunas can-ciones con la esperanza de que nos escuche. Luego fuimos a co-mer algo en una estación de servi-cio cercana, y charlamos largo rato hasta que a las 4 de la mañana volvimos a la plaza que se encon-traba en frente del hotel, ahora sólo éramos 4 personas, mi amiga, y dos conocidos más, hablando, rién-donos, y observando continuamen-te la ventana a la que anteriormen-te le cantábamos, rogando que las horas pasen rápido, y pensando si serviría de algo no volver a nues-tras casas y pasar la noche ahí, y aunque nada era seguro, las ganas de conocerlo no nos dejaban dar-nos por vencidos.

Eran las 8 am aproximadamente y para sorpresa nuestra se abre el ventanal de Enrique, una emoción enorme nos abordaba, pero surgió algo inesperado, no era BUN-BURY, es más, ni siquiera era pa-recido a él, y eso que Jesica juraba haber visto su pelo característico. Las carcajadas eran infinitas, y hoy es una de las tantas anécdotas de esos maravillosos días de noviem-bre. A eso de las 9 de la mañana co-menzaron a llegar los músicos que venían del festejo por los shows en Argentina. Nosotros teníamos sue-ño y sobretodo hambre, asique desayunamos facturas con jugo en el banco de la plaza que nos servía de mesa. Según lo que sabíamos la camione-ta vendría a buscar a Enrique a las 11 am, y rondando dicha hora llegó. Inmediatamente cruzamos y per-manecimos al lado, comenzó a lle-gar más gente hasta que en un mo-mento éramos unas 30 personas esperando, pero BUNBURY no salía y la paciencia era algo difícil de controlar, hasta que rondando las 12 del mediodía, el momento tan esperado llegó, ¡Salió BUN-BURY! Mi amiga y yo estábamos paradas delante de todos los pre-sentes con nuestras cámaras en mano. Él se mostró muy amable, nos acepto un regalo y una carta, contestó preguntas y afirmó que con la gira del próximo disco esta-rán recorriendo toda América. Co-mo recuerdo de ese día nos que-dan sus autógrafos, las fotos y un vídeo donde ésta registrado uno de los momento más hermosos de nuestras vidas, además de lo más fuerte y lindo del momento, su mira-da. Si pensamos en algo que faltó sería conocer a Jose Girl, a quien tam-bién admiramos y respetamos, pero nos conformarnos con mandarle una tarjeta ya que no tuvimos la oportunidad de encontrarla. Los shows fueron magníficos, los temas muy bien elegidos.

Sin dudas este 2010 es un año inol-vidable, ¡Gracias por tanta alegría Enrique! Y gracias a Club de los Imposibles por dejarnos transmitir nuestra vivencia.

bunburydeluxeargentina.com

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ba sin las primeras filas. Hasta que encontramos “al amigo del amigo de un amigo que tiene un amigo que vive en Buenos Aires” que podía hacernos el favor de com-prarlas por nosotros. En fin… una super pullman bastante alejada del escenario calmaba amargamente mi ansiedad y exigía hasta cam-biar la cámara fotográfica. De ahí en adelante ya teníamos un pié puesto para el 5 de noviembre en el Gran Rex, con sólo el ticket en la mano de un desconocido comenzamos a organizar el viaje, los pasajes, la hospedería y a afi-nar los últimos detalles que se ba-saban en juntar el dinero para TO-DO lo demás.

apoyo. La barrera más potente se había derrumbado con facilidad. El segundo paso era ver la manera de conseguir las entradas, y sin tener amigos, familiares ni conoci-dos se nos hizo bastante difícil el encontrar a alguien de confianza que nos las comprara (de echo no confiamos hasta que nos pasó los ticket, es decir, hasta el mismo día del concierto la asistencia a éste era incierta). El intento de sacar una visa a mi edad es casi imposi-ble por lo menos en mi país… y fue quizás el primer escalón más difícil de subir, o mejor dicho el más tedioso. Las entradas se po-nían a la venta, y se iban rapidísi-mo y a las pocas horas aparecían las reventas duplicando el valor original, y nuevamente me queda-

Mis CONSECUENCIAS : Buenos Aires Buenos Aires (3,4,5 de Nov. ’10)

Por: Stephanie Valdes G.

e a poco las esperanzas de tener a BUNBURY junto a los Santos Inocentes en Chile se

fueron desapareciendo, si bien muchos mantuvimos despierta la ilusión poco a poco tuvimos que comenzar a prepararnos para de alguna manera no perdernos de el gran show. Con mi pareja comen-zamos a ver todas las posibilida-des para no estar ausente (nuevamente) en uno de sus con-ciertos, y lo más cercano que po-díamos costear por razones de dinero y tiempo era Buenos Aires, Argentina … con eso bastó para comenzar a soñar y a crear. De a poco comenzamos a ver que hacer para poder hacer realidad ese sueño… ¿trabajar? ¿En que tiempo?… si los estudios nos re consumen, la fecha de los concier-tos coincidían con las últimas en-tregas finales de trabajos y algu-nos exámenes en la universidad, además mi constante inasistencia no me permitía faltar a NINGUNA clase más de dos de mis ramos. El año anterior la banda había pisado suelo chileno, y yo no pude ir, sin duda era la deuda que tenía que pagar, y afrontar cada una de las surgentes consecuencias. Lo primero era ver la manera de conseguir el permiso para no per-der el segundo semestre en la uni-versidad… entonces la típica es matar a alguien ¿o no? La que tuvo el honor de morir fue mi tía abuela, residente en Buenos Aires dado que tras el golpe de Estado chileno en 1973 salió expulsada de Chile, desde entonces ha re cons-truido su vida en Argentina… (La única tía abuela que alcancé a conocer murió hace más de una década) en fin, a dar pena a los profesores y directora de carrera que ante la escusa no hicieron más que darme condolencias y

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El día del viaje llegó, y dado lo im-provisado del viaje hubo que ma-marse 28 horas en bus desde San-tiago a Buenos Aires para lo cual un poco de ropa, algo de dinero en los bolsillos el carnet y unos sánd-wich en el bolso bastaba y sobraba, el camino nos enseñaría... Sabía-mos que nada iba a ocurrir, pero ya estábamos sobre esas ruedas ale-jándonos de la certeza de pisar tu suelo, estar con tu gente cerca de tu barrio. Íbamos rumbo a Buenos Aires persiguiendo un sueño. Durante el largo viaje iba con “una sed de ilusiones infinitas”, iba rum-bo al primer concierto del Aragonés Errante, a mi primer concierto de Los Santos Inocentes. El éxtasis y la ansiedad me rasgaban los hue-sos. ¡Que ganas de conocerlo!, ¡de estar cerca de Enrique! ¡De cono-cer a la banda¡ … faltaba muy po-quillo para ello. En esos momentos mi compañero de vida era el que se mamaba cada una de mis estupide-ces, estaba ahí conmigo, y no pre-cisamente por Enrique ni la banda, sino por que en el viaje no me pa-sara nada. Fuimos el día del primer encuentro de BUNBURY y los Santos Inocentes con el público argentino, a esperar afuera a ver si aparecía alguno de los chicos. En ese entre-tanto se asomaban algunos que venían rogando por una entrada, o por siquiera saludar a Enrique. Apareció la banda, recuerdo a Ro-bert saludando a quién se le pusie-ra por delante mientras el resto de la banda aprovechaba de pasar rápido para alistar la función que estaba a poco tiempo de empezar. Ese día nos encontramos con otra pareja chilena ( José y Carolina) quienes venían en una situación similar a la nuestra, con la misma ilusión y la misma esperanza bun-buryana. Junto a ellos y a una amiga colom-biana partimos al otro día a hostigar a Enrique al hotel (anda …es im-posible no hacerlo) y para nuestra impresión a los minutos de estar ahí aparece saliendo de Hotel Ma-dero.

Creo que es imposible narrar la emoción de verlo tan cerquita, de poder abrazarlo y contemplar cada uno de los detalles, evidentemente no se compara con el placer de poder disfrutar de su talento en vi-vo, sin embargo no es algo que se pueda dejar pasar como un detalle nada más. Había más gente, y todos estábamos alucinados con la presencia fugaz del Aragonés quién fue bastante cercano y simpático con cada uno de nosotros, recibió regalos, halagos, abrazos y besos de todos. En mi caso… mi novio tenia que pelear conmigo para que me le acercara…simplemente esta-ba petrificada. No podía acercarme, no podía hablarle solamente quería quedarme contemplándolo. “Pero

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ya que se va pronto no seái gueo-na, anda, anda” será… de no ser por él y sus retos creo que no ten-dría ni una foto con él, ni un abrazo ni beso ni nada. En cosa de 4 minu-tos sube al furgón junto a Jose Girl y se van. “Eso fue todo el show amigos, la función ha terminado”. En fin… llegó el día de nosotros, y el último de la banda frente al públi-co argentino, ese fue un día de lo-cos. La ansiedad llegó al clímax, la emoción y el nerviosismo me re mataban. Fuimos a pasear en la mañana, a comer algo, a dejar y traer unos encargos (cual burro de carga) y sobre todo a buscar nues-tros tickets para el concierto donde el chico que amablemente nos hizo el tramite de comprarlos. Volvimos para alistarnos e ir al Gran Rex. Se apagaron las luces y de repen-

te un Enrique erguido comienza:

“Las consecuencias son inevita-

bles el vértigo es la perfección de la

belleza el invierno es peor que la

primavera” Entonces la emoción

me desbordó, mi piel erizada, mis

lágrimas comenzaban a inundarme

las pupilas, mi mano apretaba a mi

pareja, y mi garganta se comenza-

ba a aflojar para gritar que el ve-

rano es lo mejor e incuestionable.

Desde Entonces no dejaría de can-

tar y emocionarme con cada cosa

que se hiciera en el escenario.

No queda nada más que dar las gracias a esa persona, que tuvo que pagar mis propias consecuen-cias además de las suyas, a los argentinos que nos ayudaron y los que hicieron nuestra estadía un poquitito más grata. A los chilenos José y Carolina, grandes fanáticos de Enrique, y hermosas personas. A Enrique y a los Santos inocen-tes sobre todo por su música que nos hizo y (espero) nos seguirá haciendo aventurarnos en busca de su espectáculo. Stephanie Valdes Gonzalez Ciudad origen : Santiago de Chile

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rayos… truenos… avión… ¡¡¡Flash!!! Andrés está sentado en el mismo lugar por donde han pasado todos los demás antes. El confesionario de Alicia le llamamos. Aquí se han dicho cosas que nadie imaginaba. Todo está guardado en discos du-ros de oro. Enrique es el que más veces ha pasado. Ahora está An-drés. Llevamos dos días en San Diego. En la entrevista dice que está siendo la mejor gira de su vida… la de sus sueños… eso lo compartimos muchos creo… pe-ro… ¿yo no estaba en Málaga?... sonido de lejos… avión que vie-ne… golpe… Quedan apenas 2 horas para que comience el primero de los con-ciertos en Málaga. Entramos a camerinos. En la primera sala mi gran amigo Nacho y el Musti. Qué alegría. Voy a saludarlos. Pero vaya caras de preocupaciones que tienen. Me mira Nacho. Ya me

y también saluda. Enrique y Jose y sus sonrisas nos recuerdan qué bien nos lo pasamos cuando que-damos. Abrazos. Risas. Recuer-dos. ¿Qué van a tomar? Yo una cerveza… sonido fuerte… veloci-dad… la cámara se mueve brusca-mente y ¡¡¡Pum!!!... Cervezas. Llevamos toda la noche buscando cervezas. Se han aca-bado. Yo me voy a dormir ya. En Boston al amanecer hace frío. Me duermo en Alicia. Todos dormi-mos. De repente golpes en la puerta… ¿tenéis cervezas? ¿O sólo yogures?... fundido y flash… golpe… Hemos acabado de comer. Nos vemos en el recinto. Me voy a ca-sa de mi amigo de Málaga y en el camino suena mi teléfono. No co-nozco el número, pero habrá que cogerlo. Una voz familiar me salu-da con mucha alegría. No hay du-da. Desde la gira de USA no la oía, pero es Andrés… zumbidos…

LOST in CONSECUENCIAS TOUR: capitulo II Málaga (26,27 de Nov. ’10)

Por: Alexis Morante (700g Films)

hora sí. Tranquilidad. Abro los ojos. A ver, un volante, un espejo retrovisor, una

carretera que dejamos atrás, una novia, voy a 110… espera, una novia, el mar, todo en español, una venta, aceitunas… esto no es USA on the Road… esto es la Costa del Sol. Ah sí, voy camino de Málaga. Ya, ya recuerdo. Mira, un autobús negro… extraños sonidos… ruido de avión que se estrella… mirada larga a cámara y ¡¡¡Bam!!! Flashback… primer día de gira en Tucson, acaba el concierto y una cola de fans conducen como locos detrás del Bunbubus… comienza a correr demasiado el Bus…Alicia no puede con ellos y nos quedamos atrás. Sonido contundente de avión… choque y… Ya hemos llegado a Málaga. He-mos quedado con Enrique y Jose para comer. Llegamos al restau-rante. Un gran amigo de Enrique nos saluda. También está Mónica

56 FANS ON THE ROAD

suelta la primera: “ahora no que estamos resolviendo un problema”. Este es mi Nacho… ruido… es-truendo… pum… Nacho se me acerca. Aleti, ha ve-nido a ver a Enrique. Ven que tie-nes que grabarlo. Increíble que haya venido a Carolina del Norte, donde no viene nadie. Pero claro, también estamos nosotros, que es más raro todavía. Me acerco al camerino. Le doy a grabar. Nacho me abre la puerta y… ¡In the Name of Love! ¡Bono!... avión de pasada… explosión… Seguimos caminando por el came-rino Malagueño. Qué alegría. Aho-ra sí. Abrazo con el crack Nacho. Abrazo con el gran Mostaza. Abra-zo y besos con la buena de Mari-sa. ¿Y la cámara? No hombre no. Eso era en EEUU. Aquí estamos en Andalucía. Aquí no se trabaja, según dicen por ahí. De fondo se oye a los mejores músicos del mundo tocando música celestial. Es la hora de las pruebas. Me acerco al escenario y qué postal navideña más bonita. Ahí están todos. Ahí están esas siluetas que tanto hemos retratado. Ahí está la cabeza redondeada del Maestro Mena. Ahí están las caricias del Rebe a su mueblebar, que a veces es un teclado. Ahí está la melena al viento del Robert. Ahí está el Ramón sentadito en la sombra. Y ahí está la figura esbelta y marcho-sa de Álvaro. El Rebe me ve por el rabillo del ojo. Terminan de tocar y lo primero que dice en voz alta el mamonazo es: “aquí huele a traga-sables”… avión de lejos… caída libre… sonido de accidente…

echar un poquito para atrás, no vaya a ser que tropiece conmigo y vayamos a liarla. Ya están todos en el escenario. Suena “El Club de los Imposibles”. Impresionante. No conozco a nadie de esta gente, pero algo me dice que algo va a cambiar… viento… tormenta… avión cayendo… Pasa Musti por mi lado. Estamos en zona backstage. Suena melo-día de Erik Satie. Allí estoy otra vez con ellos. Pero esta vez es Málaga, es mi tierra, al lado de mi casa. Junto a mí, Elisa. Podría irme ya para las gradas a disfrutar del concierto, pero no puedo. Ten-go que verlo de nuevo. Málaga ruge. Luces apagadas. Ahí van. Entra Rebe, entra Jordi, entra Ál-varo, entra Robert y entra Ra-món. Se queda Enrique sólo. Esto ya lo he visto yo antes. Pero… ¿y mi cámara? No, que estamos en Málaga. Ahora sí que los conozco a todos. Le toca a Enrique. Ahí va. Sí que algo ha cambiado. Mucho. Y la canción ya no es “El Club de los Imposibles”. Ahora son “Las Consecuencias”. .. sonido poten-te… viento de nuevo… ¡boom! A ver. Un ordenador. Pantallas. Discos duros… ah ya. Estamos montando el documental. ¿Pero yo no estaba en Málaga? www.700gfilms.com www.vimeo.com/weare700gfilms www.youtube.com/700gfilms www.facebook.com/700gfilms

crash… Tragasables. Así nos llamaban en la gira. Esos éramos nosotros. El equipo del documental. Los de la camarita. Los más jóvenes, pero no los más marchosos. Los de la caravana. Los chicos de 700g. Los Aletis. Los caníbales, andaluces, graciosillos. Los pesados con el puto micro de los huevos. Los que había que despistar. Los que ha-bía que avisar para las fiestas tam-bién. Pero ante todo, los cuatro amigos inseparables que se reco-rrieron EEUU en una gira llena de gente maravillosa. Aquella tarde, en Los Ángeles, en casa de Enri-que y Jose, todos cantábamos… qué está pasando… sonidos fuer-tes… avión… Reencuentro con todos en los pre-vios al concierto. Qué de tiempo sin vernos. Qué de recuerdos. Los instrumentos todos afinados. Hom-bre Román qué alegría verte. Las escuchas calibradas. Coño Libi qué de tiempo. Las luces todas sin fundir. ¿Miguel cómo va la cosa? Esto se escucha o no se escucha. Raúl encantado de verte de nue-vo. Nada de ruidos, todos son so-nidos. Pero Chinas que estás igual, no has cambiado nada. Nor-mal, sólo han pasado 5 meses. Pues parece que hace una eterni-dad. ¿Y cómo va el documental?... velocidad… estruendo… flasha-zos… ¡bang! No puedo escuchar nada. El rugir del público no me deja oír lo que dices. ¿Cómo? Ah, que me aparte un poco que viene Enrique. Vale. El Azteca lleno hasta la bandera, esa que no está puesta al revés. Dicen que 90.000 personas. Pasa Musti por mi lado… bueno, yo aún no lo conozco. Dice que faltan 5 minutos. Apagamos luces dijo an-tes. Todos caminamos hacia el escenario. Oscuridad pero mucha ilusión. ¿Le has dado a grabar Alexis? Sí, creo que sí. Todos caminan hacia el escenario. No conozco a ninguno de la banda, pero seguro que son buena gente. El último Enrique. No parece mal tío, pero por si acaso me voy a

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Bienvenido a casa y muchas GRACIAS Zaragoza (3 de Dic. ’10)

Por: Manuel Solans

omenzar hablando del concier-to sería lo normal pero quiero contaros alguna curiosidad

anterior al concierto. Llevaba a mi hijo a su clase de música cuando, parados en un semáforo, escuché al señor de al lado hablarle a su nieto de unos diez años. Y lo que le esta-ba diciendo era si quería ir con él al concierto de BUNBURY. A simple vista puede parecer algo normal, pero escuchar a una persona que ya tenía por lo menos sus 60 años ha-cerle esa propuesta a su nieto me confirmó el alcance que la música de Enrique Bunbury tiene hoy en día,

no se centra sólo en la gente joven y en los que hemos mamado su músi-ca durante mucho años, es algo que va más allá y que alcanza a diversas generaciones. Y en el concierto de Zaragoza a pesar de haber una ma-yoría de gente joven gente de treinta y cuarenta años también puede comprobar la presencia de personas de más avanzada edad. Y el segundo aspecto sobre el que quiero hacer un pequeño comenta-rio, a pesar de no ser nada nuevo, es sobre la entrega y profesionalidad de Enrique y de toda su banda. In-

dudablemente el concierto de Zara-goza era algo especial, la ciudad en la que nació y en la que se fue me-tiendo en el mundo de la música. Pero si comparo el concierto de De-troit con el de Zaragoza, consideran-do el tamaño del escenario (el pe-queño escenario del St.Andrews Hall de Detroit y el gran escenario dispo-nible en el Palacio de deportes de Zaragoza) o la cantidad de público (varios miles en Zaragoza vs un po-cos centenares en Detroit), resulta que la pasión y energía que Enrique y los Santos Inocentes pusieron en

ambos conciertos fue prácticamente la misma. Dejando claro nuevamen-te que Enrique es un apasionado de su profesión y que cuando se sube a un escenario se entrega al máximo sin tener en cuenta si hay uno ó mil espectadores.

Pero vamos a centrarnos de una vez en el concierto. Como cualquier niño que cuenta los días que faltan para que llegue la Navidad y le den sus regalos, en mi caso iba contando los días que faltaban para que llegara el concierto. Afortunadamente un viaje que tenía para esa semana se pudo cancelar así que ya no había riesgos de que una pérdida o un retraso de los vuelos pudieran fastidiarme el concierto. Además esta vez podría ir al concierto con mi mujer lo cuál también era algo que quería. Poder estar en el concierto de Enrique y

estar al lado de mi mujer era doble motivo de satisfacción. Algo que me llamó la atención fue ver la pista del palacio de deportes llena de sillas. Habiendo vivido uno de los conciertos de la gira america-na no podía imaginarme un concier-to de Las Consecuencias sentado

en una silla. La última vez que había visto este Palacio de deportes con esa configuración fue en el concierto que dio Raphael en Zaragoza el año anterior en el que también todas las personas estaban sentadas. Con unos pocos minutos de retraso se apagaron las luces, la música co-menzó a sonar y los Santos Inocentes y Enrique comenzaron el

espectáculo. Las Consecuencias abrió el repertorio. A la que siguieron las canciones de este último disco, con un sonido rotundo y que clara-mente dejaba ver que llevan ya mu-chos conciertos encima. De hecho Enrique ya nos dijo al comenzar el

concierto que hasta ahora siempre empezaba las giras en Zaragoza y a veces algunas canciones no salían tan bien como debían, pero que esta vez Zaragoza era una de las últimas paradas con lo que no iba haber nin-gún problema. Le siguieron otros temas de su último disco como Ella me dijo que no, De todo el mundo, Los habitantes, etc. La gente aguan-taba en sus sillas más o menos, has-ta que comenzaron los acordes de Frente a frente momento en el que la gente empezó a levantarse de sus

asientos y a bailar y a saltar. Y una vez repasado su último traba-jo Enrique se centró en repasar te-

mas de trabajos anteriores, de las que quiero destacar una de mis fa-voritas El rescate. A Enrique se le

veía entregado y en un continuo idi-lio con todo su público. El guiño a los tiempos de Héroes del Silencio se hizo visible con la interpretación de Iberia sumergida y la siempre tradi-cional y brillante versión de Apuesta por el rock’n’roll. En los bises no faltaron canciones como Lady blue, Por que las cosas cambian, … Y una de las sorpresas de este concierto fue la presencia como artista invitado de Javi Iñigo

quien con su trompeta aportó un brillante añadido a temas como Bai-lando con el enemigo e … Y al final. Y el broche de oro al concierto lo puso con La chispa adecuada. Y al final, y como suele ser habitual, uno que les escribe acabó práctica-mente sin voz, pensando lo rápido que había pasado el concierto, total-mente entregado a este gran artista y empezando ya a contar los días, sin saber siquiera cuándo será la siguiente actuación. Pero confíenos que no pase mucho tiempo y que la siguiente evolución musical de Enri-que sea tan buena como las anterio-

res y nos sorprenda un poco más a todos sus fieles seguidores. Mientras tanto seguiré escuchando su música y como última anécdota contaros que mi hijo de 8 años que lleva 3 tocando el violín me sorprendió hace bien poco ya que está sacando los acordes de Frente a frente así que yo creo que no tardará en sacar la canción entera. Desearos un feliz 2011, que sea un

año próspero para todos en el que

tengamos alguna sorpresa de Enri-

que.

58 FANS ON THE ROAD

Hasta siempre Enrique y por su-puesto hasta el próximo concierto.

Con un público vitoreándolo, acla-mándolo y con muy pocas ganas de salir del Liceo, acabó un con-cierto MARAVILLO y AUTENTICO como siempre.

Mis CONSECUENCIAS : Barcelona Barcelona (8,10 de Dic. ’10)

Por: Dolores Alquézar Cáncer

l día 8 de diciembre de 2010, en el emblemático Liceo de Barcelona, España, nuestro

REY realizó un CONCIERTAZO con mayúsculas, con un sonido espectacular. Donde todos sus fieles se pusieron de pie, por pri-mera vez, al oír El Extranjero, el Liceo se rindió a sus pies. Como siempre un Enrique entregado a sus canciones y a su público, agra-deciendo la acogida del Liceo con un tema para mi especial El resca-te, hablando con el público con humor y dejándose la piel en cada nota. Con una mención especial a sus Santos Inocentes que estu-vieron a la altura de los más gran-des. A todo esto el público no se pudo resistir a escucharlo sentado y acabamos levantándonos, can-tando y bailando, como si fuera un concierto en un pabellón. Pues no se puede resistir a oírlo, verlo, y no cantar sus canciones, vivirlas, sen-tirlas, emocionarse y porque no volverse “loco” al escuchar a este pedazo de ARTISTA, nuestro REY, MAESTRO, IDOLO. Hay una canción que su titulo po-dría resumir lo que se siente con Enrique DE TODO EL MUNDO, ese es él y su público. “No hay edades, ni razas ni condiciones” que no se rindan a sus pies, desde mi hijo Antonio, 11 años, que se pone súper nervioso en los con-ciertos y no puede dejar de mirar-lo, mi hija Saskia, 15 años, que canta todas su canciones, mi com-pañero Toni que siente verdadera pasión y yo que no tengo palabras para decir lo que siento al oírlo en directo. Oscar y Pili que hicieron un viaje relámpago desde Huesca y a todos que desde diferentes puntos de España han venido a verlo al Liceo, hace que te sientas orgullo de ser fan de Enrique, es-perando que él se sienta orgulloso de sus fans.

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AGRADECIMIENTOS

A cada uno de los participantes por compartir momentos tan especiales y por cada imagen:

México Ma. Ivette Rivera Miranda, Jorge L. Cruz Santiago, Angélica Martínez B., Alejandro Pichardo, Elia Estela Martínez A., Mónica Ruiz, Fernando Vázquez, Cesar Corral, Osiriss Valles, Manuel Martínez, Melissa De Mustaparta, Edgar Daniel Vega H., Adolfo Vela, Roxanne Moreno, Geor Ale Ramírez, Adriana Alvarez y Fernando Rosales.

Argentina

Mario Florian, Debra Silva, Jesica Sánchez y Stephanie Valdes G.

España Alexis Morante, Manuel Solans y Dolores Alquézar Cáncer

Así mismo aprovechamos la oportunidad para agradecer a los miembros de Club de los Impo-sibles en facebook por todos los mensajes desde cada uno de los recintos haciendo de esta gira una experiencia inolvidable y acércanos a todos los recintos de una forma virtual y disfrutar a la distancia cada uno de los conciertos. Gracias de verdad por todo el apoyo y aportación.

AGRADECIMIENTO ESPECIAL

Alexis Morante: por compartir una vez más un excelente escrito que incrementa las ansias de ver el documental, gracias infinitas por mostrarnos una perspectiva distinta de esta inolvidable gira.

Jose Girl: de todo corazón gracias por compartir tus tesoros, nos sentimos alagados y muy agradecidos por permitirnos disfrutar visualmente y con imágenes hermosas lo que sin duda ha sido la mejor gira de nuestras vidas. Gracias, gracias, gracias.

www.josegirl.com - www.facebook.com/JOSEGIRLPHOTOGRAPHY

Enrique Bunbury: nada de esto fuera posible sin tu música, la cual es parte fundamental de nuestro diario vivir y ser partícipe de tus conciertos es todo un privilegio. Gracias por hacer mú-sica de calidad y compartirla con tu público. Gracias por las giras y por visitar nuestras ciuda-des, y sobre todo gracias por apostar por el rock‟n‟roll y por reinventarte en cada disco. ¡Esperamos tu próximo álbum!

www.enriquebunbury.com - www.facebook.com/bunburyoficial

CRÉDITOS

Foto de portada, Letter from the editors, contraportada y páginas de introducción: Jose Girl

Dirección y Maquetación, Ayuda en la corrección, Graficas y vídeo promocional:

Susanne Nolasco y Ed Nolasco Diseño de portada, contraportada y páginas de introducción: Susanne Nolasco

Apoyo Técnico: Ed Nolasco

Sugerencias: Oscar Benavides, Nubia Rodríguez, Adolfo Vela y Michelle Rugel

Una producción de: Club de los Imposibles Los Ángeles, California - Marzo de 2011