EUCARISTIA JESÚS Burgaleta

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LA EUCARISTIA

36 La Eucarista, sacramento de comunin

37 La eucarista, sacramento de comunin

Jess Burgaleta

1996-1997

LA EUCARISTA, SACRAMENTO DE COMUNIN

Introduccin.

La Eucarista es el Sacramento ms importante, y en l, como consecuencia, incluyen varias opciones, y a su vez, del concepto que se tenga de la Eucarista dependern otra serie de cosas, como la manera de celebrarla, de vivirla, de compartirla, etc. As pues, siendo la eucarista el Sacramento ms importante, en l influyen la Cristologa, la Eclesiologa y la concepcin de los Sacramentos.

1.- Cristologa.

De la cristologa depende la Eucarista, porque ste es el sacramento del Cuerpo de Cristo. Segn como entendamos a Jesucristo, depender de cmo entendamos la Eucarista.

Hay distintas formas de plantear la Cristologa dependiendo de su punto de partida; una de ellas, que podramos llamar descendente ve la vida de Cristo como un parntesis entre la Encarnacin y la Pasin-Resurreccin, como ejemplaridad y propuesta de la imitacin de Cristo. Para ella, en la Eucarista ya se realiza objetiva y plenamente la salvacin del hombre; de esta manera la Eucarista es vista como sacramento que perpeta en la historia la presencia del Dios encarnado, la nueva bajada del Verbo a la carne bajo las especies de pan y vino, el anonadamiento del Verbo que ofrece su Gracia objetivamente, independiente de la humanidad.

Consagrado el pan y el vino, Cristo ya est presente por decisin del Padre. La Eucarista tiene entonces una eficacia ex opere operato, una santificacin objetiva que el hombre la recibe, ya realizada, de modo esttico.

Es la Cristologa tradicional. La Cena es el anticipo del Sacrificio de Cristo en la Cruz, rememoracin o actualizacin de la Cruz; a nosotros se nos aplican los mritos de la muerte de Cristo por los pecados que hemos cometido.

Otra Cristologa, llamada ascendente, hace nfasis fundamental en la vida de Cristo en unin con todo el Misterio de su persona. La vida es el desarrollo del mismo acontecimiento salvador de Dios, una realidad que se va expresando a lo largo de su vida, que se fragua poco a poco en la medida en que Dios hombre se va haciendo segn el designio de Dios. Hasta llegar a la eclosin de su muerte y resurreccin..

Vida de Jess como apertura a Dios y a la solidaridad, entrega y donacin, ser para los dems, muriendo por fidelidad al proyecto de hombre que asumi.

La Eucarista es comprendida desde esta visin, como celebracin de su vida en comunin y de su fidelidad hasta dar la vida; no es una Eucarista abstracta sino que se realiza en la historia, en la medida en que se vive y se asimila al proyecto de comunin; es un sacramento que depende de la verdad de la comunin en ltima instancia ( en el origen depende del don de Dios), en cuanto que su misma comunin es la manifestacin de la presencia de Dios en Jess gracias a la manifestacin del don del Espritu que empieza a crear esa comunin.

Es una realidad que hay que ir hacindola en la historia y es por lo tanto, memorial subversivo contra todo el estado de cosas que impide el proyecto de comunin entre los hombres.

En la primera visin, es una cristologa en trminos cultuales, representando la vida y muerte de Cristo como un sacrificio, pago, o precio por el pecado, expiacin redentora, acto vicario o sustitutorio por nosotros, una Eucarista como culto a Dios segn la virtud de la religin.

Todo esto hace surgir un vocabulario muy particular para referirse a ella: sufragios, ofrenda, vctima, altar, sacerdocio, pontfice, tabernculo, hostia, santificacin...

Y unido a ello una piedad eucarstica como desagravio y ofrenda permanente.

Desde el segundo planteamiento se ve a Cristo entendido desde la originalidad escatolgica que l inaugura; desde Cristo empez lo definitivo y lo anterior es sombra y figura: por lo tanto, se celebra el ser en la historia hombre y mujer segn el querer de Dios, al servicio de los dems. Jess, en su vida, inaugura la verdadera relacin con Dios, relacin solidaria que nos impulsa a ser lo que l mismo realiz; su proyecto es la develacin de nuestro proyecto.

As la eucarista se transforma en la celebracin de la solidaridad mutua de Cristo: hacia los hombres y de nosotros con Jess, sacramento de esa apertura de Cristo presente; en la vida en comunin se realiza el sacramento fundamental de Dios presente en toda comunin; es la celebracin del amor compartido, del servicio al que ms lo necesita, culto definitivo y nico..

La Cristologa de Cristo descendido da una Eucarista fisicista en la que se habla de la presencia fsica del cuerpo de Cristo, cuerpo celeste, y la epclesis o invocacin al Espritu Santo queda reducida a una transubstanciacin fuerte para transformar el pan y el vino; es, pues, extrinsecista.

Si es concebida la Eucarista como edificacin humana, que Jess muerto entra en plenitud de relacin con Dios y con nosotros y el universo, reunin del Cuerpo de Cristo, comunicacin del Espritu hoy en medio de la Iglesia, surge una Eucarista entroncada en la Iglesia, sacramento de la presencia del resucitado, comunin y presencia del cuerpo de Cristo.

Qu queremos decir cuando hablamos de la presencia de Cristo en la Eucarista?. Con la primera aproximacin hay que subrayar que la misma realidad de Jess, cuerpo, alma, divinidad, etc., se hace presente ya glorificado. Pero si Resurreccin se entiende como presencia de Cristo por medio de su Espritu, solidaridad de Jess con los suyos, se dar otra manera de vivir, creer, compartir y hacer comunin.

En definitiva, de la manera de comprender a Cristo y su Misterio depender la concepcin de la eucarista como presencia de Cristo y Cuerpo de Cristo.

2.- Eclesiologa.

El Cuerpo de Cristo es la Iglesia. Si pensamos la iglesia de modos diferentes, esto dar diferentes modos de acercarnos a la eucarista.

Con el modelo eclesiolgico jerrquico desde donde se define todo en la Iglesia por afirmacin o negacin, surgir una concepcin de la Eucarista que depende de los poderes consacratorios del ministro, como instrumento unido a la humanidad de Cristo, independientemente de la comunidad; eucarista distribuida a los fieles y se participa de ella desde la inferioridad; surge el dualismo clrigos-fieles y la desigualdad en la Iglesia: una eucarista exterior a la comunidad, trada de fuera por el ministro consagrador. Una realidad objetiva en la que el ministro, slo con que quiera realizar lo que la Iglesia hace, ya la realiza, aun sin fieles o incluso sin que est en comunin con la Iglesia.

Con el modelo de pueblo de Dios como Iglesia, desde la comunin de la comunidad producida por el Espritu, la Iglesia como cuerpo de Cristo en la historia, realizada en la fraternidad que somos, surgir una concepcin de la Eucarista unida a la comunin de la comunidad que la celebra, cuya cabeza es Cristo.

No se podr expresar comunin si no hay comunin... la comunidad es el sujeto de la accin eucarstica y la Eucarista ser una realidad interior a la Iglesia, que emerge dentro aunque la fuente sea gratuita (Dios y Cristo donado). No se va a recibir lo que no se tiene sino a sacar a la luz la realidad fundamental que es la fuente originaria.

3.- Sacramentos.

En la Eucarista incide tambin el concepto de sacramento que se tenga. Si es escolstico, se necesitan al menos cinco milagros para explicarla. Si por el contrario, se pasa de la categora de signo a la categora de smbolo, se recuperan horizontes inmensos para su explicacin, catequesis y celebracin y no habr en ella ms milagro que el de que Dios nos quiere.

As pues, como la Eucarista es el ncleo de la vida de la Iglesia, produce una enorme sensibilidad y es difcil y conflictivo, pues toca la mdula de la propia experiencia de la Iglesia.

Qu es la eucarista cuando la celebramos?

Ante todo es comunin. La realidad del sacrificio se refiere a la comunin. La esencia de la Eucarista es una esencia operante.

Qu pasa con esta accin de la Iglesia actual que tiene tan poco que ver con la Cena del Seor? Qu hacemos al celebrar la eucarista en medio de la sociedad en la que vivimos? Estamos sembrando el reino o consolidando la sociedad desconciliada?

En la Eucarista hay un grito de justicia, fraternidad, accin proftica contra una sociedad que no comparte el pan, la vida, sino al contrario, que se come al otro. La Eucarista no es para recibir sino para dar, para compartirse, darse.

Cmo se ha reducido el memorial subversivo del condenado en la Cruz a este ceremonial aquietante? La Eucarista, es opresora, justificadora de la divisin de clases, de la explotacin, contradiccin radical con nosotros mismos? (1 Cor 11: ...nos comemos y bebemos nuestra propia contradiccin...).

La Eucarista es una bomba pero le hemos quitado la espoleta y no explota evangelizadoramente. Se puede celebrar la eucarista en comunidades sin comunin? No hay comunin en la calle; por eso hay que buscar el ncleo de la Eucarista en nuestras comunidades, en la calle, en lo nacional y en lo internacional, porque el amor es internacional, as como lo son la solidaridad y el compartir.

Vivimos en una sociedad de lucha que hace casi imposible el amar: conculcacin de los derechos fundamentales de la persona, discriminacin, desaparecidos, violencia, terrorismo, distribucin inicua de la riqueza, etc. La Iglesia misma est afectada por estas situaciones porque las vivimos los bautizados, que somos al mismo tiempo miembros de esta sociedad.

Frente al engendro de las ideologas que dicen que hay comunin donde no la hay, queremos explicar la eucarista recuperando la celebracin honesta de la misma. La ideologa habla de paz donde est la guerra, cuando la comunin pasa por reconocer al enemigo y a la guerra. Todo esto est en el corazn mismo de cmo celebramos la Eucarista. Si nos contentamos con el rito, hacemos la corrupcin de las corrupciones...

A nadie se le ocurre inventarse una Eucarista, que est ya inventada; pero llevarla a la prctica, de manera sencilla, habiendo un principio de comunin, sin considerarla como algo maravilloso, eso es ya difcil.

Esto no quiere decir que la Teologa actual no tenga el derecho y la obligacin de interrogarse sobre ella y perfeccionar lo que se ha ido perdiendo y encontrando.

La Eucarista es el centro de la vida de la Iglesia, el modo de celebrar ms importante y en ella aparecen los defectos y cualidades de la Iglesia. Hay que sacar criterios operativos para la praxis, pero hay que tener en cuenta que no se deben hacer preguntas indiscretas como por ejemplo cundo y cmo est Jess presente en la eucarista? Las cosas se viven y se comunican por la vida, y despus se narran. Es un acontecimiento, pero no se puede explicar. Hay un entendimiento que busca la razonabilidad de la fe, pero hay cosas que no se pueden investigar porque se queda uno atrapado.

Qu poder tiene el ministro para consagrar? Tambin es otra pregunta indiscreta.

Y por otra parte hay que tener cuidado de no pasar indiscriminadamente de un sistema teolgico a otro, interrogando indiscriminadamente con preguntas desde un tipo de estructura, buscando respuestas que no las podr dar otra teologa estructurada en distintas categoras.

Objetivos del curso.

Se trata de hacer emerger la comunin como realidad bsica de la Eucarista.. Por qu muchas misas de hoy no tienen nada que ver con la Cena del Seor? Se pretende en esta sociedad y con esta reunin llamada Iglesia cuando se celebra la Eucarista? Proclamamos el Reino de la vida o la consolidacin la antifraternidad? Es el sacramento del compartir o no? Cmo se ha podido reducir la subversin del mensaje de Cristo a la tranquilizacin de las celebraciones corrientes?

I - La Eucarista es una celebracin.

1.- La Eucarista no es un simple objeto o una cosa sagrada.

Habra que hacer el esfuerzo en la celebracin eucarstica, de liberar a la eucarista de ser un objeto que contenga de manera misteriosa la presencia real de Cristo. Es de justicia reconocer que los que tienen una experiencia de la Eucarista no han podido reducirla nunca a ser una cosa, sino que han entrado en comunin con la oferta real de Jess entregado en comunin. Pero la Eucarista se ha reducido a un objeto, algo as como si fuera algo sacratsimo

Resulta evidente, que siendo la eucarista una accin de la comunidad y una accin simblica, intervienen en ella necesariamente unas personas, uno actos ms o menos reglamentados por unas normas, y unas realidades visibles y objetivas que a manera de smbolos, nos remiten a realidades invisibles y trascendentes.

Pero el Sacramento de la Eucarista no se limita a estas personas, actos u objetos sino que es algo ms.

Sin embargo, la experiencia nos dice que para la mayora de los cristianos, la Eucarista es la Hostia consagrada, est en el sagrario, en la custodia, o en la Exposicin del Santsimo, se produce en la misa y concretamente en la consagracin y/o cuando vamos a comulgar.

Cuando preguntamos a la gente qu es la eucarista dicen: La hostia consagrada, esto es una realidad que en una ceremonia, con unos poderes determinados ha realizado alguien.

El catecismo de Astete dice: la Eucarista es el sacramento del Cuerpo y la Sangre de Cristo bajo las especies de pan y vino. Decir esto es hablar de una realidad objetual.

Y sigue: Jesucristo instituy la eucarista para estar siempre con nosotros, para ofrecerse por nosotros en el Santsimo sacrifico de la Misa y para darse a nosotros en comunin.

Cundo comienza Cristo a estar presente? y el Astete responde: En el momento de la Consagracin de la Misa, cuando se realiza la Transubstanciacin.

Si se mira la Summa teolgica de Sto. Toms, se tiene la misma impresin, al partir de la separacin entre sacramento permanente y sacramento in actu o celebracin.

Y hay gente que vive estas dos realidades como si fuera la misma, cuando en realidad, sin accin eucarstica no hay sacramento permanente; lo importante es la accin eucarstica, no la permanencia, aunque la Iglesia, con sentido, lo haya integrado.

As, la celebracin de la Eucarista consiste en una serie de ritos, prerrequisitos, condicin necesaria y suficiente para obtener las especies consagradas.

Todo esto equivale a decir que el sacramento es un objeto o cosa, todo lo sagrado que se quiera, pero cosa.

La experiencia de cada da nos revela hasta qu punto hemos cosificado la Eucarista.

las expresiones or misa, hacer misa, dar la misa, ir a misa.. que habitualmente se utilizan, nos indican que la mayora de los creyentes perciben la Eucarista como un objeto que se hace, que se da, o a lo sumo, como un lugar al que se asiste.

el minimalismo: con frecuencia la celebracin se reduce a la mnima expresin. Cuntos anhelan la misa de 20 minutos o menos si es posible! Se siente como lo imprescindible para conseguir el objetivo: pan consagrado para comulgar, sacrificio para agradar a Dios... y para cumplir un precepto; es ms, si esto lo pudiramos conseguir vlidamente sin celebracin, por descontado que no celebraramos.

La prevalencia de lo ritual sobre lo comunitario: el exacto cumplimiento de las rbricas se considera como algo fundamental, de lo contrario, podra no conseguirse el objeto deseado. A los sacerdotes se les ense cmo poner las manos, cmo juntar los dedos, cmo pronunciar las frmulas... nunca se les ense cmo crear comunidad.

... nos asusta si una misa se celebra sin pan y sin vino. Pero no preocupa demasiado si una misa se celebra entre una masa de gente que nada tiene que ver con una comunidad verdaderamente sana y que pone en comn lo que cada uno es y lo que cada uno tiene... (J. M. Castillo, Donde no hay justicia no hay Eucarista, en Estudios eclesisticos, dic. 77).

La utilizacin de la Eucarista como objeto suntuario, ya sea para clausurar un congreso en el que nadie se ha entendido, para inaugurar un curso cuando nadie se conoce... para solemnizar un acto, una efemrides poltica, una jura de bandera, una fiesta del colegio... donde casi nunca viene a cuento. Pero queda bien y adems hay algo que hacer!

La obligacin de ir a misa -bajo pena de pecado mortal - todos los domingos y fiestas de guardar (aunque uno est en pecado mortal), para ofrecer el sacrificio y el culto a Dios, como si a Dios le agradara el sacrificio que le ofrecemos sin estar en comunin (Am 4,4-5; 5,21-25; Os 6,4-6; Is 1,10-17).

La comprensin de la eucarista y de los sacramentos en general como medios de aumentar la gracia, como instrumentos de santificacin personal... de manera que cuanto ms se frecuentan, ms gracia se almacena...

Todo esto expresa una realidad objetiva. Es una eucarista inerte, esttica, lejos de la comunidad que celebra.

Considerando el sacramento de la eucarista como compuesto de materia y forma, la celebracin es un prerrequisito para obtener la hostia consagrada; pero en realidad, la frmula de la consagracin no es una frmula mgica, un ritual mgico.

La celebracin de la eucarista sin comunidad, no se considera como algo grave desde esta perspectiva.

Desde la perspectiva de la Eucarista reducida a objeto o cosa, adquiere una dimensin fundamental la consagracin: a la realidad que no es nada, hay que meter el Cuerpo y la Sangre. Alguien y algo lo harn y esto depender de Dios; de ah el poder ministerial de consagrar, la plegaria de consagracin, el acto de consagrar: Todo se centra en que alguien con poderes pronuncie las palabras para que tenga efecto el sacramento. Lo dems es perifrico. Como consecuencia, como la Eucarista es algo independiente de la comunidad, a la eucarista se la une directamente con Jesucristo.

Todo esto es fruto de la Escolstica, que no elabor un tratado de Eclesiologa; en ella falta la Iglesia, que es el sacramento fundamental como ha recuperado el Vaticano II. Luego Cristo se une directamente a la hostia consagrada, independientemente de la comunidad.

Pero desde otra perspectiva eclesiolgica, el esquema eucarstico podra ser diferente y plantearse al revs: La comunidad, que es el Cuerpo de Cristo, donde operan los ministros de la edificacin del Cuerpo de Cristo, celebra su ser comunin, en comunidad, y aparece la realidad de Cristo como fuente de comunin y la comunin de la comunidad, que es Jess presente, entregado.

La Eucarista es el sacramento del Cuerpo de Cristo que es la iglesia. Si la comunidad es el Cuerpo de Cristo por excelencia, hoy, aqu, entre nosotros, y nos traemos al Cristo celeste (como en el primer esquema), qu hace el Cuerpo de Cristo frente al Cuerpo de Cristo? Hay algo que evidentemente no encaja.

Los Padres de la Iglesia hablaban de triplicidad de presencia del Cuerpo de Cristo: una celeste, con el Padre, otra en la Iglesia, y el Cuerpo mstico, la Eucarista. Y los tres estn en relacin: la Eucarista es el Cuerpo de Cristo, no el celeste; la reduccin de la Eucarista a objeto o cosa, lleva a que unamos directamente la Eucarista al sacramento, sin tener en cuenta a la comunidad.

2.- La Eucarista es una accin, una celebracin de la comunidad.

Frente a la Eucarista convertida en objeto o cosa, la eucarista es dialcticamente, una accin. Celebrar consiste en hacer la celebracin. No es un simple hacer algo para conseguir un objeto, no es un paso previo para alcanzar una meta sino que consiste precisamente en celebrarla.

La comunidad es pueblo santo congregado. La celebracin en solitario de la Eucarista es legtima, pero en realidad, la celebracin necesita a la comunidad, porque sacramento es celebracin de la Iglesia, que es el sacramento fundamental. La Eucarista es celebracin por la comunidad de lo que ella es.

El problema grave que tiene la Eucarista es que hemos configurado su celebracin en asamblea porque desde el punto de vista social los ncleos comunitarios en una realidad de cristiandad se supona que existan. Grupo comunitario significa relacin fraterna con el otro. La comunidad humana era la comunidad cristiana y desde la comunidad humana se acceda a la Asamblea.

Pero en lo urbano, la comunidad humana ha desaparecido y tenemos Asambleas sin comunidades y ... estn vacas. Es urgente recuperar los ncleos comunitarios y construir a la Iglesia en comunidad, para que las comunidades se renan en Asamblea, que es la comunidad de comunidades. Pero la verdadera Asamblea es la comunitaria y la concentracin es la reunin de Asambleas comunitarias. Los niveles de expresin comunitaria en cada uno de estos ncleos son diferentes.

Puesto que los modos de relacionarse a cada nivel son distintos, la celebracin debe de ser distinta, no unitaria. Sin grupo comunitario, la Asamblea celebra sin experiencia de comunin.

El que es miembro de la comunidad, es ante todo, ciudadano, no solitario. Pero si se pertenece a una comunidad, se pertenece. Esto es, tambin comunin en el lenguaje, en las claves Si no hay comunin en las claves, puede haber comunin? No pertenecer a la Iglesia perifricamente sino concretamente. Comunin confrontada, habiendo accin de comunin. Sentarse juntos para hacer la accin de la comunidad: lo que te importa del otro es lo que te importa de Dios. No interesarse en el espritu en general sino en el que se sienta conmigo en el banco.

La Eucarista consiste en celebrarla. No se trata de que el sacramento se realice durante la celebracin sino de que el sacramento es, esencialmente, celebracin (J, M. Castillo).

En el sacramento acontece lo que queremos celebrar; por ejemplo, hacer la accin de la proclamacin en acto de amor, donde se expresa el amor y la donacin de Cristo a la Iglesia y de la Iglesia a Cristo, es el sacramento del matrimonio. Con respecto a la reconciliacin lo mismo, hacer lo que se va a celebrar, reconciliacin con la comunidad, con la Iglesia, con los otros.

Hacer de manera intensa lo que se quiere hacer, es celebrar. As toma cuerpo el sacramento. El sacramento se celebra hacindolo.

En la celebracin eucarstica, el mismo ejercicio del amor fraternal es la accin por la cual nos amamos unos a otros, desde la fuente del amor que es Cristo entregado. Celebrar la comunin es hacer la comunin.

La Eucarista es la puesta en accin, de diversas maneras, de la intercomunin y el compartir con Jess y con los hermanos. La celebracin de la Eucarista es accin intensa y proceso comunitario de la realidad que somos, desde el principio, hasta que la comunidad se dispersa. Todo es accin de comunin, mediante la cual sale a flote la realidad de la comunin.

La celebracin de la Eucarista no consiste ni en el pan ni en el vino sino en hacer esta unin de la comunin de manera sensible, que es alrededor de una mesa, con el pan y el vino; pero sin comunin, aunque haya pan y vino no hay Eucarista.

Por lo tanto, la Eucarista no es rito por un lado y vida por otro. La existencia en ejercicio de la comunidad como comunin es accin eucarstica, a partir de la fuente de la comunin que es Cristo entregado.

Va surgiendo a lo largo de la accin de la comunidad que es el compartir. Esto hace que la Eucarista edifique en la comunidad: pensar una cosa es importante; expresar lo que se piensa es ms intenso, queda grabado en el interior.

En la tradicin cristiana se ha llamado a la Eucarista accin, el hacer, estar haciendo. Y a partir del Vaticano II se tiene conciencia de que la Eucarista es accin de la comunidad (SC 7; Misal romano cap 1, 1 y 5).

La accin de comunin es comunin; es realidad dinmica y quien acude a ella tendr que hacer la accin de la unidad.

Pero no es una accin cualquiera sino singular; no un acto rutinario sino al contrario, saliendo de lo rutinario, de la cotidianeidad, para ir a la singularidad.

Celebrar viene de cleber, concurrido, poblado, frente a lo que no destaca, frente a lo no significativo.

Celebrrima significa abundante, esclarecido, famoso, singularizado.

Clebro es apresurar, acelerar, accin intensa, fuerte, ensalzar, encomiar, aplaudir, alabar, dar esplendor, lustre o fama, hacer notorio.

As acontece en la vida humana; hay veces en que hay excepcionalidad en el tiempo, vivido intensamente, en un espacio transformado. La transformacin puede ser el vestido, la relacin , los gestos, etc.

La tradicin siempre ha denominado actio a la celebracin de la Eucarista y el Vaticano II se expresa en los mismos trminos:

las acciones litrgicas no son acciones privadas sino celebraciones de la Iglesia, que es sacramento de unidad, es decir, pueblo santo, congregado y ordenado bajo la direccin de los obispos (S.C. 26).

Para realizar una obra tan grande, Cristo est siempre presente a su Iglesia, sobre todo en la accin litrgica... en el sacrificio de la misa ... en los sacramentos ... en su palabra.

En ella, (accin litrgica), los signos sensibles significan y, cada uno a su manera, realizan la santificacin del hombre...

En consecuencia, toda celebracin litrgica, por ser obra de Cristo sacerdote y de su Cuerpo, que es la Iglesia, es accin sagrada por excelencia... (S. 7).

Podramos dar pues una definicin ms acabada de Celebracin diciendo que es una accin singular e intencionada en la que una comunidad o grupo humano destaca expresivamente y en ambiente de fiesta, ciertos aspectos fundamentales de la vida del hombre.

La singularidad de una celebracin consiste pues en dos aspectos: intencin y expresin.

Se celebra cuando personas o grupos miran directamente a poner de relieve lo que quieren celebrar, concentrando toda la atencin en lo que les importa; la misma comunidad puede reunirse con distintas intenciones. Singularidad es intentar conectar con la raz de la vida, con el ncleo de la comunidad. Se celebra lo que importa.

Por ejemplo, la Vigilia Pascual tienen de distinto a los otros das la intencin; somos nosotros los que nos reunimos intencionadamente, recordando la muerte y Resurreccin de Jess y participamos en su misterio. En cualquier nivel humano esto es fundamental.

La intencin apunta al sentido, a la fuente de la vida; en la Eucarista el sentido est en el compartir, en la fraternidad, en el amor. El discpulo vive esto en lo cotidiano; cuando se quiere vivir con intensidad, se tiene que buscar una expresin extraordinaria. Celebrar es lo no cotidiano, lo singular. Mientras que la comunin se vive en la vida diaria, la celebracin debe de ser un acontecimiento, algo extraordinario. Cuando la celebracin es cotidianeidad, rutina, el sacramento pierde su calidad de smbolo.

La celebracin es accin de la comunidad, sobre todo en la Eucarista. Es necesario decirlo, porque de hecho, se da la preponderancia de los ministros ordenados. Esto tiene su origen en la reaccin contra la Reforma protestante; pero lo malo es que para mucha gente, la Eucarista sigue siendo la accin del ministro que la distribuye a la comunidad.

En la eclesiologa del Vat II se dice que el sujeto de la accin litrgica en la Iglesia es toda la comunidad cristiana, tambin los ministros en cuanto que son miembros de la comunidad (Congar, La Liturgia despus del Vat. II). Es en la comunidad donde ser realiza la accin de Cristo: Toda celebracin verdadera comienza y consiste en una reunin (L. Maldonado)

La celebracin consiste en congregarse en la comunin y hacer la accin de la comunin. Los fieles reunidos son el sacramento de la fiesta (Comentario a Gl 2,4: la alegra viene del hecho de reunirnos y de vernos de nuevo los rostros; cfr. SC 26 y LG 11). La esencia de la celebracin es la reunin: la misma reunin influye en nosotros, en nuestro deseo de reunirnos. Los sacramentos son acciones de la Iglesia congregada. Existe en la Iglesia porque ella es un sacramento tan grande, que necesita manifestarlo en los sacramentos de la comunidad. El sujeto de la accin es todo el Cuerpo (SC 7 y 14)

Celebrar es un verbo de accin y exige realizar lo que expresa. Celebran los que celebran y en la conciencia de la Iglesia, si slo celebra el sacerdote, slo celebra el sacerdote. Si surge una conciencia de que es la comunidad quien celebra, es la comunidad quien celebra, aunque esto no quiere decir que la comunidad haga lo mismo que el sacerdote. Cada uno en su funcin, pero el problema est en saber lo que hay en la conciencia.

Celebrar es opuesto a asistir o a ser celebrado. O participo activamente o no celebro. Nadie puede hacer por m la accin de comunin. Incluso cuando la Iglesia celebra por los difuntos, hace accin de comunin con los que han vivido en comunin y que siguen en comunin con nosotros.

Si no hubiera comunidad habra que preguntarse qu es lo que se celebra y cmo. Si hay comunidad, se puede celebrar, aunque no haya ministro, puesto que hay muy distintas maneras y niveles de celebracin. Hay que ser comunidad en comunin. La Eucarista es esa comunin de la comunidad. Est dentro de la comunidad y sta la saca a flote con su accin. Para ello es necesario una vida solidaria, una fraternidad contrastada en la realizacin de la comunidad unidad.

Pero al mismo tiempo no hay celebracin sin expresin. Cuanto ms profundo es el sentido y ms queremos vivirlo, hay que hacer un esfuerzo ms grande por expresarlo, porque no se puede vivir algo sin expresarlo.

Si la Muerte y Resurreccin de Cristo le interesa mucho a la Iglesia, le da una expresin singular. Cuanto ms importante es algo, ms singular es la expresin. La Eucarista es la expresin de las expresiones porque es la expresin del amor-comunin de la comunidad, cuya fuente es Jess entregado. As nace la accin eucarstica.

II - REINTEGRAR LA REALIDAD SIMBLICA EN LA COMPRENSIN DEL SACRAMENTO DE LA EUCARISTA

1.- Introduccin.La Eucarista es un sacramento y tiene de comn con todos los sacramentos ser smbolo de una cosa sagrada y forma visible de la gracia invisible (Pablo VI, Eucaristicum Mysterium, 4).

Es necesario pues, redescubrir la realidad sacramental (dimensin simblica) de la Eucarista, para no caer en el fisicismo..

Ante la realidad, uno se puede plantear de diferentes maneras:

Se la puede mirar como realidad fsica, qumica, material, etc. Ser una realidad que se puede analizar, manipular, y transformar, destruir, hacer experimentos sobre ella, observar sus leyes, sus variantes, y llegar a tener un conocimiento abstracto de esa realidad.

Este tipo de conocimiento tiene a su servicio un lenguaje: el discurso, que describir esta realidad, y que nos informar sobre la misma. En todo esto hay un cierto contacto con la realidad.

Pero hay otra manera de acercarnos a lo real: intentar acercarse a la totalidad de esa realidad. Por ejemplo, en un rbol que florece, la botnica nos dar una cierta informacin, pero tambin se puede percibir en l el movimiento del cosmos, las energa vital, suscitar en nosotros lo que es la vivificacin, la fecundidad, el florecer, la esperanza, la oportunidad del ser humano, el futuro...

Esta segunda manera de conocer es simblica, y al entrar en ella, se entra en una experiencia, en la captacin de un mundo que es real, pero de otro orden: la realidad del sentimiento, de la experiencia, de la evocacin, incluso de Dios mismo, como fuente de energa que convoca a celebrar la Pascua, fiesta de la regeneracin total. Esto no se confunde con las cosas reales porque hay distintos niveles de captacin de la realidad.

2- Signo y smbolo.

El signo.

El signo es una realidad sensible que reenva de un modo unvoco a una realidad de mayor entidad, que est fuera de l, a la que de algn modo sustituye.

El signo es convencional, arbitrario; se elige para ejercer la funcin de advertir, de avisar. Hay una unin absoluta entre significante y significado.Es una economa del lenguaje, que nos advierte de una realidad fuera del signo. Por ejemplo, si vemos una seal de trnsito decimos que es un signo, como una curva a tantos metros de distancia, fuera de ese lugar y en cierta direccin. Sustituye y nos remite a una curva, pero no es la curva.

El smbolo.

El smbolo es un signo pero no todo signo es simblico; conviene distinguir entre ambos.

La palabra smbolo viene del griego symblo, symblein, juntar, hacer coincidir, lanzar juntamente con...

Es una accin de reunir dos partes que forman un todo. Una de estas partes es un elemento perceptible por los sentidos, de orden material y la otra parte es un elemento imperceptible, de distinto orden. La realidad oculta se nos revela en la realidad material, sensible, con la que forma un todo. En la realidad sensible se hace presente, se entra en contacto con la realidad oculta, latente, pero real.

El smbolo es algo real, no un contrapunto de la realidad, no es opuesto a ella; tampoco es una metfora, una fantasa, sueo o fbula.

El smbolo es una realidad dinmica. Hay distintos niveles de realidad adems del nivel fsico (Lo esencial es invisible para los ojos... (Saint-Exupery, en El principito).

El nivel simblico ha sufrido gran deterioro por el predominio de la mentalidad objetiva y cientfica. Sin embargo, el lenguaje del smbolo tiene su consistencia real, no traducible a lenguaje abstracto, lgico, analtico o discursivo.

En el smbolo se da una doble perspectiva de unidad y bipolaridad. Si no hay unidad, la realidad sensible queda vaca de la realidad oculta y el smbolo pasa a ser un simple signo o seal. Las dos realidades, oculta y sensible, estn unidas, pero no hay que confundirlas. As, el smbolo, con su elemento sensible, nos remite - por unidad - a la realidad oculta pero real.

Pero tambin se da una bipolaridad que hay que respetar, no arrebatndole el significado al smbolo, pues tambin quedara reducido a seal. Tampoco reduciendo la realidad oculta con el elemento sensible, o viceversa, pues se destruira el smbolo.

Toda la realidad que aparece en la Eucarista flores, vino, colores, vidrieras, etc., quieren hacernos captar la realiza simblica contenida en ella. Las relaciones y las realidades ms profundas de la existencia se conocen simblicamente, porque lo ms importante de la vida es lo simblico. El amor, ncleo de la existencia, es invisible y aparece slo simblicamente en la s realidades visibles.

Cuando se entra en el mundo de lo simblico, existe una experiencia directa ( el partir el pan es la comunin) , no abstracta, invisible, pero real.

Cuando se comparte la experiencia de Jess presente entregado, Jess est presente; no hay por un lado Jess y por otro compartir.

Aqu entra el mensaje simblico. A nadie se le puede explicar lo que es la comunin, sino que hay que vivirla. En la realidad sensible es donde pueden irrumpir las realidades invisibles. Eso es el smbolo.

En la Eucarista, ms de una vez, por afirmar la presencia se ha negado la realidad simblica significante y por afirmar la realidad sensible, se ha puesto en peligro la presencia.

Tanto si se confunden como si se separan - la realidad sensible y la oculta -, se destruye el smbolo

Tambin el misterio de Cristo es unidad y bipolaridad: Jess es hombre y Dios encarnado y es el smbolo fundamental de nuestra fe; como realidad sensible es Jess, el hijo de Mara, pero tambin est presente en l la donacin de dios; ambas, indisolublemente unidas, aunque no confundidas.

En el seno del smbolo hay una relacin intrnseca entre la parte significativa del smbolo y su significado (E. Fromm).

El smbolo no es ni el elemento significante ni el significado. El smbolo consiste en el nexo que se da en entre el representante ( la realidad sensible) y lo representado ( realidad oculta (A.Vergote).

El smbolo tiene una gravidez, est preado, lleno de la realidad que significa y al mismo tiempo posee una relacionalidad ( remite a algo (Tillich) Lo oculto est presente en la realidad sensible que lo transparenta. El smbolo lleva vida dentro..

Entre la inmanencia y la trascendencia hay otra categora que es la transparencia que acoge a ambas (L. Boff).

Aclaremos lo expuesto con algunos ejemplos:

Cuando compartimos algo de lo que necesitamos para vivir, con quien lo necesita ms que nosotros hay una realidad oculta: (amor, fraternidad, entrega amor...) que est presente en la realidad sensible: (entrega material), formando con ella un todo indivisible.

Cuando nos reunimos los amigos para celebrar la amistad, hay una realidad oculta( amistad, confianza, actitud de que todo lo mo es tuyo, de s que me dars si lo necesito..) que est presente en la realidad sensible (comer juntos, ofrecerse/ pedirse mutuamente comida y bebida) formando con ella un todo inseparable.

Cuando dos personas se quieren, se intercambian regalos, caricias o besos.... hay una realidad oculta/ amor, deseo de que algo de m vaya siempre con el otro, deseo de compenetracin espiritual-fsica...) que est presente en la realidad sensible (flor, anillo, amuleto, foto, contacto corporal...) formando con ella un todo inseparable.

En ninguno de estos casos es necesario sacar del plato o de la flor la sustancia respectiva para meter la sustancia amistad o la sustancia amor.

A pesar de todo lo dicho, el smbolo no se puede expresar, ni se puede entender, simplemente se vive, y cuando se vive, se puede sugerir de forma ms o menos vacilante.

El smbolo supone una experiencia vital. Y tales experiencias ni se explican, ni se entienden; si acaso, se intuyen, se balbucean. Est en el plano de la significacin, no en el de la explicacin. A los sacramentos no se les explica sino que se inicia a ellos. La significacin no se descubre por la va del anlisis, sino por un dejarse embargar por la realidad, que comunica una realidad invisible a travs de una realidad significativa.

Hay que recuperar la realidad del smbolo. Lo simblico, para no pocos, es opuesto a lo real, corresponde a la fantasa o al sueo mientras que lo real pertenece al mundo fsico. Sin embargo, hay que llegar a reconocer que la realidad simblica es realidad autntica, porque si el smbolo est vaco, no es smbolo.

As, pues, los simblico es real, aunque de otro orden que el de la realidad fsica. Esto significa que hay realidades profundas y verdaderas ms all de las realidades fsicas, y se entra en contacto con ellas a travs del smbolo.

En la vida cotidiana estamos constantemente realizando smbolos, porque somos humanos y esto est en la naturaleza constitutiva de la humanidad.

3 - Ante la prdida de la dimensin simblica.

El smbolo expresa las realidades fundamentales de la existencia y est enraizado en la realidad misma. Al hablar de la accin simblica en la Eucarista, no se niega su realidad ni la presencia real.

Por desgracia, en la cultura teolgica, ha sido un lenguaje olvidado, a pesar de que es el medio de conocimiento ms importante que tiene el hombre y el medio de comunicacin ms rico que puede haber entre nosotros. El hombre de hoy lo ha desterrado de la cultura, pero desde Freud, uno de los medios ms serios de enfrentarnos con los conflictos humanos, es la interpretacn de los sueos, smbolos del subconsciente.

El hecho fue que en el siglo IX , cuando se pas del platonismo al aristotelismo, naci una cultura sensualista, basada en la idea el discurso, el anlisis, la reflexin, el pensamiento. Y el smbolo pierde su calidad de realidad que tiene dentro. La ruptura fue tan grave que los sacramentos se convirtieron en signos, hasta el punto de que la escolstica tuvo que inventar una dinmica sacramental nueva, para salvaguardar la realidad de la Eucarista y la presencia real, diciendo que es presencia fsica de Jess.

En el siglo XI surge la primera hereja eucarstica: Berengario dijo que Jess estaba en la Eucarista simblicamente pero no en realidad

En la prdida del smbolo influy tambin la reforma pues Lutero afirmaba la eucarista slo como smbolo y como se haba perdido el sentido de presencia simblica, la Iglesia reaccion insistiendo en la presencia real de Jess, como una realidad generalmente fsica, independientemente de lo sacramental.

Ahora, que gracias a la Fenomenologa de la Religin, la Filosofa de la Religin, la Antropologa y las Artes estamos asistiendo al renacimiento del lenguaje simblico, podemos tambin recuperar la realidad del smbolo, que es el mejor medio de comunicar o que sensiblemente puede ser comunicado.

Cuando se pierde al dimensin del smbolo, los sacramentos se convierten en signos; y se origina un grave problema: la realidad del sacramento se ve como algo fuera del signo pero la experiencia cristiana es que en el sacramento vivimos la salvacin; por lo tanto, se hace necesario ( as lo hizo la escolstica), hablar de institucin de los sacramentos.

Durante siglos, ala teologa ha estado polarizada por la presencia de Cristo en la Eucarista, que marginaliz la nocin de smbolo, Sin embargo, la Eucarista es sacramento gracias a la comunin fraterna y al compartir el pan y el vino.

4 - La Eucarista, signo simblico.

La Eucarista, como todo sacramento, es portadora de una realidad invisible en una realidad material. La realidad invisible se hace presente gracias a los smbolos eucarsticos y la presencia real aparece a travs de la realidad del smbolo.

Para que un signo, al que percibimos vaco de contenido por haber perdido la categora de smbolo, sea capaz de significar lo que est fuera de l, hay que recurrir a la humanidad de Cristo, unida al Verbo de Dios, autor de la gracia, y hacerle que instituya los sacramentos, dndole al signo un sentido salvfico concreto.

Los sacramentos se redujeron a signos porque se perdi la experiencia y el concepto de smbolo, Entonces, para que siguieran viviendo los sacramentos, vaciados de contenido, hubo que aplicarles una serie de sistemas y categoras filosficas.

En el caso de La Eucarista, perdida su dimensin simblica, el pan y el vino quedan reducidos a meros signos, independientemente de la presencia de Jess, que percibimos como algo fuera de ellos. y as, para que desde la realidad del pan y vino, reducidos a signos vacos, podamos acceder a la presencia de Jess entregado a nosotros - experiencia que desde los primeros tiempos vivi la comunidad cristiana - hay que recurrir a la transubstanciacin, que requiere vaciar los signos de su sustancia, haciendo permanecer los accidentes, y llenar los accidentes de pan y vino con lo que estaba fuera; la presencia sustancial de Jess.

Una interpretacin desde el smbolo evita milagros innecesarios: cuando los hermanos, en torno a una mesa, comparten el Amor desde la fuente del amor que es Jess, entregado en la misma realidad material del smbolo ( compartir, mesa, comida, bebida), est presente la realidad simbolizada.

Y as como en Cristo hay una realidad dinmica: En Jess de Nazaret est presente la realidad invisible de Dios, en nuestro acontecimiento simblico (el ncleo de nosotros mismos y nuestra apariencia - lo externo -), hay una movimiento de la realidad visible a la invisible y un movimiento en el que el ncleo invisible se exterioriza en el acontecimiento humano.

La fraternidad compartida, comunin de vida, Cristo, en el mismo compartir est presente la realidad compartida formando un todo. Si me reno para hacer la comunin, en esa comunin misma est Cristo entregado y compartido, En el mismo compartir.

Los sacramentos son algo que se vive, se intensifican vivindolos con intencin ( vivir la realidad de la comunin) y singularidad (de la accin).

En la accin misma, excepcional, surge la vida misma. As, la fe acaba el ciclo de la vivencia humana.

Lo nico que hay en el sacramento que no es nuestro, es la experiencia de la gratuidad de la salvacin. Todo lo dems es organigrama humano. El dinamismo sacramental es humano, a menos que se tenga la experiencia de la gracia, que es la salvacin de Dios en la vida del hombre.

La consagracin es clave sacral. En el pan y en el vino nos encontramos con la realidad presente de Cristo y de los hermanos. Si no hay comunin con los hermanos no hay Eucarista. La Eucarista de Jesucristo es: Cristo que se nos entrega, nosotros nos entregamos a El, esto es, nos entregamos a los dems (cf. 1 Cor 13).

La Eucarista es una accin singular simblica de comunin en tres niveles simultneos: con Dios, Con Jess y entre nosotros.

III - LA EUCARISTIA, GENERO LITERARIO DE COMUNION

1 - La bendicin.

Desde los tiempos ms remotos y en las ms diversas religiones, advertimos la creencia en el hecho de que ciertos Seres (la divinidad, sus representantes, personas, animales, lugares u objetos) son capaces de transmitir el bien o el mal. Una fuerza vital, benfica o malfica, brota de estos seres y pasa a otros por contacto o a travs de ciertas frmulas, a veces acompaadas de gestos o acciones como la imposicin de manos, la uncin, etc. Tanto las frmulas como las acciones se consideran sagradas y, por lo tanto, clticas.

Las frmulas y/o acciones transmisoras de bien constituyen la bendicin y las que transmiten el mal, la maldicin.

En los estadios ms primitivos fueron frmulas y acciones mgicas, consideradas eficaces por s mismas. Puesto el rito, consideraban que el efecto se produca de modo automtico, inmediato. Por eso la bendicin se tena por irrevocable (cf. la bendicin de Isaac sobre Jacob, Gn 27, y la de Balaam sobre Israel, Nm. 22ss).

El pueblo de Israel recibe esta herencia cultural de las viejas religiones y la purifica, la convierte en plegaria y la dirige a una divinidad personal.

El pueblo hebreo, en expresin de Von Rad tiene una concepcin sinttica de la vida. Concepcin que brota de una actitud integradora que descubre la unidad de un movimiento cclico desarrollado en un doble sentido: lo que nace en Dios, pasa por nosotros y a Dios vuelve.

La bendicin, - vida y paz - (Dios nos bendice) - procede de Dios y desciende hacia nosotros ( bendicin descendente).

Luego, nosotros se la devolvemos cuando reconocemos, por la alabanza, su procedencia divina: El es la fuente, El quien posee la plenitud de la vida, de la gracia, de la paz... por eso confesamos que Dios es bendito (Bendicin ascendente).

La escritura es prdiga en ejemplos que lo confirman: El hombre se convierte, se vuelve a Dios, porque Dios se ha convertido, se ha vuelto antes hacia el hombre.

El hombre se acuerda de Dios y de su accin salvadora, porque Dios se ha acordado previamente del hombre.

El hombre justo ama y elige a Dios, porque Dios le ha amado primero y le ha elegido.

El hombre que pertenece al pueblo de Dios es santo, porque Dios es santo..

2 - El gnero literario de alabanza o bendicin. Para expresar su experiencia de comunin, Israel empleaba un gnero literario llamado la Plegaria de Bendicin.

El AT para expresar la realidad de bendecir a Dios utilizaba la palabra berakah, que fue traducida al griego por euloga o eucarista como sinnimos y que ha dado origen en castellano a dos palabras diferentes, bendecir ( de euloga) y dar gracias ( de eucarista), con sus matices propios.

En la Biblia la bendicin surge como experiencia privilegiada del encuentro con Dios, de la fascinacin (Otto) y de ah el israelita exclama: bendito! O alabado!.

En el AT esta experiencia va acompaada de una manifestacin de un cierto temor filial ante la experiencia de lo sagrado: postracin o inclinacin, empequeecimiento, mientras que en el cristiano la

actitud es de amor y no de temor por lo que nuestra postura de alabanza es de pie, la postura de los hijos.) El clima es de gozo profundo y se enmarca en el contexto de fiesta.

La bendicin en el AT tiene una estructura muy simple: ante el encuentro con Dios en la fe, se produce la admiracin humana, lo cual llena al ser humano de alegra, y el hombre prorrumpe, de cara a Dios, en gesto y bendicin.

En el AT y en la liturgia de Israel se ha desarrollado de forma especial la bendicin ascendente. Entre los numerosos ejemplos que de ella aparecen en el AT: la bendicin de Melquisedec( Gn 14,18-20), la de David (1 Sam 25, 32-34), la de Salomn al consagrar el templo ( 1 Re 8,156-17 y 56-63), elegimos otros dos muy caractersticos:

En Gn 24, 12-14.26.27 cuando Abraham enva a su siervo a buscar novia para Isaac, aparecen los diversos elementos de esta estructura: Comienza por un gesto (El siervo se postr y ador a Yahveh,) se produce una exclamacin (Bendito seas!), se indica el nombre hacia quien se dirige (Yahveh Dios de mi seor Abraham) y se agrega el motivo ( porque no ha retirado el favor y lealtad para con mi Seor ) y se termina con una inclusin o confesin de fe ( pues efectivamente Yahveh me ha trado a la casa del hermano de mi Seor) - En el NT esta ltimo se convierte en doxologa -.

Ex 18,5-12 presenta una bendicin ms desarrollada. Despus de la liberacin de Egipto, Jetr, suegro de Moiss, sale a su encuentro y Moiss le cuenta lo que Dios ha hecho por el pueblo. Entonces Jetr se alegra y dice Bendito seas( exclamacin) Yahveh (el nombre) que os ha salvado de la mano de Egipto... que ha liberado al pueblo de la mano de los egipcios ( el motivo) ahora reconozco que Yahveh es ms grande que todos los dioses ( inclusin).

Despus, Jetr tom un holocausto y sacrificios para ofrecerlos a Dios; y Aarn y todos los ancianos de Israel vinieron a celebrar una comida con Jetr ..delante de Dios ( Accin litrgica).

En este ejemplo la bendicin va precedida de una larga narracin de las obras de Dios (Moiss hace memoria de la accin liberadora de Dios) vislumbrndose ya una anmnesis (haggadah) y aparece un contexto cultual claramente, aunque an no se alude a una bendicin de mesa o alimentos.

En el cambio cultural la exclamacin y el nombre hacia quien va dirigida se amplan y la inclusin pasa a ser doxologa como recapitulacin de toda la alabanza.

3 - La plegaria de bendicin de Jess en la cena.En el NT, los evangelios ponen bendiciones muy escuetas de Jess. Jn 11,41: Padre, te bendigo por haberme escuchado o Mt 11,25-27 Yo te bendigo Padre, Seor de cielo y tierra porque has ocultado estas cosas a ....s Padre, tal ha sido tu beneplcito ( inclusin). Lc 10,21: se llen de gozo Jess y dijo... (En esta ocacin se incluye el clima). O en la multiplicacin de los panes, Mc 6,4; Lc 9,15, Jn 6,11, Jn 11,42.

Qu formulario utiliz Jess? No se sabe porque los que existen ahora son del siglo III, aunque se cree que pudieran provenir del siglo II. Jess tuvo la libertad de transformar los formularios para expresar lo que viva. Lo importante era el contenido de lo que Jess deca cuando parta el pan.

En resumen, la tradicin va poniendo en boca de Jess el comportamiento de cualquier judo piadoso.

a) La cena quiddus juda.

En las cenas judas en concreto sobre pan y copa, las bendiciones eran el centro de las comidas significativas en Israel, especialmente en la Cena Pascual.

Se discute hoy si la Cena de Jess con sus discpulos (la ltima cena) fue una cena pascual o una cena que los israelitas llamaban quiddus.

Se realizaba en vsperas de grandes fiestas y en las que participaban de diez a veinte comensales; se bendeca una copa primero y se bendeca a Dios con ella. Luego se bendeca el pan Bendito seas por el pan de la tierra prometida; se parta y reparta, se coman los alimentos y al final se bendeca con la copa de alabanza Bendito t, que alumentas al mundo por tu bondad; te damos gracias por la alianza, la ley, la vida y la comida.

Los sinpticos la enmarcan como comida pascual pero en Juan, Jess muere a la misma hora en que degollaban el cordero pascual, o sea, no habra podido celebrar la cena pascual en el momento tradicional; es un ejemplo ms de que los relatos revelan no situaciones histricas sino que se inscriben cada uno en un contexto catequtico distinto.

b)) Estructura de la cena pascual

Contena una introduccin y tres partes y la dinmica de la cena se desarrollaba en torno a cuatro copas.

Introduccin:

- Se llena la primera copa y se hace un primer brindis - bendicin, como ambientacin de la fiesta: Bendito seas, seor Dios nuestro,

T nos has elegido entre todos los pueblos,

nos has preparado con amor, das para nuestra alegra,

nos concedes este da de fiesta

y nos convocas hoy en asamblea santa para celebrar nuestra libertad.

Bendito seas, seor, Dios nuestro,

que nos has concedido la vida,

nos has conservado hasta el presente

y nos has hecho llegar a este momento.

- Se beba la primera copa y se pasaba al saln donde se celebrar la fiesta y se lavan las manos (Jess lava los pies)

La primera parte: el haggadah o narracin del significado de lo que se va a hacer.

- Se ponen sobre la mesa hierbas y pan . Se parte el pan cimo y el presidente (el padre) se levanta y dice:

Este es el pan de la afliccin que nuestros padres comieron en Egipto.

El que tenga hambre, venga a comer con nosotros.

El que est necesitado, venga a celebrar la Pascua.

(Este ao aqu, el que viene en Israel.

Este ao esclavos, el que viene, libres.).

- Se llena la segunda copa. Los nios preguntan el significado de estas ceremonias y el padre inicia la explicacin (Haggadah):

- Se narra la historia del pueblo de Israel, su esclavitud y liberacin de Egipto, el sentido del banquete de esa noche, del pan cimo, de las hierbas, del cordero... sin que falte el Credo de Israel (Dt 26, 5-9)

Este anuncio es actualizador: todo israelita debe vivir la pascua como si l, hoy, hubiera salido de Egipto. Todos tienen que sentirse liberados aqu y ahora, por la accin de Dios.

- El padre de familia introduce el Dayenu:

De cuntos beneficios y cun grandes todos ellos

debemos estar agradecidos al Seor!

- Y todos los enumeran o cantan.

- Se bendice la segunda copa:

Por eso es nuestro deber bendecir al Seor

elogiarle, honrarle y aclamarle,

engrandecerle, alabarle y adorarle.

El fue quien realiz todos estos prodigios en nuestro padres y en nosotros:

El nos pas de la esclavitud a la libertad,

de la sujecin a la redencin,

del dolor a la alegra,

del luto a la fiesta,

de las tinieblas a la luz esplendorosa.

Cantemos, pues, en su presencia: Aleluyah, aleluyah...

- Se bebe la segunda copa mientras se comienza a cantar el Hallel (Sal 122 y 113, 1-6).

Segunda parte: La Cena.

- El padre toma el pan, lo bendice y lo reparte.

- Se toma el pan, se toman las hierbas mojadas con el jaroset ( salsa de mermelada, higos, dtiles, almendras...) y as comienza la Cena, en ambiente de gran fiesta junto con la comida del cordero.

- Se interrumpe a voluntad con cantos y relatos en los que todos participan Si hay nios se tiene el Ejad mi Yodea.

- Se llena la tercera copa sobre la que se pronuncia unas bendicin espontnea por estos cuatro motivos:

Por la reunin familiar, por el banquete y por los alimentos.

Por la Tierra prometida, por la convivencia pacfica y la prosperidad.

Por Jerusaln, haciendo memoria del Mesas y pidiendo por el Pueblo.

Por el retorno a Canan.

- Al final, el padre toma la copa y brinda, diciendo:

Por eso levanto la copa de la salvacin e invoco el nombre del Seor.

Bendito seas, Seor, Dios nuestro, que has creado el fruto de la vid.

- Se bebe la tercera copa.

Tercera parte: El Hallel.

- Se llena la cuarta copa.

- El padre introduce el canto dirigindose a Yahveh:

Seor nuestro, rey grande y santo, Dios del cielo y de la tierra, sea bendito para

siempre tu nombre. Que sin cesar te tributen cantos y alabanzas, himnos y salmos..

.

- Se canta la segunda parte del Hallel: Sal 114, 115, 1-9.10-19; 116; 117.

- El padre alza la cuarta copa y hace el brindis - bendicin:

Seor Dios, que te alaben todas tus obras,

que todo el pueblo, la casa de Israel, te bendiga y te alabe,

Bendito seas, Seor, Dios nuestro...

- Se entona, como respuesta, el sal 135) mientras se bebe la cuarta copa, y se termina con otra bendicin final.

4 - Significado de la bendicin.

La liturgia cristiana tom la estructura de la bendicin juda para sus eucaristas: exclamacin, el motivo ( desde la Didaj se parte desde la Creacin, el pecado, el xodo, se pasa por los profetas, el Hijo, su vida, la cena) y heredada de la bendicin descendiente incluye una bendicin a Dios ( epclesis) para que siga salvando e introducen la anmnesis ( repeticin del motivo) y una peticin por la Iglesia, terminando con una doxologa. Cada liturgia enfatizaba uno u otro de estos aspectos..

La bendicin o alabanza es un gnero literario que expresa la comunin. Indudablemente, la Eucarista es accin de comunin y a lo largo de la accin dinmica de la Eucarista son muchos los gestos que celebran la accin de la comunidad: estar activamente juntos, un dilogo profundo y confiado, ejercicio de la fraternidad compartiendo vida y bienes, la unin en la misma plegaria y el canto, los gestos de amor eucarstico como el saludo, el darse la mano, abrazarse, etc., son signos de la nica accin de la comunin que se celebra en la Eucarista.

Junto a estas acciones hay una que adquiere un gran relieve, que es la plegaria de bendicin.

Esta plegaria es gnero literario de oracin con la que la comunidad expresa y celebra:

la comunin con Dios

la comunin con Cristo

la comunin entre los que la celebran.

Al decir que la plegaria de bendicin es un gnero literario, estamos dando a entender que hay otros gneros literarios de oracin. Oracin es relacin de amor con Dios, que se puede vivir segn la situacin y el sentimiento del hombre, con distintos matices: queja, lamento, improperio, interrogacin, casi maldicin...

En la oracin se expresa que todo viene de Dios, que todo se recibe de l, que se le ama vehementemente, etc.

En el gnero literario de peticin se sabe que lo nico que Dios da es l mismo; as pues, a travs de la peticin expresamos que deseamos a Dios como don. La peticin es muestra de confianza, de compromiso a realizar lo que Dios nos da.

La oracin de alabanza y bendicin, expresa la faceta de la relacin del amor del hombre con Dios. Es una expresin de la realidad existencial del hombre, con diversas manifestaciones.

Al expresar la comunin por medio de la plegaria, estamos ejercitando el amor ( accin de comunin) y por lo tanto, estamos viviendo la comunin. No slo entramos en comunin compartiendo el pan y el vino eucarstico, sino tambin en toda la plegaria eucarstica de alabanza. Todo ello es una accin nica que se va desarrollando in crescendo: estamos entrando en comunin.

Por lo tanto, la plegaria eucarstica no es el prefacio (previo), ni est cargada de poderes mgicos, sino que ella misma es ya comunin. Toda la celebracin es ya comunin.

Bendecir es un acto de amor puro de benevolencia hacia Dios. Indudablemente es ms que dar gracias . A la eucarista, como ncleo de la fe cristiana y de relacin de amor con Dios, le corresponde la alabanza y la bendicin.

5 - Gneros literarios de accin de gracias y de bendicin.

Los LXX traducen la palabra hebrea berakah por euloga o eucarista. Mt 26,26 dice bendiciendo y Mc 14,22; Lc 22,16 y 1 Cor 11,16 usan ambos trminos indistintamente al narrar la institucin de la Eucarista. Las palabras son sinnimas de la realidad de berakah, que corresponde ms a bendicin que a accin de gracias como traducimos nosotros eujarista, lo cual no quiere decir que no haya sentimiento de gratitud, que es el matiz de accin de gracias, sino que indudablemente estn pensando en trminos de alabanza y bendicin.

En castellano hay una distincin neta y fundamental entre alabar - bendecir y dar gracias.

Agradecer es una accin que expresa un sentimiento que surge ante un bien o don que se ha recibido. Se mueve en torno al yo. Todo bien recibido provoca un deber de agradecimiento a la persona que lo ha hecho; trata de satisfacer una obligacin moral de correspondencia.

Una de las respuestas del creyente al salvador es la accin de gracias. Responde a ese matiz de la relacin con Dios. Muchas plegarias eucarsticas representan este gnero literario: Es justo y necesario darte gracias... Pero no es la nica expresin de la relacin con Dios.

La respuesta al amor de Dios es amor gratuito, nada de justo y necesario. Otra cosa es que dentro de la estructura del sentimiento humano se tenga agradecimiento; pero al amor benevolente de Dios se responde solamente con amor benevolente.

La relacin radical con Dios no es necesidad, ni deber, ni justicia, porque supera toda obligacin y justicia.

La eucarista, donde se celebra lo nuclear de la relacin con Dios, merecera moverse en otras coordenadas distintas a las de accin de gracias es nuestro deber y salvacin...Bendecir expresa un sentimiento mucho ms rico y realiza una relacin personal ms desinteresada y olvidada de s mismo y del propio beneficio recibido, para fijarse slo en la persona a quien se alaba. Es buscar a Dios para detenerse en l, para cantar sus atributos, ensalzarle y adorarle, detenindose en la fuente del bien.

Persigue ensalzar, engrandecer, honrar, homenajear a aquella realidad a la que se alaba; es el mismo significado de clebro - cleber. Un ejemplo claro lo tenemos en el tradicional Te Deum: a ti, oh Dios te alabamos, te reconocemos ... te venera la creacin ...los ngeles te cantan sin cesar...

La alabanza - bendicin se recrea en la belleza y bondad del que origina el bien. No se gira en torno al inters propio (mirabilia Dei) sino que se entretiene en su autor (Deus mirabilis).

Los salmos estn llenos de este tipo de oracin: 8, 40, 145, 150 , 34, 76, 35, 113, 48, 66, 97, 99 54, 100, 106, 107, 118, 136, 52, 104, . Tambin Eclo 43, 27 y Rom 11,36

Existen plegarias estructuradas en el gnero literario de alabanza: en el misal romano y son las siguientes:

III dgo Adviento, 5 de Cuaresma, 1, 3, 4, 5 de Pascua, domingo posterior a la Acnesin, y quince ms que unen ambas dimensiones aunque el arranque es del tipo de accin de gracias:10 Dgo ordinario, Confirnacin, Bautismo, III Eucarstica, II de Ordenaciones, Penitencia, II , III y IV de laVirgen, I Santos, Vrgenes, IV de Difuntos, IV plegaria eucarstica...

5.1. La fe es un acto de amor puro a Dios

La fe encuentra en la alabanza su ms genuina y plena expresin. La eucarista es el sacramento de la fe por excelencia: es aceptar como proyecto del hombre, a dios que se entrega por amor de benevolencia (buscar el bien del que se ama o de lo que se ama). Ese encuentro desencadena en el creyente un amor tambin de benevolencia a quien amamos y por ello es el culmen de la expresin de la fe.

Como dice Boff: slo se puede tener la experiencia de Dios en lo gratuito, o sea, en la donacin.

La fe siempre produce el x-tasis, el salir de s y, por lo tanto, la entrega. La bendicin es la forma ms desinteresada y elevada de oracin (A. Gonzlez). Un excelente ejemplo es el Gloria de la Misa: slo tras unsa serie de mltiples alabanzas surge el te damos gracias.

La alabanza es el juego lingstico del amor: Sal 45; Cantar 1, 1-4; 4, 1-7; 5, 10-16; son stas ltimas citas del Cantar, las ms bellas pginas de toda la liteartura universal sobre el amor. ... vmonos a gozar de tu hermosura... En el fondo, el amor no quiere sino el bien o la alabanza hacia el otro, o gozarse en su hermosura.

En la eucarista es accin de comunin. Y la visin beatfica es la plenitud del hombre, o sea, la alabanza.

Como a Dios no lo conocemos en s mismo sino a travs de sus obras, para bendecirlo no tenemos ms renedio que narrar sus huellas entre nosotros y todo lo que ha hechio por nosotros y en nosotros. Por eso surge tan espontneamente la accin de gracias. Por eso toda bendicin como gnero literario entraa una memoria: la narracin del motivo o la causa por la que nosotros hemos descubierto a Dios: te alabamos por. Eclo 17, 8-10; Sal 105, 2; 97, 6-8; Rom1, 20-21.

As, la plegaria de bendicin se convierte en el Evangelio ms pleno, en el ms puro Credo y en la ms plena eujarista, peldaos para subir contemplando a Dios

No es un discurso asptico ni en el mismo tono que otra oracin; es conversacin entre dos realidades que se quieren entraablemente y que se narran uno al otro comunicndose los elementos en los que se trasluce ese amor y que son en ese miso momento tambin accin de amor.

Al ser amor obviamente debe moverse en un hlito potico (Sal 147, Sal 104). Una plegara eucarstica no deberia ser una homila rezada

5.2. La plegaria de alabanza, acto de comunin con Cristo.

Proclamar quin es Dios slo se puede hacer proclamando la huella de Dios en la historia, que en Cristo es transparencia plena ( 2 Cor 4, 5-6; Col 1, 15-20; 2,9; Jn 6,27; 1,14).

Alabarlo es alabar al Padre (Jn 10,30) pues ambos estn unidos ( Jn 8,19) y Jess se convierte en el camino para entrar en comunin con el Padre (Jn 14, 6-7).

Honrar al Hijo es honrar al Padre; en la alabanza se alaba la misma realidad de Jess, rostro, huella, imagen del Padre. En sus obras y vida Jn 5 lo acredita como el enviado; por esas huellas subimos hasta quien lo ha enviado. Por lo tano, somos invitados a narrar las obras de Jess. Entrando en comunin con l, llegamos al culmen de lo que Jess es. En la narracin de la institucin de la eucarista vivi Jess antes de la cruz, lo que era: cuerpo entregado. Por lo tanto, la narracin de la Cena en la Eucarista no es para consagrar sino para bendecir a Dios, conlo cual entramos en ms explcita comunin con Jess y con el Padre.

Motivo culmen de esa comunin es la narracin de la cena pero no es para pronunciar palabras mgicas sino que es el culmen, la expresin de la comunin, un elemento ms de la plegaria de alabanza

La contemplacin del Crucificado hace brotar la alabanza a Dios pues se revela Su misericordia (Ef 1, 3-6). La bendicin a Dios por Jess en la plegaria de alanbanza es accin de comunin profunda con Jess (Rom 15,17; 1 Jn 4).

5.3. La plegaria eucarstica es comunin entre nosotros.

Si as no fuera no sera expresin de eucarista cristiana. El gnero literario de la oracin de alabanza, exige, como todo gnero literario de oracin, un pblico, una relacin y comunicacin; no es un monlogo y por eso comienza por un dilogo (Bendigamos al Seor...) Esto entraa con la comunin eucarstica fraternal. La plegaria de alabanza realizada ante los dems, es un acto de comunin fraternal pues supone el ejercicio de la confianza mutua y el encuentro personal: compartir con los dems la relacin de amor con Dios y con Cristo; se hace ofrenda a los otros de la propia interioridad; adems, la comunidad es tambin huella del Dios a quien pretendemos bendecir: Bendecimos a Dios por nosotros, y al mismo tiempo estamos ejercitando el amor mutuo, pues supone el reconocernos como huella de Dios en un gnero literario de alabanza que es el gnero literario del amor ( 2 Cor 3,18: llevamos la Gloria de Dios en nuestro rostro...). Alabarnos como huella de Dios es amarnos; es acto de comunin.

Quien ama a Dios ame tambin a su hermano

La fraternidad cristiana si es verdadera es como una rampa para llegar a la comunin con Dios. Deberamos ser capaces de exclamar: Bendito seas! La comunin no es pues el puro hecho de recibir una hostia consagrada: Rom 1,8: Alabo a Dios por todos vosotros... 2 Cor 5,12; 1,11; El propio Pablo se propone como motivo de alabanza a Dios. (2 Cor 7,4): estoy orgulloso por vosotros (Ef 1,13-14). Adems le alabamos en nosotros y donde nosotros estamos, en el acontecer de nuestra historia, interpretando su significado como huellas de Dios.

En la plegaria eucarstica tambin entramos en comunin con la historia de antes y con el futuro hacia donde vamos y con lo que hoy Dios est haciendo en nuestra propia historia; el problema es que tomar esa historia presente en serio es entrar en un volcn, como Mara en el Magnificat (que est en presente de indicativo), no refugindose en el puro pasado.

Tambin entran en la plegaria eucarstica todas las criaturas y el cosmos por ser tambin huella de Dios; al alabarlos estamos estimndolos como obra de Dios; es tambin una forma de expresar el amor a nosotros mismos que somos igualmente creacin.

Es pues la eucarista, ms comunin que salvacin, debe ser ms un compartir que un intimismo personal con Dios.

Adems las criaturas alcanzan su expresin en la palabra del hombre ya que el lenguaje de ellas es ms limitado.

Adems, la oracin de comunin edifica en la propia comunin, se est haciendo comunin en tal persona, o sea, se est recibiendo comunin.

La bendicin no se agota en el que alaba sino que busca producir eco y por eso produce la actitud de alabanza, es decir, es contagiosa.

III - LOS RELATOS DE LA INSTITUCIN DE LA EUCARISTA

1.- Anotaciones a los cuatro relatos.

1.1. Introduccin.

En primer lugar hay que decir que los relatos que nos la han transmitido no son una crnica histrica ni las actas de la ltima Cena. A aquellos hombres no les preocup nunca escribir los anales sino transmitir su experiencia de fe.

Muchos exgetas dicen que tienen toda la garanta de ser totalmente histricos, es decir, tendramos una aproximacin al Jess histrico.

Son cuatro los textos directos que hablan sobre la institucin de la Eucarista a los cuales se pueden agregar dos ms, indirectos; pero tradicionalmente se toman como relatos los siguientes:

1 Cor 11, 23- 25 . Lc 22, 7-28. Mc 14, 12-26 . Mt 26, 17-30 . Junto a ellos est 1 Cor 11, y el de Jn 6,51 que muchos toman por la forma ms antigua, y una referencia en Heb 9,20 al cliz como posibles atisbos de la tradicin.

Tradicionalmente se habla de dos fuentes principales, la paulina y la petrina.

1.2.- Carcter literario de los textos:

La Cena como relato anduvo originalmente suelto, muy pronto, como tradicin y escrito, as como sucedi con los relatos de la Pasin. Posteriormente se unieron ambos as como los anuncios de la traicin, la negacin de Pedro, etc.

Su estructura literaria se ve que no encaja con lo previo ni con lo posterior como conocemos ahora sus diversos encuadres en los sinpticos y en Pablo. Por otra parte, se nota que son textos litrgicos , una especie de guin para la praxis eucarstica de la comunidad; por su contenido y finalidad y su forma literaria tiende por lo mismo a paralelismos y a una concisin, como un clich para indicar el comportamiento del buen desarrollo de la celebracin eucarstica de la comunidad.

Dicho paralelismo es tan notorio que en Lc y 1 Cor se habla de cuerpo - copa y en Mt y Mc de cuerpo - sangre.

1.3.- Antigedad de los relatos.

Acerca de este tema se han intentado establecer diversos criterios para determinarla. Entre ellos:

Segn los semitismos empleados en su redaccin. Pero eso dependa de quines eran los destinatarios de dicho texto. Si un relato tardo se dirige a un grupo de mentalidad juda emplear ms expresiones semticas, a pesar de ser posterior, que otro ms antiguo, destinado a otro pblico no judo.

Otros dicen que la antigedad estara marcada por el hecho de que los textos incluyan o no el mandato de repetir el gesto, lo cual tampoco es decisorio, pues, como dice Benoit, una realidad que se vive habitualmente, no se recomienda que se haga; se exhorta a realizar la costumbre que se quiere implantar y arraigar en el seno de una comunidad. Pablo incluye el mandato de repetir despus del pan y la copa; Lucas, slo despus del pan y Mt y Mc no incluyen este mandato.Una tercera interpretacin est de parte de aquel texto que conserve mejor la cena en su estructura o desarrollo: partir y repartir el pan, la comida, la copa de bendicin.

En ese sentido, Lc y Cor tienen esta disposicin, pero en Mc y Mt desaparece la comida, lo cual indicara que es posterior la versin de Mt-Mc pues estara indicando que al exponerse la comida a muchos abusos, al hecho de que las comidas implicaban la hospitalidad y que estaba vetada a los no creyentes, Mt-Mc estaran indicando una fecha ms tarda.

Finalmente otros apuestan para la mayor antigedad por los textos que tengan menos frmulas simtricas, indicando como ms nuevo el texto ms simtrico y conciso por lo fcil de retener, en el fondo, ms elaborado. De nuevo Lc y Cor son menos simtricos.

Con todos estos antecedentes parece que los textos ms antiguos son los que han cristalizado en la fuente paulina (Cor - Lc ) frente a los de la fuente petrina (Mt -Mc), reflejando los primeros la frmula litrgica de Antioqua y los segundos la de la primera comunidad de Jerusaln.

Recordemos por otra parte, que a los sinpticos les interesa en su catequesis, indicar que la Cena de Jess es la nueva Pascua que libera al pueblo, sacndolo - en un nuevo xodo - hacia la nueva alianza, por lo cual ponen la Cena en un contexto pascual, mientras que para Juan la Muerte de Jess es la muerte del nuevo cordero pascual por cuya sangre Dios libera al pueblo y hace que celebre la nueva pascua..

Acerca de la fecha, podemos decir pues, que aunque los evangelios fueron escritos entre los aos 50 y 90, utilizaron materiales y tradiciones que circulaban con anterioridad en las comunidades cristianas.

Pablo escribe 1 Cor por el ao 55 y les recuerda a los cristianos de esa comunidad lo que ya les transmiti en su primer viaje (50 - 51), y que a su vez, l haba recibido... cundo? Probablemente durante su primer viaje a Jerusaln (36 - 38) o cuando lleg a Antioqua (40) o el 49, en Corinto.

No es posible precisar mucho ms pero es ya bastante alentador el poder constatar que menos de diez aos despus de la muerte de Jess estaba ya fijado el memorial de la Ultima Cena del Seor.

1.4.- Ms importante, sin embargo, es qu reflejan de lo que Jess hizo y dijo.

Con respecto a esto, los cuatro nos indican qu hizo Jess con el pan y la copa y aaden palabras explicativas de dichas acciones. Pero las palabras difieren en las cuatro narraciones, por lo cual no las podemos tomar como logia Christi.

Mateo Marcos Lucas 1 Corintios

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TomadTomad ------------- ------------

comed ------------- ------------- ------------

Esto es mi CuerpoEsto es mi Cuerpo Esto es mi Cuerpo que que es entregado Esto es mi cuerpo que se da

por vosotros por vosotros

------------- -------------Haced esto en memoria maHaced esto en memoria ma

Bebed de l todos ------------- -------------- ------------

porque esta es mi sangre Esta es mi sangre Este Este es el

------------ ------------- cliz cliz

de la Alianza de la alianza es la nueva Alianza de la nueva Alianza

------------ ------------- en mi sangre en mi sangre

que va a ser derramadaque va a ser derramadaque va a ser derramada -------------

por muchos por muchos por vosotros -------------

para remisin de los pecados ------------- --------------- -------------

Cuantas veces lo bebis Haced esto en memoria ma.

Pero s podemos decir que seran acciones de Cristo, la que realiz, sobre lo cual hay unanimidad de que sean ipsissima facta Iesu. De hecho, cuando desapareci la comida, no desaparecieron el pan ni la copa, seal de que en la tradicin estaba claro lo que Jess hizo.

Entre las acciones acostumbradas en las cenas judas, existen en los relatos dos especficas que Jess realiz en esa cena, haya sido pascual o cena quiddus. En primer lugar romper la prctica y dar de beber Jess de su propia copa a todos los comensales; no era esa la costumbre; nicamente cuando se quera distinguir a uno de los comensales, o a un husped, o a un ausente para indicar que estaba en la presencia de todos, o incluso a una mujer para desearle fecundidad. Por lo tanto, el gesto fue muy especial y mucho ms que se les hiciera compartir a todos. (Mt 26, 27. Mc 14, 23. Lc 22, 17).

Tambin era costumbre juda pero Jess lo destaca mucho ms, el hecho de aadir palabras explicativas al repartir el pan y la copa. Y en este sentido hay dos teologas subyacentes en la unin de la copa o cliz a la alianza.

Una de ellas va en la direccin de la alianza escatolgica de Jer 31,31 nueva alianza en mi sangre... (Lc-Cor) frente a la otra que la refiere al cumplimiento de las promesas a Moiss en el Mesas, referencia a la alianza del Sina de Ex 24,8 (Mt y Mc ...la sangre de la alianza...).

Tambin se aprecian rasgos soteriolgicos (es decir, del significado de la vida y la muerte de Jess): ...signo de la alianza que se derrama por vosotros para el perdn de los pecados (Mt-Mc) frente a que se entrega por vosotros... (Lucas), mientras que 1 Cor no dice nada al respecto.

Por lo tanto, aunque no sepamos exactamente qu palabras fueron las de Jess, los exgetas dicen que con las palabras explicativas, la cena de despedida aludira a algn don de bendicin de carcter escatolgico, pues si la vida de Jess estuvo dirigida a hacer presente el Reino, era lgico que Jess hiciera alusin a ello

Adems, siendo banquete de despedida, hara tambin alusin a su vida en fidelidad hasta el fin, hasta la muerte. Por lo tanto, los especialistas dicen que la cena y el relato estn enmarcados en el gnero literario de tradicin testamentaria; de hecho incluso Jn tambin enmarca su equivalente de la ltima Cena en amplio discurso de despedida.

Dicho gnero literario estaba muy en boga entre los israelitas; al que iba a morir se le colocaba (literariamente) reunido en una comida con sus ms cercanos, en una accin de comunin con el testador, donde ofreca sus valores, se estrechaban sus relaciones, el testador haca una exhortacin a los suyos, dejaba en herencia sus valores, propona imitacin y a veces se anunciaba su vuelta posterior.

2.- Interpretacin del relato.

2.1.- Contexto del relato.

Uno es el contexto redaccional catequtico de los sinpticos, que es la Cena como cena pascual en la que Jess hace y vive lo suyo. Len Dufour en un comentario da hasta 14 razones por las cuales la cena no fue la pascual pero la catequesis se puede seguir haciendo como si as lo haya sido.

Pero otro, ms importante, es el contexto existencial y en esa realidad hay que encuadrar los relatos.

La cena y la cruz estn en el contexto de la vida de Jess, en un proceso; el final revela la plenitud de lo que Jess vivi a lo largo de su existencia y ambas dimensiones, Cena y Cruz, se iluminan mutuamente.

La Cena es una despedida de su vida y abre el prtico de su ltima accin, por lo cual hay que interpretar la cena desde la vida entera de Jess (y no slo desde su muerte, como rememoracin del sacrificio de la cruz); as lo plante el kerygma (He 10, 37 -39; 2,22; Mc 7,37): vida que culmina en la Cruz, con un momento culminante en la cena. Para Juan, la Cena es el principio del final de su historia de amor; as, las palabras de la cena son una sntesis de toda su vida y de sus acciones: lo que Jess muere es lo que vive, el Misterio Pascual.

Este es el contexto para descubrir el significado de los relatos, independientemente de la acomodacin catequtica o no de la pascua, que en un contexto judo, poda ser til para su entronque con la tradicin de Israel.

Hay tres elementos importantes para entender lo que significa el gesto de Jess en la ltima Cena: son la comida, el pan y el cuerpo. (Mt 26,36)

2.2. La comida.

En las diversas culturas la comida es una actividad humana fundamental para expresar relacin, convivencia, dilogo, alianza, familiaridad, hermanamiento, participacin. Comunidad de mesa significa comunidad de vida. La comida es fuente y smbolo de comunin; origina, especialmente para un oriental, entre los que comen lo mismo, una orientacin de vida comn. La comunidad de mesa es prcticamente sagrada para un oriental .

Convivium, convite, convidar, vienen de cum-vivere; y comed proviene de cum-dere, comer junto con. (En otras lenguas como el francs, manger, proviene de manducare, maducus = ogro comiln, de masticar y engullir).La estructura literaria o narrativa del relato pone de relieve la relacin dialogal entre los comensales, lo que revela que la cena es accin de comunin, de relacin mutua y eso es lo que habra que hacer en la eucarista (Lc 22,15: He deseado ardientemente cenar con vosotros...).

Los discpulos estn sentados en torno a la misma mesa, Jess como anfitrin y ellos como invitados; slo estn los ntimos ms el traidor y se destaca esto como ruptura de la comunin. Aunque los discpulos no hablan, toda la accin es dialogal. Se les invita a recibir y reciben de Jess que es el oferente.

La relacin directa no es de Jess con el pan y el vino sino de Jess con los discpulos; los verbos son dar a decir a, no al pan que sea cuerpo sino que les dice a ellos que comparte el pan que es su cuerpo; aparecen el m - vosotros; yo - vosotros, por lo tanto, expresa lo que es la realidad de la comensalidad como intimidad y comunin.

De la copa (nica que se utiliza) Jess la ofrece y beben todos. Signo de la existencia entregada, alianza de Dios nueva, ofrecida.

Ms importante que pan o vino es el comed; si por ejemplo, el pan de trigo y el vino de uva no significasen lo que eran en Israel como smbolo de la comida, es decir, si no representasen claramente la accin de comer, no tendra que haber dificultad para cambiarlos siempre que lgicamente fueran reemplazados por aquello que en esas distintas culturas reemplazase los elementos por otros que para esa cultura representasen lo mismo; si no, sera un simple snobismo.

Lo importante pues es que lo que Jess vive lo expresa como judo, comiendo; de nuevo, si el signo en otra cultura tampoco fuera la comida para expresar estar realidad, habra derecho a reflexionar por un reemplazo ms adecuado.

2.3. El panQu capacidad evocadora tendra el pan para Jess y para sus discpulos? El pan de trigo es el alimento principal del hombre mediterrneo, y si falta el pan es un smbolo de que se carece de todo; el tener al menos pan para comer es lo ltimo que debe faltar a un ser; nosotros tambin decimos: no tena ni un mendrugo de pan para llevarse a la boca.

En Eclo 34, 231, el pan es la vida de los pobres; sin pan no se puede sobrevivir. Comer al menos pan es necesario para mantener la vida, por lo cual puede designar a la comida bsica, generalPuede expresar tambin la situacin en la que se est viviendo; as, se dice que el triste come un pan amargo o pan de lgrimas. El penitente come un pan de ceniza; los israelitas, esclavos, comen pan de miseria. En Gn 3,19 es el smbolo de la situacin fundamental del hombre (Sal 117). En Qoh 9 tambin hay pan de alegra para el hombre contento.

Para Israel es smbolo tambin de todas las bendiciones de Dios para el pueblo. Los judos relacionan pan con la Tierra, de ah con la promesa, por tanto con su fidelidad a la ley, basada en la fidelidad inicial de Dios, en la Alianza. El pan se recibe como fruto de la fidelidad de Dios para el pueblo, que a su vez es fiel a la alianza.Es el smbolo de la vida que depende de Dios y es comparado con su palabra (Am 8,11 Mt 4,3-4).

Hay que pedir el pan nuestro de cada da, y a todos los niveles de panes, tambin en la profundidad de la vida humana. En todas las culturas se ha tenido siempre un respeto inmenso al pan: se parta en la mesa por el padre, se bendeca con la seal de la cruz, si se caa al suelo se besaba, no se tiraba nunca, etc.

En los semitas el hombre es un todo viviente pensado unitariamente como un cuerpo, mantenido bsicamente por el pan, para que siga existiendo el todo viviente que es corporal. As el pan puede evocar o sugerir al cuerpo humano lo que es y significa y la situacin en que se encuentra la persona. Puede pues de el pan ser de algn modo identificado con la realidad del cuerpo viviente; si es una realidad entregada, el pan puede ser esa realidad viviente corporal entregada (pero es smbolo, recordar que no es explicable).

En muchas otras culturas tambin se da esa ondulacin de pan a cuerpo; as, se dice que el hombre es lo que come; en latn, ser y comer comparten formas verbales.

San Gregorio de Nisa deca en una catequesis sobre la Eucarista: cuando se considera este alimento, considera todo lo que puede llegar a ser, el volumen de nuestro cuerpo; una vez comido llega a ser mi cuerpo y mi sangre por la asimilacin que hace tomar a la comida la forma de mi cuerpo.

De ah a hacer presente en el alimento - pan la realidad del viviente que se ofrece, es fcil para un semita.

El largo discurso de Juan 6 sobre el pan de vida est repleto de este sentido: el pan multiplicado para quitar el hambre es del cielo... recibido en la fe... se asimila a carne entregada.... por la vida del mundo... que se come por la fe... permaneciendo comunin con Jess...

En la Cena, el pan como accin simblica est en accin y, por lo tanto, es partido y repartido, dado y entregado, asimilado a lo que significa pan - cuerpo.

La accin eucarstica es comunin vivida de verdad. Jess intenta que se cree la mesa de comunin; eso es lo que manda repetir, no repetir lo perifrico; nuestras misas habra que confrontarlas con lo que tiene que ser realmente. Qu pasa si es una accin de comunin en una comunidad reunida sin comunin, cmo puede ser accin de comunin de Jess?

Los discpulos de Emas lo reconocieron al partir el pan; es el pan que ellos le han ofrecido hospitalariamente en su casa.

En las multiplicaciones de los panes, se dice que parti el pan y se lo dio... Las comunidades cristianas partan inicialmente el pan por las casas, o sea, compartan la realidad de la vida. He 20: ... el domingo nos reunimos a partir el pan con el significado de 1 Cor 10,16-17: ... el pan que partimos, no es la comunin con el cuerpo de Cristo? Es pues el nico pan partido que comemos todos; nosotros que somos diversos nos unimos en lo mismo. Y compaero proviene de cum - panis...

La teologa tradicional insista en que la Eucarista estaba compuesta esencialmente de pan de trigo y de vino de uva fermentada; pero hay que recordar que esto solamente es doctrina catlica, nunca definida como dogma. Cuando en el siglo XIX los misioneros se enfrentaban a realidades en frica y Asia, donde ambos elementos no eran centrales en esa culturas, o simplemente no haba, tenan que llevar all cepas para plantar, para poder vendimiar posteriormente; al plantear una posible forma distinta de celebrar la misma Eucarista, en Roma hubo por supuesto gran espanto y ser terminaron barriendo los ritos malabares.

Hoy se replantea mucho cul es la comida y bebida fundamental de tal o cual cultura para expresar lo mismo que expresa la Eucarista. Evidentemente que nosotros que venimos de una cultura de pan y vino no tiene sentido que pensemos que se pueda reemplazar por ejemplo en vino por la Coca-Cola.

Pero s habra que revisar cules son las expresiones culturales ms adecuadas en cada caso para desmagicizar los elementos eucarsticos.

2.4.- El Cuerpo.

Esto - mi cuerpo.

La traduccin literal de basar hebreo y de su equivalente bisr arameo, en griego es sarx = carne, o soma = cuerpo. Los LXX utilizan sarx 73 veces. Esta traduccin aparece en Jn 6, posiblemente el primer texto eucarstico.

... el pan que yo dar es mi carne, por la vida del mundo (v. 51)

... de verdad os aseguro, si no comis la carne del Hijo del Hombre y no bebis su sangre, no tendris vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna... pues mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mis sangre, permanece en m y yo en l (vv 53-56)

Los relatos de la eucarista en sinpticos y Pablo traducen basar por soma = cuerpo y con esta expresin nos quedamos.

Basar presenta los significados de conjunto de musculosa y piel, el cuerpo del hombre, la actitud interior global del hombre, su fragilidad, su limitacin, la pobreza del hombre ante Dios (Kittel), el propio ncleo de la persona (Len-Dufour), el individuo humano en su condicin dbil y caduca (J. Mateos, Voc. Teol. Del Ev de Juan).

En hebreo, cuando se juntan dos realid