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1 INSTITUTO TECNOLÓGICO DE LAS AMÉRICAS LAS AMERICAS INSTITUTE OF TECHNOLOGY ITLA

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INSTITUTO TECNOLÓGICO DE LAS AMÉRICAS

LAS AMERICAS INSTITUTE OF TECHNOLOGY ITLA

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INSTITUTO TECNOLÓGICO DE LAS AMÉRICAS

LAS AMERICAS INSTITUTE OF TECHNOLOGY ITLA

MANUAL DE ÉTICA I:

ÉTICA DE LA PERSONA

Colocar aquí el Logo del ITLA

Santo Domingo, República Dominicana 2008

Esta publicación es de uso interno y exclusivo del Instituto Tecnológico de las Américas (ITLA) y forma parte del programa curricular de esta prestigiosa institución.

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ING. JOSÉ ARMANDO TAVÁREZ RODRÍGUEZ Director/Rector Ejecutivo RVDO P. LIC. DIÓMEDES ANTONIO ÁNGELES FERNÁNDEZ Autor/Docente Corrección y coordinación: LIC. ENRIQUE SOLDEVILLA ENRÍQUEZ Profesor ITLA Lic. YGNACIO HERNÁNDEZ VALERA Coordinador del Centro de Excelencia de Formación Humanística Integral en Valores y Ética profesional. Índice: Lic. Ygnacio Hernández Valera. Diagramación: Diseño de Portada: Impresión: Santo Domingo, República Dominicana.

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AUTORIDADES DEL INSTITUTO TECNOLÓGICO DE LAS AMÉRICAS

Ing. José Armando Tavárez Rodríguez Director/Rector Ejecutivo

Lic. Ligia Salomé Henríquez Espinal

Subdirectora Académica

Lic. Ana Laura Guzmán Ibarra Subdirectora Relaciones Internacionales

Ing. José Francisco Martínez

Subdirector de Proyectos Sociales

Lic. Marcelino Acevedo Brenes Subdirector de Finanzas

Ing. Jordi Jorquera

Subdirector de Operaciones

Ing. Robinsón O. Fernández Subdirector de Tecnología de la Información

Ing. Arismendy Espinal

Gerente de Aseguramiento de la Calidad

Lic. Yesenia Rosado Gerente de Gestión Humana

Lic. Laura Lama

Encargada de Reclutamiento y Selección de Personal

Lic. Yolanda Tapia Encargada de Relaciones Públicas

Lic. Ysabel Parra Crucey

Encargada de Prensa

Teilor de la Rosa Santana Encargado del Centro de Excelencia de Tecnología de la Información

Ing. Leandro Fondeur

Encargado de Centro de Excelencia de Software

Lic. Rubén A. Tascón

Encargado del Centro de Excelencia de Multimedia

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Ing. Alvín Manuel Peralta Faulkner Encargado del Centro de Excelencia de Mecatrónica

Lic. Ygnacio Hernández Valera

Coordinador del Centro de Excelencia de Formación Humanística Integral en Valores y Ética Profesional

Janell Pérez Supervisora de La Escuela de Idiomas

Lic. Princesa Santana

Encargada de Registro y Admisiones

Ing. Marbellis Castillo Gerente de Tecnología Educativa

Lic. Lourdes Genao

Encargada de Unidad de Información y Documentación

Lic. Maricruz Carranza Gerente de Educación Continuada

Nota: Revisar y actualizar los nombres y cargos antes referidos

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ÍNDICE

Presentación……………………………………………………………………… Módulo I: Introducción…………………………………………………………. 1.1.- “Ética” y “Moral” (Semejanzas y Diferencias)…………………….

1.2.- La ética nace “De” la persona y se refiere “A” la persona………… 1.2.1.- La persona como eje y centro de la ética………………………….

1.2.2.- Expresiones del fenómeno moral…………………………………. 1.3.- La doble dimensión de la ética: “Subjetiva” y “Objetiva”…………. 1.4.- Las funciones de la ética………………………. …………………… 1.5.- El ethos y el “talante”………………………………………………. 1.6.- Relación de la ética con las ciencias particulares…………………… Módulo II: Hacerse Hombre……………………………………............................ 2.1.- El acto humano en sí mismo…………………........................................ 2.2.- Actos del hombre…………………………………………………………

2.3.- El acto moral……………………………………………………………… 2.4.- La ley………………………………………………………………………

2.4.1.- Definición y significado de ley……………………………………………. 2.4.2.- Clasificación de la ley………………………………………………………. 2.4.3.- Condiciones de la ley………………………………………………………. 2.4.4.- El autor de la ley………………………………………………………………. 2.4.5.- ¿A quién obliga la ley?........................................................................................

2.5.- La conciencia……………………………………………………………………. 2.5.1.- La conciencia y tipos de conciencia……………………………………………. 2.5.2.- Divisiones de la conciencia…………................................................................. 2.5.3.- Principios para actuar en conciencia……………………………………………. 2.5.4.- Sentido de la responsabilidad…………………………………………………...

Módulo III: Construcción del yo……………………………………………………………

3.1.-Auto-conocimiento…………………………………………………………….. 3.2.- Autenticidad……………………………………………………………………. 3.3.- Autoestima…………………………………………………………………….. Módulo IV: Proyecto de vida………………………………………………………………..

4.1.- Llegar a ser: Imperativo de auto-formarse…………………………………….. 4.2.- El sentido de tu vida (Vida Plena)……………………………………………. 4.3.- Tu verdadera identidad……………………………………………………….. 4.3.1.- Concepto de identidad………………………………………………………

4.3.2- El Ideal Personal: realización plena de la propia identidad…………………. 4.4.- Pautas para un proyecto ético de vida………………………………………… BIBLIOGRAFÍA………………………………………………………………

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PRESENTACIÓN

El Instituto Tecnológico de las Américas (ITLA), se ha destacado por ser una institución líder de la educación superior en el área de alta tecnología, provocando un impacto positivo en la formación integral de nuevos profesionales que desean alcanzar un mejor desarrollo social, económico, científico-tecnológico, humano y cultural, con mira en un auténtico desarrollo sostenido de la sociedad dominicana. Buscamos preparar y educar nuevas generaciones de tecnólogos, brindando las herramientas necesarias para que ellos puedan competir y propiciar el buen uso de la tecnología de la información y la comunicación teniendo como eje transversal la ética, y con la finalidad de lograr una mejora significativa en su condición de vida. El Instituto Tecnológico de las Américas no sólo cree en el buen uso de la información y de la comunicación, como instrumentos para preparar y capacitar personas, sino que ha querido contribuir con la formación integral de un mejor ser humano y un excelente profesional que tenga como centro de su vida un marco ético bien definido. Este manual de ética, Ética I: Ética de la Persona, se propone lograr que el estudiante haga una auténtica reflexión, introspección de su persona para llegar a descubrir y construir su propia personalidad; que cada uno de nuestros estudiantes y egresados vivan obsesionados por alcanzar la compresión, expresión y el desarrollo de sí mismos, por medio de un proceso de discernimiento personal. Somos conscientes de que la persona, como ente racional, es la expresión de la esencia misma del ser humano en todas sus dimensiones: ontológico, axiológico, ético y social. Por eso este primer manual viene a ser el primero de una serie de cuatro manuales, a través de los cuales se regirá el curso de ética social y profesional en el ITLA, invitando a una seria y verdadera reflexión de cómo el hombre se va haciendo persona a lo largo de su existencia. Se pretende que el estudiante tenga un primer encuentro consigo mismo, se conozca, se acepte tal y como es, y sea consciente de sus muchas fortalezas y también de sus debilidades. La persona humana es un ser inteligente y consciente, capaz de reflexionar sobre sí mismo y, por tanto, de tener conciencia de sí y de sus propios actos. Teniendo presente que el ser humano es un ser personal que vive cuestionándose a sí mismo y en una constante interrogante sobre lo que pasa en su entorno, que siempre está preguntándose por el último fundamento de su vida: quién soy, hacia dónde voy, qué busco, etc., es que hemos querido entregar el siguiente manual.

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Módulo I: Introducción. 1.1.- “Ética” y “Moral”. El término “ética” procede del griego “ethos” (carácter), y refiere la reflexión sobre la vida moral, en terminología de Aranguren: “moral formulada” o “moral pensada”; y en terminología de San Alberto Magno: “ethica docens”.1

El sentido más antiguo de la ética (del griego ethika, de ethos, ‘comportamiento’, ‘costumbre’), residía en el concepto de la morada o lugar donde se habita. El ethos es el suelo firme, el fundamento de la praxis, la raíz de la que brotan todos los actos humanos.

Ethos significa carácter, que se logra mediante el hábito y no por naturaleza. Dichos hábitos nacen "por repetición de actos iguales", en otras palabras, los hábitos son el principio intrínseco de los actos, aquel que acuñamos en el alma.

El término moral procede del latín “mos” (costumbre), y se refiere a la vida moral, lo que José Luís Aranguren llama “moral vivida” y San Alberto Magno denominaba “ethica utens”.

Podemos aproximarnos a la conceptualización de la palabra "moral" (del latín mores, ‘costumbre’) como la adquisición del modo de ser logrado por la apropiación o por niveles de apropiación, donde se encuentran los sentimientos, las costumbres y el carácter.

Ambas terminologías son usadas indistintamente o como sinónimos, y los autores así lo destacan en su mayoría. Sarah Banks nos lo confirma:

“Estrictamente hablando la ética es el estudio de la moral (las normas de comportamientos que sigue la gente en referencia a lo que es correcto o incorrecto, bueno o malo). Esto se conoce a menudo como filosofía moral, que comprende el análisis de cómo usamos o lo que entendemos por términos tales como “bueno” o “malo” (metaética) o la creación de sistemas reales de moralidad que prescriben lo que debería hacer la gente (ética normativa). Sin embargo, el término se suele usar de manera equivalente a “moral” para referirse a reglas/normas de conducta concernientes a lo que es correcto/incorrecto y bueno/malo (como en el código ético, por ejemplo)”.2

1 Cfr. VIDAL, Marciano: La ética civil y la moral cristiana. Editorial San Pablo, Madrid, 1995, Pág. 11. Una definición más simple de ética sería: los principios que gobiernan la conducta de un individuo o de un grupo. De modo que el término “ética personal” refiere las reglas con que un individuo vive su vida personal, y el término “ética profesional” hace referencia al código que guía la conducta de un profesional. 2 BANKS, Sarah: Ética y valores en el trabajo social. Editorial Paidós, Barcelona, 1997, Pág. 18. Ver también VIDAL, Marciano: op. cit., Pág. 11, el cual afirma que “…el uso ordinario da el mismo significado a ética y a moral. Por el contexto hay que determinar si se trata de vida o de reflexión”, y que “…son los adjetivos que se coloquen a esos dos términos los que especifican la orientación del significado: moral/ética religiosa o no religiosa; moral/ética cristiana; moral/ética islámica; moral/ética

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Conociendo ya la similitud en el uso de los términos Ética y Moral, analizamos y desglosamos la siguiente definición de Ética: “La ética es la ciencia que fundamenta el comportamiento moral del ser humano para adecuarlo al bien del universo, la sociedad y el individuo”.3 “Comportamiento moral”: La ética se ocupa del comportamiento humano siempre referido a un valor moral (o principio universal como Justicia, Amor, Verdad). “Ser humano”: Es el único ser en la naturaleza que necesita de una ética porque el hombre es libre y responsable de sus actos. Los animales, en cambio, actúan por instinto y carecen de conciencia. “Bien”: El bien podemos definirlo como aquello que ayuda al desarrollo de un ser. Por ejemplo, el alimento es bueno para el hombre, para el animal. “Del universo”: La ética indica al hombre cómo armonizar su comportamiento moral con el bien del universo. “Sociedad”: Es imposible vivir en una sociedad donde no hay acuerdo en las normas morales. “Individuo”: La ética motiva al individuo a adecuar su comportamiento para el bien de la sociedad y de sí mismo. En cuanto a la moral, podemos definirla “…como el conjunto de reglas o normas de comportamiento en que se establece la distinción entre lo bueno y lo malo como criterio de perfección humana. En el plano más simple, se encuentran las costumbres o tradiciones y las formas de convivencia: prácticas religiosas, económicas, pro-creativas, jurídicas, etc. Por encima de ellas se hallan los valores, que cumplen la función de Principios universales: Justicia, Amor, Verdad”.4 civil, etc.”. A su vez, Cortina establece con bastante claridad la similitud y diferencia entre ética y moral, exponiéndolo así: “La ética es una parte de la filosofía que reflexiona sobre la moral, y por eso recibe también el nombre de “filosofía moral”… Ética y moral se distinguen simplemente en que, mientras la moral forma parte de la vida cotidiana de las sociedades y de los individuos y no la han invitado los filósofos, la ética es un saber filosófico; mientras la moral tiene apellidos de la vida social, como “moral cristiana”, “moral islámica” o “moral socialista”, la ética los tiene filosóficos, como “aristotélica”, “estoica” o “kantiana” (CORTINA, Adela: El quehacer ético. –Guía para la educación moral-. Aula XXI Santillana, Madrid, 1996, Pág. 15). Ver además a VIDAL, Marciano: Diccionario de ética teológica. Editorial Verbo Divino, Navarra, 1991, Pág. 234. Cfr. CORTINA, Adela: Ética (Fundamentación de la); en MORENO VILLA, Mariano: Diccionario del pensamiento contemporáneo. Editorial San Pablo, Madrid, 1992, Págs. 445-453. 3 VELEZ CORREA, Luís Alfonso: Ética Médica –interrogantes acerca de la medicina, la vida y la muerte-. Corporación para investigaciones biológicas (CIB), Medellín, Colombia, 1996, Pág. 19. Y para una definición más ampliada de Ética y Moral, ver a PEINADO, José Vico: éticas teológicas ayer y hoy. Ediciones Paulinas, Madrid, 1993, Págs. 18-22. 4 GONZÁLEZ ALVAREZ, Luís José: ÉTICA. Editorial El Búho, 3ra. Reimpresión, Bogotá, 2005, Pág. 24.

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1.2.- La ética nace “De” la persona y se refiere “A” la persona.

1.2.1.- La persona como eje y centro de la ética. Como hemos notado en la diferenciación y parentesco de los términos Ética y Moral, el foco de atención de los mismos es sin dudas la persona, el ser humano, el hombre. Y ello es así, pues sólo el hombre es libre y consciente de sus actos, y por tanto responsable de su comportamiento. En ese tenor, resulta lógico colegir y afirmar que la ética, como estudiosa del comportamiento humano-moral, evidentemente nace de la persona y está referida a la persona. Ahora bien, ¿Por qué el hombre es un ser moral? Podríamos responder a esta interrogante con los siguientes tópicos: 1) No puede haber vida moral si no hay vida racional. Es decir, la conciencia, que es el fruto de la razón, es una condición indispensable y previa a todo acto moral, y por tanto a toda acción humana. Por ejemplo, y esta situación la comprobamos en los diferentes sistemas judiciales, no merece el mismo tratamiento de culpabilidad un delito cometido por una persona sana y normal, que un delito cometido por una persona demente, esquizofrénica o con otras patologías psicológicas. 2) El hombre es un continuo hacerse (Ortega y Gasset), y por ello, a diferencia del animal que se acomoda a sus límites, vive revolucionando los límites del medio que le rodea, y en ese dinamismo manifiesta su libertad y su creatividad. 3) El hombre se descubre como un ser por hacerse, con innumerables potencialidades, y esta realidad le produce una tensión entre: Lo que es y puede llegar a ser. Su ser ya dado y su poder ser.

“No entiendo por qué el que es dichoso busca mayor felicidad” (Cicerón).

4) El hombre se descubre entonces como proyecto y se traza un ideal. Pero en la búsqueda y consecución de dicho ideal necesariamente se relaciona con otras personas y toma posturas ante diversas realidades. Es decir, asume conductas que refieren una exigencia moral. 5) De cara a su ideal la persona se siente responsable de su actuar, y esta responsabilidad es la que produce en cada persona el sentimiento del deber, de la culpabilidad, de la imperfección o insatisfacción (y esta realidad podríamos llamarla “el imperativo moral” presente en cada persona).5

5 Cfr. Ibid, Págs. 75-76. Con respecto a este tema Marciano Vidal afirma que “Es difícil negar razonablemente la existencia de una instancia moral al interior de las realizaciones humanas. El hecho moral se impone como un dato espontáneo de la objetividad”. (VIDAL, Marciano: La ética civil y la moral cristiana –op. cit.-, Pág. 13). Es importante indagar el tema del deber, que es esa fuerza imperiosa u ordenativa que se desprende de la conexión necesaria entre el bien supremo del

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Como nos afirma Vidal, “Todo planteamiento ético ha de tener en cuenta las afirmaciones precedentes, que se sintetizan en ésta: la persona es el origen y la meta de toda actuación que pretenda ser humana y humanizadora. La ética surge necesariamente en el mundo porque en ésta se trata no de “cosas” sino de “sujetos”, es decir, de personas”.6 1.2.2.- Expresiones del fenómeno moral. La existencia humana de por sí hace relación al fenómeno moral, el cual se manifiesta de múltiples formas. Entre las expresiones más frecuentes del fenómeno moral, y que están cargadas de una fuerza valorativa y normativa, están: En enunciados: “matar es malo”. En amonestaciones: “no hagas eso”.

En construcciones hipotéticas: “si hago esto obro contra mi conciencia”. Toda sociedad está estructurada en base a una normativa moral, y por eso la condición “cultural” y “social” del hombre supone a su vez aspectos “abiertos”, “libres”, “normatizados” de la realidad humana.7 Como nos aporta Luís José: “…la moral es algo vital, algo existencial, es la vida misma, consciente de sí, autoevaluándose en busca de la perfección”.8 El lenguaje cotidiano está lleno de expresiones morales:

-“Eso no está bien” -¿Por qué lo hiciste? -“Esa actitud es irresponsable” -“Actuó en forma deshonesta” -“Hay que respetar las leyes” -“Tenemos derechos y deberes” Desde niños, en la familia, la escuela o colegio, la televisión, las lecturas, nos habituamos a diferenciar los comportamientos positivos o buenos de los negativos o malos: -“Esto es bueno” -“Aquello es malo” -“No debes hacer esto” -“Debes portarte bien” La terminología moral es abundante, y por eso hablamos de: -“Moral e inmoral” -“Lícito e ilícito” -“Permitido y prohibido” -“Honesto y deshonesto” hombre (su perfección) y determinada conducta. Por ejemplo, cuando descubro que el trabajo es necesario para alcanzar mi perfección humana, siento el deber de trabajar, y esta es una fuerza al interior de mi conciencia. (Cfr. GONZÁLEZ ALVAREZ, Luís José: ÉTICA, op. cit., Págs. 156-157). 6 VIDAL, Marciano: La ética civil y la moral cristiana –op. cit.-, Pág. 14. 7 Ibid, Pág. 13. 8 GONZÁLEZ ALVAREZ, Luís José: ÉTICA, op. cit., Pág. 21. Por su parte Correa nos habla de la moral como un “saber práctico” y de la ética como “un saber teórico”, y que “el fundamento de la moral es la persona humana como fin. La moral se basa, por tanto, en el misterio, en la sacralidad de la persona humana” (VELEZ CORREA, Luís Alfonso: op. cit., Pág. 25).

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-“Ético y no ético” -“Justo e injusto” Las actitudes positivas son denominadas virtudes y las negativas vicios. De acuerdo al grado de virtud o vicio que encontramos en las personas, las clasificamos: -Unas son buenas, decentes, honorables, dignas, magníficas. -Otras son indecentes, vulgares, deshonestas, perversas, inmorales, bajas.9 Por tanto, la moralidad forma parte sustancial del entramado social y vital del hombre, de su hábitat, de su medio ambiente. En fin de cuentas, la moralidad, la ética, nace de la persona y se dirige a la persona. 1.3.- La doble dimensión de la ética: “Subjetiva” y “Objetiva”. La dimensión moral posee una doble vertiente:

Subjetiva: que expresa el grado de coherencia o incoherencia del sujeto humano responsable.

Objetiva: que indica la construcción o destrucción normativa de la realidad humana.

De acuerdo con las vertientes señaladas, la ética consiste en una interrogante polarizada: ¿Qué es lo bueno (polaridad objetiva) y qué debo hacer (polaridad subjetiva) para realizar la bondad objetiva? Si la ética se detiene sólo en lo subjetivo de la dimensión moral, entonces surgirá un discurso: Individualista: donde se mide la responsabilidad de los sujetos individuales, sin tener en cuenta el carácter colectivo de las decisiones personales. Actualista o voluntarista: donde el discurso ético se fija en la dimensión moral de los “actos” o de las “voluntades” (intenciones) de los sujetos, sin tener en cuenta las implicaciones morales de las instituciones y de las estructuras.10 Si la ética se concentra en el polo objetivo de la dimensión moral, entonces surge un discurso ético: Colectivista: donde la responsabilidad moral se descarga en el “colectivo” en cuanto sujeto de decisiones, desapareciendo así la responsabilidad de los sujetos individuales. Institucionalista y estructuralista: se atribuye la maldad o bondad moral no a las personas y acciones, sino a las instituciones y estructuras que conforman la realidad humana.11

9 Cfr. Ibid, Págs. 19-21. 10 Cfr. VIDAL, Marciano: La ética civil y la moral cristiana, Pág. 15. Ver además VIDAL, Marciano: Diccionario de ética teológica, op. cit., Pág. 235. 11 Ibid.

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Todas y cada una de estas interpretaciones, vistas por separado, se convierten en reduccionistas de la ética. Sin embargo, la ética auténtica integra la responsabilidad individual y colectiva, así como el efecto tanto actual como institucional y estructural de las decisiones responsables. Como señala Vidal, “en la integración entre responsabilidad individual y colectiva, y entre moralidad de las acciones y de las instituciones/estructuras se encuentra uno de los puntos básicos del paradigma específico de la ética”.12 En fin, existe una clara interdependencia entre los aspectos subjetivo y objetivo de la dimensión moral, que de ninguna manera puede ser soslayada. Gabriel Madinier nos lo recalca de este modo:

“El orden moral se presenta constitutivamente caracterizado por un doble aspecto: subjetivo y objetivo. El valor ético de un individuo es dado por la intención, pero, al mismo tiempo, los actos no son del todo indiferentes; existen normas objetivas, ante las cuales la intención debe, a su vez, conformarse. Los aspectos subjetivo y objetivo no van por tanto contrapuestos, sino que deben ser vistos en una relación de mutua interacción o de circularidad. La conciencia se forma a través de las normas, las cuales reclaman, por otra parte, la actividad y el esfuerzo de la conciencia para ser comprendidas, elaboradas e interpretadas”.13

1.4.- Las funciones de la ética. A la ética se le asignan numerosas funciones, entre las cuales sobresalen dos: La función crítica: el discurso ético capta, desenmascara y pondera las realizaciones inauténticas de la realidad humana, tales como las consideraciones pre-científicas

-De la realidad (mitos, tabúes); -Sobre el poder (totalitarismos); -Sobre la intransigencia (éticas sectarias). La función utópica: la ética proyecta y configura el ideal normativo de las realizaciones humanas, y por eso postula que el “ethos” humano sea vivido y considerado desde los parámetros de: -La autonomía (ética del sujeto y para el sujeto). -La imparcialidad (ética del observador imparcial). -La criticidad (ética no ideológica). -La capacidad utópica (ética del ideal absoluto y radical).14

12 Ibid, Pág. 16. 13 MADINIER, Gabriel: La Coscienza Morale. Editrice Elle Di Ci, Torino, 1982, Pág. 9. 14 Cfr. PEINADO, José Vico: éticas teológicas ayer y hoy. Ediciones Paulinas, Madrid, 1993, Pág. 23 y VIDAL, Marciano: La ética civil y la moral cristiana, op. cit., Págs. 33-34, donde refiere el tema de las

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La doble función de la ética: crítica y utópica, se concreta en las siguientes propuestas:

-La búsqueda de fines y significados. -La necesidad de utopías globales. -El valor inalienable del hombre. Toda formulación ética lleva consigo una dimensión prospectiva en tanto es una formulación de un proyecto utópico, el cual tensiona la vida humana hacia el futuro y la juzga en el presente. Desde esta óptica a la ética se le asignan tres tareas: Anunciar y proponer la utopía global del deseable humano como principio activo de esperanza y fuente de compromiso en orden a la humanización del hombre. Denunciar y rechazar los contravalores, es decir, cuanto se opone a la humanización del hombre, en función de la utopía vislumbrada. Realizar e integrar los auténticos valores humanos, que van haciendo su aparición en las diversas situaciones históricas.15 El hecho de que la ciencia no puede establecer por sí misma ningún criterio ético porque se coloca en el plano de lo físico y lo natural, impone a la ética la tarea de diferenciar cuidadosamente sus argumentaciones de aquella, relativos a elementos físicos, naturales, factuales.16 No obstante, siempre será verdad que no se puede enunciar un juicio ético, en el sentido de un juicio teórico sobre un determinado problema ético, sin el correspondiente conocimiento científico.

utilidades de la ética, las cuales se convierten en funciones, tales como: regular el comportamiento del hombre en beneficio de sí mismo y de la sociedad; ayudar para que el obrar tenga coherencia y sirva par el desarrollo del ser humano; contribuir a que la conducta sea concorde con la opción fundamental escogida por la persona. 15 Cfr. Ibid, Págs. 34-35. 16 Ibid, Pág. 25. No ob

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ÉTICA Y UTOPÍA La ética es intrínsecamente utópica, si bien no en un sentido escatológico. La ética es utópica porque nace de la constatación de un hiato entre lo que es, lo que hay, la realidad y lo que creemos que debiera haber o ser en cada caso. Pero la ética no necesita de ninguna escatología, esto es, no necesita para nada confiar en que el deber ser moral y el ser histórico vayan a coincidir jamás, sea a la corta o a la larga. Para que la ética surja basta y sobra con constatar que aquí y ahora no coinciden, que la realidad del momento en que vivimos no merece ser tenida por justa tal cual es. Y esa es la única utopía, la utopía en sentido ético, la utopía ética, que probablemente sea permitida en estos tiempos disutópicos.

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Nota: La cita de este cuadro es la No.17 1.5.- El ethos y el “talante”.

Buscamos hacer una descripción un tanto cronológica del desarrollo de estos dos fenómenos internos y netamente humanos: el “ethos” (carácter) y el “pathos” (talante), destacando sus diferencias y sus puntos de convergencia. El “pathos” lo podemos identificar: --Como el sello distintivo de cada persona. --La carta de presentación física de cada individuo.

--Aquello que refiere lo propio y el modo de ser particular de cada ser humano.

La realidad del “pathos” ha sido denominada “talante” por Aranguren, y que otros traducen como “temple”, “estado de ánimo” o “tonalidad afectiva”.18 Aranguren nos ofrece una explicación mucho más adecuada: “el pathos o talante es nuestro modo de encontrarnos bien, mal, tristes, confiados y seguros, temerosos, desesperados, etc., en la realidad. El pathos no depende de nosotros, al revés, somos nosotros quienes nos encontramos con él y en él... Hemos sido puestos en el mundo, arrojados en él o, mejor, enviados a él, con una esperanza o una angustia radical, fondo permanente, que sale poco a superficie, de los cambiantes estados de ánimo, sentimientos y pasiones”.19 De esta definición de Aranguren podemos extraer tres conclusiones fundamentales:

El “pathos” o talante no podemos definirlo por emociones pasajeras ni por hábitos adquiridos, sino que es un fenómeno más profundo.

El “pathos” o talante responde sobre todo a una realidad biológica, la que a menudo ha sido denominada “temperamento”.

17 MUGUERZA, J.: Un contrapunto ético: la moral ciudadana en los ochenta. Arbor 128 (1988) No. 503-504, 252); en VIDAL, Marciano: La ética civil y la moral cristiana, op. cit., Pág. 17. 18 Cfr. VIDAL, Marciano: La ética civil y la moral cristiana, op. cit., Pág. 18. 19 LOPEZ ARANGUREN, José Luís: Ética, Revista de Occidente, Madrid, 1972, Pág. 346. Cfr. LOPEZ ARANGUREN, José Luís: El buen talante. Tecnos, Madrid, 1985. Cfr. VIDAL, Marciano: Diccionario de ética teológica, op. cit., Pág. 589.

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Luego, el “pathos” o talante no puede ser entendido como la manera primordial de estar en la realidad.

Por su parte, “ethos” es un término griego, que tiene una directa y estrecha relación con el carácter de la persona. Por eso afirmamos, junto a Aranguren, que “el carácter, éticamente considerado, es la personalidad moral; lo que al hombre le va quedando de suyo a medida que la vida pasa: hábitos, costumbres, virtudes, vicios, modo de ser; en suma, ethos. La tarea moral consiste en llegar a ser lo que se puede con lo que se es”.20 El “ethos”, visto como el objeto formal de la reflexión ética y como la categoría que define al hombre en cuanto realidad ética, es definido a su vez por Vidal como el “…conjunto de normas y valores aceptados por una civilización, por un pueblo, por una clase social, por un grupo, por una persona”.21 Es así como el “ethos” va definiéndose con el devenir de los actos humanos, en cada uno de los cuales existen dos dimensiones:

1) El acto concreto, identificado y separado, que es visto con mayor responsabilidad.

2) La búsqueda de la felicidad que envuelve cada acto humano, la

cual excede o sobrepasa al acto concreto, y que es vista con menor responsabilidad.

No obstante, existe una estrecha relación entre “pathos” y “ethos”, pues así como

toda la vida moral se articula en la unidad del “carácter moral”, de igual manera toda la vida de los sentimientos encuentra su centro unificador en el “talante”.

“Pathos” y “ethos” son conceptos correlativos. Identificamos ahora su armonía e

interdependencia en las siguientes afirmaciones: Si “pathos” o talante es el modo de enfrentarse, por naturaleza, con la realidad,

“ethos” o carácter es el modo de enfrentarse, por hábito, con esa misma realidad. Talante y carácter son entonces los dos polos opuestos de la vida ética, premoral el primero, y auténticamente moral el segundo. Ambos polos son separables sólo por abstracción, pues el hombre constituye una unidad total entre: --Naturaleza y moralidad. --Talante y carácter. La vida moral de la persona se realiza desde la condición de su talante. Es decir, la vida moral tiene que contar con el “pathos” o talante para construir sobre ella su figura.

20 LÓPEZ ARANGUREN, José Luís: Ética, op. cit., Págs. 469-470; citado por VIDAL, Marciano: La ética civil y la moral cristiana, op. cit., Págs. 17-18. Ver además a CORINA, Adela: El quehacer ético, op. cit., Págs. 15-16. 21 VIDAL, Marciano: Diccionario de ética teológica, op. cit., Pág. 234.

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Por tanto, el carácter o la ética no pueden prescindir del talante. En otras palabras, el ethos no puede prescindir del pathos y viceversa.22 1.6.- Relación de la ética con las ciencias particulares. Una característica común en todas las ciencias es sin lugar a dudas la interdisciplinariedad, que es esa igual necesidad de relación que posee cada ciencia con las demás, y la ética como ciencia no escapa a dicha realidad. Por eso, cada descubrimiento científico, así como cada postura y aportes de las ciencias, evidentemente que interesan a la ética, pues le proporcionan herramientas válidas para sus propias elaboraciones científicas desde su campo específico de la dimensión moral. ¿De qué trata la ciencia? Del ser. ¿De qué trata la ética? Del deber ser.

La ética es el único saber que trata del “deber ser”; las otras ciencias describen los seres o hechos sin una valoración moral, y esta es una diferencia fundamental entre la ética y las ciencias.

El filósofo y moralista Emmanuel Kant establece una diferencia similar a la antes planteada, refiriéndose a la existencia de dos reinos:

22 Cfr. Ibid, Pág. 590.

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La tendencia a desligar la ética de las ciencias obedece a un concepto absoluto de la ciencia, quizás por el gran avance tecnológico que experimenta desde los siglos XIX y XX, y en el sentido de que ésta ha de desarrollarse con plena libertad. De ser así, nadie podría entonces cuestionar al científico, sino la misma ciencia. Sin embargo, como bien nos alude Luís Alfonso: “…después de los horrores que hicieron los científicos nazis y de las bombas de Hiroshima y Nagasaki, nadie puede decir que la ciencia es pura y no debe ser regulada por la ética. No es que la ciencia deba tener una ética, sino más bien que los científicos y técnicos deben actuar éticamente cuando trabajan la ciencia y la tecnología. La ciencia no es un fin, sino un medio para el progreso del ser humano”.24 Es evidente que una ciencia sin ética se vuelve contra el ser humano, y esta realidad es en sí contradictoria, pues la ciencia tiene su razón de ser cuando está al servicio positivo del ser humano, pero no cuando lo destruye. Por eso, la primera interrogante que un científico debe plantearse no es la siguiente: ¿Puedo hacer esto?, sino, ¿debo hacerlo? A esta pregunta sólo A esta pregunta responde la ética. responde la ciencia.

23 Cfr. VELEZ CORREA, Luís Alfonso: Ética Médica, op.cit., Pág. 34. 24 Ibid, Págs. 34-35.

El reino de la naturaleza o de la necesidad. La naturaleza obra por necesidad (tiene leyes propias).

Si atribuimos el valor de bueno a la naturaleza, es un error. Decimos que una piedra es mala porque nos golpeó, o que un animal es malo porque nos atacó.

Ni la piedra es mala (obra por gravedad), ni el animal es malo (obra por instinto).

El reino de la libertad.

La moral necesita de la libertad.

El ser humano es el único que hace uno de la libertad.

El ser humano es el que da sentido a la naturaleza.

El ser humano hace que los otros seres naturales sirvan o no para su bien y del universo.23

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La relación y la dependencia entre la ciencia y la ética son innegables, y es por ello que cada una de las ciencias en cuanto intervienen en el proceso de transformación del hombre y del mundo, requiere de un ordenamiento no sólo racional sino también y preponderantemente ético. Como señala Adela Cortina con relación al derecho y la religión, las ciencias son “las vecinas” de la moral, de la ética.25 Por ejemplo, entre la Ética y la Psicología experimental (Psicología como ciencia positiva) existen estrechas relaciones. Cada una de ellas posee un objeto formal distinto, lo cual en vez de crear distancia entre ellas produce una necesidad y atracción. Rodríguez Luño nos deja evidenciada la aludida relación de esta manera:

“La Psicología estudia las facultades humanas y sus operaciones, así como las condiciones y móviles que explican su funcionamiento. Buena parte de las realidades estudiadas por la Psicología experimental son también objeto de la Ética, como las acciones libres, los hábitos, los sentimientos, las tendencias, etc. Y, viceversa, fenómenos típicamente morales –como el remordimiento, la conversión, etc.- tienen una dinámica psicológica que la Ética necesita conocer. La Ética presupone y necesita de la Psicología, en cuanto que presupone y necesita conocimientos que sólo la Psicología puede proporcionar de manera científica. Baste pensar en la influencia de la afectividad sobre la actividad libre, en los condicionamientos psicológicos –patológicos o no- a que puede estar sujeto el comportamiento humano, etc.”.26

25 Cfr. CORTINA, Adela: op. cit., Pág. 30. Sobre la relación entre ética y economía ver a RICHARDS, Howard: Ética y Economía. Editorial Tecnológica de Costa Rica, Costa Rica, 1987, Págs. 11-15. Para verificar la estrecha relación entre Ética y Sociología, entre Ética y Metafísica, entre Ética y Antropología, ver a RODRIGUEZ LUÑO, Ángel: Ética General. Ediciones Universidad de Navarra (EUNSA), España, 1991, Págs. 90-98. 26 RODRIGUEZ LUÑO, Ángel: op. cit., Pág. 80.

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Módulo II: Hacerse Hombre.

2.1.- El acto humano en sí mismo El hombre es un ser complejo en su razonar, pensar, actuar, y para que su acción sea catalogada como humana, y por tanto digna de ser denominada ética o moral, ha de llenar una serie de condiciones, propias del proceso conductual de la persona que obedece a una conciencia, a un conocimiento, a la toma de decisión con voluntad cierta y libertad interior (deliberación racional), que posteriormente le conducen a una acción responsable. Por lo pronto, definimos los actos humanos, unidos a Rodríguez Luño, como “…aquellos que el hombre es dueño de hacer y de omitir, de hacerlos de un modo o de otro. Son las acciones libres, esto es, las que proceden de la deliberación racional y de la voluntad, ya sea inmediatamente (amor, deseo, odio), y entonces se habla de actos ilícitos de la voluntad, ya sea a través de otras potencias (hablar, trabajar, golpear), y entonces se habla de actos imperados por la voluntad”.27 De la presente postura en torno a los actos humanos podemos inferir tres condiciones esenciales para que un acto sea auténticamente humano: el conocimiento de una realidad, la decisión libre ante lo conocido, y la acción ante lo conocido y decidido. Es decir: Con el conocimiento atraigo la realidad al ámbito de la conciencia (veo y palpo una realidad) y me adueño de su significado. Según Romano Guardini, “Conocer es el proceso por el que el hombre capta lo que existe, lo introduce en su interior, lo relaciona con su propia existencia, pero de tal forma que, al mismo tiempo, capta su sentido mismo en cuanto tal, toma conciencia de él, lo entiende. Conocer quiere decir tomar conciencia de la esencia de lo existente”.28 Con el acto de voluntad libre tomo postura interiormente frente a eso ya conocido y me decido por una conducta. La conducta ética sólo es posible si hay libertad.29 27 Ibid, Pág. 21. Podemos indagar en la definición de “actos humanos” en las reflexiones morales que nos aporta PEPEN, Mons. Juan F.: Principios de Moral Profesional. Amigo del Hogar, Santo Domingo, 1994, Pág. 43. Sobre la diferenciación entre actos ilícitos e imperados ver a HÔRMANN, Karl: Diccionario de Moral Cristiana. Editorial Herder, Barcelona, 1984, Págs. 821-822. 28 GUARDINI, Romano: Ética –Lecciones en la Universidad de Munich. BAC, Madrid, 1999, Pág. 114. 29 Evidentemente que existen actos que tiene un origen al exterior del sujeto o de la persona, por ejemplo un vehículo que me choca y caigo, o un gesto defensivo ante una inminente agresión (de cara a ambos hechos ha habido una causa física). Sin embargo, existen otros actos en los que prima la deliberación racional y por tanto la persona en su libertad plena, como por ejemplo el médico que es llamado para asistir un enfermo, encontrándose éste con la disyuntiva de si tomar el camino más corto pero más peligroso para llegar al enfermo, o tomar el camino más largo con la probabilidad de que en ese trayecto muera el enfermo. En este caso la decisión de tomar un camino u otro ha sido una iniciativa y decisión deliberada de la persona, situación muy diversa a las planteadas anteriormente.

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Sobre la base del conocimiento y de la decisión vuelvo a la realidad, la capto, dispongo de ella y le doy forma (=Acción).30 Los dos elementos claves en todo acto humano son por tanto: El conocimiento y La libertad. (Lo que Vélez Correa llama “Conciencia psicológica y libertad”,31 pero el ejercicio o puesta en marcha de la libertad atraviesa a su vez por un proceso de deliberación, el cual consiste en:

Valorar los fines posibles de la voluntad e

Identificar los medios que permiten alcanzarlos.32

“Deliberar es hacer un uso práctico de la razón humana, es decir, pensar para obrar. En esa medida, es de la esencia de la deliberación incoar un proceso que reclama ser completado por la voluntad. En tanto ésta no interviene, la deliberación es vivida como un fenómeno fragmentario o incompleto”.33

30 Cfr. Ibid, Pág. 121. Conviene advertir, junto a Duplá, que “…daremos a la palabra acción una amplitud que comprenda tanto las acciones propiamente dichas cuanto las omisiones. Que acción y omisión son especies de un mismo género, se echa de ver cuando se repara en que responden a una misma caracterización esencial: en ambos casos depende de la libertad del sujeto el curso que tomen los acontecimientos. Tanto si se decide a intervenir como si se abstiene, el sujeto es responsable de su decisión, por lo que su omisión, no menos que su acción, puede ser juzgada desde el punto de vista de la corrección. Como una burla consideraríamos la respuesta de quien, queriendo disculparse por no haber auxiliado a las víctimas de un accidente que él ha contemplado, alegara que él no ha hecho nada. Precisamente el no haber hecho nada constituye en este caso una acción que se le imputa” (RODRIGUEZ DUPLÁ, Leonardo: Ética. BAC, Madrid, 2001, Pág. 36). Sobre el tema de la omisión, ver también a VARGA, Andrew C.: Hacerse Hombre. Editorial San Pablo, Santafé de Bogotá, 1993, Pág. 22. 31 Cfr. VÉLEZ CORREA, Luís Alfonso: Ética Médica, op.cit., Pág. 28. Es importante el aporte que nos hace este autor con referencia a la conciencia psicológica: “Tengo conciencia psicológica cuando me reconozco actuando, como sujeto de acción. Cuando conozco, no sólo el acto sino los medios, fines y consecuencias de lo que estoy ejecutando”. Y añade en este mismo apartado que “Para tener esta conciencia se requiere integridad de la psiquis y del sistema nervioso; por esto una persona anestesiada, ebria o con trastorno psiquiátrico, no tiene conciencia psicológica, o la tiene disminuida o trastornada”. 32 El proceso de deliberación siempre perseguirá fines (nadie persigue un fin cuya bondad le es del todo desconocida), aunque no necesariamente identifique medios. “Con todo, en algunos casos no son menester medios de ningún tipo para alcanzar el fin propuesto, lo que excluye que se delibere sobre ellos. Así, cuando realizo en condiciones normales las acciones de gritar o de recordar mi número de teléfono no soy consciente de haberme valido de ningún medio. (Además, si todo querer implicara querer medios, también ocurriría esto con el querer referido al medio más inmediato, lo que llevaría a una serie infinita de medios)”. RODRIGUEZ DUPLÁ, Leonardo: op. cit., Págs. 37-38. 33 Ibid, Pág. 38.

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Es evidente que sin libertad no hay responsabilidad. Pero como nos dice Vélez

Correa, la libertad del ser humano también está condicionada por una serie de factores que conviene precisar:

1).- El hombre está determinado por factores genéticos y ambientales -las leyes

biológicas regulan su conducta- y por lo tanto no es libre (determinismo filosófico). 2).- Otros sostienen que el ser humano obra con libertad absoluta, sin restricciones,

sin limitaciones (posición antagónica). 3).- Por la experiencia deducimos que el ser humano no es totalmente determinado ni

totalmente libre, pues es condicionado por la genética, el ambiente físico (unas cadenas), cultural (estructuras económicas o políticas injustas), coacción interna (una fuerte pulsión que anule el juicio o la voluntad, como el caso del cleptómano, del maniático sexual, o en casos de psicosis, neurosis y otros).34

Pero los condicionamientos no anulan la libertad en el ser humano, sino en algunos

casos en los que ya no hay responsabilidad, pues la libertad de elección permanece siempre en el ser humano (como decía el psicólogo Víctor Frank, aunque se encontraba encarcelado por los nazis). Pero repetimos, la libertad es una condición indispensable para asumir con responsabilidad nuestros actos.

Siendo la libertad la cualidad esencial en el desarrollo de los actos humanos, la

definimos junto a Varga:

“Llamamos libertad sicológica o libertad de elección a la ausencia de coacción sicológica o intrínseca. Esta es la esencia de la libertad, tal como se la entiende comúnmente. Esta libertad es la base y la fuente de la responsabilidad ya que el acto libre pertenece a la persona que lo realiza pudiendo abstenerse de hacerlo”.35

La libertad de elección en la persona es un hecho innegable, y por eso destacamos ahora las razones y factores que favorecen la existencia y puesta en función de dicha libertad de elección.

1). Conciencia inmediata de la libertad. Cada persona tiene plena conciencia de sus

decisiones libres, y en la realización de sus actos da como un hecho la existencia y posesión de la libertad, y mucho más cuando se tiene la capacidad de reflexionar sobre la propia libre decisión mientras se realiza, y por ello la experiencia inmediata de la libertad le da la seguridad de que su conocimiento no se encuentra equivocado.

34 Cfr. VELEZ CORREA, Luís Alfonso: Ética Médica, op.cit., Pág. 28. 35 VARGA, Andrew C.: Hacerse Hombre, op. cit., Pág. 22. El coloca a su vez el ejemplo de los animales en comparación al ser humano: “Se afirma que los animales carecen de esta libertad intrínseca sicológica porque se sienten movidos por sus instintos e impulsos a obrar determinadas acciones. Un perro con hambre se siente forzado por su apetito de comer. En cambio, un hombre puede rehusar la comida; más aún, puede ir más allá y hacer huelga de hambre hasta llegar a morir”.

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2). Conciencia indirecta de la libertad. “Esta conciencia se revela en el hecho de la deliberación que precede al acto. Pesamos las razones en pro y en contra porque sabemos que en último término somos nosotros los que, de una u otra forma, tomamos la decisión”.

3). Convicción de la responsabilidad personal. Aceptar que sus acciones son

realizadas de manera libre y deliberada es propio de una persona adulta y madura. Y por ello a medida que los niños crecen, en ellos crece a su vez el sentido de responsabilidad de sus actos. Y precisamente la vida en sociedad es posible por esa aceptación de la responsabilidad personal.

4). El consenso en la existencia de la libertad. “Se da un consenso general a favor

de la libertad humana. Dicho consenso se manifiesta en numerosos hechos de la sociedad. Del mismo modo que aceptamos nuestra propia responsabilidad, así juzgamos a los demás. Nos indignamos, por ejemplo, cuando nos roban o atracan. Aun los defensores del determinismo obran como si fueran libres y participan en este consenso general a favor de la libertad… No falta quien objete que aun este consenso de toda la humanidad podría estar equivocado. La humanidad entera creyó por siglos, por ejemplo, que el sol giraba alrededor de la tierra. No obstante, el hecho de la libertad de elección goza de un grado diferente de conciencia. Se funda en unos conocimientos interiores y personales”.

5). La administración de justicia. Las naciones “civilizadas” cuentan con un

sistema jurídico y correccional en el que se hace hincapié en la responsabilidad personal, dando como un hecho la libertad de elección. Por eso, si un acusado es encontrado mentalmente enfermo, aun tratándose de un daño temporal, no es tenido responsable de la falta, y en lugar de castigo, se le prescribe un tipo de tratamiento que le ayude a restablecer su libertad. Sin embargo, en la mayoría de los casos la presencia de la libertad y responsabilidad son detectadas, y en base a ellas se administra justicia.36

En conclusión, tres condiciones son esenciales para que un acto sea auténticamente humano:

1). El conocimiento de una realidad (conciencia psicológica). El conocimiento es

esencial para el ejercicio de la libertad porque no puede haber libre elección verdadera sin el conocimiento del objeto de nuestra voluntad. Por ejemplo, tengo el conocimiento de la existencia de esa pared del aula y de la distancia que me separa de ella (unos dos metros).

2). La decisión libre ante lo conocido (deliberación racional y de la voluntad). La

voluntad, que es el querer, es ciega sin la información que le ofrece el entendimiento; el entendimiento que hace posible el conocimiento. Por ejemplo, quiero y decido ir hacia la pared para derribarla (tengo una decisión interna, no ejecutada).

3). Capto la realidad conocida y decidida y le imprimo una forma (=Acción). Cuando

obramos en forma humana, primero captamos el objeto de nuestro acto y entonces procedemos libremente a realizarlo. Por ejemplo, me dirijo hacia la pared y la derribo (lo antes pensado y decidido lo convierto en realidad por medio de la acción).

Luego, la acción por la cual derribé la pared, es un acto auténticamente humano, y por

tanto totalmente ético.

36 Cfr. Ibid, Págs. 25-26.

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¿Qué significa qué es un acto totalmente ético? Significa que puede ser juzgado

como “Moral o inmoral”, “Lícito o ilícito”, “Permitido o prohibido”, “Honesto o deshonesto”, “Ético o no ético”, “Justo o injusto”.

¿Por qué dicho acto ha sido juzgado éticamente?, porque ha sido un acto que ha

llenado los prerrequisitos de la moralidad y de la humanidad: conocimiento, deliberación y acción, lo cual indica mandar desde el principio de la acción y que el propio yo se reconozca en ella.

Precisamente la decisión de una acción se realiza en el proceso de deliberación, en el

cual cobra vida la libertad o capacidad de elegir. De ahí que la libertad es una condición indispensable para asumir con responsabilidad nuestros actos. Más bien, sólo los actos libres son “actos humanos”. Pero elegir es algo más que un simple decidir, es involucrar la vida toda, la vida entera.37

Los “actos humanos” con las características expresadas, constituyen el llamado

“Objeto Material” de la ética, o lo que es igual decir, la realidad o conjunto de realidades que constituyen el objeto de estudio de la ética.

Nota: cita del cuadro. 38 37 Es preciso señalar que “la libertad de elección no consiste ante todo en tomar decisiones triviales, tales como pedir un filete de carne de res en vez de pollo en el menú. La libertad de elección se manifiesta en concreto en las decisiones que implican valores morales. Por ejemplo: ¿me decido por el aborto: sí o no? ¿Me robo este libro de la librería? ¿Dedico estas diez horas que tengo libres al voluntariado en el hospital o las gasto en ver televisión? Ejercitamos la libertad ante todo cuando nos comprometemos con objetivos valiosos, por ejemplo, cuando elegimos vocación o profesión para toda la vida”. Por ejemplo, un bachiller decide estudiar medicina. Tendrá que trabajar duro, elegir las materias adecuadas, y cuando se gradúa de médico es que inicia su identidad de médico que deberá mantener toda la vida, lo cual indica que su decisión fue para toda la vida y no sólo abarcó el momento en que se decidió a ser médico. 38 RODRIGUEZ LUÑO, Ángel: Ética General, op. cit., Pág. 22.

“A diferencia de lo que sucede con el obrar de otros seres vivos, los actos humanos no se acomodan instintiva y automáticamente a la realidad en que el hombre vive y a los bienes que le solicitan; tiene que ajustarlos él mismo. Sólo con relación a los actos humanos hablamos propiamente de conducta humana, porque con ellos el hombre se “conduce” a sí mismo hacia sus objetivos, sirviéndose para ello de su conocimiento de la realidad y del ambiente en que vive. Las acciones humanas dependen enteramente de ese centro de autodecisión que llamamos persona, y por eso son las acciones propias del hombre en cuanto persona. Sólo ellas pueden ser puestas en relación con el modo de ser moral de la

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2.2.- Actos del hombre En contraposición a los “actos humanos” existen los denominados “actos del hombre”, que son aquellos actos que escapan al control de la deliberación racional y de la libertad responsable. Son aquellos actos, en expresión de Rodríguez Luño, “…que no son libres, bien porque en el momento en que se realizan falta el necesario conocimiento y voluntariedad, bien porque se trata de procesos sobre los que el hombre no posee un dominio directo (desarrollo físico, circulación de la sangre, etc.)”.39 Los denominados “actos del hombre” no tienen su origen en la libertad y por tanto en la racionalidad del hombre, y por eso no son actos sujetos a la moralidad, es decir, están exonerados de ser juzgados como buenos o como malos. Rodríguez Duplá nos lo advierte de esta manera:

“Mas con mayor razón aún habremos de distinguir las acciones de cuantas actividades se suceden en el hombre por efecto de la necesidad natural, pues éstas no sólo no son libres (como ocurre con los deseos y sentimientos), sino que ni siquiera son moralmente calificables. La digestión, la circulación de la sangre, la respiración automática, los tics nerviosos o los movimientos reflejos son actividades o procesos que se registran en los seres humanos y, en esa medida, les son atribuibles; pero sería francamente absurdo hacer de esa atribución una imputación moral por la que pedir cuentas o, en su caso, alabar. La tradición denomina a tales actividades actos del hombre y las contrapone a los actos humanos, que se caracterizan por ser racionales y libres”.40

Los “actos del hombre” en cuanto realizados sin los prerrequisitos de los “actos humanos” previamente expuestos, se asemejan a los actos realizados por los animales, realidad que nos sugiere una ausencia del entendimiento y de la libertad. Por ejemplo, los actos reflejos o acciones que realizamos en momentos de distracción, son actos del hombre porque ni el entendimiento ni la libertad se encuentran a la raíz de su existencia. Como nos señala Varga:

“El hombre realiza muchos actos que en apariencia presentan las mismas características que los realizados por animales. Comer, oír, ver, sacarle el cuerpo al dolor o buscar el placer, todos parecen actos iguales en seres humanos y en animales”.41

39 RODRIGUEZ LUÑO, Ángel: Ética General, op. cit., Pág. 21. Los actos del hombre son aquellos “…que proceden del hombre, pero sin advertencia, como son los actos fisiológicos que se realizan vegetativa o sensitivamente, pero no racionalmente. Ejemplo: Mi sangre circula; no la puedo detener. Duermo; no actúo conscientemente” (PEPEN, Mons. Juan F.: Principios de Moral Profesional, op. cit., Pág. 43). 40 RODRIGUEZ DUPLA, Leonardo: Ética, op. cit., Pág. 36. 41 VARGA, Andrew C.: Hacerse Hombre, op. cit., Págs. 19-20.

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El hombre realiza un “acto humano” cuando tiene conciencia, más o menos refleja, de ser él mismo el autor, la causa de ese acontecimiento personal, porque la acción humana está ligada a la vivencia de que el hombre sea el agente activo y responsable, la verdadera causa de lo que hace. Es decir, cuando el hombre actúa libremente y es dueño de sus actos, entonces realiza actos humanos.

Sin embargo, en los “actos del hombre” el ser humano tiene la conciencia de que algo ocurre en él, como si su ser fuese un escenario en el cual acontece algo sin su real y activa participación personal. Al acto del hombre esta ligada, cuando más, la vivencia de ser simple sujeto de un cambio; de un cambio del que no es agente activo y responsable; de un cambio del cual desconoce la causa; de un cambio del cual no es dueño porque no ha actuado libremente ni con plena conciencia.

Enhorabuena de la distinción entre “actos humanos” y “actos del hombre”, resulta

muy interesante especificar aquellos factores que influyen sobre el entendimiento y que podrían eximir de responsabilidad moral al ser humano, en cuanto que le impulsan a realizar acciones no siempre controladas por la razón y no siempre decididas libremente. Nos referimos a los siguientes factores que apuntala Varga:

1). La atención y la distracción. En el desempeño normal de nuestras vidas tenemos la obligación de “prestar

atención” a nuestros actos. Pero puede suceder que una persona se encuentre tan distraída, sin culpa alguna, que no preste atención a lo que está haciendo. Las distracciones limitan la claridad del conocimiento del objeto de un acto y pueden disminuir la responsabilidad. Pero, no toda distracción quita la responsabilidad. Por ejemplo, un conductor tiene que prestar atención a la calle y al tráfico, y cuando se dé cuenta que no puede concentrarse por el cansancio u otros impedimentos, tiene que dejar de conducir.

2). La ignorancia. La parte racional de nuestros actos libres también resulta afectada por la ignorancia.

Aquella que no puede superarse se le cataloga como invencible, y se da cuando ni siquiera sospechamos encontrarnos en estado de ignorancia relativa a ciertos aspectos de un acto voluntario. Por ejemplo, un cartero que ni remotamente sospecha que haya una bomba en el sobre que entrega.

La ignorancia, en otros casos, puede ser vencida con una simple averiguación, y

entonces se le llama vencible. La ignorancia invencible quita evidentemente la responsabilidad, pero no así la

vencible, aunque puede disminuir la culpabilidad.

3). Los prejuicios. Son formas bien conocidas de fabricar opiniones sin el real y suficiente fundamento

sobre personas, razas, religiones. Claro, cuando una persona descubre o sospecha que sus acciones están inspiradas en prejuicios, está en la obligación de corregir su ignorancia. De no ser así, tendrá que responder por los daños que pueda causar a los demás.42

42 En torno al prejuicio ver GONZÁLEZ, P. Jorge: Del sentido común al comportamiento ético. Editora Tele 3, 1ra. Edición, Santo Domingo, 2006, Pág. 16.

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La ignorancia puede referirse a las consecuencias de un acto. Por eso, sin culpa una persona puede fallar porque no previno las consecuencias de su acto libre. En ese caso disminuye su responsabilidad.

4). El temor. Analizamos el temor en un doble aspecto: Puede significar la conciencia o anticipación de un peligro o suceso desagradable.

La ansiedad producida por el temor afecta al entendimiento. Por ejemplo, un estudiante que teme perder el curso sin no hace las tareas. Ese temor lo motiva para ir a la biblioteca y hacer sus tareas, pero para ir a la biblioteca dice a sus padres que va a otra parte. Esta acción, motivada por el miedo, ¿es irracional o coaccionada? El miedo a quedar mal ¿justifica acaso, la mentira?

El temor puede significar también una fuerte emoción, temblor o ansiedad por la

amenaza de algo desagradable. Por ejemplo, un espía le cuenta que tiene información negativa con respecto a usted, y que las dará a conocer, a menos que usted acepte darle datos secretos, a los que usted tiene acceso como empleado del gobierno. ¿Los empleados del gobierno y los soldados están excusados de traicionar a su país por causa del temor a la vergüenza o al castigo? ¿Este temor elimina la responsabilidad del empleado del gobierno que tiene la facultad de cooperar con el enemigo o no? 43

5). La pasión. Puede surgir por una deliberada intención (pasión consecuente). Ejemplo, una

persona puede sentir rabia por un insulto y llegar hasta tal grado de pasión por deseo de venganza, que no pueda contenerse cuando se encuentra con el enemigo. (Este es un acto deliberado y voluntario y por tanto sujeto a responsabilidad).

Puede surgir de forma espontánea y sin intervención de la deliberación racional

(pasión antecedente). Por ejemplo, una persona que pierde con facilidad el genio o los estribos, como puede ser el caso de un sujeto que se torna violento si le damos un pisotón o cuando lo chocamos sin advertirlo en una acera pública. (La pasión antecedente puede a vedes quitarnos la responsabilidad o disminuirla).

6). El hábito. Es un patrón de conducta que se adquiere con la repetición de los mismos actos o por

el consumo de ciertas drogas que facilitan la realización de ciertas acciones y crean una dependencia sicológica.

No somos responsables de los hábitos adquiridos sin intención, por ejemplo, el vicio de decir palabras vulgares cuando se han adquirido en la infancia (sí estamos obligados a cortar esos hábitos cuando sabemos que dañan y producen desorden).

De los hábitos adquiridos intencionalmente y de las acciones que derivan de ellos somos responsables. Por ejemplo, un alcohólico o drogadicto que de manera deliberada y

43 Cfr. Ibid, Págs. 29-31. Sin embargo, el temor puede crecer en tal medida que llegue a convertirse en una verdadera coacción, intimidación, tortura sicológica o lavado de cerebro. En esos casos afecta tanto al entendimiento como a la voluntad, lo cual puede llegar a eliminar la libertad y la responsabilidad. Por ejemplo, un prisionero de guerra que se niega a ofrecer declaraciones, pero después de ciertas torturas insoportables procede a dar declaraciones.

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con conciencia desarrolla el hábito a pesar de los consejos de sus familiares, es responsable de su adicción y de sus actos, puesto que previó las consecuencias.44 2.3.- El acto moral

Iniciamos este tema con una frase o afirmación que enseguida nos ubica en el tema presente, que es una continuidad de los temas anteriores: “Si sólo los actos libres son actos humanos, sólo los actos humanos pueden ser actos morales”. Es decir, una condición esencial para que un acto pueda ser considerado moral es que sea previamente humano, al estilo de como hemos explicado el término “actos humanos”.

Destacamos ahora tres intervenciones importantes que intentan definir y clarificar el

por qué y la necesidad del acto moral. 1ro). El acto moral es la expresión concreta y parcial de la Actitud y, mediante ésta,

de la Opción Fundamental. ¿Qué entendemos por Actitud? Es el conjunto de disposiciones adquiridas que nos

llevan a reaccionar positiva o negativamente ante los valores éticos. La actitud es a su vez la disposición o postura del ánimo. Es lo que hace hacer (el llamado “hacer hacer”). En la actitud moral se expresa todo el proceso volitivo de la persona: las motivaciones, los aprendizajes, las metas y aspiraciones de la persona humana. (Distinguir actitud de aptitud).45

¿Qué entendemos por Opción Fundamental? --Es la orientación o dirección de toda la vida hacia el fin último, y mediante la cual la

persona expresa su “ethos”, es decir, el dinamismo ético de su vida en cuanto sujeto responsable.

--La opción fundamental es la intención fundamental o pasión dominante de la persona. De tal manera que cuando la persona tiene una opción fundamental definida, sus decisiones particulares persiguen la realización de su opción fundamental.

--Por ejemplo, la Opción Fundamental en una persona puede ser: Dios, el Amor-Caridad, la defensa de la naturaleza (el medio ambiente), y por la cual entrega toda la vida.46

2do). Definimos también “el acto moral” como el acto libre que procede de la

voluntad, con conocimiento de lo honesto o deshonesto que se hace. El acto moral puede ser:

44 Ibid, Pág. 32. 45 La actitud moral no debería ser confundida con la intención, como a veces se hace para descalificar a las éticas teleológicas (RODRIGUEZ LUÑO, Ángel: La ética teleológica; en L Osservatore Romano, ed. Esp. 18.2.1994, Pág. 22). Antiguamente la moral concedía la mayor importancia a los actos, pero de algún modo la ética tradicional ya estudiaba las actitudes morales, sobre todo al dedicar su atención a los hábitos y a las virtudes cardinales, concretamente desde la ética a Nicómaco de Aristóteles. (Cfr. FLECHA ANDRES, José Ramón: Teología Moral Fundamental, op. cit., Pág. 195). 46 Cfr. VIDAL, Marciano: Diccionario de ética teológica, op. cit., Págs. 12-14 y 430ss.

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Bueno (si está conforme a la recta razón); Malo (si se opone a ella);

Indiferente (cuando no se conforma ni se opone a la recta razón).47 3ro). De una manera más gráfica, el acto moral es el acto humano relacionado con

una norma moral, y tiene dos vertientes:

Una subjetiva que es el acto mismo (lo fáctico); Y otra objetiva que es la norma (lo normativo).

Luego, un acto no es moral si el sujeto no conoce la norma a la cual se refiere el acto

humano. Por ejemplo, usted no le puede exigir a un dominicano que adore a una vaca como un símbolo religioso, pues esta creencia no forma parte de la normativa moral del dominicano, y por tanto la desconoce (este acto no es moral). Sin embargo, todo lo contrario sería si en vez de un dominicano se tratara de un hindú que sí concibe la vaca como un símbolo religioso.

En definitiva, la expresión “acto moral” nos refiere al hombre concreto actuando en

libertad y con la conciencia de una normativa, la cual imprime bondad o maldad a su acción, dependiendo de si la persona conoce o desconoce dichas normas.

2.4.- La ley Desde niños tenemos, sentimos y conocemos el sentido del deber, que como una fuerza interior nos impulsa a actuar en una forma determinada, y este sentimiento nos llega a través de la ley, pues desde la infancia nos vemos obligados a cumplir leyes o normas impuestas. Sin embargo, en honor a una libertad sin frenos, ha habido en los últimos siglos un desprecio creciente a las leyes o normas morales. Así nos lo expresa Luís José González:

“El hombre contemporáneo tiende cada día con más fuerza a desentenderse de las leyes morales. Numerosos fenómenos como el humanismo renacentista, el individualismo de la modernidad, la libertad de conciencia protestante, el subjetivismo iluminista, el psicoanálisis freudiano, los ataques de Nietzsche a la vieja moral, el situacionismo existencialista, etc., han corroído los fundamentos que tenía la ley dentro del orden moral tradicional. Son muchos los que pretenden constituir la conciencia individual en única norma de moralidad, desconociendo la normatividad exterior y objetiva de la ley. Para contrarrestar esta corriente, otros sobrevaloran la función normativa de la ley, dando lugar a una corriente moral legalista”.48

47 “La moral, igual que la religión, hace saber la conveniencia de buscar la perfección. Ambas reconocen que sólo en el Ser Supremo, Dios, se encuentra la perfección y que ésta en el ser humano, hombre o mujer, es siempre relativa”. (PEPEN, Mons. Juan F.: Principios de Moral Profesional, op. cit., Pág. 46). 48 GONZÁLEZ ALVAREZ, Luís José: ÉTICA, op. cit., Pág. 155.

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2.4.1.- Definición y significado de ley. La terminología “Ley” surge con San Isidoro de Sevilla y su obra: “Las Etimologías”, y se deriva del verbo latino “legere” que significa leer. Nominalmente la ley es algo escrito que se lee. Aún se mantiene vigente y muy acertada la definición de ley que nos legó Santo Tomás de Aquino: “Ordenación de la razón dirigida al bien común y promulgada por quien tiene el cuidado de la comunidad” (Sum. Th. 1-2 q90 a4). Para entender mejor la presente definición, explicamos cada una de sus partes: Es Ordenación de la razón: la ley es sobre todo un acto de la razón práctica, no de la voluntad del hombre.

¿Es una ley auténtica cuando un presidente impone su voluntad porque tiene mayoría en las cámaras de senadores y diputados? Eso es legal, pero no necesariamente ético, porque no todo lo legal es moral (Mons. Romero, en El Salvador: “ante la ley humana de matar, prevalece la ley divina de no matar”).

¿Qué es lo propio de la razón humana? Dirigir al hombre hacia fines concretos utilizando medios adecuados. Por ejemplo, el pueblo de Sánchez, en Samaná, posee una mina de carbón debajo del pueblo. Se introduce un proyecto de ley (al Congreso) para explotar dicha mina de carbón (=fin), pero para alcanzar ese fin hay que destruir el pueblo de Sánchez (=medio). ¿Es realmente adecuado este medio? Evidentemente que no lo es. Dirigida al bien común: la ley está dirigida al bien común, el cual es objeto y causa final de la ley, de tal manera que de existir una ordenación dirigida al bien particular de alguien, no sería ley. Volviendo al ejemplo anterior: si se destruye el pueblo de Sánchez para explotar su mina de carbón, ¿se persigue el bien común con esa acción? ¿Destruyendo la historia, hábitat y medio ambiente de miles y miles de dominicanos se estaría buscando el bien común? Pues claro que no. Promulgada: para que una ley sea obligatoria no basta que esté escrita, sino que al mismo tiempo tiene que ser promulgada o publicada oficialmente por quien guía la comunidad: en el Estado (debe ser promulgada por el Presidente), en un grupo religioso (por el Papa o el Obispo), en una familia (por sus padres). Y evidentemente nadie puede promulgar leyes sino a sus propios súbditos o gobernados.49

** Analizar implicaciones ético-morales de la intervención o invasión de los Estados Unidos en todas partes del mundo: ¿Es ético el comportamiento de los gobiernos de EE UU

49 Cfr. Ibid, Págs. 68-69. En el lenguaje común se relaciona la ley con la norma, y por ello se habla de que todas las ciencias, las artes, empresas, grupos organizados tienen sus leyes (=normas). El concepto de ley es un concepto análogo, riquísimo de contenido, que para su adecuada intelección precisa matizarse atinada y continuamente; así, se habla de ley física, ley civil, ley matemática. Pero existe a su vez la ley divina o ley moral, y por eso Nell-Breuning nos dice que “en un sentido superior entendemos por ley una norma que impone un deber moral o jurídico” (NELL-BREUNING, V.: Ley; en BRUGGER, Walter: Diccionario de filosofía. Editorial Herder, Barcelona, 1994, Pág. 331).

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al querer imponer sus leyes a la mayoría de países del mundo, atento a su poderío militar y económico?

La palabra ley en sentido general, significa lo que impone un modo fijo y determinado de obrar, a alguno, a varios, o a todos los individuos de una especie (se trata de una orden o formulación de un deber)50. Esta ley depende de una necesidad natural o de la voluntad de los hombres.

2.4.2.- Clasificación de la ley.

Una ley se puede clasificar como:

1.- Ley Eterna (de toda la naturaleza): se le llama así al orden general que reside en el universo y que el entendimiento conoce objetivamente. La filosofía clásica considera que se trata de la misma razón o entendimiento divino, la cual establece normas universales para la dirección del mundo. La ley eterna implica el acto de la voluntad divina por el cual se crea el mundo conforme a esta ley. Por ejemplo, todo ser animado o inanimado nace, crece, se reproduce y muere (es una ley eterna).

2.- La ley Natural o Ley Moral (en nosotros mismos y expresada por la propia naturaleza como forma de actuación racional). Se le llama así, según Santo Tomás de Aquino, a la participación de la ley eterna en la criatura racional, y ésta como parte de la ley eterna, es también divina (procede de Dios como legislador). Pero la ley natural, dada su amplitud y generalidad, no se encuentra escrita ni es transmitida verbalmente en formulaciones concretas, pero sí está impresa en la conciencia de todos los hombres (por rudo o ignorante que sea un hombre, de manera espontánea sabe muy bien de la bondad o malicia de cada uno de sus actos). La formulación más completa de la ley natural o moral está en el Decálogo entregado por Dios a Moisés en el Monte Sinaí.51

50 Para una mayor profundización sobre el sentido del deber y de la ley, ver a GONZÁLEZ ALVAREZ, Luís José: ÉTICA, op. cit., Págs. 155-157. 51 Es interesante la explicación que ofrece De Vries en torno a la ley natural y la ley moral, pues si toda la creación es obra de Dios, todo lo creado por Dios es y ha de ser bueno. “La ley moral es la ley que ordena el bien y prohíbe el mal moral. Puédase llamar también norma de moralidad, pero por norma de moralidad se suele entender el principio de moralidad, que determina la esencia de lo moralmente bueno, sin explicar su cualidad de debido o impuesto. La ley moral, en cambio, significa la obligatoriedad de lo bueno y, por cierto, una obligatoriedad que no se ha originado primeramente por una ley positiva (estatal o eclesiástica), ni por mera convención humana, sino que, con independencia de todo arbitrio, es necesaria en virtud del orden de la naturaleza o del ser; por eso se llama ley natural y, en contraposición a la ley natural física, recibe el hombre de ley moral natural. Sólo la parte de la ley natural que contiene exigencias de la justicia es derecho natural” (DE VRIES: Ley moral; en BRUGGER, Walter: Diccionario de filosofía, op. cit., Pág. 332). En torno a la ley natural ver también VIDAL, Marciano: Diccionario de ética teológica, op. cit., Págs. 344-346; RODRIGUEZ LUÑO, Ángel: Ética General, op. cit., Págs. 241-258; GONZÁLEZ ALVAREZ, Luís José: ÉTICA, op. cit., Págs. 159- 161.

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3.- Ley positiva: es la que se promulga en un código, en el caso del cristianismo, el Decálogo dictado en el Sinaí a Moisés, y otros. Es la ley promulgada por el hombre (ley meramente eclesiástica y ley civil).52

2.4.3.- Condiciones de la ley.

Para que la ley positiva obligue en conciencia debe reunir las siguientes condiciones:

Según su naturaleza:

1) Ha de ser honesta. Es decir, que no contradiga a una ley de mayor categoría, sea ésta natural o positiva.

2) Justa. Es decir, que tienda al bien común, que es su verdadero fin, y conforme a la justicia en todas sus formas.

3) Posible. Esto es, que pueda cumplirse física y moralmente.

Según la costumbre local:

1. Conveniente en lugar y tiempo. Que favorezca la sana convivencia y la armonía.

2. Necesaria. Que responda a necesidades concretas.

3. Útil (dictada para el bien común, aunque perjudique a algunos particulares).

4. Manifiesta o promulgada. Es decir, lo suficientemente publicada para que no se pueda presumir ignorancia.

Según el tipo de sociedad que rija:

1. Eclesiástica. Ha de regir una sociedad humana con fines sobrenaturales (como es la Iglesia). Por ejemplo: no casamiento del sacerdote.

2. Civil. Ha de regir una sociedad con fines naturales (sociedad civil). Por ejemplo: para conducir un vehículo es imprescindible tener licencia de conducir.

52 La ley civil, como ley positiva, se expresa también en los diversos códigos escritos. Pero hemos de añadir que existen costumbres inmemoriales o fijas en determinadas sociedades, las cuales con el paso del tiempo y su continua influencia y práctica, pues adquieren fuerza de ley, se imponen. Es el caso de la ley llamada “consuetudinaria”.

A

B

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2.4.4.- El autor de la ley.

1.- Dios. Es el primer legislador aceptado universalmente por todos los pueblos en el curso de la historia.

--Su ley es la ley divina, y la expresión de esa ley es el Decálogo, que es la ley moral del pueblo hebreo a partir de Moisés, y de todos los cristianos a partir de Cristo.

--La ley natural, que todo hombre lleva en su conciencia, es también dictada por Dios, aunque no sea escrita.

2.- El Estado. Es el autor de la ley civil, pues por medio de las cámaras legislativas debe legislar para asegurar el bien común según la Constitución o ley fundamental.

3.- La Iglesia. Es autora de la ley eclesiástica, la cual legisla para todos los bautizados en la fe por medio de su autoridad suprema, el Obispo de Roma, y para las iglesias locales por medio de los obispos en el territorio y casos que pertenecen a su jurisdicción.

Nota: También legislan para sus súbditos otras iglesias, fuera de la Iglesia Católica, dependiendo de lo que establezcan sus propios estatutos.53

2.4.5.- ¿A quiénes obliga la ley?

--La ley natural obliga a todos los seres humanos.

--Las leyes eclesiásticas obligan a los bautizados (cristianos) que tienen uso de razón.

--Las leyes civiles obligan a todos los súbditos presentes en el territorio y en algunos casos también a los súbditos ausentes.

--La ley divina (natural o positiva) obliga en conciencia (fuero interno).

--La ley humana obliga y puede obligar tanto exteriormente como interiormente o en conciencia (fuero externo e interno).

--La ley moral también obliga en conciencia.

La ley obliga, una vez se ha promulgado, a todos los súbditos, tanto si aceptan como si no lo hacen. Decían los antiguos: “Dura lex, sed lex” (La ley es dura, pero es la ley). Por ejemplo: si usted se monta en un autobús, la ley le obliga a pagar un pasaje, y si usted no lo hace va a la cárcel (la ley obliga).

Entre las causas que liberan del cumplimiento de la ley están: la impotencia física o moral (la ignorancia invencible), porque la ley es para el hombre, no el hombre para la ley.54

53 Cfr. PEPEN, Mons. Juan F.: Principios de Moral Profesional, op. cit., Págs. 70-71. 54 Ibid, Págs. 71-72.

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En conclusión, el hombre tiene necesidad de encontrar principios claros y absolutos que orienten su conducta en sociedad. Estos principios, una vez que son aceptados por la colectividad, garantizan el orden social y confieren seguridad a los individuos en su obrar. En este sentido tiene razón el adagio antiguo: “guarda la ley y la ley te guardará”.

2.5.- La conciencia

Iniciamos el tema de la conciencia con un ejemplo que tomamos de una novela inglesa que se desarrolla en la Universidad de Oxford, y que nos lo aporta Romano Guardini:

Se trata de un joven historiador, profesor, que trabaja sobre una determinada época de la historia inglesa. Con gran esmero ha ido reuniendo material, y tras un largo trabajo ha construido una teoría. La publicación de su estudio representa mucho para él; mucho más, porque tiene familia y personalmente carece de medios para subsistir. En el último momento descubre un documento, hasta entonces desconocido, que tira por tierra toda su teoría. Pero decide callar y lo deja en archivo. Tiene tanta conciencia como historiador que no destruye el documento. Pero entonces surge la tragedia, pues otro historiador descubre el documento y se da cuenta de que el primero lo había visto y lo había silenciado. Da la casualidad de que este segundo historiador forma parte de la comisión que ha de decidir la contratación de nuestro joven personaje. Aunque con grandes remordimientos, se siente en la obligación de votar en contra de que se le dé la plaza. Entonces el joven historiador se quita la vida.55

Hay varios elementos a tener en cuenta:

--Vemos aquí retratada la conciencia moral, que unas veces prohíbe y otras veces ordena.

--Se trata de dos personas que saben lo que es la verdad histórica. Ya hablaremos de conciencia cierta (cuando se conoce) y de conciencia errónea o dudosa, que es cuando se cree que se conoce o se duda de si se sabe o no.

--Hay una condicionante: del puesto que buscaba el joven historiador dependía su existencia y la de su familia.

--El otro historiador cree que está en lo correcto al desvelar a su colega, y aunque quiere lo mejor para él, pero conoce la traición que ha cometido contra la verdad.

--La pregunta es esta: ¿Esta situación era razón suficiente para que el joven historiador se quitara la vida?

55 Cfr. GUARDINI, Romano: Ética –Lecciones en la Universidad de Munich, op. cit., Pág. 89.

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** La esencia del conflicto está en esto: El bien se plasma en la verdad. Y la conciencia, que es la sensibilidad del espíritu convertido en corazón, es la que capta la exigencia del bien y por tanto de la verdad.

2.5.1- La conciencia y tipos de conciencia

“El descubrimiento de la conciencia como lugar en el cual en último análisis reside la eticidad, y por eso como criterio decisivo para la evaluación del comportamiento humano, constituye un elemento irrenunciable”.56

1.- La conciencia es una realidad muy compleja, y esta complejidad se capta en las imágenes populares en torno a ella:

“Voz de Dios” (que nos habla en el interior). “Gusano” que muerde y remuerde. “Testigo y juez” al mismo tiempo. “En conciencia debo hacerlo” (se identifica con la autenticidad). “Un hombre de conciencia” (se identifica con la responsabilidad). “Libertad de conciencia” (principios morales y religiosos que guían la vida). “Buena conciencia” o “mala conciencia” (resonancia interior de nuestras acciones). “Hombre o mujer de conciencia” (que procede honradamente).

2.- Podemos hablar de tres tipos de conciencia:

--Conciencia psicológica: es la percepción actual de lo que está pensando y haciendo. Por ejemplo, yo siento alegría o desagrado por el buen o mal resultado de un examen.

“El hombre… posee conocimiento reflejo de sí mismo como sujeto de sus propios actos. La conciencia, en este sentido, no es una función o facultad del ser humano, sino una característica esencial de su estructura psíquica. El hombre vive a la vez como sujeto y objeto de sí mismo”.57

--Conciencia moral: es la misma conciencia psíquica en cuanto establece una valoración de la conducta humana. Cuando el hombre no solamente comprende sus actos como propios, sino que los comprende con sentido de perfección, está ejerciendo su conciencia moral.58

56 MADINIER, Gabriel: La coscienza Morale, op. cit., Pág. 5. 57 GONZÁLEZ ALVAREZ, Luís José: ÉTICA, op. cit., Pág. 134. “La conciencia refleja perfecta se proyecta sobre los procesos y estados psíquicos (conciencia del acto), sobre el estar dirigido a un objeto, que es propio del acto (conciencia del objeto), y también sobre el propio yo, como sujeto de las vivencias (conciencia del sujeto, conciencia del yo, autoconciencia). La conciencia refleja hace que podamos distinguir entre yo, acto y objeto; distanciarnos, por decirlo así, de ellos e inquirir sus mutuas relaciones y el valor lógico-formal, gnoseológico y ético de los actos, llegando así a la cultura intelectual” (Willwoll : Conciencia; en BRUGGER, Walter: Diccionario de filosofía, op. cit., Pág. 124). 58 Es importante destacar que la conciencia moral surge como la comprensión de la conducta en referencia a un determinado canon de perfección, y este canon viene determinado por el cuadro de valores de una persona. La bondad o maldad de nuestra conducta depende de ese canon de valoración. Por ejemplo, si el niño aprendió de su padre que el beber licor es bueno, no lo juzgará como dañino. De igual manera si desde niño se aprende que

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** Es también la percepción de que lo que se está pensando, queriendo o haciendo es bueno o malo. Es la misma razón humana en cuanto se aplica a la moralidad de nuestras acciones. Pero no es una facultad nueva, sino un conjunto de principios del bien obrar, de acuerdo a los cuales se produce una acción.59

** La conciencia es además un juicio de nuestro entendimiento acerca de la bondad o malicia de una acción, pues como se suele decir: “sin ciencia no hay conciencia”. Y por eso usamos frases como estas: “la conciencia me dice”, “mi conciencia me prohíbe”. Por ejemplo: he aprendido desde niño que robar es malo, pero estoy en un supermercado y con facilidad puedo llevar al bolsillo algunos artículos, pero enseguida pienso: mi conciencia me dice que apropiarme de algo es robar, y por eso no lo hago.60

--Conciencia profesional: no es una conciencia nueva o diferente, sino la misma conciencia moral en las relaciones profesionales y que determinan en la práctica al buen o mal profesional. Por ejemplo, un tecnólogo que inventa un artefacto destructor de personas y del medio ambiente (el caso de Alfredo Nóbel y la dinamita); una enfermera que recibe la orden de aplicar un tratamiento objetable; un estudiante del ITLA que encuentra algo cuyo dueño no se conoce. ¿Qué debe hacer? (Aquí entra en actividad la conciencia profesional).

Concluimos esta parte diciendo, que la conciencia no es una realidad independiente, sino que la conciencia es conciencia de algo. Es decir, somos conscientes al poseer contenidos de conciencia61 ya sean de tipo intelectual, volitivo o emocional. Y gracias a la conciencia se manifiesta la vida personal como una totalidad unitaria (los actos que realizo se me revelan como míos).

el tener cinco mujeres (poligamia) es normal, entonces no le preocupará esta situación. Ampliar el tema de la conciencia moral con GONZÁLEZ ALVAREZ, Luís José: ÉTICA, op. cit., Págs. 135-140; todo el libro de MADINIER, Gabriel: La coscienza Morale, op. cit.; así como GUARDINI, Romano: Ética –Lecciones en la Universidad de Munich, op. cit., Págs. 83-108; RODRIGUEZ LUÑO, Ángel: Ética General, op. cit., Págs. 284-286. 59 Cfr. PEPEN, Juan Félix: op. cit., Pág. 56. 60Cfr. VARGA, Andrew C.: op. cit., Págs. 119-120. Nuestros principios éticos, resultados de una inducción, pueden cambiar cuando aparece una nueva evidencia, o la autoridad es rechazada. Pero sin embargo existen unos principios universales que aceptamos como válidos, de los cuales sacamos conclusiones por deducción (siguiendo las reglas del silogismo: afirmación mayor, menor y conclusión). Por ejemplo: robar es malo (mayor); llevarme estas joyas es robo (menor); luego, el robo de estas joyas es un acto malo. Si los principios están mal, la consecuencia también lo estará, y es por ello que tenemos que examinar si el canon moral de nuestra infancia, adolescencia, juventud, de nuestro medio social (escuela, colegio, familia) son correctos o equivocados, y este procedimiento se suele llamar “formación de la propia conciencia”. Los juicios que no obedecen a la verdad son denominados “Prejuicios”. 61 Los contenidos de conciencia (configurados por valores, principios, leyes, costumbres, intereses) tienen la última palabra en la toma de decisiones. Por ejemplo, dos alumnos tienen un examen y sienten el deseo de copiar para obtener buena calificación. Uno reflexiona, está convencido de la deshonestidad del copiar y decide no hacerlo, mientras el otro alumno duda, piensa que el copiar en esta ocasión no es deshonesto porque el profesor ha puesto preguntas rebuscadas e injustas, y se decide a copiar. La conciencia está actuando en los dos casos, pero varían los contenidos. ¿Qué define la moralidad en cada uno? Los contenidos de conciencia. (Cfr. GONZÁLEZ ALVAREZ, Luís José: ÉTICA, op. cit., Págs. 134 y 140).

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Según sea el grado de lucidez, de atención, de amplitud, de intensidad que poseen los contenidos de la conciencia, se puede hablar de grados o niveles de conciencia: consciente, subconsciente, conciencia amplia y estrecha.

2.5.2.- Divisiones de la conciencia.

La conciencia puede ser:62

--Antecedente: es la que juzga sobre un acto que se va a realizar, mandándolo, permitiéndolo, aconsejándolo o prohibiéndolo.

--Consecuente: es la que aprueba o desaprueba una acción ya realizada, produciendo tranquilidad después de la acción buena y remordimiento después de la mala.

--Recta: si juzga con verdad la calidad moral de un acto.

--Errónea: es la que no alcanza la verdad sobre la calidad moral de una acción, estimando como buena una acción que en realidad es contraria al bien de la persona o viceversa.

--Errónea invencible: cuando no podemos salir del error por los medios que están a nuestro alcance.

--Errónea vencible: cuando podemos salir del error y corregir el juicio falso.

--Escrupulosa: si fundándose en un vano motivo, ve faltas donde no las hay.

--Laxa: si no ve la falta donde ciertamente la hay.

--Probable: si la razón que mueve al asentimiento o decisión es grave y aceptable.

--Improbable: si la razón en que se funda carece de peso.

--Cierta: es la que juzga con firmeza que un acto es bueno o malo y no tiene razón suficiente para dudar. (Certeza no es lo mismo que estar en lo correcto, pues puede que el árbitro esté totalmente convencido de que el corredor llegó quieto al plato, pero cuando la cámara repite la acción, se observa claramente que fue puesto out. O puede suceder que cinco testigos narren un accidente de cinco maneras distintas, cada uno convencido que dice la verdad). --Dudosa: significa que la persona que hace el juicio posee una razón suficiente para temer que el juicio contrario puede ser verdadero. Por ejemplo, el caso de un cazador que no está seguro si el objeto que se mueve es un animal o un hombre. Si tiene dudas, ¿debe disparar? Por supuesto que no.

62 Para todo este tema de los tipos de conciencia, ver RODRIGUEZ LUÑO, Ángel: Ética General, op. cit., Págs.288-289.

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2.5.3.- Principios para actuar en conciencia. Los siguientes principios no son imposiciones arbitrarias sobre nuestra libertad moral, sino deducciones de la naturaleza del hombre y de la estructura del acto humano, consciente y deliberado. Sin embargo, quien asimila estos principios demuestra tener una conciencia formada, y que su actuación será lo más probable correcta. Entre esos principios están: 1.- La conciencia cierta ha de ser obedecida siempre: al mandar y al prohibir, pues es la regla próxima de la voluntad. 2.- La conciencia errónea invencible ha de ser obedecida, pues para el sujeto que actúa equivale a la conciencia recta, y además, la forma de obrar es seguir la luz de la propia razón. 3.- No es lícito seguir la conciencia errónea vencible, ya que hay obligación de buscar la verdad e informarse. 4.- Nunca es lícito obrar con conciencia dudosa, pues de ser así la persona estaría dispuesta a obrar mal, lo cual está prohibido por la ley moral.63 Para resolver la duda antes de obrar, podemos seguir varias vías: 1.- De forma directa: buscando la verdad, consultando a personas sabias y prudentes. 2.- De forma indirecta: recurriendo a los principios llamados reflejos, que son las reglas generales de prudencia, y se llaman así porque los usamos al reflexionar sobre un estado de duda.

Los principios reflejos más importantes son dos:

1.- Elegir el camino más seguro. Es la alternativa que evita el mal y defiende el bien moral con mayor certeza. Por ejemplo, cuando dudamos si el límite de velocidad permitido es de 70 o 90 kilómetros por hora, es más seguro ir a 70, pues así evitamos, con certeza, quebrantar la ley e incurrir en una multa. Ejemplos de caminos seguros:

--Un cirujano tiene que usar la técnica más segura y la droga mejor para salvar la vida de un paciente.

--Un cazador no puede disparar si duda si el objeto que se mueve es animal u hombre. --En casos criminales damos al acusado el beneficio de la duda para evitar un posible

castigo a un inocente.64 2.- El segundo principio reflejo: la ley dudosa no obliga. Es decir, no estamos

obligados a cumplir una ley dudosa, porque no puede existir un deber a menos que veamos con claridad qué nos obliga. Por eso afirmamos en el tema de la ley, que la misma debe ser promulgada, conocida y dirigida al bien común.

63 En torno a esta temática, que podría ser más amplia, ver PEPEN, Juan Félix: op. cit., Págs. 57-58 y VARGA, Andrew: Hacerse Hombre, op. cit., Págs. 123-124. 64 Cfr. VARGA, Andrew: Hacerse Hombre, op. cit., Págs. 124-125.

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2.5.4.- Sentido de la responsabilidad.

La responsabilidad, evidentemente ligada a la conciencia en la conducta humana, lo

analizamos desde dos ópticas: 1.- Es la obligación moral o deber de responder por las propias acciones. Para los

creyentes esta obligación existe ante Dios, y para todo el mundo, creyente o no, dicha obligación se tiene ante la sociedad y ante la ley.

2.- Es la obligación moral o deber de reparar por sí mismo los daños causados a otros. ** La responsabilidad se mide: a) Por el grado de conocimiento que se tiene al realizar la acción. b) Por la malicia de

la voluntad al hacerla. c) Por los medios que se han empleado. d) Por las circunstancias que la acompañan y que de alguna manera la modifican.

** En el orden racional, la responsabilidad se basa en el principio de causalidad: no hay efecto sin causa. Es decir, todo el que realiza una acción, buena o mala, es causa de ella y tiene que responder por las consecuencias. ** Aunque “las acciones son del sujeto”, como reza el principio filosófico, es importante hacer mención de lo que es la cooperación, que en general es obrar con otro. La cooperación puede ser de dos modos: --Material: en donde se ayuda la acción de otro, sin intención de procurar daños. Por ejemplo, el tabernero que vende vino a quien puede emborracharse o no; o la empresa tabaquera que vende y distribuye los cigarrillos a quienes pueden o no morir por deficiencias pulmonares. --Formal: en donde se ayuda a la mala voluntad de otro, cuya mala intención no se oculta. Por ejemplo, una medicina o tratamiento que es necesario para curar una enfermedad puede tener un efecto secundario dañino: el aborto. Es lícito usarlo cuando no se tiene mala intención, pero lo contrario es totalmente ilícito. En fin, como nos señala López Azpitarte, “existe una voz oculta, a pesar de su origen más cercano y autoritario, que obliga al ser humano en su libertad a una determinada conducta y lo enfrenta descaradamente, aunque pretenda huir y escaparse, con la verdad de su propia decisión”65, y esa voz oculta es la conciencia. El Concilio Vaticano II describe con belleza y profundidad la dignidad e importancia de esta realidad:

“En lo hondo de la conciencia, el hombre descubre una ley que él no se da a sí mismo, a la cual debe obedecer y cuya voz suena oportunamente en los oídos de su corazón, invitándole a amar y obrar el bien y a evitar el mal: haz tal cosa, evita tal otra. La conciencia es como un núcleo recóndito, como un sagrario dentro del hombre, donde tiene su cita a solas con Dios, cuya voz resuena en lo más íntimo

65 LÓPEZ AZPITARTE, Eduardo: Fundamentación de la ética cristiana, op. cit., Pág. 216.

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de aquélla. La conciencia le da a conocer de modo maravilloso aquella ley cuyo cumplimiento consiste en el amor de Dios y del prójimo”.66

66 G S 16.

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Módulo III: Construcción del yo 3.1) Auto-conocimiento 3.1.1) Introducción

--Hace ya más de veinticinco siglos, Tales de Mileto afirmaba que la cosa más difícil del mundo es conocerse a uno mismo. Y en el templo de Delfos podía leerse aquella famosa inscripción socrática –gnosei seauton: conócete a ti mismo-, que recuerda una idea parecida.

--Conocerse bien a uno mismo representa un primer e importante paso para lograr ser artífice de la propia vida, y quizá por eso se ha planteado como un gran reto para el hombre a lo largo de los siglos.

--Y para alcanzar el auto-conocimiento es necesario tener un FODA (Fortalezas-Debilidades, Oportunidades-Amenazas) o un mapa conceptual de sí mismo.

--La observación de uno mismo permite separarnos un poco de nuestra subjetividad, para así vernos con un poco de distancia, como hace el pintor de vez en cuando para observar cómo va quedando su obra.

--Se dice que en cada persona podemos encontrar a tres personas: La que creemos que somos (=auto-concepto); la que los otros creen que somos; la que somos realmente (=auto-conocimiento).

--Observarse a sí mismo es como asomar la cabeza un poco por encima de lo que nos está ocurriendo, y así tener una mejor conciencia de cómo somos y qué nos pasa. Por ejemplo, es diferente estar fuertemente enfadado, sin más, a estarlo pero dándose uno cuenta de que lo está, es decir, teniendo una conciencia auto reflexiva que nos dice: «Ojo con lo que haces, que estás muy enfadado».

Advertir cómo estamos emocionalmente es el primer paso hacia el gobierno de nuestros propios sentimientos.

--Alfred Lord Tennyson dijo: “La auto-reverencia, el auto-conocimiento y el autocontrol, sólo estas tres cosas llevan al poder soberano”. --“Messinger nos recuerda: “Aquel que gobernará a los demás, debe primero ser amo de sí mismo”. *La parábola de “Los tres leones” nos cuenta que en una selva existían tres leones gigantes, y que el mono, encargado de los animales en ese momento, convocó a una reunión para elegir al amo de la selva. Para dicha elección todos los animales decidieron que los tres leones debían escalar la montaña más difícil del lugar. El primer león intentó escalar y no pudo llegar. El segundo empezó con todas ganas, pero, también fue derrotado. El tercer león tampoco lo pudo conseguir y bajó derrotado. Ante esta situación no sabían a quién elegir,

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pero en ese momento un águila, grande en edad y en sabiduría dijo: “yo sé quién debe ser el rey”. Volando cerca de los leones cuando bajaban derrotados, pude escuchar lo que decía cada uno. El primer león dijo: “¡Montaña, me has vencido!” El segundo león dijo: “¡Montaña, me has vencido!” El tercer león dijo: “¡Montaña, me has vencido, por ahora! Porque ya llegaste a tu tamaño final y yo todavía estoy creciendo”. La diferencia –completó el águila- es que el tercer león tuvo una actitud de vencedor cuando sintió la derrota en aquel momento, pero no desistió y quien piensa así, su persona es más grande que su problema. El es el rey de sí mismo, y por tanto está preparado para ser rey de los demás. Y todos los animales lo aceptaron como su rey.67 3.1.2) Definición de auto-conocimiento.

** Es el proceso reflexivo (y su resultado) por el cual la persona adquiere noción de su yo y de sus propias cualidades y características. Como todo proceso, puede ser desglosado en diversas fases, como: auto percepción, auto observación, memoria autobiográfica, autoestima, auto aceptación. No puede haber, pues, autoestima sin auto-conocimiento. De ahí la importancia del auto-conocimiento para el desarrollo personal.

** El auto-conocimiento está basado en aprender a querernos y a conocernos a nosotros mismos, aceptándonos como somos.68

** Es el conocimiento propio, supone la madurez de conocer cualidades y defectos y apoyarte en los primeros y luchar contra los segundos.

** ”El conocimiento de uno mismo es, sin duda, más una aspiración que una realidad, ya que difícilmente se llega a un conocimiento absoluto”.69 3.1.3) Fuentes del auto-conocimiento. Existen tres fuentes fundamentales para la obtención de un conocimiento adecuado en torno a uno mismo:

67 Cfr. ÁNGELES FERNÁNDEZ, Diómedes Antonio: “La Vida en Parábolas. Parábolas Para La Vida -Para un Crecimiento Positivo-”. Impresora del Nordeste, 1ra. Edición, San Francisco de Macorís, 2007, Págs. 32-33). 68 En torno a la aceptación de uno mismo, Diómedes Ángeles nos dice lo siguiente: “Eres realmente lo que te propones ser y lo que aceptas que eres. Eres aquello que eres. Pero continuamente vives marchitándote en tus propias insatisfacciones, en tus absurdas comparaciones con los demás: "si mi familia tuviera...", "si yo fuera...", "si yo tuviera fama", "si mi hombre fuera alto", "si mi casa fuera grande", "si mi esposa fuera...", "si mi profesión fuera la medicina", "si mis hijos actuaran como mis vecinos", "si yo viviera en...", "si mi situación económica fuera otra", "si yo tuviera...". (ÁNGELES FERNÁNDEZ, Diómedes Antonio: op. cit., Pág. 41). 69 IZQUIERDO, P. Ciriaco: El mundo de los valores. Editorial Torino, Caracas, Venezuela, 1998, Pág. 138. En ese tenor el autor nos añade: “El hombre de hoy flota a la deriva, sin convicciones, sin firmeza, sin compromiso y sin horizontes. El gran vacío moral que le caracteriza le está llevando a convertirse en el peor enemigo de sí mismo, atenazado por la ambición, las riquezas, la fama y el afán de aparentar”.

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-La reflexión personal sobre nuestros pensamientos, criterios y actuaciones. -La valoración objetiva de los propios comportamientos y logros.

-La opinión que tienen los demás de nosotros.

La reflexión personal consiste en realizar una observación interior en torno a nuestros mecanismos psíquicos, nuestros hábitos y comportamientos, nuestros pensamientos, sentimientos, intereses, motivaciones, capacidades, etc. Dicha observación la conocemos como introspección. Entre los obstáculos para la realización de una introspección consciente están:

--La falta de objetividad sobre nosotros mismos. --La protección de la autoestima. --Elección de un momento inadecuado para la misma (por ejemplo, un momento de

cólera o exaltación). ** La reflexión personal, evidentemente, no es suficiente para la adquisición de un conocimiento acabado de sí mismo. La valoración de los logros y comportamientos es un escalón fundamental para conocerse, siempre que se concentre en los comportamientos frecuentes y cotidianos, y no sólo en los excepcionales y llamativos. El tipo de personalidad puede influir en dicha valoración:

--Las personas tímidas, depresivas, con complejos de inferioridad, tienden a devaluar sus logros y a agrandar sus fracasos.

--Las personas emprendedoras, con alta autoestima, de temperamento colérico, pueden agrandar sus logros y obviar sus fracasos. La opinión de los demás resulta importante en el conocimiento de uno mismo. Es un punto de referencia y contraste de frente a nuestra opinión. No obstante, puede conducirnos a engaños. ¿Por cuáles motivos podemos descubrir la falsedad de las opiniones de los demás? Cuando se ofrece: --Por adulación (un amigo que llegó de Alemania). --Por quedar bien (un empleado ante su patrón). --Por mala intención (una opinión sobre un enemigo). --Por falta de criterios de quien la ofrece (ignorante sobre el tema). --Por deformación de la realidad (comunicación inadecuada). **La unificación de las tres fuentes descritas podría contribuir al conocimiento equilibrado de uno mismo.70

70 Cfr. Ibid, Págs. 140-141, para una mayor profundización en torno a esta temática de las fuentes del conocimiento de uno mismo.

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3.1.4) Barreras del auto-conocimiento

La primera barrera

Consiste en la tendencia que tenemos las personas por pudor, modestia, soberbia o simplemente desconocimiento, a negar nuestros defectos y nuestras virtudes. Este rasgo sobresale más si hablamos de jóvenes adolescentes que están inmersos en un proceso de descubrimiento y cambio en su situación laboral, académica, familiar, afectiva y física.

La segunda barrera

Reside en la propia naturaleza del auto-conocimiento, ya que no basta con descubrir una serie de datos o características de una manera fría y descriptiva. El conocimiento de uno mismo pasa por una toma de conciencia que se relaciona mucho más con los sentimientos y que requiere de tiempo, reestructuración de nuestros conceptos y confrontación con la propia realidad.

La tercera barrera

El choque entre lo que somos y lo que queremos ser (cuando el joven pasa de la escuela al trabajo). Mientras el joven ha estado estudiando ha ido dibujando en su mente aquello que le gustaría hacer, pero cuando llega la hora de incorporarse al mercado laboral es más importante lo que es capaz de hacer y lo que es capaz de demostrar que puede hacer.

3.1.5) Instrumentos y técnicas para facilitar el auto-conocimiento

Generalmente las personas vamos tomando conciencia de nosotros mismos a través de nuestros logros y fracasos, sin embargo existen diversos instrumentos y técnicas que facilitan y aceleran el auto-conocimiento. Entre esas técnicas están:

• Fichas de recogida de datos personales y profesionales • Test de personalidad • Perfiles de personalidad • Cuestionarios para medir algún factor • Dinámicas de grupo • Técnicas de análisis de situaciones • Sesiones de puesta en común • Implicación de proyectos teóricos • Aprendizaje de técnicas de búsqueda de empleo

Fichas de recogida de datos personales y profesionales

Es una especie de currículum recogido bajo un modelo común. Por ejemplo:

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Curriculum vitae Datos Personales Nombres Apellidos Cédula Nacionalidad Lugar de nacimiento Fecha de nacimiento Estado civil Teléfonos Dirección actual Información Académica (Estudios realizados) Primarios Intermedios Secundarios Postsecundarios Universitarios Educación Continuada 2006-2007 Experiencia Profesional 2004-2005 2007- Reconocimientos Referencias Personales

Son pruebas psicológicas estandarizadas que miden aptitudes (factor verbal, numérico, espacial, etc.).

Sólo están disponibles para personal especializado y tanto su construcción como su aplicación y posterior interpretación son complejas, por lo que generalmente quedan fuera de las posibilidades de los formadores. Algunas empresas suelen utilizar este tipo de test como prueba de selección de personal.

Perfiles de personalidad

Test de personalidad

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Son cuestionarios proyectivos que dan la oportunidad de manifestar su personalidad. Las respuestas a este tipo de cuestionarios no son nunca ni buenas ni malas. Cada cual contesta de acuerdo con sus preferencias.

En general con este instrumento se manifiestan las preferencias profesionales (artística, técnica, etc.) o bien las capacidades personales (organizativo, dinámico, capacidad de liderazgo, etc.). Este tipo de instrumento puede ser muy útil para utilizarlo como base para puestas en común de modo que se pueda reflexionar sobre los resultados, contrastarlos, etc.

Como ventaja podemos decir que son fáciles de construir y de aplicar, sin embargo no son muy fiables, ya que existe el peligro de que se conteste según lo que se desea ser y no según lo que verdaderamente se es. Esta fiabilidad es aún menor cuando el instrumento se pasa a personas muy jóvenes.

Nos referimos a dinámicas que pongan en evidencia valores como competitividad, cooperación, toma de decisiones, etc. Sirven para poner de manifiesto y reflexionar sobre capacidades, características y valores que generalmente tienen influencia sobre las posibilidades de empleo pero que no se pueden trabajar a nivel teórico.

La realización de estas dinámicas requiere una formación específica por parte del formador, que necesita saber seleccionarlas, dirigirlas y explotarlas. Como principal virtualidad podemos destacar su capacidad para modificar actitudes.

3-1-6) Para conocerme --¿Cómo me puedo conocer? *Observando y analizando por qué hago o dejo de hacer “x cosas”. *Observando y analizando a las otras personas. *Preguntándome. *Informándome. *Observando los espejos que me reflejan. *Descubriendo si los espejos reflejan imágenes correctas o tienen deformaciones. --Preguntas para conocerme: ¿Necesito ser siempre el centro de atención? ¿Por qué? ¿Normalmente intento a la mínima ocasión decir que conozco a tal o cual persona "importante"? ¿Por qué? ¿Quiero tener siempre la razón? ¿Por qué? ¿Siempre quiero impresionar a las otras personas? ¿Por qué? ¿Delante de un problema veo sólo lo negativo de la situación o intento centrarme en las posibles soluciones? ¿Por qué? ¿Cuando hago algo mal, doy siempre la culpa a los otros o asumo mi responsabilidad? ¿Por qué? ¿Me cuesta relacionarme con otras personas? ¿Soy "antisocial"? ¿Por qué?

Dinámicas de Grupo

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¿Me culpabilizo de todo? ¿Por qué? ¿Me autoengaño? ¿Por qué? ¿Soy de los que siempre veo la botella medio vacía o medio llena? ¿Por qué?

Para poder afrontar cualquier problema primero hemos de conocer, su origen y las posibles vías de solución. Sólo así podremos cambiar solos o con la ayuda especializada aquello que sea necesario para vivir mejor. En definitiva, para ser más felices. --Los cinco pensamientos o habilidades cognitivas señalados por Spivack i Shure, necesarios para relacionarnos bien:

1.- El pensamiento causal: es la capacidad de determinar el origen o causa del problema. Es la habilidad para decir: "lo que aquí pasa es...." Y dar un diagnóstico correcto de la situación. Los que no tienen este pensamiento lo atribuyen todo a la mala suerte o bien se quedan sin palabras delante de un problema interpersonal.

2.- El pensamiento alternativo: es (la habilidad cognitiva) capacidad de imaginar el mayor número de soluciones a un problema determinado. = Creatividad.71

3.- El pensamiento consecuencial: es la capacidad de ver las consecuencias de nuestras actitudes y comportamientos. 4.- El pensamiento de perspectiva: es (la habilidad cognitiva) = capacidad de situarnos en la "piel" del otro. Es el pensamiento que hace posible la empatía o sinfonía afectiva con los demás. Es el pensamiento que hace posible el amor, lo cual nos hace más humanos.

5.- El pensamiento de medios-fines: es la capacidad de ponernos objetivos y de organizar los medios de que se dispone para conseguirlos.

3.2 Autenticidad

3.2.1) Lo que es la autenticidad. 1.- A nivel existencial: “es la fidelidad al propio proyecto vital”. Dicha fidelidad conlleva un enfrentamiento con la realidad desde sí mismo. Vista de este modo la

71 “Los problemas son entonces reales en cuanto se presentan como desafíos, pero son inexistentes en cuanto que para su solución existen inimaginables alternativas. Sólo necesitas echar a volar tu imaginación y creatividad”. (Ver ÁNGELES FERNÁNDEZ, Diómedes Antonio: op. cit., Pág. 119).

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autenticidad se traduce por vocación, que es una llamada que se origina en la profundidad del yo, y por ende no viene desde fuera.72

2.- Conviene diferenciar la sinceridad de la autenticidad, pues aunque ambos se asemejan es innegable que la autenticidad sobrepasa en significado a la sinceridad. Bernabé Tierno nos aporta esta clara diferencia:

“Sinceridad es la adecuación entre lo que se piensa o se siente y lo que se dice. Autenticidad es la adecuación entre lo que se piensa, se dice y se hace y lo que se debe hacer. En definitiva, sólo seré auténtico cuando lo que piense, sienta y diga corresponda a la realidad de mi deber ser”.73

3.2.1) Lo que no es la autenticidad.

^^ La autenticidad no es automatismo, es decir, algo adquirido, algo extraño de uno mismo, aunque esté incorporado a nosotros. Por lo tanto, queda fuera de la noción de autenticidad.

^^ La autenticidad no es impulsividad, pues esta última es simplemente la expresión de algo de lo que hay dentro, pero no de lo que es más central, más esencial, sino de un aspecto o de una tendencia desordenada. El impulso tiene una finalidad propia, pero una finalidad que satisface sólo un aspecto de la personalidad. Por lo tanto, tampoco cae dentro de este sentido más amplio, profundo y completo que queremos exponer al hablar de la autenticidad.

^^ Ni siquiera la sinceridad es lo mismo que la autenticidad. Sinceridad significa que una persona, al expresarse, no engaña, que habla de acuerdo con lo que siente, con lo que ve. Pero esto no basta para que la persona sea auténtica.

3.2.3) Características de la autenticidad.

*La autenticidad es una respuesta inmediata, directa e inteligente ante cada situación. Es una respuesta que se produce instantáneamente desde lo más profundo del ser,

72 Cfr. VIDAL, Marciano: Diccionario de ética teológica, op. cit., Pág. 41. En este orden de ideas Vidal también establece la diferencia entre el autentico y el inauténtico. La persona inauténtica a) es un sujeto esencialmente neutro e impersonal, refugiado en el “se” (se dice, se piensa, se hace); b) mantiene distancias y busca enfrentarse con lo que otros hacen; disminuye las posibilidades del ser. La autenticidad es comportarse según el Sí mismo, y esto sólo se logra cuando la persona decide aceptar su existencia y la propia vida, en lo cual consiste precisamente la cumbre de la vida auténtica. 73 TIERNO, Bernabé: Valores Humanos. Taller de Editores, Tomo 1-12ª edición, Madrid, 1996, Pág. 115. Evidentemente que el “deber ser” a que se refiere Tierno, obedece a la presencia de los valores, los cuales no pueden ser soslayados por una persona auténtica. Además, los valores incluyen una vida con ideales, pues en la vida auténtica los ideales no pueden ir paralelos a los valores ni los valores pueden estar paralelos a la autenticidad. En esta unidad entre valores, ideales y autenticidad se hace presente el principio personalista: “Hemos de acostumbrarnos a vivir como pensamos, pues de lo contrario acabaremos por pensar como vivimos”.

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una respuesta que es completa en sí misma, y que, por lo tanto, no deja residuo, no deja energía por solucionar, no deja emociones o aspectos por resolver. Es algo que, por el hecho de ser acción total, una acción en que la persona lo expresa y lo da todo, liquida la situación en el mismo instante.

*La autenticidad es la sencillez. Es lo más sencillo que hay, porque es lo que surge después de que se ha eliminado lo complejo, lo compuesto, lo adquirido.

*La autenticidad es la expresión más genuina de la libertad interior, libertad ésta que está en oposición a todo condicionamiento, que es la expresión directa de nuestro ser más profundo, podríamos decir más primario.

*Otro aspecto de la autenticidad es que proporciona la evidencia, la certeza, la claridad, en cada momento, para valorar toda situación. En realidad, la situación implica, ya en sí misma, nuestra respuesta, porque la situación y nuestra respuesta no son dos cosas distintas, sino que constituyen una sola cosa. Esto solamente es posible verlo cuando la mente no está dividida, cuando la mente no separa al sujeto del objeto, cuando la mente está abierta y percibe, en un solo campo de visión, todo lo que está sucediendo en aquel instante, lo que acontece en uno como sujeto, como perceptor y reactor, y lo que está ocurriendo en el exterior como estímulo, como reactivo; todo es y forma un único campo.

*Esta libertad interior se traduce en una disponibilidad. Disponibilidad significa que la persona no está encerrada dentro de una línea, de una estructura prefijada, que no tiene que hacer un esfuerzo para trasladarse de una estructura a otra. La autenticidad es ser y estar en el Centro, por lo tanto en el punto óptimo para encaminarse en cualquier dirección. La autenticidad es, al mismo tiempo, una experiencia constante de satisfacción, de gozo, de felicidad, porque se está viviendo ese contenido profundo, ese contenido de plenitud.74

3.2.4) El secreto de la autenticidad. ¿Quién eres tú para ti mismo? ¿Qué dices tú de ti mismo? En la respuesta a esta pregunta clave está el secreto de tu autenticidad, en esa coherencia de tu yo actual y tu yo ideal, en esa correlación de tu intimidad personal como testimonio externo de tu comportamiento. El secreto de la autenticidad está sencillamente en la verdad, y por eso una persona auténtica se expresa tal y como es, con transparencia, sin dobleces, sin divisiones internas. Ciriaco Izquierdo nos recalca de manera elegante esta realidad: “Ahí está el secreto, la autenticidad es el eje central de nuestra vida noble y digna, potencia nuestra fisonomía moral, unifica nuestra interioridad y es la expresión sincera de nuestro exterior, destierra la hipocresía y fortalece la dignidad personal”.75

74 En definitiva, la autenticidad es una exigencia ética (Cfr. LÓPEZ AZPITARTE, Eduardo: Fundamentación de la ética cristiana, op. cit., Págs. 120-121). 75 IZQUIERDO, P. Ciriaco: op. cit., Pág. 189.

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En fin, el secreto de la autenticidad se encuentra en la vivencia de las cuatro etapas principales para el alcance de la misma: --Reflexionar sobre lo que somos y quiénes debemos ser. --Superar nuestras dobleces y comportamientos enanos a través de una escala positiva de valores genuinos. --Entregar nuestras vidas desde un servicio noble a los demás, con sentido de sacrificio, uniendo deseos y obras, intimidad personal y comportamiento externo. --Perfeccionar mi imagen, ideal y persona en aras de conquistar la autenticidad con decisión, firmeza y perseverancia.76 3.3) La autoestima.

3.3.1) ¿Qué es la autoestima?

--“…es un estado interior de autoaceptación, de valoración y gozo de uno mismo, que suele manifestarse en alegría de ser uno mismo, en libertad interior, en capacidad de iniciativa personal ante la vida, en serenidad emocional y seguridad interna respecto a lo que uno es y hace, con independencia de lo que otros digan de él”.77

76 Cfr. Ibid, Págs. 190-191. 77 ANDRÉS, Mateo: Al Hijo de la vida –Reacciones de la Persona Madura-, Colección Luz No. 16, Amigo del Hogar, Santo Domingo, 1999, Pág. 61

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--“Definimos la autoestima como el concepto o imagen que tienes de ti mismo, con el cual puedes hundir tus posibilidades humano-cristianas, o puedes sacar partido de tus energías positivas y multiplicarlas en orden a tu realización personal y comunitaria”.78

--“…es la impronta que llevamos de nuestra vida entera, es la percepción valorativa de mi ser y de mi manera de ser, de quién soy, del conjunto de rasgos corporales, mentales y espirituales que conforman mi personalidad… No es un factor congénito de la personalidad, sino una conquista personal que se aprende en la interacción con el entorno, desde el comienzo de nuestras vidas”.79

3.3.2) Características de la persona con autoestima positiva

** Cree firmemente en ciertos valores y principios, está dispuesta a defenderlos aún cuando encuentre fuertes oposiciones colectivas y se sienta lo suficientemente segura como para modificar esos valores y principios si nuevas experiencias indican que estaba equivocada.

** Es capaz de obrar según crea más acertado, confiando en su propio juicio, y sin sentirse culpable cuando a otros le parece mal lo que haya hecho.

** No emplea demasiado tiempo preocupándose por lo que haya ocurrido en el pasado, ni por lo que pueda ocurrir en el futuro.

** Tiene confianza por su capacidad para resolver sus propios problemas, sin dejarse acobardar por los fracasos y dificultades que experimente.

** Se considera y realmente se siente igual, como persona, a cualquier otra persona aunque reconoce diferencias en talentos específicos, prestigio profesional o posición económica.

** Da por supuesto que es una persona interesante y valiosa para otros, por lo menos para aquellos con quienes se asocia.

** No se deja manipular por los demás, aunque está dispuesta a colaborar si le parece apropiado y conveniente.

78 ÁNGELES FERNÁNDEZ, Diómedes Antonio: op. cit., Pág. 26.

79 IZQUIERDO, P. Ciriaco: op. cit., Pág. 173. Según Raquel Resines Ortiz, Psicóloga clínica, también “Puede definirse la autoestima como el sentimiento de aceptación y aprecio hacia uno mismo, que va unido al sentimiento de competencia y valía personal. El concepto que tenemos de nosotros mismos no es algo heredado, sino aprendido de nuestro alrededor, mediante la valoración que hacemos de nuestro comportamiento y de la asimilación e interiorización de la opinión de los demás respecto a nosotros. La importancia de la autoestima radica en que nos impulsa a actuar, a seguir adelante y nos motiva para perseguir nuestros objetivos”.

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** Reconoce y acepta en sí misma una variedad de sentimientos e inclinaciones tanto positivas como negativas y está dispuesta a revelarlas a otra persona si le parece que vale la pena.

** Es capaz de disfrutar diversas actividades como trabajar, jugar, descansar, caminar, estar con amigos, etc.

** Es sensible a las necesidades de los otros, respeta las normas de convivencia generalmente aceptadas, reconoce sinceramente que no tiene derecho a mejorar o divertirse a costa de los demás.80

3.3.3) Características psicológicas de una persona adulta.

Legalmente entre los dieciocho y los veintiún años se es mayor de edad y adulto. Sin embargo, hay otros criterios que también determinan la adultez. Así, en la cultura occidental es necesario que el sujeto haya alcanzado una serie de roles sociales, como independizarse económicamente. Desde perspectivas psicológicas, el individuo se convierte en adulto cuando ha asumido y desarrollado determinados rasgos intelectuales, afectivos y sociales. 1.- Se conoce a sí mismo, sus cualidades y limitaciones. Es realista y exigente en función de sus posibilidades. 2.- Es capaz de renunciar a intereses individuales por otras personas, ya sean familiares, amigos, etc. 3.- En cuanto a sus relaciones interpersonales, respeta otros puntos de vista diferentes al suyo, es tolerante. 4.- Emocionalmente es un sujeto estable, que tolera la frustración y sabe esperar. Tiene un nivel óptimo de autocontrol, no se reprime, pero se controla, consiguiendo la mayoría de las veces un equilibrio entre su corazón y la razón. 5.- Vive el presente sin olvidar el pasado, aprendiendo del mismo y mirando hacia el futuro. En este sentido, la persona adulta tiene un proyecto de vida basado en un esquema de valores que le guían en sus actos.

3.3.4) Actitudes o posturas habituales que indican autoestima baja.

--Autocrítica dura y excesiva que la mantiene en un estado de insatisfacción consigo misma.

80 Cfr. Ibid, Págs. 177-178.

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--Hipersensibilidad a la crítica, por la que se siente exageradamente atacada/o, herida/o; echa la culpa de los fracasos a los demás o a la situación; cultiva resentimientos tercos contra sus críticos.

--Indecisión crónica, no por falta de información, sino por miedo exagerado a equivocarse.

--Deseo innecesario por complacer, por el que no se atreve a decir NO, por miedo a desagradar y a perder la buena opinión del peticionario.

--Perfeccionismo, autoexigencia esclavizadora de hacer "perfectamente" todo lo que intenta, que conduce a un desmoronamiento interior cuando las cosas no salen con la perfección exigida.

--Culpabilidad neurótica, por la que se acusa y se condena por conductas que no siempre son objetivamente malas, exagera la magnitud de sus errores y delitos y/o los lamenta indefinidamente, sin llegar nunca a perdonarse por completo.

--Hostilidad flotante, irritabilidad a flor de piel, siempre a punto de estallar aún por cosas de poca importancia, propia del hipercrítico a quién todo le sienta mal, todo le disgusta, todo le decepciona, nada le satisface.

--Tendencias defensivas, un negativo generalizado (todo lo ve negro: su vida, su futuro y, sobre todo, su sí mismo) y una inapetencia generalizada del gozo de vivir y de la vida misma.81

3.3.5) ¡Aprenda a elevar su autoestima!

81 Ibid, Pág. 179.

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La autoestima, a lo largo de la vida, varía en función de los sentimientos y situaciones que se experimentan, estando al alcance de las personas la posibilidad de mejorar su nivel de autoestima.

Entre los elementos esenciales que contribuyen a elevar la autoestima están: 1.- La aceptación de uno mismo. Es el primer paso para llegar a alcanzar una autoestima más elevada. Aceptarse no significa que le deba gustar todo de sí mismo, sino que consiste en reconocer, admitir y experimentar, la existencia de los sentimientos, tanto los positivos como los negativos. De esta forma, si reconoce y acepta los sentimientos que le causan dolor, miedo, angustia, etc., está en una situación favorable para modificar aquellas conductas y sentimientos no deseados, ya que el rechazarlos o negarlos sólo ayudará a que permanezcan en el tiempo. 2.- La autoafirmación. Es el segundo elemento que contribuye a potenciar la autoestima. Autoafirmarse consiste en valorar y respetar las propias ideas, sentir que lo que se hace es importante, porque es lo que uno ha decidido hacer, de forma voluntaria y libre. Es vivir según las expectativas de cada uno, y no en función de las opiniones o deseos de los demás; ser fiel a uno mismo, en definitiva, ser auténtico. En este ser auténtico, se incluye la coherencia en las acciones en función de los valores de cada persona. Cuando hace algo que va en contra de sus principios, su autoestima se resiente. Practicar la integridad en todas las áreas de su vida (trabajo, familia, amigos, etc.) le ayudará a lograr una mayor autoestima. 3.- Vivir y lograr metas u objetivos, es el tercer elemento que afianza y eleva la autoestima. El proponerse objetivos que vayan de acuerdo con las capacidades de cada uno, el tener proyectos y propósitos en la vida, tanto en el terreno profesional como en el personal o familiar, alimenta la autoestima. Pero esas metas han de ser diseñadas de forma consciente y objetiva, ya que sin un buen plan de acción, los objetivos se quedan únicamente en meras ilusiones que sólo acarrean frustración. 4.- Responsabilidad de sí mismo. La aceptación del hecho de que cada uno es responsable de su vida, de sus acciones y de la consecución de sus objetivos. Pensar y sentir que tiene derecho a la felicidad y que el poder alcanzarla es responsabilidad suya, será un paso adelante para poner en práctica un vivir consciente y activo. Como sostiene Bernabé Tierno, “una persona con elevada autoestima irradiará sentimientos y actitudes positivas tanto hacia sí mismo como hacia los demás de diferentes maneras: mostrándose eufórico, sonriente, acogedor, optimista, creando ilusiones, mirando al rostro con franqueza, tendiendo la mano con firmeza y calor humano… Al sentirnos relajados y cómodos con nosotros mismos y ante los demás, creamos canales positivos de comunicación que incrementan el mutuo enriquecimiento”.82

82 TIERNO, Bernabé: Valores Humanos, op. cit., Págs. 134-135.

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3.3.6) Frases sobre la autoestima (De Diómedes Ángeles). La aceptación de ti mismo con tus posibilidades y sin dejarte influir negativamente por el entorno que te rodea, es la exposición más clara y contundente de lo que es una persona con autoestima positiva.

Posees autoestima positiva cuando sabes ser tú mismo, siendo un actor de tu propia vida, y no un reactor ante lo que dicen y hacen los demás.

Las esperanzas de tu corazón triunfan cuando no permites que las voces de personas negativas te las derrumben.

Creer en ti es esencial para que tu mundo y tu vida adquieran sentido.

Tus ideas así como tus hechos, son un reflejo de cómo te captas a ti mismo, de lo que

dices de ti mismo, de tu autoestima. Las dificultades nunca serán una montaña más grande que tu potencial para vencerlas.

Cuando la vida te presenta dos mil razones para llorar, tú puedes demostrarle que posees tres mil razones para sonreír.

Tu valoración y tu éxito personal no los hagas depender de la aprobación o desaprobación de los demás; de los demás que generalmente ignoran tu valor.

Eres la misma pieza cuando se te valora y cuando no, lo único que cambia es tu actitud.

Necesitas tomar la decisión de descubrirte y darte el valor que sin dudas tienes. Eres una persona valiosa, pero no lo eres hasta que no lo reconoces.

La felicidad es convertir la vida en ilusión, y disfrutar de lo que eres y de aquello que posees sin lamentarte por aquello que te falta.

Tú puedes volar con alas propias y con empuje personal hacia alturas insospechadas.

Demuestras tener una autoestima positiva cuando:

Vives sembrando vida. Cuando das vida con tu propia vida.

Eres un puente para enlazar y unir, eres una brisa suave para calmar nervios e inyectar paz.

Tu paz y salud mental siempre dependerán de tu capacidad para aceptarte a ti mismo tal y como eres.

En un sentido profundo en tu vida los problemas no existen, pues los mismos son del tamaño que los ponga tu mente.

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La raíz de los problemas, así como de las soluciones, se encuentra en tu actitud personal.83

83 ÁNGELES FERNÁNDEZ, Diómedes Antonio: op. cit., Págs. 26, 27, 29, 30, 31, 32, 34, 37, 38, 39, 40, 41, 49, 54 y 58.

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Módulo IV: Proyecto de Vida.

El hombre es un ser para el que toda respuesta recibida es el comienzo de nuevas preguntas. 4.1- Llegar a ser: imperativo de autoformarse. ¿Cuál es la tarea más importante que como ser humano te toca realizar? La de darle un sentido a tu propia existencia, conquistando así la riqueza y novedad de tu personalidad.

Convicciones fundamentales:

**Vivir es desarrollarse, crecer, proyectarse y realizarse. **La vida trae consigo la necesidad de una realización personal. **Vivir es preguntarse: ¿Qué he hecho de mi vida? ¿Qué estoy haciendo ahora de mi vida? ¿Qué haré de ella en el futuro?

** “El hombre es pregunta radical sobre sí mismo” (Paul Tillich); el hombre se ve a sí mismo como un proyecto por realizar; “Somos historia por hacer” (Ortega y Gasset).

**Mi proyecto de vida no se realiza desde la nada, sino desde mis condiciones físicas, estructura sicológica original, heredada y adquirida, de la realidad histórica que me toca vivir.84 **Mis circunstancias y forma de ser no son sólo límites u obstáculos, sino el marco en el que debo desarrollar mi libertad, y dichos límites se convierten en una exigencia de superación. **Mientras el animal nace con su existencia ya resuelta y está destinado a ser de una forma u otra, el hombre sufre el riesgo de frustrar su existencia. Como afirmara Ortega y Gasset, mientras el tigre no puede destigrarse, el hombre vive en riesgo permanente de deshumanizarse. Es decir, “la mayor parte de los hombres traicionan de continuo ese sí mismo que está esperando ser”.85 **Como bien nos señala el P. Rafael Fernández, el ser humano es germinal, polivalente y amenazado.86 Germinal: naces como una posibilidad en germen (el adulto no es un niño amplificado por un lente de aumento). 84 Cfr. FERNÁNDEZ, P. Rafael: En Busca de la Propia Identidad –Crecer en Humanidad-. Editorial PATRIS, 6ta. Edición, Santiago de Chile, 1997, Págs. 15-16. 85 Ibid, Pág. 17. 86 Cfr. Ibid, Págs. 17 y 18.

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Polivalente: estás abierto (a) a un abanico de posibilidades. Si el futuro de la planta y del animal es fijo, el tuyo es incierto, y por eso has de decidir. Puedes llegar a ser un criminal o un santo, un héroe o un bandido. Amenazado: vives entre riesgos múltiples, pues cuentas con enemigos exteriores que amenazan tu realización, y a la vez con enemigos en tu propio interior, pues eres un ser complejo que abarca todas las esferas de la vida: el mundo material, espiritual y sobrenatural. Toda esta realidad te conduce a crear tu propia síntesis, tu propio proyecto de vida. De no ser así tendrás que lamentarte y decir: “Aquel que soy saluda tristemente al que debiera ser”. ¿Cuál es la respuesta a tu estructura germinal, polivalente y amenazada? Precisamente la autoformación. ¿Qué es la autoformación? “(…)es el esfuerzo libre y consciente que tiene por finalidad desarrollar e integrar plenamente la personalidad en sí misma y en sus relaciones”.87

Tu yo libre es el agente principal de tu autoeducación. Tu personalidad está llamada a aprovechar los ambientes favorables y a superar los adversos.

La autoeducación es el reconocimiento práctico de tu calidad de ser libre. De tal

manera que de tu libertad nace tu responsabilidad. Y desde el reflejo de tu libertad que es tu responsabilidad, asumes la tarea más importante: darle un sentido a tu propia vida (una vida vacía es absurda); elaborar un proyecto de vida, que significa concentrar tus energías en una dirección concreta.88 4.2- El sentido de tu vida (Vida Plena). Como hombre recibes la vida de Dios como don, que exige gratitud; y como tarea, que exige compromiso. Vista como tarea, la vida la esbozas en un proyecto que conlleva acción y perfeccionamiento. En la búsqueda de la perfección respondes al llamado que Dios te hace con la vida, porque la vida es una vocación (= llamado de Dios). Como hombre no sólo estás llamado a la vida física, sino sobre todo a la vida eterna (la vida física es punto de apoyo para los valores de la persona). El sentido último de la vida es Dios. El que la vida tiene sentido equivale a decir que tiene finalidad= saber el “por qué” y el “para qué” de tu existencia. Es decir, es saber qué dirección tiene tu vida. En este sentido nos dice Ciriaco Izquierdo: “Para una persona enamorada, la vida tiene sentido, porque se 87 FERNÁNDEZ, P. Rafael: op. cit., Pág. 18. 88 “El hombre realizado es el que cumple su misión y es capaz de llevar a cabo sus proyectos. Va construyendo positivamente su existencia en cada momento. Lo que te realiza de verdad es lo que haces ahora mismo y no los sueños de un futuro que nunca llega. El pasado no nos pertenece, el futuro no está todavía en nuestras manos, por ello hay que vivir el momento presente con alegría, ilusión y esperanza confiando en un Dios que es providente y bueno. No olvides que las pequeñas tareas facilitan la realización de las grandes hazañas” (IZQUIERDO, P. Ciriaco: op. cit., Pág. 261).

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dirige a buscar el amor; para un padre, el trabajo tiene sentido, porque es el medio de sacar adelante a su familia; quien tiene un ideal religioso, profesional o político ve que su vida se impregna de sentido, se entrega y vibra ante la tarea a realizar para conseguir la meta soñada”.89 La razón de ser del sentido que adquiere cada acto es la libertad con que es realizado. La decisión libre que mueve a un objetivo concreto es lo que da sentido. Por ejemplo, el joven que camina diez kilómetros diarios para viajar a la universidad y así graduarse de Ingeniero; el estudiante que realiza una pasantía para perfeccionarse en su profesión; el enamorado que lucha por arrancar el sí de la mujer que ama; el adolescente que se esfuerza por superar una deficiencia física. Decía el filósofo Sartre, que el hombre se inventa cada día. Es decir, como ser humano estrenas tu humanidad, porque tu vida no tolera repetición ni ensayo (eres obra original salida de los talleres de Dios), y aquí está el drama de tu vida:

--Nadie puede colocarse en tu lugar. --Al elegir yerras o aciertas. --Tienes la tarea de conquistarte a ti mismo y de abrirte al otro. --Estás condenado a las conquistas personales y al ejercicio de tu libertad. --A mayor bienestar humano puedes experimentar mayor vacío espiritual. --Puedes errar al poner el sentido de tu vida en el tener y no en el ser; en las cosas y no en la persona.

Imagínate caminando por una calle cualquiera, y de repente un comunicador te interroga: ¿Cuáles son sus tres motivos para vivir? Al menos tienes que darte una respuesta a ti mismo. Supongamos que tus tres motivos para vivir son los siguientes:

1ro.) Vivir para amar y ser amado (el amor en todas sus facetas).90 2do.) La felicidad como búsqueda y como meta.91 3ro.) La amistad como lugar ideal de encuentro.92

89 Ibid, Pág. 256. 90 “La sorpresa la descubres cuando confirmas por ti mismo que allí donde está presente el auténtico amor, está a su vez presente todo lo demás: riqueza, éxito, paz, felicidad; pues de entre todos los criterios el amor es como el líder que convence y arrastra, es como la prédica viviente que traspasa el corazón y lo hace nuevo… es el lenguaje común de la humanidad, es el hálito de los ángeles y el canto exquisito del Creador… El alarde y la verdad del amor es que: prefiere el ser al tener; prefiere el silencio al ruido; prefiere la comunidad a la individualidad; prefiere la vida a la muerte; prefiere a Dios antes que el yo”. (ÁNGELES FERNÁNDEZ, Diómedes: op. cit., Pág. 82). 91 “Es importante vivir el hoy y el aquí mirando hacia la eternidad. La gente es tan inquieta que no piensa casi nunca en la vida presente y en el instante en que se vive, antes bien piensa en aquel en que se vivirá. Así no vivimos nunca sino que esperamos vivir y preparándonos siempre para ser felices, es inevitable que no lo seamos nunca… La felicidad radica en saber el hoy y saber sacar jugo al momento presente. Saber convertirlo en nuestro fin es una fuente segura de felicidad… No hay dos seres humanos exactamente iguales, con las mismas cualidades, con idénticos proyectos, con parecidas ilusiones”. (IZQUIERDO, P. Ciriaco: op. cit., Pág. 259).

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Como ser humano estás llamado a ser feliz y pleno, pero también puedes oponerte a vivir en plenitud, porque tienes una vida biológica, pero también una vida espiritual. Esto significa que en cada momento y etapas de tu vida puedes y debes elevarte a un plano superior. No puedes decir nunca: “hasta aquí llegué”.93 La elevación a un plano superior puede troncharte y despersonalizarte (vida en la mediocridad), cuando sólo te nutres de estos tres alimentos: --El afán de tener. --El afán de poseer. --El afán de consumir. Cuando dichos afanes aumentan las preocupaciones y las ganancias en los negocios, pero agreden el espíritu y la virtud, entonces la vida se hace estéril y pierde su sentido. San Alberto Magno nos refiere tres tipos de plenitudes:

1ra.) La plenitud del VASO, que tiene y no da. 2da.) La plenitud del CANAL, que da y no retiene. 3ra.) La plenitud de la FUENTE, que crea, retiene y da.

Tú puedes ser VASO:

--Cuando almacenas virtudes y ciencias, pero no sirves con ellas. --Cuando acumulas bienes materiales, pero con ellos no contribuyes al bien común. --Cuando eres estéril y egoísta.

Tú puedes ser CANAL:

--Cuando haces muchas cosas de prisa y sin alimentar tu interior. --Cuando sirves a otros para calmar los picores del alma. --Cuando das sin retener, sintiéndote vacío. Tú puedes ser FUENTE: --Cuando recreas todo lo que vives y repartes lo recreado. --Cuando das sin vaciarte y riegas sin decrecer.

--Cuando ofreces agua en tiempos de sequía sin quedarte seco. --Cuando luchando contra la corriente eres incomprendido, pero sigues dando luz y guiando. --Cuando eres estímulo para los que desean ser fuente que crea, retiene y da.

92 Cfr. Ibid, Pág. 258. 93 “No se hizo, dice Huxley, el peldaño de una escalera para descansar en él, sino sólo para apoyar un pie el tiempo justo para pasar al de más arriba. Cada etapa de la vida tiene su propia tarea. Cada ser humano lleva consigo en su interior un Mesías dormido. Sólo unos pocos permiten que despierte y actúe. Por eso son tantos los que vegetan y no viven verdaderamente”. (IZQUIERDO, P. Ciriaco: op. cit., Pág. 262).

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Tu vida se hace plena cuando centras en los valores y en Dios tu búsqueda de lo permanente, generándose en ti la convicción de que lo terreno es pasajero. De este modo tu vida encuentra claridad y tranquilidad, confianza y esperanza, la sabiduría, el sentido y la plenitud de la vida. 4.3- Tu verdadera Identidad.

4.3.1- Concepto de Identidad.

+ Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, la identidad es el conjunto de rasgos propios de un individuo o de una colectividad que los caracterizan frente a los demás.

+ “…cuando un ente (especialmente la substancia) se mantiene en el tiempo a pesar del cambio de los fenómenos o accidentes. Esta identidad puede entenderse más o menos estrictamente, así, por ejemplo, la identidad de una persona a través de su vida entera, la identidad de una sociedad pese al cambio progresivo de todos sus miembros, la identidad de un edificio (¿incluso cuando se reconstruye después de una destrucción total?”.94

+ Solemos hablar de identidad en estos aspectos de la vida:

-Mi identidad familiar -Mi identidad religiosa -Mi identidad profesional -Mi identidad deportiva -Mi carné de identidad -Mi identidad literaria -Mi identidad sexual -Mi identidad física -Mi identidad social -Mi identidad artística.

+ Para la antropología, Nicole Sindzingre escribe: “(…) la identidad es un concepto que permite definir el resultado de la actividad de constitución del yo. La identidad es una síntesis del yo sometido a diferentes aspiraciones y temporalidades, a diferentes estrategias, y relaciones sociales. La identidad es un sistema de representaciones, de sentimientos y de estrategias, organizado para la defensa conservadora de su objeto (el «ser uno mismo»), pero

94 DE VRIES: Identidad; en BRUGGER, Walter: Diccionario de Filosofía. Ed. Herder, Barcelona, 1994, Pág. 296.

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también para su control, su movilización proyectiva y su movilidad idealizante (el «llegar a ser uno mismo»)”. 4.3.2- El Ideal Personal: realización plena de la propia identidad.

¿Cuál es la tragedia más grande del hombre actual? -La pérdida de su propia identidad. -La pérdida de su mismidad, de su yo, de su persona y sus características únicas. -La pérdida del ideal personal, y por tanto, la pérdida del sentido de la vida.

La sociedad actual tiende a producir un tipo de hombre anónimo que responde a los

intereses políticos y económicos de unas clases sociales determinadas. Tal despersonalización produce una herida aguda a la dignidad de cada persona, que se refleja a su vez en una pérdida de la identidad y en lamentables complejos de inferioridad. El P. Rafael Fernández nos retrata esta cruda realidad en los siguientes términos:

“El hombre carente de yo, sin interioridad y mimetizado en la masa, pasa a ser presa de un agudo complejo de inferioridad. Al saberse tratado como un número, lo embarga el sentimiento de –estar de más-, de sobra; se siente reemplazable por otro repuesto, en la máquina. A partir de esta realidad y de esta angustia existencial, se desata en él un afán desenfrenado de llenar su existencia con algo, o bien opta simplemente por sumirse en la monotonía, en el anonimato y la frustración de una existencia carente de brillo y de sentido”.95

Al sentirte utilizado, como una pieza de una gran maquinaria, ¿con cuáles cosas buscas llenar tus vacíos? --Con el placer: piensas que el sexo y las drogas, al menos por un momento te harán sentir que eres alguien. --Con modas extravagantes: piensas que de este modo no dejas ver tu complejo de inferioridad. --Con el trabajo frenético: quieres ganar mucho dinero en un afán ilimitado de tener y de dominar a otras personas. --Con el orgullo: buscas aparecer e impresionar para ser aceptado; buscas aplastar para aparecer como dominante; buscas humillar para esconder tu ignorancia.

Sin embargo, con todas estas compensaciones y otras más, como hombre no logras

suprimir tus angustias existenciales, y por el contrario, las mismas resurgen con más fuerza. ¿Qué te salva realmente de tus esclavitudes existenciales y de las barreras al sentido

de tu vida? Tu Ideal Personal, pues con el mismo vuelves a ti mismo, a tu propia identidad; vuelves a ser persona única e irrepetible. Rafael Fernández nos dice de manera elegante:

95 FERNÁNDEZ, P. Rafael: En Busca de la Propia Identidad –Crecer en Humanidad-; op. cit., Págs. 68-69.

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“El Ideal Personal es capaz de devolver a este hombre la conciencia de su propio valor y dignidad. El Ideal Personal nos dice que no somos seres creados como repuestos de una máquina. No, procedemos del amor infinito y misterioso del Padre Dios que nos creó y nos dio una identidad propia, intransferible, única y permanente. En el plan de Dios somos únicos e insustituibles; no fuimos pensados en serie, cada uno de nosotros es un ser original, querido por Dios, que ocupa un lugar propio y está destinado a una participación especial de la gloria de Dios en el cielo”.96 El Ideal Personal trae consigo una serie de ganancias: a) Te conduce a tomar conciencia del carácter único de tu existencia (el sentido de tu

vida es pleno al sentirte único). b) Te libera del complejo de inferioridad y te permite aceptarte tal como eres, con tu

estructura física e historia de vida personal (no debes ser como nadie porque eres único).97 c) Te empuja a dar un sí alegre desde lo que tú eres, y te estimula a maximizar tus

aptitudes y a superar tus debilidades. d) Al concentrarte en tu Ideal Personal ves tu vida como un desafío y una invitación a

llegar a ser tú mismo.

Un lema de los griegos era: “Llega a ser lo que eres”. Es decir, si llegas a ser tú mismo habrás conquistado la plenitud de tu identidad personal. En tu historia (“maestra de tu vida”) o biografía personal: lo que has hecho-lo que has dejado de hacer; en tus sufrimientos y momentos de plenitud, está tu identidad personal. El Ideal Personal centra la personalidad y enaltece a la persona. En el ánimo de coronar la presente temática, resultan luminosas las siguientes expresiones de M. Quoist en su libro Triunfo:

“Muchos hombres están interiormente paralizados, atados, y arrastran una vida mezquina, porque nunca se han aceptado a sí mismos con sus limitaciones y sus cualidades. Una franca lucidez, un acto leal de ofrenda en la fe, les libraría de su

96 Ibid, Pág. 69. 97 “¡Cuántos no llegan a aceptarse a sí mismos y sufren constantemente, porque no son como tal o cual persona! Se dejan coger por una suerte de envidia consciente o inconsciente. No reparan que su manera de ser es un don original de Dios, no aceptan con alegría su propia misión. Se amargan mirando sólo sus limitaciones, sin llegar a descubrir, también en éstas, un llamado de Dios. Descontentos consigo mismos, paralizan sus fuerzas y se convierten en una pesada carga para cualquier forma de comunidad” (Ibid, Págs. 70-71). El deseo de ser como es otro demuestra una inseguridad personal en ti que te pueden conducir a una serie de conductas inauténticas: “El inseguro, en efecto, sobre todo a nivel inconsciente, se percibe a sí mismo de modo negativo, aunque exteriormente asuma actitudes que quisieran demostrar lo contrario. Por ejemplo, el que es inseguro y tímido puede llegar a ser envidioso y a veces agresivo; o bien puede ser reservado y discreto, no por verdadera humildad, por sentido adecuado de la realidad, sino por miedo a arriesgar, para ponerse al reparo de un posible y peligroso fracaso. Así, el que es inseguro y necesitado de afirmación a toda costa se siente impulsado a dominar, so pena de sentirse anulado. En todos estos casos se asumen posturas de compensación que acrecientan la insatisfacción, y sobre todo corren el riesgo de desviar la atención del conflicto interno que es la base y raíz de su problemática inseguridad” (SOVERNIGO, Giuseppe: Proyecto de Vida –En busca de mi identidad-. Sociedad de Educación Atenas, Madrid, 1994, Pág. 141).

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complejo y les permitiría ser, al fin, ellos mismos. Sólo así pueden perfeccionar su vida y servir a los demás…Tus límites no son únicamente barreras sino también indicaciones de Dios para jalonar tu camino… Reconoce, acepta y ofrece tus limitaciones como también tus cualidades… No desees vivir la vida de otros; no te acomoda. El Padre hizo a cada uno una vida a la medida; endosarnos la de otros seria un error, como si quisieras enfundarte el traje de tu amigo so pretexto de que a él le ajustaba perfectamente. Sé tú mismo. Los otros te necesitan tal cual el Señor ha querido que fueses. No tienes derecho a disfrazarte, a representar una comedia, puesto que sería un robo a los otros. Di a ti mismo: voy a llevarle algo, puesto que jamás se encontró con alguien como yo, y jamás lo encontrara, puesto que soy un ejemplar único salido de las manos de Dios… Alimenta un solo deseo: ser plenamente, sin enmiendas, aquél que Dios desea que seas… y serás perfecto”.98

4.4- Pautas para un proyecto ético de vida. 4.4.1- ¿Qué es un proyecto?

--Es un camino para alcanzar una meta.

--Es el plan que como persona te trazas a fin de conseguir un objetivo.

--Es la dirección que te marcas en tu vida, a partir del conjunto de valores que has integrado y jerarquizado vivencialmente, a la luz del cual te comprometes en las múltiples situaciones de tu existencia, sobre todo en aquellas en que decides tu futuro, como son tu estado de vida y tu profesión.

--Elaborar un Proyecto de Vida es tomar una decisión, es elegir una dirección fundamental con exclusión de otra u otras direcciones fundamentales.99

4.4.2) Cómo elaborar tu Proyecto de Vida.

98 QUOIST, Michel: Triunfo. Pág. 29. 99 Frecuentemente ante este compromiso se adopta una actitud de huida que conduce a la persona a un estado de indecisión, es decir, hacia un "conflicto existencial" que, al no ser resuelto, se convierte en crónico. Sin embargo, tu proyecto da coherencia a tu vida en sus diversas facetas y te marca un determinado estilo, en el obrar, en las relaciones, en el modo de ver la vida. El proceso de decisión es tan esencial que Sovernigo nos aporta lo siguiente: “El dinamismo psicológico que orienta la personalidad juvenil en torno a un valor absoluto es la decisión. Esta implica la inteligencia, la afectividad, la operatividad a lo largo del hilo conductor de la vida. Comprende toda la historia del sujeto, incluidos los factores del inconsciente” (SOVERNIGO, Giuseppe: Proyecto de Vida –En busca de mi identidad-, op. cit., Pág. 246).

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4.4.2.1) Cuestionamientos e interrogantes.

En la elaboración de tu proyecto de vida, debes considerar aspectos tales como: tu entorno y conocimiento de tu persona; la búsqueda de información para satisfacer las inquietudes y posibilidades que te rodean para alcanzar las metas propuestas; y la flexibilidad, que no debe faltar, pues posees múltiples intereses, habilidades y la capacidad de rectificar, además los resultados no dependen sólo de ti.

Lo importante de tu Proyecto de Vida es que al definirlo podrás defender lo que piensas, tus intereses, y formarte un carácter menos vulnerable al medio en que vives.

1. El punto de partida: tu situación.

1. Tus Fortalezas…………………… 2. Tus Oportunidades……………… 3. Tus Debilidades………………….. 4. Tus Amenazas…………………….

2. Autobiografía

1. ¿Quiénes han sido las personas que han tenido mayor influencia en tu vida y de qué manera?

2. ¿Cuáles han sido tus intereses desde la niñez? 3. ¿Cuáles han sido los acontecimientos que han influido en forma decisiva en lo que

eres ahora? 4. ¿Cuáles han sido en tu vida los principales éxitos y fracasos? 5. ¿Cuáles han sido tus decisiones más significativas?

3. Rasgos de mi personalidad

Enuncia 5 aspectos que más te gustan y 5 que no te gustan con relación a:

1. Tu aspecto físico 2. Tus relaciones sociales 3. Tu vida espiritual 4. Tu vida emocional 5. Tus aspectos intelectuales 6. Tus aspectos vocacionales

4. ¿Quién eres?

1. ¿Cuáles son las condiciones facilitadoras o impulsoras de tu desarrollo (tanto personales como las existentes en el medio)?

2. ¿Cuáles son las condiciones obstaculizadoras o inhibidoras para tu desarrollo (tanto personales como las existentes en el medio)?

3. Organiza la información obtenida teniendo en cuenta los siguientes aspectos: a. Es posible el cambio b. Es factible el desarrollo c. No es posible cambiar (justificar por qué no)

4. ¿Cuál será tu plan de acción a seguir?

FODA O MAPA CONCEPTUAL DE TI.

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5. ¿Quién serás? Convertir sueños en realidad.

1. ¿Cuáles son tus sueños? 2. ¿Cuáles son las realidades que favorecen tus sueños? 3. ¿Cómo puedes superar los impedimentos que la realidad te plantea para realizar tus

sueños? ¿Cómo puedes potenciar o enriquecer tus condiciones facilitadoras? ¿Cómo puedes enfrentar las condiciones obstaculizadoras?

4. ¿Cómo sabes que lograste realizar lo que querías? ¿Cuáles serán las soluciones? ¿Cuáles serán las acciones a seguir?

6. Tu programa de vida.

1. El propósito de tu vida es... 2. Analiza tu realidad para realizar tu plan de acción: ¿Cuál es tu realidad? ¿Qué tienes?

¿Qué necesitas? ¿Qué puedes hacer? ¿Qué vas a hacer?100

4.4.2.2) Elementos esenciales en la elaboración de tu proyecto de vida.

Tu historia personal. Tus ideales. Tus medios. El seguimiento.

1.- Tu historia personal. Para elaborar tu proyecto de vida personal debes partir de tu propia realidad, de tu historia. Has de caer en la cuenta de cuál es tu situación personal, de lo que ha sido tu vida, no de lo que pudo ser, y realizar un ejercicio de aceptación de tu propia historia, pues si la rechazas vives engañado y frustrado. Es preciso pensar en estos elementos:

* Cómo eres. Rasgos típicos de tu temperamento: cualidades y defectos. ¿Hay elementos de tu persona, físicos o psíquicos, que vives "resignadamente" o incluso con disgusto? ¿Cuáles? ¿Por qué? ¿Te gustaría ser de otra forma, "sueñas" con esa otra forma, o más bien te aceptas como eres y tratas de aprovechar tus posibilidades?

*Dificultades con que te encuentras en la vida de cada día.

*Tus miedos y tus ilusiones. Qué es lo que te hace sufrir y lo que te hace sentirte feliz. ¿Qué experiencias de tu vida te cuesta más asumir, es decir, te producen desasosiego cada vez que las recuerdas? 100 Las presentes interrogantes y cuestionamientos han sido un aporte de la Psicóloga colombiana Ana Judith Quevedo Barragán, quien realiza un análisis bastante aceptable en torno a los criterios e informaciones que han de primar en el momento de fijar una posición personal y personalizada en lo que concierne a la elección y conformación de tu proyecto de vida. Ver la dirección de anajudithqoptonline.net. Otras fuentes bibliográficas que nos arrojan luces sobre el tema son las siguientes: D’ANGELO Hernández (2.000). Proyecto de vida como categoría básica de interpretación de la identidad individual y social. Revista Cubana de Psicología. Vol. 17 N°. 3;

WILLIAM B. Wrther, Jr. y HEITH Davis Ed. Mc Graw Hill, Administración de personal y recursos

humanos. (2.000); GEORGE L. Morrisey. Prentice Hall Planeando con Morrisey (1996); LUQUE, F

(1.988). Un proyecto de vida. Bogotá: Indo – American Press Service.

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* Describe el ambiente en el que vives: tu familia, tu barrio, tu centro de estudios o de trabajo, tu parroquia. ..Intenta descubrir en qué te ayudan y en qué te perjudican.

* Describe las personas que más influyen en ti, tanto positiva como negativamente.

* El momento actual que estás viviendo, ¿con qué decisiones y acontecimientos pasados estás relacionado más directamente?

* Cuando piensas en el futuro, ¿qué sentimiento predomina en ti: ¿la esperanza y la ilusión, o el temor y la desconfianza?

2.- Tus ideales. Te encuentras en el momento de tu adolescencia (o primera juventud) o en tu juventud. Te estás haciendo hombre, te estás haciendo mujer. Estás experimentando cambios en tu cuerpo, en tu mente, en tu corazón, en tu conciencia, en todo tu ser, y dicha realidad a la vez que te produce situaciones conflictivas, te indica que estás acercándote a la madurez.

Previo a la madurez sientes el ímpetu de tu inteligencia, de tu libertad, de tus instintos, de tus sentimientos, del amor que reclama la propiedad y la responsabilidad de tu vida. Te encuentras en la búsqueda de tu personalidad.

En el momento actual de tu existencia sientes que debes tomar la vida en tus propias manos, proyectarla hacia delante y tomar serias decisiones. Y evidentemente no faltan estas preguntas:

¿Qué hago yo con mi vida?

¿Qué haré yo después de salir de estudiar?

¿A qué actividad me dedicaré?

¿Qué estado de vida escogeré?

¿Me quiere el Señor para el matrimonio? ¿Me quiere sacerdote? ¿Me quiere religioso o religiosa?

¿Cuál es el proyecto que el Señor tiene para mi vida?

¿A dónde quiero llegar? ¿Qué tipo de persona y de cristiano quiero ser? ¿Cuáles son los valores sobre los que quiero construir mi vida?

¿Cuáles son los intereses que me impulsan a obrar? ¿Qué quiero que signifiquen en mi vida: el dinero, la comodidad, el placer, la aventura, el deporte, la amistad, el saber, el dominar, el deseo de agradar, el afán de servir, el prestigio, la responsabilidad, la búsqueda de la verdad, la libertad, la fe?

¿Sobre qué valores, actitudes o comportamientos voy a apoyar mi vida?, ¿Sobre el egoísmo?, ¿el individualismo?, ¿ el placer?, ¿el dinero?, ¿la explotación de los otros?, ¿el libertinaje? o ¿sobre el servicio?, ¿el amor?, ¿la justicia?, ¿la sencillez? La respuesta no es simple. Decidir no es fácil.

Según el tipo de respuestas que escojas, va a ser el sentido de tu vida. Existen numerosas personas que habiendo podido conducir su vida por una autopista, la echaron por una carretera de piedras. Es lamentable caminar sufriendo golpes cuando de la mano de uno

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estuvo el evitarlos. Y lo malo es que a cierta edad es muy difícil echar para atrás. A veces hasta la reversa se estropea.

Un proyecto de vida es tan fundamental como para un ingeniero son los planos para construir un edificio o un puente. Una obra de este tipo sin un proyecto está amenazada de ruina. Por eso para un ingeniero el momento más importante es aquel en que se retira para idear el proyecto que hará realidad su obra. Lo demás, contratar trabajadores, conseguir materiales o colocar ladrillos, es relativamente fácil.

En la existencia humana, como en la ingeniería, es fundamental un proyecto de vida. Si tú tienes la curiosidad de preguntar a la gente de la calle por qué vive o si está contenta con lo que está haciendo, un alto porcentaje después de recuperarse de la sorpresa de haberse planteado por primera vez estas preguntas, responderá negativamente. Así está de mal el mundo, en la familia, en el trabajo, en la vida social y política. ¿Tú desearías vivir en un edificio donde el 70% de los ladrillos, vigas y pilares estuvieran mal colocados? Estarías loco. Por eso nuestra sociedad está de psiquiatra. Existe mucha gente decepcionada, angustiada, triste, desesperanzada. Carece de un sentido de la existencia. Y cuando esto ocurre, es como naufragar en el océano a la deriva.

Llamamos proyecto al conjunto de valores, actitudes, y comportamientos que debes poner como hombre para que tu vida tenga una orientación y un sentido auténtico.

3.- Tus medios. Teniendo en cuenta tu historia y tus ideales has de tratar ahora de concretar lo que vas a hacer y los medios que vas a emplear. Si quieres actuar de una manera inteligente, habrás de tratar de descubrir lo que te ayuda y lo que te estorba para poder realizar el proyecto.

Si quieres ser eficaz habrás de ser concreto. No tengas miedo a lo concreto. Lo concreto es lo que compromete, y lo que compromete es lo que hace crecer. No te fíes de ti mismo. No te hagas el "valiente". Sabes de sobra que eres débil. Lo has experimentado ya muchas veces. Sé concreto. Márcate metas pequeñas, concretas. Cuando te resulten demasiado pequeñas ya te pondrás otros objetivos más grandes: así irás creciendo poco a poco.

* En tu formación personal: el estudio, el trabajo. Plantéate qué puedes mejorar para ser más responsable y más feliz.

* En tus relaciones interpersonales: tu familia, tu novio o novia, tus amigos, tus compañeros, tus vecinos. Plantéate aspectos concretos que puedes mejorar y que te ayudarían a crecer. Plantéate cosas concretas de servicio a los pobres que tú puedes hacer: los pobres, los enfermos, los ancianos... que haya tu lado, ¿qué puedes y debes hacer por ellos?

* En tu tiempo libre: ¿cómo debes vivir tu tiempo libre para que no te arrastre hacia la cultura de la muerte, sino que te ayude a ser más persona y mejor cristiano? ¿Qué cosas debes cambiar? Plantéate tu actitud ante la TV, la diversión, el alcohol.

* En tu vida de fe, en tu historia de amor con Dios: ¿qué medios concretos vas a poner para que tu fe crezca y se profundice? Plantéate metas concretas respecto a: la oración personal, la oración comunitaria, la participación en la Eucaristía, el Sacramento de la Penitencia, la participación en el grupo juvenil de la parroquia, el testimonio cristiano, lecturas formativas para la fe.

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4.- El seguimiento. Cuando una persona traza un proyecto, lo hace para llevarlo a la práctica. Para ello, es necesario tenerlo siempre presente, y, de cuando en cuando, contrastar la realidad con el proyecto para ir corrigiendo y encauzando la propia vida o mejorar el proyecto en aquello que se vaya quedando pequeño.

Por ello, es importante que establezcas plazos fijos para revisar tu vida. Al menos, deberías fijar un periodo semanal para revisar tu vida. También sería bueno que, de cuando en cuando, hablases personalmente con tus educadores o con tus sacerdotes para que ellos te ayuden a discernir muchas cosas que a ti sólo te resultará difícil. No olvides que una persona no puede ser al mismo tiempo juez y parte. No tengas miedo a pedir ayuda y consejo. Sé humilde. Te hará bien.

4.4.3- Una historia ejemplar: ¿Te pondrías de pie? 101

101 Todo este acápite está tomado textualmente del libro de ÁNGELES FERNÁNDEZ, Diómedes Antonio: La Vida en Parábolas. Parábolas Para La Vida, op. cit., Págs. 225-228.

Había un profesor de Filosofía que era un Ateo profundamente comprometido, su principal meta cada semestre era probar que Dios no podía existir. Sus estudiantes siempre tuvieron miedo de discutir con él por su lógica impecable. Durante 20 años, siempre pensó que nadie en su clase y fuera de ella tenía el valor de ir en su contra. Claro, algunos habían discutido en clase alguna vez, pero nunca realmente en su contra, y no lo hacían porque él tenía una gran reputación. Al final de cada semestre, en el último día, él pediría a su clase de 300 estudiantes: "Si hay alguien que todavía cree en Jesús, póngase de pie". En 20 años, nunca nadie lo hizo. Ellos sabían lo que venía después. Él diría: "Porque todo aquel que cree en Dios es un tonto. Si Dios existiera, él lo demostraría impidiendo que este pedazo de tiza se rompiera al golpear el piso, sería tan sencillo para El, probar que es Dios, y aun así no puede hacerlo". Y así, cada año azotaba un pedazo de tiza en el suelo para que se rompiera en pedazos.

Los estudiantes no podían hacer más que mirar. La mayoría de los estudiantes terminaba

convencida de que Dios no existe. Ciertamente, uno que otro cristiano se había colado, pero por 20 años habían tenido miedo de ponerse de pie.

Pues bien, hace unos años, un joven que había oído historias sobre este maestro, se inscribió en

esta clase pues sin él no podría terminar su carrera, tenía miedo. Durante los primeros tres meses de aquel semestre, él oraba todos los días para tener el valor de ponerse de pie, sin importar lo que dijera el maestro, o qué pensaran sus compañeros de clase.

Nada de lo que dijeran quebrantaría su fe. Finalmente llegó el día. El profesor dijo: "Si hay

alguien que todavía cree en Dios, que se ponga de pie!". El profesor y la clase de 300 alumnos lo miraron fijamente en shock, al momento que se ponía de pie en el fondo del salón. El profesor gritó: "¡TONTO! Si Dios existiera él lo probaría evitando que este pedazo de tiza se rompa al golpear el piso!". Acto seguido arrojó la tiza, pero al momento que lo hizo la tiza se resbaló de sus dedos y fue resbalando por su manga, por los pliegues de su pantalón y por su zapato hasta que, intacta, rodó por el suelo. El profesor quedó con la boca abierta observando la tiza en el suelo, después levantó su mirada al joven que estaba de pie y salió corriendo del salón.

El joven entonces pasó al frente del salón y habló de su fe en Jesús por la siguiente media hora.

Los 300 estudiantes escucharon cómo hablaba del amor de Dios hacia ellos y de su poder.

A veces lo único que necesitamos hacer es PONERNOS DE PIE.

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-De pie se colocó Mons. Oscar Arnulfo Romero en El Salvador, cuando salió de la

comodidad de su Arzobispado y de las protocolares poses que a veces existen en el desempeño del poder eclesiástico, y decidió correr por entre las venas de los tormentos de su gente, hasta el colmo de derramar su sangre para dejar el gran mensaje, al estilo de Cristo: A mí me pueden matar ya, pero la voz de la justicia nadie la puede callar.

-De pie se colocó Martín Luther King en Estados Unidos, para hacer prevalecer la verdad de Cristo: No importa la raza, no importa el color...., anuncio tan potente e íntegro que le ganó una muerte victoriosa: el martirio.

-De pie se colocó Rigoberta Menchú en Guatemala, para levantar su voz en favor de

los indígenas, como lo hiciera en otros tiempos Fray Antón de Montesinos. -De pie se colocó Mons. Francisco Panal en La Vega, cuando obligó al tirano Trujillo

a arrodillarse ante Dios para que comprendiera que él no era dios, y como una forma de desagravio por las ofensas que éste había cometido contra Dios y su Iglesia, lo cual se tradujo en acosos, persecuciones y amenazas de muerte contra el valiente Obispo.

-De pie se colocó Mons. Juan Antonio Flores Santana y el P. Guerra en la mina de Cotuí, para defender a los indefensos campesinos de Los Cacaos y sus alrededores, a quienes les eran arrebatadas sus tierras y con ellas sus vidas, sin una justa retribución de sus bienes.

-De pie se colocó Juan Pablo Duarte junto a los Trinitarios, para desde el destierro,

con la entrega de sus bienes y con la sabiduría de su fe en Dios, legar una Patria Libre, Soberana e Independiente a todos los hijos e hijas de la República Dominicana.

-De pie se colocó Conrad Adenauer en Alemania, cuando de manera militante, optimista y junto a su pueblo, se dispuso a reconstruir su patria, golpeada y destrozada por una segunda guerra mundial irracional, y convertirla más adelante en modelo de nación, así como en madrina en lo económico y espiritual de tantos países de América Latina y del África, concretamente a través de instituciones como Adveniat y Miserior.

En fin, de pie te colocas cuando te dejas abrazar y absorber por una meta que supera

tu egoísmo, cuando de un simple desear el cambio pasas a ser agente de ese cambio, cuando pasas del discurso a los hechos, cuando bajas de tus montañas y haces vida solidaria y fraterna con los necesitados, con aquellos que no tienen voz, con esos que no te podrán devolver nada a cambio, con esos olvidados de la Iglesia, de la prensa, del gobierno y de ti.

Ahí está la verdadera sabiduría. Como sostenía Confucio: "La sabiduría se preocupa en ser lenta en sus discursos y diligente en sus acciones".

Con tu Proyecto de Vida te colocas de pie, tomas las riendas de tu vida y le das

sentido pleno y permanente a tu existencia.

4.4.4- Proyecto de Vida y Vocación.

1.- “La vocación es una fuerza, una riqueza, una ilusión, un ideal, un proyecto de vida, un programa, una realización… Es algo esencialmente humano, fundamental en la vida

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del hombre. Una vocación puede llenar toda una vida. Una vida sin vocación será una vida sin sentido. Es algo que atañe a todos los hombres, de lo que nadie puede inhibirse”.102

2.- La vocación humana (rica y dinámica), abarca al hombre (cuerpo y alma, corazón y conciencia, inteligencia y voluntad) que es una síntesis del universo material. Por su inteligencia es superior al universo material, y por su interioridad, superior al universo entero. Por eso el hombre tiene principios, deberes y limitaciones.

3.- El hombre surge en el universo con un destino. Pero el hombre es un ser inteligente, capaz de hacer proyectos, ser co-creador. Vive en comunidad y tiene una Vocación. Y la vocación es un llamado desde adentro y desde afuera.

4.- La VOCACIÓN PROFESIONAL. No es más que una manera de implicarse con otros, de aportarse al mundo, desde el servicio. Es aquella que es capaz de crear bienes y servicios. Esta vocación debe contribuir al desarrollo del mundo. La vocación es más que un desarrollo profesional. Ésta es una forma, un modo de cómo nos desarrollamos personal y comunitariamente. La vocación no puede centrarse en “qué hacer”, sino “cómo hacer” (más humano este mundo). La vocación debe ser una respuesta a los gritos de la sociedad. Somos algo más que una vocación profesional.

5.- La VOCACIÓN MATRIMONIAL (SEXUAL). Así como la sociedad nos dice:

“tengo hambre” y me llama a actuar, así también hay un hombre que llama a una mujer a compartir la vida. Este llamado es recíproco. Es un llamado hacia la vida y está en función de la vida. Y lo llamo con todo mi cuerpo, mi pensamiento, mis sentimientos y mis emociones. Con toda mi personalidad. De modo que la atracción con que se llaman el hombre y la mujer es la misma del Creador. No hay pasiones bajas, es la pasión de la vida. Es con la existencia de esta vocación que empieza la vida. Somos pareja y esa pareja está en función de otra vocación.

6.- La VOCACIÓN PATERNAL. Los hijos se llaman a la existencia. Esta co-

creación llama a los hijos a la existencia, no por borrachera, drogadicción.... A los hijos se les convoca. Cuando los hijos no se sienten llamados se produce un quiebre en la personalidad. “Fui invitado al festival del mundo y por eso mi vida es bendita”. “Mi oficio era tañar el mundo e hice lo mejor que pude”. La vocación de padre se ejerce y se llaman los hijos a la existencia. El saber cuándo llamarlos humaniza la sexualidad. A esta vocación responde de la mano otra vocación.

7.- La VOCACIÓN FILIAL. Ser hijo. Es difícil ser hijo, hay variabilidad en el ciclo

de la vida. Uno elabora proyectos para los hijos, el ideal es que ellos también elaboren proyectos para los padres.

102 ALVAREZ GASTON, Rosendo: Proyecto de Vida –orientación vocacional de los jóvenes-. Editorial Covarrubias, Madrid, 1978, Pág. 5. Evidentemente que la idea de vocación guarda una íntima relación con las problemáticas principales que el hombre se plantea: el mundo y la vida, el sufrimiento y la muerte, el trabajo, el esfuerzo, la felicidad, el amor, el destino. De tal manera que los primeros pasos en la formación humana y moral de cada persona deben girar alrededor de una toma de conciencia de la propia vocación.

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8.- La VOCACIÓN AMICAL. El hombre es un ser social, necesita de la vocación amical. Ésta se ejerce en forma espontánea. Los amigos en nuestra vida son fundamentales y los llamamos para compartirla. Yo debería tener un proyecto para mis amigos y ellos para mí.

9.- La VOCACIÓN CÍVICA o política. Hay una comunidad que me pide mi parecer sobre el tipo de organización social que yo quiero. Es la comunidad que me llama a participar. Todas estas vocaciones son irrenunciables, sin embargo a ésta se renuncia, la vocación política se ejerce en el barrio, en la junta de vecinos, dentro de un grupo, un curso, etc.

10.- La VOCACIÓN RELIGIOSA. Está llamado a vivirla el sacerdote o religiosa

consagrados, pero también abarca al profesional y su desempeño espiritual. ¿Cómo respondemos a Dios? A través de nuestra profesión, de nuestra vida de pareja, de ser un padre o hijo de bien. Entonces se dará una vocación integrada que se encarna en nuestra vida y le da un sentido, la hace global, la hace espiritual. Aunque la actividad profesional sea material, sí tiene un sentido espiritual.

11.- La vocación es un todo integral. No puedo ser “a” como amigo y “b” como pareja. Una vocación partida es una vocación esquizofrénica. La vocación integral es la gran vocación humana. Sin embargo, todos tenemos de alguna manera un grado de desintegración de las vocaciones. Es el caso de algunos que son “candil de la calle y oscuridad de la casa”. Se vive representando roles porque la gran vocación no está clara y no se asume todas estas vocaciones diferenciadas, de tal modo que el desgaste y el costo de quien así lo vive es tremendo y surge entonces la pregunta ¿quién soy yo?. Se pierde la identidad. A lo mejor la competencia nos está influyendo. Los ambientes también nos hacen ser de determinada manera, por ejemplo agresivos en un lado y no en otro.

12.- Toda esta situación, la de una vocación integrada debe conducir a mi proyecto de vida: Ser persona. Todos somos personas, pero puede ser que no estemos ejerciendo o construyendo nuestro proyecto de vida. Todos debemos tener un proyecto de vida y en la medida que lo llevemos a cabo somos personas. El proyecto es una realidad, pero al mismo tiempo es un ideal. No sólo es una racionalización, sino una humanización. Darle sentido a la vida desde un Proyecto de Vida es la dignidad del ser humano creado a imagen de Dios.

13.- Hablamos de proyecto de vida en sentido individual. No obstante, los seres humanos no vivimos lanzados al mundo a la dispersión. El proyecto de vida es mío, pero a la vez es generacional. Es generacional porque responde a un momento histórico, presenta desafíos, es común a un grupo de personas, responde a situaciones comunes. La vocación es un proyecto de vida de construcción de la historia. ¿Cómo se hace? Discutiendo las opciones vocacionales, confrontándolas, y construyendo en un sentido concreto (vocación particular o específica).

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PROFESIONAL MATRIMONIAL (SEXUAL) PATERNAL POLÍTICA AMICAL FILIAL

RELIGIOSA

14.- La vocación es un llamado, desde dentro y desde afuera. Este llamado está integrado por variables internas y externas. ¿De dónde vienen las variables internas?

1. De un organismo biológico. El cuerpo tiene un significado. Todo el sentido y devenir del mundo pasa a través del cuerpo. El mundo es para el hombre, progresa por y para el hombre, evoluciona también a pesar del hombre. La vocación está enraizada en este organismo biológico. ¿En qué parte?

+Viene de un código genético, herencia recibida y herencia asumida. Dentro de las variables internas nuestra vocación está enraizada en nuestro código genético. +Viene de nuestros sentidos, del sistema nervioso periférico y central. Difícil que alguien con lesión en el sistema nervioso central o dislexia sea un literato. +Viene de un sistema endocrino: gónadas (sexual), tiroides. Una persona con hipertiroidismo es más activa. +Tipo corporal. Este llamado interno parte de mis entrañas, tejidos, huesos, sangre, músculos. Se siente desde la vitalidad, la energía visceral.

2. De un organismo psiquical: No somos sólo biológicos, también somos seres psicológicos. El organismo psíquico tiene una raíz biológica y viceversa. En el organismo psicológico hay percepciones, sentimientos, ideas. Hay un reaccionar en forma consciente y reflexiva. Víctor Frank afirma: “El hombre de hoy no está enfermo. Eso lo trata el médico. Tampoco está enfermo de su psiquis. El hombre está enfermo de su organismo espiritual”.

3. De un organismo espiritual: Víctor Frank dice que es el que le da sentido, el hombre

moderno está enfermo del sentido.

**Desde la mirada de la filosofía. **Desde la mirada de la religión.

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Hay una fe, una esperanza. Esto es fruto de algo sobrenatural. ¿Hay un trabajo de la fe y la esperanza?

GENERACIÓN LUZ SOMBRA

60 Esperanza Utopías 70 Militancia Sectarismo 80 Resistencia moral Purismo moral 90 Confianza Apatía

2000 ¿? ¿? ¿De dónde vienen las variables externas? A veces la falta de orientación de jóvenes es porque siempre han tratado de encontrar su vocación mirándose a sí mismos y no han visto hacia afuera. Si uno es llamado, convocado, uno siente que para alguien vale. Los llamados de la sociedad no son susurros, son llamados a gritos. Hay que estar atentos para poder distinguirlos. Estas voces surgen como necesidades:

� Mundiales. El mundo llama por todos lados: el hambre, la salud, la justicia, la educación.

� Del Tercer mundo: Sub-industrializado, con falta de educación. � Latinoamericanas: Hegemonía, inculturización propia debido a inclusión de USA. � Sudamericanas: Dependencia económica, vender materias primas sin impuesto

importante. � Cono sur: Chile, Uruguay, Argentina, superación, pobreza. � Región: Centralismo � De la Provincia: Problemas ecológicos. � Del Barrio: Delincuencia � Escolares: Discriminación103

Entre los principios fundamentales que guían toda vocación están:

-“Todos los bienes de la tierra deben ordenarse en función del hombre, centro y cima de todos ellos.

-El hombre, creado a imagen de Dios, tiene capacidad para conocer y amar a su Creador.

-Ser social por naturaleza, no puede desarrollar sus cualidades sin relacionarse con los demás.

-Dios ha querido dejar al hombre en manos de su propia decisión.

-Puede descubrir en su conciencia la ley moral, norma segura para ordenar su conducta.

-La dignidad humana requiere que el hombre actúe según su conciencia y libre elección”.104

103 La mayoría de estos datos en torno a los tipos de vocaciones y el elemento importante de la vivencia integral de las mismas, han sido extraídos de una clase magistral impartida por Don Fernando Ertchegaray. Véase http://www.sje.cl/w...

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Deberes fundamentales que guían toda vocación:

-“Debe perfeccionarse por medio de la sabiduría: buscar y amar la verdad y el bien, sobre todo supremos.

-Debe estimar la vida corporal y honrar su propio cuerpo.

-Debe dominar las pasiones, el mal, las fuerzas desordenadas.

-Debe humanizar los nuevos descubrimientos.

-Debe preocuparse del problema religioso y resolverlo.

-Debe perfeccionar su dominio sobre las cosas creadas, establecer un orden -político, económico, social- más al servicio del hombre, hacer que todos puedan participar de los bienes de la civilización moderna, de una vida más plena y libre, digna del hombre”.105

104 Ibid, Pág. 94. 105 Ibid.

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Nota: El apellido marcado en amarillo debe ser rectificado. Preguntar al autor si es Werther o Worther.