Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

112

description

France, Vernier

Transcript of Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

Page 1: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario
Page 2: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

France Vernier. ¿Es posible una ciencia de 10 literario?

5

Page 3: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

France Vernier

¿Es posible una cienciade lo literario?Traducción:

María Olmedo Mardne-¿ yJuan Alfredo Bellón Ca7.abán

11AKAl EDITOR

Page 4: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

1. Introducción

La cucstión es saber si la -crítica_ está consa·grada a no ser más que una práctica ideológica, undiscurso que dobla un discurso, o si una ciencia de.10 literario» o de la «literatura» es posible y cómolo es.

En consecuencia, no se puede transformar unapráctica ideológica en ciencia por la simple impor­tación de métodos o conceptos científicos prestadosde otras cicncias que no han sido constituidas comotales más que a partir del momento en que su ob·jeto ha sido dcfinido científicamente. No se tratade responder, en términos O por métodos desdeahora «científicos», a cuestiones que hemos hereda·do, sino de plantear otras cuestiones. Así, la defini­ción misma de un dominio y de un objeto científi·co las determina. Mientras que se buscaba la pie·dra filosofal, las experiencias de los alquimistas nobacían progresar la química, que na ha sido cons­tituida hasta después del l'ccha:1.O de este objeto ilu·sorio. Tampoco puede eludirsc ni dejar de lado pro·visionalmente la cuestión del dominio y del ob·jeto (1).

Si hay que volver a insistir sobre este punto esporque son muchos todavía los que creen que pue­den descuidar este problema: asf, no definir el ob·jeto científico de la crítica no es «darle de lado» ni«atenerse a una práctica»; es, se quiera o no, ratifi·car, ejecutar «prácticas» ligadas a una «concepción»de la «literatura» y de la lengua que no se pone endiscusión. No hay ningún trabajo crítico -sea so­bre variantes o cotejo de manuscritos- que no pre·

(1) Como Pierre Machcrcy ha su,brayado claramente(página IS de Pour une tlléorie ele la productioll littera;7·e).

7

Page 5: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

suponga o no ponga en .luego una c:onccpcu)Il del«Texto» del «Autor». de la «Literalura•. La confu­sión que actualmente se mantiene entre «método»y uteoria» no debe embaucamos. Muy a menudo. el«método.. (ifrecuentemente romado de otra cienciay traspuesto sobre la basc de una analogía. que engeneral le hace perder lo que tcnía de «científico»en su ciencia de origen! ) alcanza el lugar de la teo­ría y su «aplicación» acaba por convertirse en unfin en sí. Y no fueron cierlamenrc los métodos. sínembargo. científicos. de la fíSica mldc•. t• los qUl'ayudaron a Marx a elaborar la Icol'ín dd capltalis.mo, aunque hubiera tcnido .. SI.I diSPOSICión un la·boratorio para analizar la composici6n molecular deloro o del papel moneda.

EXcllscseme la excesiva insistenda en este punto;las «evidencias» son precisamente t.,s que resultanmás difíciles de poner en entredicho. Por lo tanto,Ja cuestión tiene importancia: lo que se ha entor·pecido es la finalidad misma de los estudios litera­rios y de la crítica; .es su función la que. en vez deser cuestionada, es ratificada. siendo «desplazado»d problema (en el sentido que Freud da a lCdespla·I.amiento») hacia cuestiones cn suma secundarias:de entre los diferentes «caminos» que llevan a co,nocer mejor al "autorlO (la biografía lagarde·Michar·diana, la psicocritica o el sociologismo individualdel tipo que Sartre emplea en sus artículos sobreFlaubert), el que más se aparta de un estudio cien·tífico es quizá el último en la medida en que pareceintegrar de antemano una critica fundada en el mar·xismo, mientras que lo que en realidad hace es des­virtuar las cuestiones para reducirlas a la eternabúsqueda (pequeño·burguesa) del individuo-testimo­nio·del·hombre: ¡el problema de la relación entre lalucha de clases." el fenómeno literario se reducea la situación de clase de Gustave Flaubert!

El hecho es particularmente grave cuando sepiensa que. dada la estructura escolar y universita-

8

Page 6: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

ría actual dc Francia, el aprendizaje de la lecturase hace en la escuela y que el fenómenu literario-tanto escritura como Icctura- está prioritaria·mente determinado pUl' (y para) la enseñanza.

La toma de conciencia, bastante reciente, dcl he·cho de que el aprendizaje del «francés. (lengua y Ii·teratura) está ligado más o menos directamente alas «ideas dominanteslt ha provocado en el caso delos enseñantes dc todos los grados una interroga­ción positiva acerca de ]a finalidad de su enseñanzay de su práctica (.nada se enseña inocentemente.).

Sin embargo, ello conduce, por falta de métodos«de recambio., a un malestar que' se traduce, en elcaso de unos, en una afición a la explicación del tex­to o en la afición por la disertación cuyo aspectocaduco sienten (aunque la cuestión no sea ésta) yen las que no creen, pero que tampoco saben porqué reemplazar: en el casu de otros, por un replan­teamiento tcuricisla, generalmente separado de todaaplicación práctica y que se dobla -necesariamen·te- cuando se trata de prepararse para el bachille·rato o las «oposiciones» con una triste sumisión alas «recetaslO del deber.

Oc este modo, la enseñanza está demasiado de·terminada en el funcionamiento del fenóm'eno lite·rario porque no se la puede colocar entre parénte­sis. Pues, de hecho, los discursos teoricistas de losenseñantes más lIal díalO no pueden ser, tal compfuncionan lus cursos, más que paréntesis dirigidosa la «élite» de los alumnos, y doblados por una prác­tica, no sólo caduca, sino ligada a la propagaciónde la idcologia dominante que cuntinúa rOl"mando'! seleccionando la masa dc los alumnos y enseñantes.

De este modo es indispensable poner al dia lospresupuestos de partida y que sustentan los méto­dos que se empican someterlos a la critica, tantoen el plano de su \'aJid~z teórica como en el de suaplicación metudulúgic:a. La finalidad de este articu­lo es contribuir a definir el objeto dc lo que podría

Page 7: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

ser una ciencia del fenómenu literario, someterlo acritica y elaborar los métodos de investigación qu{'podrían derivarse de esto. incluyendo sobre todoa la enSeñan7.8. que sigue siendo la clave de todalectura/escritura.

10

Page 8: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

n. Definición de un objeto

J. Puntos de partida a aitica,'

Las teorías, métodos o prácticas de la crítica li·teraria descansan, implícita o explícitamente, en elreconocimiento como pel·tinenle de uno de estos dospuntos de partida siguientes. Dicho de otra forma,toman el uno o el otro como «algo dado.. , (Así. hecitado más arriba a Macherey para apl'Obar su exi·gencia en cuanto a la definición de un objeto. aun·que me parece discutible la primera frase del ca·pítulo 2: «Decir: la crítica literaria es el estudiode las obras literarias, es darle un dominio, perono un objeto». Esto no es «darle.. un dominio, estan sólo reconocer una separación provinente de jui­cios de valor que ha privilegiado ciertos escritoscomo si tuvieran una cualidad especial o un modode funcionamiento irreductible respecto a otros.)

l." El primero de estos «puntos de partida» im·plícitos es el siguiente: la «literatura- sería «el con,¡tinto de [os textos literarios»: esta suma, acumula·da con el transcurso del tiempo, sería algo .dado»para estudiar, y los métodos ganando en cientifici·dad gracias a los préstamos de la lingüística O delpsicoanálisis. permitirían transformar su estudio enCiencia. Todo depende, pues, del método. permane·ciendo inmutable el campo de aplicación. Así, losdextos literarios. no constituyen ni siquiera un do­minio empírico. Si quisiéramos interrogar bien laexpresión .Ios textos literarios» nos veríamos obli·gados a constata" que d conjunto que designa varía

Por comodidad. yo la n.-emplazarla por esta Oll-a:

11

Page 9: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

•.10:; corpus literarios. (2), es decir, el conjunto delos escritos .sagradoslO, de los «textos» que son re­conocidos como lC literarios» en una época dada poruna clase social (3). Se constata fácilmente que esto~

IlcorpuslO varían con el tiempo y el régimen social.'! no varían sólo por adjunción de «textos» nuevossino que registran separaciones e integraciones. Así.pues, a pesar de su aparente evidencia, no puedehacerse una formulación como ¿sta: «existen tex­tos, de aquí es de donde hay que partirlO, pues la evi·dencia no está más que en una simple analogía conlas ciencias llamadas exactas (ejemplo: «hay mine·rales•. Pero la analogía es ilusoria, pOl'que lo neceosario sería una mineralogía que tomara como domi·nio no «los minerales», sino «los minerales precio­sos», del mismo modo que los lCtextos. son ..escri·lOS preciosos»).

Del mismo modo, y para limitarnos provisional­mente a la cuestión del ..dominio» de textos litera­rios (o paralitcrarios), siendo relativa y dudosa, nosabría designar nuestro dominio de estudio, y me­nos aún nuestro objeto. Por el contrario, la evolu·ción, la transformación de estos «corpus., formaparte del dominio de nuestro estudio.

2:' El segundo punto de partida tomado comobase implícita o explícitamente es un cardcter par·ticular, especifico, una «lilcrariedad» que estaríamás o menos presente en todos los «textos., yendo

(2) Soy pcrh:Clamcntc conscienle del hechu dc que eltérmino de Corpus no es l.-strictamenle aplicable aquí (sal.\'0 en caso de caer en el vicio que denunciaba antes: latransferencia de conceptos) en la medida cn que Olcorpus.desi~na un conjunto que sc ha defillido, aunque sea arbi­tranamcnte, con cfaridad v sobre el que se decide traba·jaro Por el contrario, Olcl conjunto dc los textos literarios.que es -dado. como relevante de la Olevidencia. no estáprecisamente delimitadu, sino siempre justiricado _.. pos·teriari.. También la c:'tpresión .corpus lilcrarlo- necesitauna definición.

(3) Está claro que l.:uan<.lu St: trala <.le la clase dominan·te la ideologla dominante liende a imponer su corpus álas clases dominadas Este ~ompleio problema será exami·liado más adelante

12

Page 10: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

desde un grado cero cn el teorema matemático has­ta un máximo en un poema de Mallarmé. por ejem­plo. Este punto no es más sólido que el precedente:por una parte. los criterios de Iiterariedad son tanvariables como los «corpus. y no senan 'capaces dedefinir un dominio de cstudio mejor que éstos, Porotra parte, como siempre, han sido «sacados:- o«abstraídos- de «textos .. constituidos como tales. noescapan a los juicios de valor que los han designa·do, dependiendo de su -tccnicidad. a pesar de suapareme independencia. En fin, la atemporalidadde esta noción (carácter particular que -estaría. enlas obras de toda época. identificable por su ine·ductible eSJX.·cificidad) acaba pOI' hacerla inacepta­ble para delimitar lo que no seria más que: un do­minio de estudio.

Oc hecho, ~tos dos puntos de partida no se opo­nen más que en apariencia y revelan una mismaconcepción, resolviéndose el segundo en una racio­nalización del primero: lo que determina los .cor·pus litel'arios» es un presupuesto accl'ca de la llcsen·cia- de la .literariedad» que deseluboca en la c1asifi·cación -espontánea» de ciertos escritos como textosliterarios, así como la .literariedad- llega a extraerde eslOs mismos «corpus». si no una «csencia., sial menos una «cualidad intrinsccaJt, En los dos ca·sos, «conjunto de textos- o -literaricdad», no noshacen escapar a los juicios de valor que querríamosevitar, refiriéndonos en el primer caso a la .evlden·cia» o al «consensus», y en el segundo a la especi·ficidad de lo literario. La inestabilidad misma del«corpusJt, de tos cl'iterios d~ .literariedad-, revelasu segundo carácter: no se puede negar que lo queha presidido (y preside) ta elecció" de entre los cs·critos dc algunos de dios como «textos" o como«obras maestras. es un juicio de valor y toda la-cientificidad» de los métodos no sabría eludir elhecho de que. sea cual sea el método que se les apli.que a los .textosJt. éste ha sido previamente sepa·

Page 11: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

rado, aislado. por juicios de valo,' históricamenteanalizables (4).

¿Se podría por ~sto decir que se está en un pun­10 muerto y condenado. _.

- ya s~a a renunciar a todo estudio científicoen el dominio 11 literario». Lo cual llevaríaprácticamente a abogar por la supresión delos lIIestudios literarios. y, en consecuencia. aabandonar el ejercicio y la práctica de lasideologías idealistas de la burguesía. apare­ciendo entonces la 1II110ción. de literatura co­mo atacable sólo desde el exterior;

.va sea a considerar que, no permitiendo queningún criterio científico determine un cam­po especifico, «literario., entre las obras dellenguaje. éstas deben ser puestas desde el co­mienzo en un mismo plano, y no servirse dela lingüística, del psicoanálisis. de la socio­logía o de la historia; dicho de otro modo.que, no siendo la literatura más que una no·ción, no tienen cabida para una ciencia par·ticular?

A esta última actitud es hacia donde parecen di·rigirse. al mellos implícitamente, ciertas críticas quesustituyen una «investigación», que parece en jus­ticia irrisoria o incluso nociva, por trabajos inter·disciplinarios (lingüística. psicoanálisis-historia-so­ciología). Pero lo hacen sobre... «textos. y no hacen,pues, más que dejar de lado el problema.

Vuelvo, pues, a la pregunta: ¿Se está en un punolo muerto y hay que admitir que no puede haberuna ciencia de «lo literario. o de la literatura?

Es cierto que la literatura es una cuestión inabar·cable y. sin embargo. corrientemente tratada como

(4) El hl:cho de que los rormalístas rusus hayan apli­cado a textos no reconocidos como literarios sus métodosde análisis del relato no afccta para nada al h(.ocho de quetalcs m':todos est~n sacados del estudio de los -textos li·terados..

14

Page 12: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

evidente. no discutible; este carácter de falsa evi·dencia es propio de todos los presupuestos ideoló­gicos y debe ser 'prioritariamente puesto en dis·cusión.

Así, pues, ya podemos afirmar que el término.. literario» designa a la vez personas, cosas. actitu·des. palabras, profesiones, instituciones, apremios».etcétera, es decir. un complejo muy heterogéneo.Voltaire hacía notar ya en el Diccionario filosófico(y esta afirmación es muy sintomática puesta alfrente del articulo .. Litcratura-, del Diccionario Ro·berl): ..Literatura: esta palabra es uno de esos tér·minos vagos tan frecuentes en todas las lenguas...Tales son todos los términos generales cuya acepoción precisa no está determinada en ninguna lenguamás que por los objetos (1 los que se aplicalll (soyyo, France Vernier, quien subraya).

No podríamos decir mejor hasta qué punto eltérmino «literatura» es inapto para delimitar un ob·jeto científico, ni incluso un campo o un dominiode estudio.

Por el contrario. la heterogeneidad de los objetosa los que puede aplicarse este término revela quelo que designa no es una ..escncia».

El materialismo histórico proporciona los clc·mentos necesarios para plantear la cuestión de otromodo. El pretendido «impasse» o punto muerto se·ñalado más arriba aparece entonces como una cues­tión mal planteada o más bien una falsa cuestión.En efecto, bajo el colol' de un replanteamiento raedical, conserva la allcrnativa, idealista: «literaturao nada», mientras que la noción de literatura pro­cede (enmascarándola al mismo tiempo) de un ren6­meno históricamente analizable que tiene pOI' fun·ción atemporali7.ar, sublimar. a fin de hacerla t:sca·par a un análisis materialista.

15

Page 13: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

2. Definición de W1 dominio

Es preciso encarar el problema de este modo. Envez de buscar desesperadamente dónde se encarnaesta noción de literatura es necesario interrogarsesobre lo que de ella procede y sobre lo que ella des­plaza (5).

En el conjunto de los fenómenos sociales. es unalgo -no irreductible-, sino perfectamente discer·nible en su funcionamiento y no en su esencia, enla medida en que hace siempre intervenir la nociónde «belle7.a» en la práctica de las obras de lengua·je (escritura, lectura, discurso critico, enseñanza delas «bellas» letras, etc.). Llamaremos a esto «fenó­meno literario», comprendiendo en él las condicio­nes de emergencia de los «textos., su producción.edición, difusión. instituciones escolares y univer­sitarias, las condiciones de aprendizaje de la lengua.lectura, diferentes instancias legislativas en este do­minio, como las academias. los premios literarios,las revistas, la definición del «dominio cultural» yde los «corpus literarios», cte., sin que, por el mo·mento, decidamos que uno de estos elementos estáprimero en relación a los otros, ni incluso que unode entre ellos pueda ser el primero.

De lo que se trata es del tipo de funcionamiento,específico de verdad, pero histórica y políticamenteanalizable, de ese fenómeno social, y por tanto dis­cernible, que es el fenómeno literario en su con­junto.

Veamos un ejemplo para dar una idea de ello,esquemática y bastante grosera: entre la «explica­ción del texto», que es )a i~terpretación de un textolegal por los jueces. la «explicación» que puede ha·cer del mismo texto un historiador y la llamada «Ii·teraria- que puede hacer un profesor de francés enun instituto o en un liceo no es en el texto donde ha·

(5) Igual que la noción burguesa de lo humano/-inhu­mano- se anali7.a como la máscara de la supremacía delburgués erigido en tipo humano universal.

16

Page 14: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

brá que buscar una especificidad, puesto que ha sidoescogido idéntico por hipótesis, sino en el tratamien­to del que se le hará objeto en cada uno de los trescasos, tratamiento ligado a la institución en la quese encuentra cada uno de los tres comentadores. Así,para la expresión «un profesor de francés en un li·ceo. he hecho intervenir toda una serie de institu­ciones que están implicadas en nuestro dominio deinvestigaciones.

La delimitación de nuestro .dominio de investi·gaciones» sería entonces: el conjunto del feJlómenoliterario (en la acepción más amplia que acabamosde ver) que debe ser estudiado en su funcionamien­to socio-histórico y no en su esencia.

Si se acepta esta definición se verá que la dife·rencia de toda delimitación de un dominio a partirde un «corpus literario» o de una «literariedad. tie·ne la ventaja de haber sido definida. es decir, queno puede ofrecer duda respecto a lo que remite ya lo que no remite.

ESta definición tiene una segunda venlaja: noelude el famoso problema del «valor», lo sitúa en el(y no «en la raíz deb.) dominio de estudio. Es decir,que permite ponerlo en su lugar: el «valor» reco­nocido (¿cuándo? ¿dónde? ¿por quién?) a talo cual«texto» es históricamente analizable y contribuye aerigir un escrito en «texto». Ni eludido ni diviniza·do, es uno de los componentes del proceso que unanálisis marxista puede y debe analizar. Se podrásalir así del círculo tautológico: el «valor», disfra·zado de diversas maneras, tiene siempre entrada enla definición (muy a menudo implícita: «la eviden·cia») del campo de la literatura, y ningún análisis.tan «técnico» o «científico» como se quiera, ha sa­bido evitar jamás este condicionamiento previo quedesemboca en hacer reencontrar, a vet:es con unasombro ingenuo, lo que, de buena o mala gana, sehabía puesto al comienzo en el objeto.

17

Page 15: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

3. Definición de Utl objeto

Queda todavía. después de haber delimitado undominio de estudio, definir un objeto. Igualmenteaquí el materialismo histórico nos propordbn~ losinstrumentos necesarios:

I.U El fenómeno literario es un hecho so~iQI,

2." Hay que situarlo entre lBS superestructuras,

3.1> Como tal. el conjunto del fenómeno definidomás arriba mantiene ciertas relaciones con otros ele·mentos de las superestructuras y. en última instan·cia. con la infraestructura. sin que ca priori. nadaautorice a privilegiar como primero o determinan·te uno y otro de los elementos que componen el con·junto del fenómeno (<<textos., escuela o edición).

Hay que insistir en dos puntos:

a) Es el conjunto del fenómeno literario el quemantiene necesariamente las relaciones --cierta­mente mediatizadas- con la infraestructura.

b) Nada autoriza a reducir estas :-~la\,;10ncs a re.flejos.

Sin entrar por el momento en 1<\ dh,cÚsión dCt:r.ca de la aportación' política e inelulJu teórica de losartículos de Lenin sobre Tol~to' (6)1 quiértJ hin s610poner en guardia contra 10$ Usos mecanicistas y cm.pobrecedores de la teoría leninista del reflejo talcomo aparece en Materialismo y empiriocriticismo.Lenin. refrendando a Engels. propone que «las sen.saciones y las r~presentaciones del hombre. (pági­na 241. Obras Completas, tomo XIV. Editions So­ciales) son «copias... fotografías ... reproducciones ...proyección de las cosas como en un espejolt; comopara lCnuestros conocimientos» con «un cuadrolt que

(6) .P?r una parte volveré a ello más adelante; por otra,el análiSIS de el. Prévost en esta publicación (ma17.o de1971) me parece plantear muy pertinentemente el problema.

18

Page 16: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

..r~produce un modelo existente objetivamente» (pá­gina 339); afirma que «la consciencia no es, en cual­quier caso, más que un reflejo del ser» (pág. 339).Pero la noción de reflejo hace intervenir:

l." La existencia independiente de un objeto fuc·ra de todo espejo. de toda mirada;

2," un espejo:

3." una \0 varias) mirada(s).

Así, pues, en la problemática que ordena )' muotiva Matcri(llismo y empiriocriticismo, libro polémi­:0. recordémoslo, todo el acento está puesto, contrael idealismo y todos sus rebrotes, en la existenciaob¡etlva de la realidad fuera de las representacio­nes que de ella se hacen los hombres y, por otraparte, en la afirmación de que existe un lazo entret!stas y aquélla. Es decir, que la insistencia es mu­cho menor sobre la lwtllralez.a de este lazo que so­bre su existencia. mucho menor sobre lo que en laimagen del reflejo implica la conformidad de la re·presentación con la realidad que sobre la existenciaim1epemliente de esta realidad y el estado dc depell'deJlda en que están todas las representaciones hu·manas respecto a ella. Así, todas nuestras represen­taciones no son «más que» (pág. 339) el reflejo, «enel mejor de los casos un reflejo aproximadamenteexacto».

Es, pues, en el sentido débil de «ligado a D , «de­pendiente dc», como se ha tomado la palabra re­flejo, y no en su sentido fuerte de conformidad, desemejanza.

Por otra parte, Lenin no habla más que de la re·ación general de las llrepresentaciones» o de lacconsciencia» o de los «conocimientos» humanosJ:on la realidad objetiva. Tiene bucn cuidado de ci·t.ar a EngcJs (pág. 137): «... el pensamie1lto humallDes tan soberano como no soberano y su facultad de,:onocimicnto es tan ilimitada como limitada. Sobe·

19

Page 17: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

rano e ilimitado, por su naturaleza (o por su t:struc­tura), su \locaci6n, sus posibilidades y su prop6sitohisI6rico final; no soberano y limitado por su eje­cución individual y su realidad sinRtllar. (El subra·yado es de France Vernier.)

También todas las teorías que hacen de tal pen­samiento individual, a lorliori de lal o lal «obra» li­teraria, un reflejo de la realidad, son un empobre­cimiento mccanicista e incluso una grave deforma­ción de 'la teoría leninista. Hasta en sus artículossob're Tolstoi, Lenin está tan lejos de fundar unateoría de la obra-reflejo que vale la pena precisar-para conservar la metáfora óptica- quc el obje­to (= ciertos aspectos de la realidad) no se «refle­ja» más que a condición de una mirada dctermina­da. que no es la de la «prensa liberal». Dicho deotro modo, el «espejo» no «refleja». no es, pues, cs­pejo. La cuestión esencial que plantea Lcnin. talcorno la ha mostrado Claude Prévost, a través detérminos marcados por la ideología literaria de laépoca, es la siguiente: ¿reflejo ti los ojos de quién?El olvido o la omisión de este problema, apoyadoen la eficacia retórica de la vieja metáfora del cuer­po humano, asimilada al organismo social, se en­cuentra en el hipócrita «nosotros» de los críticosy, .. de las disertaciones: «c\ autor nos muestra ...nosotros vemos.... etc.». o mejor. en la ausencia to­lal de mención del lector (.se ve»): «el texto mues­Ira, descubre, etc.•. ¿Quién es este Nosotros o esteSe, si no es una vez más el Hombre universal. elHombre-en-general de los manuales? Pues, hay querecordarlo, lodos .nosotroslO no vemos la mismarealidad.

Así, muchos críticos, incluso marxistas, olvidaneste punto esencial en el funcionamiento del fenó­meno literario. Así, G. Lukács exagera lo que su pro­pia interrogación de los textos debe al hecho deque él sea marxista, y cae en la ilusión de que es el.lt~xto» el que por sI mismo es un espejo. Por ejem­plo, en el prefacio de Balzac y el reaUsmo fral1cés.

20

Page 18: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

donde expone sus puntos de vista teóricos. escribe(página 14): «es la imagen del mundo dado por laobra la que es decisiva para la historia. lo que laobra proclama es lo decisivo» (el subrayado es deFrance Vernier).

No, no es el «texto» quien «proclamalt , y lo queLukács ve en él no es sino el resultado de una rcla·ción de tres términos, cada uno de los cuales es comopIejo: la realidad objetiva (y la percepción que deella tiene Lukács a través del análisis de Marx enel /8 de BrumarioJ, un «texto» (= un escrito con·vertido en texto como resultado de un proceso so­cial complejo), una ocmiradalt (formada contradicto­riamente por un cierto aprendizaje de la lectura .vpor el marxismo).

Esta puesta a punto tiene por objeto precisarque nada está más alejado del análisis de Lcnin (yde las prolongaciones que exige) que las teorías dela «obra·reflejo»; éstas impiden plantear las verda­deras cuestiones olvidando los mecanismos esencia·les e impiden analizar de manera dialéctica las re­laciones que enlazan el fenómeno literario con lassuperestructuras y la infraestructura.

Podemos, en fin, preguntarnos, habida cuenta delo que se acaba de decir, si la metáfora del reflejo.útil y operatoria en las condiciones de lucha en quese encontraba Lenin con el objetivo preciso de unabatalla contra el idealismo, debe ser mantenida-aunque sea con las precisiones y matizaciones neocesarias. Parece que, más bien que operatoria. seamolesta por las ambigüedades a que ha dado lugary que continúa provocando, puesto que se trata so­bre todo de analizar las condiciones de posibilidadde lodo «reflejolt en el dominio .literario» y de fa­bricar la teoria de las ocdeformacioneslt o «rupturas»del «espejo•. Tenemos más intcrés en conservar elelemento esencial, que es cl de una dependencia delfenómeno literario respecto a la realidad de las re·laciones sociales. que es su fuente, sin negarnos tam­poco a la existencia de una imagen que ha lenido

21

Page 19: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

su utilidad, pel'O que se ha prestado a tantas deformaciones por las que se ha desfigurado.

y esto tanto más cuanto que las teorías deformadas de la «obra-reflejo» implican -o entrañan­una concepción estática, eminentemente antidialéctica, de las relaciones sociales, que impide analizarlas acciones de retorno que puede ejercer el fenó­meno literario sobre otros elementos de las super·estructuras e incluso de la infraestructura. Al ins·taurar una relación de sucesión: el objeto a refle­jar/el reflejo, que viene a completar la pretendidauniversalidad del órgano visual metafórico, estasteorías impiden analizar las relaciones que mantie­ne dialécticamente el fenómeno Uterario con las su­perestructuras e infraestructura.

¿Cuál será entonces nuestro «objeto-? Hay queprecisar aquí un punto: puesto que las ciencias lIa.madas 4lexactas» han constituido cada una progre­sivamente su objeto a partir de una práctica empi.rista poco a poco criticada, en el dominio que nosocupa me parece indispensable dar un salto: si elobjeto científico que vamos a definir ha sido desig·nado por un proceso-verbal de carencia, como con·secuencia de los puntos I1merlOS encontrados al fi.nal de todas las interrogaciones literarias sobre laliteratura, no es ni lo uno ni lo otro lo que permitefundarlo ni formula;Jo{al objeto).

Su formulación no puede venir más que de unanálisis exterior a la «práctica» literarla·crltica, Nopuede aparecer como homogénea más que en la me·dida en que se hubiera aceptado ya el considerarel fenómeno literario como un fenómeno social -loque precisamente está en el origen del IItlgio, Igual.mente, para evitar toda tergiversavión al respecto.se puede afirmar deliberadamente que el ob,letocientífico que propondremos es exterior a la prác·tica Iiteraria·crítica -que, en el mejor de los casos,ha servido para conferir valor a la necesidad de sudefinición. Por esto, en relación a ella, formularéun presupuesto de este modo:

22

Page 20: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

El objeto científico que propongo es: la natura·leza histórica ne las diversas mediaciones, variablessegt.fn las épocas y los modos de dominaci6n de lasideologías dominantes, por las que pasan las rela·ciones entre infraestructura. otros elementos de lassuperestructuras y el fen6meno literario en una épo­ca dada y en una sociedad dada. A partir de aquí esdesde donde se podrdn determinar las leyes que ri·gen estas relaciones. (A partir de aquí es desde don­de precisamente se podrá analizar el trabajo especi­fico del escritor).

Estas mediaciones son cxtremadamente comple­jas. y habría que desconfiar de las reducciones abu­sivas dol tfpo de las que han llevado a tratar el fc·nómeno literario como el Derecho, cuaodo lo quclos !'epara no es sólo cuantitativo. sino cualitativo.pues el derecho es esencialmente un instrumento dedominación de clase.

El fenómeno literario es actualmente como(-desviado como-) tal; sin embargo. no puede ad·quirir totalmente una especificidad verdadera m~s

que en una sociedad llegada al socialismo.La existencia dc estas relaciones entre iotra.:"·

tructura y fenómeno literario. por complejas quesean. elimina todas las teorías que se apoyan en la:mtonomía dc la literatura (comprendidos su brotes>l modernos», como la cerrazón del texto. L,; espcd·ficidad de la «escritura literaria- y, en general. todoformaUsmo, incluso aunque el formalismo ruso ~n·

tre ltislóricametlte como una reacción positivv. ennu~stro dominio de estudio).

La autonomía relativa del fenómeno literario en·tra~a. entre otras cosas, el que se someta a discu­sión la noción misma de historia de la literatul'a:como si una historia separada y separable de la ti·~eratura pudiera rendir cuenta a través de una ~s·

p..::cie de gcnetismo, de su funcionamiento. Así, la r~'

lación que une a una novela del siglo XIX francéscon otra del siglo XVIII o XIX norteamericano no pue­de ser considerada como una relación niño/adulto

23

Page 21: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

o entre primos hermanos (es lo que implican las his­torias de la literatura y, más generalmente, los pro­gramas escolares). Ello no quiere decir que no hayaninguna relación entre ambas, sino que estas rela­ciones no son de «obra» a «obra» y deben ser con­sideradas desde una perspectiva radicalmente dis­tinla y mucho más compleja que no tiene nada quc.~

ver con las relaciones «olímpicas» que se concedeen nuestros manuales a lodos los «académicos» delPanteón internacional de la cultura (Homero, Sha­kespcare, Dante, Cervantes, Robbe-Grillct) «interes·cribiéndose» «infierno» y apretándose una tenaza taninternacional como atemporal.

Si se admite, no sólo este dominio. sino este ob·jeto. la primera cosa a estudiar es el tipo de rela­dones que se instauran entre el fenómeno literarioy las ideologías.

24

Page 22: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

111. Fenómeno literario e ideologfa(s)

Si se ha descartado la autonomía del fenómenoliterario (y por ello el formalismo) y, por otra parte,una interpretación mecanicista (y no leninista) dela teoria materialista del reflejo. el primer puntoa estudiar es el de la articulación fenómeno litera·rio/ ideología dominante o, dicho de otro modo, desu(s) relación(es).

J. Dos funcionamiemos históricameme analizables

No se trataria de poner en relación las ideolo­gías como estructuras con el funcionamiento del fe·nómeno literario. Ni, tampoco, de reducir este últimoa una estructura con el fin de hacerla superponibleo. al menos, comparable a la ideología dominante.No se trata de atemporalizar o de abstraer los dostérminos para compararlos. Tampoco de estudiar­los en términos de antes para después, como si unya-allí ideológico condicionara el fenómeno literario.

De Jo que se trata es de poner en relación lo queson dos funcionamientos históricamente analizables.teniendo en cuenta sus interacciones y de que noson aislables el uno del otro. Y recuerdo esto a pro·pósito de un análisis necesariamente cxtraliterario,puesto que debe conocerse no sólo el funcionamien·to del fenómeno literario, sino también el de lasideologías desarrolladas en su contenido y cuyo fun·cionamiento condicionan.

Dicho de otro modo. ¿cn qué lugares, según quémodalidades, se articulan: el Irmcionamiellto del fe­nómeno lilel'tlrio!el fllucionamientu de la ideología

25

Page 23: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

dQminame? ~n I~ medida en qu~ el funcionumlentoy ~l (Q 10&) fllodo(s) de dominación de la ideologíadominante no SOn idénticos en todas las épocas yen todas las estructuras sociales, me parece prema­turo intentar una teoría general de estas relacionesde funcionamiento ~ al menos no soy ~~p{lt deello. Me contentaré, pue~, ~º!l cir~411fjcriblrOitfl aná·lisis al moda d~ PfoduccióJ1 capit~1i~ta h:on 01 rillorprecapit~listª)~

2. Un instrumento de acción al servicio de una cwse

Emplearé, pues, aquí «ideología dominante» enuna acepción particular, dando una definición ex·clusivamente dinámica (ni estática, ni estructura))que la examine como instrumento de acción al ser.vicio de una clase. Ideologia dominante será emplea.da aquí en el sentido de: «impacto objetivamentecoml~n a las formas variadas de fclS relaciones ima­ginarias en el mundo que se ha eloborado 'Y que ut j./ila la clase dominante el! una époCQ dada en un~

sociedad dada».(Desde este punto de vista, las repr6sentaciones

idealistas y la idcoloeia tecnocrática aparecerán co­mo variantes segundas y coyunturales, no siendo sustipos de funcionamiento orgánico radicalmente di·ferentes desde el punto de vista del impacto que pro­ducen. Esto no es más que un ejemplo.)

3. El papel de la ideología dominante

Si este papel es, globlamente, el contribuir almantenimiento del poder de ]a cIase dominante in­sertándose en los procesos (complejos y contradicto-

26

Page 24: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

rios) por los que el capital lucha para reproducir lasrelaciones de producción que le son necesarias, esde capital importancia para el objeto que nos ocu·pa analizar más precisamente cómo se desenvuelveesta tarea global. Propongo aquí un rápido análisisque debe permitirnos discernir con más objetivi.dad, no sólo su funcionamiento, sino también las re·laclones de éste con el fenómeno literario.

A) En el ínter/or de la clase dominante

1) La ideoiugia tiene por misión constituir losintereses de )a clase dominante en «valo·res,. universales (morales, espirituales, esté·ticos... ) y justificarlos.

2) Por otra parte, tiene que asegurar de mane·ra permanente una función difícil: la de abosorber (o digerir, o recuperar. como se quie·ra) los elementos extraños a la ideología queamenazan constantemente con conmover susistema ficticio Debe integrarlos, al menosen apariencia, en su sistema que, por defini·ción, debe «tener respuesta para todo•.

Grosso modo, estos elementos peligrosos son dedos clases:

al Los del)Cubrimientos científicos: siendo elsistema de la ideologia dominante ficticio por defi·nición y estando fundado sobre una deformación in·teresada de la realidad, no puede por menos de ver·se: amenazado a la corta o a la larga por los descu·brimientos científicos. También cada uno de ellosdebe, por un doble movimiento, por una parte serutilizado directamente en provecho de la clase do­minanta, y por otra. ser «explicado., es decir, des­naturalizado y -reducido» para poder entrar en el«sistema_ (aunque éste deba paradójicamente sufriralguna6 modificaCiones para digerir esta absorción).

No pondré más que un ejemplo porque me pare·ce simple y claro, pero es obvio que los hay aman·

27

Page 25: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

tones. En una época en la que la ideología estabaen manos de la Iglesia Católica y «reposaba» sobreel razonamiento de «autoridad~, presentándose comola intérprete de los textos sagrados cuya «letra- te­nía la reputación de ley, el descubrimiento de Gali·leo era eminentemente peligroso, puesto que (contodas sus implicaciones) estaba en exacta oposicióncon la letra del Antiguo Testamento: losué habladetenido el sol tres días. De ahí la censura a la queal principio fue sometido. Esta, revelándose insufi­ciente para detener el proceso corrosivo a que erasometida la ideología, consiguió encontrar una ejem­plar «solución ideológica-: no era la «letra» de laEscritura lo que contaba, sino su «espíritu»: la tie·rra podía girar, y de golpe. la importancia del papelinterpretativo de la Iglesia se había reforzado conello. El peligro se había conjurado y transformadoen provecho. Este esquema, burlesco por su enor·midad, es. sin embargo, válido siempre.

Las aventuras de Freud desde fines del siglo XIX

hasta nuestros días están entre otras para testimo·niarlo. Sin embargo, no hay que subestimar, "a pe­sar de lo grosero de estos casos, el enorme desplie­gue de energía intelectual que necesita esta tareaconstante de la ideología.

b) Los elementos subversivos provinientes dela organi7.aci6n y de la conciencia de clase crecien­tes del proletariado, de sus luchas y de la expan·sión de las ideas socialistas: todo el mundo puede«saber. hoy día que el verdadero problema no esya la alternativa capitalismo/socialismo, sino un pro­blema de gestión económica frente al desarrollo delas fue17.as productivas; que nadie está más atadoa la existencia de los sindicatos obreros «fuertes»que M. Ceyrac... ; que es la burguesía la que está enel origen de todas las libertades democráticas (¡enparticular del derecho a la huelga!) que burlan to­dos los países socialistas. etc.

He aquí aún una razón más. el intenso desplic-

28

Page 26: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

gue de energía. de «intelig~ncialO, ~tc.. que debe im·pedirnos subestimar a la ideología burguesa: estámuy lejos de ser estúpida y desamparada, como al·gunos prematuramente afirman.

3) La tercera tarea de la ideología dominanteconsiste en unificar las contradicciones in­ternas de la clase dominante: su heteroge­neidad entraña oposiciones internas que pue­den ser muy violentas (er. Karl Marx: 18 deBrumario). Así, pues, es una necesidad vitalpara la clase dominante asegurarse tantocomo le sea posible su cohesión frente al ene­migo dé clase. En esto la ideología asegurauna función difícil,!,' esencial.

B} En dirección a las e/ases eXpIOl(lda.~

Hay que hacer notar desde el principio una difi­cultad mayor que debe resolver la ideología: debenecesariamente presentars~ como poseedora de Va­lor universal (al menos en apariencia) tanto paraquienes sirve como para quienes explota.

Decimos simplemente que en conjunto tiene portarca hacer reconocer y defender los «valoreslO (== in·tereses enmascarados) de la clase dominante porquienes son incluso víctimas de esos valores. Es de­cir, no sólo evitar la revolución que la derribaría,sino enviar a la clase obrera a sacrificarse a diariopor sus propios intereses.

Aquí la tarea no es tampoco simple y. sin ~nlrar

en los detalles de los mecanismos de la ideologíadominante, me contentaré con señalar los imperati·vos que impone una empresa tan paradójica.

a) La ideologia debe presetJlarSe como un «sis­tema_ científico, es dedr, capaz de rendir cuenta detodos los fenómenos. A este efecto, todos los ins­trumentos de «representación» le son extremada­mente útiles, en la medida en que, reduciéndolo todoa un denominador común, sigue la definición que

29

Page 27: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

Burfon da de «sistema., que el «lodo, reunido, pue­da presenlat al clIpíritu un gran cuadro de especu­Ideiones seguidas, o al menos un vasto espe.ctdculo,todas cuyas cs,,-enas se liguen y se relacionen pormedio de ideas consecuentes y de hechos adecua·dos•. (Hist. Nil!. Minér., chada por el DiccionarioRobert.) (Asi, «huelga» debe remitir a «libertad. ya «trabajo., que a su vez remiten a los Derechos delHombre, a «salario., a «mérito- y a «dignidad hu·mana. o a los «deseos. de la colectividad nacional,etcétera.)

b) La ideologia debe, para ser eficaz, no sóloder (y !re ven claramente las consecuencias de estecuestiones = debe, pues, convertir en imposible, enjnformulable, toda cuestión a la que no sepa respon·der) y se ven claramente las consecuencias de estehecho en el aprendi7.aje de la lengua, del que habla·ré más adelante).

e) E., consecuencia, una tdctica de base y l~ons­

lante en el mecanismo de la idcologia burguesa ac­tualmente dominante, consiste en rechazar todas lascuestiones molestas hacia dos polos que no sonopuestos más que en apariencia: la evidencia .v elmisterio.

Funcionan conjumameme con una exacta comoplementariedad, pues ambos designan dominios quetienen esto en común: son los lugares donde no haynecesidad de pruebas (Cf. definición de «evidencia»en el Diccionario Rober!) (ef. en los manuales latransparencia de la «obra» en la «realidad» y Cf. alhistoriado.r de lo real rodeando alegremente el mis­terio del «estilo» y el «genio visionario», los arca·nos de lo 41 Bello» en el umbral donde viene a morirtoda crítica, impotente y pasmada).

d) En fin, el «desplazamiento» (en el sentidofreudiano del término) es un mecanismo que comopleta el precedente, orgánicamente ligado a la fun·

30

Page 28: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

ción misma de la ideología dominante de la que eS

difícilmente separable. Haciendo aparecer, cuandono puede ignorarlos de hecho. Jos conflictos de cia·se en un plano integrable en el pretendido sistema(por ejemplo, los conflictos .psicológicoslt) su inci­dencia 60bre el fenómeno literario es ahora pcrcep­HJ."l.h/le.

4. Funcionamiento de la ideologla dominante

La amplitud y la importancia -'Y:~~~~; ~ara laclase en el poder- de los papeles que asume ]a ideo­logía explican la necesidad de una política concer·tada: la burgu~sfa¡ 'lUto -en f:U periodo revolucio­nario- había sabido tan bien tener en sus mano"los .instrumentos de concepción y difusión de la ideo·logut, he. I.:omprendido rápidamente la importanciaoc organizarlos y de asegurarse su monopolio. Lapolítica de unificación nacional ha sido una de lasprimeras tareas de la Revolución (burguesa).

Remito aquí al artículo de Althusser en La Penosée sobre los «Aparatos ideológicos de Estado», almenos para lo que concierne al dnáJisis global dela función de un «cierto número de realidades quese presentan al observador inmediato bajo la formade instituciones distintas y espcdali7.adas- (páginanúmero 13). Sin embargo, sin que se trate aquí dehacer un análisis apret:ado de este artículo, me pa­rece importante. para el objeto que ahora nos ocu­pa. emitír una reserv:j. sobre la sistematización delo que Althusser lIamn las .intuiciones» de Gramsci(página 12, nota 7): emplear el mismo término de.aparatolt para el a.parato represivo y el aparatoideológico de Estad {) parece tener una cierta venta·ja teórica: subray~ ,r la complementarcidad de amobos y el papel org ánico qUt~ juegan en la reproduc­ciÓn de las relaci( Jncs de producción estas diversas

31

Page 29: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

institudones. Pero, por el contrario, el ~mpleo co­mún del término «aparato» instaura un paralelismoestrecho entre instituciones como el ejército, la po­licía y los sindicatos o la escuela. por ejemplo. Lossegundos no me parecen diferir de los primeros úni·camente porque ellos «transcurran en la ideología»,en vez de «transcurrir en la violencia».

Mientras que los aparatos represivos de Estadoson instrumentos formados unilateralmente por laclase en el poder y directamente concebidos para re­primir a las clases dominadas (lo que marca su cons­litución misma y su organil.ación) la mayor partede las instituciorlt'~ que Althusser coloca entre losA(parntos) I(deológicos) de E(stado) deben su for­mación a luchas de clases y esto marca su funciona­miento. Lo que -habrá que convenir en ello de buengrado- no es el caso de los A(paratos) I(deológicos)de E(stado). Esta característica ¿no es. teórica y po­lilicamente, 10 bastante esencial para justificar queno se designe a las instituciones en cuestión con elmismo término de aparatos? No se trata aquí de unatrampa terminológica, sino de la exactitud de untérmino teórico que oriente el análisis.

El hecho de que existan «contradicciones», de que«la resistencia de las clases explotadas pueda encon­trar el medio y la ocasión de expresarse» y puedaconquistarlo «por la lucha de las posiciones de ~om­

bate», es (al menos) tan determinante como el hechode que la clase dominante disponga de medios su­ficientes para intentar (yen muchos casos conse·guir) transformarlos en sus propios «aparatos»: lacuestión no acaba nunca para eHa.

Resta decir que la ideología dominante disponedel conjunto de funcionamiento institucional, estruc­turado, que penetra todas las instancias de la vidasocial. Esta precisión es esencial a nuestro propósi­lO: nos permite al fin poner en tela de juicio lasteorias críticas que reducen la incidencia de la ideo­logía dominante sobre la literatura a un 14nico punoto de impacto o a un único nivel.

Page 30: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

5. La escuela y el funcionamiento del fenómenoliterario

El fenómeno literario está. en nuestra sociedad.absolutamente determinado por la escuela: en eIJaes donde se aprende a leer (en todos los sentidos dela palabra), a hablar francés, a conocer .los auto·res», a juzgarlos, a discurrir sobre ellos, etc.

Así, la enseñanza del francés (lengua y literatu·ra) está dividida en ciclos, cada uno de Jos cualescorresponde a públicos diferentes, no sólo por suedad, sino por el lugar que ocupan respectivamenteen la producción.

En la escuela primaria (en la que se detendránlos obreros y los pequeños campesinos), la enseñan·1..8 del «francés» (lengua y estilo) es estrictamentenormativa hasta en sus detalles (hay palabras «pin·torescas». «giros vivos., «imágenes poéticas», todasdentro de ur: repertorio, que no sufren crítica nidiscusión. I.:a repetición es una falta. el empleo delos verbos ser, hacer o poner, una torpeza: es ltelbuen francés»). Un arsenal de autores procedentesde un cielo atemporal y separado de toda historiaproporciona dictados y lecturas en voz alta (leer yhablar); aHí aparecen todos como modelos. De estemodo se aprenden las virtudes y la lengua propiasen su .estado»; se aprende que «greve. (huelga) enbuen francés es sinónimo de playa, cte. (Basta conver la oposición frente al modesto plan de reformadel francés para comprender la importancia que laburguesía concede a este aprendizaje.)

En la enseñanza secundaria, la en~ñam:a norma·tiva del francés (según una gramática calcada dellatín y que no tiene para nada en cuenta el funcio·namiento efectivo de la lengua ni el de la lingüísti·ca) se combina con una enseñanza literaria donde laHistoria no tiene más papel que contar la filiaciónde los genios individuales de los que cada ltobra»es el «mensaje». Se considera lo mejor aprenderbiografías y algunos Jugares comunes esenciales (la

333

Page 31: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

fria razón del XVIII Y la sensibilidad del siglo XIX,

el gusto destructor de Voltaire. los dos infinitosque dividen al Hombre... ).

En fin, no es sino en la Universidad (en princi­pio se trata de la futura élite) donde la lingüísticaes tolerada (la lingüística que no considera «la len­gua» como medio de expresión). donde se ha con­venido en considerar a los «escritores» con algunadistancia y donde se ha tratado de criticarlos. (Elaprendizaje familiar no puede sino confirmar estajerarquía.) Esta caracterización tan breve (y super­ficial) no tiene por objeto más que subrayar la com­plejidad del fenómeno literario y. por ejemplo. lahipócrita ambigüedad de expresiones como «el lec­tOr» o «la lectura. (variantes =«nosotros- o «se-).

Antes de seguir adelante hay que explicitar mu­chos corolarios que conciernen a las relaciones defuncionamiento entre la ideología dominante y elfenómeno literario:

1) La ideología dominante se inviste, a muchosniveles y según diferentes modalidades, en el fenó'meno literario.

Además, lo mismo que la ideoiogía dominante notiene siempre en todas las sociedades y todas lasépocas el mismo modo ni los mismos ;llstmmeIllQ$de dominacidn, asimis~o es variable la naturalezade las relaciones por las que se manifiesta su im·pacto a diferentes niveles del fenómeno literario.

2) El aprendizaje, la práctica, el manejo pala·bra/lectura/escritura, sin reducirse a el1a~, se reali·1.an en el interior de ideologías sobre la «literatura»,el «autor», el «francés» y a través de códigos deutilización aprendidos en la escuela, pero percibi­dos como espontáneos. Su acción. a la vez forman tey deforman te, y por supuesto sin inocencia, es prác.ticamente indivisible.

la escuela produce códigos «espontáneos» de pa-

34

Page 32: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

labra/lt:ctura/escritura de los que más adelante (d.V ) intentaré un estudio.

3) Es, pues, erróneo reducir las relaciones entrefenómeno literario e ideología dominante a las que~sta mantuviera con t:I «contenido explícito. de lostextos:

Por una parte, la noción de contenido remitea la creencia (ideológica) en la transparenciadel lenguaje. en el papel de .expresión. de laescritura, en la universalidad de .la lectura•.

- Por otra parte. los pretendidos «contenidosexplicitos» no son en los textos sino resulta­dos de elaboraciones segundas cuyas modali­dades son variables (ef. infra IV.),

Por esto, tomar como único objeto de estudio el.contenido ideológico. de los textos es aceptar, sindarse cuenta, una ficción útil a la clase dominante.colocarse en el terreno que ella trata de imponer yprivarse del avance de las armas para atacarla. Des­de el punto de vista científico, este error teóricofundamental bloquea dcfiniti\'ame'llte el análisis delfenómeno literario.

Si el fenómeno literario debe ser siempre exa­minado en tanto que fenómeno social supereStruc­tural que funciona con una autonomía relativa, estono quiere deci." que sea totalmente reductible a sufunción de servidor de la ideología dominante. Cier­tamente, ella lo condiciona a todos los niveles, perono agota con esto su funcionamiento.

Ahora se trata dt: indicar en qué y cómo su papelpuede ser activo y revolucionari<.'

35

Page 33: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

IV. El fenómeno literario no es reductible a supapel de servidor de la ideología dominante. Distor­siones y disfuncionamientos

La ideología dominante no es omnipotente, y enuna sociedad dada, en una época dada, tropieza conelementos que no puede reducir, bien estén éstosestructurados como sistema, o bien incluso disper­sos y fragmentarios. y que remiten objetivamentea intereses de clase fundamentalmente opuestos alos que soportan la ideología dominante. Estoselementos pueden ser vestigios atrasados de un sis­tema social anterior, pero los más importantes sonlos que están ligados a los intereses de clases ex­plotadas y «en auge», y por tanto, en la época quenos ocupa, ligados a los intereses de las clases delas que el proletariado es la vanguardia, la fracciónmás consciente. En este caso, estos elementos «ex­traños» a la ideología dominante son a la vez anta­gonistas y «nuevos» (por lo cual son más netamenteirreductibles) y su papel en el fenómeno literarioes mucho más determinante.

J. Desde un punto de vista teórico

Dado el número, la complejidad y la imbricaciónde las mediaciones a través de las' que pasan lasrelaciones entre infraestructura/otros elementos delas superestructuras/fenómeno literario, la clase do­minante no puede controlar ente.-amente su funcio­namiento.

La naturaleza misma de las instancias o institu·ciones que culminan esta elaboración es tal que nopueden evitar ser lugar constante de contradiccio­nes. Para comprender esto basta con un ejemplo

37

Page 34: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

muy simple: si la escuela gratuita y obligatoria co­rrespondía a una exigencia del desarrollo del capi.talismo, ha sido, en unión con el desarrollo de lasocialización de la producción (otra exigencia delcapitalismo) un factor importante para la toma deconciencia y organización del proletariado (por esto,el término «aparatolO me parece que no tiene encuenta más que una de sus funciones y, en el fondo.no es apenas dialéctico).

Así pues, nada nos autori7.a a atribuir los .fa·1l0SlO e «imperfecciones- de estas grandes «máqui­naSlt o «aparatos» sólo a los defectos o carencias d~

la clase dominante o de su ideología. Por el contra·rio, un análisis marxista nos lleva a ver en estos .fa·1I0slO la emergencia, a través de la represión ideoló·gica, de los intereses de cIases antagonistas: no son«agujeros lt, sino las partes v"isibles de un iceberg.

Para abandonar el lenguaje sospechoso de la críotica: el tipo y la naturaleza de las mediaciones a tra·vés de las que se manifiestan los intereses de las cla·ses explotadas por la cIase que rige y difunde la ideo·logía dominante, no son del mismo orden que losque rigen la influencia y los modos de acción deésta, en una época dada en una sociedad dada.

Se propondrá, pues, que todas las «dificultades»(entorpecimientos de funcionamiento o «revolucio­nes formaleslt) tienen que ser analizadas en su rela·ción con los intereses positivos de las clases explo­tadas.

En efecto, la complejidad misma del fenómenoliterario explica por qué, a pesar de todas ¡as cenosuras y barreras ideológicas impuestas por la" claseen el poder, las cIases explotadas pueden encontrarlos medios de lI;expresarse» y de batirse.

Es la consecuencia de una contradicción del ca­pitalismo, de la «democracia burguesa» que concedeuna autonomía relativa al fenómeno literario: graocias a ella es como puede tCconvertir» sus interesesen «valoreslt, pero de golpe pierde el control directoy muy a su pesar debe permitir a las concepciones

38

Page 35: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

antagonistas que ~ncuentren también dla!> su punoto de impacto (7) y ciertamente por los caminos másdifíciles.

Así, desde un punto de vista teórico, el fenóm~noliterario aparece como una apuesta (enjeu) y un fu­f!.ar de lucha de clases, tanto más cuanto que en nin·gún caso, como se ha visto, no puede limitarse supapel al de un reflejo pasivo, sino a participar -con·tradictoriamcnte- por una parte en el manteni·miento en el poder de la clase dominante, por otraparte en la discusión indirecta, como factor de latoma de palabra y de conciencia.

Pero la naturaleza de estas mediaciones variasegún el modo de dominación de la ideología domi.nante. No pondré más que un ejemplo: en el si·glo XVIII, en Francia, la lengua, los cánones estéti·cos, aunque estén determinados por la clase domi·nante, no son exclusiva propiedad de la aristocracia.Así, la «literatura» se encuentra con que es un cam·po de batalla donde los adversarios -aristocraciay burguesfa- pueden luchar abiertamente, aunqueno sea con los mismos medios (pues aunque el poderdispone de la censura, los escritores y los lectoresse reclutan neccsariame'nlC en el seno de la bur·guesía).

Por el contrario. después de la Revolución de1789, la lengua francesa (aprendizaje y normas), loscódigos estéticos y, de una manera general, todoslos «medios de expresión. reconocidos como la­les (8), terminaron por ser exclusiva propiedad de laburguesía en el poder.

También seria aberrante intentar aplicar la mis·ma «rejilla- en los dos casos para discernir en elfenómeno literario de los siglos XVIII y XIX las mo-

(7) ef. A. Casanova, .La Pensée., febrero 1971. pági­na 4S -último parágrafo- y 46.

(8) Se verá más adelante cómo la burguesía, por lapeyoración y la ridiculización, ha borrado del .dominio culotural_ todos los .medíos de e~prcsión- Que corrían peligrode escapársele.

39

Page 36: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

daHdades de emergencia respectivas de los intere­ses de la clase burguesa revolucionaria y de los delproletariado.

2. Desde un punto de vista histórico

Disponiendo de dos armas maestras para redu­cir el fenómeno literario al papel de servidor de laideología dominante. la censura y el condicionamien·to (9). las clases dominantes han tenido siempre. sinembargo. dificultades en este dominio. Esta simpleconstatación es suficiente para confirmar la ambi·güedad del fenómeno literario. En los dos «polos.puede. por una parte. hacerse referencia a los regí·menes fascistas que han practicado la censura to­tal, hasta el punto de suprimir el fenómeno litera·rio. Los escasos textos respetados no son incluso yatratados como «textos literarios., sino como instru·mentos de propaganda directamente política. Asi, laAlemania nazi. Por otra parte, el sistema de condi·cionamiento encuentra sin duda su ilustración másperfecta en los Estados Unidos. donde el condicio­namiento ideológico está tratando de vacunar sufi·cientemente a la mayor parte de la población paraque los «textos» considerados como subversivospuedan circular sin extender la epidemia. De ahí elingenuo embelesamiento de los liberales ante la «Ii·bertad. de prensa y de edición de los Estados Unirdos de América. De hecho. de lo que siempre se tra·ta es de una dosificación de dos sistemas: aquí basota, sin entrar en el detalle de las modalidades deataque y defensa puestas en práctica por las clasesen el poder, constatar que tanto cuidado señala unpeligro serio.

(9) I~ como actualmente. y en otros ~lanos. la bur·guesfa ejecuta concurrentemente la (pretendIda) participa·ción y la represión.

40

Page 37: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

Así, pues, se ha visto hasta qué punto las clasesdominantes, y en particular la burguesía capitalista,que se ve constreñida por sus propias contradiccio­nes, tienen carta blanca sobre el material (lcnguaje,símbolos, representaciones imaginarias), el espacioy los instrumentos del fenómeno literario.

Aquí se intenta, pues, discernir y verificar, si esposible, la teoría del funcionamiento subversivo delfenómeno literario según el tipo dc sociedad de quese trate.

3. Un proceso social complejo

Lo que aquí importa sobre toeJo es tomar el fe·nómeno literario en su conjunto. en tanto que pro­ceso social complejo -despla7.ado. pero esencial­y no de reducirlo, incluso positivamente o por ra·zones de método, a los .textos ... Dicho de otro modo,si se acepta el análisis que precede, es falso plantearel problema en ~tos términos: «se trata de discer­nir e~' los textos lo que en ellos es irreductible a laideología dominante». Es, pues, igualmente erróneoinvestigar prioritariamente un «microsistema. quese diferencie del sistema de la lengua, una «estruc­tura profunda» que, habida cuenta de la especifici­dad del funcionamiento literario del lenguaje, esca·paría a la influencia de 13 ideología dominante, yque, según algunos. hasta sería clave del poder sub­versivo de la .literatura». Por otra parte, se ve quela divinidad recientemente conC'edida al Autor/Crea­dor no es, en esta óptica, sino desplazada hacia eltexto divino. Hace falta, pues, para escapar a latrampa del lenguaje, hacer saltar en dos la nociónde texto:

1) Por una parte, los textos como resultado deun proceso social complejo.

41

Page 38: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

2) Por otra, los textos corno punto de partidade diferentes tipos de utilización. sin que nien el primero ni en el segundo caso el tér­mino -texto» recubra el mismo objeto de es­tudio.

El estudio de las condiciones de emergencia, asícomo el de los tipos de utilización de los textos,hay que hacerlo históricamente y en su relación conlas condiciones de ejercicio de la ideología domi­nante. Así, en el papel de la Escuela, que es deter­minante para el fenómeno literario, hay que estudiarprecisamente la estructura y el funcionamiento amedida que se desarrolla el capitalismo.

En Francia, sobre la base de la enseñanza reci­bida en el segundo y tercer ciclo escolares, se es­criben los textos que son diversamente utilizadosen la enseñanza primaria. secundaria y superior. Encuanto a los -textos» que sOn anteriores o extrañosa Ja dominación de la burguesía, su tipo de utiliza­ción, su admisión en el «corpus-. obedecen a lasmismas leyes: sus condiciones de emergencia debenser estudiadas en relación con la estructura eco­nómico-social de la sociedad y de la época en la quehan aparecido.

Importa, pues, distinguir:

1) Las relaciones que establecen los textos, co­mo productos culturales, con la ideología do­minante y los elementos que remiten objeti­vamente a una ideología antagonista.

2) Las relaciones que establecen los tipos delectura de los textos (sus condiciones de uti·lización) con la ideología dominante y losintereses de clase antagonista.

El problema es explicar la manera como se des­arrolla en el fenómeno literario una lucha cuyo ori­gen y riesgos están en otra parte, que no es, sin em·bargo. contrapuesta a los textos (en el sentido de

42

Page 39: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

un proceso metafórico). La relativa autonomfa delfenómeno literario entraña un conflicto, que tienesus leyes, al nivel del lenguaje y de los criterios es­téticos, y por otra parte entraña una acción de re­tomo sobre superestructuras e infraestructura, cu­yas modalidades hay que analizar en cada época.

Como el análisis que precede ha intentado de·mostrar, no se trata del enfrentamiento claro y sim·pIe de dos sistemas ideológicos organizados. el unodominante, el otro dominado, que, a través de lassenes de mediaciones indicadas más arriba, choca­rían entre si en el terreno neutro y técnicamente es­pecífico de la lengua y de la «literatura- y de losque bastaría encontrar los hilos respectivos y con­currentes. El fenómeno literario no debe, pues, serexaminado como una simple categoría del conflic­to ideológico, donde. disfra7.ados bajo una comúnespecificidad, volvería a encontrarse a los mismoscombatientes.

Además de la ilusión consistente en reducir los«textos» a pretendidos equivalentes ideológicos (sus«contenidos» >, quedando la lengua relegada a un pa­pel de traductor mientras que ella es en realidadel lugar y el riesgo de un conflicto que la sobrepa­sa, hay que descartar otra, complementaria: la delos métodos .formales» que no toman el fenómenoliterario en sus relaciones con la Historia, sino quelo aislan en su especificidad. No se trata de negarla aportación de los formalistas rusos, sino de situarsus investigaciones y de ajustarlas a un objeto di·ferente. Continuar apoyándose en los fines de losformalistas rusos más que en los resultados de susanálisis que permiten hacer progresar la problemá­tica de una ciencia del fenómeno literario, es inmo­vili7.ar su aportación misma. Así, cuando V. Chklovs­ki (10) escribe: .lIamaremos objeto estético, en elsentido propio de la palabra. a los objetos creadoscon la ayuda de los procedimientos particulares.

(10) En Théorie de la littérature. Seuil 1965, pág. 78.

43

Page 40: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

cuyo fin es asegurar una percepción estética para es­tos objetos., o cuando Eikhenbaum (11) afirma:«Habría que mostrar que la sensación de la formasurge como resultado de ciertos procedimientos arotísticos destinados a hacérnosla sentir., no se pue·de ignorar que estas declaraciones escamotean elproblema centra!: ¿«percepción. por quién?, ¿quiénes el nosotros que «siente.? Sin hablar de los coro­larios de esta perspectiva (la noción de creación, lade intencionaltdad), el no hacer intervenir este ele·mento esencial del funcionamiento del fenómeno Ii·terario es, quiérase o no, apoyarse sobre una «natu­raleza humana. que, a través de las diferencias delugares, de tiempos, de clase, respondería en estedominio a una constante.

Ni el texto-transparencia ni e] texto-opacidadbastan para rendir cuenta -respuestas opuestas auna misma cuestión, sin embargo, conservada- delfuncionamiento del fenómeno literario.

Propondré dos conceptos para tratar de expli.car la lucha específica, en efecto, pero no autóno­ma, que se entabla en el (yen medio del) fenóme­no literario, evitando las teorías que han llevadoa reducirla a un reflejo o a transformarla en unahistoria autónoma de las formas.

4. Distorsiones

En una sociedad dada, la ideologfa dominantese presenta como un sistema donde c todo tiene sulugar., y que puede rendir cuenta de todo. y cuyalegislación impone a través de múltiples mediacio­nes, tanto las normas estéticas como las de ]a mo­ral. Los elementos que remiten objetivamente aideologías antagonistas y que son, pues, irreducti·bIes a la ideología dominante. no pueden manifes-

(J 1) Op. cit., pá¡. 44.

44

Page 41: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

tarse positivamente, sino sólo por la distorsión delas normas en vigor. No por una estética constitui·da --que supondría el triunfo de la clase antago­nista- ni tampoco, por definición, por otrasnormas.

El término «distorsiones_ designa las de/orma­ciones o contravelzciones a las 1I0rmas estéticas envigor en una época dada (las del «buen francés­como las de la retórica o las de los géneros litera·rios). No todas las innovaciones o .hallazgos» es­tilísticos, sino las que contravienen a las normas(las primeras son atribuidas, como luego se veráa propósito del efecto estético, al «talento_; lassegundas, cuando no son censuradas, al «genio»).

Habida cuenta de lo que precede, estas distor·siones son la manifestación (mediatizada) de losdeseos y aspiraciones de las clases dominadas. Essu apariencia de innovaciones en «la forma» o en«la técnica» de un género, por ejemplo, lo que leda un falso aire de especificidad irreductible o in·cluso de autonomía (12). Esto es lo que haee po·sible su aparición misma. En la medida en que es·ias innovaciones remiten a datos sociocconómicoscuya relación con eHas es informulada o incluso in·formulable por los dctentadores del «lenguaje» yde la .literatura- en una época dada, es por loque escapan a la censura ideológica tanto al nivelde la escritura como al de la edición. Lo que es, enefecto, «específico- es el tipo de mediaciones quepreside los desplazamielllos, las formaciones decompromiso que las dejan aparecer (tengo que pre·cisar que no me pongo aquí al nivel del escritoro del sujeto escritor, sino al del conjunto del fe.nómeno literario). Es por lo que en la época suaparición, o bien son imperceptibles como tales, obien «pasan» como innovaciones estilísticas o etéc·

(12) Hay que anticipar a lo Que sigue: el hecho de ~uc

apar<..'Zcan asf (formales) resulta de la ideología extcndldasobre «la literatura- como dominio irreductible que remitaal Mis:erio y a lo Bello.

45

Page 42: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

okas., Jo qUé I~s permite ser consideradas a lavez como «interesantes» y relativamente poco pe­ligrosas, puesto que se les puede tener en cuentala originalidad individual del autor -cuando no selas ha podido censurar- gracias a una ideologíade la literatura que rige su uso (este punto serádesarrollado más abajo).

Pondré inmediatamente dos ejemplos a modode ilustración.

Cuando pronunciaba un discurso bien pensanteen la Cámara de Diputados en 1849, Víctor Hugose vio obligado, después de muchas tentati\ras paraexplicar que la miseria podía ser destruida, a res·ponder a las acusaciones de los dipulados de laderecha: .la miseria no es un sufrimiento, la mi·seria no es la pobreza misma (ruidos); la miseriaes una cosa sin nombre».

En efecto, las palabras de la «lengua francesa»disponibles en aquella época para designar estehecho eran palabras que, de entrad~. lo clasifica·ban en una óptica determinada, la de la ideologíadominante: pobreza y miseria (<< lo que conviertea nuestra (sic) suerte en digna de piedad», Diccicrnario Robert) no son más que categorías de la des­gracia (<<situación, condición penosa, tl"iste, dolo­rosa, en la que el hombre (sic) ve a m~nudo la ac­ción de un destino adverso, de una suerte riguro­sa. (ibid.).

El término «explotación» existía también, pero¿estaba en «francés»? Si nos remitimos de nuevoal Diccionario Robert, no apárecerá allí más que alfinal del artículo como uno de los usos de la rúobrica: «en mal sentido. Acción de abusar de al.guien en provecho propio... explotación de inocen·tes por un estafador.... y en todo caso sin una solacita de ningún escrito marxista ( ¡edición de 1960!).

O sea. la única palabra que designa el hecho encuestión por medio de un concepto claro que per­mite analizar y .destruir la miseria» no tenfa de·

46

Page 43: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

recho de ciudadanía en la lengua francesa, es de­cir, la que se habla en la Cámara de Diputados.

Así, decir cla miseria es una cosa sin nombre»es una contravención patente de las normas dellenguaje. La frase es propiamente absurda, puestoque viene a decir: cLa cosa designada por un nomobre no tiene nombre». Decir que se trata de un«sorprendente efecto de estilo» o ver en la frasecel lado punzante de una generosidad impotente»,etcétera, sería reducir esta contravención de lasnormas a un hallazgo formal o a la individualidaddel Hombre-Hugo. Dc lo que aquí se trata másexactamente es de una distorsión formal, pues poneen entredicho el funcionamiento de «la lengua.. Sinembargo, he elegido intencionadamente un ejemplosimple donde la implicación socioeconómica es ela·ra. está objetivamente ligada a los intereses delproletariado explotado. Pone de manifiesto, muyparcialmente, a su nivel, la incapacidad interesadade la «lengua francesa» para denominar un hechoque la clase dirigente tiene intcrés en ocultar, csdecir, la función ideológica del bucn francés. Poresto, si la censura (y aquí la autocensura del ora·dor) no ha podido suprimirla. no puede por me­nos de ser tachada en el sistema ideológico domi.nante de:

- ridícula: es absurda (cL las «risas irónicasen muchos bancos» que registra el acta dela sesión);

- poesía: en otro contexto. un poema, porejemplo, un «absurdo» de este género se co­loca en la cuenta de la «visión» del poeta,como, por ejemplo, -el sol negro de la me·lancolía».

Para insistir sobre el hecho de que las distor·siones no están propiamente hablando en el texto,sino en sus contravenciones, citaré más brevemen·

47

Page 44: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

le el poema de Apollinaire «Les Femmes», que hasido entendido como una audacia poética, una in­novación formal: todos los diálogos (las partes enitálica) no están en ruptura con las normas másque en la medida en que figuran en una colecciónde poemas, con un título, una paginación (estro­fas y tipografía), rimas y el emparejamiento con«verdaderos versos» como «el ruiseñor ciego tra­tó de cantar•. No es tal palabra, tal metáfora. laque «innova., sino el hecho de transportar a _lapoesía» fragmentos de diálogo «realista.. que pa­sarían desapercibidos en una novela. Contraven·ción ésta del género más simple y de la que se en·cuentran abundantes ejemplos (13).

De hecho, cuando se trata de «textos literarios.,nos encontramos frente a distorsiones infinitamen­le más complejas. que reaccionan unas contra otras,sin medida en común con los dos sencillos ejem.plos aislados que acabo de poner con el único finde precisar lo que entiendo por distorsión.

Está claro que no se podrá comenzar a estu­diar las distorsiones de una forma seria mientrasno se hayan realizado investigaciones sistemáticassobre las normas a las que contravienen en su re­lación funcional con la ideologia de la «lengua fran·cesa ll , la manera como es enseñada (modos deaprendizaje de la oral y de la escrita) en los dis­tintos ciclos escolares, en nuestra época. Por ejem­plo, es fácil comprender la función ideológica deun ejercicio escolar tan «evidente. como: «Ponedla frase siguiente en imperfectoll o «en pasivall o«en tercera persona del singular». La formulaciónmisma implica que la «esenciall de la frase (= sucontenido) permanece idéntica anle la variación

(13) Envío a todos los estudios .críticos.. ~ue se las in­genian para adscribir tal o tal .obra. a los dIversos géne­ros para reducirlas. Ejemplo: Ma~ron Ú!scalll: ¿es una .his­toria. o una "novela.?, así como la última página de laExplicación de El Extran.jero, por Sartre (Siwatiotrs, 1): "ycómo clasificar esta obra... No nos atrevemos a llamarlarelato., etc.

48

Page 45: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

de los tiempos, voz o personas. Pero es el conjun.to del sistema desde el aprendizaje de la lectura(en el sentido de «desciframiento.. de la escritura)el que debe ser analizado sistemáticamente en susfunciones culturales complejas de constitución delas normas.

y esto vale igualmente para el estudio de lasfiguras retóricas desde este punto de vista, para elde las nociones de «géneros literarios.. , etc.

En fin, hay que analizar las condiciones quedeterminan en cada época la constitución del con·junto de los «textos.. reconocidos como «litera·rios .., de los «corpus. literarios.

Pero no es este el lugar de establecer el enor·me programa de las investigaciones indispensables-y previas- que no han sido emprendidas másque parci.almente. Sólo trato de señalar que, desdeluego, debemos primeramente buscarnos los ins­trumentos sin los que todo análisis de las distor·siones no se fundaría sino en bases intuitivas ysubjetivas (= sin esto se caerá en un discurso ideo­lógico).

No hay que confundir «Distorsión. con «Trans­gresión... El último término creo que encubre loque ahora me propongo estudiar: los funciona.mientos y disfunciotlamienros. •Transgresión» pa·rece implicar la idea de una eficacia del texto porsí mismo. No podemos contentarnos con analizar«en los textos.. las virtualidades sin tener en cuen·ta el impacto efectivo que han tenido o que no hantenido, según el tratamiento de que han sido ob­jeto y que depende de una serie de institucionescreadas por la clase dominante, y en primer lugarla escuela. Así, tal «distorsión.. analil.able ahora ya partir de un sistema conceptual dado, puede nohaber funcionado en absoluto en su modo de uti·lización escolar o universitaria. Por el contrario,puede haber sido percibida/utilil.ada (según lasmodalidades que quedan por definir y de las quehablaré después) por las clases explotadas, bien sea

49

Page 46: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

en d movimiento de su aparición, bien más tarde.Es con esta condición, y sólo con esta condición,como puede convertirse en transgresión, es decir,no un simple testimonio salido de un conflicto declases, sino un elemento de lucha. Aquí, una vezmás, es el conjunto del funcionamiento del fenó'meno literario el que debe ser considerado. De ahíel límite forzado de todo formalismo. Las distor­siones no pueden ser analizadas de modo absolu­to o solamente por su relación con los códigos ynormas que «transgreden», sino que deben ser ana·lizadas por su relación con su conjunción efecti­va (en una época dada y en una sociedad dada)con los elementos que provienen objetivamente delos intereses de las clases dominadas; por su re·lación con el tipo de eficacia que han tenido, ti~nen

o pueden tener, según el modo de utilización deque se las haga objeto.

Funcionamientos y disfunciones

Conforme al objeto definido más arriba (el fun·cionamiento del fenómeno literario y las leyes querigen las mediaciones entre conflictos de clases yel efecto estético) no se pueden analizar las diver­sas «lecturas» o tCcríticas» como simples variantesmetodológicas y formales.

Toda lectura, toda crítica (comprendidas lasque toman la forma de puesta en escena o puestaen pantal1a), todo comentario de un texto, hay queabordarlos como si fueran (en último análisis y através de mediaciones) un tipo de utilización deltexto y, de manera más general, de la .literatura».Por relación con las mediaciones que rigen la es·critura y la difusión de «textos», las que presidensu utilización, pueden ser simétricas o complemen·

~o

Page 47: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

tarias, pero son probablemente (ello hay que cstu·diarIo) fundamentalmente las mismas para un sis·tema social y una época dados.

Habrá que distinguir, pues:

1) El .funcimzamiento conforme-, es decir, to·dos los tipos de lectura o de utilización (en par·ticular escolar) que provienen de la explotaciónde los textos en provecho de la clase dominante.

Pero hay que recordar a continuación, una vezmás, que es el conjunto del funcionamiento del fe·nómeno literario el que hay que considerar. Asi, nopodemos apreciar las relaciones que se establecenentre tal o tal «explicación. o .Iectura. de un tex­to particular COn la lucha ideológica y, más allá,con la lucha de clases. Por esto es necesario haberestudiado sistemáticamente la función ideológicaprecisa que ocupa la enseñanza del .francés. en talépoca, con respecto a tal público. y ello exige enprimer lugar que se cstablc7.ca la relación entre laestructura escolar y cultural de Francia y los ti·pos de .Iectura-comentario<rítica- practicados encada ciclo de la enseñanza. y al mismo tiempo enrelación con los objetivos precisos de la clase do­minante -comprendiendo sus variantes superficia­les y coyunturales (14).

Por lo mismo. el estudio no deberla ser em·prendido desde los únicos presupuestos de qUe par·te talo cual .lectura. (aunque éstos deban cierta­mente anali7.arse), sino que debe conducirnos alconjunto de su funcionamiento.

Un análisis dialéctico debe negarse a dejarseencerrar en la alternativa cuidadosamente impues­ta en nuestros días:

(14) Tal .lectura., perFectamente adaptada a la función

hv a) público de la Universidad. podría ser subversiva si se

¡ciese en la escuela primaria. ~s de un Funcionamiento yno de una .esencia- de )0 que se trata.

51

Page 48: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

- o bien: «Cientificidad .. serena que estudieespecificidad de la escritura según una altecnicidad;

- o bien: un simplismo reductor que maniple las «obras.. como cosas inertes en pro'Jcho de las clases explotadas y en despreodel «misterio de la belleza•.

El espectro del realismo socialista es excesivmente utilizado para cubrir de burla toda tentava que trate de poner al día el lazo de unión entel «desinterés.. de la Estética y los intereses declase dominante.

Afirmo, pues, que si se acepta lo que hasta aqse ha dicho, la I~nica gestión científica posible casiste en tener en cuenta a la vez la relativa espeficidad del fenómeno literario (= no tratar «la li1ratura_ como si fuera Derecho, error del realisJsocialista. Pero, hay que decirlo, error sin dudacesarío, pues era quizá entonces la única manede luchar contra las teorías idealistas y, sobre t()(jporque llevaba al tratamiento dialéctico. cr.artículos de Claude Prévost sobre «Lenin y TQtoh. en La nouvelle critique de marzo de 1971)la función que ocupa efectivamente la .literatuIen un país dado en una época dada: en Francia,el aprendizaje de la «lengua» en los diferenteselos de la enseñanza con sus papeles específicosgados, no tanto a la «edad» como a los «públicoa quienes «se trata» de manera adecuada a suturo lugar en la sociedad.

De modo que no se explicará jamás el funciomiento del fenómeno literario,. contentándoseanalizar la diferencia entre la lección de vocabulao de gramática practicada sobre los «dictados- erescuela primaria yde la «lectura» estructural o rcoanalítica enseñada en la Universidad. Por ejt'plo. hay una relación estrecha, una exacta comimentariedad, entre:

52

Page 49: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

l. La utilización dictada de un _texto- deCh. Vildrac (15) tomado de Bridinette:-toda la familia, por la noche, se encontrabareunida en tomo a la gran mesa. La abuelahada punto, mamá cosía alguna pieza de len.cería, papá leía su periódico...• con el ejerci.cio apropiado: «Reemplaza los puntos conlas palabras enhebra, lienzo, familia, fami.liar, reunión: "Qué agradable es la nocheen La velada nos ... alrededor de la me-sa , etc.•

2. El estudio de los -tipos humanos» de la Co­media Humana con cuestiones de apoyo en elLagarde et Michard (es un ejemplo entre mil).

3. La «explicación de El extranjero» que da Sar·tre en Situations 1. etc.

Estos tres ejemplos de .. lectura. reemplazan,dada la estructura escolar universitaria de la Fran·cia actual, las funciones, más que paralelas comple.mentarias, adaptadas al público específico a quiense dirigen. Cada una de ellas implica las restantes.de modo que su funcionamiento constituye orgáni·camente un apoyo bastante coherente a la idcologiade la clase dominante. Este aspecto fundamental delfuncionamiento de la -literatura» no puede, ni si·quiera provisionalmente, dejarse a un lado: ello re·velaría un simplismo tan grande al menos como eldel realismo socialista, aunque mcnos «visiblc», por·que sirve a la cIase dominante.

2) Los «disftmcionamie"tos» (voluntariamenteescribo esta palabra con i y no con y para subrayarque no se trata de una dificultad de funcionamien·to, sino de un funcionamiento diferente, inclusoaunque este último pueda tener, como generalmen.

OS) Mi nuevo vocabulario, e. E. primer año. A. e.. pá.gínas 24-25.

53

Page 50: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

te tiene, por índice un «dysfuncionamiento» (*). Sepodría decir también «dislectura», pero este tér­mino me parece que da una idea quizá demasiadoestrecha si se toma lectura en su sentido .corrien­te. (ef. Diccionario Robert = «acción de leer,tener conocimiento del contenido de un escrito») oquizá demasiado vaga, si se toma, como la moda in·vita, .lectura» en el sentido de «interpretación» conla idea implícita acarreada por las nociones de .lec·turas plurales. o «múltiples., que los textos sonobjetos inertes, o en todo caso neutros, a los que lostratamientos que indiferentemente Se les puede apli.car confieren sentido, valor o estatuto (16).

Llamo, pues, disfuncionamiento a toda utiliza­ción de los textos que (habida cuenta, como ya seha dicho, del conjunto de las condiciones que ri·gen en una época dada en un país dado. el funcio­namiento del fenómeno liteI'ario) está objetiva­mente conforme con los intereses de las clases ex­plotadas (insisto, objetivamente. pues con la inten­ción no basta. de ahí el límite del realismo socia·lista).

Sin embargo, no se está aquí en el dominio dela pura relatividad, ni, como se acaba de ver, noes la cuestión el tratar los textos como objetos in­diferentes de los que lo único que variaría seríanlos diferentes tratamientos de los que se les haceobjeto.

Creo que todo lo que hemos visto hasta aquí lodemuestra de sobra.

Siendo las distorsiones, como se ha visto, laemergencia «mediatizada., «diferida» o «desplaza­da», como se quiera, de los conflictos de cIases, su

(*) La autora diferencia entre disfonctionnement/dys­fonctionnement. [N. de los T.)

(16) La alternativa: un contenido o una infinidad decontenidos posibles me parece falsa y remite aún a esemodo de análisis dicotómico heredado del cristianismo delque nos cuesta tanto trabajo dcsembara7.amos y que tanbien sirve para no decir nada.

54

Page 51: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

funcionamiento conforme consiste siempre en en·mascarar o -recuperar. dichos conflictos.

Así, pues, como se verá más abajo, son precisa­mente estas distorsiones las que entrañan la erec·ción de los escritos en dextos•. Son, pues, parteintegrante y constitutiva de lo que se ha llamado«literalidad. (17). El funcionamiento conforme con­siste, pues, necesariamente, en ocultar aquello mis­mo que funda la -Uteralidad- de las «obras maes­tras. y, de una manera general, de los «textos.; yesto a pesar de la extraordinaria pirueta actual·mente desplegada para ocultar el hecho fundamen­tal con los espejismos de la cientificidad o de latecnicidad.

Por el contrario, los ..disfuncionamientos- (sien­do la utilización de los «textos...dados. por el«corpus. literario reconocido en una época dadaen un sentido conforme a los intereses de las cla­ses explotadoras) consisten, teóricamente, en uti­lizar de manera sistemática las distorsiones. Insis.to en «teóricamente_ porque la ideología dominan­te, «dominante- por definición, enreda la claridadde este esquema. Sin embargo, -dominante» noequivale a «todopoderosa», .\' á pesar de la confu­sión en la que actualmente nos encontramos, latendencia existe. Mientras que los intereses de laclase dominante ticnden a enmascarar lo que enlos textos funda de hecho lo que se ha llamado su

(17) Debu. para responder l:n principio a una ubjeción.precisar un punto: en una ~ociedad sin clases está claroqu~ no podrá haber distorsiones que remitan a conflictosde clases. ¿Quiere esto decir que no habrá .literatura.? Alcontrarlo. se podría decir que habrá al fin literatura. Lascontravenciones de las normas remitirán entonces al des­acuerdo entre ellas '1 el progreso del conocimicnto. El len­guaje, habiendo dejado de scr instrumento de opresión.tcndrá siempre. sin embargo, que ser puesto en cuestión, altiempo que será instrumento y lugar de investigación per­petua. Pero no es éste el lugar para desarrollar este punto.Digamos simplemente que esta función de la -literatura.cs. en la sociedad en la que vivimos, constantemente obli·terada por la utilización que de ella hace la clase dominantey gue no puede desarrollarse, por tanto, en toda su -espe·ciflcidad•.

55

Page 52: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

.literalidad.. afirmando por otra parte la irreduc­tibilidad de este carácter «misterioso», los intere­ses de la clase explotada se encaminan a desenre­dar (a través del laberinto de las mediaciones y lapresión de la ideología sobre la • literatura») lasdistorsiones que SOn a la vez constitutivas de .10literario» y subversivas.

No se trata, pues, de proponer una lectura en­tre otras (Cf. lecturas plurales) ni incluso una lec­tura inversa. Se debe constatar el lazo necesarioque en nuestra sociedad une distorsiones y disfun­cionamientos: en efecto, si es posible constatar lascontravenciones a los códigos que remiten, no alos intereses de las clases explotadas y en alza, sinoa los de las clases antiguamente dominantes y ven·cidas, estas -contravenciones» nostálgicas casi noson distorsiones: prolongamientos encasillados encódigos anteriores que hacen referencia a .10 co­nocido»: así, la anacrónica persistencia de la tra­gedia raciniana cuando triunfa el drama burguésno habria de constituir una distorsión. Por otraparte, todos los esfuenos empicados no han con­seguido hacer de Zaire o de Mérope obras maes­tras (quizá tan sólo «obras» gracias a las Lettresanglaises y a CandideJ , en una perspectiva dondela unidad del genio de un autor se plantea comodogma.

Es decir, que el único análisis científico posi­ble del funcionamiento del fenómeno literario nopuede hacerse más que conforme con los interesesde la clase explotada. es decir, desde el marxismo.Lo que quiere decir, aceptada la autonomía relati·va del fenómeno, que los «métodos criticos» queremiten en su conjunto a la ideología dominante-como el estructuralismo-- pueden producir ele­mentos de análisis utilizables y parcialmente jus­tos, siempre que se les ponga en su lugar, en unanálisis marxista. Más arriba se ha visto el casoanálogo del formalismo y hay también otros. Tam.poco se trata de oponer a todas las investigaciones

S6

Page 53: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

llamadas «modernas» una dogmática con el fin deno claudicar. Por el contrario, esto sería una acti·tud muy poco dialéctica. Pero también hay que1!uardarsc de ceder a los prestigios de los espeiis­~os pseudocientíficos.

Los «textos literarios .. desempeñan el papel desoluciones ficticias a problemas desplazados (en elsentido que Freud da a este término) y su utiliza­ción consiste en una puesta a punto o en una dis­cusión a través de la ideología que rige su escri·tura, su difusión. su erección en textos... La pri.mera (la puesta a punto) consiste en enm3.iCarary reducir sus distorsiones, sosteniendo en otra par­te y en abstracto la irreductibilidad de la .litera­tura»; la segunda (la discusión) consiste en tratarlos «textos» a la vez como resultados de un proce·so social previo y como lugares de un conflicto tras­puesto, en definitiva, consiste en sacar a la luz ycon provecho las distorsiones que los han fundadocomo textos y dan cuenta de su .literalidad- (cadauna de estas operaciones cambia según las épocasconsideradas).

No se trata. pues. en ningún caso de discernir,bajo el término de «disfuncionamiento», un nivelo un elemento singulares (aislables) de los textos,sino el conjunto de las contravenciones de los có·digos admitidos que, una vez analizadas como emer­gencia mediatizada de conflictos de clases, dancuenta de lo que mina o contradice el funciona­miento conforme, es decir. en nuestra sociedad, ]aforma que toma la .literalidad.. de los textos. Pordefinición, los «disfuncionamientos .. están, pues, li·gados al .funcionamiento conforme» y se manifies­tan -8 condición de que se quiera ver- por losdisfuncionamicntos (con «y. en francés). Corres·ponden necesariamente, en el plano de ]a .Iectu­ra .., a lo que he llamado .distorsiones. en el planode la «escritura. y en el de la disfunción.

Es, por tanto, fácil de comprender que -lectu·ras» y .dislccturas., .funcionamientos conformes.

57

Page 54: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

y .disfuncionamientoslt no hay que investigarlosúnicamente en los textos ni considerarlos inmóvi·les, sino dependientes de las condiciones de la lu­cha ideológica en la época dada, y del modo de do­minación de la ideología dominante, es decir, de·pendientes de una relación histórica entre las con­diciones de emergencia de los textos y sus condi­ciones de recepción. De ahí la necesidad de analizarestas últimas.

58

Page 55: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

V. Códigos y modos de escritura/lectura

Si aceptamos, pues, no englr «el. o .:los tex·tos. como punto de partida, en elemento primerodel análisis; si reconocemos los textos como unaetapa de un fenómeno social complejo; si admiti·mos que el «texto» resulta ya de un condiciona·miento a nivel de la lengua, de una transformaciónsocial y de una selección social de los escritos, quees el producto, no sólo de la escritura, ni del tra·bajo del escritor (18), sino de un proceso comple­jo; si aceptamos, por otra parte, que los textos «noexisten» como tales, sino que funcionan como tex·tos (esta vez hay que considerarlos como uno delos elementos que, con 01 tos, constituyen lo quese llama lecturas), entonces, lo mismo que se ha·brá podido desechar la falsa cuestión del «texto­expresión», se podrá también descchar la no me­nos falsa cuestión de «la lectura».

Plantear la cuestión de «la lectura» es reducirde antemano todas las diferencias que se le pue·dan encontrar a variantes de un fenómeno plan.teado como determinante.

Plantear «escritura», en vez de «lectura», es deantemano inferir que las diversas escrituras sonvariantes de un fenómeno del que se haría depen·der otro, la «lectura», con sus variantes también.Esto es privilegiar en un análisis teórico un crite·rio que se pretende «técnico» (sin prueba =«elloes evidente», es la «evidencia» misma) por relacióncon otros criterios, convertidos de golpe en varian·tes, con un papel secundario.

(18) Lo que nO quiere decir que desde el punto de vistadel objeto de otras ciencias (economía, psicoanálisis, lin·giUstlca), los textos o tales textos no puedan muy legítima­mente ser considerados en este sentido.

S9

Page 56: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

Así c~mo «la escritura» no es transparencia de«un pensamiento., la .lectura. tampoco es ni in­terpretación de este pensamiento ni percepdón dealgo «dado» (el texto) por «el ingenio•.

y esto, aunque, creyendo por ello conectar estelenómeno con la infraestructura. se llame «lectu­ra_ de consumo. frente. al «texto» producto. Esterazonamiento analógico no resuelve nada y enredala cuestión: por una parte, ratifica la reducción delcampo literario practicada por la clase dominanteque acepta. sin criticarla. la herencia de los «tex­tos.; por otra, parece introducir los fcnómenos eco­nómicos y socialcs mientras que en realidad no lohace -pcligrosamente- más que por analogía. afin de cuentas.

En fin, rctoma un binomio ideológico: produc­ción/consumo. que oculta el de explotadores/ex­plotados o el de productores/aprovechadores.

De hecho, en este caso se desecha el análisismarxista, aunque invocándolo, de una forma para·lela a la que empleaba Sartre en sus artículos so­bre Flaubert en Le.t; temps modemes: el problemade la lucha de clases y de la situación de clase delautor surge a nivel del individuo-escritor y no aldel funcionamiento de los textos en una sociedaddada. La escritura/la lectura -el autor/el lector­el productor del texto/el consumidor del texto sonvariantes del mismo binomio ideológico.

Pero, se dirá, habla ya casi de «la lectura. (sise continúa invocando «la escritura») y se pone másbien el acento en la multiplicidad o la pluralidadde las lecturas.

A continuación decimos que incluso bajo estaforma es preservada la oposición cscritura(s)/lec­tura(s). La primera puesta en entredicho de .la Icc­tura» se ha hecho bajo la forma de la infinita mul·tiplicidad de las lecturas: como toda discusión, te­nía ciertamente un aspecto positivo. el de subra­yar la importancia de la transformación de los tex·tos, pero esta noción remitiría a los individuos y

Page 57: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

a un relativismo vago, como si todo depepdicra delos lectores·individuos con todos los parámetrosque ello supone,

Una variante más reciente del mismo «despla­zamiento. es la noción de «lecturas plurales»:aquellas que se ha creído oportuno diferenciar, noya a nivel individual, sino. a nivel del método em­pleado. Por relación con la precedente tiene unaclara ventaja:

- por una parte, ha desmitificado la «eviden­cia» de la lectul'a, subrayando con ello la ac­tividad de transformación y el aspecto «cons­truido» a partir de presupuestos;

- por otra parte, pone de relieve el hecho deque las diferencias no hay que remitirlas alos misterios individuales, sino a un conjun.to escogido de cuestiones, que deben ser plan.teadas, determinado desde fuera del tc..xto.

Así, hablar de una lectura «psicoanalitica» esadmitir que se van a utilizar los textos para res­ponder a cuestiones determinadas fuera de ellospor el psicoanálisis.

Sin embargo, la noción de lecturas plurales po­ne el funcionamiento histórico y social del fenó­meno literario entre paréntesis, y al menos no loconsidera como determinante, Así, hablar de unalectura socio-crítica es aceptar implícitamente unaentre otras y negarse a ver que en última instan­cia los diferentes «métodos» de lectura remiten aconflictos de clases, Forma vanguardista de la transoferencia a nivel de la tecnicidad del problema dela lucha de clases, esta noción de lecturas plura.les me parece oportuno rechazarla como no perti­nente para plantear el problema del funcionamien.to del fenómeno literario (19).

(19) Esto no quiere decir que se hayan de rechazar losdiversos trabajos realizados con esta óptica. con tal de quese reconsideren sus resultados.

61

Page 58: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

Tendremos, pues, que estudiar los diversos ti­pos de lectura en su funcionamiento histórico ysocial, no como variantes «técnicas., sino como par­te integrante del funcionamiento mismo del hecholiterario dentro de sociedades dadas en épocas da·das. En tal sentido, ninguna lectura puede parecer­nos .errónea. o .sin sentido. o .no válida.: es ob­jeto de estudio en tanto que medio de utilizaciónde los textos. Las diversas lecturas nos aparecen,pues, situadas en el dominio definido más arriba;el analizarlas forma parte del objeto definido. Enningún caso talo cual lectura puede servirnos comoinstrumento neutro de análisis. Tampoco es una«nueva lectura. de los textos lo que propondré.

Aunque el -texto. no es un punto de partida(pues no hay texto sin todo el proceso social que,en una época dada, ha condicionado la emergen­cia que ha transformado ciertos escritos en textos)no hay textos sin lectura: el conjunto de este fe·nómeno es el que, en última instancia, remite a lainfraestructura y puede tener a su vez influenciasobre ella. No se debe inmovilizar el o los textospara intentar extraer sus relaciones con la infra·estructura, puesto que esto es ya aislarlos de sufuncionamiento efectivo, sin el que no existen cornotextos. Recíprocamente, no habría que analizar laslecturas como si se ejercieran sobre un objeto (eltexto tomado como algo .dado.), sino más biencomo si contribuyeran a fabricar los objetos socia·les que son tales textos (¿escritos, escogidos, cuándo,cómo?... leidos (¿por quién, cuándo?... ).

El primer punto a examinar es el funcionamien­to de la lengua en su relación con el funcionamien·to de la ideología dominante (en el sentido defini­do más arriba), «escritura. y .lectura. que se ha·cen en y por la lengua.

No tomaré aquí por objeto más que la Franciacapitalista salida de la Revolución burguesa de 1789.La .Iengua francesa. es presentada como un biencomún a todos. como un instrumento fabricado

67

Page 59: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

por el Hombre para reproducir su pensamiento. Espor 10 que ella tiene su historia propia (20), la delafinamiento progresivo de un instrumento que seenriquece con el paso del tiempo y que acaba ~ien·

do transparente al «pensamiento. y a la «realidad.(curiosamente intercambiables. como en los ma·nuales la obra de Balzac es «la expresión de supensamiento» o de su -visión. y al mismo tiempoel reflejo de la «realidad•... ). Los datos históricosy sociales no intervienen sino secundariamente. pa·Ta rendir cuenta del enriquecimiento de la lenguay su papel determinante es por ello eludido 'J en·mascarado.

Esta perspectiva entraña igualmente el que la«corrección de la lengua. (el «buen- francés) noes más que la aplicación de reglas de expresiónútiles a todos para expresarse y comprenderse. ycomo hay que rendir cuentas de las diferencias en·tre las lenguas, se remite alegremente su causaa la diversidad de las naciones, o sea, al -genio»diferente de cada «pueblo•.

En resumen, si esta concepción no correspon·de a las investigaciones actuales en lingüística. esella en todo caso la que es generalmente «admiti.da» y, más o menos explícitamente, es la que estáen la base del aprendizaje escolar del francés (len.gua y «literatura»).

Así, desde la Revolución de l789, precisamen.te, la clase dominante, más o menos consciente·mente, y siempre de manera muy reglamentada, haacaparado para su uso exclusivo no sólo la legisla·ción estética de la que hablaré más abajo, sino latotalidad de los medios de expresión tradiciona­les (21) y, en primer lugar, la lengua. Acaparadono significa solamente que la clase dominante sehaya amparado en la lengua como un instrumento-neutro por si mism~ y del que ella se sirve.

(20) Cf. la Hísto{re de la langue franfaise. de Brunol.(21) Cuando se crean otros medios no son -reconoci·

dos.. y SOn juzgados inferiores, .populares•...

63

Page 60: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

En primer Jugar, es la clase dominante la que haforjado y extendido la noción ilusoria de una len·gua comun, nacional: Michelet la designaba yabastante justamente como «el lenguaje convenido.,deplorando que no pudiera expresar otras ideasque las dominantes y que los poetas obreros sevieran obligados a escribir en estilo pseudo-Lamar­tine (ef. Le peuple, págs. 178-179, ed. Julliard, 1965).Este pretendido medio «de expresión- (pero ¿ex­presión de quién?) ha sido modc1ado de tal modoen su provecho por la clase dominante que:

l. Sea apto para servirla.

2. Sea inapto para servir a la clase que ellaexplota y excluya la formulación misma delos problemas que permitirían la toma deconciencia, la organi7.ación y la lucha.

3. La «lengua francesaJO no aparece como es(= instrumento al servicio de una clase), si·no como el fruto de los esfuerzos humanos,como un instrumento transparente a la na·turaleza humana y a la naturale7.a de lascosas, al servicio de todos, para expresar ycomunicar. Así, la cuestión fundamental (elpensamiento ¿de quién?, ¿al servicio dequién?) resulta al fin imposible de plantear­se. El ocultamiento del papel de utilidad dela lIllengua» a la clase dominante es, puesun aspecto esencial de su funcionamientode ahí el mito de la «lengua comun» sefta­lado más arriba.

Una observaci6n se impone desde ahora: decirque la clase dominante «ha acaparado la Jengulpara su uso., que la ha «modelado» en su provecho, es una afirmación parcialmente inexacta (todos nosotros escribimos en un lenguaje atrapadoy que hay que precisar: así, en efecto, se corre elriesgo de hacer pensar que la clase dominante e~

64

Page 61: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

rodopoderosa. que hace exactamente 10 que quie·re. y esto sería un error grave. El proceso es his­tórico y dialéctico. No es en absoluto a partir deuna tabla rasa como la clase dominante modelala lengua. Ella se ocupa:

De una parte, de una adquisición tradicionalque no ha sido determinada y a la que se ve obli.gada a tener en cuenta. La lengua francesa no hanacido al día siguiente de la Revolución. Y son ta­les las contradicciones que la burguesía revolucio­naria del Antiguo Régimen ha contribuido amplia­mente a transformar la lt:ngua de manera muy mo­lesta para la burguesía dominante. No hay más quevel- su embarazo frente a la fórmula «libertad-igual­dad-fraternidad- que le había servido de instru·mento de combate cuando aún no estaba en el po­der; no hay más que ver la terrible dificultad enque se ha encontrado la burguesía para conciliar«todos los hombres nacen lib,-es e iguales» y el su­fragio censata.io que se apoya en «no es ciudada­no más que el propietario». oposición que desman­tela la ecuación :: los hombres son ciudadanos. Nies sólo el l~xico lo que está en entredicho, sino elfuncionamiento mismo de la sintaxis.

De otra parte, se ocupa de lo que le impone laclase que explota por medio de sus luchas, comoprendidas las del plano lingüístico: ei Manifiestodel Partido Comunista pudo ser escrito y leído enfrancés en 1848. Marx pudo escribir o ser traduci·do al francés, definiendo acertadamente con ellouno a uno todos los conceptos operativos que «lalengua» no comportaba. De ahí la apelación peyo·rativa de derminología marxista». Imponer el tér­mino «explotación», sustituyendo el de «miseria»,que remite a un análisis moral, hace estallar Hom·bre-en.general en cIases. lo que son victorias polí­ticas. De ahí la constante represión lingüística a laque se ve obligada la clase dominante: o bien ex­cluye del «buen francés» los términos «vulgares_como «lucha de clases». lChuelga» o oeproJetariado»

65

Page 62: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

sustituye «problemas sociales» o «proletario» (22);o bien responde por la peyoración sistemática (así.«materialista» es precedido de «con doblez.), laburla, la desviación (<<producción» se opone a ...«consumición»), la recuperación: después de habersido una palabra diabólica, lCfevolución» sirve paragarantizar la política gubernamental y para venderlos detergentes (<<una revolución en el lavado...• ).

Así. el modelado de la lengua por la clase do­minante es el resultado de fuerzas antagónicas.Además, no ha sido hecho de una vez para todas,sino que es un esfuerzo constante. Emprendido des­de la Revolución de 1789, se traduce en una políti­ca concertada de la lengua (unificación de la len­gua que llega a ser «nacional», lucha contra los dia.lectos). La burguesía, dueña de la enseñanza (es­tructura = primaria, secundaria, superior; progra­mas; reclutamiento y elección ... ), de las Academiasque establecen la «corrección» d~ la lengua de laprensa y de la televisión, ha conseguido imponeruna pretendida «lengua común» que, contrariamen­te a la ",evidencia», no es en absoluto un medioneutro de expresión, sino un útil al sen-ieío de susintereses, un instrumento de organii'.ación intere­sado por .10 real». Desde su toma del poder, laburguesía ha eliminado al proletariado como cla·se, no concediéndole más que con cuentagotas y se­lectivamente el acceso a un cierto nivel de la len·gua (el francés de la escuela primaria), de una len·gua ya atrapada. Doble ventaja, pues, de un lado,esta lengua, presentada como instrumento de ex·presión, es concebida para «expresar» una ciertainterpretación orientada de la «realidad», y ::;i rvc,pues, hip6critamente, de vehículo a las ideas domi·nantes, y de otro porque además esta otra políticasirve para justificar el lugar inferior concedido ala clase explotada, incapaz de «expresarse» en una

(22) Debe resaltarsc como un índice interesantc que cltérmino «sociedad dc consumo. es perfectamente bienveni­do en .textos.. de tono elevado.

66

Page 63: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

lengua más «evolucionada», a la que se le ha ve·dado el acceso (el manejo de la lengua que se apren­de en los Liceos y Facultades). Distinguir el .buenfrancés» del «malo», supone ya todo un aprendiza­je orientado y reservado, mediante una selccciónque comienza antes de la escuela. a una fracciónsolamente de los «franceses». Es tan cierto quehablar de «buen francés» significa manejar confor·me a sus normas la lengua de una clase, que en1876 un senador de la derecha se desenmascarabainconscientemente respondiendo a Víctor Hugo (en·tonces en la cima de su carrera y coronado contodas las distinciones que la burguesía podía con·ceder a un escritor) que él «no hablaball francés,cuando acababa de exigir, en un «período» aparen­temente «correcto»... , la amnistía de los Comune­ros. Seguy, aparentemente, no hablaba sin dudacorrectamente «francés» cuando se negaba a com­prender en qué se oponía ~c1a libertad» al derechode huelga, como le expUcaba tan claramente M. Cey­rae, a propósito de una célebre frase «A armasiguales». ¡Hay que ser bueno para «dialogar» congente que no «comprende» el sentido de libertad!,ni el de .diálogo», ni el de «participación», ni elde «humano»... ni nada. El impacto ideológico esdoble: hablar bien francés -en el sentido en quelo entienden nuestros gobernantes y sus académi·cos- es no sólo poner en escena idcas recibidas (ypor lo tanto, dadas), sino también confirmarlas.

y no he lomado aquí ejemplos más que a niveldel léxico, cuando es todo el funcionamiento de la.lengua» lo que hay que examinar desde este puntode vista. Así. el funcionamiento de los pronombrespersonales en .francés» es tal que «nos» se revelacomo un pronombre eminentemente político. Enla lengua cuidada, «nos» no designa más que unaserie de «yo» o el «tú y yo» del conjunto de loshombres, pero jamás una clase. (Quizá sería inte­resante desde este punto de vista estudiar la ho­rrible .incorrecciÓn» popular -nos, se... » que, Ji.

67

Page 64: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

gándose a una colectividad a la que el sujeto ha·blante pertenece, a lo impersonal, se revelaría qui.zá como una subversión del individualismo de quehace gala el buen francés.)

Oc todas formas, no es ésta la ocasión para cm·prender un análisis del funcionamiento de la len·gua francesa. El único punto que quisiera subra·yar y que justifica los pocos ejemplos que acabode evocar es que -escritura, lectura o habla-, lalengua no es un instrumento neutro, sino uno delos lugares donde se inviste la ideología dominante,uno de tos lugares donde se libra la lucha de cia·ses. Esta sería la tarea de un lingüista materialistaque consistiría precisamente en analizar este fun·cionamiento (23).

Toda aserción sobre «el contenido» de un texto,loda utiJi7.aci6n del reflejo, en la medida en queignora este nivel del impacto de la ideología do­minante al tratar la lengua como transparencia, es,pues, víctima de un efecto que remite a la ideolo­gía dominante.

La primera conclusión que vamos a sacar deestas breves precisiones, y que importa hasta el másalto grado para el estudio del funcionamiento delfen6meno literario, es que escribir o leer en fran·cés implica que uno se sirva de un instrumentoque no es inocente y cuyo funcionamiento, como larevisi6n, no depende de una decisión individual, nide tal escritor, ni de tal lector. Lo que no quieredecir que no se pueda hacer nada al respecto, sinoque hay qU(~ conoc~r las condiciones del combatepara poder luchar.

Así, no depende de un individuo -aunque seaccscritoh- el cambiar por sí solo el e1emento·cla­ve de las superestructuras que es «el francés •. Noes que no pueda en un sentido (que se anali1.arámás adelante) contribuir a ello, sino que el resul-

(23) er. por cj~mplo: la tesis de J. Dubois sobre Elvoc:abulario politico y social en Francia clesde 1869 a 187211962).

68

Page 65: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

tado no depende de su intención. Así, cuando P. Gu·yotat dice (Nouvelle Critique, marzo de 1971. pági­na 65): «Trabajo en la supresión, en la reduccióna la nada de ciertas palabras, de ciertos giros, deconjunciones. de pronombres .., cte., toca el vcrda·dero problema: precisando «trabajo en ...• , pareceaceptar situarse en una lucha colectiva que no po·drá desembocar en una transformación de «la len·gua. más que tras la victoria del socialismo. peroque puede también ayudar a ella.

Pero la cuestión que se ha planteado por losinterlocutores revela el otro aspecto del problema:.¿Cómo hay que comprcnder la Argcli ... de tu Ii·bro? la cuestión misma pone de manifiesto hastaqué punto. aunque sea entre marxistas. la int~n­

ción de transformación lingüística no es suficientepara imponer su modo de empleo. Y la verdaderacuestión es (o debería ser): .. Veste trabajo es eld~ WUl recomposiciótt IOtal ele 1t4 lengua: poder es­cribir u.n texto que conste de 280 páginas con lasI¡nicllS palt,brCls que yo juzgo digltlls ahora de fi­gurar en el vocabulario materialista.... , la inten·ción es ciertamente chocante. pero apenas remitea un análisis del funcionamiento de la lengua enrelación con la infraestructura.

Del mismo modo que una .lectura» individualno conseguiría cambiar por sí sola los mecanis·mos de la lectura tales como han sido ensenados.

No obstante, si este funcionamiento de la len·gua condiciona el fenómeno literario en su con·junto. a pesar de su carácter determinante, no essuficiente en modo alguno el dar cuenta de ello.Esto constituye, desde el punto de vista del análi·sis, un primer nivel. En efecto, no se lee solamente.francés. cuando se lee un poema, una novela ouna metáfora. Por otra parte, la actualización delcódigo-«Iengua. que es toda escritura, toda lecturacen francés., )a simplc percepción de un fragmentode «texto. como .descripción», por ejemplo. ac·tualiza loda una serie de reglas de creprcsentaci6n»

69

Page 66: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

infinitamente más complejas que las «leyes» de laperspectiva que condicionan la «visión» de un cua·dro, reglas tan rápida y «evidentemente» aprendi­das que no se tiene conciencia de ellas como deuna adquisición. como del resultado de un apren·dizaje. sino como de una «evidencia». Así, estas re­gias, tácitas la mayoría de las veces, no emanan enabsoluto de «la naturaleza dc las cosas», ni tamopoco de la del «Hombrc», ni dc «la lengua», sinode la dominación de una clase. Claro que, como parala lengua esa dominación está diferida, mediatiza­da, sería simplista decir que «la metáfora. o elsistema de los pronombres personales son instru·mentos políticos directos en las manos de la clasedominante. Y tanto más cuanto, como para la len·gua. esta última no ha legislado jamás en absolutoy sin oposición. A este nivel también se trata deuna resultante, pero aquí tampoco es neutro el ins­trumento.

Volvamos al ejemplo evocado más arriba: «leer.un fragmento de «texto. como una -descripción»supone -sin que sea incluso cuestión del juiciovuelto sobre si mismo. sino más bien del únicofuncionamiento de la «lectura- que se acepte, almenos implícitamente. que cela lengua» tiene porfunción «represcntar- la realidad. Es decir, que hay«una realidad» visible para todos y que los proce·dimientos de la escritura o el talento del escritor«pintan. más o menos fielmente. Reenvío a la de­finición dcl Diccionario Robert: «Descripción. Lit.pintura de las cosas concretas, más o menos cvo­cadora. según los procedimientos empicados». Seapoya en una cita de Albalat, Formación del estilo:«Hemos definido la descripción: un cuadro quehace visibles las cosas materiales.. Leer un textocomo una «descripción- supone también que seacepte la mentira que representa «la lengua_ y elconjunto de procesos retóricos como instrumentosde representación del mundo y no como instrumen­to de acción sobre él. Ello supone que se Ica el

70

Page 67: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

texto como transparente a un 4Ilreferente». cuandoes el encuentro del texto y de los lectores educadosen leerlo según ciertas normas lo que provoca elefecto de 4Il1"Calidad»: se pone desde luego un cui·dado especial en inculcar que los procesos de es­critura son medios fieles de expresión. ¡En efecto,son .fieles» al efecto que han producido!

Así. el solo hecho de leer un pasaje como una.descripción» -mecanismo, sin embargo. «automá­tico». pues un imperfecto o un término tal de ac­titud lo señala al principio de párrafo «el valle seextendía...• o .fumando su pipa, cl...,.- realizatoda una serie de ideas recibidas sobre la realidad,el lenguaje y sus funciones, el .estilo» como mediode expresión, el carácter universal de la percepción(cf. «visible.... ¿a quién?), cte., que aparecen asícorroboradas, operatorias y «evidentes». Todavíano he hecho alusión más que a .una descripción».¡Y qué decir de una descripción en una novela quesupone, entre otras cosas, toda una serie de códi­gos aprendidos: por ejemplo, la correspondenciaentre el «cuadro» donde se ve al héroe y la psico­logía de éste, gracias a la cual los lcctores sabende antemano .leer. en la usura de un tapete so­bre el que tal personaje está apoyado o en la ra·re1.a de su cabellera, la rapacidad de su alma, etc!

Así, pues, leer un fragmento de un texto comouna descripción es por esto mismo privarse de veruna reconstrucción y, sobre todo. la emergencia deun conflicto a mvel de lenguaje. Esto es tomarun trampantojo por un cristal. De golpe, todos losestudios de estilo son inconscientemente juegos deprestidigitación. centrados en el «arte de expresar»,como si lo que hubiera .de ser expresado» pudie­ra pasar, a través de la transparencia del texto, in·dependientemente de este «estilo- mismo. Remitoa un análisis de Valéry que revela con la mayorsimpJe7.3 este proceso. en general muy hábilmenteenmascarado (cf. Valéry, PI. l, páginas 775-776).Pero es a todos los niveles como hay que estudiar

71

Page 68: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

sistemáticamtmte, en su relación de funcionamien·to histórico con la infraestructura y las superes­tructuras, los códigos tácitos cuya confusión con·diciona. no sólo el .iuicio. sino la simple icctura:en efccto. cuando se lee (24) un «texto» se lee nosólo «francés» -con todo lo que esto implica yde lo que yo no he dado antes más que unas cuan·tas ideas-, sino un «texto. --con todo lo que elaprendizaje escolar ha inculcado de ideas recibi·das y convertidas en «evidentes .. gracias a esta no­ción (así. una «falta de gramática.. en un «texto»es leida. bien como una • licencia poética., biencomo un .arcaísmo», bien como una errata deleditor. como una «falta.). Pero se lee también re·tórica --con todo 10 que las reglas del arte del dis­curso implican (25}-, se lec una novela o un poe­ma. etc. --con todo 10 que la noción que se tienede cada «género» lleva consigo: una «descripción»en una novela se lee como un indicio del «carác­ter» de los «personajes». mientras que un poemase Icc como la «expresión del estado de ánimo delpocta». etc.-, se lee además un «texto de X» y selee, pues. a través de las ideas que se han recibidode los diferentes genios del Panteón literario (asi.las alusiones a los problemas de dinero se cr Icen»en un «texto» del Abate Prévost como «los obstácu·los que. fatalmente, se interponen al amor; sin em·bargo, en una «novela de Balzac» se leen como «lapintura de la sociedad.. hecha por un historiadorde costumbres), En fin. se leen todos «los textos..como si fueran parágrafos del gran discurso sobreel Hombre que, de Montaigne a Sartre, o de Platóna Kafka. pasando siempre por Pascal (lugar de paso

(24) Aun habrá que precisar. para un análisis profun­do. que representa OIse.. (OIon.. en francés). con las varian­les de lectura esenciales que ello supunc.

(25) ef. a título de ejemplo el análisis de Guedj: OILe,lrfonde.. eH "la; 1968 y las funciones de la simetría en lospCliodos. Aún será preciso mostrar cómo esta simetría s....pone loda una tradición cristiana para ser .. reconocida ..convincente.

72

Page 69: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

obligado de toda disertación) se mueve más altuque toda Historia. en el cielo del genio y del co·razón humano reunidos. Aún no he abordado másque el condicionamiento de «lectura» aprendido rá·pidamente t:n la escuela que es la «Iectura.para­preparar.una-explicación.de texto» o para • hacer­una·disertación» y de las que las «cuestiones» delLagard et Michard dan una buena idea: sin embar­go forma, de modo privilegiado, la manera de leerque el «alumno» deberá tener.

Sin entrar por el momento en detalles de aná·lisis que son no obstante esenciales y no han sidoemprendidos todavía, se puede afirmar que el fun­cionamiento del fenómeno literario reposa sobre(si no es que se reduce a) la ejecución enmascara·da, escritura tanto como lectura, de «códígos» so­bre un «código» (la «lengua») y cuyo análisis his·tórico y dialéctico es indispensable en el estudiodel .fenómeno literario».

Además, estos .códigos» no son instrumentosde expresión o de transmisión neutros. sino que sonproducidos y utilizados por la clase dominante. nobajo la forma de un sistema estático, sino en unalucha incesante cuyo origen está en los conflictosde clase y que le da por el momento la preeminen.cia. Así, la ideología dominante (en el sentido quese le ha dado mds arriba), contrariamente a lo queconcluyen los teóricos mccanidstas del reflejo (in.cluso del reflejo deformado), se inviste a diferen·tes niveles de funcionamiento del fenómeno litc­rario. según diversas instancias y diversas modali·dades.

Preciso aún que este análisis del fenómeno !i­tcrario, como ejecución de códigos sobre un códi·go, no tendría en ningr4tl caso que rendir cuentade su funcionamiento de una forma exhaustiva. Nose puede reducirlo sin simplismo: sin embargo,éstas son sus condiciones.

Defino por otra parte los «códigos» en uu sen·tido muy amplio, como lodos los mecanismos

73

Page 70: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

aprendidos, convertidos etl automáticos y sentidoscomo «evidentes., que permiten escribir y leer enuna época dada en una sociedad dada. exactamen·te igual como la simple percepción de un espectácu­lo de no japonés implica, de parte del público, delos actores, del autor, la práctica de un código desímbolos sin el que los gestos no pueden .leerse»ni concebirse. Estos c6digos no so,) nerdros, sinomodelados, a partir de una herencia que se ha re·cibido y contra las tentativas incesantes de la cia·se a quien domina, por la clase dominante que.además. los oculta en tanto que instrumentos desus intereses y los presenta como instrumentos deexpresión y de comunicación al servicio de toodos (26).

Ahora hay que exponer el problema más difícil.Las ideas dominantes, las de la clase dominante,dominan al conjunto de la clase dominante y dcla clase dominada. Sin embargo, no son todopode­rosas. Justamente porque, sicndo máscaras de in·terescs parciales, no pueden rendir cuenta más qucde una cierta interpretación de la «realidad. y por­que, por definición, tienen por tarea enmascarary no .desvelar., como pretenden. No son operato­rias más que en un campo definido de la clase do­minante y no podrían explicar lo que de antemano«han expuesto» como .evidente., es decir (d. de­finición del Diccionario Robert): .que no tiene neocesidad de ninguna otra prueba.. La fuerza mis­ma del análisis marxista es cambiar las cuestionesy precisamente pedir pruebas a las pretendidas .evi·dencias», que no pueden aportarlas, También e~

indispensable analizar cómo y por qué la «lengua»y todos los «medios de expresión 10 ~stán atrapados,del mismo modo que hay que guardarse de un ra­dicalismo desesperado que sería políticamente, perotambién científicamente, erróneo. No sólo Marx,

(26) En este semido, la oc1itcralura.. es baSlante comoparable en su funcionamiento 1.\ la liturgia (ef. el articulode Antoine Casanova en .. La PcnséclO. febrero de 1971).

74

Page 71: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

ya se ha dicho, ha podido escribir en esta .lengua..atrapada lo que ella estaba hecha para no decir,sino que la existencia misma de la censura es sínto­ma de las contradicciones en las que se ha enre·dado la ideología dominante, y por ello, una vezmás, el fenómeno literario debe analizarse dialéc·tieamente. La escuela gratuita y obligatoria. unavez conseguida por las luchas de la clase explota.da, ha sido muy bien utilizada como vehículo delas ideas dominantes, lo que no impide que hayaservido también mucho a la clase obrera. dándolelos medios -aunque estuvieran «atrapados»- paraexpresarse, organizarse y extender sus ideas.

En la Francia actual es cierto que es la claseexplotada la que Corre el riesgo de ser más fuer­temente influenciada por los 4lvalores culturales»que la burguesía intenta inculcarle, y no es ella laque escoge plantear la falsa alternativa -culturaburguesa» o «no cultura», enmascarada bajo lostérminos «cultura» o «incultura». Ante este falsodilema, la clase explotada no puede sino escoger-y es lo que hace- -cultura», poniendo en ello otraintención y comenzando por reclamarla para to­dos, lo que no quiere dedr que esté engañada. Perola clase explotada casi no tiene ya nada, despuésde un siglo de cultura propia, si no es en el domi­nio político. La burguesía reinante ha liquidadomuy cuidadosamente, en nombre de la unión na­cional. todos los vestigios de cultura -popular».

Es cierto que la clase explotada. no -aprove­chando» más que los primeros ciclos de la ense­ñanza, concebidos por la clase dominante para edu­car reclutando (bajo la pena de no ser educado deltodo), teniendo, pues, menos útiles críticos en estedominio y menos tiempo crítico que la burguesía.estando mucho más exclusivamente sometida a latelevisión y a la radio. así como a los films llama­dos «comerciales». pero que son sobre todo vehícu­los ideológicos, se ve empujada -tan paradójicacomo lógicamente- a hacer suyos los valores culo

7S

Page 72: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

turales ~stablccidos por la clase domimlllt~. Tar.·to más cuanto que, al menos durante largo tiempo.la urgencia de la lucha no se llevaba sobre este:punto y la clase obrera no ha tenido apenas tiempode forjarse útiles en este nuevo combate.

Sin embargo, sería tan peligroso subestimar laautonomía de la ideología dominante, y en generalde las superestructuras, como limitarnos a su sim·pie análisis. Esta actitud lleva directamente a laconclusi6n de que los únicos legisladores auténti·camente revolucionarios -siendo la clase explota·da por sí misma incapaz de escapar a las coaccio­nes ideológicas que tanto pesan sobre dla- seríanlos artistas y los intelectuales que, unidos por unaparle a las posiciones de la clase obrera. y arma·dos por otra de «mejores. instrumentos criticosque ella. escaparían por ello doblemente a la in·fluencia de la ideología dominante, al menos enel dominio llamado «cultural •. Por una parte, estosupone que se ratifica la noción de un dominiocultural específico, mientras que, por el momento,la delimitaci6n de las fronteras y de la especifici.dad de este «dominio. es de la jurisdicción de laclase dominante, que excluye de él cuidadosamen.te todo sobre to que no tiene medios para legislarsoberanamente (por eso he insistido al principiosobre la necesidad de definir como dominio de es­tudio un tipo de funcionamiento particular y no unconjunto de «textos» que estaria «ahí.: extraer 'aespecificidad de un conjunto delimitado por la cla·se dominante, incluso si debe rendir cuentas de loque le imponen las luchas de la clase dominada.acaba legitimando su elección).

Por otra parte, confiar ia soberanía crítica bajoel pretexto de que son especialistas en la materiaa un grupo de individuos que, así aislados, no pue­den ya, quiéranlo o no, escapar a la influencia dela ideología dominante, no es solamente un errorpolítico. Por difícil que sea este problema, la unióncon la clase obrera es teórica y prdclicamente csen·

76

Page 73: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

cial. Teóricamente, porque la especificidad dd fe­nómeno literario está, en nuestra sociedad de cla­ses, detenninado de hc.'Cho, no desde su naturale·za, sino desde su función social (sólo en una socie·dad sin clases podría adquirir su verdadera espe·cificidad que actualmente está dominada por la desu función). Así, la pertinencia misma de un análi·sis científico depende de su r~conocimicnto comofenómeno social -cualquiera que sean las media·ciones que le confieran una aparente autonomía ya pesar de la presión ideológica que lleva, bajoformas sabias, a hacerla aparecer como irreduc·tible.

Es, pues, necesario avanzar por el camino abier·to por Lenin y que Claude Prévost ha analizado aqui(número de la Nouvelle Critique de marzo de 1971).Señalando en todo momento que Lcnin, «en el do­minio de la literatura» no «enseña un lenguaje nue­vo. y que «participa espontáneamente de la ideo­logía del «genio» y del «gran escritOr» (página 75),Claude Prévost subraya el aspecto positivo de lacrítica de ~nin sobre Tolstoi: «Lo que puede, pues,implicar que la eficacia de la literatura se mani·fieste a muchos niveles. (página 77). En efecto, apesar del carácter ideológico de las nociones delas que se sirve, Lcnin pone de rdicvc dos puntosesenciales:

1) Que la literatura puede tener una eficaciaque no es necesariamente la que le es reconocida.

2) Que esta eficacia no depende sólo de lostextos, sino de la utilización que se les dé -o quese les puede dar.

Además, calificando ciertos textos de «geniales»o de «grandes», Lenin se manifiesta contra la ideade que todo depende de la lectura o de la utiliza­ción de los textos como objetos inertes. Establece.pues, la noción que yo intentaba definir antes en·tre lIldistorsiones» y «disfuncionamicntos•. Lo pr~·

77

Page 74: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

dsa incluso, en términos que ciertamente se debendiscutir, afirmando que la .prensa libera]» «nO tie·ne derecho» a calificar a Tolstoi de .gran escritorlt.Hay que subrayar que las dos .lecturas lt , la de la«prensa liberal- y la suya, no sólo son «diferen·tes», sino que la una es manipulación «ilegítima»y la otra análisis «legitimo». Si nos desembaraza­mos de estas metáforas jurídicas reconoceremoscon facilidad que para Lcnin las diferentes lectu·ras no son «igualeslt y que la pertinetlcia teóricade la suya está fundada en su relación con la in­fraestructura socioeconómica: en efecto, lo quefunda la «grandeza» de Tolstoi a sus ojos es queél «plantea» los problemas, «expresa» los «aspec·tos esenciales» del «movimiento real». Es decir, que«un gran texto» deja emerger a su manera los con·flictos de clases por otra parte enmascarados. ¿Po·demos decir, como lo hace Lcnín, que Tolstoi «plan.lea» los problemas o «expresa» estos «aspectosesenciales»? Los términos son ciertamente inexac­tos porque el texto de Tolstoi no «expone» a losojos de todos, los verdaderos problemas ( ¡Testimo­nio, la prensa liberal que Lenin ataca!), ni tampo­co «expresa» los aspectos esenciales del movimien·to real para todos. Si vuelvo a tomar los términosque he propuesto más arriba podemos decir queel texto comporta las distorsiones que pueden ser.ya enmascaradas o recuperadas en el csteticismo(prensa liberan, ya bajo condiciótl de una lecturamotivada por intereses de clase opuestos a los queella legisla (ejemplo: la lectura que hace Lenin), oser, por otra parte, analizadas en su relación -me­diatizada- con la lucha de clases (cf. «plantear»los .problemas», etc.), por otra parte utilizadascomo disfuncionamientos: los únicos que rendiráncuenta de la .grandeza» del texto, es decir, de loque ha fundado su erección como obra maestra.

Sobre el primer puntQ: «otra» eficacia: hay quecombatir aún la falsa alternativa impuesta: utili·dad/gratuidad. La «)jteratura» es siempre útil (com·

78

Page 75: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

prendiendo en ella sobre todo lo que se llama «poe­sía pura»). El problema consiste en analizar a quiény c6mo. Esto no es fácil porque la clase dominan.te ha enmascarado siempre con «gratuidad- 10 quele era útil y ha llamado «utilitario» (peyorativamen­te) a lo que le era hostil o al menos 10 que le pa·recía uti1i7.able por su adversario. Es así como lanoción, tan «evidente», de «obra de tesis- no haservido jamás de hecho más que para designar lasobras que parecían remitir a una ideología anta­gonista o las que, bien pensantes, eran demasiadoburdas: las que parecían peligrosas (27).

Sobre el seglmdo punto: La utili1..ación que sehace, que se puede hacer, de los textos. La clasedominante pretende siempre, por una trasposicióninteresada, ponerse al servicio de los textos, escla·recerlos, interpretarlos, mientras que los pone a suservicio, primero, condicionando a lodos los nive·les su producción, luego, manipulándolos en suprovecho.

Así, «leer» un texto en «francés_ significa «/ta·blar» de un texto, incluso mentalmente. Esto estan verdad que ahora está «de moda. titular uncurso (= un discurso) «lectura de»: Hacer una«lectura de» es producir un discurso sobre. y seencuentra al otro extremo la trampa del lenguaje.Esto implica que lo que no se puede decir no es.lectura-, pues precisamente la eficacia que pue­den tener los «textos_ no se limita a lo que se digade ellos, o sea, a lo que se pueda decir de ellos. Te~'

timonio de esto, la confesión que cierra todas lastesis: los cientos de páginas que preceden no pre­tenden agotar el irreductible .misterio» del «genio»de! «autor.. Dicho de otro modo, la explicación (pue­de ser de más de mil páginas) no explica ni siquie­ra lo que motivaba la empresa: el genio del autor.Un segundo índice tiene que despertar la descon-

(27) Ver la definición qUt: da Sartre en SituatiOllS 11.)áginas 238 y siguientes. de las .obras de tesis•.

79

Page 76: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

fiam.a: d famoso .. nosl> da las críticas, que remitede hecho a lIlnosotros que sabernos leer., designa,no sólo a la clase dominante, sino a todos los queleen a través de los códigos que ella enseña, desdela escuela primaria.

Así, pues, si en nuestra sociedad la burguesíatiene el monopolio del aprendizaje de los códigosde leeturaiescritura, por una parle, ellos se reve­lan inaplos para definir ese «residuo» que «escapaal análisis» y que remite alegremente al «misteriodel genio- (¡inefable!); por otra parte, nada auto·riza a limitar la eficacia de los textos a los discur­sos sobre ellos, ni incluso a lo que un lenguaje sininocencia permite decir o escribir.

También, frente a los olcódigos» definidos anotes, propondré, a titulo de hipótesis, que existe loque llamaré:

Modo~ de percepción: Designo así los modos deaprehensión de Jos textos que, no pasando por los«códigos» aprendidos, no están sometidos a la le·gislación lingüistica y estética de la clase domi­nante. Manifestándose bajo la forma de «impre­sión,. y a veces de actos, son casi informulables en"Clengua común-, el «bucn francés» (hecho para sus­tituir su formulación). Su relación con los textosde los cuales dan testimonio escapa, pOI' definición,a la!\ «críticas•. Corresponden a un tipo de «utili­ladón» de los textos diferente del que va en pro­vecho de la cIase dominante y que ella enseña; co­rresponden a la utilización de la «literatura. desdeel punto de vista de la clast." explotada: suscitadospor la experiencia concreta de la explotación, a des·pecho del aprendizaje escolar. constituyen un tipode aprehensión de los textos tan alejado como ~ca

posible del discurso y de su redoblamiento Ilam::!·do .lectura•. Es tarea de una crítica marxista tl"nerlos prioritariamente en cuenta, analizarlos yen·contrarIes una formulación. Es lo que hacía Leninen sus artículos sobre Tolstoi, a través de las tramopas de un lenguaje que reprime.

80

Page 77: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

Así, pues, si nos plant~mos esto desde el puntode vista del funcionamiento del fenómcno literario.tcndremos que sustituir la tradicional oposiciónescritura/lectura (que no es más que seglltldaJ porla oposición entre, por una parte, los códigos delectura/escritura (Jos que condicionan la escrituray lectura en una época dada en una sociedad dada),y, por otra parte, los modos de percepció,,/dis/or.siones. Se aprecia que estos moclos de percepciónson los que haceti posibles los disfuncionamicntosmás arriba definidos.

la oposición «técnica. de dos operaciones tan«evidentemente» diferentes como escribir y leer nodebe ser puesta, como lo es, como primera y de·terminante. Su pertinencia no existe si no se la si·túa en su lugar. que es el segundo. Escribir, comoleer, es siempre plantear al lenguaje. a las normas«estéticas- establecidas, cuestiones. El punto fun·damental no es: «¿escribir o leer?, sino «¿quécuestiones?. Porque plantear cuestiones al lengua·je, a la retórica, al soneto o a la novela (escribién.dolos o leyéndolos) es pl~ntcarlas, a través de múl·tiples mediaciones de las que se ha dado nOliciamás arriba, a la sociedad en la que vivimos, habla·mos, escribimos.

81,

Page 78: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

VI. Definición dcl objeto estético

La lucha que se entabla a nivel del conflicto delenguaje y de ejecución o discusión de los códigos~e escritura/lectura es a la vez. para cada -tcxto».en cada época. una meta (de las -distorsiones») yun punto de partida (de los -disfuncionamientos»).

Pero ello no es perceptible en todo momentomás que según las normas mismas del -sistema»ideológico dominante: esto reduce automáticamen·te todo lo que remite. desde una ideología irreduc­tible a la suya. a:

negaciones;carencias;o a una «originalidad» que proviene del miste·

rio del individuo.

Siendo Incapacidad. Ridiculo o Genio las varian·tes de una misma oposición que no habría de ex·plicarse por criterios _técnicos» o «literarios», sinoque puede analizarse muy bien en relación con lafunción del fenómeno literario en la batalla ideo­lógica. La fórmula más sintética que ha encontra·do jamás la burguesfa en este dominio es la famo·sa -Ay, Víctor Hugo! », de Gide, como respuestaa la cuestión -¿Cuál es el mejor poeta francés?».Ella une -paradójicamente» -pero de la manera,de hecho. más -dójica». es decir. la más conformecon los deseos de la clase dominante- el máximode alaban7.a (= Genio: el mejor poeta francés), conel máximo de escarnio (= ce iAy! »). 'El lugar geomé·trico de esta aparente paradoja es: peligro.

y ello porque esta fórmula se ha convertido enun sujeto privilegiado de .disertación», ejercicioconsistente en reducir el rompecabezas de una cita

83

Page 79: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

al contenido ideológico esperado, que el alumno(= no-genio) debe enunciar en términos claros(= buen alumno), traduciendo lo que el genio cri­lico ha sintetizado «misteriosamente•.

A partir de una contradicción: Victor Hugo == ridículo + genio, el proceso es el siguiente:

a) El genio-critico encuentra una .fórmula.misteriosa y realiza metafóricamente una síntesisimposible: una fórmula profunda.

b) El alumno reduce esta fórmula a su .Iec­ciónlt.

e) El alumno. cuando llega a ser adulto. cree.Ieer» a Victor Hugo y tener .ideas personales» re­produciendo .libremente» las de Lagard et Michard& Gide. Dicho de otro modo, el adulto (= infor.mado. hombre y capaz de juicio) sabe entonces di·lucidar espontáneamente:

- lo que, en diversos grados, corrobora el .dis­curso sobre el hombre., que se perpetúa;

las carencias «humanas. que limitan la per­fección en talo cual texto;

- los misterios que lo subliman. C. Q. F. D.

Esta .molestia» que el «sistema» reduce segúnla coyuntura (cuando, y no hay que olvidar estc.'punto, no ha conseguido buenamente censurar losescritos que son, incluso indirectamente. portado­res de ella) a la incapacidad o al ..genio» individualdel hombre-autor, tiene. como ya se ha dicho. susrazones objetivas en la emergencia de elementosqU(; remiten a una ideología antagonista de la dequien reina y legisla.

Los modos de emergencia de esta última no sondel mismo orden que los que resultan de la ideo­logía dominante. No son elementos o un «nivel ..separables, aislablcs. sino obstáculos para bailar en

84

Page 80: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

círculo. También el mOVimiento de- I:ontradiccíónperceptible en el «texto» entre todo lo que remite.a diferentes niveles. a un sistema afirmado y porotra parte todo lo que. a través de diversas media­ciones. pone en discusión sus cimientos o las más­caras justificativas produce el efecto estético.

Este movimiento permanece perceptible a traevés de la sucesión de épocas y regímenes sociales.aunque sea diversamente explotado: lo que expli­ca que ciertos textos .literarios» no se «sobrepa·sen,. una vez explicitado, por otra parte, lo que enellos no era más que oscuramente perceptible (ba­jo forma de disonancia o de innovación formal enel momento de su aparición); la tensión que se pro­duce entre órdenes de naturaleza diferente perma­nece «legible», es decir, utilizable. Esto explica tamobién que ciertos «textos», reconocidos como obrasmaestras. cambien de «campo» en una época dada:así, las novelas de Balz3c, recientemente pasadas«a la izquierda». Ante el hecho mismo de la exis­tencia de los «modos de percepción», sobre los quela ideología dominante no tiene poder, la legisla·ción de esta última no puede ser omnipotente. Son.pues, en una época dada, en un sistema social dado.considerados como .literarios» los textos cuyasdistorsiones son perceptibles. es decir. los textosque «plantean problema» y se encuentran con quetienen una utilidad coyuntural (<<reducir» urgente­mente, en lo que respecta a la clase dominante;utili1.ar, poner al día, en lo que incumbe a la clasedominada). De ahí la movilidad del .corpus litera­rio» evocada antes. según la época, el sistema so­ciopolítico, la pertenencia de clase de los quc la de­termina. Son rechazados de este «corpus» todoslos textos que:

- aparecen muy «simples». aquellos cuyas dis·lOrsiones no son perceptibles (ejemplo.H Bordeaux o Delly);

85

Page 81: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

- pero también los textos teóricos, el lenguajecientífico, los periódicos o los discursos po­líticos; aquellos en que la «opacidad» dellenguaje, como se dice metafóricamente, noparece, en un momento dado, estorbar latransmisión del «mensaje». Ocurre, sin emebargo, que estos .textos» cambian de esta·tuto y entran en el .corpus. de otra época(ejemplo. E. Sue, o incluso Descartes. sobreel que en la Sorbona no se podía hacer unatesis literaria no hace mucho, ¡porque era un.filósofo. y no un -autor literario.!).

Asi. la palabra .Belle7.a. (como la de -miste­rio.) enmascara, bajo la ficción de una esenciauniversal. las contradicciones. Ante la misma obrade arte o el mismo texto, unos experimentan unplacer motivado por la percepción de elementossubversivos o de ruptura -aunque no los reconoz·can como tales bajo el disfraz de sus mediaciones01 formales»-, otros experimentan el placer ligera.mente vertiginoso (y complementario del primeroque acabo de referir), que proviene del cosquilleotranquilizador de sentir perceptibles, pero conteonidas. las rupturas y contradicciones del sistemaideológico dominante del que ellos son paladines-aunque este placer les parezca desinteresado.~,utónomo o específico.

86

Page 82: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

Los disfuncionamientos de las normas delcuento en • Candlda.

Page 83: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

Partiremos aquí de un punto de vista queno es posible fundamentar en este artículo -seráexplicado en otra parte-, y por eso pedimos alos lectores que lo acepten provisionalmente, aun·que sólo sea a titulo de hipótesis. No tomamoscomo objeto de estudio uno o varios textos en elsentido en que texto designa una obra hecha paradecorar, y que posee un «verdadero sentido» quelos lectores sucesivos desvelan o traicionan; paranosotros, la noción de texto no es un punto de par·tida sino un momento en un proceso social com­plejo.

Definamos, pues, nuestro objeto: el funciona­miento, y no la esencia, del hecho literario, comoprendiendo en él lo que condiciona su existencia,constitución de diferentes códigos estéticos, es­tructura de la enseñanza y de la edición, etc. Noscontentaremos aquí con un estudio parcial sobreel funcionamiento de lo que las clases en el poderhan erigido primero en texto por la edición y ladifusión, y después en obra maestra por la utilí·lación escolar y crítica, tomando como ejemplo elCandide de Voltaire.

Entre los diversos tipos de impacto que ha po­dido tener y que tiene Ca~ldide según las legislacio­nes estéticas en vigor en diversas épocas y segúnsus lectores, no nos detendremos aquí a estudiarlas diferentes lecturas conformes, es decir, las di·ferentes maneras de utilizar este -texto" que hanparecido sucesivamente aprovechables a tal o talfracción de la clase dominante.

Lo que aquí nos interesa es el estudio de lo»disfuncionamientos, digamos de las fallas aparen·temente técnicas o estilísticas que, a través de di·

89

Page 84: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

versas mediaciones, corresponden a los interesesde las clases explotadas y son perceptibles en unalectura adversa, aunque siempre eludidas o recuaperadas por las lecturas conformes. Esto implicaalgo que no podemos enunciar aquí más que a tí·tulo de postulado:

l." Que, habida cuenta de la relativa autono­mía del hecho literario y de las mediaciones muycomplejas por las que se manifiestan y se invistenlos intereses de las clases antagonistas, son, en úl­tima instancia, estos intereses los que determinanlos criterios de juicio «estético».

2.° Que el funcionamiento mismo del hecho Ii·terario entraña la necesidad, para que un escritosea constituido en texto y posteriormente en «obramaestra., de que dicho escrito encubra disfuncio·namientos cuyo peligro señalen, y por tanto su in­terés, es decir. el despliegue de una particular in·dustria intelectual para reducir al «texto» a unefecto «conforme•.

3." Que estos disfuncionamientos (de aparien­cia estilística) corresponden más o menos oscura­mente a los imperativos estéticos reprimidos de unaideología antagonista de la que reina.

Así. en el hecho literario, tal como globalmen·te se presenta. existen lo que se llama «géneros».producciones de un grado diferente al que poseenindividualmente las obras maestras. Lo que definelos géneros, el sistema de referencias que los en­cierra y los sitúa, entra, por tanto, dentro de nues­tro objeto.

Si se intenta aislar los caracteres que definen-sincrónicamente- el «género. del cuento, que lodiferencian. a partir de las normas estéticas en vi·gor, de otros tipos de escritos y que por ello con·dicionan su lectura. parece que los caracteres si·guientes son a la vez necesarios y suficientes:

90

Page 85: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

En un cuento -o más bien, en la idea recibi.da que el lector se hace de él, de entrada, y quedefine las condiciones de su lectura- se exige yespera como una .ley del género».

1.° Que el encadenamiento de los aconteci.mientos sea dado como fantasista sin cuidado delegitimaci6n por ]a .verosimilitud» que se exigeen la novela y que sin embargo «entorpecería lavivacidad necesaria al cuento».

2.° Una acumulación de aventuras -sea cualsea la importancia relativa que se les dé- quedesafíe lo que pudiera definirse como «posible enla vida».

3." Intervenciones o acontecimientos sobrena·turales o milagrosos.

4.° Que los «personajes» -que no son .más»sino «de otra forma» convencionales que en la no­vela- sean dados como convencionales y a menu­do señalados como tales por cualquier rasgo par·ticular y anodino como el tupé de Riquet.

5.° Rasgo ligado al precedente, que la ficciónsea exhibida como tal constantemente, mientrasque en la idea que uno se hace del «género» nove·la se espera que sea enmascarada por diversos pro­cesos de los que el lector se convierte en cómplice.Todo lector de cuentos espera que se le adviertay readvierta que «esto es un cuento».

6.° La ausencia deliberada de toda referenciaa la Historia o a la Geografía, o al menos a lo quees, en una época dada, presentado por otros comoHistoria. El cuento lCocurre» en tiempos o lugaresdefinidos por la convergencia del mito y de la atem­poralidad (una cabaña en el bosque, un país leja­no y «érase una v~.).

9]

Page 86: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

Pero estos caracteres del cuentu no sun unasimple serie de signos estilísticos distintivos: es­tán orgánicamente ligados unos a otros -como elaspecto de «marioneta» que se subraya a menudoen los .personajes» del cuento está orgánicamenteligado al encadenamiento y a la acumulación deaventuras, igualmente constitutivas del género.

Sobre todo, estos diferentes caracteres conver­gen para producir en la lectura un efecto definiblecuyo papel ideológico trataremos brevemente dedemostrar. El cuento se presenta deliberadamentecomo no-realista.

Hay que precisar esta noción confusa de rea·lismo. La palabra misma es una trampa porque im­plica la conformidad con lo .real. sin poner enentredicho la idea de lo real que puede formarsetalo cual clase de la sociedad en una época dada,o peor aún, como si «la realidad. se impusiera porsu evidencia al buen sentido universal. Se llamarealista a toda obra de arte que parece conformea la idea que uno se hace de la realidad. Asi, deuna parte, esta idea está ligada a la situación declase (todo depende de lo que se es), de otra par·te, los sistemas de representación, la ilusión de laconformidad, están igualmente ligados a todo unaprendizaje estético segregado del sistema ideoló­gico. Dicho de otro modo, es percibida como rea·lista toda obra que produce sobre tal público unefecto de reconocimiento, que corresponde a loscriterios aprendidos de .realidad. y responde a loscódigos aprendidos de representación. De donde eldesplazamiento de los criterios del .realismo» deuna época a otra, de una clase social a otra y elefecto subversivo producido por la utilización enun cuento de elementos que pasan por realistasen su época.

Así, todos los caracteres que hemos aislado másarriba tienen por resultado poner deliberadamen­te de relieve las convenciones del cuento, situarloen un mundo de ficción visible. Esto lo diferencia

Page 87: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

claramente de la novela, donde la convención y laficción, también presentes, .deben. ser enmasca·radas (cf. en el siglo XVIII la frecuencia de proce·dimientos utili7.ados para autentificar las novelas:manuscritos encontrados en un granero, intcITup,ción disimulada o cortes del texto. cte.). El cuentose da como un exilio provisional; como una vaca·ción en un mundo donde todos los condicionamien­tos (sociales y naturales. puestos en un mismoplano) desaparecen. y es a ello hacia donde con­vergen todos los caracteres enumerados más arri·ba: mundo de sueño con la consciencia de sueño.Todo ocurre, en fin. como se lo sueña. como se haaprendido a soñarlo. Lo que en otras partes es de­finido como imposible (las alfombras vuelan y los...pobres se convierten en ricos) se vuelve aquí má·gicamente posible. Compensación-exutoria. el cuen·to confirma paradójicamente ci orden de cosas quetransgrede. La ficción presente y desvelada. cso eslo que son también las hadas o los genios. perso­najes «fuera de clase» definidos tan sólo por sualtura. su peinado o cualquier anodina parlicula.ridad.

Sin situarnos aquí sobre el plano de las pre­tendidas intenciones de Voltaire. descuidando de·liberadamente el «sentido profundo» de Candide.querríamos tratar de analizar al nivel del efectoproducido cómo los procedimientos del cuento fun·cionan en él de manera ambigua. legibles a la VC7.

en su funcionamiento «conforme» -y Candide res·ponde perfectamente a las oc normas. del cuento-.pero también perceptibles a contrapelo para aque­llos cuyos intereses de clase se oponen a los de laclase dominante -que era lo que ocurría para laburguesía en el siglo XVIII. A ello limitaremos nues­tro estudio. que, sin embargo, debe ser prolonga·do al siglo XIX por la investigación de las diferen­tes lecluras que hará de Ca"dide la burguesía. estavez reinante.

En el siglo XVlIl. las relaciones de la ideología

93

Page 88: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

y del hecho literario no son asimilables a las quemantienen después de la revolución de 1789. Aun·que es una afirmación aproximada, y a pesar dela dificultad de criterios no es la aristocracia queestá en el poder, sino una de las clases dominadas(la burguesía) la que, sin embargo, tiene amplioacceso a los medios de expresión e incluso es aro·pliamente mayoritaria en la producción de lascobras literariaslt (l). En tanto que después de larevolución la burguesía en el poder ha monopoli­zado enteramente los medios de expresión sobrelos que es la única en legislar, y el proletariadoestá en tanto que clase completamente despojadodel lenguaje y de una manera general de todos losmedios de expresión.

Por esto no es extraño encontrar en las obrasdel siglo XVIII la huella de ideologías contradicto­rias. Y ello no sólo bajo el l1nico aspecto de loscontenidos patentes, sino incluso en el funciona·miento y en los disfuncionamientos «estilísticos»o «estéticos- de los cánones literarios. No nos he·mos detenido aquí en la consideración del cautor»,aunque fuera bajo el ángulo de su pertenencia declase. Desde nuestro punto de vista -el del efectoproducido y del funcionamiento de los textos- noes ciertamente el estudio de Montesquieu o de susintenciones, lo que permite analizar cómo el espíaritu de las leyes ha podido ser utilizado por la bur·guesía revolucionaria (2).

Nuestro intento consiste en discernir en quésentido los caracteres constitutivos del cuento que,como se ha visto, militan a su nivel como mante­nedores del orden establecido, funcionan de hechoen Candide sobre un doble registro:

-De una parte, «conforme», que permite al cuen­to ser un «cuento» y, por tanto, ser leido como tal.

(1) Cf. Aa SoBOUL, La civílisatúm el la Révolution Iran­~aíse.

(2) Cf. A. SoBoUL, op. cit., pág. 3$1.

94

Page 89: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

- De otra, «subversivo., que socava el cuentodesde el interior para aquellos lectores que tieneninterés en hacer de él esta lectura (3).

Hay, sin embargo, que tener en cuenta, bajopena de esquematización reductora, el hecho deque las dos funciones están ligadas y de que el se·gundo no existe más que por su relación al pri.mero.

Tomaremos sucesivamente el funcionamientode cada carácter del cuento en Caudide analizandoprimero su efecto conforme y después los disfun·cionamientos que nos parecen corresponder obje·tivamente a las necesidades de la clase en auge, laburguesía (4).

J. El encadenamiento tantasista de aventuras

Desde un punto de vista «conforme., tiene porefecto establecer Ja red misma y el ritmo de lo im·posible: que una o dos aventuras extraordinariaspuedan dar la impresión de verosimilitud o al me­nos de ejemplaridad, es lo que en una novela sirvepara fundamentar eJ resto: 400 páginas para unsuicidio, cuatro evangelios para la resurrección. Elgolpe teatral es, al contrario, Jo cotidiano del cuen­to donde, por otra parle, no existen días. Esto noalcanza solamente a la naturalC7.a de las aventuraso de los «acontecimientos», sino a la ausencia de-

(3) Esto debe ser probablemente puesto en relacióncon la duda manifestada para .c1asificar. Candide: ¿No­vela o cuento? Cf. Diderot: Ceci n'est pas WI conte.

(4) No se trata de afinnar ~ue los lectores burguesesdiscernieran como tales estos dlsfuncionamientos y apre­daran su impacto subversivo. sino que pensamos que elplacer particular, el «efecto estético. producido sobre ellosprocede de esto y que, paralelamcnte, la .belleza. queaquí podría encontrar la aristocracia vicne de la seguridadtranquilizadora de encontrar perceptibles, aunque aparen·temente encauzadas. las fallas de su sistema.

95

Page 90: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

liberada de transiciones que podrían darle el olas·pecto de la verdad•. En este sentido Candide ofre·ce una serie tal de encadenamientos inesperados,de cambios de situación, que basta con indicarlo.Se puede incluso hacer notar la aplicación con queson subrayados como fantasistas, con la que lascoincidencias son marcadas como tales.

También Candíde funciona muy bien desde estepunto de vista como cuento, y nadie le reprochójamás ser «lánguido•.

Pero -y nos hemos visto obligados a anticiparel último carácter, puesto que todos se interrela·cionan- todos los acontecimientos de Candide son,si no propiamente históricos, sí al menos ancladosen la historia contemporánea; casi todos están Ii·gados a los problemas sociales de su tiempo, casitodos son objetivamente tan «verosímiles», que sonpresentados en la narración como inverosímiles.Pues si la burguesía tiene interés en el siglo XVIII

por poner en entredicho los fundamentos del sis­tema de «pensamiento. que sirve de máscara y jus­tificación a la opresión de que es víctima, ella notiene aún los instrumentos conceptuales ni el apa·rato científico necesarios para fundar su propiosistema. Todos los sistemas filosóficos entonces envigor eran teológicos, o incluso laicos, metaffsicos.La burguesía, con ese agudo sentido de sus intere·ses que la caracteriza, ha sabido perfectamente uti·lizar en Descartes el método de la tabla rasa y dela duda universal sin reconocer, sin embargo, elsistema cartesiano. La idea justa, incluso si es aúnoscura, de que todo sistema metafísico está ligadoa la tiranía (esto cs. a la opresión sufrida por laburguesía) no puede aún apoyarse sobre un siste·ma antagonista sólido. Todas las tentativas preco­ces de sistematización estaban, pues, dedicadas, seaa la utopía que quema etapas construyendo abs·tractamcnte un sistema antes de haber podido exa·minar los hechos concretos, sea a la extrapolaciónabusiva. de )a que la teoría de los climas de Mon·

96

Page 91: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

lesquieu nos da un ejemplo perfecto. A esta situa­ción corresponde, en su terreno, el uso del enca·denamiento fantasista de acontecimientos cuya re·lación a la Historia y a la sociedad contemporáneasera inmediatament~ perceptible en Candide. Elcuento servía de punto estratégico, permitiendo unadiscusión universal cuya utilidad es evidente parala burguesía, sin que espere a tener elementos se­guros, para una respuesta científica. Lejos de po­der leerse como una refutación de Leibniz O deWolf, es una burla del método inductivo que, cua·lesquiera que fuesen las premisas, era perjudiciala la burguesía de entonces. Candide no puede leer·se como respuesta a las cuestiones planteadas, yprecisamente una de sus fuerzas consiste en ayu­dar a plantear otras cuestiones, incluso sobre lamoda de lo imaginario. Esta ley del género permi­te igualmente utilizar el poder (cosa nada despre­ciable en aquella coyuntura) de la utopía. sin caersin embargo en la trampa de su debilidad, pues­to que es presentada como tal y circunscrita: lainserción del episodio utópico de El Dorado, cuen­to en el cuento, revela por 'una especie de efectoóptico la utilidad y los límites de la Utopía. ElDorado no aparece en Candide con la debilidad-inherente a la utop(a- de una respuesta sim­bólica. A diferencia de Zadig, por ejemplo, don­de la utopía está en el cuento, El Dorado es exhi·bido como tal en Candide. Marca un fal!io fin, unaconclusión excluida del cuento, paraíso medio en­tr~ el ridículo paraíso de Westfalia y el triste pa­raiso burgués del capitulo xxx. Su papel de im·pulsión en los -personajes» del cuento es muyclaro y Candide resulta rico y al fin dueño de sucriado. Si, en el plano de la toma de conciencia,es el falso crimen del barón lo que hace del héroe-sin clase. un burgués enfrentado al noble por vezprimera, la adquisición de las riquezas de El Do­rado es lo que hace de Candide un burgués frentea su criado.

917

Page 92: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

Subrayemos esta eficacia, ligada a la preceden­te, del encadenamiento fantasista tal como funcio­na en Candide. Si, como hemos hecho alusión másarriba, no existe entonces un sistema sólido opues­to al de la aristocracia. la idea de una unión obje­tiva entre fenómenos hasta ahora reputados inde­pendientes y prudentemente divididos en catego­das irreductibles, se abre paso. Así, pues, la uniónque permite la fantasía misma de los encadena­mientos entre episodios aparent~mente sin relaciónpermite !lproximaciones subvcrsivas: el paralelis·mo (hasta en el detalle de la expresión) entre laguerra eminentemente «civilizada» de los Abaresen el capítulo III, coronada por los Te Deum, yde la guerra eminentemente ..bárbara., hecha parael botín. que libran los «salvajes» en M:\rruecos(capítulo XI) sugiere, de modo intuitivo al menos,la idea de un análisis lúcido de las causas de laguerra. Pero esta aproximación no es perceptiblemds que gracias a la libertad dejada a los lectorespor la inverosimilitud dcliberada de los encadena­mientos; sin ésta. los lectores se verían demasiado«cogidos., como en las noveJas, por la relación delos personajes con los acontecimientos para tenertiempo de redistribuirlos así, en prejuicio del des­arrollo cronológico de la ficción. Entre los nume·rosos ejemplos citaremos todavía el auto de fe delcapítulo VIn y la quema tan epoco cristiana» delos Orejones en el capitulo XVI.

Por otra parte, el lazo, manifiestamente para·dójico y grotesco entre los hechos más sobresa.Iientes del siglo que constituye la «búsqueda» deCunegunda, da -sin tomárselo a broma- la in·tuición alegórica de un lazo objetivo entre los fe­nómenos sociohistóricos.

98

Page 93: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

2. lA acumulación de aventuras

La acumulación de acontecimientos está. muylógicamente. ligada en el funcionamiento del cuen­to a otros caracteres: no se entretiene en crear la«verosimilitud. ni en -explorar la psicología» y loque cuenta es lo que -ocurre. y. eminentemente,el hecho de que ocurren muchas cosas. El funcio­namiento conforme de CaPldide en este sentido estan visible qut' nos limitamos a mencionarlo.

Pero. como para el rasgo precedente. este fun·cionamiento se acompaña de un disfundonamientoorientado: si las aventuras de Candide son tamomás irreales cuanto más numerosas, es fácil ver,para un lector de la época sensible a las numerosasy transparentes alusiones, que no son irreales mdsque porque son acumuladas. En vez de ser un des­doblamiento de lo imposible como es la regla. aquíla acumulación designa 10 posible.

De otra parte, la acumulación produce un efec­to cualitativo y no sólo cuantitativo. La burguesíano estaba ya dispuesta a combatir, como era el casode la nobleza, contra las aristas. las injusticias ylas fanas de un sistema. Era la base misma lo quedebía voltear y poner primero en entredicho, bajopena de aplastamiento.

Así, este rasgo produce también un doble im­pacto: funciona perfectamente dentro de las nor­mas como aumento de irrealidad, pero disfuncionaigualmente designando como institucionales y ge­neralizadas las «aristas», elimina su explicación porel «accidente».

J. Lo maravilloso

Aunque no se encuentren en Candide ni hadas,ni genios. ni acontecimientos propiamente sobre·naturales. sí se encuentra, desde el punto de vista

99

Page 94: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

del funcionamiento en el cuento, todo un arsenalde los cuentos más fabulosos: la aparición de lavieja, al final del capítulo VI, interviene exacta·mente, por su intención, su imprevisto y su felizéxito, como la del hada de Cenicienta: «Ya se vol­vía, sosteniéndose apenas, sermoneado, vapuleado,absuelto y bendito, cuando una vieja lo abordó yle dijo: hijo mío, toma ánimo y sígueme•. Igual·mente, la llegada de Cacambo al comienzo del ca·pítulo XXVI, hasta en la formulación: «Una nocheque Candide iba a poner manos a la obra ( ... ) unhombre, con rostro tiznado de hollín, se le acercópor detrás y, tomándole el brazo, le dijo: .Prepá·rate a partir con nosotros...•

En el capitulo IV es un fantasma quien revelaa Candide la suerte de la familia Thunder-Ten·Tronk; como los magos acostumbran a hacerlo, «elfantasma le miró fijamente lO . Las modalidades yel éxito de estas apariciones son exactamente lasque señalan a las madres o a los genios en loscuentos.

Igualmente, aunque no se encuentran en Candi·de anillos mágicos que permitan franquear el es·pacio, sí hay en dos ocasiones objetos que jueganeste papel maravilloso de transportar al héroe aun lugar «donde nadie podía llegarlO, como se diceen el capítulo XXIV. En el capítulo XVII, la causaque, cuando los héroes extremados sostienen apeonas «su vida y sus esperan7.as lO los lleva al paraísode El Dorado; la máquina que les hace franquearmontañas que «tienen l.()()() pies de altura y sonrectas como murallas». Se encuentra también ani.males fabulosos que parecen pertenecer a la faunade los cuentos: carneros rojos y monos amantesde damas que persuaden a Candide de que los «fau·nos y los sátiroslO no SOn fábulas. En fin, el mila·gro de los milagros, la resurrección, aparece variasveces en Candide: el lector sabe por Pangloss en elcapítulo IV que Cuncgunda «ha muerto.; en el ca·pitulo VII. Candide -cree ver a la señorita Cune·

100

Page 95: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

gunda; la veía, en efecto, era ella misma•. Su des·vanecimiento confirma lo sobrenatural de la re·surrecciÓn. Lo mismo ocurre con su hermano elbarón, a quien Candide, tras haber caído de rodi·llas, dice: .Vos, que fuisteis muerto por los búl·garos» y que, re-matado en el capítulo XV, re-resu­cita en el XXVII: «¿Es esto un sueño?, dice Can·dide, ¿estoy despierto? ¿estoy en esta galera? ¿yaquel señor, es el barón que yo he matado?. Pan·gloss resucita igualmente después de haber sidocolgado y disecado.

Todos estos elementos funcionan bien confor·memente y el resultado de estos milagros es sen·sible: la vieja hace surgir a Cunegunda, que esta·ba muerta; ]os carneros están cargados de pedre.ría, etc.

Pero todos ellos tienen también, y al mismotiempo, un funcionamiento invertido que no co·rresponde sólo a la exigencia racionalista que esla de la burguesía de entonces por destruir un mun·do de privilegios fundado sobre el milagro de] de·recho divino. Así, las muertes que preceden a lasresurrecciones no son muertes más que en el dis·curso y no en la narración: juegos de lenguaje (lavieja en el capítulo XI no está «muriéndose- másque en un plano figurado), falsas noticias: Candi·de cree a Cunegunda y al varón muertos, según lodicho por el fantasma Pangloss, no es un fantas­ma más que por metáfora, Candide dice que él hamatado al barón porque tenía la intención de ha·cerIo, etc. Es decir, que el lector está obligado acaer en flagrante delito de credulidad, de aperci·birse de que él mismo ha fabricado los milagros.En ninguna parle de la narración se dice que nin·guno de los personajes haya muerto. En cuantoa la resurrección de Pang]oss. es una operaciónquirúrgica, y los «carneros rojos» pierden su ca·tegoría de fabulosos, si como el texto fuef7.a a ellorápidamente son reducidos a llamas, los monos notienen «bondad de alma. más que la que Candide

101

Page 96: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

les ha fabricado en su imaginación. La canoa tamopoco tiene nada de mágico: se hace añicos contralas rocas como una modesta canoa de madera, yCacambo tiene cuidado de colocar en ella provi.siones comestibles, cuidado bien extraño entre losnavegantes de naves encantadas o de alfombras va.ladoras: En vez de ocurrir como en los cuentos,donde los acontecimientos y personajes sobrena·turales son aceptados de buenas a primeras por ellector, que conoce las reglas del juego, la lecturade Candide fuerza al lector más descuidado a verparódicamente en la obra, sobre si mismo, el me·canismo mismo por el cual la ideología se impone:la construcción de falsas evidencias.

Por otra parte, la imbricación de elementos his·tóricos precisos y conocidos de los lectores con es·tos «milagros» desemboca, por contraste, en em·pujar la evocación de los hechos históricos al ab­surdo. Este tipo de efecto está en aproximar a Vburey y Arturo Vi, puesta en escena exagerada de loshechos que rodea y revela la máscara burlona yferoz de su interpretación por la ideología domi.nante. Los seis reyes destronados que se reencuen­tran para cenar juntos son presentados en Candi.de como una de las más extrañas «maravillas». eNose había jamás oído contar..... Pues los lectores saoben en esta época que se trata de seis reyes cona.cidos. efectivamente destronados, y que su reen·cuentro en el carnaval de Venecia es apenas un azar:Faruk y Perón han debido reencontrarse en el ca·sino de Montecarlo o en una banca suiza. ¿Dóndeestá, pues, el milagro, si no es por relación a ideasimpuestas y recibidas como un acontecimiento, quellega a ser o se llama milagro? La burguesía teníarlecesidad de que se plantearan estas cuestiones.

102

Page 97: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

4. Aspecto convencional e inconsistencia psicológi.ca de los personajes

Este rasgo, absolutamente general en los cuen­tos, es el resultado de otros caracteres subrayadosmás arriba y juega Su papel en !a producción delefecto global. En la medida en que se le llama«conformador psicológico., «vida. de los persona­jes de ficción, es la ejecución de los códigos tra­dicionalmente admitidos en una época dada comoindicativos de la «vida real», de la «complejidaddel ser humanolt , tales como la ideología dominan·te nos da su imagen; la ausencia misma de este es­pesor contribuye al efecto de irrealidad exhibidocomo inherente al cuento. El aspecto «marioneta»de los héroes, su transparencia y su automatismoforman parte del personaje general del momento.De este modo, basta que un rasgo anodino distin­ga y señale la silueta del héroe del cuento. Estecarácter esencial funciona perfectamente en Can.dide como es debido, pero también y de maneravisible, en sentido contrario, o al menos diferente.

a) Al nivel de los nombre~ .propioslt.«Candidelt ; funcionamiento conforme: como el

gato con botas, o Pulgarcito, «Candidelt indica ex­plícitamente un aspecto físico notable; Capitulo 1:.Su fisionomía anunciaba su alma.» Se trata, evi·dentemente, de una expresión y, sobre todo, de latransparencia de la cara al alma, de la ausenc:asubrayada y redundante de todo «misterio-, de unespesor fisiológico; esto se ve recordado en el tex­to a cada instante: Candidc no cesa de ser «asus­tado y predidolt, etc.; disfuncionamiento: Candide,«que había sido educado en no juzgar de nada porsí mismo. (cap. XXV). En este sentido, la palabraCandide no designa un rasgo de carácter. sino elresultado normal de un sistema de edrlcación, yeste carácter distintivo no tiene nada de individualJI nada de anodino, tanto más cuanto en la diferen-

103

Page 98: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

cia de los signos particulares habituales cm toscuentos, éste es negativo (ceducado en no juzgarde nada») y que en lugar de llamar la atención so­bre la estatura, el peinado, el traje, nos la llamasobre un comportamiento esencial: el juicio. Estedisfuncionamiento -técnico» se aprecia en que aúncorresponde, en su dominio, a una exigencia im·periosa de la burguesía de entonces: atreven;e a.re·juzgar» por sí misma.

•Pangloss.; funcionamiemo cotl/orme: cba·vard.; como ocurría con Candide, este rasgo esrecordado sin cesar en esta acepción anodina; dis·funcionamiento.' cel que no es más que palabra.,'1 no alcanza nunca los hechos. Esta acepción estan a menudo empicada y subrayada en Candide,que basta con indicarla. En cuanto a la coinciden·cia de este funcionamiento .estético. con los in·tereses de la burguesía está también muy clara: laburguesía tiene -tenía entonces- interé~ en apo­yarse sobre los hechos, su fuerza económica y enrepudiar los discursos.

«El barón»; luncionamienw conforme: comoocurre en los cuentos de personajes dc~ignados porun indicio simbólico de poder, «el rey, la reina, elpríncipe-, o más bien de pompa, pues su funciónsocial es en general acumulada por el aspecto de­corativo de su título, conformemente al efecto delsuefto del cuenlo, en Candide se encuentra al .ba·rón•. Y aunque este título, más precisamente .si·tuado_ que el rey o reina, con·nota más claramen·te la jerarquía social del Antiguo Régimen, funcio­na bastante bien en la producción del efecto cs·perado. El barón está primero en un castillo enWestfalia y en el nuevo mundo contimla viéndoserodeado de un decoro principesco y llevando so­bre la cara el índice de su rango, .el aire altivo-•• pero de una altivez que no era ni la de un españolni la de un jesuita»; disfunciotlamiento: está aquJaún más íntimamente ligado al funcionamiento con·forme, tan importante es entonces el no definir.

104

Page 99: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

incluso ~n un cuento, al nobl~ más que por su cua·lidad de noble, su aire de superioridad y sus privi.legios. Como en los films de Eisenstcin, los capita.listas no son jamás hombres, sino únicamente ex­plotadores, el barón no 'es más que barón (er. enel capitulo XV el asombro de Candide cuando ve.humeante. la espada que él mismo acaba de in·crustar hasta la guarda en el cuerpo del barón,como si la presencia de sangre en el cuerpo delbarón fuera una marca de humanidad inesperada).Su papel, su función, su lugar en la estructura delcuento no son más que los de un barón. Aquí elesquematismo sirve como revelador. pues importasentir que, dominando toda la característica per­sonal, la cualidad de noble es la única pertinenteen la lucha que va a llevar la burguesía y designaal adversario.

La precisión del título obliga al lector a refe·rirse a la jerarquía social contemporánea y le im·pide situarse en el mundo fabuloso de los reyesy de las reinas de cuento. Este rasgo de disfuncio­namiento se ve corroborado por el cúmulo de lostítulos intercambiables en Candide: barón, jesuita.comandante; no puede tratarse del decoro mágicode los palacios. La alianza de los poderes opresi­vos concretos, nobleza, sable e hisopo. funcionairónicamente y con seguridad. Enviamos al finaldel capítulo XV al cómico baile de titulos que de­signan al hermano de Cunegunda: «el barón... mireverendo barón... el jesuita barón... el barón je­suita-. No se puede designar más claramente loque en el enemigo es enemigo.

b) El título del cuento: «Candide o el optimis·mo-, funcionamiento conforme: con la más escru·pulosa conformidad, este título doble está en lalínea de los títulos de cuento, tradicionalmentecompuestos de un nombre propio doblado por unresumen evocador (S); disfuncionamiento: el he·

<5> Puede encontrarse d mismo juego subversivo so·

lOS

Page 100: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

cho de sustituir con el nombre de una doctrina fi·losófica el habitual adagio de sentido común sobreel peligro de la curiosidad o el éxito de la astuciaes ya una distorsión significativa y ligeramente saocrilega en la medida en que toda5t las doctrinas fi·losóficas que justifican un sistt:ma social existenteson «optimistas. en el sentido del siglo XVIII, esd~cir, reconocen la necesidad que tienen las cosasde ser lo que son.

Además, el juego de -Candide» o el «optimis­mo. produce a su vez otro sentido «normal»: -espreciso haber sido educado en no juzgar nada porsí mismo para aprobar el orden existente». Insis·timos una vez más en )a necesidad de doble regis­tro para que se produzca un efecto «estético.. Espreciso que el segundo registro aparezca en diso­nancia, no se adivine apenas, mientras que el pri­mero parezca imponerse, para que se produzca .elmisterio de la belleza», sin el que sólo habrfa de­daración política y no efecto literario (6).

e) Los caracteres de los personajes; funciona.miento conforme: se ha visto en qué desembocaen el cuento su esquematismo. Como el nombre delos héroes, su .carácter- se limita a un rasgo fun·cional en la intriga: la joven pobre y buena, la mal·vada reina, la buena hada, etc. Este principio esrespetado en Candide: no hay más que fijarse enla presentación del héroe; disfuncionamiento: aquíhay dos órdenes. De u~a parte, el automatismo de_marionetas. es demasiado constante en Candide,demasiado apoyado. demasiado visiblemente en re-

bre JustiPle ou les mallreurs de la vertu. y ello no es enabsoluto por azar. [N. del Traductor: La Justina o Los in­fortunios de la virtud está publicada en Akal, Madrid. 1974.)

(6) Aquf no trataremos de «poner en claro" un «senti­do oculto". v cuando escribimos: .El título da también.. _"es por simple necesidad de formulación. Transponiendo enclaro lo que por definición no puede ser· más que oscura·mente sentido o adivinado como disonancia, traicionamosforzosamente su ruuuraleza para analizarla.

106

Page 101: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

lación con d contexto histórico para que Su efectopueda limitarse a la aplicación de la «ley del gé.nerOlt. Aquí, como por una huelga de celo. el pro­ccdimiento es dirigido a otro fin que el de las «ne­cesidades» dcl cuento y, aunque cn efecto contri·buy~ a hacer de Candide un cuento como sc espe·ra, disfunciona revolviéndose contra su propio pa·pel. Las repeticiones y la insistencia convierten esta«comodidad» en procedimiento teatral: así. en elcapítulo VI, «Candide, espantado, perdido, san·grando por lodas partes... se decía para sí: Si éstees el mejoc de los mundos posibles. ¿qué son, pues,los otcos ?». Esta punzante exclamación de asombrohabrá que confesar que sobrepasa la necesidad deuna psicología prematura. tanto más cuanto lo im·pcrfecto la hace sobresalir. Así. el automatismo,sobrepasando su papel funcional, toma un impac.to bien diferente, sobre todo cuando, puesto en re·lación cn el texto con las guerras de conquista ocon el colonialismo, invita al lector a establecer re·lacioncs subversivas enrre los hechos. Los pasajesdonde este procedimiento es el más notorio sonsignificativos: en el capítulo V, Pangloss, conti·nuando su discurso, está a punto de dejar morira Candide. En el capítulo 111, la masacre de «9 a10.000 granujas» es evocada en dos parágrafos queempie7.an por «nada» y acaban por «brazos y pier­nas cortadas». Entre la nulidad y el fraccionamien­to, el individuo se ve anonadado. Todas las frasestienen por sujetos a seres inanimados: «trompe·tas, cañón, mosquetería, bayoneta» y por comple·mentos de objeto a hombrcs. Los términos emplea·dos son los que se esperaría en la descripción deuna partida de bolos: «Los cañones derribaron deentrada alrededor de 6.000 hombres de cada ban·dOlt. Luego la frase siguiente hace intervenir comopor azar a los «reyes» y a los Te Deum. Candideproduce, a pesar de la suerte «individual» que lees impartida como «héroe_ del cuento. un pareci·do efecto de automatismo: ctomo el partido de ir

107

Page 102: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

a otra parte a razonar efectos y causas». En el ca·pítulo XI, en la guerra de Marruecos, el descuar·tizamiento de 'Ia madre es descrito como una par·tida de cuatro rincones donde sólo importan losdetalles topográficos (quién tenía la pierna dere·cha o el brazo izquierdo) y se trata todavía de unaguerra.

En el capítulo XIX, la enfermedad del esclavode Surinan es descrita en términos análogos (1apierna izquierda y la mano derecha). Pero no setrata ya de una aventura anodina, sino de una ex­plotación colonial. Aquí se ve claramente que laesquematización constitutiva del cuento desembo·ca en otro impacto muy diferente. Lo que se llamaen los casos precedentes el «estilo alerta» o la cmor·daz ironía- de Voltaire es un efecto eminentemen·te «estético» que corresponde, al mismo tiempo quefunciona en las normas del cuento, a la reivindi.cación individualista de la burguesía frente a losprivilegios heredados y familiares de la aristocracia.

Hemos hablado del esquematismo propiamen.te dicho, pero hay que estudiar también los ras·gos de esquematización de cada personaje. Lasmarcas distintivas de los héroes de Candide no sonúnicamente pintores y caracterizantes como lo esla norma. Son reveladoras, no de una psicología,sino de los mecanismos mismos por los males quese impone a quienes oprimen la ideología de ]a cla·se en el poder. El «candOr» de Candide, la altivezdel barón, la logomanía de Pangloss, la bestialidadde Cunegunda, forman por su complementariedadel esquema de las diferentes formas de credulidadque son necesarias (y, por tanto, provocadas) paramantener la dominación de una ideología que en·mascara la opresión bajo su .moral». Candide. bue­no y dulce por definición, «el mejor hombre delmundo», mata a tres hombres a quienes la socie·dad ha dado funciones dirigentes. La bestialidadde Cunegunda, como su candoroso sadismo, no sedan en absoluto como una originalidad de su ca·

lOS

Page 103: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

rácter: basta comparar (y el lector más conspicuono debe dejar de hacerlo)· los capítulos VI y VIII,donde se encuentra dos veces ~contado» el auto defe, una vez por el narrador y la segunda por Cu.negunda. La perfecta coincidencia entre el apara·to teatral descrito en el capítulo VI y las reaccio­nes de Cunegunda en el capítulo VIII revela basotante bien hasta qué punto estas últimas son pre­vistas y suscitadas por la Inquisición. No puedenleerse como un ~tudio psicológico, sino que fun­cionan como una prueba. El discurso de Cunegun­da es la confirmación esperada y cada uno de lostérminos que ella emplea corresponde exactamen·te a los del capitulo VI; «actúa» como tiene que«actuar» el pueblo al que se le «da» bellos autosde fe. Nada, pues, de accidental, sino un sistemaferoz que funciona perfectamente.

Además, este disfuncionamie.nto global, que daa un carácter tradicional del cuento un impactosubversivo, vuelve a encontrarse en otros disfun·cionamientos: si Candide guarda a todo lo largodel cuento la misma simpleza, ésta se ejerce encircunstancias diferentes que, bajo la uniformidad,cambian su efecto. Un análisis detallado de las pa·labras atribuidas a Candide en el estilo directo re­vela, bajo la repetición de las fórmulas y la per·sistencia del tono, que después del episodio de ElDorado todas las palabras de Candide llevan, tie·nen un resultado efectivo sobre la intriga, mien·tras que antes eran siempre inútiles o desdichadas.Así, pues, el único elemento que cambia en susdiscursos, que le permite hacer sugerencias en vezde esperar las de Cacambo, dar órdenes -a sucriado en particular- es que él posee un capitaly las piedras preciosas de los carneros rojos hacenacceder sin ruptura aparente, pero de manera sen·sible en la lectura, a este personaje del cuento, sinclase, al «status» de burgués que le llevará a ladirección de la explotación agrícola del eapitu-

109

Page 104: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

lo XXX (7). Es, al nivel del funcionamiento estético,dar la intuición del hecho (no el análisis) de que,sin cambio de carácter, fuera de toda «psicología lt ,

el peso de un personaje viene de su situación social.Un análisis análogo puede ser hecho con lo que

concierne al doble y paralelo automatismo de Pan·gloss y de Martín.

5. La pueslIl de relieve de la ficción en el cuento

No se trata aquí de un juicio objetivo sobre lamayor o menor ficción de tal o cual género, sinodel hecho de que por definición el cuento exhibesu propia ficción mientras que la novela la enmas·cara. El lector es advertido sin cesar de que estoces un cuento»; no vamos a tratar de averiguar porcuál de entre los varios procedimientos obligadosse obtiene aquí esta exhibición de la ficción: léxi·co propio y fórmulas fijas, lógica partkular mos­trada como extraña a la «realidad•. es decir, a laque tiene curso en una sociedad dada. lemas obli·gados cuya repetición misma importa, afectaciónde no seriedad que designa sin cesar su propia dis·tancia. Se encuentra todo esto en Candide, funcio­nando todavía sobre un doble registro.

Léxico y fórmulas: Todos los cuentos utilizanun vocabulario particular que se compone de este­reotipos como el «príncipe encantador. o de expre­siones corrientes a las que una repetición sistemá·tica da valor mágico como «tira de la anilla y elpestiJIo se abrirá», o incluso palabras misteriosascomo «abracadaba lt. En relación con los otros ca·

(7) Hasla enlonces, Candide es lo que :le quiera: nobleen un 72 por 100 aproximadamente, criado por la maneraen que se le expulsa del castillo. y si parece acceder a lacondición de burgués durante el breve espacio del capitu­lo XV permanece, sin embargo, en una situación vaga has·ta su salida de El Dorado.

LlO

Page 105: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

racteres del cuento, contribuyen a crear y mante­ner la atmósfera irreal, cuya relación con la ideo­logía dominante ha sido senalada más arriba. Seencuentra en Candide un buen número de fórmu:las, así como un léxico particular (entre otras la«metafísico-cosmo-nigología. de Pangloss). Peromientras que lo que funda el efecto de las fórmu·las dd cuento es que se las acepte sin ni siquierapreguntar su sentido (<<ábrete sésamo.), el vocabu­lario particular, como las fórmulas q1le figuran enCandide, no pueden nunca leerse a ese único nivel.No damos más que un ejemplo de ello en el capí­tulo XXIX: «El tierno amante Candide, viendo a subella Cunegunda ennegrecida, los ojos rasgados, lagarganta seCIl, las mejillas arrugadas, los brazos ro­jos escamados, reculó tres pasos presa de h<rTror...•. Es bastante evidente que «tierno amante»y .bella.. no funcionan únicamente al modo acos­tumbrado. De esta manera, la convención, las ideasrecibidas (es decir, dadas por los unos a los otros),presentadas como la .. ley natural», era una de lashabilidades de la ideología dominante cuyo favorse sabe en el siglo XVIll. Así, el disfuncionamientoaparentemente humorístico que acaba de verse noes reductible a un simple efecto de estilo: alean­7.3 (y contribuye) al efecto global de los disfuncio­namientos ya analizados.

La lógica del cuento: «Se da por descontado»en el cuento que las leyes físicas y sociales sontransgredidas: tanto la gravedad como la distribu·ción de las riquezas. Basta que un hada haya saotisfecho un voto al principio para que se convier·ta en invisible a voluntad, o que sapos y culebrassalgan de la boca de una niña descortés. Algunasleyes del sueño son dadas y todo se desprende deellas con una coherencia interna al cuento. Los«pues., «entonceSlt, «también», guardan su acep­ción usual y lógica, habiendo cambiado sólo laspremisas. La lógica y las virtudes convincentes delaparato retórico son escrupulosamente respetadas.

111

Page 106: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

Este aspecto se aprecia en Candide, que ofrece unlujo particular de «pues-, «así pues», «de esto sedesprende que-, etc. Pero si a un primer nivel estearsenal lógico funciona, es empleado siempre demanera que la lógica formal se encuentra en él enperfecta contradicción con el «sentido común».Desde el primer capítulo, el discurso de Pangloss.plagado de «pues-, de «también», de «por consi·guiente-, es una ilustración de ello; el ejemplo, sinduda, más vertiginoso es la rigurosa «lógica deldiscurso» de Cacambo a los Orejones. Esta distor·sión que da al cuento «relieve-, «misterio», «iro­nía., es decir, «belleza. pone de hecho en entredicho la adecuación del lenguaje a los hechos, desig.nando a «la. lógica como una entre otras posibles.

Los ti: lemas» del cuelzto: evoquémoslos aquí bre­vemente; están todos. El castillo, la amante fiel. labella joven, el amor absoluto que nada lastima, lasaventuras, el viaje, el exotismo, etc. Todos en unsentido tienen allí su función acostumbrada y laque liga aparentemente los capítulos es la búsque­da de Cunegunda. Pero el castillo no es más queuna granja, el héroe se transforma no en príncipeencantador, sino en explotador agrícola, la bellamuchacha no es ni bella, ni joven. ni muchacha. etc.

Así, la insistencia sobre lo ficticio de la ficciónse ve perfectamente en Candide, pero al mismotiempo que contribuye a hacer del cuento un cuen·lO funciona como instrumento de retorno y, en vezde ayudar a soñar tranquilamente, impide sonar.

6. La ausencia deliberada de referencia a la historia

A diferencia de los otros caracteres del cuento,éste está totalmente transgredido en· Candide: laatemporalidad no funciona aquí más que de ma­nera interna a la intriga; como en los cuentos. no

112

Page 107: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

se sabe jamás, en efecto, d tiempo que transcurrede una aventura a otra y no se lee una cronologíade la vida de Candide. Pero las referencias transoparentes a la Historia SOn de una precisión perfec­ta, ya se trate de la Guerra de los Siete Anos, deltemblor de tierra de Lisboa, de la guerra en Ma·rruecos o del imperio jesuita. la ola misma de lacronología de las aventuras permite una lecturadirecta de la Historia contemporánea y las desven­turas de la vieja en el capitulo XI, pasadas (en laintriga), se sitúan, como se leen, y no como «ocu­rren. en la ficción, en una época contemporánea.La lectura se ve abocada a dar primacía a la na·rración. En ésta no hay, como se sabe, aparte dela utopía de El Dorado, la cual es presentada comotal, apenas un detalle del cuento que no se refieraa un hecho exacto, que no esté situado en su lugarpreciso. Este solo hecho de presentar en un cuentouna tal abundancia de hechos históricos es en sísubversivo, es decir, que esta presencia de la his­toria en un género donde no tiene cabida trastor­na el efecto de todos los otros caracteres del cuen·to, cambia su centro de gravedad y su impacto. Apartir de aquí las otras normas del cuento son res­petadas (formalmente), pues esta presencia de laactualidad funciona como distorsión. A partir deaquí nos vemos ,forzados a leer -esto es un cuen·to», pues los elementos que, de manera transparen­te, se afirman en el sentido de «esto no es un cu~n·

to. causan impacto, y por esto el efecto «estético­es fuerte. Sin contar que, paradójicamente, el hiloirrisorio, que es la búsqueda de Cunegunda, hacesentir sobre un mundo paradójico, pero eficaz, laarbitrariedad y la gratuidad de las justificacioneshipócritas y provisionales que ese. da de los he­chos históricos.

Parece, pues, que lo esencial del impacto pro­ducido por el juego de las (y sobre las) normasconstitutivas del cuento es una inversión. Mientrasque su resultado (y su razón de ser) es exilar pro-

113

Page 108: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

visionalmente al lector, ~n una vacaClOn compen­sadora y soñadora, al país de lo irreal, los disfun­cionamientos y distorsiones que permite Candide,y a los que su lectura obliga, fuerzan a una apre­hensión brusca, agresiva y a veces violenta, deaquello que, precisamente, los lectores han sidoeducados para no ver. Bien entendido que no ta­dos los lcctores (y volvemos con ello a los postu­lados planteados al principio): si, efectivamc.mte.hay -habida cuenta de la relativa autonomía delhecho literario (producción-difusión-Iectura)- unacoincidencia objetiva entre, de una parte, los cá·nones estéticos de la ideología dominante, de otraparte los disfuncionamientos «estéticos. y los in­tereses de la clase en auge (aquí la burguesía re­volucionaria) se puede ver en el funcionamiento deCandide, «cuento., lo que sostiene y funda el efec­to estético que le fue reconocido.

Es, en efecto, pensamos, esta ruptura lo quefunda el «valor literario» de un «texto., es decir,el indicio de su peligro y la necesidad de reducir·lo -en particular por el embalsamiento del mis­terio eterno de la belleza. Todos los escritos nopueden funcionar así.

Nosotros no nos hemos ocupado aqui más quede dos niveles de funcionamiento: el que corres­ponde a la ideología dominante en el siglo XVIII ya las ndrmas estéticas que e))a entraña, y el que,de manera más «oscura-, en todo caso no «racia­nal., corresponde a los intereses de una ideologíaen auge, aunque no en el poder, la de la clase bur·guesa revolucionaria. Pero no hemos estudiadoaquí un tercer nivel de disfuncionamiento que yasocava el segundo y corresponde -habida cuentasiempre de numerosas mediaciones- a los intere·ses de las masas populares que la burguesía va autilizar para su Revolución y a las que inmediata­mente burla. Queda igualmente por estudiar cómoel juego de estos tres niveles de funcionamiento

114

Page 109: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

obliga a la burguesía. esla "el. reinante. a lecturasreductoras y entre ellas contradictorias del textoen los siglos XIX y xx. Esto constituirá el objetode estudios ulteriores.

Lo que hemos tratado de demostrar sobre algu­nos puntos al menos -el funcionamiento de Can­dide como «género..-. cómo lo que hace la tIlbelle­za- de Candide y su "encanto» no es en absolutomisterioso, sino que corresponde en un dominio noconceptual a la lucha oscura y transpuesta de in­tereses de clase antagonistas.

115

Page 110: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

1ndiet'

1. Introducción 7

11. Definición de un objeto 11l. Puntos de partida a criticar 112. Defh!ición de tm domitlio 163. Definición de WJ objeto 18

(11. Fenómeno literario e ideología(sl 2Sl. Dos funcionamientos históricamente

wwlizables 252. Un instrumento de acción al .'ierv;·

cio de una f.·lase 263. El papel de la ideología dominwlIe 26

Al En el ;meriur de la dase domi·IILmte 27

Bl En cl¡re,'óóPI a las dúses explo.ladas 29

4 FunciOtum,Ífmto ele la ideulo~íu dooIninante 31

5. lA escuela ." el !wldu"amie"to delferlómeuu literario 33

IV. El fenómeno literario no es reduclibl~

a su papel dI: servidor de la ideologíadominante. Distorsiones y disfunciona·mientos 37l. Desde U" punto <le "ista teórico 372. Desde m, punto de vista histórko 403. Url proceso social complejo 414. Distorsiones 44

FundOlwmie"tos \' disfundones 50

V. Códigos y modos de escritura/lectura 59

VI. Definición del objeto estético 83Los disfuncionamicntos de las normas delcuento en ..Candide» 87

117

Page 111: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario

118

l. El c,K",Ic:IltIlU;C"1o (uulista ele m'cu-tlll'tl... 9S

2. Lu llCIIlIllIlucivlI tic: u\'clllUras 983, 1.0 IIIctrClvilloso 99... Aspecto cOlll'CIlciUllal e ;1/I.:OUSi.~lC"·

cill psic:(J/áa:;ClI d,' los persOIIlJ;c\ 1025. La plteSill de relif!\'C de la /ic:dvu

en el cuento 1106. La ausencia deliberada de re/ertmc:ia

a la historia 112

Page 112: Es Posible Una Ciencia de Lo Literario