Entrevista richard florida

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4 HARVARD DEUSTO BUSINESS REVIEW

Richard Florida:“La Era de la Creatividad

necesita desarrollar el potencial creativode todos los trabajadores,

desde el oficinista hasta el informático”Karen ChristensenDirectora de Rotman Magazine.

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K aren Christensen: Por primera vez en la historia, laspersonas esperan trabajar en lo que les gusta y vi-

vir en un entorno en el que puedan ser ellas mismas.¿Cómo se ha llegado a esta situación?Richard Florida: Eso se debe a la economía creativa. Enel siglo XX la gente vivía y trabajaba en una economíaindustrial, a menudo relacionada con las manufactu-ras, de modo que tenía que vivir rodeada de materiasprimas y de grandes complejos de fábricas; trabajabaen lo que tenía que trabajar para ganar dinero. Todo es-to empezó a cambiar a finales de los años cincuenta ya principios de los sesenta, cuando empiezan a surgirlas industrias de alta tecnología. Con la revolución dela alta tecnología y la aparición de Silicon Valley, estecambio fue cada vez más pronunciado. En torno a1980, la naturaleza de la economía industrial empezóa cambiar de modo significativo y la economía creati-va entró en funcionamiento. Entre 1980 y hoy día seha producido una auténtica eclosión: sólo en EstadosUnidos, unos 40 millones de personas trabajan en laeconomía creativa, lo cual mueve 2.000 millones de dó-lares –casi la mitad de todos los salarios que se paganen el país–. Los 3,8 millones de trabajadores creativosque hay en Canadá hacen que este país tenga un por-centaje de personas que trabajan en la economía crea-tiva aún mayor (25%) que el de Estados Unidos.

Durante este período, la naturaleza de nuestra eco-nomía ha cambiado de forma dramática. Una de las co-sas buenas que esto ha supuesto es que muchos de no-sotros –no todos, pero sí un porcentaje cada vez ma-yor– podemos trabajar en algo que nos resulta atracti-vo. A mis alumnos, lo primero que les pregunto es“¿Qué es lo que te gusta y lo que no te gusta de tu expe-riencia de trabajo hasta la fecha?” y “¿Qué esperas delsitio en el que vives?”. Nunca me responden cosas como

“No gano suficiente dinero”, sino más bien cosas delestilo de “No supone ningún desafío para mí”, “No ten-go suficientes responsabilidades”, “Mi jefe me lo quie-re controlar todo”, “No aprendo bastante”, etc.

Con la economía creativa, lo que ocurrió fue que, co-mo la riqueza y el conocimiento empezaron a provenirde la mente de las personas y de su capacidad creativa,la naturaleza del puesto de trabajo dejó de ser la misma,como también dejó de serlo la naturaleza de lo que lagente esperaba del lugar en el que vivía. Estas dos cosasno tardaron en confundirse entre sí, hasta el punto de

que hoy día es cada vez más difícil diferenciar cuándouno está trabajando de cuándo no lo está. Estas líneasdivisorias que estaban perfectamente claras en la econo-mía industrial se han vuelto borrosas hasta el punto deser invisibles: cuando estás en el trabajo, parece que noestás trabajando, mientras que, cuando estás en casa, pa-rece que siempre estás trabajando. En el fondo, esto sedebe al auge de la economía creativa, que crea valor y ri-queza, genera puestos de trabajo, innova con nuevas tec-nologías y crea nuevos sectores solamente aprovechan-do las capacidades creativas de las personas.

RICHARD FLORIDA: “LA ERA DE LA CREATIVIDAD NECESITA DESARROLLAR EL POTENCIAL CREATIVO. . . ”

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Richard Florida es un reconocido gurú sobre creatividad. Catedrático de PolíticaPública de la George Mason University, científico de la Gallup Organization ymiembro de la Brookings Institution, ha impartido cursos en la Carnegie MellonUniversity y ha sido profesor visitante en el MIT y en la Kennedy School ofGovernment de Harvard. En esta entrevista habla de por qué el capital creativo se concentra en determinados lugares, del destino que les aguarda a las ciudades“de segunda” y de los peligros de un mundo en el que abundan cada vez más los que él llama “picos”.

“En torno a 1980, lanaturaleza de la economía

industrial empezó a cambiarde modo significativo

y la economía creativa entróen funcionamiento”

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Usted ha dicho que los miembros de la “clase creativa”global forman parte de un mercado de trabajo que lespermite moverse por el mundo con libertad. ¿Dónde lospodemos encontrar?A diferencia de lo que defiende Thomas Friedman–que el mundo es plano y que la gente puede conectarsey estar presente desde cualquier parte del mundo–, loque en realidad hacen los más de 150 millones demiembros de la clase creativa es migrar de una gran ciu-dad a otra. Su “mundo” está formado por una veinte-na de ciudades como Toronto, Vancouver, Nueva York,Washington, San Francisco, Chicago, Miami, Ámster-dam, París, Bangalore, Shanghái, Tokio, Sydney y Mel-bourne. Está claro que no es un mundo al que se pue-da acceder tan fácilmente desde cualquier parte del pla-neta; de hecho, la gran ironía de la economía creativaglobal es que el mundo es cada vez más desigual, conmás picos que nunca.

¿Qué tipo de trabajo tienen estas personas?Buscan tres cosas. En primer lugar, un trabajo que lasatraiga y que les suponga un desafío, que les deje res-ponsabilidad para hacer su trabajo y que esté libre delas restricciones de la burocracia que todo lo quierecontrolar, así como un mercado de trabajo con gran-des posibilidades. En segundo lugar, buscan un lugarpara vivir que también sea un reto. En estos momentosestoy trabajando con la Gallup Organization, realizan-do estudios en cientos de países del mundo, y estamosdescubriendo que, cada vez más, la gente quiere vi-vir en un lugar con belleza natural. También quiereuna baja tasa de criminalidad y buenos colegios, qué

duda cabe, pero sobre todo quiere vivir en un sitio boni-to, con parques estupendos y con una buena conser-vación de los edificios históricos. En tercer lugar, es-tas personas buscan un sitio en el que puedan ser ellasmismas.

Una de las invenciones clave de la Era de la Creativi-dad es que requiere que la gente utilice sus capacida-des creativas e intelectuales individuales. Si echamos

la vista atrás, la gente que trabaja en el mundo del ar-te y el entretenimiento, la ciencia, la tecnología y la vi-da académica siempre ha tenido la capacidad de expre-sarse libremente. A veces se les consideraba excéntri-cos, bohemios o, incluso, un poco raros. La gente re-clama cada vez más la capacidad de expresar librementequién es.

¿Qué sectores ofrecen mejores perspectivas a la clasecreativa?Según nuestros cálculos, basados en las últimas pre-visiones de la Bureau of Labor Statistics (Oficina de Es-tadísticas Laborales), en los próximos diez años, la eco-nomía estadounidense creará 10 millones de nuevospuestos de trabajo en el sector creativo. De ellos, 950.000estarán en el sector informático y 195.000 en ingenie-ría. Sin embargo, el mayor avance, con mucho, se pro-ducirá en el sector de la sanidad y la educación, con másde 3,5 millones de puestos de trabajo. El sector del en-tretenimiento, que incluye desde la música hip-hop has-ta los videojuegos, producirá 400.000 empleos, el do-ble que el sector de la ingeniería. No obstante, en ge-neral, la competitividad económica en la Era de la Crea-tividad se basa en el desarrollo al máximo del poten-cial creativo de todos los trabajadores, desde el oficinistade almacén y el jardinero hasta el informático o el ar-quitecto.

En su obra El mundo es plano, Friedman sostiene quelos efectos igualadores de la tecnología han creado unmundo “plano”, en el que se puede innovar sin tenerque emigrar. ¿Está usted de acuerdo con esto?Creo que Friedman ha efectuado grandes aportacionesal mundo, como digo en un artículo mío publicado enAtlantic Monthly [octubre, 2005]. Acertó de pleno en lamitad de la ecuación: el comercio más libre, los avan-ces en las comunicaciones y en la tecnología y los avan-ces en el transporte han hecho que el mundo sea mu-cho más “plano”, es decir, han permitido que la acti-vidad económica se descentralice, se aleje de las anti-guas regiones industriales de Norteamérica y de Europay se desplace a un montón de sitios nuevos que antesno estaban verdaderamente integrados en la economíamundial. Por tanto, en ese sentido, esta increíble ten-dencia a la descentralización forma parte de la nuevaeconomía global.

La importancia de dicha tendencia es innegable, pe-ro, como en casi todo, lo que tenemos aquí es una re-lación dialéctica, de dos caras. Y la contra-tendencia esque, al tiempo que la economía global permite la des-centralización de la actividad económica, si se eliminan

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“La gran ironía de laeconomía creativa global esque el mundo es cada vez

más desigual, con más picosque nunca”

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esas constricciones de ubicación, lo que ocurre es quela gente sigue concentrándose a unos niveles muchomayores de lo que nunca lo había hecho antes. La con-tra-tendencia en la economía global es la cada vez ma-yor concentración de personas con talento, altamentecualificadas y preparadas.

Esto no es algo que haya descubierto yo; lo dijo elpremio Nobel Robert Lucas en su ya clásico ensayosobre los mecanismos del crecimiento económico. EdGlaeser, un brillante economista de Harvard, ha de-mostrado la disparidad del capital humano, en el sen-tido de que, antes, en torno al 10% o al 12% de la po-blación de todas las ciudades del Norte de África teníaun título universitario. Hoy día, ese porcentaje se ele-va al 50% en algunas ciudades, mientras que en otrasno llega al 10%.

Se puede observar la misma tendencia en los mer-cados de la vivienda. Joseph Gyourko, el gran econo-mista inmobiliario de Wharton, ha demostrado la su-bida del precio de la vivienda en 15 “superciudades” deEstados Unidos. Sin embargo, la gente no se está yen-do de estas superciudades megacaras para volver a Cle-veland, Pittsburg o Saint Louis; no está abandonandoToronto o Vancouver para irse a otras ciudades cana-dienses. ¿A qué se debe esto, dado el gran coste queconlleva la vida en estas ciudades? Lo que ocurre es quenosotros, como seres humanos, conseguimos un enor-me incremento de la productividad cuando nos situa-mos unos junto a otros. Cuando nos juntamos en ciu-dades concentradas y populosas como Toronto, NuevaYork o Bangalore, aumentamos nuestra productividad;ése es el verdadero motor del crecimiento económico.Como resultado de ello, el mundo está desarrollandouna veintena de picos.

Usted ha dicho que el desarrollo de estos picos en el ma-pa global es extremadamente preocupante. ¿Por qué?Por muchos motivos. Estos picos se están convirtien-do en los “polos de crecimiento” de la economía mun-dial, pero también están cada vez más desconectadospor completo del resto de sus países. De hecho, lo quetenemos en realidad son dos economías mundiales:una economía de picos y una economía de depresiones.En lugar del mito del mundo plano, en el que la gen-te puede ubicarse en cualquier parte y participar, elmundo de picos es increíblemente irregular e inesta-ble. Mi opinión es que debemos entender el mundo talcomo es y no dejarnos seducir por ideas románticas so-bre la globalización. Hay gente a la que le cuesta en-tender que el mundo puede ser a la vez llano y llenode picos –es decir, que tiende a la descentralización y

a la concentración al mismo tiempo–, pero el mejorejemplo de esta dualidad lo tenemos en China.

A nada que uno se pare a analizar la economía chi-na, enseguida se da cuenta de que no es plana en ab-soluto: hay dos o tres picos principales, en Shanghái,en Pekín y en la Costa Este. Una vez trabajé con unalumno chino recogiendo datos a escala regional y des-cubrimos que literalmente todo el talento, las univer-

sidades, las personas creativas altamente cualificadasy la actividad económica se concentran en estos picos;luego está la China rural, que ya es otra historia. Cuan-do le pregunté a mi alumno, me dio una respuesta re-veladora. Me dijo: “Profesor Florida, en Shanghái, dedonde soy yo, la gente como yo vive mucho mejor delo que vive usted –tenemos un mayor nivel de vida–.Sin embargo, la gente de las zonas rurales vive en con-diciones de pre-civilización”. A eso me refiero cuandohablo de los picos que está creando esta economía crea-tiva global. Es algo que debe preocuparnos.

Desde un punto de vista global, ya no vamos a sercapaces de llevar una economía mundial si una propor-ción cada vez mayor de nuestro talento y de las perso-nas creativas se agolpa en una veintena de picos urba-nos. Vamos a tener que desarrollar instituciones quepermitan a los mercados –y a las ciudades de segun-da y de tercera categoría– absorber más gente creativapara construir sus economías. Hablando sobre esto conJane Jacobs, que es genial, me dijo que Canadá, en reali-dad, sólo tiene dos o tres grandes ciudades y que la cla-ve de su prosperidad de cara al futuro está en reforzarsus ciudades de segunda. Lo que yo intento defenderes que, si no se controla, la economía creativa va a creartodavía más concentración, más densidad, más agrupa-miento del talento y de la creatividad en unos cuantospicos, y más desigualdad. Por eso, va a hacer falta unauténtico esfuerzo global para construir nuevas institu-ciones que garanticen que las ciudades de segunda seancompetitivas y ofrezcan oportunidades a la gente.

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“La contra-tendenciaen la economía global es la

cada vez mayor concentraciónde personas con talento,altamente cualificadas

y preparadas”

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Ésas que llama “ciudades de segunda”, como Detroit,Nagoya y Ciudad de México, ¿verdaderamente tienenalguna posibilidad en la competencia global por el ta-lento y la inversión?Sí, pero sólo si asumen el desafío de forma activa. Lamayoría de las ciudades de primera parecen bastanteestables: Londres, Nueva York, París, Tokio (aunque es-tas dos últimas están cayendo un poco), San Francis-co, Boston, etc. No obstante, está claro que en los últi-mos tiempos unas cuantas ciudades se han incorporado

a la lista: Washington, donde yo vivo, ha saltado a la pa-lestra en los últimos diez o veinte años; Toronto siem-pre había sido un sitio estupendo para vivir y ofrecíauna gran calidad de vida, pero ahora se ha convertido

en uno de los cinco principales centros creativos de Nor-teamérica; y Dublín, hace veinte años, era el sitio al quehabía que ir para tomarse una buena Guinness, perohoy día se ha convertido en un auténtico centro de pro-ducción de software.

Estamos asistiendo a un cambio de posiciones en al-gunas de las ciudades que antes eran consideradas “desegunda”. Fue una sorpresa para mí ver que Gyourkohabía incluido entre sus superciudades a Austin (Texas),que solía ser una apacible ciudad universitaria que seha transformado en un importante centro tecnológicoy de entretenimiento de la economía mundial. En Aus-tralia, ciudades como Sydney y Melbourne también hanpasado a primera línea en los últimos veinte años. In-cluso la pequeña ciudad de Wellington (Nueva Zelanda)está cobrando auge, debido principalmente a que se haconvertido en la sede principal del negocio de produccio-nes cinematográficas de Peter Jackson, que genera mi-les de millones de dólares. Por tanto, la respuesta es quesí, las ciudades pueden cambiar su destino, pero sólosi verdaderamente ponen empeño en ello.

¿Qué es lo que hace que muchas ciudades de segun-da no acaben de despegar?Una cosa que no favorece a las ciudades de segunda esque verdaderamente no quieren hacer sitio a las clases

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Nuestro actual mundo “lleno de picos”

CUADRO 1

“Nosotros, como sereshumanos, conseguimos

un enorme incremento de laproductividad cuando nos

situamos unos junto a otros”

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creativas. A pesar de lo que sus líderes dicen en público,en estas ciudades abundan los líderes que Jane Jacobsllama “aguafiestas”. La verdad es que la economía deuna de estas ciudades “pico” implica todo tipo de de-safíos: los jóvenes tienen que estar comprometidos, aligual que las mujeres y la comunidad de gays y lesbia-nas; los artistas y la gente culturalmente creativa tienenque estar involucrados; y los empresarios también sebenefician del impulso. Sin embargo, en muchos sitiosles asusta este tipo de dinámica social y cultural. Los“aguafiestas” dicen: “No gracias, preferiríamos seguircon nuestro estilo de vida de los años cincuenta”. Poreso, lo que hace falta es que las ciudades de segunday de tercera acepten de verdad la era creativa. Tienenque hablar con los jóvenes, “conectar” con las mujeres,con los inmigrantes, con la población gay y lesbiana ycon la comunidad artística y cultural, y transmitirles cla-ramente el mensaje de que verdaderamente son ne-cesarios para reconstruir la ciudad.

¿Cómo encajan los MBA con la clase creativa?Es un verdadero dilema y pienso que lo que se está ha-ciendo en la Rotman School bajo el mandato de RogerMartin es ayudar a redefinir el MBA de cara al futuro.Por desgracia –y digo esto con humildad, puesto queyo mismo doy clases en un programa de máster paraprofesionales–, el MBA ha sido considerado durante de-masiado tiempo una garantía para conseguir una po-sición estable y segura en el mundo de la burocraciacorporativa. Los programas de MBA estaban diseñadosprecisamente para eso, para crear promociones y pro-mociones de gerentes y directivos para dirigir las anti-guas corporaciones industriales. Como dice mi buenamigo Gary Hamel, una de las grandes aberraciones dela historia de la humanidad fue el auge de la gran cor-poración industrial: aunque cumplía muy eficientemen-te con su cometido –consistente en procesar informa-ción y en transformar la mano de obra en productos deconsumo–, en muchos sentidos también deshumani-zaba y alienaba a las personas. Ahora es el momentode rectificar: tenemos que cambiar el rumbo de las or-ganizaciones y transformarlas para que sean más hu-manistas y valoren al individuo y su libertad para ex-presarse a sí mismo.

Hace algún tiempo, mi amigo Carl Schramm, de laKauffman Foundation, llevó a cabo una investigaciónsobre las iniciativas y el espíritu empresarial. Llegó ala conclusión de que las iniciativas empresariales pro-

cedentes de las universidades no salían de las escue-las de negocios. ¿Por qué? Porque en las escuelas de ne-gocios estaban demasiado ocupados formando a la si-guiente generación de gerentes, mientras que la gen-te que intentaba inventar cosas o ser pionera en nue-vas tecnologías procedía de la ingeniería o la ciencia,

o de los programas de arte y cultura. También es im-portante saber cuántos de los grandes empresarios denuestra sociedad son personas que nunca llegaron a ter-minar la universidad. No olvidemos que, hace ya tiem-po, el gran Peter Drucker, ya difunto, predijo que, co-mo institución, la universidad de investigación no so-breviviría al auge de la economía del conocimiento.

Creo que nos toca a nosotros reinventar el MBA pa-ra adaptarlo a la economía creativa. Ahora, en Rotmany en algunos sitios más han empezado a ponerse ma-nos a la obra. Rotman es la escuela de negocios en laque yo siempre me fijo, porque lo que está haciendoes intentar reinventar el MBA para el siglo XXI, cosa quehace mucha falta.

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“Como dice mi buen amigoGary Hamel, una de las

grandes aberraciones de lahistoria de la humanidad fue

el auge de la gran corporaciónindustrial”

«Richard Florida: “La Era de la Creatividad necesita desarrollar el potencialcreativo de todos los trabajadores, desde el oficinista hasta el informático”».© Rotman School of Management. Este artículo ha sido publicado ante-riormente en Rotman Magazine con el título “Interview with a Creativity Gu-ru: Richard Florida”. Referencia n.O 3090.

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