En Torno Al Origen de La Vida(Raul O Leguizamon)

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    EN TORNO AL ORIGEN

    DE LA VIDA

    RAUL O. LEGUIZAMN

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    PROLOGO

    Numerosos cientficos de las distintas reas del conocimiento al igual que la gran mayora de losdivulgadores sobre el tema son prcticamente unnimes en sostener que la vida se habra originado apartir de la materia inanimada, por la sola accin de las leyes naturales y al margen de cualquier factor ex-tramaterial.

    Frecuentemente sobre todo en las obras de divulgacin, libros de texto y programas televisivos el tema es tratado en forma tal, que el lector no especializado slo puede concluir que el origen de la vida apartir de la materia inanimada constituye no ya una teora cientfica, sino un hecho demostrado, con prue-bas abrumadoramente concluyentes a su favor.

    Salvo pequeas dudas referidas a detalles de orden circunstancial, todo parece estar satisfactoria-mente explicado: los tomos se unen espontneamente para formar molculas simples, que luego en elseno del mar primitivo forman molculas ms complejas, las cuales finalmente se unen entre s, dandoorigen a la vida.

    As de simple, as de claro, as de contundente.Aun cuando a nivel de las publicaciones especializadas hay cientficos que expresan dudas y reservas

    sobre el tema, estas opiniones no llegan prcticamente nunca al lector corriente, el cual es ilustrado, consingular insistencia en el esquema arriba descripto.

    Con raras excepciones ste es, sin duda, el consenso de opiniones del establishment cientfico y laactitud prudentes es, tambin sin duda, aceptar lo que los expertos dicen.

    Esta es la actitud prudente.Pero la actitud cientfica es justamente no aceptar lo que los cientficos dicen. No, al menos, sin pre-vio anlisis crtico, puesto que la ciencia no debe basarse en la autoridad de nadie ni siquiera en la de loscientficos! sino en el anlisis racional de la evidencia.

    Dada la trascendencia del tema, me pareci sera de inters brindar al lector no especializado algu-nas reflexiones sobre esta cuestin, a manera de una revisin crtica de la postura oficial del establish-ment cientfico, respecto del origen de la vida.

    Lo que, por otra parte, no es nada ms que una actitud de fidelidad al mtodo cientfico, que debejustamente basarse en la crtica y no en la aceptacin de lo aceptado.

    Para realizar este trabajo, me he basado en las obras de destacados cientficos que quizs por noaceptar la hiptesis materialista del establishment no tienen, en general, acceso a las grandes editoria-les y medios de difusin y por consiguiente no son conocidos por el gran pblico.

    Aunque siempre es difcil hacer justicia a todos los autores con quienes se est en deuda intelectual,quiero mencionar a algunos de ellos, cuyas obras, por su profundidad y claridad, no puedo encomiar lo sufi-ciente.

    Georges Salet, bilogo y matemtico francs, autor de la magistral obra Azar y certeza.A. E. Wilder Smith, suizo-alemn, doctor en Qumica Orgnica por las universidades de Oxford, Gi-nebra y Zurich, autor, entre otras obras, de The Creation of Life y The Natural Sciences Know Not-hing of Evolution.Duane Gish, bioqumico americano, autor de la estupenda monografa Speculations and Experi-ments Related to Theories on the Origin of Life.

    Tambin he usado (y abusado) de las obras de Donald England, Henry Morris, James Coppedge, Le-

    conte du Noy, Leonardo Castellani, Etienne Gilson y otros que sera largo enumerar.El estudio de las obras de estos autores me ha sido imprescindible para entender y profundizar lacuestin, y este humilde opsculo slo pretende ser un reflejo aunque precario, fiel del pensamiento deestos brillantes cientficos y filsofos, a quienes me permito llamar verdaderos maestros.

    Espero que, al menos en este caso, no se cumpla aquello que deca Papini, de que el Diablo suelevengarse de algunos maestros, dndoles discpulos.

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    Adems, la vieja hiptesis de g.e. era en realidad vitalista, ya que postulaba la existencia, en la inti-midad de la materia, de ciertas fuerzas vegetativas, que en determinado momento producan la vida. Laespontaneidad se refera slo a la manifestacin de la vida, no a su origen, el cual se atribua a esas fuerzasseminales y no a la materia inanimada en sentido estricto.

    La nueva hiptesis, en cambio, al no reconocer ninguna fuerza vegetativa en la intimidad de la ma-teria, atribuye no slo la manifestacin sino tambin el origen de la vida, en sentido estricto, a las propieda-des inherentes a la materia inanimada.

    Finalmente, y sobre esto volver ms adelantes, la nueva hiptesis de biognesis tiene claras impli-caciones filosficas y aun ideolgicas, lo que no suceda con la antigua.

    Adelantndome un poco en las conclusiones dir tambin que la vieja hiptesis era pre-cientfica, adiferencia de la nueva que es anticientfica. La antigua era producto de la ignorancia. La nueva es productodel saber...

    La antigua era un error. La nueva es un prejuicio.

    Qu es la vida?

    Naturalmente que todos sabemos lo que es la vida. El asunto es definirla. Es decir ponerle los lmitesal concepto (de-finir).

    En esto como en todo, el problema comienza siendo de orden semntico, pues de la definicin que

    demos de vida, dependern en gran medida las conclusiones a que arribemos.En realidad no existe una definicin formalmente aceptada de vida, ya que esta idea que vienede Platn es muy difcil, si no imposible, de precisar en trminos cientficos rigurosos.

    Por ello, en el momento de definir, la mayora de los cientficos prefieren el concepto aristotlico deser vivo, el cual, al individualizar la idea, la hace ms accesible a la delimitacin que entraa una defini-cin cientfica.

    Establecido primero lo que entendemos por ser vivo, hablamos luego de la vida, como el conjun-to de atributos propios de los seres vivos.

    Una definicin de ser vivo que entiendo contara con el consenso de la mayora de los cientficos, yque tomo de la magistral obra Azar y certeza, del bilogo y matemtico francs Georges Salet, es la siguien-te:

    Un ser vivo es un ensamblado material autnomo, donde se realizan intercambios energticos y

    qumicos con el medio ambiente, ordenados a la asimilacin, reproduccin y adaptacin3

    .No existe ningn ser vivo que no cumpla con estos criterios. No existe nada que cumpla con estoscriterios y que no sea un ser vivo.

    Como se ve, una definicin estrictamente mecanicista, o mejor, maquinicista. En el sentido de queno es vitalista.

    Y aclaro que sigo esta definicin, no porque el vitalismo haya sido refutado cientficamente4, sinoque para los fines del presente trabajo conviene adoptar esta postura, con el objeto de evitar un rea adicio-nal de anlisis que podra desviarnos de la cuestin principal.

    Aun sin recurrir a ninguna fuerza vital, sino aceptando que la vida es slo un nivel muy organizadode la materia como sostienen la mayora de los cientficos esto no demuestra, en modo alguno, que lavida se haya organizado espontneamente a partir de aqulla, pues sigue siendo imprescindible, desde elpunto de vista especulativo, explicar el origen de esa organizacin. Organizacin que no existe en la materia

    inanimada.Una estatua est ciertamente hecha de mrmol; pero el mrmol (o lo que sea), por s mismo, no ex-plica la estatua.

    Desde ya digamos que prcticamente todos los cientficos coinciden en sostener que, en algn mo-mento, la materia inanimada debe haber experimentado un proceso de organizacin hasta alcanzar el nivelde complejidad necesario para sustentar la vida. Puesto que no existe ningn elemento qumico en los seresvivos que no est presente en la materia inanimada, parece lgico pensar que esto haya sido as.

    Donde las posturas divergen sin embargo, en forma diametral, es respecto de si la materia por smisma se habra organizado hasta producir la vida, o si por el contrario, sta es en realidad inconcebible sinel recurso a factores extramateriales que expliquen su organizacin.

    3 Georges Salet, Azar y certeza, ed. Alhambra, 1975, p. 38.4 Los conocimientos cientficos actuales no sugieren la existencia de una fuerza vital en los seres vivos. Pero esto noconstituye una refutacin en sentido estricto.

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    Los estudios actuales sugieren que no sera un milagro, ni siquiera una improbabilidad estadsticamuy grande, que las molculas vivas hubieran aparecido espontneamente bajo condiciones espe-ciales... Esto no equivale a decir que la vida se origin al azar o mediante alguna intervencin sobre-natural, sino que lo hizo siguiendo las grandes y eternas leyes fsicas del universo7.

    De manera que entre los cientficos que postulan la biognesis espontnea, hay algunos que la atri-buyen al azar y otros a las leyes fsicas.

    Cmo se explica esta contradiccin?En realidad esta contradiccin es slo aparente y producto, a mi juicio, de una confusin episte-

    molgica, ya que azar y ley fsica, lejos de excluirse, se corresponden.Las leyes fisicoqumicas nicas actuantes antes de la aparicin de la vida estn justamente ba-

    sadas en el azar, ya que dependen del movimiento desordenado o imprevisible de los tomos y molculas,que slo obedecen al sentido termodinmico de la reaccin y a la ley de los grandes nmeros.

    Si los tomos y molculas no actuaran al azar, no se cumpliran las leyes fisicoqumicas, cuya regula-ridad depende precisamente del comportamiento perfectamente desordenado de aqullos. Regularidadque por esta razn es estadstica, o sea probabilstica.

    Para que tenga validez el clculo estadstico, es imprescindible que todos y cada uno de los elemen-tos intervinientes en un fenmeno, obedezcan slo al azar. De otra manera es imposible.

    Si arrojamos una moneda al suelo cien veces, obtendremos aproximadamente 50 % de cada una delas caras. Y esto lo podemos predecir. Es cientfico. Responde a leyes.

    Pero si la moneda tiene alguna alteracin que favorezca alguna de sus caras es decir, que no obe-dezca al azar entonces nuestro clculo no funcionar.Si existieran tomos y molculas que pudieran de algn modo elegir su propio curso de accin (...),

    no se cumpliran las leyes fsicas.Todas las leyes cientficas son de naturaleza estadstica, y estn basadas en la hiptesis de que los

    tomos y molculas no obedecen a otras leyes que las del azar.Por ello, decir que la vida se origin por la accin de las leyes fsicas del universo es en cuanto a su

    mecanismo exactamente lo mismo que decir que lo hizo gracias al movimiento al azar de los tomos ymolculas.

    Sostener por otra parte que la biognesis espontnea se habra debido exclusivamente al azar,aunque correcto epistemolgicamente, deja de serlo si se pretende ver en el azar algo distinto (y peor anopuesto!, a la accin de las leyes fsicas.

    Al estar la materia inanimada regida por leyes, todo lo que ocurre en el mundo fsico, todo fenmenomaterial (como segn estos autores, sera el origen de la vida), tiene necesariamente que ser el resultado deprocesos naturales, regidos por alguna ley.

    Por ejemplo: si durante la biognesis los aminocidos se unieron espontneamente para formar pro-tenas, quiere decir entonces que debe necesariamente existir una ley fsica que haga esto posible. Es decir,que sea capaz espontneamente de unir los a.a. para formar protenas. Cmo se habran formado sino?

    Cuando un efecto fsico se produce al azar, siendo el azar una ausencia de causa y no pudiendo exis-tir un efecto sin causa, se sigue entonces que la causa de ese fenmeno tiene que estar lgicamente en la na-turaleza.

    Y de la misma manera que una ley fsica no produce nada (ni existe en realidad) sin una causa parahacerla actuar (el agua hierve a 100 siempre que le apliquemos calor), as tambin una causa slo puede

    actuar (producir un efecto) en el marco de una ley.En otras palabras: cuando un efecto fsico ocurre al azar, eso no significa que el azar "produzca" eseefecto. El efecto lo producen siempre las leyes de la naturaleza.

    Por ello es que el azar no puede producir cualquier cosa, como algunos autores parecieran dar aentender. Slo puede producir un efecto acorde con una ley (o varias) ya que el azar no es sino una ocasinimprevisible, para que se manifiesten las leyes del mundo fsico. No es una entidad "aparte" de las leyes fsi-cas, sino estas mismas leyes actuando sin coordinacin intencional.

    El que un fenmeno ocurra al azar es la demostracin ms concreta de que debe existir una ley quelo produzca.

    Si usted tropieza y se cae, el tropiezo es al azar (una combinacin de circunstancias imprevisibles),pero la cada (el efecto) no es al azar, es hacia abajo! O sea, segn la ley de la gravedad.

    7 G. G. Simpson, El sentido de la evolucin, Eudeba, 1977, p. 13.

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    Salvo las usuales y cuasi mgicas invocaciones a la "evolucin", la "seleccin natural" y otras vacie-dades por el estilo8, no existen intentos especulativos, medianamente serios, para explicar el origen de unaclula. Esto sigue siendo, por el momento, especulativamente inaccesible.

    Consecuentemente, para evaluar de alguna manera estas hiptesis de biognesis, analizaremos losproblemas que plantea el origen espontneo de estos componentes qumicos, sobre todo de las protenas.

    Huelga destacar que la vida es infinitamente ms que protenas. No obstante, al ser stas un compo-nente esencial de todo ser viviente, cualquier hiptesis de biognesis que no pueda explicar satisfactoria-mente su origen, queda por ese solo hecho descalificada.

    1 ETAPA: LA SNTESIS DE LOS BIOMONOMEROS

    En esta primera etapa hay dos cuestiones fundamentales que es necesario analizar.Una, es la composicin qumica de la atmsfera primitiva, de la cual provendran los materiales para

    la sntesis de los biomonmeros. La otra, es la fuente de energa necesaria para dicha sntesis. Comenzare-mos por esta ltima.

    La fuente de energa

    Esto es fundamental, ya que todas y cada una de las reacciones qumicas de la biognesis necesitanenerga para llevarse a cabo. Hace falta por consiguiente una abundante provisin de energa para que labiognesis o al menos la especulacin sobre ella marche viento en popa.

    Yo supona que este asunto estaba ya completamente aclarado, pues es frecuente leer en las obrassobre el tema, aseveraciones muy sueltas de cuerpo en el sentido de que la energa vino del sol. Y efectiva-mente el sol tiene mucha energa.

    Pero no. No est tan aclarado como parecen creer muchos autores.Richard Dickerson por ejemplo, profesor de Qumica en el Instituto de Tecnologa de California y

    uno de los principales investigadores mundiales en este tema, dice que los fotones de la porcin visible ytambin de la infrarroja de la luz solar, no tienen energa suficiente para formar enlaces qumicos, y que lasradiaciones ultravioletas, nicas que podran hacerlo, slo son absorbidas en un 1 %, por las molculas in-tervinientes en esta etapa de la biognesis. Por consiguiente este autor concluye que la energa solar no

    podra haber desempeado un papel importante en la biognesis y cree que las descargas elctricas at-mosfricas fueron lo ms significativo en este sentido9.Cmo ve usted, las razones de este cientfico son por dems convincentes y a m personalmente me

    convenci.Pero luego, al leer a Oparin, que es en cierta manera el decano de los investigadores en este tema,

    me encuentro con que este autor sostiene que la electricidad atmosfrica posee una importancia muchomenor que la luz ultravioleta, en las sntesis prebiolgicas. Por varias razones, que sera largo enumerar,este autor cree que la radiacin ultravioleta del sol ha constituido una fuente de energa infinitamente [sic]ms importante que las descargas elctricas10.

    Y tambin me convenci.Dos mximos expertos en el tema sustentan posiciones diametralmente opuestas respecto de algo

    tan bsico como la fuente de energa.

    Obviamente, los dos no pueden tener razn en lo que afirman. Pero s podran tenerla en lo que nie-gan. Esto es, que ni las radiaciones ultravioletas (por las razones de Dickerson), ni las descargas elctricas(por las razones de Oparin), hayan podido constituir una adecuada fuente de energa para las sntesis pre-biolgicas.

    8 Vaciedades en este contexto. La evolucin de existir no sera un mecanismo. Y lo que hay que explicar es justa-mente dicho mecanismo. O sea, cmo fue que se unieron las molculas para formar una clula. Decir que la evolu-cin lo hizo, es no decir nada, o peor an, es proponer una pseudoexplicacin que oculta el problema. Pues si decimosque la evolucin explica la organizacin de las molculas hasta producir la clula esto es, la evolucin qumica o mo-lecular en realidad estamos diciendo que la evolucin explica la evolucin. Una tautologa.Hablar, por otra parte, de seleccin natural durante la organizacin de las molculas para producir clulas esto es,antes de la aparicin de ellas es totalmente ilegtimo, ya que la seleccin natural es un proceso que slo tiene lugar si

    hay reproduccin; es decir, si ya hay clulas. Las molculas no pueden experimentar seleccin natural! Esto es unabsurdo!9 Richard Dickerson, Evolution (A Scientific American Book), 1978, p.37.10 A. Oparin, Origen de la vida sobre la Tierra, Ed. Tecnos, 1979, ps. 131 y 146.

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    All ver cun frgiles son los fundamentos de toda esta especulacin respecto de la atmsfera pri-mitiva. Bstenos aqu decir que el asunto es por dems discutible y que la evidencia para una atmsferaprimitiva como la que propugnan los partidarios de la biognesis espontnea dista mucho de ser convincen-te.

    Pero no olvidemos que para que la b.e. pueda siquiera concebirse, es absolutamente imprescindibleque la atmsfera primitiva haya sido tal como la postulan estos cientficos.

    Si lo de la atmsfera es discutible, el resto de la especulacin queda tambin en la atmsfera. Es de-cir, en el aire.

    De todas maneras y a los fines del argumento, vamos a aceptar noms que la atmsfera primitiva notena oxgeno y s mucho hidrgeno, metano y amonaco.

    Si a esta atmsfera le aadimos el sol que por supuesto estaba y frecuentes descargas elctricas,ya tenemos el escenario listo para que de un momento a otro comience la biognesis.

    Casi me olvidaba decir que por encima de todo esto y dirigiendo el proceso segn designios impene-trables, existe una presencia misteriosa, infinita en recursos, asombrosa en realizaciones, origen ltimo dela vida y el cosmos.

    Me estoy refiriendo claro, al omnipotente Azar, cuyo nombre francamente no me atrev a escribircon minscula, habida cuenta de las maravillas que lo veremos realizar.

    Si usted, lector, crea ingenuamente que el azar era una simple ausencia de causa o razn, se darcuenta cun equivocado estaba y ver, con sus propios ojos, de lo que es capaz este Azar.

    O al menos, de lo que son capaces de atribuirle algunos cientficos.

    El experimento de Miller

    Esta primera etapa de la biognesis cuenta con un modelo experimental, que es el clsico experi-mento realizado por Miller, quien, lanzando una serie de descargas elctricas, a travs de una mezcla de losgases que se suponen constituan la atmsfera primitiva, obtuvo algunos aminocidos.

    Como se ve, estamos a varios aos luz de una clula. Y tambin de una protena.De todas maneras dicen muchos investigadores el primer paso ya est dado. Si de esta forma se

    han obtenido a.a., la sntesis de vida ya se vislumbra en el horizonte.(Dios les conserve la vista a estos cientficos francamente. Y de paso, no estara mal que les desarro-

    llara un poco el sentido crtico).

    Y bien, qu diremos de este experimento?Hay varias cosas que se podran decir de ste y otros experimentos semejantes, pero para no alargarel asunto, me limitar a sealar un par de hechos que rara vez son mencionados en las publicaciones sobreel tema, y que creo sern de inters para el lector.

    Uno de ellos es que los a.a. formados en el experimento de Miller deben ser retirados inmediata-mente del sistema, para evitar la destruccin por la misma fuente de energa que los gener.

    Esto, como dije, muy rara vez lo encontrar, lector, explicitado en el texto, pero si usted se fija en al-guna ilustracin del aparato de Miller, ver que en la parte inferior del tubo existe un acodamiento en formade U, donde se coleccionan los a.a. formados, a fin de que queden aislados de la fuente de energa, evitandode esta manera su destruccin.

    Y por qu razn, la misma fuente de energa que sintetiza los a.a., de seguir actuando los destruye?Porque el influjo de energa las descargas elctrica o las radiaciones ultravioletas rompe los en-

    laces qumicos de las molculas presentes en el tubo de Miller (metano, hidrgeno, amonaco, etc.) y haceque algunas (slo algunas, muy pocas) se unan al azar formando aminocidos. Al igual que otras sus-tancias.

    Los a.a. formados y que son los ms simples estn muy cerca, desde el punto de vista de lacomplejidad molecular, de sus tomos constitutivos. Por eso es que pueden formarse al azar. No obstante,son ms complejos que ellos, y por esa misma razn, ms inestables qumicamente.

    Por ello, si continan sometidos a la accin de la energa que los form, sern esta vez la inmensamayora de ellos destruidos.

    Esto es muy importante, ya que durante la biognesis, es de suponer, no haba ningn bioqumico ni siquiera primitivo para realizar esta tarea de aislamiento de los a.a.

    Cmo hicieron entonces los pobres a.a., durante la biognesis, para escapar al degello energtico?

    12 R. T. Brinkman, J. Geophys. Res., 74, 1969, p. 5355.13 C. F. Davidson, Proc. Nat. Acad. Sci., 53, 1955, p. 1194.

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    Pues se zambulleron en el mar. Es decir, luego de ser sintetizados en la atmsfera, cayeron al mar,escapando as a la accin destructiva de la fuente energtica.

    Esto es lo que dicen que ocurri, los tericos de la biognesis espontnea.Explicacin que por supuesto explica. Como todas las explicaciones.No obstante, de vez en cuando aparece algn cientfico que analiza esto en serio, con resultados

    francamente desoladores para este tipo de especulaciones.El Dr. D. E. Hull por ejemplo, fisicoqumico de USA, basndose en las propias estimaciones de Mi-

    ller sobre la concentracin de los elementos de la atmsfera primitiva, y teniendo en cuenta que la radiacinultravioleta destruira el 97 % de las molculas formadas, antes de que tuvieran tiempo de caer al mar, llegaa la conclusin de que la concentracin de glicina (el a.a. ms simple) en el mar primitivo, habra sido entre10-27 y 10-12 molar (!). Cantidad por cierto absolutamente irrisoria para cualquier posibilidad de reaccinqumica ulterior14.

    Aminocidos ms complejos habra tenido concentraciones mucho menores todava.Las conclusiones de Hull son demoledoras para la hiptesis de biognesis, y sugiero al lector intere-

    sado, que consulte este artculo15.All ver lo que es una especulacin cientfica y no una payada sobre biognesis.Hay otro hecho de importancia decisiva en relacin a este experimento y que tambin, muy rara vez

    es mencionad en las obras sobre el tema.Precisamente por ser de importancia decisiva, quisiera lector con su permiso, dejar para ms ade-

    lante su tratamiento. No slo por razones de hilacin, sino tambin porque si lo digo ahora, ya no tendra

    gracia...Me he detenido un poco en la argumentacin respecto de los a.a., pues al ser stos los elementosconstitutivos de las protenas, representan de alguna manera el eje del problema. Pero en realidad, duranteesta primera etapa de la biognesis, hay que explicar la formacin no slo de a.a., sino tambin de azcares,bases nitrogenadas, lpidos, etc. Vale decir, todas las sustancias qumicas que entran en la composicin deuna clula.

    Y claro, la sntesis de cada una de estas sustancias plantea, a su vez, problemas adicionales. No sloen s mismas, sino tambin en relacin a las otras.

    Esto es muy importante, pues ha de saber, lector, que las condiciones materiales del medio ambienteprimitivo donde se habra desarrollado la biognesis varan de acuerdo a los distintos autores.

    As por ejemplo, los investigadores que trabajan en la gnesis de los azcares proponen el formolcomo uno de los constituyentes del medio ambiente primitivo. Y por qu el formol? Bueno, quiz haya

    otras razones, pero yo sospecho que la fundamental, es simplemente que a partir del formol se puede enel laboratorio sintetizar azcares.Otros investigadores en cambio, que trabajan en la lnea de las bases nitrogenadas, proponen el ci-

    do cianhdrico, como componente del medio ambiente primitivo. Y tambin rara casualidad a partir deesta sustancia se puede, en el laboratorio, obtener bases nitrogenadas.

    Y as sucesivamente.Todo lo cual es sobremanera interesante y altamente demostrativo de la imaginacin e inteligencia

    de los brillantes cientficos que trabajan en estos experimentos muchos de ellos verdaderos genios ,pero es sumamente improbable que todo esto tenga algo que ver con la biognesis primitiva (!)

    Y la prueba ms contundente de ello es ver qu pasara si mezclamos todos los componentes qumi-cos propuestos por los distintos autores, para el medio ambiente primitivo.

    No queda nada!

    La mayor parte de estas sustancias se destruyen o anulan entre s.De manera que una cosa son las reacciones qumicas que se efectan en el laboratorio, para obtenerdeterminados productos, y otra muy distinta, los acontecimientos que en forma espontnea hubieranpodido tener lugar en la naturaleza.

    Es fundamental tener esto siempre presente.De todas formas, yo deseara pedirle al lector que dejemos de lado las objeciones formuladas y que

    a los fines del argumento aceptemos estos experimentos, como modelos satisfactorios para explicar elorigen de los biomonmeros. Es ms, siempre a los fines del argumento, vamos a ser ms entusiastas quelos propios investigadores e ir ms all de lo que ellos dicen.

    14 Para formarse, una molcula de glicina necesita 1.000.000 de cuantos de energa; para destruirse, 1 solo (!). De ma-

    nera que el ritmo de destruccin de la glicina es un milln de veces ms intenso que el de su produccin. No hay queextraarse entonces de que en el experimento de Miller, los a.a. deban ser retirados inmediatamente del sistema, unavez formados.15 D. E. Hull, Nature, 186, N 4726, 1960, p.693.

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    Si alguien sostiene que mediante estos mecanismos se podran haber formado unos pocos a.a., az-cares, etc. (que es lo mximo que se puede sostener), responderemos con enftico acento: por favor!, tone-ladas de estos productos.

    La cantidad que quieran y ms tambin.Pues si todo esto es altamente hipottico, a partir de aqu deja de ser hipottico, para pasar a ser im-

    posible.

    2 ETAPA: LA SNTESIS DE LOS BIOPOLIMEROS

    En esta segunda etapa de acuerdo a las hiptesis de biognesis se habran formado las grandesmolculas caractersticas de los seres vivos, esto es, protenas, cidos nucleicos, carbohidratos y lpidoscomplejos, etc., a partir de la polimerizacin espontnea de las molculas orgnicas elementales de la etapaanterior.

    Como es imposible analizar las dificultades que plantea la sntesis de todas estas sustancias, me li-mitar a sealar algunos de los problemas fisicoqumicos relacionados con la sntesis de las protenas16.

    Como dije antes, la vida es mucho ms que protenas; pero no menos que ellas. Para la biognesis,las protenas no son suficientes; pero s imprescindibles.

    Por consiguiente, en el curso de este captulo haremos hincapi en el problema del origen de las pro-tenas.

    En la sntesis de las protenas hay varios problemas a resolver.El primero de ellos es la disponibilidad de materia prima, es decir a.a., que son las unidades elemen-tales en que se descompone una molcula de protena.

    Este punto aunque altsimamente improbable lo damos por resuelto (por el momento). Acep-tamos que por el mecanismo propuesto por Miller y otros, se hayan sintetizado toneladas de a.a. en laatmsfera primitiva, que han cado luego en el mar formando una solucin rica en tales compuestos.

    Y toneladas tendran que ser, pues fjese lector que si el volumen total de agua presente en la super-ficie de la Tierra primitiva era, ms o menos, semejante al actual, entonces habra habido unos 500 millonesde km2 de dicho elemento.

    De manera que para que los a.a. pudieran alcanzar una concentracin qumicamente significativa,en el seno del mar primitivo, tendran como dije que haberse sintetizado de a toneladas.

    Personalmente creo, siguiendo a Hull y otros, que el mecanismo propuesto para la sntesis de los

    biomonmeros no puede explicar ni siquiera la formacin de a.a. en cantidades qumicamente detectables.Otra que toneladas!No obstante para poder continuar con la especulacin, vamos a suponer que s.Vamos a aceptar que la atmsfera primitiva, junto con frecuentes descargas elctricas y/o radiacio-

    nes ultravioletas, era un gigantesco laboratorio de sntesis qumica, capaz de producir un verdadero diluviode aminocidos.

    No hay mayor problema en aceptar esto.Es a partir de este momento que la especulacin se torna francamente ilusoria y en clara contradic-

    cin con las ms elementales leyes de la fsica y de la qumica.Y el primer problema lo plantea justamente, la presencia de esa sustancia maravillosa, nica exclu-

    siva de la tierra y sin la cual no es posible paradjicamente concebir el origen de la vida. Me refiero na-turalmente a aquello que forma la mayor parte de la composicin qumica de los seres vivos y que aunque

    de uso predominantemente externo algunos tienen la inslita costumbre de beber. Su frmula: H 2O. Sunombre: xido de hidrgeno. Para los amigos: agua (a secas...).Sin ella, no hay biognesis. Pero con ella tampoco!

    El problema del agua

    Hemos visto que los a.a. y otros productos , sintetizados en la atmsfera primitiva, han cado almar, formando una solucin que se ha dado en llamar la sopa o el caldo primitivo.

    No contentos con esto y siempre de acuerdo a las hiptesis de b.e. , los a.a. se habran unido en-tre s para formar dipptidos (dos a.a.), tripptidos (tres a.a.), polipptidos (varios a.a.) y as sucesi-vamente hasta llegar a las protenas (muchos a.a.).

    16 Si usted lector no sabe fisicoqumica, no se aflija. Yo tampoco.

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    Cuando dos molculas de a.a. se unen formando una unin que se llama pptidica el grupocido de una, reacciona con el grupo amino de la otra, liberando una molcula de agua. Reaccin que porello se llama de condensacin.

    Ahora bien. Siendo sta una reaccin reversible, el sentido de la misma depende por la ley de ac-cin de masas de la concentracin de los respectivos elementos de la reaccin. Si predominan los a.a., seforma el pptido; pero al formarse el pptido se acumula el agua y si esta predomina, la reaccin se invier-te y el pptido se hidroliza.

    Vale decir que si las molculas de agua, liberadas durante la reaccin, no son retiradas del sistema(que es lo que se hace en el laboratorio para sintetizar un pptido), al acumularse, invierten la reaccin y elpptido se hidroliza, descomponindose otra vez en sus a.a. constitutivos.

    En otras palabras: la condensacin de a.a. para formar pptidos no tiene lugar, si hay exceso deagua.

    Pero recordemos que segn la hiptesis de b.e., esta reaccin se est llevando a cabo en el ocanoprimitivo! Y est claro, por lo que acabamos de ver, que dicho ocano es absolutamente el ltimo lugar don-de sera conceptualmente imaginable la condensacin de los a.a. para formar pptidos.

    Esta reaccin es qumicamente imposible.Y por qu se propugna este desatino?Porque esto no slo parece un desatino, sino que efectivamente lo es.Es que no hay otra salida. Pues recordemos que la supuesta atmsfera primitiva, no tena oxgeno

    (lo cual vena como anillo al dedo, para la primera etapa). Pero si no tena oxgeno, tampoco tena ozono

    (gas que se forma a partir del oxgeno), y por consiguiente no haba entonces proteccin contra los rayosultravioletas, que normalmente son filtrados por este gas.Como es sabido, si las radiaciones ultravioletas no fueran filtradas por la capa de ozono, no existira

    ninguna posibilidad de vida sobre la superficie del planeta, debido justamente a la accin letal de estas ra-diaciones no filtradas sobre los seres vivientes y productos orgnicos en general.

    Por ello es que se postula que la vida se habra originado en las profundidades del mar. Para prote-ger as a las sustancias intervinientes en la biognesis, de la accin destructiva de las radiaciones ultraviole-tas no filtradas.

    Lo cual es salir de Guatemala para caer en Guatepeor.La sntesis de protenas no puede realizarse si hay exceso de agua.

    La fuente de energaPero para formar pptidos o protenas a partir de la condensacin de a.a., no basta con extraer el ex-

    ceso de agua. Hace falta tambin proveer de energa, a fin de vencer el equilibrio de la reaccin, que est afavor de la hidrlisis y no de la condensacin.

    Cmo se habra logrado todo esto, en forma espontnea, en el mundo prebiolgico?Las especulaciones abundan.Algunos autores se limitan a decir que la energa habra venido del sol, a travs de las radiaciones ul-

    travioletas?Lo cual debe ser una broma de estos autores, pues, como acabamos de ver, los a.a. estaban refugia-

    dos en las profundidades del mar primitivo, justamente para evitar ser destruidos por las radiaciones ultra-violetas.

    Hace falta por consiguiente, sustancias que sirvan como intermediarios para este proceso; es decir,que puedan captar la energa de las radiaciones ultravioletas en la superficie del mar y transportarla hacialas profundidades del mismo, donde los a.a. esperan ansiosamente la oportunidad de transformarse enpptidos e iniciar as el glorioso camino que los llevar algn da hasta seres humanos.

    Algunos cientficos sostienen que ciertas sustancias como el ciangeno, la dicianamida y el cianoace-tileno poseedoras de enlaces qumicos de alto valor energtico podran haberse formado por accin delas radiaciones ultravioletas en la superficie del mar y actuado luego como agentes de polimerizacin ytransfirindoles as la energa de sus propios enlaces qumicos17.

    El problema es que todas estas sustancias tienen mucha mayor tendencia a unirse con las molculasde agua, que las de los a.a. a polimerizar. De manera que estamos en la misma. Si hay agua, esto no funcio-na.

    17 Richard Dickerson, Evolution (A Scientific American Book), 1978, p. 40.

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    Para intentar resolver esta dificultad se postula entonces que los agentes de polimerizacin no seranen realidad sustancias como el ciangeno, sino los polifosfatos tambin de alto valor energtico18.

    Y de dnde salieron los polifosfatos?Habran sido sintetizados se dice por sustancias como el ciangeno.Yo no s, francamente, si es cierto que el ciangeno puede sintetizar polifosfatos (me gustara saber

    si esto es factible, aun en el laboratorio), pero, desde luego, ello no sera posible en un medio acuoso.Si hay agua, lo que el ciangeno va a hacer es unirse a ella. De qu sntesis de polifosfatos estn

    hablando?Tan grave es este asunto del exceso de agua, que algunos tratan de solucionarlo cambiando el esce-

    nario de la biognesis. As, en lugar de situar a nuestros a.a. ancestrales en las profundidades del mar primi-tivo, los ubican en una lagunita superficial, que al desecarse solucionara al fin, el maldito problema del ex-ceso de agua19.

    Desecacin que por cierto de nada nos servir, ya que al no existir una buena capa de agua que detu-viera las radiaciones ultravioletas, nuestros antepasados habran quedado ciertamente secos. En todo senti-do.

    Otros autores recurren a las arcillas.Efectivamente. Algunos cientficos han logrado sintetizar pequeos pptidos, sobre la superficie de

    adsorcin que brindan las capas de slice de las arcillas20 y creen, por consiguiente que de esta manera seexplicara la condensacin de a.a., durante la biognesis. Claro que el experimento se realiz con una ayudi-ta: los a.a. utilizados haban sido previamente acoplados al cido adenlico, nucletido de alto valor energ-

    tico, que no aparece jams en forma espontnea y que se obtiene por hidrlisis de los cidos nucleicos de lasclulas.Lo cual demuestra una vez ms que con vida previa, la biognesis es mucho ms fcil...Como ve lector, con todos estos mecanismos no resolvemos absolutamente nada. Hay que pensar

    otra cosa.Se ha pensado otra cosa.Un autor ha demostrado que se pueden obtener pptidos sencillos, calentando una mezcla seca de

    a.a. a 175 de temperatura y cree, por consiguiente, que, en base a estas condiciones sequedad y 175 detemperatura habra sido posible la condensacin de los a.a. durante la biognesis21.

    Para explicar el origen de las condiciones arriba descriptas, este autor premio nobel de Bioqumi-ca nos propone el siguiente mecanismo.

    Los a.a. estaban como vimos en las profundidades del mar. De pronto, hete aqu que un volcn

    entra en erupcin. Cae lava al mar. Por el contacto con el agua se enfra y solidifica formando una costra, encuyo rescoldo el agua se evapora. Simultneamente, los movimientos del agua han trado los a.a. desde lasprofundidades del mar y depositado en la costra volcnica, donde se habran desecado.

    La lava hirviente tiene alrededor de 1000 de temperatura, pero supongo que en algn momento al enfriarse y a alguna distancia de la boca de erupcin, debe haber sin duda una zona con los 175 reque-ridos. Consecuentemente, los a.a. situados a la distancia apropiada y en el momento oportuno, disfrutarnentonces de la temperatura y sequedad necesarias para su polimerizacin.

    Pero este no es el final de la historia.Como los pptidos formados en el experimento que comentamos deben ser retirados del calor, en

    pocas horas, para evitar su destruccin, se postula entonces que durante la biognesis, luego de formarselos pptidos en la costra de lava volcnica, una oportuna lluvia los habra arrastrado nuevamente al mar.

    Como se ve, el Azar no deja nada librado al azar.

    Y despus dicen que los cientficos no creen en milagros!Lejos de m, por cierto, cuestionar que todo esto haya podido ocurrir. Pero, cabe la objecin de que,si un huevo pasado por agua (esto es a 100 de temperatura, durante 3 minutos) no sirve para empollar, esdecir para originar la vida, cmo diablos podra servir un pptido sometido a 175 de temperatura?

    Un pptido as formado no tendra significacin para la biognesis.Otros autores finalmente, ante la obvia imposibilidad de establecer un mecanismo razonable de

    condensacin para los a.a., optan por negar la condensacin misma y proponen un mecanismo totalmentedistinto. Tanto que, segn estos autores, los pptidos no se habran formado por la polimerizacin de a.a.,sino del cianuro de hidrgeno22.

    18 Ibd.

    19 Ibd.20 Ibd.21 Sidney Fox y K. Harada, J. Amer. Chem. Soc., 82, 1960, p. 3745.22 C. Matthews y R. Moser, Nature, 215, 1967, p. 1230.

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    Reaccin sta, que necesita condiciones rigurosamente anhidras para llevarse a cabo y que es muydifcil imaginarse puedan haber existido durante la biognesis. Adems, si no haba agua, tampoco habaproteccin contra las radiaciones ultravioletas, y cmo hicieron entonces los pptidos para sobrevivir?

    Me disculpar, lector, si lo he aburrido un poco con todo este asunto del agua y de la energa, perome pareci de inters hacer esta resea para que viera las cosas que pueden llegar a decirse en este tema, lascuales, si bien exentas de todo rigor cientfico, revelan s una capacidad imaginativa que hara palidecer deenvidia al mismsimo von Daniken.

    En el mejor de los casos, estos mecanismos propuestos son slo reacciones de laboratorio, que su-ponen condiciones perfectamente controladas y por ende planificadas de temperatura, humedad, pH,concentracin de los reactivos, etc.

    Qu tiene que ver todo esto con lo que podra ocurrir al azar, en las profundidades del mar primiti-vo?

    Creo sinceramente que no vale la pena tomar estas cosas demasiado en serio y tratar de refutarlas,pues es de nunca acabar.

    A menos que usted se odie profundamente, mi consejo sera que no se ponga en la tarea de analizaren detalle estas especulaciones, pues no slo no va a aprender nada, sino que puede llegar a deteriorar se-riamente el poco o mucho equilibrio mental que tenga. Se lo digo por experiencia propia!

    Y no vale la pena analizar todas estas posibles fuentes de energa en detalle, por la sencilla raznde que el verdadero problema no est ah.

    Los problemas que hay que resolver o al menos plantear no tienen fundamentalmente que ver con el

    ciangeno, los polifosfatos, las arcillas o la lava ardiente. Estas son slo argucias qumicas, que ocultan elproblema. Y para plantear adecuadamente este problema, hace falta otro enfoque.Esto es lo que los superexpertos nunca nos explican y es lo que seguidamente trataremos de anali-

    zar.A los fines del argumento vamos a aceptar que las fuentes de energa pudieran haber sido los poli-

    fosfatos, el ciangeno, o lo que usted quiera.Esto no es lo fundamental.Porque lo fundamental con la energa en este contexto no es tanto su existencia, sino su aplica-

    cin. Vale decir, no si hay o no energa, sino cmo se aplica la energa en un sistema.Todas las especulaciones de los tericos de la biognesis, estn dirigidas a establecer la posibilidad

    de la existencia de fuentes de energa. Pero la sola existencia de la energa no basta; lo fundamental es laforma en que acta esa energa.

    Para que la energa sirva de algo, tiene que seguir especificaciones de cmo aplicarse. Si no, es posi-tivamente destructiva; es decir, tiende a aumentar el desorden del sistema. Y cuanto ms complejo es elproducto final, ms detalladas habrn de ser las especificaciones que la energa deba cumplir.

    Si arrojamos un ladrillo contra un televisor, estamos ciertamente realizando un aporte de energa. Sisoltamos un elefante (o uno de mis hijos) en un bazar, tambin. Una carga de dinamita en un edificio, lomismo. Se me argumentar que tanto el televisor, como el bazar o el edificio, poseen ya un orden y aqu setrata de la gnesis del orden, no de la preservacin del mismo. Las dos cosas estn ntimamente relaciona-das, pero para hacer el ejemplo ms pertinente, supongamos ahora que tenemos las piezas constitutivas deltelevisor, la vajilla del bazar o los ladrillos del edificio, amontonados en desorden.

    Repetimos el experimento. Obviamente seguir sin haber televisor, bazar o edificio. Ninguna perso-na sensata esperara otra cosa. Salvo quiz algn cientfico evolucionista.

    No tiene caso que lo hagamos una vez ms, o un milln de veces ms. Lo nico que conseguiremos

    ser aumentar progresivamente el desorden de las piezas. Esto no significa, que la energa ciega de la explo-sin ( por ejemplo) no pueda lograr que dos o tres ladrillos caigan por azar uno sobre el otro; es decir, quese genere un pequeo grado de orden. Pero no slo no se dispondrn los ladrillos formando un edificio ( nisiquiera una pared), sino que ante nuevas explosiones, los dos o tres ladrillos ordenados, se desordenarn asu vez y a la larga de continuar el influjo de energa ni ladrillos quedarn.

    La energa ciega esto es, sin especificaciones , no slo no genera orden, sino que de tener lamagnitud suficiente destruye el orden preexistente, o el pequeo grado de orden que ella misma por azarpudiera generar.

    Y esto es as, porque la energa sin especificaciones lo nico que hace, es aumentar la tendencia na-tural de la materia hacia la desorganizacin.

    Se podr objetar que el ejemplo del edificio y la dinamita es exagerado, ya que a nadie se le ocurriraconstruir un edificio a base de explosiones. Que para eso hacen falta obreros.

    Estoy de acuerdo. Pero para construir una protena, tambin hacen falta obreros.Proponer la sntesis de una protena, a partir slo de los materiales y de energa sin especificaciones,es caer redondamente en el ejemplo de arriba.

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    Una vez ms, esto no significa que un influjo ciego de energa no pueda lograr que por azar seunan unos pocos a.a. y formen un pptido sencillo (y efmero). Pero una protena, nones.

    Qu requisitos debe cumplir entonces la energa para poder sintetizar una protena?.Antes que nada debemos recordar que para que la energa simplemente acte en un sistema (cons-

    tructiva o destructivamente, no importa aqu), debe, por lgica, tener acceso a dicho sistema, es decir conec-tarse de alguna manera con l.

    Digo esto, pues las especulaciones sobre las fuentes de energa (ciangeno, polifosfatos, etc.), se li-mitan a postular la posibilidad de la existencia de estas sustancias, en el seno del mar primitivo. Pero insis-to. Para que la energa acte en un sistema, debe estar en contacto con l.

    Ahora, se imagina lector el menudo problema que habran tenido los polifosfatos, por ejemplo (enel improbable caso de que se hubieran formado), para encontrarse con los a.a. (tambin en el caso de que sehubieran formado), en la inmensidad del ocano (!) y transmitirles as la energa?

    Cmo se habra realizado este encuentro?Afortunadamente, el Azar estaba agazapado en el fondo del mar, listo para entrar en accin y conec-

    tar la fuente de energa con los a.a. Y ya sabemos que si acta el Azar, el xito est asegurado.De todas maneras, vamos a suponer que tenemos (no me pregunten cmo) los a.a. en contacto con

    la fuente de energa. Qu pasa ahora?Algo sumamente interesante y que se refiere a lo siguiente.Como la formacin de una protena es una reaccin que comprende muchas etapas (hay que unir

    cientos o miles de a.a.), es imprescindible contar no slo con una fuente apropiada de energa en contacto

    con el sistema, sino tambin, que este influjo de energa debe ser dirigido en un sentido especfico. De otramanera es imposible.Por ejemplo: si usted quiere construir una pared, debe naturalmente apilar los ladrillos uno sobre el

    otro. Eso le ocasionar ciertamente un gasto de energa. Pero si usted no coloca los ladrillos uno sobre elotro, sino que los desperdiga al azar, colocando uno por aqu, tres por all, dos ms all, etc., aun con elmismo gasto energtico, usted no tiene la pared.

    En otras palabras: a menos que se aplique una direccin a la energa, no se puede construir la pared.Incluso disponiendo de gran cantidad de energa.

    Lo mismo con la sntesis de una protena.Para formar una protena o un pptido complejo, es menester unir cientos o miles de a.a. en una

    molcula. Para ello es preciso que el influjo de energa acople en contra de las probabilidades estadsticas ydel equilibrio fisicoqumico los a.a. en una estructura y no, que los desperdigue al azar.

    Si tenemos una solucin de a.a. y hacemos un aporte ciego de energa, podemos por azar obte-ner (supongamos) un dipptido. Si hacemos otra descarga de energa, es mucho ms fcil obtener otro di-pptido o que el dipptido anterior se hidrolice , que obtener un tripptido. Y si hacemos un nuevoaporte de energa, es muchsimo ms probable que obtengamos (con suerte) un nuevo dipptido o la di-solucin de los anteriores que la formacin de un tetrapptido.

    Esto es as, no slo por razones probabilsticas, sino tambin por razones de equilibrio fisicoqumi-co. Un tripptido es ms inestable y tiende a su disolucin ms fcilmente que un dipptido. Y un tetrapp-tido, ms que un tripptido. Y as sucesivamente.

    Que un influjo no direccional de energa pueda al azar sintetizar un pptido sencillo, es perfecta-mente posible. Pero este influjo de energa o un milln de ellos no puede ir ensamblando los cientos o milesde a.a. que componen una molcula de protena. Para eso hace falta que la energa se aplique en una direc-cin y no en cualquiera.

    De manera que si la energa no tiene direccin, no hay sntesis de protenas.Como implicaciones inevitables de esta direccin, hay dos requisitos adicionales que la energa debetener, para servir como agente efectivo de sntesis.

    Como cada enlace peptdico (unin de dos a.a.) requiere una determinada cantidad de energa paraformarse, hace falta por consiguiente una importante cantidad de energa para sintetizar la protena total.Pero esta energa no puede ser aplicada de una sola vez; destruira el sistema.

    De la misma manera que la construccin de una pared se resume en una serie de pequeos esfuerzospor cada ladrillo, as tambin, la energa total que requiere la sntesis de una protena, debe ser fraccionadaen cantidades separadas para cada enlace peptdico. Vale decir, que la energa debe ser graduada y aplicadasucesivamente en cada enlace.

    Es muy importante adems recordar que todas las etapas que comprende la sntesis de una protena,estn en contra del equilibrio fisicoqumico. Por lo que, desde el punto de vista termodinmico, la reaccin

    es hacia arriba, hacia el desequilibrio qumico, hacia el aumento de la improbabilidad.Cada enlace peptdico requiere para su formacin, un determinado aporte de energa. Vale decir queno es espontneo. Hay que forzarlo. Lo espontneo es que se rompa (o que no se forme, en primer lugar).

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    El primero de orden circunstancial es que en el caso de la biognesis no disponemos de tantosmillones de aos. Apenas 3 4 mil millones de ellos23, que si bien son muchos, no son suficientes para po-sibilitar cualquier cosa. Por ejemplo un acontecimiento qumico que necesitara ms de 1080 probabilida-des, para tener lugar24.

    El segundo error esta vez de orden conceptual es que, en el ejemplo de Huxley las palabras es-critas, al azar, por el mono, escritas quedan y al irse acumulando es concebible que, por una fantstica ca-sualidad, produjeran eventualmente el resultado final que deca Huxley.

    No as en cambio, los productos intermedios de la sntesis de protenas, que son inestables y se de-gradan con el tiempo, no pudiendo por consiguiente acumularse.

    Las reacciones qumicas que tienen lugar durante la sntesis de una protena ( y en toda la biogne-sis por cierto) son, como vimos, reacciones reversibles, que no dependen del tiempo, sino del equilibrio delsistema, es decir, del sentido termodinmico de la reaccin. De manera que al aumentar el tiempo, si biense aumentan tericamente las probabilidades de la sntesis, tambin se aumentan las probabilidades de lareversin de la sntesis, es decir, de la descomposicin.

    Esto tericamente. Pero como en el caso concreto de la formacin de las protenas, el equilibrio de lareaccin est del lado de la hidrlisis y no de la sntesis, el tiempo al aumentar las probabilidades de quese logre el estado de mayor equilibrio (que es el estado de mayor probabilidad) slo contribuir a lahidrlisis y descomposicin de las protenas y no a su formacin.

    En otros trminos: el tiempo, no slo no favorece la aparicin del orden (y cuanto ms compleja esuna molcula, ms orden tiene), sino que aumenta la probabilidad de que aparezca desorden adicional, ya

    que cuando ms tiempo estn las molculas expuestas a las fuerzas desordenadas de la agitacin trmica delos tomos (energa no teleonmica), tanto ms desordenadas devendrn.El tiempo slo aumenta las probabilidades de lo termodinmicamente probable; no de lo improba-

    ble. Y por ello es que a la larga slo puede favorecer lo que naturalmente acontece.Para dar un ejemplo: cuanto ms tiempo transcurra, mayor erosin provocar un curso de agua en

    su lecho y en sus orillas. Pero por ms que transcurriesen millones de aos, no veramos por ese hecho

    23 Aclaro que lo de los miles de millones de aos, es slo una conjetura basada en la hiptesis evolu-cionista. No es el resultado de una medicin, sino de una cosmovisin. No es una datacin. Es una suposi-cin. Y mejor an, una necesidad especulativa.

    Hace algunos aos, cuando recin comenzaban a vislumbrarse las formidables dificultades que plan-

    tea la biognesis, los tericos de la misma calculaban que ella habra necesitado 1 2 mil millones de aospara llevarse a cabo. Actualmente se postulan 3 4 mil. Me imagino que en un par de aos ms sern 6 7.Ni que fuera la deuda externa argentina!

    A los fines del argumento y para seguirles un poco la corriente a los tericos de la b. e. acepta-remos los 3 4 mil millones de aos propuestos. Por una parte, porque para los motivos de este trabajo, notiene realmente ninguna importancia cundo se origin la vida, ni cunto demor para ello, sino cmo lohizo. Por la otra, entiendo que la b. e. es tan imposible en 3 mil, como en 300 mil millones de aos. De ma-nera que no hay problema en aceptar los 3 4 mil millones. Aunque, repito, ello no significa que estos mi-llones de aos sean reales.24 Esta cifra 1080 es producto de un clculo matemtico, que tomo casi textualmente del libro Azar y certeza de G.Salet.Para efectuar este clculo vamos a suponer que tenemos a disposicin, para la biognesis, toda la edad de la Tierra,

    que se estima seria de aproximadamente 5 mil millones de aos, vale decir redondeando cifras 1018 segundos. Su-pondremos tambin, que en los procesos de la biognesis hubiesen intervenido todos los tomos que componen el glo-bo terrestre (lo cual obviamente no es el caso). El peso de la Tierra se estima seria de 1027 gramos. En cada gramo demateria hay aproximadamente 1024 tomos. Por consiguiente, la cantidad total de tomos del planeta seria de 1051.Por otra parte, un enlace qumico no puede establecerse o romperse, en menos de 10 -14 segundos, que es el tiempo quese calcula demorara un electrn para dar una vuelta completa alrededor del ncleo, en la rbita ms cercana al mis-mo. De manera que en un segundo, slo podran ocurrir 1014 enlaces qumicos, por cada tomo.En suma: Cantidad de tomos intervinientes: 1051 Tiempo a disposicin (en segundos): 1018 Acontecimientos qumicos posibles ( por segundo y por tomo): 1014Multiplicando estas cifras (es decir, sumando los exponentes), obtenemos 1083 . Aproximadamente 1080 sera entoncesla cantidad mxima de reacciones qumicas que podran haber ocurrido en la Tierra, en toda su historia. Por consi-

    guiente, un fenmeno que requiriese una cantidad de probabilidades ms grande que esta cifra, para tener lugar, seraestadsticamente imposible.De todas maneras, lo que realmente quiero significar con este clculo, es que 3 4 millones de aos tambin planteanlmites a la especulacin. No permiten cualquier cosa, como algunos autores dan a entender.

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    que el ro invirtiese su curso, por ejemplo, y comenzara a fluir agua arriba. Esto est en contra de la barreratermodinmica, que hace que la materia busque siempre el estado de mayor equilibrio.

    En sntesis: el tiempo slo aumenta las probabilidades de que se alcance un estado de mayor equili-brio (el estado ms probable). Y este equilibrio no est ciertamente del lado de la sntesis de una molculade protena que posee un altsimo desequilibrio , sino de su disolucin.

    El que no entiende esto, francamente, es que no lo quiere entender.De manera que el tiempo, no slo no resuelve el problema sino que lo complica an ms.Al estar los procesos de la biognesis en contra del equilibrio termodinmico, cuanto ms tiempo se

    le d a estos fenmenos, tanto ms difcil ser vencer este desequilibrio y tanto ms improbables los mis-mos sern.

    Por ello es que entre todas las tonteras que se dicen en tema de la biognesis, sta es una de las msesplendentes. Cmo si el tiempo pudiese lograr que lloviese para arriba!

    El tiempo, repito, slo hace que la biognesis sea an ms improbable de lo que ya es.Los tericos de la biognesis parecieran no darse cuenta de que lo que tendran que hacer para me-

    jorar las probabilidades, es postular que la biognesis ocurri en segundos.Los fenmenos improbables e inestables (como son todos y cada uno de los procesos de la biogne-

    sis) son, por su misma naturaleza, efmeros. Aumentar el tiempo de los mismos es condenarlos a la desapa-ricin.

    El tiempo barre inexorablemente lo inusual, lo improbable, lo inestable, y establece la tirana de laley, del equilibrio, de lo probable; de la estabilidad, de la muerte, de lo inanimado.

    Por ello es que la vida es efmera y la roca, perenne.En suma; apelar a vastos perodos de tiempo para resolver las dificultades de la biognesis es apenasun sofisma, que ni siquiera tiene la disculpa de ser sutil.

    La asimetra molecular

    Sin nimo de resultar excesivamente alarmista, quiero advertirle, lector, que si lo que llevamos vistohasta aqu le parece que plantea dificultades formidables para la hiptesis de biognesis espontnea, cra-me que esto no es nada en comparacin con lo que viene ahora.

    Casi podramos decir que las dificultades recin comienzan, ya que si lo analizado hasta ahora se re-fera a problemas de orden fundamentalmente qumico y termodinmico, lo que analizaremos a continua-

    cin plantea problemas que son de otra naturaleza. Tanto que a los fines del argumento podramosaceptar que gracias a algn milagro biogentico (del tipo de la lava ardiente, por ejemplo), se hubiese solu-cionado el problema del exceso de agua y de la direccin de la energa y se hubiera formado un pptido sen-cillo. Le aseguro que no estamos ni un pice ms cerca de resolver las dificultades especulativas que planteael origen espontneo de las protenas.

    Y esto es as, porque dicho origen plantea otro enorme problema terico, que ya Pasteur haba sea-lado como el enigma ms profundo de la constitucin qumica de los seres vivos y que es el de la asimetraptica, o sea la capacidad que tienen ciertas sustancias como las protenas de desviar la luz polarizada(que vibra en un solo plano) en sentido diferente, a la derecha o a la izquierda (cuando todas las molculasen una solucin son del mismo tipo ptico), o no desviarla, si se mezclan cantidades iguales de molculas detipo ptico opuesto. Las molculas que desvan la luz polarizada a la izquierda, se llaman levgiras (L); lasque lo hacen a la derecha, dextrgiras (D) y las que no desvan, racmicas (LD).

    Esta propiedad depende de que la misma molcula puede tener dos configuraciones espaciales dis-tintas (ismeros) que son imgenes en espejo una de la otra (como las manos derecha e izquierda; simtri-cas, pero no superponibles) y que aun cuando son exactamente iguales desde el punto de vista de la frmulaqumica, son sin embargo, completamente distintos en cuanto a su actividad ptica y a sus propiedades bio-lgicas.

    Todas las protenas que forman parte de los seres vivos son pticamente activas y prcticamente to-das son levgiras.

    No existe ningn ser viviente constituido por protenas racmicas.Ahora bien. Por su misma naturaleza, las reacciones qumicas no pueden jams producir en forma

    espontnea un compuesto formado exclusivamente por un ismero ptico, ya sea L o D.Esto es estadsticamente imposible.Lgicamente. Una reaccin qumica enfrenta, al azar, enormes cantidades de tomos y molculas

    que no tienen poder de decisin individual y que slo obedecen al sentido termodinmico de la reaccin y ala ley probabilstica de los grandes nmeros.

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    Por eso es que no hay forma de obtener compuestos pticamente activos, por la sola accin de las le-yes fsico-qumicas. Para ello es imprescindible una informacin que es de otra naturaleza y que debe existirprevia a la aparicin de la asimetra ptica.

    Sin esta informacin es absolutamente imposible obtener otra cosa que compuestos racmicos. Slopara dar una idea de la dificultad que esta asimetra ptica plantea, digamos que las probabilidades de queuna protena relativamente sencilla (400 a.a.) tuviera por azar o sea por la sola accin de las leyes fisico-qumicas todos sus a.a. en forma L, sera de 1 en 1012326.

    El problema de la secuencia

    Si desde el punto de vista especulativo, lo anterior era una verdadera catstrofe, lo que sigue es di-rectamente el acabse.

    Porque el mecanismo de la biognesis espontnea debe enfrentarse con otro problema gigantesco,cual es el de la secuencia de los a.a. en la molcula de protena.

    Como se sabe, las propiedades de una protena dependen no slo de la cantidad y de los diferentestipos de a.a. presentes en la molcula, sino tambin de la secuencia, es decir del orden en que estos a.a.estn dispuestos.

    Este orden es altamente especfico, ya que un solo a.a. fuera de lugar, puede alterar las propiedadesde la protena.

    Pero desde el punto de vista de las leyes fisicoqumicas que dependen del azar todas las secuen-cias qumicamente posibles (o sea todas) tienen exactamente la misma probabilidad de formarse. De lo cualse desprende, que a menos que exista tambin una informacin especfica, que determine qu secuenciadebe formarse, todas las secuencias posibles, son igualmente probables.

    La gnesis de esta secuencia especfica plantea problemas tericos formidables, pues recordemosque para una protena sumamente sencilla, de alrededor de 300 a.a. y de peso molecular de 34.000, existenaproximadamente a 10300 (!) diferentes molculas que pueden formarse, por alteracin de la secuencia desus a.a. constitutivos. Y si el azar de las reacciones qumicas de la materia inanimada es el responsable delorigen de las protenas, entonces debiramos contar con que se formaron por simple probabilidad es-tadstica una buena parte de estas 10300 molculas.

    Si se formara slo una molcula de cada una de las 10300 posibles, obtendramos una masa de pro-tenas que pesara alrededor de 10280gramos. Cifra sta que comienza a adquirir alguna significacin, cuan-

    do recordamos que el peso de la Tierra es de slo 1027

    gr.Vale decir que toda la Tierra qu digo toda la Tierra!; todo el universo conocido! no alcanzaraa contener una parte de las molculas de protena que podran formarse, por alteracin de la secuencia delos a.a. de una sola de ellas, sin variar su constitucin qumica.

    Ahora bien: no todas las protenas son aptas para la vida. Slo algunas, con determinadas secuenciaslo son.

    Pero los pobres a.a. desconocen esto! Sus uniones son al azar y todas igualmente probables.De manera que si durante la sntesis de una protena, no se efecta una rigurosa seleccin y un per-

    fecto ordenamiento de los a.a., es totalmente imposible obtener nada que sirva.Esto es lo que realiza, en forma permanente, el maravilloso mecanismo de sntesis protica de las

    clulas. Y esto es tambin lo que los cientficos copiando esforzadamente a las clulas estn hoy co-menzando a realizar en el laboratorio, con las protenas ms sencillas.

    Pero en forma espontnea a partir de la materia inanimada, esto no puede ocurrir.No puede en absoluto.Incluso aceptando a los fines del argumento que gracias a una inconcebible cantidad de tentati-

    vas, se formara al azar una protena con la secuencia apropiada para la vida, como en estas tentativasse habran formado tambin una buena parte de las otras secuencias posibles, la protena apta para la vidase vera entonces inmersa en una masa astronmica de protenas con secuencias no apropiadas, quedandoas bloqueada e inutilizada para la biognesis.

    El azar no puede originar una secuencia determinada, por la muy sencilla razn de que puede origi-nar todas.

    26 James Coppedge, Evolution : Possible or Impossible?, Zondervan (USA), 1980, p. 74. Coppedge es director del Cen-

    tro de Investigaciones de Probabilidad en Biologa, de Northridge, California. Aquellos a quienes interese el enfoqueestadstico de este problema (y que gusten de los nmeros...), se darn un verdadero festn con esta magnfica obra.Por cierto que las conclusiones de Coppedge son categricas en este sentido. El origen espontneo de las protenas esabsolutamente imposible.

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    Es por todas estas razones que hemos visto exceso de agua, ausencia de energa teleonmica, asi-metra ptica y secuencia especfica , es por estas razones, digo, que el origen espontneo de una protena aun relativamente sencilla est ms all de toda probabilidad.

    De todas maneras, con una protena, no haramos absolutamente nada.Necesitamos por lo menos unas 500, que es la cantidad se estima tendra la clula tericamente ms

    sencilla (aunque podran ser mil o dos mil, nadie sabe en realidad). 500 protenas no slo aptas para la vida,sino tambin especficas para cada una de las funciones y estructuras de una clula.

    Claro que incluso disponiendo de estas protenas, ni comenzamos a explicar la clula. Pero de todasmaneras, hacen falta.

    500 protenas que adems tendran que coincidir exactamente en un lugar determinado (en la in-mensidad del ocano) y en un momento preciso (en los millones de aos que habra durado la biognesis).Si no, tampoco nos sirven.

    No debemos olvidar, por ltimo, que las protenas se descomponen en forma bastante rpida. Demanera que si en pocos das o semanas, no se ha concretado la cita, hay que comenzar todo otra vez desdeel principio!

    Ms vale sentarse a esperar que esto ocurra.Pero no se aflija, lector. Para su tranquilidad le informo que los expertos en el tema no creen que el

    origen espontneo de las protenas implique mayores problemas.Lo cual no deja de ser un verdadero alivio. Al fin y al cabo, estamos hechos de protenas!Qu tal si descubriramos que no tenemos derecho a existir?

    Por ello, si a lo largo de estas pginas usted ha quedado con la impresin de que el origen espont-neo de las protenas es imposible, o al menos, que existen graves problemas a resolver, entonces vuelva porfavor a leer este captulo, muy crticamente pues le advierto que la opinin de los tericos de la biognesises casi unnime en sentido contrario.

    No me refiero a que acepten el origen espontneo de las protenas. Es que al parecer, ni siquiera venmayores dificultades en ello.

    J. Monod, por ejemplo, en su obraEl azar y la necesidad, se limita a decir, en relacin a este tema,que el origen espontneo de las protenas por polimerizacin de los a.a. en la sopa prebitica no planteagrandes dificultades27.

    Theodosius Dobzhansky, famoso genetista de EE. UU, en un libro de 400 pginas sobre la evolu-cin, dedica seis renglones al problema del origen de las protenas, diciendo que su formacin espontneaes poco probable, pero como hubo mucho tiempo a disposicin, ese acontecimiento tuvo lugar28.

    Teilhard de Chardin, en su libroEl grupo zoolgico humano, dice que es imposible no suponer quese hayan formado, espontneamente, sustancias de tipo proteico29.Carl Sagan, en Cosmos, despacha el problema del origen de las protenas en un cuarto de pgina,

    tambin sin encontrar aparentemente ninguna dificultad de orden especulativo30.Y as la mayora.Como estos autores son muchsimo ms inteligentes y saben infinitamente ms que quien esto es-

    cribe, no hace falta lector que le diga la sensacin de ridculo que siento, cuando me veo obligado a sealarque estos cientficos en este tema estn haciendo cualquier cosa, menos ciencia. Pero es as.

    Porque la ciencia comienza justamente cuando hay problemas.Ms all de que estemos o no de acuerdo con las soluciones propuestas para resolver estas dificulta-

    des, si un cientfico sostiene que el origen espontneo de las protenas no plantea mayores problemas, esoquiere decir entonces, que el problema est a nivel de las protenas del cientfico.

    En las del cerebro naturalmente.No quiero cerrar este captulo, sin antes hacer una ltima reflexin sobre el tema.Ella se refiere al papel que los expertos en biognesis atribuyen al azar.Ya hemos analizado anteriormente el verdadero significado de este concepto y creo que no hace falta

    insistir sobre lo que el azar realmente es. Pero s sobre lo que parece ser, en las especulaciones de biogne-sis.

    Como se ha visto, todo el mecanismo de la biognesis espontnea se basa en el azar. Todo. Desdesintetizar los a.a., conectarlos con la fuente de energa, procurar la fuente de energa, darle direccin, selec-cionar los a.a. de forma L, originar secuencias especficas, etc.

    27 J. Monod, El azar y a necesidad, Tusquets Editores, 1984, p.154.28 T. Dobzhansky, La evolucin, la gentica y el hombre, Eudeba, 1966, p. 20.29 T. de Chardi, El grupo zoolgico humano, Taurus, 1967, p. 32.30 C. Sagan, Cosmos, ed. Planeta, p. 30.

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    Ahora, si el azar es capaz de realizar todo este cmulo de maravillas, entonces no se trata obviamen-te del mismo azar que habamos visto antes. Es decir, del azar en sentido cientfico. Aqu estamos en pre-sencia de otra cosa. Por eso dije, que si este azar pudo hacer semejantes cosas, entonces haba que escribirlocon mayscula. Sin duda.

    El azar, azar, y ms con la ayuda del tiempo, slo puede lograr uniformidad, equilibrio, igualdadporcentual, racemizacin, desorden. Vale decir, todo lo contrario de lo que necesitamos para sintetizar unaprotena.

    El azar, en su cabal significado, es el peor enemigo de la biognesis!Pero el azar, Azar (as, con mayscula), pareciera ser todo lo contrario. Esto es, capaz de lograr des-

    equilibrio, direccin, seleccin, orden.Es decir que el Azar, ira en contra de las leyes del azar!De otra manera es imposible lograr todas estas cosas.En realidad, lo que creo les sucede a muchos cientficos, respecto del azar, es que inconsciente-

    mente estn creando una realidad, donde slo hay un concepto.Y encima, una realidad con mayscula.Porque insisto, si este Azar fuera capaz de realizar semejantes maravillas, desde luego que habra

    que escribirlo con mayscula.De todas maneras, en mi carcter de Director del Centro de Investigaciones Biogenticas de la Uni-

    versidad de Cachicoya aqu noms, a 60 km. al sur de Crdoba, por la ruta 9 quisiera proponer al lec-tor, que aceptsemos, con algunas modificaciones, esta idea del Azar.

    Como este Azar no tiene nada que ver con el azar, habra que cambiarle el nombre, a fin de evitarconfusiones. Es ms, dado que el Azar de las especulaciones sobre biognesis, es en realidad, la anttesis delazar cientfico, podramos llamarlo Antiazar. Trmino ste creado a tal efecto por el ilustre bilogofrancs Lucien Cuenot.

    Pero el nombre es lo de menos. Lo que importa es la idea.Esta idea de una cosa como una entidad aparte de las leyes fisicoqumicas , capaz de realizar

    todas las proezas de la biognesis constituye, a mi juicio, una de las ms importantes contribuciones intelec-tuales efectuadas por los tericos de la misma.

    Deberamos por cierto, conservar la mayscula y llamarla Cosa.Ahora, si esa "Cosa" ha sido capaz de realizar la biognesis, debe entonces participar de todos los

    atributos de ella. Esto es, debe ser capaz de elegir, seleccionar, dirigir, fijar objetivos, ordenar, etc.En una palabra, debe ser un telos.

    O peor, un Telos...Y a esta altura, estimado lector, debo hacer un repliegue estratgico.Los aullidos de los expertos en biognesis me impiden continuar.

    LA TESIS DE LOS COACERVADOS

    Dije en el captulo anterior que la mayora de los expertos en biognesis creen que el origen es-pontneo de las protenas no plantea mayores dificultades.

    Pero hay excepciones.Aunque parezca una contradiccin, existen algunos investigadores en este campo, que aun aceptan-

    do el origen de la vida a partir de la materia inanimada, creen que el origen espontneo de las protenas es

    imposible!Se va a asombrar, lector, cuando le diga el nombre de uno de estos investigadores pues se trata nadamenos que del ms famoso propugnador de la biognesis espontnea (!). Me estoy refiriendo claro, al pres-tigioso cientfico sovitico Oparin, cuyo libro El origen de la vida es un clsico en este tema31.

    Oparin niega categricamente que las protenas puedan aparecer primariamente en forma espont-nea.

    Y lo niega con estas palabras:

    (las protenas) representan rganos del protoplasma, dotados de una elevada eficiencia y una es-tructura racional. Es por ello que la hiptesis segn la cual stas habran surgido primariamente, pa-ra luego a su vez, dar nacimiento al protoplasma vivo, recuerda hasta cierto punto... la absurda y

    31 A. Oparin, Origen de la vida sobre la Tierra, ed. Tecnos, 1979. Todas las citas que har en este captulo, pertenecen aesta obra. Salvo que especifique lo contrario, los nfasis y los parntesis de las citas son mos. La suspicacia para anali-zarlas tambin.

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    equivocada... concepcin del antiguo filsofo griego Empdocles sobre el origen inicial de los orga-nismos32.

    Y tambin:

    Sera tan incorrecto el suponer la gnesis primaria aislada de las protenas, como la de los cidosnucleicos...Toda la evidencia concreta de que se dispone en la actualidad, es contraria a esta tesis33.

    Como ve lector en contra de lo que pareca no estamos tan solos en esto de negar el origen es-pontneo de las protenas. Oparin coincide con nosotros...

    Esto no significa, desde luego, que quienes afirmamos que el origen espontneo de las protenas esimposible, no estemos todos locos. Pero tal parece entonces, que los locos somos ms de cuatro.

    En realidad, no tiene ninguna importancia si somos cuatro o cuatro millones; cuerdos, locos o fron-terizos.

    La verdad es la verdad, as lo digan cuatro. Lo que es, es, as lo diga un cuerdo...Lo importante es lo que se dice y no quin lo dice. O cuntos.De todas maneras, Oparin sostiene que el origen espontneo de las protenas es imposible y dedica

    un captulo entero de su libro tan famoso como poco ledo a demostrarlo. (Es su mejor captulo. Almenos el nico de carcter cientfico).

    Y en esto Oparin tiene razn. Aunque en lo dems est equivocado.

    Curiosamente, casi ningn autor menciona este hecho de que Oparin no acepte el origen primarioespontneo de las protenas. A nadie pareciera llamarle la atencin. Lo cual es muy extrao.Pues si los autores que creen en el origen primario espontneo de las protenas estn realmente con-

    vencidos de lo que dicen, lo que tendran que hacer es refutar la postura de Oparin. Sobre todo consideran-do que este autor es, por as decir, el decano de los investigadores sobre el tema.

    A menos que no tuviesen argumentos para ello. En cuyo caso se explica s el silencio. O tambinpodra ser que no lo hayan ledo. Lo cual, estimado lector, no es tan increble como pudiera parecer. Oparines uno de esos autores a quienes mucha gente cita (vagamente) pero que muy pocos leen. Y menos an es-tudian con sentido crtico.

    Lo mismo pasa con Darwin.En realidad como tratar de demostrar en el curso de este captulo la postura de Oparin es ficticia.

    Aun que aparente negarlo, el tambin acepta por izquierda la aparicin espontnea de las protenas.

    Pero no diga nada, lector. Los otros expertos en biognesis no se han dado cuenta todava.Como la tesis de Oparin gira alrededor de los coacervados, es imprescindible que comencemos estecaptulo explicando dicho concepto.

    Si tomamos un poco de gelatina y goma arbiga (dos sustancias coloidales complejas) en solucinacuosa y las tratamos con sustancias deshidratantes, la gelatina y la goma arbiga se unen formando comouna gotita en el seno del agua. Es decir, formando un acmulo individualizado de molculas, con mayordensidad que el medio y con una superficie donde se pueden absorber ciertas sustancias.

    Como de alguna manera, una clula es tambin un acmulo de molculas, con mayor densidad queel medio y que posee una superficie, comprender lector que la tentacin era demasiado grande para queeste fenmeno de la gotita no fuese propuesto como parte del mecanismo de la biognesis.

    Y dicho y hecho.Segn Oparin y otros, coacervados seran una suerte de pre-clulas, que estableceran el nexo en-

    tre la materia inanimada y la viviente.Y de qu manera estableceran esta conexin?Haciendo las veces de un organismo, el cual, seleccin natural mediante, ira evolucionando, es

    decir, perfeccionndose cada vez ms y trasmitiendo su organizacin cada vez ms perfecta a sus com-ponentes (las molculas).

    Para Oparin, no son las molculas individualmente consideradas las que evolucionan, es decir, seperfeccionan, para luego formar un sistema y eventualmente un organismo (la postura de Monod, porejemplo), sino que primero se formara un sistema (la gota de coacervado), que al perfeccionarse dara lugara las molculas propias de los seres vivos (protenas por ejemplo).

    De manera que no se trata en realidad de que Oparin niegue la aparicin espontnea de las prote-nas. Lo que l niega es que aparezcan individualmente.

    32 Obra citada, p. 204.33 Obra citada, p. 228.

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    En otras palabras: la aparicin de una protena sera segn Oparin un absurdo. La aparicin devarias juntas, en cambio, una hiptesis racional...

    Por ello es que este autor, a pesar de que no duda de la biognesis espontnea, niega como vimos que las protenas hayan podido formarse por s solas en el medio acuoso del ocano primitivo.

    Para decirlo con sus palabras:

    las protenas seran el resultado de la evolucin de sistemas protoplasmticos... no representandoen ningn caso el producto de la evolucin de molculas o sustancias individuales (p. 228).

    Y cmo aparecieron entonces las protenas?Fueron producidas dice Oparin gracias a los coacervados. En el sentido de que gracias a que las

    molculas orgnicas estaban unidas formando un sistema polimolecular (la gotita de coacervado), pudieroninteractuar con el medio y dar origen as a las protenas.

    Cito nuevamente a Oparin:

    Gracias a la prolongada evolucin de estos sistemas (los coacervados)... pudieron aparecer aquellostipos de organizacin que caracterizan a los seres vivos. De este modo surgi el metabolismo y seformaron las Protenas... (p. 230).

    De manera que para Oparin, los hechos se habran desarrollado de la siguiente forma: molculas

    orgnicas --> formacin de sistemas polimoleculares (coacervados) --> protenas...Y a partir de qu molculas orgnicas se habran formado inicialmente los coacervados? A partir delas mismas que pueden formarse actualmente en el laboratorio; esto es, protenas.

    Pero acaso, no era que las protenas aparecan como consecuencia de la formacin de los coacerva-dos?

    Bueno, eso era lo que Oparin dice en el captulo VI de su libro (la cita de arriba). Pero en el captuloVII, en cambio, dice:

    El fenmeno de la coacervacin posee para nosotros una especial importancia, muy en especialporque ha podido representar un poderoso factor (!) durante la evolucin de las sustancias orgni-cas, favoreciendo la concentracin de los compuestos de elevado peso molecular y concretamente, lade los productos albuminoideos presentes en la hidrosfera terrestre (p. 233).

    A pesar de la equivocidad del prrafo, podemos inferir, de acuerdo a esta cita, que los coacervadosno transformaran en realidad molculas no proteicas en protenas, sino que simplemente concentraranprotenas ya existentes.

    Se podra objetar que en el prrafo arriba citado, el autor no usa exactamente la palabra protena,sino productos albuminoideos. Pero aparte de que si le preguntramos a cualquier qumico qu se entien-de por productos albuminideos de elevado peso molecular, nos dir que se trata de una protena o algomuy cercano a ella (un pptido complejo, por ejemplo), adems de esto, en la pgina anterior a la de la cita,Oparin dice que un aspecto muy caracterstico de los polmeros albuminideos de elevado peso molecularconsiste en la gran facilidad con que se unen a otras protenas (p.232).

    Como la palabra otra significa una cosa igual a la descripta, tenemos entonces el derecho a con-cluir que, en el prrafo citado, productos albuminideos de elevado peso molecular quiere decir protenas.

    Consecuentemente segn Oparin los coacervados originaran las protenas mediante el recur-so de concentrar las ya existentes...Para ponernos a salvo de la equivocidad de expresin de este autor y para que no se piense que

    hacemos cuestin de detalle (!), vamos a suponer que los productos albuminideos a partir de los cualesse habran formado los coacervados no eran protenas, sino pptidos complejos, que habran sido trans-formados luego por el coacervado en protenas. Menos que esto no podemos suponer.

    Pero si esto es as, cul habra sido entonces el poderoso factor representado por los coacervadosen la evolucin de las sustancias orgnicas? Transformar pptidos complejos en protenas? No parecieramuy poderoso esto.

    Por otra parte, si fuera cierto que el choque al azar de las molculas orgnicas elementales en el senodel mar primitivo pudo originar pptidos complejos, se hace difcil ver la razn por la que no habra podido como sostiene Oparin originar protenas.

    En realidad, unos prrafos ms adelante Oparin nos aclara que lo importante no es tanto si lasmolculas orgnicas a partir de las cuales se habran formado los coacervados eran protenas o pptidos,

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    sino que habran sido compuestos proteicos no tan perfectos como los actuales. Es decir, ms elementales,ms rudimentarios; de tipo primitivo digamos.

    Y qu sera una protena primitiva?Sera aquella que a diferencia de las actuales no tendra sus aminocidos dispuestos en una se-

    cuencia rigurosamente definida. Para que aparezca esta secuencia definida, hace falta una organizacinprevia, cuya base seran los coacervados.

    As Oparin dice:

    Sin el concurso de una organizacin protoplasmtica preexistente no se puede concebir la aparicinde la... secuencia rigurosamente definida... propia de los compuestos proteicos actuales.

    Esto, en la pgina 204.Sin embargo, en la pgina 247 dice:

    Los diversos compuestos orgnicos de elevado peso molecular polmeros de hidratos de carbono,aminocidos (protenas) y nucletidos (cidos nucleicos) surgidos primariamente en aguas delocano primigenio, no debieron diferenciarse sensiblemente, desde el punto de vista de sus propie-dades coloidoqumicas, de sus homlogos actuales.

    Huelga destacar que las propiedades coloidoqumicas de una protena dependen justamente de la

    secuencia rigurosamente definida de sus aminocidos. Secuencia que, segn Oparin (pg.204), no sepuede concebir aparezca espontneamente!Y por qu en la pgina 204 no se puede concebir que los compuestos proticos formados espont-

    neamente sean como los actuales, y en la pgina 247, por el contrario, no se diferencian sensiblemente deellos?

    Porque en la pgina 204 Oparin necesita probar una cosa y en la 247 otra.La tesis de Oparin es que las molculas de los seres vivos no pueden originarse en forma espontnea,

    con la perfeccin que las caracteriza. Deben evolucionar hasta llegar a ella. Y esta evolucin no puedehacerse en forma individual, sino en conjunto. Formando parte de sistemas polimoleculares: los coacerva-dos.

    Pero los coacervados se forman a base de protenas (u otros coloides complejos). Es decir, son im-prescindibles las propiedades coloidoqumicas de los compuestos proticos que dependen de sus secuen-

    cias rigurosamente definidas para que se puedan formar los coacervados.Por ello, en la pg. 204 les niega secuencias definidas a los compuestos proteicos primitivos; parahacer la existencia de los coacervadas especulativamente necesaria. Y luego, en la pg. 247 afirma estas se-cuencias definidas en las protenas primitivas; para hacer la formacin de los coacervados qumicamenteposible.

    De todas maneras, para poder continuar con el argumento, vamos a suponer siempre de acuerdoa Oparin que las protenas (o pptidos complejos) primitivos eran un vivo desorden y tambin, que esasprotenas, sin las secuencias definidas de las actuales, habran podido como las actuales formar coa-cervados.

    Tambin vamos a suponer siempre de acuerdo a Oparin que en la composicin de esos coacer-vados entraban cidos nucleicos (formados tambin espontneamente!), los cuales, al igual que las prote-nas, tenan sus nucletidos convenientemente desordenados (sin una secuencia definida).

    El curso de los acontecimientos habra sido entonces: protenas y cidos nucleicos desordenados --> formacin de coacervados --> protenas y cidos nucleicos ordenados.Los coacervados seran as el medio para que aparecieran secuencias definidas, en los compuestos

    proteicos y cidos nucleicos primitivos desprovistos de ellas.En otras palabras, los coacervados habran desempeado el papel de introducir orden, en el desor-

    den de sus molculas constitutivas.Pero si el orden no estaba originariamente en las molculas del coacervado, de dnde provino?De la interaccin entre el coacervado y el medio ambiente dice Oparin.He aqu, lector, una tpica interpretacin dialctica del problema.El orden no estaba ni en el coacervado ni en el medioambiente. Pero aparece a consecuencia de la

    interaccin de ambos.(Engels, el autor ms citado por Oparin, se sentira orgulloso de su epgono).

    Y de qu manera se llevara a cabo esta interaccin generadora de orden, esta evolucin del coa-cervado?Mediante la seleccin natural:

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    Gracias a la prolongada evolucin de estos sistemas (los coacervados) de su interaccin con el me-dio ambiente y su seleccin natural, pudieron aparecer aquellos tipos de organizacin que caracteri-zan a los seres vivos (p. 230).

    Desde ya digamos que el uso por parte de Oparin del trmino pudieron (ver arriba), le quitacarcter cientfico a este prrafo, por cuanto la ciencia no tiene por objeto establecer lo que puede ser, si-no lo que no puede ser. Es decir, lo que est prohibido por alguna ley.

    Pero en realidad, este prrafo es anticientfico, ya que en l Oparin dice algo que muy concretamenteno puede ser. Y es lo referente al papel de la seleccin natural en la evolucin de los coacervados.

    Para que haya seleccin natural, tiene que haber reproduccin. Precisamente, la definicin de selec-cin natural es reproduccin diferencial, o sea que algunos organismos tienen ms descendencia que otros.De manera que si no hay organismos capaces de reproducirse para lo cual son imprescindibles protenasy cidos nucleicos con sus secuencias perfectamente definidas es totalmente ilegtimo hablar de seleccinnatural.

    Pero Oparin insiste.Adems de la cita anterior, que era de la pgina 230, en la 267 nos dice que:

    el principio de la seleccin natural es inaplicable a propsito de la evolucin de las molculas indi-viduales. Por el contrario, las posibilidades son infinitamente mayores si lo aplicamos a la evolucin

    de aquellas formaciones que en el captulo anterior sealamos como iniciales en el desarrollo de lavida, es decir las gotas de coacervados (p. 267).

    Sin embargo, despus de usar varias veces la expresin "seleccin natural", este autor, como quienno quiere la cosa, aclara que:

    Por supuesto, este fenmeno de seleccin era todava muy primitivo no pudiendo de ninguna ma-nera ser equiparado a la seleccin natural de los bilogos (comillas del autor) (p.269).

    Caray! Ahora resulta que Oparin no estaba en realidad hablando de la seleccin natural de los bi-logos (la nica que conocemos, desde luego), sino de otra...

    Con razn que no tena sentido lo que deca!

    En fin, para no confundirnos con la seleccin natural de los bilogos, vamos a llamar a esta otra, laseleccin natural de Oparin.Com