En análisis sociológico de los procesos históricos

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EL analisis sociologico de procesos historicos Author(s): Torcuato S. di Tella Source: Desarrollo Económico, Vol. 17, No. 65 (Apr. - Jun., 1977), pp. 39-60 Published by: Instituto de Desarrollo Económico y Social Stable URL: http://www.jstor.org/stable/3466700 Accessed: 29/01/2009 13:35 Your use of the JSTOR archive indicates your acceptance of JSTOR's Terms and Conditions of Use, available at http://www.jstor.org/page/info/about/policies/terms.jsp. JSTOR's Terms and Conditions of Use provides, in part, that unless you have obtained prior permission, you may not download an entire issue of a journal or multiple copies of articles, and you may use content in the JSTOR archive only for your personal, non-commercial use. Please contact the publisher regarding any further use of this work. Publisher contact information may be obtained at http://www.jstor.org/action/showPublisher?publisherCode=ides. Each copy of any part of a JSTOR transmission must contain the same copyright notice that appears on the screen or printed page of such transmission. JSTOR is a not-for-profit organization founded in 1995 to build trusted digital archives for scholarship. We work with the scholarly community to preserve their work and the materials they rely upon, and to build a common research platform that promotes the discovery and use of these resources. For more information about JSTOR, please contact [email protected]. Instituto de Desarrollo Económico y Social is collaborating with JSTOR to digitize, preserve and extend access to Desarrollo Económico. http://www.jstor.org

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EL analisis sociologico de procesos historicosAuthor(s): Torcuato S. di TellaSource: Desarrollo Económico, Vol. 17, No. 65 (Apr. - Jun., 1977), pp. 39-60Published by: Instituto de Desarrollo Económico y SocialStable URL: http://www.jstor.org/stable/3466700Accessed: 29/01/2009 13:35

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EL ANALISIS SOCIOLOGICO DE PROCESOS HISTORICOS *

TORCUATO S. DI TELLA *

En el drama La Celestina, el anciano Pleberio exclama, al enterarse de la muerte de su hija: "Oh, mundo, yo pensaba en mi tierna edad que eras y eran tus hechos regidos por alguna orden; ahora me pareces un laberinto de errores, un desierto espantable, una morada de fieras, rio de lagrimas, mar de miserias, trabajo sin provecho...". Ante el caos de noticias que nos bom- bardean todos los dias, es dificil no extender estas imprecaciones al area de la politica. ;,Que regularidad, que teoria, puede aplicarse a ese campo, mas que la decision de salir a luchar, con los aliados que se pueda, por los propios ideales o los propios intereses? Y, a lo sumo, dejarse guiar por alguna gran teoria simplificadora, como la creencia en el progreso, o en el socialismo, o en la conversi6n de nuestro pais en una gran potencia. Estas teorias simplifica- doras pueden ser a menudo utiles para la accion, aunque tambien son peligrosas, no solo para los demas sino para el mismo actor que se guia por ellas. Los resultados no previstos de la accion social hacen que a menudo se engendren monstruos que devoran a sus propios creadores, o que minan de insanable debilidad a las construcciones institucionales mas razonables. Tanto es asi, que podriamos decir que el principal objeto de una ciencia de la politica es el estudio de los resultados no previstos y, en general, no conscientes o preme- ditados, de la accion social. De ahi la fascinaci6n que para muchos ejerce el estudio del pasado: el constituye una mina de "casos", en que se puede exami- nar la secuencia de causas y efectos. Por igual motivo nos interesamos en lo que le ocurre a nuestros vecinos, para escarmentar por sus errores o emular sus aciertos. Si no pensaramos que existen ciertas regularidades en la sociedad, no se nos ocurriria que estas excursiones en el espacio y en el tiempo pudieran ser de alguna utilidad.1 Las dificultades comienzan cuando tratamos de especi-

A Agradezco a Gregorio Klimovsky y a Carlos Strasser sus comentarios a una versiin preliminar de este trabajo, los que me ayudaron a precisar mis ideas aunque no me descarguen de la responsabilidad por ellas.

*t Centro dc Investigaciones Sociales, Instituto Torcuato Di Tella. 1 Esta b6squeda de "antecedentes" es muy antigua, y se ha expresado en muchas

teorias clisicas y modemas sobre ciclos hist6ricos, o comparaciones biologicas sobre el crecimiento y decadencia de las sociedades entendidas como organismos. Pero tambien es de vieja data un enfoque mas experimental y en cierta medida de sentido comin, como cuando Tucidides, al iniciar su Guerra del Peloponeso, justifica su esfuerzo de recolecci6n de informaci6n con el argumento de que "aquellos que quisieren saber la verdad de las cosas pasadas y por ellas saber y juzgar otras tales y semejantes que podran suceder en adelante, hallaran util y provechosa mi historia" (Libro I, cap. I). EstA aqui presente la suposicion de que cosas semejantes podrdn (no con seguridad)

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ficar esas regularidades: con que grado de generalidad se aplican, que excep- ciones tienen, a que variables ligan entre si.

LEYES SOCIOLOGICAS Y PROCESOS HISTORICOS

Las posibles respuestas a la problematica arriba sefialada son multiples, pero reconocen dos posiciones polares que denominaremos "escuela generaliza- dora" y "escuela descriptiva".

Los adeptos a la escuela generalizadora sostienen que se puede establecer a Iraves de la investigaci6n una cantidad de leyes sociologicas que ligan unas variables con otras, validas para toda epoca y lugar o bien solo dentro de ciertos entornos, pero en este ultimo caso, especificando en forma generica y no par- ticularistica cuales son esos entornos. En este enfoque el estudio de un proceso hist6rico consiste principalmente en establecer explicaciones que contengan: (a) una o mas "leyes", o sea, afirmaciones generales, probabilisticas o no; (b) un conjunto de afirmaciones particulares o condiciones iniciales, y (c) otro conjunto de afirmaciones particulares, que resultan de aplicar las leyes gene- rales a las condiciones iniciales. Las condiciones iniciales son comunmente denominadas causas, y los resultados de aplicarles las leyes son llamados efec- tos.2 Para dar un ejemplo del mundo fisico, si tengo agua y calentandola obtengo vapor, dir6 que la causa es la aplicacion de calor, el efecto la evapo- racion y que esto se produce de acuerdo con una ley que rige los cambios de estado del agua. Pasando al area de los fenomenos sociales, supongamos que hemos establecido -con alto grado de seguridad o bien a titulo provisorio- una ley seguin la cual el desarrolo capitalista incrementa la intensidad de contactos entre miembros de la clase obrera. Si a renglon seguido observamos que en una cierta region el desarrollo capitalista ha aumentado, podremos predecir que a esa causa se seguira el efecto de una mayor interaccion entre miembros de la clase obrera. Tanto en el caso fisico como en el sociologico, estamos suponiendo que la causa viene antes, en el tiempo, que el efecto. Pero tambien en ambos casos el fenomeno puede estar controlado por mas leyes que las que hemos sugerido. Asi, si al mismo tiempo que caliento el agua le aplico mas presion al gas que se desprende de ella, la evaporacion se producira

suceder en el futuro, y la utilidad de conocer lo que ocurri& en el pasado consiste, no en predecir la recurrencia de ciertos ciclos o procesos inevitables, sino en buscar respues- tas tales que se deriven resultados previsibles por la experiencia y estimados como po- sitivos. Ya esta aqui, en nucleo, mucho de la discusi6n del presente capitulo.

2 Ver CARL HEMPEL: "The function of general laws in history", Journal of Philo- sophys, 39, 1942, repr. en CARL HEMPEL: Aspects of Scientific Explanation (New York, 1965); ERNEST NAGEL: "The logic of historical analysis", The Scientific Monthly, 74, 1952Z y La estructura de la ciencia: problemas de la 16gica de la investi- gacion cientifica (Buenos Aires, 1968); K. POPPER: La miseria del historicismo (traduc- cion, Madrid, 1964); R. BRArrHWARTE: La explicacidn cientifica (Madrid, 1965); GEOR- GE MURPHY: "The new history", en RALPH ANDREANO (comp.): The New Economic History: Recent Papers on Methodology (N. York, 1970); y QUENTIN GIBSON: La ldgica de la explicacidn social (traducci6n, Madrid, 1966).

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bajo condiciones distintas a las previstas en la ley, que solo relacionaba evapo- racion con temperatura, sin mencionar otra variable (por considerarla cons- tante y normal, o sea, presion atmosferica). En el ejemplo sociologico, el incremento de desarrollo capitalista, si va acompanado de una politica parti- cularmente represiva del gobierno, o de una descentralizacion de la industria, quizas no produzca el esperado aumento de la interaccion entre miembros de la clase obrera. O tomemos otro caso: una ley sociologica que afirme que al aumentar la intensidad y la complejidad de la organizacion de las clases populares, aumenta su tendencia a usar vias legales para obtener sus objetivos. Esta ley, como todas, debe entenderse a igualdad de otras condiciones. Bien puede ser que en una cierta experiencia hist6rica un incremento organizativo, dirigido por un sector de activistas de ideologia radicalizada, ocasione una disminucion y no un aumento de las tendencias legalistas del sindicalismo. Esta evidencia, de por si, no invalida la ley, puesto que probablemente es el resultado de dos mecanismos que se contraponen: (i) por un lado, es valido seguir suponiendo un aumento del legalismo, debido a la organizacion; pero (ii) por otro lado, puede darse en este caso, como hecho singular, la caracte- ristica extremista o violenta del grupo inicial organizador, lo cual, unido a otra ley general que describa las relaciones entre elites dirigentes y masas de partidarios, puede explicar el efecto final. Por razones analogas, un avion que no se cae no invalida la ley de la gravedad: la presencia del hecho singular de las helices en movimiento, sumado a la ley o conjunto de leyes de la aerodini- mica, permiten mantenerlo en vuelo.

El problema consiste en que lo que resulta claro en la fisica se vuelve mas debatible en el campo sociologico, especialmente cuando se introducen mas de dos o tres leyes explicativas y se usan variables dificiles de medir. La posible multicausalidad es tan grande, que casi siempre es factible introducir nuevas leyes que expliquen por que una determinada prediccion no se cumple. Asi, tomemos la ley de la proletarizaci6n de las clases medias como resultado del desarrollo capitalista. Si vemos que esto no se verifica en determinados paises, podemos recurrir a otra ley sobre los efectos del imperialismo, que, al incre- mentar los recursos economicos del centro hegemonico, permite paliar la prole- tarizacion. Si se considera que esta ley no explica suficientemente el fenomeno, se puede recurrir a otra, que afirme que en condiciones de alta organizacion de las clases populares (obrera y media) se producen efectos redistributivos que compensan los que el capitalismo produciria "dejado a si mismo".3 0 bien se puede aducir que la proletarizacion es resultado del desarrollo con una deter- minada tecnologia ("decimononica") y que con otra tecnica mas compleja no hay tales efectos sino que, por el contrario, proliferan los grupos ocupa- cionales de nivel medio. Todos estos recursos -aparte de que se los puede aducir con mejor o peor buena fe- son perfectamente validos. El progreso de la ciencia se basa en los intentos de negar ciertas afirmaciones generales e idear otras nuevas para explicar lo que se observa. Pero a menudo es mas economico tratar de salvar sistemas interpretativos que han demostrado su

3 Un ejemplo de esta argumentaci6n puede verse en J. STRACHEY: Contemporary Capitalism (Londres, 1956).

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validez en ciertas esferas, ajustandolos mediante la adicion de nuevas leyes.4 El limite de este proceso se encuentra cuando se descubre otro sistema alterna- tivo de leyes generales que puede explicar los mismos fenomenos de manera mas simple.

En la practica, la gran complejidad de los fenomenos sociales hace que apenas nos planteamos la comprension de procesos de cierta importancia se hace necesario apelar a multitud de leyes generales, la mayoria de las cuales solo pueden aducirse con bajo grado de confianza, razon por la cual se las toma a titulo de hipotesis. Esta situacion ha producido como reaccion una actitud, bastante difundida entre historiadores, que denominaremos la escuela descrip- tiva.5 Los que explicita o implicitamente adhieren a esta posicion consideran que es un trabajo de Sisifo el buscar las leyes generales que vayan explicando cada evento historico. Esto, no solo por la multitud de hipotesis que se nece- sitan, sino por la presencia del factor de la voluntad humana, que puede hacer que ante circunstancias "iguales", dos grupos humanos reaccionen en forma diversa, negando, por lo tanto, el principio cientifico de que a igual causa corresponde' igual efecto. Esta ultima objecion es por cierto importante, ya que en la practica nos encontramos constantemente con situaciones en que un individuo o grupo siente que tiene libertad de eleccion en su respuesta ante determinados estimulos. A esto se puede responder que lo que son situaciones aparentemente iguales, en realidad son distintas, si tomamos en consideraci6n suficientes detalles, que incluyen la historia personal del individuo (o de los individuos componentes de un grupo), y sus caracteristicas psicologicas resul- tantes de experiencias previas.6 Pero llevada a este nivel la discusion, ella comienza a perder utilidad cientifica. De heeho, nunca dos situaciones sociales van a ser totalmente iguales si extremamos las exigencias para definir la igual- dad; aun sin extremar hasta el absurdo, es cierto que siempre tendremos una cantidad residual bastante grande de variables que no podemos controlar. Si queremos, a ese residuo lo podemos llamar "libre albedrio". De todos modos, nos obligara a expresar la mayor parte de nuestras leyes sociologicas en termi- nos probabilisticos. 0 sea, supondremos que en eli porcentaje de casos en que

4 Popper es uno de los autores mas insistentes en rechazar una hip6tesis apenas se produce alguna evidencia que parece desconfirmarla. Esto puede ser sano desde algunos puntos de vista y en disciplinas exactas. Pero en ciencias sociales, donde la naturaleza de la evidencia a favor o en contra de una afirmaci6n es en general tan tenue, los pro- gresos pueden deberse tanto o mas a los esfuerzos por preservar el cuerpo teorico exis- tente, como a los que se realizan por derribarlo. Asi, por ejemplo, Freud en Mas alia del principio del placer, ante ciertos hechos no cabalmente explicados por su teoria, intro- duce en un cierto momento el concepto de instinto de muerte, anadiendo un nuevo anda- miaje al ya existente, descartando poco o nada de lo ya construido.

5 Este enfoque esta muy difundido entre los historiadores, aunque en general no se expresa muy explicitamente, y a veces se combina con consideraciones sobre la natu- raleza "unica" de cada fen6meno hist6rico y su "significado" por relaci6n al todo. Ver para una discusi6n de estos temas, ROBERT BROWN: La explicacidn en ciencias sociales (Buenos Aires, 1972, original ingles, 1963), cap. V, dedicado a lo que el llama "metodo genetico"; y PATRICK GARDINER (comp.): Theories of History (Glencoe, Illinois, 1959), especialmente los articulos de ALAN DONAGAN: "Explanation in history", y MICHAEL SCRmVN: "Truisms as the grounds for historical explanation".

6 G. PLEKHANOV, en El rol del individuo en la historia, hace una exposici6n clasica de este punto de vista.

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no se verifican los efectos previsibles, es porque ha operado otra variable descono- cida, seguin una ley tambi6n desconocida.7 La practica cientifica establece cino- nes para decidir cuindo el nuimero de casos en que los efectos no se verifican constituye un porcentaje suficientemente grande del total como para invalidar la hip6tesis.8 Desgraciadamente, esta prictica cientifica ha sido elaborada prin- cipalmente para las ciencias fisicas, en que se puede realizar casi siempre una indefinida cantidad de experimentos, o bien para ramas de las ciencias sociales en que tambi6n es factible realizar experimentos repetidamente y con variables controladas, lo cual limita el grado de realismo o de relevancia de lo que se puede afirmar. Cuando pasamos de los experimentos de laboratorio con pe- queiios grupos a los procesos hist6ricos importantes, quedamos a la intemperie desde el punto de vista de la experimentacion, el control de factores interfi- rientes, la medici6n de las variables y aun su definici6n exacta. De ahi la actitud de la escuela descriptiva que, desistiendo de empresas que estima poco practicables, considera que por lo menos lo que se precisa saber a ciencia cierta es qu6 ocurri6 en un determinado proceso hist6rico, sea actual o del pasado. No es que se niegue la existencia de una causalidad social. Lo que se argu- menta es que para explicar un proceso hist6rico se precisa principalmente determinar con la maxima exactitud posible una serie de eventos, o hechos, algunos cambiantes en el tiempo y otros no, algunos referentes a individuos o grupos humanos chicos. otros que describen a la sociedad. Estos hechos, una vez especificados en forma minuciosa y desagregada, pueden vincularse unos a otros por leyes de sentido comuin, que no merecen inter6s particular por su trivialidad.9

Supongamos, por ejemplo, que deseamos explicar la diferencia que hubo en la reaccin del Rio de la Plata y de Mexico ante la invasion napole6nica de Espaiia. Lo que hariamos, segun esta escuela, es averiguar c6mo llego la noticia, qu6 pensaba el virrey y demas funcionarios, que intereses especificos tenia cada grupo economico importante, c6mo estaba la opinion puiblica entre los sectores cultos, que lideres emergieron con capacidad de obtener apoyo po- pular, qu6 tratativas se dieron entre diversos sectores para aliarse en una poli- tica comun, y otros datos de este tipo. Como resultado de esta investigacion podremos llegar a la conclusion de que en Buenos Aires una mayoria de las Fuerzas Armadas opto por una actitud autonomista y que, al mismo tiempo, algunos activistas habian organizado apoyo en la calle para esa politica. Por aplicaci6n de leyes obvias, se deduce que la actitud que contaba con ese apoyo se impuso. Pero supongamos que deseamos saber por que hubo una mayoria en el ejercito a favor de la actitud autonomista. Sera preciso rastrear en la for-

7 HUBERT BLALOCK Jr.: Causal Inferences in Non-experimental Research (Chapel Hill, 1961), describe en detalle los problemas asociados a este tipo de analisis. Para una interesante aplicaci6n del enfoque te6rico y generalizante a temas historicos ver LEE BENSON: "Research problems en American political historiography", en MIRRA Ko- MaAROVSKY (comp.): Common Frontiers of the Social Sciences, (Glencoe, Illinois, 1957).

8 Se puede ver cualquier libro de tecnicas estadisticas o de metodologia, y el trabajo clasico de PATRICIA KENDALL y PAUL LAZARSFELD: "Problems of Survey Analysis", en B. MERTON y P. LAZARSFELD (comps.): Studies in the Scope and Method of the "American Soldier" (Glencoe, Illinois, 1950). 9 Ver K. PoPPER: La miseria del historicismo, cap. IV, sec. 30, para una descrip- cion de este enfoque.

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maei6n de la actitud de cada uno de los jefes involucrados: su experiencia pre- via, quizas en las invasiones inglesas, la propaganda realizada entre ellos por ide6logos independentistas, sus intereses economicos como corporaci6n o como individuos pertenecientes a determinadas clases, etcetera. En todo mo- mento los vinculos causales seran de tipo obvio, practicamente de sentido comun y, casi siempre, implicitos. La contribuci6n cientifica de este enfoque consiste en la determinacion de una larga serie de datos, que nos hacen conocer cada vez mis sobre la situacion, sin usar en ningun momento leyes generales mas arriesgadas. Pero volvamos a los sucesos de 1819, esta vez, en Mexico. Ahi, la capital se mantuvo relativamente tranquila, controlada por un ejercito leal. En una intendencia, Guanajuato, comenzo una rebeli6n que rapidamente cundi6 entre las masas indigenas y desencaden6 una guerra civil de enorme violencia. gPor que esta diferencia con el fenomeno argentino? La escuela des- criptiva, que evita las generalizaciones, salvo las obvias o implicitas, podria explorar las caracteristicas de cada uno de los lideres insurgentes, como Hidalgo o Allende: su formacion, historia personal, experiencias previas. Ademas, exa- minaria las caracteristicas de los indios que se plegaron a la rebelion, llegando quizas a la conclusi6n de que sus malas condiciones de vida y odio a los grupos dominantes los incitaron a la violencia. gPero por qu6 en Guanajuato y no en Oaxaca, donde habla mayores concentraciones indigenas pero no una parecida insurgencia? La respuesta se buscara quizas en la no existencia alla de lideres rebeldes. 0, a lo mejor, se veri, en un mas detallado estudio, que el potencial de rebelion no estaba en las masas indigenas sino en ciertos grupos de mestizos o de indios desarraigados de sus pueblos, los que eran mis abundantes en Guanajuato que en Oaxaca.10 Pero, al afirmar esto, estamos ya acercandonos a una generalizaci6n no trivial. Cuanto mas cercano este un autor del extremo descriptivo, mas limitado sera en este tipo de interpretaciones, hasta llegar al ex- tremo de no hacerlas. Si las hace, dejara bien explicito que las relaciones que ha encontrado solo las afirma para un determinado caso que el ha estudiado. Asi documentara y describira el hecho (o serie de hechos) de que la actitud insurgente estaba mas difundida entre los indigenas extraidos de los pueblos que entre los residentes en ellos. No avanza en direcci6n a la generalizaci6n porque teme que en otros casos, aun parecidos, la relaci6n observada no se repita. Por ejemplo, puede pensar que en el Peru las cosas se daban en forma distinta. El seguidor de la escuela generalizadora, en cambio, se vera muy tentado de vincular los hechos observados en Mexico con otros ocurridos en contextos muy diversos, como el de Peru y Alto Perui en 1781-82, Haiti en 1791, Nipoles en 1799 y muchos otros.ll Con estas experiencias y con ele- mentos de teorias existentes, tratara de elaborar alguna ley general acerca de la tendencia a la violencia por parte de sectores populares extraidos de sus ambientes tradicionales, sometidos a una situacion anomica y a lo que a veces

10 Esto ha sido sostenido por HUGH HAMILL: The Hidalgo Revolt, (Gainesville, 1966).

J1 En el analisis de 0. CORNBITr sobre la rebeli6n de Tupac Amaru, "Levantamiento de masas en Peru y Bolivia en el siglo XVIII" (Revista Latinoamericana de Sociologia, vol. VI, NQ 1, marzo 1960), se observa la influencia del enfoque generalizante arriba aludido, aunque expresado en un trabajo que tiene por objeto principal la descripci6n del fen6meno.

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se ha denominado "movilizacion social", y que aun no cuentan con una orga- nizacion legitimizada propia. Esta ley, expresada en forma general, debe pre- tender ser valida universalmente. Si no lo fuera en algun contexto, deberia ser posible especificar en forma general los atributos que tienen los contextos en que no es valida. Por ejemplo, se podria argumentar que la ley no es valida en un regimen socialista, o bajo condiciones de alta urbanizaci6n, o dado cierto nivel de la tecnica. No es licito, en cambio, para la escuela generalizadora decir que la ley no es valida para, digamos, Europa oriental, o para el siglo xx. Especificaciones de ese tipo particular, suponiendo que la validez de las leyes generales no es universal, sino restringida a cierta epoca o lugar, si se afir- man en principio, son inaceptables.l1 Pero puede hacerse la restriccion de va- lidez por razones practicas, y entonces ella es mais defendible. Efectivamente, dada la gran dificultad de llegar a leyes generales no triviales, conviene con- centrarse en el analisis de una determinada epoca o area historico-geogrifica, para establecer en ella teorias de alcance medio, suficientemente detalladas como para seguir de cerca al proceso hist6rico. Para obtener leyes o hipotesis que permitan la construcci6n de este tipo de teorias, es preciso estar muy fami- liarizado con los materiales hist6ricos, y hacer sobre la base de ellos una especie de induccion intuitiva.3 Las leyes o hipotesis primarias pueden gene- rarse en cualquier forma, siendo lo importante que de ellas, mis ciertas condi- ciones iniciales, se deduzcan consecuencias confrontables con la realidad empi- rica. Pero de hecho, la mayoria de las hip6tesis interesantes emergen a menudo de una suerte de cuasi-induccion sobre la base de unos cuantos datos. Des- pues, ante la presencia de otros hechos, reales o imaginados por medio de expe- rimentos mentales, se pueden ir ajustando las hipotesis o combinandolas con otras que se apliquen al mismo caso, dando una situaci6n de multicausalidad. Para que este proceso sea practicable, es a menudo conveniente reducirse a ejemplos tomados de una cierta area historico-geografica, por ser esta mejor conocida. Uno puede arriesgarse a afirmar para esa area una cierta hipotesis, aunque no este seguro de que en otro contexto ella sea valida. Implica simple- mente admitir que se ignoran, y ademas no se esta en condiciones de investigar, las causas universales que hacen que en otro contexto la hipotesis no sea apli- cable. Asi, por ejemplo, ciertas leyes generales validas para una region como America Latina en la primera parte del siglo xix, pueden no serlo para el Medio Oriente en la ultima parte del siglo xx. A lo mejor la causa estriba en el diverso grado de desarrollo del mercado mundial, o en la presencia de empresas multinacionales, o en la estructura bipolar del poder mundial, o la prevalencia de una religion distinta a la de los paises imperialistas, para dar solo algunos ejemplos.

Seria laborioso expresar las leyes que parecen validas para el contexto latinoamericano en terminos mas generales. Podemos, entonces, como estra- tegia practica de construccion de una teoria, establecer hip6tesis que solo tra-

12 Ver las referencias de la nota 2, sobre todo POPPER, cap. III, secci6n 26. Este sostiene en forma extrema la necesidad de que una ley sea valida en forma universal (o con condicionamientos tambien universales) para ser cientifica.

13 JANINA KOTARBINSxA: "The controversy: deductivism versus inductivism", en E. NAGEL, P. SUPPES y A. TARSKY (comps.); Logic, Methodology and Philosophy of Science (Stanford, 1962), replantea el punto de vista inductivista en respuesta a Popper.

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taremos de aplicar a ese imbito, siempre que recordemos que ellas en reali- dad deberian ser deducibles de otras hip6tesis, validas en cualquier contexto, y expresadas en forma tal que ellas mismas dieran las condiciones generales bajo las cuales tal o cual variante se aplica.

LA BUSQUEDA DE LAS VARIABLES ADECUADAS

Uno de los problemas principales en el establecimiento de leyes univer- sales es la determinacion de las variables que van a. ser relacionadas entre si. Ellas pueden ser, desde muy concretas hasta altamente abstractas; pueden englobar materiales empiricos muy heterogeneos. o bien ser mas selectivos en una dimensi6n. Analicemos desde este punto de vista una afirmacion que hace el historiador y politico mexicano Lucas Alamin: "(Err6neamente se atribu- yen nuestras convulsiones politicas) a nuestra inexperiencia, a la inclinacion de los jefes militares, a la veleidad de las opiniones, a la violencia de los partidos... Hay otra causa mas eficaz: la contradicci6n entre forma de go- bierno y realidad nacional".14 Aqui hay varias hip6tesis que se niegan y una que se afirma. En la que se afirma, se usan dos variables muy abstractas, y que engloban multiples significados: forma de gobierno y realidad nacional. Se estipula una relacion entre ellas (contradicci6n) que podemos interpretar como queriendo decir que existen marcadas diferencias entre la distribuci6n de poder que supone la forma de gobierno (Constitucion y Leyes) y la que emerge de los demas aspectos de la sociedad. Finalmente se postula, como consecuencia de esa relacion, un estado de convulsion, o sea, una predisposicion a cambios violentos y constantes en el gobierno y en la situacion econ6mica v social de los individuos. Como puede apreciarse, las variables empleadas son

muy omnicomprensivas y de alto grado de abstraccion, incorporando significa- dos muy diversos, en muchas direcciones. A este tipo de variables las denomi- naremos multisignificativas. Las afirmaciones que las incluyen pueden ser

perfectamente validas, como seguramente lo es la de Alaman. Pero no per- miten comprender hechos especificos, mas que refiriendolos a una situacion

muy general, o sea, como ilustraciones de una condicion que los incluye. Su-

pongamos que queremos saber por que cay6 Santa Anna en 1844. ,Podemos aplicar la ley enunciada por Alaman? Ella solo nos permite predecir que habra una alta probabilidad de que el gobierno existente, cualquiera fuere den- tro de las caracteristicas senialadas, sea derrocado violentamente, con serias consecuencias para la convivencia y la vida civil diaria. Asi, pues, la ley enun- ciada nos permite comprender un conjunto de acontecimientos englobados (las muchas alteraciones politicas y sociales de Mexico de esa epoca), cada uno de los cuales es simplemente un indicador de la variable usada ("convulsiones" politicas). En cambio, si queremos ahondar en el estudio de un determinado evento, como la caida de Santa Anna en 1844, necesitamos otro tipo de varia- bles y de hip6tesis, que permitan sacar consecuencias de algunos hechos sin- gulares ocurridos durante ese anio o los inmediatamente anteriores.

14 En el peri6dico El Tiempo, enero 1846. Citado en JESUS REYES HEROLES: His- toria del liberalismo mexicano (Mexico, 1957, 3 vols.), vol. I, pag. 10.

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Pasemos ahora a otro ejemplo opuesto, en que se usan variables demasiado especificas para comprender un hecho historico como la independencia de los Estados Unidos. El historiador Ian Christie, describiendo la guerra de inde- pendencia, dice: "Los ingleses habian perdido. Pero historiadores competentes han expresado el punto de vista de que en las primeras etapas por lo menos, ellos podrian haber ganado... La toma de Nueva York en 1776 (les) dio (una) importante ventaja estrategica... Durante los siguientes dieciocho me- ses errores de ejecucion mas que una total falta de recursos para la tarea fueron las principales razones de la derrota. Las dos mas fatales fueron el no haber podido forzar a Washington a una batalla en condiciones desfavorables (por movimiento de pinzas desde Canadi y Nueva York) y el no haberse limitado a ocupar solo territorio que se podia luego mantener... .,15 A este tipo de argumentacion lo podemos denominar causalidad puntual. Desde ya es muy dificil de demostrar tales cosas, sobre todo expresadas en esta forma contrafactica; pero, en general, nos resistimos a pensar que un proceso de la importancia del que se esti describiendo pueda haberse debido a esos "errores". Con esto no estamos suscribiendo a una interpretacion totalmente determinista de la historia. Podria ser que los Estados Unidos no se hubieran independizado, o que ello se hubiera retrasado una o dos generaciones; pero se nos ocurre que habria sido por razones algo mas contundentes que las esbozadas. Dicho en otras palabras, debe de haber habido una serie de factores de mas peso que hacian muy dificil una victoria de los ingleses, de manera que apenas estos cometian un error, sus consecuencias se magnificaban, mientras que los de sus contrarios podian ser reparados con mas facilidad.

En la literatura hist6rica se encuentra a veces un tipo de argumentaci6n que mezcla la causalidad puntual con el uso de las variables multisignificati- vas. Tomemos a Walter Ullman, que refiriendose a la lucha del Papado con el Imperio durante la Edad Media dice: "El drama que se iba a desarrollar en el siguiente milenio se debio en gran medida al arreglo constitucional y legal del legado de Constantino".16 Por un lado tenemos el hecho puntual del arreglo que el emperador Constantino hizo con el Papado en el siglo iv de nues- tra era. Este hecho puntual, cierto es, en alguna medida es simbolo o repre- sentacion de toda una situacion mas amplia, de relaciones entre poder temporal y espiritual en aquella epoca tardia del Imperio Romano. Pero aun interpre- tandola en esa forma, es dificil creer que haya que remontarse a esa causa para entender el complejo de luchas medievales que son, por otra parte, muy met6dica y eruditamente descriptas en el libro. Ya ese complejo de luchas ("drama del siguiente milenio") es un concepto excesivamente comprensivo de contenidos diversos. Si lo ligaramos a algun hecho contemporaneo como podria ser la posesi6n por parte del Papado de grandes bienes productivos, tendriamos una situacion mas aceptable aunque aun faltaria precision para comprender los acontecimientos en algun detalle. Pero ligarlo a un aconteci- miento singular, ocurrido con mucha anterioridad, implica mezclar ese tipo

15 IAN CHRISTIE: Crisis of Empire: Great Britain and the American Colonies, 1754- 1783 (Londres, 1966), pags. 105-6.

16 WALTER ULLMAN: A Short History of the Papacy in the Middle Ages (Londres, 1974), pag. 7.

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TORCUATO S. DI TELLA

de argumentaci6n con la causalidad puntual, lo que no parece ser la mejor estrategia de investigacion e interpretacion. Esta mezcla conduce a menudo a argumentaciones catastroficas. Por ejemplo, Bakunin, escribiendo en 1870, despues de una abortada rebelion socialista en Lyon, afirma que los ideales revolucionarios se van a ver postergados por cincuenta anios como resultado del poco espiritu de lucha demostrado por los franceses.17 Esto, por supuesto, linda con el periodismo y con la literatura exhortativa y quiza no deba ser tornado como un intento serio por parte del autor de establecer conexiones historicas. Pero se trata de una estructura mental bastante difundida y que a menudo penetra en trabajos cientificos. Por otra parte, no se puede negar que en alguna medida un hecho puntual -una insurreccion exitosa o fracasada, una batalla ganada, una eleccion crucial- puede determinar por anios el futuro de un pais. Sin embargo, tambien aqui, como en otros casos que hemos visto al analizar la causalidad puntual, es logico que el investigador trate de pene- trar mas all de este tipo de analisis, sin negar la parte de explicaci6n que puede aportar. El problema consiste en establecer hip6tesis que podemos llamar de alcance medio (o "principia media", en la terminologia que les da Mannheim 18) que, por su nivel de generalidad y el tipo de variables y concep- tos que usan, permitan seguir de cerca el proceso historico. Pero antes de continuar con este tema es preciso aclarar el significado de ciertos terminos.

Comencemos por la palabra hip6tesis. En su uso mas comun, una hip6- tesis es una ley universal, a la que damos el nombre mas modesto de hipotesis por el simple hecho de que estamos muy poco seguros de su validez. Cierto es que aun una "ley" estai siempre bajo la espada de Damocles de algun nuevo hecho que la desvirtie. Pero en las ciencias fisicas es muy comuin el que se haya ilegado a un grado de certeza practica muy alta y, por lo tanto, no es absurdo dar el nombre de "ley" a la que describe la acci6n de la gravedad, o la preservacion de la energia, o la creacion de campos magneticos alrededor de un conductor electrico. Esto, incluso a pesar de que a veces estas leyes son validas solo dentro de ciertas condiciones o entornos: los fenomenos nucleares, por ejemplo, alteran la ley de preservacion de la energia. Sin embargo, esta ley sigue siendo enseinada y usada como si fuera cierta, dentro de determinados entornos, y lo mismo ocurre con las otras. Estrictamente hablando, estas leyes cuyo campo de aplicabilidad esta restringido, son pasibles de los mismos comentarios que haciamos en el acapite anterior acerca de hipotesis validas s6oo para la America Latina del siglo xix y no el Medio Oriente actual. En ciencias sociales la situacion es mas grave, porque a menudo la evidencia en favor de una cierta regularidad es tan fragmentaria, que apenas nos atrevemos a expresarla en terminos generales, o en caso de hacerlo, no sabemos bien cuales son las condiciones que determinan su validez. Por eso en este campo es mis comun hablar de hipotesis que de leyes.

Pero a veces por hip6tesis se entiende una afirmaci6n, ain no debida-

17 MIGUEL BAKUNIN, carta a Falix, del 29 de setiembre de 1870, despues del intento fracasado de rebeli6n obrera en Lyon, durante la guerra con Alemania. Citada en el prologo de M. Nettlau a Miguel Bakunin, La revolucion social en Francia (Buenos Aires, 1924), pag. XXXXVII.

18 Ver K. MANNHEIM: Libertad y planificacion social (Mexico, 1946), y ROBERT MIERTON: Social Theory and Social Structure (22a edici6n, Nueva York, 1957).

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EL ANALISIS SOCIOLOGICO DE PROCESOS HISTORICOS

mente comprobada, sobre las caracteristicas de un determinado hecho singular, del presente o del pasado.19 Tomemos por caso la suposicion de que el general Alvear era miembro de la masoneria. Este es un hecho sobre cuya autenticidad no estamos seguros. Hay evidencias en un sentido y otro, y se pueden tejer conjeturas al respecto. Estas conjeturas tambien pueden ser denominadas hipotesis, aunque no se refieran a relaciones universales. Otro ejemplo consis- tiria en la afirmacion de que los principales lideres del partido radical hacia 1916 eran de la misma extraccion social que sus oponentes conservadores.20 Este es un hecho debatible, entre otras razones porque se puede definir en diversas formas la condicion de "lider principal" o de "tener extraccion social". Al poderse medir estas variables en diversas formas, para algunas de las cuales es mis facil o mis dificil obtener datos, la afirmacion puede quedar como una hipotesis, que va recibiendo confirmacion a medida que se van presentando datos relacionados con ella. Este acopio de datos es totalmente diferente que el que se da para validar las hipotesis generales, y es el preferido por los historiadores. Por supuesto que la acumulacion de este tipo de, informacion es la que permite pasar a formular hipotesis generales. Si no tuvieramos datos sobre los cuales apoyarnos, no se nos ocurririan muchas generalizaciones y no podriamos luego iniciar el proceso de validarlas.

Hay casos, muy importantes, de afirmaciones o; hipotesis cuya condicion de singulares o generales es enganosa. Tomemos la interpretacion de Max Weber sobre la relacion causal que existe entre el protestantismo y el desarro- llo del capitalismo en Gran Bretania.2 El fenomeno que se describe ocurrio una sola vez en la historia y, por lo tanto, es singular. Igualmente singular es la secuencia concreta se dio en la historia de ese pais. Pero Max Weber, en realidad, lo que esta afirmando son dos cosas: (a) que el protestantismo, en su version calvinista sobre todo, dio lugar en varios paises europeos a acti- tudes peculiares de ascetismo orientado hacia el mundo de los negocios, convic- cion en la propia salvacion y busqueda de evidencias de haber obtenido la gracia divina; y (b) que este conjunto de actitudes, en cualquier pais que hubiera tenido condiciones economicas "minimas", hubiera producido un incremento economico y tecnologico de gran magnitud. La primera de estas afirmaciones es singular; la segunda, general. Cuando Max Weber se lanza a la ciclopea tarea de confirmar su hipotesis, lo que hace es buscar una serie de situaciones economicas "parecidas" a la inglesa de los siglos xvII-xvII, pero en condiciones religiosas distintas (China, India, Roma, etcetera). Weber ya sabia que no iba a encontrar una revolucion industrial en esos contextos, pero lo que buscaba era comprender adecuadamente la influencia que la religion dominante podia ejercer sobre sus adeptos. O sea, en realidad, iba establecien- do una serie de hipotesis singulares acerca de que tal o cual religion) no pro- ducia actitudes facilitantes de una revolucion industrial. De mis esti decir que

19 Usamos la conceptualizacion de K. POPPER: La miseria del historicismo, cap. IV, secci6n 27.

20 Esta afirmacion se hace en EZEQUIEL GALLO y SILVIA SIGAL: "La formaci6n de los partidos politicos contemporaneos: la UCR (1890-1916)", en T. DI TELLA, G. GER- MANI y J. GRACIARENA (comp.): Argentina, sociedad de masas (Buenos Aires, 1965).

21 MAX WEBER: La etica protestante y el espiritu del capitalismo (traducci6n, Ma- drid, 1955).

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TORCUATO S. DI TELLA

este tipo de verificaci6n no es muy convincente, aparte de que la problemitica esti planteada en terminos de variables demasiado multisignificativas. Pero la hipotesis no deja de ser interesante, aunque se la deba mantener en el reino de las posibilidades.

Otro investigador, Everett Hagen, inspirandose en alguna medida en el enfoque de Weber, lo ha elaborado en terminos mas generales, agregando otras hipotesis.22 Sostiene que para que se produzca una industrializaci6n autonoma se precisa que exista un grupo social con una ubicacion muy particular: un status intermedio, configuracion incongruente del mismo, y haber sufrido un deterioro en alguna de las dimensiones de su posicion social. Este entorno produce una actitud de ansiedad y quiza obsesividad, maravillosamente adap- tada para sublimarse en el mundo de los negocios. Aca no se habla de religion protestante, pero el autor diria que una de las posibles formas de expresion ideologica del grupo en cuestion seria adoptar y transformar en sentido com- pulsivo y ascetico la religion dominante. Otra forma podria ser elaborar una actitud nacionalista agresiva, como en Jap6n, o una version un tanto milena- rista y fanatizante de una teoria revolucionaria difundida en la epoca, como en Rusia y luego en China. Podemos establecer en las afirmaciones de Hagen dos componentes: (a) en primer lugar, la hipotesis de que una cierta configu- racion de status produce actitudes de rechazo a la sociedad dominante y aper- tura a la innovacion radical; y (b) en segundo lugar, que para que haya una industrializacion autonoma se precisa un grupo dirigente del proceso, caracte- rizado por esa configuracion de status. Si examinamos estos dos elementos. veremos una diferencia muy importante a los efectos de la construcci6n de teorias de alcance medio. La primera afirmacion, que relaciona la configura- cion de status con actitudes innovadoras, es perfectamente utilizable en teorias de este tipo. Tanto "configuracion de status" como "actitudes innovadoras" son variables bastantes manejables. En cambio, la segunda afirmaci6n, sobre la imprescindible presencia de grupos con tales caracteristicas para que se d6 un proceso de industrializacion autonomo, es mucho menos itil. Efectivamente, ella es demasiado taxativa (por lo de "imprescindible") y ademis el concepto de industrializacion autonoma es excesivamente multisignificativo. Esto mismo, por otra parte, puede argumentarse respecto a la teoria de Max Weber. Querer explicar algo tan complejo como una revolucion industrial con solo una varia- ble, o con s6lo una variable estrategica, es pretender legar a una simplificacion excesiva. La simplificaci6n es legitima cuando se trata de formular una hipo- tesis general, que relaciona variables entre si; pero, cuando se trata de explicar un proceso historico, que es una sucesi6n de hechos singulares, lo mas sano es aceptar que existe una multitud de hip6tesis generales relevantes, que uni- das a condiciones iniciales del mas diverso tipo van dando como resultado una traza muy laberintica. No es conveniente, ni quizas posible, establecer una relaci6n causal entre esa traza (que es un conjunto de hechos singulares) y las variables que se supone explicativas. Tengase en cuenta que una hip6tesis general establece que a una cierta causa sigue un determinado efecto a igualdad de otras condiciones. Como en una sociedad, en un momento dado, operan multitud de causas, nunca podremos explicar el resultado usando solo una

22 EVERETT HAGEN: On the Theory of Social Change (Homewood, 1962).

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EL ANALISIS SOCIOLOGICO DE PROCESOS HISTORICOS

hipotesis. Es necesario emplear muchas y ademas, dar como existentes ciertas condiciones iniciales, o factores exogenos, para finalmente obtener un resultado historico concreto.

Si estamos conscientes del problema aqui esbozado, podemos incluso legar a dudar de establecer alguna vez leyes o hip6tesis universales en ciencias sociales.

En base a que evidencia historica podremos establecer esas leyes, que en buena medida derivan de la cuasi-induccion intuitiva, si todo hecho historico realmente acaecido es un berenjenal de lineas causales derivantes de la apli- cacion de multiples leyes? Asi, por ejemplo, leyendo la historia de Inglaterra podremos liegar a la conclusion de que la existencia de milicias contribuy6 a consolidar la autonomia de los seinores locales (representados en el Parlamento) y por lo tanto a robustecer el regimen pluralista,23 mientras que en Mexico provoc6 convulsiones y guerras civiles,24 que produjeron la dictadura de Diaz. iDebemos entonces afirmar que lo que es aplicable a un "contexto historico" no lo es a otro? En realidad lo que ocurre es que un proceso tan complejo como el establecimiento de un sistema parlamentario legalista en Inglaterra, o el regimen porfirista en Mexico, no puede depender de un conjunto tan escaso de causas. Decir que la existencia de milicias provoca la descentralici6n del poder (a igualdad de otras condiciones) es una afirmacion general, posible- mente valida. De ahi en mas necesitamos otras hip6tesis generales y muchas condiciones iniciales o factores exogenos, para seguir explorando los procesos historicos de ambos paises. Aun aceptando que en vez de hablar de "regimen porfirista" (hecho singular o conjunto de tales hechos) se hable de "gobiernos autoritarios" (lo que constituye una variable mas adecuada) seria muy extraiio que su etiologia se agotara en dos o tres variables.

INTERPRETACION HISTORICA Y ANALISIS SOCIOLOGICO

Muchos de los estudios historicos de mayor valor, que en general sobre- pasan la mera descripcion de hechos, emplean un mecanismo explicativo espe- cial, que podemos denominar interpretacion historica. Esta consiste basicamente en dos operaciones: (a) se selecciona, para comprender el fenomeno estudiado, un determinado grupo de variables mas bien que otro, por ejemplo series de precios, ruptura de circuitos comerciales, estructura de clases, en vez de batallas, lideres o caracter nacional; y (b) se establecen conexiones causales entre un hecho singular A y otro hecho B, sin formular la ley general de la cual esta secuencia seria una explicacion.

Este metodo, en buenas manos, da excelentes resultados, y como ejemplo de el tomaremos el articulo de Tulio Halperin Donghi sobre el surgimiento de

23 Esto se deduce del trabajo de J. H. PLUMB: The Growth of Political Stability in England, 1675-1725 (Londres, 1967; 2* ed., 1969). 24 Tesis de JosE M. L. MoRA, en Mexico y sus revoluciones (Paris, 1836, vols. I, III y IV) y en Obras sueltas (Paris, 1837, 2 vols.), y de MARINO OrTRO: Ensayo sobre el verdadero estado de la cuesti6n social y politica que se agita en la reptblica mexicana (MExico, 1842).

51

TORCUATO S. DI TELLA

CUADRO 1

Proceso saltefio (Giiemes)

HECHOS SINGULARES

A Desde 1810 se rompen circui-

tos comerciales con el Alto PerC.

B La guerra en Salta es muy

intensa y se hace con recursos lo-

cales.

C En Salta hay gran rigidez

social y distan- cia entre clases.

D GUemes es miem bro marginal

de la clase alta.

CONEXION CAUSAL HI-ECHOS SINGULARES CAUSAL

(

CONEION CONEXION HECHOS SINGULARES CAUSAL

E La clase alta saltena sufre

deterioro econ6- mico y se divide entre patriotas y realistas.

F Se hacen requi- siciones y con-

fiscaciones a las clases altas.

G Se forman mili- cias reclutadas

a escala provin- cial, aparte las antiguas de base local.

H Los antagonis- mos entre cla-

ses altas y popu- lares son intensos.

I GCemes adopta actitudes opues

tas a las dominan- tes en su clase.

J Alta moviliza- cidn y nivel

de consumo de la poblaci6n rural, que no reconoce li-

derazgos locales.

4

K Se forma un 5 r6gimen popu

lista radicali zado.

los caudillos en el Rio de la Plata.25 Luego veremos los aportes que un analisis sociologico puede hacer a este tema, contrastando los dos enfoques. En este caso, como en tantos otros, la diversidad de estrategias cientificas debe verse como una complementacion en un objetivo comun; pero para que el resultado positivo se d6, conviene especificar claramente las caracteristicas de cada una de las herramientas.

En el trabajo que comentamos considera el autor cuatro casos, ubicados aproximadamente en las dos primeras decadas revolucionarias (1810-30): Giiemes, Ramirez, Ibarra y Quiroga. Veremos, comenzando por el caso salteio, como se puede diagramar la argumentaci6n del autor, senalando las princi- pales afirmaciones facticas y marcando con flechas las relaciones causales, de las cuales algunas se numeran para luego comentarlas con mas detalle (ver cuadro 1).

25 TULIO HALPERIN DONGHI: "El surgimiento de los caudillos en el marco de la sociedad rioplatense postrevolucionaria", en Estudios de Historia Social, ano I, NQ 1, octubre de 1965. El mismo tipo de analisis, perc mas expandido, se encuentra en su libro Revolucidn y guerra (Buenos Aires, 1972).

52

EL ANALISIS SOCIOLOGICO DE PROCESOS HISTORICOS

De este esquema una de las secuencias mas importantes es la que va de la intensidad de la guerra (hecho singular B) al reclutamiento en escala pro- vincial y no local de las milicias (hecho G) y de ahi la movilizacion de la poblacion rural en forma tal que erosiona los liderazgos tradicionales locales (hecho J).

Este mecanismo causal es el que provee la masa disponible para una experiencia movilizacionista. Si a 1l se une la existencia de fuertes antago- nismos entre clases (hecho H), tenemos la principal etiologia del tipo parti- cular de populismo acaudillado por Giiemes. Tambien es importante, sin em- bargo, la relaci6n que senala que al haber divisiones en el seno de la clase alta salteiia y volcarse algunos de sus miembros al bando realista, se hace mas factible una politica de requisiciones y confiscaciones contra ellos, lo que no puede menos que tener otras influencias sobre el esquema politico, particular- mente agudizando la necesidad de movilizaci6n de las milicias. Tambien digna de observarse es la secuencia (de D a 1) que sefiala que la adopcion por Gue- mes de actitudes contrarias a las dominantes en su clase, se ve facilitada por su condici6n de marginal en el seno de esta.

Todas estas relaciones causales se afirman casi como si fueran otros tantos hechos singulares: en tal o cual situacion, determinado factor produjo la presencia de tal otro fenomeno. Quizis ello se deba a que el proceso hist6rico se describe en suficiente detalle, desgranado en sus componentes elementales, como para que las conexiones estipuladas sean casi de sentido comun. El enfa- sis de la interpretaci6n, entonces, esta en la indagaci6n pormenorizada de los hechos, los cuales, por asi decir, hablan por si mismos. Esta obviedad de los mecanismos causales es cierta para casi todos los del esquema, salvo en dos casos. El primero es la secuencia ya comentada, relativa a la movilizaci6n de la poblacion rural, que ha sido indicada con los nuimeros 1 y 2. El segundo es el proceso por el cual la coexistencia de una masa movilizada, fuertes anta- gonismos sociales y un liderazgo extraido de las clases altas, genera un popu- lismo radicalizado, y que ha sido marcado con los nuimeros 3, 4 y 5. A la primera secuencia (1-2) la denominaremos proceso de movilizacion. A la se- gunda (3-4-5), formaci6n de la coalici6n populista. Podemos sospechar que ambos fenomenos estan regidos por alguin tipo de ley general, pero no es ficil determinar cual es esta.

Contrastaremos la situaci6n saltenia con la de Santiago del Estero. Hemos hecho para este uiltimo un esquema lo mis formalmente parecido al anterior, manteniendo para los hechos designaciones alfabeticas hom6logas, para faci- litar la comparaci6n (ver cuadro 2).

Ahora tenemos que el proceso de movilizacion es mucho menor, debido a una menor presion belica y a la ausencia de requisiciones graves a las clases altas. Quizas esta menor movilizaci6n tambien se deba a otros factores, como por ejemplo la forma de agregacion de los estratos populares urbanos y rurales en unidades de produccion, la estabilidad de su situacion ocupacional, o tenen- cia de la tierra, o sus pautas migratorias, aunque ello no figura en el esquema aludido. Por otra parte, si examinamos la manera en que se forma la coalici6n populista, y la comparamos con lo ocurrido en Salta, resulta razonable que el santiaguefno sea un caudillismo mas regionalista y conservador. Efectivamente,

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TORCUATO S. DI TELLA

CUADRO 2

Proceso santiagueiio (Ibarra)

HECHOS SINGULARES CONEXION CONEXION

HECHOS SINGULARES CAUSAL

CONEXION CAUSAL HECHOS SINGULARES

A' Tucum6n compi- te exitosamen-

te con Santiago en comercio y agri cultura.

B' La gu3rra s6lo se siente en la

frontera con in-

dics, pero hay pre si6n reclutadora en toda la provin cia.

C' En Santiago los sectores altos

no son muy pr6spe ros, y estn divi- didos (comercio, agricultura de re-

gadfo, ganadsrfa, recolcccion en bos qua)

0' Ibarra pertene ce a grupos li-

gados a ganaderfa yrecolecci6n, con funciones de poli- cfa y judicatura local

E' Los sectores

altos antiguos,

ligados al comer-

cio y agricultura, se deterioran.

F' (No se notan

impactos graves sobre sectores al tos debidos a la guerra).

G' Se forman mili cias en zone de

frontera con in- dios.

H' Los antagonis- mos entre cla-

ses altas y popu- lares son d6biles. Son fuertes entre regiones o secto- res econ6micos.

I' Ibarra repre- senta opinio-

nes comunes en su

grupo socioecon6 mico

2' J' Hay poca movi-

lizaco6n rural salvo en zonas de frontera con in- dies

3'

K' Se forma un

51 r regimen cau- diliista conser vador, basado re- gionalmente den- tro de la provin- cia.

el conflicto, dominante en Salta, a traves de una linea horizontal que separa estratos altos de bajos, se ve reemplazado por otro cuyos fuegos cruzan una linea vertical, que separa unas regiones de la provincia de otras, o la provincia en su totalidad contra otras.

Podemos establecer esquemas semejantes para Entre Rios y La Rioja, lo que se ha hecho en los cuadros 3 y 4. La acumulaci6n de este tipo de secuen- cias deberia permitir intentar algunas generalizaciones, o buscar que otros

54

EL ANALISIS SOCIOLOGICO DE PROCESOS HISTORICOS 55

casos seria interesante investigar para la construccidn de un sistema de hip6- tesis aplicable a diversas instancias hist6ricas. En el mismo texto que estamos analizando se hacen algunas exploraciones en este sentido, despues de la des- cripcion de los cuatro casos provinciales.

En primer lugar se examina la tesis, difundida en la literatura sobre el tema, de que son las innovaciones economicas, especialmente el desarrollo de la ganaderia y la apertura al mercado mundial, las que ocasionan el surgi-

CUADRO 3

Proceso entrerriano (Ramirez)

HESHCS SINGILARES CONEXION

CAULAL HECHOS SINGULARES

CONEXION CAUSAL HECHOS SINGULARES

A E1 comarcio de Entre R~os es-

t& dominado por Buenos Aires; la

provincia as de colonizati5n re- ciente.

B La guerrase ha ce can recursos

locales, desds la experiencia arti-

guista

C En Entre Rfos

existe relati- vo igualitarismo y alta movilidad social.

D Ramfrez perte- nece a a sectores

ligados al media- no comercio y ga- naderfa, y al e- jercicio de fun- ciones de policla y judicature local

E No hay aristo- cracia local,

sino comerciantes y ganaderos explo tados por el co- mercio porteao.

F (No hay inte- reses locales

fuertes qua se vean seriamente afecta dos por la polftica de obtenci6n de re cursos econ6micos.

G Se forman mili-

cias, con hom- bres reciutados en escala local, sub provincial.

H Los antagonis- mos entre cla-

ses no son inten- sos, mientras qua s -lo son los que se dan contra Bue nos Aires.

I Ramfrez adopta actitudes poli

ticas comunes en su grupo socioeco n6mico.

2

5

j Gran parte de la poblacidn

rural est6 mili- tarizada, pero be

jo control de cau dillos locales.

K Se formaun cau dillismo poco

radicalizado, cla- ramente federal por oposici6n a Buenos Aires.

TORCUATO S. DI TELLA

CUADRO 4

Proceso riojano (Quiroga)

HECHOS SINGULARS CONEXION CAUSAL

A En los Llanos se crian gana-

dos, especialmen- tR mular, y hay ac

tividad de arrie- ros. Facii acceso a varies capita- les provinciales.

B La guerra se siente s61o en

la presi6n reclu- tadore y pare ob- tener ganado.

C Rigidez social menor que en

Salta, mayor que Entre Rfos. Gana- deros de los Lla- nos ejercen roles

representantes del

poder central, con solidando su po- der local.

D Quiroga perte- nece a una fa-

milia de fuertes

ganaderos, ejer- ciendo posiciones de policia y judi catura local en la

regi6n de los Lla nos.

HECHOS SINGULARES

E Hay aristocra- cia local, ga-

nedera, mds pobre que la saltena.

E Hay una vasta

poblaci6n iti- nerante basada en arrieria.

F Los intereses econ6micos al-

tos no se ven se-

riamente afecta- dos por presi6n b6 lice.

G Se forman mili- cias basadas en

autoridades reclu tadoras represen- tantes del poder central mientras 6ste existe.

H Antagonismos in ternos modera-

dos. Autoritaris- mo intenso en se- Fores llanistas.

Quiroga adopta actitudes tfpi

cas en su clase, ligadas al servi- cio del poder cen tral mientras ds- te as fuerte, y ac titudes m&s auto- nomistas luego.

CONEXION CONEXION HECHOB SINGULARES

CAUSAL

J Moderada milita rizaci6n rural

al comienzo, luego incrementada.

K,* Se forme uri. cau dillismo muy au

toritario, con de- fihici6n federal tardia.

4

56

I<

EL ANALISIS SOCIOLOGICO DE PROCESOS HISTORICOS

miento del caudillismo. Aunque el autor admite la parte de verdad encerrada en esta formulaci6n y sobre todo en la coincidencia entre caudillismo y pre- dominio ganadero, en seguida seniala las limitaciones que ella tiene. Por ejem- plo, el predominio ganadero en Salta, lejos de ir asociado al fortalecimiento de Giiemes, seiiala su ocaso. Ello seria una "excepcion" a la regla, que hace pensar que la explicaci6n del proceso no debe pasar por vinculaciones tan directas entre ese tipo de variables. Esto lo lleva a Halperin a incluir como factores causales a ciertos aspectos de la estructura politica y de la guerra. Seniala, asi, que debe tenerse en cuenta la destruccion o debilitamiento de los cuerpos administrativos y judiciales de la colonia, que antes gozaban de alto predicamento y por lo tanto podian ayudar a resolver conflictos de intereses sin recurrir constantemente a la fuerza. Aca se esta suponiendo una hipotesis general sobre relaci6n inversa entre el prestigio social de los cuerpos politicos y la apelacion a la violencia por parte de los participes en las disensiones civiles. Esto no habia sido mencionado en las descripciones de casos, pero puede supo- nerse como un factor de fondo, presente en todos los casos analizados, que facilita la consolidacion de un nuevo poder muy ligado al ejercciio constante de la fuerza. Debilitados por cuerpos juridico-administrativos tradicionalmente respetados, ante cada quiebra institucional los que emergen con los fragmentos del poder son los representantes y agentes locales de ese antiguo centro, puesto que ellos son lo uinico que queda, por asi decir. Esto permite generalizar lo que en la parte descriptiva se habia dicho -refiriendose a Quiroga- de que "el caudillo surge, entonces, no frente a las estructuras de poder que tienen su cima en Buenos Aires, sino dentro de ellas" (pag. 137). Esta frase resume en forma escueta lo que hemos denominado una interpretacion historica, que incluye la documentacion de numerosos hechos singulares, unidos por relacio- nes causales particulares, fruto quizas de la aplicacion de hipotesis generales, que en la mayor parte de los casos no se explicitan.

En algunos lugares, sin embargo, el autor hace una mas clara referencia a hipotesis generales. Esto ocurre cuando observa el hecho empirico de que en zonas de agricultura no surgen jefes provinciales, aun cuando exista violen- cia local (pag. 146). Al respecto establece la siguiente secuencia causal: (i) donde hay gran propiedad, dominan relaciones autoritarias; (ii) la gran pro- piedad produce homogeneizacion social, simplificando la estructura de clases; (iii) aunque el caudillo no sea el mismo gran propietario, usa en su provecho el sistema existente de relaciones autoritarias y (iv) el haber ejercido roles poli- ciales o judiciales delegados por el antiguo centro virreinal le permite acceder a una posicion caudillista mas amplia, si estin presentes los aspectos senialados en los tres puntos anteriores (pag. 142-147).

Otro caso se da al referirse a la democratizacion del poder, producida por la militarizacion caudillista, y que se deberia al peso del numero, en una epoca basada en el principio belico de que un hombre es igual a un fusil (o una lanza). Aqui se esta suponiendo tambien una cierta ley o hipotesis general, y por otro lado, se usa el concepto de democratizaci6n en forma un tanto es- pecial. El autor esta sin duda consciente de ello, al sefialar que existe una interaccion compleja entre la popularidad del caudillo, que lo hace en alguna medida representante de sus seguidores, y el ejercicio del mando, que lo con-

57

TORCUATO S. DI TELLA

vierte en jefe indiscutible y autoritario, ligado a una cierta estructura de gran propiedad y, por lo tanto, socialmente bastante conservador.

Si volvemos a examinar las interpretaciones que hace Halperin en el tra- bajo que estamos comentando, veremos que se apartan mucho de una simple descripcion de hechos, y ello en tres direcciones:

(a) hay una busqueda de conexiones particulares entre hechos singulares, dan- do por sentado que las ligazones entre ellos son obvias. La contribucion cientifica que se hace consiste en la documentacion de hechos estrat6gicos, como ser el que los caudillos habian ocupado antes posiciones delegadas de autoridad en el sistema nacional;

(b) hay algunas hip6tesis explicitas, quizas validas solo dentro de un cierto contexto, como cuando se establece la conexion entre gran propiedad y caudillismo, o cuando se sugiere que "un hombre-un fusil", bajo condi- ciones de guerra irregular, implica democratizaci6n en algun sentido de la palabra;

(c) hay caracterizaciones resumidas, a veces en una breve frase, de amplios procesos, uno de cuyos aspectos se hace resaltar. Por ejemplo, cuando se afirmar que el caudillo surge dentro y no contra el sistema de control central basado en Buenos Aires. El aporte que un analisis sociologico puede hacer a este tipo de inter-

pretaciones consiste principalmente en un examen mas detenido de ciertas conexiones causales. Consideremos, por ejemplo, las dos secuencias que hemos denominado proceso de movilizacion y formacion de la coalicion populista. El proceso de movilizacion no tiene por qu6 coincidir siempre con una formaci6n de milicias con recursos locales. Aun dada esa formaci6n de milicias, ellas pueden estar mas o menos enmarcadas dentro de un control social local, en funci6n de otras caracteristicas de la masa popular, o de la presencia de deter- minadas constelaciones en la estructura de clases. Estas filtimas deben ser teni- das particularmente en cuenta para entender la alianza de sectores diversos que en general constituye la coalicion populista. Si volvemos al caso mexicano, para un periodo igual al aqui analizado, veremos que alli la violencia es mucho mayor que en la Argentina, y lo mismo la movilizacion, por razones no solo debidas a esa violencia. Los caudillismos que se generan en ese pais son, por otra parte, distintos a los' rioplatenses, salvo en algunas zonas. Quizas se deba buscar la explicaci6n en la mayor densidad de poblaci6n, su condici6n mas urbana y concentrada, o la prevalencia de estratos medios y altos en descenso social o inseguros econ6micamente. A nivel nacional hay un caudillo, Santa Anna, equiparable a Rosas, pero en provincias (Estados), el poder dificilmen- te se escapa tanto al control central como en el Rio de la Plata. Hay expre- siones politicas de cariz populista, pero sobre todo basadas en la masa urbana de la capital. Hay jefes locales, con bastante poder, y guerras civiles, pero istas terminan mas rapido que en la Argentina con la victoria de un bando, o bien se transforman; en guerras totales, tal la que comenzando en 1858, degenera en intervenci6n extranjera y termina solo en 1867.26 Pensando en

26 Ver LUCAS ALAMAN: Historia de Mexico (Mexico, 1849-52, 5 vols.); JosE M. L. MORA, ob. cit.; LORENZO DE ZAVALA: Ensayo histdrico de las revoluciones de Mexico

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EL ANALISIS SOCIOLOGICO DE PROCESOS HISTORICOS

los cuatro casos vistos para la Argentina, y recordando que el mas radical era el de Giiemes, originario de la provincia de estratificacion mas rigida (seme- jante en eso a Mexico) podriamos extrapolar y considerar a los caudillismos mexicanos como versiones mas radicalizadas del fenomeno argentino. Esto puede en primera aproximacion ser asi, pero su coomprension exige entrar a fondo al analisis comparativo y aumentar el nimero de variables explicativas. Lo mismo ocurre si hacemos incursiones por el tiempo en vez del espacio y examinamos fenomenos mas recientes a la luz de lo comuin que tienen con algunos del pasado. Al hacer esto, abandonamos el enfoque de la interpreta- ci6n historica, concentrada en general en un tema limitado en el espacio y el tiempo, y nos desplazamos hacia el analisis sociologico, alimentado por multitud de casos diversos.

ESTRATEGIA DEL ANALISIS SOCIOLOGICO

El talon de Aquiles del analisis sociologico aqui mencionado radica en la forma en que se haga la abstraccion conceptual que permite determinar que hay de comuin a varios fenomenos concretos. Si nos limitamos a buscar una variable que abstraiga lo importante que hay en eso que denominamos feno- meno caudillista, posiblemente no llegaremos a buenas hip6tesis explicativas. El concepto "caudillismo" es demasiado comprehensivo de diversas dimensiones y componentes; bajo esa etiqueta se esconden realidades demasiado diversas como para tener una etiologia comuin. Lo que corresponde es subdividir el concepto que nos interesa en varios otros, mas simples, que constituyen sus dimensiones, y que pueden darse combinados de maneras distintas. Por ejem- plo, podemos denominar movilizacionismo a una de sus dimensiones, consistente en cierta manera de establecer relaciones entre lideres y seguidores, pero ella podra darse en fen6menos tan distintos como las huestes de Hidalgo, el regimen de Rosas, o el apoyo con que los Borbones volvieron a su trono de Napoles. Las hip6tesis que establezcamos deberin afirmar conexiones universales entre ciertas variables explicativas y esta otra variable dependiente, el movilizacionismo. No se tratari de conexiones entre las variables explicativas y el fen6meno total, del cual el movilizacionismo es solo una dimension. De ahi, entonces, la conveniencia de combinar el enfoque hist6rico con el sociologico. El enfoque historico nos acos- tumbra a seguir los complejos laberintos de causalidad especifica, pasando de un hecho singular a otro hecho singular, o sea, construye conexiones complejas y multicausales, como las que hemos visto en el fenomeno caudillista. El enfoque sociologico, cuando tiene que formular sus hipotesis sobre el material detallado aportado por el historiador, se ve obligado a evitar las generaliza- ciones demasiado simplificadoras. Para hacer una referencia grafica al tipo

desde 1808 hasta 1830 (Mexico, 1845, 2 vols.); VICENTE RIVA PALACIO: Mdxico a traves de los siglos (Mexico, reedicion, 19410, 10 vols.); ANSELMO DE LA PORTELA: Historia de la revoluci6n de Mexico contra la dictadura del general Santa Anna, 1853-55 (Mexico, 1856); UBALDO VARGAS MARTINEZ: Morelos, Aiervo de la nacidn (Mexico, 1963); MOISES GONZALEZ NAVARRO: Raza y tierra: la guerra de castas y el henequin (Mexico, 1970); FERNANDO DIAZ DIAZ: Caudillos y caciques (Mexico, 1972).

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TORCUATO S. DI TELLA

de esquemas vistos en este trabajo, podemos decir que la mejor estrategia para una teoria sociologica consiste en ir apilando, encima de cada flecha causal, mas casos parecidos, pero parecidos s6lo en el entorno de esa flecha. La infor- macion puede venir de procesos que no tengan nada que ver con el caudillismo pero que ilustren sobre alguna otra posible relacion entre las variables ligadas entre si en esos esquemas. Asi tendremos leyes o hipotesis sociologicas sobre la movilizacion, sobre la formacion de coaliciones o sobre la generaci6n de ideas contrarias a las de su clase en el seno de un sector de esta. No habri, estrictamente hablando, hipotesis generales sobre el surgimiento del caudillis- mo, puesto que cada caudillismo es un hechoi singular distinto, que puede darse por una sucesion muy peculiar de acontecimientos. La "sociologia del caudillismo", entonces, consistira en una selecci6n de hipotesis aplicables a las variables que nos interesan; y debe ir acompaiiada del estudio de los casos en que, por interaccion de ciertos valores iniciales y de leyes sociologicas generales. se produjeron fen6menos globales que podemos denominar caudillismo.

Un enfoque de este tipo implica una colaboraci6n estrecha entre historia- dores y soci6logos. Los historiadores -estamos definiendo el termino en forma amplia, para incluir a estudiosos de la realidad politica actual en diversos paises y regiones- acopian datos concretos, organizados en secuencia dinimica. Los sociologos buscan las relaciones mas generalizables, de tipo tal que sirvan para comprender mejor los fen6menos que describe el historiador, mantenien- dose lo mas cercanos posibles al material empirico, para evitar afirmaciones tan genericas que bajo ellas quepa casi cualquier hecho empirico. No se trata de rechazar las grandes teorizaciones, sino de asignarles el rol de fuentes de inspiracion que les corresponde. Cuando queremos interpretar un proceso concreto por referencia a esas grandes teorias sea del funcionalismo, el ma- terialismo dialectico, o la dependencia, casi siempre el vacio es demasiado grande entre la teoria que se esgrime y el hecho que se trata de comprender y por lo tanto no hay explicaci6n alguna. Por otro lado, los estudios meramente descriptivos, aunque son mas uitiles, porque aportan datos para el analisis, pierden mucho su valor si no son hechos con la idea de que deberian poder servir a ensayos comparativos y a eventuales generalizaciones. No es necesario, por cierto, que cada investigador se vuelva interdisciplinario y trate de cubrir todos los campos de la tarea cientifica. Lo que se precisa es tener presente que los trabajos especializados de cada uno deben contribuir, en ultima instancia, a la creacion de un cuerpo teorico, fuertemente enraizado en materiales empiri- cos, y constantemente sujeto a revision.

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