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ELEMENTOS PARA LA CONSTRUCCIÓN DE UNA DEMOCRACIA UNIVERSITARIA (Análisis de coyuntura en la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia UPTC) Fredy Giovany Suarez Licenciado en Ciencias Sociales Con la firme convicción que es momento para que la universidad y los estamentos que la componente inicien un debate más profundo hacia la real transformación de la universidad en su carácter público, me permito sacar este nuevo documento de insumo a la discusión académica, propositiva y sobre todo transformadora. 1. LA MOVILIZACIÓN Sin pretender caer en coyunturalismo o visiones restringidas de la acción y lucha estudiantil, pero si con la conciencia suficiente para señalar algunos aspectos fundamentales en este intento por comprender el momento en el que nos encontramos, quisiera señalar que la “movilización” (de cualquier sector social o popular) es en todo momento producto del trabajo constante, el estudio, la elaboración de ideas, la unidad de criterios y la cohesión de identidades entorno de un objetivo claro. Esto se hace condición cuando lo que se persigue es la transformación del actuado estado de cosas que constituyen la realidad material de la humanidad, y en nuestro caso concreto, cuando se busca la transformación estructural de la universidad. En este sentido, comprendemos la movilización, como aquel conjunto de acciones prácticas que permiten el avance y desenvolvimiento de la lucha hacia nuevos estadios (espacios) de la confrontación política y social, y que por demás tiene como característica fundamental su permanencia en el tiempo con la acumulación suficiente de fuerzas y energías para alcanzar la los objetivos previamente construidos, en una perspectiva de corto, mediano o largo plazo. En este sentido, si la movilización en esencia es un avance en la profundización de la

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ELEMENTOS PARA LA CONSTRUCCIÓN DE UNA

DEMOCRACIA UNIVERSITARIA (Análisis de coyuntura en la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia UPTC)

Fredy Giovany Suarez

Licenciado en Ciencias Sociales

Con la firme convicción que es momento para que la universidad y los estamentos

que la componente inicien un debate más profundo hacia la real transformación de

la universidad en su carácter público, me permito sacar este nuevo documento de

insumo a la discusión académica, propositiva y sobre todo transformadora.

1. LA MOVILIZACIÓN

Sin pretender caer en coyunturalismo o visiones restringidas de la acción y lucha

estudiantil, pero si con la conciencia suficiente para señalar algunos aspectos

fundamentales en este intento por comprender el momento en el que nos

encontramos, quisiera señalar que la “movilización” (de cualquier sector social o

popular) es en todo momento producto del trabajo constante, el estudio, la

elaboración de ideas, la unidad de criterios y la cohesión de identidades entorno

de un objetivo claro. Esto se hace condición cuando lo que se persigue es la

transformación del actuado estado de cosas que constituyen la realidad material

de la humanidad, y en nuestro caso concreto, cuando se busca la transformación

estructural de la universidad.

En este sentido, comprendemos la movilización, como aquel conjunto de acciones

prácticas que permiten el avance y desenvolvimiento de la lucha hacia nuevos

estadios (espacios) de la confrontación política y social, y que por demás tiene

como característica fundamental su permanencia en el tiempo con la acumulación

suficiente de fuerzas y energías para alcanzar la los objetivos previamente

construidos, en una perspectiva de corto, mediano o largo plazo. En este sentido,

si la movilización en esencia es un avance en la profundización de la

confrontación, los antagonismos y las contradicciones, es por demás la forma en

que se manifiestan epidérmicamente los procesos de construcción de base.

Ahora bien, esta visión sobre la movilización atiende principalmente, a la idea de

“movilización consiente”, es decir de un proceso que ha puesto y trazado sus

objetivos, construyendo paso a paso su accionar, y cuya base fundamental es la

organización. Por tanto no abandonara en ningún momento la acción política, la

acción práctica y la acción transformadora, hasta alcanzar los objetivos trazados o

ser derrotados inermemente por el enemigo. Vale hacer salvedad, que no se

menosprecia la importancia del “espontaneismo”, pero si se pone de presente que

este, sin una coherente conducción política, está en riesgo de volverse parte o

excusa de la propia reacción.1

Me ha parecido pertinente, iniciar por este punto sustancial, en tanto que las

experiencias ocurridas al interior de la UPTC, (por lo menos en los últimos años)

obligan a replantear la forma en que se concibe y desarrolla la movilización

estudiantil. En primer lugar considero que existe una tergiversación de “la

movilización” como fin último de la lucha estudiantil y no como herramienta

desdeñable de acuerdo a los avances y estados en que se encuentre las luchas y

reivindicaciones por las que hemos decidido volcarnos contra el orden establecido.

En segundo lugar, la tergiversación de la idea de movilización, nos ha llevado a

considerar (antilógicamente) que esta representa parálisis. Es decir que la acción

de la movilización se restringe a la idea de interferir con la “normalidad académica”

a partir del cierre y bloqueo de edificios. En efecto, las que hemos considerado

vías de hecho (bloqueos, plantones, marchas, etc.) son fundamentales dentro de

la lucha estudiantil, pero son tan solo una ínfima parte del largo proceso que

representa la movilización. Estas acciones se han convertido lastimosamente en la

cortina de humo para aplazar la construcción de base, las discusiones de fondo y

la organización del estudiantado. Los bloqueos y demás manifestaciones del

estudiantado en oposición o confrontación por determinada coyuntura, se han

quedado únicamente en acciones contestarías e inmediatistas, que además

terminan por dar mayor legitimidad al maniqueo discurso de la “no organización”,

la confrontación directa sin el peso de las masas y el desarrollo de seudo-

populismos.

En tercer lugar y quizá como raíz de esta problemática, es la inexistencia de un

objetivo claro, la ausencia de una hoja de ruta o de un mediano vinculo unitario

1 La idea del espontaneismo dentro del avance de la lucha o su tendencia a ser parte de la reacción, es profundizado con gran brillantes por V.I. Lenin, en su documento ¿el quehacer? El cual, a propósito debe ser retomado, leído y analizado con juicio, sin importar nuestra postura política o ideológica, en tanto que es un documento concreto sobre la praxis revolucionaria.

para el avance de la lucha estudiantil en la UPTC y en Colombia. La historia del

movimiento estudiantil está plagada de intentos por avanzar en esta unidad,

empero ninguna de estas ha tenido la capacidad para superar la represión, el

infantilismo, el vanguardismo y demás dificultades que implica la idea de

organización y construcción del movimiento estudiantil. Nuestra más reciente

experiencia la encontramos en la MANE, de la cual hemos analizado sus errores y

aciertos, sus fallas y avances, pero aún no hemos construido una iniciativa o que

bien trascienda la MANE o que la recupere y fortalezca en la lógica de continuar

en el arduo camino de forjar la unidad estudiantil, hoy más que nunca necesaria.

Estos aspectos deben abrir en nosotros un sinfín de interrogantes sobre nuestro

papel como estudiantes, organizaciones y comunidad académica sobre el cómo y

el para que de la movilización. No solo en un sentido teórico, sino en su praxis

concreta basada en la construcción y unificación del estudiantado en torno a un

objetivo concreto que permita trazar la tan anhelada ruta de la transformación.

Finalmente vale recordar dos premisas fundamentales, la primera de ellas es que

la movilización se encuentra ubicada en el plano de lo táctico y por tal su puesta

en marcha debe anclarse a la unidad de los todos los sectores participes de la

lucha estudiantil y la segunda, a manera de idea general, es que la combatividad

del estudiantado está en su capacidad de proponer, de construir y sobre todo de

crear.

2. LA DEMOCRACIA

Para abordar este importante tema, quisiera partir de una idea fundamental, y

que retoma el actual debate al interior de la UPTC, “votación” y “elección

directa” NO representan en ningún sentido democracia. Ejemplo práctico de

esta realidad lo encontramos en lo cotidiano de la sociedad colombiana. (comicios

electorales cada 3 o 4 años, que no son más que formas maniqueas de

legitimación de los poderes tradicionalmente instituidos y que gobiernan en favor

de sectores reducidos y en detrimento de las grandes mayorías de colombianos

que viven en condiciones de miseria y en la paupérrima pobreza) si partimos de

esta idea, resulta contradictorio pelear por institucionalizar formas de elección y

votación al interior de la universidad, que en la realidad general del país no han

sido funcionales (a los más sentidos intereses y necesidades de la población) y

por el contrario cada día más reproducen los vicios burócratas de la corrupción y

la delincuencia política. Esta idea, en ningún sentido va en contravía de la

necesidad de dar mayor capacidad de decisión al estudiantado en la dirección,

gobierno y construcción de la Universidad, pero si es una mirada crítica al

excesivo reduccionismo que se ha venido dando en torno al debate fundamental

sobre la democracia universitaria.

Empero este agudo debate no puede desarrollarse sin tener una noción más o

menos concreta sobre que entendemos por Universidad y Democracia.2 Para el

desarrollo de la idea de democracia, debemos partir por ampliar, resignificar y

profundizar su “significado” intentado ir más allá de la visión reduccionista, y por

demás simplista, de comprender la democracia a partir del ya conocido “demos” y

el “Kratos” (poder del pueblo) aprendido en la educación básica. La razón de

pretender avanzar sobre este, se sustenta en el recurrente error de simplificar está

a dos palabras excesivamente generales, volátiles y de difícil materialización que

desdibujan las dinámicas, conflictividades y antagonismo de la misma. Vale la

pena resaltar que no se trata de eliminar el significado etimológico de la palabra,

sino de debelar aspectos fundamentales que se desarrollan dinámicamente

alrededor de este.

En principio, comprendemos la idea de democracia como una construcción

histórica y social, cuyo fundamento es el consenso y por tanto se presenta como

una relación dialéctica constante e inacabada de la humanidad3. Esta idea se

encuentra tranversalizada en todo momento por noción de poder y por tanto de su

efectivo ejercicio por parte de la sociedad. Es por ello que resulta ingenuo reducir

su desarrollo a un simple asunto de urnas electorales, votaciones, mayorías o

representatividades, al contrario de esto representa un conjunto de principios que

articulan la vida personal con el desenvolvimiento de lo social y por ende, implican

la articulación política de los individuos para la construcción de la sociedad y su

gobierno. Este último no reducido a la especulación de representación, sino a la

conducción ética y moral de la sociedad desde y para la propia sociedad.

Empero, valdría preguntar ¿existe una forma única de democracia? De hecho,

pensar en la democracia como una forma estática y predeterminada en la que se

articula y organiza políticamente la sociedad es una contradicción, ante esto vale

la pena reiterar el carácter dinámico, dialectico y polisémico que implica la

democracia. En esta perspectiva, una cosa es la democracia liberal, que como

señala Hannah Arendt, “es una visión de Estado en el cual el gobierno es un

2 Aludiere esta primera, teniendo en cuenta que ya he desarrollado un primer documento que expone brevemente este tema a partir de intentar recoger los valiosos aportes realizados por el Profeso Sergio De Zubiría. 3 Como lo señala Diana Uribe, el mayor avance que presenta la idea de democracia en los griegos, es la superación de la visión del orden divino para la instauración de un orden civil, cuya forma de legitimación es el consenso. Este aspecto representa un vuelco a las realidades y relaciones sociales de la civilización

aparato de administración que regula los intereses privados”4 en esta visión la idea

de participación se restringe al voto como forma de manifestar su opinión, y es en

este en donde termina su injerencia en el gobierno. Y otra cosa muy diferente la

democracia avanzada, como proceso de combate programático, reivindicativo y

organizado,5 es decir que esta parte y reside en la organización popular para el

ejercicio efectivo del poder, la toma de decisiones y la conducción desde las bases

del gobierno. Desde este punto de vista y siguiendo a Lukács,6 al concebir esta

idea como proceso, resulta pertinente hablar de democratización mas no de

democracia como si fuese un estado concreto y determinado.

Esta diferenciación entre un u otro tipo de democracia, busca principalmente

ampliar el espectro del debate público que hoy por hoy se da en torno a semejante

dilema de la modernidad, no obstante y en consonancia con Arismendi, no sólo

busca combatir la tendencia por la cual “la expresión democracia” se estanca en

una visión instrumental restringir en lo institucional, también busca posicionar

como idea fundamental la democracia (democratización) como un proceso en sí

misma y cuyo principio de construcción es la organización de la sociedad para el

ejercicio pleno y efectivo del poder. En este sentido, no basta con la creación de

aparatos, instituciones, o representaciones, que en última instancia reproducen la

lógica unidireccional de delegación sin compromiso, por el contrario, reside en la

organización de base, la capacidad de ejercicio directo del poder, la construcción

de un democracia avanzada capas de discutir definir y trazas los destinos de la

sociedad desde la sociedad.es allí donde se materializa la participación y no en las

urnas.

3. DEMOCRACIA UNIVERSITARIA

Habiendo avanzado en una mediana conceptualización de la idea de democracia

como proceso, con los diferentes aspectos, ámbitos y elementos que la

circundan, resulta necesario ahondar en la problemática que nos llama, “la

democracia universitaria”. En principio, la universidad como institución anclada a la

construcción del Estado y como aparato ideológico del mismo,7 reproduce y

4 ARENDT. Hana. Democracia. 5 RODNEY. Arismendi. El concepto "Democracia Avanzada" 6 Georg Lukács- El hombre y la democracia.- Contrapunto - Buenos Aires – 1989 - Págs. 53-54 7 Esta noción propia de Althusser, en nada contradice la idea de construcción de una universidad con perspectiva emancipadora. Tan solo hace referencia al estado actual de la universidad como aparato de conducción ideológica de la clase dominante sobre la clase dominada y cuyo actual funcionamiento, se reduce a la visión mercantilista y cualificación de la mano de obra, sin ninguna perspectiva trasformadora o critica de la realidad.

legitima de manera constante las lógicas y dinámicas del sistema imperante. Por

tanto resulta “normal” que al interior de esta las formas de gobierno, toma de

decisiones y ejecución de las mismas se desarrollen de manera vertical y

unidireccional, en beneficio de los sectores reducidos que detentan el poder y en

contravía de los más sentidos intereses de la comunidad académica.8

Es por ello, que la construcción de una nueva idea de democracia o de

democratización de la universidad parte, en esencia, de concebir este proceso

como una lucha contra-hegemónica (Gramsci), cuya forma de legitimación se

fundamenta en el ejercicio directo del poder, a través de la organización estudiantil

de base, alejado de las visión restringida de la democracia liberal burguesa, y

anclada profundamente con el avance y profundización de la capacidad de

dirección de los destinos de la universidad en todos sus aspectos, desde los

sectores a los que debe su existencia (docentes, trabajadores, estudiantes y

ciudadanía)

En este sentido, el actual debate que se abre dentro de la Universidad, trasciende

la idea abstracta de la elección directa, como propuesta surgida en oposición a la

reelección, por el contrario se ubica en la aguda y no fácil discusión sobre la

construcción de una democracia real, directa y de avanzada de base y poder

popular. Esto me lleva a señalar, desde mi postura ideológica, que en nada resulta

consecuente continuar anclando nuestras reivindicaciones en la lógica del

liberalismo burgués, el cual continua profundizando su opresión y explotación a los

pueblos de todo el mundo. La defensa y construcción de una democracia

universitaria, debe partir por la separación radical de la reproducción de las lógicas

de dominación imperante, de la visión delegataria del poder y de la ilusión

electoral de cambio, para confluir con el necesario y urgente cambio estructural de

la sociedad.

Así pues, y como idea primaria de la democracia universitaria, aun por construir,

se debe señalar que sin la organización permanente y activa del estudiantado en

ningún sentido existirá tal democracia. Es por ello que la tarea fundamental hoy

para los y las estudiantes, para los maestros y maestras, para los trabajadores y

trabajadores y en general para la comunidad academia, es la organización como

acción directa del ejercicio del poder.

En segundo lugar, pero profundamente ceñida a la organización se encuentra el

fortalecimiento de lo académico a través de la elaboración de propuestas que

8 Basta decir que esta lógica vertical y unidireccional, al interior de la universidad, responde en igual sentido que en el resto de la sociedad a la dominación y opresión de clase, y por tanto la construcción de una democracia universitaria se eleva en la praxis a la confrontación y lucha permite de las clases sociales en conflicto.

recojan todo el contenido ideológico y político del tipo de universidad que

deseamos construir. Lo cual en una primera instancia busca sumar las fuerzas y

claridades suficientes para emprender una confrontación de ideas y propuestas

con la clara perspectiva de mandatar. Este último elemento, es la piedra angular

de nuestra idea de democracia (democratización), en tanto que resume y

condensa en el, la organización, la elaboración de propuestas e ideas y la

construcción contra-hegemónica de la democracia avanzada, como propuesta de

construcción para el estudiantado.

En tercer lugar y como elemento constante, permanente y continuado, cuya

ejecución debe encontrarse de principio a “fin” encontramos la formación, en clave

de politización. Resulta imposible pensar en una idea de democracia

(democratización) sin tener en cuenta su carácter político y por tanto la formación

contante en el campo de la política por parte de los sujetos que pretendemos

pasar del plano contemplativo a la acción transformadora. Esta politización

también se enmarca en un conocimiento profundo de las realidades que

comprenden la Universidad, como escenario en el cual se gesta el florecimiento de

la más clara conciencia de una época, y por ende las realidades de toda la

sociedad. Así pues no solo se piensa en una democracia “institucional” restringida

a un territorio parcial (campus universitario) sino en la proyección de esta en el

campo de lo social.

Bajo estos tres elementos, considero se puede iniciar un largo y profundo debate

sobre la democracia universitaria, hoy tan en baca de todos y tan en práctica de

nadie. Vale la pena resaltar que estos elementos no se presentan de manera

silvestre o se construyen de la noche a la mañana, sino que son producto del

trabajo contante por parte de todos y cada uno que hacemos parte de la

Universidad y por tanto merecen de la paciencia, esfuerzo, sacrificio y abnegación

de implica iniciar un largo proceso transformador.

4. NUESTRA HOJA DE RUTA; LOS CONSEJOS ESTUDIANTILES

A manera de conclusión y como elemento propuesta para el inicio de este largo

camino por la construcción de la democracia, me permite señalar algunos

aspectos de la ya reconocida propuesta de construcción de los Consejos

Estudiantiles Universitarios, sobre los cuales, vale decir, no existe un recetario

para su puesta en marcha, pero que a medida que logramos concretar y

materializar esta idea, de seguro existirá un horizonte menos incierto hacia la

democratización de nuestra Alma Mater.

En conexión con los tres elementos señalados en el primer acápite, y a la idea de

democracia que se ha intentado desarrollar, se ponen en consideración de los y

las estudiantes, la construcción de los CEU como hoja de ruta para la organización

estudiantil de base, como forma de discusión y definición de iniciativas surgidas

desde la base. En este sentido, como condiciones fundamentales para la

construcción de los CEU se presenta la amplitud, la participación, la discusión, la

definición, el consenso y la unidad estudiantil de base. La dinámica y permanencia

de los CEU, se enmarca en la lógica de la “movilización consiente” lo cual los

convierte en acciones prácticas para la consecución de objetivos claros definidos y

construidos de manera colectiva por el estudiantado. Así pues quisiera señalara

algunos aportes que pueden ser funcionales a la hora de pensarnos la

construcción de escenarios:

- En primer lugar, se debe señalara que los CEU, no pueden ser concebidos

en ningún sentido como aparatos de representación o delegación de

funciones, sino como escenarios colectivos propicios para la discusión,

construcción y puesta en marcha de iniciativas surgidas desde el

estudiantado.

- La emergencia y creación de los CEU, parte desde un arduo trabajo

académico a través del cual tienen voz, participación, decisión, definición y

acción permanente los y las estudiantes. De esta manera, como propuesta

se plantea que exista un comité de estudiantes (sería maravilloso si todos

entraran en el) que inicie la elaboración de un agenda académica que

construya espacios accedimos de discusión (como este) a los cuales se les

suma el ingrediente de decisión y definición de iniciativas en torno a

determinado tema. En este sentido, son los estudiantes quienes crean y

dan vida al espacio, esperando que cada semestre elabore propuestas que

serán sustentadas en el espacio académico para ser debatidas y

consensuadas para su ejecución. Así se puede señalar que es autonomía

de los semestres definir como participaran en el espacio.

- La definición de vocerías o interlocutores con la administración

(principalmente) está sujeta al debate dentro de los espacios convocados y

no es un determinante del espacio. Lo que se busca es la participación

activa de cada semestre, con la elaboración de propuestas y el debate de

las mismas.

- En busca de legitimidad y participación, la sus tención de propuestas está

sujeta a las definiciones del semestre, en este sentido todo estudiante que

participe dentro del espacio debe tener aval de su semestre (esto no

significa en ningún sentido que represente en su totalidad al semestre) y

cada semestre tendrá la posibilidad de presentar diferentes propuestas para

la discusión, ampliando así la posibilidad y capacidad de participación de

los estudiantes.

- El comité, hace las veces de adelantar elementos de orden logístico y

colaborara con la organización de los elementos necesarios para el

desarrollo de los espacios, por lo cual no podrá ajustar elementos de tipo

programático que no sean definidos en los espacios académicos

desarrollados.

- La intención de los espacios académicos, es poner un orden en la

discusión, mas no restringir a la lógica de expositores y auditorio, puesto

que lo que se presenta en este son iniciativas y propuestas surgidas desde

cada uno de los semestres. No se trata de buscar grande expositores sobre

un tema, aunque pueden ser invitados, sino de poner en circulación el

debate desde los estudiantes partiendo desde cada semestre.

- Las determinaciones de los espacios académicos, pueden ser tomadas

como declaraciones políticas, en tanto que su contenido lo determine y

deben avanzar, con el tiempo, de ser espacios restringidos al activismo,

para consolidar escenarios de construcción real en el corto, mediano y largo

plazo.

- Los CEU deben lograr acumular la mayor participación posible por parte de

los estudiantes de la escuela, al tiempo que deberán configurarse como

escenarios para la interlocución con la administración. Tanto de la

participación activa del estudiantado, como de la capacidad de interlocución

dependerá el efectivo accionar del CEU.

Lo anterior, solo son algunas ideas que buscan orientar la idea, aun en

construcción, de los CEU y por tanto se pone de presente que la dinámica de

estos no está sujeta a una forma única de su desarrollo, por el contrario la

existencia de estos dependerá en todo momento de las formas de organización

más convenientes de acuerdo a las realidades de cada Escuela o Facultad,

siempre y cuando cumplan con las condiciones de amplitud, participación,

discusión, definición, consenso y unidad estudiantil de base.