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47 Ciencias Psicológicas 2007; I (1): 47-69 © Prensa Médica Latinoamericana 2007 - ISSN 1688-4094 EL ROL DE LA PERSONALIDAD EN LA RELACIÓN ENTRE FRUSTRACIÓN - ESTRÉS Y DIVERSAS REACCIONES AFECTIVAS: RESULTADOS DE UNA INVESTIGACIÓN THE ROLE OF PERSONALITY IN THE RELATIONSHIP BETWEEN STRESS - FRUSTRATION AND DIVERSE AFFECTIVE REACTIONS: RESEARCH RESULTS Soledad Cordero Universidad Católica del Uruguay Resumen: En el presente artículo se presenta una investigación, cuyo objetivo fue estudiar y comparar la función mediadora de catorce estilos de personalidad en la relación entre el estrés y/o la frustración y el desarrollo de diversas reacciones afectivas. Se utilizaron dos muestras clínicas (n = 260) de pacientes adultos, con diversos síndromes clínicos (Eje I), asistidos ambulatoriamente en Alemania. El encuadre teórico de la investigación fue la Teoría de las Interacciones de los Sistemas de la Personalidad 1 , desarrollada por Julius Kuhl (Ale- mania). Los resultados obtenidos sugieren que los estilos de personalidad más vulnerables a desarrollar emociones negativas tras una frustración o bajo estrés son el estilo pasivo (depre- sivo 2 ) y el impulsivo (borderline). Palabras claves: Estilos de personalidad, frustración, estrés, disposiciones afectiva, Teoría PSI Abstract: The aim of the study was to investigate the mediation role of fourteen personality styles in the relationship between stress and/or frustration and the development of a variety of affective reactions. We used two clinical samples (n=260) of adult outpatients with diverse clinical syndromes (Axis I). The theoretical framework was Kuhl´s Personality Systems Interaction Theory (Germany). The results suggest that the personality styles that are more vulnerable to develop negative emotions – in a state of frustration or under stress – are the passive (depressive) and the impulsive (borderline) personality styles. Key words: personality styles, frustration, stress, affective reactions, PSI Theory INTRODUCCIÓN El presente trabajo tiene como objetivo ex- plorar la influencia de las variables situacionales (frustración y estrés) y de diferentes estilos de personalidad (EP) 3 sobre una variedad de reacciones afectivas (afecto negativo y su inhi- bición, afecto positivo y su inhibición). Se parte de la base que tanto la frustración de las nece- sidades sociales (necesidad de logro, de afilia- ción y de poder), así como distintos tipo de even- tos estresantes, pueden aumentar el riesgo de desarrollar emociones negativas (Emmons, 1986; Brunstein, 2001, Holmes & Rahe, 1967; Scully, Tosi & Banning, 2000). Además se parte de la premisa de que el impacto de la frustra- ción de las necesidades básicas y del estrés sobre el individuo está influido por el estilo de personalidad. En relación con este punto existe un gran número de investigaciones que han explorado diversas variables aisladas de la per- sonalidad que podrían actuar como 1 Teoría PSI por sus siglas en alemán (Persönlichkeits-System-InteraktionsTheorie) 2 Entre paréntesis los trastornos de personalidad a los que corresponden cada estilo de personalidad mencionado. 3 Para facilitar la lectura se utiliza la abreviación EP para los estilos de personalidad. Esta investigación forma parte de una Tesis de doctorado, realizada en el Departamento de Psicologìa Diferencial e Investigación de la Personalidad de la Universidad de Osnabrück, financiada por el Servicio Alemàn de Intercam- bio Estudiantil (DAAD). Correspondencia: Prof. Dra. Soledad Cordero, Facultad de Psicologìa, Universidad Catòlica del Uruguay: e-mail: [email protected]

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47Ciencias Psicológicas 2007; I (1): 47-69 © Prensa Médica Latinoamericana 2007 - ISSN 1688-4094

EL ROL DE LA PERSONALIDAD EN LA RELACIÓN ENTRE

FRUSTRACIÓN - ESTRÉS Y DIVERSAS REACCIONES

AFECTIVAS: RESULTADOS DE UNA INVESTIGACIÓN

THE ROLE OF PERSONALITY IN THE RELATIONSHIP BETWEENSTRESS - FRUSTRATION AND DIVERSE AFFECTIVE REACTIONS:

RESEARCH RESULTS

Soledad Cordero

Universidad Católica del Uruguay

Resumen: En el presente artículo se presenta una investigación, cuyo objetivo fue estudiary comparar la función mediadora de catorce estilos de personalidad en la relación entre elestrés y/o la frustración y el desarrollo de diversas reacciones afectivas. Se utilizaron dosmuestras clínicas (n = 260) de pacientes adultos, con diversos síndromes clínicos (Eje I),asistidos ambulatoriamente en Alemania. El encuadre teórico de la investigación fue la Teoríade las Interacciones de los Sistemas de la Personalidad

1, desarrollada por Julius Kuhl (Ale-mania). Los resultados obtenidos sugieren que los estilos de personalidad más vulnerables adesarrollar emociones negativas tras una frustración o bajo estrés son el estilo pasivo (depre-sivo

2) y el impulsivo (borderline).

Palabras claves: Estilos de personalidad, frustración, estrés, disposiciones afectiva,Teoría PSI

Abstract: The aim of the study was to investigate the mediation role of fourteen personalitystyles in the relationship between stress and/or frustration and the development of a variety ofaffective reactions. We used two clinical samples (n=260) of adult outpatients with diverseclinical syndromes (Axis I). The theoretical framework was Kuhl´s Personality SystemsInteraction Theory (Germany). The results suggest that the personality styles that are morevulnerable to develop negative emotions – in a state of frustration or under stress – are thepassive (depressive) and the impulsive (borderline) personality styles.

Key words: personality styles, frustration, stress, affective reactions, PSI Theory

INTRODUCCIÓN

El presente trabajo tiene como objetivo ex-plorar la influencia de las variables situacionales(frustración y estrés) y de diferentes estilos depersonalidad (EP)3 sobre una variedad dereacciones afectivas (afecto negativo y su inhi-bición, afecto positivo y su inhibición). Se partede la base que tanto la frustración de las nece-sidades sociales (necesidad de logro, de afilia-ción y de poder), así como distintos tipo de even-

tos estresantes, pueden aumentar el riesgo dedesarrollar emociones negativas (Emmons,1986; Brunstein, 2001, Holmes & Rahe, 1967;Scully, Tosi & Banning, 2000). Además se partede la premisa de que el impacto de la frustra-ción de las necesidades básicas y del estréssobre el individuo está influido por el estilo depersonalidad. En relación con este punto existeun gran número de investigaciones que hanexplorado diversas variables aisladas de la per-sonalidad que podrían actuar como

1 Teoría PSI por sus siglas en alemán (Persönlichkeits-System-InteraktionsTheorie)2 Entre paréntesis los trastornos de personalidad a los que corresponden cada estilo de personalidad mencionado.3 Para facilitar la lectura se utiliza la abreviación EP para los estilos de personalidad.

Esta investigación forma parte de una Tesis de doctorado, realizada en el Departamento de Psicologìa Diferenciale Investigación de la Personalidad de la Universidad de Osnabrück, financiada por el Servicio Alemàn de Intercam-bio Estudiantil (DAAD).Correspondencia: Prof. Dra. Soledad Cordero, Facultad de Psicologìa, Universidad Catòlica del Uruguay:e-mail: [email protected]

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moduladoras o reductoras del estrés. El objeti-vo de dichas investigaciones ha sido compren-der y explicar qué es lo que distingue a las per-sonas que afrontan eficientemente las adversi-dades y mantienen un buen ajuste psicológicode las que no lo consiguen (Ramírez Maestre,Esteve y López, 2001). Dentro de las variablesde personalidad estudiadas se encuentran laautoestima, autoeficacia, optimismo y locus decontrol, personalidad robusta (Kosaba, 1979),sentido de coherencia (Antonosvsky, 1979), ilu-siones positivas (Taylor, 1991) o personalidadresistente (Major, Richards, Cooper, Cozzarelliy Zubek, 1998) (Ramírez Maestre et al., 2001).Existen además un gran número de estudioscon el modelo de los cinco factores, que seña-lan al neuroticismo como el predictor más po-tente del afecto negativo.

Lo cierto es que cada vez han ido surgiendoposiciones más cercanas a la concepción de lapersonalidad como mediadora de la relaciónentre estrés y bienestar personal (SánchezCánovas y Sánchez López, 1994)

El trabajo presentado en este artículo se cen-tra específicamente en el examen de hipótesis demediación: ¿qué estilos de personalidad son másvulnerables a desarrollar estados emocionalesnegativos cuando se encuentran bajo estrés o trasuna frustración? La función mediadora represen-ta según Baron y Kenny (1986) “el mecanismogenerador a través del cual la variable indepen-diente es capaz de influir en las variables depen-dientes de interés”. Se comparan las funcionesmediadoras de catorce EP (entendidos, en basea un modelo dimensional, como variantes norma-les de los trastornos de personalidad del DSM-IV)en la relación entre frustración/estrés y una varie-dad de reacciones afectivas. Adicionalmente seevaluó el posible rol mediacional de la interacciónentre los estilos de personalidad y algunas varia-bles de autorregulación (Orientación al estado;Kuhl, 1983).

Si bien hay trabajos en los cuales se analizala relación entre algunas de las variables a estu-diar, no se encuentran investigaciones que rela-cionen todas las variables consideradas en elpresente trabajo, por lo que se lo concibió comoun estudio de tipo exploratorio. Esta investiga-ción forma parte de un trabajo más extenso en elcual se examinó además el rol de los EP para eldesarrollo de un amplio espectro de síntomasclínicos (Eje I) (Cordero, 2005, 2007).

El encuadre teórico de la investigación es laTeoría de las Interacciones de los Sistemas de

la Personalidad (Teoría PSI), que fue desarro-llada por el Prof. Dr. Julius Kuhl (Director delDepartamento de Psicología Diferencial e Inves-tigación en Personalidad, Universidad deOsnabrück, Alemania). Los trabajos iniciales deKuhl se plasmaron en la Teoría del control de laacción (1983), cuyo objetivo es el estudio de losprincipales problemas volitivos (inicio de la ac-ción, persistencia y superación de obstáculos).La teoría PSI (Kuhl, 1998, 2000a, 2001) es unaampliación de la Teoría del Control de la Ac-ción, en la cual, se elabora de manera más de-tallada el concepto del “self” (en español: el yo,no obstante, en este trabajo se utilizará el tér-mino en inglés), y su rol dentro del Control de laAcción. La teoría aborda además otras temáti-cas, dentro de las cuales se encuentran los tras-tornos de la personalidad. A continuación sedescriben las premisas básicas y conceptos másrelevantes de dicha teoría.

MARCO TEÓRICO: LA TEORÍA DE LAS

INTERACCIONES DE LOS SISTEMAS

DE LA PERSONALIDAD

La teoría PSI es un enfoque sistémico y ana-lítico funcional que explica la personalidad a tra-vés de la interacción entre diversos sistemaspsíquicos. Dentro de sus características másdestacables se encuentran: el carácter integrativo(toma conceptos y aportes de la psicología de lapersonalidad, de la motivación, las cienciascognitivas neurológicas y la psicología clínica),el análisis del interjuego entre emoción y cogni-ción, y el apoyo empírico del modelo.

La teoría PSI gira en torno a tres premisasbásicas (Kuhl, 2001): a) la personalidad se basaen disposiciones afectivas; 2) la motivación de-pende del tipo de respuesta afectiva; 3) la per-sonalidad es una configuración de sistemas.

La primera premisa considera que la combi-nación de afectos positivo y negativo ayuda aexplicar fenómenos que tienen que ver con lapersonalidad y sus diferentes estilos. Autorescomo Eysenck (1990) y Gray (1987) han rela-cionado las diferencias de la personalidad conla sensibilidad hacia los afectos positivo y ne-gativo. Gran cantidad de hallazgos de la psico-logía del desarrollo y de la personalidad sugie-ren que existen diferencias individuales en lasensibilidad a los afectos positivo y negativo, lascuales son en parte genéticas y en parte debi-das a las experiencias de la primera infancia(Kuhl, 2001).

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Cabe aclarar en este punto que Kuhl (2001)utiliza el concepto de afecto haciendo referenciamás a sus características funcionales (ej. inhibi-ción o facilitación de la conducta) que a las vi-vencias que implica. Por disposición afectiva seentiende la tendencia a presentar más frecuen-temente una determinada emoción (y a sentirlade forma más duradera). Por otra parte la emo-ción hace referencia a un concepto general queincluye dentro de sí una serie de subcategoríastales como sentimientos y estados de ánimo(emociones de más larga duración).

La segunda premisa considera que las nece-sidades humanas y la forma en que se llevan acabo las metas se relacionan directamente conlos motivos sociales (Murray, 1943) y sobre todo,con los motivos de afiliación, de logro y de poder.

La tercera premisa considera que la perso-nalidad es el resultado de la interacción dinámi-ca (más o menos estable) entre diferentes nive-les o sistemas. La teoría PSI postula siete nive-les de funcionamiento de la personalidad: (1)operaciones cognitivas elementales (identifica-ción de objetos y control del comportamiento in-tuitivo); (2) temperamento (activación motora y“arousal” sensorial); (3) afectos positivo y negati-vo; (4) enfrentamiento “coping” emocional (mo-dos regresivo y progresivo); (5) motivos (basa-dos en el conocimiento autobiográfico sobrecómo satisfacer las necesidades de afiliación,poder, logro en diversos contextos); (6) opera-ciones cognitivas de orden superior (pensamientoanalítico y planificación intencional vs. procesa-miento holístico y experiencia autobiográfica); y(7) autorregulación - autocontrol centrado en lasmetas vs. autorregulación creativa (Kuhl, 2001).

Los estilos y trastornos de la personali-dad según la teoría PSI

La teoría PSI propone un modelo dimensio-nal de los estilos de personalidad, en el cual, encontraste con el modelo categorial (orientadohacia la presencia o ausencia de un trastorno),las características de personalidad son enten-didas como dentro de un continuo que va de lanormalidad a la anormalidad. Los trastornos dela personalidad son vistos como formas extre-mas de estilos de personalidad adaptativos(Kuhl, 2001). De esto se deriva, que es la “in-tensidad” del estilo y no la “cualidad”, lo que pro-voca problemas. Esta concepción de los estilosy trastornos de la personalidad dentro de uncontinuo es sostenida por otros autores como

Millon (1985), Schmitz y cols. (2001) y Oldham(1990).

Los estilos y trastornos se entienden en lateoría PSI como variantes estables vs. crónicasde configuraciones de sistemas (patrones deinteracción entre los diferentes sistemas de lapersonalidad). Estas configuraciones son másque la suma de las características de cadasubsistema.

La teoría diferencia catorce estilos y trastor-nos de la personalidad, que se correspondesustancialmente con la clasificación de los tras-tornos de personalidad del DSM-IV (1994), aexcepción de dos de ellos que no se encuen-tran dentro de dicho manual (el estilo volunta-rioso/trastorno altruista de la personalidad y elestilo optimista/trastorno rapsódico de la perso-nalidad). Una descripción de estos dos EP seencuentra en Cordero (2007).

Los estilos y trastornos de personalidad sonexplicados a través de patrones de interacciónentre disposiciones afectivas y cognitivas.

En lo que respecta a las disposicionesafectivas, a cada trastorno de la personalidadse le asigna una combinación específica de dis-posiciones altas, medias o bajas hacia el afec-to negativo y positivo. Por ejemplo el trastornoevitativo de la personalidad se caracteriza deacuerdo a la teoría PSI por una combinaciónde una alta sensibilidad para el afecto negati-vo y una baja sensibilidad para el afecto positi-vo [A - & A (+)]. La tabla 1 resume las combi-naciones planteadas por la teoría PSI para cadaestilo de personalidad y su correspondientetrastorno (Kuhl, 2000a, 2001; Kuhl & Kazén,1997).

Un supuesto importante de la teoría es quelas disposiciones afectivas no describen el es-tado de ánimo básico, sino formas de reaccio-nar frente al estrés y las demandas de la vidacotidiana. Las distintas disposiciones afectivaspredestinan a diferentes formas de afrontar lasemociones (Kuhl, 2001).

En cuanto a las disposiciones cognitivas seproponen cuatro sistemas cognitivos hipotéticos(denominados macrosistemas cognitivos): lamemoria de extensión (ME), la memoria de in-tención (MI), el sistema de control intuitivo de laconducta (CIC) y el sistema de identificación deobjetos (IO). Cada uno de ellos se correspondecon las formas de procesar la información plan-teadas por Jung (1936/1990): el pensamientose corresponde con la MI, el sentimiento con la

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ME, la intuición con el CIC y la sensación con elIO. Kuhl desarrolla además las basesneuroanatómicas de los estilos cognitivos pro-puestos por Jung. La tabla 2 resume las carac-terísticas principales de cada uno de losmacrosistemas cognitivos, que se apoyan eninvestigaciones experimentales (Kuhl, 1998) yen conocimientos aportados por las cienciascognitivas y las neurociencias. Para una des-cripción más detallada de cada macrosistemacognitivo ver Cordero (2007).

Los macrosistemas cognitivos cumplen fun-ciones relevantes para la personalidad y se aso-cian con procesos específicos de autogobierno(Kuhl, 1998). La ME es descrita como la basecognitiva del “self” (la autopercepción de sí mis-mo, las representaciones implícitas sobre laspropias necesidades, valores, afectos y even-tos de vida). El comportamiento guiado por laME (self) se caracteriza por la autodetermina-ción (autocongruencia), el apoyo emocional(automotivación), la creatividad y la flexibilidad

Tabla 1. Hipótesis de la teoría PSI sobre las disposiciones cognitivas (los macrosistemas y sus respec-tivas formas de procesar la información) dominantes y subordinadas para cada uno de los trastornosde la personalidad y sobre la sensibilidad de hacia el afecto positivo y negativo. Los estilos que apare-cen en esta tabla son los que mide el Inventario de estilos y trastornos de la personalidad (PSSI).

Nota: P (pensamiento, MI), S (sentimiento; ME), I (intuición, CIC), SS (sensación, IO)Las sensibilidades hacia los afectos se describen con los siguientes símbolos:A +: fuerte sensibilidad hacia el afecto positivo; A {+}: sensibilidad media hacia el afecto positivo; A (+): bajasensibilidad hacia el afecto positivo (tendencia a inhibir el afecto positivo); A-: fuerte sensibilidad hacia elafecto negativo; A {-}: sensibilidad media hacia el afecto negativo; A (-): baja sensibilidad hacia el afectonegativo (tendencia a inhibir el afecto negativo).

en la resolución de problemas.La teoría postula un antagonismo entre el

primer par de macrosistemas cognitivos (MI yCCI), los cuales regulan la ejecución real delas metas propuestas y el segundo par de sis-temas (ME e IO) que tienen como propósitoregular el aprendizaje, desarrollo y cambio dela personalidad a través de la integración de laexperiencia.

Las características de cada uno de losmacrosistemas cognitivos se aplican a la inter-pretación de los distintos estilos y trastornos dela personalidad. De acuerdo a la funcióncognitiva predominante una persona puede sermás intuitiva, más perceptiva (o sensitiva), mássentimental, o más racional. Los estilos de per-sonalidad se caracterizan por la relativa domi-nancia de uno o más sistemas cognitivos (y sucorrespondiente forma de procesar la informa-ción), mientras que en los trastornos de perso-nalidad dominan crónicamente ciertas disposi-ciones cognitivas (ver Tabla 1).

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Hipótesis de modulación afectiva

En la teoría PSI se analiza la influencia delos afectos sobre los procesos cognitivos y elprocesamiento de la información. Específica-mente se postulan una serie de hipótesis acer-ca de la forma en que los afectos positivos ynegativos modulan la activación de los sistemascognitivos y su comunicación (Kuhl, 2000a,2001). A continuación se describen brevemen-te las dos hipótesis más importantes de modu-lación afectiva propuestas en la teoría PSI.

1era hipótesis de modulación afectiva:Describe los efectos del afecto positivo y su in-hibición sobre la relación entre la memoria deintención (MI) y el sistema de control intuitivode la conducta (CIC): el afecto positivo [A+] ayu-da a convertir las intenciones explicitas en ac-ciones, mientras que la inhibición del afecto po-

sitivo [A (+)] acentúa la influencia del pensamien-to analítico y la planificación (MI), facilitando elmantenimiento cognitivo de las intenciones enla MI. Este proceso es adaptativo cuando esnecesario resolver un problema o es necesarioesperar para llevar a cabo una meta. Posterior-mente cuando un estímulo positivo es genera-do externa o internamente (automotivación), lainhibición del afecto positivo es abolida y se lle-van a cabo las intenciones a través de la activa-ción del CIC. En otras palabras la primera mo-dulación afectiva describe como el afecto posi-tivo [A +] atenúa o inhibe la influencia del pen-samiento analítico y la planificación (MI) e in-tensifica la conducta intuitiva (CIC) y como lainhibición del afecto positivo [A (+)] tiene un efec-to inverso.

2da hipótesis de modulación afectiva:Describe los efectos del afecto negativo y su

Tabla 2. Características de los cuatro macrosistemas cognitivos propuestos en la teoría PSI (Kuhl, 2001)

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inhibición sobre la relación entre el self (ME) yel sistema de percepción de discrepancias (IO).El afecto negativo [A -] inhibe la influencia de laME (y por lo tanto también de las representa-ciones integradas del self) sobre las acciones ypercepciones de la persona e intensifica la in-fluencia del sistema de percepción de discre-pancias (IO), poniendo de relieve todo aquelloque se desvía de las expectativas del sujeto. Lainhibición del self dificulta la percepción globalde las situaciones así como la utilización de lasfunciones creativas en la resolución de proble-mas. Cuando la percepción de sí mismo se blo-quea (inhibición del self) la persona se vealienada de sus propios sentimientos y prefe-rencias, pudiendo confundir los deseos y expec-tativas ajenas con las propias (Kuhl & Kazén,1994). Inversamente la regulación del afectonegativo [A (-)] estimula el acceso al self e inhibeel IO, permitiendo que las nuevas percepcionessean integradas en el self. Por otra parte la ac-tivación del self tiene un rol importante en laautorregulación del afecto, como lo demuestrandiversas investigaciones (Koole & Jostmann,2003; Linville, 1987; Showers & Kling, 1996).

Las hipótesis de modulación afectiva permi-ten deducir, en base a las disposicionesafectivas de una persona, sus sistemascognitivos dominantes o subordinados. Así porejemplo una fuerte disposición a reaccionar conafecto positivo (ej. en el trastorno histriónico dela personalidad) se relaciona con un debilita-miento del pensamiento analítico (MI) y un pre-dominio del sistema de control intuitivo de laconducta (CIC). La sensibilidad para el afectonegativo (ej. en el trastorno evitativo de la per-sonalidad) debilita la percepción global de lassituaciones, que es proporcionada por la me-moria de extensión (y el self), y estimula el sis-tema de identificación de discrepancias (tenden-cia a focalizarse en sensaciones conflictivas eincongruentes, y en aspectos aislados, como porejemplo la mirada crítica de otra persona).

El modelo de la estrella de los estilosy trastornos de la personalidad

Sobre la base de la teoría PSI se desarrollo elmodelo de la estrella (Fig. 1) de los estilos y tras-tornos de la personalidad (Kuhl, 2001; Kuhl &Kazén, 1997). El mismo muestra una „proyec-ción” de los estilos y los trastornos de la perso-nalidad propuestos en la teoría PSI sobre las dosdimensiones motivacionales básicas, es decir

sobre la relativa manifestación de la activaciónde los sistemas de recompensa y castigo y suscorrespondientes afectos negativos y positivos.El modelo de la estrella muestra las diferentescombinaciones posibles (“configuraciones de sis-temas”) derivadas de la manifestación de losafectos positivos y negativos. La disposición delos estilos y trastornos en el modelo de la estrellatiene el estatus de hipótesis, de ahí que se hablede un modelo y no de una teoría.

En el eje horizontal de la estrella se encuen-tran las dimensiones del afecto positivo (a la iz-quierda las disposiciones bajas [A (+)], a la de-recha las disposiciones fuertes [A+]) y en el ver-tical las del afecto negativo (arriba las disposi-ciones bajas [A (-)], abajo las disposiciones fuer-tes [A-]). Las dos dimensiones afectivas se en-cuentran dispuestas en forma ortogonal, ya queson concebidas como dimensiones separadas,que pueden variar en forma independiente. Es-tudios previos sugieren que el afecto positivo ynegativo son dimensiones independientes(Watson y Tellegen, 1985).

Cada punta de la estrella se corresponde conuna determinada configuración de sistemas (yde esa forma con un estilo de personalidad),que se caracteriza por un patrón específico deinteracción de las funciones cognitivas yafectivas. El medio de la estrella no se corres-ponde con ningún estilo, sino con la capacidadpara moverse en forma flexible dentro de lasocho configuraciones de sistemas (puntas dela estrella). Una persona con una personalidadflexible puede „moverse” en diversas direccio-nes a partir del centro de la estrella. En el me-dio de la estrella se encuentran las configura-ciones de sistemas que son concebidas comode corta duración, como estrategias de resolu-ción de problemas, que pueden estabilizarse origidizarse a medida que se alejan del medio dela estrella. El modelo de la estrella simboliza deeste modo la concepción dimensional de losestilos y trastornos de la personalidad. Los esti-los de personalidad se transforman, según lateoría, en trastornos, cuando se produce una“fijación” en una determinada configuración desistemas. En términos del modelo de la estrellaesto significa que una persona se encuentra enuna punta de la estrella y le es muy difícil “mo-verse” de ella, a pesar de que una situación asílo requiera. Las posibilidades de acción estánen ese caso limitadas. Así, por ejemplo, unapersona esquizoide no podrá manejar su estiloanalítico, aún cuando se encuentre en una si-

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tuación que requiera un intercambio emocionaly cercanía afectiva.

El polo de afecto positivo [A +] de la estrellaestá representado por el trastorno histriónico dela personalidad. Dentro de este polo se encuen-tran también los tipos “optimista-rapsódico” y“ambicioso/narcisista”. Todos estos estilos tie-nen en común el estar relacionados con unafuerte sensibilidad para el afecto positivo, lo quede acuerdo a la 1era modulación afectiva con-duce a una conducta que va desde la esponta-neidad a la impulsividad. Al final de este polo [A(+)] se ubican los estilos que están relaciona-dos con una baja sensibilidad para el afectopositivo (inhibición del afecto positivo), lo quede acuerdo a la 1era modulación afectiva pue-de llevar a una actitud reflexiva y a una pasivi-dad depresiva (en este último caso si hay unadisposición extrema hacia la inhibición del afec-to positivo).

En el polo de afecto negativo [A -] se en-cuentran estilos que se caracterizan por una bajaseguridad en sí mismos y una tendencia a re-accionar con temor y ansiedad. Son estilos con

una alta sensibilidad para el afecto negativo, loque de acuerdo a la 2da modulación afectivaconduce a dificultades en el acceso al self. Es-tos EP pueden mostrar una fuerte capacidadde acción, pero esta siempre esta orientada ala realización de las metas ajenas. Aquí se en-cuentran ubicados trastornos tales como elevitativo y el dependiente. El extremo opuestode este polo [A (-)] se caracteriza por el contra-rio por la fuerte autonomía y autodeterminación.Aquí se encuentran trastornos tales como elantisocial, narcisista, paranoide y negativista,que comparten una fuerte tendencia a inhibir elafecto negativo. Dentro del modelo de la estre-lla se encuentran también los denominados “es-tilos mezclados”, que se ubican en una posi-ción intermedia (ej. negativista) y que se carac-terizan por la combinación de una baja sensibi-lidad para el afecto positivo y para el afecto ne-gativo [A (+) & A (-)].

En suma, la teoría PSI postula que cada es-tilo y trastorno se vincula con un patrón especí-fico de interacción entre las disposicionesafectivas (sensibilidad para el afecto positivo y

Fig. 1. El modelo STAR (estrella) de los estilos (circulo interno) y de los trastornos de la personalidad (circuloexterno).Nota: Autopercepción de sí mismo se refiere al self y la memoria de extensión (ME, sentir), acción intuitiva conel sistema de control intuitivo de la conducta (CIC, intuir), pensamiento y planeación con la memoria de inten-ción (MI, pensar) y sensación de discrepancias con el sistema de identificación de objetos (IO, sensación).

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negativo) y las disposiciones cognitivas (domi-nancia de alguno de los cuatro macrosistemascognitivos postulados en la teoría PSI y sus res-pectivas formas de procesar la información:pensar, sentir, intuir y percibir) (Kuhl, 1995).

Primera y segunda reacción afectivaLa teoría PSI se diferencia dos tipos de reac-

ciones afectivas. La primera se refiere a la dis-posición (alta, media o baja) que tiene una per-sona a reaccionar con afecto positivo o negativo.La segunda describe la capacidad deautorregulación afectiva, es decir la capacidadque tiene una persona para autorregular un es-tado afectivo específico una vez este lo ha inva-dido. Los EP son entendidos en términos de laprimera respuesta afectiva. Para la teoría la se-gunda reacción afectiva es más importante parael afrontamiento del estrés y de las emocionesnegativas que la primera: una fuerte sensibilidadal afecto negativo no conduce necesariamente aproblemas psíquicos, cuando este puede ser re-gulado en forma adecuada y rápida (Biebrich &Kuhl, 2002a). Una buena capacidad deautorregulación significa que la persona ha de-sarrollado la capacidad para regular por sí mis-mo los estados afectivos. Estas personas tienenun riesgo considerablemente más bajo de enfer-marse (Hautzinger, 1994). Por otro lado, una bajasensibilidad (por ejemplo en los extrovertidos) nosignifica siempre también estabilidad.

Esta afirmación ha sido comprobada empíri-camente. En una investigación de Biebrich y Kuhl(2002b), se observo que personas con una pun-tuación alta en la escala de neuroticismo podíanmanejar adecuadamente el afecto negativo cuan-do poseían además buenas capacidades deautorregulación y acceso al self (esto significaque podían confrontarse directamente con susemociones), mientras que en las personas conuna baja puntuación en neuroticismo el afectonegativo era regulado en mayor medida a travésde estrategias de evitación. Desde el punto devista teórico, estos hallazgos son explicados dela siguiente forma: la persona con una fuerte sen-sibilidad puede aprender siempre cosas nuevasdel mundo interno o externo, y a su vez – en elcaso de tener una buena autorregulación – pue-de afrontar adecuadamente las experiencias do-lorosas e integrarlas en el self, contribuyendo asía su desarrollo (Kuhl, 2001, Pág. 991). Se tratade un equilibro entre la sensibilidad para el afec-to negativo y la capacidad para afrontar activa-mente las experiencias dolorosas.

La autorregulación se relaciona con proce-sos como la capacidad de regulación de losafectos, las estrategias de afrontamiento, lacapacidad de resolución de problemas, elautocontrol, la capacidad para llevar a cabo laspropias metas a pesar de las dificultades inter-nas o externas (Kuhl, 1994), etc. Es especial-mente importante en los casos en que la sensi-bilidad para el afecto negativo es alta y/o la sen-sibilidad para el afecto positivo es baja.

Autorregulación: Orientación al estadoy orientación a la acción

Las diferencias individuales en la capacidadde autorregular los afectos bajo estrés son des-critas a través de los constructos de orientaciónal estado versus orientación a la acción. Laspersonas con una orientación al estado (OE)están predispuestas a experimentar, tras un fra-caso o tras vivencias aversivas, pensamientosindeseados y no controlables acerca de la si-tuación (preocupación) y a vacilar a la hora dellevar a cabo sus intenciones (Kuhl, 1994). Laspersonas con orientación a la acción (OA) sonen cambio capaces de liberarse de pensamien-tos indeseados acerca de la situación aversivay de llevar a cabo sus intenciones o metas deforma autogobernada (iniciativa).

La orientación a la acción es entendida comola capacidad para regular por sí mismo los afec-tos positivo y negativo (Kuhl & Beckmann, 1994).Las personas orientadas a la acción regulan susemociones (ej. miedo) por sí mismas, mientrasque las orientadas al estado presentan dificul-tades en este sentido.

A su vez dentro de cada una de las disposi-ciones (OE y OA) se diferencian dos subtiposde acuerdo a la capacidad de autorregulaciónafectiva:

a) Orientación a la acción tras un fracaso(OAF): es concebida como la capacidad parareducir (“downregulate”) por sí mismo el afectonegativo una vez que este ha aparecido(autorelajarse).

b) Orientación a la acción prospectiva (OAP):es concebida como la habilidad para autogenerar(“upregulate”) el afecto positivo con el fin de afron-tar dificultades (automotivarse), dado que el afec-to positivo tiene un efecto de facilitaciónconductual y volitiva (Kuhl & Kazén, 1999).

c) Orientación al estado prospectiva (OEP):se define como la dificultad para recuperar elafecto positivo perdido (por ej. debido a una si-

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tuación difícil o frustrante) sin el apoyo externo.Estas personas tienen dificultades paraautomotivarse y se caracterizan por presentarun déficit en la energía, que impide la puesta enpráctica de las intenciones.

d) Orientación al estado tras un fracaso (OEF):se define como la dificultad para regular el afec-to negativo (autorelajarse) sin apoyo externo.

Un gran número de investigaciones apoyanla conceptualización de la orientación al estadoversus orientación a la acción en términos de lahabilidad para autorregular el afecto (Brunstein,2001; Koole & Jostmann, 2003; Kuhl &Beckmann, 1994). Por ejemplo, Brunstein (2001)encontró una disociación entre la sensibilidadafectiva (neuroticismo) y la regulación afectiva(OAP y OAF) en estudiantes durante el transcur-so de un semestre. Mientras que el neuroticismocorrelacionaba de forma positiva y significativacon el afecto negativo al principio del semestre,la orientación a la acción tras un fracaso (OAF)se asociaba con una reducción significativa delafecto negativo durante el transcurso del semes-tre. De forma similar, la orientación a la acciónprospectiva (OAP) se asociaba significativamentecon un aumento del afecto positivo durante eltranscurso del semestre. Estos resultados sonconsistentes con la afirmación de Kuhl (2001) deque los constructos afectivos clásicos comoneuroticismo y extraversión miden la primera re-acción afectiva, mientras que los constructos deorientación al estado y a la acción se relacionancon la segunda reacción afectiva.

Una capacidad de adaptación óptima supo-ne la capacidad para controlar los estados emo-cionales de acuerdo a la situación. Las funcio-nes de autorregulación no dependen de acuer-do a la teoría PSI solamente de aspectosdisposicionales, sino también de las caracterís-ticas de la situación concreta, en especial delas situaciones estresantes con las que la per-sona debe confrontarse. En la teoría los acon-tecimientos estresantes son separados en: (1)acontecimientos de vida amenazantes (ej. peli-gros, experiencias dolorosas, situaciones impre-decibles, la incertidumbre) que se asocian con

un aumento del afecto negativo y requieren dela habilidad para regular el afecto negativo (OAF)y (2) acontecimientos de vida demandantes (ej.conflicto con las metas, tareas de gran dificul-tad y obstáculos) que se asocian con una dis-minución del afecto positivo y requieren de lahabilidad para recuperar el afecto positivo(OAP). Varios hallazgos apoyan la interacciónasumida entre OAF y acontecimientosamenazantes y entre OAP y acontecimientosdemandantes (Kuhl & Beckmann, 1994). En lainvestigación que se presenta a continuación semidieron ambos tipos de estresores.

En una investigación llevada a cabo porBaumann, Kaschel y Kuhl (2004) se examino elefecto de interacción entre la primera y segun-da reacción afectiva (estilos de personalidad ycompetencias de autorregulación). En concor-dancia con lo esperado, se encontraroninteracciones específicas entre un estilo de per-sonalidad y un tipo de orientación a la accióncon respecto al bienestar emocional y una va-riedad de síntomas psíquicos. Las personas conuna personalidad fuertemente esquizoide mos-traban un alto riesgo de desarrollar síntomascuando su capacidad para automotivarse eramuy débil (OEP) y las personas con una perso-nalidad fuertemente evitativa cuando su capa-cidad para autorelajarse era muy débil (OEF).En la teoría se plantea como hipótesis que losdéficit en la autorregulación juegan un papel fun-damental en el desarrollo de los trastorno de lapersonalidad, en otras palabras una fuerte dis-posición afectiva (estilos de personalidad) pue-de volverse patológica, cuando esta reducida lacapacidad de autorregulación de los sentimien-tos, pensamientos y acciones.

HIPÓTESIS

Fueron formuladas en el marco de la teoríaPSI. Se formularon las siguientes hipótesis ge-nerales: (1) Las disposiciones afectivas que deacuerdo a la teoría PSI subyacen a los EP influ-yen en que estos tengan o no una función me-diadora en las relaciones a explorar; (2) los EP

Tabla 3. Estadística descriptiva de la muestras

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con una alta sensibilidad para el afecto negativo(evitativo, obsesivo, esquizotípico, dependiente,borderline, depresivo y altruista) y/o una bajasensibilidad para el afecto positivo (paranoide,esquizoide, evitativo, negativista, dependiente ydepresivo) tendrán una función mediadora en lasrelaciones a explorar; (3) los EP con una bajasensibilidad para el afecto negativo y/o una altasensibilidad para el afecto positivo (antisocial,narcisista, rapsódico e histriónico) no tendrán unafunción mediadora o la tendrán en menor medi-da que los anteriores; (4) la función mediadorade cada uno los EP variará de acuerdo al predictor(frustración, demandas o presión) y (5) de acuer-do al tipo de afecto analizado. No se realizaronhipótesis respecto a cada uno de los estilos depersonalidad por separado.

MÉTODO

Muestra

Se utilizaron dos muestras clínicas (n total =260) de pacientes adultos con diversossíndromes clínicos (Eje I) asistidosambulatoriamente en varías clínicas en Alema-nia. Los criterios de exclusión para este estudiofueron los diagnósticos de esquizofrenia, psi-cosis actual o trastorno bipolar agudo.

Procedimiento e instrumentos de medida

Los participantes completaron los cuestiona-rios luego de la primera entrevista con el psi-quiatra, como parte de la evaluación general yantes de iniciar el tratamiento.

Todos los datos fueron recabados a travésde cuestionarios, los cuales corresponden a labatería de diagnóstico analítico-funcional de lapersonalidad (TOP 4, Autor: J. Kuhl y cols., Ale-mania). A continuación se describen las varia-bles introducidas en los análisis y los cuestio-narios a los que corresponden:

Estilos de personalidad: Fueron evaluadosa través del Inventario de estilos y trastornos dela personalidad (PSSI; Kuhl & Kazén, Alema-nia, 1997). Este inventario autoadministrado,está orientado según los criterios del DSM-IV ydel ICD-10 y mide, basándose en una concep-ción dimensional, estilos no patológicos (ver ta-bla 1) correspondientes a los diversos trastor-

nos de la personalidad clasificados en dichosmanuales. Consta de 140 ítems, que se orde-nan en 14 escalas. El sujeto debe valorar, a tra-vés de una escala de Likert de “nada” (0) a “to-talmente” (4), hasta que punto se aplican a supersona una serie de afirmaciones. Las esca-las del inventario han demostrado tener suficien-te consistencia interna en diversos estudios conpoblación clínica y no-clínica (Kuhl, 2001; Kuhl& Kazén, 1997).

Estrés: El estrés fue medido a través de dossubescalas (amenazas/presión y demandas), de4 ítems cada una de ellas, pertenecientes a laversión abreviada del Inventario de Autogobierno(SSI; Kuhl & Fuhrmann, 1998). El SSI mide lasdiversas competencias del autogobierno (ej.autorregulación, autocontrol) así como la inhibi-ción de dichas competencias bajo situacionesde estrés o frustración. Se compone de 48 ítems.El sujeto debe valorar hasta que punto se apli-can a su persona una serie de afirmaciones, enuna escala de Likert de “nada” (0) a “totalmen-te” (4). Un ejemplo de la variable demandas es:“Actualmente el trabajo (o el estudio) se me hacemuy pesado” y de la variable amenazas (o pre-sión): “Actualmente tengo que afrontar muchasexperiencias dolorosas en mi vida”.

Frustración de las necesidades sociales:Como medida global de la frustración se utilizouna escala del Test de Implementación de Mo-tivos (MUT; Kuhl, 1999). Este test mide las re-presentaciones concientes de las necesidadesde afiliación, logro y poder y la forma de suimplementación (intuitiva, con perspectiva, es-tratégica, pasiva). La escala utilizada evalúa laanticipación de resultados negativos e incluyeítems asociados con las tres necesidades so-ciales básicas (afiliación, logro y poder). Ejem-plos de ítems de esta escala son: „Cuando al-guien me rechaza, me siento como si estuvieraparalizado“ (motivo de afiliación), „Los fracasospor lo general me quitan completamente el áni-mo” (motivo de logro), “Frente a personas quese muestran muy seguras me siento frecuente-mente inferior” (motivo de poder).

Dimensiones afectivas: fueron medidas através del Inventario de Emociones Básicas(BEF-3). Este inventario autoadministrado con-siste en una lista de adjetivos que permiten me-dir la intensidad de 7 factores afectivos (incluyeítems de Watson, Clark, & Tellegen, 1988, y

4 La versión original del TOP fue desarrollada en alemán. Actualmente existen traducciones al español de losinventarios que la componen.

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descriptores afectivos adicionales). Se compo-ne de 21 ítems, que se ordenan en 7 subescalas,cada una de las cuales consta de 3 ítems que sevaloran en una escala de Likert de 0 (nada) a 3(completamente). Los sujetos reciben la siguienteinstrucción: “La mayoría de las veces me sien-to…”. Los 7 factores afectivos se encuentran or-denados en las siguientes categorías: (1) alegría(mide el afecto positivo); (2) tristeza (mide el afec-to negativo); (3) activación (motora, mide un tipopositivo de activación); (4) excitación (en inglés“arousal”, mide un tipo de activación sensorialnegativa); (5) desánimo/inhibición (mide la inhi-bición del afecto positivo); (6) serenidad (inhibi-ción del afecto negativo) e (7) irritación.

Autorregulación: La orientación a la accióny al estado (OA y OE) fue evaluada a través deun cuestionario denominado Cuestionario delControl de la Acción (HAKEMP-90; Kuhl, 1994).Este cuestionario contiene 2 escalas: 1) Orien-tación a la acción subsecuente al fracaso (OAF)y 2) Orientación a la acción prospectiva (OAP).Cada escala contiene 12 reactivos que descri-ben diferentes situaciones. Para cada situaciónexisten dos alternativas de respuesta, una deellas indica la orientación a la acción y la otra laorientación al estado. Un ejemplo de un ítem dela escala OAF: “Cuando me dicen que mi traba-jo ha sido completamente insatisfactorio: a) nodejo que eso me preocupe durante mucho tiem-po, o b) me deja paralizado”. La opción a reflejala OAF y la b la OEF. Un ejemplo de un ítem dela escala OAP: “Cuando sé que tengo que ter-minar algo pronto: a) Frecuentemente tengo que

obligarme para empezar, o b) Me resulta fácilponerme a hacerlo y terminarlo”. La opción arefleja la OEP y la b la OAP. El HAKEMP-90tiene suficiente confiabilidad (coeficientes Alfade Cronbach > .70) y una validez de constructoadecuado (Kuhl & Beckmann, 1994). La distin-ción teórica de los componentes de la escalade orientación a la acción en OAP y OAF fueronconfirmados a través de la estructura factorial(Dieffendorf, Hall, Lord, & Strean, 2000; Kuhl &Beckmann, 1994).

Análisis de los datos

Para el análisis estadístico de los datos seutilizó el programa informático SPSS 12.0. Pararesponder a las preguntas planteadas se exa-minaron varios modelos de mediación, a travésde análisis de regresión múltiple (siguiendo elprocedimiento recomendado por Baron y Kenny(1986) para los análisis de mediación).

Para que un modelo mediacional pueda con-siderarse válido deben cumplirse, de acuerdo aestos autores, los siguientes pasos: (1) La va-riable independiente o predictiva, debe tener unainfluencia directa (significativa) sobre la varia-ble dependiente o criterio (este paso correspon-de a la línea a de la Fig. 2); (2) Debe existir unarelación significativa entre la variable predictivay el mediador (línea b); (3) La influencia delmediador sobre la variable dependiente debeser significativa (línea c); (4) La influencia direc-ta del predictor sobre la variable dependientedebe dejar de ser significativa, cuando se con-

Fig. 2: Resumen de todas las variables introducidas en los modelos de mediación evaluados

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trola la influencia del mediador, es decir cuandose introduce el mediador en el análisis (línea d)y (5) el resultado del Test de Sobel (Sobel Test,1982, ver Baron & Kenny, 1986) para compro-bar el vinculo mediacional indirecto debe ser sig-nificativo.

Todas las variables fueron estandarizadasantes de realizar los cálculos. Dado que los afec-tos explorados pueden responder a diversascausas se contemplo a los EP como mediado-res parciales. Todos los análisis de regresiónse calcularon para cada una de las dos mues-tras por separado, con el objetivo de analizar elgrado en que los resultados de una muestra sereplicaban en la otra.

Cada una de las variables predictoras (frus-tración y los dos factores de estrés) se introdujopor separado en los análisis de regresión. Elmismo procedimiento se siguió con las varia-

bles mediadoras (cada uno de los estilos depersonalidad) y las variables dependientes (di-versas reacciones afectivas).

Adicionalmente se introdujo como variablemediadora la interacción de cada uno de los EPcon las escalas OAF y OAP invertidas (es decirorientación al estado tras un fracaso (OEF) yorientación al estado prospectiva (OEP). Estosanálisis se calcularon únicamente para la varia-ble frustración como predictora.

RESULTADOS

En primer lugar, y con el fin de analizar lascaracterísticas de ambas muestras, se compa-raron las diferencias de medias (por medio delestadístico T para muestras independientes)para todas las variables a explorar. Los análisisrealizados indican que las dos muestras se di-

Tabla 3. Comparación de las puntuaciones medias en las escalas del BEF-3

Tabla 4. Comparación de las puntuaciones medias en las escalas del Inventario de Estilos y Trastor-nos de la personalidad (PSSI)

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ferencian significativamente entre sí en las es-calas del BEF-3 (Tabla 3).

Los pacientes de la muestra 2 tienen una pun-tuación significativamente más alta en tristeza,desánimo y excitación que los pacientes de lamuestra 1 y una puntuación significativamentemás baja en serenidad, alegría y activación.

En la tabla 4 se muestran las medias de am-bas muestras en las subescalas del PSSI. Lospacientes de la muestra 2 tienen puntuacionessignificativamente más altas en las escalas re-servado/esquizoide, inseguro/evitativo y pasivo/depresivo que las personas de la muestra 1. Unadiferencia marginalmente significativa se obser-va en la escala impulsivo/borderline. No apare-cen diferencias significativas entre ambas mues-tras en el resto de las variables exploradas (frus-tración, demandas y amenazas).

Se utilizaron correlaciones de Pearson paraevaluar las relaciones entre todas las variablesanalizadas. Estos análisis se realizaron paracada una de las muestras por separado. Debi-do al gran número de correlaciones calculadasse describen a continuación los resultados másimportantes.

Muestra 1. En ambas muestras los índicesde correlación obtenidos indican que las tres va-riables predictoras (la frustración y los dos varia-bles de estrés) se asocian positiva ysignificativamente con las escalas tristeza, exci-tación, desánimo e irritabilidad, y negativa ysignificativamente con las escalas alegría, acti-

vación y serenidad. Es importante señalar en estepunto que no se encontró un patrón diferencialde correlaciones entre las dos variables de estrés.En otros estudios realizados (Kuhl, 2001, Pág.243) estas subescalas del PSSI mostraron unacorrelación teóricamente consistente con un bajonivel de afecto positivo, en el caso de la variabledemandas, y con un alto nivel de afecto negati-vo, en el caso de la escala amenazas.

Todos EP, que de acuerdo a la teoría PSI seasocian con una baja sensibilidad para el afec-to positivo (paranoide, esquizoide, evitativo,negativista, dependiente y depresivo) y/o unaalta sensibilidad para el afecto negativo(evitativo, obsesivo, esquizotípico, dependien-te, borderline, depresivo y altruista)correlacionaron en general negativa ysignificativamente con las escalas de alegría,activación y serenidad (BEF-3). A su vez estosestilos se asocian positivamente con las esca-las que miden tristeza, excitación, desánimo eirritación. Por otro lado, las escalas del PSSI quemiden los EP asociados con una baja sensibili-dad para el afecto negativo y/o una alta sensibi-lidad para el afecto positivo (antisocial, narci-sista, rapsódico e histriónico) obtienen un perfilde correlaciones inverso al de los EP anterior-mente mencionados. En líneas generales elpatrón de correlaciones obtenido es consisten-te con las hipótesis planteadas por la teoría PSIrespecto a las disposiciones afectivas de losestilos y trastornos de personalidad.

Además se calcularon las correlaciones en-

Tabla 5. Resumen de los resultados que se replican en ambas muestras

Notas:Abreviaciones de las escalas del PSSI: PN (desconfiado/paranoide), SU (autocrítico/evitativo), NT (crítico/negativista), BL (espontáneo/borderline), DP (pasivo/depresivo)R (inverso): El mediador va con puntuaciones bajas en la correspondiente escala del BEF-3. Ej. DP y BLcorrelacionan negativamente serenidad. Es decir son mediadores para la relación entre frustración y unadisminución de la serenidad.- En las dos muestras ningún estilo de personalidad obtiene una función mediadora significativa para larelación entre el correspondiente predictor y la correspondiente subescala del BEF-3.

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tre las escalas del PSSI y las escalas delHAKEMP (OAP y OAF). En ambas muestras laescala OAF correlaciona negativa ysignificativamente con la escala de frustración(MUT): a mayor orientación a la acción, menortendencia a la frustración. Los mismos resulta-dos se obtienen para la escala OAP.

Todos los estilos y trastornos de personali-dad, que de acuerdo a la teoría PSI se asociancon una baja sensibilidad para el afecto positi-vo (paranoide, esquizoide, evitativo, negativista,dependiente y depresivo) correlacionan en ge-neral negativa y significativamente con la esca-la OAP, es decir se relacionan con una tenden-cia a la orientación al estado prospectiva. Lasescalas paranoide, esquizoide, evitativo, depen-diente, borderline, depresivo y altruistacorrelacionan en ambas muestras negativa ysignificativamente con la escala OAF, es decirse relacionan positivamente con la tendencia areaccionar tras un fracaso con una orientaciónal estado. Las escalas antisocial, rapsódico ehistriónico se relacionan en ambas muestraspositivamente con la escala OAF.

Análisis de regresiónTodos los resultados que se presentan a

continuación se obtuvieron en ambas muestras(es decir se replicaron). Debido al gran númerode variables analizadas y de análisis de regre-sión calculados se presentan aquí exclusiva-mente los resultados más importantes. La tabla5 muestra de forma resumida los resultados detodos los análisis de regresión realizados.

A continuación se presentan los resultadosdel primer paso de los análisis de regresión(línea a y b Fig. 2) para cada uno de lospredictores explorados (frustración, demandasy presión). El objetivo de este primer paso esanalizar la influencia directa de cada una delas variables predictoras exploradas (frustra-ción, demandas y presión) sobre las variablesdependientes (subescalas del BEF-3) (Tablas6, 7 y 8)

Como puede observarse en las tablas (7, 8 y9) las variables frustración, demandas y amena-zas predicen las mismas reacciones afectivas: tris-teza, excitación, desánimo, irritabilidad y una re-ducción de la activación, la alegría y la serenidad.

Tabla 6. Coeficientes de regresión βββββ (Beta) de los análisis de regresión con la variable frustración(MUT) como predictora y las escalas del BEF-3 como variables dependientes (criterio).

Tabla 7. Coeficientes de regresión βββββ (Beta) de los análisis de regresión con la variable demandas(SSI) como predictora y las escalas del BEF-3 como variables dependientes (criterio).

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Tabla 9. Coeficientes de regresión βββββ (Beta) de los análisis de regresión con la variable Frustración(MUT) como predictora y las escalas del PSSI como variables dependientes (mediadores).

Tabla 10. Coeficientes de regresión βββββ (Beta) de los análisis de regresión con la variable Demandas(SSI) como predictora y las escalas del PSSI como variables dependientes (mediadores).

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Tabla 8. Coeficientes de regresión βββββ (Beta) de los análisis de regresión con la variable amenazas(SSI) como predictora y las escalas del BEF-3 como variables dependientes (criterio).

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Tabla 11. Coeficientes de regresión βββββ (Beta) de los análisis de regresión con la variable presión (SSI)como predictora y las escalas del PSSI como variables dependientes (mediadores).

El segundo paso (línea b Fig. 2) consistió enel análisis de la relación entre cada una de lasvariables predictoras y cada una de las varia-bles mediadoras (todos los EP medidos por elPSSI) (Tablas 9, 10 y 11).

Los tablas con los resultados de los análisiscorrespondientes al tercer y cuarto paso delmodelo mediacional (línea c y d de la Fig. 2) nose presentan en este artículo por razones deespacio (para una revisión de los mismos verCordero, 2005).

A continuación se describen los resultadosmás relevantes en relación a cada una de lasescalas afectivas del BEF-3 (Tabla 5).

Tristeza: En ambas muestras la relaciónentre frustración y tristeza fue mediada parcial-mente por el EP pasivo (depresivo).

Fig. 3. Muestra 1. Análisis de mediación significativo con el EP depresivo como mediador de larelación entre frustración y tristeza.

Muestra 1: La relación directa entre la frus-tración y el afecto negativo (tristeza) fue signifi-cativa (β =.48, t (123) = 6.11, p<.001). La frus-tración predice la aparición de afectos negati-vos. Cuando la variable frustración y el EP pasi-vo se introducen simultáneamente en los análi-sis, el EP pasivo predice la tristeza (β =.59, t(123)= 6.87, p<.001). La relación directa entre frus-tración y tristeza desaparece cuando el EP pa-sivo es controlado (β = -.11, t(123) = 1.30, ns).El Test de Sobel fue significativo (z = 5.41,p<.001). El EP pasivo es un mediador parcialsignificativo para la relación entre frustración ytristeza. En otras palabras tras una frustraciónlas personas con un estilo pasivo de personali-dad tienen riesgo de desarrollar afectos negati-vos, tales como la tristeza. Esto es válido tam-bién para la muestra 2 (Fig. 4).

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Excitación (en inglés “arousal”, activa-ción sensorial negativa): En ambas muestrasla relación entre frustración y excitación fuemediada parcialmente por el EP pasivo (depre-sivo).

En contraste con lo esperado, ningún EP fueun mediador significativo para excitación y tris-teza, cuando los predictores demandas y pre-sión fueron introducidos en los análisis de re-gresión.

Disminución de la alegría (afecto positi-vo): Los resultados para esta reacción afectivano se replican para ninguno de los trespredictores explorados.

Desánimo/Inhibición (inhibición del afec-to positivo): El EP pasivo (depresivo) tiene unafunción mediadora parcial para esta reacciónafectiva con las variables demandas y amena-

zas como predictoras. A continuación se des-criben los resultados con la variable demandascomo predictora.

Muestra 1: Como puede observarse en latabla 7 la relación directa entre demandas ydesánimo fue significativa (β =.42, t(123) = 5.14,p<.001). La variable demandas predice la apa-rición del desánimo (inhibición del afecto positi-vo). Cuando la variable demandas y el EP pasi-vo se introducen simultáneamente en los análi-sis, el EP pasivo predice el desánimo (β =.64,t(122) = 7.70, p<.001). Posteriormente la rela-ción directa entre demandas y desánimo des-aparece cuando el EP pasivo es controlado (β=.04, t(123) = .48, ns). El EP pasivo es un me-diador parcial para la relación entre demandasy desánimo. Esto vale también para la mues-tra 2 (Fig. 6).

Fig. 4. Muestra 2. Análisis de mediación significativo con el EP depresivo como mediador de larelación entre frustración y tristeza. El resultado del Test de Sobel fue significativo (z = 4.04, p<001).

Fig. 5. Muestra 1. Análisis de mediación significativo con el EP pasivo (depresivo) como mediador de larelación entre demandas y desgano. El resultado del Test de Sobel fue significativo (z = 5.57, p<.001)

Fig. 6. Muestra 2. Análisis de mediación significativo con el EP pasivo (depresivo) como mediador de larelación entre demandas y desgano. El resultado del Test de Sobel fue significativo (z = 5.58, p<.001)

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Por otra parte en ambas muestras el EP im-pulsivo (borderline) media la relación entre pre-sión y desánimo.

Disminución de la activación motora: ElEP pasivo (depresivo) es un mediador parcialpara esta reacción afectiva con los trespredictores. Con la variable amenazas/presióncomo predictora tienen los siguientes EP unafunción mediadora parcial: inseguro (evitativo),impulsivo (borderline) y desconfiado (paranoide).

Disminución de la serenidad: La relaciónentre frustración y una disminución de la sere-nidad es mediada parcialmente en ambas mues-tras por el EP pasivo (depresivo) y el EP impul-sivo (borderline). Ninguno de los EP explora-dos obtiene una función mediadora para estareacción afectiva con las variables demandas yamenazas/presión como predictoras.

Irritabilidad: La relación entre frustración eirritabilidad es mediada parcialmente en ambasmuestras por el EP pasivo (depresivo) y el EPimpulsivo (borderline). Estos resultados se re-

plican para los análisis de mediación con la va-riable presión como predictora, en donde ade-más de los estilos mencionados, el EP crítico(negativista) también obtiene una función me-diadora. En ambas muestras se impone el EPimpulsivo (borderline) como el mediador mássignificativo5 para irritabilidad (Fig. 7 y 8).

Ningún EP es un mediador para la irritabili-dad con la variable demandas como predictora.

Estilos de personalidad y autorregulación:Se realizaron análisis de regresión para explo-rar si la interacción entre cada uno de los EP(subescalas PSSI) y los déficits en las compe-tencias autorregulatorias (orientación al esta-do prospectiva y tras un fracaso) tenía una fun-ción mediadora en la relación entre frustracióny una serie de reacciones afectivas (BEF-3).Estos análisis no se calcularon para las varia-bles predictoras demandas y amenazas, comoen el resto de los análisis presentados hastaahora.

Fig. 7. Muestra 1. Análisis de mediación significativo con el EP impulsivo (borderline) como media-dor de la relación entre amenazas (presión) e irritabilidad. El resultado del Test de Sobel fue signifi-cativo (z = 4.18, p<.001)

Fig. 8. Muestra 2. Análisis de mediación significativo con el EP impulsivo (borderline) como media-dor de la relación entre amenazas (presión) e irritabilidad. El resultado del Test de Sobel fue signifi-cativo (z = 3.35, p<.001)

5 Cuando más de un estilo de personalidad obtuvo un rol mediador para un afecto (variable dependiente), seintrodujeron simultáneamente en los análisis de regresión (bloque 2). El objetivo fue investigar si alguno de losellos tenía un rol mediador más importante para la relación específica estudiada.

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En contra de lo esperado, las combinacio-nes “poco favorables” entre cada uno de los EPy las variables de autorregulación (por ejemplola combinación EP pasivo (depresivo) de la per-sonalidad y orientación al estado tras un fraca-so (OEF)) no obtuvieron en ningún caso un rolmediacional significativo para la relación entrefrustración – reacciones afectivas negativas. Seesperaba que la orientación al estado tuvierauna contribución adicional a la de los EP en larelación entre frustración – reacciones afectivas.En otro estudio (Cordero, 2007) se realizaronlos mismos análisis utilizando como variablesdependientes (criterio) una variedad de sínto-mas (medidos a través del SCL-90). Los resul-tados mostraron al igual que en este estudio quela interacción entre EP y OEF/OEP no media larelación entre frustración y síntomas psíquicos.Los hallazgos sí muestran que, al igual que enel estudio de Baumann, Kaschel y Kuhl (2005),los déficits en la autorregulación (OEF/OEP)moderan la relación entre los EP y un gran nú-mero de síntomas.

RESUMEN Y DISCUSIÓN

El objetivo de esta investigación fue estudiary comparar la función mediadora de catorce EPen la relación entre el estrés y/o la frustraciónde necesidades y el desarrollo de diversas re-acciones afectivas. Los resultados de todos losanálisis de mediación calculados arrojan los si-guientes resultados a destacar:

- Los datos obtenidos apoyan la hipótesis departida: la frustración de las necesidadesbásicas y el estrés tienen efectos negati-vos sobre el bienestar psicológico. Las va-riables frustración, demandas y amenazaspredicen las mismas reacciones afectivas:tristeza, excitación, desánimo, irritabilidady una reducción de la activación, la alegríay la serenidad (Tablas 6, 7 y 8). En otraspalabras estas variables predicen el desa-rrollo de afecto negativo y la inhibición delafecto positivo.

- Globalmente los resultados obtenidos (Ta-bla 5) sugieren que los EP con una funciónmediadora parcial significativa para las re-laciones exploradas son los siguientes: es-tilo pasivo (depresivo), espontáneo(borderline), crítico (negativista o pasivo/agresivo) e inseguro (evitativo). Estos EPaparecen como factores de riesgo para eldesarrollo de afecto negativo y/o inhibición

del afecto positivo tras una frustración obajo situaciones de estrés. De todos los EPanteriormente mencionados los principalesmediadores son: estilo pasivo (depresivo),espontáneo (borderline) e inseguro(evitativo). Los resultados para este últimoEP, sin embargo, en general no se repli-can. Se destaca especialmente la funciónmediadora del estilo pasivo (depresivo).

- En contra de lo esperado (hipótesis 2) lossiguientes EP no median ninguna de las re-laciones exploradas: esmerado (obsesivo),idiosincrático (esquizotípico), reservado(esquizoide), leal (dependiente) y voluntario-so (altruista). Si en cambio se cumple la hi-pótesis 3: los EP con una baja sensibilidadpara el afecto negativo y/o una alta sensibi-lidad para el afecto positivo (antisocial, nar-cisista, rapsódico e histriónico) no medianninguna de las relaciones exploradas.

- En consonancia con lo esperado (hipóte-sis 4), los EP con una función mediadoramuestran un perfil diferente de acuerdo alpredictor (por ejemplo: el estilo pasivo (de-presivo) es un mediador para la disminu-ción de la serenidad con las variables frus-tración y amenazas como predictoras, noasí con la variable demandas). El resulta-do más importante en este sentido se ob-serva en relación a los afectos negativos(tristeza y excitación). Como puede verseen la tabla 5 ningún EP (incluso aquellosque se impusieron como los mediadoresmás importantes: DP y BL) media la rela-ción para estos afectos cuando las varia-bles predictoras son demandas y amena-zas, si en cambio con la variable frustra-ción como predictora.

- El EP pasivo (depresivo) media en ambasmuestras la relación entre frustración y tris-teza y entre frustración y excitación. Esteestilo además es un mediador parcial parael desánimo (con las variables demandasy presión como predictoras) y para una re-ducción de la activación motora (con todoslos predictores). Es decir que el EP pasivo(depresivo) reacciona prácticamente a to-dos los predictores con una inhibición delafecto positivo, mientras que solo a la frus-tración con afecto negativo. Este hallazgoapoya la afirmación de que las reaccionesdepresivas se asocian fuertemente con unainhibición de afecto positivo y que no nece-sariamente van acompañadas de un au-

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mento del afecto negativo (Watson &Tellegen, 1985, Clark & Watson, 1991).

- Con respecto al EP impulsivo (borderline)se destaca su rol mediador para la irritabili-dad (con los predictores frustración y ame-nazas). Estos resultados apoyan la relación,frecuentemente reportada en la literaturaclínica, entre el trastorno análogo a esteestilo (trastorno borderline de la personali-dad) y la irritabilidad.

- El estilo critico (negativista o pasivo/agre-sivo) media la relación entre presión e irri-tabilidad.

En líneas generales los resultados apoyanla hipótesis, derivada de los postulados de laTeoría PSI, de que los EP y las disposicionesafectivas que los subyacen juegan un papelimportante en las relaciones investigadas y re-fuerzan la diferenciación entre estilos de perso-nalidad, competencias de autorregulación y fac-tores de estrés a lo largo de las dimensiones deafecto negativo y positivo.

Los hallazgos obtenidos sugieren que lospredictores tienen efectos diferentes. En estesentido algunos datos sugieren que la variabledemandas predice mejor la inhibición del afec-to positivo (ej. desánimo) que el desarrollo deafecto negativo (ej. tristeza), en tanto los análi-sis con esta variable como predictora fueron sig-nificativos para el desánimo y una reducción dela activación motora (es decir inhibición del afec-to positivo). No fueron, sin embargo, significati-vos para las escalas relacionadas con el afectonegativo. Esto concuerda con el postulado dela teoría PSI respecto a que el factor demandasse asocia con una disminución del afecto positi-vo más que con un aumento del afecto negati-vo (lo que correspondería al factor amenazas/presión). Con respecto a la frustración, podríainterpretarse que esta variable es más impor-tante para el desarrollo de afectos negativos queel estrés. ¿Por qué reaccionan los EP con fun-ción mediadora (DP y BL) con tristeza y excita-ción a la frustración y no a la presión? Desde elpunto de vista teórico era esperable que estosEP, que se caracterizan por una fuerte sensibili-dad para el afecto negativo, reaccionaran a lapresión con tristeza y excitación. Además, des-de el punto de vista de la teoría PSI, estepredictor (presión o amenazas) se acompañade un aumento del afecto negativo.

Esta disociación en los resultados de lasvariables frustración y presión (amenazas) pue-

de explicarse desde la teoría PSI del siguientemodo: podría pensarse que detrás de una frus-tración de las necesidades existe un “daño” másfundamental y profundo del self (es decir denuestras necesidades esenciales) que en elcaso de la presión (entendida como una viven-cia de estrés más situacional y pasajera que lafrustración). En efecto, la frustración de las ne-cesidades básicas fue medida a través de unaescala del MUT que representa una constela-ción permanente de los macrosistemascognitivos, mientras que presión y demandasrepresentan la percepción subjetiva de las cir-cunstancias de vida actuales.

Por otra parte, el estilo pasivo (depresivo)se asocia, de acuerdo a la teoría PSI, simultá-neamente con dos factores de riesgo: una fuer-te sensibilidad para el afecto negativo y una bajasensibilidad para el afecto positivo [A- & A (+)].Esta combinación puede conducir simultánea-mente a una inhibición volitiva y del self, lo quese corresponde con una dominancia del he-misferio izquierdo. Esta dominancia se relacio-na con una rigidez en el pensamiento, que au-menta la experiencia de emociones negativas(Kuhl, 2001).

Los resultados sugieren la importancia de laafectividad negativa en las relaciones explora-das, en tanto de acuerdo a la teoría PSI losmediadores más importantes (DP y BL) tienenen común el que se relacionan con una fuertesensibilidad a reaccionar con afecto negativo,afecto que, de acuerdo a la segunda hipótesisde modulación afectiva, inhibe el acceso al selfy aumenta la orientación hacia las incongruen-cias y detalles aislados.

La teoría PSI se apoya en la neurobiologíapara explicar por qué la inhibición del self au-menta el riesgo de desarrollar síntomas psí-quicos. El afecto negativo inhibe el acceso alos procesos del hemisferio derecho, que seencuentran, de acuerdo a la teoría, relaciona-dos con los procesos del self. Los procesosdel hemisferio derecho están más implica-dos en la regulación de los procesos emocio-nales que los del hemisferio izquierdo (ej.Dawson & Schell, 1982; Wittling, 1990 cita-dos en Kuhl, 2001) y sus déficits dificultan laelaboración de los afectos negativos, llevan-do a la utilización de estrategias ineficientesde afrontamiento (Schore, 1994, 1996 citadoen Kuhl, 2001). Kuhl (2001) plantea como hi-pótesis que el hipocampo posee muchas delas funciones que se asocian en la teoría PSI

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con la memoria de extensión y el self. Las fun-ciones cognitivas y reguladores del afecto delhipocampo pueden inhibirse por el estrés ex-cesivo (y el correspondiente aumento de laconcentración de cortisol), lo que psicológi-camente supone una regresión a formas máselementales de procesamiento de la informa-ción y el temor (Metcalfe & Jacobs, 1998;Sapolsky, 1992 citado en Kuhl, 2001).

Ahora bien una pregunta que se impone aquíes ¿por qué los otros EP con estas vulnerabili-dades [A- & A (+)] no median las relaciones ex-ploradas? Los análisis de correlaciones dePearson en ambas muestras indican que la es-cala pasivo/depresiva correlaciona positiva ysignificativamente con un gran número de es-calas del PSSI. Esto podría estar indicando queesta escala es la que mejor representa el com-ponente depresivo (u otros aspectos) del restode los EP. Otro aspecto importante a tener encuenta, que se relaciona con el anterior, es si laescala pasivo/depresiva del PSSI evalúa unestilo de personalidad o si evalúa depresión. Laseparación empírica de los rasgos depresivosde la personalidad y la depresión clínica es muydifícil. Esta es una de las razones por la cual eltrastorno depresivo de la personalidad no seencuentra en el DSM-IV, sino en estudio parasu posible inclusión en futuras ediciones delDSM. En otra parte de esta investigación, queno se desarrolla en este artículo, se calculó elgrado de correlación entre la escala pasivo/de-presiva del PSSI y la escala de depresión delSCL-90. Los resultados muestran una correla-ción positiva y significativamente alta entre am-bas escalas. En casi todos instrumentos quemiden el la personalidad se encuentra un fuertesolapamiento con las medidas de los síntomas(Huprich, 2002). Por las razones explicitadas seconsidera que los resultados referidos a la es-cala pasivo/depresiva deben ser tomados conprecaución.

En cuanto a las limitaciones de este trabajoconsideramos que es importante tener en cuen-ta la heterogeneidad de ambas muestras, quese refleja en las comparaciones de medias. Otroaspecto que podría verse como una limitación,son las medidas utilizadas para las variablesfrustración y de los factores de estrés, estre-chamente vinculadas a la teoría PSI. Son nece-sarios otros estudios para replicar los resulta-dos utilizando otros instrumentos de evaluaciónde la personalidad así como de la frustración yel estrés.

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