El poblamiento romano en la Gallaecia oriental

20
EL POBLAMIENTO ROMANO EN LA GALICIA ORIENTAL: PATRONES Y DIFERENCIAS DEL SUR LUCENSE Y EL NORTE OURENSANO. LA TIERRA DE LEMOS COMO PARADIGMA ROMAN SETTLEMENT IN EASTERN GALICIA: PATTERNS AND DIFFERENCES OF THE NORTH AND SOUTH OF OURENSE. TIERRA DE LEMOS AS A PARADIGM Resumo: El poblamiento de la Gallaecia interior en época romana presenta unas singularidades con respecto a otras zonas del Noroeste antiguo que la determinan como una entidad bien defi- nida. El norte ourensano y el sur lucense presentan una similitud en la articulación del territorio que debe ser explicado por la suma de las peculiaridades de las comunidades prerromanas y de los intereses concretos del estado romano en dicha zona. El paisaje común es un mundo rural de base agropecuaria en la que Roma aplicará un modelo distinto de integración y asimilación al no poder llevar a cabo el paradigma clásico de romani- zación basado en la ciudad y el modo de producción esclavista. Explicar por qué no fue posible aplicar dicho modelo, qué caracterizó a las medidas llevadas a cabo por Roma para integrar en sus redes administrativas y socio–políticas a esta zona y cómo afectó este proceso a la red de poblamiento y a la explotación del territorio, serán las cuestiones que vamos a intentar dilucidar. Los resultados del análisis arqueológico del paisaje en conjunto con las fuentes escritas serán nuestros argumentos. Palavras-chave: Arqueología del Paisaje, Territorio, Historia Antigua, Romanización. Abstract: The settlement of the Gallaecia interior in Roman times presents some unusual com- pared with other areas of the former Northwest that determine a well-defined entity. The north of Ourense and south of Lugo have a similarity in the articulation of the territory that must be explained by the amount of the peculiarities of communities pre-Romans and the specific interests of Roman rule in that area. The landscape is common in rural agricultural base in Rome that apply a different model of in- tegration and assimilation by not being able to perform the classical model of Romanization based in the city and slavery. Explain why it was not possible to implement such a model, which characterized the actions carried out by Rome to integrate their networks in administrative and socio-political in this area and as this process affected the network of settlement and exploitation of the territory, will be the issues that we’re going to try to elucidate. The results of the analysis of the archaeological landscape together with the written sources will be our arguments. Keywords: Landscape Archaeology, Heritage, Ancient History, Romanization. Revista Aquae Flaviae, N.º41 - Chaves 2009 Pág. 333 Manuel Grande Rodríguez LABORATORIO DE ARQUEOLOXÍA DA UNIVERSIDADE DE VIGO; [email protected]

description

Grande Rodríguez, M. (2009): “El poblamiento romano en la Gallaecia oriental: patrones y diferencias del sur lucense y el norte ourensano. La tierra de Lemos como paradigma”, en Revista Aquae Flaviae 41. Congresso transfronteiriço de arqueologia, ISSN 0871-4061, Chaves pp. 333-352.

Transcript of El poblamiento romano en la Gallaecia oriental

Page 1: El poblamiento romano en la Gallaecia oriental

EL POBLAMIENTO ROMANO EN LA GALICIA ORIENTAL:PATRONES Y DIFERENCIAS DEL SUR LUCENSE Y EL NORTEOURENSANO. LA TIERRA DE LEMOS COMO PARADIGMAROMAN SETTLEMENT IN EASTERN GALICIA: PATTERNS ANDDIFFERENCES OF THE NORTH AND SOUTH OF OURENSE. TIERRADE LEMOS AS A PARADIGM

Resumo: El poblamiento de la Gallaecia interior en época romana presenta unas singularidadescon respecto a otras zonas del Noroeste antiguo que la determinan como una entidad bien defi-nida. El norte ourensano y el sur lucense presentan una similitud en la articulación del territorioque debe ser explicado por la suma de las peculiaridades de las comunidades prerromanas y delos intereses concretos del estado romano en dicha zona.El paisaje común es un mundo rural de base agropecuaria en la que Roma aplicará un modelodistinto de integración y asimilación al no poder llevar a cabo el paradigma clásico de romani-zación basado en la ciudad y el modo de producción esclavista. Explicar por qué no fue posibleaplicar dicho modelo, qué caracterizó a las medidas llevadas a cabo por Roma para integrar ensus redes administrativas y socio–políticas a esta zona y cómo afectó este proceso a la red depoblamiento y a la explotación del territorio, serán las cuestiones que vamos a intentar dilucidar.Los resultados del análisis arqueológico del paisaje en conjunto con las fuentes escritas seránnuestros argumentos. Palavras-chave: Arqueología del Paisaje, Territorio, Historia Antigua, Romanización.

Abstract: The settlement of the Gallaecia interior in Roman times presents some unusual com-pared with other areas of the former Northwest that determine a well-defined entity. The northof Ourense and south of Lugo have a similarity in the articulation of the territory that must beexplained by the amount of the peculiarities of communities pre-Romans and the specific interestsof Roman rule in that area.The landscape is common in rural agricultural base in Rome that apply a different model of in-tegration and assimilation by not being able to perform the classical model of Romanizationbased in the city and slavery. Explain why it was not possible to implement such a model, whichcharacterized the actions carried out by Rome to integrate their networks in administrative andsocio-political in this area and as this process affected the network of settlement and exploitationof the territory, will be the issues that we’re going to try to elucidate. The results of the analysisof the archaeological landscape together with the written sources will be our arguments.Keywords: Landscape Archaeology, Heritage, Ancient History, Romanization.

Revista Aquae Flaviae, N.º41 - Chaves 2009 Pág. 333

Manuel Grande Rodríguez LABORATORIO DE ARQUEOLOXÍA DA UNIVERSIDADE DE VIGO; [email protected]

Page 2: El poblamiento romano en la Gallaecia oriental

1. IntroducciónLa romanización del Noroeste fue un proceso complejo y variado que

afectó de diferente manera a las distintas zonas que lo conformaban. Esto sedebió a que el modelo de integración y asimilación aplicado no fue el denomi-nado “clásico”, basada en la implantación de la ciudad y el modo de producciónesclavista. Sin embargo, la integración de las comunidades indígenas del Nor-oeste se realizó siguiendo distintos modelos, en base a dos factores: las propiaspeculiaridades de las comunidades locales; y los intereses de Roma, funda-mentalmente económicos.

La peculiaridad de proceso histórico apenas se transluce en las fuentes li-terarias que son demasiado parcas al relatar dicho proceso. Sin embargo la lec-tura del paisaje como registro arqueológico del mundo antiguo, si puedeacercarnos a esa realidad pasada, y a los cambios producidos durante la inter-acción entre indígenas y conquistadores. Las fuentes clásicas no registran ladiversidad existente dentro del Noroeste protohistórico, caso de la Gallaeciainterior1. Sin embargo, la administración romana diferencia a los Callaicos enLucenses y Bracarenses. Una división que traza dos unidades administrativascon una geografía bien definida: los primeros al norte de la línea imaginariaque trazarían el río Sil y el Lérez hasta el mar Cantábrico, y los segundos alsur de la misma hasta el Duero.

Las comunidades y pueblos de la Gallaecia antigua no poseían una homo-geneidad suficiente que respondiera a una división radical, ya que al igual quela propia denominación atribuida, los romanos inventaron una identidad co-lectiva y administrativa que per se no existía. Esto no quiere decir que no hayasimilitudes significativas entre estas comunidades, algunas de carácter étnico-cultural bastante palpables.

La investigación sobre el sur lu-cense y el norte ourensano viene acompletar la visión del poblamiento ypaisaje antiguo de la Gallaecia inte-rior (Fig. 1) en época prerromana y ro-mana. Intentaremos averiguar cualesfueron las claves a la hora de ocuparel espacio, los patrones de pobla-

Revista Aquae Flaviae, N.º41 - Chaves 2009 Pág. 334

Figura 1. Localización dela Gallaecia interior (SurLucense y Norte Ouren-sano) y la Tierra de Lemos(TDL) con respecto alNoroeste castreño

Page 3: El poblamiento romano en la Gallaecia oriental

miento y la explotación del territorio, y las posibles diferencias con otras re-giones de la Gallaecia antigua. Pese a pertenecer a conventus iurídice diferen-tes, tanto el sur lucense como el norte ourensano son regiones con muchassimilitudes patentes en su común paisaje agrario antiguo de pequeñas comu-nidades rurales.

La zona nuclear sobre la que se centra la investigación es la Tierra deLemos (TDL en adelante), aunque se han extendido los estudios por su periferiaoccidental (Fig. 1) –tierras de Chantada y Carballedo en Lugo–, septentrional–Sarria– y meridional –Terras de Caldelas y Nogueira de Ramuín–. La TDLes una región guarda una patente homogeneidad geográfica y cultural, com-partimentada por unas fronteras naturales bien delimitadas2, conformando unaunidad específica desde antiguo, con un poblamiento similar en base a unospatrones análogos. La actual comarca de TDL parece forjarse sobre la pretéritacivitas Lemavorum, unidad administrativa definida por el estado romano3. Estehecho nos permite analizar la dinámica del poblamiento, territorialidad y ex-plotación del territorio no sólo en el cambio de la Cultura Castreña y el dominioromano, sino, sobretodo, dentro de la célula básica de la administración en elNoroeste: la civitas. Es obvio que no se puede reconstruir con total exactitudel territorio de dicha entidad administrativa, pero eso no evita que los resultadosde la exploración de la TDL muestren hipótesis e inercias válidas y significa-tivas, acerca de la naturaleza y grado de romanización del interior galaico.

El resultado es una investigación diacrónica del poblamiento y explotacióndel territorio de la actual TDL desde el pasado protohistórico (Ier Milenio a.E.),del cual conocemos el nombre del pueblo que habitó esta zona, los Lemavi,hasta la Alta Edad Media (V–IX/X) certificando el desarrollo y las peculiari-dades de dicho proceso, en donde el estado romano jugó un papel fundamentaly catalizador de muchas transformaciones tanto en la estructura de poder comola articulación del poblamiento.

2. El poblamiento protohistórico en en interior galaico: el caso de la Tierrade Lemos

El poblamiento del interior galaico en el I Milenio a.E. se desarrolla dentrode la denominada Cultura Castreña y está protagonizado en su última fase (Hie-rro II) por el pueblo de los Lemavi (Grande Rodríguez 2008) mencionados por

Revista Aquae Flaviae, N.º41 - Chaves 2009 Pág. 335

Page 4: El poblamiento romano en la Gallaecia oriental

las fuentes clásicas (Plinio, Naturalis Historiae III, 18; y Ptolomeo,Gheografía, Tabla II capítulo 6, 25).

Las comarcas de la Gallaecia interior que cuentan con estudios arqueoló-gicos espaciales muestran semejanzas significativas entre sí, en cuanto al po-blamiento prerromano de esta zona. La TDL puede ser un buen ejemplo de lascaracterísticas del mundo interior ya que coincide con otras zonas de las quetenemos datos –Terra Chá, Trasdeza, Lugo, Chantada, Sarria, Samos, Tierrasde Caldelas…–.

En la zona interior de la Gallaecia antigua, el tamaño y la ubicación topo-gráfica de los castros, presentan notables diferencias con respecto a otras zonasdel Noroeste. El modelo de poblamiento protohistórico en la TDL es diferente –a veces muy diferente– de otras regiones de la Gallaecia, que asimismo se suelenasumir como prototípicos de la Cultura Castreña (caso de la zona meridional ycostera bracarense). El patrón de poblamiento que resume dichas característicasevidencia la naturaleza de la territorialidad y la organización social de esta zona.

El gran número de castro de la TDL, (100 aprox.), y la falta de cronologíasexactas de los mismos, hace muy difícil una lectura precisa de su dinámica depoblamiento. Pero la concreción de catálogos cada vez más sistemáticos y lasprospecciones espaciales y superficiales tratadas con mejores herramientas –como los SIG–, hacen posible la confección de un patrón de poblamiento y desus bases económicas, de carácter genérico pero representativo.

La mayoría de los castros no supera la hectárea de extensión, y dentro deestos, casi dos tercios ni siquiera alcanzan la media hectárea (Grande Rodríguez2007) en época pre-rromana. Hechoanálogo a otras re-giones del interiorgalaico (CarballoArceo 1986; FerrerSierra y GonzálezFernández 1996).Algunos de los quepresentan dimensio-nes más amplias –

Revista Aquae Flaviae, N.º41 - Chaves 2009 Pág. 336

Figura 2. Mapa de ubicaciónde los castros de la TDL enrelación a los usos del suelo.Nótese la mayor densidaddel sector occidental y cen-tral fruto de la colonizaciónagropecuaria

Page 5: El poblamiento romano en la Gallaecia oriental

más de 1´5 Ha.– cuentan con grandes y complejos sistemas defensivos o difi-cultades orográficas que limitan muy mucho la superficie habitable. La con-clusión extraída de este examen, es la existencia de comunidades de reducidotamaño y escasa complejidad social.

Su emplazamiento y distribución documentan una ocupación parecida aotras zonas de la Cultura Castreña, pero con notables singularidades. El po-blamiento en general muestra una dinámica de ocupación progresiva de lasmejores tierras de régimen agropecuario (Fig. 2) por lo que se manifiesta undescenso gradual desde la ubicación en las cumbres más destacadas (ca. 600–700 metros de altitud) hacia las tierras más fértiles de la cuenca sedimentaria(ca. 350–500 metros de altitud).

A diferencia de otras regiones, las grandes cuencas hidrográficas (Fig. 6)de los ríos que atraviesan esta comarca –el río Miño al oeste, y el Sil al sur–no muestran una ocupación sistemática de sus valles interiores. Ni siquiera lared secundaria de drenaje –Cabe, Saa, Lor…– presenta una gran densidad depoblados. La preferencia es localizar el hábitat en dos zonas bien determinadas:las zonas amesetadas del interior periféricas a la cuenca sedimentaria y quebordean el cañón del Sil y del sobretodo del Miño. Son zonas de penillanurade cierta altitud (450–550 metros), creciente hacia el norte de la comarca, yque ocupan un alto porcentaje de las tierras de la TDL. Este modelo se repro-duce en las regiones vecinas del norte ourensano y del sur lucense, en dondelos extensos altiplanos –que rodean al Miño y al Sil– también ostentan la ma-yoría del poblamiento castreño.

La otra ubicación preferente es el entorno de pequeños ríos afluentes de lared primaria y secundaria –Miño, Sil, Cabe, Lor…–, y arroyos de escaso calado.Son estos pequeños valles más encajados donde se encuentran una serie de asen-tamientos de escasas dimensiones y funcionalidad agro-silvo-ganadera.

La distribución del poblamiento –según la función de Poisson y la estadís-tica del vecino más próximo de Clark\Evans (Hodder y Orton 1990: 45)– de-nota cierta aleatoriedad pero con una tendencia a la regularidad del patrón. Lazona preferente de poblamiento de la TDL es la penillanura occidental que bor-dea el cañón del Miño, algo que también sucede en la zona de Sarria, al nortede la TDL, o de Chantada al oeste del Miño y Caldelas al sur del Sil. Una zonaamesetada, de cierta altitud –sobre los 500/550 metros de altitud– que reúne

Revista Aquae Flaviae, N.º41 - Chaves 2009 Pág. 337

Page 6: El poblamiento romano en la Gallaecia oriental

buenas condiciones de visibilidad, fertilidad y control del territorio inmediato.Así el sector occidental es el más poblado, aunque también destacan por ladensidad del poblamiento la zona septentrional y central de la cuenca sedimen-taria. Por el contrario, la penillanura meridional que antecede al cañón del Silpresenta una escasa densidad de hábitats, hecho todavía más acusado en el sec-tor oriental, la cuenca del Lor y parte del Saa, en donde el número de castrosdesciende hasta casi desaparecer4.

Dos son las razones aparentes a la hora de trazar el poblamiento protohis-tórico. Por un lado las razones topográficas donde a su vez hay una amplia pa-noplia de variables que se manejan al ubicar un castro: cumbres escarpadas ycon amplio dominio territorial/visual (poblados ultraprotegidos); laderas me-dias de vocación agroganadera y deficiencias defensivas solventadas con tra-bajos de delimitación (aldeas fortificadas agropecuarias); y laderas bajas opequeños oteros en llanura que explotan las tierras agrícolas más óptimas (al-deas agrarias). El poblado se nutre del territorio circundante en unos 2 km. o45 minutos andando, aproximadamente.

La otra razón fundamental para la ubicación espacial del poblamiento cas-treño es la tradición/inercia en el poblamiento rural de la zona. La penillanuraoccidental y la zona septentrional y central de la cuenca sedimentaria concen-tran gran número de túmulos y megalitos, que además de tumbas colectivastambién funcionan como aprehensión del territorio e hito del paisaje (algo se-mejante al papel del castro). Ya decíamos al principio de este apartado, que elpoblamiento castreño era más denso en la zona occidental de la TDL, justo enlas mismas unidades morfológicas en donde dominan las estructuras megalíti-cas.

La lectura diacrónica del paisaje protohistórico permite establecer una re-lación –indirecta– entre el poblamiento de las sociedades megalíticas prece-dentes y las castreñas, en donde estas siguen un camino similar en la ocupacióndel territorio. Evidentemente no hay una continuidad, ya que han cambiado lasbases del poblamiento, pero si una coincidencia que demuestra que el sectoroccidental y centro-septentrional ha sido el más poblado desde época megalí-tica hasta el cambio de era, hecho que la dominación romana va a acrecentar.Esta dinámica de poblamiento se corresponde con un aprovechamiento agro-pecuario intenso del territorio, ya que se habitan las mejores tierras cultivables

Revista Aquae Flaviae, N.º41 - Chaves 2009 Pág. 338

Page 7: El poblamiento romano en la Gallaecia oriental

y con una topografía propicia. El proceso de fortificación del hábitat que comienza en el Bronce Final se

fragua sobre la aprehensión del territorio y la protección frente a otras comu-nidades vecinas por la tensión social generada por la definitiva sedentarizaciónde las sociedades protohistóricas. Cuando se asienta el proceso de territoriali-zación de las comunidades castreñas, el objetivo principal del hábitat cambia5.De poblados ultraprotegidos se pasa a poblados agroganaderos, que progresi-vamente se van especializando en conseguir mejores rendimientos agropecua-rios hasta lograr un excedente del que apropiarse o con el que comerciar.

Las conclusiones acerca de la estructura social que podemos extraer de estemodelo de poblamiento son claras. El castro está formado por pequeñas co-munidades campesinas autosuficientes y autárquicas, que explotan de maneramultivariada –segmentaria– el paisaje que seleccionan para establecer su há-bitat. Un paisaje rural en el que las mejores tierras son el objetivo, una vez quela protección va perdiendo importancia. El resultado es una sociedad compleja,en la que las distintas comunidades o miembros de cada poblado, se dedican afunciones diversas y complementarias según sus bases económicas, pero queno conforman una sociedad jerarquizada.

3. Poblamiento romano del sur Lucence y norte Ourensano. La Tierra deLemos como paradigma

Las diferencias socio-económicas y de articulación del poblamiento del in-terior galaico durante el Hierro II van a demarcar una integración en las es-tructuras del Imperio romano singular. Sin grandes asentamientos (tipo oppida)ni contactos tan intensos con el mundo meseteño y mediterráneo, como sucedeen el espacio bracarense entre el Duero y el Miño y las Rías Baixas, el territoriooriental interior galaico se configuracomo una doble periferia que pre-senta formas de explotación econó-mica y organización socialplenamente rurales.

La existencia de un poblamientoprerromano basado en pequeñas co-munidades campesinas dedicadas a

Revista Aquae Flaviae, N.º41 - Chaves 2009 Pág. 339

Figura 3. Po-b l a m i e n t oabierto ro-mano urbano yprotourbanodel Noroeste,y su relaciónjerárquica.

Page 8: El poblamiento romano en la Gallaecia oriental

la subsistencia, conlleva que las actuaciones de la administración romana parafomentar el control e integración de la población no puedan ser efectuadas através de la ciudad clásica, ni de la organización social cívica. La ciudad noera viable en la Gallaecia interior oriental6 (Fig. 3) a causa del escaso potencialeconómico y demográfico para amparar la creación y sustentación de un pro-ceso de urbanización, lo que implica la utilización de un modelo de “romani-zación” alternativo al acostumbrado.

No obstante, pese a la falta física de urbs, podemos encontrar “centros depoder” local y regional (Fig. 3), en asentamientos con algunos rasgos de mor-fología urbana –o protourbana– que articulan –o no– el poblamiento (PérezLosada 2002: 20), que funcionan a modo de ciudades, pero sin una organiza-ción social cívica. Considerar a estos núcleos protourbanos desarrollados comocapital central de cada sus civitates, debe ser probado a través de un análisisespacial del poblamiento antiguo.

Este modelo alternativo tuvo como referencia la civitas, entendida no comouna urbs sino como una comunidad político–administrativa–fiscal reconocibley con un territorio determinado (Martins et Alii 2005: 281). El interior galaicoorganizado en civitas se define como un espacio rural no urbanizado productode la situación jurídico–administrativa resultante de la conquista e integraciónen el Imperio, conformando un conjunto de pueblos y comunidades rurales quese convirtieron en estipendiarios7.

La nueva estructura de poder impuesta por Roma a la Gallaecia interior tuvouna repercusión en el modelo de poblamiento y organización social que se va adesarrollar al paso de la romanización. En cuanto al primero, destaca la apariciónde un poblamiento disperso abierto y jerárquico que no tiene relación con el po-blamiento prerromano ya que funciona a escala regional y no sólo local –comolo hacía el castro–; y en cuanto a la organización social, la substitución de unasociedad no estratificada y segmentaria unida por lazos de parentesco, por unasociedad de clases liderada por una doble jerarquía, los conquistadores y la aris-tocracia local colaboracionista, que se impone a la inmensa mayoría campesinadependiente. No sabemos hasta que punto hubo resistencias indígenas localesen este proceso, pero desde la conquista se certifica la rápida creación de espaciospolíticos comunes, frente a la autarquía protohistórica de cada aldea/castro.

Una de las singularidades del poblamiento romano galaico es la pervivencia

Revista Aquae Flaviae, N.º41 - Chaves 2009 Pág. 340

Page 9: El poblamiento romano en la Gallaecia oriental

del castro como entidad física de hábitat. Decimos física porque el castro quedamarginado a un simple continente de población pero vaciado del contenido or-ganizativo del poblamiento y de la sociedad, como tenía antaño. No da formay concreción a los lazos comunitarios de cada grupo de población. Ha perdidotodo su protagonismo como forjador de las formaciones sociales prerromanas.

El castro permanece dentro de los ejes de poblamiento, a veces como su-plemento, en otras como algo más que un complemento, de los hábitats abiertosrurales romanos. Por los hallazgos y su disposición espacial, tres son las fun-cionalidades combinadas de los poblados fortificados en altura: centros agro-pecuarios, situados en tierras óptimas para la agricultura; centros mineros,sedes de explotación de los beneficios mineros o complementando a estos–; ybastiones defensivos/viarios, aquellos situados a pie de vía, en puntos estra-tégicos/de control que eligen oteros o espolones representativos.

En relación a la jerarquía de la red de poblamiento nacida tras las accionesadministrativas romanas, destaca el valor que pueden alcanzar algunos de estoscastros. Dos son los tipos representativos: los castros que podríamos denominar“oppida” –con todas las reservas– ya que son los de mayor tamaño de la región,que “crecen” con la romanización, ya que muchos de ellos muestran un pasadoprerromano, y se convierten en centros de poder local que pueden crear unared de poblados integrados a modo de lugar central. Es el caso del castro deVilar de Ortelle, de Santalla de Licín o de S. Vicente do Pino.

Y los castros que pueden ser categorizadas como pequeños centros pro-ductivas tipo aldea, cuya producción puede estar orientada a productos agra-rios, ganaderos, manufacturas, mineros…

En definitiva, los cambios operados en los castros de época romana sonalgo más que los aparentes cambios topográficos, constructivos y de ubicaciónen el paisaje producto de la conquista y la administración romana. La nuevaterritorialidad abandona la autosuficiencia de las pequeñas comunidades seg-mentarias y supone algo más traumático y revolucionario. Es el fin de la so-ciedad protohistórica y el relevo de la estructura económica y políticatradicional del mundo castreño por una nueva articulación socio–política regidapor los modos e intereses romanos.

Si el hábitat tradicional del Noroeste sufrió cambios revolucionarios y sig-nificativos, mas impactante en la estructura del poblamiento y la articulación

Revista Aquae Flaviae, N.º41 - Chaves 2009 Pág. 341

Page 10: El poblamiento romano en la Gallaecia oriental

del territorio fue la introducción de nuevos hábitats abiertos que desde el sigloI d.E. empiezan a ocupar la geografía del interior galaico en general, y de laTDL en particular. Este poblamiento rural romano abierto suele restringirse alas unidades de poblamiento individual de grandes dimensiones tipo villa. Peroen la TDL –y la Gallaecia interior por extensión– las villae no son el tipo dehábitat más representativo ni numeroso8, algo que las fuentes literarias tambiénreflejan (Pérez Losada 1996: 194). La realidad del poblamiento rural galaico-rromano es algo más compleja y diversa que una simple división entre castrosy villae (idem: 189).

El análisis de diversos arqueositios galaicorromanos en base a su topogra-fía, a la dispersión de materiales en superficie, la capacidad productiva de lastierras, las estructuras visibles o exhumadas, calidad de los materiales mueblese inmuebles, su relación viaria, etc.… permite descubrir una variada tipologíade asentamientos que junto a los castros que perviven en el paisaje antiguo,protagonizan el poblamiento y la articulación del territorio.

Este nuevo poblamiento presenta un patrón totalmente diferente del mundoprerromano. Primero porque estos asentamientos rurales abiertos forman partede un poblamiento disperso, no concentrado, de carácter familiar, aunque dedistinta índole y tamaño (estructura familiar extensa, estructura unifamiliar ofamilia nuclear). A su vez, conforman una red de poblados dispersos entrama-dos de una manera lineal fruto del desarrollo de la red caminera regional ro-mana9. En último lugar, porque constan de una morfología –poblados abiertosunifamiliares de distinto desarrollo constructivo– y una topografía –penillanu-ras, explanadas, pequeñas llanuras a media ladera…– opuestas a las caracte-rísticas de los hábitats fortificados en altura. Presentan una variada tipologíaque responde a la dinámica socio-económica y administrativa trazada en el in-terior galaico10. Por orden jerárquico (rango/tamaño), la cúspide de la pirámidede poblamiento serían los denominados Aglomerados Secundarios romanos,o en terminología latina vici (Pérez Losada, 2002: 21).

A diferencia del convento Bracarense meridional, donde se desarrollan au-ténticos aglomerados urbanos supra–regionales como Aquae Flaviae, Tude oTongobriga, en la región interior galaica, estos son centros de poder regionalo local cuya morfología puede confundirse con una villae, pero que funcionacomo un enclave a medio camino entre la ciudad y la aldea. Son núcleos con

Revista Aquae Flaviae, N.º41 - Chaves 2009 Pág. 342

Page 11: El poblamiento romano en la Gallaecia oriental

una reducida morfología urbana o protourbana, pero de menores dimensiones(3–5 Ha) que en la zona bracarense (8–10 Ha.). Cumplen funciones productivas–tanto agropecuarias como manufactureras–, comerciales –venta y consumode mercancías– y administrativas –control y ordenación del territorio–, pu-diendo actuar en algunos casos como caput civitas. Las principales vías regio-nales y locales pasan por sus inmediaciones –no más de 400 metros dedistancia–.

El yacimiento de S. Vicente deCastillós (Fig. 4), en la TDL (ayun-tamiento de Pantón), se amolda aeste modelo, al igual que en las co-marcas aledañas pueden ser OBurgo en Castro Caldelas o Trivesen el norte ourensano, y posible-mente Vilar de Sarria en Sarria yQuinta da Ágrade en Chantada.Todos ellos son puntos representa-tivos dentro de la ruralidad de las civitates galaicas orientales.

El siguiente tipo de enclaves englobarían al modelo tipo villae, pero queen el mundo rural meridional lucense y septentrional ourensano no es equipa-rable al modelo del resto de Hispania o incluso de la zona bracarense. Son há-bitats más pequeños y modestos pero que intentan imitar a aquellos. Selocalizan en amplias penillanuras o explanadas que constituyen su fundus, ro-deados de tierras de óptima capacidad agrícola y buena disponibilidad de re-cursos hídricos. Su pars urbana alcanza los 800–1000m2 pero la zona dedispersión de materiales arqueológicos puede llegar a la hectárea o inclusomás, demostrando la clara romanidad de sus estructuras –mosaicos, hipocaus-tos, peristilos…–, su prestigio, monumentalidad y calidad. A su vez pueden es-tablecer una relación jerárquica con hábitats de orden inferior de susinmediaciones como casales, capanas o aldeas/castros de pequeñas dimensio-nes. Espacialmente, parecen tomar una cierta distancia de las vías principales,conectando con ellas por senderos de buena accesibilidad que cubren una es-casa distancia –ca. 500 metros–.

El caso de Proendos, en el ayuntamiento de Sober parece ser un caso sin-

Revista Aquae Flaviae, N.º41 - Chaves 2009 Pág. 343

Figura 4. Ya-cimiento ga-laicorromanode Castillós:dispersión dehallazgos yposible área deocupación

Page 12: El poblamiento romano en la Gallaecia oriental

tomático de este apartado, aunque por sus dimensiones, la dispersión de losrestos y los últimos hallazgos en sus inmediaciones, tampoco sería descabe-llado que alcanzara en algún momento del Bajo Imperio la categoría de Aglo-merado Secundario.

El tercer escalafón lo ocuparían las denominadas villae de tamaño medio(sobre los 500m2 en la pars urbana). Los hallazgos aparecen dispersos alrede-dor de unos 800–400m2. La naturaleza de los restos encontrados denota unmayor indigenismo y un menor poder adquisitivo y su distancia con respectoa la red caminera es de 500 a 2000 metros. Posibles yacimientos que cumplencon esta tipología pueden ser Leira da Viña en Sober, A Ponte en Brollón o Ve-leigán y Vilariño de Fión en O Saviñao.

Por último, el tipo de hábitat de menor entidad y jerarquía serían los deno-minados Casales11 –o capanna en terminología portuguesa, menos amoldable anuestra región– (Pérez Losada 1996: 87), de escaso desarrollo arquitectónico,menor dispersión de sus vestigios (alrededor de 400–300 m2) y una ocupaciónsemejante a dicha difusión. Este tipo de arqueositios son los más habituales enla TDL (entre 5–10 yacimientos pueden ser definidos de este modo12), demar-cando el carácter rural y productivo de la estructura social y de poblamiento deesta región en época antigua.

A nivel topográfico (Fig.5), tanto Aglomerados Se-cundarios coma Villae degran tamaño tienen un pa-trón de poblamiento comúne identitario: zonas de peni-llanura, abiertas, de cierta al-titud, conectados a lasprincipales calzadas localesy regionales, con una óptima

Revista Aquae Flaviae, N.º41 - Chaves 2009 Pág. 344

Figura 5. Mapa del poblamiento romanode la TDL en relación a la pendiente delterreno. Obsérvese los cambios entre elpoblamiento castreño prerromano y ro-mano, así como entre este y los núcleosrurales abiertos.

Page 13: El poblamiento romano en la Gallaecia oriental

insolación y visibilidad, rodeados de amplios terrenos fértiles para la confec-ción de grande explotaciones de cultivos de secano y de regadío, por su proxi-midad tanto a pequeños ríos y arroyos, como a emergencias acuíferas.

Mientras villae de tamaño medio y casales, poseen unas características co-munes que los diferencian de los precedentes: laderas terminales de menor al-titud y bien resguardadas, con tierras que combinan el labradío y los pastos demenor valor productivo, situadas en el borde de la cuenca sedimentaria centralde Monforte o hacia los valles del Miño o del Sil, con una buena orientacióny próximos a arroyos de pequeño calado.

Espacialmente, muchas son las conclusiones a las que podemos llegar. Lasfunciones de distribución y densidades de Poisson y del vecino más próximode Clark–Evans (Hodder y Orton 1990: 55) definen como ordenado/regular laubicación de estos arqueositios, en donde las variables para articular el pobla-miento es la explotación integral del territorio comarcal según los recursos dis-ponibles, y cuyo objetivo último es la tributación. El resultado de la dominaciónromana (Fig. 5) es un cambio en la ocupación del espacio debido a la intensi-ficación de la producción agropecuaria en el sector occidental y meridional(sobre todo en las penillanuras periféricas a los valles del Sil y del Miño), laintensificación ganadera en el sector septentrional y oriental, y por supuesto,la explotación a gran escala de los recursos mineros de este último sector, endonde el poblamiento se densifica con respecto al mundo prerromano. La in-tensificación de la producción del policultivo agrario y de la ganadería tienecomo objetivo ya no solo la simple subsistencia sino el pago del tributo im-puesto y el acaparamiento de excedente por parte de la oligarquía dirigente ysu comercialización a través de las redes distributivas del Imperio. La intensi-ficación en la explotación de los recursos mineros, repercutiría de manera di-recta en el Estado.

S. Vicente de Castillós es el asentamiento rural abierto romano más im-portante de la TDL. Además de sus prolijos vestigios, que caracterizan comoAglomerado Secundario, a nivel arqueológico territorial presenta una jerarqui-zación y pseudocentralización de la estructura de poblamiento de la civitas.

Decimos pseudocentralizado porque la articulación del poblamiento de laTDL revela al menos dos zonas dinámicas muy diferenciadas bajo el poder deRoma. El sector oriental –el ayuntamiento de Pobra de Brollón y una parte del

Revista Aquae Flaviae, N.º41 - Chaves 2009 Pág. 345

Page 14: El poblamiento romano en la Gallaecia oriental

de Monforte– es una micro–región esencialmente minera y con un poblamientogalaicorromano basado en el castro, relacionado con los trabajos extractivos.Si recordamos datos del mundo prerromano, era una zona apenas poblada, oal menos con una menor densidad de castros en su interior. En esta zona nocontamos con un poblamiento rural romano abierto –solo A Ponte en Brollónestá próxima– y este espacio parece articularse a sí mismo con un único obje-tivo: la rentabilidad efectiva de la minería, permaneciendo al margen de losprocesos de hábitat y de la ordenación del poblamiento del sector occidental.La dinámica de articulación que se establece en el valle del Lor por ejemplo,relaciona a los castros de fondo de valle y castros de ladera o cumbre, optimi-zando la explotación de las bases económicas de la cuenca fluvial, es decir, losrecursos mineros como objetivo principal y el suplemento agroganadero paracubrir las necesidades de la población centrada en los trabajos mineros. El cas-tro en esta zona es algo más que un complemento, es la base de la explotacióndel territorio y de la estructura de poblamiento. Eso sí, un castro que no tienenada que ver con el prerromano. Es solo un continente en manos del poder yla organización romana, que ya no refleja la estructura social y política de sushabitantes.

En cambio el sector occidental contiene a la práctica totalidad del pobla-miento rural romano abierto13. No obstante el castro no desaparece en épocaromana en esta zona. El aumento de poblados de una u otra naturaleza, provocauna mayor intensidad de los trabajos agrícolas, como muestra la topografía delos nuevos y viejos asentamientos situados en las mejores y más fértiles tierrasde cultivo.

El resultado de esta bipolarización territorial de la TDL en dos zonas muydinámicas (Fig. 5) queda patente en el paisaje, con un sector occidental de baseagropecuaria con poblamiento intercalar (disperso y concentrado), y un sectororiental cuyo hábitat fundamental es el castro y su propósito la explotación mi-nera. Cuando el interés de Roma en la minería decae, repercute en el pobla-miento que también decae en intensidad, hecho que va a caracterizar elpoblamiento altomedieval de la TDL.

La combinación de un hábitat concentrado (tipo castro) y disperso (pobla-dos abiertos rurales) crea una red de poblamiento intercalar (Fig. 5) que es laimagen de la nueva organización socio–política y de las nuevas formas de de-

Revista Aquae Flaviae, N.º41 - Chaves 2009 Pág. 346

Page 15: El poblamiento romano en la Gallaecia oriental

pendencia social, fruto de los cambios estructurales tras la conquista. Por lado,poblados que concentran a la población en base a una organización suprafa-miliar; y por otra parte, poblados dispersos ex novo, unifamiliares (excepto talvez los vici), que albergan estructuras familiares simples o complejas, segúnsu posición socio–económica, reflejada en el prestigio de sus hogares.

El diseño de la red de poblamiento se efectúa de manera lineal, estable-ciendo una relación intensa entre los poblados del sector occidental gracias auna espesa red viaria de carácter regional y local, cuyo centro y paso obligadoen muchos casos es S. Vicente de Castillós. Este posible Aglomerado Secun-dario muestra una posición excepcional con respecto al resto de núcleos dis-persos y con los más importantes poblados castreños galaicorromanos delsector occidental. Tanto por su rango/tamaño, la importancia y prestigio de loshallazgos en sus inmediaciones, su situación estratégica y central aprovechandouna elección topográfica óptima, así como por su posible ascendencia sobre elresto de enclaves, podemos concluir que Castillós debió ser el núcleo centraljerárquico de la articulación del poblamiento rural galaicorromano de la TDL.Es decir, este enclave representa una factible caput civitas de la antigua TDL,la civitas lemavorum. Un centro con un desarrollo cronológico amplio en épocaromana (s. I–V d.E.) y con facultades administrativas (¿incluida la gestión fis-cal?) y comercial, como muestran algunos de sus hallazgos (Pérez Losada2002: 189). Si bien es cierto, el enclave de Proendos también ejemplifica unaascendencia y jerarquía sobre el territorio meridional de la TDL, pero puedeque en una cronología más avanzada que Castillós, como muestra su ergología(s. III–V).

En general, se documenta un aumento de la densidad de poblados (y de lapoblación) que afecta al sector nuclear (occidental) del poblamiento de la TDLdesde época prerromana (y megalítica), pero también, y en mayor medida enlas zonas periféricas a aquel sector, es decir, la zona meridional, oriental y sep-tentrional. El auge de la población parece ser un hecho consumado, que ademásse ve interconectado con una redistribución general de la población sobre elterritorio de la TDL, y en la que la minería juega un papel esencial.

El mundo rural de la Gallaecia oriental hubo de articularse desde sí mismo,con un modelo social y territorial autónomo, sin tener que asumir el modeloclásico de romanización basado en la ciudad y en la sociedad cívica.

Revista Aquae Flaviae, N.º41 - Chaves 2009 Pág. 347

Page 16: El poblamiento romano en la Gallaecia oriental

4. La inercia tardorromana y altomedieval: indicios del doblamiento du-rante la antigüedad tardia en la Tierra de Lemos

El poblamiento de la TDL en época tardorromana y altomedieval certificaen la mayoría de los casos una continuidad desde el pasado inmediato romano.Más del 50% de los asentamientos romanos tienen indicios de permanecer ha-bitado en los siglos posteriores, aunque no siempre con las mismas estructurasmuchas veces abandonadas u ocupadas por necrópolis altomedievales. Su cris-tianización también es evidente, tanto en la creación de iglesias y capillas deculto, como de cementerios parroquiales que se van fosilizando en el entornode los antiguos asentamientos romanos y las parroquias rurales. El resultadoes un poblamiento agregado al galaicorromano, como certifican las funcionesde distribución y densidades de Poisson y Clark–Evans.

Algún que otro castro también se mantiene en activo como hábitat, con-vertido en castronela o bastión defensivo (Castelo pequeño, p.ej.) dentro de unpaisaje político mucho más inseguro y controvertido que en el mundo galai-corromano. La naturaleza de cada una de esas re–ocupaciones de estos pobla-dos aún está por determinar.

Se ha hecho hincapié en muchas investigaciones que tras el fin del dominioromano, la tradición indígena se hace patente en el poblamiento altomedievalpor las presuntas concomitancias entre la topografía y la territorialidad castreñay de las parroquias altomedievales. La construcción de iglesias en el entorno/in-terior de los castros (Fig. 6) es entendida como muestra de la pervivencia delcastro como hito de referencia del poblamiento.

Pero los datos de laTDL nos acercan a otrarealidad. La estructurade poblamiento romanase mantiene, aunque nopermanece inmóvil sinoque sufre cambios signi-ficativos. El primero queel sector oriental–mi-nero pierde importanciadentro de la comarca al

Revista Aquae Flaviae, N.º41 - Chaves 2009 Pág. 348

Figura 6. Mapa de yacimien-tos castreños con estructurascristianas en su interior o cer-canía.

Page 17: El poblamiento romano en la Gallaecia oriental

abandonarse la explotación a gran escala de los recursos mineros. Solo los en-claves con una vocación agropecuaria o comercial en relación a la red viaria,perviven en el territorio pero con una escasa presencia.

El sector occidental sigue siendo el más poblado de la TDL y los asenta-mientos romanos mantienen su función de hábitat como los demuestran los ha-llazgos cerámicos o las necrópolis de su entorno. Una continuidad que enalgunos casos es directa, pero en otros indirecta, con un salto o prolongacióndel hábitat hasta el s. IX–X. Las parroquias altomedievales que cuentan conun poblado rural abierto galaicorromano enlazan directamente con estos, de-mostrando el hábitat encadenado entre una época y otra. Y muchos de los cas-tros que tienen en sus inmediaciones una iglesia o capilla que pueda tener unorigen altomedieval14 (caso de Licín en O Saviñao, o Sucastro en Bóveda) pre-sentan una clara e importante ocupación romana (Fig. 6).

Es evidente el papel destacado del castro en el paisaje rural gallego durantetoda época histórica, pero sus caracteres territoriales/políticos hace tiempo quehabían desaparecido.

La territorialidad y la articulación del poblamiento romano siguen patentesde una manera inercial en la Alta Edad Media, sancionada y admitida por lanueva élite social, los dirigentes hispano–godos y la jerarquía eclesial. El po-blamiento altomedieval se diseña desde el mundo galaicorromano, no desde elprerromano. Solo a partir del siglo VIII–IX parece documentarse una rupturadefinitiva con el modelo de poblamiento establecido por los intereses de Roma,que sobrevivieron de manera rutinaria en la antigüedad tardía. Esta dinámicase basa en una estructura de poder que no ha mutado radicalmente, a diferenciadel proceso sufrido con la conquista romana, ya que no se produjo una disolu-ción de las formas sociales romanas sino una transformación o canalizaciónlenta y progresiva que ya había comenzado durante el Bajo Imperio, cuando seempieza a documentar el aumento de los domini que asientan su poder en susposesiones rurales, la dependencia del campesinado mediante el colonato y laascendencia de las instituciones cristianas15 sobre la sociedad y el poblamiento.

El proceso traumático del fin del Imperio de Occidente no estuvo relacio-nado en el interior galaico con una crisis de la ciudad clásica, que sustentabaparte de su progreso y desarrollo en el aprovechamiento del monopolio terri-torial–comercial del Mediterráneo.

Revista Aquae Flaviae, N.º41 - Chaves 2009 Pág. 349

Page 18: El poblamiento romano en la Gallaecia oriental

5. ConclusionesEl proceso de conformación del paisaje rural gallego es un proceso largo

y lineal pero no rectilíneo. Es un camino dilatado y sinuoso con muchas tran-siciones y alguna que otra discontinuidad. Una de las rupturas más transcen-dentales –aunque con pervivencias– lo supuso en el interior galaico, laconquista y dominación romana. La desaparición de la organización socio–po-lítica y territorial prerromana substituida por los intereses y modelos romanosde integración y asimilación, supuso una transformación radical del pobla-miento en particular, y del paisaje en general.

La cantidad y magnitud de los cambios producidos en la zona interior dela Gallaecia antigua demuestran que si entendemos la romanización comocambio, el interior galaico fue una de las zonas donde se produjeron transfor-maciones de mayor calado.

Sin embargo la trayectoria del poblamiento romano hasta la Alta EdadMedia no puede ser definida como una ruptura traumática. Hay una continui-dad difusa entre uno y otro período histórico, que no puede explicarse desdela territorialidad castreña sino desde el pasado más inmediato, galaicorromano.Un pasado en donde el mundo pre-feudal encuentra sus bases y fundamentos,sobretodo la nueva élite que está afianzando su poder político y territorial demanera definitiva.

El fin del ciclo histórico de la romanización de Occidente no se cerró conel retorno a la situación protohistórica precedente, sino que fue la raíz del na-ciente régimen feudal.

BibliografíaALARCÂO, J. (1996): “Aglomerados urbanos secundarios romanos de Entre-Douro-Minho”. A ci-

dade e o Mundo: Romanización e cambio social, ed. Concello de Xinzo de Limia: 167–179, Xinzo de Limia.CARBALLO ARCEO, L. X. (1986): Poboamento castrexo e romano da terra de Trasdeza, Ed. Xunta deGalicia. Santiago.FERRER SIERRA, S.; GONZÁLEZ FERNÁNDEZ, E. (1996), “Sustrato poboacional prerromano de LucusAugusti” en Lucus Augusti. 1. El amanecer de una ciudad, Edita Fundación Pedro Barrié de la Maza, p.329-419. A Coruña.GRANDE RODRÍGUEZ, M. (2007): “Aproximación á romanización da Terra de Lemos”. Revista Miniusnº XV, p. 117-135. Vigo.GRANDE RODRÍGUEZ, M. (2008): “Os lemavi a traversa das fontes literarias e epigráficas”. Revista Mi-nius, nº XVI, p. 135-163. Vigo.HODDER, I. y ORTON, C. (1990): Análisis espacial en arqueología. Crítica, Barcelona.MARTINS, M.; LEMOS F.S.; PÉREZ LOSADA, F. (2005): “O poboamento romano dos GalaicosBracarenses”, III Coloquio Internacional de Gijón. Unidad y diversidad en el Arco Atlántico en época ro-

Revista Aquae Flaviae, N.º41 - Chaves 2009 Pág. 350

Page 19: El poblamiento romano en la Gallaecia oriental

mana. Ed. Fernández Ochoa, C. y García Díaz, P.: p. 279–296. GijónPÉREZ LOSADA, F. (1996): “Hacia una definición de los asentamientos rurales de la Gallaecia: poblados(vici) y casas de campo (villae)”, Los Finisterres Atlánticos en la Antigüedad, p. 189–197. Gijón.PÉREZ LOSADA, F. (2002): Entre a cidade e a aldea. Estudio arqueohistórico dos “aglomerados secun-darios” romanos en Galicia. Brigantium, A Coruña.

1 Muchas veces los pueblos de la Gallaecia son equiparados al resto de comunidades de la cornisa cantábrica(Astures y Cantabros) en sus orígenes, tradiciones o costumbres. Lo que ha dado como resultado incómodosclichés y tópicos sobre estas comunidades norteñas.2 Las fronteras actuales de la TDL, que han funcionado tradicionalmente como límites de este espacio, serían:el cañon del Sil al sur, el valle del Miño al Oeste, la cuenca del Lor al este y las afloraciones montañosasseptentrionales que separan Lemos de Sarria.3 Varios documentos altomedievales certifican la identificación de Lemos con el territorio de los lemavi (vid.Grande Rodríguez 2008). 4 Este es un acontecimiento paradójico, porque el sector oriental de la TDL es la zona más rica en yacimientosauríferos primarios y secundarios, al mismo tiempo que cuenta con otras emergencias metalíferas como elestaño o el hierro, explotados a gran escala bajo autoridad romana.5 Este proceso se observa desde el Hierro I hasta el Hierro II: se va perdiendo altitud, protección e intervi-sibilidad, a cambio de ganar potencialidad agropecuaria, a través de la colonización de las laderas mediasen los valles fluviales y los sectores elevados de la cuenca sedimentaria. Esta tendencia será aprovechadapor Roma, fomentando en algunos casos la vocación agropecuaria de algunas aldeas.6 Solo Lucus Augusti se diseña como una autentica ciudad, cúspide del ordenamiento político–administrativode su convento. Pese a ser poseer el máximo rango en la jerarquía de poblamiento, tal vez no articule de unamanera integral el espacio rural que tiene a su alrededor (Ferrer Sierra y González Fernández 1996: 330),aunque aparezcan asentamientos relacionados con el comercio y provisión bidireccional entre la capital con-ventual y dichos núcleos rurales de su entorno.7 Estos quedaron supeditados al imperio mediante la deditio (rendición) que puso fin a la conquista, y supusola pérdida de la propiedad de sus hábitats y sus tierras, que le fueron devueltos en régimen de explotación acambio del pago de impuestos y contraprestaciones. 8 La causa de esa visión simplista es la identificación mecánica del hallazgo de tegulae y materiales de cons-trucción romana con la existencia de una casa de campo residencial de la élite social galaicorromana, apli-cando esquemas historiográficos que asumen el modelo clásico mediterráneo.9 En el norte ourensano la Vía XVIII va a revolucionar los primeros pasos del poblamiento romano y dife-renciará este sector del resto de la región interior debido a su importancia administrativa, económica y co-mercial.10 Para analizar dichas entidades tomaremos como referencia la terminología aportada por Pérez Losada(1996) arraigada en sus amplios estudios sobre el poblamiento de la Gallaecia y que entran en consonanciacon otros esquemas sobre el poblamiento rural romano del norte de Hispania (Alarcâo 1996; Martins et Alii2005).11 Son sitios productivos de escaso desarrollo arquitectónico y tamaño –sobre 400 m2–, que en algún casoson juzgados como alpendres, cabaña, hornos o molinos familiares que podrían formar la pars rustica deuna villa de mayores dimensiones (Alarcâo 1996: 175).12 Algunos de estos posibles casales pueden ser S. Xulián de Tor en Pantón, Souto Chanteiro, Agro das Me-dorras y As Pedras en Sober o Souto en Bóveda. Casos que presentan una problemática mayor son Santallade Licín en O Saviñao, donde hay un castro con presencia romana, estructuras destruidas de una posibleedificación romana de escasa entidad y un cancel marmóreo de un probable templo o mausoleo paleocris-tiano; y As Eirexas, en Pantón, que se sitúa cerca de una mina romana próxima de escasa entidad.13 Esta dinámica es curiosa, ya que es un tópico que las zonas mineras sufrieron una más rápida y profunda

Revista Aquae Flaviae, N.º41 - Chaves 2009 Pág. 351

Page 20: El poblamiento romano en la Gallaecia oriental

romanización, sin embargo observamos como en la TDL, la micro–región minera oriental tiene un pobla-miento basado exclusivamente en la tipología de hábitat tradicional indígena, mientras que el sector occi-dental, con base agropecuaria y de menor importancia minera, posee una estructura fundamentada en hábitatsrurales abiertos de tradición romana.14 Otras muchas iglesias o capillas que se encuentran dentro o en las cercanías de un castro, no representanuna continuidad entre dichas estructuras de hábitat. Son entidades eclesiales que se erigen más tarde, en els. X–XII o en el XVII–XVIII (algunas con una clarísima advocación post-trentina), fruto de la colonizacióneclesial del rural en la Plena Edad Media, o de la efervescencia religiosa barroca.15 Este hecho es fundamental para explicar la supervivencia de la estructura de poblamiento y explotacióndel territorio del interior galaico durante la tardorromanidad (s.V–VI a.E.) y la Alta Edad Media (s. V/VI–IX/X). Los cargos eclesiásticos copian y mantienen la estructura administrativa romana, identificándosecomo continuadores del mundo clásico. Además, los cargos eclesiásticos pertenecen en la mayoría de loscasos a la élite social de tradición galaicorromana, y con intereses en la continuidad del status quo social yterritorial. Algo que expresa a la perfección la obra y el personaje de Hidacio de Chaves.

Revista Aquae Flaviae, N.º41 - Chaves 2009 Pág. 352