El diálogo del novelista y su sombra

download El diálogo del novelista y su sombra

of 15

Transcript of El diálogo del novelista y su sombra

  • 7/29/2019 El dilogo del novelista y su sombra

    1/15

    El dilogo del novelista y su sombraen Habitacin para hombre solode Segundo Serrano Poncela

    Carlos VidalesDepartamento de Espaol, Portugus y Estudios Latinoamericanos

    Universidad de Estocolmo

    PonenciapresentadaenIIInternationalSimposium-HispanicPresenceinthe

    UnitedStates,TeachersCollege,ColumbiaUniversity,May25-262002,ALDEEU.

    Introduccin

    Puede parecer superfluo un nuevo estudio sobreHabitacin para hombre solo1, despus de losexcelentes trabajos que ya se han publicado sobreel tema2. Mi artculo no tiene otro objeto que el deproponer algunas reflexiones complementarias. Elmtodo empleado se acerca al que SerranoPoncela utiliz en sus ensayos sobre otrosautores3: es decir, el de tratar de descifrar, a partirdel anlisis del texto, algunos estratos afectivos ydramas existenciales subyacentes en la obra delescritor. El mtodo es discutible, porque se corre

    el riesgo de confundir al autor con su obra. Pero me anima la invitacin deSerrano Poncela: "toda creacin literaria es un mensaje cifrado con el que se trata dehacer inteligible la oscuridad existencial".4

    1 Barcelona, Seix-Barral, 1963. De esta edicin proceden todas las referencias del texto, entre

    parntesis. Las referencias de otras obras se explicitan en notas de pie de pgina.2 Imprescindibles son: Marisa Franco-Steeves, "Versiones de la memoria en Habitacin para hombresolo de Segundo Serrano Poncela", De la catedral al rascacielos (Actas de la XVII Asamblea General de

    ALDEEU), eds. Rafael Corbaln Torres, Gerardo Pia Rosales y Nicols Toscano Liria(ALDEEU, 1998).; Gerardo Pia Rosales, La obra narrativa de Segundo Serrano Poncela - Crnica deldesarraigo (The Edwin Mellen Press - Spanish Studies, Volume 1, 1999).; Jos Snchez Reboredo,"La novelstica de Segundo Serrano Poncela", Cuadernos Hispanoamericanos.Nos. 473-74, noviembre-diciembre (1989). El libro de Pia Rosales es el estudio ms completo publicado sobre la obra deSSP.

    3 Por ejemplo, Segundo Serrano Poncela,El secreto de Melibea y otros ensayos(Taurus, ColeccinPersiles, 8, 1959b)., que incluye, entre otros ensayos: "El secreto de Melibea"; "Estratos afectivos en

    Quevedo"; "Un raro: Silverio Lanza"; "Ganivet en sus cartas"; "El tema de la existencia en lageneracin del 98"; "Eros y tres misginos (Unamuno, Baroja, Azorin)".

    4 Citado por Pia Rosales, La obra narrativa de Segundo Serrano Poncela - Crnica del desarraigo.

  • 7/29/2019 El dilogo del novelista y su sombra

    2/15

    2

    Por otra parte, Habitacin para hombre solo contiene datos autobiogrficosdeliberadamente mezclados con otros que no lo son: "Simplemente se hareconstruido un pasado falso con elementos imaginados o ajenos entre loscuales aparecen algunos propiosapenas visibles entre el follaje" (p. 146, lascursivas son mas). Porque cuando se escribe sobre s mismo "hay quefragmentar y alienar, pasar a otros la historia en prstamos sucesivos" (p. 146).Es legtimo, entonces, el intento de recuperar algunos de esos fragmentosenajenados.

    Algunos datos biogrficos

    Segundo Serrano Poncela naci en Madrid en 1912, en el seno de una familiade clase media. Su padre, un hombre culto, abogado, de ideas socialistas

    moderadas, pero fiel sin duda a ciertas tradiciones seculares, bautiz a este hijocon el nombre que deba indicar su lugar en el orden de la descendencia:Segundo. El dato es interesante, aunque no sea posible discutir aqu teorasacerca de cmo y en qu medida el nombre puede haber influido en laformacin de su carcter5. Graduado en Filosofa y Letras en la Universidadde Madrid, inici estudios de Leyes que nunca concluy, pues desde muyjoven dedic sus mejores energas a la poltica. Instaurada la Repblica en1931, se incorpor a las Juventudes Socialistas y, dentro de ellas, a la fraccin

    pro-comunista dirigida por Santiago Carrillo, fraccin que al promediar el aode 1935 impuso la unificacin de las juventudes socialistas y comunistas. Paraesta poca Serrano Poncela ya haba publicado varios libros de carcterpoltico, de los cuales solamente uno se ha conservado en bibliotecaspblicas6. Al estallar la guerra civil y producirse el sitio de Madrid, SSP fuedesignado Delegado de Orden Pblico por la Junta de Defensa. En aquellosmomentos, abandonada la capital por el Gobierno republicano, la Delegacinde Orden Pblico se ocup de la seguridad interior, lo que incluy la

    represin contra la quinta columna. A comienzos de diciembre de 1936, SSP

    5 La lista de segundonesvoluntariosos en la historia es inacabable: George Washington, SimnBolvar, Jos de San Martn, el infante Don Juan Manuel, Francisco Franco, Fidel Castro, el Papa

    Juan Pablo II, John F. Kennedy, Edgar Allan Poe, Alexander von Humboldt, el rebelde TpacAmaru... La lista debera comenzar con el bblico Can, nuestro padre comn. El escritor FranciscoAyala ha puesto especial atencin al carcter de segundnde SSP, de quien dice entre otras cosas:"nunca pona su nombre de pila, sino tan slo la inicial".Vase Francisco Ayala, Recuerdos y olvidos(Alianza Editorial, 1988).

    6 Segundo Serrano Poncela,El Partido Socialista y la conquista del poder(Ediciones L'Hora, 1935)..Prlogo de Luis Araquistain. En esta obra sostiene SSP la necesidad de impulsar la insurreccinarmada para la instauracin, mediante la fuerza, de la dictadura del proletariado, expulsando delsocialismo a los elementos reformistas y estableciendo la unin revolucionaria con la IIIInternacional.

  • 7/29/2019 El dilogo del novelista y su sombra

    3/15

    3

    firm un documento en que se ordenaba la puesta en libertad de un nmerode presos hasta entonces recludos en la Crcel Modelo. La circunstancia deque esos presos fueran asesinados en masa pocas horas ms tarde, junto conotros miles de vctimas, en Paracuellos del Jarama, se utiliz posteriormentepara acusarlo de complicidad activa en este horrible crimen. El episodiomarc para siempre la vida de este exiliado, cuya culpabilidad, sin embargo,jams fue probada. Ya en enero de 1937 SSP haba desaparecido de la vidapoltica activa y roto sus vnculos personales con Santiago Carrillo, aunqueasisti al Congreso de las Juventudes Socialistas Unificadas y escribi unfolleto sobre este evento7. Fue su ltima produccin escrita de carcterestrictamente poltico. Despus del triunfo franquista, la persecucin desatadacontra l y su familia fue feroz: "su hermano Francisco muri fusilado y supadre fue a parar a la crcel para acabar luego no menos trgicamente que el

    hijo"8. SSP sali al destierro y viaj por Francia, frica, el Caribe y EstadosUnidos. Recibi asilo en la Repblica Dominicana y trabaj all comoperiodista, publicista y profesor universitario. Pas ms tarde a Puerto Rico yen 1968 se estableci en Venezuela, trabajando en la Universidad Central yparticipando despus en la fundacin de la Universidad Simn Bolvar, en lacual fue profesor hasta su muerte, en 1976. De su breve estada en los EstadosUnidos surgi su novela Habitacin para hombre solo, publicada en suelo espaolen 1963, cuando ya tena una abundante produccin de relatos, poemas,

    ensayos y artculos publicados en tierras americanas.

    La novela y su sombra

    Usar aqu la idea de "sombra" en su sentido ponceliano. El uso metafrico dela sombraes recurrente en Serrano Poncela: lo vemos por primera vez en unartculo publicado en Santo Domingo9 y ms tarde en sus reflexiones sobre suconcepcin de la creacin novelstica10. Aparece en ensayos sobre figuras del

    pasado11

    y est presente en muchos de sus relatos. Esta sombraes como el Bade los egipcios, es el alter ego de cada individuo, pero es tambin el recipientesilencioso de los dramas y frustraciones existenciales de cada uno. Esta sombra

    7 Segundo Serrano Poncela, La Conferencia Nacional de Juventudes(JSU de Espaa, 1937).

    8 Vicente Llorens,Memorias de una emigracin - Santo Domingo 1939-1945(Editorial Ariel, Esplugues deLlobregat, 1975).

    9 Segundo Serrano Poncela, "El Hombre y su sombra", La Nacin.No. 2294, junio 11 (1946c).

    10 Segundo Serrano Poncela, "El novelista y su sombra", nsula.No. 235, junio (1966a).

    11 Por ejemplo: Segundo Serrano Poncela, "La sombra de Tcito", Cuadernos Americanos.Ao XX,No. 3, mayo-junio (1961c).. Incluido ms tarde en Segundo Serrano Poncela, Literatura y subliteratura(UCV, Coleccin Temas, 1966b).. Tcito es aqu la "sombra gigante", moralizante, de Roma (131).

  • 7/29/2019 El dilogo del novelista y su sombra

    4/15

    4

    ser la voz narrativa, inominada, de Habitacin para hombre solo. Ella contarcosas que este hombre solo no puede o no quiere contar l mismo de maneradirecta. No es la voz del autor, pero es la que transmite su "mensaje cifrado".

    La novela se divide en tres partes bien diferenciadas: en la primera, la voz

    narrativa, innominada, se dirige al personaje central, igualmente innominado yle habla desde adentro usando la segunda persona. Se trata de un monodilogo.Ya desde la segunda frase: "...lo sabes y te complaces en repetirlo" (p. 5),queda establecida esta comunicacin especular entre el personaje y sunarrador interior. El personaje el hombre solo innominado se reconocer as mismo como ante un espejo. A lo largo de este discurso entrecortado, en elque se entrelazan los acontecimientos del presente con los recuerdos ycavilaciones del personaje, el lector se va transformando en co-autor del tejido

    narrativo. El personaje deja de ser unprotagonistaen el sentido de la novelaclsica y ejerce como agonista(as lo llamar en adelante) en el sentido de lanivolaunamuniana12. Es el eterno dilogo del hombre y su sombra, su alter ego,su Ba. La segunda parte, tituladaNumina rerum(Los nombres de las cosas)13est constituida por tres poemas: en dos de ellos ("Helena" y "Marina") elagonista toma la palabra valindose de la metfora potica para expresarexperiencias sensuales, lbricas y pasionales, interrumpidas por la quebrada

    voz del desterrado:

    Soy una triste ruina de aljibes y remiendos ("Helena", p. 130)

    sumo tiempo con sueo, renuncia y calendario. (Ibid.)

    Un aburrido hidalgo, una tranquila momia... (Ibid.)

    Soy una triste soga, un hmedo remiendo... (Ibid., p. 132)

    12 Para una discusin sobre el relato especular, vase Lucien Dllenbach,El relato especular, trad.Ramn Buenaventura (Visor, 1991).; la importancia del texto como tejido o urdimbre, en p. 129.

    Aunque la narracin en segunda persona es de vieja data, cabe recordar que tena cierta popularidaden la poca en que se public Habitacin para hombre solo. Un ao antes que SSP, Carlos Fuentes lautiliz en La muerte de Artemio Cruzy en su breve novelaAura, historia de brujas y de sueos queexpresa la angustia de la verdadera identidad.

    13 SSP dedic mucha atencin al tema de los nombres de las cosas y las relaciones entre numen,poesa y mito: Segundo Serrano Poncela, Formas simblicas de la imaginacin(Equinoccio, Ed. de laUniversidad Simn Bolvar, Coleccin Parmetros, 1974).. Ver en particular pp. 37-42 y todo elCap. III: "Numen y Mito".

  • 7/29/2019 El dilogo del novelista y su sombra

    5/15

    5

    De mis huesos descargo furiosas elegas... ("Marina", p. 134)

    En el tercer poema ("The Banks of the Hudson"), la voz narrativa retomala palabra y se dirige al agonista, interrumpiendo las imgenes erticas pararecordarle: "Eres un hombre oscuro, un triste aqueo solitario, un guerrero singrebas" (p. 136).

    La ltima parte de la novela, titulada Paralipomena(Las cosas omitidas)14, esuna serie de cinco secuencias memoriosas en las que se alternan imgenesdolorosas de la infancia (la muerte de la madre) con testimonios existencialesdel pasado reciente en el Caribe. Aqu habla la voz innominada, pero ya no se

    dirige al agonista sino al lector, refirindose a su personaje en tercera persona.Cierran la obra dos poemas, supuestamente escritos por Helena y traducidospor la voz narrativa, indicando que el agonista los ha encontrado en el bolsillo deuna chaqueta: clara alusin al olvido de las cosas presentes por parte delpersonaje, sumido siempre en el recuerdo angustiado de las cosas pasadas.

    El asunto de la novela es el desarraigo, el destierro, el desdoblamientodoloroso del exiliado entre lo que fue y lo que es, entre un pasado que seaora y se rechaza y un presente fragmentado de vivencias pasajeras. El futuro

    no existe. Es una bruma formada de recuerdos y de imaginaciones. Elpresente ofrece material suficiente para contar varias historias, pero laargamasa que las une a todas ellas y les da coherencia es el pasado, con susrecuerdos confesos e inconfesados. Porque en el ejercicio atormentado de lamemoria hay silencios, omisiones, vacos que evocan con sordina el verso deMachado: "mi vida, algunos casos que recordar no quiero".

    Tres aos despus de la publicacin de la novela, Serrano Poncela dir:"Un escritor de raza siempre est contndose a s mismo desde s mismo...

    Nada se aprende fuera de uno mismo". Y tambin: "Regla de oro: tratar deconocerse bien a s mismo en cada situacin, a travs de cada criaturaimaginada. Ellas son como caras de un prisma, partes y todo, a la vez, delescritor"15. En esas dos afirmaciones se resume, me parece, toda la fuerzadramtica de Habitacin para hombre solo.

    14 El ttulo ha sido sin duda tomado de los Parerga y Paralipmenade Schopenhauer, cuya influencia

    es evidente en los pasajes ms pesimistas de la novela, especialmente en lo que se refiere al carcterilusorio de la existencia.

    15 Serrano Poncela, "El novelista y su sombra".

  • 7/29/2019 El dilogo del novelista y su sombra

    6/15

    6

    Pia Rosales distingue tres planos en la novela: el circunstancial, el mtico yel existencial16. Al primero pertenecen las vivencias del agonista en el trpico yen los Estados Unidos. En l se incluyen relatos (ancdotas, fbulas) de gran

    vigor narrativo, como la historia de Bernardim Gamboa y su mulata Marina,que es toda una novela, contada en episodios interrumpidos por los recuerdosy las vivencias del agonista. Al segundo plano corresponden las experienciastraumticas o desoladoras que asumen proporciones mticas en la imaginacindel agonista. En el tercero se desarrollan los dramas existenciales, metafsicosdel desterrado, su dilogo interior entre recuerdos traumticos de la guerra y elexilio.

    El exiliado y sus letras

    Desde el comienzo sabemos que el agonista es un desterrado. Todas suspreocupaciones y recuerdos giran en torno a esta condicin. Este desterradoes un ilegal, no tiene sus papeles en regla (p. 37). Pero no es un ilegalcualquiera: es un intelectualque explicita siempre su marcos de referencia, losmarcos dentro de los cuales l juzga y espera ser juzgado: "yo soy uno de esoshombres que llaman hombres de letras, un letrado" (p. 12). Tiene una relacin

    ntima con los libros, que constituyen la mdula misma de su existencia. En lamodesta habitacin del hotel de Nueva York, la pobreza del hombre solo se

    resume en el inventario de unos cuantos "peridicos y algn libro, aunque nomuchos (testimonio de tu vicio y tu culpa)" (p. 7). Ms adelante, cuando elagonista discute con Myra sobre la soledad, con argumentacin libresca, la voznarrativa comenta: "...t creas en lo que estabas diciendo, de acuerdo conciertas tradiciones literarias que an conservas..." (p. 9)

    La voz narrativa asume una posicin crtica cuando describe la actitudlibresca del agonista en el curso una hipottica conversacin con Myra. Sabeque el exiliado habra empleado referencias eruditas, nombres mitolgicos

    oscuros y luego, constatada la ignorancia de Myra, "t explicaras, henchido elvientre de flato pedante" (p. 11). Esta irona no impide que la misma vozutilice el recurso de la erudicin cada vez que intenta definir el dolorosodrama del destierro y la soledad: "eres un meteco", "un aplida", son las formasms elementales de esta actitud. Pero las hay ms complejas: en el extensoprrafo en que se intenta medir la enorme tragedia del exilio colectivo despusde la catstrofe de la guerra civil, la voz narrativa se remonta al poemahomrico y cuenta cmo "aquellos rudos aqueos, al decir del rapsoda, hundida

    ya Troya en la lejana nube de la memoria" (p. 56) fueron dispersados como

    16 Pia Rosales, La obra narrativa de Segundo Serrano Poncela - Crnica del desarraigo.

  • 7/29/2019 El dilogo del novelista y su sombra

    7/15

    7

    parias por la faz de la tierra, "escogidos para ambular, sin paz ni alegra, por lasgrandes y pequeas ciudades del mundo; sumergidos en el recuerdo de unayer que jams volver" (p. 57). Aqu y all surgen nombres ajenos al hombrecomn pero comunes para el hombre de letras. Se incluyen en el texto citas enlatn. Los ttulos de las secciones de la novela estn escritos en latn y engriego. No es posible evitar la idea de que es el propio autor quien tiene"henchido el vientre de flato pedante". Tal ha sido, al menos, la interpretacin decrticos como Ayala, Llorens y Fernndez Granell17. A m me parece que bajoesta actitud se ocultan un mecanismo de defensa y una fuerte necesidad deautoafirmacin, tal como el propio Serrano Poncela lo confiesa oblicuamente en su ya citado ensayo sobre el quehacer novelstico:

    Claro est, las lgrimas, el dolor y la muerte son formas muyrespetables de expresin humana y no cabe ironizar con ellas. Dira queson las nicas respetables cuando el hombre va al fondo de s mismo.No las rehuyo, pero trato de defenderme hasta el ltimo momento trasla irona. Esta, ms dbil a pesar de todo, se quiebra cuando mis propiaslgrimas salen a la superficie. Entonces dejo de ser espectador eintervengo, bien como sacerdote, como fiel o como simple pertigueroencargado de apagar las velas.

    En uno y otro caso pretendo obrar con dignidad por respeto a mmismo y quiz por respeto al propio espectculo que no entiendo.18

    En otras palabras, el novelista elude mostrar sus lgrimas y cuando la ironano logra ocultar el huracn de emociones acude al ritual del iniciado, delsacerdote, la fra liturgia de la razn que "sirve slo para intercomunicar esaszonas superiores y heladas cuyo vrtice se llama inteligencia".19

    As, cuando el agonista asume conciencia de que "ama y odia a la vez estosrecuerdos aunque no podra prescindir de ellos" (p. 149), resuelve estaangustiosa situacin sin salida citando a Catulo, en latn: "Odi et amo...etc" ycontina hablando del problema psicolgico de Catulo, quien "se preguntacmo es posible: ama y odia su pasado", sabiendo al mismo tiempo "que fueradel pasado no hay vida, no hay absolutamente nada. Pasado cruel como una

    17 Ayala, Recuerdos y olvidos).; Llorens,Memorias de una emigracin - Santo Domingo 1939-1945).; entrevistade Pia Rosales con Fernndez Granell, citada en Pia Rosales, La obra narrativa de Segundo SerranoPoncela - Crnica del desarraigo

    ).18 Serrano Poncela, "El novelista y su sombra".

    19 Serrano Poncela, "El novelista y su sombra".

  • 7/29/2019 El dilogo del novelista y su sombra

    8/15

    8

    amante lbrica que hace llorar cuando todas las lgrimas parecen agotadas..."(p. 149). De esta manera el desterrado literaturizasus lgrimas y pone a Catuloa llorar por l.

    El sndrome del hidalgoEl exiliado letrado, el "hombre de letras", se enfrenta con horror a laperspectiva de perder status, de bajar en la escala social. Reproduce as laconducta del hidalgo pobreque prefiere morir de hambre antes que caer en elabismo de las clases trabajadoras:

    Una vez te propuso (Brown, el dueo del bar) ayudarle en el bar a

    cambio de la comida. Era una poca en que contemplabas cada monedaque se iba de las manos como se contempla la puesta del sol. Tratastede pensar en la conveniencia de aceptarlo desprendindote para ello deprejuicios morunos: el agua caliente, la escoba, los cacharros apiladosen el fregadero y recordar otras gentes de este pas que lavaron platospara labrarse un porvenir desde el fondo de la cocina. La respuesta fue,naturalmente: no, no puedo, tengo otros compromisos. Entonces,como ahora, te ocupabas de todo lo que puede hacer alguien como t

    sin envilecerse demasiado: dar lecciones de espaol a alguna damamenopusica, redactar prospectos comerciales, ser corresponsal enNueva York de peridicos inverosmiles editados en Catamarca, Cali o

    Asuncin. (pp. 18-19).

    Ahora bien, este sndrome del hidalgo muestra su otra cara cuando el letradoproscrito, reacio a "envilecerse" con el trabajo manual, acepta el oficioocasional de contrabandista, porque esto lo transporta a un mundo de

    azarosas andanzas en el cual puede volver a ejercer las artes aprendidas en elcurso de su recientes aventuras picas:

    ...cierta noche en un burdel entre eunucos y mestizas del Sahara,oliendo a sebo de candil, te propusieron tu primer negocio (tu primersalario de hombre libre): un contrabando de plvora, en barriles, parauna tribu argelina rebelde. Ancho es el mundo! Mucho habasaprendido en tu guerra: cnticos, bombardeos, banderas rojas,bicolores, tricolores, avidez para matar y morir. Se aprende mucho ydespus es til. (p. 43)

  • 7/29/2019 El dilogo del novelista y su sombra

    9/15

    9

    El episodio, probablemente no autobiogrfico, evoca la figura de otroletrado proscrito, endurecido como revolucionario en las barricadas de laComunay dedicado ms tarde al contrabando de armas en frica: Arthur

    Rimbaud.

    El desarraigo

    "Te obligaron a ser un vagabundo, un desarraigado, un inconforme" (p. 22).No importa dnde te encuentres, siempre estars en "otro final del mundo asu manera. Piensas que siempre te encuentras en algn Finisterre" (p. 33),porque, en fin de cuentas "t eres una raz podrida que el viento se lleva" (p.

    35). El desarraigo no es solamente un fenmeno espacial, es tambin temporal:"Ya eras otro y no vala la pena contarlo. Para ti el tiempo carece dedimensiones, lo mismo es ayer que hoy, ayer que antes del da de ayer" (p. 23).El desarraigado se desquicia y enajena: en Nueva York "...no hacas nada,devorabas tus reservas, tus grasas de pocas ms suculentas. Consumas. Tienesroto un resorte, eso es todo" (p. 10). El desarraigo lo anonada, lo convierte en unser annimo: "Eras un triste aqueo melenudo y solitario, un guerrero singrebas, un hombre pequeo y oscuro. Eso eras." (p. 14). Ha perdido elderecho a su tierra, incluso como tumba: al llegar a la isla de "lujuria natural"

    en el Caribe siente que "...all viven a gusto los nativos porque nacieron dondelos enterrarn, cosa que probablemente no suceda contigo" (p. 12). Suexistencia se vuelve irreal, dudosa: "A veces te preguntabas: yo vivo en estemundo? Le pertenezco? Qu hago yo aqu?" (p. 35) y su identidad sedisuelve en el absurdo de la nada: "Ya no eres europeo, ni perteneces a estastierras; eres un aptrida, un nonsense, un meteco" (p. 42). Se siente agredidopor la indiferencia del entorno: "Pero Brown nunca te preguntaba quin eres.Ni te lo preguntara. No le interesa porque es de otra especie: la especie de

    ellos. Ellos son ellos, as de desinteresados. Y t quin eres? En aparienciauna especie a extinguir o ya extinguida. Un ectoplasma que medita" (p. 19).Finalmente, trata de ocultar su dolorosa conviccin de que el retorno a lapatria es imposible: "Le dijiste (al mdico), sabiendo que mentas, que tratabasde hacer dinero lo ms pronto posible para regresar a tu pas. A tu pas!Bueno, claro que mentas" (p. 21); y concluye con la desesperada y amargacerteza de que ser por siempre extranjero, sin remisin, en los desapaciblesterritorios del exilio (pp. 76-78).

  • 7/29/2019 El dilogo del novelista y su sombra

    10/15

    10

    Imaginacin y memoria

    "Ms all del inacabable ocano queda el otro mundo viejo. Olvdalo." (12)

    Pero es imposible olvidar, porque el presente es tenue, sin horizonte:

    ...piensas que el tiempo carece de futuro, compuesto de un pasadodevorador y proliferante, como el cncer, sobre una delgada piel depresente, por lo cual el hombre est destinado a ser lo que fue cuantoms avance de unas situaciones en otras (p. 18)

    El recuerdo, la memoria, se va convirtiendo poco a poco en la nica patriaposible del desterrado:

    Yo le dijiste hubiese permanecido voluntariamente en mi pas. Una

    familia tuve.

    Dnde le aguarda?

    En mi recuerdo. Ya desapareci. (p. 23)

    Pero la memoria es insuficiente porque es fragmentaria y arbitraria. Serecurre entonces a la imaginacin y a la ensoacin hasta llegar a la idea deque la vida es sueo: "Se suea con cebollas o se suea con el Empreo, pero, al

    fin, todo es soar" (p. 49). Ello no impide que el desarraigado intente, una yotra vez, echar races en sus recuerdos que "escapan hacia el pasado violentosy aulladores; destruyen la compostura y retornan a vivir" (p. 56). Entonces secree descubrir que "no se puede, impunemente, prescindir del pasado. Elhombre es siempre su pasado, crece de recuerdos como una madrpora, comola tierra, como los vegetales y cuando el pasado es un estercolero el hombre esestircol" (p. 63). La consecuencia es inevitable: hay que reinventarel pasado"con elementos imaginados o ajenos entre los cuales aparecen algunos propios

    apenas visibles entre el follaje. La imaginacin es el mejor sustitutivo de lamemoria" (p. 146). Se desarrolla as, a lo largo del texto, un dilogo, unainteraccin dinmica entre imaginacin y memoria, entre fabulacin yrecuerdo. La fuerza que pone en accin este inter-juego y que le permitemantener su tensin dramtica es, creo, un condicin afectiva que el agonistaconfiesa haber desarrollado en la adolescencia: "Accesos de emocin cuidadosamenteocultada" (p. 151, las cursivas son mas).

  • 7/29/2019 El dilogo del novelista y su sombra

    11/15

    11

    Relacin de amor-odio con el pasado

    Ya hemos visto que ama y odia su pasado, "esa especie de baba informe ycelular que fue tu vida vieja" (p. 40).

    No obstante, la sangrienta guerra civil que lo ha convertido en proscrito,

    ese "suicidio general" (p. 22), ser su guerra: cuando Mickey Capistrano cuentasu drama personal durante la guerra de Corea, dir la voz narrativa que"Mickey comenz a contar algo, una historia sucedida hace tiempo, durante laotra guerra no la tuya, ni la que fue de todos, sino otra, la de ellos..." (p. 27).Esta es sin duda una seal de identificacin, que prepara subliminalmente elnimo del lector para el exabrupto del agonista, dos pginas ms adelante: "Cambia el disco, recluta. Aqulla fue una guerra de verdad como la tuya y yosoy un licenciado forzoso, sin medallas ni pensin, al garete. Lo que se dice un

    tipo rojo y todo. De los que no gustaban a Mac Carthy, qu te parece?" (p.27). Es que la guerra, el horror en que se ha participado, marca a fuego en lapsiquis del exiliado su fatal ambivalencia: ella es la causa de su exilio y elmanantial de sus angustias y sentimientos de culpa, pero tambin es la fuentede su orgullo y el punto de referencia obligado de sus identificacionesideolgicas. Por eso "te duele reconocer que estabas equivocado; aoras loque dejaste atrs y prefieres no pensar en nada" (p. 42), aunque es imposibleolvidar que lo que se ha dejado atrs es "un tesoro sombro, un tesoro de

    carbones apagados" (p. 56).

    Culpa y justificacin

    Acosado por recuerdos que no explicita, el agonista busca salidas salvadorasen el laberinto de la conciencia: "...pensabas que nadie debe pedir a nadiecuenta de sus actos ms tarde..." (p. 10)

    El proceso psicolgico de la justificacin incluye aqu, como incluir ms

    tarde enEl Hombre de la Cruz Verde20

    los recursos de la culpa colectiva y de losacontecimientos, el destino, el azar: "...hablar del caos que te arrastr sindesearlo aunque aportaras a su desencadenamiento tu parte de hormiga.Mencionar, acaso, una azarosa contingencia porque la intervencin del azar enestas circunstancias eleva el relato a una dignidad trgica" (p. 11). Al comienzodel exilio, durante la breve estada del agonista en tierras africanas, se ensayauna vaga justificacin con el argumento de la inexperiencia juvenil: "habasdejado tu pas a causa de una aventura brbara y colectiva; una especie desuicido general que ahora no entendas. Pero entonces eras joven y el mundo

    20 Segundo Serrano Poncela,El hombre de la cruz verde(Editorial Andorra S.L., 1969b).

  • 7/29/2019 El dilogo del novelista y su sombra

    12/15

    12

    se extenda ante tus ojos como una golosina, una tarta donde se podan metera gusto los dedos." (p. 22)

    El agonista busca salidas retricas cuando es confrontado con el horror,como se evidencia en el episodio del emigrado judo Yejiel, quien cuenta la

    masacre del ghetto de Varsovia a su manera ("un da los alemanes pasaron acuchillo a todos, rociaron elghetto con gasolina y se llevaron a las muchachas alas casas de lenocinio del ejrcito... Yejiel se salv porque le hicieronenterrador y alguien tena que abrir las zanjas...") (p. 8). El personaje leresponde que esa es una leyenda antigua y agrega: "Usted se atormentademasiado repitindola y las gentes se aburren. Hay que saber sobrevivirse" (p. 8,las cursivas son mas).

    Pero al mismo tiempo mantiene un crtico dilogo interior elaborando un

    sincero ajuste de cuentas con su conciencia, segn se ve por la explicacinlacnica que da a Helena sobre sus silencios: "Estoy reconquistndome" (p.59).

    Reflexiones finales

    Largo y cuidadoso estudio mereceran temas como el amor o "el juego eternoentre mujeres y hombres: la soledad, el amor propio, deseos de hablar de ti

    mismo" (p. 17), la relacin sin horizonte que el hombre solo establece con"sus" mujeres, sus objetos, porque "...el calendario del hombre, a partir de suprimer da humano, se mide por mujeres: posedas, soadas, perdidas" (p. 48).Enorme cantera de investigacin sera el recuerdo de la madre muerta, nicaevocacin ntima que no se asocia a escapadas eruditas y que muestra,desnudo y puro, el llanto del hombre solo: "ella, mam, mamita, queridamadrecita ida y muerta para siempre" (p. 113)21.

    Confieso que no he podido adentrarme en esos territorios, sumido como

    he estado en mi apasionada participacin de lector, es decir, de co-autor deesta novela: leyndola, he puesto en ella mi propio desdoblamiento, mi propiodesarraigo, mi propia condicin de condenado a extranjera perpetua, mispropias batallas interiores entre el pasado amado-odiado y el presente sinporvenir22. Porque mi propia vida est hecha de una sucesin de exilios

    21 Un excelente anlisis de las versiones que sobre la muerte de la madre aparecen en la novela, esofrecida por Franco-Steeves, "Versiones de la memoria en Habitacin para hombre solo de SegundoSerrano Poncela")..

    22 Para una aproximacin al tema de los traumas psicolgicos del exilio, en especial del "hombre delatras" exiliado, ver Michael Ugarte, Literatura espaola en el exilio - Un estudio comparativo, trad. LorenaLastra (Siglo XXI Editores, 1999).. Para un estudio en profundidad, Paul Tabori, Anatomy of Exile(Harrap, 1972).

  • 7/29/2019 El dilogo del novelista y su sombra

    13/15

    13

    superpuestos que suman casi medio siglo. Valgan, pues, estas reflexionescomo el testimonio de un aprendiz de letras que es, como podran serlomuchos otros, personaje innominado y atormentado de Habitacin para hombresolo.23

    23 Sobre co-autora del lector y plurisentido del texto, Roland Barthes, "The death of the author",Image, text, music.1977 (1968). y Roland Barthes, "From work to text", Textual strategies. Perspectives in

    postestructuralist criticism, ed. Josu V. Harari, 1a. ed. (Cornell University Press, 1971).

  • 7/29/2019 El dilogo del novelista y su sombra

    14/15

    14

    Bibliografa

    Ayala, Francisco. Recuerdos y olvidos. Madrid: Alianza Editorial, 1988.

    Barthes, Roland. "The death of the author", en Image, text, music, New York,1977 (1968).

    ---. "From work to text". Textual strategies. Perspectives in postestructuralist criticism.Ed. Josu V. Harari. 1a. ed. London, Cornell University Press, 1979(1971): 73-81.

    Dllenbach, Lucien.El relato especular. Trad. Ramn Buenaventura. Madrid:Visor, 1991.

    Franco-Steeves, Marisa. "Versiones de la memoria en Habitacin para hombresolo de Segundo Serrano Poncela". De la catedral al rascacielos (Actas de la

    XVII Asamblea General de ALDEEU). Eds. Rafael Corbaln Torres,Gerardo Pia Rosales y Nicols Toscano Liria. Nueva York:

    ALDEEU, 1998. 205-13.

    Llorens, Vicente.Memorias de una emigracin - Santo Domingo 1939-1945.Barcelona: Editorial Ariel, Esplugues de Llobregat, 1975.

    Pia Rosales, Gerardo. La obra narrativa de Segundo Serrano Poncela - Crnica del

    desarraigo. Lewiston, New York: The Edwin Mellen Press - SpanishStudies, Volume 1, 1999.

    Snchez Reboredo, Jos. "La novelstica de Segundo Serrano Poncela", enCuadernos Hispanoamericanos, Madrid, Nos. 473-74, noviembre-diciembre(1989): 247-55.

    Serrano Poncela, Segundo.El hombre de la cruz verde. Andorra / Barcelona:Editorial Andorra S.L., 1969.

    ---. "El Hombre y su sombra", en La Nacin, Ciudad Trujillo, No. 2294, junio

    11 (1946).---. "El novelista y su sombra", en nsula, Madrid, No. 235, junio (1966): 1 y

    12.

    ---.El Partido Socialista y la conquista del poder. Barcelona: Ediciones L'Hora,1935.

    ---.El secreto de Melibea y otros ensayos. Madrid: Taurus, Coleccin Persiles, 8,1959.

    ---. Formas simblicas de la imaginacin. Caracas: Equinoccio, Ed. de la

    Universidad Simn Bolvar, Coleccin Parmetros, 1974.---. La Conferencia Nacional de Juventudes. Valencia: JSU de Espaa, 1937.

  • 7/29/2019 El dilogo del novelista y su sombra

    15/15

    15

    ---. "La sombra de Tcito", en Cuadernos Americanos, Mxico, Ao XX, No. 3,mayo-junio (1961).

    ---. Literatura y subliteratura. Caracas: UCV, Coleccin Temas, 1966.

    Tabori, Paul.Anatomy of Exile. Londres: Harrap, 1972.

    Ugarte, Michael. Literatura espaola en el exilio - Un estudio comparativo. Trad.Lorena Lastra. Madrid: Siglo XXI Editores, 1999.