EL CONFLICT EO N CHECHENIA ¿UN NUEVO...
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E L C O N F L I C T O E N C H E C H E N I A ¿UN N U E V O LÍBANO?
P A B L O T H E L M A N S Á N C H E Z R A M Í R E Z
A N T E C E D E N T E S
C O N E L D E R R U M B E D E L A U N I Ó N S O V I É T I C A , la geografía m u l t i n a c i o n a l de l espacio postsoviético se vio sumida en u n sombrío panorama de confl ictos interétnicos, terr i tor ia les , religiosos y políticos.
E l caso de Chechenia resulta b i e n representativo d e n t r o de l contexto de la Federación de Rusia; ha l legado a convertirse en u n factor decisivo y p r i o r i t a r i o en los asuntos de política i n t e r n a y más rec ientemente incluso en e l marco de la política exter ior , en los intercambios de Moscú con los d i r i gentes europeos y estadounidenses.
E l t e r r i t o r i o de Chechenia se encuentra situado en la porc ión centra l de l Cáucaso N o r t e , en las prox imidades de dos mares: el Negro y el Caspio. E n esta región hab i tan aprox imadamente u n millón c ien m i l personas, según las últimas cifras oficiales, las reportadas p o r e l censo de 1989. L a p r o porc ión de la población de or igen ruso ha manifestado u n a disminución ostensible en esta región desde finales de la década de los setenta a causa de la pérdida de i m p o r t a n c i a de los yacimientos petroleros de G r o z n i y poster i o r m e n t e , c on el in i c i o de los procesos independentistas chechenos en los noventa, este é x o d o tomó fuerza.
L a región de l Cáucaso es u n a zona que t rad i c i ona lmente h a servido de re fugio a todo t ipo de personas en los disímiles confl ictos que se h a n suced i d o a lo largo de siglos. Este f e n ó m e n o ha i n f l u i d o en la diversidad de nac iones /pueblos , culturas y lenguas que existen en la región.
Los nómadas, organizados en clanes patriarcales, f u e r o n sojuzgados d u rante siglos p o r los príncipes mongoles y kabardes. De hecho, los rusos, c on quienes también se en f rentaron durante décadas, f u e r o n los pr imeros que los comenzaron a l lamar "chechenos".
L a República de Chechenia se d i o a conocer en el marco in te rnac i ona l luego de hacer patentes sus aspiraciones independentistas y sus reiteradas negativas en desacato al poder central ruso. Sin embargo , ya desde la épo -
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ca zarista, los chechenos habían sostenido u n a enconada lucha contra los generales de l zar. Mansur U s h u r m a (1785-1791) y el imán Shami l (1834-1859) encabezaron la rebelión ant irrusa. Según la p r i m e r a edición de la Gran enciclopedia soviética, "desde 1818 hasta 1859 los chechenos f u e r o n los adversarios más activos y fuertes de l gob ierno zarista durante la conquista d e l Cáucaso". F ina lmente Rusia se anexó Chechenia en 1867 después de las guerras caucásicas l ibradas entre 1817 y 1864. Se rebe laron nuevamente en 1877 y en 1905.
D u r a n t e la guerra c ivi l rusa los chechenos l u c h a r o n , bajo su e m i r U z u n H a d a j i , c ontra el general D e n i k i n , de l bando blanco. Después de l t r i u n f o de la Revolución Socialista de Oc tubre (1917) , los rusos comienzan a intere sarse en Chechenia a causa de los yacimientos petrolíferos de Grozn i . Hasta aquel m o m e n t o los chechenos aún constituían u n a sociedad mayormente f eudal , sin los visos de modernización económica y social que Moscú in tentaba exportar . E n 1920 los soviéticos s u p r i m i e r o n el emirato del Cáucaso N o r t e e n el que los chechenos part i c ipaban j u n t o a los pueblos de la región y pasan a f o r m a r parte de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) c omo República Soviética de las Montañas.
E n 1922 se proc lamó la Provincia Autónoma Chechena, y en 1936 se organizó en república autónoma j u n t o con su h e r m a n a m e n o r , la nación ingush i . A l i n i c i o de la Segunda Guerra M u n d i a l , entre los dos pueblos sum a b a n 500 m i l habitantes.
Poster iormente , en 1994, esta formación fue disuelta p o r decreto de Stal in , so pre tex to de que ambos grupos nacionales co laboraron con las fuerzas nazis; u n a porc ión de l t e r r i t o r i o ingush i se anexó a la vecina repúbl i ca de Osetia de l N o r t e y g r a n parte de los ciudadanos f u e r o n deportados al Asia Centra l . Esta situación se repi te en varias regiones de la Unión Soviética dadas las arbitrariedades de l régimen comunista de Sta l in . 1
E l d i a r i o hvestia de l 26 de j u n i o de 1946 publicó la ley referente a la abolición de la República Socialista Soviética Autónoma Checheno-Ingush y la transformación de la República Socialista Soviética Autónoma de Cr imea en Provincia de Crimea. Se anunció la deportación en masa de los pueblos en cuestión deb ido a que: " [ . . . ] muchos chechenos y tártaros de Cr imea , p o r instigación de agentes alemanes, r e u n i e r o n partidas voluntarias organiza-
1 Solamente en la región del Cáucaso fueron deportadas seis nacionalidades, incluidos los chechenos e ingushetios. Más de un millón de musulmanes fueron deportados del Cáucaso hacia Asia Central. Luego de que fuera liquidada la República Autónoma Checheno-Ingush desaparecieron más de 250 mil personas de origen checheno. Véase David Damrel, 'The Re-ligious Roots of Conflict: Russia and Chechenya", Religious Studies News, Arizona, septiembre de 1995, vol. 10, núm. 3, p. 10.
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das p o r los alemanes y, j u n t o con las tropas alemanas, p a r t i c i p a r o n en la l u cha armada contra unidades de l Ejército Ro jo . . . " C o m o consecuencia, estas formaciones terr i tor iales desaparecieron de los mapas oficiales y se dejó de citarlos en los documentos oficiales y en la Oran enciclopedia soviética.
E n el gob ie rno de N i k i t a Jruschov, en 1957, se restableció la República Checheno-Ingushetia . Los chechenos y otros grupos caucásicos f u e r o n considerados c omo naciones rehabil itadas; muchos regresaron a su república, pero la desintegración sufrida p o r estos pueblos fue tan p r o f u n d a , que hasta e l m o m e n t o actual ha resultado imposib le lograr la cohesión p lena, situación que se ha visto agudizada a causa de la inestabi l idad m i l i t a r y política en esa región de l Cáucaso. A p a r t i r de l año 1957 la evolución de esta república en el marco de la Unión Soviética poco se diferenció de la de l resto de las entidades o comunidades n o rusas de la Unión. U n serio prob le m a que tuv ieron que afrontar los chechenos fue el hecho de que su t i e r ra había sido "rusificada"; muchos cientos de miles de granjeros y personas en general de o r i gen ruso se habían asentado en ese t e r r i t o r i o y eran residentes permanentes en Chechenia.
As imismo, durante el ex i l io forzoso de los chechenos, ingushetios y da-guestanos, las autoridades soviéticas se encargaron de s u p r i m i r todo vestigio de religión islámica en la región. F u e r o n cerradas más de 800 mezquitas y 400 colegios religiosos. Sólo hasta el año 1978, aún en la era de L e o n i d Brezhniev, las autoridades soviéticas p e r m i t i e r o n la reaper tura de unas 40 mezquitas en estos terr i tor ios de l Cáucaso N o r t e . 2
D u r a n t e los años de l poder soviético y hasta el gob ierno de Konstant in Chern ienko (1917-1985) los conflictos étnico-nacionales y los di ferendos terr i tor ia les se m a n t u v i e r o n controlados y acallados p o r parte de l poder polít ico , m i l i t a r e ideológico soviético y f u n d a m e n t a l m e n t e ruso. Las cuestiones secesionistas e independentistas eran acalladas con consignas y loas a la i n destructible amistad y h e r m a n d a d existente entre todos los pueblos que con formaban la Unión Soviética como verdadero Estado m u l t i n a c i o n a l . I n cluso el texto de l h i m n o soviético constituía u n mensaje repet i t ivo de esta situación aparente. Sin embargo, el poder preponderante de los rusos sobre el resto de las naciones, aun aquellas que gozaban de mayor peso económi co y geopol ít ico que los chechenos, tales como ucranianos, bielorrusos, moldavos, kazajos, l i tuanos, letones o estonios, era percept ib le y aparentemente aceptado p o r ellos.
Ibidem.
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C o n la l legada al poder de M i j a i l Gorbachov y su política de perestroika y glasnost, estos focos de tensión, que durante décadas habían permanec ido neutral izados pero n o e l iminados , resul taron estimulados ante el desorden que se iba gestando y ante el hecho de que las autoridades soviéticas subval o r a r o n las consecuencias que podrían acarrear tales desórdenes.
La p r o p i a política de glasnost o transparencia in format iva , p r o m o v i d a en e l marco de la restructuración soviética, facilitó el estallido de los con flictos étnicos y de las demandas separatistas p o r casi toda la Unión Soviética, y Chechenia no constituyó la excepción.
Todavía hasta 1988 la máxima d ir igenc ia soviética se mantuvo conf iada y esperanzada en que los conflictos nacionalistas n o se saldrían de c o n t r o l , y acusaba "a fuerzas enemigas foráneas de in tentar m i n a r la amistad y cohesión de los pueblos de la Unión Soviética". 3
E n los inic ios de la perestroika la situación en Chechenia n o reflejó cambios perceptibles de oposición al statu quo i m p l a n t a d o p o r el K r e m l i n , a d i ferenc ia de otras regiones como Kazajstán o las repúblicas bálticas d o n de sí se v i s lumbraron actitudes de oposición y rebeldía contra el Part ido Comunis ta o e l ejército soviético.
E n 1988 los chechenos i m p u l s a r o n la creación de la Confederación de los Pueblos Montañeses de l Caúcaso, u n a organización de carácter pancau-cásico que se transformó de u n a asociación c u l t u r a l a u n a formación básicamente política con efectivos mil i tares . Esta organización va a desempeñar u n papel trascendental en los confl ictos acaecidos en la región de l Cáucaso N o r t e y la Transcaucasia.
E n el mes de marzo de 1990, en la c iudad de Nazran se real izaron d i versas manifestaciones con el propósito de exig ir el restablecimiento de las fronteras anteriores a 1934. Afínales de año Chechenia se incorporó al g r u po de regiones que manifestaban u n resurgir nacionalista y demandaban su p l ena soberanía. Los dir igentes locales ex ig ieron de Moscú el reconoc i m i e n t o como república federada.
E n e l año de 1991, e l Par lamento de la República proc lamó su soberanía y retiró las denominaciones "socialista soviética". Luego de l fa l l ido golpe de Estado de agosto de ese año en Moscú, e l Par lamento checheno cayó en u n a situación de crisis deb ido a que se sospechó que había apoyado d i cho golpe. De hecho D o k u Zavgayev, presidente del Soviet Supremo de Cheche-
3 Véase Mijail S. Gorbachov, La perestroika y la nueva mentalidad para nuestro país y para el mundo entero, L a Habana, Editora Política, 1988, p. 150.
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nia-Ingushetia , respaldó los pronunc iamientos de l Comité de Emergencia de Moscú. Sin embargo, estas posiciones resul taron infructuosas y le sirvier o n a Boris Yeltsin, ya p o r aquel entonces presidente de Rusia, c omo j u s t i ficación para l ibrarse de la vieja guard ia en Chechenia.
Es precisamente en esta época cuando sale a la palestra política regiona l e l líder checheno Dzhajar Dudaev, u n m i l i t a r soviético veterano de la guerra en Afganistán y que había sido comandante en jefe de la base de bombarderos nucleares en Estonia (1987-1990). Ya para 1991, D u d a e v — e l más conocido y controvert ido de los líderes chechenos— era d iputado y pre sidente de l Comité Ejecutivo de l "Congreso Nac iona l de l Pueblo Cheche-n o " y mantenía una postura contrar ia al c o n t r o l de l K r e m l i n y de Gorba-chov, pero conc i l iadora con respecto a Yeltsin y al gob ierno ruso.
Los chechenos aprovecharon magistralmente la coyuntura de abierta confrontación de l gob ierno ruso —encabezado p o r su presidente Yeltsin— con el poder central soviético, al in tentar los pr imeros estimular los procesos independentistas de las repúblicas para acelerar el desgaste del gob i e r n o de Gorbachov, q u i e n seguía ten iendo el poder de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
E l gob ierno de Yeltsin subvaloró —éste fue u n o de sus mayores errores que iba a agudizar e l conf l i c to checheno— el alcance real de l m o v i m i e n t o secesionista de Dudaev al considerar que, con su condena al i n t e n t o de go l pe de Estado en Moscú, aceptaba también la supeditación de los chechenos al gob ierno ruso, l o cual evidentemente n o ocurrió.
C o m o di j imos , en nov iembre de 1991 Chechenia proclamó su inde pendenc ia de Rusia y Dudaev se convirtió en el p r i m e r presidente cheche-n o con u n gran apoyo popu lar , al obtener 8 5 % de los votos en las elecciones. Este proceso inauguró u n a nueva etapa en el conf l ic to ruso-checheno, al alegar Moscú la invalidez jurídica de l acto de soberanía y al considerar el presidente Dudaev esta reacción de l K r e m l i n como u n a declaración de guer r a a la naciente república.
L a reacción i n m e d i a t a de l presidente Yeltsin — q u i e n hasta ese m o m e n t o había de fend ido las proclamaciones de soberanía de los pueblos y las había ut i l i zado para deb i l i tar el poder central de Gorbachov— fue establecer el estado de emergencia en la región, decisión que fuera anulada por parte de la D u m a (par lamento ruso) para evitar u n en frentamiento con los líderes chechenos.
L a proclamación de la independenc ia chechena provocó e l é x o d o de parte de la población de o r i g e n ruso residente en la región y la separación de Chechenia e Ingushetia . De hecho ambas comunidades l l egaron a enfrentarse p o r e l reparto de algunos terr i tor ios , cuestión que aún hoy día se mant i ene latente. Por su parte , e l gob ierno ruso mantuvo u n a posición de
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cautela y distancia ante la posición de Chechenia, con lo que sólo logró posp o n e r el conf l i c to para u n a me jor o p o r t u n i d a d .
Ya para 1991, Dudaev, como presidente de la república secesionista, u t i l iza los mismos métodos de Yeltsin en Rusia: u n fuerte presidencialismo con u n t ono autor i tar i o y personalista. E n mayo de 1992, la Federación Rusa acepta f i r m a r con los dir igentes chechenos u n acuerdo en el que se comp r o m e t e a re t i rar las tropas rusas de la zona y a la distribución equitativa de los arsenales desplegados en ese t e r r i t o r i o . E l presidente checheno afronta serios problemas con la oposición a su gob ierno y a los métodos dictator iales dentro de su p r o p i o sistema de poder . Los diputados d e m a n d a n su destitución y el n o m b r a m i e n t o de u n nuevo p r i m e r min i s t ro . E n j u n i o de 1993, Dudaev disuelve el Parlamento y provoca la dimisión de l gob ierno .
A p a r t i r de ese m o m e n t o , Chechenia se queda sin Parlamento , l o que d i f i cu l ta la solución de la crisis política existente y se i m p o n e la vía de las armas. Dudaev ut i l iza la mi l i c ia para contrarrestar a la oposición que se apodera de tres distritos de la capital y a la vez anunc ia la celebración de elecciones legislativas para 1995 y elecciones presidenciales al año siguiente, c on el objeto de neutral izar las acusaciones dir igidas contra él de concentración y abuso de poder.
Desde el in ic io del confl icto la oposición contaba con apoyo financiero y materiaí de Rusia, pero sólo hasta finales de noviembre de 1994 se lleva a cabo la intervención directa del ejército ruso en los enfrentamientos armados.
El presidente checheno adquiere armamento en Georgia, en las vecinas repúblicas de l Cáucaso N o r t e y en la p r o p i a Federación Rusa. Según in for maciones de l ejército ruso, para mediados de 1994 Chechenia disponía de u n elevado número de aviones y helicópteros, carros de combate, piezas de artillería, fusiles, ametralladoras, lanzagranadas y granadas de mano .
Desde los pr imeros días de la intervención rusa la aviación chechena es destruida casi en su tota l idad . Sin embargo , la tarea n o fue tan fácil para el ejército ruso. Las mil ic ias chechenas e m p r e n d e n acciones prácticamente suicidas contra las poblaciones rusas vecinas y efectúan secuestros masivos en lugares como Kizl iar y Pervomaiskaya. A m e d i d a que el conf l i c to va avanzando se organiza la reserva chechena y Dudaev decreta la movilización total y ob l igator ia de los ciudadanos de entre 15 y 55 años de edad.
Dudaev i n t e n t a internac ional izar e l conf l i c to con Rusia al i n c o r p o r a r a su ejército a mercenarios musulmanes provenientes de países como T u r quía, Afganistán, Kuwait , Jordania , Eg ipto o A r a b i a Saudita, así como voluntar ios de Ucrania , Estonia y demás países bálticos, los cuales tenían fuertes sentimientos antirrusos. As imismo, desde la vecina república de Abjazia, donde p o r años se mantenía u n conf l i c to de magnitudes similares contra
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Georgia y Rusia p o r la proclamación de su independenc ia , se i n c o r p o r a n fuerzas expertas e n este t i p o de di ferendos.
E n el conf l i c to de Chechenia subyacen factores objetivos y subjetivos que van desde las premisas económicas y políticas hasta las religiosas y étnicas. Este conf l i c to fue calificado como "la guerra más crue l de l m u n d o " p o r la organización Médicos sin Fronteras, y Elena Bonner , v iuda de l Premio N o b e l de la Paz ruso A n d r e i Sájarov, señaló que la guerra en Chechenia "era u n c r i m e n histórico de Rusia y las democracias occidentales contra ese pueb lo caucásico". 4
Según el T r a t a d o de la Federación Rusa (marzo de 1992), Chechenia es u n a de las 20 repúblicas autónomas que existen en ésta y que f o r m a n parte de los 89 sujetos integrantes de la en t idad federativa. Para lograr su independenc ia p lena, u n a república debe obtener el voto mayor i tar io de las dos cámaras de l Parlamento ruso y llevar a cabo u n referéndum en todo e l t e r r i t o r i o de la Federación. Sin embargo , Chechenia n o llegó a firmar el Tra tado de la Federación y, a d i ferenc ia de otras repúblicas como Tatars-tán, Bajorstán y Kabardino-Balkar ia , n i siquiera aceptó u n tratado especial con Rusia.
E l gob ierno de Yeltsin utilizó las presuntas violaciones de los derechos humanos de la población rusa en Chechenia como mot ivo fundamenta l par a llevar a cabo la invasión a ese t e r r i t o r i o . Asimismo, el K r e m l i n señaló el pe l igro que significaba para la estabil idad de toda Rusia el hecho de que Chechenia se h u b i e r a convert ido en u n Estado mafioso donde imperaba el desorden y la violación a las leyes de la Federación.
Es c ierto que la mafia chechena y extranjera opera en ese t e r r i t o r i o . L a exportación i legal de c r u d o y el comerc io i legal de armas y drogas se encuentran bajo e l c o n t r o l de estos grupos y constituyen factores pr imordia les para la entrada de divisas a Chechenia, y el lo es causa de que las inversiones extranjeras hayan desaparecido casi p o r completo . Para algunos la economía chechena se encuentra a merced de las instituciones ilegales y mañosas. Sin embargo , e l caso de Rusia es m u y similar .
E n el aspecto económico , p o r Chechenia pasan las comunicaciones con Azerbaidzhán y sus oleoductos más importantes tienen sus terminales en los puertos de l M a r Negro . As imismo, Chechenia desempeña u n i m p o r t a n t e pape l en la región deb ido a que desde su t e r r i t o r i o se envían grandes cantidades de recursos energéticos a todo el sur de Rusia y la cal idad de su petróleo y derivados es m u y alta. E n el per i odo soviético esa pequeña repúbl i ca aportaba al p r o d u c t o nac ional g lobal ( P N G ) 6% de la producc ión
4 Chris Reichel, Chechen Genocide Continues Still, 18 de noviembre de 1998, http://www.ami- na. com/article/chechen_geno. html.
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petro lera . Según los propios rusos, esa industr ia , en t iempos de paz y p r o duc iendo a toda su capacidad, podría aportar entre 10 y 1 2 % de l P N G (Mar tínez, 1995: 5 ) . Además Rusia necesita de Chechenia pues esa sería la r u t a que seguirían los mi l lones de toneladas de petróleo que se extrajeran de l M a r Caspio en los próximos años, y los inversionistas de l exter ior podrían ut i l i zar como alternativa el t e r r i t o r i o de Turquía si la situación en Chechen i a no se normal iza .
E l Cáucaso N o r t e es u n a zona de especial interés para la seguridad de Rusia pues l i m i t a al sur con países islámicos como Turquía, Irán y Azerbaidzhán, con los cuales las relaciones bilaterales no siempre h a n sido estables n i amistosas.
L a cuestión religiosa es u n factor que también hay que tomar en cuenta. Desde su in i c i o las fuerzas de Dudaev tenían u n a clara orientación m u sulmana y recibían respaldo político islámico en la región. Sin embargo, los fenómenos fundamentalistas aparecen con más ímpetu a p a r t i r de 1998.
El islam está pro fundamente arraigado en Chechenia desde el siglo XVIII y Dudaev, al igual que Saddam Hussein o M u a m m a r Khadaf i en sus respectivos países, recurrió con frecuencia al fervor religioso de la población che-chena para lograr cohesión y respaldo en su d i ferendo contra Rusia.
A p a r t i r de 1998 la in f luenc ia islámica en el conf l i c to checheno se ha hecho cada vez más i m p o r t a n t e . Existen adeptos de l wahab ismo 5 —una ten dencia fundamental is ta de l islam que data de l siglo X I X en el M e d i o O r i e n te— en Chechenia. Estas personas se o p o n e n a las posiciones de l actual pre sidente checheno de búsqueda de contactos con el m u n d o occidental e incluso a las autoridades religiosas islámicas locales p o r considerarlas de u n a tendencia t rad i c i ona l moderada.
El factor islámico es u n hecho que viene a compl icar aún más el conflicto, que en sus inic ios n o tenía matices abiertamente religiosos. E n feb r e r o de 1999 se anunciaba la instauración de la ley coránica sharia en Chechenia en todos los ámbitos, " inc luyendo la enseñanza, la ideología, la economía , la vida social y el ejército", 6 l o que i m p o n e u n nuevo m o d o de v i da, en par t i cu lar para las mujeres que se verán obligadas a ut i l i zar vestidos largos y velos. L a sharia pone los preceptos de l Corán p o r enc ima del conj u n t o de las leyes de l país. Se a n u n c i a r o n también cambios sobre todo en la
5 L a escuela de pensamiento wahabi fue creada por el líder religioso Mohammed Ibn Abd al-Wahab (1703-1791). Los partidarios de este movimiento reclamaban el retorno a las bases del islam del siglo VI I y rechazaban las variaciones que había sufrido esta religión en los siguientes siglos debido a la influencia persa y otomana fundamentalmente.
6 "Masjadov proclama la sharia (ley islámica) en todo el territorio checheno", 3 de febrero de 1999, cables de prensa de AFP.
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educación y en los medios de difusión masivos. Las escuelas chechenas aum e n t a r o n el número de horas dedicadas a la enseñanza del is lam, se abrier o n salas de oración en las empresas y escuelas, la televisión se vio obl igada a reduc i r la difusión de programas de diversión y musicales para p r o f u n d i zar e n los temas religiosos.
Recientemente se h a n incrementado los secuestros p o r d i n e r o y las ejecuciones por parte de las organizaciones islámicas contra ciudadanos occidentales o de or igen ruso que visitan la región. E l p r o p i o representante personal del presidente Yeltsin para Chechenia, Valentín Vlassov, fue secuestrado en nov iembre de 1998 y poster iormente l iberado , y en marzo de 1999 fue secuestrado en Grozn i el general ruso G u e n n a d i Shp igun , lo que c o l o c ó las relaciones entre Rusia y Chechenia en su peor m o m e n t o desde 1996, cuando se negoc ió la tregua entre las dos partes luego de más de 21 meses de maniobras bélicas. E n febrero de 1998 f u e r o n arrestadas dos personas de o r i gen checheno acusadas de secuestro y terror i smo i n t e r n o , las que resul taron ser miembros de la organización islámica Hammas .
E n d i c iembre de 1998, el Par lamento checheno proclamó el estado de emergencia p o r u n mes luego de que resultaran ejecutados cuatro ciudadanos occidentales p o r extremistas relacionados con el m o v i m i e n t o waha-bista. El p r o p i o presidente checheno Aslam Masjadovfue objeto de u n atentado en marzo pasado, re lacionado con u n comando de paramil i tares islámicos chechenos. Los wahabistas representan u n a fórmula de oposición y protesta social que encuentra condiciones favorables en el caos general i zado existente en esa región.
E l factor de l resurg imiento islámico en Chechenia y sobre todo de su vert iente fundamental ista puede compl i car m u c h o más la situación para Rusia, habida cuenta de la cercanía de l p r i m e r o con respecto a los países musulmanes y de su presunta identificación con su sistema político y r e l i gioso. As imismo, la aparente aceptación de estas normas p o r parte de la población local es u n e lemento que hay que tomar en cuenta.
E n la estructura de la actual sociedad chechena desempeña u n papel f u n d a m e n t a l e l c lan, u n g r u p o fami l iar grande entrelazado p o r vía m a t r i m o n i a l y con sólidos vínculos terr itor iales . Son 28 los clanes decisivos en la vida política, económica y social en Chechenia. Las personalidades de estos clanes in f luyen sobre todo en la dinamización de la v ida política de l t e r r i t o r i o checheno.
L a respuesta rusa al conf l i c to checheno ha estado caracterizada p o r la miopía política y el empleo de métodos poco eficaces, que f u e r o n desde el embargo e c o n ó m i c o a las exportaciones de petróleo hasta el incent ivo a las confrontaciones internas entre las fuerzas políticas de l t e r r i t o r i o , que t u v i e r o n u n efecto contraproducente para Moscú.
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Durante todos estos años han sido varios los líderes rusos que h a n i n t e n tado mediar en el confl icto para lograr u n a solución negociada al mismo. Podemos citar al ex presidente de l Parlamento Ruslán Jasbulatov (de or igen checheno) y al ex p r i m e r min i s t ro Víctor C h e r n o m i r d i n , q u i e n desempeñara u n papel decisivo en la f i r m a del acuerdo m i l i t a r suscrito el 23 de j u l i o de 1995 entre los presidentes de las dos repúblicas. E n d i cho encuentro , Yeltsin reiteró la posición de Moscú en el sentido de que Chechenia tuviera su pro pia policía y su prop io Parlamento, y de n o reclutar jóvenes chechenos en el ejército de Rusia. Sin embargo, se insistió en la oposición rusa a que la repúbl ica tuviera u n a política exter ior y de defensa independientes.
A fines de 1995 y durante 1996 el conf l ic to checheno fue agudizado y se convirtió en u n serio p r o b l e m a para Rusia, que acrecentó su presencia m i l i t a r en el área y tomó como pretexto la inestabi l idad de sus fronteras para n o dar c u m p l i m i e n t o a los acuerdos de S T A R T I I suscritos p o r ella. Esta posición se reiteró el 17 de octubre de l p r o p i o año en la poca exitosa gestión del secretario de Defensa de los Estados Unidos , W i l l i a m Perry, ante el Par lamento ruso para tratar de a m i n o r a r la oposición a la ratificación de d i cho tratado (El Universal, 18 de octubre de 1996, p. 21 ; Excélsior, 17 de octubre de 1996, p. 31) . C o n esto Rusia convertiría el asunto checheno en u n asunto de política exter ior e intentaría equi l ibrar en algo e l avance de las i n i ciativas de la O T A N en las otras áreas de in f luenc ia de la ex Unión Soviética.
El conf l icto armado en Chechenia, hasta 1996, había causado 90 m i l bajas, de las cuales 60 m i l o c u r r i e r o n entre la población c ivi l , así como 270 m i l her idos y 250 m i l refugiados (declaración of ic ial de l K r e m l i n , Cables I tar -Tass, 5 de septiembre de 1996).
E n cuanto a la reacción in ternac iona l ante la agresión de Rusia contra Chechenia, ningún país n i organización la c ondenó ro tundamente . Los países de la C o m u n i d a d de Estados Independientes ( C E l ) lo consideraron u n asunto i n t e r n o de la Federación Rusa y así lo manifestaron en la C u m b r e de Alma-Ata celebrada en Kazajstán en febrero de 1995. Evidentemente para muchos ésta era u n a situación incómoda que en magnitudes semejantes enfrentaban en sus propios terr i tor ios . T a l era el caso de Georgia con Abjazia y Osetia, U c r a n i a con Cr imea, Mo ldova con el Dniéster, p o r citar sólo algunos ejemplos.
L a reacción de Occidente fue en extremo cautelosa y lógica a la vez. Los países occidentales dec id ieron n o inmiscuirse en u n conf l i c to que calificar o n como u n p r o b l e m a i n t e r n o ruso; para ellos eran m u c h o más i m p o r tantes las relaciones con Rusia y el respaldo incond i c i ona l al desgastado poder de su al iado Yeltsin.
Sin embargo , la reacción más sorprendente resultó ser la de los países islámicos y sobre todo de los países ex soviéticos de Asia Centra l y el Caúca-
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so, c on población mayormente musulmana , pues no h u b o sol idaridad n i declaraciones oficiales al respecto. Inc luso estados islámicos vecinos como Turquía e Irán señalaron que se trataba de u n asunto i n t e r n o de l Estado r u so. Evidentemente para estos estados musulmanes Rusia tenía u n a p r i o r i dad en sus relaciones estratégicas y geopolíticas, y n o podían arriesgar su e n t e n d i m i e n t o con Moscú.
Desde el in i c i o de la proclamación de la independenc ia en 1991, D u -daev intentó obtener ayuda m i l i t a r y el reconoc imiento de la c o m u n i d a d i n ternac ional apelando a la mediación de países como Jordania , Siria y T u r quía, pero sus esfuerzos resultaron infructuosos. Estos estados antepusieron la estabil idad de sus relaciones con Moscú a la posible so l idar idad musul mana, máxime cuando en aquella época el t e r r i t o r i o de Chechenia aún n o había i n t r o d u c i d o la ley de l Corán en su sociedad. E n general , el apoyo de la c o m u n i d a d musu lmana m u n d i a l había sido bastante escaso y se l imi taba prácticamente a recoger fondos para ayudar a las víctimas de los ataques r u sos, y al envío de voluntarios en algunos casos.
E n cuanto a la diáspora chechena que vive en t e r r i t o r i o ruso, n o m a n i festó u n fervor independent ista y se mantuvo al margen de l conf l i c to , pero sus simpatías estaban dir igidas al m a n t e n i m i e n t o de Chechenia dentro de Rusia, con la pos ib i l idad de u n régimen de autonomía, y a la solución negociada de l conf l icto .
D u r a n t e la campaña electoral presidencial rusa, el caso checheno, j u n t o con la crisis económica , se convirtió en el talón de Aqui les de l p r o g r a m a de Yeltsin, q u i e n tuvo que realizar numerosas maniobras para evitar que esta cuestión se convir t iera en el centro de los ataques de la oposición y de l cuest ionamiento de l electorado ruso a su gestión.
E l presidente ruso, en su lucha p o r la reelección como je fe de Estado en j u n i o de 1996, cambia su estrategia de fuerza hacia el d i ferendo e in tenta presentarse como pacificador de u n conf l icto que desde el p r i n c i p i o había ayudado a agudizar. Luego de resultar reelecto presidente de Rusia, Yeltsin desaparece prácticamente de l escenario político por varios meses a causa de sus problemas de salud y la cuestión chechena se mant iene sin solución.
E n agosto de 1996, los rebeldes chechenos contro laban 9 0 % del t e r r i t o r i o de la república y se alzaban como los relativos vencedores en el conflicto que ha ten ido tan altos costos humanos , políticos, materiales y m o r a les para el K r e m l i n , y luego de que en los ocho meses anteriores el t e r r i t o r i o checheno había sido gobernado n o m i n a l m e n t e por autoridades chechenas promoscovitas.
Sin lugar a dudas, el acuerdo de paz firmado en agosto de 1996 7 p o r el
7 Dicho acuerdo estableció la rápida retirada de las tropas rusas de la capital chechena y
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secretario de l Consejo de Seguridad ruso, A lexander Lebed , y e l jefe de l Estado Mayor checheno, As lam Masjadov, fue el más i m p o r t a n t e alcanzado desde que se in i c iara el conf l i c to (El Universal, 23 de agosto de 1996, p. I ) 9 . L o más trascendental de l cuestionado tratado de paz fue sin d u d a la aceptación por la parte chechena de p r o r r o g a r por c inco años la pos ib i l idad de alcanzar su independenc ia p lena, y el hecho de que se haya aceptado esta condic ión en momentos en que el conf l ic to se desenvolvía m u y favorablemente para las fuerzas separatistas fue ventajoso para el K r e m l i n . Sin embargo, este acuerdo fue objeto de severas críticas p o r parte de l Parlamento y gob ierno rusos, que llegó incluso a p o n e r en d u d a su l e g i t i m i d a d al alegar que equivalía a a d m i t i r la derro ta de Moscú en Chechenia. E n una in ter vención de l m i n i s t r o de l I n t e r i o r de Rusia, A n a t o l i Kul ikov , ante el Parlam e n t o , el acuerdo fue calificado de "alta traición" (El Universal, 4 de octubre de 1996, p. 2 ) .
También el ex premier Víctor C h e r n o m i r d i n , el alcalde de Moscú, Yu-r i Luzhkov , e l presidente de l Part ido Comunista , Guennad i Zyuganov, y el presidente de l Part ido Nac ional Demócrata, V l a d i m i r Zh i r inovsk i , crit icar o n re i teradamente el acuerdo de paz de Lebed p o r considerarlo una concesión en d e t r i m e n t o de la i n t e g r i d a d t e r r i t o r i a l de la Federación Rusa. Consecuentemente, el Consejo del la Federación aprobó el 9 de octubre de 1996 la declaración que considera como inadmis ib le la separación de Chechenia de Rusia (El Universal, 3, 4 y 15 de octubre de 1996; Excélsior, 8 de octubre de 1996, p. 2 ) . E n todas estas posturas críticas y opuestas al acuerdo de paz y a la figura de Lebed estaba presente el factor político y la lucha por el poder que desde ese m o m e n t o adquiría matices severos ante la posible r enunc ia de l recién reelecto presidente ruso p o r problemas de salud. L a figura de L e b e d contaba en ese m o m e n t o con m u c h o respaldo entre buena parte de la ciudadanía rusa —quedó en tercer lugar en la p r i m e r a vuelta de las elecciones de j u n i o de 1996— y era necesario cambiar esta situación.
E l 3 de octubre de 1996 fue firmado u n nuevo acuerdo que determinó las atribuciones de u n a comisión b i l a t e r a l 1 0 que sería creada para regular el proceso de paz, aunque n o se logró concretar ningún acuerdo sobre la for -
la creación de un gobierno de coalición con la participación de los separatistas chechenos; se pospuso hasta fines del año 2000 la definición del estatuto político de la república, con la posibilidad de convocar para esa fecha un referéndum.
8 Lebed ha participado en otras negociaciones de paz en Azerbaidzhán, Georgia y Dniéster, república moldava separatista en la que encabezó el decimocuarto ejército ruso.
9 Solamente en el transcurso de 1996 fueron rubricados cuatro pactos de paz entre Moscú y la cúpula separatista chechena.
1 0 L a Comisión tendría dos copresidentes y su objetivo principal sería el control de los fondos para la reconstrucción de la economía chechena.
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mación de u n gob ierno checheno de coalición, a pesar de que ambas partes habían re i terado en las últimas semanas su intención de dar este paso (El Universal, 6 de septiembre y 4 de octubre de 1996).
C o n la destitución de Lebed como je fe de l Consejo de Seguridad de Rusia se c o n f i r m a r o n los rumores respecto de la lucha p o r el poder que se llevaba a cabo en el K r e m l i n y, lo que es peor aún, respecto de l caos y crisis política que podría tener repercusiones en el caso checheno.
E n u n a reunión del Consejo de Defensa checheno, celebrada el 14 de octubre , fue tomada la decisión de convocar a las elecciones para los órganos locales para el mes de enero de 1997, y fue aprobada la composición del gob ierno de coalición. La reacción de l Parlamento ruso fue tajante al manifestar que la "república separatista debe cont inuar siendo parte de Rus ia " . 1 1 Esta posición se mant iene invariable hasta el m o m e n t o actual.
Las elecciones presidenciales en Chechenia resultaron contrarias a lo pred icho ; n o se incurrió en el caos y Masjadov ganó con relativa c omod i dad, y fue j u r a d o e instalado en Grozny. Los otros candidatos presidenciales, e l ex presidente Z e l i m k h a n Yandarbiyev y el líder g u e r r i l l e r o y comandante m i l i t a r Shami l Basayev, dec id i e ron retirarse de la política, lo que le dejó ampl io margen de poder al clan de Masjadov.
E n el mes de mayo de 1997, finalmente fue firmado u n acuerdo f o r m a l de paz entre las dos partes, en el cual Rusia f lexibi l izaba su t rad ic iona l posición con respecto a Chechenia, pero sin l legar a reconocer su independen cia p lena y to ta l como reclamaban los chechenos. Sin embargo, el hecho de que el K r e m l i n le concediera mayor autonomía a la región y estableciera u n plazo de c inco años para analizar la pos ib i l idad de la separación jurídica de l t e r r i t o r i o con relación a Rusia fue considerado p o r muchos como u n avance en el marco de las negociaciones. Realmente estas actitudes de Moscú no eran más que tácticas políticas destinadas a re t i rar la atención de l conf l ic to checheno en momentos en que el desgaste de la d i r igenc ia rusa comenzaba a hacerse más visible. Ese compromiso a largo plazo es más b i en u n a posposición de l conf l i c to en su aspecto medular .
E l 18 de agosto de 1997, Yeltsin y el presidente Masjadov ce lebraron su p r i m e r encuentro of ic ial y acordaron la creación de u n a comisión c o n j u n ta para establecer u n tratado que tomara en cuenta el carácter de las f u t u ras relaciones bilaterales. E l menc ionado acuerdo estableció u n a nueva era en las relaciones ruso-chechenas.
1 1 En las elecciones efectuadas en Chechenia el 27 de enero de 1997 resultó electo presidente Masjadov —jefe del Estado Mayor de los rebeldes chechenos y estratega de la victoria militar frente a las tropas rusas—, con 59.3% de los sufragios depositados {Excélsior, 3 de febrero de 1997, p. 3).
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Es evidente que los chechenos poseen u n a extensa ho ja de servicios en favor de la autonomía y que los factores que po tenc iaron u n nacional ismo ant i r ruso en Chechenia t i enen fuertes raíces históricas que datan de siglos.
Para muchos analistas, con la exacerbación de las riñas políticas e n el K r e m l i n , e l avanzado estado de descomposic ión que se evidencia en la g ran política rusa, la aguda crisis económica , financiera, social y m o r a l de las fuerzas armadas y la forzada dimisión de l artífice de la paz chechena Lebed, es de esperar que este proceso de paz que i lusor iamente se había logrado in i c ia r n o se pueda llevar hasta sus últimas consecuencias, habida cuenta de la fuerte oposic ión que existe en las altas esferas de l Poder Legislativo y Ejecutivo rusos a la necesaria e inevitable flexibilización de l K r e m l i n en este asunto. E l gob ierno ruso insiste en que cualquier solución al conf l ic to debe o c u r r i r d e n t r o de l marco de la Constitución rusa, o sea, que Chechenia debe permanecer d e n t r o de la Federación.
Los líderes chechenos h a n comenzado a considerar esta opc ión , misma que se presenta como obl igator ia desde el p u n t o de vista ruso, a condic ión de que finalice la guerra , se logre u n proceso de paz y u n a recuperación de la economía . De hecho se piensa en u n a independenc ia parc ia l , en la que Chechenia tenga autonomía de gob ierno y disponga de cierta asistencia y colaboración económica de Moscú. Ac tua lmente esta protección económica es u n a ironía, dada la situación de crisis en los mercados financieros y la ma-croeconomía rusa.
Según datos br indados p o r organizaciones de derechos humanos , com o resultado de l conf l i c to cerca de 500 m i l personas h a n quedado sin techo y 230 m i l , de u n a población to ta l de 1.3 mi l lones , h a n e m i g r a d o . 1 2
Existen sólo dos cuestiones en que los más diversos sectores políticos, desde los comunistas hasta los nacionalistas y reformistas, concuerdan casi unánimemente: el rechazo a la ampliación hacia el este de la O T A N y la negativa a conceder p lena soberanía e independenc ia a Chechenia. Por su parte , los chechenos m a n t i e n e n como su máxima aspiración la indepen dencia política y económica de su t e r r i t o r i o .
Es evidente que Rusia, ahora menos que nunca , está en disposición de aceptar u n a independenc ia def in i t iva y jus ta para Chechenia, pues están en j u e g o intereses geopolíticos y económicos , amén de l factor estratégico y de negociación con Occidente en que se h a convert ido este conf l i c to , ante la
1 2 Diane Rozen, U.S. Must Do More for Chechenya, 1999, Chechen Republic Online (articles) , http://www. amina. com/'article/usmustjmore. html.
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pos ib i l idad que el Par lamento ruso n o rat i f ique el S T A R T I I y ante la a m pliación hacia e l este de la O T A N , que fuera aprobada en el verano de 1997, a pesar de la resistencia de l K r e m l i n . C o n el reciente ataque de la O T A N a Serbia, a raíz d e l conf l i c to de Kosovo y la posición adoptada p o r los nuevos miembros de la organización —fundamenta lmente e l caso de Hungría, que se opone al paso p o r su t e r r i t o r i o de convoyes rusos y bielorrusos con ayuda h u m a n i t a r i a para Serbia—, ha quedado claro para Rusia que e l mayor e r ro r en su política exter ior en los últimos años lo constituyó el pobre po der negociador que manifestara en estos asuntos de la ampliación de la O T A N hacia el este.
Por o t ra parte , también es c ierto que el consent imiento ruso para la separación podría provocar u n a serie de declaraciones de secesión en otras regiones de la Federación que pondrían fin a la ya de p o r sí frágil u n i d a d estratégica y t e r r i t o r i a l rusa. L a reciente postura de l K r e m l i n , de apoyo i n cond ic iona l a Serbia en la guerra de Kosovo, constata el rechazo de Moscú a los separatismos.
L a permanente situación de tensión, caos político y crisis económica en Chechenia puede c o n t r i b u i r a radicalizar los sentimientos islámicos que hasta el m o m e n t o se calif ican de moderados, incluso después de la instauración de la sharia. E l fundamenta l i smo islámico puede ganar posiciones en este t e r r i t o r i o ruso, habida cuenta de su cercanía con respecto a países com o Turquía, Irán o Azerbaidzhán. Si b i e n para muchos chechenos la guer r a n o t iene matices religiosos sino políticos, al ser su p r i n c i p a l objetivo e l de la independenc ia p lena de Rusia, e l factor religioso permanece latente en la base de la sociedad chechena y para algunas organizaciones comien za a tener u n a mayor impor tanc ia .
A pesar de los acuerdos de paz negociados entre Rusia y Chechenia, la rea l idad es que en el conf l icto n i n g u n a de las partes parece satisfacer las demandas de la o t r a e incluso en la cúpula d i r igente rusa n o se h a logrado u n consenso en relación con el d i f e rendo que, más que t e r r i t o r i a l , étnico, r e l i gioso o e c o n ó m i c o , ya se va conv i r t i endo en u n conf l i c to de carácter político que ha provocado el desgaste pau la t ino y la pérdida de c red ib i l i dad d e l gob ierno de Yeltsin, que n o ha p o d i d o c u m p l i r sus promesas electorales a este respecto. Más aún, está pend iente de discusión y aprobación u n a p r o puesta hecha en la D u m a , p o r parte de la mayoría opositora, en el sentido de realizar u n j u i c i o político a Yeltsin p o r los serios errores cometidos durante su gob ierno , entre los que destaca precisamente la guerra a Chechenia, p o r su número de víctimas y su elevado costo e c o n ó m i c o para las finanzas de l K r e m l i n . También los costos de la reconstrucción ( industr ia pet ro lera , sistemas de energía, vías férreas y comunicaciones) representarán u n a i m p o r t a n t e erogación monetar ia para Rusia y su pueblo .
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L a guerra en Chechenia ha significado la r u p t u r a de f in i t iva de Yeltsin con las formaciones liberales y democráticas que lo l levaran al poder. Asi m i s m o , el pobre papel de l ejército ruso en este conf l i c to ha puesto en evidencia sus carencias y dificultades económicas y de organización. L a opinión pública se ha ensañado precisamente contra el ejército, cuyas fracasadas operaciones en Chechenia l o c onv i r t i e ron en u n ejército impopu lar . Esta c ircunstancia trajo también divisiones en la cúpula m i l i t a r rusa, al cuestionarse la decisión de in terven i r en el p r o p i o t e r r i t o r i o nac ional , lo que n o estaba estipulado d e n t r o de las tareas de l ejército.
E l p r i n c i p a l mot ivo del d i ferendo —la p lena independenc ia chechena— continúa sin atacarse, y el conf l i c to ha resurgido con especial tenacidad a p a r t i r de septiembre de 1999, con las incursiones armadas y bombardeos rusos en la zona. Si b i en Chechenia n o logra su p lena independenc ia de la Federación, sí se ha convertido en u n terr i tor io ingobernable para el K r e m l i n .
E n la actual idad podemos constatar que la reacción de la sociedad r u sa ante la nueva incursión de sus tropas en esta región caucásica ha variado; ahora se muestra favorable y la respalda ampl iamente , a di ferencia de lo o c u r r i d o en la guerra de 1994-1996. Según las encuestas más recientes realizadas en Rusia, 5 3 % de los ciudadanos se mani festaron a favor de la i n dependenc ia de Chechenia a med iano plazo, pero la inmensa mayoría se inclinó p o r u n a intervención armada inmed ia ta en el t e r r i t o r i o checheno. Sin embargo, este cambio de la ciudadanía rusa con respecto al papel de su ejército en el conf l ic to no i m p l i c a u n apoyo al gob ierno de Yeltsin.
E l r e p e n t i n o y mayor i tar io apoyo a los recientes ataques armados de l ejército ruso contra los insurgentes chechenos ha estado mot ivado en buena m e d i d a p o r el t emor a los actos terroristas que se h a n sucedido en Moscú y otras ciudades rusas en las últimas semanas. 1 3 Existe preocupación p o r que estas manifestaciones continúen llevándose a cabo en el país, l o cual ha convert ido este conf l ic to en u n asunto que rec lama la atención de toda la ciudadanía rusa, u n asunto que p o r p r i m e r a vez rebasa las fronteras de l Cáucaso y l lega hasta la p r o p i a capital de Rusia. De igual f o r m a , los rec ientes acontecimientos en la vecina Daguestán y en la república de A r m e n i a h a n provocado i n q u i e t u d no sólo en el K r e m l i n , sino también en la opinión pública rusa. E l terror i smo y la inestabi l idad se expanden p o r el Cáucaso y algunos analistas comienzan a referirse a esta conf l i c t iva región como el Ulster ruso.
E l Occ idente se mant iene cauteloso y distante, si b i en la cancillería alem a n a ha comenzado a manifestar u n a ac t i tud más crítica hacia la última i n -
1 3 E n el pasado mes de septiembre murieron 293 personas a causa de los ataques terroristas atribuidos a los rebeldes chechenos.
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tervención de Rusia en Chechenia. E n general , tanto la Casa Blanca —en la reciente C u m b r e de Oslo, el presidente C l i n t o n volvió a señalar que el conflicto era considerado p o r su país u n asunto i n t e r n o de Rusia— como la Unión Europea conservan su discreción ante el resurg imiento de l d i feren-do, l o cual contrasta con sus posturas f rente al conf l i c to de Kosovo.
E n la cumbre de la Unión Europea y Rusia efectuada el pasado 21 de septiembre, se constató que a los países de la c o m u n i d a d europea les preocupa más el vacío de poder que se observa en el panorama político de R u sia, en vísperas de las elecciones legislativas de octubre , que la situación en Chechenia. E n el mes de agosto, el presidente Yeltsin había vuelto a destit u i r a su p r i m e r m i n i s t r o y n o m b r a d o en su lugar a u n personaje contro vert ido , al cual in tenta promover como su sucesor: V l a d i m i r P u t i n .
Evidentemente Chechenia no es Kosovo, Rusia no es Yugoslavia y Boris Yeltsin n o es Slobodan Milosevic. N o hay amenazas n i sanciones p o r parte de Occ idente hacia Rusia. U n a vez más Occidente t oma p a r t i d o p o r el desgastado Yeltsin en vísperas de las elecciones parlamentarias , y de las presidenciales de l próx imo año. Se repite la h is tor ia de 1996.
E l caso checheno también demuestra que Rusia, al igual que la Unión Soviética en el pasado, n o abandona sus aspiraciones de gran potenc ia y de c o n t r o l y d o m i n i o de su per i fer ia .
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