Dragonlance - La Segunda Generacion

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  • Margaret Weis La Segunda Generacin Tracy Hickman

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    LA SEGUNDA GENERACIN

    Margaret Weis - Tracy Hickman

    timunmas

  • Margaret Weis La Segunda Generacin Tracy Hickman

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    Este libro no podr ser reproducido, ni total ni parcialmente, sin el previo permiso escrito del editor. Todos los derechos reservados

    Diseo de cubierta: Valerio Viano

    Ilustracin de cubierta: Matthew Stawicki

    Ttulo original: The Second Generation Traduccin: Mila Lpez

    Primera edicin: febrero de 2003 Cuarta impresin: marzo de 2009

    2002, Wizards of the Coast, Inc. Licensing by Hasbro Consumer Products

    Ali rights reserved

    Ali characters in this book are fictitious. Any resemblance to actual persons, living or dead, is purely coincidental.

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    trademarks owned by Wizards ofthe Coast, Inc.

    Derechos exclusivos de la edicin en lengua castellana: Scyla Editores, S. A., 2009

    Diagonal, 662-664. 08034 Barcelona (Espaa) Timun Mas es marca registrada por Scyla Editores, S. A.

    www.timunmas.com

    ISBN: 978-84-480-3954-7 Depsito legal: B. 15.743-2009

    Impreso en Espaa por Book Print Digital S. A. US, Caada, European Headquarters: Asia, Pacific & Latin America: Hasbro UK Ltd Wizards of the Coast, Inc Caswell Way P.O. Box 707 Newport, Gwent NP9 0YH Renton, WA 98057-0707 GREAT BRITAIN + 1-800-324-6496

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    A todos los que queran ms

    Nota del editor

    La edicin original de La segunda generacin (The Second Generation) contiene tres relatos que ya han sido publicados por Timun Mas en su serie Cuentos de la Dragonlance y que por eso no se incluyen en el presente volumen. Estos relatos son El legado (aparece en el volumen 1 de los Cuentos de la Dragonlance), Qu te apuestas? (aparece en el volumen 2 de la misma serie) y La hija de Raistlin (aparece en el volumen 3).

    En cuanto al apndice sobre los caballeros de Takhisis, slo hemos incluido aquella informacin relevante para los seguidores de la Dragonlance. La informacin sobre el juego AD&D que se incluye en la edicin original ha sido eliminada, puesto que hace referencia a las reglas de la segunda edicin del juego, cuando en la actualidad est vigente la tercera edicin (o sistema D20 para los entendidos). Por lo tanto dichas reglas no tienen ninguna aplicacin prctica para el juego de rol.

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    Prlogo

    Siempre es el mapa de la fe,

    el blanco paisaje

    y granjas envueltas en su mortaja.

    Siempre es la tierra del recuerdo,

    de luz de sol fragmentada

    en hielo inmemorial e inamovible,

    Y siempre el corazn,

    enclaustrado y meridional,

    receloso del hielo, de la deriva

    por algo intrincado y eterno.

    Concluir as,

    te dir, el corazn,

    acabar con mamut y glaciar,

    con diez mil aos

    de noche deletrea,

    y algn da los cientficos

    rebuscando en lagos y morrenas,

    hallarn la prueba de nuestro paso,

    vestigios del entorno de la historia,

    pero tu historia, intacta y vaca, acabar

    en el borde evanescente de tu mano.

    As habla el corazn en su intrincada celda,

    trazando con espejos el mapa

    de la tierra que no puede plasmarse

    por ser de recuerdos, ros y hielo.

    Esa vez era diferente:

    la ciudad se haba rendido

    a la nieve encapuchada,

    las casas y tabernas estaban

    anegadas en la luz fragmentada,

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    y el lago apareca marmoleado

    con capas mudables de hielo frgil

    mientras me abra paso entre nieve amontonada

    y entre espritus arrulladores,

    conformndome con el cielo apizarrado

    y la perspectiva de primavera del calendario.

    Concluir as,

    proclamaba el corazn,

    antes o despus,

    en hielo oscuro e inaccesible,

    y eres el prximo

    en escuchar esta historia,

    invierno y ms invierno

    ocluyendo el corazn,

    y all en Wisconsin,

    estancado en la nieve

    y en la fe que se evaporaba,

    no pareca tan malo

    que el invierno estuviera

    llevndose toda la luz,

    y casi eran bienvenidas la oscuridad

    y la ltima y veladora nieve.

    Se encontraba en medio

    de automviles congelados,

    coches alineados como cenotafios.

    Bajo un fardo de abrigos

    y gorros de lana y bufandas,

    revolviendo en el maletero

    buscando Dios sabe qu,

    y conoc su nombre

    por las gafas empaadas y

    el ridculo y ahuecado

    sombrero que llevaba,

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    y ya fuese el coraje producto

    de primavera rememorada,

    de promesa de luz solar,

    de matizado poso de whisky,

    o algo alineado ms all

    de la nieve y la bsqueda,

    me acompaaba en ese instante

    cuando habl con l all;

    hasta hoy agradezco

    que me sostuviera en aquel momento

    mientras hablaba con el arrebozado

    tejedor de accidentes,

    el mago de cada da,

    en busca de la imposible primavera.

    Tracy, le dije, la poesa miente

    en las costuras de la historia,

    en viejos recuerdos y perspectivas

    de lo que puede ser siempre y jams

    (Y sas fueron las palabras que no dije,

    pero la poesa miente en la perspectiva

    de lo que tendra que haber sido:

    debis creer que dije esas palabras

    ms all de la objecin, de la historia),

    y all, en el invierno,

    comenz el primer canto,

    las lunas se entretejieron e hicieron seas

    en las fronteras de Krynn,

    el paisaje de nieve

    resolvindose en praderas

    ms luminosas y verosmiles.

    Y el primer canto prosigui

    a travs de perspectivas de verano,

    cuando la promesa retorna

    de la semilla desaparecida,

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    cuando el bastn regresa

    de desiertos olvidadizos,

    e incluso las tierras del norte

    claman al espritu:

    ste es el mapa de la esperanza cumplida;

    ste es el mapa de la fe.

    Dnde est mi sombrero? Lo cogiste! Te vi.

    Y no me digas que lo tengo puesto! S muy bien que no!

    Yo...

    Oh, aqu est. As que has decidido devolvrmelo, verdad?

    No, no te creo. Ni por un instante. Siempre has tenido el

    ojo puesto en mi sombrero, Hickman. Yo...

    Qu? Que quieres que escriba qu?

    Ahora? En este mismo momento?

    No puedo. No tengo tiempo.

    Estoy intentando recordar las palabras de un conjuro.

    Liquidacin total por incendio. Coche de bomberos.

    Grandes bolas de fuego...

    Me estoy acercando...

    Oh, vale, de acuerdo. Escribir tu maldito prefacio.

    Pero slo por esta vez, no te creas.

    Ah va.

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    Prefacio

    Hace mucho tiempo, un par de cabezas de chorlito que se llaman Margaret Weis y Tracy Hickman decidieron dejar sus hogares en Krynn y emprender aventuras. Me temo que esos dos tienen algo de sangre kender. Salir a patear otros mundos nuevos y excitantes era superior a ellos.

    Pero Weis y Hickman son como los kenders y los cntimos falsos: siempre vuelven. As que aqu los tenemos de nuevo, preparados para contarnos las cosas maravillosas que estn teniendo lugar en Krynn.

    Han pasado muchos aos desde la guerra. Los hijos de los Hroes han crecido y van en busca de aventuras por un mundo en el que, lamento decirlo, todava hay peligros y problemas de sobra para todos.

    Bien, a medida que leis estas historias, advertiris que Weis y Hickman contradicen otros relatos que quiz conozcis. Algunos de vosotros podrais quedaros ms que sorprendidos con sus versiones de la vida pasada de los Hroes; versiones que difieren de otras versiones.

    Hay una explicacin sencilla.

    A raz de la Guerra de la Lanza, Tanis, Caramon, Raistlin y el resto de los Compaeros dejaron de ser personas corrientes y se convirtieron en Leyendas. Nos gustaban tanto las aventuras de los Hroes que no queramos que las historias se acabaran. Queramos que nos contaran ms. Para

    satisfacer la demanda, bardos y tejedores de leyendas acudieron de tocio Krynn para relatar narraciones fabulosas. Algunos de ellos conocan bien a los Hroes. Otros simplemente repetan historias que haban odo de boca de un enano, que a su vez la haba odo contar a un kender, quien la haba tomado prestada de un caballero, el cual tena una ta que conoca a los Hroes...

    Pillis la idea, verdad?

    Algunas de esas historias son absoluta e indiscutiblemente ciertas. Otras probablemente casi absoluta e indiscutiblemente ciertas, pero no del todo. Y hay otras que son lo que llamamos cortsmente cuentos de kender, relatos que no son verdad, pero que sin duda resultan desternillantes!

    De modo que me preguntaris: Fizban, poderoso y gran hechicero, cules son unas y cules otras?.

    Y yo, Fizban, el Poderoso y Gran Hechicero, respondo: Mientras hayis disfrutado con ellas, cabezas de chorlito, qu ms da?.

    Bueno, bueno. Me alegro de que eso haya quedado aclarado.

    Bien, id a llenar vuestras mochilas. Meted los pauelos en el bolsillo. Coged vuestras jupaks. Vamos, nos aguardan montones de aventuras. Venid! Olvidad las preocupaciones! Viajad de nuevo con Weis y Hickman a travs de Krynn, aunque slo sea durante un corto tiempo. No se quedarn mucho, pero tienen planeado regresar.

    (Quiz la prxima vez me devuelvan mi sombrero!)

    Eh... Cmo demonios me llamo? Ah, s.

    Os saluda atentamente,

    Fizban el Fabuloso

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    El hijo de Kitiara

    Al borde del mundo

    deambula el malabarista,

    ciego y sin rumbo,

    confiando en la venerable

    amplitud malabarista de ss manos.

    Deambula al borde

    de una antigua historia,

    haciendo malabarismos con lunas,

    haciendo desfilar a su paso

    las annimas estrellas fijas.

    Algo parecido al instinto

    y algo parecido al gata

    dura y transparente

    en la profundidad de sus reflejos

    insufla vida en el aire

    a los objetos:

    estiletes y botellas,

    pinzas de madera y ornamentos

    lo visto y lo no visto

    todo reagrupado de nuevo

    traducido en luz y destreza,

    Nos guiamos por esta versin de luz:

    constelaciones de recuerdos

    y una qumica nacida

    en el alambique de la sangre,

    donde el motivo y la metfora

    y el impulso de la noche

    con el temple de la maana

    cristalizan en nuestros semblantes,

    en las lneas de las huellas

    de nuestros dedos que se alzan.

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    Algo en cada uno de nosotros

    anhela ese equilibrio,

    esas qumicas desaparecidas

    que templaban el acero.

    Lo mejor del malabarismo

    radica en las treguas

    que dan forma a nuestra intencin

    a travs de cuchillos, de filamento

    de botellas medio vacas

    y espejos y qumicas,

    y del olvidado

    filn de la noche.

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    La extraa peticin

    de un jinete de Dragn Azul

    Era otoo en Ansalon, en Solace. Las hojas de los vallenwoods, a decir de Caramon, estaban ms hermosas que nunca, con las tonalidades rojas tan intensas como el fuego, las doradas brillando ms que las monedas recin acuadas que llegaban de Palanthas. Tika, la esposa de Caramon, coincida con su opinin. Jams se haban visto colores semejantes en Solace.

    Cuando el hombretn sali de la posada para subir otro barril de la cerveza negra, Tika sacudi la cabeza y se ech a rer.

    Caramon dice lo mismo todos los aos: las hojas tienen ms color y estn ms hermosas que el ao anterior. Nunca falla.

    Los clientes rieron con ella, y unos cuantos le tomaron el pelo al hombretn cuando ste regres a la posada con el pesado barril de cerveza negra cargado a la espalda.

    Las hojas estn un poco marrones este ao coment tristemente uno de ellos.

    Secndose, s aadi otro.

    S, se estn desprendiendo muy pronto, antes de que tengan tiempo de cambiar completamente de color abund un tercero.

    La expresin de Caramon se torn sorprendida. Neg rotundamente que tal cosa fuera cierta e incluso arrastr a los incrdulos al porche y casi les meti la cara en una de las frondosas ramas para demostrar la veracidad de su afirmacin.

    Los clientes vecinos de Solace de toda la vida admitieron que tena razn, que las hojas nunca haban estado tan bonitas, tras lo cual Caramon, tan satisfecho como si las hubiese pintado l personalmente, condujo a los clientes de vuelta al interior de la taberna y los invit a una ronda gratis de cerveza. Tambin eso se repeta todos los aos.

    La posada El Ultimo Hogar se encontraba especialmente concurrida aquel otoo. A Caramon le habra gustado atribuir a las hojas ese aumento en el negocio; eran muchos los que viajaban a Solace, en estos tiempos de relativa paz, para contemplar los maravillosos vallenwoods, que crecan exclu-sivamente all y en ningn otro lugar de Krynn (a despecho de las afirmaciones contrarias, hechas por ciertas ciudades envidiosas, cuyos nombres no se mencionarn).

    Pero incluso Caramon tuvo que dar la razn a Tika y a su mentalidad prctica. El inminente Cnclave de Hechiceros tena mucho ms que ver en el incremento de clientes que las hojas, por hermosas que stas fueran.

    Un Cnclave de Hechiceros se celebraba rara vez en Krynn, y slo se llevaba a cabo cuando los magos de alto nivel de las tres rdenes Blanca, Roja y Negra consideraban necesario que todos los que practicaban la magia a cualquier nivel, desde el aprendiz ms reciente hasta el hechicero ms diestro, se reunieran para discutir asuntos del arcano arte.

    Magos de todo Ansalon viajaban a la Torre de Wayreth para asistir al Cnclave. Tambin estaban invitadas algunas personas pertenecientes a las llamadas razas de la Gema Gris, que no usaban la magia pero s tenan que ver con la creacin de diversos objetos y artefactos mgicos. Varios miembros de la raza enana eran invitados distinguidos. Un grupo de gnomos lleg, cargado con planos, esperando persuadir a los hechiceros de que lo admitieran. Ni que decir tiene que tambin

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    aparecieron numerosos kenders, pero fueron rechazados con delicadeza, aunque firmemente, en la frontera.

    El Ultimo Hogar era la ltima posada cmoda antes de que un viajero llegara al mgico bosque de Wayreth, en el que se encontraba una de las Torres de la Alta Hechicera, las ancestrales sedes de magia en el continente. Muchos magos y sus invitados paraban en la posada de camino a la Torre.

    Han venido para admirar el color de las hojas remarcaba Caramon a su esposa. La mayora de estos hechiceros habran podido trasladarse mgicamente a la Torre sin molestarse en hacer paradas en el camino.

    Tika se rea, se encoga de hombros y convena con su marido que s, que deba de ser por las hojas, de modo que Caramon se mostraba inusualmente satisfecho de s mismo durante el resto del da.

    Ninguno mencionaba el hecho de que todos los magos, hombres o mujeres, que llegaban para albergarse en la posada llevaban consigo un pequeo presente de estima y recuerdo hacia el gemelo de Caramon, Raistlin. Hechicero de gran poder y mayor ambicin, Raistlin se haba vuelto hacia el Mal y haba estado a punto de destruir el mundo, pero al final se haba redimido sacrificando su propia vida; de ello haca ya veinte aos. Una pequea habitacin de la posada se consideraba el cuarto de Raistlin y ahora estaba repleta de diferentes regalos (algunos de ellos mgicos) dejados all para conmemorar la vida del hechicero. (A ningn kender se le permita acercarse a aquel cuarto!)

    Faltaban slo tres das para el Cnclave de Hechiceros, y esa noche, por primera vez desde haca una semana, la posada se hallaba vaca. Todos los magos haban reanudado el viaje, ya que el bosque de Wayreth era un lugar engaoso; uno no lo encontraba, sino al revs. Todos los hechiceros, incluso los de ms alto rango, saban que era posible que se pasaran un da entero deambulando de un lado para otro, esperando que el bosque apareciese.

    As pues se haban marchado, y ninguno de los clientes habituales haba vuelto an. Los vecinos, tanto de Solace como de las comunidades aledaas, que acudan a la posada a diario, ya fuera por la cerveza o por las patatas picantes de Tika o por ambas cosas, no se dejaban ver por all cuando aparecan los magos. Los practicantes de la magia (a diferencia de los viejos tiempos en los que se los persegua) eran tolerados en Ansalon, pero no se confiaba en ellos, ni siquiera en los que llevaban la Tnica Blanca y que servan al Bien.

    La primera vez que se celebr el Cnclave varios aos despus de la Guerra de la Lanza Caramon haba abierto su posada a los magos (en muchas rehusaban servirles), y haba habido problemas. Los clientes habituales protestaron enrgica y duramente, y uno de ellos estaba lo bastante ebrio para intentar intimidar y molestar a un joven hechicero Tnica Roja.

    Aqulla fue una de las contadas veces que la gente de Solace pudo recordar haber visto furioso a Caramon, y an se segua hablando de ello en la actualidad, bien que no en presencia del posadero. Al borracho lo sacaron de la posada con los pies por delante, despus de que sus amigos le soltaran la cabeza de la horquilla de una rama que creca dentro del establecimiento.

    Tras el incidente, cada vez que se celebraba un Cnclave los clientes habituales se marchaban a otras tabernas, y Caramon serva a los magos. Cuando el Cnclave acababa, la clientela regresaba y las cosas volvan a la normalidad.

    Esta noche dijo Caramon, que hizo una pausa en el trabajo para mirar a su esposa con admiracin nos acostaremos pronto.

    Llevaban casados ms de veintids aos, y Caramon segua firmemente convencido de que se haba desposado con la mujer ms hermosa de Krynn. Tenan cinco hijos; tres varones Tanin, de veinte aos en el momento de esta historia; Sturm, de diecinueve; y Palin, de diecisis, y dos chicas Laura y Dezra, de cinco y cuatro aos respectivamente. Los dos mayores soaban con ser

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    caballeros y siempre andaban buscando aventuras, que era donde se encontraban esa noche. El ms joven, Palin, estudiaba magia. Es un capricho pasajero afirmaba Caramon. Se le pasar pronto. En cuanto a las nias... En fin, sa era otra historia.

    Ser estupendo irse pronto a la cama, para variar repiti el hombretn.

    Tika, que barra el suelo con movimientos enrgicos, frunci los labios para no descubrirse echndose a rer.

    S contest con un suspiro, gracias a los dioses. Estoy tan cansada que probablemente me quede dormida antes de que haya apoyado la cabeza en la almohada.

    La expresin de su marido se torn inquieta. El hombretn solt el pao con el que secaba las jarras recin lavadas y rode el mostrador.

    No estars tan cansada, verdad, querida? Palin se encuentra en la escuela, los dos mayores han ido a visitar a

    Goldmoon y Riverwind, y las nias estn acostadas. Slo quedamos t y yo, y pens que... en fin... podamos pasar un rato... ejem... charlando.

    Tika se volvi para que no viera su sonrisa.

    S, s, estoy cansada repuso, a la par que soltaba otro suspiro. He tenido que hacer un montn de camas, adems de supervisar a la nueva cocinera y poner las cuentas al da.

    Los hombros de Caramon se hundieron.

    Bueno, est bien farfull. Por qu no te vas a acostar y yo acabar de... ?

    Tika solt la escoba, se ech a rer y rode con los brazos hasta donde podan llegar a su marido, cuyo contorno haba ensanchando de manera considerable a lo largo de los aos.

    Grandsimo zoquete musit cariosamente. Slo te tomaba el pelo. Pues claro que iremos a la cama y pasaremos un rato charlando, pero recuerda que como resultado de esas charlas tenemos a nuestros hijos! Vamos. Tir del delantal de su marido, juguetona. Apaga las luces y atranca la puerta. Dejaremos lo que queda por hacer para maana.

    Caramon, sonriente, cerr la puerta de golpe, e iba a echar la pesada tranca de madera cuando alguien llam desde fuera.

    Oh, maldita sea! Tika frunci el ceo. Quin puede ser a estas horas de la noche? De un soplido, apag rpidamente la vela que llevaba en la mano. Haremos como si no hubisemos odo nada. Quiz se marche.

    No s empez el buenazo de Caramon. Esta noche va a helar...

    Oh, Caramon! -dijo exasperada Tika. Hay otras posadas...

    Se repiti la llamada, ms fuerte en esta ocasin.

    Posadero? dijo una voz. Lamento llegar tan tarde, pero estoy sola y en un terrible apuro.

    Es una mujer dijo Caramon, y Tika supo que haba perdido. Sin embargo, por discutir un poco no pasaba nada.

    Y qu hace una mujer sola deambulando por ah tan tarde? Apuesto que nada bueno.

    Oh, vamos, Tika empez Caramon en aquel tono engatusador que tan bien conoca ella, no digas eso. Quiz va a visitar a un pariente enfermo y la oscuridad la sorprendi en el camino, o...

    Anda, abre. Tika encendi la vela.

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    Ya voy! bram el hombretn. Mientras se diriga a la puerta hizo una pausa para mirar a su mujer. Deberas echar lefia al hogar de la cocina. Quiz tenga hambre.

    Pues que coma carne fra y queso espet Tika al tiempo que soltaba la vela en la mesa con un seco golpe.

    Tika era pelirroja, y aunque el cabello haba encanecido, suavizando el tono con la edad, no ocurra lo mismo con su carcter. Caramon dej a un lado el tema de la comida caliente.

    Probablemente est muy cansada adujo, con la esperanza de tranquilizar a su mujer. Sin duda se ir derecha a su habitacin.

    Tika resopl. Puesta en jarras, asest una mirada iracunda a su marido.

    Vas a abrirle la puerta o la vas a dejar ah fuera, helndose?

    Caramon agach la cabeza, abochornado, y se apresur a abrir.

    En el umbral haba una mujer, pero no era como haba esperado ninguno de los dos, e incluso el compasivo Caramon, al verla, pareci plantearse si dejarla entrar o no.

    Iba abrigada con capa y botas, y llevaba el yelmo y los guantes de cuero propios de un jinete de dragn. Eso, por s mismo, no era significativo; muchos jinetes de dragones pasaban por Solace en esos das. Pero el yelmo, la capa y los guantes eran de un color azul oscuro, ribeteados en negro. La luz brill fugazmente en escamas azules y se reflej en los pantalones de cuero y las botas negras.

    Un jinete de Dragn Azul.

    Alguien as no haba vuelto a verse en Solace desde los tiempos de la guerra, y por una buena razn. Si la hubiesen sorprendido de da, la habran apedreado. O, como poco, se la habra detenido y tomado como prisionera. Incluso en la actualidad, veinticinco aos despus del final de la guerra, los habitantes de Solace recordaban claramente a los Dragones del Mal que incendiaron y arrasaron su ciudad y mataron a muchos de los suyos. Y haba veteranos que haban combatido en la Guerra de la Lanza Caramon y Tika entre ellos y que recordaban con odio a los Dragones y a sus jinetes, servidores de la Reina de la Oscuridad.

    Los ojos, a la sombra del yelmo azul, sostuvieron la mirada de Caramon con firmeza.

    Tenis habitacin para pasar la noche, posadero? He viajado un largo trecho y estoy muy cansada...

    La voz que sali de detrs de la mscara son melanclica, dbil y... nerviosa. La mujer se mantuvo a la sombra del umbral, y mientras esperaba ia respuesta de Caramon, mir hacia atrs un par de veces, pero no hacia el suelo, sino al cielo.

    Caramon se volvi hacia su mujer. Tika era sagaz juzgando a las personas, una habilidad sencilla de adquirir si a uno le gustaba la gente, cosa que le ocurra a ella. Hizo una inclinacin de cabeza brusca y breve.

    El hombretn se volvi y con un ademn indic a la mujer que pasara. Ella ech una ltima ojeada por encima del hombro y luego entr rpidamente, evitando que le diese la luz directa. El propio Caramon ech un vistazo al exterior antes de cerrar.

    El cielo estaba intensamente alumbrado, ya que la luna roja y la blanca se encontraban fuera y muy cerca la una de la otra, aunque no tanto como lo haban estado unos cuantos das antes. La luna negra tambin estaba all arriba, en alguna parte, aunque slo podan verla quienes servan a su Oscura Majestad. Aquellos cuerpos celestes ejercan dominio sobre tres fuerzas: el Bien, el Mal y el equilibrio entre ambos.

    Caramon cerr de golpe y coloc la pesada tranca. La mujer dio un respingo cuando el grueso

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    madero se asent en su sitio con estruendo, ya que estaba embebida en la tarea de soltar el broche que sujetaba la capa; un broche hecho de madreperla que irradiaba un dbil y fantasmagrico brillo en la penumbra de la posada apenas iluminada. Le tembl la mano, y el broche cay al suelo. Caramon se agach para recogerlo, pero la mujer se movi rpidamente para adelantarse e intent ocultarlo.

    El posadero se inclin sobre ella, fruncido el ceo.

    Un extrao adorno dijo mientras la obligaba a abrir el puo para que Tika viera el broche. El hombretn descubri, ahora que poda observarlo bien, que detestaba tocarlo.

    Su mujer escudri el broche y apret los labios. Quizs estaba pensando que su. infalibilidad para juzgar a las personas haba fallado finalmente.

    Un lirio negro.

    El lirio negro, una flor azabache, cerosa, con cuatro ptalos puntiagudos y el centro rojo como sangre, tena fama, conforme a una leyenda elfa, de brotar en las tumbas de quienes haban muerto de forma violenta. Se deca que germinaba en el corazn de la vctima, y que si se arrancaba, el tallo roto sangrara.

    La mujer retir bruscamente la mano y guard el broche entre la piel que bordeaba su capa.

    Dnde habis dejado a vuestro dragn? inst severamente Caramon.

    Escondido en un valle, cerca de aqu. No tenis por qu preocuparos, posadero. La tengo controlada y me es totalmente leal. No har dao a nadie. La mujer se quit el yelmo de cuero azul que llevaba para protegerse el rostro durante el vuelo. Os doy mi palabra.

    Una vez que estuvo destocada, la imagen del temible y formidable jinete de dragn desapareci, y en su lugar surgi una mujer de mediana edad; era difcil de calcular su edad juzgando por su aspecto. Tena arrugas en la cara, pero eran ms las huellas dejadas por el dolor que por los aos. El cabello trenzado era canoso, (dirase que prematuramente. Tampoco sus ojos eran los crueles, duros, implacables de quienes servan a Takhisis, sino afables, tristes y... asustados.

    Os creemos, mi lady manifest Tika, con una mirada desafiante al silencioso Caramon; una mirada que, a decir verdad, el hombretn no mereca.

    Caramon reaccionaba siempre con lentitud, no porque fuese lerdo (como hasta sus mejores amigos lo haban considerado antao, de jvenes), sino porque siempre examinaba los acontecimientos nuevos o extraos desde cualquier punto de vista concebible. Esas cavilaciones lo hacan parecer lento de entendederas, y frecuentemente sacaba de sus casillas a sus compaeros (incluida su esposa) de razonamiento ms rpido. Pero Caramon se negaba a que le metieran prisa y, en consecuencia, a menudo llegaba a unas conclusiones sorprendentemente perspicaces.

    Estis temblando, milady aadi Tika, en tanto que su marido segua sin reaccionar, con la mirada perdida en el vaco, de modo que lo dej en paz. Conoca bien las seales de la mente de su esposo en pleno proceso de reflexin. Condujo a la otra mujer ms cerca de la chimenea. Sentaos aqu. Atizar el fuego. Os apetece comer algo? Slo tardar un minuto en encender la lumbre...

    No, gracias. No os molestis con eso. Slo es el fro lo que me hace temblar. La mujer pronunci las ltimas palabras en voz baja. Ms que sentarse en el banco, se dej caer en l.

    Tika solt el atizador que haba estado utilizando para avivar el fuego en la chimenea.

    Qu ocurre, milady? Os habis escapado de una terrible prisin, verdad? Y os estn persiguiendo.

    La mujer alz la cabeza y mir asombrada a Tika, tras lo cual esboz una lnguida sonrisa.

    Casi habis dado en el blanco. Tanto trasluce mi cara? Se llev la mano a la mejilla ajada.

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    Esposo, dnde est tu espada? Tika se enderez con bro.

    Eh? Sacado de sus reflexiones, Caramon levant bruscamente la cabeza. Qu? Espada?

    Despertaremos al alguacil. Que la milicia ciudadana entre en accin. No os preocupis, milady. Mientras hablaba, Tika desanud su delantal. No os [levarn de vuelta all.

    No, esperad! La mujer pareca ms asustada de toda esa actividad desplegada por ella que de cualquiera que fuera el peligro que la amenazara.

    Espera un momento, Tika dijo Caramon mientras pona la mano en el hombro de su mujer. Y cuando Caramon utilizaba ese tono, su testaruda esposa siempre escuchaba. Tranquilzate. Se volvi hacia la otra mujer, que se haba puesto de pie, alarmada. No os preocupis, milady. No le diremos a nadie que os encontris aqu hasta que vos no queris que lo hagamos.

    La mujer solt un suspiro de alivia y volvi a sentarse en el banco.

    Pero, querido... empez Tika.

    Ha venido aqu a propsito, querida la interrumpi Caramon. No par en la posada slo buscando habitacin. Vino con la idea de encontrar a alguien que viviera en Solace. Y no creo que se escapara de un lugar horrible, sino que se march. Su voz se torn severa. Y me parece que cuando se vaya, regresar all... por su propia voluntad.

    La mujer se estremeci. Hundi los hombros y agach la cabeza.

    Tenis razn. He venido para encontrar a alguien de Solace. Vos, un posadero, quiz sabrais dnde podra localizar a ese hombre. He de hablar con l esta noche. No me atrevo a quedarme ms tiempo. Tiempo... Se retorci las manos enfundadas en los guantes azules. Se est acabando.

    Caramon cogi su capa, colgada en una clavija, detrs del mostrador.

    Quin es? Decidme cmo se llama e ir corriendo a buscarlo. Conozco a todos los que viven en Solace...

    Espera un momento. La prudente Tika lo detuvo. Qu queris de ese hombre?

    Puedo deciros su nombre, pero no el motivo por el que quiero verlo, ms por su propio bien que por el mo.

    Y esto atraer sobre l tambin ese peligro que quiera que sea en el que estis vos? pregunt el posadero, fruncido el ceo.

    No lo s! La mujer eludi sus ojos. Tal vez. Lo lamento, pero...

    Caramon sacudi lentamente la cabeza.

    No puedo despertar a un hombre en mitad de la noche y conducirlo a lo que podra ser su perdicin...

    Podra haberos mentido adujo la mujer, que alz sus angustiados ojos hacia l. Podra haberos dicho que todo ira bien, pero eso no lo s. Slo s que soporto un secreto y he de compartirlo con la nica persona viva que tiene derecho a saberlo! Alarg la mano y cogi la de Caramon. Hay una vida en juego. No, es ms que una vida! Un alma!

    No nos corresponde a nosotros juzgarlo, cario intervino Tika. Es ese hombre, sea quien sea, el que debe decidir por s mismo.

    De acuerdo, ir a buscarlo. El posadero se ech la capa sobre los hombros. Cmo se llama?

    Majere. Caramon Majere dijo la mujer.

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    Caramon? exclam l, estupefacto.

    La desconocida confundi su estupor por reticencia.

    S que pido un imposible. Caramon Majere, un Hroe de la Lanza, uno de los guerreros ms renombrados de Ansalon, cmo querra tener nada que ver con alguien como yo? Pero si no viene, decidle... Hizo una pausa para pensar qu poda revelar. Decidle que he venido por algo relacio-nado con su hermana.

    Con su hermana! Caramon se apoy bruscamente en la pared. El golpe sacudi la posada.

    Paladine nos asista! Tika entrelaz las manos con fuerza. No ser... Kitiara.

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    El Hijo de Kitiara

    Caramon se quit la capa e intent colgarla, pero no acert a dar con la clavija y la prenda cay al suelo. No se molest en recogerla. La mujer observ aquello con creciente desconfianza.

    Por qu no vais a buscarlo?

    Porque ya lo habis encontrado. Soy Caramon Majere.

    La extraa se qued sorprendida, y despus su expresin se torn dubitativa.

    Podis preguntar a cualquiera se limit a decir Caramon mientras agitaba la mano sealando la posada y hacia fuera. Qu ganara mintiendo? Enrojeci, se palme el estmago y despus se encogi de hombros. S que no tengo aspecto de hroe...

    La mujer sonri de repente. El gesto la hizo parecer ms joven.

    Esperaba encontrarme con un gran seor. Me alegro de que no lo seis. As resultar ms... fcil. Lo estudi atentamente. Ahora que os miro, tendra que haberos reconocido. Ella os describi como un hombretn, con ms msculo que cerebro, pensando siempre de dnde vendr la prxima comida. Perdonadme, seor. Son palabras de Kitiara, no mas.

    Supongo que sabis, milady, que mi hermana est muerta. La expresin de Caramon se haba ensombrecido. Mi hermanastra, debera decir. Y sabis que Kitiara era una Seora del Dragn, aliada con la Reina de la Oscuridad. Por qu iba a contaros nada sobre m? Supongo que me tendra cario en algn momento, pero eso lo olvid como si nada.

    S cmo era Kitiara, quiz mejor que la mayora repuso la mujer con un suspiro. Vivi conmigo durante varios meses, comprendis? Eso fue antes de la guerra, unos cinco aos antes. Escucharis mi historia desde el principio? He viajado cientos de kilmetros para encontraros, y corriendo un gran peligro.

    Quiz deberamos esperar a maana...

    No lo ataj, sacudiendo la cabeza. No me atrevo. Es ms seguro viajar antes de que amanezca. Queris escuchar lo que tengo que contaros? Si decids no creerme... Se encogi de hombros. Entonces os dejar en paz.

    Preparar un poco de t dijo Tika, que se march a la cocina despus de posar la mano en el fornido hombro de su marido, un gesto con el que le encareca que escuchara.

    De acuerdo. Caramon tom asiento pesadamente. Cmo os llamis, milady? Si me permits preguntarlo.

    Sara Dunstan. Resido, o resida, en Solamnia. Y fue all, en un pueblo no muy distante de Palanthas, donde comienza mi historia.

    Por entonces tena veinte aos. Viva sola, en una cabaa que perteneci a mis padres. La peste haba acabado con los dos unos aos antes. Yo tambin la padec, pero fui uno de los afortunados que sobrevivi. Me ganaba la vida como tejedora, oficio que me haba enseado mi madre. Era una solterona. Oh, no me faltaron ocasiones de casarme, de joven, pero rechac las propuestas. Los vecinos decan que era demasiado quisquillosa, pero en realidad lo que pas es que no encontr a nadie que despertara mi amor, y no me conformaba con menos.

    No era especialmente feliz, pero pocos lo eran en aquellos duros tiempos previos a la guerra. Ignorbamos lo que nos aguardaba. En caso contrario, nos habramos considerado dichosos.

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    Acept el vaso de t caliente que le ofreci Tika, la cual tom asiento al lado de su marido mientras le tenda una jarra con t. El hombretn la cogi, pero la dej en la mesa y no tard en olvidarse de ella. Su gesto era sombro.

    Continuad, milady.

    No deberais llamarme as. No soy y nunca fui una dama noble. Como he dicho, era tejedora. Trabajaba un da en el telar, en mi casa, cuando alguien llam a la puerta. Mir fuera. Al principio cre que era un hombre quien se encontraba de pie en el umbral de mi casa, pero de repente me di cuenta de que era una joven, vestida con armadura de cuero. Portaba espada, y el pelo, negro, tena un corte varonil.

    Tika ech una ojeada a Caramon para ver su reaccin. La descripcin encajaba perfectamente con Kitiara, pero el rostro del posadero se mantuvo inexpresivo.

    Empez a pedirme algo, agua, creo, pero antes de que pudiera decir nada se desplom inconsciente a mis pies.

    La met en casa. Estaba muy enferma, eso saltaba a la vista. Corr a buscar a una anciana, una druida, que era la curandera del pueblo. Esto ocurri antes de que los clrigos de Mishakal reaparecieran, pero la druida era diestra a su manera y haba salvado muchas vidas. Quiz se debi a eso por lo que nunca camos en las mentiras de aquellos falsos clrigos y sus trucos.

    Para cuando regres con la druida, la mujer, Kitiara, dijo que se llamaba, haba vuelto en s e intentaba levantarse de la cama, pero se encontraba demasiado dbil. La anciana la examin y le dijo que se tumbara y no se moviera.

    Kitiara se opuso. Slo es un poco de fiebre, dijo. Dadme algo para bajarla y me pondr en camino.

    No es fiebre y lo sabes bien, repuso la druida. Ests preada y si no te tumbas y descansas perders ese nio.

    El rostro de Caramon se haba quedado blanco de repente. Tika, que tambin haba empalidecido, tuvo que soltar su taza de t por miedo a derramar el lquido. Alarg la mano para agarrar la de su marido. El fortsimo apretn de l fue agradecido.

    Quiero perder al mocoso! Kitiara empez a maldecir ferozmente.

    Jams haba odo utilizar un lenguaje tan grosero a una mujer. Sara se estremeci. Era horrible escucharla, pero la druida ni se inmut. S, perders al beb, y a ti con l. Morirs si no tienes cuidado.

    Kitiara rezong algo sobre no creer a una necia vieja desdentada, pero me di cuenta de que estaba asustada, quiz por encontrarse tan dbil y enferma. La druida quera llevarla a su casa, pero yo dije que no, que me encargara de cuidarla. Tal vez os parezca extrao, pero estaba sola y... haba algo que admiraba en vuestra hermana.

    Caramon sacudi la cabeza, sombro el gesto. Sara sonri y se encogi de hombros.

    Era fuerte e independiente continu. Era lo que yo habra sido si hubiese tenido el coraje suficiente. As pues, se qued conmigo. Estaba muy enferma. Tena las fiebres, de las que se cogen en los pantanos, y estaba fuera de s por lo del beb. Obviamente no lo quera, y la ira por estar embarazada no la ayudaba en absoluto.

    La cuid hasta que las fiebres remitieron. Estuvo enferma un mes o ms. Por fin mejor, y no perdi el beb, pero las fiebres la dejaron muy debilitada... ya sabis cmo es eso. Apenas poda levantar la cabeza de la almohada. Sara suspir. Cuando estuvo bien, lo primero que pidi a la druida fue que le diera algo para poner fin al embarazo.

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    La anciana le dijo que, para entonces, ya era demasiado tarde. Que perdera la vida. A Kitiara eso no le gust, pero estaba demasiado dbil para discutir o para cualquier otra cosa. A partir de ese momento, empez a contar los das que faltaban para el nacimiento del beb. Ese da me librar del pequeo bastardo, repeta, y podr reanudar la marcha.

    Caramon trag saliva sonoramente, tosi, y su gesto se torn an ms sombro. Tika le apret la mano.

    Lleg la hora del parto prosigui Sara. Para entonces, Kitiara haba recobrado las fuerzas, por suerte, ya que fue un parto largo y difcil. Tras dos das con contracciones, por fin naci el beb. Era un nio, un nio sano y fuerte. Por desgracia, no poda decirse lo mismo de Kitiara. La druida, a la que no le caa nada bien, le dijo sin rodeos que probablemente iba a morir y que debera decirle a alguien quin era el padre, para que as ese hombre pudiera reclamar a su vstago.

    Esa noche, cuando estuvo al borde de la muerte, Kitiara me dijo el nombre del padre del beb y todas las circunstancias que rodearon su concepcin. Mas, debido a esas circunstancias y a quin era el padre, me oblig a jurar que no se lo dira a l.

    Fue muy vehemente respecto a eso. Me hizo prestar un juramento terrible por la memoria de mi madre. Lleva al chico a mis hermanos Caramon y Raistlin Majere. Criarn a mi hijo para que sea un gran guerrero, en especial Caramon. Es un buen luchador. Lo s, porque le ense yo.

    Se lo promet. Le habra prometido cualquier cosa. Senta mucha lstima por ella. Estaba tan abatida y tan dbil que no me cupo duda de que iba a morir. Hay alguna cosa que pueda llevar a tus hermanos para convencerles de que el nio es tuyo?, le pregunt. Si no, por qu iban a creerme? Alguna joya que puedan reconocer, por ejemplo.

    No tengo joyas. Slo mi espada. Lleva mi espada a Caramon. La reconocer. Y dile... dile... Kitiara mir dbilmente en derredor y sus ojos se detuvieron en el beb, que plaa desconsoladamente en una cuna junto a la chimenea.

    Mi hermano pequeo sola llorar as, susurr. Raistlin siempre estaba enfermo. Y cuando lloraba, Caramon intentaba entretenerlo para que se calmara. Haca figuras de sombras, as. Levant las manos, pobrecilla, apenas tena fuerzas para ello, y puso los dedos de manera que form la cabeza de un conejo, as.

    Y Caramon le deca: Mira, Raist, conejitos.

    Caramon emiti un profundo gemido y reclin la cara en las manos. Tika lo rode con el brazo y le susurr algo.

    Lo siento dijo, preocupada, Sara. Olvid lo terrible que esto sera para vos. No tena intencin de disgustaros, slo quera demostrar...

    No pasa nada, milady. Caramon alz la cabeza. Su semblante estaba demacrado pero sereno. Los recuerdos son duros a veces, sobre todo cuando surgen... as. Pero ahora os creo, Sara Dunstan, y siento no haberlo hecho antes. Slo Kit o... o Raist habran sabido ese detalle.

    No tenis que disculparos. Sara bebi un sorbo de t y rode la taza con las manos para calentrselas. Por supuesto, Kitiara no muri. La vieja druida no poda crerselo. Deca que Kitiara deba de haber hecho un pacto con Takhisis. Posteriormente pens en eso, cuando me enter de que Kitiara era responsable de la muerte de tantas personas. Prometera almas a la Reina Oscura a cambio de la suya? Fue por eso por lo que Takhisis la solt?

    Qu idea tan espantosa! Tika se estremeci.

    No es ninguna fantasa contest Sara con aire apagado. He visto, hacerlo.

    Guard silencio durante unos largos segundos mientras Caramon y Tika la contemplaban con

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    horror. Ahora la vean como la vieron en el primero momento, llevando el yelmo del Mal y el lirio de la muerte como ornamento.

    Decs que el nio vivi manifest bruscamente el posadero, ceudo. Presumo que Kit lo dej atrs.

    S. Sara reanud su relato. Kitiara no tard en encontrarse lo bastante fuerte para proseguir su viaje, pero durante su recuperacin le cogi cierta simpata al pequeo. Era un nio excelente, despierto y bien formado. No puedo quedarme con l, me dijo. Estn a punto de ocurrir cosas trascendentales. Se estn creando ejrcitos en el norte, y me propongo hacer fortuna con mi espada. Encuntrale un buen hogar. Enviar dinero para su crianza, y cuando tenga edad suficiente para ir a la guerra conmigo, volver a buscarlo.

    Y tus hermanos?, me aventur a sugerirle.

    Se volvi hacia m furiosa. Olvida que dije que tena familia! Olvida todo lo que te cont! Y sobre todo olvida lo que dije sobre su padre!

    Acced, y entonces le pregunt si poda ser yo quien se quedara con el nio. Sara tena la vista prendida en el fuego de la chimenea; su tez se sonroj. Veris, me senta muy sola, y siempre haba querido tener un hijo. Me pareci que los dioses; si es que existan, haban respondido a mis plegarias.

    A Kitiara lele encant la idea. Haba acabado confiando en m, e incluso creo que hasta me apreciaba un poco, tanto como ella poda apreciar a otra mujer. Me prometi que enviara dinero cuando dispusiera de l. Le dije que eso no me importaba, que poda mantenerme a m misma y a un nio. Y le promet que le escribira cartas contndole cosas del pequeo. Luego, cuando se march, le dio un beso y me lo puso en los brazos.

    Qu nombre quieres ponerle?, pregunt.

    Llmalo Steel, respondi. Y se ri cuando lo dijo, una especie de broma, considerando el apellido de la criatura.

    Que sera Semielfo le susurr Caramon a Tika en un aparte. No le veo la gracia, a no ser una broma de mal gusto para el pobre Tanis. Todos estos aos sin saberlo. Sacudi la cabeza, sombro.

    Chist! inst en un susurro Tika. Eso no lo sabes con certeza.

    Qu? pregunt Sara, que haba odo el intercambio. Qu decs?

    Lo siento, pero no pillo la chanza repuso Caramon. Por lo del apellido del beb. Semielfo, entendis?

    Semielfo? Sara estaba perpleja.

    Sonrojado, extremadamente azorado, el posadero tosi.

    Mirad, todos sabemos lo de Tanis y Kit, as que ya no tenis que ocultarlo...

    Ah, creis que el padre del beb era Tanis Semielfo dijo Sara, entendiendo de repente. No, os equivocis.

    Estis segura? Caramon se qued desconcertado. Podra haber habido alguien ms, por supuesto...

    Cualquiera con pantalones mascull Tika entre dientes.

    Pero dijisteis que el beb naci cuatro aos antes de la guerra. Kit y Tanis eran amantes, y eso tuvo que ocurrir despus de que se marchara de Solace con... El hombretn enmudeci de golpe y mir a Sara de hito en hito. Eso es imposible! gru. Kit minti. No me lo creo.

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    A qu te refieres? demand Tika. No entiendo nada! De qu hablis?

    No recuerdas que por aquel entonces...?

    Caramon, era una cra cuando t, Raistlin y los dems os marchasteis de Solace lo interrumpi. Y ninguno de vosotros mencion nunca lo que ocurri durante esos cinco aos.

    Cierto, nunca hablamos de nuestros viajes convino lentamente Caramon, dando voz a sus pensamientos. Fuimos en busca de los verdaderos dioses, sa era nuestra meta, pero, mirndolo desde la perspectiva actual, me doy cuenta de que en realidad salimos a buscarnos a nosotros mismos. Cmo puede un hombre o una mujer describir ese periplo? Y as, guardamos silencio, guardamos las historias en nuestros corazones, y dejamos que los tejedores de leyendas, que slo buscan sacar una moneda de acero, se inventaran las historias absurdas que quisieran.

    Observ larga y seriamente a Sara; la mujer baj la vista a la taza de t, que se enfriaba entre sus manos.

    Admito que no tengo pruebas. Es decir rectific, tengo pruebas, pero nada que pueda presentar en este momento. Levant la cabeza con gesto desafiante. Hasta ahora me habis credo.

    Ya no s qu creer contest el posadero. Se puso de pie y se acerc a la chimenea.

    Quiere alguien explicarme qu pasa? Cul era el nombre del beb? demand, exasperada, Tika.

    Brightblade. Steel Brightblade respondi Sara.

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    Rosa blanca, lirio negro

    Los dioses nos protejan! exclam Tika. Pero eso significara. .. Qu extrao linaje! Bendito sea Paladine! Se levant del banco y mir fijamente, horrorizada, a su marido. Ella lo mat! Kitiara mat al padre de su hijo!

    No me lo creo repiti Caramon con voz enronquecida. Tena metidas las manos en los bolsillos del pantaln; taciturno, dio un golpe con el pie a un tronco que amenazaba con caerse de la rejilla, provocando que un montn de chispas ascendieran por el tiro de la chimenea. Sturm Brightblade era un caballero, en espritu, ya que no segn las reglas de la Orden. l jams... Cara-mon hizo una pausa y su rostro enrojeci. Bueno, nunca hara algo as.

    Tambin era un hombre. Un hombre joven adujo suavemente Sara.

    Vos no lo conocais! Caramon se volvi hacia ella, enfadado.

    Pero lo conoc despus, en cierto sentido. Vais a escuchar el resto de mi historia?

    Tika pos la mano en el fornido hombro de su marido.

    Cerrar los odos no cierra la boca a la verdad dijo, citando un antiguo proverbio elfo.

    No, pero acalla los chismorreos de las lenguas largas mascull el hombretn. Decidme: ese nio an vive?

    S, vuestro sobrino vive contest seriamente Sara,

    cuya expresin era triste y preocupada. Tiene veinticuatro aos, y l es la razn de que me encuentre aqu.

    Caramon solt un profundo suspiro nacido de su acongojado corazn.

    De acuerdo, continuad accedi.

    Como vos dijisteis, Kitiara y el joven caballero partieron de Solace, encaminndose hacia el norte. Buscaban noticias de sus respectivos padres, que haban sido Caballeros de Solamnia, de modo que pareca lgico que realizasen juntos el viaje. Sin embargo, por lo que deduje, formaban una pareja muy dispar.

    Las cosas fueron mal entre ellos desde el principio. La propia naturaleza de sus bsquedas era distinta. La de Sturm, sagrada, buscando a un padre que haba sido parangn de la ca-ballera. Todo lo contrario que el de Kit. Ella saba, o al menos sospechaba, que su padre haba sido expulsado de la Orden, desacreditado. Puede que incluso hubiese estado en contacto con l. Ciertamente, algo la atraa hacia los ejrcitos de la Reina Oscura que se estaban formando en secreto en el norte.

    A1 principio, Kit pens que el joven Brightblade, con su dedicacin estricta y su fervor religioso, resultaba divertido. Pero eso no dur mucho. Enseguida la aburri. Y despus empez a molestarla profundamente. Se negaba a quedarse en las tabernas, afirmando que eran lugares de perversin. Se pasaba las noches entonando su rezos rituales, y de da la sermoneaba severamente por sus pecados. Eso podra haberlo tolerado, pero entonces el joven caballero cometi un terrible error. Intent ponerse al mando, tomar las riendas.

    Kitiara no poda permitir tal cosa. Ya la conocais. Tena que tener bajo su control cualquier situacin. Sara sonri tristemente. Esos pocos meses que pas en mi casa hicimos las cosas a su modo. Comamos lo que ella quera comer. Hablbamos de lo quera hablar.

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    Sturm era exasperante, me cont, y sus negros ojos chispeaban cuando hablaba de l, meses ms tarde. Era la mayor, y la que ms experiencia tena en la lucha. Pero si ayud a entrenarlo a l! Y tuvo la desfachatez de empezar a darme rdenes!

    Cualquier otra persona se habra limitado a decirle: Mira, amigo mo, no congeniamos. Esto no funciona. Separemos nuestros caminos.

    Pero Kitiara, no. Quera destrozarlo, darle una leccin, demostrarle quin era ms fuerte. AI principio, dijo, se plante provocarlo para tener un duelo y derrotarlo en combate. Pero despus decidi que eso no sera lo bastante humillante. Y concibi una venganza adecuada. Demostrara al joven caballero que la coraza de su pretendida superioridad moral se abollara al primer golpe. Lo seducira.

    Caramon tena prietas las mandbulas y el rostro rgido. Su corpachn rebull con desasosiego, apoyando el peso ora en un pie ora en otro. Por mucho que quisiera dudar, era ob-vio conociendo como los conoca a los dos que vea claramente lo que haba ocurrido.

    La seduccin de Brightblade se convirti en un juego para Kit, un incentivo que daba sabor a un viaje que se haba vuelto montono y aburrido. Sabis lo encantadora que poda ser vuestra hermana cuando se lo propona. Dej de discutir con Sturm. Fingi tomarse en serio todo lo que l deca y haca. Lo admiraba, lo alababa. Sturm era honrado, idealista, quizs un tanto pomposo, despus de todo, era joven, y empez a pensar que haba domado a aquella salvaje mujer, que la haba conducido al camino del Bien. Y, no me cabe duda, haba empezado a enamorarse de ella. Fue entonces cuando Kit comenz a tentarlo.

    E1 pobre caballero debi de luchar dura y largamente contra sus pasiones. Haba prestado juramento de castidad hasta el matrimonio, pero era humano, con la sangre ardiente de un hombre joven. A esa edad, a veces el cuerpo parece actuar con voluntad propia, arrastrando consigo al reacio espritu. Kitiara tena experiencia en ese campo, todo lo contrario que el joven e ingenuo caballero. Dudo que Sturm supiera lo que estaba pasando hasta que fue demasiado tarde, cuando su deseo era demasiado intenso para poder soportarlo. Sara baj la voz.

    Una noche, l recitaba sus plegarias. Era el momento elegido por Kit. Su venganza sera completa si poda seducirlo apartndole de su dios. Y lo consigui.

    Sara se qued callada. Los tres permanecieron en silencio. Caramon miraba fijamente las moribundas brasas, y Tika retorca el delantal entre sus manos.

    A la maana siguiente continu Sara, el joven caballero fue plenamente consciente de lo ocurrido. Para l, lo que haban hecho era pecaminoso. Intent enmendarlo del nico modo que crea que poda hacerlo. Le pidi que se casara con l. Kitiara se ech a rer. Lo ridiculiz, burlndose de l, de sus votos, de su fe. Le dijo que todo haba sido un juego, que no lo amaba, que, de hecho, lo despreciaba.

    Alcanz su objetivo. Lo vio desmoronado, avergonzado, como haba esperado. Lo zahiri, lo atorment. Y despus lo abandon.

    Me explic su aspecto dijo Sara. Como si le hubiese atravesado el corazn con una lanza. La prxima vez que se quede tan blanco, lo enterrarn!

    Maldita Kit mascull Caramon en voz baja. Descarg el puo contra los ladrillos de la chimenea. Maldita.

    Calla, Caramon! intervino rpidamente su mujer. Est muerta. Quin sabe a qu espantoso castigo se enfrenta ahora?

    Me pregunto si su sufrimiento ser suficiente intervino Sara con voz queda. Por entonces yo misma era joven e idealista, y poda imaginar cmo debi de sentirse el pobre

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    hombre. Intent decrselo a Kitiara, pero se enfureci. Lo mereca, afirm. Y, despus de todo, l tuvo su venganza. As es como Kit vea su embarazo, como una venganza de Sturm. Y fue por eso por lo que me hizo prometer no contarle a nadie quin era el padre.

    Caramon rebull.

    Entonces por qu me lo contis a m? Qu importancia tiene ahora? Si es verdad, lo mejor es dejarlo en el olvido. Sturm Brightblade fue un buen hombre. Vivi y muri por sus ideales y los de la caballera. Uno de mis hijos lleva su nombre. No quiero que ese nombre quede deshonrado. Se le ensombreci el gesto. Qu es lo que queris? Dinero? No tenemos mucho, pero...

    Sara se puso de pie. Tena lvido el rostro; era como si la hubiese golpeado.

    No quiero vuestro dinero! Si fuera eso lo que buscara, habra venido hace aos! Vine buscando vuestra ayuda, porque o que erais un buen hombre. Obviamente no es as.

    Ech a andar hacia la puerta.

    Caramon, eres un zopenco! Tika corri en pos de

    Sara y la agarr cuando se pona la capa. Perdonadlo, por favor, milady. No habl en serio. Est dolido y angustiado, eso es todo. Esto ha sido un golpe para los dos. Vos habis vivido durante aos sabiendo ese secreto, pero para nosotros ha sido como un mazazo entre los ojos. Volved y sentaos.

    Tika tir de Sara hacia el banco. Caramon estaba tan colorado como las brasas de la chimenea.

    Lo siento, Sara Dunstan. Tika tiene razn. Me siento como un buey derribado de un hachazo. No s ni lo que me digo. Cmo podemos ayudaros?

    Tenis que escuchar el resto de mi historia dijo Sara. Se tambale cuando iba a sentarse, y se habra desplomado si Tika no la hubiera sostenido. Perdonadme. Estoy muy cansada.

    No deberais descansar primero? sugiri Tika. Ya habr tiempo maana de...

    No! Sara se sent muy derecha-. Tiempo es lo que nos falta. Y esta debilidad no es fsica, sino anmica.

    E1 hijo de Kitiara tena seis semanas cuando ella se march. Ni l ni yo volvimos a verla. Tampoco dir que lo sent. Amaba al pequeo tanto como si fuera mi propio hijo. Quiz ms, porque, como ya he dicho, pareca que hubiera sido un regalo de los dioses para aliviar mi soledad. Kitiara cumpli su promesa. Me enviaba dinero a m y regalos para Steel. Pude seguir su progreso con el paso de los aos porque las sumas de dinero aumentaban y los regalos eran ms costosos. Estos eran todos de naturaleza blica; espadas y escudos pequeos, una navaja pequea con el puo de plata labrado en forma de dragn para su cumpleaos. Steel adoraba esas armas. Como Kit haba previsto, era un guerrero nato.

    Cuando tena cuatro aos, estall la guerra. El dinero y los regalos dejaron de llegar. Kitiara tena asuntos ms importantes en su cabeza. O historias sobre la Dama Oscura, de cmo haba ascendido en el favor del Seor del Dragn Ariakas, el general de los ejrcitos del Mal. Record lo que me haba dicho sobre que cuando el nio fuera lo bastante mayor para entrar en combate regresara a buscarlo. Miraba a Steel, y aunque slo tena cuatro aos era ms fuerte, ms alto y ms inteligente que la mayora de nios de su edad.

    Si alguna vez lo echaba en falta, estaba segura de que lo encontrara en la taberna, escuchando relatos sobre batallas con la boca abierta y una expresin anhelante en los ojos.

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    Los soldados eran mercenarios... mala gente. Se mofaban de los Caballeros de Solamnia, los llamaban flojos por esconderse detrs de sus armaduras. No me gustaba lo que Steel estaba aprendiendo. Nuestra ciudad era pequea, sin ms proteccin que aquella chusma, y yo tema que estuviesen aliados con las fuerzas de la Reina de la Oscuridad. En consecuencia, me fui.

    Mi hijo Sara lanz una fiera mirada a Caramon, como retndole a que osara objetar contra eso y yo nos trasladamos a Palanthas. Cre que all estaramos a salvo, y quera que el chico creciese entre los Caballeros de Solamnia para que descubriera la verdad sobre el honor y el Cdigo y la Medida. Pens que eso podra... podra... Sara hizo una pausa e inspir temblorosamente antes de proseguir-. Confiaba en que eso podra contrarrestar la oscuridad que vea en l.

    En un nio? El tono de Tika son incrdulo.

    Incluso siendo un nio. Quiz pensis que me influa conocer las dos sangres tan dispares que corran por sus venas, pero os juro por los dioses del Bien, cuyos nombres ya no puedo pronunciar con inocencia, que vea literalmente la batalla que se libraba para conquistar su alma. Todas sus buenas cualidades estaban enfangadas por el Mal, y todas sus caractersticas malignas, recubiertas por el Bien. Lo vea ya entonces! Y ahora es an ms evidente.

    Agach la cabeza; dos lgrimas se deslizaron por sus plidas mejillas. Tika la rode con el brazo, y Caramon se apart de la chimenea y se situ protectoramente cerca de ella.

    Estaba en Palanthas cuando o hablar de Sturm Brightblade por primera vez continu Sara. A otros caballeros, y no de un modo particularmente aprobador. Se lo criticaba por estar asociado con gente extraa, una doncella elfa, un kender y un enano, y se comentaba que desafiaba la autoridad. Pero la gente corriente de la ciudad confiaba en Sturm y lo apreciaba, mientras que no se fiaba de muchos de los otros caballeros ni le caan bien. Habl de Sturm con Steel, aprovech todas las oportunidades que se me presentaron para hacerle ver la nobleza y el honor de su padre...

    Saba Steel la verdad??la interrumpi Caramon.

    No. Sara sacudi la cabeza. Cmo iba a decrselo? Podra haberlo confundido. Es extrao, pero nunca me pregunt quines eran sus padres, a pesar de que jams ocult que no era su verdadera madre. Haba demasiada gente en mi pequea ciudad que saba lo ocurrido. Pero he vivido, y sigo viviendo, con el miedo a la pregunta: quines son mis verdaderos padres?

    Queris decir que lo ignora? Caramon no sala de su asombro. Al da de hoy?

    Sabe quin es su madre. Ya se encarg la gente de decrselo. Pero no ha preguntado el nombre de su padre una sola vez. Quiz cree que no lo s.

    O quiz no quiere saberlo sugiri Tika.

    Sigo opinando que debera estar informado argy Caramon.

    Eso creis? Sara le agest una mirada agria. Planteaos esto. Recordad la batalla de la Torre del Sumo Sacerdote. Como sabis, los caballeros ganaron. La Seora del Dragn, Kitiara, fue derrotada, pero a qu terrible precio? Como dijisteis, mat a Sturm Brightblade, cuando l se encontraba solo en las almenas.

    Me qued horrorizada cuando me enter de lo ocurrido. Podis imaginar lo que sent? Miraba a Steel y saba que su madre haba matado al hombre que fue su padre. Cmo poda explicar algo semejante a un chico cuando ni yo misma era capaz de entenderlo?

    No s. Caramon suspir, taciturno. No s.

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    Vivamos en Palanthas cuando la guerra acab prosigui Sara. Y entonces s que me asust de verdad. Me aterrorizaba la idea de que Kitiara empezase a buscar a su hijo. Tal vez lo hizo. En cualquier caso, no dio con nosotros. Al cabo de un tiempo, me encer de que haba iniciado una relacin con el hechicero Dalamar, un elfo oscuro, un aprendiz de su hermano que en ese momento era el Seor de la Torre de la Alta Hechicera de Palanthas.

    El semblante de Caramon asumi una expresin plcida, seria y nostlgica, como ocurra siempre que se mencionaba a Raistlin.

    Perdonadme, Caramon dijo en voz queda Sara-, pero cuando o las historias sobre vuestro hermano, lo nico que se me ocurri pensar fue: ms sangre oscura corriendo por las venas de mi nio. Y me daba la impresin de que Steel se hunda ms y ms en las sombras cada da. No era como otros nios de su edad. Todos jugaban a la guerra, pero para Steel no era un juego. A no tardar, los otros chiquillos se negaron a jugar con l. Les haca dao, comprendis?

    Dao? Tika abri mucho los ojos.

    No era intencionadamente se apresur a aclarar Sara. Despus siempre lo lamentaba. No disfrutaba infligiendo dolor, gracias a los dioses. Pero, como ya he dicho, los juegos no eran tal para l. Luchaba con una fogosidad que arda en sus ojos. Los enemigos imaginarios eran reales para l. Y as, los otros nios le rehuan. Se senta solo, lo s, pero era orgulloso y nunca lo habra admitido.

    Y entonces estall la guerra en Palanthas, cuando lord Soth y Kitiara atacaron la ciudad. Mucha gente perdi la vida. Nuestra casa qued destruida en los incendios que hubo por toda la ciudad, pero llor de alivio cuando supe que Kitiara haba muerto. Por fin, pens, Steel estaba a salvo. Rec para que se disipara la nube oscura que lo envolva, para que empezara a crecer en el camino de la Luz. Mis esperanzas se truncaron.

    Una noche, cuando Steel tena doce aos, me despert una fuerte llamada a la puerta. Mir por la ventana y vi tres figuras envueltas en capas negras, montadas a caballo. Todos mis temores volvieron de golpe. De hecho me asust tanto que despert a Steel y le dije que debamos huir, escapar por la puerta trasera. Se neg a marcharse. Creo... creo que una oscura voz lo llamaba. Me dijo que huyera yo si quera, pero que l no lo hara. No tena miedo.

    Los hombres golpearon de nuevo en la puerta. Su cabecilla era... Recordis que mencion a Ariakas?

    El Seor del Dragn del Ala Roja del ejrcito de los Dragones. Muri en el templo, durante el asalto final. Qu tiene l que ver con todo esto?

    Algunos comentan que era amante de Kit medi Tika.

    No habra sido la primera coment Sara al tiempo que se encoga de hombros, y probablemente tampoco la ltima. Pero, por lo que me contaron, Zeboim, hija de Takhisis, estaba enamorada de Ariakas, se convirti en su amante y le dio un hijo, llamado Arikan. ste combati en las tropas, a las rdenes de su padre , durante la Guerra de la Lanza. Era un guerrero avezado que luch valientemente. Cuando los Caballeros de Solamnia lo capturaron, ms muerto que vivo, se quedaron tan impresionados por su valenta que, a pesar de ser su prisionero, lo trataron con todo respeto.

    Ariakan estuvo preso muchos aos, hasta que finalmente lo soltaron pensando, errneamente, que en esos tiempos de paz no podra cansar ningn dao. Ariakan haba aprendido mucho durante su forzada permanencia con los caballeros. Lleg a admirarlos pesar de que los despreciaba por lo que consideraba su debilidad.

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    Poco despus de que Ariakan fuese puesto en libertad, Takhisis se le apareci en su forma del Guerrero Oscuro. Le orden que fundase una orden de caballeros dedicados a ella, del mismo modo que los Caballeros de Solamnia estaban dedicados a Paladine. Los que ahora son nios crecern a mi servicio le dijoLos educars para que me veneren. Me pertenecern en cuerpo y alma. Cuando se hayan hecho hombres, estarn preparados para dar la vida por mi causa.

    Casi de forma inmediata, Ariakan empez a reclutar muchachos para su abominable ejrcito. La voz de Sara se convirti en un susurro. Ariakan era el hombre plantado en la puerta.

    Bendito Paladine! exclam Tika, acongojada.

    Haba descubierto lo del hijo de Kitiara. Sara sacudi la cabeza. No s muy bien cmo. Segn l, Kit le haba dicho lo del nio a su padre, pero no di crdito a eso. Creo... Creo que fue el hechicero Dalamar, el maligno Seor de la Torre de la Alta Hechicera de Palanthas, quien encamin a Ariakan hacia nosotros...

    Pero Dalamar me lo habra contado protest Caramon. l y yo somos... bueno... El hombretn vacil mientras Sara lo observaba de hito en hito, muy abiertos los ojos. No amigos, pero nos tenemos un mutuo respeto. Y el chico es mi sobrino, despus de todo. S, Dalamar me lo habra dicho...

    Ni hablar! Sara resopl. Y al fin y a la postre es un hechicero Tnica Negra. Dalamar sirve a la Reina de la Oscuridad y a s mismo, y no necesariamente en ese orden. Si vio que Steel podra resultar valioso... Se encogi de hombros.

    Quiz Dalamar slo segua rdenes musit Sara mientas echaba una ojeada temerosa hacia la ventana, a la noche-. Takhisis quiere a Steel. Eso lo creo de todo corazn. Ha hecho cuanto ha estado en su poder para conseguirlo |Y est a punto de tener xito!

    Qu queris decir? demand Caramon.

    fes la razn de que me encuentre aqu. Esa noche, Ariakan le hizo una oferta a Steel: convertirlo en un paladn oscuro. Sara alarg la mano hacia su capa y asi el broche del lirio negro con mano temblorosa. Un Caballero de Takhisis.

    No existe semejante orden perversa protest el posadero, horrorizado.

    -Existe lo contradijo Sara en voz baja, aunque muy pocos lo saben. Pero se sabr. Oh, s, se sabr. Se qued en silencio, temblando, y al cabo volvi a arrebujarse en la capa.

    -Continuad pidi, sombro, Caramon. Creo que s hacia dnde se encamina esto.

    -El hijo de Kitiara se encontraba entre los primeros que Ariakan busc. He de admitir que es astuto. Saba exactamente cmo manejar a Steel. Habl al chico de hombre a hombre, le dijo que le enseara a ser un poderoso guerrero, un lder de legiones. Le prometi gloria, riquezas, poder. Steel estaba fascinado. Esa noche accedi a irse con Ariakan.

    Nada de cuanto dije o hice, ni siquiera mi llanto, sirvi para que Steel cambiara de idea. Slo consegu una concesin; poda acompaarlo. Ariakan accedi a ello slo porque supuso que yo podra serle til. Necesitara a alguien que cocinara para los chicos, arreglara sus ropas y se ocupara de la limpieza. Eso y... que se encaprich de m concluy Sara en voz queda.

    >>S aadi, en parte avergonzada y en parte desafiante, me convert en su amante. Lo fui durante muchos aos, hasta que fui demasiado mayor para interesarle.

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    El semblante de Caramon se ensombreci.

    Entiendo. Tika palme suavemente la mano de la otra mujer. Os sacrificasteis por vuestro hijo. Para estar cerca de l.

    Fue la nica razn! Lo juro! grit vehementemente Sara. Los odiaba a ellos y lo que representaban! Detestaba a Ariakan. No imaginis lo que tuve que soportar! Muchas veces dese acabar con mi vida. La muerte habra sido mucho ms fcil. Pero no poda abandonar a Steel. Todava alienta la bondad en l, aunque ellos hicieron todo lo posible para pisotear y apagar esa chispa. Me quiere y me respeta, para empezar. Ariakan se habra librado de m hace mucho tiempo de no ser por Steel. Mi hijo me ha protegido y defendido, en detrimento propio, aunque nunca habla de ello. Ha visto a otros ascender a caballeros antes que l. Ariakan ha frenado la promocin de Steel por culpa ma.

    Mi hijo es leal. Y honorable, como su padre. Ambas cosas en extremo, quiz, porque al igual que es leal conmigo tambin lo es con ellos. Ha vinculado su vida con esa orden perversa y est plenamente volcado en ella. Finalmente, se le ha ofrecido la oportunidad de convertirse en uno de ellos. Dentro de tres noches, Steel Brightblade prestar el juramento, tomar los votos y entregar su alma a la Reina de la Oscuridad. sa es la razn de que haya acudido a vos, de que haya arriesgado la vida, porque si Ariakan descubre lo que he hecho, me matar. Ni siquiera mi hijo podr impedrselo.

    Calmaos, milady dijo Caramon, preocupado. Qu deseis que haga? Daros refugio? Eso puede arreglarse fcilmente...

    No lo interrumpi Sara, que pos tmidamente su mano en la del hombretn. Quiero que impidis que mi hijo, vuestro sobrino, tome tales votos. Es el alma del honor, aunque esa alma sea oscura. Debis convencerlo de que est cometiendo un terrible error.

    Caramon la miraba de hito en hito, estupefacto.

    Si vos, su madre, una mujer a la que ama, no ha podido hacerlo cambiar durante todos estos aos, qu puedo hacer yo?

    Vos no convino Sara. Pero quiz s haga caso a su padre.

    Su padre est muerto, milady.

    Me he enterado de que el cadver de Sturm Brightblade reposa en la Torre del Sumo Sacerdote. Se cuenta que el cuerpo posee poderes milagrosos. Sin duda el padre intervendra para ayudar a su hijo!

    Bueno... tal vez. Caramon no pareca muy convencido. He visto cosas extraas a lo largo de mi vida, pero sigo sin entender qu queris que haga yo.

    Quiero que llevis a Steel a la Torre del Sumo Sacerdote.

    El hombretn se qued boquiabierto.

    As, sin ms ni ms! exclam cuando sali de su sorpresa. Y si resulta que l no quiere ir?

    Oh, no querr coment Sara sin vacilar. Tendris que hacer uso de la fuerza. Probablemente llevarlo a punta de espada. Y eso no ser fcil. Es fuerte y diestro con las armas, pero podris hacerlo. Sois un Hroe de la Lanza.

    Perplejo, totalmente confundido, Caramon mir a la mujer sumido en un silencio incmodo.

    Tenis que hacerlo implor Sara, uniendo las manos en un gesto de splica. Las lgrimas corrieron por sus mejillas, incontenibles, cuando el cansancio, el miedo y la pena la superaron finalmente. O el hijo del Sturm se perder!

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    Caramon intenta recordar

    dnde guard su armadura

    Bien dijo Tika mientras se pona de pie con actitud enrgica, si tenis que marcharos antes del amanecer, ms vale que empieces a prepararte.

    Qu? Caramon mir fijamente a su esposa. No hablars en serio.

    Por supuesto que s.

    Pero...

    El chico es tu sobrino inst Tika, puesta en jarras.

    S, pero...

    Y Sturm era tu amigo.

    Eso ya lo s, pero...

    Es tu deber, y no se hable ms concluy Tika. Veamos, dnde guardamos tu armadura? Lo mir con actitud crtica. El peto no servir, pero la cota de malla podra...

    Esperas que vaya montado en un Dragn Azul a un... una... ? Caramon mir a Sara.

    Una fortaleza dijo sta. En una isla, muy al norte, en el mar de Sirrion.

    Una fortaleza en una isla. Una plaza fuerte secreta. Repleta de legiones de paladines oscuros dedicados al servicio de Takhisis! Y, una vez all, se supone que habr de raptar a un caballero adiestrado, en la flor de la vida, y llevarlo a rastras a hacer una visita a la Torre del Sumo Sacerdote. E incluso si llego vivo all, cosa que dudo, esperas entonces que

    los Caballeros de Solamnia nos dejen entrar por las buenas? A m y a un caballero del Mal?

    Caramon no tuvo ms remedio que gritar eso ltimo, ya que Tika haba ido a la cocina dejndolo con la palabra en la boca.

    Si un grupo no me mata, lo har el otro! bram.

    No chilles, querido, o despertars a los chicos advirti su mujer, que regresaba cargada con una bolsa que ola a carne asada y un odre. Tendrs hambre por la maana. Ir a coger una camisa limpia. Tendrs que buscar la armadura. Ahora recuerdo que est en el arcn que hay debajo de la cama. Y no te preocupes, querido aadi mientras se paraba para darle un beso apresurado. Estoy segura de que Sara tiene pensado el modo de introducirte en la fortaleza. En cuanto a la Torre del Sumo Sacerdote, a Tanis ya se le ocurrir un plan.

    Tanis! Caramon la mir sin entender nada.

    Bueno, lgicamente recogers a Tanis de camino. No puedes ir solo. No ests en la mejor forma. Adems... Ech una rpida ojeada a Sara, que se haba puesto la capa y esperaba junto a la puerta con aire impaciente. Tika agarr a su marido por una oreja y tir hacia abajo hasta que tuvieron las cabezas a la misma altura. Kitiara podra haber mentido susurr. Cabe la posibilidad de que Tanis sea el verdadero padre. Debera ver al chico.

    Adems aadi en voz alta, en tanto que Caramon se frotaba la oreja, Tanis es el nico que puede conseguir introducirte en la Torre del Sumo Sacerdote. Los caballeros tendrn que dejarlo

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    pasar. No se atreveran a ofenderlo a l o a Laurana. Tika se volvi hacia Sara para explicrselo.

    Laurana es la esposa de Tanis. Fue cabecilla de los Caballeros de Solamnia durante la Guerra de la Lanza, y la tienen en alta estima. Actualmente ella y Tanis actan como enlace entre los caballeros y las naciones lficas. Su hermano, Porthios, es el Orador. Ofender a Tanis o a Laurana equivaldra a ofender a los elfos, y los caballeros jams haran algo as, verdad, Caramon?

    Supongo. El hombretn pareca aturdido. Las cosas estaban pasando muy deprisa.

    Tika lo saba; saba cmo manejar a su marido. Tena que lograr mantener ese ritmo frentico. Si le daba ocasin de pararse a pensar, no habra quien le hiciera cambiar de opinin. A decir verdad, se dio cuenta de que ya empezaba a rumiarlo.

    Quiz deberamos esperar hasta que los chicos vuelvan de las llanuras sugiri, intentando escabullirse.

    No hay tiempo, querido repuso Tika, que haba visto venir algo as. Sabes que siempre pasan un mes con Riverwind y Goldmoon, que salen de caza y a aprender conocimientos prcticos para moverse por bosques, y ese tipo de cosas. Adems, una vez que hayan puesto los ojos en las hermosas hijas de Goldmoon, nuestros chicos tendrn menos ganas an de marcharse. Vamos, muvete. Empuj a Caramon, que parpadeaba y se rascaba la cabeza, hacia la puerta que conduca a sus habitaciones privadas. Recuerdas cmo llegar al castillo de Tanis?

    S, claro que lo recuerdo! espet prontamente el hombretn.

    Con demasiada prontitud. Y, en consecuencia, Tika comprendi que no se acordaba; tendra que pensar en eso, lo que era estupendo, ya que significaba que tendra la mente ocupada en pensar cmo llegar a casa de Tanis durante el tiempo que tardara en prepararse para partir. Lo que quera decir que ya llevara un buen rato de viaje antes de que empezara a rumiar sobre cualquier otra cosa.

    Como el peligro, por ejemplo.

    Una vez que Caramon se hubo perdido de vista, la actitud briosa de Tika desapareci y sus hombros se hundieron.

    Sara, que vigilaba a travs de la ventana, se volvi al notar el repentino silencio. Al reparar en la desdichada expresin plasmada en el rostro de Tika, la otra mujer se acerc a ella.

    Gracias por lo que has hecho. S que no debe de ser fcil para ti dejarlo marchar. No dir que no hay peligro, porque sera mentira. Pero tienes razn, he pensado en una forma de introducirlo en la fortaleza. Y la idea de que Tanis nos acompae es excelente.

    Debera estar acostumbrada dijo Tika, que estrujaba la bolsa de la carne entre las manos. Me desped de mis dos hijos mayores ayer. Son ms jvenes que el tuyo, y quieren ser caballeros. Sonro cuando me despido de ellos, y les grito mientras se marchan que volver a verlos dentro de una semana o de un mes o cuando sea. Y no me permito pensar que no ser as, que quiz no vuelva a verlos nunca. Pero la idea de que puede ocurrir est ah, en mi corazn.

    Lo comprendo manifest Sara. He hecho lo mismo. Pero t al menos sabes que tus chicos caminan bajo el sol, que no los envuelve la oscuridad... Se cubri la boca con la mano y sofoc un sollozo.

    Tika la rode con un brazo.

    Y si llego demasiado tarde? gimi Sara. Deb haber actuado antes, pero... Jams cre que realmente siguiera adelante con eso. Siempre esper que renunciara a ello!

    Caramon sali de la habitacin. Iba enfundado en una cota de malla que encajaba bien sobre sus hombros, pero no cumpla del todo con su funcin a la altura del estmago. El hombretn exhiba una

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    expresin agresiva.

    Sabes, Tika? empez solemnemente mientras miraba ceudo la cota tintineante. No recordaba que este trasto pesara tanto.

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    Tanis Semielfo recibe

    una desagradable sorpresa

    Caramon record finalmente cmo llegar al castillo de Tanis, situado en Solamnia, pero conoca el camino slo por tierra, no volando a lomos de un dragn. Sara, sin embargo, estaba familiarizada con todo el continente de Ansalon, un detalle que al hombretn le result inquietante.

    Ariakan dispone de mapas excelentes aclar ella, un tanto desconcertada.

    Caramon se pregunt por qu los Caballeros de Takhisis tenan mapas excelentes ael continente. Lamentablemente, no era difcil imaginar la razn.

    El viaje apenas dur. Poqusimo, en lo que concerna a Caramon, que iba encorvado en la parte trasera de la silla del dragn, con fro y hambre (se haba comido la carne haca ya mucho rato), y el sueo ahuyentado por la conmocin de lo ocurrido. Intentaba discurrir cmo explicar aquella extraa historia a su amigo Tanis.

    Y si el semielfo era el padre? Caramon rumi el asunto todo el viaje. Voy a hacerle un favor sacando a relucir de repente un hijo suyo? Qu dir Laurana? Nunca le cay bien Kit, de eso estoy condenadamente seguro. Y qu pasa con el hijo de ellos dos? Cmo se sentir con una noticia as?

    Cuando ms pensaba en ello, ms lamentaba Caramon haber decidido acompaar a Sara. Finalmente, orden a la mujer que diese media vuelta, que lo llevara a su posada, pero o no lo oy por el silbido del viento o hizo caso omiso a propsito. Poda saltar de la silla; sin embargo, teniendo en cuenta a la altura que volaban eso quedaba totalmente descartado.

    Se le pas por la cabeza la idea de que iba armado y de que quiz podra reducir a Sara. No obstante, tras meditarlo seriamente, comprendi que aunque lograra superarla nunca sera capaz de controlar a su Dragn Azul, el cual, de hecho, le diriga miradas desconfiadas de vez en cuando. Y, para cuando Caramon hubo llegado a esa conclusin, ya aterrizaban en la cresta de una colina desde la que se divisaba el castillo de Tanis.

    El hombretn desmont del dragn. Todava no haba amanecido, pero faltaba poco para que saliese el sol. Sara tranquiliz al animal, le dio la orden de que se quedara all o eso supuso Caramon, ya que no entendi lo que la mujer deca y acto seguido ech a andar en direccin a la casa palaciega. Al darse cuenta de que Caramon no la segua, se volvi hacia l.

    Qu ocurre? pregunt con un tono de ansiedad.

    Tengo ciertas dudas contest, pensativo, el hombretn.

    La expresin de Sara se torn de nuevo asustada, como si fuera a empezar a llorar otra vez. Caramon suspir.

    De acuerdo capitul finalmente. Voy.

    Caramon Majere! El gran botarate nada menos... Queris disculparnos un momento, seora? pidi cortsmente Tanis a Sara.

    Agarr a Caramon por un brazo y lo condujo al otro extremo del amplio cuarto, alumbrado por el fuego de la chimenea.

    Podra ser todo una trampa susurr el semielfo. Te lo has planteado?

    S.

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    Y? demand Tanis.

    No creo que lo sea respondi Caramon tras pensarlo un momento.

    Obviamente, no has... empez Tanis, tras soltar un suspiro.

    Lo que quiero decir es continu su amigo, a cuento de qu iban a tener la intencin de tender una emboscada esos paladines oscuros a alguien como yo, un posadero de mediana edad?

    No, pero... Tanis pareca incmodo. Tal vez la trampa no est preparada para ti...

    Lo s asinti Caramon con aire enterado. T eres mucho ms importante. Pero fue Tika la que sugiri que hablase contigo, no Sara. Y agreg seriamente tras otro instante de profunda reflexin, dudo que Tika te haya tendido una trampa, Tanis.

    Por supuesto que no espet el semielfo. Es slo que... Vale, de acuerdo, quiz no sea una trampa. Quiz me... No quiero... Sacudi la cabeza y volvi a empezar. Recuerdo aquel terrible da en que muri Kitiara. Intent acabar con Dalamar, recuerdas? l frustr su intento. .. Tanis hizo una pausa y trag saliva.

    Muri en mis brazos. Y entonces el Caballero de la Muerte apareci para reclamarla. La o, suplicndome que la salvara de aquel horrible destino. Incluso ahora te tiende sus tentculos desde el ms all..., me dijo Dalamar entonces. Y an lo hace, Caramon.

    No, no es cierto. ste es su hijo...

    Si das crdito a lo que dice esa mujer, Sara.

    No la crees? pregunt el hombretn, inquieto.

    Ya no s qu creer. Pero tienes razn. Debemos descubrir la verdad, y hacer lo que est en nuestras manos para ayudar a ese joven, sea hijo de quien sea. Adems, esto me dar la oportunidad de ver qu se trae entre manos Ariakan. No es la primera vez que nos llegan informes sobre esos pa-ladines oscuros, pero no haba ningn modo de comprobar si era verdad o se trataba de meros rumores. Lanz una mirada sombra a Sara, que resultaba una imagen escalofriante con el yelmo azul y la capa bordeada en negro. Al parecer era cierto.

    Sin embargo, ahora aadi el semielfo con una sonrisa desganada mientras sacuda la cabeza, he de enfrentarme a una tarea realmente difcil. Tengo que contarle lo que ocurre a mi mujer.

    Tanis estuvo solo con Laurana durante una hora. Caramon, que paseaba por el vestbulo de la mansin del semielfo, se imaginaba muy bien la naturaleza de la conversacin. La esposa elfa de Tanis, Laurana, saba todo respecto a la relacin entre Kitiara y su marido. Haba sido comprensiva, sobre todo habida cuenta de que ese asunto haba acabado haca mucho tiempo. Pero qu pasara ahora, existiendo la posibilidad de que hubiera un hijo? Una posibilidad muy factible, a entender de Caramon. Lo cierto es que no poda creer que el padre fuera realmente Sturm.

    Mas, por qu iba a mentir Kit?, se pregunt.

    La respuesta escapaba a su comprensin. Claro que nunca haba sido capaz de entender el porqu de la mitad de las cosas que su hermanastra haba hecho.

    Tanis sali de la estancia rodeando a su esposa con el brazo. Laurana sonrea, y Caramon respir ms tranquilo. La elfa hizo un alto incluso para dirigir unas palabras quedas a Sara, que se sent, completamente exhausta, en un rincn prximo a la chimenea. Caramon repar entonces en lo joven que pareca Laurana en comparacin con su marido; era la tragedia de las relaciones entre humanos y elfos. Aunque Tanis tena ascendencia elfa, la sangre humana iba encaneciendo, como rezaba el dicho. Cuando contrajeron matrimonio, unos veinte aos atrs, parecan ms o menos de la misma

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    edad. Ahora podran pasar por padre e hija.

    Pero cuando se casaron ambos saban que eso ocurrira se dijo para sus adentros Caramon. Estn sacando todo el partido posible del tiempo del que disponen, y eso es lo que cuenta.

    Tanis estuvo preparado para partir casi de inmediato. Como embajador oficial y enlace entre los Caballeros de Solamnia y las naciones lficas, pasaba mucho tiempo viajando, al igual que su esposa. Se haba puesto una armadura de cuero la preferida por los elfos y una capa verde. Verlo de tal guisa, le trajo a la memoria de manera intensa y casi dolorosa los viejos tiempos de aventuras.

    Quiz Laurana pensaba lo mismo, ya que le alborot la barba que slo un elfo con sangre humana poda dejarse crecer, e hizo un comentario burln en la lengua elfa que hizo sonrer a Tanis. ste se despidi de su mujer, y ella lo bes con dulzura mientras el semielfo la abrazaba cariosamente.

    Despus se despidi de su hijo, un joven de aspecto frgil y dbil, adorado por sus padres, y que mir a Tanis con una expresin de amor teida de ansiedad. El muchacho era elfo de los pies a la cabeza, sin rastros visibles de los rasgos de su progenitor. Su tez tena la palidez enfermiza de quien rara vez sale al exterior.

    No es de sorprender que tanto Tanis como Laurana lo mantengan en una jaula como a un pajarillo, habida cuenta de las muchas veces que han estado a punto de perderlo. Si fuese elfo al cien por cien, se conformara con pasar el tiempo con la nariz metida en algn libro, pero tambin es humano. Fjate en esos ojos, Tanis. Mrale cuando te ve partir a la aventura, a ver cosas maravillosas de las que l slo ha ledo.

    Algn da, Tanis dijo entre dientes el hombretn, volvers a casa y te encontrars con la jaula vaca.

    Subieron la colina hasta donde el Dragn Azul dormitaba, con las alas plegadas a los costados.

    Qu murmuras? pregunt el semielfo, malhumorado.

    Tanis observaba al Dragn Azul con gesto severo, sin quitarle ojo de encima. Aparentemente, a la bestia no le gust el efluvio a elfo que percibi, ya que se despert al instante, agitando los ollares. Sacudi la testa con desagrado, enarc el cuello y ense las fauces.

    Sara Dunstan era una experta amazona de dragones, sin embargo. Emiti una corta palabra de reprimenda y tuvo bajo control a su montura en un visto y no visto. Caramon subi el primero, en el asiento trasero de la silla para dos jinetes, y luego se inclin para izar a su amigo, levantndolo sin esfuerzo con un movimiento de su fornido brazo.

    Slo pensaba para mis adentros que a tu chico se le ve buen aspecto minti.

    Tanis rebull en la silla para encontrar una postura ms cmoda, cosa prcticamente imposible de conseguir. Tendra que agarrarse al borrn trasero del asiento de Caramon; o eso, o sentarse en las piernas del hombretn.

    Gracias dijo. Su gesto se torn satisfecho, y mir con orgullo a su hijo, que se