Diagnóstico ultrasonográfico de quiste del colédoco y su ...

28
Revista Chilena de Ultrasonografía. Volumen 4/ Nº1/ 2001 4 Revista Chilena de Ultrasonografía. Volumen 4/ Nº1/ 2001 Abstract Two cases of prenatal ultrasonographic diagnosis of cystic dilation of the fetal biliary system with postnatal correlation and surgical approach are presented. These malformations are of low incidence and the prenatal diagnosis is difficult and usually included as fetal abdominal cysts. Key words: Fetus, Choledochal cyst, Abdominal cyst, Prenatal diagnosis, Ultrasound. Resumen Se presentan dos casos de dila- tación quística de la vía biliar fetal diag- nosticados antenatalmente mediante ultrasonografía, además de su corre- lación postnatal y manejo quirúrgico, en el Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital San Juan de Dios. Es de notar que estas malforma- ciones son de muy escasa incidencia. Además, el diagnóstico prenatal mu- chas veces es difícil y se engloba bajo el diagnóstico de quiste abdominal fe- tal. Palabras Claves: Feto, Quiste del colédoco, Quiste abdominal, Diagnós- tico prenatal, Ultrasonido. Introducción La vía biliar intra y extrahepática se forman hacia la tercera semana de gestación como un conducto entre el intestino anterior y el esbozo hepáti- co. El conducto colédoco produce una evaginación que formará el conducto cístico y la vesícula biliar (1,2) . La vesícula biliar al parecer cum- ple un rol pasivo en la vida intrauterina; no presenta grandes cambios morfológicos y raramente se han co- municado cálculos (3) . El quiste de colédoco parece ser la patología más común de la vía biliar, apareciendo en los exámenes ultrasonográficos en el cuadrante superior derecho del abdo- men fetal. Entre los diagnósticos dife- renciales de esta formación quística está la propia vesícula biliar, que tiene una forma más fusiforme al contrario de los quistes que son circulares. Tam- bién se describen como diagnósticos diferenciales están la dilatación de la vena porta, atresia duodenal, quiste omental, quiste ovárico, quiste pancreático, quiste mesentérico y quis- te hepático (3) . En la etiología de esta patología se mencionan, entre otras, la falta de canalización total o parcial de estos conductos, el reflujo pancreático, la debilidad de la pared del conducto, las anomalías de la unión biliopancreática, en que el duodeno desemboca en el conducto pancreático o las infecciones connatales, las que llevarían a la for- mación de dilataciones y estenosis (4) . La Asociación Japonesa de Ciru- janos Infantiles clasifica las malforma- ciones de la vía biliar según su magni- tud y ubicación: Tipo I: atresia de la vía biliar común Tipo II: atresia del conducto hepáti- co común Tipo III: como la atresia a nivel del porta-hepático En cuanto a la clasificación de los quistes del colédoco, se distinguen las dilataciones fusiformes, las dilata- ciones diverticulares y las dilataciones distales (4,5) . Sabemos que sólo un 10% de los defectos congénitos son digestivos, dentro de este grupo las malformacio- nes de la vía biliar son infrecuentes y las dilataciones del colédoco son muy raras. Se estima su frecuencia en 1 por cada 2.000.000 de nacimientos. Mu- chas veces estas malformaciones pa- san desapercibidas en el niño y se diagnostican en el adulto como un cua- dro agudo (5) . El presente trabajo tiene como objeto comunicar dos casos diagnos- ticados en forma antenatal en la Uni- dad de Ultrasonografía del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital San Juan de Dios y su manejo postnatal, en el Servicio de Cirugía Infantil en este mismo hospital. Material y métodos Se revisó las fichas clínicas de dos pacientes, cuyos embarazos se controlaron en la unidad de alto ries- go obstétrico (DARO), con el diagnós- tico de quiste abdominal fetal por ultrasonografía ocurridos entre los años 1990 y 2000. Estos casos fueron vigilados en esta unidad en reuniones multidisciplinarias para su manejo postnatal. Posteriormente, se realizó el seguimiento del recién nacido, en cuanto a la cirugía indicada y su evo- lución post operatoria. Diagnóstico ultrasonográfico de quiste del colédoco y su manejo perinatal Drs. Robert Lehnert S. (1) , Mario Paublo M. (2) , Pedro Ramírez H. (2) , Juan Carlos Bustos V. (2) , Renato Acuña L. (3) , Elizabeth Godoy L. (3) , Srta. Paz Azócar R. (4) 1. Departamento de Obstetricia y Ginecología, Hospital San Juan de Dios, Universidad de Chile. 2. Unidad de Ultrasonografía, Servicio y Departamento de Obstetricia y Ginecología, Hospital San Juan de Dios, Universidad de Chile. 3. Servicio de Cirugía Infantil, Hospital San Juan de Dios. 4. Programa de Morfología, Facultad de Medicina, Universidad de Chile.

Transcript of Diagnóstico ultrasonográfico de quiste del colédoco y su ...

Page 1: Diagnóstico ultrasonográfico de quiste del colédoco y su ...

4

Revista Chilena de Ultrasonografía. Volumen 4/ Nº1/ 2001Dr. Robert Lehner S. y cols.

4

Revista Chilena de Ultrasonografía. Volumen 4/ Nº1/ 2001Dr. Robert Lehner S. y cols.

AbstractTwo cases of prenatal

ultrasonographic diagnosis of cysticdilation of the fetal biliary system withpostnatal correlation and surgicalapproach are presented. Thesemalformations are of low incidence andthe prenatal diagnosis is difficult andusually included as fetal abdominalcysts.Key words: Fetus, Choledochal cyst,Abdominal cyst, Prenatal diagnosis,Ultrasound.

ResumenSe presentan dos casos de dila-

tación quística de la vía biliar fetal diag-nosticados antenatalmente medianteultrasonografía, además de su corre-lación postnatal y manejo quirúrgico,en el Servicio de Obstetricia yGinecología del Hospital San Juan deDios. Es de notar que estas malforma-ciones son de muy escasa incidencia.Además, el diagnóstico prenatal mu-chas veces es difícil y se engloba bajoel diagnóstico de quiste abdominal fe-tal.Palabras Claves: Feto, Quiste delcolédoco, Quiste abdominal, Diagnós-tico prenatal, Ultrasonido.

IntroducciónLa vía biliar intra y extrahepática

se forman hacia la tercera semana degestación como un conducto entre elintestino anterior y el esbozo hepáti-co. El conducto colédoco produce unaevaginación que formará el conductocístico y la vesícula biliar(1,2).

La vesícula biliar al parecer cum-ple un rol pasivo en la vida intrauterina;no presenta grandes cambiosmorfológicos y raramente se han co-municado cálculos(3). El quiste decolédoco parece ser la patología máscomún de la vía biliar, apareciendo enlos exámenes ultrasonográficos en elcuadrante superior derecho del abdo-men fetal. Entre los diagnósticos dife-renciales de esta formación quísticaestá la propia vesícula biliar, que tieneuna forma más fusiforme al contrariode los quistes que son circulares. Tam-bién se describen como diagnósticosdiferenciales están la dilatación de lavena porta, atresia duodenal, quisteomental, quiste ovárico, quistepancreático, quiste mesentérico y quis-te hepático(3).

En la etiología de esta patologíase mencionan, entre otras, la falta decanalización total o parcial de estosconductos, el reflujo pancreático, ladebilidad de la pared del conducto, lasanomalías de la unión biliopancreática,en que el duodeno desemboca en elconducto pancreático o las infeccionesconnatales, las que llevarían a la for-mación de dilataciones y estenosis(4).

La Asociación Japonesa de Ciru-janos Infantiles clasifica las malforma-ciones de la vía biliar según su magni-tud y ubicación:

• Tipo I: atresia de la vía biliar común• Tipo II: atresia del conducto hepáti-

co común• Tipo III: como la atresia a nivel del

porta-hepático

En cuanto a la clasificación delos quistes del colédoco, se distinguenlas dilataciones fusiformes, las dilata-ciones diverticulares y las dilatacionesdistales(4,5).

Sabemos que sólo un 10% de losdefectos congénitos son digestivos,dentro de este grupo las malformacio-nes de la vía biliar son infrecuentes ylas dilataciones del colédoco son muyraras. Se estima su frecuencia en 1 porcada 2.000.000 de nacimientos. Mu-chas veces estas malformaciones pa-san desapercibidas en el niño y sediagnostican en el adulto como un cua-dro agudo(5).

El presente trabajo tiene comoobjeto comunicar dos casos diagnos-ticados en forma antenatal en la Uni-dad de Ultrasonografía del Servicio deGinecología y Obstetricia del HospitalSan Juan de Dios y su manejopostnatal, en el Servicio de CirugíaInfantil en este mismo hospital.

Material y métodosSe revisó las fichas clínicas de

dos pacientes, cuyos embarazos secontrolaron en la unidad de alto ries-go obstétrico (DARO), con el diagnós-tico de quiste abdominal fetal porultrasonografía ocurridos entre losaños 1990 y 2000. Estos casos fueronvigilados en esta unidad en reunionesmultidisciplinarias para su manejopostnatal. Posteriormente, se realizó elseguimiento del recién nacido, encuanto a la cirugía indicada y su evo-lución post operatoria.

Diagnóstico ultrasonográfico dequiste del colédoco

y su manejo perinatal

Drs. Robert Lehnert S.(1), Mario Paublo M.(2), Pedro Ramírez H.(2), Juan Carlos Bustos V.(2),Renato Acuña L.(3), Elizabeth Godoy L.(3), Srta. Paz Azócar R.(4)

1. Departamento de Obstetricia y Ginecología, Hospital San Juan de Dios, Universidad de Chile.2. Unidad de Ultrasonografía, Servicio y Departamento de Obstetricia y Ginecología,

Hospital San Juan de Dios, Universidad de Chile. 3. Servicio de Cirugía Infantil, Hospital San Juan de Dios.4. Programa de Morfología, Facultad de Medicina, Universidad de Chile.

Page 2: Diagnóstico ultrasonográfico de quiste del colédoco y su ...

5

Diagnóstico ultrasonográfico antenal de quistes de colédoco y manejo perinatal. Rev Chil Ultrasonog 2001; 4: 4-6.

5

Diagnóstico ultrasonográfico antenal de quistes de colédoco y manejo perinatal. Rev Chil Ultrasonog 2001; 4: 4-6.

Caso 1L.C.N., paciente de 39 años

con antecedentes de dos partosvaginales de término con reciénnacidos sanos y dos abortos es-pontáneos, sin antecedentes deimportancia, fumadora de 10 ciga-rr i l los diar ios. Inicia control enDARO a las 25 semanas en marzode 1990, por hallazgo de quiste ab-dominal fetal interpretándose comomegavejiga. El examen sonográficoa las 33 semanas, en nuestra uni-dad, se encuentra quiste abdomi-nal anecogénico de paredes lisas,circular, en relación con la zonahepática, con un tamaño de 82 x67 mm (Figura 1).

adecuado para la edad de 3200 g, ta-lla de 45 cm, con Apgar 9-9 de 36 a 37semanas, en buenas condiciones ge-nerales.

La madre es dada de alta en bue-nas condiciones. El recién nacido pre-sentó gran distensión abdominal y laultrasonografía postnatal informó ima-gen quística intraabdominal sugeren-te de quiste de colédoco gigante.

El tratamiento quirúrgico serealizó al mes de vida, consistiendo enuna derivación biliodigestiva en Y deRuox más resección del quiste biliarque medía cerca de 10 cms. de diá-metro. Evolución satisfactoria a la fe-cha (Figura 2).

gencia, con los diagnósticos de:• Primigesta de 32 años• Embarazo de 40 semanas• Quiste abdominal fetal obs colédoco

(Figura 4)• Rotura prematura de membranas• Trabajo de parto

Figura 1. Caso 1. Imagen nodulareconegativa, sin contenido en su inte-rior, que ocupa el total de la cavidadabdominal fetal.

En control ultrasonográficoseriado a las 36 semanas de gesta-ción, además del quiste abdominal,que mantenía similares característicassonográficas, teniendo unas dimensio-nes de 96 x 74 mm., el feto presenta-ba restricción de crecimiento intraute-rino. Por este motivo, se decide hospi-talizar con los diagnósticos de:• Multípara de dos, de 39 años• Embarazo de 36 semanas• Restricción de crecimiento fetal• Quiste abdominal fetal• Trabajo de parto inicial

Se decide cesárea electiva por lapatología fetal. En la cirugía se eviden-cia un abdomen distendido, sin com-promiso hemodinámico del feto. Seobtiene un recién nacido femenino

Figura 2. Caso 1. Esquema de la mal-formación encontrada, donde se apre-cia gran distensión de la vía biliar yatrofia de la vesícula biliar.

Caso 2J.P.O.R., paciente de 32 años,

primigesta, Asistente de Párvulos. In-gresa a DARO derivada por examensonográfico que informaba gestaciónúnica de 34 semanas con quisteparavesical fetal. Sin antecedentes deimportancia

En el primer examen de nuestraunidad, se diagnostica quisteintrahepático fetal, anecogénico, deparedes lisas y delgadas, sin tabiques,de 50 mm. de diámetro cursando em-barazo de 36 semanas (Figura 3). Elsegundo examen muestra quiste de 52mm. de diámetro intrahepático o decolédoco (embarazo de 37 semanas).La última ultrasonografía, a las 38 se-manas de embarazo, mostró quisteintraabdominal de 62 mm, de simila-res características sonográficas.

En reunión conjunta se decideparto vaginal según condiciones obs-tétricas. El día 2 de febrero del año2000 ingresa por el policlínico de ur-

Figura 3. Caso 2. Corte transversal delabdomen fetal, donde se aprecia for-mación quística intrabdominal queabomba la pared abdominal anterior.

Figura 4. Caso 2. Corte sagital del ab-domen fetal donde se aprecia la for-mación quística bajo el hígado.

La paciente se mantiene en evo-lución espontánea, con monitorizaciónintermitente y anestesia peridural. Seasiste parto con fórceps Kjeland, porexpulsivo detenido y sufrimiento fetalagudo. Se obtiene recién nacido, sexomasculino de 3420 g, 50 cm de talla,adecuado para la edad gestacional,con Apgar 8-9.

La madre es dada de alta, en bue-nas condiciones. La evolución del re-cién nacido es satisfactoria.

El examen sonográfico postnatalmuestra dilatación quística de la víabiliar. El tratamiento quirúrgico se efec-tuó a los 2 1/2 meses de vida, consis-tiendo en una quistectomía con deri-vación biliodigestiva, evolucionando enbuenas condiciones (Figuras 5 y 6).

Page 3: Diagnóstico ultrasonográfico de quiste del colédoco y su ...

6

Revista Chilena de Ultrasonografía. Volumen 4/ Nº1/ 2001Dr. Robert Lehner S. y cols.

6

Revista Chilena de Ultrasonografía. Volumen 4/ Nº1/ 2001Dr. Robert Lehner S. y cols.

DiscusiónLas malformaciones de la vía bi-

liar fetal son de muy rara frecuencia,calculándose de 1 por cada 2.000.000de nacimientos.

Hay que recordar que muchasde estas malformaciones de la vía bi-liar, se pueden confundir con dilatacio-nes de la vena porta, duodeno, ovario,páncreas, etc., lo que dificulta el diag-nóstico adecuado. En la actualidad unaayuda cierta es el uso de Doppler co-lor o power Doppler para el diagnósti-co diferencial.

Al analizar los casos, se tratade madres mayores a treinta años, sinantecedentes personales importantes.El diagnóstico se realiza en amboscasos en el tercer trimestre del emba-razo, derivándose a la unidad de altoriesgo con el diagnóstico de quisteabdominal fetal. El diagnóstico máspreciso se realiza en nuestra unidad,

Figura 5. Caso 2. Quiste de la vía biliar en la cirugía. Figura 6. Caso 2. Imagen del quiste de la vía biliar con lavesícula atrófica y sus respectivos conductos

mediante el seguimiento multidis-ciplinario de las pacientes, confirmán-dose con ultrasonografía postnatal.

El manejo postnatal se realiza enforma precoz, mediante cirugía abier-ta, con el fin de preservar la funciónhepática y dar un mejor pronóstico devida.

Referencias1. Montenegro A. et al. Embriología Hu-

mana, Facultad de Medicina Univer-sidad de Chile, capítulo 16: p. 197-210. 1998.

2. Sadler T.W., Embriología Médica deLangman, Editorial Panamericana,capítulo 14: p.237-242. 1996.

3. Fleischer A., Principios y Prácticas dela Ultrasonografía en la Ginecologíay Obstetricia, Editorial Appleton yLange, 5ª edición, capítulo 20: p. 411-431. 1995.

4. Redkar B y R et al, Antenatal Diagno-sis of congenital Anomalies of the

Biliary Tract, Journal of PediatricSurgery, vol. 33, nº 5, páginas 700 –704. 1998.

5. Nari G. et al, Dilataciones QuísticasCongénitas de la Vía Biliar, Acta deGastroenterología Latinoamericana,vol. 28, páginas 33 – 35. 1998.

6. Matsubara H., et al. Is it possible todifferentiate between choledochal cystand congenital biliary atresia (type Icyst) by antenatal ultrasonography?Fetal Diagn Ther 1997; 12: 306-308.

7. Gallivan EK, Crombleholme TM,D’Alton ME, Early prenatal diagnosisof choledochal cyst. Prenat Diagn1996; 16: 934-937. 1996.

8. Parcerisa R. et al., Dilatación Quísticade las Vías Biliares, Rev Argentina, 80:322-326. 1993.

Correspondencia:Dr. Robert Lehner S.Departamento de Obstetricia,Hospital San de Dios.Huérfanos 3255, Santiago de Chile.

Page 4: Diagnóstico ultrasonográfico de quiste del colédoco y su ...

6

Lagos R. Nueva fórmula para estimación del peso fetal por examen ultrasonográfico. Rev Chil Ultrasonog 2001; 4:7-12.

7

Lagos R. Nueva fórmula para estimación del peso fetal por examen ultrasonográfico. Rev Chil Ultrasonog 2001; 4:7-12.

AbstractWe present a local function to

predict the fetal weight usingultrasound measurements. Thisfunction is compared with otherfunctions currently used in our country.This is a retrospective cohort study withnew born child that had, an ultrasoundexam at seven o less days before itsdelivery. Our cases were collected inTemuco city (120 meters above the sea level)during 1994-2000. They were selectedaccording to: a) know gestational age(with an ultasound exam before the12th weeks of gestation); b) singlepregnancies without malformations; c)alive newborn infant of 26 to 42 weeksof gestation at delivery.

A total of 409 cases werecollected, with an average of 2.8 daysbetween the last ultrasound exam andthe deliver. We obtained a reliable fe-tal weight estimation function (0.0056in a Shrinkage on Cross-Validation <0.88). The estimated weight were morevalid than compressions functions. Theestimation error greater than 10%occurred only in 18.1% of the casescompared with 29.8, 33.3 and 38.4%produced in our cases using thefunction by: Hadlock, Vaccaro and theUC2, respectively.

Our function showed to be si-milar to the Hadlock estimating fetalweight during gestational ages lessthan week 32. Over this week, ourfunction is much more valid, wereHadlock and Vaccaro formulasunderestimate the real weights and theUC2 formula overestimate it.Key words: Fetal weight estimation.

ResumenSe presenta una formula local

para estimación de peso fetal y secompara con otras formulas utilizadasen nuestro país.

Este es un estudio cohorte re-trospectivo de recién nacidos que tu-vieron en el periodo fetal su últimaultrasonografía a 7 o menos días delparto, embarazos en la ciudad deTemuco (120 metros sobre el nivel delmar), entre los años 1994-2000, quecumplían los siguientes criterios: a)edad gestacional conocida (ultra-sonografía menor 12 semanas); b) em-barazos únicos sin malformaciones; c)recién nacidos vivos de 26 a 42 sema-nas al parto.

409 casos con promedio de 2.8días entre la ultrasonografía y el partocumplieron estos criterios. Se obtuvouna formula para estimar el peso fetalque probó ser confiable (0.0056 enShrinkage on Cross-Validation <0.88).El peso estimado fue más exacto queel obtenido mediante las formulas decomparación. El error de estimaciónmayor al 10 % ocurrió en el 18.1 % delos casos, en comparación al 29.8,33.3 y 38.4 % de las fórmulas: Hadlock,Vaccaro y UC2 respectivamente.

La fórmula confeccionada ennuestro centro muestra ser confiable.Arroja valores similares a la de Hadlocky Vaccaro en edades gestacionalesinferiores a 32 semanas. Sobre eseperiodo, nuestra fórmula es más vali-da que la de Hadlock y Vaccaro quesubestiman el peso real y UC2 que losobreestima.Palabras claves: Peso fetal estimado,Peso neonatal observado.

Introducción El peso fetal estimado por

ultrasonografía es considerado hoy elmejor predictor del crecimiento fetal,permitiendo diagnosticar oportuna-mente patrones de crecimiento fetalnormal y anormal (restricción omacrosomia fetal) (1,2) .

Con el advenimiento de la eva-luación ultrasonográfica y mediante laconstrucción de ecuaciones de regre-sión ha sido posible estimar el pesofetal, obteniendo además gráficas depeso fetal según semana de gestación.

Para la estimación de peso fe-tal, en nuestro medio, se utilizanecuaciones de regresión logarítmicaspublicadas por Hadlock (3,4) y las na-cionales, publicadas por Vaccaro (5) ,Herrera y col (6). Esta última es cons-truida mediante ecuación de regresiónlineal. En estudio previo de nuestrogrupo(7), en embarazos que tuvieronuna ultrasonografía a 7 o menos díasdel parto (2.8 días), se observó quelas tres formulas antes señaladas di-ferían en forma considerable en sus es-timaciones respecto del peso neonatalobservado. Un error de estimación ma-yor a 10 % estaba presente en el 29.8a 38.4 % de los embarazos, generan-do incertidumbre en cuanto al pesoreal del feto. Lo anterior además delas recomendaciones de la OMS (8) nosmotivo a construir ecuaciones de re-gresión que se adecuen más a nues-tra realidad y que mejoren la estima-ción del peso fetal. En informe prelimi-nar (9) se muestra una primera ecua-ción de regresión construida en nues-tro centro y se la compara con fórmu-la de Hadlock y contrasta ambas fór-

Nueva fórmula para estimación delpeso fetal por examen

ultrasonográficoDrs. Rudecindo Lagos S.(1,2,3) , Rodolfo Espinoza G.(1, 2), Sr. Juan José Orellana(2,3)

1. Maternidad, Hospital Regional Temuco2. Facultad de Medicina, Universidad de la Frontera (UFRO)

3. Centro de Formación, Investigación en Medicina Basada en Evidencias. CIGES, UFRO.

Revista Chilena de Ultrasonografía. Volumen 4/ Nº1/ 2001

Page 5: Diagnóstico ultrasonográfico de quiste del colédoco y su ...

8

Revista Chilena de Ultrasonografía. Volumen 4/ Nº1/ 2001Dr. Rudecindo Lagos S. y cols.

8

Revista Chilena de Ultrasonografía. Volumen 4/ Nº1/ 2001Dr. Rudecindo Lagos S. y cols.

mulas con el peso neonatal observa-do.

El propósito de este estudio esla construcción de una fórmula paraestimación de peso fetal desde las 25semanas de gestación, que estimemejor el peso fetal y comparándola confórmulas propuestas por Hadlock,Vaccaro y Herrera (UC2).

Material y métodosEl estudio se efectuó entre los

años 1994 y 2000 en embarazadas dela ciudad de Temuco (120 metros so-bre el nivel del mar) que cumplían lossiguientes criterios:a) Edad gestacional segura estimada

por ultrasonografía precoz (menorde 12 semanas) utilizando referen-cia publicada por Robinson yFleming(10)

b) Embarazo único sin malformacio-nes y

c) Recién nacido vivos, de 26 a 42 se-manas al parto.

Este es un estudio cohorte re-trospectivo con datos de 409 reciénnacidos (RN) que tuvieron en el perio-do fetal su última ultrasonografía a 7 omenos días del parto (promedio 28días).

La fetometría se efectúo contécnica propuesta por Hadlock y col (11-

13). Cabeza: imagen de cráneo encor te transversal con tálamovisualizado en línea media equi-distante de tablas parietales y cavunseptum pellucidum hacia frontal (Figu-ras 1 y 2). DBP medido de tabla exter-na parietal proximal a tabla interna deparietal distal, DOF de tabla externa aexterna, para cálculo de CC se utilizó:a) Fórmula (DBP + DOF x 1.62) pro-puesta por Jeanty y col (14). y b) medi-ción directa por método de la elipse.Abdomen: imagen transversal con vis-ta de columna, estómago y porciónumbilical de vena porta izquierda (Fi-gura 3), la medición de DAT y DAAPfue desde la parte más externa de piela cada lado; CA calculado mediantefórmula estándar de perímetro (DAAP+ DAT x 1.57); o medido también pormétodo de elipse. Fémur: fue medidoen vista sagital del hueso, excluyendoa nivel distal: cartílago hiperecogénicoy epifisis femoral distal (Figura 4). Los

exámenes ultra-sonográficos fueronhechos por un mismo operador enequipos Toshiba Sal 32-R contransductor lineal de 3,5 MHz, y PhilipsP-600 y P-700 con transductores con-vexos de 3,5 MHz. Los datos fueronregistrados y procesados inicialmenteen la base computacional del SistemaInformático Perinatal SIP, dependien-te del CLAP - OPS/OMS que es unabase de registro continuo de datos dela historia perinatal (15).

La estimación de pesoecográfico, se compara con los pesosneonatales observados en aquel RNque tenían una ultrasonografía a 7 omenos días del parto.

Análisis Estadístico: Se utiliza regre-sión lineal múltiple para predecir elLog10 del peso fetal en función de lastres primeras componentes principa-les las variables ecográficas DBP, CC,CA y LF. Para el reporte final de la fór-mula de estimación, se reconviertenlos parámetros de la regresión a lasvariables predictoras ultrasonográficaya mencionadas.

La confiabilidad estadísticadel modelo predictivo es evaluada me-diante el método de muestras dividi-das (16).

La validez y significancia clí-nica de nuestro modelo, y los deHadlock, Vaccaro y UC2, es estudia-da mediante las diferencias relativasentre los valores estimados porultrasonografía y valores reales obser-vados, poniendo como punto de corteun de error de estimación de 10 %.

El perfil de edad, paridad, ta-lla, peso pregestacional e índice demasa corporal (IMC) de las embara-zadas se muestra en Tabla I.

ResultadosEl peso de nacimiento en el

grupo en estudio cubre los valoresobservados en la población general.El gráfico 1 muestra distribución delos pesos de nacimiento según edadgestacional con relación a lospercentiles 10 y 90 de pesos de naci-

mientos observado 38,000 nacidos vi-vos en Temuco.

La distribución del numero dedías entre el par to y la últimaultrasonografía se muestra en Tabla II.El 36 % tuvo cero o un día de diferen-cia y el 63 % de los casos tuvo unadiferencia menor a 4 días.

Al comparar el peso promediode nacimiento observado y los prome-dios de pesos fetales estimados porlas fórmulas de Hadlock, Vaccaro yUC2 en cada semana de gestación,se observa un comportamiento simi-lar para las fórmulas de Hadlock yVaccaro. Ambas fórmulas arrojan esti-maciones de peso promedio similaral peso neonatal hasta la semana 32,a partir de la cual subestiman progre-sivamente el peso. Por otro lado, la fór-mula UC2 subestima exageradamenteel peso promedio a las 26 semanas,mejorando hacia las 32 semanas, paraluego sobreestimarlo sistemática-mente (Grafico 2).

Considerado clínicamente sig-nificativo aquellos errores en estima-ción de peso fetal superiores al 10 %(respecto al peso neonatal), se encon-tró para las fórmulas de Hadlock,Vaccaro y UC2 un error de: 29.8, 33.3y 38.4 % respectivamente.

Para la fórmula construida ennuestro centro el porcentaje de errorde estimación mayor a 10% fue de18.1 % en total y 16.3 % para los ca-sos con edad gestacional mayores a32 semanas (Tabla III).

Una visión gráfica de las esti-maciones para nuestra formula (10 %de error) se muestra en gráfico 3.El ancho de las cajas (percentiles 25,50 y 75) es proporcional al número deobservaciones por semana. La distri-bución de peso promedio, DE,percentiles 10, 50, 90 según semanade gestación se describe para fetos yneonatos en Tabla IV.

Con los 409 casos se constru-yó el siguiente modelo predictivo.

Este modelo presenta las si-guientes características:

Peso Lagos=10 (1.8395318 + .00140201 ca + .00074982 cc + .00919704 lf + .00333183 dbp)

Page 6: Diagnóstico ultrasonográfico de quiste del colédoco y su ...

8

Lagos R. Nueva fórmula para estimación del peso fetal por examen ultrasonográfico. Rev Chil Ultrasonog 2001; 4:7-12.

9

Lagos R. Nueva fórmula para estimación del peso fetal por examen ultrasonográfico. Rev Chil Ultrasonog 2001; 4:7-12.

Figura 1. Cráneo Figura 2. DBP - DOF

Figura 3. Abdomen Figura 4. Fémur

Gráfico 1. Distribución de los pesos de nacimiento segúnedad gestacional y percentiles 10 y 90 de los pesos denacimientos observado en 38,000 nacidos vivos en Temuco.

Gráfico 2. Peso fetal promedio estimado por Hadlock,Vaccaro, UC2 y Peso neonatal promedio Observado.

Page 7: Diagnóstico ultrasonográfico de quiste del colédoco y su ...

10

Revista Chilena de Ultrasonografía. Volumen 4/ Nº1/ 2001Dr. Rudecindo Lagos S. y cols.

10

Revista Chilena de Ultrasonografía. Volumen 4/ Nº1/ 2001Dr. Rudecindo Lagos S. y cols.

Tabla I

Características generales de las embarazadas en estudio.

Características generales Promedio ± 1DE Mínimo Máximo

Edad (años) 26,90 ± 6,4 13 45

Paridad 1,32 ± 1,5 0 9

Talla Materna (cm) 156 ,00 ± 6,1 141 177

Peso Pregestacional (kg.) 59,40 ± 9,1 35 90

Indice Masa Corporal (IMC) 24,50 ± 3,6 16 36

Tabla IIDistribución de frecuencia del número de días entre la últimaultrasonografía y el parto.

Días Dif Eco/Parto N % % Acumulado

0 30 7.3 7.3

1 116 28.4 35.7

2 55 13.5 49.1

3 58 14.2 63.3

4 50 12.2 75.6

5 42 10.3 85.2

6 31 7.6 93.4

7 27 6.6 100.0

Total 409 100.0

Gráfico 3. Distribución para nuestra de los errores deestimación de peso mayores al 10 % respecto al peso neo-natal según semana de gestación.

Gráfico 4. Correlación entre el peso neonatal y el pesofetal estimado.

a) Usando un criterio estadístico elmodelo predictivo es confiable. Enun estudio de muestras divididas,se obtuvo un puntaje de Shrinkageon cross-validation (Sh2) de 0.0056(R2(1)=96.53, R2(2)=95.97).Kleinbaum et al. señalan que losmodelos predictivos son confiablessi el Sh2<0.1 (16).

b) R2 ajustado de 94.7%.c) La correlación entre los pesos pre-

dichos y los pesos neonatales (co-eficiente de determinación) fue de96.31%. (Gráfico 4).

d) La varianza explicada por el mode-lo es altamente significativa (valorp<0.000001).

DiscusiónEn el mejoramiento de los

indicadores de mortalidad perinatal, laevaluación prenatal del crecimiento hasido un factor fundamental. Al mejorarla sobreviva del RN prematuro, se haceimperativo una adecuada estimaciónde peso en edades más tempranas.Por otro lado en los fetos de tercer tri-mestre el conocimiento oportuno de uncrecimiento inadecuado y/o disar-mónico nos permite concentrar en ellosrecursos para una vigilancia mas es-tricta de la unidad fetoplacentaria.

A pesar de haber mejorado laconfiabilidad de las estimaciones depeso fetal respecto de las otras fórmu-las, consideramos que debíamos ha-cer nuevos esfuerzos para aumentarla exactitud de las estimaciones. Un ca-

Page 8: Diagnóstico ultrasonográfico de quiste del colédoco y su ...

10

Lagos R. Nueva fórmula para estimación del peso fetal por examen ultrasonográfico. Rev Chil Ultrasonog 2001; 4:7-12.

11

Lagos R. Nueva fórmula para estimación del peso fetal por examen ultrasonográfico. Rev Chil Ultrasonog 2001; 4:7-12.

Tabla IIIDistribución de frecuencia de errores de estimación superiores al 10% según cuatro modelospredictivos y dos grupos de edades de gestación.

Modelo

Predictivo Total

<=32 (52 casos) >32 (357 casos)

n % n % n %

Hadlock 19 36.5 103 29.8 122 29.8

Vaccaro 20 38.5 116 32.5 136 33.3

UC2 35 67.3 122 34.2 157 38.4

Lagos 16 30.8 58 16.3 74 18.0

Error de estimación = [(valor estimado - valor real) / (valor real)] x 100

Tabla IVPromedio desviación estándar y percentiles 10, 50 y 90 de Peso Observados y estimados por fórmula Lagos,según semana de gestación

Observado (Neonatal) Estimado (Ultrasnografía)

Sem n Prom Sd P10 P50 P90 Prom Sd P10 P50 P90

26 3 853 21 830 860 870 906 11 894 912 913

27 5 1060 87 980 1040 1190 1113 97 986 1135 1207

28 6 1148 215 870 1145 1450 1149 118 948 1169 1311

29 9 1301 275 850 1350 1650 1414 191 1105 1414 1725

30 10 1507 213 1185 1580 1720 1529 199 1282 1564 1804

31 9 1662 350 1300 1570 2470 1686 339 1404 1529 2326

32 10 1889 347 1365 1875 2280 1878 265 1491 1914 2213

33 8 1934 406 1380 2075 2370 1979 466 1423 2002 2719

34 12 2230 301 1870 2245 2630 2133 216 1897 2131 2415

35 16 2509 422 2000 2545 3190 2493 443 1943 2430 3141

36 11 2866 419 2400 2930 3350 2782 362 2251 2897 3140

37 36 3124 524 2330 3195 3900 3086 509 2251 3131 3708

38 72 3260 444 2730 3220 3820 3244 466 2705 3222 3749

39 85 3532 439 3000 3490 4100 3491 489 2888 3487 4174

40 95 3615 466 3100 3600 4130 3646 454 3026 3652 4233

41 22 3645 476 3000 3665 4200 3704 568 2980 3722 4415

Edad Gestacional (Semanas)

Page 9: Diagnóstico ultrasonográfico de quiste del colédoco y su ...

12

Revista Chilena de Ultrasonografía. Volumen 4/ Nº1/ 2001Dr. Rudecindo Lagos S. y cols.

12

Revista Chilena de Ultrasonografía. Volumen 4/ Nº1/ 2001Dr. Rudecindo Lagos S. y cols.

mino a explorar sería considerar laimportancia relativa que tienen los di-versos factores predictivo del peso(DBP, CC, CA, LF), en las diferentesetapas de la gestación (la tasa de cre-cimiento de abdomen es mayor que elde cráneo y fémur al final del embara-zo). Ello obligaría a considerar una fór-mula que contenga además la varia-ble edad gestacional como predictordel peso fetal.

Creemos importante aumentarel número de casos con edadesgestacionales precoces. De esta for-ma se aumentará la precisión y laconfiabilidad de las estimaciones eneste grupo. Esperamos aumentar lacasuística con un estudio mayor, ideal-mente multicéntrico.

Clínicamente se hace difícil lautilización de modelos estadísticoscomplejos, siendo necesario recurrir aprogramas computacionales ad doc.Un avance en esta línea se esta dan-do en nuestro centro, donde estamosdesarrollando un software clínicoultrasonográfico de fácil aplicación,que permite una evaluación proto-colizada del crecimiento fetal.

AgradecimientosLos autores desean agradecer

cordialmente la colaboración prestadaen la revisión final de este texto, a losDocentes de nuestra Maternidad, Drs.Gloria Carreño Campos y PatricioEcheverría Gómez.

Referencias1. Juez G, Lucero E, Ventura-Juncá P.

Crecimiento intrauterino en reciénnacidos chilenos de clase media. RevChil Pediat 1989; 60: 198 - 202.

2. Weldt E., Rosselot S., Tohá D.,Andrade C. Evaluación delcrecimiento intrauterino mediante elpeso de nacimiento. Rev Chil Pediatr1988; 59; 267-269.

3. Hadlock FP., Harrist RB., CarpenterRJ. y col. Sonographic estimation offetal weight. Radiology 150: 535, 198

4. Hadlock FP., Harris RB., Martinez-Poyer J. In utero analysis of fetalgrowth: A sonographic weigth stan-dard. Radiology 1991; 181:129-33.

5. Vaccaro H. Crecimiento fetal. Rev ChilObstet Ginecol 1991; 56: 353-358.

6. Herrera B., Donoso E., Gormaz G.,Tsunekawa H. Estimación del pesofetal mediante ultrasonografía.¿Balanza intrauterina?. Rev ChilObstet Ginecol 1986; 51: 478.

7. Lagos RA., Espinoza R., EcheverríaLP., Orellana JJ. y col. Gráfica regionalde crecimiento fetal normal Rev ChilUltrasonog 1999; 2: 124-131.

8. Organización Mundial de la salud:

Prevención de la mor talidad ymorbilidad perinatales. Ser Inf Tecn1970;457.

9. Lagos RA., Espinoza R., Orellana JJ.Formula regional de peso fetal. LibroResumen R-52 XVI Reunión ALIRHChile, Sept. 1999

10. Robinson HP., Flemming JE. A criticalevaluation of sonar crown-rump lengthmeasurements. Br J Obstet Gynaecol1975; 82:702.

11. Hadlock FP., Ronald MD., et al. Esti-mating fetal age using multiples pa-rameters: A prospective evaluation inracially mixed population. Am J ObstetGynecol 1987; 156:955.

12. Hadlock P., Russell L., Deter RL et al.Estimating fetal age: computer as-sisted analysis of multiples fetal growthparameters. Radiology 1984; 152:497-501.

13. Hadlock FP., Harris RB., ScharmanRS. y col. Estimation of fetal weigthwith the use of head, body, and femurmeasurements: A prospective study.Am J Obstet Gynecol 1985; 151: 333.

14. Jenty P y col. Fórmula paracompensar perímetro cefálico enmedición manual. DNP 1983.

15. Boletin CLAP 19/94: Normatización deecografías obstétricas. Montevideo,Uruguay 1994.

16. Kleinbaum, Kupper & Muller. AppliedRegression Analysis and Other Multi-variable Methods. 2d edition. PWS-KENT Publishing Company (pag 330).

Page 10: Diagnóstico ultrasonográfico de quiste del colédoco y su ...

12

Lolas F. Bioética y ejercicio profesional. Rev Chil Ultrasonog 2001; 4:13-15.

13

AbstractThe challenge for a morally

sustainable medicine consists in thecreative use of dialog for thearticulation, formulation, and resolutionof conflicts inherent in its practice.Bioethical thinking is based on theassumption that actors and agents ofsocial processes related to healthshould maintain their differences andbe held together by common aims. Inthis regard, this paper elaborates onthe distinction between private medi-cine and privatized medicine. While thefirst retains the humanistic dimensionof the art, the second is guided byprinciples and goals alien to thetraditional profession of medicine,lacking autonomy. Both patients andphysicians should be aware that healthis as much a technical achievement asa social construction and a personalritual. This plea for a social ethics isformally grounded on practicalconsiderations, for bioethics is not justtheory but practice as well.Key words: Bioethics, Profesión,Sustainable medicine

ResumenEl desafío para una medicina

moralmente sostenible consiste en eluso creativo del diálogo para la articu-lación, formulación y resolución deconflictos inherentes a su práctica. Elpensamiento bioético se basa en elsupuesto de que los actores y agen-tes de los procesos sociales relacio-nados con la salud deberían preser-var sus diferencias y mantenerse uni-dos por objetivos comunes. A este res-pecto el presente artículo profundizasobre la distinción entre medicina pri-vada y medicina privatizada. En tantola primera conserva la dimensión

humanística del arte, la segunda estáguiada por principios y metas ajenasa la tradicional profesión de la medici-na y carece de autonomía. Tanto lospacientes como los médicos deberíantener conciencia que la salud es tantoun logro técnico como una construc-ción social y un ritual personal. Estadefensa de la ética social está formal-mente basada en consideracionesprácticas, por cuanto la Bioética no essolamente teoría sino también prácti-ca.Palabras clave: Bioética, Profesión,Medicina Sostenible.

Profesionales y usuarios: diferen-cias en saber y en poder

Las relaciones entre profesio-nes y usuarios de sus servicios sufrencontinuos cambios. Parte de la “revo-lución bioética” (esto es, el cambio delo que es usual y permisible en elintercambio social) puede resumirseen las oscilaciones que sufre la rela-ción entre el conocimiento formal y sucontraparte legal o profana. La revolu-ción que ha significado la diseminaciónde informaciones no ha afectado la pri-macía del conocimiento, que es infor-mación organizada en, por y para in-tereses sociales de orden intelectual,estético o utilitario. La posibilidad deactuar se amplía gracias a la articula-ción teórica del conocimiento formal,que lo hace enseñable (reproducible),prospectiva y anticipa contextos y jus-tificaciones para su empleo y racionaly moralmente justificable (legalidadmetódica y legitimidad moral)(1).

Es gracias a la potencia del co-nocimiento formal y su ascendientemoral sobre la sociedad que puedeafirmarse que las profesiones se cons-tituyen sobre asimetrías sociales: los

que saben y los que no saben. Sinembargo, estas asimetrías ya no se ex-presan como desigualdades en podersino como diferencia de perspectiva.Diversidad y diferencia que deben re-flexivamente armonizarse en síntesissuperiores.

Esta diferenciación puede sersincrónica, por tareas y papeles com-plementarios durante la relación pro-fesional-usuario, o diacrónica ,modificarse al tenor de las trayectoriasvitales de médicos y enfermos, profe-sionales y clientes, ofertantes y de-mandantes.

Asimismo, contextualizada. Noes lo mismo la enfermedad que ame-naza la vida que la enfermedad coti-diana y trivial, la aguda o la crónica.Tampoco son iguales los espaciossemánticos del “sentirse enfermo”, “te-ner una enfermedad” o “ser conside-rado enfermo”. En estos contextos semodifica la relación entre las personasy sus respectivos papeles sociales “ro-les”(2).

Pero la relación profesional-cliente o médico-enfermo no existe enun vacío social. Está influida por elcontexto de tradiciones, valores ycultura de una peculiar e irrepetiblecircunstancia. No se la puede ignorar.

El contexto de la práctica: medici-na privada y privatizada

La medicina privada no es igualque la privatizada. Siempre que losterapeutas ejercieron su oficio, reci-bieron compensación y pago. En elámbito privado, el profesional solida-rio se paga a sí mismo no sólo con di-nero sino con la satisfacción de la ta-rea bien hecha, el cumplimiento gozo-so del “llamado” o vocación y el placerde ser dueño autónomo de su oficio.

Bioética y ejercicio profesional.El desafío de una medicina sostenible

Dr. Fernando Lolas StepkeProfesor Titular, Facultad de Medicina, Universidad de Chile.

Director, Programa Regional de Bioética, Organización Panamericana de la Salud.

Revista Chilena de Ultrasonografía. Volumen 4/ Nº1/ 2001

Page 11: Diagnóstico ultrasonográfico de quiste del colédoco y su ...

14

Revista Chilena de Ultrasonografía. Volumen 4/ Nº1/ 2001Dr. Fernando Lolas S.

Eso era, eso es, la medicina privada,pródiga en dones espirituales, el nomenor de los cuales es la identidadasumida conscientemente.

Distinta es la medicina “privati-zada”. Esta ha perdido la autonomía,de la que brota la identidad del queha-cer y del profesional. Rige en ella unaracionalidad diferente. Ya no la racio-nalidad terapéutica (de ayuda) ni lacientífica (de adquisición y expansióndel conocimiento) o la cosmética (deperfección estética, de vida bella ybuena), sino la racionalidad pecunia-ria. En ésta, la eficiencia, con su valormoral, queda despojada de su dimen-sión espiritual y resta solamente suvalencia técnica.

La racionalidad tecnocráticapuede confundirse parcialmente con lapecuniaria pero no es idéntica a ella.La racionalidad tecnocrática busca laeficiencia, que es la eficacia en el pla-no de lo real, es decir, en sus resulta-dos últimos. Puede haber eficienciateórica y rendimiento económico sineficacia real. Un sistema de charlata-nería puede ser eficiente en términoseconómicos e ineficaz en lo terapéuti-co. Eficacia y eficiencia son por endevalores relativos y pueden predicarseen un contexto específico.

Cuando se distingue entre me-dicina privada y privatizada, se poneel acento en el tema de la autonomía.En la primera, el profesional la retieney administra. Se proporciona satis-facciones de acuerdo con su cultura,sus tradiciones y su vida personal.Da cuanto quiere y puede dar, exigelo que el ethos de su profesión le pideexigir. Recuérdese a este respecto eljuramento hipocrático, el código dePercival y el documento fundacional dela Asociación Médica Mundial. En loprivado, lo propio del oficio, puede elprofesional mantener la “etiqueta” de-bida a sus pares, respetar y defenderlos fueros de la profesión y sentir queestá en control de sus actos y de lasconsecuencias de sus actos.

En cambio, la medicina privati-zada es una medicina dominada. Ni losprofesionales ni los usuarios escapana su control. Todos pierden autono-mía, que delegan al poder gerencial ypecuniario.

Conocidos son los efectossobre los usuarios o pacientes. Pier-den posibilidad de elegir, ven disminui-da su confianza en lo científico, cerce-nadas sus posibilidades de participa-ción, diálogo y regulación de los pro-cesos diagnósticos, terapéuticos y pre-ventivos.

También los profesionales venreducida la autonomía de sus decisio-nes. Su prudencia, que siempre haconsistido en contextualizar el saber,adaptar lo universal al caso concreto,se ve menospreciada. Los resultadosde su esfuerzo se hacen invisibles yanónimos, se desligan del trabajo real.Una suerte de anomia profesional lesacomete. Su aprecio ya no dependede lo que hagan y cómo lo hagan sinodel rendimiento y la ganancia que pro-duzcan para el sistema. Alguien hallamado a lo que ocurre con la identi-dad profesional “síndrome de Tomás”en recuerdo al personal central de lanovela La insoportable levedad del serde Milan Kundera. En ella el protago-nista, médico sin vocación, ve perder-se su identidad como tal y se convier-te en un juguete de la circunstancia yesclavo de la coyuntura.

Etica social y ejercicio profesional.El problema roza lo ético en la

medida que lo espiritual, la dación designificado que cada profesional hacede su tarea, debe tener una conexiónorgánica con el contexto de la cultura.En ésta, como si sabe existen“satisfactores”, circunstancias y condi-ciones que dan sentido a la acción,dotándola de esa conexión entremedio y fines que se presiente como“natural” y legítima, que produce la sa-tisfacción del sentido de pertenenciay su correspondiente identidad.

Bajo esas condiciones se pue-de ser lo que se es en verdad y aspi-rar a una identidad, el “self ”, que es elyo reflejado en los demás como pro-ducto de su presentación social. Cons-tituir la identidad a través del “hacer”es una invariante de las ciencias occi-dentales desde la entronización del ca-pitalismo y su “ética del trabajo”, quela tradición cristiana, especialmente laprotestante, asocia con el esfuerzo, lapenuria y el sacrificio.

Sólo en un clima de libertad, deposibilidad de opciones, puede flore-cer el verdadero comportamiento éti-co en tanto que reflexiva apropiacióny justificación de la conducta moral. Sino, se trata solamente de ciega obe-diencia a la norma. Conductaheterónoma, dictada por otros, cuyaúnica validez consiste en seguir o nolas reglas. Su valor moral es menor,cuando no dudoso.

La asimetría del conocimientono causa necesariamente el poder pro-fesional. Una perspectiva funcionalistapermite superar el prejuicio de unahegemonía estructural de las profesio-nes. De acuerdo con ella, los papelessociales se modifican según los come-tidos que las personas aceptan reali-zar. En el caso de la medicina, lospapeles de terapeuta y de enfermo nose restringen a los que la sociologíaclásica, digamos la parsioniana, des-cribió. De hecho, en la actualidad, al-gunos contextos se caracterizan porun papel distinto y sobre todo por lapreeminencia de los agentes “macro”,aquellos que están por fuera o sobrela relación terapéutica. Ya hemos he-cho mención de la influencia de los fac-tores económicos. Pero no debe des-deñarse la influencia de la informaciónmasiva a que todos tienen acceso.Parte de ella es positiva, parte inútil yparte puede ser nociva. No obstante,cumple un papel interesante, y espe-cialmente relevante, en el autocuidado.Aquí, idealmente, el profesional debie-ra participar sólo como motivador, su-pervisor y mentor tal vez corrigiendoerradas interpretaciones o proveyen-do informaciones adicionales. Hay unpunto en el cual el autocuidado dejade ser suficiente. Allí empieza el pa-pel de la ayuda informal de parientesy amigos, complementada por la asis-tencia profesional. Se dividen las ta-reas, aumenta la pasividad del pa-ciente (se hace más paciente, más pa-sivo).

La rotulación final, la enferme-dad constituida como entidad de ob-servación y blanco de intervenciónentrega al profesional un protagonismomayor. Debe aquí distinguirse entrela enfermedad aguda y la crónica. Nosólo por su duración e impacto. Tam-

14

Revista Chilena de Ultrasonografía. Volumen 4/ Nº1/ 2001Dr. Fernando Lolas S.

Page 12: Diagnóstico ultrasonográfico de quiste del colédoco y su ...

14

Lolas F. Bioética y ejercicio profesional. Rev Chil Ultrasonog 2001; 4:13-15.

bién por lo que una y otra significande afectación de vida consciente. Laenfermedad crónica, tiene como atri-buto la irreversibilidad del trastorno yla globalidad de su influjo. No se cura-rá en el sentido de restitutio adintegrum y modifica todas las esferasde la vida. Se hace una nueva formade vida. Sólo puede esperarse unareformulación del papel vital, unareinserción social con el papel de pró-tesis social que en este caso desem-peñan las ayudas expertas bajo la for-ma de elementos compensatorios,fármacos o dispositivos. No se aspiraa la restitutio ad integrum, a lafuncionalidad total del cuerpo sino arestituio ad integritatem, a volver a laspersonas capaces de participar ensociedad.

Se hace necesario asociar la“eticidad” del trabajo profesional con

la “sostenibilidad” de la oferta y unaadecuada respuesta a la demanda.Esta sostenibilidad tal vez sea posi-ble sólo si se ponen límites, si no sepermite esperar más de lo que el sis-tema puede dar. En el precepto de nomaleficiencia ha de incluirse por endeun “no dañar” por la esperanza, noperturbar por ofrecimientos que no secumplirán. El acceso equitativo a ser-vicios reales debe ser meta de un sis-tema de salud.

El ejercicio profesional del mé-dico no consiste solamente en la eje-cución de un oficio. Debe incluir, ade-más, una labor de magisterio público,enseñando a las personas que la sa-lud no es solamente tema para profe-sionales sino responsabilidad compar-tida por todos. La medicina sostenibledel futuro, profundamente ética, debeser responsablemente construida por

médicos, pacientes, familiares, funcio-narios, amigos, en fin, por todos losmiembros de la comunidad.

La enseñanza última de labioética es que el diálogo es una he-rramienta para la consecución de finessocialmente legítimos(3).

Referencias1. Lolas F. Más allá del cuerpo. La cons-

trucción narrativa de la salud. Santia-go de Chile: Andrés Bello; 1997.

2. Lolas F. Proposiciones para una teo-ría de la medicina. Santiago de Chile:Editorial Universitaria; 1992.

3. Lolas F. Bioética. Santiago de Chile:Editorial Universitaria, 1998.

Dr. Fernando Lolas S.Providencia 1017, Piso 7.Santiago de Chile.

15

Lolas F. Bioética y ejercicio profesional. Rev Chil Ultrasonog 2001; 4:13-15.

Page 13: Diagnóstico ultrasonográfico de quiste del colédoco y su ...

Dr. Fernando Pinto L.

16

Revista Chilena de Ultrasonografía. Volumen 4/ Nº1/2001

16

Revista Chilena de Ultrasonografía. Volumen 4/ Nº1/2001

Antecedentes históricosEn 1956 Leksell(1) describe la

utilidad de la ultrasonografía Modo-Apara detectar la posición de las es-tructuras de la línea media cerebraly sus alteraciones en dilataciónventricular, masas y colecciones ex-tra-axiales.

La primera publicación conultrasonografía Modo-B correspondea Vleiger(2) en 1963. En 1965 Makowy Real(3) mejoran la resolución de laimagen. Luego, en 1966, Brinker yTaveras(4) utilizan un transductor li-neal de contacto directo. En 1974Kossoff(5), con equipos más moder-nos publica el pr imer “Atlas deUltrasonografía Cerebral”, en cortesaxiales, con transductor lineal. Eldesarrollo de la tomografía axialcomputada, en esa época, con mejorresolución de las imágenes cere-brales, frenó el desarrollo de laNeurosonología durante algunosaños.

Sólo en 1979, cuando semasifican los transductores sec-toriales y se puede visualizar elcerebro a través de la fontanelaanterior, con mejor resolución, conequipos de mayor tecnología,laNeurosonología comienza a incor-porarse como una técnica neuro-diagnóstica relevante, no invasivay realizable al paciente críticamenteenfermo sin los riesgos del traslado.

A partir de entonces la litera-tura se inunda de publicaciones deSkolnik, Morgan, Johnoson, Dewbury,Silverboard, Bejar, Babcock, Edwards,por mencionar sólo a algunos de lospioneros en este campo.

En la década de los 80 la téc-nica comienza a masificarse en todoel mundo, gracias a la disponibilidadde equipos más avanzados, más ba-

ratos, más portátiles y con trans-ductores multipropósito, adaptablesa todas las subespecialidades. Enforma secuencial, gracias al desarro-llo de la computación, aparece elDoppler-duplex, el histograma, lostransductores Intervencionistas, el co-lor en los vasos, algunos agentes decontraste (en etapa experimental), lamemoria de varias imágenes conge-ladas y finalmente la ultrasonografíatridimensional, en los últimos equiposdel mercado próximos a aparecer.

También, en la misma década,comienzan a debutar sociedadescientíficas de “Ultrasonografía en Me-dicina y Biología” en la mayoría de lospaíses, incluyendo a Latinoamérica,con la realización de importantes con-gresos mundiales y locales.

Neurosonología fetalEn la década de los 60 as. fue

posible identificar la cabeza fetal conla técnica Modo-A. Diez años más tar-de con el Modo-B, el polo cefálico fe-tal era visible en la semana 12 de ges-tación y 10 años más tarde, a partirde la décima semana de gestación,con transductores intravaginales dealta resolución. Hoy, es posible inspec-cionar la anatomía cerebral fetal conuna resolución que permite diagnós-ticos certeros.

Habitualmente, el rastreoultrasonográfico del feto, permiteobtener cortes axiales del cerebro,desde la base del cráneo hasta elvertex y cor tes coronales latera-lizados, desde el polo frontal hasta elpolo occipital. Ocasionalmente, es po-sible realizar cor tes sagitales yparasagitales oblicuos, en fetos enposición podálica, muy semejantes alos obtenidos en un recién nacido, porvía transfontanelar.

En los cortes axiales, comen-zando por el vertex y luego descen-diendo hacia la base del cráneo, seva visualizando, en forma correlativa,la convexidad cerebral, luego una ima-gen ecogénica central que correspon-de a la cisura interhemisférica (CIH).En un nivel más inferior, paralelo a laCIH, se aprecian las paredes de losventrículos laterales (VL) (Cuerpos yCuernos Frontales).

En un plano levemente inferiora partir de la semana 11,con trans-ductor intravaginal o de la semana 13,con transductor transabdominal, sehacen aparentes los plexos coroídeos(PC) de VL. En esta edad gestacionallos PC son gigantes, en relación altamaño cerebral y los VL correspon-den a casi un 50% de la cavidadcraneana, porcentaje que va disminu-yendo a lo largo de la gestación, de-bido al rápido crecimiento delparénquima cerebral.

Desde la semana 14, en pla-nos más inferiores, destacan los pro-minentes atriae de los VL, hecho quese mantiene hasta la semana 21, de-bido a la severa hipoecogenicidad dela sustancia blanca del cerebro fetal.Desde la semana 21 es posible esti-mar la relación entre el volumen delos VL y el del parénquima cerebral,ante la sospecha de hidrocefalia.

En cortes más inferiores esposible reconocer los pedúnculos ce-rebrales, los tálamos (T) y el troncoencefálico (TE). En la semana 30, eltercer ventrículo, en un pequeño es-pacio anecoico entre ambos tálamos.

En cortes axiales, a nivel detálamo medio, se puede evaluar la cir-cunferencia craneana fetal y el diáme-tro biparietal, medidas ya aceptadasinternacionalmente para evaluar edadgestacional fetal.

Utilidad de la neurosonologíaen nuestros días

Dr. Fernando Pinto L.Departamento de Pediatría y Cirugía Infantil, Campus Centro, Facultad de Medicina, Universidad de Chile,

Hospital Clínico San Borja Arriarán

Page 14: Diagnóstico ultrasonográfico de quiste del colédoco y su ...

Pinto F. Utilidad de la neurosonología en nuestros días. Rev Chil Ultrasonog 2001; 4: 16-26.

16

Pinto F. Utilidad de la neurosonología en nuestros días. Rev Chil Ultrasonog 2001; 4: 16-26.

17

Por debajo de los T, hacia cau-dal, se visualiza el tentorio y en posi-ción inferior el cerebelo y la fosa pos-terior completa.

Descendiendo, levemente,aparece la base del cráneo con loshuesos petrosos, que son prominen-tes y muy ecogénicos, los lóbulos tem-porales (LT) y una sección del TE.

Es conveniente recordar la se-cuencia embriológico de la formaciónde los LT, de la insula y de la cisurade Silvio (CS), para reconocer la ima-gen hipoecogénica del opérculo, quepuede ser malinterpretada como unacolección líquida, en el segundo tri-mestre de la gestación, al igual quelos espacios subaracnoídeos y la cis-terna magna, que en esa etapagestacional, son bastante amplios.

Además de la anatomía ence-fálico fetal, es posible percibir las pul-saciones de las principales arteriascerebrales, especialmente las arteriascarótidas internas, el polígono deWillis y las arterias cerebrales me-dias en las CS. Estos vasos fetalespueden ser evaluados, mediante latécnica Doppler(6).

La columna y médula espinalson reconocibles a lo largo de todasu extensión. Los cuerpos vertebra-les y las apófisis espinosas conformanuna imagen característica. La estruc-tura medular es reconocible entre lassemanas 16 y 18 y los defectosespinales pueden ser detectados des-de las semanas 20 a 22.

Diagnóstico de lesiones y malfor-maciones del SNC en fetos y RN porultrasonografía

Desde la década de los 60 asla obstetricia utiliza ecógrafos modoB, siguiendo los primeros pasos delDr. lan Donald, quién en 1960 visua-liza una hidrocefalia fetal (primer diag-nóstico prenatal, inequívocamente fo-tografiado en neurosonología).

El desarrollo tecnológico de losequipos ha permitido que en la actua-lidad, sea posible detectar la mayoríade los problemas neuropatológicos delcerebro, columna y médula espinalfetal.

El desafío en el diagnósticoprenatal radica en la precocidad y sen-

sibilidad del método y especialmenteen la capacidad de definir, si se tratade una “lesión” o una “malformación”del SNC, por la implicancia que ellotiene en la conducta obstétrica y enel consejo genético posterior.

Las lesiones, habitualmenteocurren durante el segundo trimestrede gestación, derivadas de disturbiosvasculares (inflamación, infección,embolías, vasculopatías y otros insul-tos) La respuesta neuropatológica delcerebro fetal consiste en necrosis, demagnitud variable, licuefacción y pos-terior cavilación, determinando lesio-nes cavitarias del encéfalo, que vandesde pequeños quistes poren-cefálicos hasta las hidranencefaliasparciales o totales, dependiendo delterritorio vascular comprometido.

Además puede existir gradosvariables de atrofía cerebral, en elcontexto de una microcefalia fetal se-cundaria. Estos fenómenos se aso-cian con frecuencias a infeccionescongénitas (TORCH)(8).

Las malformaciones son varia-bles y complejas y dependen funda-mentalmente del período del desarro-llo embriológico que es interferido porla “noxa”, que puede ser variable, yocurre en períodos más precoces.

Si se produce en la 3ª ó 4ª se-mana (inducción dorsal) se producenproblemas del cierre del tubo neural.Los más severos corresponden a lacranioraquisquisis (falla total del cie-rre), anencefalia (falla del cierre de laporción anterior del tubo neural) ymielosquisis (falla del cierre de por-ción posterior). Más restringidos sonlos defectos que determinan losmielomeningoceles y meningoceles,compatibles con la vida y asociadoscon frecuencia a otras malformacio-nes como la de Arnold Chiari II (des-plazamiento del cerebelo inferior a tra-vés de agujero magno). Losencefaloceles corresponden a un des-orden restringido a la neurolación dela porción anterior(9).

Noxas que actúan en la sema-na 5ª y 6ª (inducción ventral) compro-meten fundamentalmente alprosencéfalo y cerebelo y se asociana variadas dismorfias faciales. En esteperíodo se producen las malformacio-

nes anteriores del cuerpo calloso, lasdisplasias septo-ópticas, los diferen-tes grados de holoprosencefalias, lashidrocefalias por agenesia o esteno-sis del acueducto de Silvio, la malfor-mación de Dandy Walker y lashipoplasias o agenesias del cerebe-lo(10).

Cuando la Noxa comprometeal 2º, 3º y 4º mes de gestación, afectaal período de la “proliferación neuro-nal”. Puede determinar microen-cefalias y macroencefalias. Estas últi-mas pueden ser secundarias a proli-feración de elementos no neuronales(en esta categoría se producen lossíndromes neurocutáneos, hemangio-matosis, lipomas, linfangiomas yneurofíbromatosis).

Entre el 3º y 6º mes de gesta-ción puede comprometerse la “migra-ción neuronal” y de otras células ce-rebrales. Esto determina agenesia desegmentos cerebrales (esquizen-cefalia), ausencia de circunvoluciones(lisencefalia) circunvoluciones peque-ñas e incompletas (paquigiria) y hete-rotopias neuronales. La cola del cuer-po calloso puede comprometerse eneste período(11).

Todas estas malformacionesenunciadas pueden ser sospechadaso detectadas en el feto medianteultrasonografía y se asocian a infec-ciones congénitas u otras noxas(embriopatías) o se relacionan a cua-dros genéticos diversos, especialmen-te cromosomopatías.

Las alteraciones en períodosembriológicos posteriores: organiza-ción y mielinización producendiversos disturbios cerebrales, lejosdel alcance diagnóstico de la ultra-sonografía, pero detestables con otrastécnicas de imagen.Figuras 1 a 7.

Prematuridad y hemorragias delSNC.

Desde los estudios de Bursteiny Papile en 1979, los pediatras com-prendieron la magnitud de los proble-mas neuropatológicos del prematu-ro(12).

Ciertas características anáto-mo-fisiológicas, hacen al prematuroproclive a una neuropatología diferen-

Page 15: Diagnóstico ultrasonográfico de quiste del colédoco y su ...

Dr. Fernando Pinto L.

18

Revista Chilena de Ultrasonografía. Volumen 4/ Nº1/2001Dr. Fernando Pinto L.

18

Revista Chilena de Ultrasonografía. Volumen 4/ Nº1/2001

Figura 3. Corte axial por el cerebro deun feto de 35 semanas mostrando un

quiste de Dandy Walker (d), uncerebelo hipoplásico (c), con el iv

ventrículo (flecha) abierto y levedilatación ventricular.

Figura 1. Corte axial de cerebro en un feto de 34 semanas de gestacióndemostrando un meningocele occipital (o) comunicado a fosa posterior (f) y ciertadilatación de ventrículos laterales (l).

Figura 2. Regiónlumbosacra de un fetode 32 semanas porta-dor de unmielomeningocele (m) yuna amplia disrrafia,que compromete lasultimas vertebraslumbares y la primeravertebra sacra. Regióndorsal toráxica ( rt).

Figura 4. Esquizencefalia a labio abier-to en cerebro de feto de 34 semanas.las flechas indican los bordes de la cor-teza en el labio.

Figura 7. Corte sagital tramsfontanelarde un recién nacido mostrando un in-cremento ecogénico y engrosamientodel cuerpo calloso, correspondiente aun lipoma (l). Cisura pericallosa (fle-cha). Tercer ventrículo (3).

Figura 6. Corte axial de la cabe-za de un feto de 32 semanas

mostrando una severa hidrocefa-lia, con gran dilatación de

ventrículos laterales, plexoscoroideos flotantes (f) y delgado

manto cortical (flecha).

Figura 5. Holoprosencefalia alobar enun recién nacido. Corte coronaltransfontanelar que muestra una cavi-dad ventricular única (a), talamos fu-sionados (t), plexos coroideos (flechas)y un lóbulo cerebral único (l).

Page 16: Diagnóstico ultrasonográfico de quiste del colédoco y su ...

Pinto F. Utilidad de la neurosonología en nuestros días. Rev Chil Ultrasonog 2001; 4: 16-26.

18

Pinto F. Utilidad de la neurosonología en nuestros días. Rev Chil Ultrasonog 2001; 4: 16-26.

19

te de otras edades. La persistenciade la matriz germinal hasta la sema-na 34 de edad gestacional y el patróncirculatorio, que privilegia las regionesperiventriculares, explican las diferen-tes lesiones que sólo ocurren en pre-maturos. La repercusión de laencefalopatía hipoxico isquémica enprematuros difiere de los problemasque ocasiona en RN de término.

La mayoría de los hemorragiasintracraneanas proviene, en prematu-ros, de la matr iz germinal. Laultrasonografía las detecta con preci-sión. Desde la matriz germinal, en lamitad de los casos, pueden, tras rup-tura del epéndimo, invadir al sistemaventricular, dilatarlo y eventualmenteobstruir la circulación del líquidocefalorraquídeo, a diferentes niveles,generando una hidrocefalia post-hemorrágica(13).

Papile ideó una clasificación deeste tipo de hemorragias, aún vigen-te, en 4 grados, que guarda una inte-resante relación con el pronóstico vi-tal, neurológico y con el riesgo de unahidrocefalia secundaria.Grado I Hemorragia

subependimaria

Grado II Hemorragiasubependimaria, mássangramientointraventricular, sindilatación del sistemaventricular.

Grado III Idem, más dilatación delsistema ventricular.

Grado IV Cualesquiera de los ante-riores, más sangramientointraparenquimatoso(14).

El diagnóstico por ultra-sonografía de estas hemorragias essencillo. La hemorragia subepen-dimaria, está restringida a la matrizgerminal, frecuentemente es bilateraly se identifica como un foco ecogénicoubicado en la región subependimaria,por encima del surco caudo-talámico.Si ella no progresa, involuciona, trans-formándose en un quiste subepen-dimario, que al cabo de 2 a 4 mesesse rompe y desaparece.

Si en la fase aguda el epén-dimo se destruye a ese nivel, sobre-viene una hemorragia intraventricular,que posiblemente será la responsa-ble de una hidrocefalia secundaria.

Hemorragias subaracnoideaspueden ser visualizadas medianteultrasonografía, pero la exploración dela convexidad cerebral es difícil coneste método y ello está sujeto a fal-sos negativos. Hemorragias de fosaposterior son afortunadamente infre-cuentes y pueden ser detectadas conesta técnica. Hemorragias subduralesson más propias del RN de término,producto de parto muy traumático.

Otra anomalía ultrasonográ-fica, visualizable en prematuros, co-rresponde a la leucomalacia periven-tricular, que es una forma localizadade neuropatología hipóxico isque-mica, que afecta alrededor del 10%de los prematuros y comenzó a sercomunicada desde 1982 con esta téc-nica. Las alteraciones vascularesperiventriculares en la fase aguda pro-ducen un incremento de laecogenicidad a ese nivel. Semanasmás tarde (2 ó 3) los pequeñosinfartos periventriculares determinanfocos de necrosis quística, que segúnsu intensidad y distribución, configu-ran una leucomalacia multiquística(15).

Las hemorragias intraparen-quimatosas del prematuro, tienden aproducir un foco de necrosis, que selicuefacciona, dejando una cavidadque habitualmente se comunica a ca-vidades ventriculares constituyendouna porencefalia.Figuras 8 a 12

HidrocefaliasLa hidrocefalia consiste en una

dilatación del sistema ventricular de-bido a una falla en el balance entreproducción y reabsorción del líquidocefalorraquídeo. La mayoría se aso-cia a una obstrucción en su circula-ción. Las causas son variadas:posthemorrágicas, infecciones bacte-rianas, infecciones congénitas, gliosis,estenosis o compresión del acueduc-to de Silvio y taponamiento cisternal.

Es uno de los diagnósticos másantiguos logrados con ultra-sonografíaobstétrica y del recién nacido(10).

La neurosonología entrega va-liosa información en las hidrocefalias.1) Determina la presencia o ausen-

cia de ventriculomegalia.2) Diferencia las ventriculomegalias

no obstructivas (atrofia), de lasobstructivas (hidrocefalia).

3) Permite averiguar la causa de lahidrocefalia, en la mayoría de loscasos.

4) Ayuda a monitorizar el tratamien-to, vigilando el tamaño ventricular(tratamientos médicos o neuro-quirúrgicos como punciones,shunts, etc.) y la ubicación delshunt.

5) Es una herramienta para contro-lar los shunts derivativos, durantelos primeros meses de vida (16).

Se ha tratado de objetivar laventriculomegalia con diferentes me-diciones realizadas en cortes axiales,coronales y parasagitales, según di-versos autores. Ninguna de estas me-diciones ha probado poseer una ópti-ma sensibilidad. Quizás la más acep-tada, corresponde al radio ventricularlateral, que se define como el radio A/B, donde “A” es la distancia entre lalínea media y la pared lateral del cuer-po medio del ventriculo lateral y “B”es la mitad del mayor diámetrotransverso de la cavidad craneana odiámetro biparietal (ello sólo se lograen cortes axiales). Esta medición esútil en el diagnóstico de hidrocefaliasfetales, pero pierde sensibilidad en RNy lactantes menores.

Las mediciones cuantitativaspermiten establecer una “línea basal”pero es la“evolución ultrasonográfica” la quepermite los mejores criterios diagnós-ticos.

Debido a que las causas másfrecuentes de hidrocefalia son hidro-cefalia post-hemorrágica del prema-turo y post-meningítica del RN y lac-tante, es destacable la importancia delseguimiento seriado de estas patolo-gías con ultrasonografía(13).Figura 13

Meningitis bacteriana de RN ylactantes

Los conocimientos acerca de

Page 17: Diagnóstico ultrasonográfico de quiste del colédoco y su ...

Dr. Fernando Pinto L.

20

Revista Chilena de Ultrasonografía. Volumen 4/ Nº1/2001Dr. Fernando Pinto L.

20

Revista Chilena de Ultrasonografía. Volumen 4/ Nº1/2001

Figura 8. Corte parasagital derecho, transfontanelar, de unrecién nacido prematuro de 33 semanas de edadgestacional, mostrando una hemorragia subependimaria (h).

Figura 12. Corte coronal posterior de un lactante de 2 meses de edad,mostrando un quiste parencefalico (q), comunicado a ventrículo late-ral (l).

Figura 11. Corte coronal medio, transfontanelar, de unrecién nacido prematuro, de 27 dias de vida mostran-do una leucomalacia multiquística, con múltiplescavitaciones (flechas) alrededor de los ventrículos.

Figura 10. Corte parasagital derecho, transfontanelar, en unrecién nacido de termino, mostrando una hemorragiaintratalamica (h).

Figura 9. Corte parasagital izquierdo, transfontanelar,de un recién nacido prematuro de 28 semanas de edadgestacional, mostrando una severa hemorragiaintraventricular con coágulos (flechas) intraventricularesy dilatación de las cavidades. Tálamo (t).

Page 18: Diagnóstico ultrasonográfico de quiste del colédoco y su ...

Pinto F. Utilidad de la neurosonología en nuestros días. Rev Chil Ultrasonog 2001; 4: 16-26.

20

Pinto F. Utilidad de la neurosonología en nuestros días. Rev Chil Ultrasonog 2001; 4: 16-26.

21

la neuropatología de las meninigitisderivaban de la información entrega-da por Anatomía Patológica, en esta-dos evolutivos terminales. Con el ad-venimiento de la ultrasonografíatransfontanelar seriada, ha sido posi-ble comprender y seguir la secuenciade los eventos neuropatológicos agu-dos y crónicos de las infecciones delSNC.

Los elementos inflamatoriosde las meninges, vasos y estructurascerebrales tienen una traducciónultrasonográfica, así como las com-plicaciones frecuentes de las menin-gitis. El conocimiento de estos ele-mentos permite al ultrasonografistavisualizar estos fenómenos, apoyar alclínico en el tratamiento y además de-tectar precozmente las complicacio-nes para su oportuna solución.

Los cambios ultrasonográficosen el cerebro durante una infecciónse relacionan a los fenómenosvasculares evolutivos, a las coleccio-nes, al edema cerebral, a lossangramientos y se expresan comovariaciones de la ecogenicidad de di-versas estructuras.

Los eventos neuropatológicosagudos visualizables con ultra-sonografía corresponden a:1) Aracnoiditis (incremento ecogé-

nico de los surcos y circunvo-luciones, generalmente en los pri-meros días de evolución).

2) Plexocoroiditis (incrementoecogénico y en volumen de losplexos coroideos, en los primerosdías de la infección).

3) Ependimitis (incremento ecogé-nico y de espesor del epéndimo,hacia finales de la primera sema-na evolutiva).

4) Ventriculomegalia transitoria (in-cremento por algunos días del vo-lumen ventricular debido al incre-mento de proteínas de LCR, lo queenlentece su reabsorción. Elloocurre en la primera semana deevolución).

5) Efusión subdural transitoria (incre-mento del espacio subdural, a par-tir de la segunda semana de evo-lución del cuadro, secundario a lavasculitis, con aumento de la per-

meabilidad vascular. Ello sólo duraalgunos días y se resuelve espon-táneamente, sin tener la connota-ción de una colección. Las pun-ciones subdurales durante esteperíodo conllevan el r iesgoiatrogénico de producir un empie-ma subdural, debido a la siembrabacteriana secundaria a unadislaceración de pequeños vasos).

6) Infarto hemorrágico - isquémico(secundario a la vasculitisestenosante, más frecuente enneonatos

7) Abceso cerebral (más frecuenteen neonatos, como consecuenciade ruptura de la barrerahematoencefálica y siembraintraparenquimatosa de gérmenes

8) Ventriculitis (infección del sistemaventricular con dilatación y cam-bios en la ecogenicidad de LCR.A medida que ésta progresa,se puede apreciar partículasecogénicas migratorias en el LCR,correspondientes a pus y sangre.Pueden aparecer tabiques defibrina, con el riesgo de tabiquesintraventriculares).

Por otra parte, existen eventosneuropatológicos crónicos detesta-bles con ultrasonografía:1) Hidrocefalia, que puede corres-

ponder a taponamiento cisternalpor fibrina o ser la consecuenciade una ventriculitis.

2) Colección subdural crónica (gene-ralmente cuando una efusión nose ha resuelto en un plazo supe-rior a un mes de evolución, aun-que algunos autores amplían elplazo a tres meses).

3) Empiema subdural (infección deuna colección preexistente, gene-ralmente tras puncionessubdurales).

4) Atrofia cerebral (algunas sema-nas más tarde de la fase aguda,en una meningitis de evolucióntórpida, con edema y granvasculitis)(17-20).

Figuras 14 a 18.

Infecciones congénitas (Torch)Las infecciones virales o para-

sitarias del Sistema Nervioso fetal

pueden causar gran daño al desarro-llo de las diferentes estructuras cere-brales, según el período embriológi-co en que ocurre la infección.

Las anomalías más severasderivan de una primo-infección duran-te el primer trimestre de la gestación.

La neuropatología deriva de lavasculitis y meningoencefalitis fetal,que producen estas infecciones, loque se refleja en los siguientes hallaz-gos ultrasonográficos en el RN:1) Atrofia cerebral: Visualizable espe-

cialmente en citomegalovirus,toxoplasmosis y rubéola, en perío-do neonatal. Más tardíamente sepuede detectar en VIH congénitoy virus herpes.

2) Calcificaciones: Muy frecuentes entoxoplasmosis y citomegalovirus.Excepcionales en rubéola y VIHcongénito. Son producto de focosde necrosis del parénquima. Sudistribución depende del agenteinfeccioso.

3) Quistes ependimarios : Casi exclu-sivos de la infección porcitomegalovirus.

4) Hiperecogenicidad de vasostalámicos: Frecuente encitomegalovirus y VIH congénito.

5) Hidrocefalia: Secundaria a gliosisde acueducto. Se asocia funda-mentalmente a toxoplasmosis,pero puede estar presente enotras infecciones.

6) Hidranencefalia parcial o total: Aconsecuencia de severa vasculitisde arterias cerebrales, principal-mente en la toxoplasmosis, (lo queproduce infartos y necrosis masi-va de vastos territorios cerebra-les).

La magnitud y distribución deestos hallazgos ultrasonográficos per-mite al clínico evaluar la intensidad dela infección y el pronósticoneurológico, junto a otras técnicasdiagnosticas(21-24).Figuras 19 a 21

Edema cerebral difusoTanto en la encefalopatía

hipoxico-isquémica severa, como enlas meningitis bacterianas es posible

Page 19: Diagnóstico ultrasonográfico de quiste del colédoco y su ...

Dr. Fernando Pinto L.

22

Revista Chilena de Ultrasonografía. Volumen 4/ Nº1/2001Dr. Fernando Pinto L.

22

Revista Chilena de Ultrasonografía. Volumen 4/ Nº1/2001

Figura 15. Corte coronal medio, transfontanelar, en un lac-tante de 5 meses en el 59 día de evolución de una meningitisneumococica. Se puede apreciar una ventriculomegalia (v)de caracter transitorio, además de una ependimitis (e), conincremento ecogénico y engrosamiento del epéndimo.

Figura 13. Corte parasagital derecho, transfontanelar, derecién nacido prematuro de 26 días de vida con una severahidrocefalia post-hemorrágica. La ventana en el ventrículolateral corresponde a la técnica de histograma, paraobjetivar la presencia de partículas de sangre en el LCR.

Figura 14. Cortes coronal medio (1) y parasagital derecho (2),transfontanelares, en un lactante de 6 meses en el quinto díaevolutivo, de una meningitis meningococica. Se visualizan ele-mentos de aracnoiditis (flechas ) ependimitis (e).

Figura 18. Corte parasagital derecho, transfontanelar,en un lactante de 5 meses, que a los 3 meses presenta-ra una meningitis neidiococica. Se aprecia una impor-tante atrofia cerebral, predominantemente de sustanciablanca, con dilatación de los ventrículos, especialmentea nivel de los cuernos frontales (f), con menor compro-miso de los atriae y cuernos temporales, tálamo (t).

Figura 17. Corte coronal medio, transfontanelar, en un lac-tante de 5 meses, en el 109 día evolutivo, de una meningitisneumococica, de curso torpido. Se puede visualizar un ex-tenso infarto hemorrágico (ih) parieto-temporal, con edemaa su alrededor (e) y focos iniciales de necrosis y vacuolización(n). Todo este conjunto ejerce un efecto de masa sobre elsistema ventricular, que se encuentra dilatado.

Figura 16. Corte coronalmedio, transfontanelar,

con técnica de bolsa deagua, para visualizar

convexidad cerebral, enun lactante de 4 meses,que presentara una me-ningitis por hemophilusinfluenza, el mes ante-

rior. En el se puedeapreciar una extensa

colección subdural, lami-nar de alrededor de 15

mm de espesor (c), concierto efecto de masa

sobre lascircunvoluciones

(flechas).

Page 20: Diagnóstico ultrasonográfico de quiste del colédoco y su ...

Pinto F. Utilidad de la neurosonología en nuestros días. Rev Chil Ultrasonog 2001; 4: 16-26.

22

Pinto F. Utilidad de la neurosonología en nuestros días. Rev Chil Ultrasonog 2001; 4: 16-26.

23

la aparición de edema cerebral en lafase aguda. Ello se explica por las gra-ves alteraciones metabólicas del ce-rebro, y la afectación de la capacidadautorregulatoria de los vasos cerebra-les, lo que puede determinar un ede-ma mixto que involucro a las célulasy al espacio extracelular. Edemacitotóxico y edema vasogénico).

El diagnóstico clínico de ede-ma cerebral es incierto y con frecuen-cia se subdiagnostica osobrediagnostica, con las funestasconsecuencias de un tratamiento mé-dico agresivo innecesario o el no tra-tamiento de un edema cerebral impor-tante no diagnosticado.

La ultrasonografía se transfor-ma en una herramienta eficaz para eldiagnóstico de esta afección, espe-cialmente en aquellos pacientes pe-queños, que al estar conectados a unrespirador no pueden ser trasladadospara la realización de otra técnica deneuroimagen (TAC, RM).

Combinando la técnica deultrasonografía con la técnica Dopplertransfontanelar de las arterias cere-brales anteriores, para evaluar la ve-locidad del flujo sanguíneo, se puedeobtener una excelente estimación dela intensidad del edema cerebral y surepercusión en la perfusión cerebral.Las alteraciones ultrasonográficas deledema cerebral corresponden a:1) Incremento de la ecogenicidad del

parénquima cerebral (en edemasleves, especialmente en las zonasperiventriculares, por encharca-miento del drenaje venoso haciala vena de galeno).

2) Colapsamiento del sistemaventricular, cisuras, cisternas y es-pacios subaracnoideos (enedemas de moderada magnitud,con aumento significativo de lapresión intracraneana).

3) Disminución de la visualización delas pulsaciones vasculares cere-brales (en edemas severos, congrave hiper tensión endocra-neana).

Estos tres criterios diagnósti-cos acontecen en una secuencia pro-gresiva, en un lapso de 2 a 7 días,permitiendo evaluar la intensidad y

evolución del edema cerebral(13, 25-27).Figuras 22A y 22B.

Tumores intracranealesSon raros en los RN y lactantes

menores de 1 año (5% de los tumo-res del SNC en la edad pediátrica).

La gran mayoría (50 - 60%)corresponden a teratomas congénitoshemisféricos, seguidos por losastrocitomas y los papilomas deplexos coroideos. El resto de los tu-mores intracerebrales son extremada-mente infrecuentes a esta edad.

Los teratomas se caracterizanpor su gran tamaño, buena delimita-ción, efecto de masa y calcificacionesen su interior.

Los astrocitomas presentan unincremento difuso de la ecogenicidadintratumoral, con límites menos defi-nidos.

Los papilomas se asocian a ungran incremento de volumen de losplexos coroídeos afectados e hidro-cefalia.

Clínicamente, estos pacientesllegan a realizarse ultrasonografía de-bido a su macrocránea e hipertensiónendocraneana(28, 29).Figuras 23 y 24.

Ultrasonografía de médula espinalLos cor tes coronales y

sagitales de la columna de RN ylactantes menores de 6 meses per-miten evaluar detalles del canalmedular, espacios subaracnoídeos,médula y nivel del cono medular, asícomo algunas raíces y la cola de ca-ballo.

El desarrollo y osificación delas vértebras, impide este examen aedades mayores.

Si bien la ultrasonografía nopuede competir con la mielografía,mieloTAC o RM en el estudio de lamedula espinal, es un excelente exa-men de screening para detectar “mé-dula anclada” y algunas anomalíasmedulares en pacientes pequeñosportadores de mielomeningoceles,monoparesias y paraparesias de ex-tremidades inferiores, pie “Bott” o pie“Cavo”.

La “médula anclada” se sospe-cha cuando el nivel del cono medular

sobrepasa la 22 vértebra lumbar, exis-te adherencia al plano dorsal y se pier-de la pulsatilidad y desplazamientoshabituales de la médula, con el llantoo movimientos del paciente, examina-do en posición prono, sobre una al-mohadilla.

También es posible la detec-ción de diastematomielia, siringo-mielia y quistes intramedulares(7, 30,31).Figura 25.

Ultrasonografía intraoperatoriaLa ultrasonografía intraopera-

ria de cerebro y médula permite loca-lizar con precisión pequeños tumoresy quistes cerebrales y medulares queno son aparentes a simple vista en elcampo operatorio, una vez escindidola duramadre.

Ello disminuye el daño poten-cial al tejido nervioso sano,lográndose una resección más certe-ra del tejido enfermo, acortando lostiempos operatorios y minimizando losriesgos neuroquirúrgicos. Permite alneurocirujano seleccionar la víaneuroquirúrgica de abordaje más eco-nómica, con menores secuelas moto-ras y neurológicas en general.

Por otra parte, muestra los re-sultados de la resección, durante elacto quirúrgico. Permite biopsias diri-gidas bajo visión ultrasonográfica yayuda en la instalación de shuntsderivativos intraventriculares ointraquísticos.

A futuro permitirá la instalaciónde Pellets radioactivos locales en tu-mores inoperables y biopsias dirigi-das, bajo visión directa.

Comenzó a utilizarse a princi-pios de los 80 as. y hoy es una rutinaen los centros neuroquirúrgicos desa-rrollados(32, 33).Figura 26.

Doppler transfontanelarAunque debemos los princi-

pios físicos de ésta técnica a JohannDoppler, en los comienzos del sigloXIX, sólo en 1978, merced a los tra-bajos del Dr. H.S. Bada, comienza avislumbrarse su utilidad diagnosticaen pediatría. El Dr. Bada ya había rea-lizado aportes interesantes al princi-pio de la década de los 60 as.

Page 21: Diagnóstico ultrasonográfico de quiste del colédoco y su ...

Dr. Fernando Pinto L.

24

Revista Chilena de Ultrasonografía. Volumen 4/ Nº1/2001

Figura 19. Cortecoronal medio,transfontanelar, en unrecién nacido porta-dor de unatoxoplasmosiscongenita. Nótese lasabundantes calcifica-ciones (flechas)periventriculares eintraparenquimatosas.

Figura 21. Corte coronalpost-transfontanelar, de unlactante de 3 meses, quepresentara una encefalitisherpetica neonatal. el cere-bro, severamente atrófico, seencuentra flotando en lacavidad craneana. Existencambios en la ecogenicidad,que dificultan reconocer lasestructuras.ventriculoslaterales (flechasnegras). Lóbulo parietal (l),plexo coroideo (p).

Figura 20. Corte parasagital derecho, traxsfontanelar,en un recién nacido portador de un citomegaloviruscongénito. se puede apreciar cierta dilataciónventricular, de tipo atrófico, un quiste subependimario(flecha blanca) y algunas calcificacionesperiventriculares (flechas negras). Tálamo (t).

Figura 24. Corte sagital me-dio, transfontanelar, de unlactante de 4 meses portadorde desnutrición. Se visualizauna gran masa tumoral (fle-cha), con mediano incrementode la ecogenicidad difuso y delimites no precisos en la re-gión diencefálica. Corresponde a un astrocitoma.

Figura 23. Corte parasagital derecho, transfontanelar, deun recién nacido de termino portador de una macrocraneay clínica de hipertensión endocraneana.se trata de unagran masa tumoral (flecha) correspondiente a un teratomacongénito, bien delimitado de 6 cm. de diámetro, muyecogénico, con calcificaciones en su interior. Ejerce granefecto de masa sobre sistema ventricular. Tálamo (t).

Figura 22 b. Corte parasagital derecho,transfontanelar, de un recién nacido de 6 días devida, en la fase de resolución de un severo edemapost-asfictico. ha disminuido la ecogenicidadperiventricular, se comienzan a descolapsar losventrículos laterales (l) y se hacen aparentes algu-nas estructuras. Tálamo (t). Plexo coroideo (p).

Figura 22 a. Corte coronal, transfontanelar, inmediata-mente por detrás de los agujeros de Monroe, de un re-cién nacido de termino de 2 dias de vida, con unaencefalopatia hipoxico - isquemica severa. existe unmoderado edema cerebral, con un aumento de laecogenicidad periventricular y un colapsamiento del sis-tema ventricular. Resulta difícil definir las estructurascerebrales. Ventrículos (v), tálamos (t).

Dr. Fernando Pinto L.

24

Revista Chilena de Ultrasonografía. Volumen 4/ Nº1/2001

Page 22: Diagnóstico ultrasonográfico de quiste del colédoco y su ...

Pinto F. Utilidad de la neurosonología en nuestros días. Rev Chil Ultrasonog 2001; 4: 16-26.

24

El principio Doppler se basa enlos cambios de frecuencia que sufreel ultrasonido al rebotar sobre partí-culas en movimiento (glóbulos rojos).Este “cambio de frecuencia”, proce-sado a través de la fórmula de J.Doppler, permite averiguar la veloci-dad a la cual se desplazan los glóbu-los rojos por los vasos (“velocidad deflujo”).

Las variaciones de la velocidaddel flujo sanguíneo nos permite infor-marnos indirectamente acerca de laperfusión cerebral y de los signos deresistencia vascular. Ello cobra impor-

Figura 25. Corte sagitalde medula espinal en unlactante de 2 meses deedad. se puede visualizarlas apófisis espinosas (a),el epéndimo medular (fle-cha), el cono medular (x),la cola de caballo (c), y laduramadre (flecha). Lamédula esta libre, no ad-herida y el cono a nivel del2, lo que es normal.

Figura 26. Ultrasonografía intraoperatoria, en un escolar de7 años, con exploración a través de craneostomía parietalderecha, antes de abrir duramadre, con técnica de bolsa deagua (ba). Se visualiza una masa subcortical de 15 por 20mm (flecha) de limites definidos e hiperecogenicidad difusa.Se trata de un astrocitoma hemisférico grado I, que debutocon convulsiones parciales. Duramadre (d).

Figura 28. Doppler transfontanelar, de arteria cerebral anterior (a),en un lactante de tres meses en muerte cerebral, debido a un

shock séptico. Se aprecia alta velocidad de flujo sistólico (s), quecontrasta con un rebote del flujo diastólico (d), lo que significa quela sangre no progresa y se devuelve, después de cada sístole. Porotra parte, el cerebro esta “quieto” y no se visualizan pulsaciones

vasculares en los vasos periféricos, a la ultrasonografía.

Figura 27. Doppler transfontanelar, de arteria cerebral anterior (a),por delante de la rodilla del cuerpo calloso, en un lactante de 4meses con edema cerebral, en el tercer día evolutivo de una me-ningitis por hemophilus influenza. Se aprecia una gran velocidadde flujo sistólico (s),que contrasta con la baja velocidad de flujodiastólico (d), lo que implica resistencia vascular al flujo, con evi-dente deterioro de la perfusión cerebral.

tancia en patologías tales como, ede-ma cerebral, hipertensión endocra-neana, hidrocefalia, poligiobulia ymalformaciones arterio venosas.

Con los modernos equiposDoppler-duplex, disponibles desde1985 en forma masiva, es posiblevisualizar y estudiar simultáneamen-te los vasos seleccionados.

La vía transfontanelar permiteun acucioso estudio de la arteria ce-rebral anterior en su porción ascen-dente, por delante de la rodilla delcuerpo calloso, además de otras ar-terias cerebrales.

También es posible estudiarlas principales arterias cerebralesfetales, con esta técnica, lo que co-bra importancia en hipertensión arte-rias materna durante la gestación,retardo del crecimiento intrauterino yanomalías del Sistema Nervioso Fe-tal(37).

Por otra par te, la técnicaDoppler no sólo permite estudios fun-cionales en la fase aguda de diversaspatologías, sino que también aportaelementos de evaluación de la efica-cia de los procedimientos terapéuti-cos empleados(34-36).

Pinto F. Utilidad de la neurosonología en nuestros días. Rev Chil Ultrasonog 2001; 4: 16-26.

25

Page 23: Diagnóstico ultrasonográfico de quiste del colédoco y su ...

Dr. Fernando Pinto L.

26

Revista Chilena de Ultrasonografía. Volumen 4/ Nº1/2001

Referencias1. Leksell L.

“Echoencephalography: Detectionof the intracrenialcomplicationsfollowing head injury ”.Acta. Chir. Scand. 1956; 110: 301-305.

2. Vleiger M., Sterke A., De Molin CE.Ultrasonic for twodimensionalEchoencephalography Ultrasonic1963; 1: 148-151.

3. Makow DM., Real RR. ImersionUltrasonie Brain examination with360 degree sean. Ultrasonie 1965;3: 75-80.

4. Brinker RA., Taveras JM.“Ultrasound eross-sectional picturesof the head” Acta Radiol. 1966; 5:745-753.

5. Kossoff G., Garret WJ.,Radavanovich G. “Ultrasonic atlasof normal brain of infant” UltrasoundMed Biol 1974; 1: 259-266.

6. Johnson ML., Dunne MG. et al.Evaluation of fetal intracranialanatomy by static and realtimeultrasound» JCV 1980; 8: 311-318.

7. Russ PD., Pretorius DH., et al. TheFetal Spine Neuroradiology 1986;28: 398-407.

8. Ruiz M., Pinto F. y cols.“Ultrasonografía en el DiagnósticoPrenatal de Hidranencefalia y suSeguimiento”. Rev Chil ObstetGinecol 1986; 5: 427-434.

9. Pinto F., Ruiz M. Valor de laUltrasonografía de cráneo en el fetoy recién nacido. Rev Chil ObstetGinecol 1983; 3:165-170.

10. Van Der Knaap MS., Valk J.Classification of Congenitalabnormalities of the C.N.S. AJNS1988; 9: 326.

11. Sarnat H.B. Role of HumanEpendyma. Pediatr Neurol 1992;8:163-178.

12. Burstein J, Papile L,. et al.Intraventricular hemorrhage andHydrocephalus in prematurenewborns: A Prospective study WithC.T. AJR 1979; 132:631-635.

13. Pinto F., Balassa R. y cols. Aportede la Ultrasonografía de Cráneo alestudio del Recién Nacido asfixiado

y evolución posterior. Rev ChilObstet Ginecol 1985; 3:201-211.

14. Papile L, Munsick - Bruno G., et al.Relationship of cerebralintravertricular hemorrhage andearly Childhood NeurologicHandicaps. J Pediatr 1983;103:273-277.

15. Levene M.I. , Wigglesworth J.S.Dubowitz V Haemorrhagicperiventricular leukomalacia in theneonate: a Real Time UltrasoundStudy «. Pediatrics 1983; 71:794-797.

16. Shackelford GD.Neurosonography of Hidrocephalusin infants Neuroradiology 1986;28:452-462.

17. Frank JL. Sonography of IntracranialInfection in Infants and ChildrenNeuroradiology 1986; 28:440-451.

18. Han BK., Babcock DS. et al :“Bacterial Meningitis in Infants :Sonographic Findings”. Radiology1985; 154: 645-650.

19. Reeder JD., Sanders RC.Ventriculitis in the neonate:Recognition By sonography . AJNR1983; 4: 38-41.

20. Edwards M.K. , Broun D.L. et al.Complicated Infantile Meningitis :Evaluation by real-time sonography.AJNR 1982; 3: 431-434.

21. Pinto F., Arriagada J.Ultrasonografía Cerebral en lasInfecciones congénitas. RevLatinoam Ultrason 1989; 3:64-68.

22. Overall JC., Glason LA. VirusInfection of the Fetus and NewbronInfant J Pediatr 1970; 77: 315.

23. Diebler C., Dusser A. et al.Congenital Toxoplasmosis: Clinicaland Neuroradiological Evaluation ofthe cerebral lesions. Neuroradiology1985; 27:125-130.

24. Butt W., Mackay R.J. et al.Intracranial Lesions of CongenitalClytomegalovirus infection detectedby Ultrasound Scanning. Pediatries1984; 73:611-614.

25. Brown J.,. Habel AH. ToxicEncephalopathy and Acute BrainSwelling in Children Develop MedChild Neurol 1975; 17:659-679.

26. Diane S. Babcock M.D. PostAsphyxial Encephalopathy inFullterm Infants Ultrasound Diagno-sis. Radiology 1983;148:417-423.

27. Williams J. Intracranial VascularPulsations in PediatricNeurosonology. J Ultrasoud 1983;2:485-488.

28. S.Chuang D., Harwood – Nash.Tumors and Cysts. Neuroradiology1986; 28:463-475.

29. Han B.K., Babcock D. et al.Sonography of Brain Tumors inInfants. AJR 1984; 143:31-36.

30. Naidich TP., Radkowski MA, et al.Real Time Sonograpbic Display ofcaudal spinal anomalies.Neuroradiology 1986; 8: 512-527.

31. Kangarloo H., Gold R.H. et al. HighResolution spinal sonography inInfants AJNR 1984; 5:191-195.

32. Pinto F., Basauri L., Selman JM.Ultrasonografía Intraoperatoria enNeurocirugía: Técnica de Bolsa deAgua para localizar lesiones peque-ñas Rev LatinoamericanaUltrasonografía 1989; 3:28-32.

33. Shuman RJ., Hirsh JK. Et al.Intraoperative Neurosonography :Application and technique. AJNR1984; 5:755.

34. Bada HS., Hajjar N., et al.Noninvasive Diagnosis of neonatalasphixia and IntraventricularHemorrhage by Doppler Ultrasound.J Pediatrics 1979; 95: 775.

35. Grant E.G., White E.M., et al.Cranial Duplex Sonography of theInfant Radiology 1987; 163:177-185.

36. Mitchell DG., Merton DM., et al.Neonatal Brain: Color DopplerImaging. Radiology 1988; 167:303-306.

37. Ruiz M., Pinto F. Doppler DuplexFeto - Materna] en la Evaluación dela Salud Fetal. Rev Chil ObstetGinecol 1987; 3:182-192.

Correspondencia:Dr. Fernando Pinto L.Hospital San Borja Arriaran.Santa Rosa 1234, Santiago de Chile.

Dr. Fernando Pinto L.

26

Revista Chilena de Ultrasonografía. Volumen 4/ Nº1/2001

Page 24: Diagnóstico ultrasonográfico de quiste del colédoco y su ...

Guzmán E. Reseña histórica del diagnóstico prenatal. Rev Chil ultrasonog 2001; 4:27-29.

26

Guzmán E. Reseña histórica del diagnóstico prenatal. Rev Chil ultrasonog 2001; 4:27-29.

27

En las ultimas décadas hemossido testigos de un desarrollo espec-tacular en las ciencias de laboratorio(biología molecular, citogenética, etc.)y ultrasonido.

Desde 1958, el ultrasonido seha usado en la práctica clínica y he-mos visto con asombro un perfeccio-namiento permanente en la resolucióny nitidez de las imágenes, con sondasde alta frecuencia y análisis porcomputación de estás, haciendo posi-ble con la tecnología actual, la trans-misión a distancias de imágenes(Telemedicina). El ultrasonido Doppler,Doppler color, imágenes en tercera ycuarta dimensión completan por elmomento un estado del arte inespera-do.

Desde 1956, la citogenética,con la publicación del primer cariotipohumano, ha presentado progresos quehan permitido, el reconocimiento delgenoma humano, mediante la utiliza-ción de sondas de ADN y de enzimasde restricción que logran pesquisar anivel molecular las diversas patologíasgenéticas.

Así la ultrasonografía y lacitogenética son los pilares fundamen-tales de esta nueva disciplina, el diag-nóstico prenatal.

A continuación, hacemos una bre-ve reseña histórica de las principalesetapas que han contribuido a esta dis-ciplina hasta hace algunos años.

1907 Stevens visualiza la divisióncelular.

1917 Aparición del SONAR ( soundnavigation y ranging ) en la de-tección de submarinos enemi-gos Langevin.

1919 Morgan observa los cro-mosomas de larvas deDrosophilas y propone lateoría cromosómica de la he-rencia.

1923 Painter reconoce los cromo-somas sexuales X e Y.

1949 Barr descubre la cromatinasexual.

1952 Hsu fija en 46 el número decromosomas en la célula hu-mana.

1953 Watson y Crick descubren laestructura del ADN.

1956 Tjio y Levan aplican a la espe-cie humana las dos técnicasfundamentales de la cito-genética (cultivo celular y cho-que hipotónico) y establecen elprimer cariotipo humano.

1958 Aplicación del ultrasonido a lagineco-obstetricia por I. Donald

1959 Lejeune, Gauthier y Turpinreportan un estado mórbido(mongolismo), debido a unaaberración cromosómica(trisomía 21) abriendo así, elregistro de enfermedadescromosómicas humanas.

1966 Steele y Breg obtienen el pri-mer cariotipo prenatal delcultivo de células del liquidoamniótico.

1972 A y J Boue. Primeras amnio-centesis, cultivos celulares.

1974 Obtención de sangre porplacentocéntesis.

1975 Primeras ecografías de tiemporeal en Francia.

1975 Primeras determinaciones desexo fetal por coriocéntesis.

1976 Fetoscopía por Rodeck.1978 Werner Arber establecen las

bases genéticas a través dehibridación por enzimas de res-tricción.

1978 Primeras muestras de sangrefetal por fetoscopía Rodeck.

1983 Biopsia corial por fórcepsDumez.

1983 Daffos obtiene las primeras desangre fetal bajo controlecográfico.

En ChileEn la década de los sesenta

Keimer realiza cirugía fetal extra úteropara transfusión fetal por enfermedadhemolítica.

1973 Valor diagnóstico y pronósticode la ecografía bidimensionalen la amenaza de abor to.Rodríguez N.

1977 Diagnóstico ultrasónico dela insuficiencia placentaria.Ruiz M.

1978 Determinación del sexo prena-tal en células del líquidoamniótico. Quezada O. ycols.

1978 Diagnóstico antenatal de sexofetal mediante el estudiode la basofilia celular enel líquido amniótico. NiedbalskiM. y cols.

1978 Diagnóstico prenatal de proba-bles aberraciones hetero-cromosómicas mediante el es-tudio de la cromatina X e Y portécnicas complementarias.Sans J. y cols.

1978 Estudio ecográfico de los fenó-menos dinámicos del parto.Gómez C. y cols.

1978 Experiencia de 1500 ecografíasen el Hospital Paula Jara Que-mada. Ruiz M.

1979 Determinación de fosfatasasalcalinas en los neutrofilos enfunción placentaria RodríguezN. y cols.

1979 La ecografía en el diagnósticode la rotura ovular. Arias C. ycols.

1979 Predicción del peso fetal pormedición de la circunferenciaabdominal. Rodríguez N. y cols.

1979 Juicio crítico y evaluación deldiámetro biparietal y edadgestacional. Rodríguez N. ycols.

Reseña históricadel diagnóstico prenatal

Dr. Eghon Guzmán B.

Page 25: Diagnóstico ultrasonográfico de quiste del colédoco y su ...

Dr. Eghon Guzmán B.

28

Revista Chilena de Ultrasonografía. Volumen 4/ Nº1/2001

1979 Cefalometría fetal medianteultrasonidos. Gómez C. y cols.

1979 Experiencia en ecografía en eldiagnóstico diferencial precozdel embarazo tubario Leal G. ycols.

1979 Fetometría ultrasónica en em-barazos múltiples Rodríguez N.y cols.

1979 Edad de gestación y ecografíade tiempo real. Schnapp C. ycols.

1980 Diagnóstico prenatal eco-gráfico de teratoma sacrococcígeo. Cadiz H. y cols.

1981 Diagnóstico ecográfico pre-natal de malformaciones con-génitas urológicas y valor pro-nóstico en el recién nacido.Vaccaro H.

1982 Diagnóstico antenatal dehidranencefalia. Yurac C. y cols.

1982 Diagnóstico ecográfico prena-tal del higroma quístico fetal.Avilés G.

1983 Valor de la ultrasonografía decráneo en el feto y el recién na-cido. Pinto F. y col

1983 Experiencia en el diagnósticoantenatal de hidranencefalia.Yurac C. y cols.

1983 Experiencia ecográfica me-diante cervicometría en emba-razos normales y con in-competencia cervical pre ypostcerclaje. Iglesias J. y cols.

1983 Diagnóstico de la hemorragiaintra craneana por ecografía.Norambuena N. y cols.

1983 Exploración ecográfica del en-céfalo del recién nacido de ter-mino y de pretérmino. Klein F.

1983 Higroma quístico: Diagnósticoantenatal. González J. y cols.

1983 Diagnóstico prenatal de cardio-patías congénitas. Vaccaro H.

1983 Diagnóstico prenatal de síndro-me de Dandy Walker asociadoa trisomía parcial cromosoma9. Zacharias S. y cols.

1984 Correlación embriológica-ecográfica del primer trimestrede la gestación Yurac C. y col.

1985 Experiencia en fetoscopía.Rodríguez N.

1985 Diagnóstico ecográfico prena-tal de síndrome de Prune Belly.

Guzmán E. y cols.1986 Ultrasonografía en el diagnós-

tico prenatal de hidranencefalia.Ruiz M. y cols.

1987 Rendimiento del diagnóstico demalformaciones a través delultrasonido. Rodríguez N. ycols.

1987 Genética en obstetricia: Expe-riencia en Hospital Paula JaraQuemada. Herrera M. y cols.

87/88 Obtención de sangre fetal porcordocentesis, primeros cario-gramas fetales y primeraamnioinfusión fetal. Guzmán E.y cols.

1988 Doppler: valores de normalidadde los distintos índices OVF enarterias arcuatas y umbilical.Guzmán E. y cols.

1988 Experiencia en shunts vesico-amnioticos publicados en 1994.Guzmán E. y cols.

1989 Dimensiones cardiacas fetalesnormales por ultrasonido eindicaciones para ecocardio-grafía fetal. Guzmán E. y cols.

1989 Enfermedad hemolítica fetal ytratamiento exitoso por cordo-centesis Schnapp C. y cols.

1989 Doppler en 42 embarazos dealto riesgo; valores predictivosde los índices de OVF en arte-ria arcuata y arteria umbilical.Guzmán E. y cols.

1989 Uso del transductor vaginal enpacientes gineco-obstétricas.Rodríguez N. y cols.

1989 Tratamiento médico del hidropsfetal en feto con trisomía 18.Guzmán E. y Rodríguez N.

1989 Predicción del sexo fetal porultrasonografía. Rodríguez N. ycols.

1990 Diagnóstico antenatal de mal-formaciones renales. Ruiz M. ycols.

1990 Diagnóstico prenatal ultrasóni-co de arteria umbilical única.Quiroz V.

1990 Biología fetal: valores hemato-lógicos fetales. Guzmán E.

1990 Inmunología fetal. Guzmán E.1991 Diagnóstico antenatal ultra-

sonográfico de gemelos tora-copagos Ruiz M.

1991 Transfusión fetal intravascular

en el manejo de la enfermedadhemolítica perinatal. Oyarzun E.y cols.

1992 Doppler de arterias arcuatas enembarazadas adolescentes.Leible S. y cols.

1992 Detección ultrasonográfica devernix en el liquido amnióticocomo índice de madurez fetal.Sepúlveda W. y cols.

1992 Endocrinología fetal. Guzmán E.1992 Bioquímica fetal Guzmán E.1992 Doppler materno fetal en em-

barazada con antecedentes deligadura de arterias hipogás-tricas. Reyes M. y cols.

1992 Doppler en la evaluación debienestar fetal. Oyarzún E. ycol.

1992 Doppler en la evaluación debienestar fetal. González P. ycols

1992 Doppler en el manejo del retar-do de crecimiento intrauterino.Lira F. y cols.

1992 Ecocardiografía fetal técnica yfundamentos Muñoz H. y cols.

1992 Ecocardiografía fetal: Biometríadel corazón fetal normal.Loureiro O. y cols

1992 Ecocardiografía fetal: Diagnós-tico antenatal de alteracionesestructurales y del ritmo. MuñozH. y cols.

1994 Síndrome de Potter y agenesiarenal bilateral y atresiaduodenal. Insunza A. y cols.

1994 Regresión espontánea de unhigroma quístico. Espinoza R.y cols.

1994 Higroma quístico, diagnósticoantenatal y manejo clínico. RuizM. y cols.

1995 Cirugía fetal: Futuro. GuzmánE. y Rodríguez N.

1995 Cirugía endoscópica fetal en uncaso de embarazo gemelarcomplicado con secuencia deperfusión arterial reversa (se-cuencia TRAP). Quintero R. ycols.

1995 Utilidad del Doppler color en eldiagnóstico y evaluación decorangioma placentario. MuñozH. y cols.

1995 Higroma quístico cervical.Mans V. y cols.

Dr. Eghon Guzmán B.

28

Revista Chilena de Ultrasonografía. Volumen 4/ Nº1/2001

Page 26: Diagnóstico ultrasonográfico de quiste del colédoco y su ...

Guzmán E. Reseña histórica del diagnóstico prenatal. Rev Chil ultrasonog 2001; 4:27-29.

28

1995 Hamartoma quístico: Diagnós-tico prenatal. Ruiz M. y cols.

1995 Diagnóstico ultrasonográficoantenatal y manejo de tumorcardiaco fetal. Loaiza M. y cols.

1995 Punción percutánea del cordónumbilical en 87 casos. EspinozaR. y cols.

1995 Estudio y tratamiento por trans-fusión intrauterina intra vas-cular de la enfermedad hemo-lítica severa por isoinmu-nización Rh. Insunza A. y cols.

1995 Correlación sonográfica clí-nica en polimalformado.Rodríguez J.

1996 Diagnóstico y tratamientoantenatal de TSV fetal. HasbunJ. y cols.

1997 Diagnóstico citogenético ante-natal. Castillo S. y cols.

1997 Diagnóstico prenatal y evolu-ción de las cardiopatías fetales.Pulido N.

1997 Diagnóstico y manejo prenatalde un caso de bloqueoaurículo-ventricular completo.Figueroa J. y cols.

1997 Quiste neuroentérico diagnós-tico y tratamiento. Paublo M. ycols.

1998 Malformación adenomatosaquística del pulmón: Diagnósti-co prenatal. Ramírez R. y cols.

1998 Diagnóstico antenatal de quis-te ovárico fetal. Muñoz H. y cols.

1998 Diagnóstico prenatal de pla-centa acreta por ultrasono-grafía Doppler color. Paublo M.

1998 Diagnóstico prenatal de arteriaumbilical única. Pérez M. y cols.

1998 Reactividad vascular coriónicaen situación de hipoxia agudao crónica determinada por es-tudio Doppler. González R. ycols.

1998 Evaluación ultrasonógrafica delcerviz uterino en la detecciónde pacientes de alto riesgo paraparto prematuro. JanquelevichJ. y cols.

1998 Diagnóstico y manejo perinatalde hipoplasia ventricular iz-quierda. Muñoz H.

1998 Peritonitis meconial. Diagnósti-co prenatal. Ramírez P. y cols.

En la década de los noventa elCEPID, ha contribuido con numerosostrabajos publicados en el extranjero enmedicina perinatal fundamentalmenteen parto prematuro, preeclampsia, re-tardo del crecimiento intrauterino ydiagnóstico de malformaciones congé-nitas.

Esta visión retrospectiva nosmuestra la evolución estrecha entreultrasonido, los procedimientos fetalesy la biología fetal.

Uno de cada doscientos reciénnacidos vivos es portador de unaanomalía cromosómica. Los datosempíricos, las leyes mendelianas y lasprobabilidades estadísticas derecurrencia, son los elementos dispo-nibles para la pareja inquieta sobre sufuturo hijo. Hoy en día, los padres de-sean una progenie sana y esto hacenecesario el diagnóstico prenatal a tra-vés de la amniocentesis, biopsia corial,cordocentesis, fetoscopía etc., permi-tiendo pesquisar una parte de estas

anomalías. Estas anomalías son lasaberraciones cromosómicas, mutacio-nes genéticas responsables de pato-logías metabólicas y anomalíasmultifactoriales como por ejemploanencefalia y espina bífida.

Hace unos pocos años, la ma-nipulación del material genético con fi-nes terapéuticos no era más que unsueño teórico, parecía imposible llevar-lo a la práctica, en la actualidad varioscientos de pacientes tratados están encondiciones de afirmar que el sueñose hizo realidad.

En los últimos años el conoci-miento ha tenido un crecimientoexponencial, por lo que es necesarioesperar la validación científica de estavorágine vertiginosa de información.

En resumen podemos decirque los hitos más importantes del de-sarrollo del diagnóstico prenatal enChile corresponde en primer lugar ala aparición del ultrasonido diagnósti-co bidimensional de tiempo real, conuna etapa inicial biométrica, luego eldiagnóstico y finalmente la terapéuti-ca.

Los procedimientos invasivoscomo la amniocentesis, cordo-centesis, biopsias fetales, shuntsvesicoamnióticas a permitido junto conlos tratamientos médicos tratar al fetoin utero como un paciente más. Faltaaún desarrollar todas las técnicas delaboratorio especialmente las relacio-nadas con la biología molecular paraalcanzar a los países desarrolladosen esta aventura fantástica del cono-cimiento.

Guzmán E. Reseña histórica del diagnóstico prenatal. Rev Chil ultrasonog 2001; 4:27-29.

29

Page 27: Diagnóstico ultrasonográfico de quiste del colédoco y su ...

30

Revista Chilena de Ultrasonografía. Volumen 4/ Nº1/2001

Sonographic and clinicalcharacteristicsof struma ovariiZalel Y. et al.J Ultrasound Med 2000;19:857-861.

En este artículo, los autores in-tentan describir las características clí-nicas y sonográficas del Struma Ovariicon la aplicación de Doppler color y laflujometría de estas lesiones.

La revisión abarca los últimos10 años de un Departamento de Obs-tetricia y Ginecología, los exámenesfueron practicados por especialistasgineco-osbtetras, usando transduc-tores transvaginales de 5 a 9 MHz.

Se analizan 251 casos de quis-tes dermoides ováricos y de ellos en12 casos (4.8%), se encontraron laprincipal característica histológica delStruma Ovarii que es presencia de te-jido tiroídeo en el ovario microscópicoo macroscópicamente observado.

El Struma Ovarii es un tumorraro que comprende el 1% de todoslos neoplasmas ováricos. Se conside-ra un tipo especial de quiste dermoideo teratoma quístico maduro. A su vezlos dermoides son tumores de las cé-lulas germinales del ovario y es el mascomún de ellos. Constituye de 5% al25% de todas las neoplasias ováricas.

El autor principal de esta publi-cación (Zalel), ya ha caracterizado estapatología desde el punto de vista dela fluometría y Doppler color en 4 ca-sos más, que los suma a este estudio.

El grupo control lo estableceeste autor, comparando los resultadoscon el resto de los casos de quistedermoide no Struma Ovarii (32 casos).

De los casos presentados, 11tenían la lesión en el ovario derecho(68.8%). En todos, la ultrasonografíacorriente demostró un tumor quísticocon la presencia de área ecogénicaso hipoecogénicas con nivel de líquidoy grasa.

El estudio de los pacientescomprendió edad, diagnóstico princi-pal, gravidez y paridad, sintomatología,determinación de CA 125 y estudiosultrasonográficos describiendo locali-zación de la lesión, tamaño, estructu-ra y flujometría Doppler (IR) obtenidoen el centro de la lesión ecoica.

La edad de la paciente fue deun promedio de 39.1 +/- 12.3 años conrango de 20 a 63 años. La media deparidad fue de 2.6 rango de 0 a 11 par-tos.

La media del tamaño de la le-sión fue de 57 +/- 20 mm. con un ran-go de 30 – 95 mm.

La flujometría por Doppler co-lor fue obtenida por 11 pacientes conun IR de 0.50 +/- 0.13. En cambio laspacientes con quistes dermoide ogrupo control se obtuvo un IR de 0.59+/- 0.06 (P<0.0001).

Además una baja resistenciadel flujo, IR< 0.40 fue encontrado en 4de los 11 casos de Struma Ovárii yninguna cifra semejante se encontróen el grupo control.

No hubo diferencias significati-vas en las determinaciones de CA 125en ambos grupos. Todas fueron me-nores a 35 UI/ml. Sólo en un caso fuede 140 UI/ml.

La demostración de la abun-dante vascularización de los tumoresováricos que contienen gran parte detejido tiroídeo muy irrigado, y por lotanto con bajo o muy bajo índice deresistencia, puede ser atribuido a laexistencia de vascularización en com-paración con el tejido, encontrados enlos teratomas corrientes.

En resumen, para los autoresde esta publicación los casos deStruma Ovarii, constituyen el 4.8% delos teratomas quísticos maduros ana-lizados. Se caracterizan clínicamentepor ser preferentemente del ovario de-recho, el antígeno CA 125, se encuen-tra en niveles normales la mayoría de

la veces y sus característicassonográficas son tumores no diferen-ciales de los quistes dermoides conárea anecoicas y área sólidas. Tienenbaja resistencia en el centro de la le-sión sólida y generalmente no presen-tan flujo libre en la pelvis.

En nuestra opinión, el trabajoestá bien presentado y señala signosultrasonográficos, especialmente conla aplicación de Doppler para estudiarel índice de resistencia que es bajo enestos tumores. Sin embargo, la medi-ción del IR en los casos de StrumaOvarii se hizo en el centro de la lesión,y en los casos control, se hizo en laperiferia, elementos que pueden dis-cutirse.

Luteoma of pregnancy:sonographic finding in two cases.Choi R. et al.J Ultrasound Med 2000; 19:877-881.

Los luteomas del embarazoson una condición rara de este esta-do. Son más frecuentes en la terceray cuarta década de la vida. No másde 200 casos han sido descritos en laliteratura. Ninguno de ellos han sidopublicados en revistas de Radiología.

Lo interesante de éste artícu-lo, es que se describen dos casosclínicos con su correspondientecaracterización de la imagen ultra-sonográfica y con la descripción deDoppler color y power Doppler.

En el segundo caso descrito lalesión era bilateral y con característi-cas que sugerían un tumor quísticoneoplásico maligno. La paciente fueoperada sin razón valedera y se lepracticó una ooforectomía derecha. Elotro ovario había involucionado a unacondición normal.

Haciendo una abstracción deambos casos, la caracterización deesta lesión correspondería a una masa

Revista de Revistas

Resumió Dr. Nelson Rodríguez T.

30

Revista Chilena de Ultrasonografía. Volumen 4/ Nº1/2001

Page 28: Diagnóstico ultrasonográfico de quiste del colédoco y su ...

Revista Chilena de Ultrasonografía. Volumen 4/Nº 1/2001.

30

anexial solido-quística, de dimensio-nes importantes, aunque moderadas,de origen claramente ovárico, ligera-mente hipoecogénica, heterogénea,con áreas hipo e hiperecogenicidadalgunas de naturaleza sólida. No hayelementos de calcificación dentro dela masa y el estudio con Doppler Co-lor muestra vascularización aumenta-da dentro de ella.

Puede ser uni o bilateral, pre-sentando uno o múltiples nódulos oexcrecencias internas. Siendo esen-cialmente sólidos, los luteoma delembarazo pueden tener áreas líquidaso quísticas que pueden correspondera hemorragias, lo que se demuestraen los dos casos presentados por los auto-res.

Se enfatiza que las caracterís-ticas ultrasonográficas de los luteomasno son específicas y pueden corres-ponder a lo encontrado en otrasneoplasias ováricas. Sólo al estaracompañado en la observación porsignos de virilización de la madre y delfeto y además el alza en los títulos detestosterona, sugieren el diagnóstico.

Hay que agregar que la evolu-ción de estas masas durante el emba-razo y en los meses siguientes al par-to, reducen su tamaño y lo habitual esque haya una involución tanto en lostítulos de testosterona, como en lossignos de virilización que no va másallá de 2 - 3 semanas post- parto. Serecomienda que la madre sea obser-vada clínicamente y seguida por

ultrasonogramas periódicos yseriados.

La caracter ización de unluteoma del embarazo es una rara con-dición en la cual la lesión es preferen-temente sólida o compleja. El exami-nador debe considerarla como una le-sión benigna y configurar un patrónclínico fundamentado en hirsutismodurante el tercer trimestre de la gesta-ción, acompañado de elevación de losandrógenos en el suero materno.

Un seguimiento con exploracio-nes ultrasonográficas seriadas, es su-ficiente para evitar cualquier cirugíainnecesaria. Si hay alguna dificultadclínica para resolver el caso o hay du-das en su comportamiento, una biop-sia rápida de la lesión sin extirpar elovario correspondiente puede ser útilen los casos dificultosos.

Opinamos que las pautas quelos autores dan como guía para en-frentar los casos de tumores sólidos,mixtos o complejos que acompañan elembarazo, son buenas y hacen re-flexionar sobre la utilidad del segui-miento por ultrasonido. Todo estoacompañado siempre por las observa-ciones clínicas y las determinacioneshormonales.

Aunque estos tipos de lesionesson alarmantes durante el embarazo,los autores aconsejan tener cautela yexplican que en los casos que las le-siones tengan necrosis central la ima-gen ultrasónica será o puede ser deapariencia quística.

Informativo

El Honorable Directorio de laSociedad Chilena de Ultra-sonografía en Medicina y Bio-logía ha creado el premio“SOCHUMB”, al mejor traba-jo científico que se publiqueen la Revista Chilena deUltrasonografía durante elaño 2001.Para tal efecto, un jurado es-pecializado y nominado enconjunto por el Comité Edito-rial y el Directorio definirá lasbases para participar y optara una distinción con el reco-nocimiento de toda la comu-nidad médica, que se mate-rializará en un Diploma y unpremio en dinero.Por consiguiente, animamosa todos aquellos que se iden-tifican con esta especialidady que consideran que puedenhacer un aporte al desarrollode la Ultrasonografía compar-tiendo sus investigacionesteórico practicas, a enviar suspublicaciones científicas.

Comité Editorial

Revista Chilena de Ultrasonografía. Volumen 4/Nº 1/2001.

31