De cadencias y disonancias, representaciones alternativas de la integración regional en el siglo...

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 De cadencias y disonancias Representaciones alternativas de la integración regional en el Siglo XXI:  América Latina, Asia  y Europa del E ste  

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De cadencias y disonancias, representaciones alternativas de laintegración regional en el siglo XXI : América Latina, Asia y Europadel Este / adaptado por Nicolás Matías Comini; compilado porTomás Andrés Bontempo. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de BuenosAires : Universidad del Salvador, 2014.

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  • De cadencias y disonanciasRepresentaciones alternativas

    de la integracin regional en el Siglo XXI: Amrica Latina, Asia

    y Europa del Este

  • Nicolas M. Comini y Toms Bontempo(Compiladores)

    De Cadencias y DisonanciasRepresentaciones alternativas

    de la integracin regional en el siglo XXI: Amrica Latina, Asia

    y Europa del Este

  • De cadencias y disonancias, representaciones alternativas de la integracin regional en el siglo XXI : Amrica Latina, Asia y Euro-pa del Este / adaptado por Nicols Matas Comini; compilado por Toms Andrs Bontempo. - 1a ed. - Ciudad Autnoma de Buenos Aires : Universidad del Salvador, 2014.284 p. ; 22x15 cm.

    ISBN 978-950-592-175-1

    1. Poltica Internacional. 2. Enseanza Universitaria I. Comini, Nicols Matas, adapt. II. Bontempo, Toms Andrs, comp.CDD 327.107 11

    Consejo EditorialMg. Hayde Nieto

    Maura OomsProf. Liliana Rega

    Armado y diagramacin: David Nudelman

    Fecha de catalogacin: 26/03/2014

  • NDICE

    Autores .....................................................................................................

    Authors ....................................................................................................

    Prefacio ....................................................................................................

    Preface .....................................................................................................

    Primera parteAmrica Latina

    Unasur, Un modelo de integracin con identidad propia Mara Cecilia Mendoza ..........................................................................

    El Consejo de Defensa Suramericano. Una perspectiva desde Chile Carlos Maldonado Prieto ........................................................................

    Integracin y Recursos Naturales vistos desde las Relaciones Internacionales y el proceso MERCOSUR-UNASUR Ana Emrica Seitz ....................................................................................

    El papel de los TLCs y las asociaciones econmicas estratgicas en la configuracin de nuevos espacios econmicos: Los TLCs en Asia Pacfico. Una mirada desde Amrica Latina Carlos Moneta ........................................................................................

    Segunda parteAsia y el Cucaso

    ASEAN: Calibrating sovereignty and communitySartika Soesilowati ...............................................................................

    Myanmar Security & ASEAN Integration Phyu Yamin Myat ..................................................................................

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  • Analysing Regional Integration In South Asia:A Security Perspective Sachin Pardhe ........................................................................................

    New Regional Security Challenges: Japans outlook since March 11 Yusuke Dan ............................................................................................

    Integration In The South Caucasus: Opportunities And Challenges Beniamin Poghosyan ............................................................................ Tercera ParteEuropa Oriental

    The Prospects Of European Integration Constantinos Koliopoulos .....................................................................

    The Wedding Rings of Europe: Some Military Aspects of Euro-Atlantic Integration Polina Sinovets ......................................................................................

    Directions of Russian Political and Economic Integration: Expectations and Implementation Ekaterina Arkhipova ............................................................................

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  • Dedicado al invaluable amor de nuestras familias, al apoyo leal de nuestros amigos y al acompaamiento de nuestros colegas de con-

    ciencia. Asimismo, agradecemos profundamente a las autoridades y compaeros de la Facultad de Ciencias Sociales que han hecho posible

    que este libro se convirtiera en realidad.

  • AUTORES

    ARKHIPOVA, EKATERINARusa. Doctora en Historia, profesora asociada en el departamento de Relaciones Internacionales y Estudios de rea, Volgograd State Univer-sity (Rusia). Autora de 27 publicaciones sobre las relaciones internacio-nales en el Cucaso del Sur, cuestiones de seguridad en las fronteras y cooperacin transfronteriza dentro de la zona post-sovitica, e integra-cin regional.

    BONTEMPO, TOMSArgentino. Licenciado en Relaciones Internacionales por la Universi-dad del Salvador, donde realiz adems cursos de posgrado en Causas y Resolucin de Conflictos, Estudios sobre la Paz y Poltica Internacional del Medio Ambiente de la Maestra en Relaciones Internacionales. Es candidato a la Maestra en Integracin Latinoamericana de la Univer-sidad Nacional de Tres de Febrero. Ha ejercido como docente adjunto en la asignatura Historia de las Relaciones Internacionales de la Uni-versidad del Salvador. Es Secretario General de la Fundacin para el Desarrollo de acciones Humanitarias en Red, y trabaja actualmente en el Ministerio de Planificacin Federal, Inversin Pblica y Servicios de la Nacin Argentina.

    COMINI, NICOLS M.Argentino. Licenciado en Relaciones Internacionales (Universidad del Salvador), Magster en Integracin Regional (Universidad Nacional de Tres de Febrero) y candidato a Doctor en Ciencias Sociales (Universi-dad de Buenos Aires). Director de la Maestra en Relaciones Internacio-nales. Becario doctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Cient-ficas y Tcnicas de Argentina (CONICET).

    DAN, YUSUKEJapons. Profesor del Departamento de Estudios Internacionales y Di-rector Ejecutivo Adjunto de la Direccin General de Asuntos Interna-cionales de la Universidad de Tokai. Director Ejecutivo de la Oficina de Enlace Sel-Bangkok-Viena.

    KOLIOPOULOS, CONSTANTINOSGriego. Profesor adjunto de Poltica Internacional y Estudios Estratgi-cos de la Universidad Panteion, y profesor de Estrategia en el Colegio

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    Helnico de Defensa Nacional. Es autor, co-autor y co-editor de cinco libros sobre Poltica Internacional y Estudios Estratgicos, siendo el lti-mo de ellos un volumen co-editado sobre los orgenes de la Guerra Fra.

    MALDONADO PRIETO, CARLOSChileno. Licenciado en Historia por la Martin-Luther-Universitt, Halle, Alemania. Miembro de la Fundacin Felipe Herrera. Posee una Maes-tra en Poltica de Defensa de la Academia de Guerra del Ejrcito de Chile. Ha escrito El Prusianismo en las Fuerzas Armadas chilenas: Un estudio histrico, 1885-1945 (Santiago: Documentas, 1988) y ha publi-cado artculos sobre inteligencia, historia de las Fuerzas Armadas, ser-vicio militar y cuestiones policiales en revistas de varios pases. Como asesor internacional del Ministerio de Defensa de Chile particip acti-vamente en la gestacin del Consejo de Defensa Suramericano.

    MENDOZA, MARA CECILIAArgentina. Licenciada en Ciencia Poltica por la Universidad del Sal-vador. Es miembro del Cuerpo de Administradores Gubernamentales desde 1989. Entre 2006 y 2010 form parte del Equipo de Asesores del Ex Canciller Jorge Taiana en cuestiones de comunicacin institucional e integracin regional. Desde este cargo particip en la redaccin del Tratado Constitutivo de UNASUR, y se desempe como Coordinadora Nacional Alterna ante ese bloque durante los aos 2009 y 2010, tenien-do a su cargo la coordinacin entre la Cancillera y la Secretara General de UNASUR durante la gestin del Ex Presidente Nstor Kirchner. Du-rante 2011 estuvo a cargo de la Direccin de Asuntos Acadmicos del Instituto del Servicio Exterior de la Nacin (ISEN).

    MONETA, CARLOSArgentino. Director de la Especializacin en Economa y Negocios con Asia Pacfico e India, Universidad Nacional de Tres de Febrero. Con-sultor de distintas Organizaciones regionales e internacionales sobre temas de Asia Pacfico y sus relaciones con Latinoamrica. Creador de la Red de Centros de Estudios Latinoamericanos sobre Asia Pacficos (REDEALAP). Autor o colaborador en 18 libros publicados sobre temas asiticos en Amrica Latina, EEUU, pases de la Unin Europea, China y Japn.

    PARDHE, SACHIN N.Indio. Profesor adjunto en el Departamento de Educacin Cvica y Poltica de la Universidad de Mumbai, Mumbai. Sus reas de inters

  • Autores 11

    abarcan las relaciones internacionales y ha dictado cursos, entre otros, sobre las Naciones Unidas, el sur de Asia, la poltica exterior de Estados Unidos y la seguridad interna de la India. Ha participado y presenta-do ponencias en diversos congresos y seminarios estatales, nacionales e internacionales. Ha pertenecido al Comit de Diseo Curricular del Programa Semestral por crditos de la Universidad de Mumbai. Es Ma-gster en Ciencias Polticas (con honores) y actualmente cursa un doc-torado sobre el Sudeste Asitico.

    YAMIN PHYU MYATMyanmar. Mster en Polticas Pblicas (MPP) por la Escuela de Polticas Pblicas Lee Kuan Yew, Universidad Nacional de Singapur, Singapur. Es investigadora, analista y consultora en polticas de desarrollo social y proyectos econmicos en Myanmar. Tambin es miembro fundadora y actual directora ejecutiva de una empresa social, Myanmar Socios de Desarrollo, centrada en el desarrollo de Myanmar. Se desempea ade-ms como profesora y capacitadora en temas de poltica pblica y cur-sos de metodologa de investigacin en ciencias sociales en el Instituto de Egresados de Myanmar y otras organizaciones no gubernamentales en ese pas.

    POGHOSYAN, BENIAMINArmenio. Posee una Maestra por la Universidad Estatal de Erevn y un Doctorado en Historia por la Academia Nacional de Ciencias. Se in-corpor al Instituto Nacional de Estudios de Seguridad (INSS) en 2009 como investigador y fue nombrado Director Adjunto en 2010. Previo a eso, fue asesor de poltica exterior del Vocero de la Asamblea Nacional de Armenia. Desde el ao 2006, tambin ha servido como investigador principal en el Instituto de Historia de la Academia Nacional de Cien-cias y como profesor adjunto en la Universidad Estatal de Erevn y la Academia Regional Europea. Desde 2011 es tambin el director ejecuti-vo de la Asociacin de Ciencia Poltica de Armenia. Es autor de ms de 40 trabajos publicados en Armenia y en el extranjero.

    SEITZ, ANA EMRICAArgentina. Doctora en Relaciones Internacionales, Profesora en Ciencia Poltica y Licenciada en Ciencia Poltica por la Universidad del Salva-dor. Es investigadora, miembro de la Carrera de Investigador del Con-sejo Nacional de Investigaciones Cientficas y Tcnicas (CONICET). Coordinadora del rea de Relaciones Internacionales de Amrica Lati-na del Instituto de Investigacin en Ciencias Sociales de la Facultad de

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    Ciencias Sociales de la Universidad del Salvador. Es miembro fundador y Secretaria de la Red para la Integracin Latinoamericana (REDILA).

    SINOVETS, POLINA A.Ucraniana. Profesora Asociada de la Universidad Estatal de Odessa .I. Mechnikov, Instituto de Ciencias Sociales, Departamento de Relacio-nes Internacionales. En 2000 obtuvo la Maestra en Relaciones Inter-nacionales de la misma universidad. En 2004 recibi su doctorado en ciencias polticas. Desde entonces ha trabajado como profesora asis-tente y, desde 2006, como profesora adjunta en el Departamento de Relaciones Internacionales. Tambin desde 2004, trabaja como investi-gadora asociada en la sede de Odessa del Instituto Nacional de Estudios Estratgicos de Ucrania. Hasta la fecha, la Dra. Sinovets tiene ms de 45 publicaciones.

    SOESILOWATI, SARTIKAIndonesia. Profesora Titular en el Departamento de Relaciones Inter-nacionales de la Facultad de Ciencias Polticas y Sociales, Universidad Airlangga, Surabaya, Java Oriental, Indonesia. Es egresada de la Univer-sidad Gadjah Mada y posee ttulo de Mster y Doctorado de la Univer-sidad Nacional de Australia, Canberra, Australia. Actualmente imparte diversos cursos como: Teora de Relaciones Internacionales; Paz y Se-guridad Internacional; Conflicto, Intervencin Humanitaria y Nacin; Estado y Poltica en el Sudeste de Asia. Desde enero de 2010 tiene un nombramiento como Directora de la Maestra en Relaciones Interna-cionales. Tambin ocupa el puesto de jefe en la oficina de seguridad y terrorismo en el Centro de Estudios Estratgicos y Globales. Su rea in-vestigacin se centra en los mbitos de la paz y la seguridad, incluida la seguridad no tradicional; resolucin de conflictos y la regionalizacin, con un inters particular en la poltica de seguridad en el sudeste de Asia, cuestiones de soberana y el terrorismo.

    Editores: Ivn Stola y Alejandra Pealva

    Colaboradoras: Rosa Mara Cecilia Donati y Helga Fourcade

  • AUTHORS

    ARKHIPOVA, EKATERINARussian. PhD in History, associate professor at the department of Inter-national Relations and Area Studies, Volgograd State University (Rus-sia). Author of 27 publications on international relations in the South Caucasus, border security issues and cross border cooperation within post-soviet area, and the area of integration.

    BONTEMPO, TOMSArgentinean. Bachelor Degree on International Relations at the Uni-versity of Salvador, where he also completed postgraduate courses on Causes and Conflict Resolution, Peace Studies and International En-vironmental Policy of the Masters Program on International Relations (USAL). He is a Masters candidate in Latin American Integration at the National University of Tres de Febrero. He has served as adjunct faculty in the subject History of International Relations at the University of Sal-vador. He is Secretary General of the Foundation for the Development of Humanitarian Action Network, and works at the Ministry of Federal Planning, Public Investment and Services of Argentina.

    COMINI, NICOLS M.Argentinean. Bachelor Degree on International Relations (University of El Salvador), Master in Regional Integration (National University of Tres de Febrero) and Ph.D. candidate in Social Sciences (University of Buenos Aires). Director of the Masters Program in International Relations. Doc-toral Fellow in the National Council of Scientific and Technical Research of Argentina (CONICET).

    DAN, YUSUKEJapanese. Professor at the Department of International Studies and Deputy Executive Director of the Directorate General of International Affairs at the University of Tokai. Executive Director of Liaison Offices (Seoul, Bangkok, Vienna).

    KOLIOPOULOS, CONSTANTINOSGreek. Associate Professor of International Politics and Strategic Stud-ies at Panteion University, and professor of Strategy at the Hellenic National Defense College. He is the author, co-author and co-editor of five books on International Politics and Strategic Studies, the last of

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    them co-edited a volume on the origins of the Cold War.

    MALDONADO PRIETO, CARLOSChilean. Bachelors Degree on History from the Martin-Luther-Univer-sity, Halle, Germany. Member of the Felipe Herrera Foundation. He has a Master Degree on Defense Policy from the Armys Academy of War, Chile. He has written The Prussianism in the Chilean Armed Forces: A Historical Study, 1885-1945 (Santiago: Documentas, 1988), and has published articles on intelligence, military history, military and police issues in magazines of several countries. As an international advisor of the Ministry of Defense of Chile, he participated actively in the creation of the South American Defense Council.

    MENDOZA, MARA CECILIAArgentinean. Bachelors Degree on Political Science from the University of Salvador. She is a member of the Squad of Government Administra-tors since 1989. Between 2006 and 2010 she was part of the advisory team of former Foreign Minister Jorge Taiana in corporate communica-tion issues and regional integration. In this role, she participated in the drafting of the Constitutive Treaty of UNASUR, and served as National Coordinator Alternate to the block during the years 2009 and 2010, tak-ing charge of the coordination between the Foreign Ministry and the General Secretariat of UNASUR during the administration of former President Nestor Kirchner. In 2011 she was in charge of Academic Af-fairs of the Foreign Service Institute of the Nation (ISEN).

    MONETA, CARLOSArgentinean. Director of the Specialization in Economics and Business in Asia Pacific and India, National University of Tres de Febrero. Con-sultant to various regional and International Organizations on issues of Asia Pacific and its relations with Latin America. Creator of the Network of Latin American Studies on Asia Peaceful (REDEALAP). Author or contributor to 18 books on Asian issues in Latin America, USA, Euro-pean Union countries, China and Japan. PARDHE, SACHIN N.India. Assistant Professor of the Department of Civics and Politics, Uni-versity of Mumbai. His main area of interest is international relations and teaching courses on the United Nations, South Asia, U.S. foreign policy, internal security of India, etc. He has participated and present-ed papers at various national conferences and seminars, national and

  • Authors 15

    international. It has belonged to the panel of the Committee for Cur-riculum Design Semester Program based on credits from the University of Mumbai, i.e. MA in Political Science (Honors). Currently pursuing a Ph.D. in South Asia.

    YAMIN PHYU MYATMyanmar. Master in Public Policy (MPP) from the School of Public Pol-icy Lee Kuan Yew, National University of Singapore, Singapore. She is a researcher, analyst and consultant on social development policies and economic projects in Myanmar. It is also a founding member and cur-rent executive director of a social enterprise, Myanmar Development Partners focused on the development of Myanmar. She is Professor and trainer on issues of public policy, social science research methodol-ogy and basic courses in Alumni Myanmar Institute and several other NGOs in that country.

    POGHOSYAN, BENIAMINArmenian. MA from Yerevan State University and PhD in History from Na-tional Academy of Sciences. He joined INSS in 2009 as a research fellow and was appointed Deputy Director in 2010. Before that he was Foreign policy adviser to the Speaker of the National Assembly of Armenia. Since 2006 he has served also as a senior research fellow in the Institute of His-tory, National Academy of Sciences and was adjunct professor in Yerevan State University and in European Regional Academy. Since 2011 he is also the executive director of the Political Science Association of Armenia. He is the author of more than 40 publications in Armenia and abroad.

    SEITZ, ANA EMRICAArgentina. PhD in International Relations, Professor of Political Sci-ence and BA in Political Science from the University of Salvador. She is a researcher, a member of the Investigator Career of the National Scien-tific and Technical Research (CONICET). Coordinator of International Relations Latin American Research Institute in Social Sciences Faculty of Social Sciences at the University of Salvador. Founding member and Secretary of the Latin American Integration Network (REDILA).

    SINOVETS, POLINA A.Ukrainian. Associate Professor at National University .I. Mechnikov Odessa, Institute of Social Sciences, Department of International Rela-tions. In 2000 he won the Masters in International Relations at the same university. In 2004 received his doctorate in political science. He has

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    since worked as an assistant professor and, since 2006, as an assistant professor in the Department of International Relations. In 2004 he also began working as a senior research associate at the headquarters of Odessa National Institute of Strategic Studies of Ukraine. To date, Dr. Sinovets has more than 45 publications.

    SOESILOWATI, SARTIKA Indonesia. Senior Lecturer in the Department of International Rela-tions, Faculty of Political and Social Sciences, Airlangga University, Surabaya, East Java, Indonesia. Graduate of Gadjah Mada University. Master and Ph.D. from the National University of Australia, Canberra, Australia. Currently teaches courses several as: International Relations Theory, International Peace and Security, Conflict, Humanitarian Inter-vention and Nation, State and Politics in Southeast Asia. Since January 2010 has an appointment as Director of the Masters Program in Inter-national Relations. It also has position as bureau chief of security and terrorism at the Center for Strategic and Global. His research focuses on the areas of peace and security, including non-traditional security, con-flict resolution and regionalization with a particular interest in security policy in Southeast Asia, issues of sovereignty and terrorism.

    Editors: Ivn Stola y Alejandra Pealva

    With the collaboration of Rosa Mara Cecilia Donati and Helga Four-cade

  • PREFACIO

    Cmo buscar miradas alternativas en un mundo en transformacin?

    Nicols M. Comini y Toms Bontempo

    Cuando de procesos sociales se trata, cada acontecimiento es nico e irrepetible. Ms all de sus puntos en comn, de sus similitudes o de la manifiesta intencin por calcar experiencias pasadas, lo ya acontecido puede adquirir nuevas formas, probablemente afines, ms nunca idn-ticas. Lo mismo sucede con los proyectos de integracin regional que emergen a lo largo y ancho del mundo: stos nacen, se desarrollan y transforman sobre plataformas coyunturales especficas, movilizadas, asimismo, por determinadas visiones y perspectivas de actores y secto-res particulares. En la actualidad, las distintas regiones del planeta ven, piensan y construyen procesos de integracin de diferente forma a lo que lo hacan sesenta, treinta o diez aos atrs. Pero no solo se trata de regiones. Dentro de cada regin conviven Estados, gobiernos, socieda-des e individuos con diferentes identidades, intereses y representacio-nes que le otorgan mltiples perfiles y significados a los interrogantes de por qu, para qu y cmo integrar a las naciones.

    Frente a esta coyuntura, podemos afirmar que la dinmica de un mundo en constante movimiento y transicin demanda a las Relacio-nes Internacionales de Amrica Latina la necesidad de comprender el estudio, formulacin, construccin, desarrollo y proyeccin de los pro-cesos regionales de integracin que se han hecho presentes en la histo-ria, tanto en nuestro subcontinente como en el resto del orbe.

    De all se desprende precisamente, el peculiar y ampliamente deba-tido titulo de esta compilacin, De cadencias y disonancias. La Real Academia Espaola define cadencia como el ritmo, sucesin o repe-ticin de sonidos diversos que caracterizan una pieza musical. Asi-mismo, concibe a la disonancia como un sonido desagradable. En un intento por metaforizar las oscilaciones experimentadas en el marco de los procesos de integracin, se pretende reflejar las diversas motiva-ciones de una multiplicidad de actores que inciden, en mayor o menor medida, en la construccin y ampliacin de estos procesos, en el marco de un entramado de hechos histricos que reflejan momentos de auges y retrocesos, profundizaciones y estancamientos, xitos y fracasos.

    Somos conscientes, sin embargo, que la forma de evaluar estas ca-

  • 18 DE CADENCIAS Y DISONANCIAS

    dencias y disonancias depende, en gran medida, de las aproximaciones metodolgicas adoptadas, las posiciones amparadas, las subjetividades latentes y las ideologas subyacentes. Aceptamos, por lo tanto, que la objetividad positivista que pregona una separacin radical entre el su-jeto cognoscente -que aprecia a los fenmenos bajo la luz de una razn que se torna distante- y el objeto conocido -al que el sujeto ilumina, otorgndole sentido-, se torna inverosmil. En el estudio de los procesos sociales siempre persiste, aunque sea de forma silenciosa, una cuota de subjetividad.

    Es por ello que comprendemos que en las diferentes partes del mundo, distintas personas perciban de dismiles maneras el por qu, para qu y cmo integrarse y qu cada respuesta a cada una de estos interrogantes est marcada -explcita o implcitamente- por especifici-dades histricas y culturales. En esa lnea, a travs de esta compilacin hemos buscado acercarnos a visiones alternativas de las diversas ex-periencias de integracin vigentes en el sistema internacional desde el aporte particular de profesionales que forman parte de esas experien-cias. Es decir, hemos pretendido contar con la visin de estos procesos, desde su propia ptica e interpretacin. Como se ve a lo largo de los ar-tculos, el espritu de este libro ha sido la certeza de que en la conviven-cia de la diversidad; en la heterodoxia y flexibilidad para advertir que no existen caminos unidireccionales sino numerosas vas; en el consenso, el dilogo y, principalmente, en la reflexin -como accin antagnica a la persuasin- se hallan los engranajes esenciales para alcanzar verda-deros avances en la integracin de los pueblos.

    En ese marco, esta obra sintetiza una diversidad de miradas y re-presentaciones, perspectivas y opiniones, reflejando, en un mismo producto, la pluralidad de pensamientos en relacin a diferentes ini-ciativas regionales de integracin que existen en nuestro mundo con-temporneo.

    I. BUSCANDO MIRADAS ALTERNATIVAS Y PROPIAS

    Para alcanzar lo hasta aqu mencionado, contamos con el aporte de dis-tinguidos profesionales de las ms variadas disciplinas cientficas dentro de las ciencias sociales, de diversas universidades del mundo, compren-diendo a pases como Argentina, Armenia, Chile, Grecia, India, Indone-sia, Japn, Myanmar, Rusia y Ucrania. Este diagrama triangular consti-tuido por las tres regiones de las que forman parte estos pases -Amrica Latina, Asia (con la subregin del Cucaso) y Europa del Este-, resulta

  • Prefacio 19

    sumamente interesante por diversas razones: El aporte innovador de los estudios compilados en el presente libro representa un intento por ge-nerar enfoques superadores de aquellas orientaciones predominantes, que suelen centrarse en la variable econmico-financiera en sus anlisis de los procesos de integracin. Una visin superadora se torna esencial, especialmente en las regiones que, como se desarrolla ms adelante, son mal llamadas perifricas y donde la hegemona del pensamiento neoliberal se ha visto capaz de juzgar el xito de los procesos integracio-nistas en funcin la simplificacin de los mismos segn sus avances en materia de apertura y liberalizacin comercial.

    No obstante, como segunda cuestin, y continuando brevemen-te lo expuesto en la seccin anterior, nos referimos a la bsqueda de miradas alternativas. A modo de ejemplo, la integracin en Europa es estudiada desde la ptica griega, ucraniana y rusa, pases que no com-prenden el centro econmico europeo y que, a excepcin del primero, no forman parte de la Unin Europea (UE). Grecia, representa un caso paradigmtico. Es considerada la cuna de la democracia occidental y moderna, pero se suele ser percibida como parte del ltimo cordn -o del eslabn ms endeble- del bloque, reflejando, en s misma y tal vez ms que cualquier otro de sus miembros, la crisis del proyecto neolibe-ral de integracin.

    Como tercer punto a destacar, la mayora de los trabajos provienen de pases cuya relevancia en el sistema internacional se ha ido amplian-do en los ltimos aos. El rol de Grecia en la UE, el de Argentina, Indo-nesia e India en el G-20, el de ste ltimo en el grupo BRICS1 y el de Chi-le en la Organizacin para la Cooperacin y el Desarrollo Econmico (OCDE) representan muestras concretas de esta afirmacin. Inclusive Japn y Rusia -como miembros del G-8- participan del G-20 y, en el se-gundo caso, de los BRICS. De modo que nos encontramos con el aporte de intelectuales de pases que, en mayor o menor medida, sern claves en la reconfiguracin de las relaciones internacionales, interestatales e interregionales del prximo orden mundial.

    En cuarto lugar, se trata de perspectivas ancladas en espacios geo-grficos caracterizados por notables diferencias sociales, culturales e histricas, en muchos casos alejados -no necesariamente por distancia fsica- entre s. Tomemos, a modo de ejemplo, el caso de la idea de tra-dicin unificadora.

    Mientras que ya casi todas las naciones latinoamericanas tienen dos siglos de vida y una larga tradicin unificadora que, an con altibajos,

    1 La sigla BRICS hace referencia a los pases que conforman este grupo: Brasil, Rusia, India, China y Sudfrica.

  • 20 DE CADENCIAS Y DISONANCIAS

    nunca ha dejado de estar presente, no sucede lo mismo en otras regio-nes. Esto es destacable en aquellos Estados surgidos de los procesos de la primera etapa descolonizadora y que comienzan, de forma relativa-mente reciente, a involucrase en esquemas de integracin regional. Tal es el caso de la India (1947), quien ms all de su adhesin al Movi-miento de Pases No Alineados (MPNA), formar parte de la Asociacin Sudasitica para la Cooperacin Regional (ASARC) recin en 1985. Algo similar ocurrira con Indonesia (1945) y Myanmar2 (1948). Si bien la primera sera, en 1967, fundadora de la Asociacin de Naciones del Su-deste Asitico (ASEAN), Myanmar recin ingresara al bloque en 1997. Japn por su parte, exento de este escenario, forma parte de la denomi-nada ASEAN+3, junto con China y Corea del Sur.

    La vocacin integracionista presenta tambin caractersticas pro-pias y dinmicas diferenciadas en el caso de las ex republicas sovi-ticas -Rusia, Ucrania y Armenia-. En ese marco, resulta sumamente enriquecedor dar cuenta del pensamiento, las ideas, y las motivacio-nes de especialistas que provienen de contextos y espacios histricos caracterizados por altos niveles de bipolaridad y hasta traumticos procesos de desintegracin que desembocaron en escenarios de no-table volatilidad y disputas territoriales y polticas3.

    Un quinto motivo de inters en el triangulo regional aqu presente se encuentra relacionado al hecho de que si bien la mayora de las nacio-nes representadas suelen estar asociadas a la errnea idea de periferia -con las excepciones de Rusia y Japn- la proyeccin de escenarios fu-turos las puede postular -especialmente al Sudeste Asitico-, como los prximos centros dinmicos de la econmica mundial e incluso tal vez como nuevos poderes normativos.

    Esto ha sido mencionado por Eric Hobsbawm. En contraposicin a la conocida concepcin hegeliana segn la cual la historia universal transcurra desde Oriente hacia Occidente -siendo Asia su comienzo y Europa su final-, el historiador aseguraba que hoy estamos en una etapa de transicin de una economa mundial dominada por el norte (en los ltimos tiempos por Estados Unidos) a un nuevo esquema pro-bablemente con eje en Asia (Hobsbawm, 2008: 46).

    De esta forma, el traslado hacia un sistema internacional de tenden-cia multipolar, ampliamente debatido en las disciplina de las relaciones internacionales, contempla la emergencia de actores de notable rele-vancia en temticas especificas. Esta multipolarizacin ha desatado el

    2 Hasta el ao 2010 la actual Myanmar fue llamada Birmania.3 Algunos indicadores de esto, son el conflicto por Nagorno-Karabaj y, ms recientemente, la Revolucin Naranja del 2004 y la Guerra de Osetia del Sur en el 2008.

  • Prefacio 21

    temor de quienes como Kenneth Waltz (1988: 201) han concebido al mundo bipolar como la mejor alternativa para mantener el orden en el sistema internacional o quienes, como Ian Bremmer (2012) edifican la idea de un supuesto G-0 -donde no existe un actor o alianza de actores capaz de asumir un liderazgo global-, ilustran un estancamiento global y bosquejan un futuro cercano caracterizado por la incertidumbre, la volatilidad, la competencia y hasta los conflictos abiertos. Sin embargo, la multipolarizacin despierta la esperanza de aquellos que se resisten a estar atados a la voluntad de los grandes poderes y encuentran, en su seno, alternativas para reposicionarse en el mundo.

    II. REPENSAR CONCEPTOS PARA REPENSAR LA INTEGRACIN

    Frente a este panorama, resulta evidente la necesidad de reflexionar acerca de ciertas categoras conceptuales cuya validez fctica resulta difcil de corroborar. A tales fines, nos centraremos especficamente en la dialctica centro-periferia, por considerarla esencial en el estudio de las relaciones internacionales en general y de la integracin regional en particular, sobre todo la de pases como aquellos incluidos en esta compilacin.

    DESDE DNDE PARTIMOS?

    Comencemos por destacar algo que resulta un tanto obvio, pero no por ello innecesario: la tendencia dominante en los estudios sobre regiona-lizacin ha estado, por sus notables avances en materia de institucio-nalizacin, fuertemente grabada por la experiencia europea. Claro que al referirnos a Europa, podemos afirmar que nos encontramos con una regin marcadamente heterognea, colmada de contrastes e incluso poli identitaria, como el mismo Edgard Morin (2003) lo ha destacado. Sin embargo, sabemos que, en su conjunto, se trata de una regin con-siderada central en el escenario internacional de poder y que ha sido erigida como el estandarte de la civilizacin Occidental y modelo a se-guir en diferentes caminos.

    Michel Foucault encontraba, sin embargo, que esa centralidad ha-ba sido adquirida mediante mtodos que parecan ir a contramano de los propios parmetros occidentales y expresaba

    A partir del siglo XIX, hay que decir sin duda que los esque-mas de pensamiento, las formas polticas, los mecanismos eco-

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    nmicos fundamentales que eran los de Occidente se univer-salizaron por la violencia de la colonizacin, o bueno, digamos que la mayora de las veces cobraron de hecho dimensiones uni-versales. Y eso es lo que entiendo por Occidente, esa suerte de pequea porcin del mundo cuyo extrao y violento destino fue imponer finalmente sus maneras de ver, pensar, decir y hacer al mundo entero (Foucault, 2003: 31).

    La segunda dcada del siglo XXI presenta considerables cambios respecto de los tiempos que describa el filsofo francs. A pesar de ello, existen ciertas cuestiones que parecen no haberse alterado mucho con el paso de los aos. Las Ciencias Sociales no logran escaparse de la lgi-ca occidentalista y, en su seno, descansan los anlisis de los procesos de integracin que sitan a Europa en el centro de la escena y con el papel protagnico.

    Pero la UE, promotora de los valores de la identidad europea tanto hacia adentro como hacia fuera de sus fronteras, se encuentra actual-mente en una pugna de proyectos que la ponen en crisis. El Estado de seguridad contra el Estado de bienestar. La xenofobia contra la con-vivencia. La Europa tecnocrtica contra la Europa poltica. La Europa neoliberal contra la Europa solidaria.

    Sin embargo, es posible encontrar, todava, una gran cantidad de estudios -no solo en el viejo continente sino tambin en otras parte del mundo-, que se empean establecer a la Unin Europea como el deber ser de los procesos de integracin. No obstante, debe advertirse que di-cha iniciativa surge de motivaciones especficas de la segunda posguerra y que nos encontramos con regiones que, como veremos en cada uno de los captulos, poseen caractersticas particulares, producto de sus propias experiencias histricas, que pueden llegar a asemejarse unas con otras pero que son nicas, irrepetibles y sumamente diferentes a la europea, sin que quepan en ellas conceptos de aplicacin universal. Como expre-saba Fernand Braudel, ninguna civilizacin actual es verdaderamente comprensible sin un conocimiento de los itinerarios ya recorridos, de los valores antiguos, de las experiencias vividas. Una civilizacin es siempre un pasado, un cierto pasado vivo (Braudel, 1970: 34).

    CMO NOS PENSAMOS Y CMO PENSARNOS?

    Lo anteriormente destacado no significa desconocer o restarle impor-tancia a la experiencia europea; mucho menos desechar a sus tantos grandes pensadores. Se trata de una demanda por rescatar las comple-

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    jidades, fluctuaciones, ruidos y caos que nos hacen similares pero dife-rentes y contrarrestar las estructuras atemporales, restituyendo la idea de que los tiempos de los unos no tienen por qu ser los tiempos de los otros. No existen construcciones tericas capaces de fijar criterios de realidad y de veracidad unvocos y excluyentes.

    Oscar Oszlak, lo destaca acertadamente en el caso de Amrica Lati-na a partir de lo que denomina la existencia de una especificidad hist-rica en la regin. De esa forma, el economista argentino no se confor-ma con el anlisis particular del Estado argentino sino que lo precede con el anlisis de un marco general regional. All expresa que adquie-ren nuevo sentido ciertos rasgos comunes observables en la evolucin histrica del aparato estatal en Amrica Latina (Oszlak, 1999: 36-37).

    Esto resulta notablemente representativo en el contexto histrico posterior a los procesos independentistas en la regin, el cual podra considerarse como la poca de nacimiento e infancia de nuestros Esta-dos-nacionales. Aquellos se conformaran bajo la organizacin poltica surgida de la modernidad europea y sobre las bases de un modelo de acumulacin y desarrollo que los insertara en la economa capitalista mundial como exportadores de materias primas, dirigidas esencial-mente hacia un centro desarrollado encarnado en las figuras de Europa y los Estados Unidos, dependiendo del caso.

    Ahora bien, como forma de profundizar un enfoque analtico para el estudio de los procesos de integracin regional -especialmente en Amrica Latina-, podemos destacar que la existencia de ciertos aspec-tos especficos en nuestra realidad histrica, a los cuales hemos hecho mencin en el prrafo anterior, deben complementarse con aquellos factores que permiten adentrarnos en la psicohistoria de nuestra re-gin. De esta forma, estamos apuntando a comprender la problemtica acerca de la denominada condicin perifrica de la regin latinoame-ricana, algo que no puede ser entendido exclusivamente desde la pers-pectiva material.

    Consideramos que esta visin o interpretacin de tendencia domi-nante hacia la dialectizacin de un mundo en el cual coexisten un cen-tro dominante y una periferia que lo circunscribe, es una afirmacin parcialmente correcta, ya que deja de lado la complejidad del fenme-no y presenta ciertas dificultades a la hora de encontrar su correlato en el mundo fctico. Presentaremos, en cambio, una interpretacin alternativa. Para esto, comenzaremos utilizando los enfoques del psi-coanalista francs Jacques Lacan, quien propuso las dimensiones de lo simblico, lo imaginario y lo real (DAngelo, Carbajal y Marchilli, 2005), como registros entrelazados en la forma de un nudo borromeo, eviden-

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    ciando cmo forman parte de la psiquis de un sujeto. Nosotros utiliza-remos los primeros dos en aplicacin a nuestra regin.

    En el caso de lo simblico, ste se encuentra vinculado con el len-guaje y su relacin con los significantes y los significados. No obstante, es posible que existan significantes con significados diferentes para di-ferentes sujetos, formando, en cada uno, redes de significantes alberga-das en el inconsciente. El registro de lo simblico proviene, como una forma impuesta, de lo externo, del lenguaje y la dimensin cultural.

    Lo imaginario, por otro lado, comprende una imagen externa, dife-rente del individuo, pero con la cual aquel se identifica. Se trata de lo que Lacan denomina le stade du miroir, es decir, cuando el sujeto erige su imagen con un yo -su ego-, constituido por la imagen que proviene del otro. Es decir, que el sujeto, al nacer, reproduce la imagen externa que observa, y la proyecta hacia su interior, formando un registro imaginario. Por lo tanto, la formacin del yo es explicada en la perspectiva lacania-na a partir de la identificacin con una imagen externa.

    El mundo central occidental -y especialmente Europa- ha sido el es-pejo en el cual nuestra regin ha construido su imagen a travs de las oligarquas que dominaron el poder poltico y llevaron adelante los pro-cesos de conformacin de los Estados modernos. Agregando adems un significado que otorgamos al desarrollo como significante, como el establecido por la concepcin capitalista de la ciencia econmica diri-gida al establecimiento de una relacin de dependencia con el centro econmico mundial, donde se encontraba el poder hegemnico.

    Sin embargo, resulta ms adecuado e indispensable, profundizar este planteo haciendo referencia a la existencia de un habitus perif-rico como otro de los agregados a esta condicin estructural condicio-nante de los procesos integradores en la regin.

    Procediendo, entonces, a continuar la deconstruccin de esta idea, comenzamos por definir la idea de habitus. En Esquisse dune theorie de la pratique (1972), Pierre Bourdieu la define como

    Un sistema de disposiciones durables y transferibles -estruc-turas estructuradas predispuestas a funcionar como estructuras estructurantes- que integran todas las experiencias pasadas y funciona en cada momento como matriz estructurante de las percepciones, las apreciaciones y las acciones de los agentes cara a una coyuntura o acontecimiento y que l contribuye a pro-ducir (Bourdieu, 1972).

    Desde esta visin, el habitus rescata la existencia de factores estruc-

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    turales que se insertan en la subjetividad del percibir y accionar de los sujetos. El tiempo, la historia, la experiencia, son algunos de los tantos factores que, desde esta perspectiva, dan lugar a la configuracin y or-ganizacin de prcticas y representaciones que pueden ser objetiva-mente adaptadas a su meta sin suponer el propsito consciente de cier-tos fines (...), objetivamente reguladas y regulares sin ser para nada producto de la obediencia a determinadas reglas (Bourdieu, 2007).

    A partir de all, Boudieu aclara que el mundo prctico que se cons-tituye en la relacin con el habitus -como sistema de estructuras cogni-tivas y motivadoras- es un mundo de fines ya realizados y eso se debe a que las regularidades inherentes a una condicin arbitraria tienden a aparecer como necesarias, incluso como naturales, por el hecho de que estn en el principio de los esquemas de percepcin a travs de los cuales son aprehendidas.

    Es aqu donde emerge la idea del habitus perifrico latinoamerica-no. No solo hemos construido nuestro yo a partir de la imagen exter-na de Europa, sino que adems nos hemos asimilado como la periferia.

    Tanto Enrique Dussel como Carlos Escud representan ejemplos de razonamientos acerca de un mundo dialctico. Enrique Dussel ex-presando que desde 1492 en adelante Amrica Latina se convertira en la primera periferia de la Europa moderna (Dussel, 2001: 59). Por su parte, Carlos Escud se refera a la regin como pases perifricos, vul-nerables, empobrecidos y poco estratgicos para las potencias centra-les (Escud, 1992: 281-282). Esta perspectiva de blancos sobre negros carece, sin embargo, de justificacin emprica. Esto quiere decir, que el sistema internacional es mucho ms complejo y abundan los grises. En el campo fctico es posible percibir la existencia de mltiples periferias dentro de los centros y distintos centros dentro de las periferias.

    En su famosa teora estructural del imperialismo, el socilogo y matemtico noruego Johan Galtung (1996) evidenciaba la tremenda desigualdad entre y al interior de las naciones, y defina al imperialis-mo como la relacin entre la nacin Centro y la nacin Periferia en la que exista armona de intereses entre el centro de la Nacin Centro y el centro de la Nacin Periferia; y donde exista desarmona entre la pe-riferia de la Nacin Centro y la periferia de la Nacin Periferia. Es decir que, desde esta perspectiva, el desarrollo en el marco del capitalismo no permitira la relacin entre las periferias.

    En cada pas del mundo coexisten ricos y pobres y abundan las asi-metras, en todos sus niveles. En ese sentido, y retomando la existencia de vnculos entre los centros, es mucho ms probable que, como pro-ducto de estas construcciones sociales, una persona de proveniente de

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    un sector urbano con estudios universitarios en Buenos Aires, Santiago de Chile o Montevideo se sienta ms identificado con otra de condicio-nes similares en Atenas, Mosc o Tokio que con un par procedente de un espacio rural del altiplano jujeo, Concepcin o Canelones.

    Tomando esto en consideracin, vale rescatar el estudio que Mano-ranjan Mohanty realiza sobre la sobre la teora poltica india contempo-rnea, principalmente porque all esboza un balance de una situacin que tambin puede apreciarse en Amrica Latina. Mohanty sostiene que el pensamiento poltico colonial ha penetrado en la cultura ge-nerando, al mismo tiempo un complejo de inferioridad en los coloni-zados (Mohanty, 2000). Esto resulta sumamente interesante, ya que cuando nos referimos a la psicohistoria y las representaciones en una regin, hacemos hincapi no solo en las formas de pensar sino tambin en las de sentir: en las creencias, los miedos, el inconsciente y dems. Lo que desde la Escuela de Annales Francesa sera la mentalit.

    De esta forma, Amrica Latina, no es perifrica sino que se au-topercibe congnitamente de esa forma y, en base a ello, articula su comportamiento generando lo que aqu hemos denominado su habi-tus perifrico. Este habitus ha podido forjarse gracias a que el ego pe-rifrico latinoamericano ha sido constituido, en gran medida, a partir de un reflejo en la imagen que sobre l ha edificado su alter (europeo o norteamericano), como lo destacbamos previamente desde la con-cepcin lacaniana. A partir de all permite que en una regin repleta de recursos materiales persistan estructuras sociales altamente des-iguales que la llevan a autopercibirse en condiciones de inferioridad por contraste.

    Retomemos nuevamente a Fernand Braudel, quien conceba a las civilizaciones como un grupo de sociedades, espacios geogrficos, eco-noma y mentalidades colectivas, que trascienden amplios espacios cronolgicos que superen un determinado aspecto social. Para el his-toriador francs

    Al alcanzar a las masas de una poblacin que se est urba-nizando, la civilizacin sudamericana se abre obligatoriamente, en la actualidad, a una poderosa vida autctona, que no puede aceptar la herencia europea sin someterla a muy importantes re-visiones y transformaciones. Amrica Latina est fabricando una civilizacin original, su civilizacin (Braudel, 1970: 391).

    Incluso lo expresaba aquel que junto a Jos Vasconcelos y Jos Rod formara aquella famosa generacin del 1900. Nos referimos al argenti-

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    no Manuel Ugarte, quien, contrastando con la imagen de los Estados Unidos, expresaba que la Amrica del Sur, donde predomina el elemen-to latino, ha tomado otros rumbos, que no son ni superiores ni inferiores, que son simplemente diferentes (Ugarte, 1953).

    Y es a travs de este fragmento del pensador argentino que nos es posible abordar otra cuestin importante a la hora de comprender los procesos integradores en la regin (ahora no solo en el plano del pensa-miento sino tambin de lo fctico) entendida en el papel de los Estados Unidos, es decir, de un centro de poder hegemnico.

    Nos referimos a una hegemona que en el sistema mundial signifi-ca por definicin que hay una potencia en posicin geopoltica de im-poner una concatenacin estable de la distribucin social del poder (Wallerstein, 2001: 28). Como destacan autores como Jos Paradiso y Mariana Luna Pont (2003), los pases de Amrica Latina, aunque con notables gradualidades, han experimentado la cohabitacin, en su pro-pio territorio, con un poder hegemnico que en un primer momento demostr tener aspiraciones continentales en expansin y, posterior-mente, pretensiones universales.

    Esto ha llevado a que el escritor uruguayo Eduardo Galeano men-cionara en su obra Las venas abiertas de Amrica Latina que ahora Amrica es, para el mundo, nada ms que los Estados Unidos: nosotros habitamos, a lo sumo, una sub Amrica, una Amrica de segunda clase, de nebulosa identificacin (Galeano, 2010: 16). Aunque en sus pala-bras se denota, obviamente, una sutil irona, las mismas representan una fiel expresin literaria de esta condicin que vive nuestra regin como caracterstica nica e irrepetible de cohabitar con el centro hege-mnico ms importante de prcticamente el ltimo siglo.

    A travs de una cohabitacin de largo camino que nos lleva desde la Primera Conferencia Panamericana en Washington (1889) y las ocu-paciones militares bajo la doctrina del Big stick, hasta el Consenso de Washington y el fracaso del rea de Libre Comercio de las Amricas (ALCA) en la Cumbre de Mar del Plata del ao 2005, la relacin con los Estados Unidos resulta esencial para comprender no solo las motiva-ciones surgidas en la regin a los proyectos integradores sino tambin a las formas tomadas por estos.

    Un elemento importante en este proceso ha sido lo que denomina-mos percepcin hegemnica, es decir, la percepcin del poder hegem-nico, por parte de Amrica Latina. Por lo cual, como ya hemos definido lo que entendemos por hegemona, es necesario centrarnos en el poder o, ms precisamente, en los mecanismos a travs de los cuales aquel es ejercido y aplicado, alterando con esto la percepcin del mismo.

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    Recurriendo nuevamente a Foucault, ste aclara muy acertada-mente que

    Lo que hace que el poder se sostenga, que sea aceptado, es sencillamente que no pesa solo como potencia que dice no, sino que cala de hecho, produce cosas, induce placer, forma saber, produce discursos; hay que considerarlo como una red produc-tiva que pasa a travs de todo el cuerpo social en lugar de como una instancia negativa que tiene por funcin reprimir (Foucault, 2008: 148).

    Seguramente, la amplia diferencia de las polticas hacia la regin esgrimidas por la poltica de intervenciones del gobierno de Theodore Roosevelt o de la poltica del buen vecino del gobierno de Franklin D. Roosevelt -que responden a los cambios en el sistema internacional y la posicin de los Estados Unidos en el mismo-, generaron distintas re-acciones acerca de la cohabitacin en Amrica Latina o, dicho de otra forma, diferentes percepciones sobre la interaccin con el poder del centro hegemnico.

    Sin embargo, la evolucin en la ejecucin del poder de los Estados Unidos como centro de poder hegemnico ha evolucionado desde las intervenciones militares directas hacia la configuracin de un comple-jo entramado de relaciones poltico-comerciales en relacin al rol de las empresas transnacionales y de los mecanismos y organizaciones financieras -muchas veces asociadas al endeudamiento externo de los pases-, as como de visiones de seguridad nacional sobre las Fuerzas Armadas que han sido aplicadas a travs de advertencias, amenazas y acciones, en forma de violencia simblica.

    Resulta necesario, por lo tanto, realizar esfuerzos por contribuir a la bsqueda histrica de incrementar nuestros mrgenes de auto-noma. En ese contexto se inserta esta compilacin, que representa una invitacin desde Amrica Latina hacia otras regiones a pensarse a s mismas, desde lo propio y segn sus propias perspectivas, des-de sus mltiples particularidades y subjetividades, en un mundo en transformacin. Es en el campo de las ideas donde debe librarse la batalla. Como deca Martn Hopenhayn, se trata de una batalla por la visibilidad menos sangrienta que las batallas de carne y hueso, es cierto, porque aqu son los smbolos quienes matan y mueren (Ho-penhayn, 2005: 90). Sin embargo, aclaraba, los smbolos no son ino-cuos, de smbolos est hecho el poder de unos sobre otros, con sm-bolos construimos los sentidos de nuestras vidas y mediante smbolos

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    convergemos en nuestros destinos como comunidad de ciudadanos (Ibdem: 91).

    III. LOS APORTES DE ESTE LIBRO

    Desde Amrica Latina, contamos con los artculos de Mara Cecilia Mendoza y Carlos Maldonado Prieto, quienes escriben en el marco de la reciente Unin de Naciones Suramericanas (UNASUR).

    Mara Cecilia nos propone el estudio de la UNASUR, desde una for-ma innovadora, considerando a la misma como un modelo de desarro-llo con perfil propio; buscando caracterizar el tipo de bloque que repre-senta; recogiendo los principales debates que se han experimentado en la regin acerca de la integracin en el siglo XXI; y analizando su con-vivencia con otros proyectos de integracin en la regin. En ese marco, la autora afirma que la UNASUR se ha logrado afianzar -a pesar de que sus temticas pueden ser compartidas con otros mbitos a nivel hemis-frico como la Organizacin de Estados Americanos (OEA)- como un espacio de cooperacin intergubernamental, ms flexible y voluntario.

    Posteriormente, Carlos se enfoca en un aspecto ms puntual del nuevo bloque: la evaluacin del proceso constitutivo y la evolucin del Consejo de Defensa Sudamericano (CDS). El autor parte de las trans-formaciones de las percepciones de defensa en Chile -materializadas, entre otras cosas, a travs de un proceso de modernizacin y profesio-nalizacin progresiva-, que se expresan en indicadores tales como la mayor participacin en Operaciones para el Mantenimiento de la Paz o la formacin del batalln combinado y conjunto Cruz del Sur con la Argentina. Aquello se da en un contexto de optimismo por parte de Chile respecto del incremento de los niveles de confianza mutua en el escenario regional, producto de un cambio ms profundo en las con-cepciones de defensa experimentadas en una regin que se ha cons-tituido como una zona de paz, libre de armas de destruccin masiva y con gastos en defensa relativamente bajos.

    Es en este ambiente propicio donde nace un CDS, como un espa-cio de cooperacin en un esquema de integracin, profundizando la confianza mutua basndose en la gradualidad y desconectando a las temticas de Defensa con aquellas de seguridad interior. Asimismo, ha propiciado la formacin del Centro de Estudios Estratgicos para la De-fensa como el medio para la construccin de un pensamiento estratgi-co regional, de una identidad sudamericana de defensa y de una visin regional del mundo.

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    La vinculacin entre la integracin y los recursos naturales -energa y biodiversidad- en relacin a la distribucin del ingreso, el cambio cli-mtico y las relaciones de poder en la regin latinoamericana, adquie-ren forma bajo el muy apreciado aporte de Ana Emrica Seitz. En ese marco, el surgimiento de la Iniciativa para la Integracin de la Infraes-tructura Regional (IIRSA) creada en el ao 2000, surge, como remarca la autora, en un contexto de disyuntiva entre el ALCA y el MERCOSUR, ratificando as un escenario en donde existe un notable escenario de proyectos en pugna, que se complejiza an mas abordando las cuestio-nes presentadas.

    Por su parte la contribucin de Carlos Moneta es un aporte que pone en roce o contacto dos de las geografas abarcadas en este libro. Presenta la originalidad de revelar una mirada latinoamericana sobre los procesos de regionalizacin en el Asia Pacifico, algo que involucra indirectamente a la regin desde la cual expresa su visin.

    Este proceso, donde se va a destacar un primer papel protagnico de Japn y posteriormente de China, comienza con los llamados dra-gones y tigres en un proceso gradual de desarrollo econmico que involucra a las inversiones extranjeras directas y la tecnologa. Carlos se propuso mostrar al lector la percepcin de aquellos elementos que a su criterio fomentan el impulso del proceso de regionalizacin en el Asia Pacifico, derivando posteriormente en la proliferacin de acuerdos de libre comercio, en su mayora posteriores a la fuerte crisis financiera de fines de los aos noventa, la cual marc un quiebre en la relaciones con los Estados Unidos.

    Desde la inmensa Asia contamos con los aportes Sartika Soesi-lowati, en cuya contribucin comienza analizando la relacin entre los conceptos de soberana y de comunidad de seguridad en la concep-cin de un orden regional, en el cual los miembros de la ASEAN ma-nifiestan una clara tendencia al enfoque westfaliano de las Relaciones Internacionales.

    Sin embargo, Sartika se encarga, muy acertadamente, de mencionar que el concepto de soberana comprendido a travs de los distintos en-foques tericos de las Relaciones Internacionales no puede aplicarse de forma pura y completa al escenario del Sudeste Asitico, dadas las par-ticularidades propias de la regin. La autora rescata lo que se denomina la ASEAN way, como una forma de no interferencia en los asuntos in-ternos de los Estados, e incluso vista como una forma de apoyo mutuo en el escenario regional.

    No obstante la visin del concepto de soberana, la ASEAN way responde tambin, como destaca Sartika, a una posicin histrica y

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    geopoltica nica de la regin, que se encuentra anclada a la seguridad nacional y regional, y que ha facilitado, a travs de las memorias del colonialismo y las intervenciones militares extranjeras, que el concepto de soberana se encuentre fuertemente vinculado al nacionalismo.

    De esta forma, a travs de la psicohistoria de la regin evidenciamos cmo la soberana se torna un concepto central para la estabilidad de la zona, conformando a la modelo westfaliano como el principio rec-tor de las relaciones internacionales bajo un esquema de integracin del cual Indonesia ha sido miembro fundador en 1967 y que apunta a ahondar una cooperacin que afiance las posiciones soberanas de sus miembros.

    Tambin desde el Sudeste Asitico -y con un anlisis que comparte muchos puntos en comn con la perspectiva del artculo anterior- te-nemos los aportes de nuestra colega de Myanmar, Myat Phyu Yamin, quien, en un primer momento remarca la existencia de una poca his-trica de monarquas guerreras en el pas hasta la prdida de soberana ante Gran Bretaa como potencia colonial, recobrando su indepen-dencia recin en 1948.

    El escenario internacional posterior a la independencia, as como la intervencin china de 1950, propiciaron el establecimiento de los militares en el poder de Myanmar. As, el pas experiment prcticas de gobierno fuertemente vinculadas a una seguridad nacional definida por los sectores militares asociados con el nacionalismo. De esta forma, el concepto de seguridad nacional, o lo que la autora llama, Lone Choan Yei, fue el factor clave en la definicin de prioridades de los gobiernos militares, asociados a un paternalismo patritico.

    Estos hechos resultaron en la preponderancia sobre las problemti-cas internas de una mirada o visin militarizada nacida de la seguridad nacional, que dirigi a Myanmar a adoptar una posicin de indepen-dencia y no alineamiento, convertida casi en aislamiento.

    Es por esto, que Myat Phyu Yamin destaca el rol de la ASEAN y ratifi-ca, de esta forma, los principios de la mencionada ASEAN way: verbi-gracia, soberana estatal, no interferencia en asuntos internos, renuncia al uso de la fuerza y promocin de la cooperacin regional.

    La organizacin fue -y es- un vehculo no solo para Myanmar hacia el escenario regional, sino tambin para el pas en su reconexin con la comunidad internacional en un marco de integracin econmica (China se ha convertido en el mayor inversor e India en el mayor so-cio comercial para las exportaciones) y cooperacin, especialmente a partir de la transicin democrtica del 2010 y del actual replanteo del concepto de seguridad en ese pas.

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    Por su parte, el aporte desde India de Sachin Pardhe intenta eviden-ciar cmo el xito de la integracin en la zona se encuentra fuertemen-te definido por la relacin entre la India y Pakistn. Tambin subraya la presencia de cierto escepticismo por parte de los Estados ms pequeos ante un poder emergente como India en su papel de hegemn regional.

    Sin embargo, para delimitar completamente los factores que deter-minan la integracin en la regin, Sachin menciona la influencia de los intereses chinos y rusos, as como de actores extra regionales -como Es-tados Unidos-, que ven facilitada la expansin de su influencia dadas las rivalidades entre los Estados ms grandes. De esta forma, la India se encuentra en un relacionamiento estrecho con los Estados Unidos, tal como Pakistn con China.

    El autor resume que debe asumirse el vnculo estrecho que existe entre los procesos de integracin y su relacin con la arquitectura de seguridad de la regin, para comprender un escenario regional de dbil integracin e identidad fragmentada, afectado, adems, por la nuclea-rizacin de los principales actores, por las concepciones de amenaza y por el dficit de confianza.

    Yusuke Dan, plantea lo que interpreta como los principales desafos para la seguridad regional, desde la ptica japonesa. Como un entra-mado geopoltico destaca una serie de tensiones territoriales centradas en disputas referentes a islas de su pas con China, Taiwn, Corea del Sur y Rusia, lo cual es percibido como una cuestin de soberana discu-tida, especialmente desde el fin de las ocupaciones japonesas termina-da la Segunda Guerra Mundial.

    Esto se suma, adems, a los dilemas que ponen en cuestin el futuro de la energa y la seguridad ambiental, especialmente luego del tsuna-mi que dej inactivas la mayora de las centrales nucleares con las que contaba Japn.

    Continuando con los aspectos vinculados a la seguridad es que en-marcamos la perspectiva que, desde Armenia, nos brinda Beniamin Poghosyan, quien se propone entender el proceso de integracin re-gional despus del colapso de la Unin Sovitica, que desemboc en la conformacin de quince naciones independientes con diferentes ca-ractersticas e incluso con latentes conflictos limtrofes. Estados como Armenia, Georgia y Azerbaiyn pareceran estar ms interesados en mantener su seguridad individualmente, que en embarcarse en la con-formacin de procesos de integracin regional.

    Sin embargo, Beniamin menciona diferentes iniciativas integracio-nistas que evidencian la existencia de diferentes percepciones de se-guridad entre estos tres Estados. Dado que mientras Azerbaiyn -que

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    mantiene un estrecho vnculo con Turqua-, intentara aislar a Armenia -con quien mantiene un conflicto por la regin de Nagorno Karabakh- de los proyectos energticos, Armenia habra estrechado su vnculo con Rusia, pas al cual otros pases, especialmente Georgia -que apuesta a su incorporacin a la UE-, perciben como una amenaza. No obstante, el autor menciona que Armenia en la actualidad ha comenzado una poltica de relacionamiento ms estrecho con la UE y la Organizacin del Tratado del Atlntico Norte (OTAN).

    Para Beniamin, los proyectos energticos representan la herramien-ta clave para la integracin en la regin del sur del Cucaso, dado que permitiran transportar gas y petrleo a Europa sin pasar por Rusia, permitiendo reducir su influencia en la regin -que mantiene una base militar en Armenia-, como desean ciertos sectores de los Estados Uni-dos y de la UE.

    En ese marco, la regin cuenta con un inmenso potencial energti-co, pero tambin con la persistencia de conflictos entre sus miembros y de una notable carencia de confianza mutua. El autor argumenta que el potencial de la regin solo puede ser realizado bajo la integracin de to-dos sus miembros, actuando como una regin unificada. Es decir, con-cibe a la integracin regional como una va para la resolucin de las pro-blemticas vigentes y para el desarrollo de aquel espacio geopoltico.

    Desde Europa, contamos con el aporte de Constantinos Kolio-poulos, quien se propuso analizar el proceso de integracin europeo a partir de los desafos futuros que se al mismo se le presentan. En su anlisis destaca la Unin Monetaria y Econmica y la falta de una identidad comn, en un marco tan heterogneo en trminos polticos y econmicos. Constantinos contrasta la emocin que puede generar una bandera nacional, a diferencia de una bandera europea.

    En un contexto de crisis y deudas y en el marco de una creciente renacionalizacin de las polticas de los Estados miembros, se denota la preeminencia del Consejo de Europa, -rgano eminentemente intergu-bernamental-, adems de una creciente lgica discursiva de nacionalis-mo individual y de una carencia de lderes que se encuentren -como en los inicios del proceso- altamente comprometidos con la integracin.

    Por su parte, nuestra colega ucraniana, Polina Sinovets, se ha pro-puesto el estudio de los proyectos de defensa en la integracin euro-atlntica actual, especialmente a travs del rol de las armas estratgicas provistas por los Estados Unidos a los miembros europeos de la OTAN.

    Polina expresa que as como las armas estratgicas funcionaron como elemento de integracin euroatlantica en materia de defensa ante el factor de una posible agresin sovitica, en la actualidad el replanteo

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    de este mecanismo de seguridad colectiva puede ser fundamentado a travs del sistema de defensa de antimisiles, el cual genera, a su vez posturas contrastantes de los pases europeos, en su concepcin de las relaciones con los Estados Unidos y con Rusia.

    Como remarcamos al momento de hacer referencia a las miradas alternativas, sorprende al evidenciar que los procesos de integracin regional en Europa no son considerados exclusivamente como una adhesin al proyecto de la Unin Europea. Esto es notorio en el caso del captulo de nuestra colega rusa, Ekaterina Arkhipova. La autora demuestra cmo la integracin de la regin se ha discutido de forma constante desde el colapso de la Unin Sovitica.

    Rusia ha dirigido inversiones econmicas a los dems pases de la regin, consolidndose como proveedor militar de pases como Ka-zakhstan y Uzbekistn, inversiones petroleras en Azerbaiyn, y en sectores de transporte energtico a Europa en Bielorrusia y Ucrania. Asimismo, se ha transformado en un notable receptor de inversiones occidentales, abriendo lneas de cooperacin, aunque no integracin, con los miembros de la UE. Sin embargo, a pesar de competir geopo-lticamente con actores regionales o extrarregionales, Rusia ha sido la propulsora de iniciativas regionales como la Commonwealth of Inde-pendent States (CIS), el Treaty of Collective Security (TCS), la Custom Union, y la Russian-Belorussian State Union, lo cual le ha valido no po-cas acusaciones de un nuevo imperialismo.

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  • PREFACE4

    How to find alternative perspectives in a changing world?

    Nicols M. Comini and Toms Bontempo

    In social processes, each event is unique and unrepeatable. Aside from their points in common, their similarities or the express intent to re-trace past experiences, past events may acquire new forms, probably akin to each other, yet never identical. Similarly - the regional integra-tion programs which are emerging all over the world - originate, de-velop and undergo transformations on specific platforms moved by the visions and perspectives of certain sectors and individuals. Today, the diverse regions all over the planet, contemplate, devise, and build in-tegration processes which differ widely from the ones conceived sixty, thirty, or even ten years ago. Yet, this does not apply solely to regions, Within each region there coexist a multiplicity of states, governments, societies and individuals with different identities, interests and repre-sentations, all of which endow them with a multiplicity of profiles and answers to the whys and wherefores as well as the question of how these nations might become integrated.

    At this point, we may be inclined to assert that the dynamics of an ever-changing world, a world of transition, requires that the Latin American International Relations should understand the study, formu-lation, construction, development and projection of the regional inte-gration processes, not only in the history of our sub-continents but also in the rest of the world as well.

    This is precisely the issue that has given way to the peculiar and widely debated title of this compilation, On Cadences and Disso-nances. The Spanish Royal Academy defines cadence as rhythm, suc-cession and repetition of diverse sounds which characterize a musical piece. Likewise, it conceives dissonance as a disagreeable sound. In an attempt to find a metaphor to describe the swings that take place within the framework of integration processes, we have tried to depict the diversity of motivations which, to a greater or lesser degree, affect a multiplicity of individuals in the construction and enlargement of the aforementioned processes, within the web of historical facts which, in 4 We would like to thank the substantial contribution of Rosa Maria Cecilia Donati to this book in the translation of this preface to the English version.

  • 38 DE CADENCIAS Y DISONANCIAS

    turn reflect summits and regressions, moments of deep exploration and moments of stagnation, of success and failure.

    Still, we are conscious of the fact that the method of assessment of these cadences and dissonances largely depends on the methods of approach adopted, the positions taken up, latent subjectivities, and un-derlying ideologies. Thus, we must admit that the positivists objectivity, that is, the radical cut off between the cognizant individual (capable of appreciating phenomena in the dwindling light of reason), and the object of knowledge which the individual enlightens and turns into something meaningful becomes hard to believe. There is always a quota of subjectivity which, however silently, always pervades the study of social processes.

    This has led us to understand that different individuals all over the world have diverse perceptions of the whys and wherefores and of how they might achieve integration, and that each of these questions is implicitly or explicitly marked by their specific history and cul-ture. Following that line of thought, this compilation is an attempt to approach alternative outlooks on the diverse integration experiences now in force in the international system, through the personal contri-bution of professionals participating in them, thus obtaining an out-look on those processes from their own point of view. The reading of these articles reveals the spirit of this book, based on the certainty that the essential mechanisms to achieve genuine progress in the matter of world integration are to be found: in the coexistence of diversities; in the heterodoxy and flexibility which make us aware that there are nu-merous ways to get there, other than misdirecting roads; in consensus, in dialogue and, mainly in deep thought, as the opposite of persuasion. Within this context, our work sums up a diversity of views and repre-sentations, perspectives and opinions reflecting, in a single product, the wide scope of thought regarding the diverse initiatives of regional inte-gration all over our contemporary world.

    I. ON THE LOOK-OUT FOR INHERENT, AS WELL AS ALTERNATIVE VIEWS

    In order to achieve all of the aforementioned, we have been honoured by the participation of distinguished professionals specialized in a great number of scientific disciplines within the scope of the social sciences, representing a wide variety of universities all over the world and, in particular, from Argentina, Armenia, Chile, Greece, India, Indonesia,

  • Preface 39

    Japan, Myanmar, Russia, and Ukraine. This triangular diagram consti-tuted by the three regions comprising the abovementioned countries Latin America, Asia (with its Caucasian sub-region), and Eastern Europe is highly interesting for a diversity of reasons: The innovative contribution of the studies compiled in this book represents an attempt to generate outlooks which excel the, so far, predominant orientations, usually centred in economic and financial variables when it comes to analyzing integration processes. Such an outlook becomes essential, especially in regions improperly defined as peripheries, in which the supremacy of neoliberal thinking has seen it fit to measure the success of integration by narrowing down this process merely to a greater com-mercial opening and liberalization.

    Nevertheless, and to complete the ideas set forth in the previous sec-tion, we pose a second question: the search for alternative views. To give a trivial instance, integration in Europe will be studied from the Greek, Ukrainian and Russian points of view, i.e. countries which do not com-prise the European economic centre and which, with the exception of Greece, are not members of the European Union (EU). This latter coun-try represents a paradigm. It is considered the cradle of modern Western democracy, though generally perceived as part of the periphery the weakest link in the chain reflecting, perhaps more than any of the re-gions other members, the crisis of the neoliberal Project of integration.

    A third point to consider is that most of the papers are the work of countries whose relevance in the international system has expanded in the late years. The role of Greece in the EU, the roles of Argentina, Indonesia and India in the G-20 group and, again, the role of India in BRICS5 as well as Chiles in OCDE (Organization for Cooperation and Economic Development), are a concrete evidence of this. Even Japan and Russia as members of the G-8 group have an active participation in G-20 and, in the case of Russia, in BRICS. We may, therefore, count on the collaboration of intellectuals from countries which, to a greater or lesser extent, will be fundamental to the reshaping of international, interstate, and interregional relations in the future world order.

    Fourthly, it concerns perspectives anchored in geographical spaces characterized by their social, cultural, and historical diversities; fur-thermore, often separated by great distances not always geographical. Take, for example, the case of the concept of unifying tradition.

    While most Latin-American nations have a two century long unify-ing tradition which is still going strong, in spite of its ups and downs, this is not the case of other regions. This is particularly noticeable in the 5 BRICS is the acronym of the initials of the countries which form this group: Brazil, Russia, India, China and South Africa.

  • 40 DE CADENCIAS Y DISONANCIAS

    States originated as a result of the first stage of decolonization process-es, which have relatively recently begun to form part of regional integra-tion schemes. Such is the case of India (1947) which, aside from joining the MPNA (Movement of Non-aligned Countries), would eventually form part of ASARC (South-Asiatic Association for Regional Coopera-tion) as late as 1985. Something similar would occur with Indonesia (1945) and Myanmar6 (1948) though, in 1967, the former would be the founder of ASEAN (Association of South-Asian Nations), Myanmar would join the group as late as 1997. On the other hand, Japan, excluded from this scenario, is part of the group known as ASEAN+3, together with China and South Korea.

    This tendency towards integration has also got strictly differentiated and dynamic characteristics in the case of the ex Soviet republics - Rus-sia, Ukraine and Armenia. In this context, it is highly enriching to ac-count for the thoughts ideas and motivations of specialists representing scenarios and historical moments characterized by high levels of po-larity, and even traumatic processes of disintegration which eventually developed into remarkably volatile situations and territorial and politi-cal disputes7.

    A fifth point of interest in the aforementioned regional triangle is re-lated to the fact that, although most of the nations involved are usually wrongly related to the concept of periphery with the exception of Rus-sia and Japan the projection of future scenarios is likely to nominate them South-East Asia in particular as the forthcoming dynamic cen-tres of world economy, moreover, maybe even the new regulating powers.

    This has been mentioned by Eric Hobsbawm. Contrary to Hegels popular conception which sustained that universal history elapsed from East to West Asia being its starting-point and Europe its end this historian asserted that we are, at present, in a state of transition from a world economy dominated by the northern hemisphere (in the later years, the United States) to a new outline with its axis in Asia.8 (Hobsbawm, 2008: 46).

    Thus, the change towards an international system with a multi-po-lar tendency, widely debated within the sphere of international rela-tions, contemplates the emergence of protagonists of great relevance in specific themes. This multi-polarization has unleashed fear in some who, like Kenneth Waltz (1988: 201), have conceived a bipolar world as the best alternative to keep the international system in order; or oth-

    6 Burma came to be called Myanmar in 20107 Some indicators of this are the conflict over Nagorno-Karabaj and, more recently, the Orange Revolution of 2004 and the South Osetian War in 2008.8 Personal traslation

  • Preface 41

    ers who, like Ian Bremmer (2012) back the idea of a supposed G-O in which no protagonist or alliance is apt to assume global leadership. In every case, they illustrate global stagnation and their image of the near future is characterized by uncertainty, volatility, competition, and even open conflicts. Nevertheless, multi-polarization offers a grain of hope to those who refuse to be tied to the will of the great sources of power, as well as new alternatives to position themselves in the world.

    II. RETHINK CONCEPTS TO RETHINK INTEGRATION

    This panorama faces us with the evident need to reflect upon certain conceptual categories whose validity, as facts, is hard to corroborate. We shall, therefore, focus specifically on the centre-periphery dialectics, since we consider it essential to the study of international relations in general, and to regional integration, in particular, especially in the case of countries such as those included in this compilation.

    WHERE DO WE START FROM?

    Let us begin by highlighting something somewhat obvious, though not for that reason unnecessary: the predominant tendency of the studies on regionalization has been strongly influenced by the European expe-rience on the matter, on account of its overwhelming strides towards institutionalization. When referring to Europe, we are obviously allud-ing to a strongly heterogeneous region, overwhelmed with drastic con-trasts, even presenting multiple identities, to quote Edgar Morin (2003). Nevertheless, we are aware that, as a whole, it is considered a central region in the international context of power and it has become a stan-dard of Western civilization as well as a role model.

    Michel Foucault, however, concluded that this central position had been obtained by methods which seemed to go astray from the Western parameters:

    With the advent of the XIX century, there is no doubt that the frames of thought, the political schemes, the fundamental eco-nomic mechanisms, were those of the Western world, and that they were universalized through the violence of colonization or, at least in most cases, were given a universal dimension This is what I understand by the Western world: that small portion of the world (so to speak) whose strange and violent destiny was to

  • 42 DE CADENCIAS Y DISONANCIAS

    finally impose its manner of seeing, thinking, saying and doing, on the whole world. (Foucault, 2003: 31)9.

    The second decade of the XXI century is the setting of consider-able changes, as compared to the period described by this French phi-losopher. Yet, there are still certain issues which do not seem to have changed greatly over the years. Social Sciences can not, yet, avoid occi-dental logics and still harbour integration process analyses which situ-ate Europe at the centre of the stage, playing the leading role.

    Yet the EU, who promotes the values of European identity, both in-side and outside its boundaries is, at present, struggling with projects which are leading it to a crisis: the Security State vs. the Welfare State; Xenophobia vs. Cohabitation; Technocratic Europe vs. Political Europe; Neoliberal Europe vs. European Solidarity.

    Yet, it is still possible to find a great number of studies not only in Europe but also in other parts of the world which insist on putting forth the European Union as a model of what integration processes should be like. Still, it should be noticed that such initiatives emerge from specific motivations originated in the second post-war period and that we may come across regions which, as we shall see in every chapter of this book, possess peculiar characteristics as a consequence of their own historical experiences, sharing certain similarities, yet still unique, unrepeatable and highly different from their European model, though not liable to be universally applied. In Fernand Braudels words no civ-ilization today can be really understood if we do not know what paths have been taken, the old values, life experiences. A civilization is always its past, a kind of living past.10 (Braudel, 1970: 34).

    HOW DO WE CONCEIVE OURSELVES, AND HOW SHOULD WE CON-CEIVE OURSELVES?

    The concepts highlighted above do not attempt to ignore or underesti-mate the European experience; much less do they deny its great think-ers. It is simply a claim for the recovery of the complexities, the fluctua-tions, the noise and chaos which we share and which - at the same time - differentiate us, and to counteract timeless structures by reinstating the idea that the concept of time does not necessarily have to be shared. No theory is capable of fixing univocal and excluding criteria of reality.

    Oscar Oszlak highlights this very clearly in the case of Latin-Amer-ica, on the basis of the existence of what he defines as historical spe-9 Personal traslation.10 Personal traslation.

  • Preface 43

    cifics of a region. Thus, this Argentine economist not only makes a particular analysis of the Argentine State but, further, introduces it through an analysis of the general context of the region, demonstrat-ing how certain shared features observed in the historical evolution of the states framework in Latin America, begin to make sense.11 (Oszlak, 1999: 36,37).

    This turns out to be strongly reflected in the historical context that succeeded the birth and infancy of our national States. The latter were eventually built on the foundations of a model of accumulation and de-velopment which would insert them in the capitalist world economy, as exporters of raw-materials essentially directed towards a target devel-oped and embodied in the figureheads of Europe and the United States, depending on the case.

    Now then, a deeper analytical focus on the study of regional integra-tion processes especially in Latin America allows us to emphasize the fact that the existence of certain specific aspects of our aforemen-tioned historical reality must be complemented by other factors which allow us to probe into the psychohistory of our region. We, thus, aim at a better understanding of the so- called condition of periphery of the Latin American region, a condition which can not be understood from an exclusively material perspective.

    We shall consider this view or interpretation of a predominant ten-dency towards the dialectics of a world in which there is a coexistence of a dominant centre with a circumscribing periphery, as being only par-tially correct, for it overlooks the complexity of the said phenomenon and presents certain difficulties when it comes to finding its correla-tion with the world of facts; in turn, we offer an alternate interpretation. With that purpose in mind, we shall begin by quoting the French psy-choanalyst Jaques Lacan, who posed that the symbolic, the imaginary, and the real dimensions (DAngelo, Carbajal and Marchilli, 2005), are like registers interwoven in a Borromean knot, giving evidence of the way in which they conform an individuals psyche. We shall attempt to apply the two former ones to our region.

    The symbolic dimension is related to the language, its significations and its significances. Nevertheless, there may possibly be significations which allow for different significances, according to the different indi-viduals, thus forming networks of significations in the subconscious mind of each and every one. The perception of symbols is originated as something externally imposed on the individual, through the language and the cultural dimension

    11 Personal traslation.

  • 44 DE CADENCIAS Y DISONANCIAS

    The imaginary dimension, on the other hand, comprises an exter-nal image which differs from the individual, while identifying itself with him. It is, in Lacans words le stade du miroir that is, when an individ-ual builds a personal image his ego- reflected in the image of anoth-er. From the moment of birth, the individual reproduces the external image that he observes and projects it inwardly, thus forming an imagi-nary register. Therefore, the building of the ego, according to Lacan, derives from the individuals identification with an external image.

    The central Western World and especially Europe has been the mirror of our region, which has built its image from the dominating oli-garchic political power that has shaped the modern States. To this we may add a further significance to the concept of development as a significa-tion, such as was established by the capitalist conception of economic sciences, which aimed at establishing a relationship of dependence on the world economic centre, where the dominant power was to be found.

    Still, we consider it more adequate and indispensable to probe more deeply into this by making reference to the existence of a peripheral habitus as a further component of this structural condition which de-termines the integration processes in the region.

    We shall, therefore, proceed to deconstruct this idea, by defining the idea of habitus. In Esquisse dune thorie de la pratique (1972), Pierre Bourdieu defines it as

    A system of durable and transferable rules - structured struc-tures predisposed to function as structuring structures which form part of all the past experiences and which function, at all times, as a structuring matrix of the perceptions, appre-ciations and actions of the agent, on the face of a certain con-text or incident, which he himself has contributed to cause.12 (Bourdieu,1972).

    In this light, the habitus makes up for the existence of structural fac-tors inserted in the subjective perception and actions of the individual. Time, history, experience, are some of th