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Número 1 – Año 2016 – Versión digital. Edición Cuatrimestral
https://boletingeoecon.wordpress.com/
Comité Editorial
Omar Horacio GejoDirector
Ana Laura BerardiSecretaria de Redacción
Comité Académico
Jorge Osvaldo Morina (UNLu – Centro Humboldt)
Ana María Liberali (UBA – UNMDP – Centro Humboldt)
Zeno Soares Crocetti (UFILA – Brasil)
Índice
Editorial BGE……………………………………………………………………………………………. 3
Omar Horacio Gejo
Algunas hipótesis sobre la evolución del sistema mundial………………………………5
Omar Horacio Gejo - Alan Rebottaro –Gustavo Keegan
A Arquitectura Da Crise Financeira……………………………………………………………..18
Zeno Soares Crocetti
La distancia geográfica de las capitales provinciales argentinas al Área
Metropolitana de Buenos Aires para el transporte de pasajeros…………………….40
Ana María Liberali
“Japón: la crisis de estancamiento”, de Joseph Halevi y Bill Lucarelli……………….50
Diego Solimeno – Alan Rebottaro
América Latina: las etapas del desarrollo económico – social…………………………56
Aníbal Gejo
Trabajadorxs de talleres clandestinos en Buenos Aires: Economía Política de la
trata de personas en un país periférico………………………………………………………..67
Jerónimo Montero Bressán – Eliana Ferradás Abalo
Hidrocarburos: Modelo Productivo Extractivista……………………………………………83
Graciela Patricia Cacace - Jorge Osvaldo Morina
Anexo……………………………………………………………………………………………………….. 91
I Congreso de Geografía Económica…………………………………………………………….. 91
La Nueva Geografía del Capitalismo………………………………………………………….. 95
Estadísticas de Comercio Internacional…………………………………………………………98
Omar Horacio Gejo – Ana Laura Berardi
Número 1 – Año 2016 – Versión digital
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BGE - Editorial
Hace ya más de una década, a comienzos del año 2005, surgió en Argentina
el Colectivo Geoecon, una reunión de cátedras y/o asignaturas universitarias directa o
indirectamente relacionadas con la Geografía Económica. El Colectivo Geoecon tuvo
como principales sostenes a un grupo de profesores asentados en las universidades
Nacionales de Mar del Plata, de Luján y de Buenos Aires, y que al mismo tiempo
eran copartícipes de la experiencia abierta por el Centro Humboldt desde mediados
de los años noventa.
Ese mismo año 2005 se llevaron a cabo las Primeras Jornadas de Geografía
Económica, punto de partida del Colectivo, y que constituyeron desde allí la
referencia anual de los cultores de nuestra especialidad en el país. Además se creó la
Red de Geografía Económica, Red Geoecon (RGE), un nexo permanente para los
interesados en nuestra especialidad, y que al cabo de once años de actividad cuenta
con más de 1500 miembros y ha realizado casi 10000 emisiones, transformándose en
un vehículo insustituible para la transmisión de una perspectiva geográfico-
económica, con una dimensión que excede, largamente, al mundo estrictamente
geográfico.
La aparición del Colectivo Geoecon y de las Jornadas de Geografía Económica
fue una demorada respuesta a la orfandad de manifestaciones visibles de una
especialidad tan determinante para la existencia de una perspectiva geográfica vital.
Es decir, las Jornadas y el Colectivo expresaron una respuesta consciente frente a la
palpable pérdida de análisis materialista por parte de la geografía y de los geógrafos.
Tras once años de desarrollo ininterrumpido de esta experiencia, el Colectivo
Geoecon decidió llamar al Primer Congreso de Geografía Económica en la ciudad de
Mar del Plata durante los día 22, 23 y 24 de junio de este año, generando un salto de
calidad en la convocatoria anual de las reuniones.
Junto a este acontecimiento también se produce ahora la aparición de este
Boletín Geoecon, un medio de difusión digital periódico que coadyuvará a la
necesaria vinculación de nuestros especialistas, abonando el terreno para impulsar y
Editorial
4
coordinar líneas de análisis e investigación en geografía económica. El Boletín
Geoecon (BGE) es generado por dos grupos de investigación, el GER (Grupos de
Estudios Regionales), de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP), y el
GECI (Grupos de Estudios de Geografía Económica y del Comercio Internacional), de
la Universidad Nacional de Luján (UNLu), integrante este último del Programa de
Estudios Geográficos (PROEG) y del Instituto de Investigaciones Geográficas (INIGEO)
de dicha universidad.
Omar H. Gejo
Luján, junio de 2016
Número 1 – Año 2016 – Versión digital
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Algunas hipótesis sobre la evolución del sistema mundial
Omar Gejo
Alan Rebottaro
Gustavo Keegan
(Universidad Nacional de Luján)
.
1) Asistimos a una crisis de arrastre. Su origen, casi diríamos que remoto, se halla
en la crisis de los años setenta. Allí es cuando se produce la oclusión de lo que fue la
vigorosa recuperación de la economía internacional luego de la Segunda Guerra
Mundial. Son esos 20, 25 o 30 años conocidos como los “gloriosos”. Ese movimiento
ascendente se produjo como fruto de las condiciones abonadas por la Segunda Guerra,
con la destrucción de gran parte de la sobreacumulación que aquejaba al sistema en los
centros imperialistas. La destrucción de Alemania y adyacencias y de Japón, liberó las
energías para una “recolonización” por parte del triunfante capital estadounidense, que
desde la Primera Guerra Mundial registraba signos de asfixia por haber agotado los
horizontes de expansión sostenidos, solamente, en su inconmensurable mercado interno1.
El Plan Marshall y la reconstrucción de Japón fueron las dos respuestas
estadounidenses que sirvieron a su propia expansión pero también resultaron
absolutamente funcionales a la reconstitución de la dominación burguesa en las
potencias derrotadas; reconstitución que, va de suyo, se asentó en el despegue económico
de esas economías “en ruinas”.
Esto estableció un mecanismo de enlace virtuoso entre estos tres soportes del
capitalismo mundial, y que llegó a describir la recuperación de Alemania y de Japón
como verdaderos “milagros”. Pero este enlace virtuoso comenzó a agotarse durante los
Gejo – Rebottaro – Keegan
6
años sesenta, en la medida que la notoria ventaja estadounidense se había perdido y sus
derrotados comenzaban a competirle en determinadas ramas de la economía
internacional.
La crisis se vivió fenoménicamente a partir de dos hechos fundamentalmente: la
ruptura del Acuerdo de Bretton Woods, primero (1971), y luego por la denominada “Crisis
del petróleo” (1973). Los dos hechos deben ser unidos pues forman parte de un mismo
proceso.
2) La respuesta estructural a la crisis por parte de los EE.UU. puede ser descripta a
partir del desarrollo de dos mecanismos que también van a estar unidos. El primero de
ellos es el que hará prevalecer una tendencia a la financierización de su economía; el
segundo, un mecanismo de transferencia de actividad industrial hacia el este de Asia,
preferentemente.
Estos dos hechos podríamos decir que caracterizaron tanto a la gestiones de
Reagan como a la de Clinton. Considerando que el gobierno de Reagan fue sucedido por
George H Bush, es decir que estamos hablando de 12 años ininterrumpidos de gobierno
republicano, a los que habría que agregar los ocho años de gobierno demócrata, está
claro que enfrentamos dos décadas de marcha en esa dirección, más allá de las lógicas
diferencias que pueden manifestarse entre turnos republicanos y demócratas.
Aquí debemos hacer una aclaración pertinente por la entidad, por la magnitud
del acontecimiento. Por supuesto que si afirmamos que EE.UU. asiste a una transferencia
de su parque industrial hacia el exterior, hecho del que puede decirse que en buena
medida consiste en un proceso de desindustrialización, esto no debe llevarnos a pensarlo
en términos absolutos; la base industrial estadounidense es de una magnitud histórica tal
que no podría soslayarse aún en el marco de un innegable retroceso como el que ha
atravesado en las últimas décadas (Craig Roberts, 2015; Baker, 2015).
Pero lo cierto es que una economía desarrollada, central o, para decirlo en
nuestro lenguaje, un país imperialista, el país imperialista por excelencia, rector del
último período, procede a generar un hecho inédito, a producir una disociación
manifiesta entre su oferta y su demanda. Hasta aquí un centro imperialista se
caracterizaba por una conjunción estrecha entre su oferta (industrial) y su demanda.
Esta transferencia de una parte de su producción industrial comporta un hecho
importante, decisivo, a la hora de comprender el carácter del período2.
Algunas Hipótesis sobre la evolución del sistema mundial
7
3) En términos generales estos acontecimientos se han definido como la
imposición de la “globalización” y el “neoliberalismo”.
Los dos fenómenos han ido de la mano, porque son coetáneos, desde ya, pero
también, sobre todo, porque fueron producto de una misma necesidad y con un mismo
destino. Conforman el binomio con el cual el capitalismo pretendió sobrellevar,
sobrepasar, los límites a los que había quedado expuesto en el período precedente a
partir de los años sesenta. En el fondo de esta situación se hallaba la necesidad de que el
capital tuviera una mayor “libertad”, una mayor “libertad de movimiento”, con el fin de
“combatir” su principal lastre, su propia acumulación, su exceso de acumulación.
La mentada “globalización” era la meta “cuantitativa” de dicha apuesta, la
máxima extensión geográfica para la acción “civilizadora” del capital. El
“neoliberalismo”, en tanto, era la meta “cualitativa”, implicaba liberarlo, en los espacios
existentes, de las cortapisas del período de posguerra, ahíto de las consabidas
imposiciones “keynesianas”, producto ellas de la crisis del treinta y de su resolución fáctica
a través de la Segunda Guerra Mundial.
De un tiempo de pesimismo para el capital, como lo fueron los años setenta, fue
emergiendo una respuesta que adquirió densidad conceptual y política primero, para
luego, tras la “Caída del Muro”, obtener la rotundidad del “Fin de la Historia”3.
Estas dos respuestas, que hacen en realidad una única, consistieron en darle
mayor extensión, volumen y velocidad de circulación al capital, que es lo que
habitualmente se conoce, en términos conceptuales clásicos, como rotación del capital,
una de las respuestas contra la caída de la tasa de ganancia. En resumidas cuentas, una
mayor libertad para la explotación del trabajo.
El reintegro de China y de la Unión Soviética (y de sus espacios periféricos) a la
plena explotación por parte del capital, devolvió entonces al capitalismo la primacía
absoluta de la que gozaba hasta la Primera Guerra Mundial.
Pero la llamada “globalización” tuvo como preludio el ascenso de la periferia
japonesa tras la crisis del petróleo. Esta fue una primera evidencia de cambio de las
condiciones internacionales, confirmando el inicio de un giro que el tiempo determinaría
como uno de los ejes de la reconfiguración del sistema mundial: la “asiatización” de la
economía internacional4.
La ruptura de Bretton Woods por parte de su creador, los Estados Unidos, supuso
tanto para Alemania como para Japón la necesidad de asumir el desafío de resistir
Gejo – Rebottaro – Keegan
8
la ofensiva norteamericana en pos de limitar sus desarrollos neo-mercantilistas de la
posguerra5. El quiebre del compromiso de Bretton Woods fue acompañado casi
inmediatamente por un acuerdo tácito de Estados Unidos con Arabia Saudita para ligar
el comercio de petróleo a la moneda estadounidense, dotándola a ésta de un volumen
de demanda que le aseguró una centralidad monetaria a pesar del repudio del acuerdo
de 1944 (Gowan, 2000). Esta maniobra le brindó previsibilidad al horizonte de la política
monetaria estadounidense, que sería el instrumento esencial de todo este tiempo6. Con el
comercio del petróleo bajo la férula del dólar, se creó el mecanismo que permitió la
absorción del creciente excedente petrolero de aquella década por parte del sistema
financiero occidental, fundamentalmente de la banca estadounidense, la City de Nueva
York, Wall Street, el corazón financiero del mundo.
4) La financierización de la economía mundial, sobre todo de sus eslabones
esenciales, los imperialistas, ha sido una característica central del período. Este proceso,
concomitante del otro, del desplazamiento del eje de la industrialización hacia Oriente,
hacia Asia, no puede ser disociado, aislado. Es que responderá a enfrentar precisamente
ese traslado, reemplazando las viejas cadenas industrializadas por una creciente
“valorización financiera” que permitiera una reproducción ampliada del capital, alejada
de la explotación directa, abierta, de la fuerza de trabajo, o de la creación de valor para
decirlo en términos más técnicos7.
La política monetaria adquirió, entonces, una importancia significativa en este
período. Dos hechos lo confirman: el monetarismo fue la corriente principal de la época y
los Bancos Centrales constituyeron la institución primordial del Estado como articuladores
de esas políticas económicas.
El período comenzó con un contexto de inflación y estancamiento (estanflación) y
la restricción monetaria fue proclamada como la pócima para abatirla. Pero en la
práctica la Reserva Federal de los Estados Unidos extendió la influencia de su política
monetaria al resto del planeta. Y mientras se declamaba la independencia de los Bancos
centrales como un punto de partida incontrastable para una buena política económica,
en los hechos la primacía de los Bancos Centrales y de las políticas monetarias no era
otra cosa que la representación de la hegemonía alcanzada por los sectores financieros
en general, y de Wall Street en particular (DeLong, 2015).
Más allá del discurso en superficie, la política monetaria ha sido la tendencia de
este período, como una forma inigualable para apoyar el “ciclo de los negocios”. La
Algunas Hipótesis sobre la evolución del sistema mundial
9
llegada de los setenta se hizo en el apogeo de las políticas keynesianas8, Y desde allí se
produjo la reacción monetarista. Pero hete aquí que eso que se han dado en llamar
monetarismo bien podría comprenderse como una nueva fase del keynesianismo, de
keynesianismo financiero; en él la política monetaria se pone enteramente al servicio del
sector financiero; propio de una fase de desindustrialización y de concentración
oligopólica en el acrecido sector servicios, comenzando por la banca y las finanzas en la
geografías imperialistas (Belfiore, 2015; Piketty, 2014).
5) El “neoliberalismo” ha implicado una intervención estructural del Estado, claro
que alejada del tipo de intervenciones características de la etapa keynesiana clásica.
Habiendo surgido de esos años inflacionarios de la década del setenta, vinculado a una
pretendida reducción drástica del gasto público, el “neoliberalismo” ha expresado un
gran esfuerzo por devolver bríos a la tasa de ganancia en condiciones desfavorables para
hacerlo, tanto por la maduración de las estructuras en las geografías imperialistas como
por la consolidación de la fuerza sindical en el período que le precedió. El
“neoliberalismo” representó el intento de lidiar con estas dos restricciones (la que
proviene del capital y la que proviene de la fuerza de trabajo), impulsando, a la vez, un
proceso de deflación salarial junto a una inducción de una inflación de activos. Uno y
otro han ido juntos y explican en gran medida lo sucedido en todo ese período: una
retahíla de crisis financieras (DeLong, 2015; Krugman, 2015), concentración del ingreso
(Piketty, 2014) y endeudamiento galopante (Eavis, 2015; Munchau, 2015; Reinhart y
Rogoff, 2011; Pérez, 2015; The New York Times, 2015), detrás de los cuales los Estados han
terminado por ser los verdaderos protagonistas de la llamada era “neoliberal”9.
6) El período “neoliberal” también fue pródigo en hechos que supuestamente
han apuntado a extender eso que se denomina “libre comercio”, algo tan exteriorizado
como esquivo, cuando no abiertamente desmentido, a la hora de hallarlo taxativamente
corroborado fácticamente por su expresión material en la geografía del comercio
mundial.
Han sido muy conocidas las iniciativas tendientes a generar “Áreas de Libre
Comercio”. Entre ellas, la más conocida ha sido el “Tratado de Libre Comercio de
América de Norte” (TLCAN), que hacia mediados de la década del noventa tuvo por
proponente a la primera economía del mundo. Pero no fue la única, claro. En el
Gejo – Rebottaro – Keegan
10
contexto europeo, durante todo el período se desarrolló la tendencia histórica (de la
posguerra) a la conformación de un gran espacio económico en el Viejo Continente,
llevado a cabo en diferentes movimientos, desde la extensión del Mercado Común
Europeo (años ochenta), pasando por el intento de conformar el Sistema Monetario
Europeo, hasta la creación del euro, a comienzos de este siglo (Vidal Foch, 2015).
También en Asia, para hablar de la otra región imperialista, la recuperación completa
de esa región estuvo signada por los desbordes, en clave regional, del capitalismo nipón
(Halevi y Lucarelli, 2014).
Y es aquí, en clave regional, en donde estriba la razón de ser la realidad
económica, social y política, es decir, geográfica, de la “globalización”. La supuesta
unificación absoluta del mundo no ha sido tal. Lo que hemos vivido es una
regionalización del comercio mundial, por ejemplo, que es un producto de la principal
propuesta de las geografías imperialistas, como consecuencia de una redefinición de la
división territorial del trabajo en las vecindades, en los alrededores de los tres corazones
(EE.UU., Alemania y Japón) de las grandes regiones del planeta (América del Norte,
Europa Occidental y el Este de Asia) (Gejo y Berardi, 2015).
Estos tres procesos de regionalización han estado muy lejos de las construcciones
“propositivas” que decían representar, es decir, como espacios amplios de
homogenerización (económica, social y política). Por el contrario, como ya hemos dicho,
han respondido a una adaptación de los imperialismos concretos a la exacerbación de la
puja interimperialista, en marcha tras la crisis de los años setenta y definitivamente
recrudecida luego de la disolución de la URSS (Unión Soviética).
En términos de esa división territorial del trabajo remodelada de la que
hablábamos, México, el entorno europeo-oriental y los Tigres (las economías de rápido
crecimiento de Asia del Este, a saber, entre las más importantes, Corea del Sur, Taiwán,
Singapur, Tailandia, Hong-Kong), han oficiado de pivotes para una desindustrialización
(relativa) en los centros imperialistas, forzada por la lucha en el espacio económico
mundial, que agudizó tanto la porfía internacional como la opresión social10.
7) Decididamente, y como no podría ser de otra manera, la disolución de la
Unión Soviética y la restauración del capitalismo en China fueron los dos hechos
fundamentales que tiñeron geopolíticamente la denominada “globalización”.
Como ya se dijo, la “globalización” produjo, ante todo, una ampliación del radio
geográfico de la explotación de los trabajadores por parte del capital (Altamira, 2004)..
Algunas Hipótesis sobre la evolución del sistema mundial
11
Esta abarcó desde la explotación directa de una cantidad importante de
trabajadores hasta entonces desvinculados del mercado mundial (por lo menos de una
explotación directa), hasta diversas formas de explotación y/o apropiación de los recursos
(naturales o construidos) de esos dos geografías constituidas a partir de las revoluciones
sucedidas en el contexto euroasiático, en el marco de las dos Guerras Mundiales.
Pero tras una década de aparente irrestricta adscripción al “sistema occidental”,
el liderado por los EE.UU., ya a fines de esa década del noventa se mostraron los
primeros signos de resistencia a la “unipolaridad”11.
La década había sido testigo, en sus comienzos, de la invasión de Panamá (1989),
apenas luego de la “Caída del Muro”, y después de la Primera Guerra del Golfo. Con
estos dos hechos, el primero de impronta regional, aunque portador de un mensaje de
indiscutible valor pedagógico, y el segundo, de inocultable trascendencia mundial, al ser
protagonizado en el epicentro de una de las regiones vitales del mundo12, la principal
potencia imperialista se arrogó el derecho a una libertad de intervención sin cortapisa
alguna, a la que consideraba como señera en cualquier caso, y por ende determinante
para el establecimiento del Nuevo Orden Internacional.
El estado de cosas comenzó a modificarse a partir del año 2001, tras el atentado
a Torres Gemelas en Nueva York. La posterior intervención en Afganistán y luego la
Segunda Guerra de Iraq, pusieron al desnudo el carácter imperialista del
intervencionismo estadounidense, que comenzó a tener algunos problemas de cohesión
en el frente occidental, y enfrentar la reticencia, primero, y resistencia, después, por parte
de Rusia y de China.
8) La crisis de los años 2007-2008 significó el golpe definitivo para la subjetividad
de aquel Nuevo Orden que George H. Bush creyó haber establecido por lo menos por
varias décadas.
Finalmente, la declaración oficial estadounidense, en 2011, de la confirmación de
una nueva directriz de política exterior, conocida como el “Pivote Asiático” (Panetta,
2013), ha permitido transparentar los principales trazos de una nueva geopolítica
estadounidense, menos meso-oriental, más oriental, centrada ahora en la contención del
ascenso chino.
La situación ha mutado severamente desde los momentos del apogeo de la
“globalización”. En aquellos tiempos se asistió a la fantasía de entender al capitalismo
como un mecanismo mercantil puro, abstracto, sin siquiera la necesidad de lo que
Gejo – Rebottaro – Keegan
12
después de las diferentes crisis económicas devino también en un nuevo cliché, el de la
necesidad de su regulación (política).
Por ello tampoco es azaroso el “retorno” de la política, como ha sucedido primero
en la periferia y luego en el mismísimo centro del sistema13. Ni que ese retorno se haga a
través de su forma más maciza, como enfrentamiento entre Estados, con la geopolítica
como trasfondo.
9) La crisis del año 2008 también parece haber sido un parteaguas al respecto. El
papel de estabilizador que jugó China en la década previa, desde la crisis de la periferia
asiática de 1997 alcanzó su límite, porque el mismo modelo chino alcanzó sus propios
límites. Es que el “modelo de acumulación” (por decirlo en los términos acomodados a
cierto lenguaje analítico sistémico, tan en boga hace un tiempo atrás en la academia)
que se generó alrededor de una “plataforma de exportación”, y que generó una
utilización intensiva de una franja del país, halló, en la crisis del año 2008, la frontera de
su expansión, modalidad con la que había crecido a un ritmo del 10 % anual
sostenidamente durante prácticamente tres décadas. Ese modelo, muy “ofertista”, de
demanda contenida, es el que ha alcanzado su techo al parecer, por lógica consecuencia
del freno de la economía mundial a partir de la crisis internacional estallada en el
corazón del sistema.
La modificación del rumbo chino ha dado pábulo a diversas interpretaciones,
entre ellas, las más difundidas, las que afirman que China virará hacia una forma de
crecimiento mercado-internista, algo parecido, a la distancia, a la experiencia
atravesada por América Latina luego de la crisis de 1930. Pero este tipo de ensayo, al
que se lo describe y piensa casi como un proceso técnico, es mucho más que ello. Implica
una gran transformación material, en última instancia, política, y que por su
envergadura no sólo involucra el trastrocamiento del conjunto de las condiciones
imperantes en China sino, también, en el conjunto de la región y hasta en el propio
sistema mundial como un todo14.
Algunas Hipótesis sobre la evolución del sistema mundial
13
Notas
1 Una de las mejores descripciones de la geografía económica de esos años nos la ha provisto AlbertDemangeon (1956). Este geógrafo francés realizó un minucioso análisis de la economía internacionalemergente tras la crisis de 1930. Hizo un preciso contrapunto de las principales potencias capitalistas,manifestando las fortalezas y debilidades intrínsecas de las tres principales geografías, EE.UU., GranBretaña y Alemania. Pero además, Demangeon propuso un abordaje incisivo de la crisis capitalista,comenzando por vincular orgánicamente la evolución de los sectores primario y secundario, recurrió a unnovedoso enfoque de oferta, amparado en una definición de la crisis como de carácter estructural, y unaperspectiva mundial (internacional), que bien podría ser aún válida para refutar la puerilidad de la“globalización”. En el caso del enfoque de oferta de la crisis, su planteo fue una crítica anticipada de lasrespuestas keynesianas posteriores (los enfoques de “demanda”), y en oposición tajante a lo que muchasdécadas después reapareció como economía “ofertista” o “vudú” por parte de los conservadores“neoliberales”.
2 Disociar la oferta de la demanda no es un fenómeno extraño para la economía burguesa. De hecho, lasdos corrientes troncales, la “ortodoxa” y la “heterodoxa” (para decirlo de una forma gruesa, directa), lohan hecho, y lo siguen haciendo y proponiendo. El “ofertismo” fue la punta de lanza de la ofensivaconservadora, “neoliberal”. Y las posiciones keynesianas han hecho lo propio con la demanda o el enfoquede demanda. Esta separación conceptual no es una cuestión baladí, les ha permitido también olvidar laimposibilidad fáctica de dicha situación. Los “ortodoxos” han pensado en todos estos años en la posibilidadde una sociedad “posindustrial”, una sociedad de “servicios”, de servicios girando en el vacío. Los“heterodoxos”, los “progresistas”, que han hecho del “aislamiento” de la demanda también un culto, conello ocultan (o han pretendido hacerlo) la ligazón entre la oferta y la demanda. Y no sólo por restriccionescuantitativas, que es el planteo de los conservadores. Los planteos de demanda omiten la restricción social,la restricción política de la cual emergen. La llamada restricción externa como límite de un ensayo pro-demanda, pro-consumo, no es sino otra forma de elaborar técnicamente un problema, eludiendo lacontextualización de los marcos de opresión imperialista (internacional) y de clase (nacional).
3 La década del setenta fue un período en el que reinó el pesimismo sobre el futuro de los EE.UU. Laderrota en Vietnam (1975), las revoluciones en Irán y Nicaragua (1979) y la invasión soviética a Afganistán(1979), generaron una ambiente de derrota en la opinión pública estadounidense, que terminóconsumiendo al gobierno demócrata de James Earl Carter, el predecesor del gobierno republicano deRonald Reagan.
4 La participación de Asia en el comercio mundial se duplicó en poco más de tres décadas, desde los añosochenta, pasando de menos del 15 % a más del 30 % del movimiento mercantil internacional (Gejo yBerardi, 2013; Gejo y Lion, 2015).
5 El yen y el marco fueron los blancos dilectos de la salida del Acuerdo de Bretton Woods. Estas dosmonedas pasaron a apreciarse tendencial y ostensiblemente respecto de la moneda estadounidense. Lasconsecuencias quedarían marcadas, como no podría ser de otra forma, en la geografía económicainternacional.
6 La Reserva Federal ha sido el corazón de todo este período; fue la política monetaria la viga maestra dela estrategia estadounidense. Desde la temprana respuestas de Paul Volcker, al frente de la ReservaFederal bajo la administración Carter, que inició un ciclo largo de tasas altas para “aspirar” capitales yprecipitó la primera crisis de la periferia latinoamericana a comienzos de los ochenta, hasta el extenso“reinado” de Alan Greenspan que, con casi dos décadas al mando de ese organismo, signó la políticamonetaria internacional a través de los pulsos que le imprimió a la política monetaria de EE.UU..Greenspan fue el responsable de la “exuberancia irracional” de las “mercados” de los noventa, dando lugara una especulación en escala, accionaria, cambiaria e inmobiliaria. Es decir, lo que luego se consideró comoel período de las “burbujas”, y que bajo la regencia de Greenspan, en forma sedicente, se definió como elde la “Gran Moderación”.
7 Le ha correspondido a David Harvey (2003) el desarrollo de un concepto que ha tenido luego un ampliorecorrido. Nos referimos al de la “acumulación por desposesión”. Con él Harvey pretendió señalar lostiempos del “neoliberalismo” de una forma clara, contundente. La “acumulación por desposesión” tuvo
Gejo – Rebottaro – Keegan
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varios aciertos. El primero de ellos precisamente el de estigmatizar al “neoliberalismo”. El segundo, elvincular los cambios en el capitalismo a ajustes geográficos; las crisis y sus resoluciones se geografizan. Unatercera cuestión, racionalizando la financierización de la economía capitalista. En cuarto lugar, la necesaria“solución” por la vía de una confiscación o saqueo. Y, finalmente, en quinto lugar, la imposibilidad de ladisociación de las esferas económica y política (Harvey, 2007); mucho menos en los momento de crisis.
8 Le cupo al presidente estadounidense Richard Nixon, justamente en el año 1971, dejar sentada una fraseque hizo historia: “Ahora somos todos keynesianos”. Un conservador acérrimo dando cuenta, con suspalabras, del dominio que para la época tenían las políticas keynesianas. En ese preciso momento, MiltonFriedman y los círculos intelectuales de la Universidad de Chicago “velaban las armas” de la reacción“neoliberal, que se haría presente tan pronto como se desarrollara la “crisis del petróleo” en 1973.
9 El “neoliberalismo” ha representado un período de fuerte intervención estatal, contra lo quehabitualmente se dice de él. Lo fue en sus orígenes, cuando hizo el debut en la periferia, en América delSur, de la mano de feroces dictaduras, como lo fue la pinochetista, en Chile, en 1973. Y lo fue tambiéncuando se desenvolvió en los países imperialistas. Las dos versiones más clásicas, la británica de Thatcher yla estadounidense de Reagan, acometieron una feroz embestida desde el Estado para lograr sus objetivos.Thatcher presidió una ofensiva antisindical en el marco de un proceso de desindustrialización del país,unido a una profundización de la financierización de la City. Reagan, mientras tanto, lanzó el programaconocido como la “Guerra de las Galaxias”, una versión acendrada del keynesianismo militar (Cypher,2006), acompañado por una política monetaria que le permitió absorber una gran cantidad de capitalesque sufragaron el acrecentado gasto público que generó por entonces un déficit fiscal pronunciado. Laversión tradicional que reduce el “neoliberalismo” a una realidad rehén del mercado es simplemente unafalacia. En una economía capitalista imperialista pretender hablar del mercado disociándolo del Estadoconstituye un verdadero disparate. Si con Lenin se planteó aquello de “la política como economíaconcentrada”, en el “neoliberalismo”, es decir, en el “keynesianismo financiero” (Belfiore, 2015), laeconomía es política concentrada.
10 Uno de estos ejemplos lo constituye la “maquila”, que responde a la experiencia de industrializaciónmexicana de las últimas décadas “a caballo” de la vecindad con el mercado estadounidense, reforzadapor el Tratado de Integración de América del Norte, puesto en marcha en 1994. La maquila no puede serconsiderada una nueva fase de industrialización del país, superadora de la tradicional fase de sustituciónde importaciones que México atravesó hasta los años 80, cuando detonó la crisis de su deuda externa (año1982). Sí permite la maquila, como ejemplo paradigmático, refutar las “teorías” en boga acerca de las“cadenas de valor agregado global”, una oferta antigeográfica del “desarrollismo tardío” o del siglo XXI(Para una muestra de este tipo de planteos, se puede consultar a Castro, 2015).
11 Por “unipolaridad” suele entenderse el período que va desde la desintegración de la Unión Soviética(1991) hasta la crisis del año 2008, aunque algunos lo reducen al año 2003, momento de la invasión deIraq. En este período el dominio estadounidense se habría encontrado indisputado y se correspondió con eldenominado “Nuevo Orden Internacional” y el vuelo que tomaron los conceptos de “ultraimperialismo” o“súper-imperialismo”.
12 El Medio Oriente es la región proveedora de petróleo por antonomasia. Es la única periferia cuyaproyección comercial ha crecido desde 1945 a la actualidad, a pesar del conocido “deterioro de los términosde intercambio”. También hemos dicho que ocupó un lugar de privilegio en el momento de la redefiniciónde Bretton Woods. No puede quedar al margen de esta mención el actual proceso de transformación de laecuación de poder en esa región. La aparente declinación de Arabia Saudita e Israel y el paralelo ascensode Irán bien puede ser un indicador fiable de “vuelta de página” en el sistema internacional, comocorrelato evidente del denominado “pivote asiático”.
13 Nos referimos a la ola de cambios generados en América Latina desde fines de los años 90, comenzandopor el ejemplo venezolano. La región ingresó a un período de recambio generalizado de gobiernos,ocupando la escena regímenes políticos Luego de la crisis de 2007/08 se abrió un segundo frente en lo quese conoció como la “Primavera árabe” y, finalmente, por efecto de esa misma crisis hemos visto ramalazosen el mismo centro del sistema, preferentemente en el sur de Europa, con Grecia y España en primeralínea.
Algunas Hipótesis sobre la evolución del sistema mundial
15
14 Qué mejor ejemplo de esto último que acabamos de decir que las dos propuestas de mega-acuerdoscomerciales intercontinentales (Transpacífico y Transatlántico) auspiciadas por EE.UU. Detrás de supresentación como grandes proyectos tendientes a generar las mayores regiones abiertas al “librecomercio” jamás existentes, lo que se mueve es una “vuelta de tuerca” más en dirección a establecer unchaleco de fuerza económico-político imperialista, tratando de cerrar el paso a una hipotética proyeccióneuroasiática china. Significa, más que nada, entonces, una provocación estadounidense, orientada tantohacia sus “socios comerciales” como a su contendiente en perspectiva, China (Bueno, 2105; Dinucci, 2015 a yb; Escobar, 2015; Jalife-Rahme, 2015 a y b; Navarro, 2015; Mc Coy, 2015).
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Número 1 – Año 2016 – Versión digital
https://boletingeoecon.wordpress.com
18
A Arquitetura Da Crise Financeira
Zeno Soares Crocetti
Universidade Federal da Integração Latino Americana/Foz do Iguaçu/Brasil
Professor/ILATIT/Geografia/ [email protected]
Introdução
O estudo sistemático das crises do sistema capitalista fez parte do projeto teórico
que Marx não pôde concluir. Não obstante, ao longo de sua principal obra, O Capital, é
possível recolher elementos que permitem uma aproximação consistente da explicação
sobre esse fenômeno próprio do modo de produção em questão. Esses elementos estão
distribuídos não apenas de modo esparso ao longo dos vários capítulos que compõem a
obra, mas também encadeados como o desenvolvimento lógico a partir dos momentos
fundamentais da economia capitalista, identificadas pelo autor desde o primeiro
parágrafo.
Para Marx a crise no sistema capitalista, ou as três modalidades de crises, são o
momento de reunificação dos polos contrários autonomizados. A concorrência é a forma
como a lei geral de funcionamento da acumulação capitalista se impõe aos capitais
individuais na concretude do sistema. Assim como a lei da queda da taxa de lucro, a lei
geral da acumulação está sempre operante, manifeste-se ou não. Isso nos levou a
compreender as crises a partir do elemento básico da produção capitalista, a
mercadoria. As crises representam apenas, ainda que de modo extremamente violento,
a irrupção dessa contradição entre produção e realização, desdobrada da contradição
básica entre valor de troca e valor de uso, decorrente da diferenciação entre trabalho
concreto e trabalho abstrato, característica central do modo de produção. As
modalidades de crises do capitalismo para Marx são;
A Arquitetura da crise financeira
19
1. As crises conjunturais cíclicas de superprodução,
2. A crise estrutural do capitalismo, intrínseca ao capitalismo e que
tenderia a ser cumulativa.
3. A crise final, onde aconteceria o colapso do capitalismo, que seria
substituído pelo socialismo através da "revolução do proletariado".
Esse trabalho pretende abordar a questão das crises a partir das pesquisas de
Marx, Schumpeter, Kondratiev, Piketty, Rangel, Mamigonian, Wood, Mandel,
Hobsbawm e Amin e associando-as com a lei geral de acumulação capitalista, cujo
fundamentalismo ocidental, é o consumo. Para explicar a conexão lógica que une o
fenômeno das crises à contradição básica do sistema, retomaremos as formas mais
abstratas dessa oposição para, em seguida, abordar seus desdobramentos ao longo do
desenvolvimento da teoria sobre o capital.
Considero esse tema complexo e excessivamente explorado. Sendo estas análises
provisórias no conjunto do conhecimento, uma vez que essa pesquisa encontrasse em sua
fase inicial e podem ser alteradas e aprofundadas posteriormente, com a continuidade
dos estudos no campo das relações da sociedade, do território, da economia e das
tecnologias. Este texto é ainda um esboço, portanto peço que o considerem com
generosidade nos debates.
Palavras-chave: Geografia econômica, economia política, globalização,
neoliberalismo e território usado.
Neoliberalismo a Gênese da crise
Poucos observadores, em 1849, poderiam ter predito que 1848 iria ser a
última revolução geral no ocidente. As reivindicações políticas do
liberalismo, radicalismo democrático e nacionalismo, apesar de excluírem
a "república social", viriam a ser gradualmente realizadas nos 70 anos
seguintes na maioria dos países desenvolvidos, sem maiores distúrbios
internos, e a estrutura social da parte desenvolvida do continente iria
provar a si mesma ser capaz de resistir às explosões catastróficas do século
XX, pelo menos até o presente (1974). A razão principal para isso reside na
Crocetti
20
transformação e expansão econômica extraordinárias dos anos entre 1848
e o início da década de 1870, que é o assunto principal deste capítulo. Foi o
período no qual o mundo tornou-se capitalista e uma minoria significativa
de países "desenvolvidos" transformou-se em economias industriais.
Esta era de desmedido avanço econômico começou com um boom que
viria a ser o mais espetacular ocorrido até então, e, sobretudo por ter sido
temporariamente impedido pelos eventos de 1848. As revoluções haviam
sido precipitadas pela última e talvez maior das crises econômicas do tipo
antigo. O novo mundo do "ciclo do comércio" que apenas os socialistas
haviam reconhecido como o ritmo básico e modo de operação da
economia capitalista tinham seu tipo próprio de flutuações econômicas e
suas próprias dificuldades. Porém, em meados da década de 1840, embora
a difusa e incerta era do desenvolvimento capitalista desse a impressão de
estar chegando a um fim, ao contrário, o grande salto para a frente
estava apenas por começar. 1847-48 viu um severo tropeço do ciclo do
comércio, provavelmente agravado por problemas remanescentes mais
antigos. De qualquer modo, de um ponto de vista puramente capitalista,
era apenas uma depressão aguda naquilo que já parecia uma
tumultuada economia de negócios. James de Rothschild, que olhava a
situação econômica de 1848 com bastante complacência, era um homem
de negócios sensível, mas profeta político bem pobre. O pior do "pânico"
parecia ter passado e as perspectivas em longo prazo eram mais róseas.
Porém, embora a produção industrial tivesse se recuperado bem
rapidamente, mesmo depois da virtual paralisia dos meses revolucionários,
a atmosfera geral permanecia incerta.
Hobsbawn, A Era do Capital, p. 9-14.
A fase atual do capitalismo, como sistema político hegemônico mundial, é na
realidade o neoimperialismo, que se alimenta da conquista de territórios, mas não mais
territórios extensões de terras como no passado, mas sim de territórios produtivos,
territórios de consumo, o “fundamentalismo Ocidental hoje é o Consumo”. O fim da
Guerra Fria, não significou, de maneira alguma, que o mundo tenha superado a
bipolaridade e reencontrado a estabilidade, sob a hegemonia dos Estados Unidos. Pois,
A Arquitetura da crise financeira
21
se há vencidos, é difícil nomear quem é o vencedor. Os Estados Unidos? A União
Europeia? O Japão? A tríade juntos?
A derrota do "império do mal" abre novos mercados, cuja conquista pode
provocar uma nova guerra mundial.
O globalitarismo, essa Nova Ordem Mundial, regrediu no tempo e no espaço, essa
estranha modernidade, que dá dois passos para frente, três para trás. Há primeira
década no novo milênio assemelha-se mais aos séculos bárbaros precedentes do que ao
futuro racional, descrito por tantos romances de ficção científica. Pois, centenas de países
e nações, riquezas e, sobretudo, uma imensa força de trabalho disponível aguardam seu
novo patrão. Única é a função de mestre do mundo, numerosos são os candidatos. Vem
ai uma nova guerra entre os que pretendem fazer parte do "império do bem".
Ela tem início logo após o fim da 2ª Guerra Mundial, na Europa, depois nos EUA,
onde o capitalismo imperava com maior vigor. Essa ordem surge como reação teórica e
política contra o Estado intervencionista e de bem estar social. Sua tese original é o texto
de Friedrich Hayek, O Caminho da Servidão, datado de 1944.
É um ataque velado e radical contra os mecanismos de controle do Estado,
imposto pelo Mercado. Prega liberdade total de comércio, sem limites, sem controles.
Sobrevivem de estratégias, orquestradas pelas mídias de aluguel, que em uni som vivem
denunciando, esbravejando que qualquer tentativa de barrar os avanços do
neoliberalismo globalizado é uma ameaça letal à liberdade, econômica e política. Sua
mensagem é drástica apesar de suas boas intenções, o projeto de administração do
Estado moderado, imposta via Consenso de Washington aos países da periferia do
sistema capitalista, poderá conduzir ao mesmo desastre que o Nazismo Alemão, ou seja,
a servidão moderna.
Hayek inconformado com o avanço do Estado de Bem-estar na Europa, em 1947
convocou alguns simpatizantes de sua orientação ideológica para uma reunião na Suíça.
Entre os participantes estavam também inimigos declarados do (novo programa – New
Dean, estadunidense). Nesse encontro se fundou a sociedade de Mont Pèlerin, uma
espécie de Franco-maçonaria Neoliberal, retamente organizada e dedicada. Seu
objetivo básico era combater o keynesianismo e o solidarismo reinantes e preparar as
bases do novo capitalismo, duro e livre de regras.
Crocetti
22
Quadro I os modelos Cíclicos de Kondratieff
CICLOS ECONÔMICOS DE KONDRATIEFFPrimeiro Ciclo Segundo Ciclo Terceiro Ciclo Quarto Ciclo
Fase(a)1790-1815
Fase(b)1815-1848
Fase (a)1848-1873
Fase (b)1873-1896
Fase (a)1896-1920
Fase (b)1920-1948
Fase(a)1948-1973
Fase(b)1973- (?)
FONTE: MAMIGONIAN: 1987, p. 63-71.
Nesse período, (1945-60), o mundo vivia sua idade do ouro, apresentado o
crescimento mais rápido da economia, ou seja, estávamos surfando na onda do ciclo
longo de Kondratieff em sua fase “A” expansiva. Por essa razão, a polêmica contra a
regulação social, tem uma receptividade maior, e Hayek e seus companheiros pregam
que o novo igualitarismo deste período, promovido pelo Estado, de Bem-estar, destruía
a liberdade dos cidadãos e a vitalidade da concorrência. Desafiando o consenso oficial da
época, eles argumentavam que a desigualdade era um valor positivo – Na realidade
imprescindível em si, pois disso precisavam as sociedades ocidentais. Essa tese
permaneceu na teoria Neoliberal por mais de 20 anos.
Crise Estrutural
Com a crise cíclica estrutural do Capitalismo, deflagrada com a primeira e
segunda crise do petróleo de 1973/74 e 1978-79, fase “B” do ciclo longo de Kondratieff,
que levou o mundo a uma bruta recessão, combinando com baixas taxas de crescimento
da economia aliada as altas taxas de inflação, pela primeira vez, abriu caminho para as
ideias Neoliberais, que passaram a ganhar maior visibilidade. As raízes da crise, afirmava
Hayek e seus companheiros, estavam localizados no poder excessivo e nefasto dos
sindicatos e, de maneira mais geral, do movimento social organizado, que corroeram as
bases da acumulação capitalista com suas pressões reivindicativas sobre os salários, e com
sua pressão parasitária para que o Estado aumentasse cada vez os gastos sociais.
Os salários e os encargos sociais segundo a análise neoliberal destruíram os níveis
necessários de lucros das empresas e desencadearam processos inflacionários que levaram
a uma crise geral das economias capitalistas, esses argumentos foram usados em rede
mundial articulados em comum acordo com a Mídia de Aluguel coorporativa mundial
para mascarar a crise Estrutural do Capitalismo, diagnosticada por Marx, e estudada por
A Arquitetura da crise financeira
23
Kondratiev e Schumpeter. O remédio era claro; manter o Estado forte; sim; mas só na
sua capacidade de romper e esmagar o poder dos sindicatos e o controle monetário, mas
sem ação e fraco para investimentos, intervenções econômicas e gastos sociais. Mas o
receituário só terá sucesso se vir associado à estabilidade monetária, controle
inflacionário, que irá garantir as bases do intervencionismo Neoliberal.
Cerca de 61% de todos os estadunidenses eram “classe média” em 1971,
enquanto, hoje (2015), o número caiu para 49%. A classe média está
envolvida em uma guerra até a morte nos Estados Unidos com os
agentes de Wall Street que pretendem privá-los do trabalho, tirar seus
ativos, executar a hipoteca de suas casas, e deixá-los sem nenhum
dinheiro para enfrentar a velhice. É apenas uma boa e velha luta de
classes – e como Warren Buffett opinou – a classe dele está ganhando.
Mike Whitney, Washington Post, 2015.
Sendo assim; uma nova a saudável desigualdade iria voltar a dinamizar as
economias avançadas, que naquele momento (1973-79), estavam às voltas com uma
estagflação, resultados das políticas de Keynes, ou seja, a intenção anticíclica de
redistribuição social, as outras haviam desgraçadas o mundo normal da acumulação e
do livre mercado. Anulavam pela força do controle da circulação das ideias, vide
controle da mídia de aluguel, e a compra de pesquisadores vassalos, na periferia do
Sistema Capitalista e no Centro do Império também (John Williamson, Milton Friedman,
etc.) para reafirmar e legitimar sua tese, Dessa maneira, o crescimento da economia
cresceria quando a estabilidade monetária (fim da Inflação) e os incentivos essenciais
para retomada do desenvolvimento e da modernidade.
O modelo neoliberal levou mais de uma década para ser implantado, pois a
maioria dos países europeus adotava a cartilha Keynesiana. O pioneiro do modelo foi o
Chile, sob a tutela militar de Pinochet, no início dos anos 1970, começou de modo
avassalador, desregulamentação econômica, profissional, desemprego em massa,
repressão sindical, concentração de renda em favor da elite, privatização de bens
públicos, tudo isso inspirado no modelo neoliberal estadunidense de Milton Friedman.
O crescimento da década de 1990 foi celebrado como a expressão de um triunfo
inexcedível da experiência capitalista dos Estados Unidos sobre o resto do mundo.
Crocetti
24
Avaliações peremptórias não hesitaram em apontá-la como superior não só à
experiência socialista, como também a de outros tipos de capitalismo, como o japonês e
os modelos europeus de sociedade e de economia.
Esse modelo estrutural do capitalismo cíclico foi diagnosticado estudado por
Schumpeter. Conforme demostraremos na figura I e no quadro II no final do texto. O
crescimento desse período teve início na segunda metade de 1992, foi lento até mais ou
menos 1995/1996 e, paradoxalmente, começou a se acelerar após as crises mexicana,
asiática e brasileira. Em boa medida a economia estadunidense se nutriu das crises na
periferia do sistema para ganhar nervos e musculatura. O período que vai do final dos
anos 1970 até esse salto, marca uma lenta recuperação do poderio econômico, militar e
financeiro dos Estados Unidos. Ele se fez não só com as transformações política e
econômica da URSS, mas também com a imposição do padrão capitalista de
financeirização estadunidense do país às demais nações.
Desde os anos 1970, os Estados Unidos já vinham abandonando certas referências
que marcaram seu crescimento no pós-guerra, bem como desmontando regras
prudenciais de gestão financeiras adotadas a partir dos anos 1930 e consolidadas durante
o esforço bélico. Tais características haviam contribuído significativamente para a
recuperação da Europa no pós-guerra, além de abrirem espaços para a industrialização
de países periféricos. A existência de um bloco socialista competindo com o capitalismo
foi igualmente decisiva na ampliação das oportunidades de desenvolvimento no
planeta.
É importante lembrar que a direção política do capitalismo estadunidense nesse
período era bem mais heterogênea do que a atual. Havia, por exemplo, dentro do
governo Roosevelt, uma fração muito importante do Partido Democrata que
preconizava um futuro salvaguardado pela aliança entre os Estados Unidos e a União
Soviética. O inimigo verdadeiro, desse ponto de vista, seria o velho imperialismo europeu,
o que explica, em parte, as dificuldades do representante inglês em Bretton Woods, John
Keynes, para viabilizar suas propostas de reforma do sistema monetário internacional.
Ao contrário do que ocorreu no final da I Guerra Mundial, porém, e que levou à
crise do capitalismo desregulado de então, cujo ápice foi a Depressão de 1929 e dos anos
1930 - em 1944 os EUA tomaram a decisão política de não repetir os erros do passado. O
Plano Marshall e o impulso dado à reconstrução europeia para a unificação econômica
foram decisivos para a economia alemã e a francesa se rearticular. Da mesma forma, o
A Arquitetura da crise financeira
25
financiamento estadunidense foi o divisor que permitiu a reconstrução econômica
japonesa.
A impressão dominante naquele momento era a de que o capitalismo estava
diante de um sólido e prolongado ciclo de expansão a salvo das flutuações cíclicas
violentas inerentes à sua dinâmica de crescimento. Novas formas de regulação e controle
do sistema haviam sido introduzidas sob o impulso de forças sociais que emergiram ao
final da Guerra, entre elas os partidos comunistas, que tiveram papel relevante na
definição das estratégias de reconstrução do capitalismo europeu. Entre as principais
características dessa nova institucionalidade estava a admissão de que o Estado,
obrigatoriamente, deveria promover a regulação do ciclo econômico.
Os Estados nacionais passaram então a se apropriar e a dispender uma fatia do
produto nacional muito superior àquela observada nos anos 1920. O maior controle
público sobre o excedente evitaria que as flutuações do ciclo econômico redundassem em
ajustes baseados na contração quase automática da renda e do emprego como ocorrera
até 1929. A segunda característica associada às coligações sociais e políticas que
emergiram nesse período foi o crescimento do salário real e dos benefícios sociais,
paralelamente ao aumento da produtividade do trabalho. Um terceiro pilar
fundamental de sustentação dessa arquitetura foi à instituição do controle dos
movimentos de capitais entre os países, sobretudo dos capitais de curto prazo.
Vale lembrar que a reforma que Keynes e Dexter White tentaram aprovar em
Breton Woods envolvia, grosso modo, as seguintes balizas: o dinheiro internacional seria
simplesmente uma moeda de conta, permitindo que os países trocassem mercadoria por
mercadoria. O dinheiro funcionaria assim apenas como referência de cálculo. Os países
que tivessem déficit registrariam num banco internacional, em sua conta, a dívida com
os demais. A compensação entre os déficits e superávits tornaria desnecessário saldar
dívidas através de movimentos de capitais de curto prazo. Keynes, a partir da
experiência nefasta dos anos 1920, estava convencido de que não era prudente delegar
aos mercados a regulação do fluxo monetário internacional. Tampouco eles deveriam
assumir a responsabilidade pelo fornecimento de liquidez aos países que porventura
registrassem déficit na balança de pagamentos.
Como se sabe esse sistema não foi aceito em sua totalidade nem pelos Estados
Unidos, nem pela Inglaterra. Mesmo assim o acordo de Bretton Woods permitiu que os
países controlassem suas contas de capital, proporcionando-lhes maior autonomia na
Crocetti
26
fixação das políticas monetária e fiscal. A prerrogativa de proibir a entrada e a saída de
capitais manteve-se até meados da década de 1980, inclusive no Brasil, garantindo certo
grau de proteção à política econômica contra ondas de volatilidade e movimento
especulativo no plano internacional. Ao contrário do que ocorre hoje, caso houvesse uma
crise na Bolsa de Nova York, os governos não tinham que elevar a taxa de juro –
dispunham de instrumentos para impedir que os efeitos da turbulência fossem
integralmente internalizados.
O que se verifica agora é exatamente o oposto. Capitais se movem livremente
pelo planeta apostando na desvalorização das moedas; promovendo chantagem
explícita contra políticas de juro baixo; ou ainda tomando posição nos mercados à vista,
ou de contratos futuros, contra economias supostamente dotadas de moedas frágeis. Se
esses mercados funcionam livremente, a especulação é inevitável - por definição, eles são
mercados especulativos. Falar em controle de capitais tornou-se um anátema a partir
dos anos 1970 – pelo menos foi assim até a emergência da nova crise acionada pelo
estouro da bolha imobiliária nos EUA. Na verdade, os grandes protagonistas do processo
econômico, a grande empresa internacional e os grandes bancos, frequentemente
ganham mais dinheiro no mercado financeiro do que na produção de mercadorias.
Quando uma empresa está localizada em vários mercados, como ocorre hoje,
poderá ter um ganho fenomenal se estiver bem posicionada diante de uma alteração
cambial – o que não é difícil considerando-se que têm acesso a boas informações e
relações estreitas com grandes bancos. Em caso de aposta equivocada, todavia, as
perdas, como estamos vendo, podem assumir contornos sistêmicos imprevisíveis.
Para os reformadores de Bretton Woods a estabilidade do câmbio e dos juros era
fundamental para a tomada de decisão na esfera produtiva do capitalismo. Uma
decisão de longo prazo, como é o caso de um grande investimento, requer um horizonte
razoável de segurança e para isso duas taxas devem oferecer certo grau de
previsibilidade: a taxa de juros e a taxa de câmbio. Esses são dois preços-chave da
economia que informam fundamentalmente a decisão capitalista: a taxa de juros indica
qual é a conveniência do detentor da riqueza mantê-la sob a forma de capital
monetário ou investi-la sob a forma produtiva, ou qualquer outra forma. Para isso a
estabilidade da taxa de juro em um patamar moderado é fundamental. No caso da
taxa de câmbio, o que se espera é que ela amplie o horizonte de paridade entre o
dinheiro particular – as moedas nacionais – e a moeda de referência mundial. Se esses
A Arquitetura da crise financeira
27
preços flutuam erraticamente, a decisão do capitalista torna-se totalmente
desordenada.
A lógica do controle dos capitais que prevaleceu nos anos 1950/60 permitiu que
as economias pudessem crescer de maneira mais ou menos equilibrada gerando, não por
acaso, aquilo que se convencionou chamar de milagre alemão, milagre japonês, milagre
italiano... Tudo ancorado na arquitetura de um capitalismo domesticado, quer dizer, do
capitalismo controlado politicamente pela intervenção do Estado em cada país. Essa
institucionalidade impediu que fossem reproduzidas as crises dos anos 1920, e mesmo as
crises do final do século XIX em boa parte do século XX.
A Arquitetura da Crise
Segundo os analistas da economia mundial, prêmios Nobel em economia a Crise
Financeira que estourou em 2007/08 caracteriza-se como a principal crise econômica e
financeira internacional desde 1929. Se não fosse a intervenção massiva e concertada dos
poderes públicos, que se tornaram o seguro dos bancos corruptos, a atual crise teria já
proporções muito mais amplas.
Também aqui, a interligação é impressionante. Entre 31 de Dezembro de 2007 e
fins de setembro de 2008, todas as bolsas do mundo sofreram uma baixa muito
significativa, entre 25 a 35% - por vezes mais - para as bolsas dos países mais
industrializados, até 60% como a China, passando por 50% para a Rússia e a Turquia. A
montagem colossal de dívidas privadas, criação pura de capital fictício (securitizações de
derivativos, sub-prime, ancoragem em fundos de opções hedge), acabou por explodir de
país em país industrializado, começando pelos EUA, a economia mais endividada do
mundo. Com efeito, a soma das suas dívidas pública e privada elevou-se, em 2008, a 50
trilhões de dólares, ou seja, 350% do PIB. Secundo cálculos otimistas feitos pelo BID, o
rombo mundial da pilantragem financeira chega a 1 quatrilhão de dólares, cifra só
pensada no Patinhas de Disney.
Esta crise econômica e financeira que já afetou todo o planeta afetará ainda
mais os países em desenvolvimento que se achavam protegidos. A mundialização
capitalista não soltou ou não desligou as economias. Pelo contrário, países como China,
Brasil, Índia ou Rússia não estão ao abrigo da crise e isto é só o início. Todos serão
afetados, cada qual dentro da sua realidade.
Crocetti
28
“o verdadeiro limite da produção capitalista é o próprio capital; é o fato
de que, nela, são o capital e a sua própria valorização que constituem o
ponto de partida e a meta, o motivo e o fim da produção. O meio
empregado - desenvolvimento incondicional das forças sociais produtivas -
choca constantemente com o fim perseguido, que é um fim limitado: a
valorização do capital existente”.
Marx, O Capital, Volume 3, 1988.
A primeira coisa que é preciso recordar é que a crise de 1929 se desenvolveu como
um processo que começou em 1929, mas cujo ponto culminante se deu bastante depois,
em 1933 e 1937-38, e que logo abriu caminho a uma longa fase de recessão. Digo isto
para sublinhar que vivemos hoje (2016) o ápice da crise, provavelmente chegamos ao
fundo do poço, não necessariamente ao seu fim, isso é somente um aspecto e talvez não
seja o aspecto mais importante - do que se deve interpretar como um processo histórico.
Mesmo assim tratasse de uma crise estrutural, não final do capital.
O verdadeiro limite da produção capitalista é o próprio capital; é o fato
de que, nela, são o capital e a sua própria valorização que constituem o
ponto de partida e a meta, o motivo e o fim da produção; o fato de que
aqui a produção é só produção para o capital e, inversamente, não são os
meios de produção simples meios para ampliar cada vez mais a estrutura
do processo de vida da sociedade dos produtores. Daí que os limites dentro
dos quais tem de mover-se a conservação e a valorização do valor-
capital, a qual descansa na expropriação e na depauperação das grandes
massas de produtores, choquem constantemente com os métodos de
produção que o capital se vê obrigado a empregar para conseguir os seus
fins e que tendem para o aumento ilimitado da produção, para a
produção pela própria produção, para o desenvolvimento incondicional
das forças produtivas do trabalho. O meio empregado - desenvolvimento
incondicional das forças sociais produtivas - choca constantemente com o
fim perseguido, que é um fim limitado: a valorização do capital existente.
Por conseguinte, se o regime capitalista de produção constitui um meio
histórico para desenvolver a capacidade produtiva material e criar o
A Arquitetura da crise financeira
29
mercado mundial correspondente, envolve ao mesmo tempo uma
contradição constante entre esta missão histórica e as condições sociais de
produção próprias deste regime.
Marx, Grundrisse, 2011, p. 517-48
Bom, certamente que há algumas palavras que hoje já não utilizamos, como
"missão histórica". Mas creio que o que vamos ver nos próximos anos vai dar-se
precisamente na base de já ter sido criado em toda a sua plenitude esse mercado
mundial intuído por Marx. Quer dizer, temos um mercado e uma situação mundial
diferente da de 1929, porque nessa altura países como a China e a Índia eram ainda
semicoloniais, agora já não têm esse caráter; são grandes países que, mais além de terem
um caráter combinado que requer uma análise cuidadosa, são agora participantes de
pleno direito dentro de uma economia mundial única, uma economia mundial unificada
num grau desconhecido até esta etapa da história. A citação pode ajudar-nos a
entender o momento atual, e a crise que se iniciou precisamente neste marco de um só
mundo.
Para interpretar esse quebra cabeças, vamos partir, por exemplo, dos cíclicos de
média duração, ou aqueles de tendências estruturais de longa duração. A economia-
mundo capitalista teve, durante vários séculos, formas de vai-e-vem cíclico. O que
iremos usar são os chamados ciclos de Kondratieff, que historicamente teriam uma
duração de 50-60 anos aproximadamente.
Marx ao analisar as crises do capitalismo dos séculos XVIII e XIX, além de fatores
conjunturais, formulou a tese da queda da taxa de lucro, como um fator determinante,
em suas reflexões;
Queda da taxa de lucro e acumulação acelerada são, nessa medida, apenas
expressões diferentes do mesmo processo, já que ambas representam o desenvolvimento
da força produtiva. A acumulação, por sua vez, acelera a queda da taxa de lucro, à
medida que com ela está dada a concentração dos trabalhos em larga escala e, com isso,
uma composição mais elevada do capital. Por outro lado, a queda da taxa de lucro
acelera novamente a concentração de capital e sua centralização (...) (Marx, 1988; L. III. t.
1, p. 183).
De acordo com a formulação de Kondratieff cada ciclo tem uma fase de ascensão
e declínio. A dinâmica interna dos ciclos (chamado de ciclo de Kondratieff depois dos
Crocetti
30
estudos dele) é baseada no princípio de flutuações, no mecanismo de acumulação,
concentração, dispersão e desvalorização do capital como um fator chave para o
desenvolvimento do mercado capitalista da economia.
Além disso, sua interpretação do desenvolvimento da crise do capitalismo indicou
que essa regularidade cíclica vai existir enquanto o modo de produção capitalista
percistir. "Cada nova fase do ciclo é pré-determinado com acúmulo de fatores da fase
anterior, e cada novo ciclo está seguindo o precedente tão naturalmente como uma fase
de cada ciclo após o outro. No entanto, ele tem que ser entendido separadamente, pois
cada novo ciclo surge com especiais e novas condições históricas, e se desenvolve num
novo nível das forças produtivas e, portanto, não é uma simples repetição do ciclo
anterior". Portanto não se trata de uma repetição simples de uma crise anterior, como
muitos pesquisadores vêm repetindo, mas, de novas condições históricas que o processo
capitalista criou. (KONDRATIEFF, 2010; p.12-17).
FIGURA 1 – Kondratieff
Fonte: Mamigonian: 1987 p. 63-71 e Rangel: 1990 p. 33-35. FMI, 2016. Elaboração Crocetti 2016.Obs. A linha do gráfico Kondratieff foi construída pelas médias trienais do crescimento econômico mundial,com base nos gráficos do Banco Mundial 2016 e das tabelas de Mamigonian: 1987 p. 63-71 e Rangel: 1990 p.
33-35.
Para fundamentar sua teoria, Kondratieff procurou examinar o comportamento
de variáveis econômicas e sua dinâmica, efetuando, ao longo dos anos, a análise do
movimento médio das séries e indicadores de preços e mercadorias. Tais como taxas de
juros, investimentos dos bancos, salários dos trabalhadores em atividades agrícolas e
industriais, alterações populacionais, importação e exportação, depósitos e poupanças
Ciclos Longos de Kondratieff 1815-2010
Fase
Fase "B"
Fase
Fase
Terceiro Quarto Kondratieff
Fase "B"
SegundoPrimeiro
Fase "B"
Fase "A"
A Arquitetura da crise financeira
31
bancárias, total de comércio exterior, consumo e produção de carvão e petróleo;
produção de ferro gusa; produção de cereais por acres e produção líder. Nestes ciclos a
fase de expansão é caracterizada por superinvestimentos em bens de capital e, na fase
de depressão, por um processo de depreciação. Ver teorização esboçada na Figura 1.
"Modificações nas técnicas têm sem dúvida um papel muito influente
sobre o curso do desenvolvimento do capitalismo. Mas ninguém provou
que elas têm uma origem acidental e externa. Modificações nas técnicas
de produção presume (1) que relevantes descobertas e invenções científicas
foram feitas, e (2) que é economicamente viável usá-las. Seria um erro
óbvio negar o elemento criativo das descobertas e invenções científico-
técnicas. Mas de um ponto de vista objetivo, ocorreria ainda um grande
erro se alguém acreditasse que a direção e a intensidade destas
descobertas e invenções fossem meramente acidentais; é muito mais
provável que a direção e a intensidade sejam uma função das
necessidades da vida real e do desenvolvimento precedente da ciência e
da técnica. Invenções científico-técnicas por si mesmas, portanto, são
insuficientes para trazer uma mudança real na técnica de produção. Elas
podem se manter inativas tanto quanto as condições econômicas
favoráveis de suas aplicação estiverem ausentes. Isto está revelado no
exemplo das invenções científico-técnicas do século XVII e XVIII que foram
usadas em larga escala somente durante a revolução industrial e início do
século XVIII. Se isto é verdade, então a suposição de que as modificações
técnicas são de caráter aleatório e não de fato a fonte nascente de
necessidades econômicas perde o seu peso. Nós vimos antes que o
desenvolvimento das técnicas em si é parte do ritmo das ondas longas."
KONDRATIEFF, 1984; 35-36).
Para a determinação dos anos de tais tendências, ele concluiu que os limites
destes ciclos podiam, todavia ser representados como sendo as variáveis de 40 a 60 anos
aproximadamente, e estabeleceu um gráfico provável dos ciclos. Ver figura 1 e quadro 1.
Ao examinar a natureza dos longos ciclos, do ponto de vista das modificações nas
técnicas de produção, Kondratieff observou que as regularidades do processo ajudam a
Crocetti
32
estabelecer algumas regras empíricas para o movimento das longas ondas. E dentro
desta perspectiva, em um curto, mas importante trecho, Kondratieff revelou o papel das
modificações nas técnicas nos longos ciclos:
Para (SCHUMPETER, 1984; p. 62-77) – economista e professor de Harvard –, que
desenvolveu a teoria da Inovação, interpretou que os longos ciclos resultam da
conjugação ou da combinação de inovações, e cria um setor líder na economia, ou um
novo paradigma, ou inovação tecnológica que impulsiona o crescimento rápido desta
economia. Este setor promove, antes de consolidar a sua hegemonia, uma avalanche de
transformações e de destruições criativas, para ele a crise geral do capitalismo é também
fruto do esgotamento tecnológico, ou seja;
"O Capitalismo, então, é, pela própria natureza, uma forma ou método de
mudança econômica, e ele nunca pode estar estacionário. E tal caráter evolutivo do
processo capitalista não se deve meramente ao fato de a vida econômica acontecer num
ambiente social que muda e, por sua mudança, altera os dados da ação econômica; isso
é importante e tais mudanças (guerra, revoluções e assim por diante) frequentemente
condicionam a mudança industrial, mas não são seus motores principais. Tampouco se
deve esse caráter evolutivo a um aumento quase automático da população e do
capital ou dos caprichos dos sistemas monetários, para os quais são verdadeiras
exatamente as mesmas coisas. O impulso fundamental que inicia e mantém o
movimento da máquina capitalista decorre de novos bens de consumo, dos novos
métodos de produção ou transporte, dos novos mercados, das novas formas de
organização industrial que a empresa capitalista cria (...). A abertura de novos mercados
-- estrangeiros ou domésticos -- e o desenvolvimento organizacional, da oficina artesanal
aos conglomerados (...), ilustram o mesmo processo de mutação industrial (...) que
incessantemente revoluciona a estrutura econômica a partir de dentro, incessantemente
destruindo a velha, incessantemente criando uma nova. Esse processo de Destruição
Criativa é o fato essencial do capitalismo. É nisso que consiste o capitalismo e é aí que
têm de viverem todas as empresas capitalistas." (SCHUMPETER, 1984; p.112-113).
A tese marxista do “lumpen proletariado”, proletariado esfarrapado, que não
consome e provoca a saturação do mercado dos mais ou menos ricos continua válida. A
diferença relativa ao Século XIX é que agora a situação é global, e são os ricos que estão
A Arquitetura da crise financeira
33
com os mercados mais saturados. Segue quadro esquemático adaptado da tese de
Schumpeter.
Quadro II: Longos Ciclos Adaptados de Schumpeter
FASES DECOLAGEM EXPANSÃO RECESSÃO DEPRESSÃO
CICLOS A B C D
1o 1770-1785 1786-1800 1801-1813 1814-1827
2o 1828-1842 1843-1857 1858-1869 1870-1885
3o 1886-1897 1898-1911 1912-1925 1926-1937
4o 1938-1974 1974-1998 1998-2007 2007...
Fontes: Baseado em, STOFFAES (2009: 337 e 362); GOLDSTEIN (1988: 94).
Hipocrisia do Capital
FIGURA 2: Participação no PIB mundial (Peso Em %) - Economias Emergentes eAvançadas - 2008 – 2015
FONTE: FMI E DEPEC 2014.
Ficou provado com as sucessivas Crises Estruturais do Capitalismo, que essa
história de que o mercado regula e o Estado é dispensável é um grande engodo, uma
bobagem. Em nenhuma economia existe o mercado exclusivamente ou o Estado
exclusivamente. Na União Soviética não era assim — existia o mercado e existia o Estado.
Nessa crise o capitalismo está se saindo razoavelmente bem. Isto é, eles estão sabendo
PROJEÇÕES PARTICIPAÇÃO NO PIB MUNDIAL - DESENVOLVIDOS X EMERGENTES - NOVA PPP -HIPÓTESES DEPEC - 2009-2017 - fonte depec e FMI
49.6%
53.1% 51.9%54.7%
50.3%
46.6%
49.7%
47.8%
45.3%
40.0%
43.0%
46.0%
49.0%
52.0%
55.0%
58.0%
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
2015
HIPÓTESES: ALTERNATIVAS
Mundo Desenvolvidos Emergentes2009 -0.50% -3.30% 2.40%2010-2017 3.68% 2.50% 5.00%
DESENVOLVIDOS
EMERGENTES
Crocetti
34
que não podem deixar estourar o sistema bancário. Mas, o sistema bancário não pode
ser controlado pelos Estados. Há uma força de autonomia do sistema bancário no
capitalismo, diferentemente do socialismo. Na China não se pode imaginar um sistema
bancário, um sistema financeiro, que faça o que quiser. Isso não existe. O socialismo
controla os eixos principais das decisões econômicas, dos mecanismos econômicos. No
capitalismo isso não acontece. A grande vantagem, do socialismo sobre o capitalismo é
essa capacidade de juntar o poder do Estado com o poder do mercado. As figuras a 2 e
3, ondem aparecem cenários da participação do PIB mundial e o impacto da crise tanto
nas economias periféricas como centrais, bem como o papel da China.
FIGURA 3: Participação no PIB mundial (Peso Em %) – EUA e China Vançadas - 2008 –2021
FONTE: FMI E DEPEC 2014.
Uma análise das relações entre 43.000 empresas transnacionais concluiu que um
pequeno número delas - sobretudo bancos - tem um poder desproporcionalmente
elevado sobre a economia global. A conclusão é de três pesquisadores da área de
sistemas complexos do Instituto Federal de Tecnologia de Lausanne, na Suíça.
Refinando ainda mais os dados, o modelo final revelou um núcleo central de 1.318
grandes empresas com laços com duas ou mais outras empresas - na média, cada uma
delas tem 20 conexões com outras empresas.
PROJEÇÕES PARTICIPAÇÃO NO PIB MUNDIAL - CHINA E EUA - NOVA PPP - HIPÓTESES DEPEC -2008-2020 - fonte depec e FMI
17.8%
12.2%
16.7%15.2%
14.3%
13.0%
11.4%
17.2%17.6%
20.3%
18.0%18.7%
19.1%19.8%
20.9%
10.0%
13.0%
16.0%
19.0%
22.0%
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
2015
2016
2017
2018
2019
2020
2021
chinaeua
HIPÓTESES:
Mundo EUA China2009 -0.5% -2.9 6.5%2010-2021 3.7% 2.5% 7.0%
China
EUA
A Arquitetura da crise financeira
35
Mais do que isso, embora este núcleo central de poder econômico concentre
apenas 20% das receitas globais de venda, as 1.318 empresas em conjunto detêm a
maioria das ações das principais empresas do mundo - as chamadas blue chipsnos
mercados de ações.
Em outras palavras, elas detêm um controle sobre a economia real que atinge
60% de todas as vendas realizadas no mundo todo. VITALI, GLATTFELDER e
BATTISTON, 2011.
Piketty o queridinho da mídia, tenta dissimular ser de "esquerda", mas não está
fora da confraria dos economistas ortodoxos, clássicos e neoclássicos, e digamos burgueses.
Afirma-nos: "A desigualdade não é necessariamente má em si: "a questão das
desigualdades depende das representações dos atores".
Para Piketty (O Capital no século XXI) a compra e a venda da força de trabalho
não existem. Mais ainda, ele assimila totalmente o capital ao patrimônio, ele chama-lhes
na pág. 84 "sinônimos perfeitos" e utiliza-os de modo intercambiável. Para ele, o capital
ou património representa o conjunto dos ativos não humanos que podem ser possuídos
ou trocados num mercado. Divide depois esse capital global em capital público e
privado. Esta confusão entre capital e patrimônio não é inocente. Constatamos ao ler a
obra que o autor joga astuciosamente com esta confusão patrimônio/capital utilizando
um ou outro dos dois termos (que ele acha permutáveis) para dar um sentido particular
à sua demonstração.
Na crise profunda do sistema capitalista, na luta encarniçada que o capital trava
para restabelecer as taxas de lucro, os ideólogos burgueses, conscientes da rejeição das
suas medidas políticas por uma parte crescente da população, estão à procura de um
compromisso social que lhes permita neutralizar a luta de classes ou desviá-la para que
in fine a dominação do capital permaneça. Nessa luta, é preciso a todo o custo mostrar
que não há outra saída senão aceitar a lei do capital. Assim, é necessário
sistematicamente desqualificar as análises apoiando-se na existência das classes sociais e
seu caráter antagônico no sistema capitalista, e substitui-lo por uma análise em termos
de grupos sociais. É também necessário "purificar" a economia da política e afastá-la de
uma análise global da sociedade e do seu movimento.
Crocetti
36
Crise no Brasil
Armen Mamigonian (2011) faz sua Interpretação das consequências da crise no
Brasil que resumo e atualizo a seguir; Na crise de 1930 a revolução significou a ascensão
ao poder dos industriais, como um setor de inserção secundário no pacto de poder. O
setor principal eram os latifundiários, sobretudo os estancieiros gaúchos e Minas, que
recebeu apoio também do sertão do nordeste; então esse pacto de poder foi um pacto
desenvolvimentista. Pois havia interesse do próprio latifúndio. Porque ao latifúndio
interessava exportar mais, ao latifúndio interessava os investimentos na rodoviarização
do país, valorizaria as suas terras, mas por outro lado, não interessava nenhuma
proposta de reforma agrária, nesse ponto o pacto era sagrado: ninguém ia propor uma
reforma agrária que passasse por esse pacto de poder.
Mas como constatamos mais tarde, a Reforma Agrária não era condição
indispensável para um crescimento econômico; está provado hoje, não precisou. Com a
substituição das importações, e a consequente produção de tecidos, cigarros, sapatos etc.,
no lugar de importar, passaram a produzir internamente. Que em uma etapa seguinte,
foi estendida para; cimento, material de construção, tinta, azulejo, etc. Então a
urbanização exigia; mais pra frente por conta da rodoviarização, seria necessária a
criação e produção, de refinarias de petróleo, ia precisar de aço, e coisa parecida e assim
foi indo.
Chegou o momento em que esse pacto sofreu uma crise em 1990, e ocorreu um
rompimento desse pacto, por parte do imperialismo estadunidense, que impôs a saída
dos industriais brasileiros e a substituição por eles, eles já estavam no poder pelo lado, das
suas relações com os bancos brasileiros. Então em 1990 houve uma contrarrevolução
neoliberal imposta pelos Estados Unidos, Collor, depois Fernando Henrique e etc.
Os industriais que eram minoritários no pacto de 30, precisaram de um
latifundiário como o Getúlio Vargas para alavancar o setor industrial, ou seja, a
Companhia Siderúrgica Nacional saiu das mãos desse latifundiário. Isto é, Getúlio sabia
em 1930 que podia jogar de um lado com o Japão e Alemanha e do outro lado com os
Estados Unidos e Inglaterra então o Brasil, por exemplo, exportou algodão em grandes
proporções para o Japão e Alemanha, e isso aí os intelectuais brasileiros fazem questão
de esquecer. Também se esquecem de dizer que ele era um líder muito competente
para os interesses nacionais.
A Arquitetura da crise financeira
37
Quando começa a Segunda Guerra não havia praticamente outra opção, apenas
o Imperialismo Estadunidense, mas Getúlio sabia que podia jogar e nesse jogo mandou
em 1938-39 um general a percorrer a Inglaterra, Estados Unidos, a Alemanha para ver
quem iria financiar a siderurgia brasileira, então ele arrancou a Companhia Siderúrgica
Nacional. O que podemos concluir com isso? Que esses latifundiários nacionalistas
alavancaram a indústria brasileira. Os industriais eram os sócios secundários. Tanto que
em 1932, na revolução constitucionalista, os industriais aderiram.
Agiram como um bando de ignorantes. Eles não sabiam que a revolução
constitucionalista contra o Getúlio seria contra eles. Aí o Roberto Simonsen foi obrigado a
sair, mas logo voltou. E agora quando terminou o governo do Fernando Henrique,
houve um novo fato, digamos inusitado. Assim como em 1930 um latifundiário, um
estancieiro foi o pai da industrialização brasileira, agora, sem que os industriais tivessem
consciência disso, precisou de um Lula, que sai do movimento operário, para que eles
pudessem ser novamente alavancados.
Podemos afirmar que os industriais brasileiros são extremamente competentes e
extremamente agressivos do ponto de vista empresarial. Por isso de certa forma o Lula
acabou sendo o representante dos interesses nacionais, que interessam tanto à classe
operária quanto à burguesia industrial brasileira. Mas ele ganha as eleições e o sistema
está dominada pelo neoliberalismo. Então Lula é obrigado a engolir, por exemplo, o
Banco Central. Ele poderia ter pressionado o Banco Central, ter mudado suas políticas há
mais tempo, mas o Banco Central foi o imperialismo dentro do governo. Quer dizer, o
pacto de poder em 1990 eliminou a burguesia industrial. Então, neoliberalismo, abriu a
economia, destruiu uma série de empresas. Essa burguesia incompetente do ponto de
vista político precisava de um governo de esquerda, de centro-esquerda. E esse governo
tem desempenhado esse papel, mas não conseguiu durante a gestão Lula (2002-2010)
desalojar o imperialismo estadunidense do governo, que está dentro que é o Banco
Central.
O Banco Central não pode ser controlado pelo sistema financeiro. Ele tem de ser
controlado pelo Estado brasileiro, tendo em vista os interesses nacionais, os interesses dos
trabalhadores, da criação de emprego. E podem-se assegurar interesses também dos
bancos. Mas eles não podem mandar. Eles não podem dizer qual vai ser a taxa dos juros,
se vão aumentar tanto, o câmbio vai ser do jeito que está aí e coisas parecidas. Esse
câmbio, por exemplo, é um câmbio desastroso.
Crocetti
38
Considerações finais
Uma das razões pelas quais a crise do capitalismo não acabou foi que as novas
tecnologias continuam proporcionalmente atrasadas. Atrasadas porque a
financeirização foi prioridade para ter uma lucratividade imediata. O capitalismo está
atrasado do ponto de vista de revolução tecnológica. E só essa revolução tecnológica é
que vai permitir à economia mundial toda se recuperar. A atual crise da primeira
década dos 2000, essa crise vai acelerar a corrida tecnológica porque está demonstrado
que aqueles que ficarem esperando excessivamente vão ficar para trás.
A questão da revolução tecnológica é uma questão da qual não se escapa. Isso
não é uma coisa que se possa controlar ou deixar de controlar. São leis do capitalismo. O
capitalismo quando entra num período depressivo é obrigado a procurar novas fórmulas
de lucratividade. E uma delas são tecnologias novas. Nesse sentido, dá para dizer que o
fordismo já acabou, foi substituído pelo toyotismo. Dá pra dizer que a segunda
revolução industrial já acabou ela está sendo substituída pela terceira. Então, é um
fenômeno inexorável — não é coisa que dá pra ser a favor ou contra.
A relação produção/consumo para o capitalismo é fundamental. Não se pode
brincar. Consequentemente, o que vem por aí — num futuro relativamente próximo — é
uma diminuição da jornada de trabalho, como já houve nas outras revoluções
industriais. Porque para o capitalismo não interessa ter uma população desempregada
muito numerosa. Há uma margem de tolerância política. E, por outro lado, há uma
necessidade de que a relação entre produção que sobe verticalmente pela revolução
tecnológica seja acompanhada por uma capacidade de consumo. Essa capacidade de
consumo pode ser induzida pelos Estados, sob a forma de uma redução da jornada de
trabalho como aconteceu em todas as revoluções industriais.
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Número 1 – Año 2016 – Versión digital
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La distancia geográfica de las capitales provinciales argentinas
al Área Metropolitana de Buenos Aires para el transporte de
pasajeros
Ana María Liberali
Sobre la distancia geográfica
Cuando en geografía hablamos de distancias, no lo hacemos solamente enkilómetros, que lógicamente se tienen en cuenta, pero que en última instancia sólohacen referencia a una primera aproximación. Una misma distancia matemáticapuede ser muy diferente desde el punto de vista geográfico, ergo, cien kilómetros detierra o ripio no son lo mismo que cien kilómetros de ruta asfaltada y señalizada. Talcual, si se tratara de un camino de llanura o uno de montaña, de lugares con grandesnevadas o lluvias torrenciales, de temperaturas extremas, de rutas con peajes, concontroles de frontera interprovincial o internacional, etc.
Nadie tiene demasiado claro qué cantidad de kilómetros separan a un sitio de otro,sino cuál es el esfuerzo necesario para unirlos. Es decir, que al kilometraje debenagregársele el tiempo y los costos de traslado. Y el tiempo estará definido por lastecnologías disponibles, no sólo de la existencia de vías de comunicación sino delfuncionamiento de los medios de transporte: estado, frecuencia, velocidad…
También debemos distinguir entre el tránsito de cargas y de pasajeros. Si las cargasson perecederas, de alto riesgo, de gran peso y volumen, etc. Y en cuanto a lospasajeros, que se comportan como carga perecedera, debemos considerar la edad, elsexo, el estado físico y sus pautas de comportamiento”. (Liberali y Redondo; 2013)
Cuando hablamos de costos, si se trata del transporte de pasajeros, no deben tenerseen cuenta tan sólo los económicos, sino también los orgánicos, psicológicos, sociales yculturales (Benítez, 1995).
En función de lo expresado, en este artículo analizaremos la distancia geográficaexistente entre las ciudades capitales de las provincias argentinas respecto de laCiudad Autónoma de Buenos Aires, capital del país. Y para ello se considerarán lasdistancias por vía terrestre en automotor y por vía aérea en las principales empresas,sólo para el transporte de pasajeros.
La distancia geográfica de las capitales argentinas
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Sin duda, se tratará de un simple acercamiento a la problemática que se presenta enun país como lo es la Argentina, de grandes distancias y en situación periférica.
La heterogeneidad de las distancias
“Dios está en todas partes, pero atiende en Buenos Aires”, es una frase popular queen la Argentina representa la concentración de la oferta de bienes y servicios en laciudad más poblada, que además es la capital del país. Y verdaderamente es así, yaque los habitantes de las capitales provinciales deben trasladarse necesariamentehasta la Reina del Plata, tanto por razones de salud y de educación como por laadquisición de productos que por razones de escala y/o de poder adquisitivo no sonofertados en sus lugares de origen.
Justamente la localización de los centros de salud de mayor complejidad como ladiversidad educativa y la producción y distribución de mercancías requieren demercado, y éste tiene como principales requerimientos grandes aglomerados urbanosy/o elevado poder adquisitivo, y dichos ingredientes se encuentran en mayorconcentración en el Área Metropolitana de Buenos Aires.
Como muestra la Tabla Nro. 1, el Área Metropolitana de Buenos Aires y la ciudad de
La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires1, son diez veces más pobladas que lasegunda urbe del país, la capital de la provincia de Córdoba. Y esta macrocefalia nodebe ser despreciada. Tomando otra referencia, notaremos que el AMBA más LaPlata, con 13.279.000 habitantes cuentan con casi el doble de la cantidad depoblación que suman todo el resto de las capitales provinciales, que apenas llegan alas 7.443.359 almas, siendo las patagónicas unas de las más débilesdemográficamente hablando, con 556.784 sumando a Neuquén, Viedma, Rawson-
Trelew2, Río Gallegos y Ushuaia, número casi equivalente al total de la ciudad deSalta.
Tabla Nro. 1. Cantidad de población de las capitales provinciales argentinas,
incluyendo sus conurbanos – 2010
CIUDAD CAPITAL y SU CONURBANO Cantidad de habitantes
Buenos Aires + La Plata 12.548.000 + 731.000
Córdoba 1.317.298
Mendoza 894.000
Tucumán 800.000
1 Para este trabajo hemos incluido a la ciudad de La Plata junto con el Área Metropolitana deBuenos Aires debido a que los aeropuertos de referencia son los mismos debido a la proximidad entreambas.
2 Hemos incluido a la ciudad de Trelew debido a que se encuentra a sólo veintidós kilómetros deRawson, capital del Chubut, que no dispone de aeropuerto propio.
La distancia geográfica de las capitales argentinas
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Salta 520.683
San Juan 461.000
Santa Fe 391.164
Corrientes 346.334
Resistencia 290.723
Posadas 275.028
Jujuy 257.970
Santiago del Estero 252.192
Paraná 247.139
Neuquén 231.198
Formosa 222.226
La Rioja 178.872
San Luis 169.947
Catamarca 159.139
Santa Rosa 102.860
Río Gallegos 95.796
Ushuaia 56.593
Viedma 52.789
Rawson
+ Trelew
22.493
+ 97.915
Fuente: Elaboración propia en base a datos del INDEC.Veamos ahora, entonces, cuál es la distancia entre cada una de las ciudades
mencionadas y el kilómetro 0 de las rutas nacionales ubicado en la plaza de los Dos
Congresos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, para lo cual se han tomado las
indicaciones de Google Maps.
Las capitales más cercanas al binomio Buenos Aires-La Plata, las constituyen
Santa Fe-Paraná, alcanzando una distancia máxima de 500 km, lo que permite un
contacto relativamente sencillo. Luego las distancias van in crescendo desde Santa
Rosa con 612 km, seguida de Córdoba y San Luis que superan los 700 km, hasta la
mayor parte de las ciudades capitales que en general distan alrededor de 1000 km
de la Capital Federal.
Las más alejadas son Tucumán, Salta y Jujuy en el NOA, que van de 1249
hasta 1494 km; y sin duda las de la Patagonia más austral, desde Rawson a 1371 km, y
Río Gallegos a 2507 km hasta Ushuaia, que se encuentra a 3076 km, de los cuales
200 corresponden al sector chileno de la Tierra del Fuego, separados incluso por el
estrecho de Magallanes, implicando una complejidad extrema en cuanto a
accesibilidad.
La distancia geográfica de las capitales argentinas
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Tabla Nro. 2: Distancia de las capitales argentinas al AMBA por las carreteras demejor estado en kilómetros – 2015
CIUDAD CAPITAL y SU CONURBANO Distancia al AMBA por carretera en km
Santa Fe 469
Paraná 500
Santa Rosa 612
Córdoba 701
San Luis 790
Corrientes 909
Viedma 914
Resistencia 936
Posadas 1001
Santiago del Estero 1048
Mendoza 1051
Formosa 1099
San Juan 1116
La Rioja 1131
Catamarca 1131
Neuquén 1139
Tucumán 1249
Rawson + Trelew 1371
Salta 1464
Jujuy 1494
Río Gallegos 2507
Ushuaia 2876 y 200 en Chile
+ ADUANAS
Y FERRY
Fuente: Elaboración propia en base a datos Google Maps.
Las distancias por vía terrestre
Si tomamos las distancias vía terrestre circulando en automóvil por las rutas
de mejor estado, sin duda, las ciudades de Santa Fe, Paraná, Santa Rosa y Córdoba,
se encuentran a menos de siete horas de conducción, lo que permite un
desplazamiento aceptable, aunque no ideal, hacia la capital del país.
Ya San Luis, Corrientes, Viedma, Resistencia, Posadas, Mendoza, Santiago del
Estero, Catamarca, La Rioja, Formosa, San Juan, Neuquén y Tucumán, presentando
entre 8 y 13 horas de conducción, requerirían de dos personas que se alternaran o
bien, más de una parada de descanso, llevando el trayecto a dos o tres horas más.
Y en el caso de Rawson-Trelew, Salta, Jujuy, Río Gallegos y Ushuaia, la
La distancia geográfica de las capitales argentinas
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distancia terrestre se convierte en un gran obstáculo. Mucho más en el caso de las
ciudades patagónicas, cuando en período invernal las rutas se encuentran cubiertas
de nieve o hielo que las hace casi intransitables, llegando al límite de considerar a la
distancia geográfica como infinita.
Desde ya que, en ómnibus de larga distancia, si bien la cantidad de horas de
desplazamiento es algo mayor, según los servicios de que se disponga, puede tenerse
un mayor descanso corporal y mental, lo que puede redundar en tolerar una mayor
cantidad de horas a bordo. De todos modos, consideramos que el límite que la
mayoría de los pasajeros tolera es menor a doce horas, lo que nos muestra una gran
ventaja posicional para las ciudades de Santa Fe, Paraná, Santa Rosa, Córdoba, San
Luis, Corrientes y Resistencia.
Por otra parte, Santiago del Estero, Viedma Mendoza, Posadas, La Rioja,
Formosa, San Juan, Catamarca, Tucumán y Neuquén cuentan con servicios que
oscilan entre doce y dieciséis horas; teniendo la peor parte Rawson-Trelew, Salta y
Jujuy con recorridos con una duración de entre diecinueve y veintiuna horas.
Sin embargo, los destinos más críticos desde el punto de vista del trayecto
terrestre lo tienen las ciudades de Río Gallegos con treinta y seis horas de viaje, y
Ushuaia, que con trasbordo en la capital santacruceña y sin viento en el estrecho de
Magallanes, pueden considerarse cuarenta y ocho horas netas a bordo de un micro.
La distancia geográfica de las capitales argentinas
45
Tabla Nro. 3: Distancia de las capitales argentinas al AMBA por las carreteras demejor estado en horas de automóvil y en ómnibus - 2015
CIUDAD CAPITAL
y SU CONURBANO
Distancia al AMBA en
automóvil
por carretera en horas y
minutos
Distancia hacia
la terminal de ómnibus de
Retiro3 en horas y minutos
en el servicio más rápido
Santa Fe 4,58 5,45
Paraná 5,15 6,00
Santa Rosa 6,42 7,35
Córdoba 6,44 8,35
San Luis 8,45 9,50
Corrientes 9,27 10,40
Resistencia 10,10 11,50
Santiago del Estero 11,35 12,35
Viedma 10,03 12,40
Mendoza 11,11 13,00
Posadas 10,18 13,10
La Rioja 11,51 13,30
Formosa 11,57 13,30
San Juan 12,16 13,45
Catamarca 11,37 14,15
Tucumán 12,45 14,35
Neuquén 12,30 15,20
Salta 15,33 19,10
Rawson + Trelew 14,53 19,15
Jujuy 16,23 20,15
Río Gallegos 26,00 36,00
Ushuaia 33,00 48,00
Fuente: Elaboración propia en base a datos de Central de Pasajes.
Las distancias por vía aérea
En cambio, por vía aérea, si tomamos en cuenta no sólo las horas de vuelo,
sino también la espera mínima en el aeropuerto (una hora) y las frecuencias, la
distancia geográfica se aplana, modificando la situación considerablemente. Mientras
que en Santa Fe – Paraná se ahorran tres horas, en el caso de Río Gallegos, se
disminuyen veintidós horas de viaje, y en Ushuaia veintisiete.
3 La terminal de ómnibus de Retiro, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, es la que ofrece mayorcantidad de servicios de larga distancia a todo el país.
La distancia geográfica de las capitales argentinas
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Tabla Nro. 4: Distancia de las capitales argentinas al AMBA por vía aérea en horas devuelo más espera en aeropuerto - 2015
CIUDAD CAPITAL
y SU CONURBANO
Distancia al AMBA en horas de vuelo más
espera mínima en aeropuerto
Santa Fe 2,00
Paraná 2,00
Santa Rosa 2,20
Córdoba 2,20
San Luis 2,25
Corrientes 2,25
Viedma 2,30
Resistencia 2,35
Posadas 2,35
Mendoza 2,45
Santiago del Estero 2,45
Catamarca 2,50
La Rioja 2,50
Formosa 2,55
San Juan 2,55
Neuquén 2,55
Tucumán 2,55
Rawson + Trelew 3,00
Salta 3,00
Jujuy 3,15
Río Gallegos 4,10
Ushuaia 5,55
Fuente: Elaboración propia en base a datos Google Maps.
Sin embargo, hay otro factor muy importante a tener en cuenta,
imprescindible para medir las distancias desde un medio de transporte público, y son
las frecuencias.
Y para eso hemos tomado la cantidad de vuelos programados en las páginas
de Aerolíneas Argentinas y de LAN, que son las empresas que tienen frecuencias
permanentes a la mayoría de los destinos.
A partir de la Tabla Nro. 5, podremos observar que Córdoba Capital, la
segunda ciudad del país, es la que cuenta con mayor conectividad, con alrededor de
diecisiete vuelos diarios, seguida por Mendoza con catorce. Mientras tanto Salta,
Neuquén, Tucumán y Ushuaia mantienen una buena frecuencia con ocho vuelos al
La distancia geográfica de las capitales argentinas
47
día, llegando exactamente a la mitad las ciudades de Santa Fe, San Juan, Rawson-
Trelew y Río Gallegos.
Corrientes, Resistencia, Posadas y Jujuy tienen un promedio de tres vuelos
diarios; y San Luis, Santiago del Estero y Formosa solamente dos.
Pero la situación se presenta sumamente crítica en Catamarca y La Rioja en
que no hay vuelos diarios y sus distancias por carretera ascienden a más de once
horas. Algo similar ocurre con Viedma, capital de la provincia de Río Negro, que, con
diez horas de trayecto terrestre, cuenta con sólo tres vuelos semanales.
Santa Rosa y Paraná se encuentran en una situación similar, pero en el caso
de la primera está a menos de siete horas por tierra, y en el segundo, cuenta con el
aeropuerto de Santa Fe, a escasos 53 km.
Tabla Nro. 5: Frecuencia de vuelos mensuales desde el AMBA hasta las capitales
provinciales - 2015
CIUDAD CAPITAL y SU CONURBANO Cantidad de vuelos mensuales
Córdoba 510
Mendoza 420
Salta 300
Neuquén 270
Tucumán 240
Ushuaia 240
Santa Fe 120
San Juan 120
Rawson + Trelew 120
Río Gallegos 120
Corrientes 90
Resistencia 90
Posadas 90
Jujuy 90
San Luis 60
Santiago del Estero 60
Formosa 60
Catamarca 24
La Rioja 20
Paraná 16
Santa Rosa 16
Viedma 12
Fuente: Elaboración propia en base a datos de las empresas Aerolíneas Argentinas y LAN.
La distancia geográfica de las capitales argentinas
48
Conclusiones
Considerando que la distancia geográfica dependerá de la necesidad de
comunicación entre dos sitios, y que las capitales de las provincias argentinas
mantienen una gran dependencia política y económica con la Ciudad de Buenos
Aires y su conurbano, se han establecido parámetros que nos permitieron medir el
grado de accesibilidad de cada una de ellas para el transporte de pasajeros.
Para nuestro análisis hemos considerado tanto el kilometraje como el tiempo
de desplazamiento estimado en automóvil y ómnibus de larga distancia, y también
el referido a vuelos y su frecuencia.
Respecto de los traslados por vía terrestre, existe una relativa correlación,
aunque no idéntica, entre la distancia en kilómetros y el tiempo de viaje,
complejizada en algunos casos, por el estado de los caminos, el relieve o condiciones
meteorológicas; o bien como en el caso de Ushuaia, ante la necesidad de traspasar
doblemente la frontera con un país vecino, así como tener que cruzar un curso de
agua mediante una balsa en una zona inhóspita y de clima adverso.
No obstante, tomando como referencia el tráfico aéreo, tanto por tiempo de
vuelo y espera en aeropuertos, como por frecuencias, la situación se modifica
considerablemente, aplanándose las distancias, favoreciéndose especialmente, las
ciudades más alejadas.
Sin embargo, no todos los bolsillos están en condiciones de acceder al
transporte aéreo, amén de la escasa oferta en relación con las demandas de los sitios
más alejados del Área Metropolitana de Buenos Aires, por lo que, tomando en
cuenta el conjunto de modos de transporte, hemos establecido tres categorías en
cuanto a la distancia geográfica que separa a las capitales provinciales del sitio con el
cual les es necesario comunicarse.
Las ciudades que se encuentran a menor distancia geográfica de Buenos Aires,
según nuestro análisis, serían Santa Fe, Córdoba, Paraná, Corrientes, Santa Rosa, San
Luis, Mendoza y Resistencia.
En una situación intermedia, estarían Posadas, Viedma, Santiago del Estero,
San Juan, Neuquén, Tucumán y Formosa.
Y las que tendrían mayores dificultades de accesibilidad serían La Rioja, Salta,
Catamarca, Rawson-Trelew, Ushuaia, Río Gallegos y San Salvador de Jujuy.
Esta situación es dable de ser modificada tanto mediante la inversión en
infraestructura ferro-vial y aeroportuaria como por la modernización de la flota y
La distancia geográfica de las capitales argentinas
49
aumento de la frecuencia de los servicios.
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Número 1 – Año 2016 – Versión digital
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50
“Japón: la crisis de estancamiento”, de Joseph Halevi y Bill
Lucarelli
Diego Solimeno (UNMP)
Alan Rebottaro (UNLu)
Una primera aproximación geográfica
La geografía permite pensar y entender el capitalismo. Así, la realidad,
materializada en los procesos económicos y financieros que se desarrollan dentro de los
Estados, se puede explicar en clave geográfica. En este sentido, "Japón: la crisis de
estancamiento", de Joseph Halevi y Bill Lucarelli, publicado primero en ingles en Monthly
Review y posteriormente en la Revista Globalización en el año 2002, toma ese rumbo.
Japón es uno de los países en donde el capitalismo se desarrolló con más potencia
luego de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, este desarrollo conllevó ciertos
límites, propios del sistema, que se geografizan en forma de crisis y estancamientos
económicos. Estos procesos fueron detalladamente analizados por los autores
mencionados hace casi veinte años y hoy en día continúan teniendo vigencia. Al mismo
tiempo consideramos que el análisis propuesto para el caso nipón es un gran aporte para
la geografía económica. De esta manera este trabajo se propone realizar un comentario
sobre el artículo mencionado, poniéndolo en el contexto de la crisis económica capitalista
Japón: la crisis de estancamiento
51
actual, resaltando procesos que ayuden a comprender la crisis económica en clave
geográfica.
En función de este análisis, la crisis del Japón es producto de factores internos y
externos a éste. Entre los factores internos se destacan su envejecimiento progresivo y la
pérdida relativa de demanda efectiva de su mercado interno. Por otro lado entre los
factores externos se destaca la pérdida de competitividad que se produjo (sobre todo en
los años 80 y 90) debido a la sobrevaluación del yen respecto al dólar. Este fenómeno
quitó competitividad a las manufacturas de exportación niponas, motor de su desarrollo
y entre otros factores impulsó la salida de capitales industriales que buscaron ventajas
competitivas en diferentes partes del mundo, pero sobre todo en el sudeste asiático. Es
decir, que el papel que cumple como hegemón en la región significó que la respuesta a
la crisis de sobreacumulación sea el traslado geográfico de parte de su industria hacia los
llamados "tigres asiáticos".
Japón y la industria de posguerra
Luego de la Segunda Guerra Mundial, la progresiva y destacada participación de
Japón en el comercio internacional a través de la exportación de manufacturas no fue
casualidad. Todo sucede en un contexto histórico y, en este caso, el contexto está
marcado por la geopolítica. Las guerras de Corea (1950-1953) y Vietnam (1965-1975)
desarrolladas en el seno de la confrontación política entre Estados Unidos y la Unión de
las Repúblicas Socialistas Soviéticas (U.R.S.S), convirtieron a Japón en un aliado de la
potencia norteamericana en Asia del Este.
Este acuerdo no solo fue militar sino también, y fundamentalmente, económico.
Así, Japón experimentó un crecimiento industrial significativo, conducido por el aparato
del Estado, los principales bancos estatales y privados y un puñado de conglomerados de
empresas, significativamente poderosas y dedicadas a la industria pesada: acero,
petroquímica, automóviles, maquinaria industrial, y maquinaria eléctrica. Las
manufacturas con alto valor agregado fueron el eje del desarrollo de la economía
japonesa. Este sector industrial, impulsado y protegido por el contexto político externo e
Solimeno – Rebottaro
52
interno, produjo excedentes y productividad que generaron un círculo virtuoso que dio
impulso a la economía local.
También es de destacar la gran influencia que tuvo el Estado en este particular
crecimiento económico. El gobierno japonés, a través de sus ministerios, se propuso
desarrollar sectores clave de la economía que implicaran cierta complejidad industrial. Es
decir que el Estado, como motor político y burocrático de este crecimiento, cumplió un rol
fundamental orientando las inversiones hacia la construcción de infraestructuras como
caminos y puertos, para beneficiar a los oligopolios económicos y desarrollar sus
plataformas de exportación.
Por otra parte, la alta productividad de los trabajadores se debía, en parte, a la
explotación laboral de los mismos, ya que los salarios no fueron prioridad de las clases
dirigentes japonesas, por lo tanto, las ganancias tenían posibilidad de ser reinvertidas en
busca de más productividad. Halevi y Lucarelli nombran a este desarrollo como
"egoísta". Tal denominación expresa un exceso de sutileza. Lo que sucede no es más que
el desarrollo de la industria capitalista japonesa y, por tanto, como ocurre en todos los
países capitalistas, no hace otra cosa que beneficiar al capital perjudicando las
condiciones laborales, y en último término, la vida de los trabajadores.
El resultado de esto fue la emergencia de una estructura industrial ampliamente
oligopólica, dominada por unos cuantos "keiretzu", como Mitsui, Mitsubishi y Sumitomo.
Estos grandes conglomerados mostraban una pauta altamente jerárquica a través de sus
sistemas de subcontratación con las empresas pequeñas y medianas (SMEs) o chusho-
kigyo.
Del “milagro” a la retracción, el estancamiento y la crisis
El desarrollo económico de Japón luego de la Segunda Guerra Mundial se había
caracterizado por la acumulación de grandes reservas de divisas, a partir de excedentes
comerciales, lo que condujo a la apreciación de su moneda, el yen. Este proceso, a simple
vista conduciría a la pérdida de competitividad, pero en este caso fue contrarrestado por
una estrategia basada de exportación de capitales, a través de inversión extranjera
directa (IED), hacia la zona geográfica e histórica de influencia japonesa, es decir el
Japón: la crisis de estancamiento
53
Sudeste Asiático. Al mismo tiempo, la pérdida de competitividad del yen y la posible
pérdida del mercado norteamericano, fue combatida entablando una relación reciproca
con EE.UU, en base a acuerdos económicos y financieros.
Desde hace décadas el país norteamericano ha tenido una balanza comercial
deficitaria y Japón funcionó como el principal prestamista para acomodar dichos
desbalances. A cambio de esto, Japón aseguraba su acceso al mercado doméstico de
EE.UU, que proporcionaría un crecimiento expansivo de la economía guiada por las
exportaciones, no solo de mercancías sino, fundamentalmente, de capital.
Las estrategias mencionadas fueron efectivas parcialmente ya que el
estancamiento que acompaña a la madurez económica se hizo insalvable. En palabras
de Halevi y Lucarelli, la crisis japonesa tiene que ver con un exceso de liquidez y un
proceso de sobreacumulación.
Las políticas monetarias expansionistas que se dieron desde los ´70 apreciaron el
yen en relación al dólar pero al no equilibrarse la relación económica EE.UU./Japón
condujo a que este último acumulara gran cantidad de dólares norteamericanos,
posicionándose como uno de los principales financistas del déficit comercial
norteamericano.
La continua acumulación de reservas en divisas, el aumento de la capacidad
productiva y una demanda efectiva estancada, finalmente desembocaron en una crisis
de sobreacumulación. Esta situación de crisis condujo a que las empresas japonesas
aceleraran la deslocalización industrial hacia el sudeste asiático como la principal
estrategia para mantener las ganancias.1
De esta manera, las corporaciones japonesas, comenzaron a apropiarse de
beneficios muy significativos al producir a bajos costos para luego exportar los bienes
terminados desde estos países hacia Europa y EE.UU.2
Los autores destacan esta situación de la siguiente manera: “El mercado
doméstico japonés no podía él mismo actuar como la máquina propulsora del
crecimiento mientras los salarios reales se arrastraban detrás del crecimiento productivo.
La IED proveía sitios con bajos costos de producción en el Asia del Este que permitían a
las corporaciones japonesas exportar hacia los mercados con altos salarios en Europa y los
Estados Unidos. En esencia, el Japón buscó "mantener su estrategia exportadora,
Solimeno – Rebottaro
54
‘regionalizándola". A través de la IED se buscaban sitios de producción con bajos costos
que sirvieran como plataformas de exportación hacia los mercados de consumo
extraregionales.
Conclusiones
En síntesis, la relocalización de la actividad industrial japonesa (no de los sectores
estratégicos y de alta tecnología sino de manufacturas de consumo) hacia su entorno
más próximo, hacia los países de la región, los llamados “tigres asiáticos” incluida China,
fue la “salida geográfica” a su crisis de sobreacumulación, y con esto estamos diciendo:
sobrecapacidad productiva, caída de la tasa de ganancias, pérdida de competitividad
internacional, sobrevaluación de la moneda, estancamiento del mercado interno y
exportación de la crisis3. Todas consecuencias inherentes, como dicen los autores, de su
madurez económica capitalista que lo hará pasar de ser una nación exportadora de
capital a otra de carácter rentista.
Más allá del caso japonés, lo importante es destacar que estos procesos no son
acontecimientos aislados sino que, como vaticinaron los autores hace casi quince años,
estamos frente a un nuevo episodio en la crisis del régimen capitalista de posguerra.
Notas
1 A estas alturas, no podemos dejar de lado el reordenamiento de la división internacional del trabajo en
las últimas cuatro décadas. Sin esta aclaración sería imposible dimensionar el despliegue que han tenido,
por un lado, las inversiones japonesas en la región y, por otro, sus mercados de ultramar.
El esquema clásico de la división internacional del trabajo (DIT), se basaba, en pocas palabras, en la
especialización productiva de los países, una diferenciación de las exportaciones impuesta por los países
centrales, imperialistas, a los países periféricos. Los países centrales se encargaban, fundamentalmente, de
producir bienes terminados y complejos (barcos, locomotoras) que, aparte de introducirlos en sus propias
geografías, vendían a los países periféricos, cuya función era exportar materias primas.
Japón: la crisis de estancamiento
55
Así estaba constituido este círculo vicioso capitalista. Un sistema impuesto por los países imperialistas con el
fin de hacerse del control de los recursos naturales, mercados y mano de obra de un gran número de países
subordinados.
La creciente competitividad de los Estados en la economía mundial, el aumento del costo de la mano de
obra y, entre otras cosas, el encarecimiento de ciertas materias primas (por ejemplo durante el desarrollo
de la Crisis del Petróleo de 1973) trastocó este esquema, reduciendo considerablemente las tasas de
ganancias que se obtenían.
Si observamos el desarrollo económico japonés de posguerra vemos que para 1948, las exportaciones
japonesas representaban 0,4% del total mundial (vale aclarar la destrucción generada por la segunda
guerra mundial). Con el correr de los años y las décadas, tras el “milagro” japonés se produjo el crecimiento
de esta participación hasta alcanzar en el año 1993 9,9% de las exportaciones mundiales, situándolo como
la tercer economía mundial teniendo en cuenta esta variable. Los datos siguientes muestran como el
proceso de deslocalización industrial mencionado anteriormente provoco, entre otros factores, una caída
rotunda de la participación japonesa llegando a 2013 con 3,9% de participación. Es decir, que en veinte
años la participación japonesa en las exportaciones mundiales descendió casi tres veces. Al mismo tiempo,
muchos países del Sudeste Asiático aumentaron considerablemente su participación en las exportaciones
mundiales.2 Al mismo tiempo, Japón colocó parte de sus beneficios productivos en la compra de acciones y bienes
inmuebles. Este proceso, como tal, consolidó la posición japonesa en la región, ubicándolo como el principal
inversor, colaborando con el desarrollo industrial de la misma y aumentando los flujos comerciales
bilaterales.3 Como afirman Halevi y Lucarelli, los únicos componentes de demanda efectiva que todavía mantienen a
flote a la economía japonesa son el gasto del gobierno y las exportaciones.
Para acceder al artículo:
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Número 1 – Año 2016 – Versión digital
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56
América Latina: las etapas del desarrollo económico–social
Aníbal Gejo
América Latina y su inserción en el mundo
A pesar de conformar un conjunto heterogéneo y variopinto las naciones
latinoamericanas recorren –a partir de la independencia- trayectorias paralelas.
En primer lugar comienza para las naciones recién emancipadas lo que el
historiador Tulio Halperín Donghi ha denominado la “larga espera”, durante la cual el
derrumbe de los imperios iberoamericanos no permite la instauración de un nuevo
orden: es un período caracterizado por las permanentes luchas intestinas entre caudillos y
“señores de la guerra” surgidos de las guerras de independencia.
Entre 1850 y 1880 las economías latinoamericanas se integran al mercado
internacional. Producen y exportan materias primas agropecuarias y minerales e
importan bienes manufacturados. Mecanismo esencial de la división internacional del
trabajo estructurada alrededor de Gran Bretaña “el taller del mundo.”
Entre 1880 y 1930 el orden neocolonial alcanza su maduración. Los países
latinoamericanos viven un vertiginoso crecimiento extravertido que la crisis de 1929 pone
fin al desorganizar las corrientes comerciales internacionales. El derrumbe del mundo
liberal es también el de la hegemonía británica y el definitivo ascenso de Estados Unidos,
ya dominante en el espacio caribeño.
Entre 1930 y 1970 la industrialización latinoamericana sienta las bases del
desarrollo hacia adentro. Sin embargo, los limitados espacios de autonomía económica
creados durante el período de entreguerras se desvanecen ante el arrollador avance de
América Latina: Las etapas del desarrollo económico – social
57
los intereses estadounidenses. Tras la Segunda Guerra Mundial, los Estados Unidos se
convierten en la metrópoli exclusiva de toda la región.
Entre 1970 y 2000 los acalorados debates en torno al desarrollo nacional y la
narrativa de la industrialización se desvanecen. El endeudamiento externo arruina las
economías de la región. Las sucesivas políticas de apertura de la economía, desregulación
y privatizaciones transfieren el control de lo que resta de los mercados internos a
empresas transnacionales. Incluso los incipientes procesos de integración regional
(Mercosur) son crecientemente controlados por firmas extranjeras principalmente
estadounidenses.
A partir del 2000 parece abrirse un nuevo ciclo: en un momento en que los
Estados Unidos se muestran más preocupados por lo que sucede en otros lugares del
mundo (Oriente Medio y Europa), el ascenso asiático (chino y en menor medida indio)
permite un ciclo expansivo con base en la exportación de materias primas agropecuarias
y minerales. La influencia china en América Latina se proyecta más allá de lo comercial:
sus inversiones en infraestructura, energía y manufacturas le aseguran estrechos lazos con
las experiencias políticas surgidas del derrumbe neoliberal de 1999-2003. ¿Sustituirá el
gigante asiático a la gran potencia del norte? ¿Cumplirá China a comienzos del siglo XXI
un papel semejante al cumplido por Gran Bretaña a fines del siglo XIX como observan
algunos analistas?1 Tras la “industrialización trunca” ¿Se encamina América Latina hacia
un proceso de reprimarización?
La apertura al mundo (1860-1930)
Entre la sexta década del siglo XIX y la Gran Depresión las naciones
latinoamericanas sufren una radical transformación. El eje del proceso es la plena
incorporación de las economías de la región al mercado mundial a través del crecimiento
vertiginoso de las exportaciones agropecuarias y minerales, a las que el rápido progreso
de los transportes marítimos permiten ahora encontrar fácilmente el camino de una
Europa ávida de alimentos y materias primas a bajo precio.
Los sectores económicos dominantes encuentran en la nueva coyuntura un
terreno propicio para la homogeneización de sus intereses y la superación definitiva de
las endémicas guerras civiles entre las distintas facciones regionales. El “pacto de
1 Escudé, Carlos, China, una oportunidad histórica, en La Nación, Buenos Aires, 26/07/11.
Gejo
58
dominación oligárquica”2 se expresa en la definitiva consolidación de los estados
nacionales que, a través de un conjunto de nuevos instrumentos (militares,
administrativos, crediticios, etc.), comienzan a canalizar recursos para favorecer el
proceso de acumulación primario-exportadora. En primer lugar, fuerzas militares
profesionales someten vastos territorios indígenas y aplastan los últimos levantamientos
de los caudillos que han quedado al margen del pacto oligárquico. En segundo lugar, un
funcionariado de nuevo tipo impone la nueva legislación liberal que regula los contratos
entre privados (es la época del lanzamiento de los Códigos nacionales). En tercer lugar,
los nuevos estados, apuntalados por empréstitos externos, llevan a cabo importantes
obras de infraestructura –caminos, puentes, ferrocarriles, puertos, sistemas de
comunicación postales y telegráficos- que favorecen los diferentes booms económicos
regionales: el petróleo mexicano, el cacao ecuatoriano, el salitre chileno, el café paulista,
las carnes y los cereales rioplatenses, etc.
La prosperidad tiene en principio una estrecha base primaria: son los sectores
terratenientes y mineros los que ascienden en esta formidable coyuntura económica
beneficiados por la pax oligárquica, las inversiones en infraestructura y el incremento de
las exportaciones primarias. Estos sectores, enriquecidos por la extraordinaria valorización
de la tierra y la especulación comercial, consideran la propiedad de la tierra como un
refugio y un símbolo de posición social. Sin embargo, se muestran muy activos e incluso
comienzan a realizar inversiones considerables: los ganaderos rioplatenses alambran los
campos, refinan sus ganados y construyen en las ciudades residencias espectaculares,
palacios o petits hotels… Las inversiones actualizan un esquema de distribución de tareas
que viene de atrás: la comercialización, el transporte marítimo y ferroviario quedan a
cargo de los capitales extranjeros, principalmente británicos; las clases dominantes locales
se reservan las actividades primarias. Este esquema comienza, sin embargo, a ser
superado en el sentido de una mayor penetración de los capitales extranjeros; es el caso
de la minería y fundamentalmente el de la explotación petrolera que rápidamente es
controlada por manos extranjeras3.
Sin bien, el núcleo de esa prosperidad primaria-exportadora recae en las clases
terratenientes y mineras, su extraordinario dinamismo permite el surgimiento de una
2 Oszlack, Oscar, Formación histórica del Estado en América Latina: elementos teórico-metodológicos parasu estudio.3 Halperín Donghi, Tulio, Historia Contemporánea de América Latina, Buenos Aires, Alianza, 1993, pág. 221.
América Latina: Las etapas del desarrollo económico – social
59
clase media urbana, y en menor medida rural. En los países grandes (México, Brasil,
Argentina) la expansión primaria habilita abundantes tierras a los cultivos de
exportación. En México el avance sobre las tierras de las comunidades indígenas
consolida a nuevos terratenientes pero también permite que modestos comerciantes de
las ciudades de provincias se apoderen de tierras antes indígenas. En Brasil y
Argentina el avance sobre vastas áreas vacías promueve una amplia corriente
inmigratoria proveniente de Europa que alimenta un limitado pero sólido proceso de
colonización agrícola. En las pampas rioplatenses y las planicies paulistas, pequeños
propietarios y arrendatarios, en gran parte de origen inmigratorio, acceden a tierras
hasta entonces marginales pero no logran quebrar la hegemonía de las poderosas clases
terratenientes locales y las casas comerciales extranjeras. La crisis de 1890 pone fin al
proceso de colonización y el flujo inmigratorio –rápidamente recuperado tras la crisis-
encuentra refugio en las ciudades del litoral atlántico alimentando un vigoroso proceso
de urbanización. Las ciudades (Buenos Aires, Rosario, San Pablo y Montevideo)
crecen; en ellas los extranjeros encuentran empleo en un amplio abanico de actividades
comerciales, administrativas y manufactureras, que van dando forma a una numerosa y
próspera clase media urbana y también a una incipiente clase obrera que va ensayando
sus primeras formas organizativas (sociedades mutuales y gremiales), alentadas y
sostenidas por una minoría de militantes anarquistas y socialistas.
Fuertemente dependientes de la economía primaria-exportadora, las clases
medias pronto impugnan el pacto de dominación oligárquica pero, en la mayor parte
de los casos, carecen de programa económico alternativo. Su temprana movilización
política, en las últimas décadas del siglo XIX, busca romper el exclusivismo oligárquico
mediante la democratización del sistema político, hasta entonces monopolio de las clases
terratenientes y mineras. En las primeras décadas del siglo XX, desde la vía
revolucionaria en México (donde el alzamiento maderista cuenta con el apoyo de
sectores medios rurales y urbanos) hasta la democratización pacífica en Argentina
(donde el radicalismo triunfante se apoya en las clases medias urbanas y rurales del
Litoral) se consolidan un conjunto de experiencias políticas sostenidas en gran parte por
las capas medias y en menor medida asalariadas.
Gejo
60
Mirando hacia adentro (1930-1970)
La crisis mundial abierta en 1929 provoca un efecto devastador sobre América
Latina: la contracción del volumen físico de las exportaciones, la aún más drástica caída
de los precios de los productos agropecuarios y minerales y la correlativa disminución de
la capacidad importadora sacuden los cimientos de las economías de la región.
La brutal contracción de la producción y el comercio ocasiona el inmediato
derrumbe, entre 1930 y 1933, de la mayor parte de las experiencias políticas que se han
consolidado durante la pasada prosperidad: entre otras el derrocamiento del radicalismo
yrigoyenista en Argentina (1930), la destitución de Carlos Ibáñez en Chile (1931) y la
instalación de la dictadura de Gabriel Terra en Uruguay (1933). Si bien en muchos casos
se abre camino a una restauración de la hegemonía de los tradicionales sectores
terratenientes y mineros, las urgentes medidas implementadas orientadas a paliar los
desequilibrios generados por la crisis, van desplegando, poco a poco, las bases de un
nuevo modelo económico en el cual la industrialización se convierte en elemento
esencial de la reactivación económica.
Desde México hasta el Río de la Plata, los estados asumen nuevas funciones que
se traducen en un complejo aparato económico y financiero (control de cambios, juntas
reguladoras, bancos centrales, etc.). Esta expansión de las funciones del estado crea un
clima más favorable para la diversificación de la economía: es en estos años cuando la
industrialización sustitutiva de importaciones realiza avances significativos en el
sector de bienes de consumo para el mercado interno: alimentos y bebidas, textiles y
comienza a extenderse hacia la metalurgia liviana.
Esa industrialización todavía parcial tiende a acentuar los desequilibrios
regionales surgidos durante la economía primaria exportadora. La industrialización
avanza en las grandes concentraciones urbanas donde un mercado interno en expansión
es engrosado con las migraciones internas resultado del estancamiento de las actividades
agropecuarias y mineras. Es el período del crecimiento de los arrabales de la ciudad de
México, del cinturón industrial de Sao Paulo y del Gran Buenos Aires, etc.
La industrialización promueve una complejidad social mayor. Si bien una fracción
de los sectores tradicionales se vuelca a la actividad industrial, son sectores sociales
vinculados directamente a la industrialización los que ganan protagonismo: pequeños y
América Latina: Las etapas del desarrollo económico – social
61
medianos industriales y especialmente una clase obrera, amplificada por las
migraciones internas, que se integra en un ya denso mundo fabril constituido por
algunos grandes establecimientos y una multitud de pequeños talleres.
Esta constelación de fuerzas sociales es la base de sustentación de los populismos
clásicos4 que se consolidan fundamentalmente tras la Segunda Guerra Mundial en el
marco de una pequeña pero fugaz bonanza de precios internacionales debida a la
reconstrucción europea. El cardenismo en México, el varguismo en Brasil y el
peronismo en Argentina expresan, aunque de manera compleja y contradictoria, la
transitoria alianza/convergencia de intereses entre la burguesía industrial y las clases
trabajadoras y campesinas, marco favorable para la profundización de la
industrialización y la ampliación del mercado interno.
Las experiencias populistas satisfacen las expectativas de trabajadores y
consumidores urbanos y rurales a costa del sector primario-exportador. En México, una
reforma agraria que afecta a veinte millones de hectáreas distribuidas entre campesinos
comunitarios y la nacionalización de los pozos petroleros (1938) provoca una oleada de
solidaridad nacional que convierte al gobierno de Cárdenas en “el gobierno de todos los
mexicanos”5. En Argentina, la nacionalización del comercio exterior (1946), impulsada
por el peronismo, permite el financiamiento de un abanico de políticas sociales que, junto
con el control político de los sindicatos, buscan la integración/subordinación de unas clases
trabajadoras demasiado numerosas y muy movilizadas.
El desarrollo de las industrias básicas (acero y energía) iniciado en los cuarenta en
parte por preocupaciones militares e ideológicas, coincide con el agotamiento del sector
primario que se muestra incapaz de seguir sosteniendo los esfuerzos de industrialización y
el resquebrajamiento definitivo de la alianza populista.
A mediados de los cincuenta la entrada masiva de inversiones provenientes del
extranjero coincide con el ascenso del desarrollismo iniciado con la administración de
Juscelino Kubitschek en Brasil y Arturo Frondizi en Argentina. El núcleo de la
propuesta desarrollista busca canalizar la inversión extranjera hacia el sector industrial
4 Zanatta, Loris, Historia de América Latina. De la Colonia al siglo XXI, Buenos Aires, Siglo Veintiuno Editores,2012.5 Halperín Donghi, Tulio, Historia Contemporánea de América Latina, Buenos Aires, Alianza, 1993, pág. 423-424.
Gejo
62
que produce bienes de consumo duraderos, y en particular la industria del automóvil,
mediante la instalación de filiales de empresas productoras estadounidenses y europeas;
busca también atenuar los desequilibrios regionales arrastrados desde la expansión
primaria-exportadora: en Brasil este salto en la industrialización se complementa con el
traslado de la capital a un desierto rincón del interior; en Argentina, las inversiones
automotrices, metalmecánicas y petroleras constituyen la base del despegue industrial
cordobés y de otras ciudades del interior.
No obstante, el impacto social de la industrialización desarrollista es en
muchos aspectos diferente del de la etapa previa. En primer lugar, si las industrias
livianas utilizan bienes y equipos relativamente sencillos contribuyen a una ampliación
significativa del empleo industrial; las nuevas industrias -en cambio- se insertan en ramas
capital-intensivas que amplían las filas de la una clase obrera más calificada y mejor
pagada pero con escaso impacto en el nivel de empleo. En segundo lugar, las industrias
livianas producen bienes de consumo masivo (alimentos, textiles, etc.) para amplios
mercados constituidos por las clases populares; en cambio, las nuevas industrias vuelcan
su producción de bienes de consumo duradero (automóviles) sobre los sectores medios
altos de la sociedad.
El desarrollismo encuentra sus apoyos más sólidos en las clases medias y altas.
En la cima de la sociedad comienza a consolidarse una burguesía
transnacionalizada que ocupa posiciones en detrimento del viejo empresariado
urbano mercado-internista. Más abajo, la mayor complejidad de la economía se expresa
en unas clases medias más sofisticadas y diferenciadas que han aceptado de
manera entusiasta los nuevos patrones de consumo introducidos por la industrialización
desarrollista y se lanzan de lleno en la era del automóvil, los grandes paseos de compras
y las zonas residenciales y recreativas situadas en la periferia de las grandes ciudades6.
Los descontentos con la industrialización desarrollista no son pocos. Su tumultuosa
entrada en escena, hacia fines de los sesenta, coincide con un nuevo clima de ideas que
irrumpe a escala mundial. Si los sucesos de Paris, Praga y México conmueven a los
jóvenes latinoamericanos y de todo el mundo, las vastas repercusiones de la revolución
cubana y sus sucesivos llamamientos a la “exportación de la revolución” movilizan a
miles de ellos y desatan una oleada de rebelión continental. Es así como hacia 1969 una
6 Halperín Donghi, Tulio, La larga agonía de la Argentina peronista, Buenos Aires, Ariel, 1994, pág.136-137.
América Latina: Las etapas del desarrollo económico – social
63
sucesión de revueltas urbanas iniciadas por los trabajadores de la industria del
automóvil y los estudiantes universitarios conmueven a las ciudades industriales
del interior argentino y el cinturón paulista. Los revoltosos rechazan el autoritarismo en
las grandes fábricas y en las universidades y sus demandas se vinculan a la lucha contra
el creciente autoritarismo en la sociedad. Es evidente en estos sucesos el avance de una
nueva izquierda que observa con admiración la experiencia cubana y la contempla
como un modelo de desarrollo alternativo a los avatares del capitalismo
latinoamericano.
América Latina a la deriva (1970-2000)
Ya desde mediados de los años sesenta una larga cadena de intervenciones
militares busca frenar lo que parece una incontenible oleada revolucionaria. La ideología
oficial de estas nuevas experiencias políticas es la Doctrina de Seguridad Nacional
(DSN) un cuerpo de ideas elaborado en el marco de Guerra Fría por el ejército
estadounidense y difundido entre las fuerzas armadas latinoamericanas. Ante las
posibilidades del surgimiento de una “nueva Cuba”, las fuerzas armadas
latinoamericanas se erigen en custodios del orden capitalista y la paz social. Es así como
en los tempranos setenta los militares brasileños, bolivianos, chilenos, uruguayos y
argentinos recurren a la clausura de la los parlamentos y la vida política, la censura a la
prensa, el control de los sindicatos y cada vez más a una masiva represión de opositores
que incluye el secuestro, la tortura, el asesinato y la cada vez más utilizada desaparición
de personas.
Es claro que este nuevo autoritarismo militar busca instalar un nuevo orden
económico y social muy distinto al surgido en la segunda posguerra. Si en los sesenta los
regímenes militares mantienen ciertas premisas de la propuesta desarrollista, los que se
instalan en los setenta apuntan a desmantelar la política económica de los populismos
basada en la industria y el mercado interno. Una serie de políticas económicas que van
desde la apertura económica hasta la liberalización financiera pasando por la
privatización de bienes públicos buscan desarmar el tejido industrial que había
crecido al amparo del proteccionismo y promueven la producción de materias primas
para el mercado mundial dando nuevo aliento a la teoría de las ventajas comparativas.
Gejo
64
A principios de los ochenta sólo en América Central y el Caribe se mantiene el
impulso revolucionario con el triunfo sandinista (1979), la lucha político-militar en
Guatemala, El Salvador y el intervencionismo estadounidense en Granada (1983) y
Panamá (1989).
En América Meridional, el retroceso revolucionario abre las puertas hacia una
transición democrática caracterizada por pactos entre las fuerzas armadas y los
partidos políticos. Débiles en lo político, las jóvenes democracias son acosadas por un
poder militar que se niega a retirarse de la escena política, como sucede particularmente
en Argentina y Chile.
La pésima coyuntura económica vuelve aún más complejos los primeros pasos de
esta transición democrática. Fuertemente condicionadas en lo económico
(endeudamiento externo, expansión de la pobreza, alta inflación, etc.), muchas de estas
experiencias políticas se muestran incapaces de satisfacer las acrecidas expectativas y
demandas populares. Sin embargo, la quiebra de la industria mercado-internista ha
erosionado las bases de los trabajadores fabriles que no muestran el mismo ímpetu
combativo de los sesenta. En cambio, desesperadas por el alza de los alimentos,
comienzan a manifestarse las capas populares más empobrecidas. Hacia 1989,
desde Caracas hasta Buenos Aires, una sucesión de tumultos y saqueos a grandes tiendas
y supermercados protagonizados por pobres y marginales urbanos son aplastados a
sangre y fuego…
En paralelo a estas explosiones populares comienza la implementación de una
serie de recetas económicas recomendadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI),
el Banco Mundial (BM) y el Tesoro de los Estados Unidos, conocidas como el “Consenso
de Washington”. Las recomendaciones no son nuevas: la apertura de la economía, la
desregulación y la privatización de empresas públicas buscan restablecer el equilibrio
macroeconómico e incrementar el rol de la iniciativa privada a expensas del papel del
estado. Fundamentalmente los ambiciosos programas de privatización atraen
voluminosos flujos financieros del exterior y permiten establecer una sólida alianza
entre grandes grupos económicos locales, financistas internacionales y
empresas transnacionales. Una vez acabadas las privatizaciones y detenido el flujo
financiero, se pone en evidencia la vulnerabilidad externa de las economías
latinoamericanas, como lo demuestran las sucesivas crisis financieras comenzando por la
América Latina: Las etapas del desarrollo económico – social
65
mexicana en 1994 y culminando por la crisis argentina de 2001.
En un panorama social devastado por las reformas de los noventa surgen y se
desarrollan diversos movimientos sociales, algunos duraderos, otros más efímeros, unas
veces espontáneos y autónomos, y otras vinculados a sujetos tradicionales como
sindicatos e iglesias7. Los movimientos sociales nacen en estos años dando respuestas a
una gran variedad de problemáticas: los desempleados argentinos que van del
reclamo de ayuda estatal a la auto-organización de los barrios periféricos; los cocaleros
bolivianos, productores de hoja de coca contrarios a los planes de erradicación; los sem
terra brasileños que denuncian el avance del agronegocios y organizan la ocupación
de grandes propiedades…
Hacia fines del siglo XX y comienzos del XX, el derrumbe de los viejos partidos
políticos tradicionales comprometidos con la implementación de las reformas económicas
neoliberales permite el vertiginoso ascenso de nuevas experiencias políticas
(Venezuela en 1999; Brasil en 2003; Argentina en 2003; Bolivia en 2003; Ecuador en
2007).
Pese a sus diferencias, todas ellas comparten ciertas características: en primer
lugar, surgen en un ciclo expansivo con base en la exportación de materias primas hacia
los mercados asiáticos; en segundo lugar, ante el derrumbe de las fuerzas políticas
tradicionales, intentan una tambaleante legitimidad apoyándose y buscando controlar
los poderosos movimientos sociales surgidos en esos años; y en tercer lugar, canalizan
ingresos provenientes del sector primario exportador hacia sus vastas clientelas políticas.
¿Nuevos populismos? ¿Populismos del siglo XXI? ¿Estará la suerte de estas experiencias
políticas atada al ciclo económico expansivo? ¿Estará América Latina condenada a la
“maldición de las materias primas? Es un debate actual y todavía pendiente.
7 Zanatta, Loris, Historia de América Latina. De la colonia al siglo XXI, Buenos Aires, Siglo Veintiuno Editores,
2012, pág. 238.
Gejo
66
Bibliografía
Azpiazu, D., Basualdo, E., Khavisse, M., El nuevo poder económico en la Argentina
de los años 80, Buenos Aires, Siglo XXI Editores Argentina, 2004.
Halperín Donghi, Tulio, Historia contemporánea de América Latina, Buenos Aires,
Alianza, 1993.
Halperín Donghi, Tulio, La larga agonía de la Argentina peronista, Buenos Aires,
Ariel, 1994.
Oszlak, Oscar, Formación del Estado en América Latina: elementos teórico-
metodológicos para su estudio.
Portantiero, Juan Carlos, Economía y política en la crisis argentina: 1958-1973 en
Revista Mexicana de Sociología, Número 2, 1977.
Rouquié, Alain, América Latina, Introducción al extremo occidente, México, Siglo
veintiuno editores, 1989.
Zanatta, Loris, Historia de América Latina. De la colonia al siglo XXI, Buenos Aires,
Siglo Veintiuno Editores, 2012.
Número 1 – Año 2016 – Versión digital
https://boletingeoecon.wordpress.com
67
Trabajadorxs de talleres clandestinos en Buenos Aires: EconomíaPolítica de la Trata de Personas en un País Periférico*
Jerónimo Montero BressánFacultad Latinoamericana de Ciencias Sociales / CONICET
Eliana Ferradás AbaloUniversidad de Buenos Aires
Resumen
En este artículo utilizamos los argumentos de Jamie Peck (1996) para analizarel origen y evolución del sistema de talleres clandestinos de costura de Buenos Airesen función de los cambios en el proceso de trabajo y en el marco institucional delmercado local de trabajo. En el análisis del rol del estado en la regulación y combatea la trata de personas con fines de explotación laboral durante los gobiernoskirchneristas, surgen signos contradictorios. Por un lado se introdujeron la ley demigraciones, que considera a la migración como un derecho humano, y la decombate a la trata de personas, sobre todo como respuesta a presiones por parte deorganizaciones de migrantes y anti-trata. Por el otro, existe un muy alto nivel detolerancia estatal hacia las prácticas de las empresas. En resumen, acá nosproponemos demostrar que la legislación pro-migrantes debe ser apoyada porpolíticas más integrales que contribuyan a evitar la explotación de mano de obramigrante, y que ello solo ocurrirá si las organizaciones y movimientos socialesdesarrollan estrategias exitosas para presionar a los gobiernos a hacer cumplir losderechos de los y las migrantes.
Introducción
El 30 de marzo de 2006 se produjo un incendio en un taller de costura de tamaño
mediano en el barrio de Caballito en Buenos Aires, Argentina. En el incendio murieron una
trabajadora y cinco chicos. Vivían ahí en el taller con otras 60 personas (casi la mitad de
ellos eran niños). No pudieron escaparse del fuego porque las ventanas del primer piso
* Versión en español de Montero Bressán, J. y Ferradás Abalo, E. 2015. “Sweatshop workers in Buenos Aires:The political economy of human trafficking in a peripheral country”. En G. Craig, L. Waite, H. Lewis y K.Skrivankova (Eds) Vulnerability, exploitation and migrants: Insecure work in a globalised economy. Londres,Palgrave MacMillan.
Montero Bressán – Ferradás Abalo
68
tenían rejas. La tragedia mostró la existencia de miles de talleres clandestinos de costura
que trabajan como subcontratistas de marcas pequeñas, medianas y grandes, nacionales e
internacionales. En 2010, la Subsecretaría de Trabajo de la Ciudad de Buenos Aires calculó
que solo en la ciudad de Buenos Aires había 5 mil talleres informales (Lieutier, 2010),
mientras que aquellos ubicados en el Gran Buenos Aires al menos doblarían esa cifra.1
La gran mayoría de los trabajadores de estos talleres son migrantes de origen
boliviano. Declaraciones de estas trabajadoras2 ante la Defensoría del Pueblo de la Ciudad
de Buenos Aires y en casos judiciales, demuestran que el proceso migratorio se inicia
generalmente cuando se les acerca alguien en sus ciudades de origen y les ofrece un trabajo
en Buenos Aires. Cuando arriban tienen una deuda, deben vivir en el lugar de trabajo y su
salario es significativamente menor al ofrecido. Este movimiento de trabajadores que
muchas veces involucra engaño, servidumbre por deuda y pagos muy por debajo de los
salarios de convenio, refiere claramente a los mecanismos de la trata de personas con fines
de explotación laboral. Además, las condiciones de trabajo son análogas a las que la OIT
identifica como elementos de trabajo forzoso, es decir, “todo trabajo o servicio exigido a un
individuo bajo la amenaza de una pena cualquiera y para el cual dicho individuo no se
ofrece voluntariamente” (OIT, 2005:5).
Este sistema de talleres clandestinos de costura surgió en Buenos Aires desde
mediados de los ochentas, pero no es una exclusividad de esta ciudad. Lugares de trabajo
como estos han surgido en grandes ciudades en países periféricos y centrales desde fines de
los años setentas (Montero, 2012; Morokvasic y otros, 1986; Phizacklea, 1990; Ross, 2004).
Este fenómeno está relacionado con cambios en el proceso productivo de la industria de la
vestimenta a nivel mundial, así como también a cambios en la economía política
internacional (el giro del Fordismo al neoliberalismo).
Este artículo presenta los resultados de una serie de investigaciones realizadas en
Buenos Aires entre 2007 y 2011 (Ferradás Abalo, 2011; Montero, 2011, 2014). Se realizaron
más de 75 entrevistas semi-estructuradas. Este artículo se basa además en nuestra
experiencia de militancia contra estos talleres en un movimiento social (La Alameda) de
2008 a 2013. Comenzamos por una descripción de los talleres y de los mecanismos de
reclutamiento de mano de obra. En las secciones 3 y 4 analizamos el origen y evolución del
amplio sistema de talleres clandestinos de Buenos Aires. Para ello seguimos los argumentos
de Peck (1996) cuando asegura que para comprender la flexibilización y precariedad
laboral es necesario considerar tanto los cambios en los procesos productivos como en las
1 Estas son las únicas estimaciones oficiales disponibles.2 En este artículo se utilizan los géneros de manera indistinta para evitar las generalizaciones en masculino.
Trabajadorxs de talleres clandestinos en Buenos Aires
69
condiciones institucionales de los mercados locales de trabajo. En la quinta sección
trabajamos la aparentemente contradictoria expansión del sistema de talleres clandestinos
en tiempos de acelerado crecimiento económico (2003-2009). Luego analizamos la
combinación de avances y retrocesos en la regulación estatal de los talleres, y las respuestas
desde el estado a las presiones políticas de organizaciones de base. En la sexta sección
destacamos la naturaleza atípica del caso argentino, pues se trata de un país con una ley
de migraciones claramente progresista pero que falla a la hora de hacer cumplir los
derechos de los trabajadores migrantes. En las conclusiones destacamos que la falta de
decisión política firme del anterior gobierno nacional en defensa de los derechos de las
trabajadoras migrantes puede haber llevado a que la (bienvenida) legislación pro-
migraciones se haya convertido en un mecanismo institucional que terminó facilitando la
trata de personas.
Talleres clandestinos de costura en Buenos Aires
Los talleres clandestinos en Buenos Aires operan generalmente en casas particulares
de barrios de clase media-baja que son alquiladas con ese propósito, y emplean al dueño
del taller y su familia, sumando a entre 4 y 20 trabajadores (Lieutier, 2010). Trabajan bajo
las órdenes de marcas grandes y medianas, sean nacionales o internacionales, abasteciendo
sus mercados locales. La enorme mayoría de las trabajadoras y dueños de los talleres son
migrantes, generalmente de Bolivia. Los talleristas muchas veces llevan varios años de
residencia en el país, mientras que los trabajadores en muchos casos son recién llegados
(sobre todo aquellos que sufren las condiciones que se describen acá). En total, en 2006 el
INDEC reconoció la existencia de unas 30 mil migrantes bolivianas víctimas de trabajo
forzoso en estos talleres escondidos en el paisaje de la ciudad.
En su estudio sobre la industria internacional de la vestimenta, Collins (2003) explica
que las colectividades migrantes en muchos casos se encuentran en una posición favorable
para cubrir la demanda de trabajadoras informales para la indumentaria, ya que
los empresarios que buscan abrir una fábrica de ropa solo han necesitado
alquilar un espacio y comprar unas máquinas de coser (…) Esto ha hecho que
esta industria haya sido especialmente atractiva para empresarios migrantes,
que pudieron empezar con pequeños préstamos de dinero y redes sociales de
migrantes para reclutar trabajadores (Collins, 2003:7).
Montero Bressán – Ferradás Abalo
70
En algunos períodos, las altas tasas de desempleo, subempleo y pobreza en Bolivia
han llevado a la emigración hacia países como Chile, Argentina y Brasil. Durante los
noventas, la sobrevaluación de la moneda argentina les permitió a los migrantes bolivianos
(y de otros países limítrofes) enviar substanciales remesas a sus familias, lo cual atrajo –
junto a otros factores como la existencia de redes sociales – una nueva ola de migración
desde países limítrofes. El Censo 1991 reveló la existencia de 143.735 ciudadanas bolivianas.
Diez años después el número había llegado a 233.464, representando un incremento del
62,4% mientras Argentina se consolidaba como principal destino de los emigrantes
bolivianos (INDEC, 2003). En la actualidad los migrantes de Bolivia se concentran en dos
actividades económicas principales: agricultura intensiva y producción de ropa.
Lieutier (2010) cita declaraciones de ex trabajadores de talleres clandestinos a la
Defensoría del Pueblo que muestran el mecanismo más usual de reclutamiento de quienes
son víctimas de trata: los trabajadores van a “agencias de empleo” informales o
directamente son contactados por talleristas o por empleados de estos en ciudades como La
Paz o Cochabamba. Se les ofrece un trabajo en Buenos Aires por un salario conveniente,
incluyendo casa y comida. Su transporte es pagado por el tallerista y una vez que llegan a
Buenos Aires son llevados a los talleres. A veces los talleristas también retienen sus
pasaportes y les dicen a los trabajadores que no salgan del taller porque la policía los
puede deportar, si bien ello es cada vez menos común.
Declaraciones de trabajadoras citadas por Lieutier (2010), el caso de cuatro de los
ex trabajadores de talleres entrevistados para esta investigación, y los resultados de las
audiencias en un juicio clave por talleres clandestinos (el caso Luis Viale), indican que
mientras que las condiciones de vida y trabajo varían de un taller a otro, la situación más
típica sería la siguiente: los trabajadores viven hacinados en los talleres, con poca
ventilación y una sistemática violación de las reglas de higiene y seguridad fabril. Trabajan
aproximadamente desde las 8am hasta las 22 o 23 horas, de lunes a viernes, y media
jornada los sábados. Se les da alojamiento y comida, se les paga recién al tercer o cuarto
mes de iniciada la relación laboral (porque les aplican descuentos por el alojamiento, la
comida y, sobre todo, el transporte desde Bolivia) y cuando cobran, sus salarios son de entre
un 30 y un 40% del salario de convenio que correspondería a las horas trabajadas. En los
peores casos, las puertas de los talleres están cerradas con llave todo el tiempo. Aislados de
la sociedad, estas trabajadoras no tienen acceso a información acerca de sus derechos (ver
abajo).
Trabajadorxs de talleres clandestinos en Buenos Aires
71
De igual modo que en los sistemas de talleres clandestinos de costura en grandes
ciudades del centro y la periferia mundial, el surgimiento de este fenómeno en Buenos Aires
está relacionado no solo con los cambios en el proceso productivo en la industria de la
indumentaria a nivel internacional y sus repercusiones en el contexto local, sino además con
la creciente adopción de políticas neoliberales en el país. En las próximas secciones
analizamos estas cuestiones.
Del Fordismo al neoliberalismo en la industria de la vestimenta
La industria de la indumentaria es un ejemplo de manual de las estrategias
desarrolladas por el capital para salir de la crisis del Fordismo a comienzos de los setentas.
Los fabricantes se vieron fuertemente afectados por la creciente presión competitiva, el
estancamiento económico y la inestabilidad causados por la financierización, dada la alta
elasticidad demanda de la vestimenta. Viéndose obligadas a “racionalizar” la producción,
las principales firmas del sector, en especial las casas de alta moda, adoptaron una
estrategia previamente desarrollada por las compañías de indumentaria deportiva:
convertirse en marcas. Al hacerlo, fomentaron un retorno al amplio uso de la
subcontratación, con el objeto de recortar costos laborales y trasladar los riesgos a sus
subcontratistas. La deslocalización internacional fue una consecuencia de esta estrategia,
mientras que la incorporación de mano de obra migrante a través de la subcontratación
de talleres informales localizados en las proximidades de las casas matrices de estas
empresas, les permitió “mantener un pie en casa” a muy bajos costos.
Además de la subcontratación, estas firmas invirtieron más recursos en el marketing
y el diseño, con el objeto de ampliar sus mercados. Hacia mediados de los ochentas, la
expansión de la publicidad de la moda ya había creado una creciente demanda de ropa
adaptada a la moda, pero a precios más accesibles que los de las casas de alta moda. Este
nuevo mercado de ropa de moda se volvió masivo rápidamente, dando lugar al
surgimiento de muchas empresas sin fábricas que cubrieron ese floreciente mercado. Es
precisamente el tipo de producción desarrollado para este mercado lo que llevó al
surgimiento de vastos sistemas de talleres informales de costura en grandes
ciudades/mercados, pues este segmento del mercado se rige por la demanda de pequeñas
órdenes de trabajo, rápida respuesta a los cambios en la demanda, y bajos costos.
Más allá de ciertas especificidades locales, estos desarrollos se pueden ver en
Argentina desde mediados de los ochentas, cuando numerosas fábricas de ropa cerraron sus
Montero Bressán – Ferradás Abalo
72
portones y los talleres informales comenzaron a poblar los barrios de clase media-baja de
Buenos Aires y del Gran Buenos Aires. Estos efectos locales de los cambios en la economía
política internacional, sumados a una deliberada política de desindustrialización desde 1976
hasta 2001 (Basualdo, 2006; Schorr, 2005), afectaron fuertemente a la producción de ropa
en fábricas. Este proceso se agudizó en los noventas con la sobrevaluación de la moneda y
la liberalización comercial. Como consecuencia del cierre de miles de fábricas, entre 1984 y
1993 el empleo formal en el sector cayó un 72% (Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad
Social, 2006), tendencia que continuó hasta 2003. El legado de semejante experiencia
tiene un impacto de larga data en la industria: el miedo al retorno a una crisis como
aquella es usado por los empresarios en las negociaciones paritarias para mantener los
bajos salarios bajo la amenaza de la imposibilidad de competir con “precios asiáticos” si se
pagan salarios altos. De hecho el principal sindicato del sector (SOIVA), que sufrió una
aguda disminución de su membresía en aquellos años, comparte este miedo con las
empresas (entrevista con Ramiro3 [15/2/08]).
Mientras que la ropa “commodity” producida en masa en grandes fábricas (ropa
interior, remeras y jeans básicos, etc.) fue sustituida lentamente por vestimenta importada
barata, las empresas locales cerraron sus fábricas y se convirtieron en marcas,
subcontratando la producción a trabajadoras domiciliarias y a talleres informales urbanos.
Como consecuencia, a pesar de la destrucción de cerca de 29 mil puestos de trabajo
formales durante los noventas (INDEC, 2001), se crearon miles de empleos en talleres
informales durante el mismo período, en lo que constituyó un proceso de informalización de
la mano de obra (Montero, 2012; Monzón, 2001).
El crecimiento económico de la primera mitad de los noventas tuvo un impacto
positivo para las ventas de las marcas, con lo cual se expandió la demanda de
trabajadoras. Con sus lazos sociales, los migrantes se encontraban en una situación
inmejorable para cubrir esa demanda. Sin embargo, cuando la oferta superó a la
demanda de trabajadores en medio de la crisis de 1998-2001, se dio una competencia
ruinosa entre talleristas, otorgando a las marcas el control total sobre las tarifas de
subcontratación. En apenas una década, una estrategia adoptada por las firmas como
respuesta a cambios estructurales había generado un vasto sistema de talleres clandestinos.
3 Los nombres son pseudónimos.
Trabajadorxs de talleres clandestinos en Buenos Aires
73
En nuestros días, estos talleres también trabajan para comerciantes que venden en
circuitos informales y semi-formales. Precisamente, el mercado callejero informal más
grande de América Latina, llamado La Salada, funciona en el Gran Buenos Aires. Surgido
como una estrategia de supervivencia de unas pocas familias de bolivianos en 1987
(Libchaber y Pogliaghi, 2008), el mercado explotó durante la crisis de 1998-2001 y continúa
creciendo hasta hoy. Es decir que creció tanto en tiempos de crisis como de crecimiento
económico. En la actualidad, el mercado es abastecido por miles de talleres clandestinos
que funcionan bajo el apoyo tácito –o incluso explícito– de autoridades municipales.
Precariedad generalizada como preludio para el trabajo forzoso
El surgimiento de un sistema de talleres clandestinos en Buenos Aires debe ser
entendido en un contexto general de desindustrialización, creciente desempleo e
informalidad laboral, desregulación del mercado de trabajo y políticas sociales regresivas
(ver Arceo y Basualdo, 2006; Basualdo, 2006; Schorr, 2000, 2005). El proceso se inició en
1976, cuando una dictadura militar tomó el poder e impuso “un nuevo régimen social de
acumulación basado en la valorización financiera” que duró hasta 2002 (Basualdo,
2006:138). Durante esos años (1976-1983), la represión a sindicatos mediante el terrorismo
de estado, y más adelante la cooptación de líderes sindicales, facilitaron el camino para la
implementación de un “patrón de redistribución de la riqueza crecientemente desigual y
regresivo” (Schorr, 2000:156). Los cuerpos de inspecciones laborales fueron desmantelados
(en parte mediante la transferencia de nación a las provincias), mientras que hubo fallos
de la Corte Suprema favorables a la subcontratación irresponsable. La generalización de la
subcontratación en un contexto de acelerado desempleo y sindicatos debilitados llevó a
altos niveles de informalidad. Así, entre 1989 y 2002 el empleo informal pasó del 27,7% al
43,9% (OIT, 2013).
La combinación de estos fenómenos con la crisis hacia fines de los noventas llevó a
un alto nivel de tolerancia a las pobres condiciones de trabajo enfrentadas por millones de
trabajadoras, arrastrando hacia abajo los estándares laborales socialmente aceptables. Un
abogado de la Asociación Obrera Textil (Roberto, entrevistado el 19/10/09) aseguró que “en
Argentina la informalidad laboral es una consecuencia directa del desempleo”. Sus
palabras recuerdan a un informe de la OIT llamado “Mundo del Trabajo” (2008), que
concluye que la flexibilidad y precariedad laborales en los países periféricos se expresa como
informalidad laboral. Dada la presión que ejerce la creciente amenaza de desempleo sobre
los trabajadores, la flexibilización se ejerce de facto, sin importar lo que establece la
legislación. Más aun, cuando el estado no combate la explotación laboral, se abre una
Montero Bressán – Ferradás Abalo
74
puerta para la generalización de prácticas ilegales más profundamente abusivas. Es en este
contexto que se desarrolló un nicho económico que abastece las demandas de la economía
formal e informal basándose en la explotación de trabajadores víctimas de trata y trabajo
forzoso.
Con la recuperación económica desde 2003 hubo mejoras sustanciales en varios
indicadores de empleo (Palomino, 2008). Sin embargo, el empleo informal continúa en un
muy alto nivel que alcanza al 33,6% de las trabajadoras (SSPTyEL-MTEySS, 2015). Para
estos, los avances han sido en general poco visibles y la brecha salarial con los trabajadores
formales es de nada menos que el 43,1% (SSPTyEL-MTEySS, 2014). Más aun, hay sectores
económicos críticos en los que el trabajo forzoso es común. Si bien los gobiernos kirchneristas
tomaron medidas para proteger a las trabajadoras rurales y domésticas, aquellas que
trabajan en talleres de costura no recibieron atención alguna.
Cabe destacar que en el gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el
desmantelamiento de las inspecciones laborales fue notable desde que asumió el ex alcalde
y actual presidente Mauricio Macri. En este caso existen claros signos de complicidad, ya
que la familia de su propia esposa –hoy primera dama– ha sido denunciada por la
subcontratación de talleres informales para la producción de su ropa de la marca con
mayores ventas del país: Cheeky.
Antes de la asunción de Macri en la Ciudad, el referido incendio en una fábrica en
2006 generó una rápida reacción del gobierno de la Ciudad, que en apenas diez días
clausuró 130 talleres. Una fuerte presión de la sociedad civil, en especial la militancia de un
movimiento social llamado La Alameda y su alianza estratégica con el entonces
Subsecretario de Trabajo de la Ciudad, puso una mayor presión sobre el estado para el
combate a la explotación laboral en talleres clandestinos. Junto a ello, el renombrado caso
de Marita Verón al año siguiente (quien fue secuestrada con fines de explotación sexual)
finalmente llevó al bloque con mayoría absoluta en el congreso (Frente Para la Victoria, el
partido en el gobierno) a tratar y aprobar la primera ley anti trata en 2008, seis años
después de haber ratificado el Protocolo de la ONU para Prevenir, Reprimir y Sancionar la
Trata (2000), y como respuesta a la fuerte demanda popular.
Progresos y retrocesos: El estado y la lucha contra la trata
La política del gobierno de Cristina Kirchner hacia los talleres clandestinos muestra
señales contradictorias. La aprobación de la ley anti trata en 2008 dio lugar a avances
Trabajadorxs de talleres clandestinos en Buenos Aires
75
significativos y creó una serie de agencias encargadas de asistir a las víctimas y a diseñar
instrumentos legales para apoyar a fiscales en casos de trata en todo el país. Sin embargo,
todos los avances han sido principalmente un resultado de presiones desde organizaciones
sociales. Por ejemplo, la ley anti-trata fue aprobada en 2008 y modificada en 2012 debido,
en ambos casos, a la presión desde movimientos sociales. La ley de 2008 implicó un
progreso muy limitado en el tratamiento judicial de la trata, especialmente porque en ésta
se consideraba que si originalmente había habido consentimiento de la víctima, no había
delito (lo cual iba en contra del Protocolo de la ONU ya mencionado). Es por eso que
varias organizaciones anti-trata generaron una propuesta de modificación de la ley. El
bloque del partido gobernante, con mayoría absoluta en el congreso, se negó a tratar esa
modificación. Sin embargo, tras la indignación generalizada y la fuerte reacción de las
organizaciones anti-trata al sobreseimiento en primera instancia de los 13 imputados en el
caso Marita Verón en diciembre de 2012, la modificación de la ley fue tratada y aprobada
en tiempo récord, apenas una semana antes de caducar.
En una visita realizada en 2010, la Relatora Especial de las Naciones Unidas para la
Trata de Personas remarcó una serie de “desafíos” que el estado nacional debía afrontar
para combatir la trata de manera efectiva y proteger a las víctimas:
Estos desafíos incluyen, entre otros, la falta de información de calidad sobre la
trata de personas; la débil coordinación de las actividades de combate a la
trata; la falta de mecanismos de identificación y derivación de las víctimas; y la
insuficiente disponibilidad de asilos y servicios de designados para asistir de
manera directa a las víctimas (OHCHR, 2010:1).
En su informe, la Relatora también hizo referencia a la débil capacidad de las
inspecciones laborales para detectar y controlar la explotación laboral en talleres de
costura y a la corrupción como la principal causa de ello (OHCHR, 2010:5).
Los esfuerzos por controlar la explotación en talleres de costura parecen ser más bien
esfuerzos aislados de funcionarios seriamente comprometidos con el tema, que reaccionan
ante la presión social. De hecho, la informalidad en el sector continúa prácticamente en su
máximo histórico, alcanzando cerca del 70%. La evidencia sugiere que, en el largo plazo, la
política de los gobiernos kirchneristas fue la de dejar que estos negocios tan redituables
basados en la explotación de mano de obra migrante perduren hasta que el costo político
Montero Bressán – Ferradás Abalo
76
fuese insostenible. En particular es necesario señalar dos medidas tomadas por el gobierno
de Cristina Fernández que apuntan en esa dirección. En primer lugar, en 2008 el Ministerio
de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (MTEySS) propuso una modificación de la Ley de
Trabajo a Domicilio que regula la subcontratación en esta industria. El principal cambio
que se proponía era el de desligar a las marcas de toda responsabilidad por lo que
sucediera en las instalaciones de sus subcontratistas. Esa modificación fracasó debido en
parte a la presión de uno de los sindicatos del sector y de La Alameda, pero la propuesta
había sido redactada originalmente por una de las cámaras del sector (Sanguinetto, 2014).
Es decir que el MTEySS había tomado como propio un proyecto de ley desarrollado por
una cámara que representa a empresas que violan sistemáticamente la legislación laboral.
En segundo lugar, en 2012 el Ministerio de Economía invitó al empresario Jorge
Castillo (líder de la principal feria del mercado informal de La Salada) a una misión
comercial oficial en Angola y el sudeste asiático.4 Según Daniel (ex funcionario del
Ministerio de Producción, Ciencia y Tecnología de la Provincia de Buenos Aires,
entrevistado el 15/5/12), el plan consistía en explorar la posibilidad de abrir un mercado
como el de La Salada en Luanda. A cambio Castillo aceptaría negociar un plan para
tender hacia la progresiva formalización de la principal feria del mercado de La Salada.
Esta política deliberada de tolerancia hacia las prácticas laborales de las empresas
es una forma de apoyar económicamente al sector. Ese apoyo se debe en parte a que los
empresarios han logrado presentarse como una de las principales víctimas de la era
neoliberal, cuando las políticas de desindustrialización llevaron al cierre de miles de fábricas
y la pérdida de miles de puestos de trabajo. Más aun, los miembros de La Alameda
aseguran que existe una razón más que explicaría esto: que los partidos gobernantes (en los
distintos niveles estatales) brindan esa tolerancia a cambio de apoyo financiero durante las
campañas electorales.
Fronteras abiertas, trabajadores aislados: el caso atípico de la legislación
argentina de avanzada en materia de migraciones
Existe una creciente cantidad de bibliografía que aborda los vínculos entre el estatus
socio-legal y la vulnerabilidad de los migrantes frente al trabajo forzoso (Anderson y
Rogaly, 2005; Dwyer et al, 2011; Gordolan y Lalani, 2009; Skrivankova, 2006; van den
Anker, 2009). La Argentina constituye un caso atípico para explorar esta temática.
4 Véase http://www.lanacion.com.ar/1664576-la-salada-el-negocio-al-filo-de-la-ilegalidad-que-se-beneficia-con-la-inflacion. Esto fue reconocido públicamente por el mismo Castillo (véasehttps://www.youtube.com/watch?v=8NpZCaQVf5U).
Trabajadorxs de talleres clandestinos en Buenos Aires
77
Aunque la legislación ha cambiado a lo largo del tiempo, en la práctica el país ha
mantenido históricamente una política de “puertas abiertas”. La ley de migraciones vigente
desde 2004 es considerada como un “ejemplo a nivel mundial” por la OIM, en especial
porque reconoce a la migración como un derecho humano. Según se establece en la ley, los
migrantes tienen derecho a gozar de la salud, la educación, las prestaciones sociales y la
vivienda, sin importar su estatus migratorio. Además, cuando se descubre que una persona
está en situación migratoria irregular, las autoridades no están autorizadas a deportarla,
sino que deben ofrecerle información sobre cómo regularizar su estatus y conminarla a
tomar los pasos necesarios.
Sin embargo, como hemos demostrado en este artículo, existe una considerable
distancia entre la ley y la realidad, ya que los migrantes son víctimas de severas condiciones
de explotación en el trabajo. Al respecto, el caso de Argentina ilustra que, como señalan
Dwyer y otros (2011:27), la vulnerabilidad de los migrantes frente al trabajo abusivo no está
vinculada exclusivamente con su estatus socio-legal, el cual constituye, en realidad, sólo
“otro factor más de vulnerabilidad”. En efecto, tras revisar un gran número de casos
judiciales, Pacceca (2011) concluye que puede encontrarse una amplia variedad de estatus
migratorios en los talleres clandestinos. En sus propias palabras, “se [encuentran] personas
con residencia permanente o temporaria vigente; personas con visa de turista vencida;
personas con visa de turista vigente, pero trabajando; y personas con residencia precaria”
(:164). Dwyer y otros (2011) señalan una serie de factores que tienen una influencia
determinante en la forma que toman las experiencias laborales de los migrantes. Entre
éstos se destacan: “falta de conocimiento de sus derechos; falta de acceso a la información;
aislamiento de la sociedad; múltiples dependencias de su empleador; pérdida, o cambio,
del trabajo; deuda acumulada en la migración; presiones para enviar remesas; y ‘pérdida
de prestigio’ en su país de origen” debido al fracaso de la decisión de migrar (:26). Es
precisamente en relación con estos puntos que la política migratoria de nuestro país está
fallando en hacer cumplir los derechos humanos de las migrantes.
En este contexto, una política migratoria permisiva que no esté acompañada por
una política integral orientada a hacer respetar los derechos de los migrantes puede de
hecho tener consecuencias negativas. En varios puntos de ingreso, la política de fronteras
abiertas se ha traducido en una falta de controles adecuados por parte de las autoridades
de frontera, facilitando así la trata de personas en lugar de contribuir a detectarla.
En resumen, como ha sido señalado por la OIM (2008), el Estado argentino debe
tomar
Montero Bressán – Ferradás Abalo
78
decisiones que, excediendo estrictamente lo migratorio, se orienten a la creación
y consolidación de condiciones apropiadas para que los inmigrantes se integren
al país, asegurándoles tanto para ellos como para sus familiares el acceso a los
bienes y servicios necesarios para satisfacer niveles de vida dignos y saludables
(:42).
Conclusiones
Durante el período neoliberal, el crecimiento económico limitado y la inestabilidad,
por un lado, y la creciente ‘dominación económica’ del Estado (Jessop, 2002), por el otro,
favorecieron un elevado nivel de tolerancia hacia la informalidad y otras violaciones de los
derechos laborales, especialmente cuando hay migrantes involucrados. El argumento de
que los Estados deben asegurar oportunidades de acumulación y crear ambientes de
negocios propicios alcanzó tal nivel que los estados permiten la violación sistemática de los
derechos de las trabajadoras con el objeto de no interferir en la acumulación de capital. En
efecto, el crecimiento de la trata de personas y el trabajo forzoso sucede con frecuencia a la
vista de los estados, no sólo en países periféricos como Argentina y Brasil, sino también en
Italia, España y Estados Unidos (El País, 23/6/09; Kwong, 2001; Bernhardt, McGrath y
DeFilippis, 2008; Montero, 2011). En este contexto, la emergencia de los sistemas de talleres
clandestinos puede llegar a ser en algunos casos considerada como una bendición para las
economías regionales o locales que experimentan problemas económicos (ver Montero,
2012).
En Argentina, los pequeños talleres urbanos de costura surgieron desde mediados de
los años ochentas como una respuesta a la creciente demanda de trabajadores
domiciliarios por parte de reconocidas empresas de indumentaria. La implementación de
políticas neoliberales durante los noventas creó, hacia fines de esa década, un contexto de
expansión del desempleo y de crecimiento de la informalidad laboral. En medio de la crisis
más profunda en la historia del país (1998-2001), el trabajo forzoso y la trata de personas se
generalizaron en la industria de la vestimenta. Sin embargo, la aguda recuperación
económica que comenzó hacia 2003 no significó el fin de la explotación en talleres. Por el
contrario, la demanda creciente de ropa fue abastecida por talleres de costura en los que
las condiciones de trabajo no mejoraron tras la crisis, en parte debido a la competencia
ruinosa entre numerosos subcontratistas. La falta de control estatal en este área permitió a
las marcas de ropa mantener los costos laborales al mínimo.
El caso argentino demuestra entonces que una legislación migratoria permisiva es
necesaria, pero no suficiente, para asegurar una vida digna a los y las migrantes. Desde el
año 2008 se realizaron avances para eliminar la trata de personas y el trabajo forzoso,
Trabajadorxs de talleres clandestinos en Buenos Aires
79
pero la elevada tolerancia estatal hacia la explotación en talleres clandestinos convierte
esos progresos en acciones importantes pero aisladas, tomadas para responder a la
creciente presión social. En última instancia, posibilitar que los migrantes accedan a un
estatus legal abre una inmensa puerta al progreso en materia de migraciones, siempre y
cuando los movimientos sociales que militan este tema triunfen en forzar al Estado a hacer
cumplir los derechos de los migrantes.
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Graciela Patricia Cacace; Jorge Osvaldo Morina
Universidad Nacional de Luján, Pcia de Buenos [email protected]; [email protected]
1. Introducción y marco de referencia
En la Argentina, el neoliberalismo produjo importantes transformaciones
económicas y sociales. Se inició con el Rodrigazo de 19751, punto de inflexión en la
evolución de la economía nacional definida hasta entonces como mercado–internista
(Gejo; Morina; Velázquez, 2000). Finalizó en diciembre de 2001 con la crisis de la
Convertibilidad que condujo a un marasmo sin precedentes: desocupación, pobreza e
indigencia, resultados inseparables del plan agotado. Con la enorme devaluación estas
variables llegaron a valores inéditos en 2002 y 2003. Comenzaron así a perfilarse nuevas
tendencias que, con el correr de los años, se tornarían características de un nuevo
“modelo” económico llamado neo-desarrollismo (Katz, 2007). Sin embargo, la dinámica
económica “exitosa” en Argentina a partir de 2002 planteó una serie de restricciones. El
límite más importante que enfrenta el desarrollo capitalista en Argentina es la
consolidación de un patrón de acumulación de carácter dependiente y periférico basado
en el saqueo de las riquezas naturales (extractivismo) en el marco de una economía
transnacionalizada. Esta situación conforma un obstáculo significativo a las posibilidades
de avanzar en un proyecto de cambio social pues supone la conformación de una sólida
correlación de fuerzas sociales a favor del bloque dominante burgués y –dentro de éste–
1 Conjunto de medidas puestas en marcha por el Ministerio de Economía a cargo de Celestino Rodrigodurante la presidencia de M. E. Martínez de Perón tendientes al deterioro del salario real con unadevaluación del 160 %.
Cacace – Morina
84
de su fracción transnacional. Este rasgo de continuidad es el que da cuenta del carácter
postneoliberal de la etapa actual (Féliz y López, 2010). Pero con un detalle distinto:
incorpora, por necesidad, a parte del pueblo trabajador como socio subordinado sin
poder garantizar trabajo no precario. En este “detalle” están sus límites (Féliz; López, op.
cit.).
La Argentina, como otros países de América Latina en el presente siglo, ha venido
transitando de un “modelo” anclado en la valorización financiera hacia otro asentado
en la producción y exportación a gran escala de bienes primarios (commodities): metales
y minerales, productos agrarios, biocombustibles e hidrocarburos. Perfiles productivos
exportadores que consolidan una matriz extractivista funcional a la globalización
comercial y a la integración subordinada de nuestro país al sistema económico mundial.
Es el pasaje del Consenso de Washington al Consenso de los Commodities (Svampa,
2013).
Los gobiernos buscan justificar el modelo de desposesión (Harvey, 2004)
afirmando que es la vía que permite generar las divisas que luego son reorientadas a la
redistribución del ingreso y al consumo interno, o a la generación de actividades con
mayor contenido de valor agregado.
Estos procesos tienen estrecha relación con las políticas orientadas a la atracción
de inversiones extranjeras- IED- especializadas en la explotación de recursos naturales y
en las primeras etapas de su procesamiento dentro de las Cadenas Globales de Valor. En
los últimos años, las exportaciones de los países de la región y los altos precios de varias
materias primas (incluso con caídas en 2014, 2015 y en lo que va del 2016), favorecieron
recurrentes balanzas comerciales superavitarias. De esa manera, el “modelo” fomentado
por la IED consolidó formas de producción que implicaron la sobreexplotación de la
capacidad de carga de los ecosistemas y una transferencia de riqueza encubierta (agua,
nutrientes) en las transacciones internacionales. Son nuevos mecanismos de expropiación
de recursos naturales que violan los derechos, tanto humanos como naturales: Una
verdadera extrahección2 (Gudynas, 2013). Estos procesos generan profundas
repercusiones sociales, políticas, económicas, ambientales y científicas. “La expulsión de los
2 La extrahección es el caso más agudo del extractivismo. La palabra tiene su origen en el vocablo latino“extrahere”, donde “ex” significa fuera, y “trahere” alude a quitar y arrastrar hacía sí. Por lo tanto,extraher es el acto de tomar o quitar con violencia, “arrancar” los recursos naturales, sea de lascomunidades como de la naturaleza.
Hidrocarburos: modelo productivo extractivista
85
más pobres de la tierra, la afectación de los ecosistemas y de los hábitats humanos, los
cambios en las condiciones de trabajo, la fragmentación social y territorial son parte de la
dinámica principal y global que afianza una inserción económica internacional de la
mano del capital financiero y las transnacionales” (Fernández Equiza, 2013).
El modelo extractivista nacional se apoya en la expansión sojera, como fenómeno
paradigmático de la imposición de la agricultura industrial transgénica, en la gran
minería a cielo abierto y la gestión de los hidrocarburos convencionales y no
convencionales. En esta presentación sólo se desarrolla una aproximación sintética de la
situación hidrocarburífera.
2. La gestión de los hidrocarburos
En Argentina, el neoliberalismo produjo importantes transformaciones
económicas y sociales en el sector hidrocarburífero. En los ‘90 la desregulación de las
actividades económicas y la privatización de empresas estatales constituyeron los pilares
de las reformas del mercado y de la reestructuración del Estado. En ese contexto, se
privatizó la petrolera estatal YPF3 modificando radicalmente el modelo energético
nacional. Al mismo tiempo, se entregó a las empresas privadas la totalidad de las áreas
marginales y centrales por el lapso de 25 años4. YPF fue un caso emblemático de la
desnacionalización (Gavaldá, 2004).
En esa nueva etapa se intensificó la extracción de petróleo y gas, y se
incrementaron las exportaciones a niveles impensables (hasta el 2006). Mientras la
extracción creció un 48 % entre 1988 y 2005, las exportaciones se multiplicaron por 12,
llegando a multiplicarse por 28 en 1997. De exportarse el 2,58 % del petróleo producido
en 1989, se pasó a exportar el 25 % en 2004. La máxima exportación se alcanza en 1996,
con el 41 % de la extracción nacional (Mansilla, 2007). Las retenciones a la exportación de
3 En 1922 se creó Yacimientos Petrolíferos Fiscales- YPF. El presidente M. T. de Alvear designó al frente deYPF al coronel e ingeniero Enrique Mosconi quien aplicó un plan para desarrollar una empresa estatalque estuviera en condiciones de apropiarse del mercado de los combustibles. El Estado adquirió así uncarácter de empresario considerando al petróleo como un bien estratégico.
4 En junio de 2000, se extendió la concesión del yacimiento gasífero Loma de La Lata, Neuquén, hasta2017, a favor de Repsol. En 2007, fue prorrogado el control de Cerro Dragón (en Golfo San Jorge, sur deChubut y norte de Santa Cruz), en beneficio de Pan American Energy, hasta 2027, con opción a seguirexplotando el yacimiento hasta 2047. Esta última es una de las concesiones más controvertidas.
Cacace – Morina
86
crudo5 tuvieron un papel importante. El escenario también favorecía a las provincias,
pese al magro 12 % de las regalías petroleras6.Pero la recaudación de aquellos años se
transformó en un grave problema actual: la Argentina dejó de autoabastecerse. La
producción de petróleo y de gas descendió al igual que las reservas7.
El siglo XXI encuentra a la Argentina en una compleja problemática energética
que impacta directamente en el desarrollo del país y en la pérdida de autonomía
respecto de la energía. Los hidrocarburos son la fuente de energía más representativa en
la matriz energética y, hasta tanto no se diversifique, el petróleo y el gas deben ser
considerados bienes estratégicos.
A principios de 2012, el gobierno nacional estatizó el 51% de Repsol YPF como una
forma de dar respuesta al fracaso de las privatizaciones petroleras y al vaciamiento de
las reservas hidrocarburíferas. La recuperación de una parte de YPF despertó ilusiones y
una fuerte adhesión en amplios sectores de la sociedad. Repsol reclamaba 10.500
millones de dólares por las acciones expropiadas ante el Centro Internacional de Arreglo
de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI), del Banco Mundial. Tras dos años de
complejas negociaciones, la Argentina reconoció como indemnización U$S 5.000 millones
que fueron cancelados con un paquete de títulos públicos (bonos del Tesoro)8.
5 La retención a la exportación de petróleo se estableció en 25 % con un gravamen extra dependiente de lacotización del crudo WTI (West Texas Intermediate). Si el barril supera los U$S 32., se llega al 28 %; sialcanza los U$S 35. es del 31 %, aumentando al 45 % para valores superiores a los U$S 45. Pero convieneaclarar que, de acuerdo a la Ley 21.453, los importes realmente pagados son menores a lo indicado por laalícuota. Se considera que el valor F.O.B. de las exportaciones incluye las retenciones. De ese modo, paraun valor F.O.B. de U$S 100., las exportaciones declaradas son de U$S 69.-. Es sobre ese importe que seaplica el 45 %, pagándose U$S 31 en concepto de retención. Es entonces un 31 % menos de lo que se sueleestimar (Mansilla, 2007).
6 Las regalías hidrocarburíferas son el importe que pagan las empresas petroleras al Estado provincial porel derecho a la extracción de petróleo y gas. Al deducir costos de traslado y otros gastos, sobredeclaraciones juradas de las mismas empresas, en muchos casos sólo pagan un 8 % de regalías. Ya elporcentaje pautado por ley es de los más bajos a nivel mundial.
7 En el año 2005, las reservas eran inferiores a las que el país tenía en 1988, y mucho menores a las de 1973.
8 La Argentina pagó a Repsol un paquete fijo por un valor nominal de 5.000 millones de dólarescompuesto por: Bonar X (U$S 500 millones), Discount 33 (U$S 1.250 millones) y Bonar 2024 (U$S 3.250millones). Y un paquete complementario de 1.000 millones de dólares compuesto por: Boden 2015 (U$S400 millones), Bonar X (U$S 300 millones), Bonar 2024 (U$S 300 millones). En mayo de 2014, Repsol yahabía vendido toda la cartera de bonos argentinos quedando extinguida la deuda de 5.000 millones dedólares reconocida por Argentina. Ahora esos bonos argentinos están en otras manos. Los Boden 2015fueron vendidos a JP Morgan en mayo de 2014.
Hidrocarburos: modelo productivo extractivista
87
Luego de la estatización parcial, la producción continuó en descenso. En 2015, la
producción de petróleo9 fue 30.894.027 m3, en 2014, de 30.881.427 m3, en 2013 llegó a
31.327.461 m3, por debajo de los 32.997.883 m3 del año anterior, según datos del Ministerio
de Energía y Minería de la Nación. En el caso del gas, la producción en 2015 fue de
42.901.588 miles de m3, en 2014 fue de 41.484.024 miles de m3, en 2013, 41.708.300 miles
de m3, por debajo de los 44.123.065 miles de m3 de 2012.
Varios programas de incentivación a la producción llevados adelante desde el
Estado Nacional en los últimos años desacoplaron los precios de la energía local de los
mercados internacionales. A pesar del descenso del precio internacional de los
hidrocarburos, en Argentina mejoraron las condiciones de los productores ya que se llevó
el precio del gas por millón de BTU, de 2,8 dólares a 7,5 dólares, es decir casi tres veces
más, lo que representó un incentivo para las empresas privadas. Lo mismo sucedió con el
petróleo que paso de 42 dólares el barril interno (2007) a alrededor de 70 dólares (2014).
Según el gobierno, este incentivo permite garantizar el empleo. En este contexto,
Argentina es uno de los pocos países del mundo donde las compañías ampliaron sus
operaciones en 2016. Incluso se está produciendo una paradoja: en el primer trimestre del
año 2016 se registra superabundancia de crudo sin embargo el Ministro de Energía
convino importar cargamentos de crudo desde Nigeria a precios inferiores a los que se
comercializa en el mercado interno.
La escasez de gas natural durante los últimos años es un problema que obligó a
importar volúmenes crecientes y costosos de gas, natural y licuado. Pasamos de importar
en el año 2010 3.612.263 miles de m3 a 11.809.593 miles de m3 en 2013 (Ministerio de
Energía y Minería de la Nación, 2015) y 11.929.699 miles m3 en 2014 (ENARGAS). La
Argentina recibe gas extranjero por dos vías: desde Bolivia, a través de gasoductos, y
desde ultramar, en la forma de gas natural licuado (GNL), que llega por barco a los
puertos de Bahía Blanca y de Escobar donde se encuentran las plantas regasificadoras.
Los precios varían de acuerdo al momento de la operación, modo contractual y el origen
del gas natural. Por millón de BTU, las compañías que extraen gas nacional reciben unos
2,8 dólares para pozos en función y 7,5 dólares para la producción que surja de nuevas
9 Los precios del petróleo, que en el primer semestre del año 2008 superaron los 145 dólares el barril, amediados de 2014 rondaban los 100 dólares. En julio de 2015 el petróleo crudo estaba a menos de 60dólares el barril. En enero 2016 bajó a 26,50 U$S el barril. En abril 2016 registra una leve alza con 43 U$S(OPEP)
Cacace – Morina
88
inversiones. Pero las importaciones de gas de Bolivia se pagaban unos 11 dólares MBTU en
2014 y en marzo 2016 se pagan 5,4 dólares como consecuencia del derrumbe del valor de
los hidrocarburos en los mercados internacionales. El GNL se llegó a pagar 20 dólares el
MBTU en marzo 2014 y se paga 5,04 dólares en marzo 201610. Chile suministrará 5,5
millones de metros cúbicos diarios de gas a Argentina entre los meses de mayo y
septiembre de 2016 que representarán cerca del 20 % del total de las importaciones
argentinas de esta energía. Chile recibe el gas desde el sudeste asiático que exporta a la
Argentina para consumo industrial y residencial en Bs As.
Desde distintas posiciones políticas, se declama que la recuperación del
autoabastecimiento energético pasa por la explotación del megayacimiento neuquino
de Vaca Muerta con hidrocarburos no convencionales que deben extraerse a través del
fracking o fractura hidráulica. En Zapala es donde se hizo el primer pozo de fracking del
país; un territorio árido, donde la empresa estadounidense Apache trabaja sin
autorización de las comunidades indígenas Gelay Ko. No hubo consulta ni estudios
previos de impacto ambiental. Apache está extrayendo agua del acuífero Zapala,
mientras las comunidades carecen de acceso al agua. Cerca de Las Heras, Golfo San
Jorge, provincia de Santa Cruz, YPF perforó tres pozos con técnicas de fracking. Allí se
registró el primer movimiento sísmico que podría estar ligado a esta actividad (2013).
YPF lidera en América Latina proyectos exploratorios y de producción en recursos no
convencionales. Loma Campana, en sólo dos años, se convirtió en el primer yacimiento
de shale en el mundo fuera de América del Norte y el segundo en producción de
petróleo de la Argentina, con 40.000 barriles diarios y más de 300 pozos perforados. En
un sector de El Orejano, el proyecto insignia de gas de esquisto de YPF y de
Schlumberger Ltd. SLB, el gigante de servicios petroleros de Houston, llama la atención el
paisaje con tuberías azules de fracturación hidráulica entrecruzándose sobre el terreno.
Ante la necesidad de fuentes de financiamiento, YPF firmó un acuerdo con la
estadounidense ecocida Chevron, con una inversión que superaría los U$S 15.000
millones, en el plazo extendido11 y con la empresa china Sinopec.
10 Instituto Argentino de la Energía “General Mosconi” www.iae.org.ar
11 El acuerdo, firmado el 16/07/13, es por la explotación sobre 30.000 Km .2. La inversión inicial sería de U$S1.240.- millones para trabajar 100 pozos en 20 Km.2. En 2017 debe haber 1500 pozos en perforación, en 395Km.2. Cabe acotar que el acuerdo, además de Chevron, incluye a Gas Medanito, Exxon, PAE, Petronas,Dow y CGC (Compañía General de Combustibles).
Hidrocarburos: modelo productivo extractivista
89
La técnica extractiva está hoy muy cuestionada, tanto en la Argentina como en
otros países debido a sus efectos nocivos. Varias de las sustancias que se inyectan son
altamente contaminantes e incluso cancerígenas (D’Elía, Ochandio y Observatorio
Petrolero Sur, 2014). En nuestro país la búsqueda de estos hidrocarburos está
extendiendo la frontera extractiva a todo el territorio nacional, como por ejemplo Entre
Ríos, Chaco, Santiago del Estero y Buenos Aires; norte de Neuquén y sur de Mendoza, y
la cuenca del río Paraná, bajo la cual se encuentra el acuífero guaraní, una de las
reservas de agua dulce más importantes de todo el planeta. La difundida confianza en
recuperar el autoabastecimiento explotando el petróleo y el gas no convencional, con
técnicas cuestionadas a escala internacional, demuestra que los riesgos sociales y
ambientales siguen siendo minimizados o directamente ignorados.
3. Consideraciones finales
La Argentina deberá seguir importando gas durante los próximos 20 años y
necesitará millones de dólares de inversión para acompañar el crecimiento de la
demanda interna de energía. Este es el resultado de la política de privatización,
desregulación, desnacionalización del sector energético y del vaciamiento de YPF. La
apuesta por la explotación de gas y petróleo no convencionales significa consolidar una
matriz energética dependiente de los hidrocarburos (cada vez más escasos, y con
mayores riesgos ambientales), cuando se debería apostar a la diversificación, en pos de
modelos alternativos y realmente sustentables. Se estima que la producción de Vaca
Muerta y otras formaciones no convencionales no alcanzarán volúmenes significativos
hasta el 2020/25. Otro de los problemas radica en que el 70% de la actividad petrolera
que actualmente se desarrolla fuera de YPF se rige aún por gravosos contratos suscriptos
que vencen en muchos años (algunos en 2047) y que poseen la libre disponibilidad del
crudo con el poder discrecional de los gobernadores de las provincias petroleras para
manejar estos recursos. La expropiación de recursos naturales continúa muy vigente.
La crisis energética implica una pésima gestión de los hidrocarburos y una grave
debilidad estratégica de Argentina. Un país sin un buen abastecimiento energético, sin
reservas estratégicas suficientes, y sin el pleno dominio y propiedad de las fuentes
energéticas, resulta muy vulnerable. Es fundamental que los ingresos derivados de la
propiedad de los yacimientos sean captados por el conjunto de la sociedad, que en su
forma político-jurídica es el Estado.
Cacace – Morina
90
4. Referencias Bibliográficas
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despojo. Katz Editores, Buenos Aires.
Número 1 – Año 2016 – Versión digital
https://boletingeoecon.wordpress.com
91
Anexo
I Congreso de Geografía Económica
Mar del Plata, Argentina 22, 23 y 24 de junio de 2016
"La nueva geografía del capitalismo”
Hace diez años atrás, en 2005, se conformó el Colectivo Geoecon, producto de la
decisión de varias cátedras universitarias directa o indirectamente involucradas en el
dictado de Geografía Económica. De él surgieron las Jornadas de Geografía Económica,
una cita anual que se ha desarrollado desde ese momento en la Argentina (2005-2015).
Al cabo de una década de esa experiencia, el Colectivo Geoecon ha planteado la
realización del Primer Congreso de Geografía Económica, en junio de 2016, en la ciudad
de Mar del Plata, provincia de Buenos Aires, Argentina. Éste se llevará a cabo bajo el
lema de "La nueva geografía del capitalismo" y presidido por dos grandes ejes
conceptuales: a) "el capitalismo como geografía"; y b) "Crisis y geografía".
La creación del Colectivo Geoecon fue concebida como una herramienta para el
desarrollo de un trabajo coordinado en pos del fortalecimiento de nuestra especialidad,
la geografía económica, por considerarlo una necesidad para su apuntalamiento en el
ámbito universitario. Sin embargo, este no fue el único objetivo. Entendimos también la
prioridad de desarrollar esta especialidad como un hecho estratégico frente al vuelco
Anexo
92
conservador que había primado en la evolución de nuestra disciplina, circunstancia que
no difiere de lo que ha ocurrido en otras disciplinas en los últimos treinta años, y que ha
respondido a la expansión de distintas expresiones de eso que se ha denominado
Posmodernidad. Y que en el campo de la geografía se ha verificado por la multiplicación
de las vertientes culturalistas.
En nuestra disciplina, la geografía económica es la llave para el reingreso del
materialismo histórico; es decir, para enfrentar a las orientaciones conservadoras. El
colectivo Geoecon, las Jornadas de Geografía Económica y, ahora, el Congreso de
Geografía Económica se enmarcan en ese norte estratégico. De allí la elección del lema;
de allí también la elección de los ejes conceptuales. Ambos expresan la voluntad de
tomar la iniciativa para enarbolar a la geografía económica como un instrumento
esencial para acompañar la contraofensiva materialista en, y desde, nuestra disciplina.
"A nova geografia do capitalismo"
Há dez anos, em 2005, foi criado o coletivo Geoecon, motivado por uma ação de
vários departamentos universitários Argentinos, que direta ou indiretamente estavam
envolvidos com pesquisa de Geografia Econômica. Esse coletivo criou As Jornadas de
Geografia Econômica, um evento anual que tem sido organizado desde então, na
Argentina (2005-2015).
Após uma década de experiência, o Coletivo Geoecon idealizou a realização do
Primeiro Congresso de Geografia Econômica, em junho de 2016, na cidade de Mar del
Plata, Buenos Aires, Argentina. O evento será realizado com o lema "A nova geografia
do capitalismo" e se estrutura por dois eixos conceituais: a) "capitalismo e geografia" e b)
"Crise e geografia."
A criação do Coletivo Geoecon foi pensado como uma ferramenta para o
desenvolvimento de uma abordagem coordenada para fortalecer nossa área do
conhecimento, geografia econômica, estruturando uma articulação entre universidades.
No entanto, este não foi o único objetivo. Também entendíamos como prioridade o
I Congreso de Geografía Económica
93
fortalecimento e o desenvolvimento dessa especialidade como estratégia para enfrentar
o avanço da onda conservadora que vinha ganhando terreno, bem como o
fortalecimento de nossa disciplina, que não foi diferente do que aconteceu em outras
disciplinas nos últimos trinta anos, e tem respondido à altura a expansão dos diferentes
modelos, os quais genericamente são chamados de pós-modernismo. E no campo da
geografia, tivemos também uma multiplicação de intervenções culturalistas.
Nossa disciplina, geografia econômica é a chave para a reentrada do materialismo
histórico; isto é, para confrontar a orientação conservadora. O Geoecon, As Jornadas de
Geografia Econômica e agora o Congresso de Geografia Econômica fazem parte das
ações do norte estratégico. Daí a escolha do tema e dos seus eixos conceituais.
Ambos expressaram a vontade de tornar a geografia econômica um instrumento
essencial para acompanhar essa contraofensiva materialista em nossa área do
conhecimento.
The New Geography of Capitalism"
Ten years ago, in 2005, the Geoecon Collective was formed in Argentina. It was
born from a decision made by several groups of lecturers teaching economic geography
and related issues in a number of universities, and it gave birth to the Economic
Geography Symposiums held once a year since 2005.
After one decade, the Collective is now calling for the First Economic Geography
Conference, to be held in Mar del Plata (Argentina) in June 2016. The leading theme of
the EGC is “The new geography of Capitalism”, and the main tracks are “Capitalism as
geography” and “crisis and geography”.
The Geoecon Collective was conceived as a tool for developing a coordinated
agenda to strengthen economic geography. We believe that reinforcing economic
geography is a key strategic objective to counter the conservative shift in our discipline, a
shift that has been common to many academic disciplines for the last 25 years. A shift
that can be identified in the varied expressions of the so-called Posmodernity, and that in
the field of geography has been articulated through the growth of culturalist and
Anexo
94
particularist trends.
Economic geography is the key to bring back in historical materialism. The
Geoecon Collective, the Economic Geography Symposiums and, now, the First Economic
Geography Conference, follow this objective.The theme and the tracks are also framed
within this goal. They illustrate the will to strengthen economic geography as a critical
tool for driving the materialist counteroffensive in and from our discipline.
Número 1 – Año 2016 – Versión digital
https://boletingeoecon.wordpress.com
95
La Nueva Geografía del Capitalismo
Los puertos más transitados del mundo
Anexo
96
Brasil y China en números
Fuente:http://lat.wsj.com/articles/SB11923416391621384233104581617713728698874?tesla=y
La Nueva Geografía del Capitalismo
97
La nueva Ruta de la Seda
Fuente: http://www.odiario.info/b2-img/PLANO2020CHINAPEPEESCOBARPOR.pdf
98
Número 1 – Año 2016 – Versión digital. Edición Cuatrimestral
https://boletingeoecon.wordpress.com/
Estadísticas Comercio Internacional
Omar Horacio Gejo
(GECI – UNLu / GER – UNMDP)
Ana Laura Berardi
(GER – UNMDP/ GECI – UNLu)
Anexo – estadísticas comercio internacional
99
Principales exportadores mundiales de mercancías, 2014Países Valor Porcentaje Porcentaje Acumulado
1 China 2.342 12.3 12.32 EEUU 1.621 8.5 20.83 Alemania 1.508 7.9 28.74 Japón 684 3.6 32.35 Países Bajos 672 3.5 35.86 Francia 583 3.1 38.97 Corea del Sur 573 3.0 41.98 Italia 529 2.8 44.79 Hong Kong 524 2.8 47.5
10 Reino Unido 506 2.7 50.211 Rusia 498 2.6 52.812 Canadá 475 2.5 55.313 Bélgica 471 2.5 57.814 Singapur 410 2.2 60.015 México 398 2.1 62.116 Emiratos Árabes 360 1.9 64.017 Arabia Saudita 354 1.9 65.918 España 325 1.7 67.619 India 322 1.7 69.320 Taiwán 314 1.7 71.021 Suiza 311 1.6 72.622 Australia 241 1.3 73.923 Malasia 234 1.2 75.124 Tailandia 228 1.2 76.325 Brasil 225 1.2 77.526 Polonia 217 1.1 78.627 Austria 178 0.9 79.528 Indonesia 176 0.9 80.429 República Checa 174 0.9 81.330 Suecia 164 0.9 82.231 Turquía 158 0.8 83.032 Vietnam 150 0.8 83.833 Noruega 144 0.8 84.634 Qatar 132 0.7 85.335 Irlanda 118 0.6 85.936 Dinamarca 111 0.6 86.537 Hungría 111 0.6 87.138 Kuwait 104 0.5 87.639 Nigeria 97 0.5 88.140 Sudáfrica 91 0.5 88.641 Irán 89 0.5 89.142 República Eslovaca 87 0.5 89.643 Irak 85 0.4 90.044 Venezuela 80 0.4 90.445 Kazajstán 78 0.4 90.846 Chile 76 0.4 91.247 Finlandia 74 0.4 91.648 Argentina 72 0.4 92.049 Rumania 70 0.4 92.450 Israel 68 0.4 92.8
Total 50 Países 17.612 92.8 92.8Total Mundial 18.494 100.0 100.0
Gejo – Berardi
100
Comercio mundial por regiones- Países exportadores – 2014
Regiones
Posiciones
EuropaOccidenta
l
AsiaPacífico
América delNorte
Centro ySudamérica
EuropaOriental
MedioOriente
ÁfricaTotal
1 - 10 5Alemania (3) PaísesBajos(5)
Francia(6)Italia (8)
Reino Unido(10)
4China (1)Japón (4)Corea (7)
Hong Kong(9)
1EEUU (2)
--- --- --- --- 10
11 – 20 2Bélgica
(13)España
(18)
3Singapur (14)
India (19)Taiwán (20)
2Canadá (12)México (15)
--- 1Rusia(11)
2Emiratos
Árabes (16)Arabia
Saudita (17)
--- 10
21 – 30 3Suiza(21)
Austria(27)
Suecia(30)
4Australia (22)Malasia (23)
Tailandia (24)Indonesia
(28)
--- 1Brasil (25)
2Polonia
(26)RepúblicaCheca (29)
--- --- 10
31 – 40 4Turquía
(31)Noruega
(33)Irlanda
(35)Dinamarca
(36)
1
Vietnam (32)
--- --- 1Hungría
(37)
2Qatar (34)Kuwait (38)
2Nigeria
(39)Sudáfrica
(40)
10
41 – 50 1Finlandia(
47)
--- --- 3Venezuela
(44)Chile (46)Argentina
(48)
3RepúblicaEslovaca
(42)Kazajstán
(45)Rumania
(49)
3Irán (41)Irak (43)
Israel (50)
--- 10
Total 15 12 3 4 7 7 2 50
Fuente: Elaboración propia en base a datos de la OMC
Anexo – estadísticas comercio internacional
101
Comercio mundial por regiones - % de exportaciones en términos relativos porregión- (2014)
Regiones
Posiciones
EuropaOccidenta
l
AsiaPacífic
o
América delNorte
Centro ySudaméric
a
EuropaOrienta
l
MedioOrient
e
África Tota
l
1 – 10 20.0 21.7 8.5 ... … ... ... 50.211 – 20 4.2 5.6 4.6 … 2.6 3.8 ... 20.821 – 30 3.4 4.6 --- 1.2 2.0 … … 11.231 – 40 2.8 0.8 --- --- 0.6 1.2 1.0 6.441 – 50 0.4 --- --- 1.2 1.3 1.3
…4.2
Total 30.8 32.7 13.1 2.4 6.5 6.3 1.0 92.8
Fuente: Elaboración propia en base a datos de la OMC