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COLABORACION FORESTAL EN EL SERVICIO DE EXTENSION AGRICOLA SEBASTIAN RICO GIMENEZ Ingeniero de Montes. Vocal de la Junta (-entra' de Extensión Agrícola. No puede desconocerse, y consecuentemente negarse, que la mayor parte del cometido a rea- lizar por el Servicio de Extensión Agrícola co- rresponde a temas de carácter meramente agrí- cola, en los que impera principalmente la fina- lidad de 1 levar a la población rural de nuestro país el conocimiento más perfecto de los méto- dos de cultivo, empezando por la elección y selección de semi- llas y terminando por la meca- nización del campo e industria- lización de sus productos, todo lo cual tiende a aumentar, me- jorar y abaratar el rendimiento de aquél. En todo el desarrollo de esta importante labor existe entre las partes interesadas un deseo de alcanzar el resultado máximo de eficiencia; por parte del personal de las Agencias Co- marcales, un afán de emulación en el cumplimiento de su come- tido, y en la población rural, que recibe los beneficios, es ló- gico que exista un interés deci- dido en alcanzar un grado de competencia en las enseñanzas que se le ponen a su alcance para su inmediata aplicación al campo. Es decir, que todo lo que se relaciona con los temas que expone el Ser- vicio relacionado con cultivos agrícolas, goza de la entusiasta acogida por parte del campe- sino, el que se somete gustosamente a las dis- ciplinas de las innovaciones que se les enseña. Lo contrario a ese ambiente de compren- sión que hemos señalado sucede con las cues- tiones forestales cuando se ponen en juego y se tropieza con un ambiente general de resis- tencia a fomentar las repoblaciones y, lo que es más doloroso, a la conservación de lo exis- tente, especialmente cuando se trata de mon- tes de régimen privado, ya que los que están sometidos a la tutela de la Administración Fo- restal, bien sea por estar declarados de utilidad pública, consorciados, etc., se encuentran pro- tegidos contra posibles desmanes; esto no quie- re decir que, aun en este último caso, los Cuerpos forestales no hayan venido luchando desde su creación contra algunos intentos de abuso y especialmente con la intromisión de cierta política mal entendida, que en algunas ocasiones ha pretendido obtener de los montes de las Corporaciones o entidades públicas sufi- cientes medios con los que realizar algunas obras que representaban más que otra cosa una finalidad de lucimiento personal para los que las representaban. El caso más interesante para nosotros son los montes de régimen privado, desde el punto de vista de su conservación y mejora, los que representan una superficie total de cerca de 19 millones de hectáreas, y en ellos se pone en juego, salvo raras excepciones, intereses varios, pero que en definitiva se trata de explotar el monte sin mira- mientos de su conservación; así vemos alcornoques descorchados antes de tiempo, pinos resina- bles abiertos sin alcanzar el diámetro mínimo fijado, cortas abusivas de pies, etc. La incom- prensión, cuando no la ambi- ción, de muchos propietarios es la amenaza verdaderamente te- mible para la existencia de sus montes, que por otros procedi- mientos hacen desaparecer sus predios forestales bien solicitando cambios de cultivo para convertir en carbón el arbolado que hay que descuajar y que tardó mucho más de cien años en criarse, para luego abandonar el suelo empobrecido con el cultivo agrícola que estableció, convirtiéndolo en un erial im- productivo; otras veces, al amparo de un per- miso de corta conseguido, se extralimita en aquélla y causa un verdadero estrago con la esperanza de no ser descubierto ni sancionado; los pastoreos abusivos, y así podíamos estar citando infinidad de casos que podían calificar- se de verdadero gamberrismo forestal, por el daño que producen en el orden social, físico y económico del país. Tenemos que hacer la salvedad de lo que contrariamente ocurre en las provincias del norte y noroeste de la Península, en las que la iniciativa privada en materia de repoblación, con especies de crecimiento rápido, es tan in- tensa que el Gobierno ha tenido que frenarla mediante la promulgación de disposiciones pro- hibitivas de efectuar estas plantaciones en cier- tos terrenos de carácter marcadamente agríco- la o productores de buenos pastizales. 2

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COLABORACION FORESTAL EN EL SERVICIODE EXTENSION AGRICOLA

SEBASTIAN RICO GIMENEZIngeniero de Montes.

Vocal de la Junta (-entra' de Extensión Agrícola.

No puede desconocerse, y consecuentementenegarse, que la mayor parte del cometido a rea-lizar por el Servicio de Extensión Agrícola co-rresponde a temas de carácter meramente agrí-cola, en los que impera principalmente la fina-lidad de 1 levar a la población rural de nuestropaís el conocimiento más perfecto de los méto-dos de cultivo, empezando porla elección y selección de semi-llas y terminando por la meca-nización del campo e industria-lización de sus productos, todolo cual tiende a aumentar, me-jorar y abaratar el rendimientode aquél. En todo el desarrollode esta importante labor existeentre las partes interesadas undeseo de alcanzar el resultadomáximo de eficiencia; por partedel personal de las Agencias Co-marcales, un afán de emulaciónen el cumplimiento de su come-tido, y en la población rural,que recibe los beneficios, es ló-gico que exista un interés deci-dido en alcanzar un grado decompetencia en las enseñanzasque se le ponen a su alcance para su inmediataaplicación al campo. Es decir, que todo lo quese relaciona con los temas que expone el Ser-vicio relacionado con cultivos agrícolas, gozade la entusiasta acogida por parte del campe-sino, el que se somete gustosamente a las dis-ciplinas de las innovaciones que se les enseña.

Lo contrario a ese ambiente de compren-sión que hemos señalado sucede con las cues-tiones forestales cuando se ponen en juego yse tropieza con un ambiente general de resis-tencia a fomentar las repoblaciones y, lo quees más doloroso, a la conservación de lo exis-tente, especialmente cuando se trata de mon-tes de régimen privado, ya que los que estánsometidos a la tutela de la Administración Fo-restal, bien sea por estar declarados de utilidadpública, consorciados, etc., se encuentran pro-tegidos contra posibles desmanes; esto no quie-re decir que, aun en este último caso, losCuerpos forestales no hayan venido luchandodesde su creación contra algunos intentos deabuso y especialmente con la intromisión decierta política mal entendida, que en algunasocasiones ha pretendido obtener de los montes

de las Corporaciones o entidades públicas sufi-cientes medios con los que realizar algunasobras que representaban más que otra cosa unafinalidad de lucimiento personal para los quelas representaban.

El caso más interesante para nosotros sonlos montes de régimen privado, desde el punto

de vista de su conservación ymejora, los que representan unasuperficie total de cerca de 19millones de hectáreas, y en ellosse pone en juego, salvo rarasexcepciones, intereses varios,pero que en definitiva se tratade explotar el monte sin mira-mientos de su conservación; asívemos alcornoques descorchadosantes de tiempo, pinos resina-bles abiertos sin alcanzar eldiámetro mínimo fijado, cortasabusivas de pies, etc. La incom-prensión, cuando no la ambi-ción, de muchos propietarios esla amenaza verdaderamente te-mible para la existencia de susmontes, que por otros procedi-mientos hacen desaparecer sus

predios forestales bien solicitando cambios decultivo para convertir en carbón el arboladoque hay que descuajar y que tardó mucho másde cien años en criarse, para luego abandonarel suelo empobrecido con el cultivo agrícolaque estableció, convirtiéndolo en un erial im-productivo; otras veces, al amparo de un per-miso de corta conseguido, se extralimita enaquélla y causa un verdadero estrago con laesperanza de no ser descubierto ni sancionado;los pastoreos abusivos, y así podíamos estarcitando infinidad de casos que podían calificar-se de verdadero gamberrismo forestal, por eldaño que producen en el orden social, físico yeconómico del país.

Tenemos que hacer la salvedad de lo quecontrariamente ocurre en las provincias delnorte y noroeste de la Península, en las quela iniciativa privada en materia de repoblación,con especies de crecimiento rápido, es tan in-tensa que el Gobierno ha tenido que frenarlamediante la promulgación de disposiciones pro-hibitivas de efectuar estas plantaciones en cier-tos terrenos de carácter marcadamente agríco-la o productores de buenos pastizales.

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SERVICIO DE EXTENSION AGRICOLA

Las causas que motivan esta excepción sonlas que en la mayoría de las veces empujan alhombre a obrar para obtener un inmediato be-neficio. En aquellas provincias gozan de unaestación extremadamente favorable para el des-arrollo, en muy corto plazo, d las especieschopos, eucaliptos, P. insignis, P. pinaster yalguna otra a la que se suma la circunstanciaque se da allí, de que el cultivo agrícola espoco remunerador por la intensa industriali-zación de aquella zona, que ha aumentado elnivel de vida del obrero al mismo tiempo quehace escasear los brazos para trabajar el cam-po, lo que encarece notablemente los jornales.

Volviendo al tema de la dificultad que en-cierra la conservación y mejora de los montesde régimen privado, diremos que, a pesar deque existen disposiciones que hacen interveniren cierta medida a la administración forestalen esas propiedades, no es posible actuar conla eficacia debida en espacio tan dilatado conlos medios de que disponemos, sobre todo enlo que se refiere a vigilancia, por lo que esti-mamos debe procurarse la cooperación de todoslos Servicios relacionados con el Agro español,para llevar al ánimo de la población rural elinterés que encierra el culto al árbol desde elpunto de vista social, físico y económico, sinconsiderar el estético, ya que es el mejor orna-mento con que cuenta la Naturaleza, creandoun ambiente de cariño y protección hacia él,para que no sea todo instruir expedientes deresponsabilidades, función muy poco grata parala Administración.

A este respecto, el Servicio de ExtensiónAgrícola puede prestar una ayuda valiosísimapor medio de las Agencias Comarcales, pues lapreparación que tiene su personal, el prestigiode que gozan en donde actúa y los medios ma-teriales de propaganda y desplazamiento deque disfruta, las convierte en un instrumentode eficaz empleo para alcanzar la finalidad queperseguimos de crear un clima favorable enmateria forestal.

La Dirección General de Montes, Caza y Pes-ca Fluvial, a la que, como Vocal en la Junta

Central del Servicio de Extensión Agrícola, mehonro en representar, puede hacer llegar a lasAgencias Comarcales cuantas publicaciones dedivulgación y propaganda se redacten por losOrganismos dependientes de ella, a través dela Subsección de Propaganda, dependiente dela Secretaría General. Este material puede ser-vir a las Agencias para organizar charlas yconferencias en los sitios por ellas visitados,como complemento de las enseñanzas de ca-rácter netamente agrícola.

Para completar la labor que hemos señala-do en párrafos anteriores, pueden contar las re-feridas Agencias con la colaboración de los Or-ganismos y Servicios provinciales que integranla Administración Forestal del Estado, a cuyoefecto podrán dirigirse a ellos en demanda deinformación sobre cualquier tema. Cuando porla importancia del informe que se solicite, osea cometido exclusivo de un Organismo cen-tral, entonces se formulará la consulta por laAgencia correspondiente al Servicio de Asisten-cia Técnica dependiente de la Sección tercerade la Subdirección de Montes y Política Fores-tal, el que atenderá con el mayor interés loque se le consulte y dará las explicaciones máscompletas y de fácil comprensión para poner-las al alcance de cualquier persona que no estésuficientemente iniciada en materia de técnicaforestal., Hemos expuesto en líneas generales nuestrocriterio sobre coordinación entre la Adminis-tración Forestal del Estado y el Servicio deExtensión Agrícola; creemos haber probado lanecesidad de un mutua correspondencia y co-laboración, y, a nuestro juicio, si se actúa enla forma expuesta, quedarían perfectamenteasistidos los Organismos de que estamos tra-tando, sin tener que estructurar enlaces queforzosamente localizarían su actuación y dila-tarían los procedimientos resolutivos, siendonuestro criterio simplificar para dar la mayoragilidad a los procedimientos dentro de lo yaestablecido, pensando siempre en el máximobeneficio del campo, su población rural y enla prosperidad general del país.

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