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Checas de Madrid es la historia dela labor de represión ejecutada porlas autodenominadas fuerzasprogresistas durante la RepúblicaEspañola, con el respaldo directo delos aparatos del Estado y el apoyo osilencio de los que habían sidoerigidos en referentes morales de lasociedad.
El libro se divide en cuatro partes, laprimera describe la creación delprimer Estado totalitario de laHistoria. La Segunda parte se centraen el establecimiento del sistema dechecas de Madrid. La tercera parte
relata la práctica del exterminiomasivo y la respuesta de laslegaciones diplomáticas a la políticarepresiva del Frente Popular. Y laultima describe la mutación que tuvolugar en la represión practicada enla zona de España controlada por elFrente Popular una vez que loscomunistas, con el apoyo de laURSS, comenzaron a apoderarse delos resortes del poder.
Un libro polémico, riguroso yprofusamente documentado que nosacerca a la realidad histórica de unode los periodos revolucionarios mássilenciados y sangrientos de la
historia de España.
César Vidal
Checas deMadrid
ePub r1.0jandepora 28.04.14
César Vidal, 2003
Editor digital: jandeporaePub base r1.1
Pueris bello Hispanicointerfectis
Introducción
El procedimiento fue sencillo.Primero los sacaron del lugar dondeestaban recluidos y los obligaron a subiren transportes donde iban maniatados yhacinados por docenas. Realizaron elviaje en silencio aunque algunos rezabany no pocos sospechaban el destino queles esperaba. Cuando llegaron, losobligaron a descender de los vehículos ylos condujeron hasta unas enormeszanjas ante las que se les ordenócolocarse en fila. Lo que sucedió acontinuación fue rápido, apenas unos
minutos. Mientras sonaba alguna oraciónmusitada, procedieron a ametrallarlos.La mayoría había muerto antes de caerdesplomada sobre el suelorecientemente removido. Al cabo deunos instantes, los moribundos tambiénhabían sido rematados a tiros. Loscadáveres podían contarse porcentenares. Entonces, ordenaron a gentea la que se había sacado de poblacionescercanas que fueran lanzando a las fosasdocena tras docena de cuerpos exánimesy aún calientes.
El episodio podría haber sucedidoen Katyn donde agentes soviéticosasesinaron a millares de prisioneros
polacos arrojándolos después a zanjasgigantescas. También podría haberacontecido en Babi Yar donde los nazisametrallaron a millares de judíossepultando después sus cadáveres engigantescas fosas. Sin embargo, no tuvolugar en Europa oriental. Sucedió —y serepitió una y otra vez— en un lugarsituado en el otro extremo de Europa. EnEspaña.
El presente libro es la historia decómo años antes de Katyn y Babi Yar, secreó en España un sistema represivoque, entre otras manifestaciones, diolugar a una red de establecimientosdonde se detenía sin respeto alguno a las
garantías legales mínimas, se torturaba yse asesinaba. El presente libro es lahistoria de cómo semejantecomportamiento —sin antecedentes en laHistoria de España— costó tan sólo enla provincia de Madrid millares devíctimas que superaron, por citar sólo unsignificativo ejemplo, al número demuertos causados por la dictadura dePinochet. El presente libro es la historiade cómo la labor de represión fueejecutada por las autodenominadasfuerzas progresistas con el respaldodirecto de los aparatos del Estado y elapoyo o silencio de los que habían sidoerigidos en referentes morales de la
sociedad. El presente libro es,finalmente, la historia de un procesorevolucionario que se inició a finalesdel siglo XIX y que fue denotado en1917 y 1934, pero alcanzó sus mayoresvictorias en 1931 y 1936, un procesorevolucionario cuyo triunfo incluía, pordefinición, la práctica del exterminio desegmentos enteros de la sociedad.
La exposición de esa trayectoriahistórica ha sido dividida en cuatropartes. En la primera, el lector podráencontrar una descripción de la forma enque se creó el primer Estado totalitariode la Historia —un Estado queestableció una red de campos de
concentración, que pulverizó cualquiertipo de garantía legal y que difuminóarbitrariamente las líneas del derechopenal, que se sostenía sobre la máximade que sectores enteros de la nacióndebían ser exterminados y que publicóresueltamente su decisión de sustentarsesobre el terror de masas. Semejantecosmovisión se apoyaba, entre otrosaspectos, en un sentimiento dehipertrofia de la propia legitimidadpolítica que le permitía considerar laaniquilación de un sistema de libertadescomo un éxito deseable y que no teníaproblema alguno en oponer la calle,previamente manipulada, al parlamento
para lograr sus objetivos.Componente esencial de esta
primera parte es el relato, forzosamenteresumido, de cómo esa concepciónrevolucionaria llegó a España a finalesdel siglo XIX y consiguió imponerse ainicios del segundo tercio del siglosiguiente. Aunque es posible pasar porencima de esta parte y dirigirsedirectamente a la segunda, su contenidonos parece esencial.
La segunda parte está dedicada alestablecimiento del sistema de checasde Madrid como consecuencia directadel triunfo del principio revolucionarioy a su funcionamiento durante los
primeros meses de la guerra civil.La tercera parte se centra en el paso
del sistema de checas a la práctica delexterminio masivo que siguió las líneasindicadas al principio de la presenteintroducción. No nos hemos detenidomeramente en la ejecución de los planesde asesinatos en masa —aunque,obviamente, los abordamos— sino quetambién destacamos la importancia deotros factores como la respuesta de laslegaciones diplomáticas a la políticarepresiva del Frente Popular, elcomportamiento de los intelectuales antelas detenciones, torturas y matanzas, o elfinal de los asesinatos en masa.
La cuarta parte describe, finalmente,la mutación —realmente decisiva— quetuvo lugar en la represión practicada enla zona de España controlada por elFrente Popular una vez que loscomunistas, con el apoyo de la URSS,comenzaron a apoderarse de los resortesdel poder. Su objetivo era obvio eimplicó el inicio de la represióndirigida también contra fuerzas deizquierdas siguiendo el modeloestablecido ya por Lenin.
Finalmente, aunque la presente obrareproduce un número considerable dedocumentos, he considerado convenienteincluir algunos apéndices referidos a las
fuentes documentales y la bibliografía,al período en cuestión, a las cifras de larepresión religiosa en la zona controladapor el Frente Popular y al número devíctimas ocasionadas en Madrid por elrégimen de checas.
Madrid, febrero de 2003
Parte I
EL NACIMIENTO DELAS CHECAS
1
El origen de las checas
La revolución llega a RusiaEn febrero de 1917[1], Rusia —que
combatía en el campo de las potenciasaliadas contra los imperios centrales—se vio sacudida por una inesperadaconvulsión que se tradujo en elderrocamiento del zar y en una casiinmediata proclamación de la república.Los retos que se presentaban al nuevo
gobierno provisional eran de unaenorme magnitud. Por un lado, debíacumplir con sus compromisos con laspotencias aliadas continuando la luchacontra Alemania, Austria-Hungría yTurquía; por otro, tenía que articular laconvocatoria de una asambleaconstituyente que transformara elimperio de los zares en un sistemademocrático de corte parlamentario yllevar a cabo un conjunto de importantesreformas sociales incluida la agraria. Ladisolución del aparato imperial resultótan rápida y sorprendente que lospartidos de carácter socialistaconsideraron que debían sumarse a la
revolución burguesa como un paso haciauna revolución marxista que tendríalugar en algún momento indeterminadodel futuro. De esa opinión ni siquiera seseparaba el pequeño partidobolchevique cuyos dirigentes habíanpasado la mayor parte de los añosprevios en el exilio y cuyo conocimientode la realidad rusa era, como mínimo,escaso y desenfocado. En apariencia,Rusia había entrado en el terreno de unagran ocasión histórica de la quearrancaría un país democrático que seenfrentaría a los grandes retos sociales ypolíticos que había intentado solventarcon mayor o menor fortuna en las
décadas anteriores.Si la situación política se vio
modificada radicalmente se debió alimpulso directo de Lenin, el dirigentemáximo del partido bolchevique. Enabril Lenin llegaba a Petrogrado, laantigua San Petersburgo, y dictaba susconocidas tesis en las que expresaba lavoluntad —y la oportunidad— de llevara cabo una revolución socialista queconcluyera con el establecimiento de ladictadura del proletariado. Para llevar acabo semejantes propósitos, Lenin iba adesarrollar una estrategia de enormeaudacia consistente en infiltrar losconsejos (soviets) de obreros,
campesinos y soldados para, a través deestos organismos de dudosarepresentatividad, erosionar y derribarel gobierno republicano.
Durante meses, la táctica de Leninpareció no dar resultados tangibles. Nosólo el soviet de Petrogrado siguióapoyando al gobierno provisional encuestiones tan delicadas como lacontinuación de la guerra contraAlemania a través de una ofensiva deverano sino que además el peso de losbolcheviques en la política continuósiendo escaso. Cuando además se supoque Lenin había contado con el respaldodel káiser para regresar a Rusia pudo
creerse que sus días en política estabancontados. Un fracasado intento desublevación bolchevique llevado a caboen julio de 1917 sólo sirvió paraconfirmar esas apreciaciones. De hecho,una observación superficial de lascircunstancias a mediados de juliohubiera podido crear la sensación deque, tras la borrasca, todo estabaregresando al cauce de la normalidad.En las fábricas, la agitación habíadisminuido como consecuencia de laobligada retirada de los bolcheviques ydel apoyo continuado de los soviets algobierno. Éste era tan importante enaquellos momentos y eliminaba de tal
forma las posibilidades bolcheviques deganar terreno que no resulta extraño queLenin los calificara de «hoja de parra dela contrarrevolución» e incluso llegara aabandonar la tesis de que todo el poderdel Estado debía serles transferido. Aesas alturas, carecía de sentido impulsarla toma del poder en favor deinstituciones que no sólo no estabandominadas sino que además difícilmentepodían ser controladas.
Aquel clima de relativa estabilidady el deseo de terminar de asentar elgobierno hasta la apertura de laAsamblea Constituyente llevaron aKérensky, su nuevo presidente, a
convocar el 12 de julio una Conferenciade Estado. Un mes después se celebrabala misma pero no en Petrogrado sino enMoscú, teniendo como escenario elteatro Bolshoi. Salvo los bolcheviques,que se vieron excluidos de ella y que nose atrevieron ni a convocarmanifestaciones de protesta por miedo alas consecuencias[2], allí estuvo presentetodo el abigarrado mundo de la políticarusa. De manera sorprendente, parecíaexistir una voluntad generalizada degarantizar la permanencia de lademocracia rusa aunque eso implicaracesiones en las posturas de todos. Por siquedaba alguna duda de que la
revolución estaba comprometida con unaevolución plenamente democrática, el26 de agosto Kérensky depuso al generalKornflov de su cargo de comandante enjefe ya que existían sospechas, no deltodo fundadas, de que pudiera dar ungolpe de Estado.
El fracaso, total e incruento, deKornflov —que, por añadidura, fuearrestado— paradójicamente nofortaleció al gobierno provisionalpresidido por Kérensky. En realidad,proporcionó un nuevo aliento a losbolcheviques. Casi de la noche a lamañana dejaron de ser consideradosunos traidores vendidos a los alemanes
para convertirse en defensores de larevolución contra la reacción. De esaépoca partió toda una campaña deopinión dirigida a crear la convicciónde que Kérensky sólo ambicionabaconvertirse en un dictador aprovechandoun esfuerzo bélico que cada día era másimpopular. No existió base para esaafirmación nunca, pero con el paso deltiempo la calumnia antikerenskysta haseguido haciendo acto de presencia enobras posteriores sobre la Revoluciónrusa. En aquel momento, su empleo teníauna finalidad bien obvia, la de quitar deen medio a uno de los pocos personajespolíticos de talla que aún podían
enfrentarse con los bolcheviques.Por si esto fuera poco, Lenin
comprendió que su tesis de que el sovietno era sino la hoja de parra de laRevolución no resultaba útil. Con unsentido de la oportunidad especialmenteafinado, Lenin no dudó en retomar ellema de «todo el poder a los soviets»que poco antes había vituperado. En elmes de septiembre incluso concluyó suobra El Estado y la revolución[3] dondeabogaba de manera explícita pordestruir el parlamentarismosustituyéndolo por «la dictadurarevolucionaria del proletariado».
De momento, sin embargo, el soviet
no tenía intención ni de seguir lospatrones de conducta que convenían alos bolcheviques ni de intentar derribaral gobierno. Todo lo contrario. Deseabasu estabilidad y precisamente paraconseguirla renunció a la idea de que elmismo debiera ser totalmente burgués ocompletamente socialista[4]. En el cursode una conferencia democráticaconvocada por el soviet al poco deproducirse el episodio Kormlov,setecientos sesenta y seis delegados(contra seiscientos ochenta y ocho, ytreinta ocho abstenciones) votaron afavor de un gobierno de coalición. El 25de septiembre, se procedió a su
formación. Kérensky continuódesempeñando la función de primerministro mientras que las carteras eranocupadas por eseristas moderados,mencheviques, cadetes, socialistas sinafiliación e incluso personas que nopertenecían a ningún partido concreto.Era el último cartucho de la Revoluciónpara no derivar en una solucióndictatorial pero se utilizó cuando lasituación era prácticamenteincontrolable quizá no en Petrogradocomo había puesto de manifiesto elfracaso de Korrúlov pero sí en buenaparte del resto de Rusia.
Si algo caracterizó a Rusia durante
los días finales de septiembre y losprimeros de octubre de 1917 fue lasensación de que no existía ningún tipode orden ni autoridad. El gobiernoprovisional, que había dependido parasu supervivencia de una institucióncomo el soviet de Petrogrado, eraincapaz de evitar la oleada de saqueos,incendios, motines y crímenes que seproducían por todo el país. El ejército—en cuyo seno Kérensky era odiadoprofundamente tras la ofensiva deverano que se había saldado con unfracaso— se desintegraba en masa y loscomités de soldados no sólo noimpedían esa situación sino que la
favorecían haciendo peligrar incluso lavida de los oficiales. A todo ello sesumaban el hambre y la desesperación.Con cerca de diez millones de soldados,el Estado apenas tenía recursos paramalalimentar a siete. Durante el mes deseptiembre las unidades militaresapenas recibieron la cuarta parte de laharina necesaria. No es extraño que elnúmero de desertores alcanzara por esasfechas los dos millones y que sólo undiez por ciento de ellos pudiera serobligado a regresar al frente.
La situación entre los civiles apenasera mejor. En buen número depoblaciones el pan escaseaba y las
manifestaciones para protestar por esasituación acababan degenerando enactos de violencia de los que no estabaausente la barbarie. Incluso se habíavuelto a la práctica de atacar a losjudíos como chivos expiatorios. Por loque se refiere al campo, septiembre fueel mes en que empezaron lasdestrucciones provocadas no pocasveces por el mero deseo de dar salida ala cólera y al resentimiento. Cuando seinició el mes de octubre, las provinciasde Minsk, Moguiliov y Vitébsk enBielorrusia y las regiones centrales y delas provincias del Volga eran presa deuna situación de absoluta anarquía que
hacía presagiar un invierno de hambre ydesolación. La última esperanza deRusia descansaba en la ya cercanaelección de la Asamblea Constituyenteque habría contado con la legitimaciónsuficiente para formar un gobierno conautoridad (y, sobre todo, no provisional)y para solventar de una vez por todascuestiones tan relevantes como lapolítica agraria. Precisamente por ello,Lenin decidió dar los pasos que leseparaban de la toma del poder.
El golpe bolchevique[5]
La distribución de fuerzas en
septiembre presentaba un panorama biendefinido. El gobierno provisional, pesea estar constituido por ministros de casitodas las tendencias, se asemejabacrecientemente a una institución sincapacidad para imponer sus decisiones,dependiente del soviet de Petrogradopara su supervivencia y limitada encuanto a su existencia por lateóricamente próxima constitución de laAsamblea Constituyente. Los eseristas osocialistas revolucionarios eranposiblemente el partido más fuerte alcontar no sólo con una importanciaconsiderable en los soviets urbanos sinoal controlar también los de campesinos y
las tropas de primera línea. Los cadeteso constitucionales democráticos, unpartido liberal, mantenían buena partede su influencia sobre todo entresectores moderados de la población quedeseaba mantener las libertadesconquistadas por la Revolución defebrero. Los mencheviques, el grupomarxista mayoritario, habíanexperimentado un enorme retroceso enrelación con su superioridad en lossoviets de los primeros meses de laRevolución pero la seguían manteniendoen la región del Cáucaso y, muyespecialmente, de Georgia. Por lo quese refiere a los bolcheviques, con un 51
por ciento de los votos, habían ganadolas elecciones en Moscú y, por primeravez en su historia, logrado una mayoríaabsoluta en un centro urbano importante.Aunque esta situación no se repitió enotros lugares, aunque la prácticatotalidad de los soviets obreros deRusia seguían controladosmayoritariamente por eseristas ymencheviques, y aunque los sovietscampesinos eran abiertamente eseristasno podía negarse que la influenciabolchevique estaba aumentando casidiariamente[6].
Sobre ese contexto de gobiernoprovisional impotente, de ola ascendente
en Petrogrado y de desordengeneralizado, Lenin pidió al ComitéCentral bolchevique que diera inicio alos preparativos para una insurrecciónarmada. Sin embargo, el Comité Centralno veía las cosas con tanta claridad.Zinóviev y Kámeñev, dos de susmiembros, se opusieron especialmenteporque consideraban que el partidobolchevique no tenía el apoyo de lamayoría del pueblo ni del proletariadointernacional. A su juicio, resultabamucho más sensato esperar a que losvientos soplaran en su favor y asíobtener una sólida mayoría en la futuraAsamblea Constituyente. Por supuesto,
Zinóviev y Kámeñev no dejaban de ladola idea de implantar una dictadurabolchevique en el futuro peroconsideraban que, siquiera porprudencia táctica, tal posibilidad debíaestar respaldada en apariencia por lamayoría del pueblo ruso. Para Lenin,por el contrario, se trataba de conseguirla creación de esa dictadura mediante laacción de un partido que eraconsiderablemente minoritario pero que,al menos en teoría, captaba cuáles eranlos intereses de la mayoría mejor queésta misma. Éste era también el enfoquede Trotsky, que a lo largo de laRevolución había adoptado como
totalmente propios los puntos de vista deLenin compartiéndolos incluso dondeeran rechazados por los antiguosbolcheviques. La única discrepancia queTrotsky planteaba en relación con laposición de Lenin giraba en torno a lafecha más idónea para el alzamiento. Enopinión de Trotsky, el momento idealsería el de la reunión del II Congreso delos Soviets anunciada por aquellasfechas. De esta manera, el carácterminoritario de los bolcheviques se veríadisfrazado por lo que podría presentarsecomo un apoyo de los soviets. Habíamucho de arriesgado en la postura deLenin y lo que finalmente arrancó al
Comité Central de sus dudas fue laamenaza de aquél de dimitir del ComitéCentral y continuar realizando su tareade agitación desde la base del partido.Finalmente, el 10 de octubre se decidióiniciar los preparativos para unainsurrección armada.
El mayor problema con el que seenfrentaban los bolcheviques enPetrogrado era el hecho incontestable deque la guarnición de la ciudad seguíasiendo partidaria de apoyar al gobiernoprovisional o al soviet[7]. Para obtenersu apoyo, por lo tanto, los bolcheviquestenían que idear una artimaña losuficientemente sólida como para que
las tropas creyeran que defendíanprecisamente aquello que iban aderribar con su concurso o, siquiera, consu pasividad. Las circunstanciasvinieron en apoyo de los bolcheviques ala hora de vencer esta dificultad.
En la segunda semana de octubre,los alemanes se apoderaron de algunasislas rusas en el golfo de Riga.Inmediatamente corrieron rumores deque esta operación naval sólo era unanticipo de un ataque sobre Petrogrado.Kérensky, siguiendo el consejo de susasesores militares, pensó en laposibilidad de trasladar la capital aMoscú, pero no pudo llevar a cabo tal
medida ante la oposición socialista en elsoviet que le acusaba de abandonar laciudad al enemigo. El 9 de octubre, losmencheviques del soviet de Petrogradopropusieron la formación de un Comitéde Defensa Revolucionaria que pudieraproteger la ciudad. Los bolcheviquesaprovecharon la ocasión y lograronincluso que el Comité Ejecutivo delsoviet se transformara en un comitémilitar revolucionario. Por una paradojade la Historia, los mencheviques —quehabían sido sus adversarios durantedécadas— habían puesto en sus manos ala única fuerza que podía resistirlesproporcionándoles además la pantalla
que permitiría enmascarar lo que era ungolpe de un solo partido como unaacción global de las fuerzas obreras.
Por su parte, Kérensky decidió noactuar esperando que los bolcheviquesse alzaran para poder suprimirlos confacilidad y de una manera definitiva[8].Tanto los socialistas como el gobiernoiban a comprobar en breve lo erróneo desus posturas. Empleando el argumento—radicalmente falso como confesaríaTrotsky—[9] de que la guarnición dePetrogrado iba a ser enviada al frente yde que la ciudad tenía que ser protegidade la contrarrevolución, el ComitéMilitar Revolucionario intentó
asegurarse el apoyo de la tropa. Paraconsolidar esa posición, Lenin inclusocursó órdenes a los marinerosbolcheviques del acorazado Avrora paraque difundieran la noticia, también falsa,de que la contrarrevolución habíadesencadenado una ofensiva. En el cursode la noche del 21 al 22 de octubre, elComité Militar Revolucionario habíacomenzado a lograr que las tropasquedaran separadas de sus mandosnaturales y aceptaran sólo sus órdenes.
La respuesta gubernamental fue lentay, sin duda, eso disminuyó su eficacia.El 24 de octubre, Kérensky ordenó a lastropas leales que ocuparan los puntos
estratégicos de la ciudad y proclamó elestado de sitio en Petrogrado. Sinembargo, no se atrevió a arrestar alcomité por temor a dar pábulo a lascalumnias que lo acusaban de desearinstaurar una dictadura personal.Durante aquella misma noche, las tropasconvencidas de que estabancombatiendo a la reacción, y la GuardiaRoja, formada por obreros industriales,entraron en acción. Por la mañana, casisin derramamiento de sangre, tenían bajosu control todos los puntos estratégicosde la ciudad. El único edificio que nopasó de manera inmediata a manos delos golpistas fue el Palacio de Invierno.
La película Oktyabr de Eisentein hacontribuido a crear toda una mitologíadel asalto bolchevique a este símbolo dela autocracia, primero, y de laburguesía, después. La realidadhistórica fue totalmente diferente. Elpalacio, defendido por un batallón demujeres, un pelotón de inválidos deguerra, algunos ciclistas y unos cuantoscadetes, nunca fue tomado al asalto. Dehecho, se hicieron algunos intentos eneste sentido pero siempre concluyeroncon la retirada de los atacantes.Finalmente, las mujeres, los ciclistas ylos inválidos abandonaron el palacio yaque se corrió la voz de que Kérensky[10]
había huido de la ciudad. Cuando eledificio quedó vacío, los atacantespenetraron en él a través de las ventanasabiertas y de las puertas de servicio. Noencontraron resistencia porque loscadetes recibieron de los ministros allíreunidos la orden de no derramarsangre. Con la entrega pacífica de losministros, el golpe pudo darse porconcluido. Para la mayor parte de lapoblación se había tratado sólo de unacrisis gubernamental más.
Todo hacía pensar a losbolcheviques que el proceso estabacerrado y que el II Congreso de losSoviets —cuyas reuniones debían
iniciarse en la noche del 25 al 26 deoctubre— se inclinaría ante los hechosconsumados. No fue así siquiera porqueun número considerable de losdelegados no estaba dispuesto a permitirque los bolcheviques implantaran unadictadura. La totalidad de losmencheviques y el ala moderada de loseseristas leyeron una resolución en laque expresaban su repulsa más absolutacontra el golpe bolchevique y acontinuación abandonaron la sala.Trotsky aprovechó entonces paraoponerse a una propuesta de Mártovfavorable a la formación de unacomisión que estudiara la posibilidad de
crear un gobierno constituido sólo porsocialistas de las distintas tendencias.Mientras los mencheviques, los eseristasmoderados, algunas organizacionescampesinas, algunos sindicatos yalgunos miembros del Consejo de laRepública formaban un comité cuyafinalidad era salvar al país y a laRevolución y oponerse al golpe de losbolcheviques, éstos se disponían ainiciar la articulación de su dictadura.Se creó así un gobierno que recibió elnombre de Consejo de Comisarios delPueblo. Formado exclusivamente porbolcheviques y presidido por Lenin,promulgó de manera inmediata los
decretos sobre la tierra[11] y la paz[12].Su carácter inestable y minoritario ibaquedar bien pronto de manifiesto.
La aniquilación de lademocracia republicana[13]
La huida de Kérensky —incapaz dearticular una respuesta armada al golpebolchevique— y la airada salida de laoposición del II Congreso de los Sovietsalegando que los bolcheviques habíandado un golpe de Estado parecierondespejar definitivamente el escenariopolítico en favor de estos últimos Poreso no resulta del todo extraño que no
tuvieran, tras formar gobierno, el menorreparo en que se celebraran laselecciones a la Asamblea Constituyente.Si, por un lado, resultaba arriesgadoabortar esa posibilidad por miedo a queeso fortaleciera a la oposición, por elotro existía una cierta convicción de queuna vez ya en el poder no resultaría fácildesplazarlos de él. Además se esperabaque los decretos sobre la paz y la tierrales hubieran proporcionado un apoyoadicional. Los resultados, sin embargo,resultaron profundamentedesalentadores. En la mayoría de losdistritos electorales la votación secelebró el 25 de noviembre, aunque en
algunos casos se retrasó a los días 1 y 7de diciembre. De un total de 41 686 000votos emitidos, los bolcheviques sóloconsiguieron 9 844 000, es decir, algomenos del 24 por ciento; los eseristas,17 940 000; los socialistas ucranianos,aliados de éstos, 4 957 000; los cadetes,1 986 000; los mencheviques, 1 248000; y los musulmanes y otras minoríasétnicas, 3 300 000. En términos dediputados, los eseristas obtuvieron 370de los 707 logrando la mayoría absoluta;los eseristas de izquierda, favorables aun acuerdo con Lenin, 40; losbolcheviques, 175; los cadetes, 17; losmencheviques, 16; y las minorías
étnicas, 89.Aquel resultado presentaba una
configuración especialmente sombríapara los bolcheviques. Por un lado, ydado el carácter socialista de la mayoríade los representantes elegidos, lesimpedía afirmar que la Asamblea era unfruto de la reacción que era legítimodesarraigar; por otro, les convertía enuna minoría que difícilmente podíaseguir aspirando a contar con elmonopolio del poder. Pese a que Leninintentaría presentar aquellas eleccionescomo un éxito argumentando que el votoimportante era el del proletariado dePetrogrado y Moscú[14], lo cierto es que
el resultado era punto menos quedesastroso y que su primer impulso fueel de disolver la Asamblea y comenzar agobernar de manera abiertamentedictatorial. Si no lo hizo así se debió aque los eseristas de izquierdas —decuyo apoyo aún no podía prescindir ycuya entrada en el soviet de comisariosdel pueblo había venido condicionada ala existencia de una AsambleaConstituyente— se opusieronfrontalmente. Finalmente, Lenin cediópero no sin antes tomar algunas medidascomo la de ordenar el traslado aPetrogrado de varias unidades leales detiradores letones, promulgar un decreto
que situó fuera de la ley a los cadetesordenando su detención o arrestar aalgunos de los diputados eseristas demás peso político[15]. Cuando,finalmente, se fijó la fecha de aperturade la Asamblea para el 18 de enero de1918, Lenin tomó la decisión de que éstanunca debería tener lugar y recurrió paralograr su objetivo a la fuerza armada.
Cuando los mencheviques y loseseristas decidieron celebrar la aperturade la Asamblea mediante una pacíficamanifestación cívica que concluyera sutrayectoria en el palacio Táuride, losbolcheviques la motejaron deconcentración burguesa a la vez que
distribuían por la ciudad a las unidadesde letones, a los marinos de Kronstadt ya los guardias rojos. Al mismo tiempo,procedieron a ordenar que fondearan enel Neva algunos cruceros y submarinos,el Avrora que tan importante papel habíadesempeñado en los días del golpe deoctubre y el acorazado Republik. Lo quesucedió a continuación puso bien demanifiesto la manera en que losbolcheviques iban a gobernar en lassiguientes décadas. Cuando lamanifestación cívica discurría por unade las calles que desembocaba en elpalacio Táuride, las fuerzas movilizadaspor Lenin abrieron fuego sobre ella sin
ningún tipo de advertencia causando uncentenar de muertos y heridos entre losque se contaban también ancianos ymujeres.
Cuando, finalmente, la Asamblea seabrió no aquella mañana sino a lascuatro de la tarde, los bolcheviquesirrumpieron en ella por la fuerzaleyendo la Declaración de los Derechosdel Pueblo trabajador y explotado[16]
debida a Lenin, Stalin y Bujarin. El textono sólo insistía en el traspaso de todo elpoder a los soviets —lo que privaba decualquier contenido a la Asamblea—sino que además anunciaba que sialguien intentaba asumir las funciones de
gobierno los bolcheviques seenfrentarían a él haciendo uso de lafuerza armada. Sin embargo, laAsamblea, en lugar de plegarse a losdeseos de los bolcheviques, por 244votos contra 151, eligió como presidentea Viktor Chernov, el dirigente eserista.El que Chernov no hubiera podido sersilenciado pese a las frecuentesinterrupciones bolcheviques y el que lamayoría de la Asamblea rechazara lamoción presentada por éstos no podíaser sino interpretado como una derrota,siquiera temporal, de los propósitos deLenin que se pasó la sesión charlando,bromeando e incluso tumbado en un
banco simulando dormir[17]. En unmomento dado, los diputadosbolcheviques se levantaron en bloque yabandonaron la reunión. Pese a lasamenazas de los guardias rojos, el restode los diputados siguió reunido. Cuandofinalmente se levantó la sesión, ya erade día. A la salida de la Asamblea, undesconocido se acercó a Chernov paraadvertirle que no debía utilizar suautomóvil ya que un grupo de asesinosbolcheviques lo estaba esperando paramatarlo. El informante confesó quetambién era bolchevique pero que sentíauna viva repulsión por aquel acto.
Los diputados no lo sabían pero la
Asamblea acababa de morir. Cuando almediodía, intentaron regresar al palacioTáuride, descubrieron que los accesosestaban cubiertos por fuerzas armadascon ametralladoras y dos piezas deartillería. Aquel 19 de enero de 1918 elConsejo de Comisarios del Pueblo ladeclaró disuelta. Eliminada aquellainstitución, Lenin necesitaba librarseinmediatamente del problema que habíaconstituido el talón de Aquiles delgobierno provisional y que tanto habíacontribuido a su desprestigio ydeterioro. Nos referimos —claro está—a la paz con Alemania[18].
Tras no pocos forcejeos
diplomáticos —y la amenaza de unainvasión alemana— el 3 de marzo de1918 los delegados rusos firmaron eltratado de paz de Brest-Litovsk en elque no sólo Alemania salió beneficiadasino que incluso Turquía obtuvosustanciales partes de Transcaucasia. Elcoste que para Rusia implicó aquelacuerdo entre Lenin y sus antiguosfinanciadores fue inmenso. Habíasignificado la cesión de un territoriocercano a los dos millones y medio dekilómetros cuadrados en el que vivíansesenta y dos millones de personas[19].En términos económicos, con la pérdidade Ucrania, Rusia quedaba privada de
su producción de carbón y acero y deprácticamente toda la de azúcar. Y esono fue todo. En agosto de 1918, elgobierno bolchevique firmó un tratadoadicional en virtud del cual aceptabapagar a Alemania seis mil millones demarcos como indemnización de guerra.Tal y como quedaba trazado el futuro,poco puede dudarse de que si GranBretaña y Francia hubieran perdido laprimera guerra mundial aquel mismoaño, Alemania hubiera terminado porconvertir a Rusia en un satélite.
Con todo, las consecuencias delTratado de Brest-Litovsk fueron de unaextraordinaria importancia en otros
terrenos siquiera porque habíaeliminado la principal causa deimpopularidad de los anterioresgobiernos revolucionarios y así ayudó alos bolcheviques a conservar el poder.Plejánov, el fundador del marxismoruso, afirmaría que con la disolución dela Asamblea Constituyente losbolcheviques acababan de instaurar unadictadura pero que no era «la del pueblotrabajador, sino la de una pandilla». Eljefe de la «pandilla» ciertamente teníalas ideas muy claras acerca de quedeseaba mantenerse en el poder acualquier coste y así lo habíademostrado en Brest-Litovsk. También
era plenamente consciente de que con elapoyo minoritario con que contaba en elpaís su metodología de gobierno debíaincluir de manera esencial el terror.Eliminado el freno de la AsambleaConstituyente y la amenaza de unaderrota militar que deteriorara al nuevopoder, pudo entregarse a la cabeza delos bolcheviques a esa práctica en todaprofundidad.
El terror rojo y la fundación dela Cheka[20]
El 20 de diciembre de 1917,prácticamente un mes antes de que se
abriera la Asamblea Constituyente decuyas elecciones tan mal parados habíansalido los bolcheviques, Lenin ordenó aun bolchevique polaco llamado FeliksDzerzhinsky la organización de unacomisión especial para combatir a loscontrarrevolucionarios y especuladores.La citada comisión, más conocida porlas iniciales ChK (abreviatura de laVserossiskaya Chrezvytchatna aKomissia po bor’bes kontr’ —revoliutsii, spekuliatsei i sabotaguem—la comisión panrrusa extraordinaria delucha contra la contrarrevolución, laespeculación y el sabotaje) iba a dar sunombre a un fenómeno represivo que se
extendería menos de dos décadasdespués a España. En realidad, la Chekano era ni más ni menos que un serviciosecreto cuya finalidad consistía enimplantar un régimen de absoluto terrorde Estado que permitiera a losbolcheviques mantenerse en el poder[21].Con los nombres sucesivos de GPU,OGPU, NKVD, MVD y KGB continuóexistiendo hasta la desaparición de ladictadura soviética ya en laspostrimerías del siglo XX.
En realidad, y en contra de lo que seha afirmado en multitud de ocasiones, eluso del terror por parte del sistemasoviético ni empezó con Stalin, ni fue un
trágico accidente provocado por laintervención extranjera o por el deseode defender la Revolución. Más bien setrató de un elemento de gobiernoconcebido por Lenin bastantes añosatrás y considerado por él comoindispensable para salvar un golpe queliquidaría en el espacio de unas semanascualquier vestigio de la democracia enRusia. De hecho, Lenin mencionó lanecesidad de utilizar el terror masivo ysistemático al menos desde 1908. En unaconversación con su amigo Adoratsky enGinebra le había indicado que el sistemasería sencillo y que consistiría en fusilara todos los que se manifestaran
contrarios a su revolución[22]. De ahíque cuando se enteró de que, asugerencia de Kámeñev, losbolcheviques habían abolido la pena demuerte para la deserción (un castigoreimplantado por Kérensky), Leninmanifestara su irritación y calificara lamedida de «debilidad inexcusable».Convencido, no obstante, de loimpopular que podría ser la derogaciónde la nueva norma, ordenó que semantuviera formalmente pero que sesiguieran realizando las ejecucionescomo antes. Ha sido el propio Trotsky—que tendría un papel bien destacadoen el uso del terror y que incluso
escribió un libro sobre el tema—[23] elque nos ha transmitido el testimonio deun enfrentamiento entre los eseristas deizquierda y Lenin con ocasión de unllamamiento bolchevique en el que seadvertía que quien ayudase o alentase alenemigo sería fusilado en el acto.Mientras que los eseristas encontrabantal medida intolerable, Lenin les dio unarespuesta preñada del peor pragmatismoy que indicaba hasta qué punto erarealista en cuanto a su verdadero apoyopopular: «¿Creeis realmente quepodemos salir victoriosos sin utilizar elterror más despiadado?». Como elmismo Trotsky señala aquella era una
época en la que Lenin no perdía ocasiónpara inculcarles que la utilización deltenor era inevitable[24].
La elección de Dzerzhinsky comojefe de la Cheka no pudo ser por todoello más adecuada. Ya en agosto de1917 había señalado que la correlaciónde fuerzas políticas, tan desfavorablepara los bolcheviques, se podía variar«sometiendo o exterminando adeterminadas clases sociales»[25]. Comoseñalaría en su primer discursopronunciado en calidad de jefe de laCheka, su función no era la de establecer«justicia revolucionaria» sino la deacabar con aquellos a los que se
consideraba adversarios[26]. Con todo,su misión era la de un subordinado —convencido, sumiso y competente perosubordinado a fin de cuentas— de Lenin.
El 8 de enero de 1918, antes deproceder a disolver la AsambleaConstituyente pero cuando laselecciones para la misma ya se habíancelebrado en todos los distritoselectorales, el Consejo de Comisariosdel Pueblo ordenó la formación debatallones de hombres y mujeres de laburguesía cuya finalidad era la de abrirtrincheras. La Guardia Roja tenía ordenexpresa de disparar inmediatamentesobre todo aquel que se resistiera. Al
mes siguiente, la Cheka anunció quetodos los que huyeran a la región delDon serían fusilados en el acto por susescuadras. Lo mismo sucedería con losque difundieran propaganda contra losbolcheviques e incluso cometierandelitos que no eran políticos comoviolar el toque de queda. Obviamente,apenas a un trimestre de que losbolcheviques tomaran el poder, Rusiahabía dejado de ser «el país más libredel mundo» para transformarse en unadictadura de la peor especie. En 1918,el gobierno bolchevique decidiótrasladarse a Moscú (una medida que ensu día Kérensky no se atrevió a llevar a
la práctica por el temor a la oposicióndel soviet). Allí en el número 22 de lacalle Lubianka, en el antiguo edificio dela compañía de seguros Rossiya iba aestablecerse la sede central de la Cheka.
A la vez que se apoderaba de todoslos medios de comunicación[27], elnuevo poder bolchevique no sólo iba autilizar conceptos como los de «terrorde Estado» o «exterminio de clasesenteras» sino que además crearía tiposlegales que facilitarían esa labor derepresión: el de «enemigo del pueblo» yel de «sospechoso». El 28 de noviembre(10 de diciembre) de 1917, el gobiernoinstitucionalizó la noción de «enemigo
del pueblo». Un decreto firmado porLenin estipulaba que «los miembros delas instancias dirigentes del partidocadete, partido de los enemigos delpueblo, quedan fuera de la ley y sonsusceptibles de arresto inmediato y decomparecencia ante los tribunalesrevolucionarios»[28]. Estos tribunalesacababan de ser instituidos en virtud delDecreto Número 1 sobre los Tribunales.En términos de este texto quedabanabolidas todas las leyes que estaban «encontradicción con los decretos delgobierno obrero y campesino así comode los programas políticos de lospartidos cadete y eserista». De esta
manera, tanto liberales como socialistasquedaban fuera de la ley y además seabría la posibilidad de reprimirprácticamente a cualquier sector de lapoblación una vez que se le identificaracomo «enemigo del pueblo».
En paralelo, la Comisión deInvestigación Militar, creada el 10 (23)de noviembre, recibió la misión deproceder al arresto de los oficiales«contrarrevolucionarios» denunciadospor regla general por sus soldados, delos miembros de los partidos«burgueses» y de los funcionariossospechosos de «sabotaje» así como deaquellos a los que se atribuía
«pertenencia a Una clase hostil»[29].En honor a la verdad hay que
reconocer que difícilmente hubierapodido mejorarse la elección deDzerzhinsky a la hora de encabezar unorganismo represor que no contaba conparalelos en la Historia humana. Dehecho, cuando el jefe de la Cheka, en latarde del (20) de diciembre, presentó suproyecto de acción al Consejo deComisarios del Pueblo, afirmótaxativamente:
«Debemos enviar a ese frente, elmás peligroso y el más cruel de losfrentes, a camaradas determinados,duros, sólidos, sin escrúpulos,
dispuestos a sacrificarse por lasalvación de la Revolución. No penséis,camaradas, que busco una forma dejusticia revolucionaria. ¡No tenemosnada que ver con la “justicia”! ¡Estamosen guerra, en el frente más cruel, porqueel enemigo avanza enmascarado y setrata de una lucha a muerte! ¡Propongo,exijo la creación de un órgano que ajustelas cuentas a los contrarrevolucionariosde manera revolucionaria,auténticamente bolchevique!».
No exageraba. Las propuestas deDzerzhinsky sobre las funciones de laCheka difícilmente hubieran podido sermás concretas:
«La Comisión tiene como tarea: 1.Suprimir y liquidar todo intento y actocontrarrevolucionario de sabotaje,vengan de donde vengan, en todo elterritorio de Rusia; 2. Llevar a todos lossaboteadores contrarrevolucionariosante un Tribunal revolucionario.
La Comisión realiza unainvestigación preliminar en la medida enque ésta resulta indispensable parallevar a cabo correctamente su tarea.
La Comisión se divide endepartamentos: 1. Información; 2.Organización, 3. Operación.
La Comisión otorgará una atenciónmuy particular a los asuntos de prensa,
de sabotaje, a los KD (constitucionales-demócratas o cadetes), a los SR(socialistas-revolucionarios o eseristas)de derechas, a los saboteadores y a loshuelguistas.
Medidas represivas encargadas a laComisión: confiscación de bienes,expulsión del domicilio, privación delas cartillas de racionamiento,publicación de listas de enemigos delpueblo, etcétera.
Resolución: aprobar el proyecto.Apelar a la Comisión panrrusaextraordinaria de lucha contra laRevolución, la especulación y elsabotaje. Que se publique»[30].
La Cheka se convirtió así en unmecanismo represivo sin antecedentes,con un poder omnímodo sobre vidas yhaciendas y una función expresa derepresión sin límite legal. En esesentido, de nuevo hay que reconocer quetraducía a la práctica lo que Lenindeseaba hacer en el seno de la sociedadrusa. Tan sólo unas semanas después, eldirigente bolchevique dejómeridianamente claro lo que entendíapor la justicia que iba a aplicar supartido:
«El poder de los soviets ha actuadocomo tendrían que haber actuado todaslas revoluciones proletarias: ha
destrozado claramente la justiciaburguesa, instrumento de las clasesdominantes. […] Los soldados y losobreros deben comprender que nadie losayudará si no se ayudan a sí mismos. Silas masas no se levantanespontáneamente, no llegaremos a nada.[…] ¡A menos que apliquemos el terrora los especuladores —una bala en lacabeza en el momento— no llegaremos anada!»[31].
Las palabras, sin dudasobrecogedoras, se pronunciabanprecisamente en unos momentos en quelos bolcheviques no tenían queenfrentarse con ninguna oposición seria,
ya que la única era el pequeño «ejércitode voluntarios», de unos tres milhombres aproximadamente, embrión delfuturo «Ejército Blanco». Sin embargo,la represión bolchevique, vertebrada entorno a la Cheka, resultó pavorosa enlugares como Ucrania, el Kubán, laregión del Don y Crimea. Los hombresde Lenin no se detuvieron endetenciones y fusilamientos. Ademásabundaron en el uso de la tortura y en lacomisión de atrocidades que incluyerondesde arrojar a prisioneros a un altohorno a lanzarlos al mar pasando por lascastraciones o las decapitaciones[32]. Setrataba de una conducta tan significativa
como el hecho de que la primera acciónde la Cheka consistiera en aplastar lahuelga de funcionarios de Petrogrado.¿Contrarrevolucionarios? ¿Enemigos delpueblo? En esa categoría, entraban paralos bolcheviques todos los que no lofueran o estuvieran dispuestos asometerse totalmente a sus criterios. Dehecho, la primera gran redada de laCheka —que se produjo durante lanoche del 11 al 12 de abril de 1918—tuvo como objetivo a un grupo políticotan lejano de la reacción como losanarquistas y se desarrolló con unadureza y una riqueza de medios que nose habían dado ni siquiera en los peores
tiempos de la represión llevada a cabopor la policía zarista. Así, más de unmillar de efectivos chequistas tomaronpor asalto en Moscú una veintena decasas controladas por anarquistassaldándose la operación con ladetención de quinientos veinte. De ellos,veinticinco serían ejecutados como«bandidos». El término iba a hacerfortuna en el futuro aplicándose lomismo a los obreros que osaran sumarsea una huelga que a los campesinosreticentes a dejarse despojar de suscosechas o a los que eludían elreclutamiento en el Ejército Rojo[33].
Mientras durante la primavera de
1918 se creaba un verdadero ejércitodedicado a las tareas de requisa, ladictadura bolchevique fue descargandoun golpe tras otro contra laslibertades… y contra la izquierda nosometida. Así, en mayo y junio de 1918,doscientos cinco periódicos de laoposición socialista fuerondefinitivamente cerrados. Los soviets,de mayoría menchevique o socialistarevolucionaria, de Kaluga, Tver,Yaroslavl, Riazán, Kostromá, Kazán,Saratov, Penza, Tambov, Voronezh, Orely Vologda fueron disueltos por lafuerza[34] y, como colofón, el 14 de juliode 1918, se llevó a cabo la expulsión de
los mencheviques y de los eseristas delComité Ejecutivo panrruso de lossoviets. Para llevar a cabo estas tareas,Lenin utilizó, por regla general, a undestacamento de la Cheka que deteníasin ningún género de límites legales acualquier persona a la que considerarasusceptible de oponerse.
El terror se extendía de una maneraque nadie hubiera podido imaginar.Buena prueba de ello es que cuando secelebró la primera conferencia panrrusade checas (8 al 11 de junio de 1918), lainstitución dirigida por Dzerzhinsky yacontaba con cuarenta y tres seccioneslocales en las que se encuadraban doce
mil hombres. Antes de que concluyera elaño habrían llegado a cuarenta mil y afinales de 1920 superarían losdoscientos ochenta mil. No se tratabaúnicamente de un aumento de efectivos.Dos días después de concluida laconferencia se reinstauró la pena demuerte que había sido abolida durante laRevolución de febrero de 1917[35]. LaCheka iba a utilizar profusamente estanueva reforma legal para sofocar lascerca de ciento cuarenta revueltas einsurrecciones que estallaron en elterritorio controlado por losbolcheviques. Las acciones llevadas acabo por las tropas de Lenin —que no
podemos tratar aquí de maneraexhaustiva— incluyeron la tortura, ladetención sin ningún tipo de garantíasjudiciales y, por supuesto, losfusilamientos en masa. Tan sólo enYaroslavl del 24 al 28 de julio de 1918,por citar un ejemplo, los chequistasejecutaron a cuatrocientas veintiochopersonas[36]. Se trataba obviamente de lapuesta en funcionamiento del terror demasas y así lo expresó Lenin en untelegrama que el 9 de agosto de 1918envió al presidente del ComitéEjecutivo del soviet de NizhniNovgorod:
«Hay que formar inmediatamente una
troika dictatorial (usted mismo, Markiny otro), implantar el terror de masas,fusilar o deportar a los centenares deprostitutas que hacen beber a lossoldados, a todos los antiguos oficiales,etc. No hay un minuto que perder […]Se trata de actuar con resolución:requisas masivas. Ejecución por llevararmas. Deportaciones en masa de losmencheviques y de otros elementossospechosos»[37].
Entre las nuevas medidas adoptadaspor los bolcheviques para llevar a cabola práctica del terror de masas que tantopreconizaba Lenin se hallaban ademáslas detenciones y la «reclusión de todos
los rehenes y sospechosos en campos deconcentración»[38], así como de sectoresenteros de la población por el simplehecho de existir. Éstos eran en palabrasde Lenin «los kulaks, los sacerdotes, losguardias blancos y otros elementosdudosos»[39]. La reclusión en loscampos de concentración —una figurapunitiva desconocida por el zarismo—no estaba precedida por ningún juicio ytampoco se realizaba con la menorgarantía legal. Bastaba una orden dearresto como la que el 15 de agosto de1918 firmaron Lenin y Dzerzhinskycontra los principales dirigentes delpartido menchevique —Mártov, Dan,
Potressov, Goldman— que habíanpasado casi de la noche a la mañana deser admirados socialistas a enemigosdel pueblo[40].
Ocasionalmente, se ha intentadoexplicar la despiadada dureza de larepresión llevada a cabo por losbolcheviques apelando a las difícilescondiciones del momento. No se habríatratado, según este punto de vista, sinode una respuesta a las circunstancias deriesgo porque pasaba la Revolución. Laverdad es muy otra. Desde antes dellegar al poder, los bolcheviques,empezando por Lenin, estabandispuestos a exterminar a sectores
enteros de la sociedad con una frialdady una metodicidad absolutas conscientesde que no existía otra manera de afianzarsu poder. Al respecto resultaespecialmente reveladora unaconversación que mantuvo el dirigentemenchevique Rafael Abramovich conFeliks Dzerzhinsky, el futuro jefe de laCheka, en agosto de 1917, es decir, untrimestre antes de que los bolcheviquesdieran el golpe que les llevaría alpoder:
«—Abramovich, ¿te acuerdas deldiscurso de Lasalle sobre la esencia deuna constitución?
»—Por supuesto.
»—Decía que toda constitución estádeterminada por la relación de lasfuerzas sociales en un país y en unmomento dado. Me pregunto cómo podíacambiar esa correlación entre lo políticoy lo social.
»—Pues bien, mediante los diversosprocesos de evolución económica ypolítica, mediante la emergencia denuevas formas económicas, el ascensode ciertas clases sociales, etcétera,todas esas cosa que tú conocesperfectamente, Feliks.
»—Sí, pero ¿no se podría cambiarradicalmente esa correlación, porejemplo, mediante la sumisión o el
exterminio de algunas clases de lasociedad?»[41].
El futuro jefe de la Cheka no era unaexcepción. La seguridad de que clasesenteras tenían que ser asesinadas paradejar paso a los bolcheviques era unconcepto común entre sus dirigentes queno ocultaban su disposición a asentar sudominio sobre millones de cadáveres.Al respecto, resulta bien reveladora unadeclaración de Grigorio Zinóviev,realizada en septiembre de 1918:
«Para deshacernos de nuestrosenemigos, debemos tener nuestro propioterror socialista. Debemos atraer anuestro lado digamos a noventa de los
cien millones de habitantes de la Rusiasoviética. En cuanto a los otros, notenemos nada que decirles. Deben seraniquilados»[42].
Si se desea ser honrado con laverdad histórica, hay que señalar queZinóviev se quedaría corto en suscálculos porque el comunismo lecostaría a Rusia mucho más de diezmillones de víctimas. De entrada, en dosmeses del otoño de 1918, la Cheka diomuerte a una cifra de detenidos situadaentre las diez y las quince mil personas.Por primera vez en la Historia, junto conlos asesinados aparecieron enormesfosas colectivas en los que se les
arrojaba. Se trataba de un método quevolvería a verse en España y Polonia yque, finalmente, los nazis acabaríantambién utilizando en 1941. El númerode los asesinados por los bolcheviquesadquiere además una dimensión terriblepor contraste si se tiene en cuenta queentre 1825 y 1917 los tribunales zaristasdictaron seis mil trescientas veintiunasentencias de muerte. En términos deejecuciones, la Cheka había más queduplicado toda la represión zarista decasi un siglo en tan sólo unas semanas.Sin embargo, antes de concluir 1918,Latsis, uno de los principales dirigentesde la Cheka afirmaba:
«Si se puede acusar a la Cheka dealgo, no es de exceso de celo en lasejecuciones, sino de insuficiencia en laaplicación de las medidas supremas decastigo, es decir, una mano de hierrodisminuye siempre la cantidad devíctimas»[43].
Cuando Latsis hablaba de víctimasse refería, por supuesto, únicamente alos ejecutados. Otras víctimas quehabían salvado de momento la vida —los internados en los campos deconcentración— no entraban en suconsideración. Sin embargo, ya sumabandecenas de miles. Los campos«oficiales» tenían cerca de ochenta mil
reclusos en septiembre de 1921[44], peroesa cifra no incluía, por ejemplo, loscampos establecidos en regionessublevadas contra la dictadurabolchevique como era el caso deTambov donde en el verano de 1921 losinternados superaban la cifra decincuenta mil.
Aplastamiento de los disidentes sinexcluir a las izquierdas; liquidación detodas las libertades y, en especial, la deexpresión; fusilamientos en masa;creación de una red de campos deconcentración… No era suficiente. Porañadidura, la Cheka llegó a establecerun manual de tortura en el que se
indicaba incluso el uso de ratas paradestrozar el recto y los intestinos deldetenido y forzar sus confesiones[45].
La guerra civil[46]
Las acciones de los bolcheviquesresultaban tan obvias para cualquieraque no fuera un ingenuo (como losmencheviques que decidieron nooponerse al poder soviético confiandoen que el sentido común del pueblo rusoacabaría prevaleciendo) que cuandoaquellos disolvieron la AsambleaConstituyente y decidieron cedermillones de kilómetros cuadrados de
territorio a Alemania para mantenerse enel poder las reacciones no se hicieronesperar. Aunque la propaganda soviéticalas presentaría como fruto delderechismo más brutal y reaccionario, locierto es que estas respuestas fueron nopocas veces capitaneadas por laizquierda —la misma izquierda quehabía ganado las elecciones a laAsamblea Constituyente— y que inclusolos generales blancos másconservadores en ningún momentoanunciaron que tuvieran el propósito derestaurar la autocracia zarista sino másbien todo lo contrario. De hecho, salvolos eseristas de izquierda, no hubo una
sola fuerza política que no se opusieraal golpe bolchevique. Mientras lasizquierdas se agrupaban en la Liga parala Regeneración de Rusia, los gruposconservadores e incluso reaccionariosse unieron en una constelación que ibadel centro a la derecha.
La oposición llegó incluso a contarcon el control de algunas zonas deRusia. Así, por ejemplo, en diciembrede 1917, los eseristas y los cadetes seunieron para constituir en Tomsk unaduma regional siberiana (SibirkayaOblastnaya Duma). Se trataba de ungobierno autónomo[47] formado por dosde las principales fuerzas políticas del
país ya que en las elecciones a laAsamblea Constituyente, los votossumados de ambos se acercaron a lastres cuartas partes del total[48]. Cuandolos bolcheviques liquidaron laAsamblea Constituyente, la respuesta dela duma siberiana fue declarar laindependencia de la región y formar ungobierno. A inicios de julio, estegobierno emitió una declaración en laque señalaba que su separación de Rusiaera sólo temporal y que su relación finalcon ella sería determinada por unaAsamblea Constituyente de toda Rusia.
Mientras el gobierno de Tomsk seceñía a Siberia en sus pretensiones, en
Samara se constituyó el 8 de junio de1918 el Comité de Miembros de laAsamblea Constituyente (Komuch) quese consideraba el único gobiernolegítimo de Rusia, un argumento con unabase formal indiscutible si se tiene encuenta que la Asamblea había sido unórgano elegido democráticamente ydisuelto manu militari por losbolcheviques. El Komuch se asentabasobre una plataforma socialista ydemocrática y el gobierno derivado delmismo (formado por catorce eseristas yun menchevique) no sólo aceptó losrepartos de tierras realizados en febrerode 1917 sino también el Decreto de la
Tierra, redactado por los bolcheviques.En agosto de 1918, el Komuch ejercía suautoridad sobre las provincias deSamara, Simbirsk, Kazán y Ufa, asícomo algunos distritos de Saratov.
Como era lógico esperar, el golpebolchevique y la resistencia frente almismo acabaron sumergiendo a Rusia enuna guerra civil que se extendió desde1918 a 1920. Detenernos en la misma,siquiera brevemente[49], excede delobjeto del presente estudio. Con todo,debe señalarse que la victoria delEjército Rojo se debió a una ventajainicial de los bolcheviques que entérminos militares debe considerarse
abrumadora; a la ausencia —a pesar delo afirmado durante décadas por lapropaganda comunista— de unaintervención extranjera de envergaduracontra la dictadura de Lenin; a lautilización de los cuadros militares delejército zarista[50] —el 85 por ciento delos mandos de frentes, el 82 por cientode los mandos de ejércitos y el 70 porciento de los mandos de divisiones delEjército Rojo fueron antiguos oficialeszaristas—[51] y la utilización masiva delterror manifestada, por ejemplo, en laorden de 28 de diciembre de 1918 envirtud de la cual debían formarsearchivos con datos sobre las familias de
los oficiales haciéndoles saber aéstos[52] que cualquier paso sospechososería castigado con represalias contrasus parientes[53] o en la aprobaciónexpresa de Lenin para que se procedieraa diezmar a determinadas unidades[54].Eran medidas terribles, sin paralelo enlos ejércitos blancos[55] y que, sin duda,dieron su resultado.
El costo de la victoria bolcheviqueen la guerra civil fue, pese a todo,inmenso. Entre 1918 y 1920 perecieronen combate 701 847 soldados delEjército Rojo[56] según los datos de suspropios archivos. Las pérdidas delEjército Blanco resultan más difíciles de
calcular pero debieron de superar en nomucho los cien mil muertos encombate[57] y, por supuesto, no incluyenlas decenas de miles de soldados que enla posguerra fueron fusilados o murieronen los campos de concentración.Además cerca de un cuarto de millón decampesinos perdió la vida en losdistintos alzamientos y más de dosmillones de personas perecieron comoconsecuencia del hambre, el frío, laenfermedad o el suicidio[58].Posiblemente la cifra de un 91 porciento de fallecidos civiles[59] resulteexcesiva, pero es también muy probableque la mayoría de los muertos en la
guerra no fueran soldados. A estasangría demográfica —que afectóespecialmente a Rusia, ya que losterritorios bajo control blancoexperimentaron un aumento demográfico—[60] se sumó la del exilio que afectó acerca de otros dos millones de personasen buena medida pertenecientes a losestratos más educados de la población.Sin embargo, el coste de la victoriabolchevique no puede medirse sólo entérminos de la guerra civil. En paralelo,se había terminado de producir unproceso interior de consolidación de ladictadura bolchevique cuyos primerospasos se habían dado en octubre de
1917 y cuya conclusión se produjo antesdel término de la guerra civil.
El estilo revolucionariobolchevique
El desarrollo histórico de larevolución rusa y la posteriorconsolidación en el poder de losbolcheviques siguió un patrón que tieneuna enorme relevancia para el objeto denuestro estudio en la medida en quehistóricamente volvería a repetirse, conmayor o menor éxito, en distintas partesdel globo y siempre con la finalidad dellegar hasta la implantación de la
dictadura del proletariado. Ese estilorevolucionario típicamente bolcheviquehistóricamente ha girado en torno a lossiguientes principios:
I. La subversión del ordendemocrático por unaminoría autolegitimada
La visión bolchevique consideraba—considera— que la democraciaoccidental carece de sentido y que,como mucho, tiene un valor instrumentalen la medida en que permite un margende libertad propicio a la propagación delas ideas bolcheviques y una notable
tolerancia a la hora de consentir losatentados dirigidos contra ella. En esesentido, para Lenin el objetivo no eraconsolidar la democracia establecida apartir de la Revolución de febrero de1917 sino aniquilarla dando paso a unadictadura controlada por el partidocomunista. Para legitimar ese paso, seapoyaba en organizaciones que podíanser manipuladas con relativa facilidad yque dejaban notar su presencia en lacalle aunque su representatividad fueramás que problemática.
Enfrentado con el resultado de lasurnas —que siempre fueconsiderablemente adverso a Lenin— el
partido bolchevique lo despreciódirectamente acusándolo de nomanifestar en realidad lo que el pueblodeseaba (y necesitaba) y erigiéndosecomo su sustituto. Como es fácilcomprender, para lograr mantener unimpulso que era contrario a la mayoríadel pueblo al que decía representar,Lenin tenía que recurrir a un métodoconcreto cuya necesidad indispensableno se escapó ni a él ni a sus seguidores:el tenor.
II. La utilización del terrorde masas en etapas
El propósito de implantar ladictadura del proletariado —con laaniquilación lógica de cualquierestructura política previa inclusodemocrática— sólo podía provocar unareacción que lo mismo vendría desde laderecha que desde la izquierda. Frente aesa reacción —considerada siempre entérminos negativos— Lenin (y con élTrotsky, Zinóviev, Stalin, Dzerzhinsky,Latsis…) abogó por la práctica delterror de masas. Éste, sin embargo, serealizaría en etapas concretas.Inicialmente, se dirigiría contra aquellossegmentos sociales a los que pudieraasociarse propagandísticamente con la
reacción. Así, en una primera fase, losbolcheviques descargaron sus golpessobre la aristocracia, la oficialidadzarista, el clero, los terratenientes, lospartidos conservadores y los liberales.En todos y cada uno de los casos, podíaalegarse —y obtener con ello el apoyode las izquierdas— que sólo se estabaeliminando a los sectores reaccionariosque se oponían al progreso del pueblo.Sin embargo, en una segunda fase, elfoco de atención de la represión sedesplazaría hacia la izquierdaaniquilando de manera similar a los queno se plegaran a los dictadoscomunistas. Anarquistas y socialistas
pasarían así a convertirse en objetivosdel terror, un terror que exigiría laaniquilación de segmentos socialesenteros.
III. La aniquilación declases enteras
El comunismo iba a instaurar unprincipio hasta entonces desconocidoconsistente en propugnar la desapariciónde clases íntegras en su proceso deconquista y consolidación del poder.Lejos de considerar a sus enemigos demanera aislada e individual, elbolchevismo partiría de la base de que
segmentos sociales completos debíandesaparecer aunque esto implicara elasesinato de millones de seres humanos.El resultado final tenía que ser ladictadura del proletariado ejercidasobre una sociedad sin fisuras de la quepreviamente habría que exterminar nosólo al disidente sino al que pertenecía auna clase o a una familia o, meramente,era sospechoso. Hasta que Hitler señalópara el exterminio a los judíos enbloque, la acción de los comunistascareció de paralelo histórico.
IV. La creación de aparatosrepresivos
El propósito de llevar a cabo unamplio programa de terror de masas yexterminio implicaría en el caso de losbolcheviques la inmediata creación deuna batería de medidas represivas sinparalelo en la Historia. Junto con lacreación de difusas categorías penales(enemigo del pueblo, etcétera) —quepermitían el ejercicio más arbitrario ycruento del poder— y la supresión delas garantías jurídicas, ya que ladenominada justicia revolucionaria selegitimaba a sí misma, Lenin dio inicio auna metodología del terror que carecíade precedentes y que causaría en tansólo unas semanas muchas más víctimas
que la represión zarista del sigloanterior. Así, estableció una policíasecreta que detenía, torturaba yejecutaba sin trabas; ordenó elconfinamiento de rehenes y sospechosossin base fáctica alguna; creó una red decampos de concentración dondeinternarlos; dispuso ejecuciones masivascon carácter ejemplarizante que dieronlugar a los primeros fusilamientoscolectivos seguidos de enterramientosen fosas comunes e incluso,ocasionalmente y adelantándose a Hitleren casi dos décadas, utilizó el gas paraexterminar a poblaciones civiles[61].
Las víctimas de este gigantesco
edificio destinado a la planificación y ala práctica del terror de masas no fueronsólo los sectores sociales consideradosreaccionarios. También incluyeron a laizquierda no bolchevique; a los sectoressociales (campesinos y obreros) a losque el comunismo decía defender y a losque reprimió con una dureza sinprecedentes; y, eventualmente, a algunoscomunistas. De la existencia de esasatrocidades nunca faltaron pruebas. Sinembargo, la labor propagandística —ejercida fundamentalmente a través deintelectuales identificados con elsocialismo o de los simpatizantes a losque se denominó compañeros de viaje—
logró en buena medida no sólo ocultarlas atrocidades del comunismo sinoademás vilipendiar a los que tenían elvalor y la osadía de señalarlas. De esamanera, casi década y media antes deque el partido nazi llegara al poder enAlemania, los comunistas habían creadoel primer Estado totalitario de laHistoria, un Estado que ya habíacausado millones de víctimas y que teníala pretensión de extender la dictaduradel proletariado al resto del orbe.
2
Las checas llegan aEspaña.
El largo camino hacia larevolución
1917 y 1930El advenimiento del siglo XX
encontró a España en una situaciónpeculiar. Por un lado, resultaba obvio
que la restauración de la monarquíallevada a cabo en el último cuarto delsiglo anterior había logrado importanteslogros. No sólo los militares —adiferencia de lo sucedido desde laguerra de la Independencia— habíanquedado apartados del poder políticosino que además el régimen con el quese regía la nación era una monarquíaconstitucional que seguía muy de cercael modelo británico y en la queprogresivamente se había idoconsolidando el reconocimiento denuevos derechos como el de asociación—que permitiría la fundación desindicatos— o el de sufragio universal.
Si bien España era un paíseconómicamente atrasado al compararlocon naciones como Gran Bretaña,Francia o Alemania, soportaba conholgura la comparación con Italia ysuperaba a otros países mediterráneos yde la Europa central y oriental. Lareferencia continuada a un atrasoespecialmente acusado en el contextoeuropeo resulta, por lo tanto, muydistante de la realidad histórica y,ciertamente, hay que reconocer a tenorde los datos que nos han llegado queEspaña caminaba a un pasoconsiderablemente digno por el caminodel progreso si atendemos no a baremos
actuales sino a los de las sociedadeseuropeas de la época[62]. El fracaso deuna evolución pacífica vino determinadofundamentalmente por la decisión dedeterminadas fuerzas políticas dedestruir el sistema parlamentario sintener, al mismo tiempo, la capacidadpara crear otro que no sólo fueraalternativo sino también viable y mejor.
Si la vida política giraba en torno alos dos grandes partidos de laRestauración —conservador y liberal—a los que cabía sumar los partidarios deun cambio dinástico carlista, no esmenos cierto que a partir de finales delsiglo XIX hicieron acto de presencia dos
fuerzas —la izquierda y losnacionalismos— que estarían llamadas atener un papel preponderante en laaniquilación de la monarquíaparlamentaria y la instauración de laSegunda República.
En el caso de los denominadosnacionalismos, el catalán[63] presentabauna variedad de manifestaciones queiban desde un regionalismo queperseguía un trato preferencial paraCataluña y la extensión de su influenciasobre España a un claroindependentismo con ambicionesexpansionistas que soñaba con lasumisión de los antiguos territorios de la
Corona de Aragón a Cataluña. En todosy cada uno de los casos, el nacionalismocatalán, reivindicador de privilegiosterritoriales, encajaba mal en un procesomodernizador de signo liberal y nopuede sorprender que no sintierareparos en acabar con un sistemapolítico que se oponía a la consecuciónde sus metas.
Enormemente influido por elnacionalismo catalán pero procedentedel carlismo, nació el nacionalismovasco que presentaba además unasclaras referencias teocráticas y racistas.Edificado —como el catalán— sobreuna interpretación de la Historia de
España más mítica que real, elnacionalismo vasco pretendía laindependencia para preservar la purezade la raza y de la práctica de la religióncatólica y, obviamente, interpretó lasdesgracias nacionales españolas comouna forma de avanzar hacia su meta. Enese sentido, no deja de ser reveladorque Sabino Arana, el fundador delPartido Nacionalista Vasco (PNV) secongratulara por la derrota española enla guerra de Cuba y Filipinas[64].
A pesar de que ambos nacionalismosacabarían teniendo un papel importanteen la vida política de las regiones dondehabían nacido, lo cierto es que su peso
fue muy limitado durante años ya que nopodía competir comparativamente conlas fuerzas de izquierdas. Éstas eran, pororden de importancia, los republicanos,los anarquistas y los socialistas. Españahabía sufrido a finales del siglo XIX laexperiencia decepcionante de la PrimeraRepública que había terminado en unclima de guerra civil y dedescomposición nacional. Precisamentelo fallido del experimento y locontradictorio de las posiciones quehabían pretendido alimentarlo explicande sobra por qué el republicanismo[65]
quedó relegado a grupos muy reducidosde las clases medias que alimentaban,
junto con el deseo de un cambio en laforma de Estado, un acentuadoanticlericalismo. Poco más se puededecir que uniera a los republicanos, yaque en sus filas lo mismo militabanfederalistas que partidarios de unaadministración centralista, regionalistasy unitaristas, conservadores yreformistas. Los republicanos nopasaron por alto, por lo tanto, que susposibilidades de éxito requerían unaerosión profunda del sistema existente—y no su democratización que hubieraoperado precisamente en contra de susobjetivos al dotarlo de una mayoreficacia y legitimidad— y a ella se
entregaron recurriendo en no pocasocasiones a una demagogia que, en laactualidad, nos parece burda y agresiva.
Los anarquistas[66] derivaban suideología del sector de la Internacionalobrera que había seguido a Bakunin conpreferencia a Karl Marx. Deseosos dellegar a una sociedad socialista y sinclases, los anarquistas eran partidariosde la denominada acción directa y norepudiaron en absoluto la práctica deatentados terroristas convencidos de quela muerte de monarcas y otrospersonajes identificados con el sistemaque había que derribar no sólo resultabalegítima sino también políticamente
práctica.El anarquismo —que no estaba
desprovisto de un sentido milenaristaque acompañaba a algunos de suspredicadores— arraigó especialmenteen el agro andaluz y también en laindustria catalana donde hasta bienentrado el siglo XX fue la fuerzaobrerista más importante. No seconstituyó nunca como un partidopolítico —no creían en la participaciónen la vida política ni siquiera cuandoexistían, como en España, cauceslegales y parlamentarios— aunque sícreó la Confederación Nacional deTrabajadores (CNT) que sería el
sindicato más importante hasta lallegada de la dictadura de Primo deRivera.
La última —y más importante—fuerza obrera fue el socialismoarticulado en torno al Partido SocialistaObrero Español (PSOE)[67] y a la UniónGeneral de Trabajadores (UGT), elsindicato socialista. A diferencia deotros partidos socialistas europeos, quehabían adoptado un sesgo parlamentarioy reformista, el PSOE eraconvencidamente marxista yresueltamente entregado a la búsquedade la revolución y de la implantación dela dictadura del proletariado. Su
fundador, Pablo Iglesias, estaba muyinfluido, por la visión del socialistafrancés Guesde que le escribía concierta frecuencia y, sobre todo, leenviaba ejemplares de L’Egalité[68].Guesde representaba un marxismo máspráctico que teórico que veía en laexistencia de un partido socialista uninstrumento ideal para erosionar losregímenes constitucionales valiéndoseprecisamente de las libertades que éstosrespetaban, para hacer propaganda desus ideas y, finalmente, encabezar unarevolución que se viera coronada por ladictadura del proletariado. Los puntosde vista de Guesde iban a marcar de
manera casi milimétrica la trayectoriapolítica no sólo de Pablo Iglesias sinodel socialismo español prácticamentehasta la muerte del general Franco.
El PSOE fue fundado el 2 de mayode 1879, en el curso de una comida defraternidad celebrada en una fonda de lacalle de Tetuán en Madrid en el curso dela cual se acordó elegir una comisiónpara redactar el programa. Éste era deun profundo dogmatismo marxista en loque se refería al análisis de la sociedadpero que escasísimo contacto tenía conla realidad española donde elproletariado era minúsculo y laburguesía muy reducida numéricamente.
Ambos segmentos sociales, de hecho,muy lejos de representar la totalidadsocial, posiblemente no habrían llegadoni siquiera a ser una minoría cualificadadentro de la misma.
Este carácter dogmático delsocialismo español, más atento a repetirvisiones preconcebidas y a intentarencajar la realidad en ellas que aobservar esa realidad e intentarmejorarla, iba pues a revelarse comouno de sus pecados de origen. No losería menos la aspiración a liquidar lasociedad actual —«destruir», según ellenguaje del programa— hasta llegar auna colectivista con propiedad estatal de
los medios de producción y elseñalamiento como objetivos que debíanser abatidos de sectores enteros comolos empresarios, los militares, lospartidos denominados burgueses o elclero.
La existencia del partido socialistafue políticamente insignificante hastaque a inicios de siglo acabóimponiéndose la necesidad de presentarcandidaturas conjuntas con losrepublicanos. Así, en las eleccioneslegislativas de 1910, la creación de unaconjunción republicano-socialistapermitió a Pablo Iglesias convertirse enel primer diputado de la historia del
socialismo español. Su trayectoria comodiputado se iba a iniciar cuando elliberal Canalejas era presidente delConsejo de Ministros. No es éste ellugar para tratar una figura de esa tallapero poco puede dudarse de que aquelque se presentó como defensor de «unagran política democrática yexpansiva»[69] fue una de las últimasesperanzas reales —y no utópicas— demodernizar en profundidad la monarquíaconstitucional española. Canalejas logrótrazar una política africana que, a pesarde la oposición de Gran Bretaña,Francia y Alemania, confirió seguridada las posesiones españolas en el
continente; abordó con valentía elproblema religioso optando por unasolución que lo apartara de posturasextremas escoradas hacia la derecha ohacia la izquierda; concibió la reformadel código civil español; se esforzó porintegrar a los catalanistas en la reformade la monarquía y, muy especialmente,dio lugar a una serie de medidas que sehan denominado el «socialismo deCanalejas» y que buscaban articular lasreformas suficientes para evitar que sedesencadenara la revolución. Comoindicaría el profesor Carlos SecoSerrano, Canalejas vino a iniciar «enEspaña el arbitraje decidido y
ecuánime, en los conflictos entre elCapital y el Trabajo»[70].
El papel de Pablo Iglesias en lasCortes fue muy limitado y no tanto por loexiguo del peso que las urnas habíanotorgado al partido socialista sino porsu propio dogmatismo político. Enrepetidas ocasiones, Iglesias diomuestras de un desconocimientoprofundo de la economía, de undesprecio por el sistema parlamentario yde una firme voluntad de erosionarlopara allanar el camino hacia larevolución y la dictadura delproletariado. Así, por ejemplo, el 7 dejulio de 1910 ha pasado a la historia del
parlamentarismo español como unajornada especialmente vergonzosa en elcurso de la cual Iglesias no sólo realizóuna cumplida exposición de la tácticaque seguiría el partido que representabasino que además dejó bien de manifiestoque estaba dispuesto a llegar al actoterrorista para lograr sus fines.Refiriéndose a la actitud de lossocialistas afirmó que:
«estarán en la legalidad mientras lalegalidad le permita adquirir lo quenecesita; fuera de la legalidad […]cuando ella no les permita realizar susaspiraciones».
Quedaban así sentadas las bases de
lo que iba a ser la actuación delsocialismo español durante lassiguientes décadas. Si podía obtener susfines en el seno del sistemaconstitucional —sistema constitucional,no lo olvidemos, que tenía intención dedestruir— así lo haría pero si susobjetivos no cabían en el marco legal,no dudaría en desbordarlo. Sin embargo,aún quedaba por llegar al puntoprincipal de la intervención de Iglesiasaquella mañana, aquel en el queanunciaba que los socialistas no estabandispuestos —¡con un diputado en elCongreso!— a consentir que Mauraregresara al poder y que para salirse con
la suya no reconocerían límites éticos:«Tal ha sido la indignación
producida por la política del gobiernopresidido por el señor Maura que loselementos proletarios, nosotros de quiense dice que no estimamos los interesesde nuestro país, amándolo de veras,sintiendo las desdichas de todos, hemosllegado al extremo de considerar queantes que su señoría suba al poderdebemos llegar al atentado personal».
El comentario dejaba bien clarohasta donde estaban dispuestos a llegarlos socialistas pero, sobre todo,mostraba claramente el desprecio por lalegalidad y la disposición a recurrir a la
violencia terrorista de Iglesias si así loconsideraba pertinente. El día 22 deaquel mismo mes, Antonio Maura volvióa sufrir otro atentado —llegaría a serobjeto de veinte a lo largo de su carrerapolítica— cuando se encontraba en laestación de Francia de la ciudad deBarcelona camino hacia Mallorca. En elcurso de los años siguientes, tantoIglesias como el PSOE y la UGTsiguieron una política encaminada no ala reforma del sistema sino a suaniquilación mediante un acosocontinuado. Con todo, si la oposiciónantisistema obtuvo sus primeros logrosen 1910 con la conjunción republicano-
socialista —un factor que tuvo enormeimportancia, por ejemplo, para aniquilartodo el programa reformador deCanalejas— su primer logro importantese produjo con la revolución de 1917.
El origen de la revolución de 1917puede retrotraerse al acuerdo de acciónconjunta que la UGT socialista y la CNTanarquista habían concluido a mediadosde 1916. El 20 de noviembre ambasorganizaciones suscribieron un pacto dealianza que se tradujo el 18 dediciembre en un acuerdo para ir a lahuelga general. La misma tuvo lugarpero no logró obligar al conde deRomanones, a la sazón presidente del
Consejo de Ministros, a someterse a suspuntos de vista. La reacción de ambossindicatos fue convocar una nuevareunión el 27 de marzo de 1917 enMadrid donde se acordó la publicaciónde un manifiesto conjunto. Lo que iba aproducirse entonces iba a ser unadramática conjunción deacontecimientos que, por un lado, semanifestó en la imposibilidad delgobierno para controlar la situación y,por otro, en la unión de una serie defuerzas dispuestas a rebasar el sistemaconstitucional sin ningún género deescrúpulo legal. Así, a la alianzasocialista-anarquista se sumaron las
Juntas Militares de Defensa creadas porlos militares a finales de 1916 con lafinalidad de conseguir determinadasmejoras de carácter profesional y loscatalanistas de Cambó que no estabandispuestos a permitir que el gobierno deRomanones sacara adelante un proyectode ley que, defendido por SantiagoAlba, ministro de Hacienda, pretendíagravar los beneficios extraordinarios deguerra.
Frente a la alianza anarquista-socialista, la reacción del gobiernopresidido por Romanones —que temíaun estallido revolucionario, que conocíalos antecedentes violentos de ambos
colectivos y que ya tenía noticias de lamanera en que el zar había sidoderrocado en Rusia— fue suspender lasgarantías constitucionales, cerraralgunos centros obreros y proceder a ladetención de los firmantes delmanifiesto. Seguramente, el gobiernohabía actuado con sensatez pero estaacción unida a la imposibilidad deimponer el proyecto de Alba derivó enuna crisis que concluyó en la dimisiónde Romanones y de su gabinete.
El propósito del catalanista Cambóconsistía no sólo en defender losintereses de la alta burguesía catalanasino también en articular una alianza con
partidos vascos y valencianos de talmanera que todo el sistema políticoconstitucional saltara por los aires. Enmayo, la acción de las Juntas de Defensacontribuyó enormemente a facilitar losproyectos de Cambó. A finales delcitado mes, el gobierno, presidido ahorapor García Prieto, decidió detener yencarcelar a la Junta central de losmilitares que no sólo buscaba mejoraseconómicas sino también reformasconcretas. Las juntas de jefes y oficialesrespondieron a la acción del gobiernocon un manifiesto que significó elregreso a una situación aparentementeliquidada por el sistema constitucional
de la Restauración: la participación delpoder militar en la vida política.
El gobierno de García Prieto no sesintió con fuerza suficiente como parahacer frente a los militares y optó por ladimisión. Un nuevo gobiernoconservador basado en las figuras deDato y Sánchez Guerra aprobó elreglamento de las Juntas Militares ypuso en libertad a la Junta Central. Laconsecuencia inmediata de esa acciónfue llegar a la conclusión de que elsistema era incapaz de mantenerse enpie y que había llegado a tal grado dedescomposición que aquellos mismosque debían defenderlo de la subversión
no habían dudado en utilizar elrebasamiento de la legalidad quecaracterizaba a los movimientosanarquista y socialista.
El hecho de que las Juntas deDefensa parecieran estar en condicionesde poner en jaque el aparato del Estadollevó a Cambó a reunir una asamblea deparlamentarios en Barcelona bajo lapresidencia de su partido, la Lligacatalanista. Su intención era valerse delas fuerzas antisistema para forzar a unaconvocatoria de cortes que se tradujeraen la redacción de una nuevaconstitución. El canto de muertos delsistema constitucional parecía inevitable
y era entonado por todos sus enemigos:catalanistas, anarquistas, republicanos ysocialistas. En el caso de estos últimos,se aceptó la participación en el gobiernocon la finalidad expresa de acabar conla monarquía, liquidar la influencia delcatolicismo de la vida nacional yeliminar a los partidos constitucionales.Además, para desencadenar larevolución, los socialistas llegaron a unacuerdo con los anarquistas que setradujo en la división del país en tresregiones. Sin embargo, incluso dada lacreciente debilidad del sistemaparlamentario, pronto iba a quedar claroque sus enemigos —a pesar de su
insistencia en que representaban lavoluntad del pueblo— carecían delrespaldo popular suficiente paraliquidarlo.
El 19 de julio, tuvo lugar ladisolución de la Asamblea deParlamentarios. Sólo en Asturiasconsiguieron los revolucionariosprolongar durante algún tiempo laresistencia pero la suerte estaba echada.Mientras el comité de huelga —Saborit,Besteiro, Largo Caballero y Anguiano—era detenido, algunos dirigentesrepublicanos, como Lerroux, seescondían o ponían tierra por medio.Mientras tanto los catalanistas de
Cambó habían reculado cínicamente.Estaban dispuestos a liquidar el sistemaconstitucional pero temían unarevolución obrera de manera querehusaron apoyar a los socialistas yanarquistas y, posteriormente,condenarían sus acciones. La reacciónno resulta tan extraña si se tiene encuenta que los socialistas habíantrasladado alijos de armas y municiones—«yo transporté armas y municiones enBilbao, yo personalmente», diríaIndalecio Prieto poco después en lascortes— con la intención de apoyar larevolución con las bocas de los fusiles.No iba a ser, por otra parte, la última
vez que lo haría para derrocar ungobierno legítimamente nacido de lasurnas. A pesar de todo, el castigo de lafracasada revolución no resultó rigurosoe incluso se produjo una campaña afavor de la amnistía de losrevolucionarios y en noviembre de 1917fueron elegidos concejales de Madridlos cuatro miembros del comité dehuelga. Se trataba de una utilización delsistema constitucional para burlar laacción de la justicia que volvería arepetirse en febrero de 1918 cuandofueron elegidos diputados IndalecioPrieto, por Bilbao; Besteiro, porMadrid; Anguiano, por Valencia;
Saborit, por Asturias y Largo Caballeropor Barcelona.
El resultado de la revolución de1917 fue, posiblemente, mucho másrelevante de lo que se ha pensadodurante décadas. La derrota deanarquistas, socialistas, catalanistas,republicanos, y, sobre todo, labenevolencia con que fueron tratadospor el sistema parlamentario, no setradujeron en su integración en éste. Porel contrario, ambas circunstanciascrearon en ellos la convicción de queeran extraordinariamente fuertes paraacabar con el parlamentarismo y queéste, sin embargo, era débil y, por lo
tanto, fácil de aniquilar. Para ello, labatalla no debía librarse en unparlamento fruto de unas urnas que noiban a dar el poder a las izquierdasporque éstas carecían del suficienterespaldo popular, sino en la calle,erosionando un sistema que, tarde otemprano, se desplomaría.
Excede con mucho los límites denuestro estudio examinar los últimosaños de la monarquía parlamentaria. Sinembargo, debe señalarse que el análisisllevado a cabo por los miembros de lavisión antisistema pareció verseconfirmado por los hechos. Hasta 1923,todos los intentos del sistema
parlamentario de llevar a cabo lasreformas que necesitaba la nación sevieron bloqueados en la calle por laacción de republicanos, socialistas,anarquistas y nacionalistas que nollegaron a plantear en ninguno de loscasos una alternativa política realista ycoherente sino que, únicamente, sededicaron a desacreditar la monarquíaconstitucional y a apuntar a un futuro quesería luminoso simplemente porque en élamanecería la república, la dictaduradel proletariado o la independencia deCataluña.
La dictadura de Primo de Rivera(1923-1930) —un intento de atajar los
problemas de la nación partiendo de unaidea concebida sobre la base de unamagistratura de la antigua Roma— fuesimplemente un paréntesis en el procesorevolucionario. De hecho, durante lamisma la represión se cebó sobre losanarquistas pero el PSOE y la UGTfueron tratados con enormebenevolencia —siguiendo la política deBismarck con el SPD alemán— y LargoCaballero, que fue consejero de Estadode la Dictadura, y otros veteranossocialistas llegaron a ocupar puestos deimportancia en la administración delEstado. A pesar de todo, el final de ladécada vino marcado por la concreción
de un sistema conspirativo que, a pesarde su base social minoritaria, acabaríateniendo éxito.
Desde febrero a junio de 1930,conocidas figuras monárquicas comoMiguel Maura Gamazo, José SánchezGuerra, Niceto Alcalá Zamora, ÁngelOssorio y Gallardo, y Manuel Azañaabandonaron la defensa de la monarquíaparlamentaria para pasarse alrepublicanismo. Finalmente, en elverano de 1930 se concluyó el Pacto deSan Sebastián donde se fraguó un comitéconspiratorio oficial destinado a acabarcon la monarquía parlamentaria ysustituirla por una república. De la
importancia de este paso puede juzgarsepor el hecho de que los que participaronen la reunión del 17 de agosto de 1930—Lerroux, Azaña, Domingo, AlcaláZamora, Miguel Maura, CarrascoFormiguera, Mallol, Ayguades, CasaresQuiroga, Indalecio Prieto, Fernando delos Ríos…— se convertirían unos mesesdespués en el primer gobiernoprovisional de la República.
La conspiración republicanacomenzaría a actuar desde Madrid apartir del mes siguiente en torno a uncomité revolucionario presidido porAlcalá Zamora; un conjunto de militaresgolpistas y prorepublicanos (López
Ochoa, Batet, Riquelme, FermínGalán…) y un grupo de estudiantes de laFUE capitaneados por Graco Marsá. Entérminos generales, por lo tanto, elmovimiento republicano quedabareducido a minorías, ya que incluso lasuma de afiliados de los sindicatos UGTy CNT apenas alcanzaba al 20 porciento de los trabajadores y el PCE,nacido unos años atrás de una escisióndel PSOE, era minúsculo. En un tristeprecedente de acontecimientos futuros,el comité republicano fijó la fecha del15 de diciembre de 1930 para dar ungolpe militar que derribara la monarquíae implantara la republica. Resulta difícil
creer que el golpe hubiera podidotriunfar pero el hecho de que losoficiales Fermín Galán y Ángel GarcíaHernández decidieran adelantarlo al 12de diciembre sublevando a la guarniciónmilitar de Jaca tuvo como consecuenciainmediata que pudiera ser abortado porel gobierno. Sometidos a consejo deguerra los alzados y condenados amuerte, el gobierno acordó no solicitarel indulto y el día 14 Galán y GarcíaHernández fueron fusilados. El intentode sublevación militar republicanallevado a cabo el día 15 de diciembreen Cuatro Vientos por Queipo de Llano yRamón Franco no cambió en absoluto la
situación. Por su parte, los miembros delcomité conspiratorio huyeron (IndalecioPrieto), fueron detenidos (LargoCaballero) o se escondieron (Lerroux,Azaña).
En aquellos momentos, el sistemaparlamentario podría haberdesarticulado con relativa facilidad elmovimiento revolucionario mediante elsencillo expediente de exponer ante laopinión pública su verdadera naturalezaa la vez que procedía a juzgar a unaserie de personajes que, en románpaladino, habían intentado derrocar elorden constitucional mediante laviolencia armada de un golpe de Estado.
No lo hizo. Por el contrario, la clasepolítica de la monarquía constitucionalquiso optar precisamente por el diálogocon los que deseaban su fin. Buenejemplo de ello es que cuando SánchezGuerra recibió del rey Alfonso XIII laoferta de constituir gobierno, lo primeroque hizo el político fue personarse en lacárcel Modelo para ofrecer a losmiembros del comité revolucionariointernos en ella sendas carterasministeriales. Con todo, comoconfesaría Azaña en sus Memorias, larepública parecía una posibilidadignota. El que esa posibilidadrevolucionaria se convirtiera en
realidad se iba a deber no a la voluntadpopular sino a una curiosa mezcla demiedo y de falta de información. Laocasión sería curiosamente lacelebración de unas eleccionesmunicipales.
Aunque la propaganda republicanapresentaría posteriormente laselecciones municipales de abril de 1931como un plebiscito popular en pro de larepública, no existía ningún tipo derazones para interpretarlas de esamanera. En ningún caso su convocatoriatenía carácter de referéndum ni —muchomenos— se trataba de unas elecciones aCortes constituyentes. De hecho, la
primera fase de las eleccionesmunicipales celebrada el 5 de abril secerró con los resultados esperados. Con14 018 concejales monárquicos y 1832republicanos tan sólo pasaron a controlrepublicano un pueblo de Granada y otrode Valencia. Como era lógico esperar,nadie hizo referencia a un supuesto —einexistente— plebiscito popular. El 12de abril de 1931 se celebró la segundafase de las elecciones. Frente a 5775concejales republicanos, losmonárquicos obtuvieron 22 150, esdecir, el voto monárquico prácticamentefue el cuádruplo del republicano. Apesar de todo, los políticos
monárquicos, los miembros del gobierno(salvo dos), los consejeros de palacio ylos dos mandos militares decisivos —Berenguer y Sanjurjo— consideraronque el resultado era un plebiscito y queademás implicaba un apoyoextraordinario para la república y undesastre para la monarquía. El hecho deque la victoria republicana hubiera sidourbana —como en Madrid donde elconcejal del PSOE Saborit hizo votarpor su partido a millares de difuntos—pudo contribuir a esa sensación dederrota pero no influyó menos en elresultado final la creencia (que no secorrespondía con la realidad) de que los
republicanos podían dominar la calle.Durante la noche del 12 al 13, el generalSanjurjo, a la sazón al mando de laGuardia Civil, dejó de manifiesto portelégrafo que no contendría unlevantamiento contra la monarquía, undato que los dirigentes republicanossupieron inmediatamente gracias a losempleados de correos adictos a sucausa. Ese conocimiento de la debilidadde las instituciones constitucionalesexplica sobradamente que cuandoRomanones y Gabriel Maura —con elexpreso consentimiento del rey—ofrecieron al comité revolucionario unaselecciones a cortes constituyentes. A
esas alturas, sus componentes habíancaptado el miedo del adversario y nosólo rechazaron la propuesta sino queexigieron la marcha del rey antes de lapuesta del sol del 14 de abril. Lospolíticos constitucionalistas aceptaron ycon ellos el monarca, que no deseababajo ningún pretexto el estallido de unaguerra civil. De esa manera, el sistemaconstitucional desaparecía de unamanera más que dudosamente legítima yse proclamaba la Segunda República.
1931-1933Aunque la proclamación de la
Segunda República estuvo rodeada deun considerable entusiasmo de una partede la población, lo cierto es que,observada la situación objetivamente ycon la distancia que proporciona eltiempo, no se podía derrocharoptimismo. Los vencedores en laincruenta revolución se sentirían, comoveremos, hiperlegitimados para tomardecisiones por encima del resultado delas urnas y no dudarían en reclamar elapoyo de la calle cuando el sufragio lesfuera hostil. A fin de cuentas, ¿no habíasido en contra de la aplastante mayoríade los electores como habían alcanzadoel poder? A ese punto de arranque iba a
unirse que constituían un pequeño yfragmentado número de republicanosque procedían en su mayoría de las filasmonárquicas; dos grandes fuerzasobreristas —socialistas y anarquistas—que contemplaban la república como unafase hacia la utopía que debía sersurcada a la mayor velocidad; losnacionalistas —especialmente catalanes— que ansiaban descuartizar la unidadde la nación y que se apresuraron aproclamar el mismo 14 de abril laRepública catalana y el Estado catalán,y una serie de pequeños gruposradicales de izquierdas que acabaríanteniendo un protagonismo notable como
era el caso del partido comunista. En supráctica totalidad, su punto de vista erautópico bien identificaran esa utopía conla república implantada, con laconsumación revolucionaria posterior ocon la independencia; en su prácticatotalidad, carecían de preparaciónpolítica y, sobre todo, económica paraenfrentarse con los retos que tenía antesí la nación y, en su práctica totalidadtambién, adolecían de un virulentosectarismo político y social que no sólopretendía excluir de la vida pública aconsiderables sectores de la poblaciónespañola sino que también plantearíairreconciliables diferencias entre ellos.
En ese sentido, el primer bieniorepublicano[71] que estuvo marcado porla alianza entre los republicanos deizquierdas y el PSOE fue una época deilusiones frustradas precisamente por elsectarismo ideológico de los vencedoresdel 14 de abril, su incompetenciaeconómica y la acción no parlamentariae incluso violenta de las izquierdas.
Las manifestaciones de sectarismofueron inmediatas y entre ellas hay queincluir desde los procesos de antiguospolíticos monárquicos a la indiferenciade las autoridades ante los ataquescontra los lugares de culto católicos enmayo de 1931. Sin embargo, su fruto
más obvio fue la redacción de unaconstitución que, como indicaría elpropio presidente de la República,Alcalá Zamora, procedía de unas cortesque «adolecían de un grave defecto, elmayor sin duda para una asamblearepresentativa: que no lo eran, comocabal ni aproximada coincidencia de laestable, verdadera y permanente opiniónespañola…»[72]. La constitución, segúnel mismo testimonio, «se dictó,efectivamente, o se planeó sin mirar aesa realidad nacional… se procurólegislar obedeciendo a teorías,sentimientos e intereses de partido, sinpensar en esa realidad de convivencia
patria, sin cuidarse apenas de que selegislaba para España»[73]. En esaconstitución redactada por una minoríase consagraría, por ejemplo, un laicismomilitante que no sólo incluía unacomprensible separación de la Iglesia yel Estado sino que pretendía excluirtotalmente a la Iglesia católica de lavida pública apartándola, por ejemplo,de las labores educativas. Sobre todo,sin embargo, se instauraría un texto quecorrespondía no tanto con una visióndemocrática como con el triunfo de losvencedores de la crisis de abril de1931. El resultado —señalaría AlcaláZamora en este texto escrito antes de
1934— fue «una Constitución queinvitaba a la guerra civil, desde lodogmático, en que impera la pasiónsobre la serenidad justiciera, a loorgánico, en que la improvisación, elequilibrio inestable, sustituyen a laexperiencia y a la construcción sólida depoderes»[74].
La incompetencia económica no fuede menor relevancia en la medida en queno sólo frustró totalmente la realizaciónde una reforma agraria de enormeimportancia a la sazón sino que ademásagudizó la tensión social con normativas—como la Ley de Términos inspiradapor el PSOE— que, supuestamente,
favorecían a los trabajadores pero que,en realidad, provocaron una contraccióndel empleo y una carga insoportablepara empresarios pequeños y medianos.
A todo lo anterior, hay que añadir laacción violenta de las izquierdasencaminada directamente a terminar conla República. En el caso de losanarquistas, su voluntad de aniquilar laRepública se manifestó desde elprincipio de manera inequívoca. Elmismo mes de abril de 1931 Durrutiafirmaba:
«Si fuéramos republicanos,afirmaríamos que el gobiernoprovisional se va a mostrar incapaz de
asegurarnos el triunfo de aquello que elpueblo le ha proporcionado. Pero, comosomos auténticos trabajadores, decimosque, siguiendo por ese camino, es muyposible que el país se encuentrecualquier día de éstos al borde de laguerra civil. La República apenas si nosinteresa […] en tanto que anarquistas,debemos declarar que nuestrasactividades no han estado nunca, ni loestarán tampoco ahora, al servicio de[…] ningún Estado».
No se trataba de meras palabras nitampoco se limitaban a los anarquistas.En enero de 1932, en Castilblanco y enArnedo, los socialistas provocaron
sendos motines armados en los quehallaron, primero, la muerte agentes delorden público para luego desembocar enuna durísima represión. El día 19 delmismo mes, los anarquistas iniciaronuna sublevación armada en el AltoLlobregat[75] que duró tres días y que fuereprimida por las fuerzas de ordenpúblico. Durruti, uno de los incitadoresde la revuelta, fue detenido, pero afinales de año se encontraba nuevamenteen libertad e incitaba a un nuevoestallido revolucionario a unaorganización como la CNT-FAI que, a lasazón, contaba con más de un millón deafiliados[76].
De manera nada sorprendente, enenero de 1933, se produjo un nuevointento revolucionario de signoanarquista. Su alcance se limitó aalgunas zonas de Cádiz, como fue elcaso del pueblo de Casas Viejas. Elepisodio tendría pésimas consecuenciaspara el gobierno de izquierdas ya que larepresión de los sublevados seríadurísima e incluiría el fusilamiento dealgunos de los detenidos y, porañadidura, los oficiales que la llevarona cabo insistirían en que sus órdeneshabían procedido del mismo Azaña[77].Aunque las Cortes reiterarían suconfianza al gobierno, sus días estaban
contados. A lo largo de un bienio, podíaseñalarse que la situación política eraaún peor que cuando se proclamó laRepública. El gobierno republicanohabía fracasado en sus grandesproyectos como la reforma agraria o elimpulso a la educación —en este últimocaso siquiera en parte por su liquidaciónde la enseñanza católica— habíagestionado pésimamente la economíanacional y había sido incapaz de evitarla radicalización de una izquierdarevolucionaria formada no sólo por losanarquistas sino también por el PSOE,que pasaba por un proceso que sedefinió como «bolchevización» y que se
caracterizó por la aniquilación de lospartidarios (como Julián Besteiro) deuna política reformista y parlamentaria yel triunfo de aquellos que (como LargoCaballero) propugnaban la revoluciónviolenta que destruyera la República einstaurara la dictadura del proletariado.En tan sólo un año, la acción de estasfuerzas de izquierdas sumada a la de losnacionalistas catalanes ocasionaría unacatástrofe que aniquilaría la posibilidadrazonable de supervivencia de laRepública.
1934
El embate de las izquierdasobreristas ansiosas por implantar suutopía sería seguido por la reacción delas derechas. Durante la primavera y elverano de 1932, la violenciarevolucionaria de las izquierdas, y laredacción del Estatuto de Autonomía deCataluña y del proyecto de ley dereforma agraria impulsaron, entre otrasconsecuencias, un intento de golpecapitaneado por Sanjurjo que fracasóestrepitosamente en agosto y, sobre todo,la creación de una alternativa electoral alas fuerzas que habían liquidado elsistema parlamentario anterior a abril de1931. Así, entre el 28 de febrero y el 5
de marzo, tuvo lugar la fundación de laCEDA (Confederación Española deDerechas Autónomas) —una coaliciónde fuerzas de derechas y católicas— y laaceptación formal del sistemarepublicano.
La reacción de Azaña ante larespuesta de las derechas fue intentarasegurarse la permanencia en el podermediante la articulación de mecanismoslegales concretos. El 25 de julio de1933, se aprobó una ley de ordenpúblico que dotaba al gobierno de unaenorme capacidad de represión y unosconsiderables poderes para limitar lalibertad de expresión y, antes de que
concluyera el mes, Azaña —queintentaba evitar unas elecciones sobrecuyo resultado no era optimista—lograba asimismo la aprobación de unaley electoral que reforzaba las primas ala mayoría. Mediante un mecanismosemejante, Azaña pretendía contar conuna mayoría considerable en unas cortesfuturas aunque la misma realmente no secorrespondiera con la proporción devotos obtenidos en las urnas. Sinembargo, a pesar de contar con estasposibilidades, durante el verano de1933 Azaña se resistió a convocarelecciones. Fueron precisamente enaquellos meses estivales cuando se
consagró la «bolchevización» delPSOE. En la escuela de verano delPSOE en Torrelodones, los jóvenessocialistas celebraron una serie deconferencias donde se concluyó laaniquilación política del moderadoJulián Besteiro, el apartamientodespectivo de Indalecio Prieto y laconsagración entusiasta de LargoCaballero al que se aclamó como el«Lenin español». El modelo propugnadopor los socialistas no podía resultar,pues, más obvio y más en una época enque el PCE era un partido insignificante.Los acontecimientos se iban a precipitara partir de entonces: el 3 de septiembre
de 1933, el gobierno republicano-socialista sufrió una derrotaespectacular en las elecciones generalespara el Tribunal de Garantías y cincodías después se produjo su caída.
Finalmente, el 19 de noviembretuvieron lugar las nuevas elecciones. Enellas votó el 67,46 por ciento del censoelectoral y las mujeres por primeravez[78]. Las derechas obtuvieron 3 365700 votos, el centro 2 051 500 y lasizquierdas 3 118 000. Sin embargo, elsistema electoral —que favorecía, pordecisión directa de Azaña, las grandesagrupaciones— se tradujo en que lasderechas, que se habían unido para las
elecciones, obtuvieran más del doble deescaños que las izquierdas con unadiferencia entre ambas que no llegaba alos doscientos cincuenta mil votos[79].
En puridad democrática, la fuerzamayoritaria —la CEDA— tendría quehaber sido encargada de formargobierno pero las izquierdas que habíantraído la Segunda República no estabandispuestas a consentirlo, a pesar de suindudable triunfo electoral. Mientras elpresidente de la República, AlcaláZamora, encomendaba la misión deformar gobierno a Lerroux, unrepublicano histórico pero en minoría,el PSOE y los nacionalistas catalanes
comenzaron a urdir una conspiraciónarmada que acabara con un gobierno decentro derecha elegidodemocráticamente. Semejante acto iba arevestir una enorme gravedad porque nose trataba de fuerzas exteriores alparlamento —como había sido el casode los anarquistas en 1932 y 1933—sino de partidos con representaciónparlamentaria que estaban dispuestas atorcer el resultado de las urnas por lafuerza de las armas[80].
Los llamamientos a la revoluciónfueron numerosos, claros y contundentes.El 3 de enero de 1934, la prensa delPSOE[81] publicaba unas declaraciones
de Indalecio Prieto que ponían demanifiesto el clima que reinaba en supartido:
«Y ahora piden concordia. Es decir,una tregua en la pelea, una aproximaciónde los partidos, un cese de hostilidades[…] ¿Concordia? No. ¡Guerra de clases!Odio a muerte a la burguesía criminal.¿Concordia? Sí, pero entre losproletarios de todas las ideas quequieran salvarse y librar a España delludibrio. Pase lo que pase, ¡atención aldisco rojo!».
No se trataba de un mero exabrupto.El 4 de febrero, el mismo IndalecioPrieto llamaba a la revolución en un
discurso pronunciado en el coliseoPardiñas. Ese mismo mes, la CNTpropuso a la UGT una alianzarevolucionaria, oferta a la que respondióel socialista Largo Caballero con la delas alianzas obreras. Su finalidad no eralaboral sino eminentemente política:aniquilar el sistema parlamentario yllevar a cabo la revolución. A finales demayo, el PSOE desencadenó unaofensiva revolucionaria en el campo quereprimió enérgicamente Salazar Alonso,el ministro de Gobernación. A esasalturas, el gobierno contaba con datosreferidos a una insurrección armada enla que tendrían un papel importante no
sólo el PSOE sino también losnacionalistas catalanes y algunosrepublicanos de izquierdas. No setrataba de rumores sino de afirmacionesde parte. La prensa del PSOE[82], porejemplo, señalaba que las teorías delFrente Popular propugnadas por loscomunistas a impulso de Stalin erandemasiado moderadas porque norecogían «las aspiraciones trabajadorasde conquistar el poder para establecersu hegemonía de clase». Por elcontrario, las alianzas obreras,propugnadas por Largo Caballero, eran«instrumento de insurrección yorganismo de Poder». A continuación El
Socialista trazaba un obvio paralelo conla revolución bolchevique:
«Dentro de las diferencias racialesque tienen los soviets rusos, se puedeencontrar, sin embargo, una columnavertebral semejante. Los comunistashacen hincapié en la organización desoviets que preparen la conquistainsurreccional y sostengan después elpoder obrero. En definitiva, estopersiguen las alianzas».
Si de algo se puede acusar a losmedios socialistas en esa época no es dehipocresía. Renovación[83] anunciaba enel verano de 1934 refiriéndose a lafutura revolución: «¿Programa de
acción? —Supresión a rajatabla detodos los núcleos de fuerza armadadesparramada por los campos. —Supresión de todas las personas que porsu situación económica o por susantecedentes puedan ser una rémora parala revolución».
Zinóviev, Trotsky o Lenindifícilmente hubieran podido explicarlocon más claridad. Semejantesafirmaciones, que mostraban una claravoluntad de acabar con el sistemaparlamentario sustituyéndolo por unosimilar al soviético, debían habercausado seria preocupación en elterreno de los republicanos de
izquierdas. Sin embargo, para éstos elenemigo que debía ser abatido no eraotro que el centro y la derecha. Alrespecto, el 30 de agosto, Azañarealizaba unas declaraciones ante lasque nadie se podía llamar a engaño. Deacuerdo con las mismas, las izquierdasno estaban dispuestas a consentir que laCEDA entrara en el gobierno por másque las urnas la hubieran convertido enla primera fuerza parlamentaria. Si laCEDA insistía en entrar en un gobiernode acuerdo con un derecho que, enpuridad democrática, le correspondía,las izquierdas se opondrían inclusoyendo contra la legalidad. «Estaríamos
—diría Azaña— de toda fidelidad […]habríamos de conquistar a pechodescubierto las garantías». Los anunciosde Azaña, de Prieto, de LargoCaballero, de tantos otros personajes dela izquierda no eran sino unaconsecuencia realmente lógica de todauna visión política que no había dejadode avanzar desde finales del siglo XIX yque, entre otras consecuencias, habíatenido la de aniquilar la monarquíaparlamentaria. El parlamento —y lasvotaciones que lo habían configurado—sólo resultaba legítimo en la medida enque servía para respaldar el propósitode las fuerzas mencionadas. Cuando el
resultado en las urnas no sancionaba aese bloque político, el parlamento debíaser rebasado y acallado desde la callerecurriendo a la violencia. Para elPSOE, el PCE y la CNT, el pasosiguiente sólo podía ser la revolución.
El 9 de septiembre de 1934, laGuardia Civil descubrió un importantealijo de armas que, a bordo delTurquesa, se hallaba en la ría asturianade Pravia. Una parte de las armas habíasido ya desembarcada y, siguiendoórdenes del socialista Indalecio Prieto,transportada en camiones de laDiputación provincial controlada a lasazón por el PSOE. La finalidad del
alijo no era otra que la de armar a lossocialistas preparados para lasublevación. No en vano el 25 deseptiembre El Socialista anunciaba:
«Renuncie todo el mundo a larevolución pacífica, que es una utopía;bendita la guerra».
Dos días después, El Socialistaremachaba:
«El mes próximo puede ser nuestrooctubre. Nos aguardan días de prueba,jornadas duras. La responsabilidad delproletariado español y sus cabezasdirectoras es enorme. Tenemos nuestroejército a la espera de ser movilizado».
Ese mismo día, moría en Barcelona
el exministro Jaime Carner. Azaña, encompañía de otros dirigentesrepublicanos, se dirigió a la CiudadCondal. Sin embargo, a pesar deconocer entonces lo que tramabansocialistas y catalanistas, no informó alas autoridades republicanas y decidióquedarse en la ciudad a la espera de losacontecimientos. Antes de concluir elmes, el Comité Central del PCEanunciaba su apoyo a un frente único confinalidad revolucionaria[84].
El 1 de octubre, Gil-Robles exigióla entrada de la CEDA en el gobierno deLerroux. Sin embargo, en una claramuestra de moderación política, Gil-
Robles ni exigió la presidencia delgabinete (que le hubiera correspondidoen puridad democrática) ni tampoco lamayoría de las carteras. El 4 de octubreentrarían, finalmente, tres ministros de laCEDA en el nuevo gobierno, todos ellosde una trayectoria intachable: el catalány antiguo catalanista Oriol Anguera deSojo, el regionalista navarro Aizpún y elsevillano Manuel Giménez Fernándezque se había declarado expresamenterepublicano y que defendía larealización de la reforma agraria.
La presencia de ministros cedistasen el gabinete fue la excusa presentadapor el PSOE y los catalanistas para
poner en marcha un proceso deinsurrección armada que, como hemosvisto, venía fraguándose desde hacíameses. Tras un notable despliegue deagresividad de la prensa de izquierdasel 5 de octubre, el día 6 tuvo lugar lasublevación. El carácter violento de lamisma quedó de manifiesto desde elprincipio. En Guipúzcoa, por ejemplo,los alzados asesinaron al empresarioMarcelino Oreja Elósegui. EnBarcelona, Companys, el dirigente deEsquerra Republicana, proclamó desdeel balcón principal del palaciopresidencial de la Generalidad «l’EstatCatalá dentro de la República federal
española» e invitó a «los dirigentes dela protesta general contra el fascismo aestablecer en Cataluña el gobiernoprovisional de la República». Sinembargo, ni el gobierno republicano erafascista, ni los dirigentes de izquierdasrecibieron el apoyo que esperaban de lacalle ni la Guardia Civil o la de asaltose sumaron al levantamiento. LaGeneralidad se rindió así a las seis ycuarto de la mañana del de octubre yCompanys se puso a salvo huyendo porlas alcantarillas de Barcelona.
El fracaso en Cataluña tuvo clarosparalelos en la mayoría de España. Ni elejército —con el que el PSOE había
mantenido contactos— ni las masaspopulares se sumaron al golpe de Estadonacionalista-socialista y éste fracasó alcabo de unas horas. La única excepcióna esta tónica general fue Asturias dondelos alzados contra el gobierno legítimode la República lograron un éxito inicialy dieron comienzo a un procesorevolucionario que marcaría enbastantes aspectos la pauta para lo quesería la guerra civil de 1936. Ladesigualdad inicial de fuerzas fueverdaderamente extraordinaria. Losalzados contaban con un ejército de unostreinta mil mineros bien pertrechadosgracias a las fábricas de armas de
Oviedo y Trubia y bajo la dirección demiembros del PSOE como RamónGonzález Peña, Belarmino Tomás yTeodomiro Menéndez aunque una terceraparte de los insurrectos pudo pertenecera la CNT. Sus objetivos eran dominarhacia el sur el puerto de Pajares parallevar la revolución hasta las cuencasmineras de León y desde allí, con lacomplicidad del sindicato ferroviario dela UGT, al resto de España. Dentro deesta estrategia resultaba tambiénindispensable apoderarse de Oviedo.Frente a los sublevados había milseiscientos soldados y unos novecientosguardias civiles y de asalto que
contaban con el apoyo de civiles enOviedo, Luarca, Gijón, Avilés y elcampo.
La acción de los revolucionariossiguió patrones que recordabantrágicamente los males sufridos enRusia. Mientras se procedía a detener eincluso a asesinar a gente inocente tansólo por su pertenencia a un segmentosocial concreto, se desataba una oleadade violencia contra el catolicismo queincluyó desde la quema y profanación delugares de culto —incluyendo el intentode volar la Cámara santa— alfusilamiento de religiosos. El 5 deoctubre, primer día del alzamiento, un
joven estudiante pasionista de Mieres,de veintidós años de edad y llamadoAmadeo Andrés, fue rodeado mientrashuía del convento y asesinado. Sucadáver fue arrastrado. Tan sólo unahora antes había sido también fusiladoSalvador de María, un compañero suyoque también intentaba huir del conventode Mieres. No fueron,desgraciadamente, las únicas víctimasde los alzados.
El padre Eufrasio del Niño Jesús,carmelita, superior del convento deOviedo, fue el último en salir de la casaantes de que fuera asaltada por losrevolucionarios. Lo hizo saltando una
tapia con tan mala fortuna que se dislocóuna pierna. Se le prestó auxilio en undomicilio cercano pero, finalmente, fuetrasladado a un hospital. Delatado pordos enfermeros, el comité de barriodecidió condenarlo a muerte dada sucondición de religioso. Se le fusiló unashoras después dejándose abandonado sucadáver ante una tapia durante variosdías.
El día 7 de octubre, la totalidad delos seminaristas de Oviedo —seis— fuepasada por las armas al descubrirse supresencia, siendo el más joven de ellosun muchacho de dieciséis años. Contodo, posiblemente el episodio más
terrible de la persecución religiosa queacompañó a la sublevación armada fueel asesinato de los ocho hermanos de lasEscuelas Cristianas y de un padrepasionista que se ocupaban de unaescuela en Turón, un pueblo situado enel centro de un valle minero. Trasconcentrarlos en la casa del pueblo, uncomité los condenó a muerteconsiderando que al ocuparse de laeducación de buena parte de los niñosde la localidad disfrutaban de unainfluencia indebida. El 9 de octubre de1934, poco después de la una de lamadrugada, la sentencia fue ejecutada enel cementerio y, a continuación, se les
enterró en una fosa especialmentecavada para el caso. De manera nodifícil de comprender, los habitantes deTurón que habían sido testigos de susesfuerzos educativos y de la manera enque se había producido la muerte losconsideraron mártires de la fe desde elprimer momento. Serían beatificados en1990 y canonizados el 21 de noviembrede 1999. Formarían así parte del grupode los diez primeros santos españolescanonizados por su condición demártires[85].
Los partidarios de la revolución —como en Rusia— habían decididoexterminar a sectores enteros de la
población y para llevar a cabo eseobjetivo no estaban dispuestos a dejarselimitar por garantías judiciales deningún tipo. Poca duda cabe de que ladiferencia de medios existente entre losalzados y las fuerzas de orden hubierapodido ser fatal para la legalidadrepublicana de no haber tomado el 5 deoctubre el ministro Diego Hidalgo ladecisión de nombrar asesor especialpara reprimir el alzamiento al generalFrancisco Franco. Una de las primerasmedidas tomadas por Franco, a ejemplode lo que había pensado Azaña tiempoatrás para acabar con los anarquistassublevados, fue trasladar a las fuerzas
africanas al lugar de la lucha. Así,legionarios y regulares desembarcaronen Gijón para marchar hacia Oviedodonde enlazaron con una pequeñacolumna que se hallaba al mando deEduardo López Ochoa, uno de losconspiradores que había impulsado laproclamación de la República añosatrás. El bloqueo de los puertosasturianos y la presencia del ejército deÁfrica significaría el final de larevolución pero aún fue necesaria otrasemana más para acabar con los focosde resistencia de los insurrectos.
El 16 de octubre de 1934, a unashoras de su derrota definitiva, el Comité
Provincial Revolucionario lanzaba unmanifiesto donde volvía a incidir enalgunos de los aspectos fundamentalesde la sublevación:
«¡Obreros: en pie de guerra! ¡Sejuega la última carta!
»Nosotros organizamos sobre lamarcha el Ejército Rojo…
»Lo repetimos: En pie de guerra.¡Hermanos!, el mundo nos observa.España, la España productora, confía suredención a nuestros triunfos. ¡QueAsturias sea un baluarte inexpugnable!
»Y si su Bastilla fuera tan asediada,sepamos, antes que entregarla alenemigo, confundir a éste entre
escombros, no dejando piedra sobrepiedra.
»Rusia, la patria del proletariado,nos ayudará a construir sobre las cenizasde lo podrido el sólido edificio marxistaque nos cobije para siempre.
»Adelante la revolución. ¡Viva ladictadura del proletariado!»[86]
La sublevación armada que,alzándose contra el gobiernolegítimamente constituido de laRepública, había intentado aniquilar elsistema parlamentario e implantar ladictadura del proletariado habíafracasado en términos militares. Elbalance de las dos semanas de
revolución socialista-nacionalista eraciertamente sobrecogedor. Las fuerzasde orden público habían sufrido 324muertes y 903 heridos además de sietedesaparecidos. Entre los paisanos, losmuertos —causados por ambas partes—llegaban a 1051 y los heridos a 2051.Por lo que se refería a los dañosmateriales ocasionados por lossublevados habían sido muy cuantiososy afectado a 58 iglesias, 26 fábricas, 58puentes, 63 edificios particulares y 730edificios públicos. Además lossublevados habían realizado destrozosen 66 puntos del ferrocarril y 31 de lascarreteras. Asimismo ingresaron en
prisión unas quince mil personas por suparticipación en el alzamiento armadopero durante los meses siguientes fueronsaliendo en libertad en su mayor parte.Sin embargo, el mayor coste delalzamiento protagonizado por losnacionalistas catalanes, el PSOE, laCNT y, en menor medida, el PCE fuepolítico. Con su desencadenamiento, lasizquierdas habían dejado de manifiestoque la república parlamentaria carecíade sentido para ellas, que no estabandispuestas a aceptar el veredicto de lasurnas si les resultaba contrario, que suobjetivo era la implantación de ladictadura del proletariado —una meta
no tan claramente abrazada por losnacionalistas catalanes— y que, llegadoel caso, harían uso de la violenciaarmada para lograr sus objetivos. Seríaprecisamente el republicano Salvadorde Madariaga el que levantara acta de loque acababa de suceder con aquellarevolución frustrada de 1934:
«El alzamiento de 1934 esimperdonable. La decisión presidencialde llamar al poder a la CEDA erainatacable, inevitable y hasta debidadesde hace ya tiempo. El argumento deque el señor Gil-Robles intentabadestruir la Constitución para instaurar elfascismo era, a la vez, hipócrita y falso.
Con la rebelión de 1934, la izquierdaespañola perdió hasta la sombra deautoridad moral para condenar larebelión de 1936»[87].
A partir de la sublevaciónsocialista-nacionalista de 1934 quedóde manifiesto que las izquierdas norespetarían la legalidad republicanapero también se acrecentó el miedo delas derechas a un nuevo estallidorevolucionario que acabara con elsistema parlamentario y, exterminando asectores enteros de la población,desencadenara una revolución cruentacomo la sufrida por Asturias.Desgraciadamente, ambos temores se
verían confirmados antes de un bienio.
1936La batalla política que se extendió
desde el fracaso de la revolución de1934 hasta la llegada al poder delFrente Popular en febrero de 1936discurrió fundamentalmente en el terrenode la propaganda y fuera del parlamento.En teoría —y más si se atendía a lapropaganda de las izquierdas— elgobierno de centro derecha podría haberaniquilado poniéndolas fuera de la ley aformaciones como el PSOE, la CNT o laEs-quena Republicana que habían
participado abierta y violentamente enun alzamiento armado contra lalegitimidad y la legalidad republicanas.Sin embargo, la conducta seguida porlas derechas fue muy distinta.Ciertamente, el 2 de enero de 1935 seaprobó por ley la suspensión delEstatuto de Autonomía de Cataluña pero,a la vez, bajo su impulso tuvo lugar elúnico esfuerzo legal y práctico quemereció en todo el periodo republicanoel nombre de reforma agraria. Comoseñalaría el socialista Gabriel Mario deCoca, «los gobiernos derechistasasentaron a veinte mil campesinos, ybajo las Cortes reaccionarias de 1933 se
efectuó el único avance social realizadopor la República». No se redujo a esosu política. Federico Salmón, ministrode Trabajo, y Luis Lucia, ministro deObras Públicas, redactaron un «granplan de obras pequeñas» para paliar elparo; se aprobó una nueva ley dearrendamientos urbanos que defendía alos inquilinos; se inició una reformahacendística de calado debida a JoaquínChapaprieta y encaminada a lograr lanecesaria estabilización; y Gil-Robles,ministro de la Guerra, llevó a cabo unareforma militar de enorme relevancia.Consideradas con perspectiva histórica,todas estas medidas denotaban un
impulso sensato por abordar losproblemas del país desde unaperspectiva más basada en el análisistécnico y especializado que en elseguimiento de recetas utópicas. Fueprecisamente desde el terreno de lasutopías izquierdistas y nacionalistasdesde donde se planteó la obstrucción atodas aquellas medidas a la vez que selanzaba una campaña propagandísticadestinada a desacreditar al gobierno ysustentada en los relatos, absolutamentedemagógicos, de las atrocidadessupuestamente cometidas por las fuerzasdel orden en el sofocamiento de larevolución de octubre.
A lo anterior se unió en septiembrede 1935 el estallido del escándalo delestraperlo. Strauss y Perl, los personajesque le darían nombre, eran doscentroeuropeos que habían inventado unsistema de juego de azar que permitíahacer trampas con relativa facilidad. Suaprobación se debió a la connivencia dealgunos personajes vinculados aLerroux, el dirigente del PartidoRadical. Los sobornos habían alcanzadola cifra de cinco mil pesetas y algunosrelojes pero se convertirían en unescándalo que, hábilmente aireado,superó con mucho la gravedad delasunto. Strauss amenazó, en primer
lugar, con el chantaje a Lerroux y cuandoéste no cedió a sus pretensiones, sedirigió a Alcalá Zamora, el presidentede la República. Alcalá Zamora discutióel tema con Indalecio Prieto y Azaña y,finalmente, desencadenó el escándalo.Como señalaría lúcidamente JosepP1a[88], la administración de justicia nopudo determinar responsabilidad legalalguna —precisamente la que habríaresultado interesante— pero en unasesión de Cortes del 28 de octubre seprodujo el hundimiento político delPartido Radical, una de las fuerzasesenciales en el colapso de lamonarquía constitucional y el
advenimiento de la república menos decuatro años antes. La CEDA quedabaprácticamente sola en la derecha frente aunas izquierdas poseídas de unacreciente agresividad. Porque no setrataba únicamente de propaganda ydemagogia. Durante el verano de 1935,el PSOE y el PCE —que en julio yahabía recibido de Moscú la consigna deformación de frentes populares—desarrollaban contactos para unaunificación de acciones[89]. En paralelo,republicanos y socialistas discutían laformación de milicias comunes mientraslos comunistas se pronunciaban a favorde la constitución de un ejército rojo. El
14 de noviembre, Azaña propuso a laejecutiva del PSOE una coaliciónelectoral de izquierdas. Acababa denacer el Frente Popular. En esos mismosdías, Largo Caballero salía de la cárcel—después de negar cínicamente suparticipación en la revolución deoctubre de 1934— y la sindicalcomunista CGTU entraba en la UGTsocialista.
El año 1935 concluyó con eldesahucio del poder de Gil-Robles; conuna izquierda que entrenaba milicias yestaba decidida a ganar las siguienteselecciones para llevar a cabo lacontinuación de la revolución de octubre
de 1934; y con reuniones entreChapaprieta y Alcalá Zamora para crearun partido de centro en torno a PortelaValladares que atrajera un votomoderado preocupado por laagresividad de las izquierdas y unaposible reacción de las derechas. Ésta,de momento, parecía implanteable. LaFalange, el partido fascista de mayoralcance, era un grupo minoritario[90]; loscarlistas y otros grupos monárquicoscarecían de fuerza y, en el ejército,Franco insistía en rechazar cualquiereventualidad golpista a la espera de laforma en que podría evolucionar lasituación política. Así, al insistir en que
no era el momento propicio, impidió lasalida golpista[91]. Cuando el 14 dediciembre, Portela Valladares formógobierno era obvio que se trataba de ungabinete puente para convocarelecciones. Finalmente, Alcalá Zamoradisolvió las Cortes (la segunda vezdurante su mandato lo que implicaba unaviolación flagrante de la Constitución) yconvocó elecciones para el 16 defebrero de 1936 bajo un gobiernopresidido por Portela Valladares.
El 15 de enero de 1936, se firmó elpacto del Frente Popular como unaalianza de fuerzas obreras y burguesascuyas metas no sólo no eran iguales sino
que, en realidad, resultabanincompatibles. Los republicanos comoAzaña y el socialista Prieto perseguíanfundamentalmente regresar al punto departida de abril de 1931 en el que lahegemonía política estaría en manos delas izquierdas. Para el resto de lasfuerzas que formaban el Frente Popular,especialmente la aplastante mayoría delPSOE y el PCE, se trataba tan sólo de unpaso intermedio en la lucha hacia laaniquilación de la República burguesa yla realización de una revolución quedesembocara en una dictadura obrera. SiLuis Araquistáin insistía en hallarparalelos entre España y la Rusia de
1917 donde la revolución burguesa seríaseguida por una proletaria[92], LargoCaballero difícilmente podía ser másexplicito sobre las intenciones delPSOE. En el curso de una convocatoriaelectoral que tuvo lugar en Alicante, elpolítico socialista afirmó:
«Quiero decirles a las derechas quesi triunfamos colaboraremos connuestros aliados; pero si triunfan lasderechas nuestra labor habrá de serdoble, colaborar con nuestros aliadosdentro de la legalidad, pero tendremosque ir a la guerra civil declarada.
»Que no digan que nosotros decimoslas cosas por decirlas, que nosotros lo
realizamos»[93]
Tras el anuncio de la voluntadsocialista de ir a una guerra civil siperdía las elecciones, el 20 de enero,Largo Caballero señalaba en un mitincelebrado en Linares:
«[…] la clase obrera debeadueñarse del poder político,convencida de que la democracia esincompatible con el socialismo, y comoel que tiene el poder no ha de entregarlovoluntariamente, por eso hay que ir a larevolución»[94].
El 10 de febrero de 1936, en elCinema Europa, Largo Caballero volvíaa insistir en sus tesis revolucionarias y
antidemocráticas:«[…] la transformación total del
país no se puede hacer echandosimplemente papeletas en las urnas…estamos ya hartos de ensayos dedemocracia; que se implante en el paísnuestra democracia»[95]
No menos explícito sería elsocialista González Peña al indicar lamanera en que se comportaría el PSOEen el poder:
«[…] la revolución pasada [la deAsturias] se había malogrado, a mijuicio, porque más pronto de lo quequisimos surgió esa palabra que lostécnicos o los juristas llaman
«juridicidad». Para la próximarevolución, es necesario queconstituyéramos unos grupos que yodenomino «de las cuestiones previas».En la formación de esos grupos yo noadmitiría a nadie que supiese más de laregla de tres simple, y apartaría de esosgrupos a quienes nos dijesen quiéneshabían sido Kant, Rousseau y toda esaserie de sabios. Es decir, que esosgrupos harían la labor de desmoche, delabor de saneamientos, de quitar lasmalas hierbas, y cuando esta laborestuviese realizada, cuando estuviesenbien desinfectados los edificiospúblicos, seria llegado el momento de
entregar las llaves a los juristas».González Peña acababa de anunciar
todo un programa que se cumpliríaapenas unos meses después con lacreación de las checas.
Con no menos claridad seexpresaban los comunistas. En febrerode 1936, José Díaz[96] dejóinequívocamente de manifiesto que lameta del PCE era «la dictadura delproletariado, los soviets» y que susmiembros no iban a renunciar a ella.
De esta manera, aunque los firmantesdel pacto del Frente Popular (UniónRepublicana, Izquierda Republicana,PSOE, UGT, PCE, FJS, Partido
Sindicalista y POUM[97]) suscribían unprograma cuya aspiración fundamentalera la amnistía de los detenidos ycondenados por la insurrección de1934[98] —reivindicada como unepisodio malogrado pero heroico—algunos de ellos lo consideraban comoun paso previo, aunque indispensable, aldesencadenamiento de una revoluciónque liquidara a su vez la SegundaRepública incluso al costo de iniciaruna guerra civil contra las derechas.
También sus adversarios políticoscentraron buena parte de la campañaelectoral en la mención dellevantamiento armado de octubre de
1934. Desde su punto de vista, el triunfodel Frente Popular se traduciríainmediatamente en una repetición, aescala nacional y con posibilidades deéxito, de la revolución. En otraspalabras, no sería sino el primer pasohacia la liquidación de la república y laimplantación de la dictadura delproletariado.
Para colmo de males, las eleccionesde febrero de 1936 no sólo concluyeroncon resultados muy parecidos para losdos bloques sino que además estuvieroninficcionadas por la violencia, no sóloverbal, y el fraude en el conteo de lossufragios. Así, sobre un total de 9 716
705 votos emitidos[99], 4 430 322 fueronpara el Frente Popular; 4 511 031 paralas derechas y 682 825 para el centro.Otros 91 641 votos fueron emitidos enblanco o resultaron destinados acandidatos sin significación política.Sobre estas cifras resulta obvio que lamayoría de la población española sealineaba en contra del Frente Popular ysi a ello añadimos los fraudeselectorales encaminados a privar de susactas a diputados de centro y derechadifícilmente puede decirse que contaracon el respaldo de la mayor parte de lanación. A todo ello hay que añadir laexistencia de irregularidades en
provincias como Cáceres, La Coruña,Lugo, Pontevedra, Granada, Cuenca,Orense, Salamanca, Burgos, Jaén,Almería, Valencia y Albacete entre otrascontra las candidaturas de derechas.Finalmente, este cúmulo deirregularidades se convertiría en unaaplastante mayoría de escaños para elFrente Popular.
En declaraciones al Journal deGeneve[100], sería nada menos que elpresidente de la República NicetoAlcalá Zamora el que reconociera lapeligrosa suma de irregularidadeselectorales:
«A pesar de los refuerzos
sindicalistas, el Frente Popular obteníasolamente un poco más, muy poco; dedoscientas actas, en un Parlamento de473 diputados. Resultó la minoría másimportante pero la mayoría absoluta sele escapaba. Sin embargo, logróconquistarla consumiendo dos etapas atoda velocidad, violando todos losescrúpulos de legalidad y de conciencia.
»Primera etapa: Desde el 17 defebrero, incluso desde la noche del 16,el Frente Popular, sin esperar el fin delrecuento del escrutinio y laproclamación de los resultados, la quedebería haber tenido lugar ante lasJuntas Provinciales del Censo en el
jueves 20, desencadenó en la calle laofensiva del desorden, reclamó el poderpor medio de la violencia. Crisis:algunos gobernadores civiles dimitieron.A instigación de dirigentesirresponsables, la muchedumbre seapoderó de los documentos electorales:en muchas localidades los resultadospudieron ser falsificados.
»Segunda etapa: Conquistada lamayoría de este modo, fue fácil hacerlaaplastante. Reforzada con una extrañaalianza con los reaccionarios vascos, elFrente Popular eligió la Comisión deValidez de las actas parlamentarias, laque procedió de una manera arbitraria.
Se anularon todas las actas de ciertasprovincias donde la oposición resultóvictoriosa; se proclamaron diputados acandidatos amigos vencidos. Seexpulsaron de las Cortes a variosdiputados de las minorías. No se tratabasolamente de una ciega pasión sectaria;hacer en la Cámara una convención,aplastar a la oposición y sujetar el grupomenos exaltado del Frente Popular.Desde el momento en que la mayoría deizquierdas pudiera prescindir de él, estegrupo no era sino el juguete de laspeores locuras.
»Fue así que las Cortes prepararondos golpes de Estado parlamentarios.
Con el primero, se declararon a símismas indisolubles durante la duracióndel mandato presidencial. Con elsegundo, me revocaron. El últimoobstáculo estaba descartado en elcamino de la anarquía y de todas lasviolencias de la guerra civil».
Las elecciones de febrero de 1936se habían convertido ciertamente en laantesala de un proceso revolucionarioque había fracasado en 1917 y 1934 apesar de su avance notable en 1931. Así,aunque el gobierno quedó constituidopor republicanos de izquierdas bajo lapresidencia de Azaña para dar unaapariencia de moderación, no tardó en
lanzarse a una serie de actos de dudosalegalidad que formarían parte esencialde la denominada «primavera trágica de1936». Mientras Lluís Companys, elgolpista de octubre de 1934, regresabaen triunfo a Barcelona para hacerse conel gobierno de la Generalidad, losdetenidos por la insurrección deAsturias eran puestos en libertad encuarenta y ocho horas y se obligaba a lasempresas en las que, en no pocasocasiones, habían causado desmanes eincluso homicidios a readmitirlos. Enparalelo, las organizaciones sindicalesexigían en el campo subidas salarialesde un cien por cien con lo que el paro se
disparó. Entre el 1 de mayo y el 18 dejulio de 1936, el agro sufrió 192huelgas. Más grave aún fue que el 3 demarzo los socialistas empujaran a loscampesinos a ocupar ilegalmente variasfincas en el pueblo de Cenicientos. Fueel pistoletazo de salida para que laFederación Socialista de Trabajadoresde la Tierra se lanzara a destruircualquier vestigio de legalidad en elcampo. El 25 del mismo mes, sesentamil campesinos ocuparon tres mil fincasen Extremadura, un acto legalizado aposteriori por un gobierno incapaz demantener el orden público.
El 5 de marzo Mundo Obrero,
órgano del PCE, abogaba, pese a losuscrito en el pacto del Frente Popularpor el «reconocimiento de la necesidaddel derrocamiento revolucionario de ladominación de la burguesía y lainstauración de la dictadura delproletariado en la forma de soviets».
En paralelo, el Frente Popularimponía una censura de prensa sinprecedentes y procedía a una destituciónmasiva de los ayuntamientos queconsideraba hostiles o simplementeneutrales. El 2 de abril, el PSOEllamaba a los socialistas, comunistas yanarquistas a «constituir en todas partes,conjuntamente y a cara descubierta, las
milicias del pueblo». Ese mismo día,Azaña chocó con el presidente de laRepública, Alcalá Zamora, y decidióderribarlo con el apoyo del FrentePopular. Lo consiguió el 7 de abrilalegando que había disueltoinconstitucionalmente las Cortes dosveces y logrando que las Cortes lodestituyeran con solo cinco votos encontra. Por una paradoja de la Historia,Alcalá Zamora se veía expulsado de lavida política por sus compañeros deconspiración de 1930-1931 y con elpretexto del acto suyo que,precisamente, les había abierto elcamino hacia el poder en febrero de
1936. Las lamentaciones posteriores delpresidente de la República nocambiarían en absoluto el juicio quemerece por su responsabilidad en todolo sucedido durante aquellos años. El 10de mayo de 1936, Azaña fue elegidonuevo presidente de la República. Tantopara el PSOE y el PCE como para lasderechas, el nombramiento fueinterpretado como carente de valorsalvo en calidad de paso hacia larevolución. Así, mientras en la primerasemana de marzo, se planteaba en unareunión de generales[101] la realizaciónde «un alzamiento que restableciera elorden en el interior y el prestigio
internacional en España» y durante elmes de abril, Mola se hacía cargo de ladirección del futuro golpe; LargoCaballero afirmaba sin rebozo que elpresente régimen no podía continuar. Laresuelta actitud del dirigente del PSOEtuvo entre otras consecuencias la deimpedir que, por falta del apoyo de sugrupo parlamentario, Indalecio Prietoformara gobierno y que Azaña tuvieraque encomendar esa misión a CasaresQuiroga.
El mes de junio iba a comenzar conel desencadenamiento de una huelgageneral de la construcción en Madridconvocada por la CNT con intención de
vencer a la rival UGT. La accióncenetista se tradujo en conseguir el parode ciento cincuenta mil obreros en unascondiciones de tanto extremismo queignoraría el estallido de la guerra civilen julio y se mantendría hasta el 4 deagosto de 1936. El día 5 de junio, elgeneral Mola emitía una circular en laque señalaba que el directorio militarque se instauraría después del golpecontra el gobierno del Frente Popularrespetaría el régimen republicano. Lagravedad de la situación provocaba quela tesis de Mola fuera ganando adeptospero entre ellos no se encontrabatodavía Franco que esperaba una
reorientación pacífica y dentro de lalegalidad de las acciones del gobierno.
Se trataba de una espera vanaporque el 10 de junio, el gobierno delFrente Popular dio un paso más en elproceso de aniquilación del sistemademocrático al crear un tribunalespecial para exigir responsabilidadespolíticas a jueces, magistrados yfiscales. Compuesto por cincomagistrados del Tribunal Supremo ydoce jurados, no sólo era un precedentede los que serían los tribunalespopulares durante la guerra civil sinotambién un claro intento de aniquilar laindependencia judicial para someterla a
los deseos y objetivos políticos delFrente Popular.
El 16 de junio, Gil-Roblesdenunciaba ante las Cortes el estado decosas iniciado tras la llegada del FrentePopular al gobierno. Entre los desmanesacaecidos entre el 16 de febrero y el 15de junio se hallaban la destrucción de196 iglesias, de 10 periódicos y de 78centros políticos, así como 192 huelgasy 334 muertos, un número muy superioral de los peores años del pistolerismo.El panorama era ciertamente alarmante yla sesión de las Cortes fue de una durezaextraordinaria por el enfrentamientoentre la «media España que se resiste a
morir» y la que estaba dispuesta acausarle esa muerte. Calvo Sotelo, porejemplo, abandonó la sede de las Cortescon una amenaza de muerte sobre sucabeza que no tardaría en convertirse enrealidad.
Entre el 20 y el 22 de junio, uncongreso provincial del PCE celebradoen Madrid reveló que el partido contabaen la capital con unas miliciasantifascistas obreras y campesinas —lasMAOC— que disponían de dos milmiembros armados. Se trataba de unpequeño ejército localizado en Madrid ala espera de llevar a cabo la revoluciónproletaria.
El 23 de junio, el general Franco,que seguía manifestando una posturadubitativa frente a la posibilidad de unasublevación militar, envió una cartadirigida a Casares Quirogaadvirtiéndole de la tragedia que seavecinaba e instándole a conjurarla. Eltexto ha sido interpretado de diversasmaneras y, en general, los partidarios deFranco han visto en él un último intentode evitar la tragedia mientras que susdetractores lo han identificado con undeseo de obtener recompensasgubernamentales que habría rayado ladelación. Seguramente, se trató delúltimo cartucho que Franco estaba
dispuesto a quemar en pro de una salidalegal a la terrible crisis que atravesabala nación. Al no obtener respuesta, sesumó a la conspiración contra elgobierno del Frente Popular. Era uno delos últimos pero su papel resultaríaesencial.
Desde luego, el enorme grado dedescomposición sufrido por lasinstituciones republicanas y por la vidasocial no se escapaba a los viajeros ydiplomáticos extranjeros a su paso porEspaña. Shuckburgh, uno de losfuncionarios especializados en temasextranjeros del Foreign Office británico,señalaba en una minuta del 23 de marzo
de 1936:«[…] existen dudas serias de que las
autoridades, en caso de emergencia,estén realmente en disposición deadoptar una postura firme contra laextrema izquierda, que ahora se dirigecon energía contra la religión y lapropiedad privada. Las autoridadeslocales, la policía y hasta los soldadosestán muy influidos por ideassocialistas, y a menos que se le someta auna dirección enérgica es posible quemuy pronto se vean arrastradas porelementos extremistas hasta que resultedemasiado tarde para evitar unaamenaza seria contra el Estado»[102].
Sir Henry Chilton, el embajadorbritánico en Madrid, iba todavía máslejos en sus opiniones. En un despachodirigido el 24 de marzo de 1936 aAnthony Eden le indicaba que sólo laproclamación de una dictadura podríaevitar que Largo Caballerodesencadenase la revolución ya que eldirigente del PSOE tenía la intenciónclara de «derribar al presidente y algobierno de la República e instaurar unrégimen soviético en España». Parajustificar ese paso, Largo Caballerotenía intención de aprovechar lacelebración de las eleccionesmunicipales en abril[103]. Sin embargo,
el gobierno —que recordaba otraselecciones municipales celebradas enabril y sus resultados— optó por aplazarla convocatoria electoral.
El 13 de abril, el historiador ArthurBryant, amigo personal del primerministro Baldwin, le escribía una cartaen la que describía una Españasumergida ya en la revolución:
«En España las cosas están bastantepeor de lo que aquí se cree. En lasgrandes ciudades y centros turísticosestá escondida pero en el resto de loslugares la revolución ya ha comenzado.Hice cinco mil millas por España y,salvo en Cataluña, en las paredes de
todos los pueblos que visité había hocesy martillos, y en sus calles pude ver lossignos innegables de un profundo odiode clases, fomentado por la agitacióncreciente de agentes soviéticos»[104].
El 1 de mayo, Chilton remitía a Edenun nuevo despacho en el que ledescribía los paralelismos entre lasituación española y la rusa conanterioridad al golpe bolchevique deoctubre de 1917. Como Kérensky, elactual gobierno era sólo un paso hacia larevolución comunista:
«[…] la perniciosa propagandacomunista se está inoculando en losjóvenes de la nación… Peor todavía fue
la sensación de que el gobierno español,débil y cargado de dudas, había dejadoel poder en manos del proletariado»[105].
A mediados del mes siguiente,Norman King, el cónsul británico enBarcelona, enviaba otro informerealmente alarmante:
«España se encuentra otra vez alborde del caos si es que ya no está en él[…] Actualmente, toda la tendencia enEspaña da la sensación de ser centrifuga[…] El gobierno conoce el peligro yestá tratando de reafirmar su autoridad.Puede que tenga un éxito pasajero perotiene en contra la situación y suspartidarios de la extrema izquierda
parecen encontrarse ya fuera de control[…] si la actual situación de disturbiosconduce a la guerra civil, lo que no esimprobable, los extremistas de izquierdaganarán la partida»[106].
El deterioro del Estado de derechoera tan acusado en España que elWestern Department del Foreign Officebritánico encargó a Montagu-Pollock uninforme al respecto. El resultado fue una«Nota sobre la evolución reciente enEspaña». El documento tiene unaenorme importancia porque en el mismose describe cómo la nación atravesabapor una «fase Kérensky» previa alestallido de una revolución similar a la
rusa de octubre de 1917. Entresacamosalgunos párrafos de este documentocrucial:
«Desde las elecciones la situaciónen todo el país se ha deteriorado demanera constante. El gobierno, en unintento cargado de buenas intenciones decumplir las promesas electorales, y bajofuerte presión de la izquierda, hapromulgado un conjunto de leyes quehan provocado un estado crónico dehuelgas y cierres patronales y lapráctica paralización de buena partede la vida económica del país»[107].
Montagu-Pollock indicaba ademásque el PSOE se hallaba en el bando
«extremista», que «los comunistas hanestado armándose con diligenciadurante este tiempo y fortaleciendo suorganización», que no había «señalesde mejora de la situación» y que «lasposibilidades de supervivencia delgobierno parlamentario se hacen muydébiles». De especial interés resultabaasimismo la pérdida de independenciadel poder judicial:
«en muchos lugares, a causa delsentimiento de miedo y confusión creadopor la desaparición de la autoridad, elcontrol del gobierno local, de lostribunales de justicia, etcétera, ha caídoen manos de las minorías de extrema
izquierda».Por si todo lo anterior fuera poco
para convencer al gobierno británico deque en España la revolución ya habíacomenzado y sólo esperaba el mejormomento para estallar con toda suvirulencia, el 2 de julio fue asesinado enBarcelona Joseph Mitchell Hood,director de una fábrica textil que sufríaun conflicto laboral. El crimen provocóla previsible inquietud en la coloniabritánica en la Ciudad Condal y lasautoridades diplomáticas del ReinoUnido hicieron entrega de sendas notasde protesta al gobierno nacional y al dela Generalidad. Sin embargo, no se
trataba de un caso aislado sino de unamanifestación —de las que losespañoles sufrían centenares— delclima creado por las fuerzas del FrentePopular. Durante el mes de julio, LargoCaballero realizó algunas declaracionesante la prensa londinense que no podíansino confirmar la tesis Kérensky de queel actual gobierno sólo era un pasoprevio a un golpe de izquierdas quedesatara la revolución e instaurara ladictadura, tal y como había sucedido enRusia:
«Deseamos ayudar al gobierno en larealización de su programa; lecolocamos donde está sacrificando
nuestra sangre y libertad; no creemosque triunfe; y cuando fracase nosotros losustituiremos y entonces se llevará acabo nuestro programa y no el suyo…sin nosotros los republicanos no puedenexistir, nosotros somos el poder y si lesretiramos el apoyo a los republicanos,tendrán que marcharse»[108].
Difícilmente hubiera podidoexpresarse con mayor claridad LargoCaballero en cuanto a las intencionesdel PSOE, a la sazón el partido másimportante en el seno del FrentePopular.
Los acontecimientos iban a enlazarsea un ritmo acelerado en los días
siguientes. El 11 de julio de 1936,despegaba el Dragon Rapide encargadode recoger a Franco para queencabezara el golpe militar en África. El12, un grupo derechista asesinó alteniente de la Guardia de Asalto, Josédel Castillo, cuando abandonaba sudomicilio. La respuesta de loscompañeros del asesinado fuefulminante. Varios guardias de asalto defiliación socialista y muy relacionadoscon Indalecio Prieto se dirigieron a lacasa de Gil-Robles. Al no encontrarloen su domicilio, se encaminaronentonces al de Calvo Sotelo. Allí loaprendeherían, para después asesinarlo
y abandonar su cadáver en elcementerio.
El hecho de que el asesinato deCalvo Sotelo hubiera sido predicho enuna sesión de las Cortes sólo sirvió paraconvencer a millones de personas deque el gobierno y las fuerzas que lorespaldaban en el parlamento perseguíaponer en marcha a escala nacional unosacontecimientos semejantes a los quehabía padecido Asturias durante el mesde octubre de 1934 y, de manera lógica,contribuyó a limar las últimasdiferencias existentes entre aquellos quepreparaban un golpe contra el FrentePopular. El 14 de julio, Mola concluyó
el acuerdo definitivo con lostradicionalistas, mientras José Antonio,el dirigente de Falange que estabaencarcelado desde primeros de año,enviaba desde la prisión de Alicante aun enlace (Garcerán) para quepresionara en favor de adelantar elgolpe. Dos días después, Gil-Roblesafirmó ante las Cortes que no creía queel gobierno estuviera implicado en lamuerte de Calvo Sotelo, pero que loconsideraba responsable moral ypolíticamente. El gobierno, por su parte,estaba al tanto de los preparativos degolpe pero creía que la táctica mejorsería esperar a que se produjera para
luego sofocarlo como el 10 de agosto de1932. También lo ansiaban las fuerzasdel Frente Popular que creían en unarápida victoria en una guerra civil quehabían contribuido decisivamente adesatar, en especial desde 1934. Paraellas, 1936 iba a ser la consumación deuna forma de pensamiento que seconsideraba hiperlegitimada, quedespreciaba el sistema parlamentario enla medida en que no respaldara laimplantación de sus respectivas teorías,que ya había aniquilado un sistemaconstitucional y que se aprestaba adestruir otro más en la certeza de que eltriunfo se hallaba más cerca que nunca.
Esa cosmovisión antisistema yantiparlamentaria incluía entre suscaracterísticas la del exterminio deladversario considerando como tal asegmentos íntegros de la población. Entan sólo unos días así lo llevaría a caboy para conseguir sus metas convertiríalas checas en un instrumentoprivilegiado.
Parte II
DEL FINAL DELESTADO
REPUBLICANO ALESTABLECIMIENTO
DE LAS CHECAS
1
La revolución aniquilael estado republicano
El final de la SegundaRepública
El levantamiento del 18 de julio de1936 ni puso fin a la República —adecir verdad, no eran pocos los alzadosfavorables a la forma de estadorepublicana— ni desencadenó unarevolución en la que se venía soñando
desde el siglo anterior y a cuyaconsumación se aspiraba desde iniciosdel siglo XX. Sí proporcionó empero lacoartada para consumarla aniquilando almismo tiempo unas estructurasparlamentarias que no habían sidoamadas ni respetadas durante el lustrorepublicano. Precisamente porque sedaban esos antecedentes históricos nopuede extrañar que los asesinatos ymatanzas perpetrados en la zona situadaaún bajo el control del Frente Popular seencuadraran en circunstancias muyconcretas. La primera fue su realizacióna cargo de personas integradas enorganizaciones que desde hacía décadas
consideraban moralmente licita laeliminación física del adversariopolítico; la segunda, el hecho de queesas matanzas no respetaran lasgarantías más elementales de la justiciaen la medida en que se considerabaninvestidas y legitimadas por una formade justicia superior, la «justiciarevolucionaria»; la tercera, el carácterfrecuentemente masivo e indiscriminadode los asesinatos ya que aquellos aquienes se arrancaba la vida eranacusados no tanto de la comisión deacciones contrarias a la ilegalidad comode la pertenencia a un grupo al que sehabía destinado al exterminio; la cuarta,
la colaboración de elementos que nopocas veces eran extraídos de ladelincuencia común pero a los que seaceptaba gustosamente en las filas de larepresión por considerarlos miembrosde la misma clase e incluso víctimassociales de los que debían serexterminados y quinta, la pasividad —cuando no aquiescencia— de lasautoridades ante las tropelías que secometían en buena medida porqueconsideraban que en ellas existía algúntipo de justificación moral.
El 18 de julio, José Giral, nuevopresidente del Consejo de Ministros, diola orden de entregar armas al pueblo, un
eufemismo que, en realidad, identificabaal pueblo con los sindicatos y lospartidos de izquierdas que tanto habíancontribuido a desestabilizar el sistemarepublicano desde 1931. Mientras losanarquistas difundían un llamamiento atomar las armas[109], socialistas ycomunistas se apoderaban de las quehasta ese momento habían estado enmanos del ejército. La única condiciónpara entregar un fusil era, según eltestimonio del comunista Tagüeña, «ladocumentación de un partido deizquierdas»[110]. Semejante quiebra delmonopolio de la fuerza que,legítimamente, ha de estar en manos del
Estado y su sustitución por la acción demilicias de diversa índole, estaba en lamente de las fuerzas del Frente Populardesde hacía años, como hemos tenidoocasión de ver, pero ahora originóconsecuencias inmediatas. Comoindicaría Pedro Mateo Merino, uno delos futuros combatientes en la batalla delEbro, «la circulación de las calles»quedó en manos de estos gruposdesprovistos de respaldo legal alguno yel «tránsito» se hizo «difícil ypeligroso» para los que no tenían alguna«identificación inconfundible de algúnorganismo politico o sindical»[111].Como en Asturias en 1934, un conjunto
de grupos revolucionarios se habíahecho con el control de la calleutilizando como única legitimación lafuerza y poniendo en peligro la vida detodos aquellos a los que noconsideraban de los suyos.
También como en 1934 —y 1931—se produjeron inmediatamente ataquescontra los lugares de culto católicos. Enel barrio de Torrijos, ante la iglesia delos dominicos, los milicianos armadoscon pistolas y mosquetones laemprendieron a tiros con los fieles —entre los que se encontraban loshermanos Serrano Súñer que acudían auna misa en sufragio por el alma de su
padre fallecido unos días antes—cuando éstos abandonaban el templo.Mientras intentaban escapar de losdisparos saliendo por las puertaslaterales o descolgándose por lasventanas, varios de ellos encontraron lamuerte o fueron heridos[112]. No setrataba de un episodio aislado. En lacalle de Atocha, dos sacerdotes quevenían de celebrar misa fueronperseguidos por la turba que losamenazaba. Incidentes semejantestuvieron lugar en las calles deHortaleza, de Hermosilla, de EloyGonzalo, de las Huertas, de Segovia, enla plaza del Progreso, en el paseo del
Cisne y el de las Delicias…En buena medida, el día 19 se
convirtió en un verdadero punto deinflexión revolucionaria. Así se llevó acabo otra medida que también gozó delrespaldo del gobierno y que, igualmente,vulneraba el principio de legalidad. Éstano fue otra que la puesta en libertad debuen número de presos comunessimpatizantes del Frente Popular. Cuestadudar que el gobierno pretendíacongraciarse así la simpatía de lospartidos y sindicatos que constituían labase social del Frente Popular pero, almismo tiempo, resulta innegable que deesa manera liberaba a un conjunto de
delincuentes que, unidos a la causa de larevolución, difícilmente iban a tener unaactuación sometida a los principios máselementales de la legalidad y de lajusticia.
Aquel mismo día —en el curso delcual no menos de una cincuentena deiglesias fueron incendiadas en Madrid—se produjo además el inicio delexterminio de los elementosconsiderados peligrosos. Los primerosasesinatos tuvieron como víctimas a dosmuchachos de veintiuno y veintidósaños, el hermano profeso ManuelTrachiner Montaña y el hermano novicioVicente Cecilia Gallardo, que
pertenecían a la congregación de lospadres paúles de Hortaleza donde seencargaban de tareas relacionadas conla carpintería. Recibidas las primerasnoticias de ataques contra lugares deculto, los superiores de los hermanosTrachiner y Cecilia les entregaron algúndinero invitándoles a abandonar lacongregación a la vez que instándoles aque no llevaran en su equipaje nada quedelatara su relación con el clero.Detenidos por un control, al no contarcon un carnet de alguna de las fuerzasque componían el Frente Popular, se lesretuvo y al descubrirse que llevaban enlas maletas dos sotanas se procedió a
asesinarlos en el cementerio deCanillas. Daba inicio así unapersecución religiosa que se cobraría lavida de millares de clérigos y decenasde miles de laicos y cuyo únicoprecedente aproximado se hallaría, antesdel siglo XX, en la terrible persecucióncontra los cristianos desencadenada porel emperador Diocleciano.
Aquel mismo día 19 los milicianosdieron muerte al capitán retirado deingenieros Prieto, al teniente SánchezAguiló también de ingenieros y elcomandante Clavijo de ingenieros al quese asesinó en el interior de unaambulancia que lo trasladaba al hospital
Gómez Ulla. En ningún caso se instruyócausa ni tampoco la detención seprodujo en un marco legal. Todavíaantes de incluir la jornada, hallarían lamuerte tres civiles —uno de ellos MaríaGarcía Martínez de setenta años de edad— en cuyo asesinato también brilló porsu ausencia la menor apariencia delegalidad.
Si desde la victoria del FrentePopular había resultado discutible elcarácter legal de muchas de susactuaciones, si no pocas de las accionesemprendidas por las organizaciones quelo formaban habían sido ejecutadas encontra de la legislación y de los
principios más elementales del derecho,a mediados de julio de 1936 se produjoun salto cualitativo de enormeimportancia. La autoridad del gobiernorepublicano saltó por los aires —salvoen aquellas cuestiones que los grupos deizquierdas estaban dispuestos a secundarcomo la liberación de los presoscomunes simpatizantes o la toma de lasarmas del ejército— y se vio sustituidaen las calles por la revolución. Enapenas unas semanas, el gobiernorepublicano sería tambiénrevolucionario y estaría presidido poruno de los defensores más denodados dela revolución. Para ese entonces sólo se
consagraría formalmente una realidadterrible acontecida ya el 19 de julio, lade que la Segunda República habíamuerto. El comunista Tagüeña daríatestimonio de esa realidad de unamanera que apenas admite discusión:
«La situación real que podíaobservar el que mirase a la calle es quehabía terminado la Segunda República[…] Cada grupo con sus objetivos, susprogramas y sus fines diferentes y muypronto cada uno con sus unidades demilicias, sus policías, sus intendencias yhasta sus finanzas. En cuanto a losrepublicanos, habían sido barridos porlos acontecimientos y muy poco iban a
significar durante toda la guerra»[113].La misma prensa no ocultaría
durante las semanas siguientes esaindiscutible realidad. El 4 de agosto de1936 Artigas Arpón señalaba en ABCcomo «ahora» se estaba «ganando laRepública» diferente de la del 14 deabril de 1931. En el mismo periódicoindicaba Augusto Vivero el 8 de agostode 1936 que «al fin, la República va aser republicana», fundamentalmenteporque sectores enteros de la poblaciónno tendrían parte en ella. Precisamentepor esta razón, había «de impedirse quelos echados por la puerta retornen por laventana».
Ciertamente, la Segunda Repúblicahabía concluido y en apenas unas horaslos asesinatos aislados —pero yaobvios en sus objetivos— dejarían pasoa una política masiva de exterminio deladversario.
La primera matanza generalen Madrid
A media mañana del 19 de julio de1936, el golpe militar que pretendíaderrocar al gobierno del Frente Popularhabía triunfado en todas partes donde sehabía producido. Marruecos, Canarias,Sevilla ciudad y los ámbitos de las
Divisiones 5, 6 y 7 (19) estabancontrolados en mayor o menor medidapor los alzados. Incluso el generalGoded había declarado el estado deguerra en Palma de Mallorca en lamadrugada del día 19 y daba laimpresión de que todo el archipiélagode las Baleares se sumaría a lasublevación. Paradójicamente, en elmomento de mayor éxito de los rebeldesfue cuando se produjo una serie deacontecimientos que abortaron el triunfofinal del golpe. El primer revés deconsideración tuvo lugar en Barcelona,una plaza que no sólo era cabecera de la4.ª División sino que además tenía una
enorme importancia por el número defuerzas acuarteladas en la misma. Lahistoria posterior insistiría en que elpueblo armado con el anarquista Durrutia la cabeza había sofocado el golpe. Laverdad sería que las fuerzas policialesdel coronel Escobar que, católico muypiadoso, se mantuvo fiel al gobierno,tuvieron el mérito de abortar lasublevación. Ésta además estuvomarcada por un conjunto de errorestácticos que se repetirían en la ciudaddecisiva para la victoria de losrebeldes: Madrid.
La guarnición acantonada en lacapital de España era, con la excepción
de la ubicada en Marruecos, la másnumerosa de la nación. Posiblemente, dehaber actuado los mandos de la rebelióncon rapidez ocupando los puntosprincipales de la ciudad el éxito hubieraestado al alcance de su mano. Si no fueasí hay que atribuirlo en no escasamedida al encargado de ejecutar losplanes de la sublevación. Había nacidoen 1880 y se llamaba Joaquín FanjulGoñi. Perteneciente al arma deinfantería, contaba con una ampliaexperiencia militar en Cuba y Marruecosaunque, a decir verdad, su currículumsobrepasaba ampliamente el artecastrense. Licenciado en derecho —e
incluso durante una época abogado enejercicio—, había formado parte delgrupo conservador y regeneracionista deMaura llegando a obtener un acta dediputado en 1919 por la provincia deCuenca. Asistió al final de la monarquíade Alfonso XIII desde la distancia perola proclamación de la República lehabía devuelto a la vida política.Diputado en 1931 y 1933, Gil-Robles, ala sazón ministro de la Guerra, le habíanombrado subsecretario de sudepartamento desde donde habíarecuperado a militares que habíanabandonado el ejército por diferenciascon la política del gabinete de
izquierdas de Azaña. Fanjul habíaasistido con verdadero horror allevantamiento del PSOE y de losnacionalistas catalanes contra elgobierno de centro derecha en octubrede 1934 y como muchos llegó a laconclusión de que una nueva victoria delas izquierdas aliadas con losnacionalistas significaría el final delorden legal y el inicio de un procesorevolucionario tal y como habíaanunciado el socialista Largo Caballero.Tras el triunfo del frente electoral enfebrero de 1936, Fanjul entró encontacto con Mola y otros conjuradospara participar en lo que luego sería el
golpe de julio de 1936. A esas alturas—a diferencia de lo que sucedía conMola o Franco— Fanjul había perdidolos reflejos indispensables para ungolpe de Estado. En lugar de actuar conrapidez sacando las tropas afines a lacalle y ocupando los puntos neurálgicosde la ciudad, se dirigió vestido depaisano al cuartel de la Montaña deMadrid para asumir el mando y allí optópor esperar la llegada de refuerzosprocedentes de las columnas alzadas enBurgos y Valladolid. Ni siquiera llegó ahacer público un bando —que concluíacon un «Viva la República»— donde seanunciaba la sublevación. Semejante
pasividad resultó fatal. Las miliciasrepublicanas cercaron el cuartelemplazando contra él tres piezas deartillería que en la mañana del 20ocasionaron serios desperfectos en losmuros. Cuando se utilizó además laaviación para bombardear el lugar, losalzados decidieron rendirse.
Lo que sucedió a continuación habíatenido precedentes en los fusilamientosde prisioneros de guerra llevados a caboen Barcelona por las fuerzas del FrentePopular pero semejante circunstanciasólo sirve para aseverar lainterpretación que sostiene que, desde elpunto de vista revolucionario, el
asesinato del adversario se considerabatotalmente legitimado y que, como otrasacciones humanamente repulsivas, sellevaron a cabo por encima de lalegalidad republicana entonces vigente.De acuerdo con la misma, España sehallaba obligada por el ConvenioInternacional de la Haya de 29 de juniode 1899 sobre leyes y usos de la guerraterrestre donde se establecía que lasfuerzas armadas tienen derecho en casode captura al trato de los prisioneros deguerra que comprende «ser tratado conhumanidad», conservar como propiedad«todo lo que les pertenezcapersonalmente» y permanecer en poder
del «gobierno enemigo, pero no en el delos individuos o en el de los cuerposque lo hayan capturado». Sin embargo,los prisioneros del cuartel de laMontaña fueron asesinados por lasmilicias frentepopulistas. Seríaprecisamente uno de los protagonistasde la matanza, el comunista EnriqueCastro Delgado, comandante del 5.°Regimiento, el que lo narraría con todaclaridad:
«Castro sonríe al recordar lafórmula: Matar… Matar… seguirmatando hasta que el cansancio impidamatar más… Después… Despuésconstruir el socialismo… —Que salgan
en filas y se vayan colocando junto aaquella pared de enfrente, y que sequeden allí, de cara a la pared… ¡Daosprisa!»[114].
El texto, reproducido en un órganooficial del 5.° Regimiento, pone demanifiesto hasta qué punto seconsideraba legítimo moralmente elasesinato en masa del enemigo de clase,tan legítimo que resultaba absurdoocultar un acto tan meritorio.
El número de prisioneros asesinadostras la toma del cuartel de la Montaña nofue inferior a ciento treinta[115]. No setrató, lamentablemente, de los únicos. Aellos se sumaron otros cuarenta y uno
asesinados sin proceso alguno. EnGetafe, fueron tres militares —uncapitán médico, un teniente de artilleríay un maestro armero—; en Leganés, dosoficiales y un suboficial; en elregimiento de Wad Ras, cuartel deMaría Cristina, siete de los que seiseran soldados rasos; y, finalmente, enCampamento, veintiocho, de los quecinco era soldados.
Las muertes —no menos de cientosetenta y una— quedarían en parteopacadas por el hecho de que Fanjul sísería juzgado y ejecutado siguiendo losrequisitos legales. Tanto el generalFanjul, junto con su hijo José Ignacio
que era teniente médico, y el coronelFernández Quintana fueron capturadoscon vida y conducidos a la cárcelModelo. Lo que se produjo acontinuación fue un proceso sumarísimosimilar a muchos otros que iba apresenciar Madrid en los siguientesaños. En la propia prisión, fueronjuzgados el 15 de agosto de 1936 Fanjuly Fernández Quintana por la sala VI delTribunal Supremo. Contó el coronel condefensa letrada —dos abogados presosen la misma cárcel entre los que seencontraba Manuel Sarrión, pasante deJosé Antonio Primo de Rivera— peroFanjul prefirió defenderse a sí mismo.
El socialista Julián Zugazagoitialevantaría acta de que ambos se habíanmantenido serenos sin mostrar en ningúnmomento arrepentimiento por participaren un movimiento «proyectado para lagrandeza de España». Tras pronunciarsela condena a muerte dictada por el delitode rebelión militar, ambos firmaron lasentencia. Fue en ese momento cuandoFanjul manifestó deseos de casarse. Sele concedió la celebración delmatrimonio así como que se leadministrara el sacramento de lapenitencia y que pudiera formalizar sutestamento. El 17 fueron pasados por lasarmas ambos reos. Fanjul había
intentado en todo momento mantenerseerguido ante el pelotón.
La Iglesia católica, objetivoprivilegiado de la violenciarevolucionaria
El 20 de julio dejó trágicamente demanifiesto la política que losfrentepopulistas iban a seguir no sólocon sus adversarios sino con aquellos alos que no consideraban adictos. No setrataba tan sólo de reprimir a militaresalzados —militares a los que se podríahaber aplicado la normativa legal y no
fusilar sin formación de juicio algunocomo había sucedido en el cuartel de laMontaña— sino de exterminar a los quese consideraba obstáculo contra lasdiferentes revoluciones en que soñabansocialistas, comunistas, anarquistas opoumistas. Si en Canillas se daba muertepor razones no establecidas a EduardoCollado Pérez y Eduardo ColladoGarcía, padre e hijo, y en Guindalera aun anciano de ochenta y cinco añosllamado Augusto Enríquez Fernández, enparalelo se asesinaba a diecisieteeclesiásticos por el único delito deserlo.
Las dos primeras víctimas fueron
dos monjas de la Caridad del SagradoCorazón de Jesús, la madre DoloresPujalte Sánchez de ochenta y tres añosde edad y la madre Francisca AldeaAraujo de cincuenta y cuatro. Detenidasen el número 168 de la calle Alcalá, lasbajaron a empujones los ciento veinteescalones que conducían a la calle y,tras llevarlas a Canillejas, procedierona fusilarlas. A las dos monjas sesumarían ese mismo día dos sacerdotesdel clero secular, Andrés Molinera,capellán de san Antonio de la Floridafusilado en la Casa de Campo y el padreDelgado Olivar, asesinado en Tetuán delas Victorias, así como otros trece
miembros del clero regular[116].Como había sucedido previamente
en Rusia y en México, las razones quepudieran justificar el asesinato de dosreligiosas —una de ellas de elevadísimaedad— que se dedicaban únicamente aenseñar de manera gratuita a más de milniños en Ventas, o de sacerdotes que seocupaban en su mayoría de realizar unaobra social entre los más menesterososde la sociedad sólo pueden rastrearse enel principio de acabar con sereshumanos por la terrible falta depertenecer a un segmento socialconsiderado enemigo de la revolución.En este caso además —como ya habían
indicado previamente tanto Lenin comoPablo Iglesias— los asesinadospertenecían a un grupo social que teníala osadía de mantener una cosmovisióndistinta y rival. Para llevar a cabo esatarea considerada indispensable deexterminio iba a nacer en la España delFrente Popular una institución conantecedentes directos en la revoluciónbolchevique. Nos referimos, claro está,a las checas.
2
Nacimiento yfuncionamiento de las
checas
La aparición de las checas enMadrid
Los asesinatos perpetrados durantelas primeras horas por lasorganizaciones del Frente Popularhabían puesto de manifiesto una serie de
circunstancias de enorme trascendencia.La primera era que el marcoconstitucional —ya considerablementeerosionado desde el alzamiento deoctubre de 1934— había desaparecidototalmente para dar paso a un poderrevolucionario asentado sobre losfusiles que controlaban la calle. Porrazones propagandísticas, los sucesivosgobiernos del Frente Popular podríanreferirse —especialmente en sus tratoscon los gobiernos extranjeros— a ladefensa de la legalidad republicana perola innegable realidad era que ésta sehabía visto pulverizada por las fuerzasde la revolución. Las organizaciones
frentepopulistas controlaban la calle yno estaban dispuestas bajo ningúnconcepto a renunciar a ese poder que lesabría el camino hacia una revoluciónsoñada durante décadas, aunque lamanera en que este magnoacontecimiento iba a cristalizar difirieraenormemente según cada grupo.
La segunda circunstancia —y en elloparecían coincidir lo mismo anarquistasy comunistas que socialistas y poumistas— era la convicción de que eranecesario aniquilar a un conjunto desegmentos sociales a los que ahora, conmayor o menor razón, se asociaba alalzamiento pero cuya destrucción se
ansiaba desde mucho antes de julio de1936. Como ya habían descubierto losbolcheviques en Rusia menos de dosdécadas antes, los fusilamientosmasivos, el exterminio expeditivo, laaniquilación física de los enemigosreales o supuestos eran posibles peroexigían en multitud de casos una faseprevia de identificación, detención einmovilización anterior a la muerte.Instrumento esencial en esa industria delexterminio —que sería copiada ydesarrollada por el nazismo durante elHolocausto a partir de 1939— fue lautilización de las checas.
En la zona dominada por el Frente
Popular, las checas no fueron, sinembargo, un instrumento de terror yrepresión que, como había sucedido enRusia, se circunscribiera en su empleo alos comunistas. En realidad, y de manerabien significativa, no hubo una solaorganización del Frente Popular —delos republicanos a los anarquistas, delPSOE al PNV— que renunciara aorganizar sus propias checas, un pasoextremadamente fácil si se tiene encuenta la manera en que se procediódesde el primer día a ocupar inmueblessin ningún tipo de limitación legal nijudicial. A través de las checas, no sólose garantizaba una participación activa
en la revolución en marcha sino queademás se disfrutaba de un medioprivilegiado para imponer el pavor entrelos posibles desafectos, para torturar yasesinar a sus enemigos, e incluso paraobtener fondos derivados del despojo delos detenidos.
A las órdenes de un jefe oresponsable en el caso de socialistas ocomunistas, o de un comité de defensaen el de los anarquistas, las checas seconvirtieron en un elemento esencial dela revolución. Aunque su existencia seprodujo en el conjunto del territoriocontrolado por el Frente Popular,proliferaron de una manera
absolutamente extraordinaria enciudades como Madrid, Valencia oBarcelona donde el peso de lasorganizaciones de izquierdas era muyconsiderable. Tan sólo en Madrid, quees la ciudad que nos interesa en esteestudio, hubo no menos de doscientasveintiséis checas identificadas[117],relación en la que no se incluye elconjunto de los denominados puestos delas milicias de vigilancia de retaguardiaque alcanzaron una cifra difícilmenteinferior.
La elección de lugares paraestablecer las checas varió de unasorganizaciones a otras. Socialistas,
comunistas y anarquistas manifestaronuna especial predilección por loslugares de culto católico y losconventos. Se trataba de propiedadesque, como tantas otras, las autoridadesdel gobierno no tenían la menor voluntadde proteger y que resultabanespecialmente fáciles de asaltar yocupar en la medida en que suslegítimos proveedores se habían dadono pocas veces a la fuga para evitar lamuerte o ya habían sido asesinados. Así,por citar algunos ejemplos, el PartidoComunista se apoderó para convertirlosen checas del convento de las SalesasReales de la calle de San Bernardo,
número 72, del convento de la plaza delas Comendadoras y de la iglesia deSanta Cristina.
Si se tiene en cuenta la forma en quefueron constituidas las checas y lamentalidad de los revolucionarios quecontemplaban a los detenidos comoenemigos a los que había que exterminarpara garantizar el triunfo de la causa, nopuede resultar extraño que en ellas sesometiera a los reclusos a tratos que nosólo vulneraban la fenecida legalidadrepublicana sino que, por añadidura,entraban directamente en el terreno de latortura. Ésta fue practicadasistemáticamente en el caso de las
checas comunistas como paso previo alasesinato. Por ejemplo, en la checa de lacalle de San Bernardo, número 72,fueron raros los detenidos que nopadecieron alguna forma de tortura[118].En algunos casos, el cadáver,abandonado después del asesinato,presentaba claras muestras de tortura.Tal fue el caso, por ejemplo, de ManuelGonzález de Aledo, cuyos restosmortales aparecieron el 3 de agosto de1936 con señales en cara y distintaspartes del cuerpo de haber sidosometido a la tortura[119].
Algunas de las checas no tardaronincluso en hacerse célebres por el tipo
específico de servicios a que sometía asus reclusos. Así, en la checa comunistade la Guindalera, sita en la calle AlonsoHeredia número 9, en el interior de unchalet conocido como «El Castillo», serecurría además de a las palizas a laaplicación de hierros al rojo y aarrancar las uñas de los dedos de lasmanos y de los pies. Diversostestimonios afirman que los verdugos sejactaban incluso de su labordenominando «corrida de toros» a lassesiones de tortura[120]. Una de lasvíctimas de los malos tratos dispensadosen esta checa fue Delfina del AmoPortolés, de cincuenta y dos años, que se
negaba a revelar el lugar donde seencontraban su hijo y yerno, ambosmilitares. Mientras los torturadoreselevaban el volumen de un aparato deradio que servía para ocultar losalaridos de la víctima, Delfina del Amofue objeto de torturas que tuvieron, entreotras consecuencias, la de que los piesle quedaran tan horriblemente hinchadosque le fue imposible volver a ponerselos zapatos. Fue conducida así,descalza, hasta el lugar donde se laasesinó.
Sin embargo, no se puede atribuirsemejante crueldad únicamente al celorevolucionario. En esta checa comunista
actuaron también delincuentes comunesa los que se había liberado porconsiderarlos afectos al Frente Populary entre los que se encontraban JacintoVallejo y Román de la Hoz Vesgas, aliasel Vasco. Seguramente no contemplaroncon desagrado las órdenes para llevar acabo numerosos saqueos domiciliarios—entre ellos los del palacio de Larios— ni tampoco las de torturar a ciertosdetenidos. Por ejemplo, cuando en susmanos caía un antiguo policía, estossujetos se ensañaban especialmente conél como sucedió en el caso de JoséAzcutia Camuñas, un recluso que habíasido suboficial de la Guardia Civil al
que llegaron a sacarle un ojo en el cursode una paliza.
La conducta de los anarquistas fue,en términos generales, diferente de laseguida por los comunistas. Ciertamente,fueron mucho menos comunes los casosde tortura y ensañamiento quecaracterizaron a los comunistas. Sinembargo, no escasearon ni los saqueosni los asesinatos como quedaría demanifiesto en el caso de Antonio ArilloRamis al que nos referiremos acontinuación al hablar de la checa deFomento.
Sin embargo, la acción de las checasno quedó limitada a partidos de
izquierdas y sindicatos. De hecho, lasautoridades republicanas fiscalizarondirectamente algunas de las checas que,como veremos, tuvieron un especialpapel en la tarea de represión. Ése fue elcaso del Comité Provincial deInvestigación Pública (la denominadacheca de Bellas Artes y también deFomento) y las de la Escuadrilla delAmanecer, Brigada Ferrer, de Atadell,de la calle del Marqués de Riscalnúmero 1, del palacio de Eleta, de lacalle de Fuencarral, de los Linces de laRepública y de los Servicios Especialesque dependían directamente delMinisterio de la Guerra. Esta situación
inicial iría derivando a medida queavanzaba el conflicto hacia una creacióncreciente de checas por parte de lasautoridades republicanas y a unaunificación administrativa que nunca fuecompleta y en la que el PartidoComunista fue adquiriendo un papelsobresaliente. Esa evolución, sinembargo, tendría lugar con posterioridada los hechos de los que nos ocupamosahora.
Las checas reciben respaldooficial: la checa de BellasArtes
A pesar de que las checas secaracterizaron desde su misma apariciónpor la perpetración sistemática desaqueos, asesinatos y torturas resultaríainjusto e inexacto atribuir esos desmanesa la labor de «incontrolados». En primerlugar, cada partido y sindicato delFrente Popular era consciente de lo queestaba sucediendo en esos centros y loconsideraba lícito dentro de su especialcosmovisión. Sin embargo, másimportante es el hecho de que lasautoridades republicanas no sólo nopensaron en acabar con estas conductassino que incluso se ocuparon de intentarcoordinarlas para proporcionarles una
mayor eficacia. Así, a inicios de agostode 1936, se celebró en el palacio delCírculo de Bellas Artes una reunióndecisiva que respondía a unaconvocatoria de Manuel MuñozMartínez, director general de Seguridad.Muñoz Martínez no pertenecía a ningunode los partidos que habían propugnadohistóricamente la revolución sino queera diputado de Izquierda Republicana,la formación política de Manuel Azaña,y pertenecía a la masonería en la queostentaba el grado 33[121]. La reunión, ala que asistieron representantes de todoslos partidos y sindicatos que formabanel Frente Popular, tuvo un resultado de
enorme relevancia ya que en el curso dela misma se acordó la constitución de unComité Provincial de InvestigaciónPública que, en coordinación con laDirección General de Seguridad, iba aencargarse de las tareas de represión enla denominada zona republicana. ElComité en cuestión tendría entre otrascompetencias la de acordar las muertesque estimara convenientes[122].
El Comité Provincial deInvestigación Pública, formado porsecciones o tribunales, contaba como yahemos señalado con representantes detodos los partidos y sindicatos delFrente Popular, es decir, del PSOE, del
PCE, de la FAI, de Unión Republicana,del Partido Sindicalista, de IzquierdaRepublicana, de UGT, de la CNT, de lasJuventudes Socialistas Unificadas y delas Juventudes Libertarias. Hasta finalesde agosto de 1936, el Comité funcionóen los sótanos del Círculo de BellasArtes. En esas fechas, se trasladó a unpalacio situado en el número 9 de lacalle de Fomento, donde permanecióhasta su disolución en noviembre delmismo año. Este traslado explica elnombre popular de checa de Fomentocon el que fue conocido —y temido— elComité.
La constitución del Comité implicó
consecuencias de tremenda gravedadpara el respeto a los derechos humanosen la zona controlada por el FrentePopular. De entrada, su mera existenciaconsagraba el principio de acciónrevolucionaria —detenciones, torturas,saqueos, asesinatos— respaldándoloademás con la autoridad del propiogobierno del Frente Popular y de laDirección General de Seguridad queéste nombraba. De esa manera, losdetenidos podían ser entregados por lasautoridades penitenciarias o policialesal Comité sin ningún tipo de requisitoquebrando cualquier vestigio degarantías penales que, tras varias
semanas de matanzas, imaginarsepudieran. Por si esto fuera poco, laconstitución del Comité no se tradujo enla disolución de las checas que actuabanen Madrid sino que les proporcionó, apesar de su conocida actuación, unacapa de legalidad ya que las convirtióen dependientes del citado Comité.
Partiendo de esas bases, no puederesultar extraño que motivos nopolíticos se sumaran a las razones deeste tipo en la realización de lasdetenciones y de las condenas[123]. Losinterrogatorios se encaminaban desde elprincipio a arrancar al reo algunaconfesión sobre sus creencias religiosas
o simpatías políticas, circunstanciasambas que servían para incriminarlo confacilidad. Tal fue el caso de DoloresFalquina y García de Pruneda, deveinticinco años, a la que se detuvo el 2de octubre de 1936. Al día siguiente, demadrugada[124], se procedió a juzgarlapreguntándole «si era de AcciónCatólica» e instándola a que revelaradónde se hallaban ocultos unos jóvenesfalangistas. Dolores Falquina reconocióque efectivamente era secretaria de laparroquia de San José pero afirmó quedesconocía a los jóvenes de Falange. Laacusada pensó que al no existir ningunarelación con los muchachos se la
pondría en libertad. Sin embargo, aquelmismo día fue sacada de la celda paraser asesinada.
En el curso de este interrogatorio, elacusado no disfrutaba de ningunadefensa profesional e incluso era comúnque se le intentara engañar afirmandoque se poseía una ficha en la queaparecía su filiación política. Como malañadido, se daba la circunstancia de quelos reos eran juzgados de maneraapresurada y masiva, lo que facilitaba,sin duda alguna, la tarea de losejecutores pero eliminaba cualquiersombra de garantía procesal. Así, porcitar un ejemplo significativo, durante el
mes de octubre de 1936, un abogadollamado Federico Arnaldo Alcover[125],acudió al Comité para visitar a ArturoGarcía de la Rosa, uno de los dirigentesde la checa. Alcover iba acompañado deun familiar de García de la Rosa y se lepermitió asistir a uno de losprocedimientos de interrogatorio. Pudoasí comprobar que en el espacio demedia hora se procedió a interrogar auna docena de personas recurriendo acuestiones que dejaban de manifiesto losprejuicios de los chequistas. Concluidoslos interrogatorios, sin que se tomaraacta de lo sucedido ni se procediera a lafirma de la misma, se decidía la suerte
de los acusados que, en su inmensamayoría, eran condenados a muerte yasesinados de madrugada.
Alcover indicaría también que en elsuelo del lugar donde se llevaban a cabolos interrogatorios se amontonabanmultitud de objetos de culto religioso, loque parece indicar las característicaspersonales de no pocos de losdetenidos.
Los tribunales de la checa —seis entotal con dos de ellos funcionando demanera simultánea— mantenían unaactividad continua que se sucedía a lolargo de la jornada, en tres turnos deocho horas, que iban de las 6 de la
mañana a las 14 horas, de las 14 a las22 y de las 22 a las 6 del día siguiente.En el curso de cada turno a los dostribunales se sumaba la acción de ungrupo de tres comisionados. De éstosuno se encargaba de la recepción ycontrol de los detenidos, en compañíade dos policías; otro, registraba losobjetos procedentes de las requisasrealizadas en los domicilios y el último,de la administración del centro. Laactividad, no ya de los tribunales pero síde las brigadillas, era especialmenteacusada durante la noche y lamadrugada, que eran los períodos deldía considerados como especialmente
adecuados para proceder a losasesinatos de los reos.
Las sentencias dictadas por losdiferentes tribunales carecían deapelación, eran firmes y además deejecución inmediata. Esto se traducía enque, tras la práctica del interrogatorio,el tribunal tomaba una decisión que sóloadmitía tres variantes: la muerte del reo,su encarcelamiento o su puesta enlibertad. A fin de ocultar las pruebasdocumentales de los asesinatos, éstos seseñalaban en una hoja sobre la que setrazaba la letra L —igual que en el casode las puestas en libertad— pero parapermitir saber la diferencia a los
ejecutores la L que indicaba la muerteiba acompañada de un punto. No hacefalta insistir en el clima de terror queprovocó de manera inmediata la citadacheca en la medida en que cualquierapodía ser detenido por sus agentes y nosólo no contaba con ninguna posibilidadde defensa real, sino que además estabadesprovisto del derecho de apelación.
Una vez establecido el destino delreo, éste era entregado a una brigadillade cuatro hombres bajo las órdenes deun «responsable». Todos los partidos ysindicatos del Frente Popular contabancon representación en las diferentesbrigadillas[126]. Sin embargo,
ocasionalmente las tareas de exterminioencomendadas a estas unidades erandemasiado numerosas y entonces serecurría para llevarlas a cabo a losmilicianos que prestaban servicios deguardia en el edificio de la checa. Dadoel carácter oficial del que disfrutabanlos miembros de la checa, para llevar acabo sus detenciones no precisaban de«órdenes escritas de detención yregistro, bastando su propiadocumentación de identidad para poderrealizar tales actos»[127]. De hecho, «lafuerza pública y agentes del gobiernodel Frente Popular [estaban] obligados aprestar toda la cooperación que los
agentes del Comité de Fomentonecesitasen»[128].
Entre los jefes de brigadilla de lacheca de Fomento algunos destacaríanpor su actividad asesina. Tal fue, porejemplo, el caso de Antonio ArifioRamis, alias el Catalán. Delincuentecomún, antiguo recluso en la Guayanafrancesa, fue responsable directo demultitud de asesinatos en la capital y enpoblaciones de la provincia comoVallecas o Fuentidueña del Tajo. Susacciones en la checa de Fomento seríanconsideradas por las autoridadesrepublicanas como un mérito, ya quecuando se procedió a disolverla pasó a
formar parte del Consejillo deBuenavista encargado también de tareasrepresoras.
Como ya se ha indicado, la relaciónentre los miembros de la checa y lasautoridades republicanas era constante yse extendía no sólo al director deSeguridad sino también al ministro de laGobernación, Angel Galarza. En el casodel director de Seguridad hay queseñalar que era visitado casi a diario enla sede de la dirección por el tesorerode la checa, Virgilio Escamez Mancebo,miembro de Izquierda Republicana, conla finalidad de hacerle entrega de unaparte significativa del producto de los
saqueos realizados en los domicilios delas víctimas. Esta cantidad no era totalen la medida en que el propio directorgeneral de Seguridad había dispuestoque los haberes que debían entregarse alos jueces, agentes y milicianos de lacheca debían proceder de los distintossaqueos. Como tendremos ocasión dever, los sueldos que se asignaron loschequistas fueron muy elevados y, apesar de esa circunstancia, seguíaexistiendo una cantidad —que incluíapor ejemplo las alhajas— que pasaba alas autoridades republicanas. Desdeluego, resulta difícil descartar que almenos en algunas ocasiones la razón
fundamental de las detenciones —detenciones que concluían enfusilamientos— fuera meramente elrobo. Por ejemplo, el 26 de septiembrede 1936, se procedió al asesinato deRafael Chico y su hijo Luis ChicoMontes, de un cuñado del primero,llamado Hipólito de la Fuente Grisaleñay de Jaime Maestre Pérez, redactor jefede El Siglo Futuro. El rendimientoeconómico se produjo al forzar y robarla caja fuerte número 1055 que lafamilia tenía arrendada en el BancoHispano Americano[129].
En otras ocasiones, tras losfusilamientos sólo puede suponerse la
existencia de antipatías personales enlas que no había mezcladas nimotivaciones políticas, ni religiosas nieconómicas ni sociales. Tal fue el casode Antonio García García, acomodadorsexagenario del cine San Carlos, al quese detuvo y asesinó sin razón clara[130] oel de José Fernández González, un jefede la tahona sita en la calle Mira el Solnúmero 11 al que denunció un antiguosubordinado suyo convertido enchequista[131].
No faltaron igualmente los casos deasesinatos de grupos enteros dedetenidos en claro preludio de lo queiban a ser las matanzas en masa de
finales del año 1936 y a las que nosreferiremos en su momento. Así, el 28 y31 de octubre de 1936 se llevaron acabo dos sacas en el curso de cada unade las cuales se procedió a asesinar asetenta personas por acusaciones comolas de querer ser seminarista[132].
También resulta obvio que la checade Fomento sirvió en multitud deocasiones para exterminar a aquellosque habían sido puestos en libertad porotras instancias judiciales. En otraspalabras, ni siquiera la puesta enlibertad por decisión judicialproporcionaba seguridad alguna de queel detenido no sería asesinado. Así, por
citar un ejemplo, el 21 de septiembre de1936, Francisco Ariza Colmenarejo —que era consciente de esta terriblecircunstancia— suplicó al directorgeneral de Seguridad que no seprocediera a liberarlo mientras lasautoridades republicanas no garantizaransu seguridad. En respuesta a su petición,dos días después se expidió una ordende libertad en la que se bacía constarque gozaba del aval del ComitéProvincial de Investigación Pública.Entregado así a la checa de Fomento,Ariza Colmenarejo fue inmediatamenteasesinado.
Un caso similar fue el de los
oficiales de asalto Gumersindo de laGándara Marvella, Carlos Cordoncillo yManuel López Benito. La libertad detodos ellos fue decretada por losorganismos judiciales al no haberapreciado en ellos ninguna conductahostil a la República. Sin embargo, laDirección General de Seguridadprocedió el 26 de septiembre de 1936 aentregarlos al Comité Provincial deInvestigación Pública que procedió aasesinarlos. En el caso de Gándara,concurría además una circunstanciapeculiar que explica su asesinato. Dehecho, el citado oficial había firmado unacta el 26 de febrero de 1933 en la que
junto con otros cuatro capitanes indicabaque la represión que se había ejercidocontra el alzamiento anarquista de CasasViejas, Cádiz, no había obedecido a unaextralimitación de las fuerzas del ordenpúblico —como afirmaba el gobierno—sino a órdenes directas del ejecutivopresidido por Azaña. En el curso de unprocedimiento celebrado aquel mismoaño, un jurado popular estimaría laexistencia real de esas órdenessuperiores e incluso llegó a presentarseuna acusación en el tribunal de garantíasconstitucionales contra Azaña, CasaresQuiroga, Indalecio Prieto, LargoCaballero y otros miembros del
gobierno, acusación que no prosperó alno haber sido presentada por elParlamento, que era la única entidadfacultada para hacerlo. El tiempo habíapasado pero los responsables directosde la matanza de campesinos en CasasViejas no habían olvidado. Gándara fueasesinado por la checa no porquehubiera sido desleal a la República sino por haber acusado tres años antes aAzaña y a Largo Caballero, es decir, ados personajes que en el momento de sumuerte eran respectivamente elpresidente y el jefe de Gobierno de lazona republicana. No fueron las únicasvíctimas de desavenencias anteriores
con Azaña o Largo Caballero.El 20 de marzo de 1935 se había
celebrado en las Cortes un debatepolítico relacionado con el asunto delalijo de armas del Turquesa al que nosreferimos en un capítulo anterior[133]. Enel curso del mismo, Azaña se refirió[134]
al juez Salvador Alarcón —que habíainstruido el sumario y ante el que habíatenido que comparecer el diputado— entérminos injuriosos. Señalado en unsuelto de Claridad, Alarcón fuedetenido por chequistas y asesinado enla Casa de Campo[135].
En el caso de personas que hubieranincomodado al socialista Largo
Caballero y que fueran asesinadaspueden mencionarse al menos dos casosmás. El primero es el de Ángel AldecoaJiménez, de cincuenta y ocho años,magistrado, que fue detenido porquehabía juzgado un atentado relacionadocon Largo Caballero al parecer no de lamanera que hubiera complacido aldirigente socialista. Aldecoa pagó suindependencia judicial frente al PSOEcon el fusilamiento[136]. El segundo es elde Marcelino Valentín Gamazo. Fiscalgeneral de la República, Gamazo acusóa Largo Caballero por los sucesos deoctubre de 1934 en estrictocumplimiento de sus deberes dentro de
la legalidad republicana. El 5 de agostode 1936, un grupo de milicianos llegó ala casa de campo de Rubielos Altosdonde residía Gamazo con su familia ytras realizar un registro y proceder adestrozar los objetos religiosos,comenzaron a golpearle delante de sushijos pequeños a pesar de sus súplicaspara que ahorraran a los niños aquelespectáculo. A continuación se lollevaron y comunicaron su detención aBujeda, Peña y Valeriano Casanueva,abogados del Estado con simpatíasfrentepopulistas, cursando lostelegramas el delegado del Gobierno enMotilla del Palancar aquella misma
tarde. A las doce y media de la noche,en el paraje conocido como Cerrajóndel término de Tevar, Cuenca, MarcelinoValentín Gamazo y sus hijos JoséAntonio, Javier y Luis de veintiuno,veinte y diecisiete años respectivamentefueron fusilados.
Otro caso similar fue el de LuisCalamita Ruy-Wamba, rival político deÁngel Galarza que ordenó su ingreso enprisión y después su traslado condestino al pelotón de fusilamiento y alque nos referiremos más adelante altratar el tema de las checas delPSOE[137].
A la vista de estos casos, resulta
obvio que miembros del gobiernorepublicano, a través de la DirecciónGeneral de Seguridad o de compañerosde partido, estaban impulsando elasesinato de gentes cuyo único delitoeran sus ideas religiosas o antiguasantipatías de carácter personal.
El 14 de septiembre de 1942,Manuel Muñoz Martínez, directorgeneral de Seguridad bajo el gobiernodel Frente Popular, prestó declaraciónante el fiscal delegado para lainstrucción de la causa general enMadrid. Al referirse a la creación de lacheca de Bellas Artes afirmó que sufinalidad había sido «contener los
asesinatos y excesos que veníancometiéndose en Madrid, a causa de lafalta de autoridad y control sobre lasmasas armadas»[138]. La declaracióntiene enorme lógica ya que MuñozMartínez intentaba salvar la vida en elcurso de un proceso incoado por losvencedores de la guerra pero distabaenormemente de ajustarse a la verdad.La checa de Bellas Artes ni habíacontenido los asesinatos y excesos nitampoco lo había pretendido. Enrealidad, era una clara muestra de cómoen la zona controlada por el gobiernodel Frente Popular la maquinaria de lasinstituciones se había puesto, al igual
que en la URSS, de manera nada ocultaal servicio del crimen de Estado.
3
Las checas al serviciodirecto de la seguridad
republicana
La secretaría técnica deldirector de Seguridad
En contra de lo que señalaríadurante su proceso el creador de lacheca de Bellas Artes, su existencia nosólo no puso coto a los asesinatos
llevados a cabo por las organizacionesdel Frente Popular en las docenas dechecas instaladas en Madrid sino que lesproporcionó una clara apariencia delegitimidad para la práctica del saqueo yde los fusilamientos e inclusoproporcionó un camino para elexterminio de los consideradosadversarios aún en el caso de quehubieran sido considerados inocentespor los tribunales ordinarios. Lautilización de la fuerza del Estado paraperpetrar detenciones y procesos singarantía procesal alguna, torturas,saqueos y asesinatos no fue, lamentabley vergonzosamente, comportamiento
exclusivo de la checa de Bellas Artes.En realidad, los medios de ese Estadoque había dejado de ser la Repúblicadel 14 de abril —con todas suslimitaciones— para convertirse en unaentidad abiertamente revolucionaria sepusieron al servicio de la represión endiversas manifestaciones de especialgravedad. A tal efecto no deja de serclaramente significativo que lasecretaría técnica del director deSeguridad a cargo de José Raúl Bellidoofreciera a las checas y milicias todoslos datos que operaban en sus archivospara que procedieran con más facilidada su tarea de represión.
No sólo facilitaba de esa manera lalabor de localizar y señalar a los quedebían ser detenidos, torturados yfusilados sino que además esa secretaríatécnica cursaba órdenes a losestablecimientos penitenciarios para queentregaran a las checas a aquellosdetenidos cuyo asesinato había sidodecidido.
La perversión jurídica a que habíallegado el Estado revolucionario nopuede, por lo tanto, resultar másevidente. Las instituciones estatales nosólo habían renunciado a garantizar losderechos de los detenidos sino que seocupaban directamente de facilitar su
asesinato. Incluso, como tuvimosocasión de ver en el capítulo anterior, enocasiones utilizaron aquel nuevo ordenrevolucionario para saldar cuentaspersonales que afectaban a personajestan significados como Azaña, LargoCaballero o Galarza.
La Escuadrilla del AmanecerNo concluyó, sin embargo, con estas
conductas la implicación de lasecretaría del director de seguridad enlas tareas represivas. De hecho, lacitada entidad organizó bajo su mandodirecto un grupo dedicado a realizar
detenciones, incautaciones yejecuciones, cuya sede se hallaba en lapropia Dirección de Seguridad y querecibiría la denominación deEscuadrilla del Amanecer. La célebreEscuadrilla, cuyos méritos glosaría enrepetidas ocasiones la prensa de la zonacontrolada por el Frente Popular[139],debía su sobrenombre al hecho de queactuaba preferentemente durante lamadrugada, una circunstancia queacrecentaba comprensiblemente el terrorproducido por su sola mención. De elladiría el ABC de 9 de agosto de 1936 quesus componentes eran «héroes de laretaguardia» y que entre sus servicios
destacaban «las 500 detenciones»realizadas en un par de semanas.
Los miembros más destacados de laEscuadrilla fueron el guardia de asaltoValero Serrano Tagüeña, Eloy de laFiguera, León Barrenechea, FranciscoRoig y Carmelo Olmeda, más conocidocomo Tarzán. El hecho de que varios losmiembros de la Escuadrilla, aparte deValero Serrano, pertenecieran a laGuardia de Asalto, muestra nuevamentehasta qué punto las institucionesrepublicanas estaban imbricadas en unaforma de represión que contaba conprecedentes en la Rusia bolcheviquepero no en España.
La Escuadrilla del Amanecer contócon varios grupos siendo uno de los másactivos el que se hallaba bajo el mandode Luis Pastrana Ríos, un funcionario deHacienda al que se había procesado pormalversación. Pastrana Ríosprotagonizaría diversos asesinatos comoel de un vecino de las Rozas deveintisiete años de edad llamado BlasRiaza Bravo[140]. Detenido en su puebloel 25 de septiembre de 1936, Biaza fuetrasladado a la Ciudad Universitaria deMadrid donde la Escuadrilla procedió adarle muerte.
El celo de la Escuadrilla, indudable,desde luego, fue altamente apreciado
por las autoridades frentepopulistas detal manera que en octubre de 1936 seprocedió al envío de tres de susmiembros a Albacete para estimular auna policía que no parecía losuficientemente eficaz en las tareasrepresivas. En el curso de su acción, loschequistas de la Escuadrilla llevaron acabo el asesinato de Consuelo Flores,vecina de Albacete, consignandodespués por escrito su responsabilidaden los hechos a la vez que señalaban quela revolución que se estaba viviendojustificaba la ausencia de formalismoslegales. Los formalismos significaban,entre otras cuestiones, una orden de
detención emitida por una autoridadjudicial competente, un juicio justo eimparcial con derecho a defensa o elrespeto a la integridad física y a la vidade la detenida.
La Escuadrilla del Amanecer nosiempre actuó de manera autónoma y, dehecho, resultó habitual que colaboraracon otras organizaciones represivas. Porejemplo, en repetidas ocasiones noprocedió al asesinato de los detenidossino que los entregó con tal fin a lacheca de Fomento o realizó actossimilares en relación con checasanarquistas o comunistas. Así, el 9 denoviembre de 1936, por ejemplo,
entregó a la checa comunista de la calleMéjico número 6 a Anselmo ParrondoGonzález y a su hijo Anselmo ParrondoRodríguez, de dieciséis años. Ambosfueron asesinados inmediatamente.
La Brigada de ServiciosEspeciales
Otro ejemplo de la relación directaexistente entre las institucionesrepublicanas y las tareas de represiónsimilar a los ya citados es el ofrecidopor la Brigada de Servicios Especiales.En el mes de septiembre de 1936, seprocedió a crear la misma y a situarla en
dependencia directa de Carlos de JuanRodriguez, a la sazón subdirectorgeneral de Seguridad. Como erahabitual, el organismo recientementecreado procedió a incautarse de variospisos, en este caso los sitos en eledificio correspondiente al número 19de la calle del Marqués de Cubas. Deestos inmuebles, uno se destinó alservicio particular del subdirector deSeguridad y otro a checa y almacén delos objetos incautados en el curso de lasdetenciones[141].
La Brigada de Servicios Especiales—conocida popularmente como la checadel Marqués de Cubas— era dirigida
por Elviro Ferret Obrador, unmallorquín afiliado al PartidoSindicalista, es decir, al grupo fundadopor Ángel Pestaña y que, a pesar de suorientación anarquista, se habíadesvinculado de la CNT-FAI. FerretObrador era secundado en sus laboresrepresivas por algunos policías perotambién por delincuentes comunes[142].
La checa del Marqués de Cubas notardó en caracterizarse por el usofrecuente de la tortura así como por elnúmero de incautaciones. Con lafinalidad de llevar a cabo sus funcionesrepresoras, disponía de una checaauxiliar domiciliada en el número 22 de
la calle de la Montera. En este inmueblefuncionaba la Sociedad de listeros yencargados de obras de la UGT,colocada bajo el mando de Felipe OrtizTorres. Los milicianos de la citadasociedad acudían diariamente a loslocales de la checa del Marqués deCubas para recibir las instruccionespertinentes y a ellos correspondía latarea de sacar a los detenidos yproceder a su asesinato[143]. No fueron,desde luego, pocas las víctimas de larepresión llevada a cabo por esta checa.Andrés y Conceso Coso Langa, EmilioLlopis Roig, Manuel Lagunillo Bonilla,Juan Vázquez Armero, Carlos Pajares
Bectas o José Sureda Hernández fuerontan sólo algunos de los que hallaron lamuerte como consecuencia de susactividades.
Como en el caso de otras checas,también ésta fue testigo de laintervención de personas que pretendíaninteresarse por la suerte de alguno desus detenidos. Los que así actuaron —ydieron con ello muestra de un valor nadahabitual en aquellos tiempos de terrorrevolucionario— padecieron una suerteno por común y esperada menos terrible.Así, el 18 de septiembre de 1936, unempleado municipal, vigilante nocturnoprovisto de su carnet sindical, de
nombre Manuel Espasandín Bouza[144],se personó en la checa del Marqués deCubas a instancias de Carmen RodríguezUrba. Su intención era interesarse por lasituación en que se hallaba uno de losdetenidos. Espasandín no podía seracusado ciertamente de enemigo delFrente Popular e incluso había razonespara pensar que era simpatizante. Sinembargo, su conducta fue consideradacomo un imperdonable atrevimiento y,tras ser insultado y golpeado poralgunos chequistas, quedó detenido en lacheca. Se procedería a su asesinato demanera inmediata.
La checa del Marqués de Cubas no
limitó sus actividades a las detenciones,saqueos y asesinatos individuales yaque, como tendremos ocasión de ver,desempeñó un papel muy activo en lamatanza realizada en la cárcel Modeloel 22 de agosto de 1936. Tampoco secircunscribió en sus tareas represivas ala capital de la provincia. Así, duranteel avance del ejército de Franco enseptiembre y octubre de 1936, ElviroFerret y sus hombres actuaron endiversos pueblos de Madrid como fue elcaso de Navalcarnero.
Volveremos a hacer referencia aElviro Ferret más adelante, pero antesde ello debemos ocuparnos de otra
checa de Madrid cuya actuación se llevótambién a cabo bajo las órdenes directasde las autoridades republicanas.
Los Linces de la RepúblicaA inicios de agosto de 1936, la
Dirección General de Seguridad dioórdenes para que se les incorporaranefectivos de Seguridad y Asalto con lafinalidad de constituir con ellos un reténque dependería de la secretaríaparticular de Manuel Muñoz, el directorgeneral de Seguridad al que ya noshemos referido en páginas anteriores.Estos efectivos debían tener como
funciones la realización de registros,detenciones y otras actividadesrelacionadas con la represión que lesfueran encomendadas por la inspecciónde guardia o la secretaría particular deldirector de Seguridad a partir deinformaciones recibidas. El grupoinicial estaba formado, por lo tanto, porpersonal que, ocasionalmente, erapolicial o administrativo y que siemprecontaba con una filiación política decarácter frentepopulista. Así, el mandofue ejercido por el teniente Juan TomásEstalrich y Emilio Losada, un capitán demilicias socialista que había estadoempleado temporalmente en la sección
de estadística del Ayuntamiento deMadrid.
A semejanza de las checas a las quenos hemos referido con anterioridad, elgrupo —que recibiría la denominaciónde Linces de la República— se prodigóen detenciones, saqueos y asesinatosque, como en otros casos, fueronalabados en la prensa de la zonafrentepopulista. También de manerasemejante a otras checas de caráctergubernamental, los miembros de losLinces de la República entregaban partede lo incautado, especialmente alhajas yobjetos de especial valor, personalmentea Manuel Muñoz, el director de
Seguridad[145].A mediados de septiembre de 1936,
los Linces de la República fueronagregados al cuartel general del tenientecoronel Mangada, con sede en la Casade Campo madrileña. Sin embargo, estecambio de mando orgánico no significóuna mutación en la naturaleza de lasactividades llevadas a cabo por launidad. Por el contrario, prosiguió consus tareas de represión realizadas encooperación estrecha con otras checascomo la de Fomento o la socialista deGarcía Atadell a la que nos referiremosen el capítulo siguiente. Así, cuando losLinces de la República detuvieron a
Eusebio y Tomás Merás del Hierro,procedieron inicialmente a conducirlosal puesto de mando de Mangada para acontinuación hacer entrega de ellos apersonal de la checa de Fomento queprocedió a asesinarlos. Una suertesimilar padecieron Laura LópezJáuregui, sus hijos Isabel y SalvadorRenedo López, y la señorita María de laLuz Álvarez Villanueva que fuerondetenidos por los Linces durante losdías 29 y 30 de noviembre de 1936.Poco después se procedió asimismo a ladetención de la niña de quince añosLaura Renedo López que no habíacorrido antes la suerte de sus hermanos
porque se hallaba enferma. Los cincofueron llevados hasta el puesto demando de Mangada, a la sazón en elpalacio nacional, donde se decidiódarles muerte a todos sin excluir a laniña. Semejantes actos no sólo eranconsiderados hechos meritorios sino queallanaron el camino para sucesivosascensos militares de Juan TomásEstalrich, al que volveremos aencontrar.
4
Las checas del PSOE
La checa socialista de GarcíaAtadell
La creación de checas vinculadasdirectamente con los organismos deseguridad republicanos y en los quetenían representación todos los partidosy sindicatos del Frente Popular deberíahaber bastado para que se produjera ladisolución de las otras checas, si no por
criterios de humana decencia y derespeto a los derechos humanos máselementales, sí, al menos, por razones deracionalidad represiva. Sin embargo, losdiversos gobiernos del Frente Popularno sólo no procedieron a la eliminaciónde las diversas checas que dependían departidos y organizaciones sindicales quelo componían sino que permitieron superpetuación como instrumentos si nooficiales, sí, al menos, oficiosos en lapráctica del terror. En algunos casos, sufuncionamiento discurrió autónomamentede las entidades gubernamentales peroen otros se trató meramente de unaautonomía no total a mitad de camino
entre la independencia de checas sólocontroladas por algún partido osindicato o el carácter oficial de laEscuadrilla del Amanecer o de la checade Bellas Artes. Un ejemploparadigmático de estas entidadesrepresivas semiautónomas fue el de ladenominada checa socialista de GarcíaAtadell.
Los orígenes de la misma se hallanen los nombramientos de agentes depolicía que durante el mes de agosto de1936 realizó el gobierno del FrentePopular y que recayeron de maneranuméricamente muy significativa enafiliados al PSOE. Algunos de estos
nuevos agentes de policía fueronagregados a la Brigada de InvestigaciónCriminal en cuyo seno servían a lasórdenes de Agapito García Atadell, untipógrafo del PSOE estrechamenterelacionado con Indalecio Prieto. Losefectivos de García Atadell setrasladaron a un hotel incautado sito enel número 1 de la calle Martínez de laRosa. La checa —que adoptó el nombreoficial de Milicias Populares deInvestigación— contaba con cuarenta yocho agentes, todos ellos nombrados porel gobierno del Frente Popular. Susegundo jefe era Ángel Pedrero García ysus jefes de grupo, Luis Ortuño y
Antonio Albiach Chiralt.Aunque las fuerzas de García
Atadell estaban orgánicamente insertasen los mecanismos represores delgobierno, lo cierto es que disponían deuna notable autonomía. Objeto decálidas alabanzas en la prensa de lazona controlada por el FrentePopular[146], la checa contaba para sustareas represivas con la colaboración dela Agrupación Socialista Madrileña y dela representación del PSOE en elParlamento. De hecho, no fueron raraslas visitas a la checa por parte deautoridades socialistas, como elministro Anastasio de Gracia, para
felicitar a sus miembros por las tareasque llevaban a cabo[147]. Estaidentificación no resulta extraña porcuanto la checa socialista de GarcíaAtadell se encargó en distintasocasiones de asesinar a personas con lasque tenían enemistad distintos dirigentesdel PSOE. Tal fue el caso de laperiodista francesa Carmen de Batidetenida por la checa de García Atadellsiguiendo las órdenes del ministrosocialista de Gobernación, ÁngelGalarza o el de Luis Calamita y Ruy-Wamba que se había enfrentadopolíticamente en el pasado con el mismoministro del PSOE y que por orden
expresa del director de Seguridad de 14de septiembre de 1936 fue detenido y,posteriormente, asesinado.
La checa de García Atadelldemostró una eficacia extraordinaria ala hora de realizar incautaciones debienes económicos y detenciones. Larazón de esa efectividad residiófundamentalmente en la abundanteinformación que sobre la identificaciónreligiosa y política proporcionaba a lacheca la organización sindical socialistade los porteros de Madrid. Convertidosen una red de delatores, no siempreguiados por razones políticas o sociales,los porteros socialistas informaban a un
comité de miembros de la checaformado por compañeros de ocupaciónsobre aquellas personas a las que habíaque detener por razones tales como sercatólicos practicantes, conservar en sucasa una imagen religiosa, no ser afectosal Frente Popular o simplemente contarcon haberes codiciables. Por supuesto,no faltaron porteros socialistas queaprovecharon su situación privilegiadapara ajustar cuentas con aquellosvecinos a los que detestaban osimplemente envidiaban.
El número de asesinados por lacheca socialista de García Atadell fuemuy numeroso[148], siendo ejecutadas las
muertes por agentes de la denominadabrigada después de trasladar a losdetenidos a la Ciudad Universitaria yotros lugares situados a las afueras deMadrid.
La checa socialista de GarcíaAtadell tuvo un final rápido yciertamente inesperado. A finales deoctubre de 1936, su dirigente,acompañado de dos chequistas llamadosLuis Ortuño y Pedro Penabad, decidióabandonar Madrid con todo el dinero ylas alhajas que pudo llevar consigo. Conla excusa de que iban a realizar unservicio de contraespionaje, los tressocialistas embarcaron en dirección a
Marsella. Una vez en territorio francés,García Atadell y sus cómplicesprocedieron a vender los brillantes quellevaban consigo y adquirieron unpasaje rumbo al continente americano.La noticia no tardó en saltar a la luzpública y la misma prensa que habíaincensado hasta ese momento a loschequistas procedió ahora a calificarlosde traidores y a asegurar que habíansido detenidos en Francia aconsecuencia de un servicioextraordinario llevado a cabo por lapolicía republicana[149]. La noticia erafalsa salvo en lo referente al robo y fugade los tres socialistas. Su detención no
se produjo en Francia ni tampoco fuerealizada por agentes extranjeros orepublicanos. De manera inesperada, elbarco que conducía a García Atadell ysus cómplices a América atracó en elpuerto canario de Santa Cruz de laPalma a la sazón controlado por losalzados. Tanto Agapito García Atadellcomo Pedro Penabad fueron detenidospor la policía nacional y se les trasladóa Sevilla donde se les sometió a unproceso llevado a cabo por un tribunalmilitar. Hallados culpables denumerosos crímenes, fueron condenadosa muerte y ejecutados. Con ellos iba amorir también la checa socialista de
García Atadell en noviembre de 1936.No sucedería lo mismo con lasactividades represivas de suscomponentes como tendremos ocasiónde ver más adelante.
La checa socialista deMarqués de Riscal
También relacionada de maneraespecial con el PSOE estuvo la checasita en el número 1 de la calle Marquésde Riscal. La misma además de la sedeoficial citada contaba con dossucursales en el número 7 de la calleFernández de la Hoz y en el 17 de la
calle Caracas. Orgánicamente, dependíade la Inspección General de MiliciasPopulares mandada por el comandanteBarceló, y estaba sujeta a la inspeccióndirecta de un colaborador del citadocomandante llamado Justiniano García.Sus miembros, por otra parte, fueronproporcionados por las milicias delCírculo Socialista del Sur que, mástarde, se convertirían en la primeracompañía de enlace de la InspecciónGeneral de Milicias Populares. Ésta seencontraba bajo la inmediatadependencia de Ángel Galarza Gago,ministro de la Gobernación, y teníacomo finalidad proporcionarle escolta y
proteger el edificio del ministerio queregía. Resultaba pues evidente larelación de este organismo represivocon el aparato de poder gubernamentaldel Frente Popular.
La checa de la calle del Marqués deRiscal —una de las caracterizadas poruna actuación más cruenta— era, comoya se indicó, de composiciónmayoritariamente socialista. Sinembargo, algunos de sus chequistasestaban afiliados a otras organizacionesdel Frente Popular y, de maneraespecialmente señalada, a IzquierdaRepublicana. De hecho, a este partidopertenecía el jefe teórico de la checa,
Alberto Vázquez.Los asesinatos realizados por esta
checa del PSOE[150] se realizaban en losaltos del Hipódromo y en la pradera deSan Isidro y resultaba frecuente quefueran precedidos por sesiones detortura. Ésa fue la desdicha sufrida en lacheca por los religiosos Manuel LópezGarcía de la Torre de la parroquia deSan Andrés o algunas religiosas delServicio Doméstico a las que se violó.Otro ejemplo de estas prácticas fue elcaso del ingeniero Alfredo FernándezLanga[151] que tras ser sometido a torturaen la checa, fue sacado de la mismadurante la noche del 26 de agosto de
1936 junto a los detenidos José MaríaRodríguez Alcalá, Pablo Cáceres,Teodoro Menéndez y un capuchinoconocido como el padre Gregorio. Loscinco fueron conducidos a los altos delHipódromo donde se les colocó en filapara ser fusilados. Habían recibido laabsolución del sacerdote y esperaban lamuerte cuando en esos momentos se oyóel ruido procedente de unos motores. Setrataba de algunos aparatos de laaviación nacional que provocaron elmiedo de los chequistas llevándoles ano ajustar el tiro. Esa circunstanciapermitió a Fernández Langa salvar lavida aunque sus acompañantes de
infortunio no disfrutaron de la mismasuerte.
La relación de los chequistas con elministro Ángel Galarza fue muy estrechahasta el punto de que cuando ennoviembre de 1936 éste abandonóMadrid con el resto del gobierno delFrente Popular a causa de la cercaníadel ejército nacional, la mayoría leacompañaron en calidad de guardiapersonal. Como en el caso de las demáschecas, la del Marqués de Riscal sehabía beneficiado de los frutos derepetidos saqueos. Las alhajas y objetosde valor obtenidos por estos medios seentregaban a un fundidor miembro del
Círculo Socialista del Sur, pasandodespués el metal a manos de ManuelMuñoz, el director general deSeguridad. En el momento de la huidadel gobierno frentepopulista haciaLevante, los chequistas, siguiendoórdenes del ministro Galarza,procedieron a cargar los objetos devalor en maletas y llevarlos consigo.Llegaron con su preciosa carga hastaBarcelona donde sus planes se vieronfrustrados ya que algunos milicianos dela CNT detuvieron a los chequistas y lesarrancaron el botín. La pérdida delcaudal no fue acompañada por unapareja disminución del poder de la
checa. Una vez en Valencia, ÁngelGalarza encomendó a sus componentesla formación de la denominada checa deSanta Ursula.
La checa de la AgrupaciónSocialista Madrileña
Dentro de la enumeraciónnecesariamente sucinta de las checassostenidas por el PSOE yorganizaciones relacionadas enMadrid[152], la última a la que vamos areferirnos es a la de la AgrupaciónSocialista Madrileña. Un departamentode dicha agrupación denominado
Comisión de Información ElectoralPermanente (CIEP) había contado enperíodos electorales con el estudio delcenso de la capital. Esta circunstancia setraducía en la posesión de abundantesdatos sobre la ideología política de losvecinos de Madrid lo que resultabaespecialmente interesante a efectosrepresivos. A cargo de esta comisión sehallaba el socialista Julio de MoraMartínez. De Mora venía demostrandouna capacidad gestora considerable. Dehecho, al estallar la revolución en juliode 1936, el PSOE se había apoderadode un millar de inmuebles en la capitalpero en lugar de proporcionarles una
finalidad social o de proceder a sureparto entre los necesitados, se habíalimitado a sustituir a sus propietariospercibiendo el PSOE las rentas de lamisma manera que éstos lo habían hechohasta entonces. Para llevar a cabo esatarea de percepción de haberes en lugarde los propietarios legítimos, Enriquede Francisco, diputado, del PSOE ydirigente de la Agrupación SocialistaMadrileña, había nombrado a Julio deMora Martínez.
La transformación en checa de loque hasta ese momento había sido unorganismo de información y percepciónde rentas se llevó a cabo mediante la
adscripción de un cierto número deagentes de policía de reciente creación yafiliados al PSOE. Su mando corría acargo de Anselmo Burgos Gil, unpolicía profesional que conposterioridad sería el jefe de la escoltadel embajador de la URSS en España, yde David Vázquez Baldominos que, másadelante, participaría, como veremos, enalguno de los episodios más famosos dela represión soviética en la zonacontrolada por el Frente Popular.
La sede se instaló en el número 103de la calle Fuencarral, en un palaciopropiedad del conde de Eleta del que sehabía apoderado el PSOE y, como en el
caso de otras checas a las que ya noshemos referido, practicó numerosasdetenciones y asesinatos[153]. En algunasocasiones, estas acciones fueronrealizadas directamente y en otrasrecurriendo al expediente de entregar alos detenidos a la checa de Fomentopara que ésta procediera a darlesmuerte.
Las acciones del socialista Julio deMora y de sus chequistas fueron tambiénsimilares a las realizadas por otraschecas en relación al exterminio delclero. En octubre de 1936, por ejemplo,De Mora dio órdenes directas para quese asesinara a un grupo de monjas que
habían sido detenidas por sushombres[154]. Sin embargo, quizá elaspecto más significativo de laactuación del socialista De Mora fueque, desde los primeros días de laguerra, fue consciente —¿quizáinformado por sus superiores del PSOEo del Frente Popular?— de que losasesinatos pasarían a convertirse enmatanzas masivas de detenidos. Así, yaen agosto de 1936, De Mora dio órdenespara que se abrieran fosas en el pueblode Boadilla que debían servir para losenterramientos en masa de losasesinados por las checas. En otraspalabras, la adopción del sistema
bolchevique de matanzas yenterramientos masivos, un sistema quesería copiado en los años cuarenta porlos nazis alemanes, se había producidoen fecha tan temprana que cuesta creerque no formara parte de una visiónconcreta del desarrollo de la revolución.
Julio de Mora, antiguo albañil, iba aescalar importantes puestos en elorganigrama represivo del FrentePopular. Para cuando así sucediera, lasmatanzas y los enterramientosmultitudinarios habrían dejado de ser unacariciado proyecto para convertirse enuna trágica realidad que manifestaríabien a las claras el carácter de la
revolución que se vivía en la España delFrente Popular. Sin embargo, antes deestudiar ese aspecto, tenemos quedetenemos en otras checas cuyavinculación con los aparatos del Estadofue especialmente acentuada.
5
La colaboración de lascomisarías y del
Ministerio de la Guerra
El Consejillo del distrito deBuenavista
La colaboración de los órganosestatales con la represión practicada porlas checas no quedó limitada a aquellasramas que tenían una relación directa
con la seguridad política. En realidad,se extendió también a las fuerzaspoliciales e incluso al ejército. Lasrazones para la sumisión de las fuerzaspoliciales las hemos visto en parte alreferirnos al nombramiento de nuevosagentes que, en buena medida, procedíande las filas del PSOE pero excedieronconsiderablemente el nombramiento deagentes de nueva hornada. Una causa demayor peso aún fue el hecho de que encasi todas las comisarías de Madrid seprocedió a separar del servicio, detenero asesinar a los agentes de tal maneraque los que sobrevivieron a las accionesrevolucionarias se plegaron a las nuevas
directrices. El terror operó asíinicialmente en un sector de la sociedadindispensable para perpetuar supráctica. De esa manera, para salvarsede posibles represalias o bienquistarsecon los nuevos amos, los agentes depolicía no pocas veces procedieron aentregar a detenidos a las checas pororden de la Dirección de Seguridad oincluso por decisión propia[155]. Deentre esa perversión de las garantíasjurídicas cabe destacar como ejemplonotable la comisaría de Buenavista. Sujefe, Luis Omaña, era un antiguo agenteque fue promovido al grado decomisario pero las actuaciones contaron
con la intervención decisiva de unconsejillo político que fue creado ennoviembre de 1936 con miembros de ladisuelta checa de Fomento como BrunoCarreras Villanueva o Benigno ManceboMartín.
La checa sita en la comisaría deBuenavista se caracterizó por laprofusión de los saqueos realizados porsus miembros, así como por la actividadciertamente sanguinaria de personajescomo un chequista apodado Matacuras,que había sido chófer en el puente deVallecas y que solía presumir de susasesinatos. El segundo jefe de lacomisaría, Santiago García Imperial,
aprovechó además la situación deangustia por la que atravesaban lasmujeres cuyos deudos se hallabandetenidos en la checa para conseguir deellas favores sexuales[156].
Los asesinatos llevados a cabo porlos chequistas de la comisaría deBuenavista fueron muy numerosos[157]
realizándose de manera independiente oen colaboración con otras checas deMadrid como fueron la Escuadrilla delAmanecer, los centros anarquistas delpuente de Vallecas o el 14.° Batallón deIzquierda Republicana cuya sede seencontraba en la calle Mondéjar número2. Sin embargo, el clima de terror
desencadenado por el sistema represivoimperante en la zona controlada por elFrente Popular impidió como en tantasocasiones realizar una protesta que, abuen seguro, hubiera venido seguida porel asesinato del denunciante. No deja deser al respecto revelador que el únicocaso documentado de este tipo seencuentre relacionado con la conductade un súbdito extranjero, a la sazón enEspaña. Efectivamente, el 29 denoviembre de 1936, los chequistas delConsejillo de Buenavista asesinaron auna mujer llamada Teresa Polo Jiméneza la que, por añadidura, robaron conanterioridad cinco mil pesetas y unas
alhajas que llevaba. El crimen contaba,lamentablemente, con millares deparalelos en aquellos días pero provocóla denuncia de un italiano, Ángel Loritoque en aquellos momentos eracomandante de las BrigadasInternacionales y que había intentadopor todos los medios que Teresa Polofuera puesta en libertad ya que nodesempeñaba ninguna actividad política.Como ya se ha indicado, nada pudoimpedir la muerte de la mujer y el hechoimpulsó a Lorito no sólo a denunciarlo alas autoridades judiciales sino a afirmaren el curso de su declaración quedeseaba abandonar España ya que
«defendía una causa pero no podíahacerse cómplice de un asesinato»[158].La repugnancia ante la realidad de loque acontecía en la zona denominadarepublicana impulsaría a no pocosinterbrigadistas a actuar de maneraparecida como ya hemos analizado enotra obra anterior[159]. Sin embargo, enabsoluto tuvo el menor efecto a la horade aminorar una represión que, lejos deser incontrolada, dependía de maneradirectísima de las órdenes emanadas dediversos órganos del Estado.
Los Servicios Especiales delMinisterio de la Guerra
De la impresionante marea represivay la creación de organismos ad hoc parasu puesta en funcionamiento queacompañó al estallido de la revoluciónfrentepopulista no escaparon tampocolas fuerzas armadas. De hecho, elMinisterio de la Guerra del FrentePopular creó de manera inmediata unacheca propia que recibió el nombre deServicios Especiales de Prensa yPropaganda y dependía de la SegundaSección del Estado Mayor.
Como en el caso de la checa de
Bellas Artes, nos encontramos entre susefectivos a una representación de lasdiferentes fuerzas políticas quecomponían el Frente Popular. De sus dosmáximos dirigentes, Fernando AriasParga y Prudencio Sayagües, el segundoformaba parte de los cuadros de lasJuventudes de Izquierda Republicana yde entre los ejecutores destacaban loshermanos Colinas Quirós de filiacióncomunista. Incluso contó esta checa conla presencia de personajes novelescoscomo el capellán castrense PabloSarroca Tomás que colaboraba conAzaña desde 1932 y que había sidoobjeto de disciplina eclesiástica.
Sarroca desempeñaba funciones deinterrogador de los detenidos a los que,so pretexto de llevarse a cabooperaciones de contraespionaje, seeliminaba por el simple hecho de no serafectos al Frente Popular.
Esta checa experimentó una curiosamutación en noviembre de 1936 conocasión de la aproximación de lastropas de Franco a Madrid pero a ellanos referiremos más adelante.
Parte III
EXTERMINIO ENMASA
1
Hacia el exterminio enmasa:
las primeras sacas
Los fusilamientos de la cárcelModelo
Uno de los mayores problemas conlos que se enfrenta un sistema represivoque cuenta entre sus objetivos con elexterminio de un sector de la población
es el de acelerar un proceso que, muypronto, se contempla lastrado por lo quese considera una enorme lentitud. Paralos verdugos, semejante problema acabasolventándose mediante la utilización demétodos masivos de realización de lasmatanzas que permitan deshacerse enuna sola acción de centenares o inclusomillares de víctimas. Ya hemosexaminado, de manera sucinta bien esverdad, la manera en que el sistemasoviético articuló desde muy prontoorganismos encaminados a esas tareasde aniquilación propias del denominadopor el propio Lenin «terror de masas».En otro lugar hemos estudiado asimismo
la manera en que los jerarcas nazisencargados de la perpetración delHolocausto fueron adoptando nuevosmétodos que les permitieron acelerar —y maximizar— el proceso de exterminiode los judíos[160]. Algo muy similarsucedió en la zona controlada por elgobierno del Frente Popular dondesegmentos enteros de la poblaciónestaban destinados, con la colaboraciónde todas las organizaciones políticas yde los mismos aparatos del Estado, aconvertirse en víctimas del saqueo, de latortura y, finalmente, del asesinato.
La posibilidad de que losadversarios, reales o supuestos, del
Frente Popular dejaran de sereliminados mediante el trágicamenteconocido «paseo» y abandonados en lascunetas para ser asesinados en gruposmayores a los que se daría sepultura engrandes fosas colectivas apareció, comohemos indicado en un capítulo anterior,ya en los primerísimos días de larevolución. Con todo, pasaría un mesdesde el inicio de la guerra antes de quese llevara a cabo y en sus primerosmomentos implicó en lasresponsabilidades directas de loscrímenes a otra de las ramas de laadministración estatal, la relacionadacon las instituciones penitenciarias.
La cárcel Modelo de Madrid recibióeste apelativo precisamente porqueseguía las directrices de lo que a lasazón se consideraba el sistema másavanzado de construcción y trazado depenitenciarías. Su forma era la de unaestrella de cinco brazos que entre sícontaban con otros tantos patiosdestinados al recreo de los reclusos.Cada galería estaba incomunicada de lasotras por la parte central aunqueresultaba posible la comunicación entrelos diferentes pisos.
El emplazamiento de la prisiónresultaba ideal limitando al norte con laCiudad Universitaria, al oeste con el
cuartel del Paseo de Moret, elManzanares y la Casa de Campo y alsur, con el parque municipal debomberos.
Al producirse el alzamiento y larevolución de julio de 1936, serealizaron distintas detenciones de losconsiderados desleales al gobierno y seprocedió a su internamiento en la prisióna la espera de la decisión judicialpertinente. De esa manera, en la primeragalería de la cárcel Modelo se internó aunos cuatrocientos militares y a algunosfalangistas dándose la paradójicacircunstancia de que esa medida sirviópara salvarles la vida en unos momentos
en que las checas ya habían comenzadoa actuar por las calles y afueras deMadrid con su terrible estela desaqueos, torturas y asesinatos.
Durante esa época, los reclusosmilitares se hallaban en la primeragalería, los pertenecientes a Falange enla segunda y la tercera, los presoscomunes por delitos contra la propiedaden la cuarta y los comunes por delitos desangre o por aplicación de la normativade vagos en la quinta. Además en elcuerpo central se había procedido aencerrar a algunos presos políticos[161].
El día 17 de agosto tuvo lugar elfusilamiento del general Fanjul al que
nos referimos en un capítulo anterior yse produjo un cambio radical de lasituación. El subdirector de la prisióncomunicó a los militares que se hallabanrecluidos que, siguiendo una orden delministro de la Gobernación, entrarían enel recinto penitenciario unos milicianosencargados de cachear a los presospolíticos. El acto, a todas lucesirregular, se produjo efectivamente en unclima enrarecido en el que los reclusosfueron insultados y amenazados demuerte por los milicianos[162]. Tres díasdespués volvió a repetirse lairregularidad pero esta vez laprotagonizó un grupo de milicianas que
además se dedicaron a instigar a lospresos comunes contra los militaresdetenidos[163] creando un climaenrarecido y hostil que ya no sedisiparía.
Detrás de estos hechos, preludio deotros peores, se hallaban el directorgeneral de Seguridad y el ComitéProvincial de Investigación Pública,más conocido como la checa deFomento. El ejecutor fue un anarquistade la CNT llamado Felipe EmilioSandoval, alias Doctor Muñiz y elMuñiz, que al estallar la revolución seencontraba recluido en la cárcel Modelopor un delito de sangre. A diferencia de
otros delincuentes comunes que salierona la calle ya el 20 de julio por suidentificación con el Frente Popular,Sandoval permanecería en prisión unpar de semanas más[164]. Sin embargo,su excarcelación no pudo darse enmejores condiciones, ya que se leofreció de manera inmediata convertirseen miembro del Comité Provincial deInvestigación Pública. En otraspalabras, el anarquista delincuente pasóde la noche a la mañana a transformarseen un policía y no en un policíacualquiera sino en un agente dotado deun verdadero derecho sobre vidas yhaciendas respaldado por los
organismos gubernamentales. Sería encalidad de tal como recibiría la ordende la checa de realizar los registros,orden confirmada por el miembro deIzquierda Republicana Manuel Muñoz, ala sazón director general de Seguridad.
Lamentablemente, la acción de latrágicamente conocida checa deFomento no iba a limitarse a loscacheos. El 22 de agosto por la mañanavolvieron a aparecer por la cárcelModelo milicianos de la CNT y de laFM al mando de Sandoval. Sobre lastres y media de la tarde, se oyó en elinterior de la prisión un disparo y acontinuación se produjo un incendio en
la tahona de la cárcel ocasionado porlos presos de los sótanos y de la galeríaquinta, incursos en la Ley de Vagos, enconnivencia con los milicianos, lo quetuvo como consecuencia el hundimientodel piso de entrada a la segunda galería.La confusión que se produjo fuecomprensible y se aprovechó ademáspara que los presos comuneshuyeran[165].
El incendio tuvo además otraconsecuencia. De manera inmediata sedio aviso a las autoridades de losucedido y en la prisión se personaronel director general de Seguridad y eldirector general de Prisiones que se
limitaron a contemplar lo que estabaaconteciendo. Se produjo entonces lallegada de los bomberos y con ella elinicio del drama porque las miliciasaprovecharon el incendio y la entrada delas mangueras para irrumpir en lacárcel. En paralelo, otros milicianosapostados en las terrazas comenzaron aametrallar a los presos de la primeragalena que se encontraban en el patio.
La situación fue aprovechada por eldirector general de Seguridad paraacudir a entrevistarse con Giral, elpresidente del Gobierno, y proponerleque procediera a excarcelar a los presoscomunes y a los recluidos por la Ley de
Vagos. Giral, de manera que admitedifícil justificación, accedió a losolicitado y el director general deSeguridad —que de manera bienelocuente no había hecho referencia ni ala seguridad de los otros presos ni a lanecesidad de tomar medidas paragarantizarla— regresó a la cárcel con laintención de proceder a la inmediataliberación de los delincuentes. No pudollevarla a cabo por la sencilla razón deque el anarquista Sandoval, miembro dela checa de Fomento, ya lo había hecho.A la sazón, el director general deSeguridad supo que se había producidoya el asesinato de varios presos
políticos y de que otros estaban a puntode correr la misma suerte pero noreaccionó frente a los crímenes.
El día, desde luego, iba a resultarcruento para los reclusos no detenidospor delitos comunes. Seis murieroncomo consecuencia del fuego de lasametralladoras disparadas por losmilicianos al mando del chequistaSandoval[166] pero lo peor quedaba porvenir. La noche la pasaron todos losdetenidos de la primera galería echadosen el suelo del patio y oyendo cómo losmilicianos que los custodiabanrealizaban los preparativos parafusilarlos en masa. De hecho, fueron
frecuentes los comentarios de quedebían juntarlos más para aprovecharmejor las balas y las preguntas relativasal momento en que debía iniciarse lamatanza. En el curso de aquellas horasen las que todos contaban con serfusilados al amanecer, un sacerdotellamado José Palomeque[167] se ocupabade confortar espiritualmente a losrecluidos.
Desde luego, éstos no exageraban enel tenor de sus miedos. A la cárcelModelo llegó en esas horas el generalPozas, a la sazón ministro de laGobernación, pero no intervino paraimpedir los acontecimientos que se
estaban desarrollando ni tampoco abrióuna investigación para proceder a ladetención de los asesinos. De creer en elprincipio que establece que «el quecalla otorga», de su comportamientohabría que deducir que consideraba queaquella era una acción legítima y quizáincluso necesaria. Mientras tanto, en elinterior de la prisión se habíaconstituido un tribunal muy semejante aaquellos a los que nos hemos referido alhablar de la checa de Fomento. Ante élllevaron a empujones y envueltos eninsultos al doctor Albifiana, diputado aCortes; a Melquíades Álvarez yRodríguez Posada, un veterano
republicano, jefe del Partido Reformistay decano del Colegio de Abogados deMadrid; a José Martínez de Velasco,exdiputado y exministro; a FernandoPrimo de Rivera y Sáenz de Heredia,militar y jefe de Falange en Madrid; aManuel Rico Avelló, diputado yexministro; y a Julio Ruiz de Alda yMigueláñez, militar y fundador deFalange. Todos ellos fueron condenadosy fusilados en aquel mismo momento sinque impidieran tales hechos ni la totalausencia de garantías procesales, ni lainmunidad parlamentaria de quedisfrutaban algunos de los acusados.
El fusilamiento de los seis detenidos
causó un efecto electrizante entre losmilicianos. Algunos manifestaron sudeseo de pasar por las armas en esemomento a todos los reclusos políticosmientras que otros consideraron que unaacción de ese tipo resultaríadesproporcionada. Finalmente, losmilicianos socialistas de la Motorizadaprocedieron a fusilar a once presos[168]
más en los sótanos de la prisión ya enlas últimas horas del día 22 o lasprimeras del 23.
El día 23, los reclusos fueronmantenidos bajo el sol de agosto en elpatio sin que se les diera agua nialimento alguno. Uno de los milicianos
incluso se divirtió con el macabro juegode lanzar trozos de pan desde lo alto dela garita para luego disparar sin darhacia el que se acercaba a recogerlo ycorear su broma con carcajadas.También continuaron los fusilamientos.El capitán Ordiales fue sacado de entrelos presos para ser llevado a la quintagalería donde se le fusiló y acontinuación fueron asesinados elcapitán Fanjul, hijo del general; y elgeneral Capaz que había conquistadoIfni. Asimismo asesinaron al generalVillegas que se encontraba en laenfermería de la cárcel.
Con la muerte de Villegas se puso
fin —tan sólo momentáneamente— a losasesinatos perpetrados entre losreclusos de la cárcel Modelo. Laexperiencia había encerrado, desdeluego, importantes lecciones. La primeraera que había miembros de laadministración estatal a través dedistintos organismos —como la checade Fomento— que estaban dispuestos aasesinar sin ningún tipo de formalidadlegal a los que consideraba susadversarios; la segunda, que ningunarama de esa administración mostrabaespecial diligencia a la hora deinterferir en la comisión de hechos queno sólo eran ilegales sino que además
constituían flagrantes violaciones de losderechos humanos más elementales; latercera, que para la comisión de estoscrímenes, el Frente Popular podía contarcon el apoyo incondicional de todos lospartidos, sindicatos y organizacionesque lo componían, así como con ampliossegmentos sociales que no excluían aporciones considerables de losdelincuentes comunes y la cuarta —enormemente importante— que todosestos hechos podían realizarse de unamanera propia del terror revolucionariocristalizando en matanzas masivas. Asíquedaría claramente de manifiesto antesde un mes en la cárcel de Ventas.
Las sacas de VentasInicialmente, la cárcel de las Ventas,
situada entre las calles de Marqués deMondéjar y Rufino Blanco,relativamente cerca de la actual Plaza deToros de Madrid, tenía como misión lade servir de lugar de reclusión femenina.Sin embargo, por una decisión delgobierno del Frente Popular, la prisiónde mujeres se trasladó en julio de 1936a un palacio situado en la plaza delConde de Toreno y la cárcel de Ventasse convirtió en prisión provisional dehombres número 3, una clasificación quemantendría desde el 25 de julio de 1936
hasta el 26 de marzo de 1937. Duranteeste breve período de tiempo, apenasdos cuatrimestres, se sacaron de entresus muros con destino a la muerte acerca de cuatrocientas personas.
Las primeras sacas, sin embargo, norevistieron un carácter masivo aunquefueron prácticamente continuas a partirde mediados de septiembre. Así, el día14 de este mes de 1936, fue víctima elfuncionario de prisiones Gregorio JoséSan Martín y San Juan. Al día siguiente,se produjo la saca de otros nuevereclusos a los que también se diomuerte[169]. El 17, tuvo lugar una nuevasaca en la que fueron asesinados dos
funcionarios de prisiones, RamónDonallo Marín de Bernardo y LuisSantigosa Payo y la razón directa yconfesa del autor de los crímenes, el yaconocido por los lectores Felipe EmilioSandoval, agente de la checa deFomento, no fue otra que la venganzapersonal[170], una causa no tan extraña sise tiene en cuenta que el personaje encuestión, como muchos otros chequistas,era un antiguo delincuente común. El 19,otro recluso, de nombre Juan ManuelPuente Sanz, fue sacado de la cárcel,conducido a Colmenar Viejo yasesinado. El 20, las víctimas de la sacafueron cuatro[171], al igual que el día
21[172]. El día 22, no se produjeronsacas pero los días 23[173] y 24[174]
volvieron a tener lugar asesinándose encada ocasión a tres personas a las que setrasladó a Fuencarral.
En el caso de uno de los asesinadosdel día 23, Francisco ArizaColmenarejo, se dio una circunstanciaque atestigua la trágica relación entrelos asesinatos y los aparatos del Estado.Sabedor de que iba a ser puesto enlibertad, Ariza escribió al directorgeneral de Seguridad rogándole que sesirviera «suspender las órdenes delibertad» a menos que pudieragarantizarse su integridad física. La
acción inmediata del director general deSeguridad consistió en ordenar su puestaen libertad el 23 de septiembre a la vezque se lo comunicaba a los chequistasde Fomento. Aquel mismo día Ariza fueasesinado.
Hasta aquellos días de septiembre,las sacas habían sido frecuentes en lasdos cárceles más importantes deMadrid, pero los asesinatos se habíanrealizado en grupos reducidos. A partirdel mes siguiente, se produjo un saltotanto cualitativo como cuantitativo en lastareas de represión y exterminio.
2
Decisión y técnica
Las sacas de octubreEn septiembre de 1936 —el mes en
que el gobierno republicano pasó deestar compuesto por fuerzasrepublicanas a integrar a todos lospartidos y sindicatos del Frente Popularincluyendo a los anarquistas— losasesinatos dejaron de realizarse engrupos reducidos para pasar a
convertirse en matanzas en masa. Enoctubre sólo se realizarían dos sacas delas prisiones.
La primera de las sacasmencionadas tuvo lugar con presos de lacárcel de Ventas y se fundamentó en unescrito del Comité Provincial deInvestigación Pública, más conocidacomo checa de Fomento donde seordenaba a las autoridades de la prisiónque se sirviera «poner a nuestradisposición los siguientes detenidos enesa cárcel», incluyendo a continuacióncatorce nombres[175]. De esta manera —nada excepcional como ya hemos visto— un organismo gubernamental
ordenaba que se le entregarandeterminados reclusos a los que, actoseguido, se procedía a fusilar.
A finales de ese mes, la cárcelcelular fue objeto de una nueva saca. Lacifra en esta ocasión se elevó a más deochenta personas e incluía prisionerosde guerra[176]. Ciertamente, las cifrashabían aumentado pero aún seríanpequeñas en comparación con el horrorque descendería sobre Madrid ennoviembre.
Las matanzas de AravacaEn noviembre, la administración del
Frente Popular había decidido yaproceder al exterminio masivo de losconsiderados enemigos —un conceptoque lo mismo podía incluir a unfalangista que a una monja, a un militarque a un católico practicante, a unpersonaje contra el que se ansiabavenganza que a un propietario de un pisomalquistado con el portero— medianteel expediente de realizar fusilamientosen masa. Con el pretexto de que sellevaba a cabo el traslado de losreclusos, éstos debían ser conducidos aun lugar aislado donde se procedería aasesinarlos para, a continuación, darlessepultura en gigantescas fosas comunes.
El 1 de noviembre de 1936, ManuelMuñoz, el director general deSeguridad, dio la orden de que se sacarade la cárcel de Ventas a treinta y unhombres con el pretexto de que iban aser trasladados a Chinchilla[177]. Todosfueron fusilados encontrándose entreellos once militares de los que ochoestaban retirados, y dos intelectualescomo Ramiro de Maeztu, uno de loscerebros más importantes de la época, yRamiro Ledesma Ramos, fundador delas JONS y traductor para Ortega yGasset de textos filosóficos en alemán.Al ser sacados de la cárcel, uno de losdetenidos increpó a los carceleros que
dispararon en ese momento sobre éldándole muerte. Generalmente, se haidentificado a este personaje conRamiro Ledesma pero tampoco faltaquien afirma que fue, en realidad, unlinotipista de ABC[178].
Por lo que se refiere a Ramiro deMaeztu, antes de salir de la prisiónsolicitó de José María Fernández,párroco de Getafe, que le absolviera loque, al parecer, le confortóconsiderablemente. Ante el pelotón defusilamiento diría a sus ejecutores:«¡Vosotros no sabéis por qué me matáis,yo sí sé por qué muero, porque vuestroshijos sean mejores que vosotros!».
Al día siguiente, tuvo lugar otra sacade la cárcel de Ventas nuevamente condestino al fusilamiento en el cementeriode Aravaca. En esta ocasión, se trató detreinta y seis hombres de los que ochoeran militares, seis de ellos retirados.
El 3, la checa de Fomento volvió arealizar una tercera saca de la cárcel deVentas con destino a Aravaca. Elnúmero de fusilados ascendió a cuarentade los que veintiocho eran militares.Sería la última con destino a estalocalidad ya que las fuerzas enemigas seaproximaban ya a Madrid. Las tropas deFranco avanzaban en el flanco derechohacia La Marañosa, en el izquierdo
hacia Móstoles y en el centro haciaGetafe. El día 4, caían en manos delejército nacional Fuenlabrada, Móstolesy Getafe. No habría más fusilamientosen Aravaca, Un lugar predilecto de lacheca de Fomento para realizar susasesinatos pero a esas alturas el númerode víctimas de la represiónfrentepopulista en el lugar rondaba lostres centenares[179].
En agosto, se habían enterradosesenta y siete personas en las fosas dela 3 a la 6; en septiembre, ciento veinte,en las fosas 7 a 10; en octubre y los tresprimeros días de noviembre, ciento diezpersonas fueron sepultadas en las fosas
11 y 12[180]. Las cifras resultanciertamente escalofriantes peroconstituían apenas un prólogo para lasgrandes matanzas de noviembre de1936.
Paracuellos
La decisiónLos fusilamientos realizados por
fuerzas dependientes de los órganos depoder republicanos en Paracuellossiguen provocando caldeadascontroversias a casi tres cuartos de siglode distancia. No resulta extraño que así
sea por cuanto se trató de las mayoresmatanzas de civiles realizadas durante elconflicto —a decir verdad, careceríande paralelos en ambos bandos— y, dehecho, constituyeron un antecedentedirecto del exterminio realizado por lasfuerzas soviéticas con los prisioneros deguerra polacos posteriormenteenterrados en Katyn y del perpetradopor los nazis con poblaciones judías enepisodios como Babi-Yar. Porañadidura, los crímenes de Paracuellosexceden la mera cuestión histórica paraentrar en terrenos impregnados dediscusión política que, incluso en laactualidad, siguen siendo sensibles.
Precisamente esa última circunstancia esla que debería conducir al investigadorhistórico a esclarecer de una vez portodas las matanzas en lo referente a ladecisión y la orden para que fueranrealizadas, la ejecución de las mismas ysu magnitud real. A estos aspectosdedicaremos el resto del capítulo.
La decisión sobre el exterminiofísico de millares de reclusos detenidosen prisiones republicanas no partió deuna sola instancia. Es ése un aspecto queha permitido intentar eludir laresponsabilidad precisamente a algunosde sus culpables a lo largo de décadascuando, en realidad, como tendremos
ocasión de ver, lo que pone demanifiesto es la extensión de lasimplicaciones que superaronnotablemente a una persona, unaorganización o un aparato del estadorepublicano.
Que la idea de exterminar a todoslos adversarios políticos formaba partedel sentir común de las fuerzas delFrente Popular es algo que puede versecon notoria claridad en los distintosórganos de expresión de las mismas.Milicia Popular, el portavoz del 5.°Regimiento comunista, afirmaba así ainicios de agosto[181]:
«En Madrid hay más de mil fascistas
presos, entre curas, aristócratas,militares, plutócratas y empleados…¿Cuándo se les fusila?» y unos díasdespués instaba al exterminio con lassiguientes palabras: «El enemigo fusilaen masa. No respeta niños, ni viejos, nimujeres. Mata, asesina, saquea eincendia… en esta situación, destruir unpuñado de canallas es una obrahumanitaria, sí, altamente humanitaria.No pedimos, pues, piedad, sinodureza»[182].
Mundo Obrero, por su parte,publicaba por las mismas fechas su«Retablo de ajusticiables» entre los quela gente de creencias religiosas
disfrutaba de un siniestro lugar de honorpero del que no se salvaba ni siquiera«esa cucaracha asquerosa» que no eraotra que Niceto Alcalá Zamora, antiguopresidente de la República, que,prudentemente, había optado por elexilio. El periódico Octubre en unnúmero extraordinario de mediados deagosto[183] resultaba aún más explícito sicabe al afirmar:
«A esta hora no debía quedar ni unsolo preso, ni un solo detenido. No eshora de piedad. La sangre de nuestroscompañeros tiene que cobrarse concreces».
La república de 1931 había
concluido y así lo expresaban de maneratajantemente obvia los distintosdirigentes del Frente Popular que yaabogaban por una nueva forma de«democracia» en la que, siguiendo elmodelo soviético, habrían desaparecidosegmentos enteros de la sociedad. JoséDíaz, secretario del PCE, podía afirmar:
«¡Democracia «para todos» no!Democracia para nosotros, para lostrabajadores, para el pueblo, pero nopara los enemigos»[184].
Por su parte, Andreu Nin, élpersonaje más relevante del POUM,resultaba aún más explícito:
«¿Es que la clase obrera que tiene
las armas en la mano, en los momentospresentes ha de defender la repúblicademocrática? ¿Es que está derramandosu sangre para volver a la república delseñor Azaña? No, la clase trabajadorano lucha por la repúblicademocrática»[185].
Partiendo de ese contexto pocopuede extrañar que semejante visiónexterminadora contara incluso con elapoyo de los denominados intelectualesde izquierdas que legitimaban el uso dela violencia revolucionaria converdadero entusiasmo. EduardoZamacois, uno de los escritores que conmás profusión abogaría por el
exterminio, describiría en tonos épicosel uso del terror:
«Madrid necesitaba purificarse ypara los «emboscados» no había indulto.Pero esas podaciones no bastaban; elcáncer que roía la vida nacionalempeoraba y el daño se aliviaríaúnicamente cuando el bisturí justicieropenetrase muy hondo. La cura por lomismo revistió caracteres dramáticos.Llegada la noche la vigilancia serecrudecía y cualquier sombra,cualquier gesto, cobraban visosalarmadores. Tan pronto el alumbradopúblico extinguía sus luces, losmilicianos que guardaban las esquinas
no dejaban pasar a nadie sin dar el¡Alto! Y ese grito y el relucir de losfusiles bajo el lívido claror estelar,expandían una emoción pavorosa en elabsoluto silencio de la ciudad aobscuras»[186].
Un caso similar era el de MaríaTeresa León, mujer a la sazón del poetaRafael Alberti, que en su calidad dedirectora del periódico Ayuda del SRIinstó al fusilamiento del conocidogeneral republicano López Ochoa con eleufemismo de que «las masas loajusticien»[187].
La visión exterminadora no quedaba,desde luego, limitada a las soflamas de
la prensa del Frente Popular ni tampocoa los intelectuales que escribían en ella.En realidad, nacía de una cosmovisiónque ya se había ensayado en otrospaíses, especialmente en la UniónSoviética, y que gozaba de notableaceptación por parte de las fuerzaspolíticas que detentaban el poder. Enellas se percibía claramente también eldeseo de exterminar físicamente asegmentos íntegros de la sociedad a losque se consideraba enemigos. El día 6de noviembre de 1936, por ejemplo, ladiputada socialista Margarita Nelken seentrevistó con el director general deSeguridad, Manuel Muñoz Martínez,
para instarle a que le diera la orden deentrega de los presos que debían serfusilados. Muñoz Martínez, de IzquierdaRepublicana, así lo hizo según constapor el testimonio de uno de losescribientes de la dirección general deSeguridad llamado Jiménez Belles[188]
haciendo entrega a la diputada del PSOEde un escrito para el director de lacárcel Modelo en el que se le ordenabaponer en sus manos a los presos quedeseara y en la cantidad que estimarapertinente.
No puede ocultarse la especialgravedad de semejante hecho, el que unadiputada, con la aquiescencia del
director general de Seguridad, seapoderara de los detenidos parallevarlos directamente al holocausto. Sinembargo, las responsabilidades apuntanmás arriba, hasta el propio gobiernorepublicano.
El 4 de noviembre, se habíaproducido una nueva remodelacióngubernamental en virtud de la cual losanarquistas —tan reacios por puracoherencia a entrar en órganos degobierno— habían aceptado variascarteras ministeriales. El proceso habíasido muy tenso porque la CNT habíaexigido cinco ministerios[189]. Contraesta pretensión se habían alzado el
socialista Largo Caballero, queconsideraba que se trataba de unaimposición inaceptable, y el presidentede la república, Manuel Azaña, que noestaba dispuesto a que se nombraraministro de Justicia a un exdelincuentecomo García Oliver ni tampoco a queFederica Montseny recibiera unacartera. Sin embargo, el 4 de noviembreMadrid estaba ya al alcance de laartillería de Franco y Largo Caballerollegó a un acuerdo con la CNT sobre labase de la concesión de cuatro carterasy Azaña acabó cediendo como en tantasotras ocasiones en las que la revoluciónle aterraba y quizá precisamente por ello
se sometía a ella. Así, entraron en elgabinete Peiró en Industria, LópezSánchez en Comercio y los citadosMontseny y García Oliver. Éste apenastomó posesión del cargo hizo llamar alsecretario técnico de Prisiones, elrepublicano Antonio FernándezMartínez, para hacerle saber que lapoblación penal debía reducirse pormétodos drásticos. La conversaciónentre el recién nombrado ministro deJusticia y el secretario técnico dePrisiones nos ha sido transmitida poruno de los funcionarios del Ministeriollamado Manuel Guerrero Blanco:
«[…] llamó el entonces ministro de
Justicia, García Oliver, de la FAI, alsecretario técnico de Prisiones, elrepublicano Antonio FernándezMartínez, preguntándole cuál era lapoblación penal en Madrid en aquellosmomentos; éste le contestó que ascendíaa la cifra de diez mil quinientos presos,replicándole García Oliver:
»—Serán quinientos.»Sospechando la intención de la
respuesta, dijo Fernández Martínez:»—Desde luego son diez mil
quinientos presos los que hay.»Y entonces García Oliver puso de
manifiesto sus criminales propósitos, alinsistir de la siguiente manera:
»—Habrá diez mil quinientos, perodentro de muy pocos días solamentetienen que quedar quinientos. —Yañadió—: Está visto que usted o no meentiende o no quiere entenderme»[190].
Seguramente, Fernández Martínez nodeseaba entender lo que acababa de oír.De manera comprensible, fue cesado desu cargo y, como veremos, a no muchotardar las palabras del ministroanarquista García Oliver se convirtieronen dramática realidad. Sin embargo, lasmatanzas iban a contar con másresponsables directos y entre ellosocuparían un lugar destacadísimopersonajes vinculados con el primer
gobierno que había practicado demanera sistemática el exterminio desectores completos de una sociedad ycon sus seguidores en España.
El día 29 de agosto de 1936, seestablecieron plenas relacionesdiplomáticas entre España y la URSS.El primer y único embajador soviéticohasta la fecha era Marcel Rosenberg, unpersonaje que desaparecería en laspurgas stalinistas incluso antes de queconcluyera la guerra civil española. Lallegada del embajador de la URSS aEspaña fue saludada por entusiasmo porel PCE y por otros partidos y fuerzasobreras que veían en la nación
gobernada por Stalin un modelo quehabía que seguir. No tan optimista eraAzaña que temía las repercusiones quesemejante paso podría tener ante laopinión pública internacional. No lecabía duda —y acertaba— de que si a lasalida de diplomáticos provocada por elterror frentepopulista[191] se sumaba lallegada del embajador soviético, seríamás difícil hacer creer que el FrentePopular era democrático en lugar demeramente revolucionario. De hecho,cuando el 4 de septiembre se remodelóel gabinete y entraron en él los primerosministros comunistas, los temores deAzaña —que no podía comprender que
la cartera de Instrucción Pública fueraocupada por el comunista Hernándezque ni siquiera tenía el bachilleratoelemental— se vieron confirmados.
Sin embargo, la llegada delembajador de la URSS iba a tenerconsecuencias aún más importantes y,desde luego, extraordinariamenteaceleradas. El 1 de octubre, cuando secelebró el último pleno de las Cortes —en el que se aprobó el Estatuto deAutonomía vasco— se gritó un «¡VivaRusia!» que fue coreado con fervor porlos asistentes pero nadie pronunció un«¡Viva España!»[192]. Menos de dossemanas después se procedía a trasladar
las reservas de oro del Banco de Españaa la URSS y a la capital llegaban así losaparatos soviéticos RZ Natacha y SBKatiuska y los tanques T-26, además delos fusiles Mosin, los fusilesametralladores Degtiarov y lasametralladoras Maxim. En paralelo, seentrenaban las Brigadas Internacionales—verdadero ejército organizado por laKomintern stalinista—[193] y los mandossoviéticos adquirían un peso decisivo enla defensa de Madrid. Mientras Górievquedaba situado por encima del EstadoMayor republicano, la aviación eramandada por soviéticos como Tupikov,Jalzunov, Nesmeyanov o Kotov, por
citar tan sólo a algunos.Antes que ellos habían llegado los
agentes de la Komintern y los expertosen propaganda —una disciplina en laque ciertamente la Komintern se habíademostrado y se demostraría maestra—y en represión. Uno de ellos, MijaílKoltsov desempeñaría un papel notableen las matanzas que iban a producirse ennoviembre y junto a él un jovensocialista que estaba a punto de entraren el PCE y que se llamaba SantiagoCarrillo.
Los ejecutoresA inicios de noviembre de 1936, la
situación se presentaba muy difícil parael gobierno del Frente Popular. A pesarde su superioridad inicial en términosmateriales[194], no sólo no habíaconseguido contener el avance de losrebeldes sino que además éstos sehallaban en las cercanías de Madrid. Lapropaganda posterior a noviembre de1936 haría referencia a un puebloenardecido que se dedicaba febrilmentea llevar a cabo los preparativos
encaminados a convertir Madrid en la«tumba del fascismo». Las fuentes de laépoca obligan a plantearse un cuadromuy diferente. Desde luego, losmadrileños podían ser presa de muchossentimientos pero entre ellos no seencontraba el entusiasmorevolucionario, quizá porque habíanvivido en sus carnes la revolución desdehacía varios meses. Como indicaría unode los corresponsales extranjeros en lacapital de España refiriéndose a sushabitantes, «la mayoría de ellos notenían interés alguno en la guerra ni lesimportaba quién la ganase con tal deverse aliviados de las penalidades y
privaciones que les obligaban asoportar»[195]. Al respecto, las cifras seimponen claramente sobre el mitocreado por la propaganda. Laproporción de madrileños, y aun demilicias, en la defensa de Madrid fueescandalosamente minoritariaconstituyendo la parte más numerosa laformada por la guarnición madrileña quecontaba con recientes reemplazos. Elhecho de que las columnas del ejércitodel centro ya estuvieran formadas porextremeños, manchegos, andaluces ylevantinos y que además afluyeran aMadrid tropas de fuera que iban desdelas Brigadas Internacionales a los
anarquistas de Aragón y Cataluña redujoaún más la proporción de madrileñosque lucharon contra el ejército nacional.Tampoco se corresponde con la verdadhistórica la referencia a batallones demujeres —aunque alguna hubo en elfrente— o a la masiva afluencia deobreros. Madrileños hubo pocos y noescasos de entre ellos sacados a todaprisa de las cárceles y las checas por elcomunista Líster para colocarlos en laprimera línea de fuego[196].
Desde luego, esa falta deentuasiasmo no se les escapaba a losmandos políticos y militares conscientesdel abismo que mediaba entre su
propaganda y la realidad. El famosocomandante Carlos del 5.° Regimientoafirmaba casi un mes antes[197]:
«El pánico estúpido, el desalientoinjustificado, la desconfianza hacia elpueblo son las causas de la situaciónactual. Es seguro que para eliminar esascausas hay que eliminar hombres […]Tenemos que fusilar sin piedad aquienes pronuncien palabras como éstas:«Nuestra aviación no nos defiende»,«Voy a Madrid a informar», «Las otrascompañías nos han abandonado».
De similar opinión debía de ser elgobierno del Frente Popular cuando ainicios de noviembre tomó la decisión
de abandonar Madrid y trasladarse aValencia. En momentos tan críticos, laspreocupaciones del gobiernofrentepopulista eran, fundamentalmente,dos. La primera consistía en la defensade Madrid que fue encargada al generalMiaja con un notable respaldo soviéticoy la segunda, el exterminio de lossegmentos de la sociedad consideradosno afectos al Frente Popular. Esta tarea—llamada «evacuación» con uneufemismo que después utilizarían losnazis durante el Holocausto— no sehabía llevado a cabo para el 6 denoviembre, algo que desesperaba alperiodista —y agente— soviético Mijaíl
Koltsov[198]. El que, al fin y a la postre,la realizaría sería un joven socialista, yamuy vinculado por esa época al PCE,llamado Santiago Carrillo.
Santiago Carrillo había nacido enGijón, Asturias, el 18 de enero de 1915,en el seno de una familia en la que elcabeza, Wenceslao, llegó a ser unimportante dirigente regional del PSOEy la UGT. De hecho, desde 1929 a 1931Wenceslao Carrillo mantuvo unarelación muy estrecha de amistad conLargo Caballero con el que se reunía losdomingos en un merendero de la Dehesade la Villa. Esa amistad pudo ayudar aljoven Santiago a entrar en la imprenta de
El Socialista pero fue Andrés Saborit,un concejal de Madrid del que se decíaque podía hacer votar a los muertos, elque le puso en el camino de lapromoción política. Así, entre 1929 y1930 se convirtió en ayudante de laredacción. En 1930, Saborit le nombróademás informador municipal.
Carrillo ya había ingresado en lasJuventudes Socialistas de Madrid dondeno tardó en ser elegido para su comitélocal. Desde ese momento, el joven sededicaría sólo a la política. A esasalturas, Carrillo ya tenía como mentor aLenin —al que no tardaría en añadir lafigura de Stalin— y contaba con una
definición bien clara de aquellos a losque consideraba enemigos. No deja deser significativo que su primera reyertatuviera lugar el 15 de diciembre de 1930cuando atacó a algunos congregantesmarianos de los Luises que vendíanejemplares del diario católico ElDebate. Ese mismo día, Carrillo intentóayudar a un grupo de revolucionariosdel cuartel de Conde Duque queplaneaban el derrocamiento de lamonarquía. Entre los que colaborabancon Carrillo en esta empresa se hallabaAgapito García Atadell[199], unpersonaje al que ya nos hemos referidoal hablar de las checas del PSOE.
La caída de la monarquía alfonsinase produjo cuando Santiago Carrillotenía dieciséis años pero ya contaba conun porvenir potencial notable en elterreno de la política. Militaba, como yahemos señalado, en el PSOE. Por suparte, el PCE era a la sazón una merahechura de la Komintern que en 1932impondría un grupo dirigente a su gustonucleado en torno a José Díaz y aPasionaria[200]. Sin embargo, a pesar dela diferenciación orgánica, el jovenCarrillo no se hallaba tan distante de lasposiciones comunistas[201] ya que, enrealidad, iba a ser uno de los artíficesde lo que se ha conocido como
bolchevización del PSOE. Así, en laescuela socialista de verano celebradaen Torrelodones en 1933, a la que nosreferimos en un capítulo anterior, dirigióuna ofensiva de las JuventudesSocialistas encaminada a desacreditar amiembros históricos del PSOE comoIndalecio Prieto y Julián Besteiro paraimponer en su lugar a Francisco LargoCaballero ya aclamado como el «Leninespañol». La actuación de Carrillo sevio coronada por el éxito y, de hecho, afinales de año le permitió apoderarsedel control de la Federación de lasJuventudes Socialistas[202].
El año 1934 resultó decisivo para
Santiago Carrillo de la misma maneraque lo sería para la Segunda Repúblicay para España. Si para el PSOE —ypara buena parte del nacionalismocatalán— fue el momento señalado paraintentar derribar a un gobiernolegítimamente surgido de las urnasvaliéndose de las armas, para Carrillofue el año en que la Komintern decidiócaptarlo a su servicio. A la sazón, laKomintern desarrollaba un plan para quelas Juventudes Comunistas, débiles ypoco numerosas, intentaran la fusión conlas socialistas como paso previo alcontrol del movimiento socialistamundial por parte de Moscú. Según
Carrillo contaría posteriormente, parasumarlo a ese programa, la Komintern sevalió de una delegada de laInternacional Comunista Juvenil (KIM)que utilizaba el nombre de guerra deCarmen y que no le cayó precisamentebien[203]. Puede ser, pero resultainnegable que Carrillo no veía conmalos ojos el plan moscovita y cuandoen abril de 1934 fue elegido secretariogeneral de las Juventudes Socialistas,los comunistas pudieron darse porsatisfechos. No podía ser menos si setiene en cuenta que por aquel entonces elretrato que había en el despacho deCarrillo no era otro que el de Stalin[204].
Cuando el 26 de julio de 1934 secelebró una de las reuniones en que lasjuventudes socialistas y comunistasplaneaban la toma armada del poder,Carrillo asistió como delegado de lacomisión ejecutiva de la Federación deJuventudes Socialistas. La propuesta dela citada reunión fue comunista y en ellase indicó de manera taxativa que elobjetivo de la lucha inmediata sería el«poder soviético». Sólo se produjo undesacuerdo entre los jóvenes socialistasy comunistas cuando éstos últimospropusieron ampliar el frente único a lasorganizaciones juveniles republicanas.De hecho, Carrillo tenía una posición
más radical que la expresada por loscomunistas e insistió en avanzar hacia«la insurrección y la dictaduraproletaria». Partiendo de esa base, nopuede sorprender que Carrillo tuviera unpapel de cierta relevancia en laorganización de las miliciasrevolucionarias que debían «organizarla insurrección» según relata elsocialista Juan Simeón Vidarte[205].Sabido es de todos que el golpe armadosocialista-nacionalista fracasó enoctubre de 1934 y que una parte de susplanificadores fue detenida. Entre ellosse hallaba Carrillo, que pasó en prisióndel 7 de octubre de 1934 al 17 de
febrero de 1936.En la cárcel, Carrillo estrechó lazos
con Largo Caballero al que impulsaronaún más por el sendero del stalinismolos socialistas Luis Araquistáin y JulioAlvarez del Vayo. No deja, desde luego,de resultar revelador que en susMemorias Carrillo denomine a estaestalinización de Largo Caballeroidentificación con «lo más avanzado delpaís»[206]. También trabó muy buenasrelaciones con Vicente Uribe que eramiembro de la dirección del PCE.
La llegada al poder del FrentePopular significó, como ya indicamos, lainmediata puesta en libertad de sus
presos sin ningún respeto por las normaslegales o procesales. Entre ellos, seencontraba Carrillo, que comenzó areunirse con Vittorio Codovilla Medina,el agente principal que tenía laKomintern en España. A esas alturas,Carrillo ya era un submarino comunistaque no tardaría en rendir serviciosimportantes a Moscú. Así, el 4 de abrilde 1936 logró en el curso de un mitincelebrado en la plaza de las Ventas deMadrid la unificación formal de lasjuventudes socialistas y comunistas, quepasarían a denominarse JuventudesSocialistas Unificadas. Aunque LargoCaballero consideró que se trataba de un
éxito del PSOE, en realidad, el logrosólo iba a beneficiar a los comunistasque eran muy escasos y, sin embargo, notardarían en capitalizar la unificación.
A pesar de su enorme valor para laestrategia comunista, Carrillo, que sehallaba en julio de 1936 en París, tardóun mes en regresar a Españaposiblemente para no correr riesgos.Con posterioridad, Carrillo se hareferido a una vaga intervención militaren los combates pero las fuentes de laépoca llevan a pensar que nunca estuvoen el frente[207]. De hecho, El Socialistallegó a acusarle en el verano de 1936 dehaber sido un cobarde también durante
la revolución de 1934 hasta el punto de«vaciar su tripa, atribulada por el riesgode su detención, fuera del lugarreservado para tales necesidades, hechoocurrido en el estudio de un artista»[208].
Su conducta, dicho sea en honor dela verdad histórica, tuvo, desde luego,paralelos en otros dirigentes del FrentePopular como Claudín, Azcárate,Ignacio Gallego, Tomás García o LópezRaimundo de los que el comunista Lísterafirmaría que «ninguno de ellos asomóla gaita por el frente ni una solavez»[209]. Sin embargo, Carrillo no selimitó a emboscarse sino que mantuvo elcontacto más estrecho con los asesores
soviéticos en represión.El 3 de noviembre, el diario La Voz
lanzaba uno de tantos llamamientos parallevar a cabo lo que anarquistas,socialistas y comunistas habían repetidoen distintas ocasiones que tenía quehacerse:
«Hay que fusilar en Madrid a más decien mil fascistas camuflados, unos en laretaguardia, otros en las cárceles. Que niun «quinta columna» quede vivo paraimpedir que nos ataquen por la espalda.Hay que darles el tiro de gracia antes deque nos lo den ellos a nosotros».
Aquel mismo día, se constituyó untribunal popular en la cárcel de Porlier.
El 4 se ordenó salir a la calle a losmilitares recluidos en la prisión y se lesconminó a que se sumaran al ejércitorepublicano. Tan sólo cuatro, parasalvar la vida, aceptaron la exigencia.Esa misma tarde llegó la orden detrasladar a Chinchilla a un centenar depresos de los que treinta y siete eranmilitares. Abandonaron la prisión abordo de seis camiones militaresescoltados por dos unidades y varioscoches ligeros[210]. A la madrugadasiguiente, bajo la dirección de miembrosdel PCE, todos ellos fueron fusiladosjunto al cementerio de Rivas-Vaciamadrid.
El 5 de noviembre, Enrique CastroDelgado, jefe del 5.° Regimientocomunista, dio orden al grupo especialde su unidad denominado ITA para quedestacara más de un centenar depatrullas especiales destinadas alcontrol de las salidas y accesos deMadrid. A esas alturas, según confesióndel propio Castro Delgado, las fuerzasfundamentales para la defensa deMadrid estaban en manos del PCE[211].El control comunista iba a manifestarseese mismo día en la exigencia de que seles entregaran en la cárcel Modelo listascon los nombres de los militaresrecluidos[212] y en la realización de la
primera saca de la checa de San Antón.Se trató en este caso de cuarentamilitares a los que de madrugada sefusiló cerca de Rivas-Vaciamadrid.
Mientras se llevaban a cabo estosasesinatos, Carrillo celebró una reunióncon Melchor, Serrano Poncela, JoséLaín, Cazorla y Cuesta en la que lescomunicó que iba a pedir la entrada enel PCE. Al día siguiente, 6 denoviembre, Enrique Castro Delgadorecibió a Carrillo y a sus amigos en elseno del Partido Comunista. Semejanteacto, cargado de simbolismo, allanabael último obstáculo para que Carrilloentrara en la junta de defensa que se iba
a encargar de regir Madrid a la marchadel gobierno del Frente Popular. Loharía como consejero de Orden Públicoen un momento especialmente delicado,precisamente cuando el PCE hadecidido llevar a cabo un programa deexterminio en masa con el que están deacuerdo otras fuerzas del FrentePopular. Aquel mismo día, MijaílKoltsov, periodista y agente de laKomintern en España, se entrevistó conel Comité Central del PCE[213] y lesinstó a que procedieran a fusilar a lospresos que había en las cárceles deMadrid. La sugerencia —¿u orden?—fue acogida sin rechistar, lo que no
puede causar sorpresa dado el grado desumisión que el PCE, como el resto delos partidos comunistas de la época,abrigaba hacia los dictados de Stalin.
Todavía el día 6 de noviembre,Enrique Castro Delgado se dirigió al 5.°Regimiento, convocó al comisarioCarlos Contreras y le dijo:
«—Comienza la masacre. Sinpiedad. La quinta columna de que hablóMola debe ser destruida antes de quecomience a moverse. ¡No te importeequivocarte! Hay veces en que uno seencuentra ante veinte gentes. Sabe queentre ellas está un traidor pero no sabequién es. Entonces surge un problema de
conciencia y un problema de partido.¿Me entiendes?».
Contreras, comunista duro,staliniano, le entiende.
«—Ten en cuenta, camarada, que esebrote de la quinta columna sale hoymucho para ti y para todos.
»—¿Plena libertad?»—Ésta es una de las libertades que
el partido, en momentos como éstos, nopuede negar a nadie»[214].
No se trataba únicamente de undeseo del Partido Comunista respaldadopor un agente de la Komintern comoKoltsov. En realidad, ya se daban todaslas condiciones para que se convirtiera
en realidad. Sobre las seis de la tarde deaquel mismo día, Santiago Carrilloacompañado de Cazorla acudió alMinisterio de la Guerra —dondeacababa de celebrarse el Consejo deMinistros previo a la salida de la capital— y se entrevistó con Largo Caballero.Le espetó entonces que todo Madridestaba al corriente de su huida, unaspalabras que indignaron a LargoCaballero pero cuya veracidad hubo dereconocer. Acto seguido, Carrillo yCazorla se dirigieron al Comité Centraldel PCE y mantuvieron unaconversación con Checa, Mije, Antón yDiéguez que ya habían establecido
contacto con el general Miaja,encargado de la defensa militar de lacapital. Los comunistas decidieronentonces que no se produciría ningunainterrupción ni vacío de poder. Sinesperar al día siguiente, comenzaría afuncionar la Junta de Defensa. Laconsejería de Orden Público seríaasumida por Carrillo con Cazorla desuplente[215]. El exterminio en masapodía dar comienzo.
La ejecución (I): las sacasdel 7 de noviembre
La cercanía de las fuerzas de Francono sólo se tradujo en la huida delgobierno republicano sino también en ladisolución de algunos de sus órganosrepresivos como fue el caso de latristemente célebre checa de Fomento.Sin embargo, la desaparición de estacheca vino acompañada de algunasmedidas que garantizaran que no sedetuviera la represión. Así, una parte desus efectivos quedó integrada en lasMilicias de Vigilancia de la Retaguardia(MVR) y por añadidura la checa designóa cinco miembros que se incorporaron alconsejillo de la Dirección General deSeguridad[216]. De esos cinco, uno
pertenecía al PCE y otro a lasJuventudes Socialistas Unificadas, peroCarrillo se aseguró un predominiocomunista designando presidente delconsejillo a Segundo Serrano Poncela,un amigo íntimo suyo que había pasadode las Juventudes Socialistas Unificadasal PCE, y a tres consejeros comunistasmás[217]. Aunque las diferentes tareasestaban distribuidas entre los diferentesmiembros, la decisión final la tomabaSantiago Carrillo[218].
De esa manera, Serrano Ponceladespachaba diariamente con SantiagoCarrillo en la oficina de éste uocasionalmente era Carrillo el que se
desplazaba a la Dirección General deSeguridad para departir con SerranoPoncela. Precisamente en la DirecciónGeneral de Seguridad se llevaba «unlibro registro de expediciones de presospara asesinarlos»[219]. De acuerdo conel comunista Ramón Torrecilla, uno delos miembros del consejillo, lasexpediciones de presos habrían sidoentre veinte y veinticinco, de las que«cuatro [eran] de la cárcel Modelo,cuatro o cinco de la de San Antón, seis aocho de la de Porlier, seis a ocho de lade Ventas […] de la cárcel Modelo seextrajeron para matar alrededor de milquinientos presos»[220]. Los datos
exactos de estas matanzas vamos aexaminarlos a continuación.
El 7 de noviembre de 1936amaneció con frío. Mientras lascolumnas nacionales de Barrón y Tellaavanzaban por Carabanchel y las deYagüe y Castejón penetraban por laCasa de Campo, Santiago Carrillo sededicaba, según señala en susMemorias, a «la lucha contra la quintacolumna»[221]. Ya durante la nocheanterior, tres agentes comunistas —entreellos Torrecilla— se habían presentadoen la cárcel Modelo y en San Antón paraorganizar las grandes sacas de presoscon destino a la muerte. Se hallaban
examinando las fichas y habían llegadomás o menos a la mitad cuando sepresentó Serrano Poncela y ordenó quelos militares y burgueses saliesen de lasgalerías a las naves exteriores ya quelos fascistas estaban avanzando y nopodían ser liberados para convertirse ensu refuerzo. Ordenó, por lo tanto, quelos prepararan porque iban a llegar unosautobuses para trasladarlos. En respaldode este acto se hallaban las órdenesdadas por Ángel Galarza, el ministro dela Gobernación, para que así se hiciera.En «tono malicioso», Serrano Poncelaañadiría que se trataba de una«evacuación… definitiva»[222].
La orden de Serrano Poncela fueobedecida sin discusión. Torrecilla y susacompañantes abandonaron la selecciónde fichas y entre las tres y las cuatro dela mañana se procedió a sacar a losseleccionados de las naves y a atarleslas manos a la espalda uno a uno yocasionalmente por parejas. Eran varioscentenares de presos, en su mayoría,militares.
Serían sobre las nueve o las diez dela mañana, según la declaración deTorrecilla, cuando llegaron a la cárcelModelo siete o nueve autobuses de dospisos pertenecientes al servicio públicourbano y dos autobuses grandes de
turismo. En cada uno de los vehículosfueron introducidos sesenta o másdetenidos con una custodia de entre ochoy doce milicianos. Finalmente, laexpedición partió con algunos de los quehabían llevado a cabo la selección delas fichas. Por lo que se refiere aTorrecilla, la vio partir y a continuaciónabandonó la cárcel[223].
La declaración del policía ÁlvaroMarasa[224] sirve además para confirmaralgo ya meridianamente claro, el hechode que la selección de los presos queiban a ser asesinados y las órdenes parasu extracción corrían a cargo de lasautoridades de Orden Público. La
primera tarea la desempeñaba SerranoPoncela en colaboración con el consejode la Dirección General de Seguridad.En todo momento, Serrano Poncela erainformado de los fusilamientos a travésde un policía llamado Lino Delgado queactuaba de enlace. Marasa difícilmentepudo resultar más claro en sudescripción del método para llevar acabo las matanzas:
«La expedición, en orden a quien ladirigía, se componía de dos momentos:entrega de presos, so pretexto delibertad, en que el agente mandado porSerrano Poncela se hacía cargo de ellos;fusilamiento de los mismos, en que el
jefe de las milicias Federico Manzano osu delegado organizaban la matanza, larealizaban y cuidaban de que ningúndetenido quedase con vida. Elfusilamiento realizado, la misión detodos ellos había terminado y volvían aMadrid sin enterrar los cadáveres».
Marasa era un testigo privilegiadode las matanzas en la medida en que endos ocasiones había intervenido con lamisma delegación en la evacuación depresos de la cárcel de Ventas que fuerontrasladados a la prisión de Alcalá deHenares. Además conocía sobradamentea los agentes que se habían encargado delas distintas expediciones:
«Andrés Urresola Ochoa se encargóde las expediciones de la cárcel deGeneral Porlier como delegado deSerrano Poncela y en una ocasión de unade la Modelo. Agapito Sáinz de las de lacárcel de San Antón con el mismocarácter. Luis Colina intervino en una dela cárcel Modelo en unión de Urresola yAroca. El dicente (Marasa) fue siempreacompañado de Manuel Tellado. Y eljefe de este grupo de agentes como antesse dijo era Santiago Álvarez Santiago».
Difícilmente, los datos podríanresultar más obvios. Los custodios yasesinos de los reclusos no eran otrosque miembros de las Milicias de
Vigilancia de la Retaguardia situadasbajo control comunista del consejo de laDirección de Seguridad, el delegado deOrden Público y su jefe, el consejero deOrden Público Santiago Carrillo que nodejaba de mantenerse al corriente de losucedido gracias a los informes deSerrano Poncela.
Las operaciones de exterminiocomenzaron cuando el día 7 denoviembre, hacia las cuatro de lamañana, las milicias llegaron a la cárcelde San Antón y realizaron una saca deunos doscientos hombres. En 1982, elalcalde de Paracuellos, Ricardo AresteYebes, le contaría a Ian Gibson cómo
los reclusos habían llegado a lalocalidad a bordo de tres autobusesdonde sobre las ocho de la mañanahabían sido fusilados en masa[225].
Poco antes de que se produjera laprimera saca se había presentado en lacárcel Modelo Felix Schlayer,encargado de negocios de Noruega. Leacompañaba el doctor Henny, delegadode la Cruz Roja. Schlayer iba en buscadel padre del historiador Ricardo de laCierva, abogado de la legación que eldía 27 de septiembre había sidodetenido en el aeropuerto de Barajascuando estaba a punto de huir deMadrid. La detención la había llevado a
cabo personalmente Muñoz, el directorGeneral de Seguridad. Schlayerpretendía la puesta en libertad deRicardo de la Cierva sabedor deldestino de tantos detenidos por lasinstituciones del Frente Popular. Seencontró entonces con que, a pesar deque Giner, Prieto y Negrín semanifestaron comprensivos hacia supreocupación, sin embargo, ni LargoCaballero ni Angel Galarza tenían lamenor intención de proceder a ordenarsu puesta en libertad.
Schlayer captó entonces que en lascercanías de la cárcel Modelo no sólohabía una concentración considerable de
efectivos sino también de autobuses.Cuando en la cárcel le informaron deque iban a trasladar a ciento veinteoficiales a Valencia para evitar quecayeran en manos del enemigo, Schlayerse precipitó a la Dirección General deSeguridad. Se trataba del inicio de unapresurado peregrinaje iniciado por eldiplomático para salvar la vida deinocentes ya que sospechaba que lasfuerzas de Orden Público republicanastenían intención de darles muerte.
En la Dirección General deSeguridad confirmaron a Schlayer lasnoticias que le habían dado en la cárcelModelo. El diplomático se dirigió
entonces a la cárcel de mujeres y unavez más a la Dirección General deSeguridad donde le informaron —erróneamente— de que el responsablede Orden Público era Margarita Nelken.Conociendo los antecedentes de ladiputada socialista —a la que ya noshemos referido por su postura acerca dela represión— Schlayer solicitó yconsiguió del cuerpo diplomático que seenviara un mensaje al general Miajapara evitar lo que parecía evidente. Elmilitar quitó importancia al asunto eincluso en el curso de una visita que lerealizó esa tarde Schlayer le aseguróque a los presos «no les tocarían ni un
pelo». El diplomático aprovechóentonces para interesarse por De laCierva y recibió nuevamente promesasde Miaja en el sentido de que no habíarazón para inquietarse. Eran a esasalturas las cinco y media de la tarde yhacía ya dos horas que De la Ciervahabía sido asesinado. El padre delfuturo historiador había sido fusiladocon otros ochocientos presos en laprimera saca de la Modelo con destino aParacuellos. De los fusilados,veintinueve eran sacerdotes y religiosos.
La metodología utilizada para llevara cabo la matanza fue minuciosa. Losdetenidos habían sido despojados de
cualquier equipaje y atados conbramante de dos en dos o bien con lasmanos a la espalda. Al no llevarpertenencias consigo, eran conscientesde que los iban a asesinar. A bordo deuna veintena de autobuses de dos pisosde la empresa municipal, llegaron hastaParacuellos. Allí les obligaron a bajar y,tras dividirlos en grupos formados porun número de personas que iba de diez aveinticinco, se les ordenó caminar hastalas fosas colectivas preparadas paradarles sepultura[226]. Una vez situados alborde de las zanjas, un grupo de treinta acuarenta milicianos abría fuego sobrelos reclusos. A continuación, se daba el
tiro de gracia a los desdichados. Actoseguido, unos doscientos enterradoresreclutados de entre los considerados«fascistas» en las poblaciones cercanasprocedían a arrojar los cadáveres a laszanjas y taparlos con tierra[227].
La existencia de las fosas —siete entotal con una capacidad realmenteextraordinaria—[228] demuestra hastaqué punto las matanzas no fueronimprovisadas ni constituyeron unproyecto de última hora. Por elcontrario, ponen de manifiesto la mismafrialdad destinada a realizar exterminiosmasivos que se vería después en lasmatanzas perpetradas por los soviéticos
en Katyn o por los nazis en Babi Yar. Entodos estos casos, el ocultamiento de lasmasas de detenidos se iba a llevar acabo en grandes fosas.
Mientras tanto, a pesar de laspalabras supuestamente tranquilizadorasde Miaja, Schlayer no cesaba en susgestiones para lograr la liberación de unya asesinado Ricardo de la Cierva.Intentó así mantener una entrevista conSantiago Carrillo que le dio hora paralas siete y media. Esperando a quellegara el momento de la cita, Schlayervolvió a dirigirse a la Modelo. Allí seconfirmaron sus peores sospechas. Eldirector de la institución penitenciaria le
informó de que había partido con elconvoy que supuestamente se dirigía aValencia tras entregarlo a un comunistallamado Ángel Rivera. Tras obtener estanueva información, Schlayer recogió aldelegado de la Cruz Roja y se encaminóa su entrevista con Santiago Carrillo.
El consejero de Orden Públicopodía ser joven pero, ciertamente,demostró una notable astucia. En elcurso de una conversación muy dilatada,prodigó a los dos diplomáticos todo tipode palabras destinadas a infundirlestranquilidad. Insistió, por supuesto, enque los presos estaban seguros y en queno se producirían matanzas. A pesar de
todo, Schlayer tuvo la sensación de queCarrillo le mentía y le hizo referencia alos datos con que contaba. Carrillo ledijo que ignoraba a qué se refería, unaafirmación que a Schlayer le pareció«inverosímil». En el curso de los díassiguientes, no sólo continuaron las sacassino que Schlayer constató que Miaja yCarrillo no hacían nada para impedir lasmatanzas. «Y —como escribiría tiempodespués— entonces sí que no podíanalegar desconocimiento ya que estabaninformados por nosotros»[229].
Aquel día se produjo también unasegunda saca de la Modelo aunquemenos numerosa. Sus doscientos
componentes fueron fusilados tambiénen Paracuellos cuando ya habíaanochecido y la luz que recibían era lade los faros de los vehículos.
Sobre las nueve de la noche, tras suentrevista con Carrillo, Schlayer regresóa la legación donde le dieron la noticiade que Ricardo de la Cierva seencontraba en libertad. Volvióinmediatamente a la Modelo y allí supoque se habían llevado a otros detenidosen el curso de nuevas sacas nocturnas.Supo entonces que un amigo comunista,responsable de una galería, se habíaofrecido a esconder a Ricardo de laCierva pero éste se había negado a
aceptar el ofrecimiento porque estabaencargado de la farmacia y pensaba quepodría seguir ayudando desde ella a suscompañeros de reclusión. Ese gestoaltruista era precisamente el que le iba acostar la vida. Schlayer abandonó laprisión justo en el momento en queentraban en ella para pernoctar algunosefectivos de la XI Brigada Internacionalque llegaban para combatir en la defensade Madrid. Con un gesto realmentemacabro, algunos de los interbrigadistasse llevaron el canto de la mano al cuelloen señal de cortarlo mientras miraban alos detenidos en la prisión.
La ejecución (II): del 8 al 17de noviembre
El 8 de noviembre, el diariocomunista Mundo Obrero publicaba untexto claramente revelador: «A la quintacolumna, de la que quedan rastros enMadrid, se debe exterminar en un plazode horas». Ese mismo día Carrillo yPasionaria intervenían en un mitincelebrado en el Monumental Cinema deMadrid para elevar la moral de losdefensores de la capital. Desde luego,no era para menos. En contra de lo que
repetiría después la propagandarepublicana, la población de Madridmostraba una inquietante pasividadfrente al avance de las fuerzas deFranco. Mientras que había ciento veintemil madrileños que recibían su racióndiaria de rancho, a las trincheras sóloacudían treinta y cinco mil —de los quemuy pocos eran naturales de Madrid— ya cavarlas seis mil[230]. A esa atoníadebió de contribuir no sólo que buenaparte de la población no simpatizabacon el Frente Popular sino el horrorcomprensible de muchos madrileñosante los crímenes perpetrados porpartidos, sindicatos y organismos
gubernamentales durante los últimosmeses. La propaganda frentepopulistainsistía en las atrocidades cometidas porlas fuerzas de Franco pero no da lasensación de que la mayoría de losmadrileños pensara que pudieran serpeores que las que había perpetrado elFrente Popular.
El 8 de noviembre, de madrugada,tuvo lugar una nueva saca de la Modelo.La metodología para llevar a cabo lasmatanzas en masa fue la misma que lapracticada el día anterior. Primero, seprivó a los detenidos de todos susobjetos personales, señal inequívoca deque la evacuación tenía como destino
final la muerte. A continuación, seprocedió a atar con bramante a loscondenados y luego se les subió envehículos con destino a Paracuellos.Allí fueron también ametrallados yarrojados a gigantescas fosas comunes.El médico de la prisión informaría a unode los reclusos de que se habían llevadoa mil treinta y nueve reclusos y loshabían matado a todos[231].
Ese mismo día, las fuerzas deFranco siguieron avanzando. Mientraslas tropas de Mola progresaban hacia elfoso del Manzanares y las de DelgadoSerrano irrumpían en la Casa de Campopor el Batán, Yagüe se hacía con el
control del cerro Garabitas. Frente aesta progresión lenta pero firme, Miajamovilizó a las Brigadas Internacionalesrecientemente llegadas a la capital[232].
Entre los días 9 y 17 de noviembrede 1936 siguieron teniendo lugar enMadrid asesinatos pero no grandessacas. El último día, llegó a MadridMelchor Rodríguez, que había sidonombrado director de Prisiones.Rodríguez era anarquista pero, lejos decompartir el culto por la violencia y lastácticas exterminadoras llevadas a cabodurante los últimos meses por la CNT yla FAI, tenía la firme voluntad decumplir con su deber de acuerdo con los
principios más elementales de lalegalidad y la decencia. No sorprende,por lo tanto, que los comunistas,entregados a la tarea de exterminar amillares de detenidos, le impidieranhacerse cargo de su puesto.
El día 10, el consejillo de OrdenPúblico celebró una sesión en la que seinformó puntualmente de los asesinatosen Torrejón de Ardoz de los presostransportados en cinco autobusesgrandes y en Paracuellos de todos losdemás. En el curso de la misma reunión,Serrano Poncela se dedicó además aexplicar los criterios de selección de losque debían ser asesinados comenzando
por los militares con graduaciónsuperior a la de capitán y siguiendo contodos los falangistas y todos losderechistas. A continuación seestablecieron comisiones paraencargarse de cada apartado ydelegados del consejillo para cadacárcel[233]. No iban a estar ociosos nitampoco se iban a limitar a lascategorías expuestas. Esa mismamadrugada, por ejemplo, fueronasesinadas diez monjas adoratrices enlas tapias del cementerio del Este.
A esas alturas, las noticias sobre losfusilamientos en masa eran másconocidas de lo que hubieran deseado
los verdugos. Manuel Irujo, ministro delPNV en el gobierno del Frente Popular,se puso en contacto con Matallana,colaborador militar del general Miaja,para aclarar las noticias que le habíanllegado de los fusilamientos. Matallanale comentó a Irujo que Miaja no sabíanada de lo que le decía —lo que era unamentira absoluta puesto que, comomínimo, Schlayer le había informado deello la tarde del 7 de noviembre— y elpeneuvista decidió ponerse en contactocon el ministro Galarza. Resultaba yamuy difícil esconder lo que estabasucediendo y Galarza decidió alterar loshechos de una manera que, en
apariencia, libraba de responsabilidadesa las autoridades del Frente Popular. Asíle dijo a Irujo que, efectivamente, sehabían producido fusilamientos pero quese habían debido a la acción defamiliares de las víctimas de losbombardeos realizados en Madrid por laaviación de Franco durante los primerosdías de noviembre, víctimas que habríanascendido a 142 muertos y 608 heridosen el primer bombardeo y 32 muertos y382 heridos en el segundo. Todos losdatos proporcionados por Galarza aIrujo eran rotundamente falsos. Dehecho, del 1 al 6 de noviembre de 1936no hubo bombardeos sobre Madrid ni,
lógicamente, víctimas. El día 7 sí seprodujo un bombardeo que,efectivamente, causó un muerto. Desdeluego, no podían haber sido losfamiliares de las víctimas de unosinexistentes bombardeos los que habíanllevado a cabo los fusilamientos. Comoya hemos visto, éstos obedecían a unplan claramente concebido y llevado acabo por las autoridades del FrentePopular con respaldo de algún agentesoviético como Koltsov.
El 11, Carrillo dictó y firmó unaorden de la consejería sobre laorganización de los servicios deinvestigación y vigilancia. En ella se
daba carta de naturaleza legal a lo queera una realidad desde hacía variasjornadas, el que Serrano Poncela,delegado de Orden Público, era unsimple delegado de la consejería cuyatitularidad ostentaba Carrillo. Nocontaba éste a la sazón con menos decinco mil hombres para llevar a cabosus funciones de represión. Se trata deun dato de enorme importancia sitenemos en cuenta que a la sazón entorno a Madrid se libraba unaencarnizada batalla en la que todos losefectivos que pudieran movilizar ambosbandos eran pocos. Incluso en tandifíciles circunstancias, las autoridades
republicanas consideraron que podíandestinarse cinco mil hombres a tareasrepresivas. Como previamente habíanconsiderado los bolcheviques y despuésharían los nazis, el denominado frenteinterno tenía tanto valor como el bélico.
Ese mismo día 11 tuvo lugar unareunión de la Junta de Defensa. En elcurso de la misma, Carrillo recabó —yle fue confirmada— la autoridad sobrelos traslados de presos. Además,reconoció que la «evacuación» habíatenido que ser suspendida por «laactitud adoptada últimamente por elcuerpo diplomático». Ahora iba areanudarse bajo su directa supervisión.
Al día siguiente, 12 de noviembre,Carrillo pronunció un discursoincendiario en Unión Radio[234] dondeafirmó, entre otras cosas, que la quintacolumna estaba en camino de seraplastada y que los restos que de ellaquedaban en los entresijos de la vidamadrileña estaban «siendo perseguidosy acorralados con arreglo a la ley, conarreglo a todas las disposiciones dejusticia precisas; pero sobre todo con laenergía necesaria»[235].
Por mucho que Carrillo hicierareferencia a la ley y a las disposicionesde la justicia, el cuerpo diplomáticodistaba mucho de creerse la versión
oficial dada por las autoridades delFrente Popular. La verdad resultaba tandifícil de ocultar que la Junta deDefensa acabó publicando en la prensadel 14 de noviembre una nota en la quecalificaba de «infamia» los rumoressobre los fusilamientos y a continuaciónafirmaba que «ni los presos son víctimasde malos tratos, ni menos se debe temerpor su vida»[236]. Difícilmente se podríaconcebir una falsedad más cínicadestinada además a cubrir la prácticacontinuada de asesinatos en masa.
Sin embargo, las mentiras de la Juntano iban a convencer a los interesados enel destino de los detenidos. Al no tener
noticias de que su amigo Ricardo de laCierva hubiera llegado a su supuestodestino en una prisión de Levante yhabiendo oído además informacionessobre unos enterramientos en Torrejón,Felix Schlayer se trasladó a lalocalidad. Allí, un agricultor con el quetenía cierta amistad le informó sobre unaactividad desusada en el pueblo cercanode Paracuellos. Acompañado delencargado de Negocios de Argentina,Schlayer llegó al castillo y finca deAldovea donde encontró una fosa muyprofunda que había sido ocupadarecientemente. De su interior, maltapado, salía un fuerte hedor a cuerpos
putrefactos. Se trataba de los cadáveresde quinientas personas asesinadas el día8.
Schlayer volvió unos días más tardepor la carretera de Aragón para realizarindagaciones en Paracuellos. En lalocalidad descubrió las fosas del 7 denoviembre que habían sido cavadas conantelación a las matanzas y tambiénaveriguó que la zanja de Torrejón habíasido utilizada para intentar ocultar losasesinatos del día 8 de noviembre. Conhorror, el diplomático escandinavohabía dado con los dos cementerios delas grandes sacas de inicios del mes denoviembre. Sin embargo, las matanzas
distaban mucho de haber llegado a sufinal.
La ejecución (III): lasegunda oleada de sacas
La Junta de Defensa había fracasadoen sus intentos de engañar al cuerpodiplomático, pero no tenía la menorintención de detener las matanzas enmasa. El 16 de noviembre, dos díasdespués de que se hiciera público sucomunicado negando la existencia defusilamientos, se trasladó a todos lospresos que se encontraban en la Modelo.
Mil quinientos de ellos fueron llevadosa San Antón, dos mil quinientos aPorlier y otros mil a Ventas. Semejantetraslado de reclusos provocó unhacinamiento insoportable en lasprisiones pero, al menos, no hubovíctimas mientras se llevó a cabo.
Al día siguiente, Santiago Carrillose desplazó a Valencia como parte deuna comisión enviada por el generalMiaja para zanjar las diferenciasexistentes entre la Junta de Defensa y elgobierno. A esas alturas, LargoCaballero comenzaba a darse cuenta delpeso enorme que estaba adquiriendo elPCE —el embajador soviético llegó a
intervenir como mediador entre ambasinstancias— pero no sospechaba queSantiago Carrillo ya se había afiliado alPartido Comunista y actuaba como unode sus agentes más eficaces. Porsupuesto, Carrillo se guardó muy bien decomentárselo. Al fin y a la postre, lacomisión de la Junta de Defensa regresócon rapidez a Madrid. La capital eraahora escenario de una segunda oleadade sacas que duraría hasta el 4 dediciembre[237].
De Porlier se realizaron siete sacasdesde el 18 de noviembre al 3 dediciembre. Fueron sacados 37 presos el18 de noviembre, 253 el día 24, 24 el
día 25, 44 el día 26, 24 el día 30, 19 eldía 1 de diciembre y 73 el día 3 dediciembre. Las órdenes deexcarcelación fueron firmadas porSerrano Poncela y los presos,entregados a Andrés Urresola y aÁlvaro Marasa. Todavía el 4 dediciembre se llevarían a cabo otras dossacas de las que una llegó sin víctimas aAlcalá de Henares y otra terminó en unanueva matanza en Paracuellos.
En el caso de la cárcel de Ventas, elinicio de la segunda oleada deasesinatos emanó de una orden de 18 denoviembre firmada por el subdirectorgeneral Vicente Giraute. Como en
ocasiones anteriores, no fueron pocoslos presos —superaron los trescientos—a los que se dio orden de libertad tansólo para encubrir que se les llevaba almatadero de Paracuellos. El policíaMarasa sería uno de los encargados deconducir a los presos ante las grandesfosas previamente excavadas para queallí se les diera muerte en masa y,ocasionalmente, Rascón, uno de losmiembros del consejillo, los rematara atiros[238].
La técnica del exterminio en masaseguía siendo la misma que lapracticada a inicios de noviembre, peroahora la Junta de Defensa pretendió dar
a los actos un aspecto de legalidad einstituyó unos tribunales populares quepreviamente condenaban a losdestinados a la muerte. Hasta qué puntosemejantes actos no pasaron de ser unafarsa puede desprenderse del hecho deque tan sólo en la cárcel de San Antón,donde comenzaron el 21 de noviembre,en tres días llegaron a celebrarse milochocientos juicios[239]. La justiciadenominada revolucionaria no pasabade ser, como en tantas ocasiones antes ydespués en la Historia, un cruentosimulacro del que sólo brotabansentencias condenatorias para personasa las que previamente se había decidido
arrancar la vida.El 27 de noviembre, después que en
otras prisiones, se iniciaron las sacas enSan Antón. En algún caso, que susprotagonistas no pudieron dejar de vercómo providencial, se produjo lasalvación de los condenados. Así, porejemplo, uno de los autobuses,conducido por milicianos del PCE quese expresaban claramente en el sentidode que todos los presos iban a serasesinados, se extravió y en lugar dellegar a Paracuellos apareció en Alcaláde Henares[240]. De esa manerainesperada salvaron así la vida loshermanos Rafael y Cayetano Luca de
Tena. No tuvo la misma fortuna eldramaturgo Pedro Muñoz Seca[241] que,al ser incorporado a la saca siguiente,terminó fusilado en Paracuellos.
Ese mismo día 27 llegaron a SanAntón nuevas órdenes de SerranoPoncela ordenando la puesta en libertadde más reclusos. Según el métodohabitual, al día siguiente, a esosdetenidos se les incluyó en dos sacascuyos miembros terminaron tambiénsiendo asesinados en Paracuellos[242]. Eldía 29 de noviembre tuvo lugar unanueva saca en el curso de la cual fueasesinado entre otros muchos ArturoSoria Hernández, hijo del urbanista
creador de la Ciudad Lineal[243]. El 30,se efectuaría la última saca de SanAntón. Cuando concluyeran, finalmente,las matanzas de aquellos días, millaresde madrileños habrían sido asesinadospor las fuerzas de la Junta de Defensacuya Consejería de Orden Público sehallaba dirigida por el comunistaSantiago Carrillo[244].
Sobre la responsabilidad ejecutorade Carrillo no tenía entonces dudaninguno de los que supieron de lo queestaba sucediendo —como no la hantenido después los familiares de losasesinados ni los estudiosos del tema—ya formara parte del cuerpo diplomático
como Felix Schlayer o de lasautoridades republicanas. Al respecto,no deja de ser significativo que elnacionalista vasco Galíndez en susmemorias del asedio de Madrid nopermitiera alternativas sobre lapersonalidad de aquellos en los queresidían las responsabilidades. En 1945escribiría:
«El mismo día 6 de noviembre sedecide la limpieza de esta quintacolumna por las nuevas autoridades quecontrolaban el Orden Público. La trágicalimpieza de noviembre fuedesgraciadamente histórica; no cabenpaliativos a la verdad. En la noche del 6
de noviembre fueron minuciosamenterevisadas las fichas de unos seiscientospresos de la cárcel Modelo y,comprobada su condición de fascistas,fueron ejecutados en el pueblecito deParacuellos del Jarama. Dos nochesdespués otros cuatrocientos. Total, milveinte. En días sucesivos la limpiezasiguió hasta el 4 de diciembre. Para mí,la limpieza de noviembre es el borrónmás grave de la defensa de Madrid, porser dirigido por las autoridadesencargadas del orden público»[245].
El testimonio de Galíndez no estádesprovisto de inexactitudes como la decalificar de «fascistas» a los asesinados
cuando lo cierto es que un número bienconsiderable de ellos nada tenían quever con el fascismo y eran simplesmilitares, sacerdotes ordinarios eincluso republicanos históricos.También es un tanto sospechosa lamanera en que minimiza el número demuertos al hacer referencia únicamente alas matanzas del 6 y 7 de noviembre y,como hemos tenido ocasión de ver, alsituar la decisión de llevar a cabo losfusilamiento en el primer día citado. Sinembargo, difícilmente puede ser másclaro a la hora de localizar lasresponsabilidades. De hecho, el PNV,que contaba con dos checas en
Madrid[246], estaba más que al corrientede la represión llevada a cabo en lazona controlada por el Frente Popular.No sólo eso. Hay que decir que inclusoIrujo, el peneuvista que formaba partedel gobierno frentepopulista, protestópor las matanzas que se estabanllevando a cabo aunque, también esto escierto, ni las denunció ni tampocodimitió en señal de protesta por loscrímenes. Estos datos —junto con laresponsabilidad directa y esencial deCarrillo en millares de crímenes— hansido confirmados de manera irrefutabletras la apertura de los archivos de laantigua URSS. Al respecto, existe un
documento[247] de enorme interésemanado del puño y letra de GueorguiDimitrov, factótum a la sazón de laKomintern o Internacional Comunista. Eltexto, de 30 de julio de 1937[248], estádirigido a Voroshulov y en él le informade la manera en que prosigue elproyecto de conquista del poder por elPCE en el seno del gobierno del FrentePopular. El documento reviste unaenorme importancia pero nos vamos adetener en la cuestión de las matanzasrealizadas en Madrid que Dimitrovmenciona en relación con el peneuvistaIrujo:
«Pasemos ahora a Irujo. Es un
nacionalista vasco, católico. Es un buenjesuita, digno discípulo de Ignacio deLoyola. Estuvo implicado en elescándalo bancario Salamanca-Francia.Actúa como un verdadero fascista. Sededica especialmente a acosar yperseguir a gente humilde y a losantifascistas que el año pasado trataroncon brutalidad a los presos fascistas enagosto, septiembre, octubre ynoviembre. Quería detener a Carrillo,secretario general de la JuventudSocialista Unificada[249], porque cuandolos fascistas se estaban acercando aMadrid, Carrillo, que era entoncesgobernador, dio la orden de fusilar a los
funcionarios fascistas detenidos. Ennombre de la ley, el fascista Irujo,ministro de Justicia del gobiernorepublicano, ha iniciado unainvestigación contra los comunistas,socialistas y anarquistas que trataroncon brutalidad a los presos fascistas. Ennombre de la ley, ese ministro deJusticia puso en libertad a cientos ycientos de agentes fascistas detenidos ode fascistas disfrazados. Encolaboración con Zugazagoitia, Irujoestá haciendo todo lo posible eimposible para salvar a los trotskystas ysabotear los juicios que se celebrancontra ellos. Y hará todo lo que pueda
para que se les absuelva. Este mismoIrujo estuvo en Cataluña en los últimosdías con su jefe Aguirre, el famosopresidente de la famosa república vasca.Mantuvieron reuniones secretas conCompanys para preparar la separaciónde Cataluña de España. Están intrigandoen Cataluña donde afirman: os espera elmismo destino que a la nación vasca; elgobierno republicano sacrificó a lanación vasca y también sacrificará aCataluña».
El retrato de Irujo que Dimitrovrealizó en este informe no resultaciertamente amable. De él se nos diceque era hipócrita, corrupto y desleal al
colaborar con los nacionalistascatalanes en la preparación de lasecesión de Cataluña. Sin embargo, loque más parece irritar a Dimitrov es queera «un auténtico fascista», unacalificación extensible, al fin y a lapostre, a todo aquel que no estuvieradispuesto a someterse a los dictados deMoscú. En el caso de Irujo, esaconducta se expresaba en dos cuestionesesenciales para los soviéticos. Una queestaba intentando detener la purga deaquellos elementos de izquierda que nopodían ser controlados por Stalin y quese estaba llevando ya a cabo. Otra,especialmente importante para nuestro
estudio, que intentaba que el peso de laley cayera sobre el comunista Carrilloque era el que había dado la orden delas matanzas sucedidas en Madrid. Nique decir tiene que Irujo no consiguióninguno de sus objetivos en el seno deun gobierno que, crecientemente, sehallaba controlado por las decisiones deMoscú y que se encaminaba hacia unmodelo de dictadura similar al que seimpuso en los distintos países del estede Europa después de la segunda guerramundial. No es menos cierto quetampoco denunció lo sucedido ni adoptómedidas de protesta o de repulsapública[250]. Mantuvo, por el contrario,
su puesto en el gobierno y, a la vez,celebró reuniones con los nacionalistascatalanes para descuartizar España.Ciertamente, el PNV tenía un conjuntode prioridades obvio.
Amparado en la cercanía delcombate —un combate en el que, dichosea de paso, no participaron en lo másmínimo— Carrillo y sus secuaceshubieran podido continuar las matanzasdurante las siguientes semanas. Si no fueasí se debió a un factor inesperado.
3
El freno
La acción diplomáticaLo sucedido en la parte de España
controlada por el Frente Popular podíaser negado por la propaganda como unafalacia maliciosa pero no escapaba enabsoluto a las legaciones diplomáticasque tenían su sede en Madrid. A decirverdad, en todas ellas existía laconciencia de que había estallado una
revolución que no sólo había aniquiladocualquier vestigio, por mínimo quefuera, de democracia y de respeto por lalegalidad, sino que además se estabacobrando un costosísimo tributo ensangre. Dado que no existía ningún frenopara los asesinatos que comenzaron apracticarse desde el mismo 18 de juliode 1936, una de las primeras medidastomadas por las representacionesdiplomáticas fue la de ordenar a susnacionales que llevaran un brazalete conlos colores de sus respectivas banderas.Se suponía, con un cierto optimismo,que los pabellones protegerían a lossúbditos extranjeros de una detención y
el subsiguiente paseo. El asesinato pormiembros de las checas de uruguayoscomo Carlos Alberto Abascal del Calvoy su esposa o de argentinos como FelipeJorge Linaza, sin contar los numerososasaltos contra la propiedad, deja demanifiesto hasta qué punto las medidastomadas por las legaciones diplomáticasno resultaron del todo efectivas.
Sin embargo, el mayor reto para laslegaciones extranjeras era el de poderresponder a las peticiones de asilo queformulaban centenares de personas.Buen número de los solicitantes eranciertamente gente católica yconservadora, pero tampoco faltaban los
apolíticos perseguidos por su carrera osu posición social ni los republicanos eincluso los izquierdistas moderados quecomprendían que su vida peligraba enmedio del marasmo cruento de larevolución[251]. No deja de sersignificativo el caso de los guardiasciviles que custodiaban la embajadabelga, sita en la calle Almagro 42. Loscitados agentes decidieron solicitar delcónsul general y encargado de negociosde Bélgica, M. Chabot, que lesconcediera asilo en la embajada juntocon sus familias. De esa manera, losguardias civiles pasaron de la condiciónde vigilantes a la de refugiados.
La respuesta de las legacionesapenas tuvo excepciones y el decanatodel cuerpo diplomático —quedesempeñaba, a falta del nuncio de laSanta Sede, el embajador de Chile,Aurelio Núñez Morgado—[252] coordinólos impagables esfuerzos de las distintassedes diplomáticas. De maneracomprensible, no tardó mucho encubrirse la capacidad normal deconsulados y embajadas y algunosdiplomáticos optaron por alquilarinmuebles adicionales sobre los queizaron su bandera para proteger en suinterior a los refugiados. Semejanteacción humanitaria provocó la inmediata
irritación del Frente Popular, que exigióque se le hiciera entrega de losrefugiados con la intención de darles eltrágico destino que ya hemos examinadoen páginas anteriores. La resistencia aesas exigencias fue especialmente firmeen el caso de las embajadashispanoamericanas. Sus representantesno sólo hacían honor a una largatradición de refugio de los distintospaíses sino que además podían señalarlos precedentes establecidos por laspropias legaciones españolas enHispanoamérica.
Menos generosa fue la actitud de laembajada de Estados Unidos. Su
encargado de negocios, Eric Wendelin,era personalmente partidario de otorgarasilo a los refugiados pero lasinstrucciones del Departamento deEstado fueron tajantes en el sentido depermitir únicamente brindarlo a aquellosque tenían la nacionalidadnorteamericana o eran familiarescercanos de algún ciudadano de EstadosUnidos. Al mismo tiempo, se conminó alos norteamericanos para queabandonaran a la mayor brevedad laEspaña del Frente Popular. A pesar detodo, se cobijó entre las paredes de lalegación diplomática a un centenar ymedio de personas incluidos filipinos y
puertorriqueños, lo que provocóconsiderables dificultades paraproporcionar lugar en el que dormir yalimentos a los refugiados[253]. Demanera tristemente irónica, de losnacidos en España la embajada deEstados Unidos tan sólo protegió seisvacas de raza cuyo dueño temía que selas incautaran los milicianos.
Los rumiantes contaron con laprotección del pabellón de las barras ylas estrellas a cambio de la leche quedaban diariamente.
Las autoridades del Frente Popularno se limitaron, sin embargo, a presionara las legaciones diplomáticas para que
les entregaran a los refugiados sino queen no pocas ocasiones recurrieron al usode la violencia para conseguir suspropósitos. Así, por ejemplo, el 7 denoviembre de 1936, un grupo demilicianos anarquistas entre los que seencontraba el conocido atracador FelipeEmilio Sandoval, detuvo un automóvilen el que iba el médico de la cárcelModelo Gabriel Rebollo Dicenta encompañía de un funcionario de lalegación noruega llamado Werner. Apesar de que el vehículo llevababandera diplomática, los milicianossacaron de su interior al doctor Rebolloprocediendo a asesinarlo[254]. Las
violaciones del derecho internacional nose limitaron, sin embargo, a vehículos.Así, los locales de la embajada deBrasil, situados en el paseo de laCastellana números 55 y 57, fueronasaltados el 7 de mayo de 1938 porefectivos de la policía y de los guardiasde asalto que no sólo efectuaron unregistro de las dependencias sino queademás se llevaron objetos de valor. Enel caso de Alemania e Italia, seprodujeron sendas irrupciones demilicianos en los recintos diplomáticosuna vez que ambos países reconocieronal gobierno de Franco. Afortunadamentepara los refugiados, en su mayoría ya
habían sido puestos a salvo. Lo mismopodría señalarse de las embajadas deFinlandia y del Perú que fueronallanadas siguiendo instrucciones de lasautoridades republicanas.
Especialmente escandaloso fue elbombardeo de la embajada británica porparte de un avión, un incidente que setradujo en importantes desperfectosmateriales y en algunos heridos aunque,afortunadamente, no causó muertos. Laprensa del Frente Popular utilizó elincidente para instar a Gran Bretaña aalinearse con el gobierno republicano encontra de los alzados. Sin embargo, demanera en apariencia sorprendente, el
incidente no tuvo el resultado esperadopor el Frente Popular. La razón de eseresultado no fue otra que la absolutacerteza por parte de la legacióndiplomática de que el incidente no habíasido protagonizado por la aviación deFranco. Como reconocería uno de lossecretarios de la embajada en Madrid«nuestra investigación probó sin lugar adudas que el avión que nos atacópertenecía a los leales. Según parece,son capaces de cualquier cosa con tal deasegurarse la intervenciónbritánica»[255].
En alguna ocasión, la violencia delFrente Popular contra los diplomáticos
que intentaban paliar los efectos delterror revistió característicasespecialmente repugnantes. Tal fue elcaso de la descargada sobre la legaciónde Uruguay. Como forma deintimidación, los frente-populistassecuestraron un viernes a las treshermanas del cónsul de Uruguay enMadrid que tenían entre los dieciocho ylos veintitrés años. Los milicianosprocedieron tras el rapto de lasmuchachas a violarlas y asesinarlas. Elsábado aparecieron los tres cuerposarrojados a una cuneta al este deMadrid. El triple asesinato acompañadode violación era una obvia advertencia
del Frente Popular que prohibió enviardespachos a los corresponsalesextranjeros narrando lo sucedido. Larespuesta, plenamente justificada, deUruguay consistió en romper relacionesdiplomáticas con la España del FrentePopular[256].
No se trató, desde luego, de unepisodio aislado dentro del capítulo depresiones ejercidas por el FrentePopular sobre las embajadas para quedejaran de ejercer el tradicional derechode asilo en favor de los refugiadosespañoles. Al respecto, posiblemente,uno de los casos que provocó una mayorreacción fue el del asesinato del
encargado de negocios de la embajadabelga, barón de Borchgrave[257]. Elcitado diplomático estaba casado conuna norteamericana y hablaba confluidez cuatro idiomas, incluido elespañol. Además, había brindado suayuda a distintas personas por razoneshumanitarias incluyendo a algunosinterbrigadistas que, tras descubrir larealidad de la guerra que se libraba enEspaña, decidieron regresar a su país.Estas circunstancias unidas a suconocimiento de primera mano de lasituación en Madrid le colocaron en elpunto de mira de la represiónrepublicana. Al no regresar la noche del
20 de diciembre de 1936 de una de susgestiones habituales, su esposa, queconocía sobradamente la situación queimperaba en Madrid, se temióinmediatamente lo peor. Lo que no podíasaber es que Borchgrave fue primeroconducido a una checa de la calle deFernández de la Hoz número 57 y, trasestar recluido allí algunas horas, se letrasladó a la calle de Serrano número111 donde funcionaba el ComitéRegional de la CNT, verdadero cerebrode las actividades de los Serviciosespeciales del Ministerio de laGuerra[258]. Una vez más, una instanciaoficial del gobierno del Frente Popular
se veía implicada en labores derepresión y asesinato. Aquella mismanoche se decidió el fusilamiento deBorchgrave, que se realizó en elkilómetro 5 de la carretera de Chamartína Alcobendas, disparando sobre lavíctima tres veces, una en la ingleizquierda, otra en el omóplato izquierdoy finalmente una en la oreja del mismolado. La diferencia de calibre de lasarmas hace pensar que fueron varios losejecutores. Tras perpetrar el crimen,éstos procedieron a repartirse los bienesdel asesinado correspondiendo a unchófer llamado Lozano el abrigo decuero de automovilista y a Eduardo Val,
secretario del Comité Regional deDefensa, el reloj. También le despojaronde sus gemelos de puños, de labotonadura de camisa y del calzado ylos calcetines. Finalmente, para evitar laidentificación de Borchgrave, recortaronlas iniciales cosidas en la ropa interiordel asesinado.
El cadáver tardó en ser localizadouna semana aunque finalmente aparecióen una fosa del cementerio deFuencarral y entonces quedó demanifiesto que había sido víctima de unpaseo junto a otras veinte personas.Como es comprensible, el gobiernobelga presentó una enérgica protesta por
el asesinato del barón y exigió unainvestigación. La respuesta de lasautoridades de la España del FrentePopular constituyó todo un ejercicio decinismo diplomático. Ante la protestadel encargado de negocios belga,vizconde Berryer, el general Miaja, a lasazón jefe militar de Madrid, encargó lainvestigación y captura de los asesinosal jefe de los Servicios Especiales quehabían dado muerte a Borchgrave, a lavez que se difundía una campañacalumniosa que culpaba al asesinado deactividades relacionadas con elespionaje. La afirmación era falsa[259]
pero incluso aunque se hubiera
correspondido con la realidad elcomportamiento propio de un paíscivilizado hubiera pasado por unprocedimiento legal encaminado a laexpulsión del diplomático del territorionacional y jamás por su secuestro yasesinato.
No resulta por ello extraño que,finalmente, nada convencida de laacción emprendida por las autoridadesdel Frente Popular, Bélgica presentarauna reclamación por este crimen ante elTribunal Internacional de La Haya. Ladefensa del gobierno republicano recayóen Felipe Sánchez Román llegándose alfinal a un acuerdo basado en una
propuesta llevada a cabo por elembajador de la España del FrentePopular en Bruselas el 21 de diciembrede 1937. El texto, verdadera soluciónsalomónica, contenía, por parterepublicana, la petición de excusas y,por parte belga, la exoneración decualquier responsabilidad del gobiernodel Frente Popular[260]. De esa manera,se echaba tierra sobre una gravísimaviolación del derecho internacional.Sólo años después, tras el final de laguerra civil, se colocaría una lápida enhonor de los esfuerzos humanitariosrealizados por Jacques de Borchgrave,en el Ministerio de Asuntos Exteriores
Español.También especialmente repugnante
fue el episodio relacionado con la falsaembajada de Siam que se debió a lainiciativa del jefe de ServiciosEspeciales, Manuel Salgado.Aprovechando el terror que reinaba enMadrid y el deseo más quecomprensible de muchos por hallarrefugio diplomático ante las matanzasque se llevaban a cabo, Salgadoestableció una supuesta embajada deSiam bajo la dirección de AntonioVerardini Díez, antiguo estafador y a lasazón comandante del ejército popularde la República. A la sede de la falsa
legación, sita en el número 12 de lacalle Juan Bravo, acudieron variaspersonas en busca de un refugio quepagaron. Lo que ignoraban era que susconversaciones eran seguidas gracias aun micrófono oculto en el comedor y queel destino que les esperaba, tras eldespojo de sus bienes, era la muerte. Amediados de diciembre de 1936, losrefugiados fueron objeto de una sacarealizada por las milicias de la CNT yasesinados[261]. Como era de esperar,estos crímenes no fueron perseguidospor los tribunales de la España delFrente Popular e incluso con ocasión deotras actuaciones judiciales[262], tanto
Salgado como Verardini presentarontestimonios en los que indicaban comoel asunto de la falsa embajada habíasido ideado por Salgado —que dioademás la orden de «liquidarla»— yllevado a cabo por Verardini sufragandolos gastos «los centros y ateneospolíticos que por entonces subvenían aestas necesidades». La operación, apesar de sus características, difícilmentepodía haber contado con mayorrespaldo.
La gestión diplomática —como yahemos visto al referirnos a la acción deSchlayer— no logró detener lasmatanzas pero sí proporcionó cobertura
humanitaria a centenares de refugiadosque de otra manera habrían muertovíctimas de la política de represión delFrente Popular. Tuvo además unaconsecuencia añadida que preocupó,comprensiblemente, al gobiernorepublicano y fue la de mantener a losrespectivos gobiernos puntualmenteenterados de lo que estaba sucediendoen la España del Frente Popular. Pormás que diplomáticamente se insistieraen que el gobierno frentepopulistaestaba defendiendo la democracia frenteal fascismo, lo que podían constatar lasdistintas legaciones era que cualquiervestigio de democracia había
desaparecido de la España republicanay que la revolución que la anegaba secaracterizaba por un uso masivo delterror, un terror que alcanzaba apersonas sin ninguna significaciónpolítica y cuyo único crimen era sercatólico, pertenecer al clero o nocompartir los objetivos revolucionariosdel Frente Popular.
Al respecto, no puede causarsorpresa el contenido de algunos de losinformes enviados al Foreign Officebritánico sobre la situación en España.A finales de noviembre de 1936, OwenSaint Clair O’Malley, director deldepartamento del sur, insistía en la
influencia soviética existente en Españadesde principios de año lo que, desde supunto de vista, explicaba la ayudaconcedida por Mussolini a los alzados:
«Mi impresión, en lo que puedavaler, es que el gobierno soviético o laTercera Internacional, como queramosdecirlo, no sólo había estadoprovocando problemas en muchospaíses incluida España desde hacíamuchos años, sino que había iniciado unmovimiento concreto en España almenos desde inicios de 1936, cuando yase sabía en los círculos informados queera probable que aconteciesendisturbios civiles de importancia en ese
país […] La conclusión a la que yollegaría es que Mussolini era tanconsciente como nosotros de lo que lossoviets estaban tramando en España ypensó que había llegado la hora deadoptar medidas paracontrarrestarlo»[263].
La opinión de O’Malley fuesometida al juicio de otros especialistas.El resultado fue que sir GeorgeMounsey, sir Robert Vansittart y CliffordNorton manifestaron su acuerdo con loseñalado por el director deldepartamento del sur:
«La influencia soviética en Españaha sido evidente desde mucho tiempo
antes de que estallaran los disturbios yeste hecho ha sido olvidado en buenamedida a causa de las actividadesalemanas e italianas allí aunque son másrecientes»[264].
Excede con mucho el tema delpresente estudio analizar la manera enque los informes sobre la revolución enEspaña influyeron en el comportamientode las potencias democráticas comoGran Bretaña a la hora de no desearintervenir en el conflicto y optar por unapolítica de no-intervención. Sinembargo, parece lógico concluir que laconvicción de que la España del FrentePopular estaba viviendo una revolución
similar a la bolchevique y no luchado endefensa de la democracia fue esencial enesa conducta. Personaje tanextraordinariamente lúcido comoWinston Churchill manifestaba enpúblico ya en el mes de agosto de 1936este punto de vista:
«¿Cómo sucedió? Sucedió «deacuerdo con el plan». Lenin afirmó quelos comunistas debían prestar su ayuda atodo movimiento orientado hacia laizquierda y promover la implantación degobiernos constitucionales débiles, designo radical o socialista. Despuéssocavarían esos gobiernos y lesarrancarían de sus manos vacilantes el
poder absoluto instituyendo un. Estadomarxista. El procedimiento es bienconocido y ha sido comprobado. Formaparte de la doctrina y táctica comunistas.Ha sido seguido de manera casi literalpor los comunistas de España […]Desde las elecciones celebradas aprincipios de este año, hemos asistido auna reproducción casi perfecta enEspaña, mutatis mutandis, del periodode Kérensky en Rusia»[265].
Puede pensarse lo que se desee deljuicio de Churchill —y con él de el deotros diplomáticos británicos o no—pero lo cierto es que el terror a que sevio sometido Madrid en 1936 bajo las
fuerzas del Frente Popular sólo podíaservir para confirmarlos en susopiniones.
De hecho, no cabe objetar al hechode que la independencia de laslegaciones diplomáticas resultabaespecialmente perjudicial para elgobierno republicano, en la medida enque no podía ser mediatizada totalmentemediante la propaganda de losintelectuales, supuestamenteprogresistas, ni tampoco a través de laintervención en los medios decomunicación. En ese contexto en el quese ventilaba la legitimidad internacionalde un gobierno que había aniquilado el
sistema republicano y que encabezabauna cruenta revolución, se puedeentender un episodio como el delatentado contra el doctor GeorgesHenny[266].
El 9 de diciembre de 1936, Política,el órgano de prensa de IzquierdaRepublicana, anunciaba en titulares queun avión de pasajeros de la compañíaAir-France había sido abatido «por uncaza faccioso»[267]. En el aparato, quehabía despegado de Barajas pocosminutos antes del incidente con destino aToulouse, volaban un médico de la CruzRoja internacional, dos periodistasfranceses —Louis Delaprée,
corresponsal de Paris Soir, y AndréChateau, de la agencia Hayas— yalgunos otros ocupantes. Atacado en lascercanías de Guadalajara, a unos tresmil metros de altura, el aparato, pilotadopor un tal Boyer, logró aterrizar, no sinsufrir un capotazo, en un campo cercanoa Pastrana. Tanto Henny como Chateauresultaron heridos en una pierna. Por suparte, Delaprée había sido alcanzadogravemente y fallecería unos díasdespués.
Por supuesto, la prensa republicanainsistió en que el atentado había sidollevado a cabo por la aviación deFranco. Sin embargo, la realidad fue
muy distinta y pone de manifiesto demanera trágica el forcejeo continuoexistente entre las actividadeshumanitarias del cuerpo diplomático ylas autoridades del Frente Popular. Adiferencia de lo señalado por la prensarepublicana, el avión no pertenecía aAir-France sino a la embajada francesay su destino era el envío de la valijadiplomática y la evacuación deciudadanos franceses[268]. A bordo delaparato Henny tenía la posibilidad dellegar a Francia, primero, y a Ginebradespués para informar a las autoridadespertinentes de los crímenes que lasfuerzas del Frente Popular estaban
llevando a cabo en Madrid. Que elgobierno frentepopulista desearaimpedirlo a cualquier coste no sólo noresulta extraño; además está confirmadopor los testimonios de la época.
El primero es el de Felix Schlayer.Éste había sido acompañado por Hennyen uno de sus viajes hasta las fosasdonde yacían sepultadas las víctimas delas matanzas en masa y la víspera de lasalida del vuelo de Henny, fueinformado por un francés al servicio delcontraespionaje republicano de que elavión «no podría» despegar al díasiguiente. Efectivamente, el avión sufríaun defecto de motor que exigió retrasar
su partida veinticuatro horas. Como esnatural, cuando Schlayer supo delatentado sufrido por el aparato, se pusoen contacto con el piloto francés que leexplicó cómo el avión que les habíaatacado había procedido a ametrallar lacabina de pasajeros desde abajo con laobvia intención de darles muerte y cómoademás se trataba de un caza con losdistintivos del «gobierno rojo». Sehabría tratado, por lo tanto, de un ataquellevado a cabo por la aviaciónrepublicana para evitar que setrasladaran al extranjero los documentosque implicaban directamente a lasautoridades del Frente Popular en las
matanzas cometidas en Madrid.La misma impresión, hasta en los
más ligeros matices, reinaba en laembajada de Argentina según eltestimonio de Adelardo FernándezArias. Semejante circunstancia no causaextrañeza por cuanto el encargado denegocios de Argentina, Edgardo PérezQuesada, había acompañado a Schlayery a Henny en su visita a una de las fosascomunes donde se había dado sepulturaa las víctimas de las matanzas masivasde noviembre.
A todo lo anterior se une eltestimonio de la única víctima mortaldel atentado, Delaprée, según lo relató
al corresponsal del Daily Express enMadrid, Sefton Delmer[269]. SegúnDelaprée, Aleksander Orlov, el jefe dela soviética NKVD en España, se habíaenterado unas horas antes del despeguedel avión de las investigaciones deHenny y decidió impedir que éstellegara a Ginebra y las pusiera enconocimiento del Consejo de Seguridadde la Liga de Naciones. Semejantecomparecencia se habría producidoademás cerca del 11 de diciembre,precisamente la fecha en que JulioÁlvarez del Vayo, ministro de Estado dela República, iba a pronunciar uncélebre discurso en el que atacaría
duramente a Italia y a Alemania porintervenir en España y causar la muertede miles de jóvenes españoles. Laimagen de la España democrática —ysola— que era víctima de la agresiónfascista se habría resquebrajadonotablemente con la constatacióndocumental de que la revolución, con laayuda de la URSS, estaba cometiendoatrocidades que tan sólo en Madridhabían costado la vida a millares dedetenidos. Deseoso de evitar esaposibilidad que tan perjudicial podíaresultar no sólo para el gobierno delFrente Popular sino también para laURSS que lo estaba apoyando, Orlov
ordenó que el avión francés fueraatacado por el caza republicano. Elpropio gobierno galo ordenó unainvestigación sobre el tema que no llegóa publicar, lo que añade aún máscredibilidad a las certezas de Schlayer,Pérez Quesada y Delaprée, ya que si elgobierno del Frente Popular francéshubiera podido achacar laresponsabilidad del atentado a laaviación de Franco, sin duda, lo hubierahecho, mientras que, de manera tambiéncomprensible, no hubiera estadodispuesto a publicar una noticiasusceptible de dañar quizá fatalmente laimagen pública de la causa republicana.
Al fin y a la postre, Henny, por razonesque nunca han sido aclaradas, no llegó aentregar la documentación en Ginebracon lo que el gobierno del FrentePopular pudo apuntarse un tanto en labatalla que libraba contra el esfuerzohumanitario llevado a cabo por laslegaciones extranjeras.Afortunadamente, la detención de lasmatanzas en masa acabaríaproduciéndose y a partir de unainstancia difícilmente sospechable ajuzgar por el comportamiento mantenidohasta entonces por las autoridades delFrente Popular.
La llegada de MelchorRodríguez
El mes de noviembre de 1936concluyó uniendo el final de sus días alde las sacas que desembocaban enmatanzas en masa. Si así fue no se debióen absoluto ni a que la política deexterminio de los organismos del FrentePopular hubiera concluido ni tampoco alhecho de que el gobierno hubieradecidido, siquiera por razones políticas,poner fin a unos crímenes que privabande cualquier legitimidad, real osupuesta, a su causa. El final de losasesinatos vino vinculado a la acción
individual de un hombre en el queprimaron la nobleza de sentimientos y lahumanidad por encima de cualquierplanteamiento ideológico. Se trataba delanarquista Melchor Rodríguez[270].
Nacido en Triana en 1893,Rodríguez había trabajado de caldereroal principio de su vida y luegoemprendió una carrera en el mundo delos toros que terminó con una cornada.Con posterioridad, vino a Madrid dondese afilió a la CNT y, en armonía con losprincipios de la organización anarquista,se opuso a la colaboración con ladictadura del general Primo de Riveraque, por el contrario, practicó con tanto
beneficio el PSOE. Melchor Rodríguezpasó por la cárcel en la época de Primode Rivera pero, a diferencia de tantoscorreligionarios, la dureza de esasexperiencias no creó en su espírituresentimiento ni odio. Tampocosustentaba la opinión tan extendida entrelos seguidores del Frente Popular de quela victoria tenía que labrarse sobre elexterminio físico de segmentos enterosde la sociedad.
Nombrado director de Prisiones, enparte, por su experiencia carcelaria y, enparte, por la identidad de filiaciónpolítica con el ministro de Justicia, el 10de noviembre de 1936 Schlayer —que
captó la diferencia que existía entreRodríguez y las autoridades del FrentePopular— celebró con él sudesignación. Sin embargo, ni SantiagoCarrillo ni sus compañeros comunistastenían el menor interés en que alguieninterfiriera en las matanzas yobstaculizaron la actuación deRodríguez. El anarquista, indignado, sevio obligado a regresar a Valenciadonde se presentó ante el ministro deJusticia y renunció al nombramiento.García Oliver no estaba, sin embargo,dispuesto a que los comunistas lepisaran el terreno y nombró ahora, 4 dediciembre, a Melchor Rodríguez
delegado general de Prisiones enMadrid con plenos poderes.
Como tantos otros, y por encima delo que se empeñara en decir lapropaganda oficial del Frente Popular,Rodríguez sabía sobradamente lo queestaba sucediendo en Madrid. Sudiferencia con otros políticos se hallabaen que no tenía la menor intención depermitirlo. Nada más hacerse cargo dela delegación general de Prisiones,Rodríguez prohibió terminantemente lassacas realizadas por la noche o demadrugada y procedió a expulsar de losestablecimientos penitenciarios a losmilicianos de Vigilancia de la
Retaguardia. Asimismo —y esto resultóesencial— impuso la medida de quetoda salida de la prisión llevara su firmay sello para poder ser efectiva.
La última saca realizada por SerranoPoncela había tenido lugar el 3 dediciembre. Con la llegada de MelchorRodríguez este tipo de matanzasconcluyó y sólo volvió a tener lugar unamatanza masiva cuando, tras unbombardeo de la aviación de Francosobre Guadalajara, los frentepopulistasasaltaron la prisión y asesinaron a lapráctica totalidad de los trescientosveinte recluidos. De hecho, lo sucedidoen Guadalajara pesó de tal manera en el
ánimo del anarquista que cuando unhecho como el de Guadalajara estuvo apunto de repetirse en Alcalá de Henares,Melchor Rodríguez se desplazó hasta lalocalidad madrileña, se enfrentó a pechodescubierto con los milicianos y logrósalvar a los presos.
Con la llegada de MelchorRodríguez la carrera represiva deCarrillo y sus colaboradores sufrió,desde luego, un golpe de muerte. Lareorganización de la Junta de Defensa deMadrid llevada a cabo el 1 dediciembre de 1936 le había mantenidoen su puesto al igual que al generalMiaja, pero escasa efectividad tuvo esa
circunstancia a partir de la toma deposesión de la delegación de prisionespor parte de Rodríguez. Serrano Ponceladejó de firmar órdenes de sacas[271] antelas disposiciones del delegadoanarquista y Carrillo, limitado en elejercicio de sus funciones represoras, aforales de diciembre, abandonó la Juntade Defensa. Le sustituyó José Cazorla,un antiguo chófer que no dejaría decolisionar en su ánimo exterminador conRodríguez.
Sin embargo, la evolución en la zonadominada por el Frente Popular ibaproduciéndose de acuerdo con losdesignios de los comunistas. El 1 de
marzo de 1937, Melchor Rodríguez fuedestituido de su cargo de delegadogeneral de Prisiones en Madrid. A pesarde todo, a diferencia del peneuvistaIrujo y de tantos otros, no estabadispuesto a callarse frente a los horroresde la represión. Públicamente, denunciósus métodos[272] como similares a los dela tristemente famosa ley de fugas deMartínez Anido y Arlegui. Seguramente,era la comparación más odiosa quepodía llevar a cabo un afiliado de laCNT que había conocido sobradamentelas cárceles. Con todo, tanto cuantitativacomo cualitativamente, Carrillo y sussecuaces habían superado los horrores
de los peores años del pistolerismo.
La acción privadaAunque poco puede objetarse a la
tesis de que la llegada de MelchorRodríguez fue esencial para salvar lavida de millares de personas y aunqueun mérito similar corresponde en suconjunto a las legaciones diplomáticas,este capítulo estaría incompleto sinhacer referencia a algunos de losparticulares que, a semejanza de laPimpinela Escarlata, arriesgaron su vidapara salvar a las víctimas potencialesdel terror.
Por supuesto, entre estos personajestuvieron un papel esencial aquellos quelograron ocultarse en Madrid durante laguerra y que, simpatizando con losalzados del 18 de julio, desarrollaronuna notable labor para ayudar a escapara las víctimas potenciales del terrorfrente-populista. Uno de estos activistas—no pocas veces novelescos— fueGustavo Villapalos.
Villapalos era uno de los escasoscamisas viejas de Falange y habíaparticipado en el alzamiento en Madridentre los defensores del cuartel de laMontaña. A diferencia de algunos de suscompañeros, Villapalos cayó prisionero
pero no fue fusilado sino que lorecluyeron en la cárcel Modelo. Demanera casi rocambolesca, Villapalos seevadió de la prisión, logró pasarse a laotra zona y al mando de una bandera deFalange combatió en Toledo. Se tratabasólo del principio. Tras servir en laaviación de Franco, se incorporó alSIPM que le envió en diciembre de1937 a Madrid para entrenar aquintacolumnistas en la práctica delsabotaje. Se trataba de una misiónpeligrosa a la que Villapalos no tardó ensumar la creación de una red encargadade pasar a personas desde la Españacontrolada por el Frente Popular a la
zona nacional. Entre los éxitos logradospor Villapalos estuvo el sacar deMadrid a Fernando María Castiella, queaños después sería nombrado ministrode Asuntos Exteriores por Franco.
Sin embargo, no todos los quetendieron su mano a los perseguidoseran diplomáticos o simpatizantes de losalzados. Los hubo también que semovieron únicamente por razoneshumanitarias. Quizá el más conocido detodos ellos haya sido el británico E. C.Lance, apodado precisamente laPimpinela de la guerra de Espana[273].Lance había servido en el ejércitodurante la primera guerra mundial y en
1919 fue destinado a Rusia como partede una de las fuerzas de intervención,más simbólica que práctica, frente a losbolcheviques. De aquella experiencia,Lance sacó dos resultados inolvidables.Uno fue una herida en combate que lemantuvo apartado del servicio activodurante año y medio y otro, unconocimiento de primera mano de larevolución bolchevique. En 1921, Lanceabandonó el ejército y se dedicó atrabajar como ingeniero ayudante en eltendido de ferrocarriles enHispanoamérica.
En 1926, tras una breve estancia enGran Bretaña, se estableció con su
esposa en España con la misión detrazar una línea férrea que fuese deSantander al mar Mediterráneo. Duranteun trienio su vida fue feliz, pero eladvenimiento de la República fuecontemplado por los Lance como undesastre cuajado de huelgasrevolucionarias, ataques contra lareligión y disturbios callejeros. Casidesde el primer momento llegaron a laconclusión de que la caída de lamonarquía iba a ser —como en Rusia—sólo un paso previo hacia la revolución.Semejantes impresiones se vieronacentuadas con la creación del FrentePopular en vísperas de las elecciones de
febrero de 1936 y trágicamenteconfirmadas después de su llegada alpoder. El miedo que reinaba en algunosbarrios, las ocupaciones de tierras, losataques a la propiedad y el radicalismode las fuerzas izquierdistas resultabaninquietantes aunque los Lance se sentíanpoco afectados por lo que pudierasuceder en España. Su visión cambióradicalmente cuando en julio de 1936los trabajadores de la empresaconstituyeron un comité que se incautóde la propiedad sin tener en cuenta quese trataba de una compañía extranjera.
Temiendo lo peor, Lance se dirigió ala embajada —cuyo representante se
hallaba de vacaciones en San Sebastián— y se ofreció para ayudar a ofrecerasilo y protección a los súbditos de supaís. A la sazón se calculaba que habríaunos trescientos cincuenta ciudadanosbritánicos en Madrid pero en los localesde la legación irrumpió una cantidadcercana al doble. Entre ellos seencontraba un grupo aterrado de monjasirlandesas que temían correr el trágicodestino de sus compañeras de religiónespañolas. La reacción era lógicaporque ya se conocía la perpetración delos llamados paseos y nadie podíasentirse a salvo con la calle controladapor las fuerzas del Frente Popular.
Durante los días siguientes, Lance yotros miembros de la colonia británicacomo Margery Hill, Eric Glaisner yBobby Papworth recorrieron las callesde Madrid intentando ayudar a personascuyos familiares o amigos habían sidodetenidos para ir a parar a las checas oa las cunetas. En su acción no existíaningún elemento político sino meramentehumanitario, pero muy pronto y demanera comprensible la mayor parte dela colonia británica empezó a mostrar susimpatía hacia los rebeldes y suprofunda aversión al Frente Popular[274].Un factor que terminó ciertamente dedecidir a Lance a adoptar una postura
aún más comprometida en defensa de lasvíctimas del terror fue el conocimientode las matanzas acontecidas enParacuellos. Las hijas de un conocido leinformaron del traslado de su padre aaquel lugar e inmediatamente Lance sedesplazó al sitio para descubrir, graciasa la colaboración de uno de los aldeanosque había ayudado a cavar una de lasfosas, el lugar de los asesinatos.
El macabro hallazgo —Lancecomprendió a la perfección que se habíatratado de una matanza masivaperpetrada mediante ametrallamiento—iba a ser sólo el inicio de unaprolongada carrera en busca de
familiares detenidos de madrileñosacerca de los que se sospechaba el mástrágico de los destinos. No tardó enpercatarse de que las fuerzas del FrentePopular habían dado muerte ya amillares de personas y de que el papeldesempeñado por las institucionesrepublicanas en la represión —porejemplo, por la checa de Bellas Artes—era pavoroso.
Lance llegó en el verano de 1936 aestablecer contacto con Franco —que leconsideró un espía y le habló de lastrágicas consecuencias que podría tenerque se confirmara esa impresión— perofue puesto en libertad recibiendo incluso
la misión de llevar a cabo lasoperaciones de salvamento de una seriede personas que se encontraban enMadrid. Lance se sintió ofendido por eltrato que acababa de recibir, pero noabandonó su labor humanitaria en losmeses siguientes. Durante ellos, losmomentos de peligro fueron muynumerosos y el inglés tuvo que asistir,por ejemplo, al empeño de losmilicianos por capturar a la hija deldramaturgo Muñoz Seca. Sin embargo,acabó organizando una especie de«ferrocarril subterráneo» mediante elcual consiguió sacar a distintos huidos através de Alicante y de Valencia. En el
curso de seis meses, Lance llegó asalvar a treinta y una personas ademásde otros sesenta fugados por mar de lazona del Frente Popular en febrero de1937[275].
Finalmente, Lance cayó en 1937 enmanos de los servicios republicanos yfue encarcelado. Se trató de unaexperiencia terrible en la que llegó a sermaltratado por limpiarse los dientes, unaconducta que, en opinión de uno de losagentes del SIM, era fascista[276] ytambién se vio sometido a confinamientoaislado en una celda estrecha yoscura[277]. En la prisión, llegó aconocer a algunas de las víctimas
ocasionadas entre la izquierda por unarepresión que ya estaba casi totalmenteen manos comunistas. Así tuvo porcompañero de celda a un anarquistadetenido precisamente por su filiaciónpolítica a mediados de 1937[278].
En octubre de 1938, cuando yallevaba más de un año recorriendo unaprisión tras otra, Lance fue trasladado auna checa de Barcelona y conoció unade las celdas que las harían tandramáticamente famosas. Allí estuvo apunto de morir no sólo por lascondiciones inhumanas del cautiveriosino también porque, ante el avance delas tropas de Franco en Cataluña, las
autoridades republicanas decidieronasesinar a todos los presos. Mientrassufría un ataque de apendicitis, Lancefue testigo de fusilamientos masivos ensu séptima prisión, todos ellosperpetrados en personas cuyo únicocrimen había sido tener ideas políticasdistintas de las de sus ejecutores[279].Cuando esperaba correr la misma suerte,Lance fue finalmente rescatado de lamatanza por la intervención directa delcónsul británico. Salvó así la vida perosu salud nunca se recuperó de laspenalidades padecidas en diferentesprisiones y checas.
El caso de Lance fue, obviamente, el
de un extranjero sin inclinación políticaque decidió entregarse al salvamento deperseguidos por el terror únicamente porcausas humanitarias. Ciertamente, lasexperiencias de la guerra leconvencieron del carácter terrible delcomunismo pero no le inclinaron enabsoluto a favor de Franco ni tampocodel fascismo. En lugar de la ideología,Lance actuó esencialmente por razonesde humanidad, una humanidad queparecía haber desaparecido en la zonacontrolada por el Frente Popular. Larepresión llevada a cabo por éste iba aextender su radio de acción en claroparalelo con sucesos que se estaban
produciendo en el otro extremo deEuropa. Sin embargo, antes de examinarese aspecto tenemos que referirnos alpapel que en la represión tuvo unestamento privilegiado en el seno de laEspaña, supuestamente sin clases, delFrente Popular.
Parte IV
LA CONTINUACIÓNDEL EXTERMINIO
1
La connivencia de losintelectuales
Los intelectuales y la guerracivil española
Si, con todas las limitaciones que sepuedan señalar, la labor de laslegaciones diplomáticas se tradujo en lasalvación de centenares de personas quehabrían sido asesinadas y en la recogidade testimonios indispensables para
conocer las tareas de represión delFrente Popular, no puede decirse lomismo de la llevada a cabo por losintelectuales. El culto a los mismoscomo una especie de instanciaespecializada que pretende iluminar elcamino de la especie humana hacia lasmetas más elevadas es ciertamentecercano en el tiempo, aunque puedancitarse algunos antecedentes, y podríasituarse su origen en la época de laIlustración. En un número considerablede casos, el denominado intelectual haambicionado no tanto el cultivo de unadisciplina concreta como su conversiónen un oráculo moral que desplazara de
esa posición al clérigo o al profeta.Ciertamente, la Ilustración implicó
un impulso notable de esa visión aunquedistó mucho de consagrarla, quizáporque las carencias humanas de losintelectuales eran demasiadoescandalosas y porque las alternativas asu papel supuestamente rector eranconsiderablemente sólidas. En realidad,habría que esperar a la victoria delcomunismo en la antigua Rusia y lacreación de la Komintern para llegar alencumbramiento del intelectual en lasociedad contemporánea. Resultaindiscutible que aunque determinadosintelectuales no eran sino correas de
transmisión de la propagandasoviética[280] —a los opuestos a ella seles acosaba y vilipendiaba en elextranjero y se les exterminabadirectamente en el interior de la URSS— sin embargo, se convirtieron enreferencias supuestamente ineludibles deun progreso al que, también de manerasupuesta, debía dirigirse todo el génerohumano. De esa forma, el intelectualdejó de ser un crítico del poder —amenos que éste se opusiera a losintereses de la URSS— para convertirseen uno de sus servidorespropagandísticamente más eficaces alestar aureolado por una pátina de
superioridad mental y moral. En unagigantesca y perversa paradoja, digna deuna meticulosa monografía, el intelectualque clamaba contra la opresión, contralas tinieblas y contra la violencia iba atransformarse en defensor del poder quehasta la fecha había creado el sistematotalitario más tiránico de la Historia yque más dispuesto había estado aderramar la sangre de sectores enterosde la sociedad para mantenerse en elpoder.
La propaganda de guerra —y deposguerra— insistiría en que losintelectuales, tanto en España como enel extranjero, estaban al lado del Frente
Popular y ferozmente en contra de losalzados en julio de 1936. La realidadfue muy otra porque no faltaron enEspaña los intelectuales que apoyaron alos alzados —curiosamente, entre ellosla aplastante mayoría de los que habíanayudado a implantar la República en1931 como fue el caso de Pérez deAyala, de Baroja, de Unamuno, deOrtega y Gasset, de Marañón…— yporque incluso en el extranjero losintelectuales conocidos que se alinearoncon Franco y en contra del FrentePopular fueron con seguridad mayoríaen países no sólo como Alemania eItalia sino también como Francia[281],
Portugal, Polonia o Irlanda. Las razonesdesde el punto de vista de muchossobraban si se tenía en cuenta que laIglesia católica sufría una despiadadapersecución que estaba costando la vidaa millares de sacerdotes y religiosos, oque la España del Frente Popular, comohabía señalado Churchill, estabarepitiendo la evolución hacia unadictadura comunista que había sufridoRusia desde octubre de 1917. Con todo,no es ése el tema que deseamos tocar enestas páginas sino el del papeldesempeñado por los intelectuales a lahora de frenar el exterminiodesencadenado por las fuerzas y
autoridades del Frente Popular sobreaquellos a los que considerabanenemigos.
Los intelectuales y el apoyo ala represión
¿Cómo reaccionaron losintelectuales de la Españafrentepopulista de cara a una represiónque estaba costando la vida a millaresde seres humanos cuya única culpa eratener ideas religiosas, no defender losideales del Frente Popular o,simplemente, estar en el punto de mirade venganzas personales, de ajustes de
cuentas o de envidias vecinales? Decreer en la imagen arquetípica que delintelectual ha existido desde el sigloXVIII, se habría esperado que alzaran suvoz a favor de aquellos que erandetenidos, torturados y asesinados enmedio de una oleada de matanzas comono habían sido conocidas conanterioridad en ningún período de laHistoria de España. Sin embargo, larealidad fue muy distinta. Lejos dedenunciar lo que estaba sucediendo, nofueron pocos los intelectuales quelegitimaron las muertes e inclusounieron sus voces a los de aquellos queindicaban a nuevas víctimas a la vez que
exigían su eliminación. Conocido desobra es el papel de la socialistaMargarita Nelken que afirmaba a unosdías del estallido de la guerra:
«No basta para darnos garantías con«liquidar a los enemigos que ocupancargos en los ministerios». Para teneresas garantías indispensables, para quenuestros combatientes del frente sesientan las espaldas protegidas aretaguardia, para que no tengan quetemer que se les apuñala por detrás, espreciso ir al fondo del asunto yencararse con la verdad; esto es, saber ydecir quiénes tuvieron laresponsabilidad de que los traidores
pudieran traicionar; quiénes por suincapacidad para obrar comoverdaderos republicanos —por muyrepublicanos que fuesen— demostraronno tener capacidad para defender hoy ala República»[282].
La visión de la República que teníala Nelken era puramente bolchevique yno puede por ello extrañar que acabaramilitando en el PCE. Sin embargo, enteoría hubiera sido de esperar otrapostura en gente dedicada al mundo dela creación intelectual. La realidad fuemuy diferente. Una semana antes de quela diputada del PSOE escribiera lasfrases reproducidas arriba se había
iniciado en la administración unaverdadera oleada de purgas que afectó atodos los ramos de la vida nacional[283].El 25, Miguel de Unamuno[284], que sehabía manifestado repetidamente contrael Frente Popular y ahora apoyaba a losalzados, fue cesado de su cargo derector vitalicio de la Universidad deSalamanca y tres días después laUniversidad de Madrid era objeto de uncambio extraordinario de cargos ynombramientos que llevarían, porejemplo, a Julián Besteiro a convertirseen decano de la Facultad de Filosofía yLetras y a Juan Negrín a ocupar lasecretaría de la Facultad de Medicina.
No eran los únicos hombres del PSOEbeneficiados por la purga.
Al igual que había sucedido enRusia durante la revolución, losintelectuales partidarios del FrentePopular se habían arrogado el derechode expulsar de la vida pública —eincluso, como veremos, de la física— aaquellos que no comulgaran con suespecial cosmovisión. Así, el 23 deagosto, la Alianza de IntelectualesAntifascistas celebró una asamblea cuyafinalidad era depurar la AcademiaEspañola de la Lengua cuyos miembroseran mayoritariamente de derechas. Elcomité de depuración, auténtica checa
de la cultura, estuvo formado porMaroto, Luengo, Abril y, por supuesto,el poeta Rafael Alberti. La depuraciónfue durísima —de nuevo, sincomparaciones con ninguna otra sufridaen España en ninguno de los siglosprecedentes— pero, con todo, parecióescasa a las organizaciones del FrentePopular que la consideraron un tantotibia. Nuevamente, los intelectualesdecidieron plegarse a los interesespartidistas, unos intereses que desdehacía semanas se escribían en sangre, yel 30 de julio publicaron un manifiestode adhesión a la República. El textosería utilizado por la propaganda
republicana tanto durante la guerra comodespués del conflicto para dejar demanifiesto hasta qué punto laintelectualidad se hallaba identificadacon el gobierno del Frente Popular. Larealidad, siniestra y cruenta comoentonces la vivía Madrid, fue biendiferente.
La declaración, ciertamente escueta,estaba suscrita por una docena deintelectuales de primera fila y decía así:
«Los firmantes declaramos que, antela contienda que se está ventilando enEspaña, estamos al lado del gobierno dela República y del pueblo, que conheroísmo ejemplar lucha por sus
libertades.»Ramón Menéndez Pidal, Antonio
Machado, Gregorio Marañón, TeófiloHernando, Ramón Pérez de Ayala, JuanRamón Jiménez, Gustavo Pittaluga, Juande la Encina, Gonzalo Lafora, Pío delRío Ortega, Antonio Marichalar y JoséOrtega y Gasset».
No deja de ser todo un símbolo queese mismo día fuera detenido Ramiro deMaeztu, otro de los grandes intelectualesde la época, en un piso de la calle deVelázquez número 9. Se trataba deldomicilio de su amigo José LuisVázquez Dodero, que había aceptadoesconderlo desde la noche del 17 de
julio. Fue trasladado inmediatamente ala comisaría de Buenavista donde uninspector lo puso en libertad al noencontrar ninguna causa legal quemotivara su detención. Sin embargo,Ramiro de Maeztu, dado que ya eran lasonce de la noche y que lo esperaba uncoche de milicianos a la puerta, solicitóque lo detuvieran. Como ya tuvimosocasión de relatarlo, finalmente seríaasesinado en una de las matanzasmasivas realizadas en la época en queSantiago Carrillo era consejero deOrden Público.
La firma del manifiesto de adhesióna la República fue obtenida en la
mayoría de los casos recurriendo a lacoacción y no debe extrañar por lo tantoque fuera repudiado por los intelectualesuna vez que se vieron a salvo fuera de laEspaña controlada por el FrentePopular. Desde luego, resultaespecialmente revelador que los tresescritores que en 1931 habían fundadola Asociación al Servicio de laRepública —Ortega y Gasset, Marañóny Pérez de Ayala— se desvincularan demanera repetida y expresa de la Españarepublicana. La revolución no secorrespondía a su juicio con los valoresdemocráticos que ellos habíanpropugnado.
Sin embargo, la firma de manifiestos—un instrumento propagandísticoinventado por la Komintern y que hatenido múltiples seguidores desdeentonces— no fue ciertamente suficientepara garantizar la seguridad de nadie.Había además que dar muestras deplegarse a las directrices del FrentePopular, incluidas sus continuaspeticiones de sangre. Medios parahacerlo no escasearon. El 1 deseptiembre de 1936, por ejemplo,apareció un nuevo periódico de caráctersemanal cuya cabecera ostentaba eltítulo de El Mono Azul. Dirigido porRafael Alberti y María Teresa León, en
la cabecera figuraban además comoresponsables José Bergamín, un católicoque había decidido arrojar su suerte conla revolución, Rafael Dieste, LorenzoVarela, Antonio R. Luna, Arturo Souto yVicente Salas Vin. Se trataba, sin ningúngénero de dudas, de una suma perfectade comunistas y compañeros de viaje.Sin embargo, a pesar de tratarse de unequipo más que adicto al Frente Popular,para evitar deslizamientos, el PCEestableció un control sobre el periódicoen el seno del 5.° Regimiento a cuyacabeza se hallaba Manuel SánchezArcas.
El propio nacimiento de El Mono
Azul era una demostración palpable decómo la revolución se había superpuestosobre la legalidad. Así, su redacción seencontraba en un palacio incautado almarqués de Duero mientras que laedición se llevaba a cabo, igual quesucedía con Mundo Obrero, en lostalleres de la Editorial Católica. Suprimer número dejaba de manifiesto loque podía esperarse de aquella alianza—que nunca fue critica— entre losintelectuales de izquierdas y el FrentePopular. Rafael Alberti lo iniciaba conlos siguientes versos:
El Mono Azul sale ahora
de papel, pues sus papelesson provocarles las hielesa Dios Padre y su señora.
A continuación Felipe C. Ruanova semofaba en un poema del fusilamiento deun sacerdote que en sus últimosmomentos había suplicado a susasesinos que le perdonaran la vida. Nose trataba, desde luego, de un temabaladí porque aquel mismo 1 deseptiembre de 1936 tres hijas de laCaridad de la Casa de Misericordiafueron fusiladas a la vista de niños yadultos por agentes del AteneoLibertario de Vallecas[285]. También ese
día, con un volante de la Jefatura dePolicía se personó un destacamento delos guardias de asalto mandado por unteniente en el asilo de epilépticos de SanJosé en Carabanchel Alto y se llevódetenidos a los religiosos que loatendían. Todos fueron fusilados junto alCharco Cabrera[286].
Quizá ese panorama de verdaderapersecución religiosa explica que elcatólico José Bergamín, por su parte,señalara en El Mono Azul que «NuestraEspaña está ahora escribiendo consangre como quisieron siempre suspoetas, su verdadera vida» y acontinuación indicara en un poema cómo
el general Mola, falto de soldados,había recurrido a las «sotanas» parasuplir la carencia. Es sabido por eltestimonio de Ramón J. Sender que noeran pocos los que deseaban asesinar aBergamín por su condición decatólico[287] y cabe la posibilidad deque el miedo impulsara al escritor aalinearse con los verdugos en lugar decon las víctimas.
El resto de El Mono Azul eraninsultos a Unamuno —al que lapropaganda prorrepublicana de laposguerra reivindicaría como propio—redactados por Armando Bazán; ynoticias de que Ramón J. Sender actuaba
con la checa conocida como laEscuadrilla del Amanecer en el sectorde Guadarrama.
Las motivaciones para aquellaconducta de apoyo a una revoluciónextraordinariamente cruenta se hallaronen ocasiones en la convicciónideológica y otras, como el caso deBergamín, en el miedo. Un caso similarfue el del poeta Juan Ramón Jiménez.También él escribió, a petición deAlberti, unas líneas en El Mono Azuldonde afirmaba:
«Bien sé que es imposible alumbrardel todo la sombra, que nada enorme esperfecto. Pero que la destrucción y la
muerte no pasen más de lo inevitable omerecido. ¡No matar nunca, no destruirnunca a ciegas! No debe ser ciega la fedel noble pueblo español».
Sabía Juan Ramón Jiménez de lo quehablaba porque una patrulla demilicianos en busca de un tal RamónJiménez estuvo a punto de darle elpaseo. Se salvó simplemente porque unode ellos le introdujo un dedo en la bocay, al percatarse de que no llevabadentadura postiza, descubrió elerror[288]. Sabía de lo que hablaba, sinduda, pero en sus líneas de El MonoAzul tan sólo pedía que no se matara aciegas —como hubiera sido su caso—
pero en modo alguno que se detuvieranlas matanzas. Al fin y a la postre,valiéndose de influencias que no estabanal alcance de la mayoría de losespañoles, el creador de Platero y yodecidió abandonar la España del FrentePopular para no regresar nunca.
Claro que no estaba sólo el miedo.Además estaba la defensa de losasesinatos por parte de aquellos que,sinceramente, estaban convencidos deque era lo mejor que podía hacerse enaquellos momentos. En honor a laverdad, hay que decir que no fueronmuchos aparte de Rafael Alberti y de sumujer. Entre los pocos entusiastas ocupó
un lugar de honor en el Madrid de larevolución frentepopulista EduardoZamacois, un escritor de dudosa calidadprácticamente olvidado. En El asedio deMadrid, Zamacois describiría demanera siniestramente poética unosasesinatos que aprobabaimpregnándolos de tintes épicos:
«Madrid necesitaba purificarse ypara los “emboscados” no había indulto.Pero estas podaciones no bastaban; elcáncer que roía la vida nacionalempeoraba y el daño se aliviaríaúnicamente cuando el bisturí justicieropenetrase muy hondo. La cura por lomismo revistió caracteres dramáticos.
Llegada la noche la vigilancia serecrudecía y cualquier sombra,cualquier gesto, cobraban visosalarmadores. Tan pronto el alumbradopúblico extinguía sus luces, losmilicianos que guardaban las esquinasno dejaban a nadie sin dar el ¡Alto! yese grito y el relucir de los fusiles bajoel lívido claror estelar, expandían unaemoción pavorosa en el absolutosilencio de la ciudad a obscuras»[289].
La descripción era cierta —si acasomoderada— y su conocimiento debió deamargar las noches, y los días, dedocenas de periodistas, escritores eintelectuales a los que no se consideraba
afectos y, precisamente por ello, estabancolocados en la diana. El periódicosocialista Claridad no dejaba lugar ademasiadas esperanzas al señalar:
«Todos los humoristas acaban alservicio de la barbarie, Camba,Fernández Flórez, Muñoz Seca y tantosotros. Hay que desconfiar de loshumoristas profesionales. Siemprellevan dentro uncontrarrevolucionario»[290].
Más bien debían de ser loshumoristas los que desconfiaran delFrente Popular. De los citados en elmedio del PSOE, todos acabaron ante unpelotón de fusilamiento o, con suerte, en
el exilio. Por otro lado, tampoco se loponían fácil a los que buscaban salvarsemediante la entrada en la Asociación deEscritores Antifascistas. Claridad nodejaría de fustigar a todos aquellos queya en 1934 no se habían sumado a larevolución o que habían cometido elimperdonable pecado de escribir para elDiario de Madrid, El Sol, La Voz,Ahora o la Revista de Occidente. En laúnica esquela con una cruz que llegaríaa publicar, el medio socialista afirmaría:«Descanse en paz, Doña LiteraturaPura».
«Entendieron la literatura como unejercicio de tipo personal, del que sólo
ellos y la gramática eran responsables.Arte concebido como narcisismo o viciosolitario. El arte habrá que aceptarlocomo una dimensión del trabajo. Todo lodemás es fascismo».
No se trataba, sin duda, de unaacusación de escasa importancia enaquella época. Tampoco lo fue que seenviaran desde Madrid a provinciaslistados de obras y autores a cuyadestrucción había que proceder tanto enbibliotecas como en librerías. La podaque pretendían los partidarios del FrentePopular era de tal magnitud que, dehaberse podido llevar a cabo, hubierasignificado la creación de un páramo
cultural sin precedentes en la Historiade España. No en vano entre loscondenados por la inquisiciónfrentepopulista se hallaban losescritores Enrique Jardiel Poncela,Carlos Arniches, Ramón Gómez de laSerna, Eduardo Marquina, TomásBorrás, José Juan Cadenas, A.Fernández Arias, Joaquín Calvo Sotelo,Ignacio Luca de Tena, M. Morcillo,Pilar Millán Astray, José María Pemán,Jacinto Miquelarena, Adolfo Torrado,Ramón López Montenegro, Jesús J.Gabaldón, Pedro Mata, AlejandroMcKimlay, Antonio Quintero y FelipeSassone, junto con compositores como
Moreno Torroba, Jacinto Guerrero oRosillo cuya música debía de contener,presuntamente, corcheasantirrevolucionarias. No fueron, desdeluego, los únicos músicos que tenían quetemer. El 1 de septiembre de 1936,Rafael Alberti, convertido, gracias a sucondición de militante comunista, endispensador de patentes de limpieza desangre política, anunció que se negaba aparticipar como recitador en un actoorganizado por la AsociaciónProfesional de Periodistas dado que enél iba a intervenir también el músicoJoaquín Turina, catedrático a la sazóndel Conservatorio, porque no lo
consideraba afecto al régimen.No puede extrañar —y menos
censurarse— que los intelectuales quepudieron hacerlo salieran del territoriocontrolado por el Frente Popular, unterritorio donde se indicaban las obrasde arte que debían ser destruidas, dondese apuntaba a grupos enteros decreadores y artistas comocontrarrevolucionarios o incursos en elpecado de fascismo por creer en ladifunta literatura pura, donde sólo habíala posibilidad de pedir sangresumándose a la represión o de asentir alas matanzas porque ni siquiera el hechode mantener silencio resultaba garantía
segura.Los casos de intelectuales que
optaron por el exilio, a ser posible connombramiento oficial, no fueron, desdeluego, escasos. El 1 de septiembre de1936 se había nombrado a Fernando delos Ríos rector de la Universidad deMadrid. Ni siquiera apareció a tomarposesión de su cargo y poco despuésmarchó a ocupar la embajada de laEspaña republicana en Estados Unidos.Jiménez Asúa, decano de la Facultad deDerecho, logró igualmente que se lenombrara encargado de negocios enPraga lo que le evitó permanecer en lacapital durante la guerra y la revolución.
Por lo que se refiere a José Ortega yGasset salió con su familia haciaAlicante el 2 de septiembre de 1936. Enel tren iba a coincidir con CiprianoRivas-Xerif que partía a Ginebra parahacerse cargo del consulado llevandoconsigo las memorias del presidenteAzaña.
Ortega y Gasset estaba asqueado dela revolución frentepopulista y le faltótiempo al llegar al exilio para manifestarque si había firmado el Manifiesto deIntelectuales había sido coaccionado yen medio de un clima de terror dondelos asesinatos estaban a la orden del día.Sin embargo, antes de que llevara a
cabo la menor declaración en esesentido, la diputada socialista MargaritaNelken lo fustigaría en la prensa por unafalta al parecer tan horrenda como la deser el artífice de la Revista deOccidente:
«Hay muchas maneras de ayudar alfascismo y a su advenimiento; no es lamenos eficaz la incubación, en torno auna revista “selecta”, de delicuescenciascultivadoras de la deshumanización delarte… ¡Descanse con toda paz don JoséOrtega y Gasset, en el extranjero y encompañía de su familia! De los que hoypuede prescindir España; el mundonuevo que España está forjando ya no
los necesita».Margarita Nelken, desde luego, no
mentía. La España que estaba creando elFrente Popular, una España quemotejaba de fascista a todo el que novoceara sus consignas y alabara susatrocidades, que censuraba la música, elteatro y la poesía de los consideradosfascistas, que había adoptado conentusiasmo el principio bolchevique delexterminio de sectores enteros de lapoblación, no podía ver con agrado elenorme esfuerzo intelectual que habíagirado en torno a la Revista deOccidente ni tampoco la obra del primerfilósofo español de aquella época.
Como había señalado tan sólo unosmeses atrás un dirigente socialista, nohabía que fiarse de nadie que supieramás allá de la regla de tres simple[291].
No se trataba de un episodioaislado. En realidad, era unamanifestación más de toda unamentalidad, la misma mentalidad quellevaba a Wenceslao Roces,subsecretario de Instrucción Pública, aseñalar que «los actuales institutostienen que desaparecer para dar lacultura que el pueblo necesita. Vamos aacabar con la casta de bachilleres quelleva en sus entrañas una dosis defeudalismo […] No son títulos
académicos los que precisa España»[292]
o que emergía continuamente en losperiódicos del Frente Popular señalandoque había que cambiar la poblaciónuniversitaria ya que la actual en sumayoría creía en la religión y no eraadicta[293]. Era también la mentalidadque Jesús Hernández, el comunista quesin tener siquiera un título debachillerato elemental se habíaconvertido en ministro de InstrucciónPública, ponía de manifiesto al señalar:
«Es preciso depurar el personaldocente, desde los organismossuperiores de cultura hasta la escuelaprimaria […] Es necesaria,
irremediable, la eliminación de todoslos profesores y maestros no afectos ymuy atentamente, al señorito fascista, alparásito amparado en títulosacadémicos, he de depurar el cuerpoestudiantil en las universidades einstitutos»[294].
La depuración se estaba llevando acabo con sangre, una sangre que impulsóa muchos intelectuales a exiliarse, abuscar un acomodo en el extranjero, acolaborar con la represión o,simplemente, a callar.
Los intelectuales y el silenciofrente a la represión
Desde luego, poco puedecuestionarse que el silencio de losintelectuales ante las atrocidades quesucedían en Madrid constituye uno delos episodios moralmente más terriblesdel conflicto. Por aquiescencia, porinterés o por cobardía, casi nadieprotestó contra las detenciones, lastorturas o los fusilamientos. Hasta talpunto llegó este comportamiento queincluso durante algún tiempo se pasósospechosamente por alto en la prensade Madrid la muerte de Federico García
Lorca. El episodio —sobre todo si setiene en cuenta la manera en que lapropaganda de posguerra explotaría tanlamentable fusilamiento— pone demanifiesto hasta qué punto el miedo o elcompromiso ideológico con el FrentePopular tenía atenazadas a la sazón laconciencia de los intelectuales.
El 31 de agosto apareció la noticiade la muerte de García Lorca en laprensa madrileña tomando como baseuna información publicada en el Diariode Albacete. Una semana después ElLiberal informaría escuetamente: «Sedice que en Granada ha sido asesinadoGarcía Lorca». El 9 de septiembre, el
ABC, indicaba: «Se confirma elasesinato de Federico García Lorca».En un gesto de cierta valentía —a fin decuentas nadie sabía en el fondo por quéhabían matado al poeta— la Sociedadde Autores publicó una nota de protestaen la que no aparecían nombres. Eralógico porque no pocos de sus miembrosestaban ocultos a la sazón y no eracuestión de dar señales de vida en unosmomentos en que semejante actitudpodía significar el primer paso hacia lamuerte. Con todo, algunos —que estabanen entredicho— pensaron que quizá eraaquél el momento para buscarse unescudo frente a los paseos. Fue el caso
de Jacinto Benavente que aprovechópara escribir a El Sindicalista lasiguiente carta:
Sr. D. Ceferino R. Avecilla. Madrid.Mi querido amigo: Ruego a usted
haga constar mi adhesión a la protestade la Sociedad de Autores, contra lamuerte de García Lorca. Aunque laprotesta sea corporativa, como, porhallarme ausente, pudiera pensarse queyo no figuraba en ella, quiero hacerloconstar. Gracias anticipadas de suafectísimo y antiguo amigo.
El 18 de octubre, Benavente inclusoentregaría al diario Las Noticias un
autógrafo, reproducido por ABC el día20, en el que el dramaturgo asegurabaque se hallaba «en perfecto estado desalud» y que «por nadie he sidomolestado». «Excusatio non paetita…».
Benavente, conocido por su deseoinquebrantable de sobrevivir a cualquierprecio, mostró, desde luego, máspreocupación por el poeta granadino queRafael Alberti. Su revista no le dedicóun número de homenaje, ni reprodujoninguna de sus obras ni siquieramencionó su existencia. Actuaba asícomo César Falcón que no lomencionaría en su relato sobre el primeraño de guerra[295].
Ramón Pérez de Ayala, uno de losrepublicanos desengañados con elFrente Popular, llegaría hasta el puntode acusar de la muerte de FedericoGarcía Lorca a Alberti ya que éste habíaleído por radio unos versos injuriososcontra los alzados atribuyéndolosfalsamente al poeta granadino yprovocando así su detención. Se trata deuna tesis que podría encontrar respaldoen el mismo testimonio de la mujer deAlberti, María Teresa León[296], que harelatado como la hermana de Federicollamó por teléfono a Alberti parapedirle que los medios no se refirieranal poeta granadino ya que estaba
escondido y podía peligrar su vida. Loque María Teresa León omite es que laprensa republicana no se habíamanifestado a la sazón sobre Lorca aexcepción de las poesías apócrifasleídas por su marido.
Fuera como fuese, lo cierto es que elMadrid del Frente Popular al queFederico había apoyado repetidamente ainicios de 1936, no pareció verse muyafectado por el fusilamiento de GarcíaLorca[297]. En el período que quedaba deguerra ni reestrenó sus obras teatrales,ni reeditó su poesía, ni le dedicó unacalle. De hecho, para la recuperación dela obra dramática del malogrado autor
habría que esperar al franquismo. Todosestos hechos que pueden resultarenormemente chocantes a aquellos quehan vivido la utilización propagandísticade la muerte de Lorca durante laposguerra no carecían, sin embargo, decierta coherencia en aquella época. Elpoeta por regla general rehuía tomarparte en actos de carácter politicoaunque estuvieran teñidos porreferencias al arte e incluso había tenidola osadía de negarse a hablar o recitaren un banquete que se había dado avarios escritores franceses afines alFrente Popular del país vecino[298]. Noresulta extraño que ya el mismo 18 de
julio la prensa lo definiera como «Niñomono, orgullo de mamá»[299], es decir,como uno de esos personajes quecarecía de lugar en la Nueva España quetanto propugnaba Margarita Nelken.
Sin embargo, resultaría injustoseñalar que sólo los intelectualesespañoles callaron frente al horror.También lo conocieron los de origenextranjero que apoyaban al FrentePopular y prefirieron optar por unsilencio cómplice. Posiblemente, el casomás obvio al respecto fue el deHemingway y la prueba más palpable deello un episodio que protagonizó encompañía del también escritor
norteamericano John Dos Passos. Adiferencia de Ilya Ehrenburg, MijaílKoltsov y del mismo Rafael Alberti,Hemingway no pertenecía al grupo decomunistas que entonaban loas a Stalin.Sí correspondía plenamente al tipo de«compañero de viaje» tan apreciado porla Komintern para su políticapropagandística. Cuando a finales de1936 el hasta entonces diminuto PCEcomenzó a adquirir un pesoextraordinario en el gobierno del FrentePopular, la Komintem decidió patrocinaruna película de propaganda que pudieraservir para captar las simpatías deHollywood y otros estamentos
intelectuales en Estados Unidos y elresto de Occidente. En favor de lavinculación de Hemingway con elproyecto se hallaba no sólo su crecientepopularidad sino también el hecho deque estaba relacionado sentimentalmentecon Martha Gelihorn, a la sazón otracompañera de viaje que disfrutaba de laamistad de la misma Eleanor Roosevelt,la esposa del presidente de EstadosUnidos[300]. El director de lapelícula[301] sería el comunista holandésJoris Ivens secundado por otroscomunistas y compañeros de viaje comoHellman, Parker y Archibald Macleishamén de Hemingway y Dos Passos.
Por esa época, Dos Passoscomenzaba a tener las primeras dudassobre el verdadero carácter delcomunismo[302] pero aceptó colaborar enla película. El 3 de marzo de 1937, elescritor zarpó de Nueva York condestino al viejo continente. Tras unabreve estancia en Francia, Dos Passosse dirigió a España y el 17 de abril seencontraba en Valencia, en aquelentonces capital de la Españarepublicana. Lo que el escritor ignorabaera que recientemente había sidoasesinado por el NKVD un españolamigo suyo llamado José Robles Villaque hasta entonces había ejercido la
función de traductor de los generalessoviéticos que operaban en la Españadel Frente Popular[303]. Nada más llegara la ciudad, Margaret, la esposa deRobles, se puso en contacto con DosPassos para referirle la desaparición desu marido. Sumida en la mayordesesperación, Margaret informó alescritor de que nadie parecía poderdarle cuenta del paradero de su maridoque, dicho sea de paso, había sidosiempre un republicano totalmenteadicto a la causa del Frente Popular.
Preocupado por aquella situación enapariencia inexplicable, Dos Passoscomenzó a realizar indagaciones y,
precisamente porque no estaba alcorriente de las purgas que ya estabanrealizando los comunistas con el apoyoimprescindible de los agentessoviéticos, se dirigió a ver al socialistaJulio Álvarez del Vayo para interesarsepor su amigo.
Álvarez del Vayo era un agente alservicio de la URSS que, como en elcaso de Carrillo con las JuventudesSocialistas, estaba realizando unautilísima labor de submarinismo políticoen favor de Stalin[304]. Por añadidura,dirigía una oficina que, en teoría,realizaba funciones de propaganda perodonde más bien se elaboraban informes
destinados a confeccionar listas depersonajes que debían ser eliminadospor su posible reticencia a laimplantación de una dictadura comunistaen España. Como es fácil comprender,el socialista dijo a Dos Passos queignoraba donde podía encontrarseRobles.
En la oficina de Álvarez del Vayotrabajaban dos jóvenes que tendrían unpapel especial en la historia que habíacomenzado a protagonizar Dos Passos.Uno era Francisco Coco, el hijo delasesinado Robles, y el otro un jovencomunista norteamericano llamadoListon Oak. Aunque, en teoría, Oak era
un guía de personajes célebres quevisitaban la España del Frente Popular,en realidad había sido reclutado tiempoatrás como agente soviético. Oak notardó en percatarse de que sus informeseran utilizados para redactar listas depersonas que eran asesinadas luego porlos agentes soviéticos y en mayo de1937 supo que entre los eliminados seencontraba el desaparecido José RoblesVilla. Si hasta aquel momento el jovennorteamericano había comulgado con elcomunismo, a partir de entonces adoptóla firme resolución de escapar de unaEspaña que cada vez se asemejaba mása un satélite de la URSS.
Confidencialmente, reveló a CocoRobles que su padre había sidoasesinado y le rogó que tanto su madrecomo él dejaran de realizar unasindagaciones que les podían resultarmuy caras.
Dos Passos, que carecía de los datosque ya tenía Oak, se encaminó a Madridconvencido de que Robles estaríaarrestado por alguna falta de menorimportancia y de que, por supuesto,acabaría siendo puesto en libertad porlas autoridades del Frente Popular.Guiado por el deseo de realizar de lamejor manera posible la película que lehabía traído a España, acudió a ver a
Hemingway. En aquella época,Hemingway y Martha Gellhorn residíanen el hotel Florida repitiendo unesquema de conducta que antes ydespués han seguido muchos de losdenominados intelectuales deizquierdas. Mientras vivían comoburgueses acomodados a los que noalcanzaban las miserias del pueblo, sepermitían cantar las loas de unarevolución cuyas circunstancias no lesafectaban. Dado que a Dos Passos ledesagradaba el adulterio de Hemingwaycon la Gellhorn y que además eraprevisible que no fuera dócil en larealización de la película, fue objeto de
un recibimiento punto menos que glacial.Cuando, por añadidura, Dos Passos seinteresó por la suerte de Robles enaquella ciudad donde el PCE y las otrasfuerzas del Frente Popular habíanperpetrado ya millares de asesinatos, lairritación de Hemingway se acentuótodavía más.
Un nuevo factor iba a sumarsepronto a aquella trágica historia desilencios. Por esas fechas, apareció porMadrid Josephine Herbst. Aunque no tanconocida como Hemingway o DosPassos, ya había trabajado para laKomintern y, presumiblemente, tenía lamisión de vigilar a aquellos compañeros
de viaje tan ilustres[305]. Como unaagente que sabía lo que debía hacer, elprimer paso de Herbst al llegar aMadrid fue dirigirse a la oficina delsocialista Álvarez del Vayo donde se leinformó de que Robles había sidofusilado sin juicio de ninguna clase, algoque, supuestamente, estaba más quejustificado porque era un espíafascista[306]. Con el mejor estilocomunista, Herbst debía ahora llevar acabo una tarea de enorme importancia.Por un lado, tenía que hallar la mejormanera de desacreditar a un Dos Passosque ya no parecía ideológicamenteseguro y, por otro, debía difundir la
especie de que Robles no había sido, afin de cuentas, más que un espía alservicio de Franco. Por supuesto, comobuena agente de la Komintern, la Herbstno cuestionó mínimamente ni su misiónni el relato que le habían dado de loshechos.
De manera inmediata, JosephineHerbst se encaminó al Hotel Florida ycontó a Hemingway que Robles habíasido fusilado. El escritor se quedósorprendido al saberlo pero tampocodio muestras de querer saber más de lahistoria ni tampoco —en contra de laregla número uno de un periodista— dedesear contrastarla. Por el contrario,
aceptó la exigencia de Herbst de que norevelara que ella le había contado todo ytambién de que Dos Passos debíaenterarse en una situación especial queevitara la confrontación directa. Dadoque al día siguiente iba a celebrarse unareunión de celebridades extranjeras enhomenaje a las BrigadasInternacionales[307], Hemingwayaprovecharía para acercarse a DosPassos y decirle que el corresponsalalemán le acababa de revelar el destinoque había sufrido Robles. Naturalmente,podía darse la circunstancia de que DosPassos se preguntara por las razones porlas que el periodista alemán no le había
dicho nada a él pero, para el caso deque se presentara esa eventualidad,Hemingway alegaría que su presuntoinformante no deseaba hablar con DosPassos. Décadas después, Herbstrecordaría que Hemingway habíaaceptado el plan y que incluso le habíadivertido la posibilidad de jugar así conDos Passos[308], un personaje que,ciertamente, ya le resultabadesagradable.
Al día siguiente, en medio de lacelebración, Hemingway se abriócamino hasta Dos Passos y le dijoburlonamente que su amigo Robles eraun espía fascista y por eso se le había
fusilado. Cuando un abrumado DosPassos preguntó a Hemingway por lafuente de aquella información, ésterespondió con el cuento que le habíapropuesto Josephine Herbst. Luego,remachando, dijo que el corresponsalalemán no quería hablar con Dos Passoslo que, siquiera indirectamente, servíapara indicar que éste no era digno deconfianza. Sin embargo, la escena nohabía llegado a su final. Cuando DosPassos, tembloroso y deshecho, seacercó a Josephine Herbst para referirlelo sucedido y preguntarle por qué nopodía hablar él con el corresponsalalemán, la mujer le recomendó que fuera
a ver a Álvarez del Vayo y que dejara dehacer preguntas.
Sin embargo, si Hemingway estabadispuesto a callarse lo sucedido —nodigamos ya Josephine Herbst quetrabajaba al servicio de los soviéticos—Dos Passos llegó a la conclusión de quedebía hacer algo por la viuda de suamigo Robles. Así, acudió aentrevistarse con el socialista Álvarezdel Vayo y le suplicó que hiciera llegara la esposa de Robles un certificado dedefunción indispensable para quepudiera cobrar el seguro de vida que eldifunto tenía en la universidad JohnHopkins. Álvarez del Vayo le dio su
palabra de que se lo haría llegar aunqueno cumplió con ella[309].
Dos Passos ignoraba hasta qué puntosu situación era peligrosa en aquelMadrid que había sido testigo de tantoscrímenes cometidos por el FrentePopular. De hecho, hasta se permitióabandonar la capital con rumbo aCataluña. Conoció en esta región aGeorge Orwell, a la sazón un cuasidesconocido, que le presentó a AndreuNin, el jefe del POUM. Poco podíasospechar el escritor norteamericanoque en unos días los comunistas iban adesencadenar una gigantesca purga deelementos de izquierda en Cataluña y
que al propio Nin apenas le quedaba unasemana de vida[310]. Quizá el mismo DosPassos hubiera muerto en las matanzasque ya había planeado el PCE, siguiendoinstrucciones de la URSS, paradeshacerse de sus rivales de laizquierda. Si no sucedió así se debió aListon Oak[311].
Oak había mantenido una entrevistacon uno de los asesinos del NKVDllamado George Mink. En el curso de lamisma, Mink le contó como loscomunistas habían decidido acabar conlos anarquistas y los seguidores delPOUM. Para llevar a cabo estospropósitos, les someterían a una
provocación a inicios de mayo queserviría para legitimar eldesencadenamiento del terror contraestos dos poderosos rivales deizquierda. Mink pensaba que Oakaprovecharía aquella información parahacer carrera a la sombra delomnipotente NKVD. Sin embargo, eljoven norteamericano veía las cosas deuna manera muy diferente. Así, se pusoen contacto con Andreu Nin y le dijo loque ya habían preparado los comunistas.Nin no le dio importancia[312]. Estabamás que acostumbrado a la hostilidad deStalin y de sus agentes y se consideró losuficientemente respaldado en una
región de España donde el POUM y muyespecialmente la CNT habían logradoimponer su voluntad a los nacionalistascatalanes desde los primeros días de laguerra.
Aquella entrevista con Nin pudohaberle costado la vida a Oak, pero uncomunista le avisó de que había sidovisto y el joven decidió abandonarEspaña cuanto antes. El problema eracómo llevarlo a cabo sin convertirse enuna nueva versión del caso Robles.Decidió entonces ponerse en contactocon Dos Passos. Estaba convencido deque si acompañaba a alguien tan célebrepodría llegar sano y salvo a la frontera.
Sin duda, si Oak se hubiera puesto encontacto con otro intelectual deizquierdas no hubiera podido abandonarcon vida la España del Frente Popular.No sólo había entrado en contacto conNin sino que además sabía demasiadode los manejos de la URSS en España yde lo que se escondía tras las maniobraspropagandísticas de los intelectualescomunistas o de los compañeros deviaje. Sin pestañear, hubieran avisado acualquiera de los organismos represoresde la España republicana y Oak sehabría convertido en un número más —esta vez perteneciente a las izquierdas—de entre los miles de asesinados ya por
el Frente Popular. Sin embargo, DosPassos tenía otra calidad humana biendistinta a la de un Rafael Alberti, unErnest Hemingway o una JosephineHerbst. Comunicó así a Oak queacababa de convertirse en su secretarioy que, desde ese momento, no deberíasepararse de su lado hasta que cruzaranla frontera[313]. De esa manera, llegaronambos a Perpiñán y se vieron a salvodel terror frentepopulista. Durante lostiempos siguientes, Dos Passos seríaacerbamente criticado por Hemingwaycomo un cobarde que había huido de laguerra de España.
En realidad, Dos Passos se había
alejado del horror que le habíaproducido descubrir el verdadero rostrode una causa en la que había creído y lohabía hecho dando muestras de un valorfísico y de una altura humana bienausentes en los intelectuales comunistasy en sus compañeros de viaje. Lasdetenciones, el terror, las torturas, losfusilamientos no provocaron en ellos niprotestas, ni censuras, ni denuncias. Tansólo un deseo de mirar hacia otro lado,de guardar silencio o de colaborar pordistintas razones con los que llevaban acabo aquella cruenta represión. Acambio se les proporcionó la seguridadque millones no tenían y el bienestar
material del que carecían casi todos.Ciertamente, si algo dejó de manifiestoel comportamiento de la mayoría de losintelectuales, tanto españoles comoextranjeros, que se identificaron con lacausa del Frente Popular porconveniencia, miedo o convicción fue sucarencia de una supuesta superioridadmoral. Así quedaría de relieve demanera especial ahora que loscomunistas estaban a pocos pasos decontrolar con eficacia la Españarepublicana.
2
Los comunistaspersiguen el monopolio
del terror
El Gran TerrorComo tuvimos ocasión de ver en la
primera parte de este trabajo, elexterminio de sectores enteros de lapoblación formaba parte de la visiónpolítica que se había apoderado del
poder en Rusia tras el golpe de Estadobolchevique de 1917 y la subsiguienteguerra civil. La dureza de la represiónhabía sido extrema desde el principio y,ciertamente, no admitía comparacióncon la de ningún sistema conocido hastaentonces incluyendo el imperio zarista.A pesar de ello, la victoria bolcheviqueno se tradujo en el final de la represiónsino incluso en su incremento. Entre1930 y 1934, el poder soviéticoencabezado por Stalin descargó un golpetras otro sobre el campesinado hasta elpunto de alcanzar los límites trágicosdel genocidio. Por si fuera poco, en1935, el año anterior al estallido de la
guerra civil española, el sistemasoviético desató una nueva campañarepresiva conocida convencionalmentecomo el Gran Terror. Esta vez, larepresión no se circunscribiría adeterminados segmentos sociales cuyoexterminio se buscaba sino que seextendió al conjunto de la sociedad ytocó de manera peculiar a las propiasinstancias del poder comunista[314]. Deesa manera, aunque los arrestos y lasejecuciones fueron llevados a cabo porel NKVD, ni siquiera sus dirigentes yagentes se hallaban a salvo de larepresión. Bastó, por ejemplo, untelegrama de Stalin, cursado el 25 de
septiembre de 1936, para acabar conYagoda que desde 1933 habíacontrolado el NKVD y había sido uninstrumento privilegiado de la represiónstalinista[315]. Junto con él marcharon alexterminio sus agentes más fieles.
En agosto de 1936, a los pocos díasde iniciada la guerra civil española, secelebró el proceso de Zinóviev,Kámeñev y otros catorce bolcheviquesveteranos. Se trataba del primero de unaserie de juicios-farsa en los que Stalinaniquilaría a cualquier posible rival. Elprimer juicio de Moscú tuvo unprolongado prólogo. Año y medio antes,los acusados habían sido declarados
«moralmente responsables» delasesinato de Kírov, un cargo del queeran inocentes pero del que seconfesaron culpables. Ahora se les juzgópor el asesinato mismo y por otrosdelitos como espionaje, conspiraciónpara matar a Stalin y un largo etcétera.Se trataba solamente del comienzo.
En enero de 1937, fueron juzgadosPyátakov, Rádek y otros quincebolcheviques antiguos a los que seacusaba de haber cometido los mismoscrímenes. El 13 de junio de 1937,Voroshílov, el comisario de Defensa,publicó un anuncio referido al arresto deun grupo de altos jefes militares que,
supuestamente, habían cometido«traición, sabotaje y espionaje». Todosellos fueron fusilados tras un juiciosumarísimo con lo que el Ejército Rojoquedó decapitado. Desde mayo de 1937a septiembre de 1938, las purgas en elEjército Rojo afectaron, entre otros, a lamitad de los mandos de los regimientos,a casi todos los mandos de brigada y atodos los jefes de cuerpos de ejército ydistritos militares.
El papel de Stalin en esta nuevaoleada de terror fue esencial. No sólofirmó las listas que se le entregaban conlos nombres de los que debían serdetenidos o fusilados por decenas de
miles sino que también supervisópersonalmente algunos de losinterrogatorios. De hecho, tambiéninsistió en la utilización de la tortura.Las víctimas se sumaron por millones.Según las estimaciones de RobertConquest en una obra que considerótodos los datos accesibles para elinvestigador occidental hasta 1971, enenero de 1937, había unos cincomillones de personas en los campos deconcentración soviéticos. Entre enero de1937 y diciembre de 1938, fuerondetenidos aproximadamente otros sietemillones de personas, de entre ellosmillares eran niños que, de acuerdo con
la reforma legal de Stalin, podían sercondenados a muerte y ejecutados apartir de los doce años. Desde luego, lascifras de los muertos durante el GranTerror resultan escalofriantes. Tan sólobajo Yezhov, es decir, de enero de 1937a diciembre de 1938, un millón depersonas fue fusilado en la URSS y unacifra doble murió en reclusión. Comoejemplo del alcance de la represiónpuede indicarse que tan sólo en uncampo de concentración del ríoSerpantika fueron fusilados en 1938 unnúmero de personas mayor que el detodos los condenados en los últimoscien años del zarismo[316]. A la sazón,
los reclusos de los campos deconcentración de Stalin excedían demanera acentuadamente considerable alos recluidos en los de Hitler. Sobre esecontexto, iba a tener lugar una nuevaetapa de la represión en la España delFrente Popular sustentada en el pesoextraordinario que tenía en su seno lainfluencia soviética.
El dominio comunistaPor más que la propaganda,
comenzando por la republicana entiempo de guerra, insistiera en elcarácter democrático de la España del
Frente Popular, la realidad era que elPartido Comunista y los agentessoviéticos habían contado ya con unpeso extraordinario a las pocas semanasdel inicio del conflicto. En fecha tantemprana como el 15 de agosto, elembajador francés en España podíainformar de los primeros envíos decombustible —unas 30 000 toneladas—realizados por la URSS a la Españarepublicana. Después entre el 15 deseptiembre y el 3 de octubre, llegaronotros ocho buques más —tres conbandera de la Segunda República— quedescargaron 6000 toneladas de materialde guerra, 44 000 de combustible, 8000
de trigo y 2475 de alimentos. A estosenvíos se añadieron otros nuevos enoctubre y en noviembre llegaron aBarcelona navíos soviéticos durante losdías 7, 8, 11 y 12. En ellos habíanllegado además cinco mil hombres[317].
Con esta ayuda, ciertamenteimportante y considerablemente superiora la que hasta entonces habían recibidolos alzados, el ejército popular de laRepública pudo lanzar un ataque conblindados en Seseña en los últimos díasde octubre de 1936[318] que causó unaenorme desazón entre las fuerzas deFranco al temerse que la URSS habíaentrado en guerra al lado del Frente
Popular. Sin embargo, se trataba tan sólodel inicio. Cuando comenzó la batalla deMadrid, en paralelo a las grandesmatanzas en masa en la capital, lossoviéticos habían reunido en un grupo deaviación denominado grupo 12 tresescuadrillas de aviones katiuskas, tresescuadrillas de rasantes y dosescuadrillas de chatos a los que muypronto se unirían dos escuadrillas demoscas y alguna más de chatos.Previamente, la aviación soviética yahabía realizado algunas acciones bélicasimportantes como el bombardeo el 27 deoctubre de 1936 del aeródromo deTablada en Sevilla. Durante los días
siguientes, realizarían nuevosbombardeos sobre Mérida, Cádiz,Salamanca y los aeródromos deTalavera, Torrijos y nuevamenteTablada. Se trataba en su conjunto deaeroplanos superiores a los italianos yalemanes con que contaban los rebeldesque prestarían muy buen servicio alFrente Popular[319]. Por lo que se refierea los carros de combate, también lossoviéticos mandados por Krivosheineran abrumadoramente superiores a lositalianos y alemanes. Si a esto añadimosel papel desempeñado por las BrigadasInternacionales, verdadero ejército de laKomintern, será fácil comprender hasta
qué punto el gobierno republicano debíauna parte nada desdeñable de susupervivencia a la URSS.
Al factor de la ayuda se sumaronotros de no menor importancia. Elprimero fue el de la propaganda.Gracias al empleo que los comunistassupieron hacer de la misma, a los ojosde buena parte de la opinión republicanaespañola y de la internacional, lasbatallas de Madrid, del Jarama y deGuadalajara aparecieron como logroscasi únicos de los comunistas[320] pormás que esa visión no se correspondieracon la realidad y que el socialista LargoCaballero hubiera hecho todo lo posible
para que en las operaciones estuvieranrepresentadas todas las fuerzas delFrente Popular y para que los mandos noquedaran copados por el PCE. Dehecho, por referirnos a los mandoscomunistas, en la batalla de Madrid niLíster ni Vega fueron los mejores; yademás no intervinieron Modesto, elCampesino, Toral o Tagüeña. Sinembargo, el mito de las BrigadasInternacionales y de la amistad de Stalinservirían enormemente para alimentaresa visión entre millones de personashasta el día de hoy.
Por otro lado, una unidadparadigmática como el famoso 5.°
Regimiento, creado por Enrique CastroDelgado, miembro del Comité Centraldel PCE y mandado después por EnriqueLíster y por Modesto, resultó unverdadero referente de la supuestasuperioridad comunista en el campo debatalla[321]. En él destacó de maneraespecial, por ejemplo, el llamadocomandante Carlos, en realidad, unagente de la Komintern cuyo nombre eraVitorio Vidali.
La acción de agentes soviéticos enEspaña —anterior al estallido de laguerra pero muy incrementada despuésde éste— y, a finales de 1936, la entradade ministros comunistas en el gobierno
del Frente Popular fueron otros dosfactores que otorgaron un enorme pesoal PCE en la zona del país controladapor el Frente Popular. Todos estos pasos—mejor o peor enmascarados—confirmaron a las potencias occidentalesen su necesidad de no intervenir en unaguerra en la que el triunfo del gobiernorepublicano se traduciría en lasovietización del Mediterráneooccidental. No se trataba —como se harepetido sin razón— de que, abandonadapor las democracias, la SegundaRepública tuviera que echarse en brazosde la URSS sino de que las potenciasoccidentales, especialmente Gran
Bretaña, habían visto el girorevolucionario del país en octubre de1934 y, muy especialmente, desdefebrero de 1936. Como ya vimos en uncapítulo anterior, en una situación así,las potencias democráticas no estabandispuestas a ayudar precisamente a unbando que había aniquilado cualquiervestigio de democracia y que estabasiguiendo —tácticas exterminadorasinclusive— el mismo camino de laRusia posterior a 1917. La llegada de laimportante ayuda soviética sólo sirviópara confirmar ese punto de vista queaún quedaría más asentado cuando larepresión que hasta ahora había
golpeado fuera del ámbito del FrentePopular se extendiera también a lasizquierdas no comunistas.
La represión se extiende a lasizquierdas[322]
El nombramiento de MelchorRodríguez como delegadogubernamental de las prisiones enMadrid y la detención de las matanzashubiera podido interpretarse como elfinal —siquiera una disminución— de lainfluencia del PCE en el bandofrentepopulista y con ella la conclusiónde una política represiva que, aunque
había implicado la acción de todas lasfuerzas del Frente Popular y de losorganismos gubernamentales, sinembargo, había adquirido un carácter dematanzas masivas llevadas a cabo bajola dirección comunista. La realidad ibaa ser muy distinta y en apenas unosmeses, el Lenin español, el veteranodirigente socialista Francisco LargoCaballero, iba a caer fruto de unacoalición entre un sector del PSOE y elPCE. De esa manera, este último partidoobtendría un peso aún mayor en elgobierno de la zona de Españacontrolada por el Frente Popular ypodría, como había hecho Lenin apenas
dos décadas antes, desencadenar unarepresión que afectaría a las fuerzasizquierdistas no dispuestas a sometersea los dictados de Moscú. Eldesencadenante de ese proceso fueronunos incidentes que se produjeron no enMadrid sino en Barcelona del 3 al 8 demayo de 1937 y su pretexto, el intento dela Generalidad catalana de ocupar eledificio de Telefónica controlado porlos sindicatos para salvaguardar lascomunicaciones.
Lo que se ocultaba tras una medidaque, en realidad era lógica, fue unaprovocación comunista a la que losanarquistas de la CNT-FM y el POUM
respondieron lanzándose con las armas ala calle. Como ya había sucedido enjulio de 1936, las milicias pretendieronhacerse con el poder desde abajo. Enmedio de una situación punto menos quecaótica (Azaña, el presidente de laRepública, estaba en Barcelona en esafecha y permaneció aislado y, lo que espeor, olvidado y desatendido durantecuatro días), la Generalidad realizó unllamamiento al gobierno central paralibrarse de aquellos a los que habíaentregado el poder menos de un añoantes. Al foral, el levantamientoanarquista-poumista fue abortado, enparte, por la llegada de tropas a la
capital y, en parte, por el llamamiento dedestacados dirigentes anarquistas paraque sus bases apuntaran las armas sólocontra el enemigo común.
Los denominados «sucesos demayo» estuvieron preñados deconsecuencias para el bandofrentepopulista. La erosión de la figurade Largo Caballero, provocada por elPCE y el sector moderado del PSOEencabezado por Indalecio Prieto, llegó asu punto máximo y el veterano dirigentesocialista se vio obligado a abandonarla presidencia de gobierno. El 19 demayo de 1937, el socialista moderadoNegrín, que había tenido un papel
esencial en el envío de las reservas deoro del Banco de España a la URSS,ocupó la presidencia del Gobierno conel respaldo más directo —y comoveremos interesado— del PCE. Elcoronel Rojo pasó a la Jefatura delEstado Mayor Central e Indalecio Prietofue nombrado ministro de DefensaNacional. En este departamentoquedaron englobados los ministerios deGuerra, Marina y Aire.
Si alguien pensaba que la toma delpoder por Prieto iba a mitigar la políticarepresiva no tardaría en darse cuenta delo equivocado de su suposición. Durante1937, la Escuadrilla del Amanecer, por
ejemplo, continuó perpetrandoasesinatos como el del industrialAntonio Amores Miguel, el 30 de mayode ese año. Incluso se produjo elascenso de personajes, como ÁngelPedrero, subjefe de la checa socialistade García Atadell, o el de Julio deMora, jefe de la checa de la AgrupaciónSocialista Madrileña. En ambos casosse trataba de compañeros de partido dePrieto que habían dado muestra más quesobrada de su capacidad para larepresión.
Sin embargo, el ascenso del PCE —y de no pocos miembros del PSOE— noiba a tener paralelos en otras fuerzas del
Frente Popular. Así, en el verano de1937, los anarquistas fueron apartadosdel mando de Servicios Especialesviéndose sustituidos por socialistas. Almismo tiempo, el POUM[323] fueacusado por los comunistas, siguiendodictados de Stalin, de ayudar a lareacción y se inició una represióndirecta del mencionado partido. Deigual manera, el peso de los anarquistasdeclinó de manera definitiva (muchos delos protagonistas de los «sucesos demayo» fueron enviados al frente) y secomenzó a adoptar una política bélicaunificada en la que la victoria militarsería el primer objetivo del gobierno.
En paralelo, sin embargo, iba aproducirse una clara sovietización de lapolítica represiva del Frente Popularque recordaría los peores días denoviembre y diciembre de 1936. En sumayor parte, esa política iba a tenercomo escenario Cataluña donde tanto laCNT anarquista como el POUM eranconsiderablemente fuertes, así comoAragón donde los anarquistas habíanconstituido un consejo de gobierno parala región siguiendo principiosrevolucionarios que sería aniquilado.Hasta qué punto el enfrentamiento tuvovíctimas puede deducirse del hecho deque en Barcelona —donde, bajo
asesoramiento soviético, en las checasse utilizó por primera vez la tortura conelectricidad o se buscó la destrucciónpsicológica de los reclusos medianteceldas especialmente diseñadas con estefin— las cárceles también vieronreveladoramente alterada la proporciónnumérica de los reclusos. Así, tras lossucesos de mayo de 1937, en la Modelode la Ciudad Condal, la galería primeraestaba ocupada por presos anarquistas,la segunda, por reclusos del POUM; latercera, por gente considerada dederechas; la cuarta, por presos comunes;la quinta, por sujetos ideológicamentesospechosos que lo mismo podían ser
derechistas que emboscados y la sexta,por fascistas[324]. En otras palabras, casila tercera parte de la prisión servía pararecluir a supuestos compañeros en lalucha por el triunfo de la revolución. Setrataba de una circunstancia querecordaba extraordinariamente a lasuerte que en la URSS habían sufrido lossocialistas y los anarquistas. No deja deser significativo que en todos los casosen que tuvo lugar la confrontación de lasotras fuerzas del Frente Popular con loscomunistas se saldó con la victoria deéstos. La cuestión reviste una enormeimportancia pero en buena medidaexcede del objeto de nuestro estudio.
Sin embargo, por una paradoja deldestino, uno de los episodios mássignificativos de ese enfrentamientotendría lugar en la provincia de Madrid.Sería el de la detención, tortura yasesinato de Andreu Nin.
El caso NinEl destino de Andreu Nin constituye
uno de los hitos en el seno de la guerracivil española en la medida en que sirvepara estudiar la evolución de la Españacontrolada por el Frente Popular y hastaqué punto ésta acabó controlada por losintereses y los agentes de la URSS.
Andreu Nin era uno de los pocosespañoles que había conocido de cercala Revolución Rusa y que podía haberseformado una opinión de primera manosobre la misma. En la Rusiarevolucionaria había trabado amistadcon Trotsky, del que adoptó algunasposiciones ideológicas como la de larevolución permanente y algunas decuyas obras tradujo del ruso al español.De manera comprensible, Nin no habíavisto con agrado el triunfo de Stalinpero siguió fiel a una visión marxista dela política de tal manera que podría serdefinido como un comunistaindependiente de Moscú. El 27 de
septiembre de 1936, Nin ocupó laconsejería de Justicia en el gobierno dela Generalidad catalana convencido deque se trataba de un paso de especialimportancia para el triunfo de larevolución.
Durante los meses siguientes, a Ninno se le escapó el peso cada vez mayorque el PCE —y su sucursal catalana elPSUC— tenía en la vida de la Españacontrolada por el Frente Popular. Dehecho, el 15 de diciembre de 1936 fuecesado de su cargo de consejero porpresiones del PSUC, una formación defactura reciente en la que el PCE habíalogrado absorber al PSOE en Cataluña.
A pesar de todo, el dirigente poumistaconsideró, equivocadamente, que lasfuerzas revolucionarias cercanas alPOUM, especialmente la anarquistaCNT, podrían neutralizar las maniobrasde Stalin y sus agentes y seguidores enEspaña. Esa convicción le llevó adesoír las advertencias de Oak a las quehicimos referencia en un capítuloanterior y a confiar en que podría llegara un acuerdo con la CNT para detener elavance comunista y llevar la revoluciónhasta el final. Con esta última meta sereunió el 3 de mayo de 1937, en lasmismas puertas de la tragedia, conValerio Mas, secretario del comité
regional de la CNT en compañía de lospoumistas Julián Gorkin y PedroBonet[325]. No se llegó a un acuerdoporque mientras que el POUM aspirabaa consumar lo iniciado en julio de 1936,la CNT se conformaba con la destituciónde las personas que considerabaresponsables del inicio de los «sucesosde mayo». En un sentido similarmenteconciliador se manifestaron losministros anarquistas Peiró y GarcíaOliver. Al final, como ya hemosseñalado, el orden público en Cataluñapasó a ser controlado por el gobiernocentral formalmente y por loscomunistas, en un sentido material.
Como era lógico esperar, una de lasprimeras víctimas del triunfo comunistafue Andreu Nin.
La detención de Andreu Nin fuellevada a cabo a instancias deAleksander Orlov, un agente soviético alservicio del NKVD que, en realidad, sellamaba Lev Lazarevich Feldbin y quehabía sido enviado a España por Stalinen julio de 1936[326]. Para realizarla, lacolaboración de los servicios estatalesde la República resultó esencial. Fueprecisamente ante una reunión delComité Central del PCE[327] en la queestaban presentes Pasionaria y Checapor parte española y Palmiro Togliatti y
Codovila por parte de la Kominterndonde Orlov expuso, siquiera en líneassucintas, el plan de purga contra elPOUM decretado por Stalin. Acontinuación, el Comité Central del PCEconvocó al coronel Ortega al que habíanconseguido colocar con anterioridad a lacabeza de la Dirección General deSeguridad. Las instrucciones que recibióOrtega fueron la de transmitir porteletipo al delegado de Orden Públicoen Barcelona, el comunista Burillo, laorden de arresto de Andreu Nin, JuliánGorkin, Andrade, Gironella, Arquer y«todos cuantos elementos del POUMfueran señalados» por los soviéticos
Antonov Ovseyenko y Stashevsky.Aunque el primero de los personajescitados era el cónsul soviético enCataluña y el segundo, encargado denegocios de la URSS sus funciones eranfundamentalmente de inteligencia.
Los hechos, no cabe duda de ello,difícilmente podían resultar máselocuentes. Los servicios secretos de laURSS operando en España podíanimponer cualquier criterio de conductaen contra de la legalidad, e inclusocontra personajes que ostentabanimportantes puestos políticos y para ellose valían directamente del aparato delPCE que, a su vez, controlaba ya
amplios sectores de la administracióndel Estado entre los que se encontrabanla seguridad y las fuerzas armadas[328].Frente a esa conjunción, el sistemarepublicano encaminado desde hacíameses a la consagración de unadictadura comunista bajo férulasoviética, no tenía capacidad deimponerse a la voluntad de los agentesde Stalin. Así quedó de manifiestocuando en una reunión del Consejo deMinistros se abordó el tema de Nin.Previamente, Togliatti, al servicio de laKomintern, informó a Jesús Hernández,uno de los ministros comunistas, de quedebía eludir el debate sobre el tema en
el curso de la reunión ministerial einsistir especialmente en el hecho de queel POUM estaba en contacto con elenemigo. De esa manera, cuando Nin, abuen recaudo desde el 16 de junio,volviera a aparecer nadie dudaría de sutraición. Nin estaba ciertamentesecuestrado, reconoció Togliatti, perosería entregado una vez que lascondiciones de su culpa tuvieran«estado oficial»[329].
La reunión del Consejo de Ministrosdonde surgió el tema de Nin resultóciertamente tensa. Al declararse abierta,el socialista Julián Zugazagoitia, a lasazón ministro de la Gobernación, pidió
la palabra para tratar una cuestiónprevia. Ésta no era otra que ladesaparición de Nin de la que informóque había sido llevada a cabo «no porlas autoridades de la República» sinopor «un servicio extranjero que actuaba,a lo que se veía, omnímodamente ennuestro territorio, sin otra ley que suvoluntad, ni más freno que el de sucapricho»[330]. Zugazagoitia acertaba tansólo a medias. Ciertamente, no habíanada que objetar a su descripción delcomportamiento soviético en la Españacontrolada por el Frente Popular perolos agentes extranjeros de Stalinactuaban en clara colaboración con los
españoles. De hecho, sin transmitir susinstrucciones a los miembros del ComitéCentral del PCE y sin que éstos a su vezutilizaran a sus hombres, ya incrustadosen el aparato del Estado, difícilmente sehubiera podido llevar a cabo la granpurga contra el POUM.
El también socialista Prieto y elpeneuvista Irujo se sumaron a las quejasde Zugazagoitia alegando que la ayudamilitar soviética no podía traducirse enel sometimiento de la República a losdeseos de Stalin. Los ministros queintervinieron a continuación siguieron lamisma línea reclamando además ladestitución del coronel Ortega, con la
excepción de los comunistas quedesempeñaron a la perfección su papelde correas de transmisión de la URSS.Tras afirmar que desconocían qué podíahaber sucedido con Nin —lo que era unafalsedad descarada— pasaron adefender el papel de la URSS en lacontienda y la labor de los soviéticos.Finalmente, el comunista JesúsHernández aceptó que se sacrificara aOrtega como verdadero chivo expiatoriono sin antes señalar que el PCE estabadispuesto a publicar documentossupuestamente escandalosos en los quequedaba de manifiesto cómo algunospersonajes «dentro y fuera del
gobierno» amparaban a los «espías» delPOUM. La amenaza, a tenor de losucedido no sólo con Nin sino con otrospolíticos de la izquierda, distaba muchode ser baladí. El doctor Negrín —quehabía tenido un papel muy relevante enel envío a la URSS de las reservas deoro del Banco de España— intervinoentonces para sugerir que la discusión sesuspendiera hasta conocer los datos deque disponían los ministros comunistas yZugazagoitia pudiera aportar nuevosdatos.
La cuestión[331] quedó de momentoaparcada porque, convencido de que laguerra no podía ser ganada militarmente,
Indalecio Prieto había concebido la ideade atacar con la aviación a la flotaalemana de tal manera que Hitler seviera obligado a declarar la guerra a laRepública y ésta recibiera así la ayudade las potencias occidentales. Lapropuesta de Prieto de desencadenar unanueva guerra mundial —que tiempodespués reconocería como una ideadesesperada— fue totalmente bloqueadapor decisión de Stalin que transmitió alos ministros comunistas a través dePalmiro Togliatti la orden de«impedir[la] a costa de lo que sea»[332].En caso de que el socialista Prieto no seplegara a la orientación ordenada por
Stalin, los ministros comunistas debíantomar «medidas para su eliminación delMinisterio de la Defensa»[333]. Su caída—a pesar de la colaboración que habíaprestado a los comunistas paradesembarazarse del también socialistaLargo Caballero— no iba a tardar enproducirse y sería una nueva muestra dequien controlaba la mayoría de losresortes del poder en la Españarepublicana[334].
Mientras tanto, los ministroscomunistas fueron informados de dondese hallaba recluido Nin. Tras pasar porValencia sin detenerse, había sidotrasladado a una checa que Orlov
utilizaba en Alcalá de Henares. Porsupuesto, los ministros no comunicaronesta información a sus compañeros degabinete sino que colaboraronencendidamente en la campañapropagandística e institucional que elPCE ya había desencadenado contra elPOUM. Debajo de las pintadas en losmuros que preguntaban «¿Dónde estáNin?», los servicios de propagandacomunista escribían «¡En Salamanca oen Berlín!» en una palpable campaña decruento cinismo.
No puede extrañar por ello que lasactuaciones realizadas al respectotuvieron su efectividad en la España
controlada por el Frente Popular, peroque no pudieran evitar que la opiniónpública internacional, incluyendo demanera muy especial a las izquierdas, sesintiera escandalizada por lo que era unainnegable repetición en España de laspersecuciones a que los bolcheviqueshabían sometido a sus adversarios. Sinembargo, los agentes de Stalin en laEspaña republicana eran inasequibles aldesaliento. Cuando Negrín se entrevistócon Jesús Hernández y le enseñó lostelegramas de protesta que cubrían sumesa, el ministro comunista le señalóque lo que debía hacer el gobierno eraasumir como propia la batalla contra el
POUM. En manos del socialista Negrínestuvo negarse pero lo que sucedió fuebien distinto. Se entrevistó con elpeneuvista Irujo[335], ministro de Justiciaa la sazón, y al día siguiente apareció enla prensa un comunicado oficial delMinisterio de Justicia en el que seanunciaba el procesamiento de algunosdirigentes del POUM. Para mayorescarnio, junto con su enjuiciamiento semencionaba el de algunos miembros deFalange. La asociación propagandísticaentre los adversarios izquierdistas delPCE y el fascismo —un nuevo aporte deOlov— no podía servirse al público demanera más obvia. Por supuesto, ni el
gobierno de la Generalidad catalana niel del Frente Popular protestaron.
Seguramente nunca podrán saberselas razones que llevaron al PNV, unpartido católico a fin de cuentas, aplegarse a los dictados de Moscú. De loque no cabe duda es de que ni Irujo fueel único que se sometió en su partido niestuvo solo en esa actitud. JuliánGorkin[336], importante miembro delPOUM atrapado con ocasión de la granredada catalana, tuvo ocasión de charlardurante su detención con Garmendia,inspector general de Prisiones deMadrid, miembro del PNV y amigopersonal de Irujo. Garmendia confesaría
a Gorkin que sabía perfectamente dondese hallaba detenido Nin pero queintentar proceder a su liberación setraduciría en un enfrentamiento armado,«una verdadera batalla con otras fuerzasmilitares». Finalmente, Garmendia ledijo a Gorkin «usted quizá no sospechatodo lo que hay detrás del asunto delPOUM»[337]. Lo que había, sin embargo,era obvio. La España republicana estabasometida totalmente a las directrices deStalin y había entrado en la segunda fasebolchevique de exterminio deladversario previa a la consolidación dela dictadura comunista. Es muy posibleque los protagonistas de la política del
Frente Popular no alcanzaran a verlo ose resistieran a creerlo, especialmentecuando ellos mismos habían seguido unaconducta similar de exterminio conaquellos que no habían militado en susfilas. Fuera como fuese, el resultadofinal era que pudiendo haber liberado aNín se optó por un prudente abandonarloa su suerte[338], suerte que, dicho sea depaso, no hubiera podido resultar mástrágica. Una vez más la tortura y elasesinato encontraban el silenciocómplice de los prohombres de laSegunda República.
Mientras los ministros comunistaslograban que todo el gobierno
republicano —y en especial elministerio de Justicia— se sumara a lacampaña contra el POUM y renunciara aliberar a Nin, éste se hallaba sometido aun confinamiento en un chalet quehabitualmente utilizaban Ignacio Hidalgode Cisneros y su esposa Constancia dela Mora Maura. En su interior, Orlov ysus agentes le sometieron a sesionesinterminables de tortura. Conocemos deprimera mano en qué consistieron éstaspor los datos suministrados por elministro comunista Jesús Hernández[339].Orlov, cuya misión era arrancar a Ninuna confesión de que era un espía deFranco para así poder celebrar un
proceso similar a los que estaban yacelebrándose en Moscú contra losrivales de Stalin, inicialmente aplicó alpoumista la forma de tortura conocidacomo «método seco». En jornadas dediez, veinte y cuarenta horas seguidas deinterrogatorio ininterrumpido, Nin fueinstado a confesar un delito que no habíacometido. Privado de sueño durante díase impedido de tomar asiento, poco apoco, las cervicales se negaron asostenerle la cabeza mientras se lehinchaban los pies y sufría enormesdolores en la columna vertebral. Cuandoparecía que se iba a desplomar, se leconducía a la celda donde se le dejaba
por espacio de veinte o treinta minutos,un plazo suficiente para permitirlereflexionar sobre la imposibilidad deresistir y a todas luces miserable paraque lograra descansar un poco. Lonormal en esta forma de tortura es que elinterrogado acabe desplomándose y yasólo desee descansar e incluso morir,aunque para lograr el reposo eterno sevea obligado a reconocer que hacometido los peores crímenes.
Sin embargo, para sorpresa —eirritación— de los torturadorescomunistas, a diferencia de dirigentessoviéticos de la talla de Zinóviev oKámeñev, Nin resistió. Para él, la
victoria de Stalin sobre su voluntad nopodía ser racionalizada, como en el casode los comunistas rusos, como unavictoria del partido y, por tanto, de larevolución proletaria por muchasvíctimas que estuviera causando. Por elcontrario, Nin tenía motivos más quesobrados para resistirse frente aldictador al que consideraba un traidor ala causa del proletariado. Orlov optóentonces por abandonar el denominadométodo seco y adentrarse por el caminode las torturas que destrozandirectamente los miembros. Pudo haberrecurrido, como se haría en las checascomunistas de Barcelona, a la silla o al
collarín eléctrico que administrabandescargas a los torturados hasta que sedoblegaban. Optó, sin embargo, por eldesollamiento. Al cabo de unos días,Nin, al que se había arrancado la piel ylacerado con mayor facilidad losmiembros en carne viva, no era sino unamasijo de músculos deshechos pero,contra todo pronóstico, seguía sinquebrarse. La conclusión a la quellegaron muy a su pesar Orlov y susagentes fue la de que Nin no firmaríaninguna confesión falsa.
Llegados a ese punto, la salida deaquel atolladero no resultaba del todofácil para los comunistas. Dar el paseo a
Nin no ofrecía todas las garantías en lamedida en que ni siquiera las fosashabían podido tampoco ocultar losasesinatos cometidos en la zonacontrolada por el Frente Popular. Porotro lado, liberar a Nin resultabaimpensable y más ahora que llevababien visibles en el cuerpo las pruebasirrefutables de la manera en queactuaban los agentes comunistas enEspaña. Finalmente, la solución alembrollo la encontraría el famosocomandante Carlos del no menos famoso5.° Regimiento. Se utilizaría a miembrosalemanes de las BrigadasInternacionales para que fingieran la
liberación de Nin por agentes de laGestapo. De esa manera, seconfirmarían las calumnias que sobre elpoumista había difundido la propagandadel PCE con la innegable aquiescenciade buena parte de las fuerzas del FrentePopular incluyendo el Ministerio deJusticia presidido por un hombre delPNV. Por lo que se refería al cuerpo deNin, ya se le encontraría algún lugardonde no pudiera ser hallado como, porejemplo, el mar.
Así, siguiendo el plan forjado por elcomandante Carlos, se dio la noticia deque los dos guardianes[340] que vigilabanla casa donde había estado recluido Nin
habían aparecido amarrados. Segúnéstos, habían sido asaltados por unadecena de agentes alemanes que, trasasaltarlos y atarlos, habían procedido aliberar a Nin llevándoselo en unautomóvil. Para dar mayores visos desimilitud a la farsa, en el suelo de lahabitación de Nin apareció una carteracon documentos que, supuestamente,probaba sus relaciones con los serviciosde inteligencia alemanes y con la quintacolumna en Madrid[341] así comoalgunos marcos en papel moneda. Enparalelo, se llevó a cabo el asesinato deNin. Sobre el 23 de junio de 1937, se lesacó del chalet para darle muerte en un
campo situado a un centenar de metrosde la carretera de Alcalá de Henares aPerales de Tajuña, más o menos a mitadde trayecto entre ambas poblaciones.Presentes en el asesinato se hallabanOrlov, otro agente soviético conocidocomo Juzik y un par de españoles. Comosi la victoria sobre Nin no fuerasuficientemente completa, el puesto quehabía dejado vacante en el gobierno dela Generalidad catalana había pasado aser ocupado por el comunista RafaelVidiella.
La suerte de los restantes dirigentesdel POUM excede el marco de estudiode la presente obra en la medida en que
el proceso —siguiendo el patrón de loscelebrados en Moscú— contra ellos secelebró en Barcelona. En la elaboraciónde las pruebas falsas intervino elcomunista Wenceslao Roces y tampocofaltó un prólogo de José Bergamín paraun libro donde se recogían.Paradójicamente, la libertad de loscondenados —unos condenados quemostraron una entereza que hubieranenvidiado las víctimas de los procesosde Moscú— iba a producirse no aconsecuencia de alguna decisión de lasautoridades republicanas sino cuandolas tropas de Franco provocaron eldesplome de la Cataluña controlada por
el Frente Popular. La Historia tiene enocasiones esas ironías.
3
Hacia la dictadurasoviética
El PCE domina la España delFrente Popular
El caso Nin y el proceso del POUMno sólo no debilitaron la fuerzacreciente del PCE en la Españacontrolada por el Frente Popular, sinoque en buena medida constituyeron unnuevo jalón en el avance ya indiscutible
hacia la implantación de una dictaduracomunista satélite de la URSS. En elcurso de los meses siguientes, semejantetrayectoria seguiría el mismo patrón quehabía seguido en Rusia desde octubre de1917 y que seguiría en la Europa delEste después de la segunda guerramundial, es decir, se desarrollaría sobretres líneas de acción concretas: laeliminación de los que hasta entonceshabían sido aliados pero ahoraresultaban incómodos, el control de lasfuerzas armadas y el dominio de losaparatos de seguridad del Estado que seocuparían de funciones de represión.Todos y cada uno de estos aspectos —
que, en realidad, habían comenzado aestar presentes desde el verano de 1936— se acentuaron a partir de mayo de1937.
Por una de esas paradojas en que, aveces, resulta tan pródiga la Historia,una de las primeras víctimas del avancecomunista fue el socialista IndalecioPrieto. Ardiente partidario de lainsurrección armada antes deladvenimiento de la República y, demanera muy especial, durante lasublevación de octubre de 1934, en1937 había sido uno de los artífices dela caída de Largo Caballero en claracolaboración con el PCE. Semejante
cambio político le permitió convertirseen ministro de la Guerra y llevar a cabouna serie de reformas que,presumiblemente, garantizarían lavictoria republicana[342]. A esas alturas,seguramente creía en la posibilidad deconservar la independencia, e incluso lasupremacía, del PSOE, ahora con él almando, en la España del Frente Popular.La realidad se encargaría dedesengañarle amargamente. Por un lado,descubriría vez tras vez la imbatibilidaddel ejército enemigo y, por otro, notardó en darse cuenta de que el peso dela URSS en la política de la Españarepublicana impedía totalmente la
existencia de un gobierno independiente.A pesar de sus no escasas concesiones alas imposiciones soviéticas, IndalecioPrieto acabó cayendo ante las presionescomunistas que, como ha sido siemprehabitual en esta fuerza política, vinieronacompañadas de una notable campañapropagandística[343]. Por supuesto, laverdadera naturaleza de estos ataques noescapó al ministro socialista, pero supropio informe al Comité Central delPSOE sirvió para poco más que paralevantar acta pública de lo que yallevaba tiempo sucediendo en la Españadel Frente Popular[344]. Así, a finales de1937, Indalecio Prieto dejó de ser
ministro de Defensa Nacional y elautodenominado Gobierno de la Victoria—mal nombre puesto que sólo cosechóterribles fracasos militares—desapareció dando lugar a otro nuevoque recibiría el sobrenombre deGobierno de la Unión Nacional. En éliban a estar representados todos lospartidos del antiguo Frente Popular —sin el POUM, claro está— y las doscentrales sindicales a la vez que seaumentaba el número de ministrosrepublicanos para dar una apariencia demoderación ante la opinión públicainternacional. Sin embargo, la realidadno podía ocultarse. Negrín se convertía
en el hombre fuerte indiscutible no sóloporque mantenía la presidencia delgobierno sino además porque asumía lacartera de Defensa Nacional. Por sifuera poco, la cartera de Estado quedabaen manos del socialista Julio Alvarezdel Vayo, un agente soviético al que yanos hemos referido al relatar el episodiodel asesinato de Robles a manos de loscomunistas. Por su parte, el PCE obteníala cartera de Agricultura, esencial parael esfuerzo propagandístico, a través delministro Orive.
El nuevo gabinete no iba a tardar enotorgar una supremacía militar casiabsoluta a los comunistas. De hecho,
cuando se constituya el Ejército delEbro —protagonista de la batalla máscruenta de la guerra— los tres cuerposde ejército estarán dirigidos por mandoscomunistas, y lo mismo se podrá decirde la mayoría de los mandos y elcomisariado de las grandes unidades.Incluso los mandos de división estaríanen buena medida en manos de loscomunistas. Si las divisiones 44 y 16eran mandadas bajo sindicalistas y la 56se hallaba a las órdenes del tenientecoronel Gómez García que carecía defiliación política, el resto —divisiones3, 35, 42, 11, 45 y 46— se encontrabanbajo el mando de comunistas como
Esteban Cabezas, Pedro Meteo, ManolínÁlvarez, Joaquín Rodríguez, Hans y elCampesino. Por lo que se refiere a lasbrigadas, la situación era muy similar.Incluso los planes referentes a laofensiva fueron trazados por militaresde filiación comunista[345]. El Ejércitodel Ebro era, verdaderamente, unejército rojo que dejaba de manifiesto elpeso inmenso del PCE en la zonacontrolada por el Frente Popular[346].
Sin embargo, eso no era todo. ElPCE —impulsado directamente por laURSS— había puesto en marcha un plande control de la España republicana quellevaba desarrollándose desde antes del
estallido de la guerra civil y que sóloestaba esperando su consumación comola fruta madura que cae del árbol. Elplan consistía en lograr la unificacióndel PSOE con el PCE, en una primerafase, y después en la eliminación de lasfuerzas rivales de izquierdas en unasegunda. En apariencia, semejante planno podía realizarse dado que el PSOEera un partido que contaba con muchosmás efectivos. La práctica puso demanifiesto, sin embargo, una realidadmuy diferente. De entrada, el PCE habíalogrado dos éxitos notables ya en elpasado. Éstos habían sido la unificaciónde las Juventudes de ambos partidos en
uno solo —un episodio en el que habíatenido un papel esencial SantiagoCarrillo— y la fusión del PCE y delPSOE en Cataluña en el PSUC (Partidosocialista Unificado de Cataluña). Enambos casos, el resultado no había sidoel de un PCE incorporado a una mayoríasocialista sino el de una masa partidistaque pasaba a depender totalmente de lasdirectrices del PCE y, con ellas,directamente de Moscú. De hecho, porsi pudiera caber alguna duda alrespecto, los sucesos de mayo de 1937en Cataluña deberían servir paradisiparla. Poumistas y anarquistas eranobjetivos apenas ocultos de las futuras
purgas del PCE; por lo que se refería alPSOE, sólo le quedaba la posibilidad dedejarse absorber por un PCE que recibíala ayuda de Stalin y que tenía un pesoincomparable en la defensa y en losórganos de seguridad, unos órganosdesde donde iban a controlarcrecientemente los mecanismos derepresión.
La represión controlada porlos comunistas
El 6 de agosto de 1937, siendo elsocialista Prieto ministro de Defensa, secreó por decreto el Servicio de
Investigación Militar o SIM[347]. Aunqueinicialmente la jefatura del SIM fuedesempeñada por Prudencio Sayagües,antiguo dirigente de la FUE y miembrode Izquierda Republicana, no tardaronen sucederle personajes vinculadosdirectamente con el PCE como fue elcaso de Gustavo Durán.
Aunque teóricamente el SIM era unservicio dedicado a tareas deinteligencia relacionadas con lasoperaciones militares, ejerció desde elprincipio labores de represión que,como en el caso de las checas a las quenos hemos referido hablando del Madridde los primeros meses de la guerra,
facilitaban la corrupción de los agentesal poner en sus manos la posibilidad deincautarse sin control de todo tipo debienes. No deja de ser significativo queel segundo jefe del SIM, ManuelUribarri Barrutell, se fugara en 1938 aFrancia con una fortuna en metalespreciosos y joyas que procedían de susacciones al mando de la institución[348].
El radio de acción del SIM excedióla provincia de Madrid y acabó porenglobar las acciones del anteriorDepartamento Especial de Informacióndel Estado (DEDIDE)[349]. Del SIMdependían no sólo checas enclavadas endistintas ciudades[350] sino una red de
campos de concentración que sehicieron tristemente célebres por losmalos tratos dispensados a sus reclusos.Al respecto, no resultan sóloescalofriantes los testimonios deantiguos reclusos sino también los decombatientes del Frente Popular a losque no les quedó oculto el carácter deaquellas checas[351]. En ellas, a formasde tortura ya conocidas, no tardaron ensumarse otras de especial sofisticacióntraídas por los asesores soviéticos yentre las que se incluían el uso de laelectricidad, la reclusión en lugares dereducidísimas dimensiones e incluso lautilización de colores y figuras que
sirvieran para quebrar psicológicamenteal detenido. La descripción realizada alrespecto por el anarquista José Peiratsno deja lugar a dudas del carácter de laschecas del SIM:
«[…] las checas del SIM erantenebrosas, instaladas en antiguas casasy conventos. El régimen de torturas quese aplicaba era el procedimiento brutal:palizas con vergajos de caucho,seguidas de duchas muy frías,simulacros de fusilamiento y otrostormentos horrorosos y sangrientos. Losconsejeros rusos modernizaron estavieja técnica. Las nuevas celdas eranmás reducidas, pintadas de colores muy
vivos y pavimentadas con aristas deladrillo muy salientes. Los detenidostenían que permanecer en piecontinuamente, bajo una potenteiluminación roja o verde. Otras celdaseran estrechos sepulcros de suelodesnivelado, en declive […] losrecalcitrantes eran encerrados en la«cámara frigorífica» o en la «caja de losruidos» o atados a la silla eléctrica. Laprimera era una celda de dos metros dealtura, en forma redondeada; al preso sele sumergía allí en agua helada, horas yhoras, hasta que tuviese a bien declararlo que se deseaba. La «caja de losruidos» era una especie de armario,
dentro del cual se oía una bataholaaterradora de timbres y campanas. La«silla eléctrica» variaba de la empleadaen las penitenciarías norteamericanas enque no mataba físicamente»[352].
En Madrid, la checa más importantedel SIM fue la de la calle San Lorenzo,aunque también disfrutó de trágicarelevancia la del Ministerio de Marinaen cuyos sótanos se produjo el asesinatode distintos detenidos[353].
En otras ocasiones, el asesinato delos detenidos tuvo lugar lejos de lacheca. Por ejemplo, Elisa GonzálezParra fue llevada hasta Cuenca poragentes de la checa de San Lorenzo que
la violaron y, más tarde, la arrojaron alrío Júcar desde un balcón.
Las torturas ocasionadas a losdetenidos se correspondían con lasseñaladas por el anarquista Peirats. Porejemplo, Antonio Gutiérrez Mantecón,que fue detenido en el invierno de 1937,y recluido en la checa de San Lorenzoprestaría el siguiente testimonio de suspadecimientos[354]:
«Fue víctima de toda clase de malostratos de obra y de amenazas, siendogolpeado con vergajos por los agentesinterrogadores. Dirigía losinterrogatorios un ruso alto, fuerte, decara ancha, con pelo rubio, ondulado y
peinado hacia atrás, que iba vestido congabardina y una boina. Este sujeto, queejercía autoridad plena en la prisión,siendo considerado como jefe de labrigada, apenas hablaba castellano; seservía de una intérprete española deunos veinticinco años, que vestía camisaroja con corbata roja, y que se distinguíaen los malos tratos, siendo la queconcretamente indicó que al declarantehabía que atarlo, desnudarlo y meterloen la «cámara», que era una celda muyfría en los sótanos, empleada paracastigo. También ordenaba que segolpease al declarante, como únicamanera de obligarle a confesar. Entre
otros malos tratos sufridos en la «checa»de San Lorenzo, el declarante fuemartirizado con duchas de agua helada,por la noche, en la misma celda delsótano y en pleno invierno; se trataba decortarle la lengua con unos alicates pornegarse a declarar y se le sometíaconstantemente a palizas, de las quetodavía conserva huella».
Los testimonios son ciertamentecoincidentes y sirven para dejar demanifiesto no sólo su veracidad sinotambién la manera en que la represión sedescargaba a esas alturas de larevolución lo mismo sobre losconsiderados tradicionalmente enemigos
como sobre las fuerzas de izquierdasrivales del PCE. En ese sentido, losparalelos con los comportamientosseguidos por los bolcheviques en Rusiaresultan palpables. Por si fuera poco, el9 de diciembre de 1937, Negrínpresentó un proyecto de decreto por elque disponía la creación del Consejo deDefensa y Garantía del Régimen cuyamisión era «perseguir a susadversarios». La propuesta fue aprobaday se publicó el 16 de diciembre en laGaceta.
La actividad represiva no fueescasa, desde luego, a partir de 1937cuando se suponía que, tras las grandes
matanzas de noviembre y diciembre de1936, apenas podrían quedar enemigosque abatir. Por el contrario, se amplióconsiderablemente a las fuerzas deizquierdas no sometidas al PCE eincluso a los que se considerabameramente derrotistas o desafectos.
El mismo mes de mayo de 1937 —auténtico punto de inflexión en lahistoria política de la guerra civil en lazona controlada por el Frente Popular—registró una actividad en Madrid en elterreno de la represión realmenteconsiderable. Por citar sólo algunosejemplos, señalemos que se llegó aasaltar el consulado del Perú durante la
noche del 5 al 6 de mayo de 1937. Elepisodio, protagonizado por WenceslaoCarrillo, con la excusa de que en lalegación había una emisora de radio quepasaba información a las fuerzas deFranco, se saldó con la detención demás de trescientos refugiados españolesy de unos sesenta peruanos. Laacusación era falsa[355] puesto que elúnico aparato de radio existente en lalegación era un receptor. Con todo,dieciocho de los refugiados fueronllevados a la prevención de la DirecciónGeneral de Seguridad en la ronda deAtocha donde fueron sometidos atorturas. De Atocha, los detenidos
fueron trasladados a San Antón y,posteriormente, a la cárcel celular deValencia juzgándoseles en esta ciudad,donde se les condenó a muerte. Elcomportamiento de las autoridadesrepublicanas había resultado tancontrario a los principios máselementales del derecho internacionalque el gobierno de Perú acabórompiendo relaciones diplomáticas conEspaña el 17 de marzo de 1938. Se hizocargo entonces de su legación laembajada de Chile pero ni siquiera esacircunstancia evitó que el 15 de julio deese año volvieran a ser asaltados loslocales de la legación peruana.
En la actualidad, a nadie se leescapa el enorme valor que parapreservar la libertad —o para acabarcon ella— tienen las emisoras de radio.En un peldaño más de la escalada haciael control absoluto de la sociedad, el 27de mayo de 1937 un decreto de laPresidencia del Gobierno estableció laincautación de todas las emisoras deradio, fueran o no de particulares y seencontraran o no en servicio[356]. Laradiodifusión quedaba totalmentesometida al arbitrio del gobierno delFrente Popular dictando una orden al díasiguiente en la que establecían que en elplazo de cuarenta y ocho horas todos los
propietarios debían declarar al gobiernosus estaciones a la vez que se prohibíala venta de material radiofónico.
Con todo, posiblemente la medidade mayor importancia en esos momentosde la revolución fue el decreto de 22 dejunio de 1937 contra el derrotismo. Yaen octubre de 1936, otro decreto habíacreado la figura del desafecto, un delitono tanto ya de opinión como de actitudque podía ser castigado y que, por supropia definición, daba lugar a todo tipode arbitrariedades. La nueva norma,promulgada el mes siguiente a lossucesos de mayo, amplióconsiderablemente esa situación
poniendo en manos de las fuerzasrepresivas prácticamente un cheque enblanco que recordaba sospechosamentelas formulaciones legales del códigostalinista vigente en la URSS.
El artículo séptimo del decreto de22 de junio de 1937 establecía así, porejemplo, lo que era derrotismo:
«Segundo. Difundir o propalarnoticias o emitir juicios desfavorables ala marcha de las operaciones de guerrao el crédito y autoridad de la Repúblicaen el interior o en el exterior, difundirlas noticias del enemigo o favorecer susdesignios, tal como emitir juiciosfavorables a la rendición de una plaza o
a la conveniencia de pactar con losrebeldes. […] Cuarto. Los actos omanifestaciones que tiendan a deprimirla moral pública o desmoralizar alejército o a disminuir la disciplinacolectiva».
De la mera lectura del texto citadocabe desprender hasta qué puntoresultaba un riesgo innegable el dejar deexpresar un entusiasmo absoluto hacia lapolítica de un gobierno que, hasta elmomento, no había dejado de retrocederen términos militares y cuyosrepresentantes habían estado implicadosdirectamente en la realización deasesinatos en masa. Dado que las penas
iban de los seis años y un día a la penade muerte y que se estimulaba la acciónde los delatores (art. 11)[357] puedeimaginarse el carácter de arbitrariedadanejo a esta norma y el peligro en quevivían millones de personas de serdetenidos o muertos. Por si todo loanterior fuera poco, se llegó, violandolos principios más elementales delderecho penal, a castigar acciones queno eran delitos en el momento de sucomisión. Así, por ejemplo, centenaresde empleados de Telefónica, Correos, elAyuntamiento de Madrid, los juzgados,entidades bancarias o la Guardia Civilque habían sido depurados en los
primeros meses de la guerra seconvirtieron ahora en reos dedesafección o derrotismo e inclusoacabaron siendo asesinados[358]. Nollama, por lo tanto, la atención la maneraen que a partir de ese momento searticularon distintos procesos masivosen los que, supuestamente, se juzgaban aextensas redes de espías.
Los grandes procesos que sedesarrollaron a partir del verano de1937 —en más que sospechosacoincidencia con los que se producíanallende las fronteras españolas enMoscú o dentro de la España controladapor el Frente Popular contra el POUM—
tuvieron una serie de característicascomunes. En todos ellos, se insistió enla existencia de fabulosas yomnipresentes redes de espías (uno delos principales argumentosinstrumentalizados por Stalin para llevara cabo las grandes purgas), se dotó denotable publicidad a la celebración delproceso y quedaron de manifiesto gravesirregularidades. Al respecto hay datosque resultan bien elocuentes. Porejemplo, en el asunto denominado de losciento noventa y cinco, presentado comoun golpe colosal asestado contra unainmensa organización falangista queactuaba de manera clandestina en
Madrid, finalmente cerca de treinta delos acusados fueron absueltos mientrasque, en la mayoría de los condenados,resulta difícil ver mucho más queactitudes derrotistas y hay que ser muyimaginativo para identificar espías en unsentido real del término. A todo ello seañadió un clima de presionesintolerables en el que tres abogadosdefensores fueron denunciados pormiembros del PSOE como agentesclandestinos de Franco provocando ladetención y proceso por alta traición deuno de ellos en junio de 1938[359].
No bastaba, sin embargo, con esasmedidas represivas. Así, el 28 de enero
de 1938, un grupo de agentes del SIM yde la policía irrumpieron en la legaciónde Turquía, sita en la calle de Zurbanonúmero 21, y, violando los principiosmás elementales del derechointernacional, procedieron a llevarse alas personas que se encontraban allírefugiadas y que sumaban un total deciento ochenta asilados de los quecuarenta eran mujeres. A tan gravescomportamientos se añadieron ademáslos maltratos causados al jefe de lamisión turca, Koperler, y la acusaciónfalsa de que las fuerzas de ordenpúblico habían sido agredidas desde elinterior de la legación. Para dar base a
esta última acusación, los agentes delSIM llegaron incluso a colocar armas enlas dependencias de la legaciónturca[360].
El destino de los refugiados a losque el SIM había privado de asilo fueciertamente trágico. Tras pasar por lasdependencias del SIM y del Ministeriode Guerra acabaron en el barco prisiónVilla de Madrid, anclado en el puerto deBarcelona. Con posterioridad, lasreclusas serían trasladadas a la cárcelde Las Cortes.
Esta atribución de acciones falsas ala quinta columna franquista contaríacon ejemplos especialmente trágicos.
Por ejemplo, el 10 de enero de 1938,entre las 11 y las 11.50, se produjo unaexplosión que afectó el sector de lacalle de Torrijos, hoy Conde dePeñalver, en el sector situado entreGoya y Diego de León, causando unelevado número de muertos. Porsupuesto, la tragedia fue inmediatamenteatribuida a la acción de la quintacolumna franquista. Sin embargo, larealidad fue bien distinta. Las fuentesmuestran que no sólo no había agentesde Franco implicados en la explosiónsino que incluso los servicios deinteligencia nacionales atribuyeron esaafirmación a un deseo del enemigo para
justificar la represión[361]. ¿Se tratóentonces de una provocación articuladapor el SIM? La posibilidad no puedeexcluirse pero nos inclinamos más bienpor considerar que se trató de un meroaccidente ya que el tramo de callevolado se correspondía con un túnel demetro convertido en taller de carga deproyectiles y en polvorín donde sealmacenaban explosivos. La utlizaciónde la tragedia empero con finespropagandísticos resultó obvia.
El año 1938 resultó decisivo entérminos militares —comenzó con lavictoria de Franco en Teruel y concluyócon la del Ebro y la campaña de
Cataluña— y no resulta extraño quesemejante circunstancia repercutiera enel apartado de la represión en la zonacontrolada por el Frente Popular. Ladeserción, el emboscamiento o el paso ala otra zona huyendo de la que seconsideraba ya derrotada eran conductasque se habían producido desde el veranode 1936 pero que ahora se iban aacentuar. Los ejemplos, desde luego, nofaltaron. Así, en abril de 1938, porejemplo, en el piso cuarto derecha delnúmero 53 de Leganitos fuerondescubiertas cuatro personas queesperaban ocultas el final de laguerra[362] y a las que se condenó a
muerte.Durante ese mismo mes de abril,
Elviro Ferret, uno de los personajes quehabía participado en los incidentes de lacárcel Modelo de Madrid y que luegohabía desempeñado tareas represivas enla checa de la calle del Marqués deCubas, decidió abandonar la España delFrente Popular. Le acompañaban sumujer Francisca Cruells Terrerols y unabogado de Barcelona llamado JoséMaría Xammar Salas. Cuando sehallaban cerca de la frontera conFrancia, en la localidad de Llansá, lostres fueron detenidos y en su poder seencontraron, aparte de una cuantiosa
cantidad de dinero, una docena decuadros valorados en dos millones defrancos. Para sorpresa de los agentes depolicía, Ferret llevaba un documento delibre circulación firmado por el directorgeneral de Seguridad, Carlos de Juan.En otro documento con fecha de 28 demarzo de 1938 y también firmado porCarlos de Juan se indicaba que JoséMaría Xammar iba a realizar un servicioespecial en el extranjero por cuenta dela Dirección[363]. ¿Era ese serviciosacar las obras de arte de España osimplemente Ferret se excedió en susfunciones rayando el delito? Larespuesta se encuentra posiblemente en
las declaraciones que el 16 de abril de1938 realizó Carlos de Juan ante eljuzgado número 4 de Barcelona, rollo340 de 1938, de la jurisdicción deEspionaje y Alta Traición de Cataluña.En el curso de las mismas, el director deSeguridad indicó que Elviro Ferret era«un antifascista probado», que había«prestado grandes servicios a laCausa». Seguramente había sido así ajuzgar por sus antecedentes en laschecas. Seguramente también ahoraservía a alguien que había consideradoque la guerra estaba perdida y que lomejor era marchar al extranjero con losbienes saqueados durante el terror.
Al mes siguiente, se produjo ladetención de un grupo de siete vecinosde la calle Claudio Coello números 68 y74[364] que se dedicaban a pasar ahuidos a la zona controlada por Franco;y en julio, el SIM detendría a otras docepersonas que tenían intención depasarse[365].
Sin embargo, ni el aumento de lasdetenciones ni la desarticulación dealgunos grupos que facilitaban el paso alotro lado pudieron evitar los efectoserosivos que las derrotas continuadasestaban ocasionando en la zonacontrolada por el Frente Popular. El 2de junio de 1938 una orden del
Ministerio de Defensa llegó a establecerla persecución legal de las familias delos desertores. La medida ciertamentecontaba con un precedente bolcheviquey ya había sido utilizada por Trotskycuando mandaba el Ejército Rojo en elcurso de la guerra civil rusa. En laEspaña republicana, sin embargo,dejaba de manifiesto, sin lugar a dudas,la creciente inseguridad en la victoria y,salvo por los sufrimientos que ocasionóa inocentes, fue claramente inefectivapara garantizar el triunfo militar[366].Ineficaz pero no escasa. De las causaspor derrotismo ventiladas por lostribunales de Madrid, el setenta por
ciento fueron juzgadas en 1938. Nopuede negarse a la luz de ese dato quelos mecanismos de represióncontrolados en buena medida por el PCEfuncionaban con una notable intensidadmotivada por el deseo de acabar con ladisidencia en la retaguardia, unadisidencia —no lo olvidemos— que aesas alturas ya no se limitaba a laspersonas ajenas al Frente Popular.
Sí, la España del Frente Popular sevenía abajo pero —nunca se insistirá lobastante en ello— las razones no sóloeran militares. De hecho, para no pocospersonajes históricos de las izquierdasel creciente control del PCE era causa
más que suficiente para serprofundamente pesimistas en relacióncon el porvenir. Esta circunstancia sirvepor si sola —aunque, sin duda, tambiénpesó la certeza de que la derrota sehallaba cerca—[367] para explicar unacierta suavización en la acción de lostribunales republicanos durante el año1938. Al respecto, de los procesosseguidos contra los derrotistas sepueden extraer datos altamentesignificativos. Durante el primertrimestre de 1938, el 87,5 por ciento delos acusados por derrotismo fueroncondenados. Entre julio y septiembre delmismo año, el número de condenados
descendió al 36,5 por ciento y,finalmente, en el curso del últimotrimestre de 1938 las condenasdescendieron al 14,75 por ciento.Durante los últimos meses de la guerra,ya en 1939, las condenas por derrotismose desplomaron hasta un 10 por cientode los encausados. El SIM continuabasin ningún género de dudas ejerciendouna represión que no disminuía pero laadministración de justicia no teníavoluntad ni de secundar al completo susplanes ni de verse arrastrada en unacaída que cada vez parecía másinminente.
Sería un miembro histórico del
PSOE, Julián Besteiro, el que expresaríacomo pocos la difícil tesitura a la que seveían sometidos no pocos izquierdistasque eran conscientes del peso decisivoque el PCE y la URSS habían adquiridoen la zona controlada por el FrentePopular hasta el punto de llegar aconsiderar un mal menor la victoria deFranco. Así escribiría Besteiro en lafase final de la guerra:
«La verdad real: estamos derrotadospor nuestras propias culpas (claro que elhacer mías estas culpas es puraretórica). Estamos derrotadosnacionalmente por habernos dejadoarrastrar a la línea bolchevique, que es
la aberración política más grande quehan conocido quizás los siglos. Lapolítica internacional rusa, en manos deStalin y tal vez como reacción contra unestado de fracaso interior, se haconvertido en un crimen monstruoso[…] La reacción contra ese error de laRepública de dejarse arrastrar a la líneabolchevique, la representangenuinamente, sean los que quieran susdefectos, los nacionalistas, que se hanbatido en la gran cruzada anticomintern.[…] El drama del ciudadano de laRepública es éste: no quiere elfascismo; y no lo quiere, no por lo quetiene de reacción contra el bolchevismo,
sino por el ambiente pasional y sectarioque acompaña a esa justificada reacción(teorías raciales, mito del héroe,exaltación de un patriotismo morboso yde un espíritu de conquista, resurrecciónde formas históricas que hoy carecen desentido en el orden social,antiliberalismo y antiintelectualismoenragées, etcétera). No es, pues,fascista el ciudadano de la República,con su rica experiencia trágica. Perotampoco es, en modo alguno,bolchevique. Quizá es másantibolchevique que antifascista, porqueel bolchevismo lo ha sufrido en susentrañas, y el fascismo no»[368].
No se equivocaba Besteiro en susjuicios. La España republicana se habíaintroducido en el camino que conducíahacia la dictadura comunista en unanticipo de lo que luego serian lasdenominadas democracias populares delEste de Europa posteriores a la segundaguerra mundial. Así lo afirmaríanposteriormente personajes como elpoumista Julián Gorkin[369], EnriqueCastro Delgado, creador del 5.°Regimiento[370], Jesús Hernández,ministro comunista en el gobiernorepublicano[371] o el futuro general delKGB Pavel Sudoplatov que actuó enEspaña como agente de Stalin
encuadrado en el NKVD y que afirmaríaaños después:
«España demostró ser un jardín deinfancia para nuestras operaciones deinteligencia futuras. Nuestras iniciativasposteriores relacionadas coninteligencia surgieron todas de loscontactos que hicimos y de las leccionesque aprendimos en España. Losrepublicanos españoles perdieron perolos hombres y las mujeres de Stalinganaron»[372].
Así era efectivamente y ladesclasificación de documentos quesiguió a la descomposición de la URSSdisipa, como veremos en el siguiente
apartado, cualquier duda al respecto.
Negrín pacta la dictadurafutura con la URSS
Como no resulta difícil de entender,la creciente reestructuración —yendurecimiento— del aparato represivoy el hecho de que llevara mesesdescargando sus golpes sobre fuerzaspertenecientes al Frente Popular nopodía dejar de provocar inquietud entreellas. Así lo pone de manifiesto undocumento soviético recientementedesclasificado, fechado el 10 denoviembre de 1938 y procedente de
Marchenko, el encargado de negocios dela URSS en España. En él, se dirigía aM. M. Litvinov, comisario del pueblo deAsuntos Exteriores, para informarle dela situación:
«En mi primera conversación con éltras mi regreso, Negrín se refirió depasada a la labor de nuestrosespecialistas en España. Manifestó sudeseo de que el nuevo jefe del trabajo,el compañero Kotov, no se hiciera conla información por sí mismo ni seprocurara un círculo amplio derelaciones oficiales […] manifestó demanera meridiana que creía que no eracorrecta ni adecuada la relación directa
entre el compañero Kotov y sussubordinados, por una parte, y elministerio de Gobernación y el SIM, porotro. Así que me propuso que elcompañero Kotov estableciera contactocon él, Negrín, que está creando unaparato secreto especial secreto bajo supropia dirección.
»El que Negrín, que siempre ha sidomuy correcto en lo que se refiere anuestra gente, haya juzgado pertinenteexpresar esa observación, indica sinlugar a dudas la enorme presión quesobre él ejercen el partido socialista,los anarquistas y especialmente losagentes de la Segunda Internacional, en
relación con las «interferencias» denuestra gente en el trabajo de policía ycontraespionaje […]»[373]
Con el ejército y los organismos derepresión controlados por el PCE y losagentes soviéticos, con la prácticaaniquilación en su territorio de loscontrarios al Frente Popular y de lossacerdotes y religiosos, con el inicio dela represión de otros grupos deizquierda considerados rivales, se podíaacometer la creación de un solo partidoque articulara la implantación de unadictadura comunista. Al respecto resultaespecialmente revelador otro documentosoviético, dirigido a Voroshílov, en el
que se refiere una conversaciónmantenida con Negrín el 10 dediciembre de 1938[374]:
«Sobre la creación de un FrenteNacional de todos los españoles.Negrin me dijo que había estadohablando con Díaz y Uribe sobre elasunto de la creación del un FrenteNacional unido que concibe como unaforma distinta de nuevo partido. Esaidea se le ocurrió después de perder laconfianza en poder unir a los partidossocialista y comunista. Semejanteunificación no se pudo llevar a cabo porla oposición de los dirigentes delpartido socialista. Como mucho, se
podría esperar que el partido socialistafuera absorbido por el comunista trasacabar la guerra, pero en ese caso, losdirigentes más conocidos del partidosocialista —Prieto, Caballero, Besteiro,Almoneda, Peña y otros— no aceptaríanla unificación y los burgueses losseguirían considerando como el partidosocialista para aprovecharse de ladivisión.
»Pero ¿en qué partido podríaapoyarse el gobierno? No resultaadecuado apoyarse en el comunistadesde el punto de vista de la situacióninternacional. Los partidos republicanosque ahora existen carecen de futuro. El
Frente Popular no tiene una disciplina encalidad de tal y sufre la lucha de losdistintos partidos. Lo que se precisa, porlo tanto, es una organización queunifique lo mejor de cada uno de lospartidos y organizaciones y sirva deapoyo fundamental para el gobierno. Sepodría denominar Frente Nacional oFrente o Unión Española. Negrín no hapensado cómo debería construirse esaorganización de manera concreta…Sería posible la doble militancia, esdecir, que los miembros del FrenteNacional pudieran seguir perteneciendoa los partidos que ya existen […] elPartido Comunista debería ofrecer
colaboradores a esa nueva organización,pero, al principio, no de entre susdirigentes. Sería más convenienteutilizar a gente poco conocida. Ladirección del trabajo de organización yde propaganda del nuevo partidodebería quedar en manos de loscomunistas […] No cabe un regreso alviejo parlamentarismo. Sería imposiblepermitir el «libre juego» de los partidostal como existían antes, ya que en esecaso la derecha podría conseguirnuevamente llegar al poder. Esosignifica que resulta imperativo o unaorganización política unificada o unadictadura militar. No ve que sea posible
ninguna otra salida».La postura de la URSS coincidía con
la de Negrín en que, después de laguerra, no habría en España unademocracia pero los agentes soviéticosseguían siendo favorables a launificación del PCE con el PSOE y laeliminación de los disidentes deizquierdas. En un documento dirigidopor G. Dimitrov, el factótum de laKomintern, a Stalin, Molotov,Kaganovich, Voroshílov, Yezhov,Mikoyán y Andreyev, el 25 denoviembre de 1938, se expresaba de lasiguiente manera[375]:
«En los dos o tres últimos meses no
se han producido cambios esenciales enla cuestión de la unidad de las fuerzasantifascistas en la España republicana.Es verdad que durante este tiempo losseguidores de Largo Caballero, lostrotskystas y los elementos trotskyzantesde la Federación Anarquista Ibérica(FAI) han desencadenado una vigorosaofensiva contra el Partido Comunista, launificación del Partido Comunista conlos socialistas, la unidad interna de laJuventud Socialista Unificada, ladirección del Partido Socialista, elFrente Popular, el gobierno, el PSUC[…] Hay que señalar que aunque esaofensiva ha obstaculizado y todavía
obstaculiza el desarrollo delmovimiento para crear la unidad de todala clase obrera y de todas las fuerzasantifascistas y ha ocasionado un riesgode escindir la Juventud SocialistaUnificada, no ha logrado su objetivoprincipal. No ha logrado aislar alPartido Comunista ni aniquilar la unidadde socialistas y comunistas ni la delFrente Popular. […]
»Para reforzar la unidad es precisointensificar la lucha contra sus enemigos—POUM, partidarios de LargoCaballero, aventureros de la FAI,derrotistas— coordinando esa labor conla lucha por una unidad más estrecha
entre el Partido Comunista y el PartidoSocialista, por la unión de la juventud,por una reactivación del Frente Popular,y, sobre todo, por la creación de unacentral sindical unificada […] habrá quehacer algo para lograr que algunosdirigentes importantes de la CNT, entresus elementos más honrados, seincorporen al Partido Comunista y alPSUC. Entonces podríamos valernos deesos casos para llevar a cabo unacampaña política a gran escala. […]
»La labor del PCE ha mejorado enlos últimos tiempos, en especial, en elseno del ejército y, en menor medida, enlas empresas y en la UGT […] el PCE
dispone en la actualidad de unos 830000 miembros —sin contar el PSUC—de los que la mitad se encuentran en elejército».
Sí, a unos meses del final de laguerra, tanto Negrin como el PCE y losagentes soviéticos eran conscientes deque la democracia parlamentaria era yacosa del pasado. Al pensar asímanifestaban una clara coherencia conla trayectoria de los movimientosrevolucionarios en España desde finalesdel siglo XIX y, desde luego, con latrayectoria del PSOE y el PCE en 1934y 1936. En el futuro, tras la victoria delEjército popular de la República, se
pasaría a un sistema de partido únicocontrolado por el PCE —y a través deéste por Stalin— en el que se integraríanlos elementos sumisos a estasdirectrices de formaciones como elPSOE o la CNT. Igualmente seríanunificados los sindicatos. Por lo que serefería al ejército o a las fuerzas derepresión, su control por parte de loscomunistas era casi absoluto.Finalmente, los adversarios —socialistas refractarios a la unificacióncon el PCE, poumistas, anarquistas,nacionalistas o republicanos históricos— sólo podían esperar el exterminio Demanera nada sorprendente, entre los que
apoyarían con las armas el proyecto dedictadura de Negrin se hallaría JuanTomás Estalrich, uno de los chequistasque había desempeñado laboresrepresivas en los Linces de la Repúblicay que entonces tenía a sus órdenes unabrigada. Seguramente, actuaba tanconvencido como en los años anteriorespero esta vez no le iba a acompañar lasuerte. Al fin y a la postre, el plan delPCE —y de sus asesores soviéticos—fracasó y se debió únicamente a laderrota, una derrota que, tras la batalladel Ebro a finales de 1938 y la entradaen Cataluña del Ejército nacional ainicios de 1939, resultaba, en términos
militares, inevitable.
Conclusión
La proclamación de la SegundaRepública fue la culminación de unproceso revolucionario que se habíaextendido a lo largo de décadas.Propugnado por grupos tan disparescomo los republicanos, el PSOE, elPCE, los anarquistas o los nacionalistascatalanes, se fue forjando sobre la basecomún de aniquilar la monarquía
parlamentaria existente en España y, enrealidad, carecía de otro punto de uniónentre las diferentes fuerzas. Si para lossocialistas y comunistas el pasosiguiente indispensable era la dictaduradel proletariado, para los nacionalistascatalanes podía ir desde una Españasometida a Cataluña a la independenciacatalana, mientras que para losanarquistas no podía ser sino elcomunismo libertario y para losrepublicanos, un régimen marcadamentelaico y anticlerical que, a pesar de suspujos modernizadores, casaba mal conla realidad sociológica del país.
El hecho de que la unión, más o
menos continuada, más o menosconsistente, de estas fuerzas tuvieracomo base común un objetivo deaniquilación —que acabó realizándose— fue dotándolas, o acentuando enellas, unas características que casabanmal con un proyecto democrático. Laprimera de esas características fue unsentimiento de hiperlegitimaciónideológica en virtud del cual elresultado de las urnas quedabatotalmente relativizado si no secorrespondía con los deseos de lasdiferentes fuerzas. El que el PSOEcontara durante años con un solodiputado en las Cortes, el que los
republicanos fueran una minoría —unacircunstancia que se prolongó hasta1939— o el que los anarquistas senegaran a seguir las reglas del juegoparlamentario no significaba nada en lamedida en que sus respectivas causasavanzaran. De esa sensación dehiperlegitimidad ideológica sederivaron graves consecuencias. Laprimera —reverso claro— fue laatribución al centro y a la derecha deuna carencia absoluta de legitimidad pormás que sus actos tuvieran el respaldomayoritario de las urnas. La segunda fuela falta real de una base social suficientepara llevar a cabo el proyecto utópico
que cada una de las partes de lacoalición anticonstitucional deseaballevar a cabo. La tercera —especialmente grave— fue el desprecioabsoluto por el juego parlamentario y ladecisión de las urnas en la medida enque no sirviera para respaldar y apoyarsus respectivos sueños políticos.
Esta visión peculiar de la política —profunda y medularmenteantidemocrática— explica episodioscomo la revolución frustrada de 1917 ola conspiración también fallida de 1930cuya finalidad era acabar con lamonarquía parlamentaria no a través deljuego democrático sino mediante el
recurso a la conjura y al uso de laviolencia. Ni siquiera en abril de 1931,lograron las fuerzas antisistema venceren las urnas a sus adversarios políticos.Sin embargo, a pesar de su clamorosofracaso electoral, sí supieronaprovechar la consunción de lamonarquía y los deseos del rey de evitaruna guerra civil para provocar su caídae implantar un nuevo sistema.
La república, a pesar del entusiasmocon que la acogieron ciertos sectores dela sociedad, nació lastrada por una seriede circunstancias que dificultabanenormemente su afianzamiento comosistema democrático. En primer lugar,
estaba el hecho de que su constituciónera, según confesión del propiopresidente de la república, AlcaláZamora, marcadamente sectaria ypretendía llevar a cabo un programalaico que chocaba con los sentimientosde la mayoría de los españoles. Ensegundo lugar, los vencedores políticos—que no en las urnas— de abril de1931 seguían partiendo de la base de suhiperlegitimidad y de la carencia delegitimidad de sus adversarios delcentro y de la derecha lo queobstaculizaría una alternancia pacíficaen el poder. En tercer lugar, persistíauna enorme disparidad de criterios entre
los vencedores de 1931 sobre latrayectoria ulterior de la recientementeproclamada república. Finalmente —yno fue este un magro problema— lamayoría de los prohombres republicanospodían tener una idea más o menosacertada de cuáles eran los problemasnacionales pero no supieron resolverlosadecuadamente por falta de formaciónpolítica, por carencia de conocimientoseconómicos o por sectarismoideológico. Así, ni la reforma agraria nila militar ni la educativa dieron losfrutos apetecidos e incluso en no pocoscasos la situación empeoró duranteelbienio de gobierno republicano-
socialista (1931-33). Por añadidura,algunas de las fuerzas que tanto habíancontribuido a erosionar el sistemaparlamentario anterior a la Repúblicacontinuaron insistiendo ahora en acabarcon otro sistema parlamentario a sujuicio poco más legítimo. Así, ungobierno republicano-socialista se vioobligado a reprimir diversasinsurrecciones anarquistas pensando,por primera vez en la Historia deEspaña, en recurrir a las fuerzas delejército de África.
La mezcla de fracasos y abusosacabó determinando la derrota de lasizquierdas en 1933 y la victoria —
intolerable a su juicio— del centro y laderecha. Enfermas de un sentimiento dehiperlegitimidad, las izquierdas nopudieron ni supieron ni quisieronaceptar el veredicto de las urnas yregresaron al terreno, ya tan transitadopor ellas, de la conspiración. En octubrede 1934, el PSOE y los nacionalistascatalanes se levantaron en armas contrael gobierno legítimo de la República enun intento de rebasar el sistema en lacalle puesto que las elecciones no leshabían resultado favorables. Lasublevación armada fue sofocada confacilidad en toda España entre otrascosas porque ni el pueblo —invocado
por los insurrectos— se sumó a ella nitampoco lo hizo el ejército a pesar deque así lo esperaban los dirigentes delPSOE. La excepción fue Asturias.
En Asturias se vivió un claroantecedente de lo que sería la guerracivil con casi todas las característicasdel terror unido a la revolución.Mientras las milicias de lasorganizaciones de izquierdas procedíana asesinar a personas cuyo único crimenera el ser sacerdote o pertenecer a otraclase social e intentaban extender larevolución al resto de España, elgobierno, siguiendo el precedente deAzaña, trajo al ejército de África para
acabar con la insurrección. Sofocarlacostó tan sólo dos semanas pero latrayectoria de la República quedódislocada tras el intento de golpearmado de socialistas y nacionalistas alque se habían sumado otras fuerzas deizquierdas.
A partir de ese momento, lasderechas y el centro llegaron a laconclusión de que una victoria de laizquierda supondría su exterminio —algo que, por otro lado, las izquierdasno se recataban de decir— y lasizquierdas, capitaneadas por el PSOEsiguieron reivindicando los hechos deAsturias e insistiendo en que la próxima
vez la revolución obtendría el triunfo.Así, en 1935, mientras los insurrectosdel años anterior elaboraban unaestrategia de unidad, las derechas y elcentro intentaron apuntalar una repúblicaque se desplomaba. La excepción a esecomportamiento sería la diminutaFalange de José Antonio Primo deRivera que, a semejanza de LargoCaballero, pensaba que nada evitaríauna guerra civil y algunos personajesaislados.
Si 1934 fue el principio del fin parala Segunda República, el año 1936señaló su conclusión. No era fácilhacerse ilusiones sobre la supervivencia
del sistema parlamentario tras lacampaña electoral basadafundamentalmente en los sucesos deAsturias de 1934, los anuncios repetidosde Largo Caballero y del PSOE en elsentido de que la victoria electoral delFrente Popular sería el primer paso parala desaparición de la democracia y lainstauración de la dictadura delproletariado, la acción violenta de lasmilicias de izquierdas y de Falange en lacalle, y, en última instancia, el resultadode unas elecciones que señalaban que lamayoría de la nación era contraria alFrente Popular pero que, merced a unasuma de irregularidades, permitieron
hacerse a éste con la mayoríaparlamentaria.
La prensa extranjera, los viajerosque recorrían España, los diplomáticosextranjeros, los analistas de la talla deWinston Churchill llegaron a laconclusión de que en la primavera de1936 se había dado inicio a unarevolución que sobrepasaba lalegalidad, que no se inhibía a la hora deutilizar la fuerza y que, más tarde o mástemprano, acabaría causando unareacción procedente de una parteconsiderable de la población siquieraporque el gobierno no podía o no queríacontrolar los acontecimientos y porque,
por añadidura, se sentía amenazada poruna repetición de los sucesos de 1934.
Cuando en julio de 1936 se produjoel fallido golpe, esta vez procedente delas derechas, en la zona aún controladapor el Frente Popular se desató demanera abierta la revolución iniciadatiempo atrás. Mientras la legalidadrepublicana desaparecía en el espaciode horas, las fuerzas políticas ysindicales del Frente Popular seentregaron a la constitución de entidadescuya finalidad obvia era el saqueo y elasesinato de los consideradosadversarios. En el curso de esasmatanzas dirigidas contra el clero de
manera preeminente pero también contrael que se considerara adversariopolítico a pesar incluso de tener unpasado impolutamente republicano ydemocrático, quedó de manifiesto quelas tareas de represión no procedieronde incontrolados ni fueron fruto de laimprovisación. Por el contrario, laparticipación de los propios órganos delEstado en los asesinatos está fuera deduda y queda reflejada en abundantedocumentación. De hecho, las medidastomadas para, supuestamente, controlarla represión —como fue la creación dela denominada checa de Bellas Artes—en realidad sólo aumentaron el alcance
de la misma, no se tradujeron en ladesaparición de las checas de partidos ysindicatos y, por añadidura, doraron aéstas de una supuesta legitimidadrevolucionaria.
En paralelo al silencio —o inclusocon el apoyo público y entusiasta— delos intelectuales del Frente Popular, seperpetraron millares de asesinatosgeneralmente precedidos por la prácticade torturas y, en algunos casos, deviolaciones. En ese sentido, pocoextraña que al cabo de unas semanasintelectuales y artistas —sometidos auna purga sin precedentes en la historiade España— se hubieran exiliado en
número considerable, se hubieranconvertido en sustentadores morales dela represión o fueran ya cadáveres. Alrespecto, no deja de ser biensignificativo que los intelectuales demayor relieve que habían saludado conentusiasmo el advenimiento de laRepública en 1931 renegaran ahora delFrente Popular y buscaran lasupervivencia en el exilio.
Frente a este exterminio sistemáticodel adversario, del considerado enemigode clase, del simple disidente, de aquelcon el que se tenían cuentas pendientesen el pasado, se alzó únicamente comovalladar el cuerpo diplomático. Gracias
a sus gestiones, salvaron la vidacentenares de vecinos de Madrid pero elcoste fue muy elevado. Las autoridadesdel Frente Popular quebrantaronrepetidas veces la inmunidaddiplomática mientras sus fuerzasrepresivas asesinaban a diplomáticos,violaban a mujeres de la familia de losmiembros de las legaciones, asaltabanestablecimientos pertenecientes a éstas,las bombardeaban para provocarincidentes que perjudicaran al bandocontrario e intentaban en un momentoconcreto impedir que llegaran a la CruzRoja informes sobre las matanzas enmasa realizadas en las afueras de
Madrid. Con este trasfondo puedeentenderse que la no intervenciónpreconizada por distintas potencias noera, en absoluto, el abandono de unasupuesta democracia republicana sino eldistanciamiento de una revolución quehabía aniquilado todas las garantíasprocesales, que estaba perpetrandomillares de asesinatos y que tenía todoslos visos de seguir el desarrollo de losacontecimientos vividos en Rusia desde1917. No se trataba, por lo tanto, delabandono de una democracia frente a losfascismos sino de la negativa a apoyarun proceso revolucionarioextraordinariamente cruento del que las
matanzas formaban una parte esencial.A finales de 1936, el proceso de
exterminio experimentó un saltocualitativo y cuantitativo en Madrid altener lugar los grandes fusilamientosmasivos de Paracuellos y Torrejón.Nunca antes —ni nunca después—tendría lugar en la Historia de España unproceso de exterminio semejante,proceso iniciado e impulsado por lasautoridades del Frente Popular, apoyadopor agentes de la Komintern y jaleadopor las más diversas instancias. Apenasmedio año después —siguiendo elpatrón ya visto en Rusia un par dedécadas antes— el exterminio se amplió
desde el centro, la derecha y laindiferencia hacia los opositores deizquierdas del Partido Comunista. Conel impulso y el respaldo del NKVDsoviético a la par que con el silencio,aquiescencia o indiferencia de otrasformaciones políticas frentepopulistas,el PCE desencadenó la represión sobreel POUM y, en menor medida, sobre losanarquistas.
La creación del SIM, laremodelación del ejército con mandoscrecientemente comunistas y, sobre todo,la capacidad para derribar gobiernos ysustituir jefes de gabinete y ministrosson tan sólo algunas de las muestras del
peso de la URSS en la vida política delFrente Popular. Durante los años 1937 y1938, el PCE logró imponer nuevasmedidas represivas a la vez que se hacíacon un control casi omnímodo de la zonacontrolada por el Frente Popular y,sobre todo, encaminaba la evoluciónpolítica hacia una dictadura sustentadapor un partido único. Al respecto, ladocumentación procedente de losarchivos soviéticos no deja lugar adudas. De la misma manera que lasjuventudes comunistas y socialistas —oel PSOE y el PCE en Cataluña— habíansido unificadas en un dócil instrumentode la política de Stalin, el PSOE y el
PCE serían convertidos en un solopartido bajo la férula de la URSS. Elmismo Negrín no ponía ninguna objeciónde partido único frente a un proyectosustancial —por el contrario, insistía enla imposibilidad de regresar a unsistema parlamentario— y ofrecía que lapropaganda y la organización quedaratotalmente en manos de comunistas.
De haberse producido una victoriadel Frente Popular en la guerra civil, elresultado hubiera sido una dictadurasometida a Stalin en la que a las oleadasrepresivas de los años anteriores sehubieran sumado las de sacerdotes yreligiosos, las derechistas y contrarios
al comunismo, las de anarquistas ysocialistas resistentes a Moscú, las derepublicanos históricos y disidentes. Ajuzgar por lo acontecido en Madriddurante los tres años de guerra en quefueron asesinadas cuatro veces máspersonas que las ejecutadas por losvencedores en los años de posguerra,pocas dudas puede haber sobre elalcance terrible de la represiónposterior al final de un conflicto en elque el Frente Popular hubiera emergidocomo vencedor. Tampoco cabe hacersemuchas ilusiones sobre el volumen delexilio que no sólo hubiera afectado a losvencidos sino también a muchos de los
republicanos que ya en 1936 habíanbuscado refugio en el extranjero de lasatrocidades cometidas por el FrentePopular. Ni Juan Ramón Jiménez, niClaudio Sánchez Albornoz, por citarsólo algunos ejemplos, habríanregresado pero tampoco lo habríanhecho Ortega y Gasset o Marañón que sívolverían a España después de lacontienda. Si a la revolución y a laguerra civil no le siguió un régimencomo el que, casi una década después,implantaría Stalin en la Europa del Estefue, lisa y llanamente, porque el FrentePopular perdió la guerra.
El destino de los protagonistas —
víctimas y verdugos— de las checas deMadrid fue variado. Las víctimasacogieron el triunfo de Franco como unamanifestación de la Providencia divina ycomo una muestra de la superioridadmoral de su causa. Habían conocido elterror en una zona y, en general, nodejaron de contemplar como justocastigo el que se encarcelara a los quehabían formado parte de fuerzas que loshabían torturado y violado amén deasesinado a amigos y familiares. Enalgunos casos, siguiendo un impulsocristiano, se negaron a denunciar aantiguos asesinos y torturadores peroésa fue la excepción. En general,
esperaban justicia y castigo y pudieronpresenciarlo durante los primeros añosde la posguerra. No recibieron, sinembargo, indemnización alguna por sussufrimientos, por sus deudos perdidos,por su cautiverio y así, en una muecairónica de la Historia, años despuésverían cómo los vencidos sí eranindemnizados por haber pasado por lascárceles de Franco mientras que a ellosno se les había entregado nada porpadecer en las checas.
Ni siquiera el destino fue generosocon Melchor Rodríguez. Juzgadodespués de la guerra, fueron multitud losque testificaron en su favor e incluso la
defensa argumentó que se habíacomportado dando muestras de unascualidades genuinamente cristianas.Rodríguez insistió en que no eracristiano sino anarquista y que se habíacomportado como tal. Se le condenó aseis años y un día de reclusión pero nodejó de recibir la ayuda de aquellos alos que había salvado de la políticarepresiva del Frente Popular. Puesto enlibertad, comenzó a trabajar comoempleado de seguros rodeado de unrespeto general. Todavía a finales de1956, el falangista José Antonio Girónde Velasco le dedicaría un librodenominándole «vanguardista
infatigable en la batalla por la Justicia ypor la Libertad del Hombre»,previamente Rodríguez había hechollegar al camisa vieja un escrito sobre larealidad española que Girón pasó aFranco. Dos años después fue don Juande Borbón el que le envió una fotografíadedicada.
Un día, lo encontraron desmayado encasa y lo trasladaron al hospitalFrancisco Franco. Allí fue a verle suamigo Javier Martín Artajo con unacorbata en la que lucían los coloresanarquistas. Martín Artajo llevabatambién un crucifijo y, tras un rato decharla y antes de despedirse, Melchor
Rodríguez besó la imagen.En el entierro se reunieron personas
de distintas ideologías unidas no pocasveces por el hecho de haber pasado poruna u otra cárcel. Martín Artajo rezó unpadrenuestro en voz alta y luego losanarquistas entonaron un himno. Al final,el ataúd descendió a la fosa con elcrucifijo y la bandera del anarquismo.Lo guardarían siempre en el recuerdomillares de víctimas de la represión delFrente Popular.
Por lo que se refiere a los verdugos,algunos fueron capturados durante losúltimos días de la guerra y,posteriormente, enjuiciados y
condenados. Sin embargo, no pocoslograron escapar. Ése fue el caso detodos los agentes soviéticos aunque nopocos —como Koltsov— fueronfusilados a su regreso a la URSS porhaber perdido la guerra mientras queotros —como Orlov, como Krivitsky—optaban por pasarse a Occidente paragarantizar su supervivencia. Más suertetuvieron aquellos que, como Carrillo,Margarita Nelken, Alberti o Pasionaria,ejecutaron o incitaron a las matanzas. Engeneral, salvaron su vida y se integraronen la Nomenclatura comunista. En algúncaso, como Serrano Poncela, llegaronincluso a publicar sus libros durante el
régimen de Franco[376]. En otrasocasiones, como sucedió con Carrillo,Alberti o Pasionaria, se olvidóvoluntariamente su turbio pasadoestalinista e incluso se les convirtió eniconos de una nueva democracia —restaurada por el centro y la derecha—donde llegaron a convertirse endiputados del parlamento y en referentesmorales y culturales frente al horror delos descendientes de los fusilados enParacuellos o Torrejón.
Pocos de ellos realizaron examen deconciencia —Carrillo repetiría en susMemorias que no tenía nada de lo quearrepentirse— pero los que acometieron
tan ingrata labor, como Prieto, comoCastro Delgado, como JesúsHernández…, tuvieron que reconocerhasta qué punto 1934 había sido el finalde la República, hasta qué punto laURSS controló la Segunda República,hasta qué punto existió participación osilencio culpable en las autoridades delFrente Popular, hasta qué punto lavictoria en la guerra civil hubierasignificado el inicio de una dictadurasometida a Stalin. Su juicio se unía así aposteriori al del socialista Besteiro —yal de tantos otros— que habíaconsiderado preferible rendirse aFranco que seguir apoyando una
república sometida a Moscú.En la secuencia culminante de la
película ¿Vencedores o vencidos? BurtLancaster, que interpreta a un juezalemán condenado por su papel duranteel nazismo, requiere la visita delmagistrado norteamericano que hadictado su sentencia. Éste, encarnadopor Spencer Tracy, acude a visitar a laprisión a su colega y escucha suspalabras de gratitud por la manera enque se ha conducido durante el proceso.Entonces, el juez alemán le asegura quenunca pensó que todo acabaría llegandohasta el punto que había llegado elnazismo. Tracy, con una mezcla de pesar
y cólera contenida, le responde entoncesque todo comenzó el día que habíancondenado al primer inocente. En buenamedida, puede decirse lo mismo sobrelas checas de Madrid y, en general, lapolítica represiva del Frente Popular. Elcamino que conducía al exterminio demillares de inocentes comenzó a serandado cuando determinadas fuerzaspolíticas consideraron legítimo hacersaltar el sistema parlamentario, eliminarfísicamente al sector de la poblaciónque se oponía a sus planes futuros ydeslegitimar a los que no compartían suideología. Al fin y a la postre, sobretodo si se mira con perspectiva
histórica, la historia concluyó felizmenteen la medida en que España viveactualmente en libertad y progreso bajouna monarquía parlamentaria. Sinembargo, ese regreso al punto de partidaha sido precedido por décadas dedesestabilización antisistema hastaacabar con el sistema parlamentario, unarepública estéril, el estallido de unarevolución y de una guerra civil contodos sus horrores, una dictadura que seextendió durante más de tres décadas…No cabe duda de que determinadasutopías se han cobrado un terribletributo sobre la vida y el destino dedecenas de millones de españoles.
Fuentesdocumentales y
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de Madrid.Expedientes de depuración.
Expedientes de responsabilidad.
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Apéndice I
Las checas del Madriddel Frente Popular
1. Alcalá, 40 (edificio del Círculo deBellas Artes): Checa oficial delComité Provincial de InvestigaciónPública.
2. Alcalá, 82: Secretaría Técnica dela Dirección de Seguridad yEscuadrilla del Amanecer.
3. Alcalá, 11 (edificio del Ministeriode Hacienda): Checa de losServicios Especiales delMinisterio de la Guerra.
4. Alcalá, 53 (Ministerio de laGuerra): Checa de los ServiciosEspeciales de este ministerio.
5. Alcalá, 138: Círculo Socialista delEste.
6. Agustín Durán, 22: CentroSocialista.
7. Ávila, 9: Centro comunista.8. Alburquerque, 18: Casa Máximo
Gorki del Radio Comunista deChamberí.
9. Almagro, 27: Ateneo Libertario del
Puente de Toledo, trasladado desdedicha barriada.
10. Almagro, 38: Checa de las Miliciasde Vigilancia de Retaguardia.
11. Alfonso XII, 14: Checa a cargo dela Guardia de Asalto.
12. Alfonso Heredia, 9: Checacomunista de «El Castillo».
13. Antillón, 4: Checa comunista-socialista del Puente de Segovia.
14. Amor de Dios, 1 (palacio deSomosancho): Círculo Socialista.
15. Antonio Vincent, 57: Radio de lasJuventudes Socialistas Unificadas.
16. Arenal, 8 (palacio de Revilla):Checa de la CNT.
17. Arturo Soria (hotel Mi Huerto):Ateneo Libertario de Ventas.
18. Carretera de Aragón, 40 (capilladel Carmen): Radio comunista deVentas.
19. Carretera de Aragón, 117: AteneoLibertario de Ventas.
20. Carretera de Aragón, 129: Radiocomunista de Ventas.
21. Carretera de Aragón, 151 (VillaTopete): Radio comunista deVentas.
22. Ronda de Atocha, 21 y 23(escuelas salesianas): Checa delBatallón Pasionaria y despuéscheca policíaca.
23. Estación de Atocha: Salón Rojo yPabellones. Checas de las MiliciasFerroviarias.
24. Atocha, 131 (cine San Carlos):Milicias de la FAI.
25. Ayala, 47: Checa autónoma.26. Valencia, 5: Círculo Socialista del
Sur.27. Blasco de Garay, 53 y 55: Ateneo
Libertario de Vallehermoso.28. Bola, 2: Dinamiteros de la CNT.29. Velázquez, 50: Círculo Socialista
del Sur.30. Bombilla (Restaurante Niza):
Ateneo Libertario.31. Bravo Murillo, 150. Ateneo
Libertario de Cuatro Caminos ycuartel de milicias de la CNT:Checa anarquista del CinemaEuropa.
32. Bravo Murillo, 234 (salónGuerrero): Cuartel de la Columnadel Rosal y checa de la CNT.
33. Caballero de Gracia, 28: Sindicatode Tramoyistas de la UGT.
34. Cáceres, 10 y 12: CírculoSocialista y después checa de la36.a Brigada.
35. Cadarso, 6: Centro de lasJuventudes Socialistas Unificadas.
36. Calatrava, 9: Ateneo Libertario deBarrios Bajos.
37. Camino Alto de San Isidro, 8:Ateneo Libertario del Puente deToledo.
38. Caracas, 17: Sucursal de la checadel Marqués del Riscal.
39. Concordia, 6 (puente de Vallecas):Casa del Pueblo, del PartidoSocialista.
40. Carmen, 10 (iglesia del Carmen):Checa de un grupo de la CNT.
41. Plaza de Doña Carlota (iglesiaparroquial del barrio): Sucursal delAteneo Libertario del Puente deVallecas.
42. Cartagena, 137: Checa comunistade la Guindalera.
43. Casa de Campo: Checa establecidapor las milicias de Mangada en lacasa del guarda.
44. Ayuntamiento de Carabanchel.45. Casa del Pueblo de Carabanchel.46. Convento de Clarisas de
Carabanchel Bajo.47. Checa del Hospital Militar de
Carabanchel.48. Checa de la Escuela de Santa Rita
de Carabanchel: Comité del FrentePopular.
49. Carabanchel Bajo: Checa del SalónRojas.
50. Carril del Conde (hotel de D. J.Gutiérrez): Checa socialista-
comunista de Ventas.51. Castelló, 50: Checa de milicias.52. Claudio Coello, 112 (convento de
Santo Domingo el Real): Miliciasandaluzas de la CNT.
53. Plaza de Colón, 1 (palacio deMedinaceli): Checa de la BrigadaMotorizada Socialista.
54. Colegio de Huérfanos deTelégrafos: Checa del ComitéRegional de Defensa de la CNT.
55. Plaza de las Comendadoras, 1:Radio 8 de las JuventudesSocialistas Unificadas.
56. Claudio Coello, 47 (teatroBeatriz): Prisión del Consejillo del
Distrito de Buenavista.57. Comité del Cuartel del Conde
Duque.58. Cuarenta Fanegas de Chamartín
(colegio Infanta María Teresa):Checa del Comité Rojo de laGuardia Civil.
59. Checa del cuartel de la Montaña.60. Paseo de las Delicias (iglesia de
las Angustias): Sucursal del AteneoLibertario de Delicias.
61. Paseo de las Delicias, 156: AteneoLibertario de Legazpi.
62. Hermosilla, 24: Consejillo delDistrito de Buenavista.
63. Don Pedro, 10: Círculo socialista
Latina-Inclusa y checa de miliciasde retaguardia.
64. Don Ramón de la Cruz, 53: Checade milicias.
65. Doña Sabina, 5 (barrio de DoñaCarlota): Centro comunista delpuente de Vallecas.
66. Embajadores, 116 (cineMontecarlo): Círculo Socialista delSur.
67. Emilio Ortuño, 13: AteneoLibertario del Puente de Vallecas.
68. Hermanos Orozco, 3: Radiocomunista de Ventas.
69. Españoleto, 17 y 19: Checacomunista.
70. Espronceda, 32: Radio de lasJuventudes Socialistas Unificadas.
71. Carretera del Este, 39: Radiocomunista de Ventas.
72. Paseo de Extremadura, 36 (iglesiade Santa Cristina, de la Puerta delÁngel): Checa comunista de lasmilicias voluntarias de Mangada.
73. Paseo de Extremadura (palacio deBorafull): Checa de la CNT.
74. Eugenio Salazar, 2: Checasocialista.
75. Ezequiel Solana, 2 y 4: Checasocialista.
76. Felipe IV, 7: Checa del batallónextremeño Nosotros.
77. Fernández de la Hoz, 7 (palacio deOquendo): Sucursal de la checa deMarqués del Riscal, 1.
78. Fernández de la Hoz, 57: Checa delos Servicios Especiales de laCNT.
79. Fernando el Santo, 23: ServiciosEspeciales de la CNT.
80. Fernánflor, 10: Checa y brigadilladel capitán Ramírez.
81. Ferraz, 16: Checa de la CNT.82. Florida, 10: Ateneo Libertario del
barrio del Lucero.83. Fomento, 9: Checa oficial del
Comité de Investigación Pública.84. Francisco de Rojas, 4:
Dependencia de la Radiocomunista número 9.
85. Fuencarral, 95: Checa autónoma.86. Fuencarral, 101 (colegio del
Servicio Doméstico): Comité de laCNT.
87. Fuencarral, 103: ComisiónElectoral de la AgrupaciónSocialista Madrileña y grupo dePolicía afecto a esta checa.
88. Ferrer del Río, 32: Checacomunista.
89. Paseo de la Florida (ermita de SanAntonio): Checa autónomasocialista-comunista.
90. Fuencarral, 126: Checa de Campo
Libre, dependiente del ComitéRegional de la Defensa de la CNT.
91. Francos Rodríguez, 5: Cuartel ycheca del 5.° Regimiento demilicias populares, comunista.
92. Fuenterrabía, 2: Checa comunistadel Pacífico.
93. García de Paredes, 37: AteneoLibertario de Chamberí.
94. General Martínez Campos, 8:Círculo Socialista del Norte.
95. General Martínez Campos, 23:Checa de las milicias Leones Rojosde dependientes de comercio de laUGT.
96. General Ricardos, 15 (iglesia de
San Miguel): Cuartel Pasionaria yRadio comunista del Puente deToledo.
97. Génova, 29: Checa de la CNTdirigida por Avelino Cabrejas.
98. Goya, 10: Sindicato de Transportesde la UGT.
99. Granada, 4: Checa de la JSU,dependiente de la de Zurbano, 68..
100. Goya, 80: Radio Este del PartidoComunista.
101. Guillermo Rollán, 2: AteneoLibertario del Distrito Centro.
102. Guttemberg, 8 y 18: Checa deIzquierda Republicana.
103. Guzmán el Bueno, 31: Milicias
vascas del comandante Ortega.104. Imagen, 1 (hotel de D. Carlos, en el
barrio de Picazo del puente deVallecas): Sucursal del AteneoLibertario de la calle EmilioOrtuño.
105. Posterior avenida de José Antonio,37 (Chamartín) Ateneo Libertariode Chamartín de la Rosa.
106. Posterior avenida de José Antonio,37, provisional, en Chamartín:Sucursal de la Radio comunista delas Cuarenta Fanegas.
107. Convento de las DamasApostólicas, de Chamartín: Radiocomunista de las Cuarenta Fanegas.
108. Convento de las Pastoras, deChamartín: Checa de las JSU.
109. Checa del Ayuntamiento deChamartín.
110. Iglesia de la Pilarica, del barrio deUsera: Checa de la barriada.
111. Isabelas (plaza): Partido Comunistade Ventas y 4.° Batallón.
112. Jordán, 5 y 16: Radio comunista deChamberí.
113. Jorge Juan, 65: Checa de milicias.114. Jorge Juan, 68: Ateneo Libertario
del Retiro.115. Julián Gayarre, 6 y 8: Radio 2 del
Partido Comunista de la barriadadel Pacífico.
116. Final de la calle de Jorge Juan:Ateneo Libertario de La Elipa.
117. José Picón, 6 y 8: Checa demilicias comunistas.
118. Juan Bravo, 12 (falsa embajada deSiam): Checa de los ServiciosEspeciales de la CNT.
119. Lavapiés, 46: Radio Comunista delSur.
120. Cine Legazpi: Ateneo Libertario deLegazpi.
121. Lista, 25 y 29: Checa comunista delas milicias de Líster.
122. López de Hoyos, 96 (convento delos Padres Camilos): AteneoLibertario Guindalera-Prosperidad.
123. Glorieta de Luca de Tena, 10:Ateneo Libertario de Delicias.
124. Lina, 11: Central de la CNT, alprincipio del Movimiento.
125. Yeserías: Checa del batallónOctubre.
126. María de Molina: Checa. ComitéLocal de Defensa de la CNT.
127. Magallanes, 93: Checa del POUM.128. Mayor, 85: Checa comunista.129. Marqués de Cubas, 19: Checa de
Elviro Ferret, dependiente delsubdirector de Seguridad.
130. Marqués de Monistrol, 1 y 3:Checa comunista del puente deSegovia.
131. Marqués del Riscal, 1: Checa delCírculo Socialista del Sur y de laCompañía de Enlace, dependientedel ministro de la Gobernación,Ángel Galarza.
132. Martínez de la Rosa, 1: Checasocialista de García Altadell, delas Milicias Populares deInvestigación.
133. Méjico, 6: Checa de las milicias yradio comunista del Barrio deGuindalera.
134. Mendizábal, 24: Radio 7 de lasJSU.
135. Mesón de Paredes, 37 (convento deSanta Catalina de Siena): Ateneo
Libertario y Barrios Bajos.136. Mesón de Paredes, 76: Círculo
Socialista del Sur.137. Miguel Ángel, 1: Checa del
Sindicato de DependientesMunicipales de la UGT.
138. Miguel Ántel, 29: Checa delSindicato de Actores de la CNT.
139. Montalbán, 2 (Ministerio deMarina): Checa militar, y despuésJefatura del SIM.
140. Montesquinza, 2: Checa de la CNT.141. Paseo de Moret: Comité del
Cuartel del Infante Don Juan, de laMoncloa.
142. Montera, 22: Checa de los Listeros
de la UGT.143. Moreto, 17: Checa de milicias.144. Narváez, 18: Ateneo Libertario del
Retiro.145. Núñez de Balboa, 62: Juventudes
Socialistas Unificadas.146. O’Donnell, 8 (hotel de don
Alejandro Lerroux): CírculoSocialista del Este.
147. O’Donnell, 22 y 24: Radiocomunista del Este.
148. O’Donnell, 57: Ateneo Libertariode La Elipa.
149. Avenida de Julián Marín(Fundación Caldeiro): Checa de lasmilicias socialistas del Este.
150. Pacífico, 37: Radio 2 del PartidoComunista.
151. Navarra, 20: Checa comunista delbarrio del Norte.
152. Nicasio Gallego, 19: Sindicato dela Piel, de la UGT y checa demilicias.
153. Nuestra Señora del Carmen, 20(Huera del Obispo): Checaautónoma.
154. Plaza de Oriente (palacioNacional): Puesto de mando military checa de los tenientes coronelesMangada y Romero.
155. Palafox, 21: Checa de milicias.156. Palermo, 15: Radio comunista de
Ventas.157. Paloma, 19 y 21: Círculo Socialista
Latina-Inclusa.158. Pedro Heredia, 5 (convento de
Santa Susana): Radio comunista deVentas.
159. Peironcelli, 1 y 2 (puente deVallecas): Checa del barrio deEntrevías.
160. Pez, 5: Ateneo Libertario delCentro.
161. Palacio de Esquilache, en la calledel Prado: Checa autónoma.
162. Pizarro, 14: Checa del POUM.163. Princesa, 13 y 15: Radio 7 de las
JSU.
164. Princesa, 29: Radio comunista delOeste.
165. Puente de Toledo, 1: AteneoLibertario del Puente de Toledo, alprincipio de la guerra.
166. Puebla, 1: Hospital-prisión queactuó como checa.
167. Raimundo Lulio, 8: Radio 9 de lasJSU.
168. Paseo de Recoletos, 23: Checa dela Federación Española de losTrabajadores de la Enseñanza.
169. Rollo, 2: Círculo Socialista delDistrito Latina-Inclusa.
170. Sacramento, 1: Círculo SocialistaLatina-Inclusa.
171. Salas, 1: Checa de la CNT.172. Seminario Conciliar: Círculo
Socialista Latina-Inclusa.173. San Leonardo, 9: Checa comunista.174. San Isidro, 5: Checa comunista-
socialista del Puente de Segovia.175. Toledo, 52 (convento de La
Latina): Checa de la CNT.176. San Jerónimo, 32: Checa de las
milicias vascas.177. Santa Engracia, 18: Checa
Spartacus, de la CNT.178. Santa Engracia, 46: Dependencia
de la Radio 9 del PartidoComunista.
179. Calle de Santa Engracia: Checa del
batallón Octubre.180. Paseo de Ramón y Cajal: Checa del
Comité del Cuartel de MaríaCristina.
181. Cuesta de Santo Domingo, 6: Checadel Comité Depurador de laGuardia Civil.
182. Plaza de Santo Domingo, 13: Checadel POUM.
183. Santa Isabel, 46 (palacio deCervellón, del duque FernánNúñez) Checa de las JU.
184. Serrano, 43: Checa de milicias.185. Serrano, 108: Checa de la Brigada
Especial.186. Serrano, 111: Comité Regional de
Defensa de la CNT.187. Carretera de Toledo, 23: Checa
Casablanca.188. Plaza de Toros de Tetuán de las
Victorias: Checa de la barriada.189. Toledo, 98: Círculo Socialista
Latina-Inclusa.190. Torrijos: Checa del batallón
Octubre.191. Las Requenas, 9: Ateneo Libertario
del Puente de Vallecas.192. Ventura de la Vega, 1: Checa de los
servicios especiales de la CNT.193. Ayuntamiento del Puente de
Vallecas: Checa del Frente Popular.194. Carretera de Valencia, 70 (escuelas
Cristianas): Checa socialista.195. Carretera de Valencia, 68 (colegio
de las Hermanas del Ave María):Checa comunista.
196. Teresa Llorente, 9 (hotel Piqueras,también llamado del GeneralAmpudia): Juventudes Libertarias yComité de Defensa de la barriadadel Puente de Vallecas.
Checas especiales de vigilancia dela Inspección General de MiliciasPopulares, dependientes delcomandante Barceló y del teniente deasalto Barbeta (uno de los implicadosen el asesinato de Calvo Sotelo).
1. Ríos Rosas, 37: InspecciónGeneral de Milicias.
2. Pasaje de Bellas Vistas, 7.3. Escuela de Ingenieros Agrónomos,
de la Ciudad Universitaria.4. Instituto Geográfico, de la calle de
Blasco de Garay.5. Raimundo Fernández Villaverde,
44.6. Ricardo Fuentes, esquina con
Gómez Ortega (Altos delHipódromo).
7. Blasco de Garay, esquina con CeaBermúdez.
8. Alberto Aguilera, 70.9. Trafalgar, 31.
10. Abascal, 20.11. Príncipe de Vergara, 44.12. Cartagena, 93.13. Carretera del Este, 25.14. Paseo de la Canalización (talleres
de Vicente Rico).15. Plaza de España (edificio de la
Dirección de Sanidad).16. Plaza de San Martín, 4.17. San Lorenzo, 15.18. Duque de Medinaceli, 2.19. Alarcón, 23.20. Plaza de Colón, 3.21. Doctor Esquerdo, esquina con
Jorge Juan.22. Estación de Goya.
23. Paseo de los Pontones, 31.24. Carretera de San Francisco, 4.25. Paseo de Santa María de la Cabeza
(perfumería Floralia).26. Méndez Alvaro, 66.27. Antonio López, 68.28. Paseo de las Delicias, 114.29. Ramón y Cajal, 6.
Apéndice II
Antología dedocumentos
Documento 1. Grigori Zinóvievafirma en septiembre de 1918 que eltriunfo bolchevique se sustentarásobre el exterminio de millones depersonas.
Para deshacernos de nuestrosenemigos, debemos tener nuestro propioterror socialista. Debemos atraer a
nuestro lado digamos a noventa de loscien millones de habitantes de la Rusiasoviética. En cuanto a los otros, notenemos nada que decirles. Deben seraniquilados[377].
Documento 2. El Comitérevolucionario de Asturias, sublevadoen octubre de 1934 contra el gobiernolegítimo de la República, anuncia supropósito de implantarla dictadura delproletariado.
¡Obreros: en pie de guerra! ¡Se juegala última carta!
Nosotros organizamos sobre la
marcha el Ejército Rojo […]Lo repetimos: En pie de guerra.
¡Hermanos!, el mundo nos observa.España, la España productora, confía suredención a nuestros triunfos. ¡QueAsturias sea un baluarte inexpugnable!
Y si su Bastilla fuera tan asediada,sepamos, antes que entregarla alenemigo, confundir a éste entreescombros, no dejando piedra sobrepiedra. Rusia, la patria del proletariado,nos ayudará a construir sobre las cenizasde lo podrido el sólido edificio marxistaque nos cobije para siempre. Adelantela revolución. ¡Viva la dictadura delproletariado![378]
Documento 3. El dictamen deMadariaga sobre la revolución deOctubre.
El alzamiento de 1934 fueimperdonable. La decisión presidencialde llamar al poder a la CEDA erainatacable, inevitable y hasta debidadesde hacía ya tiempo. El argumento deque el señor Gil-Robles intentabadestruir la Constitución para instaurar elfascismo era a la vez hipócrita y falso.Hipócrita porque todo el mundo sabíaque los socialistas del señor LargoCaballero estaban arrastrando a losdemás a una rebelión contra la
Constitución de 1931, sin consideraciónalguna para lo que se proponía o no elseñor Gil-Robles; y por otra, a la vistade que el señor Companys y laGeneralidad entera violaron también laConstitución.
En cuanto a los mineros asturianos,su actitud se debió por entero aconsideraciones teóricas y doctrinalesque tanto se preocupaban de laConstitución como de las coplas deCalainos.
Por otra parte, como los hechos ibana demostrar, la CEDA no tenía intenciónalguna contra el Estatuto catalán. Elincidente viene, pues, a confirmar lo que
en estas páginas se viene sosteniendo:que los catalanes son típicamenteespañoles y presentan en forma nomenos acusada que los demás españoleslos defectos que nos afligen como entespolíticos. Así, por ejemplo, la derechacatalana, émula como todos los partidosespañoles del conde don Julián, seapresuró a buscar apoyo fuera deCataluña para vencer a la izquierdacatalana. Y la izquierda catalana, al verque el sistema funcionaba contra ella,rompió el sistema. Ambos rasgoscaracterizan toda la vida española.
Con la rebelión de 1934, laizquierda española perdió hasta la
sombra de autoridad moral paracondenar la rebelión de 1936.
S. de Madariaga, España, Madrid,Espasa-Calpe, 1978, p. 362
Documento 4. El PSOE propugnala insurrección armada paraconquistar el poder que no ha podidoobtener en las urnas. El texto debido aun miembro histórico del PSOEmuestra cómo el socialismo españolhabía abandonado la vía reformistapara abrazar la bolchevique.
¿Cuál fue la actitud del partido
socialista ante la nueva situaciónpolítica planteada por las cortesvaticanistas y los gobiernos del partidoradical? De un lado habían llegado a suconcreción madura y firme los amagosbolcheviques que tuvieron su primerbrote sensible en la Escuela de Veranode 1933, que se habían convertido enunánime consigna de la inmensa mayoríadel proletariado socialista. Al frente deeste irresistible impulso de opiniónobrera figura Francisco LargoCaballero, resueltamente partidario deaceptar la insurrección armada paraapoderarse del poder. La propaganda deestos medios expeditivos causaba
entusiasmo ciego entre las masas,seguras de encontrar su redención portan seguros procedimientos.
G. M. de Coca (PSOE)Anticaballero, Madrid, Ed. Engels,1936, p. 128.
Documento 5. Las JuventudesSocialistas renuncian a las víasdemocráticas para alcanzar el poder yabogan por una revolución como labolchevique que instaure la «dictaduraproletaria».
Para llevar la revolución en España
necesitamos el mismo apoyo dado, sicabe, en una proporción mayor a losrevolucionarios españoles que a losrusos, puesto que las dificultades queencontraremos nosotros serán, dentro dela proporción, mayores. Sin este apoyo yel de la Unión Soviética, nosotros nopodríamos ir adelante una vezconquistado el poder.
CONCLUSIONESSegún todo lo expuesto, la
Federación de Juventudes Socialistas,sus secciones y militantes, lucharán condenuedo:
Por la bolchevización del Partido
Socialista. (Expulsión del reformismo.Eliminación del centrismo de lospuestos de dirección. Abandono de laSegunda Internacional).
Por la transformación de laestructura del Partido en un sentidocentralista y con un aparato ilegal.
Por la unificación política delproletariado español en el PartidoSocialista.
Por la propaganda antimilitarista yla penetración en los Cuerpos armadosdel Estado. (Creación de células de J. S.en los cuarteles. Edición de prensa ypasquines para dominar las bases delEjército y de los demás Cuerpos
armados, convirtiéndolos en órganos dela Revolución).
Por la unificación del movimientosindical. (Ingreso de todas lasorganizaciones autónomas de la UGT yalianza de ésta con la CNT).
Por la derrota de la burguesía y eltriunfo de la Revolución bajo la formade la dictadura proletaria. Por lareconstrucción del movimiento obrerointernacional sobre la base de laRevolución rusa.
Para llevar a cabo estas consignas,los jóvenes socialistas deberán mostrarsu superioridad y su espíritu desacrificio para que los obreros les
confíen los cargos de dirección.La Federación de Juventudes
Socialista de España, hoy más unida ymás fuerte que nunca, se inspira allanzar estas consignas en la historiarevolucionaria del proletariado denuestro país, en las mejores tradicionesdel bolchevismo ruso y en los dosgrandes paladines del Socialismoclásico: Marx y Lenin.
Las Juventudes Socialistasconsideran como jefe e iniciador de esteresurgimiento revolucionario alcamarada Largo Caballero, hoy víctimade la reacción, que ve en él su enemigomás firme.
Octubre, segunda etapa. 1935, p. 31y ss.
Documento 6. El PartidoComunista anuncia su voluntad deunificación de las izquierdas parallegar a la revolución que implante la«dictadura del proletariado» enEspaña.
Mitin de José Díaz, secretario delPCE, el 2 de junio de 1935 en elMonumental Cinema de Madrid.
Camaradas: Nosotros estamospersuadidos de que nos incumbiría unagran responsabilidad ante las masas y
ante la Historia si dejáramos pasar estosmomentos sin hacer cuantos esfuerzos ysacrificios fueran necesarios para lograrla unidad de todas las fuerzasantifascistas y por nosotros no ha dequedar. Estamos seguros de quetendremos a nuestro lado a todas lasmasas antifascistas de España en esteempeño revolucionario. Y lo mismo queantes lo hemos hecho por medio de unacarta, hoy, desde aquí, quiero yo hacerun llamamiento, en nombre del PartidoComunista, al Partido Socialista, a losanarquistas y sindicalistas, a losrepublicanos de izquierda y a todos losantifascistas. Vosotros, muchos de los
que aquí habéis venido, sois militantes osimpatizantes de estos partidos, y portanto queremos que seáis portadores deeste llamamiento para que la unión serealice cuanto antes. Nosotros, PartidoComunista, luchamos y lucharemossiempre por la realización de nuestroprograma máximo, por la implantacióndel Gobierno obrero y campesino deEspaña, por la dictadura delproletariado en nuestro país.
Ahora bien; en estos momentos degraves peligros que amenazan a lostrabajadores con el fascismo, dueño deresortes principales del Estado, nosotrosdeclaramos que estamos dispuestos a
luchar unidos a todas las fuerzasantifascistas sobre la base de unprograma mínimo de obligatoriocumplimiento para todos los que formenen la concentración popular antifascista.
Un programa que hay quecomprometerse a realizar ante vosotros,ante todas las masas populares del país.Nosotros no hacemos pactos a espaldasde las masas. [Aplausos.]
Documento 7. El PSOE abraza latáctica del PCE de acuerdo con lasresoluciones del VII Congreso de laInternacional Comunista.
Los camaradas Álvarez del Vayo,Jesús Hernández y Largo Caballerohablan ante 15 000 trabajadores. Losdiscursos fueron radiados al SalónGuerrero. El proletariado españolfesteja hoy la unidad de acción decomunistas y socialistas. Un grandiscurso del representante del PartidoComunista, camarada Jesús Hernández.
El VII Congreso de la InternacionalComunista.
En este mismo orden de cosas, nosdicen que este movimiento estáinspirado por Moscú; que estemovimiento ha sido generado en el VII
Congreso de la Internacional Comunista.¡Podríamos dar las gracias a la reacciónpor la propaganda que nos hace![Risas]. En el VII Congreso de laInternacional Comunista, cierto que sehan planteado problemas que hoy son lapreocupación del mundo entero. No envano se ha reunido allí la parte devanguardia del proletariado paraestudiar los problemas de nuestra clasey los que afectan a todas las masaspopulares, y ha sido el VII Congresoquien, a la luz de la experiencia vividapor cada partido, en cada país y en cadanación, ha estructurado una táctica y hadado una consigna al mundo entero para
impedir que el fascismo se consolideallí donde se ha instaurado, e impedir suinstauración, e impedir su instauraciónallí donde amenaza. Esto no es para quenadie se sonroje; esto no es para quenadie se sienta avergonzado, comotampoco nos sentiríamos avergonzadosde que mañana fuera un francés, unalemán, no importa quién, el quedescubriera el bacilo del cáncer. Losbolcheviques, con su experiencia, loscomunistas, en el mundo entero, hanelaborado en Moscú una consigna quehoy sirve de bandera a la mayoría delmovimiento popular de las naciones. Noes, ni más ni menos, el significado que
tiene la consigna del Bloque Popularadaptado aquí en España. Incluso allí,en Moscú, se han dado consignas, nosolo para impedir en general eladvenimiento del fascismo, sino quesobre la base de la dolorosa experienciavivida por nosotros y por la claseobrera en general, en todos los paísesdonde se ha instaurado el fascismo,hemos concretado exactamente quénormas de lucha deberían utilizarse paraimpedir que germinase esa semilla y hasido ese hombre, que también sale en losrótulos fijados en las paredes por lasmanos sucias de la Acción Popular, elcompañero Dimitrov, quien, en su
históricos discurso, ha tratado de esto.Dicen que si los trabajadores españoles,si el pueblo español, se va a dejargobernar o inspirar por Dimitrov. Estoes claro que nos afecta muy directamentea los comunistas; pero yo puedoresponder, interpretando el sentimientode la inmensa mayoría de lostrabajadores, que nos sentimosorgullosos de tener, en el movimientorevolucionario internacional, tangrandes hombres como Dimitrov, que enel famoso proceso de Leipzig hizomorder el polvo a Hitler; que nossentimos orgullosos de estar dirigidospor hombres como Thaelmann, Rakosi;
por hombres, al fin, como el genialStalin, que ha levantado la bandera delsocialismo en el corazón de la Europavieja y la mantiene enhiesta comosímbolo. [Grandes aplausos que impidenoír el final del párrafo.]
Y ya que estamos hablando del VIICongreso de la Internacional Comunista,yo quiero referirme a algo que estasderechas no mencionan. El Congreso dela Internacional Comunista ha sido, nosólo del antifascismo militante, sino elCongreso de la unidad proletaria. Aquíhay que declarar que todavía estánvivas, todavía retumbaba el eco de laspalabras de Dimitrov en el VII Congreso
de la Internacional Comunista, y ya enEspaña el proletariado estaba enmovimiento; yo no voy a adjudicarglorias a nadie: voy a decir,simplemente, que la aspiración delPartido Comunista, el problema de launidad sindical, encontraba un genialintérprete en el camarada FernandoLargo Caballero, que ha [Aplausos yvítores impiden oír las últimas palabrasdel orador.]
Exactamente igual en lo queconcierne a nuestras juventudes. Ellashan comenzado, con más ímpetu quenosotros, con una decisiónverdaderamente juvenil, el problema de
la fusión de las juventudes socialistas ycomunistas, y a ellas hay que decirlasdos palabras obligadas, que salen de lohondo de nuestra alma: juventudessocialistas y comunistas: No esperarnosa nosotros; con ese ritmo que lleváis,caminad sin vacilaciones hacia delante;fundid vuestras fuerzas y dad cobijo envuestro seno a toda esa juventudlaboriosa que está esperando devosotros, Juventudes Socialistas ycomunistas, las normas que van asalvarnos de caer en el infierno fascista.Marchad adelante, juventudes; noesperarnos, que el problema de la fusiónno es problema para estarlo debatiendo
constantemente, sino para realizarlo; esun problema de realización, y creo quevosotros así lo interpretáis, cuando envuestros actos, en vuestrasmanifestaciones, en vuestra Prensa y entoda vuestra actividad demostráis queentre juventudes socialistas y comunistasse han desdibujado ya los límites que lasseparan, para fundirse en un solocuerpo, en una sola alma, en una solarealidad concreta: ¡Una única juventudlaboriosa de todas las masas del país![Clamorosa ovación.]
Pocas palabras ya, camaradas,porque aún tenéis que oír al compañeroCaballero; pero, antes de terminar, yo
quiero concretar también, aunque sea encuatro palabras, esa necesidad quetenemos, no sólo de encuadrar nuestrasorganizaciones políticas en un únicoorganismo del proletariado, sino,además, de desarrollar ese movimientoque se le ha titulado Alianza Obrera yCampesina. Necesitamos vivificarlo,atraer a él a ese sesenta por ciento de lapoblación española que representan loscampesinos; atraerlos hacia la unidaddel proletariado, atraerlos hacianosotros en un organismo no específicode partido, pero sí específico de frenteúnico, incluso al margen de los partidos;que vengan los campesinos hacia
nosotros, que vengan los obrerosdesorganizados, y habremos cumplidouna de las misiones más grandiosas quetiene encomendada la clase obrera.Tendemos en todos nuestros actos aunificar la fuerza del proletariado, y nopodemos olvidar la alianzas nunca, enningún momento. [Aplausos]
En lo que concierne a la unión de lospartidos socialista y comunista, lascosas marchan, compañeros. Vemos enlos compañeros que siguen a FranciscoLargo Caballero el impulso que les guíaa terminar con la división existente en elmovimiento obrero español, la voluntadde acercamiento hacia el resto de sus
hermanos, comunistas y sindicalistas; lovemos en ellos, y esto es para nosotrosuna esperanza. Nosotros siempre hemosaspirado a forjar un partido único, unpartido que no tenga nada que ver,directa ni indirectamente, con las fuerzasde la burguesía; un partido que adoptecomo norma en su lucha la insurrecciónarmada para la conquista del Poder y lainstauración de la dictadura delproletariado; partido que, en caso deguerra, no tenga tampoco nada que vercon la burguesía; que no debe ni puedeprestarle apoyo; partido que, rigiéndosepor las normas del centralismodemocrático, asegure una voluntad
única, una decisión unánime en todos susintentos. Este partido estamos en vías delograrlo.
Documento 8. Largo Caballero, eldirigente máximo del PSOE, sedeclara marxista y revolucionario yafirma que la conquista del poder nose conseguirá por mediosdemocráticos.
24 de enero de 1936.Llamarse socialista no significa
nada, hay que ser marxista; hay que serrevolucionario. Y la única ideología hade ser en la mayor puridad nuestras
propias ideas. Ya sabéis que ahora sehabla de teorías revolucionarias y norevolucionarias. Para muchos, esoparece que es una cosa inventada poralgunos compañeros. No es una cosabaladí; no es una cosa pueril. Nosotrostenemos que ir a las verdaderas fuentesde nuestras ideas y sacar de ellas toda laenseñanza que sea necesaria paranuestra lucha, y no podemos renunciar,de ninguna manera, a lo queverdaderamente somos: socialistas. Perotened presente que hay mucha gente quese llama socialista. ¿No habéis oídohablar, por ejemplo, de católicossocialistas? Cuando alguna vez discutís
con alguien, ¿no os han dicho, paracortar la discusión: «A mí déjeme usted;si yo soy más socialista que usted»?Digo que no basta decir que se essocialista. Nuestro principal maestro, elfundador del socialismo científico,combatía a otro socialismo, que era elsocialismo utópico. Y ese fundador delsocialismo científico, para diferenciarsede los socialistas de entonces, de lossocialistas utópicos, tuvo que llamarsecomunista. [¡Muy bien! Se oyen vivas aCarlos Marx.] No consideraría tanbaladí la cuestión cuando no quisoconfundirse con otras socialistas deaquella época y se llamó comunista.
Pues se da el casa de que en España losfundadores del socialismo erandiscípulos de Carlos Marx, y seinspiraban todos en la crítica delrégimen actual, en El capital y en laorientación política, en El manifiestocomunista; es decir, que para lossocialistas españoles, las fuentes de susideales están en El capital, en la críticay en El manifiesto comunista, en laorientación política. Ésta es también lafuente de sus ideales para muchostrabajadores que tienen otro título que elnuestro, otro nombre, pero que,realmente, no les separa de nosotros unagran diferencia. ¡Qué digo, ninguna
diferencia!Lo fundamental: la conquista del
Poder no puede hacerse por lademocracia burguesa.
En la teoría, se mantiene que la clasetrabajadora tiene que apoderarse delPoder político. Esto no es una cosainventada hoy; en el programa socialistade hace muchísimos años está, comoprimer punto, la conquista del Poderpolítico para la clase trabajadora. ¿Ypara qué quiere ésta el Poder político?Nuestros enemigos nos acusan de que,con el Poder político, queremosestablecer la dictadura del proletariado,no para reformar, sino para transformar
el régimen actual. Ya en otra ocasiónmanifesté que muchas veces, sobre todoen nuestro país, que más se fija en lapalabra que en su sentido, se considerala conquista del Poder para implantar ladictadura del proletariado como unaaberración y una enfermedad. Inclusohay socialistas que hablan en contra detodas las dictaduras. [Se oyen gritos de¡Muera el fascismo!] Y nosotros, comosocialistas marxistas, discípulos deMarx, tenemos que decir que lasociedad capitalista no se puedetransformar por medio de la democraciacapitalista. ¡Eso es imposible!
Documento 9. El socialista LargoCaballero propugna la guerra civilcomo forma de acción del PSOE en lacampaña electoral de febrero de 1936.
Mundo Obrero, 3 de febrero de1936.
«Tenemos que unirnos contra laclase burguesa». Nos dicen —manifiesta Caballero— que hay quedefender la Patria, pero para ello senecesita un proletariado sano. Elverdadero patriotismo está endesarrollar la economía y la industrianacional, no en provecho de una minoríasino en provecho de la colectividad.
Por encima de críticas y de todo,
hemos de unirnos contra la clasereaccionaria y aunque en ciertosmomentos nos unamos a otros elementossin renunciar a nuestra independenciapolítica como en las luchas del día 16que se presenta en dos frentes; de unlado la reacción [¡Los del estraperlo!gritan del pueblo] cuando yo hablaba dela reacción los comprendía a todos,contesta Caballero [Grandes aplausos] ydel otro, los que quieren contener a estareacción.
Comunistas y socialistas unidos alos republicanos hemos firmado unpacto que no nos satisface pero a pesarde ello hemos de cumplirlo todos y el
día 16 a votar, pase lo que pase en elacoplamiento de candidatos y vayaquien vaya en las candidaturas.[Aplausos.]
Indudablemente, después, hemos deseguir nuestro camino. Pero ¿quésucedería si triunfaran las derechas?[Una voz: la revolución.]
Las derechas me acusan de que yopreparo la guerra civil. Yo tengo quedecir aquí que cuando yo he dicho quehay que responder con la guerra civil escontestando a sus amenazas depasquines y prensa que dicen que van aexterminar al marxismo, y esto seráimposible porque nosotros… [La
ovación impide oír las últimas frases.Vivas y gritos; el público puesto en pie ycon el puño en alto, acoge estaspalabras.]… Todo esto lo hacen paraatemorizar a la clase media,presentándonos como salvajes, porquedecimos la verdad respondiendo a esasgentes y les advertimos de que nohablamos por hablar, sino quecumplimos nuestra palabra. [Ovación].
En el Parlamento, puestos en jarras,nos decían: ¿Por qué no la hacéismañana?, creyendo que era sólopalabrería. Pero hemos demostrado queno somos como ellos; que si se atreven aponer en práctica sus propósitos, les
cerraríamos una vez más el paso, puestoque necesitan para sus manejos fascistasa la clase obrera, y ésta, a pesar delsoborno, no la conseguirían si algunoselementos no realizan una dobletraición.
Pero si desde las alturas, a pesar detodo, se realizase una nueva traición, noserá al rescate de la República sólo a loque habrá que ir, sino a algo más. [Granovación].
Documento 10. El socialista LargoCaballero recibe el respaldo de Moscúpor su apoyo a la sublevación de 1934
contra el gobierno de la República.Claridad, 30 de enero de 1936.«Nuestros refugiados en la URSS.
Carta abierta al camarada FranciscoLargo Caballero».
Sabemos, camarada LargoCaballero, que es usted contrario a todaclase, de adhesiones de tipo personal.Pero no perdemos de vista que cuandoun hombre significa, representa una líneapolítica determinada, los que como élpiensan tienen que agruparse enderredor suyo, no por «caudillismo»,sino porque las normas políticas, cuandoson realidades, encarnan siempre enhombres. Éste es el caso de usted y el
nuestro. En usted está la representaciónmás viva y consecuente del movimientorevolucionario proletario español,dentro de nuestro partido. Ustedrepresenta las esencias más gloriosas delos combates de octubre, que hancambiado el rumbo del proletariadoespañol, que han levantado una vallainfranqueable al fascismo vaticanista yhan dado un ejemplo a los oprimidos delmundo entero, uniendo a lostrabajadores de todas las tendencias.Usted representa la asimilación máscertera de las lecciones de estasjornadas históricas, con su decisióninamovible de unir en un solo haz a
todos los trabajadores revolucionariosde España desde la central sindicalúnica a un único partido de clase.Representa usted asimismo la lucha porla unidad de nuestro partido, laverdadera unidad, no la hipócrita yfingida, la que nace de la férreacompenetración de todos sus elementosen los problemas fundamentales y en elcumplimiento estricto de los acuerdosque emanen de una direccióndemocrática y centralizada, cauce de lavoluntad verdadera de las masas y nodel ensamblaje artificial con núcleos delos que ideológicamente estamos tanseparados como los oprimidos de los
opresores.Luchas contra la línea política de
que es usted exponente, es luchar —aunque no se quiera decir abiertamente— contra la línea de octubre,continuando la trayectoria lógica dequienes primero la entorpecieron yluego la torpedearon. Esto es lo queusted representa para nosotros y para lostrabajadores revolucionarios de Españay nosotros, que sólo le seguimos porquepensamos como usted, queremos que seventile, y cuanto antes, la lucha, clara yeficaz, contra los odiosos reformismo ycentrismo. No pueden seguirconviviendo con nosotros quienes, por
naturaleza, son impunistas. Los que noson partidarios y sí adversarios delesclarecimiento de los hechos y ladepuración de conductas, los que huyendel ajuste riguroso de cuentas y quierenechar sobre todo lo ocurrido la tapaderapiadosa del «aquí no ha pasado nada»,como entre buenos compadres, no tienennada que hacer en un partido que seprecia de revolucionario, que forja susarmas para la batalla, y deben ir acumplir su misión histórica al campo dela burguesía.
Constantemente venimos viendo aestos intrusos de la política de clasedisfrazarse de revolucionarios. La
última moda de este disfraz consiste endeclararse amigos de la UniónSoviética. Cuando lo dicen, ¿es que hanllegado a convencerse al fin de lo queno supieron ver en la época heroica dela URSS?
No, es que hoy, para ser enemigo dela Unión Soviética, en el campo obrero,se necesita más valor que para ser suamigo. Los trabajadores laconsideramos como patria de nuestraclase, y quienes la ataquen seránconsiderados como nuestros enemigos.Convencidos centristas y reformistas deesta verdad ostensible, de estaindiscutible realidad, no combaten
abiertamente a la URSS: públicamentese pronuncian por ella, aunque enprivado no se cansen de decir —comohan dicho algunos caracterizados líderes— que aquí no hay nada que aprender, yconsecuentes con tal criterio, sin sentirla menor inquietud por lo que atrae ysugestiona hasta a los burgueses sindisfraz, se van a estudiar la futuraconstrucción del socialismo a su«meca», a Bélgica, al feudo del«patroncito», como cariñosamente dicenque le llaman, según divulgaba uno desus apologistas.
No más farsas. Hay que hacercomprender a los trabajadores,
camarada Largo Caballero, la verdad.Una verdad muy íntimamenterelacionada con nuestra lucharevolucionaria propia. El ser amigo ypartidario de lo que aquí se hace no esuna frase, es una conducta, una posiciónpolítica. Quienes no son partidarios dela depuración del partido, quienesconsideran poco menos que un insultoser llamados bolcheviques y desatentadala aspiración de serlo, quienes nadacreen tener que aprender en el únicopaís donde se construye el Socialismo ylo aprenden todo en los paísescapitalistas, no son revolucionarios niamigos de la URSS. La Unión Soviética
es un régimen para cuya implantación ypara cuya obra constructivarevolucionaria hubo de forjarseprecisamente un partido limpio de todaslas taras y abroquelado contra todas lasclaudicaciones que llevan en su sangrelos centristas y los reformistas de todoslos países. Quien diga que quiere larevolución y que es, por tanto partidariode la URSS y apetece un régimensemejante, es decir, el régimen de ladictadura del proletariado, para España,y no se disponga a crear un instrumentoindispensable para la lucha, el partidodel proletariado, un partido de clase sinla menor amarra de colaboración con la
burguesía ni con sus agentes, ni esrevolucionario ni amigo auténtico de laURSS, pues la revolución, la UniónSoviética y la línea política bolcheviqueson indivisibles. Ésta es la verdad; lodemás, vacua charlatanería.
Tales son las razones a que obedecenuestra solidaridad con usted y que nosmueven a dirigirle esta carta abierta deadhesión. Para que sepa en todomomento con quienes cuenta usted, y enusted, la línea revolucionaria sincortapisas, y quienes estamos dispuestosa seguirle y apoyarle en la actitud deintegridad revolucionaria adoptada porusted frente a los manejos impunistas
que, al parecer, han encontrado eco en lamayoría del Comité Nacional, actitud enla que le siguen revolucionariossinceros y nuestra magnífica juventud, yen la que puede estar seguro de que tienecon usted a toda la masa, del partido, atodo el proletariado revolucionario y atodos los millones de enemigos delfascismo y de la reacción en nuestropaís.
Siempre de la dictadura delproletariado: Vorochilofgrado: enero de1936.
Moscú, enero 1936. Firmado: DeAsturias, Rupero García, Lucio Losa,
Arcadio González, Félix Casero, LuisCamblor, Rodolfo Gonzáles, JoaquínGarcía, José González, NicasioGonzález, Secundino Pozo y VictorinoCuadrado; de Guipúzcoa, Gerardo Ruiz,Luis Bermejo, Javier Salinas, PedroGallástegui, Enrique de Francisco y JoséAltuna; de Navarra, Benito Mercapide;de Logroño, Martín Yerro; de Albacete,Antonio Iturrioz; de Valladolid, VíctorValseca; de Vizcaya, Tomás Vivanco; deMadrid, José Laín, Adalberto Salas,Margarita Nelken y Virgilio Llanos.
Documento 11. El presidente de la
República Niceto Alcalá Zamoraequipara la toma del poder por elFrente Popular en febrero de 1936 conun golpe de Estado[379]
A pesar de los refuerzossindicalistas, el Frente Popular obteníasolamente un poco más, muy poco, de200 actas, en un Parlamento de 473diputados. Resultó la minoría másimportante pero la mayoría absoluta sele escapaba. Sin embargo, logróconquistarla consumiendo dos etapas atoda velocidad, violando todos losescrúpulos de legalidad y de conciencia.
Primera etapa: Desde el 17 defebrero, incluso desde la noche del 16,
el Frente Popular, sin esperar el fin delrecuento del escrutinio y laproclamación de los resultados, la quedebería haber tenido lugar ante lasJuntas Provinciales del Censo en eljueves 20, desencadenó en la calle laofensiva del desorden, reclamó el Poderpor medio de la violencia. Crisis:algunos Gobernadores Civilesdimitieron. A instigación de dirigentesirresponsables, la muchedumbre seapoderó de los documentos electorales:en muchas localidades los resultadospudieron ser falsificados.
Segunda etapa: Conquistada lamayoría de este modo, fue fácilmente
hacerla aplastante. Reforzada con unaextraña alianza con los reaccionariosvascos, el Frente Popular eligió laComisión de validez de las actasparlamentarias, la que procedió de unamanera arbitraria. Se anularon todas lasactas de ciertas provincias donde laoposición resultó victoriosa; seproclamaron diputados a candidatosamigos vencidos. Se expulsaron de lasCortes a varios diputados de lasminorías. No se trataba solamente deuna ciega pasión sectaria; hacer en laCámara una convención, aplastar a laoposición y sujetar el grupo menosexaltado del Frente Popular. Desde el
momento en que la mayoría deizquierdas pudiera prescindir de él, estegrupo no era sino el juguete de laspeores locuras.
Fue así que las Cortes prepararondos golpes de estado parlamentarios.Con el primero, se declararon a símismas indisolubles durante la duracióndel mandato presidencial. Con elsegundo, me revocaron. El últimoobstáculo es taba descartado en elcamino de la anarquía y de todas lasviolencias de la guerra civil.
Documento 12. Milicia Popular, el
portavoz del 5.° Regimiento comunistaaboga por el exterminio de losdisidentes.
En Madrid hay más de mil fascistaspresos, entre curas, aristócratas,militares, plutócratas y empleados…¿Cuándo se les fusila? (5 de agosto de1936).
El enemigo fusila en masa. Norespeta niños, ni viejos, ni mujeres.Mata, asesina, saquea e incendia… enesta situación, destruir un puñado decanallas es una obra humanitaria, sí,altamente humanitaria. No pedimos,pues, piedad, sino dureza. (21 de agostode 1936).
Documento 13. El comunistaEnrique Castro Delgado, creador del5.° Regimiento, señala la voluntad deexterminar a los adversarios políticos.
Comienza la masacre. Sin piedad. Laquinta columna de que habló Mola debeser destruida antes de que comience amoverse. ¡No te importe equivocarte!Hay veces en que uno se encuentra anteveinte gentes. Sabe que entre ellas estáun traidor pero no sabe quién es.Entonces surge un problema deconciencia y un problema de partido.¿Me entiendes?
Contreras, comunista duro,
estaliniano, le entiende.Ten en cuenta, camarada, que ese
brote de la quinta columna sale hoymucho para ti y para todos.
¿Plena libertad?Ésta es una de las libertades que el
Partido, en momentos como éstos, nopuede negar a nadie.
Enrique Castro Delgado, Hombresmade in Moscú, p. 438 y ss.
Documento 14. Stalin indica aLargo Caballero cómo debe llevarse acabo la revolución en España
disimulando el carácter revolucionariodel régimen.
[…] 1. Convendría dedicar atencióna los campesinos, que tienen gran pesoen un país agrario como es España.Sería de desear la promulgación dedecretos de carácter agrario y fiscal quedieran satisfacción a los intereses de loscampesinos. También resultaríaconveniente atraerlos al ejército yformar en la retaguardia de los ejércitosfascistas grupos de guerrillerosformados por campesinos. Los decretosen su favor podrían facilitar estacuestión.
2. Sería conveniente atraer al lado
del gobierno a la burguesía urbanapequeña y media o, si acaso, darle laposibilidad de que siga una actitud deneutralidad que favorezca al gobierno,protegiéndola de los intentos deconfiscación y asegurando en lo posiblela libertad de comercio. De lo contrario,estos sectores seguirán a los fascistas.
3. No hay que rechazar a losdirigentes de los partidos republicanossino que, por el contrario, hay queatraerlos, acercarlos y asociarlos alesfuerzo común del gobierno.Particularmente resulta necesarioasegurar que Azaña y su grupo apoyen algobierno, haciendo todo lo posible para
acabar con sus vacilaciones. Estotambién resulta necesario para evitarque los enemigos de España vean en ellauna república comunista y evitar así suintervención declarada, lo queconstituye el peligro más grave para laEspaña republicana.
4. Se debería hallar la ocasión paradeclarar en la prensa que el gobierno deEspaña no tolerará que nadie atentecontra la propiedad y los legítimosintereses de los extranjeros en España,de los ciudadanos de los países que noapoyan a los alzados.
Un saludo fraternal,Stalin, Molotov y Voroshilov
21 de diciembre de 1936 N. 7812.
Documento 15. Dimitrov atribuyea Santiago Carrillo las matanzas depresos realizadas en Madrid.
[…] Pasemos ahora a Irujo. Es unnacionalista vasco, católico. Es un buenjesuita, digno discípulo de Ignacio deLoyola. Estuvo implicado en elescándalo bancario Salamanca-Francia.Actúa como un verdadero fascista. Sededica especialmente a acosar yperseguir a gente humilde y a losantifascistas que el año pasado trataroncon brutalidad a los presos fascistas en
agosto, septiembre, octubre ynoviembre. Quería detener a Carrillo,secretario general de la JuventudSocialista Unificada, porque cuando losfascistas se estaban acercando a Madrid,Carrillo, que era entonces gobernador,dio la orden de fusilar a los funcionariosfascistas detenidos. En nombre de la ley,el fascista Irujo, ministro de Justicia delgobierno republicano, ha iniciado unainvestigación contra los comunistas,socialistas y anarquistas que trataroncon brutalidad a los presos fascistas. Ennombre de la ley, ese ministro deJusticia puso en libertad a cientos ycientos de agentes fascistas detenidos o
de fascistas disfrazados. Encolaboración con Zugazagoitia, Irujoestá haciendo todo lo posible eimposible para salvar a los trotskystas ysabotear los juicios que se celebrancontra ellos. Y hará todo lo que puedapara que se les absuelva. Este mismoIrujo estuvo en Cataluña en los últimosdías con su jefe Aguirre, el famosopresidente de la famosa república vasca.Mantuvieron reuniones secretas conCompanys para preparar la separaciónde Cataluña de España. Están intrigandoen Cataluña donde afirman: os espera elmismo destino que a la nación vasca; elgobierno republicano sacrificó a la
nación vasca y también sacrificará aCataluña.
Documento 16. El ministrocomunista Jesús Hernández describeuno de los métodos de torturautilizados por los agentes soviéticos enEspaña.
Expertos los verdugos (Orlov y sushombres) en la ciencia de «quebrar» alos prisioneros politicos, en obtener«espontáneas» confesiones, creyeronencontrar en la enfermiza naturaleza deAndrés Nin el material adecuado parabrindar a Stalin el éxito apetecido.
En días sin noche, sin comienzo nifin, en jornadas de diez y veinte ycuarenta horas ininterrumpidas, tuvieronlugar los interrogatorios. Quien de ellome informó tenía sobrados motivos paraestar enterado. Era uno de los ayudantesde más confianza de Orlov […] Con Ninempezó empleando Orlov elprocedimiento «seco». Un acosoimplacable de horas y horas con el«confiese», «declare», «reconozca», «leconviene», «puede salvarse», «es mejorpara usted», alternando los «consejos»con las amenazas y los insultos. Es unprocedimiento científico que tiende aagotar las energías mentales, a
desmoralizar al detenido. La fatigafísica le va venciendo, la ausencia delsueño embotándole los sentidos y latensión nerviosa destruyéndole. Así sele va minando la voluntad, rompiéndolela entereza. Al prisionero se le tienenhoras enteras de pie, sin permitirlesentarse hasta que se desplomatronchado por el insoportable dolor delos riñones. Alcanzado este punto, elcuerpo se hace espantosamente pesado ylas vértebras cervicales se niegan asostener la cabeza. Toda la espinadorsal duele como si la partieran apedazos. Los pies se hinchan y uncansancio mortal se apodera del
prisionero, que ya no tiene otro afán queel de lograr un momento de reposo, decerrar los ojos un instante, de olvidarsede que existe él y de que existe elmundo. Cuando materialmente esimposible proseguir el «interrogatorio»,se suspende. El prisionero es arrastradoa su celda. Se le deja tranquilo unosminutos, los suficientes para que recobreun poco su equilibrio mental y comiencea adquirir conciencia del espanto de laprolongación del «interrogatorio»monótono, siempre igual en laspreguntas e insensible a las respuestasque no sean de plena inculpación. Veinteo treinta minutos de descanso son
suficientes. No se le conceden más. Ynuevamente se reanuda la sesión.Vuelven los «consejos», vuelve eltiempo sin medida en que cada minuto esuna eternidad de sufrimiento y de fatiga,de cansancio moral y físico. Elprisionero acaba desplomándose con elcuerpo invertebrado. Ya no discute, ni sedefiende, no reflexiona, sólo quiere quele dejen dormir, descansar, sentarse. Yse suceden los días y las noches enimplacable detención del tiempo. Delprisionero se va apoderando eldesaliento, produciendo un desmayo enla voluntad. Sabe que es imposible salircon vida de las garras de sus
martirizadores y su anhelo se vaconcentrando en un irrefrenable deseode que le dejen vivir en paz sus últimashoras o de que lo acaben cuanto antes.«¿Quieren que diga que sí? Quizáadmitiendo la culpabilidad me maten deuna vez». Y esta idea comienza adevorar la entereza del hombre.
Jesús Hernández, Yo fui ministro deStalin, Madrid, 1974, pp. 178-179.
Documento 17. El anarquistaPeirats describe las checas del SIM.
[…] las checas del SIM eran
tenebrosas, instaladas en antiguas casasy conventos. El régimen de torturas quese aplicaba era el procedimiento brutal:palizas con vergajos de caucho,seguidas de duchas muy frías,simulacros de fusilamiento y otrostormentos horrorosos y sangrientos. Losconsejeros rusos modernizaron estavieja técnica. Las nuevas celdas eranmás reducidas, pintadas de colores muyvivos y pavimentadas con aristas deladrillo muy salientes. Los detenidostenían que permanecer en piecontinuamente, bajo una potenteiluminación roja o verde. Otras celdaseran estrechos sepulcros de suelo
desnivelado, en declive… losrecalcitrantes eran encerrados en la«cámara frigorífica» o en la «caja de losruidos» o atados a la silla eléctrica. Laprimera era una celda de dos metros dealtura, en forma redondeada; al preso sele sumergía allí en agua helada, horas yhoras, hasta que tuviese a bien declararlo que se deseaba. La «caja de losruidos» era una especie de armario,dentro del cual se oía una bataholaaterradora de timbres y campanas. La«silla eléctrica» variaba de la empleadaen las penitenciarias norteamericanas enque no mataba físicamente.
Documento 18. Antonio GutiérrezMantecón, que fue detenido en elinvierno de 1937, y recluido en lacheca de San Lorenzo da testimoniode sus padecimientos[380]
Fue víctima de toda clase de malostratos de obra y de amenazas, siendogolpeado con vergajos por los agentesinterrogadores. Dirigía losinterrogatorios un ruso alto, fuerte, decara ancha, con pelo rubio, ondulado ypeinado hacia atrás, que iba vestido congabardina y una boina. Este sujeto, queejercía autoridad plena en la prisión,siendo considerado como jefe de labrigada, apenas hablaba castellano; se
servía de una intérprete española deunos veinticinco años, que vestía camisaroja con corbata roja, y que se distinguíaen los malos tratos, siendo la queconcretamente indicó que al declarantehabía que atarlo, desnudarlo y meterloen la «cámara», que era una celda muyfría en los sótanos, empleada paracastigo. También ordenaba que segolpease al declarante, como únicamanera de obligarle a confesar. Entreotros malos tratos sufridos en la «checa»de San Lorenzo, el declarante fuemartirizado con duchas de agua helada,por la noche, en la misma celda delsótano y en pleno invierno; se trataba de
cortarle la lengua con unos alicates pornegarse a declarar y se le sometíaconstantemente a palizas, de las quetodavía conserva huella.
Documento 19. Besteiro enjuicia lapolítica del Frente Popular al final dela guerra.
La verdad real: estamos derrotadospor nuestras propias culpas (claro que elhacer mías estas culpas es puraretórica). Estamos derrotadosnacionalmente por habernos dejadoarrastrar a la línea bolchevique, que esla aberración política más grande que
han conocido quizás los siglos. Lapolítica internacional rusa, en manos deStalin y tal vez como reacción contra unestado de fracaso interior, se haconvertido en un crimen monstruoso…La reacción contra ese error de laRepública de dejarse arrastrar a la líneabolchevique, la representangenuinamente, sean los que quieran susdefectos, los nacionalistas, que se hanbatido en la gran cruzada anticomintern.[…] El drama del ciudadano de laRepública es éste: no quiere elfascismo; y no lo quiere, no por lo quetiene de reacción contra el bolchevismo,sino por el ambiente pasional y sectario
que acompaña a esa justificada reacción(teorías raciales, mito del héroe,exaltación de un patriotismo morboso yde un espíritu de conquista, resurrecciónde formas históricas que hoy carecen desentido en el orden social,antiliberalismo y antiintelectualismoenragées, etcétera). No es, pues,fascista el ciudadano de la República,con su rica experiencia trágica. Perotampoco es, en modo alguno,bolchevique. Quizás es másantibolchevique que antifascista, porqueel bolchevismo lo ha sufrido en susentrañas, y el fascismo no[381].
Documento 20. El 10 de noviembrede 1938 y procedente de Marchenko,el encargado de negocios de la URSSen España se dirige a M. M. Litvinov,comisario del pueblo de asuntosexteriores:
En mi primera conversación con éltras mi regreso, Negrin se refirió depasada a la labor de nuestrosespecialistas en España. Manifestó sudeseo de que el nuevo jefe del trabajo,el compañero Kotov, no se hiciera conla información por sí mismo ni seprocurara un círculo amplio derelaciones oficiales […] manifestó demanera meridiana que creía que no era
correcta ni adecuada la relación directaentre el compañero Kotov y sussubordinados, por una parte, y elministerio de Gobernación y el SIM, porotro. Así que me propuso que elcompañero Kotov estableciera contactocon él, Negrín, que está creando unaparato secreto especial secreto bajo supropia dirección.
El que Negrin, que siempre ha sidomuy correcto en lo que se refiere anuestra gente, haya juzgado pertinenteexpresar esa observación, indica sinlugar a dudas la enorme presión quesobre él ejercen el partido socialista,los anarquistas y especialmente los
agentes de la Segunda Internacional, enrelación con las «interferencias» denuestra gente en el trabajo de policía ycontraespionaje […]
(RGVA, c. 33987, i. 3, d. 1081, p.16).
Documento 21. Marchenkoinforma a Voroshilov de unaconversación mantenida con Negrin el10 de diciembre de 1983. Tras laguerra, la España del Frente Popularse convertirá en una dictadura deizquierdas.
Sobre la creación de un Frente
Nacional de todos los españoles.Negrin me dijo que había estadohablando con Díaz y Uribe sobre elasunto de la creación del un FrenteNacional unido que concibe como unaforma distinta de nuevo partido. Esaidea se le ocurrió después de perder laconfianza en poder unir a los partidossocialista y comunista. Semejanteunificación no se pudo llevar a cabo porla oposición de los dirigentes delpartido socialista. Como mucho, sepodría esperar que el partido socialistafuera absorbido por el comunista trasacabar la guerra, pero en ese caso, losdirigentes más conocidos del partido
socialista —Prieto, Caballero, Besteiro,Almoneda, Peña y otros— no aceptaríanla unificación y los burgueses losseguirían considerando como el partidosocialista para aprovecharse de ladivisión.
Pero ¿en qué partido podríaapoyarse el gobierno? No resultaadecuado apoyarse en el comunistadesde el punto de vista de la situacióninternacional. Los partidos republicanosque ahora existen carecen de futuro. ElFrente Popular no tiene una disciplina encalidad de tal y sufre la lucha de losdistintos partidos. Lo que se precisa, porlo tanto, es una organización que
unifique lo mejor de cada uno de lospartidos y organizaciones y sirva deapoyo fundamental para el gobierno. Sepodría denominar Frente Nacional oFrente o Unión Española. Negrín no hapensado cómo debería construirse esaorganización de manera concreta […]Sería posible la doble militancia, esdecir, que los miembros del FrenteNacional pudieran seguir perteneciendoa los partidos que ya existen […] elPartido Comunista debería ofrecercolaboradores a esa nueva organización,pero, al principio, no de entre susdirigentes. Sería más convenienteutilizar a gente poco conocida. La
dirección del trabajo de organización yde propaganda del nuevo partidodebería quedar en manos de loscomunistas […] No cabe un regreso alviejo parlamentarismo. Sería imposiblepermitir el «libre juego» de los partidostal como existían antes, ya que en esecaso la derecha podría conseguirnuevamente llegar al poder. Esosignifica que resulta imperativo o unaorganización política unificada o unadictadura militar. No ve que sea posibleninguna otra salida.
(RGVA, c. 33987, i. 3, d. 1081, pp.79-80).
Apéndice III
Relación de mártires asesinados porel Frente Popular de acuerdo con ladocumentación contenida en el santuariode la Gran Promesa de Valladolid
1. Álava 11962. Albacete 9143. Alicante 9824. Almería 6885. Asturias 33586. Ávila 16477. Badajoz 3008
8. Baleares 11139. Barcelona 311410. Bilbao 191211. Burgos 284312. Cáceres 309713. Cádiz 134814. Castellón 424015. Ciudad Real 198416. Córdoba 365717. Coruña 434218. Cuenca 83819. Gerona 121920. Guadalajara 176021. Guipúzcoa 191322. Granada 97523. Huelva 256
24. Huesca 1797
25. Jaén 228426. León 115727. Lérida 33028. Logroño 108829. Lugo 358130. Madrid 1175631. Málaga 317532. Murcia 95233. Navarra 447934. Orense 2834
35. Palencia sindatos
36. Palmas (Las) 86237. Pontevedra 3607
38. Salamanca 248839. Santa Cruz de Tenerife 1823
40. Santander 160841. Segovia 118542. Sevilla 300643. Soria 149144. Tarragona 147545. Teruel 285646. Toledo 347047. Valencia 330948. Valladolid 162449. Zamora 186050. Zaragoza 964
TOTAL POR PROVINCIAS 110
965
51. Adoración Nocturna 212552. ANC Propagandistas 183
53. DN de Excautivos 28992
54. Cuerpo de Correos 9055. Cuerpo de Telecomunicación 22956. Ferroviarios y Tranviarios 797Magisterio Español 53358. Periodistas 18059. Vieja Guardia Montañera 1608
MÁLAGA 113
Sacerdotes del clero secular 113Sacerdotes del clero regular 27Ordenados in sacris 3Legos, coadjutores, hermanos 26Seminaristas no ordenados 2
RELIGIOSOS Y RELIGIOSAS 2514PRELADOS, SACERDOTES YSEMINARISTAS 4352
Apéndice IV
Asesinados en Madrid y provinciabajo el gobierno del Frente Popular(julio 1936 - marzo 1939)[382]
1. Abad Blázquez, Celestino2. Abad Cascajares, Pascual3. Abad Cerranda4. Abad Cid, Andrés José5. Abad Conde, Gerardo6. Abad de Cavia. Fidel7. Abad del Cap, Alberto8. Abad Gil, José9. Abad Jiménez., Victoriano
10. Abad Rus, José11. Abad Santoja, Eduardo12. Abad Zayas, Adolfo13. Abad. Victoriano14. Abada Espinosa, Paula15. Abadal. José Ignacio16. Abadía Fernández, Ricardo17. Abados Canales, Domingo18. Abaigaz Arnaiz, María Cruz19. Aballuendo Gutiérrez. Miguel20. Abanades García. Simón21. Abanades López, Claro22. Abanades López, José23. Abarca Aceitero, Emilio24. Abarca Millán, Emilio25. Abarrategui Santo, Tomás
26. Abascal del Calvo. Carlos Alberto27. Abasolo Cabrera, Esperanza28. Abati Muñoz, Luis29. Abeileche Rodríguez, José30. Abeteira Rivas, Carlos31. Abelhe Rodriguez. Víctor32. Abella Fernández. Simón33. Abella Fierros, Francisco34. Abella Parra. Pedro35. Abellán Calvet, Enrique36. Abellán Hurtado, Enrique37. Ahellaneras Bares, Juan38. Ahoategui Fernández. Joaquín39. Ahoin de Artuño, Pedro40. Ahoin de Artuño, Petra41. Abreu Itúrbide. José Joaquín
42. Abril Lozano, Gonzalo43. Abro Itúrbide, José Joaquín44. Acaso Gómez, Eduardo45. Acaso Gómez, Federico46. Acaso Gómez, Félix47. Acaso Gómez, Francisco48. Acaso Madrid, Francisco49. Acebedo Juárez, Benigno50. Acebedo Soriano. Clementina51. Acebedo Soriano, Primitivo52. Acebero. marqués de53. Acebes Mármol, José María54. Acebo de la Torre, Ernesto55. Acedo Castilla. José56. Acero Acero. Manuel57. Acero Cruz, José Luis
58. Acero Riesgo, Ángel59. Acero Sevillano, Mariano60. Acines Calvo, Bernardino61. Acosta Fernández, María62. Acosta García, Pedro63. Acosta Jovar, José María64. Acosta Madrazo, Manuel65. Acosta Noriega, Enrique66. Acosta Revilla, Ángel67. Acuña Arévalo, Manuel68. Acuña Muñoz. Rafael69. Acuña, Enrique70. Acuña, Ernesto71. Adanero Arévalo, Julio72. Adanero Carrasco, Rosa73. Adanes Horcajuelo, Daniel
74. Adiego Amáez, Roberto75. Adolfo, Florencio76. Adoración Vázquez. Jesús77. Adóu Hurtado. Manuel78. Adrada Vidal, Luis79. Adradaos Beanoz, Felipe80. Adradas González. Mariano81. Adrados Manjares, Antonio82. Adrados Peaño, Felipe83. Adrados Semper, Antonio84. Adrián Fuentes, Guillermo85. Adriosola Gutiérrez, Eulogio86. Adrover de Nos, Recaredo87. Afrosso Maroto, Salvador88. Afuera González., Alberto89. Agapito Arroyo, Cecilio
90. Agapito Martín, Lorenzo91. Agrasojo Busto. Jacinto92. Agrasol. Francisco93. Agreda Escolano, Alejandro94. Agreda Escolano. Gerardo95. Agreda Nueva Juan Antonio96. Agrupa Ribeira, José Antonio97. Aguacil Carrero. Gregorio98. Aguacil Torres, Cipriano99. Aguado Arristondo, Julio
100. Actuado Burgos, Juan101. Aguado Camarillo, Miguel102. Aguado Camllero, Tomás103. Aguado Díaz, Jacinto104. Aguado García, Galo105. Aguado García, Juan
106. Aguado García, Pedro107. Aguado López, César108. Aguado López, Galo109. Aguado López, José110. Aguado Martín, Josefa111. Aguado Mongo. Jesús112. Aguado Ramos, Máximo113. Aguado Serrano, Isabelo114. Aguado Soriano, Patricio115. Aguado Villarrubia, Félix116. Aguado Villarrubia, Robustiano117. Aguado y Ros, Carlos118. Aguado Yuste, Encarnación119. Aguado, Fernando120. Aguaron, Concepción121. Agudillo Arias, Avelina
122. Agudo Bullido, Alfredo123. Agudo García, Juan124. Agudo Gonzáles, Manuela125. Agudo González, Doroteo126. Agudo López, Rafael127. Agudo Moya, Cayo128. Agudo Salvador, Emiliano129. Agueda González, Doroteo130. Agueda, Gerardo131. Agüero Navarro, Crispin132. Agui Asenjo, Juan Manuel133. Agui Cabello, Domingo134. Agui Cabello, José135. Agui Cabello, Mauricio136. Agui Cabello, Pedro137. Aguiar Mella, Consuelo
138. Aguiar Mella, Dolores139. Aguila Arcos, Angel140. Aguila Arcos, José141. Aguilar Álvarez, Gonzalo142. Aguilar Álvarez, Ramón143. Aguilar Bermejo, Jesús144. Aguilar de Mera, Fernando145. Aguilar Garcia, Ángel146. Aguilar Gómez, Joaquin147. Aguilar G6mez, Juan148. Aguilar Martínez, Bienvenido149. Aguilar Mora, Antonio150. Aguilar Pascual, José Manuel151. Aguilar Pascual, Juan Vicente152. Aguilar Rubiano, Antonio153. Aguilar Salguero, Luis
154. Aguilar Sanabria, Luis155. Aguilar Toledo, Ignacio156. Aguilar Vargas, Angela157. Aguilar Velasco, José158. Aguilar y Núñez Villavicencio,
Teresa159. Aguilera García, Luis160. Aguilera Heras, Eliseo161. Aguilera Mauricio, Carlos162. Aguilera Montánchez, Enrique163. Aguilera Pérez Deberrasti,
Francisco164. Aguilera Pérez, Fernando165. Aguilera Portillo, Eufrasio166. Aguínaco Blanco, Eduardo167. Aguínaco Blanco, Fernando
168. Aguirre de Garcegui, Eduardo169. Aguirre de la Torre170. Aguirre Eizaguirre, Juan171. Aguirre Gómez, Juan172. Aguirre Martínez, Ricardo173. Aguirre Martos, Gonzalo174. Aguirre Salvador, Emilio175. Aguirre Solano, Eduardo176. Aguirre Tomás, Amparo177. Aguirre Tomás, Martina178. Aguirre Zuluaga, José179. Agulló Llores, José180. Agustín Rubio, José181. Agustín Serra, Eduardo182. Agustín Serra, Francisco183. Agustín Valdeolivo, Lucas
184. Ahijón Albarracín, José185. Ahijón Godín, Antonio186. Aflijón Godfn, Jesús187. Aimar Mareca, José María188. Aimero, José 261. Albas, Luis189. Aineto Valdeyón, José María190. Aisa Villaroya, Juan191. Msa y Fernández, Juan192. Aiyón Avalas, José193. Aiyón Cazalla, Angel194. Aiyón Cazalla, Cristóbal195. Ajarnaute Enrique, Eduardo196. Ajo Corral, Casimiro197. Ajuria Cantabrana, Carlos198. Alaejos Mateos, José199. Alaejos Pereira, Amelia
200. Algez de los Ríos, Emilio201. Algez de los Ríos, Evelio202. Algez Pascual, R.203. Algez Vaquero, Ignacio204. Alafón Ramón, José María205. Alafón Soriano, José María206. Alaguas León, Maria207. Aláiz Marín, Julia208. Alama Martín, Margarita209. Alameda César, Mauricio210. Alameda Jimeno, Juan211. Alameda Martínez, Ignacio212. Alameda Martínez, Nicasio213. Alameda Seijas, Antonio214. Alamedas Jiménez, Juan215. Alamo de la Fuente, Felipe
216. Alamo Soriano, Brígido217. Maltón, Carmen218. Alarciga Martínez, Margarita219. Marco Bencoma, Antonio220. Mamón Caballero, Remigio221. Mamón de Vera, Gregorio222. Alarcón Hoyos, Luis223. Alarcón Hoyos, Pilar224. Alarcón López, Tomás225. Alarcón Merón, Dorotea226. Alarcón Muao, Dionisio227. Alarcón Orcas, Salvador228. Alarcón Pastor, Domingo229. Alarcón Rodríguez, Ceferino230. Alarcón Rodríguez, Femando231. Alarcón Roldán, Félix
232. Alarcón y Ruiz, José María233. Alarcón y Ruiz, Pedro234. Mamón, Juan235. Alarza Fernández, Felipe236. Alastuiy, Sabina237. Alava Roldán, Miguel238. Alba Casoni, Mariano239. Alba Cornell, José240. Alba Chuza, Francisco241. Alba e Igual, Luz242. Alba Moreno, Gabriel243. Alba Navas, Antonio244. Alba Navas, Luis245. Alba Pardo, Nicanor246. Alba Romero, Manuel247. Alba Sánchez, Eusebio
248. Alba Serrano, Manuel249. Albacete Crespo, Consuelo250. Albacete Crespo, Isabel251. Albacete Crespo, José María252. Albacete Jiménez, Benigno253. Albacete Mendicuti, Enrique254. Albacete Oñate, Galo255. Albadalejo Sánchez, Francisco256. Albalaz Tejerían, Gabriela257. Albarca Aceitero, Emilio258. Albarca Millón, Emilio259. Albarrán González, Ricardo260. Albarrancusa, Francisco261. Albas, Joaquín262. Alberico, Joaquín263. Alberola, Ramón
264. Alberquilla Alonso, Feliciano265. Albert Laucho, Francisca266. Albert Lencina, Mariano267. Alberto Martín, José268. Alberto, Julián269. Albino, Crisóstomo270. Albiñana Sanz, Amparo271. Albiñana Sanz, José María272. Albite Antera, Manuel273. Albite Veiga, Benito274. Albornoz Enrique, Miguel275. Albcrolla, Domingo276. Alburquerque, Joaquín277. Alcaide Nogueras, Juan278. Alcaide Nogueras. Luciano279. Alcaide Torrente, Ramón
280. Alcalá Espinosa, Nicolás281. Alcalá Fernández, Angel282. Alcalá Fernández, Pastor283. Alcalá Galiana, Alvaro284. Alcalá Galiana, Brindosenda285. Alcalá Galiana, Ramilla286. Alcalá García, José287. Alcalá Gutiérrez, Pedro288. Alcalá Prieto, Matilde289. Alcalá Serrano, Rafael290. Alcalde Alcalde, Juan291. Alcalde Carretero, Dolores292. Alcalde Garrido, Agapito293. Alcalde González, Benito294. Alcalde Pardo, José María295. Alcalde Rodríguez, Fernando
296. Alcalde Valenlm, Feliciano297. Alcalde Villacorta, Quirino298. Alcalde, Garra299. Alcalde, María300. Alcanda Navarra, Emilio301. Alcanda Navarro, María Luisa302. Alcántara Aldunat, Julián303. Alcántara Alonso, Ramón304. Alcántara Bemáldez, Pedro305. Alcántara Estrada, Manuel306. Alcántara Guardiola, Antonio307. Alcántara Moreno, Juan308. Alcantud Fernández, Luis309. Alcañiz Maestro, Sofía310. Alcaraz Alcaraz, Raimundo311. Alcaraz Cobo, Eustaquio
312. Alcaraz Cortés, Pedro313. Alcaraz Gutiérrez, Marcelino314. Alcaraz Juárez, Luis315. Alcaraz Máinez, Joaquín316. Alcaraz Otaola, Luis317. Alcázar Ayuso, Vittorio318. Alcázar Forte, Pedro319. Alcázar López, Angel320. Alcázar Mora, Baldomero321. Alcázar Victoria, José322. Alcíbar Ulivarri, Jesús323. Alcobendas Alartillo, Jacinto324. Alcobendas Corralero, Francisco325. Alcobendas García, Manuel326. Alcobendas Gonzalo, Julián327. Alcobendas Martínez, Hipólita
328. Alcobendas Merino, P.329. Alcobendas Merino, Severino330. Alcober García del Arenal, Manuel331. Alcacer Alonso, Rafael332. Alcacer Fernández, Pedro333. Alcacer. Martínez, Rafael334. Mcocer Rivas, Francisco335. Alcacer Rivas, Rafael336. Alcbn Caro, Fernando337. Alcorado Martín, Francisco338. Alcorado Navarro, Antonio339. Alcorano Martín, Francisco340. Alcorza García, Manuel341. Alcubilla, Carlos342. Alcubilla Morello, Eduardo343. Aida Casson, Mariano
344. Alda Sánchez, Rafaela345. Aldao Fuerte, Lorenzo346. Alday Vivanco, Cipriano347. Aldea Araujo, Francisca348. Aldeano del Río, Blas349. Aldeanueva Marco, Luciano350. Aldecoa Jiménez, Angel351. Aldecoa Jiménez, Francisco352. Alderrete Navarro, Joaquín353. Alegre Jiménez, José María354. Alegre Muñoz, Juan Manuel355. Atéis Mateo, Alfredo356. Aleixandre, Eleuterio357. Alejandro de García, Francisco358. Alejandro Sánchez, Brígido359. Alejandro Tapia, Joaquín
360. Alejo Blanco, Dionisio361. Alejes Pita, Antonio362. Alemán Cóchares, Victoriana363. Alemán Orduña, Mariano364. Alemany Ponzola, Ricardo365. Alenda Alberola, José366. Aleada Moreno, José367. Alfajeme Pérez, Francisco368. Alfaro Cordón, José369. Alfaro Cordón, Manuela370. Alfaro del Pueyo, Carlos371. Alfaro Fernández, Luis372. Alfaro Romero, Eugenio373. Alfaro, Mariano374. Alfáu Cañete, Luis375. Alfáu Galván José
376. Alfaya Guerra, Leandro377. Alférez Marure, Gabriel378. Alfonso Chiloeches, Manuel379. Alfonso de Luna, Joaquín380. Alfonso Estringano, Francisco381. Alfonso Lázaro, Antonio382. Alfonso López, Antonio383. Alfonso Perdiguero, Modesto384. Alfonso Quintanilla, Eduardo385. Alfonso Quintanilla, Manuel386. Alfonso Vila, Salvador387. Alfonso, Antonio388. Alfonso, José389. Algara Sólz, Antonio390. Algara, Tomás391. Algara, Víctor
392. Algivarey, José393. Algueró Nicoli, Pedro394. Algoeró, Martín395. Alia Palomo, Jesús396. Aliaga Andrés, Anastasia397. Allende Allende, Jesús398. Aliando Aliando, Ángel399. Alique Alcázar, Esteban400. Aliven Rovira, José401. Alix Alix, Pedro402. Alix Recalde, Enrique403. Almador Erice, Carmelo404. Almansa Carrazón, Juan405. Almansa Martín, Pedro406. Almansa Pérez, Cristóbal407. Almario Díaz, Francisco
408. Almarza, Marcelino409. Almata Díez Díez, Félix410. Almaza Fernández, Francisco411. Almaza, Mario412. Almazán Franco, Isidro413. Almazán Lorenzo, Ángel414. Almazán Losada, Adelaida415. Almazán Ojalvo, Benito416. Almeida González, Gabriel417. Almeida González, José418. Almeida Salazar, Amador419. Almeida Sánchez, Rogelio420. Almenas, Conde de las421. Almendáriz, Fidel422. Almendáriz, Juan423. Almendro Canalejas, Gregorio
424. Almería Lablanca, Aurelio425. Almida Garrido, Joaquín426. Almodóvar Avila, José427. Almodóvar de Sanjuán, Benito428. Almodóvar Fons, Antonio429. Almodóvar Pons, Asunción430. Almodóvar Moreales, Elías431. Almoguera Montero, Castor432. Almoguera Moreno, Amalia433. Almoguera Somoza, Ana María434. Almoguera Somoza, Bartolomé435. Almuerza Rodríguez, Mariano436. Alonso Aguilera, Andrés437. Alonso Albacete, Enrique438. Alonso Albarrán, Ramona439. Alonso Alonso, Carmen
440. Alonso Alonso, Luis441. Alonso Alonso, Pedro442. Alonso Álvarez, Gervasia443. Alonso Amo, Juana444. Alonso Antón, Lorenzo445. Alonso Asequio, Ezequiel446. Alonso Aycart, Gabriel447. Alonso Baquero, Santos448. Alonso Barcenas, Florentino449. Alonso Benito, Salvador450. Alonso Blanco, Vicente451. Alonso Cadera. Eugenio452. Alonso Calvo, Fernando453. Alonso Calvo, Jesús454. Alonso Calleja, Leandro455. Alonso Camarero, Vicente
456. Alonso Camio, Manuel457. Alonso Cantobas, Gabriel458. Alonso Cantobas, Ignacio459. Alonso Carmona, Adela460. Alonso Casado, Dámaso461. Alonso Castillo, Mariano462. Alonso Cifuentes, Gumersindo463. Alonso Corten, Josefa464. Alonso Cueto, María Paz465. Alonso Chiloeches, Manuel466. Alonso de Castro, Doroteo467. Alonso de la Paz, Vicente468. Alonso de León, Fernando469. Alonso de los Santos, Ángel470. Alonso de Villapadierna,
Esperanza
471. Alonso de Villapadierna, Manuel472. Alonso de Villapadierna, Ramiro473. Alonso de Villapadierna, Santiago474. Alonso Doménech, Joaquín475. Alonso Enrique, Félix476. Alonso Esteban, Emilio477. Alonso Esteban, Encarnación478. Alonso Fernández, Antonio479. Alonso Fernández, Candelario480. Alonso Fernández, Gregorio481. Alonso Fernández, Ignacio482. Alonso Fernández, Narciso483. Alonso Fernández, Santos484. Alonso Gadiemo, Pedro485. Alonso García. Angel486. Alonso García, Camila
487. Alonso García, José María488. Alonso Geta Vega, Clero489. Alonso Geta Vega, Engracia490. Alonso Geta. Engracia491. Alonso Geta, Pedro Antonio492. Alonso González, Cesáreo493. Alonso González, Santiago494. Alonso Gutiérrez, Benita495. Alonso Gutiérrez, Dionisia496. Alonso Gutiérrez, Gumersinda497. Alonso Gutiérrez, Lucía498. Alonso Gutiérrez, Tomás499. Alonso Hernández, Gregrio500. Alonso Hernández, Ignacio501. Alonso Hidalgo, Juan502. Alonso Hira, José
503. Alonso Leciñana, Julia504. Alonso López. Antonio505. Alonso López, Ramirio506. Alonso Majagranzas, José507. Alonso Mariscal, Juan508. Alonso Martín, Domiciano509. Alonso Martín, Mario510. Alonso Martínez, Eulalio511. Alonso Martínez, Juan512. Alonso Martínez, Julio513. Alonso Mate, Dionisio514. Alonso Mateo, Aquilino515. Alonso Menda, Luciano516. Alonso Méndez. Félix517. Alonso Morales, Miguel518. Alonso Morcillo, Francisco
519. Alonso Muñiz, Félix520. Alonso Muñoz, Manuel521. Alonso Navas, Eugenio522. Alonso Navas, Tomás523. Alonso Ortega, Pedro524. Alonso Ortega, Santiago525. Alonso Pablos, Emilio526. Alonso Pedrero, Julio527. Alonso Pedrero, Marcelo528. Alonso Perdiguero, Modesto529. Alonso Pérez, Higinio530. Alonso Pérez, José531. Alonso Pérez. José María532. Alonso Polvorosa533. Alonso Pombo, José María534. Alonso Quesada, Eduardo
535. Alonso Ramos, Bernardino536. Alonso Rivera, Nicolás537. Alonso Robledo, Bernabé538. Alonso Rodríguez, Conrado539. Alonso Rodríguez, Emilia540. Alonso Román, Antonio541. Alonso Ruano, Constancio542. Alonso Rubio, Bernardino543. Alonso Rubio, Carlos544. Alonso Rubio. Manuel545. Alonso Ruiz, José546. Alonso Ruiz, Juan547. Alonso Ruiz, Manuel548. Alonso Sánchez, Antonio549. Alonso Sánchez, Rumualdo550. Alonso Santa María, Bernardo
551. Alonso Sarasa, Antonio552. Alonso Sierra, Benedicto553. Alonso Sierra, Fortunate554. Alonso Sierra, Perfecto555. Alonso Sotilto, Frarícisco556. Alonso Torres, Engracia557. Alonso Valbuena, Luis558. Alonso Valdés, Francisco559. Alonso Velásquez, Ismael560. Alonso Villalva, Enrique561. Alonso Villalva, Rafael562. Alonso, Antonio563. Alonso, Cadierra564. Alonso, Domingo565. Alonso, Escobedo566. Alos Pombo, José María
567. Mos Rivera, Jaime568. Alozón Soriano. Salvador569. Alquería de la Condesa, María570. Alsina Feu, Juan571. Alsina Roger, José572. Alterida Solano, Juan573. Aludan Fuentes, Lorenzo574. Alvar González, Ramón575. Alvar, Bienvenido576. Alvarado Caghen, Margarita577. Alvarado Maldonado, Fernando578. Alvarado Maldonado, Victor579. Alvarado Medina, Carmen580. Alvarado Medina, Luis581. Alvarado Mena, Melchor582. Álvarez Agudín, Gabina
583. Álvarez Aizpura, Luis584. Álvarez Alonso, Miguel585. Álvarez Alvarea, Alfonso586. Álvarez Álvarez, Andrés587. Álvarez Álvarez, Elfas588. Álvarez Álvarez, Pablo589. Álvarez Álvarez, Francisco590. Álvarez Álvarez, Juan Manuel591. Álvarez Aparicio, Leandro592. Álvarez Arcos, Ángel593. Álvarez Arenas, Luis Acacio594. Álvarez Arias Díaz, Julia595. Álvarez Artadiel, Francisco596. Álvarez Avila, Felipe597. Álvarez Baldomero, Manuel598. Álvarez Blanco, Antonio
599. Álvarez Blanco, Marcelino600. Álvarez Blanco, Pablo601. Álvarez Bordallo, Andrés602. Álvarez Horques, Nicolás603. Álvarez Builla604. Álvarez Cabezas, Miguel605. 605. Álvarez Calas, Matilde606. Álvarez Calvo, Elisa607. Álvarez Camp, Ana Mariano608. Álvarez Cano, Laureano609. Álvarez Callas, José María610. Álvarez Capón, Matías611. Álvarez Carballo, Eligio612. Álvarez Casemejor, Alfredo613. Álvarez Cienfuegos, Vicente614. Álvarez Conto, Matilde
615. Álvarez Cortés, Pedro616. Álvarez Chacón, Matilde617. Álvarez de Bohagas, Nicolás618. Álvarez de Castro, Frutos619. Álvarez de le Nieta, José620. Álvarez de Sotomayor, José621. Álvarez de Sotomayor, Luis622. Álvarez de Tejera, Juan623. Álvarez de Toledo, Alonso624. Álvarez de Toledo, Enrique625. Álvarez de Toledo, Manuel626. Álvarez de Toledo, María627. Álvarez de Toledo, Mariano628. Álvarez de Zafra, Manuel629. Álvarez del Niño, Juan630. Álvarez Delatte, Marcelino
631. Álvarez Delgado, Antonio632. Álvarez Díez, Enrique633. Álvarez Díez, Ulpiano634. Álvarez Domínguez, Alejandro635. Álvarez Egea, Vicente636. Álvarez Erice, María637. Álvarez Erice, Martín638. Álvarez Esteban, Luis639. Álvarez Fernández, Antonio640. Álvarez Fernández, Manuel641. Álvarez Fernández, Modesto642. Álvarez García, Florentino643. Álvarez García, Gregorio644. Álvarez García, Manuel645. Álvarez García, Marcial646. Álvarez García, Refino
647. Álvarez Gil, Nieves648. Álvarez Gómez, Hilarlo649. Álvarez González, Faustino650. Álvarez González, Francisco651. Álvarez González, Luis652. Álvarez Grima, Andrés653. Álvarez Grimón, Mateo654. Álvarez Gutiérrez, Jesús655. Álvarez Hernández, Crescencio656. Álvarez Hernández, Modesto657. Álvarez Jiménez, José658. Álvarez Lara, Pablo659. Álvarez López, Angel660. Álvarez López, Camilo661. Álvarez López, Flora662. Álvarez López, Francisco
663. Álvarez López, Juan664. Álvarez López, Luis665. Álvarez López, Manuel666. Álvarez López, Vidal667. Álvarez Lucidio, Agustín668. Álvarez Magueda, Federico669. Álvarez Mairas, Agustín670. Álvarez Martín, Angel671. Álvarez Martín, Juan672. Álvarez Martínez, José María673. Álvarez Mata, Laureano674. Álvarez Melcón, Bernardino675. Álvarez Méndez, Antonio676. Álvarez Méndez, José677. Álvarez Méndez, Rosendo678. Álvarez Mingo, Luis
679. Álvarez Molaguer, Santos680. Álvarez Moreno, Eugenio681. Álvarez Motas, Laurean682. Álvarez Omís, Hipólito683. Álvarez Ortega, Manuel684. Álvarez Otero, Ezequiel685. Álvarez Palacín, Braulio686. Álvarez Paz, Antonio687. Álvarez Pérez, Evaristo688. Álvarez Quevedo, Manuela689. Álvarez Quiñones, Ceferino690. Álvarez Rego, Manuel691. Álvarez Rementerla, Alberto692. Álvarez Renedo, Juan693. Álvarez Rielo, Fernando694. Álvarez Rielo, Manuel
695. Álvarez Rivera, Antonio696. Álvarez Rodriguez, Carmen697. Álvarez Rodríguez, Federico698. Álvarez Rodríguez, Perfecto699. Álvarez Romero, Luis700. Álvarez Sánchez, Constantino701. Álvarez Sánchez, Joaquina702. Álvarez Sánchez, José703. Álvarez Sanmartín, Luisa704. Álvarez Santiago, Margarita705. Álvarez Suárez, María706. Álvarez Tejero, Régulo707. Álvarez Toledo, Idelfonso708. Álvarez Urquiri, Amadeo709. Álvarez Utrilla, Jesús710. Álvarez VaIdemoro, Manuel
711. Álvarez Valdés y Castañón, Ramón712. Álvarez Vano, Francisco713. Álvarez Vega, Cesáreo714. Álvarez Velluda, Concepción715. Álvarez Ventosa, Leocadio716. Álvarez Villanueva, María de la
Luz717. Álvarez y Dfez, Jesús718. Álvarez Zapico, José719. Álvarez, Melqufades720. Alvargonzález Matalobos, Miguel721. Alvargonzález Pérez, Ramón722. Alvargonzález, Emilio723. Alvargonzález, José724. Alvargonzález, Néstor725. Alvargonzález, Teodoro
726. Alvaro de Benito, Eduardo727. Alvaro del Olmo, Alfonso728. Alvaro López, Julián729. Alvaro Otero, Fernando730. Alzaba Muriel, Claudio731. Alzamora Aleixandre, Antonio732. Alzumgaruy de la Vega, Antonio733. Allende Allende, Ángel734. Allende Ormaechea, Clementina735. Ama Jiménez, José736. Amadeo Cardenal, José737. Amador López, Eduardo738. Amar Racionero, Gumersindo739. Amarillo Carrero, Trinidad740. Amaro, Antonio741. Amaro, García
742. Amaya Ruiz, Antonio743. Amboreda Leal, Pedro744. Ambrosio Benavides, Juan745. Amengual y Amengual, Miguel746. Amescua Gansa, Francisco747. Amézaga Villángel, Angel748. Amil de la Hera, Abelardo749. Amil Pastor, Andrés750. Amil Ramezay, Antonio751. Amil Regalón, José752. Amillio Miguel, Felipe753. Amitúa Gil, Félix754. Amo Bravo, Gerardo755. Amo Calvo, Víctor756. Amo Castro, Alejandro757. Amo Colinas, Miguel
758. Amo Dfaz, Bernardo del759. Amo Gili, Juan760. Amo Heras, Julia761. Amo Portolés, Delfina del762. Amo Rodero, Neófito763. Amo Sanz López, Anastasio764. Amo, Juan del765. Amoátegui Fernández, Joaquín766. Amor de Tafa, Domingo767. Amor Estrada, Manuel768. Amor Estrada, Miguel769. Amor Fernández, Antonio770. Amor Hermoso, María Antonia771. Amores Garay, Angel772. Amores Herreros, Carlos773. Amores Miguel, Antonio
774. Amores Verdugo, Remedios775. Amores, Andrés776. Anabitarre Anza, Bdefonso777. Ancos Hernández, Agapito778. Anchuelo Anchuelo, Francisco779. Anchuelo Anchuelo, José780. Anchuelo Anchuelo, Román781. Anchuelo Luz, Adrián782. Andaluz Aparicio, Miguel783. Andiarena Lagaseta, María784. Andicochea Uriarte, Manuel785. Andónegui Badiola, José786. Andónegui Robledo, José787. Andrada Martín, Antonio788. Andrada Martín, Isabel789. Andrada Samper, Antonio
790. Andrada, Luis791. Andrés Baecilla, Nicomedes792. Andrés Cachón, Carmen793. Andrés Castañón, Ricardo794. Andrés Castilla, Agustín795. Andrés Cuadrado, Amparo796. Andrés Cheli, Matilde797. Andrés Galán, Antonio798. Andrés Galán, José799. Andrés Galán, Vicente800. Andrés García, Demetrio801. Andrés Herrero, Leonor802. Andrés Lamas, Primo803. Andrés Llorente, Basilisa804. Andrés Martínez, Felipa805. Andrés Martínez, Juan
806. Andrés Martínez, León807. Andrés Morin, Luis808. Andrés Pérez, Concepción809. Andrés Rodríguez, José810. Andrés Romanillo, Fructuoso811. Andrés Ruiz, Víctor812. Andrés Santiago, Fermín813. Andrés Sanz, Pablo814. Andrés Serrán, Demetrio815. Andrés Serrano, Demetrio816. Andrés Toriño, Cecilio817. Andrés Yela, Alejandro818. Andrés, Alejo819. Andréu Andreu, Guillermo820. Andrés Legueria, Miguel821. Andrés Medina, Sebastián
822. Andújar Perales, Santiago823. Ángel Patiño, Lorenzo824. Ángel Sáenz, Paulino825. Angela Oloaoza, María826. Anglona López, Juan827. Angoloti Cárdenas, José María828. Angoloti Mesa, José María829. Angona Lope, Félix830. Anguas Delgado, Juan831. Anguiano Arce, Manuel832. Angulo Arnáiz, Gregorio833. Angulo Corti, Rogelio834. Angulo García, Vicente835. Angulo Jiménez, Caridad836. Angulo Jiménez, Joaquín837. Angulo Jiménez, Luis
838. Angulo Martínez, Luis839. Angulo Mena, Cayo840. Angulo Pozas, Julia841. Angulo Riambn, Miguel842. Angulo Román, Miguel843. Anrich Rodríguez, Julio844. Ansótegui Fernández, Joaquín845. Ansótegui, Mariano846. Antelo Iglesias, Pilar847. Antelo Rama, Manuel848. Antequera Arias, Francisco849. Antequera Zdfúga, Carlos850. Amero Alba, Manuel851. Amero Álvarez, Manuel852. Antocán, Antonio853. Antolíri Saco, Ricardo
854. Antón Antón, José855. Antón Bara, Domingo856. Antón Bevido, Calestino857. Antón Camba, Bonifacio858. Antón Encinas, Milano859. Antón Esculí, José860. Antón García, Jesús861. Antón Gómez, José862. Antón Moreno, Inocencio863. Antón Moreno, Mauricio864. Antonio Garzón, José María865. Antonio Gómez, Jesús866. Antonio Jiménez, Enrique867. Antonio Morales, Enrique868. Antonio Oliva, María del Carecen869. Antonio Pérez, Juan
870. Antonio Revilla, Vicente871. Antomnz Antonio, Eusebio872. Antoranz García, Antonio873. Antuñana Cadizares, María874. Amuela Serra, Rafael875. Añibarro Seijo, Carmen876. Añón Sopeña, Benito877. Aparicio Alonso, Julio878. Aparicio Alonso, Nicasio879. Aparicio Aparicio, Eduardo880. Aparicio Busto, Juan881. Aparicio Cuenca, Pedro882. Aparicio Durán, Andrés883. Aparicio Erasa, Juan884. Aparicio Fernández, José885. Aparicio González, Fernando
886. Aparicio González, Rufino887. Aparicio Gordo, Félix888. Aparicio Gordo, Gerardo889. Aparicio Gordo, Rufino890. Aparicio Gutiérrez, Carlos891. Aparicio Hernández, Ceferino892. Aparicio Hernández, Petronio893. Aparicio Hernández, Victoriano894. Aparicio López, Alvaro895. Aparicio López, Cayetano896. Aparicio Martín, Victoriano897. Aparicio Martínez, Carlos898. Aparicio Molinero, Andrés899. Aparicio Pérez, Argimiro900. Aparicio Rastrero, José901. Aparicio Rojo, Marcelo
902. Aparicio Sánchez, Argimiro903. Aparicio Sánchez, Elías904. Aparicio, Navarro905. Aperador Castaños, Félix906. Apestegufa Urea, Julián907. Aponm Ferrer, Mamela908. Aprea Aparra, Salomén909. Aquilino, Javier910. Araba Aguacil, Dolores911. Aragón Pradera, José912. Aragón Sosa, Federico913. Aragona Hayes, Francisco914. Aragonés Aragonés, Crescencio915. Aragonés Erraz, Pascual916. Aragonés Nogueroles, Manuel917. Aragonés Solé, Juan Bautista
918. Aragonés, Felipe919. Aragueno Asconto, Luis920. Arámbarri Fuentes, Clementina921. Arámbarri, Ceferina922. Arambedia García, Nicolás923. Aramburo Santa, Josefina924. Aramburo Villalva, Primitivo925. Aramburu Santa Olalla, Josefma926. Aramburu Villalba, Primitivo927. Aramendia, Eutimio928. Arán Heredia, Pérez929. Arana Franco, Marcelino930. Arana Irigui, Darío931. Arana López, Lucas932. Arana Martín, Felipe933. Arana Sanz, Luis
934. Arana Suárez, Julio935. Arana Tarancón, José936. Arana Urdapilleta, Pedro937. Arana Vidal, Fernando938. Arana Vivanco, Felipe939. Aranda Balaguer, Salvador940. Aranda Barbé, José941. Aranda Burgos, Aureliano942. Aranda Crespo, Carmen943. Aranda de la Cruz, Juan944. Aranda Delgado, Quintín945. Aranda Duro, Eduardo946. Aranda Fernández, Santos947. Aranda Garabaso, José948. Aranda Gómez, Félix949. Aranda Gómez, Marcelino
950. Aranda Lombrea, Andrés951. Aranda Lombrea, Jaime952. Aranda Martínez, Antonio953. Aranda Moreno, Antonio954. Aranda Peinado, José955. Aranda Pérez, Sebastián956. Aranda Rollán, Alberto957. Aranda Rollán, Rafael958. Aranda Ruiz, Lorenzo959. Arango Csartubio, Antonio960. Aranguena Asconto, Luis961. Arangueren Landero, Pablo962. Aranguren Hernández, José963. Aranguren Jiménez, José María964. Aranguren Iandero, José965. Areno Sanz, Luis
966. Mano Sanz, Magdalena967. Aranzábal, Bautista968. Arroz y Vergara, Juan969. Aradjo Aca, Sebastián970. Araájo Acha, José Antonio971. Araújo Araújo, Eduardo972. Araujo Callejo, Daniel973. Araujo Soler, Eduardo974. Amújo Vergara, Emilio975. Arauz Heredia, Pedro976. Arazábal Urrutia, Borja977. Arazola Madera, Francisco978. Arazona Rayos, Francisco979. Arbex, Luis980. Arbina Prieto, José María981. Arboleda Soriano, Elías
982. Arce Esramús, Luis983. Arce Gil, José984. Arce Pacheco, Godofredo985. Arce Urrutia, Leandro986. Arce Urrutia, Leoncio987. Ardas Arrontes, Luis988. Arco Gómez, Pablo989. Aro Gil, José990. Arco Lozaga, Pedro991. Atronada Alcalde, Ignacio992. Atronada Merino, Dámaso993. Arcones Gil, José994. Arcos Coronado, Antonio995. Arcos Fajardo, Francisco996. Arcos Girón, Florencio997. Arcos González, Javier
998. Arcos Muñoz, Manuel999. Archidona Pericás, Vicente
1000. Archilla Flores, Julián1001. Archilla Ortigas, Luciano1002. Ardura Gallo, Pedro1003. Ardura Suárez, Jesús1004. Areces Mantilla, Bernardo1005. Arecha López, Josefina1006. Arado Alado, Inés1007. Arado, Jaime1008. Arellano Gameto, Ricardo1009. Arellano Llorante, Eulogio1010. Arellano Muñoz, Rodrigo1011. Arellano, Servando1012. Arenas Expósito, Pedro1013. Arena Carabante, Luis
1014. Arenas Foruny, Arturo1015. Arenas García, Josefa1016. Arenas Ores, Encarnación1017. Arenas Pérez, Rosa1018. Arenas Ramos, Antonio1019. Arenas Ramos, Vicente1020. Arenas Santoyo, Pilar1021. Arencibia Resina, María1022. Arencibia Resina, Purificación1023. Arencibia Resinas, Javier1024. Arencibia Resines, Luis1025. Arencibia Resini, María del
Carmen1026. Arenilla Caballero, Emilio1027. Arañas Cardenal, Aurelio1028. Aresta, Escolástico
1029. Arévalo Arozena, Ignacio1030. Arévalo Caballero, Angel1031. Arévalo Cabret, Enrique1032. Arévalo Canelero, José1033. Arévalo Cruz, Enrique1034. Arévalo Doménech, Matías1035. Arévalo González, José1036. Arévalo Malagón, Julio1037. Argeliza, Cándido1038. Argüelles Martínez, José1039. Argüelles Tejedor, Pablo1040. Argüello Mora, Mariano1041. Argüeso González, Claudio1042. Arias Alarcón, Juan1043. Arias Arias, Joaquín1044. Arias Diez, Angel
1045. Arias Diez, José1046. Arias Díez, Luis1047. Arfar Gabriel, Pedro1048. Arias Garcia, Antonio1049. Arias García, Enrique1050. Arias García, Miguel1051. Arias Grabsit, José1052. Arias Lorenzo, José1053. Arias Martin, Francisco1054. Arias Martín, Santos1055. Arias Quirós, Gabino1056. Arias Rodríguez, Fernando1057. Arias Varela, Manuel1058. Arias Velasco, Francisco1059. Arias Velasco, Jesús1060. Arias Velasco, Maria Jesús
1061. Arias, Ramón1062. Arises Armandoz, Carmelo1063. Arto Dorroncero, Manuel1064. Arín Trujillo, Pedro1065. Arinero López, Emilio1066. Arinero Ortega, Tuso1067. Arillo Martínez, Pedro1068. Arillo Ramis, Antonio1069. Aristizábal Pérez, José1070. Aristizábal, Gabriel1071. Ariza Colmenarejo, Francisco1072. Ariza Comenarejo, Salas1073. Ariza Galán, José1074. Ariza Ibáñez, Abdón1075. Ariza Ibáñez, Gregorio1076. Ariza Ibáñez, Pablo
1077. Ariza Laño, Francisco1078. Ariza Rivas, Eugenio1079. Ariza Salas, José1080. Ariza Yánez, Gregorio1081. Arizabalaga Español, Mariano1082. Arizabalaga Español, Rafael1083. Arizcum Carreras, Alejandro1084. Arizcum Carreras, Eugenio1085. Arjona Betegón, Luis1086. Arjona Ibáñez, Emilio1087. Arjona Ibáñez, Enrique1088. Arjonilla Vega, Pilar1089. Armas Juberlas, Feliciano1090. Armech Ortega, Francisco1091. Armendáriz Asís, Nieves1092. Atmendáriz Castellón, Dolores
1093. Armendáriz Ortiz, José María1094. Annendáriz Revalo, Fermín1095. Armengol Soler, Manuel1096. Armenia Solano, Félix1097. Armenia Tierno, Arturo1098. Armesto López, Nicanor1099. Armijo Fernández, Jacobo1100. Amáiz Álvarez, Anastasio1101. Amáiz Arranz, Agustín1102. Amáiz Bravo, Daniel1103. Amáiz Calafate, Evagrio1104. Amáiz Calafate, Maarina1105. Amáiz Cejudo, Florencio1106. Arnáiz de la Sama, Emilio1107. Amáiz Gorrión, Encamación1108. Amáiz Moreno, Martín
1109. Arnal Buch, César1110. Arnao Crespo, Vicente1111. Amas Bernard, Pedro1112. Amáu Guitarte, Juan Bautista1113. Aro Alamillos, Tomás1114. Aróstegui Fray, Gabriel1115. Arozamena Reyes, Francisco1116. Arquijo Calleja, Aurelio1117. Arquijo Calleja, Daniel1118. Arquijo Calleja, Pablo1119. Arrabal González, Joaquín1120. Arráiz Palazuelos, Justo1121. Arranz Berrocal, Antonio1122. Arraz Chércoles, Antonia1123. Arraz Haro, Mauricio1124. Aran López, Daniel
1125. Arranz Martin, Antonia1126. Arranz Martín, Rafael1127. Arranz Martín, Vttctorio1128. Arranz Mínguez, Francisco1129. Arranz Sanz, Juan1130. Arranz Sanz, Julián1131. Arranz Se1132. Azcutia Camuñas, José1133. Azmal, Rafael1134. Aznar Aicart, Miguel1135. Aznar Barcenas, Pedro1136. Aznar Callé, Caridad1137. Aznar Conde, José1138. Aznar Fanio, Blas1139. Aznar Cerner, Jaime1140. Aznar Cerner, Rafael
1141. Aznar Lou, Florencio1142. Aznar Pedreños, Justo1143. Aznares Barrena, Francisco1144. Aznares Cavero, Pedro1145. Aznares Fustén, Enrique1146. Azoría Ardua, Ramón1147. Azpeitia, Esteban1148. Azpiazu Paúl, Manuel1149. Azpicueta Sáiz, Hermógenes1150. Azpiroz Molina, Pedro1151. Abuela Guerra, Rafael1152. Azurmedi Urtiaga, María1153. Azurmendi, Valentía1154. Baca de Osuna, Julián1155. Bacaicoa, Pilar1156. Bacas Alarcón, Antonio
1157. Bacas Núñez, Arsenia1158. Bacas Núñez, Maria del Carmen1159. Baciarón Hernández, Ignacio1160. Baciflor, Hermenegildo1161. Bachiller Cárdenas, Carlos1162. Bachiller Cárdenas, Luis1163. Badajoz Pérez, Juan1164. Bádanas Rodríguez, Alfredo1165. Badanas Segarra, Alfredo1166. Badta, Luis1167. ladillo Alcalde, Florentino1168. ladillo Alcalde, José Luis1169. ladillo Cubels, Recaredo1170. Badila González, Germán1171. ladillo Pérez, Cristino1172. ladillo Santander, José Maria
1173. Badiola Arenga, Julián1174. ladón Alcón, Manel1175. Baelo Navarro, Pedro1176. Baena de León, Angel1177. Baena Gil, José María1178. Baena Jiménez, Francisco1179. Baena Morales, Ángel Luis1180. Baeza Lázaro, Jacinto1181. Baeza Postigo, Arsenio1182. Baeza Rodríguez, Francisco1183. Baguedano Agudo, Gil1184. Baguera Álvarez, Luis1185. Baicoa Madrid, María del Pilar1186. Baidú López, José1187. Bailaicén Carrasco, Leoncio1188. Bailarán Carrasco, Leoncio
1189. Bailela Redondo, Manuel1190. Bailo Tabia, Joaquina1191. Baillo Cubells, Recaredo1192. Ballo Manso, Juan1193. Ball(' Manso, Rafael1194. Baimén Rodríguez, Juan1195. Baisem Espadrós, Juan1196. Balsera, Juan1197. Bajo Garcia, Benigno1198. Bajo Gómez, José1199. Balabasquer Rubio, Salvador1200. Balaca, Estrella1201. Balaca, Gerardo1202. Balaguer Méndez, José María1203. Balbás Aguado, Ramón1204. Balbás Loureiro, Juan
1205. Balbás Pérez, José1206. Balbina San José, sor María1207. Balbuena Corbacho, Manuel1208. Balbuena de la Mata, Alvaro1209. Balbuena Velasco, José María1210. Balcala de la Calle, Victoriano1211. Baldajo Pérez, Juan1212. Balar, Carmen1213. Balseiro Flores, Fernando1214. Balsera Recorte, Fernando1215. Balsera Zarca, Manuel1216. Ballé Maestre, José1217. Ballesta Palo, Celestino1218. Ballesta Tejero, Jesús1219. Ballesta, Julián1220. Ballester de Val, Santiago
1221. Ballester Fontagut, Federico1222. Ballester Fontagut, José1223. Ballester Gurgui, Carlos1224. Ballester López, Ricardo1225. Ballester Sáez, Cristóbal1226. Ballester y Montenegro, Gloria1227. Ballestero Silvo, José1228. Ballesteros Arroyo, Julián1229. Ballesteros Gálvez, Angel1230. Ballesteros López, Enrique1231. Ballesteros Navarrete, José1232. Ballesteros Palomino, Corrado1233. Ballesteros Peña, Vicente1234. Ballesteros Peña, Victoriano1235. Ballesteros Serrano, Miguel1236. Ballestfn, Vicente, Pascual
1237. Ballet, Carmen1238. Ballo Colas, Avelino1239. Balls Ortega, José1240. Bally Baillére, Ana1241. Bally Baillére, Angela1242. Bally Bailliére, Carlos1243. Bally Bailliére, Carmen1244. Bances de Medrano, Luis1245. Banegas Gallego, Lorenzo1246. Burgo García, Felipe1247. Bands Aguirre, Rafael1248. Banz Garda, Lucio1249. Baños Guerra, Francisco1250. Baños Guerra, Manuel1251. Baolle, José1252. Baón López, Juan
1253. Baón Moreno, Rogelio1254. Baón Griego, Justo1255. Bada Ramos, Manuel1256. Baquero Rabanal, Mariano1257. Baquero Rosanas, Mariano1258. Barahona Borras, Francisco1259. Barahona de Andrés, Jesús1260. Barahona Esteban, Vicente1261. Barahona Lavando, Antonio1262. Barahona López, Rafael1263. Barahona Pascual, Epifanio1264. Barahona Rodrigálvez, Natalio1265. Barahona Sánchez, Angel1266. Barajón Vicenio, Rosario1267. Barasola Porras, Lourdes1268. Barasola Pocas, María
1269. Barasola Porras, Rosario1270. Barbada Fernández, Alonso1271. Barbasa Cacho, Enrique1272. Barbej Asenjo, Carolina1273. Barber Aymerich, Pedro1274. Barber Delgado, José1275. Barbera Barbaran, Luis1276. Barbará Troxt, Francisco1277. Barbarán del Águila, Luis1278. Barbería García, Ramiro1279. Barbero Alejo, Eloísa1280. Barbero Alejo, Francisco1281. Barbero Barrero, Esteban1282. Barbero Castillo, Juan1283. Barbero Castillo, Santos1284. Barbero Garcia, Basilio
1285. Barbero García, Juan1286. Barbero Jiménez, Vidal1287. Barbero López, Emilio1288. Barbero Martínez, Belarmino1289. Barbero Saldaña, Abilio1290. Barcáiztegui, Javier1291. Barcala de la Calle, Victoriano1292. Barcas Sajusticia, Anselmo1293. Barceló Malagón, Francisco1294. Barcenas Fernández, José1295. Barcenas Foéz, José1296. Barcenas López, Tomasa1297. Barcenas Tomás, José1298. Barcenas Tomás, Juan1299. Barcenas, Alfredo1300. Barcenillas de la Cruz, Jaime
1301. Barcia Ribagorda, Nicasio1302. Barcina del Moral, Manuel1303. Bardají Guaraca, Javier1304. Bardajf Pevida, José Luis1305. Bardilla Sierra, Ernesto1306. Bardo Rodríguez, Luis1307. Barra de la Piñuela, José1308. Barea Vía, Antonio1309. Baregas Bermúdez, Tomás1310. Baregas Buitrago, Benito1311. Barenaga Arias, Agustín1312. Barés Díez, Joaquín1313. Bargadas Fernández, Consuelo1314. Bargas Bargas, Ramón1315. Bargés Montenegro, Arturo1316. Bargés Montenegro, Pilar
1317. Bargés Montenegro, Tomás1318. Barinaga Martínez, José1319. Barmés Vivanco, Pedro1320. Bamuebo Sanz, Francisco1321. Bamuevo Sandoval, Francisco1322. Baró Reina, Francisco1323. Basó Zorrilla, Vicente1324. Barquillo Tierra, Ernesto1325. Barquín de la Cuesta, Federico1326. Barrabés Domech, Ignacio1327. Barrachina Cervera, Adolfo1328. Barrachina Villalva, Femando1329. Barrado Domech, Ignacio1330. Barrado Estalas, Alberto1331. Barmfón Pelechan, Joaquín1332. Barragán Notario, Felipe
1333. Barragán Ramírez, Eladio1334. Banal Carravilla, Joaquín1335. Barral García, Domingo1336. Bacantes Ibascal, Felipe1337. Barrada Maldonado, Daniel1338. Barreiro, Agustín1339. Barrera Aguado, León1340. Barrera Algonsfn, Juan1341. Barrera Eizaguirre, Carmen1342. Barrera Fernández1343. Barrera Mantilla, Alfonso1344. Barrera Moya, Salvador1345. Barrera Pérez, Ildefonso1346. Barrera Pérez, Pedro1347. Barrera Romero, Acisclo1348. Barrera Simón, José
1349. Barrera Simón, Manuela1350. Barrera Vadillo, Nicomedes1351. Barreras Fernández, José Antonio1352. Barrero López, Francisco1353. Barrero Gorostiza, Ricardo1354. Barreto Gorostiza, Trinidad1355. Barrial Díaz, Eduardo1356. Barrial Díaz, Mariano1357. Barrie Gigantos, Nazario1358. Barrie y Rodríguez, Juan1359. Barriga González, Benedicto -.1360. Barriguera Díaz, Crescente1361. Barrio Bartolomé, Ciriaco1362. Barrio Cadillo, Carmen1363. Barrio González, Luis1364. Barrio González, Mateo
1365. Barrio Lemú, Simón1366. Barrio López, Visitación1367. Barrio Llorente, Francisco1368. Barrio Llorente, Mariano1369. Barrio Mariscal, Modesto1370. Barrio Mayo, Luis1371. Barrio Muñoz, Fidel1372. Barrio Ortega, Benito1373. Barrio Pedro, Francisca1374. Barriobero González, Eduardo1375. Barriocanal Quintana, Hilario1376. Barrionezo Uralde, Mercedes1377. Barrios Expósito, Enrique1378. Barrios y Barrios, Valentin1379. Barrios, Linacero1380. Barro Navamueri, Lorenzo
1381. Barrojo, Manuel1382. Barrón Pandare, Fortunato1383. Barrón Ramos, Vicente1384. Barrón Rodríguez, Sotem1385. Barrón y Velázquez, Mercedes1386. Barros Fernández, Luis1387. Barros Leitón, Juan José1388. Barros Villasanto, María1389. Barros y Villanova, Alfonso1390. Barroso Delgado, Gregorio1391. Barroso Maestro, Milano1392. Barroso Martín, Enrique1393. Barruso Izaguirre, Antonio1394. Barroso Izaguirre, Germán1395. Barta González, Emilio1396. Bartolí Bella, Juan
1397. Bartolomé Capelo, Carlos1398. Bartolomé Capello, José1399. Bartolomé Fernández, Angel1400. Bartolomé Fernández, Ignacio1401. Bartolomé Fernández, Rafael1402. Bartolomé González, José1403. Bartolomé, Rafael1404. Bartoméu López, José1405. Barros Blanco, Josefina1406. Barton Blanco, María1407. Bas Federico, Carlos1408. Bas José, Luis1409. Basalto Fernández, Federico1410. Basca Maqueda, Felipe1411. Buscarán de Ruiz, Fernando1412. Bascuñana Molona, Santiago
1413. Baselga Retarque, Fernando1414. Bailie de Jesús, sor María1415. Basilio Julián Bassert, Juan1416. Bastante Diez, Antonio1417. Bastarán Pérez, Pilar1418. Bastarreche Campo, José María1419. Bastarreche y Díez, Francisco1420. Bastarreche y Díez, José María1421. Basterio Marqué, Manuel1422. Bases Elía, Josefina1423. Bastida, Rafael1424. Basunto Fernández, Teresa1425. Basunto Jiménez, Manuel1426. Basurte, Arróyabe1427. Balaguero Sancho, Casiano1428. Batallón Morán, Pablo
1429. Bati, Carmen de1430. Bandín Delgado, Francisco1431. Baugue Landa, Eduardo1432. Baumberghen Bardaji, Agustín van1433. Bausaure, Felipe1434. Bautelo Blázquez, Ramón1435. Bautista Arnáuz, Juan1436. Bautista Bazéuz, Juan1437. Bautista Bogué, Juan1438. Bautista Cachaza, Emilio1439. Bautista Calvo, Julio1440. Bautista Campo, Juan1441. Bautista Gómez, Juan1442. Bautista Jiménez, Eduardo1443. Bautista Lazaga, Juan1444. Bautista Melero, José
1445. Bautista Moreno, Saturnino1446. Bautista Pedrero, Adrian1447. Bautista Ruiz, Ricardo1448. Bautista Segovia, Isidore1449. Bautista Toil, Juan1450. Bauzal García, Domingo1451. Bayo Guiroud, Joaquín1452. Bayo Marín, Victoriano1453. Bayo Torres, Antonio1454. Rayona Fernández, Bienvenido1455. Bazán Brun, Benigno1456. Batán Lamas, Fernando1457. Bazán las Heras, Pablo1458. Beamón León, Felipe1459. Beamón Macaya, Felipe1460. Beamont Jiménez, Félix
1461. Becefia González, Francisco1462. Becerro Rodriguez, Manuel1463. Béjar Colot, Ángel1464. Béjar Gutierrez, Francisco1465. Béjar Malaguerra, Francisco1466. Béjar Melguizo, Jacinto1467. Bejarano Piñeiro, José1468. Bejarano, José1469. Bejarano, Pilar1470. Belda de Cabo, Manuel1471. Belinchón González, José Antonio1472. Belinchón González, Samuel1473. Belmonte Martínez, José1474. Bells San Martín, Cándido1475. Beltrán Ayuso, José1476. Beltrán de Lis, Alfonso
1477. Beltrán de Lis, Concepción1478. Beltrán de Lis, José1479. Beltrán Doblado, José1480. Beltrán Flores, Ricardo1481. Beltrán Mengtbar, José1482. Beltrán Pérez, Pelayo1483. Beltrán Ramos, Luis1484. Beltrán Suárez, Francisco1485. Beltrán Zamora, Julián1486. Beltrán Zamorano, Julio1487. Beltrán Zamorano, Rufino1488. Beltrán, Alfonso1489. Belver Campos, Lorenzo1490. Bellido Bellido, Manuel1491. Bellido Berdejo, Francisco1492. Bellido Berdejo, Manuel
1493. Bellido Carretero, Justo1494. Bellisco Her áiz, Crescencio1495. Bello Bello, Antonio1496. Bello Casas, Abundio1497. Bello Lasiera, Manuel1498. Bella Martín, María1499. Bello Sánchez, Medardo1500. Bello, Abundio1501. Bello, Federico1502. Belloquf, Micaela1503. Bellosillo Pérez, Francisco1504. Bemes Silvestre, Simón1505. Benavente Alarnés, Julián1506. Benavente Belgraz, Aristeo1507. Benavente Benavente, Julián1508. Benavente Butragueña, Juan
1509. Benavente Butragueño, Valentin1510. Benavente de Barbará, María1511. Benavente del Cura, Felipe1512. Benavente Fuente, Ricardo1513. Benavente González, Mariano1514. Benavente Gutiérrez, Elías1515. Benavente Gutiérrez, Manuel1516. Benavente Mesas, Federico1517. Benavente Ortega, Pablo1518. Benavente Pérez, Manuel1519. Benavente Rodriguez, Carmen1520. Benavente, Manuel1521. Benavente, Valentin1522. Benavides Nillas, Juan1523. Benavides Pérez, José Luis1524. Benavides, Gaudencia
1525. Benavides, Julio1526. Benaya Fernández, Purificación1527. Benaya Sánchez, Angel1528. Benayas del Álamo, Indalecio1529. Benayas del Álamo, Virgilio1530. Benayas Delgado, Ángel1531. Benayas Laneras, Manuel1532. Benedicto Andrés, Juan1533. Benedicto Aranda, José1534. Benedicto Horra, Rafaela1535. Benedicto, Manuel1536. Benegas Benegas, Ramón1537. Benegas Gallego, Lorenzo1538. Benito Arroyo. Rafael1539. Benito Hernández, José1540. Benito López, Francisco
1541. Benet Benet, Tomás1542. Bengoa Bergerón, José1543. Bengoechea Menchaca, Angel1544. Bengoechea Riguendi, María1545. Benitez Alcalá, Víctor1546. Benítez Castro, Pedro1547. Benítez Díaz, Luis1548. Benítez Gutiérrez, Emilio1549. Benítez Jaén, Inés1550. Benito Arcos, Ángel1551. Benito Bajo, Isabel1552. Benito Bardón, Francisco1553. Benito Casero, Angel1554. Benito Cesáreo, Corvado1555. Benito Compte, Emilio1556. Benito Compre, Jesús
1557. Benito Compte, Luis1558. Benito Costa, Alvaro1559. Benito Checa, Pedro1560. Benito Delgado, Francisco1561. Benito Diez, Manuel1562. Benito Fernández, Francisco1563. Benito Galán, Lucio1564. Benito Garcia, Ramón1565. Benito González, Germán1566. Benito González, Julio1567. Benito Gualter, Maria1568. Benito Gualtervet, Concepción1569. Benito Gutiérrez, Emilio1570. Benito Hernández, Fernando1571. Benito Herranz, Ramón1572. Benito Ibáñez, Gabriel
1573. Benito Martín, Alejo1574. Benito Martín, Tomás1575. Benito Rico, Víctor1576. Benito Rivera, Pedro1577. Benito Santillana, Ambrosio1578. Benito Verin, Julio1579. Benito Villanueva, Fernando1580. Benito y Rossán, José1581. Benito Zalduano, Carmen1582. Benjamín Coba, Alejandro1583. Benjumea Burin, Diego1584. Benjumea Medina, Rafael1585. Benlliure Navarro, José Luis1586. Bentura Balaiiá, Luis1587. Berros Casals, José1588. Beotas Díaz, Bernardino
1589. Beranet Ramiro, Jerónimo1590. Bercedo Martínez, Emeterio1591. Berceruelo Hernández, Carolina1592. Berceruelo Martín, Antonio1593. Berceruelo Martín, Felix1594. Berdión Juan, Tomás1595. Berea Barivela, Miguel1596. Berengel Esteban, Francisco1597. Berenguer Cajigas, José1598. Berenguer Poveda, Salvador1599. Berenguer Tovar, Miguel1600. Berenguer Villaescusa, Julián1601. Berenguer, Julián1602. Bergado García, Jesús1603. Bergareche, Juan1604. Berges de los Santos, Emilio
1605. Berges Dorrego, Pablo1606. Berges Fernández, Felipe1607. Bergón Vivanco, Enrique1608. Berlanga Cortés, Mercedes1609. Berlero Castillo, Santos1610. Bermejo López, José1611. Bermejo Lucas, Pedro1612. Bermejo Mesto, Ramón1613. Bermejo Miranda, Agustín1614. Bermejo Morán, Antonio1615. Bermejo Moraus, Antonio1616. Bermejo Morillo, Carlos1617. Bermejo Muñoz, Juan1618. Bermejo Roldán, Luis1619. Bermejo Valenciano, Aurelio1620. Bermejo Valenciano, Tomás
1621. Bermejo, Batbino1622. Bermejo, Gregorio1623. Bermúdez Cañete, Antonio1624. Bermúdez Cañete, Luis1625. Bermúdez Cañete, Ramón1626. Bermúdez de Castro y Blanco,
Arturo1627. Bermúdez de Castro, Cristino1628. Bermúdez de Castro, Nicolás1629. Bermúdez de Castro, Teresa1630. Bermúdez de Rada, Francisco1631. Bermúdez Lendinet, José1632. Bermúdez López, José1633. Bermúdez Muioo, Jesús1634. Bermúdez Rodríguez, Antonio1635. Bermúdez Rodríguez, Martín
1636. Bermúdez Sanz, Melqufades1637. Bermúdez Suárez, Jaime1638. Bermúdez Tomé, José1639. Bermúdez Valera, Alfonso1640. Bermúdez Villxtoro, Narciso1641. Bermudo Soriano, Adolfo1642. Bermudo Soriano, Rafael1643. Berna Faranque, Silverio1644. Berna Jarante, Ponciano1645. Bernabé Bravo, Miguel1646. Bernabé Fernández, Manuel1647. Bernabé Martín, Julián1648. Remallé Mira, Francisco1649. Bernabé Pita, Gloria1650. Bemabéu Villegas, Pedro1651. Bemace Julio, Antonio
1652. Bernácer Tormo, Julio1653. Bernal Jiménez, Juan Manuel1654. Bernal Sanz, Rufino1655. Bernal, Benjamín1656. Bernal, Rafael1657. Bemalte Barrero, Pedro1658. Bemalte Moro, Pedro1659. Bemalte Mozo, Alfonso1660. Bernard, Francisco1661. Bernardino Camacho, Manuel1662. Bernardino Martín, José1663. Bernardino Vergara, Antonio1664. Bernardo de Quirós, Adrián1665. Bernardo de Quirós, Agapito1666. Bernardo de Quirós, Amaba1667. Bernardo de Quirós, Carmen
1668. Bernardo de Quirós, José1669. Bernardo de Quirós, Sixto1670. Bernardo de Quirós, Vicente1671. Bemarte Las Casas, Rafael1672. Bernia Carrera, Miguel1673. Beró Cid, Victoriano1674. Barrendero Vázquez, Saturnino1675. Berrocal Colmenarejo, Lucas1676. Berrocal Marivela, Raimundo1677. Berrocal Rubio, Marcelo1678. Berrocal Salaíces, Cruz1679. Berrocal Salaíces, Jesús1680. Berrocal Salaíces, Pablo1681. Berroé Aquiste, Pedro1682. Berros Fernández, Luis1683. Bertolés Busqueño, Saturnino
1684. Bertolín Bertolín, Joaquín1685. Berzal García, Máximo1686. Berzal Pastor, Gabriel1687. Berzosa Ramón, Manuel1688. Bestand Pérez, Pelayo1689. Bestevio Graciano, Emilio1690. Betas Roig, Manuel1691. Batata Albiñana, Fernando1692. Beurtet y Ferrer, María Teresa1693. Bezares García, María1694. Bezares Martín, Martín1695. Biedina, Santiago1696. Biedura Sánchez, Andrés1697. Bielba Iturriaga, Crescencio1698. Biencinto Martínez, Manuel1699. Biencinto, Manuel
1700. Bilbao Henandía, Roberto1701. Bilbao, Félix1702. Bilbao, Saturnino1703. Blanco Alberto, Felipe1704. Blanco Álvarez, Juan1705. Blanco Ardanr, Arturo1706. Blanco Arias, Modesto1707. Blanco Arroyo, Félix1708. Blanco Barrera, Josefa1709. Blanco Blanco, Alfredo1710. Blanco Bohadilla, Vicente1711. Blanco Bouladier, Agustín1712. Blanco Calas, Antonio1713. Blanco Calavia. Trinidad1714. Blanco Caro, Gonzalo1715. Blanco Claro, Rafael
1716. Blanco Colás, Antonio1717. Blanco de Castro, Timoteo1718. Blanco Del Moral, Víctor1719. Blanco del Toro, Angel1720. Blanco del Toro, Concepción1721. Blanco del Toro, Dolores1722. Blanco Díaz, Bartolomé1723. Blanco Fernández, Adolfo1724. Blanco Fernández, Elías1725. Blanco Fernández, José1726. Blanco Fernández, Ramona1727. Blanco Gaita, Vicente1728. Blanco Gil, Eusebio1729. Blanco Gismero, Micaela1730. Blanco González, Gerardo1731. Blanco González. Isabel
1732. Blanco Gonzalo, Gregorio1733. Blanco Guadilla, Francisco1734. Blanco Guadilla, Vicente1735. Blanco Guarros, Nicolás1736. Blanco Hernández, Aberardo1737. Blanco Hernández, Vicente1738. Blanco manos, Nicolás1739. Blanco Macias, Antonio1740. Blanco Martín, Pedro1741. Blanco Martínez, Antonio1742. Blanco Moreno, Basilio1743. Blanco Muguerza Ricardo1744. Blanco Nieto. Mariano1745. Blanco Ortega, Carmen1746. Blanco Ortueta, Antonia1747. Blanco Pedraza, Juan
1748. Blanco Pérez. Julián1749. Blanco Pulido, Miguel1750. Blanco Redondo Bartolomé1751. Blanco Rodillo, Tomás1752. Blanco Rodríguez, Miguel1753. Blanco Sánchez, Rufino1754. Blanco Santacoloma, Ramón1755. Blanco Sierra, Rafael1756. Blanco Soto, Gregroio1757. Blanco Taboada, Enrique1758. Blanco Torrejón, Manuel1759. Blanco Urbina, Manuel1760. Blanco Urtueta, Antonio1761. Blanco Fidro, Eusebio1762. Blanco, Vicente1763. Blanch Sánchez. Amadeo
1764. Blanque Peinado, Rafael1765. Blanque Sánchez, Rafael1766. Blas Álvarez, Valentín1767. Blas Arantegui, José1768. Blas Ordena, Tomás1769. Blas Sánchez, Pedro1770. Blas Sanz, Alfonso1771. Blas, José Luis1772. Blasco García, Ramón1773. Blasco Martínez, Cristóbal1774. Blasco Millar, Modesto1775. Blasco Pérez, Julián1776. Blasco Sanz, Alfonso1777. Blasco Zafia, Miguel1778. Blasco, Juan1779. Blasco, Marceline
1780. Biaza de las Heras, Pablo1781. Blázquez Aparicio. Julián1782. Blázquez Escandón, Carmen1783. Blázquez Fernández. Timoteo1784. Blázquez García, Emilio1785. Blázquez García, Francisco1786. Blázquez González, Cirilo1787. Blázquez Moreno, Juan Vicente1788. Blázquez Perdiguero, Isidro1789. Blázquez Reviejo, Tiburcio1790. Blázquez Rodríguez, Tomás1791. Blázquez Sánchez, José1792. Blázquez, Ambrosio1793. Blázquez, Andrés1794. Blázquez, Pablo1795. Blesa Plats, Luis
1796. Boadéu López. Pedro1797. Bobadilla Jiménez, José Román1798. Bobadilla Viturín, José1799. Bobilla Fernández, Fernando1800. Bobille Movellán, Ángel1801. Bobillo Bobillo, Alvaro1802. Boceta Álvarez, Modesto1803. Bodriñana Álvarez, José1804. Bogas Gaete, Angel1805. Bogas Gaete, Manuel1806. Bóhigas Díaz, Antonia1807. Bóhigas Roda, Simón1808. Bois Rivera, Josefa1809. Bois Santos. Antonio1810. Boizarén, Antonio1811. Bol Molina, Juan
1812. Bola Herranz, Enrique1813. Bolaños Herrero, Eduardo1814. Bombín Nieto, José Luis1815. Bombín Velado, Juan1816. Bombín Velasco, Constantino1817. Bonacasa Rodrigo, Blas1818. Bonache Rojo, Pedro1819. Bonafonti García, Juan1820. Bonald Martínez, Antonio1821. Bongs Erice, Juan1822. Bonella Ayuso, Enrique1823. Bonelli Rubio. Eulalia1824. Bonet Barot, José1825. Bonet Calvo, Celso1826. Bonet Escrivá, Salvador1827. Bonet García, Salvador
1828. Bonet Pérez, Manuel1829. Bonifaz Ibarra, Consuelo1830. Bonifaz Rico, José1831. Bonilla García, Ricardo1832. Bonilla Sanmartín, Antonio1833. Bonilla y Echevarría, Luis1834. Bono Armellas, Gaspar1835. Bono Bois, Juan1836. Bogue Estacha, Bautista1837. Baque Esteva, Alejandro1838. Barbón de la Torre, Elena1839. Borbón Esteban, Isabel1840. Borbón Esteban, Jaime1841. Borbón León, Alfonso1842. Borbón León, Enrique1843. Borbón Rich, Luis
1844. Bordío Sousa, José1845. Bordío Sousa, Julio1846. Bordón y Gamboa, Carlos1847. Borjas Mesa, Luis1848. Bornes Rodríguez, José1849. Boro Miguel, Manuela1850. Borrajo Delgado, Severo1851. Borrajo Mínguez, Manuel1852. Borrajo, Manuel1853. Borras Albert, Leoncio1854. Borrás Bascui, Francisco1855. Borrás García, Antonio1856. Borrás García, Ricardo1857. Borrás Martínez, Justino1858. Borrás Rodríguez, Ricardo1859. Borrás, Rafael
1860. Borrás, Tobías1861. Borrego Esteban, Francisco1862. Borreguero de las Heras, Félix1863. Borreguero García, Mariano1864. Borreguero Sanz, Eugenio1865. Borrella García, Juan1866. Borrella García, Pablo1867. Borrero Álvarez, Rafael1868. Borrero Delgado, Mariano1869. Bortián Juan, Tomás1870. Bosch, José María1871. Botella Rubio, José1872. Botella Arenillas, Saturnino1873. Botella Meliá, Fernando1874. Bothelier Saldaña, Pedro1875. Botija Botija, Antonio
1876. Bouza las Lamas, Fumando1877. Boyer Rojas, Guillermo1878. Boz Martínez, Fulgencio1879. Bragado Bragado, Mariano1880. Bragado González, Félix1881. Bragado Rubio, Tomás1882. Branzales Lombardía, José Antonio1883. Brassi Florenciano, Emilio1884. Bravo Agudo, Ricardo1885. Bravo Casas, Gregorio1886. Bravo Cenamor, Florián1887. Bravo Cenamor, Ramón1888. Bravo Garcia, Pedro1889. Bravo Lorenzo, Teodoro1890. Bravo Marín, Enrique1891. Bravo Padrón, Condo
1892. Bravo Pérez, Aquilino1893. Bravo Porro, Miguel1894. Bravo Ramos, Joaquín1895. Bravo Saguar, Lorenzo1896. Bravo Simón, Eugenio1897. Bravo Yánez, Raimundo1898. Brea Alcorán, Aurelio1899. Brea del Campo, Saturnino1900. Brea Expósito, José1901. Brea Martínez, José1902. Brea Mugía, Josefa1903. Brea Torres, José1904. Brea Zabala, Maria del Carmen1905. Bretaáo Ramos. José1906. Briceño Vargas, Mariano1907. Bricha Pucho, Pilar
1908. Brielsa Santa, María José1909. Brieva Ruiz, Pedro1910. Bringas Molera, Fernando1911. Bringas Molera, José María1912. Bruno Fernández, Cesáreo1913. Briones Barreiro, Antonio1914. Briones de la Covacha, Venancio1915. Briones González, Ángel1916. Briones González, Joaquín1917. Briones Redondo, Joaquín1918. Briones, Antonio1919. Briones, Manuel1920. Brior, Benigno1921. Bris Sanz, Francisco1922. Brisa Fuchó, Carmen1923. Brisa Gurmendi, Pilar
1924. Broncatdo Ruiz, Ramón1925. Bronet Rodríguez, José1926. Bros Rico, Eugenio1927. Braga Gallardo, Justa1928. Burgos Calvo, Isidro1929. Brumengo García, José María1930. Brun, Cosme1931. Brunengo Gracia, José María1932. Brunets Higueras, Francisco1933. Brunets Higueras, Pablo1934. Bruno Fernández, Cesáreo1935. Bruno Menge, Celedonio1936. Bruno, Simón1937. Buceño Vargas, Mariano1938. Bucero Martínez, Fabián1939. Buendía de Marcos, Teófilo
1940. Buendía García, Máximo1941. Bueno Álvarez, Tomás1942. Bueno Bueno, Manuel1943. Bueno Garcia, Anastasio1944. Bueno García, Francisco1945. Bueno García Manuel1946. Bueno Hernández, Anastasio1947. Bueno Hernández, Antonio1948. Bueno Linares, Rafael1949. Bueno Martín, José1950. Bueno Meroño, Bartolomé1951. Bueno Romero, Tomás1952. Bueno Yag0e, Pedro1953. Bueno, Manuela1954. Bulnes Silvestre, Simón1955. Bulnes, Francisco
1956. Bullón Rubio. José1957. Burgo Muñoz, Teodoro1958. Burgos Arriba, Máximo1959. Burgos Arriba, Pedro1960. Burgos Calvo, Sino1961. Burgos Hernández, Dolores1962. Burgos Martínez, Eugenio1963. Burgos Mínguez, Sixto1964. Burgos Ortega, Eugenio1965. Burgos Prieto, Fausto1966. Burgos Romero, Francisco1967. Burgueras Palomares, Salvador1968. Burrel Felíu, Francisco1969. Burrel Felíu, Joaquín1970. Burriana Benito, María1971. Burriel Polavieja, Pedro
1972. Bustamante Polo, Antonio1973. Bustelo Vázquez, Ramón1974. Busto Aguilar, Juan1975. Bustos Asensio, Valentina1976. Bustos González, Francisco1977. Bustos Ruiz. Dolores1978. Bustos Ruiz, Fernando1979. Bustos Zabalina, Félix1980. Butler Pastor, Francisco1981. Butragueño Lozano, Juan1982. Caba Corrales, José1983. Caba Gliveros, Antonio1984. Ceba Pérez, Segundo1985. Caba Rojas, Cecilio1986. Cabajos Tauro, Antonio1987. Caballar Blasco, Vicente
1988. Caballero Caballero, Hermógenes1989. Caballero Callejo, Rafael1990. Caballero Cifuentes Matías1991. Caballero de Diego, Francisco1992. Caballero Fernández, Antonio1993. Caballero Fernández, Marceline1994. Caballero Game, José1995. Caballero García, David1996. Caballero Gómez, Francisco1997. Caballero Gómez, Moisés1998. Caballero González, Juliana1999. Caballero López, Modesta2000. Caballero Martín, José2001. Caballero Moreno, Antonio2002. Caballero Murga, Federico2003. Caballero Rodríguez, Juan
2004. Caballero Salamanca, Joaquín2005. Caballero, Lucas2006. Caballers Molíns, Joaquín2007. Cabanas Lombandías, Jacinto2008. Cubanas Moreno, Pablo2009. Cabanes Badanas, José María2010. Cabanes Moreno, Pedro2011. Cabanillas Algora, Enrique2012. Cabanillas Arapal, Manuel2013. Cabanillas Durán, Victoriano2014. Cabanillas Ferrer, Virgilio2015. Cabanillas Rodríguez, María2016. Cabanillas Rodríguez, Pilar2017. Cabanzón Zubieta, Luis2018. Cabañas Bravo, Victoriano2019. Cabañas García, Santiaga
2020. Cabañas Matías, Víctor2021. Cabañas Ortega, Adrián2022. Cabañas Pérez, Basilio2023. Cabañas Rodríguez, Luis2024. Caballas Seseña, Salvador2025. Cabañas Soria, Luis2026. Cabañas y Cabañas, Siro2027. Cabana Sánchez, Bienvenido2028. Cabarga González, Ángel2029. Cebas Corrales, José2030. Cabedo Palomares, Pedro2031. Cabelas Vargas, Juan2032. Cabela Galindo, Aquilino2033. Cabello de las Casas, José2034. Cabello García, Miguel2035. Cabello Jzarra, María
2036. Cabello Lapiedra, Fernando2037. Cabello Lapiedra, Luis2038. Cabello Rico, Mariano2039. Cabelludo Lacor, Pedro2040. Caberales, Román2041. Cabero Palomares, Pedro2042. Cabero Rivera, Adela2043. Cabero Zarzuela, Pedro2044. Cabeza Fernández, Toribio2045. Cabezales, Ramón2046. Cabezas Martín, José2047. Cabezas Miranda, Juan2048. Cabezas Vallinas, Román2049. Cabezas, Román2050. Cabezón Fojo, Daniel2051. Cabezón, Banderas
2052. Cabezudo Rico, José María2053. Cabezuela Gómez2054. Cabezuelo López, María del
Carmen2055. Cabo Pérez, Luciano2056. Cabos Basta, Irene2057. Cabot Besta, Juan2058. Cabrejos, Luis2059. Cabrera Algora, Bonifacio2060. Cabrera Cáceres, Julio2061. Cabrera Castro, Manuel2062. Cabrera Linde, Bernardo2063. Cabrera Martínez, Federico2064. Cabrera, Miguel2065. Cabrerizo Gutiérrez, Manuel2066. Cabrerizo Pascual, Manuela
2067. Cabrero Tivero, Adela2068. Cabrero Vélez, Antonio2069. Cabucio Sánchez, Carmen2070. Cáceres, Pablo2071. Cacharon, Tomán2072. Cacharros, Luis2073. Cachazas, Pedro2074. Cacho Mateo, José2075. Cadaval, Adolfo2076. Cadenas Figueiredo, Manuel2077. Cádiz Fernández, Lucila2078. Cádiz, María del Carmen2079. Cajante Centeno, Fuorencio2080. Cal y Casals, Alfredo2081. Cala Fopiane, Amalia2082. Cala Martín, Enrique
2083. Calaba Martínez, Antonio2084. Calabia López, Enrique2085. Calabuig Lavalle, Pedro2086. Calafar Cárdenas, Aurora2087. Calamar Cruz, Juan José2088. Calamita Ruy-Wamba, Luis2089. Calasanz Romera, José2090. Calatrava Bermejo, Francisco2091. Calatrava Martinez, Luisa2092. Calderón Fernández, Gabriel2093. Calderón loquera Juan2094. Calderón Lambas, Ángel2095. Calderón Lomas, Valentín2096. Calderón Marique, Abilio2097. Calderón Rivadeneyra, Humberto2098. Calderón Ruiz, Aurelio
2099. Calderón Ruiz, Cipriano2100. Calderón Serrano, Miguel2101. Calderón Suárez, Blanca2102. Calderón Suárez, Miguel2103. Calderón Uclés, Pascual2104. Calduch Guerra, Juan2105. Calero Escobar, Fernando2106. Calero Ortega, Vicente2107. Calero Vázquez, José2108. Calero, Esperanza2109. Calín Briones, Isidoro2110. Calmena Calmena, Gerardo2111. Calomarde Cruz, Juan José2112. Calvache Gómez, José2113. Calvache, José2114. Calvera Planes, Antonio
2115. Calvet, Antonio2116. Calvino Morales, José2117. Calvo Ángeles, Luis2118. Calvo Atienza, Milagros2119. Calvo Carbonel, Fernando2120. Calvo Coca, Miguel2121. Calvo de León y Torrado, Rafael2122. Calvo de Lucas, Santiago2123. Calvo Fernández, Antonio2124. Calvo García, Ramón2125. Calvo González, Emiliano2126. Calvo Granada, Eugenio2127. Calvo León, Juan2128. Calvo León, Pilar2129. Calvo León, Rafael2130. Calvo Ligero, Félix
2131. Calvo Manso, Victoria2132. Calvo Molina, Ángel2133. Calvo Pérez, Maximilian2134. Calvo Pérez, Pedro2135. Calvo Pérez, Rafael2136. Calvo Picado, Pedro2137. Calvo Puertas, Gil2138. Calvo Quemada, Jesús2139. Calvo Remartfnez, Clemente2140. Calvo Rodríguez, Francisco2141. Calvo Rubio, José2142. Calvo Ruiz, Luis2143. Calvo Sainz, Amalia2144. Calvo Salido, Bernardo2145. Calva Sánchez, Leopoldo2146. Calvo Santos, Antonio
2147. Calvo Sierra, Soledad2148. Calvo Soria, Agustín2149. Calvo Soteinza, Luis2150. Calvo Sotelo, José2151. Calzada Algara, Juana2152. Calzada Gallego,,Moisés2153. Calzada García, Manuel2154. Calzada Martínez2155. Calzada Rezas, Eugenio2156. Calzada Ruiz, Gerardo2157. Calzada Sanz, Pedro2158. Calzadilla Maestro, Fabriciano2159. Calzado Menchaca, Inocencio2160. Calzado Rey, Carmen2161. Calzado y del Pueyo, Alfonso2162. Calzas Gallego, Moisés
2163. Calle Climadevilla, Manuel2164. Calle Franco, Bernardino2165. Calle González, sor Andrea2166. Calle Jiménez, José2167. Calle Ortiz, Ángel2168. Calle Raques, José2169. Calle, Andrea2170. Calleja Alonso, José2171. Calleja Arias, Luis2172. Calleja Bravo, Julio2173. Calleja Duque, Benito2174. Calleja Fernández, Marcelino2175. Calleja García, Juan2176. Calleja Montero, Manuel2177. Calleja Palacios, Tomás2178. Calleja Pilar, Jesús
2179. Calleja Roma, Remigio2180. Calleja, José María2181. Callejo de la Cuesta, Pablo2182. Callejo González, Julio2183. Callejo Lozano, Jesús2184. Callejo Lozano, Julio2185. Callejo Pulido, Juana2186. Callejo y de la Cuesta2187. Calles, Julio2188. Camacho Empareda, José2189. Camacho García, Nicasia2190. Camacho García, Tomás2191. Camacho Jáudenes, José2192. Camacho Jiménez, Francisco Javier2193. Camacho López, Alfonso2194. Camacho Martín, Facundo
2195. Camacho Peña, Pedro2196. Camacho Raya. Teresa2197. Camacho Rodríguez, Vicente2198. Camacho Ruano, Carlos2199. Camacho Ruiz, Santos2200. Camacho Sanz, Jesús2201. Camacho Shaue, Alfonso2202. Camacho Vadillo, Macario2203. Camaño Prieto, Vicente2204. Cámara Alicontreras, Felipe2205. Cámara Barranco, José2206. Cámara Barranco, Socorro2207. Cántara Delgado, Juan2208. Cámara Gálvez, Alberto2209. Cámara Lumbreras, Felipe2210. Cámara Zzndoña, Manuel
2211. Cámara, Martín2212. Camarena Cuchillero, Antonio2213. Camarero Esteban, Ambrosio2214. Camargo Martín, Luis2215. Camarillo Pardo, Felipe2216. Combara Navas, Navarro2217. Cambronera Jiménez, Joaquín2218. Cambronera, Pablo2219. Camilo García, Pedro2220. Camilleri Adolfo, Ramón2221. Canun Allendesalazar, Juan2222. Camón, Antonio2223. Camina Barriga, Francisco2224. Camina Liébana, Angelita2225. Camina Liébana, Marcelino2226. Camino Amorós, Felisa
2227. Camino Bringas, Vicente2228. Camino García, Pedro2229. Camino Lara, Manuel2230. Camino Marcillach, Teodoro2231. Camón Cuellas, Antonio2232. Campa Martínez, Manel2233. Campa Suárez, Ramón2234. Campanero González, Mariano2235. Campas Sánchez, Isidro2236. Campe de la Peña, Juan2237. Campf Pastor, Gerardo2238. Campillo Aguilés, Salvador2239. Campillo Balboa, Narciso2240. Campillo Ballester, Ramón2241. Campillo Pellicer, Silvestre2242. Campillo Trespalacios, Cosme
2243. Campiña Castilla, Mariano2244. Campiña Martín, José2245. Campiña Ontivero, Enrique2246. Campo Campalla, Eduardo2247. Campo Campillo, Alfonso2248. Campo Cantalapiedra, Fernando2249. Campo Cantalapiedra, Mariano2250. Campo Castro, Enrique2251. Campo Clemente, José2252. Campo García Blanco, Concepción2253. Campo Gómez, Manuel2254. Campo Guzmán, Bernardo2255. Campo López, Ángel2256. Campo López, Esteban2257. Campo López, Nicolás2258. Campo Márquez, Decoroso
2259. Campo Pereda, Manuel2260. Campo Rodríguez, Ángel2261. Campo Sánchez, Isidro2262. Campoamor Rodríguez, Leandro2263. Campoamor, Álvarez2264. Campos Arés, Raimundo2265. Campos Arjona, Ricardo2266. Campos Basalto2267. Campos García, Antonio2268. Campos Moreno, Mercadas2269. Campos Muñoz, Enrique2270. Campos Muñoz, Juan2271. Campos Navas, Leoncio2272. Campos Ramos, Cirilo2273. Campos Ramos, Gabriel2274. Campos Rodríguez, Jacobo
2275. Campos Sanz, Marcelino2276. Campos Urdiales, Clotilde2277. Campós Vázquez, Decoroso2278. Campos, Alfonso2279. Campos, Francisco2280. Camps de la Vega, Juan2281. Camps Ferrer, Antonio2282. Camps Vuró, Emilio2283. Campuzano Horma, Fernando2284. Canabón Lucas, Mariano2285. Canal Darmal, Julio2286. Canal Llorente, Carlos2287. Canalejas Fernández, José2288. Canalejo Castelis, Juan2289. Canales Pascual, Julio2290. Canales Rojas, Juan
2291. Canals Sánchez, José Antonio2292. Canamolina Rivera, Luis2293. Cancela Pérez, Carlos2294. Cancelario González. Francisco2295. Cancelas Sanz, Carlos2296. Cancio Arlegui, Julio2297. Candelas Licero, Vicente2298. Cando Fernández, Luis2299. Cando Peña, José2300. Caneco Morante, Gaspar2301. Canedo Arguelles, Enrique2302. Canela García, Arturo2303. Canalla Martinez, Gregorio2304. Canalla Pérez, Carlos2305. Canallas Ochoa, Rafael2306. Canivet, Juan
2307. Cano Antón, Manuel2308. Cano Antón, Pablo2309. Cano Arias, Luis2310. Cano Balada, Fernando2311. Cano Benito, Carlos2312. Cano Cano, Marcelino2313. Cano Castro, Pedro2314. Cano Cendillo, Luis2315. Cano Fernández, Ignacio2316. Cano García, Eteban2317. Cano Gano, Marcelino2318. Cano Heredia, José María2319. Cano Malluquiza, Abilio2320. Cano Moreno, Emilio2321. Cano Navarro, Antonio2322. Cano Orozco, Alfonso
2323. Cano Ortega, Antonio2324. Cano Pérez, Santiago2325. Cano Pozo, Juan2326. Cano Redondo, Bernabé2327. Cano Reina, José2328. Cano Rodríguez, Bartolomé2329. Cano Rodríguez, Miguel2330. Cano Solana, Juan2331. Cano Vélez, Raimundo2332. Cano Villalba, Eugenio2333. Cánovas Castillo, Carlos2334. Cánovas Castillo, Jesús2335. Cánovas Lafont, Pedro2336. Canovas Pajares, Antonio2337. Canovas Santa María, Francisco2338. Canovas, Claudio
2339. Cánovas, Delfina2340. Cantalapiedra, Mariano2341. Cantalejos Izquierdo, Antonio2342. Cantaredo Carballés, José2343. Cantero Cózar, Fernando2344. Cantero Gómez, José María2345. Cantillo Barrada, José2346. Cantos Estrada, Manuel2347. Cañada Pera, Antonio2348. Cañal Cedrfn, Alejandro2349. Cañas Fernández, Francisca2350. Cañas Lara, Urbano2351. Cañas Martínez, Nicasio2352. Cañas Sánchez, Adolfo2353. Cañas, Alvaro2354. Cañaveral García, Alfonso
2355. Cañedo Arganeo, Enrique2356. Cañedo Fernández, Alfonso2357. Cañete Arenas, Julio2358. Cañete Heredia, Leandro2359. Cañete, Angel2360. Cao Cordido, Miguel2361. Caol Sánchez, Manuel2362. Capa, Angel2363. Capal, Montes2364. Cape! Camacho, José2365. Capel Ruiz, José2366. Caperochipe, Javier2367. Capilla, José2368. Capilla, Leopoldo2369. Capillo Balboa, Francisco2370. Caprani Montero, Teresa
2371. Caravaca Franco, Francisco2372. Caravaca, Francisco2373. Caravantes López, Ramón,2374. Carazo Altozano, Carlos2375. Carazo Altozano, Eduardo2376. Carazo Escolar, Felipe2377. Carbajal Aguilar, Luis2378. Carbajal Balboa, Alfonso2379. Carbajal Balsa, Manuel2380. Carbajal Biedona, José2381. Carbajal Herrara, Guillermo2382. Carbajal Hurtado, Manuel2383. Carbajal Martín, Anastasio2384. Carbajal Pereda, Pedro2385. Carbajal Rodríguez, Escolástica2386. Carbajal Santos, Fernando
2387. Carbajo Méndez, Jesús2388. Carbajosa Vergara, José2389. Carballeda Ortiz, Manuel2390. Carballido Carballido,
Hermógenes2391. Carballo Caba, Jesús2392. Carballo García, Francisco2393. Carballo Jordán, Tomás2394. Carbonell Payá, Victoriano2395. Carbonell Pereda, Agustín2396. Carbonell Pujol, Juan2397. Carbonell Villegas, José2398. Carbonell, Carmelo2399. Cárcamo Redal, Emilio2400. Carear López, Federico2401. Cárcel, Francisco
2402. Cárcel, Jaime2403. Cárceles Guillarán, Francisco2404. Cardelle, González2405. Cardenal Amador, José2406. Cardenal Trigueros, Alfonso2407. Cárdenas Alonso, Zoraida2408. Cárdenas Española, Alfonso2409. Cárdenas González, Emilio2410. Cárdenas, Ramos2411. Cardona Arévalo, Salvador2412. Cardona Calvo, Rafael2413. Cardona Prieto, Luis Pedro2414. Cardona Prieto, Pedro2415. Cardonas Spínola, Alfonso2416. Careaga y Salazar, José María2417. Carean Hernández, Nicamor
2418. Careas Medina, Germán2419. Cargo Rodríguez, Micaela2420. Caridad, Cayetano2421. Carlos Abella, Jaime2422. Carlos Bonaplata, Alfonso2423. Carlos Bonaplata, José María2424. Carlos Ortiz, José Joaquín2425. Carlos Ortiz, Rafael2426. Carlos Ortiz, Rosario2427. Carlos Roca, Rodriguez2428. Carlos Rufas Rovira, Eugenio2429. Carlos Villalba, Eugenio2430. Carlos, Braulio2431. Carmelo Alvarez, Benito2432. Carmena Alcázar, Andrés2433. Carmena Ortega, Félix
2434. Carmena Ruiz, Pilar2435. Carmina Barriga, Francisco2436. Carmión Molina, José2437. Carmona Delgado, Antonio2438. Carmona Fernández, Isabelino2439. Carmona Fernández, Juan2440. Carmona Jordán, Francisco2441. Carmona López, Pablo2442. Carmona Pérez, Luis2443. Carmona Valle, Antonio2444. Carnedo Álvarez, Benito2445. Carnal Vallina, Julio2446. Carnes Caballero, Luis2447. Camevali Gutiérrez, Juan2448. Carnevali Martínez, José2449. Carnicero Espina, Manuel
2450. Carnicero García, Marcelino2451. Carnicero Vivar, José2452. Caro Arroyo, Beatriz2453. Caro Ballesteros, José2454. Caro García, David2455. Caro Marín, Baldomero2456. Caro Martín, Dolores2457. Caro Plaza, Francisco2458. Caro Vélez, Avelino2459. Carol Fernández, Indalecio2460. Carolos Faracho, Enrique2461. Caron López, Pablo2462. Carpeño Puente, Pablo2463. Carpio Usaola, Carlos2464. Carracedo Sandomís, Pedro2465. Camalero Martínez, Juana
2466. Camalero Sanz, Juan2467. Carranceja Carraanceja, Mariano2468. Canana Díaz, José Luis2469. Carranza Iza. Fernando2470. Carranza Ortiz, Aníbal2471. Carranza Plaza, Isaac2472. Carranza Sardinas, Donatilo2473. Canascal Espinosa, Carmen2474. Carrasco Agudo, Francisco2475. Carrasco Alarcón, Pedro2476. Carrasco Alonso, Agustín2477. Carrasco Alonso, Heliodoro2478. Carrasco Caballero, Emeterio2479. Carrasco Caballero, Laurean2480. Carrasco Carrasco, Ramón2481. Carrasco Donate, Mateo
2482. Carrasco Fernández, Juan2483. Carrasco Guerrero, Eloy2484. Carrasco Hernández, Bienvenido2485. Carrasco López, José2486. Carrasco Méndez, Carmelo2487. Carrasco Molero, Emilio2488. Carrasco Moreno, Andrés2489. Carrasco Moreno, Francisco2490. Carrasco Pérez, Guzmán2491. Carrasco Plaza, Nicolás2492. Carrasco Ramírez, Angel2493. Carrasco Redondo, Pedro2494. Carrasco Rojo, Bernardino2495. Carrasco Santos, Perfecto2496. Carrasco Valenzuela, Miguel2497. Carrasco Verde, Manuel
2498. Carrascosa Gálvez, Alberto2499. Carrascosa Jaquotot, Mariano2500. Carrascosa Molero, Emilio2501. Carrascosa Quete, Mariano2502. Carrascosa Ramón, Rosario2503. Carrascosa Sierra, Joaquín2504. Carrasquilla, Pedro2505. Carrazana Sardinas2506. Cureña Cejudo, Jesús2507. Carreño García, Asunción2508. Carreño López, Antonio2509. Carreño Pri, Luis2510. Carreño Rodríguez, Esteban2511. Carrera Benito, Eusebio2512. Carrera Blanco, Aurelio2513. Carrera Cuerva, Jesús
2514. Carrera de la Rosa, Teófilo2515. Carrera Díaz José, Manuel2516. Carrera Pernia, Eusebio2517. Carrera Remedios, Antonio2518. Carreras Carreras, Alfredo2519. Carrero Cejudo, Jesús2520. Carrero García, Pedro2521. Carrero Martínez, Federico2522. Carrero Pérez, José María2523. Carretero Aragón, Atila2524. Carretero Martín, Eulalia2525. Carretero Martín, Luciano2526. Carretero Sáenz, Vicente2527. Carriaga Cobos, José2528. Carriazo Marín, Ricardo2529. Caaido Morión, Luis
2530. Carriedo Carriedo, Elena2531. Carrillo Antón, Miguel2532. Carrillo Benítez, Miguel2533. Carrillo Blas, Alfredo2534. Carrillo Cruz, Manuel2535. Carrillo García, Feliciano2536. Carrillo Gil, Lancero2537. Carrillo León, Lorenzo2538. Carrillo Martín, Francisco2539. Carrillo Ortiz, Juan2540. Carrillo Palomares, Hilario2541. Carrillo Romero, Antonio2542. Carrillo, Vicente, Pascual2543. Carrión Camarero, Ángel2544. Camón Cuellar, Antonio2545. Carrión Fondevilla, Rafael
2546. Carrión García, José María2547. Carrion González, Faustino2548. Carrión Gonzalvo, Pedro2549. Carrión Guillermfn, Antonio2550. Carrión López, Felipe2551. Carrión Mojarra, Carmen2552. Carrión Mojarra, José2553. Camión Molina, José2554. Camión Ortiz, Francisco2555. Camón Rubí, Juan2556. Camión Villacales, Félix2557. Carrizosa López, Pedro2558. Carro Orozco, Alfonso2559. Carromolino Barrera, Luis2560. Camón Fernández, Indalecio2561. Corzo Escobar, Felipe
2562. Casa Cajero Cuesta, Jesús2563. Casa Estrada, José2564. Casa Jiménez, Francisco2565. Casaban Pingaron, José2566. Casademunt Roig, Luis2567. Casado Gálvez, Antonio2568. Casado García, Luis2569. Casado Gutiérrez Santiago2570. Casado Landabaro, Eduardo2571. Casado Martínez, Pedro2572. Casado Moyano, José2573. Casado Pardo, José2574. Casado Plaza, Regina2575. Casado Rodríguez, Salvador2576. Casado Vallejo, Manuel2577. Casado, Saturnino
2578. Casal Soto, Bernardo2579. Casalle Domínguez, José2580. Casanova Caderana, Jesús2581. Casanova González, María2582. Casanova González, Mateo2583. Casanova López, José2584. Casanova Pingarrón, José María2585. Casanova, Santiago2586. Casanueva Gil, Manuel2587. Casar Álvarez, Pablo2588. Casares Fernández, Pablo2589. Casares Jarque, Victor2590. Casares Manos, Ángel2591. Casares Reiner, Eduardo2592. Casares Reyes, Enriqueta2593. Casares Sánchez, Fernando
2594. Casares Veda, Gertrudis2595. Casas Fernández, Constantina2596. Casas Gilbert, Margarita2597. Casas Gómez, Carlos2598. Casas Jiménez, Isaac2599. Casas López, Concepción2600. Casas Miticola, Ricardo2601. Casas Nares, Severiano2602. Casas Regueiro, Luis2603. Casas Reyes, Francisco2604. Casas Roldán, José María2605. Cascajares Ordóñez, Clementine2606. Cascajares Pérez, Juan2607. Cascales Sánchez, Eloisa2608. Cascales Sánchez, José2609. Cascallano Esteban, José
2610. Cascón Arroyo, Fidel2611. Cancón Sagarzazu, Agustín2612. Caseras Carizo, Adelina2613. Casero Alcoba, Luis2614. Casero Manzanares, Pedro2615. Casero Santos, Luis2616. Casero Varela, Francisco2617. Casero, Amparo2618. Caria Martín, Juan2619. Caria Verano, Alfonso2620. Casillas Callado, Honorio2621. Casillas Sánchez, Francisco2622. Casimiro Benito, Cristóbal2623. Casio Alcolao, Cruz2624. Caso Garcia, Ramón2625. Caso Suárez, Francisco
2626. Casquera de los Ríos, Eduardo2627. Castran, Cándido2628. Castanedo, Robledo2629. Castaña Capell, Pedro2630. Castaña Castaño, Emilio2631. Castañeda Abad, Enrique2632. Castañeda Cano, Gregorio2633. Castañeda Cebrón, Fernando2634. Castañeda Muñoz, Dulce2635. Castañeda Rufo, José2636. Castañeda Sánchez, José2637. Castañeda, Eusebio2638. Castañeda, Gregorio2639. Castañeda, San Martín2640. Castaño Ituarte, Milano2641. Castaño Mencia, Suárez
2642. Castaño Portillo, Aurelio2643. Castaño, Federico2644. Castañoso, Enrique2645. Castejón de la Torre2646. Castell Huertas, Pilar2647. Castell y Fernández, Emilio2648. Castellano de la Hoz, Juan2649. Castellano Gómez, Luis2650. Castellano Hortelano, Manuel2651. Castellano López, Evencio2652. Castellano Mazarredo, Ignacio2653. Castellano Mazarredo, José Luis2654. Castellano Ruiz, Carmen2655. Castellano Sánchez, José2656. Castellano Sastre, Laurean2657. Castellano Soto, María
2658. Castellano Vaquero, José2659. Castellano, Marcelino2660. Castellanos Castellanos, Francisco2661. Castellanos Díaz, Benito2662. Castelló Gómez, Eugenio2663. Castelló Oliver, Carlos2664. Castelló Oliver, José2665. Castelló Romera, Antonio2666. Castelló Sanz, Clara2667. Castelló, Francisco2668. Castellote, Jesús2669. Castilblánquez Amores, Emiliana2670. Castilla Arias, Juan2671. Castilla Coslada, Antonio2672. Castilla Sandoval, Arturo2673. Castilla Sandoval, Manuel
2674. Castilla Santa Ana, Araceli2675. Castillejos, Antonio2676. Castillo Andrés, Marcos2677. Castillo Arias, Juan2678. Castillo Bárcenas, Adela2679. Castillo Caballero, Ildefonso2680. Castillo Colmenarejo, Luis2681. Castillo del Toro, José2682. Castillo Escalza, Julio2683. Castillo España, Fermín2684. Castillo Fernández, Isidro2685. Castillo Gómez, Eleuterio2686. Castillo González, Andrés2687. Castillo González, Bernardo2688. Castillo González, Carmen2689. Castillo González, Manuel
2690. Castillo Ibarrondo, José2691. Castillo Labarta, Eloísa2692. Castillo López, Enrique2693. Castillo López, José María2694. Castillo Martí, Rodolfo del2695. Castillo Martínez, Mateo2696. Castillo Matienzo, Cristina2697. Castillo Nieto, Antonio2698. Castillo Ocaiia, Alfonso2699. Castillo Olivares, Antonio2700. Castillo Oliver, Carlos2701. Castillo Pozo, Magdalena2702. Castillo Puches, Pascual2703. Castillo Puente, José2704. Castillo Rodríguez, Lutgarda2705. Castillo Sales, Ramón
2706. Castillo Santillana, Eduardo2707. Castillo Serra, Francisco2708. Castillo Sierra, Victoriano2709. Castillo Solánchez, José2710. Castillo Tejada, Antonio2711. Castillo Uriza, Clara2712. Castillo Urrieta, Enrique2713. Castillo Yurrita, Carlos2714. Castillo, Alfonso2715. Castillo, Francés2716. Castrillo Peinado, Miguel2717. Castro Blanco, Carmen2718. Castro Camba, Alfredo2719. Castro Camba, Rafael2720. Castro Castañeda, Manuel2721. Castro Colombie, Ramón
2722. Castro Corrales, Constantin2723. Castro Cotes, Carmen2724. Castro de Abajo, José2725. Castro de la Fuente. Teodoro2726. Castro de la Puente, Teodoro2727. Castro Delgado, María del Pilar2728. Castro Ferrando, Ángel2729. Castro García, Alejandro2730. Castro García, Eduardo2731. Castro Gómez, Luis2732. Castro Gutiérrez, Fernando2733. Castro Gutiérrez, Juan2734. Castro Hernández, Juan2735. Castro Herradón, Diego2736. Castro Lardo, Manuel2737. Castro Lázaro, Antonia
2738. Castro López, Felipe2739. Castro Lorenzo, Francisco2740. Castro Masilla, Cecilia2741. Castro Montero, Cecilio2742. Castro Monzó, Gerardo2743. Castro Moreno, Joaquín2744. Castro Navarro, Francisco2745. Castro Novp, Manuela2746. Castro Ortiz, Agustín2747. Castro Pallín, José2748. Castro Pérez, Magdalena2749. Castro Pulido, Tomás2750. Castro Ramiro, Luis2751. Castro Redmello, Benigno2752. Castro Saavedra, Pedro2753. Castro Trapero, Victorio
2754. Castro y Calzado, Angel2755. Casuso Piñeiro, María2756. Cata Franco, Francisco2757. Catalán Cuadrado, Sebastián2758. Catalán Domingo, Roque2759. Catalán García, Jesús2760. Catalán Hernández, Tiburcio2761. Catalán Martín, Miguel2762. Catalán Sánchez, Santiago2763. Catalina Chamón, Enrique2764. Catalina López, Jesús2765. Catena Pérez, Rafael2766. Cato Franco, Francisco2767. Catón Marcos, Ezequiel2768. Cauce Dalmáu, Julio2769. Cancela Pérez, Carlos
2770. Causapiez Pérez, Juan2771. Cautarel, Joaquín2772. Cavestari Sánchez, Pedro2773. Cavia Medina, Germán2774. Cayarga Ugalde, Tomás2775. Cayón González, José2776. Cayón Rubiñoa, Eliseo2777. Cayón Ruiz, Juan2778. Cazorla Andión, Eulogio2779. Cazorla Martínez, Manuel2780. Cea Álvarez, Antonio2781. Cea Camaño, Antonia2782. Cea Iafuente, Francisco2783. Ceballos Coscollas, Dolores2784. Ceballos López, Rafael2785. Ceballos López, Victoria
2786. Ceballos Pin, María Victoria2787. Ceballos Piñeiro, David2788. Ceballos Teresi, José2789. Ceballos Zúñiga, Pedro2790. Cebellán Galindo, Aquilino2791. Cebellino Cardenal, José2792. Cebrián Arranz, Pedro2793. Cebrián Casiano, Antonio2794. Cebrián Cuadrado, Manuel2795. Cebrián Cuadrado, Pedro2796. Cebrián Esperanza, María2797. Cebrián García, Juan Manuel2798. Cebrián Izquierdo, Mariano2799. Cebrián Maroto, José2800. Cebrián Maroto, Luis2801. Cebrián Mastín, Francisco
2802. Cebrián Milano, Teresiano2803. Cebrían, Bartolomé2804. Cebrián, Primo2805. Cecilia Gallardo, Vicente2806. Cediel Brea, Ramón2807. Cediel García, Cecilio2808. Cediel García, Ramón2809. Cedrón Mareos, José2810. Cejalvo González, Luis2811. Cejalvo Gonzalo, Luis2812. Cejudo Belmonte, Jesús2813. Cejuela Fernández, Mercedes2814. Celada García, Cristino2815. Celda Balboa, Manuel2816. Celeiro Alonso, Juan2817. Celia López, José
2818. Cetas Hernández, José2819. Cemboráin Castro, Concepción2820. Cembrero Hornillo, Ignacio2821. Centéllez Centéllez, Francisco2822. Centeno Castellano, Santos2823. Centeno Centeno, Ricardo2824. Centeno Martín, Roque2825. Ceñal Llorente, Carlos2826. Ceñal Llorente, Justo2827. Ceñal Llorente, Luis2828. Cepeda Tonesano, Valentin2829. Cepeda y Casanova, Luis2830. Cercadillo, Manuel2831. Cerceno Sevillano, Ana María2832. Cerdá Bárcenas, Manuel2833. Cerdá Barcenas, Tomás
2834. Cerda Marqués, Juan2835. Cerdán López, José2836. Cerdeño Catalina, Isidro2837. Cerdeña Catalina, Manuel2838. Cereijo Muiño, José2839. Cereijo Muiño, Manuel2840. Cereza) Calvo, Miguel2841. Cerezal Cebrián, Antonio2842. Cerezo Aparicio. José2843. Cerezo de la Villa, Benigno2844. Cerezo Delgado, Josefa2845. Cerezo González, Antonio2846. Cerezo Hemáiz, Aurea2847. Cerezo Pancortio, Santiago2848. Cerezo Peña, Pablo2849. Cerezuela Castillo, José
2850. Cernuda Castellanos, Mariano2851. Cernuda Romero, Carmen2852. Cernuda Torres, José2853. Cernuda Torres, Mariano2854. Cerrada Zoya, Manuel2855. Cerrato Garrido, Francisco2856. Cerrato Macario, Antonio2857. Cerrato Méndez, Alberto2858. Cerrato Menéndez, Antonio2859. Cerrato Vázquez, Antonio2860. Cerrillo Abalo, Juan José2861. Cerrado Valle, Carlos2862. Certero Rueda, Julián2863. Cervantes Martín, Juan2864. Cervera Castro, José María2865. Cervera Gómez, Jacinto
2866. Cervera Martin, Adela2867. Cervera Moya, José María2868. Cervera Moya, Miguel2869. Cervera Siquer, Pascual2870. Cervera Valderrama, Joaquín2871. Cervera, Luis2872. Cervilla Rodríguez, Francisco2873. Céspedes G6mez, Ernesto2874. Céspedes Jordán, Amparo2875. Céspedes Mac-Crohon, Valentin2876. Céspedes Marañón, Doroteo2877. Céspedes Marcelo, José2878. Cetillo, Juan Pedro2879. Chacel y del Moral, Manuel2880. Chácer Norma, José2881. Chacobo Rocha, María Dolores
2882. Chacón Martínez, Bonifacio2883. Chamizo Montes, Juan2884. Chamizo Montes, Teresa2885. Chamizo Morera, José2886. Chamón Pardo, Pablo2887. Chamán Pardo, Pedro2888. Chamorro Tello, Gustavo2889. Chapado Martín, Primo2890. Charde Vicente, Julio2891. Charle del Hoyo, Victorina2892. Chateau, André2893. Chau del Río, Ricardo2894. Chavara Franch, Miguel2895. Chavarri Rodríguez, Josefa2896. Chavarri Serrano, Luis2897. Chaves Rodriguez, Enrique
2898. Checa Benito, Pedro2899. Checa Martínez, José2900. Chelvi Bosch, Alfredo2901. Chelvi Mutes, Tomás2902. Checa Lasanta, Ángel2903. Chereguini Buitrago, Félix2904. Chica Juan, Miguel2905. Chicahrro Naarro, Lorenzo2906. Chicano Valdés, Tadeo2907. Chico Bartolomé, Gonzalo2908. Chico de Guzmán, Diego2909. Chico García, Teófilo2910. Chico Montes, Luis2911. Chico, Rafael2912. Chicote Fuentes, Constantino2913. Chicote Torrijones, Higinio
2914. Chicharro Nicolás, Pedro2915. Chicharro Román, Alejandro2916. Chiloeches Calvo, Laureana2917. Chinarro Jiménez, Hilario2918. Chocarlo Laguna, Concepción2919. Ciarrete e Ibarrondo, Blas2920. Cib Abad, José2921. Cibera Alonso, Mariano2922. Cid Hernández, Marcelo2923. Cid Mascarell, Vicente2924. Cid Moreno, Pascual2925. Cid Paredes, Juan2926. Cid Traga, José2927. Cid Villegas, Pedro2928. Cierva Alonso, Mariano2929. Cierva Codomiu. Ricardo de la
2930. Cifuentes Benavente, Pedro2931. Cifuentes Cifuentes, Mariano2932. Cifuentes Fernández, Julián2933. Cifuentes Jiménez, Julián2934. Cifuentes Rodríguez, Carlos2935. Cillemelo Izquierdo, Bernardo2936. Cincunegui Chacón, Manuel2937. Ciordia Rivas, Lorenzo2938. Ciprés Aso, Teresa2939. Ciriaco, Domingo2940. Ciruelos Fernández, Benito2941. Cisneros Gutiérrez, Eduardo2942. Ciudad Real González, Manuel2943. Claro Gutiérrez, Cándido2944. Claudio Estivil, Guillermo2945. Claudio Gutiérrez, Miguel
2946. Clavel Caro, Francisco2947. Clavel Prada, Tomás2948. Clavijo Betancourt, Francisco2949. Clavijo Jiménez, Enriqueta2950. Clement Vela, Ramón2951. Clemente Esteban, Santiago2952. Clemente Garcia, Norberto2953. Clemente Moreno, Rosario2954. Clemente Rodríguez, Teresa2955. Climent Diaz, Conrado2956. Climent López, Conrado2957. Clo Rivas, Enrique2958. Clomy Mediano, Francisco2959. Clotilde del Pilar, sor María2960. Coba Marto, Blas2961. Cobas Hedilla, Rafael
2962. Cobea Moreno, Juan2963. Cobián Fernández, Bernardo2964. Cobián Fernández, Marta2965. Cobián Fresa, Enrique2966. Cobián Herrera, Ana Mala2967. Cobián Sánchez José, Manuel2968. Cobo Carmona, Francisco2969. Cobo Castaño, Luis2970. Cobo Celada, Alejandro2971. Cobo Corpas, Juan2972. Cobo Corpas, Pedro2973. Cobo Dávila, Andrés2974. Cubo de Guzmán, Antonio2975. Cobo Espinosa, Celestino2976. Cobo Espinosa, Ildefonso2977. Cobo Fresneda, Antonio
2978. Cobo Morales, Juan2979. Cobo Rubio, Gabriel2980. Cobo Sanz, Esteban2981. Cobo Sanz, Federico2982. Cobo Sanz, José2983. Cobos Carmona, Francisco2984. Cobos Martínez, Francisco2985. Cobos Santa Eulalia, Inés2986. Cobos Torres, Julio2987. Cobos, Benjamín2988. Coca Palomares, Andrés2989. Cocebet Martínez, Casimiro2990. Cocero San José, Eduardo2991. Coco López, María2992. Codes Herrera, Miguel2993. Codes Mas Oliver, Manuel
2994. Coe0o de Portugal, Ignacio2995. Coello García, Luis2996. Coeilo Muñoz, Benito2997. Coello Pérez, Baldomero2998. Cogido Fernández, María Antonia2999. Cogoller Cabaña, Fructuoso3000. Cogolludo Álvarez, Ángel3001. Cogolludo Álvarez, José3002. Cogolludo de las Heras, Jerónimo3003. Cogolludo Sánchez. José3004. Coig Macias, Manuel3005. Coig Roos, Manuel3006. Coin Gallego, Manuel3007. Colds Hontán, Juan3008. Colmenar Montes, Lorenzo3009. Colmenarez Gascona, Mauricio
3010. Colmenero Simón, Juan3011. Colodor Hernández, Amadeo3012. Colodro Sedeño, Juan3013. Coloma Escrivá, Jesús3014. Colombo Antón Manuel, Carlos3015. Colombo Echepari, Jacobo3016. Colomer Espinosa, Pablo3017. Colomer Ibáñez, José3018. Colomer Ramírez, Emilio3019. Colomer Rodríguez, Emilio3020. Colomina Boll, Luis3021. Colomina Cremades, Luis3022. Colón Apilara. Cristóbal3023. Colón Cardany, Miguel3024. Colón Colón, Catalina3025. Colón Paniagua, Cristóbal
3026. Colorado Pacheco, Modesto3027. Colorado Quirós, Bonifacio3028. Colorado Sevillejo, Julián3029. Coll Critóbal, José3030. Collado de Arias, Nicolás3031. Collado de León, Honorio3032. Collado Expósito, Eusebio3033. Collado García, Eduardo3034. Collado Guerrero, Carlos3035. Collado López, Francisco3036. Collado Oliver, Concepción3037. Collado Oliver, Luis3038. Collado Olivera, Julián3039. Collado Parejo, Francisco3040. Collado Pérez, Eduardo3041. Collado Soler, Francisco
3042. Collantes García, Alfredo3043. Collantes González, Manuel3044. Cóllar Cállar, Guillermo3045. Colludo de las Heras, Guillermo3046. Comendador Torija, Ventura3047. Comenge Gespe, Juan3048. Comenge Gespe, Rafael3049. Comía Allendesalazar, Antonio3050. Comía Gutiérrez, Pilar3051. Comía Peña, Joaquín3052. Cominero Esteban, Ambrosio3053. Company Oliva. Rafael3054. Conato Menor, Ciriaco3055. Conca Blanco, Bautista3056. Conca Sánchez, Julio3057. Concejo Collado, Manuel
3058. Concejo Gallar, Manuel3059. Concepción Corral. Marcelino3060. Concepción Corral, Mariano de la3061. Concepción Rodríguez, Mª del
Carmen3062. Concha Cardia, Joaquín3063. Conchero Pérez, Lisardo3064. Condado Benito, Cesáreo3065. Condado Fuentes, Luis3066. Conde de Santa, Engracia3067. Conde Fernández, Francisco3068. Conde Luque, José3069. Conde Pastor, José3070. Condrás Cañada, Alberto3071. Conejero Hernández3072. Cordoncillo, Carlos
3073. Corpa, marqués de3074. Corredor Florencio, Agustín3075. Cos-Gayón, Ángel3076. Coso Langa, Andrés3077. Coso Langa, Conceso3078. Cumellas Alsina, Antonio3079. Daban Fernández, Serrano3080. Dadín Belsor, Sador3081. Dadín Belsor, Suceso3082. Dalmán Mesa, Cándido3083. Danza Ramírez, Miguel3084. Darnell Imrramendi, Sinesio3085. Dato Amarillas, Francisco3086. Daviaga García, Blas3087. David Hermoso, Julio3088. Dávila Avalos, Antonio
3089. Dávila Cabrero, Alejandro3090. Dávila Díaz, Juan3091. Dávila Marino, Manuel3092. Dávila Muñoz, Antonio3093. Dehesa Fuentecilla, Manuel3094. Delaprée, Louis3095. Delegado García, Nicanor3096. Deleyto Pereira, Pablo3097. Delfín García, Antonio3098. Delgado Aguilar, Adalberto3099. Delgado Aranda, Agustín3100. Delgado Aranda, Víctor3101. Delgado Badillo, Felipe3102. Delgado Bais, Manuel3103. Delgado Barrero, Juan3104. Delgado Barrero, Víctor
3105. Delgado Beato, Eugenio3106. Delgado Bois, Manuel3107. Delgado Cargía, José3108. Delgado Estremera, Amador3109. Delgado García, Asensio3110. Delgado García, Gonzalo3111. Delgado Huertas, Jesús3112. Delgado Iribarren, Francisco3113. Delgado León, Gregorio3114. Delgado Pauce, Ildefonso3115. Delgado Pérez, José3116. Delgado Ramos, Benita3117. Delgado Sánchez, Domingo3118. Delgado Valiente, Grato3119. Delveck Sanjust, Eugenio3120. Domaría López, José
3121. Desamparados Priman, Petra3122. Despujols Cinón, Ramón3123. Deus Gómez, Eduardo3124. Devis Almir, Miguel3125. Deza Maqueda, Fausto3126. Díaz Alba, María3127. Díaz Ayllón, José3128. Díaz Baeza, Martín3129. Díaz Bengoechea, Manuel3130. Díaz Blázquez, Martín3131. Díaz Solarios, Lorenzo3132. Díaz Calderón, Julia3133. Díaz Cantera, Ramón3134. Díaz Capilla, José3135. Díaz Cárdenas. Juan3136. Díaz Clemente, Arturo
3137. Díaz Corralero, Celestino3138. Díaz Crespo, Miguel3139. Díaz Chacón, Adolfo3140. Díaz Dalvo, Fernando3141. Díaz Daneja, Domingo3142. Díaz de la Guardia, Manuel3143. Díaz de Mendoza, Fernando3144. Díaz de Velasco, José3145. Díaz del Águila, Sabino3146. Díaz del Almendro, Jesús3147. Díaz del Moral, Antonio3148. Díaz del Olmo, Francisco3149. Díaz Díaz, Bartolomé3150. Díaz Díaz, Saturnino3151. Díaz Estébanez, Jacobo3152. Díaz Fernández, José
3153. Díaz García, Antonio3154. Díaz Garcia, Baldomero3155. Díaz García, Manuel3156. Díaz González, Carmen3157. Díaz González, Enrique3158. Díaz Guerrero, Juan3159. Díaz Gutiérrez, Salvador3160. Díaz Hernández, Martín3161. Díaz Hernández, Rafael3162. Díaz Herrero, Juan3163. Díaz Iglesias, Luis3164. Díaz Jorge, José3165. Díaz López, María3166. Díaz López, Recaredo3167. Díaz Moreira, José3168. Díaz Moya, Miguel
3169. Díaz Ordóñez, Antonio3170. Díaz Otero, Natalio3171. Díaz Penén, Enrique3172. Díaz Pérez, Mónico3173. Díaz Piñata, Eduardo ,3174. Díaz Plaza, Andrés3175. Díaz Prieto, Alonso3176. Díaz Prieto, Jaime3177. Díaz Ramírez, Nicasio3178. Díaz Retoños, Félix3179. Díaz Roca, Rafael3180. Díaz Rodríguez, Valeriano3181. Díaz Romero, Miguel3182. Díaz Sánchez, Marcelino3183. Díaz Sanz, Isidoro3184. Díaz Sanz, Restituto
3185. Díaz Trillano, Manuel3186. Díaz Vara, Agapito3187. Díaz Vicente, Pascual3188. Díaz Zorita, Francisco3189. Dicente Víctor, Luis3190. Diego Abadía, José3191. Diego Hidalgo, Ramón3192. Diego Martos, Luis3193. Diego Roldán, Ángel3194. Diéguez Cruz, Antonio3195. Diéguez Vidal, Sinforino3196. Díez Agreda, Manuel3197. Diez Alonso, Baldomero3198. Diez Alonso, Josefa3199. Díez Asensio, Julio3200. Diez Castellón, Baltasar
3201. Díez del Carro, Luis3202. Díez Fernández, Nemesio3203. Díez Fernández, Serrano3204. Díez García, Marcelo3205. Díez Gómez, José3206. Diez Harto, Jesús3207. Díez Infante, José3208. Diez Julián, Martín3209. Diez Mediavilla, Vicente3210. Díez Quesada, Andrés3211. Díez Rivera, Diego3212. Diez Salido, Clemente3213. Díez Salas. Manuel3214. Diez Sánchez, José3215. Diez Tirado, Leopoldo3216. Dilla Carpenter, Ángel
3217. Dimas Rayona, Luis3218. Dios Carrasco, Saturnino3219. Dios Dios, Benito3220. Doctor Corredor, Benito3221. Dochoa Rodríguez, Enrique3222. Domingo Aguado, Jesús3223. Domingo Ayuso, José3224. Domingo Fernández, Celestino3225. Domingo García, María3226. Domingo Sánchez, Antonio3227. Domingo Torremocha, Isaac3228. Domínguez Aguado, Fernando3229. Domínguez Baeza, Tomás3230. Domínguez Cazalla, Agustín3231. Dominguez Checa, Alejandro3232. Domínguez Dominguez, Julián
3233. Dominguez García, Demetrio3234. Domínguez Guzmán, Emilio3235. Domínguez Magdalena, Nemesio3236. Domínguez Márquez, Juan3237. Domínguez Martinez, Dionisio3238. Domínguez Ruiz, Pedro3239. Dominguez Sanz, Enrique3240. Domínguez Torralba, Juan3241. Domínguez Victoria, Saturnino3242. Domínguez Vidal, Ramón3243. Donate Muller, Emilio3244. Donato Fernández, Joaquina3245. Donego García, Antonio3246. Donoso Cortés, Guillermo3247. Doña Sánchez, Antonio3248. Dorado Ríos, Rafael
3249. Dorallo Marín, Ramón3250. Doredo Vergara, Luis3251. Dorelo Garcia, Juan3252. Doto Almansa, Pedro3253. Duelo Font, Domingo3254. Dueñas Martín, Manuel3255. Dueñas Rodríguez, Luis3256. Dúo Cordejuela, Julio3257. Duperier Díez, Julio3258. Duprd López, Alejandro3259. Duque Berzal, Julio3260. Duque González, Dominica3261. Duque Rodriguez, Amparo3262. Durán Cantos, Anastasio3263. Durán del Monet, Justo3264. Durán del Moral, Justo
3265. Durán Hernández, Luis3266. Durán Palomo, Francisco3267. Durán Pérez, Pablo3268. Durán Sánchez, José María3269. Durán Sánchez, Simón3270. Durán Velasco, José3271. Durán Viznueta, Facundo3272. Duval del Castillo, Salvador3273. Echánove Guzmán, Antonio3274. Echánove Guzmán, Miguel3275. Echeguren Ocio, Carlos3276. Echevarría Barrena, Epifanio3277. Echevarría Surca, Alfonso3278. Echevarría Echevarría, Luis3279. Echevarría Hernández. Jesús3280. Echevarría Orejón, Juan José
3281. Echevarría Rodríguez. Jaime3282. Echevarría Seter, José3283. Edo Día, Basilio3284. Edo Díaz, Emilio3285. Egafia Bargés, Arturo3286. Egaña Elizarán, Alfonso3287. Egea Castallar, Eugenio3288. Egea Jarin, Antonio3289. Egea Paredes, Antonio3290. Egea Sáenz, Antonio3291. EgidoVillegas, Víctor3292. Eguf, Santiago3293. Eguiazábal Fernández, Basilio3294. Eguidazo, Saturnino3295. Eguiliot Rodriguez, Manuel3296. Eguiluz la Concha, Pedro
3297. Elcid Ladrón, Severing3298. Elena García, Enrique3299. Elices Domingo, José Antonio3300. Elices Jiménez, Luis3301. Elizaide Alay, Juan3302. Elda, Ignacio3303. Elvira Paura, Julián3304. Elvira Rodriguez, Manuel3305. Elvira Vacas, Isidoro3306. Embid, Vicente3307. Encina Roa, Paulino3308. Encinas Álvarez, Doloroso3309. Encinas González, José3310. Enjuto Serrano, Joaquín3311. Enrique Fernández, Augusto3312. Enrique Fernández, Bruno
3313. Enrique Fernández, Juan3314. Enrique Lozano, Manuel3315. Enrique Toledano, Juan3316. Enríquez Fernández, Augusto3317. Eraña, Carlos3318. Escobar Béjar, Elvira3319. Escobar García, Gregorio3320. Escobar Gómez, Víctor3321. Escobar Gónzález, Prisca3322. Escobar González, Rafael3323. Escobar Gutiérrez, Francisco3324. Escobar Miranda, Miguel3325. Escobar Trujillo, Alonso3326. Escolar Díez, José Luis3327. Escondrillas Ruiz, Eloísa3328. Escondrillas Ruiz, Elvira
3329. Escondrillas Ruiz, Mercedes3330. Escosa Garcia, Joaquín3331. Escosura, Gabriel3332. Escriba de Romani, Carlos3333. Escribá de Romani, Fermin3334. Escriba de Romani, Guillermo3335. Escriba de Romani, Ramón3336. Escribano Álvarez, Carlos3337. Escribano Balsalobre, Joaquin3338. Escribano Estuerca, Enrique3339. Escribano Estuerca, Fernando3340. Escribano Estuerca, Francisco3341. Escribano Estuerca, Miguel3342. Escribano García, Angel3343. Escribano Herranz, Mariano3344. Escribano Romero, Manuel
3345. Escribano Valleo, Enrique3346. Escuadra, Gurtiaga3347. Escudero Díez, Antonio3348. Escudero Herrero, Eutiquio3349. Escudero Peda, Matías3350. Espada Sáiz, Gerardo3351. Espada Sáiz, Mariano3352. Espada, Ciriaco3353. Espadasín, Manuel3354. Espaleta, Francisco3355. Español Miguel, Clam3356. Esparza Díez, Paulino3357. Esparza y García, Rafael3358. Espasandín Bouza, Manuel3359. Espejo Cuevas, Matías3360. Espejo Higuera, Pascual
3361. Esperabé González, Dolores3362. Esperabé González, José María3363. Espereta, Andrés3364. Espiga Bordagorri, Alfredo3365. Espiga Bordagorri, Luis3366. Espina Mazón, Jaime3367. Espina Oliveros, Irene3368. Espinar Adrados, Vidal3369. Espino Alonso, Crescencio3370. Espino Esteban, Santiago3371. Espfnola Fernández, Gonzalo3372. Espinós Colomer, Modesto3373. Espinós Iglesias3374. Espinosa Bonos, Juan3375. Espinosa Ferrándiz, Alfonso3376. Espinosa Manjón, Manuel
3377. Espinosa Montero, Enriqueta3378. Espinosa Orozco, Cristóbal3379. Espinosa Rodríguez, Ambrosio3380. Espinosa, Alfonso3381. Espinosa, José María3382. Esprigueros Martín, Victoria3383. Esquina Escalane, Alvaro3384. Esquiroz García, Fernando3385. Esquivias Martín, José Luis3386. Esquivias Ugena, Francisco3387. Estables Cobeño, Constancio3388. Estado Saldes, José3389. Estáns Gutiérrez, Gabriel3390. Esteban Almuncio, Sotero3391. Esteban Aragón, Eugenia3392. Esteban Barahona, Vicente
3393. Esteban Caracuer, Mariano3394. Esteban Cebrián, Amalia3395. Esteban Corral, Santiago3396. Esteban Jorro, Roman3397. Esteban Mata, Bartolomé3398. Esteban Griego, Felipe3399. Esteban Zapata, Agustín3400. Estébanez Agudo, Mercedes3401. Estébanez Aragón, Engracia3402. Estébanez López, Félix3403. Estefanía Alfonso, Ernesto3404. Estero Valcácer, Enrique3405. Esteva limen, Angel3406. Estévez Álvarez, Edmundo3407. Estévez Losada, Isabel3408. Estévez Martín, Juan
3409. Estévez Núñez, Federico3410. Estévez, Ortega3411. Estrada Gómez, Francisco3412. Estrada Ostolés, Ángel3413. Estrella Muñoz, Juan3414. Eusebio Sánchez, Pascual3415. Eustaquia de la Asunción, sor
María3416. Enojo, Juan de la Cruz3417. Expósito Crespo, Santos3418. Expósito de la Cruz, Juan Antonio3419. Expósito García3420. Expósito Millares, Alfredo3421. Eymar López, Enrique3422. Ezpeleta y Montenegro, Francisco3423. Fabián López, Pedro
3424. Fabra Merino, Alejandro3425. Fabregat, Joaquín3426. Fabrf Martínez, Mala3427. Fabro Garrod, José3428. Facio Pérez, Enrique3429. Faguagua, Ricardo3430. Fairén López, Alfonso3431. Fajardo Moreno, José3432. Fajardo Pérez, José3433. Fajardo Sánchez, José3434. Fajo Mora, Manuel3435. Fajo Sánchez, Manuel3436. Falcó Esteban, Amador3437. Falero Collado3438. Falquina y Garcfa, Dolores3439. Familiar López, Venancio
3440. Familiar Palomo, Gabriel3441. Famoso Fernández, Rafael3442. Fanjul Goñf, Alfonso3443. Fanjul Sedeño, José Ignacio3444. Fantova Ferdero, Luis3445. Farfán de los Godos, Manuel3446. Farge Lázaro, Leopoldo3447. Fariñas Castro, José María3448. Feudo Matamalos, José3449. Faure Justa, Ricardo3450. Fayós Camacho, Callista3451. Fe Fernández, Ricardo3452. Fe Martínez, Antonio3453. Feanco, Canuto3454. Federico Lambel, Ricardo3455. Feijó Gallego, Zacarías
3456. Feito Ayuso, Antonio3457. Feito Montero, Enrique3458. Feito Sainz, José3459. Feixá Aranda, Enrique3460. Felipe Gómez, Serafín3461. Felíu Vicent, Edelmiro3462. Fenech, Francisco3463. Fenero Morante, Pedro3464. Fenesa Bonet, José3465. Fenollán Rodríguez, José María3466. Feraz Cruz, Juan3467. Feréndez Serrano, Salvador3468. Fermín Imaz, Miguel3469. Fernández Aguilera, Clotilde3470. Fernández Alcalde, Alfonso3471. Fernández Álvarez, Francisco
3472. Fernández Álvarez, José Antonio3473. Fernández Arrieta, Rosalfa3474. Fernández Avilés, María Luisa3475. Fernández Bachiller, Ceferina3476. Fernández Bagán, Marcelino3477. Fernández Bedoya, Germán3478. Fernández Beleña, Vicente3479. Fernández Beltrán, Enrique3480. Fernández Bengoa, José María3481. Fernández Bermejo, Gregorio3482. Fernández Brende, Francisco3483. Fernández Calderón. Jaime3484. Fernández Calvo, Isabel3485. Fernández Campomanes, Luis3486. Fernández Canceda, Lupiciano3487. Fernández Cano, Antonio
3488. Fernández Cariño, Dolores3489. Fernández Carrasco, Eugenio3490. Fernández Carrasco, Jesús3491. Fernández Carrasco, Luis3492. Fernández Carvajal, Carmela3493. Fernández Carvajal, Jesús3494. Fernández Cavada, Amalia3495. Fernández Cavada, María Soledad3496. Fernández Cavala, José3497. Fernández Celero. Amparo3498. Fernández Cepeda, Augusto3499. Fernández Cid, Antonio3500. Fernández Composorio, Inocente3501. Fernández Conde, José3502. Fernández Criado, Nicanor3503. Fernández Cruz, Juan de Dios
3504. Fernández Cub, Ana Amelia3505. Fernández Cub, Ana Asunción3506. Fernández Cadera, Alejandro3507. Fernández Cuevas, Sofía3508. Fernández Chaperón, Pablo3509. Fernández Chinarro, Ángel3510. Fernández Chunilla, Julio3511. Fernández de Angulo, Amalia3512. Fernández de Angula, Ignacio3513. Fernández de Córdoba, Joaquín3514. Fernández de Cossío, Vicente3515. Fernández de Dios, Vicente3516. Fernández de Henestrosa,
Francisco3517. Fernández de Henestrosa, José3518. Fernández de Henestrosa, Matías
3519. Fernández de Heredia, Antonio3520. Fernández de la Cruz, Marino3521. Fernández de la Guerra, Antonio3522. Fernández de la Reguera, María3523. Fernández de Lamata, Juan3524. Fernández de Madrid, Defina3525. Fernández de Madrid, Juan3526. Fernández del Pozo, Francisco3527. Fernández Díaz, Eladio3528. Fernández Díaz, Eleuterio3529. Fernández Díaz, Esteban3530. Fernández Díaz, Felipe3531. Fernández Díaz, Manuel3532. Fernández Echevarría. Carmen3533. Fernández Eguiluz, Enrique3534. Fernández Escosura, Francisco
3535. Fernández Estrada, Primitivo3536. Fernández Falla, José3537. Fernández Ferrero, Fernando3538. Fernández Ferrero, Luis3539. Fernández Fito, Vicente3540. Fernández Gamboa, Luis3541. Fernández Garcfa, Elvira3542. Fernández Garcfa, Enriqueta3543. Fernández García, Félix3544. Fernández Garcfa, Luis3545. Fernández Garcfa, Nicasio3546. Fernández Giganta, Narciso3547. Fernández Gil, Ángel3548. Fernández Giménez, Francisco3549. Fernández Giner, Ángel3550. Fernández Girosa, Dolores
3551. Fernández Godín, Enrique3552. Fernández Godin, Manuel3553. Fernández Golfín, Manuel3554. Fernández Gómez, Fernández3555. Fernández Gómez, Vicente3556. Fernández González, Alejandro3557. Fernández González, José3558. Fernández González, Juan3559. Fernández González, Justo3560. Fernández Goñi, Benjamín3561. Fernández Gordo, José Marta3562. Fernández Heras, Antonio3563. Fernández Heredero, Francisco3564. Fernández Hernández, Demetrio3565. Fernández Hernández, Ildefonso3566. Fernández Hernández, Visitación
3567. Fernández Herrería, Fernando3568. Fernández Jiménez, Emilio3569. Fernández Jiménez, Francisco3570. Fernández Jiménez, Guillermo3571. Fernández Jordán, Aureliano3572. Fernández Juan, Alberto3573. Fernández Juan, Santiago3574. Fernández Laguna, Fernando3575. Fernández Lambea, Carlos3576. Fernández Langa, Alfredo3577. Fernández Largo, Antonio3578. Fernández Lasera, José María3579. Fernández Lavin, Santiago3580. Fernández Leal, Ramón3581. Fernández Lequerica, José María3582. Fernández Lequerica, Luis
3583. Fernández Liencres, Luis3584. Fernández Lobo, Jacinta3585. Fernández López, Agustín3586. Fernández López, Alejandro3587. Fernández López, Ángeles3588. Fernández López. Balbino3589. Fernández López, Félix3590. Fernández López, José Luis3591. Fernández López, Luis3592. Fernández López, María3593. Fernández López, Rafael3594. Fernández Lorente, Lucas3595. Fernández Lorenzo, Emilio3596. Fernández Lozano, Enrique3597. Fernández Macias, Pedro3598. Fernández Manzano, Rafael
3599. Fernández Marchesi, Heliodoro3600. Fernández Martín, Enrique3601. Fernández Martínez, Francisco3602. Fernández Martínez, José3603. Fernández Martínez, Julio3604. Fernández Martínez, Rafael3605. Fernández Mateo, Cipriana3606. Fernández Melero, Juan3607. Fernández Melo, Jenaro3608. Fernández Mentía, José3609. Fernández Mendoza, Crespo3610. Fernández Mirán, José3611. Fernández Molina, Pedro3612. Fernández Montalvo, Vicente3613. Fernández Montero, Josefa3614. Fernández Monterreal, Joaquín
3615. Fernández Montíel, Eugenio3616. Fernández Montoya, Vicente3617. Fernández Morales, Enriqueta3618. Fernández Morano, Mercedes3619. Fernández Moreno, Ángel3620. Fernández Moreno. Gonzalo3621. Fernández Moreno, Luis3622. Fernández Moreno, Pío3623. Fernández Mota, Alfonso3624. Fernández Muñoz, Enrique3625. Fernández Muñoz, Fernanda3626. Fernández Muñoz, Jacobo3627. Fernández Muñoz, Jerónimo3628. Fernández Muñoz, Valentin3629. Fernández Navas, Eufrasio3630. Fernández Neira, José María
3631. Fernández Nevado, Alejandro3632. Fernández Nieto, Diego3633. Fernández Nieto, Jenaro3634. Fernández Nieto, Jesús3635. Fernández Novalbos, Eustaquio3636. Fernández Ojeda, Manuel3637. Fernández Olías, Faustino3638. Fernández Ortega. Pablo3639. Fernández Pacheco. Esteban3640. Fernández Padilla, Nicolás3641. Fernández Palacios, Alejandro3642. Fernández Paniagua, Fidela3643. Fernández Paredes, Julián3644. Fernández Parrondo, Luis3645. Fernández Pasamar, Alejandro3646. Fernández Perdones, César
3647. Fernández Pérez, Carmen3648. Fernández Pérez, Juan3649. Fernández Pérez, Salvador3650. Fernández Pérez, Santiago3651. Fernández Picazo, Julio3652. Fernández Fiera, José3653. Fernández Pina, Eugenio3654. Fernández Piner, Emilio3655. Fernández Pintado. Pedro3656. Fernández Pineiro, José3657. Fernández Poda, Julio3658. Fernández Portilla, Matilde3659. Fernández Prado, Francisco3660. Fernández Ruda, José3661. Fernández Pradera, Antonio3662. Fernández Puente, Miguel
3663. Fernández Puertas, César3664. Fernández Quintana, Emilio3665. Fernández Raimundo, Luisa3666. Fernández Ramos. Joaquín3667. Fernández Real, Rómulo3668. Fernández Redondo, Eustaquio3669. Fernández Redondo, Manuel3670. Fernández Redondo, Tomás3671. Fernández Regal, José3672. Fernández Rey, Manuel3673. Fernández Rodríguez, Antonio3674. Fernández Rodríguez, Aquilino3675. Fernández Rodríguez, Basilio3676. Fernández Rodríguez, Isaac3677. Fernández Rojas, Diego3678. Fernández Romero, Tomás
3679. Fernández Rosón, Jesús3680. Fernández Rubio, Aníbal3681. Fernández Rufo, Casimiro3682. Fernández Ruiz. Gregorio3683. Fernández Ruiz, Juan3684. Fernández Sabater, Carlos3685. Fernández Sáez, Ricardo3686. Fernández Sainz, Emilio3687. Fernández Salamanca3688. Fernández Salazar, Gonzalo3689. Fernández Sánchez, Caro3690. Fernández Sánchez, Dionisio3691. Fernández Sánchez, Juan3692. Fernández Sánchez, Víctor3693. Fernández Santa, María Crescencio3694. Fernández Segovia, Félix
3695. Fernández Serrano, Antonio3696. Fernández Serrano, Arsenio3697. Fernández Soriano, Angela3698. Fernández Suárez, Casimiro3699. Fernández Tejerina, José3700. Fernández Terrero, Amado3701. Fernández Trapiella, José3702. Fernández Unía, Javier3703. Fernández Urosa, Dolores3704. Fernández Urrizola, Valentina3705. Fernández Vaquero, Manuel3706. Fernández Varés, Manuel3707. Fernández Varés, Rafael3708. Fernández Vázquez, Agustín3709. Fernández Vicente, Abdón3710. Fernández Villacañas, Julián
3711. Fernández Villacañas, Narciso3712. Fernández Villarán, Francisco3713. Fernández Villavicencio, Enrique3714. Fernández Vinuesa, Justo3715. Fernández, Fernando3716. Fernández, José María3717. Fernando Díaz, Antonio3718. Femando Hernández, Pascual3719. Ferreira Piquero, Eduardo3720. Ferreira Navarro, Antonio3721. Ferreño Vicente, Dionisio3722. Ferrer Guernica, Belén3723. Ferrer Lapaza, Enrique3724. Ferrer Martínez, Laurean3725. Ferrer Mata, losé3726. Ferrer Ortiz, Enrique
3727. Ferrer Otero, Gabriel3728. Ferrer Sureda, Antonio3729. Ferrer Torre, Juan3730. Ferrer Valdivieso, Emilio3731. Ferrero Giménez, Manuel3732. Ferruz Mata, José3733. Fésser Reina, María Teresa3734. Fésser, Guillermo3735. Fierro Pérez, Ismael3736. Figueroa Alonso Martínez, Luis3737. Figueroa Bermejillo, Rodrigo3738. Figueroa Ruiz, Marcos3739. Figuerola Andrés, Carlos3740. Filgueira, José3741. Filón Díaz, Francisco3742. Finat Rojas, Eduardo
3743. Finogino Moreno, Consuelo3744. Fired, Goldeseano3745. Fitera, Manuel3746. Fito, José3747. Floran, Carlos3748. Florencio, Adolfo3749. Flores Cabeza de Vaca, Rafael3750. Flores Castilblánquez, Dolores3751. Flores Catalina, Justo3752. Flores Delgado, Valeriano3753. Flores Esparza, Marcelino3754. Flores Flores, José3755. Flores Guillamón, Antonio3756. Flores Holanda, Flores3757. Flores López, Fabián3758. Flores López, Julián
3759. Flores López, Vicente3760. Flores Martín, Agustín3761. Flores Martín, Manuel3762. Flores Martínez, Rafael3763. Flores Perdiguero, José3764. Flores Román, Justo3765. Flores Simón, Rafael3766. Flores, Consuelo3767. Flores, Jerónimo3768. Flórez Martínez, Victoria3769. Flórez Ochoa, José Maria3770. Flórez Ruiz, Ramiro3771. Flórez Vadillo, Pablo3772. Flora Sánchez, Félix3773. Folache Miguel, Antonio3774. Follente Martín, Sofía
3775. Fominaya Soto, Antonio3776. Font Calderón, Jesús3777. Font Calderón, Julio3778. Font Calderón, Santos3779. Font Carrera, Carmen3780. Font Coquen, Josefa3781. Font Cortes, Julio3782. Font Cuberta, Francisco3783. Fontalba, marqués de3784. Fontán Lobe, Josefina3785. Fontán Palacios, Alejandro3786. Fontán Palacios, Antonio3787. Fontanello Marino, Angel3788. Fontecha Barajas, Juan3789. Foret Santiago, Francisco3790. Forjales Díaz, Margarita
3791. Formosa Perea, Alejandro3792. Formoso de Castro, José3793. Fornán Veguet, Francisco3794. Forres del Campo, José3795. Foronda Casellas, Amado3796. Fortuna Díez, Emilio3797. Fournier Pérez, Julio3798. Fradejas Sánchez, Francisco3799. Fraga Rodríguez, Antonio3800. Fraile Arizmendi, Luis3801. Fraile de la O, Mariano3802. Fraile Esteban, Cirilo3803. Fraile Gordo3804. Fraile Martínez, Manuel3805. Fraile Matesan, Mariano3806. Fraile Pérez, Francisco
3807. Fraile, Cirilo3808. Francés Garrido, Luis3809. Francés, Bernabé3810. Francia Iglesias, Enrique3811. Francisco Cifuentes, Luis3812. Francisco Cifuentes, Miguel3813. Francisco García, Hilado3814. Francisco Jiménez, Serafín3815. Francisco Prieto, Emilio3816. Francisco Rodríguez, Isidoro3817. Francisco Vergara Gregorio3818. Franco Calvo, Teodosio3819. Franco Cañete, Arcadio3820. Franco Carrero, Rafael3821. Franco García, Luis3822. Franco Gómez, José
3823. Franco Jiménez, Carlos3824. Franco Manera, Emilio3825. Franco Marcos, Francisco3826. Franco Palacín, Miguel3827. Franco Prieto, Emilio3828. Franco Puente, Trinidad3829. Franch Alisedo, María3830. Franch Domínguez, Pedro3831. Franquero Díez, Eduardo3832. Frecilla Urquijo, Dolores3833. Frei de Brea, José3834. Frei de Porras, José3835. Fresneda Ayuso, Manuel3836. Fresno Arroyo, Antonio3837. Fresno de la Torre, Federico3838. Fresno de la Torre, Sergio
3839. Fresno Martínez, Jesús3840. Frias Fernández, Ignacio3841. Frías García, Ramiro3842. Frías Sánchez, Pedro3843. Frigola Ferrer, Alfonso3844. Frintera, Francisco3845. Frutos Marqués. Florencio3846. Frutos Martín, Domingo3847. Frutos Martin, Gregorio3848. Frutos Pérez, Simón3849. Frutos Robledo, Laurean3850. Frutos Ruiz, Saturnino3851. Frutos Sánchez, Filiberto3852. Frutos Velasco, Gregorio3853. Frutos Velasco, Julián3854. Frutos, Encarnación
3855. Fuente Álvarez, Remedios3856. Fuente Bau, Pedro3857. Fuente Blázquez, José de la3858. Fuente Blázquez, Mariano de la3859. Fuente Grisaleña, Hipólito de la3860. Fuente, Abel3861. Fuente, Emeterio3862. Fuente, Julián3863. Fuente, Saturnino3864. Fuentes Alonso, Antonio3865. Fuentes Alonso, Santos3866. Fuentes Cano, Juan3867. Fuentes Durán, Juan3868. Fuentes Estirado, Santiago3869. Fuentes García, Domingo3870. Fuentes Gómez, Angel
3871. Fuentes Hernández, Félix3872. Fuentes Hernández, Gregorio3873. Fuentes Jiménez, Adolfo3874. Fuentes Magallanes, Antonio3875. Fuentes Martínez, Juan3876. Fuentes Molinero, Luis3877. Fuentes Penella, Francisco3878. Fuentes Preciados, Julián3879. Fuentes Ramirez, Carlos3880. Fuentes Rodríguez, Simón3881. Fuentes Sánchez, Angel3882. Fuentes Zafra, Carlos3883. Fuentes Zarzuela, Marcelo3884. Fuentes, Feliciano3885. Fuertes Compelo, Manuel3886. Fuertes Saldadas, Luis
3887. Funes Esteban, Angeles3888. Funes Morales, Luis3889. Fuster Botella, José3890. Gabarda Gallo, Encarnación3891. Gabarda González, Angel3892. Gabilondo Soraluce, Agapita3893. Gabriela de Hinojosa, Ana María3894. Gabucio Maroto, Juan3895. Gaceo del Pino, Gaspar3896. Gaceo Hernández, Vicente3897. Gafo Vicente. Federico3898. Gaitán Arias, Antonio3899. Gajante Centeno, Florencio3900. Gala Ibáñez, Cruz3901. Gala Ibáñez, Mariano3902. Gala hiena Herrero, Antonio
3903. Gala José, Augusto3904. Gala, Paulino3905. Galán Alfaro, Gregorio3906. Galán Aníbal, Rosario3907. Galán Astudillo, Francisco3908. Galán Ayuso, Antonio3909. Galán Baena, Antonio3910. Galán Calderón, Benito3911. Galán García, Bernabé3912. Galán García, Miguel3913. Galán Garcia, Tomara3914. Galán Gil, Emilio3915. Galán Grande, Enrique3916. Galán Luque, Juan3917. Galán Luque, Rafael3918. Galán Luque, Ricardo
3919. Galán Martín, Gerardo3920. Galán Navas, Mariano3921. Galán Olivares, Pastor3922. Galán Pastor, Antonio3923. Galán Rodríguez, Germán3924. Galán Rodríguez, Gregorio3925. Galán Santos, José María3926. Galán Sueiras, Jacinto3927. Galán Yuste, Jesús3928. Galán, Florentino3929. Galán, José3930. Galarza Morante, Valentin3931. Galarza, Ramón, Nicolás3932. Galas Manso, Tomás3933. Galdós Garrote, Miguel3934. Galdós Hebrón, Luis
3935. Galduch Guerra, Juan3936. Galera Paniagua, Antonio3937. Galera Pérez, Delfín3938. Galiana López, Fernando3939. Galiana Sierra, Francisco3940. Galiano Franco, Carlos3941. Galiano Roa, Manuel3942. Galiano Salcedo, Gonzalo3943. Galiastra Garrido, José3944. Galib Briones, Isidoro3945. Galilea Honrado, Isidoro3946. Galíndez Díez, Máximo3947. Galíndez González, Isidoro3948. Galindo de la Iglesia, Jorge3949. Galindo de Lallave, Alejandro3950. Galmes Riera, Bernardo
3951. Galvache Gómez, José3952. Galván Bello, Tomás3953. Galván Cabezas, Saturnino3954. Galván Garrido, Bernardo3955. Galvarriato García, Julio3956. Galvarriato Pérez, Joaquín3957. Galvarriato Rivero, Joaquín3958. Galves Ballester, Margarita3959. Gálvez Álvarez, Eugenio3960. Gálvez Cabello, Francisco3961. Gálvez Cañero, Augusto3962. Gálvez Cañero. Magdalena3963. Gálvez Cortecera, Consuelo3964. Gálvez Laga, Francisco3965. Galvin Antier, José3966. Gallardo Gallego, Antonio
3967. Gallardo González, Castro3968. Gallardo Latorre, Adolfo3969. Gallardo Ugalde, Tomás3970. Gallardo, Pedro3971. Gallego Amores, Valeriano3972. Gallego Avila, Nicolás3973. Gallego Benito, Félix3974. Gallego Bernard, Baltasar3975. Gallego Cuadrado, María3976. Gallego Díaz, Benigno3977. Gallego Estévez, Timoteo3978. Gallego Fernández, Santiago3979. Gallego Granados, María3980. Gallego Granados, Pilar3981. Gallego Jover, Antonio3982. Gallego Jover, Joaquín
3983. Gallego Martínez, Félix3984. Gallego Martínez, Luis3985. Gallego Mera, Teodoró3986. Gallego Mota, Pedro3987. Gallego Ponce, Carlos3988. Gallego Ponce, Vincente3989. Gallego Sáez, Francisco3990. Gallego Sánchez, Casimiro3991. Gallego Velasco, Enrique3992. Gallego Zapatero, Vicente3993. Gallo Aguilera, Salvador3994. Gallo Alcántara, Francisco3995. Gallo Cardeñoso, Eusebio3996. Gallón Ruiz, Andrés3997. Demacro García, Joaquín3998. Gamboa Robles, Angel
3999. Gamboa Robles, Luisa4000. Gamboa Toledano, Alfonso4001. Gámez Rossi, Joaquín4002. Gemís Moreno, Manuel4003. Gamón Terrosa, Manuel4004. Gamir Montejo, José María4005. Gamir, José4006. Gamo Colomo. Mariano4007. Gamo Martín, Basilio4008. Gamo Martínez, Guillermo4009. Gamo Serrano, Emilio4010. Gamo Sierra. Máximo4011. Gamo, Alfonso4012. Gamo, Basilio4013. Gamón Labirri, Germán4014. Gándar Jiménez, José
4015. Gándara Gran-Baller, José4016. Gándara Martínez, Maximino4017. Gándara Marvella, Gumersindo de
la4018. Gándara Zamora, Luis4019. Gandullo León, Juan4020. Gano Pastor, Jerónimo4021. Gante Pardo Belmonte, Mariscal de4022. Gaona Pastor, Jenaro4023. Garavilla Quintana, Francisco4024. Garay López, Pablo4025. Garcelén Sánchez, Jesús4026. Gatearán Sánchez, Adolfo4027. García Abraido, Gonzalo4028. García Abril, Adolfo4029. García Adán, Salustiano
4030. García Afuera, Gregorio4031. García Aguilar, Julián4032. García Aguirre, Amparo4033. García Aguirre, Julián4034. García Mitón, José4035. García Alarcón, Eulalio4036. García Alarcón, Hermenegildo4037. García Alcázar, Julián4038. García Alonso, Concepción4039. García Alonso, Daniel4040. García Alonso, Eusebio4041. García Alonso, Josefa4042. García Alonso, Juan4043. García Álvarez. Antonia4044. García Amador, Carlos4045. García Amorós, José
4046. García Andrés, Juan4047. García Antolín, Teodosia4048. García Antón, Aurelio4049. García Antón, Daniel4050. García Aranda, Isabel4051. García Argüello, José4052. García Amáiz, Abelardo4053. García Arrant, Antonio4054. García Arregui, Enrique4055. García Arribas, Pedro4056. García Arroyo, Agapito4057. García Ayala, Adolfo4058. García Ayllón, Diego4059. García Baños, Crescencio4060. García Barajas, Victoriano4061. García Bargas, Ramón
4062. García Barrio, Emilio4063. García Bastarrica, Fernando4064. García Basteiro, Timoteo4065. García Bellido, Pedro4066. García Benítez, José Luis4067. García Blanco, Eloy4068. García Blasco, Cipriano4069. García Bores, Matías4070. García Botón, Ignacio4071. García Bragado, Catalina4072. García Busquets, María4073. García Cabals, Soledad4074. García Calamarte, Enrique4075. García Calderón, Germán4076. García Cano, Adolfo4077. García Cano, Bonifacia
4078. García Caños, Gabriel4079. García Carmona, Tomás4080. García Castellanos, Felipe4081. García Casto, Germán4082. García Castro, Macario4083. García Caballos, José4084. García Colomo, José4085. García Conde, Ramiro4086. García Conde, Rodrigo4087. García Contento, Aurelio4088. García Contento, Francisco4089. García Cordejuela, losé4090. García Corral, José4091. García Cortés, Rafael4092. García Covarrubias4093. García Cuadrado, José
4094. García Cuenca, Saturnino4095. García Cuevas, Jesús4096. García Cuñat, Fernando4097. García de Angela, Antonio4098. García de la Barrera, Ramón4099. García de la Camacha, Manuel4100. García de la Cueva, Fernando4101. García de la Mata, Manuel4102. García de la Parra, Faustino4103. García de la Vieja, Agustín4104. García de las Navas, Felipe4105. García de Pruneda4106. García del Saz, Godofredo4107. García del Valle, Víctor4108. García del Viso, Antolín4109. García Díaz, Emilio
4110. García Díaz, Félix4111. García Díaz, Miguel4112. García Díez, Inocencio4113. García Díez, Manuel4114. García Dopico, Luis4115. García Ehar, Juan4116. García Escalera, Guillermo4117. García Espinar, Andrés4118. García Esteban, Fulgencio4119. García Esteban, Marcelo4120. García Fernández, Antonio4121. García Fernández, Emilio4122. García Fernández, José4123. García Fernández, Juan4124. García Fernández, Luis4125. Garcia Fernández, Teófilo
4126. García Ferreira, María4127. García Ferrer, Ernesto4128. García Ferrero, Juan4129. García Fraile, Francisco4130. García Fuentes, Agustín4131. García Fuentes, Constantino4132. García Galán, Antonio4133. García Galán, Rafael4134. García Gallego, Valentín4135. García Gamarra, Claudio4136. García García, Antonio4137. García García, Balbino4138. García García, Baldomero4139. García García, Cayetano4140. García García, Emilio4141. García García, Esteban
4142. García García, Félix4143. García García, Francisco4144. García García, Inocente4145. García García, Jesús4146. García García, Joaquín4147. García García, José4148. García García, Juan4149. Garcia García, Julián4150. García García, Luis4151. García García, Manuel4152. García García, Martín4153. García García, Ramón4154. García García, Sinforiano4155. García García, Vicente4156. García García, Vidal4157. García Gil, Pedro
4158. García Gomez, Agapito4159. García Gómez, Asunción4160. Garcia Gómez, Doroteo4161. García Gómez, Enrique4162. García Gómez, Manuel4163. García Gómez, Valera4164. García González, Antonio4165. García González, Enrique4166. García González, Eulogio4167. García González, Gregorio4168. García González, Julián4169. García González, Pedro4170. García González, Valeriano4171. García Granja, Emilio4172. García Guerrero, Carlos4173. García Guijarro, Francisco
4174. García Hablaos, Alfonso4175. García Hernán4176. García Hernández, Eugenio4177. García Hernández, Faustino4178. García Hernández, Luisa4179. García Hernández, Pablo4180. García Hernanz, Manuel4181. García Herráiz, José4182. García Herranz, Matilde4183. García Herrera, José María4184. García Herrero, Manuel4185. García Hita, Francisco4186. García Huertos, Pedro4187. García Huerves, Andrés4188. García Ibáñez, Fernando4189. García Ibáñez, Julián
4190. García Ibarrola, Julián4191. García Iglesias, José4192. García Inés, Miguel4193. García Jiménez, Jerónimo4194. García Jiménez, Miguel4195. García Laruente, Hilario4196. Garcia Lafuente, Sebastián4197. García Lago, Angel4198. García Laguna, Eugenio4199. García Landeiras, Rosa4200. García Lapuente, José4201. García Lara, Amalio4202. García Laurel, Fernando4203. García Lemus, Enrique4204. García Loigorri, Adriano4205. García Loira, Diego
4206. García López, Eleuterio4207. García López, Emilio4208. García López, Francisco4209. García López, Jaime4210. García López, Nicolás4211. García López. Pedro4212. García Losa, Carlos4213. García Loygorri, Narciso4214. García Llorente; Andrés4215. García Maeztu, Andrés4216. García Maluenda, Anastasio4217. García Manrique, Gervasio4218. García Marcelo, Ricardo4219. García Marcos, Antonio4220. García Marín, Antonio4221. García Martín, Angel
4222. García Martín, Felipe4223. García Martín, Juan4224. García Martín, Mariano4225. García Martín, Román4226. García Martínez, Arturo4227. García Martínez, Emiliano4228. García Martínez, Francisco4229. García Martínez, María4230. García Martínez, Pedro4231. García Martínez, Sergio4232. García Mayo, Manuel4233. García Mediano, Pablo4234. García Melones, Pablo4235. García Mendilaza, Félix4236. García Meras, Angel4237. García Mercadillo, Manuel
4238. García Marchan, Marcelino4239. García Merchán. Sergio4240. García Merino, Carmen4241. García Molina, Casto4242. García Molina, Lorenzo4243. García Molina, Manuel4244. García Moliner, Joaquín4245. García Monge, José4246. García Monteagudo, Fortunato4247. García Montero, Rufo4248. García Mora, José4249. García Morales, Antonio4250. García Moreiro, Ramón4251. García Moreno, Bienvenido4252. García Moreno, Emilio4253. García Moreno, Francisco
4254. García Moreno, Mariano4255. García Moreno, Sebastián4256. García Moreno, Tomás4257. García Moroyo, Alfredo4258. García Muñoz, Salvador4259. García Murillo, Aurelio4260. García Navarro, Antonio4261. García Navarro, Femardo4262. García Nieto, Joaquín4263. García Nieto, José4264. García Noblejas, Antonio4265. García Noblejas, Salvador4266. García Noblezas, José4267. García Nogal, Juan Antonio4268. García Núñez, Manuel4269. García Orozco, Antonio
4270. García Ortega, Pedro4271. García Padrón, Julián4272. García Palacios, Bruno4273. García Pardo, Gregaria4274. García Paredes, Ramón4275. García Parreño4276. García Paso Pérez, José4277. García Pavón, Luis4278. García Peinado, Misericordia4279. García Peña, Cipriano4280. García Pérez, Alejo4281. García Pérez, Domingo4282. García Pérez, Fermín4283. García Pérez, José4284. García Pérez, Quintín4285. García Pérez, Ulpiano
4286. García Plaza, Moisés4287. García Pozal, José Manuel4288. García Porto, Angel4289. García Pozo, Félix4290. García Pradín, Luis4291. García Prados, Manuel4292. García Prieto, Cesáreo4293. García Prieto, Manuel4294. García Raya, José4295. García Redondo, José4296. García Reina. Manuel4297. García Riaza, Julián4298. García Riezu, Emiliano4299. García Rinconada, Juan Antonio4300. García Ripoll, Pedro4301. García Rivera, Aniceto
4302. García Roa, Angel4303. García Robles, Enrique4304. García Rodríguez, Juan4305. García Rodríguez, Luis4306. García Rojo, Emilio4307. García Romero, Norberto4308. García Rosa, Cayetano4309. García Rosendo, Carlos4310. García Rubiales, Luis4311. García Rubio, Antonio4312. García Rubio, Nemesio4313. García Rueda, Francisco4314. García Rueda, Juan4315. García Ruiz, Antonio4316. García Ruiz, Cipriano4317. García Ruiz, Gregorio
4318. García Ruiz, Guillermo4319. García Ruiz, Juan José4320. García Salas, Jacinto4321. García Sánchez, José4322. García Sandoval, Argimiro4323. García Santacruz, Carlos4324. García Santamaría, José María4325. García Santiago, Mariano4326. García Sanz, Andrés4327. García Sanz, Florencia4328. García Sanz, María4329. García Sanz, Ramón4330. García Sanz,'Sebastián4331. García Serrano, Fermín4332. García Serrano, Matías4333. García Sopena, Gabriel
4334. García Soria, Eduardo4335. García Soria, Pablo4336. García Soto, Juan Antonio4337. García Soto, Lorenzo4338. García Suárez, Elisa4339. García Suárez, Emilia4340. García Téllez, Francisco4341. García Tendero, Víctor4342. García Tizón, Bernardino4343. García Torres, Manuel4344. García Vallejo, María Mercedes4345. García Vázquez, Pedro4346. García Vega, Alejandro4347. García Vega, José4348. García Verdugo, José4349. García Verdugo, Julio
4350. García Victoria, Rafael4351. García Vicuña, Nemesio4352. García Vila, Víctor4353. García Villada, Zacarías4354. García Villorchao, Víctor4355. García Vinuesa, Santiago4356. García Vivar, Pelayo4357. García Yebra, Antonio4358. García Yuste, Delfina4359. García, José4360. Garcilaso de la Vega, Francisco4361. Gardoqui, José4362. Gargallo Angla, José Vicente4363. Gargallo Vara, Jerónimo4364. Garibaldi Germán, Germán4365. Garibaldi González, Germán
4366. Garma Sarasa, Manuel4367. Garma Villota, Manuel4368. Garrnen Alcázar, Antonio4369. Garnica Sandoval, Carlos4370. Garoz López, Pablo4371. Garralda Valcárcel, Carlos4372. Garrido Álvarez, Venancio4373. Garrido del Cero, José4374. Garrido García, Juan4375. Garrido García, Manuel4376. Garrido Jiménez, Enrique4377. Garrido Jiménez, Manuel4378. Garrido López, Carlota4379. Garrido Martínez, Ignacio4380. Garrido Moyrón, Luis4381. Garrido Olalla, Emilio
4382. Garrido Sánchez, Manuel4383. Garrido Vecín, Ricardo4384. Garrote Bilbao, Julián4385. Garrote Sastre, Miguel4386. Garruíerx, Manuel4387. Garseda Andoño, Manuel4388. Garza Méndez, Mariano4389. Garza Sastre, Justino4390. Garzón Murillo, Eduardo4391. Gasea Meluz, Fernando4392. Gascón Arroyo, Fidel4393. Gascón Garcia, Fructuoso4394. Gascón Hernández, José4395. Gascón Martínez, Antonio4396. Gaspar Fernández, Juan4397. Gastaga Mediluce, José María
4398. Gastaga Ramos, José María4399. Gastaminde Iberiben, Salustiano4400. Gato Asensio, Ernesto4401. Gato Tomillo, Tomás4402. Gaval Cabezas, Saturnino4403. Gavela Fernández, Muñoz4404. Gavilán Cortés, Antonio4405. Gavilán Nieto, Manuel4406. Gavilla González, Bautista4407. Gavin Medina, Germán4408. Gelabert, Bartolomé4409. Gely Martín, Augusto4410. Gembrano, Norberto4411. Gener. Concepción4412. Generoso García, Balbino4413. Genue, Eusebia
4414. Gerad, Marcelo4415. Gil Amtelm, Juan4416. Gil Arano, Carmelo4417. Gil Arribas, Valentín4418. Gil Arroyo, Ceferino4419. Gil Avalle, Fernando4420. Gil Barcenilla, Leopoldo4421. Gil Benito, Jacinto4422. Gil Benito, Juan José4423. Gil Bergasa4424. Gil Cala, José María4425. Gil Cala, Juan José4426. Gil Calatrava, Enrique4427. Gil Cano4428. Gil Cañabate José4429. Gil Cepeda, Marcelino
4430. Gil Crespo, Manuel4431. Gil Crespo, Miguel4432. Gil de Bacaicoa, María Teresa4433. Gil de Pedro, Marcelino4434. Gil de Sola, Luis4435. Gil del Real, Francisco4436. Gil Delgado, Luis4437. Gil Delgado, Ramiro4438. Gil Díaz, Concepción4439. Gil Díaz, Julián4440. Gil Díaz, María4441. Gil Domingo, Enrique4442. Gil Esteban, Marcelino4443. Gil Esteban, Pedro4444. Gil Femádez, Luis4445. Gil Fía, Carmen
4446. Gil Filguero4447. Gil Franco, Antonio4448. Gil Fray, Eugenio4449. Gil Gala, José Luis4450. Gil García, Antonio4451. Gil García, Emilio4452. Gil García, Higinio4453. Gil García, Juan4454. Gil Gómez, Abilio4455. Gil González, Julio4456. Gil Heredia, Juan4457. Gil Hernández, Teodora4458. Gil Jiménez, Joaquín4459. Gil Lázaro, Vicente4460. Gil Leal, Gerardo4461. Gil López, Angel
4462. Gil López, Justo4463. Gil Lliná, Antonio4464. Gil Manar. Antonio4465. Gil Manzanares4466. Gil Martín, Marcelino4467. Gil Martín, Pascual4468. Gil Martínez, Marcelino4469. Gil Medina, Francisco4470. Gil Morar. Enrique4471. Gil Manicio, Joaquín4472. Gil Otero, José4473. Gil Pardo, Justo4474. Gil Pareja, Manuel4475. Gil Pérez, Benigno4476. Gil Petite, Angel4477. Gil Prieto, Juan
4478. Gil Quintana, Enrique4479. Gil Rodríguez, Santiago4480. Gil Sancho, Cándido4481. Gil Sudán, Adolfo4482. Gil Sardón, Agustín4483. Gil Tausón, Blas4484. Gil Tejerizo. José4485. Gil Vallejo, Dámaso4486. Gil Vareta, Antonio4487. Gil y Gil, Ezequiel4488. Gil y Gil, Ramón4489. Gil y Gil, Urbano4490. Gil, Antonio de4491. Gil, Carmelo4492. Gil, Fabián4493. Gil, Jacinto
4494. Gila Camas, Manuel4495. Gilabert Bernardino, José4496. Gilabert García, José4497. Gilabert Pericás, Bartolomé4498. Gilabert Robles, Ángel4499. Gilgado Roldán, Félix4500. Gilf Martí, Salvador4501. Gill Morillos, Mateo4502. Gillín Merced, Fernando4503. Giner González, Elena4504. Giner Plaza, Jaime4505. Giral Alonso, Francisco4506. Giráldez de la Helguera, Alfonso4507. Girón González, Antonio4508. Girón Vivanco, Fulgancio4509. Godín Ayjón, José María
4510. Godín Orozco, Emilio4511. Godina Fuster, Francisco4512. Godina Rodríguez, Ignacio4513. Godoy Calvache, Carlos4514. Godoy Iñigo, Gregorio4515. Goicoechea, Ramón4516. Golluri Fernández, Antonio4517. Gomá, Federico4518. Gomera Vidal, Luis4519. Gómez Abad, Julio4520. Gómez Acebo, Carlos4521. Gómez Acebo, Manuel4522. Gómez Aduela, Mauricio4523. Gómez Alegre, Francisco4524. Gómez Araujo, Ignacio4525. Gómez Callejo, Enrique
4526. Gómez Caminero, Carmen4527. Gómez Campos, Feliciano4528. Gómez Campos, José Luis4529. Gómez Cano, Angel4530. Gómez Cañizo, Carmen4531. Gómez Caño, María Teresa4532. Gómez Cárceles, Ramón4533. Gómez Cárceles, Segundo4534. Gómez Casildo, Alfonso4535. Gómez Contreras, Fernando4536. Gómez Corrales, Dolores4537. Gómez Cremades, Luis4538. Gómez Cruz, León4539. Gómez de Arguello, Félix4540. Gómez de Diego, Francisco4541. Gómez de Diego, Liborio
4542. Gómez de la Fuente, Ramón4543. Gómez de la Serna, José4544. Gómez del Moral Sabater,
Mercedes4545. Gómez del Moral, Francisco4546. Gómez Durán, Raimundo4547. Gómez Egido, Máximo4548. Gómez Eleta, Josefa4549. Gómez Eleta, Milagros4550. Gómez Ennlez, Sinforiano4551. Gómez Erenz, Ana Milagros4552. Gómez Fernández, Alejandro4553. Gómez Fernández, Antonio4554. Gómez Fernández, Eduardo4555. Gómez Fernández, Eloy4556. Gómez Fernández, Francisco
4557. Gómez Fernández, Gómez4558. Gómez Fernández, José4559. Gómez Fernández, Juan4560. Gómez Fernández, Luis4561. Gómez Fernández, Rafael4562. Gómez Fernández, Sinforiana4563. Gómez Fernández, Vittorio4564. Gómez Fernando, Francisco4565. Gómez Ferrero, Teodoro4566. Gómez Fuente, Rafael4567. Gómez Fuertes, Társila4568. Gómez Galán, Luis4569. Gómez Galna, Andrés4570. Gómez Gallardo, Enrique4571. Gómez Gamos, Créstoles4572. Gómez García, Antonio
4573. Gómez García, Cipriano4574. Gómez García, Ernesto4575. Gómez García, Nuño4576. Gómez García, Sebastián4577. Gómez Garzo, Ángel4578. Gómez Gil, Juan4579. Gómez Gómez, Felipe4580. Gómez Gómez, Fernando4581. Gómez Gómez, Francisco4582. Gómez Gómez, Hilario4583. Gómez Gómez, Lucas4584. Gómez Gómez, Marcial4585. Gómez González, Eusebio4586. Gómez González, Plácida4587. Gómez Gordo, Brígido4588. Gómez Gordo, Francisco
4589. Gómez Hellín, Juan4590. Gómez Hernando, Emilia4591. Gómez Hernando, Lucía4592. Gómez Herrero, Blas4593. Gómez Iberániz, Julián4594. Gómez Imaz, María Josefa4595. Gómez Izquierdo, Justo4596. Gómez Jareño, Julio4597. Gómez Jiménez, Damián4598. Gómez Jiménez, Hipólito4599. Gómez Ladredo, José4600. Gómez Lanane, Manuel4601. Gómez López, Andrés4602. Gómez López, Bernardo4603. Gómez López, Juan4604. Gómez López, Manuel
4605. Gámez Lucas, Daniel4606. Gómez Majan, Cándido4607. Gómez Mancha, José4608. Gómez Manuel, María4609. Gómez Marcos, Antonio4610. Gómez Marqués, José4611. Gómez Martín, Aurelio4612. Gómez Martín, Gregorio4613. Gómez Martín, Luis4614. Gómez Martín, Rafael4615. Gómez Martín, Teobaldo4616. Gómez Martínez, Antonio4617. Gómez Merino, Miguel4618. Gómez Mezquita, Alfonso4619. Gómez Mingallón, Miguel4620. Gómez Miravalles, Juan
4621. Gómez Molina, Gregorio4622. Gómez Monedero, Inocencio4623. Gómez Montero, María4624. Gómez Mora, Francisco4625. Gómez Moreno, Blas4626. Gómez Muñoz, José4627. Gómez Muñoz, María4628. Gómez Muñoz, María Santos4629. Gómez Nales, Feliciano4630. Gómez Noblejas, Rosario4631. Gómez Ortega, Francisco4632. Gómez Ortiz, Adolfo4633. Gómez Pablete, Alfonso4634. Gómez Pablete, Felipe4635. Gómez Parrondo, Agustín4636. Gómez Peñalver, Antonio
4637. Gómez Pérez, Constantino4638. Gómez Pérez, Jesús4639. Gómez Pérez, María Teresa4640. Gómez Pinto, Deogracias4641. Gómez Pinto, Mariano4642. Gómez Plaza, Venancio4643. Gómez Polo, Rafael4644. Gómez Puente, Abel4645. Gómez Quevedo, Angel4646. Gómez Ramírez, Gabriel4647. Gómez Ramírez, José María4648. Gómez Rebollo, Ramón4649. Gómez Rey, Felipe4650. Gómez Reyes, María4651. Gómez Ríos, Eligio4652. Gómez Ripoll, Vicente
4653. Gómez Robledano, Justo4654. Gómez Robles, Silvestre4655. Gómez Roche, José Luis4656. Gómez Rodríguez, Andrés4657. Gómez Rodríguez, Antonio4658. Gómez Rodríguez, Roberto4659. Gómez Rodríguez, Rugí4660. Gómez Ruiz, Eladio4661. Gómez Ruiz, Juan José4662. Gómez Sacristán, Ildefonso4663. Gómez Sánchez, Marcelino4664. Gómez Santamaría, Miguel4665. Gómez Sanz, Rafael4666. Gómez Sitió, Emilio4667. Gómez Talavera, Luis4668. Gómez Tejero, Roberto
4669. Gómez Torres, Rafael4670. Gómez Valero, Abelardo4671. Gómez Zalacaín, Cecilio4672. Gómez Zamalloa, Ricardo4673. Gómez, Antero y esposa4674. Gómez, Juan Bautista4675. Gómez, María4676. Gomis Berdejo, Juan4677. Góngora Aguilar, Antonio4678. Góngora Rivera, Antonio4679. González Aguilar, Carmen4680. González Aguirre, Joaquina4681. González Agustín, Emerio4682. González Alonso, Agustín4683. González Alonso, José4684. González Alvargonzález, Rafael
4685. González Amador, José4686. González Ángel, Luis4687. González Arcos, Juan4688. González Arranz, Domingo4689. González Arribas, Pedro4690. González Aurioles, Rafael4691. González Ballesteros, Gabino4692. González Bombea, Antonio4693. González Barotell, Felipe4694. González Barros, Francisco4695. González Bau, Ernesto4696. González Berquio, José4697. González Bertolaza, Fernando4698. González Busmabiego, Anacleto4699. González Busto, Maximilian4700. González Cabanillas, Manuel
4701. González Camino, Manuel4702. González Canales, Manuel4703. González Cano, Pedro4704. González Casaju, Ana4705. González Czstejón, Javier4706. González Corpa, Eugenio4707. González Corpa, Valentín4708. González Cotera, Angel4709. González Chacón, Maximiano4710. González Chapado, Onésimo4711. González de Aledo, Jaime4712. González de Aledo, Manuel4713. González de Gregorio, Leoncio _4714. González de Gregorio, Pedro
María4715. González de Paz, Antonio
4716. González del Río, Alfredo4717. González Díaz, Luis4718. González Díaz, Manuel4719. González Dorado, Lorenzo4720. González Escobar, Eugenio4721. González Escribano, Feliciano4722. González Escudero, Antonio4723. González Espinosa, Ángel4724. González Estéfani, Enrique4725. González Fernández, Felipe4726. González Fernández, Fulgencio4727. González Fonseca, Tomasa4728. González Francisco, Guillermo4729. González Fuentes, González4730. González Gambea, Antonio4731. González Gámez, Alejandro
4732. González García, José4733. González Gómez, Felisa4734. González González, José Manuel4735. González González, Miguel4736. González González, Pablo4737. González González, Valeriano4738. González Gutiérrez, Félix4739. González Herrera, José María4740. González Herrero, Marcelino4741. González Higuera, Mauricio4742. González Jaén, Josefa4743. González Juarros, Benita4744. González Latorre, Ramón4745. González Longoria, José4746. González López, Antonio4747. González Lorene, Hermenegildo
4748. González Lorenzo, José4749. González Lucas, Antonio4750. González Luna, Pilar4751. González Llorente, Felipe4752. González Manso, Fernando4753. González Marco, Manuel4754. González Marina, María4755. González Marón, Carmelo4756. González Martín, Valentín4757. González Martinez, Aquilino4758. González Martínez, Artemio4759. González Martínez, Daniel4760. González Mata, Miguel4761. González Meller, Enrique4762. González Mena, Pablo4763. González Méndez, Eliseo
4764. González Mendoza, Vicente4765. González Miranda, Francisco4766. González Monfort, Manuel4767. González Montees, Esteban4768. González Morales, Antonio4769. González Moreno, Esteban4770. González Moreno, Macario4771. González Moreno, Quintín4772. González Morillas, Sixto4773. González Muñoz, Andrés4774. González Muñoz, María4775. González Muñoz, Urbano4776. González Nandi, Roberto4777. González Navas, Antonio4778. González Nogueras, Rafael4779. González Noriega, Javier
4780. González Olmedo, Ángel4781. González Ordiales, Constantino4782. González Ortega, Fernando4783. González Ortega, Santiago4784. González Parra, Elisa4785. González Pelayo, Severino4786. González Peral, Evilasio4787. González Peral, Santiago4788. González Pérez Villamil, Emilio4789. González Pérez, José4790. González Plaza, Antonio4791. González Pola, Rafaela4792. González Prada, José4793. González Prieto, Esteban4794. González Prieto, Fernando4795. González Quevedo, Isidro
4796. González Ramos, José4797. González Revillejo, Leandro4798. González Reyes, Julio4799. González Rico. Antonio4800. González Rilo, Julio4801. González Rillo. Gregorio4802. González Rodrigo, Pascual4803. González Rodríguez, Máximo4804. González Rodríguez, Pablo4805. González Rodríguez, Santiago4806. González Sacristán, Fernando4807. González Salinas, Francisco4808. González San Gerardo4809. González Santiago, Gonzalo4810. González Savariegos, Manuel4811. González Tejedor, Félix
4812. González Trueba, Juan4813. González Túrrez, Francisca4814. González Uceda, Vicente4815. González Valera, Pedro4816. González Valerio, Julio4817. González Valverde, José4818. González Velasco, Eugenio4819. González Vicente, Juan4820. González Viejo, Antonio4821. González Villalva. José4822. González Villapadiema. Dolores4823. González y González, Fidel4824. González, Conrado4825. González, Jerante4826. González, Miguel4827. González, Venancio
4828. Gonzalo Bellando, Vicente4829. Gonzalo Herrera, Francisco4830. Gonzalo Medran, Zacarías4831. Gonzalo San Andrés, Víctor4832. Gonzalo Sangar, Julián4833. Gonzálvez Pereira, Antonio4834. Goñi, Hilarlo4835. Gordo Cuervo, Julián4836. Gordo del Olmo, Carlos4837. Gordo del Olmo, Plácido4838. Gordo García, Inocencio4839. Gordón Pinos, José4840. Gorin, José4841. Gorostiza Acarranza, José4842. Gorozarri Puente, José María4843. Gorro del Rey, Ricardo
4844. Gorstegui Gómez, Antonio4845. Goya, Antonio4846. Gracia Herreros, Teodoro4847. Gracia Mediano, Pablo4848. Gracia Merino. Alfonso4849. Gracia Pino, Rosendo4850. Gradada García, Gerardo4851. Grado Matas, Fabriciano4852. Grado y Grado, Basilio4853. Granados García, Francisca4854. Granados García, Vicente4855. Grande Magdalena, Manuel4856. Grande Rodríguez, Florentino4857. Grande, Ignacio4858. Grandel del Monte, Antonio4859. Granero Pabón, Leopoldo
4860. Granizo González, Gregorio4861. Grau y Crespo, Joaquín4862. Grijalvo Celaya, José4863. Grima Cuenca, Cipriano4864. Griñón García, Tomás4865. Groizard Rodríguez, Carlos4866. Grosso Barroso, Amador4867. Grosso Maroto, Salvador4868. Guadalupe de la Asunción, María4869. Guadarrama Quevedo, Emiliano4870. Gual Gallar, Ernesto4871. Guardiola Macía, Ricardo4872. Guerra Canilla, Lucas4873. Guerra Palacios, Eduardo4874. Guerra Ruiz, Jacinto4875. Guerra, José María
4876. Guerrero Castro, Antonio4877. Guerrero García, Eulalia4878. Guerrero García, Miguel4879. Guerrero Mosquera, Eusebio4880. Guerrero Ortega, Natividad4881. Guerrero Prieto, Marcos4882. Guevara Alba, Juan4883. Guijarro Galindo, José4884. GuillánVillanueva, Ángel4885. Guillast Estrada, Ramón4886. Guillén Garcés, Roque4887. Guillén Rodríguez, Félix4888. Guillén Rupertegui4889. Guillén Zamorano, Enrique4890. Guillis Merceded, Fernando4891. Guisabert García, José
4892. Guitián Arias, Antonio4893. Gurcegui, Severino4894. Gurgui Tostado, Juana4895. Gurich Hernández, Francisco4896. Gurpegui Suescun, Severino4897. Gutiérrez Bravo, Federico4898. Gutiérrez Calvo, Luis4899. Gutiérrez Ciscar, Antonio4900. Gutiérrez Cobos, Luis4901. Gutiérrez de Santiago, Félix4902. Gutiérrez de Terán, Antonio4903. Gutiérrez de Terán, Arturo4904. Gutiérrez Delgado, Manuel4905. Gutiérrez Domingo. Daniel4906. Gutiérrez Fernández, Ángel4907. Gutiérrez Fernández, José
4908. Gutiérrez Fernández, Tomás4909. Gutiérrez Fernando, Alvaro4910. Gutiérrez Gonzáles, Indalecio4911. Gutiérrez López, Rafael4912. Gutiérrez Mantecón, Antonio4913. Gutiérrez Martín, Francisco4914. Gutiérrez Manir), Juan4915. Gutiérrez Martínez, Anastasio4916. Gutiérrez Massí. Federico4917. Gutiérrez Maturana, Carlos4918. Gutiérrez Pérez, Francisco4919. Gutiérrez Portilla, Domingo4920. Gutiérrez Quevedo, Valentin4921. Gutiérrez Rodríguez, Antonio4922. Gutiérrez Rodríguez. José4923. Gutiérrez Rojas. Federico
4924. Gutiérrez Ruiz, Ricardo4925. Gutiérrez Sánchez, Dámaso4926. Gutiérrez Sierra, Agapito4927. Gutiérrez Solana, Isidoro4928. Gutiérrez Surem. Emilio4929. Gutiérrez Velasco, Luis4930. Guzmán de Cobo. Francisco4931. Guzmán Delgado. Benito4932. Guzmán Delgado, Luisa4933. Guzmán Díaz, Juan4934. Guzmán Gusteria, José4935. Guzmán Quintana, Jacinto4936. Guzmán Rey, Vicente4937. Haro y Ladrón de Guevara4938. Héctor Fernández, Vicente4939. Henny, Georges
4940. Heras Abajo, Avelino4941. Heras Arriba, Anselmo4942. Heras Caballero4943. Heras Calderón, Bartolomé4944. Heras de Arribas, Ceferino4945. Heras García, Antonio4946. Heras García, José4947. Heras García, Manuel4948. Heras García, Polonia4949. Heras García, Ramón4950. Heras Heras, Lorenzo4951. Heras Jiménez, Ramiro4952. Heras Julián, Josefina4953. Heras López, Fernando4954. Heras Lledó, Alfredo4955. Heras Parra, Juan
4956. Heras Ramos, Eugenia4957. Heras Sánchez, Emilio4958. Heras, Antonio4959. Heras, Ramón4960. Heredia Cistier, Teresa4961. Hereice Armandoz, Consuelo4962. Hermenegildo Pena, Antonio4963. Hermida González, Leandro4964. Hermida Medina, Enrique4965. Hermiña Vega, Tomás4966. Hermoso Barcia, Gregorio4967. Hermoso Conde, Julio4968. Hermoso Gutiérrez, José4969. Hermoso Torres, Francisco4970. Hemáiz Lloréns, Raimundo4971. Hernán González, Vicente
4972. Hernán Hernández, Fernando4973. Hernán Martínez, Francisco4974. Hernán Pérez, Leandro4975. Hernández Alameda, María4976. Hernández Alonso, Carmen4977. Hernández Ara, Mauricio4978. Hernández Amaga, Enrique4979. Hernández Barnuevo, José4980. Hernández Bel, Manuel4981. Hernández Bengoa, Pablo4982. Hernández Canals, Luis4983. Hernández Carrión, Jesús4984. Hernández Castro, Casto4985. Hernández Cid, Marcelo4986. Hernández de Cano, Magín4987. Hernández de la Cruz, Faustino
4988. Hernández de Madrid, Delfma4989. Hernández Díaz, José4990. Hernández Durán, José4991. Hernández Durán, Manuel4992. Hernández Fernández4993. Hernández García, Germán4994. Hernández García, José4995. Hernández Garnica, José4996. Hernández González, Miguel4997. Hernández Gutiérrez, Lorenzo4998. Hernández Havia, Pedrilo4999. Hernández Iglesias, Francisco5000. Hernández Iglesias, Manuel5001. Hernández Iglesias, Teodoro5002. Hernández Jiménez, José María5003. Hernández Lázaro, Albino
5004. Hernández López, Alonso5005. Hernández Lozano, Albino5006. Hernández Ma1illos, Heraclio5007. Hernández Marra, José5008. Hernández Martín, Dionisio5009. Hernández Martín, Enrique5010. Hernández Martín, Teófilo5011. Hernández Matías, Gregorio5012. Hernández Mato, Lorenzo5013. Hernández Menéndez, Domingo5014. Hernández Mínguez, Josefina5015. Hernández Montero, Zacarías5016. Hernández Moreno, José5017. Hernández Nieto, Jenaro5018. Hernández Nogal, Aurelia5019. Hernández Ocaña, Francisca
5020. Hernández °caña, Narcisa5021. Hernández Olavide, Luis5022. Hernández Paniagua, Celso5023. Hernández Pardo, Alberto5024. Hernández Pedroz, Manuel5025. Hernández Pérez, Emilio5026. Hernández Pérez, Luciano5027. Hernández Quintana, Leopoldo5028. Hernández Rey, Paulino5029. Hernández Rey, Roberto5030. Hernández Reyes, Gregorio5031. Hernández Rodríguez, Galo5032. Hernández Ros, Rafael5033. Hernández Rosado, Eleuterio5034. Hernández Rubio, Braulio5035. Hernández Sáiz, Manuel
5036. Hernández Salazar, Julio5037. Hernández Saldaña, Vicente5038. Hernández Sánchez, Carlos5039. Hernández Santos, Dolores5040. Hernández Segura, Macarro5041. Hernández Soto, Dolores5042. Hernández Valdés, Francisco5043. Hernández Ventura, Ismael5044. Hernández Ventura, Modesto5045. Hernández Vizcón, Rafael5046. Hernández Zurdo, Epifanio5047. Hernández, José5048. Hernández, Manuela5049. Hernando Andrés, María5050. Hernando Balbino, Salvador5051. Hernando Bel, Manuel
5052. Hernando Caballero, Cecilia5053. Hernando Hernando, Fortunato5054. Hernando Hortelano, Emilio5055. Hernando Hortelano, Izquierdo5056. Hernando Izquierdo, Aurora5057. Hernando Jiménez, Francisco5058. Hernando López, José5059. Hernando Peña, Ramón5060. Hernando Romero, Francisco5061. Hernando Romilio, Luis5062. Hernando Ros, Rafael5063. Hernando Ruipérez, Felipe5064. Hernando Sáiz, Manuel5065. Hemanz López, Ignacio5066. Herrador Castro, Diego5067. Herrador Fernández, Valentin
5068. Herráez Lopez. Antonio5069. Herráiz Calleja, Alejandro5070. Herráiz Comas, José Luis5071. Herranz Crespo, Carlos5072. Herráiz Fernández, Jaime5073. Herráiz Herráiz, Esteban5074. Herráiz López, Antonio5075. Herráiz Meneses, Pedro5076. Herráiz, Gaspar5077. Herráiz, Pantaleón5078. Herráiz, Raimundo5079. Herranz Ara, Mauricio5080. Herranz Arrese, José Antonio5081. Herranz Herranz, Ángel5082. Herranz Ibánez, Pedro5083. Herranz Martín, Dominga
5084. Herranz Martínez, Casimiro5085. Herranz Sánchez, Juan5086. Herranz Sánchez, Teodoro5087. Herranz Sanz5088. Herranz, Benita5089. Herranz, María Luisa5090. Herranz, Timoteo5091. Herrera Bellido, Gerardo5092. Herrera Budia, Ricardo5093. Herrera Carrillo, Angel5094. Herrera Cepeda, Carlos5095. Herrera García, Luis5096. Herrera Herrera, Andrés5097. Herrera Herrera, Juan5098. Herrera Ibáñez, Guillermo5099. Herrera Martín, Andrés
5100. Herrera Martín, Manuel5101. Herrera Malero, Carlos5102. Herrera Moreno, Domingo5103. Herrera Piedmbuena, Ramón5104. Herrera Sánchez, Santiago5105. Herrera Soto, Pedro5106. Herrera Zalama, Martin5107. Herrero Agrades, Petra5108. Herrero Arroyo, Juan5109. Herrero Camorena, Lucio5110. Herrero Castellanos, Luis5111. Herrero Catalá, Josefina5112. Herrero Collado, Herrero5113. Herrero Esteban, Albino5114. Herrero García, Enrique5115. Herrera García, Francisca
5116. Herrero García, Gregorio5117. Herrero Gutiérrez, Felipe5118. Herrero Iturriaga, Eulalia5119. Herrero Laso, Modesto5120. Herrero Manrique, Lucas5121. Herrero Marcos, Pascual5122. Herrero Martín, Alberto5123. Herrero Martín, Eustaquia5124. Herrero Serra, Aurora5125. Herrero Simón, Eugenio5126. Herrero Zamorano, Pablo5127. Hervís Barrio, Juan5128. Hervill Pascual, José5129. Hidalgo Aparicio, Ernesto5130. Hidalgo del Campo, Ginés5131. Hidalgo Navarro, Enrique
5132. Hidalgo Paco, Rafael5133. Hidalgo Sáez, Manuel5134. Hidalgo, Concepción5135. Hidalgo, Rafael5136. Hierro Fernández, Francisco5137. Hierro, Turbina5138. Higueras Haro, Julio5139. Hijón, Jerónimo5140. Hoyo Gómez, Pedro5141. Huélamo Castellano, Gerardo5142. Ibáñez Aldecoa, Pastor5143. Ibáñez Alonso, Pedro5144. Ibáñez Apacúa5145. Ibáñez Caballero, Faustino5146. Ibáñez Chiva, Felipe5147. Ibáñez Jerez, Indalecio
5148. Ibáñez Mayendia. José5149. Ibáñez Millón, Sabina5150. Ibáñez Yanguas, Luis5151. Ibáñez, Celedonio5152. Ibarra Gil, Salvador5153. Ibarra Criarte, Ramón5154. Ibarrondo Millón, Aurelio5155. Iban Calvo, Pedro5156. Ichazo Olarcia, Pedro5157. Igartúa Gallászegoi5158. Iglesias Angel, Juan5159. Iglesias Cañada, Toribio5160. Iglesias de la Riva, Octavio5161. Iglesias del Val, Benito5162. Iglesias Díez. Manuel5163. Iglesias Fernández, Faustino
5164. Iglesias Fernández, Francisco5165. Iglesias García, Jesús5166. Iglesias García, Leopoldo5167. Iglesias Martínez, Pedro5168. Iglesias Navarro, Manuel5169. Iglesias Paz, Angela5170. Iglesias Pozo, Julio5171. Iglesias Sánchez, Horacio5172. Iglesias Suárez, Ramón5173. Iglesias, Amalia5174. Iglesias, Germán5175. Juera Sirvián, Mariano5176. Inchausti Murúo, Anastasio5177. Infanta Panoja, José5178. Infante, Francisco5179. nOwto Díaz, Luis
5180. Iniesa Huerta, Lorenzo5181. Iniesta Martín, Silvestre5182. litigue Sáez, Segundo5183. Insaurrtaga Anguila, Feliciano5184. laza, Micaela5185. Iñiguez de Coreano, Isidro5186. Íñiguez Morán, Felipe5187. Iñiguez, Gawdencio5188. Ipiña, Prima5189. Ipola González5190. bache Morillo, Ascensión5191. Iracheta, Felipa5192. Iracheta, Felipe de5193. rala O1iveros, Francisco5194. bala Plaza, Manuel5195. Iranzo Comas, Ricardo
5196. Ireneo, Jacinto5197. bes del Cinto, Ramona5198. Iriarte Ros, José5199. Iriarte Segura, Pedro5200. Iribarren Martínez, María5201. Iribarren Yarráiz, Maximino5202. Inborn Goñi, Felipe5203. Inborn Martínez, Marta5204. Inborn Osés, Ángel5205. Irizábal Romeo, Leona5206. Irurelagoyena Sanz, María5207. Iruretagoyena Somndo, Manada5208. Iearetagoyena, José5209. Isaac Moya, Francisco5210. Isaac Tomás, Juan José5211. Isabel del Carmen, sor María
5212. Isasa y Adoro, Carlos5213. Isasa y Adaro, Federico5214. Isén García, Federico5215. Isla Izquierdo, Irene5216. lturrea Gracia, Estanislao5217. Iturriaga Azpiroz5218. Iturriaga Gascón, Rafael5219. Iturriaga Manzano, Mercedes5220. Iturriaga, Luis5221. Iyaque de la Puente, Gregorio5222. Izaldui Martín, Elvira5223. Izaldui Medina, María5224. Izaldui Medina, Mercedes5225. Iznariega, Juan5226. Izquierdo Barrena, Irene5227. Izquierdo Benito, Felicito
5228. Izquierdo Calle, Ángel5229. Izquierdo Cañas, Angel5230. Izquierdo Casa, Ángel5231. Izquierdo del Amo, Valentin5232. Izquierdo Díaz, Gregorio5233. Izquierdo Galán, Máximo5234. Izquierdo García, Leoncio5235. Izquierdo Gómez, Isaac5236. Izquierdo Gómez, Jerónimo5237. Izquierdo Gómez, Luisa5238. Izquierdo Gómez, Rafael5239. Izquierdo Gómez, Teodoro5240. Izquierdo Mayordomo, Martín5241. Izquierdo Montes, Hermengildo5242. Izquierdo Moya, Valentías5243. Izquierdo Olivares, Gabriel
5244. Izquierdo Olivares. Vicente5245. Izquierdo Rivetas, Leandra5246. Izquierdo Rodríguez. Julián5247. Izquierdo Ros, Manuel5248. Izquierdo Somomego, Nicasio5249. Izquierdo, Claudia5250. Izquierdo. Pascual5251. Jaén Martínez, Francisco5252. Jaime Cruz, Fernando5253. Jaime Rivera, Pedro5254. Jaime Sánchez, José María5255. Jainaga Echerure. Francisco5256. Jalón Gallero, Mariano5257. Jaloasabra, Francisco5258. Jallante, José5259. Jamaga Borbolla, José María
5260. Janet Valgomá, Luisa5261. Jara Aparicio, Julio5262. Jara Cala, Vicente5263. Jara Pereda, Gregorio5264. Jaraba Aznar5265. Jaraba Aznar. Leonor5266. Jaraba Aznar. Pablo5267. Jaraba Ballesteros, Jarabo5268. Jarabo Herráiz, Jesús5269. Jaramillo García, Gabriel5270. Jareño Boceta, Antonio5271. Jaro Galindo, José Luis5272. Jarque, Santiago5273. Jarquino Barros, Ángel5274. Jasasana, Antonio5275. Játiva Cortés, Policarpo
5276. Jerez de Fuente, José5277. Jerez Lucia, Rufino5278. Jerez Sevillano, Gonzalo5279. Jerieira Izquierdo, Eduardo5280. Jerón Vivanco, Fulgencio5281. Jesús Adrada, Juan5282. Jesús de y María, Juan5283. Jesús José, Angel5284. Jesús Vicente, Adalberto5285. Jiménez Anca, Antonio5286. Jiménez Aranda, Juan José5287. Jiménez Arroyo, Daniel5288. Jiménez Baena, Francisco5289. Jiménez Ballesteros, Eugenia5290. Jiménez Ballesteros, Isabel5291. Jiménez Barquín, Félix
5292. Jiménez Borrera, Pilar5293. Jiménez Brío, Carlos5294. Jiménez Busto, Francisco5295. Jiménez Camporredondo, Saturnino5296. Jiménez Canales, Federico5297. Jiménez Canga Argüelles, Luis5298. Jiménez Castellanos, Ramón5299. Jiménez Cerezo, Serafín5300. Jiménez Cisneros, Benito5301. Jiménez Comas, Ángel5302. Jiménez Cozas, María Josefa5303. Jiménez Crespo, María de los
Dolores5304. Jiménez Criado, Ramón5305. Jiménez Cristobal, Manuel5306. Jiménez Cruz, Francisca
5307. Jiménez Cura, Marcelino5308. Jiménez Dávila, Remigio5309. Jiménez de Blas, José5310. Jiménez de la Puente. Francisco
Javier5311. Jiménez de la Puente, Javier5312. Jiménez de Ocaña, Isaac5313. Jiménez del Pozo, Francisco5314. Jiménez Fernández, Alfonso5315. Jiménez Fernández. Manuel5316. Jiménez Ferrandi, Manuel5317. Jiménez Ferrer, Juana5318. Jiménez Fuentes, Adela5319. Jiménez Fuentes, Manuel5320. Jiménez Galví, Antonia5321. Jiménez García, Jesús
5322. Jiménez García, Juan5323. Jiménez García, Julio5324. Jiménez García, Leopoldo5325. Jiménez García, Remigio5326. Jiménez García, Tomás5327. Jiménez Garzón, Isidro5328. Jiménez Gómez, Manuel5329. Jiménez Gómez, Marina5330. Jiménez González, Cesáreo5331. Jiménez González, Eufronio5332. Jiménez González, Pascual5333. Jiménez Guinea, Fernando5334. Jiménez Herráiz, Estanislao5335. Jiménez Jara, Bernardo5336. Jiménez Jiménez, Cristóbal5337. Jiménez Jiménez, Dionisio
5338. Jiménez Jiménez, Florencio5339. Jiménez Jiménez, Ignacio5340. Jiménez Jiménez, Marcelino5341. Jiménez Lanéaluce, Miguel5342. Jiménez Lara, Mario5343. Jiménez López, Arturo5344. Jiménez López, Carlos5345. Jiménez López, Juan5346. Jiménez Lorente, Eugenio5347. Jiménez Lozano. Antonio5348. Jiménez Maestro, Pedro5349. Jiménez Manes, Florentino5350. Jiménez Maño, Florentino5351. Jiménez Marina, Pedro5352. Jiménez Martín, Ceferino5353. Jiménez Martín, Eladio
5354. Jiménez Martín, Francisco5355. Jiménez Martín, Isaac5356. Jiménez Martín, Juan5357. Jiménez Martín, Mariano5358. Jiménez Martín, Ricardo5359. Jiménez Martínez, Ignacio5360. Jiménez Martínez, Luis5361. Jiménez Mesonero, Brígida5362. Jiménez Mingo, Cipriano5363. Jiménez Morenés, Jacinto5364. Jiménez Navarro, José5365. Jiménez Nieto, Lugardo5366. Jiménez Peregrín, Antonio5367. Jiménez Pérez, Dolores5368. Jiménez Pérez, Eduardo5369. Jiménez Picote, Manuel
5370. Jiménez Porras, Ildefonso5371. Jiménez Prieto, Arsenio5372. Jiménez Puente, Bernardo5373. Jiménez Quesada, Manuel5374. Jiménez Reyes. Antonio5375. Jiménez Rodriguez, Florencio5376. Jiménez Rodríguez, Manuel5377. Jiménez Ruiz, María Teresa5378. Jiménez Ruiz, Pedro5379. Jiménez Sáiz, Francisco5380. Jiménez Sastre, Venancio5381. Jiménez Subiros, Clara5382. Jiménez Tejedor, Salvador5383. Jiménez Torres, José5384. Jiménez Torres, Manuel5385. Jiménez Ucedo, Basilio
5386. Jiménez Vélez, Juan5387. Jiménez Vigil, Obdulio5388. Jiménez y Jiménez, Cristóbal5389. Jimeno Amé, Faustino5390. Jimeno Rayón, Narciso5391. Jimeno Benito, Emeterio5392. Jimeno Ferrándiz, Enrique5393. Jimeno Madrigal, Fernando5394. Jimeno Ondovilla, Vicente5395. Jimeno Revilla, Carmen5396. Jimeno Urzáiz, Enrique5397. Jódar Fernández, Miguel5398. Jordá Botella, Antonio5399. Jordá Sierra, Julián5400. Jordán Laguna, Manuel5401. Jordán Quevedo, Alejandro
5402. Jorge Linaza, Felipe5403. Jorge Marzal, Manuel5404. José Martínez, Pedro5405. Juan Albarca, Antonio5406. Juan Aparicio, Fernando5407. Juan Díaz, Pascasio5408. Juan García, Gerardo5409. Juan Gómez, Agustin5410. Juan Hernández, Manuel5411. Juan Laracho, Antonio5412. Juan París, Emilio5413. Juanes Abascal, Genaro5414. Juanes Clemente, Mario5415. Jumes García, Manuel5416. Jumes Santos, Justo5417. Juárez Crespo, Amaino
5418. Juárez García, Isidoro5419. Juárez Martín, Ignacio5420. Juárez Mateo, Jesús5421. Juárez Mateo, Marino5422. Juárez Peña, Pedro5423. Juárez Rubio, Ramón5424. Juárez Rubio, Santiago5425. Julián Córdoba, Arturo5426. Julián Córdoba, Francisco5427. Julián Díez, Clementine5428. Julián Gallón, Gonzalo5429. Julián Rodrigo, José5430. Jamona Molíns, Joaquin5431. Jurado de la Plata, Juan5432. Jurado Martínez, Antonio5433. Jurado Libada, Juan José
5434. Justa González, Nicolás5435. Justicia Calzada, Antonia5436. Justo Martínez, Antolín5437. Kaill Tabares, Felipe5438. Labaja Ruiz Teresa5439. Laballe Miguel, Gregorio de5440. Labanda Murcia, Joaquín5441. Labat Calvo, Pedro5442. Labat Nardit, Federico5443. Labiaga García, Blasa5444. Labiaga Garcia, Francisco5445. Labina Berange, Javier5446. Lebón Vilba, José Maria5447. Laborda de Liara, Máximo5448. Labra Vivanco, José5449. Labrador Lozano, Ángel
5450. Labraña Pérez, Mariano5451. Lacalle Gaspar, Juana5452. Lacambra Grosso, José5453. Lacasa Ferrer, Antonio5454. Lacasa López, Pilar5455. Laceras, Rufino5456. Lacierva Codorníu5457. Lacorzana Duque, Pilar5458. Lacuna, Isidro5459. Lachica Campy, Rafael5460. Lafarga Baquetos, Carlos5461. Lafora Calatayud, Juan5462. Lafuente Casado, Eugenio5463. Lafuente Labarca, Vicente5464. Lafuente Miguel, Luisa5465. Lafuente Tomé, Manuel María
5466. Lafuente Tortubia, Ángel5467. Lagares Tomé, Francisco5468. Loge Sánchez, Antonio5469. Lago de Lago, Claudio5470. Lago Gobema, Agustin5471. Laguna Llitera, Juan5472. Laguillo Bonilla, Manuel5473. Laguna Alfonso, Manuel5474. Laguna Jiménez, José5475. Laguna López, Luis5476. Lagunar Zapata, Antonio5477. Lagunero Bargueño, Manuel5478. Lagunero de la Torre, Augusta5479. Lagunero de la Torre, Eustaquio5480. Lagunero de la Torte, Roberto5481. Lagunillo Bonilla, Manuel
5482. Lahem Panadero, Manuel5483. Lahoz Burillo, José Manuel5484. Lahoz Burillo, Miguel5485. Laing García, Julián5486. Laina Ibáñez, Martín5487. Laing Laina, Vicente5488. Lamadrid Pérez, José5489. Lamarca Barroso, Ignacio5490. Lamas Agra, Camilo5491. Lambán del Rio, Narciso5492. Lambes Fernández, Carlos5493. Lambes Fernández, José María5494. Lambea García, José5495. Lambea Luengo, Antonio5496. Lameda Díez, César5497. Lamela Seijas, Antonio
5498. Lanar de Recondo, Rafael5499. Lanchares Cabezudo, Julio5500. Landa Álvarez, Bernardo5501. Landa Sonmariva, Antonio5502. Landazábal Merino, Mercedes5503. Landecho Urquijo, Manuel5504. Landecho Velasco, Manuel5505. Lanera Rodriguez, Narciso5506. Lapastora Olmeda, Jesús5507. Lapuente Campallo, Mariano5508. Lapuente Gallardo, Manuel5509. Lapuente Miguel, María5510. Lapuerta de Ojeda, Alfredo5511. Lara Carrera, Antonio5512. Lara Caballos, Juan5513. Lara Díez, Tomás
5514. Lara García, Antonio5515. Lara Mercado, Donoso5516. Lara Paunero, Mariano5517. Lara Pérez, Enrique5518. Lara Pérez, Fernando5519. Lara Rubio, Felipe5520. Lam Sanz, Andrés5521. Lara Toledano, Andrés5522. Lardo Díaz, José María5523. Largo Álvarez, Modesto5524. Largo Jamar, Modesto5525. Largo Manrique, Jesús5526. Larlo Díaz, José María5527. Lariz del Diego, Luis5528. Larra y Larra, Eugenio5529. Larragán Alfaro, Manuel
5530. Larranz de Recondo, Rafael5531. Larranzábal Rodríguez, Eduardo5532. Larroque Echevarría, Enrique5533. Lartu Sierra, Javier5534. Lasala Gandía, Aurelio5535. Lasheras González, Antonio5536. Lasierra Gasca, Ignacio5537. Lasina Garata, Jaime5538. Lasso de la Vega5539. Lasso Muñoz, María Juana5540. Latorre Bachiller, Cándida5541. Latorre Galán, laurean5542. Latorre Martínez, Gonzalo5543. Latorre Monfort, Vicente5544. Lazaga y Gómez, Bautista5545. Lázaro Argiles, Tomás
5546. Lázaro Cifuentes, Dionisio5547. Lázaro Costas. Miguel5548. Lázaro Díaz, Ramón5549. Lázaro Fernández, Celestino5550. Lázaro Fernández, Juan5551. Lázaro González, Manuel5552. Lázaro Jaramillo, Tecla5553. Lázaro López, Jacinto5554. Lázaro Marigil5555. Lázaro Mateo, Pablo5556. Lázaro Primo, Luis5557. Lazarza, Antonio5558. Lazcan, Iguana5559. Lazo Orta, Francisco5560. Leal Alfaro, Lino5561. Leal del Olmo, Pedro
5562. Leal Esteban, María5563. Leal Navarro, Simón5564. Leal, Carmen5565. Leardy Francés, José5566. Lebrero Ortega, Francisco5567. Lebrón Martínez, Alfredo5568. Leclerc Méndez, Eduardo5569. Lechuga Guzmán, Francisco5570. Lechuga Serrano, Miguel5571. Lechundi Gurruchaga, Manuela5572. Ledesma Barca, Carmen5573. Ledesma Barca, Concepción5574. Ledesma Barca, Francisco5575. Ledesma Barca, Isaías5576. Ledesma Barca, Josefma5577. Ledesma Miranda, José María
5578. Ledesma Ramiro, Ramiro5579. Ledesma, José María5580. Ladrón Ortiz, José5581. Leguía Arrazola, Baltasar5582. Legureño, Augusto5583. Legureño, Eustaquio5584. Legureño, José5585. Léibar Garay, Miguel5586. Leiva Olano, Javier5587. Leiva Peralta, Antonio5588. Lejárraga Blanco, Luis5589. Lejárraga García5590. Lemas Calderón de la Barca, José5591. Lemas Capón, Enrique5592. Lemas Díaz Calderón de la Barca,
José
5593. Lemus Losada, María5594. Lemus, José5595. Lena García, Enrique5596. Lena Seco, Enrique5597. Lencina Martín, Diego5598. Lenes Garcia, Angel5599. Léniz Arenal, Joaquín5600. Léniz Ruiz, Enrique5601. Leno Carlos, Manuel5602. León de Bencón, Vicente5603. León García, Pedro5604. León Humanes, Gaspar5605. León Humanes, Guillermo5606. León León, Marín5607. León Luque, Juan5608. León Martinez, Desiderio
5609. León Mena, Cecilia5610. León Queipo del Llano, Alvaro5611. León Salazar, Mercedes5612. León Solis, Gabriel5613. León Tierno, Prudencio5614. León Trigueros, Paulino5615. León, Benjamín5616. León, Ignacio5617. Leonís Losada, María5618. Leoz Portillo, Josefa5619. Lequerica y Polo de Bernabé,
Antonio5620. Lerdi Francés, Dolores5621. Lerdo de Tejada, Josefa5622. Lena Escautiaza, Ignacio5623. Lerma Ortega, Lorenzo
5624. Lerma, duque de5625. Lemon José, Joaquina5626. Leronís. Santos5627. Lerraga Blanco, Luis5628. Les Alfaro, Lino5629. Lese Martínez, Pedro5630. Leso Guerra, Gregorio5631. Letién Oliva, José María5632. Levenfeld González, Gonzalo5633. Levenfeld González, Luis5634. Lex Casas, Restituto5635. Leytes Sande, Gerardo5636. Leyún Larrasa, Marcos5637. Lezárraga Blanco, Luis5638. Lezárraga García, Mariano5639. Ligero García, Pedro
5640. Linage, Felipe5641. Linares Cabrera, José Maria5642. Linares Garcia, Pablo5643. Linares Martín, Venancio5644. Linde Contreras, Manuel5645. Linde Navarra, Francisco José5646. Liban de Francisco, Carlos5647. Lisa Bargolla, Jesús5648. Lizárraga Martínez, Félix5649. Lizasoáin, Aniceto5650. Loaches Jiménez, Estanislao5651. Loarte Lebrón, Enrique5652. Loarte Lebrón, Manuel5653. Lobo Rodríguez, José5654. Lobo y Harto, Leandro5655. Lobo Zafra, Jesús
5656. Lois Campos, Baldomero5657. Lolumo Guerrero, Manuel5658. Lom Laga, Manuel5659. Loma Grindi, José5660. Lomas García, Angel5661. Lamba de Veglisón, Manuel5662. Lombardía Cayeiro, Fresneda5663. Lombardía Fresneda, Constantino5664. Lambraña Pérez, Mariano5665. Lanzas Jarús, Asunción5666. Lopera Dfaz, Julián5667. Lopetegui Miró, Joaquín5668. López Acedo, Ortiz5669. López Agudo, Pablo5670. López Aguilar, Rubén5671. López Alejandro, Luis
5672. López Alonso, Esteban5673. López Álvarez, María5674. López Anselmo, Rufina5675. López Arribas, Rogelio5676. López Baeza, Antonio5677. López Baeza, Juan5678. López Barahona, Antonio5679. López Barros, Luis5680. López Bayona, Antonio5681. López Belda, Rogelio5682. López Benito, Antonio5683. López Benito. Manuel5684. López Bernardo, María5685. López Botija, José5686. López Bravo, Antonio5687. López Cabrera, Constantino
5688. López Calvo, Gregorio5689. López Candelas, Mercedes5690. López Carbajal, Juan María5691. López Carnicer, Miguel5692. López Casado, Esperanza5693. López Cebabas, Antonio5694. López Cepedo, Leonisa5695. López Coso, Alejandro5696. López Cuervo, Miguel5697. López Checa, Baldomero5698. López Checa, Tomás5699. López Chichen, Andrés5700. López Dapena, Pedro5701. López de Carrizosa, Miguel5702. López de Coca, José5703. López de Diego, Juan
5704. López de Haro, Eladio5705. López de Haro, José5706. López de la Torre, José María5707. López de las Heras, Raimundo5708. López de Letona, José María5709. López de Longoria y Morán, León5710. López de Merla, Tomás5711. López de Prada, Luis5712. López de Radas, Manuel5713. López Díaz, José Antonio5714. López Domínguez, Luis5715. López Dóriga, Gabriel5716. López Espinosa, Avelino5717. López Fabián, Florentina5718. López Fernández, Francisco5719. López Freire, Marcelo
5720. López Galeato, María5721. López Gamuza, Emilio5722. López García de la Torre, Manuel5723. López García, Fernando5724. López García, Ignacio5725. López García, José5726. López García, Manuel5727. López Gascó, Jesús5728. López Gelaño, Lope5729. López Gómez, Julián5730. López González, Dorotea5731. López González, Luis5732. López Guerrero, Angel5733. López Heredia, Carlos5734. López Hernández, Rosa5735. López Herranz, Juan
5736. López Higueras, Inés5737. López Hilario, señores de5738. López Jáuregui, Laura5739. López Jiménez, Joséga5740. López Lasalle, Ramón5741. López López, Antonio5742. López López, Eufrasio5743. López López, Eugenio5744. López López, Joaquín5745. López Madrid, Antonio5746. López Madrid, Rodrigo5747. López Mamblona, Francisco5748. López Maqueda, Antonio5749. López Martín, Encarnación5750. López Martín, Félix5751. López Masip, Francisco
5752. López Matesanz, Eladio5753. López Morales, Antonio5754. López Moreno, Feliciano5755. López Moreno, Joaquín5756. López Moreno, Manuel5757. López Muñoz, Miramón5758. López ()bregan, Fernando5759. López Oliva, Gabriel5760. López Gr tará, Manuel5761. López Ordás, Eduardo5762. López Palazón, José5763. López Palomo, Gabriel5764. López Pando, Luis5765. López Pastor, Juan5766. López Pereira, Francisco5767. López Pérez, Constantino
5768. López Pérez, Juan5769. López Pérez, Manuel5770. López Piad, Pompeya5771. López Poveda, Antonio5772. López Prieto, Julián5773. López Quintero, Santos5774. López Quiroga, Eugenio5775. López Ramírez, Rafael5776. López Real, Miguel5777. López Revuelta, César5778. López Rincón, Manuel5779. López Rodríguez, Francisco5780. López Rodríguez, José5781. López Rodríguez, Rosa5782. López Ruiz, Manuel5783. López Sánchez, Eustaquio
5784. López Sánchez, José5785. López Sánchez, Petra5786. López Sancho, Albino5787. López Sanjuán, Martín5788. López Sans, Félix5789. López Sanjo, Felipe5790. López Serranillos Julián5791. López Soldado, Félix5792. López Soldado, Juan5793. López Tejerina, Cándido5794. López Turrón, Abdón5795. López Valdemoro, Norberto5796. López Valdeolivas, Felipe5797. López Valencia, Esther5798. López Valencia, José5799. López Valera, Pedro
5800. López Varela, José5801. López Vázquez, Francisco5802. López Vega, Elena5803. López Yarto, Julián5804. López Zayta, Francisco5805. López. Cecilia5806. Lora Ibáñez, Cecilia5807. Lorente Echánove, José María5808. Lorente Gutiérrez, Andrés5809. Lorente Martin, Manuel5810. Lorente, Teodoro5811. Lorenzo del Río, Jerónimo5812. Lorenzo Esteban, Fabián5813. Lorenzo García, Félix5814. Lorenzo Llorente, Benjamín5815. Lorenzo Mateos, Angel
5816. Lorenzo Porreta, Avelino5817. Lorenzo Rodríguez, Valerian5818. Loreña, Carlos5819. Loriente Cancio, José5820. Lorite Reyes, José5821. Loro Rodríguez, Andrés5822. Losa Borbolla, Jesús5823. Losa Zardáin, Félix5824. Losada Zorrilla, Josefa5825. Loygorri de Pereda, Manuel5826. Lozano Bernal, Carlos5827. Lozano Blanco, Francisco5828. Lozano Cediel, Hipólito5829. Lozano García, Antonio5830. Lozano Herreros, Castro5831. Lozano Malo, Martín
5832. Lozano Moreno, Jesús5833. Lozano Ordóñez, Manuel5834. Lozano Rebollar, Restituto5835. Lozano, José5836. Lozano, Juan José5837. Lubrigado Martínez, José5838. Luca de Tena, Daniel5839. Luca de Tena, Rafael5840. Luca de Tena, Ramón5841. Lucas Beleña, Mariano5842. Lucas Casta, Isidoro5843. Lucas Guerra, Alfredo5844. Lucas Martínez, Juan5845. Lucas Toreno, Bienvenido5846. Lucas Torrente, Antonio5847. Lucas, Jesús de
5848. Lucero Sánchez, Santiago5849. Luciano Santos, Miguel5850. Luciéñez Palacios, Emilia5851. Lucio Ballespín, Agustin5852. Luengo Castejón, Matías5853. Luengo Mayoral, Jesús5854. Luna Carreto, Juan5855. Lupiana, maestro de5856. Lupiáñez Cañas, Fernández5857. Luque Alvarez, Juan5858. Luque Cubero, Domingo5859. Luque Garcia, Andrés5860. Luque Pérez, Andrés5861. Luque Pérez, Juan de Dios5862. Lussán Aguado, José5863. Lladrb, Rafael
5864. Llague Alcalá, Jerónimo5865. Llano González, Fernando5866. Llano Martínez, Rafael5867. Llanos González, Gabriel5868. Llanos Iglesias, Emilio5869. Llanos Pastor, Julián5870. Llanos, Manuel5871. Llantada Martínez, Julio5872. Llate Monasterio, Antonio5873. Llera Fernández, José5874. Llera Gala, Leopoldo5875. Llevara Gutiérrez, José5876. Llinás de Villar, Francisco5877. Llop Garcia, Guillermo5878. Llop Planas, Manuel5879. Llopart Dovías, Sebastián
5880. Llopis Roig, Emilio5881. Llorca Malo, Vicente5882. Lloren Fernández, Julio5883. Lloréns Bayón, Enrique5884. Llorente de la Orden, Sebastián5885. Llorente Esteban, Agustin5886. Llorente Gil, Lorenzo5887. Llorente Martín, Angel5888. Llorente Navacerrada, Emilio5889. Llorente Núñez, Marcelino5890. Llorente Rubio, Eduardo5891. Llorente Vaquerizo, Nicomedes5892. Llorente, Teodoro5893. Llores Pérez, Luis5894. Llover Coquillat, Juan5895. Lluch, Constantino
5896. Llul Pujol, Antonio5897. Llul Uves, Federico
Apéndice IV
Asesinados en Madrid y provinciabajo el gobierno del Frente Popular(julio 1936 - marzo 1939)[382]
1. MacCrohon, Diego2. Macein Martín, Carlos3. Macla Aznar, Manuel4. Macias de Laiglesia, Lorenzo5. Macias Macías, Luis6. Matías Manresa, Antonio7. Machado Alguacil, Andrés8. Machina Paredes, Francisco9. Machiran Moreno, Pedro
10. Macho Montes, Carmen11. Machuca Laguna, Bernardo12. Madariaga Ibáñez, Francisco13. Madariaga Mora, Luis14. Madrid Blanco, Eusebio15. Madrid Sánchez, Rafael16. Madrigal Pérez, Cirila17. Maeso Díaz, Zacarías18. Maeso Feliu, José19. Maestre Castro, Juan Martín20. Maestre Pérez, Jaime21. Maestre San Román, Angel22. Maestro Sánchez, Antonio23. Maeztu, Ramiro de24. Maganto Félix, Santiago25. Maganto, Pascual
26. Magan Fernández, Juan27. Magdalena Grande, Manuel28. Magro Candela, Mercedes29. Magro Serrano, Valeriana30. Mahón García, Felipe31. Máizquez Ros, Francisco32. Majada Bascuñana, José33. Majuelo Galán, Juan34. Malagabra Cardona, Víctor35. Malcampo Gónzález, José36. Maldonado Antón, Pedro37. Maldonado Dotor, Miguel38. Maldonado Paniagua, José39. Maldonado Vim, Antonio40. Malibrán Escassi, Alfredo41. Malillos Nieto, Gaudencio
42. Malo Collado, Antonio43. Malo García, Félix44. Malla Gómez, Rafael45. Malla Gutiérrez, Gabriel46. Malla Herero, Fernando47. Mallar, Esteban48. Mallo García, Justino49. Malloche Sanz, Justin50. Mamblona Martínez, Dionisio51. Mamolar Martínez, Félix52. Manal Lorenzo, Miguel Angel53. Manera Labica, Honorato54. Manero Luego, Manuel55. Mangada Díaz, Basilisa56. Mangarrés Poncela, Angel57. Manón Cabezas, Francisco
58. Manón Dámaso. Miguel59. Manresa Martínez, Luis60. Manrique Montero, Agapito61. Manrique Olías, Eustaquio62. Manrique Sanz, Arturo63. Manso Manso, Salvador64. Mantilla, José65. Mantua Barma66. Manzanares Huete, Gil67. Manzanera de la Rubia68. Manzanera López, Julio69. Manzano Garrido, Augusto70. Manzano Godino, Francisco71. Manzano González, Gonzalo72. Manzano Jimeno, Francisco73. Manzano Hebras, Braulio
74. Manzano Trujillo, José75. Manas Cano, Antonio76. Maña Aráns, Guillermo77. Mañas Ugades, Pablo78. Mao Díaz, José79. Maquedano Plasencia, Antonio80. Maragoto Sánchez, Adolfo81. Marañés González, Antonio82. Marañón Mechan, José83. Marco Alemán, Francisco84. Marco Cascaren, Antonio85. Marco Heras, José María86. Marco Salderreyan, Carlos87. Marco Vázquez, Josefa88. Marcos Alcacer, Rosario89. Marcos Clemente, Apolinar
90. Marcos del Fresno, José91. Marcos del Río, Francisco92. Marcos Dfez, Isidra93. Marcos Domínguez, Antonio94. Marcos Fernández, Arturo95. Marcos Fernández, Crescencio96. Marcos Fernández, Jaime97. Marcos Fernández, Julio98. Marcos Fuentes, Diego99. Marcos García Redondo, Felipe
100. Marcos García, Alberto101. Marcos González, Benjamín102. Marcos Herrera, Enrique103. Marcos Jiménez, Angel104. Marcos Jiménez, José105. Marcos López, Esteban
106. Marcos López, Manuel107. Marcos Moreno, Antonio108. Marcos Pérez, Pablo109. Marcos Puente, Angel110. Marcos Puig, José111. Marcos Reguero, Ricardo112. Marcos Rodriguez, Antonio113. Marcos Rodríguez, Julio114. Marcos San Facundo, Alejandro115. Marcos San Francisco, Consuelo116. Marcos Sánchez, Antonio117. Marcos Trancho, Felipa118. Marcos Ubeda, Manuel119. Marchan Cabrero, Felisa120. Marchán Fernández, Ricardo121. Mardán Gutiérrez, Josefina
122. Mares Marés, Antonio123. Margallo de la Morena124. Margaret General125. Margeli Lorenzo, Antonio126. Margos Díaz, Isidro127. María Alcalde, Pedro128. María Arroyo, Gonzalo129. María Ayestarán, Miguel130. María Bansira, Josefa131. María Cavestany, Teresa132. María de Dos Hermanas133. María de López, José134. María Fincias, Julio135. María Gómez, Manuel136. María Martín, Manuel137. María Mogica, Juan
138. María Pajares, Jesús139. María, Agustín140. María, Angela (hermana)141. María, Eufrasio142. María, Júlver143. Mariano Martínez, Juana144. Mariátegui Pérez de la Rada145. Mariátegui, José146. Maribral, Alfredo147. Marín Acuña, José María148. Marín Aguirre, Ángeles149. Marín Aida, Luisa150. Marín Alcázar, Antonio151. Marín Ballesteros, Manuel152. Marín Ballesteros, Vicente153. Marín Barranco, Agustín
154. Marín Bonilla, Francisco155. Marín Bueno, Joaquin156. Marín Castro, Antonio157. Marín Coide, Guillermo158. Marín Damián, Francisco159. Marín de Bernardo, Ramón
Donallo160. Marín de Vicente, Eduardo161. Mann de Vicente, Tomás162. Marín Eguián, Angel163. Marín García, Jesús164. Marín González, Antonio165. Marín Hermanos, Salvador166. Mann Herrero, Pedro167. Marín Jabonero, Alfonso168. Marín Jiménez, Francisco
169. Marín León, Manuel170. Mann López. Andrés171. Mann López, Antonio172. Marín López, Francisco173. Marín López, Miguel174. Marín Luengo, Obdulia175. Marín Martínez, Antonio176. Marín Mirones, Diego177. Marín Molina, Diego178. Marín Moreno, Pedro179. Marín Muñoz, Modesto180. Marín Romero, Pedro181. Marín. Antonio182. Mann, José183. Mann, Ricardo184. Marina de Ofaldina, Julio
185. Marina Estebarrán186. Marina Moner, Tomara187. Marina Rivas, Josefina188. Marinas Ageda, Mariano189. Marinas Galindo, Tomás190. Marinet Sánchez, Antonio191. Marino y Fernández de la Cruz192. Mario Hems, José María193. Mario Martínez, Luis194. Mario Puente, Angel195. Mario, Félix196. Mariscal de Gante y de Gante,
Carlos197. Mariscal de Gante, María198. Mármol Martínez, Francisco199. Marón Carsf, Luis
200. Marón García, Francisco201. Maroto Espiguero, Emilio202. Maroto Fernández, Marco203. Marqués Agud, Amparo204. Marqués Cuadra, Carmen205. Marqués Cuadra, Miguel206. Marqués del Pino, Félix207. Marqués Márquez, Antonio208. Marqués Tejado, Pedro209. Márquez Frenada, Santiago210. Márquez García. José211. Márquez Martínez, Pedro212. Márquez Pedraza, Lucas213. Márquez Román, Francisco214. Márquez Soler, Alfonso215. Marquina Morilla, Fernando
216. Marquina Siquero, Alejandro217. Marquina Siquero, Vicente218. Martí Candoya, Antonio219. Martí Fernando, Vicente220. Maní Salones, Vicente221. Martí Sarro, Adolfo222. Martí. Carlos223. Martí, Francisco224. Martiáñez Flórez, Agustín225. Martín Acuña, Amadeo226. Martín Albo Ocaña, Francisco227. Martín Alonso, Claudio228. Martín Álvarez, Ambrosio229. Martín Antón, Ezequiel230. Martín Arévalo, José231. Martín Arroyo, José
232. Martín Báguenas, Santiago233. Martín Barragán, Felipe234. Martín Benito, Ricardo235. Martín Bermejo, Pablo236. Martín Berruguete, Joaquín237. Martín Blanco, José238. Martín Bueno, Antonio239. Martín Calvo, Simón240. Martín Campillo, Amado241. Martín Casado, Avelina242. Martín Cerezo, Saturnino243. Martín Claudio, Domingo244. Martín Corredera, Tomás245. Martín Crespo. Antonio246. Martín Criado, Joaquín247. Martín Cuesta, Antonio
248. Martín de Juan, Matías249. Martín de la Cruz. Félix250. Martín de la Osa251. Martín de la Parra, Benedicto252. Martín de la Rubia253. Martín de Pablo, Juliana254. Martín de Pedro, Germán255. Martín de Rey. Bienvenido256. Martín Díaz, Anuro257. Martín Díaz, Calixto258. Martín Díaz, Carlos259. Martín Dfaz, Lucio260. Martín Díaz, Manuel261. Martín Dondaz, Ventura262. Martín Duque, Anastasio263. Martín Escobar, Marcelino
264. Martín Espino, Pedro265. Martín Estremo, Tomás266. Martín Fernández, Eleuterio267. Martín Fernández, Salvador268. Martín Fernández, Segundo269. Martín Francisco, José270. Martín Galindo, Fernando271. Martín Gallego, Antonio272. Martín Gallego, Trifón273. Martín García, Fidel274. Martín García, Gaspar275. Martín García, Ildefonso276. Martín García, Jesús277. Martín García, Manuel278. Martín García, Mariano279. Martín García, Ramón
280. Martín García, Salvador281. Martín García, Tuso282. Martín García, Vicente283. Martín Gil, Filomeno284. Martín Gil, Francisco285. Martín Gil, Pedro286. Martín Gómez, Amelio287. Martín Gómez, José288. Martín Gómez, Manuel289. Martín Gómez, Miguel290. Martín Gómez, Rufino291. Martín González, Alfredo292. Martín González. Amparo293. Martín González, Cirilo294. Martín González, Joaquín295. Martin González. Paula
296. Martín González, Ramón297. Martín Gordo, Luis298. Martín Gutiérrez, Francisco299. Martín Guzmán, León300. Martín Hernández, Daniel301. Martín Hernández, Tomás302. Martín Hernández, Víctor303. Martín Hernando, Marcelino304. Martín Herrero, Manuel305. Martín Hoyo, Román306. Martín Hurtado, Fermín307. Martín Iglesias, Andrés308. Martín Jabonero, Alfonso309. Martín Jiménez, José Antonio310. Martín Juárez, Jesús311. Martín Juárez, Juan
312. Martín Juárez, Julio313. Martín Juárez, Santos314. Martín Laurel, Eugenio315. Martín León, Isidoro316. Martín López, Antonio317. Martín López, Arturo318. Martín López, Enrique319. Martín López, Francisco320. Martín López. José321. Martín López, Marcelina322. Martín Lorenzo, Agapito323. Martín Losada, Antonio324. Martín Lozano. David325. Martín Lupión, Emilio326. Martín Llorca, Emilio327. Martín Madrigano, Valentina
328. Martín Maestre, Juan329. Martín Marín, Anastasio330. Martin Márquez, Agustín331. Martín Martín, David332. Martín Martín, Hilario333. Martín Martín, Joaquín334. Martín Martín, Julián335. Martín Martín, Manuel336. Martín Martín. Margarita337. Martín Martín, Mariano338. Martín Martín, Petra339. Martín Martínez, Pedro340. Martín Mata, Román341. Martín Medina, Eduardo342. Martín Medino, Eduardo343. Martín Menéndez, Rafael
344. Martín Mengoa, Tomás345. Martín Mesa, Miguel346. Martín Mesa, Ricardo347. Martín Miguel, Adolfo348. Martín Miguel, Guillermo349. Martín Miguel, Pilar350. Martín Montalvo, Luis351. Martín Montalvo, Vicente352. Martín Montano, Carmen353. Martín Monterroso, Francisco354. Martín Monterroso, Mariano355. Martín Moreno, José356. Martín Navalón, Ángel357. Martín Navas, Eduardo358. Martín Nicolás, Pilar359. Martín Nieto, Francisco
360. Martín Nuño, Ángel361. Martín 011ero, Lucila362. Martín Pascual, Emilio363. Martín Pascual, Enrique364. Martín Pascual, Luis365. Martín Peña, Manuel366. Martín Pérez, Antonio367. Martín Pérez, Dionisio368. Martín Pérez, Félix369. Martín Pérez, Manuel370. Martín Pérez, Pedro371. Martín Perla, Enrique372. Martin Peza, Marcelino373. Martín Pintado, Tomás374. Martín Piquer375. Martín Plaza, Román
376. Martín Portela, Mariano377. Martín Portugués, Pablo378. Martín Posadillo. Carlos379. Martin Prieto, Angela380. Martín Quevedo, Apiano381. Martín Ramirez, Faustino382. Martín Riaño, José383. Martín Rivas, Gerardo384. Martín Rodríguez, Fermín385. Martín Rodríguez, Jesús386. Martín Rodríguez, Magdalena387. Martín Rodríguez, Sofía388. Martín Rojas, Josefa389. Martín Ruano, Francisco390. Martín Ruano, María391. Martín Ruano, Silverio
392. Martín Ruiz, Gregorio393. Martín Salazar, Julián394. Martín San Juan, Gregorio395. Martín Sánchez, Anastasio396. Martín Sánchez, Celestino397. Martín Sánchez, Federico398. Martin Sánchez, Ignacio399. Martín Sánchez, Lino400. Martín Sánchez, Matías401. Martín Sánchez, Teresa402. Martín Santo Domingo, Ángel403. Martín Sanz, Domingo404. Martín Serrano, Miguel405. Martín Simón, Mateo406. Martin Solá, Dolores407. Martín Tardío, Bonifacio
408. Martín Tardío, Eladio409. Martín Tardío, Isidro410. Martín Tejerizo, Jesús411. Martín Tejerizo, Ventura412. Martín Vargas, Ángel413. Martín Vega, Agapito414. Martín Velasco, Sixto415. Martín, Ramón416. Martín, Tomás417. Martín, Vicente418. Martínez Agente, José419. Martínez Aguacil, Manuel420. Martínez Aguado, Agustín421. Martínez Aguado, Manuel422. Martínez Aguilar423. Martínez Aguirre, Alejandro
424. Martínez Aguirre, Francisco425. Martínez Aguirre, José María426. Martínez Alonso, Horacio427. Martínez Andrea, Felipa428. Martinez Antanaz, Melchor429. Martínez Arámbarri, Martina430. Martínez Aranda, Enrique431. Martínez Arenas, Celestio432. Martínez Arenas, Manuel433. Martínez Armáñiz, José434. Martínez Arriba, Fabián435. Martínez Ayala, José436. Martínez Ayón, Rafael437. Martínez Barona, Eusebio438. Martínez Bautista, Ernesto439. Martínez Bernabé, Julián
440. Martínez Bevia, José441. Martínez Blanco, Antonio442. Martínez Blanco, Julio443. Martínez Bravo, Hilario444. Martínez Briz, María445. Martínez Buil, José María446. Martínez Cabañas, Esteban447. Martínez Cabello, Enrique448. Martínez Cabezas, Narciso449. Martínez Cabrera, Jesús450. Martínez Calatayud, Carlos451. Martínez Calvo, Esteban452. Martínez Calvo, Gabriel453. Martínez Callejo, Luis454. Martínez Campos, María455. Martínez Cancela, José
456. Martínez Cano, Antonio457. Martínez Cano, Manuel458. Martínez Carbonero, Miguel459. Martínez Caro, Manuel460. Martínez Carrasco, Antonio461. Martínez Carrera, Antonio462. Martínez Carrero, Angel463. Martínez Casa-Rabadán, Nemesio464. Martínez Castillo, León465. Martínez Cava, Nemesio466. Martínez Cebrián, Clemente467. Martínez Cifuentes, Emilio468. Martínez Cohián, Antonia469. Martínez Conde, Fernando470. Martínez Crespo, Félix471. Martínez Cristóbal, Pilar
472. Martínez Dabal, Vicente473. Martínez de Anguita, Pablo474. Martínez de Castilla, Enrique475. Martínez de Escobar, Ángel476. Martínez de la Cruz, Félix477. Martínez de la Mata, Joaquín478. Martínez de la Riva, Ramón479. Martínez de la Torre, Luis480. Martínez de la Vega, Fernando481. Martínez de la Vega, Juan482. Martínez de las Cuevas, Antonio483. Martínez de las Cuevas, Emilio484. Martínez de las Cuevas, José
Manuel485. Martínez de las Cuevas, Juan486. Martínez de Mendilla, Antonio
487. Martínez de Mera, Bernardina488. Martínez de Pisón, Rafael489. Martínez de Ubago, José María490. Martínez de Velasco491. Martínez de Velasco, Alberto492. Martínez de Velasco, Federico493. Martinez de Velasco, José494. Martínez de Velasco, José Antonio495. Martínez de Velasco, José Félix496. Martínez de Velasco, Julio497. Martínez de Velasco, Ramón498. Martínez del Campo, Ernesto499. Martínez del Campo, Luis500. Martínez Delgado, Francisco501. Martínez Díaz, Arturo502. Martínez Díaz, Manuel
503. Martínez Díaz, Urbano504. Martínez Doblas, Fancisco505. Martínez Docampo, Luis506. Martínez Domingo, Francisco507. Martínez Domínguez, Ángel508. Martínez Espadero, Eduardo509. Martínez España, Dionisio510. Martínez Esteban, Pablo511. Martínez Expósito, Enrique512. Martínez Feito, Antonio513. Martínez Feito, José514. Martínez Fernández, Avelino515. Martínez Fernández, Bonifacio516. Martínez Fernández, Fernando517. Martínez Forner, Leopoldo518. Martínez Fuentes, Carlos
519. Martínez Galán, Juan520. Martínez Galindo, Leandro521. Martínez Gálvez, Valeriano522. Martínez Gallego, Antonio523. Martínez García, Agustín524. Martínez García, Amilio525. Martínez García, Andrés526. Martínez García, Antonio527. Martínez García, Carolina528. Martínez García, Francisco529. Martínez García, Gaspar530. Martínez García, José531. Martínez García, Juan532. Martínez García, Julián533. Martínez García, Leandro534. Martínez García, Manuel
535. Martínez Garnica, Alfredo536. Martínez Gascón, Antonio537. Martínez Gil, Antonio538. Martínez Gil, Cipriano539. Martínez Gómez, Anselma540. Martínez Gómez, Juan541. Martínez González, Concepción542. Martínez González, Evaristo543. Martínez González, Juana544. Martínez González, Manuel545. Martínez González, María546. Martínez Guardiola, José547. Martínez Guerrero, Crisóstomo548. Martínez Haro, Luis549. Martínez Heras, Gregorio550. Martínez Hernández, Fausto
551. Martínez Hernández, Jesús552. Martínez Hernández, Víctor553. Martínez Hombre, Nemesio554. Martínez Hortelano, Jesús555. Martínez Icaza, Mariano556. Martínez Izquierdo, Isidoro557. Martínez Jaime, Julio558. Martínez Lagarraza, José Luis559. Martínez Lastra, Paulino560. Martínez López, Ángel561. Martínez López, Carlos562. Martínez López, Enrique563. Martínez López, José564. Martínez López, Julio565. Martínez López, Leandro566. Martínez López, Pablo
567. Martínez López, Rafael568. Martínez Lucas, Enrique569. Martínez Madrid, José570. Martínez Maeso, Pedro571. Martínez Manso, Pedro572. Martínez Manzanares, Félix573. Martínez Marcos, Luis574. Martínez Maroto575. Martínez Martín, Antonio576. Martínez Martín, Emiliano577. Martínez Martín, Luciano578. Martínez Martín, Pascual579. Martínez Martínez, Antonio580. Martínez Martínez, Arteria581. Martínez Martínez, José582. Martínez Martínez, Lorenzo
583. Martínez Martínez, Luis584. Martínez Martínez, Miguel585. Martínez Martínez, Olegario586. Martínez Miguelet, Ángel587. Martínez Molina, Antonio588. Martínez Montero, Juan589. Martínez Moraleja, Fernando590. Martínez Morales, Pedro591. Martínez Morata, Enrique592. Martínez Moreno, Lorenzo593. Martínez Moro, Dictinio594. Martínez Mozas, Leoncio595. Martínez Mozas, Manuel596. Martínez Muñoz, Eloy597. Martínez Navalón, Angel598. Martínez Nicolás, Rafael
599. Martínez Obispo, Diego600. Martínez Olías, José601. Martínez Ortega, Manuel602. Martínez Ortega, Mauricio603. Martínez Ortiz, Aurelio604. Martínez Ortiz, Juan605. Martínez Ortiz, Pablo606. Martínez Otementi, Angel607. Martínez Otero, Enrique608. Martínez Panadero, Esteban609. Martínez Pardo, Marciano610. Martinez París, Damián611. Martínez Pedrelles, Fernando612. Martínez Pedro, Juan613. Martínez Peiró, Beatriz614. Martínez Palló, Faustino
615. Martínez Peña, Eulogio616. Martínez Pérez, Federico617. Martínez Pérez, José618. Martínez Pérez, Juan619. Martínez Pérez, Pedro620. Martínez Piri, Mercedes621. Martínez Pita, Ramón622. Martínez Posadillo, Carlos623. Martínez Purpón, Alfredo624. Martínez Rajado, Pedro625. Martínez Ramos, Pedro626. Martínez Raso, Pedro627. Martínez Real, Benito628. Martínez Rajado, Pedro629. Martínez Rejas, Quintillano630. Martínez Reyes, Juan
631. Martínez Rico, Justo632. Martínez Riesgo, Joaquín633. Martínez Rodríguez, Fermín634. Martínez Rodríguez, María Paz635. Martínez Rojo, Luis636. Martínez Ruano, Urbano637. Martínez Ruiz, María638. Martínez Saavedra, Maria639. Martínez Sáez, José640. Martínez Sáez, Justo641. Martínez Saldaña, Eugenio642. Martínez Salinero, Gregorio643. Martínez Sánchez, Antonio644. Martínez Sánchez, Isidro645. Martínez Sánchez, Luciano646. Martínez Santa María, Julián
647. Martínez Santa María, Julio648. Martínez Santacruz, José María649. Martínez Santaolalla, Antonio650. Martínez Sanz, Ernesto651. Martínez Sanz, Félix652. Martínez Serrano, Teodoro653. Martínez Sesé, Diego654. Martínez Solar, Federico655. Martínez Soriano, Mercedes656. Martínez Soto, Carmen657. Martínez Tejero, Tomás658. Martínez Torres, Antonio659. Martínez Trazado. Anastasia660. Martínez Trujillo, Pla661. Martínez Ucedo. Francisco662. Martínez Ugarte, Gregorio
663. Martínez Valdenebro, Manuel664. Martínez Valero, José665. Martínez Valdés, Juana666. Martínez Vaquerizo, Fausto667. Martínez Vara, sor Purificación668. Martínez Vega, Concepción669. Martínez Vega, Eduardo670. Martínez Vélez, Dámaso671. Martínez Vélez, Pedro672. Martínez Vera, Purificación673. Martínez Villalba, Demetrio674. Martínez Villar, Pedro675. Martínez Zuazúa, Angel676. Martino Valdés, Carlos677. Martorell Téllez, Francisco678. Martos Poza, Cristóbal
679. Marugán Solís, Rosario680. Mary García, Félix681. Marzal, Manuel682. Marzo Robles, Francisco683. Mas Canivet, Alejandro684. Mas y Mas, Tomás685. Masat Tomás, Josefa686. Mascaraque Barón. Luis687. Masí Barfos, Rodolfo688. Masipica Mesonero, Gonzalo689. Masó Cabrera, Carmen690. Mata Cavanillas, Luisa691. Mata Díaz, Prudencio692. Mata Díez, Juan693. Mata Domínguez, Luis694. Mata Gómez, Gil
695. Mata Herrero, Fe696. Mata Mala, Carlos697. Mata Malillos, Francisco698. Mata Martín, Julio699. Mata Martínez, Isidoro700. Mata Pérez, Anastasio701. Mata Pérez, Isidoro702. Mata Robles, Luisa703. Mata Zafra, Nicolás704. Mata, Hermenegildo705. Matallana Sánchez, Pablo706. Matamoros González, Alfonso707. Matamoros González, Julián708. Matamoros González, Luis709. Mateo Carrasco, Enrique710. Mateo Diaz, Mariano
711. Mateo Gracia, Nicomedes712. Mateo Guerrero, Félix713. Mateo Lafuente, Gregorio714. Mateo Méndez, Eduardo715. Mateo, Manuel716. Mateos Aguirre, Octavio717. Mateos Díaz, Miguel Angel718. Mateos Espinosa, Mariano719. Mateos Fernández, María720. Mateos García, Julián721. Mateos Marotu, Celedonio722. Mateos Masa, Nicolás723. Mateos Ortiz. Jesús724. Mateos Salamero, Antonio725. Mateos Santa María, Fabriciano726. Matesanz Labajos, Mariano
727. Matilde León, Isidoro728. Matilde Mendoza, Eulogio729. Matorras Páez, Enrique730. Matos de Gracia, Nicomedes731. Matos, Leopoldo732. Matute Terán, José733. Mauro, Honorio734. Maxipica Navanero, Gonzalo735. Mayo Gómez, Ignacio736. Mayo Pavón, Eugenio737. Mayor Nadales, Gabriel738. Mayoral Cabello, Agustín739. Mayoral Peña, sor María740. Maza Arenal. Lorenzo741. Maza Lazábal, José María742. Mazan de la Cruz, José
743. Mazanaci Carrasco, Obdulia744. Mazariegos Lavín. Guillermo745. Mazarrasa Fernández, Antonio746. Mazartedo González, Francisco747. Mazarrosa Fernández, Carolina748. Mazarrosa Fernández, María749. Mazas Ballesteros, Hotensia750. Matón García, Francisco751. Mazón Villaverde, Manuel752. Meara López, Juan Manuel753. Meana Solano, César754. Meda Rodríguez, Rosario755. Medel Haro. Arturo756. Medel Vergara, Alfredo757. Mediana Castillejos, Julio758. Mediavilla Campos, Luis
759. Mediavilla, José760. Medina Arellano. Rafael761. Medina Bellido, Francisco762. Medina Cabello, Carlos763. Medina Carbajal, Luis764. Medina Cortés, Alfonso765. Medina Fernández, Blas766. Medina Fernández. Pedro767. Medina Flores, José768. Medina Flores, Luis769. Medina Gestazo, José770. Medina Gastoso, Eugenio771. Medina Martínez, Luis772. Medina Soto, Francisco773. Medina Togores, Ignacio774. Medina, Luis
775. Medio Fernández, Macario776. Medran Navarro, Benito777. Megía Manzanero, José778. Megía Ruiz, José779. Mego Vargas, Francisco780. Meirá del Río José, Luis781. Mejía García, Juan Ramón782. Mejía Ruiz, José783. Mellas Colladillo, José784. Melcón Lucas, Constantino785. Meléndez Arévalo. Angel786. Meléndez Blasco, Pedro787. Meléndez Nestaras, Lucía788. Meléndez Rodríguez, Adolfo789. Meléndez Sánchez, Antonio790. Melendo Abad, Pedro
791. Melendreras Sierra, Francisco792. Melgarejo Hervás, Francisco793. Melgarejo Tordesillas, Rafael794. Melitón Vela, Simón795. Melones García, Dámaso796. Melones, Pablo797. Mellid Castro, Aurelio798. Membiela Fernández, María799. Membrillero Membrillero, Manuel800. Mena Gómez, Manuel801. Mena Poblador, Insto802. Menalla de la Hera, Manuel803. Menda Gutiérrez, Senén804. Mencior Alonso, Luciano805. Menchero Rodríguez, Juan806. Machón García, José
807. Méndez Cacho, Víctor808. Méndez Díaz, Germán809. Méndez García, Agustín810. Méndez García, Domingo811. Méndez González, Jesús812. Méndez Hernández, Francisco813. Méndez Hernández, Manuel814. Méndez Hernández, Rafael815. Méndez Lacruz, José María816. Méndez Merino, Manuel817. Méndez Morcillo, Antonio818. Méndez Pérez, José819. Méndez Prada, Cayetano820. Méndez Queipo del Llano, Luis821. Méndez Rodríguez, Balbino822. Méndez Segovia, Marcelino
823. Méndez Vigo, Fernando824. Mendieta de Hornos, Andrés825. Mendieta Fagoada, Agustín826. Mendieta García, Ángel827. Mendieta García, Jesús828. Mendieta García, Teodoro829. Mendieta García, Tomás830. Mendieta López, Florencio831. Mendivezúa Ocarín, Juan832. Mendoza Crespo, Gonzalo833. Mendoza Cruz, José834. Mendoza García, Aresio835. Mendoza Iradier, Carlos836. Mendoza Ortiz, Juan837. Mendoza Remigio, Aresio838. Mendoza Toledo, Matilde
839. Mendoza Villajos, Pedro840. Mendoza, Jacinto841. Mendoza, Julián842. Menéndez Álvarez, José843. Menéndez Álvarez, Primitiva844. Menéndez Asenjo, Martín845. Menéndez Balaguer, losé María846. Menéndez Blasco, Pedro847. Menéndez Bravo, Jesús848. Menéndez Cacho, Víctor849. Menéndez Díaz, Miguel850. Menéndez García, Victoriano851. Menéndez González, Alberto852. Menéndez Menéndez, Andrés853. Menéndez Pidal, Luis854. Menéndez Pieri, Pedro
855. Menéndez Sánchez, José856. Menéndez Soriano, Aurelio857. Menéndez, Teodoro858. Meneses Martín, Ángel859. Menor Hidalgo, Santiago860. Menoyo del Castillo, Fortunato861. Menoyo del Pino, José Antonio862. Menoyo Zuazquita, Filomena863. Meras del Hierro, Eusebio864. Meras del Hierro, Tomás865. Mereceytúa Ceseri, Santiago866. Mereilo, Edelmira867. Mérida Solano, Juan868. Merinero Claudio, Gregorio869. Merino Bartolomé, Imperio870. Merino Báscones, Andrés
871. Merino Blas, Tomás872. Merino Fernández, Carmen873. Merino Gutiérrez, Manuel874. Merino Hernández, Agustín875. Merino Lacalle, Aniceto876. Merino Leones, José877. Merino López, Elías878. Merino Merino, Edelmiro879. Merino Montero, Miguel880. Merino Moreno, Antonio881. Merino Muñoz, Mariano882. Merino Orejón, Casimiro883. Merino Ortega, Jesús884. Merino Vegas, Fortunato885. Merlo Sánchez, Pedro886. Mesa Alvarez, José
887. Mesa Rodríguez, Rosario888. Mesón García, Felipe889. Mesón Gumía, Joaquín890. Mesón Narras, José891. Mesonero Cediel, Jerónimo892. Mesonero Fernández, Luis893. Mesonero Huertas, Juan894. Mesones Macho, Pedro895. Mesto de la Paz, Emilio896. Miadán Manero, Manuel897. Mialdea García, Manuel898. Mier Alonso, Ovidio899. Mier Campos. Rosa900. Miga, Angel901. Miguel Alegría, Catalina902. Miguel Alvares, Julián
903. Miguel Cerdeña, Rafael904. Miguel Comes, Hermenegilda905. Miguel Cuñas, Alberto906. Miguel Charco, Guillermo907. Miguel del Campo, José Miguel908. Miguel Lapeña, Dionisio909. Miguel López, Isidoro910. Miguel Miguel, Jesús911. Miguel Orejón, Casimiro912. Miguel Postigo, Antonio913. Miguel Rodríguez, Victoriano914. Miguel Sánchez, Manuel915. Miguel Yagüe, Fausto916. Mijares Buitrago, José917. Milán Gil, Pascual918. Milán del Bosch, Mariano
919. Milla Martín, Saturnino920. Milla Martínez, Manuel921. Milla Pastor, Mercedes922. Millón Astray, María923. Millán Calvo, Ricardo924. Millón de Priego, Juana925. Millón Gómez, Toman926. Millán Rojas, Mariano927. Millón Sánchez, Vicente928. Mille, Mateo929. Millón Gutiérrez, Casto930. Minai Brea, Antonio931. Minchón Espinosa, Francisco932. Mingo Aguado, Jesús933. Mingo Bravo, Críspulo934. Mingo José, Pedro
935. Mingo Rodrigo, Pedro936. Mingo Ruiz, Josefa937. Mínguez Cuesta, Claudio938. Mínguez García, Marcelino939. Mínguez Rodríguez, Pedro940. Mínguez Suárez, Angel941. Mínguez Suárez, Fernando942. Minguijón Paraíso, Agustín943. Minguo Montero, Isidro944. Minuesa Matos, Fernando945. Minuesa Metes, Mariano946. Minuesa Peña, Milagros947. Mida Calle, José948. Millón Pampliegana, Emilia949. Mira Blanco, Elías950. Mira Sánchez, Rafael
951. Mira y Madrid952. Mira, Rafael953. Miralles Beltrán954. Miralles García, Leopoldo955. Miralles Gómez, Amalia956. Miralles Gómez, María957. Miralles González, José958. Mirales Huete, Manuel959. Miralles Masía, Antonio960. Miracles Navarro, Antonio961. Miralles Ruano, Fernando962. Miralles, Alfredo963. Miranda Abad Domingo964. Miranda Cárceles, Elvira965. Miranda Fraga, Froilán966. Miranda Morcillo, Julián
967. Miranda Moreno, Luis968. Miranda Peña, Luis969. Miranell Galvany, José970. Miraneras Chores, Candelas971. Mitin, Antonio972. Miró Banruy, Laurean973. Miró Barban, Luis974. Miró Chicharro, José975. Miró Moya, José María976. Miró Otero, Braulio977. Misiones Morrillo, Leoncio978. Moctezuma, duque de (Luis
Moctezuma Gómez de Aceche)979. Mochales Rodríguez, David980. Mochales Rodríguez, Vicente981. Mochón Espínola, Antonio
982. Modo Briz, sor Modesta983. Mofeta Álvarez, Modesto984. Moguiol Vives, Francisco985. Mohedas Torres, Valentin986. Mohino Díez, Arturo987. Mohino Díez, Pedro988. Mojada Bascuñana, José989. Mojarro Muñoz, Mariana990. Molas García, José991. Molero Cicuende, Araceli992. Molina Benítez, Antonio993. Molina Bravo, María994. Molina Castro, Antonio995. Molina Cazalla, Juan996. Molina Ciudad, Aureliano997. Molina Crespo, Pablo
998. Molina del Pozo, Francisco999. Molina Fernández, Antonio
1000. Molina Fernández, Josefa1001. Molina Fernández, Luisa1002. Molina García, José1003. Molina Girón, Juan Antonio1004. Molina Gomar, Emilio1005. Molina González, Félix1006. Molina Goscuño, Alejandro1007. Molina Hernández, Luisa1008. Molina Herrera, Fidel1009. Molina López, Isidoro1010. Molina Oltra, José1011. Molina Orellana, Inés1012. Molina Ortiz, Manuel1013. Molina Pedrosa, Manuel
1014. Molina Porcuna, Julián1015. Molina Robustiana1016. Molina Rodríguez, José1017. Molina Linera, José1018. Molina Vázquez, Aurelio1019. Molina y Molina, Bernardo1020. Molina y Soto, Francisco1021. Molina, Diego1022. Molina, Francisco1023. Molina, Inés1024. Molina, Mariano1025. Molinas Gómez, Emigdio1026. Molinera, Andrés1027. Molinero Alonso, Julián1028. Molinero Taboenca, Santos1029. Molinero Zapata, Miguel
1030. Molinero, Antonio1031. Moliní Blanco, Eugenio1032. Moliní Burriel, Concepción1033. Moliní Burriel, Dolores1034. Moliní Burriel, Francisca1035. Moliní Burriel, Justa1036. Moliní Burriel, Luisa1037. Molinuevo Fernández, Josefa1038. Molinuevo, Agustin1039. Molts Manzanares, Ángeles1040. Molts Manzanares, Mala1041. Molts Manzanares, Nieves1042. Molts Manzanera, Ildefonso1043. Molpeceres Hernández, Matías1044. Molpeceres Vaca, Julián1045. Molió Luque, Manuel
1046. Molió Sanz, Amparo1047. Molió y Molió, Aníbal1048. Mon Casado, Blas1049. Monasterio Company, Femando1050. Monasterio Salmerón, Isabel1051. Monasterio Salmerón, Luisa1052. Monasterio Salmerón, Pilar1053. Moneara Aparicio1054. Mancó Estébanez, Honorino1055. Mondéjar Ortiz, Amador1056. Mandria Merin, José1057. Mandria Merín, Rafael1058. Moneda Ariza, Juan1059. Monedero Bartolomé, Teodoro1060. Monedero Fernández, Juan1061. Monedero Gutiérrez, Andrés
1062. Monedero Maestro, Adelaida1063. Monedero Maestro, Victoria1064. Monedero Pedrezuela, Anastasio1065. Monedero, Bartolomé1066. Monedero, Mariano1067. Monet Antón, Juan Antonio1068. Moneva Sebastián, Francisco1069. Moneva Esteban, Manuel1070. Monge Cuevas, Delfín1071. Monge Vilches, Pedro1072. Monge, Isidro1073. Monguido y Narrad, Santiago1074. Mongufo Vives, Francisco1075. Mónico Estébanez, Honorio1076. Monjas Arévalos1077. Monjas Martín, Gregorio
1078. Monje Gómez, Faustino1079. Monje Mier, Antonio1080. Monje Rivas, Antonio1081. Monje Sancho, Gonzalo1082. Monje Yedra, Adrián1083. Monre Fernández, Jerónimo1084. Monreal, Santiago1085. Monserrat Ripoll, Gabriel1086. Monserrat Roselló, Gabriel1087. Mont Serrano, José1088. Montalbán Fernández, Josefa1089. Montalbán Fernández, Pilar1090. Montalbán Pintado, Emilio1091. Montalbán Sana, Félix1092. Montalbán y Basa, Emilia1093. Montalvo Cristóbal, Modesto
1094. Montalvo Hinojosa, Julián1095. Montalvo Hinojosa, Manuel1096. Montalvo López, José1097. Montalvo Mochales, Rodrigo1098. Montalvo Serrano, Manuel1099. Montalvo Vélez, Luis1100. Montalvo y Cantera, José1101. Montán, Luis1102. Montaner Jaime, Julio1103. Montaner Jove, Josefina1104. Montaner Maturana, Carlos1105. Montaner, Baltasar1106. Montano Núñez, Rosa1107. Monte Rubio, Andrés1108. Monte Rubio, Feliciano1109. Monte Rubio, Ildefonso
1110. Montejano Cuadrado, Pedro1111. Montejo de Garcin, Vicente1112. Montejo Menéndez, Ubaldo1113. Montejo Montero, Telesforo1114. Montenegro Gómez, José María1115. Monteola, Jorge1116. Monterde García, Martín1117. Montero Asenjc, Julio1118. Montero Azcárraga, Eduardo1119. Montero Azcármga, José María1120. Montero Azcárraga, Ramón1121. Montero Basanta, Luis1122. Montero Carrera, Gumersindo1123. Montero Carrión, Jesús1124. Montero de Espinosa, Carmen1125. Montero de Espinosa, José
1126. Montero García, Felipe1127. Montero García, José1128. Montero García, Leocadio1129. Montero González, Manuel1130. Montero Gonzalo, Ramón1131. Montero Isabel, Severino1132. Montero Lozano losé, Luis1133. Montero Martín, Marcelino1134. Montero Mora, José1135. Montero Muñoz, Amalia1136. Montero Olmedilla, Balbino1137. Montero Pérez, Dionisio1138. Montero Ponce de León, Carlos1139. Montero Rehoyo, Cayetano1140. Montero Robles, Luis1141. Montero Rojas, Felipe
1142. Montero Romero, Avelino1143. Montero Silva, Alejandro1144. Montero Silván, Teófilo1145. Montero Villalba, Francisco1146. Montero Yuste, Cesáreo1147. Montero, Carlota1148. Montero, Juana1149. Montero, Octavio1150. Monterrazo Hernando, José1151. Montermbio Raimundo, Carlos1152. Montes Álvarez, Asunción1153. Montes Cabero, Carmen1154. Montes Calvo, Teófilo1155. Montes Díez, Prudencia1156. Montes Gómez, francisco1157. Montes lovellar, Joaquín
1158. Montes Jovellar, Nicasio1159. Montes Martín, Raimundo1160. Montes Molina, Arturo1161. Montes Romero, Severiano1162. Monteserín Vega, José1163. Montesinos Carrero, Urbano1164. Montesinos Esparteros, Pablo1165. Montesinos González, Martín1166. Montesinos González, Miguel1167. Montesinos, Antonio1168. Montiel Pérez, Justo1169. Montilla Cobo, Martin1170. Montilla Minas, Manuel1171. Montilla Montilla, Julio1172. Montojo Martín, Blanca1173. Montojo Martín, María
1174. Montojo Torroategui, Dolores1175. Montojo Torrontegui, Vicente1176. Montojo y Méndez, Julián1177. Montón Palacios, Elvira1178. Montón Sanz, Roberto1179. Montoro de la Puerta, Juan1180. Montoro Ortega, Félix1181. Montoro Plaza, Pablo1182. Montoro Rodríguez, Francisco1183. Montoya Alonso, Hipólito1184. Montoya Dfaz, Aurelio1185. Montoya García, Clam1186. Montoya Garcia, Juan Pedro1187. Montoya Ramírez, Alejandro1188. Montoya Rodríguez1189. Montoya Sastre, José
1190. Montoya y Bautista, Enrique1191. Monzón Cuerfa, Francisco1192. Monzón Rosales, María Dolores1193. Moore Fernández, Antonio1194. Mor Mor, Eladio1195. Mom Alonso, Alfredo1196. Mora Bemarte, Sebastián1197. Mora Cano, Antonio1198. Mora Echaniz, José1199. Mora Fernández, Ángel1200. Mora Flores, Emilia1201. Mom Galera, Emilio1202. Mora García, Ángel1203. Mora Gómez, Gregorio1204. Mora González, Félix1205. Mora González, Ramón
1206. Mora González, Venancio1207. Mora Hidalgo, Demetrio1208. Mora López, Miguel1209. Mora Martín, Antonio1210. Mora Quesada, Manuel1211. Mora Rojo, Lorenzo1212. Mora Soto, Francisco1213. Mora Soto, Luis1214. Mora Velasco, José1215. Moray Mora, José1216. Moray Pajares, Alberta1217. Mora, José1218. Mora, José Luis1219. Morabell Marcoleta, Dolores1220. Moraga, Pablo1221. Moragas Cantanero, Elvira
1222. Morago García, Aquilino1223. Moraga Orejón, Pablo1224. Moral Almagro, Francisco1225. Moral Carpio, Gabriel1226. Moral de la Fuente, Máximo1227. Moral Estuig, Francisco1228. Moral Gómez, Dionisio1229. Moral Guío, Marcelo1230. Moral Miera, Julián1231. Moral Ruano, Pedro1232. Moraleda Jiménez, Daniel1233. Moraleda Molina, Carlos1234. Moraleda Molina, Carmen1235. Moraleda Román, Joaquín1236. Moraleja Fernández, Antonio1237. Morales Azarmendi, Eugenio
1238. Morales Benito, Cristóbal1239. Morales Escudero, Felipe1240. Morales Fernández, Jerónimo1241. Morales García, Francisco1242. Morales García, José1243. Morales Gascón, Mariano1244. Morales López, Ceferino1245. Morales López, Luis1246. Morales Martín, María Antonia1247. Morales Martín, María Gloria1248. Morales Martínez, Juan1249. Morales Montero, Abdón1250. Morales Moreno, Pedro1251. Morales Navarro, José1252. Morales Ramendi, Eugenio1253. Morales Sánchez, Antonio
1254. Morales Talero, Rafael1255. Morales Trillo, Rafael1256. Morales Vara del Rey, Enrique1257. Morales, Rafael1258. Morales, Santiago1259. Moralillo Azaldúa, Julio1260. Morán Abad, Teófilo1261. Morán Gutiérrez, Manuel1262. Morán Martínez, Teodomiro1263. Morán Otero, Ángel1264. Morán Sandido, Emilio1265. Morandeira Gonzalo, Fernando1266. Morante Sánchez, Alfonso1267. Morante Sancho, José1268. Morale Jiménez, Rafael1269. Moratilla Sánchez, Isidro
1270. Moratilla Sánchez, Manuel1271. Moratinos Masa, Carmela1272. Morato Nuevo, Gerardo1273. Morato, Gerardo1274. Moraus Rodríguez, Jesús1275. Moran Coto, Francisco1276. Morcillas Fernández, Francisco1277. Morcillo García, Pascual1278. Morcillo González, Rafel1279. Morrillo Sánchez, José1280. Moreda Juan, Julián1281. Moreira Losada, José1282. Morrión Andrade, Vicente1283. Morena Hernando ,Ramón1284. Morena Lucas, Ricardo1285. Morena Uceda, Venancio
1286. Morenés Morillo, Leoncio1287. Moreno Abella, Alberto1288. Moreno Agreda,Eduardo1289. Moreno Alvarez,José1290. Moreno Alvarez, Pedro1291. Moreno Balbino, Cipriano1292. Moreno Barnuevo, Rafael1293. Moreno Baroja, Severino1294. Moreno Borondo, Miguel1295. Moreno Borondo, Santos1296. Moreno Buriel, Ricardo1297. Moreno Caruda, Concepción1298. Moreno Cervisa, Daniel1299. Moreno Cruz, Amelia1300. Moreno Chocano, Femando1301. Moreno de la Paz, Manuel
1302. Moreno de Vega, José1303. Moreno Díaz, Alonso1304. Moreno Díaz, Ignacio1305. Moreno Español, Bartolomé1306. Moreno Esteban, Sandalia1307. Moreno García, Ángel1308. Moreno García, Manuel1309. Moreno García, Ricardo1310. Moreno Garrido Javier1311. Moreno Gila, Agustín1312. Moreno Gómez, José1313. Moreno González, Isidoro1314. Moreno Guerra. Juan1315. Moreno Guijarro, Cecilia1316. Moreno Haro, Indalecio1317. Moreno Hermoso, José
1318. Moreno Hernando, Fernando1319. Moreno Hidalgo, Benjamín1320. Moreno Hidalgo, Cristóbal1321. Moreno Jiménez, Eusebio1322. Moreno López, Antonio1323. Moreno López, Carlos1324. Moreno Martín, Juan Manuel1325. Moreno Mazón, Desiderio1326. Moreno Mazón, Luis1327. Moreno Mingo, Isabel1328. Moreno Moreno, Antonio1329. Moreno Moreno, Prudencio1330. Moreno Muñiz, Concepción1331. Moreno Núñez, Tomás1332. Moreno Ortiz, Baltasar1333. Moreno Peñalva, Vicenta
1334. Moreno Pérez, Pedro1335. Moreno Periáñez, Andrés1336. Moreno Raboso, José1337. Moreno Ramírez, Josefa1338. Moreno Retuerta, Simón1339. Moreno Rico, Francisco1340. Moreno Rodríguez, Félix1341. Moreno Rodríguez, Julián1342. Moreno Romemo, José1343. Moreno San segundo, Agapito1344. Moreno Sánchez, Protasio1345. Moreno Santiago, Modesto1346. Moreno Serrano, Fernando1347. Moreno Serrano, Francisco1348. Moreno Soler, Vicente1349. Moreno Tullo, Angel
1350. Moreno Tello, Luis1351. Moreno Tilve, Juan1352. Moreno Torres, Ángel1353. Moreno Vallejo1354. Moreno Vaquero, Agustín1355. Moreno Vergara, Mauricio1356. Moreno Vergara, Pilar1357. Moreno Vergara, Teresa1358. Moreno Zapata, Julio1359. Moreno, Eliseo1360. Moreno, Francisco1361. Moreno, Victoriano1362. Morente de la Torre, Antonio1363. Morente Garrido1364. Morente Manrqiue, Pascual1365. Morera González, Ricardo
1366. Morgado Antón, José1367. Morgado Villano, Dolores1368. Morilla Martínez, Nemesio1369. Morillas Gómez, Antonio1370. Morillo Cacillo, Crisanto1371. Morillo de los Dolores. Tomás1372. Morilla González, Anselmo1373. Moriñosa, Femando1374. Moriones Aramendía, Eugenio1375. Moriones Iroyi, Manuel1376. Moris Soler1377. Moro González, Alejandro1378. Moro Griz, José1379. Mom Griz, Modesta1380. Moro Ortega, Gregorio1381. Moro Raboso, José
1382. Moro Sales, José1383. Moro Vallejo, Félix1384. Morquillas Fernández, Francisco1385. Momego Fernández. Catalina1386. Momgán y Sáez, Joaquín1387. Moryán Andrade, Vicente1388. Moscoso Albornoz, César1389. Moscoso, Javier de1390. Moserrat Peña, Arturo1391. Mosel Arroyo, Miguel1392. Mosel Bajo, Miguel1393. Mosel Sánchez, Gabriel1394. Mosqueda Muñoz, Dolores1395. Mostaza Chimeno, Luis1396. Mosteirín Díez, Encarnación1397. Mota Rodríguez, Luis
1398. Mona Gutiérrez, José1399. Mona Melión, Juan1400. Mona, Eduardo1401. Mouet Pérez, Alejandro1402. Moxó Durán, Manuel1403. Maya Alizana, Rosario1404. Moya Álvarez, Antonio1405. Moya Basauri, Juana1406. Moya Fernández, Martín1407. Moya Fraile, Manuel1408. Moya Gascón, Manuel1409. Moya Griñón, Martín1410. Moya Hidalgo, Prudencio1411. Moya Lledó, Juan1412. Moya Navarro, Antonio1413. Moya Nieto, Santiago
1414. Moya Pérez, José María1415. Moya Porro, Vicente1416. Moya Rodríguez, Víctor1417. Moya Torres, Antonio1418. Moya Torres, José1419. Moya Vallejo, Antonio1420. Moya Velasco, César1421. Moyano Arasespegui, Ignacio1422. Moyano Iglesias, Emilia1423. Mayan López, Feliciano1424. Moyano Obain, Gabriel1425. Moyano Paltín, Dolores1426. Mazo Gómez, José1427. Muedra Millón, Clemente1428. Muela de Gonzalo, Leonila1429. Muela Fernández, Pedro
1430. Mugarra Jiménez, Eusebio1431. Mugica Ochotorena, Juan1432. Muguerza Cría, Alfonso1433. Muguiro Muñoz de Baena, Manuel1434. Muguiro Muñoz, Javier1435. Muiño Aguado, Jesús1436. Muiño Pereira, Dositeo1437. Mulero Mulero, Juan1438. Mulet Cerrión, Bernardino1439. Muller Hernández, Francisco1440. Muller Pecina, Luis1441. Mallar Fernández, Francisco1442. Munáiz Brea, Ricardo1443. Munárriz Rienz, Pedro1444. Municio Agueda, Casimiro1445. Municio Gil, Felipe
1446. Municio Pérez, Jesús1447. Manicio Rodríguez, Pedro1448. Muniesa Mateos, Mariano1449. Muniesa Pueyo, José1450. Manilla Montero, Vicente1451. Muntán de la Mata, Luis1452. Muntaner Maturana, Carlos1453. Muntañola Casas, Manuel1454. Muntañola Pérez, Manuel1455. Muñagorri Alcorta, José María1456. Mugir Álvarez, José María1457. Muñiz Bartolomé, Julio1458. Muñiz Escribano, José1459. Muñoz Aguila, José1460. Muñoz Alfonso, Muñoz1461. Muñoz Aliagas, Tomás
1462. Muñoz Alonso, Julián1463. Muñoz Alvarado, José1464. Muñoz Antón, Pedro1465. Muñoz Aparicio, Dulce1466. Muñoz Baijón, Víctor1467. Muñoz Baltueño. Julio1468. Muñoz Bances, Benigno1469. Muñoz Barcaler, Luis1470. Muñoz Bamai, José1471. Muñoz Barrios, Encarnación1472. Muñoz Bartolomé, Julio1473. Muñoz Bejerano, Luis1474. Muñoz Benet, Francisco1475. Muñoz Bezares, Lucas1476. Muñoz Canalda, Andrés1477. Muñoz Carmona, Luis
1478. Muñoz Caro, Esteban1479. Muñoz Casado, Araceli1480. Muñoz Casayús, Mariano1481. Muñoz Cobo, Bemabé1482. Muñoz Cobos, Fabian1483. Muñoz Cobos, Rafael1484. Muñoz Coello, Benigno1485. Muñoz Collado, José1486. Muñoz Culebras, Sebastián1487. Muñoz Chacón, Rafael1488. Muñoz Checa, José1489. Muñoz de Vaca, Antonio1490. Muñoz del Olmo, Germán1491. Muñoz del Valle, Caridad1492. Muñoz Delgado, Juan1493. Muñoz Domingo, José
1494. Muñoz Estévez, Tomás1495. Muñoz Gallego, Salvador1496. Muñoz García, Eusebio1497. Muñoz García, Francisco1498. Muñoz García, Julián1499. Muñoz García, Justo1500. Muñoz García, Macario1501. Muñoz García, Mariano1502. Muñoz Gómez, Álvaro1503. Muñoz Gómez, Carmen1504. Muñoz Gómez, Emilia1505. Muñoz Gómez, María Luisa1506. Muñoz González, Carlos1507. Muñoz González, María Dolores1508. Muñoz González, Pedro1509. Muñoz Grande, Ricardo
1510. Muñoz Hernández, Daniel1511. Muñoz Hernández, Mariano1512. Muñoz Heros, Napoleón1513. Muñoz López, Carmen1514. Muñoz López, María del Carmen1515. Muñoz López, Miguel1516. Muñoz López, Santos1517. Muñoz Llamas, Cecilio1518. Muñoz Machillo, Agustín1519. Muñoz Martín, Francisco1520. Muñoz Martínez, Anastasio1521. Muñoz Martínez, Antonia1522. Muñoz Martínez, Carmen1523. Muñoz Martínez, Domingo1524. Muñoz Martínez, Paula1525. Muñoz Montero, Emilio
1526. Muñoz Montoya, Antonio1527. Muñoz Montoya, Modesto1528. Muñoz Morales, Guillermo1529. Muñoz Muñoz, Carlos1530. Muñoz Muñoz, Lorenzo1531. Muñoz Naranjo, Lourdes1532. Muñoz Nieto, Juan Ignacio1533. Muñoz Pachón, Alfonso1534. Muñoz Pedraza, Pedro1535. Muñoz Quirós, Francisco1536. Muñoz Quirós, Ladislao1537. Muñoz Raboso, Elisa1538. Muñoz Ramos, María1539. Muñoz Revillo, Antonio1540. Muñoz Robles, María1541. Muñoz Rodríguez, Hilario
1542. Muñoz Rodríguez, Miñambres1543. Muñoz Sánchez. Francisco1544. Muñoz Seca, Pedro1545. Muñoz Serrano, Pablo1546. Muñoz Tirado, Rafael1547. Muñoz Valcárcel, Luis1548. Muñoz Varga, Juan1549. Muñoz Ventura, Ricardo1550. Muñoz Vicent, Francisco1551. Murcia Villalonga, Ramón1552. Murciano Verballa, José1553. Murgiojón Paraíso, Agustín1554. Murguía Morán, Carmen1555. Muriño Parralejo, Marciano1556. Muro Domínguez, Manuel1557. Muro Durán, Angel
1558. Mart García, José1559. Mustera González, Mario1560. Mutas Gamarra, Angel1561. Nabreda Abad, Casilda1562. Nachón de Noriega, José1563. Nafría Gómez, Lamberto1564. Nájera García, Antonio1565. Nanchares Cantalapiedra, V.1566. Naranajo Carranza, Diego1567. Naranajo Gutiérrez, Rafael1568. Naranjo Calero, Luis1569. Narbona Navarro, Francisco1570. Nárdiz Zubía, Ricardo1571. Naredo Fabian, Carmen1572. Narváez Ulloa, Concepción1573. Nava Guici, Enrique
1574. Navacertada Barranco, Francisco1575. Naval Pueyo, Femando1576. Navales Díaz, Joaquín1577. Navalpotro Hernández, Víctor1578. Navalpotro Rangil, Angel1579. Navarrete del Solar, José1580. Navarrete Fernández, Josefina1581. Navarrete, Juan1582. Navarro Abuja, Casimiro1583. Navarro Blanco. Joaquina1584. Navarro Cabañero, José1585. Navarro Cebarlos, Felipe1586. Navarro Cruz, Matías1587. Navarro Dfaz, Alfonso1588. Navarro Díaz, Paz1589. Navarro García, Demetrio
1590. Navarro González, Carlos1591. Navarro González, Manuel1592. Navarro Iniesta, Agustín1593. Navarro López, Flora1594. Navarro López, Marcos1595. Navarro Lorenzo, Carmen1596. Navarro Manzanares, José1597. Navarro Montero, Angel1598. Navarro Morenés, Carlos1599. Navarro Pueri, Carlos1600. Navarro Rodríguez, Antonio1601. Navarro Rodríguez, Jacobo1602. Navarro Sánchez, José1603. Navarro Serrano, Asunción1604. Navarro Serrano. Pura1605. Navarro Treviño, Juan
1606. Navarro y Díaz Agero, Carlos1607. Navarro, Antonio1608. Navas Alonso, Antonio1609. Navas Antonio, Vicente1610. Navas Arjona, Alfonso1611. Navas Bermejo, Carmen1612. Navas Calahorra, Emiliano1613. Navas Díaz. Luciano1614. Navas Galiano, Antonio1615. Navas Prieto. Luciano1616. Navas Puentes, Mariano1617. Nebot Rubio, Francisco1618. Nebreda Huertas, Lázaro1619. Negrada Botija, Toribio1620. Negrao Lein, Antonio1621. Negro Sánchez, Pedro
1622. Negueruela León, Silvino1623. Neguemela Tabaleta, Alejandro1624. Neri de Vera, José1625. Nevado Cilo, Gregorio1626. Novilla García, José1627. Nicieza Carril, María del Carmen1628. Nicomedes Castaños, Dolores1629. Nieto Bautista. Nicolás1630. Nieto Cobo. Lorenzo1631. Nieto Galindo, Enrique1632. Nieto Gómez, Antonio1633. Nieto Gómez, Fabio1634. Nieto Lenzos, Abelardo1635. Nieto Martín, Rafael1636. Nieto Rodríguez, José1637. Nieto Sánchez, Florentino
1638. Nieto Toirán, Carlos1639. Nieto, Ponciano1640. Nin de Vera, José1641. Niño del Aro1642. Niño Jesús, Luis1643. Niño Pedrero, Florentino1644. Niño Pérez, Cesáreo1645. Noaín Ormaechea, Ernesto1646. Noblejas, Manuel1647. Noel Artol, Joaquín1648. Nogal Tovar, Agustín1649. Nogaleda de Secas, José1650. Nogales Márquez, Ignacio1651. Nogalón Fernández, Domingo1652. Nogueiro Guinan, Manuel1653. Nogueras Audaz, Emeterio
1654. Nogueras Fischer, Telesforo1655. Nogueras Merino, Luciano1656. Nogueras Yanguas. Vicente1657. Nogueruela Zabaleta. Alejandro1658. Nollán Galán, Isabel1659. Noreña Echevarría, Carlos1660. Noriega González, Fernando1661. Noriega González, José1662. Noriega Verdú, Angel1663. Novalbos Fernández, Domingo1664. Novalón Fernández, Domingo1665. Novas Amo, Antonio1666. Novella Ibáñez, Luis1667. Novella Roldán, Francisco1668. Novillo Almendro, José1669. Novillo Zamora, José
1670. Nuevo García, Lorenzo1671. Núñez Barbolla, Pilar1672. Núñez de Castro, José1673. Núñez de Prado, Andrés1674. Núñez Gómez, Alvaro1675. Núñez Hernández, Máximo1676. Núñez Horcajo, Josefa1677. Núñez Lapuente, Ramiro1678. Núñez Navarro, Juan1679. Núñez Orosa, Alfredo1680. Núñez Pérez, Federico1681. Núñez Yuste, Vicente1682. Núñez, Angel1683. Nuño Valmaseda, Encarnación1684. O’Mulryan y García Loygorri, José1685. Dalla Baezz, Hipólito
1686. Obes Herrero, Pedro1687. Obeta Rodríguez, Francisco1688. Obregón de Pedro, Joaquín1689. Oca Formoso, Herminio1690. Ocampo Palacios, Agustín1691. Ocaña Alcázar, Antonio1692. Ocaña Cuenca, Antonio1693. Ocaña Martín, Eugenio1694. Ocáriz Sanz, Saturnino1695. Ocejo, Amelia1696. Ocón Moreno, Domingo1697. Ochaíta Batanero, Luis1698. Ochoa Crespo, Mariano1699. Ochoa de la Higurera, Rafael1700. Ochoa Lara, Félix1701. Ochoa Lauxán, Luis
1702. Ochoa Monlete, Juan1703. Ochoa Moreno, Bernardo1704. Ochoa Torres, Cristóbal1705. Odriozola Arévalo, Luis1706. Odroz Idrauti, Casimiro1707. Ogayar Hernández, Eladio1708. Oger Sasnz, Rosa1709. Ojeda Amador, José1710. Ojeda Monge, Alberto1711. Ojeda Monge, Guillermo1712. Ojeda Zuluaga, Lorenzo1713. Olaizola Artola, Jerónimo1714. Olanda Espéncer, Margarita1715. Dlarte Fernández, Cecilio1716. Olarte Pérez, Antonio1717. Olcina Álvarez, Camilo
1718. Olgado Hernández, Francisca1719. Olgado, Vicente1720. Olguera García, María1721. Olía Ojeda, Julia1722. Olía Palomo, Jesús1723. Olías Colomo, Vicente1724. Oliva Calleja, Patricio1725. Oliva Herranz, Donato1726. Oliva López, Juan1727. Oliva Lozano. Ambrosio1728. Oliva Serrano, Víctor1729. Oliva, Manuel1730. Olivar Almendro, Rufino1731. Olivar Ossorio, Luisa1732. Olivar, Delgado1733. Olivares del Toro, José
1734. Olivares Prieto, José1735. Olivas González, Pedro1736. Olivas Rato, Miguel1737. Oliver Bemedo, Flora1738. Oliver Escorihuela, Marcial1739. Oliver Martínez, Antonio1740. Oliver Segués, Francisco1741. Olives Cardona, José1742. Olivier López, José1743. Olmeda Martínez, Juan1744. Olmedo Herrera, Secundino1745. Olmedo Martínez, Juan1746. Olmedo Reguera, Fernando1747. Olmedo Toa, Luis1748. Olmo Carboneras, José1749. Olmo del Olmo, Rosario
1750. Olmo Dfaz, Mario1751. Olmo Gallego, Victoriano1752. Olmo Gamo, Manuel1753. Olmo Montero, Vicente1754. Olmo Montes, Mateo1755. Olmo Sampedro, Juan1756. Olmos Escolantes, Enrique1757. Olona Bellido, José1758. Oloz Ortigosa, Javier1759. Oltra Caste116, Gerardo1760. auri Peña, Eloy1761. Ondaro Vargas, Manuel1762. Ondovilla Lotes, Eugenio1763. Ondoza, Antonio1764. Onero Vega, Manuel1765. Onodorica Vayo, Eugenio
1766. Orimbia Andiano, Antonio1767. Onsurbe Molinero, Pedro1768. Ontalva Manguillo, Antonio1769. Ontalva Panadero. Félix1770. Ontañón Rey, Lorenzo1771. Oñate Alarcón, Bienvenido1772. Oñate Núñez, Tomás1773. Oñate Zárraga, Jesús1774. Oraizaola Artola, Jerónimo1775. Orbaneja Castillo, Segundo1776. Orbe Irureta, Alejandro1777. Orea Zarandona, Juan José1778. Orbegozo Eizaguirre, Miguel1779. Orcajado Sierra, Anselmo1780. Orcajo Sierra, Anselmo1781. Orcego Martín, Amparo
1782. Orcego Martin, María1783. Ordanza Montero, Julián1784. Orden Miracle, Joaquín1785. Ordóñez Barriena, Eduardo1786. Ordóñez Billi, Antonio1787. Ordóñez Colmenarejo1788. Ordóñez Legaloz, Enrique1789. Ordorica Gallo, Eugenio1790. Orduña Blanco, Vicente1791. Orduña Fernández, Alejandro1792. Orduña Orriozolo, Manuel1793. Orea Gaona, Eusebio1794. Orea Pérez, Luciano1795. Orea Pérez, Rufo1796. Orejón de la Fuente, Casimiro1797. Orejón del Toro, Manuel
1798. Orejón Guillén, José1799. Orejón Guillén, Pablo1800. Orejón López, Mariano1801. Orejón Palacio, Mariano1802. Orellana Martínez, Aurora1803. Orellana Pemán, José1804. Greña Martínez, Aurora1805. Orgaz Rufo, Consuelo1806. Orgaz, Eusebio1807. Oria de Rueda, Francisco1808. Oriol García, Luis1809. Omedo Huidobro, Pedro1810. Oro Orejón, Eusebio1811. Oro Finilla, Alfonso1812. Oro Vázquez, Agustín1813. Oronosa Castro, José
1814. Oroz, Casimiro1815. Orozco Aparicio, Gustavo1816. Orozco Belda, Francisco1817. Orozco Garcia, Pablo1818. Orozco Gofo, Jesús1819. Orozco Nidel1820. Orozco Nidel, Antonio1821. Orozco Nidel, Manuel1822. Orozco, Antonio1823. Orta y Ferrer, Federico1824. Ortal Carrasco, Raimundo1825. Ortales Espinosa, Manuel1826. Ortega Camillo, Juan1827. Ortega Caraballo, Juan1828. Ortega Carmena, Amalia1829. Ortega Carmena, Félix
1830. Ortega Cejudo, Francisco1831. Ortega Cuchillo, Fernando1832. Ortega de Miguel, Longinos1833. Ortega Espejo, Francisco1834. Ortega Fernández, Angel1835. Ortega Gómez, Francisco1836. Ortega Gómez, José María1837. Ortega González, Emilio1838. Ortega Goñi, Fermín1839. Ortega Guerrero1840. Ortega Hortelano, Faustino1841. Ortega Lanchero, Sergio1842. Ortega Lissón, Rafael1843. Ortega Martin, Angeles1844. Ortega Martín, Aniceto1845. Ortega Martínez, Francisco
1846. Ortega Martínez, Josefa1847. Ortega Moliner, José1848. Ortega Narganes, Garciliano1849. Ortega Núñez, Dolores1850. Ortega Ortega, Francisco1851. Ortega Palacios, Antonio1852. Ortega Palacios, Ramona1853. Ortega Parra, José1854. Ortega Pérez, Pedro1855. Ortega Paga, Francisco1856. Ortega Ranchero, Sergio1857. Ortega Rodríguez, Eduardo1858. Ortega Rodríguez, Pedro1859. Ortega Ruiz, José1860. Ortega Sánchez, Antonio1861. Ortega Sánchez, Teodoro
1862. Ortega Santos, Honorata1863. Ortega Torres, Rafael1864. Ortega Villeras, Manuel1865. Ortega Villeras, Rafael1866. Ortega y Cuervo, José1867. Ortigosa, Roberto1868. Ortiz Alonso, José1869. Ortiz Arce, Jesús1870. Ortiz Calas, Narciso1871. Ortiz Calvo, José Luis1872. Ortiz Carmona, Nicolás1873. Ortiz Cayo, Francisco1874. Ortiz Conder, Ricardo1875. Ortiz de la Torre, Alfonso1876. Ortiz de Novales, Braulio1877. Ortiz de Rivero, Miguel
1878. Ortiz de Tarancón, Carlos1879. Ortiz de Zárate, Alberto1880. Ortiz de Zárate, Fidel1881. Ortiz de Zárate, Rafael1882. Ortiz del Pueyo, Julio1883. Ortiz Díaz, Femando1884. Ortiz Estringana, Carmen1885. Ortiz Gallego, María1886. Ortiz Garcia, Manuel1887. Ortiz Gata, Antonio1888. Ortiz Gil, Manuel1889. Ortiz Gómez, Elvira1890. Ortiz Gómez, Ildefonso1891. Ortiz Gómez, José1892. Ortiz Gómez, Mamela1893. Ortiz Gómez, Miguel
1894. Ortiz González, Antonio1895. Ortiz González, María1896. Ortiz Jiménez, Valeriano1897. Ortiz Landazuli, Manuel1898. Ortiz Lanzargorta, José1899. Ortiz López, Antonia1900. Ortiz López, Antonio1901. Ortiz López, Eugenio1902. Ortiz Meléndez, José María1903. Ortiz Miguel, Pablo1904. Ortiz Monasterio, Rafaela1905. Ortiz Perrete, Antonio1906. Ortiz Plaza, Pedro1907. Ortiz Portada, Ramón1908. Ortiz Puerta, Antonio1909. Ortiz Redondo, Angel
1910. Ortiz Rivero, Carmen1911. Ortiz Roldán, Romín1912. Ortiz Ruiz, Antonio1913. Ortiz Ruiz, Virgilio1914. Ortiz Santiago, Romualdo1915. Ortiz Serrano, José1916. Oiliz Trillo, Baltasar1917. Ortiz, Crescencio1918. Ortueta Díaz, Luis1919. Ortuño Iberia, Emilio1920. Ortuño Romero, Amparo1921. Ometa García, Mercedes1922. Orada Retés. Juan1923. Omña Fernández, Alejandro1924. Oruzco Ruiz, Benigno1925. Ory Castelló, Alejandro
1926. Ory y Amnaz, Fernando1927. Osa Rebollo. Antonio1928. Osa Rivero, Luis1929. Osa Ruiz, Miguel1930. Oscáriz Sans, Saturnino1931. Osea Gaona, Eusebio1932. Oses Cuevas, Luis1933. Osés Gil, Dolores1934. Osinaga Herrera, Micaela1935. Osorio de Moscoso, Gerardo1936. Osorio de Moscoso, Javier1937. Osorio de Moscoso, Ramón1938. Onset Fajardo, Enrique1939. Osset Fajardo, Mercedes1940. Onset Lloret, Carmen1941. Osset Sarmiento, Víctor
1942. Onset, Manuel1943. Osso Benedid, Josefina1944. Osso, Enrique1945. Ossorio de Moscoso, Francisco1946. Ossorio de Moscoso, Gerardo1947. Ossorio de Moscoso, Ram6n1948. Ossorio Gómez, Jesús1949. Ossorio Rivas, Aurelia1950. Ossorio Torres, Luis1951. Ostalé Escuer, Elías1952. Ostalé Herrera, Elías1953. Osuna Morente, Augusto1954. Osuna, duque de1955. Otaño Ruiz, Antonio1956. Otaola Marina, Cipriano1957. Otegui Chueca, José
1958. Oteiza Arriaga, Hilario1959. Oteiza, José Antonio1960. Oter Berruguete, Fernando1961. Oter Moratilla, Bienvenido1962. Otero (padre, Fidel)1963. Otero Avila, Leandro1964. Otero Balcázar, Mariano1965. Otero Bermejo, Lope1966. Otero Díez, Pedro1967. Otero Escudero, Marcelino1968. Otero Fernández, José1969. Otero Fernández, Luis1970. Otero García, Fernando1971. Otero García, Horacia1972. Otero González, Castro1973. Otero González, Luis
1974. Otero Insúa, Gregorio1975. Otero lnsúa, Rodolfo1976. Otero Lorenzo, José1977. Otero Quiroga, Manuel1978. Otero Ruiz, Manuel1979. Otero Saavedra, Manuel1980. Ovejero del Agua, Mariano1981. Ovejero Toribio, Juan1982. Oviedo Díaz. Arturo1983. Ovilio Daporto, Angel1984. Ozaeta e tbo(eón, Francisco1985. Pablo Fernández, Cirilo1986. Pablo García, Felipe1987. Pablo García, Fidel1988. Pablo García, Isidoro1989. Pablo García, Juan
1990. Pablo García, Manuel1991. Pablo García, Pedro1992. Pablo Olmedo, José1993. Pablo Organista, Arcadio1994. Pablo Organista, Arturo1995. Pablo Organista, Mariano1996. Pablo Villalobos, Antonio1997. Pablos Romasanta, Victoriano1998. Pablos Ugidos, Leandro1999. Pabón Martín, Raimundo2000. Pabón Moreno, Juan2001. Pacil Goyena, Domingo2002. Pacheco Rodríguez, Luis2003. Pacheco. Carlos2004. Pader Guzmán, Antonio2005. Padiema, Gabriel
2006. Padiema, Manuela2007. Padiema, María del Carmen2008. Padilla Crespo. Julián2009. Paddlo Rodríguez, Emilio2010. Padín Alvarez, Adela2011. Páez de la Cadena, Ramón2012. Páez, Gaspar2013. Pagés Fomel, Enriqueta2014. Pagés Martín, Victoriano2015. Pagés Sergas, Diego2016. Pagola Cid, Eusebia2017. Pagola Cid, Natividad2018. País Infiesto, José2019. Paisa López, Luis2020. Pajares Bectas, Carlos2021. Pajares García, Manuel
2022. Pajares Hipola, Luis2023. Pajares Martín. Antonio2024. Pajares Martín, Vincenta2025. Pajares Ortiz, Antonio2026. Pajares y Lipuzcúa, Jesús2027. Pajar o Pajaróu, Manuel2028. Palacfox Redondo, Manuel2029. Palacios Amo, Juan2030. Palacios Arranz, Cecilio2031. Palacios Calvo, Angel2032. Palacios Campal, Antonio2033. Palacios de la Mata, Nicanor2034. Palacios del Rfo, David2035. Palacios del Rio, José Maria2036. Palacios del Río, Manuel2037. Palacios Hernández, David
2038. Palacios Infiesto, Manuel2039. Palacios Lopez, Constantino2040. Palacios López, Fausto2041. Palacios López, Félix2042. Palacios Lociente. Emilio2043. Palacios Medina, Fausta2044. Palacios Palacios, Hilario2045. Palacios Parlanque, Antonio2046. Palacios Pérez, Luis2047. Palacios Pla, Luis2048. Palacios Sáenz, Máximo2049. Palacios y Maroto, Ignacio2050. Palacios y Olmedo, Manuel2051. Palacios, Jenaro2052. Palacios. José María2053. Palamidesi, Julio Augusto
2054. Palco Ureña, Francisco2055. Palao Ureña, Francisco (hijo)2056. Palao, Manuel2057. Palazón Lopez, Antonio2058. Palazón Yebra, Arturo2059. Palazuelo García, Demetrio2060. Palazuelo García, Emilio2061. Palazuelo, Andrés2062. Paldo Pedro, Manuel2063. Palencia Mota, Dolores2064. Palenzuela García, Josefa2065. Palero Sancha, Manuel2066. Pagés Martínez, Antonio2067. Palma Campo, José2068. Palma Domínguez, Juan2069. Palmero Contreras, Justo
2070. Palmero de Paz, Ramón2071. Palmero Iglesias, Domingo2072. Palomar del Val, Juan2073. Palomar Sanz, Pío2074. Palomar, Nicasio2075. Palomares Clemente, José2076. Palomares Garrido, Francisco2077. Palomares Oliveras, Gregorio2078. Palomares Ruiz, Antonio2079. Palomares Ruiz, Gregorio2080. Palomeque Mateos, Pedro2081. Palomeque, José2082. Palomero González, Andrés2083. Palomero Perdiguero, Alberto2084. Palomero Perdiguero, Manuel2085. Palomero Vázquez, Juan
2086. Palomino Díaz, Francisco2087. Palomino García, Juan2088. Palominos Gómez, Jesús2089. Palominos Magias, Antolín2090. Palomo López, Fausto2091. Palomo Montalvo, Baltasar2092. Palomo Morales, Antonio2093. Palomo Pastor, Luis2094. Palomo Sobrino, Francisco2095. Palop Martín, Bautista2096. Palop Martín, Jaime2097. Palos Serrano, Obdulia2098. Pallarés Rojas. Eusebio2099. Pamplona, Isidro2100. Panadero de la Saz, Valeriano2101. Panadero Navarro, Hilaria
2102. Panadero Sastre, Luis2103. Panadero Sema, Francisco2104. Pando Valdés, Dolores2105. Pando Vázquez, Antel2106. Panduro, Gregorio2107. Paniagua Borras, Enrique2108. Paniagua Rodríguez, Fernando2109. Paniagua Soleña, Gabriel2110. Panizo, Marcelino2111. Pantoja Gil, Antonia2112. Pantoja Riola, Avelino2113. Pana Sánchez, Pablo2114. Pañero Buceta, Ricardo2115. Papel Sáiz, Gerardo2116. Paradela amaño, Encarnación2117. Paradela Flores, Eduardo
2118. Paradela Novoa, Benito2119. Paradela Torres, Eduardo2120. Paramés García, Carlos2121. Paramés Garcia, Emilio2122. Paramés García, José2123. Paramés González, Antonio2124. Páramo Fuentenegro2125. Páramo Sarrasi, Luis2126. Páramo, Estanislao2127. Páramo, José2128. Pardillas Gómez, Enrique2129. Pardo Barquín, María Rosa2130. Pardo Barquín, Ramón2131. Pardo de la Fuente, José2132. Pardo de la Iglesia2133. Pardo Díaz, Prudencia
2134. Pardo Martín, Ramón2135. Pardo Merino, José2136. Pardo Molina, Enrique2137. Pardo Pemia, Julio2138. Pardo Rodríguez, Darío2139. Pardo Sánchez, Nazario2140. Pardo Tajadura, Isidro2141. Pardo y Manuel de Villena, Cansen2142. Pardo y Manuel de Villena, Isabel2143. Pardo, Antonio2144. Pardo, Julio2145. Pardo, Lorenzo2146. Pared Alonso, Carmen2147. Pared Alonso, Julia2148. Pueda Cappa, Manuel2149. Pareda Sanz, Pedro
2150. Paredes Cáceres, Francisco2151. Paredes de la Fuente, Aurelio2152. Paredes Fons, Francisco2153. Paredes García, Julián2154. Paredes Morando, Eusebio2155. Paredes Posadas, Celia2156. Paredes, Celestino2157. Paredes, Víctor2158. Pareja Gómez, Francisco2159. Pareja, Luis2160. Parejo Ángel, Manuel2161. Parejo García, Aureliano2162. Parejo, Ramón2163. Parellá, Enrique2164. Pareto Díaz, José2165. Pargada, Andrés
2166. Pariente Garrido, Victor2167. Pariente Membrilla, Alberto2168. Pariente Suárez, Agustin2169. Paris Suárez, Julio2170. Parody Torres, María2171. Parra Caballero, José2172. Parra Escudero, Samuel2173. Parra Garrigués, Miguel2174. Parra Lázaro, Pedro2175. Parra Luna, Francisco2176. Párraga Acosta, Cándido2177. Párraga García, Amparo2178. Párraga García, Julia2179. Párraga Hernández, José2180. Párraga Valencia, Francisca2181. Parras Mármol, Juan
2182. Parras Martín, Baltasar2183. Parras Mateo, Santiago2184. Parras Solano, Juan2185. Parras, María José2186. Parreiro, Agustín2187. Parrella Conde, Enrique2188. Parreño Valdemoro, Pascual2189. Parrilla González, Cleofás2190. Parrilla Martínez, Ruperto2191. Parrilla Merino, Juan2192. Parrando Alba, Miguel2193. Parrondo Burgos, Nicolás2194. Parrando de la Cruz, María2195. Parrondo González, Anselmo2196. Parrondo Jaqueti, Balbino2197. Parrondo Parrondo, Avelino
2198. Parrondo Rodríguez, Anselmo2199. Partdio Márquez, Dolores2200. Partiarrroyo, Alfredo2201. Pasamontes, Mariano2202. Pascual Balbán, José2203. Pascual Bermejo, José2204. Pascual Bravo, Alberto2205. Pascual Casado, Benedicto2206. Pascual de Pobil, Luis2207. Pascual Fernández, Andrés2208. Pascual Fernández, Julián2209. Pascual Garba, José2210. Pascual García, Rafael2211. Pascual Gutiérrez, Leandro2212. Pascual Herrero, María Luisa2213. Pascual Izquierdo, Sinisio
2214. Pascual López, Anselmo2215. Pascual Lopez, Blas2216. Pascual Mata, Gerardo2217. Pascual Mondo, Juan Antonio2218. Pascual Ramírez, Pedro2219. Pascual Ramos, Francisco2220. Pascual Segovia, Fernando2221. Pascual Sopean, Benito2222. Pascual Villanueva, Simona2223. Pascual, Valentina2224. Pascuelo, Alberto2225. Paseto Díaz, José2226. Paso, Antonio2227. Pastor Aparicio, Paulino2228. Pastor Arenas, Diego2229. Pastor Arenas, Juan
2230. Pastor Ayuso, Paulino2231. Pastor Camarero, Fernando2232. Pastor Criado, Andrés2233. Pastor Criado, Fernando2234. Pastor Hernández, Saturnino2235. Pastor Mariner, Julia2236. Pastor Martínez, Juan2237. Pastor Orozco, Matías2238. Pastor Payá, Ángel2239. Pastor Rodriguez, José2240. Pastor Sáez, Ramón2241. Pastor Sánchez, Ángel2242. Pastor Sánchez, Elisa2243. Pastor Urcullu, María Luisa2244. Pastor Zato, Alonso2245. Pastor, Ángel
2246. Pastor, Elisa2247. Patier García, Heliodoro2248. Patier Hernández, Victoria2249. Palian Fernández, Alonso2250. Palian Fernández, Andrés2251. Patino Lorenzo, Ángel2252. Patino, Santiago2253. Pato Romero, Manuel2254. Patón Medina, Pedro2255. Patón Novillo, Jorge2256. Paudes Villalonga, Agustín2257. Padl Pereda, Antonio2258. Padl Pereda, Ramón2259. Paula Barrera, Francisco2260. Pavón Cruz, Luis2261. Pavón Moreno, Juan
2262. Payan González, Daniel2263. Paz Bermejo, Celedonio2264. Paz Gavilanes, Manuel2265. Paz Iglesias, Ramón2266. Paz Martínez, Francisco2267. Paz Muras, Manuel2268. Paz Muras, Serapio2269. Paz Oqueja, Manuela2270. Paz Pérez, Felipe2271. Paz Rodríguez, Francisco2272. Paz Rodríguez, José2273. Paz Rodríguez, Pedro2274. Paz Victoriano, Luciano2275. Patos Perrotat, Gerardo2276. Peces Roldán, Ernesto2277. Pedemonte Sabín, María Teresa
2278. Pedrera, Francisco2279. Pedreñ Ros, Primitivo2280. Pedrero Castro, Víctor2281. Pedrero García Noblejas, Jeans2282. Pedro Jimeno, Asensio2283. Pedro Mingo, José2284. Pedro, Anastasio2285. Pedro, Virginio2286. Pedrosa Villegas, Manuel2287. Peidró López, Celia2288. Peidró López, Encarnación2289. Peidró López, María2290. Peinado Burgos, Sebastián2291. Peinado Ubeda, Martín2292. Peinador Linés, Ramón2293. Peipocho Pereda, Luis
2294. Peiró Delgado, Eduardo2295. Peláez Alarcón, Federico2296. Peláez Cabeza, Antonio2297. Peláez Fernández, Tomás2298. Peláez Latorre, Agustín2299. Peláez López, Manuel2300. Peláez Ruano, Francisco2301. Peláez, Patricio2302. Pelayo lbar, Francisco2303. Pellán Medina, Juan2304. Pelle, Andrés2305. Pellicer del Corral, José2306. Pellico Vega, José2307. Pellón López, Marta2308. Pellón Muñoz, Antonio2309. Penalver Gómez, Francisco
2310. Penelas Fernández, Antonio2311. Panelas Vázquez, Darío2312. Peña Andrés, Isidoro2313. Peña Caballero, Antonio2314. Peña García, Trinidad2315. Peña Herranz, Alberto2316. Peña Herranz, Mariano2317. Peña Higuera, Tomasa2318. Peña Pianola, Florencio2319. Peña López, Manuel2320. Peña López, Vicente2321. Peña Márquez, Gabriel2322. Peña Martín, Eusebio2323. Peña Noatn, Eduardo2324. Peña Noaín, Julián2325. Peña Pereda, Estanislao
2326. Peña Pulido, Mateo2327. Peña Quirós, Ángel2328. Peña Rodríguez, sor Agustina2329. Peña Romo, Saúl2330. Peña Ruiz, Emilio2331. Peña Ruiz, Juan2332. Peña Ruiz, Vicente2333. Peña Sánchez, Pablo2334. Peña Sánchez, Ricardo2335. Peña Sánchez, Victoriano2336. Peña Seer, Sebastián2337. Peña Segovia, Antonio2338. Peña Vázquez, Antonio2339. Peña, sor Agustina2340. Peña, sor Lorena2341. Peña, Vicente
2342. Peñafiel, Asunción2343. Peñalva Baillo, Casimirio2344. Peñalva Baillo, María Luisa2345. Peñalver Garcia, Candelas2346. Peñalver Osa, Juan2347. Peñalver Peñalver, Cosme2348. Peñalver Rincón, Antonio2349. Peñaranda Line, Ignacio2350. Peñas Bertoli, Juan2351. Peñas Fernández, Leopoldo2352. Peñas Jubera, Julián2353. Peñas Quirós, Ángel2354. Peñas Vázquez, José2355. Peñas Vázquez, Leandro2356. Peñas, losé2357. Peñasco Aranda, Félix
2358. Peñuela Agueda, Mario2359. Peñuelas Juez, José2360. Peón Fernández, Juan José2361. Peper Portera, Félix2362. Pequé Iglesias, José2363. Peral Herreros, Vicente2364. Peral Pascal2365. Peral y Peral, Guadalupe2366. Peral y Peral, Manuel2367. Peral y Peral, Milagros2368. Perales Cañero, Antonio2369. Perales Gay, Francisco2370. Perales Gómez, Antonio2371. Perales Jiménez, Juan2372. Perales Pascual, Gabriel2373. Perales Perona, José
2374. Perales, Consuelo2375. Perales, José2376. Peralta Carrasco, Gregorio2377. Peralta Crespo, Loreto2378. Peralta Morifdgo, José2379. Peralta Sánchez, José2380. Peralta Vadillo, Javier2381. Peralta Vadillo, Policarpo2382. Peralta Valverde, Victoriano2383. Perdiguero Díez, Claudio2384. Perdido López, Julio2385. Perdido López, Salud2386. Perdiguero Palomero, Daniel2387. Perdiguero Puente, Félix2388. Perdiguero, Valeriano2389. Perea Sánchez, Maria
2390. Perea, Rafael2391. Pereda Aquino, Celestino2392. Pereda Brito, Julián2393. Pereda del Río, Benigno2394. Pereda Fernández, Félix2395. Pereda Fernández, Fernando2396. Pereda Fernández. Manuel2397. Pereda Herrero, Otilio2398. Pereda Otero, Pedro2399. Pereda Ruiz, Luis2400. Pereda Sáez, Pedro2401. Pereda Zamba, Pedro2402. Peregrín de Mora, José2403. Pereira Arribas, Amelia2404. Pereira Padín, Isidro2405. Pereira San Segundo, Anacleto
2406. Pereira Teresa, Anacleto2407. Pereria de Mora, José2408. Pérez Adrián, Luisa2409. Pérez Aguado, Sebastián2410. Pérez Aijón, José2411. Pérez Alonso. Marcelino2412. Pérez Altamira, Tadeo2413. Pérez Álvarez, María Pilar2414. Pérez Andrés, José2415. Pérez Andrés, Marcos2416. Pérez Amáiz, Valentin2417. Pérez Baeza, Rafael2418. Pérez Bulbás, losé2419. Pérez Barandino, Vicenta2420. Pérez Bamés, Francisco2421. Pérez Batallón, Angel
2422. Pérez Bautista, Mauricio2423. Pérez Beltrán, Pedro2424. Pérez Bellido, Sebastián2425. Pérez Betegón, Guillermo2426. Pérez Blanco, Alberto2427. Pérez Blanco, Mariano2428. Pérez Blázquez, Angel2429. Pérez Bargateta, Julio2430. Pérez Calatrava, José2431. Pérez Camargo, Juan2432. Pérez Camino, Manuel2433. Pérez Canjurjo, Alfonso2434. Pérez Carrasca, laurean2435. Pérez Carrera, Jacinto2436. Pérez Castresana, Antonio2437. Pérez Castro, Sebastián
2438. Pérez Ceniceros, María2439. Pérez Cerriña, Eulalia2440. Pérez Civo, Baldomero2441. Pérez Canela, Jacinto2442. Pérez Coronado, Juan de Dios2443. Pérei Corral, Teresa2444. Pérez Cossío, Francisco2445. Pérez Chamorro, Eusebio2446. Pérez de Blas, Romualdo2447. Pérez de Diego2448. Pérez de la Cadena, Ramón2449. Pérez de la Lama2450. Pérez de la Presilla, Julio2451. Pérez de la Rosa, José2452. Pérez de la Serna, Julián2453. Pérez de la Serna, Marciano
2454. Pérez de la Torre, Angel2455. Pérez de Toledo, Andrés2456. Pérez del Campo, Manuel2457. Pérez del Hierro, Emilio2458. Pérez del Val, Marcelino2459. Pérez Delgado, Francisco2460. Pérez Díaz, Antonio2461. Pérez Díaz, Gabriel2462. Pérez Diez, Vicente2463. Pérez Digón, Alfonso2464. Pérez Dorado, Alfonso2465. Pérez Enríquez, Gerardo2466. Pérez Escribano, José2467. Pérez Hernández, José2468. Pérez Hernández, Julio2469. Pérez Hernández, Vicente
2470. Pérez Herrero, Emilio2471. Pérez Herrero, Francisco2472. Pérez Hidalgo, Rafael2473. Pérez Diana, María2474. Pérez Insundia, Eulogio2475. Pérez Iturriaga, Mercedes2476. Pérez Izquierdo, Luis2477. Pérez barrillo, Platón2478. Pérez Laborda, José Maria2479. Pérez Lastra, Antonio2480. Pérez Linares, Joaquín2481. Pérez López, Antonio2482. Pérez López, Modesto2483. Pérez López, Soledad2484. Pérez forcate, Antonio2485. Pérez Manso, Emilio
2486. Pérez Manzanedo, Petronillo2487. Pérez Marco, Narciso2488. Pérez Marina. Anastasio2489. Pérez Maroto, Ángel2490. Pérez Martín, Antonio2491. Pérez Martín, Cipriano2492. Pérez Martín, Félix2493. Pérez Martínez, Antonio2494. Pérez Martinez, Consuelo2495. Pérez Mas, Francisco2496. Pérez Melandino2497. Pérez Méndez, Amador2498. Pérez Miravet, Pascual2499. Pérez Molino, Pedro2500. Pérez Montes, Domingo2501. Pérez Montes, José
2502. Pérez Mora, Carmen2503. Pérez Moreno, Antonio2504. Pérez Muñoz, Baldomero2505. Pérez Muñoz, Julián2506. Pérez Muñoz, Manuel2507. Pérez Nanclares, Florencio2508. Pérez Naranjo, José2509. Pérez Olmedo, José2510. Pérez Organista, Ángel2511. Pérez Ostalé, Carlos2512. Pérez Ovalé, Tomás2513. Pérez Palacios, Jesús2514. Pérez Pardo, José2515. Pérez Pareja, Hermenegildo2516. Pérez Pascual, Emilio2517. Pérez Peña, Manuel
2518. Pérez Pérez, Andrés2519. Pérez Pérez, Domingo2520. Pérez Pérez, Francisca2521. Pérez Pérez, Horacio2522. Pérez Pérez, José2523. Pérez Pérez, Juan2524. Pérez Pérez, Luis2525. Pérez Piñedo, Máximo2526. Pérez Portela, Félix2527. Pérez Puertas, José2528. Pérez QstinaoílIa, José2529. Pérez Ramírez, Felipe2530. Pérez Ramos, Juan José2531. Pérez Redondo, Pedro2532. Pérez Rodríguez, Federico2533. Pérez Roldán, Antonio
2534. Pérez Romero, Buenaventura2535. Pérez Ruiz, Germán2536. Pérez Ruiz, José2537. Pérez Sahuquilto, Marcos2538. Pérez Sánchez, Fermín2539. Pérez Sánchez, Luis2540. Pérez Sansegundo, Enrique2541. Pérez Sela, Fernando2542. Pérez Sendra, Vicente2543. Pérez Seoana, Manuel2544. Pérez Serrano, Ventura2545. Pérez Sola, Fernando2546. Pérez Solis, Trinidad2547. Pérez Suárez, Eusebio2548. Pérez Trigo, Constantino2549. Pérez Val, Jerónimo
2550. Pérez Villamil, Enrique2551. Pérez Villanueva, Joaquín2552. Pérez Villaverde, Carlos2553. Pérez Villaverde, Teresa2554. Pérez y Peña, María2555. Pérez, Alejandro2556. Pérez, Antonio2557. Pérez, Arginiro2558. Pérez, Argimiro (hijo)2559. Pérez, Balbino2560. Pérez, Carmelo2561. Pérez, Concepción2562. Pérez, Luis2563. Pérezagua Gil, Enrique2564. Pérezagua Gil, Juan2565. Peribáñez Delgado, Daniel
2566. Pericaza, Cándido2567. Periqute Rufilanchas, Rogelio2568. Peris Raga, José2569. Perla Camarilla, Luis2570. Perla Goñi, Alejandro2571. Perla Goñi, Carlos2572. Perla Goñi, Fermín2573. Perras Corral, Modesto2574. Perras, Antonio2575. Perni, Cristóbal2576. Pernia Carrera, Miguel2577. Perona Ortiz, Aurelio2578. Perredón Barquero, Pascual2579. Perrera Valderrama, Joaquín2580. Peso García, Bernardo2581. Peso, Rafael
2582. Patilla Hernández, Candelas2583. Petisco Hernández, Juan2584. Petra Pilar, sor María2585. Petrirena Aurecoechea, José2586. Pezuela Andrade, José2587. Pezzi Luque, Gustavo2588. Picardo de Depósito, Cesáreo2589. Picardo Rivas, José2590. Picas Sánchez, Francisco2591. Pición Hernández, Emilio2592. Picó García, Trinidad2593. Picó Jorquera, Benedicto2594. Picó Junquera, Benito2595. Picó Menéndez, Salvador2596. Picón de Castro, Tomás2597. Picón García, Trinidad
2598. Picón Hernández, Emilio2599. Picón Rescalvo, Antonio2600. Picornel Mateo, Francisco2601. Piedecasas Arcano, Soledad2602. Piedr Labra, José2603. Piedrola Pérez, Pilar2604. Pieri Martínez, Juan2605. Pierre, Tomás2606. Pilar, sor María del2607. Pillado Ventosa, José2608. Pina Alduini, Francisco2609. Pina Cecilia, Manuel2610. Pinar López, Isidro2611. Pinar Martín, Angeles2612. Pinar Pérez, Juan2613. Pinar Platero, Manuel
2614. Pinazo Peral, Eulogio2615. Pille García, Juan2616. Pineda Bautista, Luis2617. Pineda Castiza, Francisco2618. Pineda Juncal, José2619. Pineda López, Pilar2620. Pineda Sanfrz, Pilar2621. Pinedo Porras, Andrés2622. Pierdo Ruiz, Flora2623. Pinilla Albraza, Pilar2624. Pinilla Martín, Joaquín2625. Pinillo Moraleda, Asunción2626. Pinilla Noblejas, Francisco2627. Pinillo Arrastín, Ramón2628. Pino Caro, José2629. Pino Gaínza, Adrian
2630. Pino García, Francisco2631. Pino Jiménez, Francisco2632. Pino Jiménez, José2633. Pino José, Luis2634. Pino Ossorio, Cándido2635. Pino Torres, Carmen2636. Pino Torres, María2637. Pino Zorrillo, Miguel2638. Pintado Campos, Paula2639. Pintado Iglesias, Manuel2640. Pintado, Rafael2641. Pinteño Garcia, Joaquín2642. Pinto Acevedo, Críspalo2643. Pinto García, Carmen2644. Pinto Gómez, Francisco2645. Pinto González, Rufino
2646. Pinto Magán, Félix2647. Pinto Navarredonda, Josefa2648. Pinto Navarredonda, Teodosia2649. Pinto Olivers, Casto2650. Pinto Polo, Angel2651. Pinto Vallejo, Saturnino2652. Piña Caralt, José2653. Piña Sandiar, Antonio2654. Pifiar, Eduardo2655. Piñeiro Lucas, Manuel2656. Piñeiro Medina, Alfredo2657. Piñeiro Mena, Ruperto2658. Piñeiro, Antonio2659. Piñero Piñer°, Antonio2660. Piñol Ibáñez, Luis2661. Pilluela, Mamela
2662. Piquer de la Peña, Felisa2663. Piriz Calatrava, José2664. Piro de la Lama, Angel2665. Pirqueras Ramírez, Pedro2666. Piqueras, Rafael2667. Pistolesi Maella, Eulalio2668. Pistolini Gómez, Félix2669. Pistoni García, Emilio2670. Pistoni García, Manuel2671. Pita Arroyo, Emilio2672. Pita Arroyo, Francisco2673. Pita Las Santas, Fernando2674. Pitas Sánchez, Emilio2675. Pivo de la Lama, Angel2676. Pizarro Alzamora, Antonio2677. Pizarro Basiera, Luis
2678. Pizarro Bravo, Miguel2679. Pizarro de Rojas, Miguel2680. Pla Almagro, José2681. Pla Benavent, Bautista2682. Pla Formosa, Félix2683. Pla Iglesia, Sebastián2684. Pla Riquelme, Magdalenita2685. Pla Talón, Vicente2686. Plana González, José2687. Plasencia Merino, Félix2688. Plasencia Rodríguez2689. Plata Cerrada, Carlos2690. Plato San Martín, Carlos2691. Plato San Martín, Demando2692. Plaza Anola, Julián2693. Plaza Berlinches, Luis
2694. Plaza Criado, Marcial2695. Plaza Delgado, Manuel2696. Plaza García, Antonio2697. Plaza Martín, Santiago2698. Plaza Martín, Tomás2699. Plaza Moral, Ángel2700. Plaza Polo, Laureano2701. Plaza Romero, Luis2702. Plaza Sánchez, Rafael2703. Plaza Sánchez, Raimundo2704. Plaza Secedes, Manuel2705. Plaza Torres, José2706. Plaza Zurita, Nicolás2707. Plaza, Santiago2708. Polaino Gil, Angel2709. Polaino Ortega, Ángel
2710. Polaina Ortega, Isidro2711. Polaino Ortega, Miguel2712. Polanco Drague, Carlos2713. Polo Aparicio, Quiterio2714. Polo Blanco, Juan2715. Polo Camacho, Alejandro2716. Polo Carrasco, Ignacio2717. Polo Carrasco, Jesús2718. Polo Cuño, Candela2719. Polo del Río, Lorenzo2720. Polo Dioceclano2721. Polo Fernández, Enrique2722. Polo Galisteo, Sizto2723. Polo Garcia, José2724. Polo García, Leonides2725. Polo Jiménez, Teresa
2726. Polo Martín, José2727. Polo Nacario, Antonio2728. Polo Puño, Benito2729. Polo Silva, Ángel2730. Polo, José2731. Polvorinos Gómez, Francisco2732. Pomar Murillo, Francisco2733. Pomares Aplonario, Dolores2734. Pomares Villadonga, Mariano2735. Pombo Romero, Pedro2736. Pon Fernández, Marina2737. Ponce Calvo, Miguel2738. Ponce Casares, Miguel2739. Ponce de León, Alfonso2740. Ponce de León, Esperanza2741. Ponce de León, Guillermo
2742. Ponce de León, Juan2743. Ponce de León, Leovigildo2744. Ponce de León, Luis2745. Ponce García, Fermina2746. Ponga Rodríguez, Teófdo2747. Pons Cano, Bernardo2748. Pontes Gómez, Luis2749. Porras Aparici, Obdulia2750. Porras Arana, Luis2751. Porras Buriana, Andrés2752. Porras Romero, Manuel2753. Porras Ruiz, Fernando2754. Porras Fajardo, María2755. Porro, Demetrio2756. Port Dalancurt, Nicolás2757. Porta Berdasco, Manuel
2758. Portela Rodríguez, Marcelino2759. Portela Sarriá, Carlos2760. Portela, Gregorio2761. Porten Portés, Daniel2762. Portero Lara, Manuel2763. Portero Larriba, Miguel2764. Portero Martín, Joaquín2765. Portero Martínez, José2766. Portilla Cabanas, Emilio2767. Portilla Ignacio, Emilio2768. Portilla Palau, Ramón2769. Portilla y Palomino, Isabel2770. Portilla, Joaquín de la2771. Portillo Belluga, Joaquín2772. Portillo Hernández, José María2773. Portillo Palomino, Isabel
2774. Portillo Togores, Germán2775. Portillo, Fernando2776. Portal Sáez, Prudencio2777. Portolés Albero, José2778. Portas, Esteban2779. Posaday Enríquez, Benito2780. Posada y Enríquez, Ramón2781. Pose, Manuel2782. Postigo Elvira, Félix2783. Pastos Tito, Adolfo2784. Pou Fernández, Juan José2785. Poveda Castro-Verde, Pedro2786. Poveda Darles, Luis2787. Poveda Fuentes, Antonio2788. Poveda García, Domingo2789. Poveda Larios, Francisco
2790. Poveda Mayorga, Petra2791. Povedano Arroyo, Manuel2792. Povedano González, Enrique2793. Paver Roda, Guillermo2794. Poyuelo Mollán, Mariano2795. Poz y Poza, Josefa2796. Poza Chaverri, Margarita2797. Poza Montero, Vicenciano2798. Pozancos Bengoa, José María2799. Pozas Sánchez, Federico2800. Pozo Cano, Andrés2801. Pozo Casella, Diego2802. Pozo Cazalla, Francisco2803. Pozo de Diego, Alejandro2804. Pozo García, Francisco2805. Pozo García, Manuel
2806. Pozo Herráiz, José2807. Pozo Hortiguela, Eugenio2808. Pozo Luna, Miguel2809. Pozo Poveda, Lino2810. Pozo Sacristán, Jacinto2811. Pozo Toledo, Casto2812. Pozuelo Cuevas, Rafael2813. Poda Beliinchón, César2814. Prado García, Cayetano2815. Prado González, Luis2816. Prado Hierro, Albino2817. Prado Jiménez, Agustín2818. Prado Jiménez. Juana2819. Prado Villaroel, Eleuterio2820. Prado, José2821. Prados González, Santos
2822. Prados Marinero, Bernardo2823. Prados Mota, Julián2824. Prosa Fernández, Tomás2825. Prat Torres, José2826. Prats Jiménez, Vicente2827. Pravia López, Avelino2828. Presa Fernández, Tomás2829. Presa Uruguro, Luis2830. Presas del Villar, Ramón2831. Presentación, sor María de la2832. Priego de la Muela, Ubaldo2833. Priego de Soto, Norberto2834. Priego González, Felipe2835. Prieto Arozamena, Máximo2836. Prieto Baños, Francisco2837. Prieto Betegón, Ana
2838. Prieto Blanco, José2839. Prieto Busto, Antonio2840. Prieto Clavo, Eustaquio2841. Prieto Díaz, Julián2842. Prieto Fuentes, José2843. Prieto Herbella, Pablo2844. Prieto Herbella, Víctor2845. Prieto Jiménez, Juan2846. Prieto López, Agustina2847. Prieto Melares, Federico2848. Prieto Moyano, Magín2849. Prieto Muñoz, losé2850. Prieto Noriega, Manuel2851. Prieto Núñez, Hilarlo2852. Prieto Otero, Pedro2853. Prieto Pérez, Justo
2854. Prieto Prieto, Santiago2855. Prieto Rincón, Eleuterio2856. Prieto Rodríguez, Gregorio2857. Prieto Sánchez, Laurentino2858. Prieto Soto, Norberto2859. Prim Pérez, Miguel2860. Primo de Rivera y Cobo de
Guzmán Federico2861. Primo de Rivera y Cobo de
Guzmán, Fernando2862. Primo de Rivera y Sáenz de
Heredia, Fernando2863. Prior Fernández, Benigno2864. Probarán Galvarriato, Ignacia2865. Propios Fernández, Cirilo2866. Prudencio de la Cuadra, Anastasio
2867. Puch Gómez, Miguel2868. Duche Extremera, Fernando2869. Puche Vázquez, Gabino2870. Puche Vázquez, Juan de Dios2871. Puebla, Antonio2872. Puebla, Manuel2873. Puelles Bolinaga, Jesús2874. Puelles Tuñón, Amador2875. Puente Aparicio, Julián2876. Puente Arévalo, Daniel2877. Puente Bermejo, Antonio2878. Puente Bermejo, Basilio2879. Puente Bermejo, Julián2880. Puente Bermejo, Luis2881. Puente Careaga, José2882. Puente González, José
2883. Puente Ortiz, Enrique2884. Puente Santos, Juan2885. Puente Santos, Mariano2886. Puente Sanz, Juan Manuel2887. Puente Serrano, Pedro2888. Puente Torres, Cayetano2889. Puente Vallejo, Julián2890. Puente, Pedro2891. Puentes, Leandro2892. Puerta Calvo, Feliciano2893. Puerta Crespo, Emilia2894. Puerta Crespo, Hilario2895. Puerta Gutiérrez, Casta2896. Puerta López, Antonio2897. Puerta López, José María2898. Puerta Mansí, Gonzalo
2899. Puerta Mansí, Pablo2900. Puerta Mauro, Milagros2901. Puerta Pliego, Justo2902. Puerta Pliego,Santos2903. Puertas Encina,Enrique2904. Puertas Fernández,Enrique2905. Puertas Rubio, Gumersindo2906. Puerto García, Antígono2907. Puerto Riaza, Manuel2908. Puértolas Agraz ,Antonio2909. Pueyo Noguera, Joaquín2910. Puig Bistué, José María2911. Puig de Velarde, José2912. Puig Quero Ruiz de Velasco2913. Puig Quero, Mariano2914. Puig y Miñón,Manuel
2915. Puigdollers Oliver, Encarnación2916. Puigdollers Oliver, Rosario2917. Pujante Sánchez,Dolores2918. Pujante Muelas,Dolores2919. Pujantes Sánchez,Dolores2920. Pujantes Sánchez, José2921. Pujol Campo, Guillermo2922. Pujol Denis, Laureano2923. Pujol Rufina,Casimiro2924. Pujol, Casimiro2925. Pulgar González, Luis2926. Pulido Aparicio, Juan2927. Pulido Beroza, Primitivo2928. Pulido Jorquera, Alfonso2929. Pulido Jorquera, Fernando2930. Pulido Orozco, Juan
2931. Pulido Rebollens, Cándida2932. Pulido Sánchez, Fernando2933. Pulido, Tiburcio2934. Pulín Sierra, Elena2935. Pulín Sierra, María2936. Punce' Pérez, Lorenzo2937. Puyuelo Morlán, Mariano2938. Quejido García, Pedro2939. Quereda, Francisco2940. Querejeta, Margarita2941. Quesero Alvarez, Arturo2942. Querero Prieto, Marco2943. Quero Herrera, César2944. Quesada Torres, Emilio2945. Quesada, Antonio2946. Quevedo Martínez, Aniceto
2947. Quevedo, Jesús2948. Quiles Sanz, Antonio2949. Quilez Gonzalvo, Modesto2950. Quilón González, Urbano2951. Quiococes Mesa, Fernando2952. Quindós Celeiro, Fernando2953. Quintana Duque, José2954. Quintana Eguiar, Jacinto2955. Quintana Gallardo, Julián2956. Quintana Gentil, Félix2957. Quintana López, Julián2958. Quintana López, Salvador2959. Quintana Monín, Félix2960. Quintana Morell, Juan2961. Quintana Ponce, Carmen2962. Quintana Ubach, Ramón
2963. Quintana Ugena, Patrocinio2964. Quintana, Bruno2965. Quintanilla Quintanilla, Pedro2966. Quintanilla, Alfonso2967. Quintano Díez, Benito2968. Quintano Rey, Luis2969. Quintero Escudero, Berta2970. Quintero Gómez, Dorotea2971. Quintero Ruiz, Luis2972. Quintián González, Isaac2973. Quiñoa González, Antonio2974. Quirigido Illescas, Víctor2975. Quiroga Esteban, Jaime2976. Quiroga Fernández, Marcelino2977. Quiroga Nieto, Francisco2978. Quiroga Pardo, Jaime
2979. Quiroga Pérez, Tomás2980. Quirós Garcia, Francisco2981. Quirós Pérez, Manuel2982. Quirós y Quirós Evaristo2983. Quirós y Quirós, Gregorio2984. Quirós y Quirós, Manuel2985. Quirós y Quirós. Pedro2986. Rabadán, Antonio2987. Rábago, Blas2988. Rábago, Ruperto2989. Rabanal García. César2990. Rabanal Rodríguez. José2991. Rada Bonilla, José2992. Rada Bonilla, Miguel2993. Rada Bonilla, Telesforo2994. Rafanell Villala, Peregrín
2995. Ragel París, Vicente2996. Raglón Moya, Francisco2997. Raimundo Báñez, María2998. Rama Albacete, Francisco2999. Rambla Madueño, Ricardo3000. Ramírez Arco, Francisco3001. Ramírez Beteta, Salvador3002. Ramírez Chacón. Angel3003. Ramírez de Arellano, Astray3004. Ramírez de Arellano, Carmen3005. Ramírez de Arellano, Félix3006. Ramírez de Arellano, Isabel3007. Ramírez de Jorge, Francisco3008. Ramírez Gayón, Agustín3009. Ramírez Gracia, Francisco3010. Ramírez Jiménez, Segunda
3011. Ramírez Martín, Francisco3012. Ramírez Morales, Julio3013. Ramírez Ramírez, Benito3014. Ramírez Ramírez, Bonifacio3015. Ramírez Ramírez, Francisco3016. Ramírez Ramírez, Marcelo3017. Ramírez Ramírez, Pedro3018. Ramírez Risoto, Alberto3019. Ramírez Rodríguez, Juan José3020. Ramírez Román, Domingo3021. Ramírez Romera, Alfredo3022. Ramírez Salazar, Alfonso3023. Ramírez Velasco, Vicente3024. Ramírez Zuloaga, Ramón3025. Ramírez, Eugenio3026. Ramírez, Juan
3027. Ramírez, Melquíades3028. Ramírez, Serapio3029. Ramiro Alburquerque. Casimiro3030. Ramiro de Torres, Ceferino3031. Ramiro Murillo, Emilio3032. Ramiro Plaza, Manuel3033. Ramis Meas, Juan3034. Ramón Albacete, Francisco3035. Ramón Arroyo Sebastián3036. Ramón Mejías, Juan3037. Ramón Sánchez, Patrocinio3038. Ramón Vidal, Pedro3039. Ramonet López. Antonio3040. Ramos Charco, Villaseñor3041. Ramos de Sobrino, José3042. Ramos,Domingo, Jesús
3043. Ramos Fernández, Rafael3044. Ramos García, Teodoro3045. Ramos González, Benigno3046. Ramos Gstosa, Javier3047. Ramos Gutiérrez, Felipe3048. Ramos Hernández, Esteban3049. Ramos Izquierdo, Rafael3050. Ramos Jiménez, Manuel3051. Ramos López, Germán3052. Ramos Martín, Leandro3053. Ramos Martínez, Amalia3054. Ramos Miró, Indalecio3055. Ramos Moya, Miguel3056. Ramos Muñoz, Francisco3057. Ramos Perdomingo, Francisco3058. Ramos Pérez, Alfredo
3059. Ramos Pérez, Jenaro3060. Ramos Roales, Manuel3061. Ramos Rodríguez, Joaquín3062. Ramos Rodríguez, Vicente3063. Ramos Ruiz, Joaquín3064. Ramos Saboya, Manuel3065. Ramos IJbanejo, Jesús3066. Ramos Villaplana, Luis3067. Ramús Meas, Juan3068. Rangán, Manuel3069. Ranilla Regaliza, Inocencio3070. Ranz García, Lucio3071. Raquel París, Vicente3072. Rastrero Aparicio, Benedicto3073. Raventós Noguer, José3074. Real Arriba, Pedro
3075. Real Cortés, Pedro3076. Real Fernández, Antonio3077. Real Martínez, Andrés3078. Real Pérez, Emilio3079. Real Trillo, Juan3080. Rebollar Campo, Marcelino3081. Rebollo Dicenta, Gabriel3082. Rebollo Puerta, Dionisio3083. Rebollo Rodríguez, Emilio3084. Rebollo Salazar, Antonio3085. Recame Casanova, Alberto3086. Rejas de la Peña, Esteban3087. Recas Pelayo, Esteban3088. Recen Ciudad Real, José3089. Recio Gómez, Francisco3090. Recio Guerra, Jesús
3091. Recio Moral, Francisco3092. Recio Pérez, Bernardo3093. Recuenco Aldeanueva, Carmen3094. Recuenco de la Hoz, Angel3095. Recuerda Riñas. Ricardo3096. Recuero Azcárate, Ricardo3097. Recuero Méndez, Angel3098. Redondo Butragueño, Francisco3099. Redondo Buragueño, Jacinto3100. Redondo Correa, Miguel3101. Redondo de la Vega, Luisa3102. Redondo García, Prudencio3103. Redondo Garrido, Jerónima3104. Redondo Garrido, Juliana3105. Redondo González, Bartolomé3106. Redondo González, Remigio
3107. Redondo Guadarrama, Julián3108. Redondo Herrera. Juan3109. Redondo Herrero, Severo3110. Redondo Linares, Eugenio3111. Redondo Loma, Antonio3112. Redondo Moreno, Feliciano3113. Redondo Moreno, Raimundo3114. Redondo Olivares, Félix3115. Redondo Picó, Manuel3116. Redondo Piquenque, Juan3117. Redondo Piquenque, María3118. Redondo Redondo, Alfonso3119. Redondo Redondo, Bartolomé3120. Redondo, Almonacid3121. Regalado Maya, Santiago3122. Regalado, Pedro
3123. Regidor Alcalá, Ángel3124. Regueira Abad, Juan3125. Regubira Rodríguez, Angel3126. Regueira Rodríguez, Milagros3127. Regueiro de Dios, Bernarda3128. Reguera del Mayo, Carmen3129. Reguera Royo, Joaquín3130. Reguero Velasco, Miguel3131. Reguero Velasco, Victoriano3132. Reguilón Estévez, Adela3133. Reguilón Lobato, Cipriana3134. Reigada Salgado, José3135. Reina Carvajal, Andrés3136. Reina Castrillo, Francisco3137. Reina García, Lucio3138. Reina Martínez, Mercedes
3139. Reina Rauco, Fernando3140. Reina Rosales, Leonor3141. Reina Ruiz, Eusebio3142. Reina Sánchez, Cecilio3143. Reina Travieso, Guillermo3144. Reina, Eusebio3145. Reine, Alfredo3146. Reinoso Trelles, Leopoldo3147. Ruinoso Trelles, Norberto3148. Rejas Lucas, Bonifacio3149. Relaño Gallego, Faustino3150. Remacha Puig, Ismael3151. Remedio Fernández, Antonio3152. Remedios Fernández, Pedro3153. Renedo López, Isabel3154. Remedo López, Laura
3155. Renedo López, Salvador3156. Renedo Martín, Agustín3157. Renedo Rodríguez, Agustín3158. Renedo Vela, Julio3159. Renedo Velasco, Clementina3160. Reneses López, Humberto3161. Rengifo Salamanca, Félix3162. Renilla Ortiz, Antonio3163. Rentero López, Fabiana3164. Rentero Ramín, Juan3165. Renuncio Toribio, Vicente3166. Reoyo Cid, Elena3167. Repila Fernández, Julián3168. Repiso Solana, Juan3169. Repullés Muro. Augusto3170. Requejo Mr6, María
3171. Requejo Pérez, Manuel3172. Requejo Sorondo, Félix3173. Requena Diego, Rafael3174. Requena Martínez, Carlos3175. Requena, Miguel3176. Resa Amaga, Francisco3177. Resa Arteaga, José3178. Resa Catnaileros, José María3179. Resa López, José3180. Resines Gandezábal, Asunción3181. Resines Gandezábal, Carlos3182. Resino Parrilla, Augusto3183. Retamar Vinuesa, Cipriano3184. Retana Barrio, Angel3185. Retana Dafauce, Trocadio3186. Retara Munditivar, Pilar
3187. Retuerta Sánchez, Carlos3188. Retuerto Rodríguez, Petra3189. Reus Olivera, Juan3190. Reus Ruiz de Velasco, José María3191. Rever Cutillas, Celso3192. Reverte Castillo, María3193. Reverte Cerro, Manuel3194. Reviejo Garcia, Leandro3195. Reviejo Hernández, Mariano3196. Revilla Aspe, Juan3197. Revilla Bermejo, Veneranda3198. Revilla Dorado, Marcelo3199. Revilla Revilla, Angela3200. Revilla Rico, Mariano3201. Revuelta Alcalá, Pedro3202. Revuelta Rodriguez, María
3203. Rexach Fernández, José3204. Rexach Morales, José Ignacio3205. Rexach Morales, JoséLuis3206. Rey Castelo, Abelardo3207. Rey Castro, Eduardo3208. Rey de las Heras, Victoria3209. Rey de Litros, Margarita3210. Rey de Lluris, Soledad3211. Rey Maroño, Benito3212. Rey Mora, Fernando3213. Rey Ortega, Antonio3214. Rey Pascual, Pedr3215. o9112. Rey Roig, Luis3216. Rey Sánchez, Nicanor3217. Reyero Valdés, Baldomero3218. Reyero Valdés, Julián
3219. Reyes Bautista, Luis3220. Reyes Bobo, Antonio3221. Reyes Caro, Máximo3222. Reyes Cedilla, Blas3223. Reyes Cuéllar, Concepción3224. Reyes de los Santos, Ignacio3225. Reyes López, Joaquín3226. Reyes López, Julián3227. Reyes Mas, Joaquín3228. Reyes Ortiz, Casimiro3229. Reyes Recacho, Ana3230. Reyes Saavedra, Manuel3231. Reyes Torrejón, Bienvenida3232. Rial Rodríguez, Esperanza3233. Riaño Díaz, Ascensión3234. Riaño Díaz, Rafael
3235. Riaño Garrido, José María3236. Riaza Bermejo, Pascual3237. Riaza Bravo, Blas3238. Riaza González, José3239. Riaza Martínez, Ramón3240. Biaza, Catalina3241. Riazo Herrero, Severiano3242. Ribagorda Gómez, Salvia3243. Ribas, Faustino3244. Ricard Carlos, Juan3245. Ricard, Carlos José3246. Ricart Roger, Antonio3247. Rico Armentero, Julián3248. Rico Avello, Manuel3249. Rico Cáceres, Amparo3250. RicoEcera, Gabriel
3251. Rico García, Diego3252. Rico García, Perra3253. Rico Gargía, Germán3254. Rico Gómez, Ricardo3255. Rico López, Jerónimo3256. Rico Marsilla, Carmen3257. Rico Martín, Emilio3258. Rico Martín, José3259. Rico Martín, Vicente3260. Rico Ocaña, Julián3261. Rico Ramírez, Leoncio3262. Rico Rosina, Alfonso3263. Rico San Martín, Antonio3264. Rico Sandoval, José María3265. Rico Zorrilla, Antonio3266. Riconell, Francisco
3267. Rich, Carlos3268. Riche, Carlos3269. Richi y Álvarez, Lorenzo3270. Riego, Marta3271. Riel Hurén, Agapito3272. Riera Gallo, Domingo3273. Riera Gómez, Amparo3274. Riera Martínez, Enrique3275. Riera, Luis3276. Riesgo Acero, Ángel3277. Riesgo Gallo, Honorio3278. Riesgo Gallo, Santiago3279. Riesgo Vázquez, María3280. Riestra Rodríeguez, Eduardo3281. Rilo Jiménez, Jenaro3282. Rincón Agudo, Julio
3283. Rincón Jiménez, Emilio3284. Rincón Lázaro, Ambrosio3285. Rincón López, Segundo3286. Rincón Porras, Alfredo3287. Rincón Sánchez, Eusebio3288. Riñón Cuesta, Luis3289. Riñonea Vega, Vitorino3290. Río Álvarez, Ramón3291. Río Arévalo, Eutimia3292. Río Balaguer, Ramón3293. Rio Carrasco, Eduardo3294. Rio Domínguez, José3295. Río Gato, Alejandro3296. Río Herranaz, César3297. Río Herranz, Antonio3298. Río Herranz, Tomás
3299. Río Lazcano, Ángeles3300. Río Mojado, Esteban3301. Río Monzón, Manuel3302. Río Oliveras, Félix3303. Río Páramo, Perfecto3304. Río Soto, Víctor3305. Río Trigueras, Miguel3306. Río, Domingo3307. Ríos Bermúdez, Manuel3308. Ríos Burol, Antonio3309. Ríos Castro, Urbano3310. Ríos Claramunt, Francisco3311. Ríos García, Ríos3312. Ríos Gómez, Daniel3313. Rios González, Caledonia3314. Ríos González, Mariano
3315. Ríos Górris, Alfredo3316. Ríos Hernández, Antonio3317. Ríos Hernández, Juan3318. Ríos Hemández, Sandalia3319. Ríos Mateos, Carmen3320. Ríos Miranda, Carlos3321. Ríos Molina, Miguel3322. Ríos Pedreño, Mariano3323. Ríos Quintero, María Jesús3324. Ríos Quintín, Luis3325. Ríos Río, Cecilia3326. Ríos Rodríguez, Dolores3327. Ríos Salazar, Angel3328. Ríos Salazar, Dolores3329. Ríos, Antonio3330. Ripoll Molina, Juan
3331. Ripoll Montaner, Antonio3332. Risco Grasa, María3333. Risoto, Demetrio3334. Risueño, Santiago3335. Rita Sánchez, Pedro3336. Rivas Bargas, José3337. Rivas Cabello, Miguel3338. Rivas Corral, Luis3339. Rivas Cuervo, Luis3340. Rivas Ferréiro, José3341. Rivas Galán, Vicente3342. Rivas fieros, Pedro3343. Rivas Jiménez, Pedro3344. Rivas López, Juana3345. Rivas Martín, José3346. Rivas Muñoz, Carlos
3347. Rivas Muñoz, Josefa3348. Rivas Muñoz, Tomás3349. Rivas Pérez, Ángel3350. Rivas Sainz, Rosario3351. Rivas Tarifes, sor Dolores3352. Rivas Villar, Javier3353. Rivas Villar, Santiago3354. Rivas, Faustino3355. Rivas, José3356. Rivera Navarro, Eusebio3357. Rivera Navarro, Pedro3358. Rivera Ridaura, Valero3359. Rivera Ruiz3360. Rivera Saldaña, Luis3361. Rivera Saldaña, Vicente3362. Rivera Sánchez, Alfonso
3363. Rivera Segovia, Matías3364. Rivera Silván, Balbino3365. Rivera Urrillaga, José3366. Rivera Vargas, Josefa3367. Rivera Zapata, Julio3368. Rivera, Ángel3369. Rivera, Elías3370. Rivera, Enrique3371. Rivera, José3372. Rivera, Josefa3373. Rivera, Juan3374. Rivera, Valeriano3375. Rivero Arcos, Elisa3376. Rivero Collazos, Sabina3377. Rivero Pereda, Pilar3378. Rivero Sáncez, Marrcelina
3379. Rivero Uceza, Joaquín3380. Rivó, Francisco3381. Rivón Gras, Miguel3382. Rival, Francisco3383. Roa Ballesteros, Josefa3384. Roa Guzmán, Francisco3385. Roa Miranda, Carlos3386. Roa Salcedo, Nicolás3387. Roa Vázquez, Marcelino3388. Robín Maria, Ana3389. Robert Caries, Roberto3390. Robín Pérez, María3391. Robla Castilla, Juana3392. Robla Cordero, Amador3393. Robla Gadañón, Angel3394. Roble, Ernesto
3395. Robledo García, Eduardo3396. Robledo García, Ignacio3397. Robledo González, Mariano3398. Robledo Labaig, Dolores3399. Robledo Payar, Manuel3400. Robledo Reviejo, Ceferino3401. Robledo, Eusebio3402. Robledo, José Luis3403. Robles Encinas, Rafael3404. Robles García, Lucas3405. Robles Garrido, Teresa3406. Robles Rodríguez, Antonio3407. Robles Rodríguez, Gaspar3408. Robodol Rodríguez, José3409. Roca de Togores, Alfonso3410. Roca de Togores, Carlos
3411. Roca de Togores, Cristóbal3412. Rodríguez Chamorro. Encarnación3413. Rodríguez Chaves, Miguel3414. Rodríguez Chico, Emilio3415. Rodríguez de Castro, Nicolás3416. Rodriguez de Celis, Antonio3417. Rodriguez de Celis, Cándido3418. Rodriguez de Eguinal, Joaquín3419. Rodriguez de Gracia, Tomás3420. Rodriguez de la Peña, Antonio3421. Rodríguez de la Peña,
Hermenegildo3422. Rodríguez de la Peña. José María3423. Roca de Togores, Fernando3424. Roca de Togores, Francisco3425. Roca de Togores, Jorge
3426. Roca de Togores, Juan3427. Roca Ortega, José3428. Roca Rebudillo, Joaquín3429. Roca Rovira, Eugenio3430. Roca Rubillada, Amparo3431. Roca Torres, Tomás3432. Roca Valenzuela, Pedro3433. Rocamora, Antonio3434. Rocas Martínez, Antonio3435. Roces, Francisco3436. Rocío Andreu, Emilio3437. Rocío Gómez, Francisco3438. Rocío Jiménez, Martín3439. Rocha Fernández, Martina3440. Rocha Martín, Remigio3441. Rocha Muñoz, Consuelo
3442. Rocha Oveo, Guillermo3443. Roche Anode. Pedro3444. Roches Lucas, Mauricio3445. Rodas Fraile, Miguel3446. Rolas Santa María, Gonzalo3447. Rodas, Faustino3448. Rodelgo Zazo, Félix3449. Ródenas, Eduardo3450. Ródenas, Julio3451. Rodero Delgado, Mariano3452. Rodero Holgado, Mariano3453. Rodero Matarán, José3454. Rodero Matarán, Rogelio3455. Rodero Ruiz, Benito3456. Rodero, Emilio3457. Rodero. Juan Manuel
3458. Rediles Sada, Marina3459. Rodiles, José3460. Rodrigo Colzadilla, Lambeito3461. Rodrigo Callejo, Víctor3462. Rodrigo Capellas, José3463. Rodrigo Fernández, Félix3464. Rodrigo Fierro, Sabino3465. Rodrigo Hems, Lorenzo3466. Rodrigo López, José3467. Rodrigo López, José María3468. Rodrigo Miguel, desusa3469. Rodrigo Sánchez, Manuel3470. Rodrigo Sierra, Mercedes3471. Rodrigo Urraca, Dominica3472. Rodríguez Acosta, José3473. Rodríguez Acosta, Miguel
3474. Rodríguez Aguado, Antonia3475. Rodríguez Aguado, Luis3476. Rodríguez Alarcón, Manuel3477. Rodríguez Aludir, Manuel3478. Rodríguez Alcalá. José María3479. Rodriguez Alcalde, Felicidad3480. Rodríguez Alrneida, Enrique3481. Rodríguez Alonso, Avelino3482. Rodríguez Alonso. Luis3483. Rodríguez Álvarez, Antonio3484. Rodríguez Álvarez, Francisco3485. Rodríguez Alvarez, Isidro3486. Rodríguez Álvarez, Juan3487. Rodríguez Álvarez, Rafael3488. Rodríguez Álvarez, Segundo3489. Rodríguez Amado, Angela
3490. Rodriguez Amat, Antonio3491. Rodríguez André. Constantino3492. Rodríguez André, Fausto3493. Rodríguez Antón. Dionisia3494. Rodríguez Antón, sor Sulpicio3495. Rodríguez Aparicio, Emilio3496. Rodríguez Aparicio. Jacinto3497. Rodríguez Arango, Antonio3498. Rodríguez Arias, Flor3499. Rodríguez Arzuega, Jesús3500. Rodriguez Avilés, Fermín3501. Rodríguez Balboa, Asunción3502. Rodríguez Balboa, Mercedes3503. Rodríguez Balboa, Pilar3504. Rodríguez Ballesteros, Femando3505. Rodríguez Bardón, Eulogio
3506. Rodríguez Barrios, Claudia3507. Rodríguez Batista, Ricardo3508. Rodríguez Belza, Luis3509. Rodríguez Bello, Juan3510. Rodríguez Berrocal, Rodríguez3511. Rodríguez Borlado, Fernando3512. Rodriguez Boto, Emilio3513. Rodríguez Bueno, José3514. Rodríguez Caballero, Francisco3515. Rodríguez Calero. Eulogio3516. Rodríguez Calvo, Alberto3517. Rodríguez Camino. Tomás3518. Rodríguez Canta, Augusto3519. Rodríguez Cañas, Valentin3520. Rodríguez Capell. losé3521. Rodriguez Caraballo, José
3522. Rodríguez Cárdenas, Antonio3523. Rodríguez Carreño, Enrique3524. Rodríguez Casanova, Juan3525. Rodríguez Casanova, Luis3526. Rodriguez Castañeda, Antonio3527. Rodríguez Castelo, Bonifacio3528. Rodriguez Castro, José3529. Rodríguez Castro, Luis3530. Rodríguez CebaIIos, Antonio3531. Rodríguez Cobo, Joaquín3532. Rodríguez Conde, Francisco3533. Rodríguez Cordobilta, José3534. Rodriguez Corrales, Lidia3535. Rodriguez Correas, Saturnino3536. Rodríguez Corte, Joaquina3537. Rodríguez Crespo, Luis
3538. Rodríguez Cubetas, Teodosio3539. Rodríguez Cuervo, Luis3540. Rodriguez Cuesta, Ambrosio3541. Rodriguez de la Puente, Emilio3542. Rodríguez de la Puente, Manuel3543. Rodriguez de la Puente, Ramón3544. Rodríguez de la Torre, Antonio3545. Rodríguez de to Torre, Enrique3546. Rodríguez de la Torre, Ricardo3547. Rodriguez de las Fieras, Luis3548. Rodríguez de León, Ernesto3549. Rodriguez de Puerta, José3550. Rodríguez de Rivera, José María3551. Rodriguez de Rivera, Luis3552. Rodríguez de Roa, Silvestre3553. Rodriguez del Llano, Carmen
3554. Rodríguez del Pozo, Apolinar3555. Rodriguez del Rfo, Lorenzo3556. Rodríguez del Toro, Juana3557. Rodriguez del Valle, Leoncio3558. Rodríguez Delgado, Diego3559. Rodríguez Delgado, Manuel3560. Rodríguez Díaz, Elisa3561. Rodríguez Díaz, Jacinto3562. Rodríguez Diaz. Josefina3563. Rodríguez Díaz, luan3564. Rodríguez Díez, Fidel3565. Rodríguez Díez, Tsmoteo3566. Rodríguez Docal, José3567. Rodríguez Domínguez, Domingo3568. Rodríguez Encinas, Desamparados3569. Rodríguez Escobar, Félix
3570. Rodríguez Espinosa, Luis3571. Rodríguez Esteban, Ildefonso3572. Rodríguez Estecha, Bautista3573. Rodríguez Fernández, Angel3574. Rodríguez Fernández, Antonio3575. Rodriguez Fernández, Casimiro3576. Rodriguez Fernández, Ceferino3577. Rodríguez Fernández, Eugenio3578. Rodriguez Fernández, Hipólito3579. Rodríguez Fernández, Joaquín3580. Rodríguez Fernández, Mariano3581. Rodríguez Fernández, Ramón3582. Rodríguez Fernández. Vicente3583. Rodríguez Ferrero, Donaciano3584. Rodríguez Fierro, Demetrio3585. Rodriguez Fierro, Sabino
3586. Rodríguez Fontán, Arturo3587. Rodríguez Formase, Angel3588. Rodriguez Fuentes3589. Rodríguez Galiano, Demetrio3590. Rodríguez Gallardo, Pedro3591. Rodríguez Gallego, César3592. Rodríguez García, Alfredo3593. Rodríguez García, Andrés3594. Rodríguez García, Antonio3595. Rodríguez García, Carlos3596. Rodríguez García, Delio3597. Rodríguez García. Dionisio3598. Rodríguez García, Fernando3599. Rodriguez García, Juan3600. Rodríguez García, Julio3601. Rodríguez García, Manuel
3602. Rodríguez García, Nicasio3603. Rodríguez García. Norberto3604. Rodríguez García, Tomás3605. Rodríguez García, Vicente3606. Rodríguez García, Victoria3607. Rodríguez Gargantiel, José3608. Rodríguez Gil, Juan3609. Rodríguez Gómez, Cristóbal3610. Rodriguez Gómez, Emeterio3611. Rodríguez Gómez, frenen3612. Rodríguez Gómez, Máximo3613. Rodríguez Gómez, Olmedo3614. Rodríguez González, Antonio3615. Rodriguez González, Benito3616. Rodríguez González, Eugenio3617. Rodríguez González, Justo
3618. Rodríguez González, Mercedes3619. Rodriguez González, Victoriano3620. Rodríguez Gonzalo, Alejandro3621. Rodriguez Granado, Mariano3622. Rodríguez Gutiérrez, Corrado3623. Rodríguez Gutiérrez, Ildefonso3624. Rodriguez Gutiérrez, Juan3625. Rodríguez Hernández, Benito3626. Rodríguez Hernani, Gregorio3627. Rodríguez Herrera, Isabel3628. Rodríguez Herrera, Luis3629. Rodriguez Hervís, Blas3630. Rodríguez Higuera, Fernando.3631. Rodríguez Higuera, María3632. Rodríguez Higuera, Rosa3633. Rodríguez Huerta, José
3634. Rodríguez Hurtado, Enrique3635. Rodríguez Iglesias, Edelmiro3636. Rodríguez Igual, Pedro3637. Rodríguez Isabel, Benito3638. Rodríguez Isabel, Félix3639. Rodríguez Izquierdo, Luis3640. Rodríguez Jiménez, Francisco3641. Rodríguez Jiménez, Pedro3642. Rodríguez Jiménez, Segundo3643. Rodriguez Juárez, Santiago3644. Rodríguez Lacuerda, Luciano3645. Rodríguez Lastra, Trinidad3646. Rodríguez Lavado, José3647. Rodríguez Limón, Francisco3648. Rodríguez Local, José3649. Rodríguez López, Florentino
3650. Rodríguez López, José3651. Rodríguez López, Vicente3652. Rodriguez Losada, Tomás3653. Rodríguez Luis, Marcelino3654. Rodríguez Manzano, Eusebio3655. Rodríguez Manzano, Moisés3656. Rodríguez Marcos, Hilarlo3657. Rodríguez Marsal, Gerardo3658. Rodriguez Martín, Eugenio3659. Rodríguez Martín, Juan3660. Rodríguez Martínez, Felisa3661. Rodríguez Martínez, Juan3662. Rodríguez Martínez, Manuel3663. Rodríguez Martínez, Miguel3664. Rodríguez Martínez, Norberto3665. Rodríguez Muserola, Luis
3666. Rodríguez Matila, Lorenzo3667. Rodríguez Melcón, Adolfo3668. Rodríguez Meléndez, Francisco3669. Rodriguez Molinero, Arta3670. Rodríguez Monge, Cándido3671. Rodríguez Monge, Manuel3672. Rodriguez Monge, Salustiana3673. Rodríguez Morales, Hilario3674. Rodríguez Moreno, José3675. Rodriguez Moreno, Vicente3676. Rodríguez Morón, José3677. Rodríguez Nieto, César3678. Rodriguez Núñez, Faustino3679. Rodríguez Núñez, José3680. Rodríguez Orduña, Femando3681. Rodríguez Orduña, Ismarl
3682. Rodríguez Orduña, José3683. Rodríguez Otein, Francisco3684. Rodríguez Palacios, Antonlín3685. Rodríguez Panadero, Andrés3686. Rodríguez Pardo, Cirilo3687. Rodríguez Pardo, Matilde3688. Rodríguez Porrillo, Inocente3689. Rodríguez Peinado, Juan3690. Rodríguez Peñarrosa, Juan3691. Rodríguez Perdiguero, Andrés3692. Rodríguez Pérez, Eduardo3693. Rodríguez Pérez, Martín3694. Rodriguez Pérez, Vicente3695. Rodríguez Pimentel, Mariano3696. Rodriguez Pino, Pedro3697. Rodríguez Posada
3698. Rodríguez Prado, Amparo3699. Rodriguez Pubelas, Teodosio3700. Rodríguez Ramírez, Francisco3701. Rodríguez Ramírez, Juan3702. Rodriguez Ramos, Aurelio3703. Rodríguez Ramos, Laureano3704. Rodríguez Recio, Benito3705. Rodríguez Revuelta, Ignacio3706. Rodríguez Rey, José3707. Rodriguez Reyero, Nicolás3708. Rodríguez Robles, Rosa3709. Rodríguez Rodríguez3710. Rodríguez Rodríguez, Antonio3711. Rodríguez Rodríguez, Florentino3712. Rodríguez Rodríguez, Francisco3713. Rodríguez Rodríguez, José
3714. Rodríguez Rodriguez. Juan3715. Rodríguez Rodríguez, Luis3716. Rodríguez Rodríguez, Mariano3717. Rodríguez Rodríguez, Modesto3718. Rodriguez Rodriguez, Pedro3719. Rodríguez Rodríguez. Rafael3720. Rodriguez Rodríguez, Secundino3721. Rodriguez Rodríguez, Teresa3722. Rodriguez Rojas, Manuel3723. Rodriguez Román, Fidel3724. Rodríguez Romero, Juan Tomás3725. Rodríguez Romero. Victoriano3726. Rodriguez Rúa, Carmen3727. Rodríguez Ruiz, Cruz3728. Rodríguez Ruiz, Josefa3729. Rodríguez Ruiz, Marcelino
3730. Rodriguez Ruiz, Maria3731. Rodríguez Ruiz, Rafael3732. Rodríguez Salas, Cristóbal3733. Rodriguez Salcedo, Andrés3734. Rodríguez Salinas, José3735. Rodríguez Sánchez, Ángel3736. Rodríguez Sánchez, Gregorio3737. Rodriguez Sánchez, Máximo3738. Rodríguez Sánchez, Saturnino3739. Rodriguez Santana, Francisco3740. Rodriguez Santander, Ángel3741. Rodríguez Sanz, Eusebio3742. Rodríguez Sanz, Luis3743. Rodriguez Sanz, Santos3744. Rodríguez Sarabia, Manuel3745. Rodriguez Serrano, Francisco
3746. Rodríguez Serrano, Jesús3747. Rodríguez Serrano, José3748. Rodríguez Serrano. Vidal3749. Rodríguez Serrano, Wifredo3750. Rodriguez Sierra, Mercedes3751. Rodríguez Silva, Rafael3752. Rodríguez Solís, José3753. Rodriguez Soto, Jesús3754. Rodriguez Suárez, Francisco3755. Rodríguez Tejada, Ángel3756. Rodríguez Tejada, Bautista3757. Rodríguez Tejada, Julia3758. Rodriguez Tejerino, Clemente3759. Rodríguez Tendero, Ángel3760. Rodríguez Tendero, Dolores3761. Rodríguez Tendero, José
3762. Rodriguez Tendero, Mariano3763. Rodríguez Tocolís, Cándido3764. Rodríguez Tocolís, José3765. Rodríguez Tovares, Francisco3766. Rodriguez Trujillo, Rosario3767. Rodríguez Urba, Carmen3768. Rodríguez Valencia, Jenaro3769. Rodriguez Villar. Luis3770. Rodríguez y Maravilla, Florentino3771. Rodríguez Zazo, Zacarias3772. Rodriguez, Agustino3773. Rodríguez, Andrés3774. Roel Medina, Francisco3775. Rogel Martínez, Andrés3776. Roger, Victoriano3777. Roig Riera, Josefa
3778. Roig Rosa, Manuel3779. Roig Ruiz, Manuel3780. Rojas García, Elan3781. Rojas Vázquez, Manuel3782. Rojas, Antonio3783. Rojas. Joaquín3784. Rojo Alonso, José María3785. Rojo Arana, Baldomero3786. Rojo Calderón, Manuel3787. Rojo Díaz, Ramón3788. Rojo García, Julio3789. Rojo García, Manuel3790. Rojo García, Víctor3791. Rojo Horcajo, Timoteo3792. Rojo Palomeque, Luis3793. Rojo Raboso
3794. Rojo Rayas, Bernabé3795. Rojo Rayas, José3796. Rojo Roldán, José3797. Rojo Romás3798. Rojo Santiago, Juan3799. Rojo Salís, Antonio3800. Rojo Suárez, Vicente3801. Rojo Velázquez, Enrique3802. Roldán Arenas, Teófilo3803. Roldán Catalá, Juan3804. Roldán Collado, José3805. Roldán Herreros, José3806. Roldán Herreros, Manuel3807. Roldán Herreros, Rafel3808. Roldán Martínez, Ascensión3809. Roldán Martínez, Cruz
3810. Roldán Martínez, Pedro3811. Roldán Mayor, Esperanza3812. Roldán Miota, Benito3813. Roldán Palomo, Arturo3814. Roldán Plata, Juan3815. Roldán Rodríguez, Encarnación3816. Roldán Trápaga, Arturo3817. Roldán Vallejo, Manuel3818. Roldán, Martín3819. Rallan Antonio, Santos3820. Rollán Barbado, Manuel3821. Rollán Díaz, Rafael3822. Rollán López, Gerardo3823. Rollán Santos, Rafael3824. Rollanda Galán, Isabel3825. Roma Joven, Enrique
3826. Román Cerezo, Manuel3827. Román Domínguez, Antonio3828. Román García, Francisco3829. Román Miga, Emilio3830. Román Moao, Santos3831. Román Montero, Casildo3832. Román Morán, Francisco3833. Román Mozo, Santos3834. Román Peláez, Graciano3835. Román Rodríguez, Rafael3836. Román Ruiz, Francisco3837. Román Ruiz, José María3838. Román Tarado, Valentin3839. Romana Arroyo, Sebastián3840. Romairá, Pablo3841. Romea Cruz, Federico
3842. Romémaza, Luis3843. Romeo Vidal3844. Romera Hontoria, Florentino3845. Romera Zamora, Manuel3846. Romerales, José3847. Romero Alcarazo, José3848. Romero Amor, Luis3849. Romero Ayuso, Juan José3850. Romero Bago, Manuel3851. Romero Conso, Juana3852. Romero Cuadrado, Juan3853. Romero de Aguilar, Diego3854. Romero de la Gándara, Francisco3855. Romero de Tejada, Juan3856. Romero de Tejada, Manuel3857. Romero del Valle, Francisco
3858. Romero Delgado, Valentín3859. Romero Enciso, Gabriel3860. Romero Escudero. Ladislao3861. Romero Estévez, Josefma3862. Romero Fenández, Manuel3863. Romero Fernández, José3864. Romero Fernández, Luis3865. Romero Ferrer, José3866. Romero Fraguas, Mariano3867. Romero Garrido, José3868. Romero Girón, Felipe3869. Romero Holguin, Fernando3870. Romero Hume, Guillermo3871. Romero Jiménez, Benavides3872. Romero León, Manuel3873. Romero López, Mariano
3874. Romero Marcote, Arturo3875. Romero Marqués, Vicente3876. Romero Mellizo, Eusebia3877. Romero Mellizo, Francisco3878. Romero Moral, José3879. Romero Para, Mariano3880. Romero Pina, Fernando3881. Romero Pina, Rodrigo3882. Romero Redondo, Antonio3883. Romero Redondo, Eulogio3884. Romero Romero, Adela3885. Romero Romero, José3886. Romero Ruidera, Manuel3887. Romero Ruiz, Dorotea3888. Romero Ruiz, José3889. Romero Salachaga, Sofía
3890. Romero San Martin, Arturo3891. Romero Sánchez, Joaquín3892. Romero Sánchez, Luis3893. Romero Suárez, Manuel3894. Romero Valle, Marciano3895. Romero Valle, Víctor3896. Romero Zulueta, Carmen3897. Romero, Santiago3898. Roméu Cayuela, Joaquín3899. Roméu Cayuela, Luis3900. Romillo, Asunción3901. Romillo, losé María3902. Romo Cortés, Serapio3903. Romo del Moral, Cristino3904. Romo Sanz, Agapito3905. Roncal Arce, Adolfo
3906. Roncero García, Femando3907. Ropero Sánchez, Juan3908. Ros Ezcurra, Luis3909. Ros Gil, Francisco3910. Ros Molfns, María3911. Ros Pérez, Florentina3912. Ros Ros, Juan3913. Ros Ruiz, Antonio3914. Ros Sánchez, Tomás3915. Ros, Francisco3916. Rosa Andrade, Elvira3917. Rosa Cabesrrero, Pablo3918. Rosa Herrero, Juan3919. Rosa Muñoz, Francisco3920. Rosa Muñoz, Víctor3921. Rosa Reyes, Manuel
3922. Rosa Santos, José3923. Rosa Vázquez, Emilio3924. Rosado Clemente, Pedro3925. Rosado Fernández, Augusto3926. Rosado Núñez, José3927. Rosal López. Concepción3928. Rosal Pérez. Antonio3929. Rosal, Antonio3930. Rosales González. Martín3931. Rosales Pérez, José3932. Rosales Rodríguez, Martín3933. Rosales Uselite. Francisco3934. Rosales y Rodríguez de Rivera,
Martín3935. Rosario, Saturnino3936. Rosario, sor María del
3937. Rosas Padilla, Jaime3938. Rosell Magaz, Manuel3939. Roselló Gómez, Ramón3940. Rosendo Huertas, Ángeles3941. Rosillo García, Francisco3942. Rosino Parrilla. Augusto3943. Rosino, Agustín3944. Rotche Porcell, Francisco3945. Rovira Astorga, Enrique3946. Rovira Astorga, Felipe3947. Rovira Astorga, Ignacio3948. Rovira Herráiz, Felipe3949. Rovira Montero, Joaquín3950. Rovira, Felipe3951. Royo Fernández, Alejandro3952. Royo Salamendi, Sebastián
3953. Roza Gallo, José3954. Roza Gutiérrez, José3955. Roza Ramírez, Pedro3956. Rúa Alonso, Asunción3957. Rúa Morchena, Juan3958. Ruano Canales, Juan3959. Ruano Montero, José3960. Ruano Moroto, Carlos3961. Ruano Ortega, Matías3962. Ruano Pinedo, Juan3963. Ruano Ramírez, Federico3964. Rubert Villalfa, Mariano3965. Rubiños Losada, Basilio3966. Rubio Alicaída, Manuel3967. Rubio Alonso, Guillermo3968. Rubio Andrés, Dámaso
3969. Rubio Calderón, Luciano3970. Rubio Calzón, Manuel3971. Rubio Cano, 'Victoriano3972. Rubio Costo. Luis3973. Rubio Cuento, Luis3974. Rubio Eguilaz, Germán3975. Rubio Fernández, Miguel3976. Rubio Fraile, Pablo3977. Rubio Gamonal, Marina3978. Rubio García. Manuel3979. Rubio Guerra, Domingo3980. Rubio Guerra, Francisco3981. Rubio Gutiérrez, José3982. Rubio López, Carlos3983. Rubio Losada, María3984. Rubio Máñez, Francisco
3985. Rubio Martín. Juan3986. Rubio Martín, Tomás3987. Rubio Mayorga, Valentín3988. Rubio Muñoz, Félix3989. Rubio Muñoz, Francisco3990. Rubio Pérez, Rubio3991. Rubio Robledo, José María3992. Rubio Rodríguez, César3993. Rubio Romero, Antonio3994. Rubio Rubio, Gregorio3995. Rubio Vallejo, Rufo3996. Rubio, Dositeo3997. Rúe Serra, José3998. Rueda Albeno, Leandro3999. Rueda Alvarez, Miguel4000. Rueda Carretero, Francisco
4001. Rueda Carrillo, Juan Antonio4002. Rueda Maestro, Emilio4003. Rueda Merino, Miguel4004. Rueda Moreno, Rafael4005. Rueda Nieto, José4006. Rueda Pérez, Francisco4007. Ruedas Megías. Manuel4008. Ruedas, Miguel4009. Rufo Paz, Luis4010. Rufrancos de Teen. Jesús4011. Ruiloba Palazuelos, Eloy4012. Ruipérez Sáiz, Herminio4013. Ruiz Aguilar, María4014. Ruiz Alegre, Celestino4015. Ruiz Alonso, Ángel4016. Ruiz Alonso. Lorenzo
4017. Ruiz Arce, Asunción4018. Ruiz Arias, Recaredo4019. Ruiz Ayuca, Dolores4020. Ruiz Azofra, Marina4021. Ruiz Azrco, Manuel María4022. Ruiz Barrera, Berta4023. Ruiz Bautista, Julio4024. Ruiz Boté, Juan4025. Ruiz Casaux José, Luis4026. Ruiz Cascales, Joaquín4027. Ruiz Castellanos, Ofelia4028. Ruiz Colodro, Cristóbal4029. Ruiz Conejo, María4030. Ruiz Contador, Manuel4031. Ruiz Contador, Martín4032. Ruiz Cuesta, José
4033. Ruiz Chico, Julián4034. Ruiz de Alda y Migueláñez, Julio4035. Ruiz de Alda, Felisa4036. Ruiz de Alda, Julio4037. Ruiz de Aldana, Mariano4038. Ruiz de Arana, Luis4039. Ruiz de Arana, Martín4040. Ruiz de Assín. Alfonso4041. Ruiz de Assín, Antonio4042. Ruiz de la Torre, Alfonso4043. Ruiz de la Torre, Andrés4044. Ruiz de León, Antonio4045. Ruiz de León, Daniel4046. Ruiz de Velasco, Manuel4047. Ruiz del Árbol. Antonio4048. Ruiz del Arbol, Mercedes
4049. Ruiz del Castillo, María4050. Ruiz del Rey, Tomás4051. Ruiz Dfaz, Angel4052. Ruiz Duero, Eusebio4053. Ruiz Espejo, José4054. Ruiz Espiga, Julián4055. Ruiz Fernández, Claudio4056. Ruiz Fernández, Francisco4057. Ruiz Fernández, Joaquín4058. Ruiz Ferremda, Luis4059. Ruiz Galarrieta, José4060. Ruiz Galvés, Eusebio4061. Ruiz Gallardón, Alberto4062. Ruiz García, Clemente4063. Ruiz García, Francisco4064. Ruiz García, Lázaro
4065. Ruiz García, Miguel4066. Ruiz Garnica, José4067. Ruiz Generoso, Diego4068. Ruiz Godián, Manuel4069. Ruiz Godin, Miguel4070. Ruiz Gómez, Agustín4071. Ruiz Gómez, Eduardo4072. Ruiz González, Leandro4073. Ruiz González, Manuel4074. Ruiz Gutiérrez, Antonio4075. Ruiz Gutiérrez, Dolores4076. Ruiz Gutiérrez, Nicasia4077. Ruiz Herce, Asunción4078. Ruiz Hernández, José4079. Ruiz Huido, Carlos4080. Ruiz Labal, Carlos
4081. Ruiz Ledesma, Luis4082. Ruiz López, María4083. Ruiz Manzanares, Victoriano4084. Ruiz Marín, Concepción4085. Ruiz Martín, Lorenzo4086. Ruiz Martín, Miguel4087. Ruiz Martínez, Elías4088. Ruiz Martínez, Felipa4089. Ruiz Matas, Julio4090. Ruiz Mingo, Josefa4091. Ruiz Morillo, Fernando4092. Ruiz Muñoz, Alfonso4093. Ruiz Muñoz, Eugenio4094. Ruiz Muñoz, Manuel4095. Ruiz Navarro, Carlos4096. Ruiz Navarro, César
4097. Ruiz Navarro, Julio4098. Ruiz Ocaña, Fernando4099. Ruiz Oláiz, Modesto4100. Ruiz Pascual, Ramiro4101. Ruiz Peral, Lázaro4102. Ruiz Perelló, Carmelo4103. Ruiz Pérez, Dolores4104. Ruiz Pérez, Julián4105. Ruiz Pérez, Miguel4106. Ruiz Pérez, Román4107. Ruiz Piña, Luis4108. Ruiz Piña, Pascual4109. Ruiz Portal, Manuel4110. Ruiz Puente, Eugenia4111. Ruiz Raga, Leopoldo4112. Ruiz Rodrigo, Ramón
4113. Ruiz Rodríguez, Diego4114. Ruiz Rodríguez, Francisco4115. Ruiz Rojas, Manuel4116. Ruiz Rubio, Felipa4117. Ruiz Ruiz, Consuelo4118. Ruiz Ruiz, Guillermina4119. Ruiz Ruiz, Leonardo4120. Ruiz Ruiz, Rafael4121. Ruiz Ruiz, Vicente4122. Ruiz San José, Pedro4123. Ruiz Solá, Antonio4124. Ruiz Tabanera, Tomás4125. Ruiz Uceda, Juan4126. Ruiz Valdivia, Merino4127. Ruiz Valera, Francisco4128. Ruiz Valtierra, Lucinio
4129. Ruiz Velasco, Julio4130. Ruiz Velasco, María Teresa4131. Ruiz Vilches, Juan José4132. Ruiz, Antonio4133. Ruiz, Miguel Mauricio4134. Ruiz, Proceso4135. Ruperta, sor4136. Rus Romero, Andrés4137. Rus, Vicente4138. Saavedra de la Torre4139. Saavedra Fernández, Julián4140. Saavedra Núñez, José María4141. Saavedra Patiño, Pilar4142. Saavedra Rodríguez, José4143. Sabotee Anca, Ignacio4144. Sabater Gómez, Ignacio
4145. Sabater Gómez, José4146. Sabido Cabeza, José4147. Sabina García, Jaime4148. Sabugo Pienso, Josefa4149. Saco del Valle, Arturo4150. Saco del Valle, Carlos4151. Saco Pradera, Enrique4152. Sacristán Esteban, María4153. Sacristán Fernández, Enrique4154. Sacristán Rodríguez4155. Sada Martín, Fernando4156. Sada Pérez, Antonio4157. Sada Rincón, Federico4158. Sáenz Cano, Jacinto4159. Sáenz Cartel, Restituto4160. Sáenz Cenzano, Ramona
4161. Sáenz de Heredia Arteta, Joaquín4162. Saenz de Heredia Arteta, José4163. Sáenz de Heredia, Agustín4164. Sáenz de Inestrillas Pardo, Ricardo4165. Sáenz de la Fuente, Mauricio4166. Sáenz de Miera, Agustín4167. Sáenz de Miera, Jesús4168. Sáenz de Miera, Santiago4169. Sáenz Fuente, Mauricio4170. Sáenz Gastón, Romualdo4171. Sáenz González, Matilde4172. Sáenz Martín, Jesús4173. Sáenz Vicente, Agustín4174. Sáenz Vivancos, Manuel4175. Sáez Crespo, Benita4176. Sáez de Miera, Rodrigo
4177. Sáez de Miera, Teodoro4178. Sáez Díez, Andrés4179. Sáez Fernández, Carlos4180. Sáez Izquierdo, Eugenio4181. Sáez López, José María4182. Sáez Mansilla, Enrique4183. Sáez Moreno, Antonio4184. Sáez Oquina, Mariano4185. Sáez Ruiz, Rogelio4186. Sáez Sáenz, Pilar4187. Sáez Toledo, Manuel4188. Sáez Toribio, Jesús4189. Sáez Vega, Francisco4190. Sagarastizábal Monja, Blanca4191. Sagarastizábal Núñez, Carlos4192. Sagarastizábal Núñez, José
4193. Sagarastizábal Núñez, Juan4194. Sagarra Rivas, Filomena4195. Sagoles Rodrigo, Cecilia4196. Sagrado Corazón, sor Justin4197. Sagrador Martín, Albino4198. Sagrario, sor María del4199. Sagredo Nueda, Juan4200. Sainz Buendía, Pedro4201. Sainz Buendía, Ramiro4202. Sainz Burgués, Celestino4203. Sainz de Baranda, Alvaro4204. Sainz de Baranda, Alvaro4205. Sainz de Baranda, Angel4206. Sainz de Baranda, Esther4207. Sainz de Baranda, Guillermo4208. Sainz de Baranda, Guillermo
4209. Sainz de Baranda, Joaquín4210. Sainz de Baranda, María4211. Sainz de Ibarra, Nieves4212. Sainz de los Terreros4213. Sainz de los Terreros, Luis4214. Sainz de los Terreros, Manuel4215. Saíne de los Terreros, Ramón4216. Sainz del Corral, Joaquín4217. Sainz Esquerra, Alberto4218. Sainz García, Avelino4219. Sainz Ibais4220. Sainz Mansilla, Enrique4221. Sainz Marqués, Pedro4222. Sáinz Marqués, Pedro4223. Sainz Martínez, Ignacio4224. Sainz Nieva, Jesús
4225. Sainz Ortega, Constantino4226. Sainz Pérez, Francisco4227. Sainz Tapia, Esperanza4228. Sainz, Enrique4229. Sáiz Acero, Jesús4230. Sáiz Collar, Laurean4231. Sáiz de la Maza, Lorenzo4232. Sáiz de la Maza, Severino4233. Sáiz del Val, Eustaquio4234. Sáiz García, Evencio4235. Sáiz García, Saturnino4236. Sáiz Gutiérrez, Bernardo4237. Sáiz López, Domingo4238. Sáiz Peña, Avelino4239. Sáiz Pérez, Francisco4240. Sáiz Trosajo, Ambrosio
4241. Sáiz Villena, José4242. Saiza, Mediano4243. Sal Hernández, José4244. Sal Hernández, Julio4245. Sala Yort, Julián4246. Salamanca Arroyo4247. Salamanca Hierro, Antonio4248. Salamanca Hierro, José4249. Salamanca Rilera, Emilio4250. Salamanca, José María4251. Salas Cabarrer, Mariano4252. Salas Cadenas, María4253. Salas García, Enrique4254. Salas González, Javier4255. Salas Jáuregui, Encarnación4256. Salas Panoja, María
4257. Salas París, Francisco4258. Salas Pinto, Elisa4259. Salas Rupérez, Agustín4260. Salas Vaca, Luis4261. Salazar Alonso, Rafael4262. Salazar Alonso, Víctor4263. Salazar Díaz, Pedro4264. Salazar Ortiz, Juan4265. Salazar Ortiz, Luis4266. Salazar Rodríguez, Carmen4267. Salazar Salvador, Alejandro4268. Salazar Tamargo, Antonio4269. Salazar Yeste, Fernando4270. Salcedo Damucias, Ricardo4271. Salcedo Funes, Leopoldo4272. Salcedo González, Isaac
4273. Salcedo López, Cristóbal4274. Salcedo Mayoral, Estefanía4275. Saldaña, Luis4276. Sales Ola, Anacleto4277. Saleta Victoria, Fermín4278. Salgado Azorín, Eduardo4279. Salgado Freire, Valentín4280. Salgado García, María4281. Salgado Peñarredonda, Joaquin4282. Salgado Piñeiro, Marcelino4283. Salgado Salgado, Alberto4284. Salgas Tomos, Francisco4285. Salgo y Ros, Felipe4286. Salgueiro, Agustín4287. Salguero Santos, Angel4288. Salguero, Elisa
4289. Salido Martínez, Juan4290. Salín Álvarez, Francisca4291. Salinas Díez, Francisco4292. Salinas Guirao, Manuel4293. Salinas Hernández, Carlota4294. Salinas Ortega, María4295. Salinas Ramos. Justo4296. Salinas, Donato4297. Salinde, Florentina4298. Salmos Ferrer, Trinidad4299. Salmerón Céspedes, Rosendo4300. Salmerón Martín, Gregorio4301. Salmón Antorín, Federico4302. Salmón Sema, Valerio4303. Salón Mayor, María4304. Salort Olives, Tomás
4305. Salvador de la Ota4306. Salvador Fernández, Perfecto4307. Salvador Río, Nicéforo4308. Salvador Rodríguez, Pablo4309. Salvadores González4310. Salvanés Olivares4311. Salvatierra Peñas, Manuel4312. Salvo Alcaraz, Silvia4313. Salvo y Ros, Felipe4314. Samper Roble, Carlos4315. Sampere, Carmen4316. Samperio Fernández. Emilio4317. Samperio Fernández, Manuel4318. Sampo Cortés. Miguel4319. Sampoi Coronel. Luis4320. San Agustín, Antonio
4321. San Andrés, Bonifacio4322. San Antonio, Jesús4323. San Antonio, Nicolás4324. San Aquilino, Maria4325. San Bartolomé, Manuel4326. San Berdá, José4327. San Bernardo, sor María4328. San Emeterio, Alejandro4329. San Germán, José4330. San Geroteo, Silverio4331. San Gil, Luis4332. San Ginés, Luis4333. San Ginés, Pedro4334. San José, Cecilia4335. San José, Fermín4336. San José. Gabriel
4337. San José, Lino4338. San José, sor Isabel4339. San José, sor María4340. San Juan Escudero. Juan4341. San Juan, Aniceto4342. San Juan. José4343. San Juan, Marcos4344. San Juan, Máximo4345. San Juan, Melchor4346. San Juan, Vicente4347. San Julián, Benigno4348. San Julián, Jacinto4349. San Martin y San Juan, Gregorio
José4350. San Martín, Leonor4351. San Miguel, Eduardo
4352. San Miguel, Gerardo4353. San Miguel, sor Marta4354. San Pedro, Luis4355. San Pedro, sor Casimira4356. San Román Barrios, Joaquín4357. San Román García. Basilio4358. San Román, Jaime4359. San Román, José María4360. San Román, Luis4361. San Reman, Manuel4362. San Román, Micaela4363. San Segundo, Rigoberto4364. San Simón, Luis4365. San Vicente, Marcial4366. Sanabria López, Julián4367. Sanabria López, Victoriano
4368. Sanabria Ordóñez. Angel4369. Sanabria, Antonino4370. Sanees Fernández, José4371. Sánchez Acebo, Juan4372. Sánchez Adán. Jacinto4373. Sánchez Ariza, Florentino4374. Sánchez Arjona, Federico4375. Sánchez Arjona, Fernando4376. Sánchez Arjona, Ignacio4377. Sánchez Arjona, Jesús4378. Sánchez Arjona, Luis4379. Sánchez Arma. Francisco4380. Sánchez Arrajana, Federico4381. Sánchez Arróspedi, Isabel4382. Sánchez Arroyo, Félix4383. Sánchez Bajanca, Jestis
4384. Sánchez Bane, Faustino4385. Sánchez Barbudo, Emilio4386. Sánchez Barragán, Soledad4387. Sánchez Bermejo, Antonio4388. Sánchez Blanco, Juan4389. Sánchez Blanco, Pedro4390. Sánchez Bravo, Alfonso4391. Sánchez Bravo, Francisco4392. Sánchez Bringas, José4393. Sánchez Buendía, Angela4394. Sánchez Bueno, Braulio4395. Sánchez Campos, Emiliano4396. Sánchez Cano, Francisco4397. Sánchez Cantalejo, Salvador4398. Sánchez Carbajal, Arturo4399. Sánchez Caro, Fausto
4400. Sánchez Carrasco, Eduardo4401. Sánchez Casas, Francisco4402. Sánchez Castilla, Carmen4403. Sánchez Castro, Roque4404. Sánchez Cediel, Melitón4405. Sánchez Cezón, Cándido4406. Sánchez Clemente, Mariano4407. Sánchez Cogoyudo, José4408. Sánchez Corral, Mariano4409. Sánchez Cosentini, Anantas4410. Sánchez Cuellas, Enrique4411. Sánchez Cuervo, Luis4412. Sánchez Cuesta, Manuel4413. Sánchez Dafauce. Jesús4414. Sánchez de Castro, Máximo4415. Sánchez de la Higuera, Manuel
4416. Sánchez de la Mata, José4417. Sánchez de la Paz, José4418. Sánchez de Rivero, Rafael4419. Sánchez de Zarca, Marina4420. Sánchez del Arco, Eloy4421. Sánchez del Castillo, Carmen4422. Sánchez del Castillo, José4423. Sánchez del Olmo, Antonio4424. Sánchez del Río, Carlos4425. Sánchez del Valle, Juan4426. Sánchez del Valle, Saturnino4427. Sánchez Díaz, Alberto4428. Sánchez Dfaz, Braulio4429. Sánchez Díaz, Francisco4430. Sánchez Díaz, Serafín4431. Sánchez Diezma, Feliciano
4432. Sánchez Doblado, Alfonso4433. Sánchez Donate, Enrique4434. Sánchez Dorado, Eustasio4435. Sánchez Ejido, Urbano4436. Sánchez Ena, Antonio4437. Sánchez Enciso, Miguel4438. Sánchez Fernández, Baltasar4439. Sánchez Fernández, Genoveva4440. Sánchez Fernández, Jesús4441. Sánchez Fernández, Juan4442. Sánchez Fernández, Julio4443. Sánchez Fernández, Lucía4444. Sánchez Fernández, Marcelino4445. Sánchez Fernández, Pedro4446. Sánchez Ferrero. Ángel4447. Sánchez Flores, Valentii
4448. Sánchez Frías, José4449. Sánchez Frías, Saturnino4450. Sánchez Fuenlabrada, José4451. Sánchez Fuenlabrada, Juan4452. Sánchez Fuentes, Baldomera4453. Sánchez Fuentes, Mauricio4454. Sánchez Fuentes, Valentin4455. Sánchez Fuster, Antonio4456. Sánchez Gabín, Juan4457. Sánchez Gallego, José4458. Sánchez García, Aguada4459. Sánchez García, Andrés4460. Sánchez García, Aurelio4461. Sánchez García, Ceferino4462. Sánchez García, Cirineo4463. Sánchez García, Daniel
4464. Sánchez García Esperanza4465. Sánchez García, Francisca4466. Sánchez García, José4467. Sánchez García, Juan4468. Sánchez García, Luis4469. Sánchez García, Paulino4470. Sánchez García, Segundo4471. Sánchez García, Teodoro4472. Sánchez Garrido, Francisco4473. Sánchez Gastón, Eusebio4474. Sánchez Gómez, Angel4475. Sánchez Gómez, Joaquín4476. Sánchez Gómez, José4477. Sánchez González, Consuelo4478. Sánchez González, Felipe4479. Sánchez González, Paulo
4480. Sánchez González, Pedro4481. Sánchez González, Saturnino4482. Sánchez Gracia, Vicente4483. Sánchez Guardia, Rogelio4484. Sánchez Gutiérrez, Miguel4485. Sánchez Hermosilla, Conrado4486. Sánchez Hernández, José4487. Sánchez Hernández, Máximo4488. Sánchez Hombono, Marcelino4489. Sánchez Huerta, Petra4490. Sánchez Ibiricu, Luis4491. Sánchez Infantes, Manuela4492. Sánchez Isasia, Elvira4493. Sánchez Jara, José4494. Sánchez Jiménez, Laura4495. Sánchez Jiménez, Pablo
4496. Sánchez Jiménez, Roberto4497. Sánchez Juan, Angel4498. Sánchez Juan. Enrique4499. Sánchez Lara, Adolfo4500. Sánchez Lara, Alfonso4501. Sánchez Lazcano, Tomás4502. Sánchez León, 'Amaso4503. Sánchez Linares, Manuel4504. Sánchez López, Alfonso4505. Sánchez López, Antonio4506. Sánchez López, Emilio4507. Sánchez López, Enrique4508. Sánchez López, Francisco4509. Sánchez López, Gerardo4510. Sánchez López, Macario4511. Sánchez López, Tomás
4512. Sánchez Losada, Teodoro4513. Sánchez Madrid, José4514. Sánchez Marabet, César4515. Sánchez Maroto, Simón4516. Sánchez Martín, Benigno4517. Sánchez Martín, Cecilio4518. Sánchez Martín, Dionisio4519. Sánchez Martin, Fermín4520. Sánchez Martín, Lino4521. Sánchez Martínez, Ignacio4522. Sánchez Martínez, Pedro4523. Sánchez Martínez, Rafael4524. Sánchez Martos, Manuel4525. Sánchez Mata, Luis4526. Sánchez Mateo, Fermín4527. Sánchez Mateo, Justiniano
4528. Sánchez Mayáns, María Luisa4529. Sánchez Mayoral, Francisco4530. Sánchez Merino, Publio4531. Sánchez Mesa, Fernando4532. Sánchez Mesa, Vianor4533. Sánchez Mima, Tomás4534. Sánchez Migallo, José4535. Sánchez Molina, Luis4536. Sánchez Montero, Juan4537. Sánchez Montes, Jesús4538. Sánchez Montoya, Luis4539. Sánchez Montoya, Paulino4540. Sánchez Morales, Agustín4541. Sánchez Moreno, Carmen4542. Sánchez Moreno, Jesús4543. Sánchez Moreno, Miguel
4544. Sánchez Moscoso, Gabriel4545. Sánchez Mozo, Pascual4546. Sánchez Muñoz, José4547. Sánchez Muñoz, Juan4548. Sánchez Muñoz, Luis4549. Sánchez Muñoz, Mercedes4550. Sánchez Nieto, Florentino4551. Sánchez Nieto, Jesús4552. Sánchez Nieto, Meofito4553. Sánchez Núñez, Benito4554. Sánchez Nuño, Antonio4555. Sánchez Ocaña, Joaquín4556. Sánchez Olaechea, Daniel4557. Sánchez Olaechea, Pascual4558. Sánchez Orgaz, Julián4559. Sánchez Orozco, Florentino
4560. Sánchez Ortego, Eduardo4561. Sánchez Oviedo, Felipe4562. Sánchez Pacheco, Rosario4563. Sánchez Palacios, Manuel4564. Sánchez Palas, Francisco4565. Sánchez Palencia, Honorio4566. Sánchez Palomeque, Francisco4567. Sánchez Pardo, Felipe4568. Sánchez Pardo, Javier4569. Sánchez Peláez, Manuel4570. Sánchez Peláez, Manuel4571. Sánchez Pereña, Julián4572. Sánchez Pérez, José4573. Sánchez Pérez, Juan4574. Sánchez Pérez, Justo4575. Sánchez Pescador, Clodoaldo
4576. Sánchez Pescador, Eduardo4577. Sánchez Piedra, Gregorio4578. Sánchez Pindado, Nicolasa4579. Sánchez Pindado, Serafín4580. Sánchez Pora, José4581. Sánchez Puertas, Rafael4582. Sánchez Pujarte, sor Dolores4583. Sánchez Quintana, José4584. Sánchez Ramírez, Amós4585. Sánchez Ratero, Antonio4586. Sánchez Reyes, Domingo4587. Sánchez Reyes, José4588. Sánchez Riaño, Gonzalo4589. Sánchez Rico, Eleuterio4590. Sánchez Rivera, Ricardo4591. Sánchez Rivero, Eugenio
4592. Sánchez Rivero, Mariano4593. Sánchez Rodríguez, Alfonso4594. Sánchez Rodríguez, Antonio4595. Sánchez Rodríguez, Bernardo4596. Sánchez Rodríguez, Camilo4597. Sánchez Rodríguez, Francisco4598. Sánchez Rodríguez, Joaquín4599. Sánchez Rodríguez, José4600. Sánchez Rodríguez, Pedro4601. Sánchez Rodríguez, Rafael4602. Sánchez Rojo, Teodosio4603. Sánchez Rosales, José4604. Sánchez Rubiales, Tomás4605. Sánchez Rufián, Manuel4606. Sánchez Sacristán, Rafael4607. Sánchez Sánchez, Alfonso
4608. Sánchez Sánchez, Ángel4609. Sánchez Sánchez, Ángeles4610. Sánchez Sánchez, Antonio4611. Sánchez Sánchez, Aurea4612. Sánchez Sánchez, Ciriaco4613. Sánchez Sánchez, José4614. Sánchez Sánchez, Josefa4615. Sánchez Sánchez, Juan4616. Sánchez Sangar, Camilo4617. Sánchez Santaolalla, Eduardo4618. Sánchez Sanz, Gonzalo4619. Sánchez Sastre, Valerio4620. Sánchez Sevillano, Matías4621. Sánchez Sobajan, Mariano4622. Sánchez Suárez, Juana4623. Sánchez Suárez, Pilar
4624. Sánchez Tacer, Simón4625. Sánchez Tamara, Gregorio4626. Sánchez Tirado, José4627. Sánchez Tobart, Lorenzo4628. Sánchez Torres, Vicente4629. Sánchez Trenado, Rufmo4630. Sánchez Tribaldos, Federico4631. Sánchez Trigo, Miguel4632. Sánchez Valero, Benito4633. Sánchez Valera, José María4634. Sánchez Valladares, Fausto4635. Sánchez Vallejo, Francisco4636. Sánchez Vaquero, Gonzalo4637. Sánchez Vara, Faustino4638. Sánchez Vázquez, Santiago4639. Sánchez Vega, Alfonso
4640. Sánchez Vega, Faustino4641. Sánchez Vilches, Miguel4642. Sánchez Vilorta, Fernando4643. Sánchez Villares, Carmen4644. Sánchez Villoria, Carmen4645. Sánchez Vizcaíno, León4646. Sánchez Yela, Patrocinio4647. Sánchez Zamora, Antonio4648. Sánchez, Agustino4649. Sánchez, Antonio4650. Sánchez, Cecilio4651. Sánchez, Celedonio4652. Sánchez, Ciriaco4653. Sánchez, Domingo4654. Sánchez, Eguilaz4655. Sánchez, Esperanza
4656. Sánchez, Eusebio4657. Sánchez, Eustasio4658. Sánchez, Francisco4659. Sánchez, Hermenegildo4660. Sánchez, Juan4661. Sánchez, Julián4662. Sánchez, Marino4663. Sánchez, Natividad4664. Sánchez, Paulino4665. Sánchez, Ricardo4666. Sánchez, Rodrigo4667. Sánchez, Tomás4668. Sánchez, Victoria4669. Sanchidrián, Dionisio4670. Sanchíz Vergara, Miguel4671. Sancho Cano, Esperanza
4672. Sancho Cleranen, José4673. Sancho García, Aurelio4674. Sancho García, Francisco4675. Sancho Gracia, Francisco4676. Sancho Herrero, Mariano4677. Sancho Martínez, Félix4678. Sancho Núñez, Fermin4679. Sancho Sostrada, Aquilino4680. Sanchor Gracia, Armando4681. Sande Santa Cmz, Benjamín4682. Sandías, Fermin4683. Sandin, Primitivo4684. Sandoval Cascallana, Nicolás4685. Sandoval de la Encina, Venancio4686. Sandria, Iso4687. Sanfeliz Lacoma, Manuel
4688. Sanfrutos Rodríguez, Joaquín4689. Sangar García, Nicolás4690. Sangeroteo Rivero, Silverio4691. Sanginés Balparda, Pedro4692. Sangrador Martín, Albino4693. Sangrador Riesgo, Hilario4694. Sangro López, José4695. Sanjuán Camino, Aniceto4696. Sanjuán Verdú, José4697. Sanjurjo Marchan, Enrique4698. Sanjutjo y Nin, Joaquín4699. Santa Cmz Rovalina, Luisa4700. Santa de González, Juan4701. Santa Julia, sor Lorena4702. Santa Teresa, Valentín4703. Santa Ursula, Angel
4704. Santafé Valdivieso, Luis4705. Santalaguna, Luis4706. Santamaría Alonso, Angel4707. Santamaría Angulo, Emiliano4708. Santamaría Aristizábal, Emeterio4709. Santamaría Benito, Julián4710. Santamaría de Frutos, Adolfo4711. Santamaría del Alba, Alberto4712. Santamaría Diego, Cándido4713. Santamaría Díez, Nemesia4714. Santamaría Frías, Carmen4715. Santamaría Frutos, Adolfo4716. Santamaría González, Antonio4717. Santamaría Izcué, Primitivo4718. Santamaría Landábum; Fernando4719. Santamaría López, Matías
4720. Santamaría Lucarelli, Rafael4721. Santamaría Luis, Concepción4722. Santamaría Maeeo, Cipriano4723. Santamaría Peña, Alfonso4724. Santamaría Rodrigo, Pilar4725. Santamaría Tejedor, Fausto4726. Santamaría, César4727. Santana Fernández, Luis4728. Santana Fernández, Pablo4729. Santana Laguna, Luis4730. Santanell Lázaroz, José4731. Santaso Martínez, Pilar4732. Santiago Alba, Julián4733. Santiago Antón, Valentía4734. Santiago Chamorro, Rafael4735. Santiago Ferrer, Esteban
4736. Santiago Ferrero, Vicente4737. Santiago Garrido. Benito4738. Santiago Gascón, Máximo4739. Santiago Gómez, Mauricio4740. Santiago Lozano. Alfredo4741. Santiago Millón, Francisco4742. Santiago Prada, Inocencio4743. Santiago Puertas, Emilio4744. Santiago Sáez, Antonio4745. Santiago, Fernando4746. Santfas Heredia, Carlos4747. Santigosa Payo, Luis4748. Santigosa Payo, Luis4749. Santillán Benito. Ambrosio4750. Santillán Moreno, Lorenzo4751. Santillano San Juan, Ramón
4752. Santino Pulgueras, Fausto4753. Santísimo Sacramento, Epifanio del4754. Santísimo Sacramento, Paulino del4755. Santísimo Sacramento, sor María
del4756. Santo Alcalde, Julián4757. Santo Domingo, Alfonso4758. Santonja Montero. Emilio4759. Santos Alcalde, Agustín4760. Santos Arango4761. Santos Castelo, Dolores4762. Santos Caviemo, Olegario4763. Santos de las Heras, Francisco4764. Santos Dfez, Enrique4765. Santos Domingo, Martín4766. Santos Figueroa, Isidoro
4767. Santos Francisco, Manuel4768. Santos Gasalla, Mercedes4769. Santos Girón, Pedro4770. Santos Gómez, Miguel4771. Santos Hernández, Florentino4772. Santos Hernández, Fulgencio4773. Santos Hernández, Jesús4774. Santos Hernando. Macario4775. Santos López, Nemesio4776. Santos Martín, Eusebio4777. Santos Medina, Juan4778. Santos Méndez, Carmen4779. Santos Muñoz, María4780. Santos Ortega. Higinio4781. Santos Ortega, José4782. Santos Pena, José
4783. Santos Pérez, Amador4784. Santos Rodríguez, Ismael4785. Santos Santa María, Leocadio4786. Santos Sanz, Victoriano4787. Santos Suárez, Ana María4788. Santos Suárez, Antonia4789. Santos Suárez, Candelaria4790. Santos Suárez, Isabel4791. Santos Suárez, Josefa4792. Santos Suárez, Matilde4793. Santos Talán, Santiago4794. Santos Torres, Esteban4795. Santos, María del Pilar de4796. Sanz Agero, Rodrigo4797. Sanz Álvarez, Mariano4798. Sanz Andrés, Bonifacio
4799. Sanz Antón. Miguel4800. Sanz Arranz, Juan María4801. Sanz Aseguer, Florencio4802. Sanz Barberán, Raimundo4803. Sanz Cabrejas, Federico4804. Sanz Calvo, Luis4805. Sanz Camino, León4806. Sanz de Hoyos, Florencio4807. Sanz de la Torre, Joaquín4808. Sanz de Lucas, Luis4809. Sanz Diéguez, Federico4810. Sanz Domínguez, Manuel4811. Sanz Escobar. Alfredo4812. Sanz Escobar, Manuel4813. Sanz Espinosa, Francisco4814. Sanz García, Celestino
4815. Sanz García, Jerónimo4816. Sanz García, Saturnino4817. Sanz González, Juan4818. Sanz Guirica, Jesús4819. Sanz Gutiérrez, Isidoro4820. Sanz Hernández, Josefa4821. Sanz López, Agustín4822. Sanz López, Enrique4823. Sanz Magullón Dolores4824. Sanz Magullón, Isabel4825. Sanz Marcos, Clemente4826. Sanz Morelia, Josefa4827. Sanz Mosso, Antonio4828. Sanz Odra, Desiderio4829. Sanz Olalla, Eugenio4830. Sanz Olalla, Eugenio
4831. Sanz Parra, Domingo4832. Sanz Pinilla Juan, Antonio4833. Sanz Portal, Ricardo4834. Sanz Redondo, Antonio4835. Sanz Riaza, Patrocinio4836. Sanz Roales, Lope4837. Sanz Rodríguez, Agustín4838. Sanz Rodríguez, Benjamín4839. Sanz Sáez, Inocencio4840. Sanz Sáez, Isidoro4841. Sanz Sánchez, Jacinto4842. Sanz Sanz, Guillermo4843. Sanz Sanz, Saturnino4844. Sanz Toribio, Jesús4845. Sanz Uceda, Croo4846. Sanz Vinagreras. Angel
4847. Sanz Zamarro, Severiano4848. Saquete Vázquez, Antonio4849. Sarabia Pérez, Ángel4850. Sarabia Pérez, Jesús4851. Saracho Memeñe, Emilio4852. Saracho Momeite, Antonio4853. Sarasota Otaegui, María4854. Sarciada Linares, Miguel4855. Sarciada, Francisco4856. Sardá Carrasco. Rafael4857. Sardá Moyet, Benito4858. Sarda Moyer, Luis4859. Sardinero González, Mariano4860. Sardinero Padilla, Justo4861. Sardinero Sánchez, Fernando4862. Sardinero Sánchez, Julián
4863. Sariñana Rodríguez, Juan4864. Sarmentera y Paine, María Luisa4865. Sarmiento Lamén, José4866. Sato Lorite, Manuel4867. Saro Marín. Leopoldo4868. Saro Mathew, Enrique4869. Saro Moreno. Francisco4870. Saro, Francisco4871. Sarta y Sarta, Eugenia4872. Sarria Robert, Carmen4873. Sarrión Sanmartín, Manuel4874. Sarro Pellico, María4875. Sarro Pellico, Soledad4876. Sarrumbe Cansaras, Paulina4877. Sartorius Díaz, Luis4878. Soso Aldaz, Javier
4879. Soso Atdaz, Romualdo4880. Sastaveras, Casiano4881. Sastre Álvarez, José María4882. Sastre Arroyo, María4883. Sastre Barreda, José4884. Sastre Corporales, Ángel4885. Sastre Dor, Pablo Tomás4886. Sastre Hernández, Joaquín4887. Sastre Hernández, José4888. Sastre Herrero, Victoriano4889. Sastre Méndez, Máximo4890. Sastre Postigo, Pedro4891. Sastre San Román, Antonio4892. Sastre Vandell, María4893. Sastrástegui Fernández4894. Sauces Fernández, José
4895. Sauda Cano, Pablo4896. Savalle de Miguel, Gregorio4897. Savirón de Feliá, José María4898. Saz Álvarez, Emeterio4899. Saz Álvarez, Gabriel4900. Saz Álvarez, Telesforo4901. Sebastián Díaz, Jesús4902. Sebastián Igual, Mariano4903. Sebastián. Laura4904. Seco Arribalazaga, Agustín4905. Seco Arroyo, Angel4906. Seco Hervás, Máximo4907. Seco Pradera, Enrique4908. Seco Rodríguez, Antonio4909. Seco Sánchez, Antonio4910. Seco Seco, Eugenio
4911. Sedano Sedano, Enrique4912. Sedano Sedano, Santiago4913. Sedeño de la Torre, Félix4914. Sedró Ortiz, José4915. Sedrón Redondo, Juan4916. Segarra Guillén, Fermín4917. Segarra Ripollés, José4918. Segovia Gómez, Francisco4919. Segovia Martínez, Santiago4920. Segovia Martínez, Wenceslao4921. Segovia Muñoz, Antonio4922. Segovia Muñoz, Luis4923. Segovia Núñez, Julia4924. Segoviano Núñez, Marciano4925. Segoviano Rogero, Joaquín4926. Seguí Boudellauana, María
4927. Segura Arcalla, María4928. Segura Corrochano, Diego4929. Segura Delgado, Angel4930. Segura Delgado, Julián4931. Segura Fernández, María4932. Segura Fernández, Pilar4933. Segura López, Jesús4934. Segura López, José4935. Segura Ortiz, Isidoro4936. Segura Pérez, José4937. Segura Rubiera, Juan4938. Segura Ruiz, Ramón4939. Segura Tárrega, Manuel4940. Segura Tolón, Agustín4941. Segura Torregrosa, Joaquín4942. Segura, Angel
4943. Seijas Barrero, Angel4944. Seijo Peña, José4945. Seisdedos Apellániz, Argimiro4946. Seisdedos. Benito, Gerardo4947. Seisdedos Sánchez, José4948. Seldas Albacete, Justiniano4949. Selfa Adán, Julio4950. Selgas y Tornos, Francisco4951. Sellín Acehedo, Antonia4952. Sembí Ambrilla, José María4953. Sena Camillas, Ramón4954. Sena Hernández, José4955. Senantes de Cela, José4956. Senderos Sáez, Gabino4957. Sendín Navarro Villoslada,
Francisco
4958. Sendín Navarro, Francisco4959. Sendra Delgao, Modesto4960. Senén Monzó, José4961. Señal Lorente, Carlos4962. Señorán Lorene, Carlos4963. Sepúlveda Lozano, Fernando4964. Seragal Calvo, Miguel4965. Serante González, José4966. Serena Gusicarfré, Antonio4967. Serena Gusicarfré, Eduardo4968. Serena Victoria, Balbino4969. Sereña Lirio, Julio4970. Serichol Ibáñez, Enrique4971. Serra Martínez, Eutimio4972. Serna Mora, Mariano4973. Serra Ortega, Teodorico
4974. Serna Rodríguez, Gregorio4975. Serna y Mira, Alfredo4976. Serón Gómez, Francisco4977. Serón Redondo, Juan4978. Serra Andreu, Guillermo4979. SerraBartolomé, Moisés4980. Serra Comellas, Juan4981. Serra Díaz, Rafael4982. Serra Llovía, Sergio4983. Serrano Alguacil, Dolores4984. Serrano Alguacil, Fernando4985. Serrano Alguacila, Manuel4986. Serrano Arce, Félix4987. Serrano Baena, Eduardo4988. Serrano Balmaceda, Secundino4989. Serrano Benavente, Jesús
4990. Serrano Benavides, Simón4991. Serrano Benavides, Simón4992. Serrano Bermejo, Secundino4993. Serrano Biases, Feliciano4994. Serrano Calcerrada, Basilio4995. Serrano Canales, Pedro4996. Serrano Claro, Julián4997. Serrano Corrochano, Antonio4998. Serrano Coruña, Eduardo4999. Serrano de la Mata, María5000. Serrano Encinas, Bonifacio5001. Serrano Escribano, Rafael5002. Serrano Fernández, Leopoldo5003. Serrano Fernández, Segundo5004. Serrano Fontecha, José5005. Serrano Francés, Dionisio
5006. Serrano Gallego, Salvador5007. Serrano García, Alfredo5008. Serrano García, Diego5009. Serrano García, José5010. Serrano Garcia, Manuel5011. Serrano García, Tomás5012. Serrano Guadarrama, Rafael5013. Serrano Gutiérrez, Antonio5014. Serrano Gutiérrez, Gregorio5015. Serrano Horcajuelo, ludir5016. Serrano Iriondo, Olvido5017. Serrano Iriondo, Ricardo5018. Serrano Jiménez, César5019. Serrano Jover, Alfredo5020. Serrano Jover, Gonzalo5021. Serrano López, Alejandro
5022. Serrano López, Emilio5023. Serrano Maestre, Inés5024. Serrano Magro, Alfonso5025. Serrano Manara, Matilde5026. Serrano Marinas, Bernardo5027. Serrano Martín, Nicolás5028. Serrano Millas, Emilio5029. Serrano Millas, Gabriel5030. Serrano Molina, José5031. Serrano Morales, Antonio5032. Serrano Muñoz, Ernesto5033. Serrano Muriel, Soledad5034. Serrano Navarro, Perpetuo5035. Serrano Navarro, Ramón5036. Serrano Navas, Emilia5037. Serrano Palacios. Joaquín
5038. Serrano Pastor, Pedro5039. Serrano Pérez, Alberto5040. Serrano Pérez, José María5041. Serrano Pérez, Luis5042. Serrano Pérez, Severiano5043. Serrano Pradas, Manuel María5044. Serrano Rodríguez, Emilio5045. Serrano Rodríguez. José5046. Serrano Rodríguez, Ruperto5047. Serrano Sáenz de Tejada, Marina5048. Serrano Sánchez, Senén5049. Serrano Sánchez, Tomás5050. Serrano Soignat, Nieves5051. Serrano Soriano, José5052. Serrano Súñer, Fernando5053. Serrano Tirado, Antoliano
5054. Serrano Trujillo, Antonio5055. Serrano Ureña, Juan5056. Serrano Zuarnácar, Ángel5057. Serrano, Amparo5058. Serrano, Francisco, Tomás5059. Senantes González, José5060. Serrate de Cela, José5061. Serrer Martín, José5062. Server Fortuny, Ramón5063. Sesé Martínez, Pedro5064. Sesé Villanueva, Francisco5065. Setién Oliva, José Antonio5066. Setién Urreta, María Luisa5067. Sevilla Arcas, Luisa5068. Sevilla Burriel, José5069. Sevilla Escobar, Casimiro
5070. Sevilla García, José5071. Sevilla Gómez, Antonio5072. Sevilla Manzanedo, Milagros5073. Sevilla Mir, Eugenio5074. Sevilla Pons. Juan5075. Sevilla Revuelta, Máximo5076. Sevilla Sánchez, José5077. Sevillano Consillas, Angel5078. Sevillano Montalbán, Petra5079. Shaw Nation, Enriqueta5080. Sicilia Torrubia, Zacarías5081. Sicilia, Narciso5082. Sicluna Burgos, Enrique5083. Sicluna Rodríguez, Enrique5084. Sicluna Rodríguez, Luis5085. Sierpes Aguirre, Ricardo
5086. Sierra Arnáez, Francisco5087. Sierra Bustamante, Domingo5088. Sierra Cabezas, Fermín5089. Sierra Cabezas, Julio5090. Sierra Cárré, César5091. Sierra de Agüero, Julio5092. Sierra de Silva, Alejandro5093. Sierra Díaz, Germán5094. Sierra Gil, Juan5095. Sierra Martínez, Antonio5096. Sierra Millón, Venancio5097. Sierra Nelor, Cástor5098. Sierra Ocejo, Eloy5099. Sierra Pastrana, Alberto5100. Sierra Pastrana, Alfredo5101. Sierra Sánchez, Abdón
5102. Sierra Sánchez, Emiliano5103. Sierra Sánchez, Julio5104. Sierra Sánchez, Marcos5105. Sierra Suárez, César5106. Sierra Vázquez, Eduardo5107. Sierra Ximénez, Manuel5108. Sierra, Marcas5109. Sigler Padilla, Juan5110. Sigüenza Rodrigálvez, Isabel5111. Siloniz Olarte, José5112. Silva García, Javier5113. Silva González, Porfirio5114. Silva Goyeneche, Luis5115. Silva López, Juan5116. Silva Rivera, Joaquín5117. Silva Soto, Custodio
5118. Silva y Lorenzo, Jorge5119. Silva y Lorenzo, Tomás5120. Silva y Soria, Francisco5121. Silvestre Moya, Miguel5122. Silvestre Ramírez, Francisco5123. Simancas, Félix5124. Simón Aliena, Julio5125. Simón Ceinos, Francisco5126. Simón Cerezo, José5127. Simón Díaz, Víctor5128. Simón Domenech, José5129. Simón Ferrer, Miguel5130. Simón Ferrero, Pedro5131. Simón Perera. Purificación5132. Simón Sánchez, Alfonso5133. Simón Sanz, León
5134. Simón, Juan5135. Siro Solá, Remedios5136. Sirven! Berganza, Juan5137. Sixto, Andrés5138. Sobejano Ladivert, Pedro5139. Sobradillo Ramiro5140. Sobradillo, Alejandro5141. Sobredo Ribot, Luis María5142. Sobrero Cuadrado, Andrés5143. Sobrero, Luis5144. Sobrino Alvarez, Juana5145. Sobrino Mara, Ramón5146. Sobrino Vicente, José Luis5147. Sobrino, Anastasio5148. Sol Felipe, Eugenio5149. Solá Franch, Cecilio
5150. Sola Garriga, Antonio5151. Solá Herranz, Enrique5152. Solá Queralt, José5153. Sola Ruiz, Antonio5154. Solá y Lluvia, Bartolomé5155. Sola, Marina5156. Solache Beúnza, Alfonso5157. Solache Santamaría, Luis5158. Solache Serrano, Luciano5159. Solana San Martín, Rafael5160. Solana Zazo, Buenaventura5161. Solance Beúnza, Alfonso5162. Solano Burrell, Vicente5163. Solano Fernández, Nieves5164. Solano González, Miguel5165. Soldevilla Soler, Enrique
5166. Soler Antonio, Vicente5167. Soler Cabo, Antonio5168. Soler Espiamba, José María5169. Soler Martínez, Juan5170. Soler Ruiz, Antonio5171. Soler Simancas, Alfredo5172. Soler Solar, Manuel5173. Soler, José5174. Solís Fernández, José5175. Solis Miguel, Fernando5176. Solo Zaldívar, Francisco5177. Solo Zaldívar, Isabel5178. Solves, Joaquín5179. Somolinos Cuesta, Federico5180. Somolinos Cuesta, Francisco5181. Somoza Jaén, Dolores
5182. Saña Pérez, Ángel5183. Sopeña Arrueta, Ascensión5184. Soraluce Goñf, Nicolás5185. Soria Álvarez, Alfonso5186. Soria Andrés, Domingo5187. Soria Barderos, Marcos5188. Soria Izquierdo, Manuel5189. Soria Monje, Luis5190. Soria Monje, Mariano5191. Soria Robles, Jesús5192. Soria Viejo, Angelita5193. Soria Viejo, Matilde5194. Soria, José Maria5195. Soriano Castillo, Pilar5196. Soriano Puertas, José5197. Soriano Romero, Manuel
5198. Soriano Rubio, José5199. Sosa Pérez, Julián5200. Sotilla Aznar, Joaquín5201. Sotilla Torres, José5202. Soto Andrés, José5203. Soto Ardoy, Juan Manuel5204. Soto del Rey, Magdalena5205. Soto del Rey, María5206. Soto García, Insolino5207. Soto Laredo, Benito5208. Soto López, Zoilo5209. Soto Mogán, Moisés5210. Soto Montañes, Francisco5211. Soto Montes, Manuel5212. Soto Ortiz, Mariano5213. Soto Pérez, Petra
5214. Soto Reguera, Rafael5215. Soto Sánchez, Mariano5216. Soto Viñas, Ernesto5217. Sotoa Stámer, Gustavo5218. Sotomayor, Sánchez F.5219. Salto Arruti, José Luis5220. Souñán Bonedot, Rafael5221. Sousa de Sousa, Manuel5222. Sousa Isabel, José5223. Sousa Jiménez, Federico5224. Sousa Rodríguez, Luis5225. Souto Peña, Manuela5226. Suarclíaz Caras, Francisco5227. Suárez Álvarez, Lorenzo5228. Suárez Argudin, Gregorio5229. Suárez Blanco, Arturo
5230. Suárez Blanco, Federico5231. Suárez del Coro, Francisco5232. Suárez del Oso, Francisco5233. Suárez del Oso, Nicolás5234. Suárez de Uría, Ignacio5235. Suárez Fernández, Joaquín5236. Suárez Fonseca, Evaristo5237. Suárez Gallego, Josefa5238. Suárez García, Isidro5239. Suárez Juanes, Ricardo5240. Suárez Méndez, José5241. Suárez Ordónez, Timoteo5242. Suárez París, Julia5243. Suárez Sánchez, Nicolás5244. Suárez Suárez, Justino5245. Suárez Valdés, Luis
5246. Suárez Villar, Luis5247. Suárez, José5248. Subeiro Belmonte, Antonio5249. Subirana Pujol, Fernando5250. Suero Fernández, Juan5251. Sónico Peralta, Carlos5252. Sónico, Carlos5253. Suceda Hernández, José5254. Suceda Herrando, José5255. Surquía Valhondo, Federico5256. Susaeta Ochoa, José María5257. Tabernero Hernández, Castro5258. Tabernero Latorre, Ricardo5259. Tabernero Santos, Angel5260. Tafarido Romero, Miguel5261. Talavera Sevilla, Miguel
5262. Talán Gallego, Mariano5263. Tomará Moore, Tomás5264. Tamayo Cerelos, Antonio5265. Tamayo Obregón. María5266. Tapia López. Miguel5267. Tapia Martín, Manuel5268. Tapia Martín, Mariano5269. Tapia Ojembarrena, Alberto5270. Taracido Romero, Manuel5271. Tarazona Escribano, Luis5272. Tarqui Romero, Alfonso5273. Tartaja Gutiérrez, José5274. Tartajo Olgaz, Antonio5275. Tauler Esmenota, Luis5276. Tavira Benito, Juan5277. loba Coba, Miguel
5278. Tejedor Cisneros, Roque5279. Tejedor Coco, Jesús5280. Tejedor Montero, Crecenciano5281. Tejedor Valcárcel, Cesáreo5282. Tejedor, César5283. Tejeiro Montero, Francisco5284. Tejera Bravo, Pablo5285. Tejera de la Peña, Mariano5286. Tejera Escalona, Cayetano5287. Tejero Dalmáu, Manuel5288. Tejero de la Peña, Mariano5289. Tejero del Barrio, Francisco5290. Tejero Espina, Luis5291. Tejido Elliescas, Víctor5292. Téllez González, Mariano5293. Téllez Sotomayor, Carlos
5294. Temprano Vidal, Juan5295. Temprano, Isidoro5296. Tendero Pérez, Mariano5297. Tercero Martínez, Aurelio5298. Tercero Martínez, Sizto5299. Tercero Vicente, Dionisio5300. Terciado Cobo, Victoriano5301. Terol Escribano, Julio5302. Tener, Juan5303. Terroba Ibai, Antonio5304. Terroba Ortiz, Rafael5305. Tevar Jiménez, Ascanio5306. Tevío González, Nicolás5307. Tiedvas Torres, Fernando5308. lija Asensio, Enrique5309. Tineo Martínez, Manuel
5310. Tmtores Orases, Carlos5311. Tirado Román, Antonio5312. Tobalina Bodegas, Fermín5313. Tobarzuela Morales, José María5314. Toca Díaz, Félix5315. Toca Mozo José, Luis5316. Tofinos Gutiérrez, Ismael5317. Toledano Toledano, Vicente5318. Toledo Fernández, José5319. Toledo Gómez, Damián5320. Toledo Guillén, Octavio5321. Toledo López, Guadalupe5322. Tolivar Leñales, Alfonso5323. Tomás Ferrer, Ramón5324. Tomás Laguna, Manuel5325. Tomás López, Manuel
5326. Tomás Luque, Antonio5327. Tomás Valero, Ramón5328. Tomé Pradas, Olegario5329. Toni Sterlint, Rafael5330. Topete Bohigas, Fernando5331. Tapete Boigas, Antonio5332. Toral Puente, Manuel5333. Torés Saldaña. Fernando5334. Tordesillas Sánchez, Natalia5335. Toribio Domínguez, Juan5336. Torio González, Nicolás5337. Tormo Cerviño, Fernando5338. Tornero Barderas, Andrés5339. Tornero Segura, José5340. Torrado Contrat, Femando5341. Torrado Crespo, Eleuterio
5342. Torralba Belinchón, Serafín5343. Torralba Matragán, Francisco5344. Torralbo Marín, Manuel5345. Torre Andrés, Julio5346. Torre de Traviena, Miguel de la5347. Torre Dfaz, Juan5348. Torre Donate, Antonio5349. Torre Galán, Isidoro5350. Torre Galán, Laureano5351. Torre Ibarra, Carlos5352. Torre Vergara, Salvador5353. Torregrosa Maestre, Antonio5354. Torregrosa Mamblona, Gerardo5355. Torrejón Díez, Pascual5356. Torrejón Montero, Alfonso5357. Torrejón Rodriguez, Vicente
5358. Torréns Cos, Juan5359. Torrero González, Fulgencio5360. Torres Acero, Gerardo5361. Turres Acero, Luciano5362. Torres Acero, Manuel5363. Torres Caba, Herminio5364. Torres Canal, Antonio5365. Torres de Rodas, José María5366. Torres Espejo, Vicente5367. Torres Felices, José María5368. Torres García Rived, María5369. Torres Garcia, Manuel5370. Torres López, Juan Manuel5371. Torres Lozano, Guillermo5372. Torres Martín, Julián5373. Torres Martínez, Juan
5374. Torres Martínez, Leandro5375. Torres Monedero, Claudio5376. Torres Morelle, Angel5377. Torres Morelle, Emilio5378. Torres Muñoz, Francisco5379. Torres Muñoz, Guillermo5380. Torres Ossorio, Fernando5381. Torres París, Julio5382. Torres Piíieiro, Manuel5383. Torres Plaza, Fausta5384. Torres Sant, Ana Isidoro5385. Torres Santiago, Antonio5386. Torres Santiago, Diego5387. Torres Torres, Benito5388. Torres Torres, José5389. Torres Torres, Luis
5390. Torres Vázquez, Manuel5391. Torres, Miguel5392. Torrijos Olías, Emilio5393. Torrijos, Balseiro5394. Tortosa Franco, Juan5395. Tosa Galván, Ramón5396. Tosa Silva, José Antonio5397. Tosamos Salazar, Joaquín5398. Toscano Arroyo, Angel5399. Tovar Benaco, Luis5400. Tovar Cabrera, Alejandro5401. Tovar Tovar, Rafael5402. Tovar y Cabrera, Alejandro5403. Tovilanas Barabró5404. Toyos Galarza, Esteban5405. Trapero Caro, Mariano
5406. Trapero Sánchez, Angel5407. Trapieltas Sanz, Fernando5408. Travessi Bibiano, José Luis5409. Travessi Rebatiera, Andrés5410. Treviño López, Miguel5411. Treviño Suárez, Fernando5412. Treviño Suárez, Isabel5413. Triana Arroyo, Enrique5414. Triana Arroyo, Ignacio5415. Triana Arroyo, Ramón5416. Trillo Durán, Juan5417. Trillo Ruiz, Flemón5418. Trillo Ruiz, Joaquín5419. Trinidad Cid, Bernardino5420. Troija Zapata, Miguel5421. Trote Castillo, Francisco
5422. Troyano Troyano, Lorenzo5423. Trocharte Samper, Luis5424. Trujillo González, Ricardo5425. Tudela Bonell, Enrique5426. Tuduri Salas, Antonio5427. Turégano Elvira, Luis5428. Tumor Ruiz, Javier5429. Turret Planas, Irene5430. Tutor Collado, José María5431. Tuyá González, Angel5432. Ubeda Marcís, Manuel5433. Ubeda Nogués, Antonio5434. Ubeda Riaza, Ataúlfo5435. Ubillos Sánchez, Antonio5436. Uceda del Pozo, Pedro5437. Uceda Pastor, Francisco
5438. Udaeta Bemareggi, Francisco5439. Udaeta Cardarlas, Armando5440. Udfas Barcala, Antonio5441. Udías Barcala, José5442. Ugarte Ruiz, Társilo5443. Uliamendi Soavilla, Tomás5444. Uráis Eguián, Adrián5445. Uráis Eguián, Alfonso5446. Uráis Eguián, Angel5447. Urbano Rossi, Eduardo5448. Ureña Arjona, Juan5449. Urdía Estrella, Crisóstomo5450. Ureña Pons, Fernando5451. Ureta Aransáiz, José5452. Ureta y Guiar, Manuel5453. Urién Setién, Julio
5454. Urién Señén, Luis5455. Uriete Martín, Enrique5456. Urosa López, Anastasio5457. Urosa Oiwro, Serapio5458. Urosa Ortiz, Antonio5459. Uroz Elors, Francisco5460. Urquía Redecilla, Juan5461. Urquijo Ladech, Femando5462. Urquijo Losada, Juan Manuel5463. Urquijo Martín, Fernando5464. Urquiola, Emilio5465. Urquiza Morales, Angela5466. Urquiza, Miguel5467. Urrutia Benítez, Manuel5468. Uroñuela Herrero, José5469. Usallán Martín, Eloy
5470. Utrilla Aragón, Matilde5471. Utrilla y Mon, Francisco5472. Uzquiano de Miguel, Eduardo5473. Uzquiano de Miguel, José María5474. Vadillo Alcalde, Florencio5475. Vadillo Alcalde, José Luis5476. Vadillo Cubells, Recaredo5477. Vadillo Pérez, Orentino5478. Val Miguel, Vicente5479. Val Núñez, Jesús del5480. Val Valle, Francisco (y del)5481. Valcárcel Martín, Pedro5482. Valcázar Crespo, Luis5483. Valdaso Pérez, Juan5484. Valdavia, José5485. Valdecárcel Martín, Pedro
5486. Valdemoro Sánchez, Justo5487. Valdeolivas Dolz, Eliseo5488. Valdenlmillos Abril, Anselma5489. Valderrábano Samitier, Eugenio5490. Valderrama Alcaín, Antonio5491. Valderrama Pineda, Antonio5492. Valdés García, Eustasio5493. Valdés Hevia Martín Escalera,
Fernando5494. Valdés Hevia Sánchez, Miguel5495. Valdés Hevia, Faustino5496. Valdés Martínez de Finillos,
Ramón5497. Valdés Muñoz, Francisco5498. Valdés Sáez de Tejada, José María5499. Valdivia García Borrón, José
5500. Valdivielso Almendros, Alberto5501. Valencia Janices, Benigno5502. Valencia López, Germán5503. Valenón de Santa Teresa5504. Valenón Gamazo, Marcelino5505. Valenón, José Antonio5506. Valentin Gamuza, Marcelino5507. Valentin, Francisco Javier5508. Valenzuela Horques, Fernando5509. Valenzuela Urzaiz, Ignacio5510. Valera Alonso, Augusto5511. Valera Halcón, sor Carmen5512. Valero Gómez, Eusebio5513. Valero Lorenzo, Isaac5514. Valero Martín, Revocada5515. Valero Martínez, María
5516. Valero Sánchez, Antonio5517. Valera Sánchez, Federico5518. Valero Tallo, Juan Antonio5519. Vales Álvarez, Luis5520. Vales Gómez, Luis5521. Valla Fuente, Julio de la5522. Valiente Trigueros, José María5523. Valilla García, Olegario5524. Valmaseda Núñez, José5525. Valsalobre Medran, Clementine5526. Valverde Cano, Luis5527. Valverde San Juan, Juan5528. Valladares Rodríguez, León5529. Vaharina Iraola, Nicolás (y de)5530. Valle Carlos Roca, Agustín del5531. Valle Colmenares, Juan José
5532. Valle Colmenares, Manuel5533. Valle Gómez, Ignacio del5534. Valle Gómez, Luis del5535. Valle Morales, Pedro del5536. Valle (Moro, Francisco del5537. Valle Ortega, José5538. Valle Pérez, Asunción del5539. Valle Ros, del5540. Valle Ros, Vicente del5541. Valle Serrano, Antonio del5542. Valle, Máximo5543. Valladar Querol, María del Pilar5544. Valladar Querol, María Luisa5545. Vallejo Guijarro, Juan5546. Vallejo Orozco, Gabriel5547. Vallejo Peralta, Gonzalo
5548. Vallejo Rodríguez, Manuel5549. Vallejo Rodriguez, Matías5550. Vallespín Zayas, Ramón5551. Vallieza Redondo, Manuel5552. Valls, Pedro5553. Vaquera Palacios, Francisco5554. Vaquero Álvarez, Ovidio5555. Vaquero Martín, Luis5556. Vara Álvarez, Manuel5557. Vara de Rey Izarduy, Alfredo5558. Vara de Rey Izarduy, Joaquín5559. Vara de Rey Izarduy, José Luis5560. Vara Herreros, Julián5561. Vara Ojeda, Gonzalo5562. Varea Pineda, losé de5563. Varela Fernández, Faustino
5564. Varela López, Sebastián5565. Varela Montenegro, José María5566. Varela, Antonio5567. Varga Delgado, Pedro de la5568. Vargas Zúñiga Velarde, Miguel5569. Varo Reina, Francisco5570. Varón, Francisco5571. Varona Maestre, Atilano5572. Varona Sáiz, Felipe5573. Vassallo Fernández, Federico5574. Vayete, Angel de5575. Vázquez Armero, Juan5576. Vázquez Asensio, Segundo5577. Vázquez Fernández, Antonio5578. Vázquez Fernández, Victoria5579. Vázquez Hernández, Antonio, Luis
5580. Vázquez Lázaro, Pablo5581. Vázquez López, Jacinto5582. Vázquez Núñez, Guillermo Merced5583. Vázquez Odiando, José Ignacio5584. Vázquez Pinta, Guillermo de la5585. Vázquez Quintián, Nazario5586. Vázquez Rueda, Pedro5587. Vázquez Serrano, Eduardo5588. Vázquez Vitoria, Justo de5589. Vázquez, Pedro5590. Vázquez, Ruperta5591. Veces Roig, Manuel5592. Vecino Torre, Rafael de5593. Vega Cabomero, Manuel de la5594. Vega Cerezo, Francisco5595. Vega Cerezo, Manuel
5596. Vega Domínguez, Cecilia5597. Vega García Barroso, José5598. Vega García, Antonio5599. Vega Jiménez, Dolores de la5600. Vega López, Fausto de la5601. Vega López, Julio de la5602. Vega López, Manuel de la5603. Vega Pérez, losé5604. Vega Riaño, José5605. Vega Rodriguez, Alfonso de la5606. Vega Salmerón, Enrique5607. Vega Tobares, Manuel5608. Vega Torre, Miguel de la5609. Vega Tudela, Rafael de la5610. Vega y de la Hoz, Isabel de5611. Vegas González, Solero
5612. Vegas Martín. Francisco5613. Vegas Pérez, Luis5614. Velar Lorene, Martín5615. Velasco Aroca, José Luis5616. Velasco Blanco. Antonio5617. Velasco Blanco, Antonio5618. Velasco Carrasco, Femando5619. Velasco Casanueva, Casimiro5620. Velasco Contreras, Víctor5621. Velasco Díaz, José5622. Velasco Esterlich, Teodoro5623. Velasco Humanes, José5624. Velasco López, Atanasio5625. Velasco Martínez, Gregorio5626. Velasco Martínez, Valentín5627. Velasco Nieto, Ignacio de
5628. Velasco Nieto, Juan5629. Velasco Nieto, Luis5630. Velasco Pacheco de Padilla, Rafael5631. Velasco Peña, Víctor5632. Velasco Sanz de Frutos, Francisco5633. Velasco Solillos, Alfredo5634. Velasco Velasco, Benigno5635. Velasco Velasco, Benito5636. Velasco, Víctor5637. Velascoain Iraragorri, Gil5638. Velázquez Calleja, Julián5639. Velázquez Guerra, José5640. Velázquez Padilla, Nicolás5641. Velázquez Serrano, Felipe5642. Velázquez Serrano, Félix5643. Velázquez Tilez, José
5644. Velázquez Zuazo, José5645. Vélez Tormo, Sixto5646. Vallando Vicent, Gonzalo5647. Vellida, Agustín5648. Ventura Balañá, Luis5649. Vera Carrasco, Francisco5650. Vera Herrero, Julián5651. Veramendi Palacios, José5652. Verde Verde, Plácido5653. Verdes Rodríguez, Ángel5654. Verdugo, José5655. Vergara Francisco, Lorenzo de5656. Vergara Rodríguez, Ricardo5657. Vergara Serrano, Lorenzo5658. Vergareche larrañaga, Juan5659. Vernalte Moro, Alfonso
5660. Vicente Aranda, José5661. Vicente García, Marcos5662. Vicente Morales, Hermógenes5663. Vicente Rodríguez, Matías5664. Vicente Velasco, Antonino5665. Vicente Vicente, Alberto5666. Vicente, Leocadia5667. Vicario Vargas, Mariano5668. Victoria Maruri, José de5669. Victoria Sánchez, Beatriz5670. Victorino, Díaz5671. Vichel Liesefed, Alfonso5672. Vidal Díaz (y), Antonio5673. Vidal Díaz (y). Bernardo5674. Vidal Díaz (y), Ramón5675. Vidal Díaz, Antonio
5676. Vidal Díaz. Bernardo5677. Vidal Ernesto, Ramiro5678. Vidal Gomara, Luis5679. Vidal Gutiérrez, Luis5680. Vidaurrazaga, Luis5681. Vidriales Estévez, Joaquín5682. Vigo Alamiosa, José5683. Vilades Abadía, Eduardo5684. Viladiego Román. Faustino5685. Vilaseca Casals, Ramón5686. Vilaseca Mayoral, Ramón5687. Vilches Becerra, Antonio5688. Vilches Sánchez. Andrés5689. Vilchez Suárez, Andrés5690. Villa Sardinero, Eusebio5691. Villa Villa (y), Clementine de la
5692. Villa, Eduardo5693. Villabella Rodriguez, Andrés5694. Villacañas López, Julio5695. Villad Carpintero, Ángel5696. Villafranca García, Enrique5697. Villagarcfa Toledano, Fernando5698. Villagrasa Calderón, Emilio5699. Villagrasa Villagrasa, Manuel5700. Villalba Aguirre, Bernardo5701. Villalba Díez, Federico5702. Villalobos Ballesteros, Heriberto5703. Villalobos Villalobos, José5704. Villamarín Fernández5705. Villamarín Fernández Rodríguez,
Luis5706. Villamizar, Primitivo de
5707. Villamora Pablo, Guillermo5708. Villanova Tormo, José Sales5709. Villanueva González, Silvano5710. Villanueva Igual, Faustino5711. Villanueva Navarro, Francisco5712. Villanueva Tormo, José5713. Villanueva, Antolín5714. Villanueva, Faustino5715. Villar Gutiérrez, Luis5716. Villar López, Toribio5717. Villar Fin, José5718. Villar Plasencia, Alejandro5719. Villarfas Llano, Emilio5720. Villarrasa Triviño, Antonio5721. Villarroel Villarroel, Balbino5722. Villarrubia Arellano, Agustín
5723. Villarrubia Díaz Maroto, Vidal5724. Villarubia, marqués de5725. Villate, viuda de5726. Villaverde Lafuente, Marcia5727. Villaverde Zamorano, Gonzalo5728. Villaverde, Jesús5729. Villegas Bert, Ana Carlos5730. Villegas Escudero, Rafael Lucio5731. Villegas García, Miguel5732. Villegas Montesinos, Rafael5733. Villén González, Alfonso5734. Villén Roldán, Alfonso5735. Villota Crespo, Luis5736. Villota Martínez, Enrique5737. Vinader Soler, Rafael5738. Vinardell Palau, Santiago
5739. Vindel Hernández, Luis5740. Viniegra Arejula, Juan5741. Vinuesa Muñoz, Emiliano5742. Viñas Rodríguez, José5743. Vnegla García de las Bayonas,
Antonio5744. Vinuela, Luis Daniel5745. Viruelas Sánchei, Antonio5746. huelas Sanhezmil Ricardín, Luis5747. Virt Renaers, René5748. Vischer Liesefer, Alfonso5749. Viudas Zarza, Antonio5750. Vives y Misse (y), Casta Teresa5751. Volivar Hernando, Sebastián5752. Voyer Cantalapiedra, Carlos5753. Voyer Méndez, César
5754. Voyer Ruano, Enrique5755. Voyer Ruiz, Enrique5756. Vuelta Álvarez, Segundo5757. Xifra Díaz, Julio5758. Ximénez de Enciso Campo, Juan5759. Yagüe Navarro, Rafael5760. Yagüe Rodríguez, Concepción5761. Yagüe Segovia, Mariano5762. Yalta Pérez de la Cuesta, César5763. Yanguas Redondo, Mariano5764. Yáñez Albert, Francisco5765. Yáñez Albert, Julio5766. Yáñez Albert. Luis5767. Yáñez Espejo. Joaquín5768. Yébenes García, Jesús5769. Yela Ruiz, Alfonso
5770. Yela Tejedor, Francisco5771. Yelbes Muñoz, Arsenio5772. Yapes Ramírez, Bernardo5773. Yerán Ayllón, Francisco5774. Yerón Ortiz. José5775. Yuste Fernández, Nicolás5776. Yustos Merino, Eugenio5777. Zabala Castro, Juan Manuel5778. Zabala Franco, Francisco5779. Zabalos Martínez, José5780. Zaldlbar Martín, Pascual5781. Zamarra Agustina, Francisco5782. Zamorano Béjar, Fernando5783. Zamorano del Pilar, Emilio5784. Zamorano Páramo, Jesós5785. Zapatero Llorente, Félix
5786. Zaracondiqui, Jesús5787. Zarandona Villela, Francisco5788. Zárate Milán, lenaro5789. Zarca Fernández, Teófdo5790. Zardoya González, Alfonso5791. Zarza Tejedor, Félix5792. Zarzalejos Crespo, Ignacio5793. Zazo Ochoa, Dolores5794. Zazo Ochoa, Francisco5795. Zazo Sánchez, Ángel5796. Zoffo Encabo, Manuel5797. Zorera Muñiz, Leoncio5798. Zubia Marill, Eugenio5799. Zubiaga, Francisco5800. Zubillaga Reillo, Francisco5801. Zuluaga Mojado, Vicente
5802. Zulueta, Manuel5803. Zurita Cabañas, Amor5804. Zurita Sánchez, Andrés5805. Zurita Sánchez, Teófrlo5806. Zurnaga e Imaz, Francisco5807. Zurro Álvarez, Arturo5808. Zuzuárregui Sotto, José Maria
IMÁGENES
Ángel Galarza Gago,dirigente republicano yministro del Interior del
Frente Popular. fue uno delos impulsores y
organizadores de laschecas de Madrid.
Los diputados socialistasAlmoneda, Anastasio de
Gracia, Bugida y Alvar conel dirigente García Atadelly un grupo de milicianosque trabajaron bajo sudirección. Fotografía
publicada en Crónica el 13de septiembre de 1936
Tumba en Boadilla delMonte donde fueron
enterradas 50 víctimas delas checa de Fomento,
asesinados el 31 de octubrede 1936.
Orden de la checa de
Fomento para la entrega asus agentes de varios
detenidos queposteriormente serían
asesinados.
La iglesia madrileña del
Carmen, profanada por unamilicia anarquista.
Decreto del gobiernorepublicano prohibiendo el
culto religioso.
Cédula de admisión en laprisión celular admitidapor al Dirección General
de Seguridad.
Dolores y ConcepciónAguiar Mella y Díaz,
hermanas del vice-cónsulde Uruguay en Madrid,asesinadas por el Frente
Popular el 20 deseptiembre de 1936.
Melquiades Álvarez,presidente del Congreso de
los Diputados en 1923 yfundador del Partido
Reformista. Fue asesinadoen la cárcel Modelo de
Madrid.
Enrique Saco Pradera,víctima del terror del
Frente Popular de Madrid..
Pedro Abella, asesinado enMadrid por el Frente
Popular.
Documento del ComitéProvincial de Investigación
Pública fechado enseptiembre de 1936
Documento quecorresponde a la
pretendida orden delibertad de numerosos
prisioneros queposteriormente fueron
asesinados colectivamenteal salir de la cárcel.
La presente orden deliberación es en realidaduna orden de asesinato. el
Magistrado Aldecoaentregaba al detenido por
orden del ComitéProvincial de Investigación
Pública.
Parodia de una bodacatólica que apareció
publicada en la prensa deMadrid.
Detalle de una tumbaabierta en Boadilla del
Monte donde seencontraron los restos delos hermanos del asilo de
San Juan de Diosasesinados por una milicia
marxista.
Estado en el que seencontraba la catedral deSan Isidro de Madrid tras
su destrucción por parte detropas del Frente Popular.
Cuerpos de dos víctimas de«Túnel de la muerte» en
Usera, durante suexhumación.
Manual ruso de torturasutilizado por las Chekas.
Enrique Líster, uno de loscomandantes del
denominado EjércitoPopular, responsable de
numerosos asesinatos en elfrente de Madrid.
Comité establecido en unade las salas del palacio de
Justicia de madrid.
Miting público del FrentePopular en Madrid.
Saqueo sacrílego de unamilicia republicana en una
iglesia de Madrid.
CÉSAR VIDAL MANZANARES(Madrid, 1958) es doctor en historia,filosofía y teología, así como licenciadoen derecho. Ha enseñado en distintasuniversidades de Europa y América, yes miembro de prestigiosas institucionesacadémicas, como la American Societyof Oriental Research o el OrientalInstitute de Chicago. Actualmentecolabora en distintos medios decomunicación como La Razón, LibertadDigital, Chesterton y Muy Interesante. Esautor de más de un centenar de libros,que habitualmente se sitúan en losprimeros puestos de las listas de los más
vendidos y que han sido traducidos amedia docena de lenguas. Entre suspremios literarios destacan el de laCrítica «Ciudad de Cartagena» a lamejor novela histórica del año 2000, elpremio Las Luces de Biografía 2002, elpremio de Espiritualidad 2004, elpremio Jaén 2004, el IV Premio deNovela Ciudad de Torrevieja (2005), elde novela histórica Alfonso X el Sabio2005 y el Algaba 2006 de biografía. Suséxitos literarios son numerosos, y pocosautores han logrado ventas tan altas detantos títulos simultáneamente. Entre susobras más recientes destacan Losmasones (2004), Paracuellos-Katyn
(2005), Bienvenidos a La Linterna(2005) y Jesús y Judas (2007), y lasnovelas históricas El médico de Sefarad(2004), El médico del Sultán (2005),Los hijos de la luz (2005), Artorius(2006) y El judío errante (2008).
Notas
[1] La bibliografía sobre la revoluciónrusa es muy extensa. De entre las obrasgenerales, las dos más notables son, anuestro juicio, O. Figes, La revoluciónrusa (1891-1924), Barcelona, 2000(traducción de César Vidal) y R. Pipes,The Russian Revolution, Nueva York,1990. Dos enfoques más breves puedenhallarse en C. Vidal, La ocasiónperdida, Barcelona, 1997 y R. Pipes,The «Whys» of the Russian Revolution,Nueva York, 1995. De especial interésresulta también V. N. Broukin, Behindthe Front lines of the Civil War,
Princeton, 1994. <<
[2] Documents of the PG, III, p. 1452 yss. <<
[3] Hay varias ediciones españolas deesta obra esencial del leninismo. Laoficial, sin embargo, era la realizada porla Editorial Progreso que apareceincluida, por ejemplo, en Lenin, Obrasescogidas, Moscú, varias ediciones. <<
[4] Documents of the PG, p. 1670 y ss.<<
[5] Relatos directos sobre el golpebolchevique de octubre de 1917, véase:Kérensky, Memorias, Barcelona, 1967,p. 451 y ss.; L. Trotsky, Mi vida, Bogotá,1979, p. 241 y ss.; Ídem, Historia de larevolución rusa, París, 1972, vol. 3, p.187 y ss. <<
[6] En Petrogrado, por ejemplo, loseseristas los superaron en estas mismaselecciones pero, a su vez, losbolcheviques obtuvieron más votos quelos cadetes y los mencheviques. <<
[7] S. Oldenbourg (de), Le Coup d’EtatBolchévique, París, 1929, p. 70. <<
[8] Un testimonio muy interesante sobrela confianza del gobierno en S. P.Melgunov, Kak Bolsheviki ZajavatiliVlast, París, 1953, p. 48 y ss. <<
[9] L. Trotsky, Uroki Oktyabrya, p. 43.<<
[10] En realidad, Kérensky habíamarchado al frente en un automóvilamericano prestado para intentar reuniralgunas tropas leales con las que detenerel golpe. Sin embargo, el hábil engañode los bolcheviques había dado unosresultados que excluyeron de raíz lasposibilidades de éxito. <<
[11] Reproducido en C. Vidal, Laocasión perdida, Barcelona, 1997, p.211 y ss. <<
[12] Reproducido en Ídem, Íbidem, p.213 y ss. <<
[13] Sobre la Asamblea Constituyente,véase: M. Vishniak, VserossiskoyeUchreditelnoye Sobraniye, París, 1932.<<
[14] Lenin, Sochinenia, Moscú, variasediciones, t. 30, pp. 230-251. <<
[15] Entre ellos se encontraban NikolaiAvxentiev, presidente del soviet panrusode diputados de los campesinos, AndreiArgunov, Alexandr Gukovsky o PitirimSorokin. No resulta extraño que a lavista de aquellos acontecimientos unnúmero nada despreciable de dirigentessocialistas optara por ocultarse paraevitar la detención. <<
[16] Reproducido en C. Vidal, Laocasión perdida, Barcelona, 1997, p.216 y ss. Un estudio sobre este texto enC. Vidal, Los textos que cambiaron laHistoria, Barcelona, 1998, p. 397 y ss.<<
[17] D. Shub, Lenin, Madrid, 1977, p.436. <<
[18] Sobre este episodio, véase: J.Degras, Soviet Documents on ForeignPolicy, 1917-1941, 3 vols, Nueva York,1951-1953; L. Fischer, The Soviets inWorld Affairs, 1917-1929, Princeton,1951; G. F. Kennan, Soviet ForeignPolicy, 1917-1941, Princeton, 1960; L.Trotsky, Mi vida, p. 279 y ss. <<
[19] J. S. Curtiss, The RussianRevolutions of 1917, Malabar, 1982, p.101. <<
[20] La literatura sobre el terrorbolchevique es muy extensa. Puedeconsultarse: J. Baynac, El terror bajoLenin, Barcelona, 1978; B. Levytsky,The Uses of Terror. The Soviet SecretPolice, 1917-1920, Nueva York, 1972;L. Shapiro, The Origins of theCommunist Autocracy, Cambridge,Mass, 1955; A. Soljenitsyn,Archipiélago Gulag, Barcelona, 1975.<<
[21] Sobre la Cheka véase: G. Leggett,The Cheka. Lenin’s Political Police,Oxford, 1981; y J. J. Dziak, Chekisty,Lexington, 1988. <<
[22] Adoratsky, Vospominaya o Lenine,Moscú, 1939, p. 66 y ss. <<
[23] L. Trotsky, Terrorismo y comunismo,Madrid, 1977. <<
[24] Trotsky, Lenin, p. 101 y ss. <<
[25] La cursiva es del autor. <<
[26] Zubov, Dzerzhinsky, Moscú, 1933,p. 9 y ss. y p. 49 y ss. <<
[27] A. Z. Okorokov, Oktiabr’ i krajrusskoi burzhuazhnoi pressy («Octubrey el fracaso de la prensa burguesarusa»), Moscú, 1971; V. N. Brovkin, TheMensheviks after October, Londres,Cornell University Press, 1987. <<
[28] G. A. Bielov, Iz istoriiVsierossiiskoi ChrezvyachainoiKomjsii, 19171921, Moscú, 1958, p. 67.<<
[29] G. Leggett, ob. cit., Oxford, 1981, p.7. <<
[30] Lenin i VchK: Sbornik dokumentov(«Lenin y la Checa: recopilación dedocumentos»). Moscú, 1975, pp. 36-37;texto completo, GARF, Archivosestatales de la federación rusa130/2/134/ 26-27. <<
[31] V. I. Lenin, Polnoe sobraniesochinenii, Moscú, 1958-1966, vol.XXXV,
p. 311. <<
[32] Estos expedientes puedenconsultarse en el GARF («ArchivosEstatales de la Federación Rusa»),fondos denominados «Archivos dePraga», legajos 1 a 195. Para la épocaen cuestión, legajos 8, 2 y 27. <<
[33] P. G. Sofinov, Ocherki Istoriivserossiskoi chezvychainoi komissii(«Historia de la Comisión panrusaextraordinaria»), Moscú, 1960, pp. 43-44; G. Leggett, ob. cit., p. 35 <<
[34] V. Brovkin, ob. cit., pp. 220-225. <<
[35] La primera condena a muerte legal,pronunciada por un tribunalrevolucionario, tuvo lugar el 21 de juniode 1918: el almirante Chastny fue elprimer «contrarrevolucionario» fusilado«legalmente». Con todo, la Checa no sesometería a ningún tipo de control a lahora de exterminar a los queconsideraba adversarios. <<
[36] GARF («Archivos Estatales de laFederación rusa»), 130/2/98a/26-32. <<
[37] V. I. Lenin, Polnoie sobraniesochinenii («Obras completas»), vol. L,p. 142. <<
[38] CRCEDHC, 76/3/22. <<
[39] V. I. Lenin, Polnoie sobraniesochinenii («Obras completas»), vol. L,p. 143. <<
[40] CRCEDHC, 76/3/22/3. <<
[41] R. Abramovich, The SovietRevolution, 1917-1939, Londres, 1962,p. 312. <<
[42] Severnaya Kommuna, n.° 109, 19 deseptiembre de 1918, p. 2, citado en G.Leggett, ob. cit., p. 114. <<
[43] M. I. Latsis, Dva goda borby navnutrennom froptie, Moscú, 1920, p. 25.<<
[44] Vlast’Sovetov («El poder de lossoviets»), 1992, n.os 1-2, p. 41; L. D.Gerson, The Secret Police in Lenin’sRussia, Filadelfia, 1976, p. 149 y ss.; G.Leggett, ob. cit., p. 178; GARF,393/89/18; 393/89/296. <<
[45] Ver en el cuadernillo de fotos lareproducción de esa parte del manual dela Checa. <<
[46] Acerca de la guerra civil rusa,véase: D. Footman, Civil War in Russia,Nueva York, 1961; R. Luckett, TheWhite Generals, Nueva York, 1987; W.G. Rosenberg, A. I. Denikin and theAnti-Bolshevik Movement in SouthRussia, Amherst, 1961; G. Stewart, TheWhite Armies of Russia, Nueva York,1933. <<
[47] V. Maksakov y A. Turunov, Jronikagrazhdanskoi voiny v Sibiri, 1917-1918, Moscú, 1926, p. 52 y ss. <<
[48] A. M. Spirin, Klassy i partii vgrazhdanskii voine v Rossii, Moscú,1968, p. 420 y ss. <<
[49] Al respecto, remitimos a nuestroanálisis previo en C. Vidal; La ocasiónperdida, Barcelona, 1997, p. 150 y ss.<<
[50] El estudio esencial sobre este temaes el de A. G. Kavtaradze, Voennyespetsialisty na sluzhbe RespublikiSovietov, 1917-1920 g, Moscú, 1988.<<
[51] Ídem, p. 210. <<
[52] Reproducido en C. Vidal, Laocasión perdida, Barcelona, 1997, p.225. <<
[53] ARR, 18, 1926, pp. 270-1. <<
[54] Iu. I. Korablev, RevvoensovietRespubliki, Moscú, 1991, p. 48 y ss. <<
[55] Este tipo de actuaciones no tuvoparalelo en los ejércitos blancos. Dehecho, los desertores del Ejército Rojose sorprendían de la escasa disciplinaque existía en éstos. E. Mawdsley, TheRussian Civil War, Boston, 1987, p.181. <<
[56] G. Krivosheev (ed.), Grifsekretnosti sniat, Moscú, 1993, p. 54.<<
[57] En 127 000 los ha calculado B.Ts.Urlanis, Voina i narodonaselenieEvropy, Moscú, 1960, p. 185 y ss. <<
[58] Iu. A. Poliakov, Sovietskaya stranaposle okonchaniia grazhdanskoi voiny,Moscú, 1986, p. 113. <<
[59] Es la dada por Orlando Figes enPast and Present, n.° 129, noviembre de1990, p. 172. <<
[60] Poliakov, ob. cit., p. 119. <<
[61] Sobre el tema de gaseamiento deciviles, véase: C. Vidal, Nuevosenigmas históricos al descubierto,Barcelona, 2003. <<
[62] En un sentido similar, con profusiónde datos sociales y económicos, véase:David R. Ringrose, España 1700-1900:el mito del fracaso, Madrid, 1996.También de interés sobre aspectosespecialmente económicos es la obra deJosé Luis García Delgado, Lamodernización económica en la Españade Alfonso XIII, Madrid, 2002. <<
[63] Véase M. García Venero, Historiadel nacionalismo catalán, Madrid,1944; J. Pabón, Cambó, Barcelona,1969; J. B. Cullá i Clara, Elcatalanisme d’Esquerra, Barcelona,1977. <<
[64] Sobre el PNV, véase: J. A. Aguirre,Entre la libertad y la revolución, 1930-1935, Bilbao, 1935; F. García deCortázar y J. M. Azcona, Elnacionalismo vasco, Madrid, 1991; J.C. Larronde, El nacionalismo vasco,San Sebastián, 1977; J. CorcueraAtienza, Orígenes, ideología yorganización del nacionalismo vasco,Madrid, 1979; M. Elizondo, SabinoArana, padre de las nacionalidades,Bilbao, 1981. <<
[65] Sobre los republicanos, véase: O.Ruiz Manjón, El partido republicanoradical, 1908-1936, Madrid, 1976; A.Lerroux, La pequeña historia, BuenosAires, 1945. <<
[66] Sobre el anarquismo, véase: M.Tuñón de Lara, El movimiento obrero enla historia de España, Madrid, 1972; A.Balcells, Trabajo industrial yorganización obrera en la Cataluñacontemporánea, 1900-1936, Barcelona,1974; J. Maurice, L’anarchismeespagnol, París, 1973; A. Rosado,Tierra y libertad, Barcelona, 1979. <<
[67] Sobre el socialismo, véase: C. Vidaly A. Padilla, Pablo Iglesias, Barcelona,2003; F. Largo Caballero, Misrecuerdos, México, 1954; I. Prieto, Demi vida, México, 1968. <<
[68] Al respecto, puede verse: C. Vidal yA. Padilla, Pablo Iglesias, Barcelona,2003 y M. T. Martínez de Sas, Elsocialismo y la España oficial, Oviedo,1975, p. 47 y ss. <<
[69] Diario de Sesiones de las Cortes, 21de diciembre de 1910. <<
[70] C. Seco Serrano, «España en laEdad Contemporánea» en J. R. Salis,Historia del Mundo Contemporáneo,Madrid, 1966, p. 526. <<
[71] Sobre la Segunda República, véase:J. Arrarás, Historia de la II Repúblicaespañola, Madrid, 1963-68; M. Azaña,Memorias políticas y de guerra,Barcelona, 1978; A. Balcells, Crisiseconómica y agitación social enCataluña, 1930-1936, Barcelona, 1971;J. Bécarud, La II República española,Madrid, 1967; G. Brenan, El laberintoespañol, Esplugues, 1984; J. M. Gil-Robles, No fue posible la paz,Barcelona, 1968; G. Jackson, TheSpanish Republic and the Civil War,Princeton, 1965; P. Preston, La
destrucción de la democracia enEspaña, Madrid, 1979; M. Tuñón deLara, La II República, Madrid, 1976.<<
[72] N. Alcalá Zamora, Los defectos dela Constitución de 1931, p. 14. <<
[73] Ibídem, p. 46. <<
[74] Ibídem, p. 50. <<
[75] Al respecto, véase: C. Vidal,Durruti. La furia libertaria, Madrid,1996, p. 131 y ss. <<
[76] Según el anarquista Ángel Pestaña,Leviatán, Madrid, 1934, n.° 1, p. 62, deabril de 1931 a junio de 1932 la CNTexpidió 1 200 000 carnets de los que,como mínimo, un millón era nuevosafiliados. <<
[77] Así quedaría establecido en el cursode un proceso con jurado y acabaríateniendo consecuencias queexaminaremos más adelante. Vid: p. 97 yss. <<
[78] Se ha discutido repetidamente ladirección en que se decantó el votofemenino. Ciertamente, no puede negarseque, en buena medida, se dirigió hacialas derechas impulsado por la influenciaclerical y el temor inspirado por éstahacia normas como la Ley del Divorcio.Con todo, tal desplazamiento no fueuniforme. Así en Madrid (con más del52 por ciento de mujeres en el censoelectoral) se produjo un triunfosocialista. Más significativo resulta elhecho de que el derecho de sufragioconcedido a las mujeres viniera
impulsado desde el partido radical —que pertenecía al centro derecha— yaque el PSOE y los republicanos deizquierdas temían que las mujeres,influidas por el clero, votaran a favor delas derechas. <<
[79] Esto se tradujo en 204 escaños paralas derechas, 168 para el centro(incluida la Lliga) y 94 para la izquierda(61 socialistas). <<
[80] En paralelo, los anarquistascontinuaban su búsqueda de larevolución. En diciembre de 1933,volvieron a provocar una insurrecciónarmada en la que murieron onceguardias civiles, tres guardias deseguridad y setenta y cinco paisanosllegando los heridos a casi doscientos.Al respecto, véase C. Vidal, Durruti…,p. 157 y ss. <<
[81] El Socialista, 3 de enero de 1934.<<
[82] El Socialista, 29 de julio de 1934.<<
[83] Renovación, 25 de agosto de 1934.<<
[84] Texto íntegro reproducido en E.Aguado Sánchez, La revolución deoctubre de 1934, Madrid, 1972, p. 485 yss. <<
[85] El décimo fue san Manuel BarbalCosán (hermano Hilario Jaime),salesiano martirizado en Tarragona en1937. <<
[86] Reproducido íntegramente en EAguado Sánchez, ob. cit., p. 500. <<
[87] Salvador de Madariaga, España,Buenos Aires, 1964, p. 416. <<
[88] Citado por J. Pabón, Cambó,Barcelona, 1952, vol. II-b, p. 449. <<
[89] Así lo indicaba Claridad, el 2 denoviembre de 1935. <<
[90] Lo que no implica que no tuviera unaposición clara en medio de laradicalización de la vida política. Así,en mayo de 1935, en una reunión de laplana mayor de Falange celebrada en elparador de Gredos, José Antonio afirmóclaramente que su deber era «ir, porconsiguiente, y con todas susconsecuencias, a la guerra civil». Véase,al respecto, C. Vidal, José Antonio,Madrid, en prensa. <<
[91] El relato es del mismo Gil-Roblesen No fue posible la paz, Barcelona,1968, pp. 364-367. <<
[92] ABC, enero de 1936. <<
[93] El Liberal de Bilbao, 20 de enero de1936. <<
[94] El Liberal de Bilbao, 21 de enero de1936, p. 21. <<
[95] El Liberal de Bilbao, 11 de febrerode 1936. <<
[96] Reproducido en CommunistInternational, 13, n.° 6, junio de 1936,p. 406. <<
[97] En Cataluña adquirió la forma deFront d’Esquerres e incluyó a laEsquerra, Acció Republicana Catalana,P. N. Republica Catalá, Unió Socialistade Catalunya y las organizaciones de laAlianza Obrera. <<
[98] En él se incluía la amnistía de lospresos politicos y la aplicación de lalegislación republicana suspendida porlos gobiernos de centro derecha(reforma agraria, estatutos de autonomía,etc.). <<
[99] Hemos seguido para estas cifras elestudio de R. Salas Larrazabal, Losdatos exactos de la guerra civil,Madrid, 1980, p. 42 y ss., que corrigemuy acertadamente los erroresdeslizados en la obra de J. Tusell, Laselecciones del Frente Popular, Madrid,1971. <<
[100] Journal de Geneve, 17 de enero de1937. <<
[101] En ella estaban presentes, entreotros, Franco, Saliquet, Mola, Varela,Villegas y Rodriguez del Barrio. <<
[102] Minuta 23.III.1936, FO 371-20561W2015 y 371-20520 W2387. <<
[103] Chilton a Eden, 24 y 25-11I-1936,FO 371-20520 W2868, W2678. <<
[104] Citada en J. Edwards, The BritishGovernment and the Spanish Civil War,Londres, 1979, p. 5. <<
[105] Chilton a Eden, 2-V-1936, FO 371-20521 W3947. <<
[106] Informe recibido el 12 de junio, FO425-413 W5256. <<
[107] FO 371-20522 W5693. Los textosen cursiva son subrayados en el original.<<
[108] News Chronicle de 9 de julio de1936; The Times, 14 de julio de 1936 yThe Morning Post de 13 de julio de1936. <<
[109] D. Abad de Santillán, De AlfonsoXIII a Franco, Buenos Aires, 1974, p.361. <<
[110] M. Tagüeña, Testimonio de dosguerras, México, 1974, p. 104 <<
[111] P. Mateo Merino, ob. cit., p. 16 <<
[112] HC, v. 4, t. 17, p. 428. <<
[113] M. Tagüeña, ob. cit., p. <<
[114] Milicia popular, Diario del 5.°Regimiento de Milicias Populares, añoI, n.° 4, 30 de julio de 1936. <<
[115] En este mismo sentido peroconsiderándolo como cifra mínima,véase R. Casas de la Vega, El Terror.Madrid 1936, Madrid, 1994, p. 69 y ss.<<
[116] La relación comprende un hermanode la congregación de San Vicente dePaúl, asesinado en Hortaleza; tresreligiosos redentoristas del convento deSan Miguel de Madrid, asesinados en laCasa de Campo; un hermano maristafusilado en la misma zona de Madrid; uncarmelita descalzo; dos dominicos; unsacerdote agustino muerto junto a sudomicilio en la calle de Porlier y cuatroescolapios, uno del colegio Calasancioy otro del colegio de San Fernando. <<
[117] Ver relación completa en ApéndiceI. <<
[118] Están documentados entre otros loscasos de Fernando García Bastarrica,Miguel Blanco Rodríguez, Teresa PérezVillaverde o Jesús Pedrero GarcíaNoblejas que moriría poco después enla cárcel Modelo de Madrid aconsecuencia de las torturas sufridas enla checa. Véase CG, p. 66 y ss. <<
[119] CG, p. 67. <<
[120] CG, p. 68. <<
[121] La carrera de Muñoz Martínez en lamasonería fue realmente notable. Ingresóen ella en 1924 cuando tan sólo contabatreinta y seis años de edad. Conspiradorcontra la monarquía y a favor de larepública, el día de la proclamación deésta fue promovido al grado 24 de lamasonería. En 1933, es designado vocaldel gran consejo federal simbólico y enagosto de 1935 es designado candidato ala elección de Gran Maestre nacional.No lo consiguió al quedar el cuarto peroese mismo año se le confirió el grado 33(AHN - CG, 1530 (1) Pieza 4 Checas
Ramo 23, folios 187-190). <<
[122] Al respecto son de especial interéslos testimonios de Manuel RascónRamírez que fue miembro de uno de lostribunales de la checa y de JulioDiamante Menéndez. Diamante era uningeniero afiliado a IzquierdaRepublicana y decidió abstenerse departicipar en las tareas del Comité alcomprender que éste iba a entregarse sincontrol alguno a la práctica delasesinato político. Al terminar la guerra,fue juzgado por un consejo de guerra y,precisamente, su voluntad de salir delComité le aseguró una sentencia
relativamente leve. <<
[123] Sobre éste y otros aspectos de laactuación de la checa de Fomento, véaseCG, p. 71 y ss. <<
[124] Testimonio de María de los DoloresRizzo y Gom, CG, p. 74 y ss. <<
[125] Testimonio de Federico ArnaldoAlcover, CG, p. 75 y ss. <<
[126] El número de brigadillas no fueinferior al medio centenar, es decir, nomenos de cinco por cada grupo delFrente Popular. En ese mismo sentido,véase R. Casas de la Vega, ob. cit., p.113. <<
[127] Testimonio de Manuel RascónRamírez, AHN-CG - Legajo 1530 (1)Pieza 4 Ramo separado 3 Folio 91. <<
[128] Ibídem. <<
[129] Declaración de Pedro Mateos,AHN-C9-1530 (1), Ramo 3, fol. 179. <<
[130] Declaración de Cándida GarcíaNuño, ibídem, fol. 151. <<
[131] Fol. 108. <<
[132] Fue el caso de Miguel Talavera,fusilado el día 28 de octubre de 1936.<<
[133] Véase página 61 y ss. <<
[134] Diario de sesiones de 20 de marzode 1935. <<
[135] Documentación en AIDCIP 182-183. <<
[136] Ibídem, folio 135. <<
[137] Página 107 y ss. Reproducciónfotográfica de todos los documentos enAIDCIP, frente a p. 190. <<
[138] AHN-GC-Legajo 1530 (1). Pieza 4Checas Ramo separado 23 folios179a190 r y v. <<
[139] El Heraldo de Madrid de 13 deagosto de 1936 publicó, por ejemplo, unreportaje pletórico de elogios a laEscuadrilla del Amanecer en el que seindicaba que hasta esa fecha habíallevado a cabo cuatrocientas ochenta yseis detenciones amén de unosdoscientos registros. Entre los detenidosde mayor relevancia se citaban alrepublicano Melquíades Alvarez, aldoctor Albiñana, al capitán Valdivia quehabía sido director de Seguridad durantela República, al capitán Gándara y algeneral Araujo. Todos ellos serían
asesinados posteriormente. <<
[140] CG, p. 84. <<
[141] De manera bastante significativa,los efectivos de la checa no sólosaquearon los pisos del citado edificio,uno de los cuales pertenecía al marquésde Corpa, sino también la viviendaparticular de Manuel Miguel González,administrador del citado marqués, quefue saqueada. Al respecto, véase CG, p.90 y ss. <<
[142] Entre estos colaboradores sehallaba el murciano Esteban MartínezSánchez que llegaría a ser nombradogobernador civil de la provincia deGranada, con sede en Baza ya que lacapital de la provincia obraba en poderde los alzados desde el verano de 1936.Al respecto, véase CG, p. 89. <<
[143] Testimonio de Angeles PeregGómez, CG, p. 89 y ss. En el citadotestimonio se indica cómo a la checaacudieron con frecuencia personajes dela talla de Carlos de Juan, subdirectorde Seguridad y del anarquista AngelPestaña, fundador del PartidoSindicalista. El 12 de octubre de 1936,ambos personajes en compañía de otrosdirigentes frentepopulistas celebraronuna comida en la que se utilizó la vajilladel marqués de Corpa, propietario delpiso donde había asentado sus reales lacheca. <<
[144] Testimonio de Carmen RodríguezUrba, CG, p. 90. <<
[145] Declaración de Felipe MarcosGarcía Redondo, de 2 de febrero de1943, en CG, p. 102. <<
[146] De especial interés es el reportajepublicado por el periódico madrileñoPolítica el 30 de septiembre de 1936con el título «Organismos regenerados -La nueva Policía de la República»donde se realizaba un verdaderopanegírico de García Atadell y suschequistas. <<
[147] El número del semanario Crónicade 13 de septiembre de 1936 publicaba,por ejemplo, una fotografía en la queaparecían en compañía de GarcíaAtadell y algunos de sus chequistas, losdiputados socialistas Almoneda, Bujeday Alvar así como el citado ministroAnastasio de Gracia. <<
[148] A título de ejemplo no exhaustivopueden mencionarse a José AgullóLloret, Julián Apesteguía Urra, CarlosBartolomé Capelo, Ricardo BeltránFlores, Diego Benjumea Burín, RafaelBenjumea Medina, Rafael Calvo deLeón y Torrado, Mariano CarrascosaJaquotot, Doroteo Céspedes Marañón,Agustín Corredor Florencio, AntonioCumellas Alsina, Luis Chico Montes,Víctor Delgado Aranda, Miguel FermínImaz, Pedro Fernández Molina, JuanGalduch Guerra, Aurelio GarcíaContento, Luis García Dopico,
Francisco Gonzalo Herrera, León Lópezde Longoria y Morán, Julio MartínezJaime, Emilio Picón Hernández,Mariano Poyuelo Mollán, LuisRodríguez Villar, Pedro Sáinz Marqués,Simón Serrano Benavides, AntonioVidal Díaz, Bernardo Vidal Díaz, JoséVillanueva Torno y las mujeres EmilianaCastilblánquez Amores y Dolores FloresCastilblánquez. <<
[149] Así lo informaba en curiosaparadoja histórica el 26 de noviembrede 1936 el periódico Política que tantohabía alabado la labor de la checa deGarcía Atadell. <<
[150] Fueron muy numerosos y puedencitarse de manera no exhaustiva sino amero título de ejemplo los de AdolfoAbad Zayas, Nicolás Alcalá Espinosa,Constancio Alonso Ruano, AntonioAlonso Sánchez, Felipe Arana Vivanco,Bernardo del Amo Díaz, Juan BaliloManso, Rafael Bafflo Manso, FranciscoBaró Reina, Ricardo Blanco Muguerza,Fernando Campuzano Horma, ValentínCéspedes Mac-Crohon, Edelmiro FeliúVicent, José Vicente Gargallo Angla,Leoncio González de Gregorio, PedroMaría González de Gregorio, Julio
González Valerio, José Gordón Pinos,Luis Gutiérrez Cobos, Arturo Gutiérrezde Terán, Tomás Jiménez García,Genaro Juanes Abascal, Javier LeivaOlano, Eduardo López Ordás, ApolinarMarcos Clemente, Luis MoctezumaGómez de Arteche (duque deMoctezuma), Pedro Monge Vilches,Martín Rosales González, MartínRosales y Rodríguez de Rivera,Francisco Sendín Navarro Villoslada,Luis Tauler Esmenota, Juan VelascoNieto, Luis Velasco Nieto, VictorianoRoger y la mujer Anselma ValdeolmillosAbril. <<
[151] Testimonio del propio FernándezLanga en CG, p. 107. <<
[152] En este capítulo nos hemos detenidoúnicamente en el análisis de algunas delas checas socialistas más significativas.No se trata ni con mucho de unadescripción exhaustiva. Aparte de lascitadas hay que señalar las siguienteschecas controladas por el PSOE uorganizaciones relacionadas:
1. Alcalá, 138: Círculo Socialista delEste
2. Agustín Durán, 22: CentroSocialista
3. Antillón, 4: Checa del Puente deSegovia en colaboración con el
PCE4. Amor de Dios, 1 (Palacio de
Somosancho): Círculo Socialista5. Antonio Vicent, 57: Radio de las
Juventudes Socialistas Unificadas6. Valencia, 5: Círculo Socialista del
Sur7. Velázquez, 50: Círculo Socialista
del Sur8. Caballero de Gracia, 28:
Sindicatos de Tramoyistas de laUGT
9. Cáceres, 10 y 12: CírculoSocialista y después 36.a Brigada
10. Cadarso, 6: Centro de lasJuventudes Socialistas Unificadas
11. Caracas, 17: Sucursal de la checasocialista del Marqués del Riscal
12. Concordia, 6: Casa del Pueblo delPSOE en el Puente de Vallecas
13. Casa de Campo: Checa de lasmilicias de Mangada
14. Carril del Conde (Hotel de D. J.Gutiérrez): Checa del PSOE enVentas en colaboración con el PCE
15. Plaza de las Comendadoras, 1:Radio 8 de las JuventudesSocialistas Unificadas
16. Don Pedro, 10: Círculo SocialistaLatina: Inclusa
17. Embajadores, 116 (CineMontecarlo): Círculo Socialista del
Sur18. Espronceda, 32: Radio de las
Juventudes Socialistas Unificadas19. Eugenio Salazar, 220. Ezequiel Solana, 2 y 421. Fernández de la Hoz, 7 (Palacio de
Oquendo): Sucursal de la checa delMarqués del Riscal
22. Paseo de la Florida (Ermita de SanAntonio): Checa del PSOE encolaboración con el PCE
23. General Martínez Campos, 8:Círculo Socialista del Norte
24. General Martínez Campos, 23:Checa de las milicias Leones Rojosde dependientes de comercio de la
UGT25. Goya, 10: Sindicato de Transportes
de la UGT26. Granada, 4: Checa de las
Juventudes Socialistas Unificadasdependiente de la de Zurbano 68
27. Convento de las Pastoras deChamartín: Checa de lasJuventudes Socialistas Unificadas
28. Marqués del Riscal, 129. Martinez de la Rosa, 1: Checa de
García Atadell30. Mendizábal, 24: Radio 7 de las
Juventudes Socialistas Unificadas31. Mesón de Paredes, 76: Círculo
Socialista del Sur
32. Montera, 22: Checa de los listerosde UGT
33. Núñez de Balboa, 62: JuventudesSocialistas Unificadas
34. O’Donnell, 8 (hotel de AlejandroLerroux): Círculo Socialista delEste
35. Avenida de Julián Marín(Fundación Caldeiro): Checa de lasmilicias socialistas del Este
36. Nicasio Gallego, 19: Sindicato dela piel de UGT
37. Paloma, 19 y 21: Círculo Socialistade Latina: Inclusa 3&.
38. Princesa, 13 y 15: Radio 7 de lasJuventudes Socialistas Unificadas
39. Raimundo Lulio, 8: Radio 9 de lasJuventudes Socialistas Unificadas
40. Rollo, 2: Círculo Socialista deldistrito Latina: Inclusa
41. Sacramento, 1: Ídem42. Seminario conciliar: Ídem43. San Isidro, 5: Checa socialista del
Puente de Segovia concolaboración del PCE
44. Santa Isabel, 46 (Palacio deCervellón, del duque de FernánNúñez): Checa de las JuventudesSocialistas Unificadas
45. Toledo, 98: Círculo SocialistaLatina: Inclusa
46. Carretera de Valencia, 70
(Escuelas cristianas): Checasocialista <<
[153] Entre los asesinados en esta checacabe mencionar, a título de ejemplo, aJuan Alamedas Jiménez, HumbertoCalderón Rivadeneyra, CarlosEcheguren Ocio, Enrique GarcíaArregui, Enrique García Robles, FidelGonzález y González, FelicianoInsaurriaga Anguita, Carlos MarcoSalderreyan, Apolinar MarcosClemente, Eugenio Medina Gestoso,Candelas Peñalver García, AlejandroTovar y Cabrera y Casimiro VelascoCasanueva. <<
[154] Testimonio de Clementina RenedoVelasco en CG, p. 114. <<
[155] CG, p. 117. <<
[156] Son varias las declaracionestestificales en ese sentido pero véaseespecialmente la prestada el 24 demarzo de 1941 por José HernándezDíaz, conserje de la comisaría, referidaen CG p. 118. <<
[157] Entre ellos pueden mencionarse losde Manuel Albite Antero, Pedro ArduraGallo, Antonio Arenas Ramos, RafaelBartolomé y Fernández de Ángulo,Tomás Bueno Romero, Rodolfo delCastillo Martí, Teófilo Chico García,Francisco Cobos Carmona, AntonioDávila Avalos, Juan José EchevarríaOrejón, Ángel Esteve Jimeno, MarinoFernández de la Cruz, Antonio FloresGuillamón, Basilio Gamo, GermánGaribaldi González, Antonio Gil Varela,Manuel Grande Magdalena, JoaquínGrau y Crespo, Severino Gurpegui
Suescun, Miguel Lahoz Burillo, JulioLlantada Martínez, Joaquín MartínCriado, Rafael Mondria Merín, RicardoNárdiz Zubía, Carlos Navarro y DíazAgero, José O’Mulryan y GarcíaLoygorri, Pedro Onsurbe Molinero,Joaquín Pérez Linares, Juan RamisMeas, Manuel Ramos Roales, EnriqueRodríguez Hurtado, Tomás RodríguezLosada, Juan Tomás Rodríguez Romero,José Rico Martín, Manuel SánchezPeláez, Domingo Soria Andrés, Miguelde la Torre de Traviena, José VelázquezTílez, Guillermo Villamora Pablo, y lasmujeres María Gómez, María IribarrenMartínez y Teresa Polo Jiménez. <<
[158] Rollo 2045-1937 de Madrid, CG p.119. <<
[159] César Vidal, Las brigadasinternacionales, Madrid, 1998, p. 366 yss. <<
[160] C. Vidal, El Holocausto, Madrid,1996. <<
[161] Declaración de José de la IglesiaLópez de 25 de mayo de 1939, AHN -CG-1526 (1). Cárcelo Modelo Ramoprincipal, folio 39. <<
[162] R. Casas de la Vega, ob. cit., p. 125señala que posiblemente los cacheos,los insultos y las amenazas vinieronacompañados de la requisa de losescasos haberes de los presos. Lasuposición cuenta con corroboracióndocumental. En ese mismo sentido,véase la declaración del anarquistaFelipe Emilio Sandoval, AHN-CG-1530(1) Pieza 4 Checas Ramo principalfolio, s 120 a 123. <<
[163] Declaración de José de la Iglesia yacitada, folio 39. <<
[164] R. Casas de la Vega, ob. cit., p. 126atribuye tal circunstancia al hecho deque era un sujeto peligroso que habíaparticipado en el atraco a mano armadadel conde de Riudoms. No se puedenegar tal posibilidad aunque no pareceque ese tipo de escrúpulo pesara muchoa la hora de poner en libertad a otrosdelincuentes de sangre el mismo 20 dejulio. <<
[165] Una descripción de los hechos en ladeclaración de 1 de junio de 1939 deArsenio Fernández Serrano, AHN-CG-1530 (1) Pieza 4 Checas, folio 47. <<
[166] Los muertos fueron Manuel Chacely del Moral, Alfonso EspinosaFerrándiz, Fernando FernándezHerrería, Fernando Fernández yMartínez de Velasco, Andrés HerreraMartín y Antonio Velasco Blanco. Huboasimismo once heridos. Al respecto,véase declaración de Fernando MartínGalindo, AHN-CG-1526 (1). Ramoprincipal, folio 56. <<
[167] Declaración de José Palomeque,AHN-CG 1526 (1), Ramo principal,folio 50 y 51. <<
[168] De los once, tres eran políticos(Ramón Alvarez Valdés y Castañón,diputado a Cortes y exministro; RafaelEsparza y García, diputado a Cortes yFrancisco Javier Jiménez de la Puente,diputado) a los que no sirvió de nada lainmunidad parlamentaria; tres eranfalangistas que habían caído prisionerosen los combates del cuartel de laMontaña (Carlos Herraiz Crespo, JoséPrado y Enrique Matorras Páez, esteúltimo antiguo comunista); cuatromilitares (Arturo Bermúdez de Castro yBlanco, Cristóbal Jiménez y Jiménez,
Méndez Vigo y José García) y uncomisario de policía (Santiago MartínBáguenas). <<
[169] Su relación es la que sigue: AbdónAriza Ibáñez, Gregorio Ariza Ibáñez,Eugenio Ariza Rivas, Antonio ArranzBerrocal, Lucas Berrocal Colmenarejo,Mariano de la Concepción Corral,Pedro Hoyo Gómez, Rufo Rubio Vallejoy Eugenio Sanz Olalla. <<
[170] Declaración del propio FelipeEmilio Sandoval (a) Doctor Muñiz,AHN-CG 1530 (1), folios 120 a 135. Enella se refiere a un funcionario deprisiones «llamado Donallo, elboxeador, que le había tratado mal». <<
[171] Dos de ellos se apellidaban GarcíaHernán y los otros dos Madridano yBerea respectivamente. <<
[172] Los asesinados del día 21 fueronJulián Puente Aparicio, Julián PuenteBermejo, Ordóñez Colmenarejo yHerranz Sanz. <<
[173] Los asesinados del 23 fueron LuisPuente Bermejo, hermano de unasesinado dos días antes, FranciscoAriza Colmenarejo y el señor Del ValleRos. <<
[174] Los asesinados de este día fueronAgustín Merino Hernández, CarlosCancela Pérez y Manuel MontalvoHinojosa. <<
[175] El texto aparece reproducido enCG, p. 106. <<
[176] El funcionario de prisionesFernando Martínez Illana (AHN - CG-1526 (1), Ramo pr., folio 49) parecerelacionar la puesta en libertad de losdetenidos y su posterior asesinato porlas checas con las primeras acciones dela aviación de Franco sobre Madrid.Quizá se pudo utilizar ese argumentocomo una legitimación de los asesinatospero lo cierto es que la técnica deexcarcelar a los reclusos para fusilarlosa continuación ya llevaba bastantetiempo funcionando. <<
[177] Reproducción fotográfica de laorden en el Anexo IV, número 3 de CG,tras p. 82. <<
[178] Tomás Borrás, Ramiro LedesmaRamos, Madrid, 1971, p. 780, identificaal asesinado de esa manera con RamiroLedesma pero afirma que, tras gritar quele matarían donde él quisiera y no dondedesearan sus captores, se abalanzó sobreun socialista para arrebatarle el fusil yun compañero de éste le disparó. Para laversión sobre el linotipista partiendo deun testigo autor de un texto inédito,véase R. Casas de la Vega, ob. cit., p.164. <<
[179] AHN-CG 1536 (1), pieza especialRamo n.° 3. <<
[180] Entre los enterrados en las fosas deAravaca se hallaban José y FernandoSerrano Súñer, hermanos de Ramón, elcuñado del general Franco. Se les habíafusilado juntos, a mediados de octubreprocediendo a sepultarlos en la fosanúmero 11. <<
[181] Milicia Popular, 5 de agosto de1936. <<
[182] Milicia Popular, 21 de agosto de1936. <<
[183] Octubre, 17 de agosto de 1936. <<
[184] J. Díaz, Tres años de lucha,Barcelona, 1939. <<
[185] A. Nin, Los problemas de larevolución española, citado en D. Jato,Madrid, capital republicana,Barcelona, 1976, p. 325. <<
[186] E. Zamacois, El asedio de Madrid,citado en D. Jato, Madrid, capitalrepublicana, Barcelona, 1976, p. 417.<<
[187] Eduardo López Ochoa había sidosiempre un ferviente republicano y en1931, su libro De la Dictadura a laRepública, gozó de extraordinariapopularidad como uno de los másperseguidos en el período anterior. Sinembargo, López Ochoa había mandadolas tropas que habían sofocado ellevantamiento revolucionario de octubrede 1934 en Asturias y losfrentepopulistas nunca se lo perdonaron.Finalmente, Eduardo López Ochoa fueasesinado en el hospital militar deCarabanchel donde convalecía por
efectivos del Frente Popular. Losconsejos de María Teresa León —igualque los de su marido— en materia derepresión habían sido escuchados. <<
[188] AHN – CG 1530, Pieza 3, Ramo 4,folio 108. Declaración de JiménezBelles. <<
[189] Juventud de 24 de octubre de 1936señalaba esa exigencia y, dando un girocopernicano en la visión anarquistamantenida hasta entonces, afirmaba que«los traidores y fascistas encubiertosson quienes se oponen a la entrada de laCNT en el gobierno». <<
[190] Testimonio de Manuel GuerreroBlanco, AHN-CG 1526 (2), Ramo 3,folio 34. <<
[191] Véase más adelante p. 154 y ss. <<
[192] Puede verse así en el extractooficial de la sesión pero también en LaVoz de 2 de octubre de 1936. <<
[193] Al respecto, véase C. Vidal, Lasbrigadas internacionales, Madrid,1998, especialmente la partedocumental. <<
[194] Así lo había reconocido, porejemplo, el socialista Indalecio Prietoen un discurso reproducido por ABC el 9de agosto de 1936. <<
[195] H. E. Knoblaugh, Corresponsal enEspaña, Madrid, 1967, p. 113. Laedición original inglesa es de 1937existiendo otra con un apéndice escritoen septiembre de 1938. <<
[196] En un sentido idéntico, R. SalasLarrazabal, Historia…, I, p. 611 y ss. <<
[197] Milicia Popular, 8 de octubre de1936. <<
[198] M. Koltsov, Diario de la guerra deEspaña, Madrid, 1978, pp. 191193 y208. <<
[199] Así lo indica el propio Carrillo ensus Memorias, p. 44. <<
[200] En este mismo sentido, véase F.Claudín, Santiago Carrillo, Barcelona,p. 105. <<
[201] Según confesión de SantiagoCarrillo, Memorias, p. 85 que veía conexcelentes ojos los supuestos éxitossoviéticos. <<
[202] Santiago Carrillo, Memorias, p. 86.<<
[203] Ibídem, p. 91. <<
[204] Al respecto, véase el testimonio deF. Claudín, Santiago Carrillo,Barcelona, p. 22. <<
[205] J. S. Vidarte, El bienio negro y lainsurrección de Asturias, Barcelona,1978, p. 185 y ss. <<
[206] S. Carrillo, Memorias, p. 127. <<
[207] En el mismo sentido, véase E.Líster, ¡Basta!, p. 173 y ss. <<
[208] Citado en D. Jato, ob. cit., p. 517.<<
[209] E. Líster, ob. cit., p. 173 y ss. <<
[210] Los datos proceden de lasmemorias inéditas de Jesús SánchezPosadas reproducidas por Ricardo de laCierva, Carrillo miente, Madridejos,1994, p. 166. <<
[211] E. Castro Delgado, Hombres madein Moscú, p. 430. <<
[212] En que iba a concluir aquellapetición resultaba obvio para los quevivían en el Madrid del Frente Popular.De hecho, Portes Alcalá, un funcionariode la prisión, sabedor de que los presosmilitares superaban el millar yconsciente de que los iban a asesinar,decidió abandonar su trabajo yrefugiarse ese mismo día en la embajadade Austria. Al respecto, véase PortesAlcalá, Cárceles rojas, Madrid, 1939,p. 96. <<
[213] M. Koltsov, Diario, p. 191 y ss. I.Gibson, Paracuellos, p. 54 y ss., hapuesto de manifiesto con notableclaridad el desdoblamiento depersonalidad que Koltsov realiza en suDiario entre él mismo y un tal MiguelMartínez —también el mismo Koltsov—cuando señala su papel en las matanzasde Paracuellos, sus contactoscontinuados con el socialista Alvarezdel Vayo o sus relaciones privilegiadascon el Comité Central del PCE. <<
[214] E. Castro Delgado, Hombres madein Moscú, p. 438 y ss. <<
[215] Así lo indica el mismo Carrillo ensus Memorias, p. 190. <<
[216] Éstos serían Manuel RascónRamírez de la CNT, Antonio MolinaMartínez del PCE, Manuel RamosMartínez de la FAI, Félix Vega Sanz dela UGT y Arturo García de la Rosa delas Juventudes Socialistas Unificadas.<<
[217] Juan Alcántara, Ramón TorrecillaGuijarro y Santiago Alvarez Santiago.<<
[218] Gibson, Paracuellos: cómo fue,Barcelona, 1983, p. 49. <<
[219] Declaración de Ramón TorrecillaGuijarro reproducida en I. Gibson, ob.cit., p. 260. <<
[220] Ibídem, p. 260. <<
[221] Santiago Carrillo, Memorias, p. 20.<<
[222] Declaración de R. Torrecillatranscrita en Ian Gibson, ob. cit., p. 262.<<
[223] Ibídem. <<
[224] Declaración de Alvaro Marasa de 7de noviembre de 1939 ante la CausaGeneral. <<
[225] Ian Gibson, Paracuellos: cómo fue,Barcelona, 1983, p. 11 y ss. <<
[226] El alcalde de Paracuellos insistiríavarias décadas después en el hecho deque las fosas no estaban abiertas conantelación. Cfr.: Ian Gibson,Paracuellos, p. 13 y ss., sino que loscadáveres se habían acumulado y,posteriormente, se procedió a darlessepultura. La declaración del alcalde esobviamente un intento de asegurar quenadie en Paracuellos, incluido su padre,sabía nada de lo que estaba sucediendo(p. 13). Gibson afirmó (p. 14) que lamirada del alcalde le convenció de laveracidad de sus afirmaciones pero lo
cierto es que la realización deasesinatos masivos sin previamenteproceder a cavar las fosas adonde iríana parar los cadáveres no es verosímil ychoca con la práctica habitual en estetipo de casos. Por otro lado, como yavimos, desde agosto al menos veníancavándose fosas comunes para lasvíctimas de los fusilamientos. Véasetambién página 148 y ss. de la presenteobra. <<
[227] Algunos de los sepulturerosobligados llegarían a sobrevivir a laguerra y podrían prestar su testimonio delo ocurrido. Tal fue el caso de GregorioMuñoz Juan y de Valentín Sanz queserían alcalde y secretario del municipiode Paracuellos. <<
[228] A título de ejemplo puede señalarseque la cuarta medía ciento sesentametros de longitud por cuatro deanchura, que la quinta contaba con unacapacidad de ocho metros de ancho porsesenta de longitud y la sexta con unasdimensiones de ocho por ciento veintemetros. <<
[229] Felix Schlayer, Diplomat im rotenMadrid, Berlín, 1938, p. 84. <<
[230] Datos bien documentados en R.Salas Larrazabal, Historia del Ejércitopopular de la República, Madrid, vol. I,p. 610. <<
[231] Referencia a los cuatro testigospresenciales en Ian Gibson, ob. cit., p.91 y ss. y en R. de la Cierva, Carrillo,p. 209. <<
[232] El papel de las BrigadasInternacionales en la batalla de Madridlo hemos analizado en C. Vidal, Lasbrigadas internacionales, p. 81 y ss. <<
[233] El testimonio de Ramón Torrecillasobre esta reunión aparece reproducidoen I. Gibson, ob. cit., p. 264. <<
[234] Reproducido en ABC, 13 denoviembre de 1936, p. 13. <<
[235] De manera nada extraña Carrilloomite en sus Memorias los tres hechosque acabamos de mencionar. R. de laCierva, Carrillo, p. 213 y ss. <<
[236] Reproducida en CG, p. 239. <<
[237] No deja de ser revelador el silencioabsoluto que Carrillo guarda en susMemorias sobre esta segunda fase delas sacas. <<
[238] El texto aparece reproducido en I.Gibson, ob. cit., p. 170 y ss. <<
[239] R. de la Cierva, Carrillo, p. 220.<<
[240] C. Fernández, ob. cit., p. 202 y ss.;R. de la Cierva, Carrillo, p. 220 y ss.<<
[241] La vida de Muñoz Seca había sidouna sucesión ininterrumpida desufrimientos desde el inicio de larevolución. El ABC de 25 de julio de1936 celebró públicamente su cese delcargo de jefe superior de administracióndel cuerpo técnico de seguros, a la vezque instaba al gobierno a continuar ladepuración con otros funcionarios. <<
[242] Entre los ciento trece muertos de laprimera se hallaban, como ya hemosindicado, Pedro Muñoz Seca, ÁngelCos-Gayón, Diego MacCrohon,Gerardo, Javier y Ramón Osorio de,Moscoso, Álvaro y Guillermo Sainz deBaranda y Carlos Súnico. En la segundase hallaba un joven falangista de quinceaños llamado Ricardo Rambla Madueñoque llegó incluso a recibir el tiro degracia junto a la zanja de Paracuellospero al que la bala se le quedó alojadaen la boca sin causarle la muerte. Huiríafinalmente del lugar y, tras permanecer
oculto tres días, llegaría a casa de sumadre que se ocupó de él. Al respecto,véase I. Gibson, ob. cit., p. 145 y ss.; C.Fernández, ob. cit., p. 198; R. de laCierva, Carrillo, pp. 221-222. <<
[243] El Ayuntamiento de Madrid, siendoalcalde el socialista Enrique TiernoGalván, intentaría años después ocultarel crimen refiriéndose a la muerte deArturo Soria hijo «en extrañascircunstancias», una afirmación queprovocaría en Luisa Soria Clavería, hijadel asesinado, una solicitud derectificación que nunca se produjo.Véase una descripción del incidente enR. de la Cierva, Carrillo, p. 222 y ss.<<
[244] La responsabilidad de Carrillo enlos asesinatos ha sido afirmada portodos los que han estudiado con rigor lasmatanzas de Paracuellos. Al respecto,puede verse: C. Fernández,Paracuellos: ¿Carrillo culpable?,Barcelona, 1983, p. 104; I. Gibson,Paracuellos, (especialmente en lorelativo a la segunda oleada de sacas);R. Casas de la Vega, El terror rojo, y R.de la Cierva, Carrillo. Dada lacontundencia de las pruebas ytestimonios, resulta chocante la voluntadexculpatoria que se aprecia en J.
Cervera, Madrid en guerra. La ciudadclandestina. 1936-1939, Madrid, 1998,p. 92, así como la manera en que pasapor alto algunos de los aspectosesenciales en este episodio. <<
[245] Jesús de Galíndez, Los vascos en elMadrid sitiado, Buenos Aires, 1945, p.66 y ss. <<
[246] Véase listado de checas en elApéndice I. <<
[247] RGVA, c.33987, i. 3, d. 1015, pp.92-113. <<
[248] Se ha publicado en castellano unatraducción del texto que,incomprensiblemente, se encuentramutilada a pesar de proceder del textode R. Radosh, M. R. Habeck y G.Sevostianov (eds.), España traicionada,Barcelona, 2002. Hemos optado, por lotanto, por realizar nuestra traducción apartir del original. <<
[249] Así en el original ruso. <<
[250] En ese sentido, su silencio sobrehechos tan graves recuerda al de JuliánZugazagoitia en sus memorias tituladasGuerra y vicisitudes de los españoles,Barcelona, 1977, Zugazagoitia reconocela existencia de algunos excesos eincluso la ejecución de algunos presospero deforma los hechos, insiste enacusar al enemigo de actos más terriblesy, sobre todo, guarda un sospechososilencio sobre el episodio de las sacas.<<
[251] Una notable descripcióncontemporánea de lo que sucedía en elMadrid de 1936-1937 en H. EdwardKnoblaugh, Corresponsal en España,Madrid, 1967, p. 86 y ss. <<
[252] El diplomático chileno dejabatestimonio de su personal peripecia enA. Núñez Morgado, Los sucesos deEspaña vistos por un diplomático,Madrid, 1979. <<
[253] Ibídem, p. 125 y ss. <<
[254] CG, p. 52. <<
[255] Conversación reproducida en H.Edward Knoblaugh, ob. cit., p. 129 ss.<<
[256] El episodio es relatado contandocon el testimonio del propio cónsuluruguayo en H. Edward Knoblaugh, ob.cit., p. 105. <<
[257] Ibídem, p. 106. <<
[258] CG, p. 124 y ss. <<
[259] J. Cervera, ob. cit., p. 227 y ss., demanera realmente sorprendente aceptacomo posibles algunas de las calumniasvertidas por las autoridades del FrentePopular contra la labor humanitaria deBorchgrave. <<
[260] El texto afirma: «El gobiernoespañol reconoce que, a pesar de laactividad desplegada al comienzo de lainstrucción, ha habido undesfallecimiento por parte de nuestrosservicios judiciales en la prosecucióndel asunto, aumentado por lasdificultades de encontrar la pista. Todoello producido por las circunstanciasexcepcionales en que se encontrabaMadrid en aquella época. El gobiernoespañol presenta al belga sus excusas.El gobierno belga reconoce que ningúnagente gubernamental parece haber
tenido, directa o indirectamente,participación en el asesinato del barónde Borchgrave. Y que laresponsabilidad del gobierno español nose encuentra comprometida en estepunto. Ambos gobiernos deciden decomún acuerdo que en estascircunstancias no hay lugar a proseguirel asunto». Reproducido en CG, p. 126 yss. <<
[261] Los asesinados fueron FranciscoBarnuevo Sandoval, Fernando GuillisMerceded, Manuel Laguna Alfonso,Enrique Larroque Echevarría, AbdónLópez Turrión y José María Reus Ruizde Velasco. <<
[262] Concretamente las seguidas por elJuzgado número 3 de espionaje 53-1937y por el Juzgado especial 2-1938. <<
[263] Minuta de O’Malley de 30 denoviembre de 1936, FO 371-20586W16391. <<
[264] Minutas de Norton, Vansittart yMounsey de 1 de diciembre de 1936 enibídem. <<
[265] Evening Standard, 10 de agosto de1936. <<
[266] Aparte de las fuentes primariasconsignadas en las notas siguientes,resulta de especial interés el relato delincidente que realiza I. Gibson, ob. cit.,p. 127 y ss. <<
[267] La noticia recibió lógica coberturaen la prensa republicana. Al respecto,véase Política, 10 de diciembre de1936. <<
[268] Así lo indicó Política, el 10 dediciembre de 1936. <<
[269] Delmer recogería este testimonio enTrail Sinister, Londres, 1961, p. 322 yss. <<
[270] La figura de Melchor Rodríguez noha sido objeto, a pesar de su interéshistórico, de ninguna biografía hasta lafecha. Un resumen biográfico de sutrayectoria puede encontrarse en JuanAntonio Pérez Mateos, Entre el azar yla muerte, Barcelona, 1975, pp. 55-72.<<
[271] Años después, Carrillo afirmaríaque se había procedido a destituir aSerrano Poncela por los excesoscometidos en el ejercicio de su cargo.Semejante aserto no es más que unintento de Carrillo de arrojar suresponsabilidad sobre hombros ajenos.De hecho, no existe ninguna orden dedestitución de Serrano Poncela. <<
[272] CNT, 18 de marzo de 1937. <<
[273] Existe una biografía del mismo dela que hay versión en castellano C. E.Lucas Phillips, El Pimpinela de laguerra de España, Barcelona, 1965. <<
[274] En ese sentido, Phillips, ob. cit., p.48 y ss. <<
[275] Ibídem, p. 149 y ss. <<
[276] Ibídem, p. 227. <<
[277] Ibídem, p. 230 y ss. <<
[278] Ibídem, p. 227. <<
[279] Ibídem, p. 234 y ss. <<
[280] Al respecto resulta de especialinterés el estudio de David Caute,Compañeros de viaje. Una posdata a laIlustración, México, 1975.Lamentablemente, el magnífico libro deCaute se limita a los intelectuales deAlemania, Francia, Gran Bretaña yEstados Unidos. <<
[281] Un estudio interesante sobre el temaen M. Bertrand de Muñoz, La guerracivil española y la literatura francesa,Sevilla, 1995. <<
[282] Claridad, 11 de agosto de 1936. <<
[283] Efectivamente el 7 de agosto secesó a todos los consejeros del BancoHipotecario; el 8 quedaron en suspensotodos los funcionarios del Tribunal deCuentas; el 9 le tocó el turno a losempleados de Correos; el 16 a la Juntade Ampliación de Estudios; el 24 eracesado todo el personal subalterno yauxiliar de la Facultad de Medicina, etc.Ni siquiera el Comité de la Cruz Roja sesalvó de la política de depuración delFrente Popular. Más detalles conreferencias a personajes concretos en M.Vázquez y J. Valero, La guerra civil en
Madrid, Madrid, 1978, p. 108 y ss. <<
[284] El ABC de 26 de agosto de 1936 semanifestó, por ejemplo, especialmenteairado por las afirmaciones de Unamunoen el sentido de que el alzamiento dejulio de 1936 era «la lucha de lacivilización contra la barbarie». El 29del mes siguiente el mismo periódicoinformaba de cómo Bergamín, en elcurso de un acto público, afirmaba que«creía en el fusilamiento de Unamuno, aquien los fascistas habían vaciado lasentrañas, el cerebro y el corazón,rellenándolo después de paja y deaserrín». <<
[285] Se trataba de Dolores Caro, AndreaCalle y sor Concepción Pérez. Las dosprimeras hallaron la muerte en un lugarconocido como los Toriles y la terceraen el pozo del Tío Raimundo. <<
[286] Sus nombres eran Cristino Roca,Proceso Ruiz, Eutimio Aramendia,Canuto Feanco, Dositeo Rubio, CesáreoNiño, Benjamín Cobos, Carmelo Gil,Cosme Brun, Cecilio López, RufinoLaceras y Faustino Villanueva. <<
[287] En este sentido, véase D. Jato, ob.cit., p. 382 y ss. <<
[288] La historia la cuenta María TeresaLeón, Memoria de la melancolía,Buenos Aires, 1970, p. 161 queapostilla «¡Ah, qué Madrid éste!». Desobra lo sabía ella, como tendremosocasión de ver en las páginas siguientes.<<
[289] E. Zamacois, El asedio de Madrid,reproducido en D. Jato, ob. cit., p. 417.<<
[290] Claridad, 11 de agosto de 1936. <<
[291] Ver referencia supra en p. 69. <<
[292] Política, 29 de septiembre de 1936.Las afirmaciones fueron pronunciadas enun mitin de la Asociación de EscritoresAntifascistas celebrada el 27 deseptiembre de 1936 en el teatro de laZarzuela. <<
[293] Juventud libre, 3 de octubre de1936. <<
[294] Mundo Obrero, 12 de septiembrede 1936. <<
[295] Poco menos cauto sería Zamacoisque sólo le dedicaría dos líneas en sunovela sobre la contienda. <<
[296] María Teresa León, Memorias, p.199. <<
[297] No deja de ser significativo que lanota de autores argentinos reproducidael 31 de octubre de 1936 por ABC, enprotesta por la muerte de Lorcacontuviera más nombres que el decualquier instancia española paralela.<<
[298] Testimonio ocular de este episodioen Guillermo de Torre, Tríptico delsacrificio, Buenos Aires, 1948. <<
[299] Heraldo de Madrid, 18 de julio de1936. <<
[300] Sobre el trasfondo del episodio,véase: S. Koch, El fin de la inocencia,Barcelona, 1997, p. 328 y ss. <<
[301] La película acabó realizándose ypuede adquirirse actualmente en elmercado de vídeo. Fue un productopropagandístico no exento de ciertolirismo fatuo propio del denominadorealismo socialista. Como sospechará ellector, todo parecido entre lo queaparece en el documental y lo quesucedía a la sazón en España es puracoincidencia. <<
[302] V. S. Carr, Dos Passos, NuevaYork, 1984, p. 359 y ss. <<
[303] Ibídem, p. 366 y ss. <<
[304] S. Koch, ob. cit., p. 438 y ss.sostiene la misma opinión que, a nuestrojuicio, admite poca discusión. <<
[305] En el mismo sentido, S. Koch, ob.cit., p. 332 y ss. <<
[306] Así lo cuenta la propia Herbst enThe Starched Blue Sky of Spain, NuevaYork, 1991, p. 154. <<
[307] En realidad, se celebraba el día deThaelman, uno de los comunistasalemanes engrandecido por lapropaganda de la Komintern. La fiestatuvo lugar en un palacete incautado quepertenecía al duque de Tovar. Véase V.S. Can, ob. cit., p. 368. <<
[308] Herbst, ob. cit., p. 155. <<
[309] V. S. Carr, ob. cit., p. 370. <<
[310] Ver más adelante, p. 198 y ss. <<
[311] Lo que viene a continuación aparecemagistralmente narrado en S. Koch, ob.cit., p. 337 y ss. Las fuentes históricasson, desde luego, numerosas y entreellas debe hacerse mención especial alas propias declaraciones de Oak el 5 y21 de mayo de 1947 ante el Comité deActividades Antiamericanas (Cámara deRepresentantes), el propio relato de Oakque apareció en el periódico socialistaThe Call en julio y septiembre de 1937y el expediente del FBI FOIA sobreListon Merriam Oak. <<
[312] Véase más adelante, p. 198 y ss. <<
[313] V. S. Carr, ob. cit., p. 370. <<
[314] En el mismo sentido, véase M.Séller y A. M. Nekrich, Utopia inPower, Nueva York, 1986, p. 301. <<
[315] La jugada volvería a repetirse en1938 cuando Yezhov, el sucesor deYagoda, fue eliminado esta vez para sersustituido por Beria. <<
[316] R. Conquest, Kolyma, The ArcticDeath Camps, Nueva York, 1978, pp.226-229. <<
[317] DDF, tomo III, doc. 374, 405, 407 y504. <<
[318] DDF, tomo III, doc. 374, 405, 407 y504. <<
[319] En orden de eficacia de los cazashabría que señalar el mosca, el italianoFiat, el chato y, finalmente, a muchadistancia el Heinkel. Por lo que serefiere a los bombarderos, el mejor erael Katiuska soviético, seguido por el S-81 y luego el Ju-52 alemán. Finalmente,en aviones de reconocimiento losmejores eran los rasantes y natachasseguidos de cerca por el Ro-37 y abastante distancia por el germano He-46. <<
[320] En el mismo sentido R. SalasLarrazabal, Historia, I, p. 1149 y ss. <<
[321] Ibídem, p. 1148 y ss. <<
[322] Aspectos generales sobre el avancecomunista a partir de los sucesos demayo de 1937, véase: J. Maurín, Cómose salvó Joaquín Maurín, Gijón, 1979;A. Suárez, El proceso contra el POUM,París, 1974; VVAA, El proceso de 1938contra el POUM, Madrid, s.d. <<
[323] El POUM (Partido Obrero deUnificación Marxista) era un PartidoComunista independiente de Moscú. LaURSS lo acusó repetidas veces detrotskysta pero semejante cargo no secorrespondía del todo con la realidad.En cualquier caso, los efectivos deStalin en España lo perseguirían conextraordinaria saña. <<
[324] En este sentido resultaespecialmente interesante el testimoniode uno de los cautivos de la época en M.Sabater, Estampas del cautiverio rojo.Memorias de un preso del SIM,Barcelona, 1940, p. 161. <<
[325] En ese sentido, véase R. SalasLarrazabal, ob. cit., p. 1026 y ss. <<
[326] Orlov, como tendremos ocasión dever, fue uno de los pocos agentessoviéticos que actuó en España y pudoescapar a las purgas llevadas a cabo porStalin. Lo conseguiría gracias a unaoportuna fuga a Occidente. En susmemorias —existe una versiónespañola: Historia secreta de loscrímenes de Stalin, Barcelona, 1955—proporcionaría datos de considerableinterés sobre la represión stalinista a lavez que corría un astuto velo sobre lasactividades en que él había participado.Sobre su papel en España puede
consultarse el testimonio de otro de losantiguos agentes soviéticos en España,P. y A. Sudoplatov, Special Tasks,Boston, 1994, p. 45 y ss. <<
[327] La descripción que figura acontinuación del procedimiento paraproceder al arresto de Nin en J.Hernández, Yo fui ministro de Stalin,Madrid, 1974, p. 140 y ss. <<
[328] Jesús Hernández, ob. cit., p. 142 yss. ha sostenido que José Díaz, a lasazón secretario general del PCE, semanifestó indignado por la maniobrarealizada por la URSS especialmente alno tenerle al corriente de lo sucedido.Por supuesto, la Komintern desoyócualquier protesta de Díaz a esas alturasya enemistado con Pasionaria entre otrasrazones por su affaire sentimental conFrancisco Antón. <<
[329] J. Hernández, ob. cit., p. 159 y ss.<<
[330] J. Hernández, ob. cit., p. 160. <<
[331] La versión del propio IndalecioPrieto sobre el tema —coincidente en sutotalidad con la de J. Hernández— sehalla en «El bombardeo alemán deAlmería» en I. Prieto, Yo y Moscú,Madrid, 1955, p. 237 y ss. <<
[332] J. Hernández, ob. cit., p. 165. <<
[333] J. Hernández, ob. cit., p. 166. <<
[334] El relato de Prieto sobre estacuestión se halla recogido en su informede 9 de agosto de 1938 presentado alComité nacional del PSOE que puedeleerse en I. Prieto, ob. cit., p. 147 y ss.Sustancialmente coincide con la versiónde los hechos que el ministro comunistaJ. Hernández daría años después en susmemorias. <<
[335] J. Hernández, ob. cit., p. 172. <<
[336] J. Gorkin, Caníbales políticos,México, 1941, p. 159. <<
[337] Ibídem. <<
[338] En el mismo sentido, J. Hernández,ob. cit., p. 173 y ss. <<
[339] J. Hernández, ob. cit., p. 178 y ss.<<
[340] Según Jesús Hernández, ob. cit., p.181 y ss., se trataba de dos afiliados alPSOE que, no obstante, ya estaban alservicio de los comunistas. <<
[341] En este caso concreto, se trataba deun mapa aprehendido al quinta-columnista Fernández-Golfín al que seañadiría una escritura para acusar a Nin.La falsificación sería expuesta por uninforme pericial de 25 de enero de1938. <<
[342] Sobre las reformas de IndalecioPrieto, véase R. Salas Larrazabal,Historia, II, p. 1171 y ss. <<
[343] Muy interesante al respecto resultael testimonio de uno de los protagonistasde la campaña contra Prieto, el entoncesministro comunista Jesús Hernández, ob.cit., p. 230 y ss. Hernández reconoceque la caída de Prieto era consideradaindispensable para que el PCE pudieraapoderarse del control total de lasfuerzas armadas. <<
[344] El famoso —e imprescindible—Informe ante el Comité Nacional delPSOE de 9 de agosto de 1938 puedeleerse en I. Prieto, ob. cit., p. 147 y ss.<<
[345] R. Salas Larrazabal, Historia II, p.1978. <<
[346] En el mismo sentido, R. SalasLarrazabal, Historia, II, p. 1975 y ss. <<
[347] No fue la única medidasignificativa. El 22 de junio de 1937,había sido creado el Tribunal deEspionaje y Alta Traición que arrancabade los tribunales ordinarios este tipo decuestiones. <<
[348] A. D. Martín Rubio, Paz…, Madrid,1997, p. 399. <<
[349] El DEDIDE había nacido enValencia a finales de 1936 a partir delas Milicias de Vigilancia deRetaguardia tan vinculadas con ÁngelGalarza. En Valencia, el DEDIDEestableció checas con el personal de lacheca madrileña de Marqués del Riscala la que ya nos hemos referido y tambiéncon un asesor soviético llamado PeterSonin al que acompañaba su mujer. Enmayo de 1938, el DEDIDE pasó adepender del SIM. <<
[350] Por ejemplo, San Lorenzo yMinisterio de Marina, en Madrid; VillaRosa, Escuelas Pías y calle de Sorninúmero 7, en Valencia; y calle Zaragoza,Tamarita, calle Muntaner, número 321, yVallmayor o Preventorio D, enBarcelona. Sin embargo, las checas nose limitaron a estas capitales. Porejemplo, las hubo también en Omellesde Nogaya, en Lérida, o en Almería. <<
[351] De entre los testimonios de antiguosreclusos, véase: F. Ros, Preven-torio D.Ocho meses en la cheka, Madrid, 1974y M. Sabater, Estampas del cautiveriorojo. Memorias de un preso del SIM,Barcelona, 1940. <<
[352] J. Peirat, La CNT en la revoluciónespañola, París, 1971, vol. I, pp. ss. <<
[353] Entre ellos Salvio RibagordaGómez, Pedro Baelo Navarro y PaulinoÁngel Sáenz. <<
[354] Reproducido en R. Vistabuena, Las«checas», Madrid, 1959, p. 25 y ss. <<
[355] Así lo reconoce, J. Cervera, ob.cit., p. 363. <<
[356] Gaceta, 28 de mayo de 1937. <<
[357] Sobre casos de condenados trasformularse acusaciones falsas omediante denuncias anónimas, véase J.Cervera, ob. cit., pp. 177-178. <<
[358] J. Cervera, ob. cit., p. 177. <<
[359] Se trataba de Rogelio PeriquetRufilanchas. Sobre los diferentesprocedimientos con referenciassumariales, véase J. Cervera, ob. cit., p.325 y ss. <<
[360] J. Cervera, ob. cit., p. 364 reconoceque «muy probablemente» la acusaciónno se correspondía con la verdad. Enrelación con las armas, el Ministerio deEstado en un informe de 13 dediciembre de 1938 reconocería que noestaban en la legación y que habían sidocolocadas por los agentes republicanos.<<
[361] Véase al respecto, la nota 25648 delos SIFNE de 27 de enero de 1938donde puede leerse en una nota a lápiz:«En un afán de asesinar, los rojos laatribuyen a los nacionales». <<
[362] Se trataba de Pedro MuelaFernández, Vicente Ramos Rodríguez yMariano y José de la Fuente Blázquez.CG, legajo 198, caja 148, causa 261938del Tribunal especial de guardia número2. <<
[363] CG, p. 91 y ss. <<
[364] SHM, ZR, arm. 60, rollo 69, legajo713, carpeta 11, documento 3, folios 1-3. <<
[365] CG, legajo 204, caja 155, sumario3-1939 del Tribunal especial de guardian.° 3. <<
[366] Seguramente podría ampliarse esejuicio al caso ruso. Si, finalmente, elEjército Rojo se alzó con la victoria nofue porque represaliara a las familias delos desertores sino porque disfrutaba deuna incomparable superioridad militarfrente a los blancos, porque éstosactuaron de manera descoordinada yporque las condiciones geográficas yeconómicas le favorecían. <<
[367] Así lo considera de maneraexclusiva J. Cervera, ob. cit., p. 377 yss. <<
[368] Reproducido en P. de Blas Zabaletay Eva de Blas Martín-Merás, JuliánBesteiro, Madrid, 2002, p. 398. <<
[369] Esa misma tesis sostendría JuliánGorkín, uno de los procesados delPOUM, en un libro especialmente lúcidotitulado España, primer ensayo dedemocracia popular, Buenos Aires,1961. <<
[370] E. Castro Delgado, Hombres madein Moscú. <<
[371] J. Hernández, Yo fui ministro deStalin, Madrid, 1974. <<
[372] Pavel y Anatoli Sudoplatov, SpecialTasks, Boston, 1994, 30-1. <<
[373] RGVA, c. 33987, i. 3, d. 1081, p.16. <<
[374] RGVA, c. 33987, i. 3, d. 1081, pp.79-80. <<
[375] RGVA, c. 33987, i. 3, d. 1081, pp.30-44. <<
[376] Fue el caso del libro de relatos Unolor a crisantemo, de Serrano Poncela,publicado por la editorial Seix Barralde Barcelona en 1972 en su BibliotecaBreve de bolsillo. <<
[377] Severnaya Kommuna, n.° 109, 19de septiembre de 1918, p. 2, citado enG. Leggett, ob. cit., p. 114. <<
[378] Reproducido íntegramente en F.Aguado Sánchez, ob. cit., p. 500. <<
[379] Journal de Geneve, 17 de enero de1937. <<
[380] Reproducido en R. Vistabuena, Las«checas», Madrid, 1959, p. 25 y ss. <<
[381] Reproducido en P. de Blas Zabaletay Eva de Blas Martín-Merás, JuliánBesteiro, Madrid, 2002, p. 398. <<
[382] La presente lista no es exhaustiva.Hemos eliminado, por ejemplo, todosaquellos nombres que no podían serconfirmados al menos por dos fuentesdistintas. Por ello, esta relación nocontiene un número total de los muertospor el Frente Popular en Madrid yprovincia sino una aproximación a labaja de los mismos. <<