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A Genito de estudies cara e; desarrollo Informe Número IV: La política sí importa. Instituciones republicanas y desarrollo latinoamericano S a n t i a go d e C h il e , a b r il d e l 2008 San Cr escent e N° 551 . Las C ond es « F ono: 56- 2- 2312723 . F a x : 56- 2- 2326860 . e- mail : c e d @ c e d . cl

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Discusión sobre efecto de las decisiones políticas en el desarrollo económico latinoamericano.

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  • A

    Genito de estudies cara e; desarrollo

    Informe Nmero IV:

    La poltica s importa.

    Instituciones republicanas y desarrollo latinoamericano

    S a n t i a g o d e C h i l e , a b r i l d e l 2008

    San C rescente N 551 . Las C ond es F ono: 56-2-2312723 . F a x : 56-2-2326860 . e-mail: ce d @ ce d.c l

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  • & s

    I , n

    Centro de estuaics para e: desarrolio

    I.- Amrica Latina del bicentenario: un do loroso balance

    Hace doscientos aos soamos con Bolvar con "Yo deseo ms que otro alguno ver formarse

    en Amrica la ms grande nacin del mundo, menos por su extensin y riquezas que por su

    libertad y su gloria".5 El intelectual venezolano Arturo Uslar Pietri seala que se trata de "una

    idea grandiosa pretender formar de todo el Nuevo Mundo una sola nacin con un solo vnculo

    que ligue sus partes entre s y con el todo. Ya que tiene un origen, una lengua, unas

    costumbres y una religin, debera, por consiguiente, tener un solo gobierno que confederase

    los diferentes Estados que hayan de formarse".6

    Qu somos hoy? Qu qued de este sueo?

    Eduardo Devs-Valds acaba de enviar una carta a los intelectuales de Amrica Latina y el

    Caribe. Qu les dice? "Amrica Latina hizo un mal siglo XX. En 1900, Amrica Latina tena

    ms importancia y mejor posicin relativa que hoy en el mundo. Adems se auto-asignaba un

    futuro luminoso. Hacia el 2010 se han ido sumando las derrotas y las frustraciones".7 Nuestra

    situacin relativa retrocedi respecto de Asia, Oceana, Espaa y Rusia.

    Es cierto que hoy, con dificultades, estamos viviendo un momento positivo para nuestra

    democracia. Ya en 1994 la casi totalidad de los pases de Amrica Latina posean regmenes

    democrticos. Si se trata de contar con gobiernos elegidos tras procesos electorales, este ao

    la perspectiva es an mejor.

    1930 1948 1976 1985 1994 2001

    Democracias 5 7 3 11 16 19

    Autocracias 15 13 17 9 4 1

    Fuente : Adaptado de: Mols, Manfred. La democracia en Amrica Latina. Editorial Alfa. Barcelona, 1985

    s Pietro; Arturo Uslar; La invencin de la Amrica Mestiza; Fondo de Cultura econmica; Mxico; 1999; pp 315 6 ibdem. 7 i:\-v0S' Vjkos E n t i l o . Cartas a ta intciccluafidad. G'^K. Sam r^o dy C ik?, 20C;' p;-. 8 Para el ao 1994 consideramos como regmenes autocrticos a Cuba, Mxico, Hait y Per. Es claro que Mxico y Per cuentan hoy con autoridades elegidas mediante el voto ciudadano. Cuba sigue siendo la excepcin.

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  • E n Amrica Latina contamos con regmenes polticos en que se realizan elecciones regulares,

    limpias y competitivas junto con la persistencia de libertades contextales. Tenemos as:

    a) Alternancia de los rivales en el poder tan frecuentes como en Europa meridional. El caso

    argentino, peruano y ecuatoriano son destacables, junto con el venezolano.

    b) Apoyo generalizado continuo y estabilidad durante situaciones de dificultad econmica

    extrema. En Amrica Latina el apoyo a la estabilidad del rgimen se ha mantenido -en

    Argentina, Brasil y Bolivia, entre otros pases- incluso frente a recesiones mucho ms

    agudas que las sureuropeas y en medio de inflaciones de cuatro dgitos;

    c) Derrota y castigo efectivo de los grupos antidemocrticos El registro de castigos es pobre en

    Amrica Latina y Europa, aunque en ambas existen importantes excepciones. Per enjuicia

    a los corruptos y violadores de derechos humanos del rgimen de Fujimori y Montesinos.

    Argentina resiste dos intentos de golpe de Estado y Chile dos protestas militaristas.

    Venezuela sufre dos en 1992 y los supera. Lamentablemente Hait vacila.

    d) Estabilidad del rgimen frente a una radical reestructuracin del sistema de partidos. Aun

    teniendo en cuenta la Italia de hoy, es difcil imaginar reestructuraciones del sistema de

    partidos ms radicales que las que tuvieron lugar en Brasil, Bolivia y Ecuador. Y las

    poliarquas han resistido.

    e) Ausencia de partidos o movimientos sociales antisistema polticamente significativos. Los

    partidos polticos y las fuerzas sociales "antisistema" estn tan ausentes de las poliarquas

    latinoamericanas como de las de Europa meridional.

    As mirado, el cuadro es optimista. Sobre todo si lo comparamos con 1976 1985. As,

    "Progresos democrticos por todas partes, salvo en Cuba. El siglo se cerr con un buen sabor a

    la democracia en la boca de los latinoamericanos y el siglo XXI se ha iniciado con un

    modestsimo repunte econmico. A lo largo de cien aos el racismo disminuy, la tolerancia a

    las diferencias mejor. Tambin nuestra salud y esperanza de vida mejoraron, la desnutricin y

    mortalidad bajaron durante la segunda mitad, no as la pobreza y la miseria. En la equidad de

    gneros, en la igualdad entre mujeres y varones, en la apertura de espacios para la presencia

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  • , .V y ; Centro de estudios oara e: desarroo

    femenina ha habido tambin logros importantes, que no todas las sociedades del mundo

    pueden exhibir. En la apertura de espacios y en la participacin de sectores populares e

    indgenas, tanto como en la democratizacin social y tnica los avances han sido manifiestos,

    aunque en ello Amrica Latina no pueda exhibir resultados mejores que el promedio mundial.

    En verdad, la paz internacional ha sido nuestro mayor xito. Hubo pocas guerras

    internacionales y en trminos comparativos muri poca gente. Hubo menos guerras que en

    siglo XIX y fueron menor mortferas, incluso si descontamos las guerras de independencia. No

    tuvimos genocidios como los perpetrados por el nazismo alemn, el militarismo japons o el

    etnocidio ruands, salvo el de Guatemala en los 70s y 80s".9

    Sin embargo, Andrs Oppenheimer, escribe su libro Cuentos chinos, tras el estupor de leer dos

    informes prospectivos acerca de Amrica Latina en el marco de la economa mundial. Uno es

    de la CIA y otro de un socialista del Parlamento Europeo experto en el subcontinente. Ambos

    estudios sealan que Amrica Latina se ha vuelto irrelevante en el contexto mundial, y -de

    seguir as-lo ser cada vez ms. "La influencia de Amrica latino en el acontecer mundial est

    decreciendo. La participacin de la regin en el comercio y la economas mundiales es

    pequea, y cada vez menor, a medida que crecen las economas de Asia".10

    Pues seamos claros, y rematando con Devs-Valds "La incidencia de Amrica Latina a nivel

    mundial en trminos de significacin en el comercio internacional, en trminos de investigacin

    cientfica, o en trminos de poder moral o material, es verdaderamente nfima. Me refiero a la

    prdida de credibilidad por nuestra incapacidad para gestionamos, a la bajsima presencia en

    Internet y en los medios globales de comunicacin, a la tambin baja importancia en

    organismos internacionales, tanto como en trminos armados o financieros. La regin posee

    indicadores del orden del 2 o 3% de la importancia mundial, siendo nuestra poblacin de

    aproximadamente un 8%".11

    i! PeviM--V.sU1vft t\i,;ickv Cartas a la intelectualidad, Opofc pp MS 10 Oppenheimer, Andrs. Cuentos chinos, Editorial Sudamericana, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, Argentina, 2006, pp. 7 r i Mv>. V.Tktew, ' ki.iuio: Cartas a la nttHortualKl;d. Ofvit. pp (

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  • uenuo de estudies pef3 e: desar-olo

    Segn el PNUD Amrica Latina, como nunca, es gobernada por democracias que respetan, no

    sin dificultad, derechos civiles y polticos, pero coexistiendo con niveles de pobreza y

    desigualdad como en ninguna otra regin del mundo, es decir sin derechos sociales. El 41,8 %

    de los latinoamericanos son pobres y un 17,4% son indigentes.12 Casi doscientos aos despus

    de nuestra independencia, Amrica Latina es el continente con mayor desigualdad de ingresos

    y menor movilidad social, en tanto que slo frica al sur de Sahara la supera en trminos de

    estancamiento econmico.

    Enrique Krauze, recuerda la frase de Zavalita en la clebre novela de Mario Vargas Llosa

    "Cundo se jodio el Per?". Y se pregunta cundo torci el camino este conjunto unido

    poticamente por el idioma, la historia, la tradicin, la religin, las costumbres, la cultura y

    prcticamente desunido por la poltica y sus infinitas querellas, los valladares geogrficos, y por

    el azar?" 13 Mirndolos a "ellos" reclama a "nosotros" "Por qu esta Amrica (la que

    orgullosamente Mart llam "Nuestra Amrica") result tan distinta de la "otra Amrica"? Si la

    antecedi ms de un siglo en su presencia europea, su prometa riquezas inagotables paras

    sus habitantes, si desde el siglo XVI poda ostentar varias universidades, imprentas y una rica

    actividad cultural, si contaba (cuenta an) con generosos recursos naturales, si se independiz

    hace ya casi dos siglos de Espaa y Portugal, si nunca faltaron en ella hombres preclaros y

    patriticos, por qu esta Amrica entr en una prematura decadencia en la misma medida en

    que aquella Amrica floreci?":14

    Un norteamericano lo constata con asombro: "En 1942, en vsperas de la colonizacin y

    afincamiento de europeos en el Nuevo Mundo, Bolivia y Per albergaban civilizaciones ms

    ricas y complejas que cualquiera de las existentes en Amrica del Norte. En 1700, tras dos

    siglos de colonizacin, el ingreso per cpita en Amrica Latina continental era de 521 dlares, y

    en lo que luego sera Estados Unidos, algo superior, de 527 dlares. Durante el siglo XVIII, la

    isla de Cuba, con su produccin azucarera, era mucho ms rica que las colonias britnicas en el

    11' K-Nun. 'Mkv.-k-.-j en Amrica i atih*. u ru u-mocracia d

  • * * * / ' f

    ue-ntro ae estudios pera desarrollo

    norte del continente". 15 Adam Przeworski y Carolina Crvale explican, a partir del siguiente

    cuadro, que ya en 1820 Estados Unidos nos duplicaba en ingreso per cpita y en 1870, nos

    triplica.

    Ingreso per cpita, 1700-2000

    1700 1820 1870 1930 2000

    Brasil 459 646 713 1.048 5.556

    Mxico 568 759 674 1.618 7.218

    AL* 521 701 756 1.873 5.844

    EEUU 527 1.257 2.445 6.123 28.129

    Ala/EEUU 0,99 0,56 0,31 0,31 0,21

    * Promedios ponderados de la poblacin de los pases para los cuales se dispone de datos, 17 pases en 1700 y 1820 (no se incluyen Cuba ni la Repblica Dominicana); Brasil, Mxico, la Argentina, Uruguay y Venezuela en 1870: 13 pases en 1930; 18 pases en 2000. Fuente: Angus Maddison, op.cit., p. 114 y serie de datos de Maddison (2003). ~

    A unos pocos aos del 2010, el ingreso per cpita de Estados Unidos, la Amrica anglosajona,

    blanca y protestante, es cinco veces superior al promedio latinoamericano.

    La pregunta es cundo se produjo la brecha? Para ello queremos plantearnos queremos

    analizar en este informe la dura leccin del siglo XIX.

    15Fukuyama, Francis; Introduccin; en: Fukuyama, Francis (compilador); La brech a entre Amr ica Latina y E stados Unidos; Opcit; pp. 23 16 Prseworski, Adam y Crvale, Carolina: Explica la poltica la brecha econmica entre Estados Unidos y Amrica Latina? En: Fukuyama, Francis (compilador); La brech a entre Amr ica Latina y E stados Unidos; Opcit; pp. 140

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  • Centro ce estudies cera e desarrollo

    II.- El costo de la Independencia y de la inestabilidad po ltica

    Adam Przeworsk y Carolina Crvale nos invitan a observar el siguiente cuadro. En este se

    puede concluir que especialmente crticos para Amrica Latina fueron los perodos entre 1820 y

    1870, por un lado, y 1981 al 2000. Especialmente fatdicas fueron las crisis de 1929 y 1973.

    Tasas de crecimiento del PBI total, la poblacin y el PBI per cpita segn perodo.

    PBI POB PBI pe

    AL EEUU AL EEUU AL EEUU

    1700-1870 0,84 3,12 0,68 2,20 0,14 0,92

    1700-1820 0,77 2,67 0,55 1,94 0,22 0,73

    1820-1870 1,02 4,21 1,07 2,83 -0,05 1,38

    1871-2000 3,76 3,52 2,22 1,51 1,54 2,02

    1871-1929 3,91 3,77 1,89 1,90 2,02 1,87

    1930-2000 3,73 3,32 2,31 1,18 1,42 2,14

    1930-1980 4,34 3,43 2,45 1,23 1,89 2,20

    1981-2000 2,34 3,06 1,99 1,07 0,36 1,98

    Nota: Hasta 1870, promedios ponderados de las tasas exponenciales del crecimiento de la poblacin. Despus de 1870, promedios no ponderados de las tasas de crecimiento de cada pas. Fuente: Angus Maddison, op. cit., p. 114 y serie de datos de Maddison (2003).''

    Para algunos est claro que las guerras de independencia fueron mas costosas para Amrica

    Latina, que para su vecino del norte. Si bien, en Estados Unidos, entre 1775 y 1800, el ingreso

    per cpita cay alrededor del 7%, principalmente a raz de la disminucin de las exportaciones

    agropecuarias, peor nos fue a nosotros. 18

    Porqu?

    17Prseworsk, Adam y Crvale, Carolina: Explica la poltica la brecha econmica entre Estados Unidos y Amrica Latina? En: Fukuyama, Francis (compilador); La brech a entre A m r ic a Latina y E st ados Unidos, Opcit; pp. 141

    18 Ibidem.

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  • Centro de estudios psra e: desarrollo

    Se ha sostenido que ias guerras de independencia en la Amrica espaola estuvieron

    marcadas por hondas desigualdades sociales y raciales. Ello hicieron que las pugnas

    redistributivas y la violencia del enfrentamiento fuesen peores. De hecho, desde antes del siglo

    XIX encontramos intentos de romper con el yugo colonial espaol. En Per, por ejemplo, en

    1544-1548 tenemos la revuelta de los encomenderos y entre 1780 y 1783 la rebelin panandina

    de Tpac Amaru. Esta fue brutalmente reprimida.19 Un hondo temor se expendi por la lite

    criolla ante la posibilidad que la independencia poltica fuese acompaada de revoluciones

    raciales y sociales. De hecho, esto llev a la clase alta cubana apoyar la dominacin espaola

    ante el temor de que la experiencia haitiana del primer gobierno negro se llegase a sus costas. 20Como seala Bouchard "En fin, parece ser que el sentimiento nacional inspir una buena

    parte de la agitacin de los aos 1810-1830, sobre todo en su componente ms popular. Ese

    sentimiento fue encarnado y estimulado por esos grandes dirigentes que fueron Jos de San

    Martn, en Argentina, Francisco Miranda y Simn Bolvar, en la "Gran Colombia" (que dio origen

    en realidad a Venezuela, Ecuador y la Colombia actual), Servando Teresa de Mier, Miguel

    Hidalgo y Jos Mara Morelos, en Mxico".21

    Si la poltica es el proceso a travs del cual hombres y mujeres que tienen intereses distintos y

    diversidad de ideas resuelven sus conflictos en forma pacfica y pactan el orden civil, en tal

    cosa, se trata de un fracaso poltico. Por qu? Sabemos que las colonias norteamericanas de

    Gran Bretaa tenan una experiencia de autogobierno. Mal que mal, eran pobres y en ellas no

    tena mayor inters la corona britnica. Los padres fundadores haban llegado a las costas del

    pas del norte con el objeto de establecerse en forma definitiva, queriendo fundar la "nueva

    Jerusaln", la ciudad en el monte. Al producirse la independencia, no hubo mayor quiebra de la

    continuidad institucional y las fronteras se mantuvieron. 22 Por el contrario, la monarqua

    espaola, codiciosa de las riquezas del nuevo mundo y temerosa de sus ansias de autonoma,

    impidi tales experiencias (con el dbil y excepcional caso del cabildo). Peor aun, el espaol

    slo no vio en las nuevas tierra, una patria nueva. Salvo aquellos, como los encomenderos,

    19 Harvey, Robert; Los libertadores; Ocano; Mxico DF, 2002; pp.23 20 Chevalier, Francois; Amr ica Latina. De !a ind ep end encia a nuestros d as; Fondo de Cultura Econmica; Mxico; 2000; pp. 26 21 Bouchard, Gerard; G nesis de las n acion es y cu ltur as del Nuevo Mundo; Fondo de Cultura Econmica, Mxico, 2003; pp 22 Prseworski, Adam y Crvale, Carolina: Explica la poltica la brecha econmica entre Estados Unidos y Amrica Latina? En: Fukuyama, Francis (compilador); La brecha entre Amr ica Latina y E stados Unidos; Opcit; pp. 144

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  • u'jn oe tssluaws ohia e- ciesanoiio

    cuya fortuna estaba unida ai continente, el resto de los espaoles queran retomar ricos a su

    pas natal o continuar ascendiendo en la administracin metropolitana.

    El estrechamiento de los controles polticos y la poltica proteccionista impuesta por la

    burocracia espaola, en particular durante el reinado de Carlos III (1779-1788), provocaron la

    marginacin poltica, social y econmica del criollo y su resentimiento en contra del espaol.

    Como seala Gerard Bouchard "eso gener el criollismo, "que habra de aparecer por primera

    vez en 1567 en Per, se asocia con el descontento de los descendientes de los conquistadores

    que se vean privados de los favores de la administracin real y la Iglesia (funcin pblica,

    mando militar, jerarqua eclesistica, etctera). Por definicin, el criollo era un ser ambiguo.

    Para retomar las palabras de Simn Bolvar no era europeo ni indio, sino que estaba a medio

    camino entre los dos. En 1549, Carlos V haba ya decretado que los mestizos no podan ejercer

    cargos pblicos sin una licencia real. El rey tambin haba instituido la regla de la pureza de

    sangre como condicin de acceso a la nobleza. Durante todo el periodo colonial, de 170

    virreyes, nicamente cuatro fueron de origen criollo. Esa proporcin era de 14 de 602 en el caso

    de los capitanes generales, gobernadores y presidentes y de 105 de 706 en el de los obispos y

    arzobispos".23

    As se ha sostenido que estas desigualdades iniciales significaron una pesada carga para el

    desarrollo latinoamericano. Ello por tres razones: "1.- Las dotaciones de factores que los

    colonizadores europeos encontraron en Amrica Latina slo poda ponerse en accin con

    trabajo servil o esclavo, y, a su vez, la desigualdad jurdica dej un legado de desigualdad

    econmica aun despus de abolida la esclavitud; 2.- Las instituciones polticas reproducan la

    desigualdad econmica. Uno de los instrumentos mediante los cuales se mantuvo la

    desigualdad fue la limitacin del sufragio. 3.- La desigualdad era contraria al desarrollo, ya que

    los pobres no tenan acceso a los recursos productivos: "La mayor desigualdad de la riqueza

    contribuy a la evolucin de instituciones que normalmente protegan a los privilegiados y, aun

    despus de la abolicin de la esclavitud, limitaron las oportunidades de la masa de la poblacin

    de participar plenamente en la economa comercial". A su vez, pensando en Estados Unidos,

    Engerman y Sokoloff sostienen que "la mayor igualdad apoya, si no impulsa, procesos

    23 Grard Bouchard G nesis de las naciones y cu ltu r a s del Nuevo Mundo Fondo de Cultura Econmica, Mxico, 2003.

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  • Centro de estudios psra e: desarrollo

    autiperpetuantes segn los cuales la expansin de los mercados provoca (y es provocada por)

    un uso ms eficaz e intensivo de los recursos, economas de escala, ndices ms altos de

    actividad inventiva y otras formas de acumulacin de capital humano, as como una creciente

    especializacin segn los factores de la produccin.24

    Las enormes riquezas minerales y agrcolas, sumados a una mano de obra amplia y servil,

    sentaron las bases de una gran concentracin de las rentas econmicas. Ellas fueron la base

    del monopolio del poder poltico y social, sobre el cual se bas la desigualdad social integral.

    Robert Dahl ha demostrado que la afinidad entre capitalismo y democracia est dada por que

    aquella, adecuadamente regulada, dispersa el poder econmico que evita el monopolio poltico.

    Por el contrario, las economas centralmente planificadas demostraron cmo los recursos

    econmicos eran transformados por los burcratas en poder poltico para controlar a la

    ciudadana. 25Por ello Dahl sostiene que la democracia se desarroll en forma sostenida en

    Estados Unidos, no as en Mxico, porque en el primer pas haba dispersin del poder territorial

    y agrcola, y en el segundo concentracin26. En efecto, "A la luz de las cifras de Tat Vanhanen,

    hasta 1850 la diferencia entre Amrica del Norte y Amrica Latina en lo tocante a la propiedad

    de la tierra era notable. En Amrica Latina, el promedio de haciendas familiares era del 7,2%,

    con un mnimo del 1% y un mximo del 25%. Al mismo tiempo, en Estados Unidos el 60% de

    las haciendas pertenecan a familias, y en Canad, diecisiete aos despus, el 63%."27 Entre

    1850 y 1970, la proporcin de haciendas familiares aument en promedio el 16,5% en los

    pases latinoamericanos, dentro de un margen que va del 2% al 40% 28

    Estas desigualdades sociales, tnicas y nacionales nos impactan hasta hoy.

    24Prseworski, Adam y Crvale, Carolina: Explica la poltica la brecha econmica entre Estados Unidos y Amrica Latina? En: Fukuyama, Francis; Introduccin; en: Fukuyama, Francis (compilador); La brecha entre Amrica Latina y E stados Unidos; Opcit; pp. 151

    5 Dahl, Robert; D emocracia. Una gua para los c iud a d a nos; Taurus; Buenos Aires; 1999; pp 187 y ss 26 Dahl, Robert; E ntrevista sobre el p lur a l ismo; Fondo de Cultura Buenos Aires; Argentina; 2003; pp 144 Dahl agrega que en Mxico no existi un sistema de derechos ms fuerte y radicado, ni una tradicin civil, "capital social", pues el derecho era jerrquico, burocrtico y desconoca la idea de asambleas ciudadanas que dictasen la ley. 7 Prseworski, Adam y Crvale, Carolina: Explica la poltica la brecha econmica entre Estados Unidos y Amrica

    Latina? En: Fukuyama, Francis; Introduccin; en: Fukuyama, Francis (compilador); La brecha entre Amrica Latina y E stados Unidos; Opcit; pp 153

    Prseworski, Adam y Crvale, Carolina: Explica la poltica la brecha econmica entre Estados Unidos y Amrica Latina? En: Fukuyama, Francis; Introduccin; en: Fukuyama, Francis (compilador); La brecha entre Amrica Latina y E stados Unidos; Opcit; pp 153

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  • CeniO de esludios cera e desarrollo

    Desigualdad de ingresos en algunos pases latinoamericanos como proporcin de la

    desigualdad de ingresos en Estados Unidos, c. 200029

    Argentina Brasil Colombia Chile Mxico Corea del

    Sur

    Japn

    128 145 141 140 134 77 61

    Distribucin del Ingreso en Amrica Latina, 2002

    % p o b l a c i n % d e l I n g r e s o N a c i o n a l T o t a ! q u e r e c i b e c a d a s e c t o r d e l a p o b l a c i n

    29 Domnguez, Jorge; La brecha en el desarrollo de Estados Unidos y Amrica Latina desde la segunda mitad de! siglo XX. En: Fukuyama, Francis; Introduccin; en: Fukuyama, Francis (compilador); La brecha entre Amrica Latina y Estados Unidos; Opcit; pp. 103

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  • ftriifo uc estuoos oe
  • U *

    Centro de estonios oara

  • Centro ae esticos pera e; desarroSo

    III.- El dbil repub lican ismo latinoamericano como causa del subd esarro llo

    Bemard Manin nos ha r4ecordado que mientras se gestaba el ideario independentista, dos

    corrientes polticas se desarrollaban con gran vigor: republicanos y liberales. Los primeros,

    herederos de la polis griega y de la civtas romana, se sentan adems "herederos de

    Maquiavelo y del humanismo cvico del Renacimiento, quienes ven en la participacin en el

    gobierno de la ciudad la forma ms elevada de la realizacin humana. Su ideal es el del

    ciudadano libre e independiente, no sometido a los poderosos ni servil con ellos y capaz de

    entregarse al bien comn, sacrificando de ser necesario sus propios intereses inmediatos, su

    vida misma, para defender la independencia de una ciudad que se gobierna a s misma. El

    ciudadano propietario de su tierra, garanta econmica de su independencia, que participa en la

    vida poltica y toma las armas cuando la ciudad lo llama, aparece aqu como la figura

    emblemtica".34

    El republicanismo hunde sus races en la filosofa de Aristteles, el pensamiento moral de

    Cicern y la historia de la Roma republicana contada por Salustio y Tito Livio. Aristteles y

    Cicern asistieron a la crisis de los gobiernos populares de sus tiempos. La idea republicana

    resurgi con las ciudades-repblica italianas en las ltimas dcadas del siglo XL Municipios del

    norte de Italia desafiaron la soberana papal y el poder imperial. As es como nombraron a sus

    propios "cnsules" o dirigentes polticos. Se opusieron "a la dea dominante de que el gobierno

    deba ser considerado como una forma de poder otorgada por la gracia de Dios y, por tanto,

    que la monarqua hereditaria deba ser reconocida como la nica forma de gobierno legtima"35

    Como seala David Held, "El elemento central de la argumentacin republicana renacentista era

    que la libertad de una comunidad poltica se basaba en que la nica autoridad a la que haba

    que dar cuentas era la propia comunidad (...) El ms alto ideal poltico es la libertad cvica de un

    pueblo autogobernado e independiente".36

    j 4 Manin, Bemard ; Montesqu ieu, la repbl ica y el comerc io ; En: Agui lar , Jos Antonio y Rojas, (coordinadores); E l r e p u b l i c a n i s m o e n H i s p a n o a m r i c a ; Fondo de Cul tura Econmica ; Mxico; Mx ico DF; 2002; pp. 13

    S k p i o . Q u e r ; ' , 'Las - i ^pub ' icas ; j!;:j ..;t;\ en I X n n , Jchn, D e m o c r a c i a . ! v ia jo i n a c a b a d o : 50-3 A.C, y 1S93 D.C : LvisUvOi-, ! 1000 pp 70

    K d O . Odvu'i ;700 n M o t k - k K ; d

  • ,entro oe estudios cera e desarrollo

    Maquiavelo es hijo de esta tradicin que admira en su ciudad de Florencia. En sus Discursos

    sobre la Primera Dcada de Tito Livio realiza la tarea de analizar cmo una pequea ciudad fue

    capaz de gobernar el mundo. De lo que se trataba era lograr que los gobernantes jams dejaran

    de sentir simples representantes asalariados del pueblo. El pueblo, por su parte, debe asumir la

    actitud y el papel del supremo legislador velando por el bien de la comunidad y no de un

    pequeo grupo. El gobernante supremo deba defender el honor, la grandeza y el bienestar de

    toda ciudad puesta bajo su mando. Esa grandeza slo poda alcanzarse mediante la promocin

    de la libertad e igualdad de todos los ciudadanos. Estos deban amar su libertad y buscar la

    gloria o grandeza republicana. Eso hara crecer el dominio y la riqueza de la ciudad. Si la virtud

    cvica reina y la libertad est garantizada, los hombres se lanzan gozosos a generar riqueza y

    promover el progreso personal y pblico. En suma, la libertad entendida como autogobierno de

    la sociedad generara riqueza y grandeza. As, en el Libro Segundo de los Discursos de

    Maquiavelo: "Y es algo verdaderamente maravilloso considerar a cunta grandeza lleg Atenas

    por espacio de cien aos, porque se liber de la tirana de Pisstrato. Pero lo ms maravilloso

    de todo es contemplar cunta grandeza alcanz Roma despus de liberarse de sus reyes".37

    No es de extraar que este pensamiento viera con extrema desconfianza no slo al tirano o al

    monarca, sino que tambin al ciudadano perezoso que es capaz de olvidar sus deberes con tal

    que un "autoritario y buen gobernante" le garantice tranquilidad y prosperidad. Ello pues para el

    republicano la libertad era valiosa en s misma. Adems ese "buen gobernante" rpidamente se

    convertira en tirano, legislando en su inters, acabando a la larga con la grandeza de la ciudad.

    Como hemos visto, la historia de Roma era la demostracin palpable de la fortuna de un

    pensamiento que ligaba la libertad con la virtud cvica y que haca de la participacin poltica

    motor del honor personal y de la conquista militar. Para un romano "dulce y decoroso era morir

    por la patria". Y, por lo mismo, "la libertad significaba libertad respecto al poder arbitrario de los

    tiranos, junto con el derecho de los ciudadanos a administrar sus propios asuntos comunes

    participando en el gobierno. "Virtud" significaba patriotismo y espritu pblico, una heroica

    disposicin a buscar el bien comn por encima de los intereses de uno mismo o de la propia

    familia".38

    C;UKk; vii L''k:!iP.i'! , . "M i'c'i. OliT'Oi;;!, l.cH l.'.it , ni > LHiii!, J^bsi L^iOCl'aC*. Li v;k* i n c a b n d o ; 50U A.C. y I f l i ' , ! IX C . > p r - : ".

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  • Interesa destacar tambin que el republicanismo no slo vea en la tirana del autcrata ni en la

    apata ciudadana sus enemigos. Tambin desarrollaba un consistente alegato en contra de las

    facciones. Cuando el pueblo era dirigido por lderes y partidos que slo buscaban su propio

    inters, desapareca la virtud y llegaba la debilitadora corrupcin. Ntese que los republicanos

    como Maquiavelo no crean en una ciudad monista, pues crean que del disenso y de la

    deliberacin saldran leyes ms justas y gobiernos ms fuertes. El punto s era que el inters

    general deba imponerse finalmente. Por eso Maquiavelo puso el acento en que el gobierno

    popular y la participacin poltica con la bsqueda del bienestar general y la gloria cvica. Slo

    as la ciudad se mantendra fuerte, independiente y dotada de autogobierno.

    Montesquieu es un autor que analiza la viabilidad de este rgimen poltico. Para que este

    existiese y fuese fuerte se requera de un determinado "principio", cimiento y motor a la vez del

    edificio republicano: el patriotismo como virtud. Se trataba y trata del "amor a la patria y a las

    leyes"39, de "preferir, "siempre el bien pblico al bien propio"40 Por qu era tan importante el

    patriotismo? Montesquieu presenta al rgimen republicano en tensin con otras formas buenas

    de gobierno como lo era la monarqua. Pero tambin tema el orden desptico, del tirano. Tanto

    el tirano como el monarca no iban a tener problemas para hacer cumplir la ley, pues finalmente

    a ellos no los obligara. Lo mismo ocurra con la nobleza. "Pero en un Estado popular no basta

    la vigencia de las leyes ni el brazo del prncipe siempre levantado; se necesita un resorte ms

    que es la virtud". (...) (...) "En un gobierno popular, en el que hacen ejecutar las leyes los que

    estn a ellas sometidos y han de soportar su peso".41 Se trataba nada menos que los propios

    detentadores del poder se reprimieran a s mismo.

    La cuestin es entonces lograr que las leyes gobernasen estable y efectivamente el cuerpo

    social y que ellas fuesen generales, al aplicarse a todos por igual y en aras del inters pblico.

    Cmo lograr lo anterior cuando su aplicacin supona pagar costos? En estos casos, puede

    resultar abrumadora la tentacin de dejarlas sin efecto. Sobre todo que siempre ser escuchado

    el argumento en orden a el Bien Comn se puede lograr sin aplicar las reglas preestablecidas,

    sino que de manera tan discrecional como bien intencionada. La solucin que Montesquieu

    39 Manin, Bernard; Montesquieu, la repblica y el comercio; En: Aguilar, Jos Antonio y Rojas, (coordinadores); El republicanismo en Hispanoamrica; Opcit; pp. 15 40 Ibidem. pp. 16

    41 Ibidem, pp. 19

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  • centro oc csiuaos para e desarrollo

    Pero lamentablemente nos quedamos con una concepcin "dbil' y "epidrmica" que result ser

    extraordinariamente dbil a la hora ds enfrentarse a ios hombres de ooder. a los

    concentradores de monopolios y arbitrariedades. Edificamos regmenes polticos basados en

    constituciones escritas que establecan !a separacin de los poderes, los gobiernos electivos,

    derechos individuales e igualdad jurdica. Pero olvidamos que sin espritu y pasin republicana,

    haba construido sobre barro y creado un cuerpo sin alma.

    Sobre este fracaso se edifican nuestras actuales repblicas que alguien, por all por 1998,

    caracterizaba como "sociedades desintegradas", "Estados frgiles", "Democracias inciertas" y

    "economas vulnerables"45

    IV.- C onclusion es

    La poltica s importa. La experiencia latinoamericana del siglo XIX lo demuestra a las claras.

    Sociedades que tenan todas las condiciones para desarrollarse, se frustraron por diversos

    motivos. Uno de los cuales fue nuestra incapacidad de dotar de instituciones, es decir, s son

    pautas de conductas estables, valoradas y recurrentes. Debimos haber institucionalizado

    repblicas densas, mediante el proceso por el que las organizaciones y los procedimientos

    adquieren valor y estabilidad. Se trata de infundir valor al respeto a la ley ordenada a la

    articulacin de los intereses sociales y la satisfaccin de necesidades comunes. Slo as

    pudimos haber detenido conductas individualistas y egostas.

    45 Favre, Henri; L ' A m r iq u e Latine; Flammarion; Francia; 1998

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