CED - La Politica Si Importa
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A
Genito de estudies cara e; desarrollo
Informe Nmero IV:
La poltica s importa.
Instituciones republicanas y desarrollo latinoamericano
S a n t i a g o d e C h i l e , a b r i l d e l 2008
San C rescente N 551 . Las C ond es F ono: 56-2-2312723 . F a x : 56-2-2326860 . e-mail: ce d @ ce d.c l
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& s
I , n
Centro de estuaics para e: desarrolio
I.- Amrica Latina del bicentenario: un do loroso balance
Hace doscientos aos soamos con Bolvar con "Yo deseo ms que otro alguno ver formarse
en Amrica la ms grande nacin del mundo, menos por su extensin y riquezas que por su
libertad y su gloria".5 El intelectual venezolano Arturo Uslar Pietri seala que se trata de "una
idea grandiosa pretender formar de todo el Nuevo Mundo una sola nacin con un solo vnculo
que ligue sus partes entre s y con el todo. Ya que tiene un origen, una lengua, unas
costumbres y una religin, debera, por consiguiente, tener un solo gobierno que confederase
los diferentes Estados que hayan de formarse".6
Qu somos hoy? Qu qued de este sueo?
Eduardo Devs-Valds acaba de enviar una carta a los intelectuales de Amrica Latina y el
Caribe. Qu les dice? "Amrica Latina hizo un mal siglo XX. En 1900, Amrica Latina tena
ms importancia y mejor posicin relativa que hoy en el mundo. Adems se auto-asignaba un
futuro luminoso. Hacia el 2010 se han ido sumando las derrotas y las frustraciones".7 Nuestra
situacin relativa retrocedi respecto de Asia, Oceana, Espaa y Rusia.
Es cierto que hoy, con dificultades, estamos viviendo un momento positivo para nuestra
democracia. Ya en 1994 la casi totalidad de los pases de Amrica Latina posean regmenes
democrticos. Si se trata de contar con gobiernos elegidos tras procesos electorales, este ao
la perspectiva es an mejor.
1930 1948 1976 1985 1994 2001
Democracias 5 7 3 11 16 19
Autocracias 15 13 17 9 4 1
Fuente : Adaptado de: Mols, Manfred. La democracia en Amrica Latina. Editorial Alfa. Barcelona, 1985
s Pietro; Arturo Uslar; La invencin de la Amrica Mestiza; Fondo de Cultura econmica; Mxico; 1999; pp 315 6 ibdem. 7 i:\-v0S' Vjkos E n t i l o . Cartas a ta intciccluafidad. G'^K. Sam r^o dy C ik?, 20C;' p;-. 8 Para el ao 1994 consideramos como regmenes autocrticos a Cuba, Mxico, Hait y Per. Es claro que Mxico y Per cuentan hoy con autoridades elegidas mediante el voto ciudadano. Cuba sigue siendo la excepcin.
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E n Amrica Latina contamos con regmenes polticos en que se realizan elecciones regulares,
limpias y competitivas junto con la persistencia de libertades contextales. Tenemos as:
a) Alternancia de los rivales en el poder tan frecuentes como en Europa meridional. El caso
argentino, peruano y ecuatoriano son destacables, junto con el venezolano.
b) Apoyo generalizado continuo y estabilidad durante situaciones de dificultad econmica
extrema. En Amrica Latina el apoyo a la estabilidad del rgimen se ha mantenido -en
Argentina, Brasil y Bolivia, entre otros pases- incluso frente a recesiones mucho ms
agudas que las sureuropeas y en medio de inflaciones de cuatro dgitos;
c) Derrota y castigo efectivo de los grupos antidemocrticos El registro de castigos es pobre en
Amrica Latina y Europa, aunque en ambas existen importantes excepciones. Per enjuicia
a los corruptos y violadores de derechos humanos del rgimen de Fujimori y Montesinos.
Argentina resiste dos intentos de golpe de Estado y Chile dos protestas militaristas.
Venezuela sufre dos en 1992 y los supera. Lamentablemente Hait vacila.
d) Estabilidad del rgimen frente a una radical reestructuracin del sistema de partidos. Aun
teniendo en cuenta la Italia de hoy, es difcil imaginar reestructuraciones del sistema de
partidos ms radicales que las que tuvieron lugar en Brasil, Bolivia y Ecuador. Y las
poliarquas han resistido.
e) Ausencia de partidos o movimientos sociales antisistema polticamente significativos. Los
partidos polticos y las fuerzas sociales "antisistema" estn tan ausentes de las poliarquas
latinoamericanas como de las de Europa meridional.
As mirado, el cuadro es optimista. Sobre todo si lo comparamos con 1976 1985. As,
"Progresos democrticos por todas partes, salvo en Cuba. El siglo se cerr con un buen sabor a
la democracia en la boca de los latinoamericanos y el siglo XXI se ha iniciado con un
modestsimo repunte econmico. A lo largo de cien aos el racismo disminuy, la tolerancia a
las diferencias mejor. Tambin nuestra salud y esperanza de vida mejoraron, la desnutricin y
mortalidad bajaron durante la segunda mitad, no as la pobreza y la miseria. En la equidad de
gneros, en la igualdad entre mujeres y varones, en la apertura de espacios para la presencia
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, .V y ; Centro de estudios oara e: desarroo
femenina ha habido tambin logros importantes, que no todas las sociedades del mundo
pueden exhibir. En la apertura de espacios y en la participacin de sectores populares e
indgenas, tanto como en la democratizacin social y tnica los avances han sido manifiestos,
aunque en ello Amrica Latina no pueda exhibir resultados mejores que el promedio mundial.
En verdad, la paz internacional ha sido nuestro mayor xito. Hubo pocas guerras
internacionales y en trminos comparativos muri poca gente. Hubo menos guerras que en
siglo XIX y fueron menor mortferas, incluso si descontamos las guerras de independencia. No
tuvimos genocidios como los perpetrados por el nazismo alemn, el militarismo japons o el
etnocidio ruands, salvo el de Guatemala en los 70s y 80s".9
Sin embargo, Andrs Oppenheimer, escribe su libro Cuentos chinos, tras el estupor de leer dos
informes prospectivos acerca de Amrica Latina en el marco de la economa mundial. Uno es
de la CIA y otro de un socialista del Parlamento Europeo experto en el subcontinente. Ambos
estudios sealan que Amrica Latina se ha vuelto irrelevante en el contexto mundial, y -de
seguir as-lo ser cada vez ms. "La influencia de Amrica latino en el acontecer mundial est
decreciendo. La participacin de la regin en el comercio y la economas mundiales es
pequea, y cada vez menor, a medida que crecen las economas de Asia".10
Pues seamos claros, y rematando con Devs-Valds "La incidencia de Amrica Latina a nivel
mundial en trminos de significacin en el comercio internacional, en trminos de investigacin
cientfica, o en trminos de poder moral o material, es verdaderamente nfima. Me refiero a la
prdida de credibilidad por nuestra incapacidad para gestionamos, a la bajsima presencia en
Internet y en los medios globales de comunicacin, a la tambin baja importancia en
organismos internacionales, tanto como en trminos armados o financieros. La regin posee
indicadores del orden del 2 o 3% de la importancia mundial, siendo nuestra poblacin de
aproximadamente un 8%".11
i! PeviM--V.sU1vft t\i,;ickv Cartas a la intelectualidad, Opofc pp MS 10 Oppenheimer, Andrs. Cuentos chinos, Editorial Sudamericana, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, Argentina, 2006, pp. 7 r i Mv>. V.Tktew, ' ki.iuio: Cartas a la nttHortualKl;d. Ofvit. pp (
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uenuo de estudies pef3 e: desar-olo
Segn el PNUD Amrica Latina, como nunca, es gobernada por democracias que respetan, no
sin dificultad, derechos civiles y polticos, pero coexistiendo con niveles de pobreza y
desigualdad como en ninguna otra regin del mundo, es decir sin derechos sociales. El 41,8 %
de los latinoamericanos son pobres y un 17,4% son indigentes.12 Casi doscientos aos despus
de nuestra independencia, Amrica Latina es el continente con mayor desigualdad de ingresos
y menor movilidad social, en tanto que slo frica al sur de Sahara la supera en trminos de
estancamiento econmico.
Enrique Krauze, recuerda la frase de Zavalita en la clebre novela de Mario Vargas Llosa
"Cundo se jodio el Per?". Y se pregunta cundo torci el camino este conjunto unido
poticamente por el idioma, la historia, la tradicin, la religin, las costumbres, la cultura y
prcticamente desunido por la poltica y sus infinitas querellas, los valladares geogrficos, y por
el azar?" 13 Mirndolos a "ellos" reclama a "nosotros" "Por qu esta Amrica (la que
orgullosamente Mart llam "Nuestra Amrica") result tan distinta de la "otra Amrica"? Si la
antecedi ms de un siglo en su presencia europea, su prometa riquezas inagotables paras
sus habitantes, si desde el siglo XVI poda ostentar varias universidades, imprentas y una rica
actividad cultural, si contaba (cuenta an) con generosos recursos naturales, si se independiz
hace ya casi dos siglos de Espaa y Portugal, si nunca faltaron en ella hombres preclaros y
patriticos, por qu esta Amrica entr en una prematura decadencia en la misma medida en
que aquella Amrica floreci?":14
Un norteamericano lo constata con asombro: "En 1942, en vsperas de la colonizacin y
afincamiento de europeos en el Nuevo Mundo, Bolivia y Per albergaban civilizaciones ms
ricas y complejas que cualquiera de las existentes en Amrica del Norte. En 1700, tras dos
siglos de colonizacin, el ingreso per cpita en Amrica Latina continental era de 521 dlares, y
en lo que luego sera Estados Unidos, algo superior, de 527 dlares. Durante el siglo XVIII, la
isla de Cuba, con su produccin azucarera, era mucho ms rica que las colonias britnicas en el
11' K-Nun. 'Mkv.-k-.-j en Amrica i atih*. u ru u-mocracia d
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* * * / ' f
ue-ntro ae estudios pera desarrollo
norte del continente". 15 Adam Przeworski y Carolina Crvale explican, a partir del siguiente
cuadro, que ya en 1820 Estados Unidos nos duplicaba en ingreso per cpita y en 1870, nos
triplica.
Ingreso per cpita, 1700-2000
1700 1820 1870 1930 2000
Brasil 459 646 713 1.048 5.556
Mxico 568 759 674 1.618 7.218
AL* 521 701 756 1.873 5.844
EEUU 527 1.257 2.445 6.123 28.129
Ala/EEUU 0,99 0,56 0,31 0,31 0,21
* Promedios ponderados de la poblacin de los pases para los cuales se dispone de datos, 17 pases en 1700 y 1820 (no se incluyen Cuba ni la Repblica Dominicana); Brasil, Mxico, la Argentina, Uruguay y Venezuela en 1870: 13 pases en 1930; 18 pases en 2000. Fuente: Angus Maddison, op.cit., p. 114 y serie de datos de Maddison (2003). ~
A unos pocos aos del 2010, el ingreso per cpita de Estados Unidos, la Amrica anglosajona,
blanca y protestante, es cinco veces superior al promedio latinoamericano.
La pregunta es cundo se produjo la brecha? Para ello queremos plantearnos queremos
analizar en este informe la dura leccin del siglo XIX.
15Fukuyama, Francis; Introduccin; en: Fukuyama, Francis (compilador); La brech a entre Amr ica Latina y E stados Unidos; Opcit; pp. 23 16 Prseworski, Adam y Crvale, Carolina: Explica la poltica la brecha econmica entre Estados Unidos y Amrica Latina? En: Fukuyama, Francis (compilador); La brech a entre Amr ica Latina y E stados Unidos; Opcit; pp. 140
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Centro ce estudies cera e desarrollo
II.- El costo de la Independencia y de la inestabilidad po ltica
Adam Przeworsk y Carolina Crvale nos invitan a observar el siguiente cuadro. En este se
puede concluir que especialmente crticos para Amrica Latina fueron los perodos entre 1820 y
1870, por un lado, y 1981 al 2000. Especialmente fatdicas fueron las crisis de 1929 y 1973.
Tasas de crecimiento del PBI total, la poblacin y el PBI per cpita segn perodo.
PBI POB PBI pe
AL EEUU AL EEUU AL EEUU
1700-1870 0,84 3,12 0,68 2,20 0,14 0,92
1700-1820 0,77 2,67 0,55 1,94 0,22 0,73
1820-1870 1,02 4,21 1,07 2,83 -0,05 1,38
1871-2000 3,76 3,52 2,22 1,51 1,54 2,02
1871-1929 3,91 3,77 1,89 1,90 2,02 1,87
1930-2000 3,73 3,32 2,31 1,18 1,42 2,14
1930-1980 4,34 3,43 2,45 1,23 1,89 2,20
1981-2000 2,34 3,06 1,99 1,07 0,36 1,98
Nota: Hasta 1870, promedios ponderados de las tasas exponenciales del crecimiento de la poblacin. Despus de 1870, promedios no ponderados de las tasas de crecimiento de cada pas. Fuente: Angus Maddison, op. cit., p. 114 y serie de datos de Maddison (2003).''
Para algunos est claro que las guerras de independencia fueron mas costosas para Amrica
Latina, que para su vecino del norte. Si bien, en Estados Unidos, entre 1775 y 1800, el ingreso
per cpita cay alrededor del 7%, principalmente a raz de la disminucin de las exportaciones
agropecuarias, peor nos fue a nosotros. 18
Porqu?
17Prseworsk, Adam y Crvale, Carolina: Explica la poltica la brecha econmica entre Estados Unidos y Amrica Latina? En: Fukuyama, Francis (compilador); La brech a entre A m r ic a Latina y E st ados Unidos, Opcit; pp. 141
18 Ibidem.
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Centro de estudios psra e: desarrollo
Se ha sostenido que ias guerras de independencia en la Amrica espaola estuvieron
marcadas por hondas desigualdades sociales y raciales. Ello hicieron que las pugnas
redistributivas y la violencia del enfrentamiento fuesen peores. De hecho, desde antes del siglo
XIX encontramos intentos de romper con el yugo colonial espaol. En Per, por ejemplo, en
1544-1548 tenemos la revuelta de los encomenderos y entre 1780 y 1783 la rebelin panandina
de Tpac Amaru. Esta fue brutalmente reprimida.19 Un hondo temor se expendi por la lite
criolla ante la posibilidad que la independencia poltica fuese acompaada de revoluciones
raciales y sociales. De hecho, esto llev a la clase alta cubana apoyar la dominacin espaola
ante el temor de que la experiencia haitiana del primer gobierno negro se llegase a sus costas. 20Como seala Bouchard "En fin, parece ser que el sentimiento nacional inspir una buena
parte de la agitacin de los aos 1810-1830, sobre todo en su componente ms popular. Ese
sentimiento fue encarnado y estimulado por esos grandes dirigentes que fueron Jos de San
Martn, en Argentina, Francisco Miranda y Simn Bolvar, en la "Gran Colombia" (que dio origen
en realidad a Venezuela, Ecuador y la Colombia actual), Servando Teresa de Mier, Miguel
Hidalgo y Jos Mara Morelos, en Mxico".21
Si la poltica es el proceso a travs del cual hombres y mujeres que tienen intereses distintos y
diversidad de ideas resuelven sus conflictos en forma pacfica y pactan el orden civil, en tal
cosa, se trata de un fracaso poltico. Por qu? Sabemos que las colonias norteamericanas de
Gran Bretaa tenan una experiencia de autogobierno. Mal que mal, eran pobres y en ellas no
tena mayor inters la corona britnica. Los padres fundadores haban llegado a las costas del
pas del norte con el objeto de establecerse en forma definitiva, queriendo fundar la "nueva
Jerusaln", la ciudad en el monte. Al producirse la independencia, no hubo mayor quiebra de la
continuidad institucional y las fronteras se mantuvieron. 22 Por el contrario, la monarqua
espaola, codiciosa de las riquezas del nuevo mundo y temerosa de sus ansias de autonoma,
impidi tales experiencias (con el dbil y excepcional caso del cabildo). Peor aun, el espaol
slo no vio en las nuevas tierra, una patria nueva. Salvo aquellos, como los encomenderos,
19 Harvey, Robert; Los libertadores; Ocano; Mxico DF, 2002; pp.23 20 Chevalier, Francois; Amr ica Latina. De !a ind ep end encia a nuestros d as; Fondo de Cultura Econmica; Mxico; 2000; pp. 26 21 Bouchard, Gerard; G nesis de las n acion es y cu ltur as del Nuevo Mundo; Fondo de Cultura Econmica, Mxico, 2003; pp 22 Prseworski, Adam y Crvale, Carolina: Explica la poltica la brecha econmica entre Estados Unidos y Amrica Latina? En: Fukuyama, Francis (compilador); La brecha entre Amr ica Latina y E stados Unidos; Opcit; pp. 144
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u'jn oe tssluaws ohia e- ciesanoiio
cuya fortuna estaba unida ai continente, el resto de los espaoles queran retomar ricos a su
pas natal o continuar ascendiendo en la administracin metropolitana.
El estrechamiento de los controles polticos y la poltica proteccionista impuesta por la
burocracia espaola, en particular durante el reinado de Carlos III (1779-1788), provocaron la
marginacin poltica, social y econmica del criollo y su resentimiento en contra del espaol.
Como seala Gerard Bouchard "eso gener el criollismo, "que habra de aparecer por primera
vez en 1567 en Per, se asocia con el descontento de los descendientes de los conquistadores
que se vean privados de los favores de la administracin real y la Iglesia (funcin pblica,
mando militar, jerarqua eclesistica, etctera). Por definicin, el criollo era un ser ambiguo.
Para retomar las palabras de Simn Bolvar no era europeo ni indio, sino que estaba a medio
camino entre los dos. En 1549, Carlos V haba ya decretado que los mestizos no podan ejercer
cargos pblicos sin una licencia real. El rey tambin haba instituido la regla de la pureza de
sangre como condicin de acceso a la nobleza. Durante todo el periodo colonial, de 170
virreyes, nicamente cuatro fueron de origen criollo. Esa proporcin era de 14 de 602 en el caso
de los capitanes generales, gobernadores y presidentes y de 105 de 706 en el de los obispos y
arzobispos".23
As se ha sostenido que estas desigualdades iniciales significaron una pesada carga para el
desarrollo latinoamericano. Ello por tres razones: "1.- Las dotaciones de factores que los
colonizadores europeos encontraron en Amrica Latina slo poda ponerse en accin con
trabajo servil o esclavo, y, a su vez, la desigualdad jurdica dej un legado de desigualdad
econmica aun despus de abolida la esclavitud; 2.- Las instituciones polticas reproducan la
desigualdad econmica. Uno de los instrumentos mediante los cuales se mantuvo la
desigualdad fue la limitacin del sufragio. 3.- La desigualdad era contraria al desarrollo, ya que
los pobres no tenan acceso a los recursos productivos: "La mayor desigualdad de la riqueza
contribuy a la evolucin de instituciones que normalmente protegan a los privilegiados y, aun
despus de la abolicin de la esclavitud, limitaron las oportunidades de la masa de la poblacin
de participar plenamente en la economa comercial". A su vez, pensando en Estados Unidos,
Engerman y Sokoloff sostienen que "la mayor igualdad apoya, si no impulsa, procesos
23 Grard Bouchard G nesis de las naciones y cu ltu r a s del Nuevo Mundo Fondo de Cultura Econmica, Mxico, 2003.
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autiperpetuantes segn los cuales la expansin de los mercados provoca (y es provocada por)
un uso ms eficaz e intensivo de los recursos, economas de escala, ndices ms altos de
actividad inventiva y otras formas de acumulacin de capital humano, as como una creciente
especializacin segn los factores de la produccin.24
Las enormes riquezas minerales y agrcolas, sumados a una mano de obra amplia y servil,
sentaron las bases de una gran concentracin de las rentas econmicas. Ellas fueron la base
del monopolio del poder poltico y social, sobre el cual se bas la desigualdad social integral.
Robert Dahl ha demostrado que la afinidad entre capitalismo y democracia est dada por que
aquella, adecuadamente regulada, dispersa el poder econmico que evita el monopolio poltico.
Por el contrario, las economas centralmente planificadas demostraron cmo los recursos
econmicos eran transformados por los burcratas en poder poltico para controlar a la
ciudadana. 25Por ello Dahl sostiene que la democracia se desarroll en forma sostenida en
Estados Unidos, no as en Mxico, porque en el primer pas haba dispersin del poder territorial
y agrcola, y en el segundo concentracin26. En efecto, "A la luz de las cifras de Tat Vanhanen,
hasta 1850 la diferencia entre Amrica del Norte y Amrica Latina en lo tocante a la propiedad
de la tierra era notable. En Amrica Latina, el promedio de haciendas familiares era del 7,2%,
con un mnimo del 1% y un mximo del 25%. Al mismo tiempo, en Estados Unidos el 60% de
las haciendas pertenecan a familias, y en Canad, diecisiete aos despus, el 63%."27 Entre
1850 y 1970, la proporcin de haciendas familiares aument en promedio el 16,5% en los
pases latinoamericanos, dentro de un margen que va del 2% al 40% 28
Estas desigualdades sociales, tnicas y nacionales nos impactan hasta hoy.
24Prseworski, Adam y Crvale, Carolina: Explica la poltica la brecha econmica entre Estados Unidos y Amrica Latina? En: Fukuyama, Francis; Introduccin; en: Fukuyama, Francis (compilador); La brecha entre Amrica Latina y E stados Unidos; Opcit; pp. 151
5 Dahl, Robert; D emocracia. Una gua para los c iud a d a nos; Taurus; Buenos Aires; 1999; pp 187 y ss 26 Dahl, Robert; E ntrevista sobre el p lur a l ismo; Fondo de Cultura Buenos Aires; Argentina; 2003; pp 144 Dahl agrega que en Mxico no existi un sistema de derechos ms fuerte y radicado, ni una tradicin civil, "capital social", pues el derecho era jerrquico, burocrtico y desconoca la idea de asambleas ciudadanas que dictasen la ley. 7 Prseworski, Adam y Crvale, Carolina: Explica la poltica la brecha econmica entre Estados Unidos y Amrica
Latina? En: Fukuyama, Francis; Introduccin; en: Fukuyama, Francis (compilador); La brecha entre Amrica Latina y E stados Unidos; Opcit; pp 153
Prseworski, Adam y Crvale, Carolina: Explica la poltica la brecha econmica entre Estados Unidos y Amrica Latina? En: Fukuyama, Francis; Introduccin; en: Fukuyama, Francis (compilador); La brecha entre Amrica Latina y E stados Unidos; Opcit; pp 153
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CeniO de esludios cera e desarrollo
Desigualdad de ingresos en algunos pases latinoamericanos como proporcin de la
desigualdad de ingresos en Estados Unidos, c. 200029
Argentina Brasil Colombia Chile Mxico Corea del
Sur
Japn
128 145 141 140 134 77 61
Distribucin del Ingreso en Amrica Latina, 2002
% p o b l a c i n % d e l I n g r e s o N a c i o n a l T o t a ! q u e r e c i b e c a d a s e c t o r d e l a p o b l a c i n
29 Domnguez, Jorge; La brecha en el desarrollo de Estados Unidos y Amrica Latina desde la segunda mitad de! siglo XX. En: Fukuyama, Francis; Introduccin; en: Fukuyama, Francis (compilador); La brecha entre Amrica Latina y Estados Unidos; Opcit; pp. 103
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Centro de estonios oara
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Centro ae esticos pera e; desarroSo
III.- El dbil repub lican ismo latinoamericano como causa del subd esarro llo
Bemard Manin nos ha r4ecordado que mientras se gestaba el ideario independentista, dos
corrientes polticas se desarrollaban con gran vigor: republicanos y liberales. Los primeros,
herederos de la polis griega y de la civtas romana, se sentan adems "herederos de
Maquiavelo y del humanismo cvico del Renacimiento, quienes ven en la participacin en el
gobierno de la ciudad la forma ms elevada de la realizacin humana. Su ideal es el del
ciudadano libre e independiente, no sometido a los poderosos ni servil con ellos y capaz de
entregarse al bien comn, sacrificando de ser necesario sus propios intereses inmediatos, su
vida misma, para defender la independencia de una ciudad que se gobierna a s misma. El
ciudadano propietario de su tierra, garanta econmica de su independencia, que participa en la
vida poltica y toma las armas cuando la ciudad lo llama, aparece aqu como la figura
emblemtica".34
El republicanismo hunde sus races en la filosofa de Aristteles, el pensamiento moral de
Cicern y la historia de la Roma republicana contada por Salustio y Tito Livio. Aristteles y
Cicern asistieron a la crisis de los gobiernos populares de sus tiempos. La idea republicana
resurgi con las ciudades-repblica italianas en las ltimas dcadas del siglo XL Municipios del
norte de Italia desafiaron la soberana papal y el poder imperial. As es como nombraron a sus
propios "cnsules" o dirigentes polticos. Se opusieron "a la dea dominante de que el gobierno
deba ser considerado como una forma de poder otorgada por la gracia de Dios y, por tanto,
que la monarqua hereditaria deba ser reconocida como la nica forma de gobierno legtima"35
Como seala David Held, "El elemento central de la argumentacin republicana renacentista era
que la libertad de una comunidad poltica se basaba en que la nica autoridad a la que haba
que dar cuentas era la propia comunidad (...) El ms alto ideal poltico es la libertad cvica de un
pueblo autogobernado e independiente".36
j 4 Manin, Bemard ; Montesqu ieu, la repbl ica y el comerc io ; En: Agui lar , Jos Antonio y Rojas, (coordinadores); E l r e p u b l i c a n i s m o e n H i s p a n o a m r i c a ; Fondo de Cul tura Econmica ; Mxico; Mx ico DF; 2002; pp. 13
S k p i o . Q u e r ; ' , 'Las - i ^pub ' icas ; j!;:j ..;t;\ en I X n n , Jchn, D e m o c r a c i a . ! v ia jo i n a c a b a d o : 50-3 A.C, y 1S93 D.C : LvisUvOi-, ! 1000 pp 70
K d O . Odvu'i ;700 n M o t k - k K ; d
-
,entro oe estudios cera e desarrollo
Maquiavelo es hijo de esta tradicin que admira en su ciudad de Florencia. En sus Discursos
sobre la Primera Dcada de Tito Livio realiza la tarea de analizar cmo una pequea ciudad fue
capaz de gobernar el mundo. De lo que se trataba era lograr que los gobernantes jams dejaran
de sentir simples representantes asalariados del pueblo. El pueblo, por su parte, debe asumir la
actitud y el papel del supremo legislador velando por el bien de la comunidad y no de un
pequeo grupo. El gobernante supremo deba defender el honor, la grandeza y el bienestar de
toda ciudad puesta bajo su mando. Esa grandeza slo poda alcanzarse mediante la promocin
de la libertad e igualdad de todos los ciudadanos. Estos deban amar su libertad y buscar la
gloria o grandeza republicana. Eso hara crecer el dominio y la riqueza de la ciudad. Si la virtud
cvica reina y la libertad est garantizada, los hombres se lanzan gozosos a generar riqueza y
promover el progreso personal y pblico. En suma, la libertad entendida como autogobierno de
la sociedad generara riqueza y grandeza. As, en el Libro Segundo de los Discursos de
Maquiavelo: "Y es algo verdaderamente maravilloso considerar a cunta grandeza lleg Atenas
por espacio de cien aos, porque se liber de la tirana de Pisstrato. Pero lo ms maravilloso
de todo es contemplar cunta grandeza alcanz Roma despus de liberarse de sus reyes".37
No es de extraar que este pensamiento viera con extrema desconfianza no slo al tirano o al
monarca, sino que tambin al ciudadano perezoso que es capaz de olvidar sus deberes con tal
que un "autoritario y buen gobernante" le garantice tranquilidad y prosperidad. Ello pues para el
republicano la libertad era valiosa en s misma. Adems ese "buen gobernante" rpidamente se
convertira en tirano, legislando en su inters, acabando a la larga con la grandeza de la ciudad.
Como hemos visto, la historia de Roma era la demostracin palpable de la fortuna de un
pensamiento que ligaba la libertad con la virtud cvica y que haca de la participacin poltica
motor del honor personal y de la conquista militar. Para un romano "dulce y decoroso era morir
por la patria". Y, por lo mismo, "la libertad significaba libertad respecto al poder arbitrario de los
tiranos, junto con el derecho de los ciudadanos a administrar sus propios asuntos comunes
participando en el gobierno. "Virtud" significaba patriotismo y espritu pblico, una heroica
disposicin a buscar el bien comn por encima de los intereses de uno mismo o de la propia
familia".38
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Interesa destacar tambin que el republicanismo no slo vea en la tirana del autcrata ni en la
apata ciudadana sus enemigos. Tambin desarrollaba un consistente alegato en contra de las
facciones. Cuando el pueblo era dirigido por lderes y partidos que slo buscaban su propio
inters, desapareca la virtud y llegaba la debilitadora corrupcin. Ntese que los republicanos
como Maquiavelo no crean en una ciudad monista, pues crean que del disenso y de la
deliberacin saldran leyes ms justas y gobiernos ms fuertes. El punto s era que el inters
general deba imponerse finalmente. Por eso Maquiavelo puso el acento en que el gobierno
popular y la participacin poltica con la bsqueda del bienestar general y la gloria cvica. Slo
as la ciudad se mantendra fuerte, independiente y dotada de autogobierno.
Montesquieu es un autor que analiza la viabilidad de este rgimen poltico. Para que este
existiese y fuese fuerte se requera de un determinado "principio", cimiento y motor a la vez del
edificio republicano: el patriotismo como virtud. Se trataba y trata del "amor a la patria y a las
leyes"39, de "preferir, "siempre el bien pblico al bien propio"40 Por qu era tan importante el
patriotismo? Montesquieu presenta al rgimen republicano en tensin con otras formas buenas
de gobierno como lo era la monarqua. Pero tambin tema el orden desptico, del tirano. Tanto
el tirano como el monarca no iban a tener problemas para hacer cumplir la ley, pues finalmente
a ellos no los obligara. Lo mismo ocurra con la nobleza. "Pero en un Estado popular no basta
la vigencia de las leyes ni el brazo del prncipe siempre levantado; se necesita un resorte ms
que es la virtud". (...) (...) "En un gobierno popular, en el que hacen ejecutar las leyes los que
estn a ellas sometidos y han de soportar su peso".41 Se trataba nada menos que los propios
detentadores del poder se reprimieran a s mismo.
La cuestin es entonces lograr que las leyes gobernasen estable y efectivamente el cuerpo
social y que ellas fuesen generales, al aplicarse a todos por igual y en aras del inters pblico.
Cmo lograr lo anterior cuando su aplicacin supona pagar costos? En estos casos, puede
resultar abrumadora la tentacin de dejarlas sin efecto. Sobre todo que siempre ser escuchado
el argumento en orden a el Bien Comn se puede lograr sin aplicar las reglas preestablecidas,
sino que de manera tan discrecional como bien intencionada. La solucin que Montesquieu
39 Manin, Bernard; Montesquieu, la repblica y el comercio; En: Aguilar, Jos Antonio y Rojas, (coordinadores); El republicanismo en Hispanoamrica; Opcit; pp. 15 40 Ibidem. pp. 16
41 Ibidem, pp. 19
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centro oc csiuaos para e desarrollo
Pero lamentablemente nos quedamos con una concepcin "dbil' y "epidrmica" que result ser
extraordinariamente dbil a la hora ds enfrentarse a ios hombres de ooder. a los
concentradores de monopolios y arbitrariedades. Edificamos regmenes polticos basados en
constituciones escritas que establecan !a separacin de los poderes, los gobiernos electivos,
derechos individuales e igualdad jurdica. Pero olvidamos que sin espritu y pasin republicana,
haba construido sobre barro y creado un cuerpo sin alma.
Sobre este fracaso se edifican nuestras actuales repblicas que alguien, por all por 1998,
caracterizaba como "sociedades desintegradas", "Estados frgiles", "Democracias inciertas" y
"economas vulnerables"45
IV.- C onclusion es
La poltica s importa. La experiencia latinoamericana del siglo XIX lo demuestra a las claras.
Sociedades que tenan todas las condiciones para desarrollarse, se frustraron por diversos
motivos. Uno de los cuales fue nuestra incapacidad de dotar de instituciones, es decir, s son
pautas de conductas estables, valoradas y recurrentes. Debimos haber institucionalizado
repblicas densas, mediante el proceso por el que las organizaciones y los procedimientos
adquieren valor y estabilidad. Se trata de infundir valor al respeto a la ley ordenada a la
articulacin de los intereses sociales y la satisfaccin de necesidades comunes. Slo as
pudimos haber detenido conductas individualistas y egostas.
45 Favre, Henri; L ' A m r iq u e Latine; Flammarion; Francia; 1998
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