Cahiers Du Cinema Espana

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  • 7/26/2019 Cahiers Du Cinema Espana

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    A la izqda., una imagen deLos lmitesd el control^de JimJarmuscli;

    a

    la dcha.,un pianode Malditosbastardos deQuentin Tarantino

    6.

    G R A N A N G U LA R

    La

    venganza

    es

    intil

    Adrin

    Martin

    Quent in

    Tarant ino

    Entrevista

    Quentin Tarantino

    CharlotteGarson

    /

    Thierry

    Mranger

    Crtica'Malditos bastardos'

    Carfos

    F

    Heredero

    Eltiempo dilatado

    ngel

    Quintana

    Queridsimos

    verdugos

    RobertoCueto

    Ji m Jarmuscl i

    Entrevista

    Jim Jarmusch

    GavinSmith

    Crtica'Los lmites del control'

    JaimePena

    31. SCANNER

    C a m i n a n d o

    s o b r e la

    Luna

    Adrin

    Martin

    32.

    C U A D ER N O C R T IC O

    Let's

    Get

    Lost

    Gonzalode

    Lucas

    A s h e sofT ime

    Redux

    RobertoCueto

    Distrito9Jean-PhilippeTess

    Si lacosa

    funciona

    ngelQuintana

    H a z m e

    rer

    Jonathan Rosenbaum

    Dest ino:Woo dstock

    CarfosReviriego

    50.

    R E S O N A N C I A S

    La luz delOeste

    Carlos

    Reviriego

    53.

    C U A D E R N O

    DE

    A C TU A LID A D

    Festivales

    LocarnoJaime

    Pena

    Vila

    do

    CondeJaimePena

    FidMarseille

    Gonzalo

    de

    Pedro

    Adelanto programacin de

    San

    SebastinJara

    Yez

    Informe

    Encrucijadasdel cine mexicano

    Fernanda

    Solrzano

    63. F IRMA INVITADA

    Lacuenta

    de la

    vieja

    IsakiLacuesta

    64. MED IA TEC A

    DVD

    Eldiario de los muertos

    ngelQuintana

    EntrevistaGeorge A.

    Romero

    Giulia

    DAgnolo

    Vallan

    Libros

    Le Corps

    du cinema

    FranBenavente

    73. LO

    V IEJO

    Y LON U E V O

    No

    has

    v isto nada

    en

    Treblinka

    SantosZunzunegui

    74. I T INERARIOS

    Encruci jadas

    de la

    critica

    / 11

    CrticavsAnlisis: los lmites de la

    interpretacin

    Francisco

    Javier

    Gmez

    Tarn

    Peter

    Wa tk ins

    Las

    mltiples revoluciones implcitas

    en 'La Commune'

    ngel

    Quintana

    81.

    DOSSIER ESPECIAL

    U N PER R O A N D A LU Z

    La

    sintona de dos imaginarios

    RomnGubern

    Buel y el cine surrealista

    JacquesRancire

    No

    mirars

    Jordi Costa

    Buuel y los lmites

    de(l)

    su (r)realismo

    Jenaro Talens

    Apuntes sobre la sonorizacin

    Ferrn Albericl^

    Formas

    que dialogan

    Pedro Poyato

    La

    dimensin internacional

    y

    vanguardista

    Manuel

    Palacio

    El

    eslabn perdido

    SantosZunzunegui

    Cuidadocon el perro, imuerde

    Jean Vigo

    Otraportada

    posible

    para este

    nmero deCahiers-Espaa

    En

    portada; Quentin Tarantino (arriba)

    y Jim Jarmusch

    (abajo)

    en los

    rodajes respectivos

    d e Malditos tjastardosyL os lmitesdel control

    C A H I E R S D U C I l E y A E S P A I A S E P T I E M B R E 2 9 3

  • 7/26/2019 Cahiers Du Cinema Espana

    3/90

    Director

    Carlos F. Heredero

    Redactor Jefe:

    Carlos Reviriego

    C oor d i na dor

    en Catalua:ngel Quintana

    Consejo d eredaccin:Asier Aranzubia Cob, Fran Benavente, Roberto

    Cueto, Jos

    Antonio

    Hurtado, Eulalia Iglesias, Jos

    Manuel

    Lpez, Carlos

    Losilla, Gonzalo de Lucas, Jos Enrique Monterde, Gonzalo dePedro,

    Jaime Pena,Antonio Santamarina

    Redacc in:Jara Yez

    Secretarla deredaccin:

    Azucena Garanto

    Direccin

    de

    arte

    y

    maquetacin:ngel Ibez

    Documentac inyProduccin:

    Pedro Medina

    Consejo Edi tor ia l: Jordi Bail, Domnec Font, Jean-Michel Frodon,

    Leonardo Garca Tsao, Romn Gu bern, Adrin

    Martin,

    David Oubia,

    Manue Prez Estremera, Jos Mara Prado, Jonathan Rosenbaum,

    Jenaro Talens, Santos Zunzunegui

    Colaboraneneste nmero

    Textos:

    Ferrn Alberich, Fernando Bernal, Jordi Costa, Giulia D Agnolo

    Vallan, Javier Garmar, Charlotte Garson, Francisco Javier Gmez

    Tarfn, Romn Gubern,

    Isaki

    Lacuesta, Adrin Martin, Thierry Mranger,

    Lourdes Monterrublo, David Oubia, Manuel Palacio, Pedro Poyato,

    Jacques Rancire, Jonathan Rosenbaum, Santiago Rubn

    de

    Celia,

    Diego Salgado, Gavin Smith, Fernanda Solrzano, Jenaro Talens, Jea n-

    PhilippeTess,Jean Vigo, Santos Zunzunegui

    Traduccin:Antonio

    Francisco Rodrguez Esteban, Carlos Reviriego,

    Natalia

    Ruiz

    Proyecto grf ico:

    Pablo Rubio/ Erretrs Diseo

    R E D A C C I N

    C / Soria, n 9,4 piso

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    Calman

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    S.L.

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    P U B LI C I D A D

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    S U S C R I P C I O N E S

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    enbibliotecas, cenfros culturalesyuniversidades de Es

    paa,

    para

    la

    totalidad

    de los

    nmeros

    editadosen el ao.

    Independencia

    (2)

    Carlos

    F. Heredero

    Decamos

    ayer...Ha

    pasado

    un trridoverano,

    las carteleras han sufrido

    un empacho ca lenturiento de banalidades, com ienza el nuevo curso y

    nos encontramos, otra

    vez, con

    dos estrenos que nos

    devuelvenalterri

    toriodel cine independiente americano.

    All

    donde

    Michael Mann

    y

    Gus Van

    Sant nos daban

    pie,

    el pasado mes de

    julio,

    para establecer un

    flagrante contraste entre dos modelos situados casi en las antpodas,

    ahoraQuentinTarantinoy Jim Jarmuschvienenapropiciarunadico

    toma no menos ostensible.

    Y

    ahora tambin, de

    nuevo,

    ese mismo

    con

    trastealberga en supropianaturaleza reveladorasysimultneaspautas

    de confluencia

    ydivergencia

    que merece la pena contemplar.

    Sedalacuriosacircunstanciade que tantoMalditosbastardos(Taran-

    tino)

    como

    Los lmitesdel

    control(Jarmu sch) acceden a lassalasespa

    olas distribuidas po r la misma y poderosa

    major

    y despus de pasar,

    ambos cineastas, por elFestival

    de

    Sebastin,

    al

    que llegan acompa

    ando

    a

    sus respectivaspelculas. Produc ida

    la

    pr imera bajo

    el

    paraguas

    del

    estridente tycoonindependiente

    HarveyWeinstein(Miramax)

    y la

    segunda

    por elpropio

    Jarmusch(Pointblank)y

    por

    una pequea compa

    ajaponesa (EntertainmentFarm),con elrespaldo financiero de Focus

    Features

    y

    James Schamus

    (colaborador

    habitual de

    Ang Lee y

    produc

    tor, a su vez, deDestino:Woodstock,otro estreno de septiem bre), las "dos

    pelculas surgen de impulsos industriales de

    muy

    diferente envergadura

    yse

    dirigen

    a segmentos de audiencia que comparten zonas comunes,

    pero que son m uy distintos en superfily en su amplitud.

    Las dos pelculas se ocupan de contar, a suvez, sendos itinerarios de

    venganza,

    pero

    lo

    hacen -com o sugiereAdrin

    Martin-

    desde perspec

    tivas narrativas y ticas prcticamente opuestas, de la misma manera

    que el estilo

    hiperblicoyexhibicionista

    de Tarantino contrasta con

    elintrovertido

    vacoy con el despojamiento de Jarmusch (Jaime Pena

    dixit). Uno y otro afirman con voluntad de hierr o sus respectivos

    uni

    versos flmicos y apuestan con valenta casi kamikaze po r diferentes,

    pero igualmente heterodoxas co nstrucciones formales

    y

    narrativas. Son

    dos opciones, dos caminos que

    vienen

    a enriqu ecer ese paisaje hetero

    gneo que dibuja,hoyen da, el cine independiente americano.

    Tarantino

    y

    Jarmusc h ofrecen dos obras que -desde una perspectiva

    industrial-

    se sitan en

    un territorio

    intermedio entre el

    Michael Mann

    deEnemigos

    pblicosy el Gus Van

    Sant de

    ParanoidPark,

    pero las cua

    tro

    nos obligan a sealar, una

    vez

    ms, lavitalidad creativa

    y

    la radical

    modernidad con las que

    se

    expresan diferentes opciones y estilos que

    arraigan en

    laproduccin

    norteamericana actual.

    Se

    puede

    no

    tener los

    medios que hansidopuestos adisposicindeMannydeTarantino,por

    supuesto, pero

    Gus \"an

    Sant

    y Jim

    Jarmu sch no han necesitado m ucho

    dineropara atreverse aexplorarcaminos tan personales como estimu

    lantes.

    Algo

    no

    demasiado

    diferente,

    en

    definitiva,

    de las condiciones

    enlas que trabajany del

    riesgo

    queasumen, en Espaa, otros cineastas

    presentes tambin en

    San

    Sebastin,como

    Isaki

    Lacuesta

    y

    Javier

    Rebo

    llo,

    a losquesin

    duda

    ser necesariovolverel mes que

    viene.

    C I N I E R S

    DU

    C I I E > E S P A I A S E P T I E M B R E 2 0 09

    http://www.calmanediciones.es/mailto:[email protected]:[email protected]:[email protected]:[email protected]://www.calmanediciones.es/
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    GRANANGULAR

    Quent in

    Tarantino

    yJ i m Jarmusch.Malditos bastardos y Los lmites del control.

    D o s cineastas

    y dos pelculas que lle gan a las

    salas

    tras

    pasar p or el festival de San

    Sebastin y cuya con fron tacin sugieretantosparalelismos como divergencias.

    La venganza esintil

    ADRIN MARTIN

    E x i s t e n muchas y sorprendentes afi

    n idades en t re

    Malditos bastardos

    ( In g l o u r i o u s Bas te rds ) , de Quen t in

    Tarantino,yLos/imites

    deZ

    centro/(The

    Limi t s

    o f

    Cont ro l ) ,

    de J im Jarm usch .

    Ambas pelculas

    estn

    situadas

    y

    se han

    rodado en Europa, y se benefician de

    una financiacin no americana.

    E n

    los

    dos filmes se escuchan mltiples

    idio

    mas y vario s de sus mejores mo men

    tos t iene n relac in con los problemas

    de comunicac in intercul tural ,desde

    B r a d P i t t rumiando "buongiorno" a

    Isaach De Bankol t ratando de pedir

    dos "expresos" po r separado. La s dos

    pelculas son, de formaexplcita,par

    bolas sobre el prop io cine: Tara nt ino

    apunta hacia una gran metfora al

    estilo Samuel Fuller,una pelcula que

    se inflama de llamas justicier as

    llevn

    dose por delante a todos los villan os;

    mientras que Jarmusch

    hace

    que sus

    personajes hablen sobre el placer de

    las pelculas que te dejan apreciar los

    detalles de lav idaordin aria, como es

    exactamente la pelcu la que l mism o realiza.

    Ambas historias tratan de

    asesinos

    profesionales, y en

    ambas

    se

    desliza

    una fugaz pero poderosa

    alusin

    a nuestra era co ntem

    pornea: B ankol en Espaa, y los Bastardos e n la Francia ocu

    pada, todos ellos son considerados "terroristas" por las malignas

    fuerzas del conservadu rismo:B i l l M u r r a ycomo unpolticoame

    ricano a loDickCheney , Chr i s toph

    Wal tz

    como el m aquinador

    y

    sdico naziCorone lLanda .

    Y ,

    finalmente, las dos pelcula s tra

    tan sobre

    la

    ven ganza . Pero es en

    este

    punto en el que realmente

    ambas

    toman cam inos separados.

    ParaTarantino,

    l a

    ve nganz a se haconvertidoen su

    tema

    domi

    nante, quizs elnico. Ki

    Bill,

    DeathProof y ahora

    Malditos bas

    tardos

    ponen en escena su teorema preferido: anunciar el plan

    de venganza de un personaje, ofrecer una razn persuasiva

    parallevarloa cabo, seguir meticulosamente cada uno de suspasos

    y, finalmente, dar alespectador elorgsmico placer deverlocom

    pleto y elaboradamente

    cumplido.

    E lt tulo del film de Imamura

    Trase l11 S,la venganza seha convertido

    en el

    nicotema

    6 C A H I E R S D U C I N E M A E S P A A / S E P T I E M B R E 2 9

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    QUENTIN TARANTINO/JIM JARMUSCH

    parece habe r pro duc ido un efecto del i rante en l : sus pelculas

    se han con ver t ido enestticas fbulas de

    v io lenc ia

    sin trabas,

    aunque just i ficada por una coartada moral . E l derecho a"devol

    v e r

    e lgolpe"-qu e t iene un importante peso en la

    ideologa

    y en

    la psique nortea meric ana- supera cualquier barrera material en

    suspelculas:geografa,

    idioma, cultura, dinero.

    L os

    factores ms

    complicados seel iminan:al reduc ir la Segunda

    Guerra Mundia l

    a una luc ha entre u n malvado nazi(mascul ino)y una

    jud a

    agra

    viada (femenina), Tarantino se las apaa para, milagrosamente,

    obliterar la Resistencia francesa

    A u n q u eJa rmu sch com enz en los aos

    setenta

    y Tarant ino

    se mater ia l i z a pr inc ip ios de los noventa , l a perc epc in que

    lo s espectad ores tien en de ellos es similar, en el sentid o de que

    so n " in ter tex tual i s t as" amer icanos , posmodernos que regre

    san a las here ncias del

    H o l l y w o o d

    clsico, slo que filtrado

    ste

    para Tarantino;mientras que Jarm us ch se ha suavizado

    p o r

    las reinvencion es de dichas herencias ofrecidas por cineas

    tas europeos y asit icos. En

    Malditos bastardos,

    Tarant ino es

    feliz

    al

    rev iv i r esta

    imagen pblica : amalgamando picas

    bl i

    cas que van desde Samuel

    F u l l e r

    y R o b e r t

    A l d r i c h

    a J o h n

    W o o y

    E n z o

    G . C aste llari, allana el pastiche de citas gen ricas

    c o n un compr ens ivo es t i lo de

    cartoon

    que toma prestado de

    SergioL eo n e . P e ro este es film a la man era de Leo ne ; no es

    Erase

    una vez enAmrica

    (1984).

    Jarm usch toma u n camino menos familiar, y deestemodo se

    arriesga a perder muchos fieles.

    Los imites del control

    ( u ndel i

    cadamente est i l izado docum ento de arqui tectura, luz y ri tuales

    cot id ianos)

    es

    bastante

    ms parecido a

    En la ciudad de

    Sylvia

    (2007) que a A

    quemarropa

    (Po int Blank,

    1967).E n su argumento

    estrictamente minimalis ta, la pel cu la reco rre todo un cam ino

    de retorno a su prime r largometraje, el experim ental Permanen

    Vacation (1980). Jacques Rive t te es una influe ncia poderosa :

    Pars nous appartient

    (1960),

    Duelle

    (1976)y

    Secret dfense

    (1997)

    so n todas ellas recicladas de un mo do deliberad amen te anacr

    nico.Los imites del controles una pelculasin telfonos m viles

    n i ordenadores, s in suspense y s in accin. En lugar de armas,

    ha y

    guitarras; en lugar de peleas, hay flamenco. Convivencierta

    mente algunos elementos de gnero (una

    femmefatale

    desnuda,

    u n

    agente atraca do e n la calle, mensajes cifrado s y diama ntes

    transportados en una caja decerillas),pero

    estos

    estn

    relat ivi-

    zados, ecualizado s: las traiciones y lo s secuestros no se muestran

    co n ma yor dramatism o que com o se filma a Bankol a ndando

    p o r las calles, o sus much as c onve rsacio nes, perezosa s y me di

    tabundas, con extraos.

    N i Malditos bastardos

    n i

    Los imites del control

    nos muestran

    a sus directo res en su mejor forma. E l enrgico entretenimiento

    de Tarant ino deja expuestas las debi l idades de sus construc

    ciones narrat ivas, una vez que los habi tuales sal tos y combi

    naciones t emporales y o t ros t rucos

    estn

    ausentes.

    Ta rant ino dota con e l

    mismo peso y figura, de forma repe

    titiva, a cada escena-tab/eux: siempre

    el mismo suspense dilatado, el mismo

    dilogoexte ndido , el mismo despl ie

    gue dearmasa la mexicana, el m ismo

    es ta l l ido cat ico de muer te y cata

    clismo. Acasoel cine deTaran t inoha

    caminado haciaatrs desde su adap

    t a c i n d e l

    Jackie Brown

    d e E l m o re

    L e o n a r d , s u n i ca p e l cu l a co n u n

    fuerte subtextopol t ico-racial ,por no

    men ciona r la his toria de amor adul ta

    que tiene en su centro?

    E n

    cont ras te .

    Los lmites del con

    trol e s u n f i l m a d m i r a b l e m e n t e

    am b i c i o s o , p e ro t am b i n d e l g ad o

    y

    s u p e r f i c i a l . A l co n t r a r i o d e Dead

    Man, l a obra maes t ra que Jarm usc h

    todavadebe igualar, es una pel cu la

    que mues t ra todas sus joyas en un

    n i c o v i s i o n ad o . E neste sent ido, se

    parece mucho a

    Malditos bastardos.

    P ero u n e s p ec f i co , e s p l n d i d o

    d e t a l l e

    ausente

    c o l o c a

    Los limites

    del control

    d i rectamente en confrontacin y por encima de

    Malditos

    bastados.

    E l

    cd igo de acci n viole nta y de suspense

    de Ta ran t ino se exp resa p or s so lo , sobre todo , en su min u

    ciosa

    obsesin c on las

    entradas

    y las salidas: c mo sus asesinos

    entr an y salen del stano de u n ba r o de un a sala de cine. Pero el

    sol i tar io samurai de Jarmusch slo necesi ta mirar con calma a

    u n

    edificio

    mil i tar norteamericano de alta seguridad para pene

    trar instantneamente en l : co mo un fantasma, aparece entre

    sus paredes, y despus, de la mism a manera, escapa, desapa

    rece, huye. L a ven gan za le pertenece a l (o a quie nqu iera que

    le haya cont ra tado) , pero

    esta

    venganza es, despus de todo,

    int i l :

    no resuelve nada, no cambia nada. Puede que

    Los limi

    tes del control

    n o sea una obra maestra v angua rdista, pero a su

    modo , amableme nte resistente, s logr a ofrecer aq uello que Petr

    K r l

    u na vez l lam"una imagen secreta del mundo".

    Traduccin:

    Carlos Reviriego

    C A H I E R S O U C I N E M A E S P A A / S E P T I E M B R E 2 D D 9 7

  • 7/26/2019 Cahiers Du Cinema Espana

    6/90

    GRANANGULAR

    C u a n d o p resen t

    Death Proofen

    Cannes , en 2007, Q u e n t i n

    T a r a n t i n o

    conced i a

    Cahiers du cinema

    una larga entrevis ta

    a l a que quer a dar co n t inu idad .

    A h o r a

    repasa aqu , a prop

    sito de

    Malditos bastardos,

    su relacin con los gneros y con

    las historias: los relatos escritos y filmados, y el lugar que en

    el los ocup an los personajes , pero tam bin la his tor ia del cine

    y la "gran His to r ia" . . . . . . .

    Hace dos aos declar a

    Cahiers du cinema

    que

    Deatli

    Proof

    era "u n

    punto

    de inflexin",

    peroMalditos

    bastardos

    es

    un

    proyecto

    mucho ms

    antiguo. Es

    una vuelta atrs,

    antes

    d elviraje

    grindfiouse?

    Permtame cambiar de metfora, ya que han

    pasado

    dos aos:

    para m

    Malditos bastardos

    e ra una montaa .

    A h o r a

    que he

    subido a el la con suma dif icul tad y he plantado mi bandera

    en la cima, contemplo lasmontaas de alrededor. Necesi taba

    l iberarm e de ese p r oyec to , escr ib i r lo , aun cuand o en aquel

    mom ento no sabia s i pod ra hacer una pel cula con aquello . No

    lograba a\-anzar sin retomarlo y

    conclu i r lo .

    Hace ms de diez

    aos, cuando empec, la his toria era muy diferente. Trabaj

    dos

    aos

    en el la , y el relato adq uiri una dim ensi n abruma

    dora. Era un

    folletn.

    T u v eque d ejarlo a un lado y rodar los dos

    Kill

    Bill.

    E n ese mom ento me di cuenta de que

    deseaba

    hacer

    una pe l cu la . En ton ces escr ib o t ra h i s to r i a con los m ismos

    personajes,

    lo s

    mismos

    temas,

    e imag in una mis in al esti lo de

    Los

    caones deNavarone ( J .Lee Th om ps on , 1961): el sabotaje

    de unpreestreno nazi en un cine del Pars ocupado. La pel

    cula

    e n la qDCn n g rupo de hombres , un pe lo tn ,parte en una

    misinal

    stiloUloce

    de/paftuZo (R .Aldr i ch , 1967), es slo uno

    de losge n e r as

    que

    abordo, evidentemen te. M i t rabajo c on los

    gneros es ' * J H H E nKill Bill, cada cap tu lo co r responde

    a la entrad a de la he ro na en un nuev o gnero. Este aspecto

    es menos

    p r a a ^ K i a d o

    enMalditos bastardos, pero me gusta

    c o n c e b i r

    n a

    O M n como una novela, con cap tulos , para que

    8 C A H I E R S D U C I N E M A E S P A A / S E P T I E M B R E 2 9

  • 7/26/2019 Cahiers Du Cinema Espana

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    sean mu y diferentes y tengan u na atmsfera dist inta.Aqu , los

    gneros so n otros, pero los dos primero s cap tulos t ienen una

    tonal idad de

    western,

    e inclu so de

    spagueti-western,

    y el ter

    cero corresponder a a un film francs. Y a par t i r del cap tu lo

    cuarto, nos encontramos anteu n film de mis in blica . E lin i

    ci o del cuarto po dra ser la ober tura de un film de gnero.

    Por

    qu

    Francia?

    L e tengo ms cario a Fran cia que a Polonia o Checoslov aquia.

    Adems , es un pa s apropiado para una h i s tor ia cons t ru ida

    alred edor de un cine, impre gnad a po r el amor al cine. Pero, en

    part icular, porque los nazis ocuparon Francia, como los japo

    neses C h in a , contrariamente al modo en que los japoneses

    ocu paro n F i l ip ina s o Bi rmania . Qu iero deci r que era pos ib le

    exis t i r

    al marge n de la esclav i tud durante la

    O c u p a c i n .

    Po r lo

    tanto, tena ms libertad con mis personajes, que no se encuen

    tran sometidos a una presi n constante.

    Su

    herona, Shosa nna Dreyfus(MlanieLaurent)consigue

    escaparde los

    nazis,

    al contrarioque su familia. Y

    poste-

    riormente decidevengar a los

    judos.

    La relaci n co n la

    Novia de

    Kill Bill

    pareceevidente.

    E n m i p r i m era

    ve r s in ,

    imagin a Shosanna como una Juana

    de

    A r c o

    juda.

    E ra ms b ien

    bad ass,

    lanzaba ccteles

    Molo tov

    y disparaba con carabina a los camiones nazis; se escapaba

    c o r r i e n d o por los tejados. Por l t imo, t ransfer este p e r s o

    naje a laN o v i ade

    Kill

    Bill; en la reescr i tura, se parec an dema

    siado. Co nv er t a Shosan na en un personaje ms real is ta. Es

    u n a

    superv iv ien te ,

    no unabad ass.Sin embargo, en el p eque o

    film que rueda para presentar su atentado en el cine,

    aparece

    en prim er plano en pantal la, con las l lamas lam indole el ros

    t ro: la imagen de Jua na deA r c o permanece... A l mismo t iempo

    es el diablo,B ig Brother. . .

    Las referenciasalcinedegnero,aDoce de lpatbulo y a la

    serieB nos

    parecencasi superficiales.Pensamos

    ms bien

    en Ser o no ser,

    de

    Lubitsch,

    b asada en el teatro en una

    pocaen la que

    simular

    e s

    cuestin

    d e

    vida

    o muerte.

    M e enorgu llece especialmente que algunas de misescenascmi

    cas tengan un l igero toque de Ser o no ser (1942), en especial

    el desayuno c on Goebbels . Y Sylves terGro t h , que interpreta

    a Goebb els, es realm ente bue no. E n efecto, las pelculas

    ame

    ricanas de losaos cuarenta son las que ms han influido en

    Malditos bastardos,

    por ejemplo, las de Lonide

    Moguy,

    aquel

    ruso e xiliad o en Pars y luego en Estad os Unidos ,donde dirigi

    ParsAfter Dark (1943) y

    Aventura en

    Arabia (1944), co n Geo rge

    Sanders, formidable. Me enamor de aquellos filmes antinazis,

    en su mayor

    parte

    rodados por europeosexiliadosenH ol lywood,

    como Jules Dassin

    (Nazi

    Agent,

    1942;

    Reunin in

    France,

    1942),

    Douglas Sirk

    (Hitler's

    Madman,

    1943) y F r i t z L a n g

    (El hombre

    atrapado,

    1941,

    y Los verdugos tambin mueren,

    1943).

    Y Esta tierra es ma 1943),de

    Jean

    Renoir?

    O h , me encanta

    Esta

    tierra

    es ma,

    la adoro. Y la idea de que

    R e n o i r

    estaba

    exi l iad o lejos de Pars parece tan absurda E l

    pr imer p lano , cuando los nazi s a t rav iesan la p laza del pue

    blo... es emocionante saber que lo ha filmado Renoir.YGeorge

    Sanders Tambinapareceen Confessions ofa Nazi Spy (1939),

    d e An a t o l e Lir^^ak. V i

    todas

    esas

    pel culas y me pareci de

    locos que George Sanders estuviera en todas partes: es, real

    mente, la estrel la del gnero. Cuando bosquej el personaje

    de

    H i c o x

    (M i ch ae lFassbend er), el cr t ic o de cine miemb ro de

    u n com ando bri t nic o, me di je que Sanders habra s ido per

    fecto para el papel . Llegu incluso a escribir:"Entra Hicox;

    se

    dira

    que es George Sanders,

    joven".

    Y el general Fenech

    (Mike

    M y er s )

    interp reta con l como Ge orge Sanders

    viejo

    M i plano

    preferido del filmtambin proc ede de losaos cuarenta: cuando

    Shosanna se apoya contra la ventana de ojo de buey del cine.

    Enfren te ,

    en la cal le, vemos el cartel de un film co n B r i d g e t

    v o n Ham m ers m arck (D i an e

    Kru g e r ) .

    Las dos mujeres nunca

    l legan

    a encontrarse.

    p)ero

    ambasconspira n por el mismo obje

    t ivo y cohabitan, furt ivamente, dentro de ese plano. Encontr

    ese ojo de buey en

    un a

    de mis "pel culas Georg e Sanders":

    The

    Prvate

    Ajfairs ofBelAmi

    (1947), de A l b e r t L e w i n , cuando el

    actor acude alapartamento abuhardi l lado de la mujer

    casada.

    T a mb i n

    m e gusta e l plan o

    co n gr a que une >

    pasa

    a

    pg. 10

    C A I I E I S

    C I I E B l E S r i l A / S E P T I E M B R E 21

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    el

    cap tu lo

    1

    con el 2: os

    l levo

    a Pars de la mano de la msica

    country swamp.

    Cmo

    ha trabajado con las composic iones de Ennio

    Morricone?

    M o r r i c o n e

    es

    el

    maestro

    de lcine.

    Ut i l ic

    muc ha de su msica en

    Kill

    Bill y

    enDeath Proof;

    desde

    e l

    p r inc ip io

    tena la idea de

    vo l

    ve r

    a ella en

    este

    film,

    pa ra conso lidar e l aspecto de

    spaguetd-

    western.

    Ya

    en e lg u i n

    pens

    en el

    tema

    de la pelcula Revolver

    (Serg io

    Solim a, 1973) y conceb e l r i tmo a par t ir de ese f rag

    mento. Sergio Leo ne me ha

    influido

    mu cho, pero como no hago

    westerns,

    me ap ropio de su est i lo. N o lo copio , me

    s i rvo

    de sus

    atmsferas

    y las aplico a gneros que l no abord. M or r ic on e

    juega un pape l impor tan te en

    este

    proceso. Pero en

    Malditos

    bastardos se dan cita todos los grandes comp ositores del c ine:

    Lalo Schifr in , M o r r i c o n e , Dimi t r i T iomkin ,Char le s Berns te in ,

    E l m e r Bernste in. . .

    Es com o su idea de introducir a Hitler yGoebbelsen la

    misma sala de

    cine. Dud

    en el momento de prender la

    mecha,al montar, en la bandasonora,CatPeople (Putting

    Out

    Fire), deDavid

    Bowie?

    N u n c a

    habr a enca rgado a un compo si tor un fragmento musi

    cal sobre Shosanna . Me gus ta que esa canc in de segunda

    mano adquiera un sentido nuevo y que podamos escuchar la

    le t ray dec i r que func iona. E n lugar de u n

    tema

    musical ideado

    para la ocasin o una

    pesadavo z

    en

    ojf,

    pref iero que una can

    c in

    existente juegue el papel de un monlogo inter ior .

    Ellugar de la catarsis: un cinesolitarioen el Pars ocupado

    Sin

    embargo,

    las

    pelculas

    antinazis

    de los aos cuarenta

    estabananimadaspor el afn decombatira lenemigo,una

    suerte

    d eobjetivo

    primario

    queacaso la

    reelaboracin

    del

    gnero puedeerosionar...

    E n realidad pref iero trabajar en los subgneros, ms espec

    ficos.

    N u n c a

    sigo los cdigo s a l pie de la le tra , s ino los pla ce

    res que procuran; qu ie ro presenta r los como nunca los han

    presentado . Pe ro se trata tan s lo de un punto de pa r t ida .

    Preten do trasc ender e l gnero, subve rtir lo un poco, pero tam

    b i n

    cumpl i r la s promesas . Puedo d ive r t i rme con los gne

    ros a lo largo de un

    film,

    pe ro en un de te rmina do mom ento .

    Adolf H itler en la versin pulp de Quentin Tarantino

    10 C A H I E R S

    D U

    C I N E M A E S P A A

    /

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    es toy obl igado a cons t ru i r un c l imax que funcione como es

    debido. Y es la prim era v ez que he jugad o a fondo

    este

    juego.

    C u a n d o Shosanna proyecta l a l t ima bobina durante e l p re-

    estreno, no pue do juga r a la sub ver sin , ya que entonces me

    dis tanciar a , me s i tuar a en l a medi tacin sobre e l gnero .

    Es

    una de las "grandes secuencias" con las que,

    despus

    del

    combate de artes marcia les en Kill Bill, me pongo a prueba

    c i n em at o g r f i cam en t e . En

    Death Proofue

    l a p e r s ec u c i n

    automovi l s t ica;

    aqu es la escena al estilo de

    E lBosco.

    N o slo

    pretendo queestassecuencias-desafo estn logradas: quiero

    que sean las mejores en su gner o. Das

    antes

    de rodarlas me

    s ien to muy nerv ioso , porqu e soy muy capaz de equivocarme .

    La s

    preparo t cn icamente . N o s hacer las

    antes

    de rodarlas ,

    pero tambin soy consciente de que tengo que confiar en m,

    y que las

    ideas

    surg i rn en e l p roceso . La determinacin te

    permi te encont rar so luciones .

    Puedes

    t eo r i za r d u ran t e aos

    y slo en el momento del rodaje te podrs decir:

    "Ah, s, vale,

    lo

    he entendido".

    De ah la enorm e ansiedad cuando todo sigue

    abierto. N o hago

    storyboard,

    tan slo teng o algunas imgen es

    en mente, pero s que en el momento preciso, lo conseguir.

    E n l a escena d el incendio , ins ta lamos la p i ro tec nia , pero en

    rea l idad n o visu al i zo el mu ro de l lamas: tengo que ve r s i es

    suficiente, s i me he qued ado corto , etc. E l pr im er da ensay

    la escena con los dobles, la avalancha, sin el fuego; as disip

    das enteros de angustia y me dije:

    "D e

    acuerdo, funcionar,

    va

    a salir bien".

    Sie mp re oc urr e as en las secuencias de acci n: si

    intentas

    hacer una l is ta de los planos, t ienes la impresin de

    que harn fal ta mil , pero al rodarlos, te das cuenta de que los

    t ienes, consigues cubrirlo todo.

    Por

    qu el

    cine

    q ue

    dirige Sliosanna

    se llama Gamaar?

    D e b a

    l l amarse Garmar , pero mi decorador se equivoc . A n

    sigo

    hecho una fiera. Cuando

    yo

    era pequeo, m i padre me lle

    vaba a l c ine Garmar , en Mon tebel lo , en L os Angeles Es te . Era

    mi prefer ido . Cerr aprincipiosde los

    aos

    ochenta . Cua ndov i

    queestaba mal escrito, pens: "Ser gilipollas ", pero no par

    el rodaje, habra s ido como cast igarme a m mismo. A decir

    verdad ,

    todo lo que era incorrectodesde el punto de vista de

    lado cum entac in sobre la Fra ncia de la poca lo he tenido que

    rectificar yo :

    mi decorador contrat a un documental is ta que

    trabaj mal . Por ejemplo, me mostraban carteles de pel culas

    de la poca y

    yo

    les deca:"No, no podemos utilizarlos.

    Por

    qu?

    Porque

    esas

    pelculas fueron prohibidas

    por

    los nazis, idiotas ".

    Prefer an un a t rezo boni to a uno verdadero . Colocaban car te

    les de pel culas co nL i h an Ha rv ey ; pero cuando el la abandon

    laA l em an i anazi ,era imposible incluso pro nun cia r su nombr e,

    hasta tal pun to la odiaba Goebbels .

    Casi todos

    lo spersonajes deMalditos bastardos son, al

    menos,

    bilinges.P ero losBastardossonfalsamen te pol-

    glotas;

    io

    simulan

    imperfectamente.

    E n efecto , como a men udo o cur re con los es tadounidenses

    que creen dominar una l engua ex t ran jera . Me alegr mucho

    la reaccin del pbl ico en el audi tor io Lum ire . Cua ndo t ra

    bajas

    una pel cu la , s i empre hay una secuencia que p lan tea

    problemas, y con frecuencia se

    trata

    de una secuencia cmica:

    funciona? Me gusta, me parece simptica, pero... Slo lo des

    cubres en el estreno del film: el pb l ico se re o

    >pasa

    a

    pg . 12

    C A I I E I S

    1 1

    C I l E I t E S P A I

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    no se re. Si no re, tengo la opcin de dejarla a pesar de todo:

    la secuencia pued e ser espir i tual s in ser hi larante. L a cues t in

    se plante en la

    escena

    en la que

    A l d o

    Raine

    (Brad

    Pitt) y sus

    hombres se ven obl igados a hablar i tal iano en el preest reno:

    no es un poco disparatado? No rompe el

    suspense?

    A m me

    haca gracia, pero dudaba. Sin embargo, e n la sala Lum ir e la

    gente se desterni l l . Y no slo por el i tal iano r id cu lo de Aldo,

    s ino t ambin porqu e e l co ro nel Lan da hab la it a l i ano per fec

    tamente. Los Bas ta rdos po dr a n hab lar lo , han com bat ido en

    Sicil ia, pero en cuanto abren la boca, te dices: "-Ese

    es su ita

    liano?

    Entonces, estn jodiaos ".

    Las mscaras l ingsticas caen incluso antes, en la taberna

    La Loulsiane.

    E s la secuencia de la que estoy ms o rgu l loso . T r e i n t a m i n u

    tos en un espacio tan l imi tado; el objet ivo es mostrar hasta

    qu pun to es minscu lo . Nad ie puede

    escapar, estn atrapa

    dos . A par t i r de l mom ento en e l que empie zan los t i ros , es

    i n e v i t a b l e que todo e l mundo se conv ier t a en b lanco . Es un

    Reservoir Dogs en min ia tu ra , reduc ido a med ia hora y rodado

    en alemn.

    En

    un alemn imperfecto, en el caso de Hicox (Michael

    Fassbender ) , un britnico nacido en Alemania.

    D e hecho, habla un buen alemn, pero su acento es un poco

    ex t rao .

    E nesta escena, la idea es evitar los lugares comunes

    de las pelculas blicas, del gnero: se neu tral iza a un centin ela

    si n que el chico tenga t iempo de gri tar (aqu lo hacen, pero cor

    tndole elcuel lo , lo que efectivamen te le imp idegri tar) ,o bien:

    uno tumb a a u n soldado alemn, se pone su uniforme y, como

    p o r

    arte

    de m agia, es la talla corre cta

    Sin

    hablar de los lugares

    comunes relativos a la lengua, siempre falaces. Se supona que

    MelanieGr if f i th tena que hablar como una pastora t i rolesa en

    AldoRainey su mandbula: CosasdeBrad...

    Resplandor

    en la oscuridad (S h i n i n g T h r o u g h ; D a v i d

    Sel tzer ,

    1992).. . M i personaje, H i c o x , habla un alemn fluido, pero no

    se

    trata

    de eso: es una cuestin de dialecto.

    E l dialecto es a la lengua lo que el sub gn ero al gn ero,

    para usted?

    Cier t amen te . Y cuando H i c o x se deja

    atrapar,

    no es tan ev i

    dente: tan slo hay una duda respecto a su acento. Cuando

    e l oficial de la Gestapo le preg unta de dn de es y el amigo de

    H i c o x le responde que no t iene que di r igi rse a el los en

    esos

    t rminos , e l oficial r e s p o n d e : "No leestoy hablando a usted,

    teniente

    Munich,

    ni a usted, teniente

    Francfort;

    le hablo al capi

    tn No-s-sabe-de-dnde". Es ta d i f i cu l t ad de l b i l ing i sm o es

    real ,aunque e l c ine l a to rna d i fusa . Ap ar t e de Diane Kruger ,

    que in t e rp re t a a Br idg e t vo n Ham mersm arck , me hab r a cos

    tado muc ho encon trar a un actor alemn que

    pasara

    realmente

    p o r americano.

    Por

    qu el comando judo-americano est dirig ido por el

    no judo Aldo Raine?

    H a y toda una h i s to r i adetrs de

    este

    personaje. Es un chico

    de lasmontaasde Tennessee. N o esj u d o ,peroest ah para

    l u c h a r con t ra e l rac i smo; s i sobrev ive , v o l v e r a sus Smoky

    Mo u n ta in spara comb at i r al

    K u

    K l u x

    Klan .

    Sabe que, al escoger

    a so ldados jud os , puede t rans f o rma r e l an t inaz i sm o en una

    " lu c h a sagrada". T i e n e nu n es t mulo del que carecen los ot ros

    americanos. L os ot ros luch an por la pat r ia , se per mi ten el lujo

    de ser soldados; ellos t ienen la

    ob l igac in

    de ser guerreros .

    Hacer alarde del carcter judo es

    tambin

    un a

    forma

    de

    provocac in en la Europa del Reich.

    Abso lu tam ente . La hora de l a veng anza son para sus fami

    l i as que se que daro n en Eu ro pa y fuero n

    asesinadas

    por los

    boches . Vuestrasabuelassucum bieron a la impotenc ia cuando

    l l a m a r o n a su puerta, sufr ieron.

    Voso t ros

    sois sus nietos

    ame

    r icanos , os respalda la nacin ms grande d el mu ndo. O s toca

    hacer sufri r

    Por

    qu Raine tiene una cicatriz alrededor del cuello?

    E s

    una quemadura p rovocada por una cuerda . No puedo reve

    la r suo r igen . Es un secreto.

    Hay

    prevista una precuela?

    Si la hay. el secreto ser revelado.

    Por

    qu tiene una mandbula promine nte?

    Cosas de B r a d _

    En

    Death Proof,

    simul rayaduras en la pelcula, saltos de

    imagen y la

    falta

    de una twbina. Pero en

    Malditos bastar

    dos va ms lejos al con vertir lo

    inflamable

    de la pelcula de

    nitrato

    en el arma d e un atentado antina zi. Ade m s, en los

    crd i tos da lasgncias a Monte Hel lman, cuya

    Carretera

    asfaltada dedo serecciones (Two-Lane Blacktop,

    1971)

    concluye cua ndo ta petcula se quema.

    Carretera es ve rda d, ao haba pensado en ello.E n rea l idad

    le do y lasgracias

    a

    l i a n t eH el lm an por l a p r im era secuencia ,

    i n s p i r a d aO L At n n d e fhu rac n (1966). Pero en efecto, la idea

    1 2 C A H I E R S D C I N E M A E S P A A / S E P T I E M B R E 2 D 9

  • 7/26/2019 Cahiers Du Cinema Espana

    11/90

    QUENTIN TARANTINO

    (Mlanie

    Laurent) apoyada contra

    la

    ventana

    de

    ojo

    de

    buey

    en el

    cine:

    el

    plano preferido

    de

    Tarantlno

    l

    ni t rato me pareci mu y sugerente. Por un lado, es una

    frtil

    del po de r del cine, y po r otro no es una m etfora sino

    ad l i teral : cuand o disponem os de pel cula de ni t rato,

    L i t e r a l y metafr ico : formidable .

    l adas para pro voca r el incendio . E n una

    ve r s in ,

    l a propia

    dudaba en la elecc in del prim er

    que haba que quemar: b ien El

    Suss

    (1940), as la crea cin mon s

    pr ime ra bo bina

    e

    La gran ilusin

    (1937), y as Pap

    dest ruira a los nazis a su lado.

    'Lo que cuento no sucedi

    en la realidad, pero al

    sume rgirlo en laHistoria ,

    staqueda modificada"

    dos

    versiones

    de la muerte

    Hitler yGoebbels: la que ofreceMalditos

    bastardos

    y

    verdadera muerte

    histrica.

    no

    de mis pun tos fuertes com o esc ritor consiste en que nu nca

    a mis personajes ir donde lesapetece.E l los mandan,

    les s igo. N o im por ta que yo tenga una t rama, el los pue den

    demo strarme que es chun ga. U n personaje avanza

    r un camino. Cuan do l lega a un cruce, los guionistas c ortan

    m ay o r

    parte

    de los caminos, porque no asumen aquel lo en

    que se con ver t i ra la his toria : ya no sera una pel cu la, sera

    otra cosa. Siempre me he dich o: poco im por ta a dnd e vam os,

    sigamos adelante.

    Un o

    de

    esoscaminos

    serael relato

    histrico:

    el m odo en

    que Hitler yGoebbels murieronen la realidad.

    S, y a decir verda d, me dispon a a seguir ese ca mino. Pero en

    mitad del proceso de escri tura me dije:mis personajes igno ran

    que pertenecen a la

    H i s to r i a ,

    y en mis

    pel cu las nunca ha n formado

    parte

    de

    una historia preescri ta, entonces, por

    qu eso deba cambiar de

    repente?

    N o

    oc urr i en la real idad porque mis

    p e r s o n a j es "n o h an ex i s t i d o " . P e ro

    en cuanto los sumerjo en l a His tor ia ,

    sta queda modi f icada. La l eccin de

    la

    c i en c i a f i cc in consiste en que si

    remontas el t iempo y cambias u n deta

    lle,

    todo se altera. Slo me queda in tenta r queesos hechos sean

    plausibles, y no me refiero slo a Shosanna y a pel culas de

    ni trato, ni a los Bastardos y su bomba, s ino a Fredrick

    Zoller

    ( D a n i e l B r h l ) : s i un so ldado a lemn se hubiera mos t ra do

    especialmente heroic o en una batalla, Goebbels habra rodado

    un

    film sobre l, y de haber ten ido los rasgos de B r h l habr a

    in terpretado u n papel, comoA u d i e M u r p h y tu vo un papel en

    Regreso del infierno (T o

    H e l l and Back;

    Jesse

    H ib b s , 1955). De

    hecho, Goebbels encarg a l

    final

    de la gu err a >

    pasa a pg. 14

    C A H I E R S

    D U C m E y A E S P A I A /

    S E P T I E M B R E

    2 0 0 1 3

  • 7/26/2019 Cahiers Du Cinema Espana

    12/90

    GRANANGULAR

    El

    nazi Hans Landa

    en la

    primera

    secuencia

    del

    film

    u n

    film

    de

    este

    est i lo,

    Kolberg (Vei t H a r a n ,

    1945), cuando los

    nazis ya saban que no haba nada que esperar en los campos

    de ba ta l la y que la propa gand a e ra e l n ico f ren te que q ue

    daba. Si

    Z o U e r

    h u b i e r a e x i s t i d o , G o e b b e l s h a b r a p r o d u c id o

    " E l orgul lode la nac in " y orga niza do un preestreno en Par s ,

    donde podra haber tenido lugar un atentado.

    recordar que el hroe de

    esta

    aventura es Hans Landa; es su

    p lan ,

    l es e l hroe, re cib ir la

    legin

    de ho no r americana, e tc .

    Pero la

    H i s t o r i a

    no dir nada de Shosanna. E l m u n d o ig n o r a r

    para siem pre lo que ella

    h i zo .

    T odo s los que

    v i e r o n

    la pe l cu la

    han mu erto. Cuntas veces, en e l curso de la

    His tor i a ,

    se han

    trun cad o los hecho s y los hroes h an sido olvidados?

    E l

    atentado es plausible una vez que las puertas de la sala

    de cine se cierran a cal y can to, como para ser impermea

    bles a la Historia.

    Suelo asist ir a mu chos preestrenos , y una ve z que la pelc ula

    emp ieza bie n y cautiva a los espectadores, los pasil los se que

    dan d esier tos y los vigilan tes se va n a fumar un pitillo.

    Como

    aquel Jefe de estudio que dijo al terminar una pro

    yecc in:

    no he sa l ido a or inar, as que la pel cula debe ser

    buena.

    Exactam ente Es mi aspecto sdico: en la sala , te encuentras

    e n la misma si tuaci n que los nazis

    ante

    e l film. Por eso nu nca

    se pasan p elcu las de catstrofes en un avin.Os enc ie r ro en un

    cine y os muestro e l incend io de una sala. M e gustar a q ue los

    espec tadores mira r an a l rededo r y se d i je ran :

    "Sera de locos

    siestopasara ahora ". Pero hay algo ms. Todossabemos que

    H i t l e r

    no m ur i en e l incend io de un c ine . Qu es la His tor ia?

    H e c h o s

    co noc id os po r media c in de los e sc r i tos de los h is

    tor i ado res. L a pel cu la mu estra qu e, f inalmente , la

    H i s t o r i a

    Slo

    la ficcin puede imaginar su gesto.

    E s

    por eso por lo

    que procura mostrar el c ine doble y completamente des

    truido, pr imero por el fuego y luego por la bomba de los

    Bastardos?

    E l n i t r a to e s muy inf lamable , por lo que la bomba de los

    B a s t a r d o s

    es

    i n t i l .

    Pe ro e l hecho de que es ta l le v iene a

    borrar lo todo. De ex is t i r s lo e l incendio de Shosanna , la

    secuencia

    debera

    durar cuatro min utos ms. L a bomba es ms

    econmica,

    disipatoda dud a sobre eventua les superv iv ien tes .

    Adems, cuando t ienes a tu dis pos ici n dos grupo s de hroes,

    quieres

    qu e losdos pa r t ic ipen .

    Cuando

    Sho sanna dice, en la pel cula que el la proyecta a

    los nazis:

    ~Esta es la venganza de

    los

    judos ,

    no podemos

    evitar pensar en las consecuencias polticas del hecho de

    que

    histr icamente, esa venganza no tuvo lugar, y tam

    bin

    pensamos

    en Israel y en todo lo que vino despu s.

    Sin embarga en mi guin, todo eso an no ha sucedido. Escrib

    un epfloBK

    coat

    das despus del atentado, Alemania

    se

    rinde.

    1 4 C A H I E R S D U C I N E M A E S P A A / S E P T I E M B R E 2 9

  • 7/26/2019 Cahiers Du Cinema Espana

    13/90

    QUENTIN TARANTINO

    guerra hubieraacabadoen

    junio

    de 1944 gracias

    a los ame

    la

    guerra

    fra

    habra sido diferente.

    Lo s

    rusos se habran

    con Polonia de

    todas

    formas, pero Alemania no se

    divididoen dos y elequilibrio entre EstadosUnidosy

    mundo comunista habra sido distinto. Es

    fcil

    apreciar las

    consecuencias de

    este

    cambio de

    guin.

    Si

    escribo una

    estar

    situada en un futuro alternativo.

    Historia podra haber ocurrido desde el

    el granjero francs que esconde a los judos, el

    Lapadite

    podra no haber confesad o.

    , eso no habra cambiado nada, salvo que habra muertoysu

    co n

    l. El

    coronel Landa, que llega a sucasaal

    princi

    se presenta como un

    agente

    de la

    "libre

    eleccin",pero se

    de unailusin.Es su tcnica: no pregunta r nada directa

    pero hacer h ablar a los otros.

    n

    el desayuno con Shosanna, por qu Landa le

    ofrece

    hitchcockiano

    vaso de leche?

    ay

    dos niveles.

    T al

    vez

    sabe

    quin es ella y le toma el pelo.

    por otro lado, qu se puede beber

    co n

    una

    tarta

    de man

    (risas).ExisteSospecha (1941),claro:ya

    lo

    intent, pero

    xito.Coloquuna

    lu z

    en un

    vaso

    devodkanaranja en una

    Jackie

    Brown(1997). Pero fue algo rid

    pareca

    el

    experimento de un sabioloco

    E l

    vaso pareca

    abombilla

    director,

    un director de escena...

    me dio a entender que, en cierto sentido, era un

    showman

    como

    yo ,

    un narrador. Da

    impresin de conocer siempre tus secretos. Sin que el di

    los subraye, comprendemos progresivamente sus mto

    todas

    las proyecciones de Cannes, cuando le dice al

    "Hablo

    un

    francstan malo que me cansa

    en esta

    lengua;

    podramos pasar al ingls

    para

    el resto

    conversacin?",la gente ri porque crey que se

    trataba

    convencinparapasardel francs al ingls.Puesmuy

    Adelante, equivocao s Pero alfinalde la escena, com

    parte

    de su tcnica

    2.

    Poder hablar de

    judo s ocultos bajo el suelo sin que ellos com prendan lo

    cuando afirma, en ingls:

    Ya

    que estn ah

    abajo

    no se han movido entiendo que no hablan

    ingls,

    pero

    ahora

    y a volvera lfrancs yquieroque

    siga

    m ijuego,est

    claro?

    Lapadiiite...",es algo ipante [risa deogro].A con

    el ingls no seutilizanunca como una convencin:

    habla alemn, francs, italiano e

    ingls.

    Pero en el caf,

    n Shosanna, selimpialas migajas delatartade manzana yle

    H a

    probado

    yaelstrudeldeaqu?". E l

    hombre que

    matado

    a su familia le imparte un c urso sobre el strude l

    y la

    "Esperaa

    la

    crema ". M imontadora y yo la convertimos

    nuestras

    expresiones favoritas: espera a la crema,

    for the

    good

    stujf.

    Declaraciones recogidas en Cannes, mayo de2009

    Cahiers du

    cinema,

    n 646. Junio,2009

    Traduccin: Antonio Francisco Rodrguez Esteban

    C A H I E R S

    D U

    C I N E M A E S P A A

    /

    S E P T I E M B R E 2 3

    15

  • 7/26/2019 Cahiers Du Cinema Espana

    14/90

    GRANANGULAR

    CRITICA

    Pulp

    (History) Fiction

    CARLOSF.HEREDERO

    H a y al menos dos razone s bien visibles

    ( u n a de ord en es t r i c tamente f lmico y

    otra de naturaleza historiogrfica-ideo-

    lgica)por las que

    Malditos bastardos

    v a

    a

    estar

    en el centro de algunas polmicas

    condenadas a cruza rse entre s.L a pr ime

    ra t iene que ver con el hecho de que el

    cine sea, en

    este

    caso, no slo el "alm acn

    de formas" subgenricas del que Quen-

    t i n Ta ran t ino extrae los materiales que

    despus

    reelabora con mayor o menor

    virtuosismo

    (a la mane ra dePulp Fiction,

    Jackie Brown, Kill

    Bill

    o Death

    Proof), s i

    no tambi n la pro pia materia dramtica

    y, a l av ez , veh culo sustancial del discur

    so de fondo que subyace bajo el film. L a

    segunda po ne en juego unaapuestatoda

    v a ms arriesgada: la volu ntad exp l ci ta

    de

    fantasear

    con laHis tor iay de reescri-

    b i r su rumbo mediante una construccin

    imaginaria en la que personajes de ficcin

    convivensin dificultades co n figuras his

    tricas de enorme rel ieve.

    D i g m o s l o

    c l a ro :

    stas

    son las dos

    apuestasde riesgo sobre las que p ivota no

    slo lo esencial de la pelcula, sino tam

    b insu pr op ia raz n de ser. Y no se trata,

    adems, de dos opciones independientes,

    dos factores que pue dan tene rvidapropia

    al margen uno del otro: si las formas del

    c ine ya no se conforma n con permane

    cer en la retaguardia referencial, y siste

    irrumpe en las imgenes para imponer la

    puesta en escena de su propia materia (la

    estrictamente visu al y la escenogrfica,

    desde

    luego, pero tam bin la de su infla

    mable soporte de nitrato) no es slo por

    u n p ru r i t o

    meramente

    cinefilo, sino para

    in tervenir

    co n plena determinac in en el

    curso de la

    His tor ia ,

    para

    jugar

    un rol de

    prim er orde n dentro de un relato hist ri

    co del que el cine (el cine real, la historia

    misma delcine,y del cine europeo eneste

    caso) tambin forma parte sustancial.

    A

    la

    sazn , los protagonistas de

    Maldi

    tos bastardos

    se relac iona n intensamente

    co n la his tor ia

    viva

    del cine europeo. El

    teniente bri tnicoArch ieH i c o x (Michael

    Fassbender) resul ta ser tambin un cr

    t ico de cine que ha escrito un sesudo l i

    b r o de estudio sobre la obra deGeorg W .

    Pabst; un soldado alemn y unajoven j u

    d a duea de un cine (Shosanna / M la -

    nie Laurent ) d i scu ten sobre M ax

    Linder

    y L e n iRiefenstahl ; la actriz Bridget von

    H a m m e r s m a r c k ( D i a n e

    K r u g e r ) ,

    p r e

    sentada como una rutilante estrella de la

    U F A y , a la v e z ,

    agente

    doble al servic io

    de los aliados, es un evidente tra sunto fic-

    cionalde

    Li l ian

    Harvey , la famosa actriz

    que faci l i t la huida a S uiza de un core

    grafo

    amigo suyo y que se v io obl igada a

    abandonar la Ale ma nia nazi ; y un gene

    ra l ingls (Mike Myers)se llamaE d Fene-

    ch , en t ransparente alusin de Tara nt ino

    di rector de

    Hostel)

    que funciona como

    una rpl ica pardica del verdadero cine

    de propaganda impulsado po r Goebbels .

    Y a la his toria del cine europeo perte

    nece, igualmente, otro subgnero: el

    spa-

    ghetti-westem,

    cuyos

    cdigos

    toma pres

    tados Tarant ino para fi lmar la primera

    secuencia

    tras

    un le t rero

    inicial

    que no

    debera dejar lugar a dudas:

    "Erase una

    vez en

    laFrancia

    ocupada por los nazis...".

    A part i r de entonces se nos introdu ce en

    u n cuento dehadas

    pulp,

    capaz de bara

    ja r co n inslito desparpajo la relac in de

    la

    ficcin conla

    His tor iay de transgredir,

    co n el mismo descaro,todas las exp ecta

    tivas y moldes genrico s prop ios del cine

    bl ico "de comandos" (modelo

    Doce del

    Es

    el cine como utopa, como "representacin irrea l"

    que aspira a reins cribir se en la

    Historia,

    como

    dispositivo

    para la

    proyeccin

    de las

    fantasas

    a su admirada E d w ig eF enech , conocida

    actrizde cine

    hlaxploitation

    europeo.

    Esta l t imaderivacinhacia el terri to

    ri o del subgnero enlaza, a su v ez , con la

    explc i tay recon ocida deuda que el pro

    p io t tu lo or ig in al del film (del iberada

    mente

    distorsionado en su escri tura:

    In-

    glourious

    Basterds) mant iene con Aquel

    maldito tren blindado

    (Italia,

    1978), que se

    es t ren en E E

    U U

    co m o

    The Inglorious

    Bastards

    (aqu s, correctamente escrito),

    u n producto

    b lico-blaxploitation dir igi

    do por

    E n z o

    G . Caste l lari , a quie n se le

    da n las gracias en los cr dito s finales, y al

    que Ta ran tino le ofrece aqu un breve

    ca

    rneo

    como general alemn, preme ditado

    eco del carneo que Castel lari haca tam

    bin en su propio film, cuyo actor prota

    gonista ( B o Svenson), a su v ez ,

    hace

    otro

    carneo

    -como coronel amer icano- dent ro

    de la pelc ula que se proy ecta para los di

    r igentes del Terce r

    Reich,

    t i tulada

    El or

    gullo de una nacin:

    u n film de propagan

    da nazi (fi lmado en real idad -pe rcu t ien

    te paradoja - por el actor

    jud o E l i

    Roth,

    patbulo, paraentendemos) .E n realidad,

    una fantasa hist rico - 'lm ica de sote

    r rado d iapasn romntico, salpicada de

    "bocad i l los"dibaiados sobre la imagen

    (a la manera

    d e u n

    coloristacm ic pop) ,

    dividida encinco captuloscasi indepe n

    dientes

    entres ,

    cincelada a machetazos

    u n

    tantobruscos j avecestambindese

    qu i l ib rados ,

    a]gD caprichosos e incluso

    auto indulgentes .

    que de

    todo hay en su

    desigualmetrsge).pero dotados de ex u

    berante ^'i^tuosislIlo

    y

    capaces, sobre to

    do , de

    proponer- s i n

    engolar lav o z y sin

    afn detrascendencia- sugerentes poten

    cialidades

    del a

    imaginacin.

    En t ram o s pues en

    Malditos

    bastardos

    co n las formas d e u n ^xighetti-western

    para sumergimos e n u n apausaday lar

    ga conversacinde casi vein te minutos

    (l a p r i m era

    de las

    cuatroo cinco di lata

    das

    set-pieces qu e

    confonnan la totalidad

    de l

    f i lm),

    c uy o

    p i oc agon i s m o

    p e r t en e

    ce por entero

    a l a figura de

    Han s Lan d a

    (Chr is toph

    W a h z X d o f i d a l

    de las SS que

    es el granhallazgod d fihn y en cuy o re-

    16 C A H I E R S D U C I N E M A E S P A A / S E P T I E M B R E 2 9

  • 7/26/2019 Cahiers Du Cinema Espana

    15/90

    QUENTINTARANTINO

    ntino da lo mejor de s mismo:

    r la intel igente, cult ivad a, polg lota y

    ve rbo rrea que le ofrece y por su

    or co mo fascinante (l o que le ha

    an ms aterra dor).

    F igura

    m ayor de la

    flmica nazi,

    La nd a es un gigante

    encarnadura reabsorbe -en un re

    a la

    vez

    pardico

    y

    ve ros mi l -

    todos

    tpicos del estereotipo con struido por

    subgnero blico de referencia.

    transgresiones

    o que viene despus, una vez atravesa

    ta ninslito prlogo,ser de nue vo una

    tras

    otra . Pr imero, porq ue la

    blica del comando supuesta

    protagonista (un grupo de solda

    cuero cabe lludo a cuanto soldado

    se encuentran po r el camino, cuando

    reventar les la cabeza con un

    bate

    de

    (gent i le za de uno apodado "e l

    oj u d o " / E l iR oth) y,adems, porque

    ese activismo

    apenas

    ocupa u n tercio del

    metraje.

    Luego,

    porque la narracin se

    desintegra en el inte r ior deesos grandes

    bloques dialogados cuya dilatacin tem

    pora l

    interna (vase el artculo de ngel

    Qu i n t an a , pg. 18) es llevada aqu por

    Tarant ino ms lejos que nunca. Y terce

    ro, por que estaes una pelc ula dond e el

    lengua je -m uc ho ms que la ac t iv idad

    bl ica propiamente dicha- emerge como

    uno de los

    temas

    centrales de su drama

    turgia:lengua je que sesustentasobre una

    autntica babel idiomtica (francs, in

    gls,

    alemn,

    italiano),

    puesno slo cada

    personaje habla en su pro pia lengua, sino

    que

    adems

    muchos de ellos se deleitan

    en hablar el idiom a de sus inter locutores

    para dom inar la conv ersacin o para ha

    cersepasarpo r lo que no son.

    Lenguaje que es tambin el del cine,

    por

    supues to , porque slo e l lengua je

    f lmico

    puede dar cuerpo a la delirante

    fantasa pop en la que desemboca el film

    (Aviso: es inevitable contar lo , pueden

    dejar de leer aqu, si lo desean), cuando

    una nube de humo parece encarnar , a l

    corporeizarsefuera de la pantalla, toda la

    monstruo sidad n azi que el haz de luz

    est

    proyectando en ese momento (el ci tado

    film

    de propaganda) .E lhecho de que to

    da la cpu la del

    Tercer Reich

    (Goebbels,

    B o o r m a n ,

    G o e r i n g y H i t l e r

    inc lu idos) ,

    atrapada

    dentro de un cine parisino, aca

    be siendo literalmente "gaseada"por una

    j o v e n

    juda -que a su vez f i lma su pro

    pia pelcu la para proyec trsela a los ge

    noc idas- y por suapuesto

    amante

    negro,

    cuandoambosince ndian los ni tratos f l-

    micos almacenados, y a la vez hecha pe

    dazos po r la bom ba que colocan los Bas

    ta rdos ( tambin judos , pero di r ig idos

    po r un americano de or igen

    indio:

    Aldo,

    elA pache /

    Brad

    Pitt),

    va mu cho ms all

    de una exultante revancha potica...

    Es

    "el

    cine como

    patrimonio

    cultural

    ca

    paz

    de autoinmolarse en aras de una causa

    justa, el cine como ima gen

    proyectada

    que

    saleliteralyfsicamente de >pasa a pg. 18

    C A H I E R S D U C I N E M A E S P A A / S E P T I E M B R E 2 0 0 9 1 7

  • 7/26/2019 Cahiers Du Cinema Espana

    16/90

    GRANANGULAR

    la

    pantalla para dar cuenta de sus ver

    dugos",

    decamos al

    volver

    de Cannes.

    Pero tambin un cine capaz de releer

    los subgneros para edificar sobre la

    me mo ria de sus viejos materiales una

    impetuosa obra personal del

    arte

    pop

    americano.

    Y ,

    al mismo t iempo, un

    c i

    ne bigger than

    Ufe

    que viene areivindi

    car , suger a Je an-M chel Frodon ,

    "un

    espacio intermedio, liberador, en el que

    vuelven a articularse concienciay sue

    o,

    com prensin del mundo

    e

    impulso

    para

    actuar" (Cahiers-Espaa, n"

    24).

    E l

    cine com o utopa, como "represen

    tacin irreal" que aspira a re inscr ibir

    se en la

    His to r ia ,

    com o disposi t ivo de

    proyeccinde las fantasas; un

    cine,

    e n

    definitiva,

    que pone a prueba su capa

    cidad

    de dialogar co n lo real.

    Y a

    lo dice Tarant ino:

    "siento que,si

    mis personajes hubieran existido en la

    realidad, todo lo que ocurre en la pe

    lcula habra sido realmente as".Y la

    clave

    es que sus imgenes trans mite n

    exactamente esa misma sensacin sin

    dejar de exhibir , al mismo tiempo, su

    naturalez apu/p y su dim ensin fabula

    dora, impregnadas

    ambas

    por un cier

    to regis t ro burlesco que dinamita to

    do natural ismo y por una arroUadora

    vita l idad.

    C o n

    todos sus

    baches

    y con

    no pocos capr i chos au tocondescen-

    dientes ( la aparicin de

    C h u r c h i l l ,o

    la

    secuencia deH i t l e ren su despacho ,

    perfectamente prescindibles ambas),

    co n

    su irri ta nte punto de ejercicio ex

    hibicionista

    y autosatisfecho. Malditos

    bastardos abre una brecha -saludable,

    desprejuiciada, necesaria- por la que,

    de ahora en

    adelante

    (digmoslo

    a

    la

    manera deJacques Rive t t e ) , d eber

    pasar cua lqu ier in t en to de

    v o l v e r

    a

    trabajar o reflexionar sobre la relac in

    entre el cine blic o y la

    His to r ia .

    Malditosbastardos

    (IngiouriDus Basterds)

    Nacionalidad

    Direcciny guin

    Fotografa

    Montaje

    intrpretes

    Produccin

    Distribucin

    Duracin

    Pgina web

    Estreno

    EE UU

    Alemania, Francia,

    2009

    Quentin Tarantino

    Robert Richardson

    Sally

    Menke

    Brad

    Pitt,

    Mianie Laurent

    Christoph Waitz, Eli Roth

    Universal Pictures,

    A Band

    Apari

    Universal

    Pictures

    153minutos

    www.universalpictures.es

    18 de

    septiembre

    El

    tiempo dilatado

    NGEL

    QUINTANA

    Una

    imagen de ta larga

    1

    ia tac

    el

    t iempo en

    niendo en

    crisis hs .

    accin.D ehecfao^lai

    rodeado durante ta

    t reno comercial

    deJ

    ha sido otra

    que lad e a sd a n c i n definiti

    va. En el cat logbddfc f l ia lde

    Cannes se

    anunci unav e r s i da de

    M O

    minutos, que

    finalmente acab

    I C S A I M I O

    de 140.

    E n

    la

    distr ibucin

    comeiCBide lapelcula

    pare

    ce que el t iempos ev a d a e a alargar

    hasta

    s

    de

    Malditos

    la

    excesiva du-

    staban la ne-

    escenas

    y cri t i-

    d i rec to r perd a

    banalesp o -

    escenas

    de

    incgnita

    que ha

    meses

    el es-

    bastardos no

    18

    C A H I E R S D U C I N E M A E S P A A S E P T I E M B R E 2 0 0 9

    http://www.universalpictures.es/http://www.universalpictures.es/
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    QUENTIN TARANTINO

    A

    la

    izqda.,

    Death

    Proof,

    en tre la

    sHcom

    femenina y

    las

    Amazonas

    de l infierno;

    a la

    dcha.,

    PulpFiction:

    la

    secuencia

    final del

    almuerzo

    en el

    restaurante

    153 minutos. Particula rme nte, c reo qu e

    pr incipal

    problema deMalditos bastar

    s

    reside en que su du rac in es excesiv a

    corta,puesdebera durar una hora

    . L a pelcu la necesita tiem po para e x

    dir sus largassetpieces y para conferir,

    en las dospartes

    deKillBl,

    ayor unida d global a los diferentes

    de la obra. Para que el genio de

    estalle con fuerza es necesario

    para la reso luci n de las se

    preciso dejar que los ele men

    banales generen una espera de la

    puede estallar la emoc in.

    y los

    iconosdel pop

    n 1993,despusde descub rir con inusi

    in

    Tar ant in o frente a

    Reservoir Dogs,

    el

    Jos Lu isGuarner advirt i que el

    del nuev o cineasta era una e xtraa

    teatrode Samuel Beckett

    los iconos de la cul tura pop. La muerte

    que Gu arner pudierav e r n inguna

    Tarant ino, pero el cr t ico

    a

    intuyque la novedad no vena mo tiva

    s vistosas estructuras narrativas,

    i

    por la pasin por laviolencia ,s ino por

    capacidad para hacer conviv i re lteatro

    el absurdo c on los modelos de lacinefilia.

    extraa mezc la se ha ido depuran do

    hastael punto de c onvert i rse en

    la atraccin, entre la creacin de una at

    tensa

    y el estallido de

    ve ros imi l i tud

    para en

    na cierta esencial idad.

    Si

    analizamosPulp Fiction veremos que

    su noveda d no reside en cmo su estruc

    tura c ircu lar pro voc a que el relato se v i

    sualicehasta llegar a espectacularizarse,

    s ino en cmo toda la pel cu la funciona a

    partir de destellos sorprendentes, que ac

    tan co mo si fueran el instante de reve la

    cinque surge de una larga espera. L a se

    cuenciainicialacontece en unrestaurante

    en el que una pareja almu erza charlando

    hasta que se convier ten en unos "Bon-

    nie and C l y d e " de la l t ima generacin.

    L a

    banda sonora subraya la exp losi n de

    energa de una puesta en escena abruma

    dora; s in embargo,

    despus

    de los ttulos

    de crd ito el ritm o frentico n o tiene co n

    t i nu idad .L a pel cu la se t ranqu i l i za

    y ,

    en

    v e z de encadenar las acciones, asistimos

    a una larga conversa cin donde otros ma

    tones discuten sobre las diferentes cua

    l idades de las hamburguesas. E n ve z de

    c o n v e r t i r e l re la to en una acumulacin

    de causasy efectos, Tar ant in o juega a la

    digres in porque

    sta

    privi legia s iempre

    la

    c apacidad de sorpresa. Si nos pregu n

    tamos

    de dnde procede estejuego, en

    contrare mos fci lmente la respuesta e n

    la pecul iar estructura de las pel culas de

    Sergio

    Le one . E n ellas el tiemp o se d ilata

    hastaconvert i rse en un conc epto i rre al y

    la tensin es siempre ms importante que

    la accin.La diferencia entre Le one y T a

    rantino reside en que mientras el primero

    uti l izael s i lencio comoestil izacin,el se

    gund o juega con la palabra.

    E n

    Malditos bastardos

    e l juego d ia

    l c t i co

    de Tar ant i no l lega a los n iveles

    ms altos de paroxismo ya que la palabra

    es p lu r i l in g e . La escena

    in ic ia l

    p r o p o

    ne una es t ructura basada en un cur ioso

    ejercicio de reescri tura de los momen tos

    iniciales de Centauros del desierto ( J o h n

    Ford ,1956) a la man era de Serg io Le one ,

    cambiando e l mundo delwestern por el

    de las pelculas blicas. La secuencia des

    cribe

    lamasacrede una fam il ia de judo s

    p o r un coman do n azi . E n el la se estable

    ce uno de los hi los conduc tores de la t ra

    ma, consistente en la creaci n de una su

    pervivienteque se transfo rma en la tpica

    herona tarant iniana obsesionada por la

    venganza. Lo pecul iar del momento re

    side en que Tarant ino concentra sus es

    fuerzos en art icular una larga conversa

    cinen francs y en ingls entre el oficial

    alemn y el agricul tor francs. E l juego

    dialct ico otorga al momento una clara

    autonoma. E s como si el

    pr logo,

    en vez

    de se rvir de veh cu lo al clsico jueg o de

    causas y efectos, s i rviera para modelar

    los personajes.

    L o mismo ocurre en la escena ms lar

    ga de lapelcula,en la que asistimos a los

    juegos de los Bastardos americanos y de

    una doble espa en una taberna l lamada

    ' L a Louis iane ' . E l tiempo convierte las si

    tuaciones en paradjicas y las diferentes

    lenguas hacen an ms

    abstracta

    la po

    t ica

    beckettiana. T o d a laapuesta sobre el

    absurdo consigue preparar al espectador

    para los momentos finales. L a estil izacin

    secuencial permite aTarant inodistanciar

    se de los mecanismos narrativos clsicos

    para ad verti r al espectador de que Maldi

    tos bastardos no guarda ninguna relacin

    co n el mun do factual , s ino con un unive r

    so construido a part i r de l propio cine. E n

    ese mundo, las leyes no tienen nada que

    v e r

    co n lave ros imi l i tudy lo pardico se

    impone co mo pot ica.

    C A H I E R S

    D U

    C I N E M A E S P A M A

    /

    S E P T I E M B R E 2 9

    1 9

  • 7/26/2019 Cahiers Du Cinema Espana

    18/90

    GRANANGULAR

    Hemos ledo (y seguiremos leyendo) ya

    hasta la saciedad que

    Malditos bastardos

    es la revancha que se toma el cine con

    tra la

    His to r ia .

    Pero hay otro acto de clara

    re ivindicacindentro de lapelcula,la del

    cine popular con tra un cine que

    trata

    los

    temas importantes con la gravedad que

    estos

    exigen. L a

    cintaestplagada de p er

    sonajesque mereceran una aventura para

    ellos solos: un com ando que pod ra prota

    goniza r

    u n

    film

    'jewxploitation',

    una espa

    alemana

    salida de un film de Sternberg,

    u n negro que, inexpl icablemente , vive

    tran quilo en el Pars ocupado... Entonce s,

    por

    qu todos ellos quedan oscurecidos

    y

    ar r inconados por l a g igantesca som

    bra del nazi Hans Landa? E l actor que lo

    interpreta, C h r i s t o p hWal tz , seh i zo con

    e l premio a l a mejor in terpretacin en

    el Festival de Cannes, lo que demuestra

    que la

    in tu ic in

    d e

    Q u e n t in

    Tara nt ino era

    acertada:es el personaje de la pelcu la.

    L a

    primera aparicin de Hans Lan da se

    produc e a loscompasesd el

    tema

    L a con-

    danna, qu e E n n i o M o r r i co n e co m p u s o

    para el duelo final delwestern de Sergio

    Sol l ima

    El halcn y la presa (1966). La

    p ieza

    propone la insl i ta fusin del

    Fr

    Elise de Beethoven con las hiperbl icas

    orquestaciones de

    Morr icone ,

    o, dicho de

    otro modo , la al ta cu l turatedescad ev o

    rada por el

    fervor

    latino del

    spaguetti-wes-

    tern.

    Tarant ino ent iende a la perfeccin

    que si los nazis nunca aparecieron en el

    western fue por un simple problema cro

    nolgico,

    no po r falta de

    ganas.

    De hecho,

    El

    halcn y la presa

    y o t ros

    westerns

    (Grupo salvaje, 1969; Agchate maldito ,

    1971) hicieron la t rampa de introducir

    malvadosaristcratas germanos y mi l i

    tares prusianos que servan como sust i

    tuto de los nazis sin necesidad de caer e n

    anacronismos.

    A s

    qu e

    Malditos bastardos

    cumple el sueo de cualquier nio criado

    en u n cine de barrio (o en un video club,

    como

    Tarant ino) :

    ver a los nazis saliendo

    de un

    spaguetti-western.

    H a y toda una posturadetrsde

    seme

    j an te broma, l a de cons iderar a l nazi

    no s lo como un t r i s t e producto de l a

    Hi s t o r i a

    del siglo

    X X ,

    sino como el

    ene

    migoms atract ivo y pel igroso que n in

    g n

    escri tor

    pn4>hay soado nunca. E l

    c ine producid o

    enHoDvwtKxl

    durante la

    I I Gu er raMundial

    tendi

    amostrar a los

    nazis comocarcatmasOUibitsch)o como

    mons t ruos sangrieiitD&"Rmuitino reco

    noce su deuda

    c o nF r i t z

    Lang, pero es

    evidente que sedecantamsp o rEl hom

    bre atrapado

    M a n

    H u n t . 1941)

    que por

    Los verdugos tambin mueteiiCHangmen

    Also Di e, 1943).

    A l fin y al

    cabo, la

    p r i

    mera se

    basa

    en

    una

    esDqKndanovela de

    aventuras de Geofl&wHouseho ld donde

    el co m p ro m i s o his tr ico pal idece ante

    la

    fabulacin sobre

    d o s sportsmen

    en

    emocionante combate .George Sanders

    compone un

    m a q u i a i c & o

    seductor que

    envuelve su s per\-ersas

    j i g um e nt o s

    con

    la re tr ica de losg r a n d e sv i l lanos ; en

    cambio , los naziselasvTdagos tambin

    mueren pueden ser odiososy repugnan

    tes, pero no sonelegmtes en su maldad.

    A u n q u e

    ambascumpland mismo obje

    t i vo . El hombre atrapado (e n la que la

    denuncia del

    h o r r o r

    naz i

    pasa

    por la sen

    sibilidadpulp)

    esprefieriUea lasolemne y

    circunspectaLo s verdugos tambin

    mue-

    l a C A H I E R S D U C I N E M A E S P A A / S E P T I E M B R E 2 9

  • 7/26/2019 Cahiers Du Cinema Espana

    19/90

    QUENTINTARANTINO

    El

    desafo

    de las

    guilas

    19

  • 7/26/2019 Cahiers Du Cinema Espana

    20/90

    GRAN

    ANGULAR

    ENTREVISTAJIM

    JARMUSCH

    Los lmites de la imaginacin

    GAVINSMITH

    Ha dichoenvariasocasionesquesu forma deescribircon-

    sisteen acum ular ideas y materiales en cuadernos,y que

    encuentra

    la historia a travs deldesarrollode los

    perso-

    najes.

    Esto

    es aplicable tambin a esta pelcula?

    S,

    quizs ms que nunca. Este

    film

    surge de la frustracin, por

    que tena otro proye cto que me llevdemasiadotiempo escribir,

    esto es, cuatromeses.Lo escrib para unos

    actores

    especficos,

    com o siempre hago, y era una histo ria de dos personas, pe ro a una

    leencantaba y la otra simplem ente no quera hace r la pelcu la.

    Es to me arroj a un bucle. Entonces... no s si decir que perd

    el tiempo, pero era un a pelcu la grande para m, quiz de diez o

    quince millones de dlares, y la

    gente

    qu e estaba interesada en

    financiarla empe z a hacer eso tan tradicio nal de

    pasarme

    listas

    de actores que pudieran sustituir al actor para el que yo haba

    escrito la pelcu la y que a ellos les venabien.Pero no eran acto

    res co n los que

    y o

    quisiese trabajar, o siquiera que hubiera imagi

    nado. No soy un d irector de e studio, as que me dije:"Wow,estoy

    entrando en

    este

    tipo de estructura ",

    de

    manera

    que,

    bsicamente,

    me qued frustrado y guard el gu in en un cajn.

    Tenaun montn depequeas70), con el que

    el film

    de

    L e e e s t a U e c e i m

    claro dilogo,

    ofrecindose c a c o n i o

    s u

    contraplano, si

    bien

    cabe

    advenirqaeOestmo:

    W oodstock

    no glosaa q u d d o c n n K n l a lantropolgico,

    p o r ms que a v e c e s c n m l es u split-screen

    y

    fotocopie

    ih

    l i

    I M H I I I situaciones.

    E n realidad,

    de lo s temas

    que sonaron

    aquellostresdase n c ibarrizalde W o o d

    stock, po dem o s

    identificar

    en esa leja-

    4 C A H I E R S

    D U

    C I N E M A E S P A A

    /

    S E P T I E M B R E

    2 0 0

  • 7/26/2019 Cahiers Du Cinema Espana

    38/90

    CUADERNO

    CRTICO

    n a desde l a que suena n , dur an te un

    m o m en t o c l av e d e l f i lm, e l

    I Shall Be

    Released compues to p or e l g ran

    ausente

    de l

    fest n, Bob

    Dylan ,

    si bie n suena en la

    vers in i n t e rp re tad a p o r Th eBand, que

    s se escuch en Wo ods toc k (adems de

    las de Joa nBaezy Joe

    Cocker).

    E l sent ido

    espiritualde l tema ( un himn o a la l ibera

    cin)a lumbra

    e l

    sentido de la poc a tanto

    como

    el de lapelcula,que no es otra cosa

    que una com edia en torno a la necesidad

    de emanc ipacin, tanto

    ind iv idual

    como

    colectiva, de las

    ataduras

    sociales y la

    opresin familiar,de la

    convencin

    sexual

    y los valores caducos . De scr ib iend o los

    grandes acontecimientos del fes t ival a

    travs de las pequeas vidas de la fami

    li a T i b e r - e l c m i c o D e m e t r i

    M a r t i n

    como

    E l l i o t

    (a lo

    Du s t i n Hof fman

    e n

    El

    graduado), Im elda Staunto n (sacando su

    lado

    Shelley Win ters)

    com o su dramtica

    madre, yH e n r yG oodm an como su apo

    cado padre-, el

    film

    se detiene con espe

    cialy sospechoso nfasis en los e ntresijos

    monetarios de la aventura. N o es casual

    queDestino: Woodstockse tome su tiempo

    en la rueda de prensa que lanz el malen

    tendid o sobre la "entrada gra tuita" alcon

    cierto,o en la

    negociacin

    co ne l granjero

    qu ealquilsus tierras, o en lapetic in de

    una pr rrog a al banco que ha embargado

    el mote l, o en la extra limita da usura de la

    madre de

    Elliot

    o en la carica turesca apa

    r i c in de unos prestamistas mafiosos en

    la trama... E l subraya do de la presen cia de

    lo s

    ejecut ivos co n sus maletines bajando

    de l hel icptero jun to a l o rganizado r del

    evento,MichaelLang,parece hablarnos a

    las claras de las conexio nes entre los sin

    dicalistas del hedonis mo yl os esclavos de

    Wal l Street , pues no en van o tambin el

    flower

    power entreg sus sueos a la caja

    registrad ora de l capitalismo salvaje.

    E s el tono leve, l a du lz ura p icante , e l

    c o n o c i mi e n t o d i s f razado de inocencia

    (que

    recuerda fe l i zmente a l a mu y

    infra

    valorada Casi

    famosos;

    C a m e r o nCrow e ,

    2000), lo que endefinitiva redime al film

    de su apariencia hueca o demasiado sim

    ptica,

    incluso

    de su cargado diseovisual

    (qu

    esperbamos de

    Ang Lee )

    o su sabor

    edulcorado.Se aleja as de la seriedad de

    la muy

    sobrevaloradaBro/cebac?;

    Mountain

    parare ivindicaruna mirada ms despreo

    cupada, en con nive ncia con e l es tereo

    t ipo pardico,

    aque l que se aprop ia de los

    retratos del veterano de Vie tnam

    (Emile

    Hirsch) ,de la familia

    juda ,

    de la compa

    a de teatro nudista, del guardaespaldas

    t ransexual

    (L iev

    Schre ibe r ) ,

    de los

    p r o

    pios figurantes de aquel

    happening

    que,

    como e n un sueo, se pasean p or la panta

    ll a

    como espectros de un t iempo perdido.

    Efectivamente, la referencia

    final

    al futuro

    conciertode los

    Roll ing

    Stones, pasto de

    Gimme Shelter (1970), no deja lugar a

    dudas sobre el

    final

    de l sueo.

    C A H I E R S

    D U

    C I N E M A E S P A A

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    S E P T I E M B R E 2 D 9

    41

  • 7/26/2019 Cahiers Du Cinema Espana

    39/90

    CUADERNO

    CRITICO

    Agallas

    Samuel

    M a r t n

    yAndrsLuque

    Espaa,

    2009,

    Intrpretes: Hug o Silva, Carmelo

    Gmez, Carlos Sante, Rula Blanco, Toms Lij.

    99 min.4deseptiembre

    Recemos todos juntos. Siempre se ha

    d icho que

    un o

    de

    los caminos

    de

    sal

    vac in del

    cine espaol estaba

    en los

    gneros. Olv idar loscaprichos autora-

    es

    y

    lanzarse, como han hec ho much os

    directores yproduc toras conelcinede

    terror, alculto pagano delos conforta

    bles compart imentos genricos. Agallas,

    pera prima de dos trabajadores de T V E

    de larga experiencia, abre la mano y,

    en

    u n gesto de politesmo cinematogrfico,

    se abraza aun ex trao credo que com

    bina

    la comedia disparatada con el cine

    negro,

    o

    viceversa. Drogas, narcotraf i-

    cantes,enredos de alijos quev a n , vienen,

    y toda una galer a

    de

    traiciones

    y

    cam

    bios

    de bando con las ras gallegas como

    marco para la histor ia .

    E n real idad,

    ms

    que como pelcula,

    habra que analizarAgallas en un curso

    de int rodu cc in a la

    p roducc in ,

    porque

    rene casi todos los elementos tipo

    de

    una pelcula espaola media contem

    pornea: actor

    con

    pedigr (Carm elo

    G me z ) que leaporta el toque denivel;

    actor televisivo c on

    t i rn

    entre la pobla

    cin

    femenina (Hugo Silva); ambienta-

    cin en una

    provinc ia

    con subvenciones

    generosas para

    las

    producc iones pseu-

    dolocales (lase

    Galicia)

    que,sumadas

    a

    las ventas a television es y las subve ncio

    ne s

    estatales,

    levantan econmicamente

    la pelcu la; y, finalmente, p reestren oen

    el

    Fest ival

    de

    Mlaga, donde

    la

    alfom

    b ra roja

    y

    los gritos

    de

    las adole scentes

    marcan el punto lgido en la carrerade

    la pelcula. Porque, nonos engaemos,

    no todo

    el

    m u n d o sale

    a

    hombr os

    del

    festivald e cine patrio, y

    este

    ao el podio

    y a

    est

    copado por

    Fuga de cerebros,

    Pagafantas

    y Tres

    das con la familia.

    Y

    aunqueAgallas p od ra encajarse eneste

    renacer espaol de la comedia sin com

    plejos, est muy lejos de la renovac in

    cmica, autoconsciente y contempor

    nea que representa

    la

    pehcula

    de

    Borja

    Cobeaga,o del fenmen o de fans de Fuga

    de cerebros

    (nos ahorraremos chistes con

    e l

    t tulo) .

    Mient rasPagafantas demues

    tra cmo

    se

    pue de n

    exhib i r

    c o n

    orgullo

    la

    influencia

    y los orgene stelevisivos,e n

    u n ejercicio ms que necesario de h ib r i

    dacin. Agallas muestra

    el

    peor car iz

    d el lenguaje

    televisivo,

    ynoescapazde

    levantar

    una

    autntica mirada prop ia

    sobre el humor, l imitndose areeditar, en

    clavelocal,los tpic os de la com edia ms

    t radicional .

    G O N Z A L O D E PEDRO

    A M A T R I A

    American

    Playboy

    David MacKenzie

    Spread

    EE U U

    2009,

    Intrpretes: Ashton

    Kutcher, Anne Hectie, Margarita Levieva,

    Sebastin S tan. 97 min. En salas

    A pesar de que, segn afirma la mxima,

    las comparaciones son siempre odiosas,

    es sugestivo analizar comparativamente

    American

    Playboy (2009) con una pel

    cula temticamente simila