braidotti sujetos nómades

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Titulo original: Nomadic Subjects. Embodiment andSexual Difference in Contemporary Feminist Theory (caps. 1, 4, 5, 6, 8, 15).Nueva York. Columbia University Press, 1994.© 1994 Columbia University Press

La reproduccion total 0 parcial de este libro, en cualquier formaque sea, identica 0 modificada. escrita a maquina, par el sistema"rnultigraph", mimeografo, impreso por fotocopia, fotodupiica·ci6n, etc., no autorizarla por los editores, viola derechos reserva·dos. Cualquier utilizacion debe ser .previamente solicitada.

Editorial Paid6s SAlCFDefensa 599, Buenos AiresE-mail: [email protected] Paid6s Iberica SAMariano Cubi 92, BarcelonaEditorial Paid6s Mexicana SARuben Dario 118, Mexico D. F.

Queda hecho el dep6sito que previene la Ley 11.723Impreso en la Argentina. Printed in Argentina

Impreso en Grafica MPS,Santiago del Estero 338, Lanus, en junio de 2000

Judice

Agradecimientos . .. . . . . . . . . . . . . . .. . .. . . . . . . .. 11Pr6logo a la edici6n espa nola.. .. .. . .. .. .. .. .. .. .. .. .. . .. . .. 13Introducci6n: PorIa senda del nomadismo 25

1. Organos sin cuerpos .2. Hacia una nueva representaci6n del sujeto .3. Devenires cliscontinuos: Deleuze y el "devenir mujer"

de la filosofia .4. La etica de la diferencia sexual: el caso de Foucault

e Irigara y .5. La diferencia sexual como proyecto politico n6made ..6. Las teOl'ias de genero 0 "EI lenguaje es un virus" .

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palabras, cI nomadismo que apoyo como 0pClon te6rica estambien una condici6n existencial que, en mi caso, se traduce enun estilo de pcnsamiento. Uno de los objetivos de este volumenes desarrollar y evocar una visi6n de la subjetividad feminista dela mujer de un modo n6made. Este modo aludc a un estilo depensamicnto figurativo, ocasionalmeme autobiografico, que aveces pucde clarle allector la impresi6n de un mon610go interiorepistemol6gico.

Indagare diferentes facetas de la noci6n de "sujetos n6mades",como una figuraci6n teoretica conveniente para Ia subjetividadcontemporanea. El termino /iguracion hace referencia a un estilode pensamiento que evoca 0 expresa salidas alternativas a lavisi6n falocentrica del sujeto. Una figuraci6n es una versi6npoliticamente sustentada de una sl1bjetividad alternativa. Sientoque en verdad urge elaborar versiones alrernativas a fin deaprender a pensar de un modo diferente en relaci6n con el sujeto,a fin de inventar nuevos marcos de organizaci6n, nuevasimagenes, nuevas formas de pensamiento. Todo esto implica unmovimiento que vaya mas alla de las imposiciones conceptualesdualistas y 105 habitos perversamente monol6gicos delfalocentrismo. Considera que es tarea de las feministas -comotambien de otras intelectuales crlticos- tener la valentia deafrontar la complejidad de este desaflo. La escritora y poetafeminista negra bell hooks, en su obra sobre la negritudposmoderna, describe este lipo de conciencia en terminos de'·anhelo". Ella sostiene que el "anhelo" 'es una sensibilidadafectiva y politica comun que rebasa las franteras de raza, dase,genera y prictica sexual y que "puede ser terreno fertiJ para laconstfLlcci6n de la empatia, de lazos que promoverian el recono-cimiento de compromisos comunes y que constituirian una basepara la solidaridad y la coalici6n"l En este sentido, la conciencian6made es un imperativo epistemol6gico y politico para elpensamiento critico del fin del milenio.

1. bell hooks, "Postmodern blackness", en Yearning, Toronto, Between theLines, 1990, pag. 27. •

A diferencia de las acepciones en que esta de moda usar eltermino, en este libro empleo la palabra posmodernismo paraseiialar un momenta espedfico de la historia. Es un momenta enel cuallas transformaciones profundas del sistema de praducci6necon6mica est{tn alterando tambien las estructuras sociales ysimb6licas tradicionales. En Occidente, el desplazamiento de laestructura fabril a aquella basada en 105servicios y la informaci6nimplica una redistribuci6n global de la fuerza laboral, poria cualel resto del mundo y especialmente 105 paises en vias dedesarrollo suministran la mayor parte de la producci6n malpagada y realizada en cI exterior. Este cambio conlleva ladecadencia de 105si temas sociosimb61icos tradicionales basadosen el Estado, la familia y la al1toridad masculina. Como 10seiialanInderpal Grewal y Caren Kaplan,2 la posmodernidad correspon-de a una reorganizaci6n de la acumulaci6n del capital de unamanera m6vil transnacional. Teniendo en cuenta esta nuevatendencia hist6rica hacia una movilidad "transnacional", resultaimperacivo para 105 te6ricos criticos y 105 criticos culturalesreconcebir su propia situaci6n y sus prapias practicas dentro deeste esquema. En este libra, 10 que pre tendo es redefinir unateoria materialista transm6vil de la subjetividad feminista quetrabaje dentro de 105par{unetros de la diflcil situaci6n posmoderna,sin idealizarla romanticamente, pero sin caer tampoco en lanostalgia por un pasado supuestamente mas saludable. Comoafirmo en Patterns a/Dissonance, la contradicci6n hist6rica en laque queda atrapada la posmodernista feminista consiste en quelas condiciones mismas que 105 sujetos dominantes concibencomo factores de una "crisis" de valores, constituyen para mi unaapertura a nuevas posibilidades. NJors tua vita mea: la mismacondici6n hist6rica pl1ecle percibirse alternativamente comopositiva 0 negativa, y ello depencle de la posici6n que uno ocupe.

Las preguntas que surgen inmediatamente aqui son: ;,en quepuede fundarse esta nueva creatividad te6rica y polilica? ;,De

2. C3ren Kaplan e Inclerp31 Grewal (comps.), Scattered Hegemonies:Postmodernity and Transnational Feminist Practices, Minneapoli.s y,Londres,University of Minnesota Press, 1994.

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y 10 sociologico. En otras palabras, el enfasis feminista en lacorporizacion va de la mana con un repudio radical delesencialismo. En la teoria feminista, tJnO hablci. como mlJjer,aunque el sujeto "mujer" no es una esencia monolitica definidade una vcz y para siempre, sino que es mas bien el sitio de unconjunto de experiencias multiples, complejas y potencialmentecontradictorias definido por variables que se superponen talescomo la clase, la raza, la edad, el estilo de vida, la preferenciasexual y otras (vease "La diferencia sexual como proyecto politiconomade"). Uno habla como mujer con el proposito de dar mayorfuerza alas mujefes, de activar cambios sociosimbolicos en sucondicion: e~;ta es una posicion radicalmente antiesencialista.

Por consiguiente, las figuraciones son imagenes de basepolitica que retratan la interaccion compleja de diversos nivelesde subjetividad. En este sentido, creo que cuantas mas figuracio-nes alternativas se revelen en esta fase de la practica feminista,tanto mejor es.

El nomade es mi prapia figuracion de una interpretacionsiruada, posmoderna, cultural mente diferenciada del sujeto engeneral y del sujeto feminista en particular. Este sujeto puedetambien caracterizarse como posmoderno/industrial/colonial,segL1I11aposicion en la que uno se halle. En la medida en que ejesde diferenciacion tales como la clase, la raza, la etnia, el genera,la edad y otros entren en interseccion e interaccion entre si paraconstituir la subjetividad, la nocion de nomade se refiere a lapresencia simultanea de muchos de tales ejes. Hablar comofeminista mujer implica dar por descontada la prioridad decuestiones tales como el genera 0, mas bien, la diferencia sexual(vease "La diferencia sexual como proyecto politico nomade") enel reconocimiento de las diferencias entre mujeres.

El sujeto nomade es un mito, es decir, una ficcion politica queme permite analizar detalladamente las categorias establecidas ylos niveles de experiencia y desplazarme por ellos: desdibujar lasfronteras sin quemar los puentes. La eleccion de esta figuracionlleva implicita la creencia en la potencia y la relevancia de laimaginacion, de la construccion de mitos, como un modo de salir

de la estasis politica e intelectual de estos tiempos posmodernos.Hoy las ficciones poJiticas pueden llegar a ser mas efectivas quelos sistemas teoricos. La eleccion de una fioura iconoclastab ,

mitica, como la del sujeto nomade, es en consecuencia unmovimiento contra la naturaleza establecida y convencional delpensamiento teorico y, especialmente, filosofico. Esta figuraciontraduce, por 10 tanto, mi deseo de indagar y legitimar la accionpolitica, tomando al mismo tiempo como prueba historica ladecadencia de las identidades estables, metafisicamente fijadas.Una de las cuestiones que estan en juego aqui es la manera deconciliar la parcialidad y la discontinuidad con la construccion denuevas formas de interrelacion y proyectos politicos colectivos.Volvere mas adelante sobre este tema.

t A~~~!~ im.ag~n ~le_los'~s1Ijet?~omades" esta inspirada en'\ l~. eXR~i~nci~_9_~_personas 0 cultw<!s~1...~n -Hteralirierlfe~I!2.~J:rlade.s,aqui el nomadismo en cuestio.0 se refiere aniticlde -l~on~ien.cia cri~~ca.que. s~ l:esi~te.~ ~~ta~!~i:~~se eIl.los modos-\socialmente codificaaos de pensamiento y conducta. No todos'1Q.?'-:nQ.Q:1adesson vlijeros del ~un(lo; algllr10s de-Tosvia~\ -.. - ---. - -' .... _. -_._-~..

jmportantes pueden ocurrir sin que uno se aparte flsicamente-Cle~li·habitat. Lo que define el estado nomade es la sllbversiori-ae_las convenciones establecidas, no el acto literal de viajal:.· .-\ Como senala Caren Kaplan en su trabajo sobre la imagen dela desterritorializaciQn y los viajes nomades de Deleuze, lospostestructurallstas'corren el riesgo de idealizar romanticamenteestas nociones12 No obstante, considera que el esquema depensamiento de Deleuze es sobrio y empirico, y que resiste alastentaciones romanticas. Ese esquema implica una disolucion totalde la idea de centra y, pOI' consiguiente, de la nocion de sitiosoriginarios 0 de identidades autenticas de cualquier tipo. Ade-mas, estimo que Deleuze y Guattari nos advierten contra el riesgode que tos sistemas posmodernos, con su fragmentacion y su

12. Caren Kaplan, "Deterriwrializations: The Rewriting of Home and Exilein Western Feminist Discourse", Cultuml Critique, 6, primavera de 1987, pags.187-198 (esp. 197).

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en mis propias exreriencias vilales, corrorizandolas y situandolasde Ia n,anera m{lSconueta posible. EI tono autobiografico quesurgira en el curso de esla dcscripci6n, como en el de otrosensayos, es mi modo de hacerme responsable de las representa-ciones n6macles que inlcrprelo en e1lex[Q. Si esta es una metafora,se lrata de una met{lfora que <.1esplazay condensa zonas comple-tas de mi exislencia; es un mapa rClrospccrivo de los lugares en losque he eSla<.1o.

Quiero realizar un conjunto de narraciones de mi pro piagenealogia corporizada, evitanclo iclealizar romanticamente 10ex6lico, 10"olro", y evilando tambien apropiarme de ello, 10queequivale a decir que quiero revisitar cierras localizaciones(!oc(ltion~) y justilkarlas. Cumo dice Caren Kaplan, este tipo deposicionalidad es "un tcrreno ficcional, una reterritorializaci6nque ha experimentado diferenl'es vcrsiones de desterritorializaci6npara postular una teoria pOleme de la localizaci6n basada en lacontingencia, la his[Qria yel cambio"14 La practica delcomo-si esuna tecnica de relocalizaci6n estrategica que permite rescatar 10que necesiramos del pasado a fin de trazar senderos de transfor-maci6n de nuestras vida aqui yahora.

La practica del como si lambien puecle enfocarse como unmodo de personificaci6n, es decir, de representaci6n fetichista.Este proceso consiste en reconocer y negar simu[raneamenreciertos arributos 0 expericncias. En el pensamiento posmodernode corriente masculina, l5 cI ('ccluzo Cetichista parece caracterizarla mayor parte de las discusioncs de la cliferencia sexual (vease"Devenires disconrinuos: Deleuze y el 'devenir mujer' de Ia filoso-fIa"). En una perspecriva feminista, prefiero sin embargo abordar"la filosofIa del como sr, no como un rechazo sino, mas bien,como una afirmaci6n de fromeras r1uidas, una practica de los

14. Caren Kaplan, "Delerrirorializations", ob. cit., p<'ig 198.15. Vease, pOl' ejemplo, Naomi Schor, "Dreaming Dissymmetry: Foucault,

Banhes, and Feminism", en Alice Jardine y Paul Smith (comps.), I'vIen inFeminism, Nuev3 York, Methuen. 1987; y tambien Tania Modleski, FeminismWitbout I.Varnell: Culture Wid Criticism in a ''Postfeminist'' Age, Nueva York yLondres, Routledge, 1991.

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/ -.intervalos de las interfaces y de los inlerslicios. En oll'as palabras,cl elemen~o de repeticion, la parodia per se, 0 la personificacionque acompana la practica del comosino pu deconstituirun fin ensi mismo. La practica de sucesivas poses 0 mascaradas pe~ se notiene un efecto subversivo automatico; c rno nos advlene lUClda-menteJudith Butler, la fuerza del modo parodico cons~ste precisa-mente en esforzarse por evitar las repeticiones monotonas, queprovocan el estancamiento politico. .

--, Me pctrece que el aspecto particularmente estlmulanteCempoweriniJ* de la practica del como si es preClsamente supotencial para ofrecer, mediante sucesivas repetiClon s y estra-teaias mimeticas, espacios en los cuales es posible engendrarfo~mas alternativas de accion (vease "La diferencia sexual comoproyecto politico nomade"). Dicho de otro modo, .~a parodiapuede ser politicamente potenciadora con la condtcton de queeste sostenida por una concienci:1 critica que apunle a engendrartransformaciones y cambios. Sin embargo, desde el momento enque postulo una conciencia radical como condicion previa, mee toy comprometiendo a abordar cuestiones relaClonadas con larepeticion, la diferencia y la subversion de los cocltgos domlOan~tes q1.leexigen esquemas de expUcacion mas comple)os. De ahlque la estralegia de la "mimesis" de Irigaray sea una suerte c:erepelicion politicamente potenciadora porque aborda slmulta-neamente cuestiones de identidad, de identlfICaClones y de lacondieion politica del sujelo.

La t' cniea de actuacion de Laurie Anderson es otro granejemplo de efectivo estilo ~omade parodieo dentro de una formade como si:16 en el universo conceptual de Anderson, las

• Empowering/empowerment son vocablos creados pOl' el fe~11inismoanglosaj6n -y de uso cada vez mas extendido-, para aluclir a las. estr~tegl:sdirigicbs a otorgar mas poder alas mujeres en ~,osdlversos camp~" de ,ICCIO?politica. Su traducci6n literal en castellano,. e,mpoderam,ento, plel~le, 1:\contundencia del orioinal y se convierte en un II1comodo neologlsmo. De ah\ 1,[decisi6n de reempla~ar el termino (utilizado reileradamente pOl' Ia au~~ra) pOl'Olros que sugieren sentidos simiJares, como "potenclador", "estuTIulante ,ete. [N.

del E.]16. John Howell sostiene esta posici6n en Laurie Anderson, Nlle~a York,

Thunder's tvloUlh Press, 1992, pag. 17.

situaciones y las personas son sicmpre reversibles. Este flujoconstante de experiencia Ie pennite describir un tipo de continuumde alta tecnoJogia entr diferemes niveles de experiencia. A suvez, esto fomenta su extraordinario talento para evocar parado-jas, entre las cuales no es menor una complejidad que estriba enun enfoque minimalista. En su ingeniosa practica de como si-- ~ ,Laurie Anderson ha perfeccionado el arte de 1a~versibilidad\ los- - '.. }

eventos, pero tambien las enunciaciones, pueden plegarse unosdentro de otros y dars VLleltade adentro hacia afuera. De ahi queAnderson con frecuencia afirme: "NQ._e_~.labala 10 que 10 mata aunq, sirl0 el ag~je~o:', con 10cual quiere sigIllflcar que los Itmitesentre 10 interior y 10 exterior, 10 mismo que la cadena temporalque se establece cuando uno recibe un disparo y, por 10 tanto,muere, no son una secuencia en un solo sentido. Por consiguien-te, su significacion no puede limitarse a un modo con una (mica "',direccion.

:or analogia, yo diria que 1,0 politic:mente efectivo en la \ ~ _p?ill.u::a-de Ja p~~oslJa, 0 en la practlCa polttlca del como si, no es I >la personificacion mimetica 0 la capacidad de repetir poses Id~min~.r:~~~..?tQQ ante~ bief! L~~~9is::l~_.iQg~~ 'es-tas"pras:tica~abren espacios intermedios en los cuales es posiQle_~~pI9.J.aLnuev]iHQr~u~jeti~i~lad Q9.!!tica.En suma, no es la paroclia103ue l:';:l~rade dar muerte a la postma faroceiifflta:Sino-mas'bie-~el vaci~ de - poder que la politica parodica pued~.Jkga.L~;engendrar~ '-'.

El-sujeto nomade como imagen R~rformativfl me permiteentrebzar diferentes niveles de mi expe,:iencia; refleja algunosaspectos autobiograficos y expresa al mismo tiempo mi propiapreferencia conceptual pOI' una vision posmetafisica de la subje-tiv~dacl. Por (dUmo, pero nCl pOI' ello menos importante, esaimagen me permite conjugar mi politica feminista con unavariecbd de otras vigorosas preocupaciones y localizacionespoliticas y teoricas.

Este enfoque figurativo. del nomadismq me permitira explotarla cualidad asociativa del estado nomacle y, por 10 tanto,aprovechar su riqueza metaforica. Mi manera de proceder sera

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indagar algunas de Jas resonancias cognitivas y afectivas de laimagen elel nomaele, cabalganelo sobre sus espaldas, por aSldecirlo, hacia un horizonte que no siempre pucdo preelecir. A 10largo del trayecto, durante las nluchas variaeioncs que toearesobre cI lema nomade, c.lestacare hasla que punto el estadonomade ofrece un potencial para redenominar de manerapositiva, p:.lraabrir nuevas posibilidades a b vida y el pensamien-to, especialmente en el caso de las mujeres y, aLm m{tSespedficamente, de las mujeres feminisras.

Todo esto se halla en armonla con 10que Patricia Yaeger llamauna "epistemolog1a visi~nariil:::17 esta autora observa que unanueva in.1aie~ -'tiene "esa capacidad ele ofrecernos un accesoordinaria aJ pensamiento extraordinario" .l8 ConsecuentementeYaeger insta alas feministas a reDexionar sobre la capacidad denuestras propias figuras de diccion, as! comO a potenciarlas entoda su dimension.

Los sujetos nomades son capaces de liberal' la actividad delpensamiento del yugo del dogmatismo falocentrico y de devol-verle su libertad, su vivacidad, su belleza. Hay una profundadimension ~~ en la bLlsqueda ele figuraciones noma desalternativas, y lareoria feminista -tal como yo la practico-; Ie debemucho a esta jubilosa fuerza nomade. Como elice Donna Haraway,necesitamos figuras feministas de hu man ielael que "oponganresistencia a la figuracion literal y estalJen en energicos nuevostrapo , nuevas figuras de diccion, nuevos terminos d posibilidadhistorica. Para que tenga lugar este proceso, en el punto deinflexion de Ia crisis, doncle todos 10s tropos v1.1elven a girar,necesitamos oradores ext{lticos".l9

17. Patricia Yaeger, Honey-iVIad Womell.· Emal1cipatoryStrategies in \\'/omell'sWriting, Nueva York, Columbia University Press, 1988, pag. 3l.

18. lbid., p{tg. 3219. Donna Haraway, "Ecce Homo, Ain't CAr'n't) I a Woman and Inappropria-

te/d Others: The Human in a Post-Humanist Landscape", en]udith l3utler y JoanScott (comps.), Feminists Theorize tbe Political, Lonclres y Nueva York,Routledge, 1992, pag. 86.

EI pollglola cs un nomade IingLllstico. El poliglota es unespeeialisra en Ia naturalcza enganosa de la lengua, de cualquierlengua. Las paLtbras lienen una manera de no permanecerinmoviles, de seguir sus propias senelas. Van y vienen persiguien-do estelas sel1l~inticas pree 'lablecidas, dejando tras de S1huellasacusticas, grMica' 0 inconscientes. En Alicia en eLpais de LasmarauiLLas,20 Humpty Dumpty nos recuerda sagazmente que 10que Importa al debnir la significacion de las palabras es quienestaal mando de la siluaci6n. Esta observacion siempre me impresio-no como pceuliannente apta para una persona que se encuentraconstantemcnte enlre diferentes lenguas.

Nad en Italia, m{ls especificamente en esa extension de tierradel noreste que los veneeianos colonizaron alia por el siaJo XIII.Venecia fue creada bajo el signa del nomadismo, cuando 1a gentedel lugar debio acostumbrarse al agua huyendo de, Atila, 10shunos y sus poc.lerosos guerreros orientales. Y habrla de general'un flujo constante de trotamundos, entre ellos el muy conocidoMarco Polo, quien aLIll brilla como uno de 10s mas arandesdecodificadores mundiales de signos extranjeros. b

Mas tarde fui criaela en metropolis policulturales de Australia,en las postrimerlas de la organizaeion pol1tica de 1a "AustraliaBlanca", justo antes de que se pusiera de moda la tendencia del·'multiculturalismo". Por ntonces no se alentaban los contactosentre los migrantes y los aborlgenes; en realidad, el contacto con lacultura aborigen era inexistenle hasta en 10s guetos urbanos. Sinembargo, la presencia aborigen encubierta y el silencio de lacu]tura dominame australiana sobre el racismo, la estratificacionde cJases, la noslalgia colonial y la situacion dificil de los abor1ge-nes sonaba en mis oidos como un siano constante tacito de un

b "trastorno imerno dentro de la psique y el estilo de vida australia-nos2J Todo eso me hacia sentiI' elesgarrada.

20. Lewis Carroll C1865), Alice~' Aduelltures in Wonderland Londres PuffinBooks, 1977. ' ,

21. Mucha es 10 que ha sucecliclo c1escleenronces en el activismo aborigen

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Siendo Ja identidad cultural externa y retrospectiva, el efectomas inmediato de mi experiencia australiana fue hacerme descu-brir la profundidad de mi condicion de europea, que estaba le~osde ser una simple nocion 0 una experiencia aislada. Yo no ~oloera una inmigrante blanca si se me comparaba con los abonge-nes tambien era una seudoblanca (una wog 0 dago) si se meco~paraba con la minoria angloaustraliana que. :egia el pais.Entonces 'como hacer 10correcto? Fue por 0poslClon a la pSlque

, G \ •y la identidad cultural antipoda como descubri, a menu( 0 a mlSexpensas, que soy en verdad europea. Con frecuencla. mepregunto si esta conciencia habria sido tan aguda si yo no hubleseexperirnentado la perdida de mis raices europeas como conse-cuencia de la migracion. La identidad cultural, ~puede surglr deuna dimimica interna? ~Oes siempre externa, es decir, surgida poroposicion? Lo que hoy se con seguridad es que el termin~ europeome impresiona como una nocion cargada de conrradlCClones quenunca deja de seducirme ni de sacarme de quicio. ~a palabraeuropeoesta para mi intimamente vinculada con cuestlones talescomo la confusion cultural y los conflictos interculturales; repre-senta la movilidad fisica a traves de ondas interminables demigracion y una marca especial de memoria historica que, pOI'consciente que este del colonialismo, no puede compartlrfacilmente los reclamos de la condicion poscolonial.

La sensacion retrospectiva y externa de mi "europeidad" teniamuchas implicaciones contradictorias: ante todo, representaba 10"continental" en oposicion a la actitud colonial britanica que erahegemonica. En este sentido, decir que yo era euro~ea era unamanera de reivindicar una identidad que ellos quenan que yodespreciara. Par otra parte, yo tenia 10sconocimientos suficientesde la historia europea para darme cuenta de que esta ldentldadeuropea no era ni nunca habia sido una: su supuesta unid~d eraen el mejor de los casos una pobre ficcion. En su versIon de

y la conciencia critica australiana, y las feministas australianas desempeiiaronun papel instrumental en el planteo de esta cuesti6n. Vease, por eJemplo, e,lan~Hisis de Maeghan Morris de la peticula "Cocodrilo Dundee", en The PlI"ate sFiancee, Londres, Verso, 1988.

diaspora, mediante las inumerables "Little Italys", "Little Greeces"y "barrios espanoles", Eu rora revelaba su verdadero rostro demezcla de diversos grupo culturales, lingLiisticos y etnicos conuna elevado nive! de cont-lictos. No todas las diasporas soniguales, aunque el ojo del observador coloniallas homogeinice.De ahi que descubrir mi "europeidad" no constituyo el actotriunfante de asumir una identidad soberaml, sino mas bien laexperiencia decepcionanle de perder toda identificacion con lasoberania. Es mas, cuando adverti hasta que punto las marcas"britanica" y "continental" de la eurapeidad podian renunciar asu hostil idad a fin de reu nir fuerzas para rechazar a los nativosaustralianos ya otras inmigrantes negros y asiaticos, perdi todaslas ilusiones. De este modo hegemonico, la identidad europea selas arreglo historicamente para perfeccionar la estratagema queconsiste en hacerse pasar por la norma, por el centro deseable,y confinar a [os "otros" a la posicion de la periferia. Realmente es -::::..-una estratagema combinar las aspiraciones universalistas con los .intensos esfuerzos de capital para establecer la homologacioncultural de todos los "otros" perifericos. Ser europea significa parami coexistir con tales contradicciones historicas y experimentar-las como una necesidad politica imperativa de transformarlas enespacios de resistencia critica alas identidades hegemonicas detodo tipo. Por ello, puedo decir que la condicion de migrante mefue impuesta, pero decidi transformarme en nomade, es decir, enun sujeto en transi.to suficientemente anclado sin embargo a unaposicion historica como para aceptar la responsabilidad y, par 10tanto, asumirla.

Gracias a la guia inspiradora de mi supervisora en la licencia-tura en Artes, Genevieve Lloyd,22 decidi afirmarme en el campodisciplinario de la filosofia. No obstante, para llevar a cabo eseplan, cambie de continentes.

Escribi mi primer trabajo academico sustancial, mi disertaciondoctoral en la Sorbona, en frances, en un clima post-1968, en el

22. Genevieve Lloyd, The kJan o/Reason: "Male" and "Female" in WesternPhilosophy, Londres, Methuen, 1984.

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cu~t1las clases de filosofJa, especialmenle las de Gilles Deleuze,atraian a m~ls esrud iantes extra njeros -brit:micos, iranIcs,cam.boyanos, norteamericanos, pa!cslinos, ~lrgelinos, australia-no', carneruncscs, etc.- que a loel Ics. Scgu ilbmente me inlrodu-je en el idioma italiano, el Frances y cl Ingles -en sus versionesbrit{mica, austraJiana, norteamericana y olras- y sail de ellos, noen lineas rectas, sino lll{lS bien en una escala de grados dehibridaci6n infinitamente cambiante. Hasta cuando decidi optarpor el Ingles como mi principal vehlculo de expresi6n, esteresult6 ser unLi red de dialectos que s610 pueden definirse canpalahras unidas pOI' guiones: "italo-australiano", "fran-gles","patois parisino-neoyorkino", "holando-ingles" y muchos otros.AI mudarme en 1988 a Holanda, este paisaje cambiante seestableci6 en un estilo de vida basado en la permanencia dearreglos temporarios y la comodidad de bases contingentes.

Con el con-er de Jos anos he desarrollado un sentimienro degran fascinaci6n por la gente monolingi.ie: aquellas personas quenacieron al sistema simb61ico en la (lIlica lengua que habria decontinuar siendo la suya por el resto de sus vidas. Pensandolobien, no conozco muchas personas de este tipo, pero puedoimagim'irmelas facilmente: gente c6modamente establecida en lailusi6n de familiaridad que su "lengua materna" les brinda. Conuna mezcla de envidia y superioridad, pienso con gratitud en lavisi6n del sujeto de Lacan que confirma mis sentimienros maslntimos en la materia. El psicoanalisis lacaniano nos muestra queno existe eso que llamamos "lengua materna", que todos losidiomas llevan el apellido del padre y [ienen el sello de su registro.EI psicoanalisis tambien nos ensena la pet-dilL! irreparable de esasensaci6n de origen firme, que se da en el momento de laadquisici6n del idioma, de cualquier idioma. La [e6rica francesaexpatriada de Bulgaria, Julia Kristeva, senala encrgicamente estacuesti6n en Extranjeros para nosotros mismos;23 y consecuen-

temente sostiene que el estado de lraduccion es la condici6ncom(1I1de todos los seres pcnsantes.

La mayor parte de los acaclcmicos tienden a considerar a losnorteamericanos como monolingi.ies, sin embargo basta con en-trar en cualquier espacio metropolilano de los Estados Unidos paraencon[rarse rodeado de una variedad abrumaclora de lenouas e

b

identidades etnicas. Paracl6jicamente, el americano medio -si ex-ceptuamos a los blancos-anglosajones-protestantes (los WASP)-es un inmigrante que habla porio menosotro idioma ademas de Sllpropio estilo de Ingles ado/adaplado. Tengo la sensaci6n de que elmonolingi.iismo es una condici6n mucho mas difundicla en loscorredores y saloncs del mundo academico norteamericano queen cualquier otro sitio de \as ciudades promedio de ese pais. Por 10tanto, la pregunta que me formulo es la siguiente: i.Aque interesescreados sirve mantener esa imagen del pueblo norteamericanocomo un monolilo "monolingi.ie"?

Haciendose eco de esta preocupaci6n, Ia directora franconor-teamericana de los programas que desarrolla la universidad deColumbia en Paris -Danielle Haase Dubosc- observaba un cambiosignificativo en el perfil de 10 estlldiantes norteamericanos quecleciden seguir un at10 de SllSestudios universitarios en el exterior.Cantidades crecientes de estucliantes asiaticos, indios, afronorte-americanos y africanos que Ilegan a Francia desde universidadesnorteamericanas ya no sienten que pertenecen a una identidadetnica claramente marcada. A dccir vcrdad, para la mayor parte deesos estucliantes universitarios que salen de los Estados Unidos parprimera vez en sus vidas, cI Frances es a menlldo una terceralenglla y Francia una tercera cullura.

Cuando Itegan a este tercer Jugar que es Francia obtienen cierraespacio y cierro tiempo para reflexionar. Parecen vivir las cuestionesde identidad mCdtipJede manera positiva. Y para l11uchosde eltos,Javerdadera cuestion es eletiro moral. Tiene que ver con radicaJizarel concerto ele 10universal antes que con suprimirl024

23. Julia Kristev~l, Etrangers a naus-memes, Paris, Fayard, 1988. fEd. cast.:Ex:tranjeras para IlOsatros mismas, Barcelona. Plaza & janes, 199U .

24. Danielle Haase-Dubose, observaciones finales en la eonferencia "OneCentury of Franco-American Cultural Exchanges", realizada en Reid Hall, el

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Jmpulsada por la necesidad y el c1eseo de radicalizar 10universal, yo tambien encontre conslJelo y apoyo intelectual enla obra de Foucault sobre la subjelividacl, Foucault sostienc quela constitucion del sujeto fragil, escindido, de la era po metaflsica,es en realiclad un proceso que consiste en coclificar culturalmenteciertas funciones y actos como significativos, aceptables, norma-les, c1eseables. En otras palabras, uno lIega a ser un sujeto a travesde una serie de interdicciones y permisos, que inscriben la propiasubjetividad en una base petrea de poder. El sujeto es, entonces,un monton de partes fragmentaclas que se manlienen unidasgracias al adhesivo simbolico que es el apego al orden falocentricoo la identificacion con el. Un monton de chusma, que se llama asi misma el centro de la creacion; un nudo de carne deseante ytemblorosa, que se proyecta a las alturas de una concienciaimperial. Me impresiona la violencia del gesto que une a un yofracturaclo con la ilusion performativa de unidad, dominio,autotransparencia. Me asombra la terrorifica estupidez de esailusion de unidad y de su fuerza incomprensible,

Quizas se trate sencillamente de que me veo a mi mismaestructuralmente desplazada entre diferentes lenguas, yencuen-tro en el pensamiento postestructuralista una representacionconceptual adecuada de un estado que experimento intimamentecomo mi propia manera de ser.

La resistencia politica a la ilusion de unidad y presencia meta-fisica continCla siendo una prioridad importante, Por todas partesalrededor de nosotros, en esta cultura de fin de milenio, la creen-cia en la importancia, la seriedad estipulacla por Dios y el valorfundacional de las lenguas maternas es siempre muy fuerte. Enesta nueva Europa que ve reaparecer hoy todos sus viejos proble-mas, en una ola de peligroso retorno de 10 reprimido, en estafortaleza etnocentrica, el concepto de lengua materna es masfuerte que nunca. Se alimenta de ese sentimiento renovado y

Centro de la Universidad de Columbi:l en Paris, entre el 24 y el 25 de junio de1993, Cita tomada de la pagina 5 de un infolmc de seis paginas, .

exacerbado de nacionalismo, regionalismo, localismo que carac-tenza a este momento particular de nuestra historia.

El pollglota vigila esta situacion con la maxima distanciaCrltic~;una persona que eSl{1en transito entre dos idiomas, ni aqulIIIalla~es capaz de experimental' cierto saludable escepticismo enrelaClon con las identidades permanentes y Jas lenguas maternas,En este sentido, la imagen del pollg1ma es una v:ariacion sobre eltema d~ la conciencia crltica nomade; estar situado entr~ -dosleng~~~s e~t~r colc:)cado en un punto ventajoso para descon~truirla 1<:1~ntielad,Como muestra la academica feminista y cineast~callfornlan'a nacida en Vietnam y educaela en Francia Trinh T.Minh-ha, el multicult1.lralismo no nos lleva muy lejos si 10entenelemos meramente como una diferencia entre culturas,Debe6a entender. e mas bien como una diferencia dentro de lamisma cultura, es decir, dentro de caela sl mismo.

S~n embargo, esto no equivale a afirmar que toda personaemplflcamente multilingLie esta automaticamente dotada deconciencia nomade, Lejos de ello, el enfasis en el caracter sagradode la lengua materna, una especie de nostalgia pOl' el lugar deongen cultural -frecuentemente mas fantastico que real- tiendea adquirir mayor fuerza en las personas que hablan muchaslenguas 0 viven en medios multiculturales, ~Fue a causa de suslenguas maternas por 10que las mujeres de Bosnia-Herzeaovinay Croacia han sielo violadas sislematicamente y confin~das acampos de concentracion procreativos? ~Esla maternidad coerci-tiva provocaela por fa violacion de una pandilla el precio que hayque pagar por habbr la lengua materna "incorrecta"? ~No es todaapelacion a la lengua materna "correcta" la matriz del terror delfascismo, de la desesperacion? ~Esporq1.le practica una especi'e deamable promiscuielael con los c1iferentes cimientos lingtilsticos,pOl' 10que el poliglota 0 la pollglota ha renunciado hace tiempoa cualquier nocion de pureza lingLilstica 0 etnica?

No h~~ lenguas maternas, solo sitios lingtilsticos que uno toma<..-rcomo S1.lpunto de partida, El poliglota no tiene una linea rvernacula, sino muchas llneas de tr{ll1sito, de transgresion; ha .perdido algunos hibitos comune , pOl' ejempl0, el de poder

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recordar en que idioma canta las canciones de cuna, en quelengua suena, ama 0 fantasea. Los complcjos aparalos rnuscularesy mentales que unen sus fuerzas para producir el lenguaje, en elpoligJola se conl.binan para producir sonidos exlranos, concxio-nes foneticas, combinaciones vocalicas y uniones ritmicas. Unaespecie de perversidad polimorfa acornpana la capacidad quetiene un poliglota de deslizarse entre los icliomas, rohm huellasacusticas aqui, sonidos de diplongos alia, en un constante juegoinfantil de broma. Los desplazamientos son intraducibles, pero nopOl' ello menos eficaces. El mejor regalo que puede hacerselc acualquiera, pero especialmente a un poliglora, es una palabranueva, una palabra que aCm no conoce.

El pollglota sabe que el idioma no es solo, y ni siquiera, elinstrumento de comunicacion; sabe que es un lugar de intercam-bio simbolico que nos vincula a rodos en \.lJla red tenue, y aunas! viable, de malentendidos mediatizados que lIamamos civiliza-cion. Desde Freud y Nietzsche, la filosofla occidental ha sostenidoque la significacion no coincide con la conciencia, que la mayorparte de nuestras acciones tiene un fundamento no consciente;cogito ergo sum es la obsesion de Occidente, su perdicion, sulocura. Nadie manda en su propia casa; desidero ergo sum es unacaracterizacion mas exacta del proceso de conslnJir sentido.

Dicho de otro modo, existe un desequilibrio fundamentalentre las bases libidinales 0 afectivas y las formas simbolicas deque disponemos para expresarlas. Como deda un grafilo escriroen un muro parisino: "Cest du meme endroit que ['on sait et ['onignore" (Desde la misma posicion uno sabe e ignoraJ. Todoconocimiento esta sitlwdo, es decir, es parcial; rodo tartamudea-mos buscando las pabbras, aun cuando hablemos "tluidamente".

Muchos pensadores criticos conternporaneos25 cuentan conque 10 afectivo es una fuerza capaz de liberarnos de Jos habiroshegemonicos de pensarniento. En este esquelna, la afectividad

25. Gilles Deleuze yFeJix Guattari, Anti-Gee/pe: Capita!ismeetschizophdmie,Paris, Minuit, 1974. Ybse lambien Gilles Deleuze, "La pensee nomade", enNietzsche ulljourd'hui, Paris, Union Generate e['edition, 1973. Yease ~\simismo

representa 10 preconscienle y 10 prediscursivo; el deseo no soloes inconscicnte, sino que adem:ls pcrrnanece no pensado en elcorazon de nuestro pcnsamienlo, porque es la fuerza quesostiene la aClividad misma del pensar. Nueslros deseos sonaquello que se nos escapa en eI acto mismo de impulsarnos haciaadelante, dcjandonos como Cmico indicaclor de qUif3nessomos,las hueJlas de d6nde hemos est<ldo ya, 0 sea, de aquello que yano somas. La identidad es una nocion relrospectiva.

El poliglota, en su condici6n de n6made que deambula entrelenguajes, cuenta con d nivcl afcctivo como luoar de descanso'b ,

eJ poliglota/la pollgloLa sabe como confiar en los indicios y como~e:~istirs~§. c;stablecerse en una vision soberana de Ja identidad.La_identidad del nornade es un mapa de los Jugares en 105 ~ual~seVella ya ha estado; siempre puede reconstruirlos a posteriori,como una serie de pasos cle un itinerario. Pero no hay untriunfante cogi/o supervisando la contingencia del yo; el nomaderepresenta la diversidad movible; la identidad del nomacle es uninventario de huellas. 5i yo tuviera que escribir una autobiografia,esta seria el autorretrato de una colectividad, no muy diferente del;ejemplar Au/oritraUo eli gruppo de Luisa Passerini26

La nocion clave para comprendec la identidad mCl1tiplees el (deseo,!~ decir, los procesos inconscientes. El psicoanalisis -como I

una filosoria clel cleseo- es tarnbien una teorla del poder cultural.L~clad de.Lsujet~ se halla siempre entre el sl mismo ylas~clad. La verdad del asunto es q'Lle~cTescleeClllomento enql!euno nace, pierde su "origen". Puesto que ellenguaje es el medioy ellugar de constitucion del sujeto, de ello se-sigue que tarnbienes el capital simbolico de nuestra cultura. 5i ,ellenguaje ya esrabaallf antes' de que "yo" naciera, y estara aIll despues-de que '''yo''de~~parezca, la cO~1stitucion d!=1sujeto no es una cuestion de"internaJizacion" de c6Cligos dados, sino m-flsbienun'proceso Ie-

.----.- --

Luce irigaray, ::.peclllul1l: De I 'autre lemme, Paris, Minllit, 1974. [Eel. cast.:Speculum, Madrid, Saltes, 1974.1

26. Luisa Passerini, Ilutori/ratto di Crztppo, Florencia, Gillnti, 1988.

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_ .. I~"" negociacion entre estratos, ~~_~!im_~Q~as:i~~<:=.s,regi~tro~slelb,,!bJ~,es'tl:ucturas de enunciacion. El deseo es productivo porquecontinLla fluyendo,-s'emal~tiene en rnovimiento, pero su produc-tividad tambien implica relaciones de poder, transiciones entreregistros contradictorios, desplazamiento del enfasis. Luegovolvere a tratar esta cuestion.

EI poliglota tambien sabe intimamente 10que Saussure enseiiaexplicitamente: que la conexion entre signos lingi.iisticos esarbitraria. La arbitrariedad de la lengua, experimentada en variaslenguas, basta para llevarlo a uno a la desesperanza relativista. Deahi que,' el pollglota se convierta en el prototipo del sujetohablante posmoderno; impresionado por la enloquecedora yflliminante percepcion de la arbitrariedad de las significacioneslinguisticas, se resiste sin embargo a caer c1irectamente en elcinismo. Como dice la feminista noruego-austral iana Sneja Gunewen su introduccion a una antologia de escritoras migrantesaustralianas con antecedentes lingi.iisticos no ingleses: "Parado-

((jicamente, son las lenguas las que nos hablan. Basta preguntar-

I} I . selo a cualquier inmigrante" 27

(vb,> -Mi experiencia como pollglota me inClllco la valentia de,I J ,'..v " f?~frontar esta arbitrariedad sin llevarme a pensar, no obstante, que",.-, todo esta permitido; la arbitrariedad no equivale al absllrclo ni la

polivalencia ala anarquia. En algunos sentidos, mi plurilingi.iismome hizo sentir la necesidad de una etica que sobreviviera a losmllchos cambios de idiomas y de localizaciones culturales y mehiciera "autentica ante mi misma", aunque ese si mismo encuestion no sea mas que una compleja coleccion de fragmentos.Me he entrenado para ver que el caracter intercambiable de lossignos no es una danza de muerte medieval, sino una configura-cion de repeticiones orquestadas. Que uno deb respetar lacomplejidad y no ahogarse en ella. De ahi que el poliglota puedaterminar siendo una entidad etica, que confronta la multiplicidady sin embargo evita el relativismo.

27. Sneja Gunew, "Discourses of otherness", en Displacements: MigrantStory-Tellers, Melbourne, Deakin University, 1982, pag. 1.

EI poligJota nornadc pracLica un estilo estetico basado en lacomprension y la tolcrancia pOl' las incongruencias, las repeticio-nes, la arbitrariecJacJ de las lenguas que el/ella maneja. Para elpoligJoca, la escritu ra es cl proceso de anular la ilusoria estabili-dad de identidades fijas, de hacer estallar la burbuja de laseguriclad ontologica que proviene de la familiaridad con el sitiolingi.iistico de cada uno. El poliglota exhibe esa falsa seguridad.El/ella es la Casandra de Christa Wolf: "Hasta ahora todo cuanrome ha ocurrido pulso en mi una cuerda de respuesta. Este es elsecreto que me circunda y me mantiene entera. Hay algo de todosen mi, de manera que no he pertenecido completamente a nadiey hasta comprendi el aborrecimiento que sintieron por mi" .28 Demanera que la escritura ticne que ver con desarticular la natura-leza sedentaria de las pabbras, desestabilizar las significacionesdel sentido comllO, desconstruir las formas establecidas de laconciencia.

En este sentido, los escritores pueden ser poliglotas dentro dela misma lengua; uno puede hablar ingles y escribir en muchasformas diferentes de ingles. 2Acaso 10 que hicieron los grandesmodernistas como Virginia Woolf, Gertrude Stein 0 -dentro demis favoritos, el menor- James Joyce, no era inventar un nuevodialecto ingles? 2Que otra cosa hacen Alice Walker y ToniMorrison sino redisen.ar las fronteras de la ciudadela que era elidioma ingles? l.Iegar a ser un poliglota en la propia lenguamaterna: eso es escribir. Fran~oise Collin, la te2~ic~y.~~c~iLorq,feminista belga-francesa hoy afincada en Paris, ~cuii9Ja.e~pl:e-SIan "I'immigree blanche" -Ia inmigrante blanca- para cara_cte~'i-Izar la condicion de ~apersona que esta ~ de?~~~o_,d~J"!~.lengua que Ie es mas famIliar; en su cas<:" en.~re eU~·.'-!:~~ ~eBelgica y el de Francia. Ese sentimiento de singularidad, si no yade aislarniento, de las inmiwantes blancas puede ser enorme.---

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Esta fascinaci6n par la soledad de los espacios vadas puedeparecer afectada y l~asta sonar a cierta postura elcganlc radical.No obslante, sObtengo que este tipo de estelica n6made es lacontrclpartida de la poJitica de resistencia periferica a las nuevasformaciones hegem6nicas. En otras palabras, no creo que pucdasepararse la cuesti6n del estilo de las elecciones politicas. Laelaboraci6n de estilos y formas de representaci6n que se ajllslena nuestra ~,ituaci6n hist6rica es una parle esencial del proceso deaceptar b econol1lia transnacional posmoderna en la quevi vi mos.

; \ lNomadis~rogresion vertiginosa hacia la desconstruccl0nde Ia idcnriClad; molecularizacion del yo Como 10 expresa TrInh

I 1'. Minh-ha: "Escribir es lIegar a ser. No lIegar a ser una escritora(0 una poetisa), sino llegar a ser, de manera intransitiva. Nocuando la escritura adopta una politica a ideas flmdamentalesestablecidas, sino cuando traza para sl lineas de fuga".29 Laescritura pollglota, n6made, desprecia fa comunicacion domi-nante; cl embotellamiento de significaciones que se agolpanesperando ser admitidas alas puertas de la ciudad crea esa formade contaminacion que se canace como "sentido com(II1". Laescritura n6made, en cambia, anhela el desierto, las zonas desilencio que se extienden entre las cacofonlas ofjciales, en unflirteo can una no pertenencia y una condici6n de extranjerlaradicales. Colette, en La vagabunda, 10 capta maravillosamente:..Personne ne Jrl'attend, moi, sur une route qui ne rm3neni (I lagloire, Ili (Ila richesse, ni ull'amour". [Nadie me espera, en unacarretera que no conduce ni a 1a gloria, ni a la riqlleza, ni alamor].3o

Escribir es un proceso no solo de traduccion constante sinolam bien de adaptaciones sucesivas a diferentes realidades cultu-rales. Nicole Ward Jouve, la teorica literaria brilanica tucida enFrancia, que tambien escribio ampliamente sabre Colette, senala

29. Trinh 1'. Minh-ha, WomCl!l, Notiue, Otber, ob. cil., p{lg. 19.30. Colene, La Vagobonde, 1920, reeelitaelo, Paris, Albin Michel, Livres ele

Poche, 1983, p:lg. 26. [Eel. cast.: La uagablmeta, Barcelona, Argos, 1981·1

esta cuestion vigorosamente anles de abordar su propiomulticulturalismo.5' Como eSlilo intcleclllal, el nomadismo con-> 'siste, no tanlo en carecer de hogar, como en ser capaz de recrear : I

el propio hagar cncualquicl· pane)2 EI nC1Il1ade,1anomade, llevasus pertenencias csenciales con ellella adonde sea que vaya, 'II i

puede reo'car una base hogarcna en cllalquier lug;;tL _Creo que 1ll1lcklSde las cosas que escribo son cartografi~l's, es

decir, que praclico una especie de paisajismo inlelectual que meproporciona un horiz me, un marco de referencia, dentro delcual pucdo orienlarme, mudarme de aqui para alia e instalar mipropia tienda temelica. Por 10 tanto, no es casllalidad que laimagen del mapa 0 del lrazado de un mapa este presente tan atnenuclo en ll1is lexlOS. La frccuencia de 13 tnetaJora espacial. \ ~-_.,e::presa la· simuJtaneidacJ d~. 1<:1 con~licion n6ma.Cie:...:.y~~1~·nec~s~d~~Cde[razar map-as;.s:a~l::u~~tQ_esCOI11Q,l[ncamlliL1l1Q!.!Q:deja huella de los lugares en los que he estado, en el paisajecambia-nie-cle- ml singLllariclad. . .. --_. .-_ ... -.

La-fait-a de un hagar como una condicion elegida tam bienexpresa la eleccion de una forma situada de heterogeneidad, quetiendo a exhibir en mi estilo de escritura (vease "Bacia una nuevarepresentacion del slljeto"). ~Es acaso sorprendente, pues, quecada texto parezca surgir del Olro, mediante un lento proceso deacrecentamiento? NIipensamiento avanza mientras voy agregan-do gradualmente pequenas piezas a rel~tmpagos de percepcioncolorida en un lienzo ya existcnle. Como pienso en pasossucesivos, a veces el proceso se me adelanta y las ideas crecencomo una asombrosa ameba, para mi propia sorpresa ydele ite)3

31. Nicole Wal·djouve, White \.l7omall Speaks with Forked Tongue: CriticismCIS Autobiography, Londres y Nueva York, Routledge, 1991.

32. Le agradezco a Micke Aerts por senalarme esta cuesti6n en un viaje entren a Kassel, Alemania. i.Quc mejor lugar para un comentario tan perceptivo)

33. Les agradezco a Patrici::t Yaeger y a Naomi Schor, quienes, lnelepenelien-tememe una de la mra, me lIamaron Ia atenci6n sobre este punto. Estoyparticularmeme en deuda con la primera por haber sido quien me sugiri6 estaexpresi6n.

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EI nomade y el cartografo proceden de manera semejanteporque ambos cornparten una necesidad situacional, pera solo elnomade sabe leer mapas invisibles 0 mapas escritos en el viento,en la arena, en las piedras 0 en la floresm. EI escritor trotamundos.

Bruce Clntwin, en su libro TheSonglines,34 muestra admirable-mente hasta que punto, entre los gitanos, los aborigenes australia-nos y otras tribus, la identidad del nomade consiste en memorizarla poesia oral, que es l..mae1aborada y exacta descripcion de losterritorios que debe cruzar en su trayecto sin fin. Una geografiatotemica marca este tipo de identidad. EI desierto es un gigantemapa de signos para aquellos que saben leedos, para aquellos quepueden can tar mientras viajan a traves del paramo.

En Las ciudades invisibles,35 Italo Calvino, el escritor italianoque paso la mayor parte de su vida en Paris, hace que su heroe,Marco Polo, exhiba la habilidad nomade de memorizar mapasimperceptibles Marco Polo lee el tablero de ajedrez en el quejuega con el Kublai Khan. Partiendo de un pequeno rasguno enla madera del tablera, es capaz de reconstruir su genealogla,remontarse al tipo de arbol con que fue confeccionado, determi-nar el origen y la estructura de esos arboles y el tipo de artesanlautilizacla para fabricar el tablera. EI mapa es invisible 0, mas bien,solo puede ser interpretado por aquellos que fueron entrenadosen el arte de leer signos de tinta invisible.

Luce Irigaray, una filosofa nacida en Belgica que vive enFrancia como una inmigrante dentro de su misma lengua y quees seguida y comprendida principalmente en Italia (c.Ionde el exPartido Comunista la nombro asesora), anota cuidadosamente ensus (dtimos libras ellugar y la fecha en que escribio cada artIculo.Aprecio su precision cartogrMica y la considero como unaespecie de etica situacla: la politica de la localizacion aplicada ala escritura.

34. Bruce Cha[Win, The Songlines, Londres, Picador, 1988.35. !tala Calvina, Le citta invisibili, Turin, Einaudi, 1972. [Ed. cast.: Las

ciudades illuisihles, Barcelona, Edhasa, 1984.]

Si yo biciera 10 mismo en el caso de los articulos reunidos eneste volumen, tenclrla que anotar lugares tales como ]yvaskula enla zona central de Finlandia; Melbourne, en el sudoeste de Aus'tra-lta; Verona, en el norte de IlaJia; Utrecht enla Holanda central, ete.E~te modo de escnblr tambien abarca conversaciones e intercam-bIOScon otras entidades transmoviles, extranjeros sin los cuales lavIda mtelectual de muchas metropolis del mundo se extinouiria:los norteamencanos en ParIs los hohndeses l'tal' b. _ . ' • , lanos, cana-dlenses y austrakmos en todas partes; los afronorteamericanoslos afncanos bclgas y los norteamericanos en todo tipo de variacio~~es. compuestas: judios norteamericanos y judios parisienses; bri-tanICos poscolonlales, palestinos e israelies.

Entre estos j.Q~~~~tuales nO,..!1lades,s_edestacan l.'!~d~, r \ r (q1..~~ r<2.r.rIJ.~nel l1L~cJeode es.~_co_n~jngente ~t!~~s.a.!I~Etico"so=-' \ I I

bre~L9U~_A.ltc~ Jardme ha escntQ c()n ranta ~locuc:nciaJ6 Estoy l\'muy l~p[eSlOn<lda por la gran cantidad de mujeres que conozcocon ongenes culturales mezclados que estan comprometidas muyactlvamente con el mOVlmlento feminista; en mi experiencia, elmOVUTIlentoha proporcionado estabilidad en medio de condicio-nes camblantes y de contextos que se modifican permanentemen-te. A veces plenso que esa mezcla de intelectuales radicales es lamarca de una epoca, y que esa especie de movilidad ha idodecreclendo (t1timamente. Por ejemplo, Nancy Huston, unaanglocanadlense que se instalo felizmente en el idioma Francespara convertirse en una ensayista y novelista prollfica, y la novel is-ta argelll10francesa Leila Sebbar, han escrito con gran sensibilidadsobre la mezcla multicultural que caracterizo a la mayor parte desus colegas,lntelectua[es y amigos37 en el Paris de [a decada de1970. ~Podna clecirse 10mismo de [a c1ecada de los noventa?t Te~clria que seiialar adem{ls que los ensayos reunido~ aqular.nb1en expenmentaron varios desplazamientos en su publica-

Clon: la mayor parte de eJlos vieron la luz del dla en periodicos

.. 36. Alice Jardine, "Pre-Texts for the Trans~lliantic Feminist", Yale F1-enchjtudles, dlclembre de 1981, pags. 220-236.

37. Leila Sebbar y Nancy Huston, Lettl-es Parisiennes, Paris, Barraull, 1986.

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para minori;J.s, revistas sobre esludios de las mujeres 0 en eseespacio peculiar que en las publicaciones corrienles se conocecon,o "edici6n especial feminista". Toclos cllos lueron publlc'ldosen paises que no eran el mismo en el que yo casualmenle meencontr;J.ba '1iviendo cuando los escribl. A vece . creo que hast.t

r;-mi elecci6n de local~~Cl6n clentro del G~mpo ~le los ~studiOSS6l5i:-e l'l mujer es un ref1eJo de mt Il1c!tnaClon pOl el nonuclIsmo,

y con esto me refiero a mi deseo cle eliminar todo apego a losdiscursos establecidos. Tienclo a considerar los e tudtoS sobre lamujer como una nueva frontera y a sentirme inc6mo~la dentw delos discursos heaem6nicos. ~Tenclr{l1'todos 10s nomades unao .vocaci6n por ser minoria? Mas adelante volvere a reterirme a estetema.

Lo que me ha quedado claro con el con'er de los anos es quesin tales dislocaciones geograficas yo no poclria haber escnLOnada, y 10 que escribo no es literatura de viajes. ?ero siento unafecto especial pOl' los lugares de transito que estan mclUldos enlos viajes: las salas de !as estaciones y de los aeropuertos, lostranvias, los autobuses de seL-viciocontinuo, los mostradores deembarque; }o10s inter~~di~ en las que todos los vinculosNueclansuspendidos y el tiempo se extiende a una espeCle de/ presente con~i!~~2; oasis de no pertenenCla, espaclos de desape-g~7fierr:Lsque no son de hombres ni de mLlJeres.

Quiza sea por ello que esos espacios abiertos, pCI!Jlicos,detransici6n, son para los artistas contemporaneos lugares pLwlle-aiaclos de creaci6n.38 En el "Decade Show", realizado en el NuevoMuseo cleArte Contemporaneo de Nueva York, en 1990, !a artistaMartha RosIer exhibi6 una pieza de instalaci6n lJamada En eLLugar de Lopublico 0983-1990) que consistla en una serie deenonnes fotoarafias de lugares de transici6n, cle paso, espeClal-mente salas d: aeropuertos y cintas transportadoras de equipajes,acompanadas por extensos comentarios inspirados par el fil6so-fa marxista Henri Lefebvre. En la visi6n de Rosier, los espaClos

38. Agradezco a Juul Hymans, de Radio Mundo, pOl' ayudarme a

formular esta idea

pClblicos son silios ~ue rnarcan. ritos de pasaje...j que estan sujetosa lmperatlvos espcclflCOS de la cultura lales COmo borarios, ritmosde producci6n, dircccioncs pcrmilidas y prohibidas, cargas ydescargas, are;J.s de transici6n y espacios de transacciones. E1espacio es ~lna abSlracci6n regida por l'l 16gica de 1a~conomia demercac}o y, como lal, "esl{lpenetrado por [as relacions.:.s~oci~t1es",El gl:tn merito de la obra de Rosier es haber captado amb~saspectos de estas zonas de transiLO: tanto su valor instrumentalcomo su ~LOoniJl1alOpeculiarmente seductor. Las salas de losaeropuertos son Iugares pOl' los q~<=uno pasa "sin registrar su (.:;:.-pa~o"; como tales, son un miuocosmos de: socied;dconte~po-ranea, que si bien pucde ser poslindu;;triitl, exhfbesin emba;:'ooun~CfgrQ.~lJ]JgsRura, e~ decir, m{lsdespT~~'Gd;-de 10 que;-uncaexhibio antes, de agresi6n capitalista. _. -- - -

Las instalaciones en 10 espacios pClblicos, en zonas cle paso,son tambien centwles para la obra de otras importantes artistascontempor;lneas. Par ejemplo, las grandes carteleras de BarbaraKrueger estan estrategicamente colocadas en importantes inter-secciones del cenlro de las metropolis del mundo occidental. Esascarteleras anuncian "No nece ilamos otro heroe" y "La vigilanciaes el trabajo que los ocupa" can una fuerza que corta el aliento.39En estos tiempos de decadencia postindustrial del es~aciourbano, artistas tales C0l110Kl'L1cgcrsc las arreglan para devolver-Ie a l'l obra de aile el valol' monumental que soHa ser suprerrogativa en d pasado, preservanc.lo al mismo tiempo sunatura!ez'l politicamenle cornprometida. Los mensajes contun-dentes de Krueger lambien son vigorizantes por su toquepoderosamente feminista, su humorismo y su clara belleza.

De ITunera semejante, los paneles electronicos de JennyHolzer relampaguc'ln en la silueta infestada de anuncios denuestras ciudades y transmiten rnensajes muy politizados y

39. Barbara Krueger, We IrIOIl 't ['lay Nature to Your Culture, Londres, lCA,1983; Loue for Sale, Nueva York, IIarry M. Abrams, 1990; "No progress inpleasure", en Carole S. Vance (comp.), Pleasltreand Danger, Boston, Routledgeand Kegan Paul, 1984.

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concientizadores: "El dinero crea el gusto", "La propiedad crea elc1elito", "La tortura es salvaje", etc.40 Holzer utiliza tambien 10sespacios de los aeropuertos, especialmente los carteles deinformacion de las cintas de equipajes, para transmitir este tipode mensajes sorprendentes, pOl' ejemplo: "La falta de carismapuede ser fatal", y algunos ironicos como "Si usted se hubiesecomportado amablernente, 10scomunistas no existirian", 0 "~Quepais deberia adoptar uno si odia a los pobres?".

Rozier, Krueger y Holzer son perfectos ejemplos de artistasposmodernas, perceptivas y no nostalgicas que se apropian delos espacios pllblicos con propositos creativos y politicos. En susmanos, l:1sareas de transito y paso se transforman en equivalentescontemporaneos del desierto, no solo a causa de la enarme yalienante soledad que las caracteriza, sino tambien porque estanprofundamente marcadas par signos y carteles que indican unamultitud de direcciones posibles, alas cuales la artista Ie agregala suya, inesperada y provocativa.

EI espacio urbano es, por 10tanto, un mapa enorme qt.le exigeaptitudes especiales de decodificacion e interpretacion; en ma-nos de estas artistas la ciudad tambien se transforma en texto, enartefacto significante. Brunhilde Biebuyck (una belga nacida enel Zaire, que nunca vivio en Belgica, crecio en diversos lugaresde los Estados Unidos, incluida la ciudad de Nueva York, dondepaso cuatro at'los, y se recibio de etnologa para finalmenteeSlablecerse en Francia) y Mihaela Bacou (nacida en Rumania depadres latinomacedonios, vivio en Grecia y 11.Iegose establecio enParis como investigadora) reunieron una impresionante colec-cion de ilustraciones murales hechas con plantilJas en las paredesparisienses. En un articulo que escribieron en colaboracion sobreeSla coleccion, destacan la expresividad de Ja ciudad, su resonan-cia aCllstica: la densidacl multiestratificada de los mensajes quetransmite.41

40. Jenny Holzer, Nueva York, Solomon R. Guggenheim, 1988.41. Aunque desafonunadamente la colecci6n de diapositivas aLIOcontinLla

sin publicarse, la obra fue presentada en Brunhilde Biebuyck y Mihaela, Bacou(comps.), "Paroles Urbaines", Cahiers de httemture orale, nO 24, 1988.

Por consiguiente, los espacios pllblicos como sitios cle creati-viclacl ponen de relieve una paracloja: estin cargaclos de signifi-cacion y al mismo tiempo son profundarnente anonimos; sonespacios de transicion indiferenlcs, pero tambien puntos clereunion inspiradores, ell: revelaci6n visionaria, de gran liberacioncle creatividad. El experimcnto musical hecho por Brian Eno conMusic for A ilp01""ts es 011'0fuene argumento en este sentido: setrata de una apropiacion crealiva del corazon muerto de. esaszonas un poco alucinantes que son IOSespacios pllblicos42 Sinembargo, los artistas no son 105l,nicos interesados en las zonasde tninsito.

Una vez, al aterrizar en el Aeropuerto Internacional de Paris,vi todas esas areas intermedias ocupadas por inmigrantes dediversas partes de 10que fuera el imperio Frances; habian lJegadohasta alli, pero no se les permitia entrar, de modo que habianacampado en esos lujosos lugares de transito y esperaban. Elcorazon muerto, panoptico de la nueva Comunidad Europea, 10sescudrinaria y no les franquearia la entrada facilmente: losmargenes estan atestados y la no peltenencia puede ser elinfiern043

NI MIGRANTE NI EXILIADA:LA FEMINISTA COMO NOMADE

En la Europa aClual el !!lle!ectual nomade poliglota clebeofrecer ele!TIentos que ayuclen ~--pensaren- el"LisoexCluyente,etnocbUrico, que se Ie cia habitualmente ;f concepto de unaComunidad Comlm Europea y a las imagen-~~~le unasupuestaidentidad europea intranacional que acompanan clicho concep-

42. Brian Eno, iVlusic Jor Ai/ports, EG Records EEG CD 17.43. Quiero agradecerle a Christien Franken pOI' baberme cedido esta

expresi6n. Es una cita de Anne Aronson y Diana L. Swanson, "GraduateWomen on the Brink: Writing as 'Outsiders Within"', Women's StudiesQuarter~y, nO 3 y 4, 1991, pag 165.

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to. Entre las im{lgencs de alteridad intercultural que son habitua-les hoy, desracare las del exiliado y el migranle, antes de volvera b del nomade.

'Ya en 1938, Virginia Woolf planlcaba la cuestion: "En micondicion de mujer, no tengo pais, en mi condicion de mujer, noquiero un pais, en mi condicion de lllujer, mi pals es el munc.loentero","H La identificacion de la identidad femenina con unaesp cie de exilio planetario lIego a ser clesde entonces un tapOSde los estudios feministas, y escritoras tales como Helene Cixous,

J judla parisiense nacida en Argelia,45 y la belga francesa LuceI' Irigaray'i6 hicieron hincapie en este punto.

No obstante, esa metafora del exilio no me satisface del todo:ser "una ciucladana clel mundo" puede parecer atractivo alprincipio, pero tambien puede constituir una tactica evasiva. Escomo si tado 10 que las mujeres tuvieran en COmLJl1fuera unsentimiento de carencia de hogar, de carencia de palS, deausencia de un punta COmLJl1de anclaje. Este enfoque no meresulta satisfactorio ni como diagnostico de la condicion actual(993) de la mujer, ni como una vision del rol posible que puedacaberle en el futuro Apoyandome en la nocion de "la polltica clelocaliz.acion" (politics o/location) de Adrienne Rich, creo que lasgeneralizaciones sobre las mujeres cleberbn reconsiderarse pres-tanclo atencion alas diferencias entr mujeres y explicandolas,Como observab::r Alice Walker'l7 en su respuesta a Virginia Woolf:cEsa indiferencia displicente no es acaso un privilegio de casta yde la condicion de blanco? cQue podia significar para la genle quenunca habla tenido un hogar 0 un pais de origen que pudierarecordar, como Phillis \.'V'heatley en las plantaciones de esclavosde los Estados Uniclos? cNo es demasiado etnocenrrica la ::tltanera

44. Virgini:l Woolf, Three GuilletlS (938), reeclilaelo, Lonelres. Penguin,1978 (Ec\. C:lSl.: Tres guineas, Barcelona, Lumen, 1983.1

45, Helene Cixous y Catherine Clement, Laiel/lle nee, Paris, UGE, 1975,46. Luce Irigaray, Cesexequi lI'ell estpas un, Paris, Minuil, 1977. [Eel, GlSl.:

Ese sexo que nO es uno, Barcelona, Lumen, 1983.J47. Alice Walker, In Search oj"Ourivfothers, Gardens, Lonelres, The Women'

Press, 1984.

metal"ora del exilio planetario' En este rin de siglo, cuando Europay otras panes del Il1undo se yen obligadas a afrontar el problemade los retugiadDs del este y del 'ur y los 1110vimientos dpoblaciones cnteras que huyen de sus paises de origen desgarra-dos poria gucrra, cuestiones tales como el exilio y el derecho apenenecer, el derecho de entrada, el derecho de asilo, sondemasiado serias para ser ulilizacbs meramente como metaforade un nuevo idcal.

En este scntido, es importante devolverle a la nOClon de"pollrica de localizacion" la funcion polltica radical para la que fueconcebida. ESla expresion se rcfiere a una pracrica de dialoaoentre ,diferentcs genealogias corporizadas femeninas. U~lo~-hzaClon, en el sel2-tid? que le da Rich al termino, es no solamenteuna nociorfgeopolitica,-sino tambien una noci6n- q~~--Clnica-mente puede ser vehiculizada por el lengllaje y, en conse-cuencia, s' 10 puede ser el objelo de relaciones imaginarias. Deahl que, aunque yo compana las preocupaciones expresadas porCaren, Kaplan en su analisis transnacional de esre concept048 ytamblen compana su premura pOI'usar la polltica de localizacioncomo una critica de los modelos dominantes de hegemonia,tambien quiero sost~er que no hay ningj"![1~~io~1Lq~nC2-~c:-avehl~ulJZ<lda pOI'ellenguaje y que [2QLlQ.lauto...e.steJibre--d~9n?I£~!~~~~"les i~naginarias E~~_stc s<:nti~o.!.-_~!~~2Xac0~.~ji,,fe111ll1lstaladlcdl posmoclerna eXJge que se pr~ste atencion a la.! ll,d~12~':~~d__com~ conjuflto de _iclenlificaciones y ta~~~n a la ;subJetlVlclac.lpolltlca como la busquecla de luaares de,resistencia.

_... __ b _.

Junto a la figuracion del exiliado quiero evocar otra: la delmigrante. EI migrante no es un exiliado: el/eUa tiene un destinoclaro; va cle un punta al otro en el espacio con un proposito muypreclso. Hoy Europa es una enriclad multicultural; el fenomeno dela migracion economica ha creado en cada ciudacl europea unaserie de "subculturas" extranjeras, en !as cuales habitualmente las

48. Caren Kapl:in. "The Politics of Location as Transnational Feminist CriticalPractice", en Car n Kaplan e Inclerpal Grewal (comps.), Scattered Hegemonies,ob, cn.

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Stengers termina por castigar el conceplo mismo que clio suslenroa su rdlexi(>n. Con esto se desecha el nomadismo y sc exige unanueva "q)iSlCmologia normativa" que cvile las conFusiones y per-mila cSlablen.:r puntos de cruce transdisciplinario mas clams y I1lflSexplicablcs. ESle lIal1lamiento a crear un nuevo sistema de visaepistemol6gica relcga el nomadismo a la poco feliz condicion deun concepto que se evoca solamcme con eI fin de de 'Icgilimarlo.ESle repudio tiene sin embargo la ventaja de colocar los conceplosn6mades, aunque s610 sea brevcmente, en el Cl.:ntrodel debatecientifico conlel1lPOraneo.

En un nivel mas general, la historia de las ideas es sicmpre unabistoria n6made; las ideas son tan mortalcs como los seresbumanos y estfll1tan sujetas alas locas vueltas y giros de la historiacomo nosotros. La figura del n6madc, en oposici6n a la delexiliado, nos permite pensaren una dispersi6n yuna diseminacioninternacional de las ideas., no s610 sobre el modelo banal yhegem6nico del turista 0 el viajero, sino tambien como formas deresistencia, como modos de preservar ideas que de otro modopodrian haber sido condenadas al oJvido voluntario 0 a unaamnesia producida colectivamente.

La distinci6n que estoy defendiendo entre el migrante, elexiliado y el n6made corresponde lambien a diferentes estilos ygeneros y a diferentes relaciones con el tiempo.

EI modo y el tiempo del estilo exiliado se basan en un agudosentido de la condici6n de extranjero/a, unido a la percepci6ncon frecuencia hostil del pais huesped. La lileralura del exilio, porejemplo, se caracteriza par un sentimiento de perdida 0 separa-ci6n del pais de arigen, el cuaJ, a menudo por razones politicas,es un horizonte perdido; hay algo de diflspora en rodo esto. Lamemoria, la recordaci6n y la meditaci6n sobre las hucllasacClsticas de la lengua materna son un aspecto central de estegenero literario, como en el caso de Ii~lancia de NathalieSarraute.52 Trasladado en el tiempo, este genero favorece un tipo

52. Nathalie Sarraute, Enfance, Paris, Gallimard, 1983. [Ed. cast.: Ill/alicia,Madrid, Alfaguara, 1984.1

de Hujo de rcminisccnciu, que y lraduciria en una especie defuturo perfecto: '·i\quello habra sido asl ... ".

POI'otra p~lrle, cI migrame se encuenlra atrapado en un estadointermeclio en el cual la narraliva del origen tiene el efecro declesestabilizar cI presente. Esta lileralura migrante tiene que vel'con un preseme suspendido, frecuentemente imposib1e; tieneque ver con perclidas, nostalgia y horizoilles cerrados. El pasadoobra como una carga en la literatura migraroria; carga con unadefinici6n fosilizada de la lengua que marca la persistencia delpasado en el presente. EI tiempo de verbo favoriro del migrantees el presenle perfecto.

La escritora ila1o-auslraliana Rosa Capie110 ofrece un buenejemplo de esto que acabamos de decir en su libra Oh, LuckyCauntly,53 su devastadora respuesta a un texw australiano clasicode todos los tiempos, The f:ucky Country.54 En el libro deCapiello, toda Ia acci6n transcurre fisicamente en la Australiablanca, pero dentro de comunidades multiculturales que compo-nen un diversificado paisaj urbano. Todos ios personajes de"nacionalidad compuesta" que conforman este tapiz humano soninmigrantes puras, que viven segCIIlsu prapio sentido petrificadode identidad cultural, se comportan como si aCmvivieran en suspaises de origen y hablan un idioma que no es ni su lenguamaterna ni el ingles estanclar, sino que constituye una mezclainventada por ellos mismos. Mientras se desarrolla 1a trama, laautora rara vez describe 0 siquiera enfoca a los australianosblancos; estos constituyen una especie de horizome distante einalcanzable, por 10 que Ilegan a ser un objeto permanente deanhelo y temor. Y en el caso de ios aborlgenes australianos,queclan confinados meramente a la invisibilidad, pOI' 10 tantosumergiclos en una alteridad irredenta. El efecro general es de unaenorme desolaci6n, de una hibriclaci6n sin un jubiloso aliviocreativo.

53. Rosa Cariello, Oh, Lucky COUlIII]!!, University of Queensland Press, St.Lucie, 1984.

54. Donald Horne, Tbe Lucky Counlly. Londres, Penguin, 1966.

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Yuxtapuesta al genera migratorio, la literatura poscolonialtiene un matiz diferente, porque en ese caso 10 que activa elsentimiento del pais 0 la cultura de origen esuna forma politicao algi'm otro tipo de resistencia a [as condiciones frecidas poriacultura que recibe al inmigrante. Como cons cuencia de ello,para el sujeto poscolonial el tiempo no queda petrificado y lamemoria del pasado no constituye un obstaculo que entorpezcael acceso a un presente cambiado. Muy pOI' el contrario, elimpulso etico que sustenta el modo poscolonial transforma lacultura original en una experiencia vivida que funciona comonorma de referencia. El sujeto poscolonial no percibe la culturadel pais que 10 acoge como inalcanzable y distante, sino que seopone a ella directamente, a veces casi flsicamente. En suesclarecedor analisis de los Ver:50S satanicosde Salman Rushdie,55la pensadora poscolonial indo-norteamericana Gayatri Spivakhace una distincion politica y epistemologica entre la migracionmetropolitan a y la condicion poscolonial.

Lo que sostengo es que la conciencia nomade es analoga a 10• que Foucault llama la contra memoria, es una forma de resistirsea la asimilacion u homologacion con las formas dominantes derepresentacion del yo. Las feministas -u otras intelecrualescriticos que adoptan la posicion de sujetos nomades- son quienesno se permiten olvidar la injusticia y la pobreza simbolica: sumemoria sc activa contra la corriente; representan una rebelionde los saberes sojuzgados. El tiempo del nomade es el imperfecto:es activo, continuo; la trayectoria nomade lIeva una velocidadcontrolada. El estilo nomade tiene que vel' con las transiciones ylos pasos sin destinos predeterminados ni tierras de origenperdidas. La relacion del nomade con la tierra es una relacion deapego transitorio y de frecuentacion ciclica; como antitesis delgranjera, el nomade recolecla, cosecha e intercambia pera no

..explota la tierra.En consecuencia, existe un fuerte vinculo entre los nomades

y la violencia; la crueldad de los desarraigados puede ser

55. Gayatri C. Spivak, "Reading the Satanic verses", Third Tex't, verano de1990, pags. 41-60. .

pasmosa. Desde la noche de los tiempos, las tribus nomades hansido 10 que Deleuze llama "mjquinas de guerra", es decir, bandasarmadas perfectamenle entrenadas. Los asaltos, los saqueos deciudades, el pillaje, la mat.ll1za de la poblacion sedentaria son larespuesla del nomadc a la agricultura. Creo que vale la penadeswcar este a:)pecto para comprender la densidad politica de laFigura del nomade; al tratar este tipo de conciencia, uno tiene por10 tanto que afromar las dificiles cuestiones de la violencia, larebeli6n armada, la destruccion y la pulsion de muerte.

En un sugestivo estudio de los vinculos entre las vanguardiasartisticas europeas, desde el movimiento dad~lista de comienzosde este siglo a los indios metropolitanos itaJianos de mediados dela decada de 1970, Sadie Plant sei'iala esta cuestion energicamen-te: "Es alli, en las aventuras y las derrotas de generaciones derevolucionarios, saboteadores, artistas y poetas, donde se corporizaincontables veces la lucha por escapar a los codigos y subvertirlos,teorizada pOI'Deleuze y Guattari",56

EI am'ilisis de Plant pone en primer plano la persistencia delrasgo nomade en los movimientos politicos contemporaneos,desde los "hippie::;"y los "gitanos new age', los campamentos depaz, los festivales musicales, los happenings feministas, hasta laviolencia en espiral de los grupos terroristas tales como lasBrigadas Rojas italianas, que son maquinas de guerra totallanzadas contra el Estado.

Pier Paolo Pasolini, que nacio en Bologna, crecio a cuarentakilom tras al sur de mi pueblo y fue asesinado en Roma, ofreciouno de los analisis mas sorprendentes de la violencia de Estadoen sus rdatos sobre la tenebrasa politica italiana de los aii.os deterrorismo comprendidos entre 1968 y 1977: los a1''1os"de plomo"que concluyeran con el asesinato del politico MoraY Pasolinisei'iala la similitud casi extraordinaria entre la violencia de ESlado

56. adie Plant, "Nomads and revolutionaries", journal of the British Societyfor Ph en 0mellology, 24, nO 1, enero de 1993, pags. 88-101, citado de la pag. 89.

57. Pier Paolo Pasolini, Scritti corsari, Turin, Garzanti, 1975. [Ed. cast.:Escritos corsClrios, Barcelona, Planeta, 1983.]

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y la viulencia terrorista en el conlcxto ilaJiano; sin embargo, hacecien~ISdistinciones entre ellas a fin de defender la posibilidad deuna polilica radical no violcnta.

Varios criticos han comcnlado lambien las caraclcrislicastribalcs adqlliriclas por las contraculluras urbanas, que incillycnfen6menos tales como los disturbios y saqueos. Observando losamllisis de la critica situaci6n posmoc!erna como la decadcnciadel Estado-naci6n,58 imprcsiona vcr la correlacion enlre laviolcncia de los aparatos cstalales y eI neonomadismo de losdisturbios 'uburbanos y especialmente de la cullura urbana delcentro de las ciudades.

La estr1..1cturacentral para comprcndcr la violencia nomade esen realidad la oposicion de la ciudad al espacio del d siena;Bruce Chatwin describe la ciudad como un jardin superpueslosobre un redi! de ovejas: un espacio de agricultura y cria deovejas, es decir, un espacio de almacenamiento sedentario yacumulacion de riquezas. Como tal, es diametralmente opuestoal espacio abierto: el noumos, 0 parcela de tierra, es la raizetimologica de n6made, que significa el mayor del clan, quiensupervisa la ubicacion de las pasttJClS para la tribu. POl'extension,nomos, lIega a significar la ley: cle ahi nos vienen terminos talcscomo lU]mesis,que se refiere ala apropiacion de la justicia clivina.Casi t clas las expresiones monetarias tambien tienen este origcnpastoral: nomisma signifiGl moneda acuii.ada, y de alii procedela palabra nurnismiitica. Las palabras conectadas con el dinero-tales como pecuniario- tienen su raiz en la palabra que nombraa la oveja: peats, pecoris.

Deleuze confirma 10 q1..ledice Chatwin: el noumos es unprincipio de distribucion de b tierra y, como tal, viene arepresentar la oposicion del poder de ]a polis, porque aquel eraun espacio sin murallas ni fronteras. Era el espacio pastoral,

58. V{:;]se, por ejemplo, jean-Frans;uis LyOlarel, La conditioll postmodeme,Pal·ls, Minuit, 1977. [Eel. GISI.: La cOlldicion posmoderna, Madrid, C;lteelra,1989.]; vease tambien, Fredericjameson, Postl?lodernisrn; Ol~ the CuLturaL LogICof Late Capitalism, Durham, Duke University Press, 1992. [Ed. cast.: Elposmodernismo 0 la Logica cuLturaL del capiw/ismo a~'cmzado, Barcelona,Paidos, 1995.J

abierto, nomadc, en oposicion al cual se erigieron los poderessedentarios cle la ciudad. Espacio metropolitano versus trayecto-rias n6mades

En consecucncia, la violencia nomack se opone a la violenciadel aparato eSlatal: la tribu es el contraejercito, es clecir, el espacioen el que gobiernan los guerreros. iES por eso que los nomadessiempre fueron perseguidos por el Estado como peligrososcriminales? EI luchador nomacle lIega a ser a su vez la victima clela represion cstatal. iEs pOl' eso que en [os campos de concentra-cion nazis fueron asesinados tantos gitanos? iEra el temor a sumovilidad 10 que robustecia las manos que apretaban sus cuellos?iEs por eso que en Africa hoy se asesina brutal mente a los tuareg?La violencia nomade y la violencia del Estado son imagenesespeculares, divididas por una hostiliclad antitetica.

Las diferencias en el tipo de violencia son tam bien unacuestion de diferencia de ritmos, es lecir, de variaciones deintensidad 0 de velocidad. El ritmo intenso, movil, de los raperosjovenes del centro de la ciudad queda nelltralizado por el usocomo arma de combate que les dio el ejercito norteamericano alheavy metal y a otras formas de rock and ro1l59 durante su ataquecontra Noriega en Panama.60 Esta diferencia del ritmo 0 lavelocicbcl es aell1mas paradojica cuando uno piensa en el hechode que el rock Ctnd roll surgio como una cultura subversiva contrael orden establecido. En Sll flexibilidad infinita, el capitalismotardio se ha adaptado a la revolucion del hard rock y Ie ha

59. No obstante, las feministas estuvieron entre las primeras en advenir ycolllentar la naturaleza agresiva de 10 que polemicamenre se llamo "cock-rock'.Puecle hallarse un analisis peninente en Robyn Archer, A Star Is Tom, Londres,Virago, 1986

60. EI20 de dicielllbre de 1989, en la Operaci6n Causa]l1sta, 23.000 soldadosnoneamericanos con apoyo aereo tOlllaron el control de Panama para capturaral presidenre rebelcle Noriega; 230 personas murieron. Noriega se refugi6 en laNl1nciatura Papal pero, clespues de que el eclificio fuera bombardeado durantecliez clias con mClsica de rock y arras medidas psicol6gicas, Noriega se entreg6y fue llevado a Estados Unidos para afrontar las acusaciones de narcorrafico.Fuente: eJ articulo "Noriega" de A Dictionary of Twentieth-Century WorLdBiography, Oxford y Nueva York, Oxford University Press, 1992.

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encontrado astutas aplicaciones inslrumentales. Sin embargo,probable mente sea mas dificil explotar a 105 raperos en esemismo grado.

Una escena retrospectiva ilustra mi ambivalencia en lo que serefiere a Ie'. cuesti6n de la violencia n6made: recuerdo a mi abuelo-un respetado miembro de la resistencia antifascista del norte deltalia- 2.dvirtiendome que 105 gitanos "roban ninos". Recuerdohaber observado con fascinaci6n y temor a 105primeros gitanosque lIegaran a mi pueblo -que esta apenas a 100 kil6metros dela Frontera con Yugoslavia-: irealmente robaban niiios? iMerobarfan a mil Y si me robaran, 2d6nde lerminaria yo? Darmecuenta de que existia gente cuyo hogar estaba en la carretera meabri6 una nueva dimensi6n. Retrospectivamente, el temor de 105gitanos despert6 en mi la primera sospecha atroz de que la"carretera, la vieja y familiar carretera que se abria ante mi propiacasa familiar, era una senda irresistible que podia conducirme alugares tan lejanos como Melbourne, Paris 0 Utrecht. La sospechade que las s6lidas bases que yo me habia acostumbrado a dar pordescontadas podrian desaparecer en un instante espasm6dicodejandome a mi tambien en la ruta. La 50Specha de que seguir esacarretera podia ser fatal, como finalmente result6.

Desde la descripci6n que Von Kleist hace de Pentesilea en laobra de teatro hom6nima de pasiones mortales, hasta la tragediade Medea, una extranjera en una tierra ingrata, otras formas deviolencia aparecen enfocadas en figuras femeninas n6mades: unaespecie de encuentro tormentoso con las fuerzas hostiles delmedio; un enfasis en la resistencia y el vigor flsicos; un apoyarse •en ritos y dramas a falta del templo de l.1Oareligi6n establecida.En su libra Donna inguerm, la novelista italiana nacida en Siciliay radicada en Roma, Dacia Maraini,61 describe con apremiantelucidez la violencia de las mujeres rebeldes. Habitan el mundohecho por 105hombres como una forma prolongada y dolorosade autoenajenaci6n y, como consecuencia de ello, son cap acesde tener arranques de gran violencia.

En 105sujetos n6mades hay una implacable y rigurosa especiede tenacidad; yo encuentro una potente evocaci6n de ella en elritmo chill6n, obsesivo, de la voz de la muchacha vagabunda deIndia Song, una obra de magia cinematografica de MargueriteDuras, la artista francesa criada en el sudeste asiatico colonial. Noobstante, tam bien reconozco esa tenacidad en el ritmo demoniaco,inexorable, de In Memoriam to Identit;p2 de Kathy Acker, en supasi6n visceral por las transformaciones n6mades y en su dondeleuzeano para mostrar el caracter reversible de las situacionesy las personas: su capacidad fronteriza para personificar, imitary entrar en intersecci6n con una infinidad de "otros".

La figuraci6n del n6made es una forma de intervenir 4:'l1 eldebate entre: ~Lfeminismo y la crisis posmoderna de valores yrepre_sentaciones del sujeto. AI estar situada como eur~pea e~ un 'contexto en el cual el termino posmodernismo 5610 ha obtenido 'un consenso como noci6n arquitect6nica, debo emplear ahora el .termino postestructuraf-!sm1o para referirme al discurso te6rico ',~:" :. ~~~

i"sobre la c~'isisdel sujeto. '.- . u "

En Patterns ofDissonance,63 al tiempo que dejaba establecido'mi escepticismo en relaci6n con la idea de que la "crisis" devalores se produce siml1ltaneamente con la aparici6n hist6ricadel feminismo, he sielo particularmente Cl"itica respecto delsurgimiento de nuevas imagenes -creaelas pOl' 105varones- de 10femenino como el pratotipo de esa identidad escindida, fluida ymulticentrada que el posmodernismo parece favorecer. Sinembargo, ql1iero defender at mismo tiempo la importancia que'tiene el postestructuralismo en mi intento de imaginar de manera

62. Kathy Acker, In Memoriam to Identity, Nueva York, Pantheon Books,1990.

63. Rosi Braidotti, Patterns of Dissonance, Cambridge, Polity Press/NuevaYork, Routledge, 1991.

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diferente -de un modo nomade-, tanto el proceso de pensamien-lO como al sujelo pensantc.

Lo mismo que los noma des reales -que hoy son una especieen peligro, amenazada poria extincion-, el pensamiento nomadees una posicion minoritar.ia.IMi defensa del nomacJismo se debe,pues, a mi percepcion historicamente Vldnerable del movimienrode pensamiento conocido como postestructural ismo y de lasactividades pollticas y teoricas que 10 hicieron atractivo para migeneracion. Los pensadores de la persuasion subversiva comoFoucault, Irigaray y Deleuze (vease "La etica de la diferenciasexual: el caso de Foucault e lrigaray") tienen poca 0 ningunaoportunidad de imponer su propio programa filosofico y susprioridades teoricas en estos tenebrosos dlas de fin de siglo. EIparticular estilo filosofico de estos autores, las preguntas radicalesque formulan, su compromiso con el cambio y las transformacio-nes en la vida cotidiana aSl como en su ensenanza de lahistoria de la filosofla fueron barridos pOI' los vientos delneoconservadurismo que soplan hoy poria Comunidad Europea.Su pensamiento es una parte de la izquierda intelectual que hasido historicamente rechazada en favor de cualquiera de lasformas de neopositivismo 0 de tibio neoliberalismo pOI' las quepasamos hoy. Esto implica tambien que aquelJos lugares en losque ha de prolongarse el pensamiento postestructuralista son nofilosoficos 0 extrafilosoficos. Creo que el feminismo es uno de losforos donde podrIa continual' desarrolhlndose la esencia deldebate postestructuralista: es una de las vIas de escape para lasideas que de otro modo terminarlan por extinguirse. Elpostestructuralismo puede sobrevivir siguiendo la ruta nomadedel feminismo, pero ~lo har~i?

Uno de los puntas de interseccion entre las filosoflaspostestructuralistas y la teorla feminista es el deseo de dejar atras elmodo lineal del pensamiento intelectual, el estilo teleologicamenteordenado de argumentacion que a la mayorla de nosotros nosenseii.aron a respetar y emular. SegCmmi experiencia, este terminaalentando la repeticion y la obediencia a una tradicion canonicaque impone el caracter incuestionablemente sagrado de' ciertos

textos: los texlOS de la gran tradicion filosofica humanista. Yoquisicra oponerlcs una forma apasionada de posthumanismo,basada en una etica n'rnadc fcminisla.

!\tIuyespecialillenle consic!cro cscllcial que las mujeres se liberende 10que la pensaclora feminisla Ilalo-norteamericana -que eligioHolanc!a como uno de sus hogares-, Teres~1de Lauretis, describecomo "la trama edlpica" c!ellrabajo lcoretico. Es importante paralas ferninistas romper con la . paulas de ic!entificacion masculinasque impone la gran teorla, salirse de las estruCluras paralizantesde un eSlilo acac!cmico excJuyenle64 El nomadismo cs unainvitacion a c1esidentificarnos del Illonologismo falocentric<?seclentario del pensailliento filosofico y una invilacion a comen- \'zar a cultivar el arte c!e la deslealtad a]a civilizacion, que proponeAdrienne Rich, 0 mas bi n a cultivar esa forma de saludabledesden poria convenciones, tamo academicas como intelectua-les, que inauguro y propago la segunda oLl feminis'ta. .

En general, las filosofas feministas no brillan pOI'su nomadismoradical; pOl'el contrario, tienden a encarnar el sindrome de la hijaobediente 0, alternativamente, el de la dev.0ta ama de <;.:asa65Estoconfirma un apego corporativo a la disciplina y una fuerteidentifjcacion con sus maestros; muchas feministas se esfuerzanpOI'preservar 0 siquiera rescatar la idea misma de que la filosoflaen realidad importet. No sorprcnde, pues, que las nocionespostestruer1..lralistas de la m1..lertedel sujeto filosofico y la crisis dela filosofla con frecuencia enc1..lentran a sus oponentes masvehementes en las mujeres del campo de la filosofia66

Ala luz de la posicion que acabo de esbozar, quiero defenderel ataque que hacen los postestrucwralistas al humanismofilosofico, aunque les critico al mismo tiempo su ceguera ante la

64. Sobre este punco, vease Nancy Miller, Getting Personal: FeministOccasions and OtherAutobiographical rlcts, Lonclres y Nueva York, H.outleclge,1991

65. Este Cdtimo sinclrome aparece inceligelllemence revelaclo pOl' Michelle IeDoeuff en su L 'imagillaire ph ilosophique, Paris, Payot, 1984.

66. Michelle Ie Doeuff es b primera en ofrecer un ejemplo parad6jico de estaactitud de rechazo del postestructuralismo.

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cuestion del genero. La (lOica teoria que siento que puedopracticar es aquella que tanto Irigaray como Deleuze defiendencomo forma de creacion de nuevos mod os de pensamiento. Meinteresan soiamente los sistemas de pensamiento 0 los marcosconceptuales que pueden ayudarme a reflexionar sobre elcambio, la transformacion, las transiciones de la vida. Quieroproponer un proyecto creativo, no reactivo, emancipado de la .fuerza opresora del enfoque teorico tradicional. Y considero quela teoria feminista es el sitio de pasaje del pensamiento logocentricosedentario al pensamiento nomade creativo.

Para mi, el feminismo es una pdlctica, asi como un impulsocreativo, que apunta a afirmar la cliferencia sexual como unafuerza positiva. EI nuevo sujeto nomade feminista que sosrieneeste prayecto es una entidad politica y episremologica que debeser definida y afirmada por las mujeres en la confrontacion de susm(dtiples diferencias de c1ase, raza, edad, estilo de vida ypreferencia sexual. De acuerdo con esto, veo al feminismo actual.como la actividad destinada a articular las cuestiones de la,identidad del individuo, del cuerpo y del genera con lascuestiones relacionadas con la subjetividad politica, ya conectar-las tanto con el problema del conocimiento como con el de lale~itimaCi6n epistemol6gica. :'

Desde mi perspectiva, una de las cuestiones centrales queestan en J'ueao en este proyecto es como conciliar la historicidad

b •

y, por consiguiente, la acci6n, con el deseo (inconsciente) decambio. La tarea mas dificil es como unir la voluntad de camblocon el deseo de 10 nuevo, 10 cual implica la construcci6n denuevos sujetos deseantes. ~

Esta dificultad responde al hecho de que es muy dificil cambiarlas estructuras internas, psiquicas 0 inconscientes, mediante lamera volicion. Las razones del psicoanalisis se basan precisamen-te en la necesidad de reconocer y respetar el dolor que implicanlos procesos de cambio y transformaci6n. Las transformacionesen profundidad son tan dolorosas como Jentas. Si las mujeresfeministas quieren proponer una politica efectiva, deben tenerpresente la distincion de niveles entre las elecciones politicas

deiiberadas y los deseos inconscientes, y deben tratar de desarro-tlar estrategias que se adapten a cacla uno de ellos. Doblegar lavoluntad al deseo 0 postular Ia primacia de uno sobre el otro sonmovimientos igualmentc inadecuados. Como he sostenido ('lea-se "La diferencia sexual como proyecto politiCO nomade"), cadanivel debe ser respetado en su complcjidad, aunque es necesariodesarrollar puntos de transicion y de superposicion. No esposible tomar atajos hacia el inconsciente; las mujeres que tratande hacer trampas en este sentido -especialmente las mujeresfeministas- estan jugando con fuego. Llamo "etica de la diferenciasexual" -aclaptando el concepto propuesto por Luce Irigaray- aun proyecto nomade feminista que da lugar alas contradiccionesinternas e intenta negociar entre las estructuras inconscientes deldeseo y las elecciones politicas conscientes. En este sentido, elfeminismo es una forma de conciencia multiple de las c1iferencias.

En otras palabl3s, mj tl"!!~.9-jo_ene.§t~mOluento se concentl~ en { fla interseccioi1oe la identidad, la subjetividad y la epistemologia i .\en una perspectiva postestructuralista de la diferencia sexual. La t.cuesti6n central es la interconectividad entre identidad, subjeti-!'..ividad y poder. Slendo el yo una espeCle de red de puntosinterrelacionados, la pregunta que me hago es, pues: ~medianteque tipo de interconexiones, desvios y lineas de fuga puede unoproducir un conocimiento feminista sin establecerse en unanueva normatividacl?

Ante estas cuestiones, sugiero que las feministas y los demasintelectuales criticos cultiven hoy una conciencia n6macle. Estaforma de conciencia combina rasgos que habitualmente seperciben como opuestos, esto es, la posesi6n de un ~entido cl~.identidad que no se base en 10 fijo sino en 10 continge!1te. Lacori"ciencia n6macle combina la coherencia con la movilidad.Apunta a reconcebir la unidad del sujeto, sin referencia--; las'creencias humanistas, sin oposiciones dualistas, y vincula encambio el cuerpo y la mente en una nueva serie de transicionesintensivas y a menudo intransitivas.

La tarea de la feminista posmoderna es imaginar la manera derespetar la diversidad cultural sin caer en el relativismo 0 la

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desespcranza politica. EI relativisnlo es una trampa por cuantosocava las bases de posibles imeralianzas 0 coaJiciones pollticas.Para las feministas nomades en parLicular el desaflo cons iSle endescubrir como conjugar la perspectiva multiestralificada,mullicultural, con la responsabilicJac.l ante y pOI' su genero.

EI concepLo de postura "situada" no es en Sl mismo nomac.le;por e::1 cOl1trario, puede entenderse como la necesidad de conlarcon bases firmes. En una convincente defensa de la nocion deexilio, contra 10que ella percibe como un abandono posmodernode 10politicO, 5eyla Benhabib aclara varios puntos67 Esta autorahace hincapie en la permanencia historica de la imagen delintcle':tual como alguien que ocupa un espacio exterior a losmuros de la ciuc.lad, que vive en una especie de exilio social,porque el/ella repuc.lia los valores inmanentes de la sociedad.Benbabib define este espacio en relacion con la idea de utopia,que literalmente significa "ninguna pane" 0 "ningCm lugar". Deacuerdo con Benbabib, no es posible legitimar ninguna critica, nipollLica ni social, sin alguna creencia en un espacio utopico deCfltica. Adoptando una firme postura contra la celebracionposmoderna de la perdida de fronteras y la mayor inseguridadterritorial, que ella entiende como un debilitamiento politico,Benhabib sostiene que, a esta altura de los acontecimientos,nuestra mejor opcion es una forma situada de crltica, es decir, untipo tcmporario de exilio. En 10 que se refiere a la subjetividad,10 mejor que podemos ofrecer es una vision del SI mismo comouna entidad autonoma, c.lotada sin embargo de los llmites tluidosdel yo y con capacidad de accion y de responsabilidad.

5i bien compano eJ impulso etico de Benbabib por fortalecerla capacidad de accion politica de las mujeres sin volver a caeren una vision esencialista del sujeto, no puedo coincidir con elenfasis que ella pone en el exilio. De acuerdo con las distincionesque sel1ale antes, la figuracion cenrral para caracterizar lasubjelividad posmoderna no es la del exilio marginado, sino antesbien la de un nomadismo activo. El intelectual critico que acampa

alas puerLas de la ciudad no busca que se 10 vuelva a admitir enella, sino que m{ISbien esta descan '~tndo antes de lanzarse acruzar Ja sigu icnte extension del dc:sicrto. EI pcnsamienlo criticono es una diaspora de los pocos elegic.los sino que es unabandono llusivo de la polis 10gocenlriGI, del supuesto "centro"del imperio, por parLc de seres pensanles, uiticos y resistentes.Mienrras para Benhabih la normatividaddcl regimen falogocentricoes negociahle y reparable, para 011 esta mas alia de todareparacion. £1nonudismo es Lllllbien, pues, un gesLo de falta deconfianza en la capacidad de la polis para desarticular las basesde poder en !as cuales se apaya.

La utopia 0 no lugar que persigucn los postestrucLuralistas es,pOl'consiguiente, una senda nomade que se adapta a diferentesreglas y diferentes propositos. Yo definire esta especie de utopiaposthumana como una esperanza polltica de encontrar un puntopara salir del falogocentrismo; es la base para la construccion dela conciencia nomade. EI pensamiento nomade es el proyectoque consiste en expresar y nombrar figuraciones diferentes pararepresenlar este tipo de subjetividad descentrada.

Pollticamente, el estilo nomade expresa mis dudas sobre lacapacidad de la gran teorla para reflexionar sobre las cuestionesmismas que yo considero esenciales: el falogocentrismo, eletnocentrisllIo, eJ car{lcter positivo de la diferencia. La forma depensar de la filosofla, como una disciplina del pensamiento, esen alto grado falogocentrica y antinomaclc; mantiene un vinculoprivilegiado con la dominacion, eI poder y la violencia, y, enconsecuencia, requiere mecanismos de exclusion y dominacioncomo parte de sus practicas habituales. La filosofla se crea a Slmisma, tanto por medio de 10 que exclllye como por 10 queafirma. La gran teoria, especial mente la filosofla, postula susvalores mediante la exclusion de mllchos: no hombres, noblancos, no instru idos, ete. La necesidad estructural de esasfigllraciones peyorativas de la alterid~ld me hace dudar de lacapacidad tcoretica, sin mencionar la voluntad moral y polltica,del discurso teorico para obrar de un modo no begemonico y noexcluyeme.

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De manera aCmmas especifica, mi trabajo sobre el nomadismohizo que me diera cuenca de Ja existcncia de una especie deaporia estructmal en el discurso teoretico convencional y espe-cialmente en la filosofla. EI discurso, en su sentido postes-truC[uralista de un proceso de produccion de ideas, conocimien-to, texcos y ciencias, es algo con 10 que se relaciona la teor'ia ysabre 10 eual se basa, a fin de codificar y sistematizar su diversidaden una norma cient'ifica aceptable. No obstante, la normatividadde la gran leor'ia es tambien su limitacion, porque siendo eldiscurso una compleja red de efectos de verdad interrelacionados,excede el poder de codificacion de la teor'ia. De ah'i que lafilosofia tenga que "carrel' tras" codo tipo de nuevos discursos (delas mujeres, de los sujetos poscoloniales, de los mediosaudiovisuales, de otras nuevas tecnolog'ias, etc.) a fin de incorpo-rarlos y codificarlos. Como nos recuerda Donna Haraway, la granteorla es una maquina canibal destinada a asimilar todos loscuerpos nuevos y hasta 10s extraiios. Afortunadamente, losnoma des pueden correr mas velozmente y soportar viajes maslargos que la mayoria de las personas: por 10 tanto no pueden serasimilados facilmente.

Ser nomade, vivir en transicion, no significa que uno no puedao no quiera crear aquellas bases estables y tranquilizadoras parala identidad que Ie permiten a cada uno desenvolverse en unacomunidad. Antes bien, la conciencia nomade consiste en noadoptar ningCm tipa de identidad como permanente. El noma desolo esta de paso: el/ella establece esas conexiones necesaria-mente situadas que lo/la ayudan a sobrevivir, pero nunca aceptaplenamente los limites de una identidad nacional, fija. El nomadeno tiene pasaporte; a tiene demasiados.

La mejor manera de representar concretamente la imagen delnomacle es trasladandola a la pol'itica institucional. Para ml, laconciencia nomade esta en el corazon mismo del proyecto deestudios de la mujer, tal como 10 practicamos en Utrecht. Laexperiencia ha mostrado qut:' para instrumental' y sostener conexito proyectos feministas institucionalizados es necesario contar

con una mezcla pragmatica de estructuras autonomas y practicasintegradas. El nomadismo epistemologico que sostiene 1a prac-tica de la ensefianza y la investigacion feministas no solo noexcluye practicas institucionalizadas mas "sedentarias", sino queademas nos prepara mejor para jugar el juego institucional,pOI-que nos permite tomar una mayor distancia critica de H

Par ello, el curso de estudio que ofrecemos es un programauniversitario plenamente reconocido en la facultad de humanida-des, pero su personal est{l compuesto por academicas adjuntas aun departamento autonomo de estudios para la mujer y depende6nica y enteramente de la aucoridad de un profesorado enestudios de la mujer. Esto facilita todo eI manejo del personal ylas cuestiones adminislrativas relacionadas con este curso. Ade-mas, fomenta un espiritu interno de compromiso can la teoriafeminista; la sensacion de legitimidad favorece un acercamientodistendido e interesado con miembros de otros departamentos dela facultad.

En to do nuestro programa de grado, el enfoque estransdisciplinario, porque aunque somos autonomas en nuestropensamiento, estamos incegradas en 1a corriente general de 1avida de 1a facultad. Evidentemente, esta es una posicion muyprivilegiada, posible gracias a generosas subvenciones estata-les.68

Para mi, la practica de armar y Ilevar adelante un departamentode estudios de la mujer constituye una prueba palpable de laefectividad pragmalica de la polltica nomacle.

Esta idea de estar de paso, de atravesar diferentes tipos yniveles de identidad no es una manera de evaclir la confrontacioncan las muy reales presiones ideologicas y sociales bajo las cualesuno debe moverse. Muy por eI contrario, la conciencia nomadeexpresa una manera de afrontar esas presiones. En este particular,

68. He analizado mas dewlladamente la posicion especial que ocupa elfeminismo 1101andesen mi "Dutch Treats and Other Strangers", en]oke Hermseny Alkeline van Lenning (comps.), Sharing the Dij.ference, Nueva York yLondres,Routledge, 1991. Vease asimismo el nllmero especial de Women's StudiesInternational Forum, 16, n° 4, Utrecht, noviembre de 1993.

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no estoy de acuerJo con Nancy Fraser y Linda Nicholson,69cuando afirman que el enfasis que pone eJ poslllodernismo en laconlingencij de la identidad y Ja decadencia de las metanarrativassucava b carncidad de ace ion politica y, can ella, al feminismo.Por Illi parle, entienclo m{ls bien al poslllodernislllo y al femi-n i mo como dos corrientes originadas en Ia rnisma fuente, peroque siguen diferentes cursos. Ambos senalan la clecadenciahislorica de la idea de que la capacidad de accion politica y lacritica social efectiva exigen como prernisa necesaria basessolidas y sustanciales. El feminismo noma de posmo lerno sustic-ne que para ser politico, para hacer elecciones deliberadas 0 paratomar decisiones criticas uno no debe establecerse en una visionsustantlva del sujeto.

El feminismo noma de avanza un paso mas y sostiene que lacapacidad de ace ion politica tiene que ver con la capacidad deexponer la ilusion de fu ndamentos ontologicos. Como dice JudithButler: "Ia tarea es preguntarse que autoriza y que excluye 0

prohibe precisamente el movirniento teoretico que establece losfundamentos"70 Desde una perspectiva nomade, la politica esuna forma de intervencion que obra simultineamente en losregistros discursivo y material de la subjetividad; de modo quetiene que ver con la capacidad de establecer mCdliples conexio-

, nes. Lo politico es precisamente esa conciencia de la constitucionfracturada del sujelo, intrinsecamente basada en el poder, y labClsqueda activa de posibilidades para resistir a las formacionesbegemonicas.

Una accion polltica efectiva no solo no requiere bases, conmucha tj-ecuencia est:lS son ademas un obstaculo para lastrayectorias de la conciencia nomade. Consideremos solamenteque las personas muy establecidas, ancladas y sedentarias suelen

69. Nancy Fraser y Linda). Nicholson, "Social Crilicism WilhoUl Philosophy:An Encounter Bet:vveen Feminism and Poslmodernism", en Linda j. Nicholson(comp.), Feminisml Postmodemism, Londres y Nueva York, Routledge, 1990.

70. Judilh BUller, "Contingent Foundalions: Feminism and lhe Queslion of'Poslmodernism"', en)uciilh BUller y Joan SCall (camps.), reminists Theorize thePolitical, Lonclres y Nueva York, Routledge, 1992, pag. 7.

estar entre las menos empatlcas, las que se conmueven conmenos facilidad, las mas egoistarnente "apollticas". La cineastafrancesa Agnes Varda rnuestra la indiferencia de la gente arraiga-cia en su notable relrato de adolescentes fugitivos, Sans toft niloi, doncle se represenla a los hogares franceses como fortalezasburguesas nada acogedoras, de donc!e se excluye a la joven sinhogar. cCu:ll1laSdc las personas que hoy carecen de hogar banexperimentado pcrsonalmcntc csta enorme falta de interes, parano mencionar la falta de comprcnsion empatica? En contraste, elsujeto nomade funciona como un equipo de postas: se conecta,circula, continCla en movirnienlo; ellella no forma identificacio-nes, sino que continCla su marcha y rcgresa a intervalos regulares.La identidad del nomade es transgresora y su naturaleza transi-toria es precisamente la razon por la cual puede hacer conexio-oes. La polltica nomade es una cuestion de vinculos, de coalicio-nes, de interconexiones.

He experimentacio esto en mi propia existencia: solo cuandohaJle cierta estabilidad y cierta sensacion de penenencia parcial,respaldada por un empleo permanente y una relacion feliz, pudeen verdad ernpezar a pensar adecuadamente en el nomadismo.Con 10 cual no quiero decir que el acto de pensar en el nomadismoen realidad anunciara su fin como un h<ibito existencial dominan-te en mi, sino mas bien que esta nocion se me hizo visible y enconsecucncia pude expresarla solo cuando estuve 10 bastantesituada para captarla verdadcramenle. La identidad es retrospecti-va; representarla irnplica que podemos disenar mapas precisos,peru solo de 105 lugares donde ya hemos estado y en los que pOl'io tanto ya no estamos. Las cartograflas nomades deben volver atrazarse constanten,ente; por cuanto son estructuralmente opues-tas a la fijacion y, en consecuencia, tambien, a la apropiacioorapaz. El nonucle tiene un agudo sentido del territorio, pero no desu posesion.

Como bien 10 senala I-laraway: uno debe situarse en algCll1 r,,~lugar para poder hacer enunciaciones de valor general. Porconsiguiente, el nomadismo no es fluidez sin fronteras, sino que

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/' consiste m{ls bien en una aguda conciencia de no fijacion delimites. Es el intense deseo de continuar irrumpiendo,transgrediendo.

Como una figuracion de la subjetividad contemporanea, elnomade es pues una entidad posmetafisica, intensiva, multiple,que se desenvuelve en una red de interconexiones. Elila noma deno puede reducirse a una forma lineal, teleologica, de subjetivi-dad sino que mas bien constituye el sitio de conexiones mtdtiples.Esta corporizado/a, y por ello es cultural; como artefacto, esun componente tecnologico de 10 humano y posthumano; es uncomplejo dotado de capacidades mtdtiples para la inter-conectividad en el modo impersonal. Elila nomacle es un cyborg,

• ./ pero que cuenta ademas con un inconsciente. Es 10 "mucoso" 0

"divino" de Irigaray, pew dotado de perspectiva multicultural. Esabstracto/a y perfecta, operativamente real.

Una de sus tareas historicas es descubrir como recuperar unsentimiento de imersubjetividad que permita el reconocimientode las diferencias para crear un nuevo tipo de vinculo de unamanera inclusiva (es decir, no excluyente). Creo que una de lasmaneras que tienen las feministas de poder visualizar estaperspectiva multidiferenciada y situada es mediante la imagen demCJltiples culturas, esto es, una especie de colectivo que llega aser pollglota. Las feministas necesitan llegar a manejar fluidamenteuna variedad de estilos y angulos disciplinarios, y en muchosc1ialectos, jergas y lenguas diferemes, para renunciar asi a laimagen de hermandad en el sentido de similitud global de todaslas mujeres en cuanto segundo sexo, a favor de un reconocimien-to de la complejidad de las condiciones semioticas y materialesen las cuales operan las mujeres.

Hasta aqui he estado sosteniendo que legitimar la teoriafeminista como una teoria critica y creativa equivale a reinventarun nuevo tipo de estilo teoretico basado en el nomadismo. En esta

Ct!timaseccion explicare a grandes rasgos algunas de las caracte-risticas de este estilo.

!La primera de ellas es su car{lCter transdisciplinario. Esto <' Isianifica el entrecruzamiento de las fronteras disciplinarias' sin

b

que importen las distinciunes verticales segtlO las cuales fueronorganizadas. Metodologicamente, este estilo se asemeja bastanteal "bricolaje" que proponian los estructuralistas y especialmenteLevi-Strauss; tambien constiluye una practica de "hurto" 0 detoma en prestamo extensiva de nociones y conceptos que, como10 expresa Cixous, se lItilizan delibcradamente fuera de contextoy se desvian de su proposito inicial. Deleuze llama a esta tecnica"desterritorializacion", 0 el devenir nomade de las ideas. '

Un rasgo relacionado con este estilo es el de la mezcla de lasvoces 0 modos del habla: yo trato de mezclar deliberadamente elmodo teoretico con el poetico y el lirico. Estos desplazamientosde mi voz son un modo de resistir a la fuerza que empuja haciaellenguaje academico, rutinario, formal, tedioso. En los circulosfilosoficos en que me forme, cierto desden por el estilo seconsidera convencionalmente como un signo de "seriedad", 0

hasta de "cientificismo",71 como si escribir bellamente fuera laexpresion de una mente "debil", es decir, no filosofica. Estaactitud me hace gracia y me llena de irritacion. El funcionalismoinherente a.ella me decepciona, porque se apoya en una divisioncategoric a del trabajo entre los discursos "logos-intensivos" (lafilosofia) y los discursos "pathos-intensivos" (la literatura), unadivision a la que me opongo firmemente72 Que tantas mujeresdel campo de la filosofia aCIl1contintlen empleando ellengllajefilosofico funcionalmente, como un medio de "comunicacion",me aflige. Yo prefiero ficcionalizar mis teOl'ias, teorizar rnisficciones y practicar la filosofia como una forma de creatividadconceptual.

71. Puede hallarse una notable versi6n de esto en Sarah Kofman, Aberrations,Paris, Flammarion, 1982.

72. Yo exprese esta idea enfaticameme en Patterns of Dissonance, especial-me me en mi analisis de la polemica emre Foucault y Derricla sabre la cuesti6nde la critica al falogocemrismo y el 1'01 del pathos en el.

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Ademas, este estilo adhiere al proyecto colectivo de feminis-mo, que implica cI conocimienw y el reconocimienw de Jas vocesde otras mujeres. La espacialista en teoria literaria feminisraCarolyn Heilbrun ha comentado las dificultades que encuentra altratar de transformar el canon academico masculino de modo talde hacer justicia a los talenws literarios femeninos. Heilbrunatribuye esto no solamente a la resistencia politica de los varonesa b lucha fcminista en procuw de reconocimiento intelccwal,sino tambien al hecho de que la mayor parte de las mujeresuniversitarias fueron entrenadas para hablar en el lenguaje delhombre: el falso modo universal convertido en fetiche delhumanismo occidental. Por consiguiente, la creaci6n del conoci-miento feminista requiere prestar renovada atenci6n a la exprc-si6n de una diferencia fundamental en los textos de las mujeres:"Los textos de las mujeres, en su mayor parte, fueron urdidos demaneras secretas, fueron dinciles de descifrar, peligrosos si erandescubiertos par Jas personas inadecuadas 0 meramente malleidos, mal interpretados".73 De acuerdo con Heilbrun, es tareade [as estudiosas feministas denunciar esta diferencia y actuarsobre la relaci6n asimetrica que crea con el modo academicoestablecido.

Otra estrategia propuesta en la misma linea es el principio delas cita " como nos recuerda Spivak, siguiendo a Derriela74 Dejarque otros hablen en mi texto no s610 es una manera de inscribirmi trabajo en un movimiento politico colectivo, tambien es unmodo d practicar 10 que predico. Esta disoluci6n de [asiclentidades permanentes propuesta por la generaci6npostestructuralista no es para mi una mera f6rmula ret6rica; haberdestronado el "narcisismo trascendental" del "yo" filosofante esun punto de no retomo. Dejar que las voces de otros resuenen

73. Carolyn G. Heilbrun, "Presidemial Address", Hamlet's lv[other and OtherWomen, Nueva York, Ballantine, 1990, pag. 250.

74. Para un excelente analisis de la cuesti6n de las citas en el cuerpo deltexto, \lease Gayatri C. Spivak, "Translator's Preface", en Jacques Derrida, OfGrammatology, Baltimore, Johns Hopkins University Press, 1976, pags. ix-XJ(.xvii.

a 10 largo de mi texto es, pues, un modo de hacer realidacl la ideade desplazar el "yo" del centro del proyecw de pensamiento ysumarlo a un proyecto colectivo.

Las diversas voces de mujeres que aparecen en el texto sontam bien un modo de enfatizar y cclebrar la sutileza y la relevanciate6rica del pensamiento de las mujeres. Quiero rescatar que todo10que !as mujercs hemos ofrecido a b vida del espiritu 10hemoshecho siempre a peScH de la oposici6n beligerante de lasinstitucioncs establecidas. Por 10 tanto, mi estilo se bas a en lapolitica de localizaci6n;75 consiste en prestaI' atenci6n alasdifercncias entre mujeres. Y considero que constituye un pasoimportante en el proceso de entender las genealogias feministascomo las pr{lcticas discursivas y politic as comLlOmente compar-tidas que son primariamente una especie de contramemoria 0 unespacio de resistencia.76

Parte de este proyecto incluye la critica alas distincionesconvencionales entre la gran teoria 0 "teoria elevada" y la "culturapopular". Esta distinci6n es particularmente efectiva en Europa,doncle la fuerza que ejercen !as disciplinas en el proceso deconstruir eJ conocimiento es considerable y doncle los camposiconoclastas y de cruce disciplinario, tales como los "estudiosculturales", no estan muy desarrollados. La atenci6n que prestoen varios de mis textos a la "cultura haja 0 popular" (vease "Lasteorias de genero 0 'Ellenguaje es un virus"') tambien surgen deesa saJudable despreocupaci6n por las convenciones de laerudici6n ·'elevada". Lo que anhelo es cierta mezcla e integraci6nde [as formas feministas populares de pensamiento en el discursode corriente clominante, pero que para ello no haya que pagar elprecio de que se homologuen las primeras con el segundo.

75. La expresi6n fue acuoada pOI'Adrienne Rich, BLood, Bread, and Poetry,Londres, The Women's Press, 1984.

76. La te6rica mas descollante de las genealogias feministas es Luce Irigaray,especialmente en Le temps de LadijJerenc.:e,Paris, Livres de Poche, 1989. Veasetambien Teresa de Lauretis, "Feminist genealogies", conferencia de Belle vanluylen prollunciada en noviembre de 1991 en [a Universidad de Utrecht, reedi-tada en Women's Studies International Fo/"um, l6, nO4, 1993, pigs. 393-403.

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Esto tambien explica los cambios de tonG y de estilo quecaracterizan las diferentes secciones de este libra. Esas variacio-nes son muy importantes para la presente compilacion, en la quelos ensayos academicos mas convencionales alternan con otrasmas provocativos. Este juego de variaciones tambien apunta aconstruir posiciones de lectura que se situan fuera 0 mas alla delas posiciones intelectuales tradicionales. En este proceso, esperoconveltir tambien a mis potenciales lectores en entidades nomades.

Creo que las nuevas figuraciones de la subjetividad femeninaque exploro aqui pueden entenderse como diferentes mapas,mediante los cuales los lectores criticos pueden identificar puntosde salida de los esquemas falocentricos de pensamiento. Estasfigl1raciones intentan reelaborar las formas establecidas de repre-sentacion, consumirlas desde adentro. Me he referido a estatecnica como al consumo metabolico de 10 viejo con la finalidadde engendrar 10 nuevo. Tambien en este sentido, he defendidola practica del como si, de la mimesis como una estrategia politicae intelectual basada en el potencial subversivo de las repetidasimitaciones.

El consumo metabolico ataca desde adentro el conjunto deimagenes y conceptos de la mujer acumulados, segLm fueroncodificados por la cultura en la que estamos inmersos. Lasml1jeres necesitan volver a tomar posesion de la estructuramultiestratificada de su subjetividad como el sitio 0 la sedimentacionhisrorica de [as significaciones y las representaciones que esnecesario reelaborar. Las mujeres feministas necesitan revisitaresas complejidades multifaceticas y hacer que su "consumo"Ilegue a ser el objetivo -aunque solo sea temporario- delprayecto politico del feminismo. No muy diferentes del angel dela historia de Walter Benjamin, [as pensadoras feministas nomadesya tienen un pie en el proximo siglo, al tiempo que no pierdende vista el pas ado mismo del cual luchan por salir.

POl'10 tanto, la bLlsqueda de puntos de salida del falocentrismocontinua, y tambien continLla, necesariamente, ]a trayectorianomade feminista. Impulsadas pOl' un anhelo de cambio que nopuede prescindir ni siquiera de los aspectos mas famili~res y

especialmente de los mas intimos de su experiencia, la mayorparte de las femJnlstas tendria que coincidir con el causticodevastador comentario de Kathy Acker77 quien se da cuenta d~que, hasta e! momento: "Tengo mi identidad y tengo mi sexo: sinembargo, aun no soy nueva".

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3. Devenires discontinuos:Deleuze y el "devenir mujer"de la filosofia

Para nosotros hay tantos sexos como tem1inos en unasimbiosis, tantas diferencias como elementos que con-tribuyen a un proceso de contagio. Sabemos que pasanmuchos seres entre un hombre y una mujer; jJrocedende mundos di/erentes, nacen en el uiento, formanrizomas alrededor de las rakes; no puede entenderseen terminos de produce ion, solo en terminos dedevenir.

GILLES DELEUZE Y FELIX GUATIARI, /VIi! mesetas

El concepto de "devenir" es esencial en !as inquietudesfilos6ficas de Deleuze. Esta vinculado con su prop6siw declaradode imaginar la actividad del pensamiento de un modo diferente,es decir, el prop6sito de redefinir el escenario de la filosofia.

La noci6n de devenir de Deleuze es una adaptaci6n wmadade Nietzsche y, por Jo tanto, es profundamente antihegeliana.Devenir no es ni la oposici6n dinamica de opl1esws ni eldesarrollo de una esencia en un proceso teleol6gicamenteordenado que conduzca a una identidad sintetizadora.1 El devenirde!euzeano es la afirmaci6n del caracter positivo de la diferencia,entendida como un proces6 m(dtiple y constante de transforma-

1. Agradezco los comentarios hechos por Nicholas Davey sobre el conceptode "devenir", durante la preparaci6n de la Conferencia Oxford sabre Deleuze,organizada en diciembre de 1991 por la British Society for Phenomenology.

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cion. En else renuncia al orden teleologico y alas identidades fijasen favor de un fluir de devenires mCdtiples ..

Este enfasis en los procesos, en la interaccion din{lInicJ yen1005 limites fluidos es una senal materialista, altamente tecnificada,de vitalismo, 10 cual hace que el pensamiento deleuzeano sea enalto grado relevante para el analisis de la cultura patriarcalindustrialista tardia en la que nos taca vivir.

La obra de Deleuze se concentra en gran medida en elpresente y, mas especificamente, en Ia dificultad -y la necesidad-que implica reflexionar sobre el presente. Este enfasis en [aactualidad debe interpretarse en el marco del severo repuclio deDeleuze ala historia canonizada, institucionalizada, de la filosofia. ~como una tradicion basada en el pasado y tendiente a sustentarlo.

En 051.1 intento de ir mas alla de la imagen dogm{ltica delpensamiento sostenida pOI'esta tradicion, que expresa el discllrsomonologico del falogocentrismo, Deleuze redefine la filosofiacomo la actividad no reactiva de concebir el presente, elmomenta actual, a fin de poder explicar adecuadamente elcambio y las condiciones cambiantes.

En Sll b,C,squeda de figuraciones posmetaflsicas del sujeto,Deleuze redefine tambien la idea filosofica en terminos intensivos,como una corriente de intensidad, capaz de elevar la fuerza afirma-tiva de la vida a un grado mas alto. De acuerdo con esto -como ya10 mencione en el capitulo anterior-, parJ Deleuze, pensar no es laexpresion de una interioridad profunda, 0 la promulgacion demodelos trascendentes, es una forma de establecer conexionesmateriales y semioticas concretas entre sujetos concebidos comouna multiplicidad de fuerzas impersonales.

Esta redefinicion intensiva de la activicbd del pensamientoimplica en realidad concebir la subjetividad como una entidadcorporal, afectiva. La corporizacion del sujeto cs para Deleuzeuna forma de materialidad corporal, no del tipo natural, biologi-co. Deleuze entiende mas bien el cuerpo como el interjuegocomplejo de fuerzas sociales y simbolicas en alto grado construi-das. EI cuerpo no es una esencia y mucho menDs una su~tancia

biologica; es un juego de fuerza , una superEicie de intensidades;simulacros puros sin originales.

El sujeto corporizado es un termino en un proceso de fuerzas(afectos) que se intersectan, variables temporoespaciales que secaracterizan pOl' su movilidad, su caracter modificable y sunaturaleza transitoria. En este sentido, la obra de Deleuze no sefundamenta en una oposicion dicotomica de las posiciones desujeto masculino y femenino, sino que 10 hace en una multipli-cidad de sllbjetividades sexuadas. Las diferencias de grado entreellas marcan diferentes lineas de devenir, en una red de conexio-nes rizomaticas.

Los segmentos del devenir en 1005 que nos hallamos podrianubicarse en una especie de orden 0 de aparente progresion:devenir mlljer, devenir nino, devenir animal, vegetal 0 mineral;devenir molecular de todo tipo, devenir particulas2

Estas lineas de devenir son diagramas de pensamiento,tipologias nietzscheanas de ideas, variaciones sobre estadosintensivos. La multiplicidad no reproduce un CInicomodelo -a lamanera platonica-, sino que crea y multi plica diferencias. Paradefender esta vision del sujeto como un flujo de deveniressucesivos, Deleuze postula la idea de una conciencia de minoriaen oposicion a Ia racionalidad molecular.

AI identificar los puntos de salida de 1005 modos falocentricosde pensamienro, bacia una nueva imaoaen intensiva de la, ,filosofia, Deleuze hace hincapie en la necesidad de construirnuevas imagenes de pensamiento.

Como resultado de ello, elabora un nuevo estilo filosofico queapunta a expresar figuraciones nuevas, posmetafisicas, del sujeto.La nocion de 10 figural (a diferencia de la categoria estetica masconvencional de 10 "figurativo") es esencial en este proyecto,3

2. Gilles Deleuze y Felix Gu:Htari, A Thousand Plateaus: Capitalism andSchizophreitia, traclucci6n cle Brian Massumi, Minneapolis, University ofMinnesora Press, 1987, pag. 272. (Ecl. cast.: Mil mesetas, ob. cit.l

3. Gilles Deleuze, Nietzsche et laph ilosoph ie, Paris, Presses Universitaires deFrance, 1977. [Ecl. cast.: Nietzsche y la)itosofla, Barcelona, Anagrama, 1998.1

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pues destaca la necesidad de un estilo positivo, afirmativo, depensamiento que exprese un estado activo del ser.

En su obra Nietzsche y la filosofia,·' Deleuze describe laactividacl c1e pensar como vicla vivicla en el nivel m{ls alto deintensidad. En este marco conceptual, las ideas son eventos,estados aClivos que ofrecen posibilidacles de vicla insospechaclas.Fie! a su topologia de fuerzas, sosliene que el pensamiento e'tahecho de senlido y valores y que se apoya en bases afectivas. Enotras palabras, mas alia del conteniclo proposicional c1euna idea,existe olra catcgoria: la fuerza afectiva, el nivel de intensidad queen ultima inslancia determina su valor de verdad.

Las figuraciones alternativas son, consecuentemente, modosfigurales de expresar ideas afirmativas, que apartan la vision dela conciencia c1elmoclo falogocentrico: rizomas, devenires, IIneasde fuga expresan el nomadismo fundamentalmente nietzscheanode Deleuze. Este pone especial enfasis en un c1evenir minoria 0

devenir nomade 0 devenir molecular. La minoria marca unatravesia 0 una tra yectoria; para Deleuze, nada ocurre en el centro:el corazon del ser esta inmovil, como el centro de un reactornuclear. Pero en la periferia vagan las pandillas juveniles de losnuevos nomades: los jinetes y las amazonas del postapocalipsis:

Todos los c1evenjresson ya moleculares. Pues c1evenirno es imitaralgo 0 a alguien, no es jdentifjcarse con el, tampoco es proporcionarrelaciones formales. Ninguna de estas dos figuras de analogiasconviene al c.Ievenir:nj la imitacj6n de un sujeto nj la proporciona-lidad de una forma. Partjendo de [as formas que uno tiene, del sujetoque uno es, de los 6rganos que uno posee 0 de las funciones queuno cumple, devenir es extraer particulas entre las cuales seinstauran relacjones de movimiento y reposo, de velociclacl ylentitud, las masproximas a 10 que se esta c1eviniendoy a traves delas cuales se deviene.5

4. Agradezco a Roland Bogue por aclararme esra distinci6n durante lapreparaci6n de la conferencia de Oxford re::tlizada en diciembre de 1991.

5. Gilles Deleuze y Feli .." Guattari, A 7bousand Plateaus, ob. cit., pag. 272.

POl' consiguiente, el espacio del clevenir es un espacio c1eafinidacl y simbiosis entre parrlculas adyacentes. La proximidades una noci()n tanto topologica como cuantitativa, que marca elespacio del clevenir de materia sensible, independientemente delos sujeros implicados y de sus formas determinadas.

La teoria del devenir de Deleu7.e exhibe sin embargo unaincongruencia que considero problcm;:itica. Por un lado, eldevenir minoria/nomacle/molecular/mujer e postula como lafiguracion genl:ral para representar una nueva subjetividaclfilosofica. No obstante, por otro lado, no toclas las formas quetom a el proceso cle devenir son equivalentes. Analicemos esteargumento detallaclamente.

En cuanro hombre, el varon es el referente principal de lasubjetividad pensante, el portador estancia I' de la Norma, la Ley, elLogos; de modo dualista y por oposicion, ala mujer se Ie asigna laposicion del "otro". De acuerdo con esto, las consecuencias son lassiguientes: (a) no existe un posible devenir minoria del hombre;(b) eI devenir mujeres una posicion privilegiada para la concienciade rninoria de rodos.

Deleuze decla ra explicitamente que rodas las lineas dedesterritorializacion pasan necesariamente por la etapa de "devenirmujer". En Alii mesetas, afirma que eI ·'devenirjemme" no essimplemente otra forma de devenir minoria sino que, antes bien,es la clave, la condicion previa y el necesario punto de partidapara todo el proceso de devenir.

EI devenir mujer es necesariamente el paso crucial, por cuamoen el discurso occidental la mujer es la Figura privilegiada de laalteridad. "Aunque todos los de venires son ya moleculares,incluyendo el devenir mujer, hay que decir que rodos losdevenires comienzan con -y pasan por- el devenir mUjer."6

Con toclo, la r ferencia a la "mujer" en el proceso de "clevenirmujer" no alucle a mujeres empiricas sino mas bien a posicionestopologicas, niveles 0 graclos de afirmacion de fuerzas positivasy niveles de conciencia nomade, rizomatica. EJ devenir mujer esla marca de un proceso general de transformacion:

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Hay un devenir mujer, un devenir nino, que no se parecen a la mujero al nino como entidacles claramente distintas [...J Lo que lIamamosuna entidad molecular es, pOI'ejemplo, la l11ujerdefinida pOI'su forma,dotada de 6rganos y funciones y asignada como un sujeto. Devenirmujer no es imitar esta entidacl, ni siquiera transformarse en ella [...J Nose trata de imitar 0 asumir la forma femenina, sino de emitir partlculasque ent/'en en relaci6n de movimiento y reposo 0 en la zona deproximidad, de una microfeminiclad; en SUl11a,que produzcan ennosotros una l11ujermolecular, que creen la mujer molecular7

Querria senalar de manera terminante el tipo de dificultad enque cae Deleuze con su teoria del devenir mujcr: es como si todoslos devenires fueran iguales, pero algunos fueran mas iguales queotros.

Para Deleuze, el problema es como separar la posicion desujeto "mujer" de la estructura clualista que la opone a la normamasculina y, pOI' 10 tanto, la reduce a una imagen especular de[0 misrno, Dicho de otro modo, colocado contra la visionmolecular sedentaria de la mujer como un operaclor del sistemafalogocentrico, Deleuze propone la mujer molecular 0 nomadecomo proceso de devenir. .

El repudio de las polarizaciones sexuales 0 de la dicotornia degenero como el prototipo de la reduccion dualista de la diferenciaa una subcategoria del ser afecta el tratamiento que Ie da Deleuzeal devenir mujer. 5i consideramos ademas el enfasis que pone endescolonizar al sujeto corporizado del clualismo sexual sobre elcual el falo erigio su documento y sus monumentos, de eUo sesigue que, para Deleuze, el movimiento primario de renovaciondel sujeto es la disolucion de las dicotomias de genero y de lasidentidades que se fundamentan en elIas.

Esto da pOl' resultado una confrontacion entre las leorias de lamultiplicidad y del devenir minoria de Deleuze y bs teorias femi-nistas de la diferencia sexual y cleillegar a ser sujeto de las mujeres.

Para decirlo en terminos mas feministas, el problema tambienes como liberal' a la "mujer" de la posicion subyugada a anexada

del "otro", de modo tal que exprese una diferencia diferente, unadiferencia pura, un plano enteramente nuevo de devenir, graciasal cuallas diferencias puedan multiplicarse y diferir unas de otras.~Aqui se pone m{ls el acento en la experiencia y en el devenirpotencial de las mujeres de la vida real, en todos sus diversosmodos de comprencler y habitar la posicion de sujeto "mujer"9

Para hacer una slntesis entre ambas posiciones, yo dida que10 que esti en juego es como hacer de la "mujer" el referente dela intensidad del devenir de todos, pero especialmente de lasmujeres, y que no sea necesariamente la humilde sirvienta en elbanquete del club socr8.tico. Para mi es inconcebible que lacuestion de la desconstruccion del falogocentrismopueda des co-nectarse de los cambios concretos que ocurren en [as vidas de lasmlljeres: Las dos preguntas: "~Como liberal' a la mujer de lafuncion de icono a la que la ha confinado el falogocentrismo?" y"~como expresar una vision cliferente, positiva, de la subjetividadfemenina?" son inseparables.

Desarrollare algo mas esta postura.EI devenir mujer de las mujeres es el proceso subversivo; sin

embarao Deleuze tambien 10 emplea como Ia base para una0'

critica del feminismo. Deleuze se queja de que las feministasexhibimos la irritante tendencia a negarnos a descomponer elsujeto "mujer" en una serie de' procesos transformadores queestan relacionados can un devenir generalizado y "posgenero".Para decirlo de otro modo, las femin istas estan erradas en el planoconceptual, aunque tienen razon en el plano politico, al afirmaruna sexualidad especlficamente femenina. Deleuze sugiere quelas feministas deberian recurrir en cambio a la estructuramultisexuada del sujeto y reclamar todos los sexos de que fueronprivadas las mujeres; el enfasis en 10 femenino es restrictivo.

8. Esta es la posicion que defiende la filosofa Luce lrigaray en su obra sobrela diferencia sexual.

9. Un excelente analisis de la division entre "mujer" como representacion y"mujeres" como experiencia es el de Teresa de Lauretis, Alice Doesn't,Bloomington, Indiana University Press, 1984. [Ed, cast.: Aliciaya no:femlmsmo,sel1li6tica y cine, Madrid, Catedra, 1992.J

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De ahl que las mujeres pucdan ser r volucionarias si, en sudevenir, contribuyen a construir, social y tcoreticamente, unamujer no eclipica, liberando las m(lItiplcs posibilidades del deseoentenclido como algo positivo y afirmalivo. En otras palabras, lasmujeres pueclcn ser sujeros revolucionarios solo en la medida enque desarrollen una conciencia que no sea especificamentefemenina, c1escomponiendo a la "mujer" en las fuerzas que laestructuran. EI objetivo (I1timo es alcanzar, no una identidadespedfica del sexo, sino antes bien la c.lescomposicion de laidenticlacl en un sujero impersonal, m(lItiple, semejante a unamaquina.

Esta nueva configuracion general de 10 femenino como elsujeto postedlpica, 0 mas bien, no edlpico, del devenir, se oponeexplicitamente a 10que Deleuze entiencle como la configuracionfeminista de un nuevo universal basado en la sexualizacionextrema 0, mejor dicho, en una exacerbacion de la dicotomlasexual. to

No me convence en absoluto este reclamo de la disolucion 0descomposicion de las identidades sexuadas mediante laneutralizacion de las dicotomias de genero, porque creo que estecamino ha sido historicamente peligroso para [as mujeres. Volverea tratar esta cuestion en el proximo capitulo. POl' ejemplo, lafilosofa feminista Irigaray, en su defensa de la diferencia sexualcontra una destitucion apre5urada 0 una descon5tfUccion porparte del sujeto posmetafisico, se refiere negativamente al diagramade las maquinas deseantes de Deleuze. La nocion de "eI cuerpo sinorganos" Ie sugiere a Irigaray reminiscencias de una condicion dedesposesi6n del si mismo corporal, una posicion estructuralmenteescindida que esta historicamente asociada ala feminidad. Irigarayobserva que el enfasis puesto en la semejanza con una maquina,en 10 inorganico, asi como las nociones de perdida del 5i mismo,

10. Yo inclague mas profunclamenle las Iineas cle intersecci6n emre lapolisexualiclacl de Deleuze y los intentos feminislas cle concebir la subje[iviclaclmas aHa cle las polariclades cle genera en "Feminis[ Deleuzian Tracks; or,Metaphysics ancl Metabolism", en K. Bounclas y D. Olkowsi (camps.), GillesDe/euze: Text, Theory, and Practice, Nueva York, Rou[leclge, 1993.

dispersion y tluidez son ya demasiado familiares para las mujeres:2no es acaso el "cuerpo sin organos" la propia condicion historicade las mujercs?ll La critica que Ie hac Irigaraya Deleuze es radical.La autora seiiala que la dispersion de la sexualic.lad en un "devenir"generalizado termina por socavar las pretensiones feministas deredefinir el sujeto femenino.

Desarrollando alga mas esta idea, yo sostuve despues que unono puede desconstruir una subjetividacl que nunca controlo. Laautodetenninacion es el primer paso c.lecualquier programa dedesconstruccion. Y lIegue a la conclusion de que Deleuze quedaatrapado en la contradiccion de postular un "devenir mujer"general que no tiene en cuenta la especificidad historica yepistemologica del punto de vista feminista femenino. Una teoriade la diferencia que pas a por alro la diferencia sexual me deja,como feminista crltica, en un estado de perplejidad esceptica.

Con esto no quiera sugerir, por supuesto, que Deleuze notenga excelentes razones para hacer 10 que hace; la critica deldiscurso psicoana!itico, que compartio con Guattari, es unadesconstruccion sistematica de la institucion de Ia sexualidad ylas identidades sexuadas, tales como las construyo nuestracultura. Por consiguiente, no es sorprendente que en su teoria dedevenir minorla, Deleuze abogue par la disolucion de todas lasidentidades basadas en el falo.

Es mas, al disolver el sujeto en un flujo de deseo sin negatividad,Deleuze: (a) no Ie reconoce ninguna prioridad a la diferenciasexual y, por 10 tanto, atribuye los mismos gesros psiquicos ypoliticos a los hombres ya las mujeres por igual; (b) queda atrapa-do en una ambivalencia fundamental sobre la posicion de ladiferencia sexual dentra del proyecto de "devenir mujer", que esuno de los devenires posibles y, al mismo tiempo, el (mico a travesdel cual rodos los otras devenires deben transitar, como pornecesidad.

No obstante, c1esde una perspectiva feminista, la posicion deDelellze presenta tres conjllntos de problemas interrelacionados:

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(1) desarrolla un enfoque inconsislenle de la cuestlon del"devenir mujer"; (2) reduce la diferencia sexual a lJna variableentre muchas, que puede -y deberia- disolvei'se en un devenirgeneralizado e independiente del genero; y (3) suponc unasimetria en las posiciones de hablantes de los dos sexos. Indagarebrevemcnte cada uno de estos problemas.

En primer lugar, Deleuze no es 10suficientemente consecuen-te al analiz<.lrel problema del "devenir mujer"; antes bien, procedede una manera contradicroria en relacion con el mismo. En estesentido, rccuerda (paradojicamenle) el dilema de Freud acercadel "conlinente negro" de la feminidad y la funcion exacta quecumple en las estructuras del inconsciente.

En realidad, Deleuze sabe muy bien esro, y hasta 10 reconoce;en Mil mesetas se muestra simultaneamente consciente y dubitativosobre este particular. Alii escribe: "Por supuesto, es indispensableque las mujeres lleven adelante una politica molecular, con elobjeto de reconquistar su propio organismo, su propia historia,su propia subjetividad ... Pero, es peligroso confinarse a laposicion de un sujeto semejante, que no funciona sin secar unarroyo 0 detener una corriente",'2 Es la posicion de "51, pero ... "o "Se 10 que usted quiere decir, pero ... ", y ese es el modo de lanegacion, es decir, de una indecision estructural y sistematica.

En segundo lugar, desde la perspcctiva de las filosoflasfeministas de la diferencia, la diferencia sexual no puede enten-derse como una diferencia entre muchas, sino que debe enten-derse mas bien como una diferencia estructural basica, funda-mental, sobre la cual se apoyan todas las demas y que no puededisolverse facilmente. A diferencia de la actitud ambivalente deDeleuze en relacion con la posicion que ocupan las identidadessexuadas en la escala de los devenires posibles, las filosofasfeministas, sin embargo, declaran lClcidamente que la sexualidades el sitio de luchas de poder y de contradicciones. En suma, queel significante mujersea tanto el concepto alrededor del cmtl sehan reunido las feministas para reconocer una identidad practica

general como ademas el concepto mismo que es necesarioanalizar de manera critica y eventualmente desconstru ir, noconstituye una contradiccion, sino que es mas bien una descrip-cion conveniente de la condicion hislorica de las mujeres en elcapitalismo posmoderno tardio.

En tercer lugar, Deleuze procede como si hubiera una claraequivalencia en las posiciones de hablantes de los dos sexos,como si -a pesar de todas las demas diferencias-las posicionesdel hablante masculino y del femenino companieran, si no ya elpunto de partida, el mismo punto de salida del modo falogocentrico.

Consecuentemente Deleuze omite cualquier referencia (con10cual tambien omite tomarloseriamente) a 10 que yo entiendocomo el punto central de la reivindicacion feminista de ladiferencia sexual; me refiero a que no hay simetrla entre los sexos.Esta asimetria se da en el nivel pSlquico, conceptual, perotambien en el politico; implica que los puntos de salida de laposicion monologica dE~1ser -en el modo falogocentrico que hasido institucipnalizado por el discurso filosofico- son tambienasimetricos en los dos sexos. Desarrollare un poco mas estepunto.

La afirmacion del caracter positivo de la diferencia sexual seopone a la identificacion centenaria del sujeto pensante con 10universal y de ambos con 10 masculino. Postula como radical-mente otro a un sujeto pensante, sexuado, femenino quepermanece en una relacion asimetrica con 10 masculino. Puestoque no hay simetria entre los sexos, las mujeres deben hablar 10femenino, deben pensarlo, escribirlo y representarlo en suspropios terminos. La aparente repeticion 0 reafirmacion de lasposiciones femeninas es una estrategia discursiva que engendradiferencia. Volvere sobre el tema en este volumen.

Precisamente sobre la base de la asimetria entre los sexos,Irigaray (si bien permanece muy cercana en el plano conceptualalas estructuras de pensamiento de Deleuze y especialmente aleruasis que pone este autor en el rol positivo del inconsciente enla produccion del discurso teoretico) se opone pollticamente a laproposicion del "devenir" deleuzeano como un modo de superar

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la bipolarizacion sexual. Ambos filosofos clifieren en la prioridadpolitica que debe asignarsele a la tarea cle c1aborar sistemasadecuaclos para representar a un sujeto femenino alternativo.

Podcmos suponer que 10 "masculino" siempre se apropi6 decualquier ,eoria del sujeto L ..J La subjetividad denegada ala mujer:indiscutiblemenre esto ofrece el resp::t1do financiero para tadaconstituci6n irreductible como un objeta: ck represenracion, dediscurso, de deseo. Una vez que uno imagina que Ia mujer illlJgina,el objeto pierde su caracter fijo, obsesivo. Como un hito topograficoque final mente es mas decisivo que el sujeto, porque este s610 puedesostenerse echando par la borda alguna objetividad, algun objetivo.Si ya no hay mas "tierra" para presionar/reprimir, para trabajar, pararepresentar, pero tambien y siempre para des ear (para sO, si no hayninguna materia opaca que en teoria no se conoce a 5i misma, ..:queped stal queda pues para la existencia del "sujeto,,?l3

En esta perspectiva, que yo describiria como un materialismocorporal feminista radical, la mujer, como la tierra, es el sustratobasico sobre el cual se erige la institucion multiestratificada de lasubjetividad falogocentrica. Es la materia primaria y la piedrafundacional, cuya presencia silenciosa instala al amo en su modomonologico.

Dicho de otro modo, en el analisis feminista, la posicion de lasmujeres como el "otro" designado se radicaliza en la "pol1tica delocalizacion", esto es, en una postura de hablante que no puedeequipararse a la del hombre. Las feministas han sostenido que lasmujeres cargaron siempre con los costos materiales y simbolicosdel privilegio masculino de la autodefinicion autonoma. Alasmujeres se las desposeyo, fisica y simbolicamente, de un lugardesde el cual poder hablar. Al plantear la cuestion de determinarsi los vinculos entre la razon y ta exclusion/clominacion estanimpllcitos y por 10 tanto son inevitables, las feministas ban pueswen tela de juicio la idea de la racionalidad. Por consiguiente, seopusieron a la ecuacion entre ser y lenguaje logocentrico.

13. Luce Irigaray, Speculum of the Other Woman, Ithaca, Cornell UniversityPress, 1985, pag. 133. .

La filosofia feminista es la crttica del poder en el discurso ycomo cliscurso, y el intento activo de crear otras formas depensamiento; es clccir, el compromiso en el proceso de aprenclera pensar de manera cliferente. ,

Hay una canticlacl de disparidades conceptuales -y no solopollticas- entre Deleuze y la filosofla feminista de la diferencia.El feminismo como pensamiento crttico es un modo autorreflexlVode analisis que apunta a articular la critica del poder en el discursocon la afirmacion de formas alternativas de subjetividad. EIfeminismo procura articular !as cuestiones de la identiclad indivi-dual de genero con atras cuestiones relacionadas con la subjeti-vidad polttica. La interacci6n de la identiclad con la subjetividadtambien explica la distincion de categorias entre dimensiones dela experiencia que estan marcadas por el deseo y, en consecuen-cia, por el inconsciente y otras dimensiones que estan mas biensujetas a la autorregulacion deliberada.

La vision del sujeto como una yuxtaposicion de la voluntad yel deseo es por 10 tanW el primer paso en el proceso de reconcebirlas bases de la subjetividad. Esto equivale a decir que 10 quesostiene todo el proceso de devenir sujeto es la voluntad de saber,el deseo de decir, el deseo de babJar, de pensar, de representar.Al principio solo esta el deseo de, que es tambien la manifestacionde un conocimienw latente del desea. £1 deseo es aquello que,siendo la condicion a priori del pensar, es superior al procesomismo del pensamiento.

Por eso quiero sostener que la tarea de reflexionar sobrenuevas formas de subjetividad femenina, a traves del proyecw dela diferencia sexual, entendida como la expresion del deseo dela mujer por salir de las identidades basadas en el falo, implicatransformar las estructuras e imagenes mismas del pensamlentoy no solo el contenido proposicional de los pensamientos.Analizar cuidadosamente la cuestion de la c11ferencla sexualimplica reformular la relaci6n del pensamiento con la vida ytam bien del pensamiento con 1a filosofla. En suma: la diferenClasexual se abre hacia la redefinicion de las estructuras generalesdel pensamiento y no solo de [as especificamente femeninas.

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Lo repiro, el "devenir mujer" de Deleuze amalgama a loshombres y alas mujeres en una sexualidacl nueva, que supues-tamente esta mas alia del genera; esro es problematico, porqueno condice con el sentido que dan las mujeres a sus propiasluchas historicas. Quiero desracar hasta que punto es importanreaqui el facror tiempo.

Recordemos la distincion que hace Deleuze entre el tiempomolecular, mas largo, del devenir (aion) y el sentido continuo deltiempo registrado (chronos). Si aplicamos esta distincion a ladiscusioG sobre eI devenir mujer, podemos argumentar que, en elnivel del chronos, las ffiujeres, a esta altura de la historia, reclamanlegitimarnente una redefinici6n de su subjetividad e identidadpoliticas y sencilla mente no pueden permitirse perder sus formasespecificamente sexuales de accion polirica. Deleuze parece ex-presar esto con absoluta firmeza en el pasaje que cite. Y del mismoargumento se sigue ademas que, a fin de desmitificar las catego-rias basadas en el falo, uno debe, primero, haberse ganado unalocalizacion desde la cual poder hablar. Siendo la fragmentacionla condicion historica de las mujeres, nos quedan dos opciones: 0

bien oponernos a la teOrla del devenir de Deleuze, 0 bien declararde plano que las mujeres hemos sido deleuzeanas desde 105

comienzos de los tiempos (en el sentido de chronos).Insisto en que Deleuze no entrecruza la variable tiempo con

otra variable, igualmente vigorosa, que es la de la diferenciasexual, con 10 cual pasa por alto la posibilidad de "generizar"tanto el tiempo como la historia.

Kristeva, en su articulo sobre "El tiempo de las mujeres", seexplaya sobre este punto y defiende una concepcion en dosniveles del devenir.14 Uno es el modelo lineal, m{lS largo, de lateleologia historica y el otro es el ritmo ffi:is discontinuo de lagenealogia personal y el deseo inconsciente. Kristeva, bajo lainfluencia de Lacan, desarrolla esta idea en una topologia de las

14.Julia Kris[eva, "Women's [ime", Signs7, n° 1, 1981, pags. 13-35; reee!i[ae!oen N.O. Keohane, M. Z. Rosale!o y B. C. Gelpi (comps.), Feminist Theory: ACritique oj IdeoLogy, Chicago, University of Chicago Press, 1982.

posiciones ferninistas, organizadas en c1iferentes generacionesdiscursivas y caracterizada cada una por un sentido especifico desu historicidad. Este acoplarnienro bastante automatico de ciertasforrnas dc la subjetividad fernenina con cicltas formas de concien-cia historica ha sido durarnente criticado, entre otras razones acausa de su inherente ctnocentrismo y su sentido eurocentrico dela histori3.. I;Ese debate excede el alcance del presente capitulo,pero el Llnico punto que quiero rescatar de el es la "generizacion"del tiempo, con la consecuente sexualizacion de las secuenciashistoricas.

En la obra de Kristeva, como en la de la mayor parte de 105

filosofos de la diferencia sexual, la asimelria enrre los sexes estapermanentemente presente y se extiende hasta las estructurasfundamenrales del ser, incluyendo el espacio y el tiempo. Encomparacion, la teoria del devenir de Deleuze y la filosofia deltiempo parecen ingenuamente indiferenciadas.

Deleuze tambien expresa una ingenuidad semejante en rela-cion con la diferencia sexual en Qu 'est-ce que fa philosophie?,cuando conrempla la posibilidad de que el personaje conceptualesencial de la filosofia sea una mujer: "~Yque ocurre si la mujermisma deviene filosofa?". 16 ~Seria muy temerario de m'i parteaventurarme a decir que solo alguien "no mujer" contemplariaesta posibilidad como una gran novedad, un acontecimiento sinprecedentes 0 una cat{lstrofe interna para el orden filosofico,capaz de subvertirlol

Cuanro mas leo a Deleuze, mas impresionada me siento porla nocion muy real, esto es, conceprualmente plausible, de queel proceso de devenir, lejos de ser la disolucion de todas lasidentidades en un flujo del que habran de surgir nuevas formasy conexiones, puede ser el mismo especifico de un sexo,sexualmente diferenciado y lomar, en consecuencia, diferentesformas segLlI1las diferentes posiciones de genero.

15. Gayatri C. Spivak, ·'In a wore!: Imelview", differences, n° 1 y 2,1989, pags.124-156.

16. Gilles Delellze y Felix Gliattari, Qu 'est-ce que Laphilosophie?, Paris,Minlli[, 1991, pag. 69

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En arras palabras, me parcce que la teoria del devenir deDeleuze est{l evidcntemente determinada por su localizacioncomo un sujera corporizado masculino para quien ]a disolucionde identidacles basadas en el falo consiste en pasar directamentepor alto el genero, para alcanzar una sexualidad multiple. Sinembargo, esta puede no ser la opcion que mejor se ajuste a lossujetos corporizaclos femeninos.

iComo es posible que Deleuze no advierta que esaneutralizacion de las diferencias sexuales solo puede danar elproceso de reivindicacion de una subjetividad politica en el queestan empenadas las mujeres?

Para sustentar mi inquietucl en cuanto a la disolucion de lacliferencia sexual, permitaseme recordar algunas cuestiones queya mencione antes sobre las nuevas tecnologias reproductivas.En una perspectiva feminista, 10 que resulta particularmenteproblematico es que la apropiacion biotecnologica de 10 maternalocurre precisamente en el momenta de la historia en que lasmujeres han exigido expllcitamente el control politico sobre suscuerpos y su capacidad reproductora.

Yvolvemos a la cuestion del chronos; si segu imos la logica delbiopoder, las mujeres seran apartadas por la fllerza de las fomustqdicionales de la maternidad, basadas en la familia patriarcalheterosexual, y Ilevadas a una reproduccion altamentetecnificada igualmente masculina. Esto implicaria pasar delFelldalismo a la era postindu trial de un pllllnazo, saltando laetapa mas importa nte -el proceso de devenir IIn su jera- mediantela formulacion de una redefinicion, basada en la mujer, de lasubjetividad femenina.

Por 10 tanto, vuelvo a mi primera pregunta: icomo un filosofode la sutileza de Deleuze no es capaz de Ilevar esta contradiccionmas aHa de la indecision y Ja duda sistematicas que caracterizansu analisis del devenir molecular de las mujeres? Tal vez parezcamuy alldaz de mi parte sugerir una vez milS que ello se debe aque Deleuze esta "localizado" en alguna otra parte: 10 bastantecerca del reclamo feminista para que se acepte una subjetivi?ad

femenina alternativa, pero 10 suficientemenle distante pararesolverJo con reticencias: "Lo se, pero ..."

Qui iera explayarme sobre la cucstion de estar "Iocalizado" yacJarar que esto no tiene que ver con las diferencias biologicas,sino con las sociosimbolicas. Podemos ver otro ejemplo en laposicion que tomo Deleuze en relacion con la guerra contra Irak.Condcnola guerra como el efecra del capital norteamericano, esroes, planetario, que bombardeo a uno de sus dependientes buro-craricos (Hussein) y 10 hizo volver a las condiciones preindustriales,con 10 cual desencadeno a su vez el genocidio de toda una pobla-cion mediante el asesinato y las epidemias. Guerra pura.

Ai abordar de este modo la cuestion, Deleuze eligio un puntode vista especificamente situado, uno que parte de su luchacontra el capitalismo. No obstante, Deleuze podla haber elegidoun punto de partida diferente, igualmente "basado en unaminoria", pero teniendo en cuenta la identidad etnica: la de loskurdos, por ejemplo, 0 la de otras pueblos que se oponian aHussein. Sin embargo, siendo la polltica no mas que un mapasurgido del analisi teorico, Deleuze traza su propia topologia ytiene plenos derechos para hacer/o.

El modo "Lo se, pera ..." es, por 10 tanra, menos el momentode reticencia 0 negacion -De leuze es demasiado integra paraeso-, que el de la eleccion 0 el juicio de protesta. Esto a su vezimplica que, si uno traza su propio mapa, 10hace desde su propiopunto de vista situado. Hablando como feminista, entienclo queesto confirma la importancia de la "politica de localizacion" y dela diferencia sexual, pues senala posiciones asimetricas entre lossexos. El posicionamiento que rrocede de nuestras subjetivida-des corporizaclas e historicamente localizadas tam bien determinael tipo de mapas politicos y diagranus conceptuales que tenemosmas probabiliclad de trazar. En suma, al hacer filosofia lIegainevitablemente el momento de seleccionar y fijar prioridades, yen ese momenta particular la diferencia sexllal desempena unpapel principal.

En su analisis critico del concepto de localizacion, CarenKaplan iJustra hasta que punto la politica de localizacion puede

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transformarse en un instrumento polItico y mClodologico parallacer respctar las ciiferencias. Kaplan sot>tiene:

Que aliente la resistencia a las formaciones hegem6nicas, que Beguea ser su propia reificaci6n academica -transformandose en uninstrumento de la hegemonia misma- 0 que mJrque importantescambios en los discursos de la 10caliz<lci6n y el desplazamiento,depencle -y esto no es sorprendente- de quien uti!ice iii contexto yen que contexto particular.17

Esto irnrlica que, para dade sentido polItico y teoretico a lapolitica de localizacion, tenemos que tomar en consideracion lasrealidades corporizadas, los intereses contextuales y otros facto-res que inf1uyen hasta en los intentos mas radicales de destronarlos modes hegemonicos de pensamiento.

Hablando como una deleuzeana que cree que el deseo es elmotor efectivo del cambio polItico, en oposicion a 1a transforma-cion por vIa de la protesta, siento que el modo "Lo se, pero ... "es una contradiccion genuina, positiva, en el pensamiento deDeleuze.

Foucault dijo una vez: "Un dia nuestro siglo sera deleuzeano";supongo que se referia al siglo XXI. Esta claro que aem no hemosllegado a el, y Deleuze bien puede ser el primero en demostrar10 clificil que es !legal' a ser consecuentemente deleuzeano.

17. Caren Kaplan, "The Polirics of Locarion as Transnalionat Feminisr CriticalPractice", en Caren Kaplan e Inderpal Grewal (comps.), Scattered Hegemonies:Postmodemity and Transnational Feminist Critical Practice, Minneapolis yLondres, Universiry of Minnesora Press, 1994, pag. 138.

4. La etica de la diferencia sexual:el caso de Foucault e Irigaray

Hace m{ts de un siglo, Nietzsche declaraba que todas lasculturas decadentes, enfermas y corruplCls adquirian un gusto por10 "femenino", si no ya pOI' 10 afeminado. Ese "femenino", comoya 10 he manifestado, no es pues mas que una metafora muyelaboracla 0 un sintoma del profundo descontento que anida enel corazon de la cultura falogocentrica. Es un mal masculino queexpresa la crisis de autolegitimaci6n, la cual, seglmJ.-F. Lyotardl

es la marca de las sociedades posmodernas. Este "femenino" nomantiene una relaci6n inmediata, ni siquiera directa, con Jasmujeres de la vida real. Es una actitud tipicamente masculina quetransforma los trastornos masculinos en valores femeninos. Sipensamos en el presidente Schreber de Freucl,2 quien en sudelirio declaraba que era tanto hombre como mujer y tanto masfemenino cuanLO que era el f:.il/orito mismo de Dios, bienpodemos maravi!larnos ante las profundiclades de la tenclenciadel "devenir mujer" en el pensamienro moderno: una tendenciade la que Derrida es en Francia d principal vocero.3

1. Jean-Fran~ois Lyotard, La Conditioll Post-iHodeme, Paris, Minuit, 1979;"One of the Things ar Stake in Women Struggle", Suhstance, nO 20, 1980.

2. Sigmund Freud, "PsychO-Analytic Notes on an Autobiographical Accountof a Case of Paranoia, Dementia Paranoides" (1911); reeditado en Tbe PelicanFreud Libr(l}y, vol. 9, Londres, Penguin, 1979.

3. Jacques Derrida, L'ecriwre et la diJjerellce, Paris, Seuil, 1967; Marges,Paris, Minuir, 1972 [ed. cast.: Mcirgenes de lafilosofla, Madrid, C:'iteclra, 1989.];EperollS, Paris, Flaml1larion, 1978.

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Me parece que J3 relacion entre las metaforas de 10femenino yel discurso y la practica feministas debe estudiarse atendiendo acuestiones de poder y estrategia. La cuestion real es b co1isionfrontal entre los supueslos [x.llriarcales acerca de 10femenino y larealidad existencial de las vicbs y el pensamiento de las mujere ,que el fem inismo nos ha ayudado a expresar. Describire estadiscrepancia en el capitulo 5 C'La diferencia sexual como proyectopo1ilico nl)made") como la tension entre las imagenes y las repre-sentaciol",es de la "mujcr" construidas por el hombre y 1,IS expe-riencias de las mujeres de la vida real en su gran diversicbd.

Para Illi, es esto 10que esta en juego en el debate posmoderno,postestructuralista "postarjeta postal". 4 Para demostrarlo decididesp1azar el debate a una cucstion lateral que es en alto gradosignificariva: Ja cuestion de la etica y el extraordinario interes queesra despertando en Ja filosofla francesa contemporanea. cPorque ha vuelto a instalarse 1a cuestion de la etica en la agendafilosofica, despues de muchos aoos durante los cuales la "politi-ca" encabezaba e1 desfile de las ideas?

La absoluta importancia que adquiriola cuestion de la etica enla obra de algunos filosofos varones es una consecuencia de lacrisis del sujeto racional que ha sacudido hasta los cimienrosmismos del sistema falogocenrrico. La cuestion de la alteridad, dela condicion de "otro", esta suscitando renovada atencion preci-samente a causa de la problematizacion que sufI-en bs estructurasde la subjelividad en el pensamiento moderno. Creo firmementeque eJ movimiento de 1asmujeres es una de las Fuentes primariasde la dislocalizacion del sujeto raciona1.5

Mi hipotesis es que la llamada "crisis" del sujeto racional y laint1acion del concepto de 10 femenino relacionada con ella hantenido algunos efectos beneficos en ciertos filosofos varones.

4. La referencia corresponcle a uno de 105 libros cleJacques Derricla, La carteposta Ie, 1'1tarjeta postal.

5. Mi analisis sobre 1a intersecci6n entre el feminismo y I:t modernidad noesta de acuerdo con 1'1diagnosis posmoderna, como, por ejemplo, en AliceJardine, Cynesis.· Configurations of l\7ornan in NIodemily, Ithaca, CornellUniversity Press. 1985.

Seguidamente, cOlejare la nocion de foucaull de la etica, quepone el acento en Ia "mismidad", y la etica de la diferencia sexualde Irigaray, psicoanalisla y filosofa feminista. Como hice en laprimera parte de mi trabajo sobre las mujeres y la filosofia (vease clcapitulo 1, "Organos sin cuerpos"), sostendre que estamos frente auna disonancia fundamental emre, pOl' un lado, el discurso de lacrisis del logos y de su costado "femenino" y, par el otro, elproyeclo del feminismo en relacion con la diferencia sexual.

AI colocar una junlo a la otra las nociones de la etica deFoucault e Irigaray, quisiera senalar en primer lugar [as direccio-nes radicalmente diferentes en que se desarrolJan sus respectivospensamicntos. Sostendre que Foucault elabora una nueva eticaque se mantiene dentro de los confines de la igualdad sexual, entanto que Irigaray defiende la alteridad sexual como una estrate-gia que permite afirmar la subjetividad femenina.

En segundo lugar, argumentare que la profunda "disonancia"entre estos dos pensadores, sus variacione sobre el tema comC1I1de la etica, demuestran la falta de simetria que hay en el discursode los dos sexos. Esto agrega, en consecuencia, un mayor pesode prueba al proyecto feminista de presentar las diferenciassexuales como la cucstion central del debate posmoderno.

En el epiJogo dellibro de Dreyfus y Rabinow, MichelFoucault:Beyond Structuralism Clnd Hermeneutics,6 Foucault definia elperfil general de su pensamiento y declaraba que su tema centralera el am'ilisis critico, historico, de los modos de constitucion delsujeto: las formas en que nuestra cultura convierte a los sereshumanos en sujetos. En su enfoque analitico del sujeto, Foucaultse compromete a revelar, denunciar y, en Cdtima instancia, anularIa forma especIfica de violencia; es decir, las formaciones de

6. Dreyfus y Rabinow, lvlichel Foucelult: Beyond Structul'Cllisrn elndHermeneutics, Chicago, University of Chicago Press, 1983.

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poder que operan en el juego filosofico. Lo que en verdadinteresaba a FouClult era la materialidad de las ideas, el hecho deque estas existan en un espacio intermedio, atrapado en una red 'de condiciones materiales y simbolicas, entre el texto y la historiaentre la teoria y la practica, y nunca en ninguno de esos polos:Su filosofla es una filosofla de las relaciones, de los espaciosintermedios, y en ese sentido Foucault representa la antitesisabsoluta de la sociologla.

La preocupaci6n central de la obra de Foucault es la critica delpoder despotico ejercido por el texto filosofico y por la historiade la filosofia como un bloque monolltico de conocimiento.Tengo let impresi6n de que esta crltica Ie da una unidad generala su proyecto intelectual.

Como el mismo declara en su introduccion al segundovolumen de Historia de la sexualidad. EI usa de losplaceres:

Siempre hay algo de irrisorio en el discurso filos6fico cuando, desdeel exterior, q uiere ordenar a los demas, decirles d6nde est;l su verdady c6mo encontrarla 0 cuando se siente con fuerza para instruirlesproceso con positividad ingenua. Pero es su derecho explorar 10que, en su propio pensamiento, puede ser cambiado mediante elejercicio que hace de un saber que Ie es extrano. El "ensayo" -quehay que entender como prueba modificadora de SI mismo en el juegode la verdad, y no como la apropiaci6n simplificadora del otro confines de c0l11unicaci6n- es el cuerpo vivo de la filosofia, por 10menos si esta es todavia hoy 10 que fue en el pasado, es clecir, una"ascesis", un ejercicio de si en eJ pensamient07

La eleccion de este lugar de enunciacion impJica unaredefinicion de la filosofla, "el ejercicio de uno mismo en laactividad del pensamiento", "una prueba en el juego de laverdad". Es una practica que implica una relacion can uno mismoy con la alteridad, y, en consecuencia, es una postura etica.

EI analisis de Ja subjetividad que hace Foucault perfila tresmodos principales de objetivacion que transforman a los seres

7. Michel Foucault, nJe HistolyojSexuality; the use ojpleasure, Nueva York,Pantheon, 1985, p;'ig. 9. '

humanos en sujetos. Esos modos corresponden a diferentesetapas de su obra.

En Ja primera fase, Foucault analiza el tipo de discurso quepretende la condicion de ciencia, especial mente en eJ campo deJas ciencias humanas; esta etapa de su obra, en la que se destacanLas palahms y las cosas y La arqueologia del sahel', Jo lleva acriticar el rol que Ie corresponde al "sujeto cognoscente" en Jahistoria de la filosofia occident~11.

EI segundo periodo de la obra de Foucault es aquel en el queeJ autor aborda 1aconstitucion del sujeto en virtud de Jo que llama"las pr{lcticas de division": exclusion, separacion y dominaciondentro de uno mismo asi como respecto de 10s demas. Esta partede su reflexion comienza con Hisloria de la locuray El nacimien-to de la clinica y continLJa a traves de El orden del discurso yVigilar y castigar. El concepto cemral es que los modos en quese transforma a los seres humanos en sujetos en nuestra culturase sostienen en una compJeja red de relaciones de poder, queFoucault define como "la microfisica del poder". Siendo el"poder" el nombre que Ie damos a una compleja situacionestrategica en una sociedad dada, el cuerpo es el blancoprivilegiado de los mecanismos de las relaciones de poder.Foucault desarrolla una economia polltica del cuerpo, un cuerpodefinido en terminos de materialidad, es decir, como materiainclinada a experimentar una variedad de operaciones simbolicasy materiales: de be hacerse docil, sumisa, erotica, util izable,productiva, ete.

Estas tecnicas de control y coclificacion del cuerpo vivo comoel sitio de la subjetiviclad tambien producen "efectos de verdad",por cuanto generan tipos especificos de conocimiento acerca delsujeto y su inscripci6n social. Los aspectos normativos de Jasrelaciones de poder en las cuales queda atrapado el cuerpo son,en consecuencia, positivos, esto es, productivos en terminos deconocimiento, en eJ senticlo de verdacl sobre el sujeto vivo. De abique la nocion de sujeto se base, para Foucualt, en una tecnologladel cuervo conectado con Ja naturaleza racional del poder y conel caracter normativo de la razon.

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Esta idea establece ademas un vinculo entre la segunda y latercera etap:.t de b obra de Foucault; en la Cdtima, el autor seconcentra en los modos en que los seres humanos se transformanen sujctos: entiende la sexualidad COJllO eI GlmpO en el cualproliferan con mayor fuerza en nuestra cultura las practicasdiscursivas y, pOl' 10 tanto, los efectos de verdad nonnativos, En elprimer tomo de su historia de Ia scxualidad, Foucault define lacultura o,.::cidental como "sexo-cemrica": somos los Clnicos queinventamos la scientiasexua!is, haciendo de Ia sexualidad el sitiode la Jutorrevelacion y la verdad sobre uno mismo, Las preguntasque se hace Foucault es pues: 2que es esa sexualidad que nospreocupa tanto a todos' y 2por que medios llegamo' a ser sujetos'exu~tles?

En el segundo yel tercer volumen de Ilistoria de fa sexuali-dad, Foucault analiza !as pricticas del discurso y el control de lasexualidad entre los antiguos griegos y romanos; y sefiala que laspracticas que nosotros englobamos bajo el rotulo general de"sexualidad" constituian 10 que la cultura grecorromana llama"Ias artes de la existencia", 0 sea, "esas acciones intencionales yvoluntarias mediante las cuales los hombres no solo se fijan reglasde conducta, sino que procuran ademas transformarse, conver-tirse en seres singulares y hacer de su vida una obra que tengaciertos valores esteticos y cumpla con ciertos critecios estilisticos"8

Foucault sostiene que el conjumo de "alles de b existencia", enel sentido de "tecnicas del si mismo", fueron absorbidas en loscomienzos de la Cristiandad por el ejercicio del poder sacerdotal yluego por tipos educacionales, medicos y psicologico de practi-cas, Me parece que la evolucion del pensamiento de Foucaultmuestra la sexualizacion progresiva de estas practicas discursivas;la interseccion de la fase arqueologica con la decodificaciongenealogica de bs practicas del si mismo -que produjo su Historiade fa sexualidad- tambien sefiala una conciencia cada vez ma yorde la postura masculina de hablante que habia adoptado, la de unfilosofo varon, POI' ejemplo, podemos argumentar que en los

primeros textos s evidente .'iU tendencia androcentrica; Foucaultemplel el termino hombre como una forma universal, con 10 cualpone de manificsto su ceguera anle la diferencia sexual. No obs-rante, en sus Ctltimasobras el autor es consciente del hecho de queeI control de Ia sexualidad que est{l analizando se basa en unaprofunc.b asimetria entre los sexos. Al hablar de las "practicas del simismo", Foucault declara: "Las mujeres estuvieron generalmentesometidas [, .. 1 y sin embargo esta etica no estuvo dirigida alasmujeres; 10 que se r<.:cordaba, justihcaba 0 explicaba no eran losdeberes u obligaciones de !as mujeres. Era una etica para hombres:una etica escrita y cnsefiada pOI' los hombres y dirigida a loshombres, a los hombres libres, porsupuesto",9

1.0 que quiere sefialar :.tqui Foucault no es tanto la exclusioncomo la descalificacion de las mujeres en cuanto agemes eticos y,consecuememente, en cuanfO sujetos. Foucault hace hincapie enla interconexion entre las condiciones para alcanzar una jerarquiamoral y el derecho a ser un ciudadano en el sentido social, politicoy judicial del termino. Las reglas y preceptos de una vida moral-que tambien transforma al sujeto en una sustancia etica- estanimplicitamente conecrados con los derechos sociopoliticos, ya lasmujeres se las mantuvo al margen de ambos.

Sosteniendo que d gobierno de uno mismo, el manejo delpatrimonio propio y la participacion en la administracion de laciudad eran tres pricticas del mismo tipo, Foucault destaca elvalor clave de la "virilidad etica" como el ideal sabre el que se basael sistema en su conju nto. Esto, a su vez, implica una coincidenciaperfecta entre el sexo anatomico de uno -masculino- y laconstruccion imaginaria de la sexualidad masculina; ademas,Foucault pone el acemo en la concordancia de ambos con lasrepresemaciones sociales dominames de 10 que debia ser lanorma etica universal: ]a virilidad simbolica. De ahi que eI cuerpomasculino forme un tado con el cuerpo politico.

Si leemos el proyecto de Foucault desde esta perspectiva,podemos entenderlo como la anatomia critica de las estructuras

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falocentricas del discurso; b practica de b "virilidad etica", enrealidad, sienta tambien las bases del juego filos6fico como tal,es decir, que ofrece los parametros b2lsicos de la economiapolitica de la verdad, como entidad sometida a la autoridad dellogos.

Ademas, la economia falogocentrica asi analizada revela tam-bien el vinculo homosexual masculino que constituye la base delcontrato social, asi como de las practicas discursivas que b socie-dad adopta para si: es un mundo para hombres, hecho pOI'hom-bres.

C6mo puede haber sido el "uso del placer" femenino y queefectos de verdacl y producci6n de conocimiento haya tenidosobre el sujeto femenino continllan siendo materia de especula-ci6n. La brecha discursiva se traduce en ausencia hist6rica; de ahi .'.que toda la historia de la filosofia, como Ilegamos a heredarla, hasido conjugada en el modo masculino y viril. La historia -antesque la anatomia- es el destino.

De acuerdo con esta Iectura de Foucault, puede argumentarseque estamos ante un fil6sofo var6n que reproduce las reglas enalto grado sexuadas que gobiernan el discurso filos6fico. Lejos deser universal, el escenario de la filosofla se apoya en las premisasmas especificamente sexuales: aquellas que postulan la primaciade la sexualidad masculina como el sitio del poder social ypolitico. En la ldtima obra de Foucault, el discurso falogocentricoes una economia politiGI y libidinal especifica: una economia queasigna a los sexos roles precisos, polos y funciones, en detrimentode 10 femenino.

En su condici6n de feminista, psicoan:dista, vigorosa escritoray fil6sofa, Luce Irigara y resu Ita un personaje ditkil de situar; estainstalada para siempre entre diferentes campos, disciplinas,niveles de experiencia y lugares de enunciaci6n. Su obra sobreel sujeto filos6fico est{l relacionada con Ia crisis del logos que

acabo de analizar, y, en muchos sentidos, es una respuestapositiva, no reactiva, a los maestros de la crisis de la filosofla.Irigaray aborda la misma tradici6n de la ontologia occidentalclasica en la que se concentraron Den-ida, Foucault, Deleuze yotros fil6sofos franceses contemparaneos. Pero bay una diferen-cia fundamental en el lugar de enunciaci6n que ella adopta: paraIrigaray, la crisis que para Foucault anuncia la muerte de lafilosofla ya ha terminado: ella se pone de pie sobre las ruinas yve 10 que viene a reemplazar el viejo orden.

La escritura de Irigaray tiene una cualidad visionaria, ut6pica, ya veces hasta profetica, que expresa su fe en la fuerza de 10femenino como una nueva economia simb61ica y discursiva. Po-demos encontrar una fuerza comparable de afirmaci6n y calidadde intensidad en la obra de la teologia feminista (l'vlalyDaly), de lapoesia lesbiana (Adrienne Rich) y de las radicales italianas (CarlaLonzi y, mas recientemente, Luisa Muraro y Adriana Caravero)lOsobre la cuesti6n del sistema simb61ico femenino.

Las mujeres pueden ver la luz donde 10s hombres s6loobservan un espacio vacio en el que lmicamente pueden percibirel ocaso de 10s monumentos y documentos falicos que elJosmismos erigieron para S1. Las mujeres tienen algo que decir; nodecir nada equivaldria a un abarto hist6rico del sujeto femenino.

Como he sostenido a 10 largo de este libra, para Irigaray, lacrisis que presagia la muerte del sujeto logocentrico ofrece lacondici6n de posibilidad para la expresi6n de una subjetividadfemenina. La crisis es s610 la muerte del sujeto universal: aquelque disfrazaba su singularidad tras la mascara dellogocentrismo.No es sorprendente que los hombres se sientan enormementesacuclidos por esto; sin embargo, la crisis nos permite plantear,despues de tanto tiempo, la cuesti6n que Irigaray considerafundamental: la de la diferencia sexual.

Lo que hace particularmente significativa la critica de la moder-nidad de Irigaray es que ataca la complicidad entre racionaliclad y

10. Vease Carla Lonzi, Sputiamo su Hegel, Milan, Rivolw Femminile, 1974;E gia politica, Milan, Rivolra Femminile, 1977; Luisa Muraro, Guglielmalv!mzji-eda, Milan, La ranaruga, 1984

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rnasculinidad. EI sujero del discurso siernpre es sexuado; nuncapuede ser pll 1'0, universal 0 sin sexo. EI trabaja de Irigara y tiene undoble prop6sito: (l) romper con la asociaci6n de masculinidad,racionalidad y universalidad, Inediante la relectura de la historia dela onto 10gb occidental; y (2) dar voz y corporizar en sus propiostextos 10"femenino" de las propias rnujeres, es decir, una noci6ndiferente del (ipo de "fenienino" que esta irnplicitamente vincula-do con la e'.:onomla logocentrica.

Lo que esta en juego en el proyecto de Irig:lray es el dobleapremio pOl' expresar la novedad radical de una real idad corp6-rea femenina que nunca estuvo adecuadamente representada y,a la vez, pOl' no interrumpir cl dialogo con los maestros de lafilosofia occidental. Esto es especial mente notable en la primerafase de la obra de esta autora; en Speculum y Ese sexo que no esuno,ll su particularisimo estilo transmite de la manera masefectiva el intenso esfuerzo de critica y creaci6n que caracterizasu trabajo.

La estrategia textual de Irigaray es eminememente politica:eonsiste en negarse a separar 10 simb61ieo de 10 empirico, adisociar el discurso sobre "10 femenino" de las realidadeshist6ricas de la condici6n y el rango de la mujer en la culturaoccidental. En otras palabras, el hecho de que "10 femenino" seael "punto ciego" de rodos los procesos textuales y teoretieossignifica que las voces de las mujeres estan enterradas por debajode las palabras de alguien -Ios hombres-. POl' 10 tanto, hay unaequivalencia directa entre el proceso de metaforizaci6n de "10femenino" y el fen6meno de la opresi6n hist6rica de las mujeres.EI prayecto de Irigaray es des-cubrir, de-velar y expresar esa vozcomenzando pOl' los textos principales de la filo ofia occidental.

"Lo femenino" tras 10Cllal esta Irigaray es una mujer-definida-femenina y, como tal, es alm un espacio en blanco, aCmno estaalli, tenemos que pensar en ella en el modo condicional: ~c6mopod ria surgir 10 femenino de/en/creado por/las mujeres en elsistema sexualmente indiferenciado de nuestra cultura? cQue

condiciones harian posible el advenimienro del sujeto femenino?La estrategia que propone frigaray en respuesta a este desafioconsiste en la imitaci6n estrategica 0 mimesis. Proclama como sulugar de enunciaci6n la posicion que se Ie asigna a 10 "femenino"en varios texros de la filosofia c1asica. Partiendo de alii, Irigaraylee 0 "des-lee" los textos atendiendo ala reprcsentaci6n que estospropongan de 10femenino ya Ia relaci6n que establezcan con talrepresentaci6n: es un juego de ret1ejo especular/reflexi6n espe-culativa de la 16gica intcrna del discurso falogocentrico. Estejuego de imitaci6n cstrategica, de devolverle al texto 10 que eltexto Ie hace a 10"femenino", Ilega a ser una practica sumamentesubversiva de la critica del discurso.

EI proyecto de lrigaray de redefinir los parametros desubjetividad y la comprensi6n misma de 10que es el pensamientose sustenta en un supuesro principal: la creencia en la baseontoi6gica de la diferencia sexual. Dicho de otra modo, ladiferencia emre los sexos es radical y es constitutiva de laexperiencia humana; deberia inscribirse junto con la mortalidadcomo el marco ineluctable de referencia del ser humano.

Lo mismo que la muerte, la diferencia sexual ya esta siemprealli, 10 reconozcamos 0 no. La pretensi6n onrol6gica para ladiferencia sexual es 10 que haee tan importante el pensamientode Irigaray, tanto en el plano teoretico como en el plano politico.La creencia esencialista n la diferencia onto16gica es unaestrategia politica que apunta a declarar la especificidad de lasubjetividacl, la sexualiclad y la experiencia femeninas, y, almismo tiempo, a denunciar la 16gica de la indiferenciaci6n sexualdel discurso falogocentrico12

La imagen ahora famosa que propone Irigaray de los labios delsexo de la mujer -uniclos y sin embargo separados- representala multiplicidad, el exceso y la combinaci6n Cll1icade pluralidacly singularidad que caracteriza la realidad corporal, sexuada, dela mujer. Esta imagen en alto grado sugestiva y su implicita

12. Sobre este punto en particular no coincido con la lectura de Irigaraypropuesta pOI' Eliz:lbeth Gross en su articulo "Irigaray and Sexual Difference",Australian Feminist Studies, n° 2, otooo de 1986.

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referencia a la teoria psicoanalitica del narcisismo femenino es,no obstante, muy ambivalente. Irigaray no es una te6rica de laexperiencia homosexual masculina ni lesbiana; pOl' el contra rio,ha dejado muy ciaro que aspira a la heterosexualidad genuina yradical en el sentido del pleno reconocimiento de la diferenciasexual pOl' parte de cada uno de los sexos. EI proceso de becomenzar con que cada mujer reconozca alas demas mujeres enun sistema de referencia simb61ico, de reconocimiento mutuo yautorreconocimiento de "la mujer como otro". El concepto deIrigaray de la diferencia sexual pone, pues, el acento en laimpOl'tanciJ del segundo nivel de diferencia: el que se da entremujeres en el reconocimiento de la diversidad y tambien de lasexperiencias e inquietudes comunes.

Otro modo de indagar la polivalencia de las imagenes quepropone esta autora es ]a relaci6n madre-hija, ya mencionada,que ejemplifica la especificidad de la libido femenina y del deseofemenino, no indagados y mal interpretados en la teoria y lapractica psicoanalltica. El enfasis que pone el psicoanalisislacaniano en el Nombre-del-Padre y la primacia del falo es tal quela cliada madre-hija aparece representada en terminos de lJnarelaci6n de mujer a mujer separada y negada pOl' el poderfalocentrico. En consecuencia, para Irigaray, reconocer el vinculode las mujeres es el primer paso hacia la elaboraci6n de otrosistema simb6lico, en el CUJl los modelos de separaci6n setransmitan de un modo diferente.

The Ethics a/Sexual Dijlerence es una de las manifestacionesmas claras del concepto de '·alteridad" de Irigaray en relaci6n conel proyecto de expresar la subjetividad femenina. En comparaci6ncon sus primeras obras, este libro marca un cambio ya perceptibleen Amante marine, La croyance meme y Femmes divines: merefiero al hecho de que en esta obra se perfecciona al maximo laestructura de doble estrato del enfoque, el modo en que Irigara y haestado abordando, tanto a los grandes maestros de la ontologiaclasica como alas mujeres que estan existencialmente implicadasen el proceso de transformaci6n de 10 "femenino" en nuestracultura. En The Ethics afSexual Dillerence, Irigaray se dirige casi

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exclusivamente a los grandes maestros, y ese estrechamiento en laelecci6n del interlocutor, combinado con el modo vocativo deldiscurso, produce un intenso texto poetico que suena a un trata-do mayor sobre el amor.

EI texto de Irigaray se con centra en la pol/tica de la hetero-sexualidad radical; la autora sostiene que el misterio de laaltericlad, de la relaci6n con el otro y, especial mente, con el Otroque es el Ser Divino, se resume en el otro que es sexualmentediferente de l1l10, es decir, para cada sexo, eJ otro sexo. Sinembargo, Irigaray pone sumo cuidado en destacar que la mujercomo el otro del hombre Celotro del mismo) tiene necesidad deexplorar primero su vinculo con las dem;ls mujeres, con su propiogenero Celotro del otro, 0 el sistema simb6lico de las mujeres) demodo tal de hallar las expresiones adecuadas para su genero.Aqui se pone enfasis en]a cl{lsicapasi6n cartesiana del "asombro"como el modo perfecto de encuentro entre hombres y mujeres:cada sexo en su especificidad, la perfecci6n de dos seressexualmente diferentes. La calidad del "asombro" expresa el tipode receptividad al otro, una especie de disponibilidad de finalabierto hacia la alteridad, que Clarice Lispector describe demanera muy conmovedora en su novela Lapasi6n segun G.H. Sercapaz de acercarse a cualquier otro, respetando plenamente susingularidad; respetando la presencia y los limites, nlientras unose acerca y es Ilevado hacia el reconocimiento de las diferenciasrespectivas e irreductibles de ambos: bta es la base de la nuevaetica del amor que propone Irigaray como parte de su pr;'ictica dela diferencia sexual. Y si bien las feministas se horrorizan ante 10que a primera vista parece un manifiesto en favor de las parejasheterosexuales mon6gamas, Irigara y se ha mostrado por com ple-to intlexible, particularmente en su obra sobre !as diosas mujeresy]a experiencia femenina de 10divino, al afirmar que la politicade la heterosexualidad radical como el tema subyacente delpensamiento de la diferencia sexual es un paso necesario a fin deasegurar el surgimiento de la subjetividad femenina y de unsistema imaginario y simb61ico que se adapte morfol6gicamentea la realiclad corporal femenina.

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La etica es, para rrig'1ray, un movimiento h'1cia el otro (sexo)como el paradign'J de un nuevo modo de relacionarse con elotro, incluyendo b otra mujer que, si bien es sexuaJmente igual-a-ml, cominLla siendo olra, un mediador entre el sl mismo y lareaJidad. La elicJ de la direrenci;\ sexual aspira a hallar ypromulgar represemaciones capaces de generar una nuevahum~lnidad femenina y un senlido fcmenino de 10 divino.

Si colocamos uno junto al otro los dos proyectos de etica quehe resumido brevemente aqul, pueden advertirse muy c1aramen-te las direcciones opuestas que siguen los respectivos pensamien-tos de Foucault e Irigaray. Foucault elabora una crltica quepermanece dentro de los confines de Ia igualdad sexual; porsuparte, Irigaray enfatiza la diferencia sexual como una manera deafirmar la subjetividad femenina.

La version foucaultiana de b etica c1asio griega y romana, deluso del placer y del aprendiz~lje de las artes de la subjetividad contodas sus connotaciones pollticas y simbolicas -a diferencia de laforma cristiana de la etica-, no debe cntenderse como unaapologia de un sistema discursivo u otro. Su obra sobre la eticase concentra en la discontinuidad entre la crisis de valoresmodern a y las eticas anteriores, lanto la cristian'1 como la c1asica,discontinuidad que habria inspirado, hislorica y conceptual mente,la crisis posl11oderna. Foucault vuelve su mirada al pasado solopara enconlrar practicas que se '1justen al aqui y el ahora denuestro lugar de enunciacion. EI inrerrogante es el siguiente:;.como podemos ir mas alia de la historicidad de nuestra condi-cion moderna? Foucault sostiene que en 1'1era de la modernidadno hay moral posible; estamos historicamente condenados areconcebir las bases de nuestra relacion con los valores quehemos heredado, especial mente del siglo XIX.

El proyecto de Irigaray de redefinir las bases de la rel::tcioninterpersonal, su etica de ta diferencia sexual, es otra respuesta

a1misl110desario historico: ;.c()mo podemos aprender a pensar demanera diferente sohre la subjetividad humana y la alteridad? Estapregunta formo parte de 1'1agenc.la filos6fica c.lesc.leHeiclegger, yme parece que cI reminismo, como movimiento de pensamienlo,est{l atrap;.tclo en csla problemMica y liene que desempenar unpapet esencial en ella.

Y sin emhargo, hien pod rIa ucurrir que L1 respuesta feminislaal desafio de I~\modernidad sea r~ldicalmente diferente de la quedan los fil6s, fos varones; los casos de Foucault e Irigaray tiendena probar que en el plano conceptual esr[ln apareciendo patronesde gran c.Iisonanci'1 entre los fi!<\')ofos varones y Lis filosofasmujeres. Bien poc.lrla ser que no eSluvieramos de acuerdo, comoocurre en el caso de la naturaleza y la estruclura de 1'1 diferencia;bien pod ria ser que la diferencia sexual corno movimiento depensamienro abriera las puerras a un reconocimiento de lasmCdtiples diferencias que presagian 1'1 ll1uerre de la 16gica Unicadel falogocentrisrno.

La ausencia de simerrla en el pensamiento de la diferencia-tal como surge en el trabajo sobre la erica- tambien confirma laidea de Irigaray de que el pensamiento conceptual no es neutralsino que, por el contra rio, esta especlfic.linente determinado pOl'el sexo. POl' lu tanto, el hecho de que aparezcan importantesdivergencias entre pensadores y pensadoras sobre 1acuestion dela diferencia es bastante rranquilizador; yo dirla incluso que 1'1asimetrla fundamental que se advicrte en la manera que rienenlos hombres y las mujeres de elaborar el pensamiento de ladiferencia sexual es precisamente 10 que luce posible el dialogointelecrual entre ellos.

La disonancia esta relacion'1da con L1 c.Iiferencia sexual comouno de sus modos de expresi6n. Si hemos de tomar seriamenteIa pr{lcrica n' made de 1'1 diferencia sexual, c.leberiamos iracostumbrandonos a jugar este juego de voces dison'1ntes, amovernos en posiciones intermedias en una bLlsqueda n6madede represenraciones alrernativas de la subjelividad femeninaferninisra.

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5. Ladiferencia sexual comoproyecto politico nnmade

Creo que las mujeres que puedan supemrel sentimien-to de tener que cO/Tegir leI historia han de aholTCll-semucho tiempo.

Como ya he dicho anteriormeme, la condicion nomade queesroy defendiendo e..suna nueva figuracion de Ja ubjetividad deun modo multidiferenciado no jer{trquico. En este capitulo indaga-re mas especificamente de que manera esta condicion entra eninterseccion con el eje de la diferencia sexual. Coincido con LuceIrigara y en cuanto a que la diferencia sexual es la cuestion quenosotr<!s, las occidentales de fines del siglo XX, estamos obligadasa afr~~tar; es nuestro horizonte y nue~tra utopia. bs dos razonesprincipales de que esto sea as! tienen que vel' con el papel que Ieha correspondido a la diferencia en la historia europea y el lugarmuy especifico que ocupa en la practica feminista.

En primer lugar, la dimension europea. Creo que el concepto,el tema y el problema conocidos como "diferencia sexual" sonhoy mas actuales de 10 que 10 fueron nunca en el contexto de laComunidad Europea. El renovado enfasis en una idemidadcomLln de Europa, promovido pOl' el proyecto de la unificaciondel viejo continente, esta haciendo que la "diferencia" Ilegue a sermas que nunca una nocion divisoria, antagonica. Lo que estamospresen iando es una explosion de intereses creados que procht-

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man sus respectivas diferencias en la forma de regionalismos,localismos, guerra::; etnicas y relativismos de todo tipo. -La"diferencia", en la epoca de la desinlegracion del bloque del Este,es un termino r-e1igroso. Como han observado varias feministasyugoslavas: cuando la "diferencia" se emplea de manera negativa,divisoria, el intento posmodernista de redefinirla positivamentese hace des(:sperado y vano. La fragmenlacion y la revaJoracionde la diferencia de una manera postcslructuralista solo puedcnser percibicbs, en el mejor de 10' casos, ironicamente, y en elpeor, lragicamente, pOl' algunos que viven en Zagreb, par nomencionar a los habitantes de J)ubrovnik 0 Sarajevo. I

Historicln,ente, el concepto de "diferencia" tiene sus ralces enel fascismo europeo, que fue colonizado y adoptado por mod osjenirquicos y excluyentes de pensamiento. Sin embargo, elfascismo no surgio de la nada. En la historia europea de lafilosofia, la "diferencia" es un concepto central en la medi la enque el pensamiento occidental siempre se desa~TolJo planteandooposiciones dualistas, que crearon subcategonas de altendad 0

"diferente de". Como en esta historia la "diferencia" se sustentosiemprc en relaciones de domina cion y exclusion, ser "diferentede" llego a significar ser "menos que", "valeI' menos que". Ladiferencia fue colonizada por las relaciones de poder que, comosenalaba 0pollunamente Simone de Beauvoir en EI segundosexo,lla redujeron a un sinonimo de inferioridad. En consecuen-cia, la diferencia adquiri6 connotaciones esencialistas y letales;construyo categorias enteras de seres descartables, es deClr,iaualmente humanos pero levemente mas mortales.b En la historia europea moderna, los regimenes politicostotalitarios y fascistas se apoderaron del concepto de "diferencia"y la definieron como determinismo biologico, y asi proce:lierona exterminar a una gran cantidad de seres humanos que rueronconstruidos en tet-minos de inferioridad 0 de alteridad desprecia-

1. Vease, pOl' ejemplo, la obra de Rada lvekovic, de Zagreh; de DasaDuhacek, de Belgrado, y de Zarana Papic, de Ljubjana.

2. Simone de l3eauvoir, The secolld sex, Londres, Penguin, 1972. [Ed. cas[.:El segundo sexo, Madrid, C:iledra.J

da. En la lcoria critica, sea esta francesa, alernana 0 de cualquierotra varicdad, cI L1S0explotador y criminal que se hizo de ladiferenci~l cn cI holocausto nazi continela sicndo un punto de noretorno. Com() ya 10 he comentado en el capitulo 2 ("Bacia unanueva represent:lci6n del sujeto"), hay una disparidad enlre lasescuebs crilicas alemana y francesa en el modo de evaluar eltotalitarismo y el enfasis que puso el nazismo en la difcrenciacomo noci6n jer5rquica. La corriente fr,ltlcesa cree en la compli-cid;ld intrinseca de la razon con la violencia y la dominaci6n, yrechaza la categorla de "razon instrumental", que es la idea a laque se aferran Adorno y otros teoricos criticos aJemanes para"tratar de reforrnar la razon desde su interior. En todo caso, como10 expresa Foucault en su prefacio a la edicion norteamericanadel Antiedlpode Deleuze y Guanari, analizar cuidadosamente eltema de Auschwitz ha lIegado a ser un imperativo para todos losintelectuales europeos.

En mi condicion de pensadora critica, de intelectual criada enla era del baby-boom de la nueva Europa, de feminista compro-metida con proponer alternativas de empoderamiento(empowerment), decido hacerme responsable de este aspecto demi cultura y mi historia. Consecuentemente, quiero analizar endetalle la diferencia y los grupos de poder y violencia queacompanaron su ascenso a un lugar de suprernacia en el espiritueuropeo. EI concepto mismo de diferencia es demasiado impor-tante y demasiaclo rico para dejarlo libr~ldo alas interpretacionesfascistas y hegemonicas.

En segu ndo lugar, dentro de \a jJractica y la historia de Jas ideasfeministas occidentales, Ja nocion de diferencia ha gOZJdo de unaexistencia larga y azarosa. No se me ocurre ningelll concepto mascontradictorio, polemico e importante. La "diferencia", dentro delpensamiento feminista, es un sitio de intensa tension conceptual.Mi firn,e clefensa del proyecto de la c1iferencia sexual como unproceso epistemologico y politico tambien expresa mi pn~ocupa-cio~por las maneras en que muchas'feministas radicales i,epu_dia-ron--ladiferencia y la descartaron como una nocion irremediable-rnen-te '"esencialista". Antes de retornar a mis propias ideas sobre

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el proyecto de la diferencia sexual, repasare breve mente lasvicisitudes sufridas poria nocion de la diferencia dentro de lateoria feminista.

Simone de Beauvoir puso el tema en el tapete con superceptivo ancl1isis del esquema jerarquico de la dialectica de laconciencia, esquema que adapto a partir del pensamiento deHegel. En un movimiento que sento las bases del feminismocomo teoda, De Beauvoir identificola diferencia como la nocioncentral y, al mismo tiempo, propuso superar el esquema jerarqui-co establecido en esa nocion, que termino pOI' unirla a la idea deaJteridad desvalorizada, especialmente en el caso de b diferenciafemenina. En esta fase de su obra, De Beauvoir se remite aPoulain de la Barre -un disdpulo de Descartes- para destacar latrascendencia que alcanzo el dualismo de genero -y pOI' consi-guiente la connotacion tendenciosa del genero- en nombre de laracionalidad. EI analisis y el programa de liberacion mediante unuso igualitario de la razon que prop one De Beauvoir constituyenel legado conceptual individual mas importante para la teoriafeminista contemporanea.

A mediados de la decada del setenta, las feministaspostestructuralistas se opusieron al enfasis de S. de Beauvoir enla politica de la racionalidad igualitaria y pusieron en cambio elacento en la politica de la diferencia. Como 10expresa MargueriteDuras en el epigrafe de este capitulo,3las mujeres que continllanmidiendose con la 'lara de los val ores masculinos, las mujeres quesienten que deben corregir los errores masculinos, ciertamentehan de malgastar mucho tiempo y energia. En la misma linea depensamiento, en su polemico articulo titulado "~Igual a quien?",4Luce Irigaray recomienda apartar el enfasis politico de la criticareactiva y trasladarlo a la afirmacion de contravalores positivos.

3 N!:lrguerite Duras, una enrrevista, en Alice Jardine y Anne Menke(comps.), Shifting Scenes: Interviews on women, Writing, and Folitics in Fost-68 France, Nueva York, Columbia Universiry Press, 1991, pag. 74.

4. Luce lrigaray, "Egales :1 qui?", Critique n° 480, 1987, pags. 420-437.Traducic!o al ingles como "Equal to whom?", differences, 1, n° 21, 1988, pags.59-76

En una revision de la obra de S. de Beauvoir, la teoria feministapostestructuralista ha reconsiderado la diferencia y se ha pregun-tado si su asociacion con la dominacion y la jerarquia es tanintrinseca y, pOl' 10 tanto, tan historicamente inevitable, como laentendia la gencracion existencialista.

A causa de Ia crisis de la modernidad, des de Freud y Nietzsche,el concepto de "diferencia" ha estado en el centro de la agendafilosofica europea. No obstante, en la modernidad, el foco puestoen la diferencia marca un alejamiento del habito centenario deasimilarla con la inferioridad. Ademas, en el pensamiento y lapractica teoretica de Nietzsche, Freud y Marx -Ia trinidadapocaliptica de la modernidad- se introduce en el cuadro otraip!10vacion provocativa: la idea de que la subjetividad nocoincide con la conciencia. EIsujeto es excentrico en relacion consl~-Yci·consciente, a causa de la importancia de estructuras talescQ!Il:0.el deseo inconsciente, el impacto de las circunstanciashistoricas y las condiciones sociales de produccion. Al quedarhecha anicos la seguridad ontologica del sujeto cartesiano, seabre tambien un camino para analizar el vinculo que se establecioconvencionalmente entre la subjetividad y la masculinidad. Eneste sentido, la crisis de la modernidad puede entenderse, asi 10sostuve en mi Patterns of Dissonance,S como la destruccion de lasbases masculinistas de la subjetividad clasica. En una perspectivafeminista, tal crisis no solo es un evento positivo, sino tambien unacontecimiento rico en formas potenciales de fortalecimientopara las mujeres.

A 10 largo de la decada feminista del ochenta, una polemicadividio alas feministas "inspiradas en la diferencia", division quese manifesto especialmente entre !as voceras del movimiento dela "ecriture feminine" y la oposicion "anglonorteamericana" delas teorias del "g~nero". Esta polemica se alimento del debatesobre el existencialismo y dio pOl' resultado un estancamientopolitico e intelectual del que apenas estamos comenzando a salir.

5. Rosi Braic!oni, Fattems of Dissonance, Cambridge, Polity Press/NuevaYork, Routledge, 1991.

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Volvt:re a profundizar esta cucsli6n en una seccion posterior deeste l1lismo capitulo. Hay, la linea feminisu de la diferenciaantisexual ha evolucionado hacia una dcfcnsa de un tipo desubjetividad que se sittle "m5s all{ldel genera" 0 una suhjetividad"posgenero". Esta linea de pensamienlo rropone superar eldualis!llo sexual y bs polaridadcs de genera, en favor de unasubjetivicbd nueva, sexualmente indiferenciada. Pensadoras ta-les como I\!lonique Wittig6 llegan a rechazar el enfasis en ladiferencia sexual ya sostener que este conduce a un renacimiemode la mel~fisica del "eterno fen,enino".

En oposici6n a 10que consiclero como un rechazo apresuradode la diferencia sexual, en nombre de una forma discutible de"antiesencialismo" 0 de anhelo utopico por una posicion que este"mas alJa del genera", yo quiera va1arizar la diferenciu sexual comoprayecto. Tambien me he referido a esta postura como a un pro-yecto politico nomade, porque ese enfasis en la diferencia queencarnan las mujeres suministra positivas bases fundacionales pararedefinir la subjetividad femenina en toda su complejidad. En elresto del capitulo delineare 10que considera como la interconex:~onentre la idenridad femenina, la subjetividad feminista y 1aepistemologia radical de transiciones nomades en una perspectivade diferencia sexual positiva. Sin embargo, en primera instancia,pracedere a esbozar mi critica de 105marcos de amllisis basados enel genera y a clarificar, por 10 tanlO, 10 que entiendo como lasventajas epistemologicas y la relevancia politica de 105 marcosconceptuales inspirados en la diferencia sexual como proyeclO.

Como punto de partida sostengo que la nocion de "genera"esta en un momento de crisis dentro de la tea ria y la practicafeministas y que esta sufriendo una inlensa critica, tanto por su

6. Monique Wittig, The StrCllght Milld alld Other Essays, Nueva York,Harvester, Whenshe:tf, 1992.

impropiedad teoretica como par su natur~deza politicamenteamorfa y vaga. Los sectorc:s c.Iesc.lcdonde parti6 la critica maspertinentc del "genero" son: el de [as teoricas de Ja diferenciasexual; el de !as te6ricas poscoloniales y las feministas negras; elde las epislemologas feministas que trabajan en el campo de lasciencias naturales, especial mente la biologia, y el de las pensa-doras lesbianas.

Una segunda observacion: la crisis del genera como categorla(ltil en el amilisis feminista se praduce simultaneamente con unanueva disposicion de las posturas teoreticas que en la teoriafeminista habian Ilegado a un punto de fijacion yestancamiento;el Cls0 mas notable es la oposicion entre, por un !ado, las"teoricas del genera" de la tradicion anglonarteamericana y, parel otra las "teoricas de la diferencia sexual" de la tradicionfrances~ y continental,? oposicion a la que ya me he referidobrevemente. EI debate entre estas dos corrientes quedo estanca-do en la decada del ochenta n una polemica completamenteesteril entre marcos culturales y teoricos opuestos que se apoyanen diferentes supuestos sobre la practica politica. Este climapolarizado comenzo a reconstituirse, en parte a causa de lacreciente conciencia de que la teorla feminista estaba adoptandolas fornus de culturas especlficas. Todo esto dio por resultado unenfoque nuevo y mas productivo de las diferencias entre lasdiversas posiciones feministas.

Un tercer fenomeno es la reciente aparicion, en el debateinternacional, del pensamiento feminista italiano, del australiano,del holandes y de otras tipos de pensamientos feministas comoalternativas que contribuyeron a romper la comoda oposicionbinaria entre las posiciones ti·ancesa continental y anglonorte-americana8 Esas publicaciones no solo colocaron otra cultura

7. Vease Claire Duchen, Femini.::;11li.nFrtlllce, londres, Routledge and KeganPaul, 1986. .

8. Vease el Milan Women's Bookshop, Sexual Di.fference: A Tbeory ojPolitical Practice, Bloomington, Indiana University Press, 1990. Vease asimismoPaola Bono y Sandra Kemp (comps.), Italian Feminist Tbought, Oxford,Blackwell, 1991; y Tbe Lonely Mirror, Nueva York, Routledge, 1993. Vease

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feminista europea, aunque "menor", en el mapa, sino que ademasayudaran a destacar hasta que punto el concepto de "genero" esuna vicisitud del idioma ingles, una noci6n que tien muy pocao ninguna relevancia en las lenguas romances.9 Como Lal, esteconcepto no lcNO mucho eco en los movimientos feministasfrance, espafjol e Italiano. Por ejemplo, en frances, "Ie germ!'puede utilizarse para referirse ala humanidad en su conjunto (" Iegenre humain"); es un termino espedfico de una cultura y, por10 tanto, inlraducible.

Esto tambien significa que la distincion entre sexo y genera,que es uno de los pilares sobre los que se construyo la Leoria delas feministas de habla inglesa, en muchos contextos europeosoccidentales no ingleses, no tiene sentido ni en el planoepistemol6gico ni en el plano politico, cuando en cambio lasnociones de "sexualidad" y "difercncia sexual" se usan corrien-temente. Aunque se ha hecho correr mucha tinta, tanto paraensalzar como para denostar las teorias de la diferencia sexual,poco es 10 realizado para tratar de situar los debates en suscontextos culturales. Tampoco se Ie ha prestado suficienteatencion a los sustratos nacionalistas que a menudo caracterizanlas discusiones sobre la diferencia sexual, en oposicion alasdiscusiones sobre las teorias del genero.

La cuarta y L:dtimaobservacion que quisiera hacer sobre el"genera" se refiere a la practica institucional a que da lugar y queyo considero problematica para las feministas. El termino genera,de connotaciones cientificas, parece pulsar una cucrda mastranquilizadora en el mundo academico que la expresion, masexplicitamente politica, estudiosfemin istas. Este factor es en parteresponsable del exito logrado ultima mente por los "esludios de

ramhienJoke Hermsen y Alkeline van Lenning (comps.), Sbarillg IheDU/erence:Ferninist Debates in Holland, Lonclres y Nueva York, 1991

9. Teresa de LlUreris clefiencle firmemenre esre punto en'The Essence of rheTriangle; or, Taking rhe Risk ofEssenrialism Seriously", clU/erences, 1, nO2, 1988,pags. 3-37; vease rambien la cuesri6n de Les Cahie/'s du Crif, nO45, 1990, "SavoireLdifference des sexes", dedicado a los esrudios de la mujer, en el que se pl:1nreaUll asunro similiar en el conrexro frances.

g~nero" en las universidades y en las casas editoras. En mi opinion,est'e exito ha provocado un desplazan,iento de la atencion des de laagenda feminista hacia un interes m{ls generalizado porIa cons-truccion social de las diferencias entre los sexos. Esto representa almismo tiempo una ampliacion y un estrechamiento de ]a agendapolitica.

Argumentando que los hombres tambien tienen un genero,muchas instituciones omenzaron a pedir que se instituyerancursos de "estudio de los hombres" como contraparte 0,

alternativamente, como un componente estructural de los estu-dios de la mujer. La masculinidad vuelve a hacerse presente bajola cubierta del "genero". Aunque las criticas masculinas de lamasculinidad son extremadamente importantes y necesarias,creo que esta competencia institucional entre la ampliacion de los"estudios de genero" -incluir a los hombres como una presenciay como un tema- y el mantenimiento de la agenda feminista es

.illmentable. Esta situacion ha llevado alas feministas a observarcon sospecha la nocion de "genero" en el nive! de la practicainstituciona I.

En un nivel mas teoretico, creo que el supuesto principal enque se basan los "esrudios de genero" es el de una mleva simetriaentre 105sexos, 10cued, en la practica, conduce a renovar el interesen los eSludios P~ll"alos hombres y de los hombres. Ante estasituaci6n. quisiera expresar mi franco desacuerdo respecto deesta ilusion de simetria y reivindicar en cambio la diferenciasexual como un podcro 0 factor de asimetria. Ademas, creo que10s textos his[oricos del debate feminista sobre el genero no seprestan para defender la simetria sexual. Desde la perspectivahistoriografica de la - ideas feministas, yo definiria el genero comouna nocion que ofrece una serie de marcos dentro de los cualesla teoria feminista ha explicado la construccion social y discursivay la representacion de [as diferencias entre los sexos. Como tal,el "genero" en la [eoria feminista, primariamente, cumple lafuncion de desafiar la tendencia univers~li~s~ gell~nguajt:~ritico,de los sistemas de conocimiento y del discurso cientifico engeneral.

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Dicha tendencia consiste en combinarel punto de vista mascu-lino can el punto de vista general, "humano", y confinar, pOl' 10tarHo, 10 femenino, a la posicion estructural de 10 "otru". De ahlque 10 masculino entendido como 10 humano se l me como la"norma", y 10 femenino como 10"otro" sc entienda como aquclloque establece la "diferencia". El corolario de esta definicion es quela carga de la diferencia sexual recaiga sobre l:.Ismujeres y lasmarque con el rotulo del segundo sexo 0 del "otro" estruclUralmienlras los hombres quedan marcados pOI' el impcr~lti\'o d~representar 10universal. La division simbolica del trabajo entre lossexos, que el termino "genero" comribuye a cxplicar, es el sistemaestablecido pOI' el falogocentrismo, que cs la logica intema delpatriarcado. En otras palabras, este sistema no es necesario, comoalgo hist6ricamente inevitable, ni es racional como algoconceptualmente necesario. Sencillamente het Ilegado et seT elpoderoso fundamento de un sistema en el cual todos estamosconstruidos, 0 bien como hombres, 0 bien como mujeres, pOl'ciertas condiciones simbolicas, semioticas y materiales.

En semejante sistema, 10masculino y 10femenino estan en unaposicion estructuralmente asimetrica: los hombres, como losreferentes emplricos de 10 masculino, no tienen un generoporque se espera que ellos lleven el fal0, es decir, que sostenganla vision de la virilidad abstracta, 10que no es tarea facil.lO Simonede Beauvoir observaba hace cincuenta al10S que el precio quepagan los hombres pOI' representar 10 universal es un tipo deperdida de su corporizacion; el precio que pagan las mujeres, porsu parte, es una perdida de la subjetividad y el confinamiento alcuerpo. Los primeros estan descorporizados y, a traves de ese

10. En este senrido uno de los c!{lsicos es Gail Rubin, ''The Traffic in Women:NOles on the Politic.d Economy of Sex", en R. Rapp (comp.), Toward anAnthropology q/ Women, Nueva York, Monthly Review Pt'ess, 1975. Veaseasimismo Nancy Hartsock, "The Feminist Standpoint: Developing the Groundfor a Specitically Feminist Historical Materia[jsm", en Sandra I-larding y MerrillB. Hintikka (comps.), DiscoveringReality: Feminist Perspeetiveson Epistemology,iVletaphysics, Methodology, and Philosophy od Science, Dordrecht, HolandalBoston, Estados Unidos/Londres, Inglaterra, Reidel, 1983.

proCl:SO,ganan cl derecho ala trasccndencia y la subjelivicbd;!asCJ!tilllasest{1l1sobrecorporizadas y, pOl' 10 tanto, condenadas alainmanencia. Esto tiene pOI' consecucncia dos posiciones mllYasimctricas y dos Clrcas prublcmalicas oJ}uestas.

Este analisis de S. de Beauvoir recibi{) una nueva contribucionteorctica, a traves del impact<>conjunto de la semiotica, el psicoa-nalisis estructuralista y ciertos desarrollus autonomos que tuvieronJugar en el ll1ovimicnro de las mlljercs durante la decada delochenta.11 En este nuevo enfoquc, un aspecto central es el paso dela mera critica del patriarcado a Llafirmacion de la positividad delas tracliciones cullurales y la gama de experiencias de Iamujer. Enese sentido, ejcrci6 gran influcncia Ia obra de Adrienne Rich.l2 EIresultado de este cambio fue que sc le atribuyera mayor relevanciay valor allenguaje y, consecucnlemente, a la representaci6n comoel sitio de constitucion del sujeto.

Una de las formas mas notables de este nuevo desarrollodentro del movimiento inteJectual feminista es la teOrla francesade la "diferencia sexual", conocida tambien como la corrienre dela .,ecriture ferninine". Los fundamenros conceptuales de estemovimiento fueron tomados de la lingi.."ilstica,de los estudiosliterarios, de la semiotica, de la filosotla y de las teorlaspsicoanaliticas del sujeto. Las teoricas de la diferencia sexua[13dieron nuevo lmpelu al debale feminista al Hamar la atencionsobre la relevancia social de las estructu ras teoreticas y lino(iisticas. b

de I~sdiferencias entre los sexos. Sostuvieron que el campo social

11. Pueden hallarse versiones de eSle cambio de perspectivas en ClaireDuchen, Feminism in Frunce: Fromivlay 1968to/Vlittemnd, Londres, Routledgeand Kegan Paul, 1986; vease taillbien [-lestcr Eisenstein, ContemporaryFeminis/Thought, Sidney, Allen & Unwin, 1984.

12. Adrienne Rich, 0/ Woman Eonl, Nueva York, Norton, 1976; On Lies,Secrets, and Silence, Nueva York, Norton. J979; Blood, Bread, and Poet/y,londrcs, the Women's Press, 1985.

13. Vbse luce Trigaray, SpecululJl, Paris, Minuit, I974; Ce sexe qui II 'en estpas un, Paris, Minuit, 1977; Ethiqlledela dij]eI1?/Icesexuelle, Paris, Minuit, 1984.Vease tambien Helene Cixous, "le rire de la Meduse", L'Arc, n° 61,1974; Lajellne nee, Paris, UGE, 1975; Entre l'ecrilllre, Paris, Des Femmes, 1986; Le livrede Prome/hea, Paris, Gallim~lrd, 1987.

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coexisre con las relaciones de poder y conocimienro: es decir, quees una red de inrerseccion de esrrucruras rnareriales y simboli-cas14 En suma, esra escuela de pensamienro ftminista sugiereque un analisis adecuado de la opresion de las mujeres deberamar en consideracion ranto el [enguaje como el materialismo15y no Iimitarse a uno solo de estos campos. Esta corriente criticadura mente el concepro de "genero" por considerarlo indebida-menre concentrado en [os factores sociales y materiales, enderrimento de 10s aspecros semioticos y simbolicos.

El debate manrenido en la decada del ochenla enlre lasreoricas de [a diferencia sexual y las de genero rermino poresrab[ecer '_ma polemica oposicion entre dos formas perfecta-mente comparables de reduccionismo: por un /ado, una formaidealista que rechJce todo a 10 textual y, pOl' el otro, una formamaterialisra que reduce todo a 10 social. Estas posruras conduje-ron ados versiones exrremas de "esencialismo".16

Yo considero que, mas alla de [a polemica, uno de [os aspectosde diferencia real, esro es, conceptual, enrre 10 dos camposestriba en la cuesrion de establecer como idenrificar puntos quepermitan saUl' del universalismo impllcito en el sistema parriarcalo falogocentrico y de [a forma binaria de pensar que 10 caracre-riza. Mientras las teoricas de la diferencia sexual defendian e[proceso de reelaboracion del antiguo sistema, mediante laestraregia de ta "represenracion mimerica", las teoricas del generoapelaban ala "cririca de]a ideologia". Como resulrado de ello, [as

14. Como sostenia Michel Foucualt en Sll L'ordre du disco/lrs ParisGallimard, 1977. ' ,

15. Rosalind Coward y John Ellis, LCllIgtwgeCliulivlateriCl!islIl: Del'elopll1elltsill Semiology Clild the TheolY 0/ the Suhject, Londres y Boston, Routledge &Kegan Paul, 1977.

16. Sobre una discusion del esencialismo, vease Teresa de Lauretis, "TheEssence of the Triangle", ob. cit.; Naomi Schor, "This Essenlialisl1l That 15 NotOne", differences, 1, nO 2, 1988; Diana Fuss, EsselltiCll~v Tbinkillg, Londres,Ruutledge, 1990; Rosi Braidotti, "Essentialism", en Elizabeth Wright (comp.),Femillism and PsycboClI1ClIJiSis:A critical Dictiollcl/Y, Oxford, Blackwell, 1992;Elizabeth Gross, Lacall: a Feminist Illtraduction Londres y Nueva YorkRoutledge,1991. ' . '

reoricas de la diferencia sexual hicieron valer e1polo "femenino"de [a dicoromia sexual a fin de crearle significaciones y represen-taciones diferentes. L~ISrcoricas del genero, pOI' su parte, termi-naron pOI' rechazar el csquema de la bipolarizaci6n sexual, enfavor de una posicion desexualizada e independienre del genero.Dicho de otro modo, hemos llegado a un inrercambio depretensiones: el argumento, reireradamenre sostenido por [asre6ricas de la diferencia sexual. de que es necesario redefinir elsujero femenino feminista se repire ahora en el razonamienrocontradictorio de las teoricas del genero, segCIt1 el cual 10femenino es un laberinto de absurdo metafisico y 10 mejor esdescarrarlo de plano en favor de una nueva androginia.

Como es de esperar, estas posiciones implican tambien con-cepciones teoricas por completo diferentes de la sexual idad feme-nina en general y de la homosexualidad femenina en parricular.17

No obsranre, 10que me impresiona como un punto fundamen-tal de consenso enrre las dos posiciones es la idea de que lapracrica feminisra, y dentro de ella los estudios de la mujer, debandesafiar la posrura universal iSla del discurso cienrifico exponie.n-do su inherenre dualismo. El repudio del pensamiento dualistacomo el modo de ser del patriarcado suministra bases comunespara desbloquear la l'elaci6n de dos posruras feminisras que deotro modo permanecerian en oposicion. Las estudiosas feminis-ras de lodo eJ mundo han soslenido que la postura universalisla,que combina 10 universal can 10 masculino para representar 10humano y confina 10 femenino a una posicion secundaria de"alreridad" devaluada, se apoya en un sisrema cl~lSicode oposi-ciones dualisras, rales como: naruraleza/cultura, acrivo/pasivo,racional/irracional, masculino/femenino. Las feminisras argu-mentan que esre modo dualista de pensar crea diferenciasbin arias llt1icamenre con el fin de ordenarlas en una escalajerjrquica de relaciones de poder.

17. Basta comparar la vision de la homo~;exualidad femenina en HeleneCixous, Le liure de Promethea, con la que ex pone Monique Wittig en Le COIPSleshien (Paris, Minui[, 1973) para apreciar la diferencia.

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Asi,]oan Scott sosLiene que L.tnoci6n de genero, al marcar unascrie de inLerrelaciones entre variables de orresi6n, ruccleayud~1rnus ~I c01l1prender la intersecci()n dc sexo, clase, raza,estilo de vicla y edacl, entenclidos como cjes rundamcntales dedifcrenciaci(m11' En un ensayo m{ls recicnte,ll) ScoLt avanza unpoco m{ls y ~Ihuga ror una definicion de g~nL'ro que nurque [aintersecci()n del lenguaje con 10 social, de la semi6tiC<.1con [0

material. Cit"mdo la noci6n de "discurso" de Foucault, a la queconsickra una de las princirales contribuciones del pensamientorostestructuralista a la teoria feminista,20 Scott sugiere quereinterpretell10s cl "genero" como un modo de vincular el textocon [a rea[idad, 10 simb6Jico con 10 material y la teoria con lapractica de una manera nueva, vigorosa. En L.tinterpretacion descolt, Ia teorb feminista entendida de este modo postestructuralistatiene Ia venlaja de politizar la [ucha sobre la significaci6n y [arepresentacion.

Loque surge de las rcafirmaciones feministas postestructuralistasde la diferencia es una redefinicion radical de[ texto y de 10 textualque Jos aparta del modo dualisla; e[ texto se aborda ahora comoestruetura semi6tica y como estructura material, esto es, nocomo unidad aislada, bloqueada en una oposicion dualista entreun contexto social y una actividad de interpretacion. EI texto debeentenderse, antes bien, como un termino denlro de un proceso,es decir, una reaccion en cadena que comprende una red derelaciones de poder. POI'consiguiente, 10 que est{l en juego en lapractica textual, no es lanto la actividad de interpretacion comola de decodificacion de Ja red de conexiones y efectos quevinculan el texto con todo un sistema sociosimbolico. En otras

l8.Joan Scott, "Gender: A Useful CategolY of Historical Analysis", AmericanHistorical Review, nO 91, 1986, p5gs. 1053-l075.

19. Joan Scott, "Deconstrueting Equality Versus Difference", FeministStudies, l4, n° J, 1988, pags. 33-50.

20. Este tema fue el objeto de todo mi libra, Patterns ojDissonc/1"lce, ob. cit.;veanse t:ll11bien Nancy N[jJler, "Subject to Change", en Teresa de Laurelis(comp.), Femiitist Studies/Critical Studies, Bloomington, Indiana UniversityPress, [986; y Naomi Schor, "Dreaming Dissymetry", en Alice Jardine y PaulSmith (comps.), ,Hell iit Ferniitism, Nueva York, Methuen, 1987. •

palabras, eSlamos ante ulla nueva teoria materialista del texto yde b rr{lctica lcxtua I.

Las leoricas feministas de la decada del noventa han sufridoeI illlracto de Lcorias tanto del genero como de la diferencia, yhan logrado ir aLm mas lejos de un modo produclivo. seguida-menll: hare una breve enumeracion de las diferentes agrupacio-nes surgidas dentro de esta nueva generacion:

1. Las teoricas feministas crlUcas pertenecientes a la tradicionalemana, unidas en su adhesion a la Escuela de Frankfurt:Benhabib,21 l:3enjamin22y Flax23

2. Las pensadoras farmadas en la escuela francesa, introduciclasen el ambito academico norteamericano a traves de los depar-tamentos de literatura y, en consecuencia, absorbidas princi-palmente por las carreras de humanidades y estudios literarios.Sin embargo, vale [a pena hacer notar que las obras de lafilosofa Irigaray24 solo se tradujeron al ingles en 19~?~Una delas consecuencias inmediatas de esta exportacion cultural es lade que ahora en [os Estados Unidos las teorias de la diferenciasexual han lJegado a convertirse en sinonimos de literatura25

Como resultado de ello, en los Estados Unidos se ha producidoen este aspccto un hiato entre !as humanidades y la filosofJa,pOI'un !ado, y las ciencias sociales, por el otro26 .

21. Seyla Benh:lbih )' Drucilla Comell, Feminism as Critique, Lvlinneapolis,Minnesota University Press, 1907.

22. Jessica Benjamin. Tbe BOllds of Loue, Nueva York, Pantheon, 1990. ' .23. Jane Flax, Thinkiitg Fragments, Nueva York, Routledge, 1990.24. Luce Jrigaray, Speculum, ob. cit.; Ce sexe qui n 'en est pas un, ob. cit.;

L 'Ethique de la dijjereitce sexuel/e, ob. cit.25. Veanse, pOI'ejemplo, Nancy Miller (comp.), The Poetics ofGendei~ Nueva

York, Columbia Universiry Press, 1986; Alice Jardine, Gynesis: Conjlgurationsof WOn/ait in Modentity, Itlnca, Cornell University Press, 1985; Naomi Schor,"Dre:lmina DissimmelIy", en Gayatri Spivak (comp.), In Other Worlds, NuevaYork y Londres, Methuen, 1987; Donna Stanton, "Difference on Trial: a Critiqueof the Mal.ernal Metaphor in Cixous, (rigara)' y Kristeva", en Nancy Miller(comp.), The Poetics of Gender.

26. Esto fue puesto de manifiesto en el nLlmero especial del peri6c1icoHypatia, nO 3, 1989, sobre la teorta feminista francesa.

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3. El grupo italiano; en este caso la Figura principal es Irigaray.i bien esta autora tard6 en Jlegar al mundo angloparlante

Cdonde Cixous penetr6 inmediatamente tl'as el auge deDerrida), ha1l6 llna audiencia fenil y receptiva en Italia. Atraves de los vinculos tradicionalcs entre el movimiento de lasmujeres y la polltica de izquierda organizada, las adaptacionesitalianas de Irigaray, especial mente de Muraro27 y Cavarero,28produjeron una versi6n en alto grado politizacla de la diferen-cia sexual, entendida como una alianza social y simb61ica delas mujcres.

4. EI radicalismo lesbiano de Wittig29 y sus seguidoras detendencia homosexual.

5. Las pensadoras etnicas y coloniales:30 aunque en el feminismonorteamerica no, la cuesti6n racial estuvo presente desde elcomienzo, eJ tema de Ja etnia y la raza tuvo que esperar muchotiempo para ser reconocido como una variable central en ladefinici6n de la subjetividad feminista. EI enfasis puesto enla mujer blanca de la teoria feminista fue el punto central queanulaba todas las demas diferencias, incluso la brecha hastaentonces polemica entre las teorias del "genera" y de la"diferencia sexual". La obra pioncra de Audre Lorde,31 deescritoras negras tales como Alice Walker y Toni Morrison yde muchas otras te6ricas negras32 inici6 el camino de una seriede criticas metodol6gicas m{lSsisLermllicas del car{lcter "blan-co" y el etnocentrismo de las teorbs feministas del genera y

27. Luisa Muraro, Conline simbolico delia madre, Roma, Editori Riuniti,1991. Vease asimismo el volumen colectivo Sexual Diflerellce: fI TheoryoJSociaiSl'lIJbolic Practice, Bloomington, Indiana University Press, 1990.

28. Adriana Cavarero. Nunostante Platolle, Roma, Edilori Riunili, 1990.29. Monique Witlig, Le COIPSlesbien, Paris, ["Iinuil, 1973; The Straigbt lVlind

alltl a/her Essays, Londres, Harvester Wheatshe:lf, 1991.30. Un imponal1le texto senero en esta tradicion es G. 1'. Hull, P. Bell Scott

y 13.Smith (comps.), But Some of UsAre Bmue, Nueva York, Feminisl Press, 1982.31. Audre Lorde, Sister Outside, TruIl1ansberg, Nueva York, Crossing, 1984.32. Veanse, pOI' ejemplo, C. Moraga y G. Anzaldua, This Bridge Called My

Back, Watertown, Persephone, 1981; y LoL'ing in the War Years, Boston, SouthEnd, 1983

de la diferencia sexual, Lales como las de Gayatri Spivak,33Chandra MohantY,3-' Barbara Smith,35 Trinh Minh-ha36 y bellhooks.37 Esta enorme producci()Il de autoras de color afect6radical mente el pensamicnw de te6ricas feministas tales comoTeresa de LaureLis, pero tambien Donna Haraway38 y, masrecientemente, Sandra Harding,59

En eJ contexto europeo, la cucsti6n del feminismo, ]a rna yla etnia ha sido m{ls dificil de articular, en parte porque lasdiferencias nacionales en los caracLeres y estilos de las culturaspoliticas feministas fueron siemprc Langrandes que nunca surgi6una linea 0 punLo de vista feminisLa dominante. Durante ladecada del ochenta, una crecientc conciencia de la especificidadcultural de ciertas nociones fell1inistas -como la del genera- hizoque muchas europeas del sur plamearan la cuesti6n de lahegemonia cul[ural y politica del fcminismo de estiJo ingles y seopusieran a el. Uno de los efectos que tuvo esta reacci6n fueinstalar en la agenda la cuesLi6n de la etnia y la raza y reexaminar

33. Gayatri Spivak, III Other Worlcls, Nueva York, Routledge, 199034. Chandra Mohanty, "Feminist Encounters: Locating the Politics of

Experience", Copyright, n° 1, 1987; "Under Western Eyes: Fem inist Seholat"shipand Colonial Discourse", Fell'lill is/ Review, n° 3, 1988; "Cartographies ofStruggle: Third World Women and the Politics of Feminism" en C. Mohanty, A.Russo y L. Torres (comps.), 7hird World Women mtd the Politics o/Feminism,Bloomington, Indiana University PI' S5, 1991, pags. 1-47.

35. Barbara Smith, "Towards a BLick Feminist Criticism", en Elaine Showalter(comp.), The New hem in ist Criticism, Nueva York, Pantheon, 1985; Home Girls:A Black feminist Anthology, Nueva York, Kitchen Table Press, 1983.

36. Trinh Minh-ha, WOII'ICllI,Natiue, Otber, Bloomington, [ndiana UniversityPress, 1989.

37. bell hooks, f1in't I a Woman: Black V?'omell.and Feminism, Boston,South End Press, 1981; Feminist tbeoly.ji-oIllIllCligili to cell tel'. Boston, SouthEnd Press. 1984; Yearning: Race, Gendul~ "nd Cultural Politics, Torol1ro,Between the lines, 1990.

38. Donna Haraway, imitlllS, Cyborgs. and Women The Reinuentioll 0/Nature, Londres, Free Association Books, 1990.

39. Sandra Harding, Whose Science? Wbose Knowledge?, Milton Keynes,Open University Press, 1991.

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el papel que cumple en la c1aboracion de la prictica feminista.De acuerdo con esta postura, Spelman40 recrimina a De Beauvoirsu ceguera COil respecto a la raza y su falta de sensibilidad antela cuestion d la etnia.

M{IS recientcmente y como una reaccion ala naturaleza multi-cultural de las sociedades europeas cont mpor{tneas y tam bien ala creciente difusion del racismo, el anlisemitismo, la xenofobia yel neocolonialismo en la Comunidad Europea, se ha agudizado elenfasis puesto en las cuestiones raciales. De ahi que en la red deintercambio intereuropeo de estudios de la mujer que se extiendedentro del esquema Erasmlls41 -del que mi departamento partiCi-pa activamente junto con varios socios europeos-, estamos traba-jando con el objetivo de desarrollar un currlculo conjunto enestudios de la mujer, en una perspectiva europea, multicultural. Sibien nos hemos inspirado en b agenda norteamericana encua nto a la cuestion de la raza, estamo determinadas a darprioridad a los aspectos europeos de esre complejo asunto, espe-cialmente a la persistencia del antisemitismo, la persecucion delos gitanos y otras comunidades nomades, las diversas formas deneocolonialismo economico y ciertos fenomenos tales como lamigracion intraeuropea, especialmente la proveniente de las re-giones del sur y del este.

En consecuencia, las nuevas teoricas que aparecieron en lade cad a del noventa trabajan atendiendo a una multiplicidad devariables que participan de la definicion de la subjetividadfemenina: la raza, la clase, la edad, la preferencia sexual y losestilos de vida constituyen ejes esenciales de la identidad. Estaspensadoras proponen, pues, ciertas innovaciones en las ideasfeministas establecidas, en la medida en que se inclinan a

40. Elizaberh Spelman, Inessential Woman, Bosron, Beacon Press, 1989.41. Esrared se llama NO~SE(Nerwork of Inrerdisciplinaly Srudies on Women

in Europe) e incluye alas universidades de York (Reina Unido); Amwerp(Belgica); P:lris VTl (Francia); Madrid (Espana); Bologna Oralia); Bielefeld(Alemania); Dublin Orlanda); Odense (Dinam:1l'ca) y Urrechr (Holanda). Fuearmada y coordinada parmi depanamenro en Urrech[, 1987.

redefinir la subjetividad femenina como una red de formacionesde poder simult{lI1cas. En aparicncia, esta surgiendo una nuevatendencia que pone enfasis en la naturaleza situada, especifica,corporizada ('ei sujeto feminisra, y, al mismo tiempo, niega elesencialismo biol6gico 0 psiquico. Este es un nuevo tipo dematerialisn,!o corporizado femen ino.

- Para esta nueva forma de matcrialismo feminista, que implicare~efinl!' el texto ~01110coextensivo alas relaciones de conoci-miento y pocler, un aspecto central es el proceso cle constituci6nde la subjetividacl como parte de esta red de poder y conocimien-t~-.·Esta concepcion puede resumirse de la manera siguiente: i.Ysi el modo patriarctl de represenlaci6n, que p drlamos Ilamar el"sistema de genero", produjera las categorlas m ismas que preten-de desconstl'uir? AI considerar el genero como un proceso, deLauretis pone el acento en una cuestion sobre la que ya Foucaulthabla Hamada Ja atencion: a saber, 'que el proceso de poder yconocimiento tambien produce al sujeto como un termino de eseproceso particular.

En otras palabras, 10 que esta en el coraz6n mismo de estaredefinicion del genero como la tecnica del S1mismo es 1anocionde la polltica de la subjetividad, en el sentido doble de ]aconstilucion de identidades y de la adquisicion de subjetividadenrendidas como formas que autorizan 0 dan derecho a ejercerCle'laS pr,kticas. POl' 10tanto, la adquisicion de la subjetividades un proceso de practicas materiale (institucionales) y discursivasCsimb6Iicas), cuyo objetivo es tanto positi vo -porque el pro-ceso da lugar a practicas de empoderamiento- como regulador-porque las formas de empoderamiento son el sitio de limitacio-nes y disciplinamiento-.

Aqui la nocion clave es la del genero como ficcion reguladora,esto es, como una actividad norrnativa que construye ciertascategorias tales como el sujeto, el objeto, 10 masculino, 10femenino, 10 heterosexual y 10 lesbiano, como parte de suproceso mismo. Esta idea del "genero" como ficcion reguladoradebe entenderse en el marco de la cr1tica de la significacionetnocentrica y un1voca del terminG genera.

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Para resumir este cambio de perspectiva producido en lateoria feminista, quisiera destacar un aspecro que ya he sefialadoantes; me refiero a que en la pdctica feminista contemporaneala paradoja de ia "mujer" ha lJegado a ser esencial. El feminism~se bas a en la noci6n misma de identidacl femenina, a la que estahist6ricameate destinado a critical'. EI pensamienro feminista seapoya en un concepto que picle ser c1esconstruido y desesen-cializaclo en todos sus aspecros. Mas especificamente, creo quedurante los Cdtimos diez anos, la cuesti6n central de la teoriafeminista ha lJegado a ser la siguiente: c6mo redefinir la subjeti-vidad femenina despues de la caida del dualismo de genero yprivilegiar concepciones del sujeto entendido como proceso,como complejidad, como interrelaci6n, como simultaneidadesposcoloniales de opresi6n y como tecnica multiestratificada delsujeto. En suma, 10 que esta en juego aqui es el destino social ysimb61ico de las polarizaciones sexuales.

Yo considero que la cuesti6n central es la de la identidad comositio de diferencias; los analisis feministas del sistema de generomuestran que el sujeto ocupa una variedad de posicionesposibles en diferentes momentos, a traves de una multiplicidadde variables tales como el sexo, la raza, la clase, la edad, los estilosde vida, etc. Hoy el desafio que afronta la teorfa feminista es c6moinventar nueva imagenes de pensamiento que nos ayuden areflexionar sobre el cambio y las construcciones cambianres delsujeto. No se trata de la inmovilidad de verdades formuladas nide contraidentidades prontamente disponibles, sino del procesovivo de transformaci6n de si mismo y del orro. Sandra Harding10 define como el proceso de "reinventarse a uno mismo comootro".42

En resumen, 10 que emerge de estos nuevos desarrollos quehan tenido lugar en la teoria feminista es la necesidad derecodificar 0 redenominar al sujeto feminista femenino, ya nocomo otro sujeto soberano, jerarquico y excluyente, sino masbien como una entidad mClltiple, interconectada y de final

abierro. Hoy, para pensar constructivamente en el cambio y enlas condiciones cambiantes del pensamiento feminista, es nece-sario poner enfasis en una visi6n del sujeto pensante, cognoscente,nOcomo "uno" sino mas bien como una entidad que se divide unay otra vez en un arco iris de posibilidades aLm no codificadas ycada vez mas hermosas.

Seguidamente me explayare sobre mi propia visi6n de lasestructuras de esta nueva y compleja subjetividad feminista, queconsidero el centro del proyecto del nomadismo feminista.

EL PENSAMIENTO FEMINISTA NOMADE:UN ESQUEMA OPERANTE

EI punto de partida de mi esquema del n?madismo feministaconsiste en sostener· que la teoria feminista no es s610 unmovimiento de oposici6n crltica contra el falso universalismo delsujeto, sino tambien la afirmaci6n positiva del deseo de lasmujeres de manifestar y dar validez a founas diferentes desubjetividad. Este proyecto implica tanto critical' las definicionesy representaciones existentes de las mujeres como crear nuevasimagenes de la subjetividad femenina. EI punto de partida de esteproyecto (crltico y creativo) es la necesidad de situar alas mujeresde b vida real en posiciones de subjetividad discursiva. Aqullosterminos cla yes son la corporizaci6n y las rakes corporales de lasul?jetividad y el deseo de reconectar la teoria con la practica.

Para mayor claridad, dividire el proyecto del nomadismofeminista en tres fases, y las vinculare con la diferencia sexual.Quiero destacar el hecho de que estos tres niveles diferentes noson fases ordenacbs dialecticamente, sino mas bien eta pas quepueden coexistir cronol6gicamente aunque cada una continCleestando disponible como una opci6n para la practica polltica yteoretica. De modo que la distinci6n que he de establecer entre"diferencia entre hombres y mujeres", "diferencias entre mujeres"y "diferencias dentro de cada mujer" no debe entenderse comouna distinci6n de categorlas, sino como un ejercicio destinado a

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nombrar diferentcs facelas de un Cmico y complejo fenomeno,Este c1iagramJ t:llnpoco l:S un modelo paradigm{ltico: es un

mapa, una carrografia qUl: ilustra los diferentes estratos c1ecomplejiclacl incluidos l:ll una cpistcmologia nomacle en laperspectiva de la diferenci~1 sexual. Estos niv les pueden consi-c1erarse en eJ plano espacial, asi como en el plano temporal;cxplican las diferentes estruCluras de la subjetividacl, pero tam-bien 10 c1iferentes momentos c1elproceso c1edevenir sujeto, Enconsecuencia, la idea es que cstos niveles no se ~lborden en formac1esecuencia ni dialecticamente, Siguienclo cl enfoque nomadeque he estado defendiendo en este libro, la cartografia puecleaborclarse en cua!quier niue! y en cua!quier momenta, Quierohacer hincapie en el hecho de que estos estratos se clansimultane:.l1nente y que, en \a vicla cotidiana, coexisten y no esfilCil c1istinguirlos, Incluso yo sostenclria que precisamente lacapaciclacl de pasar de un nivel al otro, en un fluir de experiencias,c1esecuencias de tiempo y estratos de significacion, es la clave deese modo noma de pOl' el que abogo, no solo desde el punto devista intelectual sino tambien como un arte de la existencia,

En este nivel de amllisis, la cuestion central que esta en juegoes la critica deluniversalismo iclentificado con 10masculino, y dela masculinidad que se proyecta como seudouniversal. Estoacompana adem5.s \a critica de las ideas de alteridad comosinonimo de c1esvalorizacion, En un marco conceptual muyhegeliano, Simone de Beauvoir formula hace cincuenta ail.os unamtlisis pionero del universalismo del sujeto, Oponiendose a eseesquema, eJla afirmaba como opcion teoretica y poljtica para lasmujeres \a lucha por alcanzar trascendencia y, por 10 tanto,adquirir el mismo c1erecho a Ia subjetividad que los hombres,Como 10 seiiala Judith Butler en su llicido analisis43 de estemomento hegeliano de la teoria Feminista, De Beauvoir ve ladiferencia encarnada pOI' \a mujer como algo que toclavia esta

43, Judith Butler, Subjects of Desire: Hegeliall Rejlections ill Tiuentietb-CeitluryFrallce, Nueva York, Columbia University Press, 1987:GellcierTl'Ouble,Nueva York y Londres, !\outledge, 1990, Vease especialmenre el capilllio '1.

fa mujer como

• b Falta -el exceso-,el "mro diFerente" del sujeto

• diFercncia desvalorizada• noci6n universaldel sujeto

• coincick:nte con laconeiencia

• alltorreglliadora• acci6n raeional• con elerceho a la

raeional ielael• eapaz ele traseeneleneia

negaelora ele losorigenes corporales

• no eontrolaela• irracional• m~ls alia de la racionalidad

• confinada a la inmanencia• identiFicada con el cuerpo

o afirmadora del cllerpocomo objeto-corporalidadexplotada y reducidaa silencio

irrepresentado, Consecuentemente, De Beauvoir llega a la con-clusion de que esta entidad desvalorizada Y mal representadapuedc y debe llevarse a la representacion y que esa esla pnnCipaltarea que tiene a su cargo el movimiento de las mLlJeres,

No obstante, desde una perspectiva postestructurallsta, laste6ricas contempor{lneas d la diferencia, tales como LuceIrigaray, van mas alla de I~dialectica, Irigaray evalCta la,"alteridad~de-la -muje"I:,-00- meramente como aquello que aun, no estarepresentaclo, sino antes bien como aquello que contll1ua s,lendoirrepreSertlab!e dentro de este esquema de rcpresent~Cl~n, Lamujer como el otro continCla est::tndo pOI' enCll1la 0 fueIa ~elmarco falogocentrico que combina 10 masculll1ocon Ia pos~Cion(falsan,ente) universalista, La relacion entre el SUJetoy el OtlO~Oes pues reversible; pOl'el contrario, los dos po~os de la ~~oslClonexisten en una relacion asimetrica, Con el titulo de Id doblesin taxis" , Irigaray defiende esta diferencia irrechJCtible e Irrever-

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sihle y propone que sea Ja base de una nueva fase de la pollticafeminista. En otras paJabras, Luce Irigaray hace hincapie en Janecesidad de reconoc<:r, como una realidad f{lctica e historicaque no existe simetria entre los sexos y que esta asimetria ha Sid~organizada jenlrquicamente pOl' el regimen falogocentrico. AJreconocer que esa diferencia fue convertida en una marca decaracter peyorativo, eJ proyecto feminista intenta redefjnirla entenninos de positividad.

El runto de pal1icb del prayecto de la diferencia SeA'lJaJ-nivel 1-continLla siendo la voluntad polltica de afirmar Ia especificidad dela experiencia vivida, corporalmente femenina, el rechazo de ladiferencia sexual descorporizada en un sujeto supuestamente"posmoderno" y "antiesencialista" y la voluntad de reconectartodo eJ debate sobre la diferencia con la existencia corporal y Jaexperiencia de /as mujeres.

En eJ plano politico, el proyecto equivale a repudiar laemancipacion pOl'considerar que esta conduce a la homologacion,es decir, a la asimilacion de las mujeres en los modos depensamiento y la pr{lctica masculinos y, consecuentemente, en suconjunto de valores. Recientes fenomenos socioeconomicos queafectaron la condicion de las mujeres en Occidente, en lassocieci::tdes postindustriaJes, han mostrado en realidad -ademasde la persistencia de formas c1{lsicas de discriminacion queconducen a hI feminizacion de la pobreza- que la emancipacionfemenina puede transformarse facilmente en un camino de unasola mano hacia un mundo masculino. Esta advertencia ha 'idodifundida energicamente pOI' feminisras tan diferentes entre sfcomo Luce Irigaray,44 Antoinette Fouque45 y Marguerite Duras,46quienes alerran alas mujeres sobre el peligro que implica inverrirtodo su tiempo y toda su energla en corregir 10s errores y

-i4. Luce Trigamy, "Equal to whom?", ob. cit., p:tgs. 59-76.45. Anroinerre Fouque, "Women in Movemenrs: Yesterday, Today, and

Tomorrow", differellces, 13, nO 3, 1991, pags. 1-25.46. Marguerite Duras, una enrrevisra en ShiJiillg Scenes: Interviews on

Womell. Writillg iIIld Politics ill Posl-68 FrC/lu;e,ob. cit., pag. 74.

equivocaciones de la cultura masculina. Una inversion mejor ym{isprovechosa desde eJ pu nto de vista politico consiste en tratarde elaborar formas alternativas de la subjetividad femenina, en unproceso que rambien ha sido descrito como Ja afirmacion delcadcter positivo de la diferencia sexual.

Este camhio de perspectiva resulto ser un momento para nadafacil en la pl'{lctica feminista. En realidad, produjo una ola depolemicas y, ~Imcnudo, confl ictos entre mujel'es, que se agudizarona causa de las diferencias de generacion47 El aspecto masperdurable de la poJemica fue el de la oposicion entre, pOl' unlado, cl anriemancipacionismo de las teoricas de la diferenciasexual y, pOl'el orra, las acusaciones de "esencialismo" levantadascontra estas pOl' Jas pensadol'as def nsoras de la igualdad.Abordare el tema de este debate sobre la igualdad versus ladiferencia en el capitulo 6 ("Teorlas de genera 0 'El lenguaje esun virus''').

Lejos de separar Ja lucha poria igualdad de la afirmacion deb diferencia, yo considero ambas posiciones como partes com-plemenrarias de una evolucion historica continua. El movimienrode las mujeres es el espacio en el que la diferencia sexual se haeeoperativa, en virtud de la estrategia de lucha por la iguaJdad de10s sexos en Ull orden cultural y economico domina do pOl' elVinculo homosocial masculino. Lo que en realidad esta en juegoes la deFinicion de b mujer como diferenre del "no-varon".

Una de las cuestiones esenciales de este proyecto es comopuede uno defender simu!taneamente la rerdida del paradigmac1asico de la subjetividad y la especificidad de un sujeto femeninalternativo. Dado que la reafirmacion de la diferencia sexual pOI'parte de las feministas se remonta al momenta historico de lamodernidad misma -esto es, el momenta de la perdida delparadigmCl racionalista y naturalisra-, las feministas tienen a sucargo b doble tarea de destacar Ia necesidad de establecer una

47. Dorothy Kaufmann, "Simone de Beaul'oir: Questions of Difference andGeneration", en Yale Frellch Studies, n° 72, 1986. Vease tambien, MarianneHii'sch y Evelyn Fox Keller (comps.), COIl/liets ill Feminism, ob. cit.

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nueva visi6n de la subjetividad en general y una V1Slonespecificamenle sexu<.l!de la subjetividad femenina en particular.

Es necesario oponerse al analisis del primer nivel de ladiferencia sexual, no s6Jo a causa de los cambiantes contextospoliticos e ime!ectua!es, sino ademas a causa de las ~volucionesinternas que s . dan demro del movimiento feminista mismo. Porun lado, la etica existencialista de la solidaridad [ue puesta en telade ju icio por las afirmaciones psicoanalllicas y postestructuralistassobre la coexi,Stencia del conocimiento y el poder, afirmacionesque cambiaron la comprensi6n de fen6menos tales como laopresi6n y Laliberaei6n.48 Par otra parte, la nueva generaci6n de

Diferencia sexual nivel 2: diferencias enrre las mujeres

La muier como "el otm" versus Las muieres de La vida real

-como instituci6ny represenraci6n

hiato CI'iticoentre las mujeres-subjetividad feminista

• pos}tividad de ladiferenci~l comoproyeclO politico

• geneaJogias feministasfemeninas 0contramemoria

• politica de localizaci6ny resistencia

• asimetria entre 10s sexos

• experiencia• corporizaci6n• saberes situados• saberes basados

en las mujeres

• empowennent• multiplicidad de

diferencias(razJ, edad,c1ase, etc.) 0diversidad

4S.Emblem:llica de este cambio de perspectiva es la polemica que enfrem6a Foucault con Same sobre la cuesti6n del rol de 10s intelectuales y a DeBeauvoir con CL'COUSe Irigaray sobre la "liberaci6n" de ta mujeres. Pueclehallarse un resumen de esros debates en mi Palterns of DissonWlce.

feministas 'e sinti6 caela vez m{ts frustrada par las generalizacio-nes terminantes de S. e1e Beauvoir acerea e1e las "mujeres" y el"segundo sexo". EI cnfasis politico y teoretico puesto desde ladeClda del setenta en la asill1etria entre 10s sexos se despbz6 ala indagaci6n de la diferencia sexual encarnada yexperimemadapor las mujeres.

Aqui la euesti6n central es c6mo crear, legitimar y representaruna multiplicidad de formas alternativas de la subjetividadfemenina sin caer en el relativisl11o. En primer lugar hay quereconocer que la mujer es un termino paraguas general que "poneen la misma bolsa" a difercnles tipos de mujeres, de (lifer ntesniveles de experiencia y de diferemes identicladcs.

La noci6n de mujer alude al sujeto sexuaclo femenino que estaconstituido, como sostiene convincentelllente el psicoanalisis,mediante un proceso de identificaci6n con posicionesculturalmcnte disponibles organizadas en la dicotomia de losgeneros. Como el "segundo sexo" de la dicotomIa de generospatriarcal, la mujer esta inscrila en 10que Kristeva llama el tie IIIpolineal, mas largo, de la historia49 No obstante, como punto departida para alcanzar la conciencia feminista, la identidad feme-nina corresponde ademas y simultaneamente a una temporalldaddiferente: un sentido m{lS profundo y mas discominuo del tiempoque es el tiempo de la transformaci6n, de la resistencia, de lasgenealogias pollticas y del devenir. De ahI que, por un lado,tengamos un tiempo teleol6gico y, por el otro, el tiempo de LOmarconciencia: la historia y el inconscieme.

L1amo feminismo a1 movimiento que lucha por cambiar losvalores atribuidos alas Illujeres y las representaciones de estassostenidos en el tiempo bist6rico, m{tS largo, de la historiapatriarcal (fa mUjer), asI como en el tiempo mas profundo de lapropia identidad. En otras palabras, el proyecLO femll1lsta abar:atanto el nivel de la subjetividad, en el sentido de la aCClonhist6rica y del derecho politiCO y social, como el nivel de la

49. Julia Kristeva, "Women's Time", en N. O. Keohane (camp.), FeministTheory: A Critique of Ideology, Chicago, University of Chicago Press, 1988.

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ide~tidad que esta vincuIado con la conciencia, el deseo y lapo!ltlca de 10personal; incluye tanto el nive] eonseiente como elinconsciente.

El sujeto ferninista es historic porque participa del pa-triarcado mediante la negacion; pero tambien esta vinculado conla identidad femenina, con 10 per onal. Dicho de otro modo, la"mujer" debe situarse en una posicion estrueturalmente diferentede la feminista porque, estando estructurada como el referente dela alteridad, constituye el polo opuesro especuIar de 10masculinocomo referente de la subjetividad. El segllndo sexo es una OpoSi~cion dicotomica del varon como representante de 10universal. Enconsecuencia, el feminismo necesita establecer una distincionepistemo]6gica y una distincion poljtiea entre los conceptos demujer y de feminista. Lo feminista consiste tanto en impulsar lainserTion de las mujeres en Ia historia patriarcal eel momentoemancipatorio 0 la difereneia sexlJal, nivell) como en cuestionarla identidad personal sobre la base de las relaciones de poder, 10eual constituye el feminismo de la c1iferencia (Ja diferenciasexual, nivel 2).

Repetire esta idea abordando la cuestion desde un angulodistinto: tomar una distancia crjtica de la institucion y represen-tacion de la mujer es el punto de partida para alcanzar unaconciencia feminista; e1 movimiento de las mujeres se apoya enel consenso de que rodas las mujeres comparten la condicion de"segundo sexo". Esto puede entendcrse como una condici6nsuficiente para elaborar una posici' n de sujeto feminista; elreconocimiento de un vjnculo de comunidad entre las mujeres esel punto de partida para alcanzar la conciencia feminista pOl'cuanto sella un pacto entre las mujeres. Este momento es la piedrafundamental que permite articular Ia posicion feminista 0 supunto de vista.

Pero este reconocimiento de una condicion cOIl1C,nde her-marIClad en la opresion no puede constituir el objetivo final; lasmujeres pueden tener situaciones y experiencias comunes, perono son, de ningCln modo, tadas iguafes. En este senti do, la idea

de la poljtica de localizacion es muy importante. Esta idea,c1esarrollada en una teorja de reconocimiento de las mCJ1tiplesdiferencias que existen entre [as mujeres, hace hincapie en Jaimportancia de rechazar las afirmaciones globales sobre todas lasmujeres y de estar, en cambio, 10 mas atentas que pod8mos allugar desd<.::dond<.::habla cada una. La idea clave seria: prestaratencion a 10situado en oposicion a la naturaleza universalista delas enunciaciones. En sus aplicaciones poljticas, la pol1tica delocalizacion detenl"lina el enfoqlle del tiempo y de la historia queadopte c8da una; el sentido de localizacion, para ll1j,tiene que vel'con la contra memoria 0 con el desarrollo de genealogias alterna-tivas. Este concepto implica que tener ]a memoria historicl de laopresion 0 18exclusion como mujeres, en lugar de ser el referenteempirico para un grupo dominante, como el de los hombres,determina una diferencia.

POl' 10 tanto, tenemos necesidad de reformular la cuestionsobre la relacion entre los conceptos de mujer y/eminista. Comosostenia Teresa de Lauretis, todas las mujeres estamos implicadasen la confront8cion con cierta imagen de la mujer que es elmodelo culturalmente dominante de la i lentidad femenina. POl'consiguiente, elaborar una subjetividad politica "feminista" re-quiere com condicion previa reconocer que hay una distanciaentre la mujer y las mujeres de la vida real. Teresa de Lauretisdefini6 este momento como el reconocimiento de un8 "diferenciaesenciaJ" entre la mujer como representaci()n (Ja mujer comoimago cultural) y la mujer como expcriencia (Ias mlljeres re81escomo agentes de c8mbio).

Lo cllal eqllivale a decir que, con ayuda de 1'1 semiotica y dela teorb psicoanaljtica, se establece una distincion fundamentalentre "fa mujer", como el significante que CSt~lcodificado en una18rga historia de oposiciones binari8s, y el significante "feminis-ta", como noci6n que surge partiendo del reconocimiento de lanaturaleza construic]a de fa mujer. Reconocer el hiato entre famujery las mlljeres es esencial, como 10es determinarse a hallarrepresentaciones adecuadas de ese hiato, tanto en el planopolitico como en el simholico.

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Sin embargo, antes de que sea siquiera posible desarrollar deeste modo la filosofia cle la cliferencia sexual, e necesariopostular Ia clistincion entre ta mujer y I::tsmujeres como el gestofundacional qL:e permita la existencia del pensamiento feminista.Este paso ini.cial es la afirmacion de una c1iferencia es ncial eirreconciliable, to que yo lIamo la c1iferencia sexual cle nivel 2 0

las cliferencias entre las mujeres.POl' ello, quiero retomar las observaciones que hice al princi-

pio sobre el feminismo y la moclernidacl: la teorla feminista comofilosofia de b cliferencia sexual identified como una esenciahistorica la nocion de fa mujer, en el perlodo exacto cle la historiaen que e~.tano cion comienza a ser clesconstruida y puesta en telade juicio. Esta crisis de Ia moderniclad permite que !as f ministaspresenten la esencia de la feminidad como una construccionhistorica que es necesario reelaborar. POl' 10 tanto, la mujer dejade ser eJ moclelo culturalmente dominante y prescriptivo para lasubjetiviclad femenina y se transforma, en cambio, en un toposidentificable para el analisis: como una construccion (De Lauretis);una mascarada (Butler); una esencia positiva (Irigaray) 0 comouna trampa icleologica (Wittig), para mencionar solo unos pocos.

Me parece que una posicion feminisra nomade puecle permitirque coexistan estas representaciones y modos cliferentes decomprender ta subjetividacl femenina, y ofrece material para ladiscus ion. Si no surge una posicion de flexibiliclad nomade, estasdiferentes definiciones y comprensiones han de tener un efeclOdivisorio en la practica feminista.

Otra problema que se presenta aqul es el de la importancia deballar formas adecuadas cle representacion para estas nuevasfiguraciones del sujeto femenino. Como ya sostuve en arra parte,en este momento las figuraciones alternativas son esenciales y senecesita una gran creativiclad para superar los esquemas concep-tuales establecidos. Para lograrlo, debemos cont~u no solo con unenfoque transdisciplinario, sino tambien con intercambios masefectivos entre teoricas y artistas, entre acaclemicas y mentescreativas. Luego volvere sobre esta cuestion.

Caela Illujl:r de la vida real (es elecir, no la mujer) ael sujeto mujer feminist;t es:

• una multiplicidael en si rnisma: escindida, fracturada• una red de niveles de experiencia (cOIllOse perfila en

los I1iveles 1 y 2)• una memoria viva y una genealogia corporizaela• no s610 un sujeto consciente, sino tambien el sujeto ele

su inconciencia: iclentidacl como identificaciones• est5 en una relaci6n imaginaria con variables como

la c1ase, la raza, la edad,]a elecciones sexuales

Este tercer nivel de analisis destaca la complejidad de laestructura corporizada del sujeto. El cuerpo se refiere a un estratocle materialidacl corporal, a un sustrato de materia viva dotada dememoria. Siguienclo a Deleuze, entiendo esto como un fluir puracle energla, capaz de mCdtiples variaciones. Et si mismo, entendi-do como una entidad dotada de identidad, esta anclado en estamateria viva, cuya materialidac.l csta codificada y representada enel lenguaje. La vision que propongo aqul, posterior a la visionpsicoanalltica del sujeto corporeo, implica que el cuerpo nopuede captarse 0 representarse plenamente: excede la represen-tacion. Una diferencia dentro de cada entidad es un modo deexpresar esa condicion. Para ml, la identidad es un juego deaspectos mCd[iples, fracturados, del sl mismo; es "relacional", porcuanto requiere un vinculo con el "otro"; es retrospecqva, porCLianto se fija en virtud de ta memoria y 10s recuerdos, en un.PToceso genealogico. Por CIltimo, ]a identidad esta becha d~sucesivas iden[ificaciones, es decir, de imagenes inconscientesinternalizadas que escapan al control racional.

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E ta no coincidencia fundamental entre la identidad y laconcienci~1 implica, ademas, que uno rnantiene una relacionimaginaria con su propia historia, su propia genealog1a y suscondicion~s materiales.

l-Iago hinc"pie en esto porque en la leor1a feminisla, Conexcesiva frecuencia, se confunde alegremeIlle el nivel de identi-dad con cuestiones de subjetividad pol1lica. En mi esquema depensamiento, la identidad manliene un v1nculo privilegiado con[os procesos inconscientes, mientras que Lt subjetividad politicaes una posicion consciente y deliberada. EI deseo inconsciente yla elecci6n voluntaria no siempre coinciden.

Prestar atencion al nivel de iclentidad como complejidad ymultiplicic.lad alentaria ademas alas fcminisras a afrontar suspropias contradicciones y discontinuidades internas y, si esposible, a hacerlo con humor y ligereza. Como sugiero en laintroduccion de este libro, considero importante ceder un espa-cio a los momentos contradictorios, a las confusiones e incerti-dumbres, y no entenderlos como derrotas 0 caidas en unaconducta "pol1ticamente incorrecta". En este sentido, nada puedeser mas antitetico para el nomadisl110 que propongo que elmoralismo feminista.

La cuestion central que esta en juego aqu1 es como evitarrepetir las exclusiones en el proceso de legitimar un sujetofeminista alternativo. iComo evitar la recodificacion hegem6nicadel sujero femenino? iComo mantener una perspectiva abierra dela subjetivic.lad, afirmando al mismo tiempo la presencia teoreticay politicJ de otra vision de la subjetivicbd?

De acuerdo con estJ vision de un sujeto que estc1hist6ricamen-te anclado y tambien es escindido 0 mCIitiple, el poder de slntesisdel "yo" es una necesidad gramJtical, una ficcion teoretica quemantiene unidos todos 10s estratos diferentes, los fragmentosintegrados del horizonte siempre huidizo de la propia identidad.La idea de "diferencias dentro" de cada sujeto es tributaria de laleoria y la pr{lctica psicoanalitica, en la medida en que aborda alsujeto como el punto de interseccion de diferentes registros delhabla, que invocan 10s diversos estratos de Ia experiencia vivlda.

Para instalar este punto de vista en el debate sobre la pol1ticade la subjetividad que se desarrolla en el seno de la practicafeministJ de Ia diferencia sexual, yo me har1a la siguientepregunta: iCU{L! e' Ia tecnica del Sl mismo que esta presente en laexpresion de la diferencia sexual?

En este esquema de pensamiento, siguiendo con la distincionde niveles que propongo, tambien es plausible presentar unasubjetividad femini la como un objelo de deseo para las mujeres.Una feminisla mujer puede entenderse, pues, como alguien queanhela el feminismo, tiende a el 0 se siente impulsada a el. YoIlamaria a esto una lectura "intensiva" de la posicion feminista,que entonces i1ega a interpretarse no meramente en terminos decompromiso c1eliberado con una serie de valores 0 creenciaspol1ticas, sino tambien en terminos de pasiones 0 deseos quesostienen y morivan dicho compromiso.50 Esta "topologia" de lapasion es un enfoque inspirado en Nietzsche a traves de Deleuze,que nos permite vel' las elecciones volitivas, no como posicionestransparentes, evidentes por 1 mismas, sino mas bien comoposiciones multiestratificadas. Una dosis saludable de unahermenetJtica de sospecha respecto de las propias creencias noes ninguna forma de cinismo ni nihilisl11o; por el contra rio, es unmodo de devolverles su plenilud, su corporeidad y, consecuen-temente, su parci,tiiclad, a Ias creencias pol1ticas.

Como observa Maaike Meijer,51 rara vez se apl~~! Ull enfoque"inten~lvo", psicoanal1tico, al an{disis de la-politica. Si alguna vezocurre, como en el caso del nazismo, el analisis normalmenteapllnta a explicar las oscuras y tcrrorHkas fuerzas motivacloras. Escomo si la referencia a una topologia de las pasiones poliricas solopudiera rener connotacion s negalivas. En respuesta a esto, yo meremitiria a la idea de Deleuze de la positividacl de las pasiones-unanocion que Delellze indaga jUnlO con Nietzsche y Spinoza- a fin

50. En eSle punro agradezco la discus ion sobre el feminismo y el psicoana-lisis que se desarrollo en el seminario para gracluaclos del programa Women'sStudies, entre marzo y abril de 1993 en Utrecht, especialmenre las observacioneshechas pOI' Maaike Meijer y .Juliana de Novellis.

51. Idem.

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de explicar un "de~eo del feminismo" como una pasi6n jubilosa,afirnlativa. Lo que el feminismo libera en Idsmujcres es tam bien Slldeseo de lihertad, de levedad, de justicia y de autorrealizaci6n.Esto~ valore~ no ~on solamente creencias politicas racionales,tambien constituyen objetos de intenso deseo. bte espiritll albo-rozado era absolutamente manifiesto en los primeros dias delmovimiento de las mujeres, cuando estaba claro que la alegria y larisa eran emociones y declaraciones profundamente politiclS. Enestos 16bregos dias de posmodernismo poco sobrevive de aque-Ilos aires jubilo~os y, sin embargo, hariamos bien en recordar lafuerza subversiva de la risa dionisiaca. De~eo que el feminismopueda despojarse de ~u estilo entri~tecido y dogm:ltico para redes-cubrir el caracter festivo de un movimiento que procura cambial' lavida.52

Como observa Italo Calvino,53 las palabras clave para ayudar-nos a salir de la cri~is posmoclerna son: levedad, agiJidaci ymultiplicidacl. EI tercer nive! de la diferencia sexual nos alertasobre la importancia que tiene acompanar con un toque delevedadla complejidad de las estructmas politicas yepistemol6gicasdel proyecto feminista.

5i uno tra~lada estos tres niveles de la diferencia sexual a unasecuencia temporal, siguiendo el esquema de Kristeva al que yame he referido ante~, se puede sostener que los niveles 1 y 2corresponden a un tiempo lineal, mas largo, de la historia. EI ni-vel 3 tiene que vel' con el tiempo interno, discontinuo, de lagenealogia. No obstante, e! problema consiste en estudiar conatenci6n !as interconexione~ que se establecen entre tales

52. Este fue un slogan famoso en Lis revueltas parisienses durante ll1ayodel '68.

53. lralo Calvina, Leziolli americane: Seiproposte per ilprossirno mille';lIio,Milan, Garzanti, 1988.

niveles, es decir: ;e6mo explicar un proceso de deucnir fortale-ciendo ~tlmismo tiempo Ia Ci paeicbd de acei6n hist6rica de lasmujeresl

Para resumir esta idea, yo cliria que hahlar "como una mujerfeminista" es h:lcer referencia, no ~lun marco dogm:ltico, sino masbien a un grupo de cuestiones interrelacionadas que operan endiferentes estratos, regi~tros y nive1es del sf mismo.

En mi interpretaei6n, el proyecto de la difercncia ~exual seexpresa del modo siguientc: es hist6rica y politieamente mgente,en el aqu[ y ahom del munclo coml,n de las mujeres, destaear eimpulsar la diferencia sexual. E~ta urgenci:l tam bien se debe alcontexto hist6rico en el que se esta dando ]a afirmaci6n de laposiei6n de la diferencia, especial mente en Europa.

Entiendo el feminismo como la estrategia de ree!aborar lanoci6n hist6rica de "fa mujer", en un momento de la historia en elque ese concepto ha perdido su unidacl sustancial. POl' cons i-guiente, como practica politica y teoretica, el feminismo puedecaracterizarse como un movimiento que revela y consume losdiferentes estratos de representaci6n de "fa mujer". El mito de "famujer" entendida como el otro es ahora un terreno baldio dondediferentes mujeres pueden jugal' con su devenir subjetivo. Para elsujeto feminista la cuesti6n es saber c6mo influir en el concepto de"fa muje/'en este contexto hist6rico, de modo tal de crear nuevascondiciones para el c1evenir sujeto c1elas mujeres de hoy.

AIaborcbr el devenir sujetos de las mlJjeres, el punta de partidaes la politica de localizaci6n, que impJica la critica de las identida-des y las formaciones c1epoder dominantes y un sentido de res-pons:lbilidacl por!as condiciones hist6ricas que compartimos. Estaactitud requiere no s610 reconocer las diferencias entre las l11uje-res, sino tambien practical' la decodificaci6n: expresar y compartiren el lenguaje las condiciones de posibilidacl de las eleccionespoliticas y teoreticas que cada uno haec. La responsabiliclacl y elposicionamiento van juntos. Al enfatizar la importancia de justifi-car los propios intereses -espeeialmente ante las c1emas mu je-res-, tambien he insisticlo a 10largo de este libro sobre la nece~i-dad de tomar en consicleraci6n el nivel del deseo inconsciente y,

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en consecuencia, el de la relaci6n imaginaria con bs condicionesmateriales Inismas que estrucluran nuestra exi tencia. Como diceCaren Kaplan: "Semejante responsabilidad puede comcnzar a des-plazaI' la base de la practica feminista desde el relativismomagisterial [. .J a bs complejas practicas interprerativas quereconocen los roles bist6ricos de la mediaci6n, b traici6n y laalianza en las relaciones entre mujeres situadas en diversaslocalizaciones. "54

Mi resr::uesta a la pregunta tde d6nde procede eJ cambio?, queme bacia yo anteriormentc, es que 10 nuevo se crca revisitandoy consumiendo 10 antiguo. Como en el caso del alimentototemico de Freud, uno debc asimilar el orden muerro antes depoder pasar al nuevo orden. Esta bClsqueda de puntos de salidarequiere la representaci6n mimetica y el consumo de 10 viejo:esto, a su vez, inHuye en el modo en que yo veo Jo puntos quepermiten salir de las premisas faJogocentricas. La elecci6ntradicional dentro del feminismo parece ser, por un lado, superarel dualismo de genero bacia una neutralizaci6n de las diferenciasy, por el atro, impulsar la diferencia hasta su extremo,sobresexualizandola de manera estrategica. En mi propia versi6nde la diferencia sexual como eSlrategia n6made, he optado porla afirmaci6n extrema de la identicbd sexuada como un modo deinvertir la atribuci6n jerarqu ica de ]as diferencias. Esta afirmaci6nextrema de la diferencia sexual puede conducir a la imitaci6n,pera aquilo escncial es que forwlece la capacidad de acei6n delas mujeres.

Partiendo de la premisa de que el sujeto mujer feminista es unode los tenninos de un proceso que no deberia ni puede serredueido a una forma lineal, teleol6gica de subjetiviclad; partien-do de la premisa de que deberia entenderse como la intersecci6ndel deseo subjetivo con la transformaci6n social deliberada,deseo avanzar un paso mas y sostener que Ia c1iferencia sexual

54. C3ren Kaplan, 'The Politics of Location as Tr3nsnational Feminist CriticalPractice", en Caren Kaplan e Inderpal Grewal (comps.), Scattered HegemoJlies:Postmodernity aJld TraJlsJlatiollal Feminist Practices, Minneapolis y Londres,University of Minnesota Press, 1994. p{jg. 139.

permit afirmar formas allernativas de subjetividad politica femi-nista: las feministas son las ll1ujcres post-fa mujer.

En mi perspectiva, el sujclo feminist:1 es n6made porque esintensivo, mClltiple, corporizado y, par 10 tanlo, perfeclamentecullural. Creo que esta nueva figuraci6n puede interpretarseCOl11oun intento de armoniz;lr con 10 que he deciclido llamar elnuevo nomadismo de nuestra conclici6n !1ist(Jrica. He dicll0 yaque la tarea de redefinir la subjctiviclad femenina exige comometodo preliminar reelahorar cI conjunto de las im:tgenes, lasrepresentaciones y los conceplos acul11ulados de las mujeres, dela identidad femenina, segCII1rueran codihcados pur la cultura enque vivimos.

La artista norteamericana Cindy Sllerman ofrece un ejemploperfecto del compromiso n()made con esencias hist6ricas desti-nado a quitaries su carga normativa. En su History Portraits,55Sherman representa una serie de consumos metab61icos dediversos personajes, figuras y heroes hist6ricos, a quienes perso-nifica con una pasmosa mezcla de precisi6n e ironia. A traves deuna serie de autorretratos par6dicos en los que ella aparecedisfrazada de muchos "otras" diferentes, Sherman combina loscambios de localizaci6n con una energica declaraci6n politicasobre]a imporrancia de localizar la capacidad de acci6n precisa-mente en los desplazamienlos, las transiciones y las representa-ciones mimeticas.56 En otras palabras, a causa de una historia dedominaci6n ya causa del modo en que ellenguaje falogocentricoeslructura nuestras posicioncs de hablantes como sujelos, creoque, antes de renunciar al significante la mujer, las feminislastenemos que volvera apoderarnos de el y revisitar sus multifaceticascomplejidades, porque esas complejidades definen la ClI1icaidentidad que compartimos: Ia de mujeres feministas.

Al colocar todo el enfasis en los desplazamientos n6mades,quiero poner el acenlO en la importancia de no excluir ninguno

55. Cindy Sherman, His/olY Por/mils, Nueva Y rk, Rizzoli, 1991.56. Agredezco a Joan Scon por senalarme este aspeclO de la obra de

Sherman.

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de los nivelcs que cOilstituyen el mapa de la subjetividad de lamujer Ceminisra. Lo Importante es [ odeI' nombrar y represemarlas ::'irc~lsde tr::insito que existen entre esos niveles; 10 que cuentaes eJ iI', el proceso. el pasaje. AI expresar la cuesti6n en estosterminos, yo misma me SiL(IOtambien cntre algunas de lasprincipales figuraciones de LI subjeLividad qLle opcran cn elfeminislllo actual. POl'ejemplo, la figura del "cyburg" de Har~l\Vayes un~1 intervenci6n poderosa en cl nivel de la suhjetivicbclpolitica, pm cuanto propone un reordenamiento de Lis dil"eren-cias de raza, de genero, de clase, de edad, etceter;,t, y promueveuna locaJizaci6n lllultifacetica para la capacidacl de acci6nfeminisLa. Pero yo considero que el cyborg tambien anuncia unmundo "mas alIa del genero", al declarar que]a identidad sexuales obsoleta, sin mostrar los pasos y los puntos que permitiriansalir del antiguo sistema polarizaclo de los generos. De acucrdoCOil mi esquema n6made, tengo que poder mencionar 10s pasos,10sdesplazamientos y 10s puntos de salida que harlan posible quelas mujeres avanzaran mas alia del dualismo de generoblogocentrico. Dicho de otro modo, tengo que prestar atenci6nal nivel de la identidad, de las identificaciones inconscientes y deldeseo, y conjugal' esos niveles con las transformaciones pollticasvoJunt;,trias. EI cyborg es extremadamente (lti] para comprenderesto (dtimo, pero en cuanto a la cuesti6n de la identidad, laidentificaci6n y los deseos inconscientes, no nos !leva muy lejos.

De modo simiJar, Jas figuraciones que propone Irigaray parauna nueva humanidad feminista, haciendo hincapie en la mitolo-gla femenina ("Ios dos labios", "Ia mucosa", "Ia divina"), propo-nen una exploraci6n sin precedentes en las estructuras profuncl::tsde la identidad femenina Iriga ray defiende su descenso mimeticoa esta fantasmagoria femenina del inconsciente como Jaestrategiaprivilegiada destinada a reclefinir tanto la identidad femeninacomo la subjetiviclacl feminista. Sin embargo, al vim:ular tanintima mente estos dos conceptos, Irigaray no cla cuenta de lamultiplicidacl de las diferencias entre las mujeres, especial menteen el terreno de la cultura y de la iclenlidad etnica.

EI sujeto n6made que yo propongo es una figuraci6n quepone el acent en Li necesidad de Ja acci6n, tanto en el nivel dela idenlicLtd, de la suhjetividacl, como en el de las cltferencJas entrelas mujeres. Estos requerimientos diferentes corresponden adiferentes momentas, esto es, a diferentes localizaciones en elespacio, 0 sea, a diferenles pr{lctic::ls. Esta multiplicidad estacontenida en una secuencia temporal multiestratificada, en virtudde la cuallas cliscontinuidades y hasta las contradicciones pueclenhallar un lugar.

A fin de apoyar este proceso, una feminista de be comenzarpor reconocerse como "no una"; como un sujeto que se escir:deuna y otra vcz, a 10 largo de mCdtiples ejes cle dlferenClaClon.Prestar atenci6n a estos ejes mCdtiples exige instaurar I'OJ-masconvenientemente diversificaclas de practicas.

Para decirlo de manera llana: siguiendo a Nietzsche, Deleuzee Irigaray, yo no creo que los cambios y las transformaciones-tales como eJ nuevo sistema simb61ico de las mujeres- puedanproducirse pOl'mera volici6n. La manera de transformar la rea1icladpSlquica no es mediante la autodenominaci6n voluntaria; en elmejor de los casos, esta es una forma extrema de narcisismo, y enel peor es la cara melanc6lica del solipsismo. Antes bien, la trans-formaci6n s610 pucde lograrse a traves de la corporizaci6n estrate-oicamente reesencializada: reelaborando las estructurasb

multiestratificadas del Sl mismo corporizado de cada uno.Lo mismo que el reemplazo gradual de la vieja piel, el cambio

s6Jo se obtiene en virtud de una cuidaclosa reelaboraci6n; s610 elconsumo metab61ico de 10antiguo puede engendrar 10nuevo. Ladiferencia no es el efecto del poder de la voluntad; es el resultadode muchas, interminables, representaciones mimeticas. No estoyclispuesta a abandonar el significante la mujer hasta tanto nohayamos analizaclo los multiples estratos de significaci6n -POl'falicos que puedan ser- de ese termino.

La raz6n por la cual quiero continuar trabajando con eltermino mismo que necesariamente clebemos desconstruir -lasmujeres como los sujetos femeninos feministas de la diferencia

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sexual- es el enfasis puesto en Ia politic.! del deseo. Creo que nopuede haber cambio social sin la construccion de nuevos tipos desujeros deseantes, entendidos como moleculares, nomades ymCIitiples. Uno clebe comenzar pOl' dejar espacios abierros deexperimentacion, de bClsqueda, de transici6n: devenir nomades.

Esto no implica abogar pOl' el pluralismo facil, sino que se trat;m{ls bien de una plegaria apasionada para que se reconozca lanecesidad de respetar Ia multiplicidad y de encontrar formas deaccion que reflejen la complejidad, sin ahogarse en ella.

Tambien estoy convencida de que podrian evitarse muchos delos conflictos y polemicas que se dan hoy entre las feministas, sipudieramos comenzar a establecer clistinciones mas rigurosasentre las categorias de pensamiento en clisputa y las formas de'practica polltica que estan en juego en ellas. Hacernos responsa-bles de esas categorias y esas pr:kticas es el primer paso del.proceso destinado a desarrolJar un tipo nomade de teoria .feminista, en la cual pueclan explicarse, intercambiarse y discu-tirse las cliscontinu idades, las transformaciones, los despJaza-mientos de niveles y localizaciones.'-.be modo tal que nuestrasdiferencias puedan engenclrar fomus corporizaclas, situaclas, deresponsabilidad, de narracion de relatos, de lectura de mapas. Demodo taJ que podamos posicionarnos como inrelectuaJes femi-nistas, como viajeras que cruzamos pOl' paisajes hostiJes, provis-tas de mapas hechos pOl' nosotras mismas, siguiendo senclerosque a menuclo s610 son evidenres para nuestros propios ojos,pero que podemos describir, explicar c intercambiar.

Como dice elocuentemente Caren Kaplan:

Debemos abanclonar nuestro hogar, pOl' as! clecirlo,porque nuestroshogares con Frecuencia son sitios de racisl1lo, sexismo y otraspracticas sociales nocivas. EI lugar en el que nos localicemos,atencliencloa nuestras hislorias y cliFerenciasespecificas, clebeser unsitio en el que quepan [0 que puecla rescatarse clelpasaclo y 10nuevoque puecla hacerse.57

57. Caren Kaplan, "[)eterriwrializ3tions: The Rewriting of Home and Exile inWester'n Feminist Discourse", CuI/11m! Critique, 6, prima~'cr3 de 1987, p{tg.' 194.

Nomadismo: la diferencia sexual entendida como conceptoque ofrece localizaciones cambiantes para las mCIitiplcs vocescorporizaclas de mujeres feminist3s,