Borges y Bioy Casares, 1955 y La ''Poesia Gauchesca'' Como Paradojica Rebeldia

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Borges y Bioy Casares, 1955 y La ''Poesia Gauchesca'' Como Paradojica Rebeldia

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  • Borges y Bioy Casares, 1955 y la "Poesia gauchesca" como paradojica rebeldiaAuthor(s): Laura DemaraSource: Latin American Literary Review, Vol. 22, No. 44 (Jul. - Dec., 1994), pp. 20-30Published by: Latin American Literary ReviewStable URL: http://www.jstor.org/stable/20119682Accessed: 31/03/2010 12:51

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  • BORGES Y BIOY CASARES, 1955 Y LA POES?A GAUCHESCA COMO PARAD?JICA REBELDIA.

    LAURADEMARIA

    En 1942, bajo el seud?nimo de H. Bustos Domecq, Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares iniciaron con Seis problemas para don Isidro Parodi una serie de trabajos en colaboraci?n que se extiende hasta 1977 con los Nuevos cuentos de Bustos Domecq. Estos trabajos en conjunto no se limitaron a la elaboraci?n de obras de ficci?n, sino que se complementaron con la producci?n de antolog?as. En 1955, ambos autores regresaron al siglo XIX con el prop?sito de recopilarla literatura gauchesca del R?o de la Plata. Poes?a gauchesca surgi? como el resultado de dicha labor conjunta. Como toda antolog?a, Poes?a gauchescano es una edici?n "inocente" que se limita a recopilar "objetivamente" las obras producidas en un per?odo determinado. Por el contrario, es una construcci?n arbitraria que responde a una lectura interpretativa por parte de los editores. Este art?culo se propone, precisamente, leerla selecci?n realizada por Borges y Bioy como una re-escritura ideol?gica del g?nero literario desnudando la particular perspectiva asumida por los editores del 55.

    La antolog?a se abre con un interrogante que pone en contacto la literatura con su contexto. Los editores se preguntan: "?Qu? circunstancias determinaron, en las rep?blicas del Plata, el origen de esta poes?a?" (Poes?a 1: vii). Pregunta que aparentemente se vuelve ret?rica al ser dejada sin responder ? de modo expl?cito?en el estudio preliminar. Sin embargo, en el pr?logo mismo Borges y Bioy Casares desarroUan impl?citamente la respuesta al presentarla definici?n del g?nero gauchesco y al establecer el origen de dicha poes?a. En el estudio preliminar, entonces, se gu?a al lector para que aprenda a buscar los otros sentidos que subyacen bajo lo dicho expl?citamente como si se tratara de un nuevo

    "problema para Isidro Parodi". El pr?logo ense?a a jugar con la dualidad discursiva.

    El lector, que sigue las pautas editoriales, ha aprendido que puede plantearse sus propios interrogantes en el momento de enfrentarse al texto. Sabe, tambi?n, que las respuestas a los mismos pueden presentarse de modo no

  • La Poes?a gauchesca como parad?jica rebeld?a 21

    directo. Por eso, en esta lectura de 1994, el interrogante inicial de los editores ha sido reformulado. El lector de ahora se pregunta: ?qu? circunstancias

    determinaron, en la Rep?blica Argentina de 1955, el origen de esta antolog?a?, ?qu? circunstancias llevaron a Borges y Bioy Casares

    ? admiradores de la

    literatura fant?stica y de la novela policial?a retomar el genero que la corriente nacionalista hab?a considerado como sin?nimo de la

    "argentinidad"?. En

    definitiva, ?qu? circunstancias obligaron a que los editores se propusieran revisar la gauchesca cuando ya Borges, en 1951, se hab?a opuesto a limitar la literatura nacional a

    "algunos pobres temas locales, como si los argentinos s?lo

    pudi?ramos hablar de orillas y estancias y no del universo" ("El escritor" 267). Abocarse en 1955 a la realizaci?n de una antolog?a de la poes?a gauchesca

    no desentonaba con las ideas nacionalistas puestas en boga en las d?cadas anteriores.l La revisi?n de las ra?ces y de la identidad nacional hab?a comenzado durante la d?cada del veinte y se hab?a hecho extensiva al per?odo peronista (1946-1955). Ricardo Rojas y Leopoldo Lugones, entre otros, procedieron a identificar lo nacional con lo gauchesco. Con ellos la figura del gaucho se elev? a la categor?a de mito a trav?s de la exaltaci?n del Mart?n Fierro. Por estos

    mismos a?os, un grupo de historiadores hab?a comenzado la revisi?n de la historia argentina

    ? monopolizada hasta ese momento por la tradici?n liberal

    ?intentando rescatarlos valores "nacionales". Los revisionistas re-escribieron el pasado argentino con el prop?sito exclusivo de reivindicar a Juan Manuel de Rosas como el aut?ntico defensor de los intereses del pa?s (Halper?n Donghi 13

    14; Kroeber 23). Durante toda esta ?poca, entonces, el gaucho, Fierro y Rosas son valorados como los s?mbolos definidores de la argentinidad. Con Poes?a

    gauchesca Borges y Bioy Casares rescataron tambi?n aquel pasado que se identificaba con lo "aut?nticamente argentino". Sin embargo, su rescate se

    apart? de las pautas estipuladas por los nacionalistas. Una lectura detenida del estudio introductorio y de las notas editoriales, m?s una particular atenci?n a las obras seleccionadas le permiten al lector de hoy reconstruir c?mo los editores del 55 se las ingeniaron para convertir su antolog?a en un manifiesto opuesto a esta corriente.

    Los editores anuncian en el Pr?logo que "Esta obra incluye todos los textos de la poes?a gauchesca, desde los di?logos y cielitos de Bartolom? Hidalgo hasta el Mart?n Fierro de Hern?ndez" (Poes?a 1: xxvii). Esta obra "abarcativa", sin embargo, deja de lado lo que tradicionalmente la cr?tica ha considerado como los antecedentes del g?nero.2 La "primitiva literatura gauchesca"?llamada as? por el cr?tico Jorge Rivera?desaparece autom?ticamente de las p?ginas antol?gicas cuando los editores establecen como origen del g?nero la obra de Bartolom?

    Hidalgoyafirmanque"Loscielitos...inauguranhacial811 la poes?a gauchesca" (Poes?a 1: xi). Hidalgo es ahora un creador original

    ? "ad?nico" ? que ha

    descubierto por primera vez la entonaci?n de la gauchesca. Borges-Bioy Casares ? a diferencia de Rojas, Lugones y Tiscornia ? descartan cualquier relaci?n "generativa" entre la poes?a de los gauchos y la poes?a gauchesca, entre la creaci?n colectiva-folkl?rica y la creaci?n individual-culta ("El escritor" 264).

  • 22 Latin American Literary Review

    Resaltan, en cambio, el car?cter artificial del g?nero. La poes?a gauchesca es re definida como una convenci?n ling??stica que se basa en la voluntad de acercamiento por parte del poeta urbano hacia lo rural-popular a trav?s de la

    apropiaci?n de un discurso ajeno a su contexto. Es, precisamente, dicha artificialidad la que les permite a los editores del 55 rechazar la identificaci?n nacionalista de la gauchesca con la literatura nacional.

    La historia literaria argentina es definida ahora como un acto de creaci?n

    y de imposici?n: cada cr?tico construye de modo arbitrario su propia historia. Ha

    sido, por lo tanto, la acci?n interpretativa de ?stos la que ha elaborado el canon de la gauchesca. Este car?cter de convenci?n tambi?n se transfiere necesariamente a toda labor editorial. Borges y Bioy Casares callan, sin embargo, el car?cter arbitrario de su Poes?a gauchesca?a pesar de ser conscientes del mismo

    ? y

    optan por disfrazar este saber al auto-presentarse como recopiladores que han

    compilado "todos los textos de la literatura gauchesca . . ."(Poes?a 1: xxvii, subrayado nuestro). Bajo esta aparente imparcialidad se esconde, por lo tanto, una manipulaci?n que le corresponde al lector revelar.

    Al juzgar la relaci?n entre la poes?a gauchesca y el contexto social, Borges y Bioy descartan la supuesta relaci?n de dependencia del g?nero con el "cantar

    opinando" (Dellepiane 8). No consideran a la gauchesca como sin?nimo de poes?a combativa y de protesta socio-pol?tica. Por el contrario, dejan entrever que ha sido un criterio exclusivamente est?tico el que ha guiado la selecci?n de las obras, puesto que s?lo subrayan la "entonaci?n" gaucha articulada por los

    poetas cultos. Como los editores del 55 no pueden eludir el car?cter de rebeld?a

    impl?cito en el g?nero, consideran que la gauchesca se rebela ling??sticamente contra la norma oficial de las clases cultas silenciando, por lo tanto, la rebeld?a

    pol?tica:

    El "gauchesco", por su parte, es el escritor que se ve a s? mismo

    como rebelde contra la tradici?n y contra los literatos. Hidalgo opone a lo espa?ol lo popular crioUo, Ascasubi versifica para los campamentos de la guerra civil y Hern?ndez acent?a m?s de una vez su filiaci?n agreste: 'Yo no soy cantor letrao' declara en El gaucho Mart?n Fierro... (Poes?a 1 : xi)

    En la cita transcripta se puede observar que se ha producido un cambio en el criterio de selecci?n elegido al referirse a la rebeld?a de Ascasubi. Los editores destacan que este poeta "versifica para los campamentos de la guerra civ?". Ya no se est? planteando, por lo tanto, una rebeld?a de car?cter exclusivamente est?tico, sino que se est? haciendo referencia a los cantos en su contexto de

    producci?n. Los editores del 55 intensifican la rebeld?a pol?tica de los trovos de Ascasubi cuando observan la protesta de los mismos contra el sistema de Rosas

    (1829-1852):

  • La Poes?a gauchesca como parad?jica rebeld?a 23

    Los Trovos de Paulino Lucero, que luego subtitul? hermosamente O los gauchos del R?o de la Plata cantando y combatiendo contra los tiranos de las Rep?blicas Argentina y Oriental del Uruguay, fueron escritos alo largode las vicisitudes de la historia, entre los gritos de los capitanes y la

    algazara...(Poes?a 1: xii)

    Cuando le llega el turno a Hern?ndez?paradigma de la cr?tica social para la opini?n generalizada de la ?poca?los editores vuelven a recuperar el criterio de rebeld?a est?tica con el cual se hab?a juzgado la obra de Hidalgo. Mart?n Fierro no se opone al gobierno, sino al "cantor letrao". ?Contradicci?n iit?ntencional o coexistencia de dos criterios diferentes que se articulan dependiendo a qui?n se

    juzga? Al llegar a este punto, entonces, el lector de Poes?a gauchesca no puede dejar de preguntarse cu?l ha sido la causa que ha impulsado a Borges-Bioy Casares a descartar la protesta que se desprende del canto de Fierro, cuando, por el contrario, han afirmado la de Ascasubi como Paulino Lucero estableciendo una dualidad evidente en los criterios de selecci?n.

    Al buscar una explicaci?n a tal dualidad de criterios, el lector descubre que en Poes?a gauchesca los editores mantienen?junto con sus propias notas de "car?cter hist?rico y filol?gico"

    ? las notas que Ascasubi mismo realiz? en la edici?n de sus Obras completas de 1872 (Poes?a 1: xxvii). En dichas notas la ideolog?a de Ascasubi no se s?encia ni se sugiere, sino que se manifiesta

    directamente como opositora a Rosas. Los versos de Lucero "Al potro que en diez a?os/ naides lo ensiU?... ", son aclarados por Ascasubi, en cuanto editor, del

    siguiente modo: "Alude a D. Juan Manuel de Rosas, el cual desde 1829 no tuvo contraste ninguno en su gobierno desp?tico..." (Poes?a 1:130). A estas notas, el lector debe sumar tambi?n las realizadas por Borges y Bioy. Ante la menci?n de Lucero "Juan Manuel+ el porte?azo", son los editores del 55 los que aclaran "+ El tirano Juan Manuel de Rosas (1793-1877)" (Poes?a 1: 62). Se establece, por lo tanto, un di?logo entre el editor del siglo XIX y los editores del siglo XX basado en la correspondencia ideol?gica. En las notas de los editores del siglo XX se observa una diferencia en el modo de presentar los juicios valorativos. Ascasubi expl?citamente da a conocer su ideolog?a a trav?s de su palabra. Borges y Bioy, por su parte, apelan a otros textos para se?alarla suya de modo indirecto: "Fus?a gobernadores: Cf. Luis Franco (El otro Rosas, XIII): Tor inspiraci?n u orden de Rosas se fus?a o deg?ella a ocho gobernadores de provincia: Reynaf?, Ber?n de Astrada...AveUaneda'" (Poes?a 1:180). Este desplazamiento textual les permite alos editores resguardar sus propios juicios valorativos al esconderlos bajo la "autoridad" de otras voces. Para desenmascarar la ideolog?a editorial, el lector se ve obligado a volver sobre las ense?anzas del pr?logo que le han hecho ver c?mo existen otros sentidos bajo lo dicho expl?citamente. Las "autoridades" a las que recurren los editores tienen en com?n la perspectiva historiogr?fica liberal inagurada por Bartolom? Mitre. Todos e?os coinciden en considerar a

  • 24 Latin American Literary Review

    Rosas como un dictador y en se?alar las "atrocidades" cometidas durante su

    gobierno. M?s a?n, los editores hasta recurren a las p?ginas ficticias del Facundo de Domingo Faustino Sarmiento para se?alar dichas injusticias.

    A trav?s de estas notas "hist?ricas", Borges y Bioy est?n planteando al lector algo m?s que una toma de posici?n ideol?gica con respecto a la gauchesca, en ellas involucran tambi?n a la historia argentina. Al adherir a la perspectiva anti-rosistade Ascasubi, Borges y Bioy des-escribenlahistoriade los revisionistas

    y re-afirman la tradici?n liberal. Este acuerdo ideol?gico se hace visible tambi?n en la estructura misma de la antolog?a: Poes?a gauchesca contiene en s? las Obras completas de Ascasubi.3 Los editores, en cambio, excluyen no s?lo los

    primitivos gauchescos, sino tambi?n aqueUos autores que cantaron sus trovos durante las d?cadas del veinte y del treinta. Tampoco incorporan a Luis P?rez, el poeta federal-rosista contempor?neo de Ascasubi. Con estas exclusiones, los editores ex?ian del canon gauchesco cualquier voz partidaria del Uamado "Restaurador de las Leyes". Resaltan, por el contrario, las voces opuestas al

    r?gimen a trav?s de la incorporaci?n de las obras completas de Ascasubi.

    Borges-Bioy Casares establecen una estrecha relaci?n entre literatura e

    ideolog?a. La antolog?a por eUos construida refleja esta toma de posici?n y confirma el car?cter pol?tico de la misma. La selecci?n realizada por Borges y Bioy demuestra que "choosingto read orignore a text [is] apolitical act" (Ruland 348). El car?cter artificial de toda antolog?a se confirma por este uso del lenguaje como arma que articula una ideolog?a determinada, presente no s?lo en lo que se dice, sino tambi?n y por sobretodo, en el c?mo se dice. S?lo si se acepta que todo

    "Vocabulary encodes ideology, systems of beliefs about the way the world is organised", se comprende la magnitud de la sola menci?n de Rosas como tirano y la exclusi?n de todos aqueUos poetas gauchescos de pensamiento contrario al por eUos sustentado (Fowler 69).4

    Si el lector contin?a su lectura de Poes?a gauchesca puede observar c?mo los editores se las han ingeniado para traducir su ideolog?a?y no s?lo su juicio est?tico ? en el momento de estudiar a Hern?ndez. Borges y Bioy se apartan nuevamente de la tradici?n nacionalista al no considerar al Mart?n Fierro como la s?ntesis clim?tica de la gauchesca. Por el contrario, se proponen otorgarle a esta obra el lugar que -de acuerdo con su criterio?le corresponde en la historia de la literatura argentina, dejando de lado las exaltaciones y los elogios hiperb?licos: se niegan a suponerlo como "nuestra Biblia, nuestro libro can?nico"

    (El "M. Fierro 517, "El escritor" 263). No por eUo dejan de aceptar que la obra de Hern?ndez es ? en palabras de Borges

    ? "[la] m?s perdurable que hemos

    escrito los argentinos . . ." ("El escritor" 263). Con Borges y Bioy Casares, Hern?ndez deja de ser el Homero argentino que Lugones alababa en?7payador.

    La "Noticiabiogr?fica"delescritordelMar/fnF^/TOpresenta caracter?sticas

    peculiares que afirman esta "degradaci?n". Borges y Bioy recurren nuevamente a esconder su voz al apropiarse de otros discursos asumidos como "autoridad".

    Construyen la "Noticia" a trav?s del encadenamiento de citas de diferentes textos, call?ndose completamente por ?nica vez la voz editorial. La primera

  • La Poes?a gauchesca como parad?jica rebeld?a 25

    transcripci?n corresponde a un segmento de la biograf?a realizada por Rafael Hern?ndez. En este fragmento sobresalen las referencias apolog?ticas al autor del Mart?n Fierro realizadas por su propio hermano. Los editores hacen uso de estas alabanzas para poner en evidencia los mecanismos ficticios impl?citos en la concepci?n m?tica de Hern?ndez como escritor y como exponente de lo

    gauchesco. La biograf?a se presenta como construcci?n artificiosa que va moldeando una particular idea de autor, que se correlaciona con la imagen del

    gaucho construida en el texto (ver Foucault 147):

    Jos? Hern?ndez, popularmente conocido por Mart?n Fierro, pues, como dec?a ?l mismo, era ?se un hijo que hab?a dado nombre a su padre,... AU?, en 'Camarones' y en 'Laguna de los Padres' se hizo gaucho, aprendi? a jinetear, tom? parte en varios entreveros, rechazando malones de los indios

    Pampas,.. .De formas a??ticas, pose?a una fuerza colosal com

    parable a Rafetto, el h?rcules de nuestros circos, y una bondad de alma comparable a su fuerza. (Poes?a 2: 574)

    Los dos siguientes textos ? un extracto de un discurso del senador por

    Santa F?, Nicasio Oro?o ( 1822-1904), miembro de laUamada "oligarqu?a", y un p?rrafo del diario La Naci?n de 1872, ?rgano de difusi?n de las ideas de dicha clase ? desarroUan el mismo tema del poema: la arbitrariedad de las levas sufridas por los gauchos y las injusticias que ?stas implicaban. A trav?s de ?stos, los editores responden a aqu?llos que consideran estas denuncias como reivindicaciones exclusivas de Hern?ndez. Por ?ltimo, el fragmento final

    corresponde al poema "El payador" del uruguayo Alejandro Margari?os Cervantes, perteneciente a su libro de poemas Celiar de 1852. El poeta presenta, en lenguaje culto, la figura m?tica del cantor caracter?stico del R?o de la Plata. Con esta incorporaci?n, los editores atacan sutilmente la proclamada "originalidad" de Hern?ndez.

    Borges y Bioy Casares no limitan su labor a la reordenaci?n y valoraci?n del g?nero, sino que extienden su juicio cr?tico al escritor m?ximo de los argentinos en un momento en que Hern?ndez era sin?nimo de Patria. De ah? que todos los textos analizados tengan?como prop?sito b?sico?el de relativizar la imagen construida de Hern?ndez como solitario palad?n en una sociedad

    corrupta haciendo ver, al mismo tiempo, los mecanismos escondidos tras todo

    paneg?rico. En Poes?a gauchesca el genio de Hern?ndez se desacraliza, con lo cual los editores le dan el golpe final a la identificaci?n nacionalista de la literatura nacional con la gauchesca: "Ni la compleja historia argentina cabe en las guerras de frontera de mediados de siglo, ni el protagonista?con su destino tan personal y casi polic?aco

    ? puede ser emblem?tico de un pa?s. Lo cierto es

    que la epopeya argentina no ha sido escrita..." (Poes?a 1: xxi-xxii). En la

  • 26 Latin American Literary Review

    antolog?a del 55, Mart?n Fierro no se eleva como el arquetipo del gaucho y no condensa la historia de la patria, como tampoco representa una comunidad ni habla con la voz colectiva de su pueblo. Fierro es ahora un h?roe individual que

    ? a trav?s de un discurso en primera persona ?

    eleva su lamento, que es sin?nimo de la historia personal de su vida.

    Borges y Bioy Casares se han valido de la misma tradici?n literaria ut?izada por los nacionalistas para responderles y atacarlos.5 Para lograr tal

    objetivo revalorizan el g?nero gauchesco desde una perspectiva totalmente diferente. As?, Poes?a gauchesca se transforma en un ?legato pol?tico, en una

    respuesta ideol?gica de estos intelectuales frente al particular per?odo por el cual atravesaba la Rep?blica Argentina en el momento de publicaci?n de su obra. La

    antolog?a, a su vez, cobra nueva fuerza de denuncia si se tiene en cuenta el

    segundo de los arquetipos elevado por los nacionalistas como sin?nimo de la

    argentinidad. El revisionismo hist?rico construy? esta imagen de Juan Manuel de Rosas al presentarlo como el ?nico defensor real de los intereses nacionales durante el siglo XIX en oposici?n a los proceres liberales de tendencias

    europe?stas. De ah? que

    ...la literatura nacionalista del per?odo 1932-1943 se dedicaba a una apolog?tica rosista con fines pol?ticos muy precisos, los cuales poco ten?an que ver con la historiograf?a pura. Porque la glorificaci?n del dictador fue utilizada concientemente como arma de guerra ideol?gica contra el liberalismo y como anuncio de un futuro l?der. (Buchrucker 132)

    Con el surgimiento del movimiento peronista, las conexiones entre Rosas

    y Juan Domingo Per?n son se?aladas ? con distinto signo valorativo

    ? tanto

    por la cr?tica Uamada "liberal" como por los mismos nacionalistas. Los primeros para mostrar su preocupaci?n, ya que consideraban que el per?odo de dictadura hab?a regresado. Los segundos, en cambio, para exaltarla figura del nuevo l?der.

    Borges, desde el comienzo del movimiento, se manifiesta antiperonista y se alia con el primer grupo. Ya en 1950 en su Aspectos de la literatura gauchesca

    ?

    publicado por la revista N?mero de Montevideo ? en un ap?ndice ausente de

    la primera versi?n del ensayo perteneciente a Discusi?n de 1932, afirma:

    Hace veinte a?os pudo sospechar mi pa?s que las indescifrables divinidades le hab?an deparado un mundo benigno, irreversiblemente alejado de todos los antiguos rigores... .Tan

    manso, tan incorregiblemente pac?fico, nos parec?a el mundo, que jug?bamos con feroces an?cdotas.. .Los poemas gauchescos eran, entonces, documentos de un pasado irrecuperable y, por

  • La Poes?a gauchesca como parad?jica rebeld?a 27

    lo mismo, grato, ya que nadie so?aba que sus rigores pudieran regresar y alcanzarnos. Muchas noches giraron y aconteci? lo

    que no ignoramos ahora. Entonces comprend? que no le hab?a sido negada a mi patria la copa de amargura y hi?l. Comprend? que otra vez nos encar?bamos con la sombra y con la aventura. Pens? que el tr?gico a?o veinte volv?a ...(Aspectos 33-34)

    Rosas y su mundo de barbarie y tiran?a vuelven para Borges a trav?s de la

    figura de Per?n. La gauchesca pierde en 1955 su valor exclusivo de representar el culto al coraje para recuperar su car?cter combativo y de protesta pol?tica. Los trovos de Paulino Lucero suenan ahora a trav?s de la voz editorial como arma

    pol?tica opuesta al sistema peronista. Borges y Bioy Casares juegan con el valor pol?tico de la gauchesca, aunque antes

    ? parad?jicamente ? se hab?an

    encargado de negarlo al acentuar lo est?tico como ?nico criterio de selecci?n y de valoraci?n. Los editores en esta antolog?a recuperan las armas utilizadas por los poetas del siglo pasado para oponerse al status quo. Valoran la gauchesca de

    igual modo que ese nacionalismo que antes se hab?a atacado, es decir, como forma de protesta social contra un r?gimen pol?tico que consideran injusto. Sin embargo, le asignan nuevas reglas de juego, cambiando absolutamente las ya asignadas por la cr?tica. Con la desmitificaci?n de Hern?ndez responden a la

    apolog?a del nacionalismo; con la revalorizaci?n de Ascasubi y su uso de la

    gauchesca como arma pol?tica atacan al peronismo. De ah? que los versos de Ascasubi suenan de modo preponderante en la antolog?a, de ah? que Hern?ndez

    deja de ser el punto clim?tico de la tradici?n gauchesca. En 1955 Borges y Bioy Casares editan la Poes?a gauchesca de la "Revoluci?n Libertadora".6

    En pleno per?odo peronista surge en la Rep?blica Argentina una nueva

    generaci?n nucleada en torno a la revista Contorno (1953). Los j?venes a?? reunidos retoman la revisi?n de la obra de Borges desarroUada por H?ctor A.

    Murena en El pecado original de Am?rica Latina (1954). Estos escritores atacan el cosmopolitismo y la ausencia de compromiso pol?tico y de lo que eUos denominan realidad nacional en las ficciones borgeanas (v?ase Rodr?guez

    Monegal 57ss). Adolfo Prieto ?

    miembro de dicho grupo ? en su Borges y la

    nueva generaci?n (1954) sintetiza el "juicio de los parricidas" del siguiente modo:

    [Borges representa] Un arte y una literatura sin contenido, un artista y un escritor que no tienen qu? decir...asombra pensar que el m?s briUante escritor de una generaci?n vocacionalmente joven, presente los estigmas del m?s depurado bizantinismo. (Prieto 86)

  • 28 Latin American Literary Review

    Frente a los reclamos de "la nueva generaci?n" y las acusaciones de los

    nacionalistas, Borges responde pero a su manera vali?ndose de esta antolog?a y apropi?ndose de los discursos en eUa impl?citos. Involucrando a Bioy Casares,

    Borges responde negando la relaci?n texto-contexto, exaltando la literatura como valor en s? mismo y afirmando que cada escritor, cada poeta, es un hacedor de su propio universo, aunque en el mundo por ?l creado resuenen entonaciones de voces ajenas. Frente a la exigencia del uso del vocabulario crio?o y de los temas nacionales, frente a la identificaci?n exclusiva de la gauchesca con la literatura nacional la respuesta se deja o?r a trav?s del ?nfasis otorgado a los valores est?ticos del g?nero.

    Pero en 1955 ? a?o de la revoluci?n que termina con el per?odo peronista ? la antolog?a restaura aquel rasgo de la gauchesca que antes se hab?a negado.

    Parad?jicamente, los editores reestablecen la relaci?n texto-contexto. Las voces de protesta reviven y las quejas contra la "nueva tiran?a" se reinstalan, ahora s?, en un contexto diferente que persiste en recrear?de acuerdo con la perspectiva editorial ? las caracter?sticas de las d?cadas rosistas. La rebeld?a est?tica se

    vuelve, entonces, rebeld?a pol?tica. Borges y Bioy Casares, callan aqueUas voces contrarias a su ideolog?a, manipulan, distorsionan su historia para que su "cantar

    opinando" pueda apuntar a reinstalar el canon gauchesco simult?neamente como g?nero literario y como protesta exclusiva de aqueUos "gauchos del R?o de la Plata [que] cantando y combatiendo contra los tiranos de las Rep?blicas Argentina y Oriental del Uruguay" se niegan a ser nacionales por simple mandato. Borges y Bioy Casares responden, pues, a los requerimientos de la "nueva generaci?n", pero lo hacen a trav?s del ?nico modo para eUos verdadero: a trav?s de la entonaci?n propia de lo literario.

    WASHINGTON UNIVERSITY

    NOTES

    1 Hay que tener en cuenta que se habla de nacionalismo como categor?a englobante

    de una serie de tendencias no homog?neas, pero que persiguen el com?n objetivo de b?squeda de la identidad. Para un estudio detallado del nacionalismo y sus aferentes tendencias se recomienda E. Zuleta Alvarez El Nacionalismo argentino 2 vol. (Buenos

    Aires: Sudamericana, 1975). V?ase, asimismo, el estudio de Marysa Navarro Gerassi Los nacionalistas (Buenos Aires: Editiorial Jorge Alvarez, 1968) sobre la corriente nacionalista de derecha.

    2 Nombres como el de Juan Maciel y el de Pantale?n Rivarola se han borrado de las p?ginas iniciales de la tradici?n. Asimismo, la an?nima "Relaci?n de lo que ha ocurrido en la Expedici?n de Buenos Ayres, que escribe un Sargento de la comitiva, en este a?o de 1778" y las piezas teatrales El amor de la estanciera (1787) y Las bodas de Chivico y Pancha (1823) no han sido incorporadas en la antolog?a del 55. 3 En Poes?a gauchesca no hay exclusiones de la obra de Ascasubi, est?n presentes tanto Paulino Lucero, Santos Vega o los Mellizos de la Flor, como Aniceto el Gallo y las "Poes?as varias publicadas con seud?nimos diferentes relativas en su mayor parte a la guerra contra el tirano Rosas e in?ditas algunas de ellas".

  • La Poes?a gauchesca como parad?jica rebeld?a 29

    4 Frente a esta afirmaci?n se podr?a objetar que Borges-Bioy Casares han descartado tambi?n a Juan Gualberto Godoy (1793-1864). Godoy, al igual que Ascasubi, debi? exiliarse debido a su pr?dica unitaria en las p?ginas de El coracero (1830-1831). Sin embargo, su poes?a no llega a cubrir las exigencias est?ticas de los editores. 5 Poes?a gauchesca debe leerse, por lo tanto, como continuadora de los nuevos fundamentos planteados por Borges en el ensayo "El escritor argentino y la tradici?n" y no como seguidora de los lineamientos de El tama?o de mi esperanza. En este ensayo Borges exige al escritor argentino la ruptura con la exclusividad de los "rasgos diferenciales argentinos" (265). Al mismo tiempo, se?ala la contradicci?n impl?cita en una escritura limitada: "los nacionalistas simulan venerar las capacidades de la mente argentina pero quieren limitar el ejercicio po?tico de ese mente a algunos pobres temas locales, como si los argentinos s?lo pudi?ramos hablar de orillas y estancias y no del universo" (267). 6 Esta antolog?a no es un fen?meno aislado, sino que sigue la l?nea iniciada por ambos editores en 1955 con la publicaci?n conjunta del cuento "La fiesta del monstruo" en la revista Marcha (v?ase, Avellaneda cap?tulos 1 y 2). Cuando la ficci?n no es suficiente, Borges se encarga de hacer expl?cito su pensamiento con palabras directas que sintetizan su visi?n de la Argentina de esos a?os: "Dije en Montevideo, y ahora repito, que el r?gimen de Per?n era abominable,.. .Dije tambi?n que hab?a que despertar en el pueblo un sentimiento de verg?enza por los delitos que mancharon doce a?os de nuestra historia y denunci? a quienes indirecta o directamente vindican ese largo espacio de infamia" ("Efusi?n" 52).

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    Article Contentsp. [20]p. 21p. 22p. 23p. 24p. 25p. 26p. 27p. 28p. 29p. 30

    Issue Table of ContentsLatin American Literary Review, Vol. 22, No. 44 (Jul. - Dec., 1994), pp. 1-100Front MatterThe Other Origin: Cortazar and Identity Politics [pp. 5-19]Borges y Bioy Casares, 1955 y la "Poesia gauchesca" como paradojica rebeldia [pp. 20-30]Ideologia y genero en la poesia de Jose Marti y Julian del Casal [pp. 31-48]Private Eyes in Argentina: The Novel and the Police State [pp. 49-73]Jorge Luis Borges and the Interview as Literary Genre [pp. 74-89]Book ReviewsReview: untitled [pp. 90-92]Review: untitled [pp. 93-95]Review: untitled [pp. 95-98]Review: untitled [pp. 98-100]

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