Bonsái, 8
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BonsáiLiteratura mínima
ocho
Directorio
EditorEs
Miréia AnievaHerson Barona
ConsEjo Editorial
Belinda OrtizGraciela RomeroJezreel SalazarRafael Zamudio
asEsorEs
Alberto ChimalCristina Rivera GarzaBlanca Rodríguez GaonaLiliana Weinberg
ContaCto
Bonsái. Literatura mínima. Año 2.
Número 8. Agosto 2012. México.
Bonsái es una publicación electrónica independiente
sin fines de lucro.
El contenido de esta publicación puede ser dis-
tribuido y compartido libremente siempre que se
reconozcan los créditos del autor y de la revista.
Las opiniones expresadas en los textos publicados
en esta revista son responsabilidad exclusiva de
sus autores y no representan necesariamente el
criterio de Bonsái y sus editores.
Lo que cuelga del árbol es el viaje
Francisco Hernández
Muchacha en invierno, 42Nadia Escalante
el hijo único, 45Chris Talbott(versión de EzequielZaidenwerg)
aluMbrar Se, 50Karla Villapudua
POESÍA
otiS elevator coMpany, 7apagón , 8la vida por vivir o ya vivida, 9Luis Vicente de Aguinaga
Sonata Mandala al ave penuMbra, 14Rocío Cerón
, 25Daniel Malpica
treS poeMaS, 35Arseni Tarkovsky(versiones de Natalia Litvinova)
Contenido
TUITS
MiScelánea, 20Sergio Espinosa Proa
el ruido de la Soledad, 39Vicente Forte
RESEÑA
treS apunteS para un reporte, 51José Luis Prado
CUENTO
eStación Soledad, 10Edgar Adrián Mora
big band, 23Antonio Sonora
la Mujer violeta yel hoMbre jaguar, 29Mariana Carbajal
3 inSectoS, 44Enrique ÁngelGonzález Cuevas
MiS MejoreS tardeS
coMo faquir, 48Carlos Robles Lucena
Luis Vicente de Aguinaga
otiS elevator coMpany
En caso de temblor o incendio;
en caso de tormenta eléctrica,
maremoto, aerolito,
inundación, huracán, ola de frío,
epidemia o eclipse,
divorcio, asalto a mano armada,
desprendimiento de terreno,
desprendimiento de retina,
no tomaré las escaleras
ni reptaré hacia la salida
ni, mucho me temo, dejaré que otros me salven
mientras nadie averigüe
si el ascensor —llamado elevador
en mi dialecto— sube o baja,
va o viene, cena o desayuna,
me protege o detesta, me resguarda o encierra,
es mi casa o mi cárcel,
mi país o mi féretro.
7
POESÍA
apagón
Sospeché, al despertar,
que algo no andaba bien
con la mañana. El último
segundo de la noche,
demasiado seguro
de su propia verdad,
sencillamente se detuvo
sobre la punta de los pies
entre dos postes del servicio eléctrico,
a falta de horizonte.
Si fuera un ruiseñor,
oírlo en esta orilla del Atlántico
no me sorprendería: las dos mitades
del mundo compartieron
ayer un pobre jirón de madrugada
y ninguna insistió, por una vez,
en aguardar el día.
8
POESÍA
la vida por vivir o ya vivida
para Teresa, en 2011
A qué podrán sonar
cuarenta campanadas.
A qué “Las mañanitas”
en cuarenta versiones monocordes.
A burla o a sinceras condolencias.
A música de alcoba
o Escenas infantiles tarareadas
con acompañamiento de sartenes.
A qué sabrán cuarenta
pasteles de cumpleaños.
A más o a menos pan,
a más o a menos fuego en las velitas.
Qué abrelatas o escobas harán falta
para estrenar edades o barrerlas
debajo del tapete,
para brindar o ahogarse
con sorbos de champán o en vasos de agua
en las postrimerías o en las vísperas
de una vida vivida o por vivir.
9
POESÍA
Edgar Adrián Mora
eStación Soledad
—Nos dejaron solos.
La voz de Iván me irrita cada vez más. Sólo abre la boca
para quejarse. Para confirmar algo que los demás sabíamos.
Los hijos de puta nos han olvidado.
—Estación R467, transmitiendo. Si alguien escucha
este mensaje, responda por favor.
La voz de Giordano. Intenta encontrar a alguien que nos
pueda sacar de este hoyo, como si no hubiera sabido desde
el principio que estábamos condenados a morir aquí, que el
precio de explorar este rincón del universo era precisamente
perder todo lo que nuestra vida normal representaba.
—Hoy tenemos pepinos, monstruos. Bueno, sobrecitos
de pepino. ¿Quién va a querer que se los prepare?
Diego. De todos, creo que es el más imbécil. Es el
psicólogo de la misión y parece el más loco de todos. Trata de
mostrarse alegre, optimista. Hace bromas a la tripulación y
se ríe de sus chistes simplones. Funciona como una máquina.
Una jodida máquina de juegos, la más inútil de todas.
—Tendremos que salir, colegas. Es probable que si
movemos el equipo de transmisión a una zona con menos in-
10
CUENTO
cidencia de tormentas de arena, alguien nos pueda ubicar y
baje a buscarnos. No arreglamos nada acá encerrados.
El buen John, siempre tiene un plan. Siempre sabe qué
es lo que hay que hacer. Tiene calculado todo, pero nunca
se atreve a ir más allá de la punta de su lengua. Observa con
atención si alguien secunda su idea. Todos le dirigen miradas
de soslayo, pero nadie le contesta. Él retorna a una especie de
mutismo que dura unas cuantas horas, antes de retornar con
la cantilena que los demás nos sabemos de memoria.
—Las probabilidades de sobrevivir se han reducido en
un 45/700 con respecto de la guardia de ayer. Tendremos que
administrar oxígeno de manera tal que podamos garantizar
un estado de lucidez por lo menos durante los siguientes once
meses. Después no se puede hacer nada. Habrá que evacuar…
Los cálculos de Wolf, eficiente como la mejor
computadora. Él y su tabletita llena de estadísticas y funciones
de probabilidad son la pesadilla de cualquiera que se precie de
ser un poco normal. Wolf vuelve a hacer sonar su tabletita y
nos muestra la gráfica de riesgo. La pendiente ha disminuido
dramáticamente durante los últimos cuatro meses.
11
CUENTO
—Desátenme, hijos de puta. No pueden tenerme así,
desgraciados. Si me logro soltar los mataré a todos, pueden
estar seguros. Son unas mierdas. Piltrafas. Parias. Malnacidos.
Le arrojo un tornillo a Jorge, el loco. Unas semanas
antes intentó degollar a John mientras éste dormía. Llevaba
una espátula de las que utilizamos en las expediciones de
campo. El musculoso Iván impidió que el homicidio se
consumara. Con la muerte de Mariana, en la tercera salida
programada, tuvimos más que suficiente. Las tormentas de
arena son frecuentes, azotan sin avisar y arrastran consigo
piedras enormes. Mariana no tuvo oportunidad. Una piedra
rompió la visera del casco y la cabeza le explotó antes de
que se enterara de lo que le había ocurrido. Probablemente
fue lo mejor que le pudo pasar. No puedo imaginar cómo la
hubiera pasado de haber permanecido aquí, encerrada entre
hombres, en medio de este calor y con la tensión rompiendo
los límites de todos. El otro día sorprendí a Giordano (pues
compartimos habitación) masturbándose mientras miraba uno
de los manuales de montaje de las antenas exteriores. Se percató
de mi presencia. Me mostró el pene y sonrió. Salí de ahí.
12
CUENTO
Todos están volviéndose locos. Pareciera que las cosas
marchan, pero no es así. En cualquier minuto alguno explotará
y sus sesos salpicarán a los demás. Alguno tomará el boleto
de ida y nos arrastrará por la escotilla. No estoy dispuesto a
que otro decida mi destino. Sé que voy a morir, lo tengo claro.
—Nos dejaron solos.
Otra vez la voz de Iván. Me ha irritado lo suficiente.
Giordano mueve por enésima vez los controles de la radio.
Diego me acerca un sobre con pepinos “preparados”; niego
con la cabeza, sus enormes dientes me sacan de quicio.
John se mueve hacia el interior de la estación, finge buscar
su equipo de exploración. Entonces escucho la voz de Wolf,
siempre en búsqueda de la eficiencia:
—Marco, ¿dónde pusiste los explosivos que sobraron
de la última salida?
Lo miro fijamente.
—Nos dejaron solos— le digo.
Aprieto el botón.
13
CUENTO
Rocío Cerón
Sonata Mandala al ave penuMbra
Estímulos eléctricos interpretados por el cerebro.
Bioelectricidad. Simulación
¿Qué es verdad, qué ficción?
Cortical. Subcortical.
Formas y representaciones.
Pulsación de fuerzas.
Vibración. (((( ))))
Olor sobre el tapete
(urdimbre y trama,
sin nudos, afgano,
antigüedad: 135 años),
pista o souvenir.
Olor hiperboreal: almizcle de civet, silvestre, atomizado.
Paisaje simple de cuerpo, aura dérmica,
muerte.
14
POESÍA
Olor de té y puntas de estrella.
Se tiene como algia una astilla. Asedio. Asedio. —Ese espacio dejarlo intacto.
Olor de tierra y raza. Sacar la tapa, ver lo suficiente.
Contracción: “cuente los segundos, respire poco a poco”.
A esta hora, en este olor, cualquier hombre se perdería.
:
Cortical. Subcortical.
Una vez tras otra cayendo.
Tentativa y miel sobre los labios.
Sobre el césped, las hojas. Encima de ella penden astros.
Esa mujer (vista en Baden Baden) enreda cada pliegue de piel
para que otros entren.
15
POESÍA
¿Por qué pelear? Para pelear.
Curiosidad intensa: ¿hacia dónde se mueve la imposibilidad,
el interior arenoso de un hombre, el vórtice solar, la visión,
el autismo, la mano posada sobre la núbil rodilla, el cuerpo
celeste no identificado, la ostra, el tiempo, el soplo que
agita apenas el mar Báltico, el cuerpo herido, el progreso,
las violetas, el romero? ¿A dónde se mueven las intensas
partículas de azul Berlín?
Gotea aún el rompevientos. Tejido que cubre apenas el monte.Nada queda sobre el césped. Acaso hiel sobre vértice cresta cimera.
Cardencha.Entonces la desembocadura del río:
Camuflaje. Suspensión, sangre en suspensión.
Cortical. Subcortical.
Formas y representaciones.
Pulsación de olores.
Espectro luminoso de presente.
16
POESÍA
Galoxolide.
Plasma artificial. Campo de gravitación aérea.
Millones de metros cúbicos de aire por una sola partícula —Ciervo.
Sexual, Fétida. Sintética.
Pleura.Entre la estampida reposa la mano sobre el talud de una rodilla.
Linde.Oxígeno para abastecer el cerco. Cercanía de pieles ante el viento.
Jaula.
(((( ))))
Lo suficiente, lo implícito. Éramos tres huérfanos radiantes.
17
POESÍA
Todo el cielo acampaba en nuestros ojos. Refracción de rayo
de luz. Saciedad a los pies del lenguaje —Ave penumbra.
Sonata que retumba en dormitorios: ylospájarosentraronenloslabios,
mandala aural. Ave fauce. Hipodérmica. Ave espacio. Aurora
boreal. Sistema. El más hermoso. Ave celofán. Erguida.
Macizo de calta palustra. Ave foso. Metal vajilla. Ave ópalo.
Ovillo púrpura. Red y plumaje enterrados en sangre.
Guirnaldas y fósforos. Sobre tu cuerpo mi dedo índice: el pensamiento hiende hígado cerviz pleura pulmonar; todo es transitorio me repito: imágenes: repito: imágenes. Todo es transitorio.
Abierto al cielo. Seco, suave, untoso. Púrpura; amargo a la
lengua. Persistente. Olor.
18
POESÍA
Cortical. Subcortical.
Formas y representaciones.
Pulsación de rastros. Pulsación de rastros. Pulsación de rastros.
Pulsación…
19
POESÍA
Sergio Espinosa Proa, @SergioEspinproa
MiScelánea
1. Un pensamiento se reconoce cuando no es ni una oración
ni una sentencia.
2. Difícil que un sentimiento profundo emerja de algo que no
sea de una avería del pensamiento.
3. Por vivir mejor nuestra vida solemos olvidar lo importante
que es tener sólo una.
4. Estar de acuerdo con alguien es la forma más civilizada de
faltarle al respeto.
5. Nada que no haya sido escrito por desesperación merece
ser leído.
6. Si no sientes que de algún modo estás siempre de más,
jamás podrás ser más o menos bien recibido.
7. No se puede ser fiel a lo que es inagotable —¡pero sólo a ello
sería legítimo serlo!
20
TUITS
8. La normalidad es exasperante porque nos ha acostumbrado
a no exasperarnos con lo insoportable.
9. La fuente del arte es la misma que la de la religión: para
llegar a ella hay que cruzar un inmenso desierto de escombros.
10. La amistad es lo mismo que el amor —pero con la luz
prendida.
11. Despojada del sentido del humor, la filosofía no se distingue
de la plegaria.
12. Pensar es escribir —pero con lápiz.
13. Tener convicciones es tonto; externarlas, patético.
14. Las creencias anidan en nosotros con la secreta pero firme
esperanza de llegar a ser desmentidas.
21
TUITS
15. Escribir, amar: tallar la materia.
16. Escribir pertenece menos al orden de la concepción que al
de la decepción.
17. Para nosotros ya sólo es válido seguir la pista a aquellos
que no podrían estar entre nosotros.
18. «El cielo estrellado dentro de mí, la ley moral lejos de mí»…
19. Se llega a madurar a fuerza de ya no poder progresar.
20. El concepto de una mosca nunca zumba en los oídos.
22
TUITS
Antonio Sonora
big band
Entraban a los bancos con sus bordados, sus gruesas gafas de
lectura y sus rosarios en las manos. Unas preguntaban sobre
cuentas de ahorro, otras sobre seguros de gastos médicos
mayores. Eran amables, dulces, amorosas. Pedían que les
hablaran más fuerte, del lado de la oreja donde llevaban los
aparatos para la sordera. Enseñaban las fotos de sus nietos,
hablaban de la más reciente Navidad. Eran pequeñas y se
movían lentamente, en un vals con su bastón y su andadera.
Los empleados las recibían con aburrimiento sin prestarles
importancia. Ellas actuaban en sincronía, en la más perfecta
complicidad. Ocupaban uno a uno a los ejecutivos, a las
cajeras y a los guardias de seguridad.
Pacientes, blandían sus mejores trucos. Todo se hacía en
el tiempo planeado, metódicamente. En la oficina del gerente,
una abuela de rostro amigable soltaba sus muletas al tiempo
en que sacaba de su gran bolso una preciosa Mágnum color
plata, disparando una gran carcajada de forajida adolescente.
Con los guardias ocupados en anotar las recetas para el pay
de manzana, las abuelas se transformaban al darse la señal.
Armas automáticas, escopetas. Todo el arsenal suficiente para
23
CUENTO
tomar una ciudad entera salía del interior de sus morrales de
costura.
Las octogenarias actuaban rápido y antes de que alguien
pudiera tocar la alarma, salían con el botín de la bóveda por
el frente del banco, donde las esperaba el autobús del asilo de
ancianos.
En estos crímenes sueñan y suspiran las bisabuelas,
mientras ven en el televisor las películas de los espías y
ladrones más buscados, las series de los detectives de Miami.
Cuando llega la hora de apagar el televisor, cada una regresa
a su dormitorio para planear, mientras duerme, el atraco del
día siguiente.
24
CUENTO
Daniel Malpica
Recorriendo las cimas entre dimensiones,
entre los espacios-tiempo
donde los olvidos de la materia,
me encontré múltiples veces a ,
tocaba una flauta
haciendo que aflorara de la piel una
horticultura del universo, tronando
mis folículos en pinturas, partituras del
paisaje, ilusiones vivas de algo más grande e inentendible;
yo, entonces, le decía que se detuviese, que después de tantos eones,
de tantos poemas expansivos e infinidad de visiones
frigoríficas de las estrellas
le tenía miedo a la vida; y él, con su sonrisa de arena, me miraba como
si todo fuera evidente, totalmente orgánico
pero no lo era
Antes de recordar, del primer gran viaje, los poetas nos
reuníamos, juntitos todos con los cabellos espeluznados,
tristeando sobre cómo el Planeta Serpentino no recordaba
nuestra juventud
25
POESÍA
sobre cómo muchos de la manada satelital olvidarían a
nuestros niños
En una noche, cuando la luna amanecía detrás de los montes
de amatista y las auroras de
halógeno se encendían con las casitas de una ciudad azarosa,
un poeta me escribió una frase: “¿has visto sonreír al diablo?”
y mucho después, cuando me sonreía, sólo supe
responderle
con las mismas palabras de aquella ocasión
y él dijo -todo el tiempo
Miles de años posteriores al abismo, en una de las cuevas
donde se originó la poesía escrita,
y yo observamos las caricaturas que loquitas
develaban su filosofía,
en una acústica, que reactivaría sus partículas incontables veces
“la gente sobre estima el valor de la perfección,
considero sabio que hayas optado el amor”- retumbaba en el eco
y sonrió característicamente
26
POESÍA
Cuántas veces tropecé entre senderos cosmogónicos y cuántas
veces, guiado por las estructuras mentales, cometí el equívoco
de subirme a los cometas más artificiales de celofán
cuántas veces desconocí a porque yo no era el mismo
en cada sitio
pero al final renuncié a lo mundano
para unirme a la orden mandálica de las constelaciones,
al universo como un tejido en la cabeza-venado huichol
Hice muchos poemas que se perdieron como mantarrayas en
los mares de asteroides;
le hice el amor a mujeres tierra, agua, aire y fuego
pero por más que buscaba,
el big bang y las eras del universo me fueron ajenos hasta que
lo conocí a él
, durante nuestro último encuentro, hizo sonar la
siguiente melodía:
27
POESÍA
Él morirá y yo también:
el bunjin existe por los caligrafistas.
el bunjin
es la palabra, la poesía vuelta bonsái:
el bonsái es un arte dinámico, vivo, inacabable;
de ahí su condición de inmortal:
yo soy la continuación del universo:
las manos de corteza
la corteza escrita
palabra estelar:
28
POESÍA
Mariana Carbajal
la Mujer violeta y el hoMbre jaguar
... la voz le dijo que se lanzaraal vacío con los brazos abiertos y los ojos cerrados.
No puedo, le temo a la oscuridad
Cantos al hombre jaguar XXI
–Soñé.
–¿Mmm?
–Soñé que me inscribía a una carrera de bicicletas.
Era un lugar alejado, lleno caminos de tierra, yo tenía una y
me subía en ella, empezaba a andar hacia el punto de inicio
y de un momento para otro, desaparecía. Me encontré a la
mitad del camino. Entonces se me ocurre robarle la suya a
un hombre que vivía en una cinta de película en blanco y
negro, me subo en ella y, luego ya no era sólo yo, tú también
ibas conmigo. Entonces, montados, vamos a iniciar la
carrera; ya estábamos en la línea de inicio cuando aparece
el hombre de la película, va caminando y señalando hacia
nosotros, haciendo un ruido como de celofán, su imagen era
intermitente y bidimensional, sus palabras acusadoras crujían
pero los jueces las entendieron muy bien. Nos descalificaron
29
CUENTO
y comenzaron a perseguirnos, así que salimos pedaleando y
nos internamos en una arboleda, pero de repente tú ya no eras
tú, sino otro, uno con el que te fui infiel hace mucho tiempo.
Entonces iba yo y el otro que ya no era tú y llegábamos a una
especie de desván-granero hecho totalmente de madera, ahí
comenzábamos a besarnos y ya estábamos preparados para el
sexo, pero él no traía protección, entonces no quise e intentó
forzarme, luego… de no sé donde, sacó un arma, pensé que
me iba a disparar, pero para mi sorpresa lo hizo contra sí
mismo, directamente en la sien.
Escuché que un grupo de personas se acercaba y en la
carrera no pude encontrar mi ropa, así que tomé dos cuadros
que encontré recargados sobre la pared del granero-desván y
en un parpadeo ya estaba afuera de ese lugar, era de noche y
yo corría por una explanada de pasto corto, corría con ambas
pinturas bajo los brazos, cubriendo mi desnudez, hacia un
grupo de árboles; al llegar, vi a un niño junto a un caballito,
le intercambié las pinturas por su animal, me subí a pelo,
desnuda sobre él, y emprendimos el camino hacia la espesura,
era tan bajito que mis pies se arrastraban por la hierba.
30
CUENTO
Fue muy vívido, el contacto de su cuerpo entre mis
piernas, mi mano agarrando su crin áspera y enredada, la
inercia de su trote, su ojo manso. Después de un largo rato,
las copas fueron abriéndose para dar paso a un claro en el que
la luna llena delineaba la silueta de las formas, fue un camino
de calma. Luego, una sombra redonda comenzó a cubrir el
ojo lunar, un ligero viento se levantó de entre la hierba y
desperté.
–No sueñes más, Mujer. Ya lo sabes, van a venir por
nosotros y ya no tengo fuerzas para implorar– dijo con
pesadumbre el hombre jaguar.
–Abrázame– murmuró la mujer, acercando su cuerpo
tiritante, arrastrando su piel violácea y sus cabellos purpúreos
hacia el hombre que ama. Él abrió sus brazos y la recostó en
su pecho.
–Duérmete ya, amor, pero en silencio… sin sueño… en
oscuridad.
–¿Recuerdas cuando éramos felices…?
–No, mujer, calla, no vueles…
–Vivíamos en una casa en la playa y paseábamos
31
CUENTO
desnudos por la calle, tomándonos del sexo. Comíamos con
los amigos, bebíamos vino y nos alimentaban las frutas,
siempre sonriendo…
–No, mujer, eso no pasó, cállate ya…
–¿Te acuerdas que bailaste aunque no bailas y que nos
besábamos en las mejillas unos a otros, sin pudor ni lascivia…?
–No vueles más, mujer, no sueñes, cierra los ojos y no
mires a lo lejos.
–¿Te acuerdas que la sal de mar salpicaba nuestros
cuerpos y el sol acariciaba nuestros labios, pechos y nalgas?,
¿ y que el océano nos llamaba hacia su regazo con voces
múltiples?
–Mujer… no, eso no pasó.
El hombre jaguar la tomó en sus brazos, tomó su cuerpo
violeta y tiritante de ensoñación, la oprimió contra su pecho
y ella acarició el pelaje de su rostro.
–No iré hacia las sombras, en mis ojos aún hay luz.
El sonido lejano de pasos se coló entre los rumores
marinos, entre las voces de los amigos; una puerta se abrió
con un sonido mecánico y dos seres anencefálicos acorralaron
32
CUENTO
a la mujer violeta que ya no era violeta, y al hombre jaguar
que ya no era jaguar, los patrones en su piel se esfumaron,
el clamor del mar dio paso a engranes y voces lacrimosas, el
sol ya no era el sol, sino una lámpara incandescente, en una
celda inmunda, poblada de alimañas.
Los dos seres los tomaron de los tobillos y los arrastraron
aún abrazados, gimoteando. Los llevaron por el piso hasta
otra habitación geométrica, con instrumentos esterilizados
y planchas de acero. A la mujer la subieron sobre una de
ellas, le arrancaron el vello del cuerpo y con una llama azul
le secaron la humedad de entre las piernas, le cortaron los
párpados y le trepanaron el cráneo. Entre fluidos iridiscentes,
navegando en las profundas circunvoluciones del cerebro,
vivía un gusanillo ciego e incoloro; lo extrajeron con una
pinza micrométrica, lo arrojaron dentro de una máquina y
dejó de existir con velocidad y sufrimiento espeluznantes.
El hombre fue empujado hacia la otra plancha, no
tenía sentido pedirles misericordia, los seres autómatas ni
parpadeaban. Miró de reojo el cuerpo a su lado y cerró los ojos.
En la oscuridad camina hacia la mujer violeta, el mar los
33
CUENTO
llama y el sol los acaricia, él le toca la cara para asirla.
–Siempre vuelas mujer, siempre vuelas.
34
CUENTO
Arseni Tarkovsky
Se apaga la viSta (verSión de natalia litvinova)
Se apaga la vista —mi fuerza,
como dos invisibles lanzas de diamante.
El oído ensordece, lleno de trueno remoto
y de respiración de la casa paterna.
Se debilitan los nudos de los músculos firmes,
como canosos bueyes sobre el arado.
Y ya no brillan de noche
las dos alas detrás de mis hombros.
Soy una vela que se consumió durante la fiesta.
Recojan mi cera por la mañana,
esta página les dictará,
cómo llorar y de qué enorgullecerse,
cómo repartir el último tercio de la alegría
y morir ligera,
y a la sombra de un techo casual
póstumamente encenderse,
como la palabra.
35
POESÍA
paul Klee
Había una vez un pintor
llamado Paul Klee
en algún lugar más allá de las montañas,
sobre el prado.
Sentado, solo, en la vereda,
con lápices de colores dibujaba
cuadrados y ganchitos,
África, un niño sobre el andén,
al diablo con camisa azul,
estrellas y animales en el cielo.
No quería que sus dibujos fueran
un documento exacto de la naturaleza
donde se ordenan, obedientes,
las personas, los caballos,
las ciudades y las aguas.
Quería que las líneas y las manchas
hablaran claramente
como los grillos entre los sonidos de julio.
Y una mañana, sobre el cartón,
se asomó el ala y luego el rostro,
36
POESÍA
del ángel de la muerte.
Klee supo que había llegado la hora
de despedirse de sus amigos y de la Musa.
Klee se despidió y se murió,
y no podría ser más triste.
Si Klee hubiera sido un malvado,
el ángel de la muerte, un poco más natural.
Junto al pintor nosotros también
podríamos desaparecer y el ángel
esparciría nuestros huesos.
Pero díganme, ¿para qué?
Si el cementerio es peor que el museo,
donde a veces deambulan los vivos
y cuelgan en fila los cuadros de Klee,
celestes, amarillos, benditos...
37
POESÍA
Bajo el corazón del pasto crece el rocío,
un niño va descalzo por el sendero,
lleva fresas en su canasto abierto.
Yo lo miro desde la ventana,
es como si en el canasto llevara el alba.
Si hacia mí se desplegara ese sendero,
si en mi mano se balanceara ese canasto,
no miraría la casa bajo la montaña,
no envidiaría otra tierra,
no volvería a casa.38
POESÍA
Vicente Forte, @vforte
el ruido de la Soledad
1. el órgano más grande de nuestro cuerpo es la soledad
2. al menos esta soledad es mía
3. tengo muchas ideas haciéndome fila en la soledad
4. esta soledad ganaría primer premio en un concurso de rasgado
5. la palabra soledad es plural
6. a Dios lo creó la soledad
7. la soledad es el idioma que hablamos cuando los otros no
nos entienden
8. el traje de soledad siempre es a la medida
9. todo lo que es individual, pertenece al reino de la soledad
10. el silencio, la soledad, la indiferencia: la mayor violencia
39
TUITS
late en las cosas quietas
11. la soledad nunca miente
12. la soledad es la manera como se pudre lo invisible
13. en la casa de la soledad todo silencio es enfático
14. la soledad siempre es multitud
15. me inquietan las cosas que no hacen, como la soledad, el
espacio o el silencio
16. la soledad es llenura, es sentir demasiado en nada
17. al menos la soledad nunca ignora
18. soledad no es que el silencio te acompañe, soledad es que
tú le acompañes a él
40
TUITS
19. la soledad es el hueco que se le descose a lo no habitado
20. la peor soledad es la de las cosas que sí están
21. la mínima expresión de un hombre es la soledad
22. la puerta se bate ante el empuje revuelto de la soledad
23. no hay soledad con mala dicción
41
TUITS
Nadia Escalante
Muchacha en invierno
I
Cubre la mesa con el mantel, y la hendidura permanece.
Debajo del encaje que estira sobre la madera, se intuye el
pequeño vacío entre las tablas. El frío hace grietas en su tacto,
reseca la flexibilidad de los objetos; la casa se acerca más al
polvo, a nublarse; las paredes arrinconan la respiración de los
días húmedos de antes hacia una gotera solitaria que a veces
suena, impredecible, en la cocina. Sus largos dedos giran
dos anillos por la mesa, intentan encerrar en circunferencias
confiables algo en su respiración que quiere surgir, escaparse,
abrir una grieta del entrecejo al estómago, de una puerta a
otras puertas, de la tierra que tiembla al tejado que resiste la
paralela inmovilidad de las paredes.
II
Alisa las arrugas del mantel como a certezas de ángulos
deformes; las líneas se obstinan en su voluntad de surco, de
contraída superficie que intenta replegarse en una irregular
sensación de estancamiento. En algunos tramos, el tejido del
encaje se deshace tras segundos, terceros remiendos; hay
42
POESÍA
huellas más pequeñas, cicatrices de manchas antiguas en los
hilos más delgados que resguardan la madera de las marcas.
No hay un centro en esa mesa, no se encuentra; no hay un
centro en esa casa, las grietas por donde el frío visita a la
materia se bifurcan en líneas que unas a otras se repelen.
III
Bajo la luz nebulosa de la lámpara, la muchacha abraza la
mesa de cedro. Hay algo de tierra ahí que permanece, de
crecimiento humilde hacia los cielos, de tronco fiel a los
círculos del tiempo, de raíz que busca un camino entre las
piedras.
43
POESÍA
Enrique Ángel González Cuevas
3 inSectoS
CuriosidadEl parásito llega al punto preciso del cerebro. Una pequeña
mordida y el anfitrión morirá. Atento, el parásito decide
esperar a que acabes de leer este cuento.
*
Formica scribensSegún los estudiosos, la cantidad de palabras que es capaz
de transportar y acomodar este insecto en una jornada es
exactamente del tamaño del presente text
*
FosaUn grupo de larvas se mueve por los cuerpos hasta que da
con tu ojo. De inmediato lo comen y nadan en él, a pesar de
su extraño sabor. Prensado bajo un montón de cadáveres, tú
continúas vivo.
44
CUENTO
Chris Talbott
el hijo único (verSión de ezequiel zaidenwerg)
Lo veo chapotear en el estanque
de la infancia, luchando por no hundirse
con flotadores en los brazos flacos;
de vacaciones con su madre, miro
cómo lee de un tirón una novela
en la cama, con sus anteojos gruesos,
mientras afuera brilla el sol y todos
los demás chicos juegan en el patio;
podría imaginármelo recluido
en su cuarto, escapando de la furia
de la madrastra joven; o en la escuela,
comprimiendo la panza en un intento
frustrado por atarse los cordones;
lo contemplo aturdido en la cocina
mientras, en algún lado, carretea
el avión que está a punto de llevarse
su niñez para siempre; lo descubro
precoz, temblando junto al río, mientras
aprende en medio de la noche helada
una gimnasia nueva en otro cuerpo;
45
POESÍA
vuelvo a encontrarlo sobre el pasto húmedo,
bajo la bruma blanda de las drogas,
borracho, parloteando sin parar,
fumando un cigarrillo tras de otro
con un único amigo; lo sorprendo
atormentado por el sexo, a solas
frente al amor y su atavismo, lúcido
en ser ingenuo sin saberlo; miro
cómo se abren sus músculos y crece
la flor de su estatura; cómo, mientras
se va cubriendo de deseo ajeno,
lo quema como un rayo silencioso
el suyo propio; en la universidad,
lo veo con la mano levantada
hacer una pregunta inconveniente;
lo miro convertirse, en poco tiempo,
en un novio serial, en el marido
más probable; lo encuentro con los ojos
abiertos, en la noche conyugal,
mirando las esquirlas de la luz
46
POESÍA
que pasan a través de la persiana
entrecerrada y flotan por el techo;
lo veo suspendido por el aire
en su asiento asignado, sin poder
dormir, con el estómago revuelto
por su futura decisión, y un vaso
de plástico en la mano; lo descubro
solo otra vez, perdido entre la música,
con los dientes cubiertos de cemento,
intentando aprender cómo se vive
de un fogonazo cegador a otro;
observo cómo flota entre lo frágil,
de espaldas, mansamente; lo contemplo
recluído en sí mismo, encaramado
al borde de su propia juventud.
47
POESÍA
Carlos Robles Lucena
MiS MejoreS tardeS coMo faquir
Mis mejores actuaciones como faquir llegan durante algunas
noches de junio en las que, un poco aburrido del espectáculo,
decido rizar el rizo y añado a mi catálogo de torturas el de
engullir una de las bombillas de Edison.
La originalidad de la performance no radica en su
volumen -la bombilla que trago es más bien pequeña- sino
en que, mediante una tenue luz al principio, el bulbo va
iluminando las diferentes cavidades de mi cuerpo.
El número da inicio en la tráquea con su anaranjada
nuez para, instantes después, dirigirse hacia mi frágil caja
torácica y encender el bosque incandescente de alveolos que
me resguarda el corazón.
Corazón que palpita todavía con más fuerza cuando logro
conducir la bombilla por el vientre consiguiendo alumbrar
así cada uno de los órganos del sistema digestivo. Como en
una brillante deglución, como si me hubiera zampado una
luciérnaga enorme.
Justo en ese preciso momento un espectador del
segundo palco se levanta y manda parar el espectáculo.
Ante el sobresalto del respetable se identifica como
48
CUENTO
Doctor y, mesándose el provecto bigote, se me acerca para
observar más detenidamente mi costado izquierdo.
Aclarándose la voz se dirige hacia el respetable y le hace
notar la ligera mancha pardusca que destaca en mi intestino
grueso. Mientras pone cara de espanto me diagnostica
precozmente el inicio de una extraña clase de tumor.
Afortunadamente extirpable –añade el doctor con una
enorme sonrisa- mediante una sencilla operación.
Tres segundos después el público estalla en el mejor de
los aplausos. No deja de hacerlo hasta que el Doctor abandona
la sala. Realizamos siempre dos sesiones.49
CUENTO
Karla Villapudua
aluMbrar Se
Alumbrar es. Vivir __ metáfora perpetua. Pensar juzgar pen-
sar juzgar pensar juzgar. Son frecuencias de baja vibración:
Juegos del inframundo. Alumbrar pegada___ al cielo todo el
día. Sin juzgar pensar comparar. Desear. ____yoyoyo… Sí.
Vivo el absoluto entre mi carne. Yoyoyoyo_______no tengo
la culpa de la pérdida de aureola de la pérdida de aureola. De
la pérdida de aureola. Cuando dejamos de vivir poesía. De ser
poesía. A mí me gusta el cielo. Vivo cielo. Respiro cielo. Soy
orgón al cielo.___¡Vivan las frecuencias binaurales! El cere-
bro lúcido al amanecer. Anochecer… Adivinando cosas. Vivan
los videntes inmortales. Alumbrar es vivir Me. ¡Yo! Me canto
a mí misma. Me respiro, me voy al cielo, y no bajo de allí. De-
masiado purgatorio. Me parece tan superfluo. _________
Voy arriba, estoy arriba y ya. ______ALUMBRA___DA.
50
POESÍA
José Luis Prado
treS apunteS para un reporte
Los desequilibrios de toda índole,en tanto compliquen el problema humano,siempre serán propicios para la literatura.
Alain Paul Mallard
1. Apresurarse despacio
Hay libros que mantienen su propio tiempo de coacción. En
2010 apareció en Río Grande Review, revista de la Universidad
de El Paso Texas, en el número dedicado a la “Obsesión”, una
primera muestra del Reporte Barrymore (IMACP, 2011).
En las versiones de un presente que se ha formado perpetuo
en la escritura, en el parpadeo del cursor ante la pantalla en
blanco como un símil de lo inacabado, todo se ha convertido
en libertad y no se consignan las formas finales de un texto.
Recuerdo ver a Yussel Dardón trabajar durante varios días
con la idea de este libro. Lo que encuentro ahora es que se
han desvanecido cada una de las tachaduras y correcciones
de esas primeras versiones que vi: han quedado como leves
51
RESEÑA
marcas en los espacios que dividen cada fragmento que lo
componen. Tenemos un libro limpio, casi con el acomodo
perfecto, un sentido de responsabilidad ante el lenguaje y el
tiempo.
2. Lo cotidianamente fracturado en pinceladas cósmicasAl leer el texto de Yussel encontramos esa estructura
quebrada, cercana al tweet. Nos dice Dardón: “la verdad
infinita se encuentra en el espacio blanco que se forma entre
los caracteres”. Pero no sólo eso, tenemos en el Reporte Barrymore una cantidad de espacios que deben ser llenados,
como el mismo espacio entre la espera del cursor y otra
espera, que se ha formado en el susurro del olvido por parte
de su protagonista, “pues el individuo que se parte, por lo
regular, no sabe qué hacer con los restos”.
Libro excéntrico, libro accidentado, Reporte Barrymore
es una muestra de soltura, de ensamblaje sonoro, un paseo por
los géneros literarios y más aún, una apuesta por la obsesión.
Reporte Barrymore cuenta, de cierta forma, la historia
52
RESEÑA
de una despedida. Tenemos algunos fotogramas de corte
poético que en voz del personaje nos narran una especie
de delirio amoroso. Sin embargo, el texto no se queda ahí,
existe a la par una grabación que nos hace pensar en un
psicoanalista, mientras con un tono mordaz nos va dando
cierto conocimiento de la neurosis obsesivo-compulsiva del
personaje. Dice un fragmento de la grabación: “El sentido de
ausencia se fundamente en el vacío, mientras la presencia
encuentra confort en la obsesión”. Uno más: “Es probable,
de hecho es seguro, que sus sensaciones encuentren origen
en una obsesión que no le gustaría reconocer porque hacerlo
le causaría un vacío que, mediante el enfrentamiento a una
realidad carente de significados para él y para la que él mismo
carece de significado, lo arrastraría al reconocimiento de su
existencia como una paradoja: existe porque ama, pero no lo
aman porque no existe”.
De esta forma el texto nos va envolviendo en una
estructura que ha sido desquebrajada, pero que, con la
incidencia de los aportes psicoanalíticos nos produce una
extrañeza ante la poesía de la que habíamos sido partícipes.
53
RESEÑA
Encontramos en cada pieza fragmentaria un pequeño
regalo: el autor trabaja con el detalle, esquirlas poéticas que
demuestran el tallado en papel: “Drew Barrymore, entre
pisada y pisada escucho un papalote cruzar el cielo disfrazado
de colibrí, justo como tu mirada errante en los minutos de
nuestra noche.”
Por otra parte, lo cotidiano adquiere cierta dimensión
cósmica, diría que se vuelve universal, pero eso sería restarle
espacio a la metáfora. Dardón crea pequeñas puertas hacia el
infinito, siempre eludiendo la congestión en el texto. “Drew,
si en algún punto del universo me escuchas prometo tomarte
de la mano siempre, esperando que la realidad a la que me
lleves sea el límite espiral de la galaxia, porque si no es así,
Drew Barrymore, tomaré una camioneta y conduciré al oeste
para observar cómo juntas flores de vainilla con tus manos”.
Yussel nos da muestra de cómo mezclar ideas elevadas
con movimientos sutiles de la naturaleza. Es en esos destellos
donde encontramos ideas profundas, impresiones que han
sido capturadas por el ojo del narrador, todo esto creado
con un fraseo cristalino: “Alguna vez creí escucharte que me
54
RESEÑA
transformaría en un cuervo que vuela entre cada partícula de
tiempo y espacio. Ahora, y en verdad lo digo, sé que estar a
tu lado es la única manera de saberlo, porque al fin y al cabo
esperaré el día en que bailes para mí con un átomo de memoria
entre los labios y me beses, entregándome la totalidad de esta
o cualquier otra galaxia”, opina el personaje, en un discurso
elaborado a manera de soliloquio. Reporte Barrymore no
sólo está lleno de poesía, sino que resulta una incomparable
lección de escritura.
En una muestra de trabajo en cada frase, en la que cada
palabra parece insustituible, Yussel ha buscado la idea concisa,
única y memorable. En este sentido, el texto significa para
Dardón una especie de tallado perpetuo, una maquinaría que
debe ser pulida y al momento de darle cuerda, pueda seguir
trabajando de manera limpia, así es como entiendo el paso
del tiempo entre el primer Reporte… y el que ahora tenemos
en nuestras manos.
3. La enfermedad, un motor narrativoDifícil será mostrar en la escritura de Yussel qué se debe a la
55
RESEÑA
obsesión y qué a la perseverancia. Lo que queda claro es que
ambas conviven en el mismo fenómeno de la escritura del
joven Dardón.
Pero, ¿cómo opera la obsesión en la escritura del
autor? Estuve revisando la primera versión del Reporte... y
encontré, no con sorpresa, aquello que intuía en su escritura.
Una vez publicado, Yussel Dardón se vuelve a acercar a ese
entramado de signos que había dejado. Decía que se acerca
a la página de la computadora y produce varios cambios de
orden léxico, algunas variantes nimias pero, no obstante,
cruciales. Hay una que llama puntualmente mi atención, un
cambio de sustantivos. Encontré: “Pero hay una necesidad
de ser de mi parte y una negación tuya a aceptarlo, que sin
duda me convierten en el artefacto ideal para el olvido.” El
olvido que en la primera versión sonaba a “...artefacto
ideal para la negación”.
En la primera versión la palabra negación se puede
obviar, dado el contexto en que está enmarcada, pero la
corrección del autor produce la dimensión del texto: el
olvido es algo irrecuperable, es la palabra justa, a la manera
56
RESEÑA
de Flaubert. Si no tuviera el texto anterior en mis manos,
podría parecer inadvertido, pero como decía antes, Reporte Barrymore está hecho de secuencias que han sido borradas
por el autor. En palabras de Calvino, podría decirse que se
trata de una paciente búsqueda de la palabra, la búsqueda
de una densidad particular que encuentra su medida en la
página única. Este tipo de literatura breve debe componerse
—y Yussel lo sabe— de palabras que penetren como un
cuchillo afilado por las entrañas de cada idea en que desea
mostrarse. Se trata, entonces, de una coherencia textual. Ese
es el tipo de detalles que construyen la literatura del joven
Dardón, un laborioso trayecto que muestra cómo el fondo
emerge de una estructura fragmentaria. Algo queda claro
de todo esto: un texto va creando sus propias grietas y son
necesarios, siempre, el tiempo, la paciencia y un alto grado de
introspección, a la par de un amplio sentido del escarnio. Así,
lo que parece ineludible es que la enfermedad nos acerca a la
literatura.
57
RESEÑA
Luis Vicente de AguinagaGuadalajara, México, 1971. Eslicenciado en letras hispanoamericanas por la Universidad de Guadalajara y doctor en letras románicas por la Universidad Paul-Valéry deMontpellier. Ha sido becario delConsejo Estatal de la Cultura y las Artes de Jalisco, del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes y del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología de México. Entre sus obras destacan La cercanía, Por una vez contra el otoño, Reducido a polvo y Séptico, entre otras.
Mariana CarbajalCórdoba, México, 1985. Ha vivido del tingo al tango peroen todos sus caminos ha prevalecido su amor al cine. Estudió letras para convertirse en una mejor lectora y ahora se dedica a buscar el cine desdela literatura. Le gusta el tiempo libre y hacer de cuenta todo va a estar bien.
Rocío CerónMéxico, DF, 1972. Ha sido becaria del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes-Jóvenes Creadores. Obtuvo el Premio Nacional de Literatura Gilberto Owen 2000. Es
cofundadora del colectivo MotínPoeta y editora de El billar de Lucrecia. Ha publicado los libros de poemas Litoral, Basalto, Soma, Apuntes para sobrevivir al aire y Tiento. Es coautora de El decir y el vértigo.
Nadia EscalanteMérida, México, 1982. Estudió la licenciatura en Lengua y Literatura Hispánicas en la Universidad Veracruzana. Fuebecaria de la Fundación para lasLetras Mexicanas (2008 y 2009).Su plaquette Adentro no se abre el silencio fue publicada por la colección La Ceibita de Tierra Adentro.
Sergio Espinosa RoaMéxico, DF, 1952. Obtuvo lostítulos de Licenciado en Antropología Social por la ENAH, Maestro en Filosofía e Historia de las Ideas por la UAZ y Doctor en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid. Autor de libros como El deshielo y la nube. Incursiones sobre la Universidad y la crisis de la modernidad, Decápites, El misterio de las Universidades, La fuga de lo inmediato. La idea de lo sagrado en el fin
de la modernidad, Pensar la experiencia estética, Nada puede allí. Desviaciones sobre lo imaginario, etc.
Vicente Forte SilliéCaracas, Venezuela, 1975. Abogado, escritor, pintor, cineasta y otros enredos existen-ciales. Proletario y tuitero comomecanismo de defensa. A veces escribe de corrido en higadoencebollado.blogspot.com
Enrique ÁngelGonzález CuevasMéxico, DF, 1986. Estudió Filosofía en la UNAM. Ha publicado en las revistas Penumbria, La hoja de arena, Asfáltica, Punto en línea, Axxón (Argentina) y en la Antología virtual de minificción mexicana (con el nombre de Ángel Cuevas). Ganador del concurso de Ciencia Ficción y Fantasía “Todo puede cambiar” en 2011, fue publicado en una antología con el mismo nombre a cargo de la Brigada para Leer en Libertad.
Natalia LitvinovaGómel, Bielorrusia, 1986 Resideen Buenos Aires, Argentina. Traduce a los poetas rusos.
Colaboradores
En el 2010 publicó un libro de poemas, Esteparia (Ediciones del Dock), tradujo la antología de la poeta Shajriza Bogatyreva, Rumbo a Karachay (Casa Refugio Citlaltépetl / Bonobos, México, 2011).
Daniel MalpicaMéxico, DF, 1988. Director del proyecto cultural MOLINO de CUENTO y editor del fanzine digital de literatura [Radiador].
Edgar Adrián MoraTlatlauquitepec, México, 1976. Es profesor de Historia de América Latina y Literatura. Ha publicado Memoria del polvo (México, UACM, 2005), Claves para comprender a América Latina (México, Unión Radio/ Lazo Latino, 2007) y Agua (México, Tártaro, 2011). Su blog es fabricadepolvo.blogspot.com
José Luis PradoPuebla, México. 1981. Ha sidoantologado en el libro de cuentos Puebla directo. Serie los urbanos. Buap/IMACP, México, 2010. Fue becario del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes del Estado de Puebla en 2011, en el área de
narrativa. Publicó en diversas revistas, tanto nacionales como internacionales. Mantieneel blog: pepepradodesaparece.blogspot.com
Carlos Robles Lucena Terrassa, España. 1977. Cuidauna antología tímida de Monterroso que pronto entregará a Random House. En abril, “Quimera” publicó su relato “Último peón dereina”. Fue cofundador,coeditory fotocopiador en exclusiva de los fanzines difuntos “Sedhante” y “Hebdomadario”. Debutó sobre papel a finales de los 90 con el drama en un acto “¿equilátero?”, rescatada y estrenada hace un par de meses por los estudiantes del Aula de Teatre de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona.
Antonio SonoraMonclova, México, 1979. Autor de los libros de cuentos El diario de los lienzos, Piezas para un anticuario, Adiós a Rocamadour y Souvenirs. Premio nacional de cuento corto 2011 de la DGEST. Textos suyos han aparecido en diversos medios entre los que destacan El Norte, La Jornada
Semanal, la revista Punto de Partida y el periódico cultural La Manzana. Divide su tiempo entre el trabajo universitario, la lectura, su familia y la escritura de una novela sobre orquídeas.
Karla VillapuduaCuliacán, México, 1979.Filósofa, dirige www.revistaespiral.org
Ezequiel ZaidenwergBuenos Aires, 1981. Traduce yescribe poesía. Ha publicado los poemarios Doxa (2007) y La lírica está muerta (2011). Administra el blog zaidenwerg.blogspot.com
BonsáiLiteratura mínima
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