Bobbio y la concepción gramsciana de la sociedad civil

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  • Giovanna Giglioli

    Bobbio y la concepcin gramsciana de sociedad civil

    Summary: This article polemizes withNorberto Bobbio's famous essay about Gramsciand the civil society, not, as usual, with hisinterpretation of Gramsci's theory and itsrelationships with marxism, but with hisinterpretation of marxism and its relationshipswith the modern political thought. So, there wecan find the main problems of this Bobbio'scontroversial essay.

    Resumen: El presente articulo polemizacon la ponencia de Norberto Bobbio sobreGramsci y la sociedad civil, pero no, como esusual, con la interpretacin de Gramsci y susrelaciones con el marxismo, sino con la del mar-xismo y sus relaciones con el jusnaturalismo. Seintenta mostrar cmo, en efecto, es ahi ms bienque en los planteamientos sobre Gramsci dondese gestan los equivocos de fondo de este discuti-do trabajo de Bobbio.

    En abril de 1967 Norberto Bobbio presen-taba en la ciudad de Cagliari, capital de Cerdea,una ponencia inteligente y polmica sobre la con-cepcin de la sociedad civil en Gramsci. El anli-sis arrancaba desde Hobbes y culminaba resaltan-do la originalidad de la posicin gramsciana fren-te a Marx. Desde ese entonces el trabajo deBobbio no ha dejado de ser el centro de apasiona-das discusiones. All en el mismo CongresoInternacional de Estudios Gramscianos, JacquesTexier vio en la interpretacin de Bobbio unarotunda negacin del carcter marxista de lastesis de Gramsci y reaccion con fuerza ante ello.Iring Fetscher replic entonces con palabras que

    Bobbio citara aos despus, identificndose ple-namente con ellas: "Lo que Bobbio quiso decir esque hay algo nuevo en el pensamiento deGramsci, que no se halla ni en el pensamiento deMarx ni en el de Lenin; y si hay algo nuevo, haytambin necesariamente una diferencia. Me pare-ce esencial recalcar -aunque sea obvio- que lagrandeza de un pensador nunca consiste en sucercana o lejana de otro autor, sino nicamenteen la cercana entre su pensamiento y la realidadcontempornea, en la precisin y la amplitud conlas que l da una imagen de esa realidad. Y lagrandeza de Gramsci me parece consistir en elhecho de que supo interpretar la historia actual deItalia y del mundo entero, diciendo cosas queotros no haban dicho antes" '.

    En 1976 se publicaba bajo el ttuloGramsci y la concepcin de la sociedad civil unaserie de ensayos de Bobbio, cuya Introduccinretornaba abiertamente la polmica con Texier yde paso con toda una corriente ortodoxa quesegua reivindicando, en una "atmsfera de devo-cin filolgica" la plena fidelidad de losCuadernos gramscianos a las tesis de Marx sobreel Estado y la sociedad civil. Todava en 1990Feltrinelli volva a publicar la Introduccin de1976 de Bobbio junto a varios ensayos de stesobre Gramsci, incluyendo naturalmente la yaclebre ponencia del Congreso de 1967 2, desdeentonces fuente de una polmica que se ha pro-longado hasta nuestros das. Y si bien no puedenegarse que tambin ha sido explorado el caminotan oportunamente indicado por Fetscher, tampo-co podemos ignorar la tendencia reiterada a cul-minar toda discusin sobre la sociedad civil enGramsci en una polmica acerca del carcter mso menos ortodoxo de sus tesis.

    Rev. Filosofa Univ. Costa Rica, XXX (72), 153-158, 1992

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    La COyunturaactual, marcada para el mar-xismo por el fracaso de los Estados burocrticosdel Este y por el consiguiente desconcierto de suslineamientos tericos, se presenta hoy adecuadapara la recuperacin del lcido esfuerzo deBobbio por ubicar la concepcin gramsciana desociedad civil como momento especfico de la tra-yectoria del pensamiento poltico occidental.Repensar crticamente el recorrido trazado porBobbio no es trabajo ajeno a la investigacin de lavigencia analtica y estratgica de las tesis deGramsci. Escindir o contraponer ambos momen-tos en busca, por un lado, de la pureza doctrinariay, por otro, de la eficiencia poltica significa, encambio, perseverar en las actitudes dogmticas ypragmticas tan caractersticas del marxismo orto-doxo. Es desde esta perspectiva que vamos areflexionar aqu sobre algunos puntos fundamen-tales de la ponencia de 1967, apretada sntesisinterpretativa de los antecedentes tericos deGramsci, cuyas tesis bsicas nos parecen perma-necer, por lo menos hasta donde alcanza nuestroconocimiento, en las posteriores obras de Bobbiosobre el tema de las relaciones entre Estado ysociedad civil en los que l denomina los modelosjusnaturalista y hegeliano- marxista.

    Dos son los puntos de ruptura que enfatizaBobbio en su anlisis: el que encuentra en el bino-mio Hegel-Marx la transicin del racionalismomoderno al historicismo contemporneo y el quese da entre las tesis marxistas y, las de Gramsci.La finalidad del trabajo, y no slo desde el puntode vista formal, tiende hacia ese segundo puntoque es, adems, la fuente de las polmicas quevenamos comentando. La presentacin de lastesis gramscianas y de sus diferencias con las deMarx constituye un aporte novedoso y brillanteque capta finalmente toda la atencin del lector.Sin embargo, despus de reflexionar detenida-mente sobre la ponencia, llegamos a la conclusinde que su continuidad es algo dudosa, de que lapretensin de enfocar, junto a la concepcingramsciana de sociedad civil, sus antecedentestericos hace que el trabajo se escinda en dos.Uno sobre los modelos jusnaturalista y hegeliano-marxista y sus relaciones recprocas, trabajocabalmente sinttico e interpretativo, cerrado yconcluyente. Otro sobre Gramsci y sus relacionescon Marx y el marxismo, bsicamente analtico yabierto, donde la interpretacin se centra ms entesis puntuales, sin aventurarse a plantear unanueva periodizacin ni el surgimiento de un

    nuevo modelo a partir de Gramsci, Ambos desa-rroUosmuestran coherencia interna, mas en nues-tra opinin no la misma solidez. En el primerohemos credo ver rasgos dogmticos y antidialc-ticos, en el segundo un enfoque dialctico y origi-nal. Ms, en todo caso, es la pretensin de unidosen un desarroUounitario la que nos deja finalmen-te la impresin de hallamos frente a un peligrosodesnivel, casi que a un tercer punto de ruptura queno se encontrara esta vez en el objeto interpreta-do, sino en el enfoque de quien interpreta.

    Es posible que la lectura esquemtica ysugerente del jusnaturalismo y el historicismocree en el lector una expectativa de simetra quese ve frustrada al llegar a Gramsci y sus relacio-nes con el marxismo, quienes no encajan en ladinmica que Bobbio haba venido imprimiendo ala historia del pensamiento poltico a partir deHobbes. Mas como siempre, el problema no esmeramente metodolgico. Hemos encontrado -yvamos a tratar de mostrarlo seguidamente- insufi-ciencias interpretativas en la primera parte de laponencia que no logra, por ello, presentarse comoun cuerpo coherente de antecedentes para lasposiciones gramscianas. Las polmicas desperta-das por la segunda parte podra deberse en parte aesta circunstancia.

    Tanto el pensamiento poltico modernocomo el historicismo hegeliano-marxista utilizan,segn Bobbio, un modelo dicotmico. En el pri-mero se enfrentan Estado y sociedad preestatal oantiestatal -en el caso del jusnaturalismo, sobre elcual terminar concentrndose la investigacin,sociedad poltica y estado de naturaleza-; en elsegundo se enfrentan Estado y sociedad civil. Masla dicotoma no es la nica caracterstica de estosmodelos. Hay otra comn a ambos que consisteen atribuir toda la racionalidad de la vida social auno solo de los trminos dicotmicos, en el casodel jusnaturalismo al Estado, en el marxismo a lasociedad civil. Este planteamiento presenta porsu esquematismo varias dificultades de fondo.Para el jusnaturalismo, al que limitaremos porahora nuestro anlisis, la ms seria es sin duda lade mantener a las dos tendencias, que el mismoBobbio reconoce ah, cobijadas bajo un nicomodelo general. Hallar en Locke, por ejemplo, lamisma exaltacin de la racionalidad del Estadoque se encuentra en Hobbes no es tarea fcil. Aslo muestra el curioso argumento que aparece rei-teradamente en los escritos de Bobbio de que loque cuenta, en ltima instancia, es que Locke

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    tambin muestra una misma sintorntica urgenciapor abandonar el estado natural). Dbil argumen-to si se piensa que en Locke la constitucin delgobierno no es ms que la consagracin de laracionalidad cabal de la sociedad burguesa -exis-tente ab aeterno en el estado' de naturaleza- y lagaranta nica de su legtima reproduccin.Tampoco es 'tarea fcil, esta vez en relacin conMarx, forzar la pasin igualitaria de un Rousseaua convivir con el despotismo hobbesiano o con laexaltacin lockeana de la propiedad en un idnti-co modelo dicotmico contrapuesto al hegeliano-marxista. La ulterior subdivisin del modelo jus-naturalista en la ponencia de 1967 en el modeloHobbes-Rousseau y Locke-Kant no es, por otraparte, debido a la pretensin de mantener elmodelo general, ninguna solucin a los problemassealados.

    Mas hay otra consecuencia que nos interesaahora y es que el excesivo nfasis de Bobbio en elEstado como momento supremo de la racionali-dad lo lleva -igual situacin se presentar en elcaso del modelo hegeliano-marxista- a un manejoinsuficiente del otro trmino en la totalidad dico-tmica. En la interpretacin del jusnaturalismo, elestado de naturaleza muestra nicamente uncarcter negativo, una funcin de contrapunto.As cuando Bobbio se refiere al modelo Hobbes-Rousseau utiliza una y otra vez los. trminos"negacin radical" y "eliminacin" para referirsea la accin del Estado sobre el estado de naturale-za, reforzando con ello su tesis de que es nica-mente en el primer trmino donde se concentra laracionalidad jusnaturalista. El enfoque nos parecearriesgado. En nuestra opinin, no solamente elestado natural de Locke pasa a formar parte, nte-gro e invariado, de la sociedad poltica, sino queni siquiera en Hobbes puede hablarse propiamen-te de una eliminacin del estado natural. Nopodemos olvidar, en efecto, que el Estado es pro-ducto de un pacto voluntario que sella el triunfode las leyes naturales de la razn y que, por otraparte, la funcin permanentemente represiva delLeviathn no puede explicarse ms que por latendencia permanente de la vida social a recon-vertirse en estado de guerra. La estructura conflic-tiva del individuo y sus formas de convivencia sereproduce as en la base misma de la sociedadpoltica que para perpetuarse en paz necesita ins-tituir un poder que mantenga constantemente bajocontrol a las fuerzas sociales. Lo que queremos,en otras palabras, sealar es la permanencia en el

    jusnaturalismo de algunos o de todos los elemen-tos que conformaban el estado natural y que en lavida poltica son claramente diferenciables delfenmeno del poder que los organiza y adminis-tra. La presencia, pues, de la que Hegel y Marxconceptualizarn luego como "sociedad civil"frente al Estado, pese a que los tericos jusnatura-listas tiendan a identificar ambos trminos o biena utilizar el primero para distinguir el mbito decompetencia del Estado -.

    En realidad Bobbio debera estar de acuer-do con lo planteado, ya que sostiene en su ponen-cia que Marx y Engels llegan a invertir el modelojusnaturalista al atribuir justamente a la sociedadcivil toda la racionalidad que aqul atribua alEstado. Tal vez la aseveracin de que Hegel es elautor de la historizacin del estado de naturalezaconstituya un reconocimiento implcito de queste haba subsistido de una forma u otra en elEstado jusnaturalista. Mas para Bobbio es impor-tante que ese reconocimiento no se haga explci-to, ya que ello abrira la posibilidad de cuestionarla otra caracterstica propia de ambos modelosdicotmicos (la inversin recproca) y de atribuira Marx un planteamiento capaz, entre otras cosas,de continuar el difcil trabajo jusnaturalista yhegeliano de conceptualizar el carcter y la inte-raccin entre Estado y sociedad civil (aqu en elsentido hegeliano de "brgerliche Gesellschaft").Sin esa continuidad, la inversin marxista slologra afirmar la ausencia de una vinculacininterna, dialctica, entre el pensamiento modernoy el historicismo contemporneo. En este sentidono es casual que Hegel termine constituyndoseen la ponencia de Bobbio en un modelo aparte,logrando slo muy parcialmente jugar el papel defigura de transicin no meramente formal.Tampoco es casual que Marx y Engels aparezcanah invirtiendo en realidad ms bien el modelohegeliano que el jusnaturalista ya que, dada lainterpretacin que de este ltimo hace Bobbio,ah la nica inversin que cabe propiamente es detipo metodolgico, es la historizacin de Hegel.Mas no se trata de seguir explorando las posiblesincoherencias internas de las tesis de Bobbio, sino,de enfrentar el problema de fondo. Nuestra opi-nin es que si la ponencia logra mostrar de mane-ra pese a todo convincente la inversin del mode-lo jusnaturalista, es porque Bobbio deja de lado elhecho de que en Marx no hay una sola interpreta-cin de las relaciones entre Estado y sociedadcivil, sino por lo menos dos.

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    Hay en Marx una opcin por la sociedad,en palabras de Bobbio la conviccin de que "elprogreso no marcha de la sociedad al Estado,sino, inversamente, del Estado a la sociedad" ~.Mas hay en Marx tambin un anlisis crtico delas relaciones entre Estado y sociedad en el capi-talismo, y la indudable vinculacin dialcticaentre ambos desarrollos no nos autoriza a unifi-carlos arbitrariamente en uno solo. Cuando Marxopta por la sociedad sin Estado hace un nfasismximo sobre la potencial racionalidad de la pri-mera, mas cuando analiza crticamente las rela-ciones entre sociedad y Estado en el capitalismoreconoce primero la racionalidad clasista delEstado burgus para desenmascararla despus atravs de la reconstruccin de la irracionalidadltima de la sociedad civil que lo sustenta. En estacompleja visin de las relaciones entre Estado ysociedad, Marx recupera alternativamente losaportes de los distintos tericos del jusnaturalis-mo, rompiendo a la vez con todos ellos, al asumirla historizacin hegeliana de la realidad, y conHegel mismo, al desechar el esquema universalis-ta e individualista de la sociedad y del Estado. Lade Marx no es, por tanto, una inversin sino unaAufhebung dialctica mltiple y diferenciada quese gesta en el mbito de una visin radicalmenteoriginal del proceso histrico. Entre el jusnatura-lismo y Marx no se da un mero juego de inversio-nes, sino un proceso continuo-discontinuo, dondela compleja dialctica marxista entre sociedadcivil y Estado profundiza y supera la que ya enforma incipiente haban planteado los tericos delderecho natural.

    Gramsci tambin se halla frente a Marx enuna relacin de continuidad-discontinuidad, deprofundizacin y superacin. Nadie lo ha vistomejor que Bobbio, a quien debemos la ms claray penetrante exposicin de la concepcin grams-ciana de sociedad civil. Esta no invierte la marxis-ta, ni oculta un radical desplazamiento del centrodel transcurrir histrico, como muchos han credoleer, para bien o para mal, en la ponencia deCagliari 6. La integracin de la sociedad civil almbito de la superestructura en Gramsci no signi-fica, en efecto, una negacin del lugar asignadopor Marx a la estructura (sinnimo de sociedadcivil), sino la introduccin de un concepto nuevobajo un nombre viejo. Mas esa novedad no slotiene sus races en la realidad poltica observadapor Gramsci, tambin las tiene en algunos ele-mentos ya presentes en la teora de Marx y que

    ah todava se hallaban en estado embrionario,carentes de una ms precisa definicin. Pensamos,por ejemplo, en el anlisis de la gnesis y funcinde las ideologas, pero tambin en cmo en Marxno dejan de presentarse "casi como un momentoreflejo en el mbito del mismo momento reflejo,en cuanto son consideradas en su aspecto de justi-ficaciones pstumas y mistificadas-mistificadorasdel dominio de clase" '. Gramsci viene a rescatarestas intuiciones de Marx del mecanicismo en quese encontraban inmersas. Les devuelve una vidapropia tanto a las ideologas como a las institucio-nes que las materializan, al descubrir para ellas unmbito especfico de existencia: la sociedad civilcon su funcin ms propia de "hegemona polticay cultural", "como contenido tico del Estado" 8.La referencia a Hegel ms bien que a Marx esdirecta. Se trata, aclara Bobbio, del momentosuperior, inmediatamente preestatal de la sociedadcivil hegeliana, el que, en realidad, es ya "conjun-tamente sociedad burguesa y Estado burgus" 9. Ya este mismo, en un sentido ampliado por las exi-gencias del anlisis poltico concreto, se integra,en efecto, la sociedad civil gramsciana, reprodu-ciendo en la teora la complejidad propia de loreal. Anota acertadamente Bobbio que si Marxutilizaba un esquema dicotmico, estructura-superestructura, Gramsci utiliza, adems, unasegunda dicotoma, la que dentro de la superes-tructura enfrenta a la sociedad civil con el Estadoen sentido restringido (o la hegemona con ladominacin) y que, a su vez, no deja de variar sig-nificativamente el carcter de la primera anttesis,al introducir en ella un tercer elemento que mediaentre los trminos contrapuestos: la misma socie-dad civil concebida como mbito de la lucha pol-tica y cultural, terreno donde se afirman la liber-tad humana y la construccin consciente del futu-ro. En este sentido, tambin base de una concep-cin de la extincin del Estado ya no meramentenegativa, sino enfocada como expansin plena ypositiva de la subjetividad histrica.

    Pese a que contina usando en un sentidomecnico los trminos de dicotoma y anttesis,marginando el concepto de totalidad, no cabeduda de que Bobbio interpreta cabalmente en suponencia la dialctica gramsciana y que a menudoalude correctamente tambin a la que media entreGramsci y Marx. Su exposicin de cmo elprimero enriquece la visin del segundo, revalo-rando la capacidad creadora de la superestructuraes en este sentido un paso importante en la revalo-

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    racin de la capacidad misma de la teora de ori-gen marxista para interpretar la realidad y paraproponer alternativas no adheridas al "error deestadolatra". Y ello en la medida en que ahdonde enfatiza la originalidad gramsciana, nodeja por ello de cuidar la continuidad entre sta yel pensamiento de Marx. Aqu el punto de ruptu-ra, a diferencia del hegeliano-rnarxista, es autnti-camente dialctico. El ncleo central del devenirhistrico no es desplazado por la introduccin delconcepto de sociedad civil, sino reconocido entoda su complejidad real ajena al esquematismoanterior. Pese a esta indudable dialecticidad de losplanteamientos de Bobbio sobre Gramsci, ah jus-tamente se concentr la indignada protesta de losmarxistas, y Bobbio en la Introduccin de 1976todava se vea obligado a reiterar frente a Texiercmo su intencin nunca haba sido la de expul-sar a Gramsci del pensamiento marxista, sino lade ubicarlo adecuadamente dentro de esa tradi-cin 10. Pero lo que ms nos llama la atencin esque ah Bobbio, casi 10 aos despus de la publi-cacin de su ponencia, reconoca con asombrocmo no solamente los marxistas ortodoxos, sinotambin un buen nmero de fervientes antirnar-xistas, haban mal interpretado su trabajo sobreGramsci en el mismo sentido de Texier.

    Si tuviramos que encontrar una respuestapara dicha situacin, diramos que quizs no sloel dogmatismo marxista, sino tambin el antirnar-xista, se inspiran en una misma interpretacin delmarxismo, determinista y economicista, esquem-tica y no dialctica. La misma que Bobbio leachaca con razn a muchos de sus interlocutoresen relacin con Gramsci. Mas quizs en este lti-mo caso el mismo Bobbio tenga alguna responsa-bilidad, se encuentre l mismo contaminado enalguna medida por una visin insuficiente del quedenomina el modelo marxista, como hemos trata-do de mostrarlo anteriormente. Puede que en estesentido lit primera parte de su ponencia - con suesquematismo antidialctico del que se alimentanjusnaturalismo y marxismo, con sus modelosinvertidos y discontinuos sin perspectiva de snte-sis ni progreso, con su esbozo de un Marx plena-mente mecanicista y tambin plenamente leninis-ta - reafirme al lector en su dogmatismo respectode Marx y, por ende, fomente en algn grado elrechazo de la segunda parte, donde el tratamientodialctico de las tesis de Gramsci y de sus relacio-nes con el marxismo se presenta como un corteestridente y repentino. Nos preguntamos: Dentro

    del modelo hegeliano-rnarxiano, cabe sostener laoriginalidad innovadora de Gramsci a la vez queel determinismo mecnico del modelo en su con-junto? La polmica sobre la ponencia de Bobbiodebera, en nuestra opinin, trasladarse deGramsci a la interpretacin del marxismo (que esah marxismo-leninismo) y, ms atrs, a la deljusnaturalismo.

    Notas

    l. Norberto Bobbio. Saggi su Gramsci, ed. cit.Introduzione, pg. 19.

    2. Norberto Bobbio. Saggi su Gramsci, ed. cit.3. Cf. Norberto Bobbio, Sociedad y Estado en la filo-

    softa moderna, ed. cit., caps. V, VI. Nos parece, en todo caso,que la forma ms viable de sostener este punto es mostrandocmo tambin en Locke el estado de naturaleza desembocasolapadamente en un estado de guerra.

    4. Cf. Norberto Bobbio, Estado, gobierno y sociedad,ed. cit., pg. 59.

    5. Norberto Bobbio, "Gramsci y la concepcin de lasociedad civil", en Gramsci y las ciencias sociales, de autoresvarios, ed. cit., pg. 68.

    6. Cf. la discusin del mismo Bobbio en laIntroduccin citada a los Saggi su Gramsci.

    7. Norberto Bobbio, "Gramsci y la concepcin de lasociedad civil", en Gramsci y las ciencias sociales, ed. cit.,pg. 83.

    8. Antonio Gramsci, Pasado y Presente, ed. cit.,pg. 204 (cuaderno VIII).

    9. Norberto Bobbio, op. cit., pg. 75.lO. Norberto Bobbio, Saggi su Gramsci, ed. cit.,

    Introduzione, pg. 17.

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    Giovanna GiglioliEscuela de Filosofia

    Universidad de Costa Rica2060 Ciudad Universitaria Rodrigo Facio

    Costa Rica