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126
MODERNIDAD
LlQUlDA
milita
en contra
de
las estructuras
durables
y
especialmente
en contra
de
las
estructuras
con
expectativas
de una
vida
laboral
que
insuma toda
la
vida
util
del
trabajador.
En estas
condiciones,
la idea
de
"Carrera"
resul-
ta
nebulosa
y
fuera
de
lugar.
Sin
embargo,
esta
diferencia
es
una
mera
disputa
verbal.
Sea
o no
co-
rrecto
el
empleo
de los
trminos,
lo
fundamental
es
que
la
comparacin
de
Cohen
capta
certeramente
el cambio
de
la
historia
moderna
del
tiem-
po
y
alude
al
impacto
que
esta
empezando
a
ejercer
sobre la
condicin
existencial
humana.
El
cambio
en cuestion
es
la nueva
irrelevancia
del
espacio,
disfrazado
como
aniquilacin
del
tiempo.
En
el universo
soft-
ware
de
los
viajes
a la
velocidad
de la
luz,
el
espacio
puede
recorrerse,
literalmente,
"en
una
fraccion
de
tiempo";
las
diferencias entre
"lejos"
y "aqui
nomas"
desaparecen.
El
espacio
ya
no
limita
la
accion
ni su s
efectos,
y
cuenta
m uy p oco
o
nada
en absoluto.
Ha
perdido
su
"valor
estratgico",
como
dirian
los
expertos
militares.
Todos
los
valores,
como
observara
Georg
Simmel,
son
"valiosos"
so-
lamente
mientras se
consigan
"renunciando
a
otros
valores";
el "desvio
del
logro
de
ciertas cosas"
es
la
causa
de
que
"se los
considere
valiosos
[a
los
valores]".
Sin
usar estas
mismas
palabras,
Simmel
cuenta la
histo-
ria
del
"valor
fetiche":
las
cosas,
escribio
Simmel,
"valen
justo
lo
que
cuestan"
y
esta
circunstancia
parece,
perversamente,
"decir
que
cuestan
lo
que
valen".
Lo
qu e
las
hace valiosas son
los obstaculos
que
hay que
superar
para
poder
apropiarse
de
ellas,
"la
tension
de
la
lucha
po r
con-
seguirlas".22
Si no
hace falta
tiempo,
si no
hay que
renunciar
a
l
-no
hay que
"sacrificarlo"-
para
llegar
a
los
mas
remotos
lugares,
los
luga-
re s han
sido
despojados
de
valor
en
el sentido simmeliano.
Una
vez
que
las
distancias
pu_eden
recorrerse
(y, po r
lo
tanto,
se
puede
actuar
sobre
partes
distantes
del
espacio)
con la
velocidad
de l as senales
electronicas,
todas las
referencias
al
tiempo aparecen,
como
diria
jacques
Derrida,
sous rature.
El
trmino
"instantaneidad"
parece
referirse
a un
movi-
miento
mu y rapido
y
a un
lapso
mu y
breve,
pero
en realidad
denota
la
ausencia
de
tiempo
como
factor
del acontecimiento
y, po r
consiguiente,
(blandos).
Y
son
ta n
duros
como
pocos
de sus
antecesorcs,
capaces
de
permanecer
inmvi-
les o
de
moverse
po r
pistas
bien
marcadas
y
mantenidas. EI
capitalismo
software
no
es
me -
nos
duro
que
su antecesor
hardware.
Y lo
liquido
no
es nada
soft.
Basta
pensar
en un
diluvio,
un a
inundacin
o
la
ruptura
de
un
dique.
22
Vase
Georg
Simmel,
"A
chapter
i n t he
philosophy
of
value",
en:
The
Conflict
in
Modern Culture
and Other
Essays,
trad. de
K. Peter
Etzkorn,
Nueva
York,
Teachers
Co-
llege
Press, 1969,
pp .
52-54.
EsI>Ac1orr1EMI>o
127
su
ausencia
como
elemento
en el
calculo
del
valor. El
tiempo
ya
no
es
"el
S _h5=11a
l
l0gf0",
Y
POI
eso
ya
no
confiere
ningun
valor
al
espacio.
Sl
instantaneldad
de la
epoca
del
software
augura
la
devaluacin
del
espacio.
r- Ep
la
poca
del
hardware,
de
la
modernidad
pesada
que
segun
los
te rmmos
de
Max
Weber
era
tambin la
poca
de
la
racicfnalidad
instru-
fnentab
el
tiempo
era
el
medio
qu e
requerfa
ser
cuidadosamente
mane-
]ad0_ para
que
los
rditos
del
valor,
que
eran
espaciales,
pudieran
mainmizarse;
en
la
poca
del
software,
de
la
modernidad
liviana
la
efi-
C 3? 3 C
tiempo
como
medio de
conseguir
valor
tiende a
aprmfimarse
al
1nf1n1to,
con el
paradjico
efecto de
igualar
(mas
bien
para
abajo)
el
valor
de
todas
las
uniclades
que
conforman
el
Campo
de
los
potenciales
0blCUV0-
L3
PICSUUFH
SC
ha
desplazado,
pasando
de
los
medios
a
los
fi-
;
-
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128
MODERNIDAD
LIQUIDA
t s
'sigue
siendo
el
tiempo
"tal
como
lo
conocemos"?
L21
@XPfe5i6"
O
'
4
vitales
un
amomemo
de
tiempo"
parece,
al menos
en
ciertos
aspectos
,
oximoron.
gSera,
tal
vez,
que
tras
haber
aniquilado
al
espacio
como
vril-
lor
el
tiempo
se
ha suicidado?
gN o
habri
Sido
el
@5PaC'
Slmplenwme
fl
pri'mera
victima
de
la
frentica
carrera
del
tiempo
hacia
su
pf0P'a
am'
_
.
,
quilacion.
_
.
.
. _
la
Lo
que
hemos
descripto
es,
po r
supuesto,
una
condicion
llrmnal
die
historia
del
tiempo
-lo
que
PUCCC
SCF,
CH
nuest fa
etapa
actual'
la
te n en'
,
~
'em
o
necesa-
cia
ultima
de
es a
historia-.
Por
cerca
que
este
del
C 0
l
U
P
I
Cluso
rio
para
llegar
a
un
destino
espacial,
todavia
no
l leganl ios
a
cero.
n
do
-
*
s
rocesa
la
tecnologia
mas
avanzada,
equlpada
C011
105
mffls
P2
H050
P
I
re s no
ha
logrado
atin
una
genuina
"instantaneidad
_
Tampoco
e
espa-
'
_
'
nos
cio
ha
caido
en
una
irrelevancia
total
y
absoluta,
ni los
agentes
hpma
an
logrado
ingravidez,
ni
infinita
volatilidad
y
flexibilidad.
Pero
adslgui-
.
~
1-
cion
descripta
se
avizora,
sin
dudas,
en
el
horizonte
de
la
modernl
a
t
viana.
Y,
mas
imP0ff2\m@
allfh
C5 el
ideal
que
Pefslguen
fonstantgmen
e
-aunque
nunca
lo
alcancen
(go
porque
n u n Ca
lo
2llC;1HZ-an-lzilos
l;";$5;
les
operadores
de
nuestra
poca,
el
ideal
que,
en
e
avatar
e
es
I
norma
satura
cada
organo,
cada
tejido
y
cada
celula
del
cuerpo
SOCl3
7
_
as
Milan
Kundera
describio
"la
msoportable
levedad
del
se r
0m0
FIC
ds
la
tragedia
de
la
vida
moderna.
La
levedad
y
la
velocidad
(ilumas-)
fue'
ron
elegidas
po r
ltalo
Calvino,
el
inventor
de
esos
personayes
completel-
ente
libres
(libres gracias
a
su
elusividad,
que
imposibrlita
filla
qule
intento
de
atraparlosl
"el bafn
famP3"te
Y
el
Caballero
lnvwble'
qdui
funcionan
como
encarnaciones
Liltimas
del
eterno
poder
emancipador
arte
literario.
_
_
I-lace
mas
de
treinta
aiios
(en
su
clasico
Bureaucratzc
Phenomenon),
_
.
.
-
la
Michel
Crozier
identifrco
la
dominaclon
(en
todas
su s
vanedades?
Con
cercania
a las
fuentes
de
incertidumbre.
Su
veredicto
todavia
esta
vigen-
te -
dominan
las personas que
consiguen
mantener
su s
actos
en
libertad,
gin
regulacion
y, po r
lo
tanto,
impredecibles,
mientras
regulan
normati-
vamente
(rutinizan,
es
decir,
vuelven
monotonos,
repetitivos
Y
Pfedecl'
bles)
los
actos
de
otras
personas.
Las
perS0I1-HS
Clue
ellen
las
miings
libres
dominan
a
las
personas
que
tienen
las
manos
atadas;
la
liberta
e
las
primeras
es la
causa
principal
de la
falta
de
_libertad
de
las
segundas;
y
la
falta de
libertad
de
las
segundas
es el
sentido
ultimo
de la
liberta
de
las rimeras.
_
_
.
En
Este
aspecto,
nada
ha
cambiado
con
la transicion
de la
moderni-
dad
pesacla
a
la
liviana.
Pero
el
marco
se
ha llenado
con
un
nuevofonte-
nido.
mgg
precisamente,
"la cercania
a
las
fuentes
de
incertidumbre
se
ha
3
ESPACIO/TIEMPO
129
reducido,
centrandose
en
un
objetivo...
la
instantaneidad.
Las
personas
que
se
mueven
y
actuan
mas
rapido,
las
que
mas se
acercan
a
la
instan-
taneidad
de
movimiento,
son
ahora
las
personas
dominantes.
Y
las
per-
sonas
que
no
pueden
moverse tan
raipido,
y especialmente
las
personas
que
no
pueden
dejar
su
lugar
a
voluntad,
son
las
dominadas.
La
domina-
cion
consiste en
la
capacidad
de
escapar,
de
"descomprometerse",
de
"es-
tar
en
otra
parte",
y
en
el
derecho
a
decidir la
velocidad
con la
que
se
hace
todo eso...
mientras
que,
simultaneamente,
se
despoja
a
los
domi-
nados
de
su
capacidad
de
detener
o
limitar
esos
movimientos. La
batalla
contemporanea
de
la
dominacion
esta
entablada
entre
fuerzas
equipadas,
respectivamente,
con
las
armas de la
aceleracion
y
la
demora.
El
acceso
diferencial a la
instantaneidad
es
crucial
en
la
version
pre-
sente
del
fundamento
eterno
de la
division
social
en
todas
su s
formas
historicas:
el
acceso
diferencial
a
la
impredecibilidad
y,
po r
lo
tanto,
a
la
libertad.
En
un
mundo
poblado
po r
siervos
dedicados
a
avanzar
po r
tie-
rra,
saltar
los
arboles
era
para
los
nobles
una
receta
segura
cle
libertad.
Los
barones
de
hoy
tienen el
privilegio
de
comportarse
de
una
manera
semejante,
manteniendo
a
los sucesores de
los
siervos
en
su
lugar,
y
es a
inmovilidad
forzosa
qu e
los a ta
al
suelo
es la
que permite
a
los
barones
seguir
saltando.
Po r
profunda
y
terrible
que
se a
la
miseria
de
los
siervos,
no
tienen
contra
quin
rebelarse,
y,
de
rebelarse,
tampoco
lograrian
al-
canzar a
los
agiles y
movedizos
destinatarios
de
es a
rebelion.
La
modernidad
pesada
mantenia
el
capital
y
el
trabajo
dentro
de
una
jaula
de
hierro de
la
que
ninguno
podia
escapar.
La
modernidad
liviana
solo
ha
dejado
a
uno de
ellos
dentro
de la
jaula.
La
modernidad
"soli-
da"
era
una
poca
de
compromiso
mutuo. La
modernidad
"fluida"
es
una
poca
de
descompromiso,
elusividad,
huida
facil
y persecucion
sin
esperanzas.
En
la
modernidad
"liquida"
dominan
los
mas
elusivos,
los
que
tienen
libertad
para
moverse
a
su
antojo.
Karl
Polanyi
(en
The
Great
Transformation:
the
Political
and
Econo-
m ic
Origin of
our
Time
[La
gran
transformaci6n],
publicado
en
1944)
proclamo
que
era una
ficcion tratar
el
trabajo
como
si
fuera
una
"mer-
cancia",
y
revelo las
consecuencias
de
las
estructuras
sociales
basadas en
es a
ficcion.
El_trabajo,
senalo
Polanyi,
no
puede
ser
una
mercancia
(al
menos
no
una
mercancia
como
las
otras),
ya
que
no
puede
venderse
ni
comprarse
independientemente
de
quienes
lo
hacen.
El
trabajo
sobre
el
que
escribio
Polanyi era,
sin
duda,
el
trabajo
encarnado: el
que
no
podia
trasladarse sin
trasladar
a los
trabajadores.
Solo
se
podia
cont ra tar
y
em-
plear
mano de
obra
humana
junto
con
el
resto
de
los
cuerpos
de
los tra-
bajadores,
y
la
inercia de
los
cuerpos
contratados
limita la
libertad
cle
los
-
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3/9
13o
MODERNIDAD
LlQUIDA
empleadores.
Para
supervisar
el
trabajo
y p ar a
canalizarlo de
acuerdo con
la
idea
previa,
habia
que
ordenar
y
supervisar
a
los
trabajadores;
para
controlar el
proceso
de
trabajo,
habia
que
controlar a
los
trabajadores.
Ese
requerimiento
ponia
al
capital
y
al
trabajo
frente
a
frente
y
los
obliga-
ba a
mantenerse
juntos,
para
bien
o
para
mal.
El
resultado
era una
gran
cantidad
de
conflicto,
pero
ademas
una
buena
cantidad
de
adaptacion
mu-
tua:
amargas
acusaciones,
encarnizada
lucha
y poco
amor,
pero
tambin
un
gran
ingenio
para
establecer
reglas
de
cohabitacion
moderadamente
sa -
tisfactorias
o
apenas
tolerables. La
revolucion
y
el
estado de
bienestar fue-
ron las
dos
consecuencias
inevitables
de es a
situacion
que
impedia que
el
descompromiso
se
convirtiera
en
una
opcion
viable
y
factible.
Ahora
es tamos
viviendo
otra
"gran
transformacion",
y
uno
de su s
aspectos
mas
destacados
es un
fenomeno
radicalmente
opuesto
al
des-
cripto
po r
Polanyi:
la
"desencarnacion" del
trabajo
humano
que
es la
principal
fuente
de
alimentacion
o
el
campo
de
pastura
del
capital
con-
temporaneo.
Ya
no son
necesarias las
enormes
y
torpes
instalaciones de
vigilancia,
del
tipo
del
panoptico.
El
trabajo
ha
salido del
panoptico
pe-
ro ,
mas
importante
aun,
el
capital
se
ha
liberado
de la
terrible
carga
y
de los costos
exorbitantes
que implicaba
mantenerla;
el
capital
se
ha li-
berado,
en
realidad,
de la
tarea
qu e
lo ataba
y
lo
obligaba
a
enfrentarse
directamente
con
los
agentes
a
los
que
explotaba
para
lograr reprodu-
cirse
y
extenderse.
El
trabajo
desencarnado de
la
poca
del
software
ya
no at a
al
capi-
tal: le
permite
ser
extraterritorial,
volzitil
e
inconstante. La
desencarna-
cion del
trabajo
augura
la
ingravidez
del
capital.
La
mutua
dependencia
entre
ambos ha
sido
unilateralmente
cortada;
mientras
que
la
capacidad
de
trabajo
sigue
siendo
incompleta
e
insatisfecha si se la
deja
sola,
y
de-
pende
de la
presencia
del
capital,
el
caso
inverso
ya
no
es
aplicable.
El
capital
se
desplaza
tranquilamente,
contando
con la
posibilidad
de bre-
ve s aventuras
provechosas,
confiado en
que
esas
oportunidades
no
esca -
searan
y
que siempre
habra
socios
con
quienes
compartirlas.
El
capital
puede viajar
rapido
y liviano,
y
su
liviandad
y
motilidad
se
han
conver-
tido en
la
mayor
fuente
de
incertidumbre
de
todos los demas.
En
esta
ca-
racteristica
descansa la
dominacion de
hoy, y
en ella
se
basa
el
principal
factor de
division
social.
La
pesadez
y
el
gran
tamano han
dejado
de
ser
posesiones
valiosas
pa-
ra
convertirse
en
desventajas.
Para
los
capitalistas dispuestos
a
cambiar
los
enormes
edificios de oficinas
po r
las cabinas
presurizadas,
la
levedad
es
la
posesion
mas
cara
y
provechosa,
y
la
mejor
manera
de
lograrla
es
arrojar
po r
la borda
cualquier
carga
no
vital
y
dejar
en
tierra
a todos
los
ESPACIO/TIEMPO
13'
miembros
no
indispensables
de
la
tripulacion.
Uno
de
los
item
mas
en~
gorrosos
del
qu e
hay
que
deshacerse
es la
onerosa
tarea
de
direccion
5
supervision
de
un
plantel
numeroso
-una
tarea
qu e
tiende
a
crecer
ince-
santemente
y
a
volverse
mas
pesada
con
el
agregado
de
nuevos
compro~
misos
y
obligaciones-.
Si
la "ciencia
gerencial"
del
capitalismo
pesadc
se
concentraba
en
conservar
"la
mano de
obra",
forzandola
o
sobornan-
dola
para
que
permaneciera
en
su
puesto
y
cumpliera
con
los
horarios
de
trabajo
y
los
programas
de
rendimiento,
el
arte
gerencial
de
la
poca
del
capitalismo
liviano
se
preocupa
po r
deshacerge
de
"la
mano de
obra",
obligndola
a
irse.
Nadie
planta
un
bosquecillo
de
limones
para
exprimir
un
limon.
El
equivalente
gerencial
de
la
liposuccion
se ha
convertido
en
la
prin-
cipal
estratagema
del
arte
gerencial:
adelgazar,
reducir,
achicar,
cerrar
o
vender
algunas
unidades
porque
no'son
suficientemente
eficientes,
y
otras
porque
es
mas
barato
que
los
demas
se
las
arreglen
po r
su
cuenta
en
ve z
de
asumir
la
carga
y
el
tiempo
qu e
insumiria
una
supervision
gerencial...
stos
son los
preceptos
fundamentales
del
nuevo
arte.
Algunos
comentaristas
se
han
apresurado
a
concluir
que
"lo
mas
grande"
ya
no
es
"lo
mas
eficiente".
Sin
embargo,
en
una
afirmacion
ta n
general
la
conclusion
no
es
correcta. La
obsesion
po r
reducir,
en
reali-
dad,
es un
inseparable
complemento
de
la
mania
de
fusionar.
Los
mejo-
re s
actores
del
campo
negocian
o
deciden
fusiones
para
tener
mas
poder
de
reducir,
mientras
qu e
la
radicalidad
de
"desnudar
el
hueso"
o
"des-
pojarse
de
acciones"
es
aceptada
como
precondicion
vital
para
el
xito
de
los
planes
de
fusion.
Fusionar
y
reducir
no
son
propositos
contradic-
torios:
se
condicionan,
respaldan
y
refuerzan
entre
si.
Solo
se
trata
de
una
paradoja
aparente;
la
contradiccion
se
disuelve
una
vez
que
se
con-
sidera
la
version
"nueva
y
mejorada"
del
principio
de
Michel
Crozier.
La
mezcla
de
las
estrategias
de
fusion
y
reduccion
ofrece
al
capital
y
al
po -
der
financiero
el
espacio
para
moverse
y
para
moverse
rapido,
globali-
zando
todavia
mas
la
esfera
de
su s
viajes,
y
al
mismo
tiempo
privando
al
trabajo
de
su
poder
de
negociacion
y
rebelion, inmovilizandolo
y
atndole
las
manos
con
mayor
firmeza.
_L a
fusion
augura
una
soga
aun
mas
larga
al
delgado
y
liviano
capital
estilo
Houdini,
que
ha
basado
su
dominio
en
su
capacidad
de
evasion
y
huida,
sustituyendo
los
compromisos
duraderos
po r
tratos a
corto
plazo
y
encuentros
fugaces,
y
manteniendo
siempre
la
opcion
de
"un
acto
de
desaparicion".
El
capital
gana
mas
lugar
para
maniobrar
-mas
refugios
donde
esconderse,
una
matriz
de
permutaciones
mas
grande,
una
mayor
variedad de
avatares
disponibles
y, po r
lo
tanto,
mas
fuerza
para
man-
-
8/10/2019 Bauman Modliqu Trabajo.pdf.Searchable
4/9
132
MODERNIDAD
LIQUIDA
tener
la fuerza
laboral
controlada,
junto
con
la
ahorrativa
capacidad
de
lavarse
las
manos
de
las devastadoras
consecuencias
de
las
sucesivas
re-
ducciones;
ste
es
el
rostro
contemporaneo
de
la
dominacion-
con
aque-
llos
que
ya
han
sido
golpeados
y
con
los
qu e
temen
ser
los
sigulentes
en
la
fila.
Segun
consta
en
un
estudio
realizado
po r
la
Asoclaclon
Nortea-
mericana
de
Management,
"la moral
y
la
motivacin
de
los
traba|adores
decayeron
aguclamente
durante
las
diversas
reducciones.
Los
traba}ado-
re s
sobrevivientes
quedaron
a la
espera
de
que
les
llegara
el
turno
en
vez
de
festejar
su
victoria
sobre
los
que
fueron
despedidos".23
Sin
duda,
la
competencia
po r
la
supervivencia
no
es solamente
el des-
tino de
los
trabajadores
-o,
mas
generalmente,
de
aquellos
que
estan del
lado
receptor
de
la
nueva
relacion
espacio-tiempo-.
En
realidad,
se mfll-
tra
de arriba
abajo
en la
empresa
-permanentemente
a
dieta-
de
la mo-
dernidad
liviana.
Para
seguir
con
vida,
los
gerentes
deben
reducir
los
equipos
de
empleados,
y
los
directivos
deben
reducir
su s
cargos
geren-
ciales
para
ganar
el reconocimiento
de
la
bolsa
y
los
votos
de los
accro-
nistas,
y
asegurarse
el derecho
a
un
buen
apreton
de
manos
cuando
termine
esta
vuelta
de
reducciones.
Un a vez
iniciada,
la tendencia
al
"adelgazamiento"
desarrolla
impulso
propio;
se
vuelve
autoimpulsada
y
de
aceleracion
autonoma,
y
(como
el
empresario
perfecciomsta
de
Maac
Weber,
que
ya
no
necesitaba
el
arrepentimiento
calvinista
para
seguir
adelante)
el motivo
original
-mayor
eficacia-
se
vuelve
cada
vez
.mas
irrelevante.
El
miedo
a
perder
la
competencia,
a ser
clest i tuido, de]ado
atras
o
expulsado
de
la
empresa
es
suficiente
para
mantener
en
inarcha
el
juego
de
fusion/reduccion.
Este
juego
se
convierte
cada
vez
mas
en
_su
propio
fin
y
su
propia
recompensa
0,
mas
bien,
el
]uego
ya
no
neceslta
tener
propsito
si
la
unica
recompensa
es
permanecer
en el.
La
vida
instantcinea
Durante
varios
aios,
Richard
Sennett
fue
un
observador
regular
de
la
reunion
global
de
los
ricos
y
poderosos
que
se
realiza
anualmente
en
Da -
vos.
El
dinero
y
el
tiempo
que
invirti
en
Davos
tuvieron
un
buen
reditoa
de su s
escapadas,
Sennett
trajo
algunas
sorprendentes
ychocantes
inter-
23
Segun
un
informe
de
Eileen
Applebaum
y
Rosemary
Batt,
The
Ne w
American
Workplace,
Ithaca,
Cornell
University
Press,
1993.
Aqui
se
cita a
Richard
Sennett,
The
Co-
rrosion
of
Charactern.,
ob.
cit.,
p.
50.
ESPACIO/TIEMPO
133
pretaciones
de los
motivos
y
los
rasgos
de
caracter
que
mantenian en
mar-
cha a los
principales
actores del
juego
global.
A
juzgar
po r
su
informe,24
Sennett
quedo particularmente
impresionado
po r
la
personalidad,
la ac-
tuacion
y
el credo
de
vida
de
Bill
Gates.
Gates,
dice
Sennett,
"parece
libre
de la
obsesin
de
aferrarse
a
las
cosas.
Sus
productos
aparecen
furiosa-
mente
y desaparecen
con
igual_rapidez,
mientras
que
[Nelson]
Rockefeller
deseaba
poseer
pozos
petroleros, edificios,
maquinaria
o
ferrocarriles
a
largo
plazo".
Gates
declar
repetidamente
que
preferia
"posicionarse
dentro de
una
red
de
posibilidades
en
vez
de
paralizarse
en
un
trabajo
en
particular".
Lo
que
parece
haber
impresionado
mas a
Sennett fue
la des-
vergonzada,
manifiesta
y
casi
jactanciosa
voluntad de "destruir
lo
que
l
mismo
ha
hecho,
segtin
las
exigencias
del
momento inmediato".
Gates
parecia
ser un
jugador qu e
"florece en
medio de
la
dislocaci6n".
Tuvo la
cautela de
no
desarrollar
apegos
(particularmente
apegos sentimentales)
o
compromisos
duraderos con
nada,
incluyendo
sus
propias
creaciones.
No
sintio miedo
de
tomar un
camino
errado,
ya
que
ningun
camino
lo
llevaria en
la
misma
direccion
durante
mucho
tiempo,
y
dado
que
volver
atras o
desviarse
eran
para
l
opciones
constantes
e
inmediatamente dis-
ponibles.
Podemos
decir
que,
exceptuando
el creciente
espectro
de
opor-
tunidades
accesibles,
Gates no
acumulaba
ninguna
otra
cosa
en
su
camino;
los
rieles
eran
levantados en
cuanto la
locomotora
avanzaba
unos
metros,
se borraban
las
huellas
y
las
cosas se
arrojaban
ta n
rapida-
mente
como se
armaban...
y
mu y
pronto
eran
olvidadas.
Anthony
Flew
cita a uno
de los
personajes
interpretados
po r
Woody
Allen;
"no
quiero
alcanzar la
inmortalidad
gracias
a mi
obra,
quiero
al-
canzarla no
murindome".25
Pero el
significado
de
la
inmortalidad
deri-
va
del
sentido
de
la
admision
de
la
mortalidad;
la
preferencia
de
"no
morir"
no
es
tanto una
eleccion
de
Otra
forma de
inmortalidad
(una
al-
ternativa
a
"la
inmortalidad
gracias
a la
propia
obra")
como una
decla-
racin
de
despreocupacion
po r
la
duracion
eterna,
y
de
favoritismo
po r
el
carpe
diem. La
indiferencia
a
la
duracion transforma
la
inmortalidad
de idea
en
experiencia,
y
la
convierte' en
objeto
de
inmediato
consumo:
la
manera en
que
uno
vive
el
momento
convierte
es e momento
en
una
"experiencia
inmortal".
Si el
"infinito"
sobrevive
a la
transmutacion,
es
solo como
medida
de la
profundidad
o intensidad
del
Erlehnis. El
catac-
ter
ilimitado de
las
posibles
sensaciones
ocupa
el
lugar
que
los sueios
de
duracin
infinita
dejaron
vacio. La
instantaneidad
(anular
la
resistencia
24
Richard
Sennett,
ibid.,
pp.
61-62.
25
Anthony
Flew,
The
Logic
ofMortality,
Oxford, Blackwell,
1987,
p.
3.
-
8/10/2019 Bauman Modliqu Trabajo.pdf.Searchable
5/9
148
MODERNIDAD
LlQUIDA
mas
enganoso
y
confuso
debido
a
la inextricable
superposicin
de
pisadas,
la
cacofonia
de
indicaciones
y
el
constante
agregado
de
nuevos
pasadizos
sinuosos
y
caminos
sin
salida.
Los
sedentarios
se
han
transformado
en
"nmades
involuntarios",
al
recordar
demasiado
tarde
el
mensaje
recibi-
do al
comienzo
de
su
viaje
historico
e
intentar
desesperadamente
recupe-
rar
su contenido
olvidado,
el
cual
-segrin
sospechan-
puede
darles
la
"sabiduria
necesaria
para
su
futuro".
Una
vez
mas,
el
laberinto
se trans-
forma
en
la
imagen
maestra
de
la
condicion
humana
-representacin
de
"un
opaco
lugar
en el
que
el
trazado
de
las
calles
puede
no
obedecer
a
ninguna
ley.
El azar
y
la
sorpresa
rigen
en
el
laberinto,
emblema
de
la
derrota
de la
Razon
Pura"-.9
En
este mundo
inexorablemente
laberintico,
el
trabajo
humano,
asi
co-
mo
el
resto
de
la
vida
humana,
esta
partido
en
episodios
cerrados
en
si
mismos.
Y
como
sucede
en
el
caso
del
resto de las
acciones
que
los
huma-
nos
puedan
emprender,
el
objetivo
de
lograr
que
su
curso se
ajuste
a los
designios
de
su s
protagonistas
es
esquivo,
quizas
inalcanzable.
Del
univer-
so de
la
construccion
del orden
y
del control
del
futuro,
el
trabajo
se
ha
desplazado
al
ambito
del
juego;
el
acto
de
trabajar
se
parece
mas
a
la
es -
trategia
de
un
jugador
que
se
plantea
modestos
objetivos
a
corto
plazo
sin
un
alcance
que
vaya
mas alla
de
las
prximas
dos
o tres
jugadas.
Lo
que
cuenta son
los
efectos
inmediatos
de
cada
jugada y
los
efectos
deben se r
aptos
para
su
consumo
tambin inmediato.
Se
sospecha
que
el
mundo
es -
ra
lleno
de
puentes
lejanos
en
los
que
uno
prefiere
no
pensar
hasta
el
mo-
mento
de
toparse
con
ellos
y
tener
que
cruzarlos,
cosa
improbable
en
lo
inmediato.
Hay
que
ocuparse
de
un
obstaculo
po r
vez;
la
vida
es una
se -
cuencia
de
episodios
-cada uno
debe
ser
calculado
separadamente,
ya
que
arroja
su
propio
balance
de
prdidas
y ganancias-_
Los
caminos
de
la
vi-
da
no
se
enderezan
a
medida
que
los
recorremos,
y
una
curva
bien tomada
no es
garantia
de
que
la
prxima
nos
resulte
igual.
Por
consiguiente,
el
caracter
del
trabajo
ha
cambiado.
En
la
mayoria
de los
casos,
es
algo
excepcional:
la
treta
de un
bricoleur
que
aprovecha
lo
que
tiene
a mano
y que
esta
inspirado
y
limitado
po r
lo
que
tiene
a
mano, algo
creado
pero
no
creativo,
que
es
mas
el
resultado
de
la
opor-
tunidad
qu e
de
la
planificacin.
Guarda
un
asombroso
parecido
con
el
famoso
"cibertopo",
que
se
mueve
de
aqui
para
alla
buscando
un
enchu-
fe
al
que
conectarse
para
recargar
la
energia
necesaria
para
buscar
otro
enchufe
al
que
conectarse
para
recargar
la
energia
necesaria
para...
9
jacques
Attali,
Cbemins
de
sagesse:
trait
du
labyrinths,
Paris,
Fayard,
1996,
pp.
19,
23
y
eo.
TRABAJO
149
I
Qjuif
"lllgueteo"
se a
el
t
ueIz;,er;afrb.?}ol;
divorcciado
del
grandioso diseno
de
la
mision
comtin
y
a
umani
ad
y
del
no
me mo s
~
_
~
dio
d
C10
d
_
gran
so
iseno
de
la
vo
_
suS"ra;e ' ; ldn2;gD;spo}ado
de
su
'parafernalia
escatologica
y
separadoCe
isicas, el
trabajo
ha
perdido
la
centralidad
que
le
fue
asi
nada
'
_
S
C11
la
galaxia
de
los
valores
dominantes
de
la
era
de
la
moder-
Eiidlaiii
Slida
y
el
caljitalismo
peSado
El
"trabalo"
Ya
0
Puede
ofrece
so
5gUrO
en
e
cual
enrollar
y
fijar
defin
I
y
pro
e
t
d
_
ICIOHCS
del
yo
identldades
de
la
lsoici i fdaci l
vliia
Tampocf)
_puede
Se r
Pensado
C0010
flmdamenro
figo
'
H'
C o m o
cle
etico
de
la
vida
individual.
En
ca
b'
~
-
m
10,
el
trabayo
ha
adquirido
-asi
como
otras
actividades
de
la
espefa
(IUC
resulte
gratifi-
rmin
O
qu e
melol'
Xp e sa
a
nueva
natura_
vida-
`
`
_
U
Slgnlflflado
mayormente
estetico. Se
cante
po r
y
en si
mismo
no
or
su
bre
nu
t
h
'
Y
P
S
ECUUIHOS
_o
supuestos
efectos
so-
es
ros
ermangs
y
hermanas
de
la
humanidad
o
sobre
el
ode;-io
de
nuestra
naci
P
OH
men
~
_
,
Y
os
aun
sobre
el
bienestar
de
las
generaclones
fu-
turas.
Solo
u
as
Pocas
PGFSOHHS
-y
en
contadas
ocasiones-
pueden
recla_
mar
el
`
.
_
de
_
privileglo,
el
honor
y
el
prestlgio
de
realizar
un
trabajo
que
Se a
importancla
y
beneficio
para
el
bien
Comun
Ya
casi
nunca
5
.
e
c
dera
que
el
trab
O n s *
a
0
_
1
ennoblezca
0
que
"haga
melores
Seres
humanosn
a
su s
ejecutores,
y
rara
ve z se
l
o
admira
o
elogia
po r
es a
razon.
Por
el
contrario
se
lo
mide
e
_
_
y
valua
por
su
valor
de
diversion
y
entretenimjgm
tO,
que
satisface
no
tanto
l
a
vocacion
etic
for
O
d
_
21,
Prometeica,
de
un
pr0duC_
crea
Or,
C o m o
las
necesldades
y
deseos
esteticos
de
un
consumidof
un
buscador
de
sensaciones
y
coleccionista
de
experiencias
,
EI
ascenso
y
la
caida
de
la
mano
de
obm
D
_
_
e
acuerdo
con
el
Oxford
Englzsh
Dzctionary,
el
primer
uso
del
trmi-
co
orientado
al
abastecimiento
30 1
mano
de
obra"
como
"esfuerzo fisi
UC
aslnecesidades
materiales
de
la
Comunidad"
esta
fechado
en
1776
n
Sig
O
mas
faf
-
8/10/2019 Bauman Modliqu Trabajo.pdf.Searchable
6/9
/~
150
MODERNIDAD
LIQUIDA
politica
basal
de
es a
autoconstitucion-;
en
otras palabras,
el
vinculo
en-
tr e considerar
al esfuerzo
fisico
como
fuente
principal
de
la
riqueza
y
el
bienestar
de
la
sociedad, y
la
autoafirmacion
del
mov imiento
de
los
tra-
bajadores.
]untos
ascendieron,
y juntos
cayeron._
I
_
La
mayoria
de
los
historiadores
coincide
en afirmar
(vease,
por
e|
-
8/10/2019 Bauman Modliqu Trabajo.pdf.Searchable
7/9
152
_MODERNIDAD
LlQUIDA
vecinos
de
Europa po r
haber
destruido
a
su
campesinado, y
junto
con
s-
te,
el lazo
"natural"
entre
la
tierra,
el
esfuerzo
humano
y
la
riqueza.
Pri-
mero
los
labradores
debian
quedar
inactivos,
a
la deriva
y
"sin
amo",
para
que
pudieran
se r
considerados
recipientes
ambulantes
portadores
de
una
"fuerza
laboral"
de uso
inmediato,
y para que
es a
fuerza
pudiera
Se r
considerada
a su
vez
"fuente
potencial
de
riqueza"
po r
si sola.
A los
testigos
mas
esclarecidos
de
la
poca
les
parecio
que
la nueva
inactividad
y
el
desarraigo
de
los obreros
eran
indicadores
de
una eman-
cipacion
de la
mano
de obra
-y que
formaban
parte
de la excitante
sensa -
cion
de
liberacion
general
de las habilidades
humanas
respecto
de las
exasperantes
y
embrutecedoras
limitaciones
pueblerinas,
de
la fuerza
de la
costumbre
y
de
la inercia hereditaria-.
Pero la
emancipacion
de
la
mano
de obra
de su s
"limitaciones
naturales"
no
le
permitio
flotar
libremente sin
ataduras
ni "amos"
po r
mucho
tiempo
ni hizo nada
po r
darle
autonomia,
autodeterminacion
o
libertad de
elegir y
seguir
su
propio
Camino.
Quan-
do el
autoperpetuado
"modo
de vida tradicional"
del
cual
el
traba|o
for-
maba
parte
antes de
su
emancipacion
fue desmantelado
o
simplemente
cayo
en
desuso,
fue
reemplazado
po r
otro
orden;
pero
esta
vez no
se
tra-
taba,
sin
embargo,
del sedimento
de los erraticos
meandros
del destmo
o
los deslices
de
la
historia,
sino
de
un
orden
predisenado,
"construido",
producto
racional
del
pensamiento
y
la
accion.
Cuando
se
supo
que
el
tra-
bajo
era la
fuente de
la
riqueza,
la razon fue
la
encargada
de
drenar,
expo-
liar
y
explotar
es a
fuente
mas
eficazmente
que
nunca
hasta
entonces.
Algunos
comentaristas
imbuidos
del
tumultuoso
espiritu
de
la
epoca
moderna
(con
Karl
Marx a la
cabeza)
vieron
en
la
muerte
del
antiguo
orden
el resultado
de
una
detonacion
deliberada:
la
explosion
causada
po r
una
bomba
colocada
po r
el
capital,
empeiiado
en
"disolver
lo
soli-
do
y profanar
lo
sagrado".
Otros,
como
De
Tocqueville,
masescepticos
y
mucho
menos
entusiastas,
consideraron
que
es a
desaparicion
era
mas
un
caso
de
implosion
que
una
explosion:
mirando
hacia
atras,
ellos
vis-
lumbraron
el
germen
de
la
destruccion
en
el
Corazon
del
Ancien'Rgzme
(al
que
siempre
es
mas facil desenmascarar
o
adivinar
retrospectivamen-
te)
y
notaron
que
la
agitacion y
la altaneria
de los
nuevos amos
eran,
en
esencia,
los
estertores
de
un
cadaver,
apenas
mas
que
la
busqueda
vigo-
rosa
y
resuelta
de
las
mismas curas
milagrosas
que
el
viejo
orden
ya
ha-
bia
probado
mucho
tiempo
antes en
su
desesperado
y
sin
embargo
vano
intento
de
conjurar
o
al
menos
demorar su
propia
muerte. Esos
pensa-
dores
estaban
de
acuerdo,
no
obstante,
acerca
de las
posibilidades
del
nuevo
rgimen
y
de
las
intenciones de
sus amos:
el
antiguo
orden,
para
es e
entonces
difunto,
seria
reemplazado
po r
uno
nuevo,
menos vulnera-
TRABA]O
153
ble
y
mas viable
que
el
precedente.
Era
necesario
concebir
y
forjar
soli-
dos
nuevos
que
llenaran
el
vacio
dejado
po r
los
que
se
habian
disuelto.
Lo
que
se
hallaba a la
deriva
debia
ser
amarrado
otra
vez
y
con
mas
fuer-
za
que
antes.
O,
para
expresarlo
en
trminos
mas
de
moda:
lo
que
habia
sido
"desarraigado"
tenia
que
ser,
tarde
o
temprano,
"rearraigado".
El
desgarramiento
de
los
antiguos
lazos
locales/comunales,
la
declara-
cion de
guerra
a
las
normas de
usos
y
costumbres
y
la
pulverizacion
de
les
pouvoirs
intermdiaires
desembocaron
finalmente en
la
delirante
em-
briaguez
de
"volver a
empezar".
La
sensacion
de
"disolver
los solidos"
era
como
fundir
el
hierro
o
derretir
pilares
de
acero. Las
realidades,
aho-
ra
disueltas
y fluidas,
parecian
estar
listas
para
ser
recanalizadas
y
verti-
das
dentro de moldes
nuevos,
para
que
se les
diera
una
nueva
forma
que
nunca
habrian
tomado de haber
fluido
libremente
po r
el lecho
de los r ios
que
ellas
mismas
horadaron.
Ningfin
proposito, po r
ambicioso
que
fue-
ra ,
parecia
exceder la
capacidad
humana
de
pensar,
descubrir,
inventar,
planificar
y
actuar.
Si bien
la
sociedad feliz
-la
sociedad
de
la
gente
feliz-
no
se
vislumbraba
todavia a
la
vuelta
de la
esquina,
su
inminente
llegada
ya
habia sido
prevista
en
los
tableros
de
dibujo
de los
pensadores,
y
su s
contornos,
bosquejados
po r
ellos,
habian
encarnado
en
las
oficinas
y
puestos
de
comando
de los
hombres
de
accion.
Tanto
los
pensadores
co-
mo
los
hombres de
accion
orientaban
su s
esfuerzos hacia
un
mismo
ob-
jetivo:
la
construccion de
un
nuevo
orden.
La
libertad
recientemente
descubierta
debia
ser
aplicada
al
esfuerzo
de
conseguir
una
metodica
ru-
tina
futura.
Nada
debia
quedar
librado a su
propio
capricho
o
derrotero
impredeciblle,
a
la
fatalidad
o la
contingencia;
nada
debia
quedar
como
estaba si
podia
ser
mejorado
para
que
fuera
mas
util
y
efectivo.
El
nuevo
orden
en
el
que
todos los
cabos
sueltos
hasta es e
entonces se -
rian
anudados
otra
vez,
en
el
que
los
restos
de
las
fatalidades
pasadas,
los
naufragos
abandonados
y
a la
deriva
pisarian
tierra
y
serian
reubicados en
el
lugar
que
les
correspondia,
es e
orden debia
ser
macizo,
solido,
tallado
en
piedra
o
forjado
en
acero:
pensado
para
durar.
Lo
grande
era
hermo-
so,
lo
grande
era
racional;
"grande"
era
sinonimo de
poder,
ambicion
y
coraje.
El
predio
en
construccion del
nuevo
orden
industrial estaba
salpi-
cado
aqui
y
allai
de
monumentos
dedicados a
es e
poder
y
a
es a
ambicion,
monumentos
que
finalmente
resultaron
0
no
indestructibles
pero
que
cier-
tamente
fueron
construidos
para
parecerlo:
po r
ejemplo,
las
gigantescas
fabricas
atiborradas
de
enormes
maquinas
y
multitudes
de
operarios,
0
las
densas redes de
canales,
puentes
y
lineas
frreas,
jalonadas
po r
las
majes-
tuosas
estaciones
de
tren
que
emulaban
antiguos
templos
erigidos
para
la
adoracion de
lo eterno
y para
eterna
gloria
de
los
fieles.
-
8/10/2019 Bauman Modliqu Trabajo.pdf.Searchable
8/9
154
MODERNIDAD
LlQUlDA
El m ismo
Henry
Ford
que
declaro
qu e
"la historia
es
una
P3Vada"
que
"nosotros
no
queremos
tradicioni'
y que
"queremos
v1v1r
en
el
pre;
sente,
y
nos
importa
un
bledo
la
historla
que
no
seala
que
hacemos
hoy
cierto dia
duplico
el
salario
de sus
operarios
aduciendo
que
querla
que
sus
empleados
compraran
su s
autos .
Esa,
po r
supuesto,
no
era
una
CXPII'
cacion
en
serio:
los
autos
comprados
po r
los
operarios
de
Ford
represen-
taban
una fraccin
insignificante
de
las ventas
totales,
mientras
que
la
duplicacion
de los salarios constituia
una
pesada
carga
sobre los
costos
dei
roduccion.
La
verdadera
razon de
una medida ta n
_poco
ortodoxa
era
e
deseo de Ford
de detener
la creciente
e irritante
movilldad
laboral.
Queria
atar a su s
empleados
a las
empresas
Ford
de
una
vez
y
para
sremplie,
Y
ha'
cer
que
el
dinero invertido
en su
entrenamiento
y
CHPSCIIHCIQII
dlera
SUS
frutos,
una
y
otra
vez,
en
tanto
durara
la vida
util
de sus
trabaladores.
Pa-
ra
lograrlo,
tuvo
que
inmovilizar
a
su
personal
y,
de
ser
posible,
mantener-
lo
donde
estaba
hasta
que
su
capacidad
laboral hubiera sido
drenada
po r
completo.
Tuvo
que
hacer
que dependiera
del
empleouen
su
fabrlca
y
de
vender
su
trabajo
a
su
propietario
como
si
su
propia
rlqueza
y
poder
de-
pendieran
de
su s
empleados
y
del
uso
de
su
capacidad
laboral.
Ford
expresaba
a
viva
voz
las ideas
que
otros atesoraban
pero
que
s6lo se
atrevian
a
susurrar;
o mas
bien
manifestaba lo
que
otros
en
su si-
tuacin sentian
pero
no eran
capaces
de
expresar
con tantas
palabras.
Fue
mu y
apropiado
tomar
el
nombre de Ford
como modelo
de las
inten-
ciones
y
practicas
tipicas
de
la
modernidad s6lida
o
capitalismo
pesado.
El
modelo
Henry
Ford
de un nuevo
orden
racional
f1]o
los
estandares
de
la
tendencia
universal de su
poca:
era
el
ideal
que
todos o
casi
todos los
demas
empresarios
de la
poca
se
esforzaban,
con
xito
dispar,
po r
al-
canzar. Ese
ideal
consistia
en hacer de la union
entre
el
capital,y
el
tra-
bajo algo qu e
-como
el
matrimonio celebrado
en el clelo-
nlngun
poder
humano
pudiera,
u
osara,
desatar.
_ _
La modernidad slida
era
tambin,
de
hecho,
la
poca
del
capitalis-
mo
pesado
-del vinculo entre
capital
y
mano
de
obra
fortalecido
por
su
compromiso
mutuo-.
La
supervivencia
de los
trabaiadores
dependia
de
que
fueran
contratados;
la
reproduccin
y
el crecimlento
del
capital
de-
pendian
de es a contratacin.
El
punto
de
encuentro
era
fijo;,n1nguno
de
los dos
podia
ir
mu y
lejos
po r
su
cuenta -la
solidez
de la
fabrica
ence-
rraba
a
ambos socios
en
una
celda
comun-_
Capital
y
traba]o
estaban
unidos,
podriamos
decir,
en la
riqueza y
en la
pobreza,/en_la
salud
y
en
la
enfermedad,
y
hasta
que
la muerte
los
separase.
La fabrica era su do-
micilio
comun -simultaneamente
campo
de batalla de una
guerra
de
trincheras
y
hogar
natural de
suenos
y
esperanzas-.
TRABAJO
155
Lo
que
puso
al
capital
y
al
trabajo
frente a
frente
y
los
unio fue
la
re-
lacin
de
comprar
y
vender;
entonces,
para
seguir
con
vida,
cada
un a
de
las
partes
debi
mantenerse
en
forma
para
es a
transaccionz
los
duenos
del
capital
debian ser
capaces
de
seguir
comprando
mano de
obra,
y
los
due-
nos de
la
mano de
obra debian
mantenerse
alerta, saludables,
fuertes
o
con
el
suficiente
atractivo
para
no
alejar
a
los
potenciales
compradores
ni
resultarles
una
carga.
Los
"intereses
creados"
de
cada
una
consistian
en
qu e
la
contraparte
se
mantuviera
en
forma.
No
es
extrano
que
la
rear-
ticulacion
del
capital
y
el
trabajo
se
transformase
en
la
principal
funcin
y
preocupacion
tanto de
la
politica
como
del
agente
politico
po r
excelen-
cia,
el
Estado.
El
Estado
debia
velar
po r
el
capital
para
que
estuviese
en
condiciones
de
comprar
trabajo
y
de
afrontar
sus
costos.
Los
desempleados
eran
un
verdadero
"ejrcito
de
reserva
de
trabajo",
y
debian
estar
prepa-
rados
en
las
buenas
y
en
las
malas
en
caso
de
ser
convocados al
Servicio ac-
tivo.
El
Estado
benefactor,
puntal
imprescindible
sin
el
cual
ni
capital
ni
trabajo
podian
subsistir
saludablemente
y
menos
aun
prosperar,
estaba
justamente
po r
es o
"mas
alla
de la
izquierda
y
la
derecha".
Para
algunas
personas,
el
Estado
benefactor
era
un
recurso
tempora-
rio
que
iria
desapareciendo
po r
si
solo
en
la
medida
en
que
un
seguro
colectivo
contra
los
infortunios
cubriera
ta n
amplia
y
cabalmente
a los
asegurados
que
stos
pudieran
desarrollar al
mximosus
potenciales
y
juntar
el
coraje
necesario
para,
po r
as i
decirlo,
"pararse
sobre
su s
pro-
pios
pies".
Para
los
observadores
mas
escpticos,
el
Estado
benefactor
er a
un
dispositivo
sanitario
colectivamente
financiado
y
administrado
-una
indispensable
operacion
de
lavar-y-curar,
ya
que
la
empresa
capi-
talista
seguia
generando
desechos
sociales
para
cuyo
reciclaje
no
tenia
ni
la
intencin ni
los
recursos
necesarios
(ni
siquiera
a
largo
plazo)-_
Todos
estaban
de
acuerdo,
sin
embargo,
en
que
el
Estado
benefactor
era
un
ar-
tilugio
para
hacer
frente
a
las
anomalias,
impedir
las
deserciones
a
la
norma
y
desactivar
las consecuencias de las
infracciones
alli
donde
de
todos
modos
stas se
produjeran.
La
norma
en
si,
pocas
veces
cuestio-
nada,
era
el
compromiso
directo,
mutuo
y
frente
a
frente
entre
capital
y
trabajo
y
la
resolucin
de
todos
los
importantes
e
irritantes
problemas
sociales
dentro del
marco
de
es e
compromiso.
Cualquier
aprendiz
que
comenzara su
carrera
laboral
en
Ford
podia
es tar
seguro
de
que
terminaria
su
vida
laboral
en el
mismo
lugar.
Los
ho-
rizontes
temporales
del
capitalismo
pesado
eran
lejanos.
Para
los
traba-
jadores,
el
horizonte
se
acercaba
ante
la
perspectiva
de
una
vida
de
trabajo
dentro
de
una
empresa
que
podia
o
no
ser
inmortal,
pero
que
con
seguridad
los
_sobreviviria
largamente.
Para
los
capitalistas,
la
"for-
-
8/10/2019 Bauman Modliqu Trabajo.pdf.Searchable
9/9
156
MODERNIDAD
LlQUIDA
tuna
familiar",
que
debia
perpetuarse
mas
alla
de
la
vida
de cada
uno
de
su s
miembros,
era sinnimo
de las
fabricas
que
heredaban,
construian
o
intentaban
agregar
a la lista
de
reliquias
familiares.
Abreviando:
la
mentalidad
"a
largo
plazo"
se
correspondia
con
un a
expectativa
fruto
de
la
experiencia,
y
era
es a
experiencia
la
que
corrobo-
raba,
de manera
convincente
y
siempre
renovada,
que
los destinos
respec-
tivos de
las
personas
que
compran
trabajo
y
los
de
aquellas
que
lo
venden
estarian
intima
e
inseparablemente
ligados
duranre
mucho
tiempo
toda-
via
-en
la
practica,
para
siempre-,
y que
po r
lo
tanto
encontrar
una forma
de
convivencia
soportable
era
ta n
importanre
"para
el
inters
de todos"
como
lo
es la
negociacion
de
reglas
equitativas
de
vecindad
entre
los
pro-
pietarios
de
las Casas
de
un mismo barrio.
La
experiencia
tard
varias
d-
cadas,
quiza
mas
de
un
siglo,
en afianzarse.
Emergio
al
final
del
largo y
tortuoso
Camino
de
la "solidificaci6n".
Como
lo
sugirio
Richard
Sennett
en
un
reciente
estudio,
no
fue sino
hasta
despus
de
la
Segunda
Guerra
Mundial
que
el
desorden
original
de
la
poca
capitalista
fue
reemplazado,
po r
lo
menos
en las
economias
mas
avanzadas,
po r
"sindicatos
fuerres,
ga-
rantes
del Estado
benefactor, y
corporaciones
a
gran
escala"
que
se
com-
binaron
y
dieron
como
resultado
una
era
de "relativa
estabilidad".13
En
la "relativa
estabilidad"
en
cuesrion
subyace,
sin
dudas,
el
eterno
conflicto.
De
hecho,
es a
estabilidad
hizo
posible
el
conflicto
y,
en un
sen -
tido
paradjico
bien
detectado
en su
tiempo
po r
Lewis
Coser,
lo
hizo
"fun-
cional":
para
bien
o
para
mal,
los
antagonistas
estaban atados
el uno
al
otro
po r
su
dependencia
mutua.
La
confrontacion,
las
pruebas
de
fuerza
y
los
subsiguientes
regateos
fortalecieron
la
unidad
de las
partes
en
pugna
precisamente
porque
ninguna
de
ellas
podia
irse
po r
su
lado
y
las dos sa -
bian
que
su
supervivencia
dependia
de
que
hallaran
soluciones
aceptables
para
ambas.
Mientras
se
presupuso
que
la convivencia
estaba
destinada a
durar,
sus normas
fueron
objeto
de
intensas
negociaciones,
a veces
de ren-
cores,
choques
y
peleas
y
otras
veces
de
tregua
y
compromiso.
Los
sindi-
catos
transformaron
la
impotencia
individual
de los
trabajadores
en
poder
colectivo
de
negociacion
y pelearon
con
xito
intermitente
para
fundir
las
regulaciones
que
coartaban
los
derechos
cle los
trabajadores y
forjar
con
ellas
limitaciones
que
constrineran
la libertad
de
maniobra
de los
emplea-
dores.
Mientras
es a
dependencia
mutua se
mantuvo,
hasta
los
impersona-
les Sistemas
de turnos
ta n
vehementemente
resistidos
po r
los
artesanos
que
se
apinaban
en
las
fabricas
del
primer
capitalismo
(y que
segun
do-
cumento
vividamente
E.
P.
Thompson
provocaban
resistencia)
-e
incluso
'3
Richard
Sennett,
T/ze Corrosion
of
C/1aracter...,
ob.
cit.,
p.
23.
TRABAJO
157
Su
osteri
~
~
dog
h
Of
Yerslon
nueva
Y
m o ada
as
tristemente
celebres
regula-
_
es
orarias
de
Frederic
Taylor,
esos
"actos
de
represin
y
dominagifm
ejecutados
po r
la
administracin
en
nombre
del
giganresco CI-ecimiemo
gndustrial
de la
organizacin"-,
en
palabras
de
Sennett
"se
habian
tra
ormado
-
'
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una
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C?
la
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poder
C"ClUY@
5 1 1
la
rutma
el
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b
_
g '
pero
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'en
Puede
Pfofegef;
la
rutina
puede
desarticular
ra
ayo,
pero
tambien
puede
articular
un a
vida"
14
En
la
actualidad
las
~
~
es t
b.
_
_
C0535
han
amb|ad0
Y
el
ingrediente
crucial
de
e
cam
10
multlfacetico
es
la
nueva
mentalidad
"a
corto
plazo"
ue
vi
'lo
afiemplalaf
3
la
mentalidad
"a
largo
plazo".
Los
matrimonilos
del
[I
din;
503553
qu e
la
mqerte
nos
separe"
estan
absolutamente
fuera
de
mo-
nn a
rar
;
~
.
manecer
.umos
eza`h
05
_C0mpaneros
ya
no
tienen
la
expectativa
de
per-
_
ld
'mu,
o
tiempo.
De
acuerdo
con
los
ultimos
clculos,
un
OV g _ S 3
unidense
con
un
relativo
nivel
de
educacin
puede
esperar
ca
b
m
liar
dle
empleo
al
me n o s
once
veces en
el
transcurso
de
su
vida
la-
tafgg
agyem; jitmo
yi
la
frequincia
de
cambio
seguramente
habran
aumen-
e
ue
a
v
.
"flexibilidadnqes
el
esioffl
H
stil
cle
la
presente
generacion
concluya-,
La
C
d
d
b
_
,gan
_C
3
eP0CH,
que
cuando
es
aplicado
al
mer-
a
o
'e
tr a
ajo
presagia
el
fin
del
"empleo
tal
y
como lo
conocemos"
y
anuncia
en
ca
`
'
~
'
ve s
r
bl
mbioel
advenlmiento
del
tra
ba]o
regido
po r
conrfatos
bre_
,
10Va
es o
directamente
sin
contratos,
cargos
que
no
ofrecen
nin
una se
~
-
`
Euevo
aiilsl-;Cl aCl_pOFcll
rlusmos
sm?
que
Se
"gen
po r
la
Cl-iusula
de
"hasta
_
a
vi
a
aboral
esta
plagada
de
incertidumbre.
Del
matrimonio
a
la
convivencia
Se
odr'
n
p
ia
argumentar,
po r
supuesto,
que
no
hay
nada
parricularmente
d;1;y(p
pn
esta
situacionz
la
vida
laboral ha
estado
llena
de
incertidumbre
lem
~
_
_
b
pos
inmemoriales.
Sin
embargo,
la
mcertidumbre
actual
es
Ssom
rosamente
novedosa.
Los
temidos
desastr
e
nuestros
med'
`
-
enfremados
fqs
ds
Vida
Y
SUS
perspectivas
no
pueden
ser
repelidos
ni
o
.
tiendo
a
dmitga
os
mancomunandofuerzas,
cerrando
filas
o
deba-
horrencyos
eior
an
o
comuntamente
medidas
de
fuerza.
Ahora
los
mas
una
[6 ica
besastres
arrecran
al
azar,
y
escogen
a
su s
victimas
siguiendg
8
lzarra
o
sin
loglca
aparente,
repartiendo
su s
golpes
en
for-
CS
que
pueden
privarnos
M
Richard
Sennett,
ibid.,
pp.
42-43.
l