ArquitecturaLa Escuela Normal de Santiago

Presentado por: Mordahay Melamed M.A consideración del profesor: Víctor Espinosa Grant.

En 1936, pocas calles conformaban la “ciudad” de Santiago y en un espacio situado al norte de su plaza principal, la administración educativa del entonces Presidente Juan Demóstenes Arosemena, comenzó a construir la, en su momento, llamada Escuela Normal de Santiago.

RESEÑA HISTORICA

Así de algún modo, trasladar el progreso al sub poblado interior del país y la experiencia que ya existía en la Normal de Institutoras, ubicada en La Exposición, Ciudad de Panamá. Después de dos años de trabajos fue inaugurada.

El 5 de junio de 1938 inició sus labores la Escuela Normal de

Santiago, el primer centro educativo secundario completo,

destinado a la formación de maestros de enseñanza primaria,

establecido en el interior de la República.

A lo largo de sus años de existencia, el plantel ha registrado varios cambios en su organización interna, pero ha cumplido primordialmente la misión especializada para la cual fue concebida y realizada.

La escuela sería llamada Justo Arosemena, en honor al expresidente, pero el 16 de diciembre de 1939, su gestor y realizador, el octavo presidente de la República, fallece en el cargo y en homenaje a su memoria, a partir de 1941, se le denominó Escuela Normal Juan Demóstenes Arosemena.

En 1984 mediante Ley 54 de 12 de diciembre, fue declarada monumento histórico nacional, por su significación socioeconómica y política y por la monumental riqueza arquitectónica de su estructura material.

La Escuela Normal se yergue en un polígono de terreno de cinco

hectáreas. Su diseño y construcción estuvo a cargo del ingeniero italiano Luis Caselli,

quien erigió un plantel educativo dechado tanto en su belleza

arquitectónica como en su funcionalidad.

SU ARQUITECTURA

Junto al ingeniero constructor, la obra fue además supervisada por un cuerpo de profesionales a cargo de las carteras de aquella época, que formaban parte del engranaje del gobierno de Juan Demóstenes, constituido por el Ing. Leopoldo Arosemena, secretario de Gobierno y Justicia, el Ing. Ernesto Jaén Guardia, secretario de Higiene, Beneficencia y Fomento y el Ing. Augusto E. Arosemena, como jefe de la Sección de Diseños y Construcciones.

La edificación se levantó en un extenso llano, cargado de

leyendas rurales, de tradiciones y creencias vernáculas, en las

cuales pululaba el mito de una “luz nocturna” que deambulaba

por el área que, connotativamente, representaba

el alma de los muertos en las guerras entre los liberales y conservadores; se sostenía,

además en el ambiente popular, los indicios de tesoros

escondidos, que saldrían, mágicamente, a la superficie en

algún momento.

La primera piedra para su construcción se colocó el 31 de

enero de 1937, por el presidente de la república y se encuentra en la

parte superior derecha del frontis, 17 meses después se alzaba solemnemente el imponente

edificio.

Los predios de la magna escuela, la mayor del país, además del vestíbulo, el aula máxima y el edificio de enseñanza, cuenta también con la residencia para el director y otra para el subdirector, dormitorios para señoritas y varones, cocina y comedor, lavandería, enfermería, sala de tecnología y talleres, todos estos edificios conectados por largos pasillos con arcadas revestidas de piedra, una piscina, una cancha de tenis y otras de básquetbol, patios y jardines exteriores e interiores con flores y árboles que le dan armonía y tranquilidad al conjunto, así mismo incluye una capilla con su capellán; una biblioteca que lleva el nombre de "Carlos Francisco Changmarín", en honor al maestro, poeta y escritor veragüense; y un amplio gimnasio, que también sirve a la ciudadanía veragüense. Todo el edificio resguardado con muros perimetrales de mampostería.

Estos espacios, con una extensión total de suelo de 42,500 mts2, fueron

proyectados por el ingeniero, ya desde su primera concepción, de la siguiente

manera: 3,921 mts2 se destinaron para dormitorios, 4,123 mts2 para los edificios

dedicados a las aulas de instrucción, 870 mts2 para las viviendas del director y subdirector y 518 mts2 reservados a

pasillos.

De acuerdo a su terreno, está ubicada en un área geográfica en el centro del territorio nacional de la república de panamá, que coincide con el centro del hemisferio y en el ejido del meridiano 81 que le da al complejo arquitectónico una posición geodésica privilegiada. De allí su importancia histórica, científica, arquitectónica, geográfica y hemisférica.

Entre otras técnicas de construcción y elementos arquitectónicos, podemos señalar que la escuela Normal de Santiago presenta cubiertas de madera machihembrada revestida al exterior con tejas, muros y paredes de mampostería; ventanales franceses con alfeizar y abovedados; vanos en arcos y circulares; verjas de hierro forjado, pisos de pasta y jardines con senderos de cemento.

En la parte delantera, en los jardines de la entrada principal de la escuela, frente

a la fachada, se alza una estatua fundida en broce en honor al indómito cacique

Urracá, Ubarragá Maná Tigrí, realizado por Ulderigo Conti, escultor italiano circa los años 1920. Este personaje

histórico veragüense es símbolo de la rebeldía nacional y de la lucha de los

pueblos originarios de Panamá contra la colonización española.

EL JARDÍN PRINCIPAL DE LA ENTRADA

Este reacio hombre, de condición aguerrida y listo al embestida, se enfrentó valerosamente contra las expediciones de los españoles durante casi nueve años, y dirigió repetidas derrotas a los conquistadores, encabezadas por Gaspar de Espinoza.

Dos grandes leones custodian, como mudos guardianes, ambos lados de las escalinatas, en el pórtico que da paso a la entrada principal y al

vestíbulo del colegio, tallados en 1940 por el pintor y escultor panameño Carlos Gustavo

Isaza Meléndez (1908-?). En la base izquierda del león aparece el hito o punto central del istmo.

PÓRTICO Y FRONTISPICIO

La fachada, con su arte de influencia europea, de estilo plateresco y barroco, con trabajos de ornamentación tallados en altos relieves, en los cuales se muestra una serie de figuras simbólicas, féminas esculturales desnudas, arabescos, complementados con columnas adornadas con esfinges de reinas y en su cúspide, un medallón con la imagen del ilustre panameño, el Doctor Justo Arosemena, cuya obra llevaría su nombre, en primera instancia. Toda esta obra sirve de inspiración para que hoy propios y extraños nos maravillemos con esta joya de la arquitectura, en la cual ningún detalle fue descuidado por su artífice, el artista español Antonio Rodríguez Del Villar (1881-1972).

EL VESTÍBULO

Al entrar al vestíbulo, elegante, y artístico, de estilo igualmente plateresco, miramos al frente, arriba sobre la puerta que da acceso al Aula Máxima, tenemos la Alegoría al Tiempo, donde se ubica un reloj. En el mismo lugar, vemos la Alegoría a la Filosofía, con las efigies de los filósofos griegos Platón y Aristóteles.

Las Columnas cuadradas, geométricamente colocadas, revestidas con adornos en bajos y altos relieves con alegorías y esfinges de personalidades ilustres, como Simón Bolívar, libertador de América.

En el nivel superior del vestíbulo, vemos también bajos y altos relieves con reproducciones de obras maestras: Los Borrachos, La Gallina Ciega, La Campana de Huesca, El Banquete de Sancho Panza, Juana La Loca, y. cuatro águilas talladas que custodian el recinto.

En el primer panel de la izquierda, está la reproducción en relieve de la famosa obra, Los Borrachos o Coronación de Bacco, cuyo original está en el Museo del Prado, en Madrid y que fue pintado por Diego Rodríguez de Silva y Velázquez.

Pasamos al segundo panel, otra reproducción de una obra, en este caso un artista contemporáneo, que representa la entrada triunfal de Francisco Franco, en Madrid, después de la Revolución Española (1936).

El Juego de la Gallina Ciega, de francisco de Goya y

Lucientes, es la obra que se reproduce en el tercer panel, de este insigne artista español.

En el cuarto panel, observamos el Escudo de la Escuela Normal, el legítimo y autentico y contiene la efigie del guerrero veragüense Urracá, símbolo de la lucha por la libertad del pueblo; el istmo de Panamá, con el sol en el poniente y la luna en el oriente, hora de nuestra separación de Colombia; y el canal de Panamá con un barco cruzando sus esclusas. El lema “Labor Omnia Vinci” que significa en latín el trabajo todo lo vence, y por ultimo las espigas o manojos de arroz producto de la abundancia en su cultivo en la provincia de Veraguas y los laureles símbolos de gloria y triunfo.

El quinto panel representa el cuadro de Juana la Loca o Locura de Amor, de Francisco Padilla, pintor español, natural de Zaragoza. Este cuadro muestra a la Reina, detenida en medio del campo, ante el catafalco de su esposo. Esta obra tan conmovedora y profunda se encuentra en el Museo de Arte Moderno de Madrid.

El Banquete de Sancho Panza, es el sexto panel, que como gobernador de la Ínsula de Barataria, isla imaginaria, cuyo gobierno obtuvo Sancho Panza, y donde experimenta en medio de incidentes a cual más cómico, todos los inconvenientes que suelen acompañar al poder.

Aluden con frecuencia los escritores a la efímera autoridad de escudero de Don Quijote, y, sobretodo, al buen sentido con que administraba justicia. En este cuadro, se ve al Doctor Triste, afuera, quien, con su varita, le prohíbe probar los apetitosos bocados al glotón Sancho Panza.

El último panel es la reproducción de la obra La Campana de Huesca, que representa al Rey cristiano Ramiro II (923-950), Rey de León, Galicia, Austria y Castilla, que hizo degollar a quince rebeldes y colgar sus cabezas en la bóveda como “campana que se escuchasen en todo el reino”.

En el centro está el busto de bronce sobre un pedestal, del doctor Juan Demóstenes Arosemena.

Tanto la fachada como el vestíbulo fueron decorados con bellas alegorías, altos y bajos relieves, no solo con el objetivo de embellecer los edificios, sino también con la intensión de formar a la juventud en el arte y la cultura.

Su pavimento revestido con pisos de pasta con diseños geométricos octagonales y cuadrados en tonos negro, gris y blanco; las escaleras, decoradas también con relieves; en la parte de bajo de ellas, a la izquierda se encuentra la Alegoría a la Agricultura, representada por el buey y el arado y en la de la derecha, la Alegoría a las Ciencias y las Artes.

AUDITÓRIUM O AULA MÁXIMAEl auditórium o la majestuosa aula máxima, como se le conoce, con capacidad para 500 personas, está bellamente decorada con pinturas murales del insigne artista panameño Roberto Lewis, obras de arte de incalculable valor y en las cuales se puede observar la evolución del hombre.

También limpiados y restaurados en varias ocasiones.

En los trabajos de la Escuela Normal se invirtieron alrededor de 10 millones de dólares. Estos se iniciaron en el año 2001, bajo la administración gubernamental de Mireya Moscoso y la obra se dividió en etapas. Poco a poco las áreas se comenzaron a remozar, el dormitorio de las damas, el gimnasio, el pabellón trasero, la cocina, la enfermería, la piscina, las casas de la directora y subdirectora, el dormitorio de los varones, el pabellón principal, el vestíbulo y la fachada principal.El Instituto Nacional de Cultura desarrolló un proceso de mantenimiento y limpieza del frontispicio y el vestíbulo. Las labores fueron supervisadas por la restauradora mexicana Ángela Camargo, quien entre los años 2006 y 2008 culminó la restauración total del conjunto de tan hermoso monumento histórico.Se puede decir que todos los edificios de la Escuela han sido restaurados casi en un 95%.

REMODELACIÓN Y RESTAURACIÓN

La influencia de la Escuela Normal ha superado ampliamente el ámbito de la educación. Su influencia, directa e indirecta, se ha hecho sentir en todos los aspectos de la vida nacional, y especialmente de las provincias centrales. Puede afirmarse que esa institución ha promovido el desenvolvimiento de una nueva etapa, más integracionista y desarrollista, en la vida del país.