ALTIBAJOS - Activated · 2019. 3. 9. · corazón. Nos aterra admitir nuestras faltas, ... tenemos...

16
ALTIBAJOS El proceso de aprendizaje El lado positivo del fracaso Dos accidentes y una lección Hacer el ridículo Encara tus temores CAMBIA TU MUNDO CAMBIANDO TU VIDA Año 19 • Número 3

Transcript of ALTIBAJOS - Activated · 2019. 3. 9. · corazón. Nos aterra admitir nuestras faltas, ... tenemos...

Page 1: ALTIBAJOS - Activated · 2019. 3. 9. · corazón. Nos aterra admitir nuestras faltas, ... tenemos que controlarnos para no empezar a cortar a tajos todo lo que ... Las decisiones

ALTIBAJOSEl proceso de aprendizaje

El lado positivo del fracasoDos accidentes y una lección

Hacer el ridículoEncara tus temores

C A MB I A TU MUNDO C A MB I A NDO TU V I DA

Año 19 • Número 3

Page 2: ALTIBAJOS - Activated · 2019. 3. 9. · corazón. Nos aterra admitir nuestras faltas, ... tenemos que controlarnos para no empezar a cortar a tajos todo lo que ... Las decisiones

1. V. 2 Reyes 19:14–19,32–36

Año 19, número 3

Si deseas información sobre Conéctate o estás interesado en otras publicaciones de carácter inspirativo, visita nuestro sitio web o comunícate con uno de nuestros distribuidores, cuyos datos de contacto aparecen más abajo.

www.activated.org/es/

Chile:E-mail: [email protected]: 56-9-42043338

España:ConéctateApdo. 62628080 MadridE-mail: [email protected] Tel: (34) 658 64 09 48www.esfuturo.com

Estados Unidos:Activated MinistriesPO Box 462805Escondido, CA 92046–2805E-mail: [email protected]: 1-877-862-3228 (nº gratuito)

México:Conéctate A.C.E-mail: [email protected]: (01-800) 714 4790 (nº gratuito) +52 (81) 8123 0605

Director Gabriel García V.Diseño Gentian SuçiProducción Samuel Keating

© Activated, 2017. Es propiedad.

A menos que se indique otra cosa, los versículos citados provienen de la versión RV, revisión de 1960, © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina; © renovado 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizados con permiso.

A N U E S T RO S A M IG O SE l secr eto

Decisiones hay de todo tipo y todo nivel de trascendencia.

Cada día se nos presentan cantidad de alternati-vas: ¿Qué vamos a comer? ¿Haremos ejercicio? ¿En qué emplearemos el tiempo?, y la lista continúa. Con el transcurso de los años esas decisiones se

transmutan en hábitos y pasan a ser automáticas, inconscientes. Si desde un principio hemos elegido con acierto, no hay muchos motivos de preocupa-ción. El problema se da cuando no hemos elegido bien, pues las pequeñas decisiones son susceptibles de transformarse en malos hábitos que a la larga pueden tener un pésimo efecto en nuestra vida y relación con Dios y nuestros semejantes.

Tomar una y otra vez decisiones atinadas no es tarea fácil. Felizmente con-tamos con el recurso de buscar orientación en Dios y en Su Palabra. Nuestro Padre celestial se compadece de nosotros, y desea ayudarnos tanto como nosotros queremos ayudar a nuestros hijos cuando nos piden consejo. Claro que nuestra capacidad de asesorarlos es limitada; en cambio, Dios puede mostrarnos la salida a los laberintos más embrollados en que nos metemos.

Narran las crónicas de Israel que un rey pagano mandó rodear Jerusalén con un nutrido ejército y envió una carta amenazante a Ezequías, rey de Judá. El monarca hebreo entró en el templo de Dios, desplegó la carta sobre el altar y le imploró a Dios asistencia sobrenatural, la cual le fue concedida1.

¿Cómo te parece? ¿Hacemos la prueba? La próxima vez que nos veamos sitiados por reveses, retrasos y problemas de carácter personal o relacional, anotemos los retos y amenazas que se ciernen sobre nosotros, señalemos con el dedo el papel y digamos: «Dios mío, estos son los problemas que me asedian. Imploro Tu auxilio».

A lo largo de la Biblia y de la Historia los grandes hombres y mujeres de Dios confiaron en Su ayuda, y como consecuencia nos dejaron un legado de fidelidad. Siguiendo la fórmula que ellos aplicaron, también nosotros podemos salir adelante.

Gabriel García V.Director

2

Page 3: ALTIBAJOS - Activated · 2019. 3. 9. · corazón. Nos aterra admitir nuestras faltas, ... tenemos que controlarnos para no empezar a cortar a tajos todo lo que ... Las decisiones

Por fin aparecieron los podadores. Los había estado esperando ansiosamente. Aunque tenía ganas de que me podaran los árboles, me daba pánico pensar que lo pudieran hacer mal. Sabía desde hace tiempo que había que hacer una buena poda; pero a una parte de mí le encanta lo silvestre y agreste, y esperé demasiado para llamarlos.

Llegaron esta mañana. Me tuve que contener para no salir cons-tantemente a decirles cómo debían hacer su tarea. He visto a otros podadores. Sé lo feos que se ven los árboles mutilados, cuando les han amputado las ramas principales con una motosierra, dejando poco más que un tronco angular que demora años en recobrar su belleza.

En cambio en esta ocasión, cada vez que echaba un vistazo por la ven-tana me vi gratamente sorprendida. Observé cómo podaban las ramas pequeñas que había por el contorno

LOS CAMBIOS

del árbol. Luego desmocharon con la motosierra un par de ramas grandes, solo las que ya no se veían sanas. Trabajaron toda la mañana en un solo árbol, como hábiles cirujanos, extirpando el cáncer que le estaba robando fuerzas.

Así es en cierto sentido la poda del corazón. Nos aterra admitir nuestras faltas, reconocer que a veces tienen que producirse cambios profundos. Hace falta valor para serrar las ramas de nuestros vicios y malos hábitos. Hay que tener fe para pedirle a Dios que cercene las cosas de las que nos conviene desembarazarnos porque afectan nuestro crecimiento, nuestra salud espiritual y felicidad. Se trata de un proceso doloroso. Oír —meta-fóricamente— el agudo zumbido de la motosierra me angustia.

Precisamente en los momentos de vulnerabilidad, en que admitimos sinceramente nuestras debilidades, tenemos que controlarnos para no

empezar a cortar a tajos todo lo que constituye nuestra persona, elimi-nando y destruyendo con excesivo celo hasta las partes que están saludables y hermosas.

Ahí es cuando necesitamos las delicadas manos del cirujano, cuida-doso de no lastimar las partes sanas del organismo que está operando. Necesitamos podadores armados de paciencia como los que contraté hoy, que van despacio y solo cortan las ramas excesivamente largas o ya muertas que representan un peligro, y dejan las ramas grandes y hermosas que darán sombra en verano. Una poda realizada con tranquilidad y esmero le permite al árbol revivir en primavera, fortalecido en su indivi-dualidad, más hermoso y vibrante que nunca.

Joyce Suttin es docente jubilada y escr itor a. Vive en San A ntonio, EE . UU. ■

Joyce Suttin

Y LAS PODAS

3

Page 4: ALTIBAJOS - Activated · 2019. 3. 9. · corazón. Nos aterra admitir nuestras faltas, ... tenemos que controlarnos para no empezar a cortar a tajos todo lo que ... Las decisiones

Hace poco estuve rumiando el tema de las decisiones equivocadas, luego de haber tomado algunas yo misma. Me sentía un poco desanimada. A la mayoría nos agrada comprobar que hemos tomado decisiones acertadas. Sus beneficios saltan a la vista. Lo difícil es ver qué buen fruto puede tener una decisión errónea. Y de esas tomamos bastantes, desde las pequeñas que a menudo ocultamos bajo la alfombra con la esperanza de que nadie las note, hasta las embarradas más estrepitosas.

¿Alguna vez te has sentido inútil y derrotado a causa de una mala decisión? Tal vez te parece que, hagas lo que hagas, nunca lograrás compensar tus errores. Quizá tienes la impresión de que las bendiciones que habrías podido recibir ya se perdieron, y tu vida no llegará a ser tan buena ni tan plena como habría podido ser.

Creo que el Señor quiere que veamos los altibajos de la vida a través del prisma de la fe. Ya sea que tomemos una decisión correcta o una equivocada, son muchas las cosas

positivas que podemos aprender. De hecho, creo que es posible sacar el mismo provecho, y en algunos casos hasta más, de nuestras pifias.

Las decisiones atinadas suelen reportarnos bendiciones y una buena conexión con Dios. Las desatinadas, aunque a menudo nos alarguen y compliquen el camino, también nos pueden dejar inapreciables enseñanzas y contribuir a nuestro desarrollo como personas. Si aprendemos a acu-dir al Señor para que nos guíe a pesar de nuestras malas decisiones, ese camino escabroso en que nos encontramos puede conducirnos al arrepentimiento y a una relación más estrecha con Él. Las decisiones erradas también nos permiten entender mejor los fallos de los demás. A la larga nuestro amoroso Padre nos ayuda a atravesar esas dificultades y salir adelante dotados de mayor prudencia y sensatez y mejor preparados para la siguiente etapa de nuestro desarrollo espiritual.

Jesús, por Su sacrificio, puede hacer en última instancia que nuestros errores y malas decisiones redunden en mayo-res victorias. Pero nosotros debemos permitir que lo haga.

ALTIBAJOS Adaptación de un artículo de María Fontaine

1. Romanos 8:1

Ningún ser humano ha llegado jamás a ser interesante sin haber fallado. Cuanto más falles, te recuperes y te superes, mejor persona serás. ¿Alguna vez has conocido a alguien al que todo siempre le haya salido bien sin el menor esfuerzo? Por lo general esa gente es tan profunda como un charco. O derechamente no existe. Chris Hardwick (n. 1971)

4

Page 5: ALTIBAJOS - Activated · 2019. 3. 9. · corazón. Nos aterra admitir nuestras faltas, ... tenemos que controlarnos para no empezar a cortar a tajos todo lo que ... Las decisiones

El Señor no nos condena. Puede conducirnos a la situación propicia para que extraigamos de nuestra vida y circuns-tancias las enseñanzas que personalmente necesitamos.

La Biblia promete: «Ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús»1. A Él le agrada que te des cuenta de los aspectos en que puedes crecer si aceptas lo que quiere enseñarte a partir de cada situación. Es una parte de lo bueno que Él te ayuda a extraer.

Fíjate en el hijo pródigo. Su egoísmo y su codicia lo llevaron a rebelarse tercamente. Sin embargo, aunque el camino que recorrió fue más largo y difícil que el de su hermano mayor, aprendió a entender más profundamente el amor que le tenía su padre. Maduró por medio de lo que sufrió. Perdió su herencia material, pero obtuvo algo mucho mayor. Aprendió a valorar su herencia espiritual y el amor que su padre le profesaba, infinitamente más importantes que las cosas a las que se había abocado antes. En cuanto al hermano mayor, aunque tomó la prudente decisión de perseverar en las tareas que el padre le había encomendado y fue recompensado por ello,

también él tomó decisiones equivocadas (como se evi-dencia por su falta de compasión y perdón de los errores ajenos), que le sirvieron para aprender y madurar.

Todo es parte del proceso. Debemos esforzarnos todo lo posible por tomar decisiones acertadas, y es verdad que cuando elegimos bien nos ahorramos muchas penalidades y dificultades. Pero todos nos equivocamos a veces. En cierto modo, para eso estamos en esta vida: para aprender y crecer. Es inevitable que en ocasiones tomemos decisiones erradas. El objetivo es aprovechar al máximo las decisiones buenas y sensatas, y tornar los errores en experiencias de aprendizaje. A través de esos altibajos podemos adquirir sabiduría, descubrir la profundidad de la misericordia y compasión de Dios y aprender muchísimo más que sirva para mejorar y estrechar nuestra relación con Él y con otras personas.

M ar ía Fontaine dir ige junta mente con su esposo, Peter A mster da m, el movimiento cr istiano La Fa milia Inter nacional. ■

De vez en cuando he tomado una decisión catastrófica; pero no hay caso, simplemente es cuestión de seguir adelante y aprender de ella. James Nesbitt (n. 1965)

¿Cuántas personas tienen éxito total en cada faceta de la vida? Ni una sola. La gente que más triunfa es la que aprende de sus errores y convierte sus fracasos en oportunidades. Zig Ziglar (1926–2012)

Invitar a Jesús a formar parte de tu vida es la mejor decisión que puedes tomar. Solo tienes que pedírselo:Jesús, te ruego que entres en mi corazón y me perdones las malas decisiones que he tomado. Ayúdame a apren-der de mis errores y mejorar en el futuro. Amén.

5

Page 6: ALTIBAJOS - Activated · 2019. 3. 9. · corazón. Nos aterra admitir nuestras faltas, ... tenemos que controlarnos para no empezar a cortar a tajos todo lo que ... Las decisiones

Vanessa se despidió con la mano cuando se cerraron las puertas. El tren arrancó, llevándose una amistad de seis años. Nos habíamos conocido en la secundaria. Nuestro interés común en la escritura de cuentos y nuestra coincidencia de gustos en cuanto a novelas forjaron entre nosotras una amistad inquebrantable, que perduró a pesar de los altibajos típicos de la adolescencia. Ella había obtenido una beca y se iba al extranjero a estudiar su carrera. Yo sentí que mi vida tocaba fondo; no sabía cómo iba a seguir ade-lante. Aunque yo siempre había sabido que un día ambas nos iríamos de casa y tomaríamos distintos caminos, el día en que eso ocurrió, me hundí.

Las primeras semanas después de la partida de Vanessa, su ausencia me hizo caer en la cuenta de lo mucho que había dependido de ella. Cuando ella estaba, en vez de alternar con diferentes amigos me quedaba en mi zona de seguridad,

tiempo progresivamente nos fuimos distanciando. En aquel tiempo, ver frustradas mis esperanzas de preser-var nuestra amistad me resultó muy doloroso. Sin embargo, al volver la vista atrás queda claro que la partida de Vanessa espoleó mi crecimiento personal.

Me vi obligada a hacer nuevas amistades, cometer errores y volver a levantarme por mis propios medios. El hecho de no poder pedirle consejo para todo me llevó a hacer profundos exámenes de conciencia y a reflexio-nar por mi cuenta. Aunque en aquel momento me sentí sola y abandonada, entiendo ahora lo que escribió Faraaz Kazi acerca de la amistad: «Algunas personas se irán, pero ese no es el final de tu historia. Es simplemente el final de su participación en tu historia».

Elsa Sichrovsk y es escr itor a independiente. Vive con su fa milia en Taiwán. ■

UNA AMISTAD Elsa Sichrovsky

con Vanessa y unas pocas amigas que teníamos en común. Era más fácil adoptar los puntos de vista de una chica tan simpática e inteligente como Vanessa que formarme mis propias ideas. Por ejemplo, siempre seguía sus opiniones acerca de qué libros leer o qué películas ver.

Aunque ser acérrimamente leal a una persona no es malo en sí, me di cuenta de que yo había sido un poco renuente a asumir el riesgo de desarrollar mis propias ideas y trazar mi propio camino. Si bien admiraba el valor de Vanessa, que había sido capaz de dejar el entorno al que estaba acostumbrada para perseguir su sueño, me aterraba afrontar las turbulencias emocionales propias del inicio de la adultez sin la tranquilidad que me inspiraban el reconocimiento y el apoyo emocio-nal de mi mejor amiga.

Nos mantuvimos en contacto durante el primer año; pero con el

para UNA ETAPA

6

Page 7: ALTIBAJOS - Activated · 2019. 3. 9. · corazón. Nos aterra admitir nuestras faltas, ... tenemos que controlarnos para no empezar a cortar a tajos todo lo que ... Las decisiones

El año pasado fue duro. No terrible, pero estuvo plagado de contratiempos. Nuestra familia debió hacer frente a una serie de dificultades laborales, económicas y de salud. Tengo la esperanza de que este año las cosas mejoren en esos aspectos. Con todo, quisiera contar lo que Dios me está enseñando en estos momentos, porque esos retos me han reportado algunos beneficios asombrosos.

Un día en particular me sentía exasperada y descorazonada porque una vez más andábamos apretados de dinero. Sumado a eso, estaba agotadísima. Sentía que lo estaba dando todo y que aun así eso era insuficiente.

Abrí mi Biblia en el Padrenuestro: «El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy»1. Es un cuadro de dependencia, de acudir a Dios cada día para que satisfaga nuestras necesidades cotidianas. No se trataba de andar corriendo como una loca tratando de

El don de la Marie Alvero

hacerlo todo, sino de confiar en que Dios nos daría lo suficiente. Cada día.

¿No resulta embarazoso depender tanto de Dios? ¿No da a entender que no estamos haciendo bien las cosas? ¿O que somos perezosos e incapaces de salir adelante? He tenido que cambiar mi actitud ante las estrecheces y la falta de recursos, para llegar a comprender lo que Dios lleva un tiempo tratando de enseñarme. La carencia es una oportunidad de acercarme a Dios, de aprender a confiar en Su bondad y no en mis habilidades.

Esto es válido no solamente para la falta de plata. ¿Qué hay, por ejemplo, de la soledad, o la discapa-cidad, o cualquier cosa que me haga sentirme vacía? Me di cuenta de que cuando me siento así o me parece que me falta algo, mi primera reacción es tratar de llenar ese espacio para sentirme mejor, ya sea con amigos, banalidades, entretenimiento, logros o productividad. Ahora mismo, sin embargo, me encuentro en una

situación en la que me veo obligada a analizar qué está ocurriendo en mi corazón y en mi vida. Estoy llegando a la raíz de algunos de mis miedos y otras inquietudes, y agradezco la oportunidad de crecer espiritual-mente, sin distracciones.

Hay estaciones de la vida en que brotamos y florecemos; hay otras en que nuestras ramas se desnudan, y nos vemos forzados a echar raíces más profundas para sobrevivir al invierno. Pero tras él siempre viene la primavera. Si estás pasando por una temporada de carencia, tal vez Dios quiere valerse de ella para mani-festarte Su bondad. Quizá quiere hacerte patente Su fidelidad y lo bello que es depender de Él. Él es tu buen pastor —y el mío—, y velará por nosotros.

M ar ie A lvero ha sido misione-r a en Á fr ica y México. Lleva una vida plena y activa en compañía de su esposo y sus hijos en la r egión centr al de Tex as, EE . UU. ■1. Mateo 6:11

7

Page 8: ALTIBAJOS - Activated · 2019. 3. 9. · corazón. Nos aterra admitir nuestras faltas, ... tenemos que controlarnos para no empezar a cortar a tajos todo lo que ... Las decisiones

EL LADO POSITIVO

dEl frAcASO

Ya se ponía el sol. Yo caminaba a paso rápido hacia la estación de buses luego de una extenuante jor-nada de trabajo. No quería perder el mío, pues sabía por experiencia que no pasaba con mucha frecuencia.

Me fijé en un adolescente con gafas de sol marca Oakley, un ele-gante traje negro y un corte de pelo con diseños acanalados alrededor de los oídos, parado frente a un mini-market. Su pose y sus gafas le daban pinta de aspirante a guardaespaldas.

Al verlo no pude evitar reírme por lo bajo. Al mismo tiempo me vino a la memoria un incidente de mi etapa de adolescente. Un día estaba pasando el rato con unos amigos en el barrio cuando un amigo común se acercó raudamente en su motocicleta, hizo un viraje en seco y se detuvo frente al lugar donde nos encontrábamos.

Desafortunadamente las cosas no se dieron de esa manera. Aceleré a fondo y, en menos que canta un gallo, fui a parar al costado opuesto de la vía e impacté a un auto estacionado allí. Lejos de estar impresionados, obviamente mis amigos quedaron atónitos, horrorizados. Observé el charco de aceite que se formaba a mis pies y me desinflé, como un globo recién pinchado.

Lo primero que hice después del accidente fue arrastrarme hasta mi alcoba y desplomarme sobre la cama, totalmente vestido. Me pasé un día entero durmiendo. Nada me traía alivio.

Una década después de semejante humillación me vi involucrado en otro desafortunado incidente. Una espantosa mañana…

Yo estaba admirado de lo bacán que él era. Su forma de andar, de hablar, incluso su ropa y su pelo engominado marcaban la moda en nuestro grupo.

—¿Quieres probarla? —me preguntó en un tono que me hizo sentirme incluido, como uno de la pandilla.

Cuando me pasó la moto, recuerdo que pensé que no impor-taba que yo no tuviera experiencia conduciendo una. No pensaba en otra cosa que en lo increíble que sería arrancar rumbo al atardecer, mientras en la pantalla del cine se mostraban los créditos de la película al son de un tema de rock pesado con un aluci-nante riff de guitarra. Al regresar, mis amigos exclamarían: «¡Bueno el derrapaje!», cuando las ruedas de la moto se detuvieran pocos centímetros antes de chocar.

Joseph Mai

8

Page 9: ALTIBAJOS - Activated · 2019. 3. 9. · corazón. Nos aterra admitir nuestras faltas, ... tenemos que controlarnos para no empezar a cortar a tajos todo lo que ... Las decisiones

«¡Vaya, qué chicos más rui-dosos!», dije para mis adentros mientras me concentraba en tomar las curvas de una carretera de montaña. Las risas procedentes de la parte trasera del vehículo se volvieron más estridentes. Cada vez me irritaban más. «¡La verdad es que debería decirles algo!» Entonces oí a uno de los niños que gritaba:

—¡Voy a tirar esto por la ventana!

Por instinto volteé la cabeza, y en esa fracción de segundo se oyó un ruido de metal y plástico retorcidos. No me había percatado de que otro vehículo venía por el carril contrario y, ¡cómo no!, me había atravesado en su camino.

Los accidentes automovilísticos presentan una peculiaridad. No vienen precedidos de música

lo cual me salvó de sufrir una crisis de pánico en la comisaría. Posteriormente, sin embargo, cuando hablé por teléfono con la compañía de seguros, me indicaron que ellos no cubrirían sino una parte de los gastos. ¡Adeudábamos 600 dólares! Para colmo estábamos en plena mudanza de casa. Huelga decir que el ánimo se me fue al piso.

Aquella noche, cuando me acosté, me volvió la bien conocida sensa-ción de malestar en el estómago. Me escondí del mundo bajo las cobijas, y no quería hacer otra cosa que dormir. No obstante, en ese accidente con el auto conté con algo que no había tenido en el accidente de mi adolescencia: el consuelo de mi querida esposa y una relación estrecha con un Amigo que nunca me ha abandonado.

inquietante de advertencia, no se encienden luces intermitentes, ni se ve ningún humo oscuro. Todo lo que se oye es un ¡pum!

En la estación de policía me senté frente a una joven agente que anotó cómo se había poducido el accidente y después de cada frase me pedía mi confirmación verbal. El conductor del otro auto permaneció en todo momento a mi lado, mirándome fijamente y asintiendo con la cabeza.

Luego otra agente me tomó una foto para dejar constancia de que yo había sido el conductor. No tuve tiempo de ajustarme la camisa ni de cambiar la mirada de abatimiento que me nublaba el rostro. No fue precisamente la foto en que más agraciado he salido.

Recordaba haber pagado una póliza de seguro contra todo riesgo,

9

Page 10: ALTIBAJOS - Activated · 2019. 3. 9. · corazón. Nos aterra admitir nuestras faltas, ... tenemos que controlarnos para no empezar a cortar a tajos todo lo que ... Las decisiones

Es imposible vivir sin fallar en algo, a menos que se viva con tanta cautela que mejor sería no vivir en absoluto. En ese caso, se falla por omisión. J. K. Rowling (n. 1965)

Me siento sumamente orgulloso de las bendiciones que Dios me ha otorgado en la vida. Me ha per-mitido ver claramente que puedo caer y aun así volverme a levantar. ¡Ojalá aprenda de mis errores y tenga la oportunidad de afianzar y mejorar la siguiente acción que emprenda! Martin Lawrence (n. 1965)

—¿Quieres que ore por ti? —me susurró gentilmente mi esposa.

Asentí con la cabeza.Una sensación de alivio y consuelo

inundó mi maltrecho corazón mien-tras ella rezaba. El malestar que sentía en el estómago empezó a desaparecer.

Me vino a la memoria el rey David de la Biblia, que se debió de sentir horrible luego de algunos graves choques que tuvo en su vida pública y privada. El escandaloso robo de esposa que protagonizó debió de ser bochornoso1. Es dable que también lo invadieran el remordi-miento y el desaliento al no poder

controlar a sus adorados pero indóci-les vástagos, Absalón y Adonías2. Por no hablar de las críticas y acusaciones de las que probablemente fue blanco cuando Dios juzgó a la nación entera por un pecado que él cometió3.

Así y todo, fueron justamente esos fallos —no su victoria sobre el gigante filisteo— los que le permi-tieron descubrir la humillante pero liberadora verdad de que sin Dios somos un desastre.

Cierta vez confesó agradecido: «Cercano está el Señor para salvar a los que tienen roto el corazón y el espíritu»4.

Se parece a una frase que tengo memorizada y que me ha servido de aliento después de algunas torpezas mías: «Reconocer constantemente que somos un desastre nos ayuda a evitar ese espíritu de orgullo que nos

impulsa a criticar y condenar a los demás».

Jesús te hizo tal como eres, con todas tus imperfecciones, las cuales no merman Su amor por ti.

Cierta vez Él le dirigió las siguientes palabras al apóstol Pablo para levantarle el ánimo: «Mi gracia es todo lo que necesitas; Mi poder actúa mejor en la debilidad»5.

Total que si te parece que te ronda el fracaso, ¡no te desmoralices! Cuentas con un Amigo que jamás te abandonará, que te ayudará a desoír el canto de las sirenas del desaliento y la desesperación para llevarte al puerto seguro de Su consuelo, aceptación y perdón.

Joseph M ai es misionero y escr itor. Vive en Taiwán con su esposa y sus cuatro hijas. ■

1. V. 2 Samuel 11

2. V. 2 Samuel 15; 1 Reyes 1

3. V. 2 Samuel 24

4. Salmo 34:18 (rvc)

5. 2 Corintios 12:9 (ntv)

Tenemos que enseñar a las personas de alto nivel educativo que fallar no es una desgracia, y que deben analizar cada fracaso para hallar su causa. Deben aprender a fracasar inteligen-temente, pues fracasar es una de las artes más sobresalientes del mundo. Charles Kettering (1876–1958)

Sigue comenzando y fallando. Cada vez que falles, parte otra vez de cero, y adquirirás cada vez más fuerza hasta que hayas cumplido un propósito, quizá no el mismo con el que comen-zaste, pero sí uno que con gusto recordarás. Anne Sullivan (1866–1936)

10

Page 11: ALTIBAJOS - Activated · 2019. 3. 9. · corazón. Nos aterra admitir nuestras faltas, ... tenemos que controlarnos para no empezar a cortar a tajos todo lo que ... Las decisiones

ACOGER LOS CAMBIOS CON

ABRAZO DE

OSOCurtis Peter van Gorder

Un amigo mío me dio ese consejo fraterno para animarme a aceptar de buen grado un gran cambio en mi vida. Mi mujer y yo llevábamos unos siete años en Oriente Medio. Había sido un capítulo estupendo de nuestra vida. No obstante, veíamos que las funciones que habíamos desempeñado se iban reduciendo, llevándonos a un estado de semijubilación. A lo largo de los años habíamos echado raíces y, al igual que una planta que se hace demasiado grande para su maceta, sentíamos que nos estábamos quedando sin buena tierra que nos permitiera seguir creciendo. A los dos nos pareció que podía ser un buen momento para un trasplante a una maceta mayor, un nuevo lugar con nuevos retos.

Como suele suceder, cuando se cierra una puerta se abre otra. En mi caso recibí una invitación para trabajar en Bombay, India. Ya había visitado la ciudad y sabía los obstáculos de orden físico con que me encontraría y también lo gratificante que podía ser semejante aventura. Pero no estaba seguro de que los beneficios fueran a compensar las dificultades iniciales de adaptación.

Pensé en lo que me había dicho mi amigo sobre acoger los cambios con abrazo de oso. Si hubiera un animal para

simbolizarlos, yo creo que tendría que ser un oso. Los osos y los cambios tienen algo en común: pocas personas los invitan a su casa. En algunos casos, un cambio de actividad o de costumbres puede resultar tan beneficioso como unas buenas vacaciones, aunque estas también pueden representar mucho trabajo. Leí en alguna parte que «todo el mundo está a favor del progreso. Lo que no nos gusta es cambiar. La paradoja a la que nos enfrenta-mos es que detestamos hacer cambios y al mismo tiempo los ansiamos. Lo que queremos en realidad es que todo siga igual, pero mejor». Desde luego, así es en mi caso.

A veces viene bien imaginarnos nuestra vida si cierto cambio no se produjera. La alternativa —mantener todo igual— puede ser igual de aterradora. Como esas ciudades salpicadas todavía de cabinas telefónicas, fantasmales recordatorios de un otrora floreciente sistema de comunicación que ha sido sustituido completamente por los celulares. Se erigen como testimonios mudos del viejo adagio: «Cambiar o morir»1.

¿Dimos al fin un abrazo de oso a aquel cambio y aceptamos el trabajo en la India? Sí, y eso dio comienzo a una etapa maravillosamente grata y emocionante de nuestra vida.

Curtis Peter van Gor der es guionista y mimo2. Vive en A lemania. ■

1. V. https://activated.org/es/vida/el-ser-integral/desarrollo

-personal/item/1497-cabinas-telefónicas-abandonadas

2. http://elixirmime.com

11

Page 12: ALTIBAJOS - Activated · 2019. 3. 9. · corazón. Nos aterra admitir nuestras faltas, ... tenemos que controlarnos para no empezar a cortar a tajos todo lo que ... Las decisiones

Probablemente conoces algu-nas de estas sentencias populares:

• El mundo es tu ostra.• No hay límites.• La palabra imposible no forma

parte de mi vocabulario.• Nunca te des por vencido.• Si eres capaz de soñarlo, eres

capaz de materializarlo.• La mejor forma de conocer el

futuro es forjarlo.

y habrá bastante de sobra para compartir con otros3.

• Abraham siempre creyó la promesa de Dios sin vacilar. De hecho, su fe se fortaleció aún más y así le dio gloria a Dios. Abraham estaba plenamente convencido de que Dios es poderoso para cumplir todo lo que promete4.

• Mientras […] buscó la dirección del Señor, Dios le dio éxito5.

Yo disfruto de una relación personal con Jesús. Sé que me ama y tengo a mi disposición la fuente de la verdad: la Biblia y otros textos inspirados por Dios. Considero que tengo mucho que ofrecerle al mundo y que debo aprovechar las

MI VIDA

1. Mateo 19:26 (nvi)

2. Filipenses 4:19

3. 2 Corintios 9:8 (ntv)

4. Romanos 4:20,21 (ntv)

5. 2 Crónicas 26:5 (ntv)

6. V. Romanos 8:28

Natalie Brooks

• El éxito se compone de un 1% de inspiración y un 99% de transpiración.

Aunque son principios bastante acertados, no puedo evitar cuestio-narlos. Pero resulta que la Palabra de Dios dice muchas cosas similares:

• Para los hombres es imposible —aclaró Jesús, mirándolos fijamente—, mas para Dios todo es posible1.

• Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a Sus riquezas en gloria en Cristo Jesús2.

• Dios proveerá con generosidad todo lo que necesiten. Entonces siempre tendrán todo lo necesario

MIS DECISIONES MI FUTURO

12

Page 13: ALTIBAJOS - Activated · 2019. 3. 9. · corazón. Nos aterra admitir nuestras faltas, ... tenemos que controlarnos para no empezar a cortar a tajos todo lo que ... Las decisiones

empeñe en hacerlo, sé que lo normal es que siga por el mismo camino.

El miedo. Miedo a fracasar, a pasar vergüenza, a triunfar, a tener demasiado trabajo que me exija mucho. Todos esos temores nos pueden paralizar. Creo que el miedo nos lleva a convencernos de que lo que tenemos ahora no está tan mal, que no vale la pena arriesgarse a cambiarlo.

La procrastinación. Postergar las cosas hasta mañana es receta segura para el estancamiento.

Las expectativas de los demás. Me resulta difícil cambiar cosas y adentrarme en territorio desconocido por la imagen que creo que la gente tiene de mí. Pero cuando comparezca ante Dios para dar cuenta de mi vida, Él no se regirá por lo que los demás pensaban que yo debía hacer; solo se fijará en lo que haya logrado.

La falta de claridad. Me refiero a cuando nos da la impresión de que tenemos que cambiar nuestra vida y sentimos cierto desasosiego o ansiedad, pero no sabemos bien qué rumbo tomar o qué hacer. Y nos quedamos esperando. A mí me ha pasado. Pero la clave está en hacer algo mientras esperamos. Si damos pasos hacia adelante basándonos en lo que sabemos, lo que desconocemos se irá aclarando.

Hace falta valor para asumir la responsabilidad de nuestra vida.

Hace falta valor para cambiar y optar por otras cosas.

Hace falta valor para correr riesgos.Hace falta valor para llevar una

vida que esté en sintonía con nuestras más nobles aspiraciones en vez de sucumbir a la mediocridad.

Hace falta valor para profundi-zar y llegar a ser como queremos ser, en vez de escondernos tras una cortina de excusas o culpar a los demás.

Hace falta valor para vivir la ver-dad y ser la expresión más genuina de las personas que Dios quiere que seamos.

Hace falta valor para mantener el rumbo y capear las tormentas que inevitablemente vendrán después que hayamos efectuado los cambios.

Una vez que nos armamos de valor para reconocer lo que hay que cambiar, el siguiente paso es actuar. Solo disponemos del día de hoy. Lo que hagamos hoy contribuye a forjar nuestra vida, nuestro legado.

Así, pues, este es mi reto:• Responsabilizarme de mi vida.• Reconocer los obstáculos a

los que me enfrento o que me impiden avanzar.

• Tener valor.• Actuar.

Cuando consideramos deteni-damente las decisiones que hemos tomado, analizamos lo que nos ha frenado, averiguamos cuál es la voluntad de Dios para nosotros y le pedimos que nos dé valor para actuar, podemos tener la certeza de que no estamos solos. Dios nos acompaña. Él no puede vivir mi vida por mí; mas si doy un paso en la buena dirección, conforme a Su voluntad, Él obrará en mi favor y hará que todo redunde en mi bien, a Su tiempo y a Su manera6.

Natalie Brooks es escr itor a independiente. Vive en Tex as, EE . UU. ■

oportunidades que se me presentan de servir, retribuir, hallar satisfacción y trazarme un derrotero que haga que mis seres queridos y Jesús se enorgullezcan de mí.

¿A qué se debe, entonces, que mi realidad a veces no refleje eso? Hay momentos en que me siento poca cosa, olvidada, perdida, o como si deambulara sin rumbo. Sé que debo considerarme bendecida, que tengo conocimientos, discernimiento, fe y valiosos dones espirituales. Sin embargo, a veces no logro que esos dones obren en mi favor.

Cuanto más tiempo me siento así, peor, hasta que empiezo a pregun-tarme si alguna vez encontraré el camino que me conduzca a una vida mejor, a una relación más profunda, a una forma de vida más saludable. Cuando me siento estancada, inse-gura o insatisfecha con mi situación actual, puede resultar confuso o frustrante tratar de arreglarla o saber por dónde empezar siquiera.

He llegado a una conclusión que para mí ha sido provechosa: Esta es mi vida. Por la gracia de Dios, será de una manera o de otra según lo que yo haga.

He tomado conciencia de que ni siquiera Dios puede vivir mi vida por mí. Tengo que responsabilizarme de mis decisiones.

Me he hecho una lista de algunos obstáculos que me traban y me tienen estancada.

La inercia. Me es más fácil seguir haciendo lo de siempre que decidirme a cambiar. Modificar la trayectoria de mi vida requiere fe, energía, sacrificios y movimiento. A menos que determine cambiar y me

MI FUTURO

13

Page 14: ALTIBAJOS - Activated · 2019. 3. 9. · corazón. Nos aterra admitir nuestras faltas, ... tenemos que controlarnos para no empezar a cortar a tajos todo lo que ... Las decisiones

Una buena amiga mía decidió tomar clases de tenis. Se compró todos los implementos, programó su primera clase y se dirigió a las canchas.

Sin embargo, al llegar se dio cuenta de que había otras personas por los alrededores: niños en la zona de juegos, gente que paseaba a su perro, y otros más que estaban presenciando un partido de béisbol a poca distancia. Aunque nadie la estaba mirando a ella, al ver toda esa gente se cohibió terriblemente.

Comenzó la clase, pero no era capaz de pegarle a la pelota por lo nerviosa que estaba. No hacía sino mirar a un lado y a otro para ver si alguien la observaba. Se sintió torpe y hasta tonta por ponerse siquiera a jugar.

Finalmente el profesor le pidió que se sentara.

HACER EL RIDÍCULO

—¿Sabes? —le dijo—, nadie tiene éxito en nada a menos que esté dispuesto a hacer el ridículo al principio.

Le explicó que hasta que no dejara de pensar en sí misma y de preocuparse de cómo se veía en la cancha, es decir, hasta que no estuviera dispuesta a hacer el ridículo, no iba a progresar y aprender a jugar.

Mientras mi amiga me contaba esa anécdota, reflexioné sobre las muchas veces que yo he hecho lo mismo, y no solo en actividades deportivas.

Viví en México casi ocho años, pero no aprendí sino lo más elemental de español. En cambio, mi hermana al cabo de pocos años ya lo dominaba. ¿Por qué? ¿Por ser más inteligente que yo? ¿Por tener un coeficiente intelectual más elevado? ¿Más facilidad para aprender idiomas? ¿Más horas de estudio? Seguramente esos factores ayudaron, pero la razón fundamental es mucho más sencilla: estuvo dispuesta a arriesgarse.

Cuando yo no me animaba a decir algo porque no estaba segura de cómo decirlo, ella se lanzaba y lo intentaba. Cuando teníamos ocasión de juntarnos con personas que solo hablaban español, yo hacía lo posible por escabullirme. En cambio, ella aprovechaba la oportu-nidad para practicar.

Cometía muchos errores y a veces hacía el ridículo. De hecho, al principio yo incluso me burlaba de las cosas que ella decía mal; pero eso no la detuvo. Averiguaba lo que había dicho mal, aprendía a decirlo bien y se aventuraba de nuevo.

Me pregunto cuántas cosas no me habré perdido por simple temor al fracaso, por miedo a hacer el ridículo.

1. V. Josué 6:1–27

2. V. 1 Samuel 17

3. “John Grisham marks 20th anniversary

of A Time to Kill”, Dennis Moore, USA

Today

4. Filipenses 4:13

Marie Story

14

Page 15: ALTIBAJOS - Activated · 2019. 3. 9. · corazón. Nos aterra admitir nuestras faltas, ... tenemos que controlarnos para no empezar a cortar a tajos todo lo que ... Las decisiones

Más importante aún: ¿cuántos grandes planes quizá tenía Dios para mí que malogré por el mismo motivo?

Tal vez no pinta tan grave una vez que la persona alcanza sus metas; pero nadie inicia su trayectoria con rótulo de héroe. Para alcanzar la grandeza, uno tiene que arriesgarse a hacer el ridículo.

Ese fue el caso de Josué y los hijos de Israel cuando rodearon la ciudad de Jericó. Los israelitas disponían de un poderoso ejército con el que ya habían derrotado a otros enemigos. No obstante, Dios les pidió que camina-ran alrededor de la ciudad en lugar de entablar combate. Imagínate lo que se les pasó por la cabeza al tercer o cuarto día. «Ya pues, llevamos varios días caminado, y no pasa nada. El ejército de Jericó se está burlando de nosotros. ¡Parecemos unos imbéciles!»

Pero ¿se dieron por vencidos? No. Y como siguieron las instrucciones de Dios, a pesar de que les hicieron quedar en ridículo, la muralla de la ciudad se desplomó, y pudieron conquistarla1.

De todos los que habrían podido enfrentarse al gigante Goliat, David era el menos indicado. No había sido adiestrado en el uso de armas, no había participado en ninguna batalla, ni tenía experiencia alguna en desafiar gigantes. Para colmo, era un jovencito escuálido.

¿Dejó que eso lo frenara? Nanay. ¿Se dejó intimidar cuando se rieron de él por ofrecerse a pelear con Goliat? ¿Se echó para atrás cuando Goliat se burló de él? Ni por asomo. No permitió que nada le impidiera cumplir su destino. Dio un paso adelante, se arriesgó a hacer un papelón y mató al gigante2.

La primera novela del afamado escritor John Grisham, Tiempo de matar, fue un fracaso al principio. El manus-crito fue rechazado por 16 representantes y una docena de editoriales. Finalmente una pequeña compañía imprimió 5.000 ejemplares, de los cuales Grisham compró 1.000 para venderlos él mismo. Hizo una pequeña campaña para promover su libro, empezando en la biblioteca de su ciudad y luego en otras de la región. Le tomó varios meses vender los libros que había adquirido. Me imagino que se ponía nervioso y quizá se sentía majadero intentando

vender su libro a extraños. Me pregunto si alguna vez no le asaltó la duda: «Debería abandonar esta idea». Durante ese tiempo, sin embargo, Grisham no se dio por vencido, sino que escribió una segunda novela, La firma, que tuvo un éxito fulminante. Su determinación valió la pena3.

La Biblia dice que «todo lo puedo en Cristo que me fortalece»4. No sugiere que lo podamos hacer «todo a la perfección, sin cometer errores», ni «todo sin dificultades, sin hacer el ridículo». Si fuera así, no necesitaría-mos que Él nos fortaleciera. La vida sería coser y cantar, no tendríamos que hacer esfuerzo alguno.

Hay que tener fortaleza para arries-garse a hacer el ridículo. Y lo mismo para fracasar y no cejar en nuestro empeño. Hace falta fortaleza para probar algo que parece una locura o poco realista. Pero esa es la fortaleza que Dios prometió proporcionarnos.

¿Hay algo que hayas estado evitando por miedo a fracasar? ¿Hay algún reto en tu vida que estás eludiendo para no hacer el ridículo en caso de que la embarres? Si es así, cambia. Date la vuelta. Haz frente a esa empresa difícil pero emocio-nante, anímate a hacer el ridículo y triunfarás.

M ar ie Story vive en San A ntonio (EE . UU.), donde tr abaja como ilustr ador a independiente y hace voluntar iado en un albergue par a indigentes. ■

15

Page 16: ALTIBAJOS - Activated · 2019. 3. 9. · corazón. Nos aterra admitir nuestras faltas, ... tenemos que controlarnos para no empezar a cortar a tajos todo lo que ... Las decisiones

Cuando entras a una cocina que ha tenido mucho uso, de una persona que disfruta prepa-rando la comida y con buena mano para cocinar, no encuentras en ella estantes de ollas y sartenes resplandecientes, sin ninguna mella. Todo lo con-trario. Las ollas y sartenes tienen marcas de uso. Tienen manchas de grasa, hendiduras, abolladu-ras. ¿Esos defectos les restan utilidad? No.

Pregunta a cualquier chef cuáles son sus ollas y cacerolas preferidas. Probablemente serán las que le sirven bien, las de eficacia probada. En muchos casos serán las que ha utilizado bastante y que tienen marcas que lo demuestran.

Dame las gracias por las dificultades a las que te enfrentas. Confía en que estaré contigo

dondequiera que te encuentres y te indicaré el siguiente paso que debes dar. Confía en que cuando te saque de esos trances te habrás convertido en una persona más prudente, más fuerte y mejor, cuya vida dará buen fruto, para ti, para los demás y para Mi reino. En vez de lamentarte por tus errores o perder el tiempo deseando haber tomado otras decisiones, pídeme que me sirva de ti ahí donde estás.

Puedes ser una de esas ollas que están siempre a Mi servicio, una cacerola útil que no me defrauda, uno de esos peroles que están siempre a la mano y son tan valiosos para Mí, tu chef de chefs.

¡Juntos podemos hacer maravillas!

OLLAS Y SARTENES

De Jesús, con cariño