Alf Ludtke

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Fundacion Instituto de Historia Social is collaborating with JSTOR to digitize, preserve and extend access to Historia Social. http://www.jstor.org Sobre los conceptos de vida cotidiana, articulación de las necesidades y "conciencia proletaria" Author(s): Alf Lüdtke and Josep Monter Pérez Source: Historia Social, No. 10, Dos Décadas de Historia Social (Spring - Summer, 1991), pp. 41-61 Published by: Fundacion Instituto de Historia Social Stable URL: http://www.jstor.org/stable/40340275 Accessed: 15-11-2015 02:44 UTC Your use of the JSTOR archive indicates your acceptance of the Terms & Conditions of Use, available at http://www.jstor.org/page/ info/about/policies/terms.jsp JSTOR is a not-for-profit service that helps scholars, researchers, and students discover, use, and build upon a wide range of content in a trusted digital archive. We use information technology and tools to increase productivity and facilitate new forms of scholarship. For more information about JSTOR, please contact [email protected]. This content downloaded from 163.178.101.228 on Sun, 15 Nov 2015 02:44:39 UTC All use subject to JSTOR Terms and Conditions

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Sobre los conceptos de vida cotidiana, articulación de las necesidades y "conciencia proletaria" Author(s): Alf Lüdtke and Josep Monter Pérez Source: Historia Social, No. 10, Dos Décadas de Historia Social (Spring - Summer, 1991), pp. 41-61Published by: Fundacion Instituto de Historia SocialStable URL: http://www.jstor.org/stable/40340275Accessed: 15-11-2015 02:44 UTC

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SOBRE LOS CONCEPTOS DE VIDA COTIDIANA, ARTICULACION DE LAS

NECESIDADES Y "CONCIENCIA PROLETARIAN

Alf Liidtke

1 . INTERESES Y NECESIDADES

La "colocacion" de los individuos y de los grupos en una sociedad hay que determi- narla en el interior de los sistemas de relaciones de production. Ahora bien, queda por aclarar hasta que punto esta notion explica la "actividad particular de los individuos". ■ En otras palabras, queda por examinar el nexo entre el modo de production y el "modo de vivir".

Generalmente, esto se investiga recurriendo al concepto de "interes". Al individuo socializado las posibilidades, comunes o especificas, de apropiarse de la naturaleza y de disponer de los procesos y productos del trabajo le resultan mediatizadas bajo la especie de "intereses". De ese modo, estos ultimos actiian como estimulo y orientation respecto a "la organization de los contextos de la action". 2 Segiin esta perspectiva, de ahi se sigue que percepciones, acciones y expresiones -o sea, la forma de las relaciones sociales- no se consideran en clave dinamica, sino como cantidades que dependen de intereses derivados del sistema, en el caso de que no sean incluso ignoradas. Siempre segiin esta optica, el concepto de "interes" incluye las necesidades, "legitimadas en forma de intereses sociales".3 Asi, la diversidad de necesidades, o sea, lo que los hombres tratan de hacer o dejar de hacer,4 se encuentra siempre dentro de la logica de un nexo social.

A menudo, el resultado es el de una perspectiva unidimensional o de tipo mecani- cista: "rupturas" o soluciones de continuidad en las relaciones sociales y "en las formas sociales de comunicacion" son consideradas siempre como aspectos de la lucha de

Publicado originariamente en Quaderni Storici, 36 (1977). 1 K. Marx, F. Engels, L'ideologia tedesca, MEW, vol. 3, Berlin/DDR 1958, p. 21. [La ideologia

alemana, Pueblos Unidos/Grijalbo, Barcelona, 1974 (4.a ed.).] 2 J. Mittelstrass, Ueber Interessen en su Methodologische Probleme einer normativ-kritischen Gesell-

schaftstheorie, Frankfurt 1975, pp. 126-159 y 133. 3 H.P. Dreitzel, Die gesellschaftlichen Leiden und das Leiden an der Gesellschaft, Stuttgart 1968,

p. 245. 4 A. Heller, en su vehemente polemica contra la concepcion "fetichista" de las necesidades, que a

menudo se descubre en los textos marxistas, ha explicado que "Marx no [conoce] otra concepcion que la de los individuos particulares" (Cfr. La teoria de las necesidades en Marx, ed. esp. Peninsula, Barcelona, 1977; p. 77 de la edition alemana, Berlin 1976). Para una concepcion analoga de las necesidades, cfr. tambien B. Badura, Bediirfniss und politisches System, Stuttgart 1974. La reciente concepcion psico-antropologica de las necesidades esta sintetizada en R. Lane, Political Thinking and Consciousness, Chicago 1969, pp. 19 ss.

Historia Social, n.° 10, primavera-verano 1991, pp. 41-61. I. This content downloaded from 163.178.101.228 on Sun, 15 Nov 2015 02:44:39 UTC

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clases. Incluso un conflicto basico, como el que se da entre capital y trabajo es conside- rado desde el punto de vista de su "salida final" y no en su "larga duration". Caracteris- tica implicita de un hilo conductor de este tipo de analisis es una "dinamica positiva" (Marcuse).5 La "dialectica pluralmente estratificada" (E. Bloch)6 del proceso historico resulta posteriormente reificada como "diagonal" (Engels). De esta manera no se tiene en cuenta la diversa posibilidad de desarrollo. La solidaridad de grupo y el descubri- miento de una identidad dentro de una comunidad o de un sindicato ofrecerian, si no aberraciones, si simples datos preliminares o "subproductos" contingentes de la forma- tion de una clase. Surge asi un segundo problema: si se consideran las manifestaciones individuates y colectivas solo en relation con intereses y conflictos institucionales, el "modo de vivir" queda reducido a aspectos de las mismas instituciones o a episodios excepcionales. 6Es posible abrir una perspectiva mas amplia y mas cercana a la compleja variedad de los deseos y esfuerzos, experiencias y acciones del hombre, a su vida de cada dia?

Parece paradojico, pero el analisis de la protesta puede resultar util en este sentido. Considerando las protestas como manifestaciones intermitentes de un conjunto amplio de procesos y de situaciones estructuradas de una manera determinada, resulta posible captar algo mas que la negation (de las condiciones dominantes de aquellos que las reprimen, de las autoridades locales, etc). Por ejemplo, se pueden identificar algunos aspectos de autodefinicion, asi como el "objetivo"7 de quienes estan implicados en ellas.

En su intervention sobre la economia moral de la masa inglesa en el siglo xvin,8 E. P. Thompson ha hecho una contribution ejemplar para el esclarecimiento de este nexo. Thompson ha mostrado que las percepciones y las acciones de la masa estaban reguladas por la notion de un "precio justo" basado en la "economia moral" y que condicionaba las "revueltas por la comida". Aqui, la protesta pone de manifiesto un standard sociocultural y saca a la luz un aspecto del "modo de vivir" de los ordenes inferiores en las condiciones de production de mercancias a pequena escala. Y sin embargo, esto no agota por completo el analisis del contexto: puede que el significado de la protesta, para aquellos que toman parte en ella, no este definido adecuadamente por la ultima ratio del interes en la garantia de production y subsistencia, incluso tampoco como restauracion de un standard especifico de una clase dominante. De esta manera, solo se puede determinar una parte de la riqueza y de la variedad de los aspectos en el "juego de diferencias, que se desdoblan en situation y position" (Bour- dieu); ante esto, H. Lefebvre, en su interpretation de la Comuna de Paris de 1871, ha dado una indication para avanzar: "£La Comuna? Fue una fiesta, la mayor del siglo y de los tiempos modernos".9

5 H. Marcuse, "Sul concetto di negazione nella dialettica", en Idee per una teoria critica della societd, ed. alemana, Frankfurt 1969, pp. 185-190 y 197.

6 E. Bloch, Erbschaft dieser Zeit, Frankfurt 1962 (1933), p. 122. 7 Este es el concepto central del trabajo de J.-P. Sartre, Critica della ragione dialettica, ed. alemana

Hamburg 1967. 8 E. P. Thompson, "The 'Moral Economy' of the English Crowd in the Eighteenth Century", en Past

and Present, 50 (1971), pp. 76 ss. ["La economia 'moral' de la multitud en la Inglaterra del siglo xvm", en Tradicion, revuelta y conciencia de clase, Critica, Barcelona, 1979].

9 H. Lefebvre, La proclamation de la Commune, Paris 1965, p. 389. Cfr. las indicaciones, segun las cuales los trabajadores en huelga "estan de vacaciones", en M. Perrot, Les ouvriers en greve, 1871-1890, Paris-La Haye 1974, vol 2, p. 550. .1

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Mi escepticismo, incluso respecto al analisis de Thompson, se refiere a la diferen- cia entre los deseos y esfuerzos que socialmente (y politicamente) se admiten y los que son negados o minusvalorados.

Que existe una separation entre sus posibilidades de expresarse, queda de mani- fiesto cuando se asume como punto de referenda el elemento discriminante de las diferencias de clase: la facultad de ejercer un poder y una autoridad directos y, lo que aiin cuenta mas, simbolicos en relacion a las posibilidades de explotar y aprovecharse de la fuerza-trabajo (en exceso) y de sus productos. En otras palabras, la facultad de establecer los niveles de expresion y de satisfaction de las necesidades.

Sin embargo, esto no resuelve el problema, pues persisten, de hecho, las relaciones internas de clase. Y, en este caso, no cabe la cuestion del ejercicio directo del poder o de la autoridad, pues faltan las bases materiales para ello. Mas bien hay que seguir la indication, que "las formas sociales de comunicacion" de los productores directos y de quien vende su propia fuerza de trabajo son discriminantes, incluso en relacion con grupos particulares o estratos dentro de la propia clase. Al respecto, baste solo un ejemplo: linicamente donde se desarrollo una economia basada en la industria domesti- ca aparentemente se redujo -en realidad, se elimino- la discrimination de las mujeres respecto a la posibilidad de satisfacer sus propias necesidades. En una sociedad domina- da por el sistema de fabrica, la observation de Otto Ruhle (hecha en 1930 y referida a las dificultades encontradas para conseguir establecer lazos de solidaridad entre los obreros de fabrica) sigue siendo sustancialmente verdadera: "La cultura, en una socie- dad dividida en clases, es una cultura masculina".

Asi, pues, se puede formular la siguiente tesis: el desarrollo y consolidation de subculturas y contraculturas "proletarias" no dejan, necesariamente, espacio a la expresion de "deseos residuales y concepciones primarias y no articuladas ni de una actividad intelectual autonoma". 10 El "modo de vida" de los productores directos pone de manifiesto, si acaso, algunos aspectos de "lo todavia no expresado", de "lo todavia no legitimado", de aquello que "todavia no" es capaz de conflicto. Y estos aspectos pueden ser interpretados simbolicamente como modelos, extraidos de la vida cotidiana, a partir de los cuales organizar relaciones alternativas entre los hbmbres.

Sin embargo, hay que poner de relieve otro aspecto que, si bien no esta subordina- do a los procesos sociales de produccion (y reproduccion), esta contenido en ellos. G. Bataille ha llamado la atencion sobre el excesivo "derroche" (depense), que comportan por ejemplo la fiesta y el juego. " Y, en realidad, se trata de un verdadero despilfarro, si se contempla desde la optica del interes economico o de la explotacion y expansion de los recursos. Por otra parte, hay que anadir algo mas sobre este punto: puede suceder que acciones y expresiones, que a primera vista parecen "contraproducentes", en el sentido de no tener otra finalidad que la de expresarse a ellas mismas, se manifiesten no solo en ocasiones en que se admiten ciertas compensaciones (como por ejemplo durante fiestas, competiciones deportivas y ferias) sino tambien en relacion con actividades, que desembocan en el proceso de produccion (y reproduccion) o estan unidas al mismo. De ahi se sigue que la busqueda de huellas de necesidades suprimidas no deberia quedar abandonada a las expresiones manifiestas de insatisfaccion, oposi- cion y resistencia.

10 O. Negt, A. Kluge, Oeffentlichkeit und Erfahrung, Frankfurt 1972, p. 73. Cfr. tambien M. Horkhei- mer, Th. W. Adorno, Dialettica dell'illuminismo, Torino 1976 (2), p. 129 de la edition alemana de 1969. Los dos autores recuerdan aqui la "fuerza ideal" y la "espontaneidad" como elementos de la necesidad.

11 G. Bataille, "Der Begriflf Verausgabung", en Das theoretische Werk, Bd. I, Munchen 1975, pp. 9-31. I.

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2. El marco de referencia: procesos sincronicos y diacronicos

Debemos examinar en que medida son pertinentes las preguntas sobre las activida- des cotidianas, el "modo de vida" o la "vida de cada dia" I2 para una efectiva compren- sion de la variedad de las necesidades y de sus transformaciones. En cualquier caso, las condiciones, que determinan la realidad cotidiana, solo se pueden deducir sistemati- camente mediante el analisis de la "production y reproduction de la vida real" (Engels). 13 Para concretar esa formula, primero hay que disenar la "logica" del modo de production y las transformaciones que sufre, pero teniendo presente lo que ya se ha dicho sobre los peligros inherentes a una perspectiva excesivamente unilateral.

a) En el curso del desarrollo de una "economia de mercado autoregulada" (Pola- nyi)14 en la Europa central y occidental de los siglos xvn y xvm, es posible observar un incremento masivo de las fuerzas productivas. A menudo, este incremento es explicado mediante conceptos extraidos de las teorias del desarrollo. Para los producto- res directos, es importante que el aumento de la production haya hecho posible garantizar la existencia material de la mayoria de la poblacion dependiente, aumenta- da rapidamente.

El triunfo sobre el hambre, conseguido despues de la primera mitad del siglo xix, es la prueba evidente.

En el debate sobre el "nivel de vida", esta conviction ha estado en la base de la tesis simplista, pero llena de implicaciones, que el desarrollo economico, con el consi- guiente incremento de los salarios reales, ha abierto a la masa de productores directos nuevas y cualitativamente diversas posibilidades de satisfacer y expresar las propias necesidades.15

b) Ahora bien, este punto de vista, que hace hincapie en el crecimiento y la modernization, pasa por alto el hecho, que una economia, en que la production esta destinada al mercado y en la que las relaciones de production estan mediatizadas por el mercado, implica una apropiacion de los prbductos como "valores de cambio". Y esto, a su vez, significa un aumento de la "mutua coaccion" en la explotacion de la fuerza de trabajo excedente. Resulta de una importancia fundamental, para los produc- tores, que no solo sus productos, sino tambien su fuerza de trabajo, se hayan convertido en una mercancia. El control sobre el producto y las posibilidades de disponer de la propia fuerza de trabajo estan sujetos a los imperativos del mercado y a la intervention

12 Cfr. el trabajo, hasta ahora incompleto, de H. Lefebvre, Critique de la vie quotidienne, Paris 1958-1961, del que se han editado solo los dos primeros volumeries. No ofrece ningun programa de investigation, pero sus finas y empiricas observaciones se dirigen a las "posibilidades" de la "verdad" de la gran masa en la gran prueba de sus problemas: ver las pp. 22 y 105 del vol. 3 de la edition alemana para la formulation "teorica".

13 F. Engels, Lettera a J. Block, MEW 37, p. 463. ["Carta a J. Bloch", Obras Escogidas de Marx y Engels, Fundamentos, Madrid, 1975, t. II.]

14 K. Polany, La grande trasformazione, Torino 1974 (l.a ed. americana, Boston 1944). 15 Esta position ha sido defendida ultimamente por T. S. Ashton y R. M. Hartwell. En cambio, E. J.

Hobsbawm mantiene que un empobrecimiento "es plausible", aunque no se pueda medir, y que hay fuertes motivos contra la hipotesis de una mejora sensible, mientras son mas consistentes los motivos sociologicos, que vendrian a indicar un empeoramiento (Cfr. "The Standard of Living during the Industrial Revolution. A Discussion" en Ec. Hist. Rev, 16, pp. 119-134 y p. 128, con la respuesta de Hartwell en pp. 135-146 [en Arthur J. Taylor [comp.], El nivel de vida en Gran Bretaha durante la revolution industrial, Ministerio de Trabajo, Madrid, 1985]). Sobre este punto, ver tambien J. Elster, Optimism and Pessimism in the Discussion of the Standard of Living during the Industrial Revolution in Britain, poligrafo, San Francisco 1975. 44 I

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de quien posee los medios de production. La consecuencia de todo esto es que los productores directos tienen, por principio, alguna posibilidad de determinar y controlar autonomamente sus propias vidas.

Si combinamos lo afirmado en los puntos a) y b), vemos los problemas claramente unidos a la utilization de las teorias del desarrollo.

Alphons Thun, por ejemplo, en 1879 senalo que, en Aquisgran, las familias de los obreros textiles no cambiaron su regimen alimenticio (cafe, pan, patatas hervidas) ni siquiera cuando un aumento de su renta lo hizo posible. 16 Los ahorros, que de esta manera se conseguian, automaticamente se gastaban el fin de semana en comilonas o, incluso, para ir a la opera. Asi pues, en los periodos economicamente prosperos, estas familias aumentaron sus posibilidades de consumo de una amplia gama de productos. El hecho de que no variaran su regimen alimenticio, sin embargo, viene a significar que consideraban ese bienestar como un hecho anomalo, al menos a largo plazo, y que la satisfaction cotidiana de sus necesidades debia, por tanto, permanecer invariable. El derroche del fin de semana no expresa solo la satisfaction de necesidades reales. El prestigio que podia darles la adquisicion de los productos del mercado, era un aspecto igualmente fundamental.

Sigue abierta aiin la cuestion sobre si estas formas de consumo no estimularon necesidades, que acabaron por desviar la atencion en una direction diferente del desarrollo de una conception personal y autonoma de lo que habia que procurar o de lo que no habia que procurar.

c) El ejemplo de Aquisgran nos permite captar un aspecto que, habitualmente, se pasa por alto en los analisis de clase, que se limitan a los indices de desarrollo y crecimiento. No es posible separar el aumento de las fuerzas productivas de hechos como la division del trabajo y la utilization de las maquinas. Ahora bien, esto pone el problema de la efectiva entidad de la transformation en "siervo" y en "patron" de quien vendia su propia fuerza de trabajo y de quien la compraba. Y a esta cuestion no se puede responder simplemente determinando las lineas de demarcation de clase de la sociedad en su complejidad. De hecho, aparecen en primer piano la experiencia o la perception de reglas y simbolos sociales y culturales con sus transformaciones, sin las cuales el sistema no podria funcionar ni modificarse. La disposition de los produc- tores a oponer resistencia a las irracionales pretensiones del patrono de la fabrica depende, por ejemplo, de la manera como la experiencia de la solidaridad y la valora- cion, que deriva de ella, forman parte de su vida cotidiana. En este sentido, es necesario subrayar que, segiin nuestro razonamiento, es de una importancia fundamental el hecho, que no poseer los medios de production no comportaba, como consecuencia, la exclusion de algun control del proceso de production efectivo y concreto.

Con estas observaciones, naturalmente, hemos caracterizado de forma completa- mente parcial el proceso de industrialization. Las formas reales de desarrollo emergen solo a traves de un analisis de los aspectos "diacronicos" y del particular "color" de las situaciones concretas. Es posible determinarlas empiricamente en las diversas vias seguidas por el desarrollo del capitalismo. Si centramos nuestra atencion en Alema- nia, debemos tomar en consideration un periodo, cuyo inicio se remonta al ano 1830, si nos limitamos a Wuppertal y a algunos centros textiles al Oeste del Rin; y que abarca todo el siglo, si tomamos en consideration las desigualdades regionales del desarrollo. 17

16 A. Thun, Die Industrie am Niederheim und Ihre Arbeit, vol I, Leipzig 1879, p. 68. 17 Al respecto, queda abierta la cuestion, si el crecimiento de la organizacion mtensiva y monopolista

de la production y de la distribution, aunque tambien la intervention estatal y de los grupos intermediarios, marca una cesura esencial respecto a los problemas tratados aqui a partir de la crisis coyuntural acaecida

despues del ano 1870 o bien si se debe incluir, al menos, el periodo hasta la guerra de 1914-1918. I. This content downloaded from 163.178.101.228 on Sun, 15 Nov 2015 02:44:39 UTC

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Burguesia parisina en el Grand Prix de Paris

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El punto central es que la afirmacion del sistema de fabrica no tuvo lugar a un ritmo constante. Es mas, resulta posible determinar un periodo de transition de cerca de 40/60 anos, en que los aspectos peculiares del modo de production fueron el paso de la industria domestica l8 a la production de fabrica y a la extension de la production a pequena escala (mineria, elaboration de metales). Una transition relativamente tranquila, sin sobresaltos, no es, obviamente, un hecho observable en todas partes. Y eso es verdad, sobre todo, para aquellas regiones, en que las industrias textiles proto- industriales sufrieron un proceso de des-industrializacion.

La expresion clave "sincronia de lo no sincronico" (Gleichzeitigkeit des Ungleich- zeitigen)19 es, quiza, un modo excesivamente conceptual y enfatico para expresar estas manifestaciones. La logica del "modo de production", en cualquier caso, correria el riesgo de no ser comprendida, si fuera considerada como sinonimo de una sucesion lineal y continua de fases o periodos. El desarrollo de una fuerza de trabajo orientada hacia el mercado no determino, como consecuencia y de manera directa, formas diversas de action colectiva por parte de los asalariados y de los grupos sociales sometidos a una autoridad: las antiguas costumbres rurales de celebration y de reproba- tion colectivas (Shrovetide,20 Charivari) o los ritos corporativos se conservaron a lo largo de generaciones (lunes santo),21 mientras otras formas, como la mendicidad (Heischebrauche), desaparecieron rapidamente. Pero, aun hay mas. Solo con el pleno desarrollo del sistema de fabrica, las formas de action colectiva, como por ejemplo las que trascendian un ambito estrictamente localista, suplantaron a las viejas formas de protesta.

3. ACCIONES Y PERCEPCIONES PROLETARIASI 6UN CLICHE?

La dinamica de las transformaciones sincronicas y diacronicas en los modos de production y en los "modos de vida" se tratara, ahora, desde el siguiente punto de vista: 6de que manera se manifiesta la cualidad peculiar de la realidad cotidiana en una sociedad industrializada y que la determina? 6Y de que manera se diferencia de la cotidianeidad de una sociedad rural y dominada por la industria domestica?

Antes de entrar en detalles, es necesario discutir la caracteristica principal de la mayor parte de estudios sobre la genesis del trabajador de fabrica y sobre el nacimiento

18 Cfr. al respecto P. Kriedte, H. Medick, J. Schlumbohm, Industrialisierung vor der Industrailisierung. Gewerbliche Warenproduktion auf dem Land in der Formationsperiode des industriellen Kapitalismus, Gottingen 1977. [Industrialization antes de la industrialization, Critica, Barcelona, 1986.]

19 El termino lo ha desarrollado el historiador del arte W. Pinder, en relacion a sus investigaciones sobre el Problem der Generation in der Kunstgeschichte Europas, Koln 1949 (4) (1928), pp. 27 ss. Tambien son ilustrativas las contribuciones de E. Bloch en Erbschaft dieser Zeit, Frankfurt 1962 (1933), pp. 11 ss. Una puesta a punto que considera este momento a un mismo nivel, la han intentado por ejemplo A. Dawley, "Revolution: Sources of Loyalism and Rebellion" en Journ. ofSoc. Hist, 9, pp. 466-480, especial- mente 477 ss. y tambien A. Corbin, Archai'sme et modernite en Limousin au XIXe siecle: 1845-80, Paris 1975, vol. 2.

20 G. Korff, "Zur Oeconomie der Fasnacht", en AA.VV., Tradition der Fasnacht (Symposium, Koln 1972), ms., pp. 51-60.

21 Cfr. D. A. Reid, "The Decline of Saint Monday, 1766-1876", en Past and Present, 71, pp. 76-101, donde se muestra que los origenes obreros se pueden reconocer tambien en esta di versa obstinacion. Sobre las tradiciones corporativas en Alemania, R. Vissel, L'antico artigianato e il costume, Berlin 1974 (2), pp. 415 ss. I.

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del movimiento obrero. Brevemente, esta consiste en asumir que el estado de depen- dencia del "proletariado" lo lleva, necesariamente, a desarrollar siempre y en todas partes una action basada en la solidaridad de clase.

De acuerdo con esta optica, la solidaridad de clase parece una consecuencia natural de la ampliation del contexto de la action y de la comunicacion bajo el estimulo de relaciones de mercado mas intensas. La elevada movilidad horizontal de la fuerza de trabajo y las formas de cooperation impuestas por el sistema de fabrica son vistas, igualmente, como estimulos al aplastamiento de las experiencias particula- res y de las costumbres comunitarias, q,ue caracterizaban el modo de production en una sociedad rural.

La individualidad "burguesa", al mismo tiempo, es considerada cualitativamente diferente de la colectividad "proletariat Sin embargo, esto lleva a esconder el hecho, que el "curso de la vida" de un individuo esta atravesado por contactos locales y comunitarios y por grupos de referencia sumamente heterogeneos. El obrero de fabrica no tenia contactos ni conflictos con la sociedad en conjunto, sino solo con individuos y grupos concretos.

Mas implicaciones comporta otra consecuencia de este punto de vista: la identidad "objetiva" del papel del obrero de fabrica hace que las historias de cada uno asuman una uniformidad estatica y, lo que es mas importante, que la realidad cotidiana de cada uno se presente como materialmente intercambiable.

De acuerdo con estas ideas, la "conciencia" de clase y la lucha de clase son, preferentemente, expresiones reciprocas: una es expresion de la otra. 22 Una creciente concienciacion de la propia condition -una conciencia de clase mas elevada- esta, pues, estrechamente relacionada con una mayor capacidad organizativa y de lucha.

De esta manera, sin embargo, amplias maneras de asumir las posibilidades latentes de desarrollo de la conciencia de clase se encuentran ante un dilema: el proceso, a traves del cual se supera el estado en que "aun no se es proletario", parece ser, por un lado, solo una cuestion de tiempo -el fin necesario del intercambio desigual y de la represion politica-, mientras que, por otro, requiere ciertas capacidades organizativas de lo que es ya una potencialidad latente.

22 Cfr. al respecto varias investigaciones sobre la conciencia de clase de los trabajadores, sea con dimension historica, sea con referencia mas "actual". Se trata no solo de trabajos que argumentan de manera mas bien tradicional (F. Deppe), sino tambien de intentos, como los de Kern-Schumann, Goldthorpe, Lock- wood o Mallet: tambien cuando se toma en consideration un "nuevo" tipo de clase trabajadora, por ejemplo nuevos grupos emergentes, el punto de referencia es el alto grado de espiritu solidario en relacion a las estructuras que lo expresan o en relacion a la conciencia de clase a partir de la primera industrialization. En relacion a los aspectos personales e individuates, cfr. sobre todo las contribuciones sobre el analisis de los roles, como la de H. P. Dreitzell (ver nota 3, pp. 212 ss). Sobre el estado del debate sobre la posibilidad de utilizar una teoria de los roles para el analisis con fines y consecuencias practicas y emancipatorias, cfr. H. Joas, Die gegenwdrtige Lage der soziologischen Rollentheorie, Frankfurt 1975 (2). Joas se distancia tambien de las opiniones de F. Haug, que (al menos respecto a trabajos historico-materiales) trata de demostrar que la categoria de "rol" provoca una "dicotomia entre hombre y sociedad" y, por tanto, no hace ninguna aportacion al analisis de los microprocesos de las estructuras sociales, es decir, ni siquiera de aquellos que se refieren a los individuos en sociedad (Cfr. F. Haug, "Gibt es eine marxistisch-leninistische Rollentheo- rie", en Das Argument, 14, pp. 626-637). En cambio, la inconsistencia del problema, asi tematizado, es discutida ulteriormente de manera no convencional por U. Gerhardt en el ambito de perspectivas de un analisis de los roles, que lo interpreta como expresion no de conflicto sino de conformidad de roles y trata de demostrar tambien la normalidad de este fenomeno en las "sociedades industriales" (cfr. su Rollenanalyse ah kritische Soziologie, Berlin 1971, p. 296). En relacion con la imagen de la identidad personal, cfr. tambien L. Krappmann, Soziologische Dimensionen der Identitdt, Stuttgart 1973 (3). La reformulation de los problemas de relacion de individuos y de grupos a la luz de analisis de roles parece que no comporta casi un analisis interno de los fenomenos. .1

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Ambas acepciones convergen en un mismo punto que, a su vez, necesita ser explicado. iCuales eran las reales posibilidades del individuo y del grupo para liberarse de los condicionamientos externos, en otras palabras, de ser autonomos?

Para responder a esta cuestion es necesario examinar como las tensiones y conf lic- tos se exteriorizaron o como sufrieron una aceleracion en el "modo de vida" de los trabajadores de la industria. Estos ultimos eran clasificados habitualmente de acuerdo con estas categorias: "especializado/semiespecializado/no especializado"; hombre/mu- jer; joven/viejo. Ahora, lo que importa subrayar es cuanto difiere esta situation de las condiciones de trabajo en la industria domestica, donde la cooperation entre marido y mujer era un hecho central (en cuanto tampoco estaba exento de una cierta constric- tion) y donde, naturalmente, la fuerza de trabajo de los ninos era explotada sistematica- mente. En ese caso, el modo de production del sector agricola tiene muchos mas puntos de contacto con el modo de production de fabrica, al menos respecto a la division jerarquica del trabajo. (Con todo, tambien habria que tener en cuenta las diversidades cotejables en algunas regiones como Wurttemberg, donde existia una tradicional divi- sion del trabajo y donde las mujeres tenian mayores posibilidades de autodetermina- cion.) La cuestion fundamental es, pues, la siguiente: 6en que contexto agrario y en que condiciones de production domestica maduro la experiencia precedente del traba- jador?

Ahora bien, la relation solo resulta evidente cuando se llama la atencion sobre un segundo punto: mas alia de cualquier otra distincion entre trabajo y "no trabajo", la division y distincion entre esferas de action es un aspecto fundamental de la transition a la production de fabrica e, incluso antes, a la production manufacturera. Es probable que la movilidad regional entre un pais y otro o dentro del mismo centro, aunque elevada, no haya estimulado de forma significativa una comunicacion horizontal mas extensa. 23 Mas bien sucede lo contrario, a saber: que se da una relativa disparidad entre los varios modelos de perception, interpretation y action. Por ejemplo, de la disponibi- lidad de hacer huelga en el puesto de trabajo no es posible sacar automaticamente conclusiones acerca de la predisposition del individuo a oponerse activamente tambien en la esfera, distinta y separada, del "no trabajo". Esto es valido, con mayor razon, en el caso de los trabajadores propietarios de una casa o de un terreno, del que sacan una renta adicional, como por ejemplo ocurria en la Alemania sudoccidental; o en el caso de quienes, con la horticultura y la crianza de animales de corral, es decir, con una actividad de subsistencia no destinada al mercado, recuperan su propia fuerza de trabajo. En este caso, podriamos suponer un esquema de comportamiento diversifica- do: tendencia a la lucha en el puesto de trabajo, mentalidad de pequeno propietario en casa.

Estas dos dimensiones, en conflicto entre si, o esta disparidad, de que acabamos de hablar, nos inducen a pensar en una limitation de las posibilidades de los trabajado- res para crearse una identidad o tener sentimientos de solidaridad respecto al grupo. Una tercera dimension nos indica una tendencia de sentido contrario. Se trata de la multiplication de las experiencias y, en particular, de los modos como se valoran y se utilizan en el proceso de aprendizaje. Recordemos alguna: cambios del lugar de trabajo (mecanizacion, division del trabajo), fluctuaciones del mercado de trabajo (desocupa- cion ciclica y estacional), la pobreza colectiva de los ancianos, que empezaba a notarse

23 Cfr. al respecto K. Tenfelde, "Arbeiterschaft, Arbeitersmarkt und Kommunikationsstrukturen im Ruhrgebiet in der 50er Jahren des 19. Jahrhunderts", en Archivjur Soziologie, 16, pp. 1-59, especialmente 40 y ss.

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en torno a los anos 40. 24 En nuestra opinion, es de capital importancia la experiencia "visible" de los movimientos ciclicos, de la dependencia del individuo de los mismos, sobre todo a la luz de la cronica superabundance de la fuerza de trabajo, alimentada por un continuo flujo emigratorio desde las regiones agricolas a las industrializadas. Sin embargo, tambien hay que tener en cuenta el modo de percibir, como posibles, la resistencia o el rechazo, concretados en una action colectiva o en formas de evasion individualistas, como por ejemplo el desplazarse de un pais a otro o de un trabajo a otro, la adquisicion de una nueva calificacion profesional o, simplemente, el ahorro para precaverse contra los tiempos dificiles.

4. Trabajo y "no trabajo": sobre la descripcion de situaciones y experiencias

La relation entre trabajo y "no trabajo" adquiere una position central en un planteamiento centrado en la "production y reproduction".

Naturalmente, no pretendemos referirnos a la distincion entre "trabajo" y "tiempo libre". 25 Las "cargas" y los "placeres" no se pueden dividir y distribuir tan netamente como implica el uso comun de estos terminos. Lo que consideramos el caracter distintivo del trabajo no es la production consciente, repetida y acabada (M. Riedel), sino la utilization de la fuerza de trabajo en los procesos en que se producen las mercancias. De todas formas, en esa categoria se incluyen tambien aquellas actividades que, como por ejemplo el trabajo domestico, producen valores de uso para el manteni- miento de la fuerza de trabajo. Asi pues, en ese contexto no se excluye la posibilidad de que existan momentos "placenteros", incluso durante el proceso productivo; algu- nos puntos de referencia pueden ser, por ejemplo, el explicito "orgullo" mostrado por el artesanado y por el operador de una maquina en su trabajo y la costumbre de cantar en voz alta durante el trabajo. Igualmente restrictivo resulta considerar el "no trabajo" como juego. Debe quedar claro que el "no trabajo" tambien puede significar stress y no solo en el caso extremo del alcoholismo. Para el trabajador de fabrica, el "no trabajo" pertenecia siempre a la esfera de los deberes y de la libertad reprimida ("vogelfreie Freizeit", H. Eisler) ante el peligro omnipresente de caer bajo el nivel de subsistencia. El "no trabajo" podia asumir el aspecto de "gasto" solo en situaciones limite.

Es facil poner de relieve variaciones en la relation trabajo-"no trabajo", asi como en el "signo" de cada uno, sobre todo en los periodos en que la gente "tenia" o "ya no tenia nada". E. P. Thompson ha puesto de manifiesto dos aspectos, unidos entre si, de las cuestiones a que hacen referencia. "Al mismo tiempo estamos interesados en la conception del tiempo, determinada por los condicionamientos tecnologicos, y en la

24 Esta tesis tiene que quedar aislada y diferenciada. Indicaciones para el sector metal-mecanico aparecen en H. Schomerus, "Ausbildung und Aufstiegsmoglichkeiten wurttembergischer Metallarbeiter 1850 bis 1914 am Beispiel der Maschinenfabrik Esslingen", en U. Engelhardt (Hrg.), Soziale Bewegung und politische Verfassung, Stuttgart 1976, pp. 372-93, especialmente p. 379. Las contribuciones de Foster relativas a Northampton y las de Oldham y Shields respecto a 1 849 no son igualmente validas, pero cfr. de este ultimo Class Struggle and the Industrial Revolution, London 1975, p. 98.

a bugenda por una observacion de Hobsbawm, esta indicacion aparecio, por ejemplo, en el Coloquio sobre trabajo y tiempo libre, en la relation "Work and Leisure in Industrial Society", en Past and Present, 30, pp. 96-103. Para la interpretation dominante hasta ahora, cfr. el esbozo de M. Riedel, "Arbeiten, Spielen, Handeln", en Neue Zurcher Zeitung, 24 de abril, 1976, p. 67 y N. Anderson, Work and Leisure, Leiden 1961. .1

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Trabajadores del Puerto. Hambourg, 1952

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medida del tiempo, como medio para la explotacion del trabajo".26 Los problemas, que esto comporta, se pueden abordar "materialmente" en los estudios que tratan de los procesos del trabajo y del "no trabajo" de forma detallada.

La production, en una economia agraria y basada en la industria domestica, esta caracterizada por una conception del tiempo y del trabajo, que se puede definir, en palabras de Bendix, como "fluctuation entre trabajo frenetico y reposo frenetico".27

De acuerdo con esta perspectiva, la transition al sistema de fabrica se manifiesta, para los productores directos, como: 1. regulation del tiempo de trabajo;28 2. exclusion, mas clara y reciproca, del trabajo y del "no trabajo" como una reduction -en el periodo amplio- del tiempo para el "no trabajo"; 3. intensification permanente de los ritmos de trabajo, sobre todo a traves de la competition individual dirigida a estimular a los trabajadores para que hagan mas, despues de un periodo de aclimatacion en que se pasa de los salarios a dia o de turno al salario continuo.

El modelo que acabamos de dibujar, sin embargo, se hizo realidad en formas diversas a causa de peculiaridades regionales y, en parte, locales, derivadas de las condiciones de trabajo y de las situaciones ciclicas y estructurales de los diversos sectores.

Para la comprension de estos fenomenos han contribuido notablemente los estu- dios, que algunos historiadores americanos han hecho sobre algunas industrias y pue- blos en el periodo de transition al sistema de fabrica en Francia. Han mostrado que la regularizacion e individualizacion del trabajo no tuvieron exito en todas partes (trabajos de grupo, mecanizacion muy gradual), como tampoco fue posible establecer en todas partes una rigida distincion entre trabajo y "no trabajo". (Podemos recordar, por ejemplo, los trabajos de W. H. Reddy sobre el tejido de lino en Rouen; de M. P. Haragon sobre la trefileria y forjado de pernos en Le Chambon Feugerolles, asi como el estudio comparativo de J. W. Scott sobre los equipos de vidrieros -que tenian el "monopolio del oficio"- y los mineros de Carmaux.)29

Estos estudios son interesantes, sobre todo, porque ponen de manifiesto, aunque sea desde una perspectiva unilateral, una experiencia que se refiere de manera especifi- ca a la situation. Esto significa que se pone en el centro de atencion la estabilidad de algunas reglas, de algunos standars de trabajo y de algunas formas tradicionales de perception, en relation con las transformaciones sufridas por el proceso productivo (Scott, por ejemplo, pone de relieve la caida, en el giro de pocos anos, de la estructura comunitaria del trabajo de los vidrieros ante el empuje de la mecanizacion).

Este planteamiento tiene, naturalmente, la gran ventaja de que sus resultados no son generalizables, por mas sugestivos que sean. En todo caso, pueden reforzar el escepticismo de quien duda del alto grado de persistencia de ciertas reglas socio-

26 E. P.Thompson, "Zeit, Arbeitsdisziplin und Industriekapitalismus", en R. Braun (Hrg.), Gesellschaft der Industriellen Revolution, Koln 1973, pp. 81-112, especialmente p. 92 ["Tiempo, disciplina de trabajo y capitalismo industrial", en Tradition, revuelta y consciencia de clase]. Sobre el cambio de la notion de tiempo, cfr. R. Kosellek, "Geschichte, Geschichten und formale Zeitstrukturen", en R. Kosellek y W. D. Stempel (Hrg.), Geschichte, Ereignis und Erzdhlung, Munchen 1973, pp. 211-212.

27 Reinhard Bendix, Herrschaft und Industriearbeit, Frankfurt 1960 (New York, 1956), p. 65. 28 Sobre el tiempo de trabajo, ver H. Herkner, "Arbeitszeit", en Handworterbuch der Staatswissen-

schaften, vol 1, Jena 1924 (4), pp. 889-916; sobre las formas salariales, H. Von Zwiedeneck-Suedelhorst, "Lohntheorie und Lohnpolitik", en ibid., vol. 5, Jena 1925 (4), pp. 396-426 y 414-418 sobre las compensa- ciones a jornal y a destajo. Ademas, O. Jeidel, Die Methoden der Arbeiterlohnung in der reinischwestjalis- chen Eisenindustrie, Berlin 1907.

29 J. W. Scott, The Glassworkers of Carmaux, Cambridge (Mass.) 1974. .

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culturales, 30 de la misma manera que refuerzan el escepticismo respecto a ciertos planteamientos simplistamente biologicos o de comportamiento, del tipo de aquellos que se centran en la irreversibilidad de la socialization infantil. Las consecuencias, que derivan de la demanda de mayores competencias tecnicas, resultan evidentes cuando se indagan los problemas planteados por la innovation tecnologica y por la transforma- tion del proceso productivo en industrias particulares.

Quiza no este de mas aclarar con un ejemplo lo que acabamos de afirmar. En Alemania occidental predominaba, en las industrias mecanicas y metaliirgicas, una fuerza de trabajo de sexo masculino y altamente especializada que, a partir de 1870 en las regiones de Berg y Mark y, a partir de 1910, en la region del Ruhr, era "proletariado de nacimiento" (geborenes Proletariat). Se trataba de trabajadores, que podian controlar el proceso productivo (dentro de limites restringidos, por supuesto) en el propio puesto de trabajo, incluso en el caso del trabajo a destajo.

Con exception de Silesia, los hombres predominaban tambien en las minas. Ahora bien, a partir de mitad de siglo, estos ya no se reclutaban generalmente de las familias tradicionales de los mineros, sino de los pobres emigrados de las zonas rurales y de los trabajadores y siervos domesticos. En este caso, su integration en un proceso producti- vo, organizado de manera jerarquica, y la dependencia de sus inmediatos superiores fueron mucho mas directas que entre los obreros metaliirgicos. Desde este punto de vista, se puede comprender como, para los numerosos trabajadores que empezaron siendo mineros, constituye un verdadero paso adelante (tambien en terminos de salario) convertirse en torneros o relojeros. Tambien en las industrias papeleras y textiles y en la elaboration de la piel se utilizo mano de obra de origen agricola. En estas industrias, en cualquier caso, el numero de mujeres era claramente superior al de los hombres, con quienes trabajaban. 31 No hace falta decir que los hombres ocupaban posiciones de mando y percibian salarios mas elevados. (Recordemos de pasada que esta promis- cuidad llevo a una libertad sexual completamente normal para los que trabajaban en el sector textil, pero totalmente mal vista por las autoridades.)

El desarrollo de una experiencia colectiva e individual tiene tambien un aspecto social, que se puede determinar por la movilidad regional y local, es decir, en las migraciones internas. Se ha estimado que entre un cuarto y un tercio de la poblacion, que vivia en las medias y grandes ciudades industriales de Alemania, emigraba cada ano durante el periodo de mas intensa industrialization (1880-1912). Por supuesto, era predominantemente la inmigracion a las ciudades, pero tambien eran muy elevadas las migraciones estacionales de primavera desde las ciudades a los pueblos. Sin embar- go, no se trataba solo de migraciones de individuos particulares, sino tambien de familias enteras, aunque este ultimo fenomeno afectara unicamente a un tercio del numero global de los emigrantes. La movilidad de las familias era, en cualquier caso,

30 Hasta que estas tesis, que comparan la "nueva" situation con las "viejas" experiencias, no sean verificadas y elaboradas, seria razonable mantenerse fuera de la rigida alternativa de una logica con solo dos salidas contrapuestas, toda vez que son posibles una tercera, una cuarta, etc. Cfr. a pesar de todo J. W.

Scott, L. A. Tilly, "Women's Work and the Family in 19th Century Europe", en Compar. Studies in

Society and History, 17, pp. 36-64; E. H. Pleck, "Two Worlds in One: Work and Family" en Journ. of Social History, 10, pp. 178-195. Muy diferente y estimulante M. Agulhon, La Rtpublique au village, Paris 1970.

31 Cfr. la Arbeitszeit (tiempo de trabajo) de las trabajadoras de fabrica en las relaciones del funcionario de vigilancia de la Oficina de Trabajo de Berlin, 1905, pp. 103 ss. Sobre las relaciones sexuales, O. Ruehle, "Ehe-Familie-Sexualitat", en Volkskunde des Proletariats, vol. 2, ms., pp. 22 ss, en curso de publication 1977-1978. I.

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mucho mas elevada en las ciudades, debida no tanto a un avance social real cuanto a la necesidad de asegurar la propia supervivencia. La meta ultima de esta movilidad, pues, no era tanto la mejora de las condiciones de vida cuanto el minimo de subsisten- cia, en el momento en que se presentaba la amenaza de una mayor competencia y del aumento de los alquileres.

Resumiendo brevemente, podriamos decir que los nuevos obreros de fabrica tuvie- ron experiencias caracterizadas por un notable grado de homogeneidad en algunas areas y muy heterogeneas en otras. Lo que unio todas las experiencias de trabajo en un sistema de produccion mecanizado fue la division del trabajo, la imposition de una disciplina temporal en el proceso de produccion, una elevada movilidad local y regio- nal -y todo, vivido bajo la amenaza de la pobreza. En cambio, lo que marco las diferencias fueron, en primer lugar, las condiciones especificas de trabajo en las diver- sas industrias32 y, en segundo lugar, las desigualdades entre sexos.

Todavia sigue sin estar claro como las diferentes experiencias en el sistema de fabrica pudieron crear condiciones adecuadas para estimular transformaciones en los tradicionales modelos de comportamiento y de lucha. La primera cuestion que hay que formular es esta: 6como se determinaron las capacidades y posibilidades de integrar nuevas percepciones y de reestructurar los modelos de action?, ipueden, por ejemplo, ciertos comportamientos relativos al matrimonio y a la reproduction ser considerados un reflejo de la percepcion del tiempo y de su transformation que, a su vez, abren nuevas posibilidades de aprendizaje? Las afirmaciones relativas al "placer en el traba- jo",33 iponen de manifiesto simplemente una adecuacion a las expectativas del que daba trabajo? Las expresiones de "satisfaction" (de los trabajadores no cualificados, que ganaban sueldos inferiores a la media), idenotan simplemente resignation? Y, por otra parte, los intentos de recorrer todos los grados de la escala jerarquica de la empresa o de mejorar los propios salarios o la propia "satisfaction" cambiando de empresa o de ramo (intentos de los mejor pagados), 6hay que considerarlos simplemente como expresion de una adecuacion a los mecanismos de la afirmacion individual o se trata, tambien, de una necesidad de autonomia y responsabilidad personales? En definitiva, el problema es como se estimulo el nacimiento de una conciencia "proletariat 6Fue la aparicion de una segunda generation de trabajadores de fabrica34 la que determino, al menos en algunas industrias, la percepcion de un destino comun (y, por tanto, la expresion de una necesidad de solidaridad y autonomia)? LO no estaban, quizas, estas percepciones y manifestaciones mas estrechamente ligadas al ciclo economico y a las oleadas de huelgas (1868 y anos posteriores, el ultimo decenio del siglo)? Pero, hay ademas otra cuestion: 6es posible encontrar huellas de una conciencia de clase tambien

32 D. Langewiesche, "Wanderungsbewegungen in der Hochindustrialisierungsperiode. Regionale, in- terstadtische und innerstadtische Mobilitat in Deutschland 1880-1914", en Vierteljahrschrift fur Sozial- und Wirtschaftsgeschichte, 64 (1977), pp. 1-40, especialmente 26 ss.

33 Cfr. A. Levenstein, Die Arbeitsfrage. Mil besonderer Bertie ksichtigung der sozial- psuchologischen Seite des modernen Grossbetriebs un der psycho- physischen Auswirkungen aufdie Arbeiter, Munchen 1912. Ver tambien Ruehle, vol 2 (nota 3 1 ) en el apartado "Feste-Vergniigungen-Wunschziele", pp. 52 ss.

34 La expresion es de F. Engels. Ha sido estudiada por H. Zwahr, "Die Struktur des sich als Klasse konstituierenden deutschen Proletariats als Gegenstand der historischen Forschung", en E. Engelberg (Hrg.), Probleme der Geschichtsmethodologie, Berlin/DDR 1972, pp. 235-269; Id., "Zur Konstituierung des Proletariats als Klasse. Strukturenuntersuchung iiber das Leipziger Proletariat wahrend der Industrie- lien Revolution", en H. Bartel y E. Engelberg (Hrg.), Die grosspreussischmilitdrische Reichsgrundung 1871, 2 vol., Berlin/DDR 1971, I, pp. 501-551; M. Morgenstern, Auslese und Anpassung der Arbeiter- schaft, Leipzig 1912. .1

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en el sector de la industria domestica, al menos en los periodos economicamente mas favorables?

Es evidente que la experiencia de la esfera productiva no agota el discurso del "modo de vida". Por eso, debemos ampliar el analisis al modo como se expresa el acto de reproduction. 35 Ante todo, hay que observar que se han estudiado -si lo han sido- de manera muy partial las relaciones entre el proceso de production y el de reproduc- tion.

Hay que tener presente que el triunfo del sistema de fabrica no quedo caracterizado por la ruptura de la unidad funcional de production y reproduction tipica de una economia agraria o protoindustrial, sino de la espacial. Hay que recordar, ademas, que la division del trabajo y "no trabajo", de acuerdo con la edad y el sexo, ya era un hecho central en la realidad cotidiana de la vida rural y de la industria domestica. Desde este punto de vista, la separation permanente entre lugar de trabajo y lugar de residencia, en una sociedad basada en el sistema de fabrica, se produce de manera gradual. Digamos, finalmente, que el trabajo domestico preindustrial, que ejercian preferente- mente las mujeres y los ninos, ya era una forma de trabajo productivo en el sentido de estar orientado al mercado. Era la manera indispensable para garantizar la subsisten- cia de "aquellas familias proletarias con tres hijos pequenos que, en pleno vigor de su vida, se veian obligadas a dirigirse a los subsidios para los pobres"36 (A. Thun).

Las constantes interconexiones entre las funciones reproductivas y las productivas proceden, en particular, del hecho, que el trabajo no retribuido de las mujeres, indepen- diente del mercado, seguia siendo un hecho indispensable para la reproduction de la fuerza de trabajo de los hombres y ninos en edad laboral, que se quedaban en casa de los propios padres de los 5 a los 8 anos; asi, ocurre que, despues de 1839, la edad minima para entrar en la fabrica se fijo en los 9 anos. Despues de 1853, se elevo a los 12 anos. En las regiones de Aquisgran, Arnsberg y Diisseldorf, sin embargo, el limite de edad solo se fijo despues de 1870.

Ahora bien, hay que anadir que ese limite no se referia al trabajo artesanal y, por tanto, tampoco a la industria domestica. Solo cuando los ninos podian contribuir a la renta familiar se recompensaba el trabajo (no retribuido) realizado para concebirlos y criarlos, 37 si bien este recaia en las espaldas de las esposas de los obreros mientras los ninos eran pequenos. Estas mujeres parian, normalmente, entre 5 y 7 ninos vivos; entre el 20 y el 50 por cien de los ninos morian durante los tres primeros anos de vida.

Podemos recordar aqui, brevemente, que las dimensiones del niicleo familiar, o sea, el numero de hijos, era un elemento decisivo en la vida cotidiana de una familia. Para el obrero que llegaba a la ciudad, un nuevo hijo implicaba un aumento proportio- nal de los gastos sostenidos en terminos de dinero y tiempo. 38 En cambio, en el campo, lugar de proveniencia de muchos trabajadores, el coste anadido de los nuevos hijos era proporcionalmente inferior a su numero. Esta perspectiva nos permite captar la dife- rencia fundamental entre la situation efectiva de los casados y de los solteros. Pero, las consideraciones sobre los costes tambien configuraban los "horizontes de vida" de

35 Cfr. M. Osterland, "Innerbetriebliche Arbeitssituation und ausserbetriebliche Lebensweise von Industriearbeitern", en Id. (Hrg.), Arbeitssituation, Lebenslage und Konfliktpotential, Frankfurt/Koln 1975, pp. 167-184. P. Chombart de Lauwe, La vie quotidienne des families ouvrieres, Paris 1956. Para el ambiente agricola, J. W. Cole - E. R. Wolf, The Hidden Frontier. Ecology and Ethnicity in a Alpine Valley, New York-London 1974.

36 A. Thun, Die Industrie am Niederrhein und ihre Arbeiter, I, Leipzig 1979, p. 73. 37 Cfr. M. Anderson, Family Structure in 19th Century, Lancashire-Cambridge 1971, pp. 19 ss. 38 O. Mulert, Vierundzwanzig ostpreussische Arbeiter und Arbeiterfamilien, Jena 1908, pp. 183 ss. I 55

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H Handera de Nueva Inglaterra, 1913

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estos liltimos. En general, los hombres debian casarse tarde. Sin embargo, si su compa- nera quedaba encinta, la regla era legalizar la relacion que, a partir de ese momento, era muy estable.

Solo un analisis muy detallado del proceso de reproduction nos permite captar el impacto de la llegada del sistema de fabrica sobre las mujeres. Las expectativas de las mujeres, animadas por sus maridos, de poder abandonar el trabajo asalariado despues de casarse o despues del primer o segundo hijo, se fueron extendiendo por todas partes, aunque segun modalidades diferentes de acuerdo con el lugar y tipo de industria prevalente. Pero, las esperanzas de las mujeres de poder abandonar el trabajo de fabrica tienen el contrapeso de los deberes domesticos, por mas que en el ambito de la unidad familiar mas extendida pudieran recurrir a la ayuda de parientes proximos y de los hermanos mayores (e, incluso, de los jubilados). Para comprender el grado de constric- tion a que estaban sometidas, es necesario analizar el tipo de relacion interpersonal que se establecia entre marido y mujer. Solo entonces quedara claro que significaba para una mujer oir decir al marido que preferia el "placer" de la familia al del burdel. 39 Cuando, ademas, las mujeres tenian el poder de disponer de las ganancias del marido,40 las prerrogativas de este se convertian en una revindication, mas que en una realidad concreta. Esto puede haber servido de estimulo a la formation de asociaciones masculi- nas del tipo cafe, clubs, etc.41 La fuga de la miseria, por lo demas, puede haber motivado la segregation sexual de los hombres en esas asociaciones. Como se puede observar en el caso de Inglaterra, a partir de los anos 80, la exclusion del derecho a disponer de las mejoras de la renta familiar aumento la carga de trabajo, que recaia sobre las mujeres de los obreros.

Otra observation central, relativa a la experiencia vivida en un contexto familiar, concierne a las costumbres de vida de los obreros con los parientes y con los jubilados, reclutados en el puesto de trabajo. Parece discutible la cuestion de que la formation de semejantes unidades familiares haya estimulado, de forma concreta, sentimientos de solidaridad, cuando el espacio disponible se limitaba, a menudo, a una o dos habitaciones y era imposible cualquier forma de privacy (vease la tesis de Niethammer y Bruggemeier, que subrayan precisamente este punto).42 La consecuencia de estas condiciones de vida fue, quiza, no tanto la multiplication de experiencias y la supera- cion del aislamiento cuanto una ulterior limitation de la autonomia del individuo.

Los problemas ocasionados por las formas forzosas de vida asociada en el mundo del trabajo y en el universo familiar, junto al consiguiente deseo de fuga que produce, requieren, para ser analizados, un estudio sobre la sociabilidad. En ese sentido, debe- mos llamar la atencion sobre los cambios espaciales y temporales inherentes a la transition de la industria domestica y del trabajo agricola al sistema de fabrica. La "periodicidad de los momentos de relajamiento y de diversion" (R. Braun),43 que es posible observar entre los trabajadores del campo, esta comprendida, en breves inte- rrupciones de algiin minuto de duration, en formas de distraction despues del trabajo

39 O. Ruehle, op. cit., 2, apartado "Feste...", p. 53. 40 P. N. Stearns, "Working Class Women in Britain, 1890-1914", en Id. y D. J. Walkowitz (Hrg.),

Workers in the Industrial Revolution, New Brunswick (N. N.) 1972, pp. 401-424. 41 Cfr. W. H. Sewell, cit., p. 92 y Stearns, cit., p. 418. 42 Cfr. L. Niethammer - F. Bruegemeier, "Wie wohnten die Arbeiter im Kaiserreich?", en Archivfiir

Sozialgeschichte, 16 (1976), pp. 61-134, con buena bibliografia. 43 R. Braun, Industrialisierung und Volksleben. Die Verdnderung der Lebensformen in einem Idndli-

chen Industriegebiet vor 1800. Erlenbach- Zurich, Stuttgart 1960, pp. 118 ss. I. This content downloaded from 163.178.101.228 on Sun, 15 Nov 2015 02:44:39 UTC

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(visitas a los pubs), en el tan esperado domingo. Tambien es indispensable una fenome- nologia de los puntos de encuentro colectivos, es decir, la trasposicion de las ocasiones de encuentro desde las iglesias a los bares y burdeles, casi exclusivamente.44 Asi, el gran numero de bares, que se pueden observar en las areas industrializadas de la region del Rin ya a partir de la primera mitad del siglo xix,45 se puede interpretar como indice significativo del hecho, que la extension de una production, destinada al merca- do, haya unido tambien al mercado el proceso de reproduction. Los testimonios relativos a la "vida asociativa" (Arbeitervereinskultur)46 de los obreros alemanes du- rante el ultimo tercio del siglo xix nos indican que el mercado tuvo, en algunos sectores concretos, un papel relevante para la reproduccion solo en el periodo de transition, o sea, antes de que se pudieran erigir los contrafuertes de las organizaciones sindicales y politicas. Para reconstruir el significado concreto que las actividades asociativas po- dian tener para quien participaba en ellas, puede ser util observar los juegos, las formas recreativas dominicales y el consumo de alcohol de los "disolutos obreros de fabrica" (Peukert). 47 Desde esta perspectiva sera posible discutir sobre lo que quedaba relegado a la esfera "privada" y sobre lo que concernia a la esfera "publica" de la vida asociada. De esta manera, sobre la base de la vida cotidiana, tambien se podria ver en que medida algunas formas de actividades sociales, no directamente ligadas al mercado, estaban determinada igualmente por este.

Al trazar estos campos de investigation, topamos implicitamente con la distincion que se puede hacer entre los esfuerzos necesarios para la reproduccion fisica y los que son necesarios para la reproduccion social o para estimular el status y el respeto de si mismo. 48 Por ejemplo, se puede observar como una renta limitada se gasta en el vestido de fiesta o para adornar la casa, antes que en vestidos de trabajo; o bien, como los ninos son alimentados mas alia de lo necesario, con un exhibicionismo que no tiene ninguna consideration de los peligros que comporta la hiperalimentacion.

El estudio de la sociabilidad amplia, al mismo tiempo, la vision sobre un conjunto de acciones y expresiones, en que el "derroche", en el sentido mas amplio del termino, ya no puede ser considerado casual u ocasional, sobre todo en relation con la reproduc- cion social.

Las descripciones de la reproduccion social acaban, habitualmente, con lamentos sobre el caracter mezquinamente burgues de la mayor parte del proletariado. Desde los tiempos de la amarga constatacion de Lasalle sobre la "maldita ausencia de necesi- dades" de esta clase, un gran numero de estudios han descrito los deseos y esperanzas de la gran mayoria de los trabajadores asalariados: dormir hasta bien avanzada la manana, pasear, no hacer nada, seguridad para la vejez. Estos son los mismos deseos que, aiin hoy, se pueden detectar entre los trabajadores mas politizados y organizados

44 Ver las observaciones de A. M. Everit en el debate sobre Work and Leisure in Pre- Industrial Society, en Past & Present 29 (1964), p. 66. Para finales del siglo xix, G. Ewart Evans, The Days that we have seen, London 1975.

45 J. G. Hoffmann, Die Bevolkerung des Preussischen Staats, Berlin 1839, pp. 182 ss. 46 V. L. Lidtke, "Die kulturelle Bedeutung der Arbeiterverein", en G. Wiegelmann (Hrg.), Kultureller

Wandel im 19. Jahrhundert, Gottingen 1973, pp. 146-159. 47 Para Berlin, ver por ejemplo E. Dronke, Berlin Frankfurt 1846. Cfr. tambien S. Pollard, A History

of Labour in Sheffield, Liverpool 1959 y R. W. Malcolmson, Popular Recreation in English Society, 1700-1850, Cambridge 1973 (sector agricola).

48 G. Stedman Jones, "Working-Class Culture and Working-Class Politics in London, 1900-1970: Notes on Remarking of a Working Class", en Journal of Social History, 7 (1973-1974), pp. 460-508, especialmente 471, 473 y ss. ["Cultura y politica obreras en Londres, 1870-1900: notas sobre la reconstruction de una clase obrera", en Teoria, 8/9 (1981-82)]. .1

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como, por ejemplo, los de las industrias mecanicas y metalurgicas. 49 Las manifestacio- nes del 1.° de mayo despues de 1890 entran perfectamente dentro de este marco: trabajadores que marchan ordenadamente con sus vestidos de fiesta, un clavel rojo en el ojal, una bandera roja en la mano y, para acabar, una parada en el bar o en el cafe despues de la manifestation. Los que se lamentan de esto muestran, con todo, que tienen solo una notion abstracta de la "felicidad" de los trabajadores de la industria. No tienen debidamente en cuenta la dureza de su vida cotidiana: una Jornada laboral de doce o catorce horas (a veces, incluso, diecisiete horas en la industria textil, en Aquisgran, a finales de los anos 60), una o dos de viaje al y del trabajo, alojamientos que son como prisiones y un regimen alimenticio inadecuado. Pero esta vision de los problemas no se debe contraponer a otra en base a la cual se pasan completamente por alto las constantes, segiin se supone, solo antropologicas, como si las necesidades de los trabajadores se limitaran a las, asi llamadas, necesidades primarias de comida, vestido y alojamiento. En cambio, lo que hay que subrayar es X&presencia simultdnea de deseos "primarios" (por ejemplo, la elimination de la margarina) y utopicos (como el de cambiar "el presente orden social") por un lado y, por otro, del deseo de felicidad en la esfera privada. Este ultimo, por ejemplo, se expreso con el deseo de cultivar flores, de estudiar, de dibujar, de dedicarse a trabajos artesanales y de bailar. Todo esto no solo expresa el aislamiento y la incapacidad de orientarse, por parte del pequeno productor, respecto a la mezquina mentalidad burguesa, aunque sean muchos los pun- tos de contacto y las analogias con las clases superiores. Esta referencia a modelos socialmente aceptados pone de manifiesto, si acaso, una parte de la variedad de las formas con que se presentan las necesidades y los esfuerzos "no conscientes" para cambiar el "modo de vida" y, con el, las relaciones sociales de la vida cotidiana.

5. Reclusion en la vida privada y memoria colectiva: o bien, la oscilacion de los equilibrios entre adaptacion y distanciamiento

Hasta ahora hemos centrado nuestra atencion en la expresion tangible de las ne- cesidades y de los deseos cotidianos de los trabajadores de la primera y segunda generation de la revolution industrial. Y hemos tocado solo de pasada algunos concep- tos socio-culturales como clase, estratificacion social y situation de clase. Esto no ha sido casual. Los limites de este planteamiento quiza se podran aclarar con la siguiente discusion. Gareth Stedman Jones, en un articulo sobre los trabajadores londinenses en la segunda mitad del siglo xix, ha intentado demostrar como y por que la cultura y la politica de la clase obrera diferian de las de la clase obrera "naciente". 50 Su principal argumento establece un nexo causal entre dos observaciones: la primera se refiere a la reduction de las horas laborales, al incremento de los salarios reales y a un aumento de la division del trabajo (junto a la des-cualificacion de los trabajadores especializa- dos); la segunda se refiere a la afirmacion de una "cultura introvertida" en el sentido de estar centrada en la familia, en el tiempo libre y, ocasionalmente, en la actividad sindical. La diferencia entre la agresiva solidaridad de clase de la primera mitad del siglo y la extension de una "cultura consoladora" en la segunda esta, por tanto, ligada a los cambios sufridos por la situation de clase. Por desgracia, Stedman no alarga esta

49 Ver los diagnosticos formulados por Ruehle, op. cit, "Feste...", pp. 39-55. 50 Stedman Jones, cit. (nota 48), pp. 485 y ss, 498 ss. I.

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ultima consideration hasta abarcar, de forma completa, el "proceso productivo". Este parece ser el limite principal de su estudio, por lo demas muy bien articulado. Y esta es tambien la razon de que no consiga esbozar concretamente las fases y los modos especificos, con que las experiencias de las generaciones precedentes fueron reinterpre- tadas y amalgamadas con la perception de los efectivos cambios sociales y economicos. Ahora bien, este es un punto crucial, pues el mismo Stedman Jones subraya que la despolitizacion del obrero fue determinada por el modo especifico como las primeras luchas de clase fueron reinterpretadas, y por la reduction general de la memoria de estas luchas. Su tesis es que el recuerdo del pasado perdio toda eficacia estimulante para el presente. Sin embargo, no indaga la manifestation concreta de las tendencias a recluirse en las esferas de lo privado y de las organizaciones siridicales. Esas tenden- cias tal vez se pueden interpretar en dos sentidos: en primer lugar, como una forma de distanciamiento politico, es decir, como una oposicion individualista a las transforma- ciones economicas y, en segundo lugar, teniendo presente que esa reclusion, como ha observado Stedman Jones, a menudo estaba ligada a una tendencia a vivir, ocasional- mente, por encima de los propios medios. Al respecto hay que preguntarse si este comportamiento podia estimular las capacidades individuales de aprendizaje y, a largo plazo, sociales. Ese comportamiento puede haber tenido un efecto estimulante sobre los modos como los trabajadores trataban de expresar y satisfacer las propias necesida- des, incluido el uso instrumental de las organizaciones sindicales. Lo que centra nuestra atencion no es, pues, un espectacular "comportamiento extraviado". El problema se refiere, mas bien, a la modification de las contradicciones en el "contexto de la vida proletaria" (Negt/Kluge). Y esas contradicciones hay que verlas en las lamentaciones, que se expresan y que pueden referirse, en concreto, a la programacion y ritmos de trabajo, a las condiciones ambientales en que se hacian las comidas, y a otros aspectos relativos a las condiciones de trabajo. La production del derroche, el absentismo y la movilidad del trabajo pueden ofrecer indicaciones utiles sobre la caida, por debajo de un determinado nivel, de la disponibilidad a emprender luchas con una estrategia bien determinada o, en todo caso, espectaculares. Tambien habria que tener en cuenta los "modelos recreativos", especialmente masculinos, que ya hemos mencionado y que cristalizaron despues de la mitad de siglo. 6Es suficiente considerarlos como formas de evasion o de compensation respecto a un incremento de la disciplina y de una intensif i- cacion de los ritmos de trabajo? Las actividades recreativas masculinas, ihicieron posible romper el aislamiento, a que condenaba el trabajo, dando instrumentos de comunicacion e interaction fuera de la fabrica?

Es de una importancia fundamental el hecho, que la escasa disposition de los obreros ingleses a luchar, observada por Stedman Jones, no implico una tendencia a procurar el ascenso social en formas individualistas. Por eso, esta mas que justificado el escepticismo respecto a la conviction, comunmente aceptada, de que la movilidad social pueda constituir una alternativa a la lucha de clase. Los intentos de ascender en la escala social pueden haber tenido mucho menos peso del que hoy nos sugieren las apariencias, si tenemos presente que su hinterland cultural estuvo constituido por formas comunitarias de action y perception.51

La memoria de tiempos "mejores" y "heroicos", de que habla Stedman Jones, es un indice significativo de la transformation del modo de vida. Esta nos remite al

51 Ver al respecto W. H. Sewell jr, "Social Mobility in a 19th Century European City: Some Findings and Implications", en Journal of Social History, 7 (1976-1977), pp. 217-233; cfr. tambien M. Agulhon, op. cit., passim, sintesis en p. 415. .1

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problema (ya apuntado) de la "conciencia del propio tiempo". El hecho que la expe- riencia de la primera mitad del siglo no haya motivado, de forma directa, la action, no significa sin embargo que la memoria del pasado se hubiera convertido en un elemento intercambiable de una conciencia de clase homogenea, "falsa" y, por eso mismo, resignada. A pesar de que "la experiencia de hacer experiencias" (Negt/Kluge) llego a ser cualitativamente diferente, sigue abierta la cuestion sobre si manifestaba expectativas, que conservaban el sello de las Utopias de las generaciones precedentes relativas a un modo de vida alternativo. De hecho, incluso la nostalgia de "tiempos mejores" es un indice del sentido de constriction y afliccion vividas en el presente: un modo de expresar la imposibilidad de satisfacer las propias necesidades.

El problema de si fueron o podian ser elaborados y expresados proyectos alternati- vos, en un contexto dominado por la intensification del trabajo, se manifiesta entre los trabajadores alemanes, despues del aiio 1890. Estos tuvieron que hacer frente a aumentos de la division del trabajo, incluso mas rapidos que el de los obreros ingleses, y a incrementos constantes de los salarios reales. Pero, sobre todo, lo que caracterizo su experiencia fue una represion policial, particularmente brutal y rigida. Son muchos los testimonios que se han recogido en torno a la "integration negativa" del movimien- to obrero de este periodo, desde que Giinther Roth hablo de ello. 52 Esta integration a gran escala, idetermino una adaptation llena de implicaciones y el apaciguamiento de la vida de cada dia en una dimension mezquinamente burguesa, especialmente fuera del ambito de las organizaciones de clase? 6O, por otra parte, la ampliation del radio de necesidades y el deseo de una "buena vida" hicieron posible nuevas experiencias? Es verdad que estas nuevas necesidades no eran especificamente politicas, pero eso no significa que no se pudieran politizar inmediatamente.

Las organizaciones politicas y sindicales percibieron estas necesidades y las poten- cialidades inherentes a ellas de forma instrumental para organizar "la conciencia de clase" y, por tanto, como elemento de fuerza para las huelgas. Jamas se las tomaron demasiado en serio.

Traduccion de Josep Monter Perez

52 G. Roth, Social Democrats in Imperial Germany, Totowa 1963. I. This content downloaded from 163.178.101.228 on Sun, 15 Nov 2015 02:44:39 UTC

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