98. IDEOLOGIA, COSMOVISION Y RELATOS

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    FORMACIN DOCENTE / FILOSOFA DE LA EDUCACIN

    PROF. DR. JORGE EDUARDO NORO1

    IDEOLOGIA, COSMOVISION Y RELATOSPROF. DR. JORGE EDUARDO NORO

    [email protected]

    01. FILOSOFIA, IDEOLOGA Y POLITICA

    El tema de las ideologas es uno de los problemas de la libertad del pensamiento, porque las ideologasuelen convertirse en trincheras del pensamiento, una pseudos - filosofa que enjaula arbitrariamentelas ideas, marca las fronteras de lo que se considera pensamiento legtimo, excluye las divergencias y losdiscursos alternativos, y desde el propio encierro disparan contra quienes no comparten el mismoterritorio ideolgico.

    El problema de la ideologa ha sido reiteradamente abordado por diversos autores. Sin embargoalgunos planteos asociados a los caracteres de la postmodernidad han intentado neutralizar supresencia y sus efectos bajo el vulgarizado concepto de muertes de las ideologas, declarando que lasideologas son apasionadas retricas, impulsadas por un credo pseudo religioso e ignorante que elsobrio y racional mundo del neoliberalismo y capitalismo moderno y tecnocrtico ha superadofelizmente sumergiendo la realidad en el ms crudo pragmatismo. A pesar de todo, las ideol ogasmuertas bajo otros ropajes gozan de buena salud y el debate en torno a ellas, ha suscitado uncmulo de producciones y contribuciones. Entre las ms actualizadas consideramos que puedentomarse como referentes los libros de TERRY EAGLETON1, PAUL RICOEUR2 y TEUN VAN DIJK3

    1 La ideologa es el proceso material general de produccin de ideas: creencias y valores en la vidasocial. Esta definicin poltica y epistemolgicamente neutra, denota todo el complejo de prcticas designificacin y procesos simblicos propios de una sociedad determinada, y es el ms fiel al plateo queen los orgenes aport el inventor del trmino el francs Destutt de Tracy (1796).

    2 La ideologa atiende a la promocin y legitimacin de los intereses de grupos sociales conacentuaciones especficas y opuestas a otros grupos o sectores de la sociedad. Estos intereses sevuelven relevantes porque apuntan al sostenimiento o al cuestionamiento de toda una forma poltica.Se transforma en un campo discursivo en el que poderes sociales que se alimentan y se promueven as mismos entran en conflicto o chocan entre s por cuestiones centrales en el intento de controlar elconjunto del poder social. Esta acepcin entraa el supuesto de que la ideologa es un tipo de discursoparticular orientado a la accin, en el que se acenta ms la conquista del poder que la verdad.

    3 La ideologa es el conjunto de ideas y creencias que contribuyen explcitamente a legitimar losintereses de un grupo o de una clase dominante. El poder dominante convierte en natural, universalizao disfraza las verdades o las versiones parciales de la realidad para lograr que respondan a sus intereses

    1EAGLETON Ferry (1997), Ideologa. Una introduccin. Paids.

    2RICOEUR Paul (1997), Ideologa y utopa.Gedisa.

    3Van DIJK TEUN, (1999), Ideologa. Una aproximacin multidisciplinaria. Gedisa.

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    reales.La ideologa opera como distorsin /simulacin frente a la realidad (Marx): hay una vida real entre loshombre y sta es su praxis; hay un reflejo de esa vida en su imaginacin y en sus discursos y sa es laideologa. La ideologa es un procedimiento general mediante el cual el proceso de la vida real sefalsifica por medio de una representacin unilateral que los hombres hacen de ella. La nica opcin

    frente a ella es des-enmascararla, exhibir su distorsin e intentar acercarse a la realidad. (RICOEUR)

    4La ideologa funciona como estrategia de integracin comunitaria. Rene las ceremonias gracias alas cuales una comunidad cualquiera re-actualiza de alguna manera los acontecimientos que considerafundantes de su propia identidad y la ideologa se transforma en una estructura simblica de lamemoria social. Ej. Conmemoracin de la revolucin, de las luchas por la independencia, de la figura delos prceres, defensa del territorio o valoracin de los smbolos patrios. Todo grupo se sostiene, setiene en pie, adquiere consistencia y permanencia, gracias a la imagen estable y duradera que se da des mismo: no se trata de una visin objetiva de los hechos o acontecimientos del pasado, sino de unaconstruccin distorsionada del pasado para sostener la identidad comunitaria del presente. Es as quelas conmemoraciones de los acontecimientos remotos pierden la identidad y el valor original para

    convertirse en formas estereotipadas o ritualistas que terminan sirviendo de indirecta justificacin de loque se hace o se decide en el presente de una comunidad. (RICOEUR)

    En la ideologa predominan dos caracteres: (1) su contenido no es necesariamente racional y (2) estconstituido por un conjunto particularmente rgido de ideas. Esto no implica que sea totalmenteirracional o que no admita componentes o respuestas racionales, por una parte, y tampoco significa quetodo conjunto rgido (dogmtico) de ideas deba ser considerado una ideologa.

    Lo cierto es que se trata de un cuerpo doctrinal que identifica a un grupo social o una parte de lasociedad, y que le sirve de instrumento para organizar la sociedad o para planificar su abordaje delpoder. Este cuerpo de ideas tiene un dinamismo propio, genera sus propias estructuras y discursoslegitimadores y produce sus anticuerpos o mecanismos de defensa, por los que difcilmente un discursoideolgico cerrado admita crticas, sugerencias o correcciones. Es natural que en el ejercicio de lahegemona ideolgica, el poder dominante: (1) se legitima a s mismo promocionando creencias yvalores afines a l; (2) naturaliza y universaliza tales creencias para hacerlas ms evidentes yaparentemente inevitables; (3) denigra las ideas que puedan desafiarlo o cuestionarlo; (4) excluye porlgica sistemtica -- las formas contrarias de pensamiento; (5) oscurece la realidad social segn suconveniencia para poder administrar sus visiones e interpretaciones. (EAGLETON, 1997: 23)

    La ideologa parte de la filosofa, se nutre de ideas originalmente filosficas, pero se transforma deuna verdad rgida, congelada, cristalizada, indestructible, al menos mientras dure el sistema al que sirve.Su tarea consiste en armar argumentos de sostn que la conducirn apriorsticamente a una verdadpreviamente elegida, seleccionada. El idelogo es el burcrata del pensamiento, en el servidor deldogma y el dogma no es otra cosa que el conjunto de ideas momificadas o "cosificadas". En el estesentido idelogo e ideologa son cosificadores del pensamiento y destructores de la libre creacin de lasideas. Es la renuncia a la bsqueda absoluta de la verdad porque se ha elegido una trinchera desde laque se construyen las defensas, se identifica el enemigo, se consolidan los refugios y se dispara contralos extraos (personas o ideas).

    En el concepto mismo de ideologa confluyen dos criterios interpretativos: uno es el epistemolgico yotro es el poltico. Segn el primero, la ideologa cualquiera sea su procedencia o constitucin social opera como un filtro distorsionador (una falsa conciencia o imagen invertida) frente a la realidad; segnla segunda se trata de una estrategia explcita y sistemtica del poder dominante.

    Si bien hay una serie de connotaciones negativas de la ideologa (legitimar el poder vigente, justificarla desigualdad, ocultar o confundir la verdad), socialmente aporta tambin aspectos positivos: habilitan

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    a los grupos dominados, desclasados o minoritarios a crear solidaridad, compartir un cuerpo de ideas,organizar la lucha, sostener la oposicin, contribuyendo a proteger los intereses y los recursos de laexistencia. La ideologa no solo contribuye a sostener al fuerte (en trminos hegelianos, al Amo), sinoque contribuye a generar en el dbil (los esclavos) la posibilidad de crear, sentirse respaldado y adherir aun discurso alternativo, proponindolo aunque sea utpico como estructura de sociedad y como

    poder.

    La ideologa es el natural respaldo para la praxis. Y la praxis en la organizacin de la sociedad es lapoltica. Puestos a decidir en materia de poltica, es necesario efectuar un recorte en el amplio campode las ideas para poder operar desde all. La total libertad del pensamiento no representa, en este caso,un peligro, sino un freno para la eficacia. Para hacer, es necesario definir y definirse en el marco de

    un cuerpo de ideas. La universalidad del pensamiento, por crtico y fundamentador que sea puede serpoco eficaz a la hora de los hechos y de las acciones.4

    Cuando MARX propuso su versin de la palabras ideologa, la defini como un esquema mental que,ofreciendo una explicacin aparentemente objetiva y cientfica de la realidad, apunta a convencer a

    propios y extraos de la razn que asiste a quien la emite y la sostiene: mas que una verdaderadescripcin neutral de los hechos, la ideologa es un sofisticado intento de manipulacin al servicio desus promotores. Pero el peligro es las ideologas es que finalmente atrapan y encierran a sus propiosautores que ya no pueden ver mas que su trama de ideas.

    En la prctica, en la vida cotidiana, en los debates formales o espontneos las ideologas aparecencuando se habilitan y se defienden las propias razones, mientras se clausuran y se desoyen las ideas, laspalabras, las razones extraas. Este encierro es el que obtura el dilogo y slo se asiste a interminablesmonlogos alimentados por acusaciones, gritos y acusaciones.

    El trmino poltica, por su parte, reconoce muchas interpretaciones y despierta un inters casinatural. Adems es un concepto mas cmodo para todos que puede opinar sobre la poltica y menossobre ideologa o filosofa. As, por ejemplo, se podra hablar de:

    La poltica relacionada con la lucha por adquirir y conservar el poder La poltica como ejercicio del poder en el marco del Estado. La poltica (como conjunto de acciones) vinculada con lo poltico(trama de relaciones) y los

    polticos(conjunto de sujetos humanos)

    La poltica como reflexin terico-especulativa y la poltica como proceso de determinacionesoperativas.

    Al observar las prcticas poltica (caracterizadas por un pragmatismo que ha potenciado al extremolas ideas originales de la poltica de la modernidad) naturalmente reconocemos las principales notas que

    contribuyen a definir su ejercicio. En ella hay un predominio de la razn instrumental y del ser de lapoltica como muestra del mero hacer. En este contexto la poltica es la prctica de una actividadespecfica (con acciones y metodologas propias) encargada socialmente de (1) establecer o cuestionar

    4 Las ideologas no deben analizarse solamente desde el punto de vista de sus contenidos conceptuales. Ms allde ellos, constituyen fenmenos vitales de dinamismo arrollador, contagioso. Son corrientes de aspiraciones contendencia a la absolutizacin, dotadas tambin de poderosa fuerza de conquista y fervor redentor. Esto lesconfiere una mstica especial y la capacidad de penetrar los diversos ambientes de modo muchas veces irresistible.Sus slongans, sus expresiones tpicas, sus criterios, llegan a impregnar con facilidad aun a quienes distan de adherir

    voluntariamente a sus principios doctrinales. De este modo, muchos viven y militan prcticamente dentro delmarco de determinadas ideologas sin haber tomado conciencia de ello. Es este otro aspecto que exige constanterevisin y vigilancia. Todo esto se aplica tanto a las ideologas que legitiman la situacin actual, como a aquellasque pretenden cambiarla. Conferencia episcopal latinoamericana. Documento de Puebla. nro. 537.

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    de manera unilateral y no necesariamente justa;(2) objetivos a corto plazo correlacionados connecesidades prorrogables e intereses parciales de dominacin; (3) optando por realizar y aceptar orechazar que se haga en la sociedad con el necesario consentimiento (o resistencia) de los ciudadanos,y(4) aceptando que esos objetivos no guardan relacin con otros de mayor alcance y atiendensolamente a la conservacin del orden que en general es el dominante.

    Pero si hacemos lugar a una reflexin crtica que construya un concepto de poltica que involucre lasprcticas reales y las prcticas necesarias podemos proponer con un predominio de la racionalidadpoltica y la puntualizacin del deber ser de la misma, entonces la poltica como prctica debera ser(ideal) una actividad especfica encargada de establecer o de cuestionar de forma razonable y justa, y derealizar, aceptar o rechazar en sociedad, con libre consentimiento aunque con posibles resistencias,objetivos de amplio alcance, ya sean macro-fines o fines ltimos racionales o emancipatorios,relacionados con intereses justos necesidades improrrogables e, vinculados con objetivos inmediatosadecuados a los objetivos de amplia alcance.5

    MANDRIONI (1986) seala que la filosofa, llamada al esclarecimiento de toda experiencia humana,tiene una palabra que decir en el concierto de las opiniones; pero de ella no se espera una opinin ms,sino una visin y diccin de verdades, Claramente diferencia los roles que cumple la filosofa frente (o

    junto) a la poltica:

    FILOSOFA Y POLTICAIDEAS Y PRAXIS

    La filosofa despliega su pensamiento en el espacio sin resistencias de la totalidad de lo que es yconstruyendo utopas.

    La voluntad poltica acta en el mbito concreto de las resistencias reales, de las situacionesconflictivas y del entrechocarse de proyectos contradictorios.

    La cultura propia de la filosofa se encuentra afectados y alterados por las decisiones del poltico y dela poltica

    La construccin de la poltica y el juego de sus ideas reclama la presencia del pensamiento y losaportes de la filosofa. De hecho las principales corrientes polticas han tenido su origen mediato oinmediato en la filosofa.

    La visin filosfica que ofrece un cuadro completo de lo que ya es plenamente y fascina por laconfianza y la certeza que despierta.La poltica debe construirse en un dilogo trabajoso y permanente entre las ideas y la realidad, entrelos proyectos y las demandas, entre los discursos y los recursos, entre las formulaciones tericas y lasexigencias concretas de las personas, entre el todo social y los individuos que lo integran.

    La filosofa es una poca puesta en ideas y en el filsofo prima el valor del pensamiento mismo.Para el poltico el horizonte de decisin es una pluralidad de opciones. En el poltico prima el valor dela prudencia y de la intervencin entendida como una invencin y accin.

    5Cfr. AA.VV, Poltica y Filosofa. Aportes de diversos autores. Antrhopos. Revista temtica.

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    El filsofo est llamado a determinar el proceso de la historia, pero por su mismo carcter elpensamiento no puede traducirse en s misma en accin, sino en formulacin y propuesta.

    El poltico se asume como alguien que debe determinar el proceso de la historia. Pero su pensar estdirigido a la accin modificadora y se convierte en el pensador de lo prximo y lo cercano, del espacio

    real. (MANDRIONI:1986)

    Vistas estas afirmaciones uno tiene la impresin de que el ideal platnico que articulanecesariamente la filosofa con la poltica, tanto en la REPUBLICA como en LAS LEYES se desarma. Esverdad que la filosofa y la poltica siguen derroteros complementarios; es verdad que filosofa y polticaabordan cuestiones comunes; es verdad que filosofa y poltica deben dialogar en torno a un eje comn:el curso y el sentido de la historia... pero no parece totalmente cierto que el filsofo pueda asumir el roldel poltico o que el poltico pueda arrogarse el patrimonio del libre juego de las ideas...Entre una y otra,entre uno y otro, opera la ideologa y el idelogo. Pertenecen a mbitos distintos y complementarios deuna nica realidad, pero mezclarlos es una de las maneras de aniquilar el trabajo de ambos. El del

    filsofo sumergindolo en el fragor de la lucha, el del poltico alejndolo de las demandas de larealidad.6

    Cabra preguntarse qu relaciones se establecen entre la filosofa, la ideologa y la poltica con laeducacin, porque efectivamente hay numerosos textos que trabajan estas relaciones que pueden serarmnicas o antagnicas.

    (1) FILOSOFA Y EDUCACIN: Determinados aspectos del quehacer educativos sus principiosfundamentales y fundamentadotes - pueden ser definidos desde la filosofa . El amplio campo delpensamiento filosfico se recorta para asumir determinadas problemticas de la educacin (no toda lafilosofa tiene directa relacin con lo pedaggico). Al mismo tiempo, el fenmeno educativo (como

    teora y como praxis) no se restringe, ni se subordina al discurso filosfico ya que se asume con unacreciente autonoma epistemolgica y operativa (no todos los fenmenos educativos pueden ser ledo einterpretados desde la filosofa). As, en temas tales como la determinacin de las dimensioneseducables de la persona (categoras antropolgicas), formulacin de fines, criterios ticos y axiolgicos,cosmovisin, epistemologa y otros, la educacin busca en la filosofa un repertorio de respuestasposibles con las que puede operar en el especfico campo de las formulaciones tericas y de lasrealizaciones. Adems, en toda su historia, la filosofa y los filsofos han desbordado sus propios caucescon el explcito propsito de encontrar en la educacin su insercin en la sociedad y en la cultura.

    (2) IDEOLOGA Y EDUCACIN: Toda educacin conlleva una innegable carga ideolgica. Puede ser elresultado de una eleccin o definicin explcita o implcita. De hechos numerosos autores de la

    denominada pedagoga crtica7 ha trabajado estos condicionantes ideolgicos, proponiendo otrasfunciones y orientaciones a la educacin y a los sistemas educativos. Se opta por un determinado perfilideolgico o se cae -- sin proponrselo -- en l. Aun quienes luchan por la desideologizacin de laeducacin, asumen una posicin ideolgica. La ideologa se asume como el natural respaldo para la

    6 Tal vez por eso al Platn histrico los polticos de su tiempo le fueron tan hostiles y rechazaron cualquier intentode poner en acto la arquitectura de su filosofa poltica.7 Appel, Giroux, Mc.Laren, Freire, Gadotti, Adorno, Altohusser, Baudelot, Bordieu-Passeron. entre otros. Elparadigma neoliberal se construye sobre un entramado ideolgico que necesita reproducir y que pretende serhegemnico, entendiendo como tal el dominio de la sociedad civil por la clase dominante. El papel que desempeala educacin en este proceso de reproduccin y hegemona se expresa en la determinacin de lo econmico en

    referencia a lo ideolgico; las contradicciones inherentes al sistema de produccin y cambio capitalista y su reflejoen el mbito escolar; y posibilidades de resistencia poltica y educativa - frente a la hegemona de la clasedominante.

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    praxis. Puestos a decidir en materia de poltica o educacin, es necesario efectuar un recorte en elamplio campo de las ideas para poder operar desde all. La total libertad del pensamiento puede no sereficaz, porque para hacer, es necesario definirse en el marco de un cuerpo de ideas, aunque lo ideal es(1) superar un encierro ideolgico que impida acceder a otros cuerpos de verdades (jaulas ideolgicas)y (2) aspirar a enriquecer la propia visin con el libre juego de la bsqueda de nuevas verdades. Pero

    temas como la calidad, inclusin o exclusin, responsabilidad del estado o de los privados, diseoscurriculares, funcin que cumplen los docentes y la sociedad, la organizacin misma del sistemaeducativo estn atravesados por definiciones ideolgicas que asoman en los documentos, en losdiscursos, en las comunicaciones y en las decisiones.

    (3) POLTICA Y EDUCACIN: aunque esta relacin est atravesada necesariamente por una matrizideolgica, tiene caracteres propios: la educacin forma necesariamente parte de las plataformaspolticas de los diversos partidos. Cada uno de ellos formula sus propias propuestas que, en general,parte de una evaluacin descarnada y crtica de la situacin vigente (oposicin) o de la profundizacin yextensin de las acciones emprendidas y en la correccin de los involuntarios errores (continuidad en lagestin) Pero, a su vez, la educacin responde al marco de un proyecto poltico global que subordina las

    ideas y las decisiones a esa orientacin a las lneas operativas del partido. La educacin pierdeautonoma y negocia sus transformaciones, sus recursos, sus funcionarios y hasta sus discursos en lamesa de otras determinaciones macros que la condicionan. Cuando la educacin se convierte en objetode disputa y de repartos genera determinaciones arbitrarias, respondiendo a las demandas de lasurgencias coyunturales y termina siendo un trofeo para exhibir o el botn de guerra que reconocevencedores y vencidos. No se trata de construir la educacin necesaria, sino de definir estrategias pararesolver situaciones problemticas y urgentes, construyendo posteriormente los discursoslegitimadores. Frecuentemente leyes, reformas o transformaciones educativas, designacin defuncionarios o creacin de servicios educativos obedecen a urgencias o estrategias polticas,subordinando los criterios pedaggicos o educativos

    (4) POLITICA DE ESTADO: La expresin "Poltica de Estado" no es una expresin jurdica sino poltica. Seha usado histricamente para referirse a cuestiones, de las que depende la supervivencia misma de unEstado como tal, vale decir, una situacin en que resulta imprescindible dejar de lado los personalismoso partidismos y hacer uso del patriotismo para poder solucionarlas.

    Las polticas de estado (o paraguas polticos) se expresa en todo aquello que un gobierno deseaimplementar en forma permanente, consensuando sus decisiones con su adversarios polticos yeventuales sucesores, para que trascienda a travs del tiempo sin que se vea afectada por uno o varioscambios de gobierno. La poltica de gobierno dura mientras est vigente el gobierno que la concibi,mientras que la poltica de Estado obedece a un inters fundamental, por lo que debe conservarse enforma permanente. Puede darse en temas como las relaciones exteriores, la educacin, la justicia, la

    salud, la vigencia de los derechos humanos, etc. Son temas que los sucesivos gobiernos enriquecen yrefuerzan, pero que ya no discuten porque hacen a lo fundamental y bsico de la nacin y del estado.

    Algunos asocian esta expresin al de paraguas poltico porque se coloca bajo su proteccin lostemas fundamentales, sin discutir al gobierno precedente porque se ha formado parte de laformulacin, ni dudar de la continuidad cuando se producen los recambios de administraciones. Sonestrategias de consenso que le otorgan racionalidad al ejercicio del gobierno, y le imponen lmites almanejo del poder.

    Por ejemplo, si la defensa del pas o la educacin son, respectivamente, poltica de estado, cadaadministracin sumar sus aportes, sin poner en riesgo su continuidad o amenazar con la sustitucin

    con otras determinaciones arbitrarias.

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    02. COSMOVISION. VISION DEL MUNDO

    La filosofa ha utilizado con variadas interpretaciones el trmino concepcin del mundo ocosmovisin. En principio se hace referencia a una determinada visin del mundo y de la realidad toda,incluidos los dems seres humanos que subyace en la conducta y en el pensamiento de cada una de laspersonas y de una comunidad. Esta cosmovisin de algn modo tie, de una manera particular, lo quesomos y lo que hacemos, las decisiones ticas y an las interpretaciones tericas acerca del mundo.

    Cada pueblo, cada comunidad, cada poca (e inclusive, cada grupo) tiene su concepcin del mundo.En ella aparecen ideas y valores que los distinguen de otros pueblos, comunidades, pocas, grupos ogeneraciones, orientando la dinmica de la creacin y la conservacin de la cultura. Se ofrece como unmapa de la realidad, como una descripcin del mundo y del lugar que el individuo o el grupo ocupan enl: funciona como un reaseguro para poder enfrentar con un cuerpo de ideas y valoraciones lo que larealidad nos entrega. Es un marco de orientacin con el que nos desplazamos con mayor seguridad.

    No se trata de un acto terico conscientemente formulado ni de un acto cientfico. Implican unatoma de posicin y valoraciones por parte del sujeto (personal o social) basados en convicciones quepretenden ser verdaderas, tener un indiscutible nivel de validez. Fundamentalmente es una respuesta ala pregunta que interroga por el sentido del mundo. Por ello, no opera prioritariamente la razn, sino laintuicin valorativa. No descansa sobre el conocimiento intelectual, sino sobre el conocimiento

    valorativo.

    Para la filosofa, la cosmovisin no puede ser objeto de una construccin intelectual, pero - a su vez-- no puede ser ignorada: su funcin consiste en una crtica revisin de sus componentes, un trabajo de

    justificacin de sus formulaciones y -- en algunos casos -- un intento por rectificar y enriquecer susexpresiones. El conocimiento y la explicitacin de la concepcin del mundo y de la visin de la realidad(real, arbitraria o distorsionada) permiten entender a los individuos, a los grupos, a las pocas, a lassociedades...y la relacin que se establece entre determinados procesos personales y sociales.Descubrir que las cosas no son vistas, interpretadas, valoradas de una misma manera es el primer pasopara comprender los grandes procesos del pensamiento y de la historia.

    En determinadas problemticas pueden ocultarse o descubrirse tales distorsiones. Los cdigosinterpretativos deben tratar de explicitar o traducir terica y prcticamente los procesos para facilitar

    los mecanismos de intervencin. En caso contrario, es posible que la mejor de las ideas no encuentreuna realidad en la que pueda insertarse y funcionar, porque emisor y receptor viven en mundos orealidad diferente.

    A diferencia de las IDEOLOGIAS que rene y constituye a los grupos en torno a las mismas ideas queaseguran el acceso al poder, el control social y el gobierno de la sociedad, la COSMOVISION agrupa a loshombres de diversas etnias, geografas, edades, generaciones, sectores sociales: cada uno de ellostienen miradas cargadas de subjetivas diferencias que responden a los entornos y condicionamientos enlos que viven y piensan.

    Si efectuamos un anlisis mas ajustado podemos asociar la cosmovisin con una de lasinterpretaciones de la ideologa que presentamos; la que propone Paul Ricoeur, al hablar de laideologa como integracin

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    03. RELATOS NECESARIOS

    Tanto las ideologas como la cosmovisin o la visin del mundo utilizan el lenguaje como forma deexpresin y de legitimacin. Los usos del lenguaje son variados, multiformes, cambiantes. Una de lasformas en que las ideologas emergen es a travs de las discusiones, los debates, los discursosargumentativos en los que el emisor pretende convencer al receptor. Generalmente las ideologas y lascosmovisiones a diferencia de las ideas y los tratados de la filosofa no tienen discursosdemostrativos, porque no se trata de demostrar sino de mostrar y de lograr asentimiento por parte de

    los que comparten el mismo cuerpo de ideas.

    Pero, fundamentalmente, ambas utilizan los relatos, las historias. No es extrao que cuando sehabla de la muerte de las ideologas se hable tambin del fin de los relatos.

    Con un criterio operativo podemos definir a los relatos como discursos que articulan en unanarracin una serie de ideas fuerzas que una sociedad, o un grupo o una nacin o un partido poltico ouna agrupacin consideran fundacionales de su identidad y de sus proyectos. Se construyen en torno auna unidad discursiva que le otorga coherencia y continuidad, al tiempo que combina los elementospropios de la realidad con las creaciones especficas de la imaginacin y de lo verosmil. Un relato no esms que un cuento o una historia en el sentido primitivo de la palabra: abre una situacin, produce

    un desarrollo y anticipa un desenlace. Se construye ensamblando los datos reales, comprobables,racionales con los aportes ficcionales que permiten crear una posibilidad, una ilusin, una fantasa, unideal. Operan como una verdadera sntesis para un cuerpo social que no puede vivir slo de ideas yconsignas, y que necesita integrar cada una de ellas en un discurso funcional que le permita crear unarealidad ideal y creer siempre en una posibilidad salvfica final. 8

    Cuando un estado por ejemplo - declara o afronta una guerra, no puede exhibir la crueldad de lasbatallas, las heridas y las mutilaciones, la muerte segura de una multitud de soldados; tampoco puedemanejarse solamente con los argumentos legtimos o no que justifican el enfrentamiento. La nicamanera de movilizar a sus soldados profesionales o voluntarios, de conmover a los ciudadanos y delograr la adhesin plena de la poblacin es creando un relato que represente el valor del herosmo,

    elogia el orgullo de la defensa del territorio, de la patria o de las convicciones, prometa recompensaspresentes o futuras, anuncie la construccin de una realidad mejor.

    La educacin y los sistemas educativos crecieron y se volvieron fuertes a travs de estos relatos,Entrar en la escuela, estudiar, sacrificarse, pasar de ao o de ciclo, alcanzar un ttulo responda a una

    8Los cuentos son una medicina. Tienen un poder extraordinario; no exigen que hagamos, seamos o pongamos en

    prctica algo: basta con que escuchemos. Los cuentos contienen los remedios para reparar o recuperar cualquierpulsin perdida. Los cuentos engendran emociones, tristeza, preguntas, anhelos y comprensiones que hacen

    aflorar espontneamente a la superficie el arquetipo. Los cuentos estn repletos de instrucciones que nos guan enmedio de las complejidades de la vida. Los cuentos nos permiten comprender la necesidad de recobrar unarquetipo sumergido y los medios para hacerlo.

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    historia que prometa a todos los usuarios responsables un premio: la insercin social, un trabajo o unaprofesin digan, reconocimiento, bienestar econmico.

    Son las palabras de LEON FELIPE las que lo expresan con extrema claridad (1950):

    Yo no s muchas cosas, es verdad,Digo tan slo lo que he visto.Y he visto:Que la cuna del hombrela mecen con cuentosQue los gritos de angustias del hombreLos ahogan con cuentosQue el llanto del hombreLo taponan con cuentos.Que los huesos del hombreLos entierran con cuentos,

    Y que el miedo del hombreHa inventado todo los cuentos.

    Yo no s muchas cosas es verdad.Pero me han dormido todos los cuentosY s todos los cuentos.

    Lo mismo podemos decir cuando se proclaman otras ideas o se habla de una sociedad mejor, de unpas prspero y generoso, una organizacin de ciudadanos iguales, de un mundo ideal. No es verdad loque se dice, no se puede probar, pero se juega con datos verosmiles que hacen creble esas versiones.La revolucin que conduce al mejor de los mundos posibles siempre es un camino de luchas gloriosas y

    de reconocimientos continuos, aunque en los hechos sea un camino de privaciones y de sacrificios en elque los combatientes de hoy siembran con lgrimas, sudor y sangre la cosecha de las generacionesfuturas. Hasta las religiones, cada una a su modo, crean diversos relatos para contar lo que los fielesviven y lo que les espera como recompensa.

    Una vez establecido y vigente, el relato legitima y opera como fuerza motriz que empuja y atrae,fortaleciendo cada unos de los actos y de las prcticas, y operando como pasaporte y peaje para lacontinuidad de las ideas.

    Especialmente en la modernidad, los relatos tuvieron un significado primordial, ya que todo eldiscurso moderno puede ser interpretado como un gran relato que articula una serie de narrativas

    subordinadas que fueron otorgando a lo largo de los siglos y en un ensamble sinfnico maravilloso ladireccin necesaria al proyecto que surgi como una llama inicial en Europa y se expandi como unafuerza universal, conquistadora, civilizatoria, triunfante, optimista y avasalladora por todo el mundo.Hasta los mismos sistemas filosficos asumieron la forma de los relatos.

    Los relatos se leen en los discursos, en los himnos, en los hroes, en los prceres, en las historiasoficiales que se transmiten o se escriben, en las versiones que se dan de los hechos, en las proclamas, enlas convocatorias, en los comentarios. Y operan como un verdadero agente movilizador. En ltimainstancia los relatos describen un camino posible hacia la utopa, y para ello no pueden trabajar slo conla verdad de los hechos y de las ideas, sino que deben recurrir a la ayuda de la imaginacin y la creacinpropia de la ficcin. Por eso los relatos son instrumentos necesarios, que de vez en cuando conviene

    revisar crticamente desde el territorio del pensamiento y de la filosofa, porque es muy duro despertarde un sueo y ser cmplices de un engao colectivo.

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    Hay un valioso aporte de una novela (relato) de CARLOS RUIS ZAFON9para hablar de los relatos:Todo es un cuento, Martn. Lo que creemos, lo que conocemos, lo que recordamos e incluso lo

    que soamos. Todo es un cuento, una narracin, una secuencia de sucesos y personajes quecomunican un contenido emocional. Un acto de fe es un acto de aceptacin, aceptacin de una

    historia que se nos cuenta. Slo aceptamos como verdadero aquello que puede ser narrado. ()

    No sera ms fcil convencer a la gente con una exposicin racional, simple y clara? No. Esimposible iniciar un dilogo racional con una persona respecto a creencias y conceptos que no haadquirido mediante la razn. Tanto da que hablemos de Dios, de la raza o de su orgullo patrio.Por eso necesito algo ms poderoso que una simple exposicin retrica. Necesito la fuerza delarte, de la puesta en escena. La letra de la cancin es lo que creemos entender, pero lo que noshace creerla o no es la msica. ()

    Las fbulas son posiblemente uno de los mecanismos literarios ms interesantes que se haninventado. Sabe lo que nos ensean? Nos ensean que los seres humanos aprenden y absorben

    ideas y conceptos a travs de narraciones, de historias, no de lecciones magistrales o de discursostericos. Eso mismo nos ensea cualquiera de los grandes textos religiosos. Todos ellos sonrelatos con personajes que deben enfrentarse a la vida y superar obstculos, figuras que seembarcan en un viaje de enriquecimiento espiritual a travs de peripecias y revelaciones. Todoslos libros sagrados son, ante todo, grandes historias cuyas tramas abordan los aspectos bsicos dela naturaleza humana y los sitan en un contexto moral y un marco de dogmas sobrenaturalesdeterminados.

    EJEMPLO =

    SAN MARTIN: QUE QUEDA DEL RELATO CONSTRUIDO?GUSTAVO ERNESTO DEMARCHI: GRAGEAS HISTORIOGRFICAS

    "No vayas a la escuela porque San Martn te espera"LUCAS PRODAN

    Con esta singular estrofa, Luca Prodan advierte a los fans rockeros sobre el riesgo que les acecha en losclaustros de estudio. Coincidiendo con Martn Kohan a quien seguimos en este acpite-, no se trataaqu de convalidar la exhortacin a la desercin escolar que formul el legendario cantante de Sumo.Nada de eso. Lo que importa destacar es que, de un modo coloquial, conciso e irnico a la vez, el autorde la cancin popular consigui expresar la sensacin que suelen experimentar los argentinos cuando setopan con la figura del General Jos de San Martn, Padre de la Patria.

    Hablar de San Martn es hablar del fundador de nuestra nacionalidad. Es hablar del Libertador que nosleg una patria soberana y, por carcter transitivo, una identidad nacional. Es el hroe superlativo que,en los albores de nuestra historia, delimit las fronteras territoriales y defini los valores ticos

    9RUIZ ZAFFON, Carlos (2007), El juego del ngel. Editorial Planeta

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    primigenios de la argentinidad. Se trata, tambin, del pico centauro que cruz los Andes y emancipmedio continente. Arquetipo de la independencia, indiferente a la seduccin del poder, supo retirarse atiempo para no involucrarse en las luchas fratricidas que, desde entonces, envuelven a los puebloslatinoamericanos. Es el adusto anciano exiliado en Boulogne Sur Mer, mitad protagonista del gloriosopasado, mitad personaje mtico omnipotente e inasible.

    El culto sanmartiniano, inobjetable para la inmensa mayora de los habitantes del pas, adems deremitir a una historia fundacional, expone la vida del Gran Capitn como modelo a imitar, aunque todosintuyamos que su conducta ejemplar es inimitable. Su augusto nombre subsume un compendio devirtudes: hombre austero y noble, militar implacable aunque recto, padre amoroso y exigente,gobernante desinteresado y honesto. Todo argentino debera emularlo o, al menos, intentar hacerlo.San Martn ana todo lo que somos y, con dialctico patetismo, todo lo que no podemos ser. l mismogustaba recitar una mxima que significa algo por el estilo.

    Al ser inalcanzable para el comn de los mortales su ciclpea estatura, es lgico que experimentemoscierto escozor por la silenciosa coaccin que ejerce la lmina del prcer exhibida en las aulas de las

    escuelas, multiplicada miles de veces, presente hasta en el ltimo rincn de la extensa patria. Similarefecto debe provocar la Acrpolis ateniense que, con su imponencia marmrea, le recuerda al pueblogriego de hoy que nunca volver a escribir la formidable pgina de la historia que protagonizaron susantepasados.

    Pero San Martn significa, para los argentinos, algo ms que un modelo que infunde admiracin yreverencial respeto. La Argentina es un pas agonal y faccioso como pocos, donde la disputa entreparcialidades irreconciliables ha estado latente a lo largo de toda su historia. Desde el alumbramientode la patria las controversias de todo tipo han llenado miles de pginas de desencuentros, tal comotempranamente lo plante Bernardo de Monteagudo poco despus de la Revolucin de Mayo: "Ashemos llegado insensiblemente al punto de mirarnos como enemigos, de tratarnos con una sacrlega

    desconfianza, y formar a la sombra de dos partidos en apariencia dominantes una porcin defacciones" [Gazeta de Buenos Aires, 07/02/1812].(2)

    En un pas donde la poltica es concebida como prctica canibalesca al servicio de dicotomasantagnicas que se regeneran de manera perpetua, hablar del Libertador es hablar del nico acuerdoexistente, del nico punto referencial en el que coinciden y confluyen todos los ciudadanos de larepblica. El paradigma sanmartiniano implica consenso en el mar de los disensos; acta como smbolode unin efectiva all donde impera la sempiterna disgregacin; es sinnimo de colectividad all dondereina la fragmentacin social. En definitiva, el hroe de Chacabuco y Maip encarna, desde el Parnasode los ideales supremos, el proyecto de Nacin que los argentinos an no hemos sabido, querido opodido concretar en casi doscientos aos de vida independiente.

    Tan unnime es el rol que le hemos asignado, que "en Argentina, toda toma de posicin aspira a contarcon San Martn entre sus premisas de validacin. No importa qu tan distintas, o incluso qu tanopuestas, puedan ser esas posiciones en la poltica o en la historiografa. Se trate de un brotenacionalista por derecha o de un retobamiento contra el imperialismo por izquierda, del peronismo odel antiperonismo, de la mesura aparente de la historia liberal o del revanchismo justiciero de la historiarevisionista, no importan esas disidencias porque, ms all del fuego cruzado, ms all de lashostilidades y de no querer saber nada con el otro, lo ms probable es que exista al menos un punto encomn, y ese punto en comn ser siempre Jos de San Martn" (3).

    LA CONSTRUCCIN DEL PROCERATO: No siempre fue sta la valoracin del prcer en el corazn de los

    argentinos e hispanoamericanos, en particular, entre aquellos hombres de accin y de pensamiento queoficiaron de formadores de opinin en la primera etapa de existencia como nacin. En efecto, latrayectoria poltico-militar de San Martn fue cuestionada o, en todo caso, ignorada, tanto en Argentina

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    como en Chile y Per, las tres naciones que contribuy a fundar, mientras l viva. En Per, donde sedesempe como Protector Supremo, le endilgaban no haber completado la ocupacin militar delterritorio, y de haberse enredado en intrigas palaciegas con la oligarqua limea. En Chile, si seacordaban del Libertador era para atribuirle el fusilamiento de los hermanos Carrera (adversarios de sualiado OHiggins) y la sospechosa muerte de Manuel Rodrguez, jefe de guerrillas y de milicias que

    hostigaron a los realistas. En Argentina, hasta fines de los aos 20, San Martn fue considerado unprfugo por desobedecer la orden del gobierno de retornar con su ejrcito para cumplir con la misin deconsolidar la paz interior, amenazada por la anarqua reinante en las provincias. Por ello, salvo unaefmera y frustrada incursin al Ro de la Plata en 1829, temeroso de ser objeto de recriminacionesoficiales y/o pblicas, se radic en Europa y jams volvi a Sudamrica, la "Patria Grande" que, junto aSimn Bolvar, haba ayudado a nacer.

    Hasta mediados del siglo XIX (San Martn muere el 17/08/1850), Manuel Belgrano, consagrado por laincipiente historiografa oficial, era quien ocupaba el prominente pedestal de "Padre de la Patria"acompaado a cierta distancia por Mariano Moreno y Bernardino Rivadavia (segn quien fuere elexegeta de turno). Tiempo despus vendr la entronizacin de San Martn en el centro de la iconografa

    patritica. Se presume que fue a partir de un artculo periodstico y de una biografa, escritos porSarmiento y Juan Mara Gutirrez respectivamente, promediando la dcada de 1840. Pero, ser en 1887con la publicacin de la bien documentada y minuciosa obra "San Martn y la emancipacin americana"de Bartolom Mitre cuando su persona adquirir una dimensin relevante. El mismo autor haba dado aconocer, treinta aos antes, el libro "Historia de Belgrano y la independencia argentina". Ntese que yaen el ttulo de ambos textos, considerados pilares de la incipiente ciencia histrica verncula, al creadorde la bandera Mitre le asigna un rol "apenas" domstico, mientras que San Martn, en la biografaposterior, es definido como paladn de la liberacin continental.

    La multitudinaria corriente inmigratoria que por aquella poca inund el pas, hizo temer a lasautoridades por la prdida del idioma y del acervo de tradiciones que -segn se deca- conforman

    nuestro ser nacional, jaqueado por el arribo a nuestras playas de miles de extranjeros que hablabanotras lenguas y traan costumbres diferentes. Como reaccin a este proceso de cambio social ytransculturacin, fue tomando cuerpo entre los gobernantes y la clase dirigente un vasto movimiento dereivindicacin nacionalista dirigido a reafirmar los valores autctonos. El arte y la literatura, de la manode la poesa gauchesca, la msica y el teatro popular, dieron cuenta del fenmeno. Se dispuso cantar elHimno en las escuelas, izar todas las maanas la bandera celeste y blanca y, en especial, se impuso laenseanza obligatoria del idioma castellano y de la historia argentina; se cre el servicio militar parafomentar el respeto a los smbolos patrios; se inauguraron monumentos alusivos, se nominaron calles yse decretaron efemrides en homenaje a los acontecimientos y a los prceres del pasado. Un eventoculminante de esta poderosa corriente identitaria fue la repatriacin de los restos del general Jos deSan Martn (1880), que fueron inhumados en la Catedral Metropolitana al cabo de una solemne

    ceremonia a la que asisti lo ms granado de la sociedad portea.

    Entre fines del siglo XIX y principios del XX, el culto a San Martn ya era prctica habitual en losestamentos gubernamentales, los organismos oficiales y en los cenculos polticos, en los mbitoseducativos y culturales y en el seno de las Fuerzas Armadas. En dicho perodo concluy una etapa deconstruccin consciente de la narrativa patritica, en cuyo pedestal mayor se coloc la eminenteestampa del Gran Capitn.

    TEXTO PARA EJERCITACION

    LOUIS ALTHUSSERIDEOLOGA Y APARATOS IDEOLGICOS DE ESTADO1969 - 1970

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    Por qu el aparato escolar es realmente el aparato ideolgico de Estado dominante en las formacionessociales capitalistas y cmo funciona?

    Por ahora nos limitaremos a decir que:

    (1) Todos los aparatos ideolgicos de Estado, sean cuales fueren, concurren al mismo resultado: lareproduccin de las relaciones de produccin, es decir, las relaciones capitalistas de explotacin.

    (2) Cada uno de ellos concurre a ese resultado nico de la manera que le es propia: el aparato polticosometiendo a los individuos a la ideologa poltica de Estado, la ideologa democrtica, indirecta(parlamentaria) o directa (plebiscitaria o fascista); el aparato de informacin atiborrando a todos los

    ciudadanos mediante la prensa, la radio, la televisin, con dosis diarias de nacionalismo, chauvinismo,liberalismo, moralismo, etctera. Lo mismo sucede con el aparato cultural (el rol de los deportes es deprimer orden en el chauvinismo), etctera; el aparato religioso recordando en los sermones y en otrasgrandes ceremonias de nacimiento, casamiento o muerte que el hombre slo es polvo, salvo que sepaamar a sus hermanos hasta el punto de ofrecer su otra mejilla a quien le abofete la primera. El

    aparato familiar..., no insistimos ms.

    (3) Este concierto est dominado por una partitura nica, ocasionalmente perturbada porcontradicciones, las de restos de las antiguas clases dominantes, las de proletarios y sus organizaciones:la partitura de la ideologa de la clase actualmente dominante que integra en su msica los grandestemas del humanismo de los ilustres antepasados que, antes del cristianismo, hicieron el milagro griegoy despus la grandeza de Roma, la ciudad eterna, y los temas del inters, particular y general, etc.,nacionalismo, moralismo y economismo.

    (4) No obstante, un aparato ideolgico de Estado cumple muy bien el rol dominante de ese concierto,aunque no se presten odos a su msica: tan silenciosa es! Se trata de la Escuela.

    Toma a su cargo a los nios de todas las clases sociales desde el jardn de infantes, y desde el jardn deinfantes les inculca con nuevos y viejos mtodos, durante muchos aos, precisamente aquellos en losque el nio, atrapado entre el aparato de Estado-familia y el aparato de Estado-escuela, es msvulnerable habilidades recubiertas por la ideologa dominante (el idioma, el clculo, la historianatural, las ciencias, la literatura) o, ms directamente, la ideologa dominante en estado puro (moral,instruccin cvica, filosofa).

    Hacia el sexto ao, una gran masa de nios cae en la produccin: son los obreros o los pequeoscampesinos. Otra parte de la juventud escolarizable contina: bien que mal se encamina y termina porcubrir puestos de pequeos y medianos cuadros, empleados, funcionarios pequeos y medianos,

    pequeo-burgueses de todo tipo.

    Una ltima parte llega a la meta, ya sea para caer en la semidesocupacin intelectual, ya paraproporcionar, adems de los intelectuales del trabajador colectivo, los agentes de la explotacin

    (capitalistas, empresarios), los agentes de la represin (militares, policas, polticos, administradores,etc.) y los profesionales de la ideologa (sacerdotes de todo tipo, la mayora de los cuales son laicos

    convencidos).Cada grupo est prcticamente provisto de la ideologa que conviene al rol que debe cumplir en lasociedad de clases: rol de explotado (con conciencia profesional, moral, cvica, nacional y

    apoltica altamente desarrollada); rol de agente de la explotacin (saber mandar y hablar a los

    obreros: las relaciones humanas); de agentes de la represin (saber mandar y hacerse obedecer sin

    discutir o saber manejar la demagogia de la retrica de los dirigentes polticos), o de profesionales de laideologa que saben tratar a las conciencias con el respeto, es decir el desprecio, el chantaje, la

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    demagogia convenientes adaptados a los acentos de la Moral, la Virtud, la Trascendencia, la Nacin, el

    rol de Francia en el Mundo, etctera.

    Por supuesto, muchas de esas virtudes contrastadas (modestia, resignacin,sumisin por una parte, y

    por otra cinismo, desprecio, altivez, seguridad, grandeza, incluso bien decir y habilidad) se enseantambin en la familia, la iglesia, el ejrcito, en los buenos libros, en los filmes, y hasta en los estadios.Pero ningn aparato ideolgico de Estado dispone durante tantos aos de la audiencia obligatoria (y,por si fuera poco, gratuita...), 5 a 6 das sobre 7 a razn de 8 horas diarias, de formacin socialcapitalista.

    Ahora bien, con el aprendizaje de algunas habilidades recubiertas en la inculcacin masiva de laideologa de la clase dominante, se reproduce gran parte de las relaciones de produccin de unaformacin social capitalista, es decir, las relaciones de explotados a explotadores y de explotadores aexplotados. Naturalmente, los mecanismos que producen este resultado vital para el rgimen capitalistaestn recubiertos y disimulados por una ideologa de la escuela universalmente reinante, pues sta es

    una de las formas esenciales de la ideologa burguesa dominante: una ideologa que representa a laescuela como un medio neutro, desprovisto de ideologa (puesto que es... laico), en el que maestrosrespetuosos de la conciencia y la libertad de los nios que les son confiados (con toda confianza) por

    sus padres (que tambin snlibres, es decir, propietarios de sus hijos), los encaminan hacia la libertad,la moralidad y la responsabilidad de adultos mediante su propio ejemplo, los conocimientos, laliteratura y sus virtudes liberadoras.

    Pido perdn por esto a los maestros que, en condiciones espantosas, intentan volver contra la ideologa,contra el sistema y contra las prcticas de que son prisioneros, las pocas armas que puedan hallar en lahistoria y el saber que ellos ensean. Son una especie de hroes. Pero no abundan, y muchos (la

    mayora) no tienen siquiera la ms remota sospecha del trabajo que el sistema (que los rebasa y

    aplasta) les obliga a realizar y, peor an, ponen todo su empeo e ingenio para cumplir con la ltimadirectiva (los famosos mtodos nuevos!). Estn tan lejos de imaginrselo que contribuyen con sudevocin a mantener y alimentar, esta representacin ideolgica de la escuela, que la hace tan natural

    e indispensable, y hasta bienhechora, a los ojos de nuestros contemporneos como la iglesia eranatural, indispensable y generosa para nuestros antepasados hace algunos siglos.

    En realidad, la iglesia es reemplazada hoy por la escuela en su rol de aparato ideolgico de Estadodominante. Est combinada con la familia, como antes lo estuvo la iglesia. Se puede afirmar entoncesque la crisis, de una profundidad sin precedentes, que en el mundo sacude el sistema escolar en tantosEstados, a menudo paralela a la crisis que conmueve al sistema familiar (ya anunciada en el Manifiesto ),tiene un sentido poltico si se considera que la escuela (y la pareja escuela-familia_ constituye el aparato

    ideolgico de Estado dominante. aparato que desempea un rol determinante en la reproduccin de lasrelaciones de produccin de un modo de produccin amenazado en su existencia por la lucha de clasesmundial........

    Qu se aprende en la escuela? Es posible llegar hasta un punto ms o menos avanzado de los estudios,

    pero de todas maneras se aprende a leer, escribir y contar, o sea algunas tcnicas, y tambin otras

    cosas, incluso elementos (que pueden ser rudimentarios o por el contrario profundizados) de cultura

    cientfica o literaria utilizables directamente en los distintos puestos de la produccin (una instruccin

    para los obreros, una para los tcnicos, una tercera para los ingenieros, otra para los cuadros superiores,

    etc.). Se aprenden habilidades (savoir-faire).

    Pero al mismo tiempo, y junto con esas tcnicas y conocimientos, en la escuela se aprenden las reglas

    del buen uso, es decir de las conveniencias que debe observar todo agente de la divisin del trabajo,

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    segn el puesto que est destinado a ocupar: reglas de moral y de conciencia cvica y profesional, lo

    que significa en realidad reglas del respeto a la divisin social-tcnica del trabajo y, en definitiva, reglas

    del orden establecido por la dominacin de clase. Se aprende tambin a hablar bien el idioma, a

    redactar bien, lo que de hecho significa (para los futuros capitalistas y sus servidores) saber dar

    rdenes, es decir (solucin ideal), saber dirigirse a los obreros, etctera.

    ()En otros trminos, la escuela (y tambin otras instituciones del Estado, como la Iglesia, y otros aparatoscomo el Ejrcito) ensea las habilidades bajo formas que aseguran el sometimiento a la ideologadominante o el dominio de su prctica. Todos los agentes de la produccin, la explotacin y la

    represin, sin hablar de los profesionales de la ideologa deben estar compenetrados en tal o cual

    carcter con esta ideologa para cumplir concienzudamente con sus tareas, sea de explotados (losproletarios), de explotadores (los capitalistas), de auxiliares de la explotacin (los cuadros), de grandessacerdotes de la ideologa dominante (sus funcionarios), etctera.

    OTRO TEXTO IDEOLOGICO PARA ANALIZAR

    CHE GUEVARA - LO QUE APRENDIMOS Y LO QUE ENSEAMOS1 DE ENERO DE 1959

    En el mes de diciembre, mes del Segundo Aniversario del desembarco del Granma, conviene daruna mirada retrospectiva a los aos de lucha armada y a la larga lucha revolucionaria cuyo fermentoinicial lo da el 10 de Marzo, con la asonada batistiana, y su campanazo primero el 26 de Julio en 1953,con la trgica batalla del Moncada.

    Largo ha sido el camino y lleno de penurias y contradicciones. Es que en el curso de todo procesorevolucionario, cuando ste es dirigido honestamente y no frenado desde puestos de responsabilidad,hay una serie de interacciones recprocas entre los dirigentes y la masa revolucionaria. El Movimiento 26

    de Julio, ha sufrido tambin la accin de esta ley histrica. Del grupo de jvenes entusiastas queasaltaron el Cuartel Moncada en la madrugada del 26 de Julio de 1953, a los actuales directores delmovimiento, siendo muchos de ellos los mismos, hay un abismo. Los cinco aos de lucha frontal, dos delos cuales son de una franca guerra, han moldeado el espritu revolucionario de todos nosotros en loschoques cotidianos con la realidad y con la sabidura instintiva del pueblo. Efectivamente, nuestrocontacto con las masas campesinas nos ha enseado la gran injusticia que entraa el actual rgimen depropiedad agraria, nos convencieron de la justicia de un cambio fundamental de ese rgimen depropiedad; nos ilustraron en la prctica diaria sobre la capacidad de abnegacin del campesinadocubano, sobre su nobleza y lealtad sin lmites. Pero nosotros enseamos tambin; enseamos a perderel miedo a la represin enemiga, enseamos la superioridad de las armas populares sobre el batallnmercenario, enseamos, en fin, la nunca suficientemente repetida mxima popular: la unin hace la

    fuerza. Y el campesino alertado de su fuerza impuso al Movimiento, su vanguardia combativa, elplanteamiento de reivindicaciones que fueron hacindose ms conscientemente audaces hastaplasmarse en la Ley n 3 de Reforma Agraria de la Sierra Maestra recientemente emitida.

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    Esa Ley es hoy nuestro orgullo, nuestro pendn de combate, nuestra razn de ser como organizacinrevolucionaria. Pero no siempre fueron as nuestras exposiciones sociales; cercados en nuestro reductode la Sierra, sin conexiones vitales con la masa del pueblo, alguna vez cremos que podamos imponer larazn de nuestras armas con ms fuerza de conviccin que la razn de nuestras ideas. Por eso tuvimosnuestro 9 de Abril, fecha de triste recordacin que representa en lo social lo que la Alegra de Po,

    nuestra nica derrota en el campo blico, signific en el desarrollo de la lucha armada.De la Alegra de Po extrajimos la enseanza revolucionaria necesaria para no perder una sola batallams; del 9 de Abril hemos aprendido tambin que la estrategia de la lucha de masas responde a leyesdefinidas que no se pueden burlar ni torcer. La leccin est claramente aprendida. Al trabajo de lasmasas campesinas, a las que hemos unido sin distincin de banderas en la lucha por la posesin de latierra, agregamos hoy la exposicin de reivindicaciones obreras que unen a la masa proletaria bajo unasola bandera de lucha, el Frente Obrero Nacional Unificado (F.O.N.U.), con una sola meta tcticacercana: la huelga general revolucionaria.

    No significa esto el uso de tcticas demaggicas como expresin de habilidad poltica; noinvestigamos el sentimiento de las masas como una simple curiosidad cientfica, respondemos a su

    llamado, porque nosotros, vanguardia combativa de los obreros y campesinos que derraman su sangreen las sierras y llanos de Cuba, no somos elementos aislados de la masa popular, somos parte misma delpueblo. Nuestra funcin directiva no nos asla, nos obliga.

    Pero nuestra condicin de Movimiento de todas las clases de Cuba, nos hace luchar tambin por losprofesionales y comerciantes en pequeo que aspiran a vivir en un marco de leyes decorosas; por elindustrial cubano, cuyo esfuerzo engrandece a la Nacin creando fuentes de trabajo, por todo hombrede bien que quiere ver a Cuba sin su luto diario de estas jornadas de dolor.

    Hoy, ms que nunca, el Movimiento 26 de Julio, ligado a los ms altos intereses de la nacin cubana,da su batalla, sin desplantes pero sin claudicaciones, por los obreros y campesinos, por los profesionalesy pequeos comerciantes, por los industriales nacionales, por la democracia y la libertad, por el derechode ser hijos libres de un pueblo libre porque el pan de cada da sea la medida exacta de nuestro esfuerzocotidiano. En este segundo aniversario, cambiamos la formulacin de nuestro juramento. Ya no seremoslibres o mrtires: seremos libres, libres por la accin de todo el pueblo de Cuba que est rompiendocadena tras cadena con la sangre y el sufrimiento de sus mejores hijos.

    [PATRIA. ORGANO OFICIAL DEL EJRCITO REBELDE 26 DE JULIO, LAS VILLAS,ao I, n 2, 1 de enero de 1959.]