6942837 Rama Angel Los Gauchipoliticos Rioplatenses Cap IV III y VII

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    H~ Mario FalC:Bo Espalter (EI pceta urunuayo BartolomeuJ.algo. Su VIda r sus "bras. Madrid, GrMicas Reunidas1929.~ 2~ edicion) Ie atribuye esa fecha de rcdaccicn:pp. 65-66.

    gunda etapa corresponde a 1a lucha de facciones quetiene su centro en Juan Manuel .de Rosas, la cualpuede datarse de la instalacion de Hilario Ascasubien Montevideo en 1832 y llega basta Ia batalla de Mon-te Caseros en 1852; su principal figura es sin dudaHilario Ascasubi, acompaiiado de la sombra ene-miga de Luis Perez, y su principal instrumento decomunicacion las gacetas gauchi-politicas que pulu-Ian, aunque tam bien los libros en que cornienza :arecogerse esta producci6n, como es el caso augura!de Manuel Araucho (Un paso en el Pindo, 1835) y lastrovas del Paulino Lucero que cornienzan a recopi-larse desde 1853. La asuncion por los paetas deeste perfodo de las estructuras literarias creadas enel anterior, fundamentalmente par Hidalgo, estableeela existencia del "genera poesia gauchesca" que, co-mo tal, sera reconocido par los intelectuales cultos dela epoca. La prodigiosaversatilidad de Ascasubi esla contribuci6n central a la instauracion del "ge-nera" que se enriquece can ritrnos mas variados(tambien extraidos de las danzas populnres), con laresurreccion exitosa de form as poeticas tradicionalesy can una progresiva discipliaa narmativa de la Ien-gua gaucha que es obligada condicion de la asunciondel genero, En un cambio notable respecto a laanterior etapa, los poetas entran al servicio de lospartidos y curnplen una funcion mediadora entre di-rigentes y masas ana!fabetas.EI tercer perfodo prolonga el magisterio de Asca-

    subi y lo..traslada a su discfpulo Estanislao Del Campo.Es un pertodo de transici6n que va desde Caseroshasta 1870, fecha en que aparecen las Poesias deDel Campo. Su marco historico son los conflictosde la Confederacion, hasta Ia batalla de Pavon (l861),pero sobre todo la progresiva imposicion del nuevoorden economico liberal que desde Ia ascension deMitre a Ia presidencia (1862) ha de extenderse oro-gresivamente, acelerandose despues de concluida laguerra del Paraguay (1865-1870). Se inicia co"'. Asca-subi al servicio de Urquiza y la publicaciC'n a t ? suultima gaceta, Aniceto el Gullo (1853-1859) desd .. lacarta de Estanislao del Campo (Anasta.;i~ el Polio)de 1857 ccmienza el trasiego magisterial que se con-

    comienza a incorporarse a Ia escritura) en el cualse abastece, y per debajo d~l estrato de las litera-turas rnasivas alfabetas que desde mediados delsiglo iran intensificandosc, favorecidas por el des-arrollo del periodismo. .La desmesurada extension de fa gauchesca, que a

    pesar de sus variaciones se mantiene apegada a for-mas Iingiilsticas y literarias similares, irnpone unaperiodizacion que atienda a sus rasgos artisticos ya1 mar-co historico que Ia condiciona 0.1menos en elsiglo XIX que es el de su esplendor' creative, Puededejarse fuera eI perfodo colonial, pr'errevclucinnar io,que es el germinal y que alguna vez ha sido incor-:porado a la Hamada "primitiva poesra gauchesca":es el que va de la carnparia del virrey Ceballos en faBanda Oriental (1777-1778) hasta las invasiones in-glesas ~o~re Buenos Aires y Montevideo (1806-1807),a.c~nte~unlentos que promovieron una extendida par-tlcIPac16? popular que tuvo expresiones pa trioticasy liter~T1as amplias por parte de escritores esponta-neos, Junto a la que desarrollaron los equipos maseducados del Virreinato.Fuera del perfodo colonial, podemos registrar cua-

    tro etapas en la gauchesca del XIX. La prirnera co-rresponde 0.1 epicentro revolucionario de 1810 hasta1828-1830 que marca 10.ascension de Rosas a La Go-bernaci6n de Buenos Aires y la independenc-- delUruguay. Se abre con el Cielito oriental contrr losespaiioles de 1812 que se atribuye a Bartok!!!:':' Hi-dalgo 1I (178~-1822) y recog~ c~ntralmcnte su produc-CIOn fundacional que se distingue de In abizarraday frecuentemente anonima de los poetas"soldados yde los escritores P?pulares Juan Gualberto Godoy(~n3-1864), los Maciel 0 Valdenegro, habiendole ca-

    I bido la invencicn de algunos recurs os artisticos per-durables: los :netros de d;:mZ3S populares, Jos dia-logos cezemonrosos entre paisanos, sabre todo unaadaptaci6n Iiteraria de Ia Iengua campesina, La se-

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    salida en 1866 can Ia aparici6n del Fausto. La livianatrasmutacion de Ia gauchesca que con esta obra seefectua, haciendo de ella un divertimento elegante ydiestro, sefiala eI distanciamiento que la sociedad ur-bana comienza a experimentar respecto a la realidadde los campos, pero a1 mismo tiempo la vocaci6nnacional que la distingue. En. este periodo parecenconverger la poesia culta y la gauchesca, por el usoque del tema hara Ia primera; como ya se atestiguaen el Lazaro de Ricardo Gutierrez (1869) y por lacosrnovision idealista que se posesiona de Ia segunday. alcanzara su ambiciosa. culminaci6n en el SantosVega de Ascasubi, en 1872.Cuando en ese afio Ascasubi publica su largo poe-

    rna, junto. con los dos volumenes que recogen su. anterior producci6n, incornparablemente mas artfs-tica, cierra definitivamente esos dos perfodos. de loscuales fue protagonista. Es el mismo afio en que unabrusca modificaci6n estetica inaugura el cuarto perfo-do de la gauchesca delsiglo XIX: la aparicion de Lostres gauchos orientales de Antonio Lussich y E1 gau-cho Martin Fierro de' Jose Hernandez. Es un momentode rara intensidad y de escasa duracion. La nuevaversion que de su poema ofrece Lussich en 1877 y laaparicion de La vuelta de Martin Fierro de Hcrruindezen, 1879, sin que desmerezcan ar tis ticamente su prime-ros libros (yen el caso de Lussich 10 mejoren ba]oel magisterio de Hernandez) apuntan a una mitolo-,gizacion del asunto y a la progresiva aceptaci6n delnuevo orden, irnpuesto por el liberalismo, tanto valedeCir,. la aceptacicn de la' derrota ruraL El pertodoque Hernandez inaugura can tanto esplendor, y quees de los mas productivos del genera: es tambienel de 1a imposici6n de un sistema literario altamenterigido, unasuerte de canonizaci6n de las formas ar-tisticas que promovera una "ars combinatoria" esca-samente inventiva en manos de una pleyade de ver-sificadores (Isidore De Maria, Orosman Moratorio,Alcides De Maria, etc.), hasta concluir en la elegfa deJose Alonso y Trelles. EI periodo se cierra hacia finesdel siglo y me atreveria a datar su clausura en laInstitucion de las sociedades criollas y tradicionalis-tas, camp Ia que fund6 Elias Regules en 1894. Mas

    'importante, que este declive progresivo de Ia poesiagauchesca, es 1a transferencia de sus asuntos al estra,to superior de 1a literatura rnas iva alfabeta graciasal pericdismo papular que tiene su primer apogee enlos folletines de La Patria Argentina entre 1879 y 1895,antes de que en 1898 Uegue la hora del costumbrismourbana de Caras y Caretas. Paralelamente, ese rna-tezia] ya idealizado rornanticamente, habra' de' fundarel teatro nacional en .1886 con el Juan Moreira deGutierrez-Podesta. Los pocos aiios de 1872 a 1879permiten sin embargo una transformaci6n profunda'~e ,la gauchesca que abandona el servido polftico par-tidista para fundar Ia poesia social en el Ria de laPlata, con un arrojo doctrinario que no se habra vistadesde Bartolome Hidalgo, aunque ahora con robustabase ideol6gica. No tendra inrnediata continuaci6n(aunq,,:esf re~?recera a mediados del siglo XX, enun curtoso hfbrido que asocia esta herencia gauches-"ca con las filosofias recientes de la izquierda, de Se-rafin J. Garcia a Atahualpa Yupanqui a MercedesSosa) aunque abastecera un discurso reseatido yant~-inte~ectualista (1.05 "dotores deTa ciuda") y unnacionalismo defensive y retarda tario.Nos corresponde examinar en este capitulo el pro-ceso evolutivo que, arrancando de la etapa germinalde Ia Co~onia permits I~ fundacion de la poesia popu-lar ~e.Hl~algO y su posterior tiansformaci6n en gene-ro literano en los dos tramos sucesivos, el de Ascasubiy eI de Estanislao del Campo,.exaininando las trans-f?rmaciones que sufre su cosmovisiOn y sus suce-SIVas adaptaciones. La marca inicial es su verbo depresente, su inmediatez respecto a la historia a laque ~igue dra a dia, aunque en esto no parez~ dis-tmgwrse de la violenta absorci6n historica y polticaque sufri6 toda la literatura en el perfodo reva-lucionario.. '~a:nbien en tiem~o presente se conjugaba el verbapoettco del neoclasicc, pero este fue 1a expresi6n dela burguesia mercantil en su fraseo revolucionariotanto en.Ia aprehension de la naturaleza que habi~que dominar y explotar al servic'r. del hombre, comoen el arr~bato heroico de su Iucha contra el coloniajemonopolista. De ahi que enccntremos el neoclasico al

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    comienzo de la guerra revolucionaria Y. Iuego de ha-ber sido equiparado competitivamente par eI dcsplic-gue original de la poesfa gauchesca prirnitiva, 1 0volvamos a recuperar, tardtarnente, cuando Ia burgue-sea haya Iogrado ernbridar a las masas campes.nasy someterlas a su orden que definiran en In BandaOriental, los terrninos de', 1'1Ccnstitucidn de 1830: esel estilo de Bernardo Berro, de Francisco Acuna deFigueroa. tanto como el de Florencio Varela y supropaganda a traves del 6rgano periodistico El Co-mercia del Plata, que reconstruye y prolonga anacro-nicarnente en el Uruguay el modela establecido en' el'Buenos Aires de Rivadavia, de 1821 a 1827 , cuya teso-nera obra cultural encontraba en Juan Cruz Varelaal poeta afin.Los documentos de la Florida (1825) y can mayorabundancia los materiales de la Constituyente (1828)..anuncian la adopci6n del neoclasico como el estilooficial de' In Republica naciente, certificando la acen-drada vocaci6n burguesa que le da genesis. Comienzaentonces el apogeo de Acuna de Figueroa con su seriede himnos y odas que ha de extenderse por dos de.cadas a pesar de la emergencia, a.mitad de ese tiernpo

    (1838), de la generaci6n romantica de El Iniciador.Recien a la conclusion de la Guerra Grande, en 1851,los romanticos ya adultos podran desplazar del predi-camento oficial a un estilo que para la fecha eraanacronico, pero al que se mantenla apegado el pe-queno aparato ..cultural que ornamentaba a los pode-res constituidos, mas como cansino reconocimientaa los crigenes que como adhesion estetica valida,En el aparato ofida 1, como en la prensa, los roman-ticas tardaron mas de diez aiios en disputar la pri-macia del neoclasico, instalando el romanticismo consensible retraso respecto a Ios modelos europeos pun-tualmente copiados 4. 'Acuna' de Figueroa Ilenaba las

    El hallazgo del equilibria, el recenocimiente de sus llmites.de sus temas y formas, solo ocurrira en, la segunda mitaddelXIX, proporcionando entonces las rnejoras producciones(del Facundo al Tabar) representativas de un estado adultoy de un pacta con las fuenas. sodales que regian verdade-.ramente la sociedad hispanoamericana. Equivale aI recono-. cimientc de' la inmadurez juvenil y de la tardia Uegadaal peder solo cuanda se aeepta el juego de poderes ecorio-micas de la sociedad,que haee Sarmiento (vease en TulioHalperin Donghi, Historia. contempordnea de America la-tina, Madrid, Alianza ~torial, 1969).a Una lista de composiciones poerlcas insertadas en eldiario'de Flceencie Varela en Felix Weinberg y colabora-dores: Florencio Varela ,. el "Camercio delPlataU, BahiaBlanca, Instituto de Hutnanidades, Univers:idad Nacional delSur, 1970. pp. 28!). .291.b La difusidn de la gauchesca ha O~_:[l~ cl procesosimilar que se. cumpli6 con los' negros. La .;.rrl",,~apara

    paginas de E( Comerclo del Plata altemando conpoetas extranjeros 0 traducciones y cubriendo los he-- menajes, exaltaciones 0 celebraciones propias del ce-remonial republicano burgues que necesitaban depoesia para su plene cumplimiento B. Ya para en-.tonces la fund6n educadora y animadora de Ia poesianeoclasica de Ia Colonia y Ia Revoluci6n habra deri-vado .a 'otra funci6n, ceremonial y protocolar, paraacompaiiar los fastos laicos de Ja Republica en dis-creta competencia can el ritual religiose, encargan-dose de "solemnlzarlos" como afinnan los subtitulosde Figueroa, adernas de dar' salida culta al afan demundanidades humorfsticas 0 costumbristas dentrodel muy estrecho recinto del casco urbane y los sa-lanes' burgueses.Entre ambos momentos -;-la Revolucion de indepen--dencia y .la Republica -constftuida=- y cuando la su- 'pervivencia de la Revoluci6n 5010 podia alcanzarse.por 1a.incorporaci6n, con derechos reconocidos, delos negros y 105 gauchos (Iibertad del esclavo, repar-to de tierras) un pequetio sector de escritores de laburguesla -los 'mas hicidos como' Bartolome Hidal-go, pero. tambien, masivamente los oportunistas-crearan una Iiteratura basada en los materiales delacervo tradicional foIk16ricob, a los cuales naciona-

    B La tardanza de los rornanticos en instalar oficialmentesu estilo es Ia misma que tienen en conquisrar el poder. Portratarse de] primer. movimiento literario culto que se produce ..en una America, recien l ibre, ttl dependcncia de los modelosextranjeros fue muy pronunciada y por 1 0 mismo mas lentay trabajosa la evolution hacia un reconocimiento cabal des a funci6n artistica denfro de la sociedad hispanoamericana.65

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    -" . Iizaran bruscamente a1 reconocer como valida la in-corporaci6n a la poesfa del espafiol corrompidc queconstitui'a el fondo- del habla rural y en los cuaIesinsertarcin, negando asi el principio conservador yobsecuente del folklorismo, la ideolcgfa del iluminis-mo burgues.Es una operaci6n artfstica .y polftica forjada enun nlvel cultural primitive, Jocalista, en esas oscuras .zonas inferiores donde ban nacido transfonnacionescapitales del arte, pero cuya audacia y envergadurapermiti6 .dotar a las letras de la primera produccionoriginal que conocieron las literaturas del continenteamericana, can una capacidad estetica de sobreviven-cia que no consiguieron los productos del neoclasico_de .la epoca, COInO ya fuera reconocido desde fuerapor Menendez Y Pelayo ,,; originalidad y superviven-cia alcanzadas a contrapelo de las orientaciones quefiufan de los centros culturales europeos que fjja~ban Ia norma de un valor presuntamente ecumenicoen materia de Iiteratura.que participaran en la guerra ~e independencia y. poste-riormente ' en las guerras de facciones, causas deIa liber tad. que se les habra de conceder,' tuvo registro. en una produc->cion poetlca que apel6 a su espanol corrompidc como Iengua,asi como a $US ritnios de erigen aIricana. Hay ejemplosen el Cancionero Federal de Hector Pedro' BIemberg (BuenosAires Anaconda, ' 1934) .y en. Horacia Jorge Becco, Negros ymor~os err el Cancionero Rioplatense, Buenos Aires, Socie-dad Argentina de Americanistas,1953. Sabre e l tema vease:ndefonso Pereda Valdes, .Negros aclavos y negTos libres,Montevideo 1941; Lauro Ayestaran, La musica en el.Urugz iar . Montevideo. Sodre., 1953, vol. 1; Jose Luis La-nuza, Morenada, Buenos Aires, Entece, 1946. Al conocido juicio de Marcelino Menendez y Pelayoen su .Historia de Ia poena hispanaamericana (Madrid, V.Suarez, 1911-13, tomo II. p. 469) debe apro:rimarse el ini-cial juicio de Juan Marla Gutierrez., publicado en ' tEL Co-mercia" de Valparaiso:. "Hasta el presente, este genera es10 Unico original que tencmos, 10 Unieo que puede Uamarseamericana; todo 10 demas es u n a imitacion mas a menosfeliz de la poesiaeuropea", Cit. en el pr61ogo a Santos Vegao los me1li :.os de La Elo r, Paris, Imprenta de Paul Dupont.

    1812, p. VITI. '66

    La explicaci6n debe buscarse en el intento de pro-porcionar una .replica a esas orientaciones, que sal-vara los intereses locales arrasados por el despotismoa:Itura1 extemo y, conjuntamente, 10 rnejor de esernismo- mensaje universal de progreso que prod a-mab~ 1a burguesia europea en el poder, fielrnenteseguida por sus sucursales platenses. La burguesfamercantil de Buenos Aires y Montevideo ofrecia so-luciones que eran tanto positivas como mimeticas:re;nedo de modelos europeos que le aseguraban sutrtunfo en ese momenta hist6rico; aplicacion de concepciones politicas, economicas, sociales y tam bien .esteti~s que. habian sido generadas en Ia Europafranco-inglesa desde .el .perspectivismo universalistaque convenia a sus originarios creadores.. pero enverda~ at logico'

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    de conciencia" a. Por eso asume como filosoffa el"humanismo" de - larga y lenta elaboraci6n en lasculturas europeas, donde la escuela ren?centista o.ri-ginaria habia ido abasteciendo.la f~rmac16n del .r~clO-nalismo dieciochesco. Tal racionalismo se rnanifiestadel modo mas intense err la elusion de' Ia tematicareligiosa. Nada que se parezca a la evocaci6n de los"santos del cielo" ni a los debates sobre temas me-tafisicos que apareceran en Hernandez y que desde,antes existfan en el venero del cancionero tradlcio-nal, abastecido indirectamente por Ia nutrida produc-ci6n hlbliografica de tipo religioso que floreci6 en losaiios de la Colonia b. La primitiva poesia gauchescano es atea pero sf agnostica. Nacida entre un puebloescasamente adoctrinado en materia religiosa, en unazona tardiamente colonizada por la metr6poIi y cuan-do 'sta registraba la infhiencia del pensarniento re-formista de origen frances, no se plantea el problema.aparenta no verlo, hipnotizada por la acci6n prota-g6nica de los hombres resolviendo su propia hist0r?-a.Tanto el periodo de la Revolucion como el de faccio-nes 'en tomo a Rosas solo atiende a .la relaci6n delos hombres entre sf a traves del lazo politico, noto-riamente racionalizado.Par eso acepta Itlcidainente las consecuencias deesta filosofla en 10 que tiene de incorporaci6n detodos los hombres a1 estado de derecho instauradopar Iibre consentimiento contractual segun la inter-

    pretacion rousseauniana:Cielito cielo que sfes inmutable verdadque todo aesconcierta[altando [a humaniaad.

    , ,a Washington Lock'hart: La vida cotidiana en L a Colonia.Montevideo, Area, 1967, p. 20.,b Veanse ejemplos y referencias en: Historia r bibliogra-[ia de ' los primeras imprentas ~ioplatlmses, l~?O-t860, ~omoII t

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    como podia ocurrir antes deIa Revoluci6n, segun 10revelan las canciones .. sino estrictamente politico,puesto que se 10 mide sabre los principios legalesigualitarios aportados per ella. As{ es que Ram6n .Contreras afirma en .el citado dialogo, con acentocalderoniano:

    Pues yo siempre ot decirque ante [a ley era yo"iguata todos los hombres 8

    Este pensamiento, al cual ingresan los personajesde Hidalgo por diversas vias (que son en definitivalas mismas que componen heteroclitamente el idea-rio de la Revoluci6n) y no solo mediante este pro-,greso casi aut6riomo -de la reflexi6n entre los .hom-bres comunes de la Banda Oriental, debi6 buscaruna entrada al arte Iiterario, estableciendo 1a corres-pondencia, asffuera aspera y' chirriante, de amboshemisferios: el Ideologico y el artfstico.-1 . 0 .hizo por el camino m as legitimo: el habla, quedespliega el universo lingilistico donde los hombres.fuerzanla contigilidad y.13 comunidad en que existen,para recrearse como visi6n colectiva y. no solo indi-vidual .y a Ia vez racionalizar una estructura del.mundo donde se justifique acci6n y .existencia decada uno y de todos juntos. El punto de fusion delentronque colectivo era y -es .Ia politi ca. Par eso, alasumir su universe lingilistico, obviamente ora-l y car-gada de tradiciones artisticas integradas, vivenciadas,. por la comunidad, el poeta debi6 .asumir tambien e1reclamo politico.E n ambos se cumpHa el igualitarismo, propuestocomo el fin de una transfonnaci6n hist6rica, ya quea.la igualdad ante la ley que aportaba la Revoluci6nburguesa y cuyas limitaciones todavia -,no eran dema-siado visibles, se unia complementariamente la igual-a La Lira Argentina a coleccion de la s piezas poeticas

    da da s .a I u s : en Buenos-Arre$ durante la guerra de su inde-peruiencia: Buenos Air.es, 1824-, p. 431t Beproduccicn facsi-milar en Biblioteca de Mayo, tome VIt Buenos Aires, SeJl1I. -do de la Nacion, 1960.70

    . .

    -.-~-....-.-.,....

    -~ que establecra el ambito, lingtifstico en que sesituaba Ia comunicaci6n del mensaje y que religabaentre sf a hombres acostumbrados a estar segrega-d~s. de la comunidad lingiiistica dominante estable--cida por eI idioma que empleaba la burguesia edu-cada de las ciudades, _.. En eI primer pertedo de la Revolu~i6n se acuna Iaf6rmuIa de la poesia polftica en Ienguavernacula,que ya tenia antecedentes en una y otra banda delPlata &. Estos revelan Ia elaboraci6n progresiva delconcepto basal de esta Iiterarura, el que abarca lasfo~as estr6ficas elegidas, Ia polftica, la lengua, Ia his-tona contemporanea, concurriendo al descubrimien-tat que todos esos rasgos impJican, de Ia colectividad.Mejor aun, ~e Ia comunidad ide los hombres iguales,motor qlfe Impulsa la creaci6n de toda esta Iite-:ratura. _La Relaclon exacta d e 10 que ha sucedido en laexpedicion .a Buenos Aires q u e escribe un Sargento.de la comitiva de este ana. de InS b ha sido incor-

    A porada .p~~ Lauro ..Ayestaran~ Ia primitiva poesiagauchesca, no solo por la referencia a costumbrcs~pesinas y los' anticipos estilfsticos de la peste-r:or gauchesca, como 'apunta el recopilador, sino tam-blen- per su elaboraci6n de un .tema contemporaneode ~dudable Implicancia polftica, desde el angulo' delos mtereses hispanoamericanos locales (aqiu coali- .gados) de la tropa de Cevallos.' Esta e n la linea delos poemas burles cos que. Acu.fia de Figueroa recis-tr6 en su Diario del Sitio reccgiendolos de los c i t l ecantaban aI, pie de las murallas ]ossoldados arti-guistas e y .que aunque atribuidos a Hidalgo son,como la decima de Valdenegro, manifestaci6n del usa

    Vease Lauro Ayestaran, ob, cit.; para la Banda Oriental.y Ri~o Rodrigue~ M?Ias, La primitiua poesia gauchescaaruerzor a Bar tolome Hzdalgo, Buenos Aires, Lumen, 1958,.para 18 banda occidental del Plata. .. . ~ Lauro Ayestaran, ob, eit., pp. 78-84.

    C Francisco Acuna de Figueroa: Diario Historica del Sitiode Morueuideo en-los aiios 1812, 13, 14. Montevideo, Vaz-quez Cores, Dornaleche y Reyes, editores, 1890, dos volume-De s de las Ohras campletas,7 1

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    de la poesla como forma de provocacidn y de cornu,nicaclon pol1tica. Tanto en la Relacion como en lospoemas que transcribe Acuiia emerge ese elemento .basico que poco conoci6 el neoclasico y que solo ha-bfan rozado textos como Ia cr6nica romanceada dePantaleon Rivarala (1807): el uso de un "nosotros"que el pacta adopta pam hablar de sf, deslizandosefrecuentemente de Ia primera persona de quien cuen-ta al plural donde se reintegra en el conjunto paradesde el procIamar violentos dicterios y testimoniar1a fuerza centuplicada de la uni6n colectiva. LaRelacion concluye con una balandronada que defineeste impulso: .

    namiento -mediante eJ cual quiso emparejarse a lanarracion romanceada=- para proporcionarnos as!una estructura acumuJativa. En Ia Relackin se per- .cibe, nftidamente, que el octos!1abo de 1a decima ex-pande el suorepticio "nosotros" que en cambio sediluye en Ia narracion can endecasilabos. Es et esca-16n para las posteriores formas insolentes de Ia gau-chesca:

    .~

    Dicen ,qui vienen erguidos.y muy llenos de coniianza: .verernos en esta danza .quienes son los divertidos a.

    Pues colerico y saiiudanuestro ardiente corazdn.con toda resoluciondeseabd desde luegoooncluir a sangre y fuegola PC?rtuguesa.cuestion aEsi~os,

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    genera cuando ya bayan desaparecido las primeras-, alcanzara un desarollo autonomo de tipo drama-tico. .Tanto el "cielito" como 1a "media cana" han sidodefinidos como una danza "de pareja suelta, en con-junto"que pertenece ala" subdivision de 'graves-vivas',es decir, que 'se "alternan en ella rnovimientos lentoscan movimientos alegres" a. aunque han sido sobre to-

    do estas tiltimos los que pasaron a la poesfa impri-miendole sit: intensidad jubilosa.En el "cielito' son los dos versos caracterfsticos enque se Ie nombra, que introducen dentro del octo-sflabo una variaci6n rItmica derivada de la cesuraque divide e n dos hemistiquios de 3 y 5 a1 verso y leconcede tres acentos: 2~4 y 7:

    En la "media caiia" es Ia brusca alternancia deoctosflabos can tetrasflabos pareados que Impone un"ritmode pie quebrado, constftnyendose en una estro-fa que conserva eI donaire y los requiebros del bailede que precede.Junto a estos rasgos rttmicos debe subrayarse elaspecto colectivo de estas danzas, donde las parejassue1tas se resuelven arm6nicameilte dentro del can-junto y donde a los duos musicales en que canta 1apareja se suceden los cores donde participan todos,tanto los que bailan como los que rodean a los dan-zantes. "Una ncticia de Masterman, quien visit6 elParaguay en la decada del sesenta, sirve para mostraresta ceremonia en torno al "cielito":

    Cielito / cielo que st,ctetu / locos estdn,

    l ,. . .. ~ .. . . . . . . .

    r -I" jiI 'IIIfi

    En el momenta en que"entrabamos, cerca deveinte parejas ejecutaban el cielo, danza com-plicada, medic minue, media vals, que comomuchos bailes espadoles se efectUa haciendofiguras y dando majestuosos pasos, Los baila-rines cantan al mismo tiempo que llevan el Lauro Ayestanin, 00. eit., p. 60.

    eempas de 13 maslea y los espectadores, conintervalos, tomaban parte e n el coroa.Una detallada exposici6n de la coreograf!a de la"media caiia" permite asimismo reconstruir a 1a co-munidad entregada a la fiesta:

    Ocho 0 diez parejas inician la danza coloca-das en cfrculo a en fila; en este ultimo caso,de un lado los hombres y del otro 1asmujeres,mirandose unos a otros. La primera figura esla ronda, vuelta redonda, pero sin hacer ca-dena, hasta llegar a colocarse en el lugar inicial:puede suponerse que las mujeres van en unadireccion y los hombres en otra. La cadena, a1parecer, se agregaba al final de la ronda. Luegode esta se.iniciaban las relaciones, estrofas encuartetas recitadas alternativamente par carlapareja. A cada re1aci6nsigue un valseo de pare~,ja en1azada, que efectuan los recitantes, mien-tras et resto de los danzantes se toman'de-Iamano, dando vueltas alrededor de Jos solistas.:AI ~al de cada verso de la media cafia, se ha-cfael ~'betUn", especie de breve zapateo y ca-briolacon castaiietas (chasquido de los dedosmayor y pulgar). Casi al final se fonnaba Iscanasta: "las danias en ctrculo, tomadas de.Jas manes; todos los hombres detras, en uncirculo mayor, encerrandolas: en un mementodado los" hombres se inclinan e Introducen.medio cuerpo por debajo de los brazos de lasdamas", en algo as! como una zambullida b.

    Estas formas colectivas fueron las formas 'artfsticasque mejor coriocieron los hombr.es de campo, muchom a s que las canciones de "gauderies" de que hablanlos viajeros del XVIII -0 las payadas de contrapuntoque se les atribuy6 retrospectivamente como forma""exclusiva.a partir del Santos Vega de Ascasubi y elMartin FIerro de Hernandez. Desprendidas de la fies

    "" -

    & Citadopar Carlos Vega. Danzas r canciones argenti-nas. Teorias II inuestieaciones. Buenos A ires 1/"'36 p 193" ''In.u-,:1, .b .Lauro Ayestarau, ab o _cit., P. 59.

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    Anoche a cantar cielitosacercase a las rnurallas,al favor de oscura sombrauna patrulla contra ria 11.Tal.'forma de cantar -en cora canciones que hannacido de una ceremonia conjunta, sirvi6 de apoyo aIa nota comunitaria de la gauchesca primitive, queha de conservar por el lapso que dure la participacioncolectiva de los paisanos en una lucha que sientenpropia. . .Esa nota se diluye en el "Cielito del Blandengueretirado" b nacido en el apesadumbrado clirna de laderrota, bajo la Cisplatina. Su elaboraci6n artfstica10 aproxima a los buenos momentos de Hidalgo, perc.comienza el regimen del soliloquio que dominara amucha poesia posterior, alternando con el discursoo canto individual. Este, aunque marcado per esanota subjetiva, es un intento de comunicaci6n con elresto de.Ia comunidad para. rearticular. el "nosotros"quebrado desde el reflujo de Ia revoluci6n de inde-pendencia. Se conservara bajo otras revoluciones in-ternas de Ia sociedad, como temporario resurgirnien-to, como voluntad social, como nostalgia, e impreg-nara los productos literarios.

    , En el Martin. Fietro ei canto es estatuido como in.venci6n de un compafiero, necesitado par el hombresolitario. Hay por 10 tanto previa reconocimientodela soledad individual; donde se sufre por la falta decampania, la que es creada mediante el arte:Aqui me pengo a cantaral compds de la vigilela,que el hombre que to desvelauna pena estraordinaria,como La ave solitariacan el caniar se consuela;

    - . .ta Y de sus 'ccreograftas, 'se transfonnaron en can-ciones que coreaban los hombres de campo en susreuniones, las que reflorecieron en los vivaques delos afios de guerra. Asi nos es presentado el ejercicio'de coros guerreros, par Acu.iia de Figueroa, en el'Diario del Sitio:

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    Entramos en una linea del arte poetica que ha deconducir, par pasos progresivos, al Albano de las"Palabras liminares" de Prosas profanas de RubenDaria, quien falto de auditor cantara para su mundointerior y 'cuyo equivalente'en' -J h zc'nti de la pcesiagaucbesca sera Jose Alonso y Trel1es que ya es sim-plemente el "Viejo Pancho" que monologa en su so-ledad y USade la poesfa como una carta-restamento ..Ese Cielito del Blandengue retirado que se abrecon el no me vengan, ami, exclusivamente a mi. esel primer fracaso de Ia desuni6n, no voluntoria, sinoforzada. En la misma epoca 10 corrobora Hidalgo,oponiendo a los antiguas clarines de sus Cielitas, lamelancolia del dialogo de sus gauchos en una quejaque se reencuentra en mucha poesfa popular de losados veinte del siglo pasado:

    ,Quien nos mojaria La'oreiasi unieramos nuestros brazos?IS Acuiia de Figueroa, ob. cit., p. 228. La nota al pie,correspondiente a l dia 2 . de 'mayo de 1813, puntualiza:"Solian los sitiadores en las noches ascuras accrcarse a lasmurallas, tendidos detras de la contraescarpa, a gritar im-

    properios a a cantar versos . Anochc repitieron al son de unaguitarra, e1 siguiente: Los chanchos Que Vig-o:Jdet.. '. etc,Veasc sobre e l tema 9 1 pr61ogo de Nicolas Fusco Sausone aVida y obras de Bartolome HidallIo, Buenos Aires, 1952. Ib Una version pulcramente ar:otada de este Cielito e r lJorge B. Rivera. La primitiua literatura gauchesca~BuenosAires. Jorge Alvarez. 1963, pp. 9298. .

    para luego resumir los fatales resultados a diez afiosde la 'revoluci6n:... robamos unos a otros,aumentar La desunion,querer todos gobernar,y de. [accion en faccionandar sin saber que' andamos .

    Can estos versos comenzamos a contar, poeticamen-teo la historia de Ias ilusiones perdidas. Esa que

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    Georg Lukacs rastrea en la noveHstica burguesa euro-pea y que le sirve de fonda a Balzac parasu novela-Las ilusiones perdidas en 1831- tendra registro enla preterida linea de la lIrica popular. Mientras losnarradores, de Marmol a Mansilla, cuentan Ia histo-ria de los triunfos de una clase dominante, ]05 poetasgauchescos contaran las derrotas de los vencidos.La frustraci6n historica sera delatada par la nota desorpresa. Can azciro descubren los personajes de Hi-dalgo el principia de las facciones que pone puntaa Ia esperanza _colectiva de hi Revoluci6n; el feno-meno de 1a division en bandos enrnascara las conse-cuencias perniciosas de la filosofia poHtica asurnidapor Ia Revoluci6n al constituirse e n organisrnos na-.cionales. La aparicion de facciones, bandos, parti-dos,que desintegran la unidad revolucionarta contra elenemigo externo es recibida can una sorpresa que yasera menor ':......pordesgaste del iInpacto-- cuando de,Ias disensiories internas propias de las guerras civi-les se pase a la contienda entre parses herrnanos apartir, de 1865 c~n Ia guerra- del Paraguay a Iac~al-dara. seguimiento la del Pacifico entre Chile s. Peruque con raz6n Marti, rquien vivfa.-en .otra fecha-el mismo clima comunitario de Ia revolucion, inter-pret6 como un crimen a._Ese sistenla de faccio~es fue parte de un mas ~3StOproceso de fragnientaci6n que rompi6 el sistema co-munitario de los origenes revolucionarios y que _m-.puso, .tambien e n el Rfo de la Plata, 1a separacion'individualista que en el mundo colonial 'solo habiaaIcanzado algunas victorias en el- sector mercantilde las ciudades, pero que no habra contaminado lasconcepciones comunitarias, fuertemente enmarcadas En sus "Cuadernos de notas" Marti analiza Iargementael confl icto del Pacif ico. La expresi6n sintet ica de sus ideas

    $8 encnentra en el famoso articulo -"Nuestra America";"Los que, al amparo de una tradicicn criminal , cercenaron,con el sable tinto en la sangre de sus mismas venas, Iat ierra. del hermano vencido, del hermano castigado mas anade sus culpas, s :i no quieren que les llame el pueblo Iadrones,devueIvanle sus tierras al hermano" .Obras completes, LaHabana. Editorial Nacional d~ Cuba, 1963, vol. 6, p, 15.78

    . ..por Ia religi6n y ia s tradiciones de -los pobladoresruraIes. - ~.Aun aceptando COD;l.Oeraces los expedientes judi.ciales de la Colonia sobre los "gauderies", donde 511individualismo es destacado dentro de una concepcionque 1uego explotaran los tratadistas del tema pararastrear, en los Iejanos orfgenes dieciochescos, rasgosde un individualismo que observaran en la segun-da mitad del XIX, hijos ya de 1a violenta politica

    de los campos del perfodo, aun aceptandolos debereconocerse que Ia revoluci6n oper6 una aglutina-d6:n de todos estoshombres, tal como 10 testimpnian, sus textos contemporaneos, La linea de los afios deIa Independencia destaca, centraImente, la comuni-dad del "pueblo en arrnas" .Cuan~o la primera desilusi6:n de 1820 , esa esperanzase .percibe encerrada pero no muerta. Se le ha co-~enzado a abroquelar e n - elIndlvidualismo, espora-dicamente en la pareja, voluntariamente en la familia.~s 16gico que en esa decepcion caigan Artigas y IosJef~s de la montonc:ra, homologados a enemigos: handejado de 'representar .carismaticamente a Ia -colec-

    ~vidad y pasan 'a ser egoistas e inhumanos como losadversarios: _.1 -Sarra tea me hizo cabo.can Artigas [ui sargento,el uno me dio , cien palosy el otro me arrimo ciento.: .Cielito, cielo que sf, .cielito del corazon,.para no pagarme suelda,era guena la radon.

    En e1 campo de las formas artfsticas, la' destlusiongenera una nueva forma que funcionara como "ersatz"de Ia comunidad: se trata del dialogo que une a doso tres amigos pertenecientes a la misma extraccion-a Puede encontrarse esa reinterpretaeion del pasado abase de los datos del presente en el estudio de. FranciscoBauza, "El gaucho". recogido eri los Estudios literarios d e1885. Vease en la reedici.6n de Biblicteca Artigas, 1953,pp. 207211.

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    social para Intercambiar cuitas y contarse ]05 ultimos.sucesos adversos, Nuevamente es Hidalgo eI creador,El modele que propone tendra Ia mas exitosa de lassupervivencias porque, adoptado por Ascasubi, deven-dra un arquetipo literario eficaz para responder aldesarnparo que se exticnde sobre los hombres de cam-po, contribuyendo en las formas -de mo?o paraleloy coherente con los asuntos-v a reconstruir In comu-nidad. Hasta comienzos del siglo XX se encontraraen Ia pcesia gauchcsca a ]05 arnigos, cornpadres, com-pafieros. vecinos, intercambiando cuitas y razones,consolandose y alentandose mutuamente. Se consi-deran fragrnenrosde una perdida 'comunidad, abando-nados dentro del pars par la sociedad. Tal soledadse trasrnuta en vicaria ccimunida-dmediante Ja forma"dialogo", Por 10 comun uno de eUos informa mien-tras el otro jalea sus desgracias: ese modo desme-drado de In comunicaci6n funciona sin embargo co-mo recuperaci6n del grupo -destruido proponiendo u n amezquina Integracion simb6lica.Tambien ]05 temas registran una transfonnaci6n,aunque algo mas degradada. De ser actores de los su-cesos histcricos, estos gauchos pasaran a ser. sus tes-

    tigos y Iuego todavia menos: simples contempladoresde espectaculos. El regimen narrativo que dominabaal "dialogo" bajo el sistema trasmisor-receptor faci-lit6 las Iargas descripciones, preferentemente de fes-tividadesTodav!a en 1822 seran las fiestas mayas de BuenosAires" que rernemoran la esperanza revolucionaria ysimbolizan por lo tanto una comunidad heroica de laque Contreras y Chano fueron actores. Quienes aho-ra Ia evocan asumen una posicion marginal: de pro-tagonistas de la gesta pasan a ser los que merodean,asombrados, las festividades, contemplando los cele-bratorios que otros cumplen en su nombre, para na-rrarlos posteriormente, generando una compleja es-tructura Iiteraria, rica en planes e implicaciones. Muya erRelaci6n que hace el gaucho Raman Contreras a I a-cinto Chana de tcdo lo que uio en las fiestas mayas enBuenos Arr~, en el,aiW 1822" en La Lira Argentina, ed.cit., pp. 452-462~

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    pronto seran los pequefios problemas de In vida cuan-do e1 gaucho ignorante visita 1 0 1 ciudad; si bien toda-via no se deslumbra y apoca, .cornu en ejemplosposteriores, ya que todavfa es capaz de conseguirque se Ie pague 10 que se le debe Imponiendo suautoridad, se Ie ve fuera de ambienre=. Par ultimosera la comunicaci6n de las hazafias gucrreras quese producen a 10 Iejos pero que ellos ya no son quie-nes las realizan, en los dialcgos de Hilario Ascasubi b.EI instante degradado en In cvolud6n del tema ]0tipifica la contemplaci6n de unespectaculo operisticoen el Teatro Col6n: el Fausto de Estanislao del Cam-pa registra el ingreso franco de .personajes y hablapopular a Ia diversi6n mundana de los salones bur-gucses, El gaucho iniciaI de Hi-dalgo conc1uye sien-do diversi6n de una sociedad de buen tone que aspi-ra a nacianalizarse y que. ia traves de Ia enseiianzapoetica .de Ascasuhi, conc1uye en una literatura deespectaculo: colorista, elegante, humortstfen, Es com-prensible que Jose Hernandez viera con acritud esteenfoque: .

    Ud. 10 juzgara con benignidad, siquiera seaporque Marttn Fierro no va de 1a ciudad a refe-rir a sus compaiieros Jo que ha vista y adrni-rado en un 25 de' Mayo U otra funci6n seme-jante, referencias alguna de las cuales comoel Fausto y varias otras son de mucho m en tociertamente, sino que cuenta sus rrabajos, susdesgracias, los azares de su vida de gaucho, YUd. no -desconoce que el asunto es m as dWcll.deIo que muchos se imaginan s,

    El Paustocriollo es la primera aclimataci6n del per-sonaje: para hacerlo aceptable por la sociedad bur- "Dialogo de dos gauchos, Trejo' y Lucero" en ManuelAraucho, Un paso en ttl Pindo, Montevideo, 1835.b "Trovas . gauchas" en Paulino Lucero. Buenos Aires,Ediciones Estrada, 1946, pp. 7-44.. e En la carta pr61ogo a D. Jose Zoilo Miguens, El gau.cho Martin Fierro, Buenos Aires, Imprenta de la Pampa,1812, p. 4, edici6n facsimilar en La gloria de Martin Fierro,Buenos Aires, Giordia y Rodriguez, 1945.

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    guesa se ofrece de ~l una imagen edulcorada. Soloen esos terminos puede ser incorporado al afan na-donal que rige los saIones del nuevo orden posteriora Caseros. Estos rechazaran a Lussich 0 Hernandez,claro esta que sin aducir sus contenidos sociales sinoaIegando pretendida carencia de valores arttsticos: encambio aceptaran a lU1Ascasubi que se incorpora a taevocaci6n can el Santos Vega pero que ya antes Ie shabra propordonado un gaucho bravio, favorable a susdesignios. , 'Con la irresistible. ascension de Juan Manuel deRosas se habIa opera do un cambio sustancial en lapoesia polftica en lengua vulgar. EI rasgo espontaneode esta creacion, escrita por poetas para quienes laacepd6n "gaucho" podia extenderse practicarnentea todos los hombres que luchaban por la indepen-dencia,deja 'paso a un aprovechamiento caIculadopor quienes tienen conciencia 'de que el hombre de'CaInPO debe ser dirigido para 'el cumplimiento de'ciertas consignas, Comienzan a .existir ideologiasque racionalizan, bajo f6rmulas, doctrinales, los .in-tereses de detenninados grupos sociales, Ellas debenser-traducidas a terminos sugestivos que conqu1stenla adhesion de los sectores no educados de la so-ciedad, "debido al sistema democratico en curso. .. EI poeta ya no estara consustanciado con un pu-blico general, it que se dirigia para interpretarlo yencauzarlo en unaoperaci6n doctrinaria, "sino que ",.responded. a un reducido gropo dirigente cuyos inte-reses expresara en la Iiteratura, La ilustraci6n dellector 0 el oyente, proporcionandole esquemas racio-nales con los cuales cornprender .el mundo para ac-tuar, que habia distinguido a Ia poesIa del neoclasicopero tambien a Ia inicial gauchesca, es sustituidapar una funci6n poetica emocional que' conrnueve elaruma; 10 conturba -yagitadlsponiendolo a una' deter-minada acci6n sin que esta se funde sobre conoci-mientos claros.Poemas como La reialosa 0 cuentos como El mata-dero no buscan explicar sino ernocionar apelando al.registro efectista, 10 que conduce a una accion ciega,es decir, predisponen al publico a comportamientoscon definidos e inmediatos objetivos politicos, que8~

    sin embargo quedan recortados de una' totalidad hu-: mana y de una interpretaci6n global de 1a sociedad.Son restrictamente operativos. La ,posibilidad de un .arte de tales caracteris ticas responde, ados modifica-ciones en Ia ubicaci6n del poeta. Este dej6 de diri-girse a una totalidad a Ia que intentaba persuadir y~as6 a hablar exclusivamente a una facci6n 0 par-tido: dentro de ella el ideario es tacite, compartidopar t~dos c?mo complicidad, de modo que no son las~octr:inas sino las estrategias las que com.peten a IaIiteratura, Ademas no habla a una facci6n homo-genea '~i?o a 1 . sector menos Ilustrado, impulsado poruna dirigencia culta: Esta, por integrar una cIaseque funcio?~, en una organizaci6n republicana, nopuede explicitar el contenido real de sus proyectos,de 10 que derivan dos obligadas adaptaciones del poe-t~:,. respecto al sector popular del-partido a1 que sedirige t .respecto a Ja versi6n que, ofrecer de lospropcsitos de la dirigencia. De ahf el acantonamiento. ~n 1 0 . .~a~cular y aun en el -detalle eplsodico, lamtenslfi~c16z:t localista, pintoresca y costumbrista,e~manejo e~a-do de las emocionesy sentimientos,1a dependencia estrecha de las acciones inrnediatas,.todo ello en desmedro de los valores Intelectualcsy ~e los enfoques generales, racionalizados y expli-catrvcs,EI,designio de .manejar a los hombr~s que' forma-ban la rnasa de la poblaci6n, Infundiendoles convic-ciones, rencores odisponibilidades mediante mensajes

    artfsticos accesib1es a sus 'mentalldades, aparece tantoen los dirigentes politicos del' perfodo rosista comoen los orientadores -de la vida intelectuaI. Estes w t i -mos son, como corresponde, los .mas explicitos y sus 'testimonies de mayer irnportancia por proceder delas cabezas cultas de 1a ,epoca, que debian encararcon rigor el problema.' ' ., El principal organo educativo deMontevideo duran-te el perfodo de la Guerra Grande fue el peri6dicoE1.Comercio del Plata, d e un nivel inusual para laepoca, que de 1845a 1852orient6 a la poblaci6n lainstruy6 e impulse, Si bien respendi6 sobre tod~ asu fundador, Florencio Varela, a su tragica muerteeI 20 de marzo de 1848 alcanz6, gracias a Valentin

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    I I ' , . , . ,': I'I : j .1 . Aisi~a u n ~ eficaz, m a n a rectora para continuar lalmea trazada . Ambos directores reflexionaron sabreel uso de Ia Iiteratura gauchesca, probablemente apartir del reconocimiento de los Iimites infranquea-bles de su propia acci6n orientadora: El Comerciodel Plata aparecfa diariamente con' una tirada de 420ejemplares :1 ; influia 'sabre el reducido publico cultade la ciudad de Montevideo y de otras ciudades sud-americanas mediante. los suscriptores que mayorita-riamente pertenecfan a los cfrculos de proscriptosargentinos. La inmensa mayoria quedaba fuera desu acci6n, por tratarse de analfabetos, Aunque as! no10 fueran, tampoco hubieran sido capaces de la lee-turn de un diaric notoriamente intelectuaI. De ahf Iaimportancia de l a s gacetas gauchescas, las hojassueI tas y las canciones de Ia epoca, Florencio Varela10 reconoce:..~.

    Si la prensa ha de tener influencia sabre. nuestros campesinos, ha de ser solamente bajo.esas formas pintorescas y animadas puestas asu .a1cance par el Ienguaje, par los caracteresy par esa clase de versos que les hace reir y'que Iuego se complacen en can tar al son. de suguitarra en'. las puIperias y en los fogones b.Todavia m as .explfcito s e a Valentin Alsina, quiencomprende que la producci6n Iiteraria gauchescadebe dejar 'de ser espontanea, nacida de las internas. necesidades 0 Ia demanda del' publico, respondiendoen cambioa un designio planificado por los gobler-nos, para servir sus' Intereses, Comprende asimis~oque los intereses politicos generales pueden no COlIl-cidir con los del' publico ignorante y que por esomismo debe procederse a una propaganda activa.

    ... como este genero tiene tanta aceptaci6n encierta clase :Inculta de nuestras sociedades,i

    a Virginia Beullosa, Rosa del Carmen Bruno y NelidaCantarelli. "La cultura rioplatense entre 18+5y 1848" enFelix We~berg y otres, ab . cit., p. 265.'b

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    tropa 0 mediante deslgnaciones diplomaticas, comoocurri6 con Ascasubi.La poesfa gauchesca, toda, habra cantado a Ia Revo-luci6n y, toda, h.c~bia cantado la decepci6n, a1 punto'de confuridirse aparentemente can eI sector social cuyaIengua, personajes y asuntos utilizaba. En este segun-do periodo se ramifica para servir, indistintamente,las facdones enfrentadas, las Ideologtas opuestas, losbandos enemigos, EI repertorio de formas es el mis-rna a un lade y otro; las diferencias las establecen,mas que el talento personal, las referencias histo-ricas a. Este panorama, que permite a Luis Perez can-tar Ia vida del caudillo Rosas y a Ascasubi denostarloen terminos soeces, proporciona en Ia Banda Orientaldos equip os enfrentados de poetas an6nimos, losque cantan al gobierno de la Defensa y las que en-tonan loas al gobiemo del Cerrito a, coma era masfrecuente, 105 que denigran a uno y otro, respecti-vamente. Ya bajo el dominio portugues comenz6esta disponibilidad de los poetas para difundir las6rdenes emanadas de las autoridades de turno: Iaproducci6n poetica podia defender los prop6sitos dcipatriciado nacional en eI Cielito del Dia, .como podiaelogiar la paz impartada par el Imperia, en el Didlogocontra las invectivas de los disidentes de Montevideoy enemigos del sistema imperial que ha adoptado esta .provincia cisplatina y este es eI panorama que se Ieofrece M "Blandengue retirado" cuando escribe susrabiosos versos desilusionados.La mayor parte de esa producci6n (0 propaganda)fue an6nima y ha merecido el olvido por su pobrezade invenci6n y torpeza de rrecursos, La superviven-

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    a Todos los crfticos coinciden en esta uniformidad, queRicardo Rojas y Lauro Ayestanin indican para distintosmementos de Ia evolucicn del genera . Respecto al periodorosista, dice Adolfo Prieto (en Proyecci6n del rosismo enla l iteratura argentina, Rosario, Universidad Nacional delLiteral, 1969,p. 32), "La literatura popular. en cambio, esmas indiferenciada, y si en la inmensa mayoria de loscielitos y trooos que recogi6 la prensa de Buenos Aires yde Montevideo se traspusieran los rotulos de :unitarios y[ederales, 0 de saluaies y mazarqueros, e! lector modernoballaria series problemas de atribuci6n".86

    cia de Hilario' Ascasubl se atribuye generalmente a sumas alta capacidad artistica. Tambien podrfa atrl-buirsela a un primer manejo costumbrista del rna-terial ~olftico, a manera de Iegitimo precursor desu ad~lrativo discipulo Estanislao del Campo. Eso Iepermitio acentuar el aspecto "pintoresco" de] mate.rial, trasmutando en su primer texto rnontevideano ala ~erra c~ntra eltirano Rosas en una: enorme ~florida partida de "truce", Este pintoresquismo .ycostu:nbrismo, donde recoge un aternperado aprove-c~amlento de las incipientes 1ecciones del rornanti-cisrno europeo, resultd intimamente aliado a su visionpOIitica. Ilinte~esada" -par~ usar un termino opuestoa~ de. Tiscornia b_proporclomindole rica perspectivaartfstica,No compart6 disminuci6n visible de ferocidades 0

    diatribas. Al contrario, si se. piensa en textos comoIsidora, la gaucha arroyera, federala y mazorquera.Esa intensificaci6n del rasgo melodramatico de lapoetica romantica, sirvi6 para colocar en Wl plano.puramente ernocional y sensible 1acreaci6n .sustitu-yendo Ia nota doctrinal que regia a la poesia polfti-ca. del pertodo revolucionario. Tal perdida del pensa-miento, tal oscurecimiento del doctrinarismo de lapoesfa revolucionaria, reernplazados par la vioIenciaemotiva de las escenas de guerra a el enardecidoa "El Truquiflor", que se anuncia como "~mitido de unsoldado oriental del ej&ci to del general D. Fructuoso Rivera,para el mimero cuatro del periodico titulado E I Gaucho en

    Campaiia, ~l cual se publicaba en Montevideo en el ana de1839", en Paulino Lucero, ed. cit., pp. 45.49.b La drastica negacidn del. ' ;alor estetico de los poemasde combate de Ascasubi , razonada por Eleuterio Tiscornia(en Poetas gQucl:escos, Buenos Aires, Losada, t940, p. 32)para oponerlos a la ''poesia desinteresada y de mayor valor

    ar t i s t ico" representada por el Santos Vega, ya ha sidocontradi~ha por Jorge Luis .Borges en sus paginas sobreAscasubi y wt.Jmamente en su selecci6n de Paulino LuceroAniceto el Gallo, Santos Vega (Buenos Aires Editor ia lU niversitaria de Buenos Aires, 1960) deride afirma que"durante los muchos afios de cerco escribi6 pant Ia guitarrade los soldados los Trouos de Paulino Ulcera donde se cira1 0 mas vivido y firme de su labor poetica", ' .H7

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    himno a lo~ mozos peleadores y a sus resueltos jefes,en una prnnera demostraci6n de "machismo", pro-porcionaron uria cabal jnterpretacion del nuevo perfo-do historico ,donde las facciones se expresaron me-diante las turbulentas personalidades de los caudillosque ru e 10 que consagr6 Sarmiento en 1845.al des-criblr a1 "rosismo" mediante el retrato de Facundo .extendiendolo a la interpretaci6n geo-sociologica deuna epoca. No se equivocaba Bernardo Berro cuandoveIa tipificada en el general Rivera a Ia escuelarornantica que e I combati6 incesanzemente=. La rna-yorfa deIos poetas .del Montevideo sitiado que cono-dan las teorfas rornanticas y sus textos principales.--que copiaban parsimoniosamente=, no fueron capa-ces de traducir esta "realidad romantlca" que tenianbajo los ojos, tal como en cambio supo hacerlo unescritor sinescuela como Ascasubi, amigo de-neocla-:sicos como F. Varela 0 Acuna de Figueroa y ajenoa las disputassobre estilos. .. En varias ocasiones Hilario Ascasubi hizo recucntcde sus contribuciones a la causa unitaria , sacriGci~spersonates y tambien pecuniarios a Ia 'guerra contraRosas. Can las ganancias de su panaderfa pag6 ga-cetas gauchipoliticas y aloj6 a exiliados argentinos.Tal comportamlento.Io eleva por encirna de los versl-'.ficadores mercenaries del perfodo, pero n o disminuyesu funci6n partidista. Pennanentemente estuvo al ser-vicio de Ia causa, dispuesto a acatar los mandatoscircunstanciales de sus jefes politicos 0 intelectua1es.Dentro.de sus fiIas ocupo ese puesto inferior de hom-. bre inculto, simpatico y servicial, que no aspira a.competir can los colegas prestigiosos, que los sirveaguardando que se Ie acepte y se excuse su ingenita "ruvera;'hay fi~ra tambien como un personaje propiopara acalorar la desarregJada imaginacion de los rom anti-

    COs.Sus hechos (no se pararr a investigar sus causas) sus'victorias, el favor especial de 1a fortuna, un concurso 'rarode c:ircunstancias que 1 0 han favoreddo dan aparentementea su elevaci6n un caracter de mistetio y de prodigio muyadecuado para que los romanti cos yean adicta a el tinamisi6n;'. Carta a Miguel Errazquin, del 30 de noviembrede 1838, en Bernardo Berro, Escritos selectos, Montevideo.Biblioteea Artigas. 1966, ' p. 8:5 . . .88

    rudeza. Fue un fiel catecumeno que en el perlodode' 1a Guerra Grande sirvi6 a la propaganda de losjef~s.militares, y si ~iceto el Gallo se vino a openerpohticamente a Paulino Lucero, a1 cambiar su autorde frente politico despues de Caseros, esa rebeldjatotalmente episodica, no hizo sino fortalecer el prin-cipia de servidumbre al jefe de facci6n. No 10 llev6a i?staurar una linea politica personal 0 represen-tatrva de un detenninado grupo independiente, sinoa obedecer la consigna centralista, rectora del pen-samiento unitario. .Ambos comportamientos, can intelectuales y jefesmilitares, quedan ilustrados por dos momentos desu actuaci6n literaria. EI triunfo de Fructuoso RJ-vera en la batalla de Cagancha, el 29 de diciembrede 1839,motiv6 ardiente esperanza de los proscrip-_". tosyde,los:bombres devIa Deferts"a,y die lema auno de los m as cimbreantes, desenfadados y jocun-dos poemas de Ascasubi: la Mediacaiia del campopara los libres, que se public6 can esta Advertencia:

    .;

    ')La composicion siguiente me fue exigida enMontevideo por mi respetable amigo el Dr. Flo-

    rencio Varela, quien a su costa la mand6 im-.primir can profusion para mandarla como unobsequio al Ejercito Argentino Libertador oneen esos dras invadi6 Entre Rfos a las ordenesdel valeroso general Juan Lavalle a.Florencio Varela la elogio en su diario, public6 unfragmento y, de conformidad coo su prop6sito demanipulacion de las masas analfabetas, busc6 la di-fusi6n del exaltado poema para fortalecer el animo.de los soldados del ejercito argentino. El designio-propagandistico fue evidente, aunque tarnbien debeapuntarse que se ajust6 a un aceptable myel artis-

    tico, como. era pre'visible en el exigente intelectualFlorencio _Varela. Si Ascasubi ejecut6 la demandacomo, aplicado amanuense, enorgullecido -del pedido,tamblen es cierto que alcanz6 una solvencia artisticasuperior a Ia que habituaJmente recorre su literatura Paulino Lucero, ed. cit ., p. )57.

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    ..:de combate. No se 1a reencontraraen otra respuestaa una demands concreta, como fue ru servicio poeticoa las 6rdenes del general Urquiza. .Cuando el pronunciamiento de Urquiza de 185~,Hilario Ascasubi se apresura a ofrecerle sus servi-clos. En el brindis del banquete del 23 de junio deese ana, ofrecidopor Urquiza a la misi6n uruguayaque habia venido a concertarse can el. y con la cuales probable que Ascasubi hubiera viajado desde Mon-tevideo, dice el poeta:

    ... como patriota argentinosolo cumplo mi deberviniendamele a ojrecera Yuecelencia a mi modo;'es decir, con cuerpo y todo. hasta morir a veneer 4

    . . . La historia de esta vinculacion, prontamente acep-tada por el General, haquedado registrada en laopos:terior carta de enero 10 de 1862 en que Ascasubireclama el pago de cantidades par el adelantadaspara 1a Impresion de los folletos gauchescos desti-nados a propagar el movimiento de Urquiza y la.retribuci6n de los servicios poeticos desemperiados,dado que ahora se encuentra en estado de necesidad,previo a su partida para Europa y ya no puede aspi-rar a1 pago indirecto a que acostumbraba, En esacarta, de alto valor .para observar el funcionamiento. del poeta de parti-do en sus relaciones con los. dlri-gentes; se narra en detalle su ofrecimiento de "ser-vicios militates" a Ia causa de Urquiza -a quien muyduramente habfa atacado en los poemas del PaulinoLucero montevideano y aquien volvera a atacar enlos del Aniceto el Gallo bonaerense-:-, la reconversi6nde esta colaboraci6n a otra de tipo poetico que. era1a en verdad buscada, y la forma, nt1.meroy carac-teres del material :literario-propagandistico que seencarg6 de imprimir y repartir entre los ejercitosr:l Hilario Ascasubi, Poesias para 01 pranunciamienta dBUrquiza. Santa Fe, Libreria y Editorial Castelvi, 1956,Compilacion y pr6logo de Manuel E. Macchi, p. 6+.

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    duce a termincs atractivos. No se trata de suge-rencias que formula In. dirigencia a e1 propio generalUrquiza, sino una mterpretacicn q~~ ha.ce el poetade 10 que aquel busca, mterpretaclOn. Iibre que ~el1eva a creer que dispone de mayor independcnciade la que realmente se I,e.concede. As!, cu::u~dopublica sus" productos poettcos, como el P~tl.ltnoLucero ya editado en Montevideo y que, reedl:a. en1851 , se 10 'dedica a. Justo Jose de Urquiza, dicien-dole: .Estos versos, aunque toscos, son la expresioningenua del sentimiento de las masas populares,que siempre encontraron en V.E~su protectory su esperanza s.

    Ascasubt pretenderfa representar, en su tarea poe-tica, a las masas gauchasvlo que no se .corresponde.can la verdadera historia de estos matenales y pudoser uno de los motives de la burIa del generalUrquiza, segtin el testimonio de. Sarmiento b. Es pro-bable que, considerando su eXI~osacarr:.e~a~e ser-vicios poeticos, se sinriera tentado a ~elvmdlcar.]~calidad de "intermediario" entre la PIasa y la diri-gencia. Para esta epoca el poeta .de partido no puedeaspirar a ser Interprete, a titulo personal,. de unpueblo alzado en armas, sino rnero braze ejecutor,en el campo de la propaganda, de las 6r~;.nes queemanan de los dirigentcs, quienes, para certrt lear estaautoridad financian su tarea. Asf sea un colaboradortan gener~samcnte' dispuesto com? Asca~ilbi, el poetacarece de recurs as can que financlar los mstrumentos-diarios, folletos- que 10 comuniquen con las rnasas; dependera para eso de los dirigentes,EI poeta continuara rnanejando el "nosotros" quees garantia del exito publico, uno d~ lo~ recursosde mayor efectividad sobre las cone:en~las d~ ,lospaisanos, pero se tratara ya de un artl.lugIO.retonco.No responde a una convicci6n compartida sino a ~a. manipulaci6n de conciencias a traves de la obra lite-

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    Ob. cit., p. 67.bOb. cit., p. 46.

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    raria. Esta obedecera a la dirigencia politica par-tidista que no. solo haee pactos, pasa de un campode baralla a otro, invierte sus allanzas, sin rendircuentas al pueblo que integra ]05 ejercitos, sino queadernds sabe que es oportuno contratar a los poetaspara que se encarguen, no de explicar esas varia-clones, sino de fortalecer y caldear la adhesion delas masas a sus caudillos.'El regimen caudillista se apropio del poeta y 10integr6 a su sistema de daminaci6n: un ayudante

    asalariado a cargo de quien estuvo soliviantar laimaginaci6n popular. A su vez los poetas acufiaronirnagenes de los jefes que' habrian de contribnir amantener, m a s alla de los plazos razonab]es," m a saHa de su decadencia, el prestigio de los conductcrespersonales,AI cabo del largo perfodo de paesia de partido-que super6 veinte aiios de ejercicio ;ncesante- sepercibe el "agotamiento de las eapacidades Inventi-vas de los poetas incorporados al sistemar Se limi~tan a 'repetir f6rmulas, combinar gastadas recursosefectistas, sin dar Una nota de veraCidad y de fres-cura arttstica, Del Paulino Lucero al Aniceto el

    Gallo se registra un notorio deseenso de la inspi-racion poetica, Que esta comience en cambia a f1o-recer por el camino de Estanislao del Campo no haecsino destacar Ia nueva divisi6n de fuer.zas en c1 Rf"de Ia Plata.En su iniciaci6n Estanislao del Campo es estric-tainente un'cantinuador de Ascasubi. "EI intercambiode cartas de 1857 define los terminos de un magis-teria y un discipuIado eonfeso y pennite comprenderlas razones de esta mancomunidad: Del Campo asu-me, en un plano m a s culto, 1a"misma funci6n depoeta de partido que habia desempeiiado Ascasubi.. En el afio 1857 Del Campo adhiere a una doctrina

    polftica que habrfa de tener enorme repercHsi6n enfa Argentina: el mitrismo. AI incoI1'orarse al perle-dismo miIitante a traves del 6rgano de Mitre, Los.Debates, adopta la candici6n de propagandista de !~:-.,i~eolog{a,mas que de una facci6n. y por Ultimo C1]l.trva la poesia gauch'esca en 1a misma linea de difu-si6n politica que distingwera. a Ascasubi. .Habrta93

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    que reconocer, DO obstante, un cambia de nivel apre-ciable: Del Campo es, por sus antecedentes, un p a -tricio; desempcfia funciones de un "status" mas ele-vado tanto en el Ejercito como en la politica nacio-na1; la poesfa complernenta una personalidad polfticaque supo manejar calculadarnente como su adiestra-miento militar. Perc Ia linea poetlca que adopta es1a de una poesfa partidista que en "Batalla de Pavon(parte del general vencido)" como en la carta d edespedida a Aniceto el Gallo que viaja a Europa,no supera un nivel pedestre como cl que su bi6grafoMujica Lainez debe reconocer que signa a su o inicialpoesta culta dentro de los moldes rornanticos II.. -En el periodo que va de 1857 a 1866. Ia poesia queescribe Estanislao del. Campo continua la que sumaestro Hilario Ascasubi hiciera en su perfodo argen-tino, con igual : corto vuelo poetico 'e igual funda-nalidad partidista. Solo el poema Fausto en ese ulti-mo an a produce una modificacion sustancial quelibera a Ia poesia de 1a servidumbre partidista me-canica a' que habia sido Ilevada en Ias decadas trans-curridas des-de el ascenso rosista. Resulta adecuadaa un nuevo publico =-el cuIto de los salones rnunda-nos de. Buenos Aires- y adqui ere, de conformidadcon los m as altcsriiveles intelectuales de ese ptrblico..una construcci6n cornpleja, donde alteman enfren-tandose diversos pIanos: la representaci6n de una.opera de Gounod sobre el texto goetheano: Ia tras-posicion incesante al media campesmo a traves de Iamirada del espectador gaucho; la relacion, traspues-ta a un segundo grade, de esa vision, per parte deLaguna aJ encontrarse con PolIo; la reinstalaci6n. deIa opera en Ia realidad campesina del bajo; el en-trecruzaniiento de todos eS05 planes can el de Iaconciencia ir6nica del autor que es la que se reins-taura, en el acto de la Iectura, par el publico burguesal que se dirige. Esta riqueza de pianos enriquecela apreciacion estetica y apunta a la incorporacionde moldes europeos: eso explicarta la parcial apro-

    bacl6ri que Ie cxtiende Juan Carlos GOmez, aunquecriticattdo cI Ienguaje gauchesco: "La forma. DO hamatado ;)1fonda. Por el contrario, el fondo ha dadovida a 1a forma">, donde par "fonda" pu~e. enten-derse Ia estructura del poema, m a s compleja que lautilizada habitualmente por Ascasubi, r .. La poesfa politica que habfa atravesado los, (losperfodos iniciales, el revolucionario 9ue protagonizaHidalgo y el partidista de Ascasubi, ha llegado asu agotamiento. La bifurcad6n que se produce ahoradentro de Ia sociedad rioplatense abre el tercerperfodo del "estilo particular". Estanislao del ~-po, que fue el legitime continuad~r de ~casUbl! nohabrfa pod ide aportar una obra [erarquizada, 51 no-hubiera asumido la totalidad del compromise artfs-tico, representando Ja situaci6n de su clase so~aJque comienza a ejercer su trhmfo en fonna exclusiva,Significo .continuar y perfeccionar Ia linea poHticaque Ascasubi sirviera en el perfodo d~ l_ucha y as-censo: la vision unitaria de los rornanticos que des-embocarfa en las proposiciones econ6micas y socia-les de Mitre, instalando en Ia presidencia desde 1862el programa triunfante que se vuelve ahara contrasus antiguos compafieros de lucha y manta 'su des-trueci6n. Del Campo hace suyo este nuevo. horizcntea que ha Ilegado la orientaci6n. que desde la epocadel Sal6nLiterario .persigue el sector intelectual,culto. No tiene sentido ni representa a este sector.una poesfa politica en Iengua gaucha una vez quese ha clausurado con Pav6n (1861) la necesidad de.difucdir consignas y de .movillzar las conciencias de,los paisanos para la lucha. En cambio, deb~. 3propiarse de los gauchos dentro de una concepcion ns-clonal, dado que se considera interprete de la o rota-lidad nacional, Lo bani mediante una Imagen jocosay esmaltada que los edulcora, dis~uye 'I i l~ arr.:ll-ca to do empuje rebel de. En la rmsma ortentacicnhabra de escribir Ascasubi, en Paris, su Santos Vega,culminaci6n legi tima, en 1872, de su poesia poli tica.anterior.

    rI

    a Manuel Mujica Lainez, Vida de Anastasio a t PolIo(Estanislao del Campo), Buenos Aires, Emece Editores,1948, p. 40. ' .. Estanislao de l Campo, Obras poeticm completos. Geno-va, Carlos Maucei, s , f., p. 173. .94 95

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    En el derrocamiento del tirano Rosas se habian.cifrado las expectativas, Ia apuesta de una felicidadardientemente reclarnada por .Ios hombres de lasregiones pampeanas .del Plata. A la catda de Rosi?en 1852, volvi6 a extenderse el plazo de las expec-tativas, cada vez mas ricas y coloristas segun las ver-siones de periodistas Y: poetas, y se 10gr6 una de-cada de prolongaci6n de luchas en que el paisanajerobusteci6 las fuerzas hasta la acci6n de Pav6n(1861). Era Ilegado ei momento de recoger elesfuer-zo desplegado y 10 que lleg6, para los paisanos, fue,como en 1820, Ia hora de las ilusiones .perdidas.Mientras un sector dominante consolida su concien-cia de cIase y desarrolla el pian que corresponde as u - triunfo,el otro mas vasto de los paisanos tam-bien toma conciencia de..integrar una c1ase social,la que ha side derrotada luego de las promesas queno se cumplieron. En Ios parses del Rio de la Platano habra sitio para los viejos caudillos y tampoco.para, sus montoneras de gauchos. .Sarmiento habriaescritoal general Mitre en 1861:

    N o trate de economizar sangre gaucha, Estees lin abono que es precise hacer, uti! al pais.La sangre es 10 unico que tienen de seres hu-manoss

    Cuando elinayor Ferdinand .White visita Ia A~8en- .tina. a nombre de la casa Baring Brothers de Lon-dres, no encuentra a quien regalarle el rifle y 1~'.:,;hermosas pistolas que trara en su equipaje desti-nados a los vencedores:... todos los dignatariosy funcionarios con losque rove que tratar son i1ustrados doctores enderecho y pacificas civiles. Gracias aDios, laera de los caudillos ha pasado b.

    a Citado por Alvaro Yunque, La l iteratura social e n L aArgentina. Buenos Aires, Editorial Claridud, 1941, p. 121.b Citado por H. S. Ferns, Gran Bretatia y Argent ina enel ~'iglo X/X, Buenos Aires, Solar/Hachette. 1966, p. 287..

    96 .,"-'"-,'

    . Esos doctores , esos funcionarios, esos burgueses,son los nuevos clirigentes; ellos, sus familias, s~dependientes, sus subcrdinados, forman el publicopara el que essribe Estanislao del Carnpo.:Mientras, entre el paisanaje cunde 1a desespe-raci6n. Los caudillos supervivientes son poco efica-ces; las fuerzas rebeldes resultan diezrnadas: ni Lo-pez Jordan, ni Timoteo Aparicio y sus lanzas podranmucho contra el aparato represivo aficial. Los 501-dados de las montoneras y los gauchos de bota de

    potro comprueban que nada Ies ha tocado en elpregonado 'reparto de beneficios con que los habfanilusionado los poetas de partido. Ahora descubrenque no se los considera parte de .la naci6n. Ellosson, simplemente, una "clase desheredada", a. pesarde ~er mucho m a s numerosos que todos los miem-bros de cenaculos -y salones. de .la capital .que leeneI Fausto. Para esa mayorCa 'de hombres desarnpara-'dos habran de escribir Antonio Lussich (Los tres gau-chos. orientales) y Jose Hernandez(El gauchoMartinFierro), proporcionandoles Ia expllcacion de su si-tuaci6n presente, haclendoles comprender que tam-bien enos integran una clase, una clase que ha sidoderrotada y sometida.

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    FUNDACION DE ,LA POESIA' SOCIAL:DE HERNANDEZ A ANTONIO LUSSICH

    En 1872 irrumpe en el Rio' de 1a Plata el clamorde los pueblos vencidos, En vano rec1aman de lospoderes politicos que se acepte su tradicional formade vida: concediendoseles stlpervivencia dentro delnuevo sistema econ6mico y social que los nucleosurbanos venlan estableciendo: Estos ya habran des-barata:do el esquema de valores de la ruralfa, pasoprevio a la 'aniquiIaci6n de sus bases ccon6micasque forzara SU extinCi6n. Su clamor acompaiiara elsurgimiento del orden neocolonial a y.solo se acallaracuando este, triunfante, haya remodelado a la socie,dadrioplatense bacia fines del siglo.

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    Los poetes de los pueblos vencidos.. .Delrnismn modo que antes en la generaci6n roman-

    tica de 1~!3B,existi6 un conjuntode escritores cultos,pertenec~entes a Ia burguesia, dispuestos a entonarla Iamentacion par el indio, del mismo modo suriie .ron 'en la generaci6n racionaIista de 1865 varios poe.tas que hicieron suya 1a causa de los hombres delcampo y trataron de servirla con sus obras.Fueron miembros de la burguesiaurbana,cedlfca.

    dos frecuentemente en .las universidades capitaJinascomo futures dirigentes politicos, pero hicieron suyaaquella causa con. mayor convencirniento y reaIismo

    11 Asi llama Tulia Halperin Donghi, en su .libra Historiacontemporanea' rie America Latina, (Madrid, Alillnza Edito-rial, 1969) al periodo que va aproximadamente de mediadosdel XIX hasta 1880, cuyo proceso ecouornico lleva a estatuirun nuevo pacta colonial Con los imperios europeos centrales, .especial mente Iriglaterra y Frcncia,

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    que el usado por sus antepasados romanticos en 1ade los indios: en parte porque se trataba de undebate que afectaba a integrantes de Ia rnisma erio-'lIidad, asi fueran los primos Iejanos del campo, yade-m a s porque estes formaban un estimable contingenteen la base de los partidos. La asociacion de escri-teres y hombres de campo fue impulsada por lasvinculaciones de tipo polttico e implic6 la coparti-cipaci6n en las guerras civiles: en ellas los poetasadquirieron eI mejor conocimiento de esos puebloscondenados, ya que 10 obtuvieron de sus momentosde rebeldfa 11, a diferencia de los escritores del rno-dernismo que cornenzaran a conocerlos como peonesde las estancias, 10 queexplica Ia abisrnal diferenciaentre las Imageries que ofreee Hernandez y las que,registra Javier de Viana al concluir el XIX. Paraesa epoca finisecular habian sido enteramente ven-cidos, ;En 1872 registramos un coro de voces poeticas, en

    su mayorfa torpes e 'inexpertas, que coinciden en unpropos ito de literatura social. El mismo afio se lesincorpora quien habria de ser el mayor poeta argen-tino del siglo XIX, Jose Hernandez. EI dotara a esta1iteratura reivindicativa de la obra artfsticamentemas elaborada donde, por 10 mismo, alcanzara ex-presion nitida y coherente Ia tesis social que repre-sentaba el pensarniento del vencido pueblo de losgauchos rioplatenses, Situando reaHsticamente en Ialeva para' el servicio de fronteras (uno de los siste-mas de pacificacion de los campos que servia enforma multiple a los intereses de la explotaci6nagropecuaria dentro de los lineamientos de la nue-

    100

    a En la carta 'a Antonio Barreiro y Ramos, que sirvi6de pr61ogo a la edicion dcfinitiva de 1883, recuerda AntonioLussich el periodo en que conocio a los personajes de sulibro: "En epocas luctuosas para la Republica, he compar-tido sus alegrias y sus amarguras; los he acompaiiado enel mejor escenario donde podian exhibirse, el campamento;heescuchado can placer sus canciones epicas; he gozado ensus gratas manifestaciones de contento; he sufrido con eltriste relato de sus pesares",

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    va economfa de mercado a) la causa de la profundaconmocion de las poblaciones rurales, Jose Hernan-dez hizo entonar a1 gaucho un lamento que estreme-ci6 a todos y quedo grabado en 1a imagioaci6n poe-tica de la sociedad rioplatense,Tuve, en mi pago en un tiempo,hijos, hacienda y mujer,pero empece a padecer,me echaron a la [rontera,ts que iba a hallar al volverltan solo halle la tapera.

    ."La magnificencia de este canto hizo que se 1.0 si-tuara, con visi6n restrictamente individualista y _ro-mantica, como obra solitarfa de un creador de genic,Ia que habrfa surgido en un desierto de poesia.No rue asi. Surgi6 dentro de una ecIosi6n que seproduce cuando, cerra do el cicIo de la guerra delParaguay que proporcion6 a las oligarquias urbanasdel Plata los instrumentos para acometer el proyectoliberal, se producen en 1870 los 1evantamientos deRicardo Lopez Jordan (en que combati6 Jose Her-nandez) y de Timoteo Aparicio (en que combati6Antonio Lussich) que revelan Ia insatisfacci6n reinan-te en las poblaciones rurales ante las primeras ybrutales forrnas de Ia pacificaci6n de '105 campos,en el tiempo en que todavia se sentfan capaces deresisttrlas. Las mas graves medidas posteriores ya notendran -esa respuesta.En la Republica Oriental, no bien firrnada la p82de abriI de 1872, se registra una sucesi6n de folle-tos de multiples versificadores, tan oscuros comolos seud6nirnos gauchos que utiIizaron -SjnforianoAlbarao, Calistro Juentes, Polonio Collazo- 0 'los

    mas transparentes de Aniceto Gallareta, que corres-pondfa a Isidoro E. De Marfa, 0 Calisto el 1\[ato,a "La funcion de haeer producir al campesino y Ia tierrase ha transfonnado en un regimen economico que se apoya

    en Ia constante expansion de las exportaciones, en unasuerte de servicio publico y no es sorprendente que paracumplirloel terrateniente tenga el apoyo mcondicional dela fuerza publica", T. Halperin Donghi, ob, cit., p. 219.

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    ,~.;;. - ~. . .

    .~a Referencias a Ia produccion del periodo se encuentran

    ll Domingo A. Caillava, Historia de la literatura gauchescaen el Uruguay, Montevidec.. Claudio .Garcia, 1945. Sabrelos seudonimos yer "Pequeno diccionario de seud6nimos __e..._poetas gauchescos" en: Eneida Sansone de Martinez, _Laimagen en la poesia gauchesca, Montevideo, Facultad deHumanidades y Ciencias, 1962. -

    b _De conformidad can las cartas intercambiadas entre-~Jose Hernandez y Antonio Lussich que este introdujo comoprologo a su poema habria sido el primero quien 10 asti-: ; : : ~ ~ ~ I ~ t g : ~ : : } f # E : ~ : : ~ t : ~ : n ~ : : : : : ~ ; , ; ~ ~fa Ezposicion de Viena, Montevideo, Imprenta a vapor de ' : ~ : ; U ; \ : r ~ /:~ Tribuna, 1872. En el capitulo ,ohreeI_:eri~d~: __

    perteneciente a Alcides De Maria 3 en una produc-ci6n muchas veces pedestre peroque testimoniabala participacion de hombres cultos de Ia ciudad-en un numero como no se viera, por ejemplo, du-rante Ia Guerra Grande- en las -demandas de loshabitantes del campo. Dentro de esa produccion so-bresale una pequefia obra publicada en un tosco fo-Ileto en Buenos Aires, a- rnediados de 1872: Los (resgauchos orientales que firmaba un autor novel, An-tonio Lussich, quien entonces tenia poco mas deveinte aiios ya que habia nacido en Montevideo en1848. Esa obra tendra un singular destine: nacidade una recornendacion de Jose Hernandez b su lec-tura refluira sobre e l impulsandolo a la empresade escribir el Martin Fierro.

    L a d er na nd a de.UD n u e vo p ub li co

    El. primer fndice de Ia importancia de la obra nofue de caracter estetico sino primariamente socio-.Iogico: la demanda del lector. En un pais donde losdiarios, que volvieron a abundar desde lapaz de 1872,seguian sin superar eI promedio de los quinientosabonados c --que Ie tasara Juan Carlos Gomez en

    .'

    I1

    ! -I;'11 . - .t . - . ,en esta version, de los gauchescos primitivos y que

    tendra esplendorosa descendencia en, Ia Iiteraturagauchesca de la segunda mitad del XIX: 1a traici6nde los doctores.

    Pero, [por Cristo' bendito;se vino el dotorerio,de bombilla y .tinterio,y ya empezo el barajuste.

    Hidalgo, quien el primero fue testigo del abandonoa, que lapatria organizada conden6 a sus soIdadosgauchos, reparo en Ia diferencia del tratamiento("roba un 'gaucho unas espuelas"), pero estuvo lejosde. comprender el fen6meno de' clase, que result6ocultado por Ia lucha, de facciones que habrfa de'conrnover el Plata hasta Monte Caseros a, ' En 'eseperfodo Hilario Ascasubi asume el principle de lospartidos politicos policlasistas, que se' confundieroncon ejercitos en pugna y donde la division satrazoa 10 largo de las trincheras, dejando a cada Iadn uni-ficados gauchos 'y doctores. .:'Rosas era' tan' gaucho como' Jacinto CieIo e P~u1inoLucero ("porqu~, a decir Ta verda I es gaucho don

    .~s

    . ' ca En el pr6logo al Cancionero de l tiempo de Rosas$ue-nbs Aires, Editorial Emece, 1945; 24 'edicion), dice jose LuisLenuza: "No se dividi6 la sociedad argentina horizontal-:

    mente como en una verdadera revoluci6n social, sino ver-tiealmente como en cualquier banderia politi ca. Los de pon-cho -

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    Juan Manuel") ;'coridiciqu" que no compensaba d e suruindad." Mis '.mportante que:.su condicion de gaucho_:_que ya servia para ,emqozar ..su 'situacion xle ricohaceridadc-+ era su posicion .de'enernigo, Eri formasirnetrica, el culto general Paz debfa ser respetado,no' solo por sus rnerecimientos, sino fundamental-mente per 5U. naturaleza departidario, que 10 ' baciauno can Jacinto 0 :paulino,'aisiinulandci las clases.Recuerdese Ia insolencia del "Retruco a Rosas":., .... :

    Gaucho embustero, mentisbrutalmente 'en cuanto=habldscontra 'del general Paz, ..'.y en 10 demds que decis,Pues de balde te aflijis, .ya tu carta es. conocida,'yen todas partes sabida .la ailicion en.que. te hallds,, y para apurarte mdsyo te.. buscare la vida a

    . . ' : E s t ~ : "concepcion partidistaced~ con Ia obra .deLussich, sin el p~rdbir19I1itida~ente ya .que en 1872creyo estar. haciendo rigurosa poesfa mihtante, departido.iy recien 'en 1883, .cuando escribe a su editor s,se resuelve 'a adoptar una vision social.Sus. personajes .discuten en 1872 a sus jefes ydistinguen dos, especiesr los vinculados 0 parecidosa dependientes del "dotorerfo" urbano y los otros,similares a los 'soldados, como .Salvafiach, que lu-chan como. ellos, 'e' integran un grupo affn que .sedenominara de los.'~puritos". Si ibien existe un pri-

    : : - ' , " ' - :', ._ . 'a. Hilario Ascasubi;' Paulino Lucero, Buenos Aires, Edi-ciones . Estrada, 1945, p. 103,b "Tengo legiti~o pr~ilo .por el exito obterridn; no por

    1a importancia que pueda atribuirme del. trabaio intelec- .. tual, sino por la causa. que defiendo desprendido del par-tidarismo exaltado, haciendo unicamente justicia a esosdesgraciados pari-as, victimas del abandonoen que viven,

    .. despojados de todas las garantias a que tienen derecho comor ciudadanos d e un pueblo l ibre" ~ Carta a Ant,onio Barreiro'. y Ramos, Los ires gauchos orientales, ed, CIt., p. 3.

    19.9,

    mer. ambito solidario fijado. par el partido, dentrode el .cabe una .nueva divisicrrque autoriza la Iigade los que son iguales -mas en desgracias que enb~eficios-, la eual echa las bases de una dasesocial. Para corregir las crfticas que Julian Gimenezdirige a Timoteo Aparicio responsabilizandolo de 1aque entiende infortunada paz, Mauricio Baliente argu-menta que no fue la culpa del jefe gaucho sino de.los doctores montevideanos:

    '.:~.'.I

    .:I

    .1, No es el general, creame,quien nos ha clavao del pica;son los que untan el bolsicocon la sangre de este pais .Es idea arraigada en el gaucho Mauricio Balienteque atribuye a los doctores la desuni6n entre los jefesque contribuyo a la debilidad del movimiento:

    Pero pa m a s estrupiciolos letraos se nos volvieron.y ya tambien disunierona Muniz. con Aparicio;am empezaron su oiiciode entrigas y plumeria,ansi que de dia en dia,La cosa tal se [runcio,que e1 patriotismo vola[pues solo ambicion habial

    La critica a los "letrados" trasunta resentimientosocial .y vision cIasista. Son diferentes pero esas c : t t . :ferencias que para Ascasubi motivaban admiraci6nahorason objeto de critica moral. No se aprecia elvalor, Ia inteligencia, desde el momenta que fun-ciona al servicio de una degradacion etica, EI tono deJ~an Gimenez es el mas violento, sus imagenes lasmasferoces, aunque ampliamente comnartidas parlos amigos: -

    Y a La oreja siempre andany como sarna se pegan;deniran, salen, corren, bregan;._ " . : _ .__._ .. ._ . ._ . 1 .~3__ ___

    -,

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    .:Esta rnanera de ver a' 105 .. integrantes de laclase superior, urbana y educada, devendra un lugar.comun de 1a poesfa gauchesca y se prolongara has-ta nuestrosdfas, fijando -e l comportamiento ruralrespecto a las. elites intelectuales, Se complementa-por. oposiciou- con la vision de S1 mismos quetienen los personajes gauchos.Parten de la conviccion de que si no .han sidederrotados, tampoco han triunfado en su revoluci6ny que dentro de ella han-side los mas perjudicados.'Un -acento que se habta aida antafio en el Cielito.del Blandengue retirada, cruza par estas lamentacio-nes. Para Jose CenturionIa-guerra ha isido un malnegocio:

    .Julian Gimenez -no 10 contradice, sino .que 10corrobora:

    .La visi6n de los "dotores" "Y la de los "gauchos"'traza una' division. dentro del propio partido, que sereproduce identica en el adversario, delimitando sec.tores sociales mas que politicos. Este deslinde re-:sulta mas real que el anterior' y tiene su expresiondoctrinal en los dos conjuntosideoI6gicos que semanejaron cornplementariamente en la epoca: el "fu-sionisrno" y el"principismo", cuyo modulo basal fueel .reconocimiento, a un nivel mas elevado Y lucido

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    a Esta por hacerse una revalorizacion de la'Uamada ideo-logia del principismo, estudiandolacomo 'asuncion de una:. ; " conciencia d e - ' clase'.en' la [oven :burguesia del pais.Conta-, ) ' ~mas con varias excelentes estudiosacerca de las ideas (Juan, Antonio Oddone, EI principismo del setenta. .Montevideo,)-~ . Universidad de la Republica, 1956) y acerca de las bases.":( . ,economicas (Jose Pedro Barran y Benjamin Nahum, Histo:

    . ~ i ; ' . ; . ria rural del Uruguay moderno, Montevideo' Ediciones .de.l3.~ Ia Banda Oriental, 1967; dos vols.) dentro de 1'8 l inea de.~.

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    :Bacia el final del poerna ' el apacible MauricioBaliente expone como conclusion una fBosofia cris-tiana y encarece la obediencia a los ineserutablesmandates de Dios, asf como el reconocimiento dela bondad de los "magnates", sin que su discursoentusiasta .Iogre veneer el escepticismo burl6n deJulian Gimenez. Esta semilla que propaga fructifiesen la coda del poema,Desperdigados los amigos aparece un cuarto per-, . sonaje, el marrero Luciano Santos, que ha aida todo,

    escondido tras los matorrales. Le cabe la repre-sentaci6n del autor: ha de can tar el dialogo de los"tres gauchos" que designa como un "cuento na-cional" y corre a su cargo el discurso .solemne a los"gobiernos, gefes, dotores, menistros y chupadores"con que se resue1ve la obra, Tambien aquf Ia arti-culacion literaria, bastante chirrrante, que consisteen sacar un repentino oyente escondido, responde amotives ideo16gicos. Lussich debe ofrecer un discur-so que absorba, interprete y explique su poem a, uni-fique las opiniones dispersas y precise la demandasocial a nombre de todos los gauchos. Es Ia funcionde Luciano Santos y sus decimas. Hoy Io-Ilamarfa-mos equilibrado discurso reformista: primero pidebuenos tratospara el "paisano de ley" y enseguidaobserva que tal atencion depararta que viviera

    ._L. 'f.~., I'dujera cuando ' redacto su poema a cinco. anos mas

    tarde Ie parecen perjudiciales, Es una concepcionmas apacible 1a que proporciona a sus .lectores, quie-nes ya no estan en la misma situacion de hace unqulnquenlo, saliendo de una guerra larga y dolorosa,No es faciljnterpretar esta transformaci6n: saber sfel autor, como hiciera Hernandez en su diaric "El Riode la Plata" y posteriormeute desde Montevideo en"La Patria" con el cual colabora Lussich, trata decrear una imagen .Ievemente .idealizada del gaucho pa-ra defenderlo mejor, 0 si pretende que ellos, desti-natarios del texto, se amolden a esa imagen y seacomoden a Ia filosofia patema1ista del mensaje.La modificaci6n es notoria en una de las jactancio-.sas decimas de Luciano Santos. En 1872 decia:

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    sin me terse a revoltosoni a defender caudillaje.. ...:'~. .:. . ~I

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    . ..,. ,

    . ciacion ~ural recien creada a. El desparpajo .COD' .-;:;::.1que LUCIano Santos proclamaba el carneado de 'ha- :;~~.ciendas ajenas, resu.ltarfa un. desafio a' hi autbridad~~~r' J.de Latorre que hubiera servido para corroborar las :,~:~.dnisti~as medidas de la pacificacion de los :dUi1POs~'. ' ..N : j:El verismo del 72 no se soporta cinco afios despues, > . : ,.tan. profunda es la transfonnaci6n de Ia realidad ::;~..-nactonal, '< , i.Ambas -operaciones acentuan 'e I trasfondo: social"~~;I'del :poe~a: los tesnmonios de los paisanos.-:e~crit?s " ~ X : l i.a la vera de 105 sucesos y para que los leyeran, regis- .:. 1.traron reaIisticamente el lento -ydesalentado- ha- .

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    ; ..., .

    156.

    rernata ysubvierte esta orientaci6n, no' diIa necesidad de eludirla que se plantea hoy, .do otra .vfa de' acceso a esa literatura. Seprioritariarnente al adjetivo "gauchesca" s :menteal sustantivo "literatura", reiterando :nica figura del poIicfacon que Jakobsena una critica no literaria: "proponiendosealguien.: se apoderaba, al azar, de todo 10contraba en la habitacion e incluso de .Ias. que transitaban por las calles Iaterales" '".

    'Es obvio que el gaucho merece el recc)n()CimienitO'~;p6stumo de los rfoplatenses (sin retorica,.posible) y' justiffca documentadas-historicas l>pero la Iiteratura que 10 bacomo perscna]e y, mayoritariamente, como.tario de-su mensaje, merece tambien el estudio 'corresponda a su especificidad verbal y a su .tura .ideol6gica. al margen de los problemas

    ., 'rQslrriilitud que por tanto tiempo ban ocupadocrrtica, Estos no solo responden a teorias.cistas de la creaci6n sino. frecuentemente, acandores, Prescindir del capitulo hist6rico 016gico sobre el gaucho no significa..sino .consagrarse al campo de -Ia literatura,.diendo a Ia sensata recom~daci6n borgiana: '_~""';' :.pampa (1933) y La cabeza de Goliat (1940). Es entreba s que se sima su inicial ensayo prologal 111 Martin(19.38) . que es el punto de partida de su magna'.posterior.

    . a Roman Jakobsen : "La nouvel le poes ie russe" en OlJrer1!i01U";de poetioue, Paris, Du Seuil , 1973, .p, 11i.b Del abundante material existente, propondria elmea de Ricardo Rodriguez Molas, Historia social del.cho (Buenos Aires, Maru, 1968) que aunque recoge- teamientos anteriores del sutor propone