69425813004.pdf

download 69425813004.pdf

of 37

Transcript of 69425813004.pdf

  • 5/19/2018 69425813004.pdf

    1/37

    Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=69425813004

    Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina, el Caribe, Espaa y Portugal

    Sistema de Informacin Cientfica

    Gruel, Vctor M.Corrupcin y filantropa en el Hospital de La Rumorosa, 1931-1958

    Culturales, vol. VIII, nm. 16, julio-diciembre, 2012, pp. 123-158

    Universidad Autnoma de Baja California

    Mexicali, Mxico

    Cmo citar? Nmero completo Ms informacin del artculo Pgina de la revista

    Culturales,

    ISSN (Versin impresa): 1870-1191

    [email protected]

    Universidad Autnoma de Baja California

    Mxico

    www.redalyc.orgProyecto acadmico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

    http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=69425813004http://www.redalyc.org/comocitar.oa?id=69425813004http://www.redalyc.org/fasciculo.oa?id=694&numero=25813http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=69425813004http://www.redalyc.org/revista.oa?id=694http://www.redalyc.org/revista.oa?id=694http://www.redalyc.org/revista.oa?id=694http://www.redalyc.org/revista.oa?id=694http://www.redalyc.org/http://www.redalyc.org/revista.oa?id=694http://www.redalyc.org/revista.oa?id=694http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=69425813004http://www.redalyc.org/revista.oa?id=694http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=69425813004http://www.redalyc.org/fasciculo.oa?id=694&numero=25813http://www.redalyc.org/comocitar.oa?id=69425813004http://www.redalyc.org/
  • 5/19/2018 69425813004.pdf

    2/37

    123

    culturalesVOL. VIII, NM. 16, JULIO-DICIEMBRE DE 2012

    ISSN 1870-1191

    Corrupcin y lantropa en el Hospital

    de La Rumorosa, 1931-1958Vctor M. Gruel

    Universidad Autnoma de Baja California

    Resumen.Este artculo explora la desconocida historia del Hospital de LaRumorosa. El contexto que ser reconstruido es el devenir poltico delTerritorio Norte de la Baja California durante la primera mitad del sigloveinte. Despus de mencionar los orgenes y temprano poblamiento delpoblado de La Rumorosa, se intenta describir puntualmente el surgimientodel hospital. Con el propsito de situar las demandas que pacientes y gruposlantrpicos hicieron a las autoridades territoriales, este artculo presenta

    algunas notas de prensa. El centro de la discusin son las representacionesy signicados que tuvieron los conceptos locura y ser humanopara loslntropos que trabajaron en benecio del Hospital de La Rumorosa. Por

    ltimo, se hace nfasis en aquellas corruptelas que sumergieron a los pa-

    cientes en un cruel abandono.Palabras clave:1. corrupcin, 2. locura,

    3. lantropa, 4. Hospital de La Rumorosa.

    Abstract.This article explores the unknown history of the Hospital of LaRumorosa. The context will be rebuilt is the political future of the NorthernTerritory of Baja California during the rst half of the twentieth century. After

    mentioning the origins and early settlement of the town of La Rumorosa, I

    will try to describe the emergence of the hospital. In order to place the de-mands that patients and philanthropic groups made to territorial authorities,this article presented some press releases. The center of the discussion willfocus on representations and meanings that were the concepts of madnessand human being for philanthropists who worked on behald of the Hospitalof La Rumorosa. Finally, will emphasize those corruptions which plunged topatients in a cruel abandonment.

    Keywords:1. corruption, 2. madness,3. philanthropy, 4. Hospital of La Rumorosa.

  • 5/19/2018 69425813004.pdf

    3/37

    Culturales

    124

    Introduccin

    DOSFUERZASOPUESTASARTICULARONLAHISTORIARECIENTEdel Hospitalde La Rumorosa. La interaccin del gobierno del TerritorioNorte de la Baja California con las organizaciones civiles dela frontera norte construy varios episodios de franca oposi-cin. Durante los breves 27 aos de existencia del hospital,cuyas funciones fueron las de una institucin custodial, esdecir, un espacio de vigilancia y reclusin de los individuos

    que padecieron alguna degeneracin mental u orgnica (Scull,1993:284-293), algunos lntropos denunciaron las carestascon las que la burocracia sanitaria someti a los pacientes. Dealguna manera, los malentendidos que gener esta situacintuvieron origen en la idea errnea de que el Hospital de LaRumorosa haba sido manicomio. Antes bien, el gobierno terri-torial custodi a ciertos enfermos incurables, entre ellos algunos

    locos, quienes raras veces recibieron un tratamiento mdico opsiquitrico. A pesar de que los observadores contemporneosreconocieron la nomenclatura ocial del hospital, que diferen-ciaba entre pabellones de pacientes demenciales y pabellonesde tuberculosos (Dueas, 1986), algo ocurri que acentu susupuesta condicin manicomial. Para el presente artculo sedescartaron algunas fuentes de la historia institucional, y encambio se privilegiaron los artculos de peridicos y revistas

    de la poca, aspecto olvidado por la escasa literatura (Gruel,2010; Monay, 2007:37-39; Sosa, 2010:56-59). Las siguientespginas muestran los pormenores de un proyecto que fracas ensu misin curativa, al convertirse en un espacio instrumentadopara librar a Tijuana y Mexicali de sus enfermos incurables.

    El camino a la locura

    Lentamente, entre la primera y segunda dcada del siglo veinte,La Rumorosa comenz a poblarse como cualquier asentamiento

  • 5/19/2018 69425813004.pdf

    4/37

    Corrupcin y lantropa en el Hospital de La Rumorosa

    125

    rural de frontera. A nales del siglo diecinueve apenas exista aescasos kilmetros una ranchera de nombre Jacum, propiedad

    del ingeniero britnico William Denton (Gruel, 2010:104-105).Fuera de esta referencia cartogrca, no encuentro ms datossobre sitios cercanos a La Rumorosa, a no ser por las evidenciasmisionales, arqueolgicas y prehistricas de la Sierra de Jurez.Durante los primeros aos de su gobierno, Esteban Cant em-prendi una serie de obras modernizadoras del Distrito Norte dela Baja California. Por ejemplo, construy el Camino Nacional,

    carretera que comunic a Mexicali con Tijuana y Ensenada(Werne, 1980:18; Samaniego, 1998:63 y 2006:148). El caminotrazado a travs de la accidentada Cuesta de Picachos posibilitel asentamiento ulterior. En diciembre de 1918 la tesorera delDistrito Norte public un desplegado donde anunci que cobrarados pesos por transitar entre los puntos determinados Can deLlanos y La Rumorosa (Rodrguez Rosales, 2006:116). Para el

    Censo General de Poblacin

    de noviembre de 1921, La Rumorosaapareci bajo la categora de rancho y apenas contaba con 16habitantes (1926:39). Un testimonio de 1922 seal que apenasexisti un Ocial del Resguardo en su modesta ocina rural yunas cuantas casitas en el lomero (Lugo de Santoyo, 1988:14).

    En 1923, con el arribo de Abelardo L. Rodrguez al go-bierno y jefatura militar del Distrito Norte (Gmez Estrada,2007:164), se proyect en La Rumorosa un centro turstico y

    militar denominado Campo Alaska. Tuvo tal fuerza que parael Quinto Censo de Poblacin, de mayo de 1930, La Rumorosaapareci bajo la toponimia impuesta por Rodrguez, atrayendoa tal nmero de personas que el conteo arroj el dato de 194pobladores (1933:49). El complejo arquitectnico que el go-bernador construy proyectaba no slo un escenario diferente,en el sentido de atraer a turistas nacionales y estadunidenses,

    sino tambin un propsito logstico y administrativo (Rodrguez,1993:241). Para evitar el calor de Mexicali, edic una ncaveraniega para trasladar all las ocinas y la residencia distrital.Las tropas militares guarnecieron a unos cuantos metros, en un

  • 5/19/2018 69425813004.pdf

    5/37

    Culturales

    126

    cuartel construido ex profeso (1993:242). Rodrguez tambinconstruy una pequea escuela.

    Pese a las modestas dimensiones y las rsticas paredes demampostera, la casa de gobierno y el cuartel militar contaroncon todas las comodidades (Dueas, 1986:13). En 1924, despusde describir todos los servicios e indulgencias que recibira enel lugar, Abelardo L. Rodrguez invit a Plutarco Elas Callesa descansar una vez concluida su campaa electoral.1El testi-monio de un soldado del cuartel describi dnde y cmo los

    revolucionarios sonorenses consumieron bebidas embriagantes(Wilhelmy, 1956:102). Finalmente, entre agosto de 1928 y 1929,desde el Campo Alaska se organizaron algunas tropas para lasofocacin del movimiento de rebelda contra las institucio-nes, que encabezaron los ex generales Escobar y otros, armAbelardo L. Rodrguez.2

    En 1931, el gobernador del Territorio Norte de la Baja Califor-

    nia, Carlos Trejo Lerdo de Tejada, instrument la apertura delHospital de La Rumorosa. Este polmico abogado forj su carreracomo intelectual de rango medio de los Cientcos porrianos.El poltico sobrevivi la fase armada de la Revolucin en Cuba yuna vez recuperado el control por Venustiano Carranza regres aMxico. Trejo Lerdo de Tejada circul por varias dependencias,en especial por los servicios diplomticos, hasta que el presidentePascual Ortiz Rubio lo design gobernador de Baja California.

    Desde diciembre de 1930 sustituy al gobernador saliente, elmilitar michoacano Arturo Bernal (Samaniego, 1991:45). TrejoLerdo de Tejada, el a su ideologa positivista, armaba que laregeneracin slo poda lograrse por el camino de la evolucin(Gonzlez Gmez, 2006:51), por lo que, como muchos polticosposrevolucionarios, crey en la teora de la degeneracin mentaly racial. He aqu el primer fundamento del Hospital de La Ru-

    1FAPEC, Presidentes, s. 8, exp. 3, inv. 798, leg. 1, carta del 12 de mayo de 1924,Abelardo L. Rodrguez a Plutarco Elas Calles, f. 36. Calles acept la invitacinhasta 1933, cuando fue a la mansin de El Sauzal (Gmez Estrada, 2007:160).

    2AHEBC, Distrito Norte, c. 17, exp. 18, 31 de julio de 1929, Memoria de guerra,f. 6.

  • 5/19/2018 69425813004.pdf

    6/37

    Corrupcin y lantropa en el Hospital de La Rumorosa

    127

    morosa. A los seis meses de su gobierno, escribi un informedestinado a Ortiz Rubio:

    En el centro de la ciudad [de Mexicali] estaba situado el HospitalCivil en completo abandono. En l se encontraban asilados dementes,enfermos de lepra, de tuberculosis y otras enfermedades infecciosas:muchos de estos enfermos dorman a la intemperie, pues no habacamas bastantes. Para retirarse del centro de la ciudad este foco deinfeccin se aprovech la casa del Gobernador construida en La Ru-morosa, estableciendo all un lazareto y un manicomio al cual fueron

    trasladados los enfermos del Hospital Civil y en donde se encuentranen mucho mejores condiciones.3

    El gobernador del Territorio Norte no solicit permiso parainstalar el Hospital de La Rumorosa en los edicios construidospor Abelardo L. Rodrguez.4El hecho de que el Hospital de La Ru-morosa fuera establecido como lazareto y manicomio, simultnea-

    mente, contradice la teora clsica. Michel Foucault (1999) mostrcmo la locura digna de connarse al manicomio slo apareci enel pensamiento occidental cuando los leprosos no constituyeronun problema. Para el siglo trece, los antiguos lazaretos de Franciae Inglaterra fueron transformados en los primeros manicomios.Esto no ocurri as en el poblado de La Rumorosa, ya que ambasinstituciones aparecieron conjuntamente, gracias al utilitarismode Carlos Trejo Lerdo de Tejada. Entre 1930 y 1946, segn las

    estimaciones del Registro Nacional de Hansenianos, existieron 20casos de lepra en el Territorio Norte de la Baja California (Hernn-dez, 1970:231). Las creencias sobre esta enfermedad ameritaronuna leccin de aislamiento en la Sierra de Jurez.

    A pesar de que la principal razn para crear el Hospital deLa Rumorosa fue la urgencia de desalojar el Hospital Civil

    3AHME, Coleccin Adalberto Walther Meade, c. 10, exp. 44, 18 de agosto de1931, f. 7. (En las transcripciones se moderniz la ortografa en benecio del lector.)

    4Hasta julio de 1940, la Secretara de Defensa Nacional cedi los derechosdel predio al gobierno territorial. AGN , Direccin General de Gobierno, s.2.000(30)27620, c. 58, exp. 19, t. I/12, documento consultado en IIH-UABC, ref.9.81, f. 1.

  • 5/19/2018 69425813004.pdf

    7/37

    Culturales

    128

    de Mexicali, previamente la legislacin nacional plante unescenario diferente para Trejo Lerdo de Tejada. Ese mismo

    ao el Peridico Ocialdel Territorio Norte reprodujo el C-digo Penal para el Distrito Federal y Territorios Federales, enmateria de fuero comn. La legislacin oblig al gobernadora destinar un espacio para locos, idiotas, imbciles o los quesufran cualquier otra debilidad, enfermedad o anomala menta-les. La accin prescrita por el cdigo seal que los enfermossern recluidos en manicomios o en departamentos especia-

    les, por todo el tiempo necesario para su curacin y sometidoscon autorizacin del facultativo a un rgimen de trabajo.5Ajuzgar por los hechos venideros, Trejo Lerdo de Tejada optpor crear un departamento especial. No se limit a proyectarun manicomio, sino que dispuso de un espacio para contener aun amplio espectro de enfermedades. En este proyecto, nuncamencion la asesora de algn mdico o psiquiatra.

    En los meses posteriores a su destitucin y una vez en el DistritoFederal, Trejo Lerdo de Tejada publicNorte contra sur,libro endonde respondi a cada uno de sus detractores. El ex gobernadorcerr el texto con un resumen de las 37 acciones ms importan-tes de su gobierno. En la accin 16: Creacin del hospital paraenfermos infecciosos, tuberculosos y leprosos en La Rumorosa,pequeo pueblito [sic]situado en la serrana, a la mitad de lacarretera Mexicali a Tijuana (Trejo Lerdo de Tejada, 2007:255).

    El poltico justic el aislamiento de ese foco de infeccindebido a que el Camino Nacional era escasamente transitado. En1931, los terrinorteos viajaron del Valle de Mexicali a la costadel Pacco a travs de las carreteras estadunidenses del sur deCalifornia, segn apunt Trejo Lerdo de Tejada (2007:89).6Eltestimonio de un experto explica los cuidados que tendran queextremar quienes condujeran por el lado mexicano:

    5AHMM, Peridico Ocial,ref. 29, AHM/111.711931, t. XLIV, 20 de agosto de1931, p. 11.

    6En 1925, el recorrido en automvil del Valle de Mexicali a Tijuana, va elCamino Nacional, duraba entre seis u ocho horas (Brquez, 1997:128).

  • 5/19/2018 69425813004.pdf

    8/37

    Corrupcin y lantropa en el Hospital de La Rumorosa

    129

    El [C]amino [Nacional] es una notable obra de ingeniera, tiene un

    desarrollo de 11 kilmetros, en el que vence un desnivel de 806 me-

    tros, est alojada en los ancos de las montaas que forma[n] dichoCan y tiene grandes curvas y fuertes pendientes que requieren toda

    la atencin de los automovilistas para no precipitarse a los abismos

    que se extienden a un lado del camino.7

    Pese al peligro intrnseco, entre 1940 y 1950 miles de per-sonas transitaron por la carretera que conect las cabecerasmunicipales de Tijuana y Mexicali. Uno de los puntos inter-medios fue (y sigue siendo) La Rumorosa. Para el Sexto Censode Poblacin, de marzo de 1940, en calidad de campamentocontaba con 111 habitantes (1943:56). En el Sptimo Cen-so General de Poblacin, de junio de 1950, bajo la mismacategora, aument hasta 539 personas (1951:44).Quienesentraron hasta las ruinas de lo que fue el Campo Alaska ob-servaron el cuadro de miseria humana que el hospital ofreca

    a vecinos y viajeros. Pocos testimonios encontr donde losciudadanos buscaron algo ms que el exotismo radical de lalocura. De nuevo, en este punto radica una diferencia terica:en Francia, la tradicin de manicomios inaugurada por PhillipePinel (1745-1826) tuvo por origen la lantropa (Foucault,1999:206) y el humanitarismo (Sacristn, 2009:172). Estono ocurri en el Territorio Norte de la Baja California. Los

    lntropos y grupos humanitarios primero ayudaron y despusarticularon un discurso sin ningn rasgo de cientco sobrela enfermedad mental. Pese a esto, cada acto lantrpico seacompa de una posicin poltica que confrontaba a losresponsables del descuido hospitalario. Algunos lntroposasumieron actitudes silenciosas, limitadas a aportar recursosmateriales. En cambio, otros difundieron sus donativos fuerade los despachos burocrticos. Sobre estas diferencias versanlas siguientes pginas.

    7IIH-UABC,Boletn de la Sociedad Mexicana de Geografa y Estadstica, ref.

    1.44, junio de 1937, Julio Riquelme, Vas de comunicacin de la Baja California,

    f. 18.

  • 5/19/2018 69425813004.pdf

    9/37

    Culturales

    130

    La locura al descubierto

    El Hospital de La Rumorosa experiment entre 1931 y 1935,cuando Agustn Olachea diriga el Territorio Norte de la BajaCalifornia, un impulso inusitado. Durante este tiempo, se evi-denci que la institucin tendra que alojar un mnimo de 40pacientes. Como parte de su plan de egresos, Olachea solicit alos diputados de la XXXIV Legislatura la autorizacin necesariapara concluir el acondicionamiento del hospital (Gruel, 2010:48).

    De inmediato, el militar sudcaliforniano recibi el visto bueno y,por n, el proyecto obtuvo el reconocimiento ocial. El rgimende Olachea se caracteriz por un rechazo abierto a los repatriadossin dinero e indigentes (Alans Enciso, 2007:122) que arriba-ron a la frontera. El gobernador justic estas opiniones con undiscurso eugensico, pues segn sus palabras el Hospital de LaRumorosa era una institucin como haba otras, entre las que des-

    tacaba la colonia penal de la Isla de Guadalupe (Gruel, 2011:55).En diciembre de 1935 apareci en la prensa de Mexicali unaprotesta en contra de las anomalas ocurridas en el Hospital deLa Rumorosa. Jos Castanedo, editor y principal periodista deRevista Minerva,public un controvertido desplegado dondecriticaba las psimas condiciones en que se encuentra el sana-torio, para luego protestar por su cruel y criminal abandono.8Minervaretrat dos imgenes de la caresta: los pacientes eran

    infelices enfermos de enajenacin y de tuberculosis que parasu mayor desgracia han sido recluidos en la sierra. Para la se-gunda, preguntndose por el signicado de la institucin, utilizun juego de palabras: no se puede decir que cosa ser, y s sepuede asegurar que nada es. Ni sanatorio, tampoco manicomio;el periodista no encontr las palabras para clasicarlo. A losojos de un conservador como Jos Castanedo,9la existencia del

    8Revista Minerva,Protesta y peticin, 15 de diciembre de 1935, ao IX, nm.12, p. 12. Datos de ubicacin y publicacin, al nal del documento.

    9Aunque es palpable su conservadurismo, discrepo con las opiniones queaseguran que era nazi slo porque public un editorial sobre el complot judo(Trujillo, 2004:129).

  • 5/19/2018 69425813004.pdf

    10/37

    Corrupcin y lantropa en el Hospital de La Rumorosa

    131

    hospital represent un problema por s mismo. Aunque los terri-norteos quedaron asombrados por la degradacin descubierta,

    lo ms indigno result que el gobierno territorial lo permitiera.El autor luce ms preocupado por los agentes de la corrupcinque por detener las corruptelas mismas.

    Protestamos por la falta de alimentos adecuados, abrigos, cobijas,colchones y dems ropa propia de un establecimiento de esta natu-raleza; quedando expuestos [] los enfermos a aumentar sus malespor el hambre y el fro riguroso que se siente en esta regin elevada,o pereciendo antes de tiempo, as como tambin por falta de doctor ymedicinas [] Protestamos contra los robos de ropa y provisiones deboca, consumados durante el rgimen Olachesta [sic],y descubiertoshasta ahora; [] ignorndose quin ser el ladrn o ladrones quehayan dispuesto de esas remesas o el destino que se les haya dado, locual resultara indebido, pues la caridad fue hecha EXCLUSIVAMENTEPARAELSANATORIODELARUMOROSA.10

    Aunque la identidad del ladrn fue una incgnita, la nota pe-riodstica denunci asuntos insospechables en el Territorio Nortede la Baja California. En la segunda parte del desplegado, JosCastanedo solicit al gobernador Gildardo Magaa investigarquines fueron los culpables. Tambin proporcionar comida yropa necesarias a los pacientes de dicha institucin. Resultainteresante cmo el periodista entrecomill la ltima palabra. En

    parte, esta accin denota de manera irnica el carcter informaldel hospital. Detrs de la irona existe una crtica poltica, y sde algo se jact el rgimen posrevolucionario fue de crear ins-tituciones. En un ejercicio ocialista, deseando coincidir conlos postulados de Lzaro Crdenas, la nota contribuy a escrutarlos asuntos turbios del rgimen de Plutarco Elas Calles. Incluso,articul otras peticiones dirigidas a las autoridades sanitarias del

    Territorio [] para que se proceda al debido acondicionamientode ese lugar de miseria y dolor humano. Tambin solicit un

    10Revista Minerva,Protesta y peticin, 15 de diciembre de 1935, ao IX,nm. 12, p. 12.

  • 5/19/2018 69425813004.pdf

    11/37

    Culturales

    132

    mdico de planta, muebles, medicinas, pero sobre todo quese establezca una vigilancia estrecha y se atienda a los enfermos

    como debe atendrseles para su curacin. Con cuatro aos defundado, el Hospital de La Rumorosa no curaba a los pacientesni vigilaba la conducta de los empleados del mismo.

    Casi al nal del desplegado, el periodista ofreci una estampaque nubl an ms el horizonte. Para diciembre de 1935, el climaen el Territorio Norte atravesaba un intenso fro. La nieve cubrala Sierra de Jurez y los termmetros bajaron a menos de cero.

    Y as pasan las noches largas los enfermos, acostados sobre lostambores de las camas desrencijadas sin colchones. Una refe-rencia literaria le sirvi para darle mayor fuerza al argumento:Todos [los enfermos] estn convertidos en espectros vivientesde la Divina Comedia, y ni siquiera el auxilio que suele mandar-les la conmiseracin pblica llega a sus manos.11El contrasteentre la proximidad del evento navideo y la mencin dantesca12

    dot a la denuncia de un referente cultural. A pesar de que LaRumorosa pareca un inerno en la montaa, las festividadesnavideas motivaron los primeros actos lantrpicos:

    Ya en prensa esta edicin lleg a nuestro conocimiento, que los aprecia-bles seores Juan J. Robles, Miguel Padilla Aldrete y Roberto Encinas,miembros del Club Rotario de Tijuana, temerosos por los robos que hanocurrido, fueron personalmente a La Rumorosa a llevar cobijas, ropa y

    algunos alimentos a los enfermos; auxilios que dicho club reuni entresus asociados para regalarles su navidad a los pacientes o rateras. Sabe-mos que de Mexicali se les mandar tambin un regalo de Noche Buena.Conviene que los donantes, como los de Tijuana, vayan personalmentea llevarlo, entre tanto no se aclare lo ocurrido en meses pasados.13

    11Revista Minerva,Protesta y peticin, 15 de diciembre de 1935, ao IX,nm. 12, p. 30.

    12Una dcada despus, cuando el periodista Fernando Jordn visit el hospital,

    tambin utiliz una cita literaria para ironizar la situacin de La Rumorosa: elDvos mexicano, rerindose al poblado suizo donde se ubic el hospital tuber-culoso deLa montaa mgica,la novela de Thomas Mann (Jordn, 1976:130-131).

    13Revista Minerva,Protesta y peticin, 15 de diciembre de 1935, ao IX,nm. 12, p. 30.

  • 5/19/2018 69425813004.pdf

    12/37

    Corrupcin y lantropa en el Hospital de La Rumorosa

    133

    El nombre del ladrn que Jos Castanedo desconoca fue Mi-guel Delgado. Tal y como lo sospech el periodista, los robos

    y desvos de recursos pblicos apuntaran, tarde o temprano,hacia Agustn Olachea. El seor Delgado, delegado municipalen Mexicali del Partido Nacional Revolucionario, declar alpresidente Abelardo L. Rodrguez su apoyo incondicional aOlachea.14Entre la nota periodstica deMinervay las acusacio-nes que hizo Raymundo Acevedo, enfermero y administradordel hospital, sucedieron varias cosas en el Territorio Norte. En

    menos de un ao, el control poltico se modic dos veces: Gil-dardo Magaa sali en febrero de 1936, tras sugerirle a LzaroCrdenas la reapertura del casino e hipdromo de Agua Caliente(Vanderwood, 2008:190-191). Sin persuadir al presidente, Ma-gaa fue sustituido por Gabriel Gavira, quien permaneci enel puesto hasta agosto de 1936. Durante el escaso tiempo quegobern Baja California, Gavira propuso la desquiciada idea de

    pagarle a migrantes, repatriados y terrinorteos 10 dlares contal de que dejaran la pennsula (Vanderwood, 2008:192). Estamedida, al igual que la de Magaa, molest a Crdenas, quienpreparaba un importante proyecto agrario en la regin.

    Rafael Navarro Cortina asumi el gobierno del Territorio Norteen agosto de 1936 (Aguirre Bernal, 1966:324). A los pocos dasllegaron a su escritorio un par de ocios relacionados con el Hos-pital de La Rumorosa. El 4 de septiembre de 1936, Raymundo

    Acevedo relat al gobernador lo siguiente:

    El seor Delgado desde que se hizo cargo de la alimentacin no ha cum-plido con sus obligaciones como es debido, diariamente los enfermosexponen sus quejas [] rerindose a los alimentos escasos y malos,varias veces se le ha llamado la atencin al mencionado contratista,concretndose a decir solamente que [] no le cubre la Tesorera Ge-neral la cantidad que arrojan las papeletas [] Adems los enfermos y

    empleados [] informan que este seor en poca pasada estuvo al frente

    14AHSDN, Direccin del Archivo Histrico de Cancelados, XI/III/I-549, t. III, 12de agosto de 1932, telegrama de Miguel Delgado a Abelardo L. Rodrguez, f.697-698.

  • 5/19/2018 69425813004.pdf

    13/37

    Culturales

    134

    del hospital desempeando los cargos de administrador, proveedor ysubdelegado del gobierno y se vio en la necesidad de renunciar debido

    a que la Comisin Investigadora que mand el gobierno del Sr. Gral.Magaa, le comprob el mal manejo de fondos y los abusos de autoridadque cometi tanto con los vecinos de este lugar como con los mismosenfermos [] y [que] nicamente esper el cambio de gobierno parasolicitar nuevamente la proveedura [] al Gral. Gavira.15

    El denunciante se vio orillado a pedir a los vecinos los re-cursos necesarios para alimentar a los pacientes. Desesperado

    por la demora del proveedor, termin informando a la mximaautoridad territorial. Las noticias que expuso lo comprometieronan ms, porque pacientes y empleados sospecharon que ambos,denunciado y denunciante, estuvieron en contubernio.16Lo peorfue que desde el 4 de septiembre Miguel Delgado ascendi un parde veces la Cuesta de Picachos. La pequea racin que proveyfue de frijoles y arroz, de leche solamente 15 litros para 52

    individuos que hay en la actualidad recluidos. Posiblemente, elhambre que sufrieron los enfermos agrav su enclenque estado desalud. Como respuesta ante tales problemticas, los subordinadosde Navarro Cortina se dieron a la tarea de encontrar a alguien parasuministrar los alimentos. La elegida fue Luz Zamora, originariadel Valle de Mexicali, quien, a diferencia de Delgado, transpa-rent su plan de trabajo elaborando un presupuesto aproximadode gastos que se requieren para proporcionar alimentacin mixtaa 50 enfermos.17En el presupuesto tambin anot una suertede rgimen diettico: En cuanto a los enfermos de dieta, se lesatender de acuerdo con la prescripcin del mdico. No hubo tal.

    Mientras que Rafael Navarro Cortina y su equipo de trabajo

    15AHEBC, Gobierno del Estado, c. 218, exp. 1, Alimentacin de enfermos LaRumorosa, 4 de septiembre de 1936, carta de Raymundo Acevedo al generalRafael Navarro Cortina.

    16AHEBC, Gobierno del Estado, c. 218, exp. 1, Alimentacin de enfermos LaRumorosa, 25 de septiembre de 1936, carta de Raymundo Acevedo al secretariogeneral de Gobierno del Territorio Norte.

    17AHEBC, Gobierno del Estado, c. 218, exp. 1, Alimentacin de enfermos LaRumorosa, 10 de noviembre de 1936, presupuesto elaborado por Luz Zamora.

  • 5/19/2018 69425813004.pdf

    14/37

    Corrupcin y lantropa en el Hospital de La Rumorosa

    135

    estudiaron el presupuesto que Luz Zamora les entreg, las cosasen La Rumorosa se salieron de control. El 24 de noviembre de

    1936 Raymundo Acevedo se traslad hasta Mexicali y se dirigi ala ocina de Miguel Guerra, jefe de Obras Pblicas del TerritorioNorte. El administrador del Hospital de La Rumorosa inform queMiguel Delgado tena una semana sin asistir, esto es, una semana enla que los asilados no comieron a costas del erario pblico. Entonces,Guerra solicit a Martn Mendoza, empleado de Obras Pblicas, queasistiera al poblado y comprobara estos rumores. La indagacin

    result en un extenso informe, citado en dos partes:

    Hoy en la maana visit a todos y cada uno de los asilados, los cualessuman entre hombres y mujeres 40, quienes me manifestaron quesu alimentacin es escasa y pobre, componindose esta de frijoles ytortillas de harina sin manteca y muy rara vez una escassima racinde carne [] El personal protesta por la mala alimentacin que lesministra el Sr. Delgado, y arman que con frecuencia se agotan las

    provisiones y tiene que recurrir a los vecinos pidiendo provisionesprestadas o a su crdito, y maniestan [] que el contratista Sr. Del-gado da algunas vueltas al mes pero sin las provisiones y cuandolleva, las entrega para 20 das, no siendo sucientes.18

    Las cantidades exactas de alimentos que Miguel Delgado pro-porcion en la ltima ocasin fueron sealadas con minucia. Sidebemos creerle al informe, cabra destacar que entre un momento

    y otro la poblacin de internos se redujo. Tambin sucedi que:

    Se suscit un ligero altercado entre los seores Miguel Delgado y Ra-ymundo Acevedo, diciendo el primero al segundo que todas sus quejaseran motivadas por la envidia y que para terminar con ellas le proponacambiar de empleos, siempre que Acevedo se comprometiera a darle trespesos diarios al obtener el contrato de alimentacin, cosa que Delgado secompromete con Acevedo a conseguir de la superioridad (el cambio de

    nombramientos). Acevedo protest diciendo que no eran envidias, que

    18AHEBC, Gobierno del Estado, c. 218, exp. 1, Alimentacin de enfermos LaRumorosa, 26 de noviembre de 1936, carta de Miguel Guerra al secretario generalde Gobierno del Territorio Norte, f. 1-2.

  • 5/19/2018 69425813004.pdf

    15/37

    Culturales

    136

    est conforme con su empleo y slo procura cumplir con su deber y quepor eso ha ido a poner la queja de las anomalas a [] Obras Pblicas.

    [] Pude enterarme de dos cosas: que la noche anterior haba fallecidoel soldado del 14 Batalln Melquiades Orozco, habindoseme informadopor algunos enfermos que en su agona peda que comer y no hubo ab-solutamente nada que darle. Y segunda: de dos dementes encalabozadosestando uno de ellos en un periodo de conciencia bastante despejada, porlo que orden que lo sacaran a tomar sol. El administrador me informque los tiene encerrados porque son locos furiosos y cuando estn sose-gados les da por irse, es por ello que siempre los tiene en el calabozo. 19

    Martn Mendoza lleg hasta el punto de desmontar el concepto deRaymundo Acevedo sobre locura furiosa. Sin la debida confrontacincon el punto de vista psiquitrico, en La Rumorosa un loco furiosofue aquel custodiado en una mazmorra. En marzo de 1937 RodolfoSnchez Taboada sustituy a Rafael Navarro Cortina (AguirreBernal, 1966:332). Lzaro Crdenas mantuvo a Rodolfo SnchezTaboada en el Territorio Norte hasta el nal de su periodo, y nofue hasta la Segunda Guerra Mundial que Manuel vila Camachocambi de gobernador para Baja California. Siete aos en el poder,Snchez Taboada se caracteriz por implementar el programa car-denista (Taylor Hansen, 2010), y tambin, en agosto de 1937, tomuna medida importante para el hospital: gestion el traslad de 44pacientes al Manicomio General de La Castaeda (Gruel, 2010:84),en el Distrito Federal. Si en La Rumorosa exista un manicomio, por

    qu trasladar a los enfermos a La Castaeda?En el verano de 1942, nuevas protestas denunciaron las co-

    rruptelas del hospital. El 15 de junio, Amalia Jaime, afanadorade la institucin, escribi una queja sobre sus condiciones detrabajo, pues careca de los enseres indispensables para limpiarlos pabellones. De hecho, ni siquiera contaba con lea, tinas,pues estos implementos son proporcionados de su propio sueldo,

    acto que perjudica a sus raquticas condiciones econmicas, ya19AHEBC, Gobierno del Estado, c. 218, exp. 1, Alimentacin de enfermos La

    Rumorosa, 26 de noviembre de 1936, carta de Miguel Guerra al secretario general

    de Gobierno del Territorio Norte, f. 2-3.

  • 5/19/2018 69425813004.pdf

    16/37

    Corrupcin y lantropa en el Hospital de La Rumorosa

    137

    que anteriormente se le proporcionaba todo.20 La empleadatambin se quej de la nula colaboracin de los enfermeros,

    quienes no tomaban lista cuando preparaban la ropa por lavar;mucho menos la depositaban en un mismo sitio.

    Que en el departamento de dementes tiene un hijo y que el personalencargado de aplicar las medicinas, como inyecciones, siempre se harehusado a hacerlo, y si lo hace es a base de reproches e insultos a estosenfermos que ninguna culpa tienen que el destino los [haya] colocadoen esta situacin; ya que para los dolientes es muy triste y penoso recibirtratos indirectos de personas que deben tener un comportamiento mssocial y humano con la gente que de ellos pide un servicio.21

    Amalia Jaime explic en lenguaje llano las negligencias queagravaron los padecimientos de los pacientes del Hospital de LaRumorosa. Aparecen por primera vez un conjunto de valores ycreencias que denunciaron las desgracias de este nosocomio. La

    importancia del texto de Amalia Jaime radica en que su crtica esuna respuesta inmediata a los atropellos. En la simpleza discursi-va que caracteriz a la afanadora, por n emergieron los esque-mas culturales de Occidente que asocian la experiencia trgicade la locura con la enfermedad mental (Foucault, 1999:70). Estatragedia es la causa aparente de que algunos humanos sean consi-derados locos y, por lo mismo, concluyan sus vidas fuera de smismos. La enfermedad se convierte en el cuadro que explica lacada en un destino (Porter, 2002:14). Para una mentalidad ajenaa planteamientos neurolgicos y psiquitricos, la etiologa deldesorden mental se encontr en los terrenos de lo inexplicable eincognoscible. Al esbozar su discurso, Amalia Jaime sustituylos ideales providenciales que predestinaron a las personas aenfermar. Pas del esquema que comprende la desgracia comoefecto de la calidad moral de la persona a una concepcin ms

    20AHEBC, Gobierno del Estado, c. 326, exp. 1, Servicios Coordinados de Salubri-dad y Asistencia, 15 de junio de 1942, carta de Amalia Jaime al jefe de ServiciosSanitarios Coordinados.

    21AHEBC, idem.

  • 5/19/2018 69425813004.pdf

    17/37

    Culturales

    138

    cientca. A travs de su punto de vista secular, concluy quelos pacientes no tuvieron la culpa de enloquecer. Gracias a las

    pautas empticas que la maternidad proporcionaba, absolvi yhumaniz a los locos de La Rumorosa. Por ello descalicaba alos empleados que insultaron y maltrataron a los internos.

    Para avivar el descontento en el Hospital de La Rumorosa, losmismos pacientes escribieron una carta a Servicios Coordina-dos de Salubridad y Asistencia. En la misiva revelaron de vivavoz sus condiciones de vida. La queja fue frontal y directa: se

    lamentaron del trato que reciban por parte del personal.22Uti-lizaron palabras elocuentes: la [administradora] nada ha hechopor llevar a cabo la buena marcha del hospital. Una diferenciacon los documentos ociales fue que para escribir su carta losquejosos no emplearon una mquina de escribir:

    Nosotros, como ya le hemos dicho a usted en otra ocasin, necesitamosuna mejor alimentacin porque la [que] nos est[n] suministrando espsima pues la seora administradora est de acuerdo con la provee-dora de la alimentacin. Por lo cual se nos da de comer la comida msbarata [] Desde que separaron el edicio quedaron sin componerlos excusados, notndose por todo el hospital un olor inmundo []Finalmente, [la administradora] est de pleito con algunos empleados,cosa que redunda en perjuicio nuestro.23

    En verdad, las enemistades que cultiv la administradora delhospital redundaron en una serie de perjuicios que pauperizaronla calidad de vida de los asilados. Por ejemplo, al comienzo decada da, despus de dormitar en el srdido cobijo del pabelln,vistieron las escasas prendas que la administradora les propor-cion. Durante el resto de la jornada fueron maltratados y malalimentados por los enfermeros, hambrientos y esperanzados enrecibir un tratamiento que curase sus enfermedades, y aguarda-

    22AHEBC, Gobierno del Estado, c. 326, exp. 1, Servicios Coordinados de Asis-tencia, 22 de agosto de 1942, manuscrito de Simn Hernndez, Carlos Moreno,Antonio Flix, Loreto Gonzlez, Pedro Cimental, Lucina Quiroz, Mara de losngeles de la Lora, Raquel Torres y Heliodora Snchez.

    23AHEBC, idem.

  • 5/19/2018 69425813004.pdf

    18/37

    Corrupcin y lantropa en el Hospital de La Rumorosa

    139

    ron en vano a un mdico que raras veces los visitaba (Dueas,1986:12). El acto privado de defecar y la presencia olorosa de los

    excrementos (el olor inmundo descrito) en el hospital fueronparte central de su denuncia. Tal como apunt un historiadorfrancs, el Estado-nacin obliga a ciertos sujetos a oler la inmun-dicia como parte de un aprendizaje poltico (Laporte, 1998:69).

    Los donativos de Carmen Canta

    Proveniente del Valle de Mexicali, Carmen Canta visit variasveces el Hospital de La Rumorosa. En 1946 aparecieron en elsemanario El Regional11 notas relacionadas con las recolectasque emprendi en la capital del Territorio Norte de la Baja Cali-fornia. El 23 de febrero se public una lista de la colecta hechapor la Sra. Carmen Canta, para ayuda de los reos de la crcelde esta ciudad y los enfermos y dementes de La Rumorosa.24Endos columnas aparecieron los nombres de 192 ciudadanos y lascantidades de sus donaciones; tambin se agradeci a AlfonsoRivera, quien no cobr los viajes al poblado. Algunos donadoresfueron annimos; otros escribieron un amigo especial, y en lamayora de los casos, la inicial del nombre de pila y el apellidopaterno. Un promedio de entre 150 y 200 donadores aparecieronen los nmeros correspondientes a los das 2, 9 y 23 de marzo, 13

    y 20 de abril, y 11, 18 y 25 de mayo de 1946. El 31 de agosto JosCastillo, director del semanario, public otra nota sobre el tema:

    La seora Carmen Cant hace un llamado a la sociedad de Mexicali,para que todas aquellas personas que tengan prendas de vestir que yano usen, se sirvan regalrselas, para ella a su vez mandrselas a loslocos y tuberculosos asilados en La Rumorosa.

    Difcilmente hay una persona que no conozca a la seora Canta, que

    ao tras ao, y por mucho tiempo, ayudada por las generosas personascuyos nombres ya se han publicado en estas columnas, socorre a los me-nesterosos, siendo ella la que con la colaboracin mencionada, ha hecho

    24El Regional,Al pblico, 23 de febrero de 1946, ao XXIV, nm. 216, p. 7.

  • 5/19/2018 69425813004.pdf

    19/37

    Culturales

    140

    los mejores regalos consistentes en ropa, cobijas y calzado a los presosen Navidad, y a los enfermos de La Rumorosa en distintas ocasiones.25

    De inmediato, Jos Castillo convirti su imprenta en centro deacopio. El periodista, uno de los ms combativos de la prensa ba-

    jacaliforniana, pas muchas temporadas en la crcel por faltas ala autoridad (Trujillo, 2004:99). Por ello permiti que El Regionalfuera el rgano vocero de la seora Canta; a n de cuentas, con estasacciones sigui golpeando al gobierno territorial. Para septiembre,

    habiendo recibido ms donativos, Castillo reiter a sus lectores quecon sus desperdicios mitigan las penas de los que sufren.26Tambinrecord que la ropa vieja ser muy til, pues se acerca el crudoinvierno [y] all es muy fro, nieva. Con lo anterior, ms o menosse revela el modus operandi:durante el verano la seora buscdonativos y en el otoo los reparti entre los locos de La Rumorosa.

    Los abusos de autoridad ocurridos en el Hospital de La Rumorosa yla crcel pblica de Mexicali no fueron material exclusivo de CarmenCanta y Jos Castillo. En 1947 un par de editoriales del semanarioEl Tecoloteabordaron el tema. En torno a La Rumorosa debi existirun ncleo coherente de experiencias, porque diferentes periodistas delas ms diversas lneas editoriales e ideolgicas reexionaron ms omenos en los mismos trminos. El editorialista interpel a la opininpblica, persuadindola de quedar horrorizada de tanta ignominia departe de nuestras autoridades (cualquier que stas sean).27Un lugar

    comn fund la homogeneidad de las opiniones: slo el gobiernoterritorial era el responsable de que el enfermo se ve como un des-perdicio de la sociedad. Los juegos de palabras volvieron entretenidala nota, que por su crudeza estuvo destinada a vender todo el tiraje:el tuberculoso se vuelve loco y el loco se vuelve tuberculoso. Conla frase, no slo se exhibieron las mltiples redes de contagio dentro

    25El Regional,Caridad, 31 de agosto de 1946, ao XXIV, nm. 243, primeraplana.

    26El Regional,Ms donaciones, 14 de septiembre de 1946, ao XXIV, nm.245, primera plana.

    27El Tecolote,Sigue el Santo Tribunal de La Inquisicin en La Rumorosa,23 de noviembre de 1947, ao XIII, nm. 22, primera plana.

  • 5/19/2018 69425813004.pdf

    20/37

    Corrupcin y lantropa en el Hospital de La Rumorosa

    141

    del hospital, sino que continu la indistincin entre un padecimientoy otro,28signo de que el tratamiento especializado an no llegaba a la

    Sierra de Jurez. Por otro lado, Fernando Jordn y Jos Castanedo nofueron los nicos en traducir lo observado a unos referentes literarios.El Tecolotecit a Len Tolstoi, El reino de Dios est en vosotros(1894). En dicho ensayo el novelista ruso sintetiz su pensamientocristiano, y dichas interpretaciones dieron pie a lo siguiente: Ahcmo necesitamos un hombre que siquiera traiga el disfraz de eseJess de Nazareth!... Para que vaya a La Rumorosa y a la Crcel para

    consolar a esos seres tan humanos como nosotros.29Este humanita-rismo, con sus marcadas races de cristiandad y desobediencia civil,encontr en Tolstoi un fundamento esencial.

    Para nales de 1949, un documento ocial registr la visita deCarmen Canta al hospital. Ese ao, en dos ocasiones entregropas y edredones a los asilados. Roberto Serrano, subdelegadoen La Rumorosa, dirigi un informe a Alfonso Garca Gonzlez,

    gobernador entre 1947 y 1953 (Aguirre Bernal, 1966:355-371).El 9 de diciembre de 1949 Carmen Canta solicit permiso alsubdelegado para entregar ropas sucientes para 34 pacientes,de los cuales seis eran tuberculosos y el resto, locos. Al parecer,stos eran los nicos pacientes del hospital, ya que sobr ropa:

    El nmero de beneciados son 34 [] y quedando ms ropa en casade uno de los que hacen el servicio del manicomio, para repartrselas

    conforme a las necesidades de cada uno o como lo vayan necesitando.Quedando en existencia 10 pares de pantalones, zapatos 11 pares y70 piezas ms de diversas variedades.30

    Serrano aprovech esta carta para enfatizar que los pacientes notenan cobijas y el invierno es demasiado fro. A lo que se refera

    28En el siglo veinte fue frecuente considerar que la locura y la tuberculosis eranenfermedades semejantes (Sontag, 2003:53).

    29El Tecolote,Sigue el Santo Tribunal de La Inquisicin en La Rumorosa,23 de noviembre de 1947, ao XIII, nm. 22, p. 4. El autor conoci el CampoAlaska ya que dijo que el pabelln de dementes era un cuartelucho inquisitorial.

    30AGMST, Territorio, s. Subdelegaciones, sin clasicacin, 11 de diciembrede 1949, ocio nm. 64 de Roberto Serrano al gobernador del Territorio Norte.

  • 5/19/2018 69425813004.pdf

    21/37

    Culturales

    142

    era a que el gobierno an no enviaba los recursos necesarios, valas arcas pblicas, para mantener a los enfermos. Diez das despus

    de su visita, Canta volvi a entregar un paquete con 12 cobijas ala subdelegacin del poblado. Las mantas se destinaron a un sitioespecco, el pabelln de dementes de este lugar; a la vez le co-munic que inmediatamente se procedi a su reparticin.31

    Filantropa chicana

    A principios de 1950, Roberto Serrano recibi nuevos visitantes.Esta vez fue una comisin integrada por cinco personas: dos doc-tores y tres seores, apunt el subdelegado. La visita ocurri elda 15 de enero y estas personas se identicaron como integrantesde la Alianza Hispanoamericana. Esta organizacin fue fundada amediados del siglo diecinueve en Tucson, Arizona, por MarianoGuadalupe Samaniego y otros mexicoestadunidenses, agrupadoscon el propsito explcito de ayudar a sus semejantes (Gmez-Quiones, 2004; Servn, 1996:108). A partir de la dcada de 1930, laalianza permiti aliaciones de ciudadanos mexicanos, por lo que seformaron 56 logias en el sur de California (Pichardo, 1988:93-155).Con esta incorporacin se increment de 11 176 aliados en 1932(Servn, 1996:115) a 18 000 en 1939 (Gmez-Quiones, 2004:90).La consigna de Proteccin, moralidad e instruccin condujo a

    cinco de sus miembros a La Rumorosa. Escribi el subdelegado:

    Los doctores Francisco Olivas y [...] Servando Gutirrez, y los seores

    Juan Gonzlez Cobin, Luis Bastidas y Antonio Martnez, los cuales

    manifestaron que su visita a La Rumorosa era para darse cuenta del

    nmero de los asilados de este lugar, para traerles lo ms necesario

    que necesiten, por lo que esta autoridad a mi cargo los acompa para

    que visitaran el manicomio y a los tuberculosos.32

    31AGMST, Territorio, s. Subdelegaciones, sin clasicacin, 19 de diciembrede 1949, ocio nm. 69 de Roberto Serrano al gobernador del Territorio Norte.

    32AGMST, Territorio, s. Subdelegaciones, sin clasicacin, 16 de enero de 1950,ocio nm. 76 de Roberto Serrano al gobernador del Territorio Norte de la BajaCalifornia.

  • 5/19/2018 69425813004.pdf

    22/37

    Corrupcin y lantropa en el Hospital de La Rumorosa

    143

    Aunque sea la nica evidencia de la Alianza Hispanoamericana queencontr,33sus inquietudes me parecen legtimas. Cuntos pacientes

    hubo en La Rumorosa? Justo por estas fechas alguien respondi aesta pregunta. En mayo de 1950, el que fuera director del manicomioLa Castaeda, Dr. Samuel Ramrez Moreno, preparaba un trabajosobre la psiquiatra en Mxico (Campo Farfn, 2007:102). En elmarco del Congreso Internacional de Psiquiatra, celebrado ese aoen Pars, escribi la monografa. En el informe nal revis la situa-cin nacional de las instituciones de salud mental, enumer todos

    y cada uno de los hospitales mentales existentes hasta el momento.Acerca del Territorio Norte de la Baja California escribi: Hospitalde La Rumorosa. Depende del gobierno local, con nmero total de32 enfermos (Ramrez Moreno, 1950:36). Entre el dato proporcio-nado por los donativos de Carmen Canta y la cifra que sustent elpsiquiatra existe cierta coherencia y continuidad. Supone que dosinternos fallecieron entre diciembre de 1949 y mayo de 1950.

    El Club Rotario, en 1935, y la Alianza Hispanoamericana,en 1950, no fueron las nicas agrupaciones de orgenes esta-dunidenses e ideologa mutualista (Gmez-Quiones, 2004:90)que visitaron el Hospital de La Rumorosa. Tres aos despusapareci en la geografa del Territorio Norte otra agrupacincuyos miembros se localizaron en Estados Unidos. Se trat dela organizacin chicana Los Caballeros de la Gran Tenochtitln.Segn el socilogo Nelson Pichardo, la lgica que agrup a estas

    asociaciones mutualistas fue el voluntariado con el designioexplcito de mejorar las condiciones laborales y educativas delas comunidades chicanas (1988:93). A principios de la dcadade 1930, en el condado de San Diego, California, se constitu-yeron como grupo. El peridico hispano La Opinin,editadoen Los ngeles, fue su principal medio de difusin (Pichardo,1988:135). Como mostrar a continuacin, 23 aos despus de su

    33Un testimonio seal que para 1936 en Mexicali fueron frecuentes los bailespatrocinados por la logia 62 de la alianza, esta ltima famosa en ambos lados dela frontera, pues cont con miembros de todas las clases sociales (Brquez,1997:121).

  • 5/19/2018 69425813004.pdf

    23/37

    Culturales

    144

    fundacin, la experiencia que brind el Hospital de La Rumorosatransform la misin de una de sus facciones.

    El 12 de junio de 1953, dos integrantes de Los Caballeros dela Gran Tenochtitln dirigieron un ocio al delegado en Tecate.34En la carta sealaron que seis das atrs, en sesin ordinaria, estaasamblea acord se formara un Patronato Pro-Abandonados en LaRumorosa, B. C., Mxico. Dos funcionarios del gobierno mexicanoapoyaron la creacin de este patronato: el delegado de gobierno enTijuana, Salvador Sierra Vera,35y el cnsul mexicano en San Diego,

    Santiago Campbell. Este ltimo tuvo una larga trayectoria polticay diplomtica.36Oriundo del norte de Sonora, mencion en la hojade su nombramiento que trabaj con Plutarco Elas Calles. Prime-ro prest al hombre fuerte de la Revolucin sus servicios comomilitar; despus fue empleado en un establecimiento mercantilpropiedad del Jefe Mximo. Luego de ocho aos como auxiliar deescribiente, a partir de 1928 ocup el consulado en varias ciudades

    estadunidenses, cuyas poblaciones de chicanos y migrantes mexi-canos fueron (y siguen siendo) numerosas: El Paso, Texas, y lasciudades californianas de Fresno, Los ngeles y San Francisco.Ocup el puesto diplomtico en San Diego de 1944 a 1962, paradespus continuar sus labores en Alemania. En los 18 aos queSantiago Campbell trabaj en la regin fronteriza probablementese enter del Hospital de La Rumorosa. En esta primera incursin

    por escrito, el patronato ofreci un texto de gran fuerza testimonial:Conociendo con amplitud el lamentable como penoso estado en quese encuentran el grupo de enfermos connados en La Rumorosa,que no por ser contagiosas sus enfermedades, los pongan fuera delderecho que como humanos tienen y como compatriotas tambin, y

    34AGMST, Territorio, s. Subdelegaciones, sin clasicacin, 12 de junio de 1953,ocio s/n de Luciano Salazar y Jos Franco al delegado de gobierno en Tecate.

    35En 1925 se quej ante Abelardo L. Rodrguez sobre chinos y estadunidensesque acapararon las fuentes de empleo que les correspondan a mexicanos (Sama-niego, 2009:96).

    36ASRE, Genaro Estrada, s. Ocina del personal, exp. 1, se/131/38, leg. IV-110-2, f. 363.

  • 5/19/2018 69425813004.pdf

    24/37

    Corrupcin y lantropa en el Hospital de La Rumorosa

    145

    sabiendo que este mal no es de ahora solamente, ni usted directamenteel responsable de esas penosas condiciones.37

    Luego de leer el prrafo anterior, se evidencia que Los Caballerosde la Gran Tenochtitln mantuvieron un criterio relativo a aspectos

    jurdicos y sanitarios: no porque el contacto con estos enfermosconnados resultase contagioso, sus derechos debieron abolirse.Antes de hermanarse con ellos, en funcin de rasgos culturalesms o menos comunes, el patronato apel a una condicin humana

    ms esencial y fundamental. Esta condicin estuvo ms all decualquier adscripcin a un Estado-nacin. No obstante, con lasalusiones a la responsabilidad y el tiempo que llev funcionandoel hospital, el patronato tena otra intencin adems de mostrar laproblemtica que enfrentara. Los rmantes de la carta de junio,Luciano Salazar (presidente) y Jos Franco (secretario), residentesde San Diego, invitaron a colaborar al delegado en Tecate, AnteroGonzlez. Le dirigieron las siguientes palabras:

    Conociendo los mritos que a usted garantizan en su representacinciudadana por unanimidad se acord nombrarlo como parte integrantedel patronato [] Esperando que usted como todos se digne aceptartan penoso pero necesario cargo, le agradeceremos su pronta contes-tacin y el conocimiento de la fecha en que se renan ustedes y lo queacuerden para poder empezar a obrar en benecio de los desheredadosconforme ustedes nos lo indiquen.38

    Desconozco toda la documentacin de esta agrupacin, perointuyo algo sobre cmo fue formndose el patronato adjunto a LosCaballeros de la Gran Tenochtitln. De entrada, invitar a un fun-cionario pblico mexicano de nivel medio fue un acto por demsestratgico. En junio al parecer se form el patronato y en los dassucesivos reunieron las rmas de otros ciudadanos, sobre todo ba-

    jacalifornianos. Esta estrategia supone su carcter exogmico: con37AGMST, Territorio, s. Subdelegaciones, sin clasicacin, 12 de junio de 1953,

    ocio s/n de Luciano Salazar y Jos Franco al delegado de gobierno en Tecate.38AGMST, idem.

  • 5/19/2018 69425813004.pdf

    25/37

    Culturales

    146

    tal de ayudar a los locos de La Rumorosa, fomentaron nuevas mem-bresas. Luego entonces, Los Caballeros de la Gran Tenochtitln,

    al igual que la Alianza Hispanoamericana, fueron logias dispersasy ramicadas cuya agenda y marco de accin dependi del nmerode miembros de las coyunturas especcas. El 24 de junio de 1953,el ingeniero Antero Gonzlez respondi a la misiva de LucianoSalazar. Sin pensarlo dos veces, se adhiri al movimiento:

    Desde luego alabo sobremanera los nobles sentimientos de esa agru-

    pacin y me encuentro en la mejor disposicin para cooperar conustedes en la forma que ms convenga al alivio de las penalidades delos alienados y enfermos contagiosos que se encuentran recluidos en elmanicomio y en el nosocomio de La Rumorosa de esta jurisdiccin.39

    Como se lee lneas arriba, Antero Gonzlez acept entusiasmadola invitacin. Tal fue su entusiasmo que calic de nobles senti-mientos las intenciones del patronato, aunque en su respuesta escrita

    descuid algunos aspectos. Antero Gonzlez utiliz penalidades,palabra que segn la Real Academia de la Lengua no exista enton-ces. Quizs el delegado se reri a las penas que ah sufran losinternos, pero tambin a la acepcin jurdica en tanto que sancinde ley. Y esto ltimo es cierto: hubo internos que fueron reos quepagaron su condena en el hospital (Gruel, 2010:166-168). Para re-ferirse a los enfermos, se vali de dos eufemismos: mencion a los

    tuberculosos como enfermos contagiosos. En cambio, la alusindada a los locos o enfermos mentales cay en un desuso: alienadoses el concepto correspondiente a los siglos dieciocho y diecinueve,por el cual la psiquiatra francesa (denominada en la poca alie-nismo) proporcion un tratamiento moral a quienes padecieronlocura, pero que en pleno siglo veinte fue utilizado por los psiquiatrasmexicanos (Sacristn, 2009:173). Esta expresin anacrnica sirvede ejemplo del inexistente conocimiento psiquitrico en el TerritorioNorte de la Baja California. Esta situacin tal vez condujo a pensarcomo manicomio lo que fue una institucin decadente.

    39AGMST, Territorio, s. Subdelegaciones, sin clasicacin, 24 de junio de 1953,ocio nm. 10815 de Antero Gonzlez a Luciano Salazar.

  • 5/19/2018 69425813004.pdf

    26/37

    Corrupcin y lantropa en el Hospital de La Rumorosa

    147

    Para el otoo de 1953 el movimiento de Los Caballeros de la GranTenochtitln reuni a ms adherentes. Este aumento en el nmero

    de miembros se registr en la papelera ocial. Si para junio de1953 los documentos tenan tan slo el emblema de la agrupacin,para septiembre el membrete ocial incluy un extenso organigra-ma y un directorio de los participantes. Santiago Campbell siguiencabezando la organizacin en calidad de presidente honorario.Debajo del diplomtico, 14 personas ocuparon diversas comisiones.El 20 de septiembre los 15 miembros informaron al presidente

    Adolfo Ruiz Cortines los abusos cometidos en La Rumorosa.40Anna Asero fue la vocera. En esta fecha, la organizacin cambisu denominacin de Patronato Pro-Abandonados de La Rumo-rosa a Patronato Pro-Enfermos de La Rumorosa. La distanciasemntica que media entre abandonoy enfermedadfortaleci anms el objetivo. De cualquier manera, este ardid no implic quefuesen trminos mutuamente excluyentes. La lgica de cambiar

    abandonados por enfermos aanz de mejor modo la denuncia:Dndonos cuenta de que en sitio abandonado, sino al contrario a lafcil vista de la inmensidad de [transentes] que hacen el recorrido deTijuana, B.C., a Mexicali, o viceversa, se encuentra en el permetroque controla la ciudad de Tecate de aquella entidad un punto que hastasirve de sesteo a los viajeros, por slo ah haber modo de encontraralimentos, que se llama La Rumorosa, sitio en el que est plantadoel Sanatorio Antituberculoso con departamento para dementes, ycranoslo Sr. Presidente, esto s est abandonado.41

    En esta carta al presidente Adolfo Ruiz Cortines, el patronatodistingui dos niveles en cuanto a la condicin de abandono.Por un lado, que el poblado no fuera un sitio abandonado, sinoal contrario, signica que el acceso a La Rumorosa dependidel Camino Nacional. Es por ello que en las ruinas del Campo

    Alaska, entonces convertidas en hospital, resultaron visibles los40AGN, Adolfo Ruiz Cortines, c. 425, exp. 425.1/52, 20 de septiembre de 1953,

    ocio de Los Caballeros de la Gran Tenochtitln al presidente.41AGN, idem.

  • 5/19/2018 69425813004.pdf

    27/37

    Culturales

    148

    signos del desamparo; pero no todos los visitantes hicieron algoal respecto. El patronato reserv al presidente la explicacin ms

    detallada de sus orgenes y labores lantrpicas:

    Decidimos formar este patronato, porque todo lo que pudiramosdecirle a usted resultara plido ante la penosa realidad: les llevamosropa, alimentos y medicinas, hasta donde nos es posible comprrselas,pero ahora menos, y quisiramos que usted se dignase comisionar apersona honrada de las tantas que ahora [a] usted rodean para queinvestigue a dnde llegan entonces los dineros de las nminas, ya

    que no lo gastan en nada, y los pobres pereceran sin la insignicanteayuda que les prestamos, pues somos tambin pobres trabajadoresy no tenemos lo que quisiramos para poder salvar algunas vidas.42

    El acto estratgico del patronato, que consisti en un primer mo-mento en localizar nuevos miembros y procurar sus rmas, lleghasta el lmite cuando escribieron al presidente y denunciaron los

    abusos. Sin embargo, creo necesario recurrir al contexto para ex-plicar el signicado de que se dijera que era necesaria una personahonrada de las que tantas que ahora [a]usted rodean. Luego de 30aos como poltico y funcionario pblico, Adolfo Ruiz Cortinesarrib a la presidencia inmerso en dos habladuras: la primera yms intrascendente fue sobre su vejez (tena 62 aos). La segundafue acerca de su alto cdigo de conducta. De hecho, en su primerdiscurso presidencial enarbol actitudes de decencia y honradez en

    los servicios pblicos (Krauze, 1997:175). Luego de que la bandapresidencial toc su hombro, presumi un comportamiento msrevolucionario en comparacin a Miguel Alemn Valds. Unade las primeras acciones del mandatario veracruzano fue publicarsu declaracin patrimonial, misma que despus exigi a los 250mil colaboradores de su sexenio (Krauze, 1997:176). Quizs porello el patronato construy esa frase: supieron que calara hondo

    en la personalidad del presidente. Tras 23 aos de funcionamientoanmalo del Hospital de La Rumorosa, por n alguien dio con las

    42AGN, Adolfo Ruiz Cortines, c. 425, exp. 425.1/52, 20 de septiembre de 1953,ocio de Los Caballeros de la Gran Tenochtitln al presidente.

  • 5/19/2018 69425813004.pdf

    28/37

    Corrupcin y lantropa en el Hospital de La Rumorosa

    149

    causas de la anomala: se trat de un problema de corrupcin. Heaqu la razn de que la vida se devalu tanto en este lugar. En algn

    punto entre la subdelegacin y la administracin del hospital ocu-rrieron mltiples desvos de los recursos pblicos que el gobiernoterritorial destin para la manutencin de los enfermos. Anna Aseroinform de las actividades emprendidas en meses posteriores:

    Como no existe ni siquiera el servicio de agua instalado, nos dirigimosal C. Gobernador y al Dr. encargado de los Servicios [Coordinados

    de Salubridad y Asistencia]; nos contest el C. gobernador que yaestudiara el caso, y el Dr. no se ha dignado ni siquiera contestarnos.43

    Los denunciantes supieron bien que si en una dependencia degobierno se localiz la problemtica del Hospital de La Rumo-rosa, fue dentro de Servicios Coordinados. A n de cuentas, elpatronato notic las corruptelas alrededor de un sitio funda-do entre las gubernaturas de Agustn Olachea y Carlos Trejo

    Lerdo de Tejada y cuya existencia toleraron los subsiguientesgobernadores del Territorio Norte. La propuesta para corregirel rumbo del hospital se debe entender como parte del esfuerzopoltico derivado de que entre 1951 y 1952, cuando Baja Cali-fornia adquiri la categora de estado libre y soberano (TaylorHansen, 2002), el patronato trabaj a la par de los preparativosde la primera Constitucin bajacaliforniana. Ya en la prensa de

    Mexicali y Tijuana se comentaba la amistad que una al primergobernador constitucional, Braulio Maldonado, con Adolfo RuizCortines (Taylor Hansen, 2002:49). Pero antes de narrar el des-tino que la denuncia sufri una vez en el Distrito Federal, citarel ltimo fragmento de mayor contenido ideolgico:

    La primera vez que lo conocimos [al Hospital de La Rumorosa], pa-reca un corral para seres no humanos, sin asepsia de ninguna especie

    y el total abandono de los mdicos responsables, que asegnel decirde los enfermos y lo que a nosotros nos consta, nunca se paran en

    43AGN, Adolfo Ruiz Cortines, c. 425, exp. 425.1/52, 20 de septiembre de 1953,ocio de Los Caballeros de la Gran Tenochtitln al presidente.

  • 5/19/2018 69425813004.pdf

    29/37

    Culturales

    150

    aquel antro, donde se [observa] por doquier la amenaza de la muertepor falta de medicinas, de alimentos y de cuidados.44

    Adems de atestiguar el abandono institucional, encuentro queuna misma preocupacin atraves el discurso de Los Caballeros dela Gran Tenochtitln. En la primera carta, del 12 de junio de 1953,escribi el patronato: que no por ser contagiosas sus enfermeda-des, los pongan fuera del derecho que como humanos tienen. Enla segunda siguieron preocupados por cuestiones semejantes: [el

    hospital] pareca un corral para seres no humanos. Me pareceque si esta agrupacin debati algo sobre la humanidad de loslocos de La Rumorosa, fue porque siguieron la larga tradicin delantropa y defensa de derechos civiles y humanos caractersticade los chicanos (Escala Rabadn, 2005:102). Si por su raz griegalantropa signica amor o amistad (philos)por el ser humano(antropos),result obvio que el patronato reexionara sobre loshumanos que ayudaron. Por esta razn, cuestionaron el signicadode vida para el gobierno de Baja California.

    El trmino no humano que el patronato utiliz para referirsea los locos de La Rumorosa conlleva en s mismo una deni-cin de locura. El lsofo Slavoj Zizek escribi, a propsitodel discurso kantiano de las facultades antropolgicas, que lono-humano signica sencillamente que algo es externo a la hu-manidad, sea animal o algo divino (2006:21, traduccin libre).

    Este dualismo optativo entre ser un dios o una bestia constituyeuna de las primeras representaciones en torno a la locura. Dehecho, este prejuicio que niega las bases antropomorfas de laenfermedad mental, atribuyndole caractersticas paranormales,form parte del pensamiento mdico hasta bien entrado el siglodiecisiete (Porter, 2002:31). Se pensaba que los locos escapabande lo humano y se les atribua cualidades divinas o demoniacas.

    En un galardonado ensayo, Lynn Hunt narr cmo en la De-claracin de Independencia de Estados Unidos apareci una de

    44AGN, Adolfo Ruiz Cortines, c. 425, exp. 425.1/52, 20 de septiembre de 1953,ocio de Los Caballeros de la Gran Tenochtitln al presidente.

  • 5/19/2018 69425813004.pdf

    30/37

    Corrupcin y lantropa en el Hospital de La Rumorosa

    151

    las primeras alusiones a los derechos humanos (2009:13). Apartir de la discusin que el texto propici en Europa, una de las

    conclusiones a las que llegaron los intelectuales europeos fueque no todas las personas detentaban estos derechos. Del mismomodo que en la historia de la democracia moderna no todos lossujetos fueron considerados ciudadanos, en esa poca no todaslas personas fueron consideradas humanas. Para empezar, ni-os, mujeres y esclavos no lo fueron (en funcin de que slopudieron serlo los varones, caucsicos y adultos). A nales del

    siglo dieciocho y principios del diecinueve, se crey que loslocos carecan de la necesaria capacidad de razonar; por ellotambin fueron excluidos de estas discusiones primarias (Hunt,2009:27). Como se ha mostrado, esta representacin del lococomo sujeto carente de cordura constituye uno de los prejuiciosque circunscribieron la locura a La Rumorosa. Nuevamente, estocontradice a Michel Foucault (1999), puesto que la ausencia de

    cordura es slo la primera fase del prejuicio contra la locura.El elaborado ocio que el patronato escribi al presidenteAdolfo Ruiz Cortines no fue ledo por su secretario particular.Luis Garca Larraaga, ocial mayor de la ocina presidencial,se encarg de descifrar a quin competa aquella queja de BajaCalifornia. La carta lleg a la capital hasta el primero de octu-bre de 1953. Cuatro das despus, el ocial Garca transmiti elasunto a las autoridades que consider competentes: la jefatura

    de la Secretara de Salubridad y Asistencia, a la que envi unacopia completa de la denuncia.45Ese mismo da, Luis GarcaLarraaga respondi que el escrito fue trasladado al titularde la Secretara de Salubridad, por tratarse de un asunto de lacompetencia de dicha dependencia. Todo el esfuerzo realizadopor el patronato durante meses de organizacin fue desestimadoy reenviado a otra instancia burocrtica. Durante el segundo

    semestre de 1953, la denuncia se hundi en un mar de quejas ysolicitudes de toda la Repblica.

    45AGN, Adolfo Ruiz Cortines, c. 425, exp. 425.1/52, 5 de octubre de 1953, ociode Luis Garca Larraaga al secretario de Salubridad y Asistencia.

  • 5/19/2018 69425813004.pdf

    31/37

    Culturales

    152

    Lo cierto es que el asunto presentado por el patronato nolleg en el mejor momento. A un mes de su primer informe

    presidencial, el caso de La Rumorosa se perdi en otra clasede intereses que el propio Adolfo Ruiz Cortines tuvo para BajaCalifornia. Tras emprender una inspeccin minuciosa de las zo-nas de corrupcin, acus a un deicomiso de unos militantesinuyentes que vendan terrenos ilegales en Baja California(Krauze, 1997:185-186). Quizs las acciones de Los Caballerosde la Gran Tenochtitln hicieron eco en otro lugar. Ms tarde,

    en plena campaa electoral por la pennsula, el candidato a lapresidencia, Adolfo Lpez Mateos, anunci la clausura denitivadel Hospital de La Rumorosa.46Para diciembre de 1958, el Dr.Elih Gutirrez, secretario de Salubridad durante la gubernaturade Braulio Maldonado, se encarg de cerrar las puertas del Hos-pital de La Rumorosa (Gruel, 2010:224). Desde entonces confrecuencia los bajacalifornianos lo recuerden como manicomio y

    siguen pensando que todo el pasado estriba en el Campo Alaska.

    Conclusiones

    Desde su temprana e incierta fundacin, el poblado de La Ru-morosa fue visitado por diferentes viajeros de Mxico y EstadosUnidos. Muy pocos de ellos llegaron hasta el poblado con la

    intencin explcita de ayudar a los pacientes del Hospital de LaRumorosa. Los referentes literarios de Dante Alighieri, ThomasMann y Len Tolstoi parecen banalizar la experiencia. Despusde conmoverse tras visitar el lugar, unos pocos bajacalifornianosy mexicoestadunidenses escribieron algunas cartas a diferentesautoridades, siempre con el propsito explcito de denunciar lasituacin imperante. Los lntropos mostraron sus credenciales

    46El discurso que dijo: El gobierno local resolvi la descoordinacin de la[] asistencia pblica [] Se cuenta en la actualidad con hospitales en Mexicali,Tijuana y Ensenada. El mal llamado Hospital de La Rumorosa para tuberculososy enfermos mentales fue suprimido por su inutilidad (Consejo de PlaneacinEconmica del Estado, 1958:156).

  • 5/19/2018 69425813004.pdf

    32/37

    Corrupcin y lantropa en el Hospital de La Rumorosa

    153

    al subdelegado del poblado y al administrador del hospital, y s-tos se encargaron de informarle al gobernador sobre los viajeros

    y el motivo de sus visitas. Los testimonios derivados de estosencuentros posibilitaron la escritura de estas pginas.

    La caracterstica comn de las agrupaciones visitantes del Hos-pital de La Rumorosa fue que asumieron algunos postulados dela ideologa estadunidense, como, por ejemplo, un voluntarismosecular proclive a las denuncias ciudadanas. Inspirados en ciertasnociones del liberalismo anglosajn y del mutualismo chicano de

    nales del siglo diecinueve, estos lntropos no descuidaron eljuego de la burocracia mexicana. Aunque les motiv una enmien-da redentora, retomaron la politiquera necesaria para resolver elproblema que denunciaron. Las acciones de Los Caballeros de laGran Tenochtitln tal vez no repercutieron en la presidencia debidoa un prejuicio existente en torno a las organizaciones chicanas. Losespecialistas sobre el tema han descrito que el movimiento chicano

    fue descalicado en Mxico y Washington. Las luchas polticasde quienes se autodenominaron chicanos terminaron siendo uncmodo mito [] de que los verdaderos lderes mexicanos existanalrededor del Cnsul de Mxico y estaban apoyados por l (Moore,1972:60). Para el caso del patronato, resultan obvios los liderazgosde Santiago Campbell y de las delegaciones polticas.

    El presente artculo no interpret si el objetivo de estas agrupa-ciones fue masnico, proselitista, procapitalista o de derechas. En

    los discursos de los denunciantes, ms bien, aparecieron nocionestales como locuray humanidad,cuya funcin ideolgica fue codi-car sus observaciones del Hospital de La Rumorosa. La miradade estos lntropos fue tan profunda que detectaron las redes decorrupcin que hundieron a los internos en una impune caresta.La desatencin mdica y burocrtica permiti que a los ojos de losobservadores contemporneos el nosocomio fuese visto como el

    lugar ms insano e inhumano. Ante el escenario de la degradacinhumana, bajacalifornianos y mexicoestadunidenses se preguntaronpor qu existi un sitio semejante. En consecuencia, apareci unaalusin latente e implcita a los derechos humanos.

  • 5/19/2018 69425813004.pdf

    33/37

    Culturales

    154

    Hemerografa

    Instituto de Investigaciones Culturales,Revista Minerva,Mexi-cali, Jos Castanedo. Universidad Autnoma de Baja Califor-nia, Mexicali.

    Instituto de Investigaciones Histricas, El Regional,Mexicali,Jos Severo Castillo, Universidad Autnoma de Baja Califor-nia, Tijuana.

    Hemeroteca Nacional, El Tecolote,Mexicali, Alfonso Tovar,

    Instituto de Investigaciones Bibliogrcas, Universidad Na-cional Autnoma de Mxico, Ciudad de Mxico.

    Archivos consultados

    AGN Archivo General de la NacinAGMST Archivo General de la Secretara Municipal de TecateAHEBC Archivo Histrico del Estado de Baja CaliforniaAHME Archivo Histrico del Municipio de EnsenadaAHMM Archivo Histrico del Municipio de MexicaliAHSDN Archivo Histrico de la Secretara de la Defensa NacionalASRE Archivo de la Secretara de Relaciones ExterioresFAPEC Fideicomiso Archivos Plutarco Elas Calles-F.T.IIH-UABCInstituto de Investigaciones Histricas, Universidad

    Autnoma de Baja California

    Referencias bibliogrcas

    AGUIRREBERNAL, CELSO, Compendio histrico-biogrco de Mexi-cali, 1539-1966,[s.p.i.], Mexicali, 1966.

    ALANS ENCISO, FERNANDO, Que se queden all. El gobierno deMxico y la repatriacin de mexicanos en Estados Unidos

    (1934-1940),El Colegio de la Frontera Norte/El Colegio deSan Luis Potos, Tijuana, 2007.BRQUEZ, FRANCISCO, Pellizcos al pasado,Soto Impresos Finos,

    Mexicali, 1997.

  • 5/19/2018 69425813004.pdf

    34/37

    Corrupcin y lantropa en el Hospital de La Rumorosa

    155

    CAMPOSFARFN, CSAR, Ponciano Tenorio Montes, 1912-1963:Pionero de la psiquiatra en Michoacn y fundador del hospital

    psiquitrico de Morelia, Tzintzun,nm. 46, pp. 89-128, 2007.CONSEJODEPLANEACINECONMICADELESTADO, Tesis econmica y

    social sobre el Estado de Baja California, [s.p.i.], DistritoFederal, 1958.

    DEPARTAMENTODELAESTADSTICANACIONAL, Censo general de pobla-cin, Baja California, Distritos Norte y Sur,Talleres Grcosde la Nacin, Mxico, 1926.

    DUEASMONTES, FRANCISCO, Historia del Campo Alaska, Cigua-tn,nm. 5, pp. 12-13, 1986.

    ESCALA RABADN, LUIS, Derechos humanos y asociaciones demigrantes mexicanos en California,Migraciones Internacio-nales,vol. III, nm. 2, pp. 84-107, 2005.

    FOUCAULT, MICHEL,Historia de la locura en la poca clsica,tomoI, Fondo de Cultura Econmica, Mxico, 1999.

    GMEZ

    ESTRADA

    , JOS

    ALFREDO

    , Gobierno y casinos, El origen de lariqueza de Abelardo L. Rodrguez,Instituto Mora/UniversidadAutnoma de Baja California, Mxico, 2007.

    GMEZ-QUIONES, JUAN, Poltica chicana: realidad y promesa,1940-1990,Siglo XXI, Mxico, 2004.

    GONZLEZGMEZ, CLAUDIA, Carlos Trejo Lerdo de Tejada y suhistoria olvidada de la nacin mexicana, Calaa,nueva poca,vol. II, nm. 1-2, pp. 45-54, 2006.

    GRUEL, VCTOR, Rumor de locos. Hospital de La Rumorosa, 1931-1958, tesis de maestra en estudios socioculturales, Centro deInvestigaciones Culturales Museo-Universidad Autnoma deBaja California, Mexicali, 2010.

    , Reos y cabras en Isla de Guadalupe. El proyecto de AgustnOlachea, 1931-1935,Meyib,nm. 3, pp. 45-95, 2011.

    HERNNDEZ GALICIA, ROBERTO, Vigilancia epidemiolgica de la

    lepra en Mxico,Boletn de la Ocina Sanitaria Panameri-cana,nm. LXIX, vol. 3, pp. 229-237, 1970.

    HUNT, LYNN,La invencin de los derechos humanos,Tusquets,Barcelona, 2009.

  • 5/19/2018 69425813004.pdf

    35/37

    Culturales

    156

    JORDN, FERNANDO, El otro Mxico. Biografa de Baja California,Gobierno del Estado de Baja California Sur, Mxico, 1976.

    KRAUZE, ENRIQUE,La presidencia imperial. Ascenso y cada del sis-tema poltico mexicano, 1940-1996,Tusquets, Mxico, 1997.

    LAPORTE, DOMINIQUE,Historia de la mierda,Pretextos, Valencia,1998.

    LUGO DESANTOYO, ALICIA, Mexicali de mi juventud. Relatos in-trascendentes, 1922-1932, Editores Asociados Mexicanos,Mxico, 1988.

    MONAY, DAVID,La Rumorosa, donde las piedras nos miran,Ins-tituto de Cultura de Baja California/Consejo Nacional para laCultura y las Artes, Mexicali, 2007.

    MOORE, JOAN,Los mexicanos de los Estados Unidos y el movi-miento chicano,Fondo de Cultura Econmica, Mxico, 1972.

    NERIVELA, ROLANDO, La salud en Mxico durante los aos 1941a 1981, en Perspectiva histrica de atencin a la salud en

    Mxico, 1902 a 2002,Organizacin Panamericana de la Salud/Universidad Nacional Autnoma de Mxico/Sociedad Mexi-cana de Historia y Filosofa de la Medicina, Mxico, 2002.

    PICHARDO, NELSON, The Establishment and Development of Chica-no Voluntary Associations in California, 1910-1930,Aztlan.Journal of Chicano Studies,vol. XIX, nm. 2, pp. 93-155, 1988.

    PORTER, ROY,Madness. A Brief History,Oxford University Press,Nueva York, 2002.

    RAMREZMORENO, SAMUEL,La asistencia psiquitrica en Mxico,Artes Grcas del Estado, Mxico, 1950.

    RODRGUEZ, ABELARDOL.,Memoria administrativa del gobierno delDistrito Norte de la Baja California, 1924-1927,Secretara deEducacin Pblica/Universidad Autnoma de Baja California,Mexicali, 1993.

    RODRGUEZROSALES, ARMANDO, Esteban Cant. La historia de un

    caudillo,Instituto Municipal de Arte y Cultura de Mexicali-Ayuntamiento de Mexicali/Sociedad Mexicana de Geografay Estadstica, Mexicali, 2006.

    SACRISTN, CRISTINA, La locura se topa con el manicomio. Una

  • 5/19/2018 69425813004.pdf

    36/37

    Corrupcin y lantropa en el Hospital de La Rumorosa

    157

    historia por contar, Cuicuilco,vol. XVI, nm. 45, pp. 163-188, 2009.

    SAMANIEGOLPEZ, MARCOANTONIO, Organizaciones de trabajado-res en la frontera. El sindicato de cantineros y empleados decantinas en Tijuana, 1920-1930,Meyib,nueva poca, nm.1, pp. 85-124, 2009.

    , La formacin de una economa vinculada con EstadosUnidos. Relaciones de poder entre los gobiernos federales ylos locales, 1910-1945, enBreve historia de Baja California,

    Miguel ngel Porra/Universidad Autnoma de Baja Califor-nia, Mxico, 2006.,Los gobiernos civiles en Baja California. Un estudio so-

    bre la relacin entre los poderes local y federal,UniversidadAutnoma de Baja California/Instituto de Cultura de BajaCalifornia, Mexicali, 1998.

    , El impacto de la gran depresin, 1929-1933, en Jorge

    Martnez Zepeda (coord.),Mexicali, una historia,UniversidadAutnoma de Baja California, Mexicali, 1991.SCULL, ANDREW, The Most Solitary of Afictions. Madness and Socie-

    ty in Britain, 1700-1900,Yale University Press, Londres, 1993.SECRETARADELAECONOMANACIONAL, Quinto Censo de Poblacin,

    15 de mayo de 1930, Baja California (Distrito Norte), Talleresgrcos de la nacin, Mxico, 1933.

    , Sexto Censo de Poblacin,6 de marzo de 1940, Baja Ca-

    lifornia (Territorio Norte), Talleres Grcos de la Nacin,Mxico, 1943.

    SECRETARADEECONOMA, Sptimo Censo General de Poblacin,6 de junio de 1950, Baja California Territorio Norte, TalleresGrcos de la Nacin, Mxico, 1951.

    SERVN, MANUEL, La comunidad chicana y el desarrollo inicial enArizona, en David R. Maciel (coord.), El Mxico olvidado. I. La

    historia del pueblo chicano,Universidad Autnoma de CiudadJurez/University of Texas at El Paso, Ciudad Jurez, 1996.SONTAG, SUSAN, La enfermedad y sus metforas. El sida y sus

    metforas,Punto de Lectura, Madrid, 2003.

  • 5/19/2018 69425813004.pdf

    37/37

    Culturales

    158

    SOSA, ERNESTO,Historia de La Rumorosa, La sierra misteriosa,Editorial Portafolio, Mexicali, 2010.

    TAYLOR HANSEN, LAWRENCE, La evolucin de las institucionespolticas de Baja California, en Tonatiuh Guilln (coord.),Baja California: escenarios para el nuevo milenio,Centro deInvestigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades-Universidad Nacional Autnoma de Mxico, Mxico, 2002.

    , Tightening the Reins of Control over the Countrys Bor-ders: The Role of Governor Rodolfo Snchez Taboada in the

    implementation of the Plan Cardenista in Baja California,Meyib,nueva poca, nm. 2, pp. 95-123, 2010.

    TREJOLERDODETEJADA, CARLOS,Norte contra sur. Obregn-Calles-Ortiz Rubio. Ensayo de sociologa poltica mexicana,Institutode Investigaciones Histricas-Universidad Autnoma de BajaCalifornia, Mexicali, 2007.

    TRUJILLO MUOZ, GABRIEL, Mensajeros de Heliconia, Captulos

    sueltos de las letras bajacalifornianas, 1832-2004,UniversidadAutnoma de Baja California, Mexicali, 2004.VANDERWOOD, PAUL, Juan Soldado, violador, asesino, mrtir y

    santo, El Colegio de Michoacn/El Colegio de la FronteraNorte/El Colegio de San Luis, San Luis Potos, 2008.

    WERNE, JOSEPH, Esteban Cant y la soberana mexicana en Baja Ca-lifornia,Historia Mexicana,vol. XXX, nm. 117, pp. 1-32, 1980.

    WILHELMY, ADOLFO, Intrascendencias de mi vida militar, enPasajes de la Revolucin Mexicana en el Distrito Norte dela Baja California,Instituto de Investigaciones Histricas delEstado de Baja California, [s.l.e.], 1956.

    ZIZEK, SLAVOJ, The Parallax View,The MITPress, Massachus-setts, 2006.

    Fecha de recepcin: 27 de octubre de 2011Fecha de aceptacin: 9 de mayo de 2012