3.the billionaire falls
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Índice
Sinopsis ..................................................................................................................................................... 3
Prólogo ......................................................................................................................................................4
Capítulo 1 ..................................................................................................................................................6
Capítulo 2 ............................................................................................................................................... 22
Capítulo 3 ............................................................................................................................................... 37
Capítulo 4 ............................................................................................................................................... 51
Capítulo 5 ............................................................................................................................................... 72
Capítulo 6 .............................................................................................................................................. 84
Capítulo 7 .............................................................................................................................................. 97
Capítulo 8 ............................................................................................................................................... 111
Capítulo 9 ............................................................................................................................................. 124
Capítulo 10 ........................................................................................................................................... 135
Capítulo 11 ............................................................................................................................................ 143
Epílogo .................................................................................................................................................. 157
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Sinopsis Éste es el tercer libro de la saga Bachelors.
Mark Anderson es un vaquero multimillonario que ama a su rancho
tanto como ama a su familia. Él ha visto a sus hermanos mayores
encontrar el amor y piensa que no se ve tan mal después de todo. Contrata
a una nueva cocinera, a la que encuentra irresistible.
Emily está huyendo con su hijo y acaba de encontrar trabajo como
cocinera de Mark. Ella está encantada, pero le hace saber que no quiere
nada más que un trabajo.
Esta historia está llena de risas, romance, familia y amor.
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Prólogo Traducido por Alyshia Cheryl
Corregido por Cristinita<3
Joseph Anderson se recostó en su cómoda silla, disfrutando del
sabor de su whisky de cien años de edad y el calor de la chimenea en
llama baja. Estaba lleno de buena comida y de pensar de nuevo sobre la
maravillosa Acción de Gracias que acaba de tener con su familia.
Le encantaba cuando se reunían todos juntos. Él estaba feliz de
tener tantos nuevos nietos correteando por la casa. Su nieta más joven
Emily acababa de cumplir un año de edad hace una semana. Había
mucho que celebrar.
Él sólo deseaba que su joven hijo Mark encontrara la mujer
adecuada. El aliento de Joseph salió corriendo por la frustración. Había
encontrado unos cuantos partidos apropiados para su niño pero Mark fue
muy astuto y había evitado ambos.
Mark había adivinado lo que Joseph había planeado. Él no era de los
que presumían, pero él había tenido éxito en la búsqueda de parejas tanto
para Lucas y Alex. Sus esposas eran mujeres increíbles y mejor aún, le
habían dado nietos para llenar los pasillos viejos y vacíos de su casa que le
habían parecido tan estériles por un tiempo tan largo.
Bueno Mark lo subestimó porque seguramente encontraría una
novia que podría enlazar a su hijo. Él sabía que su hijo era terco, pero
Joseph era aún más terco.
No podría descansar hasta que Mark estuviera felizmente casado.
Joseph escuchó de repente una estampida proveniente del pasillo. Él
sonrió, sabiendo de quién era el sonido de los zapatos.
—Abuelo, date prisa, la abuela dice que llegó la hora del postre —
dijo Jasmine, su nieta mayor, un poco sin aliento. Ella debió de correr todo
el camino. No había nada como un postre para motivar a un niño.
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Joseph puso su copa y extendió los brazos para que su nieta lo
abrazara.
—Bueno, yo ciertamente no quiero hacerte esperar a tener un poco
de pastel —dijo mientras se la llevaba de la habitación.
—Lo sé —dijo Jasmine, como si el asunto fuera de máxima
importancia.
—Vamos a buscar a todos y comer un poco de pastel de calabaza —
dijo a Jasmine antes de hacerle cosquillas a su barriga.
—El tío Mark dijo que probablemente tú no estarías haciendo nada
bueno —dijo Jasmine en un susurro, actuando como si estuviera
divulgando un gran secreto.
—Tu tío Mark tenía razón. Estoy pensando en darte un poco más de
primos, pero vamos a mantenerlo entre tú y yo.
—Te lo prometo —dijo Jasmine. Luego levantó la mano para jurar
con su meñique sobre el asunto.
Joseph la abrazó con fuerza antes de ir a reunirse con el resto de su
familia. Era verdaderamente un hombre bendecido.
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Capítulo 1
Traducido por Alyshia Cheryl
Corregido por Cristinita<3
Emily se sentó nerviosamente en la pequeña cafetería. Estaba
tratando realmente con fuerza de no agitarse con nada, pero sus nervios
estaban al borde. Estaba esperando para reunirse con Joseph Anderson
para una entrevista.
Ella había visto el anuncio “Se ofrece trabajo” en el periódico hace
una semana y llamó de inmediato. Debió haber habido una gran cantidad
de aplicaciones, ya que ella se había paseado con el teléfono, rezando para
que la llamaran y ya había renunciado cuando finalmente lo hicieron.
Él le pidió que se reunieran en el pequeño café del pueblito no muy
lejano a Seattle. Ella prefería la vida en el campo mucho más que en una
gran ciudad, en la que podría perderse dentro. Ella estaba reducida a un
par de dólares y debía irse del motel en el que estaba en dos días más. No
podía arruinar la entrevista de trabajo.
Era para un empleo de ama de llaves y cocinera. Alojamiento y
comida estaban incluidos. Si ella conseguía el puesto, tal vez finalmente
podría darle a su hijo un poco de estabilidad. Ella se encogió al pensar en
el último año y todo lo que su hijo había sufrido.
Su marido había muerto en un horrible accidente automovilístico. Ya
había estado pensando en dejarlo, ya que él no podía permanecer fiel a
ella, pero el accidente realmente la había sacudido. Los padres de él tenían
demasiado dinero y habían decidido que serían más adecuados para criar
a su hijo que ella.
Se había imaginado que sólo estaban llorando la pérdida de su único
hijo y luego se retirarían, hasta que le habían llegado los papeles de
custodia. Cuando ella había leído el nombre del juez en los papeles, había
decidido que era hora de irse por unas largas vacaciones.
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Sus ex-suegros eran compañeros de golf del juez y sabía que si
entraba en la sala del tribunal iba a salir sin su hijo. Ella había tomado
todos sus ahorros y estaba prófuga desde entonces. Simplemente no tenía
la cantidad de dinero que se necesitaba para combatir a los abuelos de su
hijo.
Su difunto marido no le había dejado nada, lo cual estaba bien para
ella, ya que no quería nada de él. Había dependido completamente de sus
padres, y le quitaron todo cuando él murió, hasta su coche. Había tenido
que comprar un coche barato y que estaba en las últimas.
Ella sabía que su hijo hubiera sido proporcionado de cosas que ella
jamás podría darle, pero que no significaba nada si no le daban amor. Ella
había terminado en la pequeña ciudad de Fall City en Washington, cuando
su coche se había negado finalmente a ir más lejos y había estado
alojándose en el pequeño motel de la ciudad desde entonces.
Ella había estado tratando desesperadamente de encontrar cualquier
tipo de trabajo hasta que había visto el anuncio en el periódico para una
cocinera y ama de llaves. Era perfecto. Podía trabajar a tiempo completo y
aun así estar con su hijo. No le había dicho específicamente a su potencial
jefe que tenía un hijo, pero si él la contrataba, después no podía despedirla
a causa de su hijo.
Eso sería discriminación.
Emily miró nerviosamente por encima de la cabina hacia donde su
hijo estaba sentado. Lo había sobornado con un enorme helado y las
promesas de una película próximamente si se sentaba en silencio mientras
ella tenía la entrevista.
Por suerte para ella, la camarera le había dado un libro para
colorear y lápices de colores para que Emily pudiera contar con que él
estaría ocupado durante horas. Le encantaba cómo su hijo era tan
artístico. Él tenía un verdadero don con el dibujo, la maravillaba con
frecuencia.
El timbre de la puerta atrajo su atención lejos de su hijo. Había un
hombre muy alto y viejo caminando a través de la entrada, con brillantes
ojos azules y lo que parecía una sonrisa permanente en su cara.
—Buenas tardes, Joseph —dijo la camarera al caballero.
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El estómago de Emily se apretó con nerviosismo. Éste era el hombre
con el que se suponía debía reunirse. Miró a su hijo, asegurándose de que
estaba ocupado, luego se levantó y se acercó a Joseph.
Él la vio y sonrió.
—Usted debe ser Emily —dijo con la voz más resonante que jamás
había escuchado.
Ella asintió con la cabeza y luego tomó la mano que le ofrecía.
— ¿Ya pidió algo para comer? —preguntó.
—No.
—Bueno, vamos a pedir el desayuno. Podemos charlar mientras
esperamos por nuestra comida. Molly hace las mejores tortillas de todo el
Estado —dijo, mientras la camarera se acercaba.
—¿Puedo pedir un poco de huevos, mamá?
Emily estuvo paralizada por un momento. No había querido que su
futuro empleador supiera sobre su hijo hasta que tuviera el trabajo, pero
ella pensó que era inevitable.
—No sabía que tenía un hijo —dijo Joseph con el mismo brillo en los
ojos.
—Se lo iba a decir hoy —dijo ella con aire de culpabilidad.
—Por supuesto, puedes pedir huevos. Veo tus cosas para colorear
allá. ¿Por qué no tomas tus cosas y luego vienes a sentarte aquí con
nosotros? —dijo Joseph. Emily podría decir que él era un hombre
acostumbrado a tener el control. Ella suspiró para sus adentros y se dejó
llevar por la corriente.
Joseph terminó pidiendo por todos ellos. Emily comenzó a pensar en
el total de la factura en su cabeza, esperando conseguir el trabajo, ya que
el desayuno iba a ocupar la mayor parte de su dinero en efectivo.
—¿Cuál es tu nombre, chico? —preguntó Joseph amablemente.
—Mi nombre es Trevor. Tengo cinco años de edad —afirmó con
orgullo.
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—Cinco es una edad muy avanzada —dijo Joseph. Trevor le sonrió y
Emily podía ver un poco de adoración de héroe en ella.
Joseph volvió su atención de nuevo a Emily.
—Sólo hablamos brevemente por teléfono, así que déjenme contarle
un poco acerca del empleo.
—Eso sería grandioso —dijo Emily. Realmente no le importaba lo
que el empleo implicara. Ella fregaría retretes o limpiaría los establos si le
daba a su hijo cierta estabilidad.
—El puesto es para un ama de llaves y cocinera, aunque más de
cocinera. Hay un servicio de limpieza que viene en forma regular. El lugar
es bastante grande y, francamente, demasiado grande para que una sola
persona lo maneje. ¿Cocina bien? —preguntó.
—Sí, señor Anderson. No me gusta presumir, pero tengo una pasión
por la cocina y me encanta probar nuevas recetas. Puedo hacer cualquier
cosa y puedo cocinar para uno, o para cien —dijo con entusiasmo. A ella
realmente le encantaba el arte de cocinar una comida complicada. Había
pasado demasiado tiempo desde que había cocinado una comida en una
cocina agradable. El estar en fuga no era agradable para Trevor o ella.
—El empleo ofrece alojamiento y comida, así como un cheque de
pago semanal. ¿Está dispuesta a cambiar de residencia? —preguntó y
luego miró a su hijo.
—Nos encanta esta área muchísimo y he tenido esperanza de
encontrar un trabajo para poder quedarme aquí. Trevor es un niño muy
grande y usted no sería capaz de darse cuenta de que está alrededor —le
prometió.
Joseph se echó a reír en voz alta.
—Tengo tres hijos y un rancho sería un gran lugar para un niño. Si
nadie sabe que está alrededor, entonces ese es el momento para
preocuparse por lo que se trae entre manos —dijo.
Emily no sabía cómo responder a su declaración. No estaba segura
si estaba diciendo que su hijo iba a ser bienvenido o no. Ella permaneció
en silencio y esperó que al hombre le gustaran los niños.
—Trevor, ¿te gustan los animales? —preguntó Joseph.
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Trevor ladeó la cabeza, como lo hacía cuando estaba pensando
profundamente acerca de algo.
—Realmente quiero un perrito —dijo finalmente.
—Bueno, por supuesto que sí, todos los niños deberían tener un
montón de cachorros —dijo Joseph. Hablaba como si se tratara de una
cuestión de vida o muerte.
Emily estaba segura de que habría algunos perros corriendo por el
rancho. Su hijo estaría en el cielo. Siguieron charlando mientras comían el
desayuno. Emily se sorprendió de lo bien que estaba la comida. Ella era un
poco crítica respecto a la comida y la tortilla era suave y esponjosa y las
verduras estaban cocinadas a la perfección. Tendría que dar las gracias a
la cocinera antes de salir.
El desayuno duró aproximadamente una hora. Emily estaba
empezando a preocuparse un poco. Esto era diferente a cualquier
entrevista de trabajo que nunca había tenido antes. Él no estaba haciendo
ninguna de las preguntas habituales que los posibles empleadores
preguntan. Él estaba mucho más preocupado acerca de su vida personal.
Ella se sorprendió cuando se encontró hablándole a Joseph acerca
de su difunto esposo y el accidente de automóvil. Tuvo que parar antes de
que terminara hablando sobre el asunto de la custodia. El hombre parecía
inspirar a una persona para contarle su historia de vida.
—Emily, creo que se ajusta perfectamente al puesto. ¿Cuándo puede
empezar a trabajar? —le preguntó Joseph.
—Podría comenzar de inmediato —respondió ella con verdadera
alegría.
—Bueno, no hay mejor tiempo como el presente. Deja que me
encargue de esta cuenta y puedes seguirme hasta el rancho —dijo
mientras se levantaba.
—Puedo pagar por mi desayuno —dijo. No estaba acostumbrada a
tomar limosnas, incluso cuando no tenía nada.
—Tonterías querida, ésta fue mi entrevista. ¿Por qué no recoges a tu
hijo y nos vemos en la esquina? —dijo. Ella se dio cuenta de que no habría
discusión, así que hizo lo que le pidió.
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—¿Dónde has aparcado? —preguntó él al pisar el frente.
—Me quedo en el motel de la calle, pero mi coche no está
funcionando en este momento. Tengo que conseguirlo en el taller.
Estaba muy avergonzada de admitir lo obvio.
—Bueno, entonces, vamos en mi coche y pasamos por su motel para
que pueda recoger sus pertenencias y dejes el lugar. Estoy encantado de
llevarte al rancho. ¿Está su coche en la tienda aquí en la ciudad?
—Todavía no. Está todavía en el motel —respondió ella en voz baja.
—Eso no es problema. Lo remolcaremos hasta allí. Los chicos aquí
en la ciudad hacen un trabajo excelente y puede entregártelo cuando esté
todo listo.
—Gracias —respondió ella. Estaba agradecida de haber encontrado
el anuncio en el periódico. Realmente no le importaba lo que el trabajo
implicara. Estaba emocionada de tener un lugar para alojarse y sus
primeros cheques pagarían su coche. La vida comenzaría a volver a la
normalidad para ella y Trevor, de nuevo.
Emily no demoró demasiado saliendo del motel. No tenía muchas
cosas personales. Había empacado ropa y algunos de los juguetes favoritos
de Trevor y libros, pero no mucho más. Había tenido prisa por salir y sabía
que las posesiones podrían ser fácilmente reemplazadas, pero su hijo no.
Pronto estuvieron fuera y subiendo por un camino sinuoso, lejos de
la pequeña ciudad.
—La casa de la hacienda no está demasiado lejos de la ciudad. Es
sin duda un hermoso país aquí —dijo Joseph.
—Estoy de acuerdo. No puedo creer que nunca haya estado fuera de
esta zona —respondió ella.
—¿De dónde eres originalmente? —preguntó.
Emily no sabía si decirle la verdad o no, pero sabía que si ella
comenzaba a construir una gran historia en torno a sí misma, sería difícil
mantenerle el ritmo. Decidió que lo mejor sería quedarse con la verdad
tanto como sea posible.
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—Somos de la zona de Los Ángeles. Nos enfermamos de las
muchedumbres y de la contaminación y decidimos ir en coche al norte
hasta encontrar algún lugar donde quedarnos definitivamente. Resultó que
Fall City se convirtió en ese lugar —dijo.
—Tiene muy buen gusto, querida —respondió.
Trevor comenzó a hacer su gran cantidad usual de preguntas y
Joseph le respondió alegremente. Emily se sentó y disfrutó del momento
en el cómodo sedán.
Salieron de la carretera y cruzaron bajo un enorme letrero que decía
Rancho Tres Hijos. El camino de entrada estaba flanqueado a ambos lados
por enormes robles parecían ser de cientos de años.
No podía ver nada a través de los árboles y creció la expectación.
—Mi bisabuelo construyó esta finca hace más de cien años atrás, sin
un centavo en el bolsillo. Él amaba la tierra y sabía que podía hacer algo
con ésta. Ha sido transmitido a través de los años. Mi bella esposa,
Katherine y yo hemos decidido vivir en la ciudad, pero Mark ha sido
siempre un hombre de campo, por lo que le pertenece a él ahora. Sus
hermanos vienen y lo ayudan cuando desean alejarse, pero nadie quiere
este lugar como Mark —le dijo Joseph.
Emily se sorprendió al descubrir que Joseph no iba a ser su
empleador.
—¿No vive aquí? ¿Voy a estar trabajando para su hijo? —preguntó.
—Sí, vas a trabajar para Mark. Tuvo que ir a Montana por algún
negocio del rancho y no volverá hasta la semana que viene. Él me pidió
que cuidara de la situación del empleo por él. No te preocupes. Hay un
montón de personal por lo que no vas a estar sola aquí. Todos nuestros
empleados son personas de confianza y buenas. Tú y tu hijo estarán más
seguros —le aseguró, sin comprender su miedo.
Ella no estaba preocupada por su seguridad. Le preocupaba que a
su jefe no le gustara tener un niño de cinco años corriendo alrededor de su
rancho. Tendría que asegurarse que Trevor no se cruzara con Mark y se
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comportara muy bien. Se imaginaba que estarían en un barracón1 de
todos modos y nunca se encontrarían casualmente con el jefe.
Emily se quedó sin aliento cuando doblaron una esquina y la casa
del rancho apareció a la vista. Era magnífica.
Pensó que había visto antes la riqueza, con todo lo que su ex familia
política tenía, pero no era nada comparado con lo que estaba delante de
ella.
La casa tenía tres pisos de altura y parecía extenderse hasta el
infinito. Era precioso y no era del todo lo que ella había esperado. Cuando
Joseph había nombrado una casa del rancho, se había previsto una
pequeña gran casa granjera del mil ochocientos con un porche alrededor.
Sin duda tenía un porche, pero era enorme. Había un balcón en el
segundo piso, con varias puertas francesas diferentes que permitían el
acceso a la misma.
—Wow, ¿esto es un hotel? ¿Hay una piscina? —preguntó Trevor con
entusiasmo, ya que todos ellos bajaron del vehículo.
Joseph se echó a reír.
—No, es la casa principal, Trevor. Tú y tu mamá van a vivir aquí y sí,
hay una piscina que puedes usar en cualquier momento que quieras, pero
sólo si hay un adulto presente para ver.
—Está bien —dijo Trevor y comenzó a correr hacia las puertas
delanteras masivas.
—Trevor espera por nosotros, por favor —gritó Emily, detrás de él.
Él se detuvo de inmediato y se volvió hacia su madre, a pesar de que
estaba prácticamente bailando en el lugar, apenas capaz de controlar su
emoción.
La puerta se abrió cuando empezó a subir las escaleras.
—Hola Sr. Anderson —dijo el señor mayor.
—Hola Edward. ¿Cómo estás hoy? —preguntó Joseph.
1 Barracón: Construcción de un solo piso, de planta rectangular, con un solo espacio
interior y generalmente hecha con materiales ligeros, que se usa para albergar a una gran
cantidad de personas.
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—No me puedo quejar —respondió el hombre.
—Emily, éste es Edward. Él hace un poco de todo aquí, y Edward,
ésta es Emily, la nueva cocinera. Éste jovencito robusto es su hijo Trevor.
Ellos se alojarán en el ala este. ¿Puedes mostrarles sus habitaciones para
que puedan acomodarse? —preguntó Joseph.
Emily no notó el guiño que Joseph le dio a Edward y la sonrisa de
respuesta recibió de vuelta.
—Es genial conocerlos, Emily y Trevor. Síganme, estoy seguro de que
están ansiosos por conseguir acomodarse —dijo Edward.
—Es realmente un placer conocerte también, suena genial —
respondió Emily.
—¿Dónde están los perros? —preguntó Trevor.
—Después de que te instales, te voy a sacar de nuevo y puedes
conocer a Sassy. Tuvo cachorros hace un par de semanas y estoy seguro
de que te encantara conocerlos —dijo Joseph.
—Vamos mamá, date prisa —dijo Trevor, agarrando su mano.
Emily se rió de la emoción que brillaba en los ojos de Trevor. Ella
esperaba que su nuevo jefe fuera un hombre bueno, porque mostrarle
cosas a su hijo y luego tener que arrebatárselas sería demasiado cruel.
—Ya voy —respondió ella.
—Te veré abajo en el foso —dijo Joseph antes de ir por un largo
pasillo.
—Este lugar es enorme —dijo Emily mientras seguían a Edward por
una escalera grande y por un pasillo incluso más largo.
—Ya te acostumbrarás —respondió él con una sonrisa amable.
Emily no estaba tan segura, pero asintió con la cabeza hacia él de
todos modos. Por todas partes que veía, había retratos de incalculable
valor y antigüedades. Todo era muy abrumador.
—Sé que no esperaban dos personas, por lo que Trevor y yo podemos
compartir una habitación. En realidad no hay problema —dijo.
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—Oh, no hay necesidad de eso. Hay un montón de habitaciones
vacías en este viejo lugar a la espera de ser llenadas. El abuelo de Mark
originalmente construyó este lugar y Mark lo renovó mediante la adición
de más metros cuadrados. Quería mucho espacio para que su familia lo
visitara a menudo. El valor de la familia Anderson y los amigos están por
encima de todo lo demás —dijo Edward.
—Aquí está tu habitación, jovencito —dijo, y abrió la puerta. Trevor
gritó, mientras corría por dentro y saltaba sobre la cama enorme. La
habitación era más grande que su viejo salón y comedor combinados—. No
sabíamos que íbamos a tener un hijo aquí, así que vamos a aportar lo
mejor para ti en el próximo par de semanas —dijo Edward.
—No hay necesidad de hacer nada más. Esta habitación es excelente
—dijo Emily, encantada.
—Su habitación está justo al otro lado del pasillo —dijo Edward y
abrió la puerta para ella. Ella en realidad se quedó sin aliento.
Y era incluso más grande que la habitación de Trevor. Había una
magnífica cama con dosel en el centro de la habitación y una enorme
ventana con un cómodo asiento para mirar por la venta. Ella no quería irse
nunca.
—Usted tiene un baño privado a través de esa puerta. Nos
aseguraremos de que esté funcionando en una hora. Su armario está en la
puerta de allá. Después de acomodarse, baje las escaleras y vaya al
corredor donde está Joseph. —Se dio la vuelta y se fue antes de que Emily
se diera cuenta de que ni siquiera le había dado las gracias.
—Wow mamá, tu habitación es incluso más grande que la mía. Ooh,
tienes un asiento en la ventana —exclamó Trevor, cuando llegó corriendo a
su habitación y se dirigió hacia la ventana—. ¡Oh! Mira todos los caballos
—continuó diciendo.
Emily se acercó a la ventana y se quedó mirando la escena perfecta
que tenía delante. La vista del dormitorio mostraba la parte de atrás de la
propiedad y de una pradera con al menos un centenar de caballos
pastando.
—Mira mamá, puedes salir afuera directamente por aquí. —Trevor
abrió las puertas francesas, ella no se había dado cuenta y él salió antes
de que pudiera ordenar sus pensamientos.
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—Trevor, ten cuidado —dijo, y corrió tras él. Ella exhaló un suspiro
de alivio cuando notó la barandilla alrededor del porche. Su hijo estaba a
salvo. El porche envolvía toda la parte posterior de la casa. Ella vio otro
conjunto de puertas y se preguntó hacia dónde llevaban, pero no quería
ser entrometida. Probablemente era otra habitación o un pasillo.
—Vamos a deshacer las maletas y luego ir a la planta baja. No
queremos mantener al Sr. Anderson esperando por nosotros —dijo
finalmente.
—Sí, luego puedo ver a los cachorros —dijo Trevor, antes de correr
de nuevo en la habitación y en todo el pasillo hasta su habitación.
Rápidamente sacó sus cosas y luego se dirigió a la habitación de
Trevor, donde él estaba metiendo la ropa en el armario. A ella le gustaba
que él hiciera las cosas por sí mismo, pero sabía que tendría que volver a
ordenar la ropa más tarde.
Emily tomó a Trevor y comenzaron el viaje de vuelta por las
escaleras y siguieron el pasillo hacia el sonido de las voces. Ella oyó una
carcajada y entró en puerta que daba a una sala acogedora.
El fuego ardía en la chimenea y Joseph estaba sentado en un
cómodo sofá mirando.
Emily se sorprendió por la habitación. Había un ambiente impuesto
mayormente para la comodidad que para una obra maestra. Se dio cuenta
de que había un tema similar en todo el área de la casa que había visto
hasta ahora. Artefactos caros que se mostraban detrás de un vidrio
decorado de la casa y aun así había toques simples dándole un aspecto
hogareño y acogedor. Las flores frescas colocadas a lo largo del mobiliario
eran muy acogedoras.
—Aquí están. ¿Ya se instalaron? —preguntó Joseph mientras los
veía.
—Sí lo hicimos, gracias.
—¿Podemos ver a los cachorros ahora? —preguntó Trevor.
—Trevor espera hasta que el señor Anderson lo comente —lo
amonestó Emily.
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—Está bien, Emily. Entiendo Trevor está entusiasmado. Vamos —le
dijo Trevor y lo sacó de la habitación.
Emily les siguió por el pasillo hasta la cocina. Se detuvo y miró a su
alrededor en éxtasis total. Era la cocina más celestial que alguna vez había
pisado. Había todo tipo de artefactos que podía imaginar. Ella se olvidó
completamente de los cachorros mientras paseaba por la cocina enorme,
mirando en los armarios y la nevera bien abastecida.
Se dio cuenta de lo que estaba haciendo y miró con aire de
culpabilidad a Edward, quien sonreía desde la puerta.
—Lo siento mucho, yo no debería haber empezado a husmear en las
cosas —dijo ella.
—Ésta es su área, estoy más que satisfecho de ver que estás
contenta con el alojamiento. En promedio cocinarás para unos veinte
hombres al día, cinco días a la semana. Puede ser un poco abrumador —
dijo.
—Esta cocina es un sueño hecho realidad y me encanta cocinar para
grandes multitudes. Por favor, dime que les gusta probar cosas nuevas y
no sólo frijoles y jamón —suplicó.
Edward se echó a reír a carcajadas.
—Creo que si va a cocinar, los hombres comerán hasta gusanos.
—Usted es muy halagador —dijo con una sonrisa. Emily podría decir
que ella y Edward iban a ser grandes amigos.
—¿Por qué no pasas el tiempo que quieras aquí y te acostumbras a
la cocina? Su hijo está en el cielo con los cachorros en este momento y
estará perfectamente bien —dijo, y luego se deslizó por la puerta.
Emily se acercó a la puerta del patio grande y vio a su hijo y Joseph
sentados en el porche cubierto, con seis cachorros negros merodeando a
su alrededor. Trevor echó la cabeza hacia atrás y rió con alegría pura
mientras uno de los cachorros se extendía por todo su cuerpo y le pasaba
la lengua al otro lado de la cara.
Ella sabía que su hijo estaba en buenas manos. Se dirigió a la cocina
y se familiarizó con la ubicación de todo lo que iba utilizar. Al hacer un
inventario de la comida que tenían allí, se encontró con papel y lápiz y
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empezó a hacer un menú para los próximos días. No podía esperar para
empezar a preparar la comida.
Emily levantó la vista cuando su hijo y Joseph volvieron a entrar en
la habitación y entonces notó el reloj. Ella no se había dado cuenta de que
ya había pasado más de una hora. Se sentía terrible al no haber
comprobado cómo estaba Trevor todo el tiempo.
No podía creer lo segura que ya se sentía en el nuevo lugar.
—¿Qué piensa acerca de la cocina? —le preguntó Joseph.
—Oh, es absolutamente perfecto. No puedo esperar para empezar a
trabajar en la cena.
—No tiene que empezar esta noche, ya sabe. Puede esperar hasta
mañana.
—No me molesta en absoluto partir de esta noche. Sinceramente, me
encanta cocinar y esta cocina está más equipada que un restaurante de
cinco estrellas. Mis manos están ansiosas por empezar.
—Sólo si usted insiste. Estoy seguro de que a los chicos les gustaría
mucho más tener una comida casera que las cenas de microondas que
iban a comer —dijo Joseph.
— ¿A qué hora se come normalmente?
—En el verano, alrededor de las siete y en el invierno, a las cinco.
Realmente sólo tenemos dos temporadas en un rancho —dijo.
—Será mejor empezar entonces. —Se acercó a la nevera para tomar
algunas cosas—. ¿A qué hora debo tener listo el desayuno?
—A los chicos les gusta venir por lo general en torno a las nueve
para el desayuno. Ya se han levantado y han pasado alrededor de un par
de horas desde entonces y son bastante hambrientos —afirmó.
—Eso suena perfecto.
—¿Te importa si me llevo a Trevor para que mire a los caballos en el
establo? —le preguntó Joseph.
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—Usted realmente no tiene que hacer eso, señor Anderson. Él puede
pasar el rato aquí conmigo y colorear —dijo ella, porque no quería que su
hijo fuera una carga.
—No es un problema, Emily. Me gusta pasar el rato con el chico y él
no quiere pasar el rato en la cocina hasta que la comida esté lista. Vamos,
Trevor, puedes escoger a tu caballo favorito para montar. Los chicos aman
a los jóvenes. Tenemos que decirles a los hombres cuando esté lista la
cena de todos modos —dijo Joseph. Dirigió a Trevor fuera de la habitación,
antes de que Emily tuviera la oportunidad de protestar más.
Ella sabía que Joseph no era el tipo de hombre al que se le decía
"no" con demasiada frecuencia. Se imaginó que si se aburría con su hijo, lo
traería de vuelta. Ella comenzó a tararear para sí misma mientras
comenzaba varias ollas grandes de pollo y albóndigas con pan fresco.
***
Mark estaba de un humor increíblemente malo mientras volvía a la
habitación del hotel, lo cual era inusual para el normalmente afortunado
hombre que va feliz por la vida. Cualquier persona que lo conocía sabía
que era mucho más probable verlo gastando una broma que alzando la
voz.
Lanzó su sombrero de vaquero en la cama y se quedó mirando la luz
intermitente en su teléfono indicando que tenía un mensaje. Su negocio
fracasó ya que el hombre con el que había estado hablando a lo largo de
los últimos meses se había olvidado de decirle que las diez cabezas de
ganado que estaba tratando de vender estaban al borde de la muerte.
Una de las pocas cosas que Mark no podía tolerar era el abuso
animal. Podía entender un tipo de perforación para marcarlos, pero abusar
de un animal estaba fuera de lugar. Un hombre no abusaba de un animal
y nunca dañaba a una mujer.
Aquellos eran bastante básicos. Cuando se enfrentó a esa escoria de
hombre que había tratado esa noche, le tomó todo su esfuerzo no volver a
sus años de adolescencia y lanzarle un golpe al hombre.
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Se sirvió una copa y dejó que el calor se extendiera por su garganta
para ayudar a calmar sus nervios. Entonces finalmente escuchó su correo
de voz.
—Buenas noticias hijo, te he encontrado una nueva cocinera. Ella es
absolutamente perfecta. Hizo la cena para los chicos esta noche y creo que
los hombres han ganado unos kilos. En el momento en que ellos habían
mordisqueado cada última migaja de su pastel de manzana, tuvimos que
casi contratar una grúa para levantarlos de la mesa. Llámame cuando
llegues. —Encontró demasiado fuerte la voz de su padre en el teléfono.
—Me gusta mucho. Una cosa menos de la que tengo que
preocuparme —dijo Mark en voz alta para sí mismo. Se sentó para
devolver la llamada de su padre.
—Ya era hora de que llamaras —retumbó la voz de Joseph sobre la
línea.
—Yo estoy muy bien, ¿y cómo estás tú, papá?
—Sí, sí, cómo estás y etc. —bromeó Joseph de vuelta.
Mark realmente amaba a su padre. Amaba a su familia entera,
incluyendo a sus cuñadas y sobrinos hermosos. Su familia había crecido
en los últimos años y estaba empezando a sentir un poco de soledad,
viendo el amor claro entre sus hermanos y sus esposas. Jamás se lo
admitiría a su padre casamentero, sin embargo.
—¿Recibiste el ganado? —le preguntó Joseph.
—No, el hombre resultó ser un verdadero delincuente —respondió
Mark, sintiendo que la ira comenzaba a hervir de nuevo al explicar la
historia a su padre.
Hablaron de negocios un rato más y entonces Mark le dijo que
necesitaba descansar un poco.
—Te veré mañana. Vuelvo a casa temprano ya que no hay necesidad
de permanecer aquí por más tiempo —dijo Mark.
—Genial, hijo, mañana conduciré de vuelta. Voy a llamar al resto del
clan y podemos tener una reunión familiar. No tenemos una hace unas
semanas, lo cual es demasiado tiempo —dijo Joseph con seriedad.
21
—Estoy de acuerdo contigo, llama al clan y podemos tener una
barbacoa. Hablaré contigo mañana —dijo Mark y colgó el teléfono. Él ya se
sentía mejor. No había nada que le hacía sentirse tan bien como estar con
su familia.
22
Capítulo 2
Traducido por nanami27
Corregido por Alyshia Cheryl
—¿Puedes hacer algunos platos de acompañamiento para la
barbacoa familiar esta noche? Están trayendo todo lo demás —dijo Edward
a Emily cuando ella bajó las escaleras.
—Por supuesto —respondió Emily. Estaba increíblemente nerviosa.
Su jefe iba a estar en casa esa noche y no solo él, sino toda su familia.
Realmente esperaba que no perdiera su trabajo una vez que Mark
descubriera que su nueva cocinera tenía un hijo.
Ella hizo que la tripulación de hombres desayunara y almorzara, y
luego pasó la mayor parte del día en la cocina preparando una variedad de
platos para la cena de esa noche.
—Mamá, ¿puedo nadar ahora? —preguntó Trevor, mientras se
acercaba corriendo a la cocina, usando su traje de baño y una expresión
esperanzada en su rostro.
—¿Cómo puedo decirle no a esa cara? —respondió ella—. Déjame
correr escaleras arriba, cambiarme, y luego podemos nadar un rato.
La piscina era justo lo que necesitaba para relajar sus músculos y
su mente estresada. Había un trampolín y juguetes flotantes. Jugó con su
hijo en la parte menos profunda, disfrutando de su risa. Estaban en el
medio de una guerra de salpicadera cuando Mark salió al patio.
Él contuvo el aliento cuando vio a su nueva cocinera. Ella era
impresionante y se encontró a sí mismo intentando controlar el
endurecimiento de su cuerpo. Se puso de pie en las sombras y observó
mientras ella jugaba con el joven muchacho. Su risa se arrastró hacia él,
haciéndolo querer desnudarse y unírseles.
23
Ella salió de la piscina y el agua goteó de su cuerpo apenas vestido.
Tenía el cabello largo y oscuro en cascada por su cuerpo curvilíneo.
Definitivamente tenía curvas en todos los lugares correctos. Sus manos
morían de ganas por explorar esas curvas.
Finalmente levantó la mirada y sus ojos negros impresionantes lo
notaron a él allí de pie. Rodaron con sorpresa mientras ambos se quedaron
allí, mirándose el uno al otro por lo que se sintió horas. Emily finalmente
salió de su trance, envolviendo la toalla alrededor de ella y comenzó a
caminar de nuevo.
Ella tomó una profunda respiración y se presentó.
—Hola, soy Emily y usted debe ser mi jefe —dijo con una brillante
sonrisa. Estaba esperando que si fingía confianza suficiente él vería más
allá del hecho de que tenía un hijo y le permitiría mantener el trabajo.
Él era seriamente el hombre más sexy que había visto jamás. Tenía
bastante más de seis pies de alto y estaba sólidamente construido. Tenía
músculos en todos los lugares correctos y la apretada camiseta y
pantalones empotrados no ocultaban nada de su vista. Tenía cabello
oscuro, cubierto por un desgastado sombrero Stetson y sus ojos azul
marino parecían no perderse nada. Ella estaba teniendo un momento
difícil apartando la mirada de esos ojos hipnotizantes.
La miró de arriba abajo, para finalmente responderle:
—Soy Mark Anderson. ¿Eres la nueva cocinera que mi padre
contrató? —le preguntó, a pesar de que sabía la respuesta.
Trevor notó al nuevo hombre y salió corriendo de la piscina.
—Hola, soy Trevor. Me gusta tu sombrero —dijo, sonriendo al
hombre, mientras goteaba por todas partes sus botas de vaquero.
—Trevor, cariño, retrocede un poco. Estás goteando agua sobre las
botas del Sr. Anderson —dijo ella, un poco horrorizada. Estaba tratando de
mezclarse y allí estaba con Trevor goteando sobre el pobre hombre.
Mark se inclinó de manera que estuvo al nivel de los ojos de Trevor.
—Está bien, Hombrecito. Puedes decirme Mark. ¿Estás disfrutando
la piscina? —preguntó.
24
—Es la mejor y más grande piscina, y los cachorros son tan lindos,
¿sabías que hay caballos en todas partes y Doug dijo que va a enseñarme
a montar todos ellos y todo? —dijo Trevor, todo en un respiro. No podía
contener su emoción.
Mark rió ante el entusiasmo de Trevor y luego le alborotó el cabello.
Emily finalmente se permitió relajarse. Al hombre parecía genuinamente
gustarle los niños. Era maravilloso que él tuviera un lado suave para los
niños. Ella jamás supo que existieran hombres como él. Comenzó a sentir
las primeras cuerdas de alivio al darse cuenta de que lo más probable era
que él no iba a despedirla por traer una persona extra a su hermosa casa.
—Quizás puedes ayudar a elegir cuál de los cachorros nos
quedaremos y darle un nombre —dijo Mark.
El rostro de Trevor pareció caer al instante y había lágrimas en sus
ojos.
—¿Qué pasa, bebé? —preguntó Emily, mientras se dejaba caer de
rodillas junto a Mark.
—¿Por qué los cachorros tienen que irse? —preguntó a Mark,
mientras las lágrimas corrían por su rostro. Todo lo que Trevor había
escuchado era que solo un cachorro conseguiría quedarse y estaba
devastado por ello.
Mark fue tomado completamente por sorpresa. Si veía a un niño o
mujer llorando, todo lo que quería hacer era arreglar el problema, sin
importar lo que fuera.
—Nos quedaremos todos los cachorros. Hay un montón de espacio
para que corran por aquí. Puedes nombrarlos a todos —dijo Mark con un
poco de pánico. Le habría dado al niño un puñado de billetes de cien
dólares si eso hubiera hecho que las lágrimas pararan.
—¿Lo prometes? —preguntó Trevor, con cierto escepticismo.
—Palabra de Scout.
—Gracias —dijo Trevor mientras las lágrimas se evaporaban
instantáneamente y se lanzó a sí mismo a los brazos de Mark. Mark lo
abrazó y sintió que su corazón se hacía un poco más grande. Ni siquiera
había notado el agua empapando su ropa.
25
Emily tuvo que alejarse de la escena que tenía delante. Podía verse a
sí misma enamorándose de su jefe y no permitiría que eso pasara.
Necesitaba el trabajo y los hombros como Mark no sentaban cabeza
con mujeres como ella, así que no había nada que pudiera suceder entre
ellos más que sexo, y luego su empleo terminado. Ella casi deseó que fuera
un matón distante, en lugar de un sexy vaquero con un corazón cálido con
los niños.
—Trevor, vamos adentro. Necesito terminar de preparar la cena, así
que ya no puedo vigilarte fuera de aquí —dijo ella, volviéndose hacia la
casa.
—Ah, mamá, quiero nadar un poco más, por favor —rogó. Ella tenía
una debilidad por su hijo y odiaba decirle que no, pero realmente
necesitaba terminar de cocinar.
—Te llevaré afuera a nadar mañana, pero realmente necesito
terminar la cena.
—Estaba planeando nadar un poco. Mantendré un ojo en él —dijo
Mark—. Quédate con tu mamá en la cocina por unos minutos mientras
corro arriba para cambiarme la ropa —finalizó y luego corrió por las
escaleras, sin esperar por una respuesta de Emily.
Ella pensó que Mark era como su padre y no estaba acostumbrado a
que le dijeran que no. No iba a discutir con él. Tenía que hablar con Trevor
y le dijo que se comportara lo mejor posible.
Emily disfrutó sola en la cocina mientras escuchaba los sonidos de
la risa de su hijo a través de la puerta abierta. Antes de que lo supiera,
todo estaba terminado, así que se dirigió arriba para limpiar. Comprobó a
Trevor, quien estaba más que contento de estar chapoteando por ahí con
Mark, así que se permitió un lujosamente largo baño de burbujas. Apoyó el
cabeza contra la bañera, suspirando en voz alta. No podía creer cuán
afortunada era de haber encontrado semejante trabajo con un jefe amable
quién era también bueno con su hijo.
***
Una hora después Emily estaba sorprendida por el gran número de
personas que seguían llegando a la casa y fuera del patio trasero. Tenía
que haber más de un centenar de ellos dando vueltas. Todo el mundo
26
estaba sonriendo y las risas podían ser escuchadas por encima del sonido
de la música country tocando en el fondo.
Las parrillas se encendieron y el dulce aroma de la carne siendo
hecha barbacoa hacía su boca agua. Había estado tan ocupada
preparando comida todo el día que había olvidado comer algo. NO había
estado segura si debería unirse a la fiesta, pero Edward le había dicho que
el personal siempre era invitado.
—Tú debes ser Emily, ¿la nueva cocinera? —preguntó un hombre
sexy de cabello oscuro. Emily había estado observando toda la gente a su
alrededor y no había notado a la pareja que caminaba hacia ella. Podían
haber aparecido en la portada de la revista GQ. Ella estaba un poco
intimidada por ellos.
—Sí, lo soy —finalmente se las arregló para responder.
—Es genial conocerte Emily. Soy Amy y este odioso hombre de aquí
es Lucas, el hermano mayor de Mark —dijo ella amablemente.
—No dejes que esta gente te abrume demasiado, son todos gente
increíble. MI primera vez en torno a ellos casi me mata de un susto y
ahora no pudo imaginar cuán miserable sería mi vida sin cada miembro de
esta familia —dijo ella. Mientras Amy hablaba, levantó la mirada hacia su
esposo y le dio una tierna mirada de amor. Emily estaba insegura de si
habían terminado de hablar y debería alejarse y dejarlos solos.
—Oh, quisieran parar con la cosa de la mirada, obviamente están
poniendo incómoda a la pobre Emily aquí —otro hombre extremadamente
sexy se metió en la conversación, salvando a Emily.
—Lo que sea Alex, puede apenas estar a diez pies de distancia de la
pobre Jessica —bromeó Lucas a su hermano.
—Bueno, cuando tienes razón, supongo que tienes razón —dijo
Alex—. Hola, soy el hermano de en medio, Alex, y mi increíblemente sexy
esposa está instalando a los niños, pero entrará en un par de minutos.
Tengo que decirte Emily, eres mucho más caliente que el cocinero anterior
—añadió con un guiño.
Emily podía sentir su rostro volverse una profunda sombra roja.
Odiaba cómo sus emociones eran tan fáciles de leer. No sabía cómo
responder a los comentarios de Alex, así que decidió no decir nada.
27
—¿Ustedes chicos nunca van a crecer, no? —dijo otra voz, lo que
tuvo a Emily volviéndose a la otra muy atractiva mujer, que estaba
envolviendo su brazo en el de Alex—. No te preocupes por ellos; aman
obtener una reacción de una mujer bonita. Cuando conocieron a la pobre
Amy por primera vez, ella recibió propuestas de los tres hermanos —dijo,
con un brillo en los ojos.
—Por cierto, soy Jessica y obviamente casada con este pícaro de
aquí —dijo, indicando a Alex—. Son pura palabrería y nada de acción, sin
embargo —bromeó hacia su marido.
—Oh de verdad, me lo tomo como un reto —dijo Alex y luego
procedió a bajar a Jessica al suelo. Ella soltó una risita, sonando como
una adolescente, hasta que sus labios encontraron los suyos y entonces
era obvio que ella había olvidado a cualquier alrededor.
—Um… ¿ustedes quieres ir arriba o quieren seguir avergonzando a
mi nueva cocinera? —preguntó Mark, mientras se paseaba hacia el grupo
cada vez mayor.
Alex levantó lentamente la cabeza, solo para mirar a Mark.
—Preferiría patear la mierda fuera de ti, pero eso puede esperar
hasta después —dijo finalmente, y golpeó a su hermano en el brazo. Para
Emily el puñetazo pareció lo suficientemente fuerte para derribar a un
hombre normal hacia el suelo, pero Mark solo se rió y le preguntó a su
hermano si era todo lo que tenía.
—Ustedes vayan a ayudar con la parrilla. Vamos a colarnos en la
sobremesa —dijo Amy y luego puso un brazo a través de Emily y el otro a
través de Jessica, y las arrastró en dirección a la mesa de postres.
Emily tuvo que contener las lágrimas. Estaba abrumada por haber
sido incluida con tanta facilidad en el evidente amor familiar. Realmente
nunca había tenido amigas antes y esperaba estar ahí por el tiempo
suficiente para volverse grandes amigas con las dos mujeres, ya que
parecían personas que ella definitivamente querría conocer.
***
Mark se quedó con sus dos hermanos y no pudo apartar los ojos de
Emily mientras se alejaba. La manera en que sus acederas se balanceaban
en el corto vestido de vera era suficiente para realmente hacerle babear.
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Podía imaginar sus manos escabulléndose bajo el vestido para descubrir lo
que estaba usando debajo de la impresión floral.
Mientras estaba allí, una brizna de viento levantó el dobladillo del
vestido, mostrándole más de sus increíbles muslos bien formados. Él
contuvo el aliento, mientras deseaba una ráfaga más grande que levantara
el vestido un poco más alto. Sentía sus pantalones volverse más apretados
e hizo una mueca. No notó la mirada que intercambiaron sus dos
hermanos. Si lo hubiera visto, quizás habría estado más preparado.
—Tu nueva cocinera de seguro es caliente —dijo Lucas casualmente.
—Sí, si estuviera soltero, la habría contratado en un instante, tanto
si pudiera cocinar o no —añadió Alex.
—Realmente no lo había notado —mintió Mark a los dos.
—Así que, ¿no estás interesado en ella? —le preguntó Lucas.
—Claro que no lo estoy. Ella es una empleada y lo mantendremos
profesionalmente —dijo. Estaba inseguro de si estaba tratando de
mentirles a ellos o a él mismo. Ya no era un adolescente cachondo y podía
controlarse.
—Bueno, en ese caso, yo vi a Don por allí mirándola. Creo que
intentaré algo de casamentero —dijo Lucas con picardía.
—Como el infierno que lo harás —exclamó Mark. Luego pareció
controlarse un poco y añadió—: No quiero empleados que tengan
romances, porque cuando las cosas van mal, luego hace la vida que los
rodea miserable y uno de ambos renunciará. Tendría que hacer todas las
contrataciones de nuevo. —Sentía que había hecho una excusa bastante
buena de su arrebato.
—Veo tu punto Mark, pero conozco a este chico soltero genial de la
oficina. Justo el otro día me estaba preguntado si conocía a alguna mujer
soltera. Creo que harían una buena pareja —dijo Alex y guiño un ojo a
Lucas.
Ambos hermanos casi podían ver el vapor saliendo de los oídos de
Mark. Realmente estaban disfrutando mucho a expensas de su hermano,
lo que era una cosa normal.
29
—¿Por favor pueden dejar a mi cocinera en paz? —casi gritó Mark.
Varias cabezas se volvieron hacia los hermanos. Ninguno de ellos vio la
mirada maliciosa en el rostro de Joseph, a poca distancia de pie en la
audiencia, junto a Edward.
—Así que parece que tu casamentero están funcionando de nuevo,
viejo astuto —dijo Edward.
—Por qué Edward, no tengo idea de lo que estás hablando —dijo
Joseph con una car seria.
—Te olvidas lo bien que te conozco, señor. He trabajado para ti
durante muchos años antes de ir a trabajar para tu hijo, para no saber
cuándo estás tramando algo. Además, ¿desde cuándo la cocinera tiene el
dormitorio justo al lado de Mark? —preguntó Mark, llamando la
fanfarronería de Joseph.
—Bueno, hablaremos un poco más tranquilos. Si ese chico sabe que
estoy haciendo de casamentero, correrá hacia el otro camino e incluso
peor, si Katherine escucha sobre eso, nunca escucharé el final de ello —
dijo Joseph, mirando a su alrededor con culpabilidad.
—Si no estuvieras tan ocupado metiéndote, no tendrías nada de lo
qué preocuparte —dijo Edward—. Tengo que felicitarte por tu gusto, sin
embargo. Emily es un soplo de aire fresco y el pequeño Trevor está lleno de
energía. Es agradable ver a una señorita bonita y un muchacho joven en la
casa.
Joseph hinchó su pecho un poco por la alabanza. Él tenía buen
gusto, si se lo decía a él mismo. Miró a Amy y a Jessica, como para probar
su punto. Había hecho de casamentero con sus primeros dos muchachos y
mira cuán bien había resultado.
—Abuelo, abuelo, tengo un nuevo amigo —dijo la voz insistente de
su nieta mayor Jasmine. Ella estaba tirando de la pernera de su pantalón,
intentando llamar su atención.
—Puedo ver eso. ¿Estás jugando bien? —preguntó a su nieta
traviesa.
—Lo adoro, abuelo. Nos vamos a casar —dijo ella con la mayor
seriedad.
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Joseph se echó a reír al ver la expresión en el rostro de Trevor.
Incluso a los cinco años de edad la palabra matrimonio asustaba a un
varón.
—¿Por qué no reúnes a tus primos y vamos a cenar para que
después podamos hacer s’mores? —le preguntó a ella.
Jasmine se desvió inmediatamente y tomó la mano de Trevor
mientras corría a buscar a sus hermanos y primos. Joseph tenía tan
orgullo cuando miró hacia el patio lleno de amigos y familiares.
Emily estaba mirando a la mesa casi vacía con temor. Nunca había
creído que toda la comida que había llenado el espacio podría
posiblemente haber sido comida, pero había estado equivocada. Había
hecho lo suficiente para alimentar a un ejército y encima de eso, todos los
que habían asistido trajeron al menos un plato y todo se había ido. Solo
quedaban unos pocos restos y pequeñas piezas por ahí.
Supuso que los ganaderos de trabajo duro necesitaban repostar sus
energías. En realidad estaba muy contenta con la forma en que mucha
gente la había elogiado por sus platos. Le hacía sentirse bien tener a la
gente apreciando sus habilidades culinarias.
Trevor estaba en la casa con el resto de los niños, escuchado a
Joseph leerles historias. Después de la hora del cuento todos iban a
acampar en la enorme guarida y ver películas. La niñera de Jessica, Julia,
se había ofrecido a quedarse con ellos, en caso de que alguno se
despertara por alguna razón.
Emily estaba tan feliz de que los miembros de la familia Anderson
estuvieran tratando a su hijo como si fuera uno de ellos. Ya lo había
escuchado referirse a Jacob como su primo favorito. La pequeña Jasmine
se molestó por ese comunicado. Emily podía decir que a ella le gustaba ser
la favorita, pero en el buen sentido. Ninguno de los niños parecía ser
mimado. Todos parecían ser muy queridos y confiados.
—Oye, Emily, necesitamos otra persona, ven a cambiarte con
nosotros y jugar voleibol acuático —demandó Jessica, mientras le
agarraba del brazo y empezaba a conducirla por las escaleras para
cambiarse de ropa.
Emily estaba un poco incómoda por hacer cabriolas alrededor de su
traje de baño en frente de un grupo de desconocidos, pero sonaba muy
31
divertido y realmente no quería decepcionar a Jessica, así que decidió
superar sus temores.
Se cambió rápidamente y corrió escaleras abajo. Los chicos estaban
ya en el agua, golpeando el balón de ida y vuelta, y mojándose entre sí en
el proceso. Mark saltó fuera del agua para clavar el balón sobre la red y
Emily olvidó respirar por unos momentos. El hombre estaba increíble en
nada más que un par de traje de baño.
El agua bajaba en cascada por su pecho musculoso y brazos. Estaba
muy oscuro, de todo el tiempo que pasó fuera y Mark estaba mucho más
en forma que cualquier chico que pasaba horas en el gimnasio. Su cabello
era un poco sobre el lado más largo y ella se encontró a sí misma
queriendo pasar sus dedos a través de los mechones húmedos. La cintura
de sus pantalones cortos viajaba abajo, mostrándole el camino de vello que
iba más allá de su ombligo. Notó dónde sus ojos se habían perdido e
instantáneamente apartó la mirada de él, rezando para que nadie más
hubiera visto su reacción con su jefe.
—Oigan, chicos, no está permitido comenzar sin nosotras —Amy
regañó a los chicos. Corrió y saltó al lado de la piscina, haciendo un
chapoteo enorme con una bala de cañón perfectamente ejecutada.
—Eso se llama hacer trampa cuando intentas cegar a tu oponente —
dijo Lucas, antes de levantarla en un ardiente beso. Emily podía jurar que
vio vapor elevarse hasta el agua cuando los dos se abrazaron.
—Oigan, no me importa rallar con todo este juego y la partida, si
ustedes están demasiado ocupados para jugar —dijo Alex a Lucas y Amy,
antes de que se volviera y mirara de reojo a su mujer curvilínea en sus
bikini diminuto.
—No hay posibilidad —respondió Jessica. A continuación, tomó la
mano de Emily y tiró de ella en la piscina junto con ella.
Emily salió del agua tosiendo. De repente había una mano golpeando
su espalda.
—¿Estás bien? —le preguntó Mark, parado demasiado cerca de su
cuerpo hormonal. La sensación de su mano en su piel desnuda era
extremadamente agradable.
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—Estoy bien, solo no me lo esperaba y olvidé taparme la nariz —
tosió ella.
—Lo siento mucho —dijo Jessica con verdadera preocupación.
—Estoy bien, lo prometo. Vamos a jugar —dijo Emily. Realmente no
le gustaba ser el centro de la atención en cualquier modo, por no hablar
cuando estaba en bikini frente a un hombre muy viril, es decir, varios
hombres viriles.
Allí estaban, varios trabajadores de rancho y sus novias jugando
contra los hermanos y sus esposas. Era un pareja palooza y Emily estuvo
un poco incómoda cuando se dio cuenta que era la pareja de Mark.
Esperaba que no pensara que estaba intentando conquistarlo.
Emily pronto se olvidó de sus preocupaciones y se perdió en el juego.
Los hermanos eran competitivos. Se aseguraron de colarse en varios besos
con sus esposas y estaban constantemente haciendo bromas o riéndose de
algo.
El balón venía directamente hacia Emily y ella hizo una inmersión
para salvarlo antes de que aterrizara en el agua. No estaba mirando a
dónde iba, y de repente se estrelló contra el pecho duro como la roca de
Mark. Sus brazos automáticamente la rodearon para evitar que se cayera.
Ella levantó la vista para agradecerle y sus ojos se cerraron el uno con el
otro.
Ella no podía apartarse de él, no importaba lo mucho que su cerebro
le decía que se riera y le agradeciera, y luego alejarse. Él tenía los ojos
azules más fascinantes que había visto jamás. Ella automáticamente
empezó a balancearse hacia él, olvidándose de nadie más que estuviera
cerca de ellos.
Mark inclinó la cabeza y hambrientamente tomó sus labios y tiró de
ellos con fuerza contra él. Sus brazos se envolvieron alrededor de su
cintura desnuda y la empujó con su ahora creciente erección. De repente,
un chorrito vino de la parte superior de sus cabezas, haciendo a Emily
ahogarse un poco. Mark se echó hacia atrás, a punto de matar a alguien,
cuando notó los ojos alrededor de la piscina donde estaban él y Emily.
Él miró de regreso hacia el rostro de ella y vio el horror amanecer en
sus ojos. Prácticamente podía leer sus pensamientos. Apenas había
conocido a la mujer, pero su rostro era un libro abierto para cualquier que
33
quisiera leerlo. Sus mejillas ya enrojecidas se convirtieron en una sombra
de oscuro rojo y se escabulló detrás de él, como si él tuviera la peste o algo
así.
Mark estaba intentado averiguar qué decir para posiblemente
mejorar la situación, cuando su hermano decidió ayudarlo.
—Supongo Mark, puedes dejar de maltratar a la pobre chicas. Sé
que el agua es un poco fría, pero hay otras maneras de calentarse, como
en realidad jugar el juego.
—Mira quién habla. —Mark chapoteó de nuevo de regreso, y luego
todos los hombres comenzaron una guerra de agua enorme. Las mujeres
corrieron hacia la cubierta y salieron de la piscina. Emily estaba
mortificada y tratando de pensar en la mejor manera de escapar, sin que
se viera como un verdadero escape.
—En serio, sé que estás un poco avergonzada por el beso, pero esos
chicos no son fáciles de resistir. Solo tienes que saber que cada una de
nosotras ha estado allí y nadie está pensando nada, excepto que eres una
chica afortunada —le dijo Amy.
Emily le dio una sonrisa torcida de agradecimiento y decidió que
quizás Amy tenía razón y nadie realmente le prestó mucha atención.
Además, habían estado en el agua y más o menos cubiertos. Se envolvió en
una toalla fuertemente y decidió olvidarse de todo el asunto.
—Pensé que habías dicho que no estabas interesado —bromeó Alex a
Mark.
—No quería que eso sucediera. Infierno, no sé lo que pasó —dijo
Mark, un poco aturdido.
—¿Supongo que harías una excepción para que yo la pusiera arriba
entonces? —Añadió Alex.
Mark solo le gruñó antes de marcharse. Lucas y Alex se sonrieron el
uno al otro. Ambos entendían el dolor que su hermano iba a pasar. Ellos
habían luchado contra su atracción con sus esposas, aunque al mirar
atrás; se dieron cuenta lo idiotas que habían sido. Esas mujeres eran las
mejores cosas que les habían sucedido.
Todos se habían cambiado de sus ropas mojadas y la mayoría de los
invitados empezaron a irse. Mark atizó el fuego y la familia se sentó junta,
34
contando historias hasta las primeras horas de la mañana. Emily intentó
excusarse, para dejar a la familia tener tiempo juntos, pero Jessica y Amy
habían decidido que era su nueva mejor amiga e insistieron en que se
quedara.
Ella no luchó mucho contra ellas. Estaba pasando un momento
increíble y no quería subir sola a su habitación.
—Tengo que dormir un poco —finalmente dijo Lucas y luego movió
sus ojos a Amy. Emily podía sentir el leve rubor volviendo a su rostro.
Sabía que él realmente quería tener a su esposa sola. Jessica y Alex pronto
los siguieron, y de repente Emily se encontró a sí misma sola con Mark.
El fuego se había apagado a principalmente brasas y apenas había
luz suficiente para ver su rostros en las sombras.
—Mejor me voy a dormir un poco —dijo ella y se obligó a dar un
bostezo. Sabía que no iba a ser capaz de dormir por un tiempo, estado tan
liquidada.
Mark puso su mano sobre el brazo de ella cuando intentó levantarse.
Ella se sentó allí, no sabiendo qué decir.
—Emily, siento tanto lo que pasó en la piscina. En serio, usualmente
no agarro a las mujeres y lo hago con ellas delante de toda mi familia —
dijo él mientras pasaba las manos por su pelo revuelto.
La mano de ella estaba ansiosa por suavizar su cabello de regreso a
su lugar, pero se las arregló para meter las manos bajo sus muslos.
—No hay problema. No es como que no fuera una participante
dispuesta, pero lo siento también. Honestamente, usualmente no hago eso
—dijo, todavía un poco horrorizada de sí misma.
—Bien, ambos lo sentimos —dijo él y luego sonrió. El hombre
debería ser registrado como un arma letal para que las mujeres pudieran
ser prevenidas.
—Así que, ¿somos amigos, no? —le preguntó a ella.
—Sí, claro —respondió, finalmente sintiendo la presión en su pecho
comenzar a disminuir.
—Bien —dijo él—. ¿Quieres ver algo realmente genial? —preguntó.
35
—Claro.
Él la agarró de la mano y empezó a conducirla hacia el granero. Ella
pensó que iba a soltarla, pero mantuvo el agarre y no tuvo la fuerza de
voluntad para apartarlo. Había notado que toda su familia eran personas
amables y delicadas, así que se dijo que leyera demasiado sobre ese gesto.
—Mi yegua favorita está a punto de dar a luz. No hay nada más
maravilloso y hermoso como eso —le dijo a ella con entusiasmo.
Emily se encontró ansiosa por ver al nuevo potro. Llegaron al establo
y escuchó algunos ruidos de dolor. Emily levantó la mirada con
preocupación.
—¿Está ella bien?
—Ella está bien. He estado revisándola por los últimos días y el
veterinario ha estado examinándola. Todo está según lo previsto y el potro
está en la posición correcta. Dar a luz todavía duele, sin embargo.
—Sí, lo hace —concordó ella enfáticamente.
—Supongo que tú sabes más que yo —dijo él con un avergonzado
encogimiento de hombros.
Emily rió y luego se calmó cuando se acercaron al establo con el
trabajador caballo. Ella era hermosa, con un color marrón oscuro,
brillante pelaje y un vientre abultado.
—¿Cómo estás chica? —habló Mark en voz baja a la yegua.
Ella pareció rodar sus ojos ante el hombre despiadado, o es lo que a
Emily le gustaba creer. Recordaba cuando estaba dando a luz y los
doctores le habían preguntado cómo estaba. Había querido golpearlos tan
duro como podía y luego les preguntó la misma cosa. Los hombres no
tenían idea.
—Eres una chica bonita —dijo Emily en voz baja, mientras frotaba
gentilmente su nariz. La yegua relinchó un poco hacia ella, como si dijera
“al menos tú entiendes” y luego volvió a ignorarlos a ambos.
Emily no tenía idea de cuánto tiempo pasaron allí, pero cuando el
cielo comenzó a aclararse, la yegua finalmente empujó el nuevo potro de
su cuerpo, junto con la ayuda de Mark. Ella lo miró, sentando en el suelo,
36
con el bebé en su regazo desgarbado y sintió que su corazón latía con
fuerza. Él estaba cubierto de polvo y sangre, y todavía irresistible.
Una vez que todo el calvario terminó, se dio cuenta de cuán cansada
estaba. El solo salí sobre la colina y se imaginó que sería mejor intentar
conseguir un par de horas de sueño.
—Gracias por compartir esto conmigo. Fue realmente increíble —le
susurró. Ella no quería asustar al nuevo caballo, así que estaba hablando
y moviéndose en silencio.
—Gracias por hacerme compañía. No tenía la intención de
mantenerte despierta toda la noche.
—Valió mucho la pena —respondió ella con honestidad.
Mark estaba ocupado asegurándose de que el nuevo caballo
estuviera sano, así que Emily se deslizó fuera del establo y se dirigió de
regreso a la casa. Se acostó y sus últimos pensamientos antes de
sucumbir finalmente al agotamiento fueron sobre su nuevo empleador.
Sabía que iba a tener que alejarse de él.
37
Capítulo 3 Traducido por Auroo_J
Corregido por Samylinda
Emily se dio la vuelta lentamente y se dio cuenta que era la una de
la tarde. Se enderezó en la cama, tratando de borrar el sueño de sus ojos.
No podía creer cuánto tiempo había dormido. Siempre se levantaba
temprano para asegurarse de que su hijo estuviera bien.
Tomó una ducha de dos minutos, se vistió y bajó corriendo las
escaleras. Estaba increíblemente preocupada por su hijo. Él pudo haber
tenido miedo cuando se despertó y su madre no estaba allí.
Vino corriendo alrededor de la esquina, en el comedor, donde
encontró a su hijo sentado con todos los otros niños, Mark y sus
hermanos. Parecía que todos los adultos no habían estado despiertos por
mucho tiempo.
—Mamá, ¿sabías que un caballo bebé nació esta mañana y tan
pronto como hayamos terminado de comer nuestro almuerzo Mark va a
llevarnos a verla? —prácticamente le gritó.
—Lo sabía. La vi nacer. Lamento no haber estado despierta contigo
esta mañana —se disculpó con su hijo.
—Está bien mamá, no sabía que no estaban despiertos. Hemos
estado jugando todo el día —le dijo Trevor.
Emily se sintió aliviada de que había estado bien esa mañana, pero
un poco triste que no pareciera que la necesitara tanto, cuanto más mayor
se volvía. Se cubrió la mirada decepcionada yendo a la mesa y tomando
algunos ingredientes para un sándwich.
—Lo siento, no les preparé el desayuno —dijo ella, sintiéndose
culpable de que no había preparado una comida.
—No se puede trabajar siete días a la semana, Emily, creo que
Edward ya te dijo que los fines de semana todo el mundo se defiende por sí
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mismo —dijo Mark, antes de rellenar su boca totalmente, como si
estuviera en su última comida.
—Sé que normalmente, pero con tu familia aquí, probablemente
habrían disfrutado de un buen desayuno —se defendió ella.
—Si el resto de la comida es algo parecido a algunas de esas
ensaladas y postres que realizaste ayer por la noche, sin duda habríamos
disfrutado de tu desayuno. Es bueno tener un almuerzo de haz tu propio
sándwich, además me encontré con un par de tazones de ensalada que de
alguna manera no llegaron al comedor anoche —dijo Amy, mirando
fijamente a Mark.
—Oye me encanta la ensalada de papas y quería guardar algo para
hoy —se defendió Mark.
Emily sabía que ella había sacado ese plato, así que Mark debía
haberlo escondido dentro. En realidad, la hizo sentir muy bien que a él le
gustara su comida. Obviamente, le gustaba, de la manera en que él
acumulaba el material en su boca.
—En serio, metí un poco anoche temprano y luego tuve que
escabullirme. No he tenido esta buena ensalada hecha en casa desde,
infierno... bien, nunca. Sin ánimo de ofender a mamá —añadió en el
último momento.
—Bueno, ya sabes el camino al corazón de un hombre es a través de
su estómago... entre otras cosas —dijo Alex con un guiño.
—Amén —agregó Mark, sin detenerse siquiera en masticar.
Emily debía acostumbrarse a su familia, ya que ella se sonrojaba
mucho menos ya. Sabía que los hermanos estaban nervaduras entre sí y
que no significaba ningún daño. Simplemente tenía que acostumbrarse a
la forma en que hablaban entre sí, si quería estar a gusto con ellos.
Después de que todos comieron, los adultos reunieron a los niños
más jóvenes, mientras que los mayores se aferraban a Mark que los guiaba
a todos al establo. Emily se sorprendió al ver que el potro recién nacido se
tambaleaba alrededor en el espacio abierto del granero.
—Ella acaba de nacer, no puedo creer que ya camine —jadeó.
Los tres hermanos se rieron.
39
—Los animales son mucho más independientes que los bebés
humanos —dijo Lucas.
—Hey habla por ti mismo, siempre he sido uno de una clase y capaz
de hacer las cosas más rápido que el promedio —añadió Mark.
—No lo creo, todos sabemos que siempre he sido el más inteligente
—dijo Alex mientras se golpeaba el pecho.
—Todos ustedes son anormalmente fuertes, sexys y muy, muy
inteligentes —dijo Jessica para apaciguar a los hombres.
—Eres todo eso y mucho más —dijo Alex antes de besarla.
—Está bien, simplemente no he dormido lo suficiente para hacer
frente a los dos haciendo cara besucona —se quejó Mark.
—Teniendo en cuenta que te encontré aquí, durmiendo sobre la paja,
le da un poco de margen de maniobra para el mal humor —admitió Alex.
—Por supuesto que un revolcón en el heno me hubiera puesto en un
estado de ánimo mucho mejor que haberme quedado dormido en ella —
añadió con un guiño a Emily.
Ella fingió no oír esa última declaración o notar el guiño.
—¿No es el caballo bebé dulce? —preguntó a Trevor.
—Mamá, los caballos no son dulces, son geniales —gruñó él,
tratando de sonar como un niño grande.
—Bueno, lo siento por eso —dijo con un brillo en sus ojos. Le
encantaba lo mucho que su hijo estaba creciendo. Había días que le
rompía el corazón el pensar que sería un hombre antes de que se diera
cuenta, pero al mismo tiempo tenía tanta personalidad y un gran corazón.
Quería mantenerlo cerca de para siempre.
—Ella es una chica muy linda —dijo Lucas.
—Estoy de acuerdo hermano, otra buena adición al rancho —
intervino Alex.
—Gracias chicos —dijo Mark.
—Hay que ponerse en marcha, pero podemos volver la próxima
semana —dijo Lucas.
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—Ah papá, yo quiero jugar con Trevor un poco más —lloriqueo
Jasmine.
—Prometo que volveremos para que juegues con Trevor pero mamá
tiene una cita que no se puede perder, dulzura —dijo Lucas con tristeza.
Odiaba ver a su niña molesta por nada. Era pan comido muy fácil para su
hija. Los hombres de negocios que había tratado a lo largo de los años,
habrían estado completamente sorprendidos si pudieran ver la facilidad
con que su hija era capaz de conseguir lo que quería de él.
—Está bien papá —dijo ella en una voz temblorosa. A continuación,
le echó los brazos alrededor a Trevor—: Voy a echarte mucho de menos —
sollozó. Estaba a punto de decirle que podían quedarse un rato más,
cuando Amy le dio su mirada maternal. Su esposa era la única persona
capaz de salirse con la suya y él no iba a discutir con ella.
Trevor le devolvió el abrazo, antes de darse cuenta de lo que estaba
haciendo.
—Nos vemos pronto —murmuró. Emily podría decir que él estaba
tratando de ser duro delante de Mark, pero él estaba a punto de llorar.
—Hey hombrecito, después de los otros niños salgan de aquí, tú y yo
podemos tomar un paseo a caballo por los senderos —dijo Mark, mientras
revolvía el pelo de Trevor.
—¿En serio? —La tristeza de Trevor se evaporó al instante, mientras
miraba con optimismo hacia Mark.
—En serio —dijo Mark—. Incluso puedes invitar a tu mamá si quiere
venir —agregó.
Trevor miró por encima de su madre, como si estuviera realmente
pensando en eso, antes de decir:
—Creo que ella podría venir con nosotros. Puede hacer cosas para
un picnic.
—Gracias —dijo Emily—. Sé que fue una decisión difícil para ti —
añadió con una sonrisa.
—Tenemos que irnos también, nos vemos muy pronto. Vamos a
tomar un día de spa —dijo Jessica, antes de agarrar a Emily en un abrazo.
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—Eso suena muy bien —dijo Emily, a pesar de que no sabía cuánto
tiempo tomaría para que ella fuera capaz de pagar eso. Si Jessica la
invitaba demasiado pronto, tendría que inventar alguna excusa para
aplazarlo.
Después que se fue todo el mundo, los tres se dirigieron a su paseo.
Emily montó una yegua más vieja que era mansa y fácil de manejar.
Trevor estaba con Mark y lucía muy adorable en sus brazos. Ella
realmente iba a tener que luchar contra su atracción hacia él con cada
onza de fuerza de voluntad que tenía. No iba a ser fácil.
El día terminó casi tan perfecto como había empezado. Mark era
ingenioso y encantador, y tenía una paciencia infinita con su hijo. Se dijo
en repetidas ocasiones que no serían más que amigos y pensó que si se
mentía a sí misma lo suficiente, podría creerlo.
Un día empezó a correr al siguiente. Mark no hizo más movimientos
nuevos hacia ella y mantuvo las cosas completamente amigables. Él era
increíble con Trevor y pasaba horas cada día con él. Trevor estaba
empezando a montar por su cuenta.
Cada vez que miraba a su hombrecito con Mark, reforzaba su
decisión de luchar contra la atracción que sentía por su jefe. Tenía que
mantenerlo profesional, porque si ella comenzaba una relación con el
hombre, cuando terminara, ella y Trevor tendrían que marcharse.
No era como si ella realmente tuviera que preocuparse acerca de una
relación, sin embargo, Mark no había mostrado ningún interés más
personal. Trevor y ella habían estado en el rancho durante un mes
completo y Mark no la había tocado una vez desde aquella noche tórrida,
que parecía hace mucho tiempo.
Lo que la irritaba era el hecho de que quería que él la tocara. Estaba
realmente agradecida de que no estaba haciendo movimientos hacia ella
porque no creía que fuera lo suficientemente fuerte como para decirle que
no.
Su familia se acercó un par de veces más y se estaba convirtiendo en
buenas amigas con Jessica y Amy. Estaría tan molesta si de alguna
manera perdía todo lo que había ganado desde que aceptó el trabajo de
cocina.
42
Finalmente tuvo un día de spa verdadero programado el fin de
semana que venía. Nunca había hecho algo así y sonaba como el paraíso.
Tener amigas reales y un día en que se le permitía mimar a sí misma
parecía irreal. La mayoría de las chicas hacían ese tipo de cosas en la
escuela secundaria pero había sido demasiado pobre para gastar
frívolamente dinero en cosas de chicas.
Con su resolución hecha, Emily apartó su mirada de la ventana,
donde Mark y Trevor estaban rodando por el césped con los cachorros
cada vez mayores. Se concentró en la cocina, que siempre aliviaba sus
tensiones.
***
Emily no podía dormir. Se quedó allí por espacio de una hora, dando
vueltas, hasta que finalmente empezó a sentirse claustrofobia. Se levantó y
salió a su balcón. Pasaba mucho tiempo allí en la noche, disfrutando del
aire fresco por la noche.
Comenzó a sentirse un poco mejor, ya que se apoyó en la barandilla
y aspiró el aire fresco del campo. Se rió un poco en voz alta, mientras
pensaba en sus fobias extrañas. No entendía por qué se ponía tan
claustrofóbica a veces.
—¿Qué estás haciendo aquí? —preguntó Mark.
Emily saltó por lo menos un pie fuera de la tierra, ya que se dio la
vuelta para ver a Mark de pie a unos metros de distancia de ella, usando
nada más que un par de calzoncillos, que mostraban mucho más de lo que
ocultaban.
—Yo... s... sólo necesitaba un poco de aire —finalmente logró
tartamudear.
Mark no podía apartar los ojos de ella. Él la miraba de pies a cabeza
y se tomó su tiempo para ello. Había luna llena esa noche y ella llevaba un
camisón corto casi transparente, que le estaba mostrando mucho más de
su cuerpo que incluso el bikini había mostrado. La luz de la luna parecía
girar el vestido blanco iridiscente.
Podía ver la silueta oscura de sus pezones, que se endurecieron en
picos mientras sus ojos vagaban sobre ellos. Podía ver el contorno de sus
43
piernas todo el camino hasta el más íntimo de los lugares. Antes de que
supiera lo que estaba haciendo, comenzó a caminar hacia ella.
Era lento y constante mientras tomaba esos pocos pasos que los
separaban. Sus ojos nunca se apartaron de él mientras hizo su
acercamiento. Era como si los dos estuviesen en un trance inevitable.
Extendió la mano y apartó los zarcillos escapados de su pelo, que flotaban
en su rostro.
No pudo contener el suspiro que se escapó de sus labios cuando sus
dedos se pusieron en contacto con su piel ardiente. Comenzó a inclinarse
hacia él en una invitación tácita. Eso fue todo el impulso que necesitaba.
Él envolvió un brazo alrededor de su espalda, tirándola con fuerza
contra su cuerpo casi desnudo. La otra mano envuelta alrededor de la
parte posterior de su cuello, inclinando la cabeza hacia arriba, dándole
acceso a sus labios carnosos.
Él le dio un momento más para voltearse. Lo mataría si ella se
negara, pero nunca obligaría a una mujer. Cuando el gemido escapó de
sus humedecidos labios, finalmente les dio a ambos la satisfacción que
querían y acercó sus labios a los de ella.
Ella había pensado que el beso sería urgente, como lo fue en la
piscina, pero se sorprendió cuando sus labios apenas se rozaron. Gimió de
nuevo y levantó las manos para agarrar su cuello, tirando de él. Quería
sentirlo apretado contra ella en todos los sentidos. No tenía tiempo para
lamentarse, lo quería y lo necesitaba en su totalidad besándola y alejando
el dolor.
Finalmente les dio lo que tanto querían y aplastó sus labios debajo
de él. Inclinó la cabeza, abriendo la boca más ancha, por lo que podría
deslizar su lengua dentro. Sus lenguas se aparearon, mientras sus caderas
se apretaron, imitando el acto sexual.
Dejó escapar un gemido cuando ella empujó su suavidad en su
virilidad hinchada. Su mano recorrió la perfección ronda de su trasero,
hasta que encontró el dobladillo de su camisón. Luego avanzó lentamente
su camino hasta sus muslos de seda, hasta que él la estaba agarrando,
tirando de ella con más fuerza contra él.
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Dejó escapar otro largo gemido, al darse cuenta de que no llevaba
nada debajo de la voluta del camisón. Lo único que lo separaba de entrar
en ella en ese momento era el algodón muy fino de sus calzoncillos.
De repente movió su brazo debajo de sus muslos, levantándola en
sus brazos. Él nunca rompió el contacto del beso apasionado que
compartían. La llevó por pocos pies a la puerta de su balcón y se acercó a
su cama, donde la acostó.
Se quitó los calzoncillos y luego la bata en dos movimientos rápidos
y se sentó a su lado en el edredón suave. Sus manos vagaban por todo el
cuerpo. No podía tocar en suficientes lugares. Encontró cada punto de
placer en ella y casi termina con las cosas antes de que hubieran
comenzado, mientras ella gritaba su placer.
Por último, separó sus labios de los de ella, para poder recorrer su
garganta suave. Él lamió y mordisqueó su pulso errático latiendo y luego
se dirigió a sus pechos generosos. Era tan hermosa y con curvas. Sus
pezones eran rosadas cuentas oscuras brillando en la luz de la luna. Pasó
la lengua alrededor de sus picos endurecidos, antes llevar primero uno y
luego el otro profundamente en su boca.
El cuerpo de Emily tiró de la cama mientras él seguía lamiendo y
chupando su camino lentamente por su torso. Rodeó su ombligo y luego se
trasladó levemente más abajo. Mientras sus manos amasaron sus muslos
y sus dientes rozaron su piel, ella gritó más y más. Luego suavemente
tranquilizó su piel con un simple movimiento de su lengua.
Cuando finalmente abrió las piernas y la besó íntimamente en su
lugar más sagrado, le rogó que la amara.
—Por favor, Mark, por favor, te necesito dentro de mí —gritó ella.
Con un gesto más de su lengua magistral todo su cuerpo se sacudió
y la dulce liberación celestial pasó a través de ella. No podía siquiera
levantar la cabeza, el placer era tan grande y abarcador. Poco a poco, besó
su camino de regreso a su cuerpo y movió sus pezones todavía sensibles,
haciendo que la agitación comenzara en su núcleo de nuevo. No entendía
cómo podía necesitar o desear más tras el placer que acababa de recibir,
sino hasta que él trajo sus bocas juntas de nuevo, podía sentir el calor de
agitación dentro de ella otra vez.
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Se acostó sobre ella, presionándose a sí mismo en su calor. Podía
sentir cómo palpitaba contra su apertura dolorosamente. Abrió aún más
para que al fin pudiera reunirse con sus cuerpos juntos, pero él aún se
contuvo.
Paso las manos por encima de sus caderas y luego tiró su
protuberancia dolorosa, mientras su lengua bailaba con la suya. Ella llegó
a estar completamente despierta de nuevo y levantó sus caderas, rogando
con su cuerpo para que los uniera. No podía creer que los gemidos que oía
provenir de su propia garganta.
Él deslizó su dedo dentro de ella, probando su cuerpo, para ver si
estaba lista para él. Cuando sintió que estaba tan lista como él, finalmente
detuvo la tortura y en un empuje rápido estaba muy dentro. Ella gritó de
placer y movió sus caderas, con ganas de más.
—Dame un minuto —suplicó Mark.
Emily sintió una energía diferente a cualquier cosa que jamás había
sentido en su vida. Había hecho que este hombre grande y fuerte que le
rogara por misericordia. Era una sensación de euforia y ella movió sus
caderas y sonrió al ver el sudor perlar en su frente.
Vio su sonrisa y se emparejo con la suya retorcida.
—Tú eres toda provocadora, ¿no?
Entonces, comenzó a empujar dentro y fuera de ella con rapidez y no
había manera de que pudiera haber exprimido las palabras más allá de su
apretada garganta. Él la abrazó y la besó, al mismo tiempo empujando
dentro y fuera de su cuerpo. Perdió la noción del tiempo, mareada en los
sentimientos inmensos construyéndose cada vez más alto dentro de ella.
Se metió de nuevo y su cuerpo convulsionó en torno a él, ya que su
placer parecía extenderse más y más. Con un gruñido empujó una última
vez, antes de que él se estremeciera y luego se derrumbó encima de ella.
Los dos estaban respirando con dificultad y ninguno de ellos parecía tener
la energía para moverse.
Finalmente moviendo sus cuerpos, él tiró de ella medio en la parte
superior de él y medio tumbada a su lado. Él no estaba dispuesto a
dejarla ir. Trajo el cobertor hacia arriba para alejar el aire de la noche fría
de su cuerpo y cerró los ojos, disfrutando de la sensación de ella contra él.
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—Debería irme —dijo adormilada, aunque no trató de moverse.
—Todavía no.
No tenía ninguna energía para discutir con él y se dijo que se
levantaría en un momento. Dejaría descansar sus ojos por un minuto.
Estaban tan pesados y no lograba mantenerlos abiertos.
Emily se despertó y estiró los músculos doloridos. Al principio
estaba confundida por la rigidez de su cuerpo y luego llegó la noche de
regreso como agua fría salpicándola en la cara. Ella se sentó en la familiar
habitación y miró alrededor.
Mark no estaba allí, de lo que ella estaba increíblemente agradecida.
Necesitaba tiempo para prepararse a sí misma antes de que se enfrentara
con él. Nunca antes había hecho el amor con un hombre con el que no
tenía una relación. Antes de Mark, sólo había estado con su ex marido y el
sexo nunca había sido tan bueno como lo había sido con Mark.
Se había quedado dormida en sus brazos, sólo para ser despertada
en algún momento de la noche por sus manos errantes. Él la había amado
una vez más, dándole más placer y luego había caído en un sueño sin
sueños.
Encontró su camisón en el suelo, cerca de la cama y se la puso
sobre su cabeza. A continuación, se dirigió a la puerta y alcanzó su punto
máximo hacia fuera en el balcón. No había nadie por ahí, o en cualquier
lugar en el patio, por lo que rápidamente corrió hacia la puerta de su
propia habitación.
No había sabido que la habitación de Mark estaba tan cerca de la de
ella. Si hubiera sabido antes eso hubiese tenido un tiempo aún más difícil
conciliando el sueño por la noche. No creía que fuera a dormir otra vez con
su nuevo conocimiento.
Emily se permitió una ducha extra-larga, tratando de aliviar el dolor
de sus músculos. Había usado unos cuantos que no sabía que existían. A
pesar de que su cuerpo estaba dolorido, era una sensación muy
gratificante al mismo tiempo.
Dejó de sonreír al pensar de nuevo en el intenso placer que Mark le
había dado. Luego se recuperó y se vistió. Tendría que decirle que la noche
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fue increíble, pero no podía continuar. Ella realmente amaba trabajar para
él y que era mucho más importante que alguna aventura.
Sonaba racional en su mente. Esperaba que no lo tomara como un
rechazo. Desde luego, no podía decirle que había sido el mejor sexo que
había tenido en su vida. Esa no era la manera de conseguir que no
quisiera más de él.
Emily se sentía más segura cuando finalmente bajó las escaleras.
Entró y encontró a Trevor y Mark sentados en la mesa de la cocina, cada
uno con un gran tazón de cereal delante de ellos. Ambos levantaron la
vista con aire de culpabilidad, como si los hubieran sorprendido haciendo
algo malo.
Emily pensó que era extraño hasta que se dio cuenta de que el cereal
que ambos estaban comiendo era Cookie Crisp. Nunca dejaba que su hijo
comiera cereales azucarados. Ella siempre le dijo que bien podría
simplemente darle una cuchara y que comiera directo de la azucarera.
Estaba cerca de regañar a Trevor por comer algo que sabía que no
debía, pero la expresión de sus rostros era demasiado patética. No pudo
contener la sonrisa que se deslizó.
—No te acostumbres a comer esto —fue todo lo que dijo. Cogió un
cuenco y vertió la poca cantidad que quedaba en la caja para sí misma. Se
sorprendió al descubrir que era en realidad bastante bueno. No iba a
admitirlo a los chicos que la miraban con aire satisfecho—. Sólo estoy
comiendo esto para que ustedes dos no coman más —dijo finalmente.
Mark dejó escapar una risita así que ella lo miró, y luego terminó su
desayuno. Estaba comiendo el cereal lo más rápido que podía, como se
comía todo. Habrías pensado que el hombre se crio en un orfanato, por la
forma en que comía.
—¿Por qué siempre comes tan rápido? —finalmente preguntó con
curiosidad sacando lo mejor de ella.
—Trata de crecer con dos hermanos mayores y luego comerías
demasiado rápido.
Emily se rió entre dientes ante la imagen de Lucas y Alex robando la
comida de Mark. Él le sonrió y ella casi se olvidó de que tenían que tener
una conversación seria después.
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—Mamá, no te olvides que voy al cine hoy con Jasmine —dijo Trevor,
a través de sorbos de su leche con chocolate.
—Me lo olvidé. Termina así que podemos vestirte. Lucas estará aquí
en cualquier momento —dijo, mientras empezaba a limpiar los platos de la
mesa.
—Ya he terminado —dijo Trevor y luego subió corriendo las
escaleras. A él no le gustaba nada más que pasar tiempo con Jasmine, que
era su nueva mejor amiga.
—Espérame —dijo Emily, mientras perseguía a su hijo por las
escaleras. Rápidamente le alisto para irse y para el momento en que bajó
las escaleras, oyó llamar a Jasmine para él.
—Estoy aquí Jazzy —gritó Trevor desde lo alto de las escaleras y
luego saltó sobre la baranda y se deslizó hacia abajo. Emily se quedó
atónita cuando su hijo hizo la larga caída.
—Trevor no puedes deslizarte por la barandilla —regañó a su hijo—.
¿Qué te ha dado esa idea? —cuestionó ella. Trevor miró con aire de
culpabilidad y luego se encogió de hombros.
—Es mi culpa Emily, lo siento. Yo le mostré cómo hacerlo —gritó
Mark.
Emily volvió la mirada atónita a Mark. A continuación, echó los
brazos al aire en derrota. No podía entender a los hombres. La barandilla
era hermosa y cara, y la estaba utilizando como un tobogán. Decidió
dejarlo ir. A veces, esa era la cosa más inteligente que hacer.
—Ahí está —dijo Jasmine, ya que dio la vuelta de la esquina—. Te
extrañé. —Agarró a Trevor en un abrazo. Él la abrazó y se sonrieron
ridículamente el uno al otro. Emily amaba lo dulces que eran juntos.
—¿Estás listo para salir? —le preguntó Lucas.
—Sí —contestó Trevor con verdadero entusiasmo.
—¿Está bien si se queda la noche? Vamos a salir tarde y van a pasar
un buen rato —preguntó Lucas a Emily.
—Si honestamente no crees que vaya a ser un problema…
49
—¿Me estás tomando el pelo? Él es un gran chico. Me gusta mucho
que venga, además de que es la única vez que puedo conseguir que
Jasmine deje de hablar —susurró.
Emily se rió entre dientes y luego le dio un beso de despedida a su
hijo. Le recordó que escuchara a Lucas y Amy y que se portara bien.
Lucas se fue, de pronto Emily estaba a solas con Mark. Bueno,
pensó, no había mejor momento que el presente para tener su conversación.
—Mark necesitamos tener una charla.
—Tenía miedo de que fueras a decir eso.
—Anoche fue mágico. Fue la mejor noche que he tenido.
—Bueno, eso suena como una gran conversación. Yo digo que
terminemos antes de agregar un pero... —empezó a decir.
—Ojalá fuera así de simple Mark, pero los dos sabemos que no
podemos permitir que vuelva a suceder. Trevor es muy feliz aquí y lo que
hay entre nosotros no va a durar y entonces todo se vendrá abajo —
declaró ella para que él entendiera.
—¿Por qué no puede durar? —le preguntó.
—Mark, eres mi jefe. Eres increíble y tu familia es increíble y no
quiero tener una aventura y luego acabar con nosotros no llevándonos
bien. ¿No podemos estar agradecidos porque tuvimos una gran noche
juntos y ahora llevarnos bien? —suplicó una vez más.
Mark la miró a los ojos durante unos momentos, antes de dejar
escapar un largo suspiro.
—No estoy contento con esto y te garantizo que voy a tratar de
hacerte cambiar de opinión, pero si necesitas que dé marcha atrás, por
ahora, entonces eso es lo que voy a hacer —admitió finalmente.
—Gracias. ¿Podemos volver a las cosas como han estado?
—Tengo que ir a trabajar en el granero por un tiempo —fue su única
respuesta. Salió por la puerta de atrás y la dejó sintiéndose un poco
rechazada.
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Si ella estaba haciendo lo correcto, ¿por qué se sentía tan
miserablemente mal por ello? A veces sería mucho más fácil ser un niño y
no tener las reservas que desarrolló a medida que fue creciendo. Sabía que
realmente estaba haciendo lo correcto, sólo tenía que convencerse de eso.
No vio a Mark el resto del día. Ambos estaban logrando evitarse el
uno al otro, lo que era mejor para ellos en ese momento.
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Capítulo 4 Traducido por emma.sheila, Breen_Pueente, SOS por Alyshia Cheryl y
Corregido por Maniarbl
Tomó un par de semanas pero las cosas volvieron a algo de la rutina
normal. Emily y Mark podían estar en la misma habitación de nuevo sin
mucha tensión e incluso volvieron a algunas de sus burlas anteriores.
Emily se estaba sintiendo más y más segura. Aún podía encontrar
sus ojos atraídos hacia Mark y parecía saber siempre dónde estaba pero le
importaba demasiado como para arriesgar perderlo por un romance
barato. Le dolía el cuerpo cada noche deseándolo tanto pero estaba
acostumbrada a negarse cosas a sí misma por el bien de los demás.
En este caso estaba poniendo las necesidades de su hijo antes que
las suyas, lo que hacía que el sacrificio valiera la pena. Ella al menos
pensaba que valía la pena, o esperaba que lo hiciera.
Lo que hacía el dolor aún peor, era que cada día que estaba
alrededor de Mark se sentía un poco más enamorada de él. ¿Cómo podía
no amar a un hombre que era tan amable con su hijo y tan compasivo con
todos los que le rodean? Incluso era un santo cuando se trataba de sus
animales.
Aún no le había encontrado ni un solo defecto. No entendía como
aún no estaba casado y con diez hijos. Haría el esposo y padre perfecto.
Soñó más de una vez estar en el papel de esposa y madre con Mark.
Emily y Trevor estaban jugando un juego de Candy Land en la sala
de estar cuando Mark entró.
—Mark, mira, estoy ganándole a mamá otra vez —dijo Trevor
mientras le sonreía a su héroe.
—Buen trabajo, amigo. Edward acaba de traer un poco de torta de
chocolate. Si te das prisa a la cocina, puede que obtengas un poco antes
de que la guarde —agregó.
52
—¡Sí! —gritó Edward y se echó a correr por el pasillo.
—Sabes que lo estás malcriando —advirtió Emily, pero la sonrisa
que le dio quitó cualquier daño.
—Realmente me encanta tenerlo aquí. Le trae tanta luz a la casa.
—Gracias —dijo Emily, mientras las lágrimas le escocían los ojos.
Era una tonta con cualquiera que amara a su hijo.
—Emily necesitamos hablar sobre la escuela de Trevor. El año
comienza en unas semanas —comenzó Mark cuidadosamente. Estaba
preparado para una batalla menor con la madre obstinada.
—Hay una gran escuela aquí. Iba a ir a hablar con ellos la próxima
semana —dijo ella, pensando que la discusión estaría terminada.
—Lucas me contó todo sobre la escuela en la que Jasmine está
inscrita y no es mucho más lejos de esta zona. Él tendría muchas
oportunidades allí que no puede obtener de una escuela pública y podría ir
con Jasmine —le dijo él a ella.
—Mark no hay manera en que pueda darme el lujo de poner a Trevor
en una escuela privada.
—No tendrías que pagar nada. Sería una parte de tu contrato.
—No hay manera de que pueda aceptar eso, Mark. Ya le das a
hurtadillas cosas a Trevor todo el tiempo, como la sucia bicicleta que le
diste la semana pasada. Estará bien en la escuela local de aquí —agregó
tercamente. Ella ya le debía demasiado a Mark y no quería endeudarse
más.
Mark estaba preparado para su argumento. Él ya había descubierto
que ella no era una persona codiciosa. De hecho, era completamente lo
opuesto. Era malditamente frustrante tratar de darle algo a ella o a su
hijo.
—Sólo déjame explicarme antes de empezar a ponerte a la defensiva
y rechazar la idea por completo —empezó él.
—Bien. Adelante, explícate pero te digo que la respuesta seguirá
siendo no. Estás perdiendo el tiempo —dijo, mientras cruzaba sus brazos.
53
—Eres la mujer más exasperante. También dije que no te pusieras
toda a la defensiva —casi gritó él.
Ambos se miraron, ninguno dispuesto a dar marcha atrás. Emily
finalmente desdobló sus brazos y se encogió de hombros.
—Continúa —murmuró.
—Gracias. Como estaba diciendo, la escuela es de primerísima
calidad y si Trevor va allí tendrá de lejos muchas más oportunidades de las
que una escuela pública puede darle. El sistema de las escuelas públicas
ha tenido demasiados recortes en el presupuesto. Diablos, él ni siquiera
podría aprender otro idioma o participar en cualquier club bueno. Esas
son las cosas que él realmente necesita para asegurar su futuro.
—Pero el dinero... —comenzó ella.
Mark levantó su mano.
—Puedes hablar con diferentes empleados personalmente y de la
empresa. Hemos añadido beneficios donde pagamos por matrículas
universitarias y licencias extendidas. Creemos en cuidar lo nuestro. Pagué
para que los niños de Edward vayan a la universidad y él no peleó conmigo
por eso, así que por favor pon a Trevor por encima de tu orgullo y permite
que tome esta oportunidad —dijo. Sabía que la última parte era un golpe
bajo pero también sabía que ella estaba dispuesta a hacer casi cualquier
sacrificio por su hijo, incluso si ese sacrificio era aceptar algo de otra
persona.
Emily se sentó, luchando consigo misma. Sabía que lo que Mark
decía era cierto. Sabía que podía estar perjudicando el futuro éxito de su
hijo al no dejarlo ir a una escuela mejor pero realmente no quería estar en
más deudas con Mark.
—Puedo entender tus puntos y tienes razón —ella finalmente aceptó.
Mark se veía un poco presumido ante sus palabras. Ella mantuvo su
mano levantada para hacerle saber que no había terminado de hablar. La
sonrisa se le cayó.
—Dije que puedo entender tu punto, sin embargo si esperas que yo
me comprometa, tú tienes que estar dispuesto también —dijo ella,
mirando a los ojos, para asegurarse que estaba haciendo un punto.
54
—¿Qué clase de compromiso? —preguntó él con desconfianza.
—Si Trevor va a ir a una escuela elegante, entonces insisto en
contribuir. Ya no tenemos ningún gasto aquí y recibo un salario generoso.
Estoy segura que la enseñanza cuesta mucho, así que voy a cortar mi
salario a la mitad. —Pensó que esa sería una solución aceptable para
ambos.
—De ninguna manera —le dijo Mark, sin lugar para comprometerse
de su parte.
—Entonces no hay trato —agregó Emily, igual de inflexible.
Ambos se miraron uno al otro de nuevo, tratando de romper a la otra
persona. Cuando Emily se rehusó a dar marcha atrás. Mark finalmente
levantó las manos en derrota.
—Bueno, ¿qué tal si a tu salario se le cortan sólo cien dólares a la
semana, en vez de la mitad? —dijo él.
Cuando ella empezó a sacudir la cabeza, él la interrumpió.
—Escucha, si él va a ir a una escuela privada van a haber cosas
extras que va a necesitar. Vas a necesitar tu salario —intentó razonar con
ella, Emily ni siquiera había pensado en otros gastos. Mark no iba a decirle
sobre los honorarios adicionales para las excursiones y demás. Él sólo se
aseguraría de que la escuela lo contactara directamente a él, porque si ella
supiera algo de todo eso insistiría en romperse a sí misma trabajando para
pagarle. No la entendía, el dinero ni siquiera sería extrañado por él. Estaba
frustrado con ella y al mismo tiempo impresionado con su independencia.
—Supongo que podríamos intentarlo —admitió a regañadientes—.
Pero Mark, si los niños de ahí lo hacen sentir mal acerca de sí mismo por
no ser rico como ellos, no se quedará. Prefiero que tenga una educación en
una escuela pública a que se sienta como si no fuese suficientemente
bueno —dijo enfáticamente.
—Emily, va a encajar perfectamente. Ya tiene una mejor amiga que
va a ir a la escuela con él y es extrovertido y sociable. Va a ser amigo de
todos los niños de la escuela —dijo.
—Está bien. ¿Cuándo comienza la inscripción? —preguntó ella.
55
—Podemos ir allí mañana. Tomaremos el helicóptero hasta lo de mi
papá y luego conduciremos. Le he estado prometiendo a Trevor un viaje
hace rato.
—Creo que estaría bien sólo conducir —dijo ella nerviosamente.
Estaba aterrorizada de las alturas y no era fan de volar en nada, mucho
menos en un pequeño helicóptero, que sólo permanecía en el aire debido a
un par de barras de acero que daban vueltas.
—No seas tan gallina. Te encantará la vista y está a solo un viaje de
quince minutos pero probablemente tomaremos la ruta escénica —añadió
con un guiño.
Emily se estremeció y se resignó a tener que hacer cosas que nunca
había hecho antes.
***
—Vamos, mamá. Es hora de irnos —dijo Trevor mientras se paseaba
alrededor de su dormitorio mientras ella le daba los últimos toques a su
maquillaje.
—Me estoy apurando —mintió.
—Mark dijo que estabas tardando porque estas asustada de ir en el
helicóptero —dijo Trevor, como si no pudiera creer que eso fuera
posiblemente verdad.
—Bueno Mark no lo sabe todo.
—Sí lo hace, mamá —dijo Trevor, como si ella hubiese perdido la
mente—. Es el chico más inteligente en el mundo entero.
Emily se aclaró la garganta para no echarse a reír y siguió a su hijo
fuera del dormitorio. Realmente estaba aterrorizada de ir de paseo en el
helicóptero pero no había manera en que le admitiría eso a su hijo o a
Mark. Ambos se burlarían de ella sin piedad.
—¿Todo listo? —preguntó Mark cuando llegamos al pie de la
escalera.
Emily lo miró mientras él trataba de borrar la enorme sonrisa de su
rostro. Cuando empezó a toser, ella no se dejó engañar al pensar que se
estaba riendo de ella.
56
—Creo que es una tontería volar allí cuando no es muy largo el viaje
en coche —Emily agregó.
Sabía que había perdido la batalla pero tenía que intentarlo una vez
más para no tener que subirse a ese helicóptero.
—Mamá, no eres para nada divertida
—No te preocupes Trevor. Ella va a pasar un buen rato una vez que
estemos en el aire. Soy un piloto excelente —dijo Mark.
—¿Tú lo estarás manejando? —dijo Emily con horror.
—¿Ves algún otro piloto por aquí? —respondió Mark con su propia
pregunta.
—Asumí que alguno venía en camino —dijo Emily.
Ella esperaba que él lo tuviera de todas maneras. Ella sabía que él
podía montar un caballo mejor que nadie pero no estaba segura de que
fuera capaz de mantenerlos en el aire.
—No te preocupes, tengo un montón de práctica, estás en buenas
manos —dijo con un guiño. Ella no se tranquilizó ni un poco, pero ya era
tarde para arrepentirse, tal vez podía fingir alguna enfermedad. Una sola
mirada a la cara de su hijo y sabía que debía conseguir el viaje de una vez.
—Vamos que estamos perdiendo la luz del día —dijo llamando Mark.
Trevor estaba justo detrás de sus talones mientras se dirigían a la
puerta trasera hacia el helicóptero.
Emily los siguió con un ritmo más tranquilo, todavía arrastrando los
pies. Cuando llegaron al helicóptero, y lo vio por primera vez, su miedo se
incrementó. Ella podría terminar desmayándose en el viaje. Por supuesto,
si eso pasara todo eso acabaría más pronto.
Mark hizo un vuelo de prueba y luego dijo que estaba todo listo para
despegar. Él ayudó a Trevor a acomodarse dentro. Trevor sonrió
enormemente cuando Mark le colocó los auriculares en la cabeza y le dijo
que podían hablar durante todo el viaje a través de los micrófonos
integrados a estos.
—¿Lista? —le preguntó mientras ella seguía mirando la puerta.
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—Supongo que sí —respondió ella mientras daba poco a poco un
paso hacia delante.
Mark le puso su mano en las caderas y la acomodó en el interior.
Emily sintió la piel de gallina a medida que sus manos se quedaban más
del tiempo necesario. Cuando la depositó en su asiento, entre sus bocas
solo había centímetros de distancia, sin embargo, no tuvo tiempo para
sentir lástima por sí misma, porque Mark había prendido las hélices y se
fijó más en su miedo. A medida que el helicóptero comenzó a elevarse, una
vez más, contuvo el aire. Mientras más altura conseguía, más sudaba.
Ella no podía creer que la hubieran convencido de hacer esto, estaba
pensando seriamente en exigir que bajaran a tierra firme cuando
atravesaron el prado.
—¡Wow Mark! Ésta es la cosa más cool que existe —oyó decir a su
hijo mediante el micrófono.
—La primera vez que te subes, es la mejor pero aún es bastante
genial. Incluso después de cientos de veces de hacerlo —dijo Mark—. Lo
vio extender la mano y desordenar el cabello de Trevor.
—Mamá es una tonta. No hay nada de que temer —dijo Trevor con
valentía.
— ¡Cuidado pequeño! Tu madre puede escucharnos —dijo Mark,
luego la miró y le guiñó un ojo. Ella estaba más horrorizada de que él haya
apartado su vista del frente que de lo que decían.
—Lo siento mamá.
—Está bien, eres más valiente que yo —le respondió con orgullo.
—Eso está bien, se supone que los chicos deben cuidar a sus
mujeres especiales —dijo Trevor seriamente.
Emily estaba orgullosa de su hijo. Él estaba creciendo rápidamente,
ya era todo un caballero. Sabía que no existiría nunca una mujer lo
suficientemente buena para él.
Emily se había dio cuenta que mientras hablaba con Trevor, su
miedo se había comenzado a disipar y que seguía mirando el paisaje que
estaba debajo de ella. Se sorprendió al descubrir que estaba empezando a
58
disfrutar de la altura en la cual se encontraban y que al mismo tiempo
estuviera lo suficiente cerca para ver los edificios y campos.
No había manera de que ella lo admitiera ante Mark. Él estaba en lo
correcto con demasiada frecuencia y se negaba a darle una nueva victoria.
Se sentó y disfrutó la vista que le ofrecía la ventana mientras escuchaba a
Mark y Trevor conversar.
Incluso antes de que el viaje hubiera empezado, ellos estaban
descendiendo.
—¿Algo está mal?—preguntó ella preocupada.
—Llegamos a la casa de mi padre —dijo Mark.
—Eso fue bastante rápido —respondió ella.
—Hemos viajado durante treinta minutos, te dije que tomaría la ruta
con el bello paisaje —dijo con aires de suficiencia. Ella le mandó una
mirada asesina a la parte de atrás de su cabeza.
Sonaba demasiado engreído. Bueno, él podría hacerse la idea de que
había disfrutado del viaje pero no quiso confirmárselo, y eso la tranquilizó
un poco.
Ella miró la propiedad que estaban sobrevolando y una vez más, esta
era asombrosa.
La casa que se encontraba en medio del terreno hizo que la casa de
Mark pareciera pequeña. La casa parecía un castillo, con sus torres altas y
exteriores de ladrillo. Miró a su alrededor en busca de un foso y un puente
elevadizo. Se encontró riéndose de la imagen que había creado. Mark era,
sin dudas, un hombre que imaginaría rescatando a su princesa de la torre.
Cuando ella solía pensar en dinero, se imaginaba a sus antiguos
suegros quienes no eran buenos de ninguna manera o forma. Usaban su
dinero para dominar a otras personas y mirar con desprecio a las masas.
Pero ellos serían considerados pobres comparados con los Anderson.
Aterrizaron sin ningún problema para el alivio de Emily y Mark
apagó el helicóptero.
Todos ellos se bajaron y se dirigieron a la mansión. Joseph salió a su
encuentro a mitad del camino.
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—Hola pequeño joven. ¿Disfrutaste del viaje? —le preguntó Joseph.
—Fue la cosa más divertida del mundo —exclamó Trevor.
—Lo más divertido del mundo —corrigió Emily automáticamente a
su hijo.
—¡Ah, mama! —se quejó Trevor, pero ella lo dejó pasar.
—¿Quieres algo de desayunar antes de ir a tu nueva escuela? —
preguntó Joseph.
—Claro —dijo y siguió a Joseph a la casa con Emily y Mark justo
detrás de ellos.
—¿Cómo estuvo el viaje? —le preguntó Joseph a Emily.
—Estuvo bien.
—Ella estaba asustada —acotó Trevor.
Joseph se rió cuando la cara de Emily se puso roja por la
declaración de su hijo.
—Está bien estar asustada pequeña damisela, mi hijo es un poco
siniestro.
—Gracias papá —dijo Mark con una sonrisa.
—Tú y tus hermanos asustaban a su madre todo el tiempo con sus
terroríficas bromas. Yo no creo que ella haya tenido una noche tranquila
mientras ustedes crecían.
—Bueno, quién crees que nos enseñó todas esas cosas peligrosas —
preguntó Mark con una mirada mordaz.
—No tiene sentido apuntar con los dedos —gruñó antes de decidir
cambiar de tema.
Tuvieron un maravilloso desayuno en la casa y luego se dirigieron a
la escuela para registrar a Trevor.
Emily estaba sorprendida con la escuela. Era grande pero no
abrumadora y el personal era muy amable. Ninguno de ellos parecía
despreciarla a ella y a su hijo. Si ella hubiera sentido algún tipo de
60
prejuicio hacia ella o Trevor, se hubiera marchado a través de las puertas
dobles del frente.
Cuando llegaron a la sala de clases de Trevor, Jasmine se les acercó
corriendo desde la esquina.
—Estaba finalmente aquí —dijo antes de darle un gran y fuerte
abrazo a Trevor.
—Tuve que volar con Mark.
—Oh, eso es tan divertido —concordó ella.
Ambos charlaron de un lado a otro a un ritmo que Emily no pudo
seguir.
—Sra. Parson, este es mi primo Trevor —dijo Jasmine mientras lo
arrastraba hacia la profesora.
Emily dejó lo que estaba haciendo y miró a Mark con culpabilidad
pero éste parecía no haber notado que algo andaba mal. Ella estaba
agradecida, luego apartaría a Trevor a un costado y le explicaría que Mark
era su jefe y que no estaban relacionados con Jasmine en lo absoluto. Sin
embargo ¿cómo podía romper su corazón de esa manera? Tal vez no era un
gran problema, pero ella no quería que su hijo pensara que eran una gran
familia y que iban a vivir todos juntos, felices para siempre. ¿Qué
sucedería si tuvieran que mudarse? Eso le rompería el corazón.
Tendría que pensar que estaba haciendo y lo que era mejor para su
hijo. Ella no quería irse pero tenía que asegurarse que Trevor
comprendiera que Mark era el empleador y no su padre sustituto.
Recorrieron la escuela por varias horas y registraron a Trevor, ella
estaba contenta que él asistiera a esta institución porque tienen
programas increíbles que la escuelas públicas no puedes ofrecerles.
Los viajes de estudio, de por sí, eran espectaculares. Ella
definitivamente se anotaría como voluntaria para acompañarlos. Ella no
había visitado ninguno de los lugares que allí se mencionaban.
—¿Vamos a comprar las cosas para la escuela? Por favor dime que
vas a venir con nosotros —le preguntó Amy cuando salían de la escuela.
—Supongo, eso depende de Mark —dijo Emily mientras lo miraba.
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—Entonces eso es definitivamente un sí —dijo Amy mientras
arrastraba a Emily detrás de ella—. Vamos a llevar nuestro auto, así
podemos charlar mientras los hombres se encargan de manejar —añadió
con entusiasmo.
Emily tuvo un excelente día. Compró ropa nueva y útiles para
Trevor, para luego disfrutar de un almuerzo en Chuck and Cheese pizza
observando a los hombres competir con los niños en los juegos. Ella se rió
tanto que al final del día le dolía el estómago.
—Estoy tan contenta de que los niños van a la misma escuela.
Tendremos que acompañarlos para que podamos vernos los unos a los
otros todo el tiempo —dijo Amy cuando estaban a punto de irse.
—Estaba pensando que me encantaría acompañarlos a esas
excursiones. Estaré muy emocionada de ir a los lugares a los que Trevor
irá —agregó Emily tímidamente.
—Yo también —exclamó Amy—. Estos muchachos están
acostumbrados a todo lo relacionado con la diversión, pero yo todavía no
puedo conseguir bastante del maravilloso mundo que me rodea —añadió.
A Emily le encantaba lo mucho que ella y Amy tenían en común. Le
dio esperanza ver a alguien que tenía mucho, ser tan dulce y genuina con
ella.
—Te veré pronto —dijo Emily y abrazó a Amy mientras se despedía.
Sabía que si por alguna razón su empleo con Mark terminara, ella y Amy
seguirían siendo amigas.
Cuando regresaron al rancho, el sol comenzaba a ocultarse. Trevor
estaba frotándose los ojos y Mark lo llevó a su habitación. Emily
rápidamente lo acostó, y luego apenas pudo arrastrarse hasta su
habitación. Había sido un día maravilloso y ella sentía que su vida estaba
empezando a ser normal. Era una gran sensación.
***
—Mamá, ahora me voy —dijo Trevor, sacándola de su ensoñación.
—Lo siento, Trevor, perdí la noción del tiempo —se excusó. Le dio un
gran beso y salió por la puerta con él. Lo vio subir en el coche con Edward.
Emily saludó y se quedó mirándolos en el coche hasta que se perdieron de
vista.
62
Era la segunda semana de Trevor en su escuela, y él no podía
esperar a salir de la puerta cada mañana. Le encantaba demasiado el
lugar y siempre llegaba a casa diciéndole las cosas maravillosas que había
hecho.
Todavía se sentía un poco culpable por el exorbitante costo de la
matrícula de la escuela, así que trabajaba desde la mañana hasta la
noche, por lo que la casa estaba impecable y la comida era increíble.
Se dirigió hacia el interior y terminó de hacer el desayuno para todos
los demás. Habían empezado a llegar más temprano cada día y estaban
por lo general una hora antes de que la comida estuviera lista. A ella le
encantaba hablar con ellos, y comenzó preparando un poco de fruta y pan
de la noche anterior, así ellos tenían cosas para saborear mientras
esperaban por su comida caliente.
—Emily, creo que he ganado unas diez libras desde que te
convertiste en nuestra cocinera. Muy pronto, no seré capaz de abrocharme
los Wranglers —dijo uno de sus trabajadores favoritos. Se echó hacia atrás
en su silla y se quejó.
—No creo que pudieras ganar una sola libra de lo duro que trabajas.
Necesitas combustible para el día.
—Creo que estoy enamorado de ti —dijo John y le dirigió una sonrisa
de adoración.
—Estás enamorado de mis habilidades culinarias.
—Vamos, Emily, huye conmigo —bromeó.
—John, no me obligues a llamar a tu mamá. Ella no estaría feliz de
escuchar que su hijo de dieciocho años estaba flirteando con una mujer
mayor —bromeó.
—Diablos, ella me diría lo inteligente que fuí —contestó.
—John, no me hagas asignarte estar en el estiércol todo el día —dijo
Mark al entrar en la habitación. Alborotó el cabello de John mostrando lo
mucho que él estaba encariñado con el muchacho.
—Estoy tratando de convencer a Emily de escapar conmigo. Ella está
siendo terca, sin embargo —dijo John, con una sonrisa plena en dirección
a Mark y luego a Emily.
63
—Si alguien trata de convencer a Emily de escapar con él, sería yo —
dijo Mark con voz burlona, pero también con una mirada seria en sus ojos.
—Está bien, no hay más muffins de chocolate para ustedes en la
mañana. Los vuelve muy ruidosos. Ahora vayan a trabajar —dijo Emily y
empujó a todos los hombres fuera de la cocina—. Los veré en el almuerzo.
Observó a los hombres con cariño mientras se abrían camino hacia
el granero. Ella limpió la cocina y comenzó a preparar el almuerzo. Le
encantaba la enorme cocina de campo y no podía imaginarse alguna vez
aburrida haciendo su magia en ella.
Incluso le encantaba cocinar para las personas que apreciaban tanto
su comida. No era tan divertido preparar comidas sólo para ella y un niño
pequeño.
También estaba muy acostumbrada a los hombres coqueteándole.
Sabía que todo era inofensivo, pero era bueno para su ego. Si alguno de
ellos coqueteaba un poco más allá de lo que creía que era apropiado, se
apresuraba a ponerlos en su lugar y las cosas volvían a la normalidad.
Había un tipo nuevo que Mark había contratado hace un par de
semanas antes de que comenzara a ponerla nerviosa. Él nunca hablaba
con ella, pero lo encontraba mirándola de reojo de vez en cuando. Ella
estaba segura de que estaba siendo paranoica.
No había manera de que fuera a decirle a alguien sobre sus temores
del tipo nuevo. Estaba segura de que era inofensivo, al igual que el resto
de los hombres y trataba de ganarse la vida.
Los chicos regresaron para comer en cuestión de segundos. Mark
siempre se veía tan sexy en sus vaqueros cubiertos de polvo y su
desgastado sombrero Stetson. Le tomó hasta la última gota de fuerza de
voluntad no mirarlo, ni acercarse a él.
—Hey Emily, vamos a los Tres Ríos esta noche. Hay una cantante
bastante buena presentándose. ¿Quieres venir con nosotros? —le preguntó
uno de los trabajadores.
Emily se complació por ser invitada, pero estaba preocupada por su
hijo. Edward estaba en la cocina y pareció ser capaz de leer su mente.
—Puedo cuidar al muchachito si quieres salir por un rato —le
ofreció.
64
—¿Estás seguro? —le preguntó a Edward.
—Me encantaría cuidarlo. Haremos un poco de palomitas y veremos
la nueva película de Disney —dijo.
—Bueno, en ese caso, me encantaría —dijo. Estaba mentalmente
atravesando su armario, muy emocionada de tener una noche de fiesta.
Había pasado demasiado tiempo desde la última vez.
—Puedo llevarte —ofreció John.
—Yo llevaré a Emily —dijo Mark, sin dejar lugar para la discusión de
cualquiera de los hombres.
—Pensé que habías dicho que no podría ir, jefe —discutió John un
poco.
—He cambiado de opinión —afirmó, antes de lanzar su sombrero y
dar un portazo a la puerta de atrás.
—¿Por qué está tan irritado? —se quejó John.
—Creo que está marcando su territorio —dijo uno de los otros
hombres.
—No somos pareja. Probablemente no quería incomodar a ninguno
de ustedes —se defendió Emily.
—Claro —dijeron a coro un par de chicos. Todo el mundo de repente
encontró un gran interés por la comida y nadie dijo una palabra mientras
terminaba su almuerzo y se precipitaba hacia la puerta.
Emily limpió rápidamente y corrió escaleras arriba para prepararse
para su salida nocturna. Ella tenía toda la tarde para mimarse, ya que
todo el mundo iba a comer la cena en el bar. En realidad, estaba un poco
mareada mientras tomaba un baño largo y pasaba un tiempo extra en su
pelo, la ropa y el maquillaje.
—Diablos, mujer, te ves bien. Me pido el primer baile —dijo Eric, su
peón favorito, mientras entraba en el bar lleno de humo con Mark, que no
le había dicho ni una palabra en el viaje hasta allí. Parecía estar enojado
con ella y no podía entender por qué.
65
—Gracias Eric y sí, me encantaría bailar contigo —le dijo el hombre.
Él no perdió el tiempo en abandonar su asiento y tirar de ella hacia la
pista de baile.
Emily estaba pasando un rato increíble. No tenía idea de cuánto
tiempo había estado bailando, porque tan pronto como una canción
terminaba, otro de los trabajadores la tomaba y ella estaba bailando
nuevamente. No se había reído tanto en demasiados años.
—Es mi turno para bailar con esta señorita en torno a la pista de
baile —dijo el espeluznante trabajador Chris. Estaba demasiado cerca de
ella y le puso la mano en su espalda. Se sentía violada por un simple
toque.
Estaba atrapada porque no había rechazado ninguno de los bailes de
los demás, pero realmente no quería bailar con él. Él no le transmitía
buenas vibras en absoluto. Se preparó mentalmente para pasar el baile lo
mejor que pudiera.
—Este baile ya está pedido —dijo Mark, mientras se entrometía.
Emily normalmente hubiera estado realmente irritada con cualquier
hombre que fuera tan arrogante como Mark estaba siendo, pero estaba tan
aliviada de no tener que bailar con Chris, que aceptó su oferta.
Ni Mark ni Emily notaron la mirada que Chris les dio a ambos. Él no
dijo una palabra, pero tenía las manos apretadas, y si las miradas
pudieran matar realmente, ambos habrían estado muertos.
—Pareces estar pasándolo muy bien —dijo Mark, con los dientes
apretados.
—No he salido en mucho tiempo. Soy siempre sólo mamá, así que sí,
me lo estoy pasando muy bien. Es bueno tener un poco de tiempo para
adultos —dijo, y luego en realidad se rió cuando le dio la vuelta.
La risa se detuvo al instante cuando él estrelló su cuerpo contra el
suyo, presionándola. Frotó sus manos en sus hombros, la espalda baja y
de vuelta. Ella sintió electricidad disparando desde su estómago hasta
llegar a sus pies.
—Si hubieras querido salir, lo único que tenías que hacer era decirlo
—gruñó.
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—Mark, ¿por qué estás tan enojado? Ésta es una noche de diversión
y debes estar disfrutando —le dijo ella, completamente desorientada.
—¿Cómo esperas que me divierta cuando estás en los brazos de
otros hombres? He respetado tus deseos y no te he perseguido, pero
maldita sea, no debería tener que verte en los brazos de mis hombres —
dijo, cada vez más fuerte con cada palabra que decía.
La había presionado con tanta fuerza contra él que apenas podía
respirar. Ella ni se dio cuenta que había dejado de bailar. Por suerte, el
bar era ruidoso y lleno de humo, con un montón de gente en la pista de
baile y nadie les estaba prestando atención.
Mark finalmente dejó escapar un gruñido bajo de su garganta y
luego aplastó sus labios contra los de ella. Empujó su lengua contra su
labio inferior, exigiendo entrada y ella aceptó voluntariamente. Ella olvidó
todas las razones por las que había decidido que estar con él era una mala
idea y simplemente disfrutó de estar en sus brazos otra vez.
Sus manos acariciaron sus muslos cubiertos de seda, levantando el
tejido centímetro a centímetro. Él estaba caminando lentamente hacia un
rincón oscuro, donde podrían tener más privacidad. Ella ni siquiera podía
sentir el movimiento de sus propios pies. Se centró en nada más que Mark
y lo que estaba haciéndole a su cuerpo.
Sus dedos llegaron al borde de su vestido y acarició la parte
descubierta de sus muslos. Ella podía sentir el calor reuniéndose en su
núcleo y lo quería a él para aliviar la presión que seguía construyéndose
allí.
Sus manos se agarraron con fuerza detrás de su cuello, acercándolo
incluso más. El beso continuó hasta que ella necesitó mucho más de él
que sólo sus labios sobre los de ella. Lo necesitaba para unirse juntos
nuevamente. Lo necesitaba más de lo que necesitaba aire.
Sus labios dejaron los de ella, lo que le permitió tomar una bocanada
de aire, sólo para apresuradamente inclinarse hacia atrás cuando él le
pasó la lengua a lo largo de la longitud de su garganta. Le mordisqueó su
delicada piel, y ella gimió de placer.
—Por favor, Mark... —suplicó.
—Uh, jefe…. —una voz les interrumpió.
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Emily se volvió poco a poco consciente de su entorno y se dio cuenta
de que estaban prácticamente haciendo el amor contra la pared sucia en
un bar. Ella estaba horrorizada por su propia conducta. Nunca fue esa
clase de chica descarada. Agachó la cabeza en el cuello de Mark, con la
esperanza de evitar los ojos de alguien.
—¿Qué quieres? —espetó Mark al desafortunado hombre.
—Um... el gorila2 de allí dijo que deben parar —el pobre estaba tan
avergonzado que estaba tartamudeando.
Mark finalmente pareció darse cuenta de dónde estaba y lo que
había estado haciendo y retrocedió un poco de Emily.
—Gracias —murmuró al hombre. A continuación, tomó su mano y
empezó a llevarla a la puerta.
—Saldremos de aquí ahora —afirmó.
Emily no tenía ganas de discutir con él. Había estado luchando
contra sus propios deseos por mucho tiempo y fue cuando llegó a cierta
satisfacción.
—Estoy lista para irme —ronroneó.
Mark salió del bar, sin dejar su mano. Cuando llegaron a su
camioneta, la levantó y sentó en el asiento, deslizándose entre sus piernas
abiertas. La atrajo hacia sí y la besó profundamente otra vez. Su mano se
deslizó entre sus cuerpos y acarició su pezón endurecido.
Ella oyó un gemido y se sorprendió al darse cuenta de que el sonido
provenía de ella.
—Por favor, llévame a casa —suplicó.
La besó una vez más y luego empujó sus piernas en el interior del
camión. Dio un salto en la puerta del conductor y se fue del
estacionamiento como si el lugar estuviera a punto de explotar. El viaje de
regreso a la hacienda tomó la mitad del tiempo que había tomado para ir a
la ciudad. El silencio era muy notable en el viaje de vuelta, pero por
razones muy diferentes.
2 Gorila: Portero de discoteca.
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Se detuvieron a unos pocos metros de los escalones de la entrada y
él saltó de la camioneta.
—Por favor, no cambies de opinión —declaró él mientras abría la
puerta. Emily no le contestó con palabras. Le sonrió seductoramente, y
luego se agachó y frotó la mano sobre la abultada evidencia de su deseo
mientras se inclinaba hacia él y pasaba la lengua por su cuello.
—Esto va a terminar demasiado rápido si sigues así —dijo él con voz
ronca. Luego la levantó en sus brazos, corrió hacia la casa y subió las
escaleras. Emily ni siquiera sabía si él cerró la puerta.
Él llegó a la habitación y a continuación, la tomó de forma dura y
rápida contra la puerta. Ninguno de los dos podía aguantar el tiempo
suficiente para llegar a la cama.
Emily se despertó para encontrar a Mark mirándola mientras le
frotaba la parte superior del muslo, cuello y hacia abajo. Podía sentir el
deseo comenzando a agruparse de nuevo y no veía cómo era posible.
Después de hacer el amor de forma explosiva, se habían dormido en
los brazos del otro en la parte superior de las sabanas. Cuando el aire
fresco de la noche los despertó, le había hecho el amor dulce y lento con
ella de nuevo, antes de que cayeran dormidos, demasiado agotados para
moverse.
Ella miró el reloj y se sorprendió al ver que era casi mediodía. Había
dormido durante nueve horas seguidas.
Nunca hacía eso. Gimió un poco mientras la mano de Mark
acariciaba su pecho y luego el pezón.
—Mark, tenemos que hablar... —empezó a decir.
—No —dijo simplemente.
—Mark, escucha.
—No, escucha tú esta vez —dijo, antes de clavar las manos de ella
sobre su cabeza con una de sus manos, mientras la otra continuaba
acariciando su cuerpo. Ella estaba realmente tratando de razonar con él,
pero él estaba haciéndolo imposible. La sensación de estar atrapada debajo
69
de él y tenerlo en completo control era extremadamente erótica. La mano
que estaba tocándola fue lo que la hizo perder todos los pensamientos de
detenerlo—. No vas a escapar esta vez. Yo entiendo todas las razones para
querer mantener las cosas distantes, pero cuando dos personas tienen el
tipo de química que tenemos juntos, es un crimen no seguirlo. Si funciona
de maravilla, si no es así, te prometo que cuidaré de tí —dijo entre besos y
mordisqueándola en lugares que ella ni siquiera sabía que eran sensibles
hasta que los tocó.
—Me haces sonar como una querida —jadeó. Ella estaba tratando de
recordar que era algo malo.
—No, yo te quiero como mi amiga, compañera y amante. Nunca
trataría de comprarte —dijo con seriedad.
Mientras él hacía una pausa en sus caricias para enseñarle lo serio
que estaba, ella no pudo pensar en un solo argumento en contra de lo que
estaba diciendo. Ella lo quería mucho y realmente no veía cómo ellos
podían dar marcha atrás en ese momento de todos modos.
—¿Pero qué pasa con Trevor? —dijo en un último esfuerzo para
razonar con él.
—Amo a Trevor —dijo con la mayor naturalidad.
Eso fue todo lo que necesitó para que Emily cediera ante el hombre.
No podía luchar contra él o la relación nunca más. Seguía mirándola,
esperando a ver lo que iba a decir...
—Por favor, dame un beso —suplicó finalmente. Sus sencillas
palabras eran todo lo necesario para acabar con su resistencia. No salieron
de la habitación por unas horas más.
Emily se sentía tan culpable cuando finalmente bajó. Edward le hizo
un guiño cuando ella dio un paso a través de las puertas de la cocina, lo
que hizo que su rostro se tornara rojo.
—¿Cómo estuvo tu noche? —preguntó a sabiendas.
—Fue genial salir —murmuró—. Lo siento. He dormido demasiado.
Gracias por cuidar de Trevor.
—Trevor es un gran chico —replicó. Trevor estaba sentado en la
mesa coloreando y ni siquiera había notado la ausencia de su madre.
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—¿Cómo estás, amor? —preguntó, mientras se acercaba a darle un
beso en la cabeza.
—Bien, madre. Pude quedarme hasta después de la medianoche —
dijo con admiración.
—Wow, eso es muy tarde. Simplemente estás haciéndote demasiado
grande.
—Mamá yo tengo cinco años —dijo como si fuera una edad tan
grande.
—Lo sé. Yo sólo quiero que seas siempre mi bebé —dijo con cierta
tristeza.
—Puedes tener otro bebé y entonces yo sería un hermano mayor —él
mencionó el asunto con la mayor naturalidad.
Emily se sorprendió por el deseo que su declaración provocó en su
interior. Ella siempre había querido tener varios niños, pero su ex le había
dicho que uno era más que suficiente. Él nunca había sido el tipo de padre
que Trevor merecía.
—Tal vez algún día —susurró ella con nostalgia.
—Te puedo ayudar con eso —murmuró Mark en su oído al entrar en
la cocina.
Emily se volvió una sombra incluso más oscura de color rojo y miró
a Edward y Trevor para asegurarse de que no habían oído. Ellos no
estaban prestando atención, gracias a Dios, pero sus palabras provocaron
un deseo anhelante en su corazón que sintió un dolor allí e
inconscientemente se frotó el pecho.
Ella no vio el oscuro deseo en los ojos de Mark. Él había estado
incitándola, pero se sorprendió increíblemente al darse cuenta de que
estaría extasiado si ella quedaba embarazada. Se dio cuenta de que ellos
no habían usado protección.
Ella se puso de lado, así que él bajó la mirada hacia su vientre
plano, imaginándolo creciendo mientras su niño crecía allí. El deseo era
tan intenso que apenas podía respirar. Él iba a asegurarse de que ella no
saliera de su vida.
71
—Tengo que ir a cuidar los caballos —dijo de pronto y prácticamente
salió corriendo por la puerta. Emily exhaló un suspiro de alivio. No sabía
cómo iba a actuar en torno a él. No sabía si quería que Edward supiera
que eran una pareja. No sabía nada. ¡Oh bueno! Pensó que ellos ya
tendrían tiempo para entender todo esto.
72
Capítulo 5
Traducido por Pily y SOS por Alyshia Cheryl
Corregido por Maniarbl
Emily sintió como si alguien la siguiera. Ella seguía mirando hacia
atrás, pero la extraña sensación no se iba.
Trevor estaba en la escuela y Mark estaba trabajando en algún lugar
en el rancho por lo que ella había querido conseguir algo de aire fresco.
Ahora que estaba a un par de kilómetros de distancia de la casa y sentía
que alguien la estaba acechando, estaba pensando que tal vez no había
sido una buena idea.
Cálmate, se dijo. Sólo estás dejando que tu imaginación te afecte.
Todo está bien. A pesar de que ella estaba tratando de calmarse, aceleró su
ritmo un poco para volver a la seguridad de la casa.
Cuando escuchó cómo se revolvían los arbustos, no muy lejos de
donde estaba, un pequeño chillido escapó de sus labios y empezó a correr.
Ella miró por encima del hombro durante todo el camino de vuelta y dejó
escapar un suspiro de alivio cuando vio la granja, pero ella todavía no
podía evitar la sensación espeluznante.
—¿Dónde has estado?
El corazón de Emily saltó a su garganta como un grito que escapó de
sus labios. Ella se dio la vuelta para ver a Mark a horcajadas sobre su
enorme caballo y él la miraba con recelo.
—Cálmate muchacho, Mark tranquilizó a su animal. Él le dirigió otra
mirada curiosa.
—Lo siento Mark, me sorprendiste —dijo ella, sin aliento.
—Puedo ver eso. ¿Estás bien? —preguntó, mientras saltaba de su
caballo y se acercaba a ella lentamente, como si fuera un animal asustado.
73
—Estoy bien. Sólo me asusté por mi paseo. Estaba demasiado lejos
de la casa y empecé a imaginarme las fuerzas del mal siguiéndome, dijo
con una sonrisa. Ahora que estaba de vuelta en la seguridad de la
hacienda, ella se dio cuenta de lo tonta que había sido.
—¿Estabas fuera por este camino? —preguntó, mientras apuntaba
en la dirección de la que el acababa de llegar.
—No. Acabo de llegar de los campos del este —respondió y miró con
curiosidad hacia el bosque del que ella venía—. ¿Has visto algo?
—No fue nada de eso. Estoy segura de que algunas ardillas jugaban
alrededor de los arbustos. En serio, tengo que dejar de leer todas esas
novelas de Stephen King —dijo ella tímidamente.
—Estoy de acuerdo. Tú tiendes a saltar al menor sonido.
—Ven conmigo, quiero mostrarte algo —agregó y luego tomó su
mano. Él llevaba su caballo con la otra.
—¿Tú nunca tienes suficiente? —bromeó.
Él la tomó en sus brazos y la besó suavemente, antes de liberarla a
regañadientes y luego dirigirse hacia el menor de los graneros.
—Baby, nunca tengo suficiente de ti, pero eso no es lo que yo quiero
mostrarte —respondió él con un brillo en sus ojos.
Cayeron en un silencio cómodo, mientras caminaban hacia el
establo. Mark entregó su caballo fuera a uno de los hombres y luego la
condujo al desván. Dentro de un agujero en la paja había una gatita mamá
y cinco gatitos nuevos.
Ellos estaban subiendo sobre ella, buscando comida.
—¡Oh, Mark son adorables! —exclamó ella y se sentó a acariciar a la
mamá. Ronroneó y se frotó en ella—. No puedo esperar para mostrarle a
Trevor —agregó, mientras suavemente pasó el dedo por la pequeña cabeza
naranja.
La mamá se cansó de ser usada sólo por su leche y se acercó,
dejando a los gatitos gritando.
—¿Van a estar bien?
74
—Por supuesto que lo harán. Ella fue a buscar algo de comida, no va
a dejarlos mucho tiempo —dijo suavemente.
—¿Puedo quedarme con uno? —le preguntó esperanzada.
—Por supuesto.
Con mucho cuidado, recogió el precioso gatito naranja y lo acurrucó
contra su pecho. Hurgó un momento y cuando se quedó con las manos
vacías, dejó escapar un grito de frustración, y rápidamente se quedó
dormido. Emily no sabía cuánto tiempo se quedó allí sentada abrazando el
nuevo gatito, pero pronto la mamá regresó, así que a regañadientes lo puso
de nuevo con su nana.
—¿Estás manteniéndolos? —preguntó ella esperanzada, tratando de
parecer indiferente pero él no se dejó engañar.
—¿Quieres conservarlos? —le preguntó.
—Todo depende de ti —se estancó ella, tratando de sonar como si no
tuviera importancia.
—Eres tan terca. Sólo admite que deseas mantener a los gatitos —él
suspiró mientras su mano peinaba su cabello salvaje.
—Está bien, quiero que se queden —murmuró y cruzó los brazos
sobre el pecho, haciendo pucheros. Ella sabía que era irracional el estar
tan en contra de pedir la más mínima cosa, pero mientras más hacia Mark
por ella y Trevor, más tenía miedo de perderlo todo. Ella ya estaba
imposiblemente pegada a él. Los gatitos eran sólo una pieza más de un
rompecabezas, uniéndola a su rancho.
—¿Ahora, esto es tan difícil? —preguntó.
Se dio cuenta de que estaba siendo tonta, pero no sabía de otra
forma para protegerse. Habían estado haciendo el amor todas las noches
durante casi un mes y trataba a Trevor como un hijo. Estaba asustada de
que todo era perfecto.
—Nos gustaría tener un montón de gatos alrededor. Ellos mantienen
los ratones y las ratas a distancia —le dijo.
75
—Las ratas son mucho más grandes que ellos —exclamó, mirando a
su alrededor como si una rata enorme fuera a venir y saltar sobre esas
cositas inocentes en cualquier momento.
—Creo que los otros gatos se harán cargo de los roedores hasta que
estos chicos crezcan un poco más —dijo con una sonrisa.
Mark la dejó con los gatitos, mientras terminaba sus tareas. No se
había dado cuenta de cuánto tiempo había pasado, cuando de repente
Trevor estaba corriendo al granero.
—Mamá, Mark dice que tienes una sorpresa para mostrarme —dijo
su hijo, tratando de respirar, poniendo su cabeza entre las piernas.
—Ven aquí y no hables en voz alta —susurró.
Los ojos de Trevor se agrandaron cuando él se a cercó a su madre y
luego gritó cuando vio a los bebés: —¿Son todos nuestros? —preguntó con
entusiasmo.
—Sí, Mark dijo que podemos quedarnos con todos —le dijo.
—Sí, ¿puedo tener uno?
—Claro que puedes. Pero hay que ser muy dulce y acariciar a su
mamá por unos minutos primero.
Trevor obedientemente le dio atención al gato adulto y luego
suavemente como un tigre la despojó de uno. Se quedaron allí un rato más
y luego Emily tuvo que dirigirse a la casa para preparar la cena.
—¿Puedo quedarme aquí con Mark, por favor? —declaró Trevor.
Emily miró hacia donde estaba Mark y afirmó con su cabeza.
—Está bien pero sé bueno y cuando Mark te diga que es hora de
entrar, no te quejes —le dijo.
—Por supuesto, mamá —dijo como si fuera ella quien fuera un niño.
Cosas extrañas le siguieron ocurriendo a Emily. Fueron varios
sucesos distintos, no una sola cosa que era demasiado alarmante, pero
cuando se sumaban las cosas estaban empezando a írsele de las manos.
Ella había recibido una docena de rosas rojas, con una nota en la que
decían que eran de un admirador secreto.
76
Había pensado que Mark estaba tratando de ser lindo y no había
pensado mucho en ello, hasta que él le preguntó de dónde habían venido.
Cuando ella le mostró la nota, él se rió y le dijo que era probable que fuera
Juan, el joven peón que estaba un poco enamorado de ella. Ella pensó que
él podía tener razón y no quería avergonzar al niño, por lo que puso las
rosas en la mesa de la cocina y no pensó más en ellas.
Luego, durante las próximas semanas se encontró con pequeñas
notas en el buzón al final del camino diciendo que ella era hermosa e
inteligente. Ninguna de ellas era perjudicial en lo más mínimo, todavía no
estaba preocupada, pero entonces también tenía la sensación de que
alguien la observaba en secreto. Cuando puso todo junto, fue suficiente
para ponerle los pelos de punta.
Pensó que las flores podrían haber venido de Juan, pero no las
notas. Ella sabía que él estaba un poco enamorado pero él no tenía el tipo
de acosador. Además, la extraña sensación de ser observada le sucedía
cuando sabía a ciencia cierta que John no estaba cerca de la casa. Ella
pensó que podría ser el ranchero espeluznante pero de nuevo las cosas
estaban sucediendo cuando ella sabía que él no estaba cerca de la casa.
Pensó que sólo estaba agobiada y guardó todos los pequeños
incidentes para sí misma. No quiso contarle a Mark nada de eso. Sentirse
un poco asustada no era una razón para llamar a la Guardia Nacional.
Ella lo atribuyó a su imaginación hiperactiva y decidió tomar un poco más
de precauciones.
Al día siguiente, sin embargo, cuando Emily fue a revisar el correo y
encontró un sobre en la caja dirigida a ella, todo cambió. No había
dirección de retorno en él, pero había sido enviado por correo a nivel local.
Lo abrió, sin pensar mucho en ello hasta que leyó las palabras.
Te he estado observando. Me encanta como se mueve tu pelo con la
brisa cuando sales al balcón por la noche. Tú eres verdaderamente una
visión. Sé que te has dado cuenta también, pero hay que guardar las
apariencias. Sólo quería hacerte saber que estoy aquí para ti y siempre
estaré aquí. Estábamos destinados a estar juntos. Nada nos va a separar.
Sé que vas a disfrutar de lo que tengo planeado para nosotros. Será mágico.
Hasta que estemos juntos, puedes estar segura de que estoy manteniendo
un ojo en ti. Espero que hayas apreciado mi poesía y los regalos que he
dejado para ti. Sólo tienes que saber que si yo no puedo tenerte, nadie más
tampoco. Seremos una verdadera familia pronto.
77
Con mi amor siempre,
Tu admirador secreto.
Emily dejó caer la carta y comenzó a temblar incontrolablemente.
Miró a su alrededor, temerosa de que hubiera alguien observándola en ese
momento. Un escalofrío de miedo le recorrió la espina dorsal y las lágrimas
llenaron sus ojos.
Estaba aterrorizada al saber que sus temores habían sido reales.
Cayó al suelo y lloró. Ella sabía que las cosas eran demasiado
buenas para ser verdad. ¿Cómo iba quedarse ahora, cuando había alguien
por ahí tratando de llegar a ella? ¿Y si dañaba a su hijo mientras trataba
de hacerle daño a ella?
Mark entró por la puerta principal, su corazón casi se detuvo,
cuando vio a Emily acurrucada en el suelo, con sollozos sacudiendo todo
su cuerpo. Se dejó caer de rodillas y la tomó en sus brazos.
—¿Emily que ha pasado? ¿Está bien Trevor? —le preguntó con
pánico. Él sacudió suavemente sus hombros para que ella lo mirara.
Necesitaba saber qué le pasaba.
Ella lo miró con ojos atormentados. Estaba aterrorizada y él sabía
que iba a ir hasta los confines del mundo para luchar contra los demonios
que estaban en ella. Él la abrazó, mientras los sollozos se mantenían
sacudiendo su cuerpo. Sus ojos buscaban frenéticamente a Trevor. Podía
hacer frente a cualquier cosa que estaba pasando, si supiera que Trevor
estaba bien.
Él la abrazó, mientras los sollozos siguieron atormentando a su
cuerpo. Sus ojos buscaban frenéticamente a Trevor. Podía hacer frente a
cualquier cosa que estuviera pasando si sabía que Trevor estaba bien.
Edward entró en la habitación y de inmediato se acercó.
—¿Qué ha pasado? —preguntó.
—No lo sé —respondió Mark—. ¿Trevor está bien?
—Sí, Trevor está bien —respondió Edward. Mark se relajó
visiblemente—. ¿Puedes quedarte con Trevor y asegurarte de que no entre?
78
Me llevaré a Emily a nuestra habitación y averiguaré lo que está pasando
—preguntó Mark.
—Por supuesto, señor —respondió Edward. Sus ojos siguieron a
Mark mientras él gentilmente se llevaba a Emily por las escaleras. Estaba
tan preocupado por ella como Mark. Emily se había convertido ya en un
miembro querido de la familia.
Mark la puso en la cama y luego se estiró a su lado, abrazándola
hasta que los sollozos finalmente comenzaron a cesar. Cuando ella
comenzó a tener hipo, él le pidió que le dijera lo que estaba pasando.
—N... Nosotros tene... tenemos que mo... movernos —finalmente
logró decir entre sollozos e hipo.
Mark sintió como si todo su mundo se hubiera vuelto al revés.
—¿Por qué tenemos que hacer eso? —preguntó.
—Trevor no está seguro —logró decir con voz entrecortada y luego le
entregó la carta que estaba aplastada en su mano.
Mark leyó carta y luego volvió a leerla para asegurarse de que
realmente estaba viendo lo que estaba allí. Luego la abrazó y se aseguró de
frotar suavemente su espalda, pero si ella hubiera sido capaz de ver sus
ojos, su terror se hubiera triplicado.
Estaba hirviendo a fuego lento con tanta furia que necesitó toda la
fuerza de voluntad bien entrenada que había desarrollado alguna vez para
no destruir toda la habitación. Él sabía que tenía que mantenerse en
calma y fuerte para ella, ¿pero cómo se atrevía alguien a tratar de
amenazar a su mujer?
Siempre había oído a la gente hablar acerca de ver rojo cuando
perdía los estribos y había pensado que no era nada más que una
expresión. Ahora comprendía la realidad de eso. Su furia era tan intensa
que podía ver un color rojo alrededor de las esquinas de su visión.
—Está bien, bebé, te prometo que esta persona nunca se acercará a
ti o Trevor —dijo con tanta amenaza en su tono que ella se detuvo el
tiempo suficiente para mirar hacia él con sorpresa.
Él no quería que ella viera sus ojos, así que suavemente escondió la
cabeza de ella en su hombro mientras continuaba acariciándola.
79
—No entiendes, Mark, él sabe dónde vivo. Podría herir a Trevor
tratando de llegar a mí —dijo.
Las lágrimas comenzaron secarse.
—Emily te repetiré que nunca dejaré que nada te pase a ti o a
Trevor. Te garantizo que este tipo no te tocará —afirmó. Levantó su
barbilla, mirándola fijamente a los ojos. Por fin había logrado controlar un
poco sus emociones turbulentas.
—¿Cómo puedes prometer eso? —preguntó.
—Fui criado para proteger siempre a los que amo —dijo él
simplemente.
Emily inhaló al darse cuenta de lo que él había dicho. Ella no pensó
que él ni siquiera notó, que había dicho que la amaba.
Con el corazón lleno de tanto calor y de luz después de la
devastación total, se sentía como si su corazón estuviera a punto de salir
de su pecho.
Se acurrucó aún más en los fuertes brazos de Mark y se quedó
dormida, sintiéndose reconfortada por su abrazo y el cariño de sus
palabras.
Una vez que Mark supo que Emily estaba durmiendo, se levantó e
hizo un par de llamadas. La primera fue a un antiguo compañero de la
secundaria, que era un militar reservado. Si alguien podía obtener
respuestas sobre quién estaba al acecho de Emily, era Chad.
Chad le aseguró que estaría allí en un par de días. Él averiguaría lo
que estaba pasando y el tipo nunca les haría daño a Emily y Trevor. Mark
sonrió ante el tono en la voz de su amigo. Sabía que había tomado la
decisión correcta al llamarlo.
La siguiente llamada fue para su padre. Joseph escuchó
atentamente mientras Mark leía la carta.
—Voy para allá. Llamaré a tus hermanos —fue todo lo que dijo antes
de colgar el teléfono.
80
Mark volvió a la habitación para poder acostarse junto a Emily de
nuevo. No quería que se despertara sola y asustada. Tenía que estar allí
para ella, para tranquilizarla y decirle que todo estaría bien.
Emily se despertó en los brazos de Mark y por un momento se olvidó
de la carta y la devastación. Ella estaba apegada a su espalda, y su deseo
por ella era evidente. Se frotó contra él, automáticamente estirándose y
presionando su trasero más cerca de su dureza.
—En serio, mujer, estás tratando de matarme —murmuró Mark en
su cabello, mientras le besaba el cuello y pasaba la mano suavemente por
su costado a sus grandes pechos. Los pezones se endurecieron al instante
con su toque y ella se movió, tratando de acercarse lo más posible a él.
—Ése es el plan —ronroneó.
Él la volteó y le hizo el amor con una dulzura que estaba más allá de
cualquier cosa que jamás había sentido antes.
Estaba empezando a sentirse amada por el maravilloso hombre que
todavía no podía creer que era parte de su vida.
—Preferiría quedarme aquí contigo en la cama todo el día, pero
tenemos invitados —le dijo él mientras mordisqueaba su cuello un poco
más.
De pronto, las horas que pasaron antes de que se durmiera volvieron
y el cuerpo de Emily se puso rígido. Ella se entristeció al ser devuelta tan
pronto a la realidad.
—Está bien, bebé, llamé a mi familia y ellos están aquí para que
todos podamos pensar en un plan de acción. Somos una familia y nos
protegemos unos a otros.
—No deberías haberlos molestado con esto. Estás a salvo —dijo
perpleja.
Mark la miró como si hubiera perdido el juicio.
—¿De verdad crees que tú o Trevor son menos importantes que yo?
—preguntó con incredulidad.
—Sólo quería decir que tu familia no tenía que dejar todo y venir
porque tengo una carta algo espeluznante —intentó explicar.
81
—Esa carta debe ser tomada en serio y vamos a asegurarnos de que
estén a salvo —le dijo con firmeza. Era demasiado consciente de que las
cartas podrían dar lugar a un grave peligro. Cuando se crecía con tanto
dinero como él lo había hecho, las cosas siempre se tomaban en serio y no
quería que ella supiera lo asustado que realmente estaba.
Emily se encogió de hombros, cediendo a sus demandas.
—Me daré una ducha rápida antes de irnos.
—¿Necesitas que alguien frote tu espalda? —preguntó con un guiño.
—Y ninguno de nosotros saldría de allí —dijo. Ella le dio un beso
rápido y cerró la puerta del baño detrás de ella.
Mark se recostó en la cama pensando en cada momento que pasó
con ella. Le encantaba su fuerza de voluntad y amaba su bondad. Estaba
enamorándose de ella. Eso lo asustó demasiado, pero al mismo tiempo se
sintió bien.
Él finalmente bajó por las escaleras y se sorprendió al ver a su
familia entera. No sólo había llegado su papá con sus hermanos, sino sus
esposas e hijos también.
—¡El tío Mark! —gritó Jasmine y puso los brazos alrededor de sus
piernas—. Tardaste siglos en bajar. Papá dijo que estabas consolando a la
tía Emily —dijo ella, e hizo comillas al decir consolando, al igual que su
padre había hecho. No tenía idea de lo que estaba diciendo, pero Mark
miró a su hermano de todos modos.
—¿No es mi sobrina un poco joven para que les estés enseñando
malos hábitos? —preguntó Mark a Lucas.
—Hey, yo estaba diciéndole lo bueno que eres consolando —le incitó
a Lucas.
—Dejen de pelear, tenemos cosas que discutir y personas que cagar
a palos —dijo Alex.
—Ese lenguaje, Alex —le regañó Jessica.
—Lo siento, cariño —dijo Alex tímidamente.
—Llamé a Chad. Estará aquí en un par de días. No estoy seguro
desde dónde está volando, pero debe de estar muy lejos —informó Mark.
82
—Me alegra saber que está ayudando —agregó Joseph, con evidente
alivio.
—Yo también —dijo Mark. Él ya se sentía mejor por la seguridad de
Emily sólo por tener a su familia en la sala. No había manera de que
alguien pudiera llegar a ella con sus hermanos allí.
—Nos vamos a quedar aquí hasta que esto se resuelva —dijo Lucas.
El resto de las personas en la habitación asintió con la cabeza en acuerdo.
—Ya he preparado las habitaciones —añadió Edward, mientras
ofrecía algunas bebidas y aperitivos.
Mark parpadeó varias veces mientras sus ojos comenzaban a arder.
No podía imaginar la vida sin su familia. Realmente sintió lástima por esos
millones de personas que no tenían el mismo apoyo que él.
Estaba agradecido por tener más dinero del alguna vez pudiera
gastar, pero nunca le abandonaría hasta el último centavo antes de que él
renunciara a un miembro de su familia. Se dio cuenta de que eso incluía a
Emily y Trevor también.
Mark se sirvió un trago doble de whisky y disfrutó de la sensación de
ardor que deslizó por su garganta y quemó su camino hacia el estómago.
—Gracias chicos, vamos a resolver esto inmediatamente —le dijo a
todo el mundo.
Emily entró en la habitación en ese momento y sus ojos se abrieron
ante la gran multitud que tenía delante. No tuvo tiempo de decir nada, ya
que Jessica y Amy corrieron hacia ella y la envolvieron en un abrazo
grupal.
—Sentimos tanto que alguien esté tratando de asustarte —dijo Amy.
—Nunca dejaré que te pase nada —añadió Jessica.
Las tres mujeres permanecieron juntas. Se enjugaron algunas
lágrimas y luego rápidamente se echaron a reír, sintiéndose seguras como
una unidad. Ya habían formado un vínculo más fuerte que la mayoría de
las hermanas. Los chicos se alejaron de ellas como si fueran contagiosas.
No sabían cómo lidiar con las emociones de las mujeres.
—Mujeres —susurró Alex.
83
—Sí, lo sé —dijo Lucas.
—No las entiendo —añadió Mark.
—En serio, los chicos ponen fin al problema mientras que las chicas
siempre están llorando, pero es por eso que tenemos que estar ahí para
protegerlas —dijo despacio Joseph.
Los cuatro hombres menearon la cabeza al unísono mientras se
dirigían al establo para comenzar a discutir las medidas de seguridad en la
propiedad. Ellos no tenían una sola pista sobre la persona que estaba
observándolos todo el tiempo. Una persona que nunca siquiera hubieran
sospechado.
84
Capítulo 6 Traducido SOS por Alyshia cheryl y Pily
Corregido por Auroo_J
El siguiente par de días pasaron sin mayores incidentes. Nadie dejó
que Emily estuviera sola. Ella estaba comenzando a sentirse
claustrofóbica. Había estado quedándose casi todas las noches en la
habitación de Mark, por lo que él mudó todas sus cosas allí, haciéndolo
algo más permanente.
Mark le explicó que era más seguro para ella que se quedara con él,
y con todos los huéspedes extra en la casa, ellos necesitaban su habitación
de todos modos. Ella estaba asustada de que esto fuera a afectar a Trevor,
pero él ni siquiera parecía notar cualquier cosa inusual acerca de la
situación.
Mark y Emily hacían el amor cada noche y su preocupación parecía
desvanecerse hasta volverse nada. Sabía que más que una sospecha, ella
estaba enamorada de Mark y que si él comenzaba a aburrirse de ella, se
rompería en pedazos. Estaba en una situación que ella había intentado
tanto evitar.
¿Cómo no podría enamorarse de él cuando se preocupaba tanto de
ella y trataba a su hijo como si fuera suyo?
El resto de su familia la trataba como si ella y Trevor fueran parte de
su familia. Ella se atragantó la primera vez que Jasmine la llamó tía. Pero
Emily estaba empezando a acostumbrarse a eso. Se dio cuenta que
realmente le gustaba la forma en que sonaba.
Estaba sentada afuera en la terraza de atrás, cuando un hombre
enorme con el pelo corto oscuro y gafas tipo aviador salió por la puerta. El
85
hombre era macizo como un tanque Sherman3. Ella no quería encontrarlo
de malas, decidió rápidamente.
—Chad, lo lograste —exclamó Mark mientras venía por la esquina.
—Lo siento, no pude llegar antes —respondió Chad, y después los
dos hombres se dirigieron hacia el interior de la casa. Emily había oído
hablar del viejo amigo de Mark. Decidió que debían poner algo especial en
los alimentos alrededor de esta área, porque todos los hombres parecían
ser demasiados sexys para cualquier persona normal de buena apariencia.
—Está bien, Chad, quiero que los chicos piensen que eres una nueva
contratación. Por suerte has estado fuera del país el suficiente tiempo para
que sólo mi capataz sepa quién eres y yo le hablé sobre lo que está
sucediendo, así que no dirá ni una palabra. Obtendrás más información si
los chicos creen que eres uno de ellos. Lamento que tendrás que dormir en
la cabaña —añadió con una sonrisa malvada.
—Sí, luces como si te apenaras por ello —dijo Chad—. Menos mal
que he dormido en lugares mucho peores.
—Sí, creo que me gustaría vivir sin comodidades por ahí —continuó
Mark.
—Tú eres una perita dulce. Bueno, mejor me cambio. Quiero ver las
cosas de inmediato. Cuanto antes nos aseguremos que tu Emily esté
segura más pronto todos podrán relajarse.
—Aprecio que dejes todo para hacer esto. Ella es la chica, Chad.
Nunca me he sentido así con otra mujer —dijo Mark a su amigo.
—Supe en el momento en que hablamos por teléfono que ella era la
chica —le dijo Chad, antes de ir a cambiarse en un tipo de ropa menos
llamativa. Iba a tener un tiempo bastante difícil tratando de armonizar su
tamaño y su porte además de añadirlo a la ropa que estaba usando ahora,
y el hombre sí que parecía el militar que era.
Chad se cambió rápidamente y se dirigió hacia las barracas donde el
capataz del rancho estaba. Estaba atento a todo lo que le rodeaba. Notó a
los hombres que trabajaban en la valla a su derecha y el hombre a su
izquierda alimentando a los caballos. Él no era un hombre del que fuera
3 Tanque Sherman: Fue el principal tanque fabricado por Estados Unidos y utilizado para
su propio uso y el de los Aliados durante la Segunda Guerra Mundial.
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fácil pasar desapercibido. Atraparía a este acosador en cuestión de días, si
no eran horas.
Él no era un hombre arrogante, era increíblemente seguro. Había
estado en el ejército durante casi veinte años y los años le habían
enseñado bien. Había pocas personas en su vida por las que dejaría todo.
Mark era uno de esos hombres selectos.
Si no hubiera sido por Mark y su familia, su vida habría resultado
muy diferente. Ellos habían creído en él y lo ayudaron a salir de las
circunstancias horribles en las que había estado para hacer su vida un
éxito.
Chad sacudió los pensamientos que lo distrajeron, y atravesó las
puertas de la cabaña. Vio al capataz de inmediato, junto con un par de
peones sentados en una mesa.
Se acercó a los hombres con su confianza habitual y se presentó.
—Hola, soy Chad, Mark me contrató y me dijo que viniera aquí para
ponerme en marcha —dijo Chad, mientras les tendía la mano.
Los hombres lo miraron con recelo, como si dimensionaran una
nueva vaca. El capataz finalmente se levantó y Chad estaba impresionado
por el talento para la actuación del hombre. Un observador normal nunca
sabría que se conocían.
—Es un gusto conocerte, Chad, soy Bob, el capataz de aquí —dijo y
estrechó su mano.
—Encantado de conocerte, también.
—¿Por qué no te instalas ahora y conoces el lugar? Puedes comenzar
a trabajar mañana —dijo Bob, dándole a Chad el tiempo que necesitaba
para poder conocer el área y hacer un de espionaje a través de los
trabajadores.
Una vez que los otros hombres se dirigieron a hacer su trabajo, Chad
y Bob se sentaron y discutieron las cosas. Bob se comprometió a mantener
a los hombres lejos del barracón entre las tres y las cinco. Chad se dirigió
a inspeccionar el terreno.
No vio nada sospechoso directamente, pero no tenía mucho tiempo y
tendría que hacer una búsqueda más exhaustiva al día siguiente. Él
87
realmente quería ir a las habitaciones de los trabajadores. Era mucho más
probable encontrar elementos sospechosos allí.
A las tres en punto se deslizó de nuevo en el barracón, sin que nadie
lo viera y empezó a buscar entre las pertenencias de los hombres.
***
—Es hora de salir de aquí por un rato. Los chicos pueden cuidar de
los niños. Estoy en necesidad desesperada de una pedicura —dijo Jessica
a Emily y Amy.
—Oh gran idea, Jess, le diré a Lucas y estaré lista para salir en
veinte minutos. Sólo quiero cambiarme —dijo Amy y luego salió corriendo
hacia su habitación.
—Eso suena muy bien. Odio dejar a Trevor con todo lo que sucede,
sin embargo —añadió Emily.
—Él estará bien. Nadie puede superar a nuestros hombres —aseguró
Jessica.
Emily realmente amaba pensar en Mark como su hombre. No estaba
muy segura de lo que ellos eran, pero las cosas hasta el momento parecían
ser casi tan perfectas como podrían ser. Bueno, tan perfectas como
podrían ser las cosas cuando estabas siendo acosada por un psicópata
desconocido.
—Tienes razón, por supuesto. Voy a ir a cambiarme y bajaré
rápidamente —admitió Emily y corrió a cambiarse.
—Ten cuidado y no te quedes mucho tiempo —le dijo Mark a Emily.
Él sabía que iba a estar preocupado por ella mientras estaba fuera.
Él también sabía que necesitaba un poco de tiempo fuera de la casa. Sus
nervios estaban fritos.
—Traten de no sobregirar las tarjetas de crédito —bromeó Lucas,
—Lo siento, pero no podemos prometer nada —dijo Amy a su marido
con un guiño.
Lucas sonrió mientras se dirigían hacia las puertas. Amy era mucho
más segura que la mujer a la que había conocido años atrás. Ella era
todavía demasiado comedida pero finalmente se sentía como una igual en
88
el matrimonio. Se había metido en la cabeza que el dinero no tenía nada
que ver con el amor y por fin sentía que podía salir con las chicas, sin
tener que justificar cada pequeña compra, se sintió aliviado al respecto.
—Amo a esa mujer —dijo Lucas mientras las tres mujeres
desaparecieron por el camino de entrada.
—Lo mismo digo, hermano —dijo Alex.
—Yo estoy con ustedes —añadió Mark.
Ambos hermanos se volvieron para sonreírle a Mark. Estaban felices,
el parecía haber encontrado la indicada. El hecho de que ella llegara con
una familia instantánea era una ventaja añadida.
—No puedo creer lo mucho que luchamos por aferramos a nuestra
soltería. ¿En qué demonios estábamos pensando? —preguntó Alex.
—Ciertamente —coincidió Lucas.
—Yo pensé que enamorarme de una sola mujer sería mi fin, pero
viéndolos a ustedes con sus esposas y lo felices que ellas los han hecho en
los últimos años ha puesto realmente en mí un anhelo de algo más. Me he
sentido como si hubiera algo que me faltaba. Yo todavía estaba decidido a
no casarme, pero desde que Emily ha entrado en mi vida me parece que no
puedo pensar en otra cosa —dijo Mark.
—Al menos nos encontramos con nuestras mujeres sin la intrusión
de papá —dijo Lucas.
Los tres hombres se reían de lo que percibían como su
independencia. Joseph pasó alrededor de la esquina y oyó hablar a sus
tres hijos. Se rió para sus adentros. Algún día les diría la verdad, o tal vez
no.
***
—Oh, Dios mío, esto se siente tan bien —exclamó Emily, mientras la
mujer le frotaba un poco de loción perfumada ligera en sus pies.
—En serio, creo que he muerto y he ido al cielo —susurró Amy,
mientras sus pies estaban sentados en la caliente, perfumada y
burbujeante agua.
89
—Nunca me voy a ir —agregó Jessica, mientras sus uñas de los pies
eran pintadas de un tono profundo de rojo.
Las tres chicas estaban siendo mimadas en sillas confortables de
lujo y hablaban acerca de cualquier cosa.
—Me encanta ser madre, pero es tan agradable hacer una escapada
y pasar un buen tiempo con mis dos mejores amigas —dijo Amy.
—De acuerdo —dijeron tanto Jessica como Emily.
Después de que terminaron con su pedicura y manicura, caminaron
a través del enorme centro comercial de Seattle.
—Tengo la necesidad de un poco de ropa interior sexy —dijo Amy.
—Gran idea, vamos a ir a Victoria’s Secret4 —dijo Jessica.
Las dos mujeres obligaron a Emily a comprar un par de conjuntos
que la hicieron sonrojar, incluso cuando estaban sentadas en el expositor.
Las tres mujeres salieron de la tienda con ropa interior nueva, lociones y
perfumes.
—No puedo esperar a probar esto con Lucas esta noche. Él se va a
volver loco —dijo Amy con confianza.
—No esperen que Alex y yo bajemos hasta la tarde, mañana —dijo
Jessica con un guiño.
Emily estaba aterrorizada de ponerse las cosas. ¿Qué pasaría si a
Mark no le gustaba? ¿Y si él pensaba que estaba siendo demasiado ruda?
Las chicas le exigieron ponerse el rojo brillante, a juego con sus uñas de
los pies y darles un informe completo sobre la reacción de Mark al día
siguiente.
No podía ser gallina, por lo que tendría que conseguir ser valiente.
No había manera de que él la rechazara, ella lo sabía. Ella sólo tenía que
dejar de ser tan cobarde.
Las tres mujeres pasearon por el centro comercial y terminaron
comprando demasiados objetos. La mayoría de las cosas eran para sus
hijos y los hombres, pero compraron un poco de ropa y zapatos nuevos
para ellas también. Emily se sintió un poco culpable por gastar tanto
4 Marca mundialmente famosa de lencería.
90
dinero pero no había hecho ninguna compra importante desde que había
llegado
Trevor estaba en la escuela, así que se permitió disfrutar del día.
En el momento en que se detuvieron delante de la casa estaba
oscuro y los tres chicos estaban caminando en el porche, esperando por
ellas.
—¿Por qué tardaron tanto? —preguntó Mark, mostrando
preocupación en su rostro.
—Oh, Mark, deja de ser tan sobre protector. Ya sabes que nos lleva a
las chicas un tiempo para encontrar los trajes perfectos —le reprendió
Jessica.
—Ustedes tres pueden llevar nuestras bolsas —añadió Amy.
—A excepción de éstas —dijo Jessica con un guiño a su marido.
Los tres hombres vieron a las chicas llevar las bolsas de Victoria’s
Secret y su irritación al instante se evaporó.
Ellos sabían lo que vendía esa tienda.
—Bueno, es muy tarde y los niños están en la cama —dijo Lucas de
repente con un bostezo falso.
—Sí, estoy dispuesto a acostarme —agregó Mark con entusiasmo.
—Vamos —dijo Alex.
—Ustedes tres pueden sentarse en el salón con su padre y tomar
una copa. Hemos ido de compras todo el día y necesitamos tener un
bocado para comer y luego asearnos —dijo Amy.
—Bien —murmuró Mark y siguió a sus hermanos a la casa con los
brazos cargados de bolsas.
Él estaba muy feliz de descubrir que varias de ellas pertenecían a
Emily. Tenía que salir y consentirse con más frecuencia.
Después de una hora de estar esperando, Mark se fue corriendo por
las escaleras hasta su habitación compartida con Emily. Entró y cerró la
puerta. La puerta del baño estaba cerrada por lo que se despojó de sus
91
ropas y se metió en la cama a esperar a Emily. La había extrañado y la
quería de vuelta en sus brazos.
Cuando la puerta finalmente se abrió y ella salió, Mark no podía ni
respirar por un momento. Ella literalmente le quitó el aliento. Cuando por
fin logró recuperar el aliento, su olor casi le envió a un paro cardíaco.
Ella tímidamente se acercó a él, con dos pedacitos de encaje rojo que
no escondían nada de su vista.
Las ligas en la parte superior de sus muslos le estaban rogando que
las hiciera rodar lentamente por sus piernas y los talones de sus pies
delicados mostraban el sexy esmalte rojo en sus perfectos dedos de los
pies. Era un sueño caminando y tuvo que controlarse para no tomarla
rápidamente.
Se había pasado el tiempo haciéndose a sí misma, la fantasía de él
hecha realidad, lo menos que podía hacer era mostrarle su
agradecimiento, dándole completo placer.
—Eres tan condenadamente sexy —logró decir más allá de su
garganta reseca.
Ella le sonrió tímidamente.
—¿Te gusta el traje? Las chicas insistieron en que lo cogiera —dijo
un poco tímidamente.
—Gustarme no es ni siquiera una palabra lo suficientemente fuerte
—dijo con voz entrecortada.
Se puso de pie para caminar los pocos metros que lo separaban de
ella y ella pudo ver su evidente placer entre sus piernas. Estaba
completamente desnudo y su erección era toda la evidencia que
necesitaba.
Emily ganó más confianza y lo empujó de vuelta a la cama, así que él
estaba sentado en el borde. Se puso de pie entre sus muslos y lentamente
acercó sus labios a los suyos. Él extendió la mano para tirar de ella hacia
él y ella negó con la cabeza.
—No tocar —le susurró al oído y luego le lamió el lóbulo.
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Mark se estremeció cuando su cálido aliento acarició el punto
sensible. Él obedientemente puso las manos sobre la cama, junto a él, a
pesar de que esto lo estaba matando. A él realmente le gustaba este juego
que ella estaba jugando y estaba decidido a dejar que lo llevara a cabo.
Ella lamió el costado de su cuello y luego mordisqueó el punto de
pulso que latía con fuerza. Ella le alivio el área con sus labios y luego se
abrió paso por el lado rugoso de la mejilla, hasta que finalmente puso sus
labios contra los suyos. Le pasó la lengua por el labio inferior y él
obedientemente abrió la boca, para permitirle el acceso. Su lengua se
enredó con la suya, mientras sus manos le acariciaban los brazos y el
pecho. Frotó su vulva contra su erección palpitante y él saltó sobre la
cama. Comenzó a acercarse a ella de nuevo y ella se apartó y meneó la
cabeza.
Mark se quejó en voz alta mientras él la obedecía de nuevo.
—Tú me estás matando Emily —susurró, cuando otra ola de placer
pasó a través de él.
Ella le sonrió seductoramente y luego poco a poco lo empujó sobre la
cama. Sus piernas estaban todavía colgando a un lado y se inclinó sobre él
para besarle bajando por su garganta.
Siguió besándole caminando a través de su pecho musculoso y
movió su lengua por los pezones. Dio un salto cuando ella le mordió la
carne sensible y lo calmó con su lengua. Cuando ella bajó la cabeza para
continuar su camino hacia su estómago, él gimió en voz alta. No podía
aguantar mucho más. Iba a poner fin a esta seducción, sin ni siquiera
estar dentro de ella.
Cuando su mano encerró su pene y le frotó la cabeza sensible el
gritó.
—Emily, por favor —dijo con voz ronca.
—Por favor, ¿qué? —dijo ella sin aliento.
Estaba tan excitada al ver su reacción que no iba a ser capaz de
mantenerse a raya mucho más tiempo.
—No puedo aguantar mucho más, esto puede terminar demasiado
pronto —gritó él.
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Ella le sonrió y luego lo llevó a su boca. La visión de sus labios rojos
que rodeaban su erección hinchada le hizo temblar. Podía sentirse
comenzando a perderse. Trató de acercarse a ella de nuevo, pero ella negó
con la cabeza, haciendo que su boca girara sobre él. Él no iba a hacer esto.
Su mano agarró la base de él con fuerza y su boca llevó su pene
profundamente dentro de ella. Él era un hombre muerto. Ella se detuvo y
bajó de nuevo y él gritó cuando el orgasmo lo sacudió. Ella seguía
acariciando su erección extrayendo el placer. Cuando finalmente se retiró
y lamió la cabeza todavía sensible, todo su cuerpo temblaba.
—Nena, lo siento. No se suponía que pasara esto —dijo, mientras
ella se arrastraba hacia él. Ella se limitó a sonreír y comenzó a acariciarlo
desde la cabeza a los pies.
—Sí, se suponía que pasara —dijo ella, con una luz diabólica en sus
ojos.
—Tú serás mi muerte —gimió, antes de ponerla de un tirón sobre su
espalda—. Dame unos minutos para torturarte y te cantaré una canción
diferente —dijo, mientras su lengua se quedó haciendo cosas mágicas a su
cuello.
Él besó el camino hasta sus pechos apenas cubiertos. Sus manos
amasaron los amplios montículos y luego inclinó la cabeza para aspirar los
pezones a través de la fina tela de su ropa interior. Ella jadeó ante la
sensación.
Finalmente rompió el delicado tejido y chupó el pezón con la boca.
Su lengua bailaba alrededor del pezón rosado, haciendo que ella arqueara
la espalda en la cama.
A medida que se turnaba para chupar un pezón, mientras frotaba el
otro, se sorprendió al descubrir que su cuerpo satisfecho empezaba a
responder de nuevo. Él estaba creciendo mucho con la anticipación de
sumergirse dentro de ella. Él no era capaz de tener suficiente.
Movió los labios por su cuerpo, hasta que llegó a su ombligo. Su
lengua se arremolinó dentro y alrededor de él, mientras sus manos
acariciaban aún más bajo. Apartó sus piernas y luego hundió la cabeza
entre sus muslos humedecidos.
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El primer movimiento de su lengua en su vulva sensibilizada la
levanto de la cama. Le pasó la lengua por toda la vulva, besando sus
suaves y rosados pliegues íntimamente. Estaba dispuesto a llevarla al
orgasmo en cuestión de segundos.
Él metió los dedos dentro de ella, sintiendo que su calor húmedo le
rodeaba. Ella giró sus caderas para llevarlo más adentro. Él comenzó a
bombear más rápido con los dedos adentro y afuera, mientras su lengua
se arremolinó alrededor de su clítoris endurecido.
—Mark —gritó ella mientras su cuerpo empezó a convulsionar
alrededor de él. Frenó sus manos y la lengua y luego mordió la parte
interior de su muslo.
Ella se derrumbó por completo en la cama, respirando pesadamente.
Poco a poco, besó el camino de vuelta hasta su estómago.
Se detuvo en los pechos suavemente y le pasó la lengua por los
pezones, antes de continuar hasta el cuello.
Su pene encontró el interior de sus muslos y lentamente se hundió
profundamente dentro de ella. Ella se quedó sin aliento, cuando sintió su
pene hinchado llenándola. Él podía ver la sorpresa en sus ojos al
comprobar que estaba listo para ella tan pronto.
Él comenzó a moverse lentamente dentro y fuera de ella, dándole
placer a ambos. Ahora podían tomarse su tiempo y alargar el placer. Ella
comenzó a gemir y él se apoderó de sus labios una vez más, mientras
seguía los movimientos lentos y profundos en su caliente interior.
Ella envolvió sus piernas alrededor de él para que pudiera penetrarla
más profundamente. Ambas respiraciones comenzaron a salir
entrecortadas, ya que él comenzó a aumentar su velocidad. La sensación
de su pecho rozando sus pezones sensibles estaba causando que
aumentara la presión de nuevo.
La sensación de tenerlo dentro de ella, tocándola por todas partes, la
llevaba de vuelta sobre el borde. Ella levantó sus caderas para encontrarse
con él, amando la reunión de caderas en el baile más antiguo de todos los
tiempos.
Ella pasó sus uñas por su espalda mientras él seguía besándola,
imitando el movimiento de sus cuerpos. Por último, la agarró por las
95
caderas para aumentar la velocidad de su bombeo. Él estaba empujando
tan rápido y duro que sabía que su cuerpo lo pagaría al día siguiente, pero
en ese momento sólo quería más.
—Duro —jadeó ella mientras lo empujaba dentro de ella.
Él gimió en voz alta y luego la obedeció. Él la penetró unos pocas
veces más, cuando su cuerpo empezó a temblar con su liberación. Ella lo
agarró con fuerza mientras los espasmos se apoderaban de ella.
Él gritó su nombre mientras le disparaba su eyaculación dentro de
ella, con el cuerpo de ella apretado a su alrededor. Él los mantuvo
firmemente conectados mientras trataba de poner su respiración bajo
control.
Finalmente, logró darse la vuelta sobre su costado, llevándola con él.
Le frotó la espalda por un rato, besándola suavemente. Tomó sus labios
hinchados y miró hacia abajo para ver sus caderas enrojecidas, donde sus
dedos se habían apoderado de ella.
—Emily, lo siento. Eso fue muy duro —se disculpó con ella.
Ella lo miró con una expresión asombrada.
—¿Me estás tomando el pelo? Eso fue increíble. Eres increíble.
Nunca en mi vida he tenido una relación sexual tan asombrosa. Sé que
sigo diciendo increíble, pero simplemente no hay otra palabra para
describirlo —dijo en un ronroneo.
Ella lo besó profundamente para que realmente pudiera entender lo
bien que se sentía.
—Gracias, Mark, por mostrarme cómo una mujer se supone que
debe ser amada —dijo, sintiendo el significado de cada palabra.
Mark se relajó visiblemente. Se dio cuenta de lo que realmente
significaba.
—Si me das una semana te lo puedo mostrar de nuevo —dijo Mark.
—No creo que me sea posible esperar una semana —le dijo ella,
mientras bajaba la mano por su cuerpo y se lo frotaba.
—Mujer estás tratando de matarme —le dijo mientras la besaba de
nuevo.
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Pasaron las horas siguientes besándose, tocándose y riendo. No
salieron hasta altas horas de la tarde siguiente.
97
Capítulo 7 Traducido por julieta9768
Corregido por Alyshia Cheryl
—Mark, me encontré con un montón de fotos de Emily entre las
pertenencias de Chris. Voy a hacer una búsqueda en ellas y ver lo que
puedo averiguar. Mantén un ojo en el hombre, debería tener todo de vuelta
en un par de horas —dijo Chad.
—Lo haré —respondió Mark, decidiendo que Chris iba a trabajar con
él ese día.
Mark fue al granero y encontró a Bob con Chris y algunos de los
otros chicos.
—Hey Bob, me voy a robar a Chris. Necesito un poco de ayuda con el
pasto del Sur —dijo Mark.
—No hay problema, jefe.
Chris siguió a Mark al campo, y ahí fue donde Chad los encontró un
par de horas más tarde.
—Hey, ¿podemos hablar? Tengo algunas cosas que enseñarte. Chris
puede venir —dijo Chad, con indiferencia.
Mark sabía que Chad había encontrado las respuestas que estaba
buscando por la mirada que él le dio. Él sólo estaba tratando de alejar a
Chris de cualquier otra persona en ese momento. Por suerte Chris no
parecía darse cuenta de nada.
Chad era un hombre lo suficientemente inteligente como para haber
conseguido reunir al resto de la familia en la casa, mientras lo conseguía
arreglar todo. Entraron en la casa y un par de oficiales de policía estaban
allí esperándolos.
—¿Qué está pasando? —preguntó Chris, con cierto recelo.
—Eso es lo que queremos saber —dijo Mark con veneno.
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Sobre la mesa, Chad tenía las fotos que habían encontrado y el papel
con la historia de Chris en él. El hombre entrecerró sus ojos a ranuras
peligrosas y miró a Chad. Chad le sonrió con una expresión que parecía
decir:
Tráelo todo, amigo.
—¿Qué demonios es esto? ¿Está bien revisar las cosas de la gente
ahora? —gritó Chris.
—¿Qué estás haciendo con todas estas fotos de Emily? —preguntó
Mark con una voz extremadamente calmada. Él no estaba tranquilo, pero
no se lo mostró al hombre repugnante.
—Puedo tener imágenes de quien me gusta —se burló el hombre.
Chad sacó las fotos de las otras chicas que había encontrado.
—Éstas no se parecen a ella —espetó Chad, apenas manteniendo el
control de su temperamento. Había encontrado no sólo fotos de Emily,
sino que también un grupo de fotografías indecentes de mujeres jóvenes
expuestas, tomadas a través de las ventanas, sin su conocimiento.
El rostro de Chris palideció al ver esas fotos. Chad debió haberlas
encontrado en algún escondite secreto del hombre, donde pensaba que
estaban a salvo. Miró nerviosamente a los oficiales de policía.
—Una vez que me di cuenta que eras un criminal convicto en
libertad condicional, me decidí a mirar a tu alrededor un poco más
profundo —dijo Chad—. He encontrado tu escondite de fotos debajo de
una tabla del suelo suelta. Creo que se trata de una violación a tu libertad
condicional.
—No puedes probar que esas fotos son mías —se burló Chris—.
Podrían ser de cualquiera de los muchachos —gritó él, con una furia
apenas controlada.
—En realidad, podemos probar que son tuyas, ya que también
encontré la cámara con que las tomaste —contestó Chad.
—No puedo creer que haya podido engañarme —dijo Mark—. No
puedo creer que te dejé estar cerca de mi familia.
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—Supongo que no eres tan inteligente, rico pedazo de mierda —se
burló Chris.
—Oficial me gustaría presentar cargos contra este hombre que
acecha a mi esposa. Todas las pruebas han sido guardadas y están en la
otra habitación —dijo Mark. Él quería tener una conversación con el
pedazo de escoria.
El oficial se acercó a Chris y comenzó a leerle sus derechos.
—¿De qué diablos estás hablando? Yo no he estado acechándola,
sólo tome unas cuantas fotos —dijo Chris, interrumpiendo a los oficiales.
Nadie escuchó al hombre y los oficiales rápidamente lo sacaron de la
habitación. Mark sintió como si cincuenta libras de peso hubieran sido
levantadas de sus hombros. Chris iba a volver a la cárcel por violación de
libertad condicional y probablemente le añadirían unos cuantos años más,
dependiendo de la edad de las chicas que había violado.
Estaba disgustado consigo mismo por haberlo dejado en su casa. Él
normalmente era un gran juez de carácter.
Debió haber estado más distraído de lo que pensaba. Ahora que
Emily y Trevor vivían allí y sus sobrinas y sobrinos pasaban tanto tiempo
allí también, iba a tener que empezar a tener que buscar los antecedentes
de todos sus empleados. No había manera de que él quisiera que más
hombres como ése se deslizaran a través de él y estuvieran tan cerca de los
que amaba.
—Gracias Chad, has encontrado al hombre mucho más rápido de lo
que hubiera creído posible. Pudo haberme tomado mucho tiempo —dijo
Mark a su amigo.
—Sabes que no hay nada que no haría por ti —le dijo Chad.
—No me debes nada, pero yo agradezco que hayas venido —dijo
Mark sinceramente.
—Bueno, tendremos que estar de acuerdo sobre lo debido —le dijo
Chad, y luego dio una palmada en la espalda a Mark.
—Tú realmente eres terco —respondió Mark.
10
0
—Mira quién habla. ¿Eres el caldero u la olla el día de hoy? —dijo
con una sonrisa.
—Sí, sí —murmuró Mark y luego rodó los ojos.
—Tengo que regresar, ¿sabes? —dijo Chad, de mala gana.
—Lo sé. ¿Cuánto tiempo más vas a estar fuera? —inquirió Mark.
—No estoy seguro. —Hablaron un rato más, y luego Chad lo dejó tan
rápidamente como había venido.
—Ahora que todo es seguro, el resto de nosotros vamos a volver a
nuestras vidas también —dijo Lucas, cuando la familia regresó.
—Agradezco a todos ustedes por dejar todo y estar aquí para
nosotros —dijo Mark.
—Por supuesto, hermano —le dijo Lucas.
La familia rápidamente hizo las maletas y se fue antes de que Emily
lo supiera. Era triste ver a todos salir. Ella realmente le había cogido
cariño a Amy , Jessica y a los niños corriendo por los pasillos.
Emily y Mark rápidamente volvieron a su vieja rutina. Ella se ofreció
a volver a su habitación, aunque ella realmente no quería hacerlo. Él le
había dicho con toda claridad que él no quería que ella saliera de su
dormitorio. Ella se sintió aliviada.
Trevor fue creciendo y el tiempo pasaba agradablemente. Un día,
mientras Mark estaba dando a Trevor una clase de equitación, un golpe
sonó en la puerta. Edward estaba haciendo unas compras, por lo que
Emily fue a abrir.
Un hombre estaba de pie en un uniforme con un portapapeles que
Emily no conocía de nada.
—¿Es usted Emily Jackson? —preguntó el hombre amablemente.
—Sí, ¿en qué puedo ayudarle? —le preguntó, sin saber de qué se
trataba.
—Tengo una entrega especial para usted, ¿puede firmar aquí? —le
preguntó.
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1
—Claro —respondió ella y firmó el papel, pensando que era algo que
Mark había ordenado.
—Gracias, ha sido oficialmente entregado —dijo el hombre, y se alejó
rápidamente.
Emily miró los papeles que el hombre le había entregado. Su ex
familia política la había encontrado y el servicio de correo le había llevado
los nuevos papeles de custodia. Se la mencionaba como desacato al
tribunal y si ella no se presentaba en California el lunes siguiente, que
estaba a menos de una semana, sería arrestada y Trevor le sería quitado.
Emily inmediatamente comenzó a entrar en pánico. Ella no quería ir
a ese tribunal, donde el juez se encontraba en el bolsillo de la familia de su
ex, los que eran muy ricos. Ella sabía más allá de toda duda que ellos iban
a ganar.
Ella comenzó a hacer algunos cálculos y tomó la decisión de que
tendría que irse de nuevo. Tenía guardada la mayor parte de sus ingresos
y tenía suficiente para ubicarse en otro lugar y sobrevivir durante varios
meses, pero eso significaría salir corriendo y si no encontraba un empleo
rápidamente, su hijo y ella estarían sin hogar.
Ella no quería dejar a Mark. Ella ya lo amaba tanto y Trevor estaba
prosperando. Él estaría tan molesto por alejarse. Ella vio cuánto se había
unido con Mark. Ella no podía creer que hubiera permitido que se
hubieran vuelto tan unidos, cuando ella sabía desde el principio que las
condiciones de su vida iban a ser temporales.
Ella estaba sentada en la mesa de la cocina, llorando
silenciosamente cuando Mark y Trevor entraron por la puerta.
Ellos estaban riendo y hablando de lo divertido que los nuevos
caballos eran mientras aprendían a caminar. Uno de los cachorros, que
era enorme, ahora se arrastraba a los pies de Trevor. La vista de ellos hizo
caer lágrimas frescas.
Se dio la vuelta y se limpió la cara, no quería molestar a su hijo.
Odiaba que ella fuera a tener que alejarlo de la hacienda y de toda la
familia. ¿Era una madre terrible por lo que hacía con él? Pero era la única
forma de mantenerse juntos, razonó consigo misma.
10
2
Mark se dio cuenta inmediatamente de que algo iba mal y envió a
Trevor arriba para que se limpiara y cambiara para la cena. Una vez que
estuvo a salvo de la oreja del chico, Mark se sentó y esperó que Emily le
dijera lo que estaba mal.
—Ellos me encontraron —dijo simplemente.
—¿Quién lo hizo? —preguntó Mark con confusión. Se dio cuenta en
ese momento de que ella no le había dicho nada al respecto de sus asuntos
de custodia.
—Es una larga la historia —dijo ella.
—Bueno, no hay tiempo como el presente para comenzar a
contármela —le aseguró Mark. Emily respiró hondo y entonces comenzó la
historia.
Mark nunca dijo una palabra mientras ella explicaba su matrimonio
terrible y el marido controlador que había tenido. Sus ojos se volvieron
rendijas mientras hablaba sobre su ex familia política y la forma en que
habían tratado de alejar a su hijo de ella. Cuando terminó con la parte en
la que el Juez estaba en el bolsillo de ellos, él simplemente asintió con la
cabeza como si hubiera entendido.
—Yo no tenía ninguna otra opción que salir de allí. Tenía que
mantener a Trevor conmigo. Yo sé lo que pueden proporcionarle, con el
dinero todo se puede comprar, pero nunca le darían amor. Sólo lo quieren
porque perdieron a su único hijo y están tratando de parecerse a unos
abuelos amorosos y preocupados. Ellos apenas reconocieron su existencia
antes, sin embargo. No son en absoluto como su familia Mark —finalizó.
—Siento que hayas pasado por todo eso, Emily —dijo Mark,
mientras tomaba su mano entre las suyas—. Deseo que lo hubieras
compartido conmigo antes, así podría haber estado ahí para ti. Podríamos
haber ya tratado con esto también —continuó.
—Mark, yo no puede vencer a esta gente. Ellos saben dónde estamos
ahora. No tengo más remedio que irme —dijo ella, con un pequeño sollozo,
las lágrimas comenzaron a correr como ríos nuevamente por sus mejillas
sonrojadas.
Mark no dijo nada durante varios minutos, mientras sus lágrimas
continuaron cayendo. Se sentó junto a ella, frotándole la espalda, cuando
10
3
ella consiguió mantener la última de sus emociones bajo control. Luego
levantó la barbilla para que ella lo estuviera mirando a los ojos.
—¿Emily es lo que quieres, irte? —le preguntó. Necesitaba saber
cómo se sentía. Él iba a ayudarla, sin importar cuál fuera la respuesta,
pero necesitaba saber que ella quería estar allí con él.
—Por supuesto que no me quiero ir. Trevor es muy feliz aquí y te
amo. No puedo perder a mi hijo —dijo, exasperada.
En el calor de la pasión y la frustración, ella no se había dado
cuenta de que ella le había dicho que lo amaba por primera vez.
Mark la dejó arrastrarse sobre él y sintió su corazón cada vez más
grande. Iban a estar bien.
—Emily no tienes que irte. Quiero que tú y Trevor se queden aquí.
Vamos a casarnos y haremos que la audiencia de custodia se traslade
hasta aquí, donde el juez no puede ser comprado. En primer lugar vamos a
tratar de obtener que Jackson nos ayude a resolver esto, pero si quieren
luchar, vamos a luchar contra ellos. Si los abuelos de Trevor quieren
pelear contigo, van a tener que pasar sobre mí —le dijo él.
Emily lo miró con una mezcla de horror y esperanza. Acababa de
proponerle ayuda, y aún más, le pidió matrimonio y se comprometió a
mantenerla a ella y a su hijo juntos. Ella no sabía qué decirle.
—Mark no puedo pedirte que hagas eso —respondió finalmente.
—Emily, me encanta Trevor, ya es como si fuera mi hijo. Mi familia
lo ama demasiado y protegemos lo nuestro. Yo tampoco puedo imaginar
despertarme cada día sin ti. Te quiero aquí y no voy a dejar que esta gente
nos aparte —dijo.
Él no estaba dispuesto a expresar realmente su amor. Sabía que no
podía imaginar su vida sin ella, pero si él le decía que la amaba y ella lo
rechazaba, lo mataría. No podía ir allí.
—Emily, nunca había planeado casarme antes. Entonces vi cómo
mis dos hermanos se casaron y tuvieron niños y me di cuenta que no era
tan malo. Podríamos estar muy bien juntos si me dieras una oportunidad.
Si las cosas no salen bien, por alguna razón, no es como si tuvieras que
estar pegada a mí para siempre —dijo con un encogimiento de hombros
como si no fuera gran cosa.
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4
Le dolía más de lo que jamás sabría él que hablara de ellos
terminando como si nada, pero tenía razón. Si al casarse les daba a ellos
más tiempo y podían mantener a Trevor seguro, no tenía nada que perder.
Ella lo amaba y él dijo que se preocupaba por ella, así que tal vez se
convertiría en amor algún día.
—¿Estás seguro de esto? —le preguntó, dándole una última
oportunidad de volver atrás.
—Más seguro que nada —dijo Mark y le dio una de sus sonrisas
sexys. Se inclinó y la besó con un deseo que la dejó sin aliento y la dejó
queriendo mucho más.
—Tengo un montón de llamadas telefónicas para hacer —dijo,
tomando la iniciativa—. Nos casamos el sábado. ¿Está bien que lo
hagamos aquí en el rancho, o quieres una boda por la iglesia? —le
preguntó.
—Me encantaría hacerlo aquí. No tiene que ser nada formal —dijo
ella a regañadientes. Había siempre soñado con el día de su boda, con
todas las campanas y silbidos, pero esto no era una típica boda y ella no
podía esperar planear nada extravagante en sólo un par de días.
Marcos se echó a reír a carcajadas con su declaración.
—Lamento decirte Emily, pero al segundo en que llame a mi padre,
esta boda no será poca cosa. Él nunca dejaría que eso sucediera. Mantente
preparada para una enorme extravagancia —dijo. Luego salió de allí para
hacer sus llamadas.
Emily estaba un poco decepcionada. Ella sabía lo que decía, pero no
había manera posible de planear una gran boda en sólo un par de días.
Ella no necesariamente quería que fuera enorme, a ella sólo le iba a gustar
que fuera mágica.
Ella negó con la cabeza ante su propio egoísmo. Ella no debía estar
decepcionada, porque no fuera a obtener la boda de sus sueños, cuando
ella estaba con su hombre ideal. Ella sonrió, mientras pensaba en ser la
esposa de Mark. Incluso si él hablaba de ello como algo temporal, todavía
iba a ser su esposa.
Emily apenas lo hizo a través de la cena antes de que ella se dirigiera
a su habitación para acostarse. Ella estaba agotada y sólo quería dormir
10
5
un rato. Ella estaba dormida antes de que su cabeza tocara plenamente la
almohada.
Emily se despertó a la mañana siguiente para encontrar que Mark ya
se había ido. Eso era inusual, ya que casi siempre la despertaba en brazos
besándola suavemente en todo su cuerpo. Estaba segura, de que sólo tenía
mucho que hacer ese día.
Se tomó su tiempo tomando una ducha y vistiéndose. Sabía que iba
a tener que hacer un montón de planes para al menos tener algunas flores
y pasteles en su boda. Ella no tenía a nadie a quien invitar, por lo que no
necesitaba invitaciones o recordatorios de la fiesta, pero ella le preguntaría
a Jessica y a Amy si querrían estar junto a ella.
No tendría que ir por la borda con disfraces. Ella iba a llevar más
probable a la iglesia un vestido simple. Simplemente no había tiempo para
encontrar su vestido de cuento de hadas perfecto. Mark probablemente no
lo haría así de todos modos.
Oyó voces mientras caminaba por las escaleras y se detuvo al entrar
en la casa. Miró a su alrededor en estado de shock. Había gente por todas
partes y todo el espacio disponible estaba cubierto de artículos. Nadie se
dio cuenta de ella al principio y miró a su alrededor a todos los elementos.
Oyó a Joseph antes de que ella lo viera.
—No, no, no, eso no va a hacer —le oyó gritar a alguien, en su voz
fuerte y abrumadora.
—Lo siento, señor Anderson. Voy a deshacerme de ellos de inmediato
y obtendré el siguiente conjunto —escuchó que un hombre decía y luego
vio a un hombre pequeño con una expresión de pánico salir por la puerta.
—No puedo creer que incluso pensara que sería lo suficientemente
bueno para mi hijo menor y su hermosa novia —dijo Joseph a alguien.
—Emily, ahí estás dormilona —dijo Jessica mientras se acercaba
corriendo—. Yo quería despertarte ayer, pero Mark amenazó de muerte a
cualquiera que se atreviera a molestarte —finalizó.
—¿Qué está pasando? —exclamó Emily.
—Los planes para la boda, por supuesto —dijo Jessica, como si
Emily tuviera un tornillo suelto.
10
6
—No lo entiendo. ¿Por qué hay tanta gente aquí? —preguntó.
—No se puede tener una gran boda en sólo tres días sin un ejército
de personas que organicen las cosas —le respondió Jessica.
—Simplemente pensé que tendríamos una boda pequeña en el patio
trasero —logró Emily decir, mientras miraba todo el caos a su alrededor.
Jessica se rió de ella.
—Vamos, Emily, has estado alrededor de esta familia el tiempo
suficiente para comprender que nunca hacen nada a medias. No hay
manera de que Joseph permitiera que su último hijo fuera a tener una
boda pequeña en el patio trasero —dijo a través de más risitas.
—No te asustes demasiado, Emily. Yo pensaba que iba a
hiperventilar el día de mi boda, ya que no estaba esperando el gran evento
que habían planeado. Pensé que iba a estar con nosotros un juez, pero
confía en mí, estoy agradecida, ahora tengo mi boda de ensueño. Miro a
través de las fotos con Jasmine, y ella habla de la bella princesa en las
fotos, que da la casualidad de que soy yo. De hecho, me sentía como una
princesa. Permítenos ayudarte a hacer del día de tu boda el mejor en tu
vida —dijo Amy, mientras ella se unía a la conversación.
—Supongo que entonces estoy en tus manos— dijo Emily y pronto se
arrepentiría de esas palabras. Las niñas la arrastraron por toda la casa,
que ella pronto encontró era tan caótica como una guarida. Trató de
probar tantas muestras de pastel que ella tenía ya dolor de estómago. Ella
también fue medida, desplumada y encerada.
La única parte de la jornada que no fue abrumadora fue cuando ella
se sentó con el diseñador del vestido de novia. La dejó describir su vestido
de novia como soñaba, y él escribió todo. Él dijo que estaría trabajando
día y noche para asegurarse de que fuera perfecto en todos los sentidos.
Ella no creía que se pudiera hacer, pero secretamente lo esperaba.
Cuando terminó el día, ella estaba prácticamente arrastrándose por
las escaleras para llegar a su habitación. Le dolían todos los tratamientos
de belleza y estaba más allá de agotada. Se metió en la cama grande,
durmiéndose al instante otra vez.
El siguiente par de días fueron mucho más de lo mismo. Se
despertaba a una casa llena de gente y salía corriendo de la mañana a la
noche. Apenas vislumbró a Mark y ni siquiera sabía si él estaba
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7
durmiendo en la misma cama. No podía esperar a que la boda realmente
fuera de una vez.
—No tienes permiso para ver a Mark en todo el día. Sus hermanos le
han llevado fuera para una despedida de soltero, a un lugar desconocido.
Los niños están por todas partes en mi casa y serán atendidos y nosotras
nos iremos en el jet de la compañía a Las Vegas —dijo Amy, cuando ella
irrumpió en la habitación de Emily esa mañana.
—¿Qué? —le preguntó Emily, tratando de borrar el sueño de sus
ojos.
—Es el día antes de tu boda, lo que significa que es hora de tu
despedida de soltera —dijo Jessica, cuando las dos chicas se metieron en
su cama.
—Realmente espero que no estés usando una de tus piezas de
lencería sexy —agregó Amy con una risita.
—Yo también —dijo Jessica y luego le arrancaron las sábanas de
encima. Por suerte, Emily no se había estado sintiendo sexy y llevaba su
vieja y favorita camiseta y un par de calzoncillos.
—Date prisa y consigue alistarte, estamos saliendo para el
aeropuerto en una hora —dijo Amy, y luego las dos chicas le dieron su
privacidad.
Emily se levantó aturdida y obedeció a las dos mujeres. Ella estuvo
abajo en treinta minutos y muy agradecida por el café recién hecho
colocado en el mostrador. Se sirvió una taza grande y se quemó su lengua
con su primer sorbo.
—¿Estás emocionada? —le preguntó Amy.
—Estaremos alojadas en el Mirage —añadió Jessica.
Emily pensó por un momento y descubrió que en realidad estaba
emocionada.
—Nunca he estado allí antes —dijo ella tímidamente.
—Oh, me gustaría que fuera por más de un día. Hay tantas cosas
que hacer. Fui allí un par de años atrás, por primera vez con Lucas y
pasamos un tiempo increíble ya que nos permitieron quedarnos unos días
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más. Vimos muchos shows y no me gusta admitirlo, pero me enganché a
gato negro y termine jugando hasta que llegó la noche. Fue muy divertido.
Estoy emocionada de tener algunas chicas para ir de compras con este
tiempo. Amo a Lucas, pero no puede entender la alegría de las compras —
terminó con excitación.
—Bueno, vamos a dejar de hablar de él y vámonos —dijo Jessica.
—¿No tenemos que empacar nada? —preguntó Emily.
—No es una casualidad. Vamos a comprar todo lo que necesites. No
queremos tener nada con nosotros, porque entonces eso es menos espacio
para llevar las compras de vuelta —dijo Amy.
—Me parece bien —admitió Emily. Las tres mujeres se dirigieron a la
puerta de la limusina esperando y bebieron un poco de sidra en el camino
hacia el aeropuerto.
Ellos abordaron el avión de la compañía y Emily miró a su alrededor
con asombro. Era más bello que cualquiera de los hoteles en que había
estado adentro. Los asientos lujosamente grandes eran cómodos y había
incluso un asistente de vuelo a bordo.
—Hola señoras. Mi nombre es Lana y las voy a guiar en su viaje
corto —dijo la rubia demasiado alegre.
—Hola Lana —intervinieron las tres chicas juntas.
—¿Qué les gustaría tomar? —preguntó.
Las chicas pidieron sus órdenes y Lana fue por bebidas para ellas.
Cuando regresó, les dijo que el desayuno se serviría una vez que
estuvieran en altitud de crucero. Emily miró por la ventana, llena de
emoción cuando el jet tomó velocidad y despegó en el aire.
—Esto es demasiado increíble —exclamó Emily.
—Esa fue mi reacción la primera vez también —dijo Amy con una
sonrisa—. A decir verdad todo todavía me sorprende —añadió.
Emily le sonrió agradecida. Llegaron a una cierta altitud y la azafata
regresó alegre con un poco de fruta fresca y cruasanes.
—El desayuno caliente saldrá en unos minutos —dijo y se fue de
nuevo.
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Las chicas comieron su desayuno e hicieron planes para el día. Lo
primero que harían era las compras principales y luego un poco de juego,
seguido por un par de shows. Emily no podía esperar hasta que el lujoso
paseo en jet terminara.
Desembarcaron en un momento y las llevaron desde el aeropuerto
en otra limusina. Se dirigieron hacia la avenida y los ojos de Emily estaban
pegados a la ventana. Ella estaba mirando por todas partes que podía.
Deseó que fueran más despacio para que ella pudiera ver más de la
zona. Se detuvieron en el Mirage y las llevaron a la suite de lujo.
—Mark hizo la reserva para nosotras. Le dije que era una tontería
alquilar este tipo de habitación tan cara, teniendo en cuenta que no
íbamos a pasar mucho tiempo en ella, pero él insistió en lo mejor para su
novia —dijo Jessica a Emily.
Emily estaba impresionada tanto por la suite increíble, que tenía
lágrimas en los ojos. La habitación era más grande que su apartamento,
por lo menos dos veces el tamaño. Había una enorme sala de estar y tres
dormitorios. Fruta fresca, chocolate y flores se mostraban en una tabla.
Deseó tener toda una semana para gastar solo en el baño.
—Es hora de irnos —dijo Amy, apenas capaz de contener su
emoción.
—Estoy de acuerdo, hay una gran cantidad de compras que hacer y
muy poco tiempo para hacerlo —añadió Jessica.
—Está bien. —Emily aceptó de mala gana y siguió a sus dos amigas
hacia fuera.
Emily pudo haber sido reacia a abandonar la lujosa suite pero
pronto se encontró contenta de haberlo hecho. El camino fue fenomenal y
ella quería parar y mirar todo. Cuando llegaron a Caesars Palace y
comenzaron las compras, ella se enganchó.
Nunca había sido una persona materialista y todavía era reacia a
utilizar la tarjeta de crédito que Amy le había puesto en la mano, pero era
difícil no disfrutar del magnífico centro comercial que atravesaban.
—Mark dijo que si no regresabas a casa con varias bolsas, él no iba
a ser feliz —dijo Amy mientras tiraba de Emily hacia una boutique de
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lencería exclusiva—. Creo que este sería un buen lugar para comenzar —
dijo con una risita.
Ellas compraron por varias horas, luego fueron a comprar sus
artículos para el baño, mientras disfrutaban de un buffet almuerzo.
—Creo que voy a ganar diez libras en este viaje —dijo Amy, mientras
se sentaba de nuevo, frotando su muy plano estómago.
—Estoy de acuerdo —gimió Jessica.
—Yo no voy a entrar en mi propio vestido de novia —agregó Emily
con una sonrisa de satisfacción.
—Bueno, mejor seguir andando, para sacar fuera toda esta comida
entonces —dijo Amy y se fueron a explorar un poco más de la ciudad.
Ellas vieron una pelea pirata frente a la isla del tesoro y un volcán
estallar en la acera. Tomaron un paseo en góndola y caminaron mucho,
tanto que los pies de Emily estaban matándola al final de la noche.
Las chicas finalmente se detuvieron en el casino y jugaron al
blackjack, en lo que eran jugadoras terribles. Luego se arrastraron de
vuelta a su habitación, cuando ya estaba amaneciendo, para coger un par
de horas de sueño.
Cuando su coche las recogió a mediodía, todas estaban mucho más
tranquilas en el viaje a casa y se quedaron dormidas en el paseo en jet de
nuevo. Pronto las recogieron en el aeropuerto, en dirección al rancho,
donde las mimarían, y a ella le colocarían el vestido para la boda de la
tarde.
Emily no tenía ni siquiera tiempo para conseguir calmar sus nervios.
Antes de que se diera cuenta, estaba de pie detrás de unas puertas
cerradas, esperando su tiempo para caminar por el pasillo. El pánico
empezó a establecerse en ese momento.
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Capítulo 8
Traducido por Ale Rose
Corregido por Xhessii
Jessica y Amy estuvieron agitadas con el vestido de Emily,
asegurándose de que todo era perfecto. Ella respiraba profundamente
dentro y fuera, tratando de calmarse, mientras la música comenzaba. No
podía calmar el rápido latido de su corazón.
Levantó la mano para frotarse el martilleo de su cabeza. Tenía miedo
a la muerte. Su hijo estaba ya ahí, luciendo tan guapo en su pequeño
traje. Había estado tan orgullosa cuando él le había dicho que estaba de
pie con Mark como uno de sus padrinos.
—Va a estar bien, toma algunas respiraciones más profundas.
Jessica y yo caminaremos por el pasillo y entonces tú nos seguirás en
unos dos minutos, está bien —le dijo Amy.
Emily sintió un pánico instantáneo a la idea de caminar por ese
pasillo por su cuenta. No creía que sería capaz de hacerlo.
—Espera —dijo con pánico—. No tenemos que hacerlo de la manera
tradicional, todas podemos caminar juntas —le pidió a las chicas.
Se miraron una a la otra como si hubiera perdido la cabeza, vieron el
pánico en sus ojos y se encogieron de hombros.
—Claro —dijeron al unísono.
—Gracias. —Comenzaba a sentirse un poco mejor.
—Oye, es nuestro trabajo como tus damas de honor ayudarte a
caminar por el pasillo. No estaríamos haciendo lo correcto si tu corres en
la otra dirección —dijo Amy con una sonrisa.
—Ustedes son las mejores.
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—No te atrevas a arruinar su maquillaje —dijo Jessica mientras se
limpiaba su propio ojo.
Las tres mujeres se rieron y luego se abrazaron entre ellas. Emily
podía sentir su pulso comenzaba a reducir la velocidad.
Estaba llamando a la puerta.
—¿Está todo bien? —preguntó Joseph a través de la puerta.
—Todo está bien. Llegando en un momento —dijo Jessica.
—Es bueno saberlo —dijo Joseph y luego oyeron que sus pasos
comenzaban a retirarse.
Jessica salió de la puerta, con sus dos nuevas hermanas a ambos
lados de ella. Hubo una exclamación en el público cuando los tres
hermosas mujeres se abrieron camino hacia el altar. Ninguno de ellos se
dio cuenta de la imagen impresionante que ellas hicieron.
Los hombres que estaban al final del pasillo no podían quitar los
ojos de las mujeres gloriosas. La visión de los ellas era suficiente para
detener el tráfico, o causar un disturbio.
El pecho de Mark se hinchó de orgullo, mientras se daba cuenta que
en tan solo cortos minutos, la hermosa visión caminando hacia él sería su
esposa. Quería correr hacia ella y tirarla a sus brazos. Tomó todo lo que
tenía el estar allí y esperar a que llegara a él.
La ceremonia transcurrió en un borrón y antes de que se diera
cuenta Emily, el predicador les estaba pronunciando que eran marido y
mujer. Mark la tomó en sus brazos y apretó sus labios a los de ella
suavemente. Fue lento y dulce, y le quitó el aliento.
Se sentía como si estuviera flotando en una nube mientras se abrían
camino por el pasillo y luego pararon saludar a los invitados. Ella estaba
en piloto automático mientras cortaban el pastel y bebían un sorbo de
champán. Ella no sería capaz repetir una palabra que dijo durante el
brindis. Tenía ojos y oídos para nada más que su marido.
Cuando llegó finalmente el momento para el baile, Emily se fundió
en los brazos de Mark y apoyó la cabeza contra su pecho. Le frotó
suavemente la espalda, aliviando sus nervios por completo. Él era el más
magnífico hombre al que jamás hubiera esperado.
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Él cantó junto con la melodía country que tocaba la banda y ella se
deslizó por la pista de baile iluminada, como una verdadera princesa,
siendo cortejada por su príncipe azul. No podía creer que una boda podría
ser tan mágica o que era la novia de Mark.
—¿Te he dicho lo hermosa que te ves? —le preguntó.
—Solo alrededor de un centenar de veces esta noche.
—Eres siempre hermosa, pero verte caminando por el pasillo con ese
vestido ha tomado todo pensamiento racional de mi cabeza —dijo al tiempo
que le daba la vuelta.
—Al verte en ese esmoquin, luciendo tan impresionante me ha hecho
querer despojártelo poco a poco —le susurró.
Todo el cuerpo de Mark se tensó ante sus palabras pronunciadas en
voz baja. La empujó con fuerza contra su cuerpo e incluso a través de las
capas de seda y encaje ella podía sentir cómo sus palabras le habían
afectado.
—Vamos a salir de aquí —le declaró a ella.
—Eso suena perfecto para mí —respondió ella y le cogió la mano
cuando empezó a conducirla fuera de la pista de baile.
Ambos oyeron un alboroto en el servicio de comida y se volvieron
para averiguar lo que estaba pasando. Oyeron a uno de los guardias de
seguridad del personal decirle a alguien que saliera de inmediato, antes de
que hubiera consecuencias.
Ambos caminaron hacia la conmoción para averiguar lo que estaba
pasando. Emily se quedó sin aliento cuando descubrió lo que estaba
causando toda la agitación. Ella los vio unos dos segundos antes de que
ellos la vieran.
—¿De verdad cree que el juez va a creer esta farsa de matrimonio
pequeña zorra? —escupió una mujer de mediana edad a Emily.
—¿Qué están haciendo aquí? —Emily les preguntó en completo
shock.
—Hemos venido por nuestro nieto. Lo robaste de nosotros y con tu
marido apenas en la tumba, parece como que tú has encontrado un nuevo
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hombre para derrochar su dinero. Siempre has sido una cazadora de oro.
Le rogamos a nuestro hijo que no casara contigo. Incluso le dijimos que el
niño no era suyo. Nos quedamos impactados cuando los resultados del
ADN llegaron —continuó la mujer lanzándole insultos a Emily.
—Le has hecho un examen a mi hijo sin mi conocimiento —le rabió
Emily. Mark estaba impresionado de lo único que ella se molestó en
comentar fue por la violación en contra de su hijo.
—Por supuesto que lo hicimos. ¿No pensaste que íbamos a tomar la
palabra de alguna vagabunda que el niño era realmente nuestro nieto,
¿verdad? —escupió la mujer.
—Si no querían tener nada que ver con él, entonces ¿por qué
lucharán por su custodia? —le preguntó Emily a la mujer horrible.
—Tú nos arrebataste a nuestro hijo, ahora vamos a tomar el tuyo —
explicó la mujer.
Mark estaba aturdido por el odio que provenía de la mujer que solía
ser la suegra de Emily. No sabía que alguien podía ser tan cruel y
malvado. Nunca había tenido la tentación de golpear a una mujer en su
vida, pero tuvo que luchar como el infierno por no abofetearla.
—Usted no se acercará a mi hijo. Nunca lo quiso y no lo usará como
peón en un juego que no quiero jugar —dijo Emily, con toda la fuerza de
una madre protectora en su voz.
—Tú niñita estúpida, no nos puedes ganar —espetó la mujer.
—Trátalo y llévate a mi hijo y verás cómo te gano —dijo Emily,
malinterpretando deliberadamente su significado.
—Nos llevaremos esta noche a Trevor. ¿Dónde está? —dijo la mujer y
comenzó a moverse hacia la zona de recepción de la boda.
—Sobre mi cadáver —dijo Mark a la mujer, dando un paso delante
de ella.
Ella se burló de Mark y luego tropezó hacia atrás, ya que estaba
flanqueada a ambos lados por sus hermanos. Los tres de pie allí hicieron
un espectáculo intimidatorio.
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—Seguridad, escolten a esta pareja. Si ellos atacan de ninguna
manera llamen al sheriff. Es un amigo personal y estará aquí en unos
minutos —agregó Mark mientras miraba a la odiosa mujer.
—Bien, nos vamos a ir por ahora, pero disfrutar de tu familia
fingida, porque lunes por la mañana, el niño será nuestro —dijo, antes de
darse la vuelta y alejarse. Su marido le siguió detrás dócilmente y los
guardias de seguridad los siguieron, asegurándose de que realmente se
fueran.
—Emily, siento mucho lo que pasó —dijo Mark con ella, mientras
tiraba de su tembloroso cuerpo en sus brazos.
—No, Mark, soy yo la que lo siente. No deberían estar involucrados
en esto —dijo en un sollozo.
—No mereces ninguna de las cosas que te dijo. No dejes que tenga el
poder sobre ti al afectarte en algo —dijo mientras estrechaba su barbilla
gentilmente en sus manos.
Emily le miró a los ojos y se dio cuenta de que tenía razón. Si se
rompía entonces le estaba dando una pequeña victoria a la mujer. Se negó
a hacerlo.
—¿Quieres irte? —le preguntó a ella.
—No, tienes razón, no voy a dejar que arruine mi día de la boda. Si
me das unos minutos para refrescarme, me gustaría bailar un poco más —
le dijo ella con una sonrisa valiente.
—Todo lo que tú quieras —le respondió.
Emily entró en la casa y comenzó a atender su manchado
maquillaje. Mientras se miraba en el espejo, se quedó sorprendido por la
mirada de determinación en sus propios ojos. Eres más fuerte de lo que
piensas, murmuró para sus adentros. Puso una sonrisa en su cara y luego
se fue a disfrutar del resto de su noche de bodas con la nueva familia era
muy afortunada de haberla convertido parte de ella.
—Lo siento, tu luna de miel está siendo pospuesta —dijo Mark,
mientras ellos volaban a California en el lujoso jet.
—Oh, Mark, no hay manera de que pudiera disfrutar de una luna de
miel con estas cosas colgando sobre nuestras cabezas.
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—Bueno, aun así, no es correcto.
—No necesito una lujosa luna de miel, o este gran diamante en el
dedo. Solo necesito saber si Trevor está seguro y que estés en mi cama
cada noche —dijo con sinceridad.
—Mujer, eres un regalo de los cielos —susurró antes de besarla con
su pasión habitual.
Fueron interrumpidos por la alegre Lana mientras le llevaba su
almuerzo.
—Sé que esto es mezquino y cruel pero no me consuela el hecho de
que viajarás, a veces sin mí y estarás a solas con esa mujer. Ella es
demasiado linda y agradable —dijo Emily con una mueca leve.
Mark echó la cabeza hacia atrás y soltó una carcajada.
—Tengo que decir que me gusta este lado celoso de ti —bromeó.
Emily miró a su nuevo marido. No iba a disfrutar de ella cuando le
diera un pinchazo en el ojo con su tenedor, pensó.
—Lo siento por reírme pero Lana es inofensiva. Está felizmente
casada con el piloto por lo que no tienes absolutamente nada de qué
preocuparte. ¿Realmente crees que Amy y Jessica permitirían que sus
maridos viajaran por el mundo con una mujer soltera?
Emily no sabía por qué no había le había preguntado a las chicas si
Lana estaba soltera. El tema nunca salió en su viaje relámpago.
Llegaron a su destino mucho más rápido de lo que Emily esperaba y
fueron condujeron a la oficina de un abogado. Tuvieron una reunión
programada con los Jackson antes de la audiencia del día siguiente. Mark
dijo que pensó que podría hacer que abandonen el caso.
Ella estaba orando que Mark estuviera en lo correcto, y todo el lío
podía quedar detrás de ellos. No quería nada más que tener una vida sin
preocupaciones y normal. Tenía un poco de miedo, sin embargo, después
de que el peligro se fuera, Mark no sentiría que el matrimonio fuera
necesario.
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Solo habían estado casados unos días y la destruiría si él le pidiera
la anulación. Aunque era fuerte y podría hacerlo por cualquier cosa,
siempre y cuando tuviera a su hijo.
Entraron en la oficina del abogado, de la mano, mostrando un frente
unido. Estaba temblando en el interior, pero a cualquiera que los mirara,
se veía confiada y tranquila. Estaba agradecida de que nadie pudiera ver
los latidos de su corazón.
—Respira —susurró Mark cuando se acercaron a la sala de
conferencias.
—Estoy tratando.
Los llevaron a una habitación enorme con una mesa cuadrada
rodeada de sillas. Había dos hombres bien vestidos sentados en un
extremo, de lo contrario la habitación estaba vacía.
Mark la llevó hasta las sillas al lado de los hombres y se sentó. Una
mujer se acercó para llevar el café y el té. También había varios productos
horneados, pero no había manera de Emily sería capaz de que algo bajara
de su garganta. Apenas era capaz de probar el café y lo hizo más para
ocupar sus manos que por cualquier otra razón.
—Gracias por llegar temprano señor y señora Anderson. Tenemos los
papeles todos preparados y los reportes de los investigadores. Creo que
esta reunión está a su favor, y ustedes pueden dejar todo esto atrás y
seguir adelante con sus vidas —dijo el señor mayor.
Emily estaba un poco confusa, ya que no había habido mucho
tiempo para Mark le informará sobre todas las cosas. Le había dicho que
un investigador privado había sido contratado para investigar las vidas
pasadas y actuales de los Jackson, pero no sabía mucho más que eso.
Mark miró a través de los papeles y luego se echó hacia atrás con una gran
sonrisa en su rostro.
—Ha hecho su increíble trabajo habitual, Dillon, gracias —dijo Mark.
Emily lo miró inquisitivamente, pero en ese momento su ex familia
política entró por la puerta con su abogado. La señora Jackson miró a
Emily y Mark, pero no dijo nada mientras se movían alrededor de la mesa
para sentarse frente a ellos.
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—Hola, soy el señor Abrams y estoy en representación del señor y la
señora Jackson. Me alegro de que quisiera reunirse antes de la audiencia,
ya que esto podría acelerar las cosas. Mis clientes pasaron por el sistema
legal para asegurar la custodia de su pobre y abandonado nieto. La señora
Jackson, um mis disculpas, la ahora señora Anderson, pensaba que
estaba por encima de la ley y huyó. Ella no está en condiciones de criar al
niño. Hemos acordado un horario de visitas supervisadas, que creo que es
más que generoso, teniendo en cuenta las circunstancias —dijo el hombre
tan pronto como se sentaron.
Mark sonrió al abogado y a los Jackson. Así que ellos pensaban en
llegar al grano e ir por intimidación era su mejor táctica, así que nunca
había tratado con un hombre tan poderoso como él. Él descubrió que en
realidad lo estaba disfrutando.
Miró a Emily y vio el miedo en sus ojos y su disfrute se evaporó.
Puede que esté acostumbrado a tratar con personas deshonestas, pero ella
no lo estaba, y que tenía que recordar eso. Puso su mano en su pierna y le
dio un apretón tranquilizador, para hacerle saber que todo iba a estar
bien.
—Señor Abrams, no quiero que esto se convierta en un partido de
poder, así que vamos a ir directo al punto. Nosotros tenemos
documentación que muestra el acoso que sus clientes han hecho a la
señora Anderson. También tenemos las declaraciones de los amigos
personales de los Jackson, mostrando que nunca han mostrado interés en
el niño. Aquí está el vídeo de la boda que muestra las verdaderas
intenciones de la señora Jackson para tomar la custodia del niño —su
abogado comenzó.
—Todo esto es de oídas y lo sabes… —dijo Abrams, aparentemente
despreocupado.
—También contratamos a un investigador privado, que ha sabido
encontrar alguna información interesante sobre cómo el señor Jackson
dirige su negocio —dijo el abogado y pasó copias de todas las pruebas.
Emily miró como tanto el señor y la señora Jackson se ponían
pálidos al mirar hacia los papeles antes de ellos.
Su abogado, que le había parecido solo unos momentos tan seguro y
petulante antes, ahora parecía confundido cuando él inclinó la cabeza
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para hablar en privado con sus clientes. Mark se sentó y los observó
tratando de reagruparse. Su propio abogado no dijo nada más mientras
esperaban la realización completa de la situación para hacerlo.
—Esto no tiene nada que ver con el caso de custodia —farfulló el
señor Abrams, tratando de recuperarse de la conmoción.
—Es muy cierto que no tiene nada que ver con el caso de la custodia
pero Trevor no tiene nada que ver con el caso tampoco. Los Jackson están
tratando de tomar la custodia por algún tipo de posición dentro de su
comunidad, o por venganza, pero no por la preocupación por el niño. Mi
cliente es una madre amorosa y no va a renunciar a la custodia. Si sus
clientes quieren insistir en este asunto, entonces vamos a llevar todo esta
evidencia a la corte. Si quieren seguir adelante y firmar estos papeles aquí,
rindiéndose a esta batalla, vamos a dejarlos en paz —dijo su abogado, con
una calma mortal.
Emily se dio cuenta de por qué Mark había elegido esta firma de
abogados en particular. Los hombres eran realmente buenos en su
trabajo. Ella en realidad estaba empezando a tener alguna esperanza real.
—Vamos a volver en un momento. Necesito un poco de tiempo para
hablar en privado con mis clientes —dijo Abrams, mientras salía de la
habitación con su ex familia política.
Mark se volvió a sonreírle.
—Los tenemos. Todo esto se acabará en cuestión de minutos —le
aseguró a ella.
—¿Estás seguro?
—Nunca han querido a Trevor. Solo querían jugar un juego de poder
contigo y perdieron. Ellos van a tener más remedio que admitir la derrota
—le tranquilizó.
Emily no celebraría hasta que el papel fuera firmado. Sí, y cuando lo
hicieran, entonces ella saltaría de arriba y debajo de alegría. Miró con
recelo los Jackson y a su abogado mientras caminaban de vuelta a la
habitación. Parecían mayor para ella de alguna manera, cuando entraron
por las puertas.
Esta vez no miraron a su alrededor. Ni siquiera hicieron contacto
visual mientras se abrían camino de regreso a la mesa y se sentaron.
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—Mis clientes se han puesto de acuerdo para firmar los documentos,
siempre y cuando ustedes firmen un documento que diga que nunca
proseguirán con este asunto —dijo en voz baja el señor Abrams.
Sus abogados se volvió hacia ellos y Mark sacudió la cabeza
afirmativamente.
—Hecho —dijeron los abogados. Todo fue más de unos pocos
minutos y Emily se encontró sentada a solas con Mark.
—¿Realmente lo hicieron? —preguntó ella.
—Sí, ellos no pueden venir a ti otra vez. Han renunciado a todos los
derechos sobre Trevor —le tranquilizó.
—Muchas gracias Mark. No sé cómo puedo pagártelo —jadeó. Le
echó los brazos alrededor de él y lo agarró con fuerza, mientras las
lágrimas de alivio bajaban por su rostro. Él le frotó la espalda, mientras
ella dejaba que la alegría y la tristeza viajaran a través de ella.
—Ahora que todo este lío ha terminado, ¿qué tal si empezamos
nuestra luna de miel? —le preguntó a ella.
Emily miró a los ojos de su marido y estaba en conflicto total. Quería
ir a un lugar romántico, donde podrían sentar en la playa durante horas,
hacer el amor toda la noche, pero la madre en ella necesitaba sostener a
su hijo y estar seguros de que realmente iban a estar juntos, sin
posibilidades de que se lo lleven.
Mark vio la confusión en su rostro y fue a un paso por delante de
ella. Él sabía que ella querría estar con su hijo. Él sabía más de lo que
Emily se daba cuenta.
—¿Por qué no empezar con un buen almuerzo? Apenas has comido
el último par de días —dijo.
Emily se dio cuenta de que estaba muerta de hambre. El estrés de la
batalla judicial había tomado todo apetito y ahora, con eso terminado la
vuelta ella podía limpiar por completo mesa de buffet.
—Eso suena muy bien. Me vendría bien un poco de comida
mexicana —dijo esperanzada.
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—Muy bien, entonces sé el lugar perfecto para ir —le dijo y pararon
un taxi una vez que salieron.
La llevó a un pequeño comedor mexicano y Emily engulló casi la taza
entera de papas fritas y la salsa. Ella se rió un poco tímidamente y se
encogió de hombros.
Se sentaron allí, justo en la playa con el viento soplando sobre el
patio y tenía unas cuantas margaritas, comió muchos alimentos y Emily se
sintió bastante bien. Estaba ansiosa por llegar a su hijo, sin embargo.
—¿Podemos regresar esta noche? —le preguntó a Mark.
—Quiero mostrarte algo primero —le dijo.
—Está bien —admitió ella a regañadientes.
Mark pagó la cuenta y luego se dirigieron a la calle para llamar a
otro taxi. Se detuvieron delante de un hotel de lujo y Emily tuvo que
luchar contra su decepción. Ella amaba a Marck y pasar tiempo con él era
siempre increíble, pero quería tranquilizarse que su hijo estaba a salvo.
Tenía que tenerlo en sus brazos.
Siguió a Mark en el interior y se resignó a ver a su hijo al día
siguiente. Mark estaba cansado y no quería hacer el vuelo de regreso. Ella
podía entender eso.
Mark cruzó el vestíbulo y llegaron a la parte trasera del hotel, a
través de un doble juego de puertas. Estaban de pie en una enorme
piscina con toboganes, trampolines y fuentes. Incluso había un pequeño
bar flotante en medio de todo.
—Guau, Mark, es la mejor piscina que he visto —dijo.
—Pensé que te gustaría eso —dijo con un guiño.
—Mamá, Mark, finalmente llegaron aquí. —Emily escuchó que su
hijo los llamaba.
Ella giró la cabeza y corrió por el lado de la piscina donde estaba
Trevor, seguida de Jasmine.
Vio a Lucas y Amy, Alex y Jessica y todos los otros niños pululando
alrededor también. Sus ojos se llenaron de lágrimas una vez más, mientras
pensaba en cómo Mark era de increíble. Él sabía que necesitaría estar con
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su hijo, por lo que le estaba dando una luna de miel y a su hijo. Ella lo
besó suavemente en los labios, antes de inclinarse para tomar a su hijo en
sus brazos.
—Mamá, volé en un avión real con Jasmine y con todos. Nos dieron
bebidas con sombrillas pequeñas en ellas e incluso fuimos a ver una
película. Fue genial, mamá. —Estaba hablando con ella a ciento cincuenta
kilómetros por horas.
—Guau, Trevor. Eso suena muy bien.
—Voy a nadar un poco más con Jasmine. Nadamos hasta allá y
entonces el chico nos da refresco en un coco —dijo Trevor, temblando de la
emoción.
Emily se echó a reír ante el entusiasmo de su hijo. Le encantaba que
estaba teniendo un gran momento. Le encantaba lo feliz que estaba y le
encantaba que Mark fue el responsable de todo.
—Diviértete entonces, bebé, voy a mantener un ojo en ti desde aquí.
—Ah mamá, yo no soy un bebé —murmuró y miró a su alrededor
para ver si alguien más había escuchado.
—Lo siento, cariño, por supuesto que no lo eres —se disculpó y
luego le revolvió el pelo.
Trevor se apaciguó y saltó de nuevo a la piscina con Jasmine, donde
se dirigió derecho al bar flotante.
—¿Te he dicho lo completamente increíble que eres? —le preguntó a
Mark, mientras una vez más le envolvía con los brazos.
—No creo que jamás haya oído decir eso —bromeó con ella.
—Bueno, tú eres el hombre más maravilloso del mundo. Piensas en
todo, ¿no?
—Estoy pensando que debería llevarte a nuestra habitación para
cambiarte en este momento —dijo seductoramente, mientras empujaba su
espalda baja, atrayéndola en contacto a su cuerpo duro.
—Mmm, a ver, siempre estás pensando —dijo ella, y se frotó la
lengua por el labio inferior. Mark gimió, antes de cerrar los labios sobre
ella y agarrar su trasero, así que ella podía sentir su deseo.
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—No me gusta irrumpir esto chicos, pero hay niños por todas partes
y tú estás poniéndote un poco cariñoso —les habló Lucas, mientras que,
sin éxito, trataba de ocultar su risa.
Mark finalmente rompió el beso, pero solo para mirar a su hermano.
—Vamos a estar de vuelta —gruñó Mark y tomó la mano de Emily,
mientras la conducía hacia los ascensores.
—Pobre Lucas, fuiste un poco grosero con él —bromeó Emily con
Mark.
—Tiene suerte de que no le diera un puñetazo en la cara —gruñó
Mark.
Mark la atrajo hacia el ascensor, donde afortunadamente estaban
solos. Metió la mano bajo su camisa y masajeó sus adoloridos pechos,
mientras sus labios devoraban los suyos. Cuando la campana sonó
anunciando su piso, la arrastró por el pasillo y la tenía en la habitación en
cuestión de segundos.
No regresaron de nuevo a la piscina durante varias horas. Cuando lo
hicieron, Lucas y Alex miraron a sabiendas a la pareja de recién casados y
Jessica y Amy hacían sus propios planes para tener a sus maridos solos
un poco más tarde.
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4
Capítulo 9
Traducido por Auroo_J
Corregido por Xhessii
—Vamos, mamá —dijo Trevor, mientras saltaba sobre la cama entre
Mark y Emily.
—¿Qué hora es? —preguntó atontada a su hijo.
—Ya son las ocho. Tenemos que darnos prisa para que pueda
desayunar con Mickey Mouse —dijo mientras rebota en la cama.
—Bien, bien —murmuró—. Vuelve de nuevo con los otros niños para
que mamá pueda conseguir una ducha y vestirse —declaró ella a su hijo.
Él suspiró ante ella como si lo estuviese matando, pero obedeció.
—¿Qué tal si me uno a ti en la ducha y lavo tu espalda? —ofreció
Mark con una sonrisa malvada.
—Si lo haces, nunca vamos a llegar a abajo y Trevor nos repudiará a
ambos —dijo Emily con tristeza. Ella estaba reconsiderando llevar a su
hijo en su luna de miel.
Habían cambiado hoteles ayer y se encontraban actualmente en el
Parque Disneyland. Los niños estaban muy emocionados y ella tuvo que
admitir que estaba disfrutándolo demasiado. Ella estaba disfrutando de
todo, excepto de levantarse demasiado pronto, cuando había hecho el
amor con su nuevo marido la mitad de la noche.
Ella y Mark se dirigieron a la planta baja al vestíbulo, donde el resto
de su familia ya estaba sentada. Trevor estaba chillando de alegría
mientras Mickey Mouse estaba hablando con él. Jasmine estaba sonriendo
a una de las princesas de Disney y los adultos estaban todos tragando café
como si fuera un salvavidas.
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5
—Te ves cansado, hermano —dijo Alex con una sonrisa, mientras se
acercaban—. ¿Algo te mantuvo despierto toda la noche? —preguntó y
luego guiñó hacia Emily. Su rostro se volvió al instante un tono oscuro de
rojo.
—Mira quién lo dice, ya que veo algunos círculos bastante oscuros
bajo tus ojos —dijo Mark.
—Oigan, algunos de nosotros no tuvimos tanta suerte, debido a
todos los niños en nuestra habitación —se quejó Lucas buen humor.
—Gracias por cuidar a Trevor —dijo Emily con timidez. Ella estaba
avergonzada al pensar en los adultos en la mesa entendían lo que ella y
Mark habían estado haciendo la noche anterior.
—No te preocupes mi nueva hermana, me devolverás el favor esta
noche —dijo Amy con un guiño.
—Oigan esta es nuestra luna de miel, debemos estar libres de niños
—dijo Mark.
—No hay manera de que no esté tomando ventaja de una noche libre
de niños, mientras este aquí —dijo Lucas antes de golpear marca en el
brazo. Mark reconoció su derrota.
Las tres parejas llevaban a los niños por todo Disneyland. Ellos
estaban emocionados por los paseos y Trevor insistió en ir en el viaje de
Indiana Jones en tres ocasiones. Jasmine quería ir a la casa embrujada y
luego hundió la cabeza en el cuello de su papá todo el tiempo. Fue un día
lleno de diversión. Cuando regresaron a sus habitaciones, nadie tenía
energía para nada más que dormir.
Al día siguiente, la familia se dirigía a casa con Trevor. Mark
necesitaba obtener por lo menos un par de noches a solas con su nueva
esposa y la estaba sorprendiendo con un lugar desconocido. Ella no podía
esperar.
Emily se despidió mientras la familia se subió a una limusina
esperando y se dirigió al aeropuerto. Ella y Mark iban a tomar un vuelo
comercial ya que estaban utilizando el avión. Él la llevó a través de la
terminal y se sorprendió al encontrar que se dirigían a Mazatlán. Nunca
había estado en México y que se dirigieran a un complejo era muy
emocionante.
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6
Ellos llegaron en el resort de lujo y Mark la llevó a su habitación. Era
impresionante. Había un balcón con vistas al hermoso Océano Pacífico y
podía ver la piscina privada con una vista panorámica. Una bañera de
hidromasaje privada se encontraba en la esquina con más espacio que
cualquier par de personas que necesitan.
Ella pasó la mano por la ropa de cama lujosamente sedosa y no
podía esperar a meterse en ella con Mark. Él se acercó a ella por detrás,
poniendo sus brazos alrededor de su cintura. Comenzó a frotar su vientre
plano y poco a poco avanzó su camino hasta sus pechos ya doloridos.
Su boca estaba mordiendo y lamiendo su cuello y ella se recostó en
él para que pudiese tener un acceso más fácil. Su mano se abrió paso de
nuevo por su cuerpo y comenzó a frotarla desde el exterior de sus
pantalones cortos ligeros. Podía sentir el calor tibio estancándose en su
centro.
Trató de dar la vuelta en sus brazos, pero él la atrapó dónde estaba.
Su mano se deslizó en el interior de la cinturilla de sus pantalones cortos y
de repente estaba frotando la protuberancia inflamada, mientras seguía
jugando con su pezón endurecido desde fuera de su camisa. Su boca lamió
y acarició el cuello y la oreja.
—Por favor, Mark —le suplicó. Él gimió, pero aún no la dejaba
volverse. Él le acarició una y otra vez hasta que se caía a pedazos en sus
brazos. Movió su dedo por última vez, enviando un escalofrío a lo largo de
todo su cuerpo y luego suavemente se sentó en la cama, ya que ella ya no
podía soportarlo.
Emily suspiró de placer mientras su cuerpo estaba tan relajado. El
hombre sabía cómo dar vuelta a su mundo patas arriba en cuestión de
minutos. Ella estaba al nivel del rostro con la erección evidente. Él no
decía nada, pero ella pudo ver el efecto que su juego tenía sobre él.
Ella comenzó a desabrocharle los pantalones, cuando él puso su
mano sobre la de ella.
—Eso fue solo para ti —dijo con los dientes apretados.
Emily le sonrió, mientras ella le apartó la mano y continuó aflojando
su pantalón.
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—Y esto será solo para ti —dijo ella, antes de que tomara su dureza
palpitante profundamente en su boca. Él lanzó un grito de placer,
mientras sus manos se apoderaron de la parte posterior de la cabeza.
Lo llevó más adentro, amando la sensación de su carne caliente y
palpitante llenando su boca.
—Emily no puedo… —comenzó a gritar, cuando lo sintió temblar
duro y sintió su liberación lavar su garganta. Ella lamió a lo largo de él y
suavemente pellizcó la cabeza antes de que él finalmente la liberara.
Cayó sobre la cama tirando de ella con él—. Te amo —dijo en voz baja,
mientras acariciaba su cabello. Ella se calmó cuando su mundo parecía
ser completado. Ella me miró a los ojos para ver si iba a empezar a entrar
en pánico. Él solo sonrió y acercó sus labios a los de ella suavemente besa.
—Oh, Mark, te amo más de lo que puedas imaginar —dijo. Ambos se
quedaron allí un rato, disfrutando de la sensación de estar en los brazos
del otro.
—Me muero de hambre —dijo finalmente, mientras su estómago
protestó porque alimentados. Se echó a reír y tiró de ella fuera de la cama.
—Vamos a tomar una ducha rápida, comemos y luego vamos a
explorar —dijo sintiéndose energizado.
—Suena muy bien. —Su ducha al final no fue tan rápida, pero no le
importaba. Cuando estaba en sus brazos, toda su hambre estaba centrada
en él y no en alimento.
Ellos hicieron su camino por la ciudad y Emily estaba encantada con
todas las tiendas y termino cargando los brazos de Mark con suvenires.
Tenía que conseguir algo para todos. Él fue muy paciente con ella e incluso
accedió al gran sombrero de paja ella insistió en que llevara. Él se quejó de
preferir su Stetson pero lo tomó todo con calma buena.
A medida que el aire de la tarde les refrescaba, caminaron descalzos
por la playa, dejando que sus pies se remojaran en el agua caliente del
océano. Disfrutaron de la luz de la luna y escuchar los sonidos de la risa
que les rodeaba.
Sus manos nunca se separaron, creando una sensación dentro de
ella que atesoraba y quería. Sería triste dejar su pequeño pedazo de
paraíso.
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Comieron una cena romántica, en un restaurante pequeño, justo en
la playa. Escuchando los sonidos de las olas rompiendo contra la orilla, se
deleitaba con su felicidad recién descubierta.
Miró a su alrededor a las otras parejas, con sus cabezas inclinadas
muy juntos. Algunos estaban susurrando entre sí, mientras que otros
estaban encerrados en abrazos apasionados. La ubicación era un
afrodisíaco para el amor y ella se retiró completamente dentro.
Mientras hacían su camino de regreso a su habitación, sentía
anticipación ardiente en el estómago. No podía creer lo mucho que ella
siempre deseaba su nuevo marido. Cuando no estaban haciendo el amor,
ella estaba pensando en eso. Estaba a punto de caer en sus brazos, en
cualquier momento y sabía que lo que tenían era especial.
Ordenó champán y fresas y las pusieron en la cama, bebiendo y
comiendo las bayas, con los jugos corriendo por su cuerpo. Poco a poco
comenzó a lamer el desastre que estaba causando.
Su respiración se profundizó, ya que se sumergía en el escote de su
camisa y tomó un sorbo del jugo dulce. Poco a poco comenzó a desvestirla,
besando cada centímetro de piel nueva expuesta. Estaba lista para llevarlo
dentro de ella en cuestión de segundos.
Sus labios comenzaron arrastrándose hacia abajo por la piel
expuesta y se le puso la piel de gallina por el exquisito placer, cuando él
los lamió.
—Mark —suspiró su nombre.
Él hizo su camino de regreso a su cuerpo, hasta que sus labios
volvieron a bailar juntos. Ella deslizó su lengua dentro de las cavidades
húmedas de su boca y le encantó el estremecimiento que lo recorrió. Su
mano se desvió hacia su erección cubierta y frotó la longitud de la misma.
Él tiró el resto de sus ropas lejos en cuestión de segundos y luego
cubrió su cuerpo con el suyo. Se deslizó dentro de sus pliegues húmedos y
suspiró mientras se enterró hasta donde podía llegar. Emily envolvió sus
piernas alrededor de él, mientras él comenzaba con empujones suaves,
llevándola a punto de finalizar y luego parando, alargando la tortura para
ambos.
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Ella pasó sus uñas por su espalda y le rogó que fuera más rápido. Él
le mordisqueó el cuello y le dijo que tuviera paciencia. Cuando él se inclinó
para arriba en sus brazos, por lo que podría empujar más profundo, le
pasó la lengua por sus pectorales duros, haciéndole jadear. Finalmente les
dio lo que tanto querían y aplastó sus labios a los de ella, acelerando su
ritmo.
Estaba convulsionando alrededor de él en cuestión de segundos,
gritando su nombre, cuando las olas de placer la invadieron.
—Mark —gritó ella de nuevo las sensaciones iban a llevarla al límite.
Él estalló dentro de ella, pulsando una y otra vez. Se quedó allí, su
peso casi la aplastaba, pero no le importaba. Ella podría estar así para
siempre. Una vez más, se quedó dormida en los brazos de su marido,
sintiéndose en paz con el mundo.
* * *
—No tengas miedo —dijo Mark convenció a Emily. Estaba
aterrorizada y pensó que su marido había perdido el juicio.
No había manera de que pudiera ser atada a la lona vuelo, como se
refirió a ella. Estaban en un barco en el océano hermoso y él tenía la idea
brillante para que hicieran paravelismo5.
—Confía en mí te va a encantar. No hay otra experiencia que se le
parezca —continuó con tratando de convencerla. Sin Emily realmente
consciente de lo que ocurría, se encontró estando amarrada en el artefacto
que había tratado desesperadamente de evitar.
—No puedo hacer esto Mark —dijo ella con pánico.
—Si no lo haces, tendrás remordimientos. Cierra los ojos y la parte
que da miedo habrá terminado antes de que te des cuenta —le dijo y luego
agregó insulto a la energía, golpeándola en el culo.
5 El Paravelismo (del Inglés: Parasailing) o paranavegación es una actividad recreacional
donde una persona es sujetada a la parte trasera de un vehículo (usualmente un bote)
mientras se es atado a un paracaídas especialmente diseñado para este deporte.
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0
Emily miró a Mark y luego con una mirada determinada le dio el
visto bueno al capitán del barco. Parecía saber que no podía darse su
tiempo a cambiar de opinión, porque el segundo siguiente estaba
acelerando y ella comenzó a levantarse en el aire.
Su respiración salió de ella con la sensación de volar. Estaba
aterrorizada al principio, pero cuando llegó a su altura y se dio cuenta que
no era tan lejos, sus miedos comenzaron a desvanecerse y se encontró con
que estaba disfrutando de la brisa del océano que atravesaba su pelo.
No se parecía a nada de lo que jamás había experimentado. Ella se
echó a reír en la pura alegría de volar por el aire sobre el hermoso Océano
Pacífico. Sin embargo, no iba a admitir nada de eso a Mark. Era demasiado
engreído como estaba.
Mark podía ver la risa en la cara de Emily. Le pidió al capitán
mantenerla ahí un rato más.
Sabía que una vez que lo intentara pensaría que era genial. El
primer paso en cualquier nueva aventura era siempre el más difícil.
Cuando el capitán comenzó a retroceder a Emily, Mark vio la
decepción cruzar sus facciones. Ella llego con seguridad al barco y Mark le
preguntó si lo disfrutaba. Trató de jugar fría y luego se rindió y le echó los
brazos al cuello, dándole las gracias por convencerla.
—Puedes limpiar esa mirada de suficiencia de tu cara —dijo
mientras juguetonamente le dio una palmada en el brazo.
—Yo no dije nada —se defendió Mark.
—No es necesario, tu cara lo dice todo.
—Lo siento —dijo él, pero todavía no podía borrar la sonrisa. Emily
renunció a su enfado fingido porque estaba teniendo demasiada diversión
para fingir incluso estar molesta.
—¿Quieres hacerlo de nuevo?
—¿Puedo? —preguntó ella con entusiasmo.
—¿Qué tal si vamos juntos?
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—Eso suena muy bien —respondió ella. El equipo fue conectado a
los dos y pronto estaban en el aire. Mark se aferraba a su mano y la
experiencia fue aún mayor estando alto en el cielo con él.
—Mira hacia allá —dijo Mark con ella. Emily volvió la cabeza y luego
se quedó sin aliento al ver un grupo de delfines saltando en el agua. Eran
hermosos, se elevaban en el aire y parecían esperar por el agua. Hablaban
entre sí y parecía un grupo de niños jugando.
Cuando la tripulación les trajo de vuelta, Emily estaba una vez más
decepcionada. Descubrió que tenía una actividad favorita de nueva y no
quería que terminara.
—¿Podemos hacerlo de nuevo mañana? —le preguntó.
—La próxima vez que no quieras hacer una actividad, quiero que
recuerdes este momento y tal vez no vas a oponerte tanto —dijo a
carcajadas.
—Está bien, voy a recordarlo y no ser una molestia.
La próxima aventura a la que le llevó fue el esnórquel. Estaba
teniendo tantas experiencias nuevas y quería hacer cada una de ellas para
siempre. Emily agarró el brazo de Mark mientras miraba hacia abajo en el
agua. Señaló debajo de ella y Mark vio como una tortuga se deslizaba. Él la
atrajo hacia otro lugar y señaló las escuelas de pescados coloridos
nadando. Fue una experiencia emocionante y el momento en que salió del
agua, los dos estaban empapados y arrugados. Comieron bajo un
paraguas y se rehidrataron.
Mientras estaban sentados a la mesa, algunos músicos se acercaron,
tocando música y serenata a ellos. Emily pensó que era una maravilla y
buscó en su bolso para darles una propina.
—Gracias —les dijo.
—No, gracias a usted linda señorita.
Otro vendedor se detuvo con una cesta de rosas y Mark compró
hasta la última para ella. Ella se sonrojó cuando todos los otros clientes
aplaudieron el gesto romántico.
—Eres demasiado hermosa como para tener una rosa de un solo
color.
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2
—Eres demasiado romántico para ser verdad —respondió ella. Ella
se inclinó sobre la mesita y lo besó suavemente—. Gracias, Mark.
—¿Lista para dirigirte a la habitación? —preguntó esperanzado.
—Estoy muy lista, pero me has prometido romance y quiero ir a
bailar.
—Estas en lo correcto. Vamos a disfrutar de la piscina por un tiempo
y luego te llevaré a un club de salsa —dijo, con un meneo de cejas.
Estuvieron en la piscina, disfrutando de los últimos rayos de sol,
antes de que los colores brillantes subieran a los cielos con la puesta de
sol.
Fueron a la habitación, donde una vez más trató de convencerla de
quedarse en ella, pero estaba decidida a ir a bailar en la romántica ciudad.
Él la llevó a un club lleno de humo y cuando ella miró a su alrededor,
estaba agradecida que estaba oscuro, porque la manera como la gente
bailaba la hizo ruborizarse otra vez.
—Vamos a bailar —susurró con voz ronca en su oído. Emily lo siguió
a la pista y cayó en sus brazos. Comenzó un juego de seducción y era una
participante dispuesta. Sus manos se frotaban a lo largo de la espalda y
por los costados, rozando sus pechos. Su boca bajó por su garganta y
luego de vuelta a los labios, por lo que pudo enredar sus lenguas juntas.
—Mark, me haces sentir tan... —jadeó, mientras apretaba sus
caderas contra las suyas. Movió las manos de su cuello, apretando sus
caderas, para tirar de él aún más. Él gimió cuando él imitaba hacer el
amor con ella en la pista de baile. Jugaron con los demás, anticipando la
noche que se avecinaba, la construcción de los deseos, así que cuando
estuvieran por fin juntos sería con una explosión.
—Tenemos que irnos ahora, antes de que me olvide que estamos en
un lugar público —gruñó Mark en su oreja y luego lamió a lo largo del
lóbulo.
—Estoy lista cuando lo estés — ronroneó ella y movió sus caderas
contra él un poco más, solo para poner a prueba su poder sobre él. Por su
reacción tenía bastante control.
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3
Mark la llevó fuera del club y elogió al transporte. No había manera
de que él tuviera la paciencia de tomar la larga caminata de vuelta a la
comodidad de su habitación.
Emily se despertó con el olor del café recién hecho y comida caliente.
Ella se estaba muriendo de hambre después de su día de aventura y de su
noche. Ella salió de la cama y se puso la bata de seda, sintiéndose
extremadamente femenina.
—¿Cómo has dormido, hermosa? —preguntó Mark, cuando llegó
desde la otra habitación a unirse a ella en la mesa. Ella ya tenía la boca
llena de comida y tuvo que tragar antes de que pudiera responderle.
—Me seguí despertando por alguna razón —bromeó.
—No puedo imaginar que causaría eso.
—Sin embargo, yo tendría que decir que, si me siguen dando placer
de la manera que ha sido, sin duda vale la pena perder el sueño —dijo, y le
dedicó una sonrisa seductora.
—¿Quieres que te muestre un poco más de placer?
—Necesito alimento —le rogó, mientras mordía en un jugoso melón.
Parte del jugo goteaba por su barbilla y Mark fue rápidamente a limpiarlo.
—Me parece que no puedo tener suficiente de ti —gruñó, antes de
llevársela a la cama. Se quedaron allí por un tiempo muy largo, antes de
decidirse a disfrutar de su último día en la playa.
Mark le mostró algunos nuevos sitios, la llevó para un almuerzo
romántico y, por supuesto, la llevó de nuevo a hacer paravelismo.
Para cuando regresaron al hotel, Emily estaba una vez más a punto
de desmayarse. No podía imaginar una luna de miel más perfecta que la
que Mark le estaba dando.
Emily estaba triste cuando hicieron sus maletas, que serían llevadas
a la planta baja. No estaba preparada para volver al mundo real. Ella
había amado su tiempo a solas con Mark y tenía miedo de que dando un
paso atrás en su vida normal se perdería una parte de la magia que habían
creado.
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4
El trayecto hasta el aeropuerto fue en silencio mientras Emily tomó
todo lo que pudo antes del inevitable viaje en avión. Mark podía ver su
tristeza y frotaba suavemente su espalda mientras pasaban por las calles
de Mazatlán. Miró por la ventana y vi a una pareja volando por el aire en
una paravela y suspiró. Ella podría estar allí en la ciudad por una semana
o incluso un mes. Bueno, ella podría si su hijo estuviera allí con ellos. Lo
extrañaba y eso hizo volver a casa más soportable.
Caminaron por el aeropuerto y se acomodaron en sus asientos de
primera clase antes de que ella lo supiera. La azafata les ofreció una
bebida y pronto estuvieron en el aire. Una lágrima resbaló por su mejilla
mientras observaba el hermoso Océano Pacífico lentamente desaparecer
bajo las nubes se cernían bajas.
—Voy a traerte de vuelta en cualquier momento que quieras —la
consoló Mark.
—No es eso Mark, es solo que ha sido tan maravilloso estar aquí sola
contigo.
—Vamos a tener mucho tiempo para estar solos juntos —la
tranquilizó.
—¿Me lo prometes?
—Nena, voy a estar rogando que huyas conmigo —dijo con una
sonrisa maliciosa. Parte de la tensión y la tristeza desapareció cuando
miró a los ojos de Mark. Tal vez las cosas permanecerían igual, incluso con
el mundo real inmiscuyéndose con ellos una vez más.
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Capítulo 10 Traducido por Alyshia Cheryl
Corregido por sttefanye
Emily sonrió mientras miraba hacia el patio a su hijo jugando con
los cachorros. Mark los perseguía con la manguera y Trevor se reía
mientras corría con dos cachorros enormes sobre sus talones.
Mientras Mark les rociaba con agua, los cachorros comenzaron a
ladrar y Trevor cayó al suelo riendo nerviosamente. Emily no podía dejar
de reír con ellos.
Había estado tan renuente a renunciar a su mundo de fantasía en
México, pero habían vuelto desde hace casi un mes y ahora las cosas eran
solo mejor cada día. Mark no se había alejado de ella como temió que
podría.
Encontraba excusas durante todo el día para venir a la casa y
robarle besos y charlar mientras ella trabajaba en la cocina.
Ella tenía un secreto que compartir con Mark, pero quería esperar
hasta que lo supiera a ciencia cierta. Pensó que él estaría muy feliz por
eso, pero había una pequeña parte de su mente que estaba nerviosa. Se
frotó el estómago todavía plano, ya de forma protectora hacia el niño que
estaba creciendo allí.
Amaba a su hijo mucho y sabía que amaría a su nuevo hijo con la
misma pasión. Sus dos hombres favoritos irrumpieron por la puerta de la
cocina, empapados y riendo tan fuerte que había lágrimas rodando por sus
mejillas.
—Están ensuciando todo mi piso —les regañó. Trató de mantener la
expresión severa en su rostro, pero sus miradas lastimosas hicieron su
magia en ella—. Vayan a limpiarse y vuelvan con la fregona —dijo con una
sonrisa. Ellos corrieron hacia fuera antes de que pudieran meterse en más
problemas.
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6
Emily se rió, mientras continuaba trabajando en su cena. Había
estado teniendo un poco de náuseas matutinas horribles y no había
podido hacer el desayuno para los trabajadores un par de días esa
semana. Se sentía muy culpable por ello, pero nadie se quejaba.
Estaba compensando a los chicos haciendo adicionales cenas
especiales y enviándoles sobras para picar más tarde. Le dijeron que si
seguía cocinando tan buenas cenas, podrían perderse el desayuno todos
los días.
Mark detuvo sus cheques de pago y la puso en todas sus cuentas.
Ella había insistido en mantener las cosas separadas, pero no quería nada
de eso. Le dijo que todo lo que había era ahora suyo, también. Ella no se
sentía bien por eso.
Le dijo que estaba buscando otra cocinera porque quería más tiempo
con su esposa. Se había negado obstinadamente a aceptar a alguien más.
Varias personas habían llegado por las entrevistas y se las había arreglado
para encontrar algo malo en cada una de ellas. No ayudaba que todas
habían sido mujeres y algunos de ellas demasiado sexys para estar con su
marido todos los días.
Sabía que sería bueno tener alguien para compartir la cocina, sobre
todo porque no se sentía bien, pero le encantaba hacerlo y temía que si
permitía que alguien más entrara, sería completamente sacada del lugar.
Decidió que si la persona perfecta venía era porque estaba destinado
a ser, si no, su marido tendría que lidiar con extrañarla.
Todos los trabajadores decidieron hacer una parrillada en el
barracón esa noche, por lo que terminó haciendo las ensaladas y las envió
allá con Trevor y Mark. Le habían dicho que no era necesario que les
hiciera algo, pero se había sentido muy culpable por ello.
Mientras Mark, Trevor y ella compartían una cena íntima a solas,
que era algo rara, Emily se relajó y comió con apetito verdadero por
primera vez en varias semanas.
—Mamá, tú y Mark están casados, ¿verdad? —le preguntó Trevor.
—Sí bebé, los estamos —dijo. Él debió haber estado muy distraído,
porque la dejó llamarlo cariñosamente.
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7
—¿Eso significa que vamos a quedarnos aquí para siempre? —
preguntó otra vez, mientras miraba su plato. No estaba segura de a dónde
iba la conversación.
—Sí, Trevor, así es —respondió Mark a la pregunta por ella. Trevor
sonrió a Mark con la expresión más feliz que jamás había visto pasar por
su carita.
—¿Eso quiere decir que eres mi papá ahora? —preguntó
tímidamente Trevor.
—Soy tu papá si quieres que lo sea —dijo Mark, con una pequeña
grieta en su voz.
—Entonces, ¿puedo llamarte papá? —preguntó Trevor
inocentemente. Las siguientes palabras que Mark dijera podrían alegrar o
entristecer a su hijo. Emily contuvo la respiración sin darse cuenta.
—Nada en el mundo me haría más feliz u orgulloso —dijo Mark y
abrió los brazos hacia Trevor.
Su hijo saltó de la silla y corrió a los brazos de Mark. Mark lo apretó
con fuerza contra su pecho.
—Te amo, papá —dijo Trevor y una pequeña lágrima se deslizó por
su ojo.
—Te amo, también —dijo Mark, mientras lo aferraba con fuerza.
Emily no podía permanecer sentada y envolvió sus brazos alrededor de
ambos, uniéndose al abrazo. Realmente eran una familia. Ya no podía
mantener su secreto para sí misma.
—¿Qué piensas sobre tener un hermanito o hermanita? —le
preguntó a Trevor.
—Creo que estaría bien —dijo su hijo, después de pensarlo por un
momento.
—Creo que estaría más que bien —agregó Mark con una sonrisa—.
¿Quieres trabajar en ello? —agregó, con un meneo de sus cejas.
—No tenemos que trabajar en ello —dijo, y puso la mano sobre su
estómago. Los ojos de Mark se abrieron como platos, al darse cuenta de lo
que le estaba diciendo.
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8
—¿En serio? —dijo con admiración. Ella asintió. Él se levantó de su
silla y la levantó. Le dio vueltas mientras se reía con alegría. Su cabeza
empezó a girar un poco y le suplicó que la dejara en el suelo—. Lo siento,
¿estás bien? —preguntó, mientras le frotaba todo el cuerpo.
—Estoy bien, Mark, tal vez un poco menos de giros, sin embargo —
dijo con una sonrisa. Él le devolvió la sonrisa con timidez.
—No puedo esperar para contarle a mi familia —dijo emocionado—.
No solo tengo un hijo, sino que pronto tendré otro niño. Muchas gracias
por todo lo que has traído a mi vida.
—Tú eres el único del que nosotros deberíamos estar agradecidos.
Nos has dado tanto, lo más importante de todo, convirtiéndonos en una
verdadera familia.
—Vamos a aceptar y acordar que todos nosotros estamos muy bien
juntos —dijo.
Acabaron de cenar y se sentaron junto al fuego viendo una comedia.
La velada terminó de forma perfecta, con risas y acurrucarse en el sofá.
A la mañana siguiente Emily estaba haciendo el almuerzo para los
trabajadores cuando Joseph entró en la cocina, asustándola.
—Buenos días, jovencita. Oigo un pedido de felicitaciones —dijo con
una sonrisa de oreja a oreja.
—Gracias, Joseph. Sí, tendrás un nieto en unos ocho meses —dijo
con una sonrisa radiante iluminando su rostro.
—Oficialmente tendré un nuevo nieto en un par de días, ya que
Mark presentó documentos para adoptar oficialmente a ese hermoso
muchacho tuyo. Entonces también tendré la dicha añadida de otro nieto
en ocho meses —la corrigió.
Emily sonrió con alegría por la aceptación pura de su hijo en el clan
de Anderson. Sabía que si algo le llegara a suceder a ella, él aún sería
parte de su familia y siempre cuidarían de él. Ése era el regalo más grande
que cualquier madre podría recibir.
—Vine hoy de todos modos para informarle a Mark que había
encontrado a la cocinera perfecta y un reparador, cuando me dio la gran
noticia —dijo Joseph.
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9
—¿Quién es la persona? —preguntó Emily con recelo. Después de
todo, Joseph había sido quien la había encontrado a ella, y realmente no
quería una jovencita estando allí todo el día.
—En realidad es una pareja casada. Han trabajado para la compañía
durante muchos años, pero quieren algo diferente ahora. Les hablé que
Mark necesitaba otra cocinera y preguntaron si podían necesitar a un
reparador también. Con un lugar tan grande, dos personas más sería una
bendición, sobre todo con la creciente familia de Mark —dijo Joseph.
Emily sabía que sonaba un poco egoísta, pero realmente no quería
compartir la casa con dos personas más.
Le encantaba tener a Edward allí, pero siempre les daba vida privada
y la mayoría de las veces ni siquiera sabía que estaba cerca. Sería mucho
más difícil conseguir un poco de intimidad con su marido si dos personas
se mudaban allí.
—Mark tiene una pequeña casa a la vuelta de la esquina. Podrían
vivir allí y así no tener que interrumpir su espacio de recién casados —dijo
Joseph con un guiño.
Emily se volvió escarlata, mientras levantaba la mirada hacia él.
Estaba un poco preocupada de que el hombre leyera su mente, entre otras
cosas.
—No sabía que existía ese lugar.
—Fue construido hace años para una pareja casada que trabajaba
aquí, pero ha estado vacía durante un tiempo. Tendremos que traer un
equipo para arreglarlo, pero podrían comenzar alrededor de una semana,
si te gustan —dijo.
—No depende de mí.
—Por supuesto que depende de ti, Emily. Tú eres la señora de la
casa ahora. Mark ya los conoce, van a venir a verte para la entrevista.
—Oh —respondió.
La pareja llegó una hora más tarde y a Emily les encantó
inmediatamente. Estaban en sus cincuenta y llenos de vida. Mary tenía
tanta pasión por cocinar como Emily y sabía que iban a trabajar bien
14
0
juntas. También sabía que si no se sentía bien, Mary sería perfectamente
capaz de hacerlo sola.
Scott era su marido y, aunque estuvo en silencio, su rostro se
iluminó cuando Trevor entró en la habitación. Explicó que los dos no
habían tenido éxito en tener hijos, por lo que ambos se alegraban bastante
en mimar a los niños de los demás.
—Me encantaría que ambos trabajaran aquí —les dijo Emily
sinceramente después de un par de horas.
—Creo que vamos a trabajar maravillosamente —le dijo Mary, luego
le dio un abrazo. Emily estaba de acuerdo con ella. Sería bueno tener a
alguien ayudando en la cocina, sobre todo cuando su estómago se pondría
en el camino, con el tiempo. Mark entró e invitó a Scott a la casa de
campo. Los dos hombres averiguarían exactamente lo que el lugar
necesitaba y conseguir a la gente adecuada para que fuera de inmediato.
Emily estaba realmente emocionada porque la semana pasara y la dulce
pareja viniera a vivir.
—En serio, estoy tan increíblemente feliz que estén trabajando aquí
—dijo Emily a Mary. Se habían mudado la semana anterior y Emily no
entendía cómo es que alguna vez había sobrevivido sin ellos. Emily había
estado luchando contra las náuseas matutinas durante una semana
seguida y Mary le había dado alguna bebida mágica, curándola
completamente.
Ahora Emily estaba sentada a la mesa, con los pies elevados y la
bebida mágica en las manos. Mary había insistido en que descansara
hasta que estuviera completamente bien y había hecho todo el almuerzo
sola. Los hombres estaban disfrutando de su comida tanto como Emily. Se
aseguraron de tratar a las mujeres como sus iguales, lo cual era inteligente
de parte de ellos.
El increíble olor del almuerzo en la cocina trajo a los hombres
pisoteando a la cocina, donde se sentaron en la mesa, riendo sin parar,
hablando e insultando.
A Emily le encantaba cada minuto de la vida ajetreada de campo. Se
sentía como en casa y cada trabajador tenía un lugar especial en su
corazón. Mark entró por la puerta con su habitual etiqueta, su hijo, justo
detrás de él.
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—Mamá, vamos a amarrar vacas hoy —dijo Trevor con entusiasmo.
—Eso suena divertido.
—Sí, y luego vamos a cas... cas... ¿qué vamos a hacer de nuevo,
papá? —intentó pronunciar Trevor
—Vamos a castrarlos —dijo Mark con una sonrisa. Todos los
hombres se quejaron levemente.
—Oh —dijo Emily y sintió que se ruborizaba.
—Es simplemente parte de la vida de rancho —dijo Mark, con un
encogimiento de hombros.
—¿No es demasiado joven para hacer eso? —preguntó Emily con
preocupación.
—Es un gran chico — dijo Mark y palmeó a Trevor en la cabeza.
Emily no tenía el corazón para decir que no a nada que sus chicos
quisieran.
—Este guiso está bueno —dijo uno de los chicos entre bocados
enormes.
—Bueno, tienes que dar las gracias a Mary. Hizo todo el almuerzo
hoy —dijo Emily con cariño.
—Gracias Mary. —Todos corearon juntos.
—No hay de qué.
Los muchachos olieron sus alimentos y luego se dirigieron hacia la
puerta tan rápido como habían entrado
—Estoy comenzando a encariñarme con esos muchachos —dijo
Mary cuando todos se fueron.
—Sé cómo te sientes —coincidió Emily con ella. Las dos mujeres
limpiaron los platos y comenzaron a preparar la cena.
Sus días continuaron en la misma forma. Mark se quedaba más
cerca de la casa y dejaba que sus trabajadores hicieran más cosas, ya que
trabajaba con Trevor en cada momento disponible. Emily pasaba su
tiempo en la cocina y se escapaba con sus chicos cuando podía.
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Durante el próximo par de meses su estómago comenzó a
redondearse un poco, no lo suficiente para mostrar mucho, pero lo
suficiente para demostrar que había un bebé en crecimiento. Mark se
quedaba allí durante horas por las tardes, frotando su vientre y hablando
con su bebé.
Era un padre increíble. Trevor lo amaba tanto, y ya tenía listo el
cuarto para el bebé. Ella estaba contenta con pasar sus días cocinando,
visitando a Mary, y sus noches en los brazos de su marido. Estaba
finalmente aceptando que su vida era genial y nada iba a arruinarla.
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Capítulo 11 Traducido por Nanami27
Corregido por sttefanye
—¿De verdad te tienes que ir? —Emily gimió cuando Mark estaba
empacando su maleta. Había sido llamado a Montana por un asunto
urgente. Normalmente habría ido con él, pero Trevor tenía un viaje de
campo al día siguiente y ya había aceptado acompañarlo.
—Créeme, no quiero irme —le dijo, mientras hacia una pausa en su
equipaje, para tirar de ella cerca de él y besarla suavemente.
Mark desnudó lentamente a su bella esposa y la amó gentilmente,
no queriendo irse incluso por una noche. No habían pasado una noche
separados desde el día de su boda. Iba a extrañarla más de lo que podía
imaginar.
Se vistieron y caminó con él abajo. La besó una vez más antes de
salir por la puerta. Se dio la vuelta para ver una lágrima cayendo por su
mejilla y casi dijo al infierno con eso y entró. Odiaba verla sufrir.
—Estaré bien, solo voy a extrañarte —le aseguró ella, cuando él se
detuvo indeciso en lo que debía hacer.
—¿Estás segura de que lo estarás? —le preguntó mientras estaba
junto al auto, sin saber si debía abrir la puerta o no.
—Voy a estar bien. Son solo las hormonas del embarazo actuando —
lo tranquilizó.
—Estaré de regreso antes de que siquiera te des cuenta que me fui.
Se quedó mirando hasta que el auto se perdió de vista. Al entrar a la
casa, se vio envuelta en la soledad. La tripulación estaba fuera en el pasto
de Norte, a varias millas de distancia. Edward estaba donde sus familiares
por unos días y Mary y Scott estaban haciendo algunas compras.
Normalmente no estaba sola en el norme rancho de la casa y decidió que
realmente no le gustaba la sensación de ello.
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Decidió caminar al establo, donde ahora nuevos gatitos habían
nacido hace un par de semanas. Sabía que una visión de ellos
definitivamente la animaría hasta que Trevor regresara a casa de la
escuela.
Emily caminó por el camino hacia la ahora familiar granja. Entró, lo
que se sintió un poco extraño, ya que nadie estaba en ninguna parte. Se
quedó allí para acariciar a los gatitos, sintiendo lástima de sí misma.
Oyó un ruido detrás de ella, pero antes de que fuera capaz de darse
la vuelta y ver qué era, sintió un dolor punzante en la cabeza y todo se
volvió negro.
Mark llegó al aeropuerto cuando su teléfono sonó. Lo cogió,
pensando que sería Emily para un último adiós.
—Oye Mark, puedes cancelar el viaje, tenemos el tema resuelto —
dijo una voz.
—¿Estás seguro? —preguntó Mark, pero ya estaba volviendo a su
auto para dirigirse a casa.
—Sí, tenemos todo arreglado. Puedes quedarte ahí, donde sé que
realmente quieres estar —dijo el hombre con una risa en su voz.
—En eso tienes razón. Prefiero estar con mi familia —dijo Mark con
un suspiro de alivio.
—¿Qué está pasando allí, a todos se les está cayendo la cabeza sobre
los talones?
—Hemos descubierto que es mucho mejor tener una mujer hermosa
a nuestro lado cada noche que estar fuera tratando de encontrar una chica
nueva cada fin de semana —dijo Mark con sinceridad.
—Creo que voy a seguir adelante y mantendré mi soltería —dijo su
amigo y luego colgó el teléfono.
Mark se detuvo delante de la casa y llamó a Emily. No consiguió una
respuesta, así que se dirigió a las escaleras. Sonrió mientras la imaginaba
acostada en su cama. Ella tendía a tomar una siesta de vez en cuando con
el embarazo desgastándola.
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Rápidamente abrió la puerta y entró. Emily no estaba ahí tampoco.
Todavía era indiferente. Buscó por la casa y luego en la piscina, y todavía
no podía encontrarla. Sabía que tenía que estar alrededor porque su auto
estaba posicionado en el garaje.
La propiedad estaba demasiado tranquila. Miró a su alrededor,
entonces pensó en el granero. Lo más probable era que estuviera allá abajo
jugando con los gatitos de nuevo. Corrió allí y se sintió aliviado al ver las
puertas abiertas.
Ninguno de sus hombres dejaría la puerta abierta, por lo que tenía
que estar allí. Dio un paso y se sorprendió al no encontrarla. Se apoderó
de los gatitos y su corazón pareció detenerse en su pecho…
Se dejó caer de rodillas y tocó el pañuelo que sabía pertenecía a su
esposa. Cuando examinó las gotas de sangre tendidas ahí, en el heno, el
pánico se intensificó. ¿Qué había pasado? Corrió a la casa y llamó al
hospital. Quizás se había lastimado y llamó a una ambulancia para que la
recoja.
Unos minutos después Mark tenía cero respuestas. Era hora de
llamar por un poco de ayuda y enviar un grupo de búsqueda. Su esposa
nunca se iba lejos sin decirle a alguien dónde estaba. Cogió la radio y tuvo
a todos sus hombres entrando inmediatamente. Luego llamó a su padre,
quien llamaría a sus hermanos.
Mark organizó a los chicos y todos tomaron diferentes secciones del
rancho. Se había ido por menos de una hora, así que ella no podía haber
llegado demasiado lejos. Raídamente dio gracias a Dios de no haberse
subido a ese avión. Si no hubiera venido a casa antes, ella podría haber
estado ahí fuera toda la noche antes de que alguien notara su falta.
Mark negó con la cabeza cuando se dio cuenta de que lo más
probable era que estuviera exagerando. Probablemente estaba junto al
lago, o leyendo un libro, no muy lejos de casa. Él parecía tener un miedo
irracional de que algo estuviera mal. No podía conseguir sacar las
manchas de sangre de su mente. Si no fuera por eso, no estaría tan
aterrado.
Después de que todos los hombres buscaron cada centímetro de la
propiedad, se reunieron de nuevo en la casa. Mary y Scott había regresado
y hecho café, té y emparedados, y los dispuso a todos.
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—Todos necesitan comer y mantener su energía para encontrar a
Emily —ella demandó a los hombres. Todos obedecieron, aunque nadie
tenía apetito para nada.
Cada persona en el rancho se había enamorado de Emily y que su
desaparición se produjera allí, era una gran tensión entre todos ellos. La
familia de Mark llegó mientras estaban haciendo un nuevo plan de juego y
se sintió aliviado al tener a su padre y hermanos a su lado.
—He llamado a búsqueda y rescate. Van a sacar a los perros. Los
llevaremos a la granja, que es el último lugar donde sospechamos que ella
estuvo y la rastrearemos —dijo Lucas.
—No entiendo dónde podría posiblemente haber ido —dijo Mark, con
la cabeza entre las mano—. Han sido horas y nunca se va sin avisarle a
alguien. Trevor estará en casa en unos minutos y siempre está aquí
cuando entra por las puertas delanteras.
—La encontraremos, hermano. Te lo prometo —dijo Alex con
convicción. Puso la mano en el brazo de su hermano con comodidad.
Los tres hermanos siguieron hablando acerca de las diferentes
opciones, mientras las mujeres hacían llamada tras llamada, intentando
ver si había sido vista en alguna parte.
Un equipo de noticias apareció y Joseph les dio una breve
declaración y luego les pidió que presentaran su foto. Cuando alguien
desaparecía, quien estaba asociado con los Anderson, era noticia de
primera plana. Joseph odiaba que tuviera que arrebatar el tiempo de sus
hijos para dar una declaración, incluso se trataba de una corta.
Joseph terminó y luego les dijo que por favor se quedaran atrás de
su familia. Sabía que no iba a conseguir que se fueran por completo, pero
podía mantenerlos lejos de la casa.
—¿Se fueron, Papá? —preguntó Mark cuando Joseph entró de
nuevo.
—Bueno, sabes que no se irán por completo hasta que sea
encontrada, pero están al final del camino y lejos de la casa. —Joseph le
aseguró a su hijo.
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—Vamos a encontrarla, ¿verdad, Papá? —Mark le preguntó a su
padre. En ese momento se sintió más como un niño, necesitando el
consuelo de su padre, que un hombre adulto con hijos propios.
—Te garantizo que la encontraremos y estará bien. —Le prometió a
su hijo. Oró a Dios que pudiera mantener esa promesa.
Emily despertó con la cabeza palpitante. Intentó levantar la mano,
sentir qué era y encontró que era incapaz de mover sus manos. Trató de
sentarse y no pudo mover su cuerpo en absoluto. Comenzó a entrar en
pánico y empezó a tirar de sus brazos y piernas.
Abrió los ojos para ver lo que la rodeaba. Estaba en una cama sucia,
en una habitación pequeña y sus brazos y piernas atados. Comenzó a
llorar mientras se llenaba de terror. No podía entender qué estaba
pasando.
—Mark —exclamó con una voz llena de dolor. No hubo respuesta—.
Mark —gritó otra vez, más fuerte.
Escuchó un ruido y al principio sintió alivio, pensando que Mark la
había encontrado. La puerta se abrió y un hombre extraño caminó a través
de ella. Nunca lo había visto antes, pero la asustó en su esencia misma.
—Finalmente despertaste, estaba comenzando a preocuparme —le
dijo, mientras miraba de soslayo a través de la habitación.
—¿Dónde estoy y por qué estoy atada? —le preguntó ella al hombre,
con un labio tembloroso.
—Estás en casa —dijo el hombre trastornado. Emily no sabía cómo
responder a lo que había dicho. No quería provocar su ira, pero no quería
que pensara que quería quedarse.
—No entiendo.
—Es realmente sencillo de entender —se burló el hombre, mientras
se acercaba a ella. Un escalofrío de disgusto corrió por su espalda cuando
el hombre miraba de soslayo sobre ella.
—Tuvimos una conexión y luego elegiste a ese estúpido hombre rico
en lugar de mí. Aceptaste mis flores, leíste mis cartas de amor y aún te
casaste con él. Bueno, eres mía ahora y no te dejaré salir de aquí —dijo el
hombre.
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Emily lo miró con horror. Esta era la persona que había estado
acosándola. No entendía cómo era eso posible. Habían encontrado fotos de
ella en las cosas de Chris y él había sido un criminal convicto. Miró al
hombre con confusión, mientras la realidad estaba tratando de hundir su
cerebro aturdido.
—Realmente no entiendo, porque nunca te he visto antes —le dijo
ella.
—Nos conocimos. Tú me ayudaste a escoger algo de fruta en el
supermercado cuando eras nueva en la ciudad y te dije que te devolvería el
favor —dijo él. Por su propia vida que no podía recordar el evento.
—Dijiste que sería agradable y que me verías la próxima vez. Seguí
regresando a la tienda a la misma hora, pero nunca apareciste, así que te
envié flores. Vi tu cara cuando las aceptaste y estabas sonriendo. Luego te
envié notas y cartas. Sabía que querías estar conmigo, pero Mark no iba a
dejarte ir. Entonces fuiste y te casaste con él, y me engañaste, por lo que
he estado esperando hasta que pudiera tenerte sola —dijo el hombre
espeluznante.
Estaba ahora sentado en el borde de la cama, y Emily estaba más
allá de aterrorizada. Estaba su completa merced, sin manera de escapar.
Mark nunca sería capaz de encontrarla; ni siquiera sabía dónde estaba.
Estaba tan asustada que iba a perder el bebé debido a este hombre cruel.
Quería poner su mano protectoramente sobre su vientre, pero no podía
mover los brazos.
—Soy muy mala con los nombres, ¿puedes decirme el tuyo de
nuevo? —ella le preguntó, esperando detener al hombre hasta que pudiera
encontrar algo mejor.
—Es Joshua, ¿recuerdas?
—Oh sí, ahora lo recuerdo —le mintió. Todavía no podía recordarlo.
—Ves que teníamos una conexión, sabía que si te llevaba lejos de ese
lugar me recordarías —le dijo, mientras pasaba su sucia mano por el lado
de su rostro.
—Estoy realmente incómoda Joshua, ¿puedes desatarme? —le
preguntó, en lo que esperaba fuera una voz amistosa.
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—Todavía no —dijo él, y comenzó a pasearse—. Podría estar tratando
de engañarme. Mi papá me enseñó que las mujeres mienten todo el tiempo
para conseguir lo que quieren —le escupió.
—Joshua, no te mentiría —dijo ella, esperando ganar su confianza.
—Solo cállate —le gritó y levantó la mano en el aire, como si fuera a
pegarle. Emily se encogió lejos, pero por suerte nunca lanzó el golpe. Se
quedó allí en silencio y lloró. Rezó porque de alguna manera Mark la
encontrara.
—Voy a hacernos la cena, como una verdadera familia y luego te
llevaré afuera para usar el baño porque esta noche serás finalmente mía —
dijo él, antes de salir de la habitación.
Emily inmediatamente comenzó a girar contra sus ataduras,
intentando conseguir por lo menos un miembro libre. Si pudiera liberar
una mano, podría deshacer el resto y tal vez huir. Cuando la lucha no
estuvo haciendo nada más que desgastarla, finalmente se rindió y decidió
guardar sus fuerzas. Parecía que su única oportunidad sería cuando la
soltara para ir afuera. Había sido una corredora muy buena cuando estaba
en la secundaria, por lo que si podía perderse, podría tener una
oportunidad de escapar.
El mayor problema era que ya se estaba haciendo de noche afuera y
no tenía idea de a qué dirección correr. No le importaba. Correría hasta
que no pudiera ir más lejos y luego encontraría un lugar donde
esconderse. La oscuridad al menos la ocultaría de él también. Esperaría
hasta que amaneciera si es lo que necesitaba hacer. No se quedaría allí y
dejaría al hombre violarla.
Se quedó allí hasta que finalmente el dolor y el cansancio que sentía
le dieron alcance y la sumió en un sueño inquieto.
Emily despertó por los perros ladrando y hombres gritando. Sintió
que sus esperanzan comenzaban a crecer. Quizás Mark la había
encontrado y acabaría con toda esta pesadilla. Esperó y luego escuchó el
sonido de su nombre siendo gritado.
El equipo de búsqueda llegó a la casa y Mark llevó a los hombres a
la granja. Los perros olfatearon la zona y entonces inmediatamente
comenzaron a tirar de sus cadenas para seguir su aroma. Mark no
desperdició el tiempo en seguirlos.
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Lucas y Alex estaban justo allí, a su lado, y los tres siguieron al
equipo de búsqueda a través del bosque. Mark no podía entender por qué
ella habría posiblemente venido por aquí a menos que fuera contra su
voluntad.
A una milla a través de los bosques que bordeaban su propiedad, el
jefe del equipo de búsqueda se detuvo, tirando del todo el mundo para una
charla.
—Veo una cabaña sobre la subida de allí, y los perros parecen estar
dirigiéndonos directamente hacia ella. Ahora, no sabemos si Emily se
lastimó y buscó refugio, o si fue secuestrada, pero con la sangre y el
camino directo dirigiéndonos a este lugar, parece más como un secuestro
para mí —dijo el líder de la búsqueda.
—Vamos entonces —dijo Mark con un gruñido. Si alguna bestia
tenía a su esposa, iba a conseguirla de vuelta y entonces rasgar al hombre
en pedazos.
—Mark, sé que quieres precipitarte de inmediato, pero eso no es lo
más inteligente que hacer. Necesitamos acercarnos sigilosamente a la
propiedad. Si alguien ha tomado a tu esposa y está dentro con ella, y sabe
que estamos allí, se convertirá en una situación de rehenes. El mejor
resultado para Emily es si podemos capturar a este tipo afuera. Vamos a
entrar en la cabaña desde diferentes direcciones. Vamos a hacer una
comprobación de la radio para asegurar que las piezas auditivas están
funcionando. Nadie hable más fuerte que un susurro —ordenó el líder.
Era obvio que todo involucraba que el tipo era un ex militar. Mark
estaba agradecido de que él estuviera a cargo de la operación.
Se separaron y se dirigieron lentamente hacia la cabaña. Mark
estaba con sus hermanos, y el líder de la búsqueda estaba entrando desde
un lado. A medida que se acercaron más, Mark escuchó una conmoción y
los perros comenzaron a volverse locos.
—Lo tengo —Mark escuchó que alguien gritaba.
—Revisen la cabaña —corrió otra voz. Mark no necesitaba nada más
provocante que eso. Corrió los últimos cien metros, gritando el nombre de
Emily y abriendo la puerta, sin preocuparse por su propia seguridad.
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Cuando Mark miró a la cabaña con poca luz y vio a Emily yaciendo
allí, atada a la cama, cada instinto en él dijo que corriera de regreso hacia
las puertas y matara al hombre que le había hecho esto. No había manera
que pudiera dejarla lo suficiente para eso, sin embargo.
—Mark, sabía que me encontrarías —sollozó, mientras él se sentaba
en la cama gentilmente y la tocaba. Tocó todo su cuerpo, para asegurarse
de que nada estuviera roto y luego se inclinó para besar suavemente su
boca hinchada.
—Lamento tanto que esto te sucediera, cariño —le dijo, con los
dientes apretados. Comenzó a desatarla y tuvo que contener la rabia
dentro, cuando vio sus muñecas y tobillos enrojecidos. No podía creer lo
que ese monstruo le había hecho pasar.
—Estoy bien, Mark, has llegado antes de que pudiera lastimarme —
le dijo ella, con lágrimas corriendo por sus mejillas sucias.
Mark la levantó sobre su regazo y se sentó allí, abrazándola, tan
agradecido de que estuviera a salvo. Siguió frotándole la espalda y
corriendo su mano sobre el bulto de su vientre.
—¿El bebé? —preguntó, asustado de escuchar si algo estaba mal.
—El bebé está bien, he estado sintiendo movimiento, pero
definitivamente quiero ir a recibir un chequeo de inmediato. Me golpeó
bastante duro en la cabeza.
Mark podía ver la sangre seca en su hermoso cabello y todo su
cuerpo se tensó para una pelea. La alzó en brazos y la sacó de la cabaña.
No podía soportar tenerla allí dentro durante un minuto más.
Pronto oyeron el sonido de sirenas, mientras la policía y los
paramédicos bajaban al camino de la entrada cubierto de tierra. Mark la
sostuvo en sus brazos hasta que la ambulancia vino más cerca.
Rápidamente se acercó a ella y la recostó gentilmente en la camilla. El
paramédico la conectó a algunas máquinas y pronto el sonido del latido del
corazón de su bebé pudo ser escuchado sobre el caso a su alrededor.
Mark exhaló su primer suspiro de alivio desde que descubrió que
había desaparecido. Miró por encima al hombre que estaba siendo
actualmente cargado a la parte trasera de un coche patrulla.
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—Sr. Anderson, tenemos algunas preguntas que necesitamos
hacerle a ambos, usted y su esposa —dijo un oficial mientras se acercaba
a la ambulancia.
—Mi esposa necesita ir al hospital de inmediato; ¿puede por favor
seguirnos allí? —le preguntó al hombre.
—Podemos hacerlo. Este tipo estará siendo encerrado, de manera
que no dañará a nadie más esta noche —dijo el oficial, y luego se alejó.
—Vamos a ir de vuelta a la finca y encontrarnos con ustedes en el
hospital —dijo Lucas, antes de que él se volviera y comenzó a correr por la
colina con Alex.
Mark se sentía mejor mientras la ambulancia comenzaba a hacer su
camino hacia el hospital. Se sentiría mucho mejor cuando confirmaran
que todo estaba bien con ambos, su esposa y su hijo por nacer.
Emily fue trasladada de urgencia al quirófano y al poco tiempo, vista
por uno de los médicos, quien resultó ser un amigo personal de Mark.
—Ella va a estar bien —les dijo el doctor—. Quiero que mantengas
un ojo sobre ella esta noche mientras está durmiendo a causa de ese
bulto. Parece que tuviste mucha suerte en encontrarla tan rápido —
terminó él.
—Muchísimas gracias Jim, agradezco que la vieras tan rápido —dijo
Mark, mientras estrechaba la mano del hombre.
—Sabes que haría cualquier cosa por ti, Mark —dijo el Dr. Jim y
entonces se fue.
El doctor le había dado unas pastillas para el dolor por lo que su
cabeza no le latía con fuerza, pro estaba adolorida y le quemaban las
manos. No quería nada más que bañarse la mugre del cuerpo y hundirse
en un baño de burbujas.
Mark la ayudó a vestirse y ella tuvo que sonreír ante la ironía.
Usualmente estaba tratando de sacarle la ropa, no ponérsela.
—Esto es un cambio —dijo ella con una sonrisa coqueta hacia él.
Mark la miró en estado de shock cuando se dio cuenta de que estaba
bromando con él.
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—Te amo, Emily. Ni siquiera puedo pensar en lo que podría haber
pasado si no hubiéramos llegado allí cuando lo hicimos —dijo con una voz
gruesa.
—Mark, llegaste allí a tiempo y simplemente no quiero pensar en ese
hombre o el lugar nunca más. Soy una de las afortunadas que fueron
encontradas porque te tengo a ti —dijo ella, mientras pasaba su mano por
la mejilla de él.
—Está bien, por ti voy a intentar dejar de preocuparme —dijo él con
una sonrisa débil.
—Gracias. Ahora vamos a casa. —La tomó de la mano y la llevó
fuera del área de Urgencias. Lucas y Alex se levantaron de un salto tan
pronto como los vieron.
—¿Estás bien? ¿El bebé está bien? —preguntaron al unísono. Emily
asintió y luego por un impulso abrazó a cada uno de los hermanos.
—Gracias por preocuparse por mí. Me alegra tenerlos como mis
hermanos —dijo ella mientras una lágrima se deslizaba hacia afuera.
Ambos hombres tenían un enorme nudo en la garganta como para decir
una palabra, y en su lugar la abrazaron más fuerte. Unos minutos
después, hicieron su camino afuera hacia el auto.
Los hombres estaban tratándola como a una muñeca de porcelana.
Mark incluso sostuvo su cabeza mientras se agachaba para entrar al auto,
preocupado de que pudiera golpeársela en la jamba de la puerta.
Ella se sentó en el asiento trasero, se acurrucó en los brazos de
Mark, en el corto paseo de regreso a la casa. Cuando se detuvieron, la
puerta principal se abrió y el porche se llenó de sus hermanas, Joseph y
Katherine, Mary y Scott, y Edward.
Una vez más se vio superada por la emoción, mientras miraba al
increíble grupo de personas que eran su familia. Subió las escaleras y se
vio envuelta en abrazos y besos, y luego llevada al estudio, donde se sentó,
con una manta echada sobre ella y una taza humeante colocada en sus
manos.
—Bebe esto y entonces te llevaremos escaleras arriba para limpiarte
antes de que tengas alguna conversación —dijo Mary, tomando el relevo
como una mamá gallina.
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Emily obedientemente se bebió el líquido calmante y se dio cuenta
que la hizo sentirse mejor y pareció darle un poco de energía adicional, de
la que había estado seriamente agotada.
Cuando terminó la bebida, Amy y Jessica la llevaron arriba y estuvo
aliviada de saltar bajo los calmantes chorros de agua caliente. Se tomó su
tiempo para lavar cualquier rastro del hombre que la había raptado y
volvió su piel rosa de tanto fregar.
Para el momento en que salió y se puso un pijama de franela limpia
se sintió casi humana de nuevo.
—Por favor, quemen esas ropas —dijo sobre la ropa cubierta de lodo
que había estado usando.
—No hay problema —dijo Jessica y se llevaron la ropa del suelo,
lanzándolas en el bote de basura—. Se habrán ido antes de que entres
aquí de nuevo.
Las chicas se dirigieron a las escaleras y Emily estaba una vez más,
colocada sobre el sofá con una manta echada sobre ella. Mark se sentó a
su lado y tiró de ella con fuerza contra su costado.
Emily explicó toda la historia de cómo había estado en el granero y
pensaba que el hombre se había aproximado a ella desde atrás,
golpeándola en la cabeza con algo.
—¿Trevor está bien? —preguntó.
—No le dijimos qué estaba pasando. Pensamos que sería lo mejor —
dijo Joseph.
—Gracias, Joseph, no habría querido que supiera —dijo ella,
sintiéndose aliviada. Lo iría a ver cuando se fuera a la cama, a pesar de
que sabía que estaba a salvo.
—Sé que todos están preocupados y esperando que me desmorone
en cualquier momento. Estaba aterrada más allá de cualquier cosa cuando
estuve encerrada en esa cabaña, pero el terror terminó en el minuto en
que Mark entró por la puerta. Sabía que de alguna manera estaría allí
para salvarme y quiero que sepan que realmente no tienen que
preocuparse por mí —les dijo sinceramente.
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—Está bien, dejaremos de preocuparnos —dijo Jessica—. Bueno,
podríamos preocuparnos un poco, pero nos aseguraremos de ocultarlo de
ti —añadió con una sonrisa.
—Todos pueden utilizar las habitaciones para invitados de aquí o ir
a casa, pero voy a llevar a mi esposa arriba para tomar un agradable y
largo baño de burbujas para aliviar sus dolores en las articulaciones y
luego a la cama —Mark le dijo a su familia.
—Creo que nos iremos a casa y abrazaremos a nuestros hijos por un
tiempo —dijo Amy cuando se acercó y abrazó a Emily.
—Eso suena como una gran idea —le dijo Emily.
—Haremos lo mismo, pero vendremos este fin de semana con los
niños para que podemos tener una gran barbacoa familiar —le dijo
Jessica.
—Perfecto. Gracias, Jessica —dijo Emily, emocionada con tener a la
familia otra vez juntos.
—Tu madre y yo vamos pasar la noche aquí. Nos sentiremos mejor
por la mañana si llegamos a pasar tiempo con nuestro nieto —dijo Joseph.
Él y Katherine le dieron un beso a Emily antes de partir hacia las
escaleras.
—Los amo —gritó tras ellos.
—Voy a hacerte la cena para que comas después de tu baño. La
dejaré en la mesa junto a la puerta. Será algo fácil para tu estómago —dijo
Mary y luego se fue corriendo a la cocina.
—Estoy realmente agradecido de que estés bien. Desde que has
entrado a esta vieja casa, hay notablemente más risas. Eres una hermosa
mujer por dentro y por fuera —le dijo Edward.
—Gracias, Edward. Todos ustedes son mi familia —dijo ella y lo besó
en la mejilla. Murmuró algo y luego se fue arrastrando los pies.
—Tú, mi hermosa esposa, eres increíblemente amada —le dijo Mark
cuando finalmente estuvieron solos.
—Ese es el mejor regaño que pude haber recibido nunca —dijo Emily
a su marido.
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Mark la levantó en sus brazos y la llevó gentilmente hacia su
habitación. La sentó en la cama y luego la atrajo a un cálido baño de
burbujas. Lentamente despojó la ropa de su cuerpo y la besó suavemente,
antes de meterla en el baño, liberándola delicadamente el agua calmante.
—¿Quiere unirte? me vendría bien un masaje en los pies —le
preguntó Emily. Mark se despojó de sus ropas y se subió en el lado
opuesto de la bañera. Levantó su pie sobre su regazo y comenzó a
masajearlo suavemente.
Mark frotó sus pies y lentamente masajeó su camino hacia sus
pantorrillas bien torneadas y muslos. Todos los pensamientos del día
fueron arrastrados cuando Mark la acarició, desde la planta de los pies
hasta la parte superior de los muslos y la espalda baja.
Él le dio la vuelta y lavó suavemente su espalda, luego llevó sus
manos alrededor y pasó los dedos jabonosos a lo largo de su estómago y
sobre los montículos de sus pechos. Ella apoyó la cabeza en su cuello y
permitió que las sensaciones de su toque lavaran sobre ella. Podía sentir
su erección presionando contra su espalda y sonrió por lo masculino que
era su marido.
Él finalmente los enjuagó a ambos y llevó su cuerpo mojado a la
cama. Pasó la toalla sobre ella, haciéndola afligirse por él. Luego la metió
en la cama y la tomó en sus brazos.
—Sabes lo mucho que te amo, ¿no? —le preguntó a ella, mientras la
besaba gentilmente en los labios y la garganta.
—Creo que tanto como yo te amo —le respondió ella y luego gimió.
—Creo que estuve enamorado de ti desde el segundo en que los vi a
ti y a Trevor allí de pie, tan hermosos, después de que había pasado un día
tan podrido —le dijo a ella, mientras continuaba deslizando sus manos por
todo su cuerpo.
—Me enamoré de ti la primera vez que hablaste cariñosamente a mi
hijo —dijo ella, con lágrimas en los ojos.
—Oh Emily, ¿cómo podía no amarlo, cómo podía no amarte? —dijo
él. Le mostró cuánto hasta bien entrada la noche.
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Epílogo
Traducido por Alyshia Cheryl
Corregido por cristinita <3
Joseph se sentó en su silla, mirando a todos sus nietos rasgando
papel para abrir sus regalos de Navidad. Él estaba abrazando a la bebe
Tassia contra su pecho. Ella sólo tenía unas pocas semanas de edad y era
tan hermosa como el resto de sus nietos.
Mark y Emily sin duda tenían la receta adecuada para la creación de
un hermoso bebé.
Sonrió al ver a Trevor y Jasmine compartiendo chocolate. Jasmine
había estado un poco decepcionada al ver que Trevor era su primo y ella
no podía casarse con él, pero pronto se recuperó cuando se enteró que eso
significaba que pasarían más tiempo juntos.
Isaiah y Emily estaban cada uno balanceándose en sus caballos
nuevos y riéndose de una manera que hizo que toda la habitación se
iluminara.
Katherine estaba tocando canciones de Navidad en el piano y todos
los niños estaban cantando. Jessica tenía una voz muy bonita y cuando
fue acompañada por Amy y Emily sonó como los ángeles desde el cielo.
Los tres hombres estaban compartiendo una copa junto al fuego y
cada cierto par de minutos les echaban un vistazo a sus mujeres, como
para asegurarse de que ellas no desaparecieran.
Joseph se llenó de orgullo por lo bien que su plan casamentero
había resultado. Ahora tenía la gran familia que había anhelado y si las
cosas seguían yendo tan bien como lo había hecho, sería bendecido con
más nietos.
Tenía que admitir que estaba un poco decepcionado de que no tenía
a nadie más para emparejar. Descubrió que era bastante bueno en eso.
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8
—Papá, ven a tomar un poco de este coñac que es muy bueno —lo
llamó Lucas.
—Dame un minuto —dijo. De mala gana se levantó y colocó a Tassia
en su cuna portátil, de pie sobre ella, asegurándose que no despertara.
Estaría más que feliz de ir a recogerla de nuevo.
Ella siguió dormida, sin darle excusa para estrecharla entre sus
brazos de nuevo. Se acercó a sus muchachos y extendió la mano para
tomar una copa.
—Tengo que admitir, papá, que la Navidad se pone mejor cada año
—dijo Mark mientras una vez más miraba a su esposa e hijo.
—Pensé que el matrimonio sería el final de mi vida y, sin embargo,
me parece que era realmente el comienzo —admitió Lucas.
—Nunca pensé que iba a dar el paso, pero sin Jessica sólo soy media
persona —dijo Alex.
—Por supuesto, todos esos bebés maravillosos hacen los días de
fiesta resplandecientes de nuevo —añadió Joseph mientras miraba
alrededor de la habitación llena de música y risas.
—No me gusta admitir que tenías razón, papá, pero vamos a tener
que darte el crédito esta vez —dijo Lucas.
—Bueno, es bastante bueno escuchar eso de vez en cuando —dijo
Joseph, mientras su pecho se hinchaba un poco.
—Feliz Navidad a todos —dijo Alex a la habitación en general. La
habitación estaba llena de coros de Feliz Navidad, y Joseph supo que la
vida era tan grande como nunca podría ser alguna vez.
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Próximo libro: The Billionaire's Marriage
Proposal Sinopsis
George Anderson perdió a su esposa hace cinco
años, y luego su familia se vino abajo. Él tiene
que hacer un cambio drástico para reunir a su
familia de nuevo. Él se reúne con su hermano
gemelo Joseph Anderson, y los dos hombres
hacen planes para hacer de casamenteros con
los difíciles hijos de George. George obtendrá
nietos y a su familia reunida de nuevo.
Trenton Anderson está furioso con su padre,
cuando el hombre decide trasladar la empresa
de Chicago a Seattle. Llega a Seattle y conoce a
Jennifer Stellar y las chispas vuelan inmediatamente. Él decide que le
gusta lo que ve y de inmediato comienza a perseguirla.
Jennifer tuvo una tragedia horrible, y perdió a su hermana y cuñado
en un accidente automovilístico. Ella tiene la custodia temporal de su
sobrina, y tiene que hacer lo que sea necesario para obtener la custodia
total. Ella consigue un buen trabajo con Trenton, y parece que no puede
resistirse a los avances del hombre, a pesar de que continuamente lo
intenta.
Tanto Trenton y Jennifer son obstinados y encantadores, y junto con
sus hermanos y los primos de Trenton, te enamorarás nuevamente de los
Anderson.
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Sobre el autor:
Melody Anne es la autora de la popular serie
Billionaire Bachelors, y Baby for the Billionaire. Ella
también tiene una serie de Adulto-joven; Midnight
Fire y Moon Midnight—Rise of the Dark Angel. Ella
ha estado escribiendo durante años y publicó el
2011. Ella tiene un título de licenciatura en negocios,
por lo que le encanta escribir sobre fuertes y
poderosos empresarios. Cuando Melody no está escribiendo, le gusta pasar
tiempo con su familia, amigos y mascotas. Ella vive en un pequeño pueblo
que ama, y está involucrado en muchos proyectos comunitarios.
Puedes visitar su sitio web en: www.melodyanne.com. Ella responde a
todas sus fans. También puedes unirte a ella en Facebook en:
www.facebook.com/authormelodyanne, o en twitter: @authmelodyanne.
Ella espera con interés tus opiniones y espera que disfrutes de sus
historias.
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Créditos Staff de Traducción
Moderadora
Alyshia Cheryl
Traductoras
Ale Rose Alyshia Cheryl Auroo_J
Nanami27 Emma_sheila Pily
Xhessii Julieta9768
Breen_Puente
Staff de Corrección Moderadora
Alyshia Cheryl
Correctoras Alyshia Cheryl Samylinda Auroo_J Cristinita<3 Maniarbl Steffanye Xhessii
Diseño
Auroo_J