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    L G o biernos de familia?Elites, poder y polftica en la experiencia argentinadel siglo XIX. Registro de un ejercicio'

    B e at ri z B r ag o l1 i

    Si 1105eq ll ivocan lDs l i evan d o IL l l l c r: : :: a de l g ob ie mo d elc e nt ro a 1 0 I ' c ri J er ia , c o ns t lt ui ri a l1 1 os q u iz c t , -c p ll b li q Ll e ta si l 1capaces d e r es p on d er a lo s v inCli los y t r ad i c io l 1 cs g l o ,- i o -sus dc nuestro pasado , Ar isr obulo del Vall e, Diario deses iones del Senado. octubre 1880

    Hace alguncs al10S, en un Iertil ensayo, Frank Safford invitaba a revi-sal' el pasado politico latinoamericano _del siglo XIX con interr ogantesque superman los esquernas analiticos vigentes_ Si en aquella oportuni-dad su preocupacicn por averiguar las razones de los fracases institucio-nales en la p rimera mitad del ochocien tos, 1 0 l levaba a inter rogarse sobrelas claves del exito de los intentos constitucionales posteriores a 1850,esa invitacion residia en parte en 1'1 conviccion que 1'1 ccnlormacion deregjmenes pol it icos est ables y duraderos habra dcpendido de procesosclirimidos en el mvel local que indudablemente estaban en conexi6n conprocesos 0 dinamicas generales 0 nacionales:

    c . - - ) se ha n hccho paws ClIl ( i l is i s dc l_f l ll1c ional l l icn(o real c l e l proccso politico 0. de Sl lS conexiones socialcs, y l a l 11ayor fa de l o s t r ab a jo s rx isten tes S f O [ l Ipa 11 dela v ida politica n ac io na l a t ra ve s princ ipcdl11Cl1te de descr ib i ,- las act iv idadcsdesarrol ladas p ar io s pol i t i cos en l a c a p it a ! c l e l a nac ion . Can lei cXCCPCi l i l1 de

    . Un a v ersio n p re l irn in ar d el p resenre iraba]o ha sido discu iido en el 11 1 EllCllcnlro p o r I aHi$/O l l l1 , U mv ers irla d N ac io na l- C os ta R i c a, [ e br c ro 2 00 4 . A g ra cl ez co l os c or ne ru ar to s a li trcc ibido s com o el apoy o de I" Fundac ion An to rchas para SL c laborac ion,

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    B ca ui z B ra go ni

    a l ge ll l L r a b a jo d is p fr sO e n A r g en ti n a y Me x ic o , h a y p o co s e s ll lL 1 io s q u e s e OCUpClld el p ro ( e5 0 p o li ti co a ! li ve /l oc a l, 0 de 105grupos e i n te r es e s e n j l le g o qllC habraCII los l J i u rcos l oca l e s, 0 de su s conex ioncs c o l ll a p o l it ic a nC l c io l la l . As : pue s , pO l 'd l 1 1 om en l o s o lo se ment a co n u n a v is io n d is to r si on a d a de l p ro c es o p o li ti co , y aqu e /xislwlllenLe se Ie pac ibe a [ rav es de W1.0S p o co s 1 1 1 ic m bms de l a e li tepolUim '/lIe l [{ ch a ro n p a ra a p o de r ar s e de l e s t ado n ac io ll Cl l. I

    La re l lexion de Safford respondla a un clima de epoca en que la his-Loria polinca iberoamericana adquina vital idad. En par te, el interes re-sulto ser tnbutario de dilerentes lineas de investigacion que conve.rgie.ronen los aries ochenta y noventa cuando el Viejoproblema sobre el origen yIormacion de las naciones lat inoamericanas fue retomado con insumosprovenientes de perspectivas anti-genealogistas que ayudaron a despejaralgunos importantcs supuestos legados por las historiografias decirnono-nicas.? Esc clima intelectual propicio (que era tambien polit ico) tuvo sucorrelate en la historiografia argentina. Si el problema que visualizaba lanacion y sus avatares tenia, a esa altura, una larga genealogia -que este noes el lugar de reSEll.af- las preguntas y los enfoques asumidos por loshis toriadores han difer ido signif icat ivamente al haberse modificado lossupuestos qUe organizaban las visita s al pasado poli tico argent ino delXIX.3 En media de lradiciones historiograficas y filiaciones teoricas varia-das cuyas recepcioues suelen trans itar recorridos sinuosos, las nuevasaproxirnaciones han res ituado los terminos de un debate que permaneceabierto en eJcual las visiones unidireccionales que pendtan sobre la irrup-cion y descnvolvimtento de las comunidades polit icas que dieron vida ala nueva nacion, han s iclo matizadas en Iuncion de desplazamientos im-portantes , Si los nuevos enfoques han dernostrado la Ier ti lidad que arro-jan los espacios locales para rest ituir, entre otras cosas, las formas var ia-das de los r itmos polit icos y dinamicas institucionales que vigorizaron 1 2 1estructuracion del poder del ochocicntos, Ia atencion puesta en los acto-

    I SAFFORD, F. P o li li ca , I d co l og c a _v Soc i e dad , en BETHELL, L. ( ed .) H istor ia de Amer icaLa tina, 6, Carnb ridge -C rtnca , 1 992, p. 44 . (10 ed tc ion en Ing les , 1988 ).2 Sabre nacioncs y nacionalismos, veanse ANDERSON, B . Comunida de s imag in ad as . Re-Ilexioues sobre el orlgen y l a d ifusi6n d el n ac ion al ismo. BsAs , FCE , 1993 (10 e dici6n1983); Hcbsbawm, E.Nacioncs ynacionalismos, 1870. Barce lona , Crl tica , 199 '5 . Para unaproblernauzac ion del concepto geuea logico vease PALTI,E . Lanac i6n como problema. Loshistoriadores y la "cuestion nacional ".Buenos Aires, FCE, 2003. . .J Algunas ediciones colec tivas dan cucnta de los recorriclos . Veanse, por e jemplo , GOLD-MAN, N. YSALVATORE,~. Caudilltsmos rioplatenses. Nuevas rniradas a un viejo problema.BsAs, EUDEBA, 1997; SABATO, H. YLETTIERI, A.(cornps). Lavida polttica, Armas, votasy voc es e n l aArgen tina d el siglo XIX . Buenos A ires, FCE , 2003 . Vea se a de rn as , l a c ol ab o-ruc ion de Raul Fradk in y Jorge Gelman que .iruegra este volurncn.

    [Gobiemo5 de familia?

    res y sus practices, ha procurado dar respuesta al sentido de la accionpolltica -sea en clave individual 0 colectiva- como tambien de sus repre-sentaciones . En cualquiera de estes cases , la nueva agenda de investiga-cion en historia pol itica ha invitado a sus cultores a emprender tareasempir ic as relat ivamente diferentes y en ocasiones poco trans itadas porsus antecesores. En que medida los debates tcoricos y los procedimientosde mvestigacion originados en otras his toriogral ias estan presentes en latrama que hoy nutre la agenda de inves tigacion de la histor ia poli tica delsiglo XIX argentino, no es un asunto que desarroll are en las paginas quesiguen. En su lugar el lector se enfrentara con una estrategia expositivaque evoca algunos de ellos a t raves de una opcion parti cular en la cual elenfoque microanali tico perrnit io complejizar la comprens ion de las dl-namicas, logicas y actores que conlluyeron en la configuracion del poderen la Argentina del siglo XIX.Durante algun tiempo me dedique a reconstruir una his toria de fami-

    lia con e l fin de estudiar la formaci6n de la el ite polit ica en la Mendozadel s iglo XIX. La inves tigacion no trata a colacion ningun upo de crigina-l idad ternatica en cuanto el problema no habia pasado desapercibido porlos cultores de la his toria regional". En rigor , esos abordajes habtan per-mitido organizar una serie de argurnentos en torno al grupo polit ico quehabia conformado la arquitectura de l regimen poli tico provincial en lasegunda mitad del siglo XIX. A mi juicio, los histor iadores hablan abor-dado closdimcnsiones de la polit ica local que a pesar de sus diferencias,no de jaban de compartir algunos supuestos importantes. De UI1 lade,primaba la reconstruccion del pasado politico sujeto a reglas patrirnonta-l istas en las que las Iamilias de las eli tes - la "oligarquia"- habian mono-paliza do la vida politica provincial; del otro, el proceso politico quearrancaba sabre todo _~onPavon perrnina adver tir el agonico peregrinarde lormas politicos y culturales locales en beneficio de los precepLos dell iberalismo, que habta terminado asf ixiando la autonomia provincial. Enesa clave interpretat iva que reinvindicaba un supuesto sustrato federalhi storico que habia emergido bacia 1827 -que no result s para nada sor-prendente que lograra ser cornbinado con valoraciones nacionalistas- elproceso de cer itralizacion poli tica iniciado en 1861 no 5610 merecia sercondenado sino que era visualizado preferentemente como producto de4 PEREZ GUILHOU, D. /

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    B ea m z B ra go ni

    Iactores externos. En otras palabras, la uniflcacion p olt uc a te rr nm ab asiendo representada como una mancha de aceite que se extendia delcentro a la periferia con el beneplacito de una elite liberal que hacia delrnonopolio de la funci6n publica y de Ia propiedad de la tierra irrigadael nucleo de su influencia y la base de SU, poder. P er consiguiente, unaecuac ion directa entre r iqueza y poliuca daba lugar a la organizacion deargumcntos que perrnina explicar la permanencia 0 reprcduccion de losgrupos politicos en i a c us p id e del a p ar at o a d rn in is tr an v o disminuyerido1 0 p o s i b il i d a d de loca l iza r mecanismos, pracncas y Iog icas de la vidapolttica en la que esos actores y grupos aparecian como ernergentes.

    EI nucleo de mi trabajo proporua un acceso d i f e re rue al problema, Laposibilidad de disponer de un archive prrvado de un punado de aetores" >sociales y politicos de los que esa historiografia habia dado cuenta, irivi-taba a realizar una serie de eleceiones en cuanto a la forma de abordar lasIuentes y de interrogarlas en la rnedida que permiua sumar evidencias enla direcci6n reflexive sugerida por Safford, Una historia de familia per-seguida a traves de Fuentes casi mexploradas hasta el momenta, brindabala posibilidad de exarninar all ra s dll so l 5 una suerte de biografta delpoder que revelaba el papel de los vinculos personales en la organizaci6ncle los negocios y en la polttica. En ese resultado el concepio de redessocia les permit io ilummar dinarnicas y aspec tos poeas veces pereibidospor la Iiterarura: el pcder, ese concepto que, a juicio de Crozier, aparecesaturado par discursos nuevos y vie jos ", intentaba capturar su materi ali -dad minima a partir de la descripctonmmuciosa de practicas sociales y .,,~de e leec iones est rat egicas de inc liv icluos y grupos, en medic de configu-raciones politicas y sociales cambiantes. EI enfoque microanahtico y e l c leredes social es que retornaba caregorias y procedirnientos de investigacionprovenientes de la antropologia perrnitia advertir aspectos y direccionesen torno al dilerna de la unificacion politica en la Argentina del X I X ,escasarnente percibidas par los enfoques clasicos, Una rnoda intelecrualsi se quiere, una reeepci6n desigual )' libre de discusiones y debates vi-gentes en otras historiograftas, pew ferules en la rnedida que proporuaevaluar imagenes menos linea les y mecanicas en lorna a la construccionde relaciones de poder por pane de uupunado deindividuos interco-

    , R eto rno aq u : u n a Ie l iz e x pr es io n d e ja cq ue s R EVEL qu e p ro lo g a c l h bro d e L ev i. V ea sc ,REVEL , ] . I 'h is to ire au ras du s o l. P a ri s. C a ll im a rd , 1989), l \- 1i cr o -n ll ol ys c C ( collstrllction ci asociei/ , e n R EV EL ,J ]e ux d 'e ch elle s. L a m ic ro -a na ly se a l 'e x pe ri en c e. P a ri s, G al li m rn d -L eSeu i l , 1996,, ; C RO l lE R , 1 ' 1 1 , Y F R IE DB ER G, E , E l ac to r y e l s is tem a, L as re s tric c io ne s d e 1 a acc i6nc ol ec ti va , M e xi co , 1990 (l0 c di ci on S eu il , 1977),148

    i Go bi er no s d e r am il ia l

    ctados q'ue eXIJerimentaron un exiloSO irmerario econ6mico social yne' " , 1 n contextopolitico a partir del manejo estrategico de reglas sOCIa ~ s, en u . colo-de e levada i nce rti cl i.m1bre caractenzado por l a rup tu ra dedI 0[de~11 I

    - 7 E' lnt sis el vtraje e esc" a y anial y la Iormacion del nuevo paIS, n sm e, , " ,e~eepcionalidad de las fuentes disponibles, permitla ubicar un eJerel~lode invest iaac i6n que procuraba in ler rogarse sobre las [orrnas en que asrel ac iones~ solida ridr tdes Y al ianzas entre indiv iduos, crean grupoS socia-les y/ O po l t t icos .Legados historiograficos

    En nzor el lema de Ia Iormacion de las.clues politicas como acroresrelevante~ del proceso po l inco del s iglo X IX tampoco represenlaba, un~novedad en la his ta riografi a r ioplat ense, Sip~ra Carlos Real de ~~~~s~-_ bl rn a ameri laba emprender u n m ll1 UC IO ~ O estudlO de np o IP IO e 1 ,'_ ' d - ua)108 el d l lema tam-)rogrMieo" de los integrantes de patrlCla 0 urug c " ' _bien [armaria pane de las preocupaciones de Halpenn Donghi. Dehl~ea, )' de e ca que asicnaba a la po incado 1JOr ensayos sucesivos en un c ima e epo b

    r lati , I"" Halper in ' difer ia de sus contemponmeos OIlof re -"una re auva autonom" , ,h , ' IR 1 ion y 'guerl'a un cuadro de relaciones polltlcas, socia es ycer en evo UCI' I ' -, , lei d I conformacion de la nueva co aesion queecon6mleas mas camp eJo e a, ' _ ')0 T 185') Si ellrigio la vida politica de las provmcias argentinas entre 18~: ,-'

    11 ocasi'in consideraba que en el contexte posrevoluclOnano, la ca-al)~~~d;~ de- i~lnLleneia d e las Iamilias herederas del poder colomal, 1 : 0, d ]- ' d finitivos 9 esa conclusionera sLlficiente para sellar acuer os po iuccs e,' , ' 1, dderivaba de 1 0 1 conviccion de que el teatro postenor a 1820 habia c ct, 0, "red de relaciones personales" entreaquellos pcrsonaJesongen a una , , _ 'I R I lu-emergidos de la militarizaci6n y -uralizncion del pcdet q lie a "e\ 0

    , " 'I ' lo s y p o d e ren M end o za en el s ig lot B RA GO N !, B , L o s hijos de la r e vo luc l6n , Farni ta, n e g o c lO SXIX, B s A s , T au ru s, 1999, ," R EA L D E A ZU A, C. E I p a t r ic i a d o uruguayo: M on le vid eo , E dic io nes d e l a B a nd a O ri en ta l.1981 1- di t la- 1 ion uerra. Fo rm at i6n d e u na e i re m gen e en '9 H AL P ~R IN ~ ~N ~U i' 1 x ~ r t 9 ~ ~i f96-397 (l"ed ic ion 1972). Senalaba 3 1 r e speqo :~ :g :I ~~ ~~ ~6 ~~ e ~ 'n 31 ~~ ~r l3 iu ch a ; )O J il i~ a c on d ' \ : l lb~~e \~~adc ~~~adi : I~~~~~~ '~o~ ;C:~~~aaL:~r ivn l id ad e nt re g '- up os b m ll l3 re s: c l p al 1l nl O nl O r e o ; ~ , I~ s o sci bc io ne s d e f ort un a s on , POIc ap it al q ue su jele arriesga ~ o n tH 1 l 1a m e n te e l l e ~ ~ a~ ~ ,l " :I 1 ;e s ue e] pa l r imonio v lo s 01 '-051 0 t an to , 1118S in lcnsa s y rapid as ,qll~ ~n c l f " "> '5 '1 3 p el~ llm lid ad p olt ric a d e s u jde lae lementos qu e r na rc an I n C l ln t ln L ll da [l c. UI1 Iln aJ ~' C d in de pe nd en cia a la c on fe de ra d6nq u e pa sa a p ril lle r p ian o ", Ad em as , D e a rev o ue l n e ,r os is ta , B s A s, P ai ci os , 1985.

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    Bcauiz Bragoni

    cion habra disparado, sobre la base de funciones poltt ico-administrati-vas, que no habian tardado en convertirse en ac to res preeminentes delnuevo escenar io .!" Se trataba entonces de lideres regionales de poderosainjerencia en espacios locales, aunque con dif icultadcs para extender suinlluencia por Iuera de los l tmites de sus cornarcas, 1 0 que le permittaconjeLurar que ese Lipode alianzas que entrelazaban intereses publicos yprivados entre los nuevas duenos .del pcder, tampoco habra a lcanzadopara asentar 1 3 unidad definit ive. A su j uicio, esa fabncacion solo seriapos ible cuando las anLiguas solidar idades Iueran remplazadas por otrasde naturaleza estrictarnente politica y cuando Buenos Aires "conquistara"el inter ior. Por entonces, el his toriador argentino concluia:

    Es 1 0 . crea c i on , p r il 1 1e r o e n 1 0 . provincia ) l cg cmon ica y l u e g o e ll d pa i s ell s,tco l l j un to , e le u l la s o li d a l' id o . d p ro p io .1 1 lw t e p o li ti co . q u e - si n enJren t a rs es i s t c l 1 1d t iwmwt e co n la s s o l i d o . r i d o . d e s p r e e xi s te n t es ( a li a n za s j o . I 1 1 H i o . r e s , a l i a n -za s d e i n te r cs es q u e e x ce c le n lo s l im i t e s de u n o. r e gi o n) y a im u t il i Zd n d o l as -tenga s in e m b a rg o jUCI'za b a s ta l lt e p a r o . a [ i ll 1 1 a l' s u s upe l iOl i d a c1 s a b r e cs t a s yven ee r s u r e si s tc n c ic cada ve z q u e s ea neccsa r io . J 1

    La dinamica de esa trans lerencia de lealtades pcrsonales a la esferadeuna autor idad poltt ica super ior trazaria los pasos de indagaciones pes te-riores en las que poder y polit ica lucian de nervio indagator io , y la eco-nomla y sus ritmos de una suerte de marco macroexplicativo. Mas preci-sarnente Halperin pasaria revista a .la cadena de obstaculos que dernora-ron la unidad pol iti ca en 1 3 Argentina del XIX. En esa visi ta , apoyada enellenguaje poli tico de los conternporaneos , el histor iador argentino con-sideraba que si la generaci6n que asi st io a la caida de Rosas habia c re idoposible here dar el pcder per c l construido, poco despues de Caseros sepondria en evidencia que para consolidar la nacion era preciso construirel Estado nacional y can el una nueva clase pohtica que remplazara losl iderazgos que habian acompanado el resurgir del est ilo faccioso poste-rior a l852.12 En esos "t reinta anos de discordia" si las "facciones resu-rrectas " habian dernostrado ser incapaces de crear condiciones propicias

    10 j-lALPEF:lN DONGHl, T. Revoluc ion y guerra, op.ci t. p . 398 . Sobre noc iones, conceptos) ' p roblemas v incu lados a lo rden polit ico pos te rior a la independenc ia y a laun idad polit icaentre 11361 y 1880, pucdcn ve rs e DAORDEN, M.L Y MELON, J. De Historia, i t inerarios yj l C l' sl ' cc l il 'C t s . E l l I rcvistCt con Tli l iD Halpe rin Donghi ..Cuademos del CLAEH, 69, Montevideo, 2serie ,ano 19, 199~1l Y !-lORA, R. y TRfMBOLl,J. Pensa r laArgentina. Los h is to riadoreshablan cle historia y pch tica . BsAs, Ediciones E1Cielo por Asa lto, 1994.IIHALPERlN DONGHl, T. Revolucion y gu er ra. Op. Ci t. p. ~O t.I'HALPEll.lI'-1DONGHI, T . Proyecto y construcc i6n de una naciou. Argentina, 18'16-1880.Buenos Aires , Ariel , 1997 (1' cdicion, Ayacucho, 1980).150

    L G ob ie rn o5 d e f am il ia ?

    a favor de Ia urudad entre las provincias argentinas, la pretension dehacer de la provincia hegemonica el pivote organizativo de la nacionhabra dado origen a la relormulacion de antiguas antinornias, Esa s itua-cion que volvia a exhibir a la opinion argent ina dividida, entre un Inte-r ior que apelaba al Iederal ismo constitucional jurado en 1853, y BuenosAires como expresion de la faccion unitaria, dar ia origen a un desplaza-mierito de posiciones en el pa is que coagularia hacia 187LJcuando unnuevo consenso -que habrta de coinc idir con la incorporacion plena dela prcduccion pampeana en la economia mundial- dio lugar a rea linea-mientos polit icos e ins ti tucionales de importancia que alectar ian a todoel territorio nacional.

    En la historiograha argentina la preocupac ion por la pohtica no emproducto de una moda sujeta a las novedades provenientes de otros cen-tros acadernicos sino de dimas polit icos e intelectuales que r igieron bue-na parte de la agenda de mvestigacion de los anos 70 y 80. Si otras histo-r iograf ias estaban en condiciones de apelar al retorno de la poltt ica 13, enlos ambitos acadernicos argentinos 1 0 pol iti co no habra estado ausente ala hora de mterpre tar a lgunos importantes dilemas de la experiencia a r-gentina de los siglos XIX y XX.1' Particularrnente las formas que conflu-yeron en la conlormac ion del orden polit ico entre finales de l XIX Yco-mienzos del XX, Yla Iormaciou del Estado como instancia polt tica deart iculacion de relaciones sociales y aparato ins ti tucional, dieron lugar aensayos que aun repercuten en la historiogralia. En torno al primero, en1979, Natalie Botana ofrecia en su Orden Conservaclor una serie deref lexiones sobre la arquitectura del orden polit ico argentino entre IS80y 1916: atendiendo a la mat riz federal del estado argentino y a los meca-ni smos implementados por el partido oficial , Botana forjo una imagendel regimen de contrel electoral cuya central idad residia en los vmculosestablecidos entre los gobemadores de provincia y el poder pres iden-cial." Pr ivilegiando la observacion en la composicion y Iunciones de los

    \J JULUARD,j . Lapolit ique , enc .E GOH,]. e t NORA, P Faire de l 'h is to ire ,Pa rts, Gallimard,1974 (t01110 II).H Ezequ ie l Gallo reflexionaba a l rcspecto en H i st o do g ra j ia p o li Li ca : 1 8 80 -1 8 90 , en ComiteIntemac iona l de Cienc ias His to ricas (Corn ite Argen tino), His to riogra fia a rgen tina (1958-1988 ). Una e va lua cion c rl ti ca d e l a p roduc ci6n h ist6r ica a rg en tina. Bueno s Ai res , 1990 .pp .32 7 -3 38 . Mas t arde Pau la A lonso c omp\et6 el cu ad ro e n La r c c i c l 1 t e historia politica delochWla al ccntcncrio, Anuario-IEHS, 13, 1998, pp.393-~1S.I'BOTANA, N . E Io rde n cons erva do r, L a poh ti ca a rg en tina e nt re 1880 y 1916. Sudarne-r i can a , 1979. Adcrnas, Ellederal isl110 l i be r a l CtI'gclllino 1853-1930 , en CARMAGNAN1, M.(comp.) Federal ismos lannoarne ricanos. Argen tina , Brasi l, Mexico, Mexico, FeE, 1998.

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    Bc a : r i z Bragoni

    p ri nc ip al es o rg a no s del Estado, la definicion del esquema federal de poderque a lcanzaba a redo el r er ri to ri o n ac io na l l e p er m it ta rrazar una t ipo lo -gia rel ativamente I ie lde diferentes per fi les provinciales que concurr ie ronen su diseno: se trataba de provmcias leales, dtscolas 0 adversas, en sumayoria controladas por "gobicrnos de familia" capaces de utilizar resor-res polnicos claves en procura de asegurar la sucesion presidencial.La Iorrnacion del Estado nacional tambien ocupo la atencion de otrosclentistas scciales: en 1985, Oscar Oszlack consideraba que era necesarioabordar ese proceso de consrruccion .social atendiendo a las relacionesentre economia y polttica, aspecto que a su juicio pocos historiadoreshabian desarrollado." En un intento de "captar este simultaneo y dialec-t ivo juego entre Iactores estructurales y superestnretural es '' ( si c) que dir i-m ia la formaci on del Estado como proceso de cons t rucc ion social def in i -do en planes y componentes que es truc turan Ia vida social organizada ,no s iendo el result ado de yuxrapos ic iones que c o n fl u y en h i st o ri c ar n en t ey se engarzan de manera univoca sino sujeta a fracases, Oszlack ensayocuatro formas de "penetracion" estatal sintetizadas en modalidades re-presivas y cooptativ as como en sus dimensiones mareriales e ideologicas.Laconfiguracion del poder central entonces era entendida como procesoexterno a los poderes locales obstruyendo de ese modo la posibilidad devisuali zarucciones c ;\paces de inte rfer ir t endenc ias centrali zadoras 0 dernodificarlas . En suma, ' L , s visiones 1 1 1 : 1 s difundldas en torno a la confer-macion de Ia unificacion polinca en las posrrimertas del siglo XIX acen-tuaban los at ributos represivos y cooptativos del Estado nacional en detri- ....,.men to de las rel aciones de cocperac ion y confl icto entre centro y perilena.

    Sea en el registro analitico senalado por Botana que arnbuiaIa estabi-lidad del regimen politico edlficado clesde 1880 al creciente poder presi-dencial [rente a los podercs locales sobre la base de instrurnentar eficacesrnecanismos de compensaciones 0 sancioues, sea en el registro de estati-dad soberana pensado por Oszlack que sellaba su hegernonla por la viade la represion 0 de Ia coopiacion, para ambos, el papel de las elites

    Ii, O ZSLACK , o. La formaci6n de l estado argentino. Buenos Aires, 1997, p. 161 (I "edlclon Ed. Belgrano, 1985): "Dcnuo de este proces o de consiruccion s ocial, In conforrna-cion del Estudo Nacional sup one 8 In vez In conforrnacion de la insiancia polluca Cjuearticula In dominacion en 18 socicrlad, y la materlaltzacion de es a instancia en un conjunroirucrdependiente de instituciones que permiten su ejercicio. La cxistcncia del Estado sevcrificana entonces a partir del desarrollo de un conjuru o de atributos que de I inen la"cs iandad" - la condicion de "ser Estado"-, es decir, el surgunteruo de una instanchl deorganizacilin d el p oc le r ) ' de e je rc ic io de dominac ion pol f l ic a . EI ESlado es , de eSle modo,relacion social y apa rmo inslilLicionnl".] 5 2

    LGobi er nos de [ am il ia?

    reaionales 0 provinciales se co n vert ia en asunto medular. A juicio deO~zlack, la edificaci6n del Estado nacional habia tenido que incorporarnecesariamente a l os sectores c10minanles del in te rior, no como represen-tantes de intereses regionales sino como componentes de "un nuevo pac-to de dominacion nacional". En sus palabras:

    El1l11cdio de gohienlOs l o ca l e s r e c el o s os y a m cn uc /o a lz ad os , pO l ' lIll lac lo , y lap o de ro sa p ro vi nc ia por teiia n o r c si g na e la a p e rd e r SLlS plivilegios , pOI' o uo , e IEstaelo l1acio l la l ju ga s us car las a elos pun t as : a veces , l I sanelo 10 j l l crza y =r emrSOS de B ue no s A ir es p ar a so mct er a l as p r ov i nc i as i n te r io r es ; otras , val len -d o se e le p a c [o s y coal ic ioncs co n In s b ll rg ll es fa s p rM i nc ia lc s, p ar a con t r ar r e s !arIa in{ILlencia e j e r c ic 1a sob r e cl gobicrno J1acional po r l a bu rgl l cs f a por teiia . J I

    En cat~bio l a p o li ti c a primaba en l a l e ct u ra de Botana . En su case, _I~s"gobiernos de familia" ocupaban un lugar primordial en la confecc~~ndel orden poli tico poster ior al '80 parttcularmente en aque l lo s espaLlo.spolit icos "me dianos" y "chicos", poco imbuidos de "temperarnento ctvi-co", y carentes de Ia complejidad social que habta acompanadc In diver-si li cac ion de la economia y la politica en el Lite ra l [luvial . En aquellosreductos politicos, las Iamilias de "notables" habian c?nse~Uido ,~,er~e-tuarse en el pcder sobre la base de tn s r rumcn ta r el pnnclpta de lept~-sentacion invertida", ese resorte de reproduccion del poder que hactadel gobierno el principal elector. ..Se trataba por cierto de un argurnento escasamente verilicado aunquebastante di[undido por la literatura histcrica que era en buena medidatributaria de una historia po l t t ica cristalizada entre fines del X1X y losalbores del siglo ~'\ -yen la mayorla de los cas o s dcsarrollada y divulga-da por his tori adores provinciales-18 que habia as ignado compor ta rmen-tos y practi cas cl iferenciadas ent re e l Litora ly las prOVJ l1ClaS . ll :tenore~ ',Mientras que en las exiensas llanuras pampeanas la vida p~l!tlca. habiasezuido el ritmo de la econom[a como produclo de la conexicn atlantica,el bboom agroexponaclor y de sus cone lativos efec tos de dh:ersif ic~c i6n,el Interior exhibia con mtidcz el anclaje del poder en reducidos nl.lclcosde parientes originarios en la rnayoria de los casos de linajes coloniales.

    " OSZLACK, o. Op . C il . p. 12 3" Aludo aqui a 18 ima g e n l egada por l os r cl nt os h is to ri og ra fi co s d c c imon o n i c o s como losd e M it re y L opez. Veasc la cc los ion d e la s his to ria s provinciales .e n C AR Bl A< R . H ls to ri acrttlca de la historiografla argentina (desde sus orlgenes en el s1g10 XV]). B:tenos Aires,C o ni , 1 94 0; 8 de 11 1: 1S , B UC H BI ND E R, P. \lincu/o.\ pri l 'at los, ins t i l i lc ione s / , , , j ' / I CQS Y reg/asI'rofcsiona/rs e n io s o r ig c ll es d e la ) l i$ I O r io g r a( i o a r g en t i na . 130letin Ravignani. ]3, 1 scmesr r e ,1996, pp. 59,S2.

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    Bcatriz Bragoni

    No hubo que esperar mucho tiempo para que el Ienomeno aludido Iueraidcutificado como "oligarquia''.i.Es posible verificar empiricamente que la polttica en ambitos provin-

    ciales se reducia a1 papel omnipresente de los "gobiernos de fami lia"?Varias razones sugieren poner algunos recaudos a] problema. Por unaparte, en los ultimos a1"10Siferentes investigaciones han dado a conocertrayectorias Iarniliares y ernpresarias exitosas como resultado de procesosde movilidad ascendente y de Iormacion de nuevas Iortunas familiarescuyas raices cons iguen ser visualizadas en los contextos dir imido5 tantopor desequilibrios mcrcantiles importantes como por los carnbios prcdu-cidos por el proceso revolucionar io en sentido estricto. Siel caso estudia-do por Plat t sobre los ernpresarios mineros perrnite ubicar el Ienornenoen la couexion entre Potosi y Salta, la trayectoria de los Gonzalez iluminodinarnicas sociales y econornicas de 1acrisis y posterior recuperacion dela economia de Mendoza en relacion a la expansion ganadera del Literal,microrcgiones corclobesas y el valle central chileno." En suma, la restitu-cion de este upo de trayector ias individuales ) ' colectivas permitieronadvertir la convergencia de mecanismos sociales y econornicos en.el mar-co de la crisis de los circuitos rnercantiles y de las condiciones ante unaeventual recuperacion; asimismo, dichos itineraries permitiercn rnatizarla continuidad elective y omnipresente de los linajes coloniales en regie-nes del inter ior haciendo nit ida la relacion entre carnbio social y cambiopolitico.

    Asi tambien, en los ult imos anos, la l iterature histor ica ha precisadolas cornplejas direcciones que asumio la dinamica polt tica despues de1880. En tal seruido los estudios rcali zados tanto por Gal lo como porAlonso, han arrojado evidencias signihcativas de la logica poltt ica quealimentaba los resortes del peeler del Partido Autonornista Nacional (PAN).Aunque el monopolio de la funcion publica se convertta en una de lasclaves de la sobrcviveucia poltti ca de esa constelacion de part idos pro-vinciales, esa situacion no irnplicaba de ninguna manera la ausencia decompetencias entre ligas 0 grupos rivales."

    19 BRAGOI\ll, B. Los hijos de la revoluc i6n. Op. ell. PLATT, T. Histor ias Unidas, Mcmor i a sEsc i l ld idns . Las c l 1 1p r csm i n i nc r s de l os h ,l 1n tl no s O r ti zy la c o l1 s tr u cc i ql l d e las elites reg iona les .Sa l t t l} Potosi , 1800-1880. Revis ta Andes, S a l ta , 6 , 19 9 6.20 GALLO, E. S()cicciaciy p o l f t i c a ell le t Argcn t in t l , 1870-1914, en BETHELL L. ( e d .) , H i s to r ia deAmerica Latina. Cambndge-iCrttica, 1992 y La conso l idac ion de l Estado nac iona l y la rcJonnap o l i ti C ( ( 1 8 8 0 - 1 912, en Nueva His to r la de l a Nac ion argentina, ANH-Planeta, 2001; ALON-SO, P. En tre el v oto y l as armas . Lo s or tge ne s de l aUCR y la poltuca a rgen tina . Sudarne -r ic an a, 2 00 0 y La pol i t iw) ' su s iobe J i l1 tos : eI Par t ido AL l t o nO I J 1[ s t aNa c i o l 1 a l e n t re 1880 y 1 8 8 6 , en154

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    i Go bi ern os d e l ar nll ia ?

    Por otra parte, interesa traer a colacion que las alusiones al binomio"gobiernos de familia/oligarquia" representan categorias practicarnenteausentes en el lenguaje polit ico del s iglo XIX. Vale tener en cuenta queesa suer te de binomio coagula en el clirna poli tico posterior a1noventa,que eclosiona en las coordenadas de la oposicion al regimen de notablesy del discurso regeneracionista que le cliocurso por par te de los mismosexponentes que antes 1 0 habtan dinamizado. En e lcaso que se trata, en laMendoza de fines del XIX, la asociacion entre "gobiernos de famil ia" y"oligarquia" aparece por primera vez ell. 1889 en una edi torial de LosAnd e s , un periodico adscripto al juarismo que bregaba por desplazar alcandidate oflcial de la gobernaci6n provincial que habria de alentar unaconocida revolucion provinciana que abri6 las puertas a la intervenciondel gobiemo federal de 1889. En aquella editorial se decia:

    E s e p a rt id o, q u e n o e s l 11 as qu e t w a i ns ig n iJ ic an te rami f icacion d e la U nio nCtv ic c de Bueno s A ir es [ ... J Dirigido pOl' dos hom bres [. .. J resistiendose lam a y or p a rt e d e l os a d ve r sa r io s de l a p o l i ti c a nacional a J o n n a r en su s J i la s p o rno c o la b o r a l" e n re s tcu rn r lo s g o bi cr no s d e Ja m ilia, c on q u e stle iian lo s senoresFranc isco y E m il io C iv it [ . .. J w ya base es Sllp re po n de ra nc ia p er so n al [ . .. J qllCv i v en e te rnamen te a s pi ra n do a l podel:21

    Medio siglo despues , Lucio Funes" oirccta un relate del pasado poli-t ico mendocino registrando un esquema de gobemaciones sucesivas que-apoyandose en los vtnculos Iamtliares- habia conseguido mantener lasri endas del poder local entre 1861 y 1930. El antiguo mili tante de Parti-dos Unidos, convertido mas tarde en historiador, idennficaba a los go-biernos de Mendoza como "gobiernos de Iamilias' ' def iniendolas como"verdaderas incrustaciones dihciles de elimmar", Con sus afirrnaciones,Funes daba cuenta d~ magma de re laciones poli ticas que habia impedi -do la conformacion de un regimen inspirado en los preeeplos del l ibera-lismo politico al exhibir esa "ley de hierro" a la que habia aludido Mi-chels en 1915.23 En medic deun clima polit ico en el que la dernocracia

    SABATO, H. YLETTIERI, A. (cc rnp.); Lav ida poltt ica en IaArgen tina del s ig lo XIX. Armas ,votos y vo ces . B s As , FCE , 2003. BRAGONI, B. E I n !g il J1 e 11 d e n o tC l bl es e n agon ia: crtsisi ns L it ll ci on a i) , a gr ll pa ci on es p a rt id a ri as e Il la M e nd o za d e 1890. 510 Congreso Internacional deAmericanlstas , San tiago, Chile Jul io 2003.11 L o s Andes , n" 1 636 , 1 7 de m ay o 1 89 0.z zFUNES, Lu cio. Gobe rn ado re s de Mendo za . L a Ol iga rq ut a, 2 Tornes . Mendoz a, Bes te di to rc s, 1 95 2.23 MICHELS, R.Los pan idos polit icos . Un estud io soc io logico de las tendcnc ias o liga rqui-ca s de la democracia moderna . Amorrortu cdito res, 2003, 6 r e i r npr e s ion .

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    Bea t r i z Bragon:

    soportaba tempestades", Funes llevaba a cabo (a mi juicio) una opera-cion in te le c tu a l r iesgosa a l t r an s fo rma r una categoria hisrorica en ca rego -ria analltica que desde eruonces fue asurnida como dato por la literaturehistorica posterior." i.EI poder era un atributo exclusive cIe reducidosgrupos I ami l i a r e s? (En que m ed ida e l estudio de una familia que acu rnu -16 marcas de au ro r id ad social y politica a 10 largo del siglo X I X , p er mi nadeconstruir este tipo de convenciones historiograficas?Familias y elites iberoamericanas

    Los estuclios cent rados en las Iamilias de las elites ib eroarnericanasre presentaron una [enil via d e a cc cs o para interrogar el m undo pohr ico ydel poder en el periodo colonial e independiente. Las investigacionesque concentraron el Ioco sobre la familia podtan 0 bien representor unobjeto en SI mismo, 0 convertirse en mstrumen to para exarninar dimen-siones econornicas, social es )'/0 pollricas administrativ as de la realidadamericana sin que ellas representaran necesariamente un atajo para inre-nogar algun t ipo de estrat if icac ion social." Inspirados en enfoques sens i-b les a la cuanr if icacion , 1 ::1snves tigaciones centraron el analisis preferen-temente en la composicion y Iuncionarniento de his elites urbanas colo-males que en la mayoria de los cas o s se organizaban de ~cuerdo a ' catego-riassocio-ocupacionales. A pesar de que los historiaclores pod ian estarde acuerdo respecio a [a diiicultad que arrojan estes criterios en la obtcn-cion de clasi fi cac iones scc ia les, Ia posicion/identificaclon de los miern- .. ,bros de 18el it e hac ia correl ar iva la poscsion d e un cnrgo en la admin isl rac io l1

    , ., P ara el d ilern a p oliti co en la A rg en tin a, " ea se H AL PE RIN D O NG HI, 1. L a A r g en t in a y lato rm enta de l m un do . Ide a s e idcologias en t r e 1930 y 1945. B uen os A ire s, S ig lo XXIcditores, 2003 y L a R e p u bl ic a imposlble , 1930-1945. B ue no s A ir es , A ri el , 2004 (Estudioprclhninar)" PE R EZ G UI LH O U D . R C l'c rc lI si ol 1c s de P C I I ' O I l LI Mcndo2 l 1 ( 1 859 - 1 870 ). e n P a vo n y l a c ris is d e.la C on fed era ci6n . Bu en os A ires , E qu ipo d e Inv esug nc io n His io rica , 1965, pp. 561-590 ;I l1s lo loc ; l ;11de l r tg im c l1 l1 lL ll 1i ci l' ol c ll lv le l1 d o~ o , e n R e vi st a d e H u m an id ad e s, U N La P i m a, T o rn oXXXV i , 1961, pp. 73-87; Rcprc scn[C/c ion Y I'Clrlicipoc;ol1l'olriica en 10 h i s lo ri a de l COIHli I I lCi0I10-l i 5mo p ro v in c ia l, e n Homenaje a E d m un d o Correas.jurua d e E s ru d io s H is io ri co s de Mendo -za, 1993, p .191-200 ; MASINI,]' L Mendo z a hace c ien anos. H is to ri a d e l a p ro vi nc ia bajoIn pr e s idenc ia de M itre . B s A s, Thcoria, 1966; SEGHESSO de L O P E Z C. Historia Const i tu -d on al de M en do za. M en do za , lns tiuu o A rgen tin o de E s tu d i os C o n s ti t uc l on a lc s y Pol i t ic os ,J 997; LACOSTE , P La Gene r a c i6n del80 en M end oza . M end oza , E DlU NC , 1998.". Vcase a m od o de e jcm plo b s tru es is provisiona] r e n l iz adn por L oc kard , c sp ec ia lm cn re lab ib lio gra rra c rli ic a q ue s ug iere 1 0 aqu t plaruenrlo. V ea se , L O C KA R D, j. OrgCl l l iz a c io l l yc am b i" s oc ia l e n l a A m er ic a e 's l'( // io /a c o lo l 1i a l. I lE THE L l, L (editor). Hlstcria d e A m er ic aLa t ina . 4 , C am brid ge - C r it ic a , 1990 ( I" e dic io n e n in gl es J98-1).156

    iG ob iern os d e la milia ?

    c o n la dis tJ ibuciein de la r iqw:za. En un estudio pionero David Bradingreflexionaba al respecto:

    [ A q t l i j n o s enjrcnta11los a un i J 1 1 p O r l a n L e prob l ema d e s c l c c c i 6 n . (C0I110 ob len t) 'u n a m u cs tr a r e p r c s c n t a t i w l de la a lt a s o ci ed a d e l e G l la n cl ja io ? iCl l i i l cs d l11c )ormeLodo para esLudiar a estc g r l l p o ? Por[or ll lna, e s t o s pr ob lemas Sf S o I u c l o n ( l nco n r e la t iv e l j l l ci l i c1 c ld mec! ian te Ili C l J I 1 1 j l ( l r a C i C 1 1 1 d e la e lit e e C O n 0 l 1 1 1 C a co n lapolft ica, deI in icnc!o a e st a l l lt ima C O I l l O el g r u p o de p er so na s q ue Jo rmabanparte d el a YL In la m ic ll lo , d e l a s d i p ut a ci o n cs l11e rcant i l y minC1 'a y, e n m e ll org ra do , a ID s o(ic ia ics de milic ia . 1 c x z u nc n m as supeljic ia/nos I -eve la qllC cs t a sd o s c l it c s C ) ' ( I 1 l prac ticamcl1tc i c1 e nt ic a s. L a p o se s i on de li n cargo c 1 e I L l l 1 C I O J l a n Os eg ui a d e c er ca la dis tr ib llc ion de la ri q ucza.l7

    La direccion analuica e interpretativa trazada por Brading tuvo eco enel estud\(l que Susan 50co10w dedico "I gru]Jo de comerciantes mayoris-tas del Buenos Aires virrcinal.?" Confiacla en las virtudes del metodoproscprografico -que gano terrene en otras historiografias- Socolow res-uruyo la dmarnica del sector mercanril porteno localizando rnecamrnos Yestrategias que elevaban a un primer plano las redes de parentesco, realese imaginarias, como impulsoras 0 prornotoras del cornercio de exporta-cion e importacion entre In peninsula y puntos neuralgicos y secunda-rios del antizuo mercado colonial. Si su registro permi ti6 advertir el ere-b . .cimiento del sector despues de 1776 al memento que Buenos AIres resul-to ser erigida cap ital del nuevo virr einato borbonico; ) ' mas tarde con lahabilitacion del puerto, en la medida que sumo motivaciones de atrac-cion para migrantes peninsulares, scrian primero las guenas europeas yluego la revolucion de independencia, las que atentaron contra la l;ege-merna del sector en beneficio de OtTOS. Ese nuevo contexte que lIevo a ladebacle a no pocos clanes rnercanti les, pudo ser aprovechado por losmas jovenes en la medida que robustecieron sus inversiones rurales con-virttendose. lmalmente, en "columna vertebral de la clase alta terrate-n iente" en el siglo X I X .

    El peso. de la familia 0 mas precisamente de las asociaciones fal1lilia~res ocupo un papel diferente en el estudio realizado pOl' Diana Balmorisobre Buenos Aires entre finales del siglo XVIIT y corn ienzos del XX;estudio de caso que sirvio -junto con otros- al diseno de un modele defuncionamiento de las redes de famtlias notables en la estrucruracion de

    "BRAD ING , D. A . M i n er o s y co me rc ian te s en el Mex i c o horbonico (1763-1810). Mex i c o ,1983, p. 403 (lcd ic i6n , 1971).' " S O C O L O \N , S. Lo s mercaderes d el B uen os A ire s virreinal. Famil ia y come rc io . Bs As , Ed.d e [ a F lo r, 199] (10 e rl ic io n e n i ng ks 1978).

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    oeRtriI. i :3r ( lgoni

    los estados naciona les Ia tinoamericanos." Sin duda se trataba de unatesi s estimulante en cuanto recuperaba algunos topicos recurrentes entorno a las indef iniciones de las esieras publica y privada en la exper ien-cia ibcroarnericana del pasado remota como del mas reciente. En primerlugar el esquema interpretativo de 105 autores consideraba Ia familia "comounidad social basada en lazes de sangre y matrimonio" en cuanto seconvcr tia en el "eje alrededor del cual giraba la histor ia iberoamericanadesde la ultima parte del pertodo colonial hasta la prirnera erapa delsiglo XX" . En segundo termino, se trataba de un recorrido realizado atraves de " trcs generaciones genealogicas" donde cada una de elias l leva-ba a cabo act ividades di ferentes, en Iunc ion de estra tegia prefijada deantemano por patriarcas que supuestamente podian acceder a cualquiertipo de informacion y recursos con el fin de garantizar el exito finaltraducido, la mayoria de las veces, en la capacidad reproductiva del l ina-je que reconocta, adernas, un origen comun. En tercer lugar, sobre labase de pensar Estado y familia como dos esferas en dispute 0 competen-cia, Balmori, como sus colegas, consideraron que [rente a la ausencia deestructuras sociopoli ticas en el s iglo XIX, estas asociaciones de Iamiliasbasadas en lazes de sangre y matrimonio iuncionaban por sfmismas comoorganizaciones sociales en el orden publico:

    En d s ig lo X I X la s misrnas e s t ra t e gi a s f am i li a r cs hicieron q~lC la red fue ra m ascohc.,ivClY l e s ayc ld a ron a c on tm l ar t an to el gobicrno reg i ona l c om o e l n ac io -nal . Fu e W1Cl di fcrcl1cia d e gm .d o 11 0 d e s u s ta n c ia 0 mo d o de o pe ra r: Y e! g ra do d ec o he s i6 n p e rl 1 1i ti a u n a p oU t ic a c o n c e rt a d a en el m a s a lt o nive1.30

    De ta l forma, el razonamiento cornbinaba algunos supuestos: por unlado, una no c ion de familia y redes de. relaciones que ubicada en laesfera de. 1 0 privado, uiterventa en la esfera de 1 0 publico, y de la polit icsporque disporua de las Iuentes de l poder soc ial. Al respeclo, Ba lmori

    20 BALMOR1 , D.. VO SS ,S . & . WO RTM AN:M . Notab le f am ily n etw orks in L a tin Am eric a.C hic ago U nive rs ity P re ss, 1 98 4 (10 edicion en espanol Mexico ,1990).3D En el B ue no s A ir es estudiado po r Balmori, la n o ci on o rg an iz a cl argurneruo. A l r e vi s ar 105n eg oc io s d e la s I ami l i a s ana l iz ada s a l i rma : "en f i n , la s c om pl ejas i nte rc on ex io ne s q ue hab iae ntre la s larnilias e n l as c sf er as s oc ia l) , polltica sostentan ernpresas econornicas de muchasmaneras, U118$ veccs sutiles y orras evidentes", p .1 S7. A lg un as m en cio ne s crit ic as a] mode lobalmoriano las h e l lev ado a cabo en otros trabajos. Veanse respecuvarnente, Temas , prob le -1110S Y F l" O c cd i m ic ll t os e n / :o rn o a l o s c S l l Ic i i o s de Jamilia. Apul l tc s de [ (11 c je rc ic io , e n B O lX A D 05 ,R. Y BJERG . M. (cornps.). Estud ios de fam ilia . U NQ uilm es , en p re ns a, YAsuntos deJmnil ia:M(I11"i l11o l1 io ,p l " d ct i c as h c r c di t a ri c L S Y / 1 l "O tCCC iO I 1el ma t li l1 1 o l1 i o e ll d s ig lo XIX. A nu ario IE H5 ,Tan cl il, 16 , pp . 337-364 . Vease u na pu e s ta a p un to de la problematica f am il ia , e n M O RE -NO,. I . L. Historia de la fami l ia en e l R io de la P la ta . B s A s, S ud arn ericana , 20 04 .158

    JIjiG ob ie rn os d e f am ilia l

    concluia su ensayo advirt iendo que ellegado de esa red de familias nota-bles en Buenos Aires , habr ta consist ido en "la naturaleza sernipr ivada dela Iuncion publ ica". Vincula do a el lo, primaba un concepto de Estadoriesgoso, utilizado con bastante ltbertad entre la experiencia colonial y laindependiente, sin advertir 1 0 suliciente en sus especificidades, que [U11-cionaba como faro orientativo para hacer confluir la informacion en fun-cion de conocer un resultado de anternano.

    Moutoukias l levaria a cabo un ejercicio diferente al estudiar la dina-mica entre. comercio y adrninistracion en el Buenos Aires tardocolonial."Utilizando los recursos heunsticos disponibles a partir de. s u propia ex-periencia de investigac ion sobre e l contrabando en el Rio de la Plata delsiglo XVll, y de la mana de la correspondencia de los cornerciantes, delos protocolos notariales y de los expedientes judicia les elevados porIuncionarios reales, Moutoukias rellexiono sobre ese Lemacaro a la histo-riografia latinoamericana que hacia de la corrupcion el nervio de la 1110-

    ..,.,.'narquta espanola." Moutoukias se preguntaba: ~ C6m o a cce de r a te jid os 50-ciales mill a m p l ia s qLle l a f ami l i a y dp ar en te sc o, a si c om o a r e la cione s d ien te!a l- e s?La representacion de tina "red egocent rada" rea lizada a traves de la co-rrespondencia parcial de un gran cornerciante del Buenos Aires borboni-co le permitio registrar un universe de personas a traves de los remitentesy los mericionados en la car tas, visualizando desde ellos "lazes Iuertes" y"lazes debiles" que concurrian en un tejido de relaciones cuyo nucleoera la familia y la parentela pero cuya dinamica se regia segun posicionesrelat ivas de los agentes . Esa conllguracion de relaciones, cambiantes yIlexibles, que se reconoctan en sentido vertical como horizontal desdibu-jaba tanto la nocion 0 concepto de "familia patr iarcal" como tarnbienponia en duda "las imageries de la estrat ificacion en macro categoriassoclo-profes ionales' '. D. .. su trabajo tambien sobresaha un aspecto pocoatendido por la l iteratura antes aludida. A diferencia de Balmori u otros ,consideraba la parentela como nucleo de una red mas vas ta de relacionespersonales a la que podian sumarse -siguiendo a Boissevan- los friend s o ff r i ends . Esta novedad irnportaba en la medida que abria el espectro aobservar mayor canLidad 0 nurnero de relaciones y, a l mismo tiempo,

    3~ ~ O U .T O UKI AS ,. Z. F al 11 i1 ic lpalrial"W1 a r ed e s s oc ia le s: b a la n ce d e u n a i /J 1 ag e n d e l a c s tr a ti f ic a -CIOIl socIal. A nuano IE HS , Tand i l , 1 5. 20 00 , 1 33 -1 52 . Ad cma s , ResCatlX pe r sonne ls el alltolil!'c o lo n ia l e: l e s n < ' g oc i an l s d e Bu e no s Aire s au ' \ 'Vlllc s iec lc . Annales E .5 .C ,ju il le t- oc to br e, 4 -5 , 1 99 2..12 Vease el cuidadoso tratamiento d e l p ro b le m a en GELMAN, J. La I lIelw pa r eI con t l"O l delEs tado: . a d l11 in is t r a c id l1 y cliles [o lo l1 ia le s Ell Fiispanoa l11c r ic a , en TANDETER e H ID AL GO L E-H UE DE .H is to ria Gene ra l de A meric a L atin a. Procesos americanos hacia la redefinicionco lon ia l. E dic io ne s U NE SC O/E dito ria l Tro tta , 20 00 , p .2S I Y 55.

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    B ca u iz B ra g on i

    descentraba el problema de identificacion del fundador cle los linajes ar nensu rar, ligados, en la mayorta de lo s cases, a decisiones reales 0 irnagi-narias moldeadas por memorias [amiliares al calor de selecciones muyvariadas, Al mismo tiempo, la poslbllidad cle cletectar los recursos quecanalizaban esos nexos personales en la constelacicn de actores que vi-sualizaba, advertia un asunto medular sobre el que concurrfa la mayo riade las investigaciones sobre familia y parentesco en Hispanoamerica.Moutoukias matizabael modele de familia parriarcal anteponiendo laIiliacion bilateral de parentelas hispanoamericanas, un 8specto que Bal-mori consideraba solo parcial mente dada la ausencia cle mujeres en car-gos adminis trat ivos y/o pol it icos .

    El ejernplo de Buenos Aires venia a sumar nuevas evidencias en tornoa un tipo de aproxirnaciones que pusieron el acento en las dinamicas delpoder local u ti li zando noc iones y her ramientas centradas en las pract icasde los actores y en la perspectiva de r e de s s o ci al cs en cuanto instrumentosen sible a detectar interacciones en tre individuos, grupos sociales y espa-cio social." Ellas han arr ojado, a gr andes rasgo s, evidencias signilicanvasde las Iorrnas flexibles )' variadas a traves de las cuales, individuos ygrupos utilizaban los lazos personales, sean Iarmliares 0 de parentescosrituales, con el proposito de acceder a una suerte de mercado de influen-cias que les permitiera mantener 0 ganar posiciones en diferentes esferas(como justicia, econornia, administracion). Para el caso americano Tho-mas Calv031 ha considerado recienternente que' el Ienomeno fue muchomas evidente que en la peninsula en la rnedida que se esta Irente a 10. que,,,considers una "originalidad americana" que pone en escena la ausenciaen sus orlgenes de cuerpos intermedios. Esa carencia que exhibia Ameri-ca en contraste con los "cuerpos" de la experiencia iberica es la que ex-pli ca las Ior rnas de c li ente li smo ver ti ca l y horizontal a naves de las cualeslos clanes 0 camarillas afincados ell las ciudades coloniales pod ian acce-der 8 todo un juego de Iavores, cornplicidades y protecciones con losIuncionarios coloniales y alcanzar incluso la misma peninsula. Sin em-bargo, esos lazes que unian el poder central con los subditos arnericanos,

    IIV ea se , e nt re Otr05. BERTRAND, 1 \ ' 1 . Lo s modo s relaciollaics de las clites llispanoal11C1' icaJ1CIsw lo ni ci le s: C I lJ O q ll C Sy post l lrLl .l . Anuario IEHS, Tandil , 15, 2000, pp 61-80; ZOf, lIGA, Jean-P au l. C lu n, parente/a, Jami l i a . i n ci i vi d uo : / ll C io c io s y n iv ele s d e ' l lld/ isis. Anuario IEHS, Tandtl,op ci t. p p.51 -6 0. Un exam en de rcdcs } ' facciones en la cxpcrienc ia ibe rica ha s ido ren liza -d o p or ' vVINDLER, C . Clicll lCies roya/cs ci c l ic l 1t d c s s c ig n w r ia l e s vcrs laJill d e i 'A n c ic n Re g im e ,UII d o s si e r c s p ag n o ! . Annales HSS , 52, 1997,293-319 Y/ v / cd i ando , 'dacioncs. R c d cs s o c ia l c s yc amb i a p o l it i co u [ i n ci l cs del An/i ,~l lo Re g im e n Hispania, LV J1 II 2 , nirrn.199 (1998) 575 -605 .H Veanse las rclle xionc s de CALVO, T , e n Anuar io J EH S . T an di l, anres cuarlo.161J

    l G o b i e rnos de fa IIIiii a?

    c"'paces de interferir normas e instituciones, rcconocian a la familia y alp a te r J a m il ia s su nucleo central, sea como realidad 0 ideal.

    En suma, frente al esquema interpretauvo que hacta de las elites loca-les arne ricanas un obstaculo en el funcionamiento del poeler imperial, enla actualidad contamos con irnagenes mucho mas cornplejas que consi-cleran, entre Dt]"8S casas, la relevancia cle acetones deliberadas d ir ig id as"desde arriba" como de aquellas que se dirigtan en senudo conrrario. Per[in, si pam este upo de literatura, las redes habian sido efectivas paracanalizar mecanisrnos de consenso y de control politico en la configura-cion de relaciones sociales del ultimo tramo del orden colonial, hasraque punto esos recurs os habian side efectivos en la edilicacion de lawssociales )' politicos en el siglo XIX, paso a constituir U11 interrogantecentral sobre el cual los Gonzalez y sus reeles sociales extendidas en unamplio y rnovil espacio social y politico, dirimido entre Buenos Aires,Mendoza, e incluso algunas localid ades y ciuclades ch ilenas, podian darrespuestas significativas.Redes y negocios: los Gonzalez como caso

    A los efectos de la investigaci6n que encaraba, se trataba de desplaza-mientos interpretativos valiosos que problernatizaban las relaciories y/odirecciones de cadenas de autoridad 0 mando politico en cuanto visua-lizaban a los vmculos personales, no )'8 en el mero sen lido .metaforico,sino como punto de contacto entre las practicas de los agentes y l os con-textos en los que operaban." Los contactos per sonates permiuan idenn-Iicar laws entre individuos en pos de la consecucion de influencias y/orecursos (como informacion , relaciones y credito) en coutextostnesta-blcs, po r 1 0 cual se 'podla acceder a configuraciones de personas m6vilesen procura de beneficios econ6micos e intereses politicos. Y mmque ob-viamente las facciones 0 camarillas que alimentaban las nervaduras delpoder colonial dilenan de las constelaciones de individuos visualizadasen el grupo de parientes yaliados que estudiaba, el interrogante que seimponia entonces era que papel habian cumpliclo en el cscenario inau- .gurado despues de 1810 en un espac io per il er ico : :I I foco revoluc ionar io .En on-as palabras, si la logica delineada por los paricntes, amigos y alle-gados clel Buenos Aires tardocolonial, mostraba que las redes habian sido

    ]3G RI BA UD J , M . AWII1I -p rn l ' ( l s , en E sp ace s, tem po ra l ite s , stratfications. Par is , Editions deI 'EHESS, 1998; L E PE Tl T, B ., ( cd .) . F o r m e s de slrnLiJic

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    Beatriz rlragoni

    un capital relacional decis ive Lenque medida el exito social de los Gon-zalez habta clependido tambieri de ellas? i.Lasredes y la parentela se con-vir ticron en recursos eficaces para la formaci6n de r iqueza material y deldesarrollo ernpresarial? (En que medida las redes y la parentela sirvierona la const ruccicn de relaciones de poder? En caso que si rvieran 3. eseproposito, Jas redes tarnbien habtan sido elicaces para canalizar controly dominio politico en la Mendoza del siglo XIX?

    A semejanza de los comerciantes coloniales analizados por la literatu-ra historica", las redes de relaciones personales ocuparon un papel im-portante en In organizaci6n de los negocios y en la naturaleza de losactives que enriquecieron a los Gonzalez. Estas conclusior ies provinie-ron de la mlormncion cornercial de la familia y de los protocolos notar ia-les del per iodo de donde ernergia una divers idad de actividades, de per-sonas y de figuras elast icas que concurrian en las transacciones . Estasevidencias contrastaban con las visiones propuestas pOI la literatura his-tor ica a proposito del desernpeno de los "grupos propietar ios" en el pro-ceso de recupcracion de la economia provincial experimentado en deca-das posteriores a la lndependencia. Esas imageries provenian fundamen-talmente de informacion generada por la admmistracion local: se trata deuna serie de listados que aparecen encabezados por dos categortas prole-sionalcs: comerciantes y hacendados , clasi licaciones que perrninan im-poner cargas f iscales diversas, a f in de I inanciar el Es tado provincial . Deesas adscripciones dos his tor iadores tan .diversos como Correas y f le-ming hac i an depender la dinamica economica que habia permitido lamentada recuperacion economics provmcial." LEn que medida esas cla-silicaciones socio profesionales explicaban el juego de relaciones empre-sariales ensayac1as por los Gonzalez entre 1800 y 18 8 a ? En realidad, elexamen de las pautas de inversion como el registro de las transacciones,clesdibujaba esas adscripciones. Si en varios casos podlan apelar a algu-nas de esas dos identif icaciones, los ncgocios estaban organizados de talmanera que no era sencillo (si no imposible) asimilarlos en conjunto auna sola categori3. No solo era un Lemaligado a la autopercepcion de los) (,Ve asc a modo d e e j e rnp lo , GELMAN, j. D. De mercachif le a gran comer ciante: l oscaminos del ascenso en e l Rlo de la Pla ta Colon ia l. Unive rs idad Internacionul deAnda lucla- Univc rs idac l deBuenos Aires , 1996; GALMARINI, H.Los negoc ios del poder. Reforms ycrisis del Estaclo 1776/1826. BsAs, Corrcgidor, 2000."CORREAS, E. lvimdoza 0822-1862), His to ria de la Nac ion Argen tina (des de los ortgeneshas ta l a o rza nt zacion def ini ti va e n 1862) Volumen X ,BsAs, El Atene o, 1 965 , p p. 77 -175;FLEtv llNG,' \,V Regiona l develcmennt and transportat ion in Argen tina : Mendoza and theGran Oes te Argen tino Railroad, 1885-1914 . Ind iana Unive rs ity, PhD., 1976. (Microfilms).162

    (Gobiernos de familia)

    actores , sino del registro de las practicas empresariales ensayadas en unespacio econornico que de ninguna manera anclaba los intereses de losindividuos y del grupo en el ambito local, en el que operaban comoagentes privilegiados. Esa posicion derivaba de las relaciones 0 conexio-nes que manteman enotros ambitos Esta logics de negocios personales yde conjunto, claba cuenta de la lactura de empresa in te iTeg io l la l cuyos inte-reses se conectaban con dos centros neuralgicos del cornercio intemacio-nal (Buenos Aires y Valparaiso) y con un abanico muy diverse de ciucla-des y localidades distantes del centro de operaciones comerciales situadoen la pertlerica ciudad de Mendoza. Negocios de familia y negocios deindividuos englobaban, mas que diferenciaban, las adscripciones socio-profesionales de comerciantes 0 hacendados. Mas precisamente las mix-turaba en cuanto oficios posibles de l levar a cabo en el conflictive con-texto anterior a 1880 que de ningun modo adolecta de inestabilidadesincapaces de garannzar algun tipo-de equil ibrio. En tal sentido la paren-

    "" tela y las redes de relaciones personales habtan actuado como 50Sten encuanto habian habili tado la circulaci6n de recursos como personas, tran-sacciones, informacion 0 credito, instrumentos medulares para cualquierdesenvolvimiento ernpresano, Resulta importante destacar que esa suertede "localizacion'' de. comportamientos sociales permitio restituir que esecontexte resultana favorable a la Iorrnacion de nuevas fortunas Iamiliarespor 10 cual Ja autoridad social de los Gonzalez (L como de otros") noproverua de ningun modo del pasado colonial . Esta si tuaci6n porna enduda algunas consideraciones historiograficas que afinnaban origenes co-munes y sentidos univocos a los viejos linajes coloniales en la estructura-cion del poder polit ico provincial. Una logica social afinnada en innova-clones y tradiciones reforzaba, por el contrario, la emergencia de actoressociales diferenciados.en los margenes aun SillUOSOSe 1aArgentina eric-l la que sugerian el conocimiento de mecanismos generales como paratransitar sin grandes sobresaltos un exitoso itinerario social.Al mismo tiernpo, ese haz de operaciones puesto en marcha por una

    estrategica (y diferenciada) interconcxion de individuos, cuyas posicio-nes y/ o adscnpciones necesariarnente debian variar para moverse en mer-cados distantes y de naturaleza diferente, ponta en eviclencia situacioncss ignif icat ivas del perf il empresario examinado: por un lado, una tenden-cia a lacomplementar iedad de actividades mercantiles y productivas;pOl' otro, y ligado a ella, 13sestrechas conexiones entre los arnbitos ruraly urbane. Arnbas prefiguraban una racionalidad de negocios que recono-cia imponantes puntos de contacto con pautas ernpresariales y biograftasecon6micas ensayadas en otras regiones de las que podian llcgar a dis tan-

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    B e nt r iz l l rn g o n i

    ciarse por la escala de negocios que alcanzaba, no pOl' el marco de refe-rencia>: adernas, las evidencias obrcnidas a partir del desplazamientodel Coco de atencion de las clasificacicnes econornicas (comercio, pro-ducc ion 0 crcdito) al actor y sus p ra ct ic as , m a r iz ab a n otro tipo de con-venciones histor iograf icas. En espec ia l aque l la que a lud la a la s cualidades empresariales de los agentes dirimidos en tr e "tradicionales" y "mo-clernos"_3~ A sim is rn o, e l desernpeno empresar io ver if icaba aque l la sospe-cha Iorrnulada por Balan cuando vinculo el desarrollo agroindustrial viti-vinicola con capitales originarios de la region'O, que rnatizana ese otro su-puesto que hacia de lo s nat ives acrores a jenos a dinamicas capita li st as. " .De la periferia al centro: lazos sociales Yvtnculos politicos

    Puede decirse que en el interior de lu historiogra[ia hispanoamerica-na y argentina, la validacion de la hiporesis de las redes de relacionespersonales en l a d in a rn ic a economicn del siglo X IX implicaba mas quealgun upo de novedad, una nueva corroboracicn.? No ocurria 1 0 misrnocon la idea de .considerar su incidencia en la configuracion de la poluicay 1 0 politico del perioclo. Obviameme no pretendo decir que se negara Iacentralidad de los vinculos primarios en la Iormacton de [acetones 0

    . 1 . " REGUERA ,A . Famil ia,Jorl l lacion de I ' a lr imonios y l r a l1S lJ1isi l in de l a ( ic rr a en Argent il la. L osS a nl al J1 a ri ll a C l l T a nd d ( 18 40 -1 93 0) , e n G AR A VA GL I A, J. C, GELlvLAN , j. )' ZE BE RtO , B .(cornps.), E x p an s i6 n c ap it al is ta y t ra ns fo rm ac io ne s r eg io na le s, La Colrncna, l EHS , 1999.HORA , R.,L os te rra ten ien tes de la p am pa arg en tin a. Un a h isto ria so cia l y politica 1860-1945. Bs A s, S ig lo X Xi, 2 00 2.'9 L as in ve sti gn cio ne s s ob re I ns e lit es rne rcan ti le s de Corrien tes ) ' Cordoba en la prunersm itn d d el sig lo X IX reprcscn tan trn po rtan tcs vias d e acceso n l p ro blem a plan tead o, Vcan ser es p cc ti l' am e 11 le , C H IA R AMON TE , J. C M erc ad ere s d el Literal. Econorma y soc iedad enConientes (primera m it ad d el s ig lo XIX). B s A s , F C E , 1995. R O lv lA NO , S . Economia, sociedady p od er e n C 6rd ob a. P ri me ra rnitad d e l s ig l o XIX. Cordoba, Pcrreyra Editor , 2002.; (\ B A LAN , J . U n a c ue s (i O J l r ~g io n al e n la A r g en t in a : b l ll 'g l lc s ia s p r o l' in c ia l es y c/ mcrcado nClc iol1i11en cI c lesa r rol lo a g r o c x l ' 0 r l a c l o r , e n D e sa rr ol lo E c on o rn ic o , 69,1978 YBALAN,Jorge) ' LOP EZ ,N. BlIrgl lcsias y g o b ic i -n o 5 p r o vi n ci a lc . 1 en 10 A r g c n t i n e } L,ll'Oli' liccl. im l'o siU va d e TlIClI l l lQn yM c n d o z a c nrr r 1 87 3), 1 91 4, e n D es arr ollo E co no mi co , 6/ ,1977 . P ar a u na v er si on r en ov ad a"c as e, R IC HA RD J O RB A R . P o de r , e co no rr ua y e sp ac io e n M en do za 1850-1900. D e l c o me r-c io g an ad ero a la a gro in du str ia v itt vin rc ola . M en do za , E F il os of in ), L C[ f3s -U NC , 1998.-f) M AR TiN , Fran cisco . E stad o y ern presas. P oltticas esta ta les y con fo rm aci6n de unabu rgu es!a reg io na l, M en do za , E DlU NC , 1992 ( v er s io n m e c a no g r af i "d n 1979)." L a lu c ra tura es abundnn te . A m odo de c je rnplo rc rnuo a] caso m ex icano ana lizn rlo po rMario C eru tti , en CE RUTTI, M . )' VE LL lNGA . M . (co rnp s.). Bu rguesias e indu s tr ia s enA me ri ca L ati na y E ur op a M eri dio na l. A lin nz a, J 988; adcrnas, E 1 1 1 ] i l 'C s a l ' io s e S l 'a i l O / e s en cInodc de l v/ t'x ic o. R ev is ta d e H is to ri a E co n6 m ic a, AI10 A'VII, 1999, N" e spe c i al .

    i Go bi cr no s d e f am il ia ?

    grupos poltticos locales. Solo inrento argumentar que el tratamiento delproblema era dilererue porque dilerian los supuestos que organizabansus indicadores.

    En la experienc ia a rgentina , losenredados cong lomer ados de perso-nas que die ron forma a los grupos pohticos en el siglo XIX, idenriiicadosen Is mayona de los cases como anticipos, rnuchas veces deformados clelos partido s de rnasas 0 "rncdernos", ayudo a disenar una vision del po-der y la politica sujeta a patroncs personalistas, cuando no parernalistas,que no solo habta rnoldeado la cultura politica sino que, adernas, habiacoudicionado la eficacia del sistema. Se podrta convenir que se trataba,en buena medida, de una imagen tributaria del modele ana l t t ico ensaya-do por Gino Germani para quien vale 'recordar el transite de la sociedadtradicional a 18 modems requeria de etapas de participacion 0 integra-cion politica crecientes ligaclas a procesos de modermzacion econornicaen los que la divcrsilicacion social resu ltante generalmente se acornpana-hi de la "prciencion de nuevos estratos de parricipacion en el poderpolitico":". Ese proceso gradual de paruct pacicn poluica -ligaclo sobretodo al sufragio- daba por supuesta la ruptura de la comunidad local yde los grupos prirnarios que la vigorizaban, disrupcion que sepresentabanecesaria en cuanro habilitaba la transfer encia de la l eal tad persona l dadaal rey a la lealtad impersonal ororgada al Estado nacion. En tal sentido elproceso de seculanzacion que traia aparejada la modernizacion econo-mica, suponta el remplazo de los lazes sociales tradicionales anrepol1len-do en su lugar un nuevo tipo de vinculo entre sociedacl y pcder politico,en cl cual el ciucladano moderno -cntendido como individuo racional yautonorno- se convertia en sujeto p reeminente clel nuevo escennr io . Aun-que Germani considerara que cualquier regimen necesita para ser dura-cl ero consenso act ivo 0 pasivo de las masas, la movilizacion poluica delos primcros tiempos revolucionarios e independientes, como el poste-rio r ensayo aurocrauco cle Rosas, no funcionaban como ind icadorcs acep-tables de panicipacion polltica. A su juicio, los ltmites de esa expericn-cia -de la "dernocracia inorganica" en los terrnlnos utilizado s por Jo seLuis Romero- residtan en que las cualidades del perfil del "tipo criollo"c sta ba n le jo s d e I av ore ce r la r ne nta da t ransl erencla de lea ltad d e la comu-nidad loc~l a una nacional, ntu), a pesar de que se tratara de una solu-cion democra t icn impuesta por la "accion de la mas a" de la cual habtaemergido el poder de los cauclilios y con ellos el de las provincias y el

    1\ C E RMAN 1 , G . P o l t ti ca y so cied ad en u na ep cca de tran sic i6n . D e la so ciedac l trad ic io na la la so c ied ac l m odern s. Bs A s, 1 ' , 1 i t ic is , 1968, I 'anc II) ' IV

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    B e at r l; : B r ag t) n i

    Inter ior. Ese esquema de poder, s in embargo, habta arrojado una parade-ja adicional: no solo porque habra alirrnado el peso de la comunidadres tringida incapaz de extender lealtades estables a la comunidad nacio-nal mcderna sino pOl'que habta rcpresentado, sobre todo, el exito delcentral ismo portcno. Ese escenar io habria de mcdlficarse mas tarde, pre-c isamente dcspues de 1853 cuando la el ite s dirigentcs pusieran en mar-cha instrumcntos decisivos para transformar el pais."

    En algun punto el topico gennaniano entrarta en clialogo con algunosde los presupuestos que acornpanaron la revitalizacion de la historiapoltt ica iberornericana del siglo XIX.Aunque se convenga que las recep-clones de los debates vigentes en otras historiogralt as suelen aparecersuj etas a usos variados en las que convergen mediaciories de dife rente11 8 turaleza , y del inevitable Iiltro moldeado por tradiciones historiograh-GIS naciorialcs (que 8 esta altura habria de considerar que no aparecereprcsenrada Lan solo par aqucllas herecladas del s iglo XIX), la atencionpLlcsta al Ienorneno de la formaci6n de las naciones latinoamericanas, yde sus avatares en el siglo XIX, puso en escena ese terna caro que desdelas lcciuras de Tocqueville sirvio de gri lla interpretat ive para dar cuentadel pasaje del antiguo regimen colonial al modemo americana, Comobien se sabe una profuse literatura ha dado cuenta de la variedad deadaptacioues y resoluciones en que el principio de soberarua popularCueasumido como supuesto organizativo de los regimenes politicos ensa-yados en la primera y segunda mitad de l ochocientos, De Mexico al RIode la Plata las invest igaciones de los ult imos 81105 han restituido image-nes muchc mas cornplejas del desarrollo polit ico lat inoamericano de las

    'i4 Gallo )' S igal pus ie ron a lgunos reparos a l p roblema: a l to rnar en conside racion las c rt ticascorucmporaneas a ]mode le inspirador del soc lo logo ita liano, subraya ron que d icho trans i-t o n o s upon ta que s e i rat ar a t ic "de s t ipo s h is io ri co s conc re te s s in o d e de fini cione s a nal it i-ca s, cu yo objeto e s otorga r u n sc nt id o a l as a ce to ne s d e los d il er ent es grupos s oci al es" . Enel objeto pOl c ll os a sumido - Ia forma -c io n d el pr imer p ar ti do d e mas as - s i e sa s ca te go ri asten ian algLIll lu ga r 1 0 nan en l a r n ed id a que r ec cn o ct an e l valor del s is tema de conceptos ,d e un n ive l d e an al is is a doptac lo p ro vi sion almen tr e p or considc rlo tnst rurnen to u ti l en l ad ef in icion de ind ica dores an ah ti co s. L a p ro pu es ta int erpret at iv a e ra o rigina l: en luga r ded iv id ir a l pais entre sec re te s modcrnos y t radicionales , optmon pOl ' interpretar e l p rocesoc omo " in te ra cc io n cons ta nt e d e el ementos t ra di cion al es y mode rnos aun en los grupos 0reg ioncs 'mas avanzados ', E lsupues to exp ltci to es que no existe una "real idad" toialmcntemcdcrua y que , por o trn parte , los modelos desociedades mode rna s actuan como cornponen-tes dinarnicos y su interacciones con tendencias rradicionales daran como resultado una reali-dad peculiar. Vcase, GALLO, E . ) ' SIGAL, S. L a jonl1aciol1 d e l os Pal'lidos p o lWeos colllcmpOI'cil1cos:let Unioll Cil'ica R a d ic a l ( 1 89 0 -1 9 J 6), en OJ TELLA, GERMANI, GRACIARENA Ycolaboradores.Argentina, socicdadde rnasas. 13sAs,EUDEBA, 1971, p.126 (l"ed,1965).

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    iG ob ier no s d e f ami li al

    que regian hasta hace algunas decadas arras ." De tcdos elias me interesatraer a colacion el que alude al papel que cumplieron las redes de rela-clones personales en la dinamica del poder del siglo XIX, en la medidaque mi propio ejerc icio de investigacion permit io advert ir l a manera ellque ese tipo de lazes sociales Iueron resignificados al convert irse en me-canismos eficaces para canalizar lealtades poltt icas en esferas de poderno solo local sino nacional.

    Asumir un abordaje microanali tico haciendo hincapie en las redescomo recurso para anal izar la construcci6n de poder e inlluenc ia socialadquirida por un grupo de par ientes , suponia cons iderar las como meca-nisrnos microsociales de tipo interaccional ." Se trataba de una hipotesissostenida en prcsupues tos desarrollados por antropologos sociales vin-culados a la escuela de Manchester que, como bien se sabe, descentraronla s rdaciones i l1Jormales de fa esJera de 1 0 p r i v aao . Maurizio Gribaudi ha desta-cado recientemente que esa mutaci6n era importante porque permit i6restituir la mauera en que las redes de relaciones personales hacen amecanismos y logicas de comportamiento individual y colectivo en socie-dades complejas. De tal rnanera, el analisis empirico de relaciones il l [or-males de var ies individuos observados en contextos diferentes permiua,en efecto, iluminar la complejidad de dinamicas que convergen en elcuadro de relaciones cotidianas. En los pliegues de las relaciones infer-males y de "redes egocentradas", suscepLibles de ser graficadas, los inves-tigadores recurrian a lazos -rnatertales 0 simbolicos- inscriptos y reactua-lizados en cspaeios mas arnplios de Iorrnas mstitucionales y/ o econorni-cas de una sociedad.De algun modo e l vira je inte rpre tat ivo operado-sobre el papel de loscontactos perscnales en la dinamica del poder y la polirica adquirio vigorentre los historiadcres dedicados a cxaminar e l t ejido de relaciones so-

    45 La literature es abundan te . Citare solo a lgunos e jemplos representat ives : GUERRA, EX.Modernidad e inc lependcncias . Ensayos sobre revoluc iones h ispanicas. Madrid, Mapfrc,1992; HERNANDEZ CHAVEZ, A.La tradicion republicana del bum gobierno. Mexico, ElColeg io de Mexico, FCE, 1993; ANNINO, CASTRO LEIVAYGUERRA. De los Imperlos a la snac iones. Ibe roamerica. Zaragoza, Ibe rCAja, 1995; ANN1NCl, A. (coor.) , His to ria de lase lecc iones en Ibe roarne rica , s ig lo XIX, Mexico, FCE, 1995; SABATO, H. (COOL). La ciuda-d an ia pol lt ica y l a formac i6 n de l as n acion es , P er sp ect iva s h istor ic as de Amer ic a Lat in a.Mexico, FCE, 1999: lvlAlAMUD, C. (COOL). Legi timida d, r epres en ta ci6ny a lt erna nc ia enE sp an a y Amer ica Lat in a: l as r efor rna s el ec toral es (1880-1930) . Mexico , E lColeg io deMexico- Foudo de Cultu ra Economica , 2000.10GRIBAUDl, M. eehdk.l'crtincnee, COI1{igllnltion, e n REVEL, ]. J eu x d' ech el le s. L a mic ro -analyse a l 'expcrience. Paris, Callimard-Le Seuil. 1996 y Avan t -propos , en Espaces, tempo-ral ites ,s tratfica lions. Paris , Edirions de I 'EHESS, 1998.

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    Bealriz Brngonl

    c ia les de los regtmenes l iberales c le lochoc ientos europeo. ISlaS investiga-ciones arrojaron importantes novedades en lorno a la Iorrnacion de los"regimenes de notables" asignando un lugar dilerente a la familia, el pa-rentesco y las relaciones person ales despeg:'mdolas de visiones ligadas ala corrupcicn, y p lan reando las como principio de influencia social."Estas reflexiones ganaron impac to en la m ed id a que permitian ponerreparos a los supuestos que organizaban las versiones dorninantes: porun lade, aquella que asignaba a los vinculos personales un caracter rna-n ipulato rio de la accion po lltica ligado entre otras cosas a la desviacion 0corrupcion del sistema; por otrc, matizaba aquella otra que, denvada deuna vision hohstica de la sociedad, consic1eraba el laze personal en fun-cion a la articulacicn de jer ar quias sociales y politic~ propias de comu-nidades de tipo antiguo que si Iiguraban en el repertorio de practicassoc ial es que vinculaban sociedad y poder de los "notables" en el sigloX I X , 1 0 eran pOI-que daban vida a agrupaciones en las cuales la politicaestaba ausente. En un sustancioso estudio que a lud ta al an tiguo d ilemade los teoricos de la modernizacion en rorno a la "construcciori de lanacionalidad" y el "p roceso de individualizacion, el atributo mas impor-tame y el mas dilicil de' obtener de la ciudadanta moderna", Prancois X .Guerra afirrnaba:

    "Una individualizaciol1 q ue p ar a s cr c om p ie ta , e xi gi rc 'i p ri mc ro l a i nd iv id u al i-z ac ia n s oc ia l; cs d e ci l; l a e lis o/ uc io n 0 , pa r 10 mcnos, el dcbi1itmiliento de losgmpos cst ruclLirados pOl' vil1culos de t ip o a n ti gu o : l as h a ci en d as , l as c O l1 w n id a -de s p 'lcb leJin as 0 l as p a no q ui as m -b a na s , l as p a te n te ta s , ICL\redes clicntelares (ys ob re t od o, d es pu es , la s p ol it ic o a dll 1in is lr aU v( ls ), lo s gnlpos a r ti C li la c lo s pO l'v i l1culos corpllrativos 0 ' e n tr e e ll o s, Itlego, los ll1ilitares). E sta mo s a qu f a nte linlargo e i na ca ba do p ro ce so q ue a lg un os fa cto re s I 11 cl te ria le s p ue de n fa vo re ce l;

    ; ; Lanccesidad de desn;il ilka r a lgunos t6p icos interprerat ivos de hcrencia dec irnononicasobre el diseno politico de rcgtmcnes hispanoarnericanos y del aren euroatlanuca, apuniana r c co n o c er las c on tr ad ic cio ne s d cri va da s d el I un da me nt o in dl vi du ali st a de l a r e p re s c ru a -c ion liberal y la estructuracorpora riva de lasociedarl.Vcase respcct ivarnente , ANNINO A.&- R.oMANELLI, R. Nola Prci imil larc , Quademi Storlci , 69, 1988; ROMANELLI R., Lr rcgolcdel gioco . No t e sul l ' ilJll' inlllo dc/sislCl l ia clCUoralc i l l J l , J/ i a (18'/8-1895), ell Quaderni Storici.69/a.XXlll, N], dicernbre 1988;.)' Sistcmrts e l cc l or a l cs Y cS l rl l cl u l'C l ssoc i a l cs . EJ sigJo XI XClIIDICO, en F.oRNER, S . (COOL). Dernocracia, elecciones y rnodern izac ion en Europa, s ig losXIX y X.X,Madrid , Cri tcdra , 1997. Elcaso espanol e ra conside rudo en torno ,,1 anulisis deVARELA.oRTEGA,]. Los amigos politicos. Partidos, elecciones y cac iquismo en laRestau-rac i6n (1875-1900). Madrid, Alianza . 1977. Tarnb ien pucde verse VEIGA AL.oNS.o, X, .0Conde de Pall ar es e 0 s eu t empo 1828-1908 . Aproxi ll la cion es 6 ac ti vi smo da s e li tes naGalicia decimon6nica. Dcput8cion Pro\' il1ci~l, Lugo PublicaciOlls, 1999.

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    COl1l0 l a 1 l I -baJ1 i zac i 6n y cl Cl'ccimicl1i() u rb al lo , l as llligraciol1t.s intcr iorcs 0extcr iores , y 10 expansirill d e la e co l1 0111 iu modenwy de l (mbc0o asa l ar iado" .' s

    La individualizacion, terminaba concluyenclo, tendria que 5UI(;,1r unadimension po l i t ica y o tra cultural: l a p ri m er n deberla ~isegurar "1 8 exprc-sion de una voluntad autonoma mamfestada en ehminacion de compor-rarnientos comurutar ios de votantcs y la expresion libre del sulragio"; lasegunda, tal vcz la mas enfatizada en los estudios mspirados en ('1mode-10 guerreri:mo, daba lugn r a una individualizacion or ig in ada en "sociabi-lidades asociativas",

    La hisroria de los Gonzalez i.en cuanto dialogaba con este upo deinterpretaciones? En otras palabras, Len qu e medida una modil icac ionde la escala de observacion que revisaba las practicas ensayadas pOl' una"red de notables" venfi caba 0 porna en duda est o s presupuestos? La in-formacion prove nicnte del archive familiar ofrecia algunas evidenciasque merectan ser perseguidas a pesar de sus obvias dilicultades. En 1842una ernblcrnatica protagonists de la familia, Magdalena Correas de Vide-la habra expresado a su rnarido exiliado en Chile:

    "Escr i iJC / ( ' a l Gm /. P ach ec o [ ... J Crco q u e csto no te J 1 I A milia ni rc rebajCl y s o l oCIIlllp1cs CO i l e I d eb er d e /(1 po lf l ica po r SCI' (Il paricn(c; CO i l e st o n o p ic rc lc s n C ld ay s f g anan i s I11l1cho. Si yo y Cor111c11Garcia 10 vis il , l]; lOS file PQ r q lc e C I p r c , g u / 1 1 0p or s us par icnlCs y q u e d c sc a b cl vcr ios ."

    De algun modo el lenguaje de una mujer sccializada en el clima de larevolucion y la guerra presentaba clos ambiios que, en gener(11, habiansido estudiados por separado: en sus palabras poluica y parientes apare-dan unidos: ninguna contradiccion hacta que los parienres enrolados endtferenies Iaccioncs no pudieran apelar a los lazes personales para aliviaren el primer caso la de r rota poluica como en el otro, el de Pacheco,q uicn se habla valido de sus vinculos locales para interferir en el juegocle poder provinciano. En tal scntido, la resolucionrlcl conllicto Iuedinmido a naves de l1lcdi(]ciol1cS de direcciones complernenrarins con ca-pac idad de ruovi li zar recursos 0 inn ucncias sociales y poltricas que des-Iiguran aquella noci6n de comunidad local restringida en la que los la-

    '" GUERRA, r; X. EI ,obernno Y Sli r ein" , e n SABATO. H. La c iu da da nla po lt ti ca y laIorrnacion de las .nac iones. Perspec tivas h is to ricas de America Latina. Mexico, el Colegiode Mexico-Ficleicoilliso Historia de 1 :15 Americas. 1999, p .58-59 . Del mismo auior adcmaspucdcn verse , Mexico. Del antiguo reg imen a la revoluc ionMcxlco, r-CE,1988 ; H"cia lIIWnucv ili,lori{ll'oliliGI. ACl" r e s ,ociolc.1v "c lor e s 1'0litico.l.Anuario IEHS, Tnndil, 4, 1989)' fJ(lnli/isis d e l os gru[J'" soc i o i " , : l "donu hi .l lorio,~rdriw)' dcbal e al/icn. Anuario IEHS,Tnnciil, 15.2000.

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    zo s person ales negaban la polluca. Por e l contrario la ejemplmiclad delepisodic protagonizado por Magdalena y el general rosista, vivilicaba connotable nitidez en cuanto la parentela estructuraba configuraciones dehombres y de mujeres que haclan un usc estrategico del vinculo en uncampo erniuentemeute politico. Por otra parte, este tipo de evidencias siperrnitia verilicar aquella tesis halperianiana que considcraba, a dileren-cia de Balmori , las alianzas de [amilias como recurso insuficiente paraasegurar cl orden polnico, inlroducia sin embargo una complejidad 50-cial mas arnplia de los grupos e mdividuos inLegrados en el espacio poli-tico del Rio de la Plata posrevolucionario. De acuerdo a ello, las relacio-nes pel 'sonales , sean privadas 0 publicas avizoradas entre los Hcler,es re-giomlies, podian caracterizar tarnbien (y sobre todo) el comportamientode actores politicos y sociales secunclar ios con 1 0 cual la dinamica depoder interprovincial aparecerla configurada por una cornpleja red devinculos que sostenlan mtercarnbios comerciales, iclentidades sociales ydesde luego rambien politicas

    5i est e U po de reflexionesobtenidas a partir de una suerte de "locali-zacion" de d inamicas sociales y politicas, complejizaron el juego de po-dcr anterior a Caseros, los resultados obtenidos en el escenario posteriora l852, arrojaron a su vez sustantivas evidencias de la centralielad de loslazos personales en la organizaci6n de los grupos de poder locales y desu couexion con dimensiones ext ra te rr itor ia le s. i.Se trataba de. una luchaIacciosa que como en cualquier parte las posiciones mdivtduales queda-ban englobadas en la politica de la parentela? En otras palabras i.estecuadro de rclaciones po liticas rep resen taban solo estr ateg ias de d iversili-caciou del estilo "Iaccioso resurrecto" del que pOSLu16 hace algunos anosHalperin!EI ascenso politico vertiginoso experimentado por los Gonzalez des-de 1861 podia haber represenLado un buen ejemplo del desarrollo previ-sible de una reel cle notables, que una vez obteniclo un lugar preeminenteen I" localidad, estaba en concliciones inmejorab\es para negociar con elpocle.r central no so lo Sll sobrevivencia en las esferas mas altas de la pira-midc politica local, sino la conduccicn del proceso politico.49 Sin ernbra-go, e. l caso exaruinado arroj6 imageries diferentes que permitieron mati-Z8r aquellos presupuestos que otorgan una especie de uniformidad a losinregrantes de estas redes poltticas, como tambicn puso en duda la capa-cidad reproducLivade estas redes de notables en dimensiones locales y

    ;9 PAZ. G. E l gob im lO de /05 "conspicuos" : f a m i l i a y l ' o d C l " ~l1JUjL ly ,1853-1875 , enH SABATO , H.YLETTlERl, A. (coords.), Lavida pclttica en la Argentina del siglo XIX. Op. ClL.pp.223-242

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    iGobtc ruos de Iami ll a?

    ex tra locales en las que las fricciones 0 cornpetencias suelen quedar cir-cunscriptas a una lucha laccicsa carente cle organizaci6n formal y sujetaa logicas personalistas en pas de conseguir posiciones espectables en lapiramide de peeler. En decto, en el lapse que va de Pavon a la insurrec-cion mitrista cle 1874 -que vale recordar, conoci6 como teatro guerrerolos campos de Santa Rosa, propiedad de los Gcnzalez->, Iue posible ad-vertir una logics polltica que excedia intereses grupales y /o familiares enla medida que las practicas ensayadas por la red de parientes exhibiandilerentes identific_aciones polttlco-partidarias, en eI sentido propuestopor De la Fuente. ,0 Esa suerte de dlferenciacion que logra explicar lacentralidad de la politica, incluso en el interior de una familia de nota-bles: er~ comp l

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    Beatriz Br< l gon i (Gobiernos de familia?

    cuenta de algunas cspecllicidades de las que conviene scna lar aspec-Los signilicativos.

    En primer lugar, si se lleva a cabo un ejetcicio comparative con elcaso porteno, la emergencia de la cornpetencia electoral es relativarnentetardia en cuanto aparece representada en la contienda electoral provin-cial que protagonizaron "gonzalistas" y "civitistas" en 1873, que no ca-sua lmente se conecta con los trabajos electorales en pas de la sucesionprcsidencial de 1874; un asunto par otra parte para nada menor si sepiensa en la concurrencia de dinamicas polit icas locales y nacionales. Ensegundo lugar, se trato de un escenario complejo que estuvo poblado demecanismos 0 dispositivos constitutivos de 1 0 que se ha dado en llamar"poltt ica moderna" como campanas dirigidas a ganar adhesiones , clubespolit icos , edicion de panlletos, prensa partidaria y reuniones publicas -como las celebradas en el teatro "Variedades"- a las que asistieron inclusoinmigrantes de reciente arr ibo inhibidos de votar . En tercer lugar , la bus-queda de adhesiones suponia de igual forma la necesidad de poner enmarcha caclcnas rdaciol1aies con el f in de sumar aliados capaces a su vez demovilizar 0 lnhibi r la inscnpcion en el registro electoral, e l nuc leo de lamovilizaciou politica en el marco de un regimen electoral optative, pu-blico y de lista completa. .A l respeclO convendria destacar dos dimensio-nes: par un lado, que la puesta en rnarcha del capi tal relaciona l incluiaobviarnente a los par ientes COil funciones dt fe renc iadas de acuerdo aperfiles 0 apti tudes en procura de maximizar recursos a fin de obtener elexito electoral . Por otra, Ia conquista de adeptos aparecia orientada fun-damentalmerue a captar adhesiones de personas/institucioncs -como sub-delegados de campana y eiudad, cornandantes de frontera 0 de guarcliasnacionales- por la via de i n v i t a c i on e s ; a diferencia de 1 0 sugerido por unabuena par te de la l iterature his torica, esta si tuacion permitio disminuirel peso rela tive dado a la cooptac icn en beneficio de la ncgociacion entregobicrno 0 poder y adrninistradores. Por ultimo, un ejerclcio realizado

    sobre los registros clectorales del periodo, perrnitio apreciar el perfil plu-ralde los inscriptos, su dis tribucion terri torial en los distritos 0 seccioneselectorales de la ciudad y de la carnpana posibilirando tambien recono-cer aspectos signif icat ivos de los ciclos de inscr ipcion." Es probable que'en el interior cle esas madejas de individuos con dilerentes olicios y resi-dencias, olrezcan s ignos elocuentes de individualizacion creciente en elmarco de movilizacioues colectivas, A diferencia de una variacla literatu-ra historica y pol itica que penso el cliente lismo como obstaculo en laconlormacion ciudadana, a r r i buyendo l e notas opuestas a la modernidaddemocratica, que termino asociandolo con la corrupcion, el nepotismo yla almeacion del c iudadano, los lazes que vinculaban a individuos muydiferentes, aunque habilitados a votar de acuerdo a la legislacion vigente,permitio res ti tuir las formas en que el sufragio logro difundirse y el actoelectoral aceptado a traves de reediciones per iodicas constiruyendose enuna forzosa 0 pactada experiencia de aprendizaje ciudaclano. En estesentido, si en otras experiencias iberoamericanas 0 europeas, la presionde los "notables" se conver tla en un elernento decis ive de la movilizacionclientelar, en la Mendoza de la segunda mitad del siglo XIXla par ticipa-cion de los notables estaba acornpanada de personajes rnenos relevantes,adrninistradores segundones y gone con algun tipo de autoridad localque utilizaba sus vinculacioues para alentar 0 inhibir la inscnpcion en elregistro.

    La ultima cuestion aunque no menos importante. En 1880, en medicdel debate parlarnentario sobre las leyes de unificacion, y rmentras JulioA. Roca manifestaba que habia que edificar todos los atr ibutos ele la Na-cion, el senador Aris tobulo del Valle seualaba con agudeza que, como lamayorta de sus eolegas, se alineaba claramcnte co n io s q l lC q l l e ri a n l1eval ' I .ClJtlcrza de la perife6a.,al c en t r o . 57 Una expresion de epoca que iluminaba connitidez el peregrina r de las Iorrnas polit icas que hablan regido las eom-plejas direcciones entre nacion y provincias al menos desde 1820. Hastahace poco tiempo el proceso de unificacion pohtica argentino, era visua-lizado preferentemente a part ir de los instrumentos mont ados por unaeli te dir igente que rue eapaz de uti lizar el Estado nacional para someter 0nation a rgen tine . Les soc iabi li te s a Buenos A ires , 1 829-1862 . Pa ri s, Publ ica cions d e la

    So r b o n n c , 1999 (e d ic ion en e sp an ol p ar feE) y Lo s c l u b c s e l e ci o r u le s d u r a n t e la s ec cs io n d el[ s t a d o de B u e n o s Aire s (J 852-1861): fa a r l iwla c i6n de do s log ic a s de r e pr es 1 1t a ci o n p o l it i ca e l l dscuo de10(simi pllbliw Fone l la , en SABATO, H. (coor). Ciudadanta polit ica y Iormacion delas uaciones. Or. Cit. TERNAVASIO, M. NlleVO r e g i m e n l ' cp r e s c IHaUvo y c.xpal1si6nde l a[ r on l cr aI'olitiw en cI c'(.ado de BuCI 1 0 sAires, 1820-18'10, en ANNINO An tonio (coor ) Hi stor ia d e l ase lecc iones en lbe roamerica. Op. Cit . ) ' Hac io WI r e g il l 1c n de l l ll O n i l 1 li t ia d . P o l i t ic o y c ic cc io nc s e nilUCllosAiITS1828-1850, en SABATO H. (coor.) La cludadanta politica y l a Io rmacion de l asn ac ion es . Op . Ci t. Y La re vo luc io n d el vola. Elecciones y poltt ica en Buenos Aires , 1810-1852 GUet105 A ir es , S ig lo X X I, 2003.

    ; " Remi to a mi unba jo : L os ( J \ ' C l t ( l r e S de la l e l ' r cScn(lCio l l . Slifragio, politico y eic(cionc5 enM e n d o z C l , 1854-1881, en SABATO, H. YLETTIERI, A.(coords.), Lav ida poltt ica en laArgen-t in a d el siglo XIX , Op. C it . p p. 205-222.17 DEL VALLE, A. D is wr so s ab re c jc re it os I 'rov inci tl ic s. Camara de Senadores , Dia rio desesiones, Bue n o s Aires, 16 de cctubr e de 1880, ell BOTANA, N. YGALLO, E. De laRepublica posible a la Republica verdadcra ..Bs As, Ariel, 1997, p.196-1.98.

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    Bcutriz Bragoni ,, -e liminar cua lquier insurreccion ter ritor ia l 0 Iacciosa que ar en tara contrael orden politico querlernoraba la l1 l0cletn izac ion del p ats . E se proccsoib a 3 ser a c ompan a d o del re rn pla zo d e l os per fi les poliLicos que hab ianIracasado en el intento de aseruar un principio de autoridad estable quese remontaba a 18 c alda de Rosas, Ni la propuesta conlederal liderada porUrqu iza , que atra]o al propio Alberd i , ni la formula liberal por laqueMitre preiendta p in ta r to do cI p ais d e ttl1 co l or , ni t ampo co la de Samienro=-condensada en aquella Irase "porteuo en el Interior y provinciano enBuenos Aires"- habian resultado efectivas para el logro de Ese objetivo.L a s o lu c io n en c am b ro v en dr ia de la mana de un nuevo up o de liderazgopolitico de alc